Está en la página 1de 1

El sentido de la ética

Tal vez nunca como ahora se habla hablado tanto de ética. Hasta podría pensarse que se ha
puesto de moda. Resulta sintomático que en diversos órdenes de la realidad: la política, los
negocios, el espectáculo, la investigación, se hagan frecuentes apelaciones a la ética. La
heterogeneidad de esta llamada debe precavernos ante una probable trivialización del concepto y
su significado, La frecuencia de su mención puede conducirnos a que parezca que todos sabemos
cuál es su significado y su función en el desarrollo de la vida social e individual.

Pero si hiciéramos un alto en nuestra agitada existencia y nos preguntáramos ¿Cuál es el lugar de
la ética en nuestra vida? O ¿Para qué la ética? Seguramente muchos quedaríamos perplejos o por
qué no?, desconcertados ante tan sencilla pero fundamental pregunta, puesto que concentrados
como nos hallamos en la búsqueda de medios para sobrevivir en una sociedad que nos agobia con
sus exigencias y nos pone a competir unos contra otros, poco espacio queda para reflexionar con
sentido racional, critico, sobre nuestro proyecto de vida y mucho menos sobre temas que no
reportan beneficios materiales inmediatos.

Tradicionalmente la ética en nuestro medio se ha identificado con la religión. Nuestro país, desde
la colonia, se constituyó sobre una base moral religiosa y ello perduró hasta hace poco tiempo. En
ese sentido la educación nos enseñó que lo moral y lo religioso eran una misma entidad que
estructuraban el orden social y político

También podría gustarte