La importancia de la escritura en el derecho.

El uso de la expresión escrita es fundamental para un abogado, ya que muchas de nuestras

labores requieren e incluso dependen de esta actividad. No es suficiente contar con el
conocimiento requerido, pues nuestra labor también requiere de ciertas habilidades
comunicativas que nos permitirán manifestarlos  y usarlos a nuestro favor. Una de estas
habilidades comunicativas es innegablemente la escritura. 

En el caso de los abogados es indispensable contar con una redacción de alta calidad, pues
como lo dice la profesora de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes, Renata
Amaya, “no basta con solo describir, se debe argumentar”. La argumentación es un proceso
un poco más complejo, pues requiere un mayor grado de organización coherente de las
ideas. Aquí se hace verdaderamente evidente lo vital que resulta la escritura para un
abogado, pues una de nuestras mayores facultades debería ser la argumentación. Para que el
proceso de redacción de un abogado sea exitoso es importante hacer uso de tres elementos
esenciales  para la articulación de un texto: la oración, el párrafo y las fuentes.

La oración es un enunciado con sentido completo la cual contiene un sujeto, un verbo y un

predicado, es gracias a este elemento que podemos proseguir con la construcción de un
párrafo. El párrafo es básicamente la unión coherente de tres o más oraciones que siguen la
mis línea temática. Estos elementos nos permiten expresar nuestras ideas de manera precisa
y ordenada, cosa que nuestros lectores sean capaces de entender a cabalidad la intención y
el sentido de nuestros escritos. Como abogados los textos de nuestra autoría deben estar
basados en datos verídicos y verdaderos, es por esto que nuestras fuentes deben ser
confiables, evitando así las falacias argumentativas.

La escritura es una habilidad necesaria para todas las áreas, pues como humanos todos
tenemos la necesidad de comunicarnos. Para nosotros los abogados dominar esta destreza
es esencial, ya que la redacción es básicamente el centro de nuestra labor, ya sea redactando
una demanda, emitiendo una sentencia o preparando un pliego, siempre debemos hacer uso
apropiado de ella, con el fin de que nuestras ideas estén plasmadas de una manera
coherente, correcta y adecuada.