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La adecuación del currículo es una de las estrategias que puede utilizar el profesor en el
aula para ayudar pedagógicamente al alumno. Lo que hace el docente es un esfuerzo por
alcanzar los objetivos educativos a partir del reconocimiento de la diversidad del
alumnado y de las necesidades reales experimentadas en cada centro escolar.
Las adaptaciones curriculares se pueden definir como las modificaciones que son
necesarias realizar en los diversos elementos del currículo básico, para adecuarlas a las
diferentes situaciones, grupos y alumnos para quienes se les aplica, debiendo atender la
diversidad de alumnos en las escuelas, en las salas de clases y en su individualidad. A
partir del currículum oficial (planes y programas de estudio, correspondiente al curso en
cuestión), en todos los niveles y modalidades del sistema, deben realizarse las
adaptaciones curriculares, que constituyen una estrategia de planificación y actuación
docente que aspiran a responder a las necesidades educativas de cada alumno.
Son aquellas adaptaciones que deben realizarse al interior de cada escuela y que van
destinadas a todos los alumnos del establecimiento, ciclo o curso, y por tanto son de
tipo organizativo y didáctico, además de facilitar el acceso al currículo.
Los alumnos con necesidades educativas especiales, requieren que las adaptaciones al
currículo sean precisas y pertinentes a sus necesidades y a sus capacidades. Estas
adaptaciones se llevará a cabo en la escuela y/o sala de clases, refiriéndose a los
elementos básicos del currículum.
1.1.3 ADAPTACIONES CURRICULARES INDIVIDUALES (A.C.I.)
Este tipo de adaptación lleva implícita la idea de que el currículum se puede adecuar a
cada persona-alumno(a) en la medida y alcance necesarios.
Según Ruiz y Bel, la adaptación curricular individual, adopta una estructura deliberada-
mente escolar. Se intenta mantener la mayor normalidad del tratamiento educativo del
alum- no, con relación a los planes y programas.
Las adecuaciones curriculares se pueden clasificar por múltiples criterios, pero es más
útil hacerlo con base en el mayor o menor grado de modificaciones al currículo general
que se deben llevar a cabo, sin perder de vista que el propósito fundamental es que los
niños con necesidades educativas especiales accedan al mismo currículo que el resto del
grupo.
Se refieren a la necesidad de adecuar, adaptar las escuelas y las aulas a las condiciones
de los alumnos; son recursos adicionales que permiten al alumno acceder al currículum,
de manera autónoma. Son adaptaciones a los recursos personales, recursos materiales y
organizativos.
Las adecuaciones están referidas a modificaciones de elementos personales, materiales
y organizativos o arquitectónicas como rampas, baños especiales, mobiliario especial. De
iluminación lámparas especiales, mayor luminosidad en las aulas.
Las adaptaciones curriculares a los elementos básicos del currículum, serán todas las
modificaciones que se realicen en cualquiera de estos elementos básicos, en uno o en
varios de ellos; ya sea en los objetivos, contenidos, metodologías, actividades,
temporalización, evaluación, para así atender las diferencias individuales de los alumnos
con necesidades educativas especiales.
Las competencias de Luis son: Su ámbito numérico es hasta el 9.999. Resuelve ejercicios
adicionando, no tiene nivel lector.
El objetivo adaptado sería: Resolver en forma escrita, ejercicios de adición en el ámbito
numérico hasta el 9.999.
Eliminar determinados objetivos o contenidos: puede suceder que algunos alumnos con
NEE no puedan desarrollar todos los objetivos y contenidos del currículo y que haya que
optar por eliminar los menos significativos o de segundo orden. A su vez el hecho de
incluir otros o dar prioridad a algunos, puede conducir también a renunciar a
determinados objetivos, lo importante es no suprimir aquellos que se consideran
básicos.
Ahora bien. ¿Qué tipo de objetivos y contenidos podemos introducir a nivel individual?
2. Hábitos Básicos.
- La sustracción.
- Resolución de problemas.
Los principios a considerar, cualquiera sea el método lecto-escritura que usemos son:
El Diseño Curricular Base establece tres tipos de contenidos que se deben trabajar
conjuntamente para desarrollar las capacidades de los alumnos. Estos tres tipos de
contenidos son: Conceptos, hechos y principios Conceptos, hechos y fechas
importantes
3. Cálculo Funcional.
4. Hábitos Básicos.
5. Habilidades Sociales.
El alumno consigue algunos objetivos después que el resto de sus compañeros, pero
dentro del mismo ciclo Básico.
El alumno consigue los objetivos propuestos pero en el ciclo siguiente. Por tanto, la
temporalización puede implicar:
¿Por qué es tan importante esta temporalización para el alumno con mayores
dificultades?
d) Actividades: Estas actividades están orientadas al logro del objetivo planteado; por
lo tanto van en entera concordancia con él. Estas actividades deben ser motivadoras,
evitando frustración y fatiga por parte del alumno.
e) Temporalización: Referido al espacio físico y al tiempo en el horario, es importante
conocer las capacidades de los alumnos y sus limitaciones, conocer su ritmo de
aprendizaje, su actitud frente a las evaluaciones, frente al grupo curso.
El objetivo es que los profesores flexibilicen y busquen alternativas variadas para que los
alumnos con N.E.E. logren realizar las actividades propuestas, lo anterior puede ser
otorgando más tiempo del previsto para alcanzar los objetivos educativos apropiados.
Ejemplo: Andrea, es una niña que se distrae fácilmente y no termina a tiempo sus
tareas; por lo tanto la profesora de la clase de comprensión de la naturaleza, conversa
con la profesora de educación artística quien le permite terminar de anotar la tarea
dada. Otra modificación es que Andrea comience antes que sus compañeros a escribir la
tarea.
Ejemplo: Si nos encontramos frente a un alumno sin nivel lector y queremos evaluar la
comprensión de un texto, lo que debemos hacer es evaluar de manera oral.
Hay alumnos más rápidos y otros más lentos ¿por qué compararlos? Ahora bien, si es o
más lento para escribir, o para leer, o para sumar, etc., tal vez su pensamiento es más
lento y debemos pensar en éstas y en otras características en el momento de desarrollar
una actividad, o de evaluar.
• Utilizar refuerzos positivos en cada ocasión que el alumno (os) desarrolle (n) bien
una actividad.
Josefina, es una alumna que durante este año (ella cursa el 6° básico), no ha adquirido
lectura fluida. La modificación significativa en este caso es retomar la programación de
cuarto básico, con objetivos que le permitan desarrollar la velocidad en la lectura para
alcanzar la fluidez necesaria.
Otro ejemplo es el caso de Fernanda, esta niña cursa 2° básico, presenta mutismo
selectivo (trastorno de la infancia caracterizado por la negación a hablar en situaciones
socia- les), en circunstancias que el objetivo y actividades para este nivel, se relacionan
con la lectura expresiva. Por lo tanto, se suprime este objetivo de la planificación
habitual de su trabajo.
Le invitamos a leer la siguiente situación e identificar qué tipo de adaptación debe
realizar:
ESTUDIO DE CASOS
a) De Acceso al currículum.
Los docentes, para cumplir con el respeto a la diversidad al atender a cada alumno
acorde a su ritmo de aprendizaje, deben aplicar metodologías, estrategias y
procedimientos de evaluación que siendo universales, apunten a atender al individuo
como tal, no al colectivo de estudiantes.
Las evaluaciones entonces, para los niños con dificultades, se transforman en situaciones
injustas y traumáticas porque son prácticas que dañan su autoestima. Estas evaluaciones
que no son de proceso, llevan sin lugar a dudas a una repitencia o deserción escolar.
Profesor, basándonos en esta afirmación, creemos necesario tener claro los aspectos o
términos ligados a la temática de evaluación y promoción, además de entregar algunas
estrategias para que esta práctica se vuelva una instancia formativa, que no se convierta
en una brecha entre usted y el alumno con N.E.E.
2.1 ESTRATEGIAS Y PROCEDIMIENTOS DE EVALUACIÓN
Es preciso destacar que se entiende por evaluación diagnóstica aquella que se aplica al
inicio de un ciclo, como al inicio de cada unidad didáctica. En tanto la evaluación
Formativa, continua, según Jesús García, es aquella que el profesor lleva a cabo durante
el proceso de enseñanza, con la finalidad de ajustar sus metodologías a las capacidades
que presenten sus alumnos y alumnas, siendo esta información importante también para
la evaluación final.
Se entiende por estrategia, en este apartado, el considerar los momentos en que serán
utilizados los diferentes tipos de evaluación. El profesor debe partir por saber: para qué,
qué, cómo y cuándo evaluar.
Importante:
¡No olvide esta estrategia, haga suya estas sugerencias en el día a día, al evaluar!
Para obtener "buenos" criterios de evaluación, es necesario tener en cuenta que estos
criterios cumplan con las siguientes condiciones:
1. Que sean inequívocos, que no puedan interpretarse; es decir, que digan claramente
lo que quieren decir. No son ambiguos, ni subjetivos.
• Utilizar diversas técnicas que son adecuadas para obtener la información que se
pretende obtener. Por ejemplo, la observación directa, pautas de cotejo, pruebas para
medir los conocimientos.
• Dar pautas para entregar retroalimentación al alumno, lo que sirve para mejorar
el propio proceso de aprendizaje.
Cuando ya estén adaptados o se ha entendido qué son los criterios de evaluación, es
necesario secuenciarlos por ciclo o subciclo, seleccionando y adaptando los contenidos a
cada ciclo o curso, según corresponda, de acuerdo con lo que promueve la Reforma
Educacional para así brindar una enseñanza equitativa a todos los alumnos.
Lo importante es tener claro cuál es el objetivo a evaluar y esto debe estar acorde con
las capacidades del alumno, con su ritmo de aprendizaje, lo que también significa exigir
de acuerdo a su ritmo de aprendizaje.
Si bien es cierto, las exigencias del medio son muchas, "ser una escuela exitosa",
"obtener buenos resultados en el SIMCE", "no queremos ser una escuela focalizada", "hay
que cumplir con los planes y programas". Estas y otras frases similares expresan el sentir
de muchos docentes que se encuentran en un sistema competitivo y exitista.
Frente a estas exigencias y deberes de los alumnos, cabe destacar lo que la LGE (Ley
General de Educación) señala en relación a las técnicas instrumentales de lectura,
escritura y matemática en su Art. 28:
La enseñanza básica tendrá como objetivos terminales que los educandos desarrollen
los conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan:
Para lograr los objetivos terminales señalados en el artículo anterior, los alumnos de la
enseñanza básica deberán alcanzar los siguientes requisitos mínimos de egreso:
a) Saber leer y escribir; expresarse correctamente en el idioma castellano en forma
oral y escrita, y ser capaz de apreciar otros modos de comunicación.
EJERCICIO DE APLICACIÓN
• También puede realizar evaluaciones grupales, o evaluar sólo una parte del
cuento. Buscar otras formas de evaluar la comprensión a través de dramatizaciones, de
títeres. Puede leer junto a sus compañeros y responder luego una prueba oral.
Los criterios de promoción, hacen mención a los parámetros que se deben tener en
cuenta al momento de decidir la promoción de los alumnos con necesidades educativas
especiales. Para promover a estos alumnos se debe considerar:
- Para muchos niños el permanecer un año más en la escuela les permite continuar en
el sistema, no desertar, significa alejarlos de la delincuencia y drogadicción.
- Hay muchos niños que al repetir, se ven dañados en su autoestima, porque son
separados de su grupo - curso, con los cuales ha generado lazos de afecto y simpatía.
- Al llegar a segundo ciclo, los alumnos se encuentran en una edad (pre - pubertad,
pubertad), en donde sus pares son muy importantes. En este ciclo hay que pensar muy
bien si es conveniente o no una repitencia. Muchos niños por temor a perder a sus
amigos, por temor a la crítica, a la burla, abandonan el sistema antes que repetir curso.
Este tipo de adaptación se realiza para adaptar elementos básicos del currículum
(objetivos, contenidos, metodologías, actividades, temporalización y evaluación) para
alumnos con necesidades educativas individuales; en uno o en varias asignaturas y que
necesitarán una planificación individual. Se adapta el curriculum, en aquellos
asignaturas de aprendizaje donde el alumno lo requiere.
Hay que señalar que, dependiendo de las competencias que tiene el alumno, es el nivel
educacional en el cual se encuentra. El tiempo que se dedica a una planificación
individual debe ser similar al que se ocupa para elaborar la planificación del curso en
general, o el tiempo que se ocupa en elaborar una planificación por asignatura.
• Entonces
utilizamos
actividades,
textos escolares
para ese nivel.
Primero bás ico
en es te caso.
Profesor Asignatura Sra. Yolanda Rojas Profesor de Apoyo Sra. M. Cristina León R.
Firma Firma
FORMATO DE ADAPTACIÓN CURRICULAR
Sin embargo, este tipo de acuerdos llevan, en su propia estructura e intención el germen
de los peligros de toda clasificación, como que sea mal utilizada por los propios
profesionales y por la sociedad en general.
Resulta de especial interés para el profesional saber qué es lo que puede encontrar, ya
que no todo el mundo utiliza el término “dificultades de aprendizaje” de la misma
manera y lo mismo puede decirse del término dislexia. Veamos unas primeras
orientaciones prácticas para moverse en este terreno:
¿Diagnosticamos, sin más, por igual a todos los sujetos que presentan problemas de
aprendizaje como “alumno con dificultades de aprendizaje”? ¿Marcamos diferencias
entre ellos? ¿Diferenciamos entre estos sujetos y los que presentan “fracaso escolar”, o
consideramos que aquellos están incluidos en este concepto tan resbaladizo e
indeterminado pero, paradójicamente, tan querido por sociólogos de la educación y
políticos? ¿Debemos ser precisos o vagos en la descripción diagnóstica?
¿Por qué de repente todos los niños con dificultades escolares son disléxicos o todos
pasan, de repente, a ser hiperactivos?
Debemos huir de las etiquetas aplicadas sin rigor, generalizándolas en exceso y siguiendo
modas basadas en predominios paradigmáticos. Apuntarse a dichas modas de modo
acrítico implica un vicio muy frecuente en el ámbito de la psicología y la educación, cuál
es el de rechazar como arcaicas todas las posiciones históricamente anteriores. El
terreno de las dificultades de aprendizaje ha sufrido de modo especial esta perversión y,
con ello, se ha perdido riqueza en el análisis de este tipo de problemas.
5. EL PROCESO DE EVALUACIÓN
Una primera cuestión de interés para los psicólogos y psicopedagogos que trabajan en
procesos de evaluación de niños y jóvenes con dificultades de aprendizaje está
relacionada con el marco en el que trabajan. Unos trabajan en gabinetes privados y
otros en instituciones educativas (escuelas e institutos); estos últimos se dividen, a su
vez, en dos grupos, los que trabajan integrados plenamente en la vida de un centro
educativo y los que trabajan de forma ambulatoria abarcando varios centros de una zona
determinada. En unos y otros casos pueden ser profesionales que desempeñen su función
de especialista en solitario o integrados en un grupo donde hay más especialistas. Los
que trabajan en centros pueden tener la responsabilidad de todo el centro o pueden
compartirla con otros especialistas repartiéndose el trabajo ya sea por tipología de
problemas o por ciclos educativos.
Ni que decir tiene que la situación más adecuada es la de equipos de especialistas que
trabajan integrados en un centro y cuyo número de personas está en consonancia con las
características de los alumnos del centro, tanto desde el punto de vista educativo como
del número de alumnos.
Resulta evidente que trabajar integrado en un centro tiene muchas ventajas sobre el
hecho de trabajar en una posición de itinerancia o en un gabinete al margen del centro
escolar. Es muy importante que el psicólogo o psicopedagogo esté plenamente integrado
en la vida del centro, al tiempo que no debe participar en actividades docentes
normales en relación con aquellos alumnos con los que tiene que relacionarse en su
función de especialista orientador. Es un error pretender actuar en funciones de
orientación una parte del horario escolar para, a continuación, dedicar unas horas a dar
clases de ciencias sociales. A nuestro entender este modelo, tan extendido en nuestro
país durante muchos años, en especial en el ámbito de la educación secundaria, es
claramente distorsionador en relación con la verdadera función de dichos especialistas.
El que estos profesionales estén plenamente integrados en el centro es para aprovechar
las ventajas de dicha integración, no para “aprovecharlos” a ellos en el desempeño de
otras funciones.
Vivir el centro, convivir con el resto de docentes que trabajan en él, conocer el barrio y
las familias, participar activamente en las reuniones de trabajo, integrar en su acción al
resto de profesionales e implicarse en la de ellos, etc., son características esenciales
para un buen trabajo de evaluación. los equipos y profesionales itinerantes no se
benefician por igual de estas ventajas. En el caso de profesionales que trabajan en
gabinetes no integrados en el centro educativo, la cuestión es menos positiva por cuanto
se pierde una cantidad importante de información y se ve a un niño
“descontextualizado” de los marcos ecológicos en los que se desarrollan sus actividades
de aprendizaje. El trabajo de gabinete, por otro lado, se ve obligado a realizar una
evaluación mucho más dependiente de procedimientos formales con todo lo que de
negativo tiene este tipo de actuación diagnóstica. Los casos en los que el gabinete
externo es una buena opción son:
En todos estos casos, sin embargo, es necesario que los profesionales de ambas
instituciones, escuela y gabinete externo, hagan esfuerzos continuados para trabajar de
modo colaborativo, evitando criticarse o descalificarse mutuamente frente a los padres
y el alumno.
Resulta, pues, muy importante que, cuando por circunstancias como las indicadas se
deba realizar una evaluación o un tratamiento especializado en un gabinete externo al
centro educativo al que va el alumno, ambas partes, institución escolar y gabinete
externo, pongan el máximo de sus esfuerzos en la colaboración mutua, sin perder de
vista que el objetivo fundamental es el alumno y que, como decía Wallon, la actitud de
la escuela no debe ser la de una escudería de carreras.
Más tarde o más temprano vamos a responder a la pregunta: ¿qué le pasa a este niño que
no aprende? Puede plantearse de una forma más psicologizada: ¿qué diagnóstico tiene
este alumno?, o más pedagógica: ¿cómo debemos enseñar a este niño? Sea cual fuere el
tipo de interrogación que se nos plantee, lo cierto es que en su momento determinado el
profesional se enfrenta a la tarea de conocer al alumno, sus características personales,
su forma de afrontar los aprendizajes, sus condicionantes familiares y ambientales, etc.
Para llegar a este conocimiento debemos utilizar un conjunto de instrumentos y
estrategias de observación que nos permitan llegar a una primera evaluación consistente
a partir de la cual empezar a trabajar.
Entre los instrumentos que deben utilizarse encontramos desde los más formales hasta
los más informales; desde los más ligados a los procesos hasta los más relacionados con
la tarea; desde los que utilizan referencias de población muy amplias, hasta los que se
basan en el criterio del grupo clase.
Este tipo de evaluación está basada en tests, cuestionarios y escalas estandarizadas que
permiten comparar el nivel de realización de un alumno con el resto de sus compañeros
de la misma edad. En el ámbito de las dificultades de aprendizaje estas pruebas siempre
deben pasarse de forma individual. Nos parece inadecuado cualquier tipo de evaluación
colectiva, a través de pruebas estandarizadas, en relación con las dificultades de
aprendizaje.
Los materiales más importantes para la evaluación formal en el diagnóstico de las
dificultades de aprendizaje son de alta calidad y prestan un gran servicio a los
profesionales. Sin embargo, sus limitaciones son muchas, y ello ha potenciado, con el
tiempo, la aparición, como veremos más adelante, de sistemas informales de
evaluación.
El buen evaluador es aquel que sabe sopesar en cada momento las ventajas y los
inconvenientes de aplicar o no una prueba, ya sea formal o informal. El hecho de que los
test y cuestionarios formalizados estén tan extendidos entre los profesionales no es
mera casualidad, si todo fueran inconvenientes hace tiempo que habrían dejado de
utilizarse; sin embargo, no solo se siguen utilizando sino que se continúan elaborando
muchos nuevos cada año. Sus ventajas más relevantes son, a nuestro entender:
• Que con unas pocas pruebas nos pueden proporcionar una primera
aproximación al alumno, abarcando prácticamente todos los aspectos de
su inteligencia y personalidad.
• Nos ofrece un primer avance que puede servir de orientación respecto a
las posteriores fases de la evaluación diagnóstica.
• Nos evita tener que construir nuestras propias pruebas.
• Nos relaciona los resultados con la población general, situando al alumno
en el conjunto de la población.
• Tienen en cuenta criterios evolutivos al estar estandarizados por edades.
• Tienen en cuenta criterios generacionales, pues las tabulaciones se van
actualizando.
5.4 LOS INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN INFORMAL
• Son adecuadas para detectar los puntos fuertes y puntos débiles en las
habilidades y estrategias de aprendizaje del alumno.
• Sirven para corroborar aspectos deducidos de la evaluación formal y para
aclarar aquellos aspectos menos claros en dicha evaluación.
• Son útiles para deducir con rapidez las necesidades educativas o
conductuales más urgentes del niño con dificultades de aprendizaje.
• Pueden dar respuesta a la evaluación de aspectos muy concretos del
aprendizaje escolar.
• Facilita el seguimiento de los avances o retrocesos que se producen en el
aprendizaje.
• El profesor de aula puede aplicarlas con relativamente pocas
instrucciones.
Del conjunto de instrumentos con que cuenta el profesional, éste debe, en cada
momento, saber escoger la opción más adecuada. Nuestras recomendaciones generales
son:
Fase de
detección
Fase de
identificación
Fase de
diagnóstico
Fase de
seguimiento
Planificación de
la intervención
Fase de
seguimiento
Evaluación
final
Desde un punto de vista general de todas las dificultades de aprendizaje, los elementos
más significativos desde la perspectiva de mayor riesgo son:
• Los problemas en la adquisición del lenguaje oral. Puede estar centrado
en la comprensión o en la producción.
• Los problemas de atención.
• La torpeza motora general.
• Las dificultades en praxis que impliquen orientación espacial.
• Las dificultades en aprendizajes básicos como colores, formas,
rompecabezas y encajes sencillos.
• Algunos aspectos ligados a la conducta como: temperamento difícil,
actividad por encima de la normal, terquedad y dificultades de
socialización debido a una personalidad conflictiva en la interacción con
los iguales.
Ésta es una fase crítica desde el punto de vista de la evaluación. El trabajo debe ser el
de un equipo y exige una buena preparación y experiencia. Las reuniones que realicen
las personas involucradas en el proceso evaluador no debe sobredimensionarse; a
menudo es mejor realizar reuniones en grupos reducidos de unas tres personas, pues
resultan mucho más eficaces. En esta fase del proceso debemos intentar dar respuesta a
los siguientes planteamientos:
• ¿Quiénes son las personas que deben intervenir en este proceso y qué
responsabilidades se otorgan a cada uno?
• ¿Qué programación va a tener esta evaluación?, ¿cuáles son las prioridades
y cómo vamos a responder a cada una de ellas?
• ¿Cuáles son las conductas/habilidades causa de la preocupación? No
debemos perderlas nunca de vista.
• ¿Cómo reacciona el alumno ante el proceso evaluador? Es evidente que un
proceso de este tipo no puede iniciarse sin dar explicaciones al principal
afectado.
• ¿Qué pruebas y qué observaciones vamos a realizar y quién las va a llevar
a cabo?
• ¿En qué nivel se encuentra el sujeto respecto a las dificultades de
aprendizaje? Resulta una cuestión esencial la evaluación del nivel de
partida del problema, ya que existe una tendencia, tanto en docentes
como en padres, a olvidarse de la situación de partida.
• ¿Qué diferencias existen en el trabajo del alumno cuando lo realiza en
situación de grupo o en un contexto de apoyo individualizado? Éste es un
dato muy discriminativo. En muchos sujetos con dificultades de
aprendizaje basta que modifiquemos las circunstancias ambientales en las
que se da el aprendizaje para que se produzca una variación relevante del
rendimiento en sentido positivo.
• ¿Qué relaciones potenciales observamos entre los resultados de las
pruebas basadas en procesos y las dificultades concretas de aprendizaje
que manifiesta el alumno desde el punto de vista de los contenidos
curriculares?
• ¿Cuáles son los puntos fuertes en el perfil psicológico global del alumno?
Es decir, en qué procesos intelectual-cognitivos y afectivos destaca
positivamente.
• ¿Cuáles son los puntos fuertes del alumno en relación con los aprendizajes
escolares? Es decir, en qué tareas escolares no tiene problemas y en
cuáles destaca positivamente.
Esta es una fase en la que las decisiones deben tomarse de forma colegiada y en la que
los padres deben ser convenientemente informados de por qué hacemos determinadas
propuestas. Una vez tenemos datos suficientes para una primera aproximación al
problema, es necesario tomar la decisión de dónde se ubica el conjunto de la acción
educativa que debemos emprender para resolver la dificultad de aprendizaje. Las
cuestiones a las que tenemos que dar respuesta son:
6.7 ¿QUÉ PASOS CONCRETOS HAY QUE SEGUIR PARA LLEVAR A CABO UN PROCESO DE
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA POR PARTE DEL ESPECIALISTA?
Realizar una primera observación del trabajo del alumno: se trata de observar
directamente el trabajo del alumno en el aula y en sesiones individuales. Siempre sobre
materiales curriculares y sobre actividades escolares relacionadas con el problema.
Establezcamos una hipótesis de trabajo y discutámosla con el equipo: a partir de toda
la información recogida es muy importante establecer una primera hipótesis de trabajo y
discutirla con el equipo. Esta hipótesis nos permitirá ganar tiempo y reducir el número
de pruebas y observaciones que se deben aplicar al alumno.
Reflexionemos sobre las conclusiones con el conjunto del equipo: el informe final
debe contrastarse con el equipo. En la medida en que éste no lo asuma, están
condenadas al fracaso las decisiones que de él se extraigan.