Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LEER es una de las funciones más elevadas del cerebro humano. Es además una de las funciones más importantes de la
vida, dado que prácticamente todo aprendizaje se basa en la habilidad para leer. Leer bien ha sido y será siempre
garantía de éxito en los estudios y en la vida de cualquier persona. Para ello es preciso conocer cuáles son los pasos que
tiene que dar un niño para llegar a convertirse en un buen lector.
Cuetos cita a Uta Frith(1985) quien ha investigado en profundidad el aprendizaje de la lectura en los niños ingleses y
sostiene que para llegar a convertirse en lectores hábiles atraviesan tres etapas:
Logográfica
Alfabética
Ortográfica
Antes de aprender a leer en sentido estricto, el niño de 4 o 5 años ya es capaz de reconocer un pequeño grupo de
palabras que son percibidas visualmente como un todo y que aprenden unas reglas de asociación entre la forma
escrita y oral de la palabra, pero otra hipótesis nos dice que el niño usa una parte de la palabra para reconocerla,
como son las características globales de la palabra (longitud, letras salientes y posición de la letra en la palabra). Por
consiguiente, la estrategia logográfica sería una estrategia de aprendizaje simple de pares asociados, que sólo sirve
para leer palabras conocidas y que incluso puede fallar cuando se modifica algún rasgo irrelevante de la grafía de la
palabra. Sin embargo hay quienes consideran que el proceso de aprendizaje de la lectura comienza
tempranamente en el hogar , con el aprendizaje de palabras relacionadas a su contexto, lectura en voz alta de
cuentos, juegos lingüísticos, mirar cuentos, la frecuencia con que los padres realizan actividades de lectura y
escritura, etc. Numerosas investigaciones muestran que estas actividades están estrechamente relacionadas con
el futuro rendimiento lector. Así, también, el aprendizaje informal de la lectura que se dan en situaciones
naturales de la etapa logográfica, está estrechamente relacionada con la futura capacidad lectora.
La adquisición formal de la habilidad lectora se desarrolla en dos etapas: la alfabética y la ortográfica. El niño inicia
su entrada a la fase alfabética al pasar el proceso de la ruta fonológica, con el reconocimiento de los grafemas que
componen la palabra y de la enseñanza sistemática de las reglas de conversión grafema – fonema. Ello significa
que tiene que ser capaz de segmentar las palabras en sus letras componentes y de asignar a cada grafema el fonema
correspondiente, es decir, a cada letra el sonido que le corresponde. A demás el niño tiene que llegar a darse
cuenta de que los sonidos siguen un orden determinado en cada palabra (pato, pota, tapo) y que el orden de
pronunciación es distinto. Finalmente, el lector tiene que aprender a unir estos fonemas para formar el sonido
global de la palabra.
La etapa alfabética no es nada sencilla de superar, pues exige asociar unos signos abstractos con unos sonidos con
los que no parecen tener ninguna relación.
Durante la etapa alfabética se desarrollaría la ruta fonológica que posibilita el acceso al significado mediante la
decodificación fonológica y, en la etapa ortográfica se desarrollaría la ruta visual u ortográfica. Además, lla nueva
estrategia no sustituye a la adquirida en la etapa anterior sino que se añade a ésta, entonces, al consolidar la etapa
ortográfica, la ruta visual no reemplaza a la fonológica, sino que ahora el niño es capaz de leer tanto por la ruta
ortográfica como a través de la ruta fonológica.
En las etapas iniciales de la adquisición lectora se acentúa la importancia de la ruta fonológica, ya que contribuye a
crear representaciones ortográficas en el léxico interno que permitirá posteriormente el acceso directo. Estas
representaciones ortográficas se centran en el establecimiento de correspondencia entre segmentos ortográficos y
fonológicos, pues esta operación implica el análisis detallado de la secuencia específica de grafemas que componen
la palabra, y tal análisis es , precisamente, el que se requiere para crear la representación ortográfica de la palabra.
Ambas rutas combinadas y en simultáneo posibilitan el auto aprendizaje. Las habilidades ortográficas aumentan a
partir de los siete u ocho años.
La idea de la decodificación fonológica de las palabras escritas es el núcleo central del aprendizaje de la lectura y
de la comprensión, pues aquellos niños que no aprenden a leer y no comprenden parecen tener un factor en
común; tienen gran dificultad en adquirir las habilidades necesarias para decodificar con rapidez, por lo tanto,
podemos afirmar que para aprender a leer en un sistema alfabético hay que adquirir habilidades de
decodificación fonológica.
Para un buen desarrollo de la decodificación se requiere:
a) Algún conocimiento de la estructura fonológica del lenguaje oral, es decir, conciencia fonológica.
b) Aprender la asociación entre cada letra o secuencia de letras y su correspondiente realización lingüística.
c) Combinar los segmentos fonológicos para obtener la pronunciación de la palabra.
En definitiva, la decodificación fonológica lleva consigo establecer correspondencias entre letras o pequeñas secuencias
de letras con su forma fonológica, por lo que el niño tiene que ser capaz de segmentar la forma fonológica de la palabra
en componentes más pequeños, es decir, tener algún nivel de conciencia fonológica.
Conciencia fonológica es el conocimiento consciente de que las palabras están compuestas de varias unidades de sonido
así como la capacidad para reflexionar y manipular las sub-unidades del lenguaje hablado: sílabas, unidades
intrasilábicas y fonemas (Jiménez y Ortiz, 1995).
Según Read, citado por Vidal y Manjón (2000). La conciencia fonológica es un tipo de conocimiento lingüístico que
permite la transición desde el lenguaje oral al lenguaje escrito ya que, mediante el mismo, un hablante se puede dar
cuenta, pensar o manipular los sonidos del lenguaje, lo que incluirá un amplio conjunto de habilidades diferentes. A
través de ella, se desarrolla la capacidad de analizar las estructuras fonológicas de las palabras, por ejemplo aislar los
sonidos que la componen (segmentación), los sonidos que comparten dos o más palabras, por ejemplo mesa/meta.
Para Read, la conciencia fonológica es un conocimiento sobre el lenguaje que al inicio es implícito (no consciente) para el
uso del lenguaje con fines comunicativos llegando a convertirse en explicito cuando para los fines del aprendizaje del
lenguaje escrito.
Podríamos considerarla como la toma de conciencia por parte del individuo de que su lenguaje hablado está
conformado por unidades (palabras, sílabas o fonemas) independientemente del significado que pueda tener el torrente
de palabras que escucha, es decir, la habilidad para analizar la estructura sonora del habla (Hakes, 1980).
En otras palabras, la conciencia fonológica se define como la habilidad metalingüística para reconocer los sonidos en el
lenguaje hablado y comprender cómo se dividen, se combinan, se unen y se manipulan (se agrega, se elimina o se
sustituyen).
Sílaba, es cada una de las divisiones fonológicas en las que se divide una palabra.
Fonema, un fonema es la parte más pequeña del lenguaje hablado que hace una diferencia en el significado de
palabras. El español tiene como 24 fonemas. La mayoría de las palabras, no obstante, tiene más de un fonema:
la palabra "sí" tiene dos fonemas (/s/ /i/); "pan" tiene tres (/p/ /a/ /n/), y "tren" tiene cuatro (/t/ /r/ /e/ /n/). A
veces un fonema se representa con más de una letra.
Grafema, un grafema es la parte más pequeña del lenguaje escrito que representa un fonema en la forma
escrita de una palabra. Un grafema podría ser una sola letra, como B, D, F, P o S; .o podría ser varias, como CH o
LL.
El sistema fonológico es la base de cualquier lenguaje y se compone de unidades funcionales como los fonemas y
sílabas.
Según afirma Owens (2003), algunos niños de dos años de edad demuestran que tienen cierta conciencia del sistema de
sonido, hacen rimas y juegan con los sonidos del lenguaje. Mientras que para otros autores antes de los 35 meses, el
niño oyente ya ha categorizado los sonidos de su lengua.
Para que el niño adquiera su sistema fonológico, primero debe aprender a distinguir los sonidos y a reconocerlos antes
de omitirlos, debido a que el cerebro organiza la información acústica que le llega.
El desarrollo fonológico según Torres (1999), “…Es la puerta del desarrollo lingüístico y la llave del desarrollo cognitivo”,
por eso la importancia de la conciencia fonológica”.
Desde que nacemos recibimos una serie de estímulos lingüísticos visuales y/o auditivos, como leer los labios en el habla
o percibir auditivamente la información, ambos estímulos se procesan de manera lingüística y se convierten en la base
del desarrollo fonológico. Así mismo, la escuela y los padres se convierten en los factores determinantes dentro del
proceso de desarrollo de la conciencia fonológica.
Los padres estimularán adecuadamente a sus hijos seleccionando los niveles del discurso en función de la capacidad del
niño para entender el mensaje y no por su habilidad para producirlo. Un discurso simple no motiva al niño, y un
lenguaje complejo es difícil de comprender. Es importante que las actividades que realicen los padres sean divertidas.
Así mismo, las Instituciones educativas deben preocuparse por brindar a los niños actividades que respondan a sus
necesidades. Debiendo emplear una serie de materiales y juegos que motiven a los niños a centrarse a los sonidos del
lenguaje.
Se necesita que la intervención se produzca dentro de un contexto en el que es necesario que los docentes se planteen
un cambio y se aproximen a un tipo de actuación participativa e interactiva, de tal manera que se produzca intercambios
comunicativos orientados a que el niño desarrolle su conciencia fonológica.
Cannoc, (2010). Establece que los niveles de desarrollo de conciencia fonológica, son cuatro:
a) Conciencia de Rimas.- Es el nivel de conciencia fonológica más elemental y, por tanto, el primero que puede
adquirir un niño. La rima se establece entre dos o más palabras con sonidos finales iguales y se produce cuando
el niño(a) es capaz de reflexionar sobre estas unidades que son más amplias que la sílaba. Por ejemplo, la rima
de cepillo, cuchillo y martillo es “illo”, puesto que comparten estas tres palabras esos sonidos finales.
En las actividades que se propone a los niños es importante considerar el tipo de rima que presenten las
palabras, ya que de ello depende el nivel de dificultad de la tarea y el grado de análisis que realizarán los niños
para el manejo de las rimas. En este sentido, se presentan los siguientes tipos de rima (Clemente y Domínguez,
1999).
Palabras que comparten los fonemas finales, diferenciándose al comienzo en más de un fonema. Por ejemplo:
campana- ventana, conejo-espejo.
Una palabra que contiene todo los fonemas de la otra; por ejemplo, pato-zapato, ala-pala, lancha-plancha.
Palabras que comparten los fonemas finales, diferenciándose al comienzo en el fonema inicial; por ejemplo
mesa-pesa-besa, luna-cuna-tuna.
Palabras que comparten los fonemas finales, diferenciándose al comienzo en que una palabra tiene un fonema y
la otra un grupo consonántico: por ejemplo, gato-plato, mesa-fresa, vagón- dragón.
b) Conciencia Silábica.- Es la habilidad para segmentar, identificar o manipular de forma consiente las sílabas que
constituyen las palabras (Jiménez y Ortiz, 1995). La sílaba se apoya en secuencias de acto articulatorios del
habla, lo que permite su facilidad para la identificación y segmentación; asimismo es considerada como unidad
más “natural” que el fonema para la percepción y producción del habla (García y González, 2000). Una tarea
silábica consiste en una actividad rítmica y el ritmo lo marcan las sílabas y no los fonemas.
Para el entrenamiento de la conciencia silábica se debe tener en cuenta el tipo de tarea, la posición de la sílaba dentro
de la palabra y las características de la sílaba. En cuanto a la tarea, se considera los siguientes:
En las tareas de omisión y adición silábica se toma en cuenta el tipo de palabra que se propone a los niños para que
añadan u omitan una sílaba y el tipo de palabra que resulta al añadir u omitir una sílaba, pudiendo resultar una palabra o
una seudopalabra. Esto permitirá además manejar el significado de las palabras. Se presenta algunos ejemplos que
permitirá explicar las formas de presentación y el orden de dificultad que se presentan a los niños (Clemente y
Dominguez,1999):
Palabra +/- sílaba = palabra. Ejemplo: /za/ + pato = zapato; caracol - /col/= cara.
Palabra +/- sílaba =seudopalabra, Ejemplo: fresa + /ta/ = “fresata”; pileta - /ta/= “pile”.
Pseudopalabra +/- sílaba= palabra, ejemplo: “ardi” + /lla = ardilla; “somesa”- /so/ = mesa.
Pseudopalabra +/- sílaba= seudopalabra, ejemplo: “mati” + /ma = “matima”; “catusa” –/ca/= “tusa”
En relación a la posición de la sílaba dentro de la palabra, se considera sílaba inicial, media y final. Con respecto a las
características de la sílaba se recomienda tener presente la estructura silábica de la misma, siendo oportuno iniciar la
enseñanza con las sílabas formadas por una vocal, seguida de las sílabas CV, VC y posteriormente todo tipo de sílabas.
c) Conciencia Intrasilábica.- Es la habilidad para segmentar las sílabas en sus componentes intrasilábicos de onset
y rima. El onset es una parte integrante de la sílaba conformada por la consonante o bloque de consonantes
iniciales (por ej., /fl/ en flor). La otra parte de la sílaba es la rima, formada por la vocal y las consonantes
siguientes (por ej., /or/ en flor), en la que se distinguen el núcleo vocálico (por ej., /o/ en flor) y la coda (por
ej., /r/ en flor).
d) Conciencia fonémica, es la habilidad metalingüística que consiste en reflexionar sobre las unidades sonoras más
discretas del lenguaje hablado, que son los fonemas. (Ball, 1993). Cuando el sujeto opera directamente sobre el
fonema está desarrollando un nivel de conciencia fonológica.
Adams, (1990). Considera que la conciencia fonémica es la habilidad para prestar atención consciente a los sonidos de
las palabras como unidades abstractas y manipulables.
La conciencia fonémica se considera el nivel más alto de conciencia fonológica y el último en desarrollarse (Defior,
2004). Estudios recientes señalan que la conciencia fonémica sería el nivel de conciencia fonológica que mejor predice
las habilidades de lectura y escritura (Hulme, Hatcher, Nation, Braun, Adams y Stuart, 2002).
Rueda(1991), menciona que el conocimiento fonémico no surge espontáneamente en el curso del desarrollo cognitivo
de la persona. Emerge como consecuencia de una instrucción o experiencia vinculada con el aprendizaje de la lectura en
un sistema de escritura alfabético.
Se entiende por conciencia fonológica a la habilidad para analizar la estructura sonora del habla .Los hallazgos hasta
ahora obtenidos son bastante consistentes. La conciencia fonológica está relacionada con la habilidad lectora, los
estudios de Brandley y Bryant (1983) han podido comprobar que prelectores entrenados en categorizar dimensiones
fonética, obtienen puntuaciones superiores en lectura en comparación a prelectores sin entrenamiento. A pesar de que
las primeras etapas de aprendizaje lector, los niños se centran primariamente sobre estrategias de reconocimiento
visual de las palabras como si fueran Logogramas chinos, los sistemas de escritura alfabéticos exigen el empleo de una
ruta fonológica que permita acceder al significado .Implica entonces aprender reglas de conversión grafema – fonema.
La conciencia fonológica o al menos algunos niveles de conciencia fonológica, no solo facilita la adquisición lectora sino
que es un requisito necesario para iniciarse en el aprendizaje de la lectura y escritura.
Esta alternativa sería si consideramos que en las primeras etapas del aprendizaje lector se requiere establecer
correspondencias entre grafemas y fonema, para lo cual es necesario ser capaz de segmentar y tomar conciencia de las
unidades que constituyen el lenguaje oral.
Para aprender a leer en un sistema alfabético uno tiene que descubrir que sonido corresponde a cada letra o grupos de
letras, lo que permitiría a los nuevos lectores identificar palabras no familiares. Este conocimiento está directamente
relacionado con el desarrollo de la habilidad lectora de hecho se ha demostrado que las tareas que mejor diferencian a
los buenos y malos lectores es la velocidad y la precisión en nombrar palabras.
Asimismo se ha encontrado resultados en investigaciones que demuestren que la conciencia fonológica puede preceder
a la instrucción lectora, encontrándose resultados en relación a la conciencia de sílabas y conciencia de secuencias
fonológicas tanto en niños y adultos analfabetos. Otro nivel de conciencia fonológica, la conciencia de Onsets y rimas
puede desarrollarse antes del conocimiento el sistema alfabético tal como lo sugieren Treiman y zukowski (1991), ya que
es posible encontrar este tipo de conocimiento en niños pre lectores.
Se considera que la correspondencia grafema – fonema se descubre cuando se aprende el alfabeto y que este
descubrimiento permite la toma de conciencia de los segmentos del habla , es decir que son las letras que nos facilitan la
conciencia de las unidades fonológicas. Por tanto la conciencia fonológica sería un efecto de la instrucción lectora.
En estudios se ha encontrado que distintos grupos de sujetos que no tienen experiencia lectora en sistemas alfabéticos
presentan menos conciencia fonológica que los lectores alfabéticos .Sin embargo un estudio detallado nos lleva a pensar
que solo la conciencia fonémica se puede considerar un efecto del aprendizaje del código alfabético .Esta totalmente
aceptado que la conciencia de sílabas pueden preceder a la instrucción lectura.
Otros estudios que apoyan esta hipótesis son aquellos que estudian el efecto del entrenamiento en lectura sobre la
conciencia fonológica pues cuando el entrenamiento en algún aspecto de la lectura mejora la conciencia fonológica se
concluye que la conciencia fonológica es consecuencia de la lectura.
Antes de iniciar el aprendizaje de la lectura ,los niños deben haber alcanzado algún nivel mínimo de conciencia
fonológica para adquirir habilidades lectoras básicas que, a su vez proporcionaran la base para las tareas fonológicas
más complejas y al mismo tiempo esta habilidad fonológica facilitaría el progreso de la lectura. Lo cual se denomina una
relación de “Facilitación Mutua”(Perfetti,1987)
Algunos autores encuentran que la conciencia fonológica (análisis y síntesis de unidades de unidades intrasilábicas y
fonemas) de los niños que asisten a kínder tiene una influencia causal similar sobre la habilidad de decodificación que
presentan en primer grado. Asimismo, la conciencia fonológica de primer grado tiene una influencia causal similar sobre
la habilidad de decodificación que alcanzan en segundo grado. La relación bidireccional revela la existencia de una
influencia causal del conocimiento de las letras que muestran los niños de kínder sobre la conciencia fonológica de
primer grado, y del conocimiento de letras de primero sobre la conciencia fonológica que tienen en segundo grado.
a) En función de si la tarea es de síntesis o de análisis fonémico (Perfetti , Beck, Bell y Hughes, 1987).
La síntesis fonémica facilita la lectura temprana y tal habilidad lectora permite desarrollar la habilidad de análisis
fonémico que a su vez, estimula la subsiguiente habilidad lectora .Esto es ,la síntesis fonemica guarda una
relación de causalidad recíproca con la lectura.
b) En función del tamaño de la unidad lingüística (Bowey y Francis, 1991; Goswami y Bryant,1990).
Desde otra perspectiva la bidireccionalidad entre conciencia fonológica y lectura nos dice que los niños son
conscientes de las unidades intrasilábicas y pueden categorizar palabras en base al onset y la rima .Esta
habilidad les permite descubrir, cuando se enfrentan al lenguaje escrito, que aquellas palabras que riman tienen
un patrón ortográfico similar y que tal secuencia de letras representa un sonido común. Este conocimiento les
`permite, en las etapas iniciales del aprendizaje de la lectura. Hacer inferencias de nuevas palabras sobre la base
de patrones de escritura que ellos ya conocen.
En la lengua española, la regularidad en las correspondencias ortográficas es muy alta, y en las escasas
irregularidades que se dan ,es el contexto silábico que determina su pronunciación (ej.: “c” se pronuncia /k/
Cuando va seguida de vocales “a”,“o”,”u”).
Precisamente ,en la lengua española ,contamos con el estudio de Ortiz(1994)que al estudiar la direccionalidad
de la relación entre conciencia fonológica y lectura encuentra que está depende del nivel de conciencia
fonológica que se estudie , y del momento en que sea medido cada uno de los niveles de esta habilidad antes o
después de recibir instrucción lectora.
Una de las tareas más sencillas para la toma de conciencia de silabas es la segmentación silábica. Esta habilidad es
desarrollada por el método ventura de forma sistemática a través de tres niveles:
1. Nivel Corporal: En este nivel se hará tomar conciencia de las silabas que conforman la palabra, a través de la
información corporal.
2. Nivel Psicomotor: Se trabaja la toma de conciencia a través de diferentes actividades psicomotrices.
3. Nivel de Presentación Visual: Se presenta la segmentación silábica con figuras segmentadas, duplicadas o
triplicadas de acuerdo al número de silabas o con círculos que representan cada silaba.
c) Apoyo Verbal
En este paso solo proporcionaremos la ayuda verbal. Y no se dará el modelo o simulación de
las palmadas, ni se remarcara cada silaba con la cabeza.
El único apoyo será la voz que alargara cada silaba, respetando los silencios entre silaba y
silaba mientras que el niño repite y da palmadas.
d) Sin apoyo
Cuando lleguemos a este paso esperamos que el niño separe solo y con habilidad la palabra
en silabas sincronizando las palmadas.
Con muñecos
Los muñecos tienen que ser de plástico y pequeños como para que el niño lo sujete con su mano.
Los muñequitos van a producir los mismo que el niño percibió al nivel corporal (pisar los círculos) los círculos
que pisaran los muñequitos son más pequeños de tal manera que pueden entrar en una hoja A-4
Apenas que el niño acabe de pegar los circulitos se debe animar a leer con su dedo cada silaba de la
palabra, cuando el niño no puede seguir la dirección de izquierda a derecha se le da ayuda manual
guiándolo y posteriormente lo realizará solo.
Esta actividad lo realizaran los niños que ya pueden graficar los circulitos. No se debe perseguir la
perfección sino que realice el trazo, en otros casos puede ser una línea o aspa para representar. Se
solicitara que dibuje la cantidad de silabas que conforman una palabra.
Algunos niños ya han aprendido las vocales e incluso los pueden escribir. Para los niños que aun no
logran realizarlo se presentara la estructura silábica con círculos escritos. En otros casos se escribirá la
silaba completa resaltando la vocal con otro color, para tal efecto se solicitara al niño que coja la silaba
que expresa al segmentar la palabra. En otros casos se escribirá la silaba o solo la vocal en cada circulito,
dependiendo de la capacidad del niño.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA
1. Bravo Valdivieso,Luis (2002) La conciencia fonológica como una zona de desarrollo próxímo para el aprendizaje
de la lectura inicial.
2. Balarezo Vallejo, Patricia Jannet y Ramos Doria, Norca Rosa (2009) Nivel de conciencia fonológica de los niños
de primer grado de un cologio estatal. Lima – Perú.
4. Jimenez , Jose Ortiz ,María (1995). Conciencia fonológica y el aprendizaje de la lectura : teoría ,evaluación e
intervención. Madrid : Editorial Síntesis S.A
5. Payuelo y Rondal (2003) . Manual de desarrollo y alteraciones del lenguaje . Barcelona , España. Editorial.
Masson.
6. Pardavé Livia, Yovana (2010) Efectos del programa profono para desarrollar la conciencia fonológica en un
grupo de niños de 5 años de un colegio estatal. Lima – Perú.