Está en la página 1de 108
Sociologia Sociologia fundamental El interés de este libro radica en su proposito central: ofrecer al lector una introduccion general a la sociologia con todos los elementos que le son propios pero sin caer en las matrices pref guradas (individuoy, sociedad, «comunidad, familia, rob, etc.) que la identifican como ciencia social pero que a la vez constitu: yen sus més serias trabas conceptuales. Se trata, pues, de una sociologia fundamental en la medida en que apunta a los proce- sos € incidencias de la interaccion social en una instancia, si se quiere, precategorial del conocimiento, Colocado en esta posicién, Elias busca una nueva definicin de lo social y para ello propone en este libro distintos accesos, por medio de modelos de juego, centramados y figuraciones, y concibe nociones tales como distan- ciamiento, monopolizacién, desplazamiento, que supone aptas para redisefar la representacion actual de la sociedad, Norbert Elias nacié en 1897 en Breslau. Pertenece por gene- raciOn y formacién intelectual a la gran cortiente de pensamiento alemana que el nazismo y la guerra diseminaran por todo Cccidente, Estudi6 medicina, psicologia y flosofia y ensefié en las universidades de Francfort, Paris, Londres, Leicester y Legon (Ghana) y en la London School of Economics. S20 96-7452-156-9 editorial «= 91 788474"321548) cap im 208A | Cel (Trot Cole ULTa tte a fundamental st Chysty tr Norbert ioe Sociologia Norbert Elias _ Sociologia fundamental exeeihy editorial Editorial Gedisa ofrece scsgine iso se SOCIOLOGIA FILOSOFIA _ FUNDAMENTAL pertenecientes a sus diferentes colecciones y series Jon Erster = Juicios saloménicos Ian Hackinc La domesticacion del azar por ‘THeopor VIEHWEG Topica. 'y filosofta del derecho GeorGe STEINER En el castillo de Barba Azal PIERREGRIMAL Los extravios de la libertad down Tar Norbert Elias bdsicos de las ciencias sociales E. Bausier, G. DeLeuze Michel Foucault, fildsofo Y OTROS Jose MARiA BENEYTO Apocutlipsis de la modernidad Grecorio KAMINSKY Spinoza: la politica de las pasiones Martin Hewecer introduccin a la metafisica Prer ALDO Rovatti Como la luz tenue GeorGES BALANDIER EI desorden HANNAH ARENDT Hombres en tiempos de oscuridad . torial ‘Titulo del original alemén: Was ist Soziologie? © Juventa Verag Munchen, 1970 Traduccién: Gustavo Mutioz Diseiio de cubierta: Marc Valls © by Editorial Gedisa, S.A. Muptaner, 460, entlo. 1+ Tel. 201 60.00 08006 - Barcelona, Fspafia ISBN: Depésito legal: B-40.570/1995 Impreso en Libergraf Constitucién, 19 - 08014 Barcelona Impreso en Espafia, Printed in Spain Queda prohibi i jier medio de ohibida la teproducci6n total o parcial por cualquier medio srpresi, ‘en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano © cualquier otro idioma. Prefacio .. Nota Previa. .. Introduccion Capitulo Primero Sociologia: el planteamiento de Comte............... Dela teoria filos6fica del conocimiento ala sociologica.............. cece Del conocimiento no-cientifico al cientifico......... La investigacion cientifica de las ciencias........... La sociologia como ciencia relativamente autonoma El problema de la especializaci6n cientifica......... Capitulo Segundo La sociologia como cazadora de mitos.. Capitulo Tercero Modelos de juego........ . Pre-juego: un modelo de entramado no normado.... Modelos de juego: modelos de entramados normados Capitulo Cuarto Universales de la sociedad humana.................. La motabilidad natural del hombre como constante 9 rT 13 7 42 43 47 52 59 39 85 90 94 123 - 123 132 136 147 . 47 161 161 166 175 185 Ideales sociales y ciencia social... Capitulo Sexto El problema dela «necesidad» de las evoluciones 193 sociales Teoria de la evolucién social. Bibliografia ... as PREFACIO En mi opini6n, el camino que se invita a recorrer al lector en estas pdginas es —en comparacién con otras introduccio- nes a la sociologia— poco usual, No se le van a presentar —en el sentido habitual— riibricas como «individuo y socie- dad» o «individuo y comunidad» ni tampoco como «status», «roly, «sistema socialn, «alternativas de accién», y «cosas» similares. Digo «cosas» intencionadamente. Pues sobre todo en el idioma aleman expresiones con las que no puede aludir- se sino a procesos se coagulan con demasiada facilidad en al- 0 parecido a rigidas construcciones, cajones y cajas en las que pueda uno llevarse algo a casa. Este cardcter cosifica- dor del lenguaje tradicional y consiguientemente también de ‘nuestras operaciones de pensamiento se elude aqut. Se va a hablar de las interrelaciones de las que nosotros mismos for- ‘mamos parte aun antes de nuestro nacimiento —como reco- noce incluso ta jurisprudencia—, en las que actuamos con mds 0 menos limitaciones, sin que podamos librarnos de ellas, pero tampoco sin que esas interrelaciones puedan li- brarse de nosotros. Se hablard ademas de la no intencionali- dad con que procesos, particularmente procesos entrelazado entre si, se ponen en marcha, se mantienen, estimulan o fre- nan, Procesos que nadie ha «querido», de los que nadie pue- de decir que los ha planeado. Procesos cuya dindmica que no es orientada por ninguin deus ex machina a meta alguna, que carece propiamente de «meta» y que puede perfectamente extinguirse. Se hablard ast, de interrelaciones entrelazadas que produ- cena los hombres y que son producidas por éstos, 9 De la comprensién de estas interrelaciones entrelazadas —comprensién a la que esta pequefa obra solo puede apor- tar modelos— dependerd lo que los hombres hagan de ellas y, con esto, 10 que hagan de si mismos. La ceguera de princi- ‘pio de las interrelaciones entrelazadas puede romperse si los hombres son mds clarividentes. Una sociologia, un pensa- ‘miento socioldgico, que se vuelva a poner en movimiento puede ayudar en esta empresa. D. CLAESSENS 10 NOTA PREVIA En una introduecién a la sociologia, cuando uno se aparta, un tanto de los caminos trillados y se esfuerza por ayudar al lector a pensar de nuevo los problemas basicos de la sociedad, no hay otra alternativa, en principio, que confiarse a la propia conciencia. Empero, siempre se depende de la ayuda de otras personas, de su estimulo y aliento. No me es posible mencionar aqui a todos los que de una u otra manera me han asistido en la realizaci6n del presente trabajo. Pero quisiera sefialar expresamente al de la serie, profesor Dieter Claessens, a quien dedico este libro, al Sr. Doctor W. Lepenies, que viéndoselas con un autor algo dificil y escasa- mente dispuesto a acortar su manuscrito, encaj6 éste con gran habilidad y tacto en el formato preestablecido de la serie, y a Volker Krumrey, quien me aporté también ayuda sustancial y buen consejo en la elaboracion del manuscrito. ‘También quiero manifestar el agradecimiento cordial que de- bo a mis amigos y colegas Eric Dunning, J.J. Goedsbloem y Hermann Korte por los estimulos y consejos que me impar- tieron. Finalmente, no quisiera eludir la expresion de mi re- conocimiento al editor, el Sr. Dr. M. Faltermaier, cuya pa- ciencia someti en alguna ocasion a duras prucbas. NORBERT ELIAS INTRODUCCION roblemas de la «socie- dad» y no cabe duda de que todo aquel que reflexione acerca de la sociedad y la estudie forma parte de ella, Pero con mu- cha frecuencia en la reflexién sobre uno mismo se suele per- manecer en un estadio en el que se es consciente de uno solo como alguien situado frente a otros entendidos como «obje- tos». A menudo se siente que nos separa de ellas un abismo insalvable. La percepci6n de una separacién de este genero, propia de esta fase del proceso de autoconsciencia, encuentra su expresion en muchas conceptualizaciones y muchos giros lingdisticos que contribuyen a hacer de ella algo completa- ‘mente obvio y a reproducirla y reforzarla sin tregua. Asi, por ejeinplo, se habla de la persona y su medio, del nifio y su fa- milia, del individuo y la sociedad, del sujeto y los objetos sin apercibirse siempre de que la persona forma parte también de su «medion, el nif lo de su familia, el individuo de la socie- dad, el sujeto de los objetos. Si se analiza mas de cerca se comprueba, por ejemplo, que el llamado «medion de un nifio esta constituido en primer término por otras personas, como el padre, la madre y sus hermanos. Lo que conceptualmente establecemos como la «familia», no setia tal «familia» sin Jos hijos. La sociedad, que con tanta frecuencia se opone mentalmente al «individu», est& integrada totalmente por individuos y uno de esos individuos es uno mismo, Pero nuestro lenguaje y nuestros conceptos estén configurados en 13 gran medida como si todo to que queda fuera de la persona individual tuviese caracter de «objetos» y ademas, como sue- le pensarse, caracter de objetos estaticos. Conceptos como «familia» 0 «escuela» se refieren evidentemente a conjuntos de personas. Pero el tipo habitual de nuestras configuracio- nes terminologicas y conceptuales las hace aparecer como si se tratase de objetos de la misma indole que las rocas, los ar- oles o las casas. Este cardcter cosificador del lenguaje tradi- cional y, consiguientemente, también de nuestras operacio- hnes mentales referidas a grupos de personas interdependien- tes, a los que posiblemente pertenece uno mismo, se pone también y muy especialmente de manifiesto en el propio con- cepto de sociedad y en la manera como se reflexiona sobre ella. Se dice que la «sociedad» es el «objeto» en cuya investi- gacion se esfuerzan los socidlogos. En realidad, este modo de expresarse contribuye —y no poco— a dificultar el acceso a la comprensidn del campo de tareas de ta sociologia. El modelo mental que tiesie la gente a la vista cuando pien- sa sobre la relacion entre si misma y la «sociedad» coincide frecuentemente con la siguiente figura: Figura I: Esquema basico de la imagen egocéntrica dela sociedad 14 En el lugar de «/amilia», «escuela, «industrian o «Esta- do» pueden aparecer figuraciones como «universalidad», «ciudadn, «sisteman y un sinnimero de otras mas. Sean cua- les fueran, el esquema basico tipico de la conceptualizacion: predominante de tales agrupaciones sociales y de la experien- cia propia que se expresa en ellas coincide en gran medida con la figura reproducida, que presenta a la persona indivi- dual, al «yo» individual rodeado por «figuras sociales» con- cebidas conceptualmente como si se tratase de objetos mas alla y extrafios al «yo» individual. Entre estos conceptos se cuenta también contemporaneamente el de «sociedad». La comprensi6n de las tareas de la sociologia, de lo que usualmente se designa como su «objeto», queda facilitada si se reorienta de acuerdo a la siguiente figura la imagen propia de lo denotado por el concepto de «sociedad» y la relacién de ‘uno mismo con la «sociedad»: Individuo ~< (eton 90) T ‘Simbolo de un equilibrio de poder més 0 menos inestable valencia abierta (instisfecha) Figura 2: Una figuracién de individuos interdependientes* («familian, «Estado», «Grupo», «Sociedad», etc.) (*), Bn beneficio de la simplicidad s6lo se reseflan aqui los tipos mas ele- mentales de alineacién de las personas entre si y de las correspondientes vin- cculaciones entre elas, las valencias afectivas (véase p. 161). Otros tipos de ali- 15 La figura sirve para ayudar al lector a quebrar idealmente la dura fachada de conceptos cosificadores que actuaimente ‘obstruye en gran medida el acceso de las personas a una cla- ra comprension de su propia vida social promoviendo cons- tantemente la impresiOn de que la «sociedad» est& compuesta de figuras externas al «yo», al individuo singular y que éste esta simusltaneamente rodeado por la sociedad y separado de ella por una barrera invisible, En lugar de esta vision tradi- cional aparece, como se ve, la imagen de muchas personas individuales que por su alineamiento elemental, sus vincula- ciones y su dependencia reciproca estan ligadas unas a otras del modo mas diverso y, en consecuencia, constituyen entre si entramados de interdependencia o figuraciones con equili- brios de poder mas o menos inestables del tipo mas variado como, por ejemplo, familias, escuelas, ciudades, capas so- ciales 0 estados. Cada uno de estos individuos es, como se expresa en términos objetivadores, un «ego» o.un «yon. Uno mismo se cuenta entre estos individuos. Para comprender de qué trata la sociologia es preciso —como se ha dicho— entenderse a si mismo como una per- sona entre otras. En principio esto suena a trivialidad. Puc- blos y ciudades, universidades y fabricas, estamentos y clases, familias y grupos profesionales, sociedades feudales y sociedades industriales, estados comunistas y estados capita- listas, todos son redes de individuos, Uno mismo se cuenta también entre estos individuos. Cuando se dice «mi pueblo, ‘mi universidad, mi clase, mi pais», se esta expresando esto. Pero igual que hoy se asciende del plano cotidiano en el que {ales expresiones son completamente usuales y comprensibles al plano de la reflexi6n cientifiva, la posibilidad de hablar de Fey elaine pron, sp cmon om 0. funciones, In ional, In ntegracion & linaenyetados, lon elementos comnes de identfiealon, de tos ales 41 yoy dal nonotc, de a hotlidad frente a otros ode las radicions de lensuaje y pentamienio, denen la misma funn, El Sometido concede figura 2 conse en fecitar Ia orientacin de los modelos y concepton so, sloldgicos, lo que a hace posible for inividuosy, no en limo termina, {uno mismo, es decir, todas las personas que pucdea releire a stmiseas ch lipminos de ayo ode «nosotrox, 4 conctben como unidadetsemiautooo- Dente quoter oqo nee de poder (Veep BO las congo ae inestables .80)y las consiguien- tts oanfrooiacones de poder se cocatan ente ls peculerGadesblsleas focus Tat relacionee buena, tte de relaciones etre dos personas 9 de figuraciopesintegradas por un mayor nimero de personas, 16 todas las figuras sociales en términos de «mia», «tuya», «sua 0 aun «nvestran, «vuestra y «suyan queda fuera de consideracion. En. lugar de esto, habitualmente se habla de todas estas figuras como si existiesen no s6lo fuera y mas alla de la propia persona que habla, sino fuera y mas alld de las personas individuales en general. En este tipo de reflexion, el planteamiento del género: «aqui estoy 'yo"» o también «aqui estén los individuos singulares y alla las figuras sociales, el ‘entorno social’, que me ‘rodean’ a mi mismo y a todo ‘yo’ individual en general» aparece como inmediatamente con- vincente y plausible, Los motivos para ello son diversos; aqui nos contentare- mos con indicar tan s6lo en qué direcci6n han de buscarse. De una importancia especial, en este sentido, es la presion es- ecifica que ejercen las figuras sociales, constituidas por las. Personas en interacciOn, sobre esas mismas personas. Esta presiOn se explica automaticamente porque se confiere a las figuras una «existencia», una objetualidad, fuera y mas alla de los individuos que las constituyen. La cosificacion y des- humanizacion de las figuras sociales que se da en la refle- xi6n, favorecidas por la tonica predominante de formacion de las palabras y los conceptos, conduce a su vez ala peculiar «metafisica de las figuras sociales» que se usa tanto en el pensamiento cotidiano como en el sociologico y a la que per- tenece, como una de sus expresiones més representativas, la representacion simbolizada en la figura 1 de la relacion entre «individuo y sociedad», Esta metafisica ademés, tiene mucho que ver con la natu- ral proyeccién de modos de pensamiento y lenguaje desarro- Mados y acreditados en la exploracién cieatifica de la dimen- sin fisico-quimica de la naturaleza a la investigacion de los ccontextos sociales de los individuos. Antes de que fuese posi- ble un acceso cientifico a los hechos naturales, los hombres se explicaban los imperativos de la naturaleza, a los que se sentian expuestos, recurriendo a los instrumentos de lenguaje y pensamiento derivados de la experiencia de la coaccién ejercida por los hombres entre si, Hechos que nosotros inter- Pretamos hoy como manifestaciones fisico-quimicas de la naturaleza —el sol y la tierra, las tempestades y los terremo- tos— se los representaban segiin el modelo de sus experien- clas humano-sociales inmediatas, ya sea directamente en tér- minos de personificacién, o bien como emanacién de las ac- 7 ciones e intenciones de personas. El paso de este pensamiento magico-metafisico al pensamiento cientifico acerca de los as- pectos fisico-quimicos del mundo se bas6 en buena parte en el retroceso de estos modelos heter6nomos e ingenuamente egocéntricos de explicacién y en la transferencia de sus fun- iones explicativas a otros modelos de pensamiento y lengua- je mas ajustados a la existencia de una legalidad inmanente a estas interrelaciones de acontecimientos. En el esfuerzo por aproximar las interrelaciones de la ac- tuacion humano-social a nuestra propia comprensién y por procurarnos un fondo cada vez mayor de saber fiable acerca de esas interrelaciones —precisamente esto se cuenta entre Jas tareas principales de la sociologia—, nos vemos confron- tados hoy con una tarea analoga de emancipacién. También ‘en estos terrenos se encuentran los hombres permanentemen- te expuestos a la accidn de eventos coactivos y tratan de ex- plicdrselos para, con la ayuda de este saber, acceder a un me- jor control del ciego curso de esas fuerzas coactivas —nor malmente carentes de sentido, destructivas y causa de sufri- miento— y poder dirigirlas de tal modo que su curso se cobre menos vidas, cause menos estragos y sea menos absurdofiia) tarea de ampliar y hacer mas fiable la comprension de estos ‘elementos coactivos en general y el saber acerca de ellos en ‘cada campo especifico de investigacién se sitta, por consi- ‘guiente, en el centro del trabajo tebrico y de investigacion de Ta sociologia. EI primer paso en este camino no es, en apa- rlencia, especialmente dificil. No es dificil acceder a la idea de que las fuerzas coactivas sociales que tratamos de concep- tualizar son coacciones que los hombres ejercen sobre si mis- mos. Pero en cuanto se intenta avanzar a partir de aqui en la ‘comunicacién reflexiva se constata que el aparato social de lenguaje y pensamiento orientado al cumplimiento de estas tareas de pensamiento y comunicacién s6lo nos oftece o bien modelos ingenuos y egocéntricos, esto es, de caracter mitico- magico, 0 bien modelos propios de la ciencia natural. Los primeros se encuentran en todos los casos en los que las per- sonas tratan de explicarse coacciones que se basan sobre la peculiaridad de figuraciones constituidas por ellas mismas junto con otras tan s6lo a partir del cardcter personal o de los Objetivos ¢ intenciones personales de otros individuos 0 gru- pos de individuos. Esta exclusién enormemente | frecuente de la propia persona 0 del propio grupo de la explicacién de fi- 18 guraciones constituidas por uno mismo junto con otros es una de las muchas formas de manifestacién del egocentrismo ingenuo o, lo que es lo mismo, del antropomorfismo ingenuo que todavia hoy se hace perceptible por doquier en el pensa- miento y en el lenguaje relativo a los procesos sociales. Ade- mas, se combinan de maltiples maneras con modos de pensa- miento y expresién que se aplican a la explicacién de regula- Tidades sociales, pero cuyo modelo esté constituido por modos de pensamiento y por un lenguaje coherentes con la explicacién de las regularidades naturales. En el proceso de cientifizacion del pensamiento acerca de Jo que hoy, en tanto que interrelaciones de la naturaleza iner- te, delimitamos netamente de las interrelaciones humano-so ciales, se ha producido una transferencia de términos y con- ceptos, inicialmente acuftados en el contexto de la investiga- cién cientifica de las realidades naturales fisico-quimicas, que se han difundido y han entrado a formar parte del léxico y del fondo conceptual cotidianos de la sociedad europea. ‘Asi, palabras y conceptos que obtuvieron su perfil actual pri- mariamente en la investigacion de esas realidades naturales, son a menudo transferidas, sin el menor reparo, a la explora- ‘in de las interrelaciones humano-sociales. AI igual que las diversas formas de manifestacion del pensamiento magico- mitico, contribuyen también lo suyo al mantenimiento de la inadecuacién, reiteradamente observada, de muchos modos de pensamiento y de expresion de curso corriente para la ‘comprensién de ios problemas de las ciencias humanas y al bloqueo del desarrolio de un pensamiento y un lenguaje mas ajustado a la especifica peculiaridad de las figuraciones hu- manas. Asi, entre las tareas de la sociologia se cuenta no solo la in- vestigacion y la explicacin de las regularidades especificas a ‘que se encuentran sometidos los hombres en determinadas sociedades o grupos empiricamente observables, 0 en las so- ciedades en general, sino también librar al pensar y al hablar acerca de tales regularidades de sus ataduras a modelos hete- ronomos y desarrollar poco a poco, en sustitucién de la ter- minologia y conceptualizacién acufladas atendiendo a repre- sentaciones mAgico-miticas 0 bien a representaciones cienti- fico-naturales, otras que se ajusten mejor a la peculiaridad de las figuraciones sociales formadas por individuos. Hacer esto seria mas sencillo si ya actualmente se pudiese 19

También podría gustarte