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habla de unos grafittis misteriosos que hace unos años aparecieron en la ciudad
nueva de Fez, en Marruecos: «e descubrió que los trazaba un vagabundo, un
campesino emigrado que no se había integrado en la vida urbana ! que para
orientarse debía marcar itinerarios de su propio mapa secreto, superponi"ndolos a
la topografía de la ciudad moderna que le era e#traña ! hostil$$% &odo parece
indicar que en estos relatos contra la vida e#traña ! hostil, el narrador, al igual que
el vagabundo de Fez, intenta orientarse en el laberinto del suicidio a base de
marcar el itinerario de su propio mapa secreto ! literario: «' eso me lleva a pensar
en (esso
(essoaa )*+ia
)*+iaar
ar,, perder
perder paí
países
ses-.
-. ! a par
parafr
afrase
asearl
arlo:
o: +iaa
+iaarr, perder
perder suicid
suicidos/
os/
perderlos todos$ +iaar hasta que se agoten las nobles opciones de muerte que
e#isten$%
+iaar ! perder países, inventar personaes que evitan que nos arroemos al
vacío, adentrarse a tumba abierta en la realidad, perseguir con gran fatiga vidas
aen
aenas
as,, mori
morirr de esa
esa pa
pasi
sión
ón e#tr
e#trem
emaa que
que pu
pued
edee ser
ser el amor
amor,, cole
colecc
ccio
iona
narr
tempestades, interiorizar a los muertos, perderse, resignarse a la grisura de la vida,
practicar la saudade, convertirse en fantasma: "stas son algunas de las nobles
suertes de muerte o despedidas irónicas de la vida que habitan las p0ginas de esta
colección de s1tiles suicidios ! van trazando un inquietante itinerario moral a
trav"s del tema de la muerte por mano propia, sin sucumbir al suicidio pero
tambi"n sin escapar de "l$
Enrique Vila-Matas
Suicidios ejemplares
&ítulo original: Suicidios ejemplares
El arte de desaparecer
El coleccionista de tempestades
Mi idea, al iniciar este libro contra la vida e#traña ! hostil, es obrar de forma
parecida a la del vagabundo de Fez, es decir, intentar orientarme en el laberinto del
suicidio a base de marcar el itinerario de mi propio mapa secreto ! literario !
esperar a que "ste coincida con el que tanto atrao a mi personae favorito, aquel
romano de quien avinio en Melancolía hermética nos dice que, a grandes rasgos,
viaaba en un principio sumido en la nostalgia, m0s tarde fue invadido por una
tristeza mu! humorística, buscó despu"s la serenidad hel"nica ! finalmente
?«;ntenten, si pueden, detener a un hombre que viaa con su suicidio en el oal%,
decía 8igaut? se dio digna muerte a sí mismo, ! lo hizo de una manera osada,
como protesta por tanta estupidez ! en la plenitud de una pasión, pues no deseaba
diluirse oscuramente con el paso de los años$
a calle empezó a robarme una hora de estudio en casa, una hora que !o
recuperaba gracias al sencillo m"todo de recortar el tiempo que tras la cena
dedicaba a la lectura de grandes novelas, hasta que llegó un día en que el hechizo
del (aseo de an uis fue tan grande que me robó íntegro el tiempo de la lectura$
En otras palabras, el (aseo sustitu!ó a las grandes novelas$
Ese día me atreví a regresar a casa a las diez, ni un minuto antes ni uno
despu"s, usto a la hora de la cena$ Me había retenido en la calle un gran enigma$
=na muer se movía, con paso tímido ! vacilante, frente al cine +enus$ En un
primer momento !o había pensado que se trataba de alguien que esperaba a su
novio o marido, pero al acercarme m0s a ella pude ver que, tanto por la ropa que
llevaba como por la manera de abordar a todo el que pasaba, no podía ser m0s que
una vagabunda$ Aomo !o había leído muchos cuentos, me pareció ver en aquella
mendiga la maestad de una reina destronada$ (ero eso sólo lo vi en un primer
momento, porque pronto volví a la realidad, ! entonces !a sólo vi a una vulgar
vagabunda$ Me dispuse a darle la 1nica moneda que tenía, pero cuando iba a
hacerlo pasó unto a mí sin pedirme nada$ (ens" que tal vez me había visto como lo
que en realidad !o era: un pobre colegial sin dinero$ (ero poco despu"s vi cómo
pedía limosna a la pequeña uz, la hia del maestro, ! observ" que lo hacía
acompañ0ndose de una frase susurrada al oído, una frase que asustó a la niña, que
de inmediato aceleró vivamente el paso$ +olví a pasar !o, ! nuevamente la
mendiga me ignoró$ (asó a continuación un hombre mu! traeado, ! la mendiga
no le pidió nada, deó simplemente que pasara$ (ero cuando poco despu"s
apareció una señora, casi se abalanzó sobre ella !, con la palma de la mano bien
abierta, le susurró al oído la misteriosa frase, ! tambi"n la señora, mu! azorada,
aceleró la marcha$ (asó otro hombre, ! tambi"n a "ste le deó que siguiera su
camino, nada le dio ! nada le pidió, deó simplemente que pasara$ (ero en cuanto
apareció Bosefina, la dependienta de la mercería, le pidió limosna ! le susurró la
misteriosa frase, ! tambi"n Bosefina aceleró la marcha$
Estaba claro que la vagabunda sólo se dirigía a las mueres$ (ero Cqu" les
decía ! por qu" sólo a ellasD En los días que siguieron, aquel enigma me impidió
estudiar o refugiarme en la lectura de las grandes novelas$ (uede decirse que fui
convirti"ndome en alguien que, tras vagar por las calles, tambi"n vagaba en su
propia casa$
?(ero Cqu" haces 1ltimamente tan ociosoD ?me dio un día mi madre, que
me había inculcado desde niño la idea del trabao ! que se hallaba alarmada ante el
cambio que estaba !o e#perimentando$
' dicho esto, como movida por el viento de la bahía, dobló una esquina !
desapareció de mi vista$
En esa mano había una moneda antigua, una moneda !a retirada del
mercado$ ' era antiguo tambi"n el ritmo de los pies descalzos de la mendiga$ Me
qued" medio paralizado, ! ella prosiguió así:
?C+erdad que a nosotras nos sobra todo el tiempo del mundoD Escucha,
pues, mi historia$
El viento me dio en la cara al tiempo que not" que me temblaban las piernas,
! ese viento me trao el eco de la estridente carcaada de ella, ! me pareció que su
mirada errante, mirada magn"tica ! de espeo, trataba de apoderarse de mí, !
entonces de" el bolso ! el paquete de comestibles en la acera, ! !a no quise oír
nada m0s, no quise oír ning1n cuento diminuto$
Me quit" los botines ! huí de allí a toda velocidad, huí despavorido porque
de golpe había comprendido que acababa de ver con toda nitidez el rostro de aquel
mal que asolaba las calles de la ciudad ! al que mis padres, en voz baa ! cautelosa,
llamaban el viento de la bahía, aquel viento que a tantos trastornaba$
En esos días raro era que me queara de algo$ <o como ahora, que nunca
deo de hacerlo$ 7 veces pienso que no debería protestar tanto$ espu"s de todo,
las cosas me van bien$ 71n so! oven, tengo o conservo cierta facilidad para pintar
esos cuadros en los que evoco historias de mi infancia, poseo una sólida reputación
como pintor, tengo una esposa guapa e inteligente, puedo viaar a donde me
plazca, quiero mucho a mis dos hias !, en fin, resulta difícil encontrar motivos para
sentirme desgraciado$ ' sin embargo lo so!$ +o! por aquí, por la Estufa Fría,
sinti"ndome como un vagabundo mientras me asalta sin cesar la tentación del
salto, aquí en isboa, en esta ciudad tan llena de hermosos lugares para arroarse al
vacío ! en la que mi mirada se ha vuelto tan errante como la de la mendiga de mi
infancia, en esta ciudad en la que ho! despert" llorando de cuclillas en un rincón
sombrío de mi cuarto de hotel$
En esta ciudad tan aleada de la mía ho! despert" llorando sin saber por qu",
tal vez por ese cuadro que hace tanto tiempo que se me resiste, ese cuadro que a
menudo empiezo pero que nunca logro terminar ! que evoca un ritmo antiguo en
pies descalzos, ese ritmo de la mendiga del +enus que, una semana despu"s ! ante
mi asombro, reapareció en el ritmo de los pies desnudos de ;sabelita, la criada que
iba a recoger al colegio a >oracio +ega$ a recuerdo mu! bien, la recuerdo
perfectamente uniformada pero con los zapatos siempre en la mano, como reci"n
salida de un agotador baile en palacio, como si quisiera imitar a mi mendiga o tal
vez a mí mismo en el instante de echar a correr, despavorido ! con los botines en la
mano, a causa del maldito viento de la bahía$
7sí que la recuerdo, la recuerdo mu! bien, pero nunca he podido acabar de
pintarla$ Ella se me escapa siempre con su ritmo antiguo en pies descalzos, ! tal
vez por eso )pues no encuentro otra e#plicación a esta angustia que me domina.
marcho triste ! melancólico por la Estufa Fría, sinti"ndome como un vagabundo
mientras trato de apartar esa tentación que me asalta sin piedad, la tentación del
salto$
?<i los tebeos ?me decía?, am0s terminas nada de lo que veo que
empiezas$
?>u!es de la plenitud$
<o entendí palabra de lo que me decía, pero eso no era ninguna novedad,
tampoco entendía nada cuando me hablaba de su abuelo >oracio, que había sido
un intr"pido capit0n de barco$ (ara contarme las historias de su abuelo utilizaba un
lenguae oscuro, tremendamente intrincado$ Aomo !o no entendía mucho de lo
que me decía, me dedicaba a veces a pensar en mi abuelo, que había sido
simplemente un inspector de hacienda ! un buen aficionado a tomar aperitivos al
mediodía$ =n hombre cabal ! normal, no como el abuelo de >oracio que se había
ugado la vida en mil batallas$
Me die que todo aquello era una cuestión personal entre los dos, que
sobraban las risas de los compañeros )todos parecían estar de su parte. ! sobraba
tambi"n ;sabelita$ ecidí seguirlo por si en alg1n momento )era bastante
improbable, pero no perdía nada intent0ndolo. se quedaba solo ! podía entonces
!o abordarle, manifestarle mi disgusto por su comportamiento$ in que se diera
cuenta, fui tras sus pasos, le seguí a "l ! a ;sabelita hasta la parte m0s alta del (aseo
de an uis, donde estaba su casa$ ' tuve suerte, porque durante unos minutos se
quedó solo$ En el momento en que ella le deó en la calle para entrar en la tintorería
)de la que ho! so! propietario., avanc" lo m0s silenciosamente que pude por detr0s
su!o !, derribando de una colosal patada su repleta cartera escolar, no sabiendo lo
que le decía, trat" de intimidarle con estas palabras:
?C' qu" sucedió en esos minutosD ?se suponía que debía preguntar !o$ <o
lo hacía$ 5astante martirizado estaba con tantas batallas del abuelo$ (ero era
contraproducente no hacerlo, porque entonces lo m0s habitual era que volviera a la
carga con una nueva historia del abuelo$ 7cabó logrando que perdiera la paciencia,
! una tarde le cerr" el paso en un rincón del 1nico patio cuadrangular del colegio,
! le die:
?Ce verdad quieres que te los cuenteD ?me preguntó mientras me dirigía
una terrible mirada, como si fuera delito que en aquel patio colegial en el que sólo
se respiraba un profundo tedio le e#igiera !o )precisamente !o, que nunca
completaba nada. que completara "l un cuadro, la historia de la vida de su querido
abuelo$
e aguant" la mirada cuanto pude, hasta que de pronto "l, con voz
inesperadamente compungida, me contó que su abuelo, al final de sus días, ca!ó
víctima de la par0lisis ! un domingo, mientras todos estaban en misa, tras una
laboriosa tarea de intensos minutos, logró por fin colocarse en la boca el cañón de
una escopeta ! darse muerte con el dedo pulgar de su pie derecho$
Era la primera vez que oía hablar de que e#istía un movimiento que a veces
se producía en el hombre ! que se llamaba suicidio, ! recuerdo que me llamó la
atención el hecho de que fuera un movimiento solitario, aleado de todas las
miradas, perpetrado en la sombra ! el silencio$
En silencio recuerdo que nos quedamos aquel día los dos, >oracio ! !o,
como si estuvi"ramos pensando en todos aquellos que, aleados de todas las
miradas, habían perpetrado el movimiento solitario ! habían conocido la 1nica
plenitud posible, la plenitud suicida$ ' recuerdo tambi"n que el patio quedó
abandonado como una eternidad cuadrangular$
(ienso en toda esa gente a la que hace un rato he visto practicar la saudade en
Aampo das Aebolas$ a ciudad entera est0 llena de solitarios dominados por la
nostalgia del pasado$ entados en sillas p1blicas, que en los miradores o en los
muelles el propio a!untamiento ha dispuesto para ello, los practicantes de la
saudade callan ! miran hacia la línea del horizonte$ (arece que est"n esperando
algo$ Aada día, con perseverancia admirable, se sientan en sus sillas ! esperan
mientras evocan los días del pasado$ o su!o es la melancolía, cierta tristeza leve$
(ienso en ellos ahora mientras me digo que es ridículo que ande !o por aquí
desolado cuando, entre otras muchas cosas, so! todavía oven, dueño de una
próspera cadena de tintorerías, tengo una esposa guapa e inteligente, puedo viaar
a donde me plazca, atraigo f0cilmente a las mueres que me gustan, quiero mucho
a mis dos hias, mi salud es de hierro$ <o, no parece razonable que va!a !o ahora
por aquí, por entre las acarandas del argo do Aarmo, dominado por recuerdos de
infancia ! deando tras de mí una estela inagotable de tristeza leve$
8ecuerdo el día en que vi, estacionado delante del colegio, el inmenso
automóvil de un padre del que siempre se me había dicho que no e#istía$ el
descapotable me deslumbraron los asientos de cuero roo brillando al sol$ el
padre de >oracio me deslumbró todo: la e#traordinaria altura ! corpulencia, el
sombrero marrón, las gafas negras, el trae a ra!as, la corbata de seda, el bigote
desafiante !, sobre todo, el hecho de que e#istiera$ >oracio siempre había dicho
que su padre había desaparecido en los baos fondos de la ciudad de 5eranda$
?>a reaparecido, ! eso es lo que cuenta$ >a venido a liquidar a una banda
rival ?me dio >oracio a modo de sucinta e#plicación$
Me resultaba cada día m0s difícil creer en algo de lo que me decía >oracio,
pero prefería callar, no fuera que anduviera !o equivocado e hiciera el ridículo !,
para colmo, no pudiera subir nunca al automóvil interminable$
(aso firme ! seguro el del padre, a lo largo de toda la primera semana$ (ero
en la segunda, !a desde el mismo lunes, el paso del padre se volvió vacilante !
como temeroso$ Ese lunes todos pudimos observar la presencia de un e#traño$ 7
cierta distancia del descapotable, aparcó sigilosamente una moto conducida por un
espía de pelo rubio mu! corto ! saltones oos azules que miraban al descapotable$
<o tardamos en incordiar al espía, ! el martes incluso nos atrevimos a invadirle el
sidecar$ El mi"rcoles, como era previsible, se cansó de soportarnos$
8ecuerdo que no cesó de llover en todo el día ! que por el colegio circularon
en voz baa todo tipo de versiones, a cual m0s escalofriante, en torno a aquella
muerte, ! que en lo 1nico en lo que todas coincidían era en que el padre había
sentido la tentación del salto ! se había arroado al vacío desde lo m0s alto de la
&orre de an uis$
Me contó que el padre de >oracio hacía tan sólo dos semanas que había sido
dado de alta del manicomio$ e le había permitido recuperar el automóvil que en
otros tiempos comprara en Aaracas, pero al mismo tiempo se le había sometido a
una estrecha vigilancia para ver si podía confirmarse plenamente que el viento de
la bahía !a no eercía influencia alguna sobre "l$ El espía de la moto no era m0s que
un doctor del manicomio de quien se esperaba el veredicto final$ 7 la vista de lo
acontecido, el veredicto lo 1nico que podía confirmar era que, siendo fiel a una
arraigada tradición familiar, el padre de >oracio había cambiado el viento de la
bahía por el suicidio$
(ero no saltar" al vacío, amigo >oracio$ ear" que me invada toda esa
tendencia a recuperar la infancia, toda esa nostalgia por un pasado que, a medida
que me acerco al Mirador de anta uzía, noto que vo! conciliando con el
presente, hasta el punto de que tengo la impresión de no estar retrocediendo en el
tiempo, sino de casi eliminarlo$ Me sentar" a esperar, habr0 una silla para mí en
esta ciudad, ! en ella se me podr0 ver todos los atardeceres, callado, practicando la
saudade, la mirada fia en la línea del horizonte, esperando a la muerte que !a se
dibua en mis oos ! a la que aguardar" serio ! callado todo el tiempo que haga
falta, sentado frente a este infinito azul de isboa, sabiendo que a la muerte le
sienta bien la tristeza leve de una severa espera$
EN #SCA DE $A PAREJA E$EC!RICA
=na tarde de abril de hace !a unos años, cuando a1n me llamaba Mempo
esmes ! era !o mu! oven ! un desconocido actor muerto de hambre, me perdí en
los laberintos de las afueras de an 7nfiero de ranzara ! descubrí una gran
mansión rodeada por un ardín silvestre, +illa <emo$ Era mu! f0cil entrar en ella,
no había ni cerradura ni aldaba en la puerta, se trataba de una casa abandonada, !
a mí me pareció que lo estaba en el sentido m0s amplio de la palabra, pues
encontr" indicios de que, aparte de haber sido abandonada por sus dueños, era
una casa que se había abandonado a sí misma$ &odo eso me fascinó, pase" largo
rato por el ardín imaginando a la casa abandon0ndose a su propia suerte en la
oscuridad de la noche$ Aompletamente e#citado, en una de sus galerías abiertas a
todos los vientos, me die que, si alg1n día lograba triunfar como actor, lo primero
que haría sería comprar aquella casa ! convertirla en mi residencia favorita$
?I@h, vamos, vamosJ &1 cont"stame sólo a una cosa: Ccu0nto tiempo hace
que no te contratanD
?5ueno ?die?, supongo que algo tendr0n que ver estos 6ilos de m0s que
luzco$
?IuponesJ
(odía pensarse que decía todo esto porque "l estaba a1n m0s gordo que !o,
pero tambi"n me pareció entrever que, por alg1n oculto motivo que se me
escapaba, trataba de adularme con el fin de granearse mis simpatías en un primer
paso hacia la obtención de algo que deseaba lograr de mí$
<o tard" en confirmar mis sospechas cuando una hora m0s tarde tropec" de
nuevo con "l en el ardín ! se puso a hablarme de sus antepasados, los Mulder ! los
8oiger, revel0ndome que ambas ramas de la familia habían habitado en otros
tiempos +illa <emo ! que en esa casa habían padecido toda clase de infortunios$
Estaba algo bebido ! mu! locuaz, ! tambi"n escandalosamente tremendista$ ' de
todo cuanto me dio )incluida una impertinente pregunta sobre si los fantasmas de
sus antepasados circulaban a gusto por mi casa. saqu" una 1nica ! clara
conclusión: +illa <emo eercía una nefasta influencia en la vida de todos sus
propietarios$ (or eso me sorprendió que, aquella noche al despedirse, me pidiera
precio por la casa$
?7migo 5rand! ?me dio?, vo! a serle sincero$ =sted como gordo tiene
un futuro mu! negro en el mundo del espect0culo$ C(ara qu" vamos a engañarnosD
El p1blico le prefería delgado$ 'o s" que no tardar0 en tener apuros económicos !
quisiera echarle una mano$ +"ndame +illa <emo con el submarino incluido, !
v0!ase luego de viae, d" la vuelta al mundo$
?C' por qu" noD &e esto! hablando de esas e#trañas pareas de actores que
dieron el m0#imo de sí mismos porque, Ccómo te diría !oD, porque había algo
e#traño en cada uno de ellos que estimulaba el crecimiento o la salida a la luz de la
electricidad escondida de algo oculto que había en el otro$ (areas el"ctricas,
CcomprendesD
?C' no sería meor solución pedirle al barón que adelgace hasta convertirse
en un fideoD ?die !o bromeando, abrumado por el desfile de novias burlonas !
por la fatiga de aquella alta hora de la noche$
?7ll0 t1 ?me dio amenazante, despidi"ndose con una e#presión que
pretendía indicarme que se desentendía para siempre de mi carrera$
?>a! que apurar todas las posibilidades ?me dio$ ' semeante
razonamiento me llevó mu! leos, me llevó incluso hasta las calles de >ong Kong,
persiguiendo a un flaco que acabó resultando un verdadero fiasco$ Auando !a
desesperaba de encontrar partenaire ! había entrado de lleno en crisis económica,
mi madre, que en paz descanse, acudió en mi au#ilio$
?En la calle 8endel ?me dio?, en la librería que lleva el nombre de esa
calle, ha! un dependiente esquel"tico que tiene cara de bofetada ! un apellido de
pastelería$ e llama Buan ionesa ! podría ser el hombre que buscas$
=nas horas despu"s, Buan ionesa ?pelo oscuro cortado a tazón alrededor
de bronceadas meillas, ! la e#presión aburrida ! misteriosa? estaba frente a mí$
'o acababa de pedirle la Diina comedia ! me encontraba e#amin0ndole de arriba a
abao$ (ero "l, en lugar de buscar el libro, se dedicaba a una operación parecida a la
mía, es decir, tambi"n me sometía a un repaso visual intenso, incómodo por
e#cesivo, hasta que dio:
?' usted ?le contest"? nunca fue nadie, lo cual es mucho peor$
?I@h vamosJ C<o ir0 a decirme que le ha molestado mi observaciónD
?@iga ?le die en un tono mu! confidencial?, necesito hablar a solas con
usted$ Fuera de la librería, Cme comprendeD e trata de un asunto que puede
interesarle$ ' ahora, puesto que veo que no tiene la Diina comedia, d"me cualquier
otra cosa, un Bulio +erne por eemplo$
(odría !o haber pensado que estaba loco o que simplemente quería reírse de
mí, pero no s" mu! bien por qu" tuve la r0pida intuición de que aquella frase
podía ser una contraseña )! lo era, pero no el tipo de contraseña que !o creía.$ En
un primer momento, pens" que ionesa había detectado en mí a un ser que en
muchos aspectos se complementaba con "l ! que, en vista de esto, se había
inventado un lenguae secreto entre los dos, frases que permitieran entendernos sin
que nadie fuera capaz de enterarse de lo que habl0bamos$
?' en globo viaar0 la tarta ?le die cre!endo que con mi respuesta no
hacía m0s que reconocer la e#traña corriente de electricidad que parecía unirnos,
cre!endo tambi"n que con aquellas palabras daba !a carta total de identidad al
lenguae secreto que acab0bamos de inaugurar los dos$
?' en globo viaar0 la tarta, ! !o a las ocho ! diez estar" en el (ub Bacobs ?
me contestó$ ' poco despu"s salía !o de la librería con "inco semanas en #lobo bao
el brazo$ eí los primeros capítulos en el Bacobs mientras aguardaba a ionesa, que
fue mu! puntual$ legó con gafas oscuras ! el cuello del abrigo ligeramente
levantado$ Me saludó desde leos enarcando las ceas, pero cuando estuvo unto a
mí hizo como si no me conociera$ e sentó a mi izquierda, en la barra,
mostr0ndome su anodino perfil derecho$ (idió una cerveza !, cuando !o pensaba
que iba a preguntarme por la cuestión que le había llevado hasta allí, actuó como si
de mí no esperara nada, salvo la tarta aquella que debía viaar en globo$
?' bien ?dio hablando hacia enfrente, tute0ndome ! sin ladear para nada
la cabeza?, cuando !o termine mi cerveza me pasas la tarta, ! que ha!a suerte,
camarada$ I7hJ ' un conseo$ @tro día procura ser m0s 0gil ! discreto ! apr"ndete
meor la contraseña$
?Gue no ha! tarta hasta mañana, no te pongas así ?le die entonces en voz
alta, de tan nervioso que me había puesto$
?' esa parea ideal so! !o$ CEs eso lo que pretendes decirmeD ?me
preguntó con tal agresividad ! desconfianza que pens" que quería matarme$
?Míreme bien ?del bolsillo de su abrigo apareció un bulto que bien podía
ser un arma?, le esto! apuntando con un revólver, así que no diga m0s tonterías,
pague las cervezas ! salga delante de mí sin cometer errores$
?Gu" pena, porque nos habríamos hecho de oro ?le die entonces, ! le
propin" un soberbio cabezazo$ &odo mi enorme peso, incluida mi m0scara de
piedra, había caído sobre "l$ ' quedó inconsciente$ &ras unas angustiosas
maniobras de mi cuerpo, logr" descender del ta#i ! refugiarme entre la multitud
que se agolpaba en la entrada del metro$ Mir" atr0s ! no me pareció que nadie me
siguiera$ 8espir" con cierto alivio$ Entr" en un vagón de la línea cinco, ! pens" que
viaaba hacia la libertad$ (obre de mí, no sabía lo que a1n me esperaba$ 7quella
misma noche, minutos despu"s de hablar con mi representante que no cre!ó una
sola palabra de lo que le cont", sonó el tel"fono en +illa <emo, ! una voz criminal
me anunció que habían secuestrado a mi madre$ i iba con el cuento del secuestro
o de la conspiración a la policía, matarían primero a mi madre ! despu"s a mí$ i
no les pagaba un millón de dólares por el rescate, no volvería a ver viva a mi
madre$ Auando hubiera !o pagado ! ellos la hubieran liberado, pr0cticamente
nada habría cambiado, salvo que mi madre podría estar a mi lado, aunque !o, si
iba con el cuento a la policía, no podría estar con mi madre, !a que aparte de tener
un millón de dólares menos sería hombre muerto, ! !a se sabía que no había un
solo hombre muerto que conviviera con su madre$
<o me quedó otro remedio que vender +illa <emo al barón de Mulder$ e
die que necesitaba el dinero para emprender un largo viae$
?>ace !a tiempo que no do! fiestas ?me limit" a contestarle?$ esde que
volví de >ong Kong$
<o servía de nada que le e#plicara que sospechaba que se trataba de una
banda de malhechores a los que les encantaba el placer de matar por matar$ ;r a la
policía significaba darles un motivo para una cruel represalia$ Mi madre no se fiaba
de mí$ ' adem0s, por mucho que me declarara inocente, los hechos no me
a!udaban en nada$ (orque mi madre ! !o empezamos a recibir visitas de
miembros del renacido culto de los hechiceros brit0nicos en busca de información
sobre ungHentos para volar ! cosas por el estilo$ Mi madre acabó perdiendo la
paciencia ! me desheredó$ 7tormentada por el remordimiento, empezó a enveecer
mientras pasaba los días sin dirigirme !a reproche alguno, sin dirigirme ni siquiera
la palabra, dedicada 1nicamente a registrar en una libreta roa los detalles m0s
relevantes de todos los entierros que veía pasar por debao de su ventana$ Auando
!a había registrado treinta ! tres sepelios ! unos ochenta o noventa detalles, se
murió$ Mu! posiblemente murió de pena por haberme desheredado tan
inustamente, pues sabía que me deaba en la m0s absoluta miseria$ <o podía
decirse que la vida me sonriera, pero aun así permanecí fiel a mis principios ! !o sí
que le sonreí a la vida$
(ens" en +illa <emo a lo largo de los días que siguieron, ! una irresistible
fuerza el"ctrica me empuaba a volver, a volver a instalarme de nuevo en ella$
>asta que anoche regres" para quedarme$ Aompletamente e#citado, en una de las
galerías abiertas a todos los vientos ! mientras contemplaba con satisfacción el
ardín !a totalmente salvae, decidí instalarme de nuevo en la casa o, meor dicho,
en lo que quedaba de la casa$ Me die que, despu"s de todo, no sólo era la vivienda
ideal para un vagabundo como !o, sino que adem0s era el espacio m0s familiar !
confortable que conocía ! sin duda el lugar ideal para fiestas de una sola persona,
para fiestas íntimas que se celebrarían cada día al final de mis agotadoras ornadas
de azotador enloquecido del pavimento$
&odo eso lo pens" anoche, al volver a instalarme en la que un día había sido
mi luosa habitación$ ' tal vez porque no cesaba de pensar en todo esto o quiz0 a
causa del frío que tenía )! que mi 1nica manta era incapaz de remediar., tard"
mucho en dormirme$ obre la medianoche, el frío volvió a despertarme$ Empec" a
considerar la posibilidad de hacer un buen fuego con el vieo armazón de un
armario que no se había quemado del todo ! que !o conocía mu! bien, porque me
había pertenecido$ Mientras calibraba esa posibilidad !, como si el armario se
hubiera dado cuenta de mis intenciones, me pareció que del interior del mismo me
llegaba un cruido ! un lamento$ (ens" que era mi imaginación, pero el cruido se
repitió, ! a continuación ruido de cadenas, ! finalmente un lamento conmovedor$
?CGui"n anda ahíD ?die encendiendo una cerilla ! sin perder del todo la
calma$
?CGui"n anda ahíD ?repetí, procurando que mi voz siguiera sonando firme
! aleada de cualquier temor$ &oco obtuve respuesta alguna, pero cuando me
disponía a volver a dormir se repitió el cruido$ Aomprendí que debía afrontar con
todas sus consecuencias aquella situación, ! entonces me encomend" a todos los
santos del mundo ! abrí de golpe el armario$
<o me atreví a encender otra cerilla$ <o quería que pensara que iba a
prender fuego al armario$
&rat" entonces de hacerle ver que no me parecía lógico que, puesto que era
un fantasma ! tenía la oportunidad de visitar los lugares m0s hermosos de la tierra
)pues suponía que el espacio no era nada para "l., optara por volver precisamente
al sitio donde lo había pasado peor$
?8econozco que so! tonto ?me dio?, pero es que me encanta serlo, al
igual que tambi"n me gusta mucho ser flaco ! desgraciado$ (orque !o, mi querido
amigo 5rand!, tengo una gran reserva natural de risa, ! me río siempre a todas
horas !, cuanto m0s desgraciado so!, m0s me río !o$
' se rió$ ' de no ser porque !a había muerto, se habría muerto allí mismo de
risa$
?=sted se ríe de una manera infinitamente seria ?le die?$ <o s" si su risa
puede ser considerada como tal$ Mire, por eemplo, la mía$
e hice una demostración de cómo reírse de una forma alegre !
despreocupada, ! mientras la hacía caí en la cuenta de la suave pero en"rgica
cone#ión que había entre su risa ! la mía$ >abía, adem0s, entre nosotros una
corriente de mutua simpatía ! la estimulante solidaridad de los desgraciados$ '
tambi"n había algo mu! e#traño en cada uno de nosotros que estimulaba el
crecimiento o la salida a la luz de la electricidad escondida de algo oculto que
había en el otro$
e coment" todo esto, pero no me contestó$ Entonces pens" que tal vez era
porque le había sumido en una profunda inquietud$ ' es que todo lo que le había
dicho estaba mu! bien, pero tambi"n había que pensar que nunca podríamos llegar
a formar una verdadera parea el"ctrica si !o no daba )! de los dos sólo !o podía
darlo. un paso que era fundamental ! que habría de situarme, como !a lo estaba el
barón, m0s all0 de mis ropas sucias ! aadas, m0s all0 de mi barba, de este cuarto !
del submarino, m0s all0 de esta vida$
(or eso, ahora esto! aguardando a que caiga la noche ! regrese el barón a su
armario$ o tengo todo bien preparado$ a estricnina con la que dar" ese 1ltimo
paso fundamental que habr0 de permitirme fundar una parea artística de alto
voltae, una parea que no tardar0 en salir de gira, de gira triunfal por el espacio
sideral$
R"SA SC%&AR'ER VE$VE A $A VIDA
'o s" que 8osa ch9arzer, en su desesperado intento por apartar el influo
del príncipe ! la tentadora propuesta de abandonar el museo ! la vida, acaba de
refugiar su mirada en los tenues colores rosados de Monsieur %erlacerdo, que es otro
de los cuadros de esa sala que tan celosamente custodia ! en la que si ahora
alguien osara irrumpir en ella se encontraría con una eficiente vigilante que de
inmediato interrumpiría su bostezo !, poni"ndose en pie, rogaría al intruso que, a
causa de la fr0gil alarma, hiciera el favor de no apro#imarse demasiado ni a
Monsieur 8osa ni al eñor <egro$
C;nflu!e en todo esto el lunes que a!er le tocó vivirD 'o diría que sí$ 7!er
8osa ch9arzer cumplió los cincuenta años !, como el museo cierra los lunes,
cre!ó que dispondría de toda la mañana para preparar el almuerzo de aniversario$
(ero !a desde el primer momento todo se le complicó enormemente$ (ara empezar,
despertó angustiada, movi"ndose como un títere, a tientas en el vacío incoloro e
insípido de su triste vida$ espu"s, ese vacío cobró un ligero color gris, como el del
día$
'o s" que 8osa ch9arzer dio eso en la duermevela de a!er ! que tambi"n
lo ha dicho en la de ho!, pero que a diferencia de esta mañana, a!er se despertó sin
la conciencia de haberlo dicho, a!er simplemente comenzó a preparar el desa!uno
para su marido ! los dos hios, que le habían asegurado que, aun siendo laborable
para ellos, iban a hacer un esfuerzo ! se reunirían todos a la hora del almuerzo !
probarían con el placer de siempre aquel lechón asado que nadie sabía cocinar
meor que mam0 8osa, así la llaman todos$
En silencio 8osa ch9arzer se mordió los labios ! se dio que todo aquello
no retrasaba el desa!uno, que estaba !a casi preparado, pero que de alguna forma
lo que !a sí estaba retrasando era la hora del almuerzo, pues había otras cosas que
se estaban cruzando peligrosamente en su camino, reclamando con fuerza su
atención$ ' es que, al dear que su mirada vagara distraídamente por la cocina,
había visto, unto a los caf"s, los quesos, el t", los panes de centeno con cominos, las
mermeladas ! los embutidos, el corazón solitario de una incolora botella de leía
que, de tener la facultad de cobrar vida, se habría animado sin duda en forma de
triste títere perdido en el vacío insípido de aquella no menos triste cocina$
(ensó en lo f0cil que era morir ! en que no debía dear para otro momento
aquella magnífica ocasión$ 5astaban unos sorbos de leía ! se borraría de golpe
toda aquella cotidianidad de im0genes grises, de maridos sin alma, de
aburrimiento mortal en el museo$ (ero cuando !a estaba a punto de agarrar la
botella, se le ocurrió pensar en el desgraciado de su marido o, meor dicho, en su
desgraciado marido, ! de repente descubrió que había algo en el aire de la mañana,
en ese estar allí sola en la triste cocina, que le removía la sangre de un modo no
desagradable$ En realidad su marido, engañ0ndola a diario de aquella forma tan
zafia con la vecina )! creía el mu! desgraciado que ella no lo sabía., era merecedor
de compasión ! necesitaba ser a!udado, ! aqu"lla no deaba de ser una buena
razón, simple pero mu! importante, para seguir viviendo, para seguir preparando
el desa!uno, para seguir intentando que su marido recuperara la alegría ! volviera
a ser aquel hombre encantador que había ella conocido en el parque de >ofgarten,
una maravillosa mañana de domingo, treinta años antes, que no merecía ser
borrada por una botella de leía cualquiera$
7ntes de transportar el desa!uno a la sala ! para celebrar que había deado
escapar aquella óptima ocasión de quitarse la vida, 8osa ch9arzer tomó un caf"
mu! cargado que la llevó a dar un nuevo repaso del paisae de la cocina
prescindiendo en esa ocasión de la presencia obsesiva de la leía, es decir que vio
los otros caf"s, los quesos, el t", los panes de centeno con cominos, las mermeladas
! los embutidos, pero no vio, o no quiso ver, la maldita leía$
Mi pobre ! querido >ans, pensó ella mientras abría la ventana ! el aire frío
de la mañana entraba de golpe en toda la sala, ! 8osa ch9arzer se quedaba
pensando en la infinita desgracia de su hio, ! se le ocurría entonces de repente
pensar en arroarse al vacío o, meor dicho, al duro patio de la vecina, aprovecharse
de aquella segunda ocasión, tan f0cil como inmeorable, que se le presentaba para
quitarse la vida ! alcanzar la libertad al desprenderse de todo ! de todos, salir por
fin de este tr0gico ! grotesco mundo$ (ero pronto ca!ó en la cuenta de que su hio
la necesitaba a1n mucho m0s que su marido, ! que aqu"lla sí que era una
verdadera razón para seguir viviendo$ ' para decirse que seguiría viva,
perfectamente viva, 8osa ch9arzer probó un queso$
Eso pensaba 8osa ch9arzer a!er por la mañana, pero al mismo tiempo, !
entrando en violenta colisión con sus convicciones m0s íntimas, se dio que el
lechón asado podía aguardar, es m0s, que no estaría ni por casualidad preparado a
la hora del almuerzo, ! se declaró en huelga de celo, ! comenzó a caminar m0s
despacio, a fuego lento$ ' a fuego lento subió la sangre a las meillas cuando
decidió que haría una simple ensalada de patatas )despu"s de todo, para ella !
para >ans era del todo suficiente., ! luego pensó que no, que nada, que no
prepararía un solo plato ! que, adem0s, la desgracia de >ans era demasiado
grande como para estar todavía planeando optimistas ensaladas, ! que en
definitiva la vida era peor que una est1pida patata, ! que se mataría, sí, se mataría
sin !a m0s dilación$ espu"s de todo, allí estaba el maldito asfalto brillando al sol !
brind0ndole la oportunidad de arroarse bao las ruedas de alg1n coche ! acabar
así, de una vez por todas, con el engorroso asunto del lechón asado, el marido
infiel, la ensalada de patatas, los cubiertos ! el mantel, el infinito tedio de las
mañanas en el museo, la col ! las lechugas, el hio menor al borde de la muerte, los
platos humeantes servidos con admirable puntualidad a la hora del almuerzo$
'a estaba buscando el coche que le segara la vida cuando de pronto ca!ó en
la cuenta de que en realidad algo mu! hondo se había roto en ella en las primeras
horas de la mañana, de aquella fría ! e#traña mañana, porque, bien pensado, no
deaba de ser raro que, despu"s de tantos años de no refle#ionar acerca de la vida !
de las cosas, en las 1ltimas horas no hubiera parado de hacerlo$ ' pensó que era en
el fondo mu! estimulante ver cómo su fr0gil vitalidad se había ensombrecido de
aquella forma tan t"trica pero al mismo tiempo tan peligrosamente atractiva$ En
otras palabras, su vida, al entrar en el reino de lo oscuro ! de la desesperación, se
había convertido paradóicamente en algo por fin un poco animado$ En algo
parecido a una de esas películas que se inician con una fotografía en blanco !
negro en la que, a fuerza de insistencia, es posible ir viendo m0s ! m0s en ella,
hasta que la imagen va cobrando color, ! un discreto argumento se pone en
marcha$ 7sí se estaba animando ?no mucho, tan sólo discretamente, pero algo era
algo? su vida$ C(or qu" entonces quedar atrozmente desmaquillada bao las
ruedas de un coche si en realidad nada le interesaba tanto como saber qu" sucesos
?discretos, pero a fin de cuentas sucesos? le depararían las horas siguientesD
&odo eso le pareció una razón m0s que suficiente para dear pasar aquella
nueva ocasión de matarse$ (ara celebrar que había decidido continuar viva, entró
en el Aomercial a tomar un t", ! lo hizo con la satisfacción de quien por fin se
atreve a tomar una decisión largo tiempo aplazada, pues hacía años ?desde que se
casara o tal vez desde mucho antes? que no entraba a solas en un bar$ (or eso, al
apo!arse en la barra ! pedir el t", sintió que estaba viviendo unos momentos de
intensa libertad$ e sentía mu! contenta, casi feliz, pero cuando le sirvieron el t", !
cuando m0s precisamente estaba viendo la vida en rosa ?el tapizado del local, que
era de ese color, contribuía en parte a ello? reparó en un hombre, un borracho
probablemente, que se tambaleaba de forma e#traña a pocos metros de ella$ e
recordó, sin saber mu! bien por qu", al hombre de la peluca que había conocido en
su infancia$ 7 pesar de que hacía horas que había deado de llover, el hombre
seguía llevando puesta la capucha de su viea ! oscura gabardina$ 7 estas horas !
!a tan borracho, pensó 8osa ch9arzer$ ' poco despu"s, con cierto horror, vio que
estaba apro#im0ndose a ella$ Entonces le reconoció ! se tranquilizó$ Era un tipo del
barrio al que había visto !a muchas veces ! del que se comentaba que andaba
siempre perdido, llorando por los rincones de las tabernas$
?epa usted que sólo e#iste la noche, la oscuridad$ ólo ha! una historia
que suceda a la luz del día$ C>a oído hablar de ese hombre que sale de una taberna
del puerto a primera hora de la mañanaD
&ras una casi interminable refle#ión, tras darle muchas vueltas al asunto, el
hombre respondió:
' lo repite ahora$ C(or qui"n me ha tomadoD (ero en esta ocasión dirige la
pregunta al príncipe negro, que insiste en emitir, a trav"s del rumor de la lluvia, el
sonido del tam2tam de su leano país, el país de los suicidas$
?C7ceptaD &engo que comprar cuatro cosas para una ensalada de patatas$
?5ueno, Cpor qu" noD ?le dio "l sin m0s problema$ ' entonces ella, al ver
que era valorada sin reservas su compañía, quedó profundamente conmocionada !
le tomó tal confianza al desconocido que incluso le confesó que había estado tres
veces al borde del suicidio en las 1ltimas horas$ (ara contarle todo eso, empleó
mucho tiempo, porque no quería que pasaran a segundo plano los detalles que ella
consideraba m0s significativos$
?En caso de necesidad ?le dio "l? basta con decapitar el botellín ! tomar
el veneno de un solo trago, así de sencilla es la cosa$
?abes mu! bien que me est0s dando 9his6! ! no veneno ?le dio ella
cariñosamente, sonriendo$
?&e uro que es cianuro$ El botellín sólo est0 para despistar, Ces que no lo
comprendesD ?le dio "l mientras se quitaba lentamente la capucha de la
gabardina en un gesto que ella interpretó como una señal de que estaba volviendo
en sí tras la noche de alcohol que arrastraba, de que estaba volviendo a la realidad,
por mu! desagradable que "sta pudiera parecerle$
?7hora ?le dio "l?, en lugar de vigilar una sala de museo, vigilas
>ofgarten entero$ <o est0 mal el cambio, no est0 nada mal$ >ofgarten entero$$$
?7 todo esto ?dio ella? a1n no me has dicho en qu" trabaas, si es que
trabaas que, claro est0, lo dudo mucho$
?Mi padre se pasó la mitad de su vida en huelga$ ecía que era lo que m0s
le gustaba$
?7sí que somos hios de huelguistas ?dio "l con cierta melancolía$ ' poco
despu"s, dando una nueva cabezada se quedó profundamente dormido en el
hombro de 8osa ch9arzer$
Mu! pronto la alegría de estar sola deó paso en la indecisa 8osa ch9arzer
al sentimiento contrario, a un profundo abatimiento por aquella terrible soledad
que la casa le ofrecía$ e acercó a la ventana$ El cielo estaba mu! blanquecino,
invadido por una p0tina opaca, así como en su memoria una blancura opaca iba
borrando el recuerdo de las sensaciones vividas unto al noct0mbulo abandonado
en el parque$ En su tr0gica desesperación comenzó a arrancar, brutalmente, los
pelos de su peluca$ &omó luego un cuchillo de cocina ! pensó en hacerse el
hara6iri, reventarse sin contemplaciones el vientre, ofrecer sus entrañas a toda la
inconsciente raza de sufridas amas de casa a las que el oven noct0mbulo
escandalizaba para luego anto0rsele un caprichoso sueño en el parque del olvido$
eó la peluca encima de la nevera ! luego la partió en dos con el cuchillo, ! fue tal
la tensión ! el esfuerzo acumulados en el gesto que hasta cortó en seco el aire
viciado de aquella cocina$ E#tenuada, ca!ó al suelo$ <o, tampoco en esta ocasión
iba a quitarse la vida$ u pobre hio, su querido >ans, merecía cenar caliente
aquella noche$ e levantó, arroó lo que quedaba de la peluca a la basura, se rió a
solas como una loca, ! probó el pan de centeno con cominos$
?8osaaaaaa ch9aaaaaarzer$
?(ero Cte has vuelto loca, mam0 8osaD ?intervino el marido suet0ndola
violentamente por el brazo?$ CGu" te sucedeD
=na e#celente oportunidad para morir, pensó ella$ Esta ocasión sí que no
vo! a dear pasarla, le sacar" de quicio, lo cual es f0cil, ! esto! segura de que me
dir0 que me va a matar, ! entonces forzar" las cosas para que me mate de verdad$
?e todo esto tiene la culpa el museo$ i lo sabr" !o$$$ ?comentó 5ernd a
su padre$
+oló un nuevo tarro de mermelada, que tampoco dio en su blanco$ ' poco
despu"s, una 8osa ch9arzer mu! abatida, cansada de tanta incomprensión, se
rendía$ e sentó en una silla ! se quedó sollozando d"bilmente durante un rato$ e
vez en cuando le gritaban:
?Aalla, mam0$
Entre las medidas adoptadas para poder vivir como escritor secreto, la m0s
curiosa de todas era la que había tomado hacía !a m0s de cuarenta años: la de vivir
en su propio país, la pequeña ! seductora, aunque terriblemente mezquina, isla de
=mbertha, haci"ndose pasar por e#tranero$ e resultó f0cil engañar a todo el
mundo, porque la tr0gica ! brutal desaparición de toda su familia en la guerra le
facilitó el cambio de identidad$ e pronto, una noche, muertos !a todos, 7natol
comprendió que estaba solo, completamente solo en el mundo, ! notó esa
sensación de e#travío que se siente cuando, en el camino, nos volvemos atr0s !
vemos el trecho recorrido, la vía indiferente que se pierde en un horizonte que !a
no es el nuestro$ Aoncluida la guerra, 7natol se dio que al final sólo quedaba eso,
la mirada hacia atr0s que percibía la nada, ! estuvo deambulando ?e#traviado?
tres largos años por Europa, ! cuando cumplió los veinte regresó a =mbertha ! lo
hizo e#agerando enormemente las haches aspiradas )en =mbertha no ha! palabra
que no lleve esa letra, que es pronunciada siempre de forma relativamente
aspirada. ! cometiendo, adem0s, todo tipo de errores cuando hablaba ese idioma$
&odo el mundo le tomó por forastero, ! hasta se reían mucho con su e#ageración al
aspirar las haches, ! eso le reportó a 7natol la inmediata ventaa de asegurarse
protección como escritor secreto, pues en =mbertha los buscadores del oro de
talentos ocultos sólo estaban interesados en posibles glorias nacionales !
descartaban por sistema cualquier pista que pudiera conducir a genios forasteros$
&uvo que ser precisamente ese día cuando, resonando todavía los ecos del
emocionado aplauso de varias generaciones de alumnos que acudieron
espont0neamente a su 1ltima clase, vio peligrar por vez primera en cuarenta años
su rechazo total del sentimiento de protagonismo, pues notó que en el fondo no le
desagradaban nada todas aquellas muestras de afecto ! tambi"n el sentirse
)aunque fuera tan sólo por unas horas. el centro de atención de aquel instituto en el
que, sin "l buscarlo, se había convertido en toda una institución$ Aon su peculiar
acento e#tranero ! aspirando m0s que de costumbre las haches ?sin duda para
reírse un poco de sí mismo?, bromeó con su amigo el profesor 5ompharte acerca
de la estimación que se le tenía en el instituto$
?Guerido 5ompharte, !a lo ves: instituto, institución ?le dio$
7natol calló, porque pensó que si hablaba tendría que e#plicar ?! aquello
era algo vergonzoso para "l? que si se le veía tan radiante era debido a lo mucho
que estaba disfrutando al sentirse centro de atención de tanta ! tanta gente en el
instituto$
o que son las cosas )pensaba 7natol.$ Me paso días, meses, años
rechazando cualquier tipo de protagonismo !, cuando de repente me convierto en
el personae principal de la función, me muero de gusto$
?C(or qu" te quedas tan calladoD CEn qu" est0s pensandoD ?le dio
entonces 5ompharte$
?En lo volubles que somos todos los humanos ?le contestó?$ ' no me
preguntes ahora por qu" pensaba esto$ e"moslo así$ e vez en cuando me gusta
tener alg1n secreto$
?'a ?dio 5ompharte con un aire un tanto misterioso?$ (or cierto, creo
que te habl" de la e#posición de fotografías que ando preparando sobre el mundo
del deporteN
?í$ Me hablaste$
?(ues no$
7natol, completamente lívido, cre!ó que había llegado la hora del fin del
mundo$ CGu" clase de broma siniestra era aqu"llaD &odo el orden ! la gran
armonía ! tranquilidad de su vida se tambaleaba por momentos$ &ardó en darse
cuenta de que no había para tanto, de que las palabras de 5ompharte eran tan sólo
una forma convencional de animarle a escribir cuatro intrascendentes líneas, !
nada m0s$ >asta que no llegó a verlo así, lo pasó mu! mal$ ' lo peor de todo era
que su repentina lividez ! e#presión de p0nico le estaban delatando$
' poco despu"s ?para que le o!eran todos los hvulaquianos que le
rodeaban en aquel momento? incluso lo repitió, grit0ndolo/ cada vez m0s fan0tico
de aquellas líneas que había leído ! tambi"n de su propio olfato$
<unca deaste que le!era tus papeles )le dio 'hma., ! por eso !o siempre he
vivido con cierta ignorancia acerca de aquello sobre lo que t1 realmente escribías$
(ero debo decirte que siempre, Cme o!esD, siempre me he preguntado cu0l debe ser
la historia que sub!ace debao de todas las historias que has contado en tus
novelas$
(ero no has contestado a mi pregunta )insistió 'hma.$ CAu0l puede ser esa
historia que debes estar repitiendo continuamente en tus novelasD
CMe atrever" a subir al alambre ! correr los riesgos del fun0mbuloD CMe
atrever" a propiciar la publicación de la primera de mis novelasD )se preguntaba, al
día siguiente, 7natol, mientras avanzaba con el manuscrito en dirección a la
editorial de >vulac.$ i entrego la novela, !a nunca podr" recobrarla, pertenecer0
al mundo$ Cebo entregarlaD >vulac no sabe que e#iste$ <ada me obliga a d0rsela$
e repente el poder de las palabras me parece e#orbitante/ su responsabilidad,
insostenible$ CMe atrever" a subir al alambreD
?(or esa puerta pasa cada día m0s gente que por la mismísima +ía +hico$$$
'+o ve que lleva al Aalleón de la AhinaD
?(or fin, !a era hora, señor$$$ >ace rato que debería haber cerrado$ Areí que
no vendría$ 7quí tiene su billete, ! que ha!a suerte, señor$$$ (erdone, no logro
nunca recordar su nombre que, por otra parte, si quiere que le diga la verdad,
siempre me sonó falso$
?eñor on <adie ?le sonrió con inmensa felicidad 7natol$ ' tras dear
que su mirada vagara por las e#trañas pinturas de remolcadores que se mecían en
aguas manchadas de aceite ! que, unto a un calendario que e#altaba las vacaciones
en Europa, decoraban la polvorienta oficina, 7natol pagó, ! despu"s salió silbando
una habanera, ! se perdió en la noche$
=na hora despu"s, entró en un bar del puerto$ eguía ugando a estar
perdido$ abiendo perfectamente dónde estaba, preguntó si quedaba leos el
muelle de Europa$ e dieron que estaba en "l$ Entonces pidió un caf" ! dos fichas,
! en primer lugar llamó por tel"fono a 'hma$
?<o te inquietes por la tardanza ?le dio?$ >e baado a comprar tabaco$
?Enemigo 7natol ?le dio "ste medio bromeando, pero tambi"n bastante
en serio?, es usted un verdadero animal, permítame que le hable así$ Esto!
le!endo su novela, ! nos dea mu! mal$ (ero Cqu" tiene usted contra nosotrosD a
verdad es que nunca imagin" que fuera usted tan e#tranero$$$
>ubo una larga pausa en la que tal vez >vulac estuvo esperando alguna
seria ustificación por parte de 7natol, pero "ste permaneció en riguroso silencio$
(or un momento fue como si 7natol hubiera previsto desde hacía !a mucho
tiempo que >vulac le hablaría de esa forma, porque le contestó en un tono mu!
ceremonioso, como si recitara un papel aprendido de antemano:
?' que os sea leve, porque os deo seis perfectas bombas de reloería$
?í, pero por poco tiempo$ (orque el autor se va$ es deo el ba1l, que es lo
1nico que interesa$
7l mediodía del día siguiente, en alta mar, el sol calentaba cada vez con m0s
violencia, el alquitr0n derretido se escurría por las paredes, el mar era azul, ! el
agua utilizada para lavar el puente se evaporaba directamente hacia el cielo
tambi"n azul$ El capit0n del barco apareció sobre el puente de mando, se moó un
dedo, ! comentó que !a se lo imaginaba, que la brisa estaba descendiendo ! que
mu! pronto podría cambiar de dirección el viento$ 7natol, que lo o!ó, blasfemó en
una larga ! obscena frase que contenía cinco haches que "l pronunció tan
e#ageradamente aspiradas como pudo, ! despu"s sonrió$ El capit0n repitió lo de la
dirección del viento, ! 7natol entonces descendió, sin prisas, por la escalera que
conducía a la 1nica zona refrigerada del barco, ! allí se perdió$
$AS N"C%ES DE$ IRIS NE(R"
Escucho el oleae mientras siento que toda la tarde cabe en una mirada, en
una sola mirada de sosiego$ 7unque a mí sólo me atrae la muerte, debo reconocer
que me encuentro bien aquí, en (ort del +ent, tan cerca de la vida$ Esto! bien aquí,
en mi tierra ! unto al mar, del que nunca debí alearme tanto$ El mar siempre me
ha dado ?escucho ahora su rumor mientras fumo tendido sobre la cama? la
sensación de ser algo así como un organismo unitario, ! esto me tranquiliza$ Me
gusta mucho el mar$ Estar cerca del mar, sobre el mar, por el mar$ iento ante "l
una sensación de libertad, probablemente engañosa, pero a tener en cuenta: la
ilusión de vivir$
os 1ltimos meses en Madrid han sido un infierno$ ' no sólo por todo el
drama de la separación ! divorcio de Marta, ! la consiguiente crisis profunda$ <o,
no sólo por eso, sino tambi"n por la amargura de estar leos del mar$ >e vivido en
un estado casi permanente de claustrofobia que sólo lograba vencer cuando
íbamos a ugar a estadios de ciudades portuarias$ ólo entonces me reencontraba
conmigo mismo, e incluso ugaba mis meores partidos$ (orque !o nací unto al
mar, ! lo necesito siempre a mi lado$ urante todos estos años en Madrid no he
hecho m0s que añorar pueblos como "ste en el que ahora me encuentro: lugares en
los que resulta del todo imposible marcar límites precisos$ (or eso esto! bien aquí,
en este pueblo ! en esta agradable Fonda ;borra ! en esta calle tan breve como
singular: calle de fachadas blancas que une, en su 1ltimo tramo, dos avenidas
conv
conver
erge
gent
ntes
es,, en ese
ese siti
sitioo del
del pu
puebeblo
lo cu!
cu!os bare
baress ! rest
restau
aura
rant
ntes
es sigu
siguen
en
aprovechando, en sus listas de precios, el póstumo prestigio de la bohemia que en
otro tiempo frecuentara
f recuentara (ort del +ent$
7 +ictoria la conocí el año pasado cuando cruc" el charco para ir a ugar con
la selección a la cancha del 8iver$ +ino al hotel a entrevistarme !, despu"s de
e#pla!arme !o a gusto acerca de mis inquietudes intelectuales )«tan raras en un
futbolista, lo s"%, le repetí varias veces. ! tambi"n acerca de mi inminente retirada
de los campos de uego, ella me habló de su padre catal0n ! de la afición de "ste a
memorizar equipos sin relieve$ Me contó tambi"n ?! me pareció bastante cómico,
pero reprimí mi risa, porque ella lo dio con verdadera tristeza? que el te#to de la
1ltima carta que su padre había enviado a 5uenos 7ires era una sarta de insultos
dedicados a su muer, seguidos de una e#travagante posdata en la que se limitaba a
reproducir la alineación titular del Aentro de eportes abadell de la temporada
34PQ2PR$
'a desde el primer momento surgió entre los dos una corriente de mutua !
sincera simpatía ?el amor llegaría algo m0s tarde? que a mí de repente me llevó
a acompañarla, sin saber mu! bien por qu", hasta la puerta del hotel !, una vez allí,
cuando !a estaba estrechando su mano para despedirme, me llevó tambi"n a darle
un tímido beso en la meilla ! poco despu"s a fugarme de la concentración del
equipo nacional para acompañarla durante unos minutos por las calles de la
8ecoleta, entrando en el cementerio que da nombre al barrio, donde baamos la
vista ! nos demoramos, al caer la tarde, entre las lentas filas de los panteones$
<o lo hizo en los meses que siguieron, ! temí lo peor, ! me fui haciendo a la
idea de que +ictoria había sido una visión tan fugaz como irrepetible$ (ero el día
menos pensado, llegó una carta$ Auando !a el paseo por la 8ecoleta se había
convertido en un recuerdo algo leano ?del que sobrevivía, no obstante, mu!
fuerte todavía, la impresión que me había causado ! la deslumbrante luz austral
que acompañara nuestro tra!ecto de charla triste ! cementerio? me llegó a
Madrid, en vísperas de mi partido de homenae ! despedida del f1tbol, una carta
de +ictoria en la que me decía que seguía viva, aunque m0s desahuciada que
nunca: «(arece que me quedan sólo un par de meses, de modo que he decidido
viaar al país de mi padre, ! vo! a hacerlo sola$ Me agobia mi familia ! la
compasión que despierto en ellos, ! he logrado que me deen estar a solas una
semana en España$ C(odremos vernosD% ' despu"s, tras una serie de refle#iones
ocosas en torno al mundo del f1tbol, acababa dici"ndome: «' finalmente, una
pregunta$ 8ecuerdo que cuando caminamos esas pocas cuadras untos en 5uenos
7ires, me contaste una historia, no s" si refiri"ndote a ti mismo o a un amigo, la
historia de alguien que no podía comer$$$ CGu" era lo que no podía ?o no podías?
comer salvo cuando alguien )Cotro amigoD, CvosD. le tapaba$$$D CGu" era lo que
tapabaD Ca cabezaD CEl raboD Cas alasD%
Era verdad, tenía inmensas ganas de verla, tal vez porque intuía que podía
a!udarme a olvidar por unos días algunos de mis problemas )separación de Marta,
mala marcha del negocio, retirada infeliz del f1tbol. ! porque, adem0s, aquella
carta de estilo tan directo e ingenuo !, sobre todo, la e#trema inocencia de la
pregunta final hacían presagiar algo bueno ! alentador, aunque tambi"n era cierto
que la pregunta se las traía, porque en efecto era una pregunta inocente como ella
sola pero, tambi"n precisamente por eso, e#tremadamente peligrosa, pues revelaba
que +ictoria se interesaba por mí, ! eso convertía a la pregunta en algo tan grande
como un toro alado: una pregunta con pies ! cabeza, alas ! rabo, ! oreas que
cortar, es decir, algo mu! parecido al amor, que es tambi"n en el fondo una gran
pregunta ! algo tan directo e ingenuo como e#tremadamente peligroso$
e modo que cuando +ictoria pisó 5araas, !o !a sabía que aquello podía
convertirse en una historia de amor tan grande como un toro alado$ ' así ha sido, !
aquí estamos ahora, en (ort del +ent$ legamos a!er de madrugada,
hosped0ndonos en esta agradable Fonda ;borra, en una de cu!as habitaciones
ahora !o me desperezo mientras fumo ! pienso tendido sobre la cama ! me cuento
a mí mismo las cosas que me pasan$
Esperemos que ha!a m0s suerte esta tarde$ (ero lo dudo no s" por qu"$ En
realidad, tampoco entiendo por qu" se muestra tan interesado en acompañarnos al
cementerio$ 7unque es hombre educado ! amable, a veces se comporta de forma
algo e#traña$ (or eemplo, cuando +ictoria quiere saber cosas de su padre$
Entonces, se cierra en banda, como si en realidad no hubiera conocido al padre o,
tal vez todo lo contrario, lo hubiera conocido demasiado ! tuviera algo que ocultar$
<o s"$ u conducta no la veo !o mu! normal$ 7dem0s, se llama Aatón$ ice que
sus padres amaban la antigHedad cl0sica, ! que de ahí el nombre$ <o s", pero no
acabo de fiarme de "l$ o de la petanca, por eemplo, no lo veo nada claro$ ' es que,
por mu! amable ! educado que sea, no s" si debe confiarse en alguien que se llame
Aatón$ <o s"$
?í, pero nadie se ha dado cuenta aquí en el pueblo ?ha dicho Aatón?$
Entre que las frases est0n en ingl"s ! que aquí la gente no lee nada, ni un periódico
! menos un epitafio de tumba, han pasado siempre desapercibidas$ 5ueno, ahora
que recuerdo, el cura se interesó, un día, por saber qu" querían decir esas frases$
Me pidió a mí que se las traduera, ! !o le die que eran un elogio de la vida en la
ran 5retaña, ! el hombre se quedó mu! pensativo, sin entender nada, supongo
que pregunt0ndose qu" se le había podido perder al bueno de 5onet por tierras tan
leanas$
?(ara 5onet lo eran$ (ara "l todo lo que estaba fuera del Mediterr0neo eran
brumas e#trañas ! dragones echando fuego en cuevas salvaes de países b0rbaros
que se hallaban en los confines del mundo$ (ara 5onet sólo e#istía este mar$ @s
hubiera gustado conocerle$ Era todo un car0cter, un tipo de los que !a no quedan,
porque ho! en día los pescadores de este pueblo son todos una calamidad, gente
que sólo ve la televisión, no s", todo ha cambiado mucho$
' así es, en efecto$ >emos visto la escultura ! el pie insuperable )cubierto, en
deferencia al reposo eterno del apon"s, con un pl0stico, por si llueve ! el agua lo
deteriora., ! frente a "l la mirada eternamente agradecida ! escrutadora que se
adivina en el nicho nipón$
?' ahora seguidme ?nos ha dicho Aatón?, porque vais a ver la tumba de
abdell, el poeta de (ort del +ent$ e trata, debo advertíroslo, de una sepultura algo
especial, porque en ella no est0 enterrado nadie$ a financió abdell con sus pocos
ahorros, pero "l no !ace ahí ni en ninguna parte$ En una noche de tormenta se le
vio desaparecer en el mar, ! su cuerpo am0s fue hallado$
En voz baa hemos preguntado a Aatón si se trataba de un loco o tal vez era
un bromista que pretendía hacerse pasar por un fantasma$
Este comentario lo ha hecho en voz mu! alta, para que pudiera oírle su
hermano$
?Eres un cínico lamentable ?le ha respondido =li?$ abes mu! bien que
so! el portero de este recinto ?ha titubeado?, de este recinto sagrado$ <o trates
de presentarme, pues, como un loco$
?CGui"n fue su padre, señoritaD ?ha dicho =li zaf0ndose por momentos de
los empuones de su hermano?$ i no me equivoco, usted es argentina, ! su padre
podría ser$$$
?C<os vas a dear en paz, maldito =liD Mira que te lo tengo dicho, !a no lo
vo! a repetir m0s$ Fuera$ Fuera de aquí, fuera ?ha dicho levantando el puño, ! lo
he visto capaz de golpear a su hermano$ Este, en vista del cariz que tomaba el
asunto, ha optado por emprender la retirada, ! lo ha hecho e#agerando un poco en
la coera$
?5ueno, es posible$ <o s", qu" s" !o$ (ero debo deciros que si os cuenta
algo no deb"is creerle una palabra$ o inventa todo ! no est0 nada bien de la
cabeza$ (iensa que es el portero ! guardi0n del cementerio, ! con eso creo que !a
est0 dicho todo$ Est0 como un cencerro$
?=lises ?ha dicho Aatón?$ ' una hermana nuestra, que !a murió, se
llamaba Medea$ <uestros padres llevaron mu! leos, como pod"is ver, su amor a la
antigHedad cl0sica$
?Fue el meor m"dico que hemos tenido aquí ?nos ha dicho Aatón?, un
hombre e#cepcional !, adem0s, una figura clave en todo ese mundo bohemio en los
años de esplendor de (ort del +ent$
rabadas en la cruz de hierro algo o#idada que preside la tumba, ha! unas
iniciales que anteriormente !o había visto !a en las l0pidas del poeta abdell ! del
pescador 5onet: A$$M$$$A$ >e preguntado qu" significaban las iniciales, pero
Aatón no ha sabido qu" responder ! me ha salido con la evasiva de un chiste f0cil,
lo que me ha hecho sospechar que podía estar ocult0ndome algo$ Aomo futbolista
siempre fui mu! intuitivo, me adelantaba unas d"cimas de segundo a las ugadas
que adivinaba en el equipo contrario$ Esta tarde en el cementerio he creído intuir
que, por alg1n motivo que se me escapaba, Aatón podía estar ensa!ando una
ugada que consistiría en demorarse en todas las tumbas con la idea de que fuera
descendiendo la intensidad de la luz, ! sólo entonces llevarnos a la tumba del
padre, donde podía haber algo que no creía conveniente que vi"ramos con e#cesiva
claridad$
Esto tal vez ha influido en lo que he visto o he creído ver al llegar al lugar
donde reposan los restos del padre$ =na tumba que nos ha impresionado por su
radical despoamiento$ <inguna inscripción$ &an sólo el símbolo de la cruz$ <i
siquiera el nombre del padre$ <ada de nada$ &iene que haber algo m0s, me he
dicho$
&iene que haber algo m0s, me he seguido diciendo !o, tal vez influenciado
por la intuición de que Aatón trataba de ocultarnos algo$ Eso es lo que me ha
llevado a fiarme en que sí que había una inscripción ?anómala ! casi
imperceptible, pero a fin de cuentas inscripción? en la tumba$ <o era advertible a
primera vista, pero ahí estaba para quien quisiera verla$ En el e#tremo inferior
izquierdo del m0rmol alguien había grabado con un obeto punzante una especie
de dibuo de un ca!ado, o tal vez de una flecha, que señalaba hacia la base de
piedra de la sepultura, donde alguien con el mismo punzón había ra!ado seis
mínimas ! casi imperceptibles ma!1sculas: A$$M$$$A$
?7llí descansa Eceiza, el ateo del pueblo ?se ha apresurado a decir Aatón
?$ El cura se negó a enterrarlo en camposanto, ! ahí lo ten"is, feliz en la libertad
del campo abierto$
' tras una breve pausa, como si se sintiera obligado a contarnos algo m0s
sobre el ateo, nos ha dicho:
?7 su entierro acudió mucha gente del pueblo, casi una multitud, porque
deó encargado a su administrador que pagara mil pesetas de la "poca a todos
aquellos que le acompañaran hasta su 1ltima morada$ Fue una gran manifestación
popular, su 1ltimo gran triunfo sobre el cura$ ' m0s a1n teniendo en cuenta las
circunstancias de su muerte$
?CGuer"sD
?CGu" ser0n esas letrasD ?ha preguntado +ictoria?$ +os, Cqu" pens0sD
7l ver que Aatón estaba volviendo apresuradamente sobre sus pasos, nos ha
dicho con palabras atropelladas !, en cualquier caso, algo enigm0ticas:
?e las vieas noches del iris negro, cuando la mirada lo ve todo m0s negro
! m0s oscuro que la noche misma, !a sólo quedamos Aatón ! !o ! la vergHenza de
continuar vivos, la vergHenza de no haber tenido el valor de quitarnos la vida$
>a pasado un avión que volaba mu! bao, ! !o he seguido su vuelo$ El ruido
de los motores nos ha deado a casi todos sordos, ! ha sido bao ese atronador
ruido cuando Aatón me ha gritado al oído que era preciso ! mu! urgente que
hablara conmigo a solas, ! me ha citado en el Alub <0utico a las cinco de la tarde
de mañana$
?a misma, sólo que no es una alineación$ Estuve mirando ese mensae
final, ! me parece que podría tratarse de un acróstico$
?a carta ?ha seguido diciendo +ictoria? est0 escrita en el hall del >otel
(ort del +ent$ ' !o salí de 5uenos 7ires con la idea de leer por 1ltima vez la carta
de mi padre en el mismo lugar en el que "l la escribió$ Esa ser0 mi despedida de mi
pobre pap0$ El am0s pudo imaginar que su cruel carta regresaría al punto de
partida$
?o primero que has de saber ?me ha dicho Aatón? es que el padre de
+ictoria, que fue mu! buen amigo mío, se arroó voluntariamente al vacío$ <o veo
necesario que +ictoria lo sepa$ Es una muer mu! fr0gil ! sensible, sensible como
su padre$ 'o a "ste le quise mucho, ! para su hia sólo deseo lo meor$ i os
acompañ" al cementerio fue para evitar que mi hermano =li os contara su versión
desquiciada de ese suicidio$ Areí conveniente mantener a ra!a a mi hermano,
preservar a +ictoria del duro trance de conocer la verdad sobre la muerte de su
padre !, sobre todo, de conocerla de manera brusca ! tan poco austada a la
realidad$ (orque lo que =li cuenta es pura demencia$ 7 "l le afectaron mucho unos
hechos ho! !a perdidos en la noche de los tiempos$ e afectaron hasta el punto de
que no ha podido levantar cabeza desde entonces$ +ive atormentado por no haber
sido capaz de morir como lo hicieron sus meores amigos$ (ara no llevarle la
contraria, le deamos creer que es el portero del cementerio, incluso tiene las llaves
para cerrar la vera de entrada$ e vez en cuando !o le recuerdo que no es el
portero, intento que vuelva a la realidad$ (ero no ha! forma$ El quiere verse como
el guardi0n de las almas de los que fueron sus amigos/ "l quiere estar siempre mu!
cerca de aquellos a los que cree que, en cierto modo, traicionó$ Es una historia mu!
leana en el tiempo$$$
>a hecho una breve pausa para contemplar el mar, ! luego se ha sacado del
bolsillo de su americana unos vieos papeles$
?5asta que leas los primeros p0rrafos ?ha dicho?, ! !a te har0s una idea
de por dónde van los tiros$
?<o ?me ha interrumpido Aatón con mirada asustada?$ (or favor, m0s
bao, algo m0s bao, por favor$
?as noches del ;ris <egro ?he dicho sinti"ndome !a casi cómplice de
Aatón$ Areo que "l lo ha notado, porque ha proseguido con ma!or fuerza en sus
palabras:
Areo que no se ha dado cuenta de que la <oche del ;ris <egro podía estar
resurgiendo en aquel momento de sus cenizas$
?Gue sea todo un secreto entre los dos ?me ha dicho?$ <o se te ocurra
contarlo por ahí$ 7 +ictoria menos, le harías daño$ e todos modos, si lo haces, !o
lo desmentir"$ Esto! acostumbrado$ >e vivido siempre bao la sospecha, !a que =li
nunca se reprimió a la hora de contar la historia a todo el mundo$ (ero =li est0 loco
! me creen a mí, que he desmentido esa historia cientos de veces$ ' volver" a
hacerlo si es necesario$ i tratas de propagarla por ahí, dir" que fue =li quien te la
contó$
<o me ha sorprendido hablar así$ o veía venir$ 'a sólo llegar a (ort del +ent
tuve la oscura sensación de que llegar a este pueblo significaba abrazar una orden,
integrarse, aceptar tambi"n algo así como la delegación de una continuidad, como
si llegar a (ort del +ent implicara que uno no puede ser indigno de quienes antes
estuvieron aquí$ &ienes que ser como ellos$ 7hora )parece decirte el pueblo. te toca
a ti$
<o le hemos deado entrar$ (arecía mu! fuera de sí$ (ero sólo lo parecía$
(orque cuando ha hablado lo ha hecho con total normalidad$ El hombre m0s
cuerdo del mundo$
?ólo una cosa quiero deciros ?se ha dirigido a +ictoria?$ &u padre se
quitó la vida, estaba harto de todo, !o lo s", ! se arroó al vacío$ <ada de
tropezones en el campanario$ e mató$ 7sí de sencillo$ En los 1ltimos meses se
hacía llamar Eceiza ! nos decía que estaba profundizando en el insondable
misterio del eterno retorno$ 'o creo que no hacía m0s que pensar en cómo quitarse
la vida$ 'o ugaba mucho con "l a la petanca$ <o est0 enterrado en la tumba que os
ha enseñado mi miserable ! mentiroso hermano, sino en la que se encuentra fuera
del cementerio$ ólo quería deciros eso$ ' ahora: adiós$
' hemos salido, sabiendo que no vamos a ninguna parte$ ' ahora vamos
caminando por la pla!a$ lueve sobre (ort del +ent$ lueve en el mar con un
murmullo lento, ! oigo la brisa que gime dolorosamente$ ' me digo que esto! bien
aquí, atrapado en este pueblo unto al mar$ Me gusta mucho estar cerca de este
mar, nunca debí alearme tanto de "l$ iento ante el oleae una sensación de libertad
sólo comparable a la que percibo ahora al notar que +ictoria ! !o andamos en la
buena compañía de quienes supieron afrontar la muerte con serenidad antigua$ 7
"stos, hace unos instantes, los hemos llevado silenciosamente a nuestro interior !
hemos llenado sus vacíos con nuestra propia sustancia, ! hemos pasado a ser ellos$
' !o vo! andando por la pla!a de (ort del +ent bao la lluvia, ! me digo todo esto
! escucho ! contemplo el oleae ! me digo que sí, que toda la noche cabe en una
mirada de color iris negro, en una sola ! quieta mirada de sosiego$ 7hora )parece
que diga el pueblo. te toca a ti$
$A %"RA DE $"S CANSAD"S
7 Mercedes Monman!
ecido seguirlo$ ' mu! pronto veo que no va a ser nada f0cil hacerlo$ er0
porque mi ornada de trabao ha sido larga ! dura ! a estas horas me siento !a mu!
cansado, pero lo cierto es que, aunque tengo cuarenta años ! "l me dobla la edad,
anda el vieo tan r0pido que, cuando enfila la calle 5oquería, por poco le pierdo de
vista$ 7celero el paso !, por unos instantes, noto cierto desfallecimiento ! me digo
que vo! a desplomarme sobre el asfalto$ uego comprendo que no ha! ni mucho
menos para tanto, despu"s de todo a1n so! oven, lo que sucede es que siempre me
imagino al borde del desfallecimiento porque, en ma!or o menor medida, siempre
ando cansado, cansado de esta lamentable ciudad, cansado del mundo ! de la
estupidez humana, cansado de tanta inusticia$ 7 veces intento superar ese estado !
me reto a mí mismo, me impongo desafíos como este de persistir, sin obetivo
alguno, en la persecución de un vieo nada cansado$
7ciertas tambi"n cuando dices que 1ltimamente las cosas no han podido
empeorar m0s$ ' !o añadiría: sobre todo despu"s de la muerte de mi querido
Mario$ 5ueno, meor ser0 decir nuestro querido Mario$ espu"s de todo, a "l lo
compartimos las dos, pronto har0 cincuenta años, aquel verano ?que a mí se me
hizo interminable? en 7licante, del que conservo intacto el recuerdo de tu
impertinente intromisión en mi vida de parea$ (ero cómo )debes ahora decirte.
todavía te acuerdas de eso$ (ues sí, me acuerdo perfectamente$ Aincuenta años no
son nada$ 7l menos para mí$ (ara ti no s"$ 'o me siento cerca de la veez, pero t1
debes de estar hecha una piltrafa$ (ara ti esos cincuenta años no deben haber
pasado en balde$ e nota por el pulso tembloroso de tu letra$ ebes estar hecha
añicos, fatal$ (ara ti debe ser terrible mirarse al espeo ! preguntarse qu" ha sido de
aquellos hombros tu!os tan redondos ! menudos, de los largos brazos, de las
manos finas$ (ara ti debe ser terrible preguntarse qu" ha sido de aquella frente
tu!a tan perfecta, de tus cabellos rubios, de la mirada misteriosa que enamoraba a
todos los hombres$
<uestro querido Mario$ <o esto! mu! convencida de que al final de su vida
te quisiera mucho$ En su agonía preguntó por ti$ Eso es cierto, te han informado
bien$ (ero debo decirte que al preguntar por ti te confundía con una patata
hervida$ 'a ves, así son los hombres, así recuerdan a sus vieas amantes, a las
pelmazas que les acosaron en otra "poca, así las recuerdan ?cuando est0n a las
puertas de la muerte, es decir, en la hora de la verdad$ (orque no s" si sabes que la
muerte es la verdad del amor, del mismo modo que el amor es la verdad de la
muerte$
Me qued" tan sola que de repente los ruidos que me llegaban del piso de
arriba ! del de abao empezaron a obsesionarme seriamente: zapatos de tacón alto
! fantasías acu0ticas, entre otros horrores, en la s"ptima planta/ gritos ! peleas
entre padre e hio, gran dramatismo, en el quinto piso$ &odo eso fue sumi"ndome
en una especie de desesperación mani0tica que me llevó a intentar catalogar las
diferentes modalidades de ruidos de los vecinos$
Cecuelas tal vez de tu mala vecindad de aquel verano en 7licanteD <o s", lo
cierto es que me entró una desesperación mani0tica$ &ras setenta años de vida
respetando como nadie a los otros, tratando siempre, aunque fuera tan sólo por
educación, de no molestarles para nada !, en definitiva, perdiendo la vida por
delicadeza, me empezó a parecer tremendamente inusto que el premio a mi
intachable conducta ! discreción fueran esas continuas molestias de los vecinos,
una gente mu! vulgar, que parece empeñada en que registre los ecos de sus
mediocres ! est1pidas vidas$
(ens" que era mu! penoso que todo eso me sucediera a mí, precisamente a
mí que am0s quise molestar a nadie ! que siempre he tratado de cruzar por este
mundo con paso danzarín ! leve, de puntillas por la vida$ ' quise matarme, en
efecto, no te equivocas$ &e han informado bien, querida espona de ron, quise
matarme arro0ndome desde un primer piso$ Es cómico, qu" le vamos a hacer$
escendí del se#to al primer piso del inmueble, porque no tenía valor para volar
desde m0s alto$ &emía el golpe brutal contra el asfalto, para qu" nos vamos a
engañar$ En fin, me fractur" un tobillo ! la tibia ! no s" cuantas cosas m0s, pero
sobreviví$ Auando me hube recuperado del vuelo desquiciado ! regres" a casa, la
desesperación mani0tica por los ruidos de los vecinos fue en aumento$ (ens",
refle#ion": «Aomo las cosas sigan así, pronto me vo! a tirar del segundo piso, !
luego, tras la inevitable visita al hospital ! posterior reingreso en casa, me arroar"
desde el tercero, ! luego desde el cuarto, ! en fin, si no hago algo, si no invento
pronto alguna cosa, acabar" mu! mal, francamente mal$%
7lgo de todo eso sucedió cuando la vi vagar como alma en pena por el m0s
oscuro rincón del patio del manicomio, un sombrío espacio por el que 8ita
paseaba, con oscura vocación de fugitiva, moviendo de vez en cuando los labios
con gestos algo hist"ricos que parecían pequeñas rebeliones contra su encierro$ Me
apro#im" con la intención de decirle que allí estaba !o dispuesta a salvarla$ Me
acerqu", ! nuestras miradas se encontraron !, magnetizadas mutuamente, las dos
fuimos a sentarnos en el mismo banco de piedra, ! comenzamos a hablar$ (ronto vi
que 8ita no me había reconocido, pues se comportaba como si !o fuera una
completa desconocida$ (ero tambi"n pronto caí en la cuenta de que allí la
verdadera desconocida era ella, que estaba realmente irreconocible, ! a ratos
parecía bastante perturbada, sobre todo cuando hablaba en estilo telegr0fico ! las
frases le salían incompletas ! algo inciertas/ demasiado breves, lo que obligaba a
descifrar lo que trataba de decir$
7 pesar de que los malditos vecinos del s"ptimo est0n haciendo lo imposible
para que vuelva a caer en mi desesperación mani0tica de antes del sanatorio, !o
sigo escuchando la m1sica mientras te envío estas líneas que sólo desean
comunicarte que he dado con un invento e#cepcional que me impide, a cualquier
hora del día, caer en la desesperación mani0tica en la que t1 desearías que ca!era,
querida$
Gue conste que los vecinos del s"ptimo hacen lo que pueden$ Me gustaría
que me dieras si es normal que caminen con zapatos de tacón alto por la casa o
que anden todo el santo día bañ0ndose$ ime si eso es normal$ En su momento, el
ruido del agua ?toda su casa debe ser una bañera, de lo contrario no me lo e#plico
? llegó a obsesionarme seriamente$ Gu" gentuza, ios mío$ &e compadezco si son
tus aliados$ Gu" gentuza este matrimonio, esta parea con cerebro de mosquito que
vive en el s"ptimo ! es propietaria de varias carnicerías en la ciudad$ eben de
tener la obsesión de la higiene, tal vez por remordimiento ! porque les repugna
sentirse tan manchados de sangre$ o cierto es que han conseguido que mi oído se
ha!a desarrollado de una forma sorprendente ! que en los cambios de mi
silencioso ! )lo reconozco. tenso rostro, pueda !o ver en un espeo cómo hasta el
1ltimo de mis sentidos se mantiene en permanente contacto con el repugnante
mundo del piso de arriba, incluso con los huecos m0s recónditos de su carcomido
parquet$ >asta el m0s mínimo cruido de ese suelo del piso de los carniceros
acu0ticos, encuentra en mí a la m0s atenta ! diligente espía$
En un primer momento 8ita sospechó que era ella misma la que se enviaba
aquellos mensaes breves, tan telegr0ficos ?tan parecidos a su manera de hablar
cuando se perdía ! le salían las frases algo incompletas e inciertas?, pero tras la
tercera o cuarta carta deó !a de preocuparse por la cuestión ! se dio que lo de
menos era saber si e#istía o no realmente ese pianista en gira$ os te#tos ?vi
algunos? eran realmente mu! breves ! mu! revolucionarios e inspirados, aunque
contenían siempre un encabezamiento tradicional, es decir, el nombre de la ciudad
en la que se encontraba ! la correspondiente fecha/ pero los mensaes no eran nada
convencionales, sino m0s bien raros, con frases como "stas: «Morir es un arte como
todo$ 'o lo hago e#cepcionalmente bien%, «e dice que en 8usia !a no saben lo que
son los celos/ !o so! ruso%, «a vida es una enfermedad de la mente%$$$
os 1ltimos sobres que le habían llegado a 8ita ?faltaba el 1ltimo de todos
porque, seg1n ella, el doctor Aamps se había negado a d0rselo? eran todos de un
fuerte color verde, es decir, contenían mensaes mu! pesimistas, lo que a 8ita le
había llevado a sospechar que el pianista podía estar acerc0ndose al t"rmino de la
gira$
«Aomo comprender0s%, me dio esa tarde 8ita, «la sola idea de que la
correspondencia pueda estar llegando a su final me pone a mí tambi"n de mu! mal
humor$% 'o asentí con la cabeza ! me limit" a decirle que la comprendía
perfectamente$
Me dicen que diga qui"n so!$ Me dicen que para satisfacer mi vanidad
personal )carezco de eso, pero en fin, all0 ellos. ! que tambi"n por la lógica
curiosidad que el lector pueda acabar sintiendo por el autor de este tal vez
interesante )me dicen que fundamental. testimonio sobre el episodio m0s oscuro
de la vida del gran pintor (anizo del +alle, diga antes cuatro palabras sobre mi
persona$
'o, en mis años mozos ! en los no tan mozos tambi"n, fui marinero de
segunda clase, siempre en los puertos del sur oriental de frica, concretamente en
los de 5i6anir ! Mozambique )mis pantuflas se llaman así como homenae a esos
dos fabulosos países., siendo dos tambi"n )como mis pantuflas ! esos países. los
motivos de orgullo que tengo en la vida: uno es el de ser autodidacta )me gusta
desmentir a cada momento esa le!enda seg1n la cual el vieo lobo de mar no puede
ser un hombre sensible e instruido./ el otro motivo me pone la piel de gallina ! est0
estrechamente ligado al recuerdo de haber pilotado un ballenero en la costa sur de
la península de 5abU6ua )tan famosa en todo el mundo por los retratos de nativos
baba6uanos que pintara el gran (anizo del +alle, pero al mismo tiempo tan
escandalosamente poco conocida ! visitada, empezando por el propio (anizo del
+alle., península en la que, por cierto, !o so! hombre respetado ! mu! querido, ! a
la que me gustaría poder volver alg1n día e incluso que me enterraran en ella !
que sobre mi tumba escribieran sencillamente esto: «(ilotó un ballenero en
nuestras costas$%
Guiso el azar que en una noche fría ! sin luna ! de insistente ! fina lluvia en
alta mar, todavía a bastantes millas de la costa sur de 5abU6ua, el gran pintor
(anizo del +alle, que llevaba un chubasquero gris casi id"ntico al mío, fuera a
apo!arse en una barandilla en la que tambi"n estaba apo!ado !o, en ese barco tan
orgulloso de su pasado )nada menos que el !el 0mi con su histórica quilla. que nos
llevaba hacia ese remoto país donde !o era tan respetado ! querido ! donde había
pilotado ?qu" días aquellos cuando uno camina sin saber que el tiempo camina
con nosotros? un fant0stico ballenero$
Era la noche del cinco de enero de 343Q$ os dos llev0bamos parecido
chubasquero !, en las sombras de la noche cerrada, componíamos figuras bastante
sim"tricas$ in embargo, íbamos a 5abU6ua por motivos bien distintos$ 'o iba a
recoger o a liar los b0rtulos )como vulgarmente se dice., a organizar los
preparativos de mi viae de regreso, tal vez definitivo, a mi &ossa de Mar natal$ (or
su parte, (anizo del +alle se dirigía de riguroso incógnito ! en viae tan solitario
como emotivo, hacia 5abU6ua, donde no había estado nunca/ se dirigía al escenario
de su imaginación, la remota península a la que debía toda su gran fortuna, la
remota península a la que llevaba m0s de veinte años pintando de forma
infatigable )pintando sobre todo a sus pobladores, como si de un nuevo auguin
se tratara. pero que am0s en la vida había pisado$
8ecuerdo que estuvimos los dos, el uno unto al otro, largo rato en silencio,
hasta que en el siempre difícil horizonte comenzó a perfilarse la costa sur de la
península en forma de figura geom"trica, angulada ! negra, contra el cielo
sombrío$ Entonces, como movido por un e#traño resorte, el pintor se giró
lentamente hacia donde !o estaba ! se me quedó mirando con notable fieza$ e
inmediato hice lo mismo !o con "l, es decir, le correspondí con una mirada no
menos fia e insolente de lo que me pareció que era la su!a$
?(erdón$
?C7 qui"nesD
Guiso mantener el tipo, hacer como que seguía sin entenderme$ imuló que
no era (anizo del +alle pero que me seguía la corriente como si !o estuviera loco$
(ero bien que me había entendido$ ', adem0s, su ansiedad le delataba$
?' tambi"n s" ?le die? que si se hubiera molestado alguna vez en pisar
esa tierra diabólica sabría de sobras lo inmensamente equivocadas que est0n todas
sus pinturas$ <o puedo evitar reírme cuando pienso en todos esos críticos que le
consideran el 1ltimo realista$ Au0nta necedad, ios mío$
?+iene ?le respondí señalando una tan repentina como oportuna neblina
que acababa de hacer su aparición ! que fue espes0ndose a un ritmo mu! vivo que
acabó semiocultando el perfil de la costa sur de 5abU6ua?, CAómo diablos ?le
die? se las arregló para pintar a los baba6uanos de forma tan diferente de como
en realidad sonD
?CEso he hecho !oD Es la primera noticia que tengo ?me dio ! se rió$ Aon
su conducta logró que siguiera !o bien indignado con "l$ (as" decididamente al
ataque$
?Me dan pena ?le die? sus baba6uanos del copón, esos retratos de
angelicales almas puras de indígenas$ u pintura es un pur" de errores$ (orque no
son est1pidos nativos de hueso en la nariz lo que usted va a encontrar ahí en
5abU6ua$ Es meor que lo sepa$ on gente que ama lo verdaderamente diabólico$
on diabólicos$ on gente que nada tiene que ver con la que usted pinta$
?(ero ha pintado una gente que no e#iste$ >a pintado unos hombres !
mueres que !o no he visto nunca en 5abU6ua, donde todo el mundo es m0s malo
que el demonio$ =sted ha pintado una gente serena ! simp0tica, feliz ! amable,
profundamente sincera, nada retorcida, adorablemente cristiana, bondadosa,
burra$ <ada m0s aleado de la realidad$
>ice como que no le había oído$ <o quise dar e#plicaciones en ese sentido$
?ebe ser por culpa de esta neblina ?le contest" tratando de despistarle
con algo que no venía a cuento$
e creía mu! listo, pero lo 1nico que lograba con todo eso era que cada vez
le detestara m0s$ 7 "l ! a sus pinturas$ IEl gran (anizo del +alleJ El 1ltimo realista$$$
?<o s" por qu" dice que equivocadísimo$ Me limit" a copiar con maestría
una fotografía$ <o veo el problema, amigo$ 8etrat" de la forma m0s fiel posible a la
niña de esa fotografía$ Eso es todo$
?a idea es mía, ! de tonta nada ?me enfurecí?$ a que sí es tonta es esa
cursilísima niña con muñeca de trapo que usted pintó$ Es tonta sólo en su pintura,
porque lo que es en la vida real$$$ e llama 7idivne !, al igual que todas las dem0s
baba6uanas sin e#cepción, es una criatura mu! lista ! mu! endiablada que se
distingue por su tendencia a sentir abundante dentera o pelusa o, lo que es lo
mismo, a sentir mucha envidia por todo$ ' la envidia, por si no lo sabe, es una de
las pasiones nacionales en 5abU6ua$ ' la envidia, por si tampoco lo sabe, es una de
las manifestaciones m0s claras de lo verdaderamente diabólico$
?o siento mucho, caballero$ (int" a esa niña dulce ! serena, nada
envidiosa$ e presento mis disculpas$ 7hora bien, Crealmente es tan grave no
haberla pintado envidiosaD
?' por envidia ?le die? los hombres de 5abU6ua matan$ 7sesinan para
quedarse con la muñeca de trapo que menos su!a les parece$ on envidiosos !
asesinos sus baba6uanos, ! usted sin enterarse$
?(ero bueno, buen hombre, pero bueno$ e lo que todavía esto! a tiempo
es de marcharme de aquí ! dearle a usted a solas con sus tonterías de barandilla$
?=sted debe sentirse mu! orgulloso de, por eemplo, toda esa tan celebrada
serie de cuadros que pintó sobre los religiosos de 5abU6ua$ &odas esas famosas
pinturas de curas predicando la verdad, siempre con el inefable volc0n @geuf al
fondo$ >ermosas pinturas, sí señor, pero rotundamente equivocadas, porque en
ning1n momento reflean la realidad de 5abU6ua$ +amos, ni en pintura$ En fin, que
debe usted sentirse mu! satisfecho de su obra, pero !o le vo! a decir tan sólo una
cosa, ! usted perdone pero creo que es mi obligación hacerlo, le vo! a decir tan
sólo "sto: ebería morirse de vergHenza$
?<o los ha podido pintar peor$ <o ha! nada m0s aleado de la realidad de
5abU6ua que sus pinturas de religiosos$ (orque debe usted saber que en 5abU6ua
todo el mundo, incluso los curas, cultivan el arte de la mentira, ! est0 mu! claro
que de eso usted nunca se ha enterado$ a mentira, !a es hora de que lo sepa, es
otra de las m0s claras manifestaciones de lo verdaderamente diabólico$ ' en
5abU6ua reina por todas partes$ >a! incluso monumentos dedicados a la Mentira$
Es otra de las pasiones nacionales$ in embargo, va usted, buen hombre ?le
devolví el insulto?, va usted ! pinta a esos zumbados predicadores como si
estuvieran propagando nada menos que la +erdad con ma!1scula$ (or lo visto, no
sabe que todos esos predicadores adoran la mentira$ C' sabe por qu"D (ues es bien
sencillo$ (ara no perder clientela$ Ellos saben que sólo la mentira fascina a sus
feligreses, de modo que dan a "stos lo que piden: una mentira tras otra$ (or eso
dan tanta pena o, meor dicho, tanta risa todos esos cuadros en los que usted reflea
a unos predicadores íntegros ! en olor de santidad$
(anizo del +alle baó ligeramente la cabeza ! parecía cada vez m0s
preocupado$
?(ero podrían serlo$ (orque "sa es la filosofía que !o veo que anda detr0s
de los cuadros que, de entre los su!os, m0s "#ito han tenido$ Me refiero a esos en
los que se ven nativos que bailan en pla!as al amanecer, siempre alrededor de una
hoguera$ a filosofía que est0 detr0s de esos cuadros es nítida: a frescura de la
vida salvae$
Me reí a solas, me sentía algo victorioso$ <o hacía falta m0s que ver el rostro
preocupado de (anizo del +alle$
+alle$ uego seguí:
?' lo que usted no sabe, porque usted no sabe nada de 5abU6ua, es que
cuan
cuando
do bail
bailan
an tamb
tambi"
i"nn apr
aprov
ovec
echa
hann par
paraa difa
difamar
mar,, sólo
sólo que
que en este
este caso
caso la
difam
difamac
ació
iónn la comu
comuni
nica
cann e#clu
e#clusi
siva
vame
ment
ntee a la hogu
hoguerera,
a, que
que es siem
siempr
pree un
unaa
representación en miniatura del volc0n @geuf$ (or eso bailan tanto$ Aomo les
encanta difamar ! que la hoguera les escuche, son incansables en materia de danza
pla!era ! matinal$
?on una raza diabólica ?le insistí, mir0ndole fiamente a los oos$
?'a
?'a le die que la mentira les fascina$
?icen de usted que es la suma de todos los hombres drogados del mundo,
! que eso e#plicaría que no ha!a sabido pintar 5abU6ua tal como
co mo es$
e vi entristecerse profundamente$
?isculpe que ha!a sido tan directo ?le die?, pero !o desde el primer
momento he sentido que era mi obligación advertirle de lo que va usted a
encontrarse cuando desembarque en 5abU6ua$
?&odos
?&odos los baba6uanos saben leer ! hablar al rev"s ?vocifer"$
ogr" que detuviera sus pasos$ io lentamente media vuelta !, titubeante
pero avanzando, se plantó de nuevo ante la barandilla$
?i al menos en alguna ocasión ?le die? hubiera titulado alguno de sus
cuadros al rev"s, al menos en eso habría usted sido fiel al espíritu enrevesado de
este pueblo$
?(ero si hace años que s" que les gusta, de vez en cuando, leer ! hablar al
rev"s$ (or eso varios cuadros llevan el título al rev"s$ 7l menos en este aspecto no
he permanecido ignorante de la realidad del país$
' se rió$ Era tanta su repentina alegría que tomó una e#presión divertida !
enaenada en e#tremo$ >asta entonces había estado demasiado nervioso, ! eso
siempre se paga$
e quedó algo confundido, !o diría que incluso p0lido$ Aomo no era imb"cil,
inmediatamente comprendió que le había repetido su frase al rev"s$ &ras un breve
e incómodo silencio ?no paraba de mirarme intrigado? acabó dici"ndome:
?=sted es de 5abU6ua$
Me enfureció$ eguía cre!"ndose un entendido en la materia$ (or lo visto,
pensaba que podía decidir a su antoo mi nacionalidad$ 7ntes me había tomado
por un ignorante ! un est1pido vieo lobo de mar, ahora me veía como a un
indígena de hueso en la nariz$ <o pude evitarlo ! le die:
?Est0 usted bien loco$ ' pensar que le consideran el 1ltimo realista$$$
e e#pliqu" con gran detalle que los baba6uanos no sólo eran, como !a le
había contado, mentirosos, envidiosos ! difamadores, sino que, adem0s, eran
mezquinos, pequeños tiranos, malignos ! terribles envenenadores de las almas
c0ndidas$
?Estos son ?le die? los siete rasgos m0s distintivos de su manera de ser$
' precisamente "stas son las siete manifestaciones esenciales de lo verdaderamente
diabólico$ ' usted sin enterarse, pint0ndolos a todos como si fueran angelitos$
?Aaballero, ha sido un placer ?dio, ! dio media vuelta$ Esta vez parecía
del todo decidido a dearme solo en cubierta$
%' las fotografías no engañan ?le die record0ndole sus propias palabras$
Mi propósito era retenerle$ 'o sólo quería que (anizo se quedara un rato
m0s allí en cubierta$ >o!, claro est0, me arrepiento$ Me sabe mal$ (ero Cqui"n iba a
decirme a mí que esas fotografías mozambiqueñas constituirían el detonante final
por el cual el gran (anizo del +alle acabaría aceptando la realidad, es decir, la
realidad !a incuestionable de que había sido toda la vida un p"simo pintorD
El mal pintor sabe, de alguna manera, que lo es, ! tiene por ello una
indudable mala conciencia$ 'o no hice m0s que a!udar al gran (anizo del +alle a
afrontar la realidad$ 7!udarle a que comprendiera que la pintura no es nada si no
es peli#rosa-
?Me vo!$ í$ Areo que me vo! ?dio, ! !o leí o creí leer en su rostro una
e#presión de profundo malestar, posiblemente su mala conciencia?$ CAon qui"n
he tenido el gusto, quiero decir el disgusto, de conversarD
e enseñ" mi pasaporte$
Mis dos apellidos, tan catalanes, debieron representar para "l un pequeño
alivio, moment0neo pero a fin de cuentas alivio$
uró poco$ El tiempo en el que se quedó mirando con dulzura al horizonte
en el que !a podía verse con relativa claridad la costa sur de 5abU6ua ! el volc0n
@geuf al fondo$ a neblina se había disipado ?m0s tarde volvería de s1bito dando
indicios del e#traño desequilibrio de las le!es de la naturaleza en las cercanías de la
península?, ! siguieron unos momentos de calma$ Momentos 1nicos,
inolvidables, los 1ltimos$ (orque poco despu"s "l tuvo la fatal ocurrencia de leer al
rev"s ! en voz alta mis dos apellidos$
'o diría que todo el barco lo o!ó$ ' su grito acabó confundi"ndose con el
canto t"trico ! plañidero de la embarcación$
' aquello fue como una función de teatro que llega abruptamente a su final$
(anizo del +alle, con el rostro demudado, dirigió !a definitivamente sus pasos
hacia el camarote del que !a no saldría hasta llegar a 5abU6ua$ <i siquiera se
despidió$
Esa mañana, al ver aquella figura de loco en piama que avanzaba entre la
inconstante neblina, me die que mu! probablemente !a no volvería a verle nunca
m0s$ ' así fue$ e perdió en la selva no sin antes lanzarme, a modo de despedida
)algunos amigos me dieron que a modo de odio eterno por lo pesado que so!, pero
!o dudo mucho que fuera por eso., una mirada tan entregada como
profundamente enaenada$
' ahora !a sólo me queda confiar en que el relato de los hechos que
precedieron al desembarco en furioso piama del gran (anizo del +alle arroe algo
de luz en torno a las misteriosas circunstancias que rodearon la desaparición del
pintor$ 'o, por mi parte, sólo quiero añadir que, a mi modesto entender, nadie en
piama se adentra impunemente en la peligrosa selva de 5abU6ua$ ' eso me lleva a
pensar que "l, a 1ltima hora ! en un gesto tan admirable como conmovedor,
decidió ug0rsela, arriesgar por vez primera en su vida, arriesgar ! adentrarse a
cuerpo limpio en la realidad$
En cuanto a mí, creo haberlo dicho antes$ ólo so! un pobre diablo$ El pobre
diablo, para ser m0s e#acto$ Esto! cansado de ser quien so!$ 'a son demasiados
años de cometer perrerías$ Mientras escribía esto, me he ido dando cuenta de que
tambi"n !o tengo muchas ganas de desaparecer$ >e pasado revista a todas las
posibilidades que e#isten de suicidio !, tras encontrar obeciones contra cada tipo
de muerte, al final he decidido hacerme cosquillas hasta morir$ ' que me entierren
en 5abU6ua donde pilot" ?creo que a la vista est0? un ballenero, todo un señor
ballenero, frente a sus costas$
$"S AM"RES *E DRAN !"DA NA VIDA
>a! mucho humo ?es natural? en la casa$ 'o fumo cigarro tras cigarro !
lanzo las colillas al vieo ! entrañable ventilador que nada ventila el pobre, aunque
ho! no hace falta que lo haga, pues el día es casi frío ! est0 mu! nublado ! no falta
mucho para que empiece una buena tormenta$ anzo los restos del vicio ?las
colillas bien apuradas? como si nada, contra el ventilador que no ventila nada$
(ero ho! no s" si es mu! apropiado decir tanto la palabra nada$ Esto! mu!
nerviosa ! no puede decirse que no pase nada$ ' encima, la abuela me mira con
infinita rabia$
?Esto! esperando, 7na María, a que me e#pliques por qu" me has deado
sola estos tres días ?me dice, ! se la ve realmente mu! molesta conmigo$
'o sigo fumando, trago mucho humo, ! luego prosigo, a ciegas$ e digo:
a abuela no contesta$ Aalla pero no otorga$ 'o me atropello algo con las
palabras ! la introduzco en la historia del gran amor de Fernando con 5eatriz$
' en parte tiene razón$ Me atropello al contar, esto! mu! nerviosa$ ebería
contarle las cosas de un modo m0s reposado ! que ella pudiera entenderme meor/
debería contarlas como lo hace ella, aunque la verdad es que la pobre tampoco es
que las cuente de un modo demasiado ordenado/ adem0s, se repite, se repite
mucho$ =na amiga me dio que mi abuela sólo tenía una historia ! que por eso se
repetía tanto$ i eso es verdad, !o supero a la abuela en historias porque como
mínimo tengo dos: la del billete que voló )a la que tal vez se parecen mucho el resto
de historias que hasta ahora he inventado. ! la de este fin de semana de Aerler$
ios mío, tengo dos$ (ero la segunda hubiera preferido no tenerla$ ' adem0s creo
que debería demorarme menos al contarla$ (orque est0 bien que va!a preparando
a la abuela para la terrible noticia final, pero no creo que sea necesario que va!a tan
despacio$ 'a hace rato que debería haberla puesto m0s al corriente de la historia
del gran amor de Fernando por 5eatriz$ ebería haberle dicho: =n amor fuera de
serie$ @ bien: =n amor de los que no ha!, un amor de verdad$ ebería haberle
dicho algo m0s acerca de esa pasión e#trema de Fernando desde el día en que vio a
5eatriz por primera vez ! quedó fulminantemente enamorado$ >asta entonces "l
no se había fiado en ninguna otra muer$ =na cosa algo penosa si tenemos en
cuenta que a mí !a me conocía, pero en fin, a mí siempre me vio como a una amiga
! eso ?por mucho que !o quiera ! son infinitas las veces que lo dese"? es algo
que desgraciadamente !a no se puede cambiar$
e digo a la abuela:
Miro a la abuela ! veo que me sigue mirando con rabia$ Est0 claro que
piensa que me lo esto! inventado todo$ Esto! segura de que no tardar0 en decirme,
una vez m0s, que so! una maníaca de la invención de historias$ (ero !o siento que
debo seguir$ e digo:
5ueno, en parte tiene razón, tendría que dar menos rodeos !, adem0s, hablar
sin atropellarme en las palabras ! sin estar todo el rato con el alma encogida$
Aada vez est0 m0s cercana la tormenta$ El viento mueve las cortinas de las
ventanas$ Me levanto ! apago el ventilador$ Enciendo otro cigarro$ Miro a la
abuela$ igue enfadada ! mir0ndome con total desconfianza$ e digo:
?>a sido un amor imposible, siempre lo fue, porque si algo estuvo claro
desde el primer momento fue que am0s 5eatriz iba a enamorarse de "l$ 'o no s",
pero siempre me he dicho que a lo meor fue precisamente "sa la causa por la que
"l se sintió tan seducido por ella$ (orque fue todo tan e#traño en ese
enamoramiento$$$
?71n recuerdo ?le digo? el día en que "l la vio por primera vez ! vino a
mí para decirme unas palabras que se me han quedado mu! grabadas, la prueba es
que las recuerdo con toda e#actitud$ Me dio Fernando: <o sabes, 7na María, lo
guapa que es la muer que acabo de conocer$ Es alta, morena, con una magnífica
cabellera negra que le cae en trenzas sobre los hombros/ su nariz es griega, sus oos
resplandecientes, sus ceas altas ! admirablemente arqueadas, su piel brilla como si
fuera terciopelo mezclado con oro$ ' todo esto unido a una fina pelusilla que
oscurece su labio superior, da a su rostro una e#presión viril ! en"rgica que hace
palidecer a las bellezas rubias$$$
?Areo que alguien que es capaz de hablar así es que est0 mu! pero que
mu! enamorado$ C<o te pareceD
?C=na e#presión viril has dichoD ?pregunta mi abuela revelando que est0
m0s interesada de lo que parece en mis palabras$
?C' no ser0 que ese Fernando amigo tu!o se enamoró en realidad de "l
mismoD
(regunta e#traña$ <o s" qu" contestarle$ Mi abuela est0 mu! entretenida
apartando el humo que, sin querer, le he enviado$
?C7sí que !a vas entendiendo algo de lo que pretendo contarteD ?le digo$
?o que quiero que entiendas ?le digo? es que Fernando se encontró ni
m0s ni menos que con su ideal femenino, lo cual no es poco$ esde entonces
5eatriz se convirtió en su pasión secreta$ ' ella nunca lo ha sabido, am0s se ha
enterado de eso$ 7sí est0n las cosas$ ' así estaban cuando llegu" a Aerler ! vi, Ca
que no sabes lo que viD
<o contesta$
?&e est0s !endo por las ramas, que es adonde van a parar las vulgares !
malas paracaidistas$ 7nda, recuerda dónde estabas$ +uelve atr0s$ Areo que le
estabas empolvando la nariz a esa señorita llamada 5eatriz$
(arece, pues, que la tensión entre las dos est0 disminu!endo notablemente$
'a no ha! casi rastros de reproche por haberla deado sola durante tres días$ (ero
no dea de ser lamentable comprobar que se toma a risa mi historia$ Est0 claro que
no cree ni una sola palabra de lo que le cuento$ eguro que est0 pensando que me
he ido con Fernando a pasar el fin de semana a alou, ! punto$ (ero su inesperado
buen humor me reconforta$ Me recuerda al de Fernando cuando llegu" a Aerler !,
cre!endo que le iba a encontrar mu! inquieto cuando no desesperado, me
sorprendió recibi"ndome con una mueca mu! alegre ! distendida$
?ebe ser ?me contestó Fernando? que este clima, este clima de altura
me sienta bien$
?Es un saharaui$
e o!e un fuerte trueno$ Aada vez est0 m0s cerca la tormenta$ 7pago mi
cigarro ! enciendo otro$ e digo:
?7h, sí$ ' el novio de ella, fíate qu" curioso, era de nacionalidad saharaui$
?<o ?dice$
?8ecuerdo ?les die? una de las primeras noches de mi vida, en una casa
de campo, mu! pobre$ a ventana estaba abierta, ! se avecinaba una gran
tormenta$ oplaba el viento$ legó un hombre con un papel ! una cifra escrita en
"l$ En cuanto mi madre ! mi abuela le abrieron, entró al instante en la habitación a
coger el dinero que había sobre la mesa$ (ero tal vez porque la puerta abierta había
creado una corriente, el viento que estaba fuera torneó de improviso por la
habitación ! robó literalmente el dinero que estaba sobre la mesa: un billete de mil
pesetas$ Este billete era el alquiler$ o robó ! se lo llevó, por la ventana, hasta un
bosque que estaba al otro lado del camino$ ;nmediatamente mi abuela corrió
afuera, corrió al bosque a buscar las preciosas mil pesetas$ ' mientras tanto se oían
truenos, empezaba a llover, ! mi madre rogaba al hombre con infinitas palabras
tiernas ! suplicantes que nos perdonara: Iel viento había robado el alquilerJ
?Mira que decir que fuiste pobre en la infancia$ >asta ahí podíamos llegar
?me dice$
?'o no digo que fuera pobre en la infancia$ o fui, pero en fin, si t1 te
empeñas en decir que no$$$ 'o no digo eso e#actamente, sino que me dedico a
evocar un miedo universal: cierta amenaza que flota siempre en el ambiente/ el
5osque ! el +iento robando el dinero de las niñas, robando el dinero en las casas, !
escondi"ndolo para llevar a la gente a la desesperación$
Mi abuela contin1a furiosa, e insiste en que es indignante que diga que fui
pobre en la infancia$ ' !o, en vista de que se enfada tanto, le digo que la historia
del viento que robó el dinero !a no la contar" nunca m0s por ahí )!a tenía ganas,
despu"s de todo, de olvidarme de ella. pero que, eso sí, es conveniente que sepa
que hasta ahora esa historia siempre me resultó mu! 1til para ustificar ante la
gente mi miedo a salir de casa$ Eso la calma notablemente$ Me dice que podría
hab"rselo dicho antes$
?(orque todo el mundo ?! ahí remato la faena? sabe que !o no so! de las
que salen por gusto fuera de casa$ (ero siempre andan pregunt0ndome a qu" se
debe esto$ Me lo preguntan como tambi"n me preguntan por qu" a1n no tengo
novio o por qu" fumo tanto$ (orque a mí me preguntan de todo, no s" por qu"$ e
todo$ ' !o para todo tengo respuesta$ @ la tenía, porque como ahora he renunciado
a la historia del billete que voló, !a veremos qu" les cuento$ (ero en fin, renuncio a
esa historia que, por otra parte, !o creo que encerraba una idea mu! melancólica
que servía para e#plicarlo todo$
?e vez en cuando ?le digo? caían paracaidistas sobre el pueblo, ! uno
ca!ó sobre el flan que pedí de postre$
Me mira como pensando que so! una desgraciada$ ' de repente, como si
hubiera leído en el fondo de mi alma toda mi tragedia, me pregunta:
?&ras la cena ?le digo? regresamos a casa$ <o había entre nosotros
demasiado buen ambiente que digamos$ Encendimos el fuego$ C<o es maravilloso
en pleno agosto poder hacerloD 5eatriz, mu! ilusa la pobre, no paraba de buscar
con los oos nada menos que la aprobación de Fernando a su nuevo novio$ ;dir
miraba ! miraba$ >acía frío ! el clima era, tal como decía Fernando, de altura$ ' en
todos los sentidos$ (orque Fernando parecía definitivamente instalado en la helada
! solitaria cima de su gran pasión por 5eatriz$ Alima de altura en el que el filo casi
visible de un cuchillo cortaba el aire$
?<o puedo creerte ?dice la abuela, esta vez !o creo que para molestar$
?=na pregunta, amigo ;dir, sólo una pregunta ?era la primera vez que se
dirigía a "l en toda la noche?$ +amos a ver$ +amos a ver si puedes aclararme lo
siguiente$ a pregunta es "sta: C(or qu" razón debemos tener dos oos si la visión
es una, ! uno es el mundoD ' otra pregunta: Cónde se forma la visiónD, Cen el oo
o en el cerebroD ' si es en el cerebro, Cen cu0l de sus zonasD
e digo a la abuela que era evidente que Fernando estaba !a mu! borracho$
;dir sonreía diplom0ticamente$ &ambi"n era evidente que, a pesar del buen humor
de Fernando, en cualquier instante aquello podía convertirse en un polvorín$
5eatriz, con su despiste habitual, no lo advirtió, ! eligió precisamente ese momento
para anunciar que ;dir ! ella iban a casarse a final de mes$ ;dir lo confirmó ! dio
que sería en el (ilar$
?Me has dicho que eres cubano, o no, perdona, filipino, guineano, Cde
dónde diablos me has dicho que eresD ?le preguntó a ;dir$
&al vez "ste se sintió algo maltratado, pero no pareció concederle ma!or
importancia o supo disimularlo mu! bien/ despu"s de todo, se notaba que
Fernando había bebido mucho$ ;dir se limitó a decir, en un tono de voz amable,
que era saharaui$
?' del (olisario, CnoD ?preguntó Fernando con los oos algo fuera de
órbita$
?(or supuesto ?contestó ;dir !, tal vez para no ser tan parco como hasta
entonces, se e#tendió algo m0s en la respuesta ! habló de la gran tragedia que
vivía su pueblo, condenado al doloroso e#ilio ! a la guerra en el desierto$
?Gu" días m0s bochornosos aqu"llos ?dio?, días pasados a las sombras
de las palmeras, con rebaños de cabras ramoneando en los bordes de las pozas !,
por encima de nosotros, la noche luminosa del desierto$ Gu" días aqu"llos m0s
sórdidos ! vergonzosos, vividos unto a las caravanas que pernoctaban en los
vieos mesones mientras nosotros, impasibles ! fascistas, bebíamos sin cesar "ap
"orsé ! leíamos Le courrier du Maroc-
?<adie puede abrazar su alma$ C&e das cuenta, 7na MaríaD <adie puede
abrazar el alma de nadie$
?5ueno ?nos dio?$ er0 meor que nos acostemos$ Mañana hemos de
subir al 7neto$
e había creado cierto clima de altura unto al fuego$ 7qu"l fue tal vez el
momento de ma!or intensidad de la noche$ Fue tambi"n la 1ltima vez que vi a
Fernando con vida$ e encerró en su habitación mientras nosotros nos qued0bamos
un rato m0s en la salita comentando lo raro pero divertido que había sido todo$
Mañana ser0 otro día, die !o$ ' en ese momento sonó, seco ! duro, el pistoletazo
con el que "l se quitó de en medio$
?<o ?dice$
igue cre!endo que todo es una burda invención mía$ @ tal vez es que
simplemente prefiere ver las cosas de ese modo$
?í ?dice$
e me ocurre que tal vez est"n meor así las cosas$ ' decido resignarme a que
ella no me crea, aunque es terrible porque eso aumenta mi soledad, mi
desesperación$
?(ero !o m0s bien creo que hasta el 1ltimo momento amó a 5eatriz con
todas sus fuerzas ! que con esa carta tan sólo quiso encubrir el verdadero motivo
por el que se mataba$ >asta el 1ltimo momento la amó en silencio !
desesperadamente ! sin duda no deseaba turbarla ! disfrazó de protesta lo que no
ha sido m0s que un acto de pasión$ C<o te pareceD
a abuela no responde, est0 vaciando su cenicero$ 'o estrello otro cigarro
contra el ventilador$
a antigua ciudad, Aitt0 7lta, est0 construida sobre una roca de gran altura
desde la que puede contemplarse la ciudad nueva, la de los comerciantes !
artesanos: la Aitt0 5assa, un conunto arquitectónico m0s bien deplorable ! vulgar$
7rriba, en la impresionante ! misteriosa Aitt0 7lta, en el laberinto de calleuelas
entrecruzadas, la oscura edad media italiana contin1a viva$ e esa Aitt0 7lta,
inmóvil en su picacho, !a escribí en uno de mis cuentos, hace !a mucho tiempo,
que era silenciosa ! temible como un condottiere enveecido ! ocioso$ (ensaba sin
duda en Maestro, que vivía en una de las calles m0s sombrías, empinadas !
estrechas de Aitt0 7lta, en un no menos empinado ! ennegrecido palacio ! en la
m0s absoluta ! radical ?había despedido a todo el servicio? soledad desde que la
bella +izen, la oven bailarina valenciana, la hermosísima +izen, le había deado
para siempre$
>abía en realidad una pregunta mucho m0s urgente a formular$ aber por
qu" sólo !o había sido invitada a conocer las novedades que había incorporado en
la cripta$ (ero cuando iba a hacerle la pregunta, Maestro cerró la puerta del palacio
! me preguntó la hora$
?'a sabe ?le die? que nunca llevo relo, pero supongo que ser0n las siete$
Areo haber sido puntual a la cita$
8ió enigm0ticamente$
?í, es verdad ?dio?$ " perfectamente que no llevas nunca relo$ 7nda,
sígueme$ 7hí al fondo del salón tienes un cuadro$
eñaló un lienzo que estaba situado entre las dos columnas de roble que
flanqueaban la chimenea ! el escudo de armas de los +altellina$ 5ao el escudo
estaba escrito, tambi"n en latín, el e#traño lema de la familia: «5uscamos siempre
el lado inmóvil del tiempo$% El lienzo reproducía la cripta en la que la bella +izen
reposaba unto a la sepultura, abierta ! vacía, en la que un día reposaría Maestro$
os tumbas, una cripta de techo mu! alto$ ' en conunto un espacio mu!
espectacular ! que !o conocía mu! bien porque había asistido al pat"tico entierro
de la bella +izen$ En el cuadro, a la izquierda del espectador, podía verse el cuerpo
?mu! luminoso? de la oven esposa, que parecía atada por una infinidad de
ligaduras aladas$ 7 la derecha, la tumba abierta ! vacía que esperaba a Maestro$
ólo entonces me di cuenta de que la parte derecha del lienzo no estaba del
todo acabada$
?igamos ?dio Maestro sin vacilar? que es el lado eterno del &iempo, su
lado inmóvil$
?7ntes de ver las novedades de la cripta, has de urarme, una vez m0s, que
nadie ha de saber que has venido a verme$
?=na pregunta ?le die?$ C(or qu" sólo !o puedo conocer las novedades
de la criptaD
<o entendí casi nada de lo que me decía, pero sus palabras, al lado del
fuego, sonaban hermosas, mu! especialmente la palabra eternidad que !o había
comenzado a relacionar, sin saber mu! bien por qu", conmigo misma ! tambi"n
con el lado inmóvil del tiempo, que no sabía en qu" consistía e#actamente, pero
seguro que era algo )me die. apasionante$
?5onito despertar ?die por decir algo ! no quedarme allí callada como
una tonta$
?En la cripta ?me anunció cada vez m0s enigm0tico pretendo sustituir la
graciosa lluvia por el golpe certero de un ra!o que ha de fulminar a la víctima que
descansar0 en la tumba vacía$ El agua del relo de antaño pertenece ahora tan sólo
al recuerdo o, meor dicho, al campo magn"tico de la evocación de tempestades !a
pasadas ! que desembocan en la muerte del 1nico ocupante vivo de la cripta, que
muere partido por el ra!o que "l mismo ha fabricado con la intención de completar
la parte derecha del cuadro$
?'a veo que no entiendes nada, ! es lógico$ er0 meor que baemos a la
cripta ! ahí, a la vista de lo que esto! constru!endo, tal vez comiences a
comprender en qu" consiste mi pro!ecto de autoinmolarme a trav"s de un ra!o de
fabricación propia$
?e tempestades ?me dio? creo saber algo$ urante un largo período de
mi vida me dediqu" a escribir cartas a los amigos que !o tenía en eipzig, resde,
Mil0n, 5ellagio, 5rescia ! Aapodilmonte pidi"ndoles descripciones de las m0s
recientes tormentas que habían presenciado en sus ciudades$ Mis empapados
cronistas han muerto !a todos, pero su vida no ha sido una pasión in1til, pues ha
quedado plenamente ustificada gracias a las precisas, desinteresadas,
detalladísimas ! entusiastas descripciones de tormentas que me hicieron por carta$
racias a ellas, ho! puedo afirmar que no ha! una sola tempestad que se parezca a
otra$ &odas las tormentas son terriblemente singulares$ ' gracias tambi"n a todas
esas generosas cartas, diez tempestades, perfectamente seleccionadas, est0n
reproducidas, pienso que con inmeorable acierto, en las sales químicas o graciosos
cristales que, cuando llegue mi hora, es decir, cuando ha!a perfeccionado mi
invento, me a!udar0n, en visión el"ctrica, postrera ! de car0cter
e#traordinariamente 1nico, a un bel morir en la cripta$
?7nda, subamos al salón$ 'a has visto lo que tenías que ver ?me dio
Maestro en voz suave ! cariñosa$
?Aomo todos los otoños ?dio Maestro?, se van los patos ! vienen los
microbios$
8eímos, sobre todo "l, que encontró mu! divertido lo que acababa de decir$
espu"s, me contó la muerte de 5enamín Fran6lin, el inventor del pararra!os, que
creía que dormir con la ventana abierta era una pr0ctica sana ! fortalecedora de los
pulmones$ e pasó toda la vida afectado por un catarro crónico, a pesar de lo cual
seguía durmiendo con la ventana abierta$ Es m0s, adquirió el h0bito de madrugar
!, con la ventana abierta, trabaar desnudo en su escritorio durante una hora en el
verano ! media hora en el invierno$ a consecuencia fue que su salud se deterioró
de tal modo que los 1ltimos años de su vida los pasó en la cama, a pesar de lo cual
seguía con la ventana abierta, lo que provocó que finalmente muriera de una
neumonía brutal$
?(obre Fran6lin ?die, ! volvimos a reír untos$ 'o sabía que Maestro se
mataría en cuanto lograra redondear el mecanismo de su gigantesco relo
despertador, en este caso aletargador$ Eso a mí, como es lógico, me provocaba una
pena ! tristeza infinitas pero, vi"ndole tan entusiasmado con su invento, resultaba
difícil oponerse a sus planes suicidas$
7 las nueve de la noche de" el palacio de Aitt0 7lta$ Aamin" con el corazón
encogido hacia el funicular que había de llevarme a Aitt0 5assa, donde !o vivía con
una amiga, tambi"n restauradora, a la que nada cont" de lo que había visto en el
ennegrecido palacio$ =na semana despu"s, Maestro deó de aparecer a la hora
acostumbrada en el mercado$ (asados tres días sin que fuera visto, sus amigos
forzaron la puerta del palacio ! descendieron a la cripta, que hallaron abierta$
Entre descargas de truenos ! visiones de tempestades leanas encontraron el
cad0ver de Maestro que, seg1n todos los indicios, se había visto sorprendido por
un ataque al corazón cuando estaba enlazando dos arandelas con un cronómetro$
8odrigo Fres0n escribió que *una forma m0s tonta que e#traña de definir a
+ila2Matas sería afirmar que se trata del m0s argentino de los escritores españoles$
espu"s de todo, allí est0n la manía referencial ! el siempre d1ctil aparato
enciclop"dico, el humor en serio, los uegos metaficcionales donde el autor es
siempre protagonista, las apelaciones cómplices a su lector, ! el tr0nsito