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Ayes de Dios

ENERO 24, 2014 / AUTOR

Según la RAE el uso de la palabra “Ay” se usa para expresar muchos y muy diversos movimientos del
ánimo, y más ordinariamente aflicción o dolor. Cuando es seguida de la partícula de y un nombre o
pronombre, denota pena, temor, conmiseración o amenaza. En la biblia encontramos encontramos las
siguientes advertencias:

Hay un “ay”… Para los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo

Isa. 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las
tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

Hay un “ay”… Para los orgullosos

Isa. 5:21 ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!

Hay un “ay”… Para los que intentan esconderse de Dios

Isa. 29:15 ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y
dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?

Hay un “ay”… Para los que se apartan de Dios e ignoran su voluntad

Isa. 30:1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con
cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!

Hay un “ay”… Para los que ponen su fe en las riquezas


Isa. 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en
carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a
Jehová!

Hay un “ay”… Para los faltos de integridad

Isa. 33:1 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti
la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará
contra ti.

Hay un “ay”… Para los cristianos cómodos

Amos 6:1 ¡Ay de los reposados en Sión, y de los confiados en el monte de Samaria, los notables y
principales entre las naciones, a los cuales acude la casa de Israel!

Hay un “ay”… Para los hipócritas

Mat. 23:13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos
delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Hay un “ay”… Para los que no testifican por el Señor

1 Cor. 9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad;
y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

Hay un “ay”… Para los que pasarán por la gran tribulación


Apoc. 12:12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del
mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Hay un “ay”… Para los malvados

Job 10:15 Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando hastiado de
deshonra, y de verme afligido.

Isa. 3:11 ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

Hay un “ay”… Para los bebedores de vino

Prov. 23:29-35 ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las
quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se
detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, Cuando
resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid
dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace
en medio del mar, O como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me
dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.

Isa. 5:11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche,
hasta que el vino los enciende!

Isa. 5:22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;

Hab. 2:15 ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para
mirar su desnudez!

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