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Carlos III de España

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Para el pretendiente durante la Guerra de Sucesión Española, véase Carlos VI del
Sacro Imperio Romano Germánico.
Carlos III de España
Rey de España
Rey de Nápoles y de Sicilia1
Duque de Parma y Plasencia
Charles III of Spain high resolution.jpg
Carlos III retratado hacia 1765 por Anton Raphael Mengs (1728-1779). Museo del
Prado.
Rey de España
10 de agosto de 1759-14 de diciembre de 1788
Predecesor Fernando VI
Sucesor Carlos IV
[mostrar]Otros títulos
Información personal
Nacimiento 20 de enero de 1716
Madrid, España
Fallecimiento 14 de diciembre de 1788 (72 años)
Madrid, España
Entierro Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Religión Católica
Residencia Palacio Real de Madrid
Familia
Casa real Borbón
Padre Felipe V de España
Madre Isabel Farnesio
Consorte María Amalia de Sajonia (1738-1760)
Descendencia Véase Matrimonio e hijos
Firma Firma de Carlos III de España
Escudo de Carlos III de España Toisón y su Orden variante leones de gules.svg
Escudo de Carlos III de España
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Carlos III de España, llamado «el Político»a o «el Mejor Alcalde de Madrid»
(Madrid, 20 de enero de 1716-ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma y
Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey
de Sicilia —como Carlos V— de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en
1788.

Carlos era el tercer hijo varón de Felipe V que llegó a la vida adulta y el primero
que tuvo con su segunda mujer, Isabel Farnesio, por lo que fueron sus medio
hermanos Luis I y Fernando VI quienes sucedieron a su padre en un primer momento.
La muerte sin descendencia de estos llevaría a Carlos a ocupar el trono español.

Carlos sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha por recuperar la
influencia española en Italia: heredó inicialmente de su madre los ducados de Parma
y Plasencia en 1731; pero más tarde, al reconquistar Felipe V el Reino de Nápoles y
Sicilia en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), pasó a ser rey
de aquellos territorios con el nombre de Carlos VII. Contrajo matrimonio en 1738
con María Amalia de Sajonia, hija de Federico Augusto II, duque de Sajonia y de
Lituania y rey de Polonia.

Índice
1 Infancia y juventud
2 Rey de Nápoles y Sicilia
3 Rey de España
3.1 Política exterior
3.1.1 La Guerra de los Siete Años (1756-1763)
3.1.2 Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1776-1783)
3.1.3 Mediterráneo
3.1.4 Pacífico
3.2 Política interior: despotismo ilustrado
3.2.1 Las reformas de Esquilache
3.2.2 La política religiosa
3.2.3 Reformas
3.3 La sociedad
3.3.1 La nobleza
3.3.2 El clero
3.3.3 El estado llano
3.3.4 El arte
3.3.5 Los gitanos
4 Proyección posterior
5 Matrimonio e hijos
6 Ancestros
7 Notas
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Infancia y juventud

Carlos III con unos diez años de edad. Cuadro de Jean Ranc.
Nació el 20 de enero de 1716 a las cuatro de la madrugada en el Real Alcázar de
Madrid. Su cuidadora fue María Antonia de Salcedo. Luego, fueron responsables de él
un grupo de hombres a cargo de Francisco María Spínola y Spínola, duque de San
Pedro.3 El 15 de enero de 1724 su medio hermano mayor Luis heredó el trono por la
abdicación de su padre en su favor, pero falleció en agosto y su padre volvió a ser
rey.

En 1729, se trasladó a Sevilla junto con su padre. Las naciones europeas, con el
Tratado de Utrecht de entre 1713 y 1715 y el Tratado de Hannover de septiembre de
1725, firmado como respuesta al Tratado de Viena de abril de 1725, establecieron
sus posiciones en Europa. España había perdido muchos territorios e influencia tras
la Guerra de Sucesión. Sin embargo, esta situación no duraría mucho ya que en los
planes de Felipe V estaba recuperar sus territorios en Italia.

Desde Sevilla, el monarca puso en marcha un plan para asegurar la sucesión de su


hijo en el Ducado de Parma, firmando el Tratado de Sevilla con Inglaterra y
Francia. Sin embargo, a la muerte del duque de Parma, el emperador del Sacro
Imperio Romano Carlos VI invadió esos territorios y Felipe V, al no recibir apoyo
de las dos potencias, amenazó con declarar la guerra por su cuenta.4 En 1731, el
Sacro Imperio Romano se adhirió al Tratado de Sevilla y Carlos III, con 15 años,
abandonó España rumbo a Italia para ocupar sus plazas.

El 1 de febrero de 1733 murió Augusto II, rey de Polonia, cuya monarquía no era
hereditaria, sino elegida por el Parlamento polaco, el Sejm. Felipe V envió desde
Sevilla un emisario a Varsovia para negociar la candidatura del infante don Felipe
y la del infante Carlos. Sin embargo, sus candidatos tenían pocas posibilidades
frente a otros con apoyos de Austria y Francia. Felipe V se trasladó a Madrid y
firmó el Tratado de El Escorial, Primer Pacto de Familia, con el que España
abandonó su pretensión polaca y decidió aliarse con Francia para luchar contra el
Sacro Imperio Romano a cambio de la ayuda de Francia en su campaña contra Nápoles y
Sicilia, bajo el control austríaco, y para recuperar Gibraltar. La guerra en Italia
se ganó, y el 10 de mayo de 1734 el infante don Carlos ordenó proclamar rey a su
padre. Sin embargo, Felipe V cedió Nápoles y Sicilia a su hijo.
Rey de Nápoles y Sicilia
Véase también: Anexo:Reyes de Nápoles y de Sicilia

Carlos como Rey de Nápoles y Sicilia, Rey de las Dos Sicilias por Giuseppe Bonito,
Madrid, Museo del Prado.
Durante su reinado en Nápoles y Sicilia (Carlos VII, Carlo VII en italiano, o
simplemente Carlo di Borbone, que es como se le suele llamar allí), intentó
reformar y modernizar el reino, unificándolo, conquistando el afecto de los
ciudadanos junto con su esposa María Amalia de Sajonia.

Carlos contrajo matrimonio en 1738 con María Amalia Walburga de Sajonia, de 14


años. Ella era una princesa alemana de familia rica y fecunda, y su matrimonio tuvo
un interés político, sin embargo fue también bien avenido. Se casaron por poderes
en el Palacio de Dresde, en Sajonia, el 9 de mayo de 1738 y la boda se celebró en
Nápoles el 9 de junio de ese año.5

Intentó dotar a la capital, Nápoles, del aspecto que debía tener una Corte. Hizo
hincapié en mejorar las edificaciones públicas, como el Hospicio, y trató de
adaptar el palacio virreinal de acuerdo con la moda que imperaba desde la
construcción de Versalles. También hizo construir complejos palaciegos en otros
lugares del reino, como el Palacio Real de Caserta, uno de los mayores palacios
reales del mundo. Otra de sus aportaciones fue el Teatro de San Carlos, para las
representaciones de ópera.

Sus años como rey de las Dos Sicilias le dieron una experiencia muy valiosa como
rey de España. Los barones y la Iglesia acaparaban más del 50 % de las tierras, y
en el caso de los primeros tenían además jurisdicción sobre las mismas, por lo que
impedían el acceso de sus vasallos a los tribunales. El rey limitó su influencia
política, dejando clara la supremacía de la Corona, pero su poder económico siguió
intacto. El 3 de julio de 1738, en ocasión de su matrimonio, fundó la Insigne y
Real Orden de San Jenaro, de la cual fue su primer gran maestre.6

Escudo de Carlos de Borbón como rey de Nápoles y Sicilia.


En 1740, uno de sus consejeros, el duque de Salas, permitió a los judíos retornar
al reino, de donde habían sido expulsados por Carlos V, con la finalidad de
impulsar la actividad económica. El pueblo y la Iglesia se opusieron y Salas fue
destituido, derogándose el permiso. Poco después, el arzobispo Giuseppe Spinelli
intentó introducir la Inquisición, pero el pueblo se opuso también a esta medida y
hubo de desistir.

También durante estos años encontró el monarca a algunos de los hombres que más
influirían en su vida, como Bernardo Tanucci, jurista al que nombró Ministro de
Justicia primero y de Asuntos Exteriores después, y que quedó como miembro del
Consejo de Regencia cuando Carlos III heredó el trono español.

Destaca el hecho de haber sido quien ordenó comenzar la excavación sistemática de


las poblaciones sepultadas por la erupción del Vesubio del año 79: Pompeya,
Herculano, Oplontis y las Villas Stabianas. No solo eso, sino que en 1752, al
ordenar construir una carretera hacia el sur (precursora de la actual Statale 18),
salieron a la luz los restos de la ciudad de Paestum, que llevaban años cubiertos
por la maleza (parte del anfiteatro yace precisamente bajo dicha carretera). Fue un
hallazgo especialmente importante, porque allí se hallaban tres templos griegos en
muy buen estado de conservación. Se encargaron de su estudio Felice Gazzola (un
culto aristócrata y militar de confianza de Carlos, al que servía desde su época de
duque de Parma) y Francesco Sabatini.

La muerte sin descendencia de su medio hermano Fernando VI de España, hizo recaer


en Carlos la Corona de España, que pasó a ocupar en 1759, dejando con gran
tristeza, tanto de los reyes como del pueblo, la corona del Reino de Nápoles y
Sicilia a su tercer hijo, Fernando.

Rey de España
Artículo principal: Reinado de Carlos III
Tras los fallecimientos de Luis I y de Fernando VI sin descendencia, el trono de
España pasó a Carlos III, tercer hijo varón de Felipe V y primero de su matrimonio
con Isabel Farnesio, con gran experiencia de gobierno como rey de Nápoles. Regresó
a Madrid el 9 de diciembre de 1759 e introdujo, por primera vez en España, el
Derecho divino como fuente y justificación de su soberanía regia.78Fray Sebastián
de Jesús de niño le pronosticó que iba a ser rey. Carlos III a su fallecimiento
promovió el proceso de beatificación, mediante una carta dirigida en mayo de 1771
al cardenal arzobispo de Sevilla, Francisco de Solís.9

Política exterior
La Guerra de los Siete Años (1756-1763)
Artículos principales: Guerra anglo-española (1761-1763) y Guerra de los Siete
Años.
El primer asunto que el rey trató fue la Guerra de los Siete Años. El monarca
español se vio obligado a tomar parte en la guerra tras la ocupación británica de
Honduras y la pérdida de la colonia francesa de Quebec, lo que requirió la
intervención española en el conflicto para frenar el expansionismo británico por
América.

En 1761 se firmó el Tercer Pacto de Familia y España entró en el conflicto bélico.


El monarca se equivocó en cuanto a la ayuda real que podía prestar Francia y el
estado de sus tropas. Una escuadra inglesa de 53 buques con un ejército de 14 000
hombres consiguió tomar La Habana por la falta de entrenamiento de las milicias, en
número muy inferior a los ingleses, y la incompetencia del gobernador de la plaza,
Juan de Prado. Poco después una escuadra procedente de la India bombardeó y tomó
Manila. Los ingleses no pudieron extender su dominio por las Filipinas gracias a la
resistencia de las guerrillas organizadas por Simón de Anda.10 La guerra terminó
con la Paz de París de 1763. España cedió a Gran Bretaña la Florida y territorios
del golfo de México, a cambio de la devolución de La Habana y Manila. La Luisiana
francesa pasó a manos de España, más preparada para defenderla. Portugal, aliado de
los británicos, recuperó la colonia del Sacramento.

Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1776-1783)

Grandes armas de Carlos III con manto real, cimera real de Castilla y el lema A
solis ortu usque ad occasum (Desde la salida del sol hasta el ocaso), origen de la
frase atribuida a Felipe II: En mis dominios no se pone el sol, haciendo referencia
a que el sol nunca se ponía en los territorios españoles, pues abarcaban los dos
hemisferios. También se incluye la palabra Santiago, en referencia al Santo Patrón
de España, Santiago el Mayor, y más concretamente al lema tradicional Santiago y
cierra España. Fueron utilizadas por sus sucesores hasta 1931, aunque en el siglo
xix cayó en desuso.
Artículo principal: España en la guerra de Independencia de los Estados Unidos

Fronteras norteamericanas propuestas por la diplomacia española hacia el final de


la Guerra de Independencia de los EE. UU., 3 de agosto de 1782
España continuó la alianza francesa. La sublevación de las Trece Colonias contra
Jorge III dio a ambas potencias la ocasión para el desquite. Así, en la Guerra de
la Independencia de los Estados Unidos, España intervino junto a Francia y contra
Gran Bretaña.

Desde la Declaración de Independencia (4 de julio de 1776) los sublevados


recibieron ayuda española de forma solapada. En 1779 se rompieron las relaciones.
Se asedió Gibraltar sin éxito, pero se pudo recuperar Menorca. Bernardo de Gálvez,
gobernador de la Luisiana, ocupó Florida. Inglaterra, aislada y sin poder someter a
los rebeldes, tuvo que firmar la paz.

El Tratado de París puso fin a la guerra. España recuperó Menorca, Florida y la


costa de Honduras, aunque no pudo conseguir lo mismo con Gibraltar, que los
ingleses se negaron en redondo a ceder.10 España, de esta forma, contribuyó a la
independencia de los Estados Unidos, hecho que creó un precedente para la
emancipación de las colonias españolas en el siglo xix.

En 1785, el conde de Aranda, para poblar la Luisiana y evitar la instalación de los


anglosajones, sugirió que el rey Luis XVI pudiera asentar allí a los últimos
acadianos que no se habían asimilado en Francia. Las negociaciones con Vergennes
finalizaron en abril de 1784. España se comprometia a pagar el coste del transporte
y Francia se comprometia a pagar las pensiones debidas a los Acadianos. En 1785
siete barcos fueron armados y partieron de Nantes hacia Nueva Orleans. 1.596
acadios fueron transportados en los barcos el Bon Papa y el Saint-Rémy armados por
Jean Peltier Dudoyer, la Bergère armada por Joseph Monesron Dupin, la Caroline,
capitaneada por Nicolas Baudin, el Beaumont, l'Amitié y la Ciudad de Arcangel.

Rusia y Prusia

Dos nuevas potencias, Rusia y Prusia, entraron en el mapa político europeo del
siglo xviii bajo los reinados de dos déspotas ilustrados: Catalina II y Federico II
respectivamente. Ambos monarcas suscitaron interés y admiración en España, aunque
la expansión rusa había alcanzado el Pacífico y se llegó a temer una alianza
anglorrusa en el Mediterráneo. Tal evento no solo no llegó a materializarse, sino
que Rusia se opuso a la pretensión inglesa de controlar todos los movimientos
marítimos en tiempo de guerra.

Mediterráneo
Carlos III había firmado un tratado de comercio con el Imperio otomano siendo rey
de Nápoles y Sicilia, pues consideraba a este imperio un freno a los intereses
ingleses, austríacos y rusos. El Monarca excluyó una alianza que estimó no sería
bien recibida en el país, pero intervino en Orán que dependía del Imperio otomano,
con el doble objetivo de conseguir liberar el mar de piratas berberiscos y obtener
concesiones económicas. En 1775 envió una expedición militar contra Argel al mando
del general Alejandro O'Reilly que acabó en desastre. Después de dos nuevos
ataques, en 1783 y 1784, se firmó el Tratado Hispano-Argelino de 1786.

Pacífico
En diversas áreas del océano Pacífico el Virreinato del Perú y el Virreinato de la
Nueva España tuvieron la autorización del rey Carlos III de expandir el poder
español y afianzarlo en el Gran Océano. Así pues, hubo varios intentos de
incorporar la costa de Oregón y Alaska al Virreinato de la Nueva España con grandes
expediciones a Canadá y Alaska como la de Bruno de Heceta, Bodega y Quadra, López
de Haro y otras. Mientras tanto, en el océano Pacífico Sur (llamado en ese momento
el Mar del Sur) el Virreinato del Perú de Manuel de Amat y Junyent ordenó dos
expediciones: la primera, en la que se descubrió la isla de Pascua por Felipe
González de Haedo tomando posesión de ella en nombre de Carlos III en 1770, y la
segunda en 1772, capitaneada por Domingo de Bonechea que llegó al archipiélago
Tuamotu y a las islas de la Sociedad donde estableció la soberanía española y la
del rey sobre las islas. Los jefes de las principales aldeas de Tahití aceptaron la
soberanía de España y ser súbditos de la corona española. Sin embargo, el proceso
de ocupación de la Polinesia fue abandonado por el poco apoyo que le daban a esa
iniciativa en Madrid y por los problemas religiosos del reino, por lo que dejaron
la presencia española en esa área y abandonaron a finales de 1775.

Política interior: despotismo ilustrado


Carlos III con el hábito de la Orden de Carlos III, hacia 1783-1784. Óleo de
Mariano Salvador Maella (Palacio Real).
En política interior, intentó modernizar la sociedad utilizando el poder absoluto
del Monarca bajo un programa ilustrado.

En la línea de la Ilustración propia de su época, Carlos III realizó importantes


cambios —sin quebrar el orden social, político y económico básico, despotismo
ilustrado— con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados, como el
Marqués de Esquilache, Aranda, Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi.

Las reformas de Esquilache

Moneda de 4 maravedíes con la efigie de Carlos III.

Retrato del monarca por Goya.


El Monarca nombró al marqués de Esquilache Secretario de Hacienda. Este incorporó
señoríos a la Corona,11 controló a los sectores eclesiásticos y reorganizó las
Fuerzas Armadas. Su programa de reformas y la intervención española en la Guerra de
los Siete Años necesitaron más ingresos, que se consiguieron con un aumento de la
presión fiscal y nuevas fórmulas, como la creación de la Lotería Nacional. Al mismo
tiempo liberalizó el comercio de los cereales, lo que originó una subida de los
precios de los productos de primera necesidad a causa de las especulaciones de los
acaparadores y de las malas cosechas de los últimos años. Campomanes apoyó esta
medida, pero el pueblo hizo responsable de todo al siciliano.

En marzo de 1766 se produjo el Motín de Esquilache. Su detonante fue la orden de


cambiar la capa larga y el sombrero de ala ancha de los madrileños por la capa
corta y el sombrero de tres picos. La tensión subió gracias a los pasquines que
circulaban por la capital y que aparecían en sitios públicos, pasquines cuyo léxico
y ortografía solo podían provenir de hombres con cultura. La manipulación realizada
por sectores nobiliarios y eclesiásticos lo convirtió en un ataque directo a la
política reformista llevada a cabo por ministros extranjeros del gobierno del rey.

En Madrid el punto álgido de la revuelta se produjo cuando la muchedumbre que se


había congregado frente al Palacio Real se topó con la Guardia Valona, que en 1764
había cargado contra el gentío durante la boda de una de las hijas del rey, la
infanta María Luisa, con el futuro emperador de Austria. Se produjo una refriega y
hubo bajas por ambas partes, sin que la Guardia Española interviniera. Carlos III
recabó el parecer de sus consejeros, y aunque recibió opiniones contrapuestas,
acabó siguiendo el consejo del conde de Revilla Gigedo, que declaró que dimitiría
de su cargo antes que ordenar disparar a la multitud.

De Madrid, el levantamiento se trasladó a ciudades como Cuenca, Zaragoza, La


Coruña, Oviedo, Santander, Bilbao, Barcelona, Cádiz y Cartagena entre otras muchas.
Pero mientras que en Madrid las quejas se referían al gobierno de la nación, en las
provincias las quejas se dirigían contra las autoridades locales, lo cual revela un
problema subyacente de corrupción e incompetencia administrativa.

Los amotinados exigieron la reducción del precio de los alimentos y la supresión de


la Junta de Abastos, la derogación de la orden sobre la vestimenta, el cese de
ministros extranjeros de Carlos III, su sustitución por españoles y un perdón
general. El Monarca desterró a Esquilache y nombró en su lugar al conde de Aranda.
Se tomaron medidas para acelerar la importación de cereales desde Sicilia y se
reformaron los gobiernos concejiles, añadiendo a estos diputados del estado llano
elegidos por sufragio.

La política religiosa
Desaparecidos los ministros extranjeros, el rey se apoyó en los reformistas
españoles, como Pedro Rodríguez de Campomanes, el conde de Aranda o el conde de
Floridablanca. Campomanes, nombrado fiscal del Consejo de Castilla, trató de
demostrar que los verdaderos inductores del motín de Esquilache habían sido los
jesuitas. Se nombró una comisión de investigación y sus principales acusaciones
fueron:

Sus grandes riquezas.


El control de los nombramientos y de la política eclesiástica.
Su apoyo al papa.
Su lealtad al marqués de la Ensenada.
Su participación en los asuntos de Paraguay.
Su intervención en dicho motín.
Sectores de la nobleza y diversas órdenes religiosas estuvieron claramente en
contra. Por todo ello, mediante el decreto real del 27 de febrero de 1767, se
expulsó a la Compañía de Jesús de España y sus dominios y todas las posesiones de
la Compañía fueron confiscadas.

Reformas
La expulsión de los jesuitas se quiso aprovechar para realizar una reforma de la
enseñanza que debía fundamentarse en las disciplinas científicas y en la
investigación. Sometió las universidades al patronazgo real y creó en Madrid los
Reales Estudios de San Isidro (1770), como centro moderno de enseñanza media
destinado a servir de modelo, y también la Escuela de Artes y Oficios, que han
perdurado hasta el siglo xx, cuando pasaron a llamarse Escuelas de Formación
Profesional, EFP. Las propiedades de los jesuitas sirvieron para crear nuevos
centros de enseñanza y residencias universitarias. Sus riquezas, para beneficiar a
los sectores más necesitados, se destinaron a la creación de hospitales y
hospicios.

Promovió un nuevo plan de Estudios Universitarios, que fue duramente contestado por
la Universidad de Salamanca, proponiendo un plan propio, que a la postre fue
implantado años después.

El impulso hacia la reforma de la agricultura durante el reinado de Carlos III vino


de mano de las Sociedades Económicas de Amigos del País creadas por su ministro
José de Gálvez. Campomanes, influido por la fisiocracia centró su atención en los
problemas de la agricultura. En su Tratado de la Regalía de la Amortización,
defendió la importancia de esta para conseguir el bienestar del Estado y de los
ciudadanos y la necesidad de una distribución más equitativa de la tierra.

En 1776 en forma provisional y luego, de manera definitiva en 1777 creó en el sur


de Hispanoamérica el Virreinato del Río de la Plata como una escisión del
virreinato del Perú por su enorme superficie 12, por la ambición de Portugal sobre
toda la frontera hispano-portuguesa en América del Sur y las sucesivas expediciones
de Gran Bretaña y de Francia sobre las costas de la Patagonia.1314

En 1787, Campomanes elaboró un proyecto de repoblación de las zonas deshabitadas de


las tierras de realengo de Sierra Morena y del valle medio del Guadalquivir,
creando las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena. Para ello, y
supervisado por Pablo de Olavide, intendente real de Andalucía, se trajeron
inmigrantes centroeuropeos. Se trataba principalmente de alemanes y flamencos
católicos, para fomentar la agricultura y la industria en una zona despoblada y
amenazada por el bandolerismo. El proyecto fue financiado por el Estado. Se
fundaron así nuevos asentamientos, como La Carolina, La Carlota o La Luisiana, en
las actuales provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla.

Se reorganizó el ejército, al que dotó de unas Ordenanzas en 1768 destinadas a


perdurar hasta el siglo XX, se impulsó el comercio colonial formando compañías,
como la de Filipinas, y mediante el Reglamento de libre comercio de 1778 que
liberalizó el comercio con América. También destaca el Decreto de libre comercio de
granos de 1765.

Otras medidas reformistas del reinado fueron la creación del Banco de San Carlos,
en 1782, y la construcción de obras públicas, como el Canal Imperial de Aragón y un
plan de caminos reales de carácter radial, con origen en Madrid y destino a
Valencia, Andalucía, Cataluña y Galicia.

Distribución de la población de España por provincias actuales según el censo de


Floridablanca (1787). Durante el reinado de Carlos III fue una preocupación
constante la necesidad de incrementar la población de la nación.
Hizo un ambicioso plan industrial en el que destacan como punteras las industrias
de bienes de lujo: Porcelana del Buen Retiro, Cristales de la Granja y traslada la
Platería Martínez a un edificio en el paseo del Prado, pero faltaron muchas otras
para la producción de bienes de consumo, en toda la geografía española.

Entre los planteamientos teóricos para el desarrollo de la industria destacó el


Discurso sobre el fomento de la industria popular de Campomanes, para mejorar con
ella la economía de las zonas rurales y hacer posible su autoabastecimiento. Las
Sociedades Económicas de Amigos del País se encargaron de la industria y su teoría
en esta época.

Hizo hospitales públicos, servicios de alumbrado y recogida de basura, uso de


adoquines, una buena red de alcantarillado. En Madrid, un ambicioso plan de
ensanche, con grandes avenidas, monumentos como la Fuente de Cibeles, la de
Neptuno, la Puerta de Alcalá, la fuente de la Alcachofa, la construcción del jardín
botánico (trasladando al paseo del Prado el antiguo de Migas Calientes), el
hospital de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), el edificio del Museo del Prado
(destinado originalmente a Museo de Historia Natural).

La sociedad
La nobleza
Descendió en número, debido a la desaparición de los hidalgos en los censos por las
medidas restrictivas hacia este grupo por el rey. Representaba el 4 % del total de
la población. Su poder económico se acrecentó gracias a los matrimonios entre
familias de la alta nobleza, que propiciaron una progresiva acumulación de bienes
patrimoniales. Mediante un decreto en 1783, el rey aprobó el trabajo manual y lo
reconoció, favoreciendo a los nobles. A partir de ese momento, los nobles podían
trabajar, cosa que antes no podían hacer, únicamente podían vivir de sus riquezas.
Los títulos nobiliarios aumentaron con las concesiones hechas por Felipe V y Carlos
III. Se crearon la Orden Militar de Carlos III, las Reales Maestranzas con
estatutos nobiliarios y el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. En contrapartida se
pusieron numerosas restricciones a los mayorazgos y a los señoríos, aunque nunca
llegaron a desaparecer durante el reinado.

El clero
La Iglesia poseía cuantiosas riquezas. Siendo el clero un 2 % de la población,
según el Catastro de Ensenada era propietaria de la séptima parte de las tierras de
labor de Castilla y de la décima parte del ganado lanar. A los bienes inmuebles se
añadían el cobro de los diezmos, a los que se descontaban las tercias reales, y
otros ingresos como rentas hipotecarias o alquileres. La diócesis más rica era la
de Toledo, con una renta anual de 3.500.000 reales. Carlos III ayudó a repartir las
riquezas entre los más necesitados en el país y abolió algunas leyes dictadas por
la iglesia que suprimían derechos del pueblo.

El estado llano
Era el grupo más numeroso. En él se encontraban los campesinos que gozaban de
cierta estabilidad económica. Los jornaleros sufrían situaciones de miseria. De
acuerdo con el Catastro de Ensenada, los artesanos representaban el 15 % del total
de los asalariados y tenían mejores retribuciones que los campesinos. La burguesía
comenzó a despuntar tímidamente en España. Localizada en la periferia peninsular,
se identificó con los propósitos reformistas y los ideales ilustrados del siglo.
Fue especialmente importante en Cádiz, por su vinculación al comercio americano,
Barcelona y Madrid.

El arte
El rey Carlos III fomentó el arte y la artesanía con la creación de numerosas
manufacturas reales: como rey de Nápoles fundó el Real Laboratorio de Piedras Duras
de Nápoles (1737), la Real Fábrica de Tapices de Nápoles (1737), la Real Fábrica de
Porcelanas de Capodimonte (1743) y la Real Fábrica de Mayólicas de Caserta (1753).
Posteriormente, como Carlos III de España, fundó el Real Laboratorio de Mosaicos y
Piedras Duras del Buen Retiro (1759), la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro
(1759), la Real Fábrica de Platería Martínez (1778) y la Real Fábrica de Relojes
(1788).

Los gitanos
Desde el fracaso de la Gran Redada de 1749 los gitanos estaban sujetos a una
situación muy problemática, que se pretendió resolver con una serie de iniciativas
legislativas desde 1763, finalmente sustanciadas en la Real Pragmática de 19 de
septiembre de 1783, con propósitos claramente asimiladores y de carácter
utilitarista, tras dicha pragmática, se deja de considerar su origen o naturaleza
diferenciada o inferior (raíz infecta); se prohíbe el uso de las denominaciones
gitano o castellano nuevo (tenidas por injuriosas); se concede libertad de
residencia (excepto en la Corte y Reales Sitios por ahora) y se permiten nuevos
modos para ganarse la vida, incluyendo la admisión en gremios, pero se prohíben
oficios como poseer tabernas o esquilar caballos, de vital importancia para el
pueblo gitano; también se prohíben sus vestiduras tradicionales y su gerigonza (su
idioma diferenciador, el caló) y una vez más se establece la obligación de
asentarse, abandonando el nomadismo; todo ello bajo graves penas a los
desobedientes, que serían considerados vagos y sujetos a las penas correspondientes
sin distinción de los demás vasallos (se les aplica el código penal general).

Aquellos casos en los que un individuo se negase a acatar las leyes en cuanto a
residencia, lengua, oficios, vestimenta y demás, la primera vez que fuese detenido
sería marcado con un hierro candente en la espalda (en sustitución de las penas
anteriormente previstas: la muerte o cortar las orejas), en caso de ser detenido
una segunda vez serían condenados a la pena capital,15 dicha ley no se aplicaba a
los menores de diecieséis años, que serían separados de sus familias y educados por
las Juntas o Diputaciones de caridad.16

Proyección posterior

Detalle de la estatua ecuestre de Carlos III en la Puerta del Sol de Madrid.


Cuando el rey murió en 1788, terminó la historia del reformismo ilustrado en
España, pues el estallido casi inmediato de la Revolución francesa al año siguiente
provocó una reacción de terror que convirtió el reinado de su hijo y sucesor,
Carlos IV, en un periodo mucho más conservador. En seguida, la invasión francesa
arrastraría al país a un ciclo de revolución y reacción que marcaría el siglo
siguiente, sin dejar espacio para continuar un reformismo sereno como el que había
desarrollado Carlos III.17

Entre los aspectos más duraderos de su herencia quizá haya que destacar el avance
hacia la configuración de España como nación, a la que dotó de algunos símbolos de
identidad (como los que en el futuro se convertirían en su himno y su bandera
nacionales) e incluso de una capital digna de tal nombre, pues se esforzó por
modernizar Madrid (con la construcción de paseos y trabajos de saneamiento e
iluminación pública) y engrandecerla con monumentos (de su época datan la Puerta de
Alcalá, el Museo del Prado —concebido como Gabinete de Historia Natural—, el
hospital de San Carlos o la construcción del nuevo Jardín Botánico, en sustitución
del antiguo de Migas Calientes) y con edificios representativos destinados a
albergar los servicios de la creciente administración pública. El impulso a los
transportes y comunicaciones interiores (con la organización del Correo como
servicio público y la construcción de una red radial de carreteras que cubrían todo
el territorio español, convergiendo sobre la capital) ha sido, sin duda, otro
factor político que ha actuado en el mismo sentido, acrecentando la cohesión de las
diversas regiones españolas.17 Estas son solo algunas de las razones por las cuales
Carlos III fue conocido como el «mejor Alcalde de Madrid».

Wikisource contiene obras originales de o sobre Carlos III de España.


Matrimonio e hijos
Contrajo matrimonio en 1737 con María Amalia de Sajonia (1724-1760), hija de
Federico Augusto II. Tuvieron trece hijos, pero solo siete llegaron a adultos:

María Isabel Antonia, infanta de España (6 de septiembre de 1740-31 de octubre de


1742).
María Josefa Antonia, infanta de España (20 de enero de 1742-3 de abril de 1742).
María Isabel Ana, infanta de España (30 de abril de 1743-5 de marzo de 1749).
María Josefa Carmela, infanta de España (6 de julio de 1744-8 de diciembre de
1801). Figura importante en el cuadro de Goya, La familia de Carlos IV. Murió sin
descendencia.
María Luisa, infanta de España (24 de noviembre de 1745-15 de mayo de 1792). Casada
con Leopoldo II de Austria, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico; con
descendencia.
Felipe Antonio, infante de España y duque de Calabria (13 de junio de 1747-19 de
septiembre de 1777). Fue excluido de la sucesión al trono de España y al de Nápoles
debido a su condición de deficiente mental.
Carlos IV, rey de España (11 de noviembre de 1748-19 de enero de 1819). Casado con
María Luisa de Borbón-Parma, princesa de Parma; con descendencia.
María Teresa Antonia, infanta de España (2 de diciembre de 1749-2 de marzo de
1750).
Fernando I, rey de las Dos Sicilias (12 de enero de 1751-4 de enero de 1825).
Casado con María Carolina de Habsburgo, archiduquesa de Austria; con descendencia.
Gabriel, infante de España (12 de mayo de 1752-23 de noviembre de 1788). Casado con
Mariana Victoria de Braganza, infanta de Portugal; aunque murió joven (antes que su
padre, lo que fue devastador para Carlos III que falleció poco después) de viruela
como su mujer; le sobrevivió solo un hijo.
María Ana, infanta de España (3 de julio de 1754-11 de mayo de 1755).
Antonio Pascual, infante de España (31 de diciembre de 1755-20 de abril de 1817).
Casado con María Amalia de Borbón, infanta de España; sin descendencia.
Francisco Javier, infante de España (15 de febrero de 1757-10 de abril de 1771).
Murió sin descendencia.
Ancestros
[mostrar]Ancestros de Carlos III de España

Predecesor:
Antonio Farnesio Coat of Arms of Infante Charles of Spain as Duke of Parma,
Piacenza and Guastalla.svg
Duque de Parma y Plasencia
1731-1735 Sucesor:
Carlos II
Predecesor:
Carlos VI de Nápoles y IV de Sicilia Coat of Arms of Infante Charles of Spain
as King of Naples and Sicily.svg
Rey de Nápoles y Sicilia
(Rey de las Dos Sicilias)
1734-1759 Sucesor:
Fernando IV de Nápoles y III de Sicilia
Predecesor:
Fernando VI Escudo de Carlos III de España Toisón y su Orden variante leones de
gules.svg
Rey de España
1759-1788 Sucesor:
Carlos IV
Notas
Se atribuye la expresión a Próspero Bofarull, Los condes de Barcelona vindicados.
Ferrer del Río (1856, p. 265)
Referencias
La titulación era Carlos por la Gracia de Dios, Rey de las Dos Sicilias y
Jerusalén, Infante de España, Duque de Parma, Plasencia y Castro, Gran Príncipe
Hereditario de Toscana. Carlo per la Grazia di Dio, Re delle Due Sicilie, di
Geruselemme, Infante delle Spagne, Duca di Parma, Piacenza, Castro, Gran Principe
Ereditario di Toscana. Carlo per la grazia. Napoli. 13 de julio de 1751.
Colletta, 1858, p. 100.
Fernández Díaz, Roberto. «La Monarquía Hispánica. Los Borbones Carlos III (1759-
1788)». Web Cervantesvirtual.com. Catedrático de Historia Moderna. Universidad de
Lleida.
Miguel del Rey y Carlos Canales (2012). En Tierra Extraña: Expediciones Militares
Españolas. Edaf. ISBN 9788441432062.
Zoomnews.es (15 de junio de 2013). «Bodas reales con humor. Los Borbones. Sus
anécdotas (II)». Archivado desde el original el 22 de febrero de 2014.
Stair Sainty, Guy (2011). «Historia de la Insigne y Real Orden de San Jenaro».
Real Casa de Borbón de las Dos Sicilias (en inglés). Madrid. Consultado el 20 de
agosto de 2013.
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de Mesonero Romanos, Ramón (1844). Manual histórico-topográfico, administrativo y
artístico de Madrid (D. Antonio Yenes edición). p. 44. Consultado el 3 de abril de
2016.
Cordobapedia Fray Sebastián de Jesús
Domínguez Ortiz, 2005.
Mirabent y Soler, José (1824). Memorias del padre J. Mirabent y Soler.
Vasquez, Juan Esteban (25 de agosto de 2017). «Por Qué se Creó el Virreinato del
Río de la Plata en Argentina». Lifeder. Consultado el 13 de abril de 2020.
Cuesta, E. M. (2009). Impuestos imperiales : la Caja Real de Buenos Aires (1700-
1800), Temas de historia argentina y americana, 14.
Ternavasio (2009). «1. Ser parte de un gran imperio». Historia de la Argentina
1806-1852. Siglo veintiuno. ISBN 9789876290937.
Fraser, Angus (2005). Los gitanos. Ariel. ISBN 84-344-6780-1.
Texto de la pragmática en la Novísima Recopilación. Ley XI, pg. 367 y ss.
«Carlos III de España». Biografías y Vidas. Consultado el 4 de julio de 2004.
Bibliografía
Colletta, Pietro (1858). History of the kingdom of Naples: 1734-1825 1. T.
Constable.
Domínguez Ortiz, Antonio (2005). Carlos III y la España de la Ilustración. Alianza
Editorial. ISBN 84-206-5970-3.
Ferrer del Río, Antonio (1856). Historia del reinado de Carlos III en España.
Imprenta de los señores Matute y Compagni.
Fernández Díaz, Roberto (2016). Carlos III. Un monarca reformista. Espasa Libros.
Tugdual de Langlais, L'armateur préféré de Beaumarchais Jean Peltier Dudoyer, de
Nantes à l'Isle de France, Éd. Coiffard, Nantes, 2015, 340 p. (ISBN 9782919339280).
Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Carlos III de España.
Wikisource contiene obras originales de o sobre Carlos III de España.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Carlos III de España.
Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia Carlos III
Biografía de Carlos III ofrecida por la Biblioteca M. Cervantes
Memoria de España. Carlos III, luces y sombras del Reformismo ilustrado (2004).
Documental producido por TVE.
Control de autoridades
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III de España
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