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La luz y la oscuridad en Noches lúgubres de José Cadalso

Christian Geovani Ortega Nophal

Desde luego, la oscuridad es un tópico que salta a la vista desde la primera lectura que le di

a la obra. Esto es muy notorio al imaginar cómo podrían representarse las escenas que

Cadalso construye. Es cierto que no hay acotaciones directas que nos aclaren el tipo

escenografía que se necesita para presentarlo ante un público, pero en el relato hay muchos

elementos que hacen construir una imagen de lo que se esta leyendo.

La siguiente cita es el primer párrafo con el que inicia la obra. Aquí, Cadalso, nos

hace muestra del mundo en el que esta viviendo Tediato. En este mundo prevalece la

oscuridad y la tristeza y tod signo de luz es apagado por una serie de adjetivos que

demuestran el temor que Tediato observa en la luz.

¡Qué noche! La oscuridad, el silencio pavoroso, interrumpido por los lamentos

que se oyen en la vecina cárcel, completan la tristeza de mi corazón. El cielo

también se conjura contra mi quietud, si alguna me quedara. El nublado crece.

La luz de esos relámpagos..., ¡qué horrorosa! Ya truena. Cada trueno es mayor

que el que le antecede, y parece producir otro más cruel. El sueño, dulce

intervalo en las fatigas de los hombres, se turba.

Más adelante, Tediato nos ofrece una apreciación interna de la forma que percibe su

propio ambiente, y dice que no hay diferencia porque para el “… nunca sale el sol”. Esto

quiere decir que reacciona ante la luz pero su dolor no lo deja percibirla como tal, sino que

el dolor la corrompe.
Más adelante, en la segunda noche Tediato se muestra más calmado, esto se debe a

que la cárcel le ofrecía una salida mucho más fácil hacia la consumación de su vida, las

frías paredes de la celda en la que es metido incluso lo hacen sentirse descansado porque

está más cerca de la muerte.

Ni aun en la cárcel puedo gozar del reposo que ella me ofrece en medio de sus

horrores. Ya iba yo acomodando los cansados miembros de mi cuerpo sobre esta

tarima, ya iba tolerando mi cabeza lo duro de esa piedra, y me vienes a despertar

Incluso se menciona que observó un poco de luz cuando el guardia entra al pasillo, porque

Tediato piensa que había llegado la hora de su muerte. Sugiriendo que la muerte le traería la

luz.

Al ser este deseo su mayor prioridad, su muerte en un incendio junto a su amada

tiene sentido ya que el fuego emite luz, además implica una consumación total de sus

cuerpos, así, la consumación de su deseo. Según, (Monder Samuels, 2007: 98) “la

consumación del deseo involucra necesariamente la consumación de lo deseado”, es decir,

que lo deseado por Tediato se acabará para siempre, una vez alcanzado.

Al final, no sabremos si Tediato cumplió su deseo pero podemos ver dos tipos de

consumaciones manifestadas en la obra, una física, representada con un Tediato tocando el

cadáver de su amada, y otro que incluye a la percepción de este personaje, ya que el fuego

desde luego reducirá todo a cenizas pero en el proceso la luz y el calor se manifestarán en

su piel.
Así, pues se puede observar que las luces y las sombras son parte importante de la

obra de Cadalso, tanto para su interpretación como para su puesta en escena este tópico nos

obliga a imaginar un mundo en ruinas, sin esplendor.

Así pues, las luces nos acercan a interiorizarnos en el personaje porque sabemos que

para él no existen y todo lo que observa son sombras.

Bibliografía

MONDER, Samuel. La consumición del deseo: Acerca de las Noches lúgubres de José

Cadalso. Acta lit. [online]. 2007, n.34 [citado  2018-12-05], pp.97-109. Disponible en:

<https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-

68482007000100006&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0717-6848. 

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-68482007000100006.

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