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Ercira Lorena Constanza Gonzá lez Morales, profesora, cédula de identidad nú mero
12.377.521-K e Ignacio Felipe Quezada Gonzá lez, funcionario judicial, cédula de identidad
nú mero 19.416.191-3 para estos efectos en calle Alcalde Donoso 751, ciudad de Curanilahue,
regió n del Bio Bio, a USÍA ILUSTRÍSIMA, respetuosamente decimos:
1.- Con fecha 25 de febrero de 2020 celebramos contrato de arrendamiento con doñ a Crecencia
del Carmen Araneda Muñ oz respecto de una casa de madera ubicada en calle Alcalde Donoso
751, ciudad de Curanilahue, regió n del Bío Bío, debido a que ambos iniciamos funciones, doñ a
Ercira Lorena Constanza Gonzá lez como Profesora de Lengua y Literatura en el Liceo
Polivalente Mariano Latorre y don Ignacio Felipe Quezada Gonzá lez como funcionario judicial
en el Juzgado de Letras y Garantía de Curanilahue, por lo que debíamos encontrar de forma
rá pida un inmueble céntrico y doñ a Crecencia literalmente "profetizó " que debíamos vivir en su
casa.
2.- El inmueble se nos presentó como una opció n habitable, pero durante todo el tiempo del
arriendo ha presentado falencias en cuanto al desagü e, humedad en invierno, falta de
ventilació n pues sus ventanas no se abren, malas instalaciones de gas, calefont sin ducto de
ventilació n y la en existencia de un medidor de agua autó nomo, todas cuestiones que hemos
debido soportar, ademá s de las diarias intromisiones en nuestra vida privada por parte de doñ a
Crecencia del Carmen Araneda Muñ oz, quien en repetidas oportunidades ha querido invadir
nuestra esfera privado-familiar, y nuestra tenencia del inmueble pese al contrato y contexto de
pandemia y cuarentena, cuestió n que ha convertido nuestro vivir en una prisió n de la que
deseamos con premura escapar.
3.- Tal situació n se agravó el 12/072020 a las 15:10 horas en que su nieto, cuyo nombre ignoro
nos increpó y amenazó , hechos que está n debidamente denunciados en parte policial, dichos
antecedentes se encuentran en la Fiscalía de Arauco en causa RUC 2000702726-6 que
acompañ o pero expongo extractado:
4.- Que esta parte recurrente ha pagado rigurosamente todas las rentas de arrendamiento,
procurado vivir una vida con el decoro que deben tener dos funcionarios pú blicos, docente y
judicial respectivamente, mas doñ a Crecencia del Carmen Araneda Muñ oz siempre ha criticado
y estado pendiente de cada momento de sus vidas, de forma asfixiante, cruel y molesta, entre
ellas, riéndose de la forma juvenil de vestir (en contraposició n a la de la recurrida, vestimenta
conservadora evangélica pentecostal), aspecto físico llamá ndola: ‘’gorda’’ e incluso
comentandolo a diversos vecinos y otras personas, observando siempre desde su ventana, que
da directamente al patio del inmueble que arriendan los recurrentes, cuando perros callejeros
rompieron bolsas de basura de los recurrentes, la recurrida denostó pú blicamente a la
recurrente señ alando: "Có mo permitía eso siendo profesora" (gritá ndolo en la calle). Entre otras
declaraciones la recurrida ha señ alado: ‘’doña Constanza sé que usted no cree en Dios y yo he sido
enviada por Él a darle un mensaje: usted no tendrá más trabajo y debe dejar solo a su hijo, porque
no sabe criarlo’’ sobre todo lo cual nos reservamos las acciones legales pertinentes.
5.- Luego con fecha 4 de enero de 2021 los recurridos dirigen carta de desahucio, la cual llega
hasta el lugar de trabajo de don Ignacio Quezada Gonzá lez, esto es, el Juzgado de Letras y
Garantía de Curanilahue, donde se desempeñ a como ayudante de servicios titular, quien la
recibe de manos del cartero don Jorge, ignoro apellido y al abrir tal documento se percata que la
razó n de no renovar el arrendamiento es debido a ‘’motivos de agresiones físicas y psicológicas’’
tal falso fundamento y declaració n efectuada, consiste en el hecho por el cual se produjo el
principal hecho vulneratorio de Garantías Constitucionales y el que motiva este recurso, puesto
que de forma ilegal y arbitraria procedió a realizar autotutela, realizando un juicio en que los
recurrentes determinan la ocurrencia de agresiones físicas y psicoló gicas (que en los hechos
jamá s ocurrieron) mediante instrumento pú blico autorizado por notario competente dirigido
por Oficina de Correos de Chile, que se acompañ a, pero que transcribimos a continuació n:
De mi consideración.
CRECENCIA DEL CARMEN ARANEDA MUÑOZ, soltera, cajera contable domiciliada en Calle Alcalde
Donoso N° 750, de la comuna de Curanilahue, expongo:
1.- Que con fecha 25 de febrero de 2020, convine con ud., doña Ercira Lorena Constanza González
Morales, contrato de arrendamiento del inmueble ubicado en Calle Alcalde Donoso N° 751, de la
ciudad de curanilahue.
2.- Dicho Contrato se pactó a 1 AÑO, RENOVABLE.
3.- Por el presente instrumento, expreso mi voluntad de dar por terminado (no renovar, por
motivos de agresiones físicas y psicológicas) el contrato de arrendamiento señalado. En
consecuencia el contrato termina el 25 de Febrero de 2021, oportunidad en que tiene que hacer
entrega del inmueble arrendado.
firma ilegible
CRECENCIA DEL CARMEN ARANEDA MUÑOZ
C.I. 6.781.239-5
ARRENDATARIA
FIRMÓ ANTE MÍ DOÑA CRECENCIA DEL CARMEN ARANEDA MUÑOZ, C.I. 6.781.239-5
CURANILAHUE, 04 DE ENERO DE 2021.-
firma ilegíble y timbre que resa: NÉSTOR ÁVILA URRUTIA NOTARIO, CONSERVADOR Y
ARCHIVERO JUDICIAL, CURANILAHUE-CHILE’’
7.- Dicha declaració n, ademá s de ser temeraria y sin existencia de proceso judicial alguno en que
se comprueben los hechos ni se determinen las responsabilidades aquí determinadas por los
recurrentes, da pie a la comisió n de un delito, y de cuya declaració n atestigua el notario pú blico
involucrando la fe pú blica, haciéndose partícipe de aquella, dando fe de una declaració n
insincera e innecesaria para el fin del acto que emite, lo que agrava la acció n de autotutela ilegal
y arbitraria y sobre lo cual nos reservamos las acciones legales pertinentes.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Españ ola define agresió n Del lat.
aggressio, -ōnis. como ‘’Acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. U. t. en
sent. fig. ‘’
La agresió n física es producida por la acció n de golpes de manera directa o mediante
cualquier medio físico que causen lesiones directamente a la otra persona o animal .
En cuanto a la psicoló gica, este tipo de agresió n se da cuando una persona es agredida
mediante malos tratos o insultos de cualquier índole y los cuales pueden llegar a causar lesiones
de índice psicoló gico.
Por violencia se entiende una forma de interacció n que ocasiona o amenaza con
ocasionar dañ o de algú n tipo al otro, ya sea mediante el sometimiento, la humillació n, el dañ o
físico o psicoló gico. De hecho, segú n la Organizació n Mundial de la Salud, se define la violencia
como “el uso intencional de la fuerza física y/o de amenazas contra uno mismo, otra persona, un
grupo de personas o una comunidad, que tiene como consecuencia muy probable riesgos para la
salud, dañ os psicoló gicos o la muerte”.
La violencia puede ser ejercida de muchas formas, de manera activa, mediante silencios,
o puede formar parte de la legítima defensa, ú nico caso en el que es tolerada o justificada por la
moral y por la jurisprudencia. Tradicionalmente, se atribuye al Estado el monopolio de la
violencia, ejercida a través de sus organismos, con la excepció n de las guerras y otras
excepciones.
En ambos casos, la violencia psicoló gica puede ser un anuncio de la violencia física,
especialmente en relaciones de pareja o relaciones familiares, ya sea que se dé como parte de
una reacció n intempestiva o impulsada por el alcohol u otras sustancias.
Fuente: https://concepto.de/violencia-fisica/#ixzz6iidEt0vV
1 Caso Griswold vs Connection, de 1965, citado por Humberto NOGUEIRA ALCALÁ , Derechos
Fundamentales y Garantías Constitucionales, Tomo I, obra citada, pá gina 628.
2 Sentencia caso Artavia Murillo contra Costa Rica, pá rrafo 143.
3 Sentencia del Tribunal Constitucional españ ol N° 12/2012, Fundamento jurídico 5.
la recolecció n, almacenamiento, tratamiento y comunicació n de sus datos personales por
terceros, control que por cierto no es absoluto, sino relativo.
Lo anterior, por cuanto lo que se protege con la vida privada no es un espacio físico
determinado, sino actividades de la persona que son expresió n o manifestació n de su dignidad.
Como ha señ alado el Tribunal Constitucional “considera esta Magistratura necesario realzar la
relació n sustancial, clara y directa, que existe entre la dignidad de la persona, por una parte, y su
proyecció n inmediata en la vida privada de ella y de su familia, por otra, circunstancia que
vuelve indispensable cautelar, mediante el respeto y la protecció n debidas, ese á mbito
reservado de la vida, en el cual no es lícito penetrar sin el consentimiento del afectado”.4
También se ha señ alado que “el derecho a la honra es un derecho que reú ne una serie de
elementos componentes que constituyen la esencialidad de éste. Es un derecho (un interés
jurídicamente protegido) que tiene como sujeto titular a la persona natural. Es un derecho de
libertad que exige de otros (sujetos pasivos –el Estado y los terceros-) el respeto del contenido
constitucional del derecho. Es un derecho que emana de la dignidad de las personas, pues todas
1.- Los recurridos doñ a Crecencia del Carmen Araneda Muñ oz y don Néstor Alejandro Á vila
Urrutia han afectado la honra de estas partes recurrentes procediendo en primer lugar con la
imputació n de un delito, contraviniendo lo dispuesto en los artículos 6 y 7, 83 y 76 de la
Constitució n Política de la Repú blica correspondiendo la investigació n de todos los hechos que
puedan revestir carácter de delito al Ministerio Pú blico y conocer, resolver y hacer ejecutar lo
juzgado es entregada por la ley al juez de garantía o al Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.
8 STC rol N° 2523, de 2013, voto disidente del ministro Gonzalo García Pino, considerando 11.
en nuestras calidades de madre e hijo. Má s aú n al ser entregadas en el lugar de trabajo de don
Ignacio, ante sus colegas y usuarios del sistema judicial.
En los propios términos del profesor Enrique Barros Burie hay una clara vulneració n a
la Garantía Constitucional de la honra de ambos recurrentes “Mientras que la idea de honor se
asocia a la consideració n moral que tenemos de nosotros mismos, la honra se refiere al nombre
y fama en nuestros ámbitos relevantes de relació n. El honor difícilmente se ve afectado por la
maledicencia ajena, porque reside en la propia conciencia. Lo contrario vale para la honra, que
se expresa en un interés relacional, cuyo objeto es la estima y la reputació n entre los propios.
Desde un punto de vista del titular del derecho, la honra expresa una expectativa de validació n
social. Desde un punto de vista social, es el conjunto de apreciaciones que componen el capital
simbó lico de una persona”
2. La conducta desplegada por doñ a Crecencia del Carmen Araneda Muñ oz y fon Néstor
Alejandro Á vila Urrutia ha tenido un claro á nimo difamatorio, enfocada y realizada con el solo
objetivo de provocar un desprestigio de estos recurrentes, con el solo á nimo de causar perjuicio,
usada como revancha por la denuncia de amenazas presentada en contra de su nieto (que se
acompañ a) y gravemente refrendada por la certificació n y fe pú blica realizada por el notario
pú blico don Nestor Alejandro Á vila Urrutia, que viene a ser contraria incluso a la objetividad y
buena fe en el que todo individuo debe actuar en la sociedad y má s en este caso en particular en
su calidad de Notario Pú blico de la comuna de Curanilahue.
‘’Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la
ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justos”.
Y por ú ltimo, el Artículo 401 del Có digo Orgá nico de Tribunales establece que:
.- Son funciones de los notarios:
1.- Extender los instrumentos públicos con arreglo a las instrucciones que, de palabra o
por escrito, les dieren las partes otorgantes;
2.- Levantar inventarios solemnes;
3.- Efectuar protestos de letras de cambio y demás documentos mercantiles;
4.- Notificar los traspasos de acciones y constituciones y notificaciones de prenda que se
les solicitaren.
5.- Asistir a las juntas generales de accionistas de sociedades anónimas, para los efectos
que la ley o reglamento de ellas lo exigieren;
6.- En general, dar fe de los hechos para que fueren requeridos y que no estuvieren
encomendados a otros funcionarios;
7.- Guardar y conservar en riguroso orden cronológico los instrumentos que ante ellos se
otorguen, en forma de precaver todo extravío y hacer fácil y expedito su examen;
8.- Otorgar certificados o testimonios de los actos celebrados ante ellos o protocolizados
en sus registros;
9.- Facilitar, a cualquiera persona que lo solicite, el examen de los instrumentos públicos
que ante ellos se otorguen y documentos que protocolicen;
10.- Autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sea en su presencia o
cuya autenticidad conste;
11.- Las demás que les encomienden las leyes.
Todas aquellas funciones del Notario, no pueden en ningú n caso soslayar la dignidad
humana, ni oponerse a derechos fundamentales reconocidos por la Constitució n Política y por
los Tratados Internacionales sobre derechos humanos ratificados por Chile, los que son el límite
al actuar estatal, en conformidad al artículo quinto inciso segundo de Constitució n vigente.
Es por esto que la Garantía Constitucional citada se ha vulnerado toda vez que, en forma
ilegal y arbitraria, doñ a Crecencia del Carmen Araneda Muñ oz y de Don Néstor Alejandro Á vila
Urrutia han investigado, juzgado y establecido los hechos, aplicado el derecho y tipo penal en el
caso concreto, constituyendose ambos en fiscal, juez y parte, determinando e imputando la
ocurrencia de "agresiones físicas y psicológicas" y establecido una condena, sin ningú n proceso
legalmente tramitado, comprometiendo la fé pú bica y siendo juez de facto, fuera de toda
competencia e investidura legal, creando así una discriminació n arbitraria e ilegal, escapando
así dentro de las funciones que le entrega el Có digo Civil ni se encuentran en el Reglamento del
Conservador de Bienes Raíces ni en el Có digo Orgá nico de Tribunales, ni menos su competencia
en virtud de los artículos 6 y 7 de la Constitució n Política. Dichas acciones, vulneran incluso, el
derecho a la tutela judicial, que importa el reconocimiento de un derecho prestacional que
recaba del Estado la protecció n jurídica debida, en el igual ejercicio de los derechos ante la
justicia, proscribiendo la autotutela y garantizando una respuesta a la pretensió n de derechos e
intereses legítimos con autoridad de cosa juzgada y con la eficacia coactiva que demanda la
satisfacció n de derechos fundamentales.
Las conductas de doñ a Crecencia del carmen Araneda Muñ oz y don Néstor Alejandro
Á vila Urrutia se encuadran dentro de los requisitos que establece el artículo 20 de nuestra
Constitució n Política de la Repú blica, ya que son a todas luces arbitrarios e ilegales, vulnerando
así incluso cuerpos normativos como el Có digo Penal, Có digo Orgá nico de Tribunales, Có digo
Civil, y la misma Constitució n Política de la Repú blica, existiendo una clara perturbació n,
limitació n, amenaza y restricció n, porque una vez producido el hecho vulneratorio de Garantías
Constitucionales la recurrida ha amenazado con persistir en su actitud violentando así las
normas de nuestra Constitució n Política de la Repú blica de sus artículos 19 nú mero 2, nú mero 3
incisos 4 y 5 y nú mero 4.
Así las acciones mencionadas cumplen con los parámetros de esta Ilustrísima Corte de
Apelaciones que en otras instancias ha resuelto para efectos de su acogida “Que, por
consiguiente, resulta requisito indispensable de la acció n de protecció n la existencia de un acto
u omisió n ilegal -esto es, contrario a la ley, segú n el concepto contenido en el artículo 1° del
Có digo Civil- o arbitrario —o sea, producto del mero capricho de quien incurre en él- y que
provoque algunas de las situaciones o efectos que se han indicado, afectando a una o má s de las
garantías -preexistentes protegidas, consideració n que resulta bá sica para el aná lisis y la
decisió n del recurso que se ha interpuesto”
Segundo Otrosí: Tenga SU SEÑ ORÍA ILUSTRÍSIMA por acompañ ado los siguientes documentos:
- Contrato de arrendamiento celebrado entre Ercira Lorena Constanza Gonzá lez Morales y
Crecencia del carmen Araneda Muñ oz con fecha 25 de febrero de 2020.
- Parte policial 1074 de la Cuarta Comisaría de Curanilahue de fecha 12 de julio de 2020
obtenido desde el portal de víctimas de fiscaliadechile.cl
- carta certificada de desahucio de fecha 04 de enero de 2021, firmada por los recurridos.
- Informació n de Correos de Chile sobre envío y recepció n de la carta.
Tercer Otrosí: Que venimos en solicitar a Usía Ilustrísima, tener presente que, hacemos
expresa reserva de las acciones civiles y penales que nos correspondan por todos y cada uno de
los perjuicios ocasionados por las acciones y omisiones arbitrarias e ilegales de los recurridos,
para la oportunidad procesal respectiva.
Cuarto Otrosí: Téngase presente por SU SEÑ ORÍA ILUSTRÍSIMA que este Recurso de
Protecció n será patrocinado por don Fernando Rebolledo Palma, abogado, cédula de identidad
nú mero 17.614.071.2, a quien doñ a Ercira Lorena Constanza Gonzá lez Morales cédula de
identidad nú mero 12.377.521-K y don Ignacio Felipe Quezada Gonzá lez cédula de identidad
nú mero 19.416.191-3 le confieren mandato judicial con todas las facultades del artículo 7 del
Có digo de Procedimiento Civil, incluyendo las especiales. Hago presente que el patrocinio y
mandato judicial está n en conformidad y presentados de acuerdo al artículo 7 de la Ley 20.886 y
al Autoacordado 37 del añ o 2016 en su artículo 3 inciso 3 de la Excelentísima Corte Suprema;
esto es, firmados con firma electró nica del patrocinante y de la mandante; y, ademá s, en base al
Autoacordado 53-2020 de la Excelentísima Corte Suprema y la Ley 21.226; en razó n de la alerta
sanitaria existente en el país al momento de la presentació n de esta demanda y así evitar poner
en riesgo la salud de mi representada, de funcionarios y usuarios del Poder Judicial.