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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS

(SPS/LU-3) 3P20

DERECHO ROMANO

Asignación:

“Resumen de Serie El Imperio


Romano”

Atención:
JORGE ALBERTO JUAREZ URQUIA

Presentado por:
Selvin Antonio Gradiz Rodriguez
(202020060151)

Tegucigalpa 08 de diciembre de 2020


cómodo
cómodo
cómodo
cómodo
CÓMODO
Su padre, Marco Aurelio, fue un auténtico pensador filosófico, además de
un político firme y victorioso en el campo de batalla. Durante el período que
ocupó el trono imperial, entre los años 161 y 180, supo regir con serenidad
y gran talento el imperio que había heredado, haciendo frente a graves
crisis y a muy largas y cruentas guerras. En sus últimos años peleó al frente
de sus tropas contra los bárbaros que amenazaban sus fronteras en el
Danubio. Faustina, su esposa, le dio trece hijos y le acompañó en
numerosas campañas. Uno de ellos fue Cómodo, a quien designó para
sucederle. En 176, a los 15 años de edad, lo asoció al imperio, una decisión
que con el tiempo se convirtió en un error fatal. Su incapacidad militar, la
falta de medios financieros y la impaciencia por disfrutar del poder en
Roma le movieron a abandonar la gran política que había emprendido su
padre en el Danubio y a concluir la paz con los germanos.

Entre los años 180, fecha en la que murió su padre, y 192, Cómodo asumió
el poder en solitario, pero su reinado fue degenerando, víctima de sus
continuas excentricidades. «Tras un siglo de oro llegó uno de hierro»,
escribió el historiador Dión Casio al relatar la crisis provocada por la
sucesión de Marco Aurelio. Cómodo, un bello atleta, se identificó con
Hércules y se divirtió en Roma con los juegos del circo, a cuya arena bajo en
más de 700 ocasiones.

Se cuenta de él que luchaba contra gladiadores desarmados y que daba


muerte a muchos de ellos, que aniquilaba a lisiados que se arrastraban por
las calles de Roma, que mataba animales, torturaba esclavos y celebraba
grandes orgías en las que dilapidaba las riquezas del reino. Sus excesos
provocaron varias conspiraciones, en la última de las cuales fue asesinado.
Cómodo dejó el Imperio en un estado caótico. Con él acabó la dinastía de
los Antoninos, que había otorgado una larga época de seguridad y
prosperidad al Imperio.

Pero Cómodo no amaba solo enfrentarse a gladiadores. El hombre que se


veía a sí mismo como Hércules adoraba también matar bestias salvajes
frente a miles de personas. Cuanto más extrañas fueran, más se
vanagloriaba el emperador. Sobre sus habilidades a la hora de luchar
contra estos animales existen varias versiones. En «Los emperadores y los
juegos romanos en la historia Augusta» se especifica que se decía «que era
capaz de atravesar a un elefante con una pica o matar a miles de piezas de
un solo golpe»; hazañas imposibles, pero que podrían demostrar que era
hábil.

Dión Casio es partidario de que, en ocasiones, ejecutaba con su propia


espada a las fieras. Sin embargo, también añade que lo más habitual era
que se armara de un arco para acometer esta tarea. Herodiano confirma
esta última versión. En sus crónicas, el autor clásico desvela que Cómodo
había sido agraciado con una puntería envidiable y que, gracias a ella,
acababa con las bestias. «Era tema de conversación su excelente puntería y
su preocupación por no errar al arrojar un dardo o disparar una flecha.
Eran sus maestros los más certeros arqueros partos y los mejores lanceros
mauritanos, a todos los cuales aventajaba en destreza».

En lo que se refiere a su puntería, Herodiano se deshace en elogios hacia


Cómodo. En el mismo capítulo de su obra explica que, cuando las fieras
más salvajes le atacaban desde la cerca, les asestaba un disparo mortal en
la cabeza o en el corazón. De entre todas sus exhibiciones, la que más
impresión le causó fue una en la que consiguió cazar, con flechas de media
luna, a unos veloces avestruces de Mauritania. Aunque se «movían
rapidísimamente», aquella jornada las decapitó de tal forma que «con las
cabezas cortadas por el impacto, todavía seguían corriendo como si no les
hubiese pasado nada».

Pero los años pasaron y el pueblo empezó a entender que había algo
oscuro en el emperador gladiador y que sus excentricidades rozaban la
psicopatía. La jornada que se presentó en la arena desnudo para
enfrentarse a su contrincante fue, para Herodiano, un punto de inflexión.
«A tal grado de locura llegó que ya no quiso habitar en el palacio imperial,
sino que quiso trasladarse a la escuela de gladiadores», añade el autor. Fue
la primera de una infinidad de extravagancias.

Poco después ordenó cortar la cabeza al gigantesco coloso que se hallaba


en las afueras del Coliseo y poner en su lugar una representación de la suya
en piedra. Para terminar, añadió a sus pies la leyenda de «Campeón de los
secutores; el único combatiente zurdo en vencer a 12.000 hombres».

Y ese solo fue el comienzo. Dión Casio, quien recopiló de forma


pormenorizada sus extravagancias, explica que, en una ocasión, reunió a
todos los hombres de la ciudad que habían perdido el uso de sus pies por
enfermedad o accidente, les ató figuras de serpientes y los mató a golpes
como si fueran gigantes. Pronto, tanto el pueblo como los mismos
senadores empezaron a temer por sus vidas. Y no era para menos, pues
Cómodo llegó a barruntar un plan para aniquilar a todo su públicoal estar
convencido de que le aplaudían de forma irónica.

JULIO CESAR
General y político romano, marcó el inicio de un nuevo capítulo en la
historia romana. Convirtió la República de Roma en el poderoso Imperio
Romano. Combatió durante largos años contra los bárbaros y alcanzó gran
popularidad gracias a sus victorias, a la edad de 31 años comenzó a entrar
en la política de Roma. Tras diversas alianzas y apoyos, como el Primer
Triunvirato, se convirtió en dictador de la República Romana. Acumuló tanto
poder y generó tanto odio que fue asesinado en el episodio conocido como
los Idus de Marzo.

Nacido en Roma aproximadamente entre el 12 y el 13 de Julio del año 100


a.C. aunque provenía de una familia de patricios, estos no eran los más
adinerados. Su padre murió cuando él tenía 16 años. Tras este
acontecimiento, Julio César trató de relacionarse con la nobleza del país,
para ello se casó con Cornelia, hija de un noble. Sila uno de los máximos
dirigentes de la República por aquel entonces ordenó a César que se
divorciara de su mujer o perdería todo su patrimonio, éste se negó y
encontró una vía de escape en el ejército.

La ciudad de Roma durante la juventud de César era inestable. La República


estaba plena de desórdenes y era incapaz de gobernar el vasto territorio
romano. Con la muerte de Sila, César volvió a Roma para empezar su
carrera política.

Se recluyó durante un tiempo en Rodas para estudiar filosofía, durante uno


de sus viajes fue secuestrado por piratas, de los que logró escapar.
Organizó una fuerza naval para atacarlos, los capturó y los ejecutó. Por otro
lado, organizó un ejército privado para combatir al rey de Pontos que había
declarado la guerra a Roma. Sus éxitos militares le hicieron popular en
Roma.

Las habilidades diplomáticas de César le sirvieron para convencer tanto a


Pompeyo como a Craso enemigos tiempo atrás, para que le apoyaran en su
carrera política. Craso y Pompeyo proporcionaba apoyo político y
económico a César el menos conocido de los tres, formaron entonces la
alianza de los tres cónsules o el primer Triunvirato.

En esta nueva forma de dividir el poder entre tres personas y no dos como
hasta ahora, suponía que cada uno de los cónsules se ocuparía de una serie
de obligaciones y de territorios. A Julio César se le encargó la campaña
militar en la Galia en la que construyó un potente ejército que no tenía rival
en las tierras bárbaras. Para el año 50 a.C. César había conquistado toda la
Galia y había adquirido una enorme popularidad entre los ciudadanos y
patricios romanos.

César contaba con el apoyo de la mayoría de ciudadanos y plebeyos, sin


embargo las principales familias patricias estaban a favor de Pompeyo, la
guerra civil era inevitable.

Los ejércitos de Pompeyo no fueron rival para César, su excelente ejército y


su experiencia militar. Para el final del año 48 a.C. César había expulsado a
sus enemigos de Italia y perseguía a Pompeyo hasta Egipto donde le dio
caza y lo asesinó.

En su retorno a Roma, César se proclamó dictador de por vida y fue


ensalzado como Padre del País. Únicamente llegó a servir a Roma como
dictador durante un año antes de ser asesinado. En este breve periodo de
tiempo César cambió enormemente Roma. Redujo la deuda y reformó el
Senado incrementando su tamaño y permitiendo la entrada de ciudadanos
de menor rango social para que Roma estuviera mejor representada.
Las reformas llevadas a cabo por César le permitieron ganar el apoyo de la
clase media-baja. Sin embargo, el Senado y las grandes familias patricias
envidiaban y temían el cada vez mayor poder de César. Los partidarios de la
República temían que César quisiera ser Rey después de tantos años de
República.

La clemencia y deseo del César de compartir gobierno con algunos de los


enemigos a los que él mismo había derrotado hizo que Casio y Bruto,
antiguos rivales entraran a formar parte del Senado. Fueron precisamente
ellos los que lideraron la conspiración que acabó con César, la conocida
como los Idus de Marzo.

El asesinato de Julio César fue en realidad un magnicidio en el que


participaron al menos 60 senadores. Estos informaron al César de que
deseaban realizarle una petición privada y lo reunieron en una sala, tras
comenzar a leer la petición, Servilio Casca le asestó la primera puñalada
tras la cual siguieron 22 puñaladas más que le provocaron la muerte.

Tras la muerte de Julio César, se produjo una lucha por el poder en Roma
que llevaría al final de la República Romana. César se convirtió un mártir y
dos años después de morir fue deificado y el Senado le dio el título de “Julio
el Divino”.

CALÍGULA
Calígula, tercer emperador romano vivió y reinó muy poco: murió asesinado
a sus 29 años después de creerse un dios durante sus apenas 4 años de
poder absoluto, sangre derramada, escándalos sexuales, incestos y un
número de ejecuciones –ordenadas algunas, personales otras– casi
incalculables.

No por nada Suetonio, en su célebre libro Vida de los Doce Césares, hace un
decisivo quiebre al terminar la primera parte: "Hasta ahora hemos hablado
del hombre; hablemos ahora del monstruo".

Y no lo fue menos Cayo Julio César Augusto Germánico, llamado "Calígula"


por la soldadesca de su padre, Germánico, uno de los más grandes
generales de la historia de Roma.
Niño apenas, lo acompañaba en sus campañas militares vestido con
uniforme y calzado con las caligas –botas– de los legionarios, que dieron el
llamarlo "calígula" (botitas).

Muerto Germánico en Antioquía (año 19), Calígula –que siempre detestó


ese apodo–, de sólo 7 años, vuelve a Roma con su madre, Agripina la Mayor,
y sus hermanos. Pero sus parientes lo perturban, y él también a ellos…, de
modo que una vez en el poder no tarda en deshacerse de dos de sus tíos,
aquejados de "inexplicables muertes": subterfugio usado para las
soluciones vía puñal o veneno.

Tiberio –el emperador bajo cuyo reinado fue crucificado Jesucristo– era
padre adoptivo de Germánico, el glorioso general, y esa relación lo impulsa,
cerca ya su muerte –16 de marzo del 37– a decidir que el Imperio Romano
quede en manos de Calígula y Tiberio Gemelo, su nieto y primo de Calígula.

Pero –¡ay del poder compartido!– el primo del monstruo no tarda en morir
"en extrañas circunstancias". Pero de extrañas, nada: Calígula ordena su
asesinato y mata dos pájaros de un tiro: trono y herencia pasan a su poder
omnímodo. ¡Y tiene apenas 25 años!

Pocos, pero suficientes para que una cadena de errores políticos y


económicos (fastuosas obras públicas que dejan exangües las arcas),
arrastre a Roma y a sus hijos a la escasez y la hambruna.

Pero a grandes males, peores remedios: variante del popular dicho. Lejos
de trazar un plan de austeridad dejando atrás los onerosos espectáculos
circenses y teatrales por los que delira…, le pide dinero a la plebe. Limosna,
sí. Como quien pasa el cepillo en las iglesias o ruega colectas para los
desesperados.

En lo único que no ahorra es en el acero mortal. Anexa la provincia de


Mauritania, pero no tarda en asesinar a su monarca "por su fracaso en la
conquista de Britania".

Hay tensiones con el pueblo judío, pero su megalomanía redobla la


provocación y la crisis: hace erigir una estatua con su efigie… frente al
Templo de Jerusalén.
Su locura se precipita. En la campaña contra las tribus britanias le exige a su
ejército que, en lugar de atacarlas y no dejar ser vivo alguno… recojan
conchas como tributo que, según sus delirantes ensoñaciones, esas aguas
le debían a la Colina Capitolina y al Monte Palatino.

Ante Calígula y su reinado casi no hay divergencias entre los historiadores,


salvo algunos que le reconocen algunas mejoras edilicias. Pero a un
todopoderoso emperador de la antigua Roma, del mismo modo que a un
edil mayor del siglo XXI, se le exige mucho más que barrido, alumbrado y
limpieza…

Se ha dicho que su maldad y su crueldad infinitas, a la luz de la medicina


moderna, se debía a tres posible causas: encefalitis, epilepsia o
hipertiroidismo. Sin embargo, el maldito, siglos antes, definió su demencia
con una palabra inventada: adiatrepsia, y la describió como "la desfachatez
que nos permite imponer por la fuerza hasta el más salvaje de nuestros
deseos".

Con tanta sangre corriendo, como el agua, bajo los puentes, la suerte de
Calígula estaba echada: a sus 29 años y en el cuarto de su reinado, el 24 de
enero del 41, fue apuñalado en el Monte Palatino por un grupo de
conspiradores pretorianos y senadores al mando del prefecto Casio
Querea… de quien Calígula se burlaba sin cesar llamándolo "afeminado" y
"el peor recaudador de impuestos del imperio, un incompetente sin igual".
Acaso por eso, se dice que la primera puñalada fue de Querea…

Aun caliente su cadáver, y para restaurar la República, los pretorianos


ungieron emperador a Claudio, tío de Calígula… que inmediatamente
mandó matar a los asesinos de su sobrino.

BIBLIOGRAFIA

https://www.netflix.com/search?q=IMPERIO%20ROMANO&jbv=80096545

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