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Guía
de educadoras y educadores
Drogas
Guía
de educadoras
y educadores
© Cruz Roja Juventud
Edita:
Cruz Roja Juventud
Reina Victoria, 26
28003 Madrid
Email de contacto: juventud@cruzroja.es
www.cruzrojajuventud.es
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Cyan, Proyectos Editoriales, S.A.
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Drogas
Guía de educadoras y educadores
Cuando desde Cruz Roja Juventud me invitaron a escribir la introducción de este material
lo primero que pensé fue en la utopía de un mundo sin drogas. Un mundo en el que el
único estímulo intenso fuese el de la vida, pero la realidad, sin embargo, nos obliga a que
sea necesario hablar de ellas y, sobre todo, a que hagamos hincapié en los procesos
educativos de prevención de las mismas.
El material que aquí se presenta permite este trabajo preventivo con adolescentes y
jóvenes desde un enfoque educativo integral en el que -no podemos olvidarnos – lo que
se pretende es incidir de forma positiva y constructiva en el conocimiento, en el saber
hacer y la forma de ser de los chicos y chicas con los que vamos a trabajar. Hay que
conseguir, sobre todo, llegar al ser de cada adolescente o joven, porque esa es la clave
para conseguir una prevención eficiente y eficaz.
Para poder llevar a cabo este proceso, lo primero que tenemos que hacer es un ejercicio de
escucha. Debemos de ser capaces de preparar nuestra intervención educativa partiendo
de lo que ellos y ellas piensan de las drogas, de lo que desconocen, de las informaciones
que manejan, de sus inquietudes y de los miedos que tienen, entre otros aspectos.
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Visualizar la opinión de los chicos y chicas jóvenes no es necesario, sino imprescindible.
Hay que dejar de lado la invisibilidad de la juventud en esta materia, porque no estamos
hablando de ciudadanos y ciudadanas del futuro, sino del presente. Por consiguiente, la
manera más sana de hacer que asuman su responsabilidad ante el consumo de drogas
de que se protejan ellos y ellas mismas de las drogas es precisamente hablando de ellas.
No se puede educar desde la obviedad.
Una vez llegados al ser de nuestra juventud a través de la estrategia que he intentado explicar
en esta breve introducción, podremos definir mejor los objetivos a alcanzar y, entonces,
nos será de gran utilidad esta compilación de recursos, actividades y explicaciones, que
es en lo que consiste en definitiva este material didáctico.
Por último, y si me permiten volver a la utopía, me gustaría desde estas líneas desear que
pronto ya no tengamos que escribir más introducciones a materiales como este porque
hayamos conseguido entre todos y todas ser capaces de encontrar el éxtasis en la propia
magia de nuestros sueños, de nuestros objetivos de vida y, finalmente, de un mundo
mucho mejor.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
7. CONCLUSIONES GENERALES 89
8. GLOSARIO DE TÉRMINOS 93
8.1. Orientaciones generales para el educador o educadora 94
8.2. Conceptos básicos sobre drogas 96
8.3. Información específica sobre sustancias 98
8.4. Factores de protección y de riesgo ante el consumo 99
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1. Introducción
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1. Introducción
“La decisión de consumir drogas o no es únicamente tuya, pero es bueno que tengas informa-
ción porque todos, en algún momento, tenemos la falsa creencia de que podemos controlar… Ser
dependiente de una sustancia es lo contrario de ser libre…”1
Cuando desde Cruz Roja Juventud me invitaron a escribir la introducción de este material, lo primero
que pensé fue en la utopía de un mundo sin drogas. Un mundo en el que el único estímulo intenso
fuese el de la vida, pero la realidad, sin embargo, nos obliga a que sea necesario hablar de ellas y,
sobre todo, a que hagamos hincapié en los procesos educativos de prevención de las mismas.
El material que aquí se presenta permite este trabajo preventivo con adolescentes y jóvenes desde
un enfoque educativo integral en el que —no podemos olvidarnos— lo que se pretende es incidir de
forma positiva y constructiva en el conocimiento, saber hacer y forma de ser de los chicos y chicas
con los que vamos a trabajar. Hay que conseguir, sobre todo, llegar al ser de cada adolescente o
joven, porque ésa es la clave para conseguir una prevención significativa.
Para poder llevar a cabo este proceso, lo primero que tenemos que hacer es un ejercicio de escucha.
Me refiero a que seamos capaces de preparar nuestra intervención educativa partiendo de lo que
ellos y ellas piensan de las drogas, de lo que desconocen, de las informaciones que manejan y de
los miedos que tienen, entre otros aspectos.
Las personas adultas estamos continuamente diciendo a la juventud lo que ha de hacer y lo que no,
pero ¿por qué no actuamos desde la gran estrategia que es la pregunta? ¿Acaso tenemos miedo
de preguntarles? ¿O es que las personas adultas estamos en posesión de la verdad absoluta y por
eso no necesitamos hacer el esfuerzo de acercarnos al ser de nuestros jóvenes? Hay que establecer
canales de comunicación bidireccionales que permitan crear un clima de confianza entre los chicos
y chicas jóvenes y nosotras, las personas adultas.
En muchos casos, la juventud consumidora de tóxicos lo hace a escondidas del mundo adulto, que
lo juzga. Pero es importante que dejen de sentirse juzgados para sentirse escuchados, y para ello es
fundamental trabajar desde la pregunta. Esto implica un esfuerzo significativo por parte del educador
o educadora, que ha de pensar qué preguntar.
Estamos acostumbrados y acostumbradas a hablar, a orientar, a aconsejar, etc., pero nos cuesta mucho
escuchar para saber lo que el otro sabe. Y es que las personas sabemos de todo, y de lo que no sabemos
también tenemos nuestra propia idea creada; por eso, es básico que conozcamos los conocimientos que
sobre las drogodependencias tiene la juventud, para poder reconducir, informar y prevenir correctamente.
Visualizar la opinión de los chicos y chicas jóvenes no es necesario, sino imprescindible. Hay que dar
carpetazo a la invisibilidad de la juventud en esta materia, porque no estamos hablando de ciudada-
nos y ciudadanas del futuro, sino del presente. Por consiguiente, la manera más sana de protegerles
de las drogas es precisamente hablando de ellas. No se puede educar desde la obviedad.
Una vez llegados al ser de nuestra juventud a través de la estrategia que he intentado explicar en
esta breve introducción, podremos definir mejor los objetivos a alcanzar y, entonces, nos será de
gran utilidad esta compilación de recursos, actividades y explicaciones, que es en lo que consiste
en definitiva este material.
Por último, y si me permiten volver a la utopía, me gustaría desde estas líneas desear que pronto ya
no tengamos que escribir más introducciones a materiales como éste porque hayamos conseguido
entre todos y todas ser capaces de encontrar el éxtasis en la propia magia de nuestros sueños, de
nuestros objetivos de vida y, finalmente, de un mundo mucho mejor.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
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Cabe señalar que la planificación de esta guía no es rígida. El educador o educadora puede
adaptar su estructura para atender a una realidad y demanda formativa concreta que se le plan-
tee. Incluso puede diseñar su propia organización de la estructura, siempre que tenga en cuenta
los contenidos y una organización metodológica que fomente la adquisición de conocimientos
por parte de los participantes de manera inductiva, participativa, vivencial y humana.
Los módulos formativos presentan el conjunto de los contenidos teóricos para el desarrollo del
tema, junto a un pequeño apartado con orientaciones metodológicas para su ejecución. En cada
uno de ellos, el formador o formadora podrá ampliar sus conocimientos para trasladarlos poste-
riormente al aula a través de las unidades didácticas destinadas a este fin.
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2. Orientaciones
generales para
educadores
y educadoras
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“Quien quiera enseñarnos una verdad, que no nos la diga: que nos sitúe de modo que la descu-
bramos nosotros.”2
Educadores y educadoras deben hacer uso de las estrategias pedagógicas necesarias para estimu-
lar las capacidades y habilidades de sus educandos.
Establecer los objetivos de cada una de las sesiones formativas que se vayan a realizar.
Organizar los contenidos, así como el nivel de tratamiento que se debe dar en función de los
destinatarios de cada una de las sesiones.
Elegir las estrategias y métodos pedagógicos adecuados.
Seleccionar los materiales y recursos didácticos necesarios para el desarrollo de la labor en
cada sesión.
Determinar las actividades necesarias para lograr la consecución de los objetivos previstos.
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Debemos ser conscientes del poder que tiene el silencio y cómo, a través de éste, podemos captar
la atención, crear expectación y favorecer momentos de reflexión y participación activa.
En el trabajo con grupos de formación es habitual encontrarse con problemas de difícil solución,
que distorsionarán el proceso de aprendizaje. En estos casos es imprescindible:
Entender muy bien cada uno de los factores que han provocado su aparición y saber actuar.
Conocer la percepción personal que tiene cada miembro del grupo y su influencia en el conjunto.
Definir y alcanzar las causas del conflicto. Para ello, debemos indagar el motivo y sus principales
características.
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Analizar las causas en colaboración con los miembros del grupo para, después, determinar las
acciones que nos ayudarán en la resolución del conflicto.
Por último, buscar alternativas entre todas las partes implicadas, y seleccionar la más adecuada.
La sociedad en la que vivimos y el sistema económico que la dirige están formando individuos incapa-
ces de desplegar sus herramientas naturales en el momento de relacionarse con las demás personas
y/o incapaces de tomar sus propias decisiones manteniéndose fieles a una capacidad de reflexión
crítica que cada vez se usa menos en pro del consumo de casi todo lo que es consumible.
Las nuevas generaciones han nacido en la era del mínimo esfuerzo, la era del éxito individual y de la felici-
dad embotellada bajo cada nuevo producto que sale al mercado. La era de las nuevas tecnologías e Inter-
net, con su gran volumen de información, mal aprovechada, más que libertades nos otorga la incapacidad
de pensar por nosotras y nosotros mismos y de gestionar todo aquello que reciben nuestros sentidos.
No obstante, no estamos aquí para lamentarnos, sino para mirar hacia el futuro con intención de pro-
mover nuevos discursos de libertades y nuevas fórmulas con las que lograr que la juventud conecte
con una nueva dimensión más humana, donde las emociones juegan un papel crucial.
El conjunto de impresiones personales, recuerdos y representaciones sociales que cada una y cada
uno de nosotros hemos ido construyendo sobre la adolescencia han terminado por configurar una
serie de ideas sobre este colectivo que pueden llegar a ser contradictorias y que, en muchos casos,
suelen ser falsos estereotipos que nos van a condicionar en el momento de entablar una buena
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
comunicación con dicho colectivo. A todo esto debemos añadir las dificultades propias derivadas de
la manera que tienen los y las adolescentes de comunicarse con el mundo adulto que les rodea.
Para que esta comunicación eficaz pueda darse es necesario que los inter-
cambios estén basados en relaciones recíprocas de atención y respeto.
Y esto en muchas ocasiones es difícil de conseguir, ya que todos y todas
somos seres humanos y, como tales, estamos en nuestro derecho de tener
momentos más o menos receptivos para el diálogo.
Tanto las personas adultas como las jóvenes tienden a considerar que un intercambio comunicativo es
eficaz cuando la otra persona presta atención y accede a responder inmediatamente a las peticiones
requeridas. Esta creencia impide, en la mayoría de casos, comprender que en el mero acto de la comu- En el mero
nicación ya estamos transmitiendo una serie de valores, creencias y necesidades que la otra persona acto de la
puede tardar más o menos en aceptar; y esto, en el caso de los y las adolescentes cobra mayor impor- comunicación
tancia, pues el egocentrismo que define su desarrollo evolutivo hace que sus actuaciones se retrasen ya estamos
mucho más por el simple hecho de haber sido transmitidas por una persona adulta. transmitiendo
una serie
de valores,
“La comunicación es eficaz cuando nos interesamos por el propio creencias y
contexto de la relación y el modo en que nos dirigimos a nuestro in- necesidades
que la otra
terlocutor a través de la palabra o de nuestra comunicación no verbal. persona puede
Esto supone tener en cuenta que nuestra mirada, la expresión del tardar más
o menos en
rostro o nuestra posición corporal han de ser coherentes con el men- aceptar
saje verbal que estamos transmitiendo y con el estado comunicativo
de nuestro interelcutor.”
En muchas ocasiones sentimos que nos faltan herramientas para saber reaccionar frente a estas
imprevisibles rebeldías verbales, y actuamos frente a ellas mostrando nuestra incomprensión y rabia
como cuidadoras y cuidadores preocupados o sencillamente irritados.
Actuar de este modo implica mostrarles que usamos sus mismos mecanismos de defensa, y así les pri-
vamos de una reacción mucho más reflexionada y madura, que podría funcionar como futuro modelo
actitudinal.
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En la mayoría de las ocasiones esta actitud irascible o poco receptiva en sus respuestas se debe a
su propio malestar interior y a la gran cantidad de dudas y conflictos internos que les mantienen en
un ensimismamiento continuo. Sin embargo, nuestra actitud como personas adultas al dirigirnos a
ellos y ellas también puede despertar malestar, por lo que debemos evitar en la medida de lo posible
la infantilización o la indiferencia.
A fin de evitar que se den situaciones incómodas y poco eficaces para la comunicación fluida entre
la persona adulta y la adolescente, hemos destacado una serie de puntos que pueden ayudar a
mejorar las relaciones:
Es imprescindible que le dediquemos todo el tiempo que necesite. “A pesar de que en la mayo-
ría parezca que quieran intimidad y libertad, necesitan nuestra atención y nuestra seguridad”.
Mostrar interés por sus preocupaciones y sus iniciativas. Intentar recoger sus dudas y
sus demandas con la mayor aceptación y respeto, evitando cuestionar si su opinión dista
mucho de la nuestra. “Si consideramos que su actitud o sus ideas sobre un tema en concreto
son inapropiadas para su bienestar debemos posibilitarle la ayuda que necesita para que
perciban sus errores por sí mismos.”
Adoptar el lenguaje indicado para relacionarnos con ellos. “Debemos ser conscientes
de que la mayoría ya han adquirido suficientes conocimientos lingüísticos y verbales para
mantener una conversación adulta.”
Debemos ser coherentes con nuestra forma de comunicar. Nuestros mensajes verbales
deben conectar con la mirada, el tono de voz y los gestos que le acompañan, ya que en esta
etapa de crecimiento, los jóvenes suelen prestar mayor interés a la forma de comunicar que
al propio mensaje.
No permitir que sus reacciones sean desestabilizadoras. “Lo más recomendable es bus-
car recursos comunicativos que nos ayuden a conectar de nuevo con ellos o a recuperar el
ritmo de trabajo en el grupo. Muchas veces reaccionar del modo contrario al que ellos espe-
ran puede colocarlos de nuevo en la retaguardia del intercambio.”
Mostrar nuestros sentimientos hacia ellos con respeto siempre que lo necesiten. “Los ado-
lescentes suelen sentirse molestos ante determinadas muestras de cariño al relacionarlas con actos
de la infancia. Sin embargo, necesitan sentir que son importantes para sus seres queridos.”
Aceptar las diferencias generacionales con una actitud respetuosa. Esto no supone
aceptar todo lo que hagan ni ignorar nuestros ideales o creencias al respecto. Debemos mos-
trar nuestro desacuerdo con algunas de su actitudes, conductas u opiniones pero siempre
utilizando el tiempo y las maneras necesarias.
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Para lograr entablar una buena comunicación con adolescentes es necesario conocer de qué
manera suelen comunicarse ellos y ellas con quienes les rodean.
De hecho, cada adolescente tiene su propia manera de comunicarse; pero, en líneas generales, la
comunicación juvenil difiere de la adulta en una serie de elementos que en ocasiones pueden reves-
tir una relevancia crucial para el desarrollo significativo del intercambio.
Por otro lado, también deberíamos prestar especial atención a las nuevas maneras que tie-
nen de comunicarse con el exterior. Desde que empiezan a notar los primeros cambios en sus
cuerpos, suelen hacer un mayor uso de él para comunicar y expresar sentimientos, emociones o
actitudes que no desean expresar de forma verbal. Por ello, si un chico o una chica adolescente no
se siente a gusto con su nueva apariencia física —como ocurre en la mayoría de los casos—, suele
dejar entrever su incomodidad a través de movimientos y expresiones corporales que reflejan insa-
tisfacción, nerviosismo o irritación por la incomprensión de lo que sucede en su universo particular.
En una
En una conversación con ellos y ellas también es fácil darse cuenta de su nivel de comprensión y
conversación
seguimiento del diálogo si observamos la expresión de sus caras o la posición de su cuerpo. No
con ellos y ellas
debemos dejarnos impresionar por sus actitudes amenazantes, su cuerpo en estos momentos es
también es fácil
un escudo simbólico que les resguarda de mostrar la debilidad que en realidad en la mayoría de las
darse cuenta
ocasiones están sintiendo en su interior.
de su nivel de
comprensión
Muchas veces, los educadores y educadoras buscan el apoyo y la opinión de colegas para descifrar
y seguimiento
esos distintos significados y extraer una conclusión sobre lo que el adolescente está intentando
del diálogo si
comunicarles con esa actitud y ese modo de expresarse. Esta manera de trabajar va a evitar que se
observamos la
tomen decisiones y actitudes poco reflexivas o influenciadas por sentimientos negativos.
expresión de
sus caras o la
No obstante, todos los consejos o estrategias de los que hemos podido hablar hasta el momento posición de su
suelen ser especialmente difíciles de lograr cuando el o la joven con quien tenemos que relacionar- cuerpo
nos no parece mostrar disposición a participar en la conversación.
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“Si queréis estimular sus palabras podéis proponerles preguntas de corto, como modo de
entablar conversación, ya que mantener un vínculo afectivo y verbal entre ambas partes será
esencial para conservar mínima la relación.”
Hay jóvenes más reservados o reservadas a quienes su disposición psicológica les impide relacio-
narse con más soltura y facilidad, y hay jóvenes a quienes su personalidad extrovertida les permi-
te entablar relaciones con cualquier persona y mostrarse receptivos o receptivas siempre que les
apetezca. Aun así, existen muchos casos de chicos y chicas con los que entablar una conversación
se convierte en todo un esfuerzo. Cuando un adolescente permanece largos ratos en silencio, no
debemos interpretar esto como algo personal contra nosotros o nosotras. Ante todo debemos evitar
comportarnos de igual forma, debemos tener presente que, aunque no muestre receptividad o se
niegue a responder, nos está escuchando y nuestras palabras le afectan.
El silencio, la indiferencia o la indiscreción de una persona joven puede tener una clara función
defensiva. Con su falta de interés por intercambiar opiniones evita toparse con enfrentamientos o
conflictos que puedan cuestionarle o hacerle sentir débil. Pero estas personas, cada vez menos
solicitadas por un entorno al que no responden, pueden encontrarse en una situación de gran aisla-
miento que debemos evitar en la medida de lo posible.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
nuestra voz cambia cuando nos enfadamos, sonreímos cuando estamos contentos, etc. La función
principal de estos actos es precisamente informar a los demás de que estamos bajo cierta emoción, Las emociones
pues conocer esto puede serles muy útil. son una sólida
fuente de
Las emociones se pueden comunicar y, entre otras cosas, expresan cómo se siente una persona unión social
por dentro. Cuando uno se siente triste, por ejemplo, y expresa esa emoción a través del lenguaje en los asuntos
corporal, la gente también se emociona, siente empatía y termina ayudando a esa persona. De esta humanos, y
forma, las emociones son una sólida fuente de unión social en los asuntos humanos, y este meca- este mecanismo
nismo pasa, sin lugar a dudas, por la empatía, una estrategia que veremos a continuación y que nos pasa, sin lugar
ayuda a sentir lo mismo que siente la otra persona. a dudas, por la
empatía
C) Porque nos hacen más hábiles ante la vida: en las últimas décadas han sido muchos los espe-
cialistas que han estado trabajando para demostrar el influyente papel que juegan las emociones en
todas nuestras decisiones, nuestra conducta y nuestra manera de enfocar la vida.
Las emociones son fundamentales en nuestra vida diaria, y es cierto también que influyen en nuestro
desarrollo personal, cultural y laboral mucho más que el coeficiente de inteligencia (CI). Una persona
con una buena capacidad de entender las emociones de los demás —alguien con “inteligencia emo-
cional”, según la expresión de Goleman—, aunque tenga un CI medio o algo bajo, será seguramente
una persona con mucho más éxito social, laboral y personal que otra persona con un CI de 200 pero
que es incapaz de interpretar correctamente las emociones de los demás.
Las emociones, pues, son importantes para el ejercicio de la razón, y del mismo modo, el cerebro pen-
sante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los
que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación.
Todas y todos nosotros estamos dotados de dos mentes: una mente que piensa, o mente racional, que
vendría a ser la modalidad de comprensión, más despierta, más pensativa y más capaz de reflexionar;
y una mente que siente, o mente emocional, más impulsiva y más poderosa. Estas dos formas funda-
mentales de descubrir lo que nos rodea interactúan entre ellas para construir nuestra vida mental.
Cada emoción nos predispone de un modo diferente a una acción, cada una de ellas nos indica una
dirección que, en el pasado, nos permitió resolver adecuadamente un desafío o problemática.
Por ello, si no somos capaces de educar a nuestros jóvenes para que utilicen esta poderosa capaci-
dad mental en todas aquellas ocasiones en las que las circunstancias del momento les despierten un
profundo sentimiento (algo que por otro lado es muy frecuente en esta etapa de la vida), pasarán a
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experimentar cómo su mente racional es secuestrada por sus emociones. Y, por tanto, sus acciones
dependerán de impulsos que no podrán controlar.
Todas nuestras informaciones se almacenan en nuestra mente asociadas a una o varias emocio-
nes en función de la idea que hayamos construido de ellas o de la experiencia que hayamos vivido
directamente.
Es muy probable que en todos aquellos casos en los que el desarrollo de este tipo de habilidades no
se haya iniciado desde la más tierna infancia, su construcción posterior suponga un reto mucho más
complicado en la adolescencia. Sin embargo, no podemos descartar la posibilidad de “reeducar”
esta dimensión hasta el punto de devolverle la influencia que debería haber tenido desde el inicio de
la formación integral de la persona.
Muchas de estas habilidades, como ya hemos visto, son marcadamente interpersonales: la capa-
cidad de interpretar adecuadamente los signos emocionales y sociales, la capacidad de escuchar,
de resistirse a las influencias negativas, de asumir la perspectiva de los demás y de comprender la
conducta que resulte más apropiada a una determinada situación.
Aunque parezca paradójico, los y las jóvenes rechazan tanto nuestra aprobación como necesitan
Aunque parezca nuestro apoyo. Por ello, compararlos con otros y otras jóvenes cuyas habilidades o actitudes nos
paradójico, los parecen más positivas, lejos de ayudarles a aceptar ese patrón, les vuelve más recelosos y menos
y las jóvenes receptivos. Ningún chico ni ninguna chica es igual a los demás, cada uno de ellos y de ellas tiene sus
rechazan propias virtudes y defectos, pero en su intento por construir una personalidad propia e independiente
tanto nuestra a las demás nuestras comparaciones sólo les frustran y merman su autoestima.
aprobación
como necesitan Nuestras habilidades relacionales también pueden ayudarles a recuperar la confianza que necesi-
nuestro apoyo tan, pero para ello es necesario que mostremos interés en todo aquello que hagan o digan.
Valorar y alabar sus progresos y el esfuerzo que han dedicado, sin juzgarles como personas por uno
de sus actos, puede ayudar a ambas partes. Otra de las medidas que se deben tomar necesaria-
mente es adaptar las exigencias a las posibilidades reales. Recordad que sólo son adolescentes, no
les podemos exigir la reflexión propia de una persona adulta.
De este modo, ellos mismos pueden aprender el valor del “conocimiento de uno mismo”, conocer
cuáles son sus límites cuando están experimentando un sentimiento concreto y cómo este senti-
miento puede condicionar sus actos; o también pueden aprender a reconducir su estado de ánimo
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
del polo negativo y la agresividad como barrera protectora hacia un polo positivo que les proporcione
estabilidad y bienestar emocional con ellos mismos y con quienes conviven. La práctica de este ejer-
cicio incluye la toma de conciencia de la propia persona, lo que hemos llamado “autoconocimiento”,
en el que incluimos: el sentido de reconocer los propios sentimientos, elaborar un vocabulario ade-
cuado y conocer la relación existente entre los pensamientos, los sentimientos y las reacciones.
Aceptar nuestros defectos y reconocer nuestros errores puede ser la mejor lección que les
podemos transmitir.”
Es necesario llegar a comprender lo que hay escondido detrás de un determinado sentimiento (por
ejemplo, el dolor que desencadena una decepción), aprender la mejor forma de manejar la ansiedad,
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la ira o la tristeza, asumir la responsabilidad de nuestras decisiones y acciones, para poder así avan-
zar hacía una solución de compromiso con nosotras y nosotros mismos y con los demás. Para poder
desarrollar estas habilidades existe un elemento clave, que es la empatía.
Se trata de un ejercicio que a primera vista puede parecer especialmente complejo, pero que a largo
plazo va a convertirse en nuestra carta de presentación ante los demás y en la llave que nos abrirá
las puertas a una vida social eficiente.
Transmitir comprensión.
Facilitar la ayuda, el apoyo emocional y el asesoramiento que nos puede estar pidiendo la otra
persona.
1. Empezar por preguntarnos cuál es el mensaje central que nos está expresando nuestro interlocu-
tor en clave de sentimientos, experiencias, comportamientos… mientras realizamos una “escucha
activa”.
2. Para mostrar empatía debemos trasmitir a nuestro interlocutor (verbal y no verbalmente) que
aquello que piensa y siente es importante para nosotros.
3. Mirar a los ojos de nuestro interlocutor, mostrar señales de seguimiento durante la conversación y
adoptar una postura corporal relajada y abierta.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Si pretendemos que puedan entablar relaciones adultas con otras personas y desarrollarse como
tales en el futuro, debemos empezar por hacerles entender que hay unas normas básicas de convi- No deberíamos
vencia y que deben ser respetadas, les guste o no. Muchas veces la desobediencia hacia dichas nor- dejarnos llevar
mas de convivencia suele ser motivo de conflictos diarios. En ese caso, cuanto antes demostremos por la situación,
que esas normas son esenciales para el respeto mutuo, antes se evitará la situación de conflicto. por muy
violenta que
En el desarrollo de esas conversaciones difíciles es imprescindible que prestemos atención al modo sea; adoptar
en el que se muestra y se defiende el adolescente, evitando juicios de valor previos o evitando pro- una actitud
vocar sus reacciones más extremas debido a nuestro enfado. calmada puede
ayudarnos
a salvar la
“Es importante recordar que no podemos juzgarles como sujetos por situación de un
conflicto más
una de sus actuaciones, en todo caso nuestra opinión será hacia esa grave
acción en concreto, pero nunca hacia su persona.”
No deberíamos dejarnos llevar por la situación, por muy violenta que sea; adoptar una actitud calma-
da y contener nuestras emociones negativas puede ayudarnos a salvar la situación de un conflicto
más grave.
A menudo sucede que el profesorado y el alumnado se pierden el respeto y olvidan los límites de la
comunicación efectiva. Este momento se da cuando creemos no tener más recursos para solventar
un problema o contener la actitud de un adolescente; pero, en realidad, siempre quedan otras opcio-
nes que podrán aportarnos mucha más riqueza. Evitar el enfrentamiento y actuar de forma poco
reflexionada puede ser un ejemplo.
Nuestras reacciones deben ser estables, nuestra opinión ante una situación que se repite no puede
cambiar demasiado a menudo.
Hablamos de toma de decisiones autónoma cuando la persona aprende a pensar por sí misma,
a ser crítica y a analizar la realidad de forma racional. Y en este tipo de decisiones la persona es
considerada responsable cuando, además, es consciente de la decisión tomada y acepta sus conse-
cuencias. Así pues, cuando hay que tomar una decisión se deben tener en cuenta todas las posibles
alternativas de elección y valorar las posibles consecuencias que se pueden derivar de cada una
de ellas.
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Ante una situación concreta, tomar decisiones de modo autónomo y responsable es sopesar los pros
La negociación y contras de las distintas alternativas posibles en una situación y aceptar las consecuencias de la
del no forma elección. Así pues, cuando hay que tomar una decisión se deben valorar las posibles consecuencias
parte de una de que se pueden derivar de ella y, si esas consecuencias pueden ser importantes, es recomendable no
las habilidades hacer lo primero que se nos ocurra o dejarse llevar por lo que hace “todo el mundo”.
sociales más
importantes La negociación del no forma parte de una de las habilidades sociales más importantes para nues-
para nuestros tros intercambios en el momento de tomar nuestras propias decisiones y luchar por nuestras liber-
intercambios tades personales.
en el momento
de tomar Cuando vayamos a decir “no” a alguien, debemos ser capaces de defender nuestros propios dere-
nuestras propias chos al mismo tiempo que respetamos que la otra persona pueda tener una opinión distinta de la
decisiones nuestra. Para aprender a decir “no” es necesario aprender primero a comportarse asertivamente.
Frente a una misma situación las personas podemos adoptar distintas actitudes:
La práctica de la asertividad se fundamenta en el respeto por uno mismo y por el de los demás,
incluidos sus valores y su modo de entender la vida.
El desarrollo de esta habilidad implica el uso de una comunicación clara y directa; ser capaz de decir
“no” cuando sea necesario. Aunque para ello vamos a necesitar respetar nuestra autenticidad por
encima de todo.
La autenticidad está presente en una persona cuando existe coherencia entre lo que es y lo que
hace. Y esto implica elementos clave, como conocerse uno mismo, mostrar sintonía entre lo que vivi-
mos y sentimos y saber manifestarlo externamente.
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3. Conceptos
básicos sobre
drogas
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“La libertad [...] consiste solamente en que nosotros podemos hacer una misma cosa o no hacerla,
afirmar o negar, perseguir o evitar una misma cosa. O más bien consiste solamente en que, para
afirmar o negar, perseguir o evitar, las cosas que el entendimiento nos propone, obramos de tal
manera que no sentimos que ninguna fuerza nos fuerce.”3
En el ámbito de las drogas, cuando hablamos de prevención nos referimos al conjunto de acciones
encaminadas a promover la salud de las personas y de sus comunidades para reducir la probabili-
dad de aparición de problemas relacionados con el consumo de drogas.
Mediante la prevención se pretende transmitir la información necesaria para que las personas apren-
dan a identificar y definir los problemas con los que se encuentran, consideren las alternativas que
existen para resolverlos, sopesen las consecuencias de cada una de ellas y sean capaces de dise-
ñar un plan de acción sin necesidad de recurrir a alternativas no saludables.
La prevención primaria es aquella que interviene para evitar el consumo de drogas, evitando los
La prevención factores de riesgo y desarrollando los factores de protección. La prevención secundaria tiene como
selectiva es objetivo identificar los consumos iniciales e intervenir para evitar sus consecuencias. La prevención
aquella que terciaria se centra en el tratamiento y la rehabilitación de la dependencia a las drogas.
se dirige a
subgrupos
La clasificación de Caplan, por excesivamente amplia, es poco operativa.
específicos
que presentan
Gordon, que distingue tres tipos de prevención: la universal, la selectiva y la indicada.
mayor riesgo
de consumo
La prevención universal es aquella que va dirigida a todo un grupo diana sin distinción, trabaja
fomentando valores y habilidades. La prevención selectiva es aquella que se dirige a subgrupos
específicos que presentan mayor riesgo de consumo, es de intensidad y duración superior. La pre-
vención indicada también va dirigida a subgrupos que suelen ser consumidores o con problemas de
comportamiento.
Según el lugar donde se aplica, se diferencia entre prevención escolar, familiar, laboral, comu-
nitaria y sanitaria:
a) Prevención escolar: es la que se realiza en la escuela y está enfocada a fortalecer los facto-
res de protección y a disminuir los factores de riesgo que se relacionan con el consumo de
sustancias.
3. Cita de Descartes.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
c) Estrategias orientadas a reducir las consecuencias adversas del uso de drogas con el obje-
tivo de reducir el impacto y las actividades relacionadas con las drogas en las personas y en las
comunidades. Estas estrategias también se conocen como estrategias de “reducción del daño”.
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Ya en 1960, la Organización Mundial de la Salud definió la salud como: “Un estado de completo
La Organización bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o dolencia”. Es decir, la salud
Mundial de la ya no es un aspecto relacionado solamente con la dimensión física o biológica de la persona, sino
Salud definió que, además, abarca las dimensiones psicológicas y sociales, caracterizando el factor social como
la salud como: un aspecto fundamental a tener en cuenta a la hora de mejorar el bienestar de las personas, sin por
“Un estado ello olvidar los factores físicos y mentales tradicionalmente considerados. De esta forma, el estado
de completo de salud de los individuos ya no se reduce exclusivamente al espacio de la sanidad, sino que el
bienestar físico, ámbito social es considerado como elemento determinante en la calidad de vida y en el bienestar
mental y social, de las personas.
y no sólo la
ausencia de Profundizar en la concepción del concepto de salud, supone definirlo como un aspecto integral y
enfermedad positivo. De la misma manera, hace falta entender la salud como un proceso continuo y dinámico; no
o dolencia” es un estado, sino una forma de vida donde pueden aparecer diferentes grados de salud que depen-
den de las características de las personas, de las diferentes etapas de la vida, de los diferentes
contextos sociales y de muchos otros aspectos que condicionan el estado de bienestar personal.
Desde un punto de vista dinámico y siguiendo la descripción de Tetris, podríamos definir la salud
como: “El logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social y de capacidad de
funcionamiento que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la
colectividad”.
Asimismo, es importante recordar el carácter relativo del concepto, puesto que varía según la cul-
tura, es decir, según los valores del colectivo social, y la interacción de las personas con su medio
físico y social.
Medio
ambiente
Estilo
de vida Salud Biología
humana
Asistencia
sanitaria
32
Drogas. Guía de educadoras y educadores
La contaminación, por ejemplo, es un factor medio ambiental preocupante, no sólo a nivel ecológi-
co, sino también a nivel de la salud de los individuos.
Vivir en una gran ciudad supone tener mayor riesgo de sufrir enfermedades derivadas de la
contaminación.
Los factores socioeconómicos son los principales condicionantes de la salud, ya sea por el hecho
de formar parte de una determinada clase social, por el hecho de gozar de una determinada profe- La salud está
sión o por el hecho de poseer un determinado nivel cultural, aspectos todos ellos interrelacionados vinculada al
e influyentes en el grado de salud de un colectivo o población. estilo de vida de
cada individuo,
Sin embargo, si dirigimos la mirada al factor biológico, resaltamos la importancia de considerar las
aludiendo al
características genéticas de cada individuo, es decir, las cualidades innatas del organismo humano,
conjunto de
como elementos esenciales para la salud.
conductas
o maneras de
reaccionar ante
Por último, la salud está vinculada al estilo de vida de cada individuo, aludiendo al conjunto de
las situaciones
conductas o maneras de reaccionar ante las situaciones que se presentan en la vida.
que se
presentan
Por esta razón, es sumamente importante fomentar hábitos positivos y reducir los factores
en la vida
que favorecen la aparición de enfermedades, ya sea a nivel individual o colectivo. Factores éstos
que, en la mayoría de ocasiones, la misma sociedad podría evitar. Entre algunos de estos hábitos
no saludables podemos encontrar: la mala alimentación, la falta de ejercicio, el estrés, las conductas
violentas, las prácticas sexuales de riesgo, la conducción peligrosa, y el consumo de drogas.
33
Cruz Roja Juventud
No debemos olvidar que las drogas cuentan con ciertos efectos que
pueden resultar placenteros o desagradables para sus consumidores
y que estos efectos van a depender proporcionalmente de la canti-
dad, la potencialidad adictiva, la intensidad y la frecuencia con la que
se consuman.
Ante todo, tenemos que aceptar que las drogas abarcan un tema muy amplio y polémico; sin embar-
go, es un fenómeno universal que ha existido desde hace mucho tiempo y ha sido objeto de curiosi-
dad por parte de los individuos. La diversidad de opiniones acerca de las drogas es un hecho recono-
cido; y de esta forma, debido a la gran variedad de opiniones, que van desde el punto de aceptarlas
y consumirlas hasta no consumirlas y no aceptarlas, las drogas constituyen un fenómeno relativo.
Además de ser un fenómeno universal y relativo, el tema de las drogas es también complejo. En esta
complejidad encontramos tres factores muy importantes de los que dependerá el resultado del
consumo: la persona, la sustancia y el contexto.
Persona
CONSUMO
Sustancia Contexto
La persona, entendida como principal sujeto activo del consumo, ya que es quien las toma. En
Los chicos y esta parte entran en juego, entre otros factores, su propio organismo, su personalidad, sus acti-
chicas jóvenes tudes, sus valores, su propio cuerpo, la información que tenga sobre lo que está consumiendo y
observan, el grado de responsabilidad ante el uso de esta información.
imitan, ponen a
prueba, valoran La sustancia, que hace referencia a los diferentes tipos de droga y sus efectos sobre el organis-
y opinan, mo, y a las características de la sustancia adictiva, es decir, su calidad o adulteración, que a su
buscando un vez viene condicionada por su situación de legalidad o ilegalidad.
modelo con el
que identificarse El contexto donde se consume continúa siendo uno de los factores más importantes y más
influyentes. Es primordial entender que cualquier persona joven o adolescente necesita y busca
modelos durante esa etapa de la vida; un hecho que muchas veces se desconoce.
Los chicos y chicas jóvenes observan, imitan, ponen a prueba, valoran y opinan, buscando un mode-
lo con el que identificarse. En la mayoría de las ocasiones, estos patrones los encuentran en la tele-
visión, en el cine o en las revistas, y ajustan sus conductas a dichos modelos, asumiendo patrones
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Según la FAD, una droga es cualquier sustancia que, una vez introducida en el organismo a tra-
vés de distintas vías (esnifada, inyectada, fumada o tragada), tiene capacidad para modificar
las funciones corporales, las sensaciones, el estado de ánimo o las percepciones sensoriales
(vista, olfato, tacto, gusto, oído).
35
Cruz Roja Juventud
También existen dependencias psicológicas que relacionan una sustancia con un contexto; por
ejemplo, cuando una persona está acostumbrada a ir a la discoteca y consumir pastillas, el individuo
tiene que consumir para disfrutar de ese espacio de ocio. Este tipo de dependencia psicológica se
denomina dependencia situacional.
Tolerancia.
Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia. Inversión cada vez mayor
Al hablar del de tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia o con la recuperación de
consumo sus efectos.
de drogas,
debemos Persistencia en el uso de la sustancia a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudi-
reconocer ciales.
tres aspectos
básicos Los anteriores criterios hacen referencia tanto a aspectos relacionados con la dependencia física
interconectados como con la psicológica.
entre ellos:
la sustancia, En consecuencia, cuando hablemos de adicción a las drogas tendremos que considerar estas dos
la persona variables, ya que hay drogas que crean una fuerte dependencia física y otras que crean una fuerte
y el contexto dependencia psicológica. Al hablar del consumo de drogas, debemos reconocer tres aspectos bási-
cos interconectados entre ellos: la sustancia, la persona y el contexto, determinando cuándo, cómo,
dónde y por qué se consumen drogas.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Cómo Dónde
El sujeto activo, es decir, la persona, goza de muchos factores individuales, como son la perso-
nalidad, los valores, las actitudes, las expectativas y la información, que favorecen o no el hecho de
consumir alguna sustancia de forma habitual, ocasional o nunca.
Es cierto que en la adolescencia existe la tendencia generalizada a desear una cada vez mayor auto-
nomía e independencia de los progenitores y demás adultos, hecho que provoca una mayor depen-
dencia del grupo de iguales y una diferenciación de la familia. Aunque no tenemos por qué ver este
aspecto como un factor negativo, la adolescencia, como etapa de desarrollo con características
propias, va a fomentar que el o la joven necesite socializarse cada vez más y conocer por sí mismo
el mundo que le rodea, saliendo a menudo de la protección incondicional de su familia.
Según McDonald, los y las adolescentes pasan por diferentes estadios con relación a las drogas:
Estadio 0: influenciados por las inclinaciones de su grupo de iguales, sienten curiosidad hacia
ellas.
Estadio 1: quieren conocer más sobre el uso de las drogas y las oscilaciones de de ánimo que
producen. La primera razón de la continuidad en el uso es la presión intensa de la pandilla.
Estadio 2: buscan el cambio de ánimo producido por las drogas, porque les alivian el estado de
ansiedad. Se introducen en la parafernalia del uso.
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Cruz Roja Juventud
Estadio 4: están totalmente enganchados y “quemados” por las drogas. Ya no les producen
euforia, están sumergidos en el abuso.
Actualmente, los nuevos patrones de consumo juvenil están relacionados con un uso recreativo dedi-
El tabaco ha cado al fin de semana, adquiriendo una nueva manera de enfocar el espacio del ocio, pero sin dejar de
sido y es una cumplir con los deberes sociales, como los estudios y el trabajo. De esta forma, este tipo de consumo
droga legal está más integrado y normalizado, asegurando, en teoría, la distinción entre el espacio de cumplimien-
y altamente to social y de consumo, catalogándolos como espacios compatibles. Pero existe cada vez más un uso
normalizada, normalizado de determinadas sustancias que atraviesan las barreras de este equilibrio forzado y se
aunque —no implantan en los hábitos de vida cotidiana, con las consecuencias que ello supone.
lo olvidemos—
es una de las Otro factor como la sustancia incide en el consumo, ya sea por su situación legal, o por sus caracterís-
principales ticas y efectos. En la actualidad y desde hace años, el tabaco ha sido y es una droga legal y altamente
causas de normalizada, aunque —no lo olvidemos— es una de las principales causas de muerte en el mundo.
muerte en el
mundo
Esta clasificación es solo orientativa y no agota la complejidad de grados y situaciones en las que se
pueden combinar el uso de sustancias.
38
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Por tolerancia debemos entender la adaptación del organismo a una sustancia debido a su consu-
mo regular. Es decir, cada vez se necesitan más cantidad de la sustancia para obtener los mismos
efectos que se sentían en los primeros consumos.
Otro concepto interesante a trabajar es la sobredosis. Aparece cuando se toma una dosis de más
pureza o superior a la tolerada por el propio cuerpo. Puede llegar a ser mortal, y normalmente se da
por una de las siguientes causas:
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Cruz Roja Juventud
Naturales
Origen
Sintéticas
Drogas
Situación Estimulantes
legal
Depresoras
Efectos
sobre
SNC
Alucinógenas
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Además, encontramos las sustancias semisintéticas, que son aquellas que se obtienen de ele-
mentos naturales mediante un proceso de síntesis química. A menudo existen productos que repre-
sentan todo el continuo, desde el producto natural al semisintético. Así, a partir del vino o la cerveza,
que se producen naturalmente por fermentación, se elaboran los licores, producto refinado, de los
cuales puede extraerse a su vez el alcohol etílico puro. De la adormidera puede extraerse el opio,
producto más concentrado en principios activos del que posteriormente se puede sintetizar la mor-
fina.
Las sustancias sintéticas son aquellas que se crean y se producen en laboratorios y que no existen
en la naturaleza. A menudo su estructura química se parece a la de ciertos productos naturales con
efectos análogos.
El cuerpo humano también posee unas sustancias como las endorfinas con función de reducir el
dolor y facilitar el bienestar.
Esta consideración varía en función del país, pero en todos existe una cla-
sificación a nivel legal. En España lo que está penado es la posesión, el trá-
fico, la producción y la promoción del consumo, pero en el código penal no
se contempla el consumo, con lo cual, literalmente, no se puede considerar
el consumo como algo ilegal.
Las sustancias legales son las que están permitidas por la ley, como el
café, el té o el chocolate. Sobre otras sustancias legales, como el alcohol y
el tabaco, se pueden establecer normas para su venta o consumo, en fun-
ción de la edad de la persona consumidora, del lugar donde se consuma o
de la necesidad de prescripción médica. Las leyes y normas que regulan su
uso están basadas en la contribución a la salud de las personas y la protec-
ción de la comunidad siguiendo principios de salud pública.
Las sustancias ilegales son las que cada gobierno prohíbe vender o con-
sumir en su territorio.
41
Cruz Roja Juventud
En España se rigen por la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes de las Naciones Uni-
das, que es una lista en la que encontramos todas las sustancias que son ilegales actualmente, y
que periódicamente se revisa y actualiza.
Por último, los alucinógenos distorsionan las funciones del cerebro, deforman la percepción, alteran
el proceso racional y proporcionan accesos a otros estados de conciencia.
En realidad, las drogas sólo tienen dos efectos sobre el sistema nervioso, el estimulante y el depre-
sor; pero cuáles son las estructuras que estimulan o deprimen, y en qué orden lo hacen, determina
que sus efectos sean vividos de forma muy diferente. Así, muchas de ellas producen efectos “mix-
tos”, al tiempo depresores y alucinógenos, o estimulantes y alucinógenos.
Clasificación de las principales sustancias según su acción sobre el sistema nervioso central:
Alcohol x
Tabaco x
Cannabis x x
Ketamina x x
Cocaína x
Anfetaminas x
Éxtasis x x
LSD x
Setas alucinógenas x
GBH x
Barbitúricos x
Heroína x
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Las drogas llamadas “duras” son aquellas que provocan una dependencia física y psicosocial,
Las drogas
es decir, alteran el comportamiento psíquico y social de la persona adicta, como en el caso de los
quedarían,
opiáceos, el alcohol, las anfetaminas y los barbitúricos.
con un criterio
vago y poco
Se consideran drogas “blandas” aquellas que crean únicamente una dependencia psicosocial,
científico,
entre las que se encuentran los derivados del cannabis, como el hachís o la marihuana, así como
distribuidas
el tabaco, el LSD y la cocaína, aunque estas dos últimas sustancias son clasificadas en uno u
en “blandas”
otro grupo dependiendo del punto de vista que se adopte. Así, la legislación española distingue
y “duras”
entre “sustancias que causen grave daño a la salud” o no, lo que algunos tienden a asimilar con
la distinción entre drogas “duras” y “blandas”, pero en cambio ubicaría a la cocaína y LSD entre
las “duras”. En conclusión, ésta es una clasificación poco matizada y traducida de forma burda del
inglés “soft/hard drugs”, cuyo uso desaconsejamos absolutamente.
43
4. Información
específica sobre
sustancias
Cruz Roja Juventud
“Nadie dice que sea fácil no consumir en una sociedad consumista como la nuestra, pero piensa
que aunque los otros lo hagan, aunque te provoquen curiosidad, aunque creas erróneamente que
resolverán tus problemas, aunque creas que te lo pasarás bien, si acabas dependiendo de cual-
quier droga, la única cosa que conseguirás es hacerte daño a ti mismo y a los que te rodean.”4
4.1. Introducción
Uno de los factores de consumo más habitual entre el colectivo juvenil consiste en asociar un esce-
nario o espacio de ocio con el consumo de una o varias sustancias determinadas.
46
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Seguramente, si les preguntamos los motivos por los que dedican el tiempo libre a estas prácticas,
nos respondan con argumentos económicos, ya que es sabido por todos que el consumo no auto-
rizado en la vía pública es más barato, al no estar sometido a los costes añadidos de bares y salas
de fiesta.
Si existe un protagonista en estos espacios de ocio nocturno es el alcohol. Así que, aunque en
muchos casos este consumo va acompañado del de otras sustancias, por ahora nos centraremos
en los efectos y riesgos producidos por el alcohol.
Consumo • Oral
Principio • Etanol
activo
4.2.1. Alcohol
Actualmente no existe conciencia de que el alcohol sea una droga más, y esto explica que su consu-
mo esté tan normalizado entre nuestras prácticas culturales; no obstante, no debemos olvidar que el
consumo de alcohol (junto al de tabaco) es uno de los responsables del mayor número de muertes
al año en nuestro país y uno de los motivos de gasto económico más importantes para nuestro sis-
tema sanitario.
Conocido de forma generalizada por nuestra cultura se presenta como un líquido que se puede
obtener a partir de la fermentación (vino, cerveza, etc.) o de la destilación (ginebra, ron, etc.) y se
consume por vía oral, es decir, ingerida. Su principio activo es el etanol.
Algunos de sus principales efectos, como en todas las sustancias depresoras, son la reducción del
ritmo cardíaco y respiratorio, la sensación de relajación, la somnolencia y la reducción de los reflejos
y de la velocidad de reacción.
Los efectos suelen aparecer media hora después de su consumo y, dependiendo de la cantidad
ingerida, podemos apreciar tres estados consecutivos en sus efectos:
47
Cruz Roja Juventud
Estado inicial
Segundo estado
Visión doble, dificultad para hablar, Descoordinación, mareos, nauseas,
somnolencia, relajación, pesadez vómitos, agresividad
Tercer estado
Pérdida de conciencia y reflejos…
Coma etílico
parada cardiorrespiratoria
Los efectos del alcohol tardan al menos cuatro horas en empezar a desaparecer y hay que tener en
Los efectos cuenta que variarán de una persona a otra dependiendo de factores tales como el sexo, el peso, y
del alcohol otros factores que regulan su metabolización. El tiempo de eliminación se prolonga en función de la
tardan al menos cantidad ingerida.
cuatro horas
en empezar a Uno de los principales riesgos del alcohol es que se trata de una sustancia de uso legal y
desaparecer normalizado en nuestra sociedad. Esto implica que su consumo se ha convertido en una práctica
y hay que tener completamente aceptada por nuestra cultura, a pesar de que se conocen bien los riesgos asociados
en cuenta que al exceso de su consumo.
variarán de una
persona a otra
Riesgos asociados al exceso de consumo de alcohol:
dependiendo
de factores
Aumento de la agresividad y una importante relación con los accidentes de tráfico debido a la
tales como el
reducción de la atención y de la capacidad de reacción, así como por la falta de coordinación y
sexo, el peso,
de reflejos.
y otros factores
que regulan su
metabolización Aparición de problemas en el hígado, páncreas y estómago.
Dependencia física y psíquica. La persona con problemas de alcoholismo puede presentar dete-
rioro mental y problemas sociales, familiares y laborales.
Alta tolerancia y grave síndrome de abstinencia, pudiendo llegar al delirium tremens, con riesgo
de muerte.
Como sucede con todas las drogas, es mejor no consumir si se han tenido problemas anteriores con
ésta u otras sustancias, si se está pasando por una etapa de inestabilidad emocional o ansiedad, si
se está tomando medicación, si se tienen antecedentes psiquiátricos, durante el embarazo, o sí se
tiene diabetes, hepatitis o asma.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
No quisiéramos ofrecer un discurso fatalista sobre el alcohol, ateniendo a que, como sucede con
muchas otras cosas en la vida, un consumo moderado puede no ser perjudicial.
Muchas bebidas alcohólicas han sido consumidas desde la antigüedad por el hombre debido a sus
beneficios y sus efectos gratificantes. Pero tampoco debemos olvidar que lo realmente importante
en todo consumo no es la sustancia únicamente, sino el uso y la relación que mantenemos
con ella. Como vimos en la unidad anterior, al hablar sobre los tipos de consumo, no es lo mismo
tomar una cerveza o un vaso de vino mientras saboreamos un buen plato o nos refrescamos que
beber hasta la saciedad una noche cualquiera en contextos de competición etílica o a modo de ayu-
da para olvidar nuestras preocupaciones.
Si aún conociendo todos los posibles riesgos se decide consumir alcohol de forma modera-
da, se deberían tener en cuenta las siguientes estrategias para reducir en lo posible dicho riesgos:
Es conveniente comer algo antes de beber, si nuestro estómago está vacío el paso del alcohol a
la sangre es más rápido.
Tener en cuenta que no todas las bebidas tienen la misma cantidad de alcohol.
El peso y sexo de la persona: a menor peso el efecto del alcohol es mayor, los chicos tardan
menos en metabolizar el alcohol que las chicas.
Si se conduce, es mejor dar las llaves del coche a otra persona o volver a casa en transporte
público.
Si una amiga o amigo ha bebido demasiado, es recomendable: no darle más alcohol ni ningún
medicamento, intentar que se tranquilice porque puede aumentar su agresividad, evitar que se
caiga o golpee, si está inconsciente es importante mantener su cabeza inclinada hacia un lado
(ya que si vomita se podría ahogar con su vómito), colocarle ropa de abrigo y, sobre todo, no dejar
que se quede sola o solo mientras avisamos a una ambulancia.
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Cruz Roja Juventud
Los cigarrillos están compuestos por nicotina (sustancia estimulante que acelera el ritmo cardíaco
y la presión sanguínea, y que es responsable de la dependencia física que generan los cigarrillos),
monóxido de carbono y más de 600 variedades de compuestos entre las que se encuentran sustan-
cias irritantes y cancerígenas (como el alquitrán).
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y muy tóxico que se origina en la combustión
de un cigarrillo. Éste disminuye la capacidad de la sangre para distribuir el oxígeno por el organis-
mo.
El alquitrán y otros compuestos presentes en el humo del tabaco tienen efectos irritantes sobre las
mucosas bronquiales y los tejidos pulmonares, y pueden llegar a provocar enfermedades, como la
bronquitis crónica y el enfisema pulmonar, y también están relacionados con el origen de algunos
cánceres (de pulmón, de boca, laringe…).
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Recuerda que:
El tabaco genera una rápida tolerancia y alta dependencia, por este
motivo se convierte en una práctica realmente peligrosa.
Cuanto más joven se empieza a fumar más probabilidades existen de que aparezca la adicción.
Cuando nuestro organismo se acostumbra a funcionar bajo los efectos de la nicotina y nuestra vida Cuanto más
diaria incluye determinadas acciones repetitivas vinculadas a su consumo (como fumar después de joven se
cada comida o mientras tomamos un café o en situaciones de relación social) es muy complicado empieza a
dejar el hábito. fumar más
probabilidades
Las personas jóvenes suelen ser el principal objetivo para las grandes empresas tabacaleras. Éstas existen de que
saben que es mucho más fácil captar personas consumidoras jóvenes que puedan desarrollar adic- aparezca la
ción rápidamente y conservarlas como clientes que intentar que personas adultas consumidoras de adicción
otras marcas se pasen a las suyas. Entre sus técnicas publicitarias incluyen mensajes atractivos
que asocian el consumo a una actitud rebelde y diferenciadora, una imagen muy buscada por la
juventud.
Como sucede en muchos otros casos, al tratarse de una sustancia que procede de la naturaleza, se
da una cierta tendencia a generalizar que este tipo de drogas no suponen tantos peligros para nues- Los usos del
tra salud. Sin embargo, a lo largo del extenso debate sobre la legalización y los usos del cannabis cannabis se han
se han ido constatando científicamente una serie de factores perjudiciales a corto y largo plazo que ido constatando
están asociados a su consumo y que deberían tenerse en cuenta. Sobre todo en un momento en científicamente
el que su uso ya no forma parte de los espacios de fin de semana, sino del día a día de muchos y una serie
muchas jóvenes en épocas de alta exigencia de rendimiento académico y laboral. de factores
perjudiciales
También es conocido como cáñamo, marihuana, maría, hierba, hachís, chocolate, hash, canuto, a corto y largo
porro, peta, THC... El THC (tetrahidrocannabinol) es el principio activo del cannabis. plazo que están
asociados
El cannabis se extrae de una planta llamada cannabis sativa, “cáñamo”, y se puede encontrar en a su consumo
diferentes formas; las más comunes son la marihuana y el hachís. La marihuana son los cogollos de y que deberían
la planta hembra; y tienen una concentración de THC entre un 1% y un 8%, pero en cada planta es tenerse
diferente. El hachís es un preparado obtenido de la resina de la planta; la concentración de THC es de un en cuenta
15% sin adulterar, pero normalmente está altamente adulterada y acostumbra a tener un porcentaje
menor que la marihuana, además de ser más toxico.
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Cruz Roja Juventud
Principio
activo • THC (Tetrahidrocannabiol)
Normalmente el cannabis se consume fumado conjuntamente con tabaco o en pipas, pero también se
puede comer, ya sea cocinado en pasteles o simplemente mezclado con algún tipo de alimento.
En dosis pequeñas: sensación de alegría con tendencia a hablar o reír, seguida de somnolencia
y decaimiento.
Problemas respiratorios como los que provoca el tabaco (bronquitis, cáncer de pulmón…).
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Dependencia psicológica.
A veces, los “colofones” pueden dar lugar a indiferencia, pasividad, sentimientos de ansiedad o
pensamientos negativos. También pueden aparecer taquicardias o angustia, pudiendo conducir a
un ataque de pánico.
Si alguien se marea, se empieza a poner blanco, pierde fuerza y tiene sudor frío, es recomendable que
se siente en un lugar tranquilo y fresco y tome alguna bebida con azúcar.
Comer cannabis dificulta controlar la dosis y, por tanto, sus efectos. Si alguien quiere probar un
pastel de cannabis hay que pensar que puede tardar horas en hacer efecto. Hay que relajarse
y no tomar otro trozo, ya que cuando uno se da cuenta de que ha tomado demasiado puede ser
tarde.
Las personas con predisposición a tener problemas psicológicos deben tener especial cuidado,
ya que su consumo puede desencadenar trastornos.
Aunque el cannabis esté “socialmente aceptado” por una parte del colectivo juvenil, se trata
de una sustancia ilegal.
Como hemos visto anteriormente con el alcohol, uno de los aspectos más
peligrosos de estos consumos recae en la práctica del policonsumo, o lo
que es lo mismo, mezclar las distintas sustancias en una misma noche. Sin
obviar que por separado la mayoría de estas sustancias ya suponen un gran
riesgo.
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Cruz Roja Juventud
Cocaína: es una sustancia estimulante que normalmente se encuentra en forma de polvo blanco
y cristalino. Se consume principalmente esnifada, fumada o inyectada. También se la conoce como
coca, farlopa, perica y nieve.
La cocaína procede de un arbusto cuya denominación botánica es Erytroxilon coca. Se cultiva, prin-
Cocaína: es cipalmente, en los países del altiplano andino (Bolivia, Colombia y Perú).
una sustancia
estimulante que
En las zonas donde se cultiva, existe desde hace siglos un consumo tradicional que consiste en el
normalmente
masticado de las hojas procedentes de la planta para liberar así su principio activo y obtener sus
se encuentra
efectos. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran
en forma de
consecuencias adversas asociadas a esta forma de consumo. Sin embargo, desde que se consi-
polvo blanco
guiera aislar su principio activo a finales del siglo XIX, aparecieron otras formas de uso con un mayor
y cristalino.
potencial para causar problemas al consumidor.
Se consume
principalmente
Las hojas de coca, sometidas a diversos procesos de elaboración química, dan lugar a distintos
esnifada,
derivados:
fumada o
inyectada
Clorhidrato de cocaína: la forma principal de consumo, conocida popularmente como cocaína.
Sulfato de cocaína (pasta de coca, también conocida como bazuco): que se fuma mezclada con
tabaco o marihuana.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Cocaína base (crack): que se fuma mezclada con tabaco o bien sola haciendo calentar piedritas
de cocaína en recipientes pequeños.
El efecto de la cocaína empieza a los pocos minutos del consumo y desaparece en una media hora.
Intoxicación aguda: midriasis (dilatación de las pupilas), sequedad de boca, sudor, fiebre, irritabi-
lidad, temblores, espasmos, convulsiones, delirio paranoide.
Dependencia psíquica.
El consumo esnifado —el más habitual— puede dañar el tabique nasal y en dosis altas puede apa-
recer una intensa ansiedad, irritabilidad, insomnio, paranoia y alucinaciones, que pueden conducir a
comportamientos violentos.
No debemos olvidar que el consumo de coca produce una intensa Aunque la mejor
dependencia psicológica (craving) y una rápida tolerancia. práctica para
la salud es no
consumir, las
Como consecuencia de su consumo pueden aparecer efectos secundarios como: irritabilidad, personas ya
somnolencia, o dificultades para dormir, disminución de apetito, alteración de la función sexual, irre- consumidoras
gularidad o desaparición de la menstruación, episodios de apatía y fatiga física. pueden reducir
los daños en las
El consumo intensivo o continuado de cocaína tiene como principal complicación los trastornos fosas nasales
depresivos, pero también pueden producirse estados de ansiedad y un sentimiento crónico de evitando las
desconfianza. “piedras”,
alternando las
A nivel físico apreciamos la dilatación de las pupilas, un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio y fosas nasales
un aumento de la temperatura corporal acompañado de un fuerte sentimiento de euforia, seguridad y aspirando
y mayor capacidad de concentración. Después, los efectos van desapareciendo y aparecen otros agua tibia
contrarios: apatía, cansancio y síntomas de ansiedad o depresión.
Aunque la mejor práctica para la salud es no consumir, las personas ya consumidoras pueden redu-
cir los daños en las fosas nasales (hemorragias y congestión) evitando las “piedras”, alternando
las fosas nasales y aspirando agua tibia (mejor salina) para eliminar los restos que puedan quedar
impregnados en la nariz. También es importante no compartir los utensilios de consumo para evitar
el contagio de enfermedades infecciosas.
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Cruz Roja Juventud
Las personas consumidoras pueden percibir que los efectos de la cocaína se acaban e intentar
seguir subiendo esos efectos, lo que provoca que la bajada sea aún más intensa.
No se debe mezclar con el alcohol porque los efectos se contrarrestan (la coca disminuye la sensa-
ción de embriaguez y el alcohol disminuye la ansiedad provocada por la cocaína) y se intensifica el
deseo de tomar más cantidad. Aunque los efectos del alcohol parezcan enmascararse, los reflejos
disminuyen cuando se mezclan estas dos sustancias, y la bajada de la cocaína es más dura: irrita-
bilidad, agotamiento, hambre, dolor de cabeza, gastritis, etc.
2. Mantenimiento: al cabo de una o dos horas desde el consumo y después de la subida, se man-
tiene el aumento de la euforia y aparecen los efectos más específicos del éxtasis:
- Efecto empatógeno: capacidad para sintonizar con las demás personas (empatía).
3. Bajón: aproximadamente a las seis horas del consumo empiezan a desaparecer los efectos del éxta-
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
No hay dependencia física demostrada, pero sí dependencia psicológica y una alta tolerancia.
La llamada anfetamina, o anfeta, suele encontrarse en forma de pastilla y se consume por vía oral. Si la anfetamina
En el mercado negro se comercializa en forma de un polvo parecido a la sal, que se presenta en ha sido ingerida
una gran variedad de colores. También se encuentra en forma de píldoras, cápsulas y pasta. Por oralmente,
lo general, el polvo se vende en un envoltorio de papel doblado que suele contener un gramo de los efectos
la sustancia. Sin embargo, la mayoría de los envoltorios no contienen anfetamina pura, pues suele empiezan al
ser cortada con impurezas para aumentar su tamaño (lactosa, glucosa, bicarbonato, leche infantil, cabo de unos
polvos laxantes, manitol, cafeína, etc.). 20-30 minutos
y pueden
Lo que se conoce como speed es un polvo blanco que debería ser metanfetamina, pero en la práctica prolongarse
es una de las drogas más adulteradas compuesta por anfetamina en polvo mezclada con lactosa, o hasta más de
cualquier otro adulterante. diez horas
Si la anfetamina ha sido ingerida oralmente, los efectos empiezan al cabo de unos 20-30 minutos
y pueden prolongarse hasta más de diez horas. Si ha sido inhalada o inyectada, los efectos apa-
recen poco tiempo después de haberla tomado, aunque permanecen menos tiempo, unas cinco
horas.
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Cruz Roja Juventud
Efectos de su consumo:
Excitación y euforia.
Disminuye el apetito.
El speed es cáustico y provoca pequeñas úlceras y abrasiones en boca, estómago y nariz. Su con-
sumo puede provocar malestar y en algunas ocasiones vómitos.
Cuando los efectos disminuyen, la persona se encuentra cansada, con dolor en la mandíbula y la
espalda, mal aliento, llagas en la boca y sensación de estómago vacío.
El speed y la anfetamina producen rápida tolerancia y una dependencia psicológica y funcional bastante
importante. Sus consumidores no se vuelven dependientes de forma inmediata, pero si la consumen
de forma habitual pueden llegar a una etapa en la que la necesitan para funcionar en determinados
Los consumos ambientes y situaciones. Al suprimir bruscamente su consumo pueden aparecer síntomas depresivos.
continuados
e intensivos Los consumos continuados e intensivos pueden provocar disminución del estado de ánimo. Pue-
pueden de aparecer irritabilidad, ansiedad, pánico o paranoias.
provocar
disminución Debido a los fuertes latidos del corazón, probablemente se sientan fuera de control, como al
del estado de borde de un ataque cardíaco. Es posible percibir sus efectos, incluso 12 horas después de haber
ánimo. Puede tomado una pequeña cantidad.
aparecer
irritabilidad, La abrasión del speed puede acabar destruyendo la membrana del tabique nasal. A dosis ele-
ansiedad, vadas puede producir agitación o hiperexcitabilidad, temblores, ideas de persecución, paranoia,
pánico o alucinaciones, conductas agresivas, cambios de humor o “psicosis anfetamínica”, que con fre-
paranoias cuencia se confunde con la esquizofrenia.
El consumo de speed puede dificultar la relación sexual. Agudiza la líbido, pero puede haber
dificultades de erección en los hombres y dolor en la penetración en las mujeres por falta de
secreción de secreción vaginal. En caso de mantener relaciones sexuales se hace más difícil usar
el preservativo, ya que el speed deshidrata, por lo que puede producir quemazón por la fricción y
mayor riesgo de ruptura.
58
Drogas. Guía de educadoras y educadores
De todos ellos, hemos seleccionado un listado con los que resultan más conocidos en este momento
según los nuevos patrones de consumo juvenil.
Se puede encontrar en forma de cuadros de papel con diferentes dibujos de una medida aproximada
de 6 x 6 mm con una gota de LSD.
También existen los micropuntos que son como unas bolas gelatinosas rellenas de LSD de unos 4
mm de diámetro. Una forma bastante común es también en botellines, donde encontramos el LSD
en formato líquido.
El “viaje psicodélico” es el efecto más característico del LSD. El inicio del viaje, empieza entre una
y dos horas después de la toma. Se experimenta una sensación de euforia, desinhibición e inquietud.
Puede aparecer la “risa tonta”, alucinaciones, alteración del tiempo y el espacio, distorsión de las
imágenes, los colores y la música. Estos efectos duran entre cuatro y cinco horas, y a partir de ahí,
los efectos van disminuyendo, aparece el cansancio y un bajo estado de ánimo. El “viaje” depende en
gran medida de la dosis, el estado de ánimo y el contexto.
Es una sustancia que potencia mucho el estado de ánimo previo al consumo. Normalmente,
en todas las sustancias con componentes alucinógenos los efectos dependen en gran medida del
estado anímico de la persona consumidora.
59
Cruz Roja Juventud
Nunca se puede saber qué cantidad de LSD tienen los “tripis”, incluso
cuando llevan el mismo sello, la dosis puede cambiar mucho (los márge-
nes de seguridad son muy bajos).
60
Drogas. Guía de educadoras y educadores
La que se vende para uso recreativo puede estar cortada con cualquier otra
sustancia, generalmente con efedrina, cafeína, selegilina y manitol o cualquier
otro producto que nada tenga que ver con los efectos de la ketamina.
KETAMINA Los efectos pueden variar mucho según la dosis consumida. Desde euforia
y pequeñas alteraciones perceptivas con dosis pequeñas hasta experiencias
psicodélicas e incapacidad corporal casi absoluta con dosis altas, lo que provoca
paralización del cuerpo, visión nublada, pérdida de reflejos o falta de coordinación.
61
Cruz Roja Juventud
HEROÍNA Los principales efectos psicológicos son una intensa sensación de placer breve
que deriva en un estado de sedación y cierta euforia, a la vez que desaparece el
malestar y la tensión.
Lo que hace de la heroína una droga tan peligrosa y con tantas personas adictas
a ellas es que produce una intensa dependencia física y mucho más severa
a nivel psicológico. La tolerancia a esta sustancia es muy rápida, y el síndrome
de abstinencia es muy fuerte y produce inquietud, dilatación pupilar, escalofríos,
temblores, nauseas, vómitos, espasmos musculares, diarrea, taquicardia,
hipertensión, dolor óseo o muscular y deshidratación.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Como ya hemos hablado con anterioridad, existe una gran variedad de derivados
anfetamínicos. Algunas de estas variedades, a pesar de ser muy tóxicas, salen al
mercado por su bajo coste de producción.
Derivados
anfetamínicos Un ejemplo de estos casos es el PMA, que es un derivado anfetamínico de mayor
peligrosidad que el éxtasis (MDMA). Puede provocar con mayor facilidad y con
dosis menores un “golpe de calor”.
Otro derivado es el 2CB, con efectos alucinógenos muy parecidos a los del LSD.
No es tan tóxico como el PMA.
PCP La PCP, también llamado polvo de ángel, es un polvo blanco cristalino que se
(polvo de ángel) disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un distintivo sabor químico amargo.
Se puede mezclar fácilmente con colorantes y se encuentra en el mercado de
drogas ilícitas en una variedad de formas, como tabletas, cápsulas y polvos
de colores.
63
Cruz Roja Juventud
Depresor
Depresor y alucinógeno
64
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Estimulante y alucinógeno
- Depresión post-éxtasis (bajo
ÉXTASIS estado de ánimo).
- Subida en media hora y bajada
en 6 horas.
- Cansancio mental.
Depresor
65
Cruz Roja Juventud
Depresor
66
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Estimulante
- Irritación y/o obstrucción
crónica de las vías respiratorias
- Psíquicos: contrarresta el (tos, faringitis, bronquitis).
aburrimiento y la fatiga, mayor
atención.
- Cáncer.
Existen otras muchas sustancias que no hemos comentado en este apartado como drogas de origen
natural, como son el café, la ayahuasca, o las “smart drugs”.
67
Cruz Roja Juventud
Las razones de las personas consumidoras para mezclar distintas sustancias suelen ser debi-
das a que el usuario:
Medidas de seguridad:
2 nuestro organismo.
68
Drogas. Guía de educadoras y educadores
A pesar de las peligrosas consecuencias, una de las sustancias cuyo consumo suele acompañarse de otros
aditivos es el MDA, o éxtasis. Del resultado de sus combinaciones pueden aparecer riesgos como:
2. Éxtasis + cocaína = se detienen los efectos empáticos del éxtasis y se necesita consumir más,
con el peligro de sobredosis que ello conlleva.
El hecho de que en estos espacios se realice un tipo de consumo que pasa de la esfera recreativa
a la esfera cotidiana puede tener graves repercusiones para la salud, ya que de este modo el hábito
y la dependencia de su consumo es cada vez mayor y, por lo tanto, las dificultades para abandonarlo
también aumentan.
Teniendo en cuenta que la juventud es una de las etapas biológicas más importantes para el desa-
rrollo de nuestras capacidades cerebrales, así como de la formación personal de nuestra personali-
dad, el abuso de las drogas puede llegar a ser mucho más arriesgado que en la edad adulta.
69
5. Factores de
protección
y de riesgo ante
el consumo
Cruz Roja Juventud
“Libertad es poder decir sí o no; lo hago o no lo hago, digan lo que digan; esto me conviene y lo
quiero, aquello no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también darte
cuenta de qué estás decidiendo. Lo más opuesto a dejarse llevar…”5
5. 1. Introducción
Existe una gran variedad de factores que favorecen el consumo de drogas y el posible abuso deriva-
do del mismo, como también existen otros factores que ayudan a prevenirlo.
De esta manera, debemos tener en cuenta aquellos factores de protección o de desprotección (ries-
go) que van a propiciar la aparición de un determinado tipo de consumo y las consecuencias que de
él se derivan.
Si los factores de riesgo en la vida de una persona son mayores que los factores de protección es muy
probable que esa persona empiece a hacer un uso de las drogas problemático o de alto riesgo.
Factores de la escuela: buena relación de la persona joven con su escuela, rendimiento aca-
démico óptimo.
72
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Factores de la comunidad: vecindario seguro sin tolerancia a las drogas y sin violencia, conexión
con instituciones culturales, presencia de servicios de salud, recreativos y sociales adecuados
para el joven.
Reducir los riesgos y ampliar los factores de protección implica adquirir herramientas efica-
ces y válidas para reflexionar en torno a los peligros que comporta realizar un consumo ya
sólo
sea puntual o habitual, es decir, conocer los aspectos “positivos” o negativos” para la persona que
comprenderemos
consume algún tipo de sustancia, sus efectos a corto, medio, y largo plazo, y las posibilidades con
este
las que contamos como individuos autónomos para poder evitar el consumo y, en caso de decidir
fenómeno si lo
consumir, disminuir los riesgos.
contemplamos
teniendo en
cuenta las
Aunque en muchas ocasiones nos pueda parecer que los problemas derivados del consumo proce-
relaciones que
den única y exclusivamente de la capacidad de una sustancia determinada para generar adic-
se dan entre los
ción, sólo comprenderemos adecuadamente este fenómeno si lo contemplamos teniendo en cuenta
tres elementos
las relaciones que se dan entre los tres elementos que configuran “el triángulo del consumo”, del
que configuran
que ya hemos hablado anteriormente, y que nos parece importante recordar nuevamente: la perso-
“el triángulo
na, la sustancia y el contexto, y la interrelación entre esos elementos determinarán el nivel de riesgo
del consumo”,
asociado al consumo.
la persona, la
sustancia y el
contexto
Sustancia
CONSUMO
Persona Contexto
Cuando hablamos de estos tres factores, nos estamos refiriendo a la razón por la cual una persona
consume y a qué elementos intervienen, ya sea en relación a los hábitos de vida, a la presión de
influencias externas (como sucede con la publicidad u otros factores mediáticos), a los espacios que
solemos escoger para nuestro tiempo de ocio, o a la imagen y el pensamiento generalizado que la
sociedad ha construido en relación a este tema y que de manera directa o indirecta acaba constru-
yendo nuestra propia opinión al respecto.
El contexto. Una de las reflexiones imprescindibles que deben plantearse los educadores y edu-
cadoras y los progenitores, como agentes de socialización y protección de la juventud que son, es
entender de qué manera se llega al consumo de las drogas, para poder así intervenir del modo
más eficiente.
73
Cruz Roja Juventud
La historia de las sustancias muestra que su uso se ha dado como elemento cultural o religioso en la
mayoría de sociedades. El uso de estas drogas se llevaba a cabo en contextos controlados donde era
improbable que llegara a niveles destructivos. En cualquier caso, el uso de estas drogas aceptadas se
aprendía del mismo modo que otras formas de conducta social y este aprendizaje permitía a la mayo-
ría un contacto controlado con esas sustancias dentro de los límites aceptables para la comunidad.
Convertirse en adicto a una droga no depende únicamente de si la exposición a esa droga, por cual-
quiera de sus vías, es elevada. Tampoco es esencial una predisposición individual. Sin embargo,
estos dos factores adquieren mucho más potencial cuando la práctica de ese consumo es adoptada
por una gran parte de la población y su uso es visto como una conducta social normalizada.
Debemos comprender que, en la adolescencia, más que en cualquier otra etapa de la vida, el indi-
viduo se enfrenta con tendencias contradictorias que proceden, por un lado de su interior y, por
En la otro lado, del mundo exterior. Además de todo esto, debe hacerse un lugar para sus necesidades de
adolescencia desarrollo que sea compatible con las obligaciones que le impone el entorno.
el individuo se
enfrenta con En primer lugar, debe enfrentarse a todos los cambios que su cuerpo ha ido experimentando en el
tendencias abandono de las formas infantiles. Y el cuerpo, como contenedor de la suma de experiencias y valores
contradictorias que podemos llamar el “yo”, pasa por unas variaciones que repercuten directamente en la imagen que
que proceden, el individuo tenía de sí mismo y que deberá reestructurar una vez finalizada esa transformación.
por un lado de
su interior y, por A menudo, esa ansiedad e insatisfacción ante un “yo” que se aleja de lo que se desea ser provoca ten-
otro lado, del tativas de recuperación de la autoestima que en muchas ocasiones se consiguen mediante la acción
mundo exterior compulsiva. La necesidad de ser y tener una fisonomía propia a veces da lugar a conductas y actitudes
de rebeldía, extravagancias, etc. En ocasiones, esto puede explicar un determinado consumo de drogas
que tiene un sentido opuesto a los criterios y los valores adultos y ayudan a autoafirmarse ante éstos y
el grupo de iguales. Estos cambios de conducta en la adolescencia pueden comportar un aumento del
riesgo del abuso de drogas, aunque no podemos contemplarlo como indicio obligado de consumo.
Por otro lado, la necesidad de ocupar un lugar adecuado en el grupo es un factor que puede
alterar la conducta. El criterio del grupo preside la conducta y la actitud individual. Dentro de este
contexto, el consumo de drogas en la adolescencia adquiere la máxima importancia por su cercana
conexión con las ansiedades propias de este período de la vida.
74
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Otro factor de riesgo o de protección es la edad de inicio, siendo el inicio precoz el más peligroso.
El tipo de sustancia consumida. Como hemos destacado con anterioridad, los motivos que llevan
a una persona al consumo de una droga siempre son múltiples, pero aun así existe una determinada
evolución de acercamiento y uso de la sustancia que se suele dar en la mayoría de los casos en el
camino hacia la adicción.
Por otra parte, debemos destacar que en la mayoría de los casos el consumo responde a lo que
conocemos como “escalada del consumo”, dinámica que suele iniciarse con el tabaco y el alcohol
y que suele ir moviéndose hacia el consumo de otras drogas ilegales como el cannabis, la cocaína
u otras drogas, como las llamadas “de síntesis”. Por ello, dependiendo del momento en que se inicie
ese proceso, y de la rapidez de su desarrollo, van a manifestarse un tipo u otro de síntomas con
mayor o menor intensidad.
75
Cruz Roja Juventud
A menudo, después del consumo de drogas legales empieza el contacto con las ilegales, y si las
condiciones permiten volver a consumir esa sustancia en otras ocasiones hasta el punto de acceder
a un uso habitual o al contacto con otros consumidores, las convicciones previas “antidroga” irán
perdiendo fuerza y se irán seleccionando las informaciones que justifiquen el consumo y que más
tarde acabarán por normalizarlo.
En la mayoría de los casos se produce un cambio conductual que suele iniciarse una vez se ha
accedido a la convicción de que a otras personas consumidoras no les ha ocurrido nada consumiendo
esa misma sustancia. Esta información previa sostiene posteriores justificaciones sobre el propio
consumo, que llevarán a la persona consumidora a aproximarse a otras personas consumidoras que
como ella hayan excluido la noción de peligrosidad de esta práctica y que por defecto también le aca-
barán apartando de la presencia de las personas ajenas a este ejercicio.
El siguiente paso en la evolución hacia la adicción supone aprender del grupo todo aquello que
Una vez que la sea necesario saber sobre la sustancia para no correr grandes riesgos; aprender el lugar y el uso de la
persona llega sustancia o aprender a percibir sus efectos en base a lo que los demás creen que se debe sentir.
a asociar el
consumo de
Una vez que la persona llega a asociar el consumo de la sustancia con el “placer” decidirá des-
la sustancia
vincularse de su grupo donde el consumo queda supeditado a momentos esporádicos, y se acercará
con el “placer”
a entornos y personas donde comprarla y con quienes consumirla de forma más frecuente.
decidirá
desvincularse
de su grupo
y se acercará
“El abuso y/o consumo de drogas (legales/ilegales) suele verse limi-
a entornos y tado por las normas sociales y ética relacionadas con el desarrollo de
personas donde la propia conducta personal.”
comprarla y
con quienes
consumirla En el tema de las drogas, las personas consumidoras se verán obligadas a buscar explicaciones
de forma más para argumentar su cambio actitudinal y justificar su consumo, a pesar de que esas razones sean
frecuente opuestas a las que defendían antes de iniciar el consumo. Irremediablemente a partir de este punto
empezarán a rechazar abiertamente y con naturalidad las normas convencionales.
Basándonos en esta percepción del consumo en espiral, sería necesaria la consecución de las
anteriores fases para llegar a los límites más peligrosos de la adicción. Aún así, no debemos supo-
ner que este tipo de conducta límite se dé obligatoriamente en todos y todas las jóvenes que
se aproximan por primera vez al consumo.
Algunas personas que inician su consumo de sustancias por curiosidad o presión del grupo irán
pasando a etapas posteriores en este proceso de posible “escalada”, donde hay que aclarar que
su funcionamiento es de tipo “piramidal”, en el sentido de que cada piso de la pirámide es afortuna-
damente más estrecho que el anterior, es decir, que sólo una parte de quienes llegan a una etapa
pasan a la siguiente, y así sucesivamente. El proceso que describimos a continuación es el “típico”
o estándar, pero son posibles muchas variaciones individuales del mismo.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Etapa 0: CURIOSIDAD
Siempre hay alguien que le ofrecerá una droga. Si su autoestima es baja es probable que
no sepa que decir que no. Al consumir se encuentra bien, sin consecuencias desagradables.
Muchos jóvenes lo dejan aquí y no vuelven a consumir.
Etapa 1: APRENDIZAJE
El consumo se realiza con el grupo, y su presión es muy importante. Experimenta sobre todo
durante los fines de semana. Al consumir tiene sensaciones positivas y alguna negativa.
Consumiendo drogas encuentra un alivio temporal a sus problemas.
Etapa 2: BÚSQUEDA
Busca el estado de ánimo que produce el consumo. Se siente orgulloso de ser experto, aunque
a veces siente culpabilidad. Aumenta el consumo. Empieza a usa la droga de forma individual,
sin necesidad de hacerlo en grupo. Empieza la modificación de su conducta, baja el rendimiento
escolar, cambios bruscos de humor, discusiones con padres y tendencia a aislarse.
Etapa 3: PREOCUPACIÓN
Obsesión por la sustancia y por los cambios psicológicos que ocasiona. Pierde el control
de su vida. Cambios emocionales marcados (desde euforia a depresión, pasando por ideas
suicidas). Absentismo, fracaso y abandono escolar. Distanciamiento de los amigos que no
consumen. Pérdida de empleo si lo tiene. Uso diario y habitual de policonsumo. Algunos
adolescentes empiezan a vender drogas para costearse las suyas.
Etapa 4: DESTRUCCIÓN
Necesita, a cualquier precio, la sustancia para no llegar al síndrome de abstinencia
(físico o psicológico), pero la droga ya no le produce euforia. A menudo sufren depresión
y sentimiento de culpa, remordimiento, vergüenza. El deterioro afecta a su salud física y
mental, y el abuso amenaza su vida. El uso es diario, y la sobredosis es habitual.
Fuente: M. I. Hidalgo Vicario, J. Júdez Gutiérrez (2007): Pediatría Integral, XI (10): pp. 895-910.
La propia desconfianza que en muchos casos emitimos hacia la persona adolescente o joven supo-
ne, en la mayoría de los casos, una dificultad en el intento por construir un clima adecuado para el
diálogo abierto y relajado entre ambas partes.
La mayoría de los expertos recomiendan como primer paso hablar con los chicos y chicas jóvenes.
Iniciar conversaciones cuyos temas no parezcan rozar la trascendencia, es lo que nos va a permitir
advertir los primeros síntomas. Siempre y cuando tengamos en cuenta que los cambios de este
período evolutivo en la percepción de las cosas que les rodean varían constantemente y cualquier
pequeño indicio poco reflexionado puede resultar una falsa alarma.
Aún así podemos hablar de una serie de factores que suelen darse de forma generalizada entre
los patrones de consumo inicial y que, sin demasiada rigurosidad, podrían ayudarnos a detectar
posibles riesgos:
77
Cruz Roja Juventud
Las muestras de agresividad o falta de respeto continuado hacia las normas también pueden
interpretarse como un tipo de actitud que anuncia el consumo de alguna droga. Aunque también
sabemos que se trata de un comportamiento común en el colectivo.
Pero cuando la agresividad o el rechazo resultan excesivos pueden estar indicándonos proble-
mas emocionales que en algún caso sí pueden estar relacionados con el consumo de alguna
droga.
Muchas personas en la juventud suelen hacer uso de la mentira para proteger su propia auto-
nomía y privacidad, pero si se da de forma repetida, evidenciando que están ocultando algo,
deberíamos interpretarlo como una señal más de que algo les está ocurriendo.
Existen casos concretos en los que podríamos ver claramente que existen síntomas de algún des-
ajuste en sus vidas. Entre ellos podemos destacar:
1. Los casos en los que la persona adolescente maneja demasiado dinero, o por el contrario, resulta
que desaparecen cosas de valor en su casa o en el centro de estudios.
2. La existencia de cualquier indicador físico: pupilas dilatadas, ojos rojos, habla gangosa, aumento
de la transpiración o desórdenes estomacales, entre otros.
78
Drogas. Guía de educadoras y educadores
En el caso del consumo de drogas es necesario tomar conciencia de que existen una serie de fac-
tores generalizados que afectan a la juventud y que van a contribuir al consumo.
79
Cruz Roja Juventud
Debemos tener presente que es muy poco eficaz intentar hablar con una persona con la que no se
han establecido canales de comunicación desde la infancia, ya que no habrá presencia de las bases
esenciales del diálogo. Por otra parte, antes de querer saber qué es lo que hacen, deberíamos plan-
tearnos cómo actuamos nosotros y nosotras como personas adultas y como modelos a seguir.
Como hemos podido ver en los módulos anteriores, las posibilidades de consumo en la adolescencia
son multifactoriales. Por ello, es normal que los diferentes factores que pueden influir (personales,
sociales, familiares, efectos de la propia droga, etc.) se relacionen entre ellos para favorecer el
comienzo a una posible adicción. No obstante, dependiendo de la persona en cuestión, suelen pre-
dominar unos motivos sobre los otros.
Las personas que se conocen como “buscadoras de sensaciones” accederán a las drogas por el
deseo inmediato de satisfacer su búsqueda de placer y estímulos.
Las personas más dóciles podrían dejarse llevar mucho más por las influencias externas del gru-
po de amistades o por los estereotipos sociales que les puedan ayudar a sentirse integradas.
Existen también muchas personas que, como hemos citado anteriormente, confían la solución de sus
problemas a los efectos desinhibidores de las drogas.
Y las hay que también consumen drogas al igual que lo hacen con muchos otros productos de
consumo.
Dentro de este último ejemplo podríamos rescatar el caso de todas aquellas personas que relacio-
nan el consumo de una determinada sustancia con la asistencia a determinados lugares de ocio o el
contacto con un tipo específico de música o ambiente.
Existen tantos motivos como posibilidades de consumo y tipologías de persona, pero en todos ellos
entran en juego una serie de factores que determinarán el desarrollo del proceso en el consumo.
No podemos obviar las influencias sobre el consumo que la juventud recibe directamente en sus
relaciones de grupo. Entre ellas, deberíamos mostrar especial interés si conocemos la existencia
constatada del consumo o la alabanza a su práctica entre el grupo de amistades o compañías de
clase; y también la posibilidad de acceso, posesión y ofrecimiento de drogas por parte de estas mis-
mas personas, aunque únicamente se trate de un consumo movido por la curiosidad.
80
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Como agentes de socialización por excelencia, deberíamos comprender que en todo este fenómeno
la influencia de determinados factores culturales tiene una importancia crucial en los primeros con-
sumos. Nuestra forma de pensar sobre elementos como los medios de comunicación, la tendencia al
consumismo, la competitividad, el rápido acceso al éxito personal, la convivencia con los demás, los
ejemplos de ocio, en definitiva, la filosofía de vida que tenemos hoy día repercute directamente sobre
nuestra persona y especialmente sobre las personas más jóvenes, cuya personalidad aún está muy
caracterizada por los pensamientos ambiguos o contradictorios. Una vez reconocidas esas influen-
cias, deberíamos contemplar la manera de fomentar una visión crítica para que nuestra juventud
pueda enfrentarse a ellas con su propio criterio.
81
6. El peso de las
influencias
externas
Cruz Roja Juventud
“Para saber si algo me resulta conveniente tendré que examinar lo que hago más a fondo, razo-
nando por mí mismo. Nadie puede ser libre en mi lugar, es decir: nadie puede dispensarme de
elegir y de buscar por mí mismo.”6
Los cambios que desde los años noventa ha ido sufriendo nuestra organización económica y de tra-
bajo han acabado creando un mercado laboral “de la eventualidad” en el que los “contratos basura”
hacen difícil acceder a la estabilidad de la vida adulta. Señalemos no obstante, para no caer en el
victimismo, que épocas recientes de nuestra historia fueron mucho peores en este mismo aspecto.
Lejos de buscar su futuro laboral en las credenciales académicas, algunos y algunas jóvenes
de nuestro país se dejan llevar por la corriente del consumismo, en la que incluyen desde pro-
ductos de alimentación y belleza hasta productos de ocio como lo son hoy en día las drogas
“recreativas”.
Cuando
nuestros El progreso ha incorporado conceptos como “la necesidad”, y con ello se ha fomentado la creencia
adolescentes de que muchos de nuestros consumos son esenciales para nuestra vida en sociedad.
consumen
alcohol y lo Con la conceptualización del ocio está ocurriendo algo parecido. Hoy en día, el tiempo de ocio no
mezclan con existe apenas sin un gasto asociado; podríamos decir que se “consume” ocio. Por ello, lejos de
cualquier otra atribuir el consumo de sustancias psicoactivas a una posible fuente de problemáticas sanitarias y
sustancia se sociales, se relaciona con el consumo de un producto de socialización más.
sienten más
cerca del La sociedad educa a la juventud en la necesidad del consumo sin reflexión, consumir para ser o para
“ciudadano- tener, una práctica alejada de la crítica que hemos acabado normalizando y que en el caso de las
consumidor” drogas no podemos pretender que sea muy distinta.
que de la
posible persona Esto ha terminado por provocar que cuando nuestros adolescentes consumen alcohol y lo mezclan
adicta a las con cualquier otra sustancia se sienten más cerca del “ciudadano-consumidor” que de la posible
drogas persona adicta a las drogas. Lo que es razonable en un tipo de consumo ocasional y responsable,
empieza a ser preocupante cuando aparecen los inesperados problemas de la drogadicción. Unos
problemas que pueden reducirse con un tratamiento adecuado de la prevención de los riesgos y
la promoción de una conducta responsable y crítica.
La práctica de ese ejercicio reflexivo requiere una educación mucho anterior al momento en el que los
chicos y chicas adolescentes puedan entrar en contacto con las drogas. Requiere trabajar con ellos y
84
Drogas. Guía de educadoras y educadores
ellas la importancia de ser consecuentes con sus acciones y sus decisiones, pero, sobre todo, requiere
crear un criterio propio que les aleje del consumo por influencias externas a sus necesidades.
Entre las personas más jóvenes, los medios de comunicación que más
influencia tienen son los audiovisuales. Pero también dependerá del propio
conocimiento que estos jóvenes tengan sobre la realidad y de su madurez
personal y su capacidad intelectual para discernir entre lo que realmente es
importante y cierto de entre todo lo que ven y oyen.
Hablar de drogas hace unos años comportaba, en la mayoría de los casos, una visión negativa que
las relacionaba con la delincuencia, la enfermedad y la muerte. En la actualidad, más del 50% de
los menores de edad consumen alcohol durante el fin de semana, pero empezamos a oír hablar
de estas cifras en los medios de comunicación mediante las críticas al “botellón”, que más que un
problema de salud es un desajuste del orden público.
La gran paradoja es que vivimos en un mundo que alienta el consumo de alcohol y las soluciones
mágicas, promoviendo una carrera desenfrenada para obtener “la felicidad”. Las salidas ilusorias de
los problemas del ser humano inundan los anuncios en la televisión. Los estímulos para consumir
son infinitamente superiores a los mensajes preventivos.
Al mismo tiempo, nos llega una información muy fragmentada del consumo de drogas, en la que se
hace muy poca referencia a los logros de los tratamientos para personas con drogadicción o a las
iniciativas sociales para intentar una mejor calidad de sus vidas. Por lo visto, las drogas que deben
seguir preocupándonos son las de “uso recreativo”, mientras que todas aquellas que hemos norma-
lizado en nuestro uso diario siguen sin recibir desde los medios de comunicación el tratamiento que
deberían.
85
Cruz Roja Juventud
En algunas de estas series y programas el consumo de drogas se ha llegado a normalizar hasta los
límites de la cotidianeidad, y esto, en muchos casos, implica que los y las adolescentes deduzcan que
consumir drogas es una práctica que no necesita ningún tipo de justificación. En esta línea, se le suele
restar importancia al consumo de las conocidas drogas legales, donde el alcohol y el tabaco son un
elemento esencial.
Puede resultar especialmente peligroso que nuestros hijos e hijas adolescentes comprueben a través
de cualquier teleserie o película que las personas adultas suelen recurrir a las drogas para solventar
alguno de sus problemas a corto o largo plazo. Igual de peligroso es que vean cómo las drogas se aso-
cian a aquellos personajes con más rebeldía, o personalidad, algo que pueden encontrar especialmen-
te atractivo en su afán por crear una identidad única y diferenciada. Esto demuestra que cuanto más
negativo es el discurso emitido sobre las drogas, más atractivo resulta para algunos de ellos y ellas.
Existe también una presencia significativa de marcas de bebidas alcohólicas, de cualquier tipo de
En algunas de graduación, en eventos y espectáculos musicales que suelen ser frecuentados mayoritariamente por
estas series jóvenes y menores.
y programas
el consumo Sin duda, Internet es un medio de comunicación de masas que está causando efectos generalizados. A
de drogas se través de la red se puede conseguir una gran cantidad de información sobre el consumo de sustancias adic-
ha llegado a tivas. En la mayoría de casos se trata de páginas web, blogs o portales que tienen un gran atractivo y credi-
normalizar hasta bilidad para jóvenes, ya que se presentan como una información homologada para todos los públicos.
los límites de la
cotidianeidad Sin embargo, debemos mostrar especial atención al repertorio de páginas que frecuentan nuestros
hijos adolescentes. Muchas de ellas pertenecen a organismos o instituciones cuyo contenido infor-
mativo puede ofrecer una fiabilidad aceptable a sus lectores. Pero existen muchas otras páginas de
carácter privado que pueden haber sido diseñadas por cualquier persona y que lejos de advertir del
peligro del consumo sin responsabilidad pueden promover el uso y abuso de cualquier sustancia y
bajo cualquier justificación que parezca atractiva para sus jóvenes consumidores.
86
Drogas. Guía de educadoras y educadores
Además, debemos tener en cuenta que algunos de los acercamientos de la juventud a las drogas
vendrán dados por la influencia de sus entornos más inmediatos (familia, compañeros y compañe-
ras, o medios de comunicación), que logra crear en ellos y ellos los efectos de aprobación o rechazo
ante el consumo de drogas legales. En cuanto a las drogas ilegales lo más probable es que las
propias sustancias acaben acercándose a sus entornos habituales de ocio, ya que el mercado y la
accesibilidad cada vez están más extendidos.
Los problemas surgen cuando dentro de una cultura se convive con drogas cuyo consumo se sitúa
fuera del marco de referencia cultural o social. Sin embargo, una droga institucionalizada, como el
alcohol, supone mayor peligro cuando su uso no corresponde al que tenía establecido o arraigado.
En estos casos es en los que las grandes estructuras de la socialización y los valores, como la fami-
lia o el sistema educativo, deben incidir.
No podemos darle un trato distinto a determinadas sustancias porque formen parte de aquello que
ya hemos integrado en nuestra cotidianeidad y más tarde pedirle a nuestros jóvenes —que todo No podemos
lo ven y todo lo aprenden— que hagan un uso responsable. Cuando hablamos con nuestros hijos darle un trato
e hijas o con nuestros alumnos y alumnas sobre las drogas debemos incidir en que el alcohol y el distinto a
tabaco, a pesar de sus elementos de legalidad, son tan dañinos como otras sustancias que estamos determinadas
estigmatizando como prohibidas, ilegales y mortíferas. Sobre todo ahora que sabemos con seguri- sustancias
dad que estas sustancias legales son las responsables de la mayor parte de las problemáticas de porque formen
salud que se dan entre la juventud en nuestro país hoy en día o que les afectará en el futuro. parte de aquello
que ya hemos
Debemos ser conscientes de que son estos primeros entornos de desarrollo (familia, escuela, amis- integrado
tades) donde chicos y chicas van a crear sus primeras expectativas e ideas sobre el consumo. en nuestra
cotidianeidad
Hay otro elemento importante dentro de los factores de presión externa que debemos tener en cuen-
y más tarde
ta como uno de los más poderosos e influyentes: el grupo de iguales. Es decir, aquellos grupos
pedirle a
en los que la juventud suele integrarse llegada la edad de formar su propia identidad, gustos, etc.
nuestros
Es en estas pequeñas “asociaciones” donde empiezan a forjar sus nuevas percepciones sobre la
jóvenes que
realidad que les envuelve. Una parte descubrirá que en sus entornos de ocio existen las drogas y
hagan un uso
que algunos de los compañeros o compañeras a los que admiran y junto a los que se sienten parte
responsable
de un proyecto común las consumen. No es extraño que los primeros consumos durante la juventud
se den en estos grupos de iniciación a la vida adulta.
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Cruz Roja Juventud
Por ello, no debemos desconfiar del grupo en todos los casos, sino tan solo en aquellos en los que
detectemos que alguien joven está siendo expuesto a presiones peligrosas hacia la consecución
de alguna acción no deseada, que podría ir desde el consumo de determinadas sustancias hasta el
desarrollo de actividades de riesgo que podrían ponerle en peligro. En ese momento es muy impor-
tante ejercer nuestro papel como personas adultas para romper este tipo de dinámica y hacer ver
al chico o chica en cuestión con sus propios ojos que todas sus acciones deben ejercerse bajo un
motivo personal y reflexionado, en el que nadie más aparte de él o ella puede decidir.
Es primordial que el joven sepa que cuenta con nuestro apoyo para
resolver con respeto todas sus dudas y necesidades, así como para
facilitar que la toma de decisiones autónoma sea un proceso cons-
tructivo y un aprendizaje positivo para él.
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7. Conclusiones
generales
Cruz Roja Juventud
“Vivida mi vida hasta este punto, me atrevo a afirmar que no hay nada de quijotesco ni romántico
en querer cambiar el mundo. Es posible. Nuestro mundo, lleno de potencialidades, es y será
producto del esfuerzo que nosotros le entreguemos.”7
Prevenir los problemas que pueda causar la adicción a una droga en una persona adolescente no
supone limitar nuestro enfoque profesional al propio consumo, sino ensanchar nuestros puntos de
mira y ser capaces de contemplar la situación desde todos los elementos que forman parte de ella.
Así, antes de hablar de drogas, deberemos hablar de educación para la salud y de promoción
de los valores y las habilidades necesarias para la vida. Antes de saber más sobre las distintas
sustancias, aprendamos más sobre nuestros jóvenes y sobre cómo ven ellos y ellas la evolución de
este fenómeno y todos los factores que le envuelven. Aprendamos a comunicarnos con el respeto,
la tolerancia y la empatía que van a necesitar para sentarse frente a nosotros y compartir sus dudas,
sus inquietudes y sus miedos.
De este modo, con nuestra intervención y nuestro apoyo no estaremos previniendo tan sólo en el
ámbito de la drogadicción, sino en el ámbito de las decisiones personales basadas en la responsa-
bilidad. Algo que sin duda necesitarán en sus intercambios con las demás personas de su entorno
y con el resto de las situaciones a las que se enfrentarán en la vida adulta. Para ello, es necesario
que nuestras actuaciones estén basadas en el análisis de situaciones, creencias y experiencias que
sean cercanas a nuestros alumnos y alumnas. Sólo desde esta perspectiva seremos capaces de
impulsar la reflexión constructiva sobre sus relaciones con el consumo de drogas y los estilos de vida
que se derivan de ellas.
Nuestra postura debe ser la de mediadores de todo este proceso, propiciando en todo momento
que el alumnado desarrolle los conocimientos, actitudes, valores y habilidades que les proporcione
7. Cita de Gioconda Belli.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
la capacitación para tomar decisiones razonadas y autónomas frente a la oferta de drogas. Y que,
en definitiva, cualquier contexto educativo se convierta en el mejor escenario para la promoción de
la salud y de las habilidades necesarias para enfrentarse a cualquiera de los peligros promovidos
por nuestra sociedad del consumo.
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8. Glosario
de términos
Cruz Roja Juventud
“En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.”8
Adolescencia: etapa vital durante la cual se lleva a cabo un proceso de maduración. Esta etapa de
transición varía entre las diferentes culturas. El objetivo psicosocial de la persona adolescente es la
evolución de ser una persona dependiente a otra independiente, cuya identidad le permita relacio-
narse con otros individuos de un modo autónomo.
Agresividad: comportamiento de defensa o ataque hacia otras personas o hacia sí mismo, general-
mente acompañada de una percepción de amenaza por parte de los demás y de diversas emocio-
nes, como la ira y el miedo.
Autonomía: expresa la capacidad para imponerse normas a uno mismo sin influencia de presiones
externas o internas.
Comunicación no verbal: incluye todo aquello que expresamos de forma corporal. Los movimien-
tos utilizados para trasmitir el mensaje verbal, los modos de trasmitir nuestras emociones o actitudes
durante el intercambio.
Conducta: conjunto de acciones que lleva a cabo un individuo con la finalidad de adaptarse al
entorno y que determinan sus patrones de comportamiento. La conducta surge como una respuesta
a una motivación en la que están involucrados componentes de índole psicológico, fisiológico y de
motricidad. Toda conducta está determinada por múltiples factores genéticos y situacionales.
Conductas de riesgo: conjunto de conductas que ponen en peligro a alguien. Pueden estar rela-
cionadas con la falta de responsabilidad hacia la conducción, las conductas adictivas, el cuestiona-
miento de los límites personales y sociales, etc.
Conducta social inadaptada: comportamientos que son altamente inadecuados por ser poco adap-
tativos o salirse de los parámetros que rigen una sociedad determinada.
Drogadicción: enfermedad crónica, con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsi-
vo de la droga y por cambios neuroquímicos y moleculares en el cerebro.
Etiquetaje social: proceso por el cual clasificamos a las personas en relación a nuestros prejui-
cios.
Empatía: capacidad que tiene una persona de identificarse con los sentimientos y la percepción
vivida por las demás personas.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Egocentrismo: en psicología, es la característica que define a una persona que valora sus propias
opiniones e intereses como los más importantes. El término deriva del griego egô, que significa “yo”.
Una persona egocéntrica no puede ponerse en lugar de otra y cree que todos persiguen sus mismos
intereses.
Habilidades para la vida: la Organización Mundial de la Salud las define así: las habilidades para
la vida son capacidades para adoptar un comportamiento adaptativo y positivo que permita a los
individuos abordar con eficacia las exigencias y desafíos de la vida cotidiana.
Son habilidades personales, interpersonales, cognitivas y físicas que permiten a las personas con-
trolar y dirigir sus vidas, desarrollando la capacidad para vivir con su entorno y lograr que éste
cambie.
Como ejemplos de habilidades individuales para la vida se pueden citar la toma de decisiones y la
solución de problemas, el pensamiento creativo y crítico, el conocimiento de sí mismo y la empatía,
las habilidades de comunicación y de relación interpersonal, y la capacidad para hacer frente a las
emociones y manejar el estrés.
Habilidades emocionales: competencias útiles para la gestión positiva de las emociones: autoes-
tima, manejo del estrés, etc.
Mecanismos de defensa: conjunto de estrategias que la persona adolescente activa ante el conflic-
to psíquico interno que concibe como una amenaza. En la mayoría de los casos se dan en forma de
chantaje, disociación, proyección o canalización del mensaje que les transmitimos.
Representaciones sociales: las representaciones personales y/o sociales están formadas por imá-
genes mentales, visuales y asociativas que se articulan mediante nuestras actitudes, conductas y
discursos emitidos por el medio familiar, social o mediático. Pueden tomar una forma determinada
sin necesidad de que nosotros seamos conscientes y actúan condicionando nuestras actitudes,
conductas y discursos.
Tolerancia social: tiene que ver con acciones, actitudes y conductas en concreto. No debemos
relacionarlo con el sujeto directamente, cada ser humano debe ser respetado sean cuales sean sus
opiniones por mucho que difieran de las nuestras.
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Cruz Roja Juventud
Adicción: enfermedad crónica, con recaídas, caracterizadas por la búsqueda y el uso compulsivo
de la droga, y por cambios neuroquímicos y moleculares en el cerebro.
Adulterar (conocido en España en el argot del ámbito de las drogas como “cortar”): se trata del
proceso de mezclar una droga con otras sustancias, para producir otros efectos, o con el objetivo de
abaratar su coste y obtener mayores ganancias en su venta.
Alcaloides: grupo de compuestos químicos de origen vegetal, que usualmente tienen la capacidad
de modificar el funcionamiento físico y psicológico. En el cuerpo humano, algunos alcaloides influ-
yen sobre el sistema nervioso, como la cafeína (estimulante); otros afectan el cerebro y la médula
espinal, como la cocaína y la morfina.
Alucinógeno: agente químico que induce alteraciones en la percepción, el pensamiento y las emo-
ciones. La intoxicación —algunas veces llamada “viaje”— está asociada a cambios en la experien-
cia sensorial que incluyen ilusiones visuales y alucinaciones, una percepción acrecentada de los
estímulos externos y una conciencia intensificada de los pensamientos y estímulos internos. Estas
alucinaciones, que se producen a un nivel claro de conciencia y en ausencia de confusión, pueden
ser psicodélicas y psicotomiméticas.
Anfetaminas: derivados químicos de la feniletilamina que actúan en las neuronas y producen efectos
psicoestimulantes.
Benzodiacepinas: psicofármacos que, al igual que los barbitúricos, pueden producir todos los dife-
rentes grados de depresión del SNC.
Cogollo: brote de hojas apretadas que producen algunas plantas, como la endibia, la lechuga o la
marihuana.
Concentración: magnitud que expresa la cantidad de una sustancia por unidad de volumen.
Dependencia física: estado de adaptación que se manifiesta por la aparición de intensos trastornos
físicos cuando se interrumpe la administración de la droga (el síndrome de retirada o de abstinencia).
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Depresores del SNC: tipo de droga que disminuye el funcionamiento general del SNC, algunas se
usan para tratar la ansiedad y los trastornos del sueño. Se encuentran en esta categoría los barbi-
túricos y las benzodiacepinas.
Descoordinación motriz: falta o pérdida de coordinación en las principales funciones motrices del
cuerpo.
Disolvente: sustancia psicoactiva que se puede encontrar de forma gaseosa, líquida o sólida. En su
mayoría inflamable o muy inflamable, casi siempre de olor intenso.
Esnifar: inhalar, aspirar por la nariz. Se “esnifa” una raya de cocaína, por ejemplo.
Estimulantes: drogas que aumentan la actividad del cerebro y la velocidad del corazón, la presión
arterial y la respiración; se usan para tratar solamente unas cuantas afecciones, tales como la nar-
colepsia y la hiperactividad con déficit de atención.
Opio: depresor con propiedades analgésicas e inductoras del sueño (de ahí el nombre de narcóti-
co). El opio se extrae de una planta de la familia de las amapolas —la adormidera— cuyo nombre
científico es Papaver Somniferum.
Psicodélico: término empleado para definir la experiencia subjetiva de que, debido a una percep-
ción sensorial incrementada, la mente se expande. El término psicotomimético significa que la expe-
riencia mimetiza un estado de psicosis, aunque su similitud con ésta es superficial.
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Cruz Roja Juventud
Sistema nervioso central: sistema encargado de las llamadas funciones mentales superiores, es
decir, de la conciencia, la memoria, el lenguaje y el pensamiento; por esto es, en cierta forma, el
responsable de la vida en sociedad. Su adecuado funcionamiento es tarea de unas células llamadas
neuronas y de las interconexiones que éstas establecen entre sí por medio de la sinapsis.
Sobredosis: reacción natural del organismo frente a la administración de una dosis demasiado
elevada de alguna sustancia psicoactiva, o una combinación de las mismas, con riesgo de agitación
o parada cardiorrespiratoria.
Sustancias psicoactivas: nombre propuesto para reemplazar términos confusos como drogas, fár-
macos, estupefacientes, etc. Se refiere a todas aquellas sustancias que ejercen una acción sobre el
sistema nervioso central y que tienen la capacidad de modificar su funcionamiento, aumentando o
disminuyendo su velocidad, y alterando el campo de conciencia.
Tolerancia: capacidad de una sustancia para dejarse asimilar por el organismo sin producir trastornos.
Podemos diferenciar la tolerancia inicial (o congénita), de la tolerancia adquirida (o aumentada).
Tolerancia cruzada: la que se desarrolla respecto a otras sustancias del mismo tipo que aquella que
se consume, incluso hacia otra droga de otro tipo conexo, aunque no se haya tomado nunca (por
ejemplo, tolerancia al alcohol = tolerancia a los barbitúricos).
Velocidad de reacción: tiempo que se tarda en reaccionar ante un estímulo que puede ser acústico,
visual o táctil.
Alcaloide: grupo de compuestos químicos de origen vegetal que usualmente tienen la capacidad de
modificar el funcionamiento físico y psicológico. En el cuerpo humano, algunos alcaloides influyen
sobre el sistema nervioso, como la cafeína (estimulante); otros afectan el cerebro y la médula espi-
nal, como la cocaína y la morfina (narcóticos).
Alquitrán: sustancia probadamente cancerígena que es inhalada por la persona fumadora y quie-
nes respiran el humo tóxico que esta devuelve al ambiente.
Base libre de coca: cocaína altamente purificada; del clorhidrato de cocaína, fumándolo, se extrae
puro el alcaloide benzoilmetilecgonina.
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Drogas. Guía de educadoras y educadores
Cornezuelo del centeno: hongo parásito que se desarrolla sobre diversas plantas herbáceas, espe-
cialmente en centenosos cereales. Contiene, entre otras sustancias de interés, ergotamina, ergotoxi-
na e histamina. La droga psicoactiva LSD está emparentada químicamente con los alcaloides del
cornezuelo, en especial con el ácido lisérgico.
Delirium tremens: grave trastorno físico y psicológico que se presenta en los alcohólicos, por privación
brusca de alcohol. Se caracteriza por delirios, alucinaciones y estados de terror, acompañados de fiebre,
sudoración profusa, náuseas, vómitos y diarrea. También es posible la aparición de convulsiones.
Dosis: cantidad total de una sustancia que se administra en una vez o durante un período determi-
nado.
Embriaguez: pérdida de las facultades psicomotrices y cognitivas, provocada por un consumo exce-
sivo de alcohol.
Narcótico: literalmente “que induce sopor”; debido a malas traducciones del inglés se utiliza a veces
como sinónimo de las sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central y que son capaces de
producir dependencia. En particular, se denominan así los analgésicos opiáceos, como la morfina,
heroína y codeína, pero desde la terminología jurídica se pueden confundir drogas de efectos total-
mente contrarios e introducir a la cocaína y las anfetaminas en esta categoría. Por todo lo anterior,
sería recomendable abandonar el uso de este término.
Nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central responsable de los efectos psicoacti-
vos y de la intensa dependencia física provocada por el tabaco. Es una solución alcalina, amarillo
pálida, soluble en agua y en solventes orgánicos, que se extrae de la planta del tabaco o nicotiana
tabacum. Es reconocida como droga adictiva, muy tóxica.
Agresividad: comportamiento de defensa o ataque hacia otras personas o hacia sí mismo, general-
mente acompañada de una percepción de amenaza por parte de los demás y de diversas emocio-
nes, como la ira y/o el miedo.
Conducta: conjunto de acciones que lleva a cabo un individuo con la finalidad de adaptarse al
entorno y que determinan sus patrones de comportamiento. La conducta surge como una respuesta
a una motivación en la que están involucrados componentes de índole psicológico, fisiológico y de
motricidad. Toda conducta está determinada por múltiples factores genéticos y situacionales.
Dinámica de consumo en escalada: modelo de progresión del consumo de drogas, en el cual se identi-
fica un patrón secuencial que involucra sustancias legales e ilegales. El alcohol, el tabaco y la marihuana
suelen ser identificadas como las drogas iniciales al consumo de otras sustancias psicoactivas.
Drogadicción: enfermedad crónica, con recaídas, caracterizadas por la búsqueda y el uso compul-
sivo de la droga, y por cambios neuroquímicos y moleculares en el cerebro.
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Etiquetaje social: proceso por el cual clasificamos a las personas en relación a nuestros prejuicios.
Evitación: implica la no aparición de un estímulo aversivo o que provoca rechazo en quien lo recibe.
El sujeto ha de dar una respuesta antes de la aparición del estímulo aversivo, con lo que este no
llega a ocurrir. Normalmente, antes de la aparición del estímulo aversivo el sujeto recibe un estímulo
discriminativo que le advierte que debe dar la respuesta.
Frustración: sentimiento desagradable en virtud del cual las expectativas del sujeto no se ven satis-
fechas al no poder conseguir lo pretendido. Como fenómeno psicológico, puede identificarse el sen-
timiento de frustración como un síndrome que ofrece síntomas diversos que, sin embargo, rondan
una categoría general: la desintegración emocional del individuo. Existen, por supuesto, diferentes
niveles de frustración y múltiples causas y consecuencias.
Patrones de consumo: modo o forma con que se mantiene el consumo de un determinado tipo de
droga(s) y el orden consecutivo de las diferentes sustancias desde su inicio.
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9. Referencias
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