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La teoría contractualista tiene como objetivo racionalizar el estado y analizar críticamente

el poder y la legitimidad. El estado no tiene un origen natural o Divino, por lo que la


obediencia no es natural ni necesaria. A partir de esta interpretación, el estado debe
entenderse como un contrato o acuerdo entre las personas que componen una sociedad.

Los contractualista llevan a cabo el supuesto de un estado de naturaleza, antes de establecer


el estado y la vida en sociedad, esta sería una suposición sobre lo que los seres humanos
estarán al margen de la sociedad. Idealmente, el estado se considera un contrato en el que
los miembros de la sociedad aceptarán un modelo de comunicación y organización política.
Las diferencias En términos de su concepto de estado natural y las características del
contrato, contrato son las claves diferenciales entre unos y otros autores.

“El núcleo de la teoría del contrato social lo constituye la idea de que el gobierno legítimo
es el producto artificial de un acuerdo voluntario entre agentes libres y de que la autoridad
política "natural" no existe". Lo más esencial de las teorías contractualistas de los siglos
XVII Y XVIII y también innovador, habida cuenta de que las teorías del contrato social
computan interesantes antecedentes en el pensamiento antiguo, medieval y renacentista.
Sus principales exponentes son Thomas Hobbes, John Locke ambos ingleses y el francés
Jean-Jacques Rousseau. La obra de Thomas Hobbes se caracteriza por ser una férrea
defensa de la Monarquía absoluta como mejor forma de gobierno, porque para Thomas
Hobbes según su frase latina más conocida como Hominis Lupus el hombre es el lobo del
hombre es decir apelando al egoísmo humano sostiene que nuestro mayor peligro nuestro
mayor riesgo para nuestra vida, para nuestra integridad y para nuestra propiedad es el otro
ser humano para Hobbes el estado de naturaleza es decir un estado anterior a la sociedad, la
ley y al estado. Los hombres vivían en un estado de absoluta guerra o caos de todos contra
todos.
El estado absolutista a través del monarca quien hace cumplir la ley, nos protege a unos de
otros pues este es más fuerte que todos nosotros juntos, de esta forma a través del contrato
social todos los hombres se pusieron de acuerdo en ceder parte de su poder de autogobierno
al soberano, de esta forma el soberano gobernaría por nosotros imponiendo las leyes, pero
garantizando nuestra seguridad, por eso él representa al leviatán como este monstruo mítico
que es la suma la fuerza de toda la sociedad en conjunto y es más fuerte que cualquiera de
estos individuos.

En cambio según John Locke el estado puede mediar entre los conflictos humanos pero
siempre respetando la vida y la propiedad, ya que sería absurdo que las personas cedieran
su poder para que les garantice seguridad en su vida o integridad física, y en sus
propiedades si el mismo estado es un peligro para la vida y la propiedad; Mientras que para
Jacques Rousseau sostiene que en el estado de la naturaleza, el ser humano es
intrínsecamente bueno, compasivo, libre e iguales. En donde la sociedad es la que genera
desigualdades e injusticias, donde el compromiso libre es entre individuos y en el que estos
deben someterse a las leyes, ya que para él las leyes expresan la voluntad general, y el
estado tiene soberanía popular y la democracia en directa.

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