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Universidad Nororiental Privada

“Gran Mariscal de Ayacucho”


Facultad de Odontología
Núcleo Barcelona

Comple
jo
Dentino
Profesor:
Od. Marielis Medina
Bachiller:
Daymara Deyán
V-26.786.570

Barcelona, 28 de Enero de 2021.


En muchos sentidos, la pulpa es un tejido único. Se trata de un tejido blando de origen
mesenquimatoso, con células especializadas, los odontoblastos, dispuestos periféricamente
en contacto directo con la matriz de la dentina. La relación que se establece entre los
odontoblastos y la dentina, denominada a veces complejo pulpodentinario, es una de las
razones por las que la pulpa y la dentina se deben considerar una unidad funcional
compuesta por elementos histológicamente diferentes. En concreto, varias propiedades
exclusivas de la pulpa se deben a que se encuentra encerrada en dentina mineralizada
rígida. Así pues, la pulpa está situada en el interior de un medio poco distensible, que limita
su capacidad para aumentar de volumen durante los episodios de vasodilatación y filtración
aumentada. Puesto que la pulpa es relativamente incompresible, el volumen total de sangre
dentro de la cámara de la pulpa no puede aumentar mucho (aunque pueden ocurrir cambios
recíprocos de volumen entre arteriolas, vénulas, linfáticos y tejido extravascular). Como
consecuencia, la reacción inflamatoria genera un aumento de la presión tisular, no del
volumen. En la pulpa, por tanto, tiene una gran importancia que se produzca una regulación
cuidadosa del flujo sanguíneo.
La pulpa dental es similar en muchos aspectos a otros tejidos conectivos del cuerpo, pero
sus características merecen especial consideración. Incluso la pulpa madura recuerda al
tejido conectivo embrionario y, por tanto, es una fuente relativamente rica en células madre
primitivas. La pulpa alberga elementos tisulares, entre los que se incluyen axones, tejido
vascular, fibras del tejido conectivo, sustancia fundamental, fluido intersticial,
odontoblastos, fibroblastos, células inmunocompetentes y otros elementos celulares. Estos
componentes responden dinámicamente a estímulos del desarrollo, fisiológicos (p. ej.,
fuerzas ortodóncitas o masticatorias) o patológicos. El patrón global de respuesta dinámica
tiene un papel clave en si el tejido pulpar se adapta o se necrosa ante estos estímulos. La
pulpa es realmente un sistema microcirculatorio y sus principalescomponentes vasculares
son las arteriolas y las vénulas. A diferencia de la mayoría de los tejidos, la pulpa carece de
un verdadero sistema colateral, y depende de las relativamente pocas arteriolas que
penetran a través de los orificios radiculares. El sistema vascular de la pulpa disminuye
progresivamente con la edad. La pulpa dental es un órgano sensorial único. Al estar
encerrada en una capa protectora de dentina, cubierta a su vez por esmalte, cabría esperar
que tuviese poca capacidad de respuesta frente a los estímulos. Sin embargo, a pesar de la
conductividad térmica baja de la dentina, la pulpa es sensible a los estímulos térmicos,
como los helados y las bebidas calientes. El mecanismo inusual que permite al complejo
pulpodentinario funcionar como un sistema sensorial con capacidad de respuesta se
describe más adelante en este capítulo. Después del desarrollo dental, la pulpa conserva su
capacidad para formar dentina a lo largo de toda la vida. Esto permite que la pulpa vital
compense parcialmente la pérdida de esmalte o dentina causada por un traumatismo
mecánico o una enfermedad. La efectividad de esta función depende de muchos factores,
pero el potencial de regeneración y reparación es tan real en la pulpa como en otros tejidos
conectivos del cuerpo. Este capítulo tiene como objetivo presentar juntos los hechos
conocidos sobre el desarrollo, la estructura y la función del complejo pulpodentinario, con
la esperanza de que tal conocimiento proporcione una base biológica para la toma de
decisiones clínicas.
Los estudios embriológicos han demostrado que la pulpa deriva de la cresta neural cefálica. Las
células de la cresta neural proceden del ectodermo a lo largo de los márgenes laterales de la placa
neural, y experimentan una migración extensa. Las que descienden por los lados de la cabeza
hacia el maxilar y la mandíbula contribuyen a la formación de los gérmenes dentales. La papila
dental, de la que nace la pulpa madura, se desarrolla conforme las células ectomesenquimatosas
proliferan y se condensan junto a la lámina dental, en los sitios donde se desarrollarán los dientes.
Es importante recordar el potencial migratorio de las células ectomesenquimatosas cuando se
considera, como haremos más adelante en el capítulo, la capacidad de las células pulpares para
desplazarse hacia las áreas de lesión y sustituir a los odontoblastos destruidos. Durante la sexta
semana de vida embrionaria comienza la formación de los dientes como una proliferación
localizada de ectodermo, asociada con los procesos maxilar y mandibular. Esta actividad conduce a
la formación de dos estructuras con forma de herradura, una en cada protuberancia. Tales
estructuras se conocen con el nombre de láminas dentarias primarias. Cada lámina dental primaria
se divide en una lámina vestibular y otra dental

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