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Prosiguiendo con la referencia de Sucre sobre el ejemplo del Emperador Iturbide, en 1826 se

hablaba del ofrecimiento por parte de los futuros facciosos del departamento de Venezuela (José
Antonio Páez, Antonio Leocadio Guzmán, etc) de establecer un Imperio a la napoleónica con el
Libertador Bolívar como Emperador, proyecto el cual rechazaría con mucho fundamento y razón
(La traición a Iturbide por parte de los generales republicanos que lo proclamaban emperador de
México tras la realización de Plan de Iguala), agregado al movimiento mismo que promovía Páez
conocido como “La Cosiata” que le restaba confianza a los ojos del Libertador, Sucre le escribiría a
Bolívar sobre este tema en particular, dando nociones de claramente no rechazar el sistema de
gobierno monárquico, pero también era de la opinión que era complejo acercarse a ese sistema
en la situación actual de la Republica colombiana, sumado a la incertidumbre del porque los
“demócratas” de Venezuela le ofrecían emular el Imperio de Napoleón a Bolívar.

En una carta perteneciente al Archivo de Sucre, t. X, pp. 186-190, en 1826 el Mariscal opina sobre
el proyecto napoleónico:
“Lo que creo un delirio es el establecimiento de un imperio. ¿Quién es el emperador? ud. no
quiere ni debe serlo, porque su gloria la sacrificaría miserablemente y sin la esperanza siquiera de
que este sacrificio produjera la tranquilidad de su país. No teniendo ud. sucesión, a su muerte
llevaría a la tumba el dolor del sacrificio de su reputación, y el de dejar su patria entregada a las
facciones y a la tiranía más cruel de los visires que en cada departamento se levantarían para
hacer de Colombia su despojo. yo no soy enemigo de los gobiernos monárquicos; pero cuanto más
medito, tanto más veo que en Colombia no se establece sino una gran revolución, que más tarde o
más temprano siempre será espantosa y un éxito muy dudoso. un gobierno monárquico
constitucional respeta las libertades públicas y conserva la paz; pero ¡cuán difícil nos será
organizar un tal gobierno!”

En carta escrita en Chuquisaca 24 de agosto de 1826, Sucre repetía el no oponerse a los gobiernos
monárquicos, pero no era de la opinión de admitir el proyecto proveniente de Venezuela, dando
su preferencia a la Constitución Vitalicia:

“Sin embargo, lo creo preferible al establecimiento de una monarquía como dicen que quieren en
Venezuela, costa de Cundinamarca y el sur. he dado a ud. en cartas anteriores mis razones para
pensar así; y repito que, aunque yo no soy opuesto a las monarquías constitucionales, veo que en
Colombia ninguno sino ud. podría ir al trono; y no teniendo ud. sucesión al morir ud. quedaría
nuestra patria hecha un caos. en este caso, si durante la vida de ud. se puede organizar el país
regularmente, lo mejor que hay adaptable en mi opinión es la constitución boliviana en la parte
que le da fuerza y estabilidad al Gobierno. creo que ella concilia las dificultades y da firmeza al
Gobierno sin asustar los pueblos con la palabra rey que tiene tantos enemigos”.

Un poco antes, el 6 de junio en la misma localidad de Chuquisaca Sucre hacía referencia al


proyecto:

“Es muy singular que los furiosos demócratas hayan venido a parar en la peregrina idea de un
imperio para remediar los males. Saliendo de un delirio turbulento vienen al otro extremo que
igualmente debe descontentar al pueblo. No pienso ni que el ejército mismo convenga en el
pensamiento; porque a pesar de los vejámenes que ha sufrido del cuerpo legislativo, y aun, según
se dice, del Gobierno, creo que prefiera a sus conveniencias la paz y la dicha de Colombia. Sobre
todo, si el ejército conviniera en que alguien fuera rey de Colombia, sería Ud.: no teniendo ud.
hijos que aseguraran por la sucesión esta paz, ella no duraría sino mientras ud. viviera; y a su
muerte, una revolución más espantosa y sangrienta sería el resultado de tal intervención. Si el rey
fuese un príncipe europeo deberíamos llorar el desenlace de nuestra Revolución; y no sé quién en
Colombia, hijo del país, reúna el voto público para esta dignidad. En cuanto a ud., opino con ud. y
con su fama, que ud. debe morir antes que perder su título de Libertador, el más grande y el más
glorioso”.
Aunque ni Sucre ni Bolívar consideraban propicio aceptar el plan monárquico forjado con dudosas
intenciones de Venezuela, no desechaban esa idea de tajo, en 1829 como ya se ha tratado en la
página, dando contra el timo histórico de que las ideas de muchos próceres y figuras de las
independencias eran eminentemente republicanas, próximamente daremos luces sobre el pensar
mas decidido del Mariscal de Ayacucho para los sucesos de 1829, y también sobre otros tópicos
relacionados con las ideas monárquicas.

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