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Santiago, veintiocho de julio de dos mil quince.

VISTOS:
En autos rol 16.578-2010 seguidos ante el 28° Juzgado Civil de
Santiago, en juicio ordinario sobre indemnización de perjuicios, caratulado
“Romo Ramírez, Silvia de las Mercedes con Galleguillos Romero, Aliro
Humberto y Comunidad Hospital del Profesor”, doña Silvia de las
Mercedes Romo Ramírez dedujo demanda de indemnización de perjuicios
por negligencia médica en contra del doctor Aliro Galleguillos Romero,
médico ginecólogo, y conjunta y solidariamente en contra de Clínica
Hospital del Profesor.
Señala que como consecuencia de un retraso en su período menstrual
concurrió a consultar al demandado don Aliro Humberto Galleguillos
Romero, médico ginecólogo, que luego de realizarse varios exámenes, el
demandado le diagnosticó un embarazo “ectópico”, denominado también
“extrauterino”, indicándole que debía operarse inmediatamente ya que este
tipo de embarazo puede provocar la muerte a la madre.
La intervención quirúrgica se realizó el 4 de julio de 2008 en la
Clínica Hospital del Profesor, cirugía en la cual sin autorización de su
representada o del cónyuge de ésta, se procedió a la ligación de las trompas.
Luego de realizada la operación, a raíz de una ecografía ginecológica
realizada durante el control post operatorio, se constató que estaba
embarazada, indicándole el demandado un tratamiento propio para este tipo
de embarazo.
Ante esta situación irregular continuó con su tratamiento en el
Hospital de Talagante. En forma paralela concurrió a la Clínica Hospital del
Profesor a fin de conocer los resultados de la biopsia realizada a la trompa y
ovario extraído, percatándose que no se encontró indicio de algún embrión
en gestación.
Posteriormente, mientras seguía el control de su embarazo en el
hospital de Talagante se constató que el embrión se encontraba sin vida
debido a la falta de alimentación de éste como consecuencia de la
extirpación del cuerpo del lúteo habido en su ovario izquierdo, debiendo
someterse a un vaciamiento uterino.
En síntesis, las actuaciones que supuestamente generaron el daño,
fueron aquellas efectuados por el demandado doctor Galleguillos entre los
meses de mayo a julio del año 2008, hechos referidos a una supuesta
negligencia cometida por el demandado, al haber errado en diagnosticar un
embarazo ectópico y de haber esterilizado a la demandante sin su
consentimiento, y de haber provocado el término de su embarazo por la
extirpación del cuerpo lúteo habido en su ovario izquierdo, todo lo cual
habría ocurrido en la Clínica Hospital del Profesor, intervención que se
habría llevado a cabo el día 4 de julio de 2008.
Solicitó que se declarara que ambos demandados son responsables en
forma solidaria por su actuar negligente y se les condene al pago de la
cantidad de $ 60.000.000, por concepto de daño moral.
Al contestar la Clínica Hospital del Profesor sostiene, en síntesis, que
el doctor Galleguillos solicitó un pabellón para operar un paciente particular
y para tal efecto la Clínica Hospital del Profesor proveyó de la
infraestructura para poder desarrollar la operación (pabellón quirúrgico y
elementos para la cirugía) y de la habitación para la recuperación post-
operatoria de la paciente. Agrega que el doctor Galleguillos era un médico
externo del Hospital al momento de operar a la demandante, sin relación
alguna de dependencia con su representada y lo único que hizo fue reservar
un pabellón como lo hacen muchos médicos que no tienen clínicas ni
instalaciones médicas propias donde operar y la actora nunca solicitó a la
Clínica o a alguno de sus médicos o a otros médicos externos una segunda
opinión sobre el diagnóstico del doctor Galleguillos y tampoco era ético
entrar a revisar el diagnóstico y por lo tanto, la Clínica Hospital del
Profesor no tenía injerencia alguna en el diagnóstico aceptado por la
paciente y entregado por su médico externo y de confianza.
A su vez, el demandado doctor Aliro Humberto Galleguillos Romero
no contestó la demanda. Sin embargo, al evacuar el trámite de dúplica
opone la excepción de cosa juzgada; señala que el día 30 de septiembre de
2008, la demandante presentó una denuncia por los mismos hechos, ante la
Fiscalía Centro Norte de la Región Metropolitana, la cual originó una
investigación por parte del Ministerio Público y un proceso penal, RIT
N°5191-2011 ante el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago.
Precisa que los hechos denunciados en su oportunidad son los
mismos que expuso la actora como fundamentos de hecho en la demanda de
autos. Agrega que en el informe pericial evacuado por el Servicio Médico
Legal y agregado en la instancia penal, se concluyó que luego de revisar
las actuaciones del demandado señor Galleguillos Romero, éste cumplió
con la lex artis de la ciencia médica, señalando que la ausencia de una
infracción a la lex artis, o buena práctica médica, implica la inexistencia de
un actuar culposo, lo que consecuentemente descartaría que el demandado
Galleguillos haya obrado de manera negligente respecto de la demandante.
Con el mérito del informe citado el día 1 de septiembre del año 2011,
el Sexto Juzgado de Garantía decretó el sobreseimiento definitivo del
demandado Aliro Galleguillos Romero por la causal contemplada en el
artículo 250 letra a) del Código Procesal Penal, esto es “a) cuando el hecho
investigado no fuere constitutivo de delito”, resolución que estaría firme al
no haber sido objeto de recurso alguno.
En consecuencia, conforme lo prescrito en el artículo 179 del Código
de Procedimiento Civil, las sentencias que absuelvan de la acusación o que
ordenen el sobreseimiento definitivo, producirán cosa juzgada en materia
civil, cuando se funden en la no existencia del delito o cuasidelito que ha
sido materia del proceso civil, producirían la excepción de cosa juzgada en
los procesos civiles, cuando se cumplen los siguientes requisitos: a) cuando
existe identidad legal de las partes; b) cuando los mismo hechos hayan sido
objeto de un proceso penal previo; y c) cuando en dicho proceso se haya
obtenido un sobreseimiento definitivo por la causal establecida en el
artículo 250 letra a) del Código Procesal Penal, esto es, que los hechos no
hayan sido constitutivos de delito, como ocurre en la especie.
Agrega, respecto del fondo del asunto, que la actora omitió los
siguientes antecedentes fácticos: señalar que se le practicaron cuatro
exámenes de Sub Beta, el cual es el método más eficaz para determinar si
una mujer está embarazada; indicar que antes de la intervención se le
practicaron cinco ecotomografías transvaginales y en ninguna de ellas se
planteó la posibilidad de un embarazo intrauterino; expresar que la
intervención realizada fue motivada por el sangramiento vaginal que
presentaba la actora, signo que fue explicado por la presencia de un cuerpo
lúteo hemorrágico, el cual fue debidamente extirpado; y, señalar que ella
solicitó la realización de una esterilización, la que fue efectuada durante la
intervención.
Por su parte, evacuando el traslado de la excepción la demandante
señaló que la demanda de autos no cumple con los presupuestos de la
excepción de cosa juzgada, tanto aquellos de orden subjetivo como lo son la
identidad de las personas, ya que en estos autos no existe identidad legal
entre los sujetos activos y pasivos del proceso en que eventualmente se
dictó la sentencia que está ejecutoriada, es decir, no existen los mismos
sujetos del proceso donde se invoca esta excepción; no cumpliéndose
tampoco con los requisitos objetivos a que se refiere la cosa pedida ni
menos la causa de pedir. Agrega que la doctrina y la jurisprudencia
reconocen que para que proceda la excepción de cosa juzgada y en la cual
se funda le sentencia es necesario que haya una declaración de derechos de
orden sustantivo y no meramente procesales, como es el sobreseimiento que
se invoca en este caso y hace presente que la circunstancia de que no
existan antecedentes necesarios acerca de que los hechos no sean
constitutivos de delitos no significa en caso alguno que no exista
responsabilidad por parte del demandado doctor Galleguillos Romero,
afirmando que para que constituir un delito se necesita un dolo especial
para que dicha conducta sea atribuida a un tipo de delito, sin perjuicio de
ello no lo exime en caso alguno de la responsabilidad civil que le cabe en
los hechos que dicen relación con estos autos ya que acá lo que se reclama
es la falta de prudencia en su actuar o en definitiva la falta de cuidado, por
lo tanto la excepción opuesta carece de los requisitos que la ley prescribe
para que esta sea acogida, además debe ser opuesta siempre como
excepción perentoria dentro del término legal, señalando que lo que el
demandado habría realizado es una verdadera contestación de la demanda
pero fuera de los plazos legales para hacerlo.
Por sentencia de fecha 24 de junio de 2014 escrita a fojas 381, el
Juez Titular, acogió la excepción de cosa juzgada y no emitió
pronunciamiento sobre la cuestión de fondo debatida por ser incompatible
con lo resuelto.
Apelado el fallo por la demandante, una sala de la Corte de
Apelaciones de Santiago lo confirmó.
En contra de esta última decisión la parte demandante interpuso
recurso de casación en el fondo.
Se ordenó traer los autos en relación a fojas 442.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que en su recurso de casación en el fondo la
demandante denuncia como infringidos los artículos 22 del Código Civil
en relación con lo dispuesto en los artículos 177 y 179 del Código de
Procedimiento Civil. También da por vulnerado el artículo 24 del Código
Civil.
Señala que el sentenciador ad quo prescinde de una interpretación
coherente entre las exigencias planteadas por la segunda de las normas
citadas que establece los requisitos generales para que opere la institución
de la cosa juzgada y lo preceptuado por el artículo 179 del Código de
Procedimiento Civil, infracción que trajo como consecuencia que se fijara
un errado sentido y alcance de dicha norma, acogiéndose la excepción
deducida sin que se hayan acreditado los requisitos del artículo 177 del
mismo cuerpo legal.
Agrega que los jueces al momento de interpretar las normas
señaladas, prescindieron de la regla interpretativa contenida en el artículo
24 del Código Civil, debiendo haber interpretado de acuerdo con los
principios de la equidad, debiendo rechazar la excepción y acoger la
demanda.
Refiere que los sentenciadores han interpretado erróneamente la
norma contenida en el artículo 179 del Código de Procedimiento Civil, sin
atender a la correspondiente armonía que debe existir entre las diversas
normas de nuestro ordenamiento jurídico, en el caso en concreto, se realiza
tal interpretación desatendiendo lo dispuesto por el artículo 177 del CPC.
Reclama que estos vicios cometidos por los sentenciadores los han
inducido a dar por establecido que en la especie ha operado la institución de
la cosa juzgada como excepción, no obstante faltar los requisitos del
artículo 177 del Código de Procedimiento Civil y, que de no haber mediado
el referido error al momento de fallar, se debió rechazar la excepción
planteada y acoger la demanda de autos.
Solicita se invalide la sentencia, la deje sin efecto en todas y cada una
de sus partes, rechazando la excepción de cosa juzgada y acogiendo la
demanda, con costas;
SEGUNDO: Que el fallo objeto del recurso, señala que la sentencia
de fecha 1 de septiembre del año 2011, dictada por el Sexto Juzgado de
Garantía en que decretó el sobreseimiento definitivo del demandado don
Aliro Galleguillos Romero, tiene el efecto de cosa juzgada, absolutamente,
es decir en relación a la pretensión deducida por la demandante en contra
del demandado Galleguillos Romero y también en contra del otro
demandado Clínica Hospital del Profesor, toda vez que la excepción de cosa
juzgada vuelve inadmisible e improcedente la demanda, por cuanto lo que
se persigue con su interposición ya fue resuelto por otro tribunal del mismo
grado. Que, a mayor abundamiento, de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 180 del Código de Procedimiento Civil: “Siempre que la sentencia
criminal produzca cosa juzgada en el juicio civil, no será lícito en éste
tomar en consideración pruebas o alegaciones incompatibles con lo resuelto
en dicha sentencia o con hechos que le sirvan de necesario fundamento”,
Agrega el sentenciador de primer grado que, en la historia fidedigna
de la norma citada, se establece “que los hechos que de por sentados la
justicia penal, se tendrán como inamovibles por el juez civil, no pudiendo
tomar en consideración pruebas o alegaciones incompatibles con lo
resuelto por el Juez penal, que, en consecuencia, habiendo sido la
demandante de autos parte en el proceso penal tantas veces aludido, se
configuran a su respecto los efectos de cosa juzgada conforme a la
sentencia dictada en el 6° Juzgado de Garantía de Santiago, en el proceso
RIT 5191-2011, en que se ha determinado que el Doctor Galleguillos
cumplió con la Lex Artis de la ciencia médica y se decretó el
Sobreseimiento Definitivo de la causa, conforme al artículo 250 letra a)
del Código Procesal Penal, esto es “a) Cuando el hecho investigado no
fuere constitutivo de delito”. Conclusión que ha quedado como inamovible
respecto a lo que se pretende discutir nuevamente en la demanda de autos,
por lo que la excepción deberá ser acogida” (considerando séptimo);
TERCERO: Que, es un hecho relevante para la resolución del
presente recurso que la sentencia de fecha 1 de septiembre del año 2011,
dictada por el Sexto Juzgado de Garantía en que decretó el sobreseimiento
definitivo del demandado don Aliro Galleguillos Romero en virtud del
artículo 250 letra a) del Código Procesal Penal, esto es, “a) Cuando el
hecho investigado no fuere constitutivo de delito”. Dicho fallo se encuentra
ejecutoriado;
CUARTO: Que, como se ha visto en la parte expositiva, todas las
infracciones de ley que el recurso señala tienen como único fundamento la
declaración que la sentencia de alzada ha hecho de la excepción de cosa
juzgada opuesta a la demanda por el demandado Aliro Humberto
Galleguillos Romero, cosa juzgada que en el sobreseimiento definitivo
decretado por el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago el 1 de septiembre
de 2011 en los autos RIT Nº 5191-2011;
QUINTO: Que las sentencias absolutorias por regla general no
producen cosa juzgada en materia civil; las excepciones las contempla el
artículo 179 del Código de Procedimiento Civil, precepto que señala las
sentencias que absuelven de la acusación o que ordenan el sobreseimiento
definitivo sólo producirán cosa juzgada cuando se funden en alguna de las
circunstancias siguientes: “1.º La no existencia del delito o cuasidelito que
ha sido materia del proceso…”; y “3.º No existir en autos indicio alguno
en contra del acusado, no pudiendo en tal caso alegarse la cosa juzgada
sino respecto de las personas que hayan intervenido en el proceso como
parte directa o coadyuvantes”;
SEXTO: Que la jurisprudencia ha dicho al respecto que “mientras la
responsabilidad a que se refiere el Título XXXV del Libro IV del Código
Civil tiene su causa en todo acto culpable que haya infligido daño a otro,
cualquiera que sea el grado de culpa, imprudencia o negligencia cuya
consecuencia son de cargo del hecho o de la persona bajo cuya autoridad
aquel estuviere, la responsabilidad criminal es personal, existe respecto de
quien ha obrado con dolo, y para que se haga efectiva se requiere que el
hecho delictuoso o cuasidelictuoso esté especialmente penado; de donde se
sigue que la competencia del juez del crimen está limitada a conocer de los
actos dolosos o culpables expresamente sancionados por la ley, en tanto que
la del juez civil se extiende a todos aquellos actos en que ha habido
cualquier clase de culpa, imprudencia o negligencia, y es por eso que la
sentencia absolutoria en materia criminal no tiene los mismos efectos que la
condenatoria, estando reservado a esta última producir siempre los efectos
de la cosa juzgada y a la primera producir tales efectos únicamente en los
casos expresamente señalados en el artículo 179 del Código de
Procedimiento Civil” (Repertorio de Legislación y Jurisprudencia. Editorial
Jurídica. T. I, p. 254 C.S., 20 marzo 1952);
SEPTIMO: Que en estos autos se ha tratado como se ha dicho, no de
la acción civil que emana de un delito o de un cuasidelito criminal sino de
la acción civil que proviene del daño ocasionado por mera negligencia o
mera culpa y entonces, tal como se presentan los hechos no puede concurrir
ninguna de las circunstancias del citado artículo 179, tanto porque aquí se
prescinde de lo criminal, de todo lo que podría ser delictuoso que es lo que
constituye lo fallado a firme por el Tribunal de Garantía, cuanto porque
aquí se pide la indemnización del daño causado a una persona con
infracción a la lex artis;
OCTAVO: Que es muy importante para la resolución del asunto
dejar establecido que la demanda también está dirigida en forma conjunta y
solidaria contra la Clínica Hospital del Profesor, que no fue parte en el
juicio criminal, y en ella la demandante doña Silvia Romo Ramírez, ejercita
la acción que los artículos 2314, 2320 y 2322 del Código Civil conceden a
las personas que han recibido un daño por un hecho ajeno para que se
declare que el responsable de ese hecho está obligado a la indemnización
correspondiente;
NOVENO: Que, por lo tanto, se trata en estos autos del ejercicio de
una acción meramente civil, nacida de un hecho material en que intervino
directamente un médico y un establecimiento hospitalario, la que por tal
motivo y por haber aquel hecho producido al demandante un daño corporal
apreciable en dinero, la cree éste directamente responsable, y los demanda
para obtener por la vía judicial la indemnización pecuniaria del caso,
conforme a las reglas que gobiernan la responsabilidad extracontractual;
DECIMO: Que, en consecuencia, carece en absoluto de aplicación
para resolver la demanda, el precepto del artículo 179 del Código de
Procedimiento Civil, que responde a una situación jurídica distinta, y, por lo
mismo, no es tampoco procedente la excepción de cosa juzgada y, al
resolver de manera distinta los jueces del grado han infringido la ley y esta
infracción ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
UNDECIMO: Que, por lo reflexionado, procede acoger el recurso de
casación interpuesto.
Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo preceptuado
en los artículos 764, 765 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se
acoge, sin costas, el recurso de casación en el fondo interpuesto a fs. 425,
en contra de la sentencia de fecha seis de noviembre de dos mil catorce,
escrita a fojas 424, la que se invalida.
Acordada la decisión de acoger el recurso de nulidad substancial con
el voto en contra del abogado integrante señor Rafael Gómez Balmaceda,
quien estuvo por desestimar el recurso teniendo para ello en consideración
los argumentos vertidos en la sentencia recurrida.
Remítanse estos autos a segunda instancia con el objeto que dicho
tribunal de alzada se pronuncie sobre el fondo del asunto debatido.
Redacción del Abogado Integrante señor Lagos.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Rol N° 105-2015

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los


Ministros Sres. Patricio Valdés A., Juan Fuentes B., Carlos Aránguiz
Z. y Abogados Integrantes Sres. Jorge Lagos G. y Rafael Gómez B.
No firman los Abogados Integrantes Sres. Gómez y Figueroa, no
obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo,
por estar ambos ausentes.

Autorizado por la Ministro de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a veintiocho de julio de dos mil quince, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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