Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.- Introducción
La “Imagen Personal” abarca un exterior que se ve, y un interior que se hace
muy visible a través de la imagen que mostramos a los demás. Lo que sentimos
internamente, lo reflejamos en la forma en que nos movemos y los gestos que
realizamos, y a veces decimos más cosas con el cuerpo que con las palabras.
Para proyectar una imagen personal armoniosa e integrada, el lenguaje
corporal debe coincidir con el verbal, y a única forma de tener conciencia del cuerpo,
es a través del movimiento.
Para poder definir una buena imagen personal o institucional es necesario
contar con un sustento que permita comunicar nuestro mensaje, de manera tal que
todos entiendan quiénes somos, qué hacemos, y cómo lo hacemos para que se forje
en su mente la idea de que nosotros somos los mejores para hacerlo. El sustento de
una buena imagen se basa en primer lugar reconocer íntimamente la esencia de la
persona o institución, definiendo de manera clara y eficiente las características del
personaje. Para definir las características, buscaremos adentrarnos en él de manera
sutil, descubriendo cuál es su autoevaluación corporal y añadiendo lo que trae en la
cabeza, en el alma y en el corazón.
Una vez que hemos definido el personaje, debemos complementar la
información con la determinación de su estilo.
El estilo es la expresión de la individualidad. Es el modo, la manera o la forma
como una persona o una institución da a conocer su calidad particular o se señala
individualmente.
Se conforma por el conjunto de elementos internos y externos que moldearán
al individuo en su forma de comunicarse con los demás. Dicho conjunto de elementos
estará determinado por las características personales del ser que las integra, como
son:
• Su personalidad
• Sus gustos y preferencias
• Su actividad profesional
• Sus actividades domésticas y sociales
• Su tipo físico
De acuerdo con las teorías de Parente & Parson, consultores en imagen,
existen siete estilos de hombres, mujeres o instituciones.
Estilo Casual, Tradicional, Elegante, Romántico, Creativo, Seductor y
Dramático.
Claro que esta clasificación de estilos no es rígida de tal manera que puede
darse clasificaciones como: tradicional-romántico, dramático-elegante, etc.
Así como se ha definido la esencia y el estilo para el caso de la creación de
una imagen personal, de igual manera se tendrá que hacerlo para la creación de una
imagen institucional, de modo que la definición de la esencia estará determinada por
los principios y valores con los que rigen su actuación profesional, su visión, misión y
filosofía de trabajo, por sus metas a corto, mediano y largo plazo.
Dicho en pocas palabras: la esencia de una empresa, que sirva de base para
construir una imagen institucional, estará en su Manual de Fundamentos.
Imagen Institucional
El Manual de Imagen Institucional es un documento que señala las reglas del
juego de las empresas o instituciones y que debe ser conocido y observado por todos
los que forman parte de ella. Tener una empresa que carece de fundamentos es
equivalente a convocar a nuestros amigos a jugar un partido de fútbol sin
especificarles a los participantes de qué clase de fútbol estamos hablando.
Es necesario contar con un manual de Imagen, no importando la magnitud de
su institución, ni sus años de antigüedad, ni el grado de eficiencia que hayan
alcanzado. Ahora bien ¿Cómo hacerlo?
La guía esquemática del manual debe incluir:
• Visión
• Principios
• Misión
• Filosofía
• Lema
• Normas de conducta y apariencia
Seis definiciones fundamentales son las condiciones que determinan el éxito o
fracaso de cualquier esfuerzo que se emprenda. Veamos ahora cómo definir cada una
de ellas.
Visión: La visión es el puerto de destino, es la meta a alcanzar, es la tierra
prometida que hace válido todos nuestros esfuerzos.
Principios: Los principios son la piedra angular para construir el Manual de
Fundamentos. Al hablar de principios no estamos hablando de inicios, estamos
hablando de valores humanos, de principios morales que deberán guiar nuestra
actuación empresarial.
Misión: La misión es el compromiso de servir, es el encargo de satisfacer una
necesidad humana, o bien, la fuerza interna que dará guía y dirección a las acciones
diarias de todo el equipo de trabajo.
Cinco recomendaciones para redactar eficientemente su misión:
• Sean específicos
• Hablen en tiempo presente
• Que sean inspiradores en su texto
• Que sea honesta y precisa
• Enfóquense en las necesidades humanas
Filosofía: La filosofía es el extracto de la misión y los principios combinados.
En la filosofía se debe identificar claramente qué es lo que hace diferente de los
demás. Una filosofía bien descrita ayudará a crear una imagen única que los
diferenciará y posicionará en un mercado competido.
Lema: Un lema debe ser la conclusión extraída del desarrollo y análisis de los
elementos del Manual de Fundamentos hasta aquí revisados: visión, principios, misión
y filosofía. El lema empresarial es el máximo reto de síntesis que deberán enfrentar y
su éxito dependerá de qué tan bien expresados están los basamentos de los que se
desprenderá.
Normas de conducta y apariencia: Estas normas serán las reglas que todos
los que colaboren en la empresa deberán de cumplir para que se comunique y
mantenga una buena imagen.
El lenguaje corporal
Dice Flora Davis, en su libro “El Lenguaje de los Gestos” : “… la comunicación
no verbal es más que un simple sistema de señales emocionales y que en realidad no
pueden separarse de la comunicación verbal. Ambos sistemas están estrechamente
vinculados entre sí, ya que cuando dos seres humanos se encuentran cara a cara se
comunican simultáneamente en varios niveles, conciente o inconcientemente, y
emplean para ello todos los sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olfato. Luego se
integran todas estas sensaciones mediante un sistema de codificación, que algunas
veces llamamos “el sexto sentido”: la intuición”.
Esta intuición forma parte del arte de la interpretación del lenguaje de los
gestos; pero como ya hemos dicho, el estudio de la comunicación no verbal es
también una ciencia y ha desarrollado técnicas que son empleadas habitualmente por
diversos profesionales.
Los estudios científicos, analizando numerosos aspectos de la comunicación
no verbal, se han planteado como primera cuestión si el lenguaje corporal, tal como lo
señalaron algunos antropólogos en la década del 40 del siglo pasado, es fortuito o se
aprende de igual manera que la lengua hablada.
A lo largo de la infancia y la adolescencia, las experiencias acerca de los
movimientos corporales son bastante directas y están fuertemente relacionadas con el
descubrimiento de la identidad sexual; más adelante se transforman en
convencionalismos o pautas culturales que además están en continua transformación,
como la distribución de las tareas domésticas en las parejas o familias actuales y las
de décadas anteriores.
Otro descubrimiento fue que el movimiento corporal está estrechamente
relacionado con la lengua hablada, de manera que no existe un “lenguaje universal” de
los gestos pero sí un conjunto de gestos que tienen un significado universal
sobreentendido.
Así, el significado del mensaje es indivisible de la lengua hablada y el contexto
y se halla inmerso en un conjunto de gestos que dan sentido a la comunicación.
Existen algunos movimientos que se denominan “marcadores”. Por ejemplo, la
utilización de palabras como yo, mi, mío, nosotros, éste, ése, nosotros, ellos,
generalmente van acompañadas por pequeños movimientos de cabeza, ojos, manos,
dedos, hombros; como así también al referirse a hechos del pasado el cuerpo se
mueve hacia atrás de una línea imaginaria que pasaría por su centro mientras que si
se habla del futuro, ese movimiento es hacia delante.
Otros movimientos son filtrados por la atención del interlocutor, ya sea porque
le resultan mínimos o imperceptibles o porque les adjudica una explicación biológica;
está claro que el interlocutor ve y oye mucho más de lo que concientemente absorbe
en la entrevista. Sin embargo, es probable que esos gestos o movimientos impacten
subliminalmente en la interpretación final del metamensaje.
Es interesante detenerse un momento en la cuestión del “conjunto de gestos”,
pues nos lleva a la idea de que el cuerpo, por la forma en que se mueve, las posturas
que adopta y la distribución de los rasgos faciales, es un mensaje en sí mismo que
habla principalmente, de nuestras pautas culturales, como respuesta, imitación y
aprendizaje, de los gestos y movimientos de nuestros semejantes, al punto que, como
dice Flora Davis, “el cuerpo es el mensaje”.
La estrecha relación con las pautas culturales, más aún, el hecho de que el
aspecto físico pueda programarse en función de la cultura imperante, se ve claramente
al analizar el “prototipo” que impone la moda en cada época.
Por ejemplo los movimientos hippies en la década del 60, las “tribus urbanas”
en la actualidad: sus integrantes adoptan poses y modifican su aspecto físico hasta
casi indiferenciarse entre ellos.
En resumen, el lenguaje no verbal es intrínseco al ser humano; se halla
condicionado o modificado por el género y la cultura y es inseparable de la palabra
hablada.
Con estos elementos, podemos pasar a analizar algunos gestos típicos, y
decodificar el mensaje que intentan transmitir.
El saludo
Los etólogos (estudio del comportamiento animal en su adaptación al ambiente
y entorno social con formado por otros miembros de su especie y las otras especies)
descubrieron que tenemos comportamientos bastante parecidos a los de nuestros
parientes más cercanos en el mundo animal (simios y monos). También ellos tienen
una suerte de saludo, con abrazos, reverencias y hasta palmeos en la espalda.
La función del saludo entre los primates es demostrar que el acercamiento no
es agresivo; idéntica función cumple entre los seres humanos. El saludo, acompañado
por los movimientos de ojos y brazos, informa acerca de la seguridad, status y postura
de cada uno de los participantes.
Los ojos
Tomando nuevamente como referencia la ciencia etológica, una mirada fija y
persistente en el mundo animal es claramente un signo de amenaza. Esto es así
también entre las personas, baste recordar los propios sentimientos cuando nos
hemos sentido observados o vemos que alguien nos clava su mirada inexpresiva.
La fuerza de la mirada es un tema misterioso en la historia de la Humanidad.
Tanto se cree en el antiquísimo “mal de ojo”, que es el daño causado con la mirada,
conocido desde por lo menos el año 3000 a.C., como en los efectos benéficos de la
mirada, como lo hacían los marinos aún hasta mediados del siglo pasado, pintando en
ojos en el casco de los barcos.
La mayoría de los encuentros comienzan con el contacto visual, y el lenguaje
de los ojos quizás sea el más sutil de los gestos corporales. Una mirada puede
cambiar totalmente el significado de una situación. Las convenciones sociales pesan
fuertemente sobre la mirada; cómo mirar, dónde, cuándo mirar o no mirar, es una
preparación que adquirimos desde la primera infancia.
El movimiento de los ojos determina no solamente hacia dónde está mirando
una persona, o qué es lo que ve, sino que establece todo un sistema de tráfico de
señales durante una conversación, que actúa regulándola.
Las manos
Continuamente las manos realizan pequeños movimientos que acompañan e
ilustran la palabra hablada.
Estos gestos comunican pero también revelan emociones, a veces de manera
inconfundible. Las manos pueden enfatizar, ilustrar, dibujar en el aire, dar a entender
formas o tamaños.
El estilo de la gesticulación es propio de cada individuo y aún de cada cultura.
Este aspecto de la comunicación no verbal comenzó a estudiarse alrededor de 1940
siendo uno de sus precursores David Efron quien logró demostrar que las formas de la
gesticulación no se transmiten genéticamente sino que son una fuerza que constituye
el estilo de una cultura.
También en el lenguaje de las manos existen emblemas universales que los
científicos se han preocupado por determinar. Por ejemplo el símbolo de dormir (las
manos juntas y la mejilla inclinada apoyada sobre ellas); el de estar satisfecho
(palmaditas o masajes circulares en el estómago).
En general, cuando uno de los participantes de una conversación gesticula con
las manos, el otro es conciente de esos movimientos pero se fija más en el rostro.
El movimiento de las manos informa al entrevistador acerca de la situación de
mayor o menor tensión del postulante y brinda datos directos acerca de su
personalidad.
Gestos más comunes y su significado
• Tocarse ligeramente la nariz al hablar: Mentir, dudar o rechazar algo; estás
mintiendo, exagerando o no estás diciendo la historia completa.
• Apretarse la nariz: Evaluación negativa
• Frotarse un ojo al hablar: Dudas
• Dar un tirón al oído o tocar el lóbulo; Inseguridad
• Acariciarse la quijada: Toma de decisiones
• Entrelazar los dedos: Autoridad
• Jugar con el cabello: Falta de confianza en sí mismo e inseguridad
• Mirar hacia abajo: No creer en lo que se escucha
• Cruzar las piernas, balanceando ligeramente el pie: Aburrimiento
• Brazos cruzados a la altura del pecho: Actitud a la defensiva
• La cabeza descansando sobre las manos o mirar hacia el piso: Aburrimiento
• Frotarse las manos: Impaciencia
• Golpear ligeramente los dedos: Impaciencia
• Sentarse con las manos agarrando la cabeza por detrás: Seguridad en sí
mismo y superioridad
• Inclinar la cabeza: Interés
• Palma de la mano abierta: Sinceridad, franqueza e inocencia
• Caminar erguido: Confianza y seguridad en sí mismo
• Pararse con las manos en las caderas: Buena disposición para hacer algo
• Morderse las uñas: Inseguridad o nervios
• Unir los tobillos: Aprensión
• Manos agarradas hacia la espalda: Furia, ira, frustración y aprensión
Ritmos corporales
Los estudios sobre la cinesis y la CNV han determinado que el cuerpo del
hablante se mueve al compás del propio lenguaje pero, más sorprendente aún, que el
que escucha también se mueve al ritmo del que habla. Cuando comenzaron estos
estudios, en la década del 40-50 del siglo XX, se denominó a este fenómeno
“sincronía interaccional”.
Estudios más modernos, como la Programación Neurolingüística, lo denominan
“acompasamiento”.
Esos movimientos pueden ser tan sutiles y rápidos que pueden pasar
desapercibidos; no es simplemente una imitación de los gestos del otro sino de seguir
en forma compartida un ritmo.
El profesor William Condon, uno de los principales estudiosos del tema, le
otorga tal importancia a esta sincronía que entiende que la comunicación humana no
sería posible sin ella.
Sirve para transmitir mensajes trascendentes; el hablante entiende que su
interlocutor realmente lo está escuchando; en el nivel subliminal expresa variaciones
importantes en la comunicación.
Como ya lo hemos señalado repetidamente, la forma en que se emplea el
movimiento del cuerpo varía según las culturas, el grupo social al que se pertenece o
desea pertenecer, el género, entre otras variantes.
Una mala interpretación de los movimientos corporales puede dar lugar a la
formación de un concepto erróneo acerca de la personalidad y convicciones del
entrevistado; por ejemplo, suponer que tiene prejuicios raciales o religiosos.
El proceso comunicacional
En su forma más simplificada, un modelo de comunicación está compuesto por
un conjunto de dispositivos receptores a través de los que se transmiten las
informaciones del ambiente externo (input). La misión de los receptores es
seleccionarlas e interpretarlas de acuerdo con un código apropiado, o un conjunto de
reglas interpretativas, que varía de un sistema a otro.
La interpretación depende e los valores dominantes, de la calidad y tipo de
canales de comunicación y sobre todo, de los fines que el sistema trata de alcanzar.
Posteriormente la información tratada de este modo llega al centro de
decisiones que la compara con valores, expectativas, experiencias semejantes, etc.
Un modelo sencillo comunicación considera nueve elementos presentes con
sus respectivas interacciones
La imagen externa
Es el nivel más superficial, aquello que nos podemos poner o quitar con
facilidad y en poco tiempo, como el maquillaje, peinado, vestimenta y accesorios.
Pero como sabemos uno de los objetivos de la asesoría de imagen personal es
embellecer el aspecto externo de la persona o colectivo, no se trata solamente de
embellecer la imagen sino de adecuar la imagen externa con lo que la persona quiere
transmitir en relación a los cánones vigentes y el entorno.
Para una correcta asesoría de imagen personal, debemos descifrar los
mensajes que nos transmite nuestro cliente, observando cuáles deben ser modificados
y cuáles no.
Esta observación se hace a través de la indumentaria, color de la piel, ojos y
cabello, forma y volumen, movimiento de proyección y traslación.
La expresión.
Este es un segundo nivel de observación. Nuestras expresiones transmiten
gran parte de nuestra forma de ser o pensar. La expresión forma parte de la
comunicación, ya que a través de ella emitimos, conciente o inconcientemente,
mensajes concretos. En la comunicación utilizamos distintas formas de expresión:
verbal, no verbal, escrita y visual.
Comunicación verbal.
Es la que realizamos oralmente. Intervienen diversos factores como tono,
modulación, ritmo, velocidad y entonación, así como el lenguaje que utilizaos y el
contenido de lo que decimos; pero estos dos factores se diluyen si no manejamos
correctamente los anteriores.
Comunicación no verbal: lo hemos desarrollado ampliamente en el capítulo
correspondiente.
Comunicación escrita; es uno de los aspectos más difíciles y comprometidos.
Esta forma de comunicación se basa en el contenido, el lenguaje, la articulación y la
permanencia.
La actitud: Es el nivel más profundo de la imagen personal. Las actitudes son
innatas, genéticas, mientras que la generosidad, cordialidad o discreción forman parte
del aprendizaje convirtiéndose en cualidades o características personal. Pero si una
persona es de naturaleza egoísta, difícilmente cambie a generosa, si bien puede
cultivar su personalidad y modificar sus tendencias negativas con esfuerzo,
entrenamiento y tiempo. Las actitudes son fundamentales para la conformación de la
imagen personal.
La aptitud: Es una fase elaborada, ya que la imagen externa y la expresión,
junto con las actitudes, conforman la “aptitud”; siendo las aptitudes básicas el saber
estar y la buena presencia.
Se llaman aptitudes porque para alcanzarlas es necesario un proceso intlectual
de comprensión y adaptación, es decir, una combinación de todos los elementos de la
imagen personal para adecuarla a cada circunstancia sin que por ello se diluya la
personalidad.
La definición de aptitud adoptada por la asesoría de imagen es la que nos dice
el Diccionario:
Aptitud es lo que hace que una cosa sea adecuada para cierto fin…
Idoneidad para obtener o ejercer un empleo.
Estilo
Nos referíamos a los distintos niveles de proyección de la imagen personal,
siendo la imagen externa el nivel más superficial y quizás más fácil de cambiar.
En función de estos elementos podemos definir al estilo como:
La suma de todos los componentes que forman nuestra imagen externa:
la estética, el maquillaje, la peluquería, el vestuario y los accesorios. El estilo es
percibido por los demás, por medio de la vista y el olfato.
Buena presencia
La “buena presencia” es la adecuación de la imagen a las necesidades de
comunicación de una persona, en función de su entorno y actividades.
La buena presencia se basa en:
La estética: incluyendo cuidado de la piel, higiene personal y tratamientos
Maquillaje: embellecimiento del rostro a través de técnicas que disimulen los
aspectos poco estéticos y potencien los atractivos
Peluquería: Cuidado e higiene del cabello, corte, volumen y color adecuados a
la imagen que se desea transmitir
Vestuario y complementos: eleentos de la imagen externa que ayudan a definir
un estilo propio, como las gafas, bolsos, reloj, anillos, pulseras, etc.
Todos estos elementos deben ser armonizados para determinar una buena
presencia personal ante el entorno.
“Saber estar”
El “saber estar” está relacionado con la educación y las convicciones éticas o
morales de las personas y aglutina la expresión y actitudes. Se basa en las
habilidades sociales, que deben ser acordes al ambiente o momento desde el punto
de vista social o colectivo.
La elegancia
La elegancia es un intangible que está relacionado con el movimiento, el porte,
la riqueza interior y una forma de ser especial.
La elegancia es el resultado de una elección, pues etimológicamente hablando,
elegancia deriva de “elegans”, verbo latino relacionado con “elegire”, o sea, elegir. La
elegancia consiste en saber elegir nuestro vestuario en función de nuestras propias
características y el lugar donde vamos a estar, la hora, la ocasión, u otras variables
que debamos considerar.
Desde este punto de vista hay dos tipos de elegancia.
Una elegancia interior, vinculada al gusto estético, delicadeza, impronta
personal, saber elegir, discreción, sencillez, buen gusto, serenidad.
Una elegancia exterior, relacionada con la buena educación, vocabulario,
aspecto personal, sonrisa, cortesía, lenguaje no verbal, perfumes, la forma de llevar lo
externo con sencillez y naturalidad.
Erróneamente se piensa que la elegancia existe en función del poder
adquisitivo y que sólo las prendas muy costosas son elegantes. En realidad lo
elegante es lo que combina con un criterio estético en consonancia con la figura, color
de piel ojos y cabellos, edad y personalidad.
Por otra parte estar a la moda no equivale a ser elegantes; la moda, para ser
elegante, debe ser filtrada por nuestros propios criterios estéticos para seleccionar lo
que más se ajusta a nuestra figura y forma de ser.
En cambio la función del asesor/a de imagen es potenciar la elegancia de un
individuo o colectivo.
En síntesis, la elegancia está determinada por:
Naturalidad en la posición del cuerpo
Armonía en los movimientos faciales y corporales
Suavidad en los movimientos si es mujer, rectitud si es varón
Normalidad en la velocidad de los movimientos, es decir ni precipitados
ni lentos
Armonía en la selección de los colores
Líneas armónicas que faciliten la lectura de la imagen corporal.
Es muy común que se confundan términos como “clase”, “elegancia”,
“glamour”, “distinción”. Veamos cada uno de ellos:
Clase: estilo propio, introduce en su vestuario elementos que la diferencian de
los demás.
Glamour: palabra francesa que equivale a “encanto” en castellano; el encanto
es la atracción que ejercen algunas personas como resultado de una sabia
combinación de elementos que los hacen irresistibles. Cultura, buena educación,
capacidad para escuchar, delicadeza en el trato y amabilidad, son las cualidades de
una persona “glamorosa”.
Distinción: La distinción es una cualidad innata, en cierta forma similar a la
“clase”; si en aquél caso la persona con clase introducía elementos que la hacían
diferente, en este caso la introducción de esos elementos siempre le queda bien.
A diferencia de la distinción, la elegancia se puede aprender. Requiere mucho
equilibrio personal, paciencia y perseverancia para dominar los movimientos; puede
ser aprendida y cultivada, y está relacionada con la personalidad y el carácter
individuales.
El siguiente cuadro intenta resumir y sintetizar todo lo que hemos visto hasta
ahora:
Una persona que cuida su imagen se siente más segura y confiada en lo que
ofrece y transmitiendo una fuerza imparable.
Desde el punto de vista colectivo u organizacional, desarrollar un estilo
corporativo propio y único, es esencial para obtener una ventaja diferencial, que
permita grabar en la mente de los clientes la excelencia de la compañía y favorecer su
fidelización.
Cuando se oye o se habla de imagen, casi siempre, la mente se va hacia
hombres y mujeres espectaculares, con mucho glamour, con unas medidas perfectas,
cuerpos esbeltos y con un gran atractivo.
Pero entonces ¿si la madre naturaleza no nos ha concedido un cuerpo
magnífico, nuestra imagen personal puede verse afectada?
Desde ya que la respuesta es “No”. Las personas somos algo más que un
aspecto físico, estamos dotadas de una mente maravillosa y de unos valores, que
hacen que seamos lo que realmente somos.
Un aspecto físico impecable con una mente vacía, sin personalidad, no sirve. Al
contrario, una mente prodigiosa con una apariencia descuida o sucia, tampoco.
El cuerpo es un elemento magnífico de comunicación y es la tarjeta de
presentación de una persona, que debe ir acompañado del control del lenguaje verbal
y no verbal.
Por tanto, cuando hablamos de imagen personal, no nos referimos solamente
al atuendo que se lleve, sino que es algo más amplio, que abarca también: los rasgos
físicos, posturas y movimientos al sentarse, al caminar, al saludar, el tono de la voz, la
mirada, la risa y la sonrisa, la higiene, la cortesía, la educación, etcétera. Podemos
decir que es un estilo de vida, la forma de ser y actuar y en consecuencia, cada
persona tiene la suya propia.
Es importante cuidar la imagen personal ya que es lo primero que los demás
ven de nosotros. Cuando una persona se presenta ante otras, antes de pronunciar una
palabra, ya está transmitiendo datos e ideas, aún sin quererlo. Aunque no seamos
conscientes, todos proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen que
ofrecemos al exterior.
La imagen personal es como una foto, es todo lo que los demás ven de
nosotros en una rápida y fugaz mirada. Conseguida, comienza el juicio psicológico,
¿ofrece o no, confianza? Evidentemente, cuando se está frente a personas, todo se
desarrolla en cuestión de minutos.
Por otra parte, la buena presencia, al ser y sentirse agradable a la vista de
otros, hace a las personas más seguras de sí mismas, lo cual mejora en gran medida
su desarrollo personal, profesional y social.
El boom de la publicidad masiva en Estados Unidos en los años sesenta, llevó
a muchas empresas, a estimular la venta de sus productos, a través de la capacidad
de seducción de la imagen e hizo recobrar el viejo proverbio chino que reconocía que
“una imagen vale más que mil palabras”.
La regla de oro para transmitir una buena imagen es: “estar a gusto y seguro
con uno mismo”.
Conceptos
La palabra imagen procede del latín “Imago”, es decir, representación; así se
llamaba a las mascarillas de cera que replicaban el rostro de los miembros del Estado
romano cuando morían.
La imagen es la apariencia externa de las personas o cosas, pero “imagen
personal” es un término mucho más amplio que va mucho más allá de nuestro aspecto
exterior.
La asesoría de imagen personal se ocupa de potenciar la imagen individual de
una persona, adecuando su presencia y comportamiento a las distintas actividades,
situaciones y conductas con las que se puede encontrar en el desarrollo de sus
funciones, mediante la aplicación de técnicas como cuidado personal, habilidades
sociales y expresión corporal y verbal.
El objetivo no es simplemente mejorar la estética y la indumentaria siguiendo
las pautas de la moda, sino trabajar en todas las posibilidades que puede ofrecer la
imagen en combinación con las actitudes personales.
Para proyectar nuestra mejor imagen la transformación exterior debe ir
acompañado de una transformación interna que nos aporte seguridad más allá de
nuestro aspecto físico.
Por ejemplo en una entrevista laboral, entre dos postulantes con las mismas
capacidades y valores y un currículum excelente, tendrá más posibilidades quien se
presente con un aspecto físico más cuidado y transmita seguridad y confianza.
La asesoría de imagen personal debe adecuarse a las necesidades, deseos y
motivaciones de la persona a la que vamos a asesorar, respetando sus gustos y
prioridades.
El/la asesor de imagen personal debe tener conocimientos de maquillaje,
peluquería, comunicación, protocolo y estilismo, para aplicar las mejores técnicas, las
más adecuadas, para mejorar, potenciar y adecuar la imagen de la persona con la que
estamos tratando.
Así, una asesoría de imagen se compone de elementos como:
Belleza, nutrición, tratamientos y medicina estética;
Peluquería, técnicas y estilos
Maquillaje social, según las oportunidades, fiestas, reuniones, etc,;
Vestuario, estilos y complementos
Protocolo, habilidades sociales y empresariales
Comunicación, expresión verbal y no verbal
Recursos humanos y tratamientos protocolares empresarios.
La primera impresión
Es muy común escuchar la siguiente frase: “La primera impresión es lo que
cuenta”. Debemos preguntarnos: ¿Qué percibo cuando veo a una persona por
primera vez? ¿Qué impresión me transmite?
La primera impresión es un proceso de percepción de n individuo hacia otro
que sucede en un muy corto lapso. El primer encuentro tiene una gran importancia, ya
que no siempre hay una segunda oportunidad para modificar una mala impresión.
En los ámbitos laborales y sociales es fundamental causar una buena
impresión, ya que de ello pueden depender negocios y trabajos.
En un encuentro cara a cara, la primera impresión se forma entre los primeros
dos a cuatro minutos; si la conversación es telefónica este tiempo puede reducirse a
segundos. Algunos estudios sociológicos afirman que para una persona entrenada,
son suficientes treinta segundos para obtener información básica acerca del carácter y
educación de la persona que tenemos delante.
Esta imagen generalmente se forma a través de los sentidos, y queda grabada
como un flash en la memoria; la expresión del rostro, la sonrisa, la forma de dar la
mano, la mirada, el tono de voz, prácticamente en es orden, e inmediatamente la
formación de un juicio acerca de la confianza, seguridad en sí mismo, profesionalismo
y accesibilidad, terminan de conformar la “primera impresión” de nuestro interlocutor.
La primera impresión se compone de la siguiente manera:
El aspecto o apariencia física, qué dice y cómo lo dice, son aspectos que un
interlocutor entrenado analiza en cuestión de segundos y casi inconscientemente, en
forma sucesiva y buscando la coherencia entre estos aspectos y el mensaje.
Si existe incoherencia, representa una valla en la comunicación o directamente
su ruptura; en cambio, si hay armonía, el interlocutor puede centrarse en las palabras
y cuanta mayor congruencia exista, más favorable será la primera impresión.
La formación de la primera impresión se basa en los siguientes elementos en el
orden en que se presentan:
Apariencia física:
Color de la piel
Sexo
Edad
Expresiones faciales
Contacto ocular
Movimientos
Espacio personal
Tacto
Apariencia
Expresión oral: la forma de hablar
La voz
Velocidad
Volumen
Tono
Timbre
Modulación
Articulación
Dicción
Vocalización
Expresión oral: el contenido
Las palabras, enfoque, exposición del pensamiento
Actitud auditiva
Interrupciones (o no)
Comprensión del mensaje
Respuestas
Interés
Preguntas
La primera impresión puede ser positiva o negativa: debemos saber que una
opinión negativa es más fuerte que una positiva, más influyente, ya que este tipo de
emociones se transmiten en forma más rápida que las positivas, en base a un primitivo
instinto de conservación que nos advierte que podemos estar frente a una amenaza.
Conocer los mecanismos que determinan la “primera impresión” nos ayudará a
utilizarlos eficazmente y ser concientes de los mensajes que transmitimos, para que
actúen en nuestro favor.
Un gesto erróneo, el uso excesivo de muletillas al hablar, falta de confianza en
uno mismo, inconsistencia entre lo que expresamos y lo que nuestro cuerpo
demuestra, son actitudes que pueden provocar la pérdida de una oportunidad.
Las asesorías de imagen pueden incluir diversos métodos, como trabajos
corporales, manejo de los gestos, uso de la voz, juegos de rol y vestuario,
conjugándose en un marco teórico cuya meta es lograr que la imagen que proyecta la
persona y lo que realmente es sean lo más parecidas posible.
Los especialistas coinciden en que la confianza es una condición fundamental
para producir una modificación positiva en la imagen. "Los cambios que esa persona
necesita para mejorar su imagen deben enfocarse sin ofender al alumno -comenta
López-, si no el proceso de transformación fracasa y va en contra de lo buscado."
La duración de las asesorías depende de lo que busca cada firma y de la
cantidad de participantes. Casi todas incluyen testeos, encuestas y análisis personales
y grupales, además de una devolución de las conclusiones a los directivos.
En tanto, López no coincide con la frase No hay una segunda oportunidad para
una primera mala impresión . "Creo que a veces hay una segunda oportunidad,
siempre y cuando sepamos cambiar la imagen de ese primer encuentro."
La información
Esta es la primera etapa de una asesoría de imagen y qui´zs la más
importante. Durante esta etapa el o la asesor/a profundizará en la personalidad y
entorno del cliente para definir los cambios necesarios, en armonía con estos valores,
ya que una de las mayores precauciones que se deben tomar, es que los cambio son
interfieran con la personalidad.
El cliente
El proceso de recopilación de la información se debe dar en los distintos
ámbitos de actuación de nuestro cliente. Su ámbito laboral y profesional así como sus
actividades sociales nos proporcionarán valiosa información.
La búsqueda de datos respecto de los ámbitros personal y profesional abarca
distintos métodos, como por ejemplo el seguimiento de unguión o cuestionario, la
realización de entrevistas personales y el estudio y análisis de material gráfico como
fotografías, notas de prensa y material audiovisual como videos institucionales. A
través de estos procedimientos se pueden conocer los gustos del/a asesorado/a, sus
preferencias, necesidades y prioridades.
Respecto del ámbito personal, digamos que todos los datos son valiosos para
definir los aspectos más personales del cliente; una visita a su casa y la observación
de la decoración y estilo, su forma de alimentación, sus actividades en ratos de ocio,
sus hábitos de higiene y presencia son parámetros que también nos ayudan a conocer
su personalidad.
Procesos y técnicas
Esta es la información que nos facilitan terceras personas, como los
profesionales con los cuales trata, ya sea en el ámbito profesional como el personal,
sus familiares, amigos y colaboradores.
Observación
La observación es el esfuerzo por percibir, fundamentalmente a través de la
vista, los condicionantes externos y cómo se relacionan volúmenes y formas. En este
ejercicio debemos desbrozar del terreno lo que es pura apariencia, por ello es
necesario contar con un guión que incluya los aspectos más importantes en los cuales
deben centrar nuestra atención, trabajando con fichas que hayamos diseñado
especialmente que incluyan y almacenen todo lo que vayamos observando.
Las observaciones se desarrollarán en el siguiente orden:
La imagen externa y expresión se evaluará a partir del movimiento
(expresividad corporal y gestual), forma de caminar, hablar, sentarse o
levantarse; volumen, color, forma y olor.
Las actitudes personales, aunque son más difíciles de ob servar ya que
requieren mayor tiempo para arribar a conclusiones ás aproximadas a la
realidad. Deberá observarse la capacidad para relacionarse
socialmente, la cordialidad, la discreción para el mantenimiento de la
relación social, y la generosidad.
A continuación se observará la presencia y “saber estar”, es decir la capacidad
para tener buena presencia independientemente del entorno. Este “saber estar” está
relacionado en parte con la imagen externa y en parte con la expresión y actitudes.
Las habilidades sociales se basan en:
Saludos y presentaciones
Orden de precedencias
Comportamiento como invitado o anfitrión
Capacidad para la conversación social
Decisión y propuesta
Una vez recogida toda la información y establecidos los parámetros que nos
permitieron en proceso de observación, podemos comenzar con la elaboración de
conclusiones que se expresarán en recomendaciones para que nuestro cliente pueda
mejorar su imagen personal.
Es el momento de presentar el resumen del trabajo, objetivos, propuestas y
planificación de los pasos a seguir.
Recordemos que la finalidad de la asesoría de imagen tiene como prioridad
que el cliente esté satisfecho con su propia imagen, de manera que nuestro estudio
debe tender siempre a potenciar lo positivo y corregir o disimular lo negativo, en fora
coherente con la personalidad de la persona a la que estamos asesorando.
La formación
La asesoría de imagen incluye un proceso de formación del cliente, con el
objetivo de que en el futuro el cliente pueda realizar por sí mismo el mantenimiento de
las mejoras alcanzadas. La función del asesor en esta etapa es la formación del
cliente acerca de los hábitos conductas que debe adquirir a través de la comprensión
y asimilación, para que pueda aplicarlos de aquí en adelante. El proceso de formación
se basa en el análisis y corrección de las expresiones orales y gestuales, el
movimiento, maquillaje, estilismo, peinado y habilidades sociales.
El mantenimiento
El último paso en el proceso de asesoría de imagen personal es el
mantenimiento. Lo que se espera es que la persona a la que hemos asesorado, sea
capaz de mantener y mejorar los cambios a lo largo de toda su vida, ya que la imagen
siempre debe estar actualizada más allá de la edad y circunstancias de la vida.
El entorno puede cambiar, pueden cambiar las circunstancias sociales y
económicas, y quizás la imagen trabajada en la actualidad no sea la misma que se
necesite en el futuro; pero los parámetros aplicados deben ser útiles para adaptarnos
a cualquier circunstancia y servir de base para adaptarnos a nuevas condiciones.
Reputación alta
Visibilidad baja
2 1
Visibilidad alta
3 4
Reputación baja
Marketing personal
La imagen personal también puede ser trabajada desde el punto de vista de las
técnicas de marketing, con actividades destinadas a crear, mantener o modificar las
conductas de los demás.
Es común que estas técnicas sean utilizadas por celebridades y candidatos
políticos.
Uno de los promotores más famosos fue Brian Epstein que ayudó a Los
Beatles a consolidar su imagen. La mercadotecnia de celebridades es muy variada;
por su parte la de candidatos políticos se ha transformado en una gran industria y área
especializada, y sobre todo han ganado interés las campañas electorales, para las
cuales se contratan consultoras de todo tipo y nivel que van formando o
perfeccionando la imagen del candidato/a.
Autoestima - Autoconcepto
La autoestima está muy relacionada, enfocada como causa y también como
efecto, con las habilidades sociales.
La autoestima es una configuración psicológica compleja, por ello podemos
delimita otro concepto, que aunque guarde mucha relación y de hecho muchos
consideran que es lo mismo, posee algunas diferencias: el autoconcepto:
Configuración psicológica donde emergen ideas, criterios y percepciones
de sí mismo del otro y del medio que lo rodea y que el mismo esta sujeto a
cambios, pues esta supone una historia personal que se enriquece día a día.
La autoestima está relacionada al autoconcepto y se refiere al valor que se
confiere al yo percibido, por lo que tiene que ver más con el valor afectivo y por lo
tanto se reviste de una carga psicológica dinámica muy fuerte.
Al constituirse autoconcepto-autoestima en una unidad cognitiva- afectiva que
con el desarrollo individual se integra dentro de la estructura de la personalidad, va
adquiriendo un potencial regulador de conducta, de gran relevancia y en un centro
productor de estados emocionales diversos.
Si la auto estima es alta expresa el sentimiento de que uno es lo
“suficientemente bueno” y está preparado para diferentes situaciones que debe
afrontar en el transcurso de la vida; la baja autoestima implica la insatisfacción, el
rechazo y el desprecio hacia sí mismo, emerge la imposibilidad de poder realizar
ciertas tareas, por lo que existe un sentimiento de minusvalía.
La autoestima está relacionada con la expresión de actitudes de aprobación
(aceptación) con respecto a la capacidad y valor de sí mismo, el autoconcepto se
refiere a la colección de actitudes y la concepción que tenemos acerca de nosotros
mismos, lo cual es de vital importancia para el sujeto en sus relaciones
interpersonales, de forma general el autoconcepto y la autoestima tienen referencias
con la imagen de sí mismo.
El conocimiento adquirido por una persona durante su desarrollo se estructura
con el despliegue completo de sus habilidades lógico-deductivas durante el periodo
comprendido entre la adolescencia y la adultez. La habilidad para trasformar los
propios procesos cognitivos y emocionales en objeto del pensamiento es la condición
que permite al individuo a empezar a descodificar y conceptualizar su conocimiento
anteriormente adquirido.
Con la emergencia de destrezas que resultan del pensamiento abstracto, los
individuos pueden finalmente empezar a explicar y ubicar en teoría y creencias una
gran parte de lo que antes era conocido de forma tácita y directa; estas teorías
corresponden a aquellos aspectos del autoconocimiento, de lo que las personas han
tomado conciencia y con lo que definen su identidad personal; en otras palabras, la
formación de la imagen de sí, corresponde a una nueva construcción, llegando a
alcanzar un nivel superior en la expresión de la personalidad, es decir si se logra
introducir en el contenido de al personalidad en la historia del contenido aprendido
entonces pudiéramos decir que se ha alcanzado un nivel superior de expresión de la
habilidad social en correspondencia con la imagen de sí.
Puede decirse entonces que la autoestima es la abstracción que el individuo
hace y desarrolla acerca de sus atributos, capacidades, objetos y actividades que
posee o persigue; esta abstracción es representada por el símbolo o la imagen de sí
misma. Para efectuar tal abstracción el individuo considera las observaciones con
respecto a su propia conducta y la forma en que otros individuos a sus actitudes,
apariencias y ejecución de sus actos.
Como se observa la autoestima deviene en proceso, por lo tanto se configura
por efecto de múltiples factores, no obstante una vez casi constituida (no podemos
hablar de una autoestima acabada pues se sigue retroalimentando de una cadena
continua de autopercepciones y autoevaluaciones, es decir que no es rígida, sino
susceptible de cambio y por lo tanto siempre quedará espacio para que siga siendo
un efecto de), se convierte en una causa para generar o precipitar estados
emocionales, así como propiciar o no la inhibición de respuestas conductuales y de
formas también inhibir el contacto interpersonal.
Asertividad
Uno de los aspectos a tener en cuenta en el estudio de las habilidades es el
reforzamiento que pueden tener dos manifestaciones: social e individual.
Para la ejecución de una conducta socialmente habilidosa pueden coexistir los
dos reforzamientos o uno de ellos. Aún estando sólo el individual y no haber un
reforzamiento social (desaprobación, rechazo, castigo, etc), puede ser una conducta
habilidosa para en individuo, siempre que implique, crecimiento, desarrollo. Este último
aspecto, que constituye un subconjunto dentro del marco de las habilidades sociales,
ha sido citado con el término asertividad.
La asertividad proviene de un modelo clínico, cuya definición apunta a un gran
conjunto de comportamientos interpersonales que se refieren a la capacidad social de
expresar lo que se piensa, lo que se siente y las creencias en forma adecuada al
medio y en ausencia de ansiedad.
Para esto se requiere naturalmente, buenas estrategias comunicacionales. Sin
embargo el concepto asertividad ha evolucionado considerándose que la conducta
asertiva se refiere a aquellos comportamientos interpersonales cuya ejecución implica
cierto riesgo social, es decir que es posible la ocurrencia de algunas consecuencias
negativas el término de evaluación social inmediato y/o rechazo. Más aún, la falta de
asertividad, dependiendo de la cultura, puede incluso ser valorada por los grupos de
pertenencia, a costa de que la persona no logre sus objetivos sociales.
Por tanto la conducta asertiva es aquella que le permite a la persona expresar
adecuadamente (sin mediar distorsiones cognitivas o ansiedad y combinado los
componentes verbales y no verbales de la manera más efectiva posible) oposición
(decir que no, expresar desacuerdo, hacer y recibir crítica, defender derechos y
expresar en general sentimientos negativos ) y afecto (dar y recibir elogios, expresar
sentimientos positivos en general ), de acuerdo con sus objetivos, respetando el
derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta.
Cuando la persona percibe que su conducta no es aceptada por la sociedad, se
ve así mismo como un ser socialmente inaceptable y esto se convierte en un aspecto
dominante en su percepción del yo. El razonamiento externo también neutraliza la
introducción de conflictos para la cual todavía no se esta preparado. Es por esto una
vez reforzada la autoestima de un forma asertiva, pudiéramos eliminar ansiedad y
desarrollar ciertas disposición para en intercambio, entonces se encontrará preparado
para afrontar las consecuencias del acto y poder afrontar la crítica.
Conclusiones
Después de haber realizado un análisis sobre las habilidades sociales , en
cuanto a elementos que ejercen cierta determinación sobre estas, podemos decir que
en la base del binomio habilidad social-autoestima se encuentra una relación compleja
entre el sistema de relaciones y la posición activa del sujeto (que es de hecho la
esencia y causa), quien determinará la no adquisición de habilidades, que constituye lo
más importante condición, esencial y básica para la estructura de la baja autoestima.
La asertividad es un acto que no genera ansiedad, es espontánea, segura pero
que implica cierto riesgo social y no toma en cuenta la opinión del otro, sin embargo
posee gran tendencia al reforzamiento social y por tanto es un potenciador de
desarrollo del individuo favoreciendo una adecuada formación del autoconcepto y la
valoración de sí mismo.
El proceso de socialización se lleva en primer lugar dentro de la familia, que
inicia el proceso para la formación de habilidades sociales, lo continúa la escuela que
enfatiza y obliga a desarrollar la habilidad más complejas y específicas,
simultáneamente actúa el propio desarrollo o etapas de la vida de un individuo, lo cual
le va proporcionado ciertas exigencias, entre las que ocupan un lugar importante las
relaciones que se establecen con el grupo de amigos.
Ceremonial y Protocolo Empresarial
1.- Introducción
A medida que la especie humana fue evolucionando, aparecieron ciertas
necesidades, como por ejemplo la de demostrar, aún antes de la aparición del
lenguaje, el carácter de un encuentro entre grupos o tribus, y principalmente, la
demostración de que el grupo venía “en son de paz”. Estas demostraciones dieron
origen al actual saludo.
Con el correr de los tiempos los gestos originaron otras formas de expresión y
comunicación: homenajes, protección y amistad. Más adelante se desarrollaron las
ceremonias, danzas en honor a los dioses, espíritus o visitantes ilustres, sacrificios,
culto a los muertos, etc.
Llegamos así a tiempos más modernos en que la sociedad, para su propia
protección, va creando distintos códigos, de acuerdo a la cultura y las costumbres, que
se observan en función de transmitir cómo somos, ya que el aspecto exterior nada
dice de nosotros mismos.
Así aparecen ciertas pautas de comportamiento, vestimenta, formas de dirigirse
a las otras personas, conjuntos de reglas y convenciones que guían las relaciones
entre los Estados, las empresas y las personas, basados en la cultura y la tradición
propias de cada sociedad, como una forma de comunicación y regulación de las
relaciones.
Seguir ciertas reglas de protocolo es una demostración de respeto hacia los
demás y de la propia cultura y símbolo de la vocación de paz y consenso.
Haciendo un poco de historia, podemos decir que es en Egipto, durante el
período Neolítico y con el nacimiento de los grandes reinos Alto y Bajo Egipto, donde
aparece un ceremonial religioso y real que básicamente estaba a cargo de los
sacerdotes.
Pero el ceremonial como necesidad social o norma de comportamiento, sin
interferencia religiosa, nace en China basado en el orden jerárquico, donde comienza
a utilizarse ya en los años 2200 a 1800 a.C., siendo el gran maestro Confucio el que
escribe los primeros libros sobre el tema.
En Europa cada corte desarrolló su propio ceremonial, lo cual generaba
situaciones chocantes y hasta violentas que muchas veces hacían peligrar la paz.
Para dar solución a estos problemas es que se van perfilando y perfeccionando
las normas del protocolo internacional, como base para la diplomacia y la convivencia
pacífica.
Así, el Ceremonial y el Protocolo aparecen como ordenadores de la vida en la
comunidad.
En la vida moderna los elementos del Ceremonial se incorporan a las
Relaciones Públicas, como facilitadores de la comunicación en un ámbito en el que
funcionarios públicos, empresarios y miembros de distintas Organizaciones se
relacionan e interactúan permanentemente.
El uso práctico de las normas de etiqueta permite una dinámica facilitadora ya
que el empleo estricto de los órdenes de precedencia haría imposible la conversación
o deliberación.
Por ello conocer las normas generales de la etiqueta es imprescindible para los
agentes de las áreas de Ceremonial, Protocolo y/o Relaciones Públicas de la
Organización.
Los tiempos modernos exigen un ceremonial dinámico, basado en las técnicas
históricas pero adaptado a las relaciones más humanizadas y cordiales que impone la
globalización, junto con cierto desacartonamiento imprescindible para el logro de
objetivos organizacionales.
Por ello se han desarrollado nuevas técnicas, como el Ceremonial de
Relaciones Públicas, que proporciona formación e información útil a quienes deben
desempeñar determinadas funciones en el ámbito empresarial, diferente del oficial o
gubernamental pero necesario ya que muchas veces reúne integrantes de todos estos
espacios.
Como lo dice María Berisso en su libro “Protocolo y Ceremonial” en el que nos
basamos para la preparación de este trabajo, “Así los habitantes del mundo nos
unimos en un respeto, consideración y educación universales”.
Definiciones
Para ir introduciéndonos en el tema debemos familiarizarnos con el vocabulario
que vamos a utilizar, por ello le presentamos aquí una serie de definiciones que será
importante tener en cuenta, para una mejor comprensión de las cuestiones a
desarrollar.
Ante todo se debe tener en cuenta que el protocolo y el ceremonial se basan
en la cortesía que debe primar en las relaciones entre las personas de buena fe.
El gran maestro francés del protocolo moderno, Jean Serres, ha dicho que “El
ceremonial crea la atmósfera para las relaciones y el protocolo codifica las reglas que
gobiernan el ceremonial, dando a cada participante las prerrogativas, privilegios e
inmunidades que le corresponden”.
Los principales conceptos son los de ceremonial, etiqueta, vocativos,
dignidades y títulos, orden de precedencia y sociabilidad.
Ceremonia: Acción o acto exterior arreglado por ley, estatuto o costumbre, para
dar culto a las cosas divinas, o reverencia y honor a las profanas.
Ceremonial: Conjunto de formalidades para los actos públicos y solemnes.
Cortés: Calidad de cortesía
Cortesía: Compatibilidad entre la educación y el respeto a las personas, con la
energía para sostener y defender cada cual sus convicciones y derechos.
Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tienen las
personas entre sí. En las cartas: expresiones de urbanidad puestas antes de la firma.
Tratamiento: título de cortesía que se da: merced, señoría, excelencia, don, señor.
Educación: Cortesía, urbanidad, buenos modales.
Educado: Que tiene buena educación o urbanidad.
Educar: Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de una
persona. Perfeccionar, afinar los sentidos: educar el gusto, enseñar urbanidad y
cortesía.
Etiqueta: Ceremonial de los estilos, usos y costumbres que se deben observar,
principalmente en las casas reales y en actos públicos solemnes. Por extensión:
ceremonia en la manera de tratarse las personas a diferencia de los usos de confianza
o familiaridad.
Modales: Acciones externas con las que uno da a conocer su buena o mala
educación.
Precedencia: Anteposición, antelación en el orden. Preeminencia o preferencia
en el lugar y asiento, y en algunos actos honoríficos. Primacía, superioridad
Protocolo: Regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto
o costumbre.
Cualidades necesarias
Los funcionarios de relaciones públicas deben dominar varios elementos.
Muchas veces se hace recaer en ellos responsabilidades que no les competen, pero
quienes desempeñan estas funciones en áreas organizacionales deben reunir una
serie de características que les permitan sortear con éxito las dificultades que siempre,
en el trato con personas, se pueden presentar.
• Capacidad para tratar con todo tipo de personas y adaptarse a cualquier
situación. Comprensión y tolerancia.
• Capacidad de expresión oral y escrita, en base a la estrategia de las
“3C”: corto, conciso y concreto.
• Capacidad organizativa, para planificar y dar órdenes.
• Conducta ética e integridad.
Monografía de Childs
El norteamericano A. Childs, considerado el padre de las Relaciones Públicas,
enumeró las funciones de un área de relaciones públicas integrándolas en una
monografía.
• Identificar a los públicos.
• Estudiar a los públicos.
• Investigar mediante técnicas científicas las conductas y actitudes de los
públicos.
• No descuidar a los líderes de los grupos.
• Buscar las causas de las malas e inadecuadas relaciones públicas.
• Asegurarse de que la propia casa esté en orden antes de dirigirse a los
públicos.
• Planificar el programa de relaciones públicas.
• Adaptar el programa a los públicos.
• Asegurarse de que el plan y las actividades de la empresa sean un
camino de doble mano que vaya hasta el público para dar y para recibir de él.
• Usar eficientemente los medios de comunicación.
• Hacer evaluaciones constantes de los resultados.
5.- Protocolo empresario
Actualmente existe una dinámica de contactos entre Organizaciones cada vez
más frecuente: conferencias políticas o técnicas, convenciones empresarias,
congresos internacionales de asociaciones múltiples, simposios, etc. Para el éxito de
este tipo de eventos coherente con una imagen organizacional deben respetarse
algunas normas que regulan y facilitan la interrelación, es decir, seguir un “protocolo”.
La función de Relaciones Públicas dentro de la Organización puede estar a
cargo de un área especializada con personal capacitado para las tareas complejas
que debe realizar, algunas de ellas como ya lo hemos dicho, relacionadas con la
participación de la Organización en eventos donde se impone cierto protocolo.
Esta área o departamento deberá procurarse un archivo sobre “quién es quién”
en los sectores de mayor contacto con la empresa, y en las comunidades donde estén
las plantas y sucursales.
Sistemas Culturales
La cultura organizacional (llamada también cultura corporativa) tiene diversos
componentes, que en su conjunto caracterizan la personalidad, la identidad de una
empresa, y que ayudan a comprender mejor los restantes subsistemas, pues
proporcionan patrones de evaluación. Por tanto, la cultura influye decisivamente en la
forma en que funciona la empresa, ya que repercute en el comportamiento de sus
integrantes. Esos componentes, básicamente valores y creencias, se manifiestan a
través de dos sistemas culturales: formales e informales.
Formales
Las normas formales son la expresión de la cultura oficial. Así, estructuras,
líderes, códigos y políticas, sistemas de recompensa, orientaciones y programas de
entrenamiento, contribuyen a la creación y sustentación de la cultura. El sistema
formal está reprensado por:
La estructura organizacional: Muchas de las organizaciones actuales tienen
una estructura burocrática, donde existe una estricta división de tareas,
estandarización de actividades, y esfuerzo por la especialización. Las grandes
organizaciones necesitan en cierto grado de esta burocracia, pero tiene algunas
desventajas como:
• La tendencia a obedecer la figura de autoridad por parte de los
miembros de la Organización;
• La tendencia a evadir culpas.
• La fragmentación del trabajo y roles, que hace perder de vista el
resultado final y desdibujar las responsabilidades por el resultado final.
Los nuevos diseños estructurales tienden a remover las normas burocráticas,
extender la responsabilidad hacia abajo y dar poder a los individuos en todos los
niveles de la organización para que los mismos puedan tomar decisiones. Para ello
es necesario un cambio cultural que compatibilice la independencia de los decisores
con fuertes principios organizacionales que unifiquen valores y orientaciones.
Líderes: los líderes formales son un componente crítico ya que crean,
mantienen, o cambian la cultura de la Organización en base a la orientación inicial
dada por los fundadores. Los líderes personifican los valores de la Organización y
representan el modelo a seguir, guiando decisiones a todos los niveles
organizacionales.
Códigos y políticas: Sirven como guía a los integrantes de la Organización en
los niveles mas bajos, mediante declaraciones de misión y valores. Los códigos son
muy variados en contenido y al implementarlos es difícil generalizar sobre su impacto,
pero es necesario que sean consistentes con el sistema cultural.
Sistemas de recompensa: Permiten interpretar qué valores se premian. La
gerencia debe asegurarse de que los objetivos sean coherentes con las políticas
proclamadas y no hayan sido cumplidos mediante comportamientos indeseables.
Programas de orientación y entrenamiento: Comunican valores y dan guías
específicas para desenvolverse en la organización. Se brinda entrenamiento a la
gerencia e indirectamente se comunican los comportamientos valorados por la
organización. Estos programas deben ser consistentes con la cultura organizacional,
porque si no están alineados con ella, pueden fracasar en su propósito o, inclusive,
ocurrir que su realización no sea tomada en serio sino simplemente como una manera
de gozar de un día libre.
Informales
Elementos inmateriales, producto de la creación espontánea de los integrantes
de la Organización. Si se incorporan a las normas de la organización pasan a ser
formales. Los más notables son:
• Mística e historias
• Ritos
• Tabúes
• Símbolos de status
• Jergas.
Reglas de Convivencia
Comportamiento y vestimenta: Dependen de la actividad de la Organización, la
cultura imperante, las actitudes de los directivos y la política interna de la empresa. El
estilo generalmente es determinado por el nivel directivo en el marco de las
convenciones sociales y la tradición. Más allá de esto, es conveniente un estilo natural
y controlado. El buen humor, la sonrisa y el tono agradable de voz son esenciales
para alcanzar un nivel aceptable de convivencia y lograr el rendimiento de los
colaboradores.
Mesas y cabeceras
Reuniones sociales
La distribución de los lugares en la mesa no debe quedar librada al azar, sino
que forma parte de la organización de la recepción.
Hay algunas normas clásicas sobre el asunto que pasamos a describir, donde
el centro de la cuestión está determinado por el género, en una adecuada distribución
de hombres y mujeres.
Ahora veremos la composición de las cabeceras.
En las reuniones sociales la cabecera corresponde a los dueños de casa. Si se
quiere tener una atención especial con un invitado (Huésped de honor, HH) el dueño
de casa puede ceder su lugar, colocándose en la última posición entre los hombres o a
la derecha de la primera señora.
El concepto a tener en cuenta es que varones y mujeres deben ir alternados;
los matrimonios deben ser ubicados en línea o diagonal, nunca enfrentados, y la
solución para los problemas protocolares puede ser el armado de varias mesas, una
de las cuales estará compuesta por los dueños de casa y los invitados más
importantes.
En el caso de no poder ubicar protocolarmente un matrimonio, se dispondrá la
ubicación protocolar para la mujer.
Al diagramar la mesa en reuniones sociales debe tenerse en cuenta el rango
del invitado y si está solo o acompañado por su esposa.
Las situaciones a presentarse y su solución pueden ser:
• Invitado diplomático solo: preside la mesa frente a la dueña de casa,
mientras que el dueño se ubica a la derecha de la primera señora o en la última
posición de los hombres.
• Invitado diplomático con su esposa: ambos presidirán la mesa, la dueña
de casa se coloca a la derecha del diplomático antes que las otras señoras y el dueño
de casa en la última posición entre los hombres cuidando no quedar enfrente de su
esposa.
• Invitado gubernamental solo: le corresponde la presidencia de la mesa.
• Invitado gubernamental con su esposa: ésta se ubicará a la derecha del
dueño de casa, y la dueña de casa a la derecha del invitado.
Una tendencia más moderna ubica a los dueños de casa a la izquierda de los
huéspedes de honor. De esta manera se mantiene la tradición de reservar el lugar de
honor a la derecha de los dueños de casa.
Queda claro que el primer lugar de honor es siempre a la derecha del dueño de
casa.
Al final de la comida la primera en levantarse y retirarse debe ser la dueña de
casa.
La versión más clásica del armado de mesas es “a la inglesa”: los dueños de
casa en las cabeceras. Tiene la ventaja de crear dos centros de conversación.
En la mesa “a la francesa”, los dueños de casa quedan enfrentados en los
lados de la mesa, con el inconveniente de que se crea un solo centro de conversación.
Otra situación muy común es la mesa “en herradura” o en “U”. En este caso
los cueños de casa se ubican uno al lado del otro (la mujer a la derecha del varón) en
el centro de la herradura y los invitados se sientan a los lados.
La mesa en “U” tiene variantes: mesa “T”, mesa “peine”.
Se debe tener en cuenta que el lugar de honor siempre debe quedar
enfrentado a la puerta principal de entrada; si la puerta es lateral, el lugar de honor se
ubicará en el lado de la mesa que mire a las ventanas exteriores, diagramando el resto
de la mesa a partir de esta ubicación.
Es aconsejable que los lugares estén previamente señalados mediante una
tarjeta y que las personas encargadas del servicio tengan un plano con las
ubicaciones de cada personalidad. Si es una comida con muchos asistentes se
recomienda la presencia de personal de protocolo o relaciones públicas que guíe a los
invitados al lugar que les corresponde.
Los invitados se sienten mejor atendidos si ven que las cosas se han previsto
con anticipación y los encargados de la organización pueden hacerse dueños de la
situación, componiendo las mesas y evitando roces e inconvenientes, y estas
sensaciones son superiores al lujo o refinamiento de la comida.
La conversación
Debe ser cuidadosa, gentil, entretenida y agradable, con algún dejo de sentido
del humor.
Evitar preguntas directas o personales, agresión o curiosidad así como el afán
de protagonismo. También temas polémicos y debemos tener la delicadeza de
desviar la conversación si se toca alguno de éstos. Se deben evitar también las
palabras en lenguas extranjeras a menos que se conozca exactamente su significado,
aplicación y pronunciación.
Existen muchos temas sobre los cuales se puede conversar sin caer en alguno
de estos fallos: actualidad, viajes, arte, deporte, música, exposiciones, gastronomía…
Es necesario cultivar nuestros conocimientos e información a fin de llevar adelante una
conversación con buen gusto y hacer agradable la jornada a nuestros invitados.
Comportamiento en la mesa
La principal responsabilidad de las personas encargadas de la organización de
la comida es mantener un ambiente agradable y sereno a todo lo largo de la jornada,
para fortalecer el papel de la comida como forma de relación y vinculación entre las
personas.
Ya hemos hablado de la conversación, a lo que se debe agregar el cuidado
postural, en el sentido de manejar el cuerpo correctamente: la espalda derecha, las
manos apoyadas sobre la mesa.
La señal de que se puede comenzar la dará la dueña de casa: una vez que se
le ha servido el plato al dueño de casa ella puede empezar a comer y así la seguirá el
resto de los comensales.
Se deben evitar las alusiones a las funciones naturales como estornudos,
bostezos o toses; pero tampoco es necesario excusarse cuando se ha sufrido alguno
de estos accidentes.
Normas básicas:
• La servilleta se coloca inmediatamente sobre las piernas.
• El pan se rompe con la mano, sobre el plato.
• Si sobre la mesa hay algún aderezo como manteca, paté, crema, etc.,
como para entretener el estómago hasta que llega la comida, se preparará bocado por
bocado.
• Se comienza a comer cuando lo hace la dueña de casa, o en un
restaurante cuando todas las personas están servidas.
• Se debe tener en cuenta el orden de los cubiertos para su utilización,
como se explicó más arriba.
• El brazo y mano derechas van del plato a la boca. No se debe
adelantar el cuerpo ni la boca sobre el plato. Tampoco se apoyarán los codos sobre la
mesa; la posición correcta es espalda derecha, codos junto al cuerpo, muñecas
apoyadas sobre el borde de la mesa. De más está decir que se evitarán los ruidos al
comer.
• Se evitarán también gesticulaciones con los cubiertos en la mano,
tampoco se apoyarán entre el plato y la mesa, ni tampoco los cubiertos usados sobre
el mantel.
Cómo servirse y comer
Las bebidas se sirven por la derecha y es un signo de urbanidad y buen gusto,
evitar moverse mientras nos sirven la bebida, demostrando consideración con la
sobriedad de movimientos.
Si quien sirve la bebida es alguien que está sentado a la mesa, debemos
alcanzar nuestra copa y dejarla sobre la mesa, volviendo a tomarla cuando ya se ha
servido.
La comida siempre se sirve por el lado izquierdo.
Si debemos servirnos por nosotros mismos, procuraremos tomar los cubiertos
de servir por el mango y los devolveremos al personal auxiliar también por el mango o
en su defecto los dejaremos junto a la fuente sobre una parte limpia.
Respecto de la comida, no existe ninguna regla protocolar que diga que debe
comerse toda la comida del plato o que es de buena educación dejar un poquito.
Cada comensal debe procurar servirse lo que va a comer y si no puede
terminar el plato dejará en él lo que no desee consumir.
Los cubiertos deben ser tomados lo más lejos posible de la punta.
Los platos usados también se retiran por el lado izquierdo mientras que los
limpios se presentan por el lado derecho. Solamente van por el lado izquierdo si ya
están servidos.
Mientras estamos comiendo si necesitamos dejar los cubiertos, lo haremos en
la posición “4 menos 20´”.
Cuando terminamos de comer, los cubiertos quedarán juntos en la posición “6h
30´”.
Si necesitamos utilizar la servilleta nunca debemos desplegarla, y siempre
usarla antes y después de beber. Después de comer la servilleta debe dejarse sobre
la mesa; en cambio si tenemos que levantarnos en medio de la comida, la dejaremos
sobre la silla.
Si sucede un accidente durante la comida, como derramar una copa o romper
algo, los anfitriones deben actuar como si nada hubiera pasado, y el personal de
servicio proceder a limpiar y recoger con la mayor discreción.
Si tenemos dudas acerca de cómo consumir un alimento, esperaremos a ver
cómo lo hacen los anfitriones u otros comensales, siguiendo el dicho popular: “Donde
fueres, haz lo que vieres”.
Respuestas posibles
1)Estilo: de acuerdo a la hora, no debería ser romántico, seductor ni dramático;
cualquiera de los otros se seleccionará de acuerdo a la personalidad. Color: Evitaría
el negro, el verde, el violeta y el amarillo por transmitir sensaciones un tanto agresivas
o arrogantes, para no incomodar a quienes puedan estar en mala situación.
2) Negro, gris o azul, por tratarse de una entrevista de trabajo de alto nivel; estilo
elegante
3) Blanco, naranja, café; estilo natural, se trata de una reunión escolar donde habrá
niños y niñas y seguramente sus madres y padres. Debe primar la informalidad,
naturalidad y sencillez.
Ud. ha sido contratado/a para diseñar un Plan Estratégico para adecuar la Imagen
Personal de su cliente a un contexto preestablecido. Sintetizando todo lo que ha visto
hasta ahora, se pide:
Mencione los pasos o etapas del plan estratégico
¿Qué instrumentos utilizaría en cada etapa o en algunas de ellas?
Respuestas:
.Etapas
Identificar al grupo humano sobre el cual se debe tratar de influir
Describir el grupo (características emocionales y materiales)
Identificación de las características de mi cliente
Identificar la imagen personal que tienen de mi cliente
Describir la imagen que se debe alcanzar para posicionarse en el grupo
objetivo
Hacer una lista de acciones comunicacionales posibles
Hacer la propuesta, es decir, la lista de los cambios deberá hacer el cliente
Instrumentos
Etapa de identificación de las características de mi cliente: fichas, planillas,
videos, fotografías,
Etapa de identificación de imagen personal que tiene el grupo acerca de mi
cliente: encuesta
Preparación del plan estratégico: planillas de resumen, fichas
Bibliografía
Sergio Rulicki y Martín Cherny, “Comunicación no verbal”, Ediciones Granica,
Buenos Aires, 2007.
Entrevista a Marcel Marceau, Mimo, por Inés Matute, revista Luke N°37, marzo
2003.
“Los sonidos del silencio”, Sofía Corral, diario La Nación (Argentina), 4/01/09.
Mercadotecnia, Philip Kotler, edición de Prentice-Hall Hispanoamericana SA,
Méjico, 1989.
Edgar Schein, “Por qué es esquiva la naturaleza humana?”, en La misión de los
negocios, ediciones Díaz de Santos, 1992.
Diccionario de Política, Bobbio, Mateucci y Pasquino, Siglo XXI Editores,
Méjico, 2002.
Flora Davis en “El lenguaje de los gestos”, Emecé Editores, Buenos Aires, 1985
http://www.ort.edu.uy
Jorge Raúl Delfino y Gloria Carmen Grau, Administración de Personal y
Legislación Social, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1994.
Dr. Aldo Ivnisky, Estructura de las Organizaciones, CEIT F.R.B.A., Buenos
Aires, 1992.
Cuestionario:
1.- El concepto de asesoría de imagen surge:
a) En la prehistoria
b) En la edad moderna
c) En la edad contemporánea
29.- ¿Cuáles son los niveles de proyección que analiza una Asesoría de
Imagen Personal?
a) La imagen externa, la expresión, la actitud y la aptitud
b) La generosidad, la cordialidad, el saber estar y la buena presencia
c) La comunicación verbal, no verbal y escrita