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Revista de Ciencias Sociales • FLACSO Sede Ecuador • cuatrimestral • septiembre 2004

Patrimonio, memoria y 'regeneración' urbana


• A las puertas del abismo: las implicaciones del TLC para Ecuador
• Marxismo, ensayo y ciencias sociales: diálogo con Alejandro Moreano
• Feminismo, Islam y la política de contrainsurgencia
• Lucha antinarcóticos, democracia y derechos humanos
• De musas, ondinas y misses
ÍCONOS 20
Revista de Ciencias Sociales
FLACSO-Ecuador
Publicación cuatrimestral
No 20, septiembre, 2004
ISSN 13901249

Los artículos que se publican


en la revista son de exclusiva
responsabilidad de sus autores,
no reflejan necesariamente el
pensamiento de ÍCONOS

Director de Flacso-Ecuador
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Editor de ÍCONOS
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FLACSO-Ecuador

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Ilustraciones
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Indice
Coyuntura

6
A las puertas del abismo
Las implicaciones del TLC para Ecudor
Hugo Jácome E.

14
Las formas de una guerra amorfa:
drogas, democracia y derechos humnaos en Ecuador
Fredy Rivera Vélez

Dossier

26
Patrimonio, políticas de la memoria
e institucionalización de la cultura
Eduardo Kingman Gracés

35
Los centros históricos en la era digital
Fernando Carrión

45
El Pelourinho de Bahia, cuatro décadas después
Paulo Ormindo de Azevedo

53
Exclusión constitutiva: las organizaciones pantalla
y lo anti-social en la renovación urbana de Guayaquil
Chris Garcés

64
Burocracia: museos, políticas culturales
y flexibilización laboral en Guayaquil
Xavier Andrade

73
Museos y patrimonio:
fracturando la estabilidad y la clausura
Mireya Salgado
Debate

84
Dolarización y desdolarización: más elementospara el debate
Comentarios al dossier de Íconos 19
Rafael Correa

90
Iconofilia y prácticas artísticas
Apuntes sobre la Bienal de Cuenca
Ana Rodríguez

Diálogo

98
Marxismo, ensayo y ciencias sociales
Diálogo con Alejandro Moreano
Eduardo Kingman y Felipe Burbano

Temas

110
Musas, ondinas y misses:
estereotipos e imágenes de las mujeres quiteñas en los años treinta del siglo XX
Ana María Goetschel

114
Historias de misses, historias de naciones
Andrea Pequeño

118
Econometría, teoría política y económica:
el Nóbel de Economía 2003
Salvador Marconi

Frontera

Feminismo, fundamentalismo islámico y la política de la contrainsurgencia


Saba Mahmood y Charles Hirschkind
128

Déficit democráticos y globalización


Manuel Guedán
136

Reseñas
144
FLACSO - ECUADOR
FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
NUEVA SEDE

E
l Ecuador contará en muy poco tiempo con un conjunto arquitectónico
integrado por dos torres de diez pisos cada una, un centro de conven-
ciones y una plaza cultural, ubicado en la ciudad de Quito. El complejo
alojará a la nueva sede académica de FLACSO-Ecuador y a un conjunto de
organismos internacionales acreditados en el país.

Con sus 20.000 m2 de construcción, el complejo constituye uno de los


proyectos arquitectónicos más significativos de los últimos años en la ciudad
de Quito.Tres elementos independientes y perfectamente organizados, con
una capacidad para alvergar hasta 3000 personas simultáneamente, se unen
en este complejo, cuyo gran objetivo es animar y estimular de modo
permanente la vida académica y cultural de la ciudad y el país. El proyecto
aportará al Distrito Metropolitano de Quito con la cuarta plaza en escala
y la primera plaza cultural.

CONSTRUCTORA:
SEVILLA y MARTINEZ Ings. C.A. SEMAICA
EJECUCION DE DISEÑO ELECTRICO:
MICROCIRCUITS Cia. Ltda.
SISTEMAS MECANICOS:
IMECANIC
CONSTRUCCION DE MUROS ANCLADOS:
MONCAYO Y ROGGIERO
HORMIGONES PREMEZCLADOS:
HORMIGONES PRIMA
ACERO DE REFUERZO:
ACERIA DEL ECUADOR C.A.
COYUNTURA
Las implicaciones del TLC
para Ecuador
A las puertas del

abismo
Hugo Jácome E.1 dio ambiente para las generaciones futuras.
En la segunda Cumbre de las Américas,
celebrada en Santiago de Chile en 1998, se
La “Iniciativa de las Américas”, propuesta por inicia formalmente el proceso de negociación
George Bush (padre) en 1990, empieza a del ALCA y se indica que este proceso debe
configurar la estrategia comercial de los Esta- ser, entre otras características, transparente,
dos Unidos para todo el continente america- que tome en cuenta las diferencias en los ni-
no. La necesidad de impulsar el modelo neo- veles de desarrollo y tamaño de las economías
liberal y mejorar los niveles de competitivi- con el fin de facilitar la participación plena de
dad, a través de liberalización de barreras de todos los países, y coherente con la OMC. En
entrada de los productos y servicios de las la tercera Cumbre de las Américas, celebrada
empresas privadas norteamericanas, ha sido en Québec en abril de 2001, se presentó el
fundamental ante la amenaza de consolida- primer borrador del acuerdo del ALCA y la
ción de bloques comerciales en el resto de fecha límite para la finalización de las nego-
América, como el MERCOSUR y la CAN ciaciones, enero de 2005, y su implementa-
(Rodríguez 2001). Esta maniobra se fortalece ción, hasta diciembre de 2005.
en la Cumbre de las Américas, celebrada en la Para avanzar en el proceso, desde 1994 se
ciudad de Miami en diciembre de 1994, en la han realizado una serie de reuniones con los
que 34 países del continente, excepto Cuba, ministros responsables del comercio de los
se comprometieron a la configuración del países comprometidos; además, se han con-
Area de Libre Comercio de las Américas (AL- formado algunos comités y grupos encarga-
CA) en el marco de los siguientes compromi- dos de tratar temas relacionados con las nego-
sos: preservar y fortalecer la comunidad de ciaciones como el Grupo consultivo sobre
democracias en América, promover la prospe- economías más pequeñas, un Comité de re-
ridad a través de la integración económica y presentantes gubernamentales sobre la parti-
el libre comercio, erradicar la pobreza y la dis- cipación de la sociedad civil, un Comité con-
criminación en el hemisferio, y garantizar el junto de expertos del sector público y priva-
desarrollo sostenible y conservar nuestro me- do sobre comercio electrónico, y un Comité
técnico de asuntos institucionales.
Jácome, Hugo, 2004, “A las puertas del abismo. Las
implicaciones del TLC para Ecuador”, en ICONOS
Todos estos pasos que se han dado duran-
No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp. 6-13. te el proceso de conformación del ALCA no
han podido solventar las serias dudas de va-
1 Coordinador del Programa de Maestría en Economía
rios sectores de la sociedad latinoamericana
de FLACSO-Ecuador. Agradezco la colaboración de sobre la trasparencia de información y los al-
la Ec. Nora Fernández, asistente de investigación del cances de las negociaciones, sobre la falta de
Programa de Economía. claridad en los reales impactos que puede te-
6 ICONOS
ner este proceso en la pobreza y desarrollo, es- M o r l e y
pecialmente de economías pequeñas y sin po- 2004; Vos y
der de negociación como las andinas, y la uti- Morley
lización de barreras proteccionistas por parte 2004).
del gobierno estadounidense, como los subsi- El go-
dios a la agricultura y la discrecionalidad en la bierno de
aplicación de medidas anti dumping. Este úl- los Estados
timo punto tuvo eco en la conferencia de la Unidos,
OMC celebrada en Cancún -en septiembre ante la di-
de 2003- en la que el G222 planteó su oposi- ficultad de
ción a estas prácticas utilizadas por los Esta- establecer
dos Unidos y Europa, y pusieron en entredi- acuerdos
cho la fecha tentativa (enero de 2005) de cul- de consen-
minación de las negociaciones ALCA. so con to-
A esto hay que añadir que el ALCA, como dos los
se ha ido configurando a lo largo de estos países a la
años, lejos de incorporar los elementos de una vez, opta
integración profunda, como por ejemplo la por los Trata-
plena movilidad laboral sin restricciones mi- dos de Libre Co-
gratorias o compensaciones económicas del mercio para dar
tipo europeo a los países con menor grado de viabilidad a su
desarrollo económico, tiende a incrementar proyecto comercial
los desniveles de desarrollo y equidad en el en América y tener un
continente (Romero 2003). Las reformas se- mayor poder de negociación.
guidas tras el Consenso de Washington, entre La firma del Tratado de Libre
ellas la apertura comercial y el crecimiento li- Comercio (TLC) con Chile en 2002 permi-
derado por las exportaciones, alertan sobre tió consagrar a los TLC bilaterales como una
los impactos que puede tener el ALCA. Du- alternativa paralela de mediano plazo para
rante la década de los noventa, América Lati- los Estados Unidos que le permita unir, en
na no logró un aumento significativo del cre- algún momento, las piezas del rompecabezas
cimiento económico; más bien, desde la se- ALCA.
gunda mitad de los años noventa se ha regis- Así, a poco más de un año para que se ter-
trado una desaceleración del crecimiento y mine el período de negociaciones del ALCA
menor desempeño económico, una escasa di- (que por cierto, después de la reunión de la
versificación del comercio, una menor pene- OMC en Cancún, no está claro que vaya a ser
tración de las exportaciones en los mercados en enero de 2005), el 18 noviembre de 2003
internacionales debido a pérdidas de compe- el Representante de Comercio de los Estados
titividad, y un mayor incremento de la de- Unidos, Robert B. Zoellick, informa a la Cá-
pendencia a las importaciones (Vos, Ganuza y mara de Representantes el inicio de las nego-
ciaciones para la firma de Tratados de Libre
Comercio con los países andinos, Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia (Zoellick 2003). An-
2 El G-22 está formado por Argentina, Brasil, Bolivia,
te esta invitación, Bolivia se mantiene pru-
Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
Egipto, El Salvador, Filipinas, Guatemala, India, Mé- dente como país observador de las negociacio-
xico, Pakistán, Paraguay, Perú, Sudáfrica, Tailandia, nes, mientras que Colombia, Ecuador y Perú
Turquía y Venezuela. Este grupo fue formado sema- entran a una franca negociación como grupo
nas antes del inicio de la conferencia de la OMC, pa-
ra contrapesar las propuestas comunes de los Estados en aspectos generales, pero bilateralmente en
Unidos y la Unión Europea. la definición de productos y servicios.

ICONOS 7
coyuntura
¿Qué significa para los Estados neficiar a nuestros granjeros, trabajadores, ne-
Unidos el TLC con los países andinos? gocios y familias”; y más adelante señala que
“ayudará a fomentar el crecimiento económi-
Sin lugar a dudas, para los Estados Unidos los co y a crear trabajos altamente pagados en los
TLCs con los países andinos se enmarcan no Estados Unidos por la reducción y elimina-
solamente en una estrategia comercial sino ción de las barreras de comercio e inversión”.
también en una geopolítica. Con estos acuer- Sin duda alguna, el mercado andino tiene un
dos se busca tener potencial significativamente importante para
Lejos de una integración el libre acceso al los exportadores e inversionistas estadouni-
profunda, el ALCA tiende mercado de econo- denses en sectores como la agricultura, la in-
mías en desarrollo dustria, los servicios y el suministro al sector
a incrementar los desniveles que sirvan de im- público, como señala el mismo Zoellick.
de desarrollo y equidad en el pulso a la expan- Adicionalmente, el TLC refleja la estrate-
continente. Con estos acuerdos sión de las transna- gia geopolítica de los Estados Unidos para
cionales estadouni- combatir el narcotráfico. En 1991 el Congre-
se busca tener el libre acceso denses, frente al ca- so de los Estados Unidos promulgó la Ley de
al mercado de economías pital europeo y Preferencias Arancelarias Andinas, Andean
en desarrollo que sirvan de asiático (Petras Trade Preference Act – ATPA, que liberó un
impulso a la expansión de 2002). Además, se grupo de productos/partidas arancelarias an-
busca desintegrar dinas del pago de aranceles como una alterna-
las transnacionales los acuerdos y la re- tiva económica a la producción y comercio
estadounidenses, frente al gulación de blo- ilegal de drogas. Este acuerdo se mantuvo en
capital europeo y asiático. ques comerciales vigencia hasta el 4 de diciembre de 2001. Es-
que puedan limitar tados Unidos renovó este acuerdo de forma
la expansión esta- unilateral bajo la Ley de Promoción Comer-
dounidense, como cial Andina y Erradicación de la Droga, An-
el MERCOSUR y dean Trade Promotion and Drug Eradication
la CAN, y perpe- Act - ATPDEA, que entró en vigencia, de for-
tuar el apoyo que ma retroactiva, desde el 4 de diciembre de
necesita de los paí- 2001 y se extiende hasta el 31 de diciembre
ses andinos para de 2006.
combatir el narco- La firma de Tratados de Libre Comercio
tráfico. con los países andinos evita a los Estados Uni-
Joseph Stiglitz (El Universo, 27 de junio de dos caer en nuevas negociaciones y concesio-
2004), señala que los TLCs son acuerdos de nes unilaterales a finales del 2006, cuando
una sola vía, en los que “todo el poder está del termina el ATPDA con los países andinos, pa-
lado de los Estados Unidos, y éste usa ese po- ra sostener su lucha anti droga. Como men-
der no de una manera justa, para promover ciona el representante de Comercio Robert
un acuerdo comercial justo, sino uno que só- Zoellick, el TLC sirve “como un complemen-
lo sirva a sus propios intereses”. to natural del Plan Colombia”.
Esta afirmación se ve ratificada en la carta Este “complemento natural” se nutre de
que Robert B. Zoellick, Representante Co- una serie de condicionalidades sostenidas en
mercial de los Estados Unidos, envía a la Cá- las rondas de negociación del TLC con los
mara de Representantes en noviembre de países andinos, en Cartagena (mayo de 2004)
2003, previo al inicio de las negociaciones y Atlanta (junio de 2004), en las que se ha
con los países andinos; en la misma Zoellick notado la débil capacidad negociadora y pre-
señala que se encuentra comprometido a rea- paración de los países andinos. Los Estados
lizar acuerdos que “abran mercados para be- Unidos se presentan ya con los textos redac-

8 ICONOS
Algunas propuestas de los Estados Unidos
en el TLC con los países andinos

EE.UU. presentó en la I Ronda del TLC, celebrada en Cartagena del 18 al 22 de mayo, un borrador
del texto del Acuerdo, del cual se puede extraer algunas de sus peticiones:
• Sector agrícola: EE.UU. deja muy en claro su pretensión de no tocar el tema de sus subsidios agríco-
las, pero si de obligar a los países andinos a eliminar cualquier tipo de barreras arancelarias o para-
arancelarias que afecte sus exportaciones agrícolas.
• Propiedad Intelectual: se plantea que se patente todo tipo de invenciones incluyendo plantas, anima-
les, y procedimientos, diagnósticos terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de humanos y ani-
males, todo esto desconociendo la protección al conocimiento ancestral de los países andinos. Esta
situación limita la libre elaboración y comercialización de los medicamentos genéricos, necesarios pa-
ra la salud humana, especialmente de los segmentos pobres de la población. Otro tema preocupante
es la posibilidad de que las leyes norteamericanas de propiedad intelectual pueden hacerse extensivas
a los países andinos siempre que no haya contravención entre las leyes. Asimismo, se pide a los go-
biernos compensaciones económicas y acciones legales a favor de las empresas si se violan los dere-
chos de propiedad intelectual.
• Telecomunicaciones: se propone operaciones transfronterizas (negocios y oferta de servicios) sin la ne-
cesidad de que las empresas proveedoras tengan una representación en el país, esto pondría en situa-
ción de desventaja a las empresas que sÍ tienen una representación dentro del territorio nacional. Otra
de las exigencias es que cada Estado elimine totalmente su participación de capital en los servicios de
telecomunicaciones (privatización).
• Adquisiciones gubernamentales: EE.UU. pide para sus empresas un tratamiento similar que el que se
da a bienes, servicios o proveedores domésticos en los procesos de adquisiciones públicas en los paí-
ses andinos.
• Salvaguardas: se plantea la utilización de salvaguardas, las cuales no se pueden aplicar por un perio-
do superior a dos años ni sobre el mismo bien más de una vez. Tampoco se podrán aplicar cuotas ni
restricciones cuantitativas. El país que adopte una salvaguarda deberá compensar a su contraparte.
• Inversión: se propone dar derecho a los inversionistas, nacionales y foráneos, para trasladar su inver-
sión “libremente y sin retraso” dentro o fuera del país, lo cual incluye aportes de capital, dividendos,
ganancias de capital y beneficios de la venta o liquidación total o parcial de la inversión, exceptuan-
do los casos de quiebra financiera. Las empresas foráneas tampoco tendrían la obligación de transfe-
rir tecnología de todos sus procesos de producción a los países donde desarrollen sus actividades.

tados y propuestas listas3 (USTR, 2004). Ver marón, pero principalmente petróleo, el mis-
recuadro. mo que ha causado graves daños ambientales
y sociales (Falconí y Larrea 2004). Por otro la-
Apertura comercial y TLC do, no ha logrado impactos significativos en
para Ecuador el bienestar, ninguno en la reducción de la
pobreza y, más bien, ha incrementado la desi-
El proceso de apretura en el Ecuador se con- gualdad de ingresos debido a las diferencias
solidó en la década de los noventa y no ha
producido los beneficios que se suponía debía 3 Estos textos han sido calificados como confidenciales
dar. A lo largo de estos años, el país no ha re- por el gobierno de los Estados Unidos, y recién el 5
de julio estuvieron disponibles, en idioma inglés, en
vertido su dependencia hacia las exportacio- el Ministerios de Comercio Exterior, Industrializa-
nes de productos primarios como banano, ca- ción, Pesca y Competitividad del Ecuador.

ICONOS 9
coyuntura
salariales entre la mano de obra calificada y la al Ecuador para enfrentar impactos económi-
no calificada (Vos y León 2004). cos adversos. En este contexto, si se suma la
Esta situación se ha agudizado con la pérdida de la política arancelaria aumenta el
adopción de la dolarización, la misma que ha grado de vulnerabilidad de los sectores pro-
contribuido con saldos negativos en la balan- ductivos nacionales y de la situación socio-
za comercial, con la apreciación del tipo de económica en general.
cambio real y con la puesta en evidencia de Por otro lado, si se analiza el aporte de los
los problemas estructurales de competitividad convenios comerciales de los últimos años
que tiene el país. De acuerdo al World Econo- con los Estados Unidos, el Ecuador ya ha li-
mic Forum (2004), el Ecuador sigue ocupan- berado “en teoría” las barreras de entrada de
do los últimos puestos a nivel mundial en un sinnúmero de productos sin que existan
competitividad; el Growth Competitiveness cambios significativos en la estructura de sus
Index de 2003 le ubicó en el puesto 86 entre exportaciones. Al estar bajo la Ley de Promo-
102 países, mientras que su próximo socio ción Comercial Andina y Erradicación de la
comercial en el TLC, Estados Unidos, se ubi- Droga -ATPDEA–, Ecuador ha tenido la po-
có en el puesto 2. sibilidad de exportar a los Estados Unidos al-
Los desequilibrios de balanza comercial rededor de 6.000 partidas arancelarias o pro-
amenazan la estabilidad de los sectores pro- ductos; si se revisan las concentraciones de las
ductivos e industriales del país; los logros en exportaciones, resaltan algunas inconsisten-
competitividad son procesos de mediano y cias con las “oportunidades” que brinda la
largo plazo, para los cuales el Ecuador no tie- apertura comercial otorgada por los Estado
ne una estrategia definida. Sin duda alguna, Unidos. En 2003, Ecuador pudo exportar
el sostenimiento de la economía ecuatoriana únicamente 879 partidas bajo la ATPDEA, lo
ha sido gracias a los altos precios del petróleo, que significó el 95% del total de exportacio-
las remesas de los migrantes y la depreciación nes a los Estados Unidos (2.270 millones de
del dólar frente al euro, mas no por una ma- dólares). De las partidas exportadas con pre-
yor diversificación y menor dependencia de ferencias arancelarias, el 77% concentran só-
productos primarios en las exportaciones. lo cuatro productos: petróleo, banano, lan-
Cualquier cambio de dirección de la variable gostinos y rosas (1.758 millones de dólares),
antes mencionada podría ocasionar un shock el otro 23% está repartido en las restantes
en la economía que se vería agravado en el 875 partidas (Información estadística Banco
marco del TLC. Además, la ausencia de polí- Central del Ecuador).
tica monetaria deja sin muchas posibilidades La misma tendencia se observa en los pri-
meros meses de
2004. Entre enero y
Cuadro No. 1
Exportaciones totales a Estados Unidos (Enero-Mayo/2004)
mayo, el 96.5% de
las exportaciones a
USD 1,250,885.92 - 949 partidas
los Estados Unidos
entran con prefe-
Preferencias Arancelarias Número de partidas F.O.B rencias arancelarias
(ver cuadro 1).
SIN preferencias 143 USD 44,326,01
Sin embargo,
(3,54%)
los principales gru-
CON Preferencias 806 USD 1,206,559.91 pos de partidas de
(96,46%) exportación, 79
partidas, siguen
Elaboración propia concentrando el
Fuente: Estadísticas Banco Central del Ecuador
89% de estas ex-

10 ICONOS
Cuadro No. 2
Principales partidas exportadas bajo el ATPDEA (Enero-Mayo/2004)

Descripción No. de partidas USD FOB Participación


1 Petróleo y derivados 7 770.086,51 63,82%
2 Frutas frescas 26 108.413,30 8,99%
3 Pescados y mariscos 37 100.891,14 8,36%
4 Flores 9 95.443,70 7,91%
5 Cacao y preparados de cacao 9 29.914,82 2,48%
6 Madera y artículos de madera 32 19.794,53 1,64%
7 Conservas de pescado y crustáceos 7 11.938,25 0,99%
8 Preparados de vegetales 29 10.665,10 0,88%
9 Cerámica 11 7.255,10 0,60%
10 Reactores nucleares, maquinaria
y calentadores de agua 93 6.620,05 0,55%
11 Vegetales 31 4.608,75 0,38%
12 Piedras y metales preciosos 7 3.609,36 0,30%
13 Maquinaria y equipo eléctrico 62 3.513,36 0,29%
14 Aluminio y sus manufacturas 9 2.819,05 0,23%
15 Manufacturas de fundición, hierro o acero 25 2.529,08 0,21%
16 Café, té, especies 11 2.445,35 0,20%
17 Tabaco 2 1.875,83 0,16%
18 Plásticos y sus manufacturas 23 1.740,87 0,14%
19 Azúcar (confites y bombones) 4 1.550,97 0,13%
20 Vidrio 12 1.500,43 0,12%
21 Otros 360 19.344,35 1,60%
TOTAL 806 1.206.559,91 100,00%
Elaboración propia
Fuente: Estadísticas Banco Central del Ecuador

portaciones (ver cuadro 2), y los mismos pro- por cierto tienen un costo económico y social
ductos de 2003, petróleo, banano, langosti- muy elevado para el Ecuador como es el caso
nos y rosas, concentran el 78% de estas ex- del apoyo al Plan Colombia, no se manifies-
portaciones en estos primeros meses de 2004 tan como se anunciaban. Por otro lado, estos
(944 millones de dólares). Hay que destacar acuerdos comerciales están plagados de barre-
que el petróleo, tanto en 2003 como en ras proteccionistas para los intereses nortea-
2004, ha sido el producto que mayor incre- mericanos; la aplicación de barreras del tipo
mento ha tenido, en términos de dólares para-arancelario, como los requisitos sanita-
FOB de exportación, debido a los altos pre- rios y fitosanitarios, las normas de origen
cios internacionales. (Cárate y Fernández 2004), los subsidios agrí-
Durante todo el tiempo que el Ecuador colas y la aplicación de medidas anti dumping
ha estado bajo la Ley de Preferencias Arance- suman a las causas del limitado acceso del
larias Andinas –ATPA– y la –ATPDEA -, no Ecuador al mercado norteamericano el 15%
ha sido capaz de diversificar su oferta expor- del total de partidas que se encuentran bajo la
table a los Estados Unidos ni tampoco ha po- ATPDEA, y permiten a los Estados Unidos
dido aumentar los niveles de penetración a controlar la entrada de productos y proteger
este mercado, lo que indica que las ventajas su aparato productivo.
expuestas en estos tratados comerciales, que

ICONOS 11
coyuntura
Bajo este escenario, las ventajas que el preocupación que ocupó un lugar importan-
Ecuador puede tener bajo el TLC, de la for- te en la XV Cumbre Presidencial Andina, ce-
ma como está planteado, son muy limitadas lebrada en Quito en julio de 2004. Adicional-
frente a las desventajas que éste acarrea. El mente, desde la sociedad civil se han señalado
TLC constituirá el statu quo de lo que el los impactos negativos que puede tener el AL-
Ecuador ya ha recibido en la ATPDEA por su CA y TLC en varios de los derechos que se re-
apoyo en el Plan cogen en el Pacto Internacional de Derechos
Colombia, mien- Económicos, Sociales y Culturales de Nacio-
Las ventajas para Ecuador tras que para la es- nes Unidas (OACDH, 2004), como por
bajo el TLC, tal como está trategia geopolítica ejemplo, el derecho a la seguridad alimenta-
planteado, son muy limitadas ymericana, comercial nortea-
hay todo
ria, no privar a un pueblo de sus propios me-
dios de subsistencia, el derecho al trabajo y la
frente a las desventajas por ganar. vida digna, el derecho a la educación, a la sa-
que éste acarrea. El TLC lud, al progreso científico y sus aplicaciones,
constituirá el statu quo de entre otros.
Conclusiones En el caso ecuatoriano, la vulnerabilidad
lo que Ecuador ya ha recibido de su economía a shocks externos, la depen-
en la ATPDEA por su apoyo La estrategia ALCA dencia de sus exportaciones en pocos produc-
al Plan Colombia, mientras que impulsada por los tos primarios, la dolarización y los bajos nive-
Estados Unidos ha- les de competitividad, indican que el TLC
para la estrategia geopolítica ce más de una dé- puede acarrear un sinnúmero de desventajas,
y comercial norteamericana, cada, pese a los tro- tanto por los contenidos regulatorios de los
hay todo por ganar. piezos que ha teni- temas sensibles que se abordan, por ejemplo,
do, puede empezar el de propiedad intelectual, salvaguardas, in-
a configurarse bajo versión, entre otros, como por la pérdida de la
el formato de los política arancelaria como instrumento esen-
Tratados de Libre cial para preservar la capacidad instalada local
Comercio (TLC). y el empleo.
Sin embargo, no Finalmente, el ALCA o el TLC, lejos de
está claro que una incorporar los aspectos fundamentales de una
mayor apertura co- integración profunda, descuidan las verdade-
mercial, y menos ras capacidades internas de competitividad de
aún de la forma como se está planteado, ten- los países en desarrollo, y se encuentra vicia-
ga un impacto significativo en el crecimiento do por presiones externas ajenas a la realidad
económico de los países latinoamericanos, en económica y social de estos países.
la disminución de la pobreza y en el desarro-
llo sustentable, menos aún, en el caso ecuato-
riano. Bibliografía
Está claro que lo que prevalece en las ne-
gociaciones de los TLC son los intereses geo- Banco Central del Ecuador, 2004, Informa-
políticos norteamericanos, de sus transnacio- ción Estadística, BCE, Quito.
nales y el proteccionismo subyacente a su Cárate, E. y Fernández, G., 2004, “Exporta-
aparato productivo, como por ejemplo, el ciones del Ecuador a EEUU. Algunos ele-
sector agrícola. mentos para las negociaciones del TLC”,
Por otro lado, los TLC ponen en riesgo el Apunte de Economía No. 43, Banco Cen-
ordenamiento jurídico y la normativa comu- tral del Ecuador, Quito.
nitaria de los bloques regionales latinoameri- CORPEI, 2004, “Área de Libre Comercio de
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12 ICONOS
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Unidos, Washington, D.C. 20508.

ICONOS 13
Las formas de una guerra
drogas,
democracia
y derechos humanos
amorfa:
en Ecuador1

Fredy Rivera Vélez2 cias planteadas por los intereses de seguridad


nacional de los Estados Unidos en la región.
El combate al narcotráfico y el incremento de Para el caso ecuatoriano, el tratamiento
los problemas de seguridad nacional asocia- del problema del narcotráfico está relaciona-
dos al manejo de la frontera norte del Ecua- do con varios factores:
dor se han constituido en uno de los princi-
pales dolores de cabeza con los que han teni- • la presencia de redes de comercio clandes-
do que bregar autoridades y sociedad en estos tino de precursores químicos, armas, mu-
últimos años. Sumemos a esta situación el in- niciones y explosivos destinados a los dis-
volucramiento indirecto del país en el Plan tintos actores armados en Colombia;
Colombia y las características de la fluctuan- • las actividades de lavado de dinero que no
te relación bilateral con Estado Unidos y ob- han podido ser cuantificadas con certeza,
tendremos un panorama bastante denso y de especialmente al tener una economía dola-
resultados impredecibles para la población rizada y un sistema financiero con poco
ecuatoriana. control estatal (marcado por actos de co-
Si inicialmente el problema del narcotráfi- rrupción, informalidad e impunidad);
co estaba referido sólo a las acciones policia- • las modificaciones y vacíos interpretativos
les y judiciales enmarcadas en la Iniciativa en el sistema de administración de justicia
Andina, hoy este asunto ha cobrado una ma- respecto al narcotráfico, lo que ha promo-
yor significación por la complejidad de su tra- vido tensiones y distorsiones en el campo
tamiento y por la cantidad de instituciones y legislativo;
percepciones que se tienen sobre su presencia. • el fortalecimiento de algunas agencias po-
En efecto, a raíz de la participación de Ecua- liciales como el GIR, el GEMA y sus ca-
dor en el Plan Colombia, la política exterior pacidades de interdicción en distintas
de nuestro país ha tenido que asumir (de for- áreas de la sociedad, notándose una ten-
ma reactiva) una serie de retos y contingen- dencia a la militarización de estos organis-
mos policiales;
Rivera, Fredy, 2004, “Las formas de una guerra amorfa: • la intervención de las FFAA en este pro-
drogas, democracia y derechos humanos en Ecuador”,
en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp. 14-24.
blema en los últimos años, aspecto que ha-
ce poco era asumido como colateral, y que
hoy se extiende hacia aspectos que sobre-
1 Partes de este trabajo fueron presentados en el Semi- pasan el asunto del narcotráfico (las conse-
nario “Investigación y educación en estudios de defen-
sa y seguridad”, REDES, Santiago de Chile, octubre cuencias para Ecuador de la violencia en
2003. Colombia, la acción de grupos guerrille-
2 Profesor-investigador de Flacso Ecuador. Editor de la ros, delincuenciales y paramilitares en te-
Revista Ecuador Debate del Centro Andino de Acción rritorio nacional);
Popular (CAAP).

14 ICONOS
• los retos a la plena exigibilidad e imple- forma y adquieran sentido en el marco de la
mentación del sistema de DDHH en las interpretación norteamericana del problema
regiones fronterizas que están afectadas de la droga.
por el Plan Colombia; Ya en 1982 el ex presidente Ronald Rea-
• la participación indirecta del Ecuador en el gan declaró la guerra contra las drogas para
Plan Colombia y las acciones políticas de- dar una respuesta a la creciente epidemia de
satadas a raíz del convenio para la utiliza- adicción en su país y para cumplir con un ob-
ción de la base aérea de Manta -FOL en la jetivo de “seguridad nacional” que venía sien-
interpretación estadounidense3- por parte do discutido años atrás (Bagley 1991). De he-
de su personal militar y de inteligencia; cho, el proceso de incubación de la estrategia
• la escasa rendición de cuentas y transpa- de Estados Unidos para luchar contra las dro-
rencia de gestión con la que operan varias gas demoró más o menos 16 años en adquirir
instituciones ecuatorianas relacionadas el perfil que muestra actualmente. En 1989 el
con narcotráfico y seguridad, asunto que ex presidente Bush -padre- lanza la “Iniciati-
vulnera las reglas de gestión democrática y va Andina” que, en principio, estaba com-
afecta a los distintos sectores sociales; puesta de un plan de cinco años y un monto
• los resultados infructuosos para frenar la de US$ 200 millones para desmantelar las or-
corrupción en diferentes estamentos esta- ganizaciones narcotraficantes, aislar las prin-
tales y privados que de alguna manera se cipales regiones donde se cultivaba coca, des-
relacionan con el narcotráfico, especial- truir los laboratorios de procesamiento de
mente el sector judicial y el desempeño de drogas y bloquear la entrega de insumos quí-
las fuerzas del orden. micos para su producción a través de asisten-
cia tecnológica y ayuda económica a Bolivia,
En estos campos conflictivos se están proce- Perú y Colombia (Youngers 1998). No obs-
sando actualmente las dimensiones e inter- tante, la “Iniciativa Andina” no se agota en su
pretaciones sobre la seguridad, el manejo de manifestación inicial porque hasta ahora si-
los derechos humanos y la manera cómo se gue siendo el referente más importante de las
gestiona los valores democráticos y las institu- políticas antinarcóticos norteamericanas fren-
ciones en Ecuador. te a la región. Adicionalmente a su vigencia,
el mismo año de su lanzamiento se promulga

Ecuador como punto de atención:


discursos y planes

La “guerra contra las drogas” aparece en un


contexto de relaciones internacionales asi-
métricas entre los Estados Unidos y América
Latina. Para el caso de Ecuador, esto signifi-
có que sus políticas antinarcóticos tomen

3 Según Isaacson (2002), FOL (Forward Operating Lo-


cation) es una base o aeropuerto que hace parte de un
acuerdo por el cual se permite su uso a los aviones es-
tadounidenses que se encuentran en misiones de de-
tección y monitoreo antinarcóticos. Estas instalacio-
nes son operadas por los países receptores, en este ca-
so Ecuador, y albergan a miembros de las fuerzas mi-
Gonzalo Vargas

litares de Estados Unidos, la DEA, guardacostas y


personal de aduanas para apoyar y coordinar las co-
municaciones e inteligencia de estos vuelos.

ICONOS 15
coyuntura
el Acta de Autorización de Defensa Nacional tos unilaterales del sistema de preferencias
-NDAA- en donde se designa al Departa- arancelarias y potenciales sanciones económi-
mento de Defensa como la “agencia princi- cas de los Estados Unidos, el gobierno ecuato-
pal” encargada de la detección y monitoreo riano ha manejado su agenda en términos
de cargamentos de drogas ilícitas hacia Esta- esencialmente reactivos respecto a los intereses
dos Unidos, configurando así el comienzo de estadounidenses. Es por eso que una vez re-
la militarización de la guerra antinarcóticos. suelto el problema fronterizo con el Perú, la
Esta visión del agenda exterior ecuatoriana ha acogido los as-
fenómeno del nar- pectos del narcotráfico y democracia como
A raíz de su participación cotráfico condujo condicionamientos antes que como intereses
en el Plan Colombia, Ecuador inevitablemente a prioritarios. Este factor ocasionó que Ecuador
ha tenido que asumir una gestar una política someta su relación comercial a una contrapres-
serie de retos y contingencias exterior unilateral tación directa y física para las estrategias nor-
por parte de Esta- teamericanas de combate al narcotráfico y al
planteadas por los intereses dos Unidos que terrorismo (Barreiro 2002). En esos contextos,
de seguridad nacional de los privilegia la inter- la ejecución del Plan Colombia desde 1998 ha
Estados Unidos en la región: dicción con accio- prefigurado nuevos escenarios de política in-
nes destinadas a ternacional para el país al punto de que cada
es una acción reactiva con resul- combatir la oferta vez más se encuentre articulado al eje político
tados no deseados para de los países pro- conformado por Washington y Bogotá.
la democracia, la sociedad y ductores, descono-
sus instituciones. ciendo de esta ma-
nera el carácter in- Dimensiones económicas
t e rd e p e n d i e n t e , y políticas del narcotráfico
multicausal y plu-
ral del narcotráfi- Ecuador no es un país con cultivos de hoja de
co4. Este tipo de ra- coca. Tampoco es productor de cocaína u
cionalidad política otras drogas ilegales para la exportación. En-
maneja el tema del tre otras razones, no se cultiva coca porque los
narcotráfico dentro sembríos para uso ritual y tradicional fueron
de una agenda de erradicados en el siglo XVI durante la Real
política exterior Audiencia de Quito por cuestiones estructu-
más amplia, como se puede observar en el tra- rales de la economía colonial. En cambio, la
tamiento que se ha hecho del asunto en el coca se institucionalizó en el mercado de Pe-
marco de las Cumbres Presidenciales desde rú y Bolivia debido a las necesidades de repro-
Miami hasta Québec; en ellas, Washington ducción de la mano de obra indígena en la
ha propuesto reiterativamente tres ejes funda- minería (Bonilla 1991, 1993). En este senti-
mentales en torno a los cuales giran sus polí- do, en Ecuador no existen sectores sociales
ticas hacia el subcontinente: democracia, li- que posean una tradición cultural cocalera y
beralización e integración, donde el narcotrá- un conocimiento agronómico ancestral para
fico está cobijado bajo el término democracia desarrollar una producción sostenida de la
(Bonilla 2000). hoja (Rivera 1991). Adicionalmente, el pro-
Bajo esas condiciones y escenarios, que in- ceso de colonización de la Amazonía ecuato-
cluyen procesos de “certificación”, tratamien- riana corrió paralelo a la extracción petrolera
en los años setenta, lo que significó que las
4 Para un análisis de las políticas estadounidenses y las tierras óptimas para el cultivo de hoja de co-
relaciones entre Washington y América Latina en los ca se poblaran en condiciones de reproduc-
ochenta ver Insulza (1991), Vargas (1990). ción material determinadas por esta industria

16 ICONOS
(considerada como recurso estratégico del económicos y sociales provocados por la agu-
Estado y protegida por lógicas de seguridad da crisis bancaria asociados a la ausencia efec-
militar). Por otro lado, el conflicto territo- tiva de control sobre el sistema financiero na-
rial de Ecuador con Perú hizo que la Amazo- cional y a las presiones de los grupos de poder
nía cuente con alta presencia militar, impi- económicos y políticos (Falconí y Jácome
diendo que estas zonas brinden las condicio- 2002).
nes de clandestinidad que la producción de En esos contextos se podría pensar que es-
coca requiere. La sumatoria de estos factores cenarios económicos basados en la dolariza-
ha impedido que se produzca hasta la actua- ción hubiesen sido propicios para el incre-
lidad el “efecto globo” derivado de la erradi- mento de las actividades de lavado de dinero,
cación de cultivos en Perú, Colombia y Bo- pero hasta la actualidad no existen trabajos
livia y de su consiguiente extensión de culti- especializados sobre el tema y más bien el
vos hacia Ecuador. asunto ha sido tratado en artículos periodísti-
Tomando en consideración esos elemen- cos que no han arribado a investigaciones con
tos y a pesar de que el país no tiene relevancia resultados concretos5. Además, existe en el
como productor en el fenómeno del narcotrá- país una legislación bancaria que se basa en la
fico, Ecuador sí constituye un punto de cone- confidencialidad de la información y el sigilo,
xión e importancia relativa para el tráfico de lo que limita la capacidad de investigación so-
cocaína hacia mercados internacionales a tra- bre los movimientos financieros porque la ex-
vés de la carretera panamericana y los puertos ploración de cuentas bancarias debe efectuar-
marítimos de Manta, Guayaquil y Puerto Bo- se recurriendo a instancias judiciales extrema-
lívar. Los aeropuertos internacionales son uti- damente complicadas que han dado pocas
lizados en menor grado por traficantes de pe- muestras de efectividad y tener poca credibi-
queña escala debido al incremento de contro- lidad por la presencia de actos de corrupción.
les existentes. Sin embargo, parecen existir “circuitos infor-
El norte del territorio ecuatoriano tam- males” de lavado de dólares que no utilizan
bién es utilizado para el comercio clandestino las institucionales financieras formales, lo
y el abastecimiento de precursores químicos cual complica mucho más el análisis objetivo
destinados a la industria del narcotráfico (lo- del problema.
calizada en el sur de Colombia). La actividad También se debe considerar la contradic-
ilícita se la realiza principalmente por tres zo- ción existente, aunque no reconocida oficial-
nas críticas: a) la frontera norte amazónica mente, entre la necesidad de obtener dólares
que tiene numerosos pasos no controlados, b) para alimentar la circulación de la masa mo-
Carchi que tiene varios puntos de abasteci- netaria del sistema financiero nacional6 y las
miento clandestino y c) la zona meridional de regulaciones poco cumplidas en materia de
la Provincia de Esmeraldas que posee distin- control de divisas en las cuentas bancarias de
tos vínculos fluviales y marítimos con el sur personas e instituciones. De hecho, en el “In-
occidente colombiano. forme de Evaluación del sistema de Ecuador
En lo referente al lavado de dinero, la do- contra el blanqueo” elaborado por el Grupo
larización decretada en 2000 configuró un de Acción Financiera de América del Sur -
nuevo escenario de relaciones económicas,
comerciales y financieras para el Ecuador tan- 5 Ver El Comercio, 18 de septiembre de 2002, sección
to en el ámbito nacional como en el interna- A-8: “5000 cuentas son sospechosas de lavado de di-
cional. Esta decisión gubernamental fue uni- nero en el país”.
lateralmente aplicada en un contexto de crisis 6 Con la dolarización se pierde la autonomía de impre-
sión de moneda, dependiendo así del flujo de dólares
económica, social, financiera y política; y fue provenientes del comercio, exportación petrolera y
polémica debido a las tensiones sociales que préstamos internacionales que alimentan al sistema
existían en el momento, a los desequilibrios financiero y economía general.

ICONOS 17
coyuntura
GAFISUD- se sostiene que el país presenta li- Esta vinculación de colonos y campesinos
mitaciones jurídicas, falta de capacitación del ecuatorianos al circuito industrial del narco-
personal que controla el lavado de dinero y tráfico es conocida por la mayoría de habitan-
falta de control del dinero físico que entra en tes del nororiente de la Amazonía. Dicho fe-
territorio ecuatoriano; asimismo, el informe nómeno se debe principalmente a que mu-
destaca que existe una pugna entre el CON- chos colonos y campesinos ven que el trabajo
SEP y la Superintendencia de Bancos por la en sus fincas no resulta rentable y la zona ca-
vigilancia de esas actividades7. rece de redes de comercialización para sus
Por otro lado, desde que se pusieron en productos, así como del apoyo técnico y cre-
marcha las tareas de fumigación previstas en diticio por parte del Estado. Adicionalmente,
el Plan Colombia en el departamento de Pu- la presencia del Estado ecuatoriano en las zo-
tumayo y se intensificó el conflicto colombia- nas de frontera es débil en términos institu-
no por esta misma causa, un fenómeno nue- cionales.
vo apareció en la frontera norte ecuatoriana.
Este problema se relaciona con el “desem-
pleo” ocasionado por la desestructuración de Frontera norte, Base de Manta
sistemas de movilidad laboral y comercial y tensiones sociales
fronteriza que incluían ciclos de migraciones
al lado colombiano para trabajar en planta- Ligada al Plan Colombia, la utilización de la
ciones de coca y en pequeños laboratorios Base aérea de Manta es una arista que marca
clandestinos. significativamente la participación del Ecua-
dor en la lucha antinarcóticos. Esto se hace
Gonzalo Vargas

patente cuantitativamente en el incremento


de la asistencia que Estados Unidos ha cana-
lizado hacia el país en los últimos años. Los
datos indican que los recursos asignados por
el INL a Ecuador en el 2000 suman un total
de US$ 12 millones, US$ 22 millones en
2001, US$ 25 millones en 2002 y US$ 37
millones en año 2003.8
En términos generales, estas cifras son un
indicador, por lo menos desde la visión y el
bolsillo de Washington, de un mayor involu-
cramiento cooperativo del Ecuador en la
“guerra contra las drogas”. En este sentido, si
bien no hay tropas estadounidenses con auto-
rización para acciones armadas y combate, la
información, inteligencia aérea y respaldo lo-
gístico que la Base de Manta presta a las agen-
cias antinarcóticos, asigna al Ecuador una res-
ponsabilidad sobre las tareas desplegadas des-
de este centro de operaciones.

7 Ver El Comercio, 14 de julio de 2003, sección A:


“Nuevo revés para el Ecuador en el control del lavado
de activos”.
8 Bureau for International Narcotics and Law Enforce-
ment Affairs, FY 2003 Budget Justification.

18 ICONOS
Cuadro 1: Solicitudes de refugio
Año Solicitudes Aceptadas Negadas Abandono Archivo Reasentados Repatriados
2000 475 390 60 36
2001 3017 1406 394 999 87
2002 6766 1578 1199 1586 4 7
2003 11463 3270 4392 3606 94 4
2004 1085* 293 785 38 1810 0 0
2000-2004 22806 6937 6830 6229 1810 98 134
% 30,4 29,9 27,3 7,9 0,4 0,6
Fuente: Ministerio de RREE, 2004.
* Hasta marzo 2004

Los temores suscitados por la ejecución El problema del refugio


del Plan Colombia y el Acuerdo de la Base de
Manta hicieron que muchas organizaciones El desplazamiento y refugio de población co-
de la sociedad civil se pronuncien en contra lombiana que escapa de la violencia política y
de la participación activa del Ecuador en ope- social es un indicador muy sugerente y deci-
raciones militares; sin embargo, nunca se dor de la intensidad que esta tomando el con-
cuestionó sí realmente la droga es un proble- flicto en ese país, el cual dejó de ser una cues-
ma real para el Estado y la sociedad ecuatoria- tión privativa de Colombia para constituirse
na, por el contrario, se asume espontánea- en un problema regional complejo.
mente como una amenaza a la seguridad y a En los últimos años, mucho se ha especu-
la moral colectivas. En consecuencia, las posi- lado sobre las cifras de personas refugiadas en
ciones “críticas” se inscriben en discursos que territorio ecuatoriano. Al margen de la des-
cuestionan los procedimientos utilizados para proporción en los números y el desconoci-
combatir el narcotráfico o en retóricas pater- miento de las posibilidades estructurales del
nalistas que justifica la participación de la país para recibir inmigrantes, es sintomático y
gente “pobre” en el proceso de producción de preocupante que una ponderación alegre
la droga por las condiciones de relegación pueda servir para diseñar planes de contin-
económica y social de las zonas fronterizas. gencia, proyectos de intervención y hasta po-
En este sentido, los cuerpos sociales, las or- líticas públicas en nuestro territorio.
ganizaciones de derechos humanos y movi- La vinculación producida entre el conflic-
mientos ecologistas se oponen a cualquier tipo to colombiano y la presencia de refugiados en
de involucramiento del Ecuador en acciones Ecuador es contundente. Según análisis de los
derivadas del Plan Colombia por los efectos ne- datos del Censo efectuado en 2001, los picos
gativos que esto produciría en el país. Las inter- estadísticos más altos de ingreso de colombia-
venciones de estos actores se orientan, depen- nos al país se registran a partir de 1999, año
diendo de la naturaleza de la organización, ha- en que se inicia la ejecución del Plan Colom-
cia tres temas específicos. El primero se refiere a bia, pues de las 51.556 personas declaradas,
las repercusiones que el Plan Colombia genera 10.052 lo hicieron en el período 1998-20019.
en términos de seguridad ciudadana; el segun- De igual forma, al revisar las estadísticas pro-
do se enmarca en acciones destinadas a denun- porcionadas por la Oficina de Refugiados del
ciar violaciones de derechos humanos por par- Ministerio de Relaciones Exteriores, (Ver
te de agencias policiales y militares ecuatoria- cuadro 1)las solicitudes de refugio se encuen-
nas, y el tercero se concentra en los efectos no-
civos que las fumigaciones en el Putumayo pro- 9 Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos -INEC-
ducen en el ecosistema fronterizo del Ecuador. , VI Censo de población y V de Vivienda, 2001.

ICONOS 19
coyuntura
tran asociadas a la misma dinámica y tempo- de frontera este porcentaje fluctúa entre el
ralidad de los recientes procesos armados y 60% y el 92%, lo que muestra que la situa-
políticos colombianos: ejecución del Plan ción se vuelve más difícil para las personas
Colombia y finalización de las conversaciones que han llegado al Ecuador en busca de pro-
de paz en febrero del 2002. tección y refugio (Flacso 2003).
Tal incremento de solicitudes de refugio
no puede ser disociado de problemas conexos
a la presencia de población colombiana. En Seguridad, democracia
Ecuador, la tradicional convivencia fronteriza y derechos humamos
con personas de origen colombiano no se ha-
bía constituido en factor de tensión y conflic- Se propone la noción de “segurización” para
to, pero recientemente es frecuente observar revelar un proceso en donde las fronteras se-
percepciones ancladas en la xenofobia, el ra- mánticas del concepto de seguridad se tor-
cismo y la exclusión. De hecho, recientes in- nan ambiguas y su intención primera, la pro-
vestigaciones (Flacso 2003) demuestran que tección del individuo y la trama social, es co-
la actual ola de inmigrantes colombianos está lonizada y atrapada por las lógicas de la de-
asociada a figuras discriminadoras: fensa militar y el control policial. En estos
términos, la segurización denota una situa-
“las mujeres colombianas se dedican a la ción en la cual, a pretexto de la seguridad, se
prostitución...ellos (los colombianos) nos justifica una serie de prácticas que erosionan
quitan las fuentes de trabajo... la presencia
la democracia, sus valores y la propia condi-
colombiana sólo trae violencia y delincuen-
cia... deberían ponerlos en un campo de vigi- ción de protección que le otorga su sentido.
lancia... se deben cerrar las fronteras y pedir- En ese sentido, la participación de las Fuer-
les visa de ingreso..., etc.” zas Armadas, desde la perspectiva de la segu-
ridad nacional para enfrentar el narcotráfico
Este tipo de percepciones y criterios rebasan a y la canalización de una gran cantidad de re-
las personas comunes y se vuelve más grave cursos económicos y tecnológicos hacia la
cuando los representantes institucionales de Policía Nacional en el contexto del Plan Co-
las cámaras de la producción, de la policía, or- lombia, ha producido un proceso de seguri-
ganismos de control migratorio y gobiernos zación de las relaciones humanas en la fron-
locales lo plantean como un asunto normal y tera norte de Ecuador.
natural, en clara violación a los derechos hu- Recientemente, las FFAA elaboraron el
manos de la población inmigrante y refugiada; “Libro Blanco” de la Defensa Nacional para
hecho que además vulnera los tratados inter- acoplarse a las condiciones imperantes, pero
nacionales que el Ecuador ha firmado y ratifi- no se debe olvidar que lo viejo pervive en lo
cado en el ámbito del derecho internacional. nuevo y los procesos de cambio no se realizan
En términos generales, los problemas más exclusivamente en los dominios de la volun-
urgentes que enfrentan los inmigrantes co- tad. Por consiguiente, la nueva Política de
lombianos en Ecuador se derivan de la fragi- Defensa sigue preñada de contenidos impor-
lidad de la economía local, las reducidas tados de las interpretaciones tradicionales so-
oportunidades que brinda un esquema mo- bre seguridad. Claros ejemplos de esto son las
netario dolarizado (que genera precios in- definiciones de seguridad y defensa utilizadas,
compatibles con el poder adquisitivo de la así como las falsas diferencias conceptuales
población) y un mercado laboral práctica- que se establecen entre narcotráfico, crimen
mente en crisis desde la perspectiva del em- organizado y terrorismo en el discurso de las
pleo. En este contexto, la pobreza, medida FFAA ecuatorianas. No hace falta un análisis
por NBIs es del 49.5% para la población co- muy exhaustivo para identificar que su ante-
lombiana que habita en el país, y en las zonas cedente inmediato es la teoría de la narcogue-

20 ICONOS
rrilla, un enfoque popularizado a principios do la legislación antinarcóticos ecuatoriana y
de los ochenta en Estados Unidos, replicado la estructura institucional en este campo, se
en los noventa por las agencias antinarcóticos notó que la figura de la rendición de cuentas
estadounidenses y encapsulado en la retórica es ambigua o inexistente11. De ahí que los me-
antiterrorista a partir del 11 de Septiembre canismos de control intragubernamentales
(en “La estrategia de seguridad nacional de sean difusos y las instancias de representación
los Estados Unidos de América”.10 política que deberían fiscalizar estas institu-
Existe un problema adicional referido al ciones, como el
campo de la administración de justicia y las Congreso Nacio-
entidades relacionadas con el fenómeno, ya nal, desconozcan
Los efectos más perversos
que el embrollo institucional es tan grande en buena medida el de la lucha antinarcóticos y
que la solución se traduce en más seguriza- trabajo de las agen- del Plan Colombia se expresan
ción y desconfianza sobre la actuación de las cias antinarcóticos en los cambios en la estructura
instituciones y los valores democráticos. En que operan en el
este contexto surge la interrogante de si el sis- país. El caso más de relaciones del tejido social
tema democrático en Ecuador y la clase polí- evidente está rela- en Ecuador, puesto que los
tica en particular poseen la capacidad para es- cionado con las "daños colaterales" se
tablecer mecanismos adecuados de gestión, funciones del
rendición de cuentas y transparencia sobre CONSEP, ya que
manifiestan después, cuando
sus entidades, mucho más sobre las que tie- al ser la entidad no hay nada que hacer frente
nen la responsabilidad constitucional de ge- responsable del a los efectos del proceso
nerar y promover el orden y la paz pública. combate a la droga de segurización.
Es curioso, pero el argumento más común en Ecuador, su
entre la clase política sobre la rendición de obligación de ren-
cuentas relacionadas con el combate al narco- dir cuentas se cana-
tráfico está referido a los informes financieros. liza a su presupues-
No se habla en ningún momento de rendición to; sin embargo,
de cuentas políticas, sus implicaciones para la ¿qué pasa con los
población, o menos aún, de veedurías u obser- paquetes de ayuda
vatorios del fenómeno del narcotráfico. externa militar, no
En este escenario vuelve a aparecer la figu- militar y de desa-
ra de la segurización, ya que muchas agencias rrollo asignados
de interdicción, represión y monitoreo, ampa- por el INL al Ecuador? De hecho, el CON-
radas en una interpretación equívoca de la se- SEP sólo está considerado en la asistencia
guridad nacional, tienen procedimientos espe- norteamericana en la categoría de política an-
ciales de fiscalización y control, por lo que en tinarcóticos del Departamento de Estado, en-
muchos casos las investigaciones son secretas, tones, ¿qué pasa con la fiscalización del resto
opacando de esta manera los canales de comu- de recursos económicos y técnicos que reci-
nicación y rendición de cuentas que debe exis- ben las agencias antinarcóticos ecuatorianas,
tir entre el poder político y la ciudadanía. sobre todo las de seguridad?
Además de estas restricciones y fragilida- Estas pocas preguntas son la confirmación
des, las instituciones democráticas ecuatoria- de la debilidad institucional que el país pre-
nas son afectadas por acciones políticas exter- senta en el control de las políticas externas en
nas a sus procesos. La guerra contra el narco- materia de seguridad relacionadas con el
tráfico es un buen ejemplo de esto. Revisan-
11 Ver CONSEP, “Estrategia Nacional Contra las Dro-
10 Ver Ministerio de Defensa Nacional (2002), US De- gas”, en www.consep.gov.ec, y la Evaluación del Pro-
partment of State (2002), Youngers (2002). greso del Control de Drogas del CICAD.

ICONOS 21
represión e interdicción que prácticamente
militariza a segmentos de esta entidad), las
medidas de control efectuadas sobre la pobla-
ción que han repercutido en la esfera econó-
mica y política, los efectos ecológicos y de sa-
lubridad originados por las fumigaciones,
destinadas a reducir los cultivos de hoja de
coca en territorio colombiano, y las repercu-
siones que tiene el proceso de segurización so-
bre el sistema de derechos humanos, consti-
tuyen una parte importante de las implicacio-
nes que ha debido afrontar el país por su in-
volucramiento en el Plan Colombia.
Este involucramiento deber ser visto en un
contexto marcado por la debilidad y fragili-
dad del Estado y de varias de las instituciones
relacionadas con el combate al narcotráfico.
Hasta la actualidad, no se han diseñado un
conjunto de medidas y procedimientos esta-
tales que sean capaces de coordinar las distin-
tas actividades que ejecutan las agencias de se-
guridad ecuatorianas. El tema del narcotráfi-
co, vinculado a la interpretación que se reali-
Gonzalo Vargas

za de la seguridad nacional, está promovien-


do una serie de déficits democráticos e ingo-
bernabilidad, expresados en la falta de control
combate al narcotráfico. Es por ello que la de las entidades gubernamentales y la escasa
continuidad de este tipo de situaciones vulne- rendición de cuentas que debe hacerse ante la
ran no sólo el reconocimiento y legitimidad ciudadanía.
de las instituciones encargadas de las acciones Por su parte, la sociedad civil tampoco ha
sobre este problema, sino que vuelven inope- promovido la creación de espacios de exigibi-
rantes al conjunto de valores que se supone lidad más allá de la creación de observatorios
constituyen el “deber ser” de todo régimen de vulnerabilidad de derechos humanos en
democrático. zonas de frontera que, si bien son necesarios,
no se canalizan -por ejemplo- hacia la fiscali-
zación de los recursos enviados desde las
Conclusiones agencias antinarcóticos estadounidenses a
Ecuador. El campo de la lucha antinarcóticos
En los últimos años Ecuador ha incrementa- en el país, al estar segurizado y restringido en
do su participación en la estrategia de seguri- términos de uso de la información, limita las
dad regional impulsada por los EEUU. La dinámicas participativas de las organizaciones
presencia de elementos estadounidenses en la civiles en torno al monitoreo y evaluación de
Base Militar de Manta, las reorientaciones en la lucha contra las drogas.
la operatividad de esta Base (para reforzar las En referencia a los espacios de representa-
acciones policiales y castrenses en la frontera ción política de la democracia ecuatoriana,
norte), la dotación de equipo técnico y recur- tampoco se han construido dispositivos espe-
sos financieros a ciertas dependencias de la cíficos de fiscalización del desempeño institu-
Policía Nacional (con una lógica anclada en la cional de las agencias de seguridad del país en

22 ICONOS
materia de narcotráfico. El Congreso Nacio- entidades encargadas del control del fenóme-
nal no ve por el momento este problema co- no del narcotráfico, constituyen factores que
mo un tema de debate político y las pocas contribuyen a crear una imagen de ilegitimi-
discusiones al respecto han estado relaciona- dad e impunidad que vulnera el sistema de
das con escándalos de corrupción de funcio- derechos humanos de la población ecuatoria-
narios estatales de alto rango. Esta situación na. En consecuencia, los efectos más perver-
se produce porque todavía no existe en el se- sos de la lucha antinarcóticos y el Plan Co-
no del Congreso un bloque de oposición po- lombia no se expresan exclusivamente en los
lítica que tenga el objetivo de fiscalizar a la di- registros cuantitativos de los instrumentos de
versidad de entidades encargadas de los asun- análisis social, sino en las modificaciones que
tos de seguridad nacional. estas estrategias producen en la estructura de
En el plano militar y policial existen inter- relaciones del tejido social en Ecuador, puesto
pretaciones diferentes sobre algunos compo- que los “daños colaterales” se manifiestan des-
nentes del combate al narcotráfico. De parte pués, cuando no hay nada que hacer frente a
de las FFAA, y a pesar de las declaraciones del los efectos del proceso de segurización.
poder ejecutivo, se cuestiona mucho las pre- En el plano internacional, la política
siones estadounidenses para establecer una ecuatoriana sobre el narcotráfico está per-
política de interdicción que se contraponga a meada actualmente por dos componentes
los principios de soberanía nacional a más del específicos provenientes de lo que ahora se
reiterado pedido por acceder a recursos que denomina el eje Washington-Bogotá. El pri-
facilitarían sus tareas de seguridad. Este últi- mero se refiere a la presión existente para au-
mo aspecto ha originado recelos interinstitu- mentar los niveles de interdicción marítima
cionales, ya que la Policía está recibiendo un y lograr la aplicación extra territorial de la
mayor apoyo técnico y financiero para reali- legislación estadounidense. El segundo está
zar labores bajo lógicas tendentes a su fortale- asociado al incremento de la participación
cimiento y militarización; de ahí que los esce- ecuatoriana en el discurso antiterrorista diri-
narios abiertos por la estrategia de seguridad gido hacia los grupos armados colombianos.
regional y el Plan Colombia genere una suer- Así, la consolidación de cualquier sistema de
te de competencia de las entidades para obte- seguridad interestatal entre Estados Unidos
ner recursos externos rápidos. y Ecuador necesariamente estará atravesada
Otra de las principales esferas públicas por la dinámica que adquiera el conflicto co-
afectadas institucionalmente es la jurídica. La lombiano.
activación de ciertos mecanismos de interdic- Finalmente, teniendo en cuenta todas es-
ción genera efectos contraproducentes en las tas problemáticas, uno de los retos del ac-
distintas instancias que componen la admi- tual presidente es lograr el cumplimento de
nistración de justicia, especialmente en el in- los ofrecimientos de campaña electoral que
cremento de personas detenidas sin sentencia estuvo basada en un discurso que prometía
que permanecen en los centros de reclusión. no alinearse con la estrategia de seguridad
Por otro lado, existe una gran disparidad en- estadounidense, elevar los niveles de seguri-
tre el número de capturas e investigaciones dad ciudadana amparada en el respeto a los
realizadas por la policía y la cantidad de ins- derechos humanos, promover la transparen-
trucciones fiscales, llamamientos a juicio y cia de la gestión pública, profundizar el
sentencias, lo que evidencia la fragilidad insti- combate a la corrupción y establecer una re-
tucional de las entidades encargadas del con- distribución equitativa de la riqueza. Todos
trol del problema del narcotráfico. Adicional- estos ofrecimientos, por el momento, están
mente, la falta de transparencia, la existencia puestos en duda por lo contradictorio de las
de corrupción en el sistema judicial y policial acciones presidenciales y sus instancias gu-
y lo intrincado de los procedimientos de las bernamentales.

ICONOS 23
coyuntura
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24 ICONOS
DOSSIER
Patrimonio,
políticas de la memoria
e institucionalización
de la cultura
Eduardo Kingman Garcés1 dos con la modernización o con el deslum-
bramiento que produce la modernización.
El patrimonio, concebido en términos es-
Las intervenciones en los centros históricos paciales antes que sociales, ha pasado a cons-
constituyen un modelo exitoso. A diferencia tituirse en signo identitario a la vez que en es-
de otras acciones estatales, éstas se producen caparate o postal destinado al mercado inter-
de modo rápido y eficaz, actuando tanto so- nacional de “oportunidades”. Si hasta hace no
bre los espacios como sobre la economía, la poco tiempo los cascos antiguos eran percibi-
cotidianidad y los imaginarios. dos como áreas abandonadas a su suerte, tu-
Quien visite Lima, Bogotá, Guayaquil o gurizadas y peligrosas, hoy se presentan como
Quito tendrá la sensación de atravesar por es- espacios controlados, limpios, ordenados. Se
cenarios en construcción. Por ejemplo, mu- habla de devolver al público los espacios que
chas calles de Quito fueron arregladas de ma- habían sido privatizados por el comercio in-
nera presurosa para dar paso a las reinas de formal o las manifestaciones y protestas pú-
belleza, convertidas en nuestra carta de pre- blicas (ver al respecto el plan de rehabilitación
sentación frente al mundo de la globaliza- del centro histórico de Lima) pero existe ade-
ción, concebido como espectáculo; pero algo más un interés no siempre explícito por incre-
semejante también ha pasado en Guayaquil, mentar la rentabilidad de las zonas céntricas y
Lima o Bogotá en circunstancias parecidas. El beneficiarse por la especulación urbana y las
modelo es el de avanzar a partir de hitos “re- potencialidades del turismo. Las noticias so-
habilitados” o “recuperados” (verdaderas bre Lima que aparecen en el diario El Comer-
avanzadas de conquista) en base a los cuales se cio están clasificadas de acuerdo a dos tipos de
va produciendo la renovación urbana. A veces imágenes, la de la Lima peligrosa, en ruinas,
se trata de montajes publicitarios o modifica- que espera ser rehabilitada tanto espacial co-
ciones en las fachadas, como es el caso del mo socialmente, y las de la nueva Lima, mo-
malecón y el cerro Santa Ana en Guayaquil, derna, pujante.
pero capaces de provocar cambios en los sis- Se trata de un proceso de renovación que
temas de representación, que a su vez condu- conlleva una aparente paradoja: está relacio-
cen a modificaciones en las relaciones cotidia- nado con el pasado y con la administración
nas y en el uso y el valor del suelo. Por lo ge- del pasado pero sus parámetros se definen
neral se trata de procesos paralelos relaciona- desde la dinámica económica y el cálculo eco-
Kingman, Eduardo, 2004, “Patrimonio, políticas de la nómico, así como desde una noción de orden
memoria e institucionaliación de la cultura”, en urbano: lo que está en juego es algo más que
ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp.26-34.
una mera nostalgia pasadista.
El problema de los centros históricos se ha
1 Profesor-investigador de Flacso-Ecuador. convertido, además, en asunto de los exper-

26 ICONOS
tos. Estos no sólo han definido las políticas de Todo esto lo planteo en tono de provoca-
intervención sino que han orientado las cam- ción, asumiendo lo político como proyecto
pañas publicitarias y las acciones dirigidas a que se define de modo público, y que tiene
crear una “cultura del patrimonio”. Los cam- que ver con lo que es bueno y justo para la po-
bios en las políticas del patrimonio generados lis (Arendt 1998). Pero hay algo más que me
a partir de las instancias municipales y de los hace particularmente sensible a esta temática y
organismos internacionales involucrados con es que desde hace algún tiempo estoy inten-
el tema han sido importantes. Sin embargo, tando registrar la historia del gremio de alba-
hay un aspecto que generalmente se pasa por ñiles de Quito, estoy investigando a partir de
alto y es que el punto de partida anterior a historias de vida de viejos albañiles cuyo traba-
cualquier discusión sobre políticas sería saber jo se desarrolló en gran parte en el casco his-
desde dónde y cómo se generan esas políticas. tórico de la ciudad, lo que les hace herederos
Si asumimos el sentido originario de lo que de una serie de saberes relacionados con anti-
constituye el ámbito de lo político, lo lógico guas técnicas de construcción y conservación,
es preguntar sobre la forma en la que se defi- pero también de otra de las memorias posibles
nen las políticas. O si se quiere: el juego de de la ciudad. Una de las cosas que más ha
intereses que está detrás de cada política (aun- preocupado al gremio es constituirse en inter-
que se presente como acción desinteresada, locutores legítimos en el campo del patrimo-
en este caso relacionada con el patrimonio y nio: sus representantes históricos (me refiero a
la cultura, y por tanto como no política). No dos de ellos, Nicolás Pichucho y Segundo Ja-
constituye algo sencillo ya que es justamente cho) están empeñados en trasmitir a la ciudad
esta relación con lo político lo que general- sus saberes con el fin de que no se pierdan
mente se les escapa a las instituciones y perso- (“nadie sabe qué hacer con las viejas casas, có-
nas encargadas de elaborar políticas. La ac- mo cuidarlas, cómo preservarlas”), asisten co-
ción de los expertos se presenta como emi- mo oyentes a seminarios y foros, asumen la
nentemente técnica y por tanto como políti- defensa del patrimonio y emiten opiniones
camente neutra: define políticas pero aparece desde el público asistente. Históricamente
como no contaminada por lo político. han participado en la construcción del centro
Existe incluso una cuestión previa y es la conjuntamente con los arquitectos, sin em-
relacionada con las condiciones de posibili- bargo se quejan de que su opinión no es escu-
dad de la discusión misma. Sería interesante chada, no constituye una opinión autorizada.
saber de qué modo se definen las preocupa-
Archivo Hitórico. Banco Central del Ecuador

ciones en ese campo y en función de qué ne-


cesidades prácticas. Habría que examinar
además qué es lo que convierte a los que in-
tervienen en discusiones como esta en locuto-
res legítimos, y qué actores son colocados fue-
ra de ello. Preguntarse, por último, acerca de
los mecanismos a partir de los cuales se defi-
ne una opinión “autorizada” sobre cultura,
centros históricos, patrimonio, y qué relación
existe entre los problemas así planteados y
otros espacios, como los de los medios y su
publicidad a partir de los cuales se dirige la
llamada “opinión pública”, así como con ac-
tividades menos nobles como las relacionadas
con el financiamiento y el negocio del patri-
monio y con su “policía”. Quito, Plaza del Teatro, hacia 1895.

ICONOS 27
dossier

Aparentemente se está dando un peso a la cultura e incluso a la diversidad cultural


y al multiculturalismo. En realidad se trata de un proceso de empobrecimiento
cultural del que no somos del todo conscientes. La cultura, e incluso en plural, las
culturas, se han convertido en sinónimo de espectáculo.
Con lo que digo no estoy asumiendo una desautoriza otras, o si se quiere (siguiendo a
posición demagógica, sino planteando un Bourdieu) las formas cómo se constituye una
problema que no siempre ha sido tomado en autoridad legitimada y legitimante en el cam-
cuenta: el de que aún cuando el patrimonio po del patrimonio. Una discusión como ésta
se presenta como algo que pertenece a todos puede ser fructífera ya que habla de la posibi-
y por tanto constituye (o debería constituir) lidad de comenzar a acoger el pensamiento
un campo de preocupación ciudadana, en la que se genera desde el margen, acercándose al
discusión y definición de políticas de patri- punto de vista de la gente.
monio no todos tienen la posibilidad de par-
ticipar. Nicolás Pichucho conoce con detalle
el centro histórico de Quito. Se duele por ca- De las juntas de embellecimiento
da casa deteriorada. Cuestiona cada interven- urbano a las políticas poblacionales
ción en términos culturales y técnicos. Es, a
su manera, un experto. Sin embargo, su opi- La cuestión del patrimonio no es nueva, pero
nión no tiene importancia, o a lo mucho es ha tomado peso y significación en los últimos
escuchada a modo de curiosidad o de folklo- años, cambiando en buena medida su senti-
re. Su punto de partida es sencillo: si fueron do. Pensemos, por ejemplo, en las juntas de
albañiles los que participaron en la construc- embellecimiento urbano que funcionaron en
ción del centro, son ahora ellos los que han de algunas ciudades hasta las primeras décadas
dolerse por su destrucción. En sus recorridos del siglo XX y fueron convertidas más tarde
por las zonas históricas los miembros del gre- en institutos de patrimonio. Su preocupación
mio diseñan propuestas que parten de su pro- era la recuperación de ciertos hitos o monu-
pio mundo de vida, emiten opiniones que ge- mentos representativos de lo hispano, lo crio-
neralmente no tienen canales para ser escu- llo, lo patricio, en momentos en los que las
chadas. Muestran preocupación por el patri- ciudades habían comenzado a expandirse y
monio y por la problemática social vinculada modernizarse y en los que las mismas elites
con el patrimonio, pero en el contexto de una habían abandonado los cascos antiguos, dan-
sociedad social y culturalmente excluyente, do paso a su tugurización. Fueron momentos
sus opiniones no están legitimadas. Aunque de modernidad incipiente en los que el patri-
la problemática del patrimonio pertenece a monio fue concebido como nostalgia o como
todos, la definición de sus políticas se ha con- pérdida, así como preocupación por el dete-
vertido cada vez más en una cuestión privati- rioro de ciertos monumentos civiles y religio-
va de los expertos. Y esto que digo no vale so- sos con significado simbólico.
lo para los albañiles sino para otros sectores No es que en esa época faltasen institucio-
relacionados con los centros históricos que nes preocupadas por la población: por su higie-
son múltiples y variados, de modo que no nización o por desarrollar acciones dirigidas a
pueden ser colocados bajo un único denomi- protegerla (persecución de vagos y viciosos, en-
nador, incluido el de ciudadanos. cierro de huérfanos, ancianos y locos, limpieza
Lo que intento, en definitiva, es llamar la racial del centro), pero se trataba de acciones
atención sobre las condiciones a partir de las asiladas, a más de que se daba una separación
cuales se legitima un tipo de opiniones y se entre este tipo de acciones y las que tenían que

28 ICONOS
ver con el cuidado y ornato de la ciudad, con el “potenciarlos”. Buena parte de esos programas
embellecimiento de determinados hitos simbó- están dirigidos a desarrollar lo que se ha dado
licos y la restauración de edificaciones. O si se en llamar una “cultura” y unos “comporta-
quiere, existía una separación entre la cultura mientos ciudadanos”. ¿Pero quién define lo
ciudadana, concebida como patrimonio y alta que es un comportamiento ciudadano? Tanto
cultura, y las acciones directamente relaciona- en Quito como en Bogota y Lima esa labor ha
das con la administración de las poblaciones, sido encomendada en buena medida a la poli-
su policía e higiene. Tampoco la planificación cía (en una noticia del diario El Comercio de
urbana, tal como se desarrolló a mediados del Quito de abril del 2003 se habla de “acompa-
siglo XX, se ocupó directamente de las pobla- ñamiento” policial de los vendedores; en otra
ciones; más bien, ésta fue concebida en térmi- de la misma época de “espacios legales para la
nos exclusivamente espaciales, como ordena- comida popular”, diferenciándolos de los ile-
ción del territorio que se había expandido más gales). Se trata de intervenciones sobre la esfe-
allá de los antiguos cascos históricos. ra pública pero también de un tipo de acciones
Ahora se ha generado una preocupación que tiene que ver con los comportamientos de
de signo distinto por los centros históricos las gentes, con sus sentidos del gusto y que de
que incluye no sólo a las edificaciones sino a un modo u otro se inscriben en los cuerpos (en
los habitantes. Se trata de dispositivos técni- el malecón guayaquileño, por ejemplo, se ha
cos dirigidos a monitorear las condiciones so- prohibido besarse o usar determinadas pren-
ciales de la gente: acciones que provienen de das; se condiciona a escuchar música “ambien-
las instituciones y empresas encargadas de la tal”, percibida como culta, en oposición a la
administración del centro. Antes de cada in- música no culta, popular o juvenil).
tervención se elaboran estadísticas, encuestas, ¿Cómo es posible esto en circunstancias
se realizan mapeos de los usos sociales y cul- en las que, por el contrario, existe una ten-
turales de los espacios, que permiten clasifi- dencia generalizada al abandono de todo
carlos de acuerdo a la calidad de los servicios, sentido público? Este tipo de acciones par-
criterios de seguridad, salubridad o posibili- ten del supuesto ideal de que el centro cons-
dades de rentabilidad. Se desarrollan campa- tituye un espacio privilegiado por su signifi-
ñas dirigidas al control del centro2 así como a cado simbólico, en el que es posible recons-
generar una cultura del patrimonio (concebi- tituir lo público. Se parte de la idea de que
da como equivalente de cultura ciudadana), la ciudad es un organismo que tiene un cen-
se diseñan planes de sostenibilidad social y de tro o eje a partir del cual puede reorientarse.
reactivación cultural, se asumen acciones En el fondo se trata de la ilusión tecnocráti-
contra sectores considerados peligrosos como ca de que la ciudad puede ser ordenada, de
las trabajadoras sexuales, los mendigos, los que se puede imprimir en ella una raciona-
vendedores ambulantes, los vigilantes de au- lidad que abarque todos los campos, inclui-
tos, charlatanes y artistas populares. Me pare- do el de la cultura, que se pueda imprimir
ce que hoy existe una relación mucho más di- una cultura de la racionalidad (una cultura
recta entre patrimonio y seguridad, entre pa- aparentemente moderna pero que sigue
trimonio y biopolítica. siendo heredera de la idea de alta cultura) a
Las acciones culturales son concebidas co- partir de un núcleo central organizado. Se
mo acciones públicas orientadas a racionalizar trata de planes de organización social y cul-
los usos culturales de la gente, a ordenarlos y tural del centro, en condiciones en las que
las ciudades se han hecho caóticas, desorde-
2 En una declaración reciente (Diario El Universo, 30 nadas, inmanejables y en las que la noción
de julio de 2004) la administradora zonal del centro
de cultura como esencia ya no tiene sentido.
histórico de Quito declaraba que la Policía Metropo-
litana controla a los ambulantes, pero “es difícil con- Se podría argüir que se trata de acciones ex-
tabilizarlos y evitar su presencia en las vías”. perimentales y que estas se han visto favore-

ICONOS 29
tura, están cambiado, de modo impercepti-
ble, el sentido y el significado de los centros
históricos3.

La cultura del patrimonio y la


administración de las poblaciones

Archivo Histórico. Banco Central del Ecuadro


¿Cuál es la relación entre cultura y patrimo-
nio? Se trata de una relación histórica. Por un
lado asistimos a un proceso de legitimación
de un sentido patrimonial de la cultura, por
otro, a un discurso y una práctica orientada a
incorporar otras formas culturales bajo un
discurso aparentemente democrático de la di-
Mercado en la Plaza de San Francisco, hacia 1890. versidad. Lo primero se orienta a poner en
funcionamiento los mecanismos de distin-
ción entre alta y baja cultura a partir de la di-
cidas por las inversiones que se realizan en ferenciación de ciertos espacios y públicos
determinadas zonas de los cascos antiguos. considerados cultos (lo que incluye tanto tea-
¿Pero qué se experimenta, cómo y con qué tros y salas de conciertos como restaurantes,
finalidad? discotecas y cafés de carácter exclusivo y ex-
Valdría la pena hacer un seguimiento de cluyente) de los no cultos o masivos, así como
las distintas propuestas económicas, sociales a la generación de espacios controlados, civi-
y culturales hechas para los centros históri- lizados y civilizatorios. Lo segundo está rela-
cos y asumirlas de una manera crítica e in- cionado con la conversión de las manifesta-
tegral. Metodológicamente tendríamos que ciones populares en mercancía o espectáculo,
relacionar esas propuestas con las acciones fuera de cualquier proceso de participación
que se producen en otras esferas, como por de la propia gente que no sea la de meros es-
ejemplo al interior de los medios y de la cul- pectadores. En el contexto de las nuevas for-
tura de masas (que fabrican constantemente mas de gobierno de las poblaciones plantea-
imágenes del centro, reinventando sus sig- das por las agendas globales, esto puede to-
nificados y orientando la opinión de la gen- mar la forma de “festivales de la diversidad”
te como antecedente de las intervenciones), (representaciones teatrales de mitos indíge-
las políticas de inversiones públicas y priva- nas, artesanía estilizada, ballets folklóricos).
das (dirigidas a imponer criterios de renta-
bilidad y a cambiar los usos del suelo), las 3 Insisto en que se trata de ensayos de intervención que
relaciones entre patrimonio y turismo y el se realizan en determinadas áreas y que intentan lo-
interés puesto por el negocio turístico inter- grar un control de la delincuencia pero también de los
pobres. Parte de esto tiene que ver con las acciones
nacional en la construcción de parques te- orientadas a sacar a los mendigos y a las trabajadoras
máticos, o todas esas acciones relacionadas sexuales del centro o, incluso, como en el caso del
con lo que en tono igualmente provocador Brasil, la eliminación de gamines. No digo con esto
que en todas las ciudades sucedan las cosas del mismo
me atrevo a llamar “policía del patrimonio” modo. Hay modelos represivos como el de Lima y
(desalojos, reubicaciones, vigilancia y lim- Guayaquil y otros que intentan generar un “consenso
pieza social y étnica de las áreas históricas). ciudadano” como el de Quito, pero en todos ellos el
Me da la impresión de que todas esas prác- patrimonio está relacionado con formas de adminis-
tración y control de las poblaciones. Se trata, además,
ticas institucionales, aparentemente ajenas a de acciones sobre las que no se discute, que están pre-
lo que se concibe como el ámbito de la cul- definidas por los expertos.

30 ICONOS
Se podría hablar de una banalización e insti- institucionalización y formalización cultural,
tucionalización de la diferencia, que esconde y con ello a un desgaste de sus contenidos? Se
nuevas formas de racismo. trataría de la imposición de una mirada, in-
Al conversar con los viejos albañiles de cluso si se presenta como “mirada abierta al
Quito puedo reconstruir la imagen del centro otro” o como “acción al servicio del otro”, di-
como espacio de religiosidad y fiesta barroca rigida a mejorarlo o a potenciarlo. Esa mira-
de la que el gremio de albañiles, al igual que da intenta ser organizada desde un nuevo
otras agrupaciones como las de los carpinte- modelo civilizatorio, propio de la sociedad
ros, las vivanderas, los sastres, los carpinteros, del espectáculo, sin que los agentes tengan la
era partícipe (“participábamos en todas las posibilidad de participar ni siquiera en la
fiestas con nuestros estandartes, músicos, dan- construcción negociada de sus propias imá-
zantes”). Yo mismo conservo la imagen de lu- genes. Aparentemente se está dando un peso
gares como la avenida 24 de Mayo, en la que a la cultura e incluso a la diversidad cultural
se desarrollaba un fuerte intercambio social y y al multiculturalismo. En realidad se trata
cultural y que luego fue convertida -gracias a de un proceso de empobrecimiento cultural
las políticas de expulsión indiscriminada de las del que no somos del todo conscientes, y que
actividades populares- en espacio delincuen- tiende a confundirse con una supuesta cons-
cial. ¿En qué medida se podría hablar de que trucción de democracia y ciudadanía. La cul-
nuestras ciudades han vivido largos procesos tura, e incluso en plural, las culturas, se han
de expropiación cultural o de pérdida de sen- convertido en sinónimo de espectáculo, des-
tidos? A partir de la investigación histórica se provisto de cuestionamientos y de conteni-
ha logrado recuperar esa memoria. No se tra- dos. Los antropólogos catalanes hablan de
ta, sin embargo, de algo lejano en el tiempo. ciudades-empresas y de la producción de
En las afueras de la Iglesia de San Francisco de marcas, la marca-Barcelona, pero también
Quito se organizaba hasta hace poco todo un podríamos hablar de la marca-Bogota, la
mundo público relacionado con una rica ima- marca-Guayaquil, la marca-Quito.
ginería popular, pero hoy ese mundo ha sido Al comentar una exhibición de objetos
reducido a los antiguos baños de la iglesia, y “tribales” en el Museo de Arte Moderno de
convertido de alguna manera en un sub-mun- Nueva York, James Clifford cuestiona el gusto
do. La propia imaginería ha sido afectada por de la sociedad moderna por apropiarse o por
esas circunstancias, así como el espacio cultu- rescatar la alteridad, por organizar las artes no
ral (procesiones, altares, creencias, imagina- occidentales a su propia imagen, así como la
rios) relacionado con la producción y circula- tendencia a descontextualizar esa producción,
ción de imágenes. En otros casos lo que se ha a descubrir en ellas capacidades “humanas”
dado es lo que Gabriel Salazar llama un “en- universales y ahistóricas, a neutralizar sus pro-
carcelamiento” de lo popular: las ferias, los pios valores (Clifford 1995: 223). Algo seme-
mercados, los parques. Las propias zonas his- jante se podría decir con respecto a los centros
tóricas son concebidas como zonas seguras en históricos. En este caso específico estoy lla-
oposición a las inseguras (el resto de la ciudad) mando a discutir las prácticas de promoción o
pero sólo logran sostenerse a partir de prácti- de “revitalización” de lo popular, lo negro, lo
cas de vigilancia y de separación social. indígena, mediante la puesta en escena de un
¿Hay un problema de sensibilidad de folklore caricaturesco (o de un “foro de las cul-
nuestros expertos con respecto a estos temas turas”, algo que ha sido cuestionado en el ca-
o se trata de algo que responde a una tenden- so de Barcelona) en condiciones en las que sus
cia internacional, propia de la sociedad del formas vivas (sus expresiones culturales coti-
espectáculo consistente en hacer del patri- dianas) son expulsadas (o tienden a ser expul-
monio y de la cultura mercancías? ¿Es posi- sadas, ya que se trata de una política a media-
ble que estemos asistiendo a un intento de no plazo) de los espacios públicos.

ICONOS 31
dossier
Por un lado están los procesos fallidos de Patrimonio y políticas de la memoria
conversión de los centros históricos en espacios
museográficos, escenarios vaciados de conteni- El patrimonio es concebido en términos de
do vital, como ha mostrado Paulo Ormindo de memoria y de identidad. Pero, ¿quién define la
Azevedo para el caso de Salvador Bahia4. Por identidad de una ciudad y desde donde? ¿Se
otro lado están las prácticas de domesticación puede hablar, acaso, de una memoria legítima
de lo popular, del carnaval, de lo sagrado, la or- y de otras que no lo son? Tomemos como
ganización de ritos sin eficacia ritual, símbolos ejemplo el caso de la reinvención de una tradi-
sin eficacia simbólica (Delgado 2001:64), so- ción patricia en Guayaquil, criolla en Lima o
cavando de ese modo su vitalidad, en lugar de “culta” en Bogotá y Quito. ¿Al trabajar en la
dar paso a la revitalización de las culturas (algo producción de esos tipos de memoria a través
que además permitiría que un turismo de ma- de ceremoniales públicos, museografía, publi-
yor calidad se beneficie con ello). cidad, producción historiográfica orientada
Me parece, sin embargo, que no se trata de por publicistas, no se está dejando de lado otras
algo definitivamente saldado, debido al carác- memorias posibles como las de los albañiles, las
ter mismo de nuestra modernidad y posmoder- mujeres, los gremios de artesanos? Al mismo
nidad y a la capacidad de escape de la pobla- tiempo, ¿no se está atribuyendo a la memoria
ción5. Con esto no estoy planteando la posibi- significados políticos que responden a requeri-
lidad de desarrollar acciones culturales puras, al mientos de hegemonía contemporáneos?
margen del mercado, el turismo o de la propia “En el ámbito del patrimonio se habla de
cultura de masas, sino en dar paso a las poten- ‘selección que hace la sociedad’ (...) Pero,
cialidades creativas de la gente, sin intervenir ¿quién es esta sociedad? ¿Quién representa o
en la orientación de ellas. Por un lado hay que dirige la representación, quién elige el espejo
confiar en la inmensa capacidad de los pueblos y determina la más o menos sutil curvatura
para redefinir sus imaginarios y sus prácticas del cristal, quién piensa y elabora el discurso?,
cotidianas, incluso en el contexto del mundo ¿quién efectúa la selección? ¿Quién decide
globalizado y de una nueva “policía de la cultu- que mostrar en la vitrina?” (Prats,1997:33)
ra”. Además, no existen consumidores pasivos Asistimos a la construcción de una memo-
de cultura, sino las diversas “tácticas del consu- ria selectiva y excluyente: a la identificación
midor” de las que habla Michel De Certau. Por del patrimonio con unos supuestos orígenes o
otro lado, también el turismo, el comercio, la esencias relacionadas con la “limeñidad”, la
producción cultural de los medios, se acomo- “quiteñidad” o la “guayaquiñelidad”, a una
dan a las trayectorias locales. Como muestra domesticación y cosificación de la memoria.
Arjun Appadurai en relación a la India, el turis- Si es así, el problema no radica tanto en el va-
mo asume los recorridos de los peregrinajes re- lor que se de o se deje de dar a una zona, una
ligiosos, de modo que en el campo cultural se edificación, una plaza, un acta fundacional, si-
trata de una relación de ida y vuelta. no en saber de qué modo determinados signi-
ficados se convierten en hegemónicos; esto su-
4 Ver su artículo en este dossier de Iconos. pone concebir el patrimonio y la memoria co-
5 Se trata, además, de una orientación que está siendo mo resultado de construcciones culturales que
cuestionada y frente a la cual se han intentado presen- se desarrollan dentro de determinados campos
tar alternativas. Si los museos cumplieron una fun- de fuerzas sociales, étnicos y de género.
ción en la representación de la cultura de una nación,
hoy se han visto obligados a desarrollar estrategias in-
Entendemos por “desnaturalización” del
teractivas no formales, de descentramiento de la me- patrimonio las acciones dirigidas a develar sus
moria, y a relacionar la actividad museológica con la orígenes, desmontar sus supuestos, desinstitu-
producción conciente de significados que tengan que
cionalizarlo, mostrar lo que está más allá de
ver con la vida, necesidades y preocupaciones de la
población (estoy pensando, por ejemplo, en la necesi- una arquitectura, establecer la relación entre
dad de generar una cultura de respeto a la diferencia). unos orígenes y un conjunto de intereses y ne-

32 ICONOS
Asistimos a la construcción de una memoria selectiva y excluyente: a la identificación
del patrimonio con unos supuestos orígenes o esencias, a una domesticación y cosifi-
cación de la memoria. El problema no radica en el valor que se de a una zona, sino
en saber de qué modo determinados significados se convierten en hegemónicos.
cesidades corrientes o -siguiendo a Foucault- canas en las que la urbanización temprana
poco nobles. Existe, como sabemos, una eco- produjo una disputa por los espacios. La calle
nomía material y simbólica que define lo que es, de acuerdo a Sarlo (1996:187), “el lugar,
importa o no en términos de patrimonio en entre todos, donde diferentes grupos realizan
cada momento, destaca determinados hitos, sus batallas de ocupación simbólica”. El incre-
zonas, monumentos, obras de arte, dejando mento de la población como resultado de las
de lado e incluso desvalorizando otros. migraciones y la expansión de las ciudades, en
No se trata de un problema puramente las décadas siguientes, y los choques culturales
técnico (o que pueda reducirse a una diferen- generados en medio de ello, provocaron el
cia entre escuelas conservacionistas, integra- abandono de los cascos históricos por parte de
cionistas, etc.) sino de una disputa de mayor las elites y su tugurización, así como el desa-
alcance por los usos sociales y culturales del rrollo paralelo de criterios conservacionistas.
centro y, por sus significados, anterior inclu- Con la primera modernidad, buena parte de
so a la idea misma de patrimonio. Esa dispu- los centros históricos de América Latina fue-
ta nos remite a finales de la colonia cuando el ron abandonados a su suerte, sin que por eso
despotismo ilustrado intentó poner fin al se deje de atribuirles un significado simbólico
imaginario barroco, tal como se había dado relacionado con una tradición ibérica.
en América, consumando un divorcio entre Se trata de momentos anteriores al actual
las devociones indígenas y populares y las pero que de un modo u otro marcan lo que
prácticas y ceremoniales institucionalmente sucede actualmente ya que muchos de sus
legitimadas. Se trataba, en términos de Gru- contenidos, relacionados con el retorno a
zinzki (1994), de una verdadera “guerra de las unos supuestos orígenes, han sido resignifica-
imágenes” cuya problemática se ha prolonga- dos. No puedo detenerme en cada uno de esos
do hasta nuestros días. momentos; existe una amplia literatura al res-
Con la modernidad temprana, de finales pecto en América Latina y lo que habría que
del siglo XIX e inicios del siglo XX, esa dispu- emprender es una lectura desde el presente6.
ta por recursos simbólicos estuvo marcada por ¿Qué hace que en el contexto de la globa-
la idea del progreso, y se expresó en el intento lización, la renovación urbana y la moderniza-
de expulsión de las manifestaciones “no civili- ción, se de tanta importancia al patrimonio?
zadas” del centro (y de manera particular en ¿Bajo que condiciones determinados espacios,
las relacionadas con el mundo indígena, ne- hechos, monumentos, pasan a ser sacraliza-
gro, oriental y popular), así como en el ade- dos, convertidos en recursos para la reinven-
centamiento de los espacios .sociales. Como ción de una tradición? ¿Pero qué hemos de
señala Ramón (1999) con relación a Lima, en entender, además, por tradición en el contex-
una sociedad en la que las elites eran herede- to de la formación de sociedades posnaciona-
ras de una tradición de privilegio se hacía les en las que, paradójicamente, el destino de
inadmisible aceptar la presencia de una “po- nuestros países y de su gente intenta ser defi-
blación extraña” como la de los chinos (de la
que, paradójicamente, dependía económica-
6 La historia, como la antropología, pueden darnos una
mente como fuerza de trabajo). Algo semejan- serie de pistas y elementos de comparación para en-
te sucedió en el resto de ciudades latinoameri- tender lo que pasa con los centros históricos.

ICONOS 33
No olvidemos, sin embargo, que se desa-

José D. Lasso
rrolla al mismo tiempo una lucha, muchas ve-
ces invisible e invisibilizada, por los usos de
los espacios o por el “descentramiento de la
tradición y de la memoria”, que responde al
desarrollo de identidades distintas a las de la
cultura institucional, como es el caso de las
mujeres, los pueblos negros e indígenas o de
ciertas capas populares urbanas víctimas de la
violencia política o social, minorías sexuales,
desplazados. Se trata de una disputa sobre bie-
nes escasos: los espacios centrales, las calles,
las plazas, el uso de las edificaciones, la posi-
bilidad de conjugar distintas memorias, así
como por un sentido democrático e incluyen-
Plaza Grande, Quito, hacia 1920
te de lo público. Una disputa que se libra, so-
nido desde estrategias hegemónicas globales? bre todo, en términos prácticos y desde el
No se pueden negar los logros de las inter- margen y que está relacionada, además, con lo
venciones en los centros históricos de Quito, que en términos de Bourdieu podríamos lla-
Lima o Bogotá en términos de rehabilitación mar los sentidos sociales del gusto. En este
de determinados espacios. Pero lo que está en ámbito se viene cuestionando la confusión
discusión es el sentido político y cultural de entre patrimonio y la construcción de campos
esas intervenciones. La idea de patrimonio es temáticos así como la necesidad de abordar el
resultado de una economía simbólica relacio- tema de la diversidad como superación del ra-
nada con “políticas de la memoria” pero de- cismo y la desigualdad y no como mercancía.
pende, además, de estrategias dirigidas a renta-
bilizar el centro en función de determinados Bibliografía
intereses, principalmente relacionados con la
Appadurai Arjun, 2001, La modernidad desbordada,Trilce,
industria del turismo y el negocio inmobilia- FCE, Buenos Aires
rio. Aunque se trata de campos que responden Arandt Hannah,1998, La condición humana, Paidós, Barcelona.
a lógicas distintas, se condicionan mutuamen- Clifford, James, 1995, Dilemas de la cultura, Gedisa, Bar-
celona.
te. Así, muchas veces la llamada defensa del
Debord, Guy, 2003, La sociedad del espectáculo, Pre-Tex-
patrimonio (planteada en términos culturales) tos, Madrid.
constituye un recurso empleado para la reno- De Certau, Michel, 1996, La invención de lo cotidiano,
vación urbana. Otras veces el discurso sobre la Universidad Iberoamericana, México.
Delgado, Manuel, 2001, El animal público, Alfaguara,
cultura o la identidad se origina en las agendas Barcelona.
turísticas internacionales. Por lo general, qué Gruzinzki, Serge, 1994, La guerra de las imágenes. De Cris-
hacer o no hacer en los centros históricos se re- tóbal Colón a “Blade Runner” (1492-2019), Fondo de
Cultura Económico, México.
laciona estrechamente con las imágenes gene- Institut Catalá d´Antropologia, 2004, La otra cara del Fo-
radas por los medios y tiene que ver con lo que rum de les Cultures, Ediciones Belaterra, Barcelona.
desde el sentido común institucional es conce- Prats, Llorenc, 1997, Antropología y patrimonio, Ariel An-
tropología, Barcelona.
bido como decente o indecente, culto o incul-
Ramón, Gabriel, 1999, La muralla y los callejones, inter-
to, civilizado o no civilizado. Las acciones en vención urbana y proyecto político en Lima durante la
los centros históricos se definen en términos segunda mitad del siglo XIX, Pomperú-Sidea, Lima.
de cultura ciudadana (es por eso que son capa- Sarlo, Beatriz, 1996, “Modernidad y mezcla cultural”, en
Vázquez, Horacio, director, Buenos Aires, 1880-1930,
ces de generar un consenso), pero no son aje- Alianza Editorial, Madrid, pp. 183-195.
nas a estrategias de inversiones en campos co- Diarios consultados: El Comercio de Lima, El Comercio
mo el turismo y el negocio inmobiliario. de Quito, El Universo de Guayaquil.

34 ICONOS
Los
centros
históricos
en la era digital
Fernando Carrión1 Con esta vuelta de prioridad a la urbe
construida2, el centro histórico cobra un peso
singular y su naturaleza cambia; se plantean
El presente artículo nace del estudio y la refle- nuevos retos vinculados a las accesibilidades,
xión sobre lo que se ha hecho y estudiado en a las centralidades intraurbanas, a las simbo-
los centros históricos (CHs) más importantes logías existentes y a las relaciones sociales que
de América Latina. Para el desarrollo de la ló- le dan sustento; se revaloriza la centralidad
gica expositiva se plantean tres preguntas cla- histórica y se plantea el reto de desarrollar
ves en torno a) a lo que está ocurriendo en los nuevas metodologías, técnicas y conceptos
CHs, b) a lo qué pasaría en ellos si no se hace que abren nuevas perspectivas analíticas y
nada y se deja que las fuerzas sociales operen mecanismos de intervención que superan los
bajo su propia inercia, y c) a lo que correspon- paradigmas monumentales.
dería hacer (las políticas posibles y deseables) Esta transformación sustancial del objeto
para que los CHs puedan seguir existiendo. centro histórico y, de manera correlativa, de
las formas de entenderlo y actuar sobre él tie-
nen que ver, al menos, con lo siguiente:
¿Qué sucede con los centros
históricos en el nuevo patrón a) Incremento de la pobreza urbana
de urbanización?
Un reciente estudio de Arraigada (2000) con-
En América Latina el patrón de urbanización signó que el 62% de los pobres habitan en las
ha entrado en un franco proceso de transfor- ciudades. Si esto es así, no sólo que la mayoría
mación: si en los años 40s la urbanización se de la población urbana es pobre sino que las
dirigió hacia la expansión periférica, en la ac- ciudades en su totalidad también lo son. Esto
tualidad lo hace hacia la ciudad existente: se da lugar a pensar que hemos pasado de las
pasa de una tendencia exógena y centrífuga “ciudades de campesinos” -que nos mostrara
del desarrollo urbano, hacia una endógena y Roberts (1978)- a las “ciudades de pobres”.
centrípeta. Es una urbanización que transita Las ciudades de pobres son pobres, porque
del tradicional concepto de ciudad frontera a así como todo lo que topa el Rey Midas lo con-
otro de ciudad en red. vierte en oro, la pobreza donde llega todo lo
encarece y erosiona. Existen varios estudios
que muestran que la pobreza resulta ser más
Carrión, Fernando, 2004, “Los centros históricos en la cara que la riqueza. Por ejemplo, el acceso al
era digital”, en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador,
agua potable por tanque cisterna es más costo-
Quito, pp.35-44.
2 Que exige políticas y acciones urbanísticas dentro de
1 Director de CODEL e investigador de FLACSO las ciudades, es decir, urbanización de la ciudad o
(carrionf@yahoo.com). reurbanización.

ICONOS 35
dossier

El regreso a la ciudad construida (introspección) tiene como contraparte una cos-


mopolización e internacionalización de la ciudad. Estaríamos entrando en una fase
de introspección cosmopolita: si no hay una política para que los CHs se articulen
a ella, el proceso de globalización va a terminar marginándolos o periferizándolos.
so y de menor calidad que por la tubería del el incremento de la densidad de uso de los so-
sistema formal; el abastecimiento de víveres es portes materiales por la vía de la tugurización.
de peor calidad y de mayor precio en las comu- Esto significa que los lugares centrales que
nidades urbanas distantes que en los supermer- tienen un valor patrimonial se deterioran por
cados; la vivienda, el transporte y el crédito la falta de políticas públicas y estrategias de
también tienen un comportamiento similar. desarrollo urbano que superen la pobreza y
La pobreza social concentrada en el hábitat rompan este ciclo perverso.
tiende a degradarlo y éste hábitat erosionado se En suma, los CHs en América Latina vi-
convierte en factor adicional de la pobreza; es ven una contradicción estructural: la concen-
decir, un círculo sin fin de la pobreza. En ese tración de la riqueza histórico-cultural y de la
proceso, los CHs se convierten en el espacio pobreza socio-económica de la población. Una
estratégico para el “mundo popular urbano” definición de este tipo requiere una política
donde cobra vida el tugurio, el comercio am- que trate la totalidad de contradicción sin
bulante, la prostitución y la informalidad, co- privilegiar -como se ha hecho hasta ahora-
mo mecanismos o estrategias de sobrevivencia uno de sus polos (lo cual conduce a una polí-
para los sectores populares urbanos. tica también contradictoria de preservación -
Los sectores de más bajos ingresos residen la riqueza- y desarrollo -la pobreza-)3.
-como estrategia de sobrevivencia- en los lu-
gares de renta nula. Esto es donde las condi- b) La transición demográfica
ciones del sitio son más complejas para el de-
sarrollo urbano y donde los servicios no exis- América Latina concentró en 1950 el 41% de
ten o son precarios (periferia); pero también la población en ciudades y en 2000 el 78%
en los lugares centrales de la ciudad gracias al (HABITAT 1999). La concentración de la
uso intensivo del espacio y al hacinamiento población en áreas urbanas tiene su contra-
de la población, bajo la modalidad económi- parte en la reducción de las tasas de urbaniza-
ca del tugurio: muchos pocos hacen un mucho. ción. Si en 1950 Latinoamérica tenía una ta-
En uno y otro caso deterioran el medio am- sa promedio de 4.6, para el 2000 se redujo a
biente urbano, natural o construido, y se con- la mitad, 2.3. La disminución es lógica por-
vierten en causa y efecto de la pobreza. que hay menos población residente en el
Asimismo, el comercio callejero tiene sen- campo y menos decisión para migrar. Si se
tido en la centralidad porque allí es posible la entiende que la migración es un proceso fini-
convergencia de tres condiciones: uso privado to, tenemos que en 1950 había un 60% de la
del espacio público sin que se paguen los cos- población potencialmente migrante, mien-
tos reales de la localización; no pago de los tras que en la actualidad se reduce al 20%.
tributos al consumo, a las transacciones mer- Esto significa que en la región se cerró el ci-
cantiles y a las importaciones; y finalmente la clo de la migración del campo a la ciudad y
existencia de una demanda cautiva. del crecimiento vertiginoso de las urbes (que
Esta condición de la pobreza conduce a un
ciclo perverso: la inversión realizada en los 3 Basada en un énfasis a lo físico-espacial y en un me-
CHs incrementa las rentas del suelo, las cua- canismo de regreso al pasado, la concepción monu-
les plantean la expulsión de la población de mentalista tiene a la conservación como eje unilateral
menos recursos económicos o, en su defecto, de su política.

36 ICONOS
produjo una lógica de urbanización sustenta- también se establecen lazos interurbanos que
da en la periferización y la metropolización). hacen repensar el continuo urbano-urbano.
Paralelamente, se abrió un nuevo proceso ¿Cómo pensar un centro histórico que no só-
migratorio, esta vez dirigido hacia el exterior lo está disperso en una ciudad sino que está
de los países e, incluso, de la región: la migra- en otras ciudades y países?
ción internacional. Hoy muchos de nuestros La doble determinación demográfica -re-
países tienen demográficamente sus segundas y ducción de las tasas de migración rural-urba-
terceras ciudades fuera de los territorios na- nas e incremento de las migraciones por fue-
cionales e, incluso, continentales4. Económi- ra de los territorios nacionales, en un contex-
camente la región recibe alrededor de 25 mil to de globalización de la sociedad- plantea la
millones de dólares al año por concepto de re- contradicción entre el regreso a la “ciudad
mesas5. Políticamente se vive un proceso de construida” en un contexto de internacionali-
formación de “ciudadanías múltiples”6, y cul- zación (introspección cosmopolita). Esta
turalmente la conformación -como dice Beck contradicción es fundamental para los CHs
(1998)- de “comunidades simbólicas” confi- porque revaloriza el peso de la ciudad cons-
guradas en “espacios sociales transnaciona- truida y, dentro de ella, otorga mayor signifi-
les”7. En términos urbanos, se enlazan Ciudad cación a las centralidades urbana e histórica.
de México con Los Angeles, La Paz con Bue- Pero así como éstas últimas resultan revalori-
nos Aires, Lima con Santiago, Quito con zadas, también entran a competir entre ellas,
Murcia, porque el migrante reproduce la cul- con lo cual la contradicción entre la centrali-
tura del lugar de su origen en el del destino, y dad urbana e histórica adquiere una relevan-
cia sin par, porque hay una disputa de las fun-
4 La quinta parte de los mexicanos y la cuarta de los cu- ciones entre los lugares donde históricamente
banos viven en Estados Unidos; Buenos Aires es la
cuarta ciudad de Bolivia, Los Ángeles la cuarta de
se concentraban y los nuevos espacios donde
México, Miami la segunda de Cuba, Nueva York la empiezan a desarrollarse8.
segunda de El Salvador. Quito puede ser la segunda
otavaleña, México la mayor mixteca y La Paz la más c) La globalización y la revolución
grande aymara.
5 “De acuerdo al Fondo Multilateral de Inversiones científico tecnológica
(FOMIN) del BID, las remesas en América Latina al-
canzan alrededor de 25.000 millones de dólares al Se vive a escala planetaria un proceso de globa-
año y se proyecta que de continuar con las tasas de lización de la economía, la política y la cultura
crecimiento actuales, el valor de las remesas acumula-
das para la siguiente década 2001-2010 podría alcan-
Celeste Vargas

zar los 300.000 millones de dólares” (Avalos 2002).


México recibe 10 mil millones de dólares anuales por
remesas, en El Salvador es la primera fuente de ingre-
sos y en el Ecuador la segunda. Fenómeno similar
ocurre en Cuba o República Dominicana, Nicaragua
o Panamá y Colombia o Perú. En Brasil las remesas
equiparan a las exportaciones de café.
6 Reconocimiento a la doble y triple nacionalidad, el
otorgamiento del derecho al voto al migrante y el re-
conocimiento de regiones extraterritoriales.
7 Esta sería la forma privilegiada de articulación de la
“ciudad en red” desde América Latina, que si bien se
apoya en las nuevas tecnologías de la comunicación
(NTIC), no tendría tanto peso el determinismo tec-
nológico como ocurre con las “ciudades globales”.
8 Gracias a la condición de centralidad que es portador
el centro histórico, contiene valores simbólicos prove-
nientes de las actividades políticas (asiento del Estado
nacional), económicas (centro comercial), culturales
(iglesias) y sociales (trama social) que son disputados
por una nueva centralidad en desarrollo. Calle de La Habana

ICONOS 37
dossier
que tiene como contrapartida la localización Estas tres situaciones (pobreza, demografía
de sus efectos en lugares estratégicos: las ciuda- y globalización), vinculadas al cambio del pa-
des (Sassen, 1999). Pero la globalización no es trón de urbanización en la región, definen tres
un fenómeno externo sino parte constitutiva tensiones estructurales propias de los CHs en
de lo local. Es decir, asistimos a un proceso de América Latina. La primera tensión, entre ri-
glocalización (Robertson 1992) que, para el ca- queza histórico-cultural y pobreza económico-
so que nos ocupa, produce tres efectos signifi- social se expresa en la presencia de importan-
cativos: primero, reduce la distancia de los te- tes valores culturales -tangibles e intangibles-
rritorios, con lo cual los conceptos principales construidos a lo largo de la historia, contra-
del desarrollo urbano se modifican -accesibili- puestos a la existencia de una población que
dad, centralidad, velocidad-; segundo, acelera vive y trabaja en condiciones deplorables.
y multiplica la historia en espacios distintos y La segunda tensión, entre centro urbano y
distantes; y tercero, el lugar principal de socia- centro histórico, está latente en la vida y fun-
lización queda circunscrito al ámbito de las ción de los centros históricos. La disputa por
nuevas tecnologías de la comunicación9. la centralidad urbana, con la que nacieron los
En el caso de los CHs el proceso de gloca- CHs no ha culminado y más bien se ha agu-
lización se evidencia en tres aspectos. Primero, dizado. Mientras la centralidad urbana tiene
en términos económicos, la centralidad es un lógica propia la histórica requiere de políticas
elemento fundamental de la competitividad de públicas sólidas para existir, porque si se deja
las unidades económicas urbanas porque allí se que las fuerzas del mercado operen, en un
concentra la infraestructura (servicios, tecnolo- plazo relativamente corto las nuevas centrali-
gía), las comunicaciones (telefonía, vialidad), dades urbanas terminaran erosionando las
los recursos humanos (consumo, producción) centralidades históricas. La conformación de
y la administración (pública, privada). En el una nueva centralidad urbana pone a los CHs
caso de los CHs hay, además, una proyección en una disyuntiva interesante pero peligrosa:
mundial a través del turismo, las remesas y la convertirse en reducto de la memoria (del pa-
cooperación internacional. Segundo, en térmi- sado) o asumir su condición del eje del por-
nos culturales, el centro es un espacio de inte- venir urbano (del futuro).
gración social y cultural con proyección inter- La tercera tensión, entre lo global y lo local,
nacional, que opera como mecanismo de for- conduce a una internacionalización inédita
talecimiento del sentido de pertenencia a las de los CHs, donde lo global no debe ser vis-
culturas locales. Tercero, en términos políticos to como algo externo a lo local y donde los
vive un proceso de desnacionalización por lo- lugares centrales se articulan en red con otros
calización y privatización: con los procesos de CHs, de la misma o de otras ciudades. Pero
reforma del Estado (apertura, privatización y también plantea exigencias en cuanto a la fle-
descentralización) el municipio adquiere una xibilización de los servicios e infraestructuras
mayor funcionalidad, por lo que asistimos a y al fortalecimiento de la cultura local como
un regreso a la ciudad-estado donde los lugares forma de proyección mundial.
centrales se convierten en los puntos de avan- En suma, lo que tenemos es un paso de la
zada de este proceso. urbanización periférica hacia la ciudad cons-
truida y la formación simultánea de territo-
9 En épocas pasadas la socialización se hizo en la ciudad
rios translocales, o ciudades en red, construi-
(Ágora o Polis) o en el aula de la escuela, hoy se la ha- dos a partir de imaginarios articulados en es-
ce en los medios de comunicación. García Canclini pacios distintos. Esto lleva a preguntarse: ¿có-
(2000) muestra que el 28% de los migrantes que lle- mo pensar los CHs con estas centralidades
gan a Ciudad de México, no llegan para vivir el espa-
cio público urbano sino para recluirse en el mundo extendidas y articuladas? ¿Cómo pensar los
doméstico para ver la televisión. Y ven básicamente lo CHs en esta confrontación con la centralidad
mismo que en el campo: las noticias, el fútbol y las te- urbana? En otras palabras, una de las caracte-
lenovelas.

38 ICONOS
¿Cómo recuperar lo público para la política sobre los centros históricos? Rehabilitar
los CHs dependerá de la recomposición de su gestión a través de un marco institu-
cional compuesto por leyes, políticas y órganos diseñados para el efecto y, sobre
todo, de una ciudadanía capaz de potenciar el orden público ciudadano.
rísticas del proceso de urbanización y de glo- riferizado, pero también Santo Domingo
balización en América Latina es que esta in- o Cartagena que han tenido una propues-
trospección (o regreso a la ciudad construi- ta única y no heterogénea. Además, están
da), tiene como contraparte una cosmopoli- aquellos que empiezan a vaciarse de socie-
zación e internacionalización de la ciudad. Si dad debido a que los CHs están pierden
esto es así, estaríamos entrando en una fase de población residente. En suma, al perder
introspección cosmopolita, del que no están au- centralidad los CHs se transforman en lu-
sentes los CHs. De allí que si no hay una po- gares o barrios históricos y dejan de ser lo
lítica para que los CHs de América Latina se que son: centros.
articulen a esta introspección cosmopolita, el
proceso de globalización va a terminar margi- b) Podemos estar viviendo el aparecimiento de
nándolos o periferizándolos. nuevas formas de centralidad, sobre la base
de las siguientes vías:

¿Qué puede ocurrir con • Una primera que se vive la transformación


los centros históricos? del centro histórico de un espacio de en-
cuentro hacia otro de los flujos11. Un caso
¿Qué puede pasar con los CHs en este con- interesante para analizar es la formación de
texto, si tenemos en cuenta que son un pro- centralidades longitudinales como ocurre
ducto histórico que nace, se desarrolla y mue- en Bogotá -a partir del proyecto de trans-
re, como todo proceso social? Intentar res- porte Transmilenio y de los espacios públi-
ponder esta pregunta nos lleva a formular tres cos colindantes-, así como en La Paz, desde
hipótesis respecto de su devenir. su centro histórico hacia la Av. El Prado.
• Una segunda vía puede ser aquella que sur-
a) Podemos estar viviendo su fin. Si partimos ge de la integración de CHs bajo la moda-
por la opción más negativa, se puede plan- lidad en red. ¿Cómo entender los CHs en
tear que los CHs se están muriendo. La espacios discontinuos, en espacios que es-
hipótesis de partida fue la diferenciación tán más allá de fronteras definidas a través
entre centro urbano y centro histórico, de contenidos físicos? Esto permite com-
donde el primero le extrae las funciones de prender que el centro histórico de Coyoa-
centralidad al segundo y, en ese proceso, cán está vinculado con el de la ciudad de
termina degradándole. La centralidad la México, así como también el de Lima con
puede perder por varias vías: vaciamiento el de Santiago o el de Quito con el Murcia.
de funciones, homogeneización de usos, Esto significa que las centralidades están
incremento de pobreza, nuevas centralida- articuladas social, cultural, económica-
des y rezago tecnológico10. Ejemplos de es- mente sin que exista un espacio continuo.
ta situación son San Telmo en Buenos Ai- • Una tercera vía se inscribiría en aquella
res o Candelaria en Bogotá, que se han pe- definición de los “no lugares” (Augé

10 Plantearse el tema de la tecnología de punta para los 11 Siguiendo a Castells (2002), en el sentido de que es-
CHs es una forma central de reconstituir la competi- taríamos viviendo el paso del espacio de los lugares al
tividad, conectividad y posicionamiento perdidos. de los flujos.

ICONOS 39
dossier
En la realidad estas hipótesis pueden ope-
rar simultáneamente, aunque -probablemen-
te- alguna de ellas tenga, como tendencia ge-
neral, un peso mayor que las otras. Indepen-
dientemente de las hipótesis planteadas, los
CHs están viviendo una dinámica que hace
pensar que su futuro está en juego. Mucho
más si no se reconoce esta situación y se sigue
operando con los enfoques monumentalistas
y conservacionistas.

¿Qué se puede-debe hacer


en los centros históricos?

Los CHs tienen una doble dimensión de su ca-


rácter público: se trata del espacio público por
excelencia de la ciudad y deben ser gobernados
desde un marco institucional público-privado.

a) El centro histórico como espacio público


Antonio Mena

El centro histórico es el lugar privilegiado de


Centro histórico de Quito la tensión que se vive en la ciudad respecto de
las relaciones Estado-sociedad y público-pri-
2000): se constituye una centralidad en la vado. Lo es porque se trata del lugar que más
periferia, con tecnología de punta y acce- cambia en la ciudad -el más sensible y, por
sibilidad altamente diferenciada y exclu- tanto, flexible para adoptar mutaciones- y
yente. Se trata de la centralidad típica de la porque es el espacio público por excelencia,
globalización, con sus propios artefactos. debido a que en él se produce la simbiosis
El caso de Santa Fé en ciudad de México. (encuentro), lo simbólico (identidades múlti-
• Y por último, la centralidad virtual, don- ples y simultáneas) y la polis (espacio de dis-
de los portales del internet cumplen el rol puta y disputado). Esta condición es posible
de una centralidad difusa carente de un re- de comprenderla si se le entiende al CH co-
ferente territorial. mo un “espacio público” que debe ser recono-
cido no por sus partes aisladas (visión monu-
c) Fortalecimiento de la centralidad histórica. mentalista) o por las calles y plazas (visión
La tercera hipótesis puede llevar al fortaleci- restringida), sino por el significado que tiene
miento de los CHs sobre la base del desarro- como un todo para la ciudadanía.
llo sustentable y no de la conservación o pre- Simbiosis: es un espacio público que tiene
servación; lo cual supone insersión en redes la función urbana articuladora e integradora
urbanas, refuncionalización de la centralidad en lo social. Es un espacio de simbiosis por
en el contexto de la ciudad, reconversión tec- ser un lugar de encuentro al cual todos con-
nológica, posicionamiento y competitividad. vergen directa o indirectamente. Por eso, el
Desgraciadamente no hay un caso que reúna peso de la conectividad, el posicionamiento y
las condiciones, aunque justo es decirlo que sí la accesibilidad es fundamental. Esta condi-
existen casos que han trabajado algunas de las ción le hace ser un espacio distinto y particu-
dimensiones. lar de la ciudad y, en algunos casos, de la hu-

40 ICONOS
manidad, cuando hay un reconocimiento ex- gún otro lado de la ciudad, el tiempo y el es-
preso de la comunidad internacional (Decla- pacio. Y todo porque hay un imaginario espa-
raciones de Patrimonio de la Humanidad). cial y temporal que se confronta con otros al-
Simbólico: es un espacio público porque es rededor del aquí-allá, del ayer-mañana, del
un ámbito donde la población se socializa, se adentro-afuera y del pasado-futuro, explica-
informa y se expresa cívica y colectivamente. ble porque existe un espacio imaginado y otro
Y ello es factible por la heterogeneidad de espacio simbolizado, distintos del espacio vi-
funciones, gentes, tiempos y espacios que vido. De allí que se construya un imaginario
contiene. Se trata del “espacio de todos”, que y una simbología hegemónicas desde una po-
le da el sentido de identidad colectiva a la po- blación que ni siquiera vive ese espacio y que
blación que vive más allá del centro (espacio) lo ve como de los otros (la otredad), a partir
y más allá del presente (tiempo). Esto signifi- sus prejuicios e intereses.
ca que su condición pública transciende el Por otro lado, vivimos la época de la pri-
tiempo (antiguo-moderno) y el espacio (cen- vatización de la gestión pública en todos sus
tro-periferia), produciendo un legado trans- órdenes. Esta llega a los CHs para tomar par-
generacional y trans-espacial que define una tido en el espacio público -como un todo y
“ciudadanía derivada” (herencia). sus partes- más importante de la ciudad. La
Polis: la cualidad de espacio público tam- privatización de la gestión de los centros his-
bién se explicita porque no existe otro lugar tóricos se vive a través de la lógica privada de
de la ciudad que tenga un orden público tan administración urbana con la profusión de
definido y desarrollado. Allí están las particu- patronatos (Lima), corporaciones (Santiago),
laridades del marco legal compuesto por le- fundaciones (México), empresas (Quito), así
yes, ordenanzas, códigos e inventarios parti- como también de empresas que invierten di-
culares12 y de las múltiples organizaciones pú- rectamente (American Express, McDonalds)
blicas que conforman el marco institucional. y de organismo multilaterales de crédito que
Esto significa que la gestión se hace desde lo impulsan la participación privada.
público, a través de una legitimidad de coac- Estas nuevas modalidades de gestión con-
ción, regulación y administración colectivas. ducen a nuevas formas de construcción de
Pero también porque los CHs tienen diversos identidades que llevan, a su vez, a preguntas
patrimonios simbólicos surgidos del hecho de como las siguientes: ¿Se pulveriza el sentido de
que son un espacio de disputa y disputado, lo nacional en lo local? ¿Se fragmenta la inte-
donde la política es un eje fundamental. Por gración por tipos de mercados? ¿La globaliza-
ser el espacio de mayor confrontación urba- ción homogeniza las políticas de renovación?
na, los CHs no son un problema técnico sino Bajo esta tendencia, los CHs empiezan a ser
un problema político. víctimas del abandono de lo cívico y de la per-
De allí que los diversos patrimonios sim- dida de su condición de espacio público. Expe-
bólicos estén subsumidos bajo una simbolo- rimentan una concentración de la propiedad,
gía hegemónica que niega la heterogeneidad. la penetración de capitales transnacionales en
Se trata de un discurso que plantea un retor- desmedro del pequeño capital nacional y la re-
no a los orígenes (cuando es el lugar que más ducción del compromiso de la población con
cambia de la ciudad), que interviene con un la zona; es decir, de erosión de la ciudadanía.
criterio monumentalista y que lo social como La discusión de lo público y lo privado
freno13. En los CHs se disputa, como en nin- dentro de los CHs pueden fortalecer las ten-

12 “El espacio público es un concepto jurídico: es un es-


pacio sometido a una regulación específica por parte 13 Allí radica el concepto peyorativo de la noción de an-
de la administración pública, que es propietaria de la tigüedad (viejo), de la seguridad (violencia), de lo am-
facultad de dominio del suelo y que garantiza su acce- biental (sucio y contaminado) propios de una percep-
sibilidad a todos y fija las condiciones de su utilización ción elitaria del mundo popular, característica de los
y de instalación de actividades” (Borja 1998: 45). CHs de América Latina.

ICONOS 41
dossier
dencias públicas del centro histórico, estable- tralidad al poner las prioridades del desarrollo
cer nuevas relaciones de cooperación público- urbano en la expansión periférica; tercero,
privado, incentivar el significado del “peque- porque la presión privada fue tan fuerte que
ño patrimonio” para el capital y definir la sos- terminó por desbordarla; y cuarto, porque se
tenibilidad económica y social de los empren- construyó una maraña institucional nacional
dimientos. Sin embargo, justo es señalar, esta diversificada y compleja.
temática trae un núcleo de preocupaciones y Es decir que el estado nacional, el mercado
discusiones que vinculan a las relaciones de la y la urbanización produjeron una expropia-
sociedad y el Estado, en la perspectiva de re- ción y pérdida -para el centro histórico- del re-
construir el centro histórico como espacio ferente institucional (transparencia, legitimi-
público. Todo esto en la medida en que la pri- dad) y de la unidad de actuación (eficiencia,
vatización no se la formule como dogma. discurso), lo cual contribuyó a su deterioro.
Por otro lado, según García Canclini Hoy muchos CHs tienen una población
(2000:171) se vive un cambio de la ciudad superior a muchas ciudades, una complejidad
como espacio público porque es “en los me- urbana importante, un poder simbólico que
dios masivos de comunicación donde se de- trasciende el tiempo y el espacio y, paradójica-
senvuelve para la población el espacio públi- mente, no tienen una estructura institucional
co”. Esto significa que los circuitos mediáti- específica que los gobierne. Muchos CHs son
cos tienen más peso que los lugares urbanos el asiento de los poderes públicos, los cuales
tradicionales de encuentro, de formación de definen cualidades simbólicas únicas, pero ca-
identidad y de construcción de imaginarios. recen de competencias de gobierno. Como re-
En esa perspectiva, los CHs sufren un impac- sultado se tiene la ausencia de una administra-
to significativo por la “competencia” que tie- ción pública propia. Es decir, que los CHs per-
nen por parte de las redes comunicacionales. dieron las posibilidades de auto gobernarse y lo
Para superar esta anomalía deben actuar co- que quedó fue un marco institucional de ges-
mo uno de ellos, esto es, operar como un me- tión disperso que cuenta con varias adminis-
dio de comunicación que potencie su esencia traciones de base territorial (caso Lima) y con
y que en la necesaria búsqueda de referentes un conjunto de instituciones sectoriales, inco-
que tiene la población le lleve a acercarse a las nexas y superpuestas (caso México). Esto signi-
centralidades urbanas e históricas. fica que existe un marco de intervención ca-
rente de un referente institucional único, don-
b. Lo público para el gobierno del de confluyen desarticuladamente organismos
centro histórico nacionales y locales, públicos y privados.
Esto ocurre en un momento en que se per-
¿Cómo recuperar lo público para la política filan nuevas modalidades de gestión, que tie-
sobre los centros históricos? Si los CHs fue- nen como antecedentes a un marco institu-
ron el origen de la ciudad, quiere decir que al cional que ha transitado por tres momentos:
principio tuvieron un gobierno único y gene-
ral. Esta condición histórica cambia cuando • Uno primero en que la sociedad civil, re-
la ciudad crece produciendo la diferencia en- presentada por ciertas elites cultas locales
tre centro histórico, centro urbano y ciudad, (los notables), reivindica ante el Estado
con lo cual su gobierno pierde especificidad. nacional la necesidad de preservar los va-
Desde este momento, el deterioro de los CHs lores histórico-culturales de las ciudades.
va de la mano del deterioro de su gestión pú- Su propuesta proviene principalmente de
blica. Primero, porque al momento en que la la arquitectura, como hecho cultural artís-
ciudad desbordó los límites del hoy llamado tico y como escultura monumental.
CH, su gobierno se amplió hacia otros luga- • Uno segundo cuando el Estado nacional
res de la nueva ciudad; segundo, porque las construye un marco institucional a través
políticas urbanas le dieron la espalda a la cen- de órganos especializados (ministerios de

42 ICONOS
cultura, institutos de patrimonio) que de- asumir una posición teleológica, creyendo
finen políticas públicas que fortalecen la que es inevitable el tránsito de una gestión
llamada identidad nacional. En este mo- central a otra local y de ésta a una privada.
mento los CHs logran urbanizarse bajo la Con este cambio del marco institucional
concepción de conjunto monumental. se inicia un refrescamiento en la concepción
• Uno tercero en que los marcos institucio- de las políticas urbanas, que va más allá de las
nales de gestión de los CHs se encuentran miradas espacialistas. Los CHs se convierten
en transición, aunque con poca claridad en un espacio de disputa y disputado que tie-
hacia donde caminan. La discusión se cen- ne como telón de fondo posiciones ideológi-
tra en los modelos de gestión en los CHs y cas contrapuestas, como aquellas que buscan
es lógico que así suceda porque los sujetos la rehabilitación de la gestión desde la resigni-
patrimoniales han cambiado y aumentado. ficación de lo público y la transposición me-
El marco institucional, las modalidades de cánica de la llamada modernización-privati-
gestión y el carácter de las intervenciones zación del Estado hacia los CHs. Superar es-
en los CHs se configuran a partir de un ta visión dicotómica es importante y es en la
doble movimiento de desnacionalización: cooperación público-privado donde se pue-
un tránsito del gobierno nacional al local den encontrar las salidas17.
(descentralización) y de lo público a lo pri- Si bien esta es la tendencia general, la reali-
vado (privatización)14. La desnacionaliza- dad de la gestión sobre los CHs muestra una
ción hace perder el carácter nacional de las combinación de situaciones. Tenemos un mar-
identidades generadas por los CHs, puesto co institucional de gestión de los CHs que aún
que los referentes fundamentales comien- no logra consolidarse, por lo que se pueden en-
zan a ser internacionales15 y locales. contrar algunas de las siguientes situaciones:

La descentralización tiene dos vías: una, que • Hay CHs que son administrados por un
va del nivel nacional hacia el local, a través de complejo institucional disperso (Carrión
la transferencia de competencias a la órbita 2000), proveniente de un conjunto de su-
municipal en detrimento de la nacional. Y jetos patrimoniales que tienen competen-
otra que se desarrolla al interior del gobierno cia para intervenir en ellos. La ventaja que
local con la creación de instancias intra-muni- tiene un modelo disperso es que los distin-
cipales. Este proceso se profundiza dentro de tos actores pueden construir órdenes dife-
las ciudades más grandes16 y no está exento de rentes, expresando en la realidad lo diver-
conflictos. Si bien ésta es una tendencia gene- so. La desventaja radica en que cada uno
ral no se puede desconocer lo peligroso que es de ellos termine por negar al otro, neutra-
lizándose mutuamente, con lo cual la re-
14 Se pasa de la gestión de instancias nacionales, tales co- novación puede degradarse. La inexisten-
mo los institutos nacionales de cultura (Brasil), antro- cia de espacios de coordinación, de con-
pología e historia (México), institutos de patrimonio senso, de concertación de hegemonías,
cultural (Ecuador), hacia el manejo de la competen-
cia por parte de los gobiernos municipales o, incluso, puede ser más perjudicial que beneficiosa.
hacia fundaciones o empresas privadas. Estamos bajo un marco institucional de-
15 Con la asunción de las funciones de capitalidad por sarticulado donde Quito y de México ilus-
parte de Miami, se observa una conversión respecto
del peso de las influencias urbanas y arquitectónicas
tran esta situación, siendo los más grandes
de los centros históricos. Se pasa de los referentes es- y complejos de la región.
pañoles, italianos, portugueses o franceses hacia una
“miamización” de la cultura local y, por tanto, de los 16 Este proceso debe interrogarnos respecto de lo que
centros históricos. “Lo que París, Madrid o Londres ocurre en los CHs de las ciudades más pequeñas.
significaron en otra época para los latinoamericanos 17 Allí están las experiencias de gestión público-privada
ahora lo representan para las élites Nueva York, para de Recife o de Quito, y las propuestas de construir
los sectores medios Miami o Los Angeles” (García una autoridad legítima descentralizada de Montevi-
Canclini 2000: 177). deo o de Río de Janeiro.

ICONOS 43
dossier
• Hay CHs que tienen una administración centros históricos. La recuperación del centro
concentrada. En este caso hay un poder lo- histórico -como espacio público- requiere, de
cal constituido que cuenta con suficiente manera ineludible, la recuperación de su ges-
autoridad como para someter bajo sus polí- tión pública. La única posibilidad de rehabi-
ticas al resto de los sujetos patrimoniales. El litar los CHs dependerá de la recomposición
caso de La Habana, con la Oficina del His- de su gestión a través de un marco institucio-
toriador, es ilustrativo, así como también la nal compuesto por leyes, políticas y órganos
comuna de Santiago de Chile. Sin embargo diseñados para el efecto y, sobre todo, de una
hay una diferencia: en el primer caso la má- ciudadanía capaz de potenciar el orden públi-
xima autoridad es delegada de un poder na- co ciudadano.
cional y en el segundo es electa por la po-
blación de la comuna, debido a la corres-
pondencia que existe entre centro histórico Bibliografía
-como unidad territorial (comuna)- con la
forma de administración (municipio). Arraigada, Camilo, 2000, Pobreza en América latina: nue-
vos escenarios y desafíos de política para el hábitat urba-
• Hay CHs que cuentan con varias institu- no, CEPAL, Santiago.
ciones que conforman un complejo institu- Avalos, Antonio, 2002, “Migraciones e integración Regio-
cional articulado, sobre la base de la auto- nal”, mimeo, Caracas, CAF.
Beck, Ulrich, 1998, ¿Qué es la globalización?, Paidós, Bar-
ridad municipal como núcleo funcional celona.
del complejo. La hegemonía de lo munici- Borja, Jordi y Manuel Castells, 1998, Local y Global, Tau-
pal no puede negar la existencia de otras rus, Madrid.
posiciones institucionales (por ejemplo, Carrión, Fernando, editor, 2002, El regreso a la ciudad
construida, FLACSO, Quito.
nacionales) porque de esa manera se ga- Carrión, Fernando, 2002, Devolver la ciudad a la polis, mi-
rantiza la existencia de múltiples y simul- meo, Quito.
táneas identidades que expresan el dere- Carrión, Fernando, editor, 2001, Centros históricos de
América Latina y El Caribe, UNESCO-BID-SIR-
cho al centro histórico y no se produce un
CHAL, Quito.
monopolio en la propuesta de renovación, Carrión, Fernando, 2003, “Centros históricos y pobreza
que sería contraria a la realidad heterogé- en América Latina”, BID, mimeo.
nea de los centros históricos. Se garantiza, Gutman, Margarita, 2001, “Del monumento aislado a la
multidimensionalidad”, en Fernando Carrión, editor,
de esta manera, el pluralismo, pero sin Centros históricos de América Latina y El Caribe,
perder gobernabilidad. UNESCO-BID-SIRCHAL, Quito.
Jokilehto, Jukka, 2002, “Conceptos e ideas sobre conser-
Por estas vías se abre la posibilidad del gobier- vación”, en Méndez Zancheti, Gestión del patrimonio
cultural integrado, CECI, Recife.
no de los CHs -no sólo de administración o Patten, Constanza, 1995, “Defending and predicting sus-
gestión-. Es probable que este giro pueda em- tainability”, En Ecological Economics 15, No. 3.
pezar a producir situaciones interesantes e in- Roberts, Bryan, 1978, Cities of peasants. The political eco-
nomy of ubanization in the Third World, Edward Ar-
novadoras en términos teóricos y prácticos. nold, Londres.
Los casos de Santiago, como Comuna, el de Robertson, Roland, 1992, Globalization: Social Theory
Río de Janeiro, con una Subprefectura, y el de and Global Culture, Sage, Londres.
Quito, con una Administración Zonal, po- Rojas, Eduardo, 2001, “Financiando la conservación del
patrimonio urbano en América Latina y el Caribe: la
drían ser el antecedente para esta mutación, acción del Banco Interamericano de Desarrollo”, en
en la medida en que transiten hacia una auto- Fernando Carrión, editor, Centros históricos de Améri-
ridad política elegida democráticamente18. ca Latina y El Caribe, UNESCO-BID-SIRCHAL,
Quito.
En suma, se debe restaurar la gestión pú-
Sachs, Ignacy, 1994, “Entrevista”, en Science, Nature, So-
blica deteriorada a la par de la crisis de los cieté, Vol. 2. No. 3.
Tellez, Germán, 1995, “Teoría y realidad del patrimonio
18 Pero también cabe preguntarse: ¿Si el centro histórico arquitectónico y urbano”, en Reunión de Directores de
concentra la heterogeneidad, no sería bueno tener va- Patrimonio de América Latina y El Caribe, Colcultura,
rias institucionalidades para que la representen? Bogotá.

44 ICONOS
El
Pelourinho
de Bahia,
cuatro décadas después
Paulo Ormindo de Azevedo1 sólo ponía a las ciudades históricas y los mo-
numentos religiosos del Nordeste de Brasil en
el nivel de muchas ciudades barrocas euro-
El centro histórico de Salvador de Bahia, o peas, sino que ponía al turismo como la vía
Pelourinho, debido a que allí se ubica la pico- natural para conseguir los recursos para su
ta, fue uno de los primeros núcleos centrales conservación y restauración.
de ciudades latinoamericanas en ser objeto de
trabajos de renovación urbana con miras a
preservar sus valores culturales. Tal labor ha El patrimonio como palanca
sido continua aunque tuvo una interrupción de desarrollo económico
en el periodo entre 1986 y 1990. Este proce-
so de renovación urbana refleja varias de las El “turismo cultural”, inspirado en las expe-
tendencias que predominaron en la región riencias yugoeslava y española, era la palabra
por influencia de los imaginarios de las elites de orden en aquella época, tanto en la
nacionales y de las políticas de los organismos UNESCO como en la OEA, que en aquel
internacionales vinculados a la preservación. año realizó un encuentro técnico en el Ecua-
La evaluación crítica de sus éxitos y fracasos dor, de donde salen las famosas Normas de
es importante no solo para la continuidad del Quito2. En este documento el turismo cultu-
proyecto, sino también para servir de referen- ral es presentado como la solución, no sólo
te para otros países de la región en programas para los monumentos y centros históricos, si-
de esta naturaleza. no incluso para los países la región con gra-
La acción del poder público en el área em- ves problemas de desarrollo económico. Con
pieza en 1967 con la creación de una funda- esta inspiración se hicieron algunos grandes
ción pública para la recuperación de los ba- programas de desarrollo regional con base en
rrios de Pelourinho y Maciel, la Fundación el turismo cultural, como el llamado Plan Es-
del Patrimonio Artístico e Cultural da Bahia so para la ciudad Histórica de Santo Domin-
(IPAC). Esta fue resultado de la recomenda- go de 1967, y el Plan Copesco para el desa-
ción de la misión de la UNESCO en el Nor- rrollo de una franja de 500 km en la Cordi-
deste de Brasil, presidida por el Inspector Ge- llera Andina, entre Cuzco y Puno en Perú,
neral de los Monumentos de Francia, el ar- entre 1969 y 1975, con un presupuesto de
quitecto Michel Parent. Su informe final no US$ 72,4 millones financiados por el Banco
Interamericano de Desarrollo. Estos planes
Ormindo de Azevedo, Paulo, 2004, “El Pelourinho de
Bahia, cuatro décadas después”, en ICONOS No.20, han tenido muy poco efecto económico en
Flacso-Ecuador, Quito, pp.45-52. sus regiones, aunque han posibilitado la res-

1 Profesor de la Universidad de Salvador Bahia. Espe- 2 OEA, 1968, Preservación de monumentos, Serie Pa-
cialista en tema de patrimonio y centros históricos. trimonio Cultural, Num. 2, Washington, D.C.

ICONOS 45
dossier

Monica Sant’Anna

Salvador de Bahia

tauración de algunos importantes monu- mo y de la reactivación de las actividades ter-


mentos3. ciarias, muy afectadas por el proceso de des-
En Brasil, el informe de la UNESCO cau- centralización y por la creación del nuevo
só un gran impacto sobre los tecnócratas del centro de servicios, el Iguatemi, en la zona de
Régimen Militar iniciado en 1964. En aque- elegante expansión de la ciudad. El plan pre-
lla época, los militares promovían el llamado veía el desalojo de la población del barrio,
Milagre Brasileiro, y el recién revelado poten- constituida por familias pobres, ambulantes y
cial turístico de una de las regiones más po- prostitutas, consideradas incompatibles con
bres del país constituía una salida para su de- el turismo5. Con recursos del Estado de Ba-
sarrollo. De este modo, se crea en 1973 el hia, del PCH y de la empresa nacional de tu-
Programa de la Ciudades Históricas del Nor- rismo, Embratur, se realizó la restauración de
deste (PHC), subordinado a los Ministerios algunos grandes monumentos, la conversión
de Planificación y de Educación y Cultura, de casonas en equipamientos turísticos y ofi-
con un gran énfasis en el turismo4. cinas publicas y la recuperación de las facha-
Buscando captar recursos del BID, se ela- das de la calle que ligaba las tres plazas más
bora en 1969 un primer plan general para la importantes del barrio, Terreiro de Jesús, Pe-
recuperación del barrio en función del turis- lourinho y Largo do Carmo, formando un
corredor turístico.
3 Azevedo, Paulo Ormindo, 1992, “Un futuro para Pero el plan nunca llegó a ser implementa-
nuestros tugurios: el desafío de los centros históricos do totalmente, ni tuvo gran éxito. A esta co-
en los países periféricos” en Seminario Internacional rriente impuesta por los organismos naciona-
sobre la Conservación de Bienes Culturales en el
Contexto del Medio Ambiente Urbano y Natural (ac-
les e internacionales se contraponía, dentro
tas), Getty Conservation Institute, Proyecto Regional del mismo órgano, como reflejo de una parte
de Patrimonio Cultural, Urbano y Natural – PNU- de la sociedad local, otra corriente que pese a
D/UNESCO, Quito, p. 17-41. no cambiar el destino turístico del barrio
4 Ver Sant’Ana, Marcia, 1995, “Da cidade-monumen-
to à cidade-documento: a trajetória da norma de pre-
servação de áreas urbanas no Brasil (1937-1990)”, Te- 5 IPAC, 1997, Pelourinho: levantamento sócio-econô-
sis de Maestría, F. de Arquitetura-UFBa, Salvador. mico (1967), 2ª ed. Salvador.

46 ICONOS
creía que se podía recalificar y trabajar con los Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico
antiguos pobladores dedicados casi en su to- Nacional (IPHAN), y luego cerrado definiti-
talidad a actividades informales, inquilinos u vamente en 1983, interrumpiendo así la prin-
ocupantes de tugurios y conventillos. Estas cipal fuente de financiamiento del proyecto
dos corrientes actuaban muchas veces de for- Pelourinho así como de otros proyectos seme-
ma complementaria y en otras de forma di- jantes en el país. En otras palabras, la valora-
vergente. En los periodos de mayor abundan- ción y restauración de monumentos y la reha-
cia de recursos, la vertiente favorable a una bilitación de los centros históricos dejó de ser
conversión total al turismo prevalecía, mien- una estrategia de desarrollo regional para vol-
tras en los periodos con menores recursos la ver a ser un tema puramente cultural.
acción del órgano se volvía hacia acciones Los recursos del PCH fueron utilizados,
asistenciales, inclusive para no dejar de inter- en el caso del Estado de Bahia, para transfor-
venir completamente en el barrio. En la prác- mar el Centro Histórico, con graves proble-
tica, se ofrecían algunos servicios asistencia- mas sociales y de accesibilidad, en un centro
les, pero no la vivienda para evitar que los po- turístico, dentro de la reforma de la capital
bladores creasen raíces en el barrio. del estado emprendida por el Gobernador
Este modelo de desarrollo económico re- Antonio Carlos Magalhães (1971-1975). La
gional con base en el turismo cultural no fun- reforma comprendía incluso la creación de
cionó en Brasil, y tampoco lo hizo en Santo los nuevos centros administrativo (CAB), de
Domingo, en Cusco y Puno en Perú, ni en servicios (Iguatemi) e Industrial (CIA), todos
otras regiones en donde fue intentado en me- en las afueras de la ciudad. Para articular es-
nor escala, aunque de todas formas tuvo algu- tos nuevos núcleos se creó una nueva red de
nos efectos sobre el turismo y el patrimonio rápidas avenidas que convergían en el nuevo
construido. Una de las razones de su fracaso centro de servicios con una gran estación de
fue imaginar que la introducción de una nue- buses interurbanos. No había un plan maes-
va actividad, el turismo, por sí sola, podía tro, ni articulación con el precario sistema de
cambiar la dinámica urbana local y el cuadro planificación urbana; todos eran proyectos
de pobreza estructural de la región6. Como es aislados y la desarticulación era general.
de suponer, existieron otros factores locales No obstante las buenas intenciones del
que confluyeron para el poco éxito de estos gobernador, cuyo slogan era “construir la
proyectos, pero discutiremos eso más adelante. nueva Bahia sin destruir su pasado”, mientras
se restauraban monumentos y calles en el
centro histórico, se promovía, con la creación
De centro histórico urbano de un nuevo y moderno centro de servicios,
a enclave turístico el vacío funcional y la marginalización políti-
ca, social y vial del barrio. El gran error fue
En 1977, el Programa de las Ciudades Histó- imaginar el Pelourinho como un centro turís-
ricas, originalmente concebido para desarro- tico en medio de un área muy deprimida, sin
llar la región Nordeste, fue extendido a prác- articulaciones con los nuevos centros especia-
ticamente todo el país, sin un aumento co- lizados7.
rrespondiente de los recursos. Dos años des- Como consecuencia de la falta de visión
pués fue transferido de la Secretaria de Plani- socioeconómica y urbanística de la rehabilita-
ficación de la Presidencia de la Republica al ción, el Pelourinho se transformó, poco a po-
co, en una especie de saco sin fondo de inver-
6 Azevedo, Paulo Ormindo, 1986, “La recuperación de
um centro histórico subdesarrollado: Bahia” en Fran- 7 Sobre esto proceso Cf. Azevedo, Paulo Ormindo,
cisco de Solano, 1986, Historia y futuro de la ciudad 1984, “O Caso Pelourinho”, en Antonio Augusto
iberoamericana, Universidad Internacional Menén- Arantes, editor, Produzindo o Passado, Brasiliense-
dez Pelayo, Madrid, p.147-161. /Condephaat, S. Paulo, p. 219-255.

ICONOS 47
dossier
siones publicas aisladas y desarticuladas. En la gión con la misma inspiración, por ejemplo,
década de 1980 quedó claro el agotamiento el Programa de Rehabilitación del Centro
del modelo adoptado. Factores económicos y Histórico de Quito, elaborado en la adminis-
políticos confluyeron para llevarlo a su mayor tración del alcalde Rodrigo Paz a raíz del te-
crisis. La llamada “década perdida”, la depre- rremoto de 1987; el Programa de Rehabilita-
sión económica pos-milagro y la interrupción ción de La Habana Vieja ejecutado por la
de financiación del PCH, que cerró sus puer- nueva Oficina del Historiador, bajo la direc-
tas en 1983, hicieron que el proyecto deriva- ción de Eusebio Leal, después de la crisis cau-
se en acciones asistencialitas a la población sada por la disolución del bloque socialista; el
del barrio sin una visión transformadora de la Plan de Recuperación de la Plaza de Armas y
realidad. Un cambio político en el gobierno otros espacios públicos de la Lima Metropo-
estatal durante el periodo de 1986 a 1990, en litana en la administración del alcalde Alber-
el que se deja de invertir en el centro históri- to Andrade a partir de 19968.
co y se corta su total dependencia del estado, La mayoría de estos planes, concebidos
hicieron que el Pelourinho llegue al clímax de como de “renovación urbana”, son de inicia-
su deterioración física y social. Por entre las tiva provincial o local y tienen en común la
ruinas de las casonas -sobrados- se construye- ruptura con las políticas tradicionales de los
ron chabolas, obligando a la municipalidad a órganos centrales de preservación. Aunque
cerrar las puertas y ventanas de las ruinas pa- privilegian los centros históricos, por su gran
ra evitar graves accidentes. Fue en este am- visibilidad y densidad cultural, estos planes
biente cuando cerraron sus puertas el Parador buscan vender la ciudad como un todo, en el
del Convento de Carmo, el Hotel de Pelou- ámbito nacional y global, no sólo como sitio
rinho, la agencia del Banco del Estado de Ba- turístico, sino como lugar de oportunidades
hia y los restaurantes y tiendas turísticas. para negocios e inversiones. En el caso lati-
noamericano, estos planes parecen seguir a
grandes crisis de los centros históricos.
El Centro Histórico como producto El aparecimiento de estos programas está
de city marketing asociado también a las facilidades de financia-
miento ofrecidas por las agencias internacio-
El retorno al Gobierno de Bahia del iniciador nales y nacionales de desarrollo. A partir de
del Proyecto Pelourinho, el Senador Antonio 1994, el Banco Interamericano de Desarrollo
Carlos Magalhães, en el periodo 1990-94, (BID) comienza a financiar grandes inversio-
cambió una vez más la política de interven- nes de renovación de centros históricos en la
ción en el barrio. Político en ascenso dentro región, como los proyectos Prodetur (80 mi-
del escenario nacional, ACM elige la recupe- llones de dólares) y Monumenta (50 millones)
ración del Pelourinho como la obra de su ter- de Brasil, y la rehabilitación de los centros his-
cer mandato. Las razones son dos: rescatar un tóricos de Quito (41 millones), Montevideo
compromiso de su primer mandato, que no (28 millones) y Buenos Aires (18 millones)9.
ha alcanzado el éxito esperado, y captar nue- Esto representó un cambio de 180 grados en
vas inversiones para Salvador, la capital y sitio
de mayor visibilidad del estado. 8 Con estas obras, muy identificadas con sus nombres,
El fenómeno del city marketing, que está estos políticos han ganado gran proyección nacional y
empiezan a disputar cargos muy elevados en el gobier-
ligado a la globalización y al llamado capita- no. Por lo tanto, el city marketing en nuestro caso es
lismo avanzado, ya había ocurrido en Europa también marketing político. En el caso de Antonio
y los Estados Unidos en la década anterior y Carlos Magalhães, la repercusión nacional de la recu-
peración física del Pelourinho contribuyó para que él
se repite en América Latina en los años 90 pudiera alcanzar la presidencia del Senado Nacional.
con especificidades propias de la región. 9 Rojas, Eduardo, 2001, “Financiando la conservación
Otros ejemplos pueden ser citados en la re- del patrimonio urbano en América Latina y el Cari-

48 ICONOS
El sufrido proceso del Pelourinho no es diferente al de otros centros históricos lati-
noamericanos. Su rehabilitación -vinculada al desarrollo económico- siguió recomen-
daciones de organismos internacionales, pero no tenía articulación con políticas
urbanas ni contaba con la participación del sector privado y de actores locales.
la actitud de estas agencias, ya que anterior- De alguna forma esto ha contribuido para
mente privilegiaban la solución de conflictos empeorar la situación de barrios cercadnos
urbanos resultantes de carencias en infraes- como Pilar y Saúde. Sin vida propia, el centro
tructura, en especial en las periferias urbanas. histórico se transformó en un gran escenario
Con esta inspiración se inicia, en 1992, vacío de significados para la realización espec-
una nueva etapa del Programa de Recupera- táculos destinados a los turistas.
ción del Centro Histórico de Salvador de Ba- En esta etapa, que se prolonga hasta 1996,
hía que preveía la creación de un shopping cen- el proyecto fue financiado exclusivamente por
ter a cielo abierto, el cual ligaba las dos plazas el estado de Bahia. Además de los edificios
más importantes del barrio, el Pelourinho y el pertenecientes al poder público y órdenes re-
Terreiro de Jesús10. Para esto se debía consoli- ligiosas, el estado intervino en los privados a
dar y restaurar las fachadas y techos de las través del artificio del comodato, es decir, la
manzanas ubicadas en este recorrido y trans- cesión de uso por un período de tiempo a
formar sus interiores en equipamientos turís- cambio de una indemnización. El estado asu-
ticos y comercios. El marketing del Pelourinho me así virtualmente el monopolio de los in-
fue muy beneficiado por un movimiento ar- muebles del área y consecuentemente los en-
tístico de la comunidad negra local, conocido cargos de gestión y mantenimiento. Los pro-
como Axé Music, que ha tenido repercusiones pietarios no han participado con nada, pero
en el ámbito nacional e internacional y ha si- van a recibir, cumplido el comodato, sus in-
do muy bien explotado por el estado. muebles con todas las mejorías. La certeza de
Los objetivos del city marketing no son ne- que algún día el estado va rehabilitar los in-
cesariamente antagónicos a la rehabilitación muebles aún no contemplados con estos be-
de los centros históricos en sus aspectos físicos neficios ha tenido un efecto perverso, el de
y sociales. Pero en el caso del Pelourinho sig- inhibir cualquier iniciativa de reforma o man-
nificó echar a los pobladores, casi en su tota- tenimiento por parte de los propietarios y
lidad inquilinos pobres, a quienes se les pagó otros sectores de la iniciativa privada.
pequeñas indemnizaciones para luego trans- Entre 1992 y 1999 fueron rehabilitados
formar sus locales en tiendas de servicios. El 600 inmuebles con un costo estimado de
traslado de estos pobladores se hizo hacia ba- más de US$100 millones, un fondo perdido,
rrios vecinos o periféricos. En realidad se tra- y ninguna contrapartida de los propietarios.
taba de una operación de limpieza social con- El turismo en el área se mostró un bajo nivel
siderada indispensable a la conversión del ba- de consumo y los equipamientos destinados
rrio en una “zona rosa”. Como esta población a la clase A y B fueron los primeros en cerrar
era muy dependiente del centro histórico, ella sus puertas. Para mejorar el desempeño del
se refugió en la periferia del mismo y siguió área, a partir de 1994, el estado ha empezado
desarrollando sus actividades informales en él. a realizar un costoso programa de shows mu-
sicales gratuitos en espacios públicos para
be” en Fernando Carrión, editor, Centros Históricos atraer turistas. Debido a la debilidad de la
de América Latina y el Caribe, UNESCO, BID, economía del barrio, los alquileres cobrados
FLACSO, Quito, p. 15-22. por el estado son simbólicos o inexistentes.
10 CONDER, 1992, “Centro Histórico de Salvador”,
Salvador.
El 30% de los pisos, especialmente los más

ICONOS 49
dossier
altos, poco atractivos para los negocios, están privado. Sus eventuales beneficios para el tu-
sin uso. rismo no quedaban en el barrio, sino en los
Otras ciudades brasileñas, como Recife, hoteles, restaurantes y resorts ubicados cada
João Pessoa y Belém do Pará, iniciaron en la vez más lejos del centro y de la ciudad.
misma década proyectos semejantes, esta vez Uno de los factores que más contribuye-
con menores recursos públicos y mayor parti- ron para su poco éxito fue la poca articula-
cipación privada, pero también sin enfrentar ción con el precario sistema de planificación
el problema de la vivienda. Definitivamente urbana de Salvador. El papel del centro histó-
el modelo de intervención en los centros his- rico en el nuevo ordenamiento territorial me-
tóricos ha cambiado, pero ha mantenido al- tropolitano nunca fue definido y los proble-
gunos viejos vicios como el monopolio del mas de accesibilidad y relación con las áreas
turismo, el paternalismo con los propietarios vecinas, especialmente el decadente barrio del
y la exclusión de los pobladores. Comercio o ciudad baja, donde se ubica el
viejo puerto, no fueron tomados en cuenta.
Entonces, se había creado un distrito estatal
La reapropiación del centro dentro del municipio enteramente depen-
histórico por la población vecina diente de él, sin ninguna dinámica propia, en
beneficio exclusivo de la imagen del gobierno
A partir de 1996, el grupo político que había estatal y de los propietarios locales.
iniciado la nueva intervención en el Pelourin- De los programas del mismo género en la
ho ya tenía conciencia de que el proyecto de región, los que han tenido más éxito han sido
creación de un enclave turístico-comercial, exactamente aquellos que contaron con el
cercado por barrios decadentes, no funciona- apoyo de un sistema de planificación urbana
ba y tenía un costo de mantenimiento muy razonablemente desarrollado y que han en-
elevado. En otras palabras, no había logrado frentado verdaderos problemas del centro his-
cambiar la dinámica socioeconómica del cen- tórico como la vivienda (por ejemplo, Quito
tro histórico. No tenía sostenibilidad y no ha- y La Habana) y el trabajo (como Lima),
bía provocado ninguna reacción del sector transformando comerciantes ambulantes en
comerciantes formales.
Monica Sant’Anna

Entre 1996 y 1999 el órgano responsable


del proyecto, la Companhia de Desenvolvi-
mento da Região Metropolitana de Salvador
(CONDER), disminuyó el ritmo de inver-
siones en el área, hizo las primeras evaluacio-
nes de la situación y buscó otros socios para
el proyecto, como el Programa de Desenvol-
vimento Turístico do Nordeste (PRODE-
TUR-BID), pero no hizo cambios sustanti-
vos en el proyecto11. Paralelamente al declive
del turismo de clase A y B, los antiguos po-
bladores del Pelourinho y de los barrios po-
bres vecinos, muy carentes de entreteni-
miento, se volvieron a apropiar del barrio

11 CONDER, 1995, “Avaliação do Impacto dos investi-


mentos na recuperação do Pelourinho”, sinópsis, Sal-
vador; CONDER/IPAC, 1997, “Analise critica da
pesquisa sócio-econômica de 6ª etapa do Centro His-
tórico de Salvador”, Salvador.

50 ICONOS
Incluso para efectos de city marketing, la rehabilitación de los centros históricos debe
contemplar aspectos más sustantivos de la cuestión urbana, como la habitación
y el empleo. En otras palabras, no es posible rehabilitar físicamente los centros
históricos sin resolver sus problemas sociales.
atraídos por el programa de animación cul- El esquema seguido fue el siguiente. El Es-
tural gratuito. Ergo, proliferaron bares y dis- tado de Bahia expropió los inmuebles y fue in-
cotecas de reagge, los ambulantes de salgadi- demnizado por la Caixa. Como su costo fue un
tos, bebidas, recuerdos y las tiendas de arte- 30% más alto que los precios aplicados por la
sanía popular. Unos pocos restaurantes más Caixa en programas habitacionales populares
refinados, frecuentados por la clase media lo- esta diferencia fue cubierta por un fondo del
cal y algunos turistas, se mantuvieron junto IPHAN resultante de incentivos fiscales a la
al gran estacionamiento periférico construi- cultura, PRONAC, considerando el interés de
do por el estado. este proyecto para la ciudad. Las nuevas unida-
La reacción del gobierno a esta situación des habitacionales están presupuestadas en
ha sido sorprendente. Frente al fracaso de la función de la capacidad económica de sectores
concepción original de centro histórico como de clase media baja que ocupan los barrios pe-
shopping mall, y sin otra salida, el gobierno riféricos del Pelourinho. Pero se sabe, con anti-
decidió aceptar la reapropiación virtual del cipación, que los antiguos pobladores no tie-
barrio por los ex-pobladores y vecinos de ba- nen posibilidad de adquirir esas unidades.
ja renta, como una forma de esparcimiento El proyecto Rememorar está aún en ejecu-
popular que anima al barrio y puede atraer al ción, pero ya probó que es posible autofinan-
turista, manteniendo el costoso programa de ciarse y alterar las expectativas del mercado
animación cultural popular. Si el turismo no induciendo a algunos propietarios vecinos a
pagaba estos costos, al menos el programa realizar obras en sus inmuebles bajo el temor
rendía votos en las elecciones locales. de su expropiación. En otras palabras, se via-
biliza la operación y se mantiene una función
habitacional, pero para pobladores de nivel
El nuevo modelo operacional económico un poco más alto.
impuesto por las agencias financieras Inspirados en esta experiencia y bajo exi-
gencias del BID, a través del Proyecto Monu-
Reconocido el fracasado del modelo de encla- menta, se está iniciando un nuevo lote de
ve turístico y de servicios, la primera señal de obras de rehabilitación en el Pelourinho con
cambio en el proyecto apareció en 1999 como usos mixtos que contemplará ocho manza-
resultado de estudios realizados por la misma nas13. Al contrario de las etapas anteriores, esta
vez se expropió la gran mayoría de los inmue-
CONDER12. Esto significó buscar otras fuen-
bles afectados y se evacuó a los inquilinos me-
tes de financiamiento para el proyecto y acep-
diante pequeñas indemnizaciones u ofreciendo
tar el uso habitacional como ancla para la re- viviendas en alquiler en conjuntos habitacio-
habilitación del barrio. Un primer convenio
fue firmado con la Caixa Económica Federal
para la recuperación experimental de seis rui- 13 Después del éxito del emergente sub-proyecto de vi-
vienda del centro histórico de Quito, la nueva actitud
nas en barrios periféricos al Pelourinho. del BID representa un cambio radical con respecto a
sus primeros proyectos, que contrasta con los grandes
equipamientos urbanos defendidos tradicionalmente
12 CONDER/IPAC, 1999, “Dinâmica urbana para por el banco -cinco estacionamientos, shopping cen-
oportunidades de investimentos no Centro Histórico ter y centro cultural- de costos muy altos y reducidos
de Salvador”, Salvador. beneficios.

ICONOS 51
dossier
nales periféricos poco demandados14. Los pro- mixto es una operación más costosa que la re-
yectos de intervención son desarrollados por la habilitación de las ruinas y los edificios tuguri-
CONDER y el IPHAN con recursos del Mo- zados. De otra parte, sus propietarios, acos-
numenta y las obras serán financiadas por la tumbrados a recibir todo del estado, no dan se-
Caixa Economica Federal. La idea es transfor- ñales de interés en hacer estas transformacio-
mar cada manzana en una unidad de vivienda nes indispensables para su sustentabilidad.
con servicios comunes en el corazón de la mis-
ma. Los departamentos de 37m2, según la li-
mitación de financiamiento de la Caixa, son Conclusiones
accesibles a un segmento de pobladores de ba-
rrios vecinos al Pelourinho y a funcionarios Por lo expuesto se verifica que el sufrido pro-
públicos que se manifestaron interesados15. ceso por el que pasó el Pelourinho en Bahia no
Si por una parte la operación financiera es muy diferente de lo que ocurrió con otros
está mejor resuelta, con la entrada de la Cai- centros históricos latinoamericanos. Al con-
xa y del BID, desde el punto de vista social, trario de lo que ocurrió en Europa durante las
hay un proceso de exclusión igual al de las décadas de 1970 y 1980, la rehabilitación de
etapas anteriores. Como sucedió anterior- nuestras ciudades y centros históricos no fue
mente, los inquilinos indemnizados son des- resultante de movimientos locales. Más bien
plazados hacia la periferia de las áreas que se- fueron iniciativas de los gobiernos centrales si-
rán rehabilitadas, expandiendo la deteriora- guiendo recomendaciones de organismos in-
ción como mancha de aceite. Además, la ma- ternacionales y muy vinculados a políticas de
sificación de un solo tipo de mini-departa- desarrollo económico. Como consecuencia,
mento favorece la concentración de poblado- estos proyectos no tenían articulación con las
res viejos o solteros y no de familias estables. políticas urbanas ni contaban con la participa-
Arquitectónicamente hablando, tampoco ha ción del sector privado y de otros actores loca-
habido cambios. La conversión de estas anti- les. Este cuadro cambia sustancialmente a par-
guas casonas en mini-departamentos destruye tir del inicio de la década de 1990 con la ex-
la tipología original de los inmuebles y man- pansión de los medios de comunicación elec-
tiene solamente las fachadas. trónicos, la globalización y mayores facilida-
Sin duda, hay avances con respecto a la des de financiación. Los gobiernos provincia-
práctica anterior, como una mejor distribución les o locales asumen el papel protagónico en
de la propiedad y una mayor integración del estas iniciativas, en busca no solamente de tu-
área con la ciudad. Pero no se está resolviendo rismo sino de proyección nacional e interna-
el problema social, sino dispersándolo en los cional para la captación de inversiones. Las in-
barrios vecinos y manteniendo la perdida de tervenciones pasan a perseguir prioritariamen-
valores culturales materiales e intangibles. te este objetivo y el rescate de los valores cul-
Otra cuestión que queda sin respuesta es lo turales e históricos cede lugar a la espectacula-
que va a pasar con el shopping center a cielo ridad. En algunos casos, el centro histórico se
abierto, que ocupa cerca de 20 manzanas, convierte en un verdadero “escenario” y la po-
cuando el grupo político que lo realizó deje el blación local es vista más como un obstáculo
poder. La expropiación de estos inmuebles re- que como un socio en la consecución de este
cuperados y la conversión en edificios de uso objetivo. Empero, a mediano plazo, estas po-
líticas se muestran inviables; los pobladores se
reapropian de estos espacios, y los gobernan-
14 Sobre el valor de las indemnizaciones pagadas ver
CONDER, 2000, “Relatório da pesquisa sócio-eco-
tes se dan cuenta de que la rehabilitación de
nômica e ambiental: recuperação da 7ª etapa do CHS estos centros, incluso para efectos de city mar-
Pelourinho”, Salvador. keting, tiene que contemplar aspectos más sus-
15 Cf. Sant’Ana, Marcia, 2004, “A Cidade Atraçâo: a tantivos de la cuestión urbana, como la habi-
norma de preservação de centros urbanos no Brasil tación y el empleo. En otras palabras, no es
dos anos 90”, Tesis de doctorado, Faculdade de Ar-
quitetura da Universidade Federal da Bahia, Salvador,
posible rehabilitar físicamente los centros his-
p. 57-105, mimeo. tóricos sin resolver sus problemas sociales.

52 ICONOS
Exclusión
constitutiva:
las organizaciones pantalla
y lo anti-social en la renovación
urbana de Guayaquil
Chris Garcés1 públicos de entretenimiento, ellos construye-
ron un espacio urbano sacrosanto que les ayu-
En el transcurso de los últimos cinco años, dó a validar estos cambios. Sin embargo, co-
bajo el prolijo eslogan de “renovación urba- mo en todos los movimientos milenaristas,
na”, Guayaquil ha sido testigo de una vasta y los planes para la redención social involucran
compleja reorganización política del espacio necesariamente sólo a una gente escogida. Es-
urbano. Este proceso empezó durante el man- te artículo es una etnografía política que di-
dato del alcalde León Febres Cordero quien secciona la retórica y práctica de la renovación
junto a sus aliados políticos locales planifica- en Guayaquil, con el fin de poner bajo análi-
ron un revolucionario y sofisticado esquema sis las formas de legitimar una serie de perver-
de modificaciones en la estructura física y la sos efectos secundarios.
limpieza pública a orillas del malecón. No es Antes de plantear la discusión es necesario
de sorprender que la organización sin fines de bosquejar el alcance de las fuerzas laborales y
lucro (Fundación Malecón 2000) creada bajo socio-políticas que han sido tomadas en
su régimen en 1996 derive su nombre del len- cuenta para implementar este desarrollo ur-
guaje del milenarismo. En el corazón de un bano. Desde 2000 hasta el presente, tres orga-
esquema redentorista para la regeneración ur- nizaciones no gubernamentales adicionales
bana, los miembros del Partido Social Cristia- (la más importante es “Guayaquil Siglo
no (PSC) y la red de líderes locales concibie-
Chris Garcés

ron una limpieza total del centro urbano, con


el fin de estimular el comercio y el crecimien-
to turístico, así como en una búsqueda de ex-
periencias placenteras, seguras, consumistas y
post-modernas. En resumen, a través de una
nueva y estilizada arquitectura cosmopolita, la
creación de grandes monumentos y centros

Garcés, Chris, 2004, “Exclusión constitutiva: las orga-


nizaciones pantalla y lo anti-social en la renovación ur-
bana de Guayaquil”, en ICONOS No. 20, Flacso-Ecua-
dor, Quito, pp.53-63.

1 PhD. © en Antropología, Princeton University. Agra-


dezco especialmente a María Elena Bedoya por su
ayuda editorial y bondad excepcional, y a Xavier An-
drade, mi compañero de etnografía guayaquileña, por
nuestras conversaciones en busca de un vocabulario
que se pudiera aproximar a los cambios de las políti-
cas culturales en la ciudad.

ICONOS 53
dossier
XXI”) han sido creadas con el fin de extender generada de lo público y privado. En un mo-
la lógica y práctica de la renovación desde el mento en que la municipalidad, junto a la
centro urbano hacia las comunidades de elite ONU, promueven los cambios como un “pa-
adyacentes (Urdesa y el barrio del Centena- radigma del progreso, regeneración urbana y
rio) y barrios distantes como El Guasmo, La desarrollo urbanístico”6 no sólo para las ciu-
Alborada y Pascuales, los cuales tienen o ten- dades ecuatorianas vecinas sino para la región
drán su propia remodelación de calles y cen- andina y latinoamericana como un todo, el
tros recreacionales2. La Autoridad Aeropor- mérito comparativo de indagar la renovación
tuaria y la Comisión de Tránsito de Guaya- a través de detalles etnográficos e históricos
quil (CTG) estuvieron también involucradas muy íntimos no podría ser más oportuno.
en estos cambios a través de la creación de sus La frase “renovación urbana” (en revistas
propias organizaciones no gubernamentales, de antropología y estudios urbanos como Ur-
y mientras el nuevo Aeropuerto Simón Bolí- ban Anthropology y Radical Urban Theory) se-
var fue inaugurado al público en 2003, los ñala un campo de debate sobre la constante
planes para la modificación del Terminal Te- tensión entre modificar el espacio socio-cul-
rrestre están siendo diseñados actualmente y tural ya habitado, y la desconcertante com-
proveerán a la CTG de una nueva gestión po- plejidad de las intervenciones burocráticas,
licial para la protección urbana del transporte empresariales, legales y policiales que mate-
público y los intereses comerciales3. Estas rializan estos cambios. En la esfera pública
nuevas ONGs publicitan los cambios como guayaquileña, como en Los Angeles durante
una “construcción que Guayaquil se merece”, el siglo XX, la nueva dispensación de zonas
en variadas y costosas campañas, programas (en este caso impulsada por ONGs como
de televisión, prensa escrita y vallas publicita- Guayaquil Siglo XXI) implica un mejora-
rias que, en conjunto, enfatizan la renovación miento en la arquitectura y seguridad que, de
del espacio público junto con el avance en los hecho, disfraza un reforzamiento de las divi-
sistemas de vigilancia y seguridad imparciales, siones entre clases, poblaciones marginales y
como si fueran las fuentes de un nuevo y ver- etnicidades. Las zonas exhaustivamente rege-
dadero “orgullo guayaquileño”. neradas en Guayaquil se concentran en ba-
Si bien los reclamos sistemáticos acerca de rrios tradicionalmente centrales, o los de la
estas políticas de transformación urbana son elite, mientras el desarrollo suburbano (en la
registrados en los medios públicos4, la tarea gran mayoría de casos) involucra el mejora-
etnográfica o crítica de analizar la renovación
urbana requiere plantearse claramente las pre- 5 Los medios públicos en Guayaquil (especialmente los
guntas de qué constituye seguridad y belleza en diarios y noticias nocturnas) tienden a difundir sola-
el espacio público, para quién y a través de mente críticas sobre instancias de corrupción abierta,
la miseria de parte de la gente extremadamente mar-
qué medidas socio-políticas5. En este punto, ginalizada, o breves editoriales sobre procesos legales
pocos son los análisis que revelan la comple- que reclaman en contra de la institucionalización del
jidad de cómo Guayaquil consolida la vida re- abuso social y/o laboral (ver El Universo, “Dr. Damer-
val y las Fundaciones”, 24 de enero de 2004; “Dege-
neración de la regeneración”, 28 de diciembre de
2 El Universo, “Regeneración urbana llegará a Pascua- 2003). El Comité Permanente por la Defensa de los
les”, 1 de mayo de 2004. Derechos Humanos en Guayaquil (CDH) ha publi-
3 Expreso, “Las Obras de Guayaquil se hacen con fun- cado algunas indagaciones sobre los efectos secunda-
daciones: el Municipio defiende su creación como vía rios de procesos socio-políticos contemporáneos
descentralizadora”, 21 de marzo de 2004. (2001, 2003), aunque estos documentos normalmen-
4 Vale la pena destacar que una mayoría de ciudadanos te quedan lejos del alcance del público por la escasez
tienden a profesar su orgullo acerca de los cambios. de fondos de este organismo o, más ampliamente, por
Recuerdo bien a un amigo del sur de la ciudad quien la falta de interés de parte de los medios para difun-
espontáneamente cantó el himno guayaquileño cuan- dir los resultados.
do nos hallábamos frente a la remodelada iglesia de 6 Expreso, “Guayaquil es declarada paradigma de pro-
San Francisco. greso”, 9 de octubre de 2003.

54 ICONOS
Si desde la época que produjo la figura de lo anti-social en Guayaquil se han
realizado "campañas moralizadoras" con el fin de contrarrestar la espontaneidad
viva como raíz del mal, hoy se cuenta con una arquitectura masiva y una red de
vigilancia hi-tech para la canalización pastoral del comportamiento apropiado.
miento de carreteras principales y/o una for- La regeneración, tanto en la arquitectura
zada política de re-pintar casas en una tonali- como en su concepción política, está necesa-
dad “tropical” pre-designada. riamente ligada a diferentes formas de exclu-
Para los críticos, estos últimos cambios tal siones públicas y privadas. En la filosofía con-
vez se ven superficiales o caprichosos, pero la temporánea, “exclusión” ha devenido en una
gente guayaquileña que ocupa los solares mo- palabra clave en la crítica a la idea de que los
dificados (o por lo menos las personas del ce- principios democráticos básicos (y los dere-
rro Santa Ana que conozco) suelen expresar chos humanos) normalmente están promovi-
su gratitud por el interés en extender la rege- dos o estimulados por medidas políticas que
neración hasta el frente de sus casas: agrade- apuntan a representar a las enfermedades de
cen las mejoras de luz, los patrullajes diarios y la sociedad civil, e incluyen a gente de diver-
la seguridad del comercio. Recíprocamente, sos ámbitos trans-culturales dentro de un so-
el municipio enseña su nueva generosidad cí- lo esquema de desarrollo sociológico. Han-
vica en Guayaquil y otras regiones del país a nah Arendt, por ejemplo, analiza precisamen-
través de masivas campañas de publicidad. En te la idea de la política como una zona que,
las gradas que van de la base del cerro Santa desde tiempos clásicos, siempre ha abrazado a
Ana a la Iglesia San Martín de Porres en la cierta gente dentro de la ciudad y continua-
cumbre, se ve esta auto-conciencia de la rege- mente ha desterrado aquello que no consta
neración en términos concretos7. En cada dos dentro de los requerimientos básicos para la
o tres casas una foto ha sido colocada en las ciudadanía (1998[1958]). La idea, en esen-
fachadas, revelando la mirada estructural del cia, es que los intentos políticos de inclusión
antes y del después de la intervención. Pero social siempre implican una consecuencia re-
en varios momentos del ascenso a la cumbre, cíproca y no intencional de producir “parias”
el ciudadano además ve brevemente otros o gente no deseada, quienes por su simple o
pórticos con un paisaje diferente en corredo- compleja “identidad” pueden ser empujados
res que atraviesan los espacios remodelados: hacia los márgenes de la sociedad civil o, co-
allí se encuentran senderos decaídos, no pavi- mo en el caso paradigmático del holocausto
mentados y a punto de derrumbarse con las judío, eliminados.
lluvias o el tránsito normal. Los guardias El punto clave en tales “modelos exclusio-
aconsejan cordialmente a la gente extranjera nistas” de la política está dado por los detalles
que no pase hacia estos terrenos, y es así co- íntimos o fenomenológicos de la experiencia
mo la arquitectura de la regeneración urbana socio-cultural de la marginalización. En el
se aproxima a su reingeniería socio-cultural. contexto guayaquileño, no sólo quiero seña-
Es como si las mismas paredes nunca alcanza- lar y demostrar la existencia de la exclusión
ran a enmascarar las fronteras y los efectos de política, por ejemplo, en referencia a las vio-
la inclusión oficial. laciones de derechos humanos que tomaron
lugar en Guayaquil así como en la mayoría de
urbes en Latinoamérica. Es igualmente im-
7 Para comparar, ver El Universo, “Moradores del San- portante discutir la experiencia de la imposi-
ta Ana habituados a restricciones: la mayoría de los
habitantes de la zona está conforme con el reglamen-
ción de reglas mayores y menores a los ciuda-
to que impuso el cabildo”, 28 de mayo de 2004). danos (las cuales aparecen en formas escritas

ICONOS 55
procesos -un gringo no religioso, no empresa-
rio y sin pretensiones de hacer política- en mi
puntual etnografía he tenido que enfocarme
primeramente en los márgenes sociales, luego
en el centro, en donde puedo catalogar mi

Tomado de El tesoro de la juventud, tomo 5. W. M. Jackson, Inc, México 1964


propia experiencia como un habitante, am-
bulante e interlocutor con los miembros de la
ciudad (en sus diarias enunciaciones) sobre la
rapidez del movimiento de “ruinas” a re-cons-
trucciones. Metodológicamente, mi quehacer
resultó de investigar lo olvidado y lo que
Georges Bataille (1985) una vez denominó
como “materialismo base”: las cosas más abe-
rrantes y/o no deseadas, el material que la re-
novación normalmente intenta expulsar. Por
ende, argumentaré que la primera clave para-
digmática de la renovación urbana tiene que
ver con una vasta reorganización implícita de
El malecón de Guayaquil hacia 1950
la figura de “lo anti-social”.
Una palabra paradójica o imposible, “lo
y no escritas) en cuestiones que tienen que ver anti-social”, se suma no solamente al objetivo
con el comportamiento normativo de género, de las nuevas construcciones y sistemas de se-
clase y etnicidad en los espacios urbanos ya guridad, sino a la base material de la expul-
modificados. Al analizarse así, los procesos de sión cívica. En Guayaquil, la historia del
renovación se fundamentan en su recinto fe- comportamiento anti-social se ubica primera-
nomenológico a través de una nueva red de mente en el despliegue de mentalidades de
políticas y valores socio-cristianos y neolibera- “Guerra Fría” en el contexto guayaquileño de
les. Por ende, cualquier estudio acerca de los los años 1950-1960, cuando los gobiernos
cambios en Guayaquil requiere apuntar a un velasquista/militarista identificaron la delin-
serie de prácticas básicas: nuevas inversiones cuencia y la desobediencia comunista como
privadas para estimular la homogenización del un doble atentado al orden social y cristiano.
espacio público, la sobre-vigilancia policial de A partir de esta época se veía en todos los me-
zonas comerciales y turísticas, la conjugación dios el surgimiento de tales identidades en la
de un lenguaje religioso/culturalista que legiti- crónica roja de Guayaquil: el asalto armado,
ma simbólicamente el desarrollo y, finalmen- protestas universitarias, una nueva importa-
te, la exteriorización de “morales familiares” ción de drogas ilícitas (“estupefacientes”), y el
como una raison d’etat para expulsar y elimi- armamento masivo de individuos o sectores
nar actividades y poblaciones “anti-sociales” populares en la ciudad. Desde ahí, el marco
hasta los nuevos márgenes de la ciudad. básico de lo anti-social normalmente ha en-
A primera vista, la complejidad de tales es- vuelto la imagen de los actos más perversos y
fuerzos sociales aparecen casi indescriptibles sangrientos, los que simbólicamente han se-
de cara a una interpretación etnográfica siste- ñalado a los caídos o a la imposibilidad de
mática, en donde, según el canon de la disci- una total “sociedad civil”. Es decir, la imagen
plina, se necesita entrar en los circuitos de la de comportamientos peligrosos difundida
gente que impulsa los cambios urbanísticos por los medios desde los 1950s, ha conjuga-
como un participante y/o testigo (de forma do un imaginario de la percibida cultura de la
ocular o secundaria). Debido a la imposibili- violencia o del desorden como si fueran aten-
dad de mi involucramiento personal en estos tados aislados de algunos individuos “depra-

56 ICONOS
vados” y/o grupos ya “deformados” por las estudiantes de colegio11. Si desde el comienzo
“ideologías” socialistas en circulación. Hasta de la época que produjo la figura de lo anti-
el presente, sin embargo, las prácticas de la social en Guayaquil se han realizado “campa-
criminalización de lo anti-social se han desta- ñas moralizadoras” con el fin de contrarrestar
cado precisamente por una confusión entre la espontaneidad viva como raíz del mal12, el
actos políticamente azarosos o ilegales y las Guayaquil actual cuenta con su propia arqui-
características socio-culturales que llevan las tectura masiva y una red de vigilancia hi-tech
mismas personas que “suelen” cometerlos. para la canalización pastoral del comporta-
En el escenario actual de la regeneración miento apropiado. En el Malecón 2000, por
urbana en Guayaquil, el destierro simbólico y ejemplo, las parejas sentadas en los bancos no
físico de lo anti-social ya ha alcanzado una pueden ni besarse ni “comportarse de una
nueva etapa de ironía política. Como un re- manera inapropiada”. En los parques y plazas
flejo de la avanzada del INTERPOL y la públicas, los peatones no pueden acostarse en
ciencia criminal8, en el Guayaquil de princi- los bancos, ni sentarse al lado de las fuentes,
pios del siglo XXI las nuevas medidas para se- ni caminar en las pequeñas áreas verdes. De
guridad en la zonas modificadas han pre-defi- hecho, en todo el centro ya regenerado el pea-
nido una miríada de factores reales e imagina- tón anónimo se encuentra en peligro de un
bles que pudiesen fomentar actividades ilega- secuestro oficial por deambular con posturas,
les, no deseadas, o inesperadas. Las prohibi- actitudes o estados de mente “anómalos”. En
ciones públicas, por ejemplo, no se limitan a conjunto, la definición de lo anti-social ha si-
los omnipresentes policías metropolitanos do más o menos efectivamente importada
que escoltan cualquier marcha o protesta que con el fin de canalizar y contener cada movi-
haya, sino a un enfrentamiento total a la eco- miento inesperado u amenazante de la inte-
logía de actividades vivas, sueltas y espontá- racción cotidiana en la ciudad.
neas que ya folclóricamente caracterizaban el Aunque no era mi propósito, por casuali-
centro y otras áreas regeneradas9. Entre las dad escogí un departamento en Guayaquil
restricciones actuales -aunque no pública- que queda al lado de una estación de policía
mente escritas-10, se ve la represión completa y varios equipos de seguridad privada. En
del teatro popular, una limpieza de los traba- cualquier hora del día o noche bajo mi venta-
jadores y jubilados que usualmente se senta- na, se puede ver gente “extraña” en brazos de
ban bajo los portales a lo largo de las avenidas la policía a quienes rápidamente se los llevan
y el restringido acceso público a la gente ho- en camionetas privadas a un determinado lu-
mosexual, a jóvenes pobres con ropa desgas- gar fuera del centro. Cuando expliqué la si-
tada o provocativa y a los grandes grupos de tuación a un amigo mío quiteño, él me res-
pondió que “claro, los monos necesitan una
8 El Universo, “Desde el lunes aplicarán plan de acción
mano dura. Es la única manera en que van a
contra delincuencia”, 14 de noviembre de 1963; “Na- aprender a respetar la ciudad”. Expresé mis
cimiento de la INTERPOL”, 2 de noviembre de dudas. Pero, con una lógica igualmente sor-
1964.
prendente, el sentimiento paternalista de esta
9 El Comercio, “Una ley contra los descamisados”, 19
de octubre de 2001; Expreso, “Dueños de calles irán a enunciación refleja precisamente las prácticas
prisión”, 13 de noviembre de 2001. exclusionarias. La regeneración urbana, de al-
10 Hasta los medios públicos (Expreso, “Difícil acceso a
la información”, 21 de marzo de 2004), han reclama-
do al municipio sobre la no-circulación de informa- 11 Para revisar practicamente el único artículo público
ción sobre los estatutos de las fundaciones y, por en- que trata el tema: El Universo, “Derecho de admisión
de, las leyes o prohibiciones en las áreas regeneradas. en los malecones de la ciudad: fundación pone nor-
La mayor parte de esta información proviene de mi mas para el ingreso”, 22 de mayo de 2004.
trabajo etnográfico, cuando accidentalmente violé al- 12 El Universo, “Ayer hubo reunión de autoridades para
gunas reglas no-escritas o hablé con personas reprimi- coordinar campaña contra delincuencia”, 21 de no-
das por policías municipales. viembre de 1963.

ICONOS 57
dossier
guna manera, ha dividido las acciones de la fundamental donde la democracia moderna se
ciudadanía en rasgos que efectivamente pro- legitima cuando los gobiernos aprueban un
ducen lo normal y lo anti-social en circuns- hipotético contrato social entre sectores ya di-
tancias tan ordinarias (a plena vista) que los vididos, o un mandato de su representación
ciudadanos prácticamente ya no perciben la obligatoria. Al contrario, Agamben argumen-
transformación. ta que la democracia implica una política de
Quizás el estudio de caso más significativo confinamiento precisamente por su eterna-
es la historia actual de las personas que se mente forzada expresión de la diferencia so-
identifican con determinados estilos de hip ciocultural o disidente. No es un argumento
hop transnacional. Hace menos de cinco para la homogenización de la cultura política,
años, las calles del centro de Guayaquil se lle- aún menos para defender alguna teoría de go-
naban de gente que usaba ropa suelta y gran- bierno ideal, al contrario, esta tesis trata la for-
de, escuchaban sus equipos de música “tipo- ma en que la política contemporánea enmas-
boombox” y practicaban formas de baile cara las huellas de su nefasto potencial de ejer-
break-dance o, en su vocabulario simbólica- cer el poder desnudo en contra de sujetos no
mente condensado, “break”. La práctica de aceptados. En el peor de los casos, sostiene
tal moda ampliamente difundida en Guaya- Agamben, la democracia moderna se asemeja
quil como en cualquier otro contexto ultra- a un “estado de excepción” en donde la defini-
urbano, inspiró a una etnógrafa de Nueva ción básica del ser ciudadano está en “ser in-
York a escribir un ensayo sobre la resistencia cluido por exclusión”. Es decir, no hay espacio
simbólica y expresión popular, titulado “Hip- civil para las figuras o personajes más margi-
Hop Guayaquil” (Pillai 1999). Sin embargo, nalizados y, por todo lo que constituye la so-
entre las primeras actividades criminalizadas ciedad civil, se enfrenta diaria e íntimamente
en la urbe estuvieron precisamente estas for- al temor de marginalización -como si fuera
mas de agrupación juvenil, auto-identificadas una especie de fuerza centrípeta-.
con la música negra norteamericana e inter- Hay, claro, diversos criterios innovadores
nacional. La negación oficial del hip hop en y un número de desventajas para este modelo
la esfera pública -que aproximaba al movi- de exclusión. Quizás lo más importante es
miento urbano juvenil a una práctica anti-so- que Agamben (y quienes asumen su filosofía
cial- sumó el habitus y la parafernalia de esta política) tiende a enfocarse principalmente en
experiencia musical y lo condenó como un la experiencia de los individuos más severa-
todo. Bajo el omnipresente temor de la delin- mente reprimidos o brutalizados como mo-
cuencia, las autoridades políticas dieron fin a delo y fenomenología básica para el estado de
cualquier simulacro que señalara su posible sociedad civil. Su postura, como las metodo-
existencia. De esta forma, los capítulos de logías historiográfico-filosóficas de Foucault y
“culturas juveniles” se cierran o se trasladan al Benjamín, es nada más que una cuenta polí-
exilio. Empero, irónicamente, los efectos se- tica negativa: lo mejor que el etnógrafo pue-
cundarios de la estigmatización de lo anti-so- de hacer es, primero, indagar las vinculacio-
cial se incorporan en la existencia de todos. nes ocultas entre la política mayoritaria y las
En resumen, la complejidad sociopolítica de maneras en que su práctica desmoraliza a su-
este fenómeno y su indiscutible autorización jetos ordinarios; segundo, revelar cómo las
requiere un nuevo marco de análisis. nociones de “libertad” y “seguridad” están
Georgio Agamben nos ofrece conceptos imbuidas o disimuladas bajo el poder del
que podemos, tal vez, poner bajo considera- consumo (y/o la capacidad de crear nuevos
ción. Al interrogarse sobre la oculta relación conocimientos productivos); y tercero, criti-
entre maltratos extremos y democracia en Ho- car la práctica estadista en donde aquellas po-
mo Sacer: sovereign power and bare life (1998), blaciones o personajes que se encuentran aje-
Agamben critica la lógica constitucionalista- nos al consumo y conocimiento autorizados

58 ICONOS
Mientras el surgimiento de "medidas preventivas" en la ciudad ha marcado a toda
la ciudadanía con la potencial subjetividad de lo anti-social, su homólogo institucional
ya es una pastoral allí donde no se cuida de la ciudadanía: una "organización
pantalla", una ONG asume responsabilidades de orden público.
conllevan las mismas características del orden sintegración en áreas de comercio legitimado;
animal -por lo cual ellos pueden ser reforma- tercero, el extraño silencio y la ausencia de
dos o literalmente extirpados de la sociedad-. una mayor crítica pública sobre las formas
A pesar del obvio peso negativo de este cua- más extremas de la transformación urbana; y
dro analítico, en la ausencia de reformas de- finalmente, el crecimiento de lo que llamo
mocráticas pluri-culturales (o mejor dicho, “organizaciones pantalla”.
del renacimiento de una lógica democrática Con este neologismo, “organización pan-
internacional de “tú estás con nosotros o en talla”, quiero llamar la atención acerca de otro
contra de nosotros”), me gustaría argumentar aspecto paradigmático en la regeneración ur-
que tales modelos de exclusión proveen un bana de Guayaquil: la creación de nuevas
fructuoso repertorio analítico para el estudio ONGs, con unidades paramilitares y organi-
contemporáneo de la cultura política en Gua- zaciones tercerizadoras, las cuales han asumi-
yaquil o en cualquier parte. do responsabilidades asociadas tales como
Más allá de Agamben, sin embargo, quie- mantener el orden y/o administrar las áreas
ro sugerir que los “modelos exclusionarios” renovadas en Guayaquil, mientras suelen típi-
pueden ser empleados en una amplia variedad camente acarrear menos responsabilidad por
de lugares de investigación contemporánea. los actos reales y simbólicos de violencia con-
No es que los estudiosos anteriores de Guaya- tra el ciudadano común.
quil no estuviesen tomando en cuenta las po- Cada uno de los desarrollos contemporá-
líticas de exclusión. Por ejemplo, etnógrafos e neos ya mencionados -el ascenso de las fuerzas
historiadores han indagado las varias formas de seguridad, la persecución de informales, la
de cómo el fenómeno de la política guayaqui- ausencia de una disidencia fuerte y el desplie-
leña se refleja en el crecimiento de las fuerzas gue de organizaciones pastorales que conlle-
de seguridad privada (Rivera 2004), en los van menos responsabilidad- está fuertemente
vínculos entre los museos y políticas cultura- marcado por la experiencia ordinaria en la ciu-
les (Andrade 2004), y hasta en el desarrollo de dad, aunque nunca descrita como un proceso
nuevas caridades públicas bajo el sistema de político con su propia lógica. Respecto al de-
beneficencia pública (De la Torre 1999). sarrollo de fuerzas de seguridad podemos de-
Aunque no quiero intentar un resumen del cir que no son un nuevo rasgo en la historia
trabajo académico sobre la intimidad de la ex- social de Guayaquil. Ya alrededor de la década
clusión en tantos recintos socio-culturales, me de los sesenta, grupos de “fuerzas especiales”
gustaría prestar atención a cuatro modalida- estuvieron empleados con el fin de proteger
des de prácticas exclusionarias que sin duda se los intereses comerciales, proveer vigilancia
entretejen a lo largo de diferentes recintos de adicional y/o prestar apoyo logístico a las acti-
la experiencia ciudadana en Guayaquil. Más vidades policiales regulares13. Lo que nos pare-
específicamente, cada día estas formas de ce singularmente nuevo, sin embargo, es una
marginalización política constan de, primero, nueva división de los deberes de mantener el
el crecimiento de la seguridad y prácticas de orden entre los policías metropolitanos, las
contención para arrestar a las ya llamadas ac- fuerzas armadas y la policía judicial, que van
tividades “anti-sociales”; segundo, la persecu-
ción activa por parte del municipio de los tra- 13 Ver, por ejemplo, El Universo, “Guardia cívica guaya-
bajadores informales y su reubicación y/o de- quileña”, 24 de agosto de 1965.

ICONOS 59
dossier
acordes a la de equipos de seguridad privada la, altamente discutidos por el público16. Esta
(casi paramilitar) de bancos y negocios comer- modalidad de regeneración y exclusión ha si-
ciales, y de la acelerada expansión de nuevos do previamente mencionada y envuelve, ade-
grupos de milicia urbana14. Resumiendo, los más, la marginalización de los trabajadores de
residentes contemporáneos son testigos de un los mercados abiertos. Entre los pocos secto-
masivo fortalecimiento y puesta en orden de res que tienen una resistencia más visible ha-
una violencia legitimada en Guayaquil, no so- cia la renovación urbana de Guayaquil pode-
lamente para contrarrestar la beligerancia y mos citar a “los informales”17. A comienzos de
asalto armado, sino también para denominar 2003, los trabajadores informales de las calles
y contener “lo anti-social”. habían sido los blancos de la campaña muni-
La rápida expansión de los grupos de se- cipal de traslado a la fuerza y encarcelamien-
guridad, nutridos de hombres jóvenes que to temporal18. En escenas que hacen reminis-
son ellos mismos marginalizados en sus ba- cencia a gobiernos totalitarios del siglo XX,
rrios, debería verse como fuente directa del grandes escuadrones de metropolitanos en ca-
crecimiento de los arrestos diarios y, como un miones abiertos son asignados para patrullar
efecto secundario, del incremento de la sobre- las áreas renovadas, deambulando de ida y
población de las cárceles en la Costa. Así, en vuelta, para recoger a estos sujetos no desea-
los últimos tres años, la Penitenciaria del Li- dos, confiscándoles sus mercancías, y muy
toral ha crecido casi un 200% (a más de 3500 frecuentemente al mismo tiempo los llevan al
internos), y una vasta mayoría de los nuevos retén provisional (ver foto). Ellos expresan,
encarcelados aún no tiene sentencia15. El “se- en el vocabulario actual de los informales
creto público” -como una pesadilla de Kafka- guayaquileños, una progresión macabra de
de la obsesión por los equipos de seguridad los “roba burros” de antaño. Mientras la mu-
parece asimilarse a la lógica de un fenómeno nicipalidad ha construido muchos locales co-
casi milenarista, con la canalización legal y la merciales de mercancía barata al estilo bahía-
contención preventiva del comportamiento sanitizada, pocos informales han ocupado es-
prohibido. No cabe discutir el discurso de la tos espacios compartidos por falta de consu-
seguridad o el despliegue de fuerzas de segu- midores y altos alquileres19. En mayo de
ridad armada más allá de lo que he dicho - 2004, por ejemplo, un grupo de informales
otros investigadores han analizado el fenóme- estuvieron disgustados con los policías metro-
no de la marginalización socio-cultural en de- politanos por el supuesto asesinato de un me-
talles minuciosos-, pero me gustaría señalar, nor de 12 años de edad, vendedor de la calle,
comparativamente, cómo estos desarrollos y marcharon a lo largo de la calle Pedro Pablo
urbanos tienden a operar en Norteamérica y
específicamente en Nueva York bajo los mo- 16 De hecho, el municipio invitó a William Bratton, ex
comisionado de policía de Nueva York, a asesorar so-
delos de “cero tolerancia” y “vigilancia de ba- bre la alta tasa de violencia y la inseguridad percibida
rrio” en programas de seguridad a micro-esca- en Guayaquil al comienzo del año. (El Universo,
“Bratton usa régimen de Cero Tolerancia contra los
delitos”, 4 de marzo de 2004).
14 El Universo, “Alarma que alerta al barrio: las brigadas 17 El número de personas posiblemente denominadas
como apoyo a la policía en Guayaquil”, 16 de junio como “informales” ha alcanzado casi a la mitad de la
de 2004; “200 policías reforzarán al Programa Más población de Guayaquil (El Universo, “Empleo oca-
Seguridad”, 11 de marzo de 2004; “La policía debate sional llega al 47,6% en Guayaquil”, 14 de mayo de
con FF.AA. por plan de seguridad”, 5 de junio de 2004).
2004; “Usuarios de buses se protegen con guardias 18 Expreso, “Mala acción de metropolitanos”, 26 de ma-
privados”, 9 de junio de 2004; “FF.AA., CTG y Poli- yo de 2003.
cía se juntarán para contrarrestar delincuencia”, 28 de 19 El Universo, “72 metropolitanos hacen guardia en Pío
mayo de 2004; “FF.AA., Policía y CTG realizaron Montúfar”, 15 de noviembre de 2003; “300 informa-
operativos en urbe”, 30 de mayo de 2004. les ocuparon vía”, 13 de noviembre de 2003; “Quejas
15 El Universo, “6.779 reos sin sentencia habitan cárce- por pocos clientes en el Mercado de Artículos Varios”,
les del país”, 29 de diciembre de 2003. 27 de abril de 2004.

60 ICONOS
Gómez hasta que fueron golpeados y deteni- cipal de disponer mesas en la calle en el área
dos20. Estos despliegues de resistencia y pro- regenerada y sobre cómo esta normativa afec-
testa abierta son más una excepción que una tó al negocio de “El Montreal”, una tradicio-
regla, sin embargo los trabajadores informales nal cafetería junto al Parque Centenario22. Un
continúan vendiendo su mercancía bajo la día después apareció un artículo en el mismo
amenaza diaria de encarcelación haciendo to- diario sobre cómo algunos líderes municipa-
do lo que necesitan para ganarse la vida, en les recordaban vívidamente haber frecuenta-
los márgenes y filos de las áreas renovadas. do el lugar cuando eran “estudiantes de cole-
Otro ejemplo de cómo los ciudadanos gio”, y que no eran conscientes de que la re-
guayaquileños viven una “inclusión por ex- generación tenía implicaciones comerciales
clusión”, tal vez lo más devastador para los negativas para la cafetería. Súbitamente, las
ideales pluri-culturales, es la relativa ausencia prohibiciones municipales, en el caso particu-
de discusión pública acerca de la legitimación lar de El Montreal, fueron inmediatamente
de la violencia por la municipalidad. Las tres levantadas. Al respecto, es innecesario men-
claves políticas que contribuyen a la produc- cionar (una vez más) la estrecha relación en-
ción de este silencio, en mi opinión, pueden tre el caudillismo político y las formas de dis-
ser 1) la oficina de la controlaría, 2) los me- criminación urbana. Por el contrario, lo que
dios de prensa y televisión guayaquileña, y 3) parece más interesante es la existencia de una
los funcionarios del sistema jurídico-policial red de reglas no escritas sobre lo que debería
influenciados -directa o indirectamente- por contarse como una legítima crítica pública de
lo político y sus intervenciones morales. En- la renovación y sobre cuáles otras son brutal-
tre los años 2003 y 2004, por ejemplo, un mente reprimidas.
gran número de reporteros de El Universo de- El caso-límite de este enredo remite al des-
nunciaron haber recibido represalias por par- pliegue de violencia legitimada en el infame
te de los policías municipales cuando ellos es- “Caso Fybeca”, ocurrido el 19 de noviembre
taban haciendo sus historias acerca de las zo- de 2002: gendarmes encubiertos y agentes
nas públicas renovadas21. A pesar de estas policiales altamente entrenados ejecutaron a
amenazas, El Universo y El Telégrafo se han
22 El Universo, “Bar-cafetería El Montreal vive su peor
visto como organismos de control ciudadano
momento”, 8 de junio de 2004; “Municipio permiti-
sobre las consecuencias “no intencionadas” de rá que se coloquen mesas fuera del bar-cafetería Mon-
los cambios urbanos sistemáticos. Sólo muy treal”, 9 de junio de 2004.
de vez en cuando, bajo la modalidad de re-
Chris Garcés

portajes nostálgicos o de perfiles humanos,


aparecen artículos en las páginas de estos dia-
rios que condenen la pérdida de las tradicio-
nes urbanas en la ciudad, la herencia socio-
cultural y el uso del espacio urbano. Por
ejemplo, el 8 junio de 2004 El Universo pu-
blicó una noticia sobre la prohibición muni-

20 El Universo, “Informales protestaron por agresión a


niño vendedor”, 14 de mayo de 2004; “Libres des-
pués de 19 días de angustia y encierro”, 3 de junio de
2004; “Comerciantes dejan sus puestos: hay 647 lo-
cales vacíos en tres mercados del centro de la ciudad”,
14 de junio de 2004.
21 El Universo, “Dificultades para labor periodística: de-
pendencias municipales ponen trabas a coberturas”,
2de agosto de 2003; “Restricciones para prensa en
áreas regeneradas”, 14 de diciembre de 2003.

ICONOS 61
dossier
balazos a varias personas en una farmacia gua- Si el liderazgo intelectual de los cambios,
yaquileña que aparentemente habían sido por ejemplo, hubiera debatido los beneficios
asaltada por delincuentes23. El misterioso de- de la regeneración en una sesión a puerta ce-
saparecimiento de un operario (no un asal- rrada, sus miembros no dudarían en argu-
tante) y los testigos del caso atrajeron a la ma- mentar que el uso de las ONG sirve para di-
yoría de titulares de los diarios nacionales; va- rigir las áreas regeneradas, los equipos de se-
rios reporteros y equipos de defensa legal re- guridad que patrullan zonas de comercio y
cibieron amenazas de muerte. Pero cinco me- turismo, las organizaciones tercerizadas que
ses más tarde, la corte del municipio de Gua- emplean mano de obra guayaquileña, y los
yaquil liberó a todos los oficiales detenidos y grupos socio-religiosos que capacitan a nue-
rápidamente fueron reintegrados dentro de su vos trabajadores. Más aún, estas organizacio-
grupo de fuerza24; al contrario, las viudas de nes promueven nuevos patrones políticos pa-
los desaparecidos han sido virtualmente igno- ra la descentralización neoliberal del comer-
radas por los jueces a pesar del apoyo del pú- cio, la eliminación de la burocracia estatal
blico guayaquileño y de campañas de recolec- que interferirían en la implementación de
ción de firmas a su favor25. A través de este drásticos desarrollos urbanos, e incentiva la
proceso, se señala que las colaboraciones no creación de organismos institucionales leales
recíprocas entre la política y los medios han que directamente responden a los líderes lo-
promovido un silencio cómplice y peligroso cales. A fin de cuentas, promueven simbóli-
en Guayaquil, de cara a las ordinarias y radi- cos y prácticos lazos de compadrazgo para
cales formas de legitimar la violencia. evitar la omnipresente disfunción de la políti-
Para concluir quiero sugerir brevemente la ca empresarial y partidaria: la disidencia, co-
consideración provisional de un nuevo marco rrupción y estafa.
histórico para resumir los vastos efectos se- Lo que esta compleja respuesta positiva no
cundarios conocidos pero no representados añade, sin embargo, es la identidad de estas
en la regeneración urbana. La crítica apunta nuevas entidades ampliamente extendidas co-
al hecho de que mucha gente en Guayaquil mo una categoría de “organizaciones panta-
está metiéndose más y más en la red institu- lla”, cuya productividad y utilidad es precisa-
cional de nuevas organizaciones para llevar mente integrada a su falta de una responsabi-
acabo, intencionalmente o no, la violencia le- lidad legal y sociopolítica sobre las acciones
gitimada por una reforma urbanística total. violentas. Los grupos de seguridad privados
Mientras el surgimiento de “medidas preven- ya contratados son más fácilmente desinte-
tivas” en la ciudad ha marcado a toda la ciu- grados que la policía nacional: la municipali-
dadanía con la potencial subjetividad de lo dad se separa simbólica y legalmente de sus
anti-social, su homólogo institucional ya es contratos o acuerdos con grupos o individuos
una pastoral allí donde no se cuida de la ciu- de seguridad para-estatal, mientras la violen-
dadanía: una “organización pantalla”. cia es empleada hasta en denuncias públicas
de ellos mismos. Las organizaciones terceriza-
doras en Guayaquil emplean trabajadores por
miles, dándoles salarios más bajos y pocos o
23 El Universo, “El Caso Fybeca”, 30 de noviembre de ningunos beneficios de salud o de jubilación
2003. y, como en la situación de los grupos de segu-
24 El Universo “Myr. González recuperó libertad”, 1 de
mayo de 2004; “14 policías reintegrados a unidades”, ridad privada, sus contratos se podrían termi-
28 de abril de 2004; “Policías del caso Fybeca, reinte- nar inmediatamente. Y finalmente, la desig-
grados a sus cargos”, 6 de mayo de 2004. nación de ONG permite a una organización,
25 El Universo, “Dolores”, 3 de mayo de 2004; “Viudas
expresaron rechazo a dictamen en caso Fybeca”, 7 de
por un lado, ser operada como flotante, ex-
marzo de 2004; “Críticas contra dictamen”, 14 de pandible y libre de impuestos y, por otro la-
marzo de 2004. do, tener poco que ver con las responsabilida-

62 ICONOS
des básicas del Estado de proteger a los ciuda- portancia de nuevas preguntas acerca de los
danos de la discriminación, la humillación tipos de subjetividad en juego en el ejercicio
diaria y la represión violenta. Al momento de la regeneración, de hecho, sin muchos pre-
preciso en que el gobierno central del Ecua- cedentes en la dirección política y manejo de
dor implementó en 2003 su propio programa la marginalización.
de ONG en Guayaquil, “Aseguramiento Po-
pular”, ya se ve muy nítidamente cómo esta
novedosa forma política ya ha anexado, a tra- Bibliografía
vés de las localidades de la ciudad, los pode-
res tradicionalmente atribuidos al Estado. En Agamben, Georgio, 1998, Homo Sacer: Sove-
otras palabras, estas “organizaciones pantalla” reign Power and Bare Life, Stanford Uni-
comprenden la principal base y “zona gris” versity Press, Stanford.
para las políticas contemporáneas de exclu- Andrade, Xavier, 2004, “Burocracia: museos,
sión sociocultural en el puerto. políticas culturales y la flexibilización de la
En fin, es indiscutible que la regeneración fuerza de trabajo en el contexto guayaqui-
urbana ha importado nuevos niveles de vigi- leño”, en ICONOS No. 20, Flacso-Ecua-
lancia, comercio formal y turismo dentro del dor, Quito.
nuevo desarrollo de áreas. Pero otras historias Arendt, Hannah, 1998 (1958), The Human
esperan su tiempo para salir a la luz. Por ca- Condition, University of Chicago Press,
sualidad una vez oí un comentario que se des- Chicago.
tacó de un pequeño grupo de peatones en el Bataille, Georges, 1985, “Base Materialism
Malecón 2000. Para mí, era como si estuvie- and Gnosticism”, en Visions of Excess: se-
ra escuchando al mismo espíritu que se llevó lected writings, 1927-1939, Minnessota
las esperanzas milenaristas sobre el desarrollo University Press, Minneapolis.
urbano en Guayaquil, lo cual mencioné al co- CDH, Guayaquil/Amnistía Internacional,
mienzo de este breve artículo. El comentario 2001, “Ecuador: tortura y malos tratos
alabó a la vigilancia y a los cambios arquitec- constantes a lesbianas, gays, bisexuales y
tónicos, al monumental teatro IMAX y a la transexuales”, Informe, Guayaquil.
tranquilidad de los espacios y pequeñas zonas CDH, Guayaquil/Amnistía Internacional,
verdes como si fuera “igualito a Miami”. La 2003, “Ecuador: sin una justicia indepen-
fuerza particular de ésta frase (“justo como diente e imparcial no existe el ‘Estado So-
Miami”) se quedó conmigo por un buen ra- cial de Derecho’”, Informe, Guayaquil.
to, hasta un punto en que me enteré cómo De la Torre, Patricia, 1999, Lo Privado y Lo-
podía resumir la forma en la que ésta y tantas cal en el Estado Ecuatoriano: Junta de Bene-
otras similitudes renovadoras efectivamente ficencia de Guayaquil, Abya-Yala, Quito.
borran su fuente primigenia: la fuerza. Era Pillai, Shanti, 1999, “Hip-Hop Guayaquil:
como si un huracán de fuerza moral e inge- culturas viajeras e identidades locales”, en
nuidad política sin precedentes hubiera lleva- Bulletin Institute Francois Etudes Andines v.
do a este nuevo terreno, como el Mago de 28(3): 485-499.
Oz, directamente desde los Estados Unidos al Rivera, Fredy, 2004, “Seguridad ciudadana y
centro de Guayaquil. El análisis etnográfico manejo público en Guayaquil”, Ponencia
de las políticas de exclusión, por contraste, en el II Encuentro de Ecuatorianistas de
abre una condición de la posibilidad y la im- LASA, FLACSO, Quito.

ICONOS 63
Burocracia:
museos, políticas culturales
y flexibilización laboral
en Guayaquil
X. Andrade1 bos conjurados mágicamente por el Estado y
bajo el ascético disfraz de la gestión cultural.
¿Museos en ruinas? Huevadas. Así es como Teórica y metodológicamente, este análisis
solíamos llamar a una puta tautología en mi nace de un impulso etnográfico que sitúa al
tiempo. Si el museo alguna vez hubiese en- Estado como el resultado concreto de actores
carnado a la esfera pública, todos nos habría- e instituciones que canalizan ideologías y mi-
mos lanzado de un puente hace largo rato. El croprácticas tendientes a operar sobre el
museo fue siempre solamente una ruina de la mundo social y que son encarnadas por suje-
esfera pública, una privatización burguesa tos llanos. Intenta brindar elementos para en-
del espacio público hecha lo suficientemente tender parte de las dinámicas internas que se
segura para aventurarnos a visitarla […] La
ocultan detrás de la imagen pública brindada
verdadera esfera pública moderna fue siem-
por los rituales inauguracionales y las formas
pre el lugar de trabajo. El lugar a donde to-
bajo las cuales las retóricas dominantes sobre
dos tienen que ir y jugársela: yo prefiero no
ir, pero si tengo que hacerlo, voy cargando
procesos sociales (tales como la renovación
mi grandiosa e hirviente medicina para la urbana -que es fundamentalmente un fenó-
cruda conmigo -llevo mi última noche a tu meno de reorganización espacial, normativi-
presente-. […] Esa es la esfera pública -aquél zación ciudadana y exclusión social-) utilizan
lugar donde el conflicto social tiene voz-. a lo cultural en general, y al museo con su es-
Gareth James pectacular fantasmagoría en particular, para
apuntalar tales proyectos. En este contexto,
Se espera que estas líneas coincidan con la por lo tanto, se entiende a la gestión y defini-
inauguración oficial en Guayaquil del Museo ción de políticas culturales como parte de una
Antropológico y de Arte Contemporáneo del agenda esencialmente política que, para el ca-
Banco Central del Ecuador (MAAC). Que so en ciernes, ha requerido de la sacralización
dos de las exposiciones planificadas en los úl- de la institución museal como una instancia
timos años abran de manera inaugural preci- coreográfica del Estado en el proceso de cons-
samente durante las fiestas julianas resume el titución de nuevas culturas cívicas.
papel que dicha institución ha tomado desde El museo en ciernes abrió sus actividades
finales del año pasado: la de un espacio segu- públicas en 2001 bajo la idea de proyectar el
ro para avanzar nociones de identidad local y trabajo a la sociedad, independientemente de
regional que reposan en sentimientos xenófo- que las colecciones o proyectos de exhibición
fueran todavía asequibles. Un “museo más
Andrade, Xavier, 2004, “Burocracia: museos, políticas allá de cuatro paredes”, “vivo, dialogando con
culturales y flexibilización laboral en Guayaquil”, en
la sociedad”, y otras frases de ese estilo orien-
ICONOS No. 20, Flacso-Ecuador, Quito, pp. 64-72.
taron prácticas múltiples en el campo de la
investigación social, la educación pública en
1 PhD. © Antropología, New School for Social Re-
música, cine, antropología visual y artes, el
search, New York.

64 ICONOS
fomento del género documental y el mejora- sultó complicada, enorme y ciertamente bajo
miento de la oferta recreacional en la ciudad. una planificación excesivamente laxa. En la
Debido a la respuesta de diversas audiencias, práctica, sin embargo, tal muestra competía
el MAAC fue efectivamente posicionado co- con otros megaproyectos que se hallaban, de
mo el mayor gestor cultural en Guayaquil hecho, sirviendo a distintas comunidades2.
mucho antes de que se abriera como un mu- La inauguración oficial del museo en julio
seo tradicional. La misma idea de “inaugura- de 2004 supondría cumplir, pues, con la ri-
ción” resultaba aberrante dentro del esquema tualidad requerida para la sacralización de un
anterior: un evento confirmatorio de la idea- modelo clásico y conservador de museo para
lización del modelo de la exhibición dedicada la ciudad. El discurso dominante que subraya
a consagrar objetos para iluminar a las igno- los sentidos cosmopolitas del “nuevo Guaya-
rantes masas gracias a su inclusión dentro del quil” demanda también nociones reacciona-
propio museo y por el mismo, probablemen- rias y selectivas de “autenticidad” (primero,
te pomposo, acto de apertura. de lugar de nacimiento y, luego, étnica) en
Desde la demanda social construida por quienes lo dirigen. Que el debate público so-
los medios durante períodos de presión o cri- bre el lugar de origen del anterior director ha-
sis, sin embargo, lo importante fue exacta-
mente lo contrario: tener un museo con salas 2 La Dirección Cultural de Guayaquil tenía bajo su car-
de exhibición permanentes y abiertas al pú- go, además del MAAC, al Parque Histórico Guaya-
blico lo antes posible. “Guayaquil sin mu- quil (PHG) y la Plaza de las Artes y los Oficios (PAO,
en el rehabilitado Centro Cívico), amén de otros pro-
seos” rezaba la prensa, construyendo la noti- yectos menores. Cada uno de estos proyectos estaba
cia, de partida, como un escándalo. De he- compuesto, a su vez, por múltiples programas, la ma-
cho, la remoción de la anterior Dirección del yoría de los cuales fueron puestos en operación du-
MAAC se justificó oficialmente por las auto- rante el periodo en ciernes. El MAAC ha merecido es-
pecial atención no sólo por el perfil adquirido en ese
ridades del Banco Central del Ecuador (BCE) tiempo, sino porque se halla localizado en el malecón
por “el retraso en la apertura” de las instala- y, por tanto, guarda una especial inversión simbólica
ciones, retraso que se explica en buena parte desde los sectores de poder envueltos en la renovación
debido a la ambiciosa dimensión de la mues- urbana. El malecón funciona como el principal corre-
dor de paseo masivo para los habitantes de la ciudad.
tra retrospectiva de arte moderno “Umbra- El MAAC forma parte de la “sección cultural” de di-
les”, cuya logística de préstamo de obras re- cho proyecto.
Gonzalo Vargas

ICONOS 65
dossier

La inauguración del MAAC en un espacio controlado (el Malecón 2000) es la


apertura de una ruina de la esfera pública con toda la parafernalia del caso.Tras bas-
tidores, una fuerza de trabajo fantasmalmente tercerizada. La institución museal debe
ser vista como una maquinaria sitiada contextualmente y construida políticamente.
ya ocupado un lugar central para la prensa, y, za de trabajo fantasmalmente tercerizada que
que la actual se ajuste a los cánones de iden- lleva adelante el quehacer institucional.
tidad esperados por medios y elites consagra, Este artículo presenta a la institución mu-
a su vez, la estrecha relación entre “cultura”, seal como una maquinaria sitiada contextual-
“renovación urbana” y “guayaquileñidad” a mente y construida políticamente. El trabajo
inicios de este siglo3. levanta preguntas sobre las siniestras opera-
La inauguración del MAAC en un espacio ciones del Estado en un campo que, como el
controlado como es Malecón 2000 es, pues, la cultural, poco parece importar a nadie. Final-
apertura de una ruina de la esfera pública con mente, un museo público es solamente un
toda la parafernalia del caso: homenajes públi- ejemplo de las instituciones que constituyen
cos rendidos a su nueva directora con antela- el aparato del Estado y, por lo tanto, reprodu-
ción, autoridades locales y burocráticas debi- ce dinámicas generalizadas a dicho aparato.
damente alineadas, actores conservadores en El museo que sirve de estudio de caso es el Es-
control de las instituciones oficiales debida- tado ecuatoriano, no en una versión reducida
mente invitados, elites en control de un museo ni analógica del mismo, sino que funciona
cómodamente ubicado en un espacio público como una expresión transparente de la obscu-
privatizado, exhibiciones autorales y retrospec- ridad interna de los mecanismos de delega-
tivas de arte moderno debidamente sanitizadas ción del poder en la burocracia estatal (palan-
y autorizadas por la historia del arte4. Para queo, nepotismo y racismo institucionalizado
completar el cuadro, temerosa o complacien- incluidos) y de las formas (legales sólo en apa-
temente observando tras bastidores, una fuer- riencia, como se verá más adelante) de con-
tratación al interior de ella.
3 Las dos autoridades en referencia representan polos
opuestos. El antiguo director, Fredy Olmedo Rhon,
serrano, arquitecto de profesión, tiene un par de dé- Políticas culturales
cadas de trabajo en gestión cultural (extraño al endo-
gámico medio del poder político en Guayaquil), y
máximo gestor cultural del BCE en Guayaquil y el Las relaciones entre organización espacial, es-
país en los noventas. Su sucesora, Mariella García, pacio museal y políticas culturales se da en un
guayaquileña, arqueóloga -aunque no se le conozca terreno de lucha de sentidos de etiqueta. En
investigación alguna ni tampoco publicaciones-, está
2001 fui contratado para asesorar a una nue-
conectada con las elites y los círculos tradicionales
del arte. va institución que, en los años sucesivos
4 La CCE del Guayas, por ejemplo, rindió un “homena- (2002 y 2003) se convertiría en la mayor
je a Mariella” por sus “treinta años de labor cultural… fuerza en gestión cultural en la ciudad y el
remarcadamente en la Región Litoral Ecuatoriana”,
con un mes de antelación a la apertura del museo. A la
país, el referido MAAC. Antropología y arte
adulación de la prensa durante los últimos meses, tono contemporáneo, juntos, resultan una mezcla
que contrasta con la frialdad con la que El Universo tra- sui generis en el mundo de los museos; un
tara especialmente a Olmedo, se sumaron otros even- nombre sugerente, sin duda, pero, finalmen-
tos organizados por potenciales beneficiarios del mu-
seo. Decidoramente, ninguno de ellos fue promovido te, sólo un membrete resultante de dos im-
por arqueólogos locales, formaciones entre las que la pulsos que en la práctica no llegarían nunca a
funcionaria guarda una reputación adversa debido, al conjugarse: por un lado, la tradición arqueo-
decir de los entrevistados, a su escasa contribución al lógica del antiguo museo del BCE en Guaya-
campo y a su papel en el devenir de la clausurada es-
cuela de la ESPOL. quil, conocido simplemente como Museo

66 ICONOS
Antropológico y fundado por el arqueólogo titarias las esbozadas como bastiones del cues-
Olaf Holm hace treinta años y, por otro lado, tionamiento público al museo, el mismo que
la moda globalizante del arte contemporáneo fuera visto, en sus versiones más radicales, con
que, como tal, ha promovido la creación de su poco disimulo por lenguajes xenofóbicos,
museos dedicados a éste en contextos donde, como un ente colonizador de “la cultura gua-
de hecho, la escena es incipiente o simple- yaquileña” por parte de agentes foráneos (refi-
mente inexistente. Las etiquetas, por supues- riéndose a diversos “serranos” y/o a personas de
to, revelan dimensiones sociológicas más que otra nacionalidad que se hallaban en posicio-
las meras buenas intenciones que existieran nes de poder dentro de la institución)5.
para crear un proyecto museal diferente en un Si la ausencia de una infraestructura acadé-
medio que, como el ecuatoriano, se ha carac- mica caracteriza al entorno porteño en antro-
terizado por su apego al paradigma que ve a pología -un vacío orgánico que no necesaria-
esta institución como repositaria natural de mente implica la ausencia de una teoría social
ideologías dominantes sobre identidades na- sobre la ciudad, la misma que es producida ac-
cionales, regionales y/o locales. En el caso del tivamente por intelectuales de formaciones di-
MAAC, la tensión entre continuidad e inno- versas, dentro y fuera de la academia-, lo pro-
vación, y la imposibilidad de su resolución, pio ocurre en el campo de las artes visuales,
expresa claramente las condiciones del medio donde el museo fuera percibido como el por-
en el cual surgiría como propuesta. tador de mensajes extraños a las tradiciones,
En lo antropológico, Guayaquil ha careci- principalmente pictóricas, desarrolladas en el
do históricamente de espacios académicos pa- medio. Guayaquil, nuevamente, ha carecido
ra la formación disciplinaria. De hecho, gra- de un entorno académico al nivel superior pa-
cias a la constitución de la Escuela de Arqueo- ra el estudio de las artes. Como contrapartida,
logía en la Escuela Politécnica del Litoral (ES- la escena ha sido prolífica en la realización de
POL), cuya orientación inicial durante los concursos y salones donde formas de arte mo-
ochentas estuviera fuertemente impregnada derno han sido consistentemente canonizadas
por la arqueología social, ha circulado biblio- hasta cuando impulsos renovadores muy re-
grafía antropológica y, en la práctica, ha in- cientes empezaran a modificar los parámetros
fluenciado la realización de proyectos museo- bajo los cuales el arte es pensado (y, concomi-
gráficos bien informados en el antiguo museo. tantemente, premiado) en el medio.
En los noventas, las nuevas generaciones han En discusiones internas, las proyecciones
tenido acceso a teorías culturales actualizadas y de constitución de un museo de arte contem-
a metodologías cualitativas solamente gracias a poráneo en Guayaquil tuvieron como referen-
cátedras dictadas en diversas escuelas de co- cia principal al modelo de Bilbao, una ciudad
municación, aunque el repertorio de antropó- que despegó turística y artísticamente a partir
logos propiamente referidos siga siendo pun- de la instauración del Museo Guggenheim.
tual. Así, como resultado de la ausencia de un Dos grandes diferencias existen, sin embargo,
circuito y una infraestructura adecuados, el sa-
ber sobre el caso guayaquileño, y más amplia- 5 El museo estuvo bajo la lupa de los medios impresos
en varias coyunturas. Por ejemplo, durante el debate
mente, regional, continúa siendo incipiente. sobre Umbrales entre octubre y noviembre de 2001,
No obstante, supuestos antropológicos, se uno de los más vocales al respecto fue Henry Raad de
hallan en la base de la legitimación del discur- El Telégrafo. Quiteño de nacimiento y concejal social-
cristiano durante la alcaldía de León Febres Cordero,
so culturológico dominante que es voceado sis-
Raad ejemplifica una forma de trasvestismo étnico re-
temáticamente por intelectuales públicos, eli- marcable puesto que es uno de los críticos más acérri-
tes y medios, el de la “guayaquileñidad”. Asi- mos del centralismo y fue, en el momento referido, de
mismo, durante los momentos de exposición la presencia de actores “foráneos” en la gestión cultu-
ral. En el debate más reciente y probablemente el últi-
al debate mediático de los proyectos del propio mo, en abril de 2004, mi posición respecto del deve-
MAAC, principalmente canalizado a través de nir del museo fue recogida en la sección editorial (“Po-
la prensa escrita, fueron reivindicaciones iden- lémica Cultural I”, El Universo, 26 de abril de 2004).

ICONOS 67
Así, en su mayoría, no se pensaron las impli-
caciones conceptuales o museográficas de
desplegar las obras en un espacio semipúblico
que imponía de partida ciertas formas de ex-

Tomado de El Ecuador en el centenario de la Independencia de Guayaquil. Nueva York, 1920


hibición. Una de ellas fue censurada inmedia-
tamente por la fundación administradora de
las premisas, presumiendo que sería insultan-
te para el Alcalde de la ciudad -sin que el mu-
seo tuviera una capacidad articulada de res-
puesta frente a ello- y, sólo excepcionalmente,
las piezas demandaron alguna forma -siempre
marginal- de participación o interacción co-
munitaria más allá de la mirada; una mirada
que, por el espacio y la forma en los cuales las
obras se encontraban emplazadas, se hallaba
cuidadosamente disciplinada y vigilada.
La etnografía fue requerida a posteriori,
con el fin de documentar la recepción de las
obras y de autorizar la dinámica social imagi-
Guayaqui, calle Villamil, hacia 1920 nada para el proyecto en su conjunto, siendo
para cumplir con la utopía en ciernes: prime- incluida a la manera de un debate multidisci-
ro, el Guggenheim como institución museal, plinario entre expertos en arte, artistas y cien-
forma parte esencial de la escena y los circui- tistas sociales, y un artículo crítico (de mi au-
tos internacionales del arte en voga y, segun- toría) en un catálogo que nunca llegaría a pu-
do, Bilbao está en el primer mundo, donde blicarse. Desde mi perspectiva, las formas de
ese arte contemporáneo ha sido abrazado en- intervención artística sobre la ciudad pudie-
tusiastamente desde hace décadas. De ahí la ron haber sido un canal para establecer un
preocupación, declarada en la folletería ofi- diálogo más estructurado entre la sección de
cial, por “insertar al museo en los circuitos de arte y la antropológica, con su preocupación
arte contemporáneo a nivel global” y, segun- por el establecimiento de lazos comunitarios y
do, por generar una infraestructura tendiente su distancia frente a apropiaciones puntuales o
a educar y familiarizar al medio guayaquileño folklorizantes de “lo popular”. La ausencia de
con el lenguaje de la contemporaneidad en las un espacio de debate sistemático sobre las pro-
artes, principalmente visuales. Por ello la im- yecciones del museo como un todo devino en
portancia brindada al -así llamado- “Progra- la práctica en un bloqueo comunicacional en-
ma de Inserción del Arte en la Esfera Pública” tre las distintas áreas, manteniendo cada una
durante los primeros años. de ellas concepciones muchas veces contradic-
El programa referido ejemplifica las ten- torias sobre las prioridades programáticas ins-
siones implícitas en la relación entre las áreas titucionales. Y, aunque habían comunalida-
de antropología y arte, comprensible en bue- des, lo que era prioritario para unos podía pa-
na parte por el estado embrionario de la ins- recer simple despilfarro para otros. En la au-
titución como tal. Una iniciativa rescatable sencia de discusiones presupuestarias que sir-
para brindar un espacio de discusión común vieran para discutir abiertamente un balance
para artistas a nivel nacional que operaban entre los dos polos, este tipo de percepciones
con intereses difusos, “Ataque de Alas”, el entre los trabajadores del museo eran inevita-
proyecto inaugural de “arte en la esfera públi- bles, así como también lo fueron las conse-
ca”, sin embargo, tuvo lugar mayoritariamen- cuencias prácticas de tal bloqueo. El problema
te en el resguardado espacio de Malecón fundamental, sin embargo, fue el de lograr
2000, hecho escasamente problematizado. que tanto políticas programáticas como con-

68 ICONOS
ceptuales trascendieran los distintos ámbitos tas: a) la tendencia a la burocratización del
disciplinarios sin supeditar un campo a otro6. aparato en Quito, expresada en la ausencia de
procesos alternativos a los tradicionalmente
desarrollados por ellos (i.e. exhibiciones ar-
Burocracias queológicas y autoriales o retrospectivas de ar-
te moderno, y tareas de documentación),
Tanto en antropología como en arte contem- frente a b) la explosión de proyectos y activi-
poráneo, por lo tanto, el museo encontró un dades generadas en el puerto, período que
contexto difícil en el cual moverse. Primaron coincide con la trayectoria desarrollada por
las agendas de tradiciones enraizadas en la in- Olmedo, Director del MAAC y de la Direc-
telectualidad local, cuya articulación principal ción Cultural Regional de Guayaquil en su
está dada por la preocupación por cuestiones conjunto. De hecho, dicha autoridad era vista
de “guayaquileñidad”. Las tensiones entre los como una especie de “renegado” de la buro-
dos ejes temáticos, sin embargo, tienen que ver cracia quiteña, donde tuvo su período forma-
tanto con los campos más amplios donde con- cional8. Si Olmedo debió confrontar la abier-
ceptos, nociones e ideas circulan socialmente, ta y/o soterrada resistencia de autoridades
cuanto con dinámicas institucionales internas guayaquileñas a su presencia en la escena cul-
al propio BCE. Bajo una primera mirada, la tural de la ciudad al interior del BCE, en el día
gestión cultural del banco estatal parece no ha- a día del museo se daba una aceptación y un
ber demandado una atención muy cercana de reconocimiento a su trayectoria al punto de
las proyecciones que se iban procesando al in- que el MAAC y el resto de proyectos grandes
terior del museo, ciertamente no por parte de adelantados por su Dirección, como el PHG y
las autoridades locales del BCE (el Directorio la PAO, eran vistos por sus empleados como
como máximo organismo en la toma de deci- la empresa de un solo hombre, el propio Ol-
siones). En Quito, sin embargo, la burocracia medo. Esta percepción es explicable tanto por
vería con ojos suspicaces las ambiciosas tareas su capacidad para aprovechar los espacios de-
emprendidas en Guayaquil, especialmente jados por la -percibida como- limitada gestión
porque la mayoría de fondos que el Banco ca- de Quito para canalizar fondos hacia Guaya-
nalizaría para gestión cultural fueran concen- quil, cuanto por su devoción al trabajo insti-
trados en la segunda ciudad durante los últi- tucional y, sobre todo, por la concentración de
mos años (32 millones de dólares, de acuerdo poder para la toma de decisiones, característi-
al Gerente de la Sucursal Mayor Guayaquil)7; ca esta última que terminaría alienándolo de
de hecho, contrariando la tradición histórica las máximas autoridades del BCE9.
de la institución desde que ésta asumiera un Las tensiones entre las burocracias capita-
papel clave en el campo hace tres décadas.
La percepción interna durante el período 8 Olmedo, radicado en la ciudad por más de una déca-
bajo reflexión era que la gestión del BCE en da, se veía a sí mismo como una suerte de “guayaqui-
materia cultural tenía dos facetas contrapues- leño por elección propia”, lo cual generaba una es-
tructura de sentimientos que positivizaba el estilo y
las costumbres de la vida en el puerto así como una
6 Detrás de ello se encontraba, por un lado, la ambigua preocupación constante por deslindar tales afinidades
constitución del área de antropología en sí misma -con de retóricas regionalistas. Su gestión resultó de una
grupos de intereses diversos operando en arqueología, convicción en que Guayaquil debía abanderarse de
antropología visual y estudios urbanos, etiquetados in- proyectos innovadores a pesar de condiciones estruc-
cómodamente bajo un solo membrete- y, por otro, la turales muchas veces adversas.
de arte contemporáneo operando bajo sus propios pa- 9 El escenario no era homogéneo: el bando de la actual
rámetros. La Dirección vislumbraba una proyección Dirección, respaldado por sus conexiones de paren-
por etapas, la primera dominada por intervenciones tesco con miembros del Directorio del BCE y su in-
en arte, y una posterior a la apertura de las instalacio- serción en círculos sociales tradicionales, hizo del an-
nes del museo, una vez que el proyecto se hallara con- tiguo museo –cuya locación espacial era distinta- un
solidado, dedicada a arqueología y antropología. frente de batalla interno. La competencia entre Ol-
7 El Universo, “Polémica Cultural”, 5 de febrero de 2004. medo y su sucesora databa, a la postre, de hace una

ICONOS 69
dossier
lina y porteña fueron también aireadas inter- requeridas para cubrir necesidades infraestruc-
namente en la lucha por el nombre del pro- turales de los nuevos proyectos creados), su
pio museo, el mismo que varió de “el MAAC continuidad se aseguraba precisamente por el
de Guayaquil”, hacia “el MAAC del BCE” o aura de bondad asignado a “lo cultural”. Una
simplemente “el MAAC” a secas. En la pri- bondad que, una vez apropiada (aunque a re-
mera denominación, generada por la anterior gañadientes) por el Banco servía también para
Dirección para posicionar a la institución co- el propósito de opacar el estigma centralista de
mo una marca comercial independiente del que gozara históricamente como institución
pasado simbólico centralista del propio BCE, estatal, para no mencionar que potencialmen-
el énfasis local no quería implicar una ads- te también continuaría justificando los lati-
cripción ideológica con quienes percibían al sueldos de sus máximas autoridades12.
MAAC como una suerte de versión actualiza- De hecho, la expansión de la fuerza labo-
da de un museo municipal, esto es, que de- ral para operativizar los distintos proyectos a
biera consagrarse al cultivo de revisiones de cargo de la Dirección Cultural del BCE en
historias oficiales del pasado de la ciudad y de Guayaquil, impuso al sistema burocrático la
sus habitantes y/o a la exposición de valores necesidad de racionalizarla. Como contrapar-
considerados como auténticamente guaya- tida práctica a la retórica oficial que enfatiza
quileños (papel que es perfectamente cubier- la reducción del tamaño del Estado, y más
to por instituciones tales como la Casa de la allá de que la intención de la Dirección fuera
Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, el la de dar continuidad al trabajo ya desarrolla-
Archivo Histórico y otras organizaciones rele- do, el propio aparato legal del BCE se encar-
vantes en el medio, las mismas que, no coin- garía de la creación de empresas tercerizado-
cidencialmente, formaron un frente de oposi- ras fantasmas para agrupar a los distintos em-
ción pública al museo)10. pleados. El procedimiento fue simple: una
El segundo nombre, aunque su actual logo- vez identificadas personas que pudieran servir
tipo omita menciones al BCE, se debe al pos- como testaferros entre familiares de los pro-
terior interés del Banco por usufructuar del ca- pios empleados, diversas compañías supuesta-
pital simbólico levantado por el museo des- mente prestatarias de servicios especializados
pués del primer año de actividades públicas11. (sean de investigación social, de administra-
Es así que, si bien el museo se había ya conver- ción o de arte) fueron creadas ad hoc para ca-
tido en un dolor de cabeza administrativo pa- nalizar los fondos del BCE hacia terceros, los
ra el BCE (por la expansión numérica del per- montos transferidos por el Banco mensual-
sonal contratado y las partidas presupuestarias mente, y para que diversos trabajadores sea
asignados, generalmente por afinidades pro-
década, durante la cual se turnarían en posiciones di- fesionales, a tales “empresas”. Convocatorias
rectivas. Habían también diferencias radicales en el
estilo de manejo: mientras que el primero se rodeaba
públicas (por la prensa) fueron realizadas en
de personal técnico, la segunda lo hace de una leal co- cada ocasión para dar la apariencia de cum-
fradía de secretarias que funcionan paralelamente co- plimiento legal de “concursos de merecimien-
mo asesoras. tos” prescritos por la ley, haciendo uso de una
10 El propio Museo Municipal, sin embargo, mantuvo
una posición independiente en esta disputa, la misma de las múltiples artes que Fernando Busta-
que fue vehiculizada cotidianamente por un grupo de mante refiere como productoras de la demo-
pintorescos activistas que operaban desde la CCE del cracia como “encantamiento”13.
Guayas. El matrimonio simbólico entre la gestión
11 Actividades patrocinadas por una institución cuya
propia existencia caería en profundos cuestionamien-
tos después de la dolarización, un momento donde, 12 Ver: “Sueldos en el BCE y la Superintendencia de
adicionalmente, lo cultural ya había sido posicionado Bancos, superiores al del Presidente” (El Universo, 11
por las actividades del propio MAAC como un rédi- de marzo de 2004).
to de la renovación urbana, o “regeneración” como es 13 Un proceso de similares características tendría lugar
pretenciosamente conocida en la jerga política y tec- nuevamente al interior del museo mientras escribo es-
nocrática local. tas líneas, en junio de 2004, para volver a reorganizar

70 ICONOS
cultural instaurada por una institución estatal respetuosa pero no demasiado estrecha con la
y la renovación urbana promovida por el go- Fundación Malecón 2000, precisamente para
bierno local a través de un aparato de funda- preservar la independencia de los proyectos
ciones privadas que en la práctica operan co- (sin mencionar que es evidente que las con-
mo unidades ejecutoras de la municipalidad, cepciones de lo-cultural-como-potpurri, pa-
es la última fuerza a enumerarse en la trayec- trocinadas por esa Fundación, no correspon-
toria truncada que denotan las diversas eti- dían necesariamente a las del museo). Esta
quetas del MAAC. Desde la ubicación espa- distancia junto a la animadversión despertada
cial del museo (en el extremo norte del Male- por Olmedo entre las jerarquías del BCE (de-
cón 2000 -obra paradigmática del nuevo de- bido a su capacidad para desbordar el control
sarrollo urbano en la ciudad-) hasta la conce- institucional, para obviar distintas instancias
sión de las instalaciones que el municipio hi- burocráticas, con la finalidad de sacar adelan-
ciera al BCE para funcionar por un siglo (en te los distintos proyectos a su cargo) parecen
unas premisas que están reglamentadas y son haber sido suficientes para su remoción. Cabe
explotadas comercialmente por la Fundación mencionar que la versión pública del anterior
Malecón 2000), el museo se halla subordina- Director destacó como detonante la impor-
do estructuralmente a este tipo de lazos de tancia del conflicto interno Quito-Guayaquil
dependencia. El altar visible de este matrimo- al interior de la burocracia bancaria. Dicha
nio fue el mal llamado “árbol navideño más teoría, sin embargo, simplifica el escenario
grande del mundo”, mamotreto que contó político de la gestión cultural brindando al
con donaciones ilegales del propio museo y BCE una autonomía de la cual, para el caso
que estudio en un artículo en proceso. guayaquileño, parece a todas luces carecer14.
De hecho, el MAAC cultivó una relación Desde la perspectiva de Olmedo, la actual
Dirección sería una suerte de “títere” funcio-
la fuerza laboral con similares efectos: evitar contrata- nal a los intereses centralistas por poner fin a
ciones a largo plazo, defraudar a los trabajadores y al
fisco. La tercerización es un fenómeno macro a nivel la expansión de los proyectos en Guayaquil
estatal. Carezco de información, sin embargo, para (“Olmedo, ex-director de programas cultura-
cuantificar la fantasmización a la cual aludo. Sin em- les, critica gestión de Mariela García”, El
bargo, por la lógica de explotación del aparato estatal
Universo, 20 de abril de 2004). Yo añadiría
como botín político y de redes clientelares haciendo
uso de las prácticas perversas que permite el propio que lo es en función de un cierto tipo de mu-
sistema burocrático -caso contrario, insisto, al de la seo que resulta también útil para un conglo-
Dirección Cultural que pretendía dar continuidad al merado de intereses locales que usufructúan
trabajo intentando mantener un equipo técnico cali-
ficado- dudo de que el BCE sea un caso único. Más
directamente de la “regeneración”. Indepen-
allá de la pérdida de derechos adquiridos que esta di- dientemente de si la información sobre la in-
námica supuso para buena parte de los empleados ter- gerencia de terceros en las decisiones internas
cerizados, y de la consecuente defraudación al propio del BCE es certera, la articulación entre los
fisco por la imposibilidad de recabar prestaciones pa-
ra fondos del Estado por parte de los mismos, la fle- intereses de los principales beneficiarios de la
xibilización de la mano de obra hizo patente una es- renovación urbana y el BCE es mucho más
tructura laboral compuesta por varios status de traba- orgánica de lo que se reconoce a la luz públi-
jadores, imprimiendo una lógica de temor e incerti- ca. En consecuencia, la suerte del museo co-
dumbre entre ellos. Posteriormente, la estocada final
fue dada en febrero de 2004 mediante el despido ma- mo proyecto autónomo estuvo echada, mien-
sivo del personal técnicamente calificado del museo, tras que la definición de políticas siempre tu-
un hecho que continúa en disputa internamente a
través de las instancias sindicales (ver: “Protesta de ex- 14 Como contraparte a la hipótesis esbozada por el fun-
trabajadores del Banco Central”, El Universo, 15 de cionario, la misma que fuera recogida por el editoria-
mayo de 2004). La disputa, sin embargo, se concen- lista Javier Ponce (“Yépez, liquidador de oficio”, El
tra en el monto de las indemnizaciones y no en la Universo, 24 de marzo de 2004), según una versión
propiedad de lo actuado en favor del círculo íntimo recabada mediante informantes bien posicionados al
de García. El número total de despidos a nivel del interior del BCE, el toque final en la remoción de Ol-
BCE fue de alrededor de 300. No coincidencialmen- medo fue dado por petición expresa de autoridades de
te, entre ellos se encontró el propio Olmedo. una de las fundaciones paraestatales.

ICONOS 71
dossier
vo como referencia a un terreno que había primero, que era insuficiente un museo con-
que cabalgar a contrapelo15. cebido como simple repositario de caprichosas
lecturas sobre la nación y/o las identidades re-
gionales; segundo, que toda intervención de-
Reajuste bía sustentarse en investigaciones más o me-
nos sistemáticas sobre las realidades ha ser
El MAAC era, entonces, promovido por las afectadas; tercero, que la población-objeto
autoridades del BCE hasta el reajuste a princi- privilegiada sería la juventud urbana como
pios de año; era un museo que pretendía ser una forma de invertir en la continuidad de los
abierto y, además, que se hallaba en proceso procesos a largo plazo; y cuarto, que las políti-
de definición. Como tal, los pilares concep- cas culturales no se definen en un vacío, ni sus
tuales que lo constituían se hallaban sujetos a efectos son sociológicamente ascéticos.
constantes negociaciones derivadas de percep- Finalmente, la experiencia de un etnógra-
ciones diversas sobre la misión institucional y fo al interior de la burocracia, como actor-
de los distintos campos de su accionar. La de- participante y observador-distante, puede ser
finición de políticas culturales se iba haciendo resumida en tres identidades adquiridas du-
en la práctica, si bien esta tarea fuera vista por rante el trabajo de campo. Primero, como
la Dirección como una prioridad a la hora de asesor, me hallé en una posición privilegiada
asegurar la continuidad de los proyectos y su para atestiguar, y formar parte, para bien y
filosofía mínima. Tal como lo ilustra el deve- para mal, de ciertos procesos de toma de de-
nir del MAAC, las políticas resultan no de de- cisiones. La creación de un programa de an-
finiciones orgánicas sino de la negociación de tropología visual y el fomento a la produc-
fuerzas en el campo social donde el museo co- ción documental, aunque de existencia efí-
mo tal se inscribe. Cuatro ideas-guías, sin em- mera, fueron productivos para aunar audien-
bargo, estaban claras para todos quienes tuvi- cias y promover a realizadores noveles. Segun-
mos ingerencia en la definición de proyectos: do, en tanto trabajador, fui uno de los terce-
rizados y, por tanto, defraudados, lo cual su-
15 A largo plazo se vislumbraría un escenario transicio- puso cotejar mi experiencia con aquellos que
nal de acuerdo al cual (debido a la proyectada evanes-
cencia del BCE como institución) el patrimonio del se ven abruptamente entrampados por un sis-
museo pasaría a manos de alguna de las fundaciones tema que no cuenta con mecanismos de jus-
“privadas” vinculadas con la municipalidad o al pro- ticia16. Por último, como antropólogo, quedo
pio municipio. Este proceso, por supuesto, supone en
el futuro un escenario político estable que, dada la ac-
todavía convencido del poder de la etnogra-
tual hegemonía socialcristiana y su exitosa explota- fía, aunque sea en las mínimas esferas donde
ción discursiva de los beneficios de la renovación, no algo reminiscente a la libertad de expresión
es difícil de imaginar. Así, el mayor patrimonio ar- queda en medio de tanto “encantamiento de-
queológico (o lo que reste de él a la fecha de esta ope-
ración) y la más grande infraestructura de gestión cul-
mocrático”. Escribir versiones alternativas a
tural del país serían privatizados, un proceso “natura- las caras oficiales del Estado, y al silencia-
lizado” por la retórica sobre la reducción del aparato miento de sus ciudadanos y sus empleados es,
estatal y por la de las “bondades administrativas” de pues, la forma bajo la cual “mi grandiosa e
fundaciones como las aludidas, la mayor de las cuales
es, por supuesto, el hallarse fuera de la contabilidad hirviente medicina” se traslada ahora al pre-
social del manejo de fondos públicos (ver: Jaime Da- sente académico, y -resto seguro, que por la
merval, “Fundaciones infundadas”, El Universo, 11 de mediación mágica del así mismo “grandioso e
enero de 2004). El trabajo de este editoralista es ex-
hirviente” poder de los chismes- también a tu
cepcional sobre un tema que de otra manera resulta
intocable, un “secreto público”, algo sobre lo que la presente burocrático.
gente sabe que no debe saber (ver: Michael Taussig,
2001, Defacement, Stanford UP, Palo Alto, 2001). Julio de 2004
16 Sentidos de lealtad creados durante mi permanencia
en el museo me inhibieron de proceder legalmente a
pesar de que intentaran hacerme firmar, ilegalmente,
una “renuncia voluntaria”.

72 ICONOS
Museos y
patrimonio:
fracturando la
estabilidad y la clausura
Mireya Salgado1 Como una manera de definir su lugar en
el mundo, la subjetividad moderna recogió y
Los museos ocupan un lugar complejo en el coleccionó objetos, vestigios, imágenes, docu-
mundo actual y en las nociones de patrimo- mentos, que quería o quiere salvar de la des-
nio. Desde su nacimiento han estado unidos a trucción. El museo es una institución moder-
instituciones y conceptos totalizadores cuyo na y desde su nacimiento se ha constituido en
desmoronamiento estamos presenciando. Sin defensor del patrimonio y de la identidad,
embargo, viven un tiempo contradictorio en compañeros inseparables de su recorrido, y
el que, junto a la revisión de sus fundamentos que hoy, como tantos otros conceptos, viven
y el cuestionamiento de sus funciones y su fu- tiempos de dudas y redefiniciones. Desde esa
turo, crecen en número a un ritmo sin prece- perspectiva, es pertinente preguntarse por lo
dentes y se han convertido en espacios cultu- que pasa con el museo, como institución, en
rales clave.2 Ligados a las nociones cada vez tiempos en los que todo lo sólido -el estado na-
más inestables e inasibles de autenticidad, a ción, la modernidad misma, la razón- se des-
grandes narrativas lineales, al estado nación, vanece en el aire (Berman 1997).
entre otras, los museos como centros cultura-
les polivalentes son hoy un espacio de fronte-
ras ambiguas abiertas al interés y a la reflexión
académica. Nada de lo dicho y establecido so-
bre ellos, las aseveraciones que los fundamen-
taban y sus funciones a largo plazo, han sobre-
Tomado de El Ecuador en el centenario de la Independencia de Guayaquil. Nueva York, 1920

vivido a las preguntas, deconstrucciones y du-


das a las que los han sometido las tensiones y
descentramientos del mundo contemporáneo.
Dentro de un panorama cultural complejo,
dinámico y fracturado, los museos tienen res-
ponsabilidades que asumir, enfrentándose co-
mo institución a la necesidad de reinventarse.

1 Historiadora.
2 Nuestra ciudad, Quito, no es ajena a ese crecimiento.
En relativamente pocos años ha presenciado la aper-
tura del Museo de la Ciudad, el Centro Cultural Me-
tropolitano, el Centro Cultural Ichimbía, la Casa
Museo María Augusta Urrutia, entre otros.

Salgado, Mireya, 2004, “Museos y patrimonio: fractu-


rando la estabilidad y la clausura”, en ICONOS No. 20,
Flacso-Ecuador, Quito, pp. 73-81.

ICONOS 73
dossier

Como una forma de la memoria, el patrimonio debería ser dinámico, plural, ligado a
la diferencia. Sin embargo, domina una noción de patrimonio como conjunto de
bienes estables, neutros, con valores y sentidos fijados de una vez y para siempre.
La autenticidad, invención moderna y transitoria, no puede ser criterio de valoración.
Museos contemporáneos: “culto” y lo “popular”, que perpetúa y pro-
lugar y contienda mueve las desigualdades, ha perdido sentido.
La definición clásica e iluminada “reduce la
Los desplazamientos producidos en las últi- cultura a una experiencia adquirida, a un pro-
mas décadas han generado cambios en el es- ceso a través del cual el sujeto pensante excita
tatus y en el sentido mismo del museo, lo que las facultades de su espíritu” (Rioux 1999:18).
ha llevado a que se transformen tanto en su Desde esta perspectiva, las colecciones de arte
forma como en su contenido. Desde clasifica- culto y popular servían para ordenar los bie-
ciones alternativas a las tradicionales, el mu- nes simbólicos en los que una población se re-
seo contemporáneo lleva a revisar paradigmas conocía y para jerarquizar los que correspon-
totalizadores, conocimientos acumulados y dían a las clases altas. Se establecían límites
grandes narrativas, así como ciertas asuncio- entre lo culto y los bienes que recibían la ca-
nes sobre la modernidad, la nacionalidad, los tegoría de “obras” frente a la artesanía. El or-
consumos culturales, las estructuras y el papel denamiento del patrimonio de las clases po-
de la agencia. Su trabajo gira en torno a pre- pulares le correspondía al folklore.
guntas sobre la identidad y la diferencia, la re- En oposición a esa definición, actualmente
lación entre conocimiento y poder, y la lucha se maneja una noción de cultura relacionada
por la legitimidad entre la “alta cultura” y la con las ciencias sociales y abierta a la plurali-
“cultura popular”. dad. “Cultura”, de acuerdo a lo planteado en
Si tradicionalmente sus colecciones perte- distintos ámbitos de discusión, es la forma de
necían al mundo de la “alta cultura” -al que vida o manera de ser de un pueblo o grupo so-
contribuían a definir y limitar-, hoy están ex- cial determinado.4 Las formas de comunicar-
hibiendo colecciones que previamente no hu- nos, relacionarnos, trabajar, gozar, amar, su-
bieran sido consideradas dignas de un museo. frir, organizar, pelear, morir, comer, divertir-
El museo empieza a ser apropiado por otros nos, forman parte de la cultura. Una defini-
códigos culturales. Y es que entre otras cosas, ción más antropológica propone que es el
el concepto mismo de cultura, a partir del conjunto de hábitos y representaciones men-
cual el museo contemporáneo trabaja, ha va- tales de un grupo determinado en un momen-
riado, aunque muchos de quienes manejan to dado, e incluye costumbres, creencias, le-
políticas y centros culturales en nuestras ciu- yes, artes y técnicas, lenguajes y lenguas, pen-
dades no se hayan percatado del cambio.3 samientos, gestos… Es, en fin, la manera par-
A la luz de la revisión actual de nociones y ticular como se relaciona un grupo humano
conceptos, y de la deconstrucción de ciertas en su vida diaria. En ese sentido, no es algo
prácticas totalizadoras, la división entre lo que se tiene, lo comúnmente percibido como
“el cultivo de la mente o el espíritu”, sino que
3 Es posible que dentro del ámbito académico esto sue- es, más bien, un asunto de ser. Es así que no
ne obvio, sin embargo, y por experiencia personal en
ámbitos municipales, ciertos directores seguían dise- habría quienes tienen más o menos cultura,
ñando planes culturales a partir la idea de que la ciu- pues nadie está excluido de la cultura, ni pue-
dad era inculta y que había que culturizarla, a través
de exposiciones de arte culto, conciertos de música
clásica, etc. Dentro de esa postura no se concebían 4 Este es, por ejemplo, el concepto utilizado por el Plan
políticas culturales a largo plazo, sino programas de Nacional de Cultura de Colombia, para desarrollar su
actividades artísticas. plan de Políticas Culturales.

74 ICONOS
de renunciar a ser un actor cultural. Tampoco preparación de las muestras, sus formas y con-
pueden considerarse culturales solamente las tenidos. Todo museo es una toma de posición,
expresiones artísticas, sino todas las realizacio- una teoría, la sugerencia de una manera de ver
nes de un grupo social. Desde esta concepción el mundo y de representarlo. Contiene ciertas
la división entre “alta cultura” y “cultura po- suposiciones, habla sobre ciertas cosas e igno-
pular” se disuelve, y junto al desmoronamien- ra otras y está ligado a relaciones sociales y cul-
to del concepto tradicional de museo que eso turales más amplias. Los museos son social e
implica hay una revitalización de su versión históricamente construidos, y el reconoci-
contemporánea, en cuanto cada vez más as- miento de ese lugar, la conciencia de él, debe
pectos de la cultura pueden ser museificados, ser una de sus partes constitutivas. Traslade-
y en cuanto cada vez más sectores de la socie- mos las palabras que Michel de Certeau dice
dad lo reclaman, disputan y se apropian de él. de la Historia y sus investigaciones, al museo,
Si bien los museos continúan siendo agentes sus exhibiciones y sus investigaciones:
de control social y espacios de definición de la
“alta cultura” así como de distinción, hoy van “Esta institución se inscribe en un complejo
mucho más allá de eso. Su ambigüedad se que le permite solamente un tipo de produc-
mueve entre la posibilidad de agencia y lo ya ciones y le prohíbe otras. Así procede la do-
establecido y localizado, entre la permanencia ble función del lugar. Vuelve posibles algunas
y lo indefinido del proceso abierto. investigaciones, gracias a coyunturas y pro-
En estos cambios, los conceptos de mu- blemáticas comunes. Pero a otras las vuelve
seología y museografía han conocido también imposibles: excluye del discurso lo que cons-
sus límites. Al incorporar nuevos medios, es- tituye su condición en un momento dado…
tilos y técnicas interactivas, plantearse retos Pero [el lugar] es la condición para que cual-
comunicativos diferentes e incorporar comu- quier cosa pueda decirse sin que sea legenda-
nidades diversas, los museos se acercan a las ria (o “edificante”, o a-tópica, sin pertinen-
puestas en escena de las ferias y el teatro. Ex- cia). Siendo la negación de la particularidad
hibiciones temporales y actividades diversas del lugar el principio mismo de la ideología,
recurren a la escenificación y a la dramatiza- excluye toda teoría” (Certeau 1985:87).
ción, promoviendo que lo vivo irrumpa en el
espacio museográfico; las fronteras entre la Los museos son productos modernos asocia-
comunidad y el museo se hacen más permea- dos con la formación del estado nación y el
bles, y éste se abre a actividades diversas. En orden, son tecnologías clasificatorias. Por otro
ese esfuerzo de apertura se propone incluir la lado, han cumplido y cumplen aún hoy en
representación de múltiples perspectivas, las nuestros países un papel central en la cons-
voces de los ignorados o de los que no se les trucción de la sociedad y la cultura como una
dio la palabra, las ambivalencias, la incerti- cosa, un objeto, que tiene su propia realidad y
dumbre y la reflexión. Por otro lado, las posi- puede ser vista, aprehendida y disputada. Los
bilidades que brinda la tecnología contempo- museos no sólo han desplegado el mundo, si-
ránea han llevado a que el museo salga de sus no que han estructurado una manera moder-
muros e invada espacios que antes estaban na de mirarlo, comprenderlo y aprehenderlo
fuera de su alcance. (Macdonald 1996:7). En relación con ello, no
Diversas preguntas, todas ligadas a la teoría sólo existen en un tiempo y espacio particular,
social y cultural, surgen en el espacio desple- un contexto, sino que también ayudan a arti-
gado por los museos, en las historias que cular órdenes espaciales y temporales, son
cuentan y en la manera de contarlas, en lo que creadores de contextos culturales. ¿Hay una
se incluye y excluye, en los énfasis. Al mismo conciencia de esa función y de la responsabi-
tiempo, en ellos se ejecutan conceptos y desa- lidad social que ello implica en la planifica-
rrollos de dichas teorías, los cuales informan la ción de nuestros museos y sus exhibiciones?

ICONOS 75
dossier
¿De qué manera han objetivado el pasado? suponía conformaban nuestro estado nación
¿Qué espacios y tiempos han construido? y nos representaban, natural y ontológica-
Hay que problematizar al museo más que mente, como pueblo dentro de un territorio.
tomarlo por sentado. Los museos no son, co- Pero todo patrimonio se constituye a través
mo se ha asumido frecuentemente, meros re- de una puesta en escena que incluye operacio-
flejos de los intereses dominantes y de la cul- nes de selección, combinación, monumentali-
tura hegemónica. Eso supondría la existencia zación, miniaturización y olvido. Tradicional-
de un público homogéneo y pasivo, y de un mente, el patrimonio, la memoria o la cultura
proceso museológico libre de conflictos. Todo nacional se han constituido al servicio de un
público ejerce una agencia interpretativa y la proyecto político, en el que ciertos actores lo-
planificación de cualquier exposición, el pro- graron ordenar un sentido de los bienes y esta-
ceso mismo, es una dinámica atravesada por blecerlo como “verdadero”. Actualmente el
distintos intereses y fuerzas, por un complejo museo busca incorporar otras verdades. No
tejido de relaciones de poder. El museo con- puede ser la justificación de una identidad, el
temporáneo se despliega en el espacio teórico motivo de una identidad. El fundamento del
ya no como un medio de control y legitima- museo es el interés por el otro, por lo diverso,
ción sino de contienda. La contienda debe ser sea ese un otro presente o el pasado. El conte-
entendida como potencialmente capaz de nido de museos nacionales y locales o de co-
ocurrir en cualquier punto del proceso mu- munidad concebidos para mantener y salva-
seo, desde la producción al consumo. Los guardar una supuesta identidad inmutable y
museos son un campo de fuerzas, un lugar de pura, morirá antes de nacer. Comunidad o lo-
encuentros, negociaciones y asociaciones an- calidad no es encerramiento, así como identi-
tes insospechadas: producción y consumo dad propia no es rechazo de lo otro. La identi-
cultural, conocimientos expertos y profanos, dad local, como la nacional, debe concebirse
prácticas y tecnología, lo sagrado y lo secular. como la capacidad de interactuar con múlti-
ples ofertas simbólicas que llegan desde afuera.
Hoy somos parte de un tiempo de intercultu-
Museos: de la clausura a la fractura ralidad, desterritorialización e hibridación de
culturas, en el que el proyecto de nación y su
Hasta los 60 y 70 los procesos culturales y ar- territorio cerrado e impermeable han entrado
tísticos, dentro de los cuales están los museos, en crisis. Las ciudades son escenario de una
se concebían en relación a las identidades na- multiplicidad de identidades en construcción,
cionales. Durante largo tiempo la identidad constituidas, entre otros elementos, por refe-
cultural se construía mediante la ocupación rentes que superan las fronteras locales y na-
de un territorio y la formación de coleccio- cionales y que son parte de los circuitos trans-
nes. Tener una identidad era tener un país, nacionales de producción y consumo cultural.
una ciudad. Los objetos emblemáticos se En un proceso de esta naturaleza, expresio-
guardaban en museos, o se consagraban en nes como “lo nuestro” o “lo nacional”, empie-
monumentos que constituían la esencia de la zan a vaciarse de sentido a nivel de las dinámi-
identidad. En nuestros países, la identidad así cas culturales. Sin embargo, siguen enarbolán-
concebida era una síntesis que integraba y dose como los valores supremos de los discur-
conciliaba la herencia colonial y su simbolo- sos de orden. La acción de las políticas cultu-
gía católica, representados fundamentalmen- rales y, más específicamente, de los museos, no
te por obras artísticas y monumentos, con al- puede estar guiada por una oposición mani-
gunas tradiciones y elementos de las culturas queísta entre la cultura nacional y la extranje-
precolombinas, y con un panteón de héroes ra. No hay una localización territorial específi-
míticos de las guerras de la Independencia. A ca de la producción cultural a la que tienen ac-
partir de ella se armaban colecciones que se ceso las mayorías, por lo que las nociones de

76 ICONOS
Al ser un dispositivo de la memoria, un mecanismo mnemónico, el museo es más
que un lugar de almacenamiento o un receptáculo; es un medio y un difusor de
memoria social, de fragmentos del mundo contenidos en testimonios materiales,
y cumple un papel clave en la transmisión de la herencia cultural.
comunidades cerradas, autosuficientes, de cul- ción del pasado en todo lo presente, esencial
turas nacionales autónomas o auténticas ya no para la comprensión del mundo de la vida.
son sostenibles, menos cuando nuestro país se Para un individuo, la memoria no juega
ve diariamente deconstruido territorial y cul- el papel de hacerlo volver al pasado -memo-
turalmente por procesos masivos de emigra- ria y recuerdo no se confunden-, sino que
ción. El desafío está en reconceptualizar la implica un orden que es fundamental para la
identidad cultural; es hora de aceptar una con- interpretación del presente y para su proyec-
cepción desterritorializada y abierta de las di- ción al futuro.
námicas culturales en las que se configuran las Es así como tendría que ser entendida la
identidades, sin que esto signifique perder los memoria en el museo, como mecanismo
referentes locales y específicos. Hoy en día, los transformador que -a la luz de nuevos códigos
museos no pueden caer en esencialismos y culturales- vuelve significativos los textos del
fundamentalismos de la identidad cultural, en pasado. Al respecto, Bernardette Dufrene se-
cosificarla y dejar de entenderla como un pro- ñala que el museo no debe ser considerado el
ceso dinámico en permanente construcción y lugar de una memoria conservada sino un me-
cambio. Las identidades no se reflejan y pre- dio de activación de memoria plural (Dufrene
servan en museos o libros de historia, no son 1997:13). Al ser un dispositivo de la memoria,
patrimonios fijos y estables; son identidades de un mecanismo mnemónico, el museo es más
repertorios múltiples, híbridas, versátiles, que que un lugar de almacenamiento o un recep-
se renuevan y relocalizan todo el tiempo. Aun- táculo; es un medio y un difusor de memoria
que suponen un proceso de pérdida, la com- social, de fragmentos del mundo contenidos en
prensión de este proceso permite armar una testimonios materiales, y cumple un papel cla-
visión de la cultura más tolerante y respetuosa. ve en la transmisión de la herencia cultural.
La memoria funciona como un recorrido,
la cara opuesta del olvido que carece de lugar
Museo y memoria y de imagen. La memoria es selección e im-
plica olvido, y en ese juego define a los indi-
En este punto es inevitable preguntarse por la viduos y a la sociedad. El museo tiene respon-
relación entre el museo y la memoria. El mu- sabilidad en recuperar la trama de la memo-
seo no debe limitarse a constatarla, no es un ria, no su imagen. Con ello quiero decir que
inventario de las trazas de lo existente, sino en la trama también están los huecos, las au-
que implica una acción con valor cualitativo, sencias. Pero, ¿cómo interpretar el olvido? El
una agencia. En nombre de la identidad no olvido, la selección, el silencio, la exclusión, la
podemos caer en un culto de la memoria por inhibición, son el lado negativo de la memo-
la memoria, sino que su uso debe ser racional ria que debe estar presente en la reflexión mu-
y crítico, partiendo por reconocer la existencia seológica y sobre el patrimonio. ¿Cómo hacer
de una diversidad de memorias en el seno de memoria de lo no memorable, de lo inacepta-
cualquier sociedad. El museo debe plantearse ble, de aquello que, en principio, no requeri-
como reconstructor de una memoria que no ría más que el olvido?5
ha existido jamás como tal, pero que es una
memoria para el futuro, activa y operativa, no 5 Si bien es el individuo el que recuerda, en el ámbito
un mero depósito del pasado. Es la actualiza- colectivo son los grupos sociales los que determinan

ICONOS 77
dossier
Si podemos plantear un museo que se de- ¿Cómo puede ser el museo una experiencia
fine por la experiencia de la memoria, una de de memoria?6 ¿Cómo despertar una memoria
las preguntas fundamentales sería cómo ges- íntima, o una memoria colectiva, o la conju-
tionar la memoria pública, sus huellas, los gación de ambas, ofreciendo a la imaginación
testimonios materiales e inmateriales de la y a la sensibilidad la posibilidad de acercase al
misma, dentro de un esfuerzo de fidelidad y gesto que esconden los objetos, al aura de las
justicia. El museo debe hacer más reflexivo su cosas? Imaginación y memoria convierten a la
proceso de selección, exponerlo, develarlo, ausencia en un terreno fértil de posibilidades.
decir por qué selecciona algo y deshecha lo Este tema plantea nuevas formas de aproxi-
otro, hacer una ciencia de la selección y desa- marse a la museología y a la idea misma de
rrollar la sabiduría del recordar, con una con- museo. La museología debe interrogar a la
notación evidentemente ética. En todo ello memoria y preguntarse sobre las formas en las
debe tener presente que su material de traba- que ésta se vuelve colectiva, se integra en la
jo es una memoria en movimiento, en la que memoria social. Si la memoria y la imagina-
interaccionan actores, objetos, ideologías y ción surgen de la intimidad personal a un ni-
representaciones. Es un metalenguaje consti- vel de sensación, ¿cómo traspasar esa expe-
tuido por expresiones materiales e inmateria- riencia, desde ese lugar privado, a un espacio
les de la memoria. No hay un recordar perfec- abierto, accesible y público como el museo?
to, ni una reconstrucción de lo real. Todo he- Los museos y las nociones de patrimonio
cho museológico es parcial. Pero, al ser trans- que comúnmente manejan las instituciones
formador de la conciencia, debe hacer explí- culturales son, en general, ineficientes en la
cito lo que deja de lado. El museo tiene la res- preservación de la experiencia de lo inmate-
ponsabilidad ser un instrumento crítico, de rial.7 A pesar de los cambios producidos y de
contar las otras historias, lo olvidado por la la incorporación de las dudas y las preguntas
memoria oficial. La crítica de la historia ejer- que afectan a todas las ciencias sociales, el de-
cida a tres niveles: documental, explicativo e bate sigue en pie. El anacronismo no ha desa-
interpretativo, evita que la memoria se des- parecido y es evidente que se sigue haciendo
place hacia la nostalgia o el error. Por eso en hincapié en los productos culturales -olvidan-
el museo el trabajo de los historiadores y do la responsabilidad en procesos culturales y
otros especialistas, debe confrontarse con el naturales-. Aún hoy muchos de nuestros mu-
de la comunidad: seos se sostienen en el hecho de arrancar los
bienes culturales de su contexto originario y
“Sin estas múltiples vigilancias se desemboca reordenarlos arbitrariamente, anulando con-
fácilmente en la explotación de la memoria co- flictos, sufrimientos, dominaciones, aspira-
lectiva a fuerza de celebraciones, de monu- ciones. Al exhibir piezas fuera de su uso coti-
mentos volcados hacia el espectáculo, el deco- diano o ritual, al presentarlas como arte y
rado, el ensueño, la teatralización. Al mismo convertirlas en obras, se engendra, a partir de
tiempo que se empobrecen las memorias indi- la belleza, una uniformidad que esconde las
viduales vivimos una época de frenesí de la
contradicciones presentes en la creación mis-
conmemoración, especie de rememoración co-
ma de los objetos:
lectiva obligada” (Bellaigue, Menu 1997:49).

“La fascinación ante la belleza anula el asom-


qué debe ser recordado, qué es memorable y la forma
que toma eso que debe ser recordado. Es por eso que bro ante lo distinto. Se pide la contempla-
parte de nuestros recuerdos lo constituyen cosas no
experimentadas directamente por nosotros. Un papel 6 Teniendo en cuenta que experiencia es pasaje, viaje,
similar, en cuanto a la definición de lo memorable, lo movimiento.
cumplirían los historiadores y ciertas instituciones co- 7 Al respecto Ivo Maroevic (1997) ofrece un interesan-
mo los museos. Para una aproximación a los mecanis- te análisis sobre la noción de “musealidad”, como el
mos de la memoria colectiva, ver Maurice Halb- valor inmaterial o la significación del objetos, lo que
wachs, 1992. ofrece la causa o razón de su musealización.

78 ICONOS
ción, no el esfuerzo que debe hacer quien lle-
ga a otra sociedad y necesita aprender su len-

Tomado de El Ecuador en el centenario de la Independencia de Guayaquil. Nueva York, 1920


gua, sus maneras de cocinar y de comer, de
trabajar y de alegrarse. Estos museos sirven
poco para relativizar los propios hábitos...
entregan a los familiarizados con la estética
culta una visión doméstica de la cultura uni-
versal” (García Canclini 1990:164).

Los objetos coleccionados no son más que


una base de la memoria, y tal vez el papel que
debería hacer el museo es el de abrir interro-
gaciones en torno a ellos. ¿Cómo abordar el
carácter polisémico de los objetos? Es imposi-
ble dar cuenta en una exposición o investiga-
ción del conjunto de aspectos de un proceso
histórico o de las obras exhibidas. Si embar-
go, sí es posible incorporar la modificación Quito. Museo Militar, hacia 1920

periódica de puntos de vista, multiplicar las


vías de acceso a las obras y abrir los objetos en nir las actividades y políticas culturales de la
su carácter complejo, a través de sus articula- ciudad, incluidas las que tienen relación con
ciones y contextos. los museos. Todos hablamos de patrimonio
cultural, todos cuidamos el patrimonio cultu-
ral, todos debemos sentirnos felices por el
Museos y Patrimonio embellecimiento y limpieza del Centro His-
tórico. No nos preguntamos -se consideraría
Los museos son instituciones de pertenencia anti-cívico- qué efectos tienen las acciones
cultural. En ese sentido, son elementos esen- emprendidas en nombre del “Patrimonio
ciales en la vida de la comunidad, pero no co- Cultural” (con mayúsculas y cosificado) sobre
mo meros conservadores del pasado, sino co- quienes habitan y han dado forma a los espa-
mo suscitadores. Deben llevar a una reflexión cios intervenidos.8 El embellecimiento y la
del pasado pero a partir de problemas del pre- limpieza, que restauran una supuesta imagen
sente, y ayudar a aclarar un futuro cada vez colonial de la ciudad “histórica”, pueden ser
más incierto. Al mismo tiempo, más que excluyentes y significar desarraigos, segrega-
fuentes de consenso colectivo, deben abrir ciones y marginaciones. Estamos hablando de
preguntas sobre las contradicciones que ex- un espacio cultural tangible e intangible de
presan. Lo mismo podemos decir del papel enorme riqueza pero plagado a lo largo del
que debería cumplir el patrimonio cultural, tiempo de profundas diferencias sociales,
como conjunto de bienes materiales e inma- donde la brecha entre los que tienen más y
teriales, al interior de un grupo social. menos es cada vez mayor y en donde la cohe-
Hoy en día, el “patrimonio cultural” sirve sión social y la tolerancia se ven seriamente
de justificación para emprender las más varia- disminuidas frente a la exclusión y la discri-
das acciones en las ciudades históricas del minación. Las nociones de patrimonio cultu-
mundo. Quito, “Patrimonio Cultural de la ral ya casi naturalizadas en la ciudad, apuntan
Humanidad” desde hace 25 años, no está a salvaguardar lo material, mostrando una
exento de ello y vive por estos días con espe- homogeneidad ajena a los procesos y conflic-
cial énfasis esa condición. Los criterios que
definen el patrimonio cultural son también 8 Me refiero al contenido que da forma, no a la forma
los que sirven de punto de partida para defi- externa, al cascarón.

ICONOS 79
dossier
tos culturales que poblaron las calles, plazas y ta; derecho a que los criterios de planificación
casas de la vieja ciudad, y que hoy han sido y conservación contemplen sus necesidades;
desplazados por impresentables, porque no derecho a opciones de entretenimiento y edu-
entran en la categoría de lo “memorable”. La cación en cuya programación se haya escu-
sensación es que lejos de buscar las razones de chado su voz.
la condición cultural material e inmaterial ex- Al ser una de las formas de la memoria, el
cepcional de Quito en la vida cotidiana de la patrimonio debería ser dinámico, plural, liga-
gente que la habita y la construye día a día, en do a la diferencia. Sin embargo, domina una
esas culturas entrecruzadas, su valor pasó a noción de patrimonio como un conjunto de
asimilarse y reducirse a lo meramente arqui- bienes estables, neutros, con valores y senti-
tectónico y artístico. Es una memoria de una dos fijados de una vez y para siempre. Las ac-
sola dimensión, la de la lámina, la postal. El ciones que emprenden las autoridades cultu-
tiempo y la profundidad quedan abolidos. rales no pueden mantener como criterio de
Uno de los problemas de este proceso es valoración la autenticidad u originalidad. Lo
que la selección de los elementos que hacen la auténtico es una invención moderna y transi-
herencia y el patrimonio cultural –algunas de toria. Es necesario enfrentar desde espacios
las formas de la memoria- se hacen sobre cri- académicos y de acción social esa tendencia
terios exteriores a la comunidad. Si a ello su- oficial, diseminada en ciertos sectores de la
mamos el embate de los mercados culturales sociedad, de anclar la memoria en el pasado
(circuitos de producción–consumo), con la que conviene, dar valor de autenticidad a lo
consecuente pérdida de participación de las arcaico, a lo “antiguo”, aquello en lo que las
comunidades en la construcción de sus pro- distintas voces, las injusticias, las disputas, de-
pios valores y significados culturales, es evi- saparecen detrás de un manto uniforme de
dente que la democracia cultural todavía es pasado nostálgico. La tarea de la política cul-
una aspiración. Aún hoy la decisión sobre tural y de investigación respecto del patrimo-
cuáles son los bienes y procesos culturales nio no es rescatar los objetos auténticos de
más valiosos o significativos para la comuni- una sociedad, sino tomar en cuenta el carác-
dad está en manos de muy pocos. En ese sen- ter procesal del patrimonio, y su transforma-
tido es clave que los gobiernos locales, como ción en las sociedades contemporáneas, dejar
ya sucede en algunas ciudades latinoamerica- de aferrase a lo arcaico y reconocer lo emer-
nas, impulsen procesos de participación, edu- gente, romper con la oposición entre un pa-
cación y organización en relación a los dere- sado sacro y un presente profano. El patrimo-
chos culturales. Es a partir de la toma de con- nio como capital cultural se acumula, se re-
ciencia de esas necesidades que la gestión cul- convierte y es apropiado de manera desigual
tural -y de museos- adquiere sentido. por diversos sectores. Si es comprendido de
El Centro Histórico es hoy, sin que acadé- esa manera, permite introducir mayor liber-
micos y especialistas tengamos que hacer nin- tad y creatividad en la relación de las comu-
gún esfuerzo, un museo vivo, que hace falta nidades con el patrimonio.
descubrir y escudriñar. Es a ese museo vivo al Desde esta perspectiva, los museos, el
que tenemos la responsabilidad de convertir Centro Histórico y las nociones de patrimo-
en participativo. Junto a los deberes y obliga- nio que los sustentan, deben partir por en-
ciones que se debe exigir a quienes habitan o frentarse a esa reconceptualización de su ra-
usan cotidianamente este espacio patrimo- zón de ser y su función. Si en otros tiempos la
nial, es un imperativo reconocer que esos ciu- defensa del patrimonio y la identidad se tra-
dadanos/as tienen derechos a participar en la ducía en la mera práctica de coleccionar, pre-
definición de las políticas y usos culturales del servar y exhibir objetos, los acontecimientos
Centro Histórico; derecho a que las interven- actuales, los conflictos urbanos, étnicos, na-
ciones que se hagan en él, los tomen en cuen- cionales y políticos, han llevado a que hoy se

80 ICONOS
pida que los objetos coleccionados expliquen lo de conciencia social y desarrollo que apun-
el pasado pero desde el presente, aclaren el fu- te a la libertad y no a la servidumbre de hom-
turo. En ese sentido, el museo, además de su bres y mujeres. No sólo los involucrados di-
responsabilidad en la conservación de objetos, rectamente en la gestión cultural, sino los ciu-
debe preguntarse sobre las maneras en la que dadanos y ciudadanas, tenemos la responsabi-
los diferentes públicos reciben o se apropian lidad y también el derecho de construir, a tra-
de las colecciones, así como tomar en cuenta vés de instituciones culturales como los mu-
su opinión en la elaboración de temas y la seos, la posibilidad o la esperanza de una ciu-
elección de contenidos. Nuestro país -y nues- dad diferente, no más culta, pero sí más justa
tra ciudad, Quito- ha carecido de una políti- y participativa, una ciudad mejor para vivir.
ca cultural orgánica a nivel nacional. Entre
otras cosas, eso se refleja en la deficiencia de Bibliografía
algunos de sus museos, en la carencia de rela-
ciones con el sistema educativo y en el hecho Bellaigue, Mathilde y Michel Menu, 1997, “Museología y las
formas de la memoria” en Memorias del VI Encuentro
de que los que existen luchan por sobrevivir. Regional del ICOFOM-CAM: Museos, Memoria y Patri-
El manejo del patrimonio histórico ya no monio en América Latina y el Caribe, Cuenca, pp. 45-53.
puede corresponder únicamente a los especia- Berman, Marshall, 1997, Todo lo sólido se desvanece en el ai-
re. La experiencia de la modernidad, Siglo XXI, México.
listas del pasado; es la comunidad la que debe
Certeau, Michel de, 1985, La Escritura de la Historia, Uni-
involucrarse, y por comunidad entendemos, versidad Iberoamericana, México.
la comunidad del Centro Histórico, y la ciu- Dufrene, Bernardette, “Museología y memoria. La experien-
dadanía en general, una ciudadanía que de- cia de la memoria”, en Memorias del VI Encuentro Re-
gional del ICOFOM-CAM: Museos, Memoria y Patri-
manda espacios diversos de participación, en- monio en América Latina y el Caribe, Cuenca, pp. 13-19.
tretenimiento, expresión y aprendizaje. García Canclini, Néstor, 1995, Consumidores y ciudada-
En un momento de crisis del país, de cri- nos. Conflictos multiculturales de la globalización, Gri-
sis del concepto de “identidad” y de crisis ge- jalbo, México.
—————, 1990, Culturas Híbridas. Estrategias para en-
neral de los museos, es un reto preguntarse trar y salir de la Modernidad, Grijalbo, México.
sobre el aporte y el papel de los museos en un Groys, Boris, 1995, “El Papel del Museo en una época de
espacio tan rico, dinámico y dramático como Fragmentación de los Estados-Nación, en Noticias del
ICOM, , No.4, vol. 48, Boletín del Consejo Interna-
el de nuestras ciudades. Si en nombre del pa- cional de Museos París, pp.2-3.
trimonio y la identidad, el museo intenta res- Halbwachs, Maurice, 1992, On Collective Memory, Uni-
taurar la memoria, o las memorias, tiene una versity of Chicago, Chicago.
enorme responsabilidad, porque preservar, re- Le Goff, Jacques, 1991, El Orden de la Memoria. El tiem-
po como imaginario, Ediciones Paidós, Barcelona.
cuperar y conservar la memoria, es un acto de Macdonald, Sharon, 1996, “Theorizing museums: an intro-
apuesta al futuro. El museo ya no es un lugar duction”, en Theorizing Museums, Sharon Macdonald y
de nostalgia, donde el pasado se presenta co- Gordon Fyfe, editores, Blackwell Publishers, Oxford.
Maroevic, Ivo, 1997, “El rol de la musealidad en la preser-
mo mito; hoy se convierte en un lugar de in-
vación de la memoria”, en Memorias del VI encuentro
tercambios, y abre la posibilidad de que los Regional del ICOFOM-CAM, Cuenca, pp.98-104
problemas actuales articulen la noción de pa- Marepo Eoe, Soroi, 1995, “El papel de los Museos en la
trimonio, una noción que debe anclarse en el creación de una unidad nacional”, en Noticias del
ICOM, No.4, vol. 48, Consejo Internacional de Mu-
presente y en el futuro, no en un pasado ideal seos, París, p.4.
y lejano. Las políticas culturales, la investiga- Olivares, Rosa, 1995, “Los Límites del Museo. Una histo-
ción y la interpretación del patrimonio, la ria sin final”, en Lápiz. Revista Internacional de Arte,
creación y gestión de museos deberían dar las Año XIII, No.113, Madrid, Junio, pp. 52-57.
Rioux, Jean-Pierre, 1999, « Introducción. Un terreno y una
bases para una reelaboración histórica de mirada” en Rioux Jean-Pierre y Jean-François Sirinelli,
acuerdo con las necesidades del presente, y en Para una Historia Cultural, Taurus, Madrid, pp. 9-26.
la búsqueda de un futuro mejor. La gestión Risnicoff, Mónica, 1997, “Los museos en la búsqueda de la
memoria perdida”, en Memoria del ICOFOM CAM
cultural, en fin, debería estar impregnada de 1997, VI Encuentro Regional: Museos, Memoria y Patri-
una voluntad transformadora, ser un vehícu- monio en América Latina y el Caribe, Cuenca, pp.90-93.

ICONOS 81
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie ATRIO
Descentralizar: barajar y dar de nuevo.
La participación en juego
José Luis Coraggio

FLACSO-FONDO DE SOLIDARIDAD-FRONESIS - 2004

En esta colección de trabajos, algunos de los cuales fueron


escritos pensando en nuestro Ecuador, José Luis Coraggio
plantea que la participación de la sociedad en la gestión
pública, lejos de ser una amenaza para la gobernabilidad
es un recurso de enorme riqueza política y de gran
potencial para avanzar hacia otra racionalidad que, mediante
la descentralización, vuelva a dar centralidad a los
derechos y responsabilidades de todos los ciudadanos. Para
Coraggio, la participación bien entendida supone que los
intereses de todos puedan expresarse con transparencia en
la esfera pública y que su legitimidad -y la prioridad que
tengan en la agenda pública- son construidos
democráticamente, guiando los procesos por una ética del
bien común que será, ella misma, resultante de la eficacia de
asumir participativamente lo público.
DEBATE
Comentarios al dossier de Íconos 19

Dolarización
y desdolarización:
más elementos para el debate
Rafael Correa1 da los principales argumentos a favor y en
contra de la dolarización y de una posible sa-
lida ordenada.
El presente artículo pretende hacer un análi- Finalmente, como señala el profesor Fal-
sis crítico y dar algunos aportes al dossier so- coní con acierto, es necesario evitar el error de
bre dolarización publicado en la revista Iconos Argentina de negarse a discutir sobre la con-
No.19. El dossier estuvo compuesto de seis vertibilidad, lo que produjo la salida anárqui-
artículos: “Auge y derrumbe de la convertibi- ca de la rigidez cambiaria. Sólo recordemos
lidad argentina: lecciones para el Ecuador”, que hay pocas cosas irreversibles en econo-
de Saúl Keifman; “América Latina: buscando mía, y la dolarización no es una de ellas.
el rumbo perdido”, de Carlos Parodi; “Dola-
rización y desarrollo humano en Ecuador”, de Los artículos del dossier
Carlos Larrea; “Dolarización o desdolariza-
ción: ¡ésa no es toda la cuestión!”, de Alberto Saúl Keifman nos dice que la crisis argentina
Acosta; “Costos del abandono de la dolariza- no se debió a factores exógenos, sino a las
ción”, de Marco Naranjo, y “El dólar vale propias políticas aplicadas entre 1991 y 2001.
más”, de Emilia Ferraro. La introducción al Señala que el sistema de convertibilidad fra-
dossier, titulada “Dolarización y desdolariza- casó porque tenía en sí mismo la semilla de la
ción: elementos para el debate”, estuvo a car- destrucción. Rechaza la hipótesis de que el
go del profesor Fander Falconí. sistema fracasó por los déficits fiscales (hipó-
Mi artículo se estructura de la siguiente tesis fiscalista) y demuestra que los déficits
manera. Primero realizo un pequeño resumen crecientes de la segunda mitad de la década
de cada uno de los artículos del dossier y lue- de los noventa fueron de naturaleza endóge-
go, en la siguiente sección, tomo como eje de na, provocados por el propio sistema de con-
discusión el artículo del Dr. Marco Naranjo, vertibilidad. Finalmente, advierte algunas lec-
el único autor abiertamente a favor de la do- ciones para el Ecuador; básicamente que tan-
larización, tratando de utilizar aportes de los to la convertibilidad como la dolarización
demás artículos, así como mis propios apor- asumen que una economía de mercado libra-
tes, para discutir en forma más pormenoriza- da a sí misma tiende al equilibrio con pleno
empleo, visión que ya ha sido desmentida por
Correa, Rafael, 2004, “Dolarización y desdolarización:
más elementos para el debate. Comentarios al dossier de la historia y refutada por la teoría económica.
Íconos 19”, en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Qui- Además, señala que ambos regímenes respon-
to, pp. 84-89. den al supuesto de que el único problema
macroeconómico es la inflación y de que ésta
1 Ph.D. en Economía. Profesor de la Universidad San
se origina en el financiamiento del déficit fis-
Francisco de Quito. cal con emisión monetaria. Consecuente-

84 ICONOS
ofrecía la dolarización aún no se han cum-
plido. Manifiesta que mantener la dolariza-
ción producirá bajo crecimiento y deterioro
de las condiciones sociales y ambientales di-
fícilmente compatibles con la democracia,
aunque anota que el retorno a un tipo de
cambio flexible es complicado. Finalmente,
acota que más allá del problema de la dola-
rización, lo que se evidencia es la incapaci-
dad de las fuerzas de mercado para lograr un
adecuado desarrollo.
Alberto Acosta considera posible, aunque
compleja, una salida ordenada de lo que él
llama la “trampa cambiaria”. Además de cier-
tos requisitos técnicos, señala la necesidad de
consenso político para una salida. También
resalta la necesidad de ir, en el mediano pla-
zo, a uniones monetarias regionales y superar
definitivamente el modelo neo-liberal.
En su artículo, Marco Naranjo señala que
la dolarización representa todo un cambio
del sistema económico, que ésta ha sido un
mente, si se elimina la soberanía monetaria, éxito por sus resultados positivos, y que
se impone la disciplina fiscal y se alcanza la abandonar la dolarización representaría cos-
estabilidad de precios. tos sociales y económicos enormes. En otras
Carlos Parodi demuestra -con indicadores palabras, no es deseable ni posible la salida
de crecimiento, distribución y pobreza- el fra- del sistema monetario.
caso de la estrategia de desarrollo seguida por Finalmente, Emilia Ferraro nos da una in-
América Latina en los últimos años, y señala terpretación de la dolarización más allá de la
como único logro el control de la inflación. Se- Economía. Nos dice que la evaluación de la
ñala que las crisis que ha sufrido América Lati- dolarización por parte de la gente común no
na son producto de las propias reformas es- es económica, sino que se da en el imaginario
tructurales realizadas bajo la orientación del de la gente, básicamente como el rechazo a un
Consenso de Washington. Resalta la necesidad estado y a una identidad nacional desgastados.
de pensar en forma globalizada, pero sin nin-
guna clase de dogmatismo. Finalmente, resca-
ta de la experiencia argentina 16 lecciones en- ¿Ciencia o propaganda?
tre las que resalta que los tipos de cambio fijos, Respondiendo los argumentos
en un entorno de movilidad de capitales, son del Dr. Naranjo
más vulnerables a los ataques especulativos.
Carlos Larrea sostiene que la recupera- La dolarización oficial: mucho más que un sis-
ción que se ha observado en los últimos años tema cambiario
en Ecuador obedece a las remesas de emi-
grantes, al alza del precio del petróleo y al Marco Naranjo señala en su artículo que la
impacto de la construcción del OCP, pero dolarización oficial de una economía “signifi-
no refleja una dinamización de las exporta- ca mucho más que una variación en el régi-
ciones. Señala que, después de cuatro años, men cambiario. Significa, en realidad, la
los resultados positivos que supuestamente puesta en marcha de un nuevo sistema econó-

ICONOS 85
debate
mico...” (Naranjo 2004:66). Aquí podemos ciones del dinero se habían trasladado al dó-
encontrar una contradicción en los defenso- lar... Por lo señalado, se puede afirmar que la
res del esquema dolarizador: mientras que dolarización oficial no hizo otra cosa que con-
muchos, para justificar los fracasos del esque- firmar y formalizar lo que en la práctica diaria
ma, argumentan que no es más que un siste- ya existía, esto es, una dolarización de facto o
ma cambiario, y que los verdaderos proble- extraoficial generalizada” (Naranjo 2004:66).
mas se hallan en factores estructurales de la Este ha sido un argumento recurrente de los
economía (verdad dolarizadores: según ellos, en una muestra de
de perogrullo), Na- gran espíritu democrático, no hicieron otra
El debate sobre la dolarización ranjo nos dice que cosa que interpretar el deseo de los agentes
involucra el porvenir económico la dolarización re- económicos. Sin embargo, aquí existen al me-
y social de nuestros países. presenta todo un nos dos errores y verdades a medias:
Significa superar simplismos nuevo sistema eco-
nómico. En reali- a) La elevada dolarización informal de los ac-
como el "dogma de la dad, coincido ma- tivos y pasivos financieros fue permitida e
estabilidad", repensar la noción yormente con la incluso inducida por las reformas realiza-
y estrategia de desarrollo, posición de Naran- das durante los años 90. De esta forma, a
jo: la dolarización inicios de la década, y antes del proceso de
y la necesidad de remediar oficial ecuatoriana reformas -básicamente la liberalización fi-
la inconformidad de representó el cam- nanciera-, el porcentaje de depósitos en
la población con un Estado bio institucional dólares era menor al 5%. Si, como mani-
y una identidad nacional más profundo en
toda la historia del
fiesta Keifman, la dolarización progresiva
del sistema financiero es un problema, la
desgastada. sistema económico solución no es precisamente formalizar el
del país. Sin em- problema.
bargo, es incorrec- b) El criterio de que la política económica
to decir que es un debe responder a las situaciones de hecho,
nuevo sistema eco- sin capacidad para inducir, corregir o con-
nómico. En reali- trolar acciones, es extremadamente peli-
dad, es la profundi- groso. Precisamente en eso consiste la ma-
zación más extre- croeconomía: en reconocer que las estrate-
ma -e ingenua- del gias óptimas microeconómicas, no necesa-
sistema de mercado, donde se reduce la mo- riamente son las estrategias óptimas colec-
neda exclusivamente a un medio de cambio, tivas. Los dolarizadores obvian cosas tan
perdiéndose su dimensión de instrumento de elementales como la falacia de la composi-
coordinación económica y social. Retomando ción: lo que es bueno para las partes, no es
lo que dice Keifman en Íconos 19, “lo que bueno para el todo.
subyace a la convertibilidad y dolarización es
la visión de que una economía de mercado li- Resultados positivos de la dolarización
brada a sí mismo tiende automáticamente al
equilibrio con pleno empleo” (Keifman El Dr. Naranjo manifiesta que “una muy bre-
2004:32). ve evaluación del sistema de dolarización en el
Ecuador, nos evidencia resultados bastante
La economía ya estaba informalmente positivos” (2004:66-67). En esto, encontra-
dolarizada mos uno de los principales problemas intelec-
tuales del discurso pro dolarizador: realizar la
Marco Naranjo manifiesta que “en un por- comparación de indicadores con el peor año
centaje muy elevado (cerca del 90%) las fun- de la historia económica del país. Esto sería

86 ICONOS
igual que decir que, con un sistema cambiario Por otro lado, pese a las extraordinarias
completamente opuesto al de Ecuador, Ar- condiciones externas del 2003 y, particular-
gentina es la campeona regional de crecimien- mente, un precio del barril de petróleo que
to, sin mencionar la espectacular caída de su bordeó los USD$ 27 -el mayor precio de los
producto en la crisis del año 2001. últimos 20 años- cuando fue presupuestado a
Por ejemplo, Naranjo nos dice que los sa- USD$ 8, el país creció tan solo 2.7%, mien-
larios pasaron de 50 dólares en 1999 a 148,6 tras que el sector no petrolero creció tan sólo
dólares, sin mencionar que, en términos rea- 1.4%, la tasa más baja de los diez últimos
les, jamás recuperaron los niveles pre-crisis. años, exceptuando la gran crisis de 1999. Lo
De hecho, no se alcanza a comprender cómo anterior significa que el PIB no petrolero por
en el discurso pro dolarizador el incremento habitante, verdadera medida de la capacidad
de los salarios es el principal logro y a la vez el de generar riqueza de los ecuatorianos, decre-
principal problema, ya que muchos dolariza- ció en el último año. Todo esto es más grave
dores se basan en esta situación para justificar aún si consideramos que la recuperación de
la falta de competitividad del país. En reali- las crisis financieras en América Latina ha to-
dad, el fracaso e insostenibilidad de la dolari- mado un promedio de tres años. Aunque la
zación ecuatoriana son cada vez más claros. crisis sufrida por el país fue de las más fuertes
Así, dada una inflación acumulada de cerca de la región, la medida tomada -la elimina-
del 150% desde que se inició la dolarización, ción de la moneda nacional- también fue la
Ecuador ha sufrido la apreciación del tipo de más drástica de las medidas. Sin embargo,
cambio real y, como consecuencia de aquello, Ecuador nunca recuperó los niveles de activi-
un déficit no petrolero que en el 2003 fue de dad económica y bienestar del período pre-
2100 millones de dólares, cerca del triple del crisis, y la poca recuperación lograda clara-
promedio de antes de la dolarización. Pese a mente ya está llegando a su fin. Obviamente,
haber gozado de los más altos precios del pe- los pobrísimos resultados en cuanto a creci-
tróleo de los últimos 20 años, Ecuador tam- miento no son sólo consecuencia del esquema
bién acabó con déficit comercial total por ter- monetario vigente, sino también de una pési-
cer año consecutivo, situación que desde 1979 ma política fiscal, cuyo análisis escapa al al-
al 2000, esto es, hasta antes de la dolarización, cance de este artículo.
sólo había ocurrido en 1987 por la ruptura del De esta forma, para su crecimiento en el
oleoducto, y en 1998 por el desplome de los mediano y largo plazo, Ecuador sigue apos-
precios del petróleo. En esto, Saúl Keifman no tando prácticamente en forma total a los altos
deja lugar a dudas: “uno de los problemas más precios del petróleo y a incorporar nueva pro-
serios de la convertibilidad fue el nivel del ti- ducción petrolera, factores externos que, ade-
po de cambio real que se cristalizó con la esta- más de incrementar la vulnerabilidad de la
bilización” (Keifman 2004:27). economía, tienen un efecto tan solo marginal
Directamente relacionado al problema ex- en cuanto a bienestar y generación de em-
terno está la incapacidad de la economía para pleo. Es decir, las altas tasas de crecimiento
generar puestos de trabajo, por lo que las tasas anunciadas para los próximos años, de mate-
de desempleo abierto y sub-empleo son persis-
tentemente altas, pese a la gran emigración de
la fuerza laboral. De hecho, si no fuera por la 2 En este sentido, las similitudes con el caso argentino
son impactantes. Para mantener la convertibilidad, el
emigración, la tasa de desempleo superaría el gobierno de De la Rúa optó por tratar de lograr supe-
20%. De igual manera, la necesidad de una rávit fiscales aumentando la presión tributaria y redu-
política fiscal extremadamente recesiva para ciendo salarios en el sector público, con lo que ani-
quiló la demanda interna, deprimió aún más la eco-
evitar mayores daños en el sector externo, está nomía y, finalmente, deterioró mayormente la situa-
conduciendo a la generación de déficit endó- ción fiscal por la disminución de la base tributaria
genos, que agravan aún más la situación fiscal.2 (Rubini 2003).

ICONOS 87
debate
rializarse, se estarían dando sobre la base del za en la nueva moneda”, b) evitar una crisis
consumo de un activo, el petróleo, y no en bancaria por corrida de depósitos, y c) evitar
función de la generación de valor agregado y una crisis de balanza de pagos por salida de
puestos de trabajo productivo. Por el contra- capitales, es decir, evitar lo que el Dr. Naran-
rio, como ya se está observando, el espejismo jo llama la “liquidación del sistema
del petróleo ocultaría una sistemática des-
trucción de la base productiva nacional, con- financiero”. Además de lo anterior, para mi-
secuencia del esquema monetario que man- nimizar los costos de salida y, sobre todo, los
tiene el país. grandes ganadores y perdedores como en el
caso argentino, la salida de la dolarización de-
Los costos de salida bería realizarse de manera paulatina, e impli-
caría un largo período de tiempo, dividido en
Coincido en general con los graves riesgos y forma general en tres etapas: una primera eta-
costos que implicaría una salida de la dolari- pa de “blindaje financiero y externo”, una se-
zación. Lamentablemente, temo que no es un gunda etapa de “desdolarización” y una terce-
problema de elección. En el caso argentino, ra etapa de “corrección de precios relativos”.
con niveles de desarrollo muy superiores a los
del Ecuador, se tuvo que salir de la converti- Los costos de volver a tener moneda nacional
bilidad. Hoy, dadas las favorables condiciones
externas, tal vez es el momento menos riesgo- Sin embargo, para el Dr. Naranjo no sólo
so para ensayar una salida ordenada a la dola- existen inmensos costos de salida, en lo cual,
rización, antes que los fundamentos econó- insisto, coincidimos, sino que también ve in-
micos se deterioren aún más.3 Sin embargo, mensos costos en el mismo hecho de tener
además de los grandes desafíos técnicos para una moneda nacional. Así, el Dr. Naranjo
salir de la dolarización, se trata sobre todo de manifiesta que “con la moneda nacional apa-
un problema de consenso político y social.4 recerá nuevamente el círculo vicioso aberran-
De lograrse dicho consenso, todavía total- te de déficit fiscal, inflación, devaluación, al-
mente ausente en el país, la parte técnica ten- tas tasas de interés, especulación y rentismo,
dría que enfrentar tres problemas fundamen- paralizando el aparato productivo, incremen-
tales e interrelacionados entre sí: a) crear de- tando el desempleo, disminuyendo salarios y
manda por la nueva moneda, es decir, superar los ingresos reales, generando fugas de capita-
lo que Dr. Naranjo llama la “crisis de confian- les, fragilidad financiera y fuga de compatrio-
tas” (Naranjo 2004:69). Este es un grave
3 Esto es aún más urgente en medio de la fiebre aper- error del Dr. Naranjo, de los dolarizadores y,
turista-comercial que vive el país. En efecto, mayores
liberalizaciones comerciales manteniendo un tipo de
cambio fijo extremo como la dolarización, es sencilla- 4 En el caso de la convertibilidad argentina, dicho con-
mente un desastre anunciado. senso se logró cuando ya la crisis era demasiado gra-
ve, y precisamente como consecuencia de ésta. Jame-
son (2003) manifiesta que “mientras
más tiempo un país espera para en-
frentar el problema de la disparidad
entre crecimiento de la productividad
y costos domésticos y la consecuente
sobrevaluación del tipo de cambio,
más duro será romper el lazo. En con-
secuencia, el argumento a favor de
romper la dolarización debe ser hecho
temprano, y la coalición de soporte de-
be ser establecida con aprobación inter-
nacional mucho antes de que la econo-
mía se deteriore”.

88 ICONOS
en general, de la mayoría de los hacedores de cionales, e impedir que las economías y el
política ecuatorianos: presentar como hechos bien común estén sujetos al arbitrio de la en-
científicos lo que son simplemente conjetu- telequia del mercado. Significa, como bien
ras. Lo manifestado por el Dr. Naranjo impli- nos recuerda Emilia Ferraro, la necesidad de
caría que el poder de emitir moneda es malo remediar la inconformidad de la población
per se, lo cual no resiste ningún análisis serio. con un Estado y una identidad nacional des-
El Dr. Naranjo intenta poner en el principio gastada. Es decir, recuperar nuestro capital
de todos los males el supuesto déficit fiscal social, destrozado por políticas económicas
que se produciría con una moneda nacional, absurdas.
obviando el hecho de que la crisis de 1999 fue
una crisis bancaria, la cual se transformó en
crisis monetaria no por ningún déficit fiscal, Bibliografía
sino por el poder de los banqueros para tras-
pasar el costo de la crisis a toda la sociedad Acosta, Alberto, 2004, “Dolarización o des-
por medio de la ley de garantía de depósitos dolarización: ¡esa no es toda la cuestión!”,
(Ley AGD) que obligó al Estado a emitir di- en Iconos No. 18, FLACSO–Ecuador,
nero para respaldar el 100% de los depósitos Quito, pp. 54-65.
bancarios. Falconí, Fander, 2004. “Dolarización y des-
Como manifiesta Keifman, en la visión dolarización: elementos para el debate”,
simplista de los partidarios de la convertibili- en Iconos No. 18, FLACSO–Ecuador,
dad y dolarización, “el único problema ma- Quito, pp. 22-24.
croeconómico es la inflación y ésta se origina Ferrero, Emilia, 2004. “Costos del abandono
en el financiamiento del déficit fiscal con de la dolarización”, de Marco Naranjo, y
emisión monetaria” (Keifman 2004:32). “El dólar vale más” en Iconos No. 18,
FLACSO–Ecuador, Quito, pp. 71-77.
Jameson, Kenneth, 2003, “Is it Posible to
A modo de conclusión Exit Dollarization?”, Universidad de
UTA, Salt Lake City-UTA, mimeo.
Como también acertadamente señaló Fander Keifman, Saúl, 2004. “Auge y derrumbe de la
Falconí, el debate sobre la dolarización real- convertibilidad argentina: lecciones para
mente involucra el porvenir económico y so- el Ecuador”, en Iconos No. 18, FLAC-
cial de nuestros países. Significa superar sim- SO–Ecuador, Quito, pp. 25-34.
plismos como el “dogma de la estabilidad”, Larrea, Carlos, 2004, “Dolarización y desarro-
cuya expresión más extrema es, sin duda, la llo Humano en Ecuador”, en Iconos No.
dolarización ecuatoriana. Un tipo de cambio 18, FLACSO–Ecuador, Quito, pp. 43-53.
fijo irreversible, en una economía abierta, pe- Naranjo, Marco, 2004, “Costos del aban-
queña y de baja productividad, es claramente dono de la dolarización”, en Íconos No.
un disparate técnico, que seguramente algún 18, FLACSO-Ecuadir, Quito, pp. 66-70.
día controlará la inflación, pero probable- Parodi, Carlos, 2004, “América Latina: bus-
mente quebrando al sector real de la econo- cando el rumbo perdido” en Iconos No.
mía. Significa, como lo señalan Alberto Acos- 18, FLACSO–Ecuador, Quito, pp. 35-42.
ta, Carlos Parodi y Carlos Larrea, repensar la Rubini, Héctor, 2003, “Evaluación del plan de
noción y estrategia de desarrollo, pues se tra- convertibilidad de la República Argentina
ta de recuperar políticas económicas sobera- (1991-2002)”, Ponencia presentada en
nas en función de verdaderos proyectos na- Flacso-Ecuador, Febrero de 2003, Quito.

ICONOS 89
iconofilia
y prácticas artísticas
Apuntes sobre la
Bienal de Cuenca

Ana Rodríguez1 dad, más que un simple tema desde el cual


producir arte (como lo hace de forma un tan-
Tomando herramientas críticas de distintas to reductora la convocatoria a la VIII Bienal
tradiciones disciplinarias, en este artículo se Internacional de Cuenca), es una categoría
intenta hacer una lectura crítica de la pro- analítica que nos permite reflexionar sobre las
puesta conceptual de la VIII Bienal Interna- relaciones entre las prácticas artísticas y sus
cional de Cuenca 2004, cuya convocatoria se significaciones e implicaciones políticas y so-
intituló Iconofilia y que generó una serie de ciales2.
debates acerca del rol de las imágenes en la so- Así, muchas obras de arte ponen en el ta-
ciedad contemporánea y del lugar que ocu- pete de modo fuerte lo que Arthur Danto
pan las prácticas artísticas en esta discusión. (2002) llama una zona de “indiscernibilidad”
Muchas de las preguntas que aquí surgen son entre el arte y la publicidad u otras áreas de la
de tipo epistemológico en la medida en que comunicación de masas, mimetizando forma-
proponen que las obras de arte son significa- tos o discursos para proponer problemáticas
das en territorios que desbordan el estricto comunes. En esa reflexión Danto diluye la
circuito artístico y que, a su vez, modifican idea de paradigmas específicos ligados a un
los límites del campo del arte. El territorio al campo de saber, así como diluye la idea de di-
que más importancia se ha dado es el de la di- ferencia ligada a un lugar de enunciación, co-
mensión política de las imágenes ya que ésta mo lo explicaba ya Borges al escribir Pierre
no concierne solamente al campo del arte si- Menard autor del Quijote (en Borges 2001 -
no a las imágenes que generamos y consumi-
mos cotidianamente y frente a las cuales la re-
cuperación de la palabra se hace necesaria. 2 Valdría la pena recordar que “icono” es una noción
muy antigua proveniente del griego. Su relación con
Para poder abordar el tema de la iconofilia el término latino “imagen” data de la transformación
y su relación con las prácticas artísticas es ne- de la alegre distancia que cultivaban los griegos hacia
cesario empezar tratando de elucidar en qué el eikon a la fascinación decadente que el mundo lati-
no dio al imago. “Imagen” no traduce simplemente
medida la iconofilia contemporánea, entendi- del griego al latín a la voz “icono”. “Imagen” se refie-
da como una reflexión sobre las relaciones en- re a una reflexión fascinada: el imago romano era la
tre imagen y poder, entre escritura y politici- huella de cera que sacaba un ministro del rostro de los
difuntos importantes, trayendo al centro de la discu-
Rodríguez, Ana, 2004, “Iconofilia y prácticas artísticas. sión sobre la representación el problema de la dialéc-
Apuntes sobre la Bienal de Cuenca”, en ICONOS tica entre presencia y ausencia. “Icono”, en cambio, se
No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp. 90-95. refiere a una distancia representativa: para los griegos
el icono encarnaba -a través de la visualidad- el pro-
blema de la representación entendido como aleja-
miento del ser. En ese sentido, “icono” replantea el
1 Master en Estética y en Artes Plásticas por la Univer-
problema platónico del eidos, el sí mismo, que al ser
sidad de París 1. Master (c) en Estudios Culturales
traducido en lenguaje produce un doble logos enga-
por la UASB. Profesora FAD - PUCE.
ñoso entendido como ídolo, eidolon o eidola logome-

90 ICONOS
1944-). El campo del arte es ejemplar en la visual que de cuenta de una politicidad de sus
medida en que cada uno de sus productos ha- sentidos?
ce eco no sólo de una problemática específica Esas preguntas estarían implícitas en la
ligada a la subjetividad que lo constituye, si- propuesta de la Bienal. El artículo 2 de sus
no también de la pregunta sobre cómo se pro- Bases sintetiza el concepto orientador de la
duce el arte y con qué fines. convocatoria:
Si no podemos distinguir materialmente
las imágenes del arte de otras imágenes, tam- “La Bienal invita a los artistas a reflexionar,
poco podemos decir que la dimensión crítica desde sus propias experiencias, sobre las
es una particularidad del arte ni su exclusivi- nuevas perspectivas de las imágenes, de su
dad. Esta última es una potencialidad de toda proliferación y de su apertura a nuevos ima-
ginarios concentrados en la idea de Iconofi-
imagen ya que hace parte de un mercado en
lia. Esta Iconofilia tendrá como eje central
el que se establecen valora-
la recuperación de la
ciones y sentidos, en el que
memoria histórica de
se desarrollan reflexiones nuestros pueblos que
sobre las mismas mercan- tiende a perderse sumi-
cías que se producen. Las da en los íconos de la
obras de arte se ven llama- sociedad de consumo y
das a significar en el con- sugiere que se elaboren
texto de ese mercado, es propuestas sobre la poé-
decir a competir y a medir- tica de las imágenes en
Andy Warhol, Campbell’s Soup Can 1, 1968

se en él, como imágenes de un contexto de políticas


consumo. En esa perspecti- de la memoria”.
va, queda preguntarnos so-
bre algo muy difícil de res- Según esta convocato-
ponder: ¿cómo lograr hacer ria, el arte se liga a un
preguntas o propuestas crí- lugar privilegiado en
ticas desde la producción donde lo poético recu-
misma de imágenes, que pera “la memoria histó-
vayan más allá del consu- rica de nuestros pue-
mo inmediato, o que gene- blos” (como si ésta fue-
ren algún tipo de debate alre- ra algo dado). Las imáge-
dedor de él? ¿Cómo hablar de una escritura nes serían portadoras de discursos que ocul-
tan esa memoria, la cual se entendería como
na, la palabra, y eikon (icono), copia del modelo. distinta y alejada de la sociedad de consumo.
Aquí nos interesa esta relación en la medida en que Así, la convocatoria de la Bienal propone
“iconofilia” junta el eikon griego a la filia latina, reno-
trabajar sobre una política de la memoria
vando el concepto de icono, es decir, obligándonos a
un recorrido en el que el icono es una imagen espe- que implicaría dar cuenta de una “poética de
cial, es una imagen cuyo sentido se construye en el las imágenes” y no de su consumo.
imperativo social y cultural al que se somete de agra- Sin embargo, Guy Debord ya en 1967
do el yo. La iconofilia, entonces, no es un simple
“amor de las imágenes” al que se podría oponer un proponía definir al espectáculo no como un
“odio de las imágenes”, sino que es un intento de de- “conjunto de imágenes sino como una rela-
limitación del concepto de imagen, un intento de de- ción social entre personas, mediatizada a tra-
finición: las imágenes son amables, se dejan amar, y lo
son en la medida en que pueden apelar a la palabra.
vés de imágenes”, y explicaba que “no se pue-
Por último cabría decir que “iconofilia” es un térmi- de oponer el espectáculo a la actividad social
no relativamente nuevo en su uso (siglo XX) compa- efectiva, (ya que) el espectáculo que invierte
rado, por ejemplo, con “iconoclasta” que se usa desde
lo real tiene lugar en la realidad…” (Debord
el siglo XVII y que provenía ya directamente del grie-
go eikonoclastes. 1995 -1967-). Para decirlo ahora por fuera de

ICONOS 91
debate
esa dicotomía espectáculo-realidad, diríamos es pensar en la dimensión reflexiva de la ima-
que las imágenes crean la realidad, son una gen (en singular). En general las imágenes no
modalidad hegemónica de la realidad, y esta venden simplemente el producto que promo-
noción de realidad, que la filosofía ha trabaja- cionan, no son sencillas mediadoras, sino que
do desde que el reino cristiano de las imáge- se venden ellas mismas: no hablan sólo de lo
nes se impuso sobre otros poderes, implica que representan, como de un tema, sino que
claramente a la realidad social. El espectáculo hablan también de la representación.
sería una categoría Al leer detenidamente la propuesta con-
que nos permite ceptual de la Bienal vemos que se asume que
Si todas las imágenes pensar en una reali- hay imágenes que provienen de la sociedad de
son de algún modo huellas dad construida ba- consumo y otras que no, que dan cuenta de
de algo intempestivo y jo los imperativos una poética. Sobre este punto de diferencia-
particular pero que también del mercado, una
categoría que mo-
ción introduciríamos un matiz importante: si
todas las imágenes son de algún modo huellas
dan cuenta de imaginarios dela las relaciones de algo intempestivo y particular pero que
sociales, ¿qué es lo que sociales. No obs- también dan cuenta de imaginarios sociales,
hace que haya imágenes tante, no podemos ¿qué es lo que hace que haya imágenes más
suscribir la idea tra- poderosas o más políticas que otras?
más poderosas o más dicionalmente me- Pensemos, por ejemplo, en esa serie de
políticas que otras?. tafísica de que hay imágenes que mostraron al mundo el abati-
un mundo tangible miento de las torres gemelas en Nueva York
y otro mundo dis- en septiembre de 2001, el golpe más grande
tinto, el que se dado al imperio de lo visible, servidor de to-
muestra en las imá- das las fuerzas modernas del poder conjugado
genes. Sería como de la economía y sus iconos. En el minuto
si las imágenes fue- mismo, el asunto fue tratado en términos vi-
sen un reflejo de- suales, mezclando en el despecho más grande
formante de una lo visible y lo invisible, la realidad y la ficción,
realidad dada, en la el duelo real y la invisibilidad de los emble-
medida en que sólo responden a una deman- mas. El enemigo había organizado un terrible
da del fetichismo de la mercancía3. espectáculo. En un sentido, masacrando a
Las imágenes son tan tangibles como el tantos hombres y abatiendo esas torres, nos
mundo. Son su modo predilecto de existen- habían dado el primer espectáculo histórico
cia, la representación. Criticar la construc- de la muerte de la imagen en la imagen de la
ción unívoca de las imágenes dominantes, de muerte (Mondzain 2002:9).
los “íconos”, corresponde a entender que la Según Marie José Mondzain (2002) el
imagen escapa a su iconicidad, es decir, a su problema de las imágenes está directamente
total visibilidad, e invita a tomar la palabra, a relacionado con la visibilidad, lo que no quie-
desarrollar un discurso crítico dentro de las re decir que a una inflación de la visibilidad
múltiples posibilidades de significación. Cri- corresponda una inflación de las imágenes, si-
ticar la hegemonía de las imágenes (en plural) no que refiere a cómo se construye la relación
entre lo que se oculta y lo que se hace visible.
3 Según Debord (1995 -1967-), “el principio del feti- Es decir que el así llamado “11S” no es sim-
chismo de la mercancía, la dominación de la sociedad plemente un golpe a los Estados Unidos, ni a
por ‘cosas suprasensibles aunque sensibles’, se consu- una nación o tipo de nación, sino a un terri-
ma de modo absoluto en el espectáculo, donde el
mundo tangible es reemplazado por una selección de
torio desterritorializado, el de lo visibilizable.
imágenes que existe por encima de él, y que al mismo Se trataría, al contrario de lo que usualmente
tiempo se impone como lo sensible por excelencia”. se entiende, de un “enemigo” generado por

92 ICONOS
esa misma visibilidad, el iconoclasta. Este úl-
timo no es un opuesto a la iconofilia, sino
uno de sus productos, en la medida en que lo
visible en la iconofilia opera a través de for-
mas binarias de simplificación que permiten
justificar las formas de vigilancia y control
que funcionan desde el consumo de imáge-
nes. Quién no consume las mismas imágenes
no es controlable y representa una amenaza.
Así, ser iconoclasta es apartarse de esa comu-
nidad de lo visible, discurso con el que se
constituye el lugar del otro desde la iconofi-

Andy Warhol, Mailyn Twice, 1962


lia. Los dos discursos binarios sirven a un
mismo fin: la adherencia al problema de la vi-
sibilidad, la abolición de la palabra.
El control sobre las imágenes no garantiza
el sentido de las imágenes; la ausencia de imá-
genes o de representaciones visuales, musica-
les, literarias escinde los procesos de transfi-
guración de lo real, de transformación de los
discursos, de debate sobre la realidad. El mis- cuando el pensamiento ha perdido sus dere-
mo presidente Bush toma inmediatamente chos, se acusa a la imagen de todos los males,
una medida prohibitiva: no mostrar cadáve- bajo pretexto de que es incontrolada” (Mond-
res, no mostrar violencia en la televisión, cen- zain 2002:9, la traducción es mía), a través de
surar el cine. La misma actitud que habría de la imagen también se puede dar un lugar a la
tomar el supuesto enemigo un tiempo antes palabra. La imagen no es prueba de nada. No
al destruir ídolos en Bamyan, para luego mos- muestra todo. Su parte de invisible es su par-
trar la vulnerabilidad de su adversario por la te legada al orden mismo de la palabra. No
vía de sus emblemas. La censura talibán en muestra más que la mirada que lanzamos so-
Afganistán iría tan lejos que ninguna imagen bre ella. Se trata de un objeto observable, ana-
circularía ya, abolidas por entero las fotogra- lizable, al que hay que dar sentido, que espe-
fías, las pinturas y toda forma de representa- ra su visibilidad de la relación que se produce
ción bidimensional o audiovisual, a excep- entre aquellos que la producen y aquellos que
ción de las marcas que subsistían en los pocos la miran. Es por esto que más que de “invisi-
vehículos o productos importados. Los libros ble” en la imagen hay que hablar de lo “no-
fueron todos quemados y sólo los que fueron visto, de lo que está a la espera de un debate
enterrados se salvaron, y la música prohibida, de sentido en el seno de la comunidad”
hasta la de los pájaros cantores que fueron ex- (Mondzain 2002:37).
terminados. Ningún close-up en la televisión Es sobre esta idea última que podríamos
de Estado ni en el restringido noticiero4. El pensar la particularidad de la imagen del arte:
resultado es un silencio aterrador, al que no se trataría de una espera del sentido. El exce-
podemos oponer la proliferación de imágenes dente del arte es “una escisión de las visuali-
sino la toma de palabra, la expresión de una
resistencia. Si bien a través de las imágenes 4 Retomo el testimonio de Antonio Palmesano, comu-
mismas se puede impedir ver porque “es más nicación personal, 17 de julio de 2004. Antonio Pal-
mesano es antropólogo y profesor de derecho consue-
fácil prohibir ver que permitir pensar”, y aun-
tudinario en la Universidad de Trieste, y entre 1998 y
que “se decide controlar la imagen para ase- 2003 estuvo realizando diversas investigaciones en
gurarse del silencio del pensamiento y luego, Afganistán.

ICONOS 93
debate
dades que nos pueblan” como reza la Bienal, (Danto 2002:55). Esto es un imperativo del
en la medida en que emerge una escritura, campo que modifica la mirada. Lo que per-
una huella de algo que escapa al sentido co- mitirían las prácticas artísticas, entonces, es
mo dado. Si bien dijimos que todo arte es so- mostrar que “no hay visión substancial, que
cial, que da cuenta de una serie de relaciones no hay visión del sentido que se de sólo por
sociales por su intertextualidad y su referen- los ojos”, sino que sin deseo de ver no hay
cialidad y por las convenciones de significa- imagen, aún si el objeto de ese deseo no es
ción del campo en otro que la mirada misma. “En nuestra rela-
La politicidad de la imagen elpodemos que circula, no
decir que
ción a las cosas, tal como está constituido por
la vía de la visión y ordenado por la figura de
no reside en lo social que es lo mismo que la representación, hay algo que resbala, pasa,
ella visibilizaría, puesto que cualquier otra ima- se transmite de nivel a nivel, para ser siempre
lo social sería una dimensión de gen, o que se con- eludido en algún grado. Es lo que se llama
funde con la vida. mirada” (Lacan 1973, la traducción es mía).
toda imagen, sino en la Si es interesante de- Según Mondzain, el psicoanálisis reencon-
pregunta por la mirada escrita cirlo, lo es sola- tró lo que ya había aclarado la intuición pa-
en las huellas de un texto que mente en la medida trística de Gregorio de Nysse cuando cuenta
sin ser necesariamente visual en que se aborden
las respectivas pre-
que Moisés al manifestar a Dios su deseo de
verlo, obtuvo una respuesta en trompe-l´oeil, a
hable de lo no-visto guntas, que ya for- fin de que su deseo, el de Moisés, esté siem-
mulaba Platón en pre vivo, ya que Dios necesita ser deseado: “la
el libro X de La Re- demanda audaz del alma que sube a la mon-
pública y que Art- taña del deseo es la de jamás gozar por espe-
hur Danto nos re- jos ni reflejos sino frente a frente (…) La voz
cuerda: de Dios concede lo que es demandado a tra-
vés de las cosas que rechaza ofreciendo, en
“¿Qué sentido tie-
pocas palabras, un abismo de pensamiento.”5
ne un arte que se
El espacio de las prácticas artísticas es en-
parece tanto a la
tonces el que relaciona el poder de la imagen
vida que no puede señalarse ninguna diferen-
cia entre ellos en cuanto al contenido inter- a su potencialidad de sentido y no a su impe-
no? ¿Qué necesidad tenemos o qué bien al- rativo de goce, es decir que si el arte es aurá-
canzamos con una duplicación de lo que ya tico lo es en la medida en que podría confun-
existe?” (Danto 2002:54). dirse con otras prácticas, también gozosas, y
mostrar desde allí aquellos códigos que han
En esta medida, descartando la metafísica de transformado a lo banal en una mirada, en un
la duplicación, del modelo y la copia, podría- deseo de sentido. Esa transformación es una
mos preguntarnos si existe alguna diferencia escritura que reinventa lo visual a través de lo
entre el arte y la publicidad, por ejemplo. A que se desea ver. Se trata de una política de lo
ello respondemos a partir de una convención visual, en la que la invitación a la reflexión no
que nos permite ver el arte desde un lugar es- demanda de una competencia cultural que
pecial puesto que éste está ubicado en un lu- permita traducir las “metáforas visuales” en
gar especial. Su función precisamente es la de “metáforas lingüísticas” automáticas, sino que
disponer la mirada a algo extra-ordinario, a la experiencia de su expresión a través de la
algo que ha sido sacado de lo ordinario: “si el obra de arte nos haga ver lo muertas o cadu-
arte ha de tener alguna función, ésta debe
ejercerse mediante lo que no tiene en común
5 Gregorio de Nysse, Vie de Moïse, II, Sources Chrétien-
con la vida (…) Sólo en la medida en que es nes, citado en Mondzain (2002:40, la traducción es
discontinuo con la vida, el arte es lo que es” mía).

94 ICONOS
cas que están esas “metáforas clichés” (hablar me un goce, en el que se opera entonces un
de la “muerte como un sueño, del tiempo co- puente entre lo imaginario y lo simbólico al
mo un río, de la pasión como una llama, de ser el primero transformado por el segundo.
la vida como sueño, de los hombres como Se trata de una inversión cualitativa y no de la
cerdos” (Danto 2002:254), o de la memoria proliferación cuantitativa de nuevos iconos
como la de nuestros pueblos) y nos permitan que reemplazan a otros caducos, o ilegítimos,
mirar en lo no-visto, en lo e-vidente. Frente a ni de unos poéticos que reemplazan a otros
la literalidad de ciertas frases como “el agua consumistas.
está hirviendo”, que nunca fue un tropo bri- La politicidad de la imagen no reside en-
llante ni es un tropo agotado, Danto propo- tonces en lo social que ella visibilizaría, pues-
ne “le hervía la sangre” que alguien pudo ha- to que lo social sería una dimensión de toda
ber dicho y que es quizás una metáfora me- imagen, sino en la pregunta por la mirada es-
dieval que nadie inventó y que un escritor pu- crita en las huellas de un texto que sin ser ne-
do haber repetido. Pero “le hervía la linfa” di- cesariamente visual hable de lo no-visto (en-
ce Danto, quizás nunca fue una proposición tendido como un lugar para el deseo, para la
metafórica porque la linfa no es algo de lo palabra).
que las metáforas se sirvan, a diferencia de la
sangre. Este quiebre, ejemplificado aquí a
partir de la figura de la metáfora, explicaría la Bibliografía
imposibilidad de establecer al arte como una
gramática específica, ubicándolo más bien co-
Borges, Jorge Luis, 2001 (1944), Ficciones,
mo un diagrama que altera las gramáticas
Alianza, Madrid.
existentes, o como un recorrido por una gra-
Danto, Arthur, 2002 (1981), La transfigura-
mática reformulada en el que algunos de los
ción del lugar común, Paidós, España.
términos y elementos no son categorizables,
Debord, Guy, 1995 (1967), La sociedad del
volviendo extra-ordinario lo que normalmen-
espectáculo, Biblioteca de la mirada, Bue-
te consumimos directamente, no en la de-
nos Aires.
manda de deseo sino en el imperativo del go-
Lacan, Jacques, 1973, Le séminaire, Livre XI:
ce o la tecnofascinación.
Les Quatre concepts fondamentaux de la
En esa perspectiva, la “resimbolización
psychanalyse, Cap. IX, Seuil, Paris.
icónica” a la que se hace alusión en la pro-
Mondzain, Marie José, 2002, L´image peut-
puesta de la Bienal podría ser la creación de
elle tuer?, Bayard Éditions, Paris.
imágenes que, refiriéndose a los iconos cultu-
Rojas, Carlos, 2004, “Bases y propuesta con-
rales, es decir a las imágenes inamovibles de la
ceptual y temática de la Bienal Internacio-
cultura, permiten refundar un deseo sobre lo
nal de Pintura de Cuenca 2004”, facsimil,
que aparentemente sólo era goce. Se trataría
Junio 2004.
de una inversión de las figuras, un punto de
Zizek, Slavoj, 1998, Porque no saben lo que
capitonado6 en el que un deseo mayor subsu-
hacen. El goce como un factor político, Pai-
dós, España.
6 Jacques Lacan, Le seminaire, livre III: Les Psychoses, ci-
tado en Zizek (1998:30).

ICONOS 95
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie ATRIO
El derecho a ser: diversidad.
identidad y cambio.
Etnografía jurídica indígena y afroecuatoriana
Gina Chávez V. y Fernando García

FLACSO - PETROECUADOR, 2004

¿Cómo funcionan y permanecen los sistemas de derecho


indígena y afro ecuatoriano en un contexto de pluralismo
jurídico? ¿Qué relaciones se dan entre los sistemas de
derecho indígena y afro ecuatoriano y el sistema formal de
justicia estatal? ¿Cuáles son las perspectivas del pluralismo
legal y cuál su contribución a la construcción de ciudadanías
diferentes? Para responder estar preguntas, este libro
registra las prácticas jurídicas de las nacionalidades
indígenas Shuar de Morona Santiago, Achuar de Pastaza,
Kichwa de Pastaza y del pueblo afroecuatoriano del norte
de Esmeraldas, para luego relacionarlas con el sistema de
derecho formal. Así, busca discutir la efectividad práctica de
estas dos formas de aplicación del Derecho. Por otra parte,
el libro intenta contribuir al conocimiento de los pueblos
indígenas y afroecuatorianos a través de sus prácticas.

Gina Chávez, abogada y doctora en Jurisprudencia, master en Derecho con


mención en Derecho Constitucional por la Universidad Andina Simón Bolívar.
Investigadora asociada de FLACSO Sede Ecuador.
Fernando García, antropólogo, coordinador del Programa de Antropología de
FLACSO-Ecuador. Sus temas de interés incluyen antropología política, movimien-
tos sociales e identidades.
DIÁLOGO
Marxismo, ensayo
y ciencias sociales
Diálogo con Alejandro Moreano

Eduardo Kingman1 y Felipe Burbano2 ción Cubana que, en América Latina, tuvo
un impacto en el arte y la literatura, más que
Quizá la mejor definición de la trayectoria in- en las ciencias sociales que todavía no estaban
telectual de Alejandro Moreano, en toda su constituidas. En el caso de Ecuador, amén de
amplitud y rica diversidad, sea la de una bús- los efectos sociales y políticos en muchas or-
queda incesante de los sentidos de la historia ganizaciones, la Revolución Cubana se expre-
política y cultural del Ecuador, a través de las só en la literatura, y su forma más inmediata
estrategias del poder y de la resistencia a esas de recepción fue el tzantzismo. Y es que la crí-
estrategias. Últimamente ha llevado su refle- tica cultural dimanada de la literatura es una
xión a temáticas de poder global o transnacio- de las grandes constantes de los procesos de
nal. Hace poco, en un reconocimiento a su cambio histórico. Si piensas en la Revolución
trayectoria, Flacso-Ecuador le otorgó el pre- Bolchevique, por ejemplo, encuentras junto a
mio Pio Jaramillo a las ciencias sociales. En los revolucionarios, a los dadaístas y surrealis-
esta entrevista para Iconos, Moreano pasa re- tas. Incluso en la Revolución Francesa se die-
vista a sus orígenes, a sus pasiones, a sus deu- ron terribles conmociones literarias como las
das y a sus prisas. de Sade o Tomas de Quincey, el uno plan-
teando la subversión total de la cultura, y el
Eduardo Kingman: Comencemos ubicando otro, la tesis del asesinato como una de las be-
el momento en que se inicia tu reflexión so- llas artes.
bre Ecuador y América Latina. Me refiero Sin embargo, la poesía agitacional de los
tanto al momento social como de pensa- tzántzicos llegó a un límite. Entonces se pro-
miento. Podría ser interesante relacionarlo dujo un segundo viraje, marcado por la gue-
con lo que sería un proyecto generacional no rrilla del Che y su derrota, y cuyo fundamen-
sólo en el campo de las ciencias sociales, si- to fue el paso del centro de gravitación histó-
no en la literatura, la política e incluso con rica del área centroamericana y andina, esce-
procesos de tipo existencial. nario de la guerrilla y de una eventual revolu-
ción campesina, al Cono Sur. Recordemos
Alejandro Moreano: Nosotros ingresamos a que desde fines de los 60 y durante los 70, lo
la vida intelectual en el marco de la Revolu- que centralizó la vida política y social en
América Latina fueron los acontecimientos
históricos en Argentina, Uruguay y, sobre to-
1 Antropólogo e Historiador. Profesor-investigador de
Flacso. do, en Chile, en los que el movimiento obre-
2 Sociólogo. Profesor-investigador de Flacso.
ro jugó un papel cardinal. Y fueron esos pro-
cesos los que apelaron a las ciencias sociales y
Kingman, Eduardo y Felipe Burbano , “Marxismo, al marxismo. Nuestro desplazamiento de la li-
ensayo y ciencias sociales. Diálogo con Alejandro teratura a las ciencias sociales, la política y el
Moreano”, en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Qui-
marxismo, se dio en ese marco.
to, pp. 98-107

98 ICONOS
E.K.: Sin embargo, hay toda una historia an- do un proceso de crisis y cuestionamiento de
terior a ese desarrollo, en la que quisiera in- la sociedad oligárquica a todo nivel, y parti-
sistir. Una historia ligada a una preocupa- cularmente desde la vida cotidiana. Me re-
ción filosófico-existencial, fundamental- fiero a cambios que también se expresan en
mente sartreana. Quisiera saber si en la his- actitudes vitales de los miembros de ese mo-
toria intelectual de tu generación hay un vimiento literario. Me parece que hay inclu-
proceso anterior, en el que si bien no pode- so un engarce de los tzántzicos con los na-
mos hablar estrictamente de ciencias socia- daístas o con los poetas beatniks. No sé has-
les, sí podemos hablar de una reflexión de ta qué punto toda esa vertiente de práctica
base ensayística. creativa y reflexión se ve zanjada en el mo-
mento que se produce la inserción militante
A.M.: Claro, esa historia estaba ligada a las del tzantzismo.
preguntas que, a partir del imaginario estéti-
co y aún filosófico, se realizaban a la política. A.M.: Una de las paradojas de la época fue que
En ese período se dio el diálogo Sartre-Fanon, la radicalidad de escritores y poetas estaba se-
sintetizado en el famoso prólogo de Los Con- parada de la dinámica popular. Más bien, el
denados de la Tierra, que convirtió a Sartre en movimiento era muy cosmopolita. Los refe-
un referente mundial de la lucha y el pensa- rentes eran la literatura y el cine europeos, en
miento de los movimientos radicales del ter- especial los más experimentales -la antinovela,
cer mundo. A la vez diría que, guardando las Resnais y Goddard, Antonioni, Fellini...-, la
proporciones, hubo una reproducción, en la poesía de los beatniks y el culto a Henry Mi-
intelectualidad de la época, de la evolución de ller... Mirado desde hoy, piensas que el movi-
Marx: la transición de la democracia radical miento tzántzico, además de un corte ético-es-
de la Gaceta del Rin al comunismo. tético, produjo una ruptura con el proceso de
germinación de una literatura nacionalista. Si
E.K.: En todo caso, en los años en los que se piensas en el realismo social de los 30, la poe-
inicia el movimiento tzántzico se está vivien- sía cósmica americana de Escudero o de Carre-
ra Andrade y aquella tendencia que se abría
con el Dávila Andrade del Boletín y Elegía de
las Mitas, diríamos que el tzantzismo estableció
una ruptura con toda una tradición literaria
(que recién ahora se la está retomando). Al-
guien como Carrera Andrade, por ejemplo,
fue olvidado por los tzántzicos. Justamente
Carrera Andrade tiene un poema llamado “Los
parricidas”, en que denuncia esta situación.

Felipe Burbano: ¿Era un olvido ideológico,


político o generacional?

A.M.: Era un típico olvido artístico, en el sen-


tido de mirar a la vanguardia europea y nor-
teamericana. Estaba presente la necesidad de
matar a los padres -o a la madre, quién sabe-,
de renovar los lenguajes.

F.B.: ¿En ese momento, en ese proceso, có-


mo te insertaste tú al tzantzismo? ¿Desde
dónde? ¿Desde la reflexión sociológica, des-
de la filosofía, desde la literatura?
ICONOS 99
diálogo
A.M.: Si bien mi inserción era desde la pasión no erótico y de la vida personal. La homose-
por la literatura, estaba relacionada con refle- xualidad o la prostitución, por ejemplo, eran
xiones de tipo teórico, filosófico y social. vistas como taras del capitalismo.

F.B.: ¿Desde lo teórico y lo social, cuáles E.K.: ¿Qué era lo que producía esa camisa de
eran los problemas que se planteaban en ese fuerza? ¿Cómo se manifestaba?
momento?
Se manifestaba como conflicto. Por un lado
A.M.: Diría que había una relación conflicti- vivíamos un proceso de liberación de las pro-
va entre el imaginario de la revolución y el de hibiciones en la vida cotidiana o en la sexua-
la libertad. La revolución postulaba ciertas lidad, propias del Ecuador oligárquico. Por
exigencias militantes, políticas, intelectuales, otro lado, en contraste, la militancia política
de convicciones, que no concordaban con el emergía como un proceso de normatividad
imaginario estético de la libertad. Uno de los personal bajo la idea de sacrificar tu indivi-
textos que más nos impactaron fue el de Sar- dualidad a la gran causa histórica. La “rebe-
tre sobre el militante y el aventurero en que el lión” tzántzica, que asumía la divisa surrealis-
militante era visto como aquel que sacrifica ta de cambiar la vida (Rimbaud) y cambiar la
su yo en aras de la causa, del nosotros. El sociedad (Marx), surgía como una solución.
aventurero, por el contrario, ponía al mundo, En la izquierda clásica imperaba, además,
a la revolución, a las masas, como puntal de un pensamiento que no era marxista (porque
la afirmación estética de su yo. Nosotros ad- no se alimentaban de Marx, sino de cierto Le-
vertíamos, detrás de la imagen del aventurero, nin o de algunas tesis de Mao). Era un mar-
al Che Guevara. Ese fue un conflicto que lo xismo muy positivista, programático, no crí-
vivíamos intensamente. tico. A la vez, la moral militante coincidía con
una impronta muy cristiana que marcó a la
E.K.: ¿Hasta qué punto ese conflicto ha sido izquierda, según la cual la revolución era un
resuelto? ¿En qué medida el sartreanismo si- deber ético, un acto de solidaridad y despren-
gue marcando tu actitud vital e intelectual? dimiento.

A.M.: Ha retornado con fuerza. El debate en- E.K.: ¿Hasta que punto la izquierda latinoa-
tre el imaginario anarquista y el socialista, en mericana o ecuatoriana ha hecho una crítica
tanto compromiso -digamos- “orgánico”, se de esas constricciones? No veo que se haya
manifiesta plenamente hoy en día, con una dado un proceso reflexivo o autocrítico a
ventaja para la pasión anarquista pues la clá- fondo, sino más bien el paso de una situa-
sica militancia se encuentra devaluada. De ción a otra.
ahí la enorme presencia de ideas y grupos
anarquistas en el movimiento contra la globa- A.M.: La izquierda que encarnó esos proce-
lización. Es un momento de esplendor anar- sos, valores, ideas, concepciones, está bastan-
quista y yo lo celebro. te disuelta, apenas sobrevive o quedan muy
escasos reductos. La izquierda de ahora se es-
E.K.: ¿Pero acaso la militancia no constituyó tá formando a partir de otros valores.
muchas veces una camisa de fuerza de esa li-
bertad, un condicionamiento del propio E.K.: ¿Entonces por qué seguir llamándolo
pensamiento? marxismo? Cuando a Foucault le preguntan
si es marxista, él, a pesar de que tiene toda
A.M.: Lo vivimos como una camisa de fuerza una base de Marx, responde con los mismos
en el imaginario literario, en la festividad, en términos de Marx: “Marx no era marxista”.
el amor, en la sensualidad. Más aún si adver-
timos que en esa época las ideas de la ortodo- A.M.: En ese sentido estoy de acuerdo conti-
xia de izquierda eran conservadoras en el pla- go. Pero creo que el Marx de El Capital, de las
100 ICONOS
Grundrisse, de los Manuscritos Filosóficos, el económico. Pero tal vez eso sea inevitable.
Marx que postulaba una visión crítico-radical La crítica pura no se puede sostener; hay un
de todos los órdenes, sobrevive, y creo que va momento en que se vuelven inevitables al-
a desarrollarse con más fuerza aún. Por ejem- gunos elementos positivos. Y es en ese mo-
plo, a mí me ha sorprendido que Slavok Zi- mento que se produce el punto de inflexión
zek, intelectual esloveno, discípulo de Lacán, conflictiva de la izquierda.
que estuvo obviamente en contra del socialis-
mo yugoslavo, haya si- F.B.: ¿Crees que la iz-
do quien más ha repen- quierda se quedó sin
sado a Marx, quien ha- En las mañanas me dedico a una idea de emancipa-
ya rescatado que fue escribir y por las tardes salgo a ción? Me parece que
Marx con su teoría de la cumplir con las exigencias de la eso era lo que inspiraba
plusvalía y del inter- a la izquierda y al mar-
cambio de equivalentes
supervivencia. Si te fijas en la xismo, la idea de
el que descubrió el lla- generación del 30 ves que a los emancipación humana
mado síntoma social, cuarenta y cincuenta años ellos de la que hablabas hace
esa desgarradura insu- tenían una producción riquísima. un rato.
perable del orden social Nosotros, en cambio, recién
que marca la dinámica A.M.: Si bajo la imagen
de la vida humana. Ese
estamos empezando. Por eso de emancipación enten-
Marx es el que está re- tenemos tanta prisa. demos un nivel de críti-
tornando. ca a todas las formas del
poder, tal debe ser el
E.K.: ¿Y qué Marx no proyecto de izquierda.
lo está? Preguntémonos: ¿por
qué el magnetismo de
A.M.: El Marx que fue la figura de Fidel des-
positivizado, el Marx pués de todo lo que ha
del materialismo histó- pasado? No creo que la
rico y dialéctico. Marx gente adhiera a Fidel
dijo que había escrito La Ideología Alemana por la sola situación de Cuba sino porque re-
para saldar cuentas con su pensamiento an- presenta la negación del poder. Más allá de él
terior, y que luego entregó el manuscrito a la mismo, incluso. Alguna vez dije que Fidel se
alegre crítica de los ratones. Marx no elabo- le escapaba al propio Fidel Castro. Lo que
ró una sociología o una economía. Lo que atrae de su imagen es la expresión del No, la
hizo fue una crítica del discurso que cimen- idea de la revolución permanente.
taba el capitalismo, el de la economía políti-
ca de su tiempo. El Marx viejo deconstruye F.B.: Pero yo creo que la idea de emancipa-
ese discurso y deconstruye el capital como ción de Marx, si bien era una crítica a todas
sistema de organización social en nombre de las formas del poder, también era una pro-
lo que el joven Marx llamaba “la emancipa- mesa de libertad, era la idea del no poder, de
ción humana”. En Marx no existía un cor- que en algún momento íbamos a vivir en la
pus positivo. Incluso yo diría que es sorpren- plenitud de la libertad. ¿No es esa idea la
dente cómo los sociólogos o economistas de que se ha desvanecido y, por lo tanto, el sue-
izquierda se ven siempre tentados por los ño de emancipación? Crítica al poder va a
programas de desarrollo económico, por haber permanentemente y desde distintos
programas de solución. Ese fue uno de los órdenes, pero a mí me da la sensación de que
grandes límites del siglo pasado, lo he seña- el problema de la emancipación es el desen-
lado en El Apocalipsis Perpetuo: transformar canto frente a la idea de vivir la plenitud de
al marxismo en un modelo de desarrollo la libertad.
ICONOS 101
diálogo
pone la disolución de la propiedad, no otra
forma de propiedad.
Sobre este tema conviene recordar un sor-
prendente texto de Oscar Wilde sobre la rela-
ción del socialismo y el individuo. En la tra-
dición de izquierda, Wilde era un ideólogo
reaccionario, aristocrático, decadente. Pero
resulta que Wilde era socialista y escribió un
texto favorable al socialismo en términos de
egolatría. Un texto muy sartriano ya que en
Sartre es muy claro que la propiedad define al
individuo. Lo que dice Oscar Wilde es que,
en el socialismo, el hombre podrá entregarse
al desarrollo exquisito, y trágico también, de
su ego, porque ya no estará definido por algo
externo a él como la propiedad, la riqueza o
el poder.
Aquello de la plenitud del ser como carac-
terística del futuro orden comunista no exis-
te, no hay tal, porque el comunismo no está
A.M.: Ese es uno de los atractivos del nihilis-
configurado como un orden positivo. La li-
mo contemporáneo. Alguien decía que al
bertad plena es positiva y el marxismo siem-
borde del precipicio del orden actual, el mar-
pre será crítico, negativo. No hay un momen-
xismo sigue siendo la utopía tranquilizadora
to en el que se volverá positivo para llegar al
que se sitúa al otro lado del abismo. Y es que
paraíso.
el nihilismo te plantea el vértigo de la libertad
Recordemos a Sartre quien insistía que en
imposible, el vértigo de la negación pura.
un orden socialista surgirá con mayor fuerza
En este punto volvemos de nuevo al mo-
la angustia humana frente a la muerte, el sen-
mento en que la crítica y la negatividad mar-
timiento trágico de la existencia, el carácter
xistas se tornan positivas. No creo que la idea
frágil, vulnerable, precario de la condición
de la positividad de la libertad haya estado
humana desgarrada por el tiempo y el abis-
configurada en Marx quien, más bien, se ne-
mo. Lo que se oculta detrás de cierto nihilis-
gó a formular programas o utopías. ¿Cómo
mo posmoderno es la transformación de la
definía Marx al comunismo? No como un
angustia existencial en un discreto hedonis-
modelo de organización donde el individuo
mo un poco fanfarrón. Vattimo lo decía: la
sería plenamente libre, sino como un movi-
emancipación hoy no consiste más que en
miento de enfrentamiento irrevocable al po-
flirtear con la ley del valor.
der. Es la revolución permanente lo que defi-
ne la libertad. Se trata de una libertad negati-
F.B.: Desde esa perspectiva, en el marxismo
va. Y allí descubrimos la traición del nihilis-
tampoco habría una finalidad en la histo-
mo a sí mismo: vivir al borde del abismo es
ria…
aceptar el orden.
Por otra parte, aquellas formas que se de- A.M.: Por supuesto. Marx insistió en aquello
finieron como clásicas del socialismo, tales de socialismo o barbarie.
como la propiedad social -luego convertida
en estatal-, no responden a Marx. En los Ma- E.K.: Desde la misma época de Marx y En-
nuscritos te plantea una cosa que hasta hoy es gels se planteaba la existencia de varias ten-
poco entendible, la no-propiedad absoluta. dencias dentro del pensamiento socialista.
Para Marx la propiedad estatal seguiría siendo En el proceso de formación de la clase obre-
una forma de propiedad. El comunismo pro- ra siempre se planteó una contradicción en-

102 ICONOS
tre una tendencia mucho más libertaria, hu- A.M.: Una de las posibilidades de diálogo es
manista y cercana a la cultura popular, y otra la del marxismo que discute con los saberes
muy fuerte, en la que inclusive Engels jugó positivos y los transforma en objetos de refle-
un papel preponderante, ligada a la institu- xión. Por ejemplo, Bolívar Echeverría ha dia-
cionalización del pensamiento crítico. Ya en logado con la lingüística, la semiótica, la teo-
nuestro país, me da la impresión de que es- ría del barroco, alcanzando gran dinamismo
ta relación conflictiva no ha sido pensada. Yo en su pensamiento. No hay que olvidar, ade-
no sé hasta qué punto seguimos heredando más, que si en los sesentas el pensamiento de
los proyectos emancipatorios de afuera, izquierda ponía la agenda, a tal punto que la
unos proyectos que no permiten pensar los derecha tenía que hablar de revolución y li-
juegos de poder propios de nuestras socieda- bertad, en los noventa ocurrió lo contrario:
des, inclusive los juegos de poder internos los saberes no marxistas tomaron la escena y
de esos mismos proyectos emancipatorios. el pensamiento crítico se vio obligado a resig-
nificar esos temas.
A.M.: El marxismo siempre se dividió en ten- Por otro lado, hoy la crítica más rica, com-
dencias. Durante el siglo XX se desplegaba, pleja y diversa es la crítica a los medios de co-
por un lado, la izquierda filosófica, incluida la municación, a la ideología informacional. He
Escuela de Frankfurt que gravitaba en torno a ahí un terreno de dialogo entre el marxismo y
Marx y Freud y, por otro lado, una tendencia los nuevos saberes críticos. Baudrillard, con
ligada a las direcciones políticas, a la ortodo- gran audacia, pretendió desarrollar una suer-
xia estalinista. En algunos casos éstos persi- te de crítica de la semiótica como la “econo-
guieron a aquellos de manera brutal. mía política” de nuestro tiempo.
Ahora bien, la tesis de que la utopía puede Si piensas, además, en la virtual desapari-
impedir entender los procesos concretos de for- ción del marxismo en los últimos quince o
maciones cambiantes del poder, me parece vá- veinte años, y en que tomaron su lugar otros
lida. Algunas de las tesis de Foucault abrieron la tipos de pensamiento crítico muy interesan-
posibilidad de pensar nuevas esferas humanas tes, por ejemplo Lacán o Zizek, o ciertos as-
como relaciones de poder. El tema de la sexua- pectos de Derrida, Deleuze o Foucault, se
lidad fue una de ellas, para citar a la más clási- torna evidente que el marxismo, o un pensa-
ca de todas. Esa crítica coadyuvó a estimular las miento que se inspire en Marx, no puede de-
luchas feministas, de los gays, del movimiento jar de dialogar con esos saberes. En ese diálo-
GLBT, procesos cardinales de los últimos tiem- go el marxismo se pone en riesgo de una de-
pos. Pero incluso ahí vas a encontrar tanto la di- construcción de sí mismo, por supuesto, pues
mensión crítica como aquella que quiere afir- tal es el sentido de toda aventura intelectual.
mar un orden positivo. Por ejemplo, Julia Kris-
teva postula que la condición femenina no exis- E.K.: Si seguimos la pista a los momentos
te en términos positivos y que sólo puede exis- iniciales del marxismo en el Ecuador descu-
tir deconstruyendo permanentemente el dis- brimos una ruptura con una producción po-
curso patriarcal. En cambio, hay otras corrien- sitivista en sociología o en historia, relativa-
tes que pretenden afirmar la condición femeni- mente importante para la época, pero al
na en terrenos positivos, institucionales. mismo tiempo descubrimos un contraste, a
saber, una producción bastante limitada des-
F.B.: ¿En que medida has logrado mantener de el marxismo. Algo que no sucedió en
un diálogo entre el marxismo y otras co- otros lugares de América Latina en los que la
rrientes del pensamiento crítico? ¿Es posible producción académica desde el marxismo
ese diálogo? ¿Ese diálogo puede llevar, si- fue muy fructífera. ¿Esa limitada producción
guiendo un poco una reflexión actual, a una del marxismo ecuatoriano no tiene que ver
deconstrucción del marxismo o a reafirmar con la pasión por el ensayo? Cuando tú mi-
ciertos núcleos básicos desde los cuales dia- ras el trabajo de Foucault o, dentro del pro-
logar con otras tendencias? pio marxismo, de Raymond Williams, E. P.
ICONOS 103
diálogo
Thompson, ves una riqueza analítica ali- como una reacción al hecho de que el saber
mentada por un contacto muy directo con el de las ciencias sociales se afirmaba en una ob-
saber positivo. Yo no sé, entonces, hasta qué jetividad neutra. Mientras más desaparecía el
punto el llamado pensamiento crítico se fue investigador, más valido era el texto, porque
quedando rezagado en el estudio de lo que suponía la ausencia de toda ideología. El en-
está pasando con nuestras realidades. sayo, por el contrario, plantea la intervención
abierta del ensayista.
A.M.: Salvo Mariátegui, en América Latina el
pensamiento crítico no se ha dado al interior E.K.: pero puede ser muchas veces una posi-
del marxismo sino en sus zonas fronterizas. La ción ideologizada e ideologizante…
teoría de la dependencia, por ejemplo, fue una
teoría límite que se movía entre la CEPAL, el A.M.: Bien podría ser también una posición
desarrollismo y el marxismo, y en la que en- que busca amparos éticos o políticos para
cuentras la vertiente de Cardoso y la de Mari- afirmarse… Pero no se trata de eso. Tiene que
ni, muy diferentes entre sí. En el Ecuador, va- ver, más bien, con el problema de la verosimi-
rios trabajos, ente ellos los de Fernando Velas- litud. El empirismo oculta su posición teóri-
co y Ecuador, pasado y presente, se inscribieron co-política y pretende que la verdad está en la
en esa línea. En esa frontera está, por ejemplo, información documental. Construye así una
Alberto Acosta, y quienes están pensando en falsa objetividad y reduce la realidad a su apa-
alternativas contra el neoliberalismo. riencia fenoménica. El pensador marxista no
oculta su posición y pretende definir la prue-
F.B.: Retomando lo que planteaba Eduardo ba de la verdad en el rigor teórico y la posi-
en la última pregunta, ¿a qué se debe tu re- ción política. En el fondo se trata de una lu-
lación con las ciencias sociales a partir del cha política. Son las relaciones de poder las
ensayo? ¿Por qué esa fascinación tuya hacia que definen el campo de verosimilitd del sa-
el ensayo? ¿De qué manera esa preferencia ber...
por el ensayo ha implicado una crítica a Cabe recordar, además, que la provocación
otras formas de entender las ciencias socia- contra el ensayo vino de ciertas corrientes de
les? las ciencias sociales. La principal acusación a
Agustín Cueva -supongo que a mí también-
A.M.: Es parte de una herencia cultural lati- era la de “ensayista”. Fue cuando el término se
noamericana. El occidente europeo tuvo un volvió peyorativo.
tipo de desarrollo de los saberes, de las cien-
cias, de las disciplinas, de los géneros -que F.B.: “Ensayista” era peyorativo, pero tam-
ahora ha entrado en crisis- sobre el cual ha in- bién muy crítico y tenía un sentido bastante
tentado erigirse un modelo de producción del definido. “Ensayista” significaba falta de ri-
saber y de textualidad literaria y artística. Sin gurosidad, especulativo…
embargo, hoy se piensa que cada zona tiene
sus peculiares formas de construir los que lla- A.M.: Pero es cuestión de términos, porque la
maríamos campo cultural. En esa perspectiva, respuesta de Cueva era acusar de “empiristas”
descubrimos en el Ecuador -hasta los cin- a sus críticos. Para Cueva sólo desde el empi-
cuenta o sesenta- una centralidad de la litera- rismo se le podía acusar de especulativo, de
tura. El ensayo es una figura fronteriza de la falto de rigor. Y Cueva tenía mucho rigor teó-
mejor tradición de América Latina. Benjamín rico. Agustín se situaba en el terreno de una
Carrión tiene reflexiones deliciosas sobre el renovación teórica y política de las interpreta-
ensayo, en tanto, según él, se valida al norte ciones tradicionales.
con la verdad científica y al sur con la verosi- Por otra parte, en la misma historiografía
militud literaria... hay tendencias que plantean la absoluta ideo-
Mi peculiar adhesión al ensayo, amén de logización del dato. No hay datos puros o in-
la cuestión del estilo literario, también venía maculados que reflejen de manera prístina la
104 ICONOS
realidad. Todos los documentos historiográfi- texto de reflexión debe tener una información
cos están determinados por la cosmovisión y bastante significativa. En el Apocalipsis Perpe-
la ideológica de los escenarios -aparatos, acto- tuo he procurado hacer un esfuerzo en ese
res...- en que se elaboran. sentido.

E.K.: Pero me da la impresión que al no de- F.B.: ¿Crees que actualmente las ciencias so-
sarrollar un trabajo de base documental -co- ciales en Ecuador se han alejado mucho del
mo la que realiza ensayo? ¿Cómo ves a
Thompson al escribir las ciencias sociales en
la historia de la clase El Marx de El Capital, que nuestro país en este
obrera en Inglaterra o postulaba una visión crítico-radi- momento? ¿Dónde ves
Asadourian o Sarlo en desarrollos interesan-
cal de todos los órdenes,
América Latina-, uno tes? ¿En que medida las
se mantiene atrapado sobrevive y va a desarrollarse ciencias sociales man-
dentro de ciertos mo- con más fuerza aún. Al borde tienen una dimensión
delos que impiden el del precipicio del orden actual, crítica?
desarrollo del pensa- el marxismo sigue siendo
miento. Cuando la utopía tranquilizadora que A.M.: Bueno, les con-
Thompson cuestiona fieso francamente que
las nociones estereoti-
se sitúa al otro lado en el último período
padas de clase, lo hace del abismo. no he seguido el desa-
sobre la base de su rico rrollo en el Ecuador de
trabajo histórico sobre las ciencias sociales clá-
la cultura obrera. En la sicas: sociología, eco-
medida en que el ensa- nomía, teoría política.
yo no se enriquece de Tengo la sensación de
la dinámica de la inves- que hay un relativo de-
tigación, se queda em- bilitamiento respecto a
pobrecido. Con esto períodos anteriores en
no quiero decir que el ensayo no sea impor- que hubo mucha riqueza. Pensaría que esta-
tante. Me parece que los aportes del propio mos en una fase de transición.
Echeverría son fundamentales porque están Creo que es visible la tendencia hacia un
planteando la posibilidad de pensar la mo- nuevo cambio de paradigmas. Es evidente la
dernidad desde otras perspectivas, pero son crisis del discurso que surgiera en el vacío del
aportes que tienen límites, porque no te per- marxismo y que se validara sobre una para-
miten discutir problemas como los del mes- doja extrema: la invisibilización del capital,
tizaje en términos concretos, históricos. Una del poder, de la dominación y de las contra-
de las cosas que me preocupa de muchos an- dicciones sociales, justo en el período en que
clajes generales es que asumamos modelos germinaba el mayor poder imperial de la his-
de análisis de forma acrítica y deshistoriza- toria, en que la agresiva centralización de ca-
da. pitales ha hecho que 200 gigantescas corpo-
raciones rijan el dinamismo –o la degrada-
A.M.: En el terreno de la historiografía, sal- ción- de la vida de la tierra hasta en sus últi-
vando los señalamientos anteriores, es valida mos confines, en una época en que los con-
tu interpretación. El ejemplo de Thompson flictos sociales han provocado guerras e insu-
cae en dicho terreno. Hay otros campos que rrecciones.
suponen otro tipo de investigación. Por decir- La fecundidad del nuevo campo teórico
te algo, tú puedes hacer un excelente trabajo en germinación supondrá el diálogo entre di-
sobre el imaginario mestizo a través de un chas categorías y aquellas que surgieron en es-
análisis de la literatura. Entiendo que todo tas últimas décadas: capitalismo y moderni-
ICONOS 105
diálogo
dad, concentración del poder estatal e irradia- portancia crítica no puede ser desestimada.
ción de las relaciones de poder al conjunto de Existe, sin duda, el deseo del poder de contro-
la vida societal, contradicción y diferencia, lo lar el pensamiento crítico. Pero de ahí a deri-
universal y lo particular, trabajo y deseo, po- var que el poder sea el que organiza y dirige
der y vida cotidiana, dimensión épico-trágica esos estudios hay una distancia enorme.
y festiva -carnavalesca- de la lucha social. En
la perspectiva del cambio de paradigmas hay, E.K.: En todo caso, tú te caracterizarías co-
sin duda, un estancamiento del pensamiento mo un pensador optimista. Me da la impre-
social. Hago la salvedad, por supuesto, de que sión que siempre estas apuntando hacia una
no he estado muy al tanto… meta libertaria que está a punto de llegar.

F.B.: ¿Ya te aburrieron las ciencias sociales? A.M.: (risas) Recuerdo que hace un tiempo
Pepe Moncada me dijo que cuando me oía te-
A.M.: Veo bastante riqueza en el terreno de la nía ganas de suicidarse… Eran aquellos pe-
problemática de la cultura. Hay preocupa- ríodos terribles de inicios de los 90. Pero lue-
ción académica, tesis, monografías. Quizás go, si piensas que el horizonte, que parecía ce-
también sea que en este período me he con- rrado después de la caída del Muro, se abrió
centrado en el terreno de los imaginarios y de rápidamente entre 1999 y 2004, en cinco
las estructuras simbólicas. La crítica teórica se años, la cosa es diferente. Hay un cambio tan
ha orientado en los últimos años a la cultura vertiginoso del rumbo de los procesos que
-a la Modernidad como cultura y civilización- hay que controlarse porque a veces la euforia
y, en particular, a los medios de comunica- juega malas pasadas.
ción. Teóricos como Virilio o Debray están
entre los más importantes cientistas sociales Todos: (risas)
de hoy. Sin embargo, creo que los nuevos
procesos mundiales y latinoamericanos abren E.K.: Ya mismo dice el Alejandro que la
un espacio dinámico a la teoría económica y unión obrero campesina militar está lista de
al pensamiento político.El premio Pío Jara- nuevo...
millo de este año es también un reconoci-
miento a la importancia de la problemática A.M.: (risas) En todo caso, ya no. Las cosas
de la cultura en las ciencias sociales. no son tan simples, por supuesto. En El Apo-
calipsis Perpetuo y en otros textos he insistido
E.K.: Es claro que hay muchas cosas que se en la formación de un poder estatal mundial,
están definiendo en el mundo en términos que va disolviendo los estados nacionales, in-
culturales. Es ahí donde está el debate más cluso en los países desarrollados. Hay regio-
rico. Pero, ¿no está relacionado eso con una nes donde ya no hay Estado: Somalia, Ruan-
cierta institucionalización, que tiene una ba- da, Burundi, Irak, Afganistán. Se trata de una
se no sólo en el desarrollo del pensamiento, tendencia. He señalado el surgimiento de una
sino también en la constitución de aparatos? categoría sui géneris: gobiernos sin Estado.
Pienso que el problema de la política en el
A.M.: Estoy de acuerdo contigo. El poder es ámbito de países como el Ecuador ya no tie-
extremadamente sensible y como dijiste, crea- ne posibilidad de resolverse local o nacional-
tivo: ahí donde se están desarrollando los dis- mente, al punto de que no creo que llegar al
cursos críticos, interviene para tratar de inte- gobierno signifique mucho.
grarlos en su institucionalidad. Pero la misma
es un poco abierta y libre. Los estudios cultu- F.B.: ¿Cuáles son, a tu juicio, los aportes de
rales están muy ligados a la academia nortea- El Apocalipsis Perpetuo?
mericana, y hay intelectuales latinoamerica-
nos que acusan a sus portavoces de ser los úl- La guerra en Irak ha confirmado dos de sus
timos felipillos de la historia. Empero, su im- tesis fundamentales. La primera se refiere al
106 ICONOS
nuevo orden mundial puesto en escena y que “ritmar” -digámoslo así- mis preferencias por
tiende a convertir a EE.UU. en Estado uni- ciclos pero finalmente tendían a neutralizar-
versal, a confinar a la Unión Europea, Japón, me entre sí. Creo que si hubiera tomado una
Rusia y China en sus límites, a establecer decisión definitiva por uno de los dos campos
fuerzas militares regionales que, junto a Esta- mi producción habría sido mucho mayor.
dos fuertes como Israel, aseguren la paz yan-
qui, a desarticular progresivamente a los débi- F.B.: Ese desgarramiento te detuvo, te para-
les, sea fraguando gobiernos sin Estado o pro- lizó…
moviendo su desintegración en sus regiones y
etnias. La otra tesis fue la formación de la hu- A.M.: Claro. No desarrollaba todo lo que po-
manidad como nuevo sujeto político frente al día en las ciencias sociales porque en el fondo
capital multinacional. Las marchas del 15 de las desestimaba desde la literatura y viceversa.
febrero de 2003 germinaron, aun de manera En el último período he ido encontrando va-
embrionaria, ese sujeto político que abre el sos comunicantes porque partí de una tesis
horizonte de una historia realmente universal. práctica: “transforma tus debilidades en virtu-
Ya en el plano teórico, hay tesis, a mi mo- des”. Toma la diferencia entre portugueses y
do de ver muy sugestivas, tales como la cons- quiteños. Los portugueses han hecho de la
trucción de la categoría de ámbito de la re- tristeza una virtud, una filosofía de vida,
producción social para analizar los grandes mientras nosotros nos avergonzamos de ella y
momentos de su ampliación hasta llegar a la la desvalorizamos.
mundialización actual; la comprensión de la Por eso decidí hacer una virtud del con-
dinámica de la revolución del siglo XX y una flicto que me desgarraba: descubrir la forma
singular explicación, que creo que es una de que integre esos universos. Creo que lo estoy
los mejores aportes, de la caída del llamado consiguiendo. Por ello, en la recepción del
“socialismo real” como triunfo de la Nomen- Pío Jaramillo señalé que un premio a veces
clatura y derrota de la propiedad social y de la celebra la coronación de una vida, pero que
revolución internacional; la tesis, subrayada yo me veía recién empezando. Estoy en un
por Carlos Arcos, de la transformación del periodo de producción muy intensa. He or-
Otro de los movimientos de liberación nacio- ganizado mi vida de tal manera que las maña-
nal en el otro de las diversidades étnicas; el nas me dedico a escribir y las tardes salgo a
análisis del carácter estructural de la plusvalía cumplir con las exigencias de la superviven-
y la ganancia extraordinarias. En fin, el texto cia, que gracias a Dios no son muchas.
es un ensayo en que me jugué mi capacidad Lo que pasa, además, es que nuestra gene-
literaria e imaginativa para recrear referencias ración tuvo problemas muy grandes. He di-
literarias, mitológicas, artísticas, fílmicas.... cho en términos irónicos, humorísticos, y un
poco dolidos también, que nosotros tenemos
E.K.: Para terminar nos gustaría que desde por ahí unos quince años que se nos perdie-
un plano más humano hagas una reflexión ron, que algo pasó…
sobre cómo se conjugan tus preocupaciones
políticas y sociales, estéticas y éticas. No sé si F.B.: que nada pasó…
esa relación compleja entre distintos campos
de preocupación es generacional, tiene que A.M.: Exacto. Si te fijas en la generación del
ver con una historia personal, o obedece a 30, encuentras que a los cuarenta y cincuenta
las dos cosas a la vez. años tenían una producción riquísima. Noso-
tros, en cambio, recién estamos empezando.
A.M.: Hasta hace poco lo viví como un des- Por eso tenemos tanta prisa.
garramiento que te llevaba a pasar de las preo-
cupaciones políticas a las académicas y litera-
rias sin solución de continuidad. Trataba de 22 de julio de 2004

ICONOS 107
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie ATRIO
Protestantismo indígena
Procesos de conversión religiosa en la
provincia de Chimborazo, Ecuador
Susana Andrade

FLACSO - ABYA-YALA - IFEA, 2004

El libro interroga las razones de la conversión al


protestantismo de la población indígena de la provincia
de Chimborazo. El análisis de varios sistemas religiosos
presentes en la provincia, entre los cuales están los
movimientos protestantes y pentecostales, demuestra
cómo éstos son una estrategia de adaptación a un mundo
de intensos cambios económicos, sociales y políticos. Las
antiguas creencias y dioses ya no son considerados
efectivos. El análisis del evangelismo protestante indaga la
transformación de las mentalidades indígenas, en particular
del ethos económico. La autora, además, aborda la
dimensión transnacional del grupo pues su investigación
incluyó no solamente a los campesinos de Colta
(Chimborazo) sino también a los emigrantes de la zona,
actualmente residentes en Venezuela. Esto permite el
acceso a información valiosa sobre las relaciones entre
conversión, migración y actividad económica.

Susana Andrade es doctora en Etnología por la Escuela de Altos Estudios en


Ciencias Sociales de Paris (EHESS). Es autora del libro Visión Mundial, entre el
cielo y la tierra, y de varios artículos sobre temas religiosos y políticos.
TEMAS
Musas,
estereotipos e imágenes
ondinas de las mujeres quiteñas en los
y misses:
años treinta del siglo XX
Ana María Goetschel1 populares accedieron a representaciones tea-
trales y de cine, también la radio se fue gene-
ralizando a partir de esos años.
El primer concurso de Miss Ecuador fue en
la ciudad de Guayaquil en 1930. ¿Cómo se
vivió ese acontecimiento en Quito y qué sig- Las imágenes de mujeres
nificado tuvo para los imaginarios de ese en-
tonces? El artículo introduce elementos histo- En ese contexto, ¿cómo eran representadas las
riográficos que contribuyen a analizar ese mujeres? Las imágenes que proporcionan las
proceso en términos de las representaciones revistas de literatura y variedades eran de mu-
de las mujeres2. jeres espirituales y románticas, distantes y be-
llas, casi divinas. Las mujeres de clase alta
eran la inspiración, las musas de los Juegos
La ciudad Florales, las “Damas de la Corte de Amor” y
de los Carnavales. Pero también comenzaron
En las décadas del 20 y 30 del siglo pasado, a aparecer en esas mismas revistas, imágenes
Quito seguía siendo percibida como una ciu- “modernas”: mujeres que participaban de ma-
dad conventual, aunque en realidad empeza- nera activa en la vida mundana y empezaban
ba a experimentar cambios. Como efecto de a practicar deportes.
la incipiente modernización de la sociedad, En la revista Caricatura, fundada por inte-
de la educación y de las comunicaciones, se lectuales quiteños de clase media y alta influi-
produjeron transformaciones en la cotidiani- dos por el modernismo, coexisten esos dos ti-
dad de los sectores medios y altos de la socie- pos de imágenes. Por un lado, la figura de una
dad quiteña. El acceso al cine, al teatro o a sa- mujer “delicada, fina, esbelta, indiferente, pa-
lones de entretenimiento provocó transfor- risina, escapada de los lienzos de Fragonard o
maciones en las costumbres. Incluso las capas de los dibujos de Willete”. Es la imagen de un
tipo de mujer a la que se podía divisar “tras los
Goetschel, Ana María, 2004, “Musas, ondinas y misses, visillos” o que acudía a espacios sociales redu-
espereotipos e imágenes de las mujeres quiteñas en los cidos. En la calle, se decía, “se la ve pasar de
años 30 del siglo XX” en ICONOS No.20, Flacso- modo ágil y grácil, breve el pie y menudo y li-
Ecuador, Quito, pp. 110-113.
gero el paso, dejando en el ambiente una di-
vina estela de perfumes y en los oídos la can-
1 Investigadora y profesora asociada de Flacso-Ecuador. ción de sus sedas”3. Pero también estaban “las
2 Este artículo, preparado para Íconos, retoma elemen- gentiles y adorables niñas” que practicaban el
tos de un trabajo anterior: Ana María Goetschel,
2002, Imágenes de mujeres. Amas de casa, musas y ocu-
paciones modernas. Quito, primera mitad del siglo XX, 3 Revista Caricatura No. 15, Archivo de la Biblioteca
Museo de la Ciudad, Quito. Aurelio Espinosa Polit.

110 ICONOS
patinaje “resbalándose en un vértigo...palpi- ra”; la belleza guayaquileña; la belleza de Ba-
tantes de fatiga las rosas de los senos y flotan- hía de Caráquez y otras bellezas de ciudades
tes las faldas ligeras que, con adorable compli- del Ecuador, todas ellas jóvenes bonitas de al-
cidad, dejan admirar las bien contorneadas ta sociedad, como también “Damas Distin-
pantorrillas aprisionadas en la sutil malla de la guidas”. Lo interesante es que al mismo tiem-
seda de la media”4. Estas figuras de mujeres po, existen otras secciones: “Galería de muje-
comienzan a surgir en los espacios de la vida res intelectuales del Ecuador” y “Galería de
mundana de la socie- Artistas Ecuatorianas”,
dad: en las fiestas del por lo general poetisas y
Carnaval y de Inocen- escritoras.
tes, en la vermouth del Las fotos de mujeres
cine, en la sala de pati- bellas aparecen como
naje, en el Teatro Su- un factor de adorno y
cre. Se habla también distinción en las revistas
de las artistas, las con- y publicaciones. En la
certistas, las pianistas: revista Claridad, por
“doblemente bellas, ejemplo, se publican fo-
porque son bellas...y tos de damas de la alta
porque son artistas”. sociedad como la de do-
Esas imágenes de mu- ña Rosario Zaldumbide
jeres seducen al hom- de Tobar y Borgoño de
bre de ese entonces y, quien se dice: “aristo-
en parte, son resulta- cracia, virtud y alma ge-
do de construcciones nuinamente grandes
culturales en las que forman la personalidad
entraron en juego tan- de la distinguida dama
to elementos locales quiteña, quién con su
como internacionales. belleza enaltece las pá-
Pero estas imáge- ginas de esta revista”.
nes no sólo estaban Al hacer un “Justo
presentes en las revis- Homenaje a la Mujer
tas masculinas como Caricatura, sino en las Ecuatoriana” y mencionar su labor de apostola-
propias revistas editadas por mujeres. La re- do y las mujeres destacadas de la Historia y la
presentación romántica de las mujeres tam- Biblia, se hace una apología romántica y lírica
bién formaba parte del imaginario femenino. de la mujer:
En el contexto de esos años la belleza corpo- “La mujer con su piedad, con su dulzura y
ral estaba estrechamente relacionada con la encanto embellece y perfuma el hogar. A la
belleza moral y eso se muestra en la revista mujer el poeta le ofrece sus versos, los políti-
Flora5. En su “Álbum” son publicadas foto- cos se inclinan hacia ella, los tiranos y los sol-
grafías de la “Belleza Quiteña”: “bellísimo li- dados se rinden avasallados, la Patria es de la
rio del pensil quiteño, en el cual brotan a pro- mujer... Por eso en forma de un crisantemo o
fusión flores odoríferas de olímpica hermosu- de una rosa recibe Mujer Ecuatoriana esta flor
y colocadla en el precioso buquet que embal-
sama el hogar de hija, de esposa y de madre”6
4 Revista Caricatura No. 15, Archivo de la Biblioteca
Aurelio Espinosa Polit.
5 Flora, Revista Femenil Ilustrada de Literatura, Artes y
Variedades, fundada en 1917 en Quito por las maes- 6 Claridad, Revista Universitaria de Literatura, Arte y
tras Celina y Rosaura Galarza. Ciencia, Quito, 1926, bimestral.

ICONOS 111
temas
La imagen que sobresalía era, sin duda, la Las misses
tradicional y aunque incorporaba elementos
“mundanos” lo que estaba en el fondo era la Sin embargo, las imágenes más mundanas y
idea de la hija, esposa o madre virtuosa. “modernas” correspondieron a las “Misses”,
las reinas de belleza que fueron elegidas en
1930 para representar al Ecuador, por prime-
Los juegos ra vez, en un concurso internacional en Mia-
Supuestamente la florales mi. El concurso en Quito fue organizado tam-
representación de "mujer bella" bién por la revista Claridad y constituyó todo
La revista Claridad un acontecimiento social. La nómina de la
va en contra de su verdadera organizó durante mayor parte de las representantes de las parro-
esencia: ser romántica, algunos años los quias dan cuenta de jóvenes de la alta sociedad
madre virtuosa o mujer “Juegos Florales”, quiteña y las cuatro finalistas elegidas por un
concursos de poe- Jurado de connotados intelectuales fueron:
inteligente. Pero, ¿son realmente sía cuyos ganadores Isabel León Aguirre, Ana Andrade Thomas,
contradictorias estas posiciones? aclamaban a las rei- Ana Lucía Mancheno y Blanca Escudero
A mi criterio, todas estas nas de belleza. En Moscoso8. Sin embargo, por lo apurado del
imágenes tienen en común que los Juegos Florales concurso o por el pudor de las quiteñas, úni-
de l927-1928, camente enviaron fotos. En Guayaquil, final-
hacen referencia a una visión “Fiesta de la Aristo- mente, fue elegida como Miss Ecuador Sarah
estereotipada de lo que cracia de la Belle- Chacón, una chica de “clase media”, quien en
constituye "ser mujer". za”, triunfó Hum- una reñida competencia triunfó sobre la aris-
berto Salvador tocrática Blanche Yoder9. En las crónicas de la
(quién más tarde época se menciona que después las candidatas
sería un importan- concurrirán a la ciudad del cine, Hollywood,
te representante de donde han sido invitadas para la impresión de
la literatura social) una película parlante. En las elecciones finales
con su poema “Sin- en Miami resultó “Señorita Hispanoamérica”
fonía de los Andes” “una bella maestra de escuela” la panameña
y fue el encargado de aclamar a la Emellana Raez, quedando en segundo lugar
“Reina de la Belleza del Ecuador” “Miss Costa Rica”, Julia Salazar, “a pesar de su
Isabel León y Aguirre7. En esta negativa para cumplir con una de las prescrip-
revista el mayor número de foto- ciones del concurso que obligaba a las partici-
grafías correspondió a la proclama- pantes a desfilar ante el Jurado por la playa en
ción de las reinas de belleza: Aída Arteta y su trajes de baño”. Se dice que: “la señorita Sala-
Corte de Honor, las princesas del Rocío (Eu- zar asistió a la playa con un vestido decoroso
genia Velasco Gangotena), de las Flores de dama y a las insinuaciones del Jurado con-
(Blanca Escudero Moscoso) y las reinas de testó que prefería escuchar la música del mar
provincias quienes eran aclamadas por los en traje de visita antes que contemplar las olas
poetas de esa época: César Carrera Andrade, en frágil vestido de ondina”.
Pío Jaramillo Alvarado, Manuel Agustín El entusiasmo que parece haber desperta-
Aguirre, César Estupiñán Bass, algunos de los do este primer concurso de Miss Ecuador no
cuales pertenecían a los sectores medios y que fue bien visto por todos los sectores. Hubo vi-
al igual que Salvador se convertirían más tar-
de en pensadores y dirigentes sociales.
8 El Comercio, “Las elecciones de la señorita Ecuador”,
9 de febrero de 1930.
7 Claridad, Libro de los Juegos Florales Nacionales, 9 Ribadeneira, Jorge, “Tiempos Idos: Sara, la Miss de
Quito, 1 de enero de 1930. 1930”, en Últimas Noticias, 3 de abril de l987.

112 ICONOS
siones contrarias porque se decía que el con-

Banco Central del Ecuador. Archivo Histórico


curso: “contradice la imagen romántica de lo
femenino”. En una editorial se menciona que
“estas exhibiciones de cuerpos hermosos en
trajes de baño ocultan dentro de todo el fin
económico” y constituyen un signo del mun-
do moderno: “de este mundo inquieto…
dogmático y escéptico, avaro e idealista, con-
tradicción viviente, enigma inmenso” donde
conviven desde la sublime Hermana de la Ca-
ridad hasta la ridiculez de las aclamaciones y
los entusiasmos en pos de las mujeres que
descubren y lucen sus cuerpos, porque la na-
turaleza los ha hecho bellos”. Se plantea que:
“honrar exageradamente a una mujer por ser
bella, halagarla, premiarla es supina ligereza e
injusticia extrema”. Se dice que el oro de la
sociedad capitalista que será arrasado por el
bolchevismo amenaza corromperlo todo, y
por el oro se distrae a las mujeres de sus debe-
res y se les quita la tranquilidad del alma”. Pa-
ra el autor de este artículo, en el que se con-
jugan criterios morales tradicionales y socia-
listas, las mujeres “deben principiar a defen-
Elección de Miss Ecuador 1930
derse... no tienen por fin ostentar la melena y
pintarse los labios, fumar y adquirir maneras
hombrunas... deben ser intensamente muje- en común que hacen referencia a una visión
res y ser madres, las madre del hombre según estereotipada de lo que constituye “ser mu-
la carne o según el espíritu de la obra social jer”. Desde este punto de vista no importa
que realice”10. tanto ser una hermosa Miss, una mujer inteli-
Se trata de un debate que refleja puntos de gente o una virtuosa madre. Lo realmente im-
vista aparentemente contradictorios y que, portante es el uso y la connotación que tenga
con algunas variaciones, todavía están presen- para las propias mujeres. Porque estas con-
tes: “los concursos de belleza cosifican a las cepciones pueden aludir igualmente a roles
mujeres y contribuyen a poner en crisis su prefijados de antemano por alguien o algo (el
imagen de mujeres virtuosas, sociales o ma- mercado, la moral o el intelecto) cuyo poder
ternales”. Supuestamente la representación de de decisión esté por fuera de las mujeres. En
“mujer bella” va en contra de su verdadera este sentido, ¿no sería más interesante para
esencia: ser romántica, madre virtuosa o mu- todos, como muchas han empezado a hacerlo
jer inteligente. Pero, ¿son realmente contra- y como han defendido algunas corrientes fe-
dictorias estas posiciones? ministas, que las mujeres decidamos sobre
A mi criterio todas estas imágenes tienen nuestra propia imagen y nos convirtamos de
manera flexible y cambiante en lo que quera-
mos ser?
10 El Día, “El tiempo de las Misses”, Página Editorial,
22 de marzo de 1930.

ICONOS 113
Historias de
misses
historias de
naciones
Andrea Pequeño1 nacional. Y la Miss Ecuador, María Susana
Rivadeneira, se convirtió en embajadora y an-
fitriona de la nación ecuatoriana.
“Mientras haya reinas habrá peones” En este escenario, que fue también marca-
(graffiti en Quito) do por los enunciados racistas de Miss Boli-
via3, recordé cuando mi compatriota, la Miss
Me asombré de que en el marco del concurso Chile Cecilia Bolocco, fue coronada Miss
Miss Universo 2004, realizado en Ecuador, Universo en 1987. Esa vez alguien me senten-
no se haya producido una ola pública de co- ció rotundamente “gracias al triunfo de ‘la
mentarios y reflexiones. Las impresiones se Bolocco’ Chile se conoce. El mundo se ente-
intercambiaron entre cercanos, en los pasi- ró de que es un país de América Latina y no
llos, en el hogar. Las voces disidentes sonaron sólo el ají mexicano”. Sí, para muchos “Ceci-
de manera aislada y sin ecos. La excepción la lia” era la imagen de Chile: una hermosa jo-
encontré en la marcha de mujeres indígenas2 ven de medidas perfectas (90- 60 -90) y de
que se tomó las calles con carteles marcados clase acomodada que le daba un abrazo y un
por la parodia, la metáfora, la llamada a la beso de agradecimiento a Augusto Pinochet
realidad: “Miss TLC”, “Miss niños”, “Miss por su apoyo. Este es mi primer recuerdo
pobres”, y también en las paredes rayadas de consciente de una candidata de belleza como
Quito: “¿Dónde escondieron a los niños?”. emblema de la nación, del cuerpo de una mu-
Las acciones de embellecimiento de la ciu- jer como vehículo de la patria.
dad y de formación de conductas saturaron Todo esto me hace pensar que tras la tri-
los soportes comunicacionales y publicitarios: vialidad de los concursos de belleza se oculta
es que la belleza estaba aquí, en una ciudad una representación simbólica de la identidad
limpia y ordenada, de gente amable con los nacional. Ellos serían una puesta en escena de
turistas. Las campañas de promoción del matrices y órdenes socioculturales y, por con-
evento apelaron una y otra vez a la identidad
Pequeño, Andrea, 2004, “Historias de misses, historias 3 Gabriela Oviedo, Miss Bolivia 2004, había declarado
de naciones”, en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, en inglés: “Desafortunadamente, la gente que no co-
Quito, pp. 114-117. noce mucho sobre Bolivia piensa que todos somos in-
dios del lado oeste del país (…). Es La Paz, la imagen
que refleja eso, gente pobre, gente de baja estatura y
1 Estudiante de la Maestría en Género y Desarrollo de gente india (…). Yo soy del otro lado del país, del la-
Flacso-Ecuador. do este; nosotros somos altos y somos gente blanca y
2 La marcha de las mujeres indígenas se realizó el 31 de sabemos inglés”. Luego del revuelo que causaron sus
mayo de 2004 y tuvo por objeto protestar, en el mar- declaraciones, la representante de Bolivia aseguró que
co del Concurso Miss Universo, en contra del ALCA, “fue un problema de traducción, ya que la entrevista se
el TLC, el Plan Colombia y el Plan Patriota. La acción hizo en inglés, además editada”. Sostuvo que se refirió
fue organizada por la Confederación de Pueblos de la a Bolivia como un país que tiene una diversidad geo-
Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI). gráfica y étnica.

114 ICONOS
siguiente, de la imagen nación. En este con- ¡Que viva la Chacón!
texto el cuerpo de la mujer se convierte en
icono simbólico de la identidad nacional. En 1930 Ecuador recibió la primera convoca-
A partir de los eventos de belleza sería po- toria para participar en un concurso interna-
sible construir un mapa de las representacio- cional de belleza que se llevaría a cabo en Flo-
nes sociales y de la imagen de nación ecuato- rida, Estados Unidos. Para ello se organizó un
riana. En este sentido, he seleccionado algu- evento nacional cuya final estaría compuesta
nos concursos que creo son emblemáticos de por ocho candidatas, cuatro de Guayaquil y
momentos históricos de construcción de la cuatro de Quito. Estas debían ser propuestas y
identidad nacional y que ilustran las disputas, postuladas por los propios habitantes de las
los conflictos, las tensiones en torno ésta: a) la comunas y sectores poblacionales, de acuerdo
elección de Miss Ecuador en 1930, que grafi- a “la belleza y a la gracia” personales. Las fina-
ca un proceso de movilidad social ya que con- listas serían elegidas por votación popular en
solida la posición pública de la clase media; b) urnas dispuestas en correos, juzgados parro-
la elección de una reina negra, en 1995, que quiales y cines4. El evento despertó poco a po-
escenifica el tema de la diversidad étnica y ra- co el interés de la población5. Y es que la elec-
cial del país poniendo en jaque el discurso he- ción de la Señorita Ecuador 1930 tenía
gemónico del mestizaje; y c) el concurso de un “imperativo patrióti-
Miss Universo en 2004, en donde el discurso co”6: en ella estaba “en-
oficial ecuatoriano remarcó el tema de la vuelta la reputación
identidad nacional desde la óptica neoliberal, ecuatoriana”. La elegida
desde el deseo y la necesidad de posicionarse sería la enviada “de la
en el mercado global. hermosura, y lo que
Al explorar cómo el espectáculo de la be- es más de la cul-
lleza refleja las representaciones de la identi- tura del país”7,
dad nacional y las disputas sobre ésta, preten- representación
do aportar una mirada crítica que vaya más y exportación,
allá de la discusión -eje del debate público- de en un cuerpo de
cuánto y cómo se (mal)gastó el recurso nacio- mujer, de la nación
nal en el Miss Universo 2004. Desde esta y su cultura.
perspectiva, vale la pena dilucidar cómo los De acuerdo a los
concursos de belleza se convierten en accio- parámetros de orga-
nes que junto con espectacularizar el tema de nización social vi-
la identidad nacional, ponen en escena pro- gentes, la pobla-
blemáticas y modelos de sociedad. ción negra e indí-
gena ni siquiera fue
pensada como po-
tencial participan-
4 La participación masiva de la población, poco común
en la actualidad, puede tener que ver con que este
te. Más bien, la lid
evento se presentó como una oportunidad pública de final del concurso puso en
pensarse como comunidad nacional. el tapete el tema de la
5 Sin embargo, los quiteños fueron más bien tímidos en identidad de clase. Así, la
la participación masiva del certamen. De hecho “cuan-
do llegó la hora culminante (...) el locutor anunció el disputa por la corona esta-
caso insólito. Las finalistas quiteñas había mandado ba entre Sara Chacón y
sus fotografías y no desfilaron de cuerpo presente” Blanche Yoder, represen-
(Jorge Ribadeneira, El Comercio, 30 de mayo de 2004,
pág. A5). tantes de la clase media y la
Antonio Mena

6 Diario El Comercio, 31 de enero de 1930, pág. 2.7 aristocracia guayaquileña,


7 Diario El Comercio, 29 de enero de 1930, pág. 3. respectivamente.

ICONOS 115
temas
El 7 de febrero de 1930, a las voces de hegemónico de la sociedad blanca y mestiza,
“¡Qué viva la Chacón!, ¡viva la Chacón!”, se ce- es por ello que la coronación de Mónica Cha-
lebró el triunfo de la candidata de la clase me- lá pone en el tapete público el tema de la di-
dia. Sara Chacón fue la elegida para encarnar versidad étnica y racial del país.
además de la belleza, el espíritu y la cultura de La ideología de la sociedad nacional que
la nación ecuatoriana. En su victoria se recono- postulaba el mestizaje como imagen de la na-
ce, como símbolo de identidad nacional, a un ción había invisibilizado al extremo a la pobla-
sector que poco a ción afro-ecuatoriana. Siguiendo a Rahier
Tras la trivialidad de los poco se consolidaba (1998), si los indígenas eran “el otro” que se
concursos de belleza se oculta en el espacio urba- intentaba subsumir y negar en el mestizaje, los
no, social, político y negros eran “el último otro”, aquel que no ca-
una representación simbólica de económico. bía en la matriz identitaria nacional. Contex-
la identidad nacional. Ellos En este acto se tualmente, y más allá de los méritos o no de
serían una puesta en escena de plasma un proceso Mónica Chalá, puede pensarse que su triunfo
de movilidad social: hizo eco a la bandera de lucha de los movi-
matrices y órdenes el ascenso de una mientos indígenas y afroecuatorianos que sa-
socioculturales y, por clase emergente que cudieron al país en la década de 1990: el im-
consiguiente, de la imagen se instalaría poco a perativo del reconocimiento de la nación
nación. En este contexto, el poco en la escena ecuatoriana como nación multicultural y plu-
pública y en los cen- rinacional. En este marco, la elección de una
cuerpo de la mujer se convierte tros de poder, des- “Señorita Ecuador” de piel negra implicaría el
en icono simbólico de la plazando con ello a reconocimiento público de la diversidad racial
identidad nacional. la clase aristocrática y étnica. En su rol de representante de la na-
y su histórica hege- ción ante el mundo, este hecho visibilizaría lo
monía. Así, desde el que había permanecido callado, silenciado.
comienzo de estos Sería la puesta en escena de una identidad na-
concursos, el cuerpo cional que ya no es homogénea en el mestiza-
y la presencia de la je. El dictamen del jurado, sin embargo, desa-
mujer se constituye tó una serie de controversias en la opinión pú-
en un recurso metonímico de represen- blica, las que tenían que ver sustancialmente
tatividad nacional: ella es la parte por el con la validez del triunfo de “una negra” como
todo. Su cuerpo, su comportamiento, la imagen representativa del ser nacional.
su saber, son simbólicos de la patria. Pero sobre todo, es importante recordar
que el concurso de Miss Universo 1996, para
el cual fue electa Mónica Chalá, se realizaría
¿“Black is beautiful”? en África. Este antecedente provocó una ola
de especulaciones que explicaban la elección
La consigna “Black is beautiful” que como una estrategia nacional para “ganar
apareció en la televisión norteamerica- puntos”. Este solo hecho cuestiona la corona-
na en la década de 1960 luego de las ción de la “Reina de Ebano”, como la llamó
movilizaciones sociales de los afro-americanos, la prensa, como la acción de reconocimiento
sirve como un buen enlace para abordar la de la diversidad étnica y racial del Ecuador.
elección de Miss Ecuador 1995. Ese año suce- Aceptar a una mujer negra cómo imagen
dió algo inusitado: Mónica Chalá, una mujer representativa y exportable de la nación ecua-
negra, fue electa la reina de belleza ecuatoria- toriana, implicaría la aceptación de la diversi-
na. El concurso, organizado de acuerdo a re- dad étnica y racial del país y en esa medida el
glas y parámetros internacionales, se activó en cuerpo de esta reina se convierte en una figu-
Ecuador dentro de los parámetros del discurso ra simbólica de la “nueva” identidad. Testifica-

116 ICONOS
ría la potencial transformación del discurso como símbolo de identidad nacional. La ima-
hegemónico en torno a la representación de la gen de la nación quedó reducida a un pro-
imagen nación. Contrariamente, pensar la ducto de exportación, definida desde el mer-
elección como estrategia nacional para vencer, cado y desde el orden económico neoliberal.
pone en el tapete no sólo el tema de la mani- “Misss TLC” ocupó la escena, haciendo car-
pulación, sino que ratifica un discurso domi- ne el discurso oficial que desesperado lucha
nante que rachaza y se desconoce como ima- por ser considerado por Estados Unidos y
gen nación en la figura de una mujer negra. luego por el mercado mundial.
Por consiguiente, ya sea en el rechazo o en La frase publicitaria usada para hacer mo-
el reconocimiento de la diferencia, el cuerpo fa del vestido de Miss Ecuador adquiere, en-
de Miss Ecuador 1995 se convierte en una tonces, un sentido más profundo y más am-
materialidad simbólica que encarna y hace plio. Es la burla a la imagen de identidad na-
presencia del tema de la identidad nacional. cional que el discurso oficial puso en escena:
Este acto revela que la identidad así como su “eres capaz de hacer cualquier cosa…”
representación son procesos de “construcción” Este traje intentó ser una representación de
socio-cultural y en calidad de tales están en- la nación ecuatoriana en su diversidad, pero no
marcados en relaciones de poder y se convier- logró sino aparecer simbólicamente como la
ten en ámbito de debates, de luchas y disputas. fabricada investidura neoliberal: la imagen de
la patria vestida en una mujer mestiza, unida
en su cintura y en el ruedo del armazón, sim-
Del fracaso de una reina bolizada en un producto exportable.
en un vestido neoliberal No hubo aprobación ni reconocimiento de
pertenencia en aquella ropa. Rotundo fracaso
Los concursos de belleza, orientados a compe- del traje y, simbólicamente, de la identidad
tencias internacionales y articulados desde los nacional y el modelo social propuesto que ma-
parámetros de discursos dominantes, incorpo- lamente aunaba las diversidades y respondía a
ran lo racial y étnicamente distinto de manera los intereses de la población.
folklorizada. Por ejemplo, en la sección de tra- En la marcha de las mujeres indígenas,
je típico las candidatas apelan a identidades ét- junto a los carteles de Miss TLC y Miss mise-
nicas y con ello ponen en escena al otro, el que ria desfiló una reina vestida a la usanza “típi-
aparece como una realidad a-temporal y a-his- ca” de Susana. Era la parodia de la reina de
tórica, un resabio del mítico pasado. Ecuador y en ella del discurso que intentó fa-
Esto me trae de vuelta al concurso de Miss llidamente representar a la unidad de la iden-
Universo 2004, específicamente al traje típico tidad nacional y consagrar un modelo econó-
usado por la representante de Ecuador. La ves- mico y social.
timenta era una especie de campana que remi-
tía al icono de la Mitad del Mundo. Una me- Bibliografía
dia esfera segmentada que buscaba simbolizar
Rahier, Jean, 1998, “Blackness, the racial / spatial
la heterogeneidad. El humor popular no se hi-
order, migrations, and Miss Ecuador 1995-96”,
zo esperar. Lo ridiculizó recurriendo a la frase en American Anthropologist 100 (2): 421-430,
publicitaria de un detergente: “eres capaz de American Anthropological Association.
ponerte cualquier cosa contar de no planchar”. Rivera, Fredy, 1999, “Las aristas del racismo”, en E.
El traje vestido por Susana Rivadeneira Cervone y F. Rivera, editores, Ecuador Racista:
fue (¿o es?) inspiración “típica” y propia de un Imágenes e identidades, FLACSO-Ecuador, Quito.
Rogers, Mark, 1999, “Spectacular Bodies: folklori-
discurso oficial que sustenta con desespero el
zation and the politics of identity in Ecuadorian
modelo social y de mercado del neoliberalis- beauty peageats”, en Journal of Latin American
mo. Haciendo honor a esta ideología -que lo Anthropology 3 (2) 54-85, American Anthropo-
concibió a él y al certamen- erigió a las flores logical Association.

ICONOS 117
Econometría,
teoría y política
económica:
el Nóbel de Economía 2003
Salvador Marconi R.1 das”, poniendo en serios aprietos a la acade-
mia y en incómoda posición a los econome-
tristas, quienes salieron al paso relativizando
Una introducción necesaria la capacidad de su disciplina para alcanzar ese
ambicioso objetivo. Por el contrario, también
No es intención del presente ensayo reiterar es verdad que muchas veces los economistas
las motivaciones de la Real Academia Sueca al encuentran serias dificultades en rechazar una
haber concedido -en octubre de 2003- el pre- teoría; al menos, las críticas que se formulan
mio Nóbel de Economía a dos ilustres econo- hacia ciertas hipótesis teóricas no se basan ex-
metristas: Robert F. Engle y Clive Granger. clusivamente en la evidencia econométrica.
Para el recuerdo, ese galardón fue otorgado Podría afirmarse que la econometría tiene
“...por haber desarrollado métodos de análisis mayor popularidad entre los economistas pa-
de series temporales con tendencias comunes ra confirmar (mas no para desvirtuar) ciertos
(cointegración)”. supuestos de la teoría económica.
Si bien se analizarán varios aspectos de sus Un axioma ampliamente aceptado es aquel
aportes académicos, el propósito de estas lí- según el cual la teoría económica no es objeto
neas es el de recordar algunos elementos del de verificación directa a partir de datos obser-
debate -afortunadamente todavía presente- vados, pues entre la primera y los segundos se
sobre la relación entre teoría y política econó- interponen esquemas o “modelos descripti-
mica y el avance que han registrado los méto- vos” cristalizados por lo general en series esta-
dos matemáticos y econométricos durante las dísticas de base (comercio exterior, volúmenes
últimas décadas, desarrollo al que han contri- de producción industrial, etc.) o de síntesis
buido de manera decisiva las investigaciones (cuentas nacionales; balanza de pagos, etc.).
de ambos galardonados. Si esa es la situación, lo que se puede
Cuando fue concedida análoga distinción comprobar empíricamente es la validez o
a Trygve Haavelmo (1989), algunos periódi- pertinencia de los modelos descriptivos mas
cos y revistas reportaban la noticia que el pre- no la de una teoría económica, por lo que el
mio Nóbel había sido otorgado a ese econo- problema puede formularse de manera dis-
mista noruego “....por haber demostrado có- tinta: ¿es posible interpretar los test que resul-
mo las teorías económicas podrían ser proba- tan de esos esquemas descriptivos como
pruebas indirectas para validar o rechazar
Marconi R., Salvador, 2004, “Econometría, teoría y una hipótesis teórica? La mayor dificultad
política económica: el nóbel de economía 2003”, en
para “transferir” los test sobre los parámetros
ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp.118-125.
de los modelos empíricos a los correspon-
1 Doctor en Ciencia Políticas (Universitá degli Studi dientes parámetros de los modelos teóricos
Sociali, Roma) y Economista (PUCE-Quito. Profesor radica en el hecho de que no siempre es evi-
universitario. dente el vínculo entre ambos grupos de pará-
118 ICONOS
metros; además, los supuestos ceteris paribus
son distintos en esos modelos. Ejemplo de
esas situaciones son los mecanismos ad hoc
utilizados para medir las expectativas, los su-
puestos simplificadores que permiten “agre-
gar” el comportamiento de un grupo de in-
dividuos, la reducción lineal de las relaciones
funcionales, etc.
Estas dificultades, difícilmente supera-
bles, hacen que la utilización de los modelos
descriptivos se oriente hacia la búsqueda de
una representación empírica satisfactoria de
la teoría, sin pretensiones sobre la posibilidad
de rechazar sus proposiciones. Este es el caso
de los modelos macroeconométricos de gran-
des dimensiones utilizados principalmente
para realizar previsiones o simular políticas
económicas.
Como se recordará, en el caso de Haavel-
mo el premio Nóbel le fue concedido por la
“elaboración de los fundamentos probabilís-
ticos de la metodología econométrica y por
el análisis de estructuras económicas simultá-
neas”. Precisamente, la naturaleza estocástica
de los modelos y las implicaciones de la si-
multaneidad de las relaciones económicas
son los temas que con mayor intensidad ha

INTERNET
abordado la investigación econométrica y el
campo en el que han contribuido los dos
economistas galardonados por la Academia Robert Engle al recibir el nóbel de economía
Sueca en 2003.
Antes de abordar los temas relacionados a Hipótesis teóricas y
la vinculación entre modelos teóricos y mo- modelos empíricos
delos empíricos, cabe recordar que los funda-
dores de la Sociedad Econométrica Interna- El objetivo de los siguientes acápites es abor-
cional fueron grandes economistas de la épo- dar los problemas que presenta la utilización
ca: I. Fisher, J. Schumpeter, J.M. Keynes, en- de los modelos empíricos para rechazar (o
tre otros. En su formación jugaron un papel menos) una hipótesis teórica. En esa perspec-
importante las matemáticas y la estadística, tiva, cabrían dos precisiones: a) el procedi-
al igual que en la de los miembros de la Cow- miento de comprobación de una hipótesis
les Commission de los años cuarenta y cin- teórica difícilmente puede reconducirse a la
cuenta del siglo XX; tal es el caso de T.C. verificación mecánica de una hipótesis esta-
Koompmans, J. Marschak y R. L. Klein. En dística (el valor de los parámetros de la ecua-
estos últimos treinta años se ha profundizado ción de un modelo); b) el modelo especifica-
la preparación matemática con respecto a do debe tener una determinada relación con
aquella estadística, despertándose mayor in- los datos y satisfacer una serie de requisitos
terés por la modelística teórica respecto a estadísticos antes de ser utilizados en el proce-
aquella aplicada. so de verificación teórica.

ICONOS 119
temas
Entre los principales aportes de Granger y del método de máxima verosimilitud. Si bien
Engle destaca su esfuerzo por recomponer esos problemas fueron conocidos, el análisis
esos dos componentes fundamentales del ins- de sus consecuencias fue abordado en profun-
trumental econométrico. En el caso de los didad a partir de los años ochenta por parte
modelos empíricos, junto a los parámetros re- de tres corrientes metodológicas de la moder-
levantes para la verificación de las hipótesis na econometría, cuyas diferencias de enfoque
teóricas, existen parámetros “libres” (o de dis- reflejan las distintas posiciones frente a los
turbo) que pueden tres aspectos mencionados (Gambetta, G. –
diferir en función Orsi, R., 1991).
La teoría económica no es de los objetivos del La primera corriente es liderada por Sims,
objeto de verificación directa a modelo. Su presen- quien señala que la ausencia de una solución
partir de datos observados. cia refleja la exis- satisfactoria al primer problema es la causa por
tencia de una plu- la que la mayoría de modelos estructurales son
Lo que se puede comprobar ralidad de modelos inadecuados: muy pocas variables podrían ser
empíricamente es la validez o que poseen similar genuinamente clasificadas como exógenas,
pertinencia de los modelos estructura formal por lo que los modelos estructurales basados
descriptivos mas no la de una con propiedades es-
tadísticas diferen-
en sistemas de ecuaciones simultáneas resultan
aparentemente identificados. La alternativa pa-
teoría económica. ¿Es posible tes. ra este enfoque consistiría en la construcción
interpretar los test que resultan Varias “corrien- de modelos en los que todas las variables par-
de esos modelos como pruebas tes econométricas” ticipan de manera simétrica y en los que todas
cuestionan precisa- son tratadas como endógenas. Los modelos
para validar o rechazar una mente la idoneidad propuestos por Sims (conocidos como Vecto-
hipótesis teórica? de los modelos de- res Auto Regresivos, VAR) son sustancialmen-
nominados estruc- te formas reducidas en las cuales cada variable
turales, construidos endógena depende de sus propios valores reza-
sobre sistemas de gados (lags) y de todas las demás variables en-
ecuaciones simultá- dógenas. El surgimiento de los modelos VAR
neas. Como se co- implicó -como puede intuirse- un serio cues-
noce, esos modelos tionamiento a la práctica econométrica gene-
-cuyas primeras ralmente utilizada en la construcción de los
elaboraciones remontan a los trabajos de la modelos estructurales que consistía en especi-
Cowles Commission- se caracterizan, entre ficar y estimar -uno a la vez- los parámetros de
otros, por la presencia de los siguientes ele- las ecuaciones de comportamiento.
mentos: a) están constituidos por sistemas de Utilizando los modelos VAR, la compro-
ecuaciones simultáneas; b) la estimación de bación de las hipótesis teóricas sería posible,
los parámetros se basa en el método de máxi- en general, únicamente si se prueba previa-
ma verosimilitud; c) la identificación y distin- mente la existencia de una “causalidad a la
ción entre variables endógenas y exógenas del Granger” y su dirección; es decir, si se com-
modelo se establece a priori así como las rela- prueba la existencia de una relación de causa-
ciones de causalidad. efecto entre las variables, identificada como
El propio Koopmans advertía las dificulta- una precedencia temporal de una variable so-
des que enfrenta ese tipo de modelos y que bre la otra. Esa relación es definida como un
tienen relación con: a) la distinción artificial - nexo entre una variable al tiempo t y otra va-
y, en cualquier caso, establecida a priori- en- riable al tiempo t+1, de modo que la previ-
tre variables endógenas y exógenas; b) el tra- sión de la segunda es más robusta si se tiene
tamiento del modelo en presencia de rupturas en cuenta la primera.
estructurales; y, c) la validez -sólo asintótica-

120 ICONOS
La mayoría de las series temporales ma- Un tercer grupo de investigadores lidera-
croeconómicas siguen una tendencia estocás- dos por Hendry (entre los cuales puede citar-
tica de forma que una distorsión temporal tie- se también a Engle) tienen una actitud más
ne un efecto duradero. Estas series temporales bien constructiva frente a los tres problemas
son denominadas no estacionarias y difieren señalados: se trataría de superar el enfoque
de las estacionarias pues estas últimas no cre- tradicional de la Cowles Commission introdu-
cen en el tiempo y más bien fluctúan alrede- ciendo nuevos elementos generados en la mo-
dor de un valor dado. Granger demostró que derna econometría aplicada e integrar los re-
los métodos estadísticos utilizados para las se- sultados originales con las nuevas contribu-
ries estacionarias podían conducir a resultados ciones teóricas que tienen en cuenta los plan-
erróneos cuando se aplican a series no estacio- teamientos de las dos corrientes metodológi-
narias. Su aporte consiste en haber puesto en cas recién citadas.
evidencia que combinaciones específicas de Desde el punto de vista práctico, se reco-
series temporales no estacionarias podían ex- noce que la especificación de una ecuación
hibir estacionariedad, permitiendo por tanto (sobre todo en el caso de los modelos macroe-
la correcta inferencia estadística. Granger lla- conómicos) no es simultánea a las demás
mó a este fenómeno cointegración. A partir de ecuaciones del modelo, aun si entre las varia-
ese concepto, desarrolló métodos econométri- bles explicativas se encuentran variables en-
cos ahora imprescindibles en el análisis de los dógenas. En el enfoque de Sims, basado en la
sistemas en que la dinámica a corto plazo es estimación de formas reducidas, la presenta-
afectada por grandes distorsiones aleatorias y ción de los resultados debe estar acompañada
la dinámica a largo plazo está restringida por por gráficos o cuadros que ilustren la respues-
relaciones económicas de equilibrio. ta de cada variable endógena frente a las con-
La segunda corriente (Leamer) acepta en diciones iniciales de las demás y a las eventua-
principio el enfoque estructural en el diseño les “innovaciones” o shocks. Esos resultados
de los modelos y la especificación y estima- permiten evaluar la existencia de una relación
ción de los parámetros de las ecuaciones una causal (“a la Granger”) que se deduce del va-
por una, mientras rechaza la utilización de lor de los parámetros, su dimensión cuantita-
métodos de estimación basados en la máxima tiva y su timing.
verosimilitud. La validez de los test obtenidos En particular, cuando se adoptan pruebas
mediante ese método estaría subordinada a estadísticas con la t y la F, es necesario asegu-
un conjunto de resultados extremadamente rarse que no existan relaciones “contamina-
sensibles a los errores de especificación y, por das”, es decir, que las variables asociadas a los
consiguiente, serían poco confiables. Recha- parámetros que interesan sean estacionarias, o
zar una hipótesis estadística en base al valor en el caso de variables no estacionarias, que
estimado de los parámetros supone, de acuer- entre esas variables exista una relación que las
do a Leamer, disponer de una medida de la conduzca a ser conjuntamente estacionarias
variabilidad de los parámetros generada en los (cointegración).
eventuales errores de especificación del mo- En el enfoque de Leamer es necesario esta-
delo. El conocimiento de esa variabilidad per- blecer una medida de lo que se denomina
mite verificar si el rechazo de una hipótesis se “fragilidad” de las estimaciones obtenidas con
debe a la variabilidad de los datos o a la pre- el propósito de depurar la variabilidad de las
sencia de errores de especificación. estimaciones la parte originada en eventuales
Los planteamientos de esta corriente son errores de especificación. Finalmente,
atractivos aunque poco practicables; en efec- Hendry sugiere evaluar la evidencia empírica
to, el análisis se torna complejo al aumentar mediante el cálculo de numerosos test que po-
el número de parámetros y modificar las espe- sibilitarían establecer y aislar los errores de es-
cificaciones del modelo. pecificación.

ICONOS 121
INTERNET
INTERNET

nes entre econometría y política económica,


su espectro es extremadamente amplio, por lo
que en estas líneas se hará referencia exclusi-
vamente a los aspectos estabilizadores de la
política económica orientados a reducir la
amplitud de las fluctuaciones cíclicas, reducir
las presiones inflacionarias y garantizar el ple-
no empleo. Es hacia ese tipo de medidas esta-
bilizadoras, por lo general, que suelen dirigir-
se las críticas más vehementes por parte de
quienes pregonan las bondades del mercado y
que tienen relación con su oportunidad y efi-
ciencia, por un lado, y con la utilización de
instrumentos cuantitativos capaces de orien-
tar la acción de quienes deben adoptar esas
decisiones.
Bajo el supuesto de que el país posea sobe-
ranía y autonomía en la gestión de la política
económica -supuesto claramente cuestionable
en el caso ecuatoriano- los argumentos que se
presentan en esta nota pretenden justificar la
existencia y la utilidad de los modelos (ma-
cro) económicos, aún en contextos caracteri-
zados por la destrucción del instrumental dis-
ponible. La adopción del esquema de dolari-
zación significó la eliminación de todos los
mecanismos de gestión cambiaria y moneta-
ria, con la excepción del encaje bancario cuyo
porcentaje es actualmente de apenas 4%.
Clive Granger al recibir el nóbel de economía En cuanto a los “grandes objetivos” de la
política económica, se sigue persiguiendo -
En síntesis, y bajo determinadas condicio- con distintos matices e intensidades- el creci-
nes, parecería factible someter a verificación miento, la eficiente asignación de recursos
econométrica algunas hipótesis teóricas, aun- (en particular, el empleo de la fuerza de traba-
que evitando el mecanicismo consistente en la jo) y la estabilidad económica. Obviamente,
pretensión de medir una hipótesis teórica con tanto entre los economistas como entre cier-
los parámetros de una ecuación estadística. tos responsables de la política económica,
existe cada vez mayor conciencia sobre el sig-
nificado, las interacciones y las limitaciones
Política económica y econometría de esas metas así como la convicción de que
esos objetivos no constituyen necesariamente
En la conducción de la política económica (el argumentos de una “gran función de utilidad
“gobierno de la economía”), el elemento social objeto de optimización” por parte de
cuantitativo debería estar siempre presente, policy makers desinteresados y preocupados
tanto en la fase descriptiva en la que se eva- por las necesidades de la colectividad. Aún si
lúan las condiciones de partida como en la esa visión ingenua de la acción de la política
etapa de cuantificación de los efectos de cier- económica -presente sobre todo en los libros
tas medidas. En lo que se refiere a las relacio- de texto- ha sido sustituida por interpretacio-

122 ICONOS
nes “micro” -basadas principalmente en la visionales y de simulación de política econó-
teoría de juegos- la persecución de esos obje- mica siguen siendo útiles, pues agregan y or-
tivos debe inexorablemente “hacer las cuen- ganizan gran cantidad de información y cons-
tas” con variables “macro”. tituyen instrumentos flexibles (cuando no
En lo que se refiere a los instrumentos, és- son utilizados mecánicamente) para realizar
tos no son “datos” pues dependen de la orga- evaluaciones cuantitativas. No se debería y no
nización institucional en cada país; lógica- se podría esperar que esos modelos ofrezcan -
mente, si esta institucionalidad varía frecuen- por las razones señaladas- toda la evidencia
temente -como en el caso ecuatoriano- los empírica de las hipótesis teóricas que están en
instrumentos utilizados deberían adecuarse la base del modelo; lo que no se puede negar,
rápidamente para lograr esos grandes objeti- en cambio, es su valor organizativo y de sín-
vos de la política económica. En particular, tesis de los postulados teóricos y de las obser-
contextos de liberalización o apertura comer- vaciones estadísticas que pueden orientar la
cial y financiera, así como el propio esquema adopción de medidas de política económica.
de dolarización, imponen la necesidad de Cabe insistir en ese aspecto: un modelo es
crear un nuevo instrumental de política eco- sólo una aproximación (quizá “heroica”) a
nómica. Independientemente del debate so- una realidad compleja. Su validez radica pre-
bre la utilidad, la eficacia y las modalidades cisamente en presentarse como una suerte de
que puedan asumir las políticas macroeconó- “maqueta” que posibilita dimensionar cuan-
micas, éstas nunca han dejado de existir. La titativamente las acciones y los efectos de la
insurgencia de dificultades para enfrentar los política económica. Y aunque siguen siendo
shocks de oferta más bien ha generado en los herramientas ad hoc (es decir, construidas pa-
responsables de la política económica una ra propósitos particulares), en su defensa es
mayor preocupación para reaccionar a las se- posible afirmar que, en última instancia, to-
ñales provenientes del sistema económico. da hipótesis teórica así como los esquemas
Esa información -ciertamente limitada, frag- analíticos utilizados para describir, interpre-
mentaria e imperfecta- debe ser obviamente tar y orientar el comportamiento micro y
filtrada e interpretada. De ahí la creciente ne- macroeconómico son construcciones ad hoc.
cesidad de análisis cuantitativos sobre el esta- Sin embargo, ad hoc no quiere decir “arbi-
do de la economía, sobre sus tendencias, so- trario”. En el caso de los grandes modelos ela-
bre su reacción a estímulos externos, sobre las borados a partir de los aportes de Klein y Tin-
restricciones e interrelaciones, etc. bergen, generalmente basados en el esquema
En muchos países, ese requerimiento ha analítico de derivación keynesiana y construi-
sido satisfecho con el instrumental ofrecido dos a partir de ciertas simplificaciones esen-
por los modelos econométricos, cuya adapta- ciales que permiten comprender algunos pro-
ción y utilización debió tener en cuenta los cesos macroeconómicos (crecimiento, infla-
cambios ocurridos en los sistemas económi- ción, desocupación, ciclo, etc.), el conjunto
cos, el desarrollo de la teoría económica y las de supuestos ad hoc permite concentrar la
innovaciones en los métodos econométricos. atención sobre los grandes objetivos y los ins-
En este último caso, esos modelos han ido in- trumentos clave para lograrlos.
corporando técnicas de especificación diná- Muchos modelos econométricos han sido
mica, procedimientos de diagnóstico y com- objeto de críticas por la arbitrariedad de las
probación estadística tales como los “filtros” especificaciones o su incoherencia interna.
empleados para el análisis de las series tempo- No obstante, esas críticas pueden extenderse a
rales, etc. todos los instrumentos de análisis cuantitati-
En otros términos, y a pesar de sus limita- vo. Lo que quizá es más relevante es la posibi-
ciones, los grandes modelos econométricos (o lidad de reencontrar las hipótesis teóricas en
estructurales) construidos con propósitos pre- las que se fundamenta.

ICONOS 123
temas
Al respecto, existen dos estrategias de in- “las buenas previsiones tienen dos requisitos
vestigación: la primera, asociada a la deno- generalmente difíciles de satisfacer. En pri-
mer lugar, demandan o una comprensión
minada “nueva economía clásica” de Lucas
teórica del fenómeno objeto de previsión co-
y Sargent, quienes afirman que en los mo- mo fundamento del propio modelo de previ-
delos estructurales muchos “parámetros” no sión o alternativamente fenómenos que sean
son explicados sino simplemente objeto de suficientemente regulares como para poder-
una estimación econométrica. Sugieren la los extrapolar. Puesto que la segunda condi-
necesidad de re- ción es raramente satisfecha por los datos que
representan el comportamiento humano, las
Surge la inquietud de conocer gresar a los “prin- previsiones serán buenas -en términos gene-
cipios básicos” re- rales- sólo cuando sean buenas las teorías
si los fracasos de la gestión presentados por la
económicas. El segundo requisito para la
macroeconómica en Ecuador existencia de agen- previsión consiste en disponer de datos con-
se deben a errores de especifi- tes racionales que fiables sobre la situación inicial, punto de
partida para efectuar la extrapolación”.
cación de los modelos optimizan sus de-
cisiones en un
econométricos estructurales, mercado perma- Esa condición de regularidad se encuentra a la
a la dificultad para modelar la nentemente en base de la estrategia de investigación propues-
ta por Sims quien -como se anotó- rechaza la
racionalidad de los agentes equilibrio. El ele- utilización de los modelos estructurales y se
mento estocástico
económicos o a la "destreza" constituye un ele- pronuncia a favor de modelos reducidos en
de ciertos policy maker mento natural, los que no exista una distinción a priori entre
variables endógenas y exógenas, de manera
para utilizar una sencilla aunque distribui-
que cada una de ellas pueda expresarse en fun-
hoja de cálculo. do de manera
“normal” y cono- ción de una combinación lineal de los valores
cido a priori por rezagados y de sus “innovaciones” (modelos
todos individuos. VAR). Ese tipo de estrategia de investigación
Los parámetros, propuesta por Sims -y en general, de los in-
objeto de la esti- tentos de measurement without theory- traduce
mación economé- una profunda desconfianza en la capacidad de
trica, representan la teoría económica para identificar los pará-
las preferencias individuales y las condicio- metros de los modelos estructurales.
nes tecnológicas de la producción de bienes Esa propuesta, basada sobre la hipótesis se-
y servicios. gún la cual las variables pueden ser descritas por
Como se podrá notar, se trata de un enfo- un sistema de procesos estocásticos estaciona-
que con un considerable a priori ideológico rios, no permite conocer las condiciones inicia-
(mercados en permanente equilibrio, asigna- les o de partida de un sistema económico. Los
ción óptima de los recursos, información per- vectores autoregresivos, si bien posibilitan ge-
fecta, etc.) cuya mayor simplificación consis- nerar previsiones de corto plazo en ausencia de
te en la presencia de un agente representativo, rupturas estructurales, no podrían ser utilizados
lo que implica a su vez la existencia de funcio- como guías de acción de la política económica
nes de utilidad idénticas para todos los consu- precisamente por no ofrecer “una comprensión
midores y técnicas de producción idénticas teórica del fenómeno objeto de previsión”.
para todas las empresas.
Al respecto, otro economista galardonado
con el Premio Nóbel en 1978, el estadouni- Otra introducción
dense Herbert Simon, señalaba que
El debate académico “modelos estructurales
versus modelos reducidos” no está concluido.

124 ICONOS
No obstante, a pesar de las críticas y de los gris” donde interviene tanto en la política co-
nuevos paradigmas de investigación, el papel mo en los modelos el factor humano.
de los modelos macroeconométricos estruc- Como se observa, el modelo (cualquiera
turales sigue siendo preponderante entre los que sea su orientación teórica) no es una al-
instrumentos cuantitativos para orientar las ternativa ni un obstáculo para la adopción de
medidas de política económica tal vez porque medidas de política económica; es sólo un
poseen elementos cruciales que no pueden instrumento, a veces complejo pero siempre
prescindirse en el “gobierno de la economía” objetivo, en las manos de un economista ca-
como es el caso de: paz (Okun, 1975). Surge entonces la inquie-
tud de conocer si los fracasos de la gestión
a) los parámetros “libres” que reflejan las res- macroeconómica en Ecuador se deben a los
tricciones, los procesos de ajuste, las im- errores de especificación de los modelos eco-
perfecciones, la información imperfecta, nométricos estructurales, a la dificultad para
etc., existentes en la realidad económica modelar la racionalidad de los agentes econó-
de un país; micos ecuatorianos mediante vectores autore-
b) las instituciones, los estabilizadores auto- gresivos o, finalmente, a la “destreza” de cier-
máticos, los regímenes históricos de las tos policy maker para utilizar una sencilla ho-
políticas, los canales a través de los cuales ja de cálculo.
fluyen los impulsos de política económica;
c) las no linealidades derivadas tanto de las
condiciones de identificación del modelo Bibliografía
como de la organización institucional, de
la presencia de ecuaciones contables y re- Artus, P., Deleau, M., Malgrange, P., 1986,
laciones técnicas, etc. que constituyen in- Modelisation macroeconomique, Economi-
formación esencial para la toma de deci- ca, París.
siones en materia económica; y, Gambetta G., Orsi, R. 1991, “Formulazione
d) los cambios estructurales y shocks que se empírica di ipotesi teoriche e loro valuta-
registran en las economías. zione econometrita”, en Faliva, Mario, Il
ruolo dell’econometria nell’ambito delle
Por su parte, la econometría de las expectati- scienze economiche, Il Mulino, Bologna,
vas racionales y las autoregresiones vectoriales pp.9-38.
evidenciarían su limitación principal al no León, P., Falconi, J., Marconi, S., 1989, Eco-
permitir que se intervenga sobre “el modelo” nomía y premios nobel, Edipuce, Quito.
con el juicio, el conocimiento y la experiencia Medio, Alfredo, 1993, Analisi dinamica in
de los economistas. No se trata tampoco de economia: modelli non-lineri e lineari sto-
dar rienda suelta a la imaginación: los mode- castici, Bologna.
los estructurales, entre otras virtudes, permi- Okun, A. M., 1975, “Uses of Models for Po-
ten bosquejar esa necesaria línea limítrofe - licy Formulation”, en The Brookings Mo-
frecuentemente violentada- entre reglas y dis- del: Perspective and Recent Developments,
crecionalidad. Y es precisamente en esa “zona North Holland, New York.

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Quito - Ecuador
FRONTERA
Feminismo,
fundamentalismo islámico
y la política de la
contrainsurgencia1
Saba Mahmood y Charles Hirschkind apoyo a la campaña de la Mayoría Feminista
(Feminist Majority) contra el trato brutal del
Antes de ser expulsados del poder en Afganistán, Talibán a las mujeres afganas. La persona que
los Talibán eran vistos en occidente como un ré- encabezaba esta campaña era Mavis Leno, la
gimen retrógrado cuya misoginia intensa y odio esposa de Jay Leno, quien se había lanzado al
a todas las cosas modernas eran típicos del fun- activismo político al escuchar sobre la grave
damentalismo islámico. Algunas estrellas de situación de las mujeres afganas que vivían
Hollywood y la organización Mayoría Feminis- bajo el brutal régimen del Talibán. Las miem-
ta (Feminist Majority) hicieron una campaña bros de la Mayoría Feminista no sabían que
para “terminar con la discriminación de género Leno convertiría la grave situación de las mu-
en Afganistán”, pero pasaron por alto el papel jeres afganas bajo el régimen Talibán en un
que Estados Unidos había jugado en la promo- caso célebre: no sólo las estrellas de Holly-
ción de grupos extremistas islámicos en la re- wood se unieron a las filas de la campaña que
gión, equipándolos con armas, y creando un vino a ser llamada “Detengamos el Apartheid
ambiente político en el cual la emergencia de los de Género en Afganistán”, sino que un im-
Talibán era un resultado predecible. Saba Mah- portante número de revistas para mujeres (co-
mood y Charles Hirschkind, de la Universidad mo Glamour, Jane, Teen, etc.), además de pu-
de California en Berkeley, cuestionan los supues- blicaciones feministas como Sojourner, Off
tos que guiaron la campaña de la Mayoría Fe- our back y Ms., publicaron artículos sobre la
minista y exploran un prejuicio en contra de la grave situación de las mujeres afganas bajo el
religión y la tradición que nubla la visión occi- régimen del Talibán. La Mayoría Feminista
dental sobre el mundo islámico. afirma que fue su trabajo el que eventualmen-
te disuadió a los oficiales de la compañía
*** Unocal de abandonar los planes para desarro-
llar una tubería de gas natural en Afganistán,
Durante una noche fresca y con brisa en mar- y el que convenció a un Bill Clinton amiga-
zo de 1999, un buen número de estrellas de ble a Hollywood de condenar al régimen del
Hollywood se manifestaron para mostrar su Talibán.
Lo que nos sorprende de esta campaña fue
Mahmood, Saba y Charles Hirschkind, 2004, el estudiado silencio sobre el papel crucial
“Feminismo, fundamentalismo islámico y la política de
que Estados Unidos jugó para crear las condi-
la contrainsurgencia”, en ICONOS No.20, Flacso-
Ecuador, Quito, pp. 128-135. ciones miserables en las cuales estaban vivien-
do las mujeres afganas. Aunque la Mayoría
1 Una versión más extensa y anterior de este artículo Feminista y algunas de las publicaciones para
fue publicada en Anthropological Quarterly, Vol. 75, mujeres apuntaban hacia la guerra civil como
No. 2, 2002, pp. 339-354. Traducción: María More- un importante antecedente de la desgracia ac-
no. Revisión: Carmen Martínez Novo.

128 ICONOS
tual de las mujeres afganas, hubo pocos inten-

Gonzalo Vargas / Antonio Mena


tos de conectarla con el masivo apoyo militar
y económico que Estados Unidos, como par-
te de su estrategia de Guerra Fría, había pro-
visto al más extremista de los grupos religio-
sos militantes de Afganistán, lo cual había
preparado las condiciones para que los Tali-
bán llegaran al poder.
Dada su masiva popularidad, la campaña
de la Mayoría Feminista sirvió como elemen-
to clave en la construcción del régimen Tali-
bán como un enemigo particularmente mere-
cedor de “nuestra” cólera debido a su duro
trato a las mujeres. Después de los ataques del
11 de Septiembre, los cuerpos de las mujeres
afganas vestidas con la burqa se convirtieron
en el signo visible de un enemigo invisible
que nos amenazaba no sólo a “nosotros”, en
tanto ciudadanos de Occidente, sino a toda
nuestra civilización. Como dijo Laura Bush
en su mensaje de radio a la nación del 17 de
noviembre de 2001: “[Nosotros,] la gente ci-
vilizada de todo el mundo, manifestamos
nuestro horror, no sólo porque nuestros cora-
zones se duelen por las mujeres y niños de Af-
ganistán, sino también porque en Afganistán
vemos el mundo que los terroristas quisieran
imponernos al resto de nosotros.”
En el contexto de esta intensa preocupa-
ción por las mujeres afganas, es llamativo
cuán silenciosa ha estado la mayoría de
norteamericanos sobre las bajas civiles resul-
tantes de la campaña de bombardeo estadou-
nidense. En diciembre de 2001 -dos meses
después del comienzo de la ofensiva militar
estadounidense- el sitio web de la Mayoría
Feminista seguía enfocado neciamente en los
males del gobierno talibán, sin mencionar a
los cientos de miles de víctimas de tres años
de sequía que fueron puestos aún en mayor
riesgo de inanición debido a que el bombar-
deo estadounidense restringió severamente la
entrega de ayuda en alimentos. La Mayoría
Feminista no intentó sumarse a los llamados
que hicieron algunas organizaciones humani-
tarias -incluyendo la Misión de Mujeres Afga-
nas- para detener el bombardeo de tal forma
que la comida pudiera ser transportada a

ICONOS 129
frontera
estos 2.2 millones de afganos antes de que lle- Contrainsurgencia
gara el invierno.
El punto central no son las deficiencias y Es extraño cómo el creciente debate público
omisiones de la campaña de la Mayoría Femi- sobre la intervención estadounidense en la
nista, sino los supuestos y actitudes que hicie- guerra civil de Afganistán no ha alterado el
ron posibles tales omisiones. Estas no son es- circuito cerrado de la opresión a las mujeres,
pecíficas de la Mayoría Feminista sino que es- la maldad del Talibán y el fundamentalismo
tán ampliamente islámico. De nuevo debemos recordar algo de
presentes en la opi- esta impresionante historia. Los intereses es-
El punto central no son nión pública esta- tadounidenses se despertaron en lo que hasta
las deficiencias y omisiones dounidense: actitu- entonces había sido una parte descuidada del
de la Mayoría Feminista, des sobre el lugar suroeste asiático cuando la Unión Soviética
adecuado para la invadió Afganistán en 1979. El presidente
sino los supuestos y actitudes moralidad religiosa Jimmy Carter firmó un decreto con el propó-
que hicieron posibles tales pública en las mo- sito de comenzar operaciones encubiertas en
omisiones: actitudes sobre el dernas sociedades Afganistán para acosar a las fuerzas soviéticas
de ocupación a través del suministro de fon-
lugar adecuado para la islámicas y, en par-
ticular, sobre cómo dos, armas y otras formas de apoyo a los com-
moralidad religiosa pública y se supone que di- batientes afganos conocidos como los muja-
sobre cómo se supone que cha moralidad mo- hidín. Para 1986, bajo la administración de
dicha moralidad modele y con- dele y constriña el Reagan, este proyecto había crecido vertigi-
comportamiento nosamente, convirtiéndose en la mayor ope-
striña el comportamiento de las mujeres. El ración encubierta de la historia de los Estados
de las mujeres. Talibán se ha con- Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
vertido, de alguna En total, los Estados Unidos encauzaron más
manera, en un de 3.000 millones de dólares a los mujahidín,
fuerte símbolo de y Arabia Saudita, uno de los aliados más lea-
todo lo que la opi- les de los Estados Unidos, proveyó una ayuda
nión pública liberal financiera similar, si no superior.
considera en estos Durante toda la guerra entre la Unión So-
días como lamenta- viética y Afganistán, los críticos de las opera-
blemente equivocado en las sociedades islá- ciones encubiertas de la CIA expresaron prin-
micas, prueba de la intensa misoginia hace cipalmente dos denuncias: primero, que el
tiempo atribuida al Islam y, más categórica- grueso de la ayuda estadounidense fue encau-
mente, a aquellos movimientos dentro del Is- zado a los grupos islámicos más extremistas y
lam a los que se denomina fundamentalistas. conservadores de la oposición afgana; segun-
Que de los escombros dejados por el juego de do, que como consecuencia indirecta de las
las políticas de las superpotencias, desarrolla- operaciones de la CIA, la región afgana-pa-
do sobre los cuerpos y comunidades afganas, quistaní se había convertido en el mayor pro-
nosotros sólo podamos identificar las maqui- ductor de heroína y en un considerable mer-
naciones misóginas del fundamentalismo is- cado para armas ilícitas. Esta política de apo-
lámico, testifica el poder que tiene esta ima- yar a grupos islámicos extremistas en la re-
gen y la fuerza que ejerce en nuestra imagina- gión, y dotarles de los equipos militares y de
ción política. inteligencia más sofisticados, había creado
gradualmente, en un período de diez años, el
clima político en el cual la aparición del régi-
men Talibán era un resultado predecible.
Aunque el Talibán no llegó al poder hasta

130 ICONOS
1995, bastante después de que tanto Estados mayor proveedor de heroína en el mundo, es-
Unidos como la Unión Soviética se hubieran ta afirmación era cuando menos una tergiver-
retirado de la región, los métodos del Talibán sación de los hechos. Por el contrario, de
no eran muy diferentes de los de aquellos gru- acuerdo a las Naciones Unidas, el Talibán eli-
pos a los cuales Estados Unidos y sus aliados minó la producción de heroína de las áreas
habían ayudado. Tampoco son diferentes las bajo su control durante su primer año en el
prácticas de la Alianza del Norte, a la cual Es- poder. El estrecho enfoque de la Mayoría Fe-
tados Unidos apoyó -aunque con vacilaciones- minista sobre el gobierno Talibán y su silen-
durante su campaña en contra del Talibán. cio con respecto a la canalización de ayuda es-
La red de armas establecida entre Estados tadounidense a los grupos afganos más bruta-
Unidos, la inteligencia norteamericana (In- les y violentos (de los cuales el Talibán era só-
ter-Services Inteligence), la agencia de inteli- lo uno), parece arrojar una sombra sobre la
gencia de Pakistán y los mujahidín era noto- integridad de su campaña. Por lo menos sur-
riamente corrupta, y muchas de las armas que ge la pregunta de por qué las condiciones de
proveía la CIA terminaron siendo vendidas guerra, militarización e inanición fueron con-
en el mercado abierto o canalizadas a grupos sideradas menos injuriosas para las mujeres
de combatientes ya conocidos por sus tácticas que la falta de educación, de empleo y, más
excesivamente violentas en contra de los no notoriamente, de vestimentas occidentales.
combatientes que habitaban en el área de El silencio de la Mayoría Feminista sobre
conflicto. La CIA se hizo de la vista gorda so- estos temas estaba emparejado a una repre-
bre esta fuga de armas, interpretándola como sentación altamente selectiva y limitada de la
el costo necesario de una operación encubier- vida afgana bajo el régimen Talibán, que fil-
ta y, al hacerlo, convirtió a la región en una de traba toda la información que hubiera contri-
las áreas más fuertemente armadas del mun- buido a un entendimiento más matizado de
do. Además, cuando los mujahidín afganos la situación de las mujeres afganas. Por ejem-
ganaban control sobre las zonas liberadas de plo, el decreto Talibán de prohibir la entrada
Afganistán, pedían a sus partidarios que cul- de niñas y mujeres a las escuelas sólo afectó a
tivaran opio para apoyar su resistencia. Bajo una pequeña minoría de habitantes urbanos,
la protección de la CIA y de Pakistán, los mi- dado que la mayoría de la población vive en
litares paquistaníes y los combatientes de la áreas rurales donde las escuelas son casi ine-
resistencia afgana abrieron laboratorios de he- xistentes: aproximadamente el 90 por ciento
roína en la frontera entre los dos países. Para de la población femenina y el 60 por ciento
1981 esta región suministraba el 60 por cien- de la población masculina en Afganistán es
to de la demanda estadounidense de heroína. analfabeta. De igual manera, apenas se men-
En Pakistán los resultados fueron particular- cionó que la política del Talibán de desarmar
mente siniestros: el número de adictos a la a la población -y la estricta vigilancia de todas
heroína ascendió de un puñado en 1979 a un las áreas más importantes bajo su control- ha-
millón doscientos mil personas en 1995. bía hecho posible por primera vez en muchos
Enfocarse exclusivamente en el Talibán años que las mujeres salieran de sus casas sin
como la raíz de los problemas de Afganistán temor de ser violadas (por supuesto, ser gol-
obscurece tanto la causa de esos problemas peadas por una variedad de transgresiones
como su solución. Es típico de las afirmacio- morales seguía siendo una clara posibilidad).
nes de la Mayoría Feminista decir que “Afga- Por lo tanto, aunque las políticas de los Tali-
nistán, bajo el gobierno del Talibán, se con- bán habían empeorado las condiciones para
virtió en el productor número uno en el las mujeres urbanas, no afectaron sustancial-
mundo de opio y heroína ilegal”. Debido a mente la vida de la mayoría de mujeres rura-
que el Talibán no llegó al poder sino hasta les, ya sea porque muchos de los edictos del
1995, y que Afganistán ya era para 1985 el Talibán ya reflejaban hechos de la vida rural,

ICONOS 131
frontera
o porque aquellos edictos nunca fueron im- mante. En un editorial de noviembre de 2001
plementados. Tomar en cuenta estas realida- en Los Angeles Times, Ehrenreich se queja so-
des demanda una estrategia más matizada de bre la falta de análisis entre los progresistas
parte de quien desee ayudar a las mujeres af- del “odio a las mujeres” que los Talibán, y los
ganas a largo plazo. Ya antes de que empeza- fundamentalistas islámicos en general, exhi-
ra el bombardeo, una consecuencia de la ben. Luego procede a ofrecer una explicación
campaña de la Mayoría Feminista fue la dra- para este odio haciendo referencia a una “cri-
mática reducción de la ayuda humanitaria a sis global de la masculinidad” que supuesta-
Afganistán, hecho que sufrieron más dura- mente están enfrentando los hombres del Ter-
mente las mujeres y los niños, los miembros cer Mundo, debido a la entrada de las muje-
más vulnerables de la población. Cuando al- res en espacios de empleo y participación po-
gunos de quienes estaban preocupados pro- lítica. Lo que explica la misoginia de los Tali-
testaron por este resultado, fueron reprendi- bán en particular, sugiere la autora, es la ética
dos por ser blandos con los Talibán. Parecía masculinista de las madrasas (universidades
que cualquier intento de ampliar la discusión islámicas) en las que sólo se aceptan hombres
más allá de las prácticas reconocidamente y por lo tanto están desprovistas de la “in-
brutales de los Talibán estaba condenado a ser fluencia potencialmente suavizadora de ma-
etiquetado como antitético a los intereses de dres y hermanas”. Dado que Ehrenreich es
las mujeres. una experta que frecuentemente ha presenta-
do análisis contundentes de las condiciones
materiales de inequidad de género en este
Fundamentalismo país, es sorprendente que cuando concierne al
Islam, ella también, tal como la Mayoría Fe-
Afganistán y Pakistán han sido completamen- minista, pueda ofrecer un análisis de las con-
te transformados por los papeles para los que diciones de vida de las mujeres afganas que
fueron reclutados durante el conflicto de la apenas topa el contexto de la guerra persisten-
Guerra Fría. Una amplia distribución de ar- te, la galopante violencia étnica y tribal y la
mas, el entrenamiento militar y la creación de completa desintegración del complicado teji-
un floreciente tráfico de droga con su conco- do social de Afganistán que siguió a su parti-
mitante actividad criminal -todo esto en cir- cipación en la Guerra Fría. En lugar de ello,
cunstancias de pobreza desesperada- han teni- Ehrenreich fundamenta sus explicaciones en
do un impacto radical en las condiciones de las narrativas populares del impacto sicológi-
la acción política y moral para la gente de la co producido por la modernización (“crisis de
región. Colombia puede servir como una la masculinidad”) que es ejemplificado por el
comparación útil al respecto. Como ha sido fundamentalista islámico.
ampliamente reportado en Estados Unidos, la
violencia galopante está directamente ligada a
su estatus como uno de los mayores produc- Los parias del mundo
tores y traficantes de narcóticos y a la prolife-
ración de armas asociada con este tráfico. A Permítasenos dar un ejemplo de los proble-
pesar de que se reconocen el rol de la milita- mas relacionados con el concepto de “funda-
rización y las drogas en el caso de la violencia mentalismo global”. De manera similar a las
en curso en Colombia, en Afganistán más mujeres afganas hoy en día, Salman Rushdie
bien se buscan explicaciones en la sicología se ha convertido en Occidente en un caso cé-
del llamado fundamentalismo. lebre desde los años ochenta, cuando el Aya-
La amplia aceptación de la que goza esta tollah Khomeini emitió un decreto en contra
forma de comprender el problema, aún entre de la vida de Rushdie por haber escrito un li-
feministas como Barbara Ehrenreich, es alar- bro blasfemo que era supuestamente perjudi-

132 ICONOS
cial para la sensibilidad musulmana. En octu- una distribución más equitativa de los recur-
bre de 2001, Rushdie escribió un artículo en sos del mundo, el cine, la música, la libertad
el Washington Post, del que vale la pena tomar de pensamiento, la belleza, el amor.”
una cita, particularmente a la luz de la auto-
ridad moral que le ha sido concedida en Eu- Esta lista empareja de una manera extraña los
ropa y Estados Unidos como un defensor de principios políticos que se encuentran en el
las libertades liberales. Refiriéndose a quienes corazón de la política liberal con aquellos se-
llevaron a cabo los ataques del 11 de septiem- ductores íconos de placer que sugieren un
bre, Rushdie escribe: agradable sentimiento de auto-reconocimien-
to y superioridad entre los cosmopolitas. Es
“Sea lo que sea lo que los asesinos estaban tra- como si a Rushdie le preocupara que la serie-
tando de lograr, parece improbable que cons- dad de los primeros no pudiera ser convin-
truir un mundo mejor fuera parte de ello. Los cente sin el erotismo de los segundos (y aquí
fundamentalistas quieren derrumbar mucho anotaríamos que, entre las múltiples violen-
más que tan sólo edificios. Esta gente está en cias que han venido a definir a las mujeres af-
contra de -para ofrecer sólo una breve lista- la ganas, hay un prenda de vestir que siempre
libertad de palabra, un gobierno responsable, aparece al principio de la lista). La retórica
los judíos, los homosexuales, los derechos de funciona más o menos así: una sociedad en la
las mujeres, el pluralismo, el secularismo, las
cual las mujeres no pueden usar minifaldas
camisetas cortas, el baile, el no tener barba, la
también está en contra del sufragio adulto;
teoría de la evolución, el sexo.”
comer sánduches de tocino (o sea, de cerdo)
le equipa a uno para disfrutar de la literatura
Continúa después:
y el cine. En otras palabras, aquellos que han
“El fundamentalista cree que nosotros no
venido a ver al Islam como importante para
creemos en nada. En su visión del mundo, él sus vidas, su política y sus formas de expre-
tiene sus certezas absolutas, mientras noso- sión pública -y por lo tanto no comen cerdo,
tros nos hundimos en complacencias sibarí- no se besan en público, y no están de acuer-
ticas. Para probarle que se equivoca, primero do con la teoría evolucionista- están destina-
debemos saber que él está equivocado. Tene- dos a vivir en sociedades autoritarias, intole-
mos que estar de acuerdo en lo que importa: rantes y misóginas. La insinuación implícita
besarse en lugares públicos, los sánduches de es que cualquier desviación de las normas cul-
tocino, el desacuerdo, el último grito de la turales y políticas occidentales se convierte en
moda, la literatura, la generosidad, el agua, un peligro para todos los aspectos de nuestras
ICONOS 133
frontera
vidas, desde nuestro sistema político a nues- islámicos (como en los casos de Turquía,
tros placeres privados. Que este argumento se Egipto y Túnez) en el proceso electoral.
haga ahora, en un momento político en que
se les dice a los norteamericanos que estén en
alerta constante de “gente que se vea sospe- La religión pública
chosa”, debería hacernos tomar una pausa y
reflexionar. Frecuentemente se sostiene el argumento de
Las afirmacio- que si el mundo musulmán quiere llegar a ser
nes de Rushdie moderno y civilizado, debe relegar al Islam al
Sea cual sea el efecto del también son enga- espacio de lo privado y lo personal. Se nos ha
velo sobre las mujeres que lo ñosas en su descrip- dicho que cuando se permite a la religión en-
usan, también ha obscurecido ción de los movi- trar en el debate público y realizar demandas
nuestro campo de visión y mientos islámicos
contemporáneos, o
políticas, da como resultado políticas rígidas e
intolerantes que son particularmente perni-
nuestra capacidad para recono- lo que él llama ciosas para las mujeres y las minorías.
cer en las sociedades “fundamentalis- Uno de los muchos problemas de esta for-
musulmanas algo más que mo”. Un amplio mulación es que ignora las múltiples maneras
sector del movi- en que lo público y lo privado están interco-
misoginia y violencia patriarcal. miento islámico, a nectados en la sociedad moderna. Como han
Nuestra habilidad para pesar de Rushdie, reconocido las académicas desde hace algún
responder a estas formas de no está en contra tiempo, la división entre lo público y lo pri-
violencia dependerá de extender de un sistema polí-
tico multipartidis-
vado es bastante porosa; los dos están entrela-
zados íntimamente en todo el mundo. El
nuestra capacidad de visión. ta, ni del sufragio ejemplo más sorprendente de esta conexión
universal, ni de un es la reacción que la adopción del velo ha pro-
gobierno responsa- vocado en algunos países europeos y del Me-
ble. De hecho, en dio Oriente. En Francia, por ejemplo, una
muchas partes del decisión de las colegialas islámicas de usar to-
mundo islámico cados en la cabeza fue denunciada como per-
(tales como Egipto, judicial para la vida pública francesa; el go-
Indonesia, Turquía bierno francés prohibió los velos en las escue-
y Túnez) los partidos políticos islámicos ga- las públicas en 1994. De manera similar, en-
naron las elecciones cuando se les permitió tre 1998 y 2000 se impidió a más de 25.000
participar, y son parte de las voces que luchan mujeres entrar a los campus de las universida-
por una mayor democratización y liberaliza- des porque se rehusaron a sacarse sus velos, y
ción política. En Egipto, por ejemplo, el Par- cientos de empleadas públicas fueron despe-
tido Laborista (Hizb al-Amal), en coalición didas, rebajadas de categoría o transferidas
con una de las organizaciones islámicas más por la misma razón. En todas estas instancias
importantes en el Medio Oriente, la Her- se ignoraron los alegatos de las mujeres jóve-
mandad Musulmana, presenta regularmente nes que sostenían que su adopción del velo
candidatos en las elecciones locales y naciona- era una expresión de su fe personal, y no una
les. Adicionalmente, en los últimos diez años, apología de políticas islámicas censuradas por
los sindicatos egipcios de médicos, ingenieros el Estado. Ambos ejemplos no demuestran
y abogados han elegido a activistas islámicos solamente que lo privado y lo público están
para que sean sus líderes y representantes. En entrelazados sino, de modo más importante,
muchos casos, son los gobiernos cuasi-secula- que sólo ciertas expresiones de “fe personal” -
res de los países musulmanes los que han pro- y no otras- son toleradas aún en las modernas
hibido la participación de partidos políticos sociedades liberales. Esto es, lo que queda re-

134 ICONOS
legado a la esfera de lo personal sigue siendo propósito, valor y orgullo en la lucha por vivir
una decisión pública. Por lo tanto, necesita- de acuerdo con ciertas virtudes tradicional-
mos cuestionar la idea de que si los musulma- mente establecidas. La adopción voluntaria de
nes simplemente privatizan su fe, su compor- las mujeres de las que son consideradas prácti-
tamiento se volverá aceptable para las sensibi- cas patriarcales es explicada frecuentemente
lidades seculares. por las feministas en términos de falsa con-
Una de las razones por las cuales el velo ciencia, o de una internalización de valores so-
provocó una respuesta tan apasionada entre ciales patriarcales, forzados sobre aquellos que
las feministas en Francia es la suposición de viven en los confines asfixiantes de las socieda-
que es un símbolo poderoso del estatus su- des tradicionales. Incluso aquellos análisis que
bordinado de las mujeres en el Islam. Algunas demuestran el funcionamiento de la agencia
feministas francesas apoyaron la prohibición subversiva de las mujeres en la aprobación de
del tocado. En un artículo de 1994 de una in- las convenciones sociales, permanecen cir-
telectual feminista francesa de renombre, Eli- cunscritos dentro de la lógica de la subordina-
zabeth Badinter, se señala: “el velo... es el sím- ción y la insubordinación. Una mujer musul-
bolo de la opresión de un sexo. Ponerse jeans mana sólo puede ser una de dos cosas, o des-
raídos, usar el pelo amarillo, verde o azul, es- cubierta, y por lo tanto liberada, o con velo, y
te es un acto de libertad con relación a las por lo tanto todavía, de alguna manera, subor-
normas sociales. Ponerse un velo en la cabeza, dinada. ¿Pueden ser nuestros brasieres, corba-
este es un acto de sumisión. Es una carga pa- tas, pantalones, minifaldas, ropa interior y tra-
ra toda la vida de una mujer”. A pesar de que jes de baño tan fácilmente colocados a un la-
el significado simbólico del velo ha sido dis- do o al otro de esta división? ¿Pueden ser
cutido frecuentemente, particularmente por nuestras actividades diarias y decisiones de vi-
aquellos que se oponen a él, la cuestión es da realmente captadas y entendidas dentro de
mucho más compleja de lo que esta cita su- esta lógica de la libertad o el cautiverio?
giere. El velo ha sido cargado con tantos sig- Necesitamos desarrollar una forma de
nificados en los conflictos políticos y sociales pensar sobre las vidas de las mujeres musul-
contemporáneos que cualquier adscripción manas más allá de esta simple oposición. Es-
de un significado específico -tal como “sím- pecialmente en momentos de crisis como
bolo de la opresión a las mujeres”- es poco hoy, cuando tendemos a olvidar que el con-
convincente. junto particular de deseos, necesidades, espe-
Es interesante que Badinter se oponga a la ranzas y placeres que experimentamos no ne-
decisión en favor del uso del velo de muchas cesariamente agotan las posibilidades de desa-
jóvenes musulmanas en base a que, en un ac- rrollo humano. Necesitamos reconocer que
to concordante con (y por lo tanto no contes- sea cual sea el efecto del velo sobre las muje-
tatario a) las normas islámicas de la modestia res que lo usan, también ha obscurecido
femenina, no alcanza el status de “un acto de nuestro campo de visión y nuestra capacidad
libertad con relación a las normas sociales”. para reconocer en las sociedades musulmanas
Esto denota el grado hasta el cual el tema nor- algo más que misoginia y violencia patriarcal.
mativo del feminismo sigue siendo liberador: Nuestra habilidad para responder, moral y
se acepta a aquella que desafía las normas so- políticamente, de una manera responsable a
ciales (usando jeans raídos y tiñéndose el cabe- estas formas de violencia, dependerá de ex-
llo de azul), pero no a aquella que encuentra tender nuestra capacidad de visión.

ICONOS 135
Déficits
democráticos
y globalización
Manuel Guedán1 rac de amigo y aliado, pero ahora que se ha
atrevido a discrepar con el señor Bush, el
En medio de la grave crisis, en un periódico Washington Post se refirió a él como “el la-
argentino apareció un anuncio en el que va- drón de París”. La falta de participación acti-
rias entidades ciudadanas convocaban a un va de la ciudadanía, el hastío o el aburrimien-
acto. El título era el siguiente: “¡Basta de rea- to de una gran parte del electorado llevó a
lidades! ¡Queremos promesas!” Lo tuve que unos resultados que no eran, precisamente,
leer dos veces. Creí que estaba equivocado, los que los propios ciudadanos deseaban.
pero no. Era así. Parece sorprendente pero En Italia, después de las graves crisis políti-
creo que la frase refleja exactamente un senti- cas por los múltiples casos de corrupción, ga-
miento que compartimos millones de perso- nó las elecciones el político-empresario más
nas en todo el mundo: los principales parti- corrupto del país, y las ganó apoyado, además,
dos políticos y sus líderes carecen de proyec- en fuerzas políticas de turbio pasado. El vice-
tos que sean capaces de generar ilusión y que, presidente del gobierno italiano, Gian Franco
al mismo tiempo, resulten creíbles. La capaci- Fini, presidente de un partido ex fascista,
dad de generar ilusión y la credibilidad pocas “cambió” su ideología en un congreso y rom-
veces se dan juntas en los últimos tiempos. A pió sus relaciones con los partidos neo fascistas
veces, ni siquiera por separado. europeos. Pero no se nos debe olvidar que,
Y es que la democracia se ha generalizado cuando su partido se proclamaba aún abierta-
en el mundo durante la década de los noven- mente de extrema derecha, el señor Fini ya for-
ta, pero tenemos que reconocer que los siste- mó parte del primer gobierno de Berlusconi.
mas democráticos presentan serios déficits en En Holanda y en Dinamarca, dos países
todas partes. Repasemos, por ejemplo, la evo- con larga tradición de tolerancia, ha crecido
lución de algunos países europeos: en Fran- espectacularmente la extrema derecha xenó-
cia, en las pasadas elecciones, la desunión de foba. En Alemania, el partido conservador es-
la izquierda y el voto de protesta anti sistema tá dirigido por su ala más derechista, la CSU
de los trotskistas provocó una subida de Le bávara. En Austria, la extrema derecha ha go-
Pen y el triunfo de un político tradicional de bernado en alianza con la derecha democráti-
la derecha, salpicado de escándalos en su épo- ca tradicional.
ca de alcalde. Durante la campaña electoral, Es posible que a miles de kilómetros de
la prensa norteamericana trató al señor Chi- distancia no se perciba con igual intensidad el
peligro que representa la participación en el
Guedan, Manuel, 2004, “Déficits democráticos y glo- gobierno de un país situado en el corazón de
balización”, en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Qui-
to, pp. 136-142. Europa, de la extrema derecha xenófoba, pa-
radójicamente amiga de Sadam Hussein -su
líder viajó hace un año a Bagdad con el úni-
1 Universidad de Alcalá de Henares.

136 ICONOS
co propósito de estrechar públicamente su enemigo a batir. Porque la historia nos ense-
mano- pero es que los austriacos, como decía ña que a las dosis mínimas siguen las dosis
Billy Wilder, “tienen la gran habilidad de ha- máximas y las sobredosis, que desembocan en
cernos creer que Beethoven era austriaco y las dictaduras que todos conocemos. Como
Hitler, alemán”. dijo Bertolt Brecht refiriéndose al auge del
A mi juicio, tenemos en Europa dos dere- nazismo en Alemania, “primero fueron a por
chas: una conservadora, pero firmemente los judíos, y a mi no me afectaba, luego a por
comprometida con el sistema democrático, y los homosexuales, después a por los comunis-
otra decididamente contraria al estado de bie- tas, luego a por los socialistas y, después, nos
nestar, partidaria de disminuir las políticas so- declararon enemigos a todos nosotros, a to-
ciales, de recortar las libertades y activamente dos los demócratas”. Las derechas democráti-
xenófoba, partidaria de cerrar las fronteras de cas, que tras la Segunda Guerra Mundial con-
Europa a las personas y abrirlas sólo para las tribuyeron en coalición y consenso a cons-
mercancías. No es que esta derecha haya naci- truir estados democráticos con un marcado
do ahora. Desde la década de los 70, ha habi- acento social, deben combatir con energía es-
do neonazis en casi todos los países europeos, tas desviaciones fascistas.
pero eran grupos marginales y extraparlamen- Y la izquierda, el otro lado del arco políti-
tarios. La novedad radica en que ahora ocu- co, debería combatirlo no menos enérgica-

pan puestos en los parlamentos nacionales y mente, empleando para ello sus propios valo-
tienen alcaldías en muchos pueblos. Su pre- res y señas de identidad. Pero, al menos en
sencia es sólida y, en algunos casos, llegan a Europa, la izquierda está desorientada. Le es-
condicionar las políticas de los gobiernos. tá costando trabajo encontrar un discurso
La derecha conservadora democrática propio y adopta, a veces, el discurso de la de-
puede adoptar dos actitudes frente a esa dere- recha en cuestiones como la emigración, a la
cha xenófoba. Una de ellas es ejemplar, la que que vincula, en demasiadas ocasiones, con la
asumió el señor Chirac en Francia: un recha- seguridad. Si no fuera por la ausencia de un
zo total, hasta el punto de preferir una derro- discurso propio y la desorientación e insatis-
ta electoral en la primera vuelta (como ya le facción de electorado de izquierdas, ¿cómo se
ocurrió en el año 97, contra el señor Jospin). puede explicar que un político honesto y efi-
La otra es la adoptada por la derecha austria- caz, como Jospin, haya perdido las elecciones
ca, por Forza Italia o por el señor Stöiber en a la presidencia de la República francesa fren-
Alemania, que considera que los enemigos es- te a Chirac?
tán sólo a su izquierda. Un ejemplo es el debate sobre la guerra
Es muy peligroso participar en este juego contra Irak que ha sido particularmente fuer-
tentador de considerar “al otro”, al diferente te en Europa. La socialdemocracia, salvo un
(emigrante, homosexual, negro, indio, mu- sector mayoritario del Partido Laborista bri-
sulmán o, simplemente, disidente), como tánico, adoptó la decisión de que era impres-

ICONOS 137
cindible agotar todas las vías posibles para de- solución. En un gran número de países el mal
sarmar al régimen iraquí sin necesidad de comportamiento de los partidos ha eclipsado
acudir a la guerra. La postura de los socialde- las bondades del régimen democrático. En
mócratas se basó en la defensa de las resolu- América Latina el descrédito de los partidos
ciones del Consejo de Seguridad de las Na- políticos ha contribuido profundamente al
ciones Unidas y el rechazo a una acción uni- cuestionamiento del propio Estado democrá-
lateral de los Estados Unidos. Esta postura era tico. Y conviene recordar que es consustancial
idéntica, en lo esencial, a la actitud de algu- con este sistema que los partidos ordenen las
nos gobiernos de clara mayoría conservadora, preferencias de los ciudadanos y las trasladen
como el francés. En este caso parece que unos a las instituciones en forma de proyectos de
y otros han sabido sintonizar con la voluntad intervención, en definitiva, convertidas en
de las bases sociales a las que representan. propuestas que resulten tan atractivas para los
Volviendo al punto anterior, en el que me ciudadanos como para que éstos les den su
refería a la deslegitimación de los partidos po- voto y les permitan gobernar.
líticos, quisiera insistir en que tampoco la iz- Con todos sus defectos, los partidos polí-
quierda ha entendido la oleada de rechazo a la ticos son la esencia de la democracia y su exis-
partidocracia que se va extendiendo, con ras- tencia es lo único que garantiza la posibilidad
gos muy diferenciados, en Europa y en Amé- de elección entre las distintas opciones. Por
rica Latina. Como señala el sociólogo francés eso es tan importante que los partidos refle-
Alain Touraine, “que no hay democracia sin xionen seriamente sobre la crisis de la demo-
partidos, sin actores propiamente políticos, cracia y traten de impulsar nuevas fórmulas
nadie lo rebate y es imposible hablar seria- de participación popular eficaces y que ilusio-
mente de democracia plebiscitaria. Pero la nen a los ciudadanos. A la izquierda, particu-
partidocracia destruye a la democracia al qui- larmente en América Latina, le está costando
tarle su representatividad y conduce ya al trabajo renovarse y no ha aprovechado su po-
caos, ya a la dominación de hecho de grupos tencial crítico para elaborar nuevas ofertas y
económicos dirigentes, a la espera de la inter- modificar su forma de organización. Eso, se-
vención de un dictador”2. guramente, ha ocurrido porque, como decía
En Europa, como ha quedado de mani- un graffiti con el que me encontré en la Ciu-
fiesto en las últimas elecciones al Parlamento dad de Guatemala, “cuando tenía las respues-
Europeo, se viene experimentando un desa- tas, le cambiaron las preguntas”. Y a la iz-
pego de los ciudadanos respecto a la política, quierda las preguntas se las cambiaron cuan-
y muy concretamente a los partidos, que son do cayó el muro de Berlín.
cada vez más parte del problema y no de la Con la desaparición de uno de los bloques
en los primeros años de la década de los 90,
comenzaron a alzarse voces que se pregunta-
2 Touraine, Alain, 2000, ¿Qué es la democracia?, Fondo de
Cultura Económica, México, pág. 86. ban si seguían teniendo sentido los debates

138 ICONOS
políticos en una economía de mercado y en de los gobernantes por los gobernados, sin plu-
una democracia liberal que ya no tenía con- ralismo político, pero no puede hablarse de de-
trincantes. Es más, había voces autorizadas mocracia si los electores sólo pueden optar en-
que defendían que la única solución era “más tre dos fracciones de la oligarquía, del ejército
mercado” y que los Estados y la política tenían o del aparato del Estado. Del mismo modo, la
que apartarse y no estorbar a la libre compe- economía de mercado asegura la independen-
tencia económica. Pero los años han demos- cia de la economía con respecto a un estado,
trado algo que ya era obvio para muchos de una Iglesia o una casta, pero hace falta un sis-
nosotros: que el mercado por sí sólo no resuelve tema jurídico, una administración pública, la
los problemas. Es verdad que la economía de integración de un territorio, empresarios y
mercado genera riqueza y que ésta es impres- agentes de redistribución del producto nacio-
cindible, pero también genera desigualdad y nal para que pueda hablarse de sociedad indus-
provoca que millones de pobres sean arrojados trial o de crecimiento endógeno”.4
a la cuneta. Sólo un Estado democrático, con La política se legitima socialmente sólo si
fuerte contenido social, es capaz de impedir la contribuye a disminuir las incertidumbres
exclusión social mediante la implantación de que planean sobre la convivencia humana.
políticas públicas que favorezcan la igualdad. Por tanto, partiendo de esta concepción, la
Garantizar a todos los ciudadanos la educa- política es la encargada de gestionar pacífica-
ción, la salud, la vivienda y, en definitiva, una mente los conflictos para que la democracia
vida digna, es una obligación del Estado, una los resuelva, con la participación de los ciuda-
tarea que no entra dentro de las “obligaciones” danos, en un proceso que presenta, según el
del mercado. Y el cumplimiento de estos ob- profesor Josep M. Vallés5, varias etapas: 1)
jetivos es lo que legitima, ante los ciudadanos, identificación y selección de los conflictos a
a un Estado de derecho. regular, 2) debate sobre las alternativas pro-
En una obra colectiva imprescindible, edi- puestas y 3) decisión final para seleccionar
tada por el Banco Interamericano de Desarro- una de ellas. En pocas palabras, la concepción
llo (BID), e inspirada por Edmundo Jarquin de democracia que defendemos exige dos re-
y Fernando Carrillo, ambos reafirman el pa- quisitos: deliberación y decisión, porque cree-
pel central que desempeña el Estado en el cre- mos que la política no es sólo decisión, sino
cimiento económico: “la importancia de las que, antes de decidir, debe producirse un diá-
instituciones y de la política se reconoce cada logo abierto, libre y bien informado. No pue-
vez más como factor esencial para lograr cre- de ser considerado un sistema democrático
cimiento económico con equidad y sostenibi- aquel que niegue capacidad política o partici-
lidad”3. Jarquin y Carrillo, estudiosos y bue- pación a un grupo o a una comunidad. La de-
nos conocedores de la región, afirman en esta mocracia, para que sea tal, debe favorecer la
obra que es necesario recrear el Estado para máxima equiparación posible entre todos los
acometer dos tareas, a saber: a) garantizar po- grupos e individuos.
líticas públicas que generen bienestar social y Las normas son otra de las esencias de la
progreso económico, e b) implantar un siste- democracia. Lo que caracteriza a la dictadura
ma fiscal eficiente y equitativo. es la arbitrariedad, el no reconocimiento de
Por otra parte, tal como subraya Touraine, los derechos a determinados grupos sociales e
un sistema abierto, político o económico, es individuos. La democracia, por el contrario,
una condición necesaria pero no suficiente de defiende los derechos de todos y ni el propio
la democracia o del desarrollo económico. “No Estado puede violarlos. En el siglo III antes
hay, en efecto, democracia sin la libre elección
4 Touraine, Alain, Ibid., pág. 15.
3 Jarquin, Edmundo y Fernando Carrillo, “Democracia en 5 Vallés, Josep M., 2000, Ciencia Política: una introducción,
déficit”, BID, Washington, D.C., pág. 4. Ariel, Barcelona.

ICONOS 139
frontera
de Cristo, Aristóteles decía, refiriéndose a la cruenta dictadura del general Franco, que du-
democracia griega, que ésta era “la forma de ró 40 años. Salimos de esa dictadura tras lar-
gobierno en el que la libertad tenía que ser la gas luchas políticas y sociales y, a la muerte
norma”. Hoy siguen siendo la libertad y el del dictador, se implantó un régimen demo-
cumplimiento de las normas sus condiciones crático que se estabilizó, gracias a los pactos
sine qua non pero, en el siglo XXI, la demo- entre los partidos políticos y las fuerzas socia-
cracia tiene que ser, además de una democra- les. Se llegó a un acuerdo, por ejemplo, en la
cia de medios, una democracia de fines, es de- forma de Estado: la derecha y el ejército de-
cir, una democracia sustantiva. Con demo- fendieron la monarquía y la izquierda la acep-
cracia sustantiva quiero decir que la democra- tó, poniendo como condición que ésta adop-
cia debe producir equidad social, debe equili- tara la democracia constitucional. También se
brar las diferencias económicas y sociales que produjo un importante pacto económico y
genera el mercado. El estado democrático de social. Los 12 años de gobierno socialista y la
hoy día debe tener en cuenta las necesidades entrada de España en la Unión Europea con-
de la economía post industrial y de la compe- solidaron un estado de bienestar, con la uni-
tencia internacional, sin olvidar la equidad versalización de la educación y de la salud, al-
social, que es el origen del estado de bienestar go desconocido hasta entonces en el país.
que surgió en Europa después de la Segunda Para no mantenernos en una situación de
Guerra Mundial. desesperanza, quisiera referirme a lo que creo
Uno de los clásicos de la teoría política de que pueden ser las líneas de reflexión para
nuestra época, Robert Dahl, advierte sin em- atajar los déficits democráticos y, siguiendo la
bargo acerca de la importancia de respetar el obra antes citada del profesor Vallés7, me per-
equilibrio a la hora de valorar los medios y los mito hacer estas propuestas:
fines: “llevado a sus extremos, la insistencia En primer lugar, tenemos que partir de la
de que los resultados sustanciales deben tener base de que el Estado está viviendo una pro-
precedencia sobre los procesos pasa a ser una funda crisis y que sus capacidades se están
lisa y llana justificación antidemocrática del viendo disminuidas por una serie de factores:
tutelaje, y la ‘democracia sustantiva’ se con-
vierte en un rótulo engañoso para disfrazar lo a) Los procesos de integración regionales le
que de hecho es una dictadura”.6 están quitando competencias.
Sobre este tema permítanme que haga una b) Han nacido otros actores con fuerza (me-
referencia a la experiencia europea de la post dios de comunicación, multinacionales,
guerra. La consolidación de la democracia y ONG, etc.).
el desarrollo económico y social fueron posi- c) Las nuevas tecnologías desbordan las con-
bles porque se consiguió el consenso entre las cepciones tradicionales sobre la soberanía
fuerzas políticas y sociales. Los empresarios de los Estados.
renunciaron a unas ganancias abusivas y
aceptaron unos sistemas fiscales progresivos, A modo de resumen de este primer punto,
que permitieron a los Estados desarrollar po- podemos afirmar que se ha producido una
líticas de bienestar social. A cambio de eso, erosión del propio Estado.
los trabajadores renunciaron al enfrentamien- En segundo lugar, hay que afirmar que el
to permanente y establecieron un sistema re- Estado es imprescindible en este siglo XXI,
gulado de huelga. pero no es menos cierto que necesitamos un
Mi país, España, tuvo un proceso diferen- Estado menos dirigista y más catalizador, un
te. La caída de Hitler no se llevó consigo la Estado que no actúe como monopolio del
poder y que sea consciente de que no ostenta
6 Dahl, Robert, 1992, La democracia y sus críticos, Paidós,
Barcelona, pág. 196. 7 Vallés, Josep M., Ibid.

140 ICONOS
el poder en exclusiva. Se necesitan Estados En quinto lugar, hay que tener en cuenta
que fomenten espacios de participación de- que una de las principales características del
mocrática, de diálogo y de concertaciones. mundo globalizado es la pluralidad de acto-
Estados que partan de que no pueden ser res. Junto a los Estados han surgido, a veces
ellos los que desempeñen el único papel pro- con mayor fuerza que éstos, los medios de co-
tagonista. Deben reconocer papeles decisivos municación, las multinacionales, los organis-
a los individuos y a los colectivos. Un Estado mos internacionales, las organizaciones no
que, como dice Touraine, sea movilizador y gubernamentales e,
dinamizador de una sociedad madura a la incluso, los propios
que, incluso, se le deben facilitar herramien- individuos. Dado Es verdad que la economía de
tas de control sobre sus actuaciones. el peso que tienen mercado genera riqueza, pero
En tercer lugar, se deben reconocer y abordar estos nuevos acto- también genera desigualdad y
los déficits del Estado democrático mediante res en la sociedad
la aplicación de fórmulas nuevas que permi- internacional y en
provoca que millones de pobres
tan ampliar la participación ciudadana: la toma de decisio- sean arrojados a la cuneta. Sólo
nes, hay que exten- un Estado democrático,
a) Mayor acceso de los ciudadanos a la infor- der el principio de con fuerte contenido social, es
mación. Un acceso que se puede ver favo- responsabilidad de-
recido por las nuevas tecnologías. mocrática. Muchas capaz de impedir la exclusión
b) Descentralización territorial de la admi- de las decisiones social mediante la implantación
nistración. que se adoptan son de políticas públicas que
c) Regulación del rendimiento de cuentas el resultado de la
efectivo por parte de los políticos y los ges- multitud de actores
favorezcan la igualdad.
tores. que interactúan en
d) Establecimiento de sistemas de copartici- la compleja socie-
pación en la elaboración de políticas pú- dad internacional.
blicas. Pero, ¿a quiénes se
e) Establecimiento de sistemas eficaces y tras- les van a pedir res-
parentes de lucha contra la corrupción. ponsabilidades en
f ) Creación de nuevos espacios para que el caso de una crisis
puedan participar los ciudadanos no orga- bancaria internacional? ¿Qué control político
nizados, junto con los sindicatos y las pueden ejercer los miembros de un Parlamen-
ONG. to sobre lo que decide el Fondo Monetario
g) Establecimiento de sistemas de consulta Internacional, el G-8 o la OMC?
popular o referéndum para cuestiones de En la actual sociedad globalizada las res-
especial importancia. ponsabilidades se diluyen y es realmente difí-
cil ejercer un control democrático sobre los
En cuarto lugar, la revitalización de la demo- actores que toman decisiones, máxime cuan-
cracia pasa por hacer frente al descrédito de do, en ocasiones, no son autoridades políti-
los partidos políticos. Entre otras medidas y cas. ¿No influyen la CNN o los principales
teniendo en cuenta la situación de cada país, fondos de inversión más que muchos Esta-
se debería elaborar una Ley que regule el fun- dos? Como señala Dahl, “en la actualidad, las
cionamiento y la democracia interna de los fronteras de un país (incluso de un país tan
partidos políticos, así como su financiación grande como Estados Unidos) son mucho
pública, para garantizar una plena transpa- más circunscriptas que las fronteras de las de-
rencia de sus ingresos y de sus gastos. Se de- cisiones que afectan significativamente los in-
bería también sancionar el tráfico de influen- tereses fundamentales de los ciudadanos. La
cias y la corrupción. vida económica de un país, su medio ambien-

ICONOS 141
te, su seguridad nacional y su supervivencia lítica es ya innecesaria, tendríamos que afir-
dependen mucho en nuestros días (y proba- mar que las desigualdades sociales y las dife-
blemente cada vez más) de actores y de accio- rencias de todo orden han desaparecido de
nes que están fuera de los límites del país, no nuestro mundo. O que todos los que le habi-
sometidas en forma directa a su gobierno”.8 tan han decidido acabar con ellas. No parece
Hay, por tanto, que buscar mecanismos para verdad ni lo uno ni lo otro. Es más, cada vez
que estos nuevos actores privados rindan ex- hay más diferencias entre los países ricos y los
plicaciones públicas de sus intervenciones y países pobres y, dentro de los países, entre los
hay que procurar hacerlo en todas las direc- que más y los que menos tienen.
ciones posibles: ante los usuarios y los consu- En una reciente conferencia internacional,
midores, ante los accionistas, ante los emplea- que reunió en Madrid a unos 30 ex presiden-
dos y ante los Gobiernos. El creciente nivel de tes y expertos de todo el mundo, se detecta-
instrucción de los ciudadanos y las nuevas ron varios problemas especialmente graves
tecnologías de la comunicación pueden facili- del momento actual (riesgos medio ambien-
tar este ejercicio de responsabilidad democrá- tales, conflictos bélicos locales, avance del si-
tica, basada en la transparencia y el intercam- da, brotes de xenofobia, etc.), pero se dedicó
bio de información. especial atención a uno en particular: que la
Como última conclusión, en este nuevo ola democrática que surgió con fuerza en los
siglo en el que estamos, debemos entender años 90 se ha detenido en los países en vías de
por política, particularmente por política de- desarrollo. Los países en vías en desarrollo,
mocrática, la intervención colectiva de los América Latina, Asia y África, habían acogido
ciudadanos para regular las tensiones y los la democracia con grandes expectativas, pen-
conflictos que les afectan. Esta intervención sando que ésta iba a ser capaz de modificar
colectiva seguirá exigiendo la coordinación sus condiciones de vida, de paliar la pobreza
del esfuerzo de muchos, aunque esta coordi- y erradicar la corrupción. Pero no ha sido así.
nación adopte ahora nuevas formas y maneje Los sistemas democráticos no han generado
nuevos recursos. Touraine destaca al respecto bienestar social, no han sido capaces de aca-
que “sólo unos movimientos sociales fuertes y bar con la corrupción y coexisten con la mi-
autónomos, que arrastren tanto a los dirigen- seria. Esto ha hecho que aumente la zozobra
tes como a los dirigidos, pueden oponer resis- y que las gentes tengan la sensación de que les
tencia al dominio del Estado autoritario mo- han robado el futuro. Y como señalaba re-
dernizador y nacionalista a la vez, dado que cientemente en un editorial el periódico in-
constituyen una sociedad civil capaz de nego- glés The Guardian “un mundo sin optimismo
ciar con aquél, dando así una autonomía real es un mundo peligroso”.
a la sociedad política”.9
Si hacemos caso a los que dicen que la po-
9 Touraine, Alain, Ibid, pág. 31.
8 Dahl, Robert A., Ibid., pág. 382.

142 ICONOS
Artículos varios
• El Ecuador en el atolladero de una "panam-
enización petrolera"
Alberto Acosta

• El presidencialismo en el Ecuador
Daniel Granda

• La coyuntura política en el Ecuador


Francisco Muñoz

• Crisis y reconversión política


Se encuentra en circulación el en América Latina
Julio Echeverría
número fundacional de la
• Globalización: Efectos en el Tercer Mundo
Revista ideológico-política Rodrigo Borja
TENDENCIA. La Revista trata • El Movimiento indígena:
de constituirse en un escenario Aproximaciones a la comprensión
Luis Macas
donde se discuta la complejidad
• ¿Qué significa ser
y decadencia que vive la social demócrata en el mundo actual?
Hans-Ulrich Bünger
política en el mundo, en
• El Movimiento de Mujeres:
latinoamérica y en particular
¿Cuál es el Nuevo Momento?
en nuestro país. Silvia Vega

• El Plan Colombia:
Génesis Realidad e Hipótesis"
Francisco Proaño

Tema Central: El proceso de descentralización en el Ecuador


Autores: Ramiro González, Gaitán Villavicencio, Auki Tituaña, José Bolívar Castillo, Paco
Moncayo, Juan Montaño, Carlos Castro

tramasoc@uio.satnet.net
RESEÑAS
reseñas
obliga a sospechar de estos discursos y a en-
frentarnos a un campo de estudio ante todo di-
fícil y complejo.
Pandillas juveniles nos muestra un buen
ejemplo de lo que Foucault denomina el “efec-
to de verdad”: de cómo el discurso produce la
realidad que nombra, es decir, de cómo los su-
jetos “dañados” existen sólo en cuanto aparece
el discurso que los representa como tales. Sin
embargo, la miopía está en ver lo que el discur-
so crea y no ver desde dónde se produce ese dis-
curso y la voluntad que está detrás de producir
esa realidad. Lo interesante de este caso es que
gran parte de ese discurso normalizante viene
de los medios de comunicación. Ellos crean una
visión alarmante sobre las pandillas pero, a su
vez, son ellos los que, mediante el “rating” que
les muestra lo rentable de la crónica roja, selec-
Mauro Cerbino, cionan qué mostrar y cómo mostrar el mundo
Pandillas juveniles: cultura de las pandillas juveniles. En este sentido, el au-
y conflicto de la calle tor invita a asumir una postura crítica del doble
Abya-Yala - El Conejo, Quito, Quito, 2004 discurso mediático que, por un lado, condena
diversos comportamientos y que, por otro, él
¿Qué sabemos sobre el mundo de vida de la ca- mismo contribuye a crear.
lle? ¿Es posible entender la racionalidad que Esta mirada alarmista es vista por el autor
guía los comportamientos “alarmantes” con los como una luz para indagar sobre la frontera
que frecuentemente son asociados los modos entre la violencia legítima y la ilegítima. Cuan-
de vida de los pandilleros? ¿Cuál es la frontera do las voces de los medios se autodefinen co-
que marca la legitimidad e ilegitimidad de la mo voces que representan a la sociedad y gri-
violencia? Mauro Cerbino nos da algunas res- tan en pos de acciones que garanticen la “segu-
puestas a estas preguntas: una multiplicidad de ridad ciudadana”, piden “sanciones ejempla-
discursos sobre las pandillas dirigidos desde res” y claman porque las autoridades actúen
ámbitos institucionales y medios de comunica- con “mano dura” para frenar esta “descompo-
ción suponen una forma de patología social en sición social”, delimitan el uso legítimo de la
donde los elementos “dañados” amenazan la violencia frente la violencia considerada ilegíti-
ficticia normalidad de una sociedad; una socie- ma de los pandilleros.
dad que, por lo demás, responsabiliza de las si- Pero, ¿qué dicen sobre esto los pandilleros?
tuaciones de violencia a determinados sujetos Cerbino nos propone: “Explorar, observar, es-
y los convierte en amenaza para el resto del cuchar y comprender a los pandilleros y ex pan-
cuerpo social. En un entorno donde las situa- dilleros en sus formas de comprender y actuar
ciones generadoras de violencia son permanen- en el mundo”. Es decir, dar la palabra a estos su-
tes y no coyunturales, alarmarse de la “pérdida jetos, en tanto que esta palabra, convertida en
de valores” que acompaña el crecimiento de la relatos, conlleva una suerte de reflexividad en la
violencia- del que las pandillas serían la más que contar las experiencias de vida supone sig-
clara muestra- implica una práctica de estig- nificarlas de tal modo que sean presentadas a un
matización de los sujetos pandilleros que nos oyente. La palabra se convierte en la puerta de

146 ICONOS
acceso al imaginario que conduce los procesos vínculos indisolubles por los que se está dis-
de reconocimiento y desconocimiento, y es la puesto a todo. Vistos en un contexto más am-
palabra la que la que nos da cuenta de los com- plio, ¿no son estos mismos valores los que mar-
plejos mundos de significación de los jóvenes can las prácticas políticas a nivel nacional? Es-
pandilleros, de cómo representan sus experien- to nos evidencia que los valores que reconocen
cias y las de los “otros”, de otras pandillas, de los los pandilleros no son tan distintos de los valo-
adultos, las instituciones, los políticos, de la so- res reconocidos como importantes en el resto
ciedad en general. de la sociedad.
De estos relatos aparece un complejo mun-
do simbólico que mueve a las pandillas. Apare-
cen significaciones y valoraciones sobre objetos Los límites de la palabra
que se vuelven signos de estatus y reconoci-
miento y que van desde los zapatos hasta las ar- El énfasis de este estudio está en percibir a las
mas. Aparecen sus valores sobre el honor, la pandillas como activos grupos productores de
hombría, la solidaridad, su vivencia de la ciu- significados, es decir, que construyen un cam-
dad como exclusión, la importancia del graffi- po simbólico propio y que, en tanto excluyen-
ti como marca de su presencia por las calles. En tes, resignifican muchos de los mensajes hege-
todo ello muestran –también- una socioestéti- mónicos. En este sentido, sus prácticas cotidia-
ca sobre lo corporal como elemento constitu- nas encierran una politicidad a través de cons-
yente del mundo simbólico de los jóvenes pan- truir una estética corporal que devuelve los sig-
dilleros. nos de violencia.
Una constante de estos relatos es una fuerte Sin embargo, el mundo de vida de los jóve-
necesidad de reconocimiento, de “ser vistos” de nes pandilleros supone una limitación de la pa-
alguna manera y de demostrar que “merecen labra y de la reflexividad que conlleva. En efec-
respeto” y que mucho de este respeto se lo ob- to, son sujetos cuyas voces no se escuchan, pe-
tiene por ser reconocidos como “peligrosos”. ro los relatos que nos presenta la etnografía pue-
Dentro de la lógica de los pandilleros, elemen- den no ser suficientes para comprender las yux-
tos como las drogas, el haber matado a alguien taposiciones entre las prácticas discursivas y no
o haber estado en la cárcel se convierten en sig- discursivas. Es decir, los relatos nos muestran la
nos de distinción. Pero los relatos hablan tam- intención de construir una determinada visión
bién del riesgo, la soledad, del miedo y la del mundo de las pandillas que es necesario cru-
muerte... zar con otros datos de campo, lo que implica
Esto nos lleva a pensar qué valores guían los preguntarse por los cruces, contradicciones,
discursos pandilleros. El texto nos muestra que desfases, complementariedades, entre lo que los
el mundo de los pandilleros, frecuentemente sujetos “hacen” y lo que “dicen que hacen”.
calificado desde ámbitos institucionales y me- Pienso en el mundo de las pandillas como un
dios de comunicación como “antisocial”, res- mundo en donde funciona lo que Bourdieu lla-
ponde a muchos de los valores constitutivos ma el “sentido práctico”; es decir que muchos
del mundo social general, como la masculini- de los comportamientos sociales funcionan co-
dad -que reconoce el valor de virilidad como mo respuestas no tan reflexivas o premeditadas
constitutivo de las pandillas-, el autoritarismo sino que responden a procesos de internaliza-
-que marca las relaciones de subordinación y ción y socialización (habitus) que crean ciertos
que, ligado al valor de la masculinidad mostra- márgenes de respuestas aprendidas.
da, encarna en un líder-caudillo cuya voluntad Bajo este enfoque podríamos pensar en la
es inobjetable- y el reconocimiento de la fami- racionalidad normativa que regula los “inter-
lia como una comunidad de pertenencia con cambios de violencia” en el funcionamiento de

ICONOS 147
reseñas
las pandillas y que generalmente obedecen a re-
glas establecidas de venganza y códigos de ho-
norabilidad. En este sentido vale preguntarse
por las lógicas que producen los enfrentamien-
tos entre pandillas, qué está en juego en estos
enfrentamientos y, por tanto, tratar de com-
prender estas prácticas como formas de una
economía política.
Pensando desde este ángulo, si bien el texto
de Cerbino nos muestra las formas de ingresar
a las pandillas, los rituales de ingreso y las for-
mas de aceptación del nuevo pandillero, no nos
da las mismas pistas para comprender las for-
mas de salir de las pandillas, es decir, de cómo
funciona su dinámica de comunidades frente a
los “disidentes”, en donde no sólo la coopera-
ción es parte de la pandilla sino también las
normas que guían las sanciones y los flujos de
violencia. Así podríamos pensar en las pandillas Emilia Ferraro,
no únicamente como una comunidad emocio- Reciprocidad, don y deuda. Formas y
nal que ampara a los individuos brindándoles relaciones de intercambios en los Andes
un espacio de reconocimiento, sino también de Ecuador: la Comunidad de Pesillo,
como un espacio internamente conflictivo, que Flacso-Ecuador y Abya-Yala, Quito, 2004.
crea formas de sometimiento (quizá más pre-
sente en lo simbólico) y que lleva a algunos jó- Debemos celebrar toda publicación en el
venes a buscar salir de las pandillas. campo de la antropología ecuatoriana como
“La calle tiene su argumento, y es que en ca- signo de su vitalidad y de vigencia. Pero el li-
da momento, tú debes sobrevivir” nos dice una bro de Emilia Ferraro, Reciprocidad, don y
canción Hugo Hidrovo que puede servirnos pa- deuda, merece ser tomado en cuenta de ma-
ra pensar en la conflictividad de la calle, en la nera muy especial porque a mi juicio consti-
urgencia de los individuos por sobrevivir for- tuye un aporte inusual y marca un referente
mando o no parte de las pandillas. muy importante para la disciplina, por un
conjunto de razones que a lo largo de mi cor-
Alfredo Santillán ta exposición serán detallados. El escenario de
la investigación es la comunidad campesina
andina de Pesillo, en la región norandina del
Ecuador, y el conjunto de hechos que se ins-
criben en el programa de crédito de la Casa
Campesina Cayambe. Este programa cuenta
con el reconocimiento de ser uno de los más
exitosos, ya sea por la altísima tasa de retorno
de los préstamos como por haber contribuido
efectivamente a elevar los niveles de calidad
de vida y participación de las comunidades.
La autora, Emilia Ferraro, realizó trabajos
de campo en las comunidades andinas de Ca-
yambe por un periodo considerablemente

148 ICONOS
amplio a partir de 1991 desde el interior de El rasgo distintivo que la caracteriza con-
los proyectos de desarrollo de la Casa Campe- siste en que supone no tanto la circulación
sina Cayambe, dirigida entonces por el sacer- de un bien cuanto la transacción de bienes
dote salesiano Javier Herrán. En vista de ob- diferidos en el tiempo que implican un valor
tener su PHD en Antropología por la Univer- añadido: el “interés”. Desde este punto de
sidad de Kent (Canterbury, Inglaterra), em- partida, con respecto al intercambio y la reci-
prendió la tarea de sistematización y lectura procidad, conceptos clave y referentes insal-
posterior de los datos hasta cristalizar el pro- vables de la antropología andina, la deuda no
ducto que en esencia ha sido su tesis doctoral sólo las incluye y supera: también las hace
la cual, al cabo de algunos años, ha sido feliz- posibles. Va más allá del préstamo por su ca-
mente traducida y editada en su totalidad. La rácter puntual y ocasional, además de que no
investigación de la que se nutre este libro ha genera interés; a diferencia de éste, la deuda
marcado, sin duda, aportes posteriores de la posee una fuerza modeladora especial para
autora relacionados con el desarrollo y la an- configurar cuantitativa y cualitativamente
tropología económica, éste último un ámbito relaciones a largo plazo sobre el fondo de
de debate no tan frecuente en los escenarios transacciones a corto plazo. Con relación al
de la antropología ecuatoriana. don, la autora desarrolla una minuciosa y
El tema central es la deuda y las formas de prolija reinterpretación actualizada -con la
relación que éstas implican y que tienen lu- inclusión de abundantes precisiones y co-
gar entre acreedores y deudores (los datos et- rrecciones- del enfoque y debate maussiano
nográficos resaltan y enfatizan la figura del en torno a la deuda al establecer que el tema
deudor por sobre el acreedor) en un marco de fondo, desapercibido para Mauss, no ha-
de relaciones verticales jerárquicas. Se la des- bía consistido tanto en el “regalo” cuanto en
cribe no tanto como un fenómeno dual ya el valor añadido implícito en todo don que
que involucra cadenas y redes sociales muy justifica la obligatoriedad de su restitución,
amplias y complejas; más bien, es presentada es decir, el “interés”.
como fenómeno total, una norma ideal de las El mecanismo de la deuda apela a un di-
relaciones sociales y condición de prosperi- namismo abierto, a un carácter permanente-
dad e incremento; la deuda debe ser conside- mente inconcluso que le permite estar siem-
rada, por tanto, un modo de vida que condi- pre vigente y reclamar algo pendiente de tal
ciona cada aspecto de la comunidad de Pesi- manera que deba ser una y otra vez renova-
llo y un factor determinante para la repro- da. Su clausura cierra un ciclo de relaciones y
ducción social y cultural del grupo. A lo lar- de posibilidades de reproducción y renova-
go de la obra, la deuda adquiere progresiva- ción cósmica; por lo tanto, una deuda nunca
mente -en palabras de la autora- el carácter se cierra, ni con los santos, ni con los indivi-
de “noción aglutinante”. duos, ni con las instituciones; no obstante,
El trabajo de Ferraro caracteriza muy pro- reclama un marco ético muy claro en el cum-
lijamente el perfil específico de la deuda al plimiento de obligaciones que involucran a
punto de hacer de ella una “categoría analíti- individuos, familias y grupos por igual. Estas
ca con pleno derecho” desde una perspectiva relaciones hacen de la deuda una “noción
sociocultural para un tema tratado, según nos aglutinante” y la proyectan más allá de la
advierte, de manera poco crítica por enfoques economía al vincularlas con otros mecanis-
donde el peso del análisis ha descansado en mos transaccionales y con aspectos rituales y
una visión unilateralmente económica de los religiosos como escenarios de renovación y
datos. La deuda es descrita distintivamente en de reforzamiento de los vínculos que la ha-
relación a otros fenómenos económicos y de cen posible; por lo tanto, se relaciona muy
circulación de bienes ya mencionados y to- cercanamente con la fertilidad y con las fuer-
mados en cuenta por la antropología. zas vitales.

ICONOS 149
reseñas
La investigación de Emilia Ferraro ofrece con debates y aportes provenientes de la
nuevas claves de lectura para varios aspectos antropología andina y sobre todo de otros
de las culturas andinas tratados previamente continentes. En este sentido, contribuye a
por otros investigadores, algunos de los cuales superar el relativo aislamiento de la antro-
vale la pena mencionar al menos sumaria- pología andina con respecto a los términos
mente: de discusión sobre la deuda, el intercam-
bio y la reciprocidad, y evidenciar su esca-
• Enriquece la discusión sobre sistema de ha- sa incorporación en el circuito de debates
cienda y la lectura e interpretación de los más amplios que proveen casos y análisis
gastos ceremoniales -sobre el trasfondo de de otras latitudes.
la racionalidad de la deuda considerada la
“piedra angular”-. En este sentido, postula Es necesario reconocer, además, el alto grado
la sustitución del rol de la hacienda en nue- de precisión y detalle en la identificación y
vos actores externos poseedores de una en- sistematización de la información etnográfica
tidad jurídica clara: las ONGs y los bancos. relacionada con diversas formas de reciproci-
• Aporta nuevos enfoques para comprender dad (prestamanos, minga, siembra al partir,
las dimensiones institucionales, rituales y uniguilla, chucchir, fiado), de trueque y de
religiosas de la cultura fundadas en el di- transacciones de carácter comercial como el
namismo de la deuda. El sentido y signifi- “suplido” o rituales, como la “rama de gallo”
cado que los campesinos atribuyen a di- y el “castillo”. Pero si en algún lugar la mira-
versas prácticas como la vida sacramental, da etnográfica alcanza su punto culminante,
las fiestas y la ritualidad cotidiana de los éste es sin duda el Capítulo V relacionado con
campesinos, así como a la confluencia de la celebración de finados. En él son notables
sistemas religiosos diferentes (el andino y tanto la fuerza narrativa como la calidad lite-
el cristiano) pueden ser apreciados de mo- raria de un estilo descriptivo sólo en aparien-
do diferente desde la noción aglutinante cia, que remite a una estructura profunda ca-
en juego. paz de traslucir de inmediato las significacio-
nes en juego a través del relato de lo que de-
• En relación al programa de crédito de la curre “sobre las tumbas”.
Casa Campesina de Cayambe, que ha ser- En síntesis, nos encontramos ante un libro
vido de telón de fondo de la investigación, que reconcilia y articula con acierto la histo-
los hallazgos le permiten establecer que ria, la teoría y la etnografía, tres dimensiones
gran parte de la razón de su éxito consiste, que han caracterizado desde siempre la buena
cabalmente, en la confluencia de ámbitos antropología.
distintos que caracteriza la institucionali-
dad de la Casa: en ella interactúan espacios
religiosos, jurídicos y estatales claramente José E. Juncosa
identificables por los campesinos de Pesillo Antropólogo, profesor de la Carrera de An-
y, en la línea de sus expectativas, requeridos tropología Aplicada de la Universidad Poli-
por el mecanismo de la deuda para desa- técnica Salesiana. Este artículo recoge mi in-
rrollarse y reproducirse exitosamente. tervención en el acto de lanzamiento del libro
• No se debe dejar de mencionar el alcance que tuvo lugar el 16 de abril de 2004 en
teórico del libro y el amplísimo diálogo FLACSO.

150 ICONOS
nanzas dan testimonio de la popularidad de
las instituciones microfinancieras (MFI por
sus siglas en inglés) y de los considerables lo-
gros al alcanzar un gran número de hombres
y mujeres relativamente pobres en varios paí-
ses en vías de desarrollo. Instituciones micro-
financieras exitosas así como innovaciones
pioneras desarrolladas por el Grameen Bank y
el BRAC en Bangladesh, el BRI en Indonesia,
el Bancosol (antiguo Proden) en Bolivia y el
SEWA en Gujarat-India, entre otros, han ayu-
dado a promover el uso de las microfinanzas
por parte de los gobiernos, las organizaciones
internacionales y los donantes con el fin de
alcanzar los objetivos de desarrollo antes
mencionados.
El estudio de Hugo Jácome sobre la expe-
riencia en Ecuador con microfinanzas nos
brinda una ilustración más sobre la innova-
Hugo Jácome ción institucional y la creativiadad de la es-
Microfinanzas en la economía ecuatoriana: tructura organizacional de estas microfinan-
una alternativa hacia el desarrollo cieras. Éstas incluyen pequeños préstamos pa-
Flacso-Ecuador, 2004 ra gente pobre, con tasas de interés, sin cola-
terales, que son reembolsados en pagos perió-
Este es un estudio oportuno e interesante so- dicos. El estudio resalta el papel especial del
bre las instituciones microfinancieras en el micro crédito para aliviar el problema de es-
Ecuador. Dada la continua expansión del casez de crédito durante las recientes crisis
sector microfinanciero, especialmente des- económicas y luego del balance de la dolari-
pués de la grave crisis económica que golpeó zación, particularmente en viviendas pobres y
al país en 1999, el estudio ofrece un análisis en pequeñas y medianas empresas. También
del rol que este sector desempeña en la re- llama la atención sobre las cooperativas de
ducción de la pobreza, el crecimiento econó- ahorro y crédito en áreas urbanas y rurales,
mico y el desarrollo del sector financiero. que luego de la crisis de la dolarización ayu-
También plantea preguntas que podrían con- daron a la recuperación de varios bancos pri-
vertirse en temas de investigación para cien- vados en cuanto a reactivación de crédito y
tistas sociales y servir de alimento para la re- capitalización de depósitos de ahorro.
flexión de quienes formulan políticas y para Estos proyectos cooperativos tienen una
donantes internacionales. ventaja sobre otros tipos de programas de mi-
El uso de programas y proyectos microfi- crofinanzas, sobre todo, porque sus miem-
nancieros como una estrategia para enfrentar bros son los dueños y controlan los progra-
simultáneamente la reducción de la pobreza y mas, y generalmente funcionan de acuerdo a
el crecimiento económico no es nada nuevo. reglamentos democráticos que enfatizan la
Es más, la microfinanzas se ha convertido en solidaridad grupal. La regla de una persona
una especie de manta para abordar la pobreza un voto es expresión del espíritu de coopera-
y para promover el empoderamiento de la ción e igualdad que se difunde en las coope-
mujer. El Congreso de Microcrédito realizado rativas. A pesar de que la mayoría de los
en Washington en 1997 y el continuo flujo miembros no son pobres, también se preocu-
de donaciones a varios proyectos de microfi- pan por llegar a mucha gente pobre.

ICONOS 151
reseñas
A pesar de estar de acuerdo con el punto ra. Esta regulación no toma en consideración
de vista de Hugo Jácome sobre las cooperati- las necesidades del segmento al que van diri-
vas de crédito, creo también importante pres- gidas las actividades de microfinanzas, com-
tar atención a la funcionalidad de estas coo- plicando el cumplimiento de estos niveles re-
perativas en términos de motivación, estruc- gulatorios exigidos.
tura organizacional, administración, procedi- Desafortunadamente, el problema de la
mientos y requisitos, así como el tipo de falta de conocimiento no es sólo aplicado a
clientela que atienden, frente a otros proyec- los supervisores o al gobierno. Se han hecho
tos de microfinanzas que operan en Ecuador. muchos estudios, generalmente como pre re-
Hay muchas cooperativas en Filipinas, por quisitos de donantes, para juzgar el impacto
ejemplo, que han sido mal utilizadas por ins- de proyectos de microfinanzas en muchos lu-
tituciones del gobierno y por individuos pri- gares del mundo en vías de desarrollo. La ma-
vados para propósitos políticos y económicos, yoría de las evaluaciones de impacto se han li-
a través de auto préstamos. Los estudios de A. mitado a medir cuantitativamente la sosteni-
Braverman y Luis Guasch, Monika Huppi y bilidad financiera y el alcance para hogares
Gershon Feder han demostrado que el desen- pobres. En donde fallan la mayoría de evalua-
volvimiento de cooperativas en países en vías ciones es en captar la complejidad del proce-
de desarrollo ha resultado ser diverso, y que so de deuda en el que se envuelven los hoga-
para conseguir una mejora ha sido necesario res y en no situar el tema de la necesidad de
una asistencia técnica y cambios en los mar- créditos y ahorro de las viviendas pobres en
cos reglamentarios y de supervisión. un contexto institucional más amplio y ma-
La naturaleza profunda de los fallos del croeconómico. Este punto está más elaborado
mercado en el sector financiero realzan el im- en la discusión sobre el papel del microcrédi-
portante papel que juega la reglamentación, to en la reducción de la pobreza.
el monitoreo y la supervisión. La pregunta re- A pesar de la proliferación de programas
levante, como menciona Joseph Stiglitz, es de microfinanzas en varios países en desarro-
qué tipo de intervención gubernamental es llo, incluyendo a Ecuador, no está claro en
considerada relevante y adecuada para guiar qué medida el crédito se ha dirigido a grupos
al sector financiero hacia los objetivos de de- vulnerables como para tener un impacto sig-
sarrollo del país. En su estudio, Jácome habla nificativo en la pobreza. Varios estudios de
de la problemática bilateral del gobierno con proyectos de microfinanzas en Asia y en Amé-
la microfinanzas. Por un lado, el gobierno rica Latina muestran que el impacto del prés-
promueve el uso de instituciones y programas tamo de microcréditos varía ampliamente en-
de microfinanzas como un canal para dirigir tre áreas rurales y urbanas, y entre los diferen-
el crédito hacia las micro, pequeñas y media- tes programas. De hecho, algunos investiga-
nas empresas. Por otro lado, intenta regular y dores como Jonathan Murdoch y Linda Ma-
controlar las cooperativas de ahorro y crédito youx argumentarían que el impacto del mi-
al obligarlas a tener los requerimientos míni- crocrédito para el empoderamiento tanto
mos de capitalización del Banco Central del económico y social de los pobres, especial-
Ecuador, por ejemplo. De acuerdo con Hugo mente mujeres, es marginal y muestra que
Jácome, estos requerimientos de control y su- hay límites para el uso del microcrédito como
pervisión crean fuertes impedimentos para el instrumento para la erradicación de la pobre-
desenvolvimiento de las instituciones. Mu- za. A pesar de estos límites, hay un potencial
chos de estos requerimientos, que implican de contribución real de la microfinanzas, pe-
costos financieros, también carecen de adap- ro su papel no puede ni debe estar desligado
tación con la naturaleza, la estructura organi- un contexto social y económico más amplio.
zacional y los objetivos programáticos del Este último puede establecer los límites al uso
programa o de la organización microfinancie- instrumental del microcrédito para la erradi-

152 ICONOS
cación de la pobreza y para la generación de mujeres que en hombres. Es evidente que hay
un crecimiento económico sustentable. diferencias importantes en cuanto a género
Otro punto sugerido por el estudio de en el uso del crédito, el peso de la deuda y la
Hugo Jácome es que la proporción del total vulnerabilidad general que valdría la pena se-
de los fondos de préstamo que ofrecen las or- guir explorando. Cada vez más estudios han
ganizaciones de microfinanzas es relativa- explorado la importante contribución poten-
mente pequeña, en comparación con el volu- cial del microcrédito para la inserción de las
men de créditos y la movilización de depósi- mujeres. Desafortunadamente, muchos pro-
tos en el sector bancario privado del Ecua- gramas son bien intencionados pero pobre-
dor. De acuerdo a un estudio reciente de Flo- mente diseñados y no toman en cuenta las
ro y Messier, utilizando datos de crédito in- diferencias en cuanto a intereses y apremios
dividuales y por hogar, basados en una mues- entre hombres y mujeres. A excepción de lo
tra de 2002 encuestas de 340 trabajadores proyectos de microfinanzas que mencionan
urbanos informales y sus cónyugues, Hugo en sus objetivos, algunos de ellos no toman
Jácome también concluye que los hogares de en cuenta la problemática de la inserción de
bajos ingresos no son los principales benefi- las mujeres de manera explícita en el diseño y
ciarios de los programas de microfinanzas, a en la implementación de los programas. Co-
pesar de que algunos programas sí cubren ese mo resultado de esto, los programas no sólo
sector. En los casos en que sí son beneficia- que pueden tener poco impacto positivo, si-
rios, los préstamos microfinancieros simple- no que pueden incrementar la deuda de ho-
mente no han sido suficientes para cubrir las gares e incluso reducir seriamente la partici-
múltiples necesidades de crédito que tienen pación de la mujer. Muchos estudios sobre el
estos hogares, como solventar todas sus nece- tema de la inserción de las mujeres enfatizan
sidades de consumo, impactos externos co- sobre la importancia de procesos de partici-
mo funerales o gastos médicos, y las necesi- pación para un aprendizaje organizacional y
dades de capital de muchos de estos trabaja- para la toma de decisiones, así sean coopera-
dores informales. tivas de ahorro y crédito o programas de mi-
El estudio de Floro-Messier muestra que crocrédito.
estos hogares piden préstamos no sólo a los Finalmente, existen importantes interco-
programas de microcrédito, sino que tam- nexiones entre el crédito, el uso del crédito y
bién piden a prestamistas informales, amigos, la inseguridad económica que enfrentan los
familiares e incluso a los bancos en algunos hogares como resultado de la expansión de
casos. El estudio también demuestra que la trabajos informales que necesitan ser profun-
mayoría de solicitantes del crédito en la dizados. Estas conexiones nos enfrentan a
muestra de hogares son mujeres. Los datos preguntas cruciales no sólo sobre las motiva-
también demuestran, sin embargo, que estos ciones de los programas de microfinanzas, si-
préstamos no contribuyen necesariamente a no sobre los presupuestos que se manejan, so-
la generación de autoempleo ni al desarrollo bre la naturaleza del desarrollo y sobre las
de micro o pequeñas empresas como para sa- causas de la pobreza. Un análisis de la agenda
car a los hogares vulnerables de la pobreza. de microfinanzas debe comenzar por com-
De hecho, Floro y Messier encontraron que prender la naturaleza multidimensional de las
sólo la mitad de quienes pidieron préstamos vías para alivianar la pobreza y para fortalecer
para producción o empresas utilizaron ese di- el poder de grupos vulnerables, en especial de
nero para esos fines; hay más probabilidad de mujeres en hogares pobres. En otras palabras,
que esto suceda en hombres trabajadores in- es necesario explorar conceptualmente las di-
dependientes que en mujeres trabajadoras in- námicas de la informalidad y demostrar las
dependientes. Además, los datos muestran interconexiones de la inseguridad económica,
que la tensión préstamo-ingresos es mayor en la demanda y el uso del crédito y las relacio-

ICONOS 153
reseñas
nes de género. La incapacidad de reformas
políticas económicas recientes en Ecuador pa-
ra crear empleos estables y la débil protección
social significa que los hogares vulnerables
enfrentan riesgos que están ligados el merca-
do e inseguridades que acompañan los perío-
dos de desregularización y liberalización del
mercado. Esto significa que muchos hombres
y mujeres microempresarios, así como con las
pequeñas y medianas empresas, enfrentan un
alto nivel de inestabilidad de sus ingresos, por
lo que incrementa su necesidad de solventar
el consumo y, por lo tanto, su demanda de
crédito para cubrir el sustento y manteni-
miento del hogar. Dado el rol social de las
mujeres y la desigualdad en la división del
trabajo, las mujeres empresarias tienden a in-
teriorizar estas necesidades que compiten con
las necesidades de crédito de sus empresas, Susana Andrade
por lo que la productividad de sus negocios se Protestantismo indígena
mantiene baja. Flacso-Ecuador - Abya-yala, Quito, 2004
Hugo Jácome acierta al afirmar que el mi-
crocrédito por sí sólo no puede reducir la po- La expansión del protestantismo en los países
breza, tampoco puede por sí sólo dar empo- de América Latina es un hecho muy notorio,
deramiento a las mujeres. El rol y el impacto tanto por el porcentaje de los conversos como
del microcrédito necesitan ser vistos dentro por la rapidez del avance. Lo que llama la
del contexto de las políticas macroeconómi- atención es que comunidades comúnmente
cas y las estrategias de desarrollo que condu- consideradas como tradicionalistas y apega-
jeron a un aumento de empleos informales. das a sus costumbres ancestrales, como las in-
Como lo señala Hugo Jácome, es necesario dígenas, hayan sido las más afectadas por el
desarrollar políticas sociales y macroeconómi- fenómeno.
cas más integradas, que apoyen los objetivos Susana Andrade analiza este problema
de microfinanzas ofreciendo un ambiente de centrando su atención en la zona central del
protección social y de estabilidad laboral. Es- Ecuador, la Provincia del Chimborazo y, es-
to es un llamado para los creadores de políti- pecialmente, en el Cantón Colta. Obviamen-
cas, investigadores, donantes y organizaciones te una de las primeras preguntas que ella se
comunitarias para que colaboren juntos al en- plantea es la siguiente: ¿por qué los indios se
frentar este valioso reto. hacen protestantes? Procediendo con mucha
seriedad en el análisis de los hechos, ella llega
María S. Floro a relativizar mucho de la teoría corriente, lla-
Profesora Asociada, Vassar College, New mada de la “Conspiración”. Se trata de un
York University y American University. punto de vista muy difundido: desde que la
Iglesia Católica Latinoamericana se distanció
de los poderes políticos y se convirtió en crí-
tica severa de los mismos, ésta habría dejado
de ser una garante confiable del orden consti-
tuido. Desde entonces los Estados Unidos
habrían hecho lo imposible para debilitarla,

154 ICONOS
dividiendo las comunidades y creando en- sinterés y empeño constante.
frentamientos religiosos, a través de las nue- La que proponen en cambio los evangéli-
vas iglesias y las llamadas sectas. cos es la llamada Teología de Prosperidad,
Susana Andrade analiza la teoría, pero po- más centrada en la búsqueda del éxito perso-
ne de relieve otros elementos que habrían ac- nal, visto como signo tangible de la bendición
tuado más en profundidad. Primero: los de Dios. No se puede negar que los evangéli-
evangélicos supieron presentar la conversión cos hayan cosechado resultados positivos tan-
como una ruptura con un pasado en que la to con los indígenas que nunca abandonaron
Iglesia Católica había jugado un papel funda- la Provincia de Chimborazo, como entre los
mental en la justificación del sometimiento que migraron a Quito, a la Costa, a Colom-
colonial y, a través de la haciendas, había par- bia o a Venezuela. Pero Susana Andrade hace
ticipado directamente en la explotación de los notar que, detrás del éxito, siempre acecha el
indígenas. Hacerse evangélico se convertía peligro y un triunfo puede contener el ger-
entonces en el camino para entrar a la moder- men de una derrota. Los pastores que se em-
nidad, a una vida digna y libre de costumbres peñaron tanto en congregar a la gente para la
esclavizantes, como la borrachera, la afición a lectura de la Palabra de Dios hoy se quejan de
las fiestas, el maltrato a las mujeres. que los prósperos comerciantes y otros feli-
De acuerdo al estudio, el segundo elemen- greses tocados por la bendición divina ya no
to importante que explica el rápido difundir- tienen tiempo para participar en el culto a
se del protestantismo es su manera de proce- causa de los negocios y los crecientes compro-
der en la organización y administración de la misos, y se vuelven consumistas como todo el
iglesia. El centralismo católico, con su rígido mundo.
control sobre la doctrina y su interminable Lamentablemente el libro deja fuera de su
sistema de preparación de los sacerdotes, ha- análisis la última década que se caracteriza
ce casi imposible que un indígena llegue a por la irrupción de los indígenas en la esfera
ocupar puestos de decisión en la estructura de la política.
eclesial. En cambio, las iglesias protestantes
permitieron que en poquísimo tiempo los P. Juan Bottasso S.D.B
mismos indígenas obtuvieran el liderazgo,
volviéndose prácticamente autónomos de in-
tromisiones externas.
Una parte importante del libro (capítulo
II) estudia el papel que tuvo Monseñor Leo-
nidas Proaño en la diócesis de Riobamba, en-
tre los años cincuenta y ochenta del siglo pa-
sado. Susana Andrade no es la primera en ha-
cer notar que nadie puede negar el empeño
del Obispo en proponer la elevación del in-
dio, pero su fuerte personalidad y el radicalis-
mo de sus posiciones crearon divisiones en los
cuadros pastorales, debilitando notablemente
la eficacia de las intervenciones. Intervino
además otro factor de mucho peso: Monse-
ñor Proaño era un factor de la Teología de la
Liberación, que propugna un esfuerzo comu-
nitario para cambiar las estructuras de opre-
sión. Este planteamiento resulta eficaz si
cuenta con tiempos muy largos, mucho de-

ICONOS 155
reseñas
e intervenciones que tienen impactos y efec-
tos concretos en la vida de gente concreta y
en la realidad social.2
La pregunta que surge –mejor dicho, una
invitación para futuros análisis- es: ¿cómo es-
te discurso sobre la identidad nacional se en-
carna en la realidad concreta de todos los
días? ¿Cómo este discurso viene re-significado
por la gente “ordinaria”? Sería interesante -y
ciertamente es importante- mover la mirada
de la cultura de las elites a las micro prácticas
de la cotidianidad. Los estudios que han
adoptado este enfoque revelan, por ejemplo,
que la cultura en cuanto sistema de significa-
do por el cual todo orden social se comunica,
se reproduce y se experimenta, es un espacio
privilegiado de ejercicio del poder y, por en-
de, es una dimensión de toda institución eco-
nómica, social y política; por tanto, es un es-
Erika Silva pacio privilegiado de la política, que incluye
Identidad nacional y poder, las prácticas políticas “no formales”. Cuando
ILDIS-Abya Yala, Quito, 2004. miramos al nivel de las prácticas políticas “or-
dinarias”, nos damos cuenta que las relacio-
El libro de Erika Silva representa un aporte nes entre las representaciones políticas y el
para el análisis y la reflexión sobre identidad a ejercicio del poder no son inmediatas, que
varios niveles. El primero es destacar la im- debemos hacerlas evidentes y que esto es po-
portancia de los “discursos”, entendidos no sible sólo a través de una etnografía detallada
solamente como textualidad, construcción de las acciones concretas y ordinarias. Hablar
verbal y lingüística, sino en la definición de de identidad nacional y política, en este mo-
Todorov1 como un producto de un contexto mento en el actual Ecuador, significa hablar
particular en el cual intervienen no solamen- de las nuevas y múltiples micro-arenas políti-
te elementos retóricos y lingüísticos, sino cas “subalternas” (como las define Nancy Fra-
también interlocutores específicos. Un dis- zer3) pero no por esto menos públicas, en
curso aparece en un tiempo y un espacio de- donde se gestan nuevos discursos políticos
finido, bajo la confluencia de determinadas paralelos, cuyos miembros inventan y hacen
circunstancias y, como añade Escobar, se con- circular “contra-discursos” y formulan de esta
vierte en una parte constitutiva de la realidad manera interpretaciones de oposición sobre
social misma puesto que es a través del len- sus identidades, intereses y necesidades.
guaje y del discurso que la realidad social ine-
vitablemente se construye. En este sentido,
los ensayos de Erika Silva demuestran muy
claramente cómo el discurso sobre la identi-
dad nacional “produce ‘efectos de verdad’ (...) 2 A. Escobar, “El desarrollo sostenible: diálogo de dis-
entra a participar en la producción de la rea- cursos”, en Revista Foro No. 199, pag. 99-100.
lidad”; consecuentemente, produce políticas 3 N. Frazer 1993, citada en S. Alvarez, E. Dagnino y A.
Escobar, “Introduction: the cultural and the political
in Latin American Social Movements”, en S. Alvarez,
1 T. Todorov, 1992, Simbolismo e interpretación, Monte E. Dagnino y A. Escobar, editores, Cultures of Politics,
Avila Ed., Caracas. Politics of cultures, Westview Press, Boulder.

156 ICONOS
Cómo funciona la identidad nes, entre aceptación y rechazo de la “diversi-
dad”, que a su vez establece la diferencia, lo
El segundo aporte del libro es proveer un que convierte al tema de la identidad en un
ejemplo concreto de cómo se da y funciona la problema, porque si no puede existir identi-
identidad. El libro, sobre todo el primer ensa- dad sino con alteridad, en una relación dia-
yo, evidencia que la identidad pertenece al léctica de mutuo reconocimiento, entonces
ámbito del flujo, de la fluctuación y del mo- ¿qué pasa cuando se intenta eliminar esta di-
vimiento. Contrariamente a quienes todavía versidad, o minimizarla? Es aquí cuando el te-
quieren aferrarse a definiciones esencialistas ma de la construcción de la identidad, que
de la identidad y pensarla como “dada” de puede parecer un mero ejercicio académico,
una vez y para siempre, los análisis de Identi- deja de ser tal cuando nos ponemos a pensar
dad nacional y poder demuestran que la iden- en la situación del mundo en general, y del
tidad no es inherente a la esencia de las cosas. Ecuador en particular, en la que la geo-políti-
No existe por sí solo algo llamado “identi- ca mundial, con su famosa globalización
dad”, desligada de las decisiones que un gru- apunta a una supuesta “igualdad” y homoge-
po humano dado toma en un momento his- neización e intentan restar importancia a la
tórico preciso en un espacio geo-político con- existencia de la diversidad. Eliminar la diver-
creto. Lo que sí existe son maneras diversas y sidad significa negar la alteridad y esto, a su
múltiples de organizar la identidad. vez, acarrea una fuerte crisis de identidad.
El libro de Erika Silva demuestra clara- Porque no puede existir identidad (nacional,
mente que la identidad se define por oposi- cultural, sexual, etc.) que no se desarrolle en
ciones y diferenciaciones con un “otro”, con referencia con otras identidades, en una rela-
la alteridad. La alteridad, por ende, es una ca- ción de mutuo reconocimiento. Eliminar a
tegoría constitutiva de la identidad y de la na- “los otros” significa, entonces, eliminarnos a
turaleza humana. No podríamos definir el nosotros mismos.
“nosotros” si no hubiese un “otro de mi” con La pretensión actual de eliminar la diver-
quien confrontarme. La identidad se constru- sidad y la diferencia acarrea una “orfandad”
ye y es posible solamente gracias a la diversi- identitaria (o supuesta orfandad), que deja es-
dad. Es relacional, se da en un contexto de re- pacio a lo que Sánchez-Parga llama una “feu-
laciones con este “otro” del cual el “nosotros” dalización identitaria”4, es decir, a la emergen-
pretende diferenciarse para poder reconocerse cia y revitalización de identidades regionales y
como tal: la identidad siempre se constituye locales cada vez más microfísicas. Yo creo que
en un contexto de relaciones, en un proceso ésta puede ser una pauta adicional para leer la
de mutua compenetración y mutua defini- crisis de identidad que parece caracterizar al
ción. Porque “los otros” también se constitu- Ecuador y para entender ciertas dinámicas
yen en “un nosotros” a partir y a través del nacionales: porque lo que precede y permite
mismo proceso que simultáneamente define, toda definición e identificación identitaria es
afirma y separa. Toda la cuestión de la identi- siempre una reflexión sobre la alteridad, sobre
dad gira alrededor del “otro” y, como Erika el “otro”. Si no existe esta reflexión sobre el
muestra con claridad en los ensayos del libro, “otro” y el papel que éste juega en nuestra au-
la identidad se negocia constantemente. to-identificación, cualquier reflexión sobre
Pero demarcar el territorio de este “noso- identidad resulta parcial y cualquier intento
tros” significa también adherirse a un sistema de construcción de “interculturalidad” está
de inclusiones y exclusiones: éstas permiten destinado al fracaso.
una identificación interna (la pertenencia al
grupo) y unas distinciones externas (“los
otros”). Y es justamente esta dinámica contra-
dictoria, este juego de inclusiones y exclusio- 4 J. Sánchez-Parga, comunicación personal.

ICONOS 157
reseñas
Perspectiva histórica intensificado las desigualdades y han minado
las redes de seguridad -por mínimas y preca-
Me parece importante el intento de la autora rias que hayan sido- de los Estados de “mal-
de reconstruir una arqueología de las ideas, estar” social de antes, y han redefinido signi-
conceptos y formas de Estado que dieron ori- ficativamente el terreno de lo político-cultu-
gen al Estado ecuatoriano y a la manera de ral, debilitando y desestructurando los idio-
“hacer política” nacional. Volver al pasado pa- mas de protesta tradicionales: los ajustes es-
ra entender el presente -para entender las for- tructurales económicos conllevan ajuste es-
mas y relaciones socio-políticas del presente- tructurales sociales que debemos analizar y
representa un aporte valioso, sobre todo si que forman parte de lo político y la política.6
volvemos una mirada general al panorama de ¿Qué papel juega la economía global en la
producción del conocimiento nacional, y nos percepción que los ecuatorianos tienen de sí
damos cuenta que hay una gran mayoría de mismos? ¿Cuánto los efectos de estar dentro
investigaciones y publicaciones que respon- de un sistema global, desigual, injusto (que
den al momento, que son absolutamente co- caracteriza a Ecuador como un país “minori-
yunturales y por ende “dejan intacta la igno- tario” sin poder de negociación), entran en
rancia”. La mirada histórica sobre el origen juego en configurar y reproducir una identi-
del concepto de Estado español, exportado a dad nacional desgastada, frágil y ambigua
la región andina con la conquista y coloniza- (que se revela en la salida masiva de ecuatoria-
ción, nos confirma lo que desde la antropolo- nos hacia nuevos países en busca de una “nue-
gía se enfatiza desde siempre: que todo mode- va” identidad, que hace decir al 45% de quie-
lo social, político y económico tiene un carác- nes quedan que quisieran irse de este país y
ter profundamente histórico y que, por ende, que llega a su expresión máxima cuando
todo orden cultural tiene un carácter arbitra- acepta eliminar su moneda nacional -símbolo
rio (Escobar, 1998).5 Así, resulta claro el “sin- y custodio de la memoria colectiva- y susti-
cretismo” político que se dio cuando la forma tuirla por la moneda de un país dominante)?
de gobierno católico-español se encontró con Estas son preguntas que hay que contestar
la forma de gobierno andina. Es el análisis de cuando intentamos entender el “problema”
estas dinámicas, re-significaciones y transfor- de la identidad nacional, porque son estas
maciones que permite una comprensión más tendencias mundiales las que moldean las re-
profunda de la realidad social. Y aquí nueva- laciones políticas internacionales y naciona-
mente me pregunto: ¿qué pasa con la globali- les. No podemos pensar lo nacional sin refe-
zación y los proyectos políticos y económicos rente a lo internacional.
neoliberales? ¿Qué pasa, en Ecuador como en He sido tal vez crítica en mis comentarios,
toda América Latina, cuando el programa ci- espero que de manera constructiva, pero ésta
vilizatorio neoliberal impone una nueva for- es justamente la señal que el libro ha desperta-
ma de relaciones entre el estado y la sociedad do en mi no sólo mucho interés sino muchas
civil, y avanza una definición distintiva de la inquietudes. Me ha hecho pensar y, al final,
esfera política y de sus participantes, basadas esto es el verdadero propósito de cualquier li-
en un concepto minimalista de estado y de- bro y que justifica su publicación y difusión.
mocracia? ¿Cómo el estado “local”, este mo-
delo “histórico” de estado ecuatoriano –a su Emilia Ferraro
vez fruto de anteriores transformaciones y Quito, julio de 2004.
cambios- se relaciona y reacciona frente a es-
te “nuevo” modo de concebir lo político y de
hacer política? Las políticas neoliberales han
6 S. Alvarez, E. Dagnino y A. Escobar, editores, Cultures
5 A. Escobar, “Diálogo de discursos”, op. cit. of Politics, Politics of cultures, Westview Press, Boulder.

158 ICONOS
Sierra. Es allí en donde se descompone una
estructura pesada de más de dos siglos de
existencia, dejando un vacío en el campo y en
la forma de vida de los indígenas. Este vacío
querrá ser llenado años después con la oferta
de la modernización que se propondrá desde
las elites blanco mestizas, pero las promesas
no se cumplen y desde el fondo de la sociedad
surge un movimiento que plantea, en medio
de la crisis de hegemonía del bloque domi-
nante, una propuesta programática y étnica
en torno a la plurinacionalidad.
A través de sus diversos capítulos los auto-
res van argumentando en torno a estas dos
pistas de reflexión. Veamos algunos de los ejes
centrales del libro:

• Los autores piden prestadas varias catego-


Fernando Guerrero y Pablo Ospina rías del análisis de Antonio Gramsci (co-
El poder de la comunidad: movimiento indígena mo la de “hegemonía”), para plantear que
y ajuste estructural en los Andes ecuatorianos el vacío cultural dejado por la hacienda
CLACSO-IEE, Buenos Aires, Quito, 2004. trata de ser cubierto por la oferta de mo-
dernización. Sin embargo, esa propuesta
El libro de Fernando Guerrero y Pablo Ospi- de la elite gobernante se queda en ello, en
na tiene como objetivo central analizar el pro- propuesta. Durante el gobierno de Borja
ceso de globalización expresado en el ajuste las expectativas que se habían hecho los
neoliberal en el Ecuador y en el comporta- indígenas son frustradas por la parálisis
miento del movimiento indígena en la déca- gubernamental y las medidas económicas;
da del 90. Los autores plantean dos hipótesis: allí estalla el levantamiento de los 90, en-
a) el ajuste es el factor que penetra y subvier- tre las demandas de cambio y las ofertas
te las estructuras agrarias y alimenta la movi- recortadas del Estado. Y el levantamiento
lización étnica y b) el reforzamiento de las será un acontecimiento histórico en don-
identidades étnicas desde las comunidades es- de un proceso diverso, descentralizado y
tá vinculado directamente con el proceso de heterogéneo que surge de lo local encuen-
transición a la globalización por medio del tra su referente nacional. La CONAIE es
surgimiento y consolidación de un liderazgo más que una causa un “producto” del
indígena autónomo (que genera el programa acontecimiento.
y el discurso que cohesiona la identidad). La • El libro diferencia dos fases en la década
globalización de alguna manera facilita un so- de los 90s: la primera que va hasta 1995
porte ideológico común para todas las capas está marcada por la agenda de lucha por la
indígenas: el de la reafirmación de la etnici- tierra, el agua y otras demandas propias de
dad para hacerle frente a los cambios acelera- su base agraria; la segunda va de 1995 a
dos y amenazantes de la modernización. 2002 y es cuando se desencadena la crisis
Para los autores, los cambios agrarios, la política y económica del país hasta el gol-
reforma del Estado y el propio movimiento pe de Lucio Gutiérrez (un período marca-
indígena de los 90 tienen sus raíces en el gran do por la iniciativa indígena). Es en esa fa-
giro histórico que da el país desde los 60, a sa- se que toma cuerpo el perfil étnico, cues-
ber, el declive del sistema de hacienda en la
ICONOS 159
reseñas
tionador del poder del Estado, y éste con- mero cuanto en su cosmovisión o un “et-
vierte al movimiento indígena en actor hos” de resistencia a la modernidad, una
político nacional. forma distinta de ver el mundo, de organi-
• Tomando como base el caso de Cotacachi, zarse, de relacionarse con la naturaleza, así
Guerrero y Ospina estudian los cambios como una manera diferente de plantear el
agrarios posteriores a la reforma agraria, desarrollo. Se trata de una dimensión cul-
en torno a procesos de compra-venta de tural que es compartida, no sólo por los
propiedades en el mercado de tierras. Hay indígenas, sino también por amplias capas
varias ideas que sostienen los autores: en la de mestizos, lo cual explica que el movi-
Sierra los grandes propietarios prosperan miento indígena se haya convertido en el
en el marco del neoliberalismo, logran fre- eje fundamental de resistencia al proceso
nar la reforma agraria e imponer la libera- de ajuste, en la medida que aquel expresa
lización en el agro. En contraparte, la ini- una serie de valores y opiniones que los
ciativa indígena logra y mantiene un sec- grupos mestizos no son capaces de soste-
tor importante de la tierra en manos de los ner abiertamente.
campesinos y consigue detener provisio- • El libro sitúa la cobertura de la extensa red
nalmente los procesos de concentración organizativa en que se sustenta el movi-
de la propiedad. miento, que va desde las organizaciones de
• Respecto del problema de la identidad, los base hasta las organizaciones nacionales, y
autores diferencian los marcadores étnicos plantea el debate en torno a la diversifica-
que pertenecen a “los círculos interiores” ción que se produce tanto por las modifi-
de la identidad -lengua, auto identifica- caciones estructurales de la base social
ción indígena, vestimenta, adscripción a (cambio de ocupación, migración, movili-
las comunidades-, de la socialización pri- dad de una capa dirigencial) como por
maria y punto de partida del movimiento una diversificación organizativa (juntas de
de revitalización del movimiento. Es a agua, grupos productivos, etc.) y su rela-
partir de este núcleo duro de la identidad ción con una oferta diversificada de pro-
que se proyecta a los “círculos exteriores de gramas estatales y de cooperación.
la identidad” configurada por una serie de • La obra introduce, también, el debate en
grupos de la población y los gobiernos lo- torno a las potencialidades de las organiza-
cales. Guerrero y Ospina analizan los ele- ciones tanto desde una visión “optimista”
mentos étnicos a partir de tres fundamen- (según la cual la acumulación de capital
tos: la dinámica poblacional, la dinámica social por parte de los indígenas les permi-
organizativa y comunitaria y los itinerarios te incidir en la transformación de las insti-
de la elite indígena en sus historias de vi- tuciones y en avances en el campo del de-
da. Para ello reconstruye los debates en sarrollo, en la línea de los trabajos de Víc-
torno a los datos censales, que no alcanzan tor Hugo Torres, Galo Ramón, Thomas
a dar una visión completa del peso demo- Carroll) como la visión crítica que plantea
gráfico de la población indígena, y recoge que de alguna manera el desarrollo es un
los aportes de Galo Ramón, lo que integra campo minado y que el discurso de la coo-
el peso territorial de la población. Los au- peración internacional es usado como un
tores cuestionan la visión de los censos recurso para amortiguar los conflictos y
que busca reducir a los indígenas a una bajar el perfil de las organizaciones del
cantidad y recogen los argumentos de Luis campo (siguiendo los trabajos de Luciano
Macas y Fernando Bustamante, quienes Martínez y Víctor Bretón).
coinciden en señalar que la fuerza del mo- • Asimismo, recoge los itinerarios de vida de
vimiento indígena no está tanto en el nú- dirigentes indígenas desde su vivencia

160 ICONOS
campesina y sus diversos caminos de mo- a los independientes que permite el surgi-
vilidad a la ciudad, desde la agricultura al miento del Pachakutik-. Pero también las re-
comercio, la educación, la organización formas implican un fortalecimiento del presi-
social o su intervención en el campo del dencialismo y un desmontaje de las áreas es-
desarrollo y en los gobiernos locales en tatales y sociales.
donde se reafirman los elementos de iden- Un aporte importante tiene que ver con el
tidad. Ésta elite será un actor fundamental reconocimiento de una tendencia de fondo
en la construcción de la identidad, en la respecto a la diversificación del movimiento
formulación del discurso étnico y en la red indígena, lo cual se produce desde hace varias
organizativa y política del movimiento. décadas pero se acelera en los 90. Esa diversi-
• Posteriormente, el libro analiza la reforma ficación explicaría en buena parte las dificul-
política y los hitos principales de la crisis tades actuales del movimiento para contar
política de finales de los 90, particular- con una propuesta ideológica y política unifi-
mente las caídas de Bucaram y Mahuad y cada y coherente. En este campo el libro da
la intervención del movimiento indígena elementos para comprender los debates ac-
en ese contexto; en el primer caso, como tuales sobre el perfil programático del movi-
una vertiente secundaria frente al amplio miento (propuesta étnica vs. propuesta am-
movimiento ciudadano, urbano y serrano plia de cambios ante la hegemonía neolibera-
que se despliega en el país, y en el segun- lismo), las alianzas (las potencialidades de
do, como factor directo que incide junto a unir una base rural o integrar a sectores mes-
las FFAA en el poder. tizos), las estrategias (institucionales o de lu-
• Finaliza con algunas conclusiones en tor- cha directa) y el propio carácter del Pachaku-
no a la idea de que ese proceso ha sido po- tik (partido indio o partido pluricultural). En
sible por la presencia de un Estado “trans- ese sentido, el libro indaga las dos lecturas en
formista”. Aplica la categoría de Gramsci torno al desarrollo del movimiento indígena:
al caso ecuatoriano, el cual tendría carac- ¿Es comprendido como el eje central de una
terísticas particulares: producir reformas al estrategia de cambio radical y estructural de
tiempo de absorber los cambios de mane- la sociedad? ¿O es comprendido como un
ra pacífica, buscando disolver molecular- movimiento más modesto en sus aspiraciones
mente la capacidad de resistencia y revolu- de cambio social, que busca afectar las rela-
ción de los movimientos sociales. ciones interétnicas y por esa vía transformar
uno de los aspectos de la sociedad?
Habría que hacer varios señalamientos sobre Los autores van más allá de ciertas lecturas
el estudio: en primer lugar es una contribu- dicotómicas argumentando, junto con Marc
ción a la comprensión de los cambios agra- Saint-Upéry, que el discurso étnico y el de
rios, políticos y al desarrollo del movimiento cambio social no son excluyentes ni antagóni-
indígena, especialmente ubicando los conflic- cos sino parte de una misma agenda. La utili-
tos y tendencias que surgen en la década del zación de la categoría del transformismo tam-
90. En ese sentido, el texto aborda un examen bién ayuda a entender un proceso de refor-
de las reformas neoliberales en sus varias face- mas pero también de compromisos de las ca-
tas contradictorias: por un lado produce una pas subalternas. Se podría decir que el estado
aguda resistencia indígena que, si bien no lo- ecuatoriano es de alguna manera un “Estado
gra detener la liberalización, preserva un es- transformista” que acepta demandas avanza-
pacio importante para la propiedad campesi- das como las de los derechos colectivos así co-
na. Por otro lado, hay una apertura en el cam- mo la constitución de un polo político como
po legal -reconocimiento de los derechos co- el Pachakutik pero buscando “sujetar” al mo-
lectivos- y en el ámbito electoral -con el voto vimiento.
Si bien el análisis sobre el estado transfor-

ICONOS 161
reseñas
mista o camaleónico está planteado de mane-
ra en gran parte hipotética, es una pista que
permite leer la complejidad de los cambios
ante los cuales el movimiento indígena no tie-
ne todas las respuestas, lo cual revela sus va-
cíos en su proyecto étnico y programático.
Realizar un estudio del ajuste y el movi-
miento indígena deja también algunos vacíos,
como es el comportamiento de los sectores
dominantes del país y las dificultades en la re-
forma del Estado. En buena parte el análisis
da una lectura evolutiva de la reforma neoli-
beral, dejando al margen las trabas y obstácu-
los que esta tiene en el Ecuador. Así, queda
fuera del foco del estudio la crisis política y -
en particular- los problemas que afectan a las
elites dominantes de la Costa y la Sierra, la
crisis de los partidos y los problemas de go-
bernabilidad.
Antes de terminar quiero reafirmar tres
elementos adicionales que le hacen más inte-
resante el libro. En primer lugar, combina en-
tradas de varias disciplinas: desde la sociolo-
gía rural, especialidad de Guerrero, y la antro-
pología y la historia, especialidades de Ospi-
na, de manera que logra mirar la realidad en
diversos planos. Además, sistematiza los de-
bates de los 90, tanto de los intelectuales de la
academia como del movimiento indígena, lo
cual le convierte en una “línea de base” para
los debates actuales. Por último, se trata de un
libro bien escrito, creativo, con muchas imá-
genes, con un manejo documentado de las
fuentes y una integración viva de los concep-
tos con la realidad.

Santiago Ortiz

162 ICONOS
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de su
Asi, la
impuesto
educación
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Contenido de ICONOS 19, mayo 2004

COYUNTURA DIÁLOGO

Violencia: Otra globalización es posible


peligros autoritarios y desafíos democráticos Diálogo con Boaventura de Sousa Santos
Augusto Barrera Guarderas
Fernando García y Miguel Chavarría

Recursos genéticos, conocimientos tradi- TEMAS


cionales y propiedad
intelectual: piezas claves en los TLC Es la lógica algo obsoleto?
María Fernanda Espinosa Un análisis de los acuerdos sobre la base de Manta
Teodoro Bustamante
DOSSIER

Dolarización y desdolarización: Sin el Fondo, ¿quién estará fuera del mundo?


elementos para el debate Teoría y práctica de la intervención
Introducción al Dossier del FMI en América Latina
Fander Falconi Francesco Martone

Auge y derrumbe de la convertibilidad Elaborando el silencio:


argentina:
la respuesta de Sor Juana Inés de la Cruz
lecciones para Ecuador
Mercedes Prieto
Saúl Keifman

América Latina: FRONTERA


buscando el rumbo perdido
Carlos Parodi Trece La provocadora soledad de la teoría
A propósito de la herencia intelectual de Norberto
Dolarización y desarrollo humnao en
Bobbio
Ecuador
Julio Echeverría
Carlos Larrea M.

Dolarización o desdolarización Las búsquedas de Norbert Lechner


¡esa no es toda la cuestión! Felipe Burbano de Lara
Alberto Acosta
RESEÑAS
Costos del abandono de la dolarización
en Ecuador José Antonio Figueroa Pérez,
Marco P. Naranjo Chiriboga Del nacionalismo al exilio interior:
el contraste entre la experiencia
El dólar vale más modernista en Cataluña y
Una reflexión sobre dinero, Estado e identidad los Andes americanos,
Emilia Ferraro Roberto Follari

DEBATE Luciano Martínez Valle,


Dinámicas rurales en el subtrópico,
María Dolores Vega
La construcción social y cultural de la música
Comentarios al dossier de Íconos 18 Carlos Larrea,
Hernán Ibarra Pobreza, dolarización
y crisis en el Ecuador,
La identidad colectiva y el proceso de mo- Gustavo Arteta
dernización:
Tamara Estupiñán,
entre coerciones universalistas y valores particularistas
Tras las Huellas de Rumiñahui,
H. C. F. Mansilla Carlos Espinosa

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