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En el derecho mercantil existe la obligación de llevar libros comerciales por ser estos documentos

vitales para el ejercicio de la actividad comercial ya que son un punto de referencia para la
comunidad en cuanto al desarrollo de la actividad comercial del comerciante.

“La ley admite pruebas especiales en materia comercial, por altas razones: como la atención a
sistemas aduaneros o universales que consultan las necesidades del comercio; como sancionar
libros mal llevados con evidencia ineficaz; como reconocer que el comerciante conoce la verdad de
lo que presencia y tiene interés en evitar su propio engaño; como para compensar con fe y
acreditar la diligencia de quienes llevan sus libros con regularidad; como hacer amigable la
obligación legal de llevar libros; como la interpretación, han dado tácitamente el mandato
recíproco de establecer sus operaciones en orden cronológico y día a día, y de admitir que los
libros son comunes a quienes hacen negocios, porque dan el resultado y constituyen la prueba de
las relaciones como bien. común.

“Se debate si de los libros llevados irregularmente es posible inducir al menos un principio de
prueba a favor del comerciante: para nosotros el libro llevado irregularmente es ineficaz en este
sentido, porque esos supuestos que sirven de base para atribuir especial fuerza probatoria para
que los libros desaparezcan del comercio.

Tampoco es posible reconocer una presunción a favor del comerciante de los libros llevados
irregularmente, pues entonces, indirectamente, mediante la prueba circunstancial, se le daría al
libro una fe de que el legislador lo ha negado expresamente "" La efectividad probatoria de los
libros de contabilidad está subordinado a su regularidad o legalidad, por lo que los libros
irregulares no pueden ser tenidos en cuenta en controversias judiciales de carácter comercial ”,
concluye señalando el escritor Gabino Pinzón.

“Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 59 del Código de Comercio, los libros de comercio dan
fe de los procesos entre comerciantes, siempre que se mantengan en forma legal.

Por tanto, el numeral 5 del artículo 70 del Código de Comercio establece que ante el
incumplimiento radical de la obligación de llevar libros comerciales o de presentarlos en el
proceso, la ley ha dispuesto que el juez debe atenerse a los libros del comerciante que lleva su
contabilidad de forma regular, sin que el comerciante incumplido o reacio pueda presentar
pruebas en contrario.

En efecto, el artículo demandado opera de conformidad con el artículo 288 del Código de
Procedimiento Civil, según el cual, el comerciante que no presente sus libros ante el tribunal debe
estar sujeto al contenido de los libros de comercio del comerciante, pero podrá demostrar que por
causas de Fuerza mayor o caso fortuito no pudo presentarlos.
La concordancia de las normas citadas permite entender que la medida a que se refiere la norma
imputada busca derivar una consecuencia negativa de un auto procesal no simplemente a quienes
no han podido, por causas externas, presentar sus libros de comercio, sino a quienes
verdaderamente hayan incumplido uno de los principales deberes del ejercicio de la profesión de
comerciante: llevar los libros de comercio en su totalidad.

Así, mientras el artículo 70 del Código de Comercio establece la imposibilidad de probar contrario
a los libros de comercio al comerciante que no lleva libros de contabilidad o no los presenta, el
artículo 288 excluye de dicha consecuencia a quienes por circunstancias justificables no hayan
podido presentar tales libros.

Ciertamente, en las hipótesis planteadas por el artículo imputado, todos los hechos son conocidos:
se conoce el incumplimiento del comerciante que no lleva la contabilidad o no la presenta y se
conocen los hechos que aparecen en los libros de comercio del comerciante según el
requerimientos legales.

En efecto, el legislador ha decidido que en virtud de esta norma, en un proceso judicial entre
comerciantes en el que se discutan asuntos que deben figurar en los libros contables, el juez se
atendrá a los datos que le proporcione el libro mercantil completo, pero No permita que el
comerciante que no lleva libros de contabilidad intente una ruta diferente.

La adecuación de la medida para los fines establecidos por la Carta radica en el hecho de que si la
ley permitiera al comerciante que no lleva libros contables probar hechos contables de diferentes
formas, lo que sucedería en la práctica sería la total eliminación de la obligación de todo
comerciante de llevar libros contables.

En este sentido, eliminar la presunción de veracidad de los libros de comercio del comerciante que
los mantiene en cumplimiento, permitiendo que quien no lleve cuentas o se niegue a presentarlas
ofrezca evidencia adicional de sus aseveraciones, es tanto como eliminar la obligación de llevar la
cuenta. libros de comercio.

En la práctica, la eliminación de la prohibición de acreditar lo contrario de los libros de un


comerciante en cumplimiento le da a los comerciantes la posibilidad de no llevar libros
comerciales, ya que les permite enfrentar el proceso judicial con papeles privados, con
documentos que no son requeridos. presentar o con libros personales que no constituyan
contabilidad, lo que compromete todo el sistema de efectividad probatoria de los libros
comerciales y, de paso, elimina una de las obligaciones más importantes en el ejercicio de la
actividad comercial.
Así, ha conferido la condición de prueba completa a los libros de los comerciantes que se llevan de
acuerdo con la ley, pero también ha permitido al comerciante que ha cometido errores o
inexactitudes en su contabilidad presentar pruebas en sentido contrario destinadas a distorsionar
el contenido de los libros de comercio del comerciante se cumplieron.

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