TEMA 6

EVALUACIÓN DE LAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
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TEMA 6: EVALUACIÓN DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS

MAPA CONCEPTUAL

Te presentamos el esquema conceptual del tema 6, con el que podrás navegar entre
los diferentes apartados que contiene nuestra unidad:

Toma nota:
Te recomendamos que completes esta estructura con las ideas principales que vayas
adquiriendo a lo largo de la unidad para profundizar en su estudio.

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PRESENTACIÓN
Objetivos:
- Conocer la finalidad que tiene la evaluación.
- Saber cuándo evaluar.
- Explicar la importancia que posee el alumnado como agente evaluador.
- Conocer lo que se debe evaluar.
- Saber cómo llevar a cabo la evaluación.
- Conocer diferentes instrumentos de evaluación para el proceso de enseñanza –
aprendizaje.

Contenidos:
1. INTRODUCCIÓN
2. ¿PARA QUÉ EVALUAR?
3. ¿CUÁNDO EVALUAR?
4. ¿QUIÉN EVALÚA?
5. ¿QUÉ EVALUAR?
6. ¿CÓMO EVALUAR?
- Contratos didácticos.
- Cuestionarios de covaloración.
- Cuestionarios de autoevaluación
- Bases de orientación.
- Cuestionarios o Test de evaluación.
- Producciones de los alumnos y alumnas.
- Pruebas escritas y orales.
- Observación. Plantillas de observación.
- Portafolio.

1. INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos sobre evaluación surgen unos interrogantes esenciales a los que se
debe proporcionar una respuesta. Estos interrogantes básicos son:
• ¿Qué evaluar?
• ¿Cuándo evaluar?

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• ¿Cómo evaluar?

Estas cuestiones elementales se trasladan al nuevo marco de trabajo que nos ofrece
la implantación de la Ley Orgánica de Educación (LOE): Las Competencias Básicas.

A continuación, analizaremos cada uno de los interrogantes básicos, anteriormente

mencionados. Asimismo, trataremos dos nuevas cuestiones en el marco de trabajo de las
competencias básicas, que son:
• ¿Para qué evaluar?
• ¿Quién evalúa?

Para saber más:

Para profundizar más sobre lo expuesto, te recomendamos visualizar la presentación
"Evaluación de las competencias básicas: qué, cómo y cuándo" realizada por Fernando
Trujillo.

2. ¿PARA QUÉ EVALUAR?

Antes de proporcionar una respuesta a este interrogante, debemos aclarar qué es la

evaluación de competencias y por competencias.

Y, para ello, debemos recordar que la entrada de las competencias básicas en el

currículo ha supuesto una reformulación de los métodos de enseñanza: Del “saber” al
“saber hacer”, de “aprender” a “aprender a aprender”, etc. Se trata de que los alumnos,
al finalizar la escolarización obligatoria, adquieran unas competencias que actúen como
la base para que éstos puedan conseguir su realización personal, practicar la ciudadanía
activa, formar parte de la vida adulta y desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo
de la vida.

Por lo que, la evaluación de competencias y por competencias debe tener en cuenta

no solamente lo que el alumno o alumna sabe o aprende, sino lo que hace con ese
conocimiento en diferentes situaciones. Asimismo, se deben trabajar distintas
posibilidades de evaluación, con el objetivo de reflejar las múltiples situaciones donde
se puede dar la ejecución.

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Toma nota:
Dicho esto, qué es la evaluación de competencias y por competencias. La
evaluación de competencias y por competencias es un proceso de
retroalimentación, donde los alumnos y alumnas van a determinar su capacidad, y
certificar los aprendizajes conforme con las competencias de referencia, a través
del análisis del desarrollo de tareas lo más reales posibles, que impliquen
curiosidad y reto.

Cabe decir que la evaluación de competencias y por competencias es tanto

cualitativa como cuantitativa. Se trata de una evaluación cualitativa en cuanto que busca
determinar, de manera progresiva, los logros concretos que los alumnos y alumnas van
consiguiendo a lo largo del proceso de enseñanza – aprendizaje. Y, se trata de una
evaluación cuantitativa, dado que se pretende establecer el grado de avance de esos
logros mediante una escala numérica; de forma que, los números representarán los
niveles de desarrollo, los cuales se corresponderán con los niveles de logro cualitativos.

Aclarada la cuestión: Qué es la evaluación de competencias y por competencias; y,

volviendo a la pregunta inicial: Para qué evaluar; comentar que a este interrogante, de
forma implícita, se le ha dado respuesta.

Evaluar, para qué evaluar, para:

• Por un lado, certificar la adquisición de unos determinados conocimientos.
Como anteriormente se exponía, certificar los aprendizajes conforme con las
competencias de referencia, a través del análisis del desarrollo de tareas.
• Y, por otro lado, identificar las dificultades y progresos del aprendizaje de los
alumnos y alumnas, y poder ajustar el proceso a las necesidades reales de los mismos.
Previamente, decíamos que la evaluación de competencias y por competencias busca
determinar, de manera progresiva, los logros concretos que los alumnos y alumnas van
consiguiendo a lo largo del proceso de enseñanza – aprendizaje. Y, que pretende
establecer el grado de avance de esos logros.

Toma nota:
Indiscutiblemente, la evaluación de competencias y por competencias es una
evaluación mucho más compleja, dado que entiende la evaluación no como una

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actividad puntual, sino como un proceso en el que se analiza tanto el aprendizaje como
el proceso de enseñanza.

Ampliando contenido:
Para profundizar más sobre el contenido visualiza el siguiente video:
(http://www.youtube.com/watch?v=S5KbyREmB7k)

3. ¿CUÁNDO EVALUAR?

Hasta hace poco, la concepción de la evaluación más conocida ha sido aquella que
sitúa el proceso de evaluación ante una actividad puntual, que se lleva a cabo al finalizar
el proceso de enseñanza – aprendizaje; y, que permite certificar el grado de
conocimiento adquirido por los alumnos y las alumnas.

Este enfoque sobre la evaluación ofrece al profesorado la posibilidad de poder

calificar a los alumnos y alumnas, y establecer un nivel dentro del aula. Sin embargo, se
trata de una evaluación que no influye en la mejora del aprendizaje.

Si lo que se pretende, realmente, es plasmar una evaluación que esté centrada en el

desarrollo de las competencias, ésta no puede darse únicamente al final del proceso de
enseñanza – aprendizaje. La evaluación de competencias y por competencias debe estar
presente en todas y cada una de las fases del proceso.

Eso sí, debemos tener en cuenta que las competencias no son observables por sí
mismas. ¿Qué se puede hacer? La respuesta a esta pregunta es muy sencilla, hay que
inferir las competencias a través de desempeños o acciones concretas. Para ello, se
deben plantear tareas que tengan como fin el establecimiento de unos conocimientos
previos, relacionados con el saber, el saber ser y el saber hacer; y, que nos proporcionen
una evaluación inicial.

Asimismo, y con el objetivo de identificar las dificultades y logros de los alumnos y

de las alumnas durante el proceso de enseñanza – aprendizaje, se deben establecer
tareas, que incidirán de forma directa en los resultados del aprendizaje.

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Cabe decir que solamente cuando la evaluación se encuentra integrada en el proceso

de enseñanza – aprendizaje, mejoran los resultados finales.

4. ¿QUIÉN EVALÚA?

¿Quiénes son los distintos agentes que pueden llevar a cabo la evaluación de
competencias y por competencias? Normalmente, la evaluación es llevada a cabo por
los profesores y profesoras, los cuales se convierten en los certificadores del aprendizaje
de los alumnos y alumnas al finalizar el proceso de enseñanza – aprendizaje.

No obstante, si queremos realizar una evaluación de competencias y por

competencias, debemos tener en cuenta al alumnado en sí. Es decir, en un planteamiento
de evaluación en torno a las competencias, los alumnos y alumnas se convierten en
agentes evaluadores decisivos.

¿Por qué el alumnado es decisivo en la evaluación de competencias y por

competencias? Debemos recordar que la evaluación de competencias y por
competencias es un proceso de retroalimentación, donde los alumnos y alumnas van a
determinar su capacidad, y certificar los aprendizajes conforme con las competencias de
referencia. Es decir, los alumnos y alumnas van a regular su proceso de aprendizaje; y,
para ello, deben saber cuáles son los objetivos de dicho proceso, de forma que puedan
planificar su actividad.

¿Dónde reside la clave para conseguir una evaluación de competencias y por

competencias? La respuesta a este interrogante se halla en la metodología didáctica de
los profesores y profesoras, los cuales deben dar a conocer a los alumnos y alumnas,
consensuar y tratar con éstos, las tareas que se van a llevar a cabo, para qué se van a
desarrollar las tareas, cómo va a ser el proceso de aprendizaje que se va a efectuar, y
qué se va a tener en cuenta a la hora de evaluar la tarea.

Asimismo, debemos tener presente que los alumnos y las alumnas, a través de la
autoevaluación, covaloración y heteroevaluación, son quiénes evalúan tanto el proceso
de enseñanza como el proceso de aprendizaje.

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¿Por qué la autoevaluación? Porque son los propios alumnos y alumnas quienes
valoran la formación de sus competencias con referencia a los propósitos de formación,
los criterios de desempeño, los saberes esenciales y las evidencias requeridas:
Autoconocimiento y autorregulación.

¿Por qué la covaloración? Los alumnos y alumnas valoran entre si las competencias
conforme con unos criterios previamente establecidos.

¿Por qué la heteroevaluación? Se trata de la valoración que hace un alumno o

alumna de las competencias de otro alumno o alumna, teniendo en cuenta los logros y
los aspectos a mejorar.

5. ¿QUÉ EVALUAR?

Si tenemos en cuenta la definición de “competencia” como la forma en que una

persona utiliza todos sus recursos personales – habilidades, actitudes, conocimientos y
experiencias – para resolver una tarea en un contexto, de forma adecuada.

Y, tenemos presente que una competencia representa un tipo de aprendizaje, y está

orientada a la aplicación de saberes adquiridos en situaciones diferentes. Así como, que
una competencia no se adquiere, tampoco se desarrolla, sino que se configura y
fortalece en la resolución de tareas.

¿Cuál sería la respuesta a este interrogante? La evaluación de competencias y por

competencias conlleva evaluar procesos en la resolución de situaciones – problema.
Se trata de evaluar la actuación de los alumnos y alumnas en distintos contextos, a la
luz del conocimiento. Y, para ello, se pueden diseñar diferentes posibilidades de
evaluación, con el objetivo de reflejar los diversos posibles contextos en los que se
puede desarrollar la ejecución.

No obstante, no debemos olvidar que a través de las tareas se consigue la

adquisición de cada una de las competencias básicas, por lo que se convierten en el
punto de partida de la evaluación de competencias y por competencias.

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Se deben proponer tareas, más o menos reales, que trabajen los contenidos
(procedimentales, actitudinales y conceptuales) más adecuados para el desarrollo de
cada una de las competencias básicas.

Además, se deben establecer unos indicadores de logro. Las competencias básicas

deben ser ponderadas porcentualmente, de forma que se pueda valorar cualitativa y
cuantitativamente el progreso de los alumnos y alumnas, el cual puede clasificarse en un
nivel de logro alto, medio o bajo, cada uno con equivalencia en una escala numérica.

Toma nota:
Cabe resaltar que lo que realmente se valora y se califica es cada competencia en su
conjunto.

Para concluir, debemos hacer referencia a los objetivos, a los contenidos, y a los
criterios de evaluación de las áreas o de las materias que se recogen en los Reales
Decretos, por los que se establecen las enseñanzas mínimas de la educación con carácter
obligatorio. ¿Por qué? Porque las competencias básicas se encuentran reflejadas en los
objetivos generales de las áreas o de las materias, las cuales recogen los saberes que son
necesarios para contribuir al desarrollo de cada competencia. Y, mediante los criterios
de evaluación se puede establecer el grado de consecución de los objetivos, y, por lo
tanto, el grado de consecución de las competencias básicas a las que éstos se refieren.

Para saber más:

Para profundizar más sobre esta temática te recomendamos leer el siguiente manual
“Competencias básicas y su desarrollo mediante tareas”. Materiales Curriculares.
Cuadernos de aula en la web. Ediciones Educativas Canarias. Donde encontrarás la
respuesta al interrogante básico en la evaluación de las competencias.

6. ¿CÓMO EVALUAR?

Las actividades que debemos llevar a cabo para la evaluación de competencias y por
competencias deben permitir mostrar la capacidad de movilizar diferentes tipos de
saberes.

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Cuando evaluamos en torno a las competencias, intentamos reconocer la capacidad

que poseen los alumnos y las alumnas para proporcionar una respuesta a situaciones
más o menos reales.

Nos encontramos ante un proceso de evaluación muy complejo, por lo que los
instrumentos a usar para llevar a cabo la evaluación de competencias y por
competencias deben ser diversos y variados.

¿Qué son los instrumentos de evaluación? Los instrumentos de evaluación son los
medios que, tanto los profesores y profesoras como los alumnos y alumnas, utilizan para
obtener datos sobre el desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje.

La elección de un instrumento de evaluación, así como su uso, depende

esencialmente de los objetivos a perseguir. No obstante, un instrumento de evaluación
se puede utilizar con distintos fines.

Pero, ¿cuáles son los instrumentos de evaluación? Los instrumentos de evaluación

que nos podemos encontrar son:

Para el proceso:
Contratos didácticos.
Cuestionarios de covaloración.
Cuestionarios de autoevaluación.
Bases de orientación.
Observación.

Para el aprendizaje:
Cuestionarios o test de evaluación.
Producciones de los alumnos y alumnas.
Pruebas escritas y orales.
Observación. Plantillas de observación.
Portafolio.

A continuación, analizaremos cada instrumento de evaluación, con el objeto de

conocer un poco más de cada uno.

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6.1. Contratos didácticos

Los contratos didácticos también son conocidos con el nombre de contratos de

aprendizaje.

En el contrato didáctico, los profesores y profesoras intercambian con los alumnos y

alumnas, de forma explícita, sus opiniones. El objetivo que se persigue con ello es
decidir, en colaboración, cómo llevar a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Todo queda reflejado oralmente o por escrito.

El uso de este instrumento de evaluación está relacionado, de manera directa, con el

desarrollo de las siguientes competencias básicas: Aprender a aprender, autonomía e
iniciativa personal, y la competencia social y ciudadana.

6.2. Cuestionarios de covaloración

Los alumnos y alumnas valoran entre si las competencias conforme con unos
criterios previamente establecidos.

Este instrumento de evaluación fomenta en el profesorado su labor como facilitador

del aprendizaje de los alumnos y alumnas. Asimismo, el cuestionario de covaloración
permite valorar la participación del profesor o de la profesora para el logro de los
objetivos conjuntos. Además, fomenta la disposición de los profesores y profesoras para
aprender de personas, de opiniones o ideas distintas a las que éstos poseen.

Y, en los alumnos y alumnas, este instrumento de evaluación fomenta la

participación y responsabilidad de éstos en los resultados obtenidos en el proceso de
enseñanza – aprendizaje, tanto de forma individual como de forma colectiva. También,
fomenta la habilidad de cada alumno para conciliar diferencias, y lograr acuerdos de
manera grupal.

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6.3. Cuestionarios de autoevaluación

La autoevaluación es un proceso en el que los alumnos y alumnas participan en su

propia evaluación. La autoevaluación es posible y deseable. El individuo piensa sobre
aquello que hace.

Es muy importante favorecer la participación de los alumnos y alumnas a lo largo

del proceso de aprendizaje, valorando de forma conjunta con el profesorado los
progresos y las dificultades encontradas.

El proceso de autoevaluación es una construcción colectiva, que toma como objeto

de análisis las prácticas académicas de los propios alumnos y alumnas del proceso
evaluativo, con el propósito de mejorar su calidad.

6.4. Bases de orientación

Son plantillas elaboradas por el alumnado y el profesorado, de forma colectiva

preferentemente, con recomendaciones y observaciones, que recogen los aspectos más
relevantes a tener en cuenta para la realización de una tarea.

Asimismo, la base de orientación puede ser utilizada como plantilla de evaluación,

donde queden reflejados los indicadores establecidos para la realización de la misma.

La base de orientación se conoce también con el nombre de lista de control.

El uso de este instrumento de evaluación está relacionado, de manera directa, con el

desarrollo de las siguientes competencias básicas: Aprender a aprender, autonomía e
iniciativa personal, y la competencia social y ciudadana.

6.5. Cuestionarios o test de evaluación

La evaluación es un acto obligatorio de los profesores y profesoras; así como, un

acto de gran repercusión social por las consecuencias que tiene para los alumnos y

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alumnas. No obstante, debemos tener en cuenta que la evaluación no es sinónimo de

calificar, como su tradición nos ha hecho creer.

La evaluación es una reflexión, un control de calidad sobre lo que se hace, un

análisis, etc., y posteriormente, una toma de decisiones.

Por tanto, la evaluación es ante todo, una práctica reflexiva propia de los profesores
y profesoras.

6.6. Producciones de los alumnos y alumnas

Cuando hablamos de las producciones de los alumnos y alumnas, estamos haciendo

referencia a las creaciones que éstos pueden llevar a cabo durante el proceso de
enseñanza – aprendizaje.

La revisión y análisis de los trabajos de los alumnos y alumnas nos permite

comprobar los materiales que éstos han ido "produciendo" a lo largo del proceso.

Un ejemplo de producciones de los alumnos y alumnas son los trabajos prácticos, y

los mapas conceptuales.

Los trabajos prácticos se utilizan para evaluar el conocimiento de lo que los alumnos
y alumnas hacen, además de lo que saben, en ejecuciones orales, escritas o de
desempeño de alguna actividad física.

Los mapas conceptuales son recursos gráficos que permiten representar

jerárquicamente conceptos y proposiciones sobre un tema determinado, y las
conexiones que ha logrado establecer entre ese conocimiento y otros que posee.

Los mapas conceptuales se pueden usar para trabajar en forma individual y grupal.

Para la valoración de los mapas conceptuales, lo más aconsejable es establecer una

serie de criterios y escalas de puntuación en los que se determine qué es lo que se

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considera más importante a ser evaluado, en función de qué estrategia y con qué
finalidad.

6.7. Pruebas escritas y orales

Las pruebas son un instrumento de evaluación que permiten recolectar evidencias

acerca del aprendizaje de los alumnos y alumnas.

Las pruebas escritas son aquellas planeadas y organizadas en atención a

competencias u objetivos, con preguntas que los alumnos y alumnas deben responder,
únicamente, a través de la escritura.

Las pruebas escritas pueden ser de ensayo u objetivas.

Las pruebas escritas de ensayo permiten a los alumnos y alumnas construir con sus
propias palabras la respuesta de la pregunta que se formula, y le exige diversas
habilidades y capacidades de reflexión (establecer relaciones, resumir datos, analizar
información, sintetizar y opinar).
Las pruebas escritas objetivas son demostraciones escritas formadas por una serie de
planteamientos donde los alumnos y alumnas seleccionan una respuesta correcta y
precisa entre una variedad de opciones.

Las pruebas orales constituyen una forma alternativa de evaluar las competencias
con los alumnos y alumnas en actividades relacionadas con la expresión oral, la lectura,
la comunicación verbal, el vocabulario, la fluidez, la pronunciación, el razonamiento y
la organización del pensamiento.

Además, se pueden evaluar los productos del aprendizaje que requieren discusiones
entre el alumnado y el profesorado, como por ejemplo: Proyectos de investigación,
exposiciones, informes, entre otros.

6.8. Observación. Plantillas de observación

La observación es un instrumento de evaluación que se utiliza tanto para el proceso

de enseñanza, como para el de aprendizaje.

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A través de la observación, podemos percibir las habilidades conceptuales,

procedimentales y actitudinales de los alumnos y alumnas, de forma detallada y
permanente, con el fin de poder brindarles orientación y realimentación cuando así lo
necesiten para garantizar el aprendizaje. No obstante, en cada situación de aprendizaje
se deben estructurar dichas observaciones partiendo del objetivo que se pretende
alcanzar.

En cuanto a las plantillas de observación, cabe decir que estos instrumentos de

evaluación centran su interés en que el agente evaluador es el alumnado, bien de su
propio aprendizaje, bien del resto de los alumnos y alumnas. La utilización de estos
instrumentos no es muy habitual en los centros, y requiere que los profesores y
profesoras establezcan unos criterios claros, concretos, y el entrenamiento por parte de
los alumnos y alumnas.

El contenido de estas plantillas debe estar siempre en relación con los objetivos de
trabajo especificados, y concretados en indicadores de conocimiento.

La utilización de las plantillas de observación incide en la autonomía de los alumnos

y alumnas, favorece la reflexión sobre el aprendizaje, y ayuda a aprender y a trabajar en
equipo, dimensiones recogidas en las competencias básicas.

6.9. Portafolio

El portafolio es un instrumento de evaluación que se utiliza para evidenciar las

habilidades, esfuerzos, progresos y logros de los alumnos y alumnas.

Asimismo, permite valorar el proceso de desarrollo de aprendizaje y habilidades

complejas durante un episodio de enseñanza.

El portafolio posee distintas utilidades: Evalúa los logros de aprendizaje de los

alumnos y alumnas, sirve como herramienta de autoevaluación, y se puede utilizar como
medio de evaluación externa de la labor docente.

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El portafolio es más que un conjunto de trabajos, proyectos o pruebas almacenadas

en una carpeta. Debe incluir otros elementos, tales como las evaluaciones del
profesorado y las reflexiones de los alumnos y alumnas sobre su trabajo.

Este instrumento de evaluación ofrece una manera tangible de evidenciar lo que

cada alumno y alumna es capaz de hacer como resultado de su aprendizaje, y de qué
forma aplicar lo aprendido a una variedad de situaciones.

Una de las características más importante de los portafolios es que deben ser
construidos por los propios alumnos y alumnas (si se lleva de forma individual), o por el
grupo (si se hace en forma grupal).

Su evaluación, parcial y final, debe partir de criterios discutidos y negociados entre

los alumnos y alumnas y el docente, de forma que se pueda apreciar el progreso a lo
largo del proceso de aprendizaje.

Ampliando contenido:
Para profundizar sobre los instrumentos de evaluación deberás leer el artículo
“Instrumentos de Evaluación a través de Competencias”, de Jessica Ramírez D. y
Eduardo Santander. U.

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