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(1) Recientemente ha vuelto a estar de actualidad este filme, puesto que en mayo de 2003
la Filmoteca Vasca consiguió recuperar los negativos originales de dicha película en per-
fecto estado, tras la quiebra del laboratorio catalán, Fotofilm SAE, donde fueron deposi-
tados los originales. En www.juandegaray.org.ar/fvajg/portadas/El_País_Vasco (Fecha de
consulta: 14/5/2003). El cineasta Julio Medem incluyó en 2003 fragmentos de Ama Lur
en su tan controvertido documental La pelota vasca: La piel contra la piedra.
(2) La película muestra una investigación etnológica y conforma un documental que pre-
tende rescatar la identidad de un pueblo, su cultura y sus tradiciones a través de las imá-
genes y la banda sonora.
(3) El teórico de cine Santos Zunzunegui, al hablar del concepto de cine vasco, menciona
la película Euzkadi como precedente claro de esta conciencia patriótica: “La primera vez
que se manejaron ideas similares puede situarse con certeza en torno a la producción y
exhibición del film de Teodoro Ernandorena Euzkadi (...). Y las discusiones, o reflexiones
más exactamente, nacían directamente relacionadas con el carácter nacionalista de la
película. Se trataba, por decirlo de alguna manera, de un clima propicio para que la obra
de Ernandorena fuera saludada como la incorporación de un nuevo arte a la ingente
tarea del rescate de las señas de identidad de un pueblo. Y aunque luego las cosas no fue-
ran más allá de esta simple película, entre la intelectualidad vasquista se saludó la apa-
rición del film como una nueva obra patriótica”, en ZUNZUNEGUI, Santos: El cine en
el País Vasco. Diputación Foral de Vizcaya, Bilbao, 1985, pág. 378.
(4) “Casi 15 años después de su realización, Ama Lur continúa siendo una especie de
film-modelo que condensa en cierta medida, todo lo que posteriormente ha venido enten-
diéndose como cine vasco. Es por eso, por lo que este film supone a la vez un punto de
llegada (nada después de su realización podrá volver a ser igual) y un punto de partida
(todo el cine que se realice con posterioridad en el País Vasco se definirá -directa o indi- 183
Si la mayoría de los teóricos han visto en Ama Lur el punto de par- 1. PRIMEROS
tida de las diversas teorías que se han dado en estos años sobre el cine PASOS
vasco, el 24 de febrero de 1976 está considerado por todos ellos como
(18) Similar a como se realizó Ama Lur (con una política de suscripción popular a cien
pesetas la acción).
(19) Entre los teóricos actuales que han tratado especialmente la polémica sobre el cine
vasco intentando resumir todo lo dicho, se encuentran el catedrático de la Universidad del
País Vasco, Santos Zunzunegui y, en menor medida, el historiador Kepa Sojo. Zunzunegui
se aventuraba a tratar este debate desde sus primeros textos (asevera que su tesis tiene
como punto de partida esa controversia): “Proliferación de mesas redondas, abundancia
de retóricas declaraciones y descabellados intentos orientados a la creación de fantas -
males asociaciones jalonaron una época en la que todos los gatos eran pardos y donde
venía a importar más la capacidad de ocupar, aunque fuese brevemente, un púlpito desde
el que anatematizar al contrario, que el tratar de realizar una obra que se caracterizase
por su reflexividad o por sustentar las bases que hicieran posible un real movimiento
cinematográfico”, en ZUNZUNEGUI, S.: “La difícil ficción”, Contracampo, nº 27,
enero-febrero 1982, pág. 12. El historiador de cine vasco continúa por esta vía en sus
escritos más recientes, donde analiza la legitimidad histórica que se le ha querido dar al
fenómeno (cfr. ZUNZUNEGUI, S.: “En torno al concepto de cine vasco”, en: VV. AA.:
Los cineastas. Historia..., págs. 277-302). Kepa Sojo, por su parte, divide ese periodo de
discusiones en dos etapas y se plantea claramente una diferencia entre “cine vasco” y
“cine nacional vasco”, negando la existencia de este último (cfr. SOJO GIL, K.: “Acerca
de la…, págs. 131-140).
(20) Y mientras, ¿qué sucedía en el resto de territorios históricos? Se produjeron diversos
encuentros, simposios... como los de Almería en 1975, Sant Feliu de Guíxols en 1977 o
las Xornadas de Cine de Ourense entre 1973 y 1979 que dieron lugar a algunos mani-
fiestos donde se mezclaban ideas radicales de izquierda con postulados nacionalistas
abanderados por el uso de la lengua autóctona. Ninguno de los debates fue tan importan-
te como el que se desarrolló en el País Vasco. Cfr. RIAMBAU, Esteve: “El cine de las
autonomías”, Dirigido por , nº 114, abril 1984, págs. 118-123; ANTOLÍN, Matías: “El
cine de las nacionalidades. II Simposio de Estudios Cinematográficos”, Cinema 2002, nº
31, septiembre 1977, págs. 57-65; PÉREZ GÓMEZ, Ángel A.: “Cines nacionales en el
Estado español”, Muga, nº 28, 1984, págs. 82-95 y PÉREZ PERUCHA, Julio: “Los cines
periféricos bajo el franquismo”, Secuencias, nº 7, octubre 1997, págs. 86-92. 187
SANCHO EL SABIO
(24) Antton Ezeiza escribe con dureza sobre cómo debía ser ese cine y el uso del euske-
ra que se debía dar en él: “Sólo hay tiempo para dar los mínimos: rechazo de los temas
y las formas que perpetúen la opresión, búsqueda de lo más profundamente nuestro
teniendo como guía la magistral actuación colectiva de nuestro pueblo y muy en concre -
to teniendo presente el euskera, como elemento cimero de identidad y de comunicación,
atendiendo de forma absolutamente prioritaria a su situación como lengua oprimida en
el contexto de una sociedad diglósica”, en EZEIZA, Antton: “Hacia un cine vasco”,
Festival, nº 6, 14/9/1978, pág. 3. Se debe destacar que esta postura crítica la seguía man-
teniendo Ezeiza durante los años ochenta, cfr. EZEIZA, A.: “Imágenes que luchan para
vencer”, Egin, 20/10/1982 y EZEIZA, A. “Arratsaldeon denori. Buenas tardes a todos”,
Egin, 10/7/1984.
(25) “El cine vasco hasta ahora ha sido una exaltación del hombre vasco, de sus costum -
bres, de los paisajes de Euskal Herria. “Ama Lur”, “Navarra, cuatro estaciones” son pelí -
culas de etnografía que miran al pasado con nostalgia. Apartan nuestra atención del cine
auténtico de Euskadi, del cine hecho por el pueblo para el pueblo. Se inscriben en un con -
texto burgués en su afán de apagar el cine proletario, el cine de un pueblo (…) Los jóve -
nes cineastas vascos no vamos a hablar de cine vasco. Reivindicamos el cine de Euskadi.
Un cine que nos hable de todo el pueblo en lucha por sus derechos, en lucha por ser él
mismo, en lucha contra el fascismo y la explotación. No queremos adormideras: estamos
despiertos y alerta. Y no nos vamos a dejar engañar”, en SILVA, Iñigo: “¿Cine vasco, cine
de Euskadi?”, Punto y Hora, nº 49, 18-24/8/1977, pág. 40.
(26) En aquellos años se proclamaban discursos que animaban al uso del cine como un
arma más para luchar contra la llamada “opresión ejercida por el Estado español”. Véase
el texto entero del artículo antes mencionado de Ezeiza en el número 6 de 1978 de la revis-
ta Festival.
(27) LOYARTE, Mirentxu: “Columna abierta. Cine vasco: Zer?”, Punto y Hora, nº 32, 20-
27/4/1977, pág. 40. 189
SANCHO EL SABIO
(28) Algunos con un radicalismo absoluto: “Los lastres sociológicos, los obstáculos here -
dados después de ciento cincuenta años de travestismo lingüístico franco-español, levan -
tados contra un euskera que ya sólo habla una cuarta parte del pueblo vasco, complican
de tal manera nuestro devenir espiritual, la salvaguarda de nuestra alma nacional, que el
cine aparece como el único medio capaz de reunir nuestra total y auténtica creación tea -
tral, poética, novelesca, pictórica, musical, para sacar al conjunto de las artes vascas del
guetto al que voluntariamente las han confinado nuestras dos potencias de ocupación y
sus gestapos culturales”, en LEGASSE, Marc: “Euskal zinema, ialgi hadi plazara!”, Ere,
nº 3, 27/9-4/10/1979, pág. 53.
(29) Cit. en DE PABLO, Santiago: Cien años de cine en el País Vasco (1896-1995).
Diputación Foral de Álava-Arabako Foru Aldundia, Vitoria-Gasteiz, 1996, págs. 79-80.
Estas teorías las comentaría también, en 1983, Santos Zunzunegui, cfr. ZUNZUNEGUI,
S.: “El cine en Euskadi..., págs. 219-220.
(30) También otros autores le secundaban en sus ideas, como Iñigo Silva y José Mª Conde:
“En realidad, el cine vasco de hoy se enfrenta a los mismos dragones que hace unos años.
Aunque está claro que cine vasco es todo aquel cine que se hace en Euskadi y responde a
nuestras circunstancias socio-culturales, también es evidente que cine vasco por antono -
masia será aquel cine hablado en nuestro idioma. En este sentido, la recuperación total
del euskera es una vía paralela e ineludible para la existencia de un cine plenamente
vasco” (en SILVA, Iñigo y CONDE, José María: “Cine vasco: Queda mucho (todo) por
hacer”, Hemen eta orain, nº 1, enero/febrero 1978, pág. 59); Jesús María Zalakain y Pío
Caro Baroja (véanse ZALAKAIN, Jesús Mª: “Euskal Zinema”, Anaitasuna, nº 134,
1/4/1976, pág. 7 y CARO BAROJA, Pío: “Cine documental y antropología”, Mikeldi, nº
1, 4/12/1978, pág. 3). Desde Álava, unos años antes, ya lo proclamaba Luis Larrañaga, en
un manifiesto que es necesario reproducir: “Zinea berez maite ez ba degu ere, bere inda -
rrik ezin ukatu. Ta zineak euskera horrela erailtzen ba du euskaldunen artean -euskaraz ez
danean- bere indarra euskararen alde jartzeagatik bada ere zinea maite bearrean gera. Ba
degu orduan zinean zer egiña ugari. Emendik aurrera ez dezala iñork esan egitan euskal -
dunak, zinea ezagutu ta zine lan danetarako gerturik egon arren, euskararen alde bere iru -
diekin ezer egin ez degunik” (Aunque no amamos el cine, no podemos negar su fuerza. Y
si el cine mata al euskera entre los vascos -cuando no es en euskera-, debemos amar el cine
aunque sea por emplear su fuerza a favor del euskera. Que de aquí en adelante nadie pueda
decir que los vascos, aun conociendo el cine y estando preparados para todos los trabajos
del cine, no hemos hecho nada a favor del euskera con las imágenes. Traducción de la
autora). Véase LARRAÑAGA, Luis: “Zinea eta euskaldunak”, Jaunaren Deia, nº 41,
diciembre 1972, pág. 360.
(31) BALINTZ, Bicornio: “Antton Eceiza. Cine vasco, cultura, política”, Punto y Hora, nº
164, 21-28/2/1980, pág. 19.
(32) Koldo Mitxelena se encuentra entre los intelectuales, grandes defensores de la lengua
vasca, pero que, a su vez, no secundaban esta ideología del euskera como punto de unión.
190 Se reproducen sus declaraciones en el marco del XXVI Festival de Cine de San Sebastián,
D O C U M E N TACION Y BIBLIOGRAFIA
en 1978, recogidas en el Boletín del Festival: “El público que vaya a ver una película en
Euskera es muy restringido, incluso en el País Vasco. El arte vasco, y esto lo podemos com -
probar sobre todo en las artes plásticas, no está centrado únicamente en temas de aquí.
Los condicionamientos sociales y personales que se reflejan en el individuo por el hecho
de vivir en Euskadi sí que pueden dar carácter a la obra de un artista. Nadie por hablar
vasco adquiere una mentalidad diferente” (cit. en ZUNZUNEGUI, S.: El cine en
Euskadi…, pág. 220).
(33) No se deben olvidar las experiencias del cineasta Gotzon Elorza en los sesenta que,
de una manera autodidacta (los sonorizaba en su propia cocina), llegó a realizar una serie
de cortometrajes documentales en euskera donde “la clara conciencia de la necesidad de
afrontar lo audiovisual en Euskera como inexcusable forma de defensa contra su retroce -
so lingüístico es el motor implícito de todo el trabajo” y “cuyas pretensiones pueden sin -
tetizarse de la siguiente forma: dar información al espectador; demostrar la validez del
Euskera como lengua de expresión cultural; y dar unos cortos pero sensibles pasos en la
creación de una infraestructura autárquica que permitiera afrontar un futuro inmediato
desde el conocimiento y el uso del potencial audiovisual” (en ZUNZUNEGUI, S.: “En los
comienzos del moderno cine vasco: Gotzon Elorza”, Kobie. Bellas Artes, nº 1, 1983, págs.
226-227).
(34) Se recogen sus palabras, al hablar de la serie Ikuska, en 1979 en la revista Mikeldi:
“Los IKUSKA, primer intento, en mi opinión, de iniciar una cinematografía vasca; más
concretamente, de echar una mano cinematográfica al combate que nuestro pueblo viene
librando por la recuperación de nuestra identidad. Por eso creo, hoy, en un cine docu -
mental vasco. Y creo, también, que debe ser -y así intentamos que sean los IKUSKA- exi -
gentemente vascos, es decir, atentos a nuestra convulsa realidad, comprometidos con ella
y con el empeño en hacer de la nuestra, una nación con todas sus consecuencias e, inne -
gociablemente, en euskera”, en EZEIZA, A.: “Recordando el Cine Cubano”, Mikeldi,
5/12/1979.
(35) Se acusó al trabajo de Ezeiza de dar una visión distorsionada de la realidad, olvidar
temas como el sindicalismo, las drogas en Euskadi... El doctor en Historia del Arte, Carlos
Roldán, en un artículo que trata de las relaciones entre euskera y cine, lo refleja en el tes-
timonio que sigue: “Aquellas facetas de la vida vasca donde la presencia del euskera
carezca de protagonismo se ignoran -por muy importantes que éstas sean- para no “fal -
sear” el retrato esbozado. ¿Es posible que Eceiza y tantos otros no comprendan que ocul -
tando datos lo que se hace precisamente es falsear la realidad? Cuando la pasión llega a
determinados extremos las miradas se nublan y los ojos, sin remisión, se vuelven ciegos”
(en ROLDÁN LARRETA, Carlos: “Euskera y cine: Una relación conflictiva”, Fontes
Linguae Vasconum, nº 71, enero-abril 1996, pág. 172).
(36) Nunca había existido. Se reproducen unas declaraciones de Rafael Treku en 1975:
“Alde batetik, infraegitura komertzial bat falta da euskal zinemak hedakuntza egoki bat
eduki dezan. Era berean, infraegitura industriala “errena” dago, post-produkzio guztia
burutzeko Madrilera jo behar baita. Aktoreen arazoa ere bada, gutxi daude eta filme 191
SANCHO EL SABIO
gehienetan aurpegi berberak errepikatzen dira, bikoizte estudio eskas dago, soinu labora -
tegi urri. Gauza guzti hauek inbertsio handiak eskatzen dute, azken finean, arazoa infra -
egitura hauen amortizazio ezinean datza” (Por un lado, falta una infraestructura comer-
cial para que el cine vasco disponga de una distribución adecuada. Del mismo modo, la
infraestructura industrial está coja, porque es necesario ir a Madrid para culminar toda la
post-producción. También existe el problema de los actores, hay pocos y en casi todas la
películas se repiten las mismas caras, escasean los estudios de doblaje y los laboratorios
de sonido. Todas estas cosas requieren grandes inversiones, y en última instancia, el pro-
blema radica en la imposibilidad de amortizar esta infraestructura. Traducción de la auto-
ra). En “Rafael Treku: Euskal zinemak infraegitura komerzial eta tekniko bat behar du”,
Festival, 20/9/1975, pág. 16.
(37) Para Zunzunegui, esta razón pesaba más que la posible falta de
infraestructura:“Cuando se insiste en que la causa fundamental de la inexistencia de un
cine vasco (…) se debe a la falta de una infraestructura cinematográfica estabilizada, no
deja de adoptarse una postura ciertamente simplista. Y ello, porque no puede dejarse de
considerar que la falta de aprecio intelectual mostrado ante el cine por la inmensa mayo -
ría de los artistas y pensadores vascos no podía dejar de ejercer su influencia (por muy
escasa que ésta fuese) en el poco predispuesto ánimo de nuestras clases burguesas”,
ZUNZUNEGUI, S.: “El cine en Euskadi…, pág. 215.
(38) Según la Encuesta Sociolingüística de Euskal Herria sobre el uso del euskera en la
CAV, de 1996, un 31% de la población es vascoparlante y un 60% declara tener conoci-
miento del euskera. Cfr. Eustat. www.eustat.es/ elem/ele0000400/tbl0000494_c.html
(Fecha de consulta: 4/3/2004). Según el Censo de Población y vivienda (1991-2001) en el
año 2001 hablaban habitualmente en el ámbito familiar euskera un 13,64% de la pobla-
ción. Cfr. www.eustat.es/elem/ele0002200/tbl0002263_c.html (Fecha de consulta:
4/3/2004).
(39) Para Ángel Pérez, el cine vasco “ha superado ese escollo “purista” de calificar como
tal únicamente al hablado en euskera. Es cine vasco aquel que se hace en Euskadi con
temas, mentalidad y gentes de allí. Sólo los “fundamentalistas” siguen reclamando el
idioma como certificado de garantía”, en PÉREZ GÓMEZ, Á.: “Cine vasco”, Reseña de
192 literatura, arte y espectáculos, nº 164, mayo 1986, pág. 21.
D O C U M E N TACION Y BIBLIOGRAFIA
4. UN CINE El cine de aquellos años mostraba más que narraba, aseguraba refle-
DOCUMENTAL jar la realidad circundante y casi huía de la ficción. Este carácter
documental-antropológico también marcó las prioridades entre los
teóricos de aquellos años (42). Algunas de las causas eran, por un
lado, el escaso número de filmes que existían hasta el momento, por
lo que los que se lanzaban a la arena de la producción optaban por un
género con menos dificultades que el de ficción. Y, por otro, la nece-
sidad de reflejar la identidad que se les había usurpado, a través de la
narración de hechos históricos que mostrasen la situación actual o
mirando al pasado y a formas ancestrales (43).
(40) EZEIZA, A.: “Euskal zinearen historia. Ituriezineko eztabaida. Reflexiones para un
debate sobre el cine vasco”, en INTXAUSTI, J. (dir.).: Euskal Herria. Realidad y proyec -
to. Caja Laboral Popular, San Sebastián, 1985, pág. 355.
(41) Véase la nota a pie número 34. Ángel Amigo se planteaba en un texto de 1984 la polé-
mica que se podía formar al hablar de los documentales o los cortometrajes y su necesidad
de que fueran en euskera, idea con la que no estaba de acuerdo, como lo reflejan sus iró-
nicas palabras: “En el cine vasco dicen, -todos, vaqueros, pingüinos africanos, guardias
civiles, pastores indonesios o plañideras sicilianas- deben utilizar el euskera. Si no, me lo
han reprochado personalmente, se margina nuestra lengua y se pierde cualquier derecho
a proclamar la producción como propia. En Euskadi ha habido y hay excelentes docu -
mentalistas, y por lo que sé también se realizan buenos cortos de ficción. Afortunadamente,
todavía nadie se ha planteado la anterior polémica en este campo. Porque si en pocos años
podemos realizar cine concebido y materializado desde el euskera, aunque haya quien pre -
fiera respetar la realidad sociolingüística actual, en el campo del documental el tema de
la lengua en particular y de la banda sonora en general, exige una fidelidad a lo real en
su tratamiento. Una aplicación estricta de quienes piensan que sólo el euskera sirve para
definir una producción vasca, llevaría a la simple desaparición del documental que se
limitaría a ciertas y reducidas áreas”, en AMIGO, Ángel: “Luzea eta laburra” eusko zine-
gintzan. Lo corto y lo largo en el cine vasco”, Mikeldi, nº 2, 1984, pág. 5.
(42) Uno de sus firmes defensores fue el documentalista navarro Pío Caro Baroja. Se
reproduce un texto que se cree demuestra todo lo que para él se conjugaba en el cine docu-
mental: “Siempre he querido encontrar ese punto de identificación que uniera al cine con
mi pueblo para conseguir hacer un cine formalmente vasco, y opté por un tipo de docu -
mental etnográfico y didáctico basado en una escuela clásica, como la de Aranzadi,
Barandiarán o mi hermano Julio (…) hay que hacer un cine vasco, realizado por noso -
tros, los vascos, y que afronte nuestra temática (…) lo que queremos en este momento es
una EUZKADI LIBRE por la que luchamos, cada uno con el arma al alcance de su mano.
La nuestra, la cámara. Una de las formas de llegar a tener una libertad plena es culturi -
zando al pueblo, aclarándole qué es; y en este aspecto, el cine documental puede prestar
un gran servicio. Ésta es mi idea y esto lo que estoy haciendo”, en CARO BAROJA, P.:
“Cine documental y…, pág. 3.
(43) Documentales históricos como Los hijos de Gernika o El proceso de Burgos o etno-
gráficos como Navarra, Las cuatro estaciones y Euskal Herri-Musika formarían parte de
esta categoría de películas. Cfr. ROLDÁN LARRETA, C.: “Cine vasco y etnografía, un
camino abandonado”, Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, nº 70, julio-
diciembre 1997, págs. 329-341. 193
SANCHO EL SABIO
(44) ROLDÁN LARRETA, C.: “Entre la ilusión y el desencanto. Los Baroja y el cine”,
Boletín de Estudios del Bidasoa, nº 20, diciembre 2000, pág. 24.
(45) Véase ZUNZUNEGUI, S.: El cine en Euskadi…, pág. 218. Palabras entresacadas por
el autor del discurso que pronunció Oteiza en 1964 en la presentación de la proyección del
cortometraje Pelotari de Basterretxea y Larruquert. Recogidas a su vez en Euskal Zinema
I. Ihardunaldiak, maiatzak 31-ekainak 4. Basauri: Zineklubak Jaiki, 1976.
(46) A Iñaki Núñez no le importa quién realice ese cine con tal de que tenga unas carac-
terísticas que lo defina como vasco, una estética particular: “Se podría denominar cine
vasco a aquel cine que, hecho por una persona o grupo de personas, que no necesaria -
mente tienen que ser vascas, aborde los problemas existenciales, económicos, humanos y
sociales del pueblo vasco, que busque una estética y un lenguaje propio que lo diferencie
de los demás, no sólo por su cualidad idiomática, en este caso el euskera, sino por el esta -
blecimiento de un lenguaje narrativo cinematográfico propio que asuma la tradición y las
preocupaciones culturales de vanguardia”. Declaraciones de Iñaki Núñez en: ANTOLÍN,
194 M.: El cine de..., pág. 59.
DOCUMENTACION Y BIBLIOGRAFIA
(47) Una de las primeras veces que plasma sus teorías en el papel: “Gure bizitzako errit-
moa nahiko zaila da, nahiz gure barnean egon, denboretako gauen eta herriko kontzient-
zian galtzen delako. Berez, erritmo hau gure hizkuntzaren bereiztasunean finkatuta dago.
Euskal “tempo” hau euskararen azterketa estruktural eta artistik manifestazioen bidez,
hots, bertsolaritza, txalapartari, albokari, etab., aztertu beharko genuke”. (Aunque lo lle-
vemos dentro, el ritmo de nuestra vida es bastante difícil, porque se pierde en la noche de
los tiempos y en la conciencia del pueblo. Este ritmo se basa en la especificidad de nues-
tra lengua. Este “tempo” vasco es un examen estructural y artístico del euskera, a través
de diversas manifestaciones, esto es, deberíamos examinarnos en el bertsolarismo, el que
toca la txalaparta o la alboka, etc… Traducción de la autora) en GUTIÉRREZ, J. M.:
“Euskadi, por un cine en vías de desarrollo (2)”, Festival, nº 7, 15/9/1978, pág. 8.
(48) Todas estas teorías las terminó resumiendo este teórico en un estudio monográfico
publicado por la Sociedad de Estudios Vascos. Véase GUTIÉRREZ MÁRQUEZ, J. M.:
“Sombras en la caverna. El tempo vasco en el cine”, Ikusgaiak, nº 2, 1997.
(49) Todavía en esos años hubo algunos intentos de seguir mencionando el euskera como
criterio unificador, pero los teóricos y cineastas empezaron a percatarse de que todo se
había reducido a hablar sin parar del tema y, en realidad, se hablaba más que se hacía. Lo
importante empezaron a ser las películas y no si cumplían los requisitos o no. Para hablar
de cine vasco, primero había que realizarlo, era necesario dejar crecer el feto:
“Tendríamos que tener una postura mucho más relajada ante este feto que intenta salir
adelante. No vaya a ser que un celo excesivo acabe constriñéndolo de tal manera que le
impida desarrollarse. Ojalá dentro de otros ochenta años, cuando los estudiosos del tema
analicen una prolífica cinematografía vasca, lleguen a la conclusión de que nuestro cine
posee una estética propia y diferenciada que se apoya en el empleo del euskera y en una
temática autóctona de carácter progresista. Pero para eso primero hay que hacer CINE”,
en URIBE, I.: “Dejadle respirar al…, pág. 3.
(50) El más tarde director de películas Julio Medem, que ha realizado todo su trabajo
desde Madrid, defendía en 1983 el cine vasco como el producido en el País Vasco: “El cri-
terio que se ha seguido aquí ha sido el más amplio -aunque no esté todo-, que es al mismo
tiempo el más compartido entre los actuales cineastas del país: aquel que se produce en
Euskadi y es realizado por vascos, tanto en euskera como en castellano”, en MEDEM
LAFONT, Julio: “Cine vasco, una historia interrumpida”, Cinema 2001, nº 3, 3/12/1983,
pág. 21. 195
SANCHO EL SABIO
(51) Cit. también en ZUNZUNEGUI, S.: “En torno al concepto de cine vasco”, en VV.
AA.: Los cineastas. Historia…, pág. 300. Véase también la conversación reproducida en
la tesis de Santos Zunzunegui reeditada en ZUNZUNEGUI, S.: El cine en el País Vasco…,
págs. 396-397.
(52) El mismo cineasta asegura que no es fácil lograrlo: “La ausencia absoluta de una tra -
dición cinematográfica autóctona ha provocado una situación en la que la actividad de
los que nos dedicamos profesionalmente al cine en Euskadi sólo puede ser calificada de
aventurera. Pasar de la aventura a la industria en un país tan dado vocacionalmente a ser
distinto en todo como Euskadi no es tarea fácil. Como en otras cosas, las discusiones
metafísicas, en este caso sobre qué es el cine vasco, han primado sobre las realizaciones
concretas y el análisis de los modelos cinematográficos de otros países”, en AMIGO, Á.:
“Por qué un cine vasco”, Disidencias, nº 132, 26/6/1983, pág. 19.
(53) Véase DE MIGUEL, Casilda, REBOLLEDO, José Ángel y MARÍN, Flora: Ilusión y
realidad. La aventura del cine vasco en los años ochenta. Euskadiko Filmategia-
Filmoteca Vasca, Donostia-San Sebastián, 1999.
196 (54) DE MIGUEL, C., REBOLLEDO, J. A. y MARÍN, F.: Ilusión y realidad…, pág. 29.
D O C U M E N TACION Y BIBLIOGRAFIA
(55) Una política que acaparó muchas críticas debido a la vuelta de una serie de directo-
res que ya realizaban su trabajo fuera de las fronteras del País Vasco y que demostraban
su procedencia vasca contra viento y marea con tal de obtener la subvención: “Hainbeste
milioi ematea euskal zinemagintza eta industriaren oinarririk inondik ere jarri gabe, eta
bestetik gauzak jarri zituzten bezala jarririk, pelikula bat egin nahi duenari laurdena edo
gehiago ordainduz, tarta goxoegia zen Espainian zebiltzan español pilo bat bere arbaso -
en artean apellido euskaldunik ba zela ez akordatzeko” (Dar tantos millones sin colocar
ninguna base para el cine y la industria vasca, y tal y como pusieron las cosas, pagando
una cuarta parte o más a quien quisiera hacer una película, resultaba una tarta demasia-
do dulce como para que un montón de españoles que andaban por España no se acorda-
ran de que entre sus antepasados tenían apellidos vascos. Traducción de la autora), en
SARASKETA, Pello: “Cine- Vascoaren lilura iragankorra”, Argia, nº 1.024, 22/7/1984,
pág. 33.
(56) Como opinaban Javier Rebollo y Juan Ortuoste en la Semana de Cine Español de
Murcia en 1990, “las bases están puestas para que realmente se estabilice industrialmente
una cinematografía vasca. Ahora sólo hay que desear que la Administración Vasca sepa
aprovechar la coyuntura de fuerte crecimiento del mercado audiovisual, disponiendo todos
los recursos posibles (...) para resistir la crisis y permitir acceder al futuro inmediato del
mercado audiovisual en condiciones competitivas”, en VV. AA.: Conversaciones sobre
cine vasco. Semana de Cine español. Filmoteca Regional de Murcia, Murcia, 1990, págs.
2-3.
(57) Un ejemplo claro lo encontramos si se analizan las productoras de los últimos filmes
de directores como Julio Medem o Álex de la Iglesia. En el caso de Julio Medem, tanto
Los amantes del Círculo Polar (1998) como Lucía y el sexo en 2001 fueron producidas por
la Sogecine, S.A., o su polémico documental por la productora madrileña Alicia Produce
S.L. Álex de la Iglesia dirige Muertos de risa (1998) y La Comunidad (2001) con la pro-
ductora Lola Films S.A. e incluso cambia de país para realizar 800 balas (2002) con la
productora londinense Pánico Films. Casos similares son los de Imanol Uribe o Enrique
Urbizu.
(58) Como la Asociación Independiente de Productores Vascos en 1984. 197
SANCHO EL SABIO
7. EL CINE HECHO Alcanzado este punto, se puede afirmar que no existe una infraes-
POR VASCOS tructura en la actualidad para desarrollar una verdadera industria
cinematográfica vasca, a lo que se suma la existencia de pocas pro-
ductoras y la huida de técnicos, actores y directores:
Respecto a España, si el tejido de la industria cinematográfi-
ca española es muy básico y el sector atraviesa temporada tras
temporada múltiples problemas, y si además casi todas las pro-
ductoras importantes se hallan en Madrid, al margen de lo que
pueda haber en Barcelona, y si encima los laboratorios y otra
serie de engranajes importantes en el camino de un filme desde
su gestación hasta su rodaje, se hallan en la capital de España,
hablar hoy día de cine vasco es hablar de algo que no existe,
cuando no hay casi tejido industrial cinematográfico en el país,
y cuando sólo hay un buen puñado de directores nacidos aquí
que han realizado sus filmes cada uno por su lado sin ninguna
conexión aparente entre ellos desde el punto de vista cinema-
tográfico, aparte de la que se les ha querido buscar desde los
medios de comunicación (64).
Con esta aseveración que demuestra el panorama en que el debate
se encuentra actualmente (65), se cierra este breve recorrido por las
teorías o intentos de definir el cine vasco. No es el cometido de este
trabajo elegir un criterio de definición pero si hay que decantarse por
alguno se considera como cine vasco todo aquel que haya sido reali-
(63) ROLDÁN LARRETA, C.: “Cine vasco en la década de los noventa, ¿crisis de iden-
tidad en el cine vasco actual?” (traducción al español del original en euskera),
Euskonews&Media, nº 92, 22-29/9/2000, http://www.eusko-ikaskuntza.org/eusko-
news/0092zbk/frgaia.htm (Fecha de consulta: 4/3/2004).
(64) SOJO GIL, K.: Acerca de la…, pág. 133. En este texto Kepa Sojo hace una distinción
entre “cine vasco”(“aquellos productos realizados por directores nacidos o hechos en el
País Vasco, dentro de una serie de temas relacionados o no con el País Vasco”) y “cine
nacional vasco” (“aquel que naciendo de la reflexión, reflejo o deformación sobre la pro-
pia realidad, se constituye como generador de unas señas de identidad”) (op. cit., págs.
133-134) y termina situando a esos directores de los noventa: “Los nuevos realizadores
surgidos a finales de los ochenta: Urbizu, Bajo Ulloa, Medem, De la Iglesia, Calparsoro,
Lazcano, etc. son los más firmes baluartes del futuro de los cineastas vascos, dentro del
panorama estatal, pero no son, ni serán nunca los abanderados de un cine nacional vasco,
inexistente actualmente” (Op. cit., pág. 138).
(65) Todavía la pregunta “¿puede hablarse de cine vasco?” sigue haciéndose en estos últi-
mos años, como se demuestra en la sección de Opinión de El Correo Español-El Pueblo
Vasco, en la que los entrevistados -Juan Ortuoste, Imanol Agote, Peio Aldazabal y Ernesto
del Río- se basan en el criterio de la producción al responder a esta cuestión Cfr.
“Opinión. Encuesta. ¿Puede hablarse de cine vasco?”, El Correo Español-El Pueblo Vasco,
9/12/2002, pág. 23. 199
SANCHO EL SABIO
zado por directores vascos (66), tanto dentro de Euskadi como fuera.
Esto es, el “cine hecho por vascos” (67), dentro del entramado de la
industria de cine en España. La intención es no detenerse tan sólo en
lo producido en la CAV sino conferir al concepto una mayor amplitud
de miras, al concebir el cine vasco como el “hecho por vascos”, inde-
pendientemente del lugar de producción.
A continuación mostramos un cuadro con las referencias bibliográ-
ficas que han tenido lugar en estos años de debates, discusiones... Se
dividen las referencias según el tipo de documento -monografías,
capítulos de libros, comunicaciones, artículos de revista, de periódico
y programas audiovisuales- y siguen, a su vez, un recorrido cronoló-
gico según la fecha de aparición.
Monografías REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS,
- VV. AA.: Conversaciones sobre cine vasco. Semana de Cine espa- HEMEROGRÁFICAS
ñol. Filmoteca Regional de Murcia, Murcia, 1990. Y AUDIOVISUALES
DEL CONCEPTO DE
CINE VASCO
Capítulos de libros
(66) La mayoría de las monografías que tratan de cine vasco en los ochenta o noventa man-
tienen este criterio. Se sacan a colación dos textos de finales de los noventa que corrobo-
ran esta teoría:“Es evidente que su carácter periférico respecto a los principales núcleos
de producción del cine español ha llevado consigo que el cine “hecho en” Euskadi sea
prácticamente raquítico, pese a que a veces ha soñado con cierta energía su puesta de
largo. Cineastas vascos los hay y, en muchos casos, forman parte de lo más selecto del
cine español. Español, porque ¿dónde están hoy los Querejeta, Erice, Uribe, Armendáriz,
Olea, Aguirresarobe o los añorados Eloy de la Iglesia o Zulueta?, ¿dónde Medem, Bajo
Ulloa, Álex de la Iglesia, Calparsoro, Urbizu o Ana Díez?”, en ANGULO, Jesús: “Las
ondas cercadas: la historia en el cine vasco”, Cuadernos de la Academia, nº 6, septiembre
1999, pág. 101. “Gran parte de los directores vascos, tanto los jóvenes de la última hor -
nada, como los asentados de la década de los 80, han tenido que emigrar a Madrid para
poder llevar a cabo sus proyectos, ante la indiferencia de las instituciones vascas. Esto
debe conducirnos a un entendimiento lógico de lo que significa el término cine vasco. Hay
que pensar de un modo realista y, sobre todo, dirigir nuestra mirada hacia los vascos que
hacen cine, englobados dentro del cine español. Por eso, no podemos hablar libremente
de un cine vasco, con denominación de origen, que en realidad no existe como tal”, en
GARCÍA IGLESIAS, José Ángel: “¿A qué nos referimos cuando hablamos de cine
vasco?”, en DORRONSORO, José Antonio: Euskadi en offset. V Seminario de Periodismo.
Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco, Lejona-Leioa, 1998, pág. 246.
(67) Cfr. GÓMEZ, Josean: “El cine vasco hoy”, Euskonews&Media, nº 2, 18-25/9/1998,
http://www.eusko-ikaskuntza.org/euskonews/0002zbk/frgaia.htm (Fecha de consulta: 1/9/
200 2003).
D O C U M E N TACION Y BIBLIOGRAFIA
Comunicaciones, Jornadas…
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Pr ogramas de televisión
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