Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831) ha ejercido una influencia tremenda
en el mundo moderno, no solo en la historia de las ideas, sino también en el ámbito de lo político. Lo enorme de la influencia de Hegel se evidencia en que sin él no habría Marx; sin Marx, no habría Lenin, Mao, Castro ni Pol Pot. Basta con reflexionar un momento sobre el impacto que el comunismo ha tenido en el mundo moderno, incluso en los países no comunistas, cuyas políticas fueron profundamente motivadas por el deseo de derrotar al comunismo. El comunismo es, sin duda, la innovación política más importante, influyente, y también la más mortífera del siglo XX, y Hegel, antes que Marx, estableció algunas de sus bases intelectuales. Sin embargo, es necesario aclarar que Hegel hubiera rechazado el marxismo y por lo tanto no se le puede hacer responsable por las mentes de segundo rango sujetas a su influencia. Además, no todos los aspectos de su legado político y cultural son tan negativos. Y adecuadamente entendido, Hegel podría ejercer una influencia inmensamente positiva en la cultura y política modernas. La filosofía de Hegel es propia de los tiempos modernos. Pertenece a lo que Heidegger llamó “la metafísica de la subjetividad”. Pero se trata de la subjetividad del concepto, del pensamiento organizado según lo lógico, y por eso universal y necesario. El sujeto hegeliano tiene esa característica; ser propio del pensamiento universal. La realización de ese pensamiento es la realización de la libertad. Quien quiera entender al pensamiento post moderno tiene que comprender a Hegel, lo cual le permitirá comprender también a Kant. Sin entender a Hegel es imposible comprender a Nietzsche, a Kierkegaard y a Marx. Por tanto, desde ese punto de vista, le atribuimos una gran importancia a esta obra que hoy presentamos al pensamiento venezolano y al suramericano. La principal razón para leer a Hegel es su capacidad de transmitir una profunda comprensión de la filosofía de la historia y la cultura.