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En principio, la novela como término viene de la raíz nova, que significa nuevo. Decir nuevo
es otra forma de decir no clásico. En la época cervantina, además de lo anterior, al significado
se le agregaba: narración corta, vulgar y picaresca variante de la épica.
Como todo en la novela, es complicado hacer una cronología de sus antecedentes. Desde la
Biblia pasando por el Gilgamesh y la Odisea, los hombres han narrado. La novela moderna, para
muchos, comienza con El Quijote.
Resulta complejo observar por épocas el desarrollo de la cultura y de la historia, ya que los
cambios no se producen de manera repentina. Sin embargo, es aún más complejo analizar la
historia de la literatura sin detenerse en las épocas.
El Renacimiento: se ubicó aproximadamente del siglo XVI al XVII. Fue una época en la que
muchos hombres consolidaron el inconformismo que se empezó a generar a finales de la Edad
Media. Las condiciones socio-culturales similares en Europa permiten observar como el arte
y la cultura de países como Italia, Francia, España, Portugal e Inglaterra, tienen características
muy similares. Así mismo, determinan las características del cuento, la lírica y la dramaturgia,
otorgándole un alto valor al mundo del hombre, a su vida y a sus cosas, antes que a los
parámetros religiosos que rigieron en la Edad Media.
El Barroco y el Neoclasicismo: A principio del siglo XVII se produjo en Europa una crisis que se
dejó sentir en los distintos aspectos de la vida. A este periodo se le conoce como Barroco. El
barroco ha sido entendido, en muchas ocasiones, como una reacción frente al equilibrio y la
simetría del clasicismo. Se puede decir que algo es barroco cuando los elementos que la
caracterizan son excesivos y sobreabundantes. Este movimiento recibió diferentes nombres en
toda Europa, en España se reconoció como El siglo de Oro y gestó riqueza cultural en el ámbito
artístico, religioso y literario. En este periodo se destaca Lope de Vega, Luis de Góngora,
Calderón de la Barca.
El Neoclasicismo: abarcó la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX, surgió en
Francia y tomó como modelo las formas clásicas, se caracterizó por:
En las novelas se evidencia una crítica a la sociedad aristócrata europea y una temática centrada
en la naturaleza y la libertad.
Los temas románticos: la libertad de los pueblos, la naturaleza, el gusto por lo exótico, el
elemento sobrenatural. En cuanto a la narrativa se manifestó en los relatos medievales y
fantásticos, así como aquellos de tipo fantasmagórico y siniestro. El tema central de la novela
fue el amor, en esta época se incluyen en los periódicos las llamadas novelas por entregas.
El Realismo y el Simbolismo: El realismo surgió a finales del siglo XIX, por oposición al exceso
de subjetividad del romanticismo. Su objetivo principal fue la observación de la vida cotidiana
sin intervención de la imaginación. Las obras de Honoré de Balzac y Gustave Flaubert marcaron
la transición del Romanticismo al Realismo con la ayuda del entorno social.
Los relatos por entregas tuvieron su mayor auge, los grandes diarios competían entre sí por
conseguir los mejores autores de mayor aceptación entre el público.
La novela fue el género por excelencia de esta época, debido al tratamiento de situaciones
comunes, a la publicación por entregas de algunas de ellas en periódicos, lo que aumentó el
interés del público por leerlas; además del incremento de personas que sabían leer.
En la narrativa vanguardista no existe un narrador omnisciente sino que hay una reflexión de la
conciencia, un monólogo en el que el personaje expresa su pensamiento tal y como se presenta,
sin organización lógica, con frases directas y construidas con la menor cantidad de palabras
posibles. La narración del Siglo XX descubrió técnicas narrativas de suma importancia: rupturas
temporales, los puntos de vista del narrador, el fluir de la conciencia y la escritura automática.
MVS/mvsr
Referencias