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Los medios digitales

Los medios tradicionales, sin duda, se han transformado; hoy disponemos de


contenidos multiplataforma que nos permiten interactuar “entre todos” y acerca
de “todo”.

Claude E. Shannon y Warren Weaver, a finales de la década de los años 1940,


presentaron un modelo de comunicación sencillo que consistía en explicar el
proceso de un mensaje enviado, de manera directa, desde un emisor hasta un
receptor, a través de una señal y que partía desde una fuente hasta llegar a un
destino.

Una definición nada compleja para las maneras que existen para
comunicarnos, hoy en día. Actualmente, en términos más coloquiales, las
fuentes son múltiples, al igual que los destinos y los canales. Internet ha
transformado la manera en que enviamos y recibimos mensajes y se ha
convertido sencillamente en una comunicación digital.

La industria 4.0 o la llamada Cuarta Revolución Industrial “es el nombre que la


comunidad de expertos han venido a dar al fenómeno de la digitalización en las
principales cadenas de producción, fabricación y suministro, a través de la
Realidad Virtual, la Inteligencia Artificial o el Internet de las cosas”, explica un
artículo de Impulso Digital, publicado por El Mundo, de España.

De esta manera, ha cambiado la relación de las máquinas con el hombre,


generando una personalización y mayores vías de comunicación.

Es así como, además, se hacen más visibles las ventajas de la comunicación


digital: llega a todas las partes del mundo, a infinidad de clientes, permite
segmentar los mercados y no existen barreras para transmitir cualquier tipo de
mensajes. Además, es más económico.

A esto se le suma la producción incalculable de dispositivos móviles, como


celulares inteligente y tabletas, que permiten llevar la información a todas
partes, a través del WhatsApp, el correo electrónico, los mensajes de texto,
entre otras herramientas. Según un informe anual de Mobile Economy de la
GSMA (2018), el número de usuarios únicos de telefonía móvil alcanzó los
5.000 millones al finalizar 2017, lo que supone un grado de penetración del
66%, aunque el número de tarjetas SIM usadas por personas (excluyendo las
que usan máquinas entre sí) se elevó a 7.800 millones, el 103% de los
habitantes del planeta, superando así por primera vez la población mundial
(7.600 millones de personas). Esto significa que más de la mitad de la
población está conectada a través de las nuevas tecnologías.

Es allí cuando las redes sociales también entran a cumplir un papel


fundamental, pues se convierten en esos poderosos canales que permiten
informarse de lo que sucede y, además, generan un gran impacto en los
demás, si se es inteligente a la hora de enviar contenidos claros y estratégicos.

Según el estudio Digital in 2018: Q3 Global Digital Statshot (2018), realizado


por We are Social y Hootsuite, la comunicación a través de los canales digitales
se ha convertido en el principal método en la actualidad. Para julio de 2018, el
número de usuarios activos por mes en las redes sociales fue: Facebook, 2.196
millones; YouTube, 1.900 millones; Whatsapp, 1.500 millones; Instagram,1.000
millones; Twitter, 336 millones (con tendencia a la baja); y LinkedIn, con 294
millones. Se destaca que el rango de edades que más utiliza estos canales
está entre los 18 y los 34 años, quienes muchas veces prefieren utilizar la
comunicación por texto e imágenes (ej. chat o tweets), que hacer una llamada.
De esta manera, se ocupa menos tiempo en una comunicación directa entre
usuarios, pero se informa lo necesario y se genera una identidad digital.

Según una publicación de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de


España, la experta en redes sociales, Coque Pons, dice que “la monitorización
es un 10% herramienta y un 90% factor humano. Lo importante no es saber
cuántas veces se habla de nosotros, sino qué se dice, quien lo dice y por qué
se dice. Gracias a este proceso, podremos medir cuál es nuestra reputación,
podremos identificar qué debemos mejorar y podremos establecer
comparativas temporales”.

La comunicación digital ha revolucionado no solo la manera de comunicarnos,


sino de vender, de leer, de estudiar, entre otros… La comunicación en papel o
frente a frente es cuestión del pasado, así mismo funciona con los clientes, y es
allí donde se deben encontrar los elementos para posicionar una marca, dejar
huella o marcar la diferencia.
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