Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para un alumno no existe nada peor que sentirse perdido en clase. No tener
idea del tema que están dando, ni saber qué es lo próximo que van a dar, los
desanima enormemente. Por ello el profesor tiene la tarea de presentar desde
el primer día el plan de estudio, las unidades que van a dar, y comprometerse a
hacer el mismo mecanismo cada vez que va a comenzar un tema nuevo. De
esta manera los estudiantes saben qué se espera de ellos y qué deben hacer
para tener éxito en esa clase.
2. Permite el intercambio de ideas
Asistir a clase para ser un agente pasivo ya no es una posibilidad. Los
estudiantes están acostumbrados a las redes sociales donde constantemente
pueden dar su opinión y comentar sobre todo. Por ello esta dinámica debe
aprovecharse en el área educativa. Los profesores tienen que dar un paso
atrás de tanto en tanto para permitir que se generen intercambios de idea ente
los alumnos. El ida y vuelta permite que aprendan del otro y es una buena
oportunidad para que el docente observe si realmente comprendieron los
conceptos y contenidos que está dando.
3. Haz devoluciones siempre que puedas
Claro que es más sencillo llevarte a tu casa las tareas, corregirlas y devolverlas
al otro día con la calificación, pero no es la opción más efectiva. Para que los
estudiantes sepan si realmente están avanzando y mejorando, eres tú el
encargado de darles una devolución sobre lo que hicieron. Una manera es
hablando con el grupo entero y proceder a señalarles las debilidades que aún
tienen y cómo pueden mejorarlas.
4. Realiza evaluaciones sobre el proceso de formación
Además de los clásicos exámenes y pruebas para evaluar lo aprendido,
deberás realizar evaluaciones para analizar el proceso de formación de tus
estudiantes. Compara el desempeño que están teniendo con las metas que
deberían ir cumpliendo según los objetivos plantados desde el principio. Al
hacerlo con frecuencia podrás adaptar los materiales y la velocidad con la que
avanzas. Incluso puedes pedirles a ellos que evalúen tu forma de actuar.
Porque, sí, las preguntas son más importantes que las respuestas: las buenas
preguntas conducen al aprendizaje. Tienen valor en sí mismas (lo cual no
significa que las buenas respuestas no lo tengan, pero una buena pregunta
revela indagación y, a menudo, una respuesta implícita y un proceso
constructivo para hallar la incógnita). Es más: es muy recomendable que
"premies" ese tipo de acontecimientos y los tengas en cuenta a la hora de
poner la (muy sobrevalorada) calificación.
12. Reconoce la clase de grupo que tienes. Todas las personas que han
enseñado alguna vez saben que existen diferentes clases de estudiantes.
Identifica cuál es la clase de actividad que es mejor recibida y cuál es la forma
en la que ellos aprenden más rápido. Es muy posible que una actividad de
discusión abierta funcione muy bien en un grupo de estudiantes que guste de
hablar mucho.
Los monos y los dos viajeros
Una pareja de viajeros, los cuales se distinguían por decir uno siempre la verdad y el otro
únicamente mentiras, marchaban conjuntamente por un camino cuando por azar divisaron al
final de este a dos simpáticos monos.
Uno de ellos, que se había convertido en el monarca de los monos, les obligó a que fueran a
verle, para contarle que pensaban de él. Tras una serie de preparaciones el rey mono les
saludó de esta manera:
- ¿Qué tipo de rey les doy la impresión de ser? El viajero que solo decía mentiras contestó:
- Creo que es el rey más fabuloso que he podido tratar -¿Qué le parecen los que me rodean? –
Preguntó el mono
- Son los súbditos más entregados que nunca he visto. Satisfecho ante tanta alabanza, les dijo a
sus más directos colaboradores que le dieran un regalo a tan amable viajero.
Al ver el otro viajero como premiaban a su compañero, pensó para sus adentros que si le decía
toda la verdad, tendría un regalo mayor.
Preguntado de la misma manera que el viajero mentiroso, este contestó:
- Me pareces un mono normal y corriente, al igual que el resto de monos que te acompañan.
Al escuchar tan impertinentes palabras, se enfureció de tal manera, que el mismo comenzó a
morder y arañar a tan mal invitado.
MORALEJA
Nunca le digas la verdad a quien le gusta ser alabado, ya que nunca la aceptará de buen grado