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Cuando la población se dispone a dormir, el grupo de evangélicos comienza antes de la medianoche su recor
calles oscuras de la capital salvadoreña en busca de indigentes.
Publicada 26 de diciembre 2004, El Diario de Hoy
AP/DIEGO MENDEZ
El Diario de Hoy
metro@elsalvador.com
Con Biblia en mano y alimentos calientes, ellos llegan hasta zonas en donde cubiertos con
piezas de cartón y periódicos descansan al lado de casas y edificios, niños, ancianos, mujeres,
jóvenes drogadictos y pandilleros.
“Créanme, hermanos, que con nuestra ayuda ellos van a entender que no todo el tiempo van a
estar así. Con la palabra de Dios les ayudaremos”, dice el coordinador, el doctor David
Monterrosa a unos 50 evangélicos antes de iniciar el recorrido de unas tres horas.
“Lo hacemos porque es un mandamiento del Señor y queremos que ellos entiendan que
alguien los ama, que alguien se preocupa por ellos”, agrega Monterrosa a The Associated
Press.
La obra humanitaria es parte de programa “Pan y Chocolate”, que inició en junio el Ministerio
“Operación Jesucristo” del Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel Central en la capital
salvadoreña.
Los grupos de indigentes se reúnen en puntos claves de la capital esperando la llegada de los
evangélicos que además de brindar capítulos de la Biblia entregan porciones de pollo, arroz,
pan y chocolate.
Limpiándose sus manos y sus ropas, Norma Reyes Rivera, de 31 años, se sienta con sus hijas
Xenia, de 8 años, y Carla, de 11, a escuchar el mensaje. A su lado, bolsas con objetos que
sacaron de los basureros y ropas sucias y rotas.
“Escuchamos la palabra de Dios y después comemos. Esto es una bendición, porque durante
el día comemos lo que podemos”, dijo Rivera, mientras cubría su cabeza con un gorro al lado
de sus hijas descalzas y sus caritas sucias.
“No olviden que Cristo les ama, son especiales para Jesucristo, es él quien tiene el aliento para
sus almas y sus vidas. No pierdan la esperanza”, dice Moisés Zamora, en su mensaje ante el
grupo.
La entrega de los alimentos va acompañada con la frase “Dios te bendiga, hermano” y una
respuesta de los indigentes: “Amén, hermano”.
Debido a falta de fondos, el grupo tuvo que retrasar la entrega de regalos y una cena
programada para la Navidad. Sin embargo, está se realizará el miércoles próximo en un parque
del centro de la capital salvadoreña.
El grupo evangélico tiene como objetivo recaudar fondos para construir una casa de
alimentación gratuita en el centro de la capital.
Además del programa “Pan y Chocolate” tienen también el programa “Guardianes de la
ciudad”, un grupo de evangelización en zonas “peligrosas”
Una obra de fe
Situado en el lugar más temido del centro de Atenas, Valdenor
no era bienvenido por sus vecinos griegos, pues el centro
Bernabé solo atraía gente sucia y enferma.
En este artículo, compartimos algunos consejos prácticos a tomar en cuenta cuando salga a
predicar el evangelio de manera personal. Por ejemplo, puede hacerlo al buscar personas
para conversar en un parque, una plaza o una universidad, y cuando Ud. busque
intencionalmente explicar el evangelio a sus amigos o familiares.
El mensaje correcto
La actitud correcta
Tenga cuidado
"¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de la impiedad, soltar las
cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es
que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en tu casa, que
cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu
luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e ira tu justicia delante de ti, y la
gloria de Jehová será tu retaguardia."(Isaías 58:6-8).
"Entonces el Rey dirá a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis
de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo,
y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.' Entonces los
justos le responderán diciendo: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o
sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y
te cubrimos? ¿O cuando te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?' Y respondiendo
el Rey, les dirá: 'De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos
más pequeños, ¡a mi lo hicisteis!'" (Mateo 25: 34-40)
Tanta gente ignora a los indigentes, en parte porque creen que no pueden hacer mucho
para "arreglarlos." Y tienen toda la razón. De hecho, no es la intención de Dios el que los
"arreglemos" a ellos o el que ellos nos "arreglen" a nosotros.
Jesús nos dice que somos un cuerpo en Cristo. Todos ... ricos, pobres, cada raza, cada
edad -- tiene un legítimo rol que jugar en ese cuerpo. Podemos ir a un campamento de
indigentes, o a un orfanatorio, o a una casa hogar, con la intención de ayudar a alguien,
pero en última instancia, estaremos ayudándonos el uno al otro a crecer juntos en el
cuerpo de Cristo, imaginado desde el principio de los tiempos.