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El porqué del pensamiento, su origen y causas son preguntas inherentes al ser humano,
proceso de pensamiento que implica interacciones en todos ámbitos del ser humano.
Los conocimientos permiten una idea concreta del mundo, como antecedente o
consecuente del pensamiento.
Alimentarnos de realidad
La valoración del mundo es posible, por parte del ser humano, gracias a la interacción
simultánea de los elementos anteriormente mencionados, se describen la sensación por
lo captado con los sentidos; abstracción como el acto previo al pensamiento que separa
del objeto sus propiedades particulares y representativas.
En la conciencia, entendida en tres formas: conciencia moral: a partir de los principios que
rigen nuestros actos, relacionada con la conciencia psicológica que asume el individuo
como el pleno entendimiento de la situación y el entorno. La conciencia biológica que
hace alusión al estado vigilante de los sentidos.
El proceso de pensar
El análisis posterior a la abstracción de una entidad y lo que ella nos proporciona, todo
esto implica la aplicación de la interacción simultánea de los elementos integradores de la
mente, esta tiende a generalizar para poder captar de una manera más sencilla todos los
conceptos aprendidos y así almacenarlos con mayor rapidez.
Grados de conocimiento
Conocimiento hipotético: el que permite prever de acuerdo a los raciocinios, las nuevas
situaciones y advertir en ellas los posibles desenlaces y soluciones.
Yo pienso, tú piensas
No hay duda de que la mejor forma de ratificar la identidad del hombre es mediante el
pensamiento, en el mejor de los casos con un conocimiento categorial, que designe los
valores propios del actuar y le otorguen su posición en la realidad, como ser que la
descubre y establece los caminos a seguir, como fundamento en una guía moral que
determine toda ética a través del tiempo.
Reflexión
El hombre en tanto ser que conoce con los sentidos, posiblemente en su medio de
conocer y experimentar, indudablemente lo hará a partir de las conceptualizaciones de la
realidad, de modo tal, que todo será aplicable y extensible únicamente a lo que respecta
en sus dimensiones sociales y personales, como resultado, la eminente limitación que
esto implica, el hecho de remontarnos al más allá, tal vez se deba a la acción natural del
hombre como ser consciente de su caducidad en la existencia, no somos eternos, nunca
ha habido alguna persona que jamás muera, por mejor salud que tenga.
Aunque no es necesario ser tan trágico, pues surge siempre la esperanza, si bien es
cierto que todo lo que se conoce se debe y se limita a la realidad, entonces, según la
misma lógica, si pensamos en la existencia de algo, es porque existe, debe existir, puesto
que nunca antes se tiene el conocimiento de algo concreto que no haya estado en los
sentidos; así, por ejemplo, cuando pensamos en un caballo con alas, partimos de dos
animales completamente diferentes pero que participan de la realidad, generando así una
imagen de un animal hipotético.
Partiendo de las anteriores premisas, se deduce que la mente no puede albergar ideas
que surjan de la nada, puesto que de la nada, nada surge, es evidente que toda
experiencia se desarrolla a partir del conocimiento, precedido por el pensamiento, luego si
se piensa adecuadamente en la imagen trascendental de una entidad suprasensible, es
posible, no hay limitantes válidos, siempre es posible pensar en grande, no dejarnos
coaccionar por lo presente, lo que percibimos, es necesario ir más allá, develar la cortina
de la realidad que a algunos deja en la conformidad y le sirve de contentillo para
justificarse, y peor aún, dar cuenta de sus actos deliberados.
Es posible pedir ayuda a la razón, que sirva como guía que ilumine el sendero en el diario
caminar para poder descubrir en el constante actuar un sentido y criterio para vivir
conforme nuestros propios ideales.