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PLANTEAMIENTO
Una persona fue despedida de la empresa para la que trabajaba el 1 de marzo de 2011. Al
entender que se trataba de un despido improcedente interpuso demanda judicial contra la
empresa resuelta a su favor en primera instancia y confirmada posteriormente por el Tribunal
Superior de Justicia en sentencia de 10 de enero de 2012 que adquirió firmeza al no ser
recurrida por las partes.
Se plante la cuestión de cómo y cuándo debe declarar los salarios de tramitación y los
intereses de demora percibidos.
ANÁLISIS
Los salarios de tramitación tienen la calificación de rendimientos del trabajo de acuerdo con lo
establecido en el 17.1 ,LIRPF, el cual dispone que “se considerarán rendimientos íntegros del trabajo
todas las contraprestaciones o utilidades, cualquiera que sea su denominación o naturaleza,
dinerarias o en especie, que deriven, directa o indirectamente, del trabajo personal o de la relación
laboral o estatutaria y no tengan el carácter de rendimientos de actividades económicas.”
Como regla general, los rendimientos del trabajo se imputan al período impositivo en que son
exigibles por su perceptor.
No obstante el 14.2 ,LIRPF, establece unas reglas especiales de imputación temporal, en concreto,
la recogida en la letra a) establece lo siguiente:
“a) Cuando no se hubiera satisfecho la totalidad o parte de una renta, por encontrarse pendiente de
resolución judicial la determinación del derecho a su percepción o su cuantía, los importes no
satisfechos se imputarán al período impositivo en que aquélla adquiera firmeza.”
Por tanto, en el presente caso, los salarios de tramitación deben imputarse al período
impositivo 2012 en el que ha adquirido firmeza la sentencia del Tribunal Superior de Justicia.
En cuanto a la posible aplicación de la reducción del 30% establecida en el 18.2 ,LIRPF, procede
señalar que, si bien los salarios de tramitación se perciben en sustitución de los salarios dejados de
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Caso práctico: Salarios de tramitación: declaración e imputación temporal https://www.iberley.es/print/casos/20911
percibir durante un período de tiempo, al no abarcar, en el presente caso, ese período, un plazo
superior a dos años (del 2 de marzo de 2011 al 20 de julio de ese mismo año), no les resultará
aplicable la referida reducción.
En cuanto a los intereses de demora que resultan de la resolución judicial, debe señalarse que
tienen diferente calificación, en función de su naturaleza remuneratoria o indemnizatoria.
Por su parte, los intereses indemnizatorios tienen como finalidad resarcir al acreedor por los daños
y perjuicios derivados del incumplimiento de una obligación o el retraso en su correcto cumplimiento.
Estos intereses, debido a su carácter indemnizatorio, no pueden calificarse como rendimientos del
capital mobiliario, lo que nos lleva al ámbito de las ganancias patrimoniales.
Partiendo de ese concepto y de lo dispuesto en el Art. 25 ,LIRPF, los intereses objeto de consulta
han de tributar como ganancias patrimoniales, en cuanto comportan una incorporación de
dinero al patrimonio del contribuyente, (no calificable como rendimientos) que da lugar a la
existencia de una ganancia patrimonial, tal como dispone el citado 33.1 ,LIRPF.
En cuanto a su imputación temporal, de acuerdo con lo dispuesto en el 14.1 ,LIRPF apartado c), y
que los intereses abarcan el respectivo período que comprende el retraso, la alteración patrimonial
sólo puede entenderse producida cuando los mismos se reconocen, es decir, cuando se cuantifican
y se acuerde su abono, circunstancia que en el presente caso se produce en el período impositivo
en el que por resolución judicial se reconozcan.
BASE JURÍDICA
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