Está en la página 1de 17

Contaminación por ruidos en la Republica Dominicana

El Gran Santo Domingo, como muchas de las grandes capitales del mundo,
no está libre de esa amenaza a la salud que se denomina contaminación
acústica o ruido más allá de los decibeles razonables permitidos por la ley.
En el caso dominicano, no se trata de los ruidos producidos por aviones,
trenes o equipos pesados de la construcción como sucede en naciones
desarrolladas. Lo que ocurre en algunas de las principales ciudades del
país como el GSD, Santiago, Mao, Puerta Plata, Nagua, Samaná y otras se
origina en fuentes más livianas y más intensas.
En todas las ciudades de la República Dominicana específicamente en
Santo Domingo y Santiago de los Caballeros que son las de mayor índice
de población, hay un clamor en contra de un perturbador bastante común
que es El Ruido. Los vehículos de motor (carros, motocicletas, camiones,
patanas, autobuses, etc.), con sus escapes y bocinas, las podadoras,
generadoras eléctricas (plantas), las reparaciones en las vías públicas y en
la vecindad, las actividades industriales, los altoparlantes, las tiendas
musicales, los buhoneros, las propagandas a través de megáfonos y otros
equipos. Los colmadones, cultos religiosos, barras, hogares etc.,
constituyen los principales factores reproductores de ruidos.No existía una
ley que tuviera como base fundamental y estricta, regular el ruido hasta la
llegada de la Ley 64-00 del año 2000 y la Ley 287-04 del año 2004. Desde
entonces las leyes habían canalizado las vías necesarias para que se
emitieran las ordenanzas y resoluciones municipales que tratan sobre la
materia.Entre las leyes podemos citar la Ley 804 y la 187, del 1934 y 1939,
que son leyes puramente facultativas, donde les dan facultad a los
ayuntamientos para que emitan ordenanzas y resoluciones para controlar
la producción y contaminación por ruido. Pero no es hasta la llegada del
año 2004, mucho después de la Ley de Medio Ambiente 64-00 que en la
Sala de Sesiones del Senado, Palacio del Congreso Nacional, en Santo
Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la República
Dominicana, a los tres (3) días del mes de agosto del año dos mil cuatro
(2004); años 161 de la Independencia y 141 de la Restauración, es que se
dicta una nueva Ley, la No. 287-04 sobre Prevención, Supresión y
Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que producen contaminación
sonora. Es la única Ley además de las Normas Ambientales que rigen
sobre el tema, cuando realmente la Ley 64-00, era la facultada para tales
fines. Creemos que con las disposiciones de esta nueva ley no era
necesario promulgar otro texto jurídico, lo que se debió fue modificar la
Ley 64-00, e incluir dichas disposiciones legales en ese cuerpo legislativo.
En nuestra sociedad existen dos corrientes a respecto: primero: la que es
capaz de emprender el curso del desarrollo, implementando los recursos y
utilizando los mecanismos necesarios para tal logro, sin dañar en lo más
mínimo nuestros elementos ambientales, llamada por nosotros como la
corriente ambientalista. Segundo: la que propaga las formas de evitar la
contaminación, en todos sus aspectos, pero lo hace con el más alto grado
de demagogia, ya que trata de llevar el desarrollo sin tomar en cuenta
cuáles aspectos humanos se van deteriorando y con el sólo objetivo de
adquirir, en mayor grado, altos beneficios pecuniarios y a esta corriente le
llamamos: política sectorial. Hoy la contaminación ambiental ha llegado a
niveles escalofriantes e incontenibles, además de insospechables, pues el
deterioro de los recursos naturales y humanos ha sido ilimitado y de
manera irracional. “Hasta ahora, para poder reducir la contaminación por
ruido, sólo se nos ocurre combatir las causas, pues los efectos son
terribles; los más comunes son: el insomnio permanente, la pérdida del
apetito, dolores frecuentes de cabeza, alteraciones del ritmo cardíaco y de
la tensión arterial, fallo en el sistema respiratorio, etc.”. Ello constituye un
elemento jurídico, el cual debe ser codificado por el legislador
dominicano, pues entendemos que la República Dominicana avanza hacia
el desarrollo, pero debemos cuidar el camino que hemos elegido para
lograrlo.
Según la OMS, el exceso de ruido en las calles de las ciudades provoca 50-
mil infartos cada año en Europa entre otros efectos dañinos a la salud.
Sólo el ruido del tráfico en las calles genera sobre 80 decibeles, lo
suficiente para producir un pitido en los oídos, preludio de un trauma
acústico, así como trastornos físicos y psicológicos en el organismo
humano.

Consecuencias
Sus consecuencias son severas en una amplia gama de efectos
secundarios entre los cuales están pérdida progresiva de la audición,
molestias, agitación de la respiración, aceleración del pulso, taquicardias,
aumento de la presión arterial y dolor de cabeza, según la Organización
Mundial de la Salud.
La realidad es que muchos dominicanos le han tomado un amor intenso al
ruido sin prever las consecuencias que el exceso de ello implica para la
salud en general. Con justa razón van en aumento los niveles de sordera
entre jóvenes y adultos.
Cada mañana y cada tarde, gran parte de las calles urbanas del país son
tomadas por asalto por un ejército de motocicletas, altoparlantes, claxon,
chirrido de equipos pesados, camiones colectores y compactadores,
sirenas, alarmas intermitentes en los autos estacionados, y toda clase de
vehículos con dispositivos sónicos y bastante fuerza para producir ruido
intenso, daño, desesperante y agotador.
Estudios recientes aseguran que la contaminación sónica superior a los 85
decibeles serían los causantes de secreción gástrica o colitis, aumento del
colesterol y los triglicéridos, riesgo cardiovascular con la subida de los
niveles de glucosa en la sangre y generar problemas en los diabéticos. En
algunos lugares del país alcanza hasta 120 y 140 decibeles, según registran
aplicaciones en teléfonos inteligentes.
El exceso de ruidos también contribuye a crear nerviosismo, agresividad,
aumento de la tensión muscular y la presión arterial, así como dificultades
para conciliar el sueño, en particular entre personas entre 60 y 65 años,
cuya estabilidad en su salud depende en gran parte de un sueño tranquilo
y reparador.
Las autoridades de Interior y Policía, y los Ministerios de Salud y de Medio
Ambiente deberían incrementar la presión anti ruido más allá de la
confiscación de equipos sónicos en lugares abiertos o cerrados, sin dejar
de reconocer que se ha ido avanzando de manera gradual en algunas
áreas y lugares públicos en lo que se define una política pública coherente
en esa dirección.
Sería recomendable que los motociclistas y conductores de vehículos con
dispositivos altamente contaminantes y dañinos a la salud sean multados
o gravados con un impuesto allí donde más duele, en el bolsillo, a la par
de adoptar medidas técnicas y mecánicas en todo vehículo que garanticen
un nivel de decibeles más tolerable y menos dañino a la salud, sobre todo
en el ruido ensordecedor de las motocicletas sin los reductores de ruidos y
contaminación recomendados por el fabricante.
La realidad es que muchos dominicanos le han tomado un amor intenso al
ruido sin prever las consecuencias que el exceso de ello implica para la
salud en general. Con justa razón van en aumento los niveles de sordera
entre jóvenes y adultos. La capacidad de comunicación efectiva
disminuye, reduciendo así la habilidad cognitiva y la claridad en el mensaje
entre los individuos.
Le enfermedad del ruido produce baja productividad, mayor sordera y
más violencia social. Un país productivo necesita espacio sano para pensar
y trabajar. Con ruidos intensos no llegamos a ningún lado, salvo dañar la
salud e incrementar los costos de atención médica para las víctimas, los
contribuyentes, el Estado y el sector privado.
La contaminación sónica, o contaminación sonora, es el exceso de sonido
que altera las condiciones normales del ambiente y de las personas en una
demarcación o sector. Este ha sido un problema para las diferentes
naciones y gobiernos del mundo. La contaminación sónica se mide en
decibeles (dB). La intensidad en decibeles en diferentes fuentes de
sonidos es importante, pero no es solamente la intensidad la que
determina si el ruido o sonido es peligroso. También es relevante el
tiempo que se dure expuesto a él.
El decibel, sonómetro o decibelímetro es el equipo que se usa para medir
la intensidad de los sonidos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo hay más de
360 millones de personas que sufren de perdida de la audición y más de
32 millones de ellos son niños.
También los mismos datos de la OMS reflejan que más de 1,100 millones
de jóvenes en el mundo están en riesgo de tener pérdida de la audición
por el uso de auriculares y otros dispositivos electrónicos en una
frecuencia de 80 a 120dB.
La OMS señala que para el 2015, había 43 millones de jóvenes que
presentaban discapacidad auditiva y que uno de los principales problemas
eran las malas prácticas de escuchas inseguras como el uso de auriculares
con mucha frecuencia y de otros dispositivos.
Durar más de 15 minutos expuesto a 100dB es considerado un nivel
sonoro de riesgo, (100dB es el nivel medio de sonido en una discoteca).
Cuando el oído humano es expuesto a 100dB necesita por lo menos 16
horas de descanso.
La contaminación sónica es la responsable de grandes enfermedades
como la sordera, tinnitus o silbido en el oído, nerviosismo, insomnio,
estrés, agresividad, mareos, falta de concentración, afecta el metabolismo
del cuerpo, y a los niños les produce problemas intestinales y respiratorios
según estudios.
En República Dominicana podemos ver una gran cantidad de jóvenes en
escuelas, universidades, transitando en las calles y lugares comerciales
con un auricular puesto.
Se da el caso de que en varios países en los sectores de ingresos medios-
altos aproximadamente el 50% de los jóvenes entre 12 y 35 años escuchan
dispositivos electrónicos con los niveles mínimos de seguridad. Los
auriculares no deben usarse más de 2 horas al día y a no más de 50dB.
Según la OMS un tercio de las personas mayores de 65 años se ven
afectadas por la pérdida auditiva.
Una conversación normal está entre 30 y 50dB, pero hay personas que
acostumbran hablar con un timbre de voz que sobrepasa los 50dB. Un
nivel de 64dB en una conversación es un tono elevado. Dentro de una
discoteca se tienen 110dB o más y una música a ese nivel no debe de
escucharse más de 10 o 15 minutos. En la naturaleza el único lugar donde
puede haber un sonido constante de 80dB es en una catarata. Mientras
más altos son los decibeles menores es el tiempo que el oído puede
soportar.
La Republica Dominicana no escapa a los problemas acústicos como es el
caso del tránsito, los altoparlantes, música a alto volumen, sectas
religiosas con actividades en la vía pública, los drinks, las discotecas, los
colmadones, las industrias y algunas construcciones.
Causas
La principal fuente de contaminación acústica de nuestro país son el
tráfico de vehículos y la música a alto volumen.
Las células auditivas perdidas no se reemplazan. Hay que alertar a los
padres y profesores de la República Dominicana, para que orienten a los
jóvenes y a la familia sobre los riesgos que se corren al escuchar altos
sonidos, ya que la mayoría de las causas de sordera parcial son evitables.
Durante el día lo más recomendable es no superar los 50dB. Para ver
televisión en la casa se recomienda que el audio este entre 30 y un
máximo de 60dB. Es importante visitar el otorrino para que examine
nuestro sistema auditivo.
Solución
Mis recomendaciones en lo inmediato para afrontar la contaminación
acústica es tratar de hacer menos ruido en las vías públicas, evitar la
música y la televisión a alto volumen, respetar el horario de descanso de
los demás, conversar prudentemente, utilizar los vehículos de motor
solamente cuando sea necesario, contribuir a evitar la migración de aves y
animales, controlar los mini mercados improvisados ocupando los
espacios públicos, controlar y reorientar las paradas de motores, carros y
autobuses.
En las casas y apartamentos es bueno tener plantas en los patios,
balcones, marquesinas y azoteas debido a que esto disipa un poquito el
ruido y a la vez proporciona frescura, evitar los ruidos molestosos en las
casas y apartamentos como son las licuadoras, secadores de pelo y
remodelaciones utilizándolos en horarios prudentes.
Controlar la contaminación acústica es una responsabilidad de la sociedad
dominicana en su conjunto y hay que afrontarla de manera colectiva,
encabezada por el Ministerio de Medio Ambiente, la Policía, el Ministerio
Publico, el INDOTEL, los ayuntamientos y Salud Pública. Cada institución
asumiendo su rol con responsabilidad y la familia dominicana el suyo.
Niveles de contaminación por ruido en RD
La República Dominicana tiene niveles insoportables de contaminación
por ruido, y cada ciudadano se siente en el derecho de producirlos
impunemente. Los vendedores de música promueven sus selecciones con
altoparlantes en las aceras. Otros tratan de sobresalir instalando en sus
vehículos poderosos equipos de sonido y circulan con ellos a todo
volumen o se estacionan en grupos para competir en bulla. No hay
respeto por las normas que prohíben la eliminación de los silenciadores
que traen de fábrica los vehículos y cualquier vecino se siente en libertad
de escuchar música a todo nivel, aunque perturbe el sueño de los demás.
Los colmadones y negocios similares son otra fuente de contaminación
sonora y de ocupación insolente de los espacios comunes. Las autoridades
han anunciado que actuarán contra los ruidos innecesarios, pero todo se
ha quedado en el anuncio. Hay avenidas en las que la contaminación
sonora supera los decibelios tolerados por el oído y el sistema nervioso de
los seres humanos. El ruido es productor de enfermedades y molestias y
en nuestro país se ha convertido en un verdadero problema de salud
pública. Vendedores de chucherías y víveres se sienten en libertad de
promover sus productos con altoparlantes instalados en sus camiones y
camionetas. Tenemos demasiado fuentes de ruido impune y es preciso
que se actúe en consecuencia.

¿Cuál es la sanción por ruidos molestos en los condominios? Según la Ley


N° 19.537 sobre Copropiedad inmobiliaria, la sanción por ruidos molestos
en horas de descanso es una multa de una a tres unidades tributarias
mensuales. El tribunal puede elevar al doble su monto en caso de
reincidencia.
Los resultados de los niveles de ruido continuo equivalente promedio y
niveles de ruido máximo promedio sobrepasan los valores de ruido
exterior permitidos por la Normas Ambientales para la Protección contra
el Ruido (2003). Los resultados de los niveles de ruido mínimo promedio
sobrepasan los valores de ruido exterior permitidos por las Normas,
excepto en la estación 05 en la Universidad Católica de Santo Domingo. El
nivel de ruido máximo registrado fue de 114.1 dB (A) y el valor mínimo fue
de 50.3 dB (A). Los niveles de ruido máximo se registraron en las
estaciones 02 (UASD), 03 (APEC) y 04 (UTESA) en los horarios de 1-3 PM y
de 5-7 PM, mientras que los niveles mínimos se registraron en las
estaciones 01 (O&M), 05 (UCSD) y 06 (PUCMM) en horario de 7-9 AM. El
transporte, específicamente vehículos pesados y las motocicletas se
consideran como las mayores fuentes generadoras de las emisiones de
ruido en la zona de estudio. Se recomienda controlar el paso de vehículos
pesados por la zona universitaria y que las motocicletas posean
silenciadores en los tubos de escape, para mitigar el impacto negativo a la
salud humana y a la fauna de la zona. Es necesario concientizar a los
conductores mediante la creación de programas educativos relativos al
tránsito terrestre, realizar un mapeo en la zona de estudio y otras zonas
para tener control y tomar medidas del impacto ambiental causado por
los niveles de contaminación acústica.

El ruido en nuestro país es uno de los problemas que diariamente y de


forma intensiva afecta nuestra población, la degradación ambiental que
este produce, incide significativamente sobre la salud, así como en el
bienestar del hombre y los animales y perturban de forma contundente
las relaciones sociales entre los conciudadanos.
Cada día nuestra sociedad es sistemáticamente bombardeada por
impactos de ruido (contaminación auditiva), que provienen de los
colmadones, guaguas anunciadoras, bocinas en los vehículos, motocicletas
sin silenciadores, propaganda variada y hasta en las conversaciones
cotidianas los dominicanos cada día más, gritan ruidosamente al hablar.
La afectación de la contaminación auditiva, no se limita solamente a las
persistentes molestias que afectan a sus vecinos, a los niños, pacientes
que necesitan reposo, que no dejan dormir a los conciudadanos, como le
sucede a miles de dominicanos que ven invadida su privacidad, su hogar y
su descanso, este además genera importantes efectos nocivos a la salud
de todos los que se encuentran expuestos.
La dañina exposición a altos niveles de ruido, se mide en decibeles (dB) y
afecta patológicamente diferentes sistemas y aparatos del organismo,
entre ellos podemos ver:
Deterioro de la capacidad auditiva (temporal o permanentemente) en la
banda comprendida entre 75 dB(A) y 125 dB(A). Nuestros colmadones
frecuentemente sobrepasan los 90 dB(A).
Trastornos del sueño como insomnio y stress, cambios del
comportamiento, ansiedad, angustia y otro tipo de afecciones
psicológicos,
Afección de la concentración, del rendimiento laboral e intelectual,
imposibilidad de sentirse descansado y en armonía con su entorno.
Deterioro del sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo cardíaco,
hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos de carácter
neurovegetativo.
Afección de glándulas endocrinas, con alteraciones hipofisarias y aumento
de la secreción de adrenalina.
Trastornos del Aparato digestivo, con afectación gastroduodenal y del
intestino grueso, como Colon Irritable.
Estudios realizados desde un punto de vista médico y antropológico, han
permitido detectar que determinadas frecuencias de sonido llegan a
alterar el comportamiento de las personas. Las altas frecuencias son
asociadas a comportamientos de estrés, euforia y agresividad y las bajas
frecuencias con relajamiento y tranquilidad. Investigadores aseguran que
algunos tipos de sonido tienen la capacidad de lograr efectos de narcosis
similares a los que producen las drogas convencionales. producen
incremento del estrés, y su consecuente efecto como: Alteraciones
mentales, tendencia a actitudes agresivas, dificultades de observación,
concentración, rendimiento y por tanto se convierte en un facilitador de
accidentes.
Además, altera significativamente el habitad de la fauna circundante, de
animales y aves provocando un efecto dañino sobre los ecosistemas.
Los seres humanos para iniciar la fase de descanso necesitamos niveles
inferiores a 40 dB, si iniciamos una actividad de trabajo que necesita
concentración son necesarios niveles menores a los 55 dB.
La Ley No. 287-04 sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos
Nocivos y Molestos que Producen Contaminación Sonara, en sus
considerandos da las argumentaciones y justificantes que dejan ver
claramente la necesidad de aplicación de esta Ley, la cual establece en su
articulado la regularización, modo de aplicación, penalización y la medida
en decibeles permitidos, al igual como lo regulan todos los países del
mundo.
ARTÍCULO 2: Es prohibida dentro del ámbito de las zonas urbanas de la
República Dominicana, y por tanto susceptible de suspensión y de
indemnización por daño, la producción de ruidos nocivos o molestos,
cualesquiera fueran su origen y el lugar en que se produzcan.
ARTÍCULO 3.- El Poder Ejecutivo reglamentará los decibeles permitidos de
ruido, considerando, las zonas residenciales, comerciales o industriales y
el horario diurno y nocturno respectivo, señalando específicamente el
límite hasta el cual no se considera ruido nocivo o molesto, de acuerdo a
los estudios que deberá presentar la Secretaría de Estado de
Medioambiente y Recursos Naturales.
Es nuestro deber luchar cada día por controlar esta francachela
desbocada, por mejorar nuestra calidad de vida, velar por el cumplimiento
de niveles saludables de ruido y garantizar a la ciudadanía, su control
definitivo y con esto estaríamos facilitando mejor salud, menos
explosiones de violencia entre los que están expuestos al ruido y
estaríamos colocándonos dentro de los estándares de países de alto
servicio social.
Penosamente la molestia por la contaminación ambiental, lejos de
solucionarse, se agrava cada día, constituyéndose en uno de los factores
más patológicos en la cadena de degradación de nuestros ciudadanos,
disponemos de una ley, pero solo se logra la aplicación de algunas
medidas correctoras en determinadas situaciones específicas, En las
autoridades competentes luce el dejar hacer, lo que permite que el
vandalismo acústico y sus consecuencias esté presente en cada momento.
Ley No. 90-19 que modifica la Ley No.287-04, del 15 de agosto de 2004,
sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos
que Producen Contaminación Sonora. G. O. No. 10939 del 15 de abril de
2019.
EL CONGRESO NACIONAL
En Nombre de la República
Ley No. 90-19
Considerando primero: Que el artículo 67 de la Constitución de la
República establece la protección del medio ambiente y constituye dentro
de los deberes del Estado prevenir la contaminación, proteger y mantener
el medio ambiente en provecho de las presentes y futuras generaciones.
Considerando segundo: Que nuestro texto constitucional ordena a los
poderes públicos prever y controlar los factores de deterioro ambiental,
imponiendo las sanciones legales que correspondan, la responsabilidad
objetiva por daños causados al medio ambiente y a los recursos naturales
y exigirán su reparación. Asimismo, cooperarán con otras naciones en la
protección de los ecosistemas a lo largo de la frontera marítima y
terrestre.
Considerando tercero: Que la Ley No.64-00, del 18 de agosto de 2000,
que crea la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales,
dispone dentro de sus normas lo relativo a la contaminación ambiental y
de manera específica la contaminación por sonido, relacionado con la
emisión de ruidos y sonidos molestos o dañinos al medio ambiente y a la
salud.
Considerando cuarto: Que la Ley No.287-04, sobre Prevención, Supresión
y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen Contaminación
Sonora, se promulgó con la finalidad de regular y prohibir la emisión de
ruidos innecesarios y dañinos a la salud fisiológica, psíquica y sociológica
de la población.
Considerando quinto: Que el ruido urbano, también denominado ruido
ambiental, ruido residencial o ruido doméstico, se define como el ruido
emitido por todas las fuentes. Los efectos del ruido y sus consecuencias a
largo plazo sobre la salud se están generalizando, por ello es prudente
tomar acciones para limitar y controlar la exposición de ruido ambiental.
Considerando sexto: Que, en el ámbito mundial, la deficiencia auditiva es
el riesgo ocupacional irreversible más frecuente y se calcula que millones
de personas tienen problemas auditivos. En países en desarrollo, no solo
el ruido ocupacional sino también el ruido ambiental son factores de
riesgo para la creciente deficiencia auditiva.
Considerando séptimo: Que la Ley No.287-04, sobre Prevención,
Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen
Contaminación Sonora, carece de mecanismos punitivos y sancionadores
que la hagan eficaz en todo el ámbito de su aplicación, por lo que requiere
para su adecuada aplicación, contemplar sanciones que vayan acorde con
la magnitud de la infracción cometida, así como la creación de los órganos
y mecanismos de persecución y sanción.
Considerando octavo: Que la referida ley requiere la reestructuración de
un organismo dedicado, con capacidad ejecutiva y provista de las
facultades legales que le permitan, en el marco del estado de derecho,
instrumentar ante los tribunales competentes los sometimientos a
quienes incurran en las violaciones a esta ley.
Vista: La Constitución de la República.
Vista: La Ley No.64-00, del 18 de agosto de 2000, que crea la Secretaría de
Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Vista: La Ley General de Salud, No.42-01, del 8 de marzo de 2001.
Vista: La Ley No.287-04, del 15 de agosto de 2004, sobre Prevención,
Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen
Contaminación Sonora.
Vista: La Ley General de Protección de los Derechos del Consumidor o
Usuarios, No.358-05, del 9 de septiembre de 2005.
Vista: La Ley No.176-07, del 17 de julio de 2007, del Distrito Nacional y los
Municipios.
Vista: La Ley Orgánica de la Policía Nacional, No.590-16, del 15 de julio de
2016.
Vista: La Guía para el Ruido Urbano de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), 1995.
HA DADO LA SIGUIENTE LEY:
Artículo 1.- Modificación artículo 2. Se modifica el artículo 2 de la Ley
No.287-04, del 15 de agosto de 2004, sobre Prevención, Supresión y
Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen Contaminación
Sonora, para que se lea de la siguiente forma:
“Artículo 2.- Se consideran infracciones a esta ley la producción o emisión
de ruidos que superen los límites permitidos establecidos en el texto
“Normas Ambientales para la Protección contra Ruidos” emitido por el
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales”.
Artículo 2.- Adición artículo 8.1. Se adiciona el artículo 8.1 a la Ley No.287-
04, del 15 de agosto de 2004, sobre Prevención, Supresión y Limitación de
Ruidos Nocivos y Molestos que Producen Contaminación Sonora, para que
se lea de la manera siguiente:
“Artículo 8.1.- Se prohíbe el ruido nocivo, molesto o perjudicial para la
salud dentro de la República Dominicana, cualesquiera que fuere su origen
y lugar, y por tanto constituye un delito ambiental, cualquier persona que
produzca ruidos será sancionada de la manera siguiente:
1) Colmados, tiendas de licores, bares, clubes diurnos y nocturnos,
cafeterías, y otros lugares abiertos que tengan actividad comercial que
impliquen la producción de ruidos, con la pena de tres a veinte salarios
mínimos de los establecidos por ley.
2) Sitios públicos concebidos para la recreación y el esparcimiento de las
familias, con una pena de tres a veinte salarios mínimos de los
establecidos por ley.
3) Vehículos de motor en la vía pública, mediante el uso de bocinas o
equipos de música alterados (fuera de lo que trae el vehículo de fábrica), o
falta de silenciadores en el escape, con pena de cinco a treinta salarios
mínimos establecidos por ley.
4) En zonas de tranquilidad establecidas en las normas ambientales
dictadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, tales
como: calles, avenidas públicas, áreas residenciales, complejos
habitacionales, condominios y en las proximidades de hospitales, colegios,
escuelas públicas y privadas e iglesias, con penas de diez a treinta salarios
mínimos de los establecidos por ley.
5) En casas o viviendas habitadas que tengan ruidos nocivos de cualquier
tipo, cuyos sonidos se prolonguen por más de quince minutos, se le hará
una advertencia o llamado de atención a los fines de que reduzcan o
eliminen la producción de ruidos molestos. Y en caso de persistir el ruido
después del primer llamado, que se le impongan penas de dos a diez
salarios mínimos de los establecidos por ley.
6) En todos los demás casos no indicados expresamente en este artículo,
se impondrá la pena de multa de entre dos a treinta salarios mínimos
conforme a la gravedad del hecho.
Párrafo I.- Las reincidencias de acuerdo a lo establecido en el Código Penal
de la República Dominicana serán sancionadas con el doble de las multas y
prisión de uno a tres años, así como la clausura del negocio definitiva o
por espacio de treinta a ciento ochenta días, según el caso, o la
incautación del vehículo y los objetos que sirvan para la producción de
ruidos.
Párrafo II.- Cuando se trate de sociedades o entes colectivos con
responsabilidad jurídica propia, el comitente y el preposé de dichas
entidades serán responsables solidarios del cumplimiento de la presente
ley, y como consecuencia las multas indicadas en el presente artículo, bien
en sede administrativa o jurisdiccional, se pondrán solidariamente sobre el
comitente y el preposé de dichas sociedades o entes colectivos”.
Artículo 3.- Adición artículos 8.2 y 8.3.- Se adiciona el artículo 8.2 y 8.3 a la
Ley No.287-04, del 15 de agosto de 2004, sobre Prevención, Supresión y
Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen Contaminación
Sonora, que dirán como sigue:
“Artículo 8.2.- Cualquier persona, grupo de personas, entidades públicas o
privadas pueden querellarse o denunciar las violaciones a esta ley, ante la
Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio Ambiente y los
Recursos Naturales y el Departamento Anti ruidos de la Policía Nacional,
ante el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1,
siguiendo el procedimiento para las denuncias y querellas establecidas en
el Código Procesal Penal de la República Dominicana, así como otras
entidades que fueren creadas para tales fines o que por su naturaleza
sirvan de soporte o complemento a la erradicación de los ruidos nocivos y
molestos”.
“Artículo 8.3.- Las requisas realizadas por las autoridades competentes
que generen incautaciones de las mismas se levantarán actas, debiendo
proveer de copia al propietario o a su representante. El acta deberá
cumplir con las formalidades establecidas en el artículo 139 del Código
Procesal Penal”.
Artículo 4.- Adición artículos 8.4 y 8.5.- Se modifica la Ley No.287-04, del
15 de agosto de 2004, sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos
Nocivos y Molestos que Producen Contaminación Sonora, agregándole los
artículos 8.4 y 8.5, a la referida ley, para que se lean de la siguiente
manera:
“Artículo 8.4.- La Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio
Ambiente y Recursos Naturales será la institución encargada de la
ejecución de esta ley e impondrá las sanciones a las infracciones
administrativas contenidas en la misma. El Ministerio de Medio Ambiente
y Recursos Naturales dará soporte técnico a la Procuraduría Especializada
para la Defensa del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en el ejercicio
de su potestad administrativa sancionadora, para el fiel cumplimiento de
las disposiciones de esta normativa.
Párrafo. - Las sanciones establecidas quedarán regidas por lo instituido en
el Código Procesal Penal”.
“Artículo 8.5.- Los ayuntamientos municipales establecerán zonas de
tolerancia al ruido para actividades especiales, previa certificación de no
objeción del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Párrafo I.- La solicitud de autorización para realizar actividades especiales
debe hacerse por ante el ayuntamiento municipal del lugar que
corresponda, previa certificación de no objeción de la dirección provincial
de medio ambiente.
Párrafo II.- En las actividades que celebren los partidos y las agrupaciones
políticas los niveles de ruidos serán regulados por la Junta Central
Electoral”.
Artículo 5.- Entrada en vigencia. Esta ley entrará en vigencia después de su
promulgación y publicación, según lo establecido en la Constitución de la
República y una vez transcurridos los plazos señalados en el Código Civil
Dominicano.
Dada en la Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados, Palacio del
Congreso Nacional, en Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional,
capital de la República Dominicana, a los cinco (5) días del mes de marzo
del año dos mil diecinueve (2019); años 176 de la Independencia y 156 de
la Restauración.

También podría gustarte