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pollo

5 tomates tipo pera

3 pimientos verdes

2 zanahorias

2 cebollas pequeñas

6 dientes de ajo

6 cucharadas soperas de tomate frito

1 cucharada sopera de pulpa de pimiento choricero

Guisantes en conserva al gusto

1 vaso de vino blanco

Aceite de oliva

Agua

Sal

Comenzaremos picando los ajos y la cebolla muy fino y poniéndolos a


sofreír en una cazuela plana con aceite de oliva cubriendo el fondo y
un poco de sal.

Luego añadiremos la zanahoria también picadita y cuando la cebolla


comience a transparentar, agregaremos los pimientos verdes también
picaditos.

En que el pimiento verde esté a medio hacer, agregaremos los


tomates cortados en cubitos. No es necesario pelarlos, pero si queréis,
podéis hacerlo sin problema.
Dejaremos que el tomate se vaya cocinando despacio y veréis cómo
se va deshaciendo. Cuando esté deshecho, agregaremos el vino
blanco y un poco de agua para que no se peguen las verduras al
fondo.

Tenemos que despiezar el pollo y quitarle la piel a todo excepto a las


alas. Luego colocaremos los trozos de pollo en el interior de la
cazuela, procurando que no queden unos montados encima de otros.
Si el agua no los cubre mucho, pondremos un poco más.

Cocinaremos el pollo durante 60 minutos más o menos. Cuando falten


unos 20 minutos, añadiremos los guisantes, el tomate frito y la pulpa
de pimiento choricero. Mezclaremos bien todo y dejaremos cocinando
el resto del tiempo que he indicado anteriormente.

Cuando el guiso esté terminando, comprobaremos el punto de sal y lo


corregiremos si es necesario. Una vez tengamos el pollo
perfectamente cocido, retiraremos la cazuela del fuego y la dejaremos
tapada durante 10-15 minutos más para que el guiso repose.

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