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Angie Tatiana Domínguez Huamán

05/12/2020

La persona actualmente se puede revestir en diversos sentidos: vulgar, filosófico y


jurídico.

En el sentido vulgar, el término persona es sinónimo de hombre. Pero esta acepción no


sirve para el Derecho, ya que la historia nos demuestra que durante muchos siglos,
existen clases de hombres que no tenían la consideración de personas, cuanto porque
en el Derecho moderno, aunque todos los hombres son personas, no todas las
personas son hombres.

En el sentido filosófico para los antiguos metafísicos, persona era una sustancia
individual de naturaleza racional, o bien el supuesto dotado de entendimiento,
concepto equivalente al anterior pues en el orden ontológico el término supuesto
indica sustancia o ser que subsiste por sí y las sustancias se hacen individuales por la
subsistencia.

En este mismo sentido, otro autor consideró que se ha formado por progresiva adición
de valores metafísicos: a la idea de realidad se añade la de sustancia, a la de sustancia la
de integridad sustancial o supuesto y a ésta la de racionalidad, última diferencia que
peculiarmente caracteriza a la persona.

En los filósofos modernos es general ver en la conciencia la característica de la


personalidad. Los autores discrepan en el modo de entender la conciencia. La
conciencia es la reflexión; para otros autores es el pensamiento; para otros autores
consideran que es la voluntad o determinación autónoma del yo. Como indica Giner, no
existe contradicción entre estas ideas, todo acto intelectual es un acto de conciencia
porque en todas estas clases de actos experimenta el ser una especie de duplicación
interior o penetración íntima de sí mismo.

En el sentido jurídico, se llama persona a todo ser capaz de derechos y obligaciones, o


lo que es igual devenir sujeto, activo o pasivo, de relaciones jurídicas. El concepto de
persona, parece equivalente a sujeto de Derecho, tomado el derecho en un sentido
abstracto.

La persona es un sujeto de derecho, pero también de obligaciones. Si hablamos de la


persona que está investida de un derecho determinado, el término persona es más
amplio, que el sujeto de derecho y obligaciones, ya que todo sujeto de derecho es
persona, pero no toda persona es sujeto de derecho.
Otros autores consideran que la persona es un concepto puramente formal jurídico que
no implica ninguna condición de corporalidad o espiritualidad en el investido.

En el Derecho moderno, todo hombre es persona y que la personalidad sólo puede ser
atribuida al hombre individual o a las colectividades y organizaciones constituidas por
los hombres.

Otros autores consideran que estamos ante un círculo vicioso: a la pregunta ¿quién es
persona? se contesta "el capaz de derechos y obligaciones", y a la pregunta ¿quién es
capaz de derechos y obligaciones? se contesta "la persona". Por tanto se dice que es
persona el hombre y, traslaticiamente, en su caso, ciertas organizaciones humanas, en
cuanto alcanzan la cualidad de miembros de la comunidad jurídicas.

No existe una doctrina común a la persona física (considera persona al ser humano
como individuo), y a la persona jurídica (considera a la persona como organización).

La persona física es la que primeramente y de una forma más completa se regula, en


todos sus aspectos, como los de la capacidad jurídica y de obrar, nacimiento muerte, y
estos parámetros se trasladan a la persona jurídica.

El Derecho de la persona se contempla desde dos ópticas, una la instrumental, donde la


persona como sujeto de la relación jurídica, y otra trascendental, la persona como
centro del Derecho civil.

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