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¿Qué ES UN BORRADOR?

a primera acepción del


término borrador mencionada por el diccionario
de la Real Academia Española (RAE) refiere
a aquello que borra. Cabe destacar que el verbo
borrar alude a eliminar algo, logrando que desaparezca.
Un borrador, por lo tanto, puede ser un objeto que permite borrar aquello
que se escribe en un pizarrón, una pizarra o una hoja. En el caso de los
pizarrones, el borrador es un elemento que tiene una parte de plástico o
de madera que sirve como mango y un fieltro que se debe desplazar
sobre aquello que se quiere borrar. Así es posible eliminar los trazos de
tiza o de marcador (rotulador), según el caso.
También se llama borrador a la goma de borrar: el utensilio que permite
suprimir las líneas hechas con lápiz, lapicera o birome (bolígrafo).
Borrador, por otra parte, puede ser una versión provisional de un texto
o de un dibujo. Se trata de un boceto que está en desarrollo y que su
autor va modificando hasta lograr que alcance la forma definitiva que
pretende darle.
Un escritor puede trabajar durante años en el borrador de una novela. El
autor irá agregando, eliminando y modificando información en
diferentes momentos. Finalmente, cuando queda conforme con el
resultado, puede dar como concluida su obra.
Cada borrador puede tener características diferentes, tanto en lo que
hace a su estructura como a su codificación. Tomemos el caso de una
persona que se embarca en la escritura de un relato y decide comenzar a
escribir todas las ideas que le vengan a la mente, sin importar el orden
dentro de la cronología de la historia; es probable que su borrador se
asemeje más a un esquema que a una narración, con anotaciones
marginales y quizás también dibujos que le permitan recordar ciertos
datos.

En el otro extremo se encuentra quien ya


desde el primer día escribe el relato de la forma más ordenada posible,
como si estuviera construyendo letra a letra la versión final. En este
caso, hay más probabilidades de que el borrador pueda ser comprendido
por cualquier persona. Sobra decir que ninguno de los dos es el «camino
correcto», sino que son dos de las múltiples posibilidades, y cada uno
escoge la que más se ajusta a su forma de entender y sentir el arte.
En diversas herramientas tecnológicas, se llama borrador a la carpeta
virtual donde se almacena un contenido antes de su publicación o de su
envío a un destinatario. Sistemas de gestión de contenidos
como Blogger y WordPress permiten al usuario guardar una entrada
como borrador para continuarla más adelante. Un correo
electrónico también puede almacenarse como borrador.
En estos casos, el borrador no sólo permite a la persona tomarse todo el
tiempo que necesite para dar con el resultado que buscaba en
su composición, sino que también sirve para hacer frente a eventuales
cortes de luz. Antes de la implementación de los borradores en las
casillas de correo electrónico, por ejemplo, si se cortaba la luz antes de
que hubiésemos enviado un mensaje lo perdíamos para siempre; sobra
decir que una situación como ésta acarreaba una inmensa frustración
cuando el texto poseía una extensión considerable o un contenido que
hubiera surgido de la inspiración espontánea.
Hoy en día es común que tanto las casillas de correo como los sistemas
de gestión de contenidos ofrezcan al usuario la creación y el guardado de
borradores de forma automática, para que no deba preocuparse por
estas cuestiones y pueda enfocarse en el proceso creativo. En algunos
casos, gracias a contar con un borrador es posible compararlo con la
versión actual del documento por si hemos cambiado algo que deseemos
recuperar. En este sentido, la funcionalidad es similar a la de un backup,
también llamado copia de seguridad.

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