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Derecho Agrario
Lic. Fred Manuel Battle Rio
Jornada Matutina
Junio 2020
Todo transcurre bajo síntomas de normalidad hasta que un día aparecen en el bosque
nuevos indígenas que provienen de otras regiones y son pescadores, ofreciendo parte de
su pesca a cambio del permiso para cazar: al parecer han sido alejados de sus tierras y
buscan un nuevo comienzo.
Durante la época Clásica, los mayas eran un pueblo agrícola. Aunque practicaban la
caza, las presas salvajes representaban un porcentaje relativamente reducido de su dieta
y, en general, es posible que la carne se considerase un artículo de lujo. Al parecer, en
aquellos días siempre había algún propietario, cuidador y conservador de la selva y el
hecho de que un grupo maya no practicara la agricultura es virtualmente imposible.
Aunque las viviendas debieron estar construidas con materiales perecederos, los
cimientos eran de piedra, y a menudo se levantaban en plazas despejadas para tal fin,
pero no en la agreste selva. Los lotes de vivienda estaban planificados y contaban con
espacios dedicados al cultivo de frutas, verduras y plantas medicinales, y a la crianza de
algunos animales domesticados. El arte maya muestra a las mujeres ataviadas de forma
conservadora con el tradicional vestido o huipil, con los senos cubiertos. Asimismo,
había vasijas de cerámica por todas partes.
Durante el periodo Clásico, los asentamientos mayas estaban tan diseminados que
cualquiera vivía a por lo menos 10 o 20 kilómetros de una comunidad grande. Las
pirámides nunca estaban a más de 20 kilómetros de distancia de cualquier punto del
mundo maya. Entre los distintos grupos había un profundo sentimiento de interconexión
política. Incluso las pequeñas aldeas de los lugares más apartados estaban conectadas
con algún centro político.
La mayor parte de la población estaba integrada por los plebeyos quienes hacían posible
el sostenimiento agrícola y brindaban la labor física necesaria para construir y mantener
los templos, palacios y plazas. Además, desempeñaban los oficios necesarios para la
elaboración de los adornos y objetos destinados al culto y a las ceremonias dedicadas a
las deidades. Artesanos, comerciantes, agricultores y todos aquellos dedicados a las
labores como caza y la pesca formaban parte de este grupo.
La escala social inferior estaba integrada por los esclavos, quienes podían llegar a esa
condición por haber delinquido, por tener deudas que no podían pagar, o por ser hijos de
esclavos o prisioneros de guerra. En cuanto a la comida, solían tomar un desayuno
ligero, compuesto de tortillas de maíz y tazón de cacao. Luego, al volver a trabajar,
hacían la única comida del día, compuesta de tortillas de maíz, legumbres y a veces
carne o pescado. El cacao constituía un auténtico vicio de la cultura. No en vano se
había domesticado en sus tierras, donde además se cultivaba el de mejor calidad de toda
América. Su chocolate no tenía azúcar (desconocida en América hasta la llegada de los
españoles), y consistía en una bebida fría de cacao y agua, a la que se le añadían a veces
granos de maíz, e incluso ají o picante. Algunas veces se endulzaba con miel.