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La partida final 

como un juego de ajedrez, va moviendo los temas de la


muerte con inteligencia y pasión. El abordaje se va haciendo desde los
sentimientos encontrados del moribundo con sus seres queridos y
cercanos y la opinión de los expertos pero sensibles al tema.

Algo que llama la atención en estos cuarenta minutos del documental, es


ver cómo las elecciones frente a la muerte, se reducen a unas
pocas: morir en un entorno de amor, es decir, rodeado de aquellos a
quienes amas o frente a lo inevitable, morir sin complicaciones ni
esfuerzos inútiles.

Mitra de ascendencia iraní, 45 años

Es de admirar como en todos los casos presentados, el que está por


morir, muestra una serenidad inconmovible, mientras que sus cercanos
son los que llevan la procesión. Y es que la muerte nos acerca a la
simplicidad y a la sencillez.

¡Qué contradictorio somos los seres humanos! Mientras estamos sanos,


buscamos la simplicidad de la vida, pero hacemos todo lo contrario para
complicarla. Pero cuando estamos cerca del final, entendemos que
solo una cosa es importante: Amar y ser amado. Inclusive, diría que
de las dos, la más importante es lo primero.

Pat murió en la Casa del Zen Hospice antes de la quimioterapia

Otros puntos importantes de este pequeño documental es el rol de la


medicina paliativa en estas situaciones. Vemos médicos, enfermeros y
voluntarios que emparentados con la muerte, ayudan a estos pacientes
terminales, a llevar en paz, el fin de sus vidas. Una vocación muy
especial, definitivamente, que justifica toda la profesión médica.

Bruce murió en la casa del Zen Hospice

Los principios que ellos asumen para desempeñarse en este


servicio, son amabilidad, franqueza, conciencia de vulnerabilidad y
apertura al intercambio. Es decir, con la amabilidad generas el primer
contacto de empatía, con la franqueza, la relación se desarrolla
abiertamente, la vulnerabilidad nos hace ver que nadie es inmortal y no
es una desgracia morir, y finalmente, el intercambio nos pone siempre
en condición de aprender. Por más que uno sea el médico, el enfermero
o el paciente, todos aprendemos de todos. Nadie está en una posición de
privilegio ni de jerarquía.

Kym murió en casa, tres semanas después de salir del Hospital

Finalmente, algunos comentarios de los aspectos formales del


cortometraje. Proust decía que “el estilo no es una cuestión de
técnica sino de visión”. Y en Rob Epstein y Jeffrey Friedman, se ve
claramente que del respeto y la honra por la muerte, emerge una
fotografía delicada y poética que nos amista con esa realidad que la
sociedad de consumo ha puesto como nuestra enemiga. Pero como
decía un doctor en este documental, “el dolor es duro pero puede ser
conmovedor y hermoso”. Y creo que estos dos cineastas siendo fiel
solamente a su visión conciliadora de la muerte, han hecho que nosotros
despertemos a la vida, en su partida final.

Final de partida, o su título original End game, es un cortometraje estremecedor, muy


duro de ver y de digerir.
Final de partida es un documental de 40 minutos, vamos, que es mas bien un
mediometraje,  que se centra en un grupo de médicos que se dedica a trabajar con
pacientes que están en el abismo que se encuentra entre la vida y la muerte. A través
de sus acciones y de sus propios testimonios, tratan de cambiar la percepción que
muchos espectadores tienen acerca de ellos y del mundo en el que se desenvuelven.
Todo esto, lo vemos mientras se sigue la evolución de varios pacientes terminales que
se enfrenta a un final inevitable, y que coinciden con unos médicos que quieren
cambiar nuestro enfoque sobre la vida y la muerte.
La partida final genera empatía no solamente por los casos graves que recoge, también y sobre
todo por la forma en que los involucrados asumen lo que les ocurre. Muchas veces con un temple
y una entereza envidiables.

El documental de Rob Epstein y Jeffrey Friedman, pretende -y lo logra- comunicar esperanza en


medio del dolor y el desaliento que puede generar una pérdida.  
Si bien es cierto que es imposible ponerse en el lugar de otros que han sufrido situaciones tan
graves, también es verdad que al menos por un instante al ver este audiovisual  te será fácil
entender (me pasó) que no todo problema con el que lidiamos es una tragedia, como en ocasiones
pensamos. Trágico es afrontar la muerte y aún así hay quién lo hace con valor.

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