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ARTICULO DE OPINION

CIELO MARIA QUIROGA RODRIGUEZ

ID: 676891

DOCENTE: KARLA LEANDRA RAMOS

NRC: 5967

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS “UNIMINUTO”

CONTADURIA PUBLICA

RESOLUCION DE CONFLICTOS

NEIVA - HUILA

2020
LA MALDAD HUMANA: INNATA, HERENCIA O CIRCUNSTANCIAL

En la actualidad, se ha vuelto normal y cotidiano los problemas y/o conflictos por cuestiones de
ideología, creencias, medio ambiente, sociales, culturales, políticos, sexuales, educativos, etc.; que
resultan de la intolerancia e irrespeto hacia la otra persona; sin embargo, hay una pregunta e
inquietud que debemos responder y es ¿Cómo entiendo al prójimo?, cuestión a resolver no de
forma general sino revisando todos los aspectos y dimensiones en los cuales se encuentra inmerso
el ser humano, condición que permite que actos y pensamientos malignos, infernales, oscuros y
negativos invadan nuestro cuerpo y mente atormentando nuestras relaciones intra y
extraperssonales.

En primer lugar, debemos conceptualizar y reconocer que es un conflicto el cual no es más que
una serie de desacuerdos de distinta índole por parte de las personas, el cual genera hechos o
acciones que atentan contra la integridad del ser, y es que para ser considerado conflicto debe ser
un problema, el cual es una diferencia de sentimientos y emociones presentadas en una situación
o circunstancia general.

La humanidad vive en constante conflicto por temas sencillos y centrales, pero su falta de empatía
y comunicación hace de las relaciones un espacio de conflictos y ligeras problemáticas que
conllevan a una sociedad a la ceguedad y la optimación de guerras sin sentidos.

Las emociones no solo son expuestas para acontecimientos problemáticos, estas también se
manifiestan en las reacciones de felicidad, tristeza y amor, por lo que las emociones son más que
información nerviosa que emite en la persona una reacción negativa.

Debido a nuestra naturaleza humana, decir que los conflictos y problemas tienen caducidad es
ilógico e irracional, difícil de responder debido al paradigma entre el existencialismo y la razón.

Porque si el ser humano fue creado con amor, justicia, sabiduría y bondad, coexista una parte
oscura e infernal, llena de odio, resentimiento, maldad y sufrimiento; inquietudes que pretenden
ser resueltas, debemos recordar a Juan Pablo II que dijo: “el cielo y el infierno están dentro de cada
uno de nosotros”, pero, ¿cuándo estas dos instancias tomaron posesión de la naturaleza humana?
y será que la maldad surgió en el instante en que los primeros habitantes fueron tentados y
expulsados del Edén.

El bien y el mal son ideas que vienen desde el principio de los tiempos, son inherentes a la
naturaleza humana y por ello tienen la capacidad del libre albedrio en su toma de decisiones; la
maldad se ha dejado notar de manera cruel y despiadada en la inquisición, el caso de Paulina con
las violaciones y enfermedades, la venganza y rivalidad de Ruanda entre las poblaciones de hutus
y tutsis, entre otros. Estudios realizados sobre el comportamiento y las emociones de las personas
han resultado una incógnita debido a muchos aspectos que se implican en el desarrollo de las
emociones. Las emociones por su intensidad son de difícil manejo, pero hay que tomar una
posición resolutiva y negociada para lograr un acuerdo acertado.

El negativismo ocupa espacio en el cerebro impidiéndonos aprender, recordar y escuchar lo que


nos están diciendo, haciéndonos actuar de forma inconsciente, y dominados por la ira. Lo
realmente importante es poder controlar las emociones, colocarse en la posición de los demás
mediante actitudes positivas que ayudan a mantener la armonía fomentando la resolución de
conflictos.

El capítulo 1 del libro “El efecto Lucifer” enuncia tres verdades, la primera es que, así como el
mundo está lleno de bondad, también lo está de maldad y ha sido así desde el principio; lo segundo
es que la barrera entre el bien y el mal es nebulosa, es decir no es clara, no está definida y la tercera
es que los ángeles pueden convertirse en demonios y lo más extraño, que los demonios se
conviertan en ángeles; perspectiva que considero va mucho más allá de un tema religioso, puesto
que el hombre es un multiverso.

El Dr. Philip Zimbardo, autor de “el efecto Lucifer”, hace una exposición de aspectos más
relevantes que infieren en la transformación del pensamiento humano; dichas transformaciones
están dadas por unas concepciones, entre ellas las situacionales como la pobreza, narcotráfico,
corrupción, violencia, entre otras; que conllevan al ser humano a actuar de una manera deliberada
y capaz de dañar y humillar a las demás personas. La determinación de las condiciones pone a
prueba la voluntad del hombre e inhiben el punto de la capacidad de hasta donde le es posible
llegar y de soportar.
Entonces es necesario que, como personas racionales, sepamos establecer buenas relaciones de
comunicación, que nos conlleven a transmitir o proyectar de manera positiva las emociones
generadas por las situaciones vivenciadas, no se debe permitir que las emociones gobiernen el
entorno de nuestro ser, y se conviertan en obstáculos para tomar las decisiones adecuadas en
tiempos difíciles.

Nuestra naturaleza humana y la capacidad de mantener relaciones interpersonales, es el resultado


de nuestra maduración social y mental, la cual nos ayuda a entender las diferencias de las personas,
en donde los conflictos y problemas no serían procedentes en la sociedad y concluiríamos nuestra
tan anhelada y mitológica “paz”, la cual se desea, pero en la construcción de la misma es pobre y
mediocre. Los conflictos son eventos, sucesos y actos que nos permiten comprender al prójimo
mediante una solución que pueden ser de diversas situaciones.
BIBLIOGRAFIA

Zimbardo P. 2008. El efecto Lucifer, el porqué de la maldad. Barcelona, España. Editorial Paidós
Ibérica.

Guedan, M. y Ramírez, R.D. 2005. Resolución de conflictos en el s. XXI. Madrid, España.


Editorial Trama

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