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BARQUISIMETO-EDO-LARA
LA SEGURIDAD SOCIAL Y EL
NAILEE CASTILLO,
Barquisimeto, junio 2020
A partir de la construcción de una estructura social incluyente, un nuevo modelo
social, productivo, humanista y endógeno, se persigue que todos vivamos en
similares condiciones, rumbo a lo que decía el Libertador: " La Suprema Felicidad
Social". La satisfacción de las necesidades sociales está vinculada con el sistema
de producción distribución de bienes y servicios, porque solo en la medida en que
los trabajadores en Venezuela contribuyan con la producción de la riqueza social,
según sus capacidades, junto con el desarrollo de sus potencialidades creadoras,
aumentan las probabilidades de satisfacer las necesidades sociales.
La Constitución de 1999 reconoce a la salud como un derecho social
integral, garantizando como parte del derecho a la vida y a un nivel digno de
bienestar, quedando superada la concepción de la salud solo como enfermedad.
El artículo 83 establece que “La salud es un derecho social fundamental,
obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El
Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el
bienestar colectivo y el acceso a los servicios.”
El artículo 84 dispone la creación de “un sistema público nacional de salud,
de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de
seguridad social, y regido por los principios de gratuidad, universalidad,
integralidad, equidad, integración social y solidaridad.”
El artículo 85 dispone que “el financiamiento del sistema público nacional
de salud es obligación del Estado, el que integrará los recursos fiscales, las
cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de
financiamiento que determine la ley.”
Asimismo, establece que “el financiamiento debe ser suficiente para
satisfacer las políticas y programas de salud.”
El artículo 86 establece que “Toda persona tiene derecho a la seguridad
social como servicio público de carácter no lucrativo, que garantice la salud y
asegure protección en contingencias...”
De acuerdo con estas disposiciones, el derecho a la salud en Venezuela
goza de un reconocimiento amplio que favorece su exigibilidad y justiciabilidad, el
Estado asume, entre sus obligaciones, el desarrollo de políticas, programas y
servicios de salud que buscan asegurar el estado de bienestar, con equidad y
acceso universal a los servicios de salud mediante la garantía de la gratuidad.
Así comenzó a gestarse la Misión Barrio Adentro en todo el país y ya para mayo
de ese mismo año, este plan se había extendido más allá de las barriadas
caraqueñas para llegar al municipio Sucre del estado Miranda y casi de inmediato
sembrarse en todos los rincones del país.
Desde su inicio Barrio Adentro cuenta con la acción solidaria de los
médicos cubanos, cuyo apoyo desinteresado y humanitario ha sido pieza clave
para el propósito de garantizar un derecho social fundamental como la salud. Este
valioso grupo de hombres y mujeres que dejó su país para venir a apoyarnos, ha
desarrollado múltiples e importantes actividades en el área de la prevención de
enfermedades, visitando casa por casa, haciendo seguimiento a cada consulta, en
permanente contacto con la comunidad, que tan bien los ha recibido y de quien
han obtenido todo el respaldo a través de los Comités de Salud.
Este proyecto también conocido como Hospitales del Pueblo implica la
modernización de los centros hospitalarios con equipamiento médico y
electromecánico, también significa un cambio en la prestación de servicios con
ampliación de los horarios de atención mañana y tarde, además del incremento en
la capacidad resolutiva de servicios como Salas de Parto, Quirófanos y Terapia
Intensiva.
Este ambicioso plan se inició con la aprobación de recursos para atender
la insuficiencia presupuestaria por concepto de gastos de funcionamiento de los
hospitales, esta es la gran red de salud que coordinará el Ministerio de Salud y
Desarrollo Social para toda la colectividad, sin exclusión, basada en los principios
de universalidad, equidad, gratuidad, integralidad y solidaridad, tal como lo
expresa el artículo 84 de la Constitución Nacional.
En el marco de los derechos, se asume la educación como un derecho
humano y un deber social de toda persona, sin ningún tipo de discriminación, con
carácter de obligatoriedad y de gratuidad que el Estado debe garantizar, haciendo
énfasis en los sectores más vulnerables de la población, de allí la pertinencia de la
equidad como principio ético político.
El impulso constitucional y legal para la transformación social, política,
económica, territorial e internacional, demuestra claramente que Venezuela,
signatario de Las Metas del Milenio en la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) las trasciende e incluso, las revoluciona para hacer de la educación y el
trabajo los procesos fundamentales para el logro de los fines del Estado.
Tal como lo establece el Artículo 3 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y cuyo sustento lo constituye el pensamiento
Robinsoniano:
La educación es el vínculo principal de promoción del saber, que es
necesario difundir y está vinculado a la formación de virtudes sociales; amor a la
patria, que es el bien común y amor al trabajo productivo, entendido como
actividad liberadora.