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ROBERT K. MERTON

Traduccion de
FLORENTINO M. '('ORNJo:R

TEORIA Y
ESTR UCTURA
SOCIALES

o
FONDO DE CULTURA ECONOMICA
MÉXICQ-BUENOS AIRES

.""
· Primera cdición en inglés, \949
Segunda edicíón eu inglés (re-
visada y au men tada ), 1957 A ia memoria de Charles H. Hopkill8
l'runcra eclición eu espaí'iol, '1964 Amigo, Maestro y Parienie

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I.a cclición original de esta obra fue registrada por The Free Press ot
( ;kncoe, l1Iinois, con el título Social Theorv and Social Structure

Dcrcchos reservados conforme a Ia ley


© 1964, Fondo de Cultura Econ6mica
Av. de Ia Universidad, 975 - México 12, D. F.

.:
Irnprcso y hecho en México
I'rinled anel tnade in Mexico
12 EXPRESIONES DE GRATITUD

de trabajo con un maestro como el DI. Parsons. Eu realidad era un collegium;


que hoy no se encuentra fácilmente eu departamentos con muchas veintenas
de estudiantes graduados y un pequeno y ufanado grupo de profesores. INTRODUCCION
En afios recientes, míentras trabajamos cn servicio doble en el Departa-
mento de Investigaciones Sociales Aplicadas de Ia Columbia University, "Una ciencia que titubea en olvidar a sus fundadores
aprendi muchísimo de Paul F. Lazarsfeld. Como por nuestras innumerables está perdida."
conversacíones, resulta evidente que él no tiene idea de Ia magnitud de mi "Es característico de una ciencia en sus primeras eta-
pas ... ser ambiciosamente profunda en sus propósitos y
deuda intelectual hacia Sl1 persona, me siento especialmente feliz en tener
trivial en el tratamiento de Ias detalIes."
esta ocasión de llamarle en público Ia atenci6n hacia ella. No menos valiosa "Pero !legar muy cerca de una verdadera teoría y per-
para mí fue Sl1 escéptica curiosidad, que me obligó a articular, de manera catarse de su aplicación precisa son dos cosas muy dife-
más completa de Ia que hubiera podido hacerIo de otra manera, mis razones rentes, como nos ensefia Ia historia de Ia ciencia. Todo
para considerar el anáIisis funcional como Ia orientaci6n teórica más prome- 10 importante ha sido dicho antes por aIguien que no 10
tedora al presente, aunque no como Ia única, para un amplio campo de pro- descubrió."
blemas ele Ia sociedad humana. Y sobre todo vigorizó en mí, con su ejemplo,
ALFRED NORTH WHITEHEAD: The Organisation 01
Ia convicción de que Ia gran diferencia entre cíencia social y diletantismo Thought.
social está en Ia prosecución sistemática y seria, es decir, intelectualmente
responsabIe y austera, de Ia que primero se consideró una idea interesante.
Esto, según me parece, es 10 que Whitehead dice también en Ios últimos I':N su prímera redacción, los trabajos que forman este libra no estaban
renglones deI pasaje que sirve de epígrafe a este libro.
destinados a ser capítulos sucesivos de un solo vo1umen. Por 10 tanto, sería
Hay otras cuatro personas que no necesitan que les exprese mi gratitud:
I icioso sugerir que, tal como ahora apareceu ordenados, ofrecen una progre-
una, porque todos Ias que me conoeen saben Ia obligado que le estoy, Ias
sión natural que lleva con severa inevitabilidad de uno al siguiente. Pero me
otras tres, porque en momento oportuno deseubrirán por sí mismas el carác-
resisto a creer que el libra carezca por completo de Ias gracias 16gicas, y no
ter preciso de mi gran obligación con elIas.
uicramente literarias, de coherencia, unidad y relieve.
Para hacer fácilmente visible Ia coherencia, el libro está dividido en
«uatro grandes partes, exponiéndose en Ia primera una orientación teórica
ele acuerdo con Ia cual se examinan después tres tipos de problemas socio-
lógicos. Breves introducciones a cada una de Ias principales secciones se
proponen converti r en innecesario que el lector busque por sí mismo un
incdio de pasar intelectualmente de una parte a Ia siguiente.
En interés de Ia unidad, los trabajos fueran reunidos atendiendo al des-
plicgue y desarrollo graduales de dos aspectos sociológicos que impregnan
IIIdo ellibro; estas aspectos se expresan con mayor plenitud en Ia perspectiva
IIIIC ofrecen todos Ias capítulos que en Ia materia particular sometida a estu-

• .Iio. Está, en primer lugar, el aspecto del influjo mutuo entre Ia teoría social
v Ia investigación social, y en segundo lugar, el de codificar progresivamente
I :111 to Ia teoría substantiva como Ias pracedimientos del análisis sociológico,
v lilás particularmente del análisis cualitativo.
Se concederá que estas dos aspectos no sufren de una excesiva modestia
di' dimensiones. En realidad, si yo insinuara que Ias ensayos hacen algo
m'I'; que costear los bordes de esos grandes e imperfectamente explorados
I t 11 i Iorios, el exceso mismo de Ia pretensión no haría más' que acentuar Ia
lH'tlllcfíez de Ia cosecha. Pero como Ia unificación de Ia teoría y Ia investiga-
111"11, Y Ia codificación de Ia teoría y elmétodo son Ias dos temas que se entre-
11'1('11 ;I 10 largo de Ios capítulos de este libra, puede ser útil estudiar cada uno
di' r-llos a manera de introducción general.
13
14 INTRODUCCI6N INTRODUCCION 15
,,,"II.I., IIJlIlIIIC
II Ia história y Ia sistemática de Ia teoría sociológica sean
UNIFICACI6N DE LA TEORiA Y LAS INVESTIGAClONES
'11111·,.11I1'1I""lliI('s eu Ia preparación del sociólogo, esta no es razón para
1111f, LIIII', \ IIIIJllllldirlas. La teoría sociológica sistemática, tal como aparece
Este interés manifiesto cn Ia uni ficación de Ias relaciones recíprocas entre • ,1101, I, 1J·.I.1.1CII los capítulos II y I1I, representa Ia acumulacíón altamente
Ia teoría social y Ias invcstigaciones socialcs es sospcchosamcnte irreprocha- tIl" 1.\ I ,i<' Ias pequenas partes de Ia teoría anterior que han sobrevivido
ble. lDónde podrá encoutrarse l1l1 científico social que rechacc Ia conve- 11,1I I "1111,1;1Ias prucbas de Ia investigación empírica. Pero Ia historia de Ia
nieneia de Ia "integración" de Ia teoria y de Ia invcstigación cmpírica? " 11111'IIlIll'll'lHk también una masa mucho mayor de coneepciones que caen
A menos quc se le dé alguna fucrza especial, esta posición poscerá el mismo .\ 1'1,,1.1/11"'11:11)(10se confrontan con Ia prueba empírica. Comprende tam-
grado ele vcrdad trivial que Ia posición sustentada por el prcdicador de Cal- l'li 11 111',1'IIIdos de partida falsos, Ias doctrinas arcaicas y Ias errores infruc-
vin Coolidge, que estaba sin excepción "contra el pecado". 111",,,,,,01,·11':IS:ltlO.Aunque el conocimiento de todo eso puede ser un adita-
Si lia de ser algo más que otra deelaración ele fe convencional, este in- 1111111"111d CII Ia preparación del sociólogo, no puede substituir a Ia prepara-
terés por Ia unificación elcbe hacerse específico y ha de exponerse concreta- , 11'" I11 d uso real de Ia teoría en Ia investigación. Podemos estudiar con
me.nte mediante efemplos. Los tres capítulos de Ia Parte I están destinados 1111111'1111, 1IIIIdlO de 10 que escribieron los precursores de Ia sociología como
a este fino Implícito en esos capítulos programáticos hay un punto de vista , 1'11I' 111',pal:1 dirigir Ia investigación intelectual, pero esto es una materia
que aparece repetidas veces a 10 largo del libro y que puede ser útil resumir 1 •• "i1II1I'1I11'distinta.
brevemente.' 1':1 III'tllll claramene visible es que Ia antigua historia de Ia sociologia
1"111111.1icprcsentan, por ejemplo, Ias especulaeiones de Comte o de Spen-
Historia y sistemática de la teoria • '1, dI' l l obhouse o de Ratzenhofer- está muy lejos de ser cumulativa. Las
. 1111"'1"1(l11"Sele cada uno de ellos rara vez se elevaban sobre Ia obra de Ios
A pesar de sus muchas referencias a los escritos de sociólogos de Ias últimas '1'11 I,· h.rbiau precedido. Se presentan típicamente como concepciones dife-
generaciones, esos capítulos no tratan de Ia hisioria de Ia teoría sociológica, IIld'" v alllagónicas, y no unificadas y ampliadas en un producto cumula-
sino de Ia sistemática de ciertas teorías con Ias que trabajan ahora provisional- 111'(1 1<11consecuencia, poco de 10 que escribieron esos antiguos precursores
mente los sociólogos. La confusión, atractiva pero fatal, de Ia teoría socio- "11:11<' ',ll'lIdo hoy aplicable para Ia sociología. Sus obras testimonian los gran-
lógica utilizable con Ia historia de Ia teoría sociológica -lquién dijo que a d,·, 1I1l"1 it()~, ele hombres talentosos, peTO no suelen suministrar guías para el
modo de especulación o hipótesis?- debió haberse disipado hace mucho ,III,dl',j', .utual de los problemas sociológicos. Fueron grandes realizaciones
tiempo reconociendo sus muy diferentes funciones. Después de todo, Ias ill 'li 1J('lIIPO, pero aquel tiempo no es el nuestro. Nosotros los sociólogos
escuelas de medicina no confunden Ia historia de Ia medicina con los cono- d, ""\ 'iIlÍZ<Ísno seamos más que pigmeos intelectuales, pero, a diferencia del
cimientos médicos actuales, ni los departamentos de biología identifican Ia , " '''I\',IIIlCnte modesto Newton, no somos pigmeos que nos levantemos sobre
historia de Ia biología con Ia teoría viable que se emplea ahora para guiar \"', \11JllIl>roS de gigantes. La tradición cumulativa es todavía tan ligera,
e interpretar Ia investigación biológica. Una vez dicho esta, parece bastante '111[' \11'. hombros de los gigantes de Ia ciencia sociológica no proporcionan
obvio para que sea motivo de inquietud. Pero 10 extraordinario es que cn 1111.11',1',1'l1Iuy sólida sobre Ia cual apoyarse. EI apotegma de Whitehead,
sociología esa clara distinción entre Ia historia de Ia teoría y Ia teoría ope- 11111',1(1 «omo epígrafe a este introducción, es en consecuencia mucho más
rante en Ia actualidad no ha tenido acogida en muchos lugares, al menos si 1.r!l'oIl'lIl CII sociología que en Ias cíencias físicas, que tienen un mayor pro-
juzgamos por los planes de estudios y Ias publicaciones. l:" ',II·,,'lcctivamente cumulativo: "Una ciencia que titubea en olvidar a sus
EI supuesto subyacente en los capítulos iniciales de este libro es el 1IIII,I.I,J,,!es está perdida."

1 Las páginas siguientes son unas paráfrasis y ampliación de mi trabajo en que estudio "Ia si-
tuaci6n de Ia teoría sociológica" tal como apareció en American Sociological Revíew, 1948, 13, "'''110/\ de alcance íntermedío
164.68. Para observaciones contrarias sobre e1 papel de Ia historia de! pensamiento social como
diferente dei de Ia teoria sociológica actualrnente viable, véase "Vitalizing sociological theory", por
I '1111111 muchas pala bras excesivamente usadas, Ia palabra teoria amenaza eon
l lownrd Bcckcr, íbíd. 1954 19, 377-388 en especial 379-81. Una opini6n algo diferente sobre Ia
naturulczn y Ias funciones de Ia teoría social puede verse en "The present status of social theory", '1'11'<
LII vacía de sentido. La misma diversidad de cosas a que se aplica da
por 'I'hcodore Abel, ibid., 1952, 17, 156-64, en Ia crítica de este trabajo por Kenneth E. Bock y 1"111I'~,Jrlladoque con frecuencia oscurece el conocimiento en vez de crearlo.
Stcphen \V. Recel, 164-67; y en "What is wrong with social theory", por Herbert Blurncr, íbid.
1954, 19. 310, Una revisión ele Ia sociologia actual a Ia luz de Ia teoria sustentada se encuentra
A I" Lrlgo de este libro, y de manera totalmente explícita en Ia Parte I, Ia
eu /1"",",, Socicty, por Kingsley Davis (Nueva York, Macmillan, 1949), y una revisión de Ia historia ",I~I'/c'llfía sociológica se refiere a conceptos Iógicamente interconectados y
dei I'tmulllicllto sociológico en Ia reciente obra de N. S. Timasheff, Sociological Theory: Its Nature ,I., ull'ltlll'c limitado y modesto más bien que amplies y grandiosos. Cons-
lIud Cru",'" (NIICVIl York, Random House, Ine., 1954), y en Sociological Theory, cd. por E. F."
80rllallM y 11." Meyer (Nueva York, A, A. Knopf, 1956). IIU1fc'IIIC'1I1c procuro enfoear Ia atención sobre Ias que podrían llamarse teorias
16 INTRODUCCI6N INTRODUCCION 17
de alcance iniermedio: teorías intermedias entre Ias estrechas hipótesis de .111. I,,', • 11/111"'1.'" nistentes en el mismo momento de. la histeria deben iener
trabajo que se producen abundantemente durante Ias diarias rutinas de Ia .,1 1111'"
"li !:' tido ele tnadurez intelectual. Porque una disciplina llamada física
investigación, y Ias amplias especulacíones que abarcan un sistema conceptual \ 1111,1 dl"l 1I,Iill:lll.unada socioIogía existen a mediados de siglo xx, se supone
dominante del cual se espera que se derive un número 111Uygrande de uni- UI"IIIII.'IIII'III(' que los logros de una deben ser Ia medida de Ia otra. Pero
formidades de conducta social empíricamente observadas. ",111 I'. 11"1101:1 r Ia h istoria previa de cada una de ellas: entre Ia física del
Debe admitirse que en estos ensayos supongo que la búsqueda de un siso ',11:
111 x x \ Ia sociologia del siglo xx hay miles de millones de horas-hom bre
tema total de teoría sociológica, en el cual toda suerte de observaciones en- ./1 1111 I".II!"aciúll constante, disciplinada y cumulativa. Quizás la sociología
cuentren desde luego su lugar prefijado, implica el misrno gran incentivo 11" (·.Li ;11'111 lista para su Einsten porque todavia no tuvo su KepIer. Hasta
y Ia misma pequena promesa que los grandes sistemas filosóficos que ban I1 111<'11111 para blc Ncwton reconoció eu su dia Ia aportación indispensable
caído en merecido desuso. Hay quienes hablan como si esperasen, aquí y d., L, IIIvestigaci611 cumulativa cuando dijo: "Si vi a mayor distancia, es por-
ahora, Ia formuIación de Ia teoria sociológica adecuada para abarcar grandes 1/1\1'111('('Icv{:sobre los hombros de gigantes."
cantidades de detalles exactamente observados de conducta social y 10 bastante Y 110CSIa comparación con Ias ciencias físicas Ia única fucnte de esta
fructífera como para dirigir Ia atención de miles de investigadores a proble- 1IIIIV\lliÚIl entre algunos sociólogos de que debemos, aquí y ahora, alcanzar
mas pertinentes de investigación empírica. Considero ésta una creencia '.•·.I('III;I~\leóricos en gran escala. Esta creencia, tan prematura como incitantc,
prematura y apocalíptica. No estamos listos. Aún no se ha hecho el trabajo •.•• 1\('0 yo, CIl parte una respuesta a Ia situación ambigua de Ia sociología
preparatorio. 1'11h-i ,\ocicdadcs europeas occidentales y norteamericanas contemporáneas.
EI sentido del desenvolvimiento histórico puede inspirar suficiente hu- ( I ,:I ·;ituaoióu actual de Ia sociología en otras sociedades es materia completa-
mildad para librar a esos extravagantes optimistas de su esperanza notoria- 1I1I'1I1!'disl inta: allí es más difícil advertir Ia existencia de Ia socioIogía que
mente prematura. Ni siquiera e1los habrían esperado que Einstein le pisase ./1/ I'IllIillar Ias funciones de Ia poca sociología existente.) La misma insegu-
los talones a Kepler. Esto no sería posible, y se necesitaron primero siglos 11".111de Icner couocímientos acumulados suficientes para Ias grandes de-
de investigación y de pensamiento sistemático acerca de Ios resultados de Ias 1I1,lIldasque ahora se Ie hacen a Ia sociología -por políticos, reformadores y
investigaciones para preparar el terreno. No quíero decir con todo esto II',\('I'iOlI:lrios, horn bres de nego cios y gobernantes, presidentes de colegios
que Ia socioIogía deba adoptar sin crítica expectativas modestas porque 10 han 1IlIl\'('ISilarios y estudiantes de segundo aíío->, esa inseguridad provoca entre
111 .• I('iúlogos Ia convicción, eu exceso celosa y defensiva, de que tienen que
-j(
hecho así con provecho sus hermanas mayores y más experimentadas entre
1".1,11dI: algúu modo a Ia altura de dichas demandas, por prematuras y extra-
Ias ciencias. Aqui, como en cualquier otra parte, Ia imitación irreflexiva tiene 1"1/',,11 11 cs que sean.
poco que hacer. Pero hay algunos rasgos pertinentes de Ia historia de Ia cien-
;\ pesar de sus funciones psicológicas para quien cultiva Ias ciencias
cia física que, bien comprendidos, pueden ser instructivos y alentadores. '01111.lIl's, esta convicción implica el error de suponer que competencia sig-
La adecuada apreciación de ellos impediría que Ios científicos sociales per- 111111;1 suficiencia para todas y cada una de las demandas, justas o injustas,
mitieran que Ia existencia misma de unas ciencias físicas tan altamente dl'.111'1;..,o estúpidas, que se le hacen. Implicitamente, contiene el error sacrí-
desarrolladas suscitara esas grandes y excesivamente optimistas esperanzas. Iq:l, v iuasoquista de creerse omnisciente. Esta creencia sostiene, en efecto,
Ocurre que quienes cultivamos Ias ciencias sociales vívímos en una época '1"1' .uluuhr menos que un conocimiento universal es admitir el fracaso. Así
en que algunas de Ias ciencias físicas ban alcanzado una precisión relativa- ' ."I' I,dI' :1mcnudo, en Ias primeras fases de una disciplina nueva, que sus exposi-
mente grande de teoría y de experimento, han creado una gran cantidad de "'Il", .lcclarcn tipicamente extravagantes pretensiones de haber producido
instrumentos y utensilios y abundantes subproductos tecno1ógicos. Ante eso, ',,',II'IILIS teóricos totales, adeeuados para todo el campo de problemas que
muchos científicos sociales 10 toman como norma para Ia autoapreciación. ,d',III:1 1a disciplina. Como observa Whitehead en el pasaje que tomé para
Quieren, comprensiblemente, comparar sus bíceps con Ias de sus herrnanos '1"/:l.lIc de este libro: "Es característico de una ciencia en sus primeras
mayores. Tambíén quieren que se les tome en cuettta. Y cuando se hace I 1,'1',IS, , . ser ambiciosamente profunda en sus propósitos y trivial en el tra-
evidente a todos 10s que 10 vean que ni tienen aquellos el poderoso físico ni I,lIl1Wlllo de los detalles."
descargan los golpes mortales de sus grandes hermanos, 10s jóvenes se afligen los sistemas sociológicos completos en Ia actualidad, como en su dia
llenos de desesperanza. Empiezan a preguntar: ".!.Es realmente posible una 1"'1 ·.j'.I(')lias completos de teoria médica o de teoría química, deben dejar
ciencia de Ia sociedad?" ••I 111/'.;11 a teorias íntermedías menos imponentes pero mejor fundadas. No
No sólo seria más modesto y más realista, sino también, quizás, más p"dl'lllll'; esperar que ningún individuo cree un sistema arquitectónico de
remunerador desde el punto de vista psicológico advertir Ia diferencia de 111111
LI (I"l' sumínistre un manual para Ia solución de problemas sociales y
cdad y de experiencia duramente adqurida. Percibir aquí Ia diferencia seria ~1I111I1t'1~!i('l)s.La ciencia, aun Ia ciencia sociológica, no es esa panacea.
guardar Ias proporciones. Sería evitar el error de suponer que todos 10s' PTO- ( :1111111 los científicos sociales que yerran al compararse irreflexivamente
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18 INTRODUCCI6N INTRODUCCI6N 19
con los fíSICOSde su tiempo a causa del accidente de que vivan unos y otros "tllllI 11111111111111 [IIIIH() eu que sea adecuadamente apareada. Pero el consorte
en el mismo instante de Ia historia, así el público ilustrado, y en ese público 1111",111111'11'1'"Iy susícnto ) si ha de a1canzar el tamafio y vigor necesarios
los estratégicos individuos que toman decisiones, yerran con frecuencia al 1,,11"LI'. 01,III.IIIILI~,que se lc harán.
estimar Ia ciencia social, de una vez para siempre, a base de su presente capa- 1'1111.,,111I" .mtcrior, pareceria razonable suponer que Ia sociología pIo-
cidad para resolver los grandes y urgentes problemas de Ia sociedad que a .,11,,111 • 111.1IIIl'dida eu que su mayor interés esté en producir teorias ínter-
todos nos apremian. EI desplazado masoquismo del científico social y el ,"1011,1,.\ ',I' IIlIslLlrú si Ia atención se centra sobre Ia teoría en general. Creo
inadvertido sadismo del público sou consecuencia del mismo defecto: no ver 'I'" 111,,',11,1l'lilll'ipal tarca hoy es formular teorias especiales aplicables a
que Ia ciencia social, como toda la civilización, está constantemente en pro- "11111'01,1IIII!lados de datas ---teorías, por ejemplo, de dinâmica de clases, de
ceso de desarrollo y que no hay decreto providencial que disponga que, .en 1"1""11''', cll' 1:llq)()S autagónicos, o de Ia corriente de poder y el ejercicio
cualquier momento dado, Ia ciencia debe ser suficiente para todo el conjunto ,I, I" 1111111('11("1;1 iutcrpcrsonal->- y no buscar inmediatamente Ia estructura
de problemas que se les presentan a los hombres en aquel momento. La pers- '1111"1,III,tI "1I"egrada" suficiente para sacar, de ella todas esas y otras teorías.
pectiva histórica puede permitir al científico, y también aI profano, ver los "I 1'"II!II,,'Hjolc"gico dedicado exclusivamente a Ia exploración de elevadas
hechos de experiencia repetida en sus proporciones justas. De otra manera, ,11••.1,.111"'11('" rorrc cl ríesgo de que, como sucede con el decorado moderno,
cs como si Ia situación y Ias promesas de Ia medicina en el siglo XVII se hubie- ,I 1I1111,d 1,111"dI' ,\I mente esté desperdigado y sea simple e incómodo. Decir
ran juzgado para siempre por su capacidad para producir, entonces y allí, un '1"1 ',1111111'("..I lias teorias generales y teorías especiales es ser correcto y tri-
preventivo o un remedio para Ias enfermedades cardiacas. Supongamos que \ 1,.1 1,11'IIIIII('IIIa cs dar destino a nuestros escasos recursos. Lo que sugíero
cl problema hubiera sido en general considerado urgente -jvéase Ia propor- " '1"1 .1 I .IIIIIII() hacia sistemas conceptuales eficaces en sociología se cons-
ción creciente de muertes por trombosis coronaria!-, y muy bien pudo haber 111111,1 til' 1111,1 1I1;11lCramás eficaz mediante el trabajo sobre teorias especiales,
ocurrido que Ia misma importancia del problema hubiera eclipsado Ia cues- \ 'pl< "'1',1111;\sicndo un plan no realizado en gran medida si se lu quiere
tíón totalmente independiente de Ia suficiencia de Ia ciencia médica de 1600 1111111111." tllllTlalllcute en este tiempo. Por eso en su discurso de apertura
(o de 1800, o de 1900) para resolver aquel problema particular. Pero es pre- 'li LI 'JlIll'tTsidatl de Londres, T. H. Marshall hizo últimamente Ia defensa
cisamente esa falta de lógica 10 que está detrás de muchas de Ias demandas do.,.< ,di IIIt'Ssociológicos en Ias distancias intermedias".
prácticas que se le hacen hoy a Ia sociología (y a Ias demás ciencias sociales). 1 '111'I'sla insistcncia puede ser necesaria se advierte al revisar los libras
Como Ia guerra, Ia explotación, Ia pobreza, Ia discriminación y Ia inseguridad 111 q, '1'111ia sociológica. Nótese cuán pocos, cuán esporádicos y, hay que
psicológica acosan a los hombres en Ia sociedad moderna, Ia ciencia social, si d, , 11111,111;'111 insignificantes son 10s ejemplos de hipótesis sociológicasespe-
vale 10 que cuesta, debe dar solución a todas y cada una de esas cosas. Es po- ,tI(, ,1',11'1('se derivan de un sistema conceptual general. La teoría (o especu-
sible, naturalmente, que los científicos sociales estén tan bien equipados para li, 1"") 1.;isi(':I va tan por de1ante de Ias teorías especiales confirmadas, que
resolver los problemas urgentes en 1955 como 10 estaban Harvey o Sydenham , 1111III(OI~I;lJl\airrealizado y no Ia unificación de teorias en apariencia inde-
para reconocer, estudiar y curar Ia trombosis coronaria en 1655. No obstante, I" ""ltltl,,~ I':sto no es un responso. Como ha indicado Ta1cott Parsons, se
t ,

como desiuestra Ia historia, Ia insuficiencia de Ia medicina del siglo XVII para 11111111I 11" umchos progresos últimamente. La convergencia gradual de algu-
luchar contra ese problema particular no quiere decir que no tuviese posibi- \1,1',, 11111'1 11('s teóricas sobre psicología social, antropología social y sociologia
o

lidades de desarrollo. Si todo el mundo fuera a respaldar sólo Ias cosas 1""111'I,' 1',lalldcs adquisiciones teóricas. Pero, después de decir esto, tiene
seguras, ,:quién apoyaría en sí mismo al mozuelo aún no desarrollado? '110"'111<'.ulmitir que gran parte de 10 que se llama ahora teoría sociológica
Esta insistencia sobre Ia desproporción entre los problemas prácticos que , ""',,',,," cu orientaciones generales hacia los daios, sugiriendo tipos de varia-
a veces se le asignan al sociólogo y el estado de sus destrezas y conocimientos ',I•.. ,/"" uecesitaii ser tomadas en cuenis de algún modo, más bien que en
acumulados, no significa de ningún modo, desde luego, que el sociólogo n un« ,,,dlls
« claros, verijicables, de relaciones entre variables eepeciiicadas»
no deba trabajar en investigaciones pertinentes a problemas prácticos urgen- I, !I!11111'; uunhos conceptos, pero pocas teorias confirmadas; muchos puntos
tes y que debiera buscar de1iberadamente los problemas triviales desde el .I, \ 1',1,1,pcru pocos teoremas, muchas vias de acceso, pero pocas llegadas.
punto de vista pragmático. La insistencia se propane sólo restaurar el sen- lllll 1.1',',.'1ía bueno poner interés en otras cosas.
tido histórico de proporción. La urgencia o Ia inmensidad de un problema 1..1 Imría sociológica debe avanzar sobre estos planos interconectados:
social práctico no implica Ia seguridad de su solución. En cualquier momento
dado, los hombres están diversamente equipados para resolver problemas dife- 1',.1.1
,,",,'o vución se aruplía algo en eJ capítulo 11. Para una sugcstión reciente de que Ia con-
rentes. Debe recorc1arse que, aun por el repetido testimonio popular, Ia nece- , "", 0,1,\' Ia división constante, que caracterizó los desarrollos recientes de Ia teoría sociológica,
li, 110

• ,'"to. '11n: 1I,,11l.-a1 scicnce trend in sociology", por Gcorge A, Lnndberg, en American [oums! o!
sidad cs sólo Ia madre de Ia invención; el conocimiento socialmente acumu- ~"'O"I"i:l,1"';',61, 191-202, Pero hay que reconocer que cn medida importante Ia convcrgencia
lado cs su padre. A menos de que se unan ambas cosas, Ia necesidad seda "~ '" >I, 111 unlación "I general y no Ia de Ia teoría sociológica, Pero, manifiestamente, no todo
estéril. I'ero Ia esterilidad presente no significa que no pueda concebir en 1'""11,"I>, .\"1 :01 mismo ticmpo;Ia ganancia en convergencía cs real. aun cuando es parcial y no
I Hi.'1dl 1<1
20 INTRODUCCIÓN lNTRODUCClóN 21
a través de teorías especiales suficientes para campos limitados de datos socia- 111'111.1 ,I (;I~\()Sconcretos. Esto nos obliga a prestar atención a cuestioues
les, y a través de Ia evolución de un sistema conceptual más general, adecuado .\1 I",1i" orclcn : zQué orientación teórica se adopta provisionalmente como
para unificar grupos de teorias especiales. 1'"11111de partida? ZY sobre qué bases se hace Ia elección? ZCómo sirvió esta
Concentrarse por completo sobre teorias espcciales es correr el riesgo de 1IlIlllLui(1I1 teórica para guiar e iluminar Ia investigación empírica? zCómo,
salir con especulaciones aâ hoc desconectadas, congruentes con un campo 'li w.dll l.«], modeló Ia teoría sociológica de cualquier tipo Ia investigación
limitado de observaciones e incongruentes entre sí. 11111'"11 :1.y. recíprocamente, cómo afectó Ia investigación empírica a Ia teoria
Concentrarse por completo sobre un sistema conceptual general para ',lIll1dll/·.I(";\?l labiendo indicado primero el carácter de mi orientación teórica,
derivar todas Ias teorias subsidiarias es correr el riesgo de producir en eI 011',{li rx.nuinar sus operaciones actuales y exponer Ias variadas interrelaciones
siglo xx equivalentes sociológicos de los grandes sistemas filosóficos del pa- 1111", "'Ia y Ia investigación. esta es, en substancia, materia asignada más
sado, con toda su variada sugestividad, todo su esplendor arquitectónico y .•01.1,11li (' a Ia Parte I de este libra.
toda su esterilidad científica. 1<1«npitulo I, uno de Ios tres ensayos del Iibro que no fueron publicados
Los hombres destinan sus recursos escasos de algún modo, sépanlo o no, ,llIlllIollllcnte, intenta estabIecer Ias bases y Ia estructura del tipo de teoria
y cse destino refleja sus políticas prácticas. Esto es tan cierto de 10 individuos '"" l.tI ll.unada análisis funcional. Fragmento de un trabajo más extenso que
dedicados a producir teoría sociológica como de los dedicados a producir 1111,·.,iL\r;'\ más afios para madurar, este breve estudio se centra en torno de
artículos de plomería. Estas observaciones, expuestas en el trabajo de Parsons 111111:lladigma de análisis funcional, codificando los supuestos, los conceptos
sobre Ia situación de Ia teoría sociológica," tienen por objeto poner de rnaní- \' I,,', proccdimientos que estuvieron implícitos (y, en algunos momentos,
fiesto Ia decisión política que tienen que afrontar los hombres que practican "pll,ilos) en interpretaciones funcionales en los campos de Ia sociología, de
Ia teoría sociológica: zQué recibirá Ia mayor parte de nuestras energías y 1.1Il'd(o]ogÍa social y de Ia antropología social. Si se abandonan Ias grandes
recursos inmediatos: la busca de teorías intermedias confirmadas o Ia busca ,11"l WiOllCSde Ia palabra descubrimiento pnede decirse que, en gran parte, los
de sistemas conceptuales generales? Creo, y Ias creencias están desde luego 111~1IJ('lIt()Sdel paradigma fueron descubiertos, no inventados. En parte,
notoriamente expuestas a error, que durante algún tiempo futuro son Ias 111111111 encontrados al examinar críticamente Ias investigaciones y los estudios
teorías intermedias Ias que más prometeu.' siempre que, en Ia base de esa I('IIIICOSde quienes cultivan el punto de vista funcional para Ia conducta de
modesta búsqueda de uniformidades sociaIes, haya un interés duradero y 111',hombres en sociedad. Los demás provienen de mis propios estudios
penetrante en unificar Ias teorías especiales en un conjunto más general de '.11111(" cstructura social.
conceptos y de proposiciones mutuamente congruentes. Aun asi, debemos I<slc entramado de análisis funcional es el que guió diversamente Ia
adoptar el punto de vista provisional de nuestros hermanos mayores, recor- li< l.ución de todos los trabajos de este volumen.
dando con ellos, como con Tennyson, que los dos capítulos siguíentes, uno de 10s cuales trata de Ias funciones
nuestros pequeüos sistemas tienen su día; di Li teoria para Ia investigación, y el otro de Ias funciones de Ia investigación
tienen su día y dejan de existir. 1'.11,1l:t teoria, tienen por objeto resumir los tipos de relaciones recíprocas
111111'teoria e investigación que prevalecen actualmente en Ia investigaeión
La orientaci6n te6rica ',111lologica.
1<1capítulo II diferencia Ios tipos relacionados pero distintos de ínves-
Aunque impecable en eI propósito, el objetivo de unificar Ia teoría y~ Ia 1,,~,IIIÚIIcomprendidos en Ia vaga denominación de teoría sociológica: meto do-
investigación sociológicas sigue siendo estéril en realizaciones hasta que no se 111/'.1;1 o lógica deI procedimiento, orientaciones generaIes, análísis de con-
3 Se rcfiere esto al trabajo reproducído después como capítulo I de los Essays in Sociologíca! Ill'los, interpretaciones ex post facto, generalizaciones empíricas, y teoría
Thcory: Pure and Applied, de Talcott Parsons (Clcncoe, The Free Press, 1949); para ampliar cl 111 «piamente dicha AI describir Ias interconexiones entre ellos -el hecho
cstl1dio, véase el capitulo XVII de la edición revisada, 1954.
'I Para una formulación meticulosa de los requsitos lógicos ele Ias teorías intermedias, véasc dI '1l1e cstén interconectados implica que también son diferentes- trato de
011 Thcory and Verification in Sociology, por Hans L. Zetterberg (Estocolmo, Almqvist and Wiksell; ',,"II:I\,:lr Ias limitaciones así como Ias funciones de Ias orientaciones teóricas
N neva York, The Tressler Press, 1954); observaciones sobre Ias características distintivas de Ias
teorias intcrmedias pueden verse en "A forty-year perspectívc", por Frank H. Hankíns, en Sociology
~:(III"I.ilcs, que abundan más en sociologia que Ias proposiciones específicas
aJld Social Research, 1956, 40, 391-98; "Reflectíons on theories and sociometric systems", por 11111 wamente derivadas y empíricamente confirmadas. Así, además, se desta-
Jiri Nclmevajsa, en International Journal of Socíornetric, 1956, 1, 8-15; "Methods of social research, I "" «ou plenitud Ia importancia a Ia vez que el carácter intermedio de Ia
1945-55", por Peter H. Rossí en Sociology in the United States of America: A Trend Report, diri-
gido por l laus L. Zetterberg (UNESCO, 1956), 21-34, especialmente en 23 ss. Pero debe advertirse
~:IIII"I;t1ización empírica en sociologia. Se sugiere allí que mediante Ia codi-
'1Ilc Ia comprobabilidad empírica de Ias teorías intermedías no es su único ni su principal atributo. ('I.,I/()/I teórica, esas generalizaciones empíricas dispares pueden ser retocadas,
1,0 CS, más bicn, el doble hecho de que los conceptos de esas teorias abarcan un nivel medio de I 1I1"I,HlaSY unificadas. Entonces se convierten en casos especiales de una
gCllcralidad: que SOIJ bastante específicos para ser utilizados eficazmente en Ia organización de Ia
prucba rclul ivu a determinar campos de fcnórnenos sociales, y bastante generales para ser unificados II'~:I:It:cneral.
en conjuntos cada vez más amplies de gencralizaciones. 1,'.1capítulo III examina Ia otra dirección de esa relación recíproca entre
22 INTRODUCCI6N IN'j'RODUCCI6N 23

teoría e investigación: Ias diferentes tipos de efectos que los datos de Ia inves- '"11\\"" 11111> l"ll,d, (11 ('I l'''pít1110 IV, aI presentar un análisis de Ia conducta
tigacíón ejercen sobre el desarrollo de Ia teoría social. Sólo 10s que se limiten o;U 1.,1,111'I~,,.I"', " ('11vi capítulo XII, al revisar crítieamente Ia investigación
a leer sobre actividades de investigación empírica, sin dedicasse a eIlas, pue· \ 1.11I"1101I11 1.1',I!llologÍa del conocimiento."
'I! ,111,1,d/',II, .1 numera de explicación, sobre el uso repetido de paradig-
den seguir creyendo que Ia función exclusiva, o siquiera primordial, de Ia
investigación es comprobar hipótesis preestablecidas. Esto representa una fun- "I'
111,1 1111111,11,,·, ('se tipo. Creo que tienen un gran valor propedéutico.
ción obvia y esencial, pero estrecha, de Ia investigación empírica. La inves- 1'11 1'11111'1I11f" ,11, cxp()llen al aire libre, para que todos 10 vean, e1 conjunto
tigación juega llD papel mucho más activo deI que implica esa función esen- .I. ',111'111',111'" ( ""('('plos y proposiciones básicas que se emplean en un análisis
cialrnente pasiva. Como se expone en este capítulo con alguna longitud, la ','li ,"1"1'.1''' Ilc- l"sl a sucrtc reducen aI mínimo Ia tendencia inadvertida de
investigación empírica también inicia, re-iormula, re-enioca y aclara Ias teo- '" 1111 ,ti " III'wk() clcl análisis detrás de un velo de azar e ideas, rumias y
rías y Ias concepciones de Ia sociología. Y en la medida en que Ia observación , "111111 1.11111.,1'lgiclIllcntc desconectados. La sociología tiene poeas fórmulas,
dirige así y fertiliza el desarrollo de Ia teoría, es evidente que el teórico, que 111 ,I ""ltI id., de cxpresiones simbólicas muy abreviadas de relaciones entre
está muy lejos de toda investigación, de Ia cual aprende sólo de oídas, por \ di 1;1""'., o,u(iolúgicas. Eu consecuencia, Ias interpretaciones sociológicas ~e
decido así, corre el riesgo de permanecer aislado de Ias mismas experiencias 11,1''li IIl1ly discursivas. La lógica del procedimiento, 10s conceptos clave y
que con Ia mayor probabilidad orientarían su atención en direcciones fructí- 1.", II'LI<IIII1CSentre variables se pierden no poeas veces en un alud de pala"
feras. Su mente no fue preparada por Ia experiencia. Está, sobre todo, alejado IlIil'. 1<1I1()!lcessou oscurecidas para el lector y, en ocasiones, también para
deI tipo de observación empírica disciplinada que algunas veces neva a Ia ,I ;1111111, Y en tales casos el lector crítico tiene que buscar laboriosamente
serendipity, o serendipidad, o sea el descubrimiento que por casualidadhace 1"" ·,i IIIiS1l1OIas supuestos implícitos del autor. El paradigma reduee al
una mente teórica mente preparada de resultados válidos que no eran bus- 11111111111 I cstu tendencia del teórico socíológico a engafíarse a sí mismo y aIos
cados. Probablemente estaba en 10 cierto Weber cuando dijo que no es 011'111:1\ por cl cmpleo descuidado e inconsciente de conceptos y supuestos
necesario ser César para entender a César. Mas 10s teóricos sociológicos sien- I:ullos,

ten Ia tentación de actuar en ocasiones como si para entender a César no i\ esta tcndencia de Ia exposición sociológica a hacerse prolija y no
11IIIda coutribuye Ia tradición heredada ~heredada UI1 poco de Ia filosoíía,
fuera necesario ni siquiera estudiar a César.
','ihrc todo de Ia historia, y en buena parte de Ia literatura-s- que sostiene que
Los tres capítulos que forman Ia Parte I están, pues, dedicados por
l:!s cxposicíones sociológicas deben escribirse vivaz e intensamente, manifes-
completo a revisar algunos métodos empleados por el te6rico sociol6gico en
1:IIIdo toda Ia rica plenitud de Ia escena humana de que tratan. EI socíólogo
el curso de su teorización, es decir, en el curso de su adopci6n provisional
'11lCno rechaza esta elegante pero extrafía herencia, atiende más a expresar
de conceptos y de hipótesis que salen de Ia confrontación con los datas empí-
Ia individualidad plena de su reacciôn aI caso sociológico en cuestión que a
ricos de Ia observación disciplinada y vuelveri a ser sometidos a ella.
destacar los conceptos y Ias relaciones generalizab1es, objetivos y fácilmente
1r.ismisibles y pertinentes aI caso. En vez. de usar conceptos objetivos -nú~
Codificación de la teoria sociológica «lco de Ia ciencía en cuanto diferente de Ias artes- el sociólogo que depende
de su herencia de Ias humanidades busca Ia constelación excepcional de
E1 segundo interés principal que penetra todo este volumen es el de Ia codi- palabras que exprese mejor Ia particularidad de su experiencia. Con excesivá
ficación, en particular lacodificación de Ia teoría esencial y de los procedi- f rccuencia Ia confirman en ese mal uso de sus verdaderas destrezas artísticas
mientos deI análisis cualitativo en sociología. (Aunque no hay ningún los aplausos de un público profano, que Ie dice agradecido que escribe como
motivo intrínseco para que sea así, el análisis funcional en sociología ha IIIl novelista y no como un superdomesticado y académicamente sumiso
sido hasta este momento de carácter casi enteramente cualitativo.) Doctor en Filosofía. No raras veces, y desde luego no siempre, paga ese
La codificaci6n implica reflexión ordenada, disciplinada. Como seíiala- uplauso popular, porque cuanto más se acerca a Ia elocuencia más se aleja
mos anteriormente en esta introducción, requiere el descubtimienio de 10 que de Ia inteligencia. Pero hay que reconocer, como sugirió San Agustín hace
fuc cn realidad Ia experiencia estratégica de los investigadores científicos, y mucho tíempo en una suave refutación, que " ... una cosa no es necesaria-
110 Ia invenciáti de nuevas estrategias de investigación. Pero el descubrí- mente cierta porque esté mal dicha, ni falsa porque esté magníficamente
micnto de Ia una puede facilitar Ia invenci6n delas otras. Como .se interpreta dicha".
aqui, Ia codificación es Ia disposición ordenada y compacta deexperiencia Así es como en forma notoria se oscurecen Ias exposiciones científicas
fértil, sistematizada con procedimientos de investigaeión y con 10s resultados
cseucialcs que se obtienencon el uso deesos procedimientos. 5Expuseparadigm3s analíticos en trabajos no reproducidos en este volumcn: "Intermarriage
aud socialstructure: fact and theory", eu Psychiatry, 1941, 4. 361-374; y. "Discrimination andthe
lvn repetidas ocasiones utilizo en este libro eI recurso d~lparadigm,a Amcrican Creed", en Discrimiuation and National.We1hlTc, c1irigidopor R, M. Maclvcr TNueva
analitico para prescntar materiales codificados .en el capítulo I, al tratar del York, Harper and Brothcrs, 1948).
24 INTRODUCCION INTRODUCCION 25
por meter en ellas 10 que no es pertinente. En casos extremos, el duro esque- klgica para evitar hipótesis ad hoc (es decir, irresponsables desde e1 punto
leto de hechos, inferencias y conclusiones teóricas se recarga con Ia carne de vista lógico).
blanda de Ia ornamentación estilística. Pero otras disciplinas -Ia física y Ia En tercer lugar, Ios paradigmas promueven Ia acumulacién de interpre-
química van aquí acompafíadas por Ia biología, Ia geología y Ia estadística- I .ición teórica. En este respecto, podemos considerar el paradigma como ia
escaparon a este interés desplazado por Ias gracias literarias. Aferradas a Ios base sobre Ia cuaI se construye un edificio de interpretaciones. Si no puede
propósitos de Ia ciencia, esas disciplinas prefieren Ia brevedad, Ia precisión construirse un nuevo piso directamente Sobre Ios cimientos paradigmáticos,
y Ia objetividad a tipos exquisitamente rítmicos de lenguaje, a Ia riqueza de si no puede ser derivado de los cimientos, entonces hay- que considerarlo
('o mo un ala nueva de Ia estructura total, y hay que ampliar Ias cimientos
connotaciones y a la imaginería verbal hondamente sentida. Porque no sus-
criba uno Ia irreflexiva teoría de que Ia socioIogía debe en todos Ios respectos (de conceptos y de supuestos) para sostener eI ala nueva. Además, cada
ajustarse a Ia línea sefíaIada por Ia química, Ia física o Ia bioIogía, no nccesita nuevo piso que pueda construirse sobre los cimientos originarios fortalece
suscribir Ia teoría contraria de que debe emular a Ia historia, a Ia filosofía uuestra confianza en su calidad esencial, así como cada nueva ampliación,
discursiva o a Ia literatura. Cada uno a su tarea, y Ia tarea del sociólogo es precisamente porque requiere cimientos adicionales, nos mueve a sospechar
presentar con lucidez elderecho a proposicíones lógicamente interconectadas ele Ia solidez de Ia estructura originaria. Para prolongar más Ia figura: un
y empíricamente confirmadas acerca de Ia conducta del hom bre en sus rela- paradigma en el que podamos con justificación depositar gran confianza
ciones con otros hombres y de Ias consecuencias sociaIes de esa conducta. soportará en e1 momento oportuno una estructura interpretativa de dimen-
Los paradigmas para el análísis sociológico tienen por objeto ayudar al socíó- siones de rascacielos, testimoniando cada piso sucesivo Ia calidad sustancial
logo a realizar su tarea. y bien sentada de los cimientos originarias, en tanto que un paradigma defec-
Puesto que Ia interpretación sociológica sólida implica de manera ineví- tuas o soportará sólo una destartalada estructura de un solo piso, en Ia cual
table algún paradigma teórico, 10 más discreto parece exponerlo aI aire libre, cada conjunto nuevo de observaciones requiere que se construyan cimientos
Si cl verdadero arte consiste en ocultar todas Ias hueIlas de arte, Ia verdadera nuevos, ya que e1 primero no puede soportar el peso de otros nuevos.
ciencia consiste en revelar su andamiaje así como su estructura terminada. En cuarto lugar, los paradigmas, por su misma disposición, sugieren Ia
Sin pretender que esto sea toda Ia historia, sugiero que Ias paradigmas tabulación cruzada sistemática de conceptos presumiblemente importantes,
para el análisis cualitativo en sociologia tienen por 10 menos cinco funciones y así pueden sensibilizar al analista para tipos de problemas empírieos y teó-
estrechamente relacionadas entre sí.6 ricos que de otro modo podrían pasar inadvertidos. Promueven el análisis
En primer lugar, los paradigmas tienen una función anotadora. Propor- más bien que Ia descripción concreta. Dirigen nuestra atención, por ejem-
cionan una ordenación compacta y parsimoniosa de los conceptos centrales plo, a los componentes de Ia conducta social, a posibles esfuerzos y tensiones
entre Ias componentes, y de ahí a Ias fuentes de desviación de Ia conducta
y sus interreIaciones tal como se utilizan para Ia descripción y el anáIisis.
quc puede csperarse en Ia sociedad.
La exposición de los conceptos en una extensión suficientemente breve para
En quinto lugar, y en esta enumeración finalmente, Ios paradigmas
permitir su inspección simultânea es una ayuda importante para Ia auto-
favorecen Ia codificación de métodos de análisis cualitativo de una manera
corrección de Ias interpretaciones sucesivas, resultado difícil de conseguir
que se acerca al rigor lógico, si no al rigor empírico, del análisis cuantitativo.
cuando los conceptos están diseminados y escondidos en numerosas páginas
Los procedimientos para calcular una desviación estándar y Ias bases matemá-
de exposición discursiva. (Como puede verse por el trabajo de Cajori sobre
ticas de esos procedimientos son codificados en forma expresa como cosa
su historia, ésta parece ser una de Ias principales razones de Ia importancia de
de cartabón: están abiertos a Ia inspección de todos, y los supuestos y los
Ias símbolos matemáticos: permiten Ia inspección simultánea de todos Ios
procedimientos pueden ser examinados críticamente por todo el que se cuide
términos que entran en eI análisis.)
de leerlos. En contraste frccuente con este carácter público del análisis cuan-
Eu segundo lugar, el enunciado explícito de los paradigmas analíticos
titativo codificado, se supone que e1 análisis sociológico de datos cualitativos
disminuyc Ia probabílidad de incluir sin advertirlo supuestos y conceptos
reside en nu mundo privado habitado exclusivamente por ideas penetrantes
ocultos, ya que cada nuevo supuesto y cada concepto nuevo debe ser lógica-
pcro insondabIes y por conocimientos inefables. En realidad, exposiciones
mente derivable de los términos anteriores del paradigma o estar explícita-
discursivas no basadas en un paradigma explícito implican con frecuencia
mente incorporado a él. El paradigma suministra así una guía pragmática y
intcrpretaciones perceptivas; como 10 es Ia frase afectada, son ricas en "atis-
bos iluminadores", Pero no siempre está claro en forma precisa qué opera-
ti tas páginas que siguen inmediatamcntc SOn una paráfrasís y ampliaci6n deI apêndice aI
1rahajo sobre ..Discrimination and the American Creed", 01'. cito Para otros estudios sobre cl uso «iones con conceptos analíticos estaban implícitas en esos atisbos. En con-
de p"radü\lIlaS cualitativos en sociologia, véanse "Some rcmarks on the typological procedure in sccuencia, resulta un agregado de atisbos discontinuos y no un cuerpo codi-
social rescurch", por P. F. Lazarsfeld, en Zeitsc1,rift für Sozialforschung, 1937, 6, 119-139; Y DeI, ficado de conocimicntos, sujeto a investigación reproducible. En algunos
TYI'"·~,I{·l-:rj(f i/li Lidlte der neuen Logik por C. G. Hempel y P. Oppenheim (Leiden, A. \V. Sij.
thoff, 1916). (." especial, 44-101. círculos, Ia mera sugestión de quc esas experiencias de índole tan privada
26 INTRODUCCI6N
tienen que ser remoldeadas dentro de procedimientos públicarnente certifi-
cables si han de tener valor científico, se considera como una sefíal de ciega
impiedad. Ahora bien, es cierto que no todos Ias sociólogos están dotados
PARTE I
t
del mismo grado de perceptividad, así como no todos los repollos tienen e1
mismo grado de suculencia que Ias coles de Bruselas. Pero Ias procedimien- TEORIA SOCIOLÓGICA
tos aun de los sociólogos más avizores tienen que ser estandardizables, y Ias
resultados de sus atisbos comprobables por otros. La cíencia, y esta abarca
a Ia ciencia sociológica, es pública, no privada. No es que Tos sociólogos
corrientes queramos cortar todos los talentos a nuestra propia pequefía
estatura; cs sólo que, nos permitimos sugerir, Ias aportacíones de Ias grandes,
y también Ias ele los pequenos, deben ser codificadas si han de promover el
desarrolIo de Ia sociologia.
Puesto que todas Ias virtudes pueden convertirse fácilmente en vicias,
puede abusarse del paradigma sociológico casi tan fácilmente como puede
nsarse. Es una tentación para Ia indolencia mental. Equipado con SlI para-
digma, el sociólogo puede cerrar los ajas para datas estratégicos que no se
exigen de manera expresa en e1 paradigma. Puede transformar el paradigma
de un anteojo de campo sociológico en unas gafas sociológicas. El mal uso es
consecuencia de dar valor absoluto al paradigma y no de usarlo a título ele en-
sayo, como punto de partida.
Los paradigmas de este libro son, sin excepción, provisionales, destina-
dos indudablemente a ser modificados en el futuro inmeeliato como lo fueron
en e1 pasado reciente. Mas por el momento, Ias paradigmas explícitos pare-
cen preferibles a supuestos tácitos.

."
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I. FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES

BACIA LA CODIFICACIÓN DEL ANÁLISIS FUNCIONAL EN SOCIOLOCÍA

11:1.ANÁLISIS funcional es al mismo tiempo Ia más prometedora y tal vez Ia


menos codificada de Ias orientaciones contemporáneas en los problemas de
iutcrpretación sociológica. Habiéndose desarrollado en muchos frentes inte-
lcctuales a Ia vez, creció en retazos y remiendos y no en profundidad. Las
rcalizaciones deI análisis funcional bastan para indicar que su gran promesa
se irá cumpliendo progresivamente, así como sus deficiencias actuales atesti-
gllan Ia necesídad de revisar el pasado para construir mejor para el futuro.
Por 10 menos, Ias revaloraciones ocasionales sacan a Ia discusión franca mu-
chas de Ias dificultades que de otra manera permanecerían tácitas e inex-
presadas.
Como todos los sistemas interpretativos, el análisis funcional depende
de una tríple alianza entre Ia teoría, el método y los datos. De los tres alia-
dos, eI método es con mucho el más débil. Muchos de los más importantes
de quienes practicaron el análisis funcional sededicaron a formulaciones teó-
ricas y a Ia aclaración de conceptos; algunos se empaparon de datos directa-
mente pertinentes a una estructura general de referencia; pero son pocos los
que rompieron el silencio que prevalece acerca de cómo se maneja uno en el
asunto deI análisis funcional. Pero Ia abundancia y variedad de los análisis
funcionales imponen Ia conclusión de que se han empleado algunos métodos
y suscitan además Ia esperanza de que puede aprenderse mucho con su ins-
pección.
Aunque los métodos pueden examinarse con provecho sin referencia a
ninguna teoría ni a datos esenciales -Ia metodología o lógica deI procedi-
miento tiene eso, naturalmente, por incumbencia suya-, Ias disciplinas em-
pírícarnente orientadas son mejor servidas por Ia investigación de Ias procedi-
mientos ~i ésta tiene debidamente en cuenta sus problemas teóricos y sus
resultados esenciales. Porque el uso de un "método" implica no sólo lógica
sino también, quizás por desdicha para quienes tienen que luchar con Ias
dificultades de Ia investigación, Ios problemas prácticos de alinear los datos
según Ias exigencias de Ia teoría. Ésta es nuestra premisa, por 10 menos.
En consecuencia, entretejeremos nuestra exposición con Ia revisión sistemá-
tica de algunas de Ias principalss concepciones de Ia teoría funcional.

Los VOCABULARIOS DEL ANÁLISIS FUNCIONAL

Desde sus mismos comienzos, el punto de vista funcional en sociología ha


caído en confusión terminológica. Con excesiva [recuencia, se ha emoleado
~"
una misma palabra para simbolizar concepioe diferentes, así como el mismo
conceptc ha sido simbolizado por diferentes palabras. La c1aridad del análi-
29
I'II~C:I()NES MANIFIESTAS Y LATENTES 31
30 TEORIA SOCIOLOGICA
"..\" \,', 11,"1',1111 cs de determinados puestos desempefian funciones, sino tam-
sis y Ia adecuación de Ia comunicación SOI1 víctimas de este frívolo uso de
1'1111 tllI .lllIldu) Ilwrgen de actividades estandarizadas, de procesos sociales,
palabras. En ocasiones, el análisis sufre por el cambio inconsciente deI con-
.t, I 'I"" I k I', li l urn y de sistemas de creencia que 'Se encuentran en Ia so-
tenido conceptual de una palabra dada, y Ia comunicación con los demás
I I' ,L" 1
se interrumpe cuando esencialmente el mismo contenido es oscurecido por un (11'"11 Iuc introducida por primera vez por Leibniz, Ia palabra función
grupo de palabras diferentes. No tenemos más que seguir por breve espacio
los caprichos del concepto de "función" para deseubrir cómo Ia claridad
eonceptual se pierde y Ia comunicaeión se destruye con vocabularios de análi-
\ 111""I'
t I' li' 11,11 '>1,i~lIificación11lás precisa en matemáticas, donde se refiere a una
I ouxidcrada C11 relación con una o más variables respecto de Ias cua-
I, 1'"'.\(' "L'I cxpresada o de cuyo valor depende el suyo. Este concepto, en
sis funcional que compiten entre sí.
1111',<li I 1i1() lilás amplio (y con frecuencia más impreciso) se expresa con frases
•• 111111 ' 11"crdependencia funcional" o "relaciones funcionales", tan frecuen-
Una sola palabra, conceptos diferentes I, 111'11 i<' .idoptadas por los científicos sociales," Cuando Mannheim observa
11"<,1, ,d() hecho social es una funeión del tiempo y el lugar en que se veri-
Diferentes disciplinas y ellenguaje popular se apropiaron Ia pal abra "función" 11.1', " cuando un demógrafo dice que "los índices de natalidad son una
con el resultado no inesperado de que su significado se hace con frecuencía 111111 1<111 de Ia situación económica", hacen uso, manifíestamente, de Ia acep-
oscuro en sociología propiamente dicha. Limitándonos únicarnente a cinco '1"11 mil cmática, aunque Ia primera no se expone en forma de ecuaciones y
acepciones comúnmente atribuidas a esta palabra, olvidamos otras muchas. LI "(':',lIl1c1así. El contexto suele aclarar que Ia palabra función se emplea cn
Hay en primer lugar el uso popular, según el cual función se refiere a una •.. 1 ,',\,111 ido matemático, pero no es raro quelos científicos sociales vayan
reunión pública o a una festívidad, habitualmente acornpaüada de resonan- \ \I'III~;1lIentre ésta y otra acepción relacionada con e11a, aunque diferente,
cias ceremoniales. Puede suponerse quc e11 este sentido opera lll1 titular '111<implica tarnbién Ia idea de "interdependencia", "relación recíproca" o
de un periódico:"EI alcalde Tobin 110patrocina Ia función saciar', porque Ia "v.n iaciones mutuamente dependientes".
noticia dicc que "el alcalde Tobin anunció hoy que no tiene interés en I'~s esta quinta acepción Ia fundamental para el análisis funcional tal
ninguna función social ni autorízó a nadie para vender boletos ni para vender I 1/11 éste se ha practicado en sociología y en antropologia social. Derivado
j()

publicidad para ningún asunto", Siendo tan común este uso, rara vez entra 111p:lrtc deI sentido matemático nativo de Ia pai abra, este uso se toma con
en Ia literatura académica para que eontribuya mucho al caos quc preva 111.'1.\ frecuencia explícitamente de Ia ciencias biológicas, donde se entiende
lcce en Ia terminologia. Evidentemente, esta acepción de Ia palabra es com- '111('la palabra función se refiere a los "procesos vitales u orgánicos conside-
pletamente extraíia aI análisis funcional en sociología. Lidos en el respecto en que contribuyen al sostenimiento deI organismo" 4
Un segundo uso hace Ia palabra función virtualmente equivalente a Ia ( :,'li modificaciones apropiadas al estudio de Ia sociedad humana, esto corres-
palabra ocupación. Max Weber, por ejemplo, define Ia ocupación como 1'<llIde1l1uy de cerca al concepto clave de función adoptado por los funciona-
"el modo de especialización, especificación y combinación de Ias funciones h,,!;ts antropológicos, puros o moderados."
de llTl individuo en cuanto constituye para, él Ia base de una oportunidad Radcliffe-Brown es con mucha frecuencia explícito en relacionar su eficaz
constante de tener ingresos o ganancias".' Este es un uso frecuente, en rea- IlIllcepto de función social con el modelo analógico que se encuentra en Ias
lidad casi un uso típico, de Ia palabra en algunos economistas que se refieren r: iclIcÍas biológicas. Sostiene, a Ia manera de Durkheirn, que "Ia función de
al "análisis funcional de Ul1 grupo" cuando exponen Ia distribución de Ias
ocupaciones en aquel grupo. Puesto que es aSÍ, puede ser conveniente seguir :: ,\si, Alexander Lcsser: "En sus aspectos lógicos esenciales, ,qué es una relaci6n funcional?
N" c, nada de clasedifcrente a Ias relaciones funcionales sn (ltr9s.<:l!Wpos de Ia ciencia. Una relación
Ia sugestión de Sargent Florence 2 de que se adopte para esas investigaciones
vr-rdadcramente funcíon~l es ~qyelIa,,~CJ..Ve sccstablece entre dos o ,más términos o variablcstales q\JJõ:
Ia frase más exactamente descriptiva de "análísis ocupacional". I" ~cde :~fi~~5,_.q!1~, ...~~",.1~,!çrI)1~ri~gasc()!ldisiones definidas (qu(:~~.nstituye~. un ténniilo d~J~a~.re)<l-
Ul1 tercer uso, que representa un caso especial del anterior, se encuentra '"111) se olJServan~Icrtas expreslOncs determinadas de dichas condiciones (ro quees el otro ten!~l}lo
de LI rel@Qi,?!!.l.Lá'rêlación O relaciones funcionales enunciadas de todo aspl!êfõâeIíiiiifàõo-ae Ia
cn cllenguaje popular y en Ia ciencia política. La palabra función se usa con .ultura deben ser talos, que expliqucn Ia naturaleza y el carácter dei aspecto delimitado en condi,
frccuencia para referirse a actividades asignaelas aI que ocupa un situación "I('!1CS definidas." "Functionalism in social anthropology", en American Anthropologist, N.S. 37
social, y más en particular aI que ocupa un cargo o puesto político. Esto dio (1935), 386·93, en 392.
4 Véause, por ejemplo, Modern Theories of DeveIopment, por Ludwig von Bcrtalanffy (Nucva
origen a Ia palabra funcionario, o empIeado. Aunque cn este sentido fun- York, Oxford University Press, 1933), 9 ss., 184 ss.; PrincipIes of General PhysioIogy, por W. M.
ción cubrc el significado más amplio que se le da en sociología y antropolo- Havliss (Londres, 1915), donde expone sus investigaciones sobre lashorrnonas descubiertas por Starling
gía, 10 mejor seria excluirIa, porque distrae Ia atención del hecho de que no' Y 1'01 él; Bodily Changes in Paín, Rnnger, Fear and Rage, por W. B. Cannon (Nueva York, Appleton
.md Co., 1929), 222 en que describe Ias "funciones de emergencia dei sistema símpático-suprarrenal",
5 Lowie hace una dístínción entre el "funcionalismo puro" de un Malinowski y el "funciona-
1 'J'IICOry of Social and Economic Organization, por Max Weber, editado por Talcott Parsons
lismo moderado" de un Thurnwald. Aunque Ia distinción es acertada, se dejará ver en seguida que
(Londres, \Villiam Hoclgc and Co., 1947), 230.
110 es pertinente a nuestros propósitos. The History of EthnologicaI Theory, por R. H. Lowie (Nueva
li Stutistical Methocl iu Economíc, por P. Sargent Florence (Nueva York, Harcourt, Brace and •.
York, Farrar and Rinehart, 1937), capítulo 13.
Co., 1929), 357-51\ 11.
32 TEORíA SOCIOLOGICA I!lINCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 33
un proceso fisiológico recurrente es, pues, una correspondencia entre él y Ias
I '" ,."1,, ,'/J/ /l'c'/)fo, palabras diferentes
necesidades (es decir, Ias condiciones necesarias de existencia) deI organis-
mo". Y en Ia esfera social, en que 10s seres humanos individuales, "Ias unida-
1'/11 11 d 1IIIIIlCroSOgrupo de paIabras que se usan indiferentemente y casi
des esenciales", están conectados por redes de relaciones sociales en un todo
'd 1I11II1II1:1l1ll'lde
C011"función", Se cuentan actualmente uso, utilidad, propó-
unificado, "Ia función de toda actividad recurrente, tal como el castigo de un
'0110. 111011\'0,intcnción, finaIiclad, consecuencias. Si estas pala bras y otras
delito, o una ceremonia fúnebre, es el papel que dicha actividad representa
,lIl.d"I:;IS SCusan para referirse aI mismo concepto estrictarnente definido, no
en Ia vida social como un todo y, por 10 tanto, Ia aportación que hace a Ia
',1'/1:1IIII1Vútil, naturalmente, seíialar su numerosa variedad. Pero eI hecho
conservación de Ia continuidad estructural","
",., 'IlIe cl uso indiscipIinado de esas palabras, con su referencia conceptual
Aunque Malinowski diifere cn algunos aspectos de Ias formulaciones de
IIsli'lisiblcll1cntc análoga, lleva a distanciamientos cada vez más grandes del
Radclíffe-Brown, se une a él en convertir en núcleo del análisis funcional
,11I;lIi,is funcional estricto y riguroso. Las acepciones de cada palabra que di-
el estudio del "papel que [Ias actividades sociales o culturales] juegan en Ia
f H'Il'!1lilás bíen que coinciden con Ia acepcíón común a todas ellas, se tornan r
sociedad". Malinowski dice en una de sus primeras declaraciones de propó-
I 111110 base (eu forma inconsciente) de inferencias que son cada vez más du-
sitos, "que se propone Ia explícación de Ios hechos antropológicos en todos
dll~:Is aI alejarse progresivamente deI concepto central de función. Uno o dos
Ias niveles ele desenvolvimiento por su función, por el papel que repreeetttan.
f'/l'II'i>los harán ver 10 que el vocabulario cambiante contribuye a Ia multipli-
dentro del sistema integral de cultura, por Ia meneia como se relacionem entre I .uinn de confusiones.
sí dentro del sistema ... ".7
En el siguiente pasaje, tomado de uno de los tratados más inteligentes
Como veremos en seguida con algún deralle, frases recurrentes como "el
',ohre sociología del delito, pueden descubrirse los cambias de sentido de pa-
papel representado en eI sistema social o cultural" tienden a oscurecer Ia im- Libras nominalmente sinónimas y Ias díscutibles inferencias que dependen
portante distinción entre el concepto de función como "interdependencia" y de csos cambios. (Las paIabras clave van e11 cursiva para ayudar a abrirse
como "proceso", No necesitamos detenernos aqui a observar que eI postu- (';llI1iI10a través de Ia argumentación.)
lado que sostieneque toda parte de Ia cultura tiene algunas relaciones dura-
deras con otras partes, que tiene algún lugar distintivo en Ia cultura total, Einalidad dei castigo. Se hacen intentos para determinar Ia finalidad o [un-
apenas si equipa al observador de campo o al analista con una guía específica cun: de! castigo en grupos distintos en diferentes momentos. Muchos investigado-
para el procedimiento. Lo mejor es que todo esto espere. Por eI momento res han insistido en que determinado motivo era el motivo deI castigo. Por otra
sólo necesitamos reconocer que formulaciones más recientes han aclarado y parte, se destaca la [uncién. de! castigo en el restablecimiento de Ia so1idaridad del
grupo que había sido debilitada por e] delitp, Thomas y Znaniecki han indicado
ampliado este concepto de funciórt mediante especificaciones progresivas. Así,
'1"e entre Ias campesinos polacos e! castigo de! delito está destinado primordial-
Kluckhohn: " ... una parte dada de Ia cultura es 'funcional' en cuanto define I/lente a restablecer Ia situación que existía antes de! deIito y renovar la solidaridarl
un modo de reacción que es adaptativo desde el punto de vista de Ia socieelad dei grupo, y que la venganza es una consuleracum secundaria. Desde este punto de
y acomodativo desde el punto de vista deI indivíduo"." vista eI castigo ataiie primordialmente al grupo y sólo secundariamente aI delin-
De esas acepciones de Ia palabra "función"; y sólo hemos citado unas Cliente. Por otra parte, se han seíialado como función dei castigo Ia expiación, Ia
pocas sacadas de un conjunto más variado, resulta claro que se incluyen mu- disuasíón, Ia justicia, Ia reforma, el ingreso para el Estado y otras cosas. En el pa-
chos conceptos en Ia misma palabra. Esto invita a Ia confusión. Y cuando sado como en e! presente no está claro que cualquiera de esas cosas sea el motivo;
se emplean muchas pala bras diferentes para cxpresar el mismo concepto, se cl castigo parece proceder de muchos motivos y desempenar muchas funciones.
produce una confusión más embrollada, Las leyes dei tiempo presente no sou, ciertamente, congruentes en propósitos o
motivos; probablemente existía Ia misma situación eu Ias sociedades antíguas,v

G "On thc concept of function in social scieucc", por A, R, Radcliffe-Brown, en Amerícan Atenderemos prímero a Ia lista de paIabras que ostensibIemente se re-
Anthropologíst, 1935, 395-6. Véase también su último discurso presidencial ante el Real Instituto fieren aI mismo concepto: finalidad, función, motivo, destinado, conside-
Antropológico, donde dice: " .. .Yo definiría Ia función social de un modo de actividad socialmente ración secundaria, interés primordial, propósito. Su inspección revela clara-
cstandarizado, o de un modo de pensamiento, como su re1ación con Ia estructura sociala- cuya exis-
tcncia y continuidad hace alguna aportación, Análogarnente, en un organismo vivo, Ia función fisio- mente que esas palabras se agrupan en estructuras de referencias concepiualee
lógica de los latidos dei corazón, o de Ia secreción de jugos gástricos, es su relación con Ia estrnctnra por completo distintas. A veces, algunas de esas palabras -motivo, designio,
orgánica .. " "011 social structure", en 'Tlu: ]aurna! of tlu: Roya! Anthropological Institute af Great propósito y finaIidad- se refieren a Ias fines explícitos a que iienden los
Hrit"in ;mel Ireland, 1940,70, Parte r, 9-10.
7 "Anthropology", por B, Malinowski, en Encyclopaedia Britannica, Primcr volumen suplemcn- representantes dei Estado. Otras -motivo, consideración secundaria- se
lurio (Londres, 1926), 132-33 (el subrayado es nuestro). refieren a los fines a que tiende Ia víctima del delito. Y Ias dos series de
H N'I\',,110 Witchcraft, por Clyde Klnckhohn, Trabajos deI Museo Peabody de Arqueologia y
Elnologia Americanas, Universidad de Harvard (Cambridge, Peabody Museum, 1944), XXII, nú- '9 PrincipIes of Criminology, por Edwin li. Sutherland, tercera edición (Filadclíía, J. B. Lip-
mero 2. 47 u. " pincott, 1939), 249-350,
-,
34 TEORiA SOCIOLOGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 35
palabras son iguales en Ia referencia a Ias previsiones subjetivas de los resul- 1- ... 1:1 breve revisión de tenninologías en competencia y 5US infortunadas
tados del castigo. Pero el concepto de fnnción implica el punto de vista dei '"II.','\'lIcllcias puede servir un POCQ de guÍa para esfuerzos ulteriores en Ia
observador, no necesariarnente el del participante. La expresión función so- ,tllldll;!ción de los conceptos del análisis funcional. Habrá lisa y llanamente
cial se refiere a consecuencias objetivas observabies, y no a dispoeiciones 1ftLI.~it'lIl de limitar e1 uso del concepto sociológico de función, y habrá nece-
subjetivas (propósitos, motivos, finalidades), Y el no distinguir entre Ias ·,I.I.•t1 de distinguir claramente entre categorías subjetivas de disposiciones y
consecucncias sociológicas objetivas y Ias disposiciones subjetivas 1leva inevi- 'i.lq:olÍas objetivas de consecuencias observadas. De otro modo puede lIegar
tablemente a confusión en el análísis funcional, como puede verse en el si- 1 pll dcrsc Ia substancia de Ia orientación funcional en una nnbe de defini-
gniente párrafo (en que tarnbién se sefialan en cursiva Ias palabras clave) : • 11111(", confusas.

Se Ilega aI extremo de Ia irrealidad en el estudio ele Ias llamadas "funciones"


de Ia família, Oímos que Ia família desempeüa funciones importantes en Ia socie- POSTULADOS QUE PREVALECEN EN EL ANÁLISIS FUNCIONAL
dad; atícnde a Ia perpetuación de Ias espécies y a Ia preparaci6n de Ios jóvenes: des-
empena funciones econômicas y religiosas, y así sucesivamente. Casi se nos alíenta "lllllipal, pero no únicamente, los analistas funcionales han aceptado en
a creer quc Ias gentes se casan y tienen hiio« porque están ansiosas de desempenar 1:"lIcl:Il Ires postulados relacionados entre sí que, como ahora indicaremos,
esas funciones sociales necesarias, En realidad, Ias gentes se casan porque se ena- 1('~1I1farondiscutibles e innecesarios para Ia orientación funcional.
moran. o por otras razones menos românticas pero no menos personales. La [un- 1':11 esencia, esos postulados sostienen, primero, que Ias actividades socia-
ción ele Ia família, desde el punto de vista de 10s individuos, es satisfacer sus 11-', () las partidas culturales estandarizadas son funcionales para todo e1 sis-
descoso L3 fUl1cÍón de Ia família o de cualquiera otra institución social es simple-
11'111:1 social o cultural; segundo, que todos estos renglones sociales y culturales
mente aquello para lo que Ia usa Ia gente. Las "funciones" sociales son en su ma-
yor parte racionalizaciones de prácticas consagradas; prímero actuamos, después .hscmpeflan funciones sociológicas; y tercero, que son, en consecuencia, inâis-
explicamos; actuamos por razones personales, y justificamos nuestra conducta con [icnsables. Aunque estos tres artículos de fe suelen verse juntos, 10 mejor es
[nincipios sociales y éticos. En Ia medida en que Ias funciones de Ias institucíones .x.nuiuarlos separadamente, ya que cada uno de ellos da origen a sus propias
tienen una base real, deben enunciarse en relación con los procesos sociales en que y distintas dificultades.
cutran Ias gentes con el intento de satisfacer sus deseos. Las funciones nacen de
Ia interacción ele seres humanos concretos y de finalidades concretas.tv
II()\/ulado de la unidad funcional de la sociedad
Este pasaje es una interesante mezcolanza ele pequenos islotes de clarí-
l{addiffe-Brown enunció característicamente este postulado en términos ex-
dad en medio de una vasta confusión. Siempre que identifica erróneamente
plícitos:
motivos (subjetivos) con funciones (objetivas), abandona una lúcida actitud
funcional. Pues no hay por qué suponer, como veremos en seguida, que los
La función de una usanza social particular es laaportación que hace a Ia vida
motivos para casarse ("amor", "razones personales") son idénticos a Ias fun- «icial total como funcionamiento del sistema social total. Esta opinión implica
ciones que desempefían Ias familias (socialización del nino). Además, no es '1"e un sistema social (ia esiructura social total de una sociedad juntamente con
necesario suponer que Ias razones expresadas por Ia gente para su conducta 1;1 totalidad de Ias usanzas sociales, e11que aquelIa estructura se manifiesta y de Ias
("actuamos por razones personales") son Ia misma cosa que Ias consecuencias cuales depende para seguir existiendo) tiene cierto tipo de unidad que podemos
de esas normas de conelucta. La disposición subjetiva puede coincidir con la llarnar unidad funcional. Podemos defínirlacomo una situación eu Ia quc todas
consecuencia objetiva, pero también puede no coincidir. Las dos varían inde- I:IS partes deI sistema social funcionan juntas con un grado suficiente de armonía '
'I de congruencia interna, es decir, sin producir conflictos persistentes que 110 pue-
pcndicntemente. Pero cuando se dice que Ias gentes son inducÍdas a seguir
una conducta que puede dar origen a funciones (no necesariamente busca- .kn resolverse ni reglamentarse,"?
das), se ofrece un escape al mar turbado de Ia confusión.P
Pero es importante advertir que después pasa a describir esta noción de
111'l'he F<llllily, por Wíllard \ValJer (Nueva York, Cordon Company, 1938), 26, unidad funcional como una hipótesis que requiere ulteriores comprobaciones,
1 I Fstos dos cjcm plos de confusión entre motivo y función cstán sacados de un almacén fácil- Parecería a primera vista que Malinowski discute Ia aceptabilídad em-
11I<'1I1" acccsihlc de matcriales adícionales de Ia misma clase. Hasta Radcliffe-Brown, que de ordi- pínea de este postulado cuando observa que "Ia escuela sociológica" (en Ia
u.uio evita esta práctica, ele vez en cuando deja ele hacer Ia distinción. Por ejemplo: " .. .cl cambio
,k rq;"los tiO servia a Ia misma finalidad que el comercio y el trueque en comunidades más desarro cual incluye a Radcliffe-Brown ) "exageró Ia solidaridad social deI hombre prí-
11:1<"'". La liml1icla<1a Ia cual servía es una finalidad moral. E1 objeto del cambio era producir un mitivo" y "olvidó al individuo'U" Pero no tarda en advertirse que Mali-
scutuuicnto amistoso entre Ias dos personas afectadas, y si no servia para eso fracasaba cn su finali·
";1'/". ,F,I "objeto" de Ia transacción está visto desde el punto de vista dei observador, del parti. 12 Radcliffe-Brown: "On the concept of function", op. cit., 397 (el subrayado es nuestro).
eil'allll' 'I de I", dos' Véasc Thc Andarnnn Islanders, por A, R. Radclíffe-Brown (GIencoe, Illinois, " 13 Véase "Antropology", de Malinowski, op. cit., B2, y "The group and the individual in
'I'hc Jln:l' 1"("'. 194H), S4, (EI subruvndo cs nuestro.) fnnctional analysis", del mismo, eu American JournaI of Sociology 1939, 44, 938-64, en 939.
36 TEORíA SOCIOLÓGICA I,'UNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 37
nowski no sólo no abandona este dudoso supuesto, sino que logra aüadirle
otro. Sigue hablando de Ias prácticas y Ias creencias como funcionales "para ( .ousidcrcmos sólo esto:
Ia cultura en su conjunto" y llega a suponer que son también funcionales para 1'lJ('dc verse fácilmente que hay organismos muy unificados bajo estrecho con-
todo indivíduo de Ia sociedad. Así, refiriéndose a Ias creencias primitivas en 'I "I I"'I sistema nervioso o de hormonas, Ia pérdída de una parte importante de Ias
10 sobrenatural, escribe: , 11.11"" :dedará fuerternente a todo e1 sistema, y con frecuencia causará Ia muerte,
1111'"1"" otra parte, hay organismos inferiores mucho más correlacionados en forma
Aquí Ia opinión funcional es sometida a Ia prueba de fuego. .. Está obligada
a demostrar de qué manera Ia creencia y el rito trabajan por Ia unificación social,
'''11.1," menos tigurosa, eu que Ia pérdida hasta de una gran parte del cuerpo 8610
,.jI1',,1IIl1a dificultad temporal durante Ia regeneración de Ios tejidos de rernplazo.
por Ia eficácia técnica y económíca, por Ia cultura en su conjunto, e indirecta-
mente, en consccuencia, por el bienestãr biológico y mental de cada miembro in-
\111'"li'. de los animales de organización n1llS defectuosa están tan mal unificados
dividuaI.14 'I"" [.,S diferentes partes pueden estar en oposicíón activa entre sí. Así, cuando se
1 ''"'' sobre su espalda una estrella de mar corriente, parte de los brazos quizás
'
.r: ,",I'lcrzan en volver al animal en un sentido mientras Ios otros tratan de vol-
Si llll solo supuesto sín limitaciones es discutible, este doble supuesto es 1"1111l'lI el sentido contrario. .. A causa de su pobre uniiicacion Ia anérnona de
doblemente discutible. EI que Ias partidas culturales desempefíen uniforme- 111.11 pucdc irse y elejar una parte de su pie fuertemente adherido a una roca,
mente funciones para Ia sociedad considerada como un sistema y para todos ,I, III"d" qne el animal sufre una grave ruptura.l"
los individuos de Ia sociedad, probablemente es una cuestión empírica de he-
cho, y no un axioma. "1 •..111cs cierto en el caso de organismos individuales, tiene que serIo a for-
Kluckhohn evidentemente percibe el problema, ya que amplía Ias posi- 1"'1/ I r.rtándose de sistema sociales complejos.
bílidades hasta incluir Ia de que Ias formas culturales "son acomodativas o No hay que ir muy lejos para demostrar que el supuesto de Ia unidad
adaptativas ... para los individuos de Ia sociedad o para Ia sociedad conside- 11I11'I011alcompleta de Ia sociedad humana es con frecuencia contrario a Ia
rada como una unidad perdurable".'" Este es un primer paso necesario para II,Jlld:ld. Los usos o los sentimientos sociales pueden ser funcionales para
permitir Ia variación en Ia unidad que es servida por Ia función imputada. 111/11', grupos y disfuncionales para otros de Ia mísma sociedad. Los antro pó-
Obligados por Ia fuerza de Ia observación empírica, tendremos ocasión de I,'1',11\ citan con frecuencia Ia "acrecentada solidaridad de Ia comunidad" y eI
ampliar más aún el margen de variación- en esta unidad. ',Itl «ccntado orgullo familiar" como ejemplos de sentimientos funcionalmen-
Parece razonablemente claro que Ia idea de Ia unidad funcional 110 es li' .ulaptativos. Pero, como indicá Bateson entre otros," el aumento deI
un postulado que esté fuera deI alcance de Ia comprobación empírica. Todo "'1',11110entre Ias familias individuales puede servir con frecuencia para des-
10 contrario. EI grado de unificación es una variable empírica.t" que cambia 1111 ir Ia solidaridad de una pequena comunidad local. No sólo es contrario
para Ia misma sociedad de tiempo en tiempo y que difiere en sociedades dife- I LI rcalidad con granfrecuencia el postulado de Ia unidad funcional, sino
rentes. Que todas Ias sociedades humanas deben tener algún grado de unifi- 'li H' I iene poco valor heurístico, ya que distrae Ia atención del analista de po-
cación es cuestión de definicíón, y es una petición de principio. Pero no to- ·.Ii til'S consecuencias dispares de un renglón social o cultural dado (usanza,
das Ias sociedades tienen ese alto grado pe
unificación en que toda actívídad , '1('l1eia, norma de conducta, institución ) para diferentes grupos sociales o
o creencia culturalmente estandarizada es funcional para el conjunto de Ia 1,.11:1los individuos de esos grupos.
sociedad y uniformemente funcional para Ias gentes que viven en ella. Rad- Si el volumen de observación y de realidad que niega el supuesto de Ia
cliffe-Brown no hubiera necesitado más, en realídad, que haber mirado a su 111/ Idad funcional es tan grande y tan fácilmente accesible como hemos suge-
esfera favorita de Ia analogia para desconfiar de Ia adecuación de su supuesto lido, cs interesante preguntarse cómo puede suceder que Radcliffe-Brown y
de Ia unidad funcional. Porque encontramos variaciones importantes en el ," IIISque siguen su orientación hayan seguido aferrados a ese supuesto, Una
grado de unificación aun entre organismos biológicos individuales, aunque un 1",.1:1posíble Ia proporciona el hecho de que esta concepción, en sus formu-
supuesto de sentido común nos diga que aqui, con toda seguridad, todas Ias 1.1'IOllCSrecientes, fue desarrollada por antropólogos sociales, esto es, por in-
partes deI organismo funcionan hacia un fin "unificado". .hviduos interesados primordialmente en el estudio de sociedades analfabetas.
1'11vista de 10 que Radin describió como "el carácter muy unificado de Ia
:J4 Malinowski: "Anthropology", Oj>. cit., 135. Malinowski sostuvo esta opínión, sin cambio
cscncial, cn sus últimos escritos. Entre ellos, consúltese, por eiemplo, "The group and the indivi- uuryoria de Ias civilizaciones aborígenes", este supuesto puede ser tolerable-
dual in functional analysis", op. cit., en 962·3: " ... vemos que toda institución contribuye por una 1II('IIIe adecuado para algunas, sino todas, Ias sociedades analfabetas. Pero se
parte, al funcionamiento integral de Ia comunidad en conjunto, pero tambíén satisface Ias necesi-
dades derivadas y básicas dei individuo ... todos Ias beneficios que acabamos de enumerar son gozados
11,II:aun castigo intelectual excesivo pasando este supuesto posiblemente útil
por cada míembro individual" (eI subrayado es nuestro), de' 1:1esfera de Ias pequenas sociedades analfabetas a Ia esfera de Ias grandes,
l~ Navaho 'Vitchcra!t, de Kluekhohn, 46b (el subrayado es nuestro). ,
111 J.a primera rcvisión que hizo Sorokin de teorias de unificación social tiene eI mérito de que 17 The Elementary Nervous System, por G. H. Parker, citado por W. C. AlIee en Animal Ag.
no pcrdió de vista este heeho importante. Véase "Forrns and Problems of culture-íntegration", pçr ';"'/:;IIiof! (Universityof Chicago Press, 1931), 81-82.
P. A. Snrokin, eu Rural Sociology, 1936, I, 121-41, 344·74. I K Naven, por Gregory Bateson (Cambridge [Inglaterra] University Press, 1936), 31-32.
111~CIONES MANIFIESTAS Y LATENTES .39
38 TEORÍA SOCIOLÓGICA
complejas y muy diferenciadas sociedades letradas. Quizás en ningún campo 1"'''1'1',1', J, ,,1',11quê sentido, pues, contribuye Ia religión a unificar "Ia" socie-
son más notorios Ias peligros de esa transferencia de un supuesto que en el oI"tI I" 1.1',1I11111erosas sociedades multí-religiosas? 2) Es evidentemente cierto
análisis funcional de Ia religión. Esto merece un breve examen, aunque sólo 'I''' 1.1'\Iwinlacl humana realiza su unidad [enla medida en que presenta tal
sea porque exhibe en atrevido relieve Ias falacias que se heredan al adaptar '"11,1.1"11'1uuordialmente mediante Ia posesión en común por sus individuos
con simpatía este supuesto sin cribarlo minuciosamente, .lI' 111'1 1IIS valores v fines definitivos", lPero cuáI es Ia prueba que indica
Interpretación funcional de Ia re1igión. AI examinar el precio que se '1"1' I.I~~:I -ulcs "no religiosas", pongamos por caso, en nuestra propia sociedad,
',li' •• I li 1;111 ('011 menos frecuencía ciertos "valores y fines" comunes que Ias
paga por Ia transferencia de este supuesto tácito de Ia unidad funcional desde
el campo de grupos relativamente ~equefios y apretados al campo de socie- ,11111.111.1', a doctriuas religiosas? 3) lEn qué sentido contribuye Ia religión a
dades más diferenciadas y quizás mas defectuosamente unificadas, es útil te- 11111111 ;11 Ia sociedad general si el contenido de su doctrina y valores choca
ner en cuenta el trabajo de Ias sociólogos, en particular de Ios sociólogos que , 1111I ,I mlllcnido de otros valores, no religiosos, sustentados por mucha gente
sueIen estar sensibilizados para los supuestos sobre los cuales trabajan. Esta 1'11LI misma sociedad? (Piénsese, por ejernplo, en el conflicto entre Ia oposi-
tiene un interés pasajero por su conexión con Ia cuestión más general de , 11111 de Ia Ig1csia Católica a Ia legisIación sobre el trabajo de los nifíos y los
tratar de aplicar, sin modificación apropiada, aI estudio de sociedades alfabe- \ ,lim('s seculares de impedir "Ia explotación de los jóvenes que dependen de
tizadas concepciones creadas y maduradas en el estudio de sociedades analfa- ',11',111;1 yorcs". O Ias valoraeiones contradictorias del controI de Ia natalidad
betas. (Lo mismo puede decirse de Ia transferencia de procedimientos y téc- 1'"1 .Iilcrcntes grupos religiosos de nuestra sociedad.)
nicas de investigación, pero de esta no tratamos aquí.) I':sla lista de hechos triviales relativos aI papel de Ia relígión en Ias so-
I w. Lides alfabetizadas contemporáneas podría ampliarse mueho, y son, desde
Las grandes generalízacíones, sin límites espacialesní temporales, acerca
de Ia "función integradora de Ia religión" se derivan en gran parte, aunque /Jwgo, Hll1y bien conocidos por los antropólogos y Ios sociólogos funcionales
no deI todo, desde Iuego, de observaciones en sociedades analfabetas. Noes ti 11('dl'scriben Ia reIigión como unificadora, sin limitar el margen de estruc-
raro que el científico social adopte implícitamerrte los resultados relativos a 1111 as sociales en que ése es realmente el caso, Es por 10 menos concebible
esas sociedades y se extienda sobre Ias funciones integradoras de Ia religión ti IIC IIl1a orientación teórica derivada de Ia investigación de sociedades analfa-
en general. Sólo hay un paso de esto a afirmaciones como Ias siguientes: hel:ls lraya servido para oscurecer datos de otro modo conspicuos sobre el
I'apel funcional de Ia religión en sociedades multi-religics,;s. Quizás Ia trans-
, La raum por Ia cual Tareligión es necesaria está manifiestamente en eI hecho 1I'Icllcia del supuesto de Ia unidad funcional da por resultado Ia supresión
de que Ia sociedad humana realiza su unidad ante todo mêdiante Ia posesión en ti (' 1 orlu Ia historia de Ias guerras religiosas, de Ia Inquisición (que metió su
común por sus indivíduos de ciertos valores y fines definitivos, Aunque esos valores
• una CIl una sociedad tras otra), de conflictos sangrientos entre grupos reli-
y fines son subjetivos, influyen en Ia conducta, y su integraci6n permite a esta
sociedad funcionar como un sistema.w /',IOSOS, Porque el hecho es que todo este material abundantemente conocido
I'; ignorado a favor de ejemplos sacados del estudio de Ia religión en socie-
En una sociedad extremadamente avanzada construida sobre Ia tecnología
científica, el sacerdocio tiende a perder posici6n, porque Ia tradici6n sagrada y el dades analfabetas, Yes un hecho aún más sorprendente que el misrno trabajo
supernaturalismo decaen en el ambiente.i, . [pero] Ninguna sociedad ha llegado ,i1;lclo arriba, que sigue hablando de "Ia religión, que proporciona Ia unifi-
a secularizarse tan por completo que liquidara enieramenie Ia creencia en fines •.uióu en sentimientos, creencias y ritos", no haee ni una sola referencia al
transcendentaIes v en entidades sobrenaturales, Aun en una sociedad secularizada I,apcl posiblemente disgregador de Ia religión.
tiene que existir 'algún sistema para Ia integración de valores definitivos, para su 'I'ales análisís funcionales pueden significar, naturalmente, que Ia reli-
expresión ritual y para Ias reajustes emocionales requeridos por el desengano, Ia 1',1\111 opera Ia unificación de quienes creen en Ias mismos valores religiosos,
muerte y Ia desgracia.w
!'(TO no es probable que sea esto 10 que quieren decir, porque equivaldría
Partiendo de Ia orientación de Durkheim, que en gran parte estaba basa- meramente a afirmar que toda coincidencia sobre cualquier tabla de valores
ela en el estudio de sociedades analfabetas, estos autores tienden a destacar 1"oduce Ia integración.
solo Ias consecuencias aparentemente integradoras de Ia religión, y a olvidar Además, esta es también un ejemplo del peIigro de tomar Ias supuestos
sus consecuencias posiblemente desintegradoras en ciertos tipos de estructur« • i<- unidad funcional, que puedeti ser una aproximación razonable para algu-
social. Pero tengamos en cuenta los siguientes hechos y Ias siguientes pregun- II,ISsociedades analfabetas, como parte de un modelo implícito para un aná-
tas. 1) Cuando en Ia misma sociedad coexisten diferentes reIigiones ocurren II\is funcional generalizado, Es característico que en Ias sociedades analfabe-
con frecuencia hondos conflictos entre Ias diferentes grupos religiosos (pién- I;IS no suela haber más que un sistema religioso predominante, de suerte:
scsc s610 en Ia enorme bibIiografía sobre conflictos religiosos en Ias sociedades '1"e aparte de Ias individuos disidentes, Ia pertenencia a Ia sociedad total y
LI pcrtenencia a Ia comunidad religiosa son virtualmente coextensívas. Es evi-
10 "Some principIes of stratification", por KingsIey Davis y Wilbert E, Moore, en American d('lIlc que en este tipo de estructura social, una tabla común de valores reli-
Soci%gica/ Review, abril de 1945, 10, 242-49, en 244 (el subrayado es nuestro}. .'
20 l1>ic/., 246 (el subrayado cs nuestro). I:iClsospuede tener corno una de sus consecuencias el refuerzo de los senti-
" (J TEORIA SOCIOLóGICA HINC/ONES MANIFIESTAS Y LATENTES 41
micutos com unes y de Ia unificación social. Pero esta nu basta por sí solo '.1•• 1,.IIITlTÍa representar eI caso marginal en que eI hecho de atribuir
para hacer generalizaciones dcfcndibles sobre otros tipos ele soeiedad. 1111.'11111' 11111 :III;I<1epoeo o nada a Ia descripción directa de Ia norma de cul-
Tendremos oeasión ele examinar otras implicaciorn., teóricas del actual IIIU " dI' 1:1forma de conducta. Puede suponerse l11uy bien que todos los
análisis funcional de Ia religión, mas, por el momento, esto puede ilustrar • 1'"11'111 li', consagrados de cultura (que se denominan vagamente "tradicíón")
acerca de los peligros que se hcrcdan al adoptar sin limitaeiones el postulado 11111'11 1.1fuución mínima, pero 110 exclusiva, de "conservar 10 familiar, de
ele Ia unidad funcional. Esta unidad de Ia sociedad total no puede afirmarse 111,11111'111'1 una tradición". Esto equivale a decir que Ia "función" de Ia con-
eon provecho previamente a Ia observación. Es cuestión de hecho, y no ma- '"11111,1.101 ('()II toda práctica consagrada es permitir al conformista evitar Ias
teria de opiníón. La annazón teórica deI análisis funcional debe requerir ',01'"11111<"; CII que ele otra manera incurriría al desviarse de Ia práctica consa-
expresarncntc Cjue se especiiiquen Ias unidades para Ias cuales es funcional I: 1.1'1., '<~I() sin duda alguna que es cíerto, mas dificilmente ilustra nada.
una manifcstación social o cultural dada. Tiene que admitir en forma ex- "1'111.\11vc para recordamos que tendremos que explorar los tipos de funciones
presa que una manifestación dada tenga consecuencias diferentes, funcionales ,llllhllidas por cl sociólogo. Por el momento, sugiere eI supuesto provisional
y disfuncionales, para los individuos, los subgrupos y Ia estructura y Ia cultura ,I,' qlle, aunquc toda manifestación de cultura o de estructura social puede
socialcs más amplias. klllT funciones, es prematuro afirmar inequívocamente que todas esas mani-
1'\!:I('iollCS tienen que ser funcionaIes.
Postulado del funcionalismo universal 1<1 postulado deI funcionalismo universal es, naturalmente, producto de
L, «uconada, estéril y prolongada controversia sobre "supervívencias" que se
Dieho muy sucintamente, este postulado afirma que todas Ias formas sociales "IIITlldió entre los antropólogos a principios deI siglo. La noción de una
o culturales estandarizadas tienen funciones positivas. Como en otros aspec- ',(1pcrvivencia social, es decir, según Ias palabras de Rivers, de "una costum-
tos de Ia concepción funcional, Malinowski formula éste en su forma más 11It'... [que] no puede explicarse por su utilidad presente pero que sólo se
extrema: h.u-c iutelígible por su historia pasada",24 se remonta por 10 menos a Tucídi-
El concepto funcional de Ia cultura insiste, por 10 tanto, en el principio de <ll·'. Pero cuando Ias teorías evolucionistas de Ia cultura se hicieron promi-
que en todo tipo de cívílización, toda costumbre, objeto material, idea y creencía ucutes, el concepto de supervivencia pareeió muy importante desde el punto
desempeiian alguna función vital ... 21 .11' vista estratégico para reconstruir "etapas de desarrollo" de culturas, par-
IiCltlarmente para sociedades analfabetas que no tuvíesen registros escritos.
Aunque, como hemos visto, Kluckhohn admite Ia variación en Ia unidad (':11;\los funcionalistas, que querían alejarse de 10 que consideraban Ia "his-
observada de una forma cultural, coincide con Malinowski en postular valor loria" por 10 general fragmentaria y con frecuencia conjetural de sociedades
funcional para todas Ias formas de cultura que sobreviven. ("Mi postulado .rualfabetas, el ataque a Ia noción dela supervivencia adquirió todo el simbo-
básico ... es que no sobrevive ninguna forma de cultura si no constituye una lisuio del ataque a todo el sistema intelectualmente antipático de pensamien-
respuesta acomodativa o adaptativa, en algún sentido ... ". )22 Este funciona- 10 cvol ucionista. En consecuencia, quizás, reaccionaron en forma excesiva
lismo universal puede ser o no ser un postulado heurístieo; eso queda por lontra este concepto central de Ia teoría evolucionista y formularon un "pos-
vcr. Pero debemos estar dispuestos a advertir que aparta demasiado Ia aten- lidado" igualmente exagerado según el cual "toda costumbre en cualquier
ción crítica de un campo de consecuencias no funcionales de formas cultu- ,J:Irte ... desempena alguna función vital".
rales existentes. Sería una lástima dejar que Ias polêmicas de los precursores antropoló-
En realidad, cuando Kluckhohn quiere aclarar su idea adscribiendo "fun- I',I['OScreasen en Ia actualidad brillantes exageracíones. Una vez descubiertas,
ciones" a cosas que aparentemente no Ias tienen, cae en un tipo de función 1li luladas y estudiadas, Ias supervivencias sociales no pueden ser' exorcizadas
que habría que fundamentar por defínición y no por investigación, desernpe- I)OI' un postulado. Y si no pueden presentarse especímenes de esas supervi-
fiada por todas Ias manifestaciones culturales persistentes. Así, sugiere que vencias, Ia querella se extingue por sí misma.' Puede decirse, además, que aun
«uando se descubran tales supervivencias en Ias sociedades alfabetizadas con-
los botones hoy mecánicamente inútiles de Ias bocamangas de Ia chaqueta de un tcmporáneas, parecen afíadir poeo a nuestro conocimiento de Ia conducta
cllropeo desempeíian Ia función de conservar 10 familiar, ele mantener una tradi- humana o de Ia dinárnica'del cambio social. No requiriendo su dudoso papel
ción, Las gentes en general se sienten más cómodas si advierten Ia continuídad
«(11110 malos substitutos de Ia historia escrita, el sociólogo que estudia Ias 80-
de Ia conducta, si se ven a sí mismas siguiendo Ias formas de conelucta ortodoxas y
socialmente aprobadas.ê"
2·1 "Survival in socíology", por W. H, R. Rivers, en Tbe Sociological Review, 1913, 6, 293-305.
~l Malinowski:"Anthropology", op. cit., 132. (Las cursivas quizás son supérfluas en vista del Véasc también Prirnitive Cnlture, por E. B. Tylor (Nucva York 1874), en especial I, 70-159; y para
cnérgico lcnguuje dcl original.) tina revisión más recientc de Ia materia, 'Thc History of Ethnological Theory, de Lowie, 44 5S., 81 s.
.,<
!!~NavaJIO Witehcraft, de Kluckhon, 46. (El subrayado cs nuestro.) U lia exposición inteligente y moderada deI problema, aparece en Rules oi Saciological Metboâ, por
~3 lbid., 47. I-:mile Durkheim, capítulo 5, especialmente cn 91.
42 TEORíA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 43

ciedades alfabetizadas puede prescindir de Ias supervivencias sin pérdida apa- lida deI individuo. Mediante el culto de los objetos sagrados y de Ios seres que
rente. Pero no debe dejarse llevar, por una controversia arcaica e irrelevante, situbolizan, así como Ia aceptación de prescrípcíones sobrenaturalesque sou al mis-
III() tiempo c6digos de conducta, se ejerce sobre Ia conducta humana un poderoso
a adoptar eI postulado irrestricto de que todas Ias manifestaciones culturaIes
«mtrol, guiándola sobre Iinearnientos que sostienen Ia estructura institucional v
desempefian funciones vitales. Porque tambíén esto es un problema para Ia
c.mformándola a los fines y valores definitivos.ê"
investigación, no una conclusión previa a ella. Mucho más útil como direc-
tiva para investigar parecería el supuesto provisionaI de que Ias formas cultu-
La supuesta indispensabilidad de Ia religi6n se basa, pues, eu el supuesto
rales persistentes tienen un saldo líquido de consecuencias [uncionales tanto
de hecho de que sólo mediante el "culto" y Ias "prescripciones sobrenatura-
para Ia sociedad considerada como una unidad cuanto para subgrupos sufi-
lcs" puede tenerse el mínimo necesario de "control sobre Ia conducta hu-
cientemente poderosos para conservar intactas esas formas por medio de Ia
mana" y lograrse Ia "unificación de los sentimientos y Ias creencias".
coacción directa o de Ia persuasión indirecta. Esta formulación evita a Ia vez
Ia tendencia deI análisis funcional a concentrarse en funciones positivas y di- En resumen, el postulado de Ia indispensabilidad tal como ordinaria-
rige Ia atención deI investigador también a otros tipos de consecuencias. mente se enuncia contiene dos afirmaciones relacionadas entre sí, pero dife-
rcnciables, Primero, se supone que hay ciertas funciones que son indispen-
'.:tbles en el sentido de que, si no se realizan, no persistirá Ia sociedad (o el
Postulado de Ia indispensabilidad grupo, o eI individuo). Esto expresa, pues, un concepto de requisitos previos
[uncionalee, o de condiciones previas funcionalmente necesatias para una so-
EI último de este trío de postulados comunes entre Ios científicos sociales I 'icdad (tendremos ocasión de examinar este concepto con algún detalle).
funcionales es, en aIgunos respectos, eI más ambiguo. La ambigüedad se hace I':n segundo lugar, y esto es materia totalmente diferente, se supone que
evidente en Ia declaración arriba citada de Malinowski al efecto de que cietias formas culturales o socialee son indispensables para Ia realizaci6n de
cada una de esas funciones. Esto implica el concepto de estructuras especia-
en todo tipo de civilización, toda costumbre, objeto material, idea y creencia, des- lizadas e irremplazables, y da origen a toda suerte de dificultades te6ricas.
cmpefían alguna función vital, tienen alguna tarea que realizar, representan un Porque no 5610 puede demostrarse que esto es manifiestamente contrario a
papel índispensable dentro de un todo quc funciona.se Ia realidad, sino que implica algunos supuestos secundarios que infestaron e!
auálisis funcional desde el comienzo mismo. Aparta Ia atención del hecho
En este pasaje no está deI todo claro si Malinowski afirma Ia indispen- de que diferentes estructuras sociales (y formas culturales) realizaron, en
sabiIidad de Ia función o de Ia cosa (costumbres, objeto, idea, creencia) que circunstancias que hay que examinar, Ias funciones necesarias para Ia persis-
desempeíia Ia función, o de ambas.
I cncia de los grupos. Yendo más lejos, tenemos que enunciar un importante
Esta ambigüedad es muy común en Ia literatura. Así, Ia exposición ante-
Icorema de análisis funcional: asi como Ia tnisma cosa puede tener mú1tiPles
riormente citada que Davis y Moore hacen deI papel de Ia religión, parece
funciones, así puede Ia misma función ser deeemoeiiada diversamente por
a primera vista sostener que Ia institución es 10 indispensabIe: "La razón por
cosas diferentes. Las necesidades funcionales se consideran permisivas, y no
Ia cual Ia reIigión es necesaria ... ", " .. .Ia religión ... representa un papel
único e indispensable en Ia sociedad'U" Pero pronto se deja ver que no es determinantes, de estructuras sociales específicas. 0, en otras palabras, hay
\111 margen de variación en Ias estructuras que realizan Ia función en cuestión.
Ia instituci6n de Ia religi6n 10 que se considera índispensable, sino más bien Ias
funciones que se considera que Ia religíón desempefia típicamente. Porque (Los limites de ese margen de variación implican el concepto de coerción
Davis y Moore consideran Ia religión indispensable por cuanto funciona para cstructural, del que diremos algo más en seguida.)
hacer que los individuos de una sociedad adopten "ciertos valores y fines En contraste con este concepto implícito de formas culturales indispen-
definitivos en común", sables (instituciones, prácticas estandarizadas, sistemas de creencias, etc.),
Aüádase que esos valores y fines hay, pues, el concepto de aliemstivas funcionales, o de equivalentes funcio-
/lales, o de substitutos funcionales. Este concepto es ampliamente reconocido
tienen ... que parecerles a los individuos de Ia sociedad poseedores de alguna reali- y usado, pero debe advertirse que no puede alojarse cómodamente en el mis-
dad, y el papel de Ias creencías y el rito religioso es dar y reforzar esa apariencía de mo sistema teórico que implica el postulado de Ia indispensabiIidad de formas
rcalidad. Mediante el ritual y Ia creencia Ios fines y valores cornunes se conectan culturales particulares.
con nu mundo imaginaria simbolizado por objetos sagrados concretos, mundo que
Así, después de pasar revista a Ia teoría de Malinowski sobre "Ia nece-
a 511 vez se relaciona de un modo significativo con Ias hechos y Ias esfuerzos de Ia
sic1ad funcional de mecanismos como Ia magia", Parsons tiene el cuidado de
~l'i Malinowski: "Anthropology", op. cit., 132 (eI subrayado es nuestro). hacer Ia siguiente afirmación: ,
~II Kingslcy Davis y Wilbert E. Moore, op. cit., 244, 246. Véase Ia más reciente revisión de
esta matéria por Davis en su Introducción a Re1igion Among the Primitives, por W. J. Goode (Glên-
coe, Illinois, Thc Frcc Press, 1951), Y Ias instructivas interpretaciones funcionales de ese volurnen, 27 Ibid., 244-45 (el subrayado es nuestro).
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 45
TEORiA SOCIOLóGICA
44 resistirían Ias pruebas seculares a que sou susceptíbles, y e1 sentimien-
1'1 .1I'! I(',IS 110
... siempre que entran en 1a persecución de metas emocionalmente importantes 1" .I'·~(·I',lIri(bd que dan se conserva sólo mientras se eviten Ias verdaderas pruebas.S2
factores de incertidumbre, puede esperarse que, si no 1a magia, aparezcan fenô-
menos funcionalmente equiwtlentes.
28 I,CIS fuucionalistas, que están obligados por su teoría a esperar los efectos
.11' nas prácticas simbólicas (micamente sobre el estado de ânimo deI indivi-
.I uo, y que, en consecuencia, concluyen que Ia práctica mágica es funcional,
Esta está muy lejos de Ia insistencia de Ma1inowski cn que ulvidan que esas mismas prácticas pueden a veces tomar elIugar de otras más
dit';ICCS.:l:1 Y Ias teóricos que hablan de Ia indispensabílidad de prácticas
así, pues, la magia realiza ll1ut fUl1ción indispensable dentro de 13 cultura. Satis-
face una necesidad definida que no puede satisfacer ninguno de los otros factores (',I;lllclarizadas o de instituciones que prevalecen a causa de su observada fun-
('ibn de reforzar sentimientos comunes, deben buscar los sustitutos funciona-
de la civilización prímitiva.29 ks antes de llegar a una concIusión más veces prematura que confirmada.
Este doble concepto de Ia función indispensable Y de Ia creencia y Ia De Ia revisión de esta trinídad de postulados funcionales surgen varias
acción irreemplazables exc1uye de plano el concepto de alternativas funcio- consideracíones básicas que deben ser eomprendidas en nuestro esfuerzo
para codificar este modo de análisis. AI examinar, en primer lugar, el postu-
nales.En realidad, e1 concepto de alternativas funcionales, o de equivalentes lado de. la unidad funcional, nos encontramos con que no puede suponerse
funcionales, ha aparecido repetidamente en toda disciplina que adoptó una la unificación plena de todas 1as sociedades, sino que ésta es una cuestión
armazón funcional para el análisis. Lo utilizan bastante, por ejemplo, Ias empírica, de hecho, en Ia que debiéramos estar preparados para encontrar
ciencias psicológicas, como 10 indica admirablemente un trabajo de English.t" un margen de grados de unificación. Y aI examinar eI caso especial de Ias
Y en neurología, Lashley senaló, basándose en pruebas experimentales y clí- interpretaciones funcionales de Ia reIigión, fuimos advertidos de Ia posibilidad
nicas, Ia inadecuación del "supuesto de que Ias neuronas están especializa- ele que, aunque !a naturaleza humana puede ser de una pieza, no se sigue de
das para realizar funciones particulares", y en vez de eso sostiene que una ahí que Ia estructra de Ias sociedades analfabetas sea uniformemente igual
Iunción particular puede ser realizada por gran número de estructuras dife- a Ia de Ias sociedades alfabetizadas muy diferenciadas. Una diferencia de
grado entre Ias dos -por ejemplo, Ia existencia de varias religiones dispares
rentes/"
La sociologia y Ia antropología social rienen el mejor motivo para evitar en Ia una y no en Ia otra- puede hacer arriesgado el paso entre ellas, DeI
c1 postulado de Ia indispensabilidad de estructuras dadas, y para operar siste- examen crítico de este postulado resultó que una teoría deI anáIisis funcional
máticamente con el concepto de alternativas funcionales y de substitutos fun- tiene que requerir Ia especificación de Ias unidades sociales servidas por fun-
cionales. Porque así como 10slegos erraron durante mucho tiempo al suponer ciones sociales dadas, y hemos de admitir que los renglones de cultura tienen
que Ias "extrafías" costumbres y creencias de otras sociedades eran "meras múltiples consecuencias, unas funcionales y otras quizás disfuncionales.
sllpersticiones", asi 10s científicos sociales funcionales corren el riesgo de
errar por el otro extremo, primero apresurándose a encontrar valor funcional 32 "Social maladjustments: adaptive regressíon", por F. L. Wells, en Handbook ai Social Psy-
ch()lagy, ed. por CarI A. Murchíson (Clark University Press, 1935), 880. La observación de WeIls
o adaptativo en esas prácticas y creencias; y segundo, no viendo que quedan está muy Iejos de ser anticuada. Todavía en el deoenío de los 1930 no "podía evítarse" Ia virue1a
excluidos modos diferentes de aeción al aferrarse a Ias prácticas ostensible- en estados como Idaho, Wyoming y Montana, que, no teniendo leyes para Ia vacunación ob1iga-
mente funcionales. Así, no es rara Ia propensión entre algunos funcionalistas toría, podían jactarse de tener unos 4 300 casos de víruela en un período de cinco anos, al mismo
tiempo que 10s estados más populosos de Massachusetts, Pennsylvania y Rhode Island, que tenían
a concluir que Ia magia o ciertos ritos y creencias religiosos son funcionales a 1eyes de vacuna obligatoria, no tuvieron ni un solo caso de dicha enfermedad, Sobre Ias insufíciencias
causa de sus eíectos sobre el estado mental o Ia confianza en sí mismo del cre- deI "sentido común" en estas materias, véase The Patient's Dilemma, por Hugh Cabot (Nueva
ycnte. Pero muy bien puede suceder en algunos casos que esas prácticas mági- York, Reyna1 and Hitchock, 1940), 166-67.
as Quizás deba advertirse que esta afinnación está hecha con pleno conocimiento de Ia obser-
cas eclipsen a práctieas seculares accesib1es y más ac1aptativas y Ias remplacen. vación de MaIinowski según Ia cual 10s trobriandeses no sustituyen sus creencías y prácticas mágicas
Como observ6 F. L. WeIl: por Ia aplicación de tecnologla racional. Siguo en pie e1 problema de valorar el grado en que e1
desarrollo tecno16gico es aminorado por Ia semidependencia de Ia magia para tratar el "margen de
incertidumbre". Esta zona de ineertidumbre probab1ementc no es fija, pero está relacionada con
Colgar una herradura sobre Ia puerta en una epidemia de virue1a puede viga- Ia tecnología de que se díspone. Los ritos destinados a regular el tiempo, por ejemplo, pueden absor-
rizar Ia mora1 del habitante, pero no hará desaparecer 1a viruela; esas creencias y ber Iácilmente Ias energías de 10s hombres que de otra rnanera podrían reducír esa "zona de íncer-
tidumbre" atendiendo al progreso de 10s conocimientos meteorológicos. Cada caso debe ser juzgado
28 Essays in Sociological Theory, Pure 311d Applied, por Taleott Parsons (G1encoe, I1linois, The por sí mismo. Nos referimos aquí sólo a Ia tendencia creciente entre los antropólogos sociales
y Ios sociólogos a limitarse a Ios efectos "morales" observados de prácticas sin fundamento racional
Frec Prcss, 1949), 58. ni empírico, y renunciar al análisis de Ias alternativas que podrían ser posíbles en una situaci6n
2\! Malinowski: "Anthropology", op. cit., 136 (cl subrayado es nucstro).
80 "Symbolic versus functional equivalents in the neuroses of deprivation", por Horace B. dada. y Ia orientación hacia "10 transcendental" y "10 simh6lico" no enfocó Ia atención sobre
otras materias. Finalmente, hay que esperar que todo esto no sea mal interpretado como una reno-
English, CIJ [ournal of Abnorma! and Social Psychology, 1937, 32, 392-94.
111 "lhsic ncnral mcchanisms in behavior", por K. S. Lashley, en Psychological Review, 1930, ," vaci6n del raeionalismo a veces ingenuo de Ia ~poca de Ia Ilnstración.

37, 1-24.
46 TEORíA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 47

La revisión del segundo postulado, del funcionalismo universal, que dice 1"','111,. III<lell de cosas, tal como es, y que atacarían Ia conveniencia deI
que todas Ias formas persistentes de cultura son inevitablemente funcionales, '"1" "", por moderado que fuese. Según esta opinión, el analista funcional
dia por resultado otras consideraciones que deben resolverse por una actitud 11l""1I 01 .Icuuiticamente Ia advertencia de Tocquevi1le de no confundir ]0
codificada hacia Ia interpretación funcional. Pareció no sólo que debemos 1,111111111'(JII 10 necesario: " ... Ias que lIam amos instituciones necesarias no
estar preparados para encontrar consecuencias tanto disfuncionales COrno "" '''11 luxucncia otra cosa que instituciones a Ias que estamos acostumbra-
.I". . ,'\ÚII queda por demostrar que el anáIisis funcional sea inevitable-
funcionales de esas formas, sino que Ios teóricos se encontrarán a 10 último
con el difícil problema de crear un órgano para valorar el saldo líquido de 111'111«'Illn:l de esa atrayente falacia; pero, habiendo revisado eI postulado
Ias consecuencias, si sus investigaciones han de tener algún efecto sobre Ia tec- 1\1 11 IIIlIL'>pcllsabilidad, podemos apreciar bien que este postulado, si se adop-
nología social. En forma manifiesta, el consejo de un experto basado sólo 1'1 11111\hicn puede dar origen a este cargo ideológico. Myrdal es uno de los
111,1',
I.Timtes y no el menos típico entre los críticos que denuncian Ia inevita-
en Ia vaIoración de un margen limitado, y quizás arbitrariamente elegido,
1,,11.1,1.1de una tendencia conservadora en el análisis funcional:
de consecuencias que haya que esperar corno resultado de Ia acción estudiada,
estará sujeto a errores frecuentes y será juzgado con razón como de poco I 1111.1cosa tiene una "función" es buena o por 10 menos esencial.* La pa-
mérito. ""'l.I "Iunción" puede tener sentido unicamente en re1aci6n con una finalidad
El postulado de Ia indispensabilidad implicaba, según vimos, dos proposi- ''''''"'',1;1; ** si esa finalidad queda indefinida o se supone ser el "interés de Ia
ciones diferentes: una que afirma Ia indispensabilidad de ciertas funciones, y "li, 1,.1,1.1·',que no se define más, t queda espacio considerable para Ia arbitrariedad
esta da origen al concepto de necesidad funcional o de requisitos previos [un- ," 1.1iiuplicación práctica, peTO se da Ia dirección principal: la descripción de Ias
/II",tI'Wi()l1eS sociales en relación con sus funciones tiene que llevar a una teleología
cionales; y otra que afirma Ia indispensabiIidad de Ias instituciones sociales,
, ,,",,'·/l"ddora.35
formas de cultura, etc., existentes, y esto, cuando se discute adecuadamente, da
origen al concepto de alternativas funcionales, o de equivalentes o eustitutos 1,;I~ observaciones de Myrdal son menos instructivas por su conc1usión
funcionales. '1111'IJ/H sus premisas. Porque, corno hemos seüalado, se apoya en dos de los
Además, Ia circulación de estos tres postulados, cada uno de pOr sí o 1"",llIl:tdos tan frecuentemente adoptados por Ios analistas funcionaIes para
en concierto, es Ia fuente de Ia acusación común de que el aná1isis funcional 11'·!'.:1I ;I Ia acusación sin limitaciones de que quien describe Ias instituciones
implica inevitablemente ciertos compromisos ideológicos. Como ésta es una 111 Iclución con sus funciones está inevitablemente entregado a "una teleo-
cuestión que vendrá a Ias mientes una y otra vez al examinar Ias nuevas 111/:1:1 conservadora". Pero en ningún lugar discute Myrdal Ia inevitabilidad
concepciones del análisis funcional, 10 mejor es examinarlanhora, si nuestra .1(' los postulados mismos. Será interesante preguntar cuán ineluctable es
atención no ha de ser alejada de Ias problemas analíticos a estudio por el 1,1("lIlrega cuando uno ha escapado de Ias premisas.
espectro de una ciencia social tefíida de ideología. e> 1':11realidad, si el análisis funcional eu sociología estuviera entregado a
1.1klcología, y no digamos nada si a una teleología conservadora, no tardaría
111 (',Lu sometido, y también apropiadamente, a acusaciones más duras que
EL ANÁLISIS FUNCIONAL COMO IDEOLOGÍA
1'..1';. Como ha ocurrido frecuentemente con Ia teleología en Ia historia dcl
1"11-umiento humano, estaría sujeta a una reductio ad absurdum. EI analista
EI análisis funcional como conservador
flllll'ional podría entonces afrontar el destino de Sócrates (aunque no por Ia
En muchos círculos y con creciente insistencia se ha dicho que, cualquiera 11I1"111a razón ), quien decia que Dias nos puso Ia boca muy cerca de Ia nariz
que sea el valor deI análisis funcional, estáencerrado en una perspectiva "con- 1'.11:1que pudiéramos disfrutar del olor de nuestra comida." 0, como Ias
I('I'''()~OS cristianos adictos a Ia argumentación basada en el desígnio, podria
servadora" (o hasta "reaccíonaría"). Para algunos críticos, el análisis fun-
cional es poco más que una versión de nuestros días de Ia teoría del síglo XVIII ',("Icmbaucado por un Ben Franklin que demostrase que Dias evidentemente
acerca de una identidad básica e invariable del interés público y el interés "quiere que empinemos el codo, porque nos hizo Ia articulación deI brazo
privado. Se le considera una versión secularizada de Ia doctrina formulada «xactamente a Ia distancia necesaria para nevar un vaso a Ia boca, sin que
por Aclam Smith, por ejemplo, cuando en su Teoría de 10s sentimientos ',(' qucde corto ni pase Ia raya: Adoremos, pues, vaso en mano, esa benigna
morales, habla de1 "orden armonioso de Ia naturaleza, bajo Ia guía divina, • Debc advertirse que Myrdal acerta gratuitamente Ia teoría de Ia indispensabiJidad como
el bienestar deI hombre mediante Ia acción de sus propensiones
ql1(, pro111l1CVe 11,1,
inscca a todo análisis funcional.
•• Esto, como hemos visto, no sólo es gratuito, sino falso.
individunlcs"." Así, dicen esos críticos, Ia teoría funcional es simplemente t Aqui seüala Myrdal apropiadamente el dudoso y vago postulado de Ia unidad funcional.
111 orientncióu de Ias científicos sociaIes conservadores que defenderían el 15 An Arnerican DiJernrna, por Gunnar Myrdal (Nueva York, Harper and Brothers, 1944),
11,11)56(el subrayado y Ias observaciones entre paréntcsis sou nuestras}.
:16 Farrington tiene algunas otras observaciones muy interesantcs sobre pseudoteleología en su
n4 "A.I"1I1Smith and Laissez Faire", por Jacob Viner, en [ournal 01 PoJitical Econorny, 19"37,
,<;cil"IICCin Antiql1ity (Londres. T. Butterworth, 1936), 160.
F.t'IJ'HlIIIV,
11)37,1S, 206. '
48 TEORÍA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES -f9
sabiduría; adorémosla y bebamos"." O podria darse a aseveraciones más ,tlool'", ideológicos de amplio margen. Ahora bien, no es ésta Ia primera vez
serias, como Michelet, quien observó "cuán bellamente está dispuesto todo ,,'I< ,I orientación teórica en ciencia social o en filosofia social se le asig-
1111;1

por Ia naturaleza. Inmediatamente que un nino viene al mundo, encnentra 11.111 1111 plicaciones ideológicas diametralmente opuestas. Puede ser útil, por 10
a una madre que está dispuesta a cuidarlo"." Como cualquier otro sistema 1,11 ti li, l -xaminar uno de Ias más notables ejemplos en que una conccpción so-
de ideas que bordea Ia teleología, aunque procura no cruzar Ia frontera de , 1I d(ll~ila y metodológica fue objeto de Ias imputaciones ideológicas más varia-
aque1 territorio ajeno e improductivo, el análisis funcional en sociología está 11.1',. V 111ll1parar ese ejernplo, e11Ia medida de 10 posible, C011el caso del análisis
amenazado de una reducción al absurdo asi que adepta el postulado de quc I til" i, )]1;11. El caso comparable es cl del materialismo dialéctico. Sus porta-
todas Ias estructuras sociales existentes son indispensables para Ia satisfac- , '" ,\ sou Ias historiadores de Ia economía, filósofos sociales y revolucionarios
ción ele necesidades funcionales notórias. I" "ksillllales Karl Marx y su Íntimo auxiliar y colaborador Fricclrich Engels.

( rrievuacumes ideológicas del Orientaciones ideológicas comparddas


El análisis funcional como radical materialismo dialéctico de} análisis iuncional
Es muy interesante que otros hayan llegado a una conc1usión exactamente
contraria a esta acusación de que el análisis funcional está intrínsecamen- I. "[ ,<I mixtificación que Ia dialéc- 1. Algunos analistas funcionales han
I I 1.1 SI ifrc eu manos de Hegel no le
te condenado a pensar que todo 10 que existe es bueno y que este mundo es, supuesta gratuitamente que todas Ias
1(1t1,itli<Í en absoluto ser el primero en estructuras socialcs existentes desem-
en verdael, e1 mejor de Ias mundos posibles. Esos observadores, LaPiere por
1'"\' '11 tar S11 forma general de fU11Cio- peüan funciones sociales indispensa-
ejemplo, sugieren que el análisis funcional es una actitud crítica en sÍ en
1/01' de una manera amplia y conscien- bles. Esto es pura fe, misticismo, si
cuanto al punto de vista y pragmática en cuanto aI juicio. 1<" Con él, Ia dialéctica está cabcza se quíere, y no cl proclucto final de
,t1';ljtl. Hay que ponerla otra vez dele" una invcstigación continuada y siste-
Hay , .. una significación más profunda de 10 que puede parccer a primera , 11; I si se q uiere descubrir Ia pef]j ta
mática. El postulado hay que ganar-
vista en el paso de Ia descripción cstructmal al análisis funcional en Ias ciencias i.tcunui! dentro de Ia cáscara mística. 10, no heredarlo, si ha de ser aceptado
sociales, Ese paso representa una ruptura con el absolutismo social y el moralismo
por los hombres de Ia eiencia social.
de Ia teología cristiana, Si e1 aspecto importante de toda estructura social es su
funcíón, se sigue de ahí que ninguna estructura puede ser juzgada sólo como estruc-
:2" "E 11 S11 forma mixtificada Ia dia" 2. Los tres postulados: unidad fun-
tura. En Ia práctica esto quiere decir, por ejemplo, que el sistema de Ia família
1,,1 iCL se puso de moda en Alernama, cional, universalidad c iudispensabili-
patriarcal es colectivamente valioso sólo si y en Ia medida en que funcione para
I" 1/111leparecia transfigurar y glorificar dad, abarcan un sistema de premísas
satisfacer fines colectivos. Como estructura social, no tiene valor intrínseco, ya ,/ estado de cosas existente, que tieue que llevar inevitablemente
que su valor funcional variará de un momento a otro y de un lugar a otro.
El punto de vista funcional aplicado a Ia conducta colectiva indudablemente a Ia glorificación del estado de COsas
existentc.
afrentará a todos Ias que creen que Ias estructuras sociopsicológicas específicas
tíenen valores intrínsecos. Así, para quienes creen que un servicio eclesiástico es ô. "Eu su forma racional es escan-
bueno porque es un servicio eclesiástico, Ia afirmación de que algunos servicios ecle- .l.ilo y aborninación para Ia burguesia 3. En sus formas más ernpíricamen.
siásticos son signos formales que están vacíos de significación religiosa, que otros '. S us profesores doctrinarios, porq ue te orientadas y analíticamente preci-
son comparables funcionalmente a representaciones teatrales, y que otros más S011 .ilrarca en S11 amplio y afirmativo reco-
sas, el análisis funcional con frecuen.
una forma de orgía y, por 10 tanto, cornparables a una juerga de borrachos, uocuniento dei estado de cosas exis- eia se considera C011recelo por quienes
será una afrenta al sentido común, un ataque a Ia integridad de Ias personas tente, también al mismo tiernpo, el creen que UDa estructura social exis-
decentes, o, por 10 menos, los desvarios de 1111pobre necio.ê'' ieconocimiento de Ia negación de ese tente está fijada para Ia eternidad y
«studo [de cosas], de su inevitable libre dc todo cambio. Esta forma más
El hecho de que unos puedan considerar el análisis funcional como hundimiento; exacta de análisis funcional compren.
intrinsecamente conservador y otros como intrínsecamente radical, sugiere de, no sólo el estudio de las funcio-
nes de Ias estructuras sociales existen-
ql1e intrinsecamente no puede ser una cosa ni otra. Sugiere que el análisis
tes, sino también el estudio de sus
funcional puede no implicar ningún compromiso ideológico intrínseco, aun-
disfullciones para individuos, subgru.
'1"(", como otras formas de análisis sociológico, puede estar imbuído de pos o estratos sociales diversamente
situados, y para Ia socíedad más ex-
ai 1<'ln, cn una carta de Franklin ai abate Morellet, citado de Ias memorias de este último tensa. Como veremos, supone en fôr-
1'''' Ili,,", "'('der eu The Hera in Amcrica (Nueva York, Scribner, 1941), 53-54.
ma provísíonal que cuando el salda
H~ 1',1<' S'~:lIIl1l1d Fremi quien rccogió esta observacíón en La mujer de Miche1et,
Mil (;"II"d;l't" /leh",,;or. por Richard LaPierc (Nueva York, McGraw-HilI, 1938), 5-5-56 (e1 líquido del conjunto de Ias consecuen:
."11111)'",1,, \'0 11111""0). cias de una estructura social dada es
TEORíA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 51
50
claramente disfuncional, se produce ajustados. Las estructuras socia1cs no
una fuerte e insistente presión para tienen un surtido casual de atributos,
cambiar. Es posíble, aunque esto hay Sll1o"que éstos están interconectados
aún que comprobarlo, que más a11á en forma diversa y con frecuencia se
de un punto dado, esta presión inevi- apoyan entre sí. Rcconocer esto no
tab1emente dará por resultado direc- es adoptar una afirmación sin crítica
ciones de! cambio social más o menos de todo staius quo; dejar de recono-
predeterminadas. cerlo es sucumbir a Ias tentaciones
deI utopismo radical.
4. "porque considera toda forma 4. Aunque el análisis funcional se
ha enfocado con frecuencia sobre Ia (, "Pcro en Ias circunstancias más 6. Los esfuerzos y Ias tensiones en
nistoricamente pioducida en movi- IIIW\;IS y más elevadas que gradual- una estructura sccial, que se acumu-
estática de Ia estructura social y no
miento fluido, y por 10 tanto tiene en "II"/l1i' se desartollan en su proPio seno, 1an como consecuencias disfuncionales
cuenta SlL naturaieza pasa;era no me- sobre Ia dinâmica del cambio social,
esto no es inherente a ese sistema de (".{,,-,{neideti su validez y 8U justifica- de elementos existentes, no son ence-
nos que SIl existencic momentânea; ""'1. 'I'ienen que ceder el lugar a for- rrados, enjaulados y confinados por
aná1isis. Por enfocarse sobre disfun-
porque no permite que se le imponga elevadas que a su vez también
111,1', III;'IS una planeación social adecuada, y en
nada, y es en su esencia crítica y revo- ciones tanto como sobre funciones,
.I•.• ;wl;ín y perecerán ... momento oportuno producirán el de-
lucionaria" .40 este modo de análisis puede estimar
no sólo las bases de Ia estabi1idad rrumbe institucional y un cambio so-
social sino también Ias fuentes poten- cial básico. Cuando este cambio ha
ciales de cambio social. La frase "for- ido más allá de un punto dado y no
mas históricamente producidas" puede fácilmente identificable, suele decirse
ser un útil recordatorio de que Ias es- que ha aparecido un nuevo sistema
tructuras sociales están sufriendo tipi- social.
camente un cambio perceptible, Que-
~. "El fel materialismo dialéctico] 7. Pero hay que repetir además que
dan por descubrir Ias presiones que
I<"\("L! cl carácter transitorio de todo y ni el cambio ni Ia fijeza por sí solos
actúan a favor de diferentes tipos de
<"11 lodo; nada puede perdurar ante él
cambio. En Ia medida en que el análi- pueden ser objeto adecuado de estúdio
sis funcional se enfoca completamente !'Xccpto el proceso ininterrumpido de para el analista funcional. Cuando
sobre consecuencias funcionales, se in- 11l'f~;1I y pasar. .. Ella [la dialéctica] examinamos el curso de Ia historia
/,../11: iambién, naturalmente, un lado
clina a una ideología ultraconserva- parece bastante claro que todas Ias
dora; en Ia medida en que se enfoca I'O/I.'icrvador:reconoce que Ias etapas
grandes estructuras sociales han sido
completamente sobre consecuencias
,f('Jillidas deI conocimiento y de ia
en su debido tiempo modificadas cu-
disfuncionales, se inclina a una uto- «wiedad están justificadas por su tiem-
mulativamente o suprimidas de súbito.
pia ultrarradical. "En su esencia", no I") )' por Ias circunstancias; pero sólo
En cua1quier caso, no fueron fijad:ls
cs ni una cosa ni otra. lutsta ahi. EI conservadurismo de este
modo de ver las Cosas es relativo; pero eternamente ni irreductibles al cam-
\1' carâcter revolucionario ee absoluto,
bio. Pero en un momento dado de
5. " ... todas Ias situaciones histó- 5. Reconociendo, como deben reco- observación, cualquier estructura social
nocer, que Ias estructuras sociales cam-
,() único absoluto que admite".41
ricas sucesivas son sóIo etapas transi- puede estar pasablemenre bien adap-
terias del interminable desarrollo de Ia bian sin cesar, 10s analistas fnncionalcs tada a los valores subjetivos de mucha
sociedad humana desde 10 más bajo tienen, no obstante, que explorar los población o de Ia mayor parte de ella,
hasta 10 más elevado. Todas Ias etapas elementos de Ia estructura social in- y a Ias circunstancias objetivas que ha
son necesarias, y en consecuencia están rerdependientes y que con frecuencia de confrontar. Reconocer esto es ser
[ustiiicada: por e1 momento y las cir- se apoyan mutuamente. Eu general, veraz para los hechos, no creer en una
cunstancias a que deben su origen. parece que Ia mayor parte de Ias socie- ideología preestablecida. Y por Ia mís-
dades están unificadas hasta c1 punto ma razón, cuando se observa que Ia
en que muchos, si no todos, sus dife- estructura no se ajusta a Ias necesída-
rentes elementos están reciprocamente des de Ia gente ni a Ias circunstancias

11 Análogamentc, este pasaj e está citado sólo COIl Ia supresión de material no aplicable y COIl
40 Hasta este momento el pasaje está citado sin supresiones ni afiadidos y sólo con el subrayado
adccuado para destacar 10 más importante, de Ia fuente del materialismo dialéctico, que es El capital (,I subravado nuestro, de Federico Engels, en Karl Marx, Selected \Vorks (Moscú, Sociedad Edito.
""I Cooperativa, 1935), I, 422.
de Karl Marx. (11:1y cdir-ión cspaüola deI Fondo de Cultura Econórnica, México.)
52 TEOR1A SOCIOLóGICA fUNCIONES MANIFIEST AS Y LATENTES 53
igualmcnte sólidas de acción, también
'''1.1 \ pcrdurable tradición que sostiene, en una forma o en otra, que Ia
hay que reconocerlo. Quien se atreve
a todo esto, puede llegar a ser un ana- 1t11l',i(11I11a servido para dominar a Ias masas. Parece, también, que el len-
lista funcional, quien se atreva a me- 1:11.1)(.e-u que se expresa esa proposición suele dar una pista para el compro-
nos no 10 será.42 11I1'.tIideológico del autor.
.:Qllé sucede, pues, con algunos de los análisis funcionales actuales de
1.1 I "llgi{ll1? En su unificación crítica de varias teorías importantes sobre
Esta comparación sistemática puede bastar para indicar que el análisis ,lI, lología de Ia religión, Parsons resume aIgunas de Ias conclusiones básicas
funcional, 10 misrno que Ia dialéctica, no implica necesariamente un compro- '1"" 11;111 aparecido en relación con Ia "significación funcional de Ia religión":
miso ideológico específico. No quiere esto decir que compromisos así no
estén implícitos con frecuencia en Ias obras de analistas funcionales. Pero si Ias normas moraIes y los sentimientos en que se apoyan son de impor-
esta parece extrínseco y no intrínseco a Ia teoría funcional. Aqui, como en 1IIIt1;1t.m primordial, ~cuáles son los mecanismos mediante 10s cuales se man-
estas departamentos de actividad intelectual, el abuso no niega Ia posibilidad t uuru, aparte de los procedimientos externos de imposición? Durkheim tenía la
del uso. Revisado críticamente, el análisis funcional es neutral en relación "1011111ele '''1que los ritos religiosos eran de primordial importancia como mecanismo
con los grandes sistemas ideológicos. Hasta este punto, y sólo en este sentido 10.11,1 !"X/JTesary reiotzar los sentimientos más esenciales para Ia unificación insti-
lI/C 'u nt a] de Ia socíedad, Es fácil ver que esto se enlaza claramente con Ias opi-
restringido,43 es como Ias teorias o Ias instrumentos de Ias ciencías físicas, que
111"1«",ele Malinowski sobre Ia importancia de Ias ceremonias fúnebres como
se prestan indiferentemente a ser usados por grupos opuestos para fines 1/1",tllliS1110para reafirmar Ia solidaridad del grupo en ocasión de fuertes tensiones
que con frecuencia no forman parte de Ia intención de los científicos. '"I"tlllllales. Así, Durkheim resolvió ciertos aspectos de Ias relaciones específicas
. 1111"1<1 religión y Ia estructura social más agudamente que Malinowski, y además
1,11111",'1 d problema en una perspectiva funcional diferente en cuanto que 10 aplicá
La ídeología y el análisis funcional de la relígíón 1 Lc sociedad como un todo haciendo abstracción de situaciones particulares de
1,"',ie"1ly esfuerzo para e1 indivíduo.w
Es instructivo volver de nuevo, aunque sea brevemente, a los estudios sobre
Ias funciones de Ia religión para mostrar córno Ia lógica del análisis funcio-
Y .ulcmás, al resumir 1.111 resultado esencial del gran estudio comparado sobre
nal es adaptada por personas de posiciones ideológicas opuestas.
"Hlología de Ia reIigión, Parsons observa que "quízás el rasgo más sorpren-
El papel social de Ia religión fue, desde luego, repetidamente observado
d,' I li l' del análisis de Weber es Ia demostración de Ia medida en que precisa-
e interpretado a 10 largo de muchos siglos. El núcleo de Ia continuidad en
111<' 11te Ias variaciones en los valores y Ias metas sancionadas por Ia sociedad
tales observaciones consiste en destacar Ia importancia de Ia religión como
t \I 1;1 vida secular corresponden a Ias variaciones en Ia filosofía religiosa
un media institucional de control social, ya sea en e1 concepto de Platón de
I' II'dl iminante de Ias grandes civilizaciones" .40
"mentiras nobles": o en Ia opinión de Aristóteles de que opera "con Ia vista
puesta en Ia persuasión de Ia multitud"; o en el juicio equiparable de Polibio De manera similar, al explorar el papel de Ia religión entre subgrupos
según el cual "Ias masas. .. sólo pueden ser dominadas por terrores miste- I,li i.ilcs y étnicos en los Estados Unidos, Donald Y oung sefíala Ia estrecha
t t111 cspondencia entre sus "valores y metas socialmente sancionados en ia
riosos y miedos trágicos". Si Montesquieu observa de los legisladores romanos
\ 1<1;1 secular" y Sl1 "filosofía religiosa predominante":
que trataban de "inspirar miedo aIos dioses a un pueblo que 110 temia
nada, y usar ese miedo para llevarlo a donde quisieran", observó después
Una función que puede desempenar una reIigión minoritaria es Ia de Ia
Jawaharlal Nehru, a base de su propia experiencia, que "los únicos libros
, "'ICiliación con una siiuacion social inferior y sus consecuencias discriminatorias.
que los funcionarios ingleses recomendaban calurosamente [a los presos poli- I '111I'1Jadei servicio religioso de esta función puede encontrarse entre todos los
ticos en Ia India] eran libros religiosos o novelas. Es asombroso cuán caro 1"lI'blos minoritarios norteamericanos. Por otra parte, pueden desarrollarse tarn-
es el corazón dcl gobierno inglés en el as unto de Ia religión y con cuánta I"tll instituciones religiosas de tal suerte que sean una incitaci6n y un apoyo a Ia
illlparcialidad estimula toda clase de religiones" .44 Parece que hubiera una ,c'/lC"lúíncontra Ia situaci6n de inferioridad. Así, el indio cristianizado, recono-
, 1111,1"Ias excepciones, tendía a ser más sumiso que el pagano. Cultos especiales
42 Se admite que este párrafo violenta cl intento originaria del bardo, pero se espera que Ia , ""I() los asociados con el uso del peyote, Ia iglesia cuáquera india y Ia danza de
ocasión jnstifiql1c Ia falta. I"" espectros, que contienen elementos cristianos y nativos, fueron intentos pre-
43 No dcbc tomarsc esto como negación dei importante hecho de que Ias valores, implícita y
explicilalllente reconocidos del científico social pueden contribuir a fijar su elección de problemas
d,·,lillados a crear modos de expresión religiosa adaptados a Ias circunsiancias deZ
purl\ b investigación, Sl1 formulaci6n de esos problemas y, en consecl1encia, Ia utilidad de sus resul- uulividuo y del grupo. EI último, con Sl1 insistencia sobre un milenio seguro
111110' I""" determinados prop6sitos y no para otros. Nuestra afirmación no significa más que 10 que • de libertad respecto dei hombre blanco, alentó Ia rebe1ión violenta. EI cristia-
III~,,:rl alllílisis funcional no tiene compromiso intrínseco con ningún campo ideológico, como
explico I'nt lu menos c1 cstudio que precede. . 4" Essays in SocioIogicaI Theory, por Talcott Parsons, 61 (el subrayado es nuestro).
•• "'''\\,,"el FrcedCllIl, por Jawharlal Nehru (Nueva York, John Day, 1941), 7. . ,11\Ibid ..p. 64.
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 55
54 TEORiA SOCIOLÓGICA
• lI. I,. Ia uníficacíón sobre tipos de valores y de intereses muy diferentes,
1;1.'0dl'
nismo del negro, a pesar del apreciable estímulo de crítica verbal del ardeu exis-
tente, fomentó Ia aceptación de Ias inquietudes presentes con el conocimiento de
'.1 1lIllilall;) una interpretación formal. Porque Ia unificación es un con-
tiempos meiores en Ia vida futura. Las numerosas variedades de cristianismo y el •• 1"" 11.'0:1y llanamente formal. Una sociedad puede estar unificada sobre
judaísmo traídos por inmigrantes de Europa y de México, a pesar de elementos 111I111I;"i de castas cstrictas, de regimentación y de Ia docilidad de los estratos
nacionalistas com unes, también insistían en recompensas futuras y no en Ia accion ,'" I.d('\ xn bordinados, así como puede estarlo sobre normas de movilidad
directa inmediaiar" "'11"11 a y amplias zonas de autoexpresi6n e independencia de juicio entre es-
I1 ,li ,,', sociales temporalmente bajos. Y en cuanto los marxistas afirman, sin
Estas diversas y esporádicas observaciones, con su procedencia ideológica 11111I1;lI'iollCS, que toda religión en todas partes, cualquiera que sea su conte-
notablemente variada, presentan algunas analogías fundamentales. En pri- IIld" .lortrinal y su forma de organizaci6n, es "el opío" de Ias masas, también
mer lugar, todas ellas hacen caso omiso de Ias consecuencias de sistemas .1I1(·lIel1 a interpretaciones puramente formales, sin admitir, corno demues-
religiosos específicos para los sentimientos, Ias definiciones de situaciones y Ia 11.1 ',1'1 cl caso el párrafo de Donald Y oung, que algunas religiones en deter-
acción predominantes. Las consecuencias más observadas con mayor frecuen- 11I1I1.Ic!as cstructuras sociales sirven para activar, más que para aletargar, Ia
cia son el refuerzo de Ias normas mo rales vigentes, su aceptación dócil, el ,1' l'ic'J11 de Ias masas. Es, pues, en Ia valoraciôn de esas funciones de Ia reli-
aplazamiento de ambiciones y placeres (si Ia doctrina religiosa 10 exige), y ~:IIIII, y no en Ia lógica del análisís, donde se separan los funcionalistas y 10s
cosas análogas. Pero, como observa Young, han servido también, en determí- 1It;1I xixtus. Y son Ias valoraciones Ias que permiten verter contenido ideo-
nadas circunstancias, para provocar Ia rebelión; o corno demostró Weber, Ias 1"1:1('0 cn Ias botellas del funcionalismo.w Las botellas mismas son neutrales
religiones sirvieron para motivar o para canalizar Ia conducta de gran número 11.1LI SlIS contenidos, y pueden servir igualmente bien como recipientes para
de hombres y mujeres hacia Ia modificación de estructuras sociales. Seria 1111 veneno ideológico que para l111 néctar ideológico.
prematuro, por 10 tanto, concluir que toda religión, en todas partes, tiene
sólo Ia consecuencia única de fomentar Ia apatia de Ias masas. 1>, Estc tipo de quid pro quo cs quizás más cornún de Ia que suele sospccharse. Con frccnencia,
En segundo lugar, Ia opinión marxista implícitamente, y Ia opinión fun- ,I .n ucrdo fundamental eu el análisis de una situaeión es totalmente eclipsado por el desacucrdo
cionalista explícita mente, afirman el punto fundamental de que Ios sistemas 1u+u l.uucntal en Ia valoración de aquella situación. En consecuencia, se supone crróneamcnte que
I,". .idversarios difiercn cn sus procedimientos y logros cognoscitivos, cuando difieren únicamente
de religi6n afectan a la conducia, que no son meros epifenómenos, sino deter- ," SOl' tablas de valores. Piénsee, por ejemplo, en e1 sorprcndente caso reciente de los debates y
minantes de Ia conducta en parte independientes. Porque tal vez no es 10 ,""I ruversias públicas entre Winston Churchill y Harold Laski, donde se suponía generalmente, por
mismo que "Ias masas" acepten o no acepten una religi6n particular, corno ,I urismo Churchill entre otros, que estaban en desacuerdo en Ia premisa esencial de que el cambio
", 1.01Se acepta más fácilmente cn tiempo de guerra que en tiempo de paz. Mas compárense Ias
no es 10 mismo que un individuo fume o no opio. II·."il'lIles párrafos de Ios escritos de ambos indivíduos:
En tercer lugar, Ias teorías más antiguas, 10 mismo que Ia marxista, tra-
tan de Ias consecuencias difere.nciales de Ias creenciasj; los ritos religiosos "L, antigua cstructura de ticmpo de paz de "La atmósfera de guerra permite, y aun
1., ,ocieclad había sido sustituida y Ia vida impone, innovaciones y experimentos que no
para diferentes subgrupos y estratos sociales -por ejemplo, "Ias masas"-, I, d"" sido elevada a extrafia in tcnsidad por son posibles cuando Ia paz se restablecc. La in-
corno, para este punto, hace también el no marxista DonaId Young. El fun- .1 cusalmo de Ia guerra. Bajo aquella miste- vasión de nuestrn habitual rutina de vida nos
cionalismo no se limita, como hemos visto! a explorar Ias consecuencias de '''''''' influencia, hombres y mujeres habían acostubra a 10 que William [arries llamó Ia
"I" perceptiblemente exaltados por encima costumbrc vital de romper con Ias costurn-
Ia religión para "Ia sociedad corno 1111 todo". ,I,' I" muerte, el dolo r y Ias afanes. La uni- bres, .. Nos vemos estimulados a hacer es-
En cuarto lugar, empieza a manifestarse Ia sospecha de que los funcio- ,/.,,/ y 1a camaradería se habían hecho posibles fuerzos, y hasta a sacrificios, que no sabíamos
nalistas, con su insístencia sobre Ia religi6n como mecanismo social para "re- ,,,I rc indivíduos, clases v naciones, v se hicie- que podíamos hacer. El peligro cOllJún crea
I "" más fuertes mientTas duraron '13 presi6n una base para un nucvo compafierismo cuyo
forzar los sentimientos más esenciales para Ia unificaci6n institucionaI de Ia 1,,)\/i/ v Ia causa común. Pcro ahora el cnsalmo futuro depende por completo de que sus cio
sociedad", quizás no difieran materialmente en su estruciura analítica de los "" I ,í róto: demasiado tarde para unos propósí- mientos sean provisionales o permanentes. Si
I, '-;' demasiado pronto paTa otros, y demasiado son provisionales, cl final de Ia guerra parece
marxistas, quienes, si su metáfora del "opio de Ias masas" se convierte en un
-ul.itarncnte para todos. Cada país victorioso Ia vuelta a todas nuestras diferencias anterio-
enunciado neutral de un hecho social, dicen también que Ia religión opera 1 '.) i<í a SllS 81ltiguos niveles y a sus anteriores res exacerbadas hasta el décuplo por los graves
corno un mecanismo social para reformar ciertos sentimientos tanto secula- '11 .Icnamientos, pero éstos últimos clicron Ia problemas que aquélla ha dejado." "Sosten-
uuprcsión de haber sufrido muchos desperfcc- go, por tanto, que los cambíos que necesitamos
res corno sagrados entre sus creyentes. I"" su fábrica estaba debilitada y resqucbra- podemos hacerlos por consenso general en un
La diferencia aparece s6lo cuando entran en cuesti6n vaioiaciones de ese I:lda, parecicron angostos y anticuados". período cn que, COmo ahora, Ias circunstancins
hecho cornúnmente aceptado. En Ia medida en que los funcionalistas se "AI pasar el ensalmo pasaron también, prc· hacen recordar a Ias individuos sus identidades
«isamcnte cuando Ias nuevas dificultades esta- v no sus diferencias."
refieren s610 a "unificación institucional", sin explorar Ias diferentes conse- lxm en Sl1 apogeo, gran parte de los poderes - "Podemos iniciar ahora esos cambies porque
rxcepcicnslcs de guía y de controlo ... Para el ambiente está preparado pam recibirlos.
47 Donald Young, American Minority Peoples (Nueva York: Harper, 1937), 204 [se han agre·
L,s fieles rnasas cargadas de afanes Ia victoria Es mlly dudoso que podamos hacerlos por
gado Ias cursivas]. Un análisis funcional de Ia iglesia de los negros en Ias Estados Unidos puede
fue tan completa, que no parecía necesario consenso general cuando no haya esc ambiente.
verse eu Georgc Eaton Simpson y J. Milton Yunger, Racial and Cultural Minorities (NUC\'OlYerk:
prolongar eI esfuerzo. . . Una gran fatiga do. Es sumamente dudoso, porque el esfuerzo que
Harpcr & Brot hcrs, 1953), 522- 530.
56 TEORíA SOCIOL6GICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 57
II Cllll·lllación central dcl funcionalismo -expresada en Ia práctica de inter-
LA LÓGICA DEL' PROCEDIMIENTO
1'11'\,11los datos sentando sus consecuencias para grandes estructuras en que
I, \ ,111com prendidos- se ha encontrado virtualmente en todas Ias ciencias
Predominio de Ia orieruacuni funcional .I,,I liom bre: biología y fisiologia, psicologia, economia y derecho, antropo-
1":'.1;1v sociología.w EI predominio del punto de vista funcional no garantiza
La orientación funcional no es nueva, desde lucgo, ni se limita a Ias ciencías
1'111si lIlÍSl110 su valor científico, pero indica que Ia experiencia cumulativa
sociales. En realidad, salió tarde al escenario sociológico, si ha de juzgarse
1IIII1IISOesta orientación a los observadores disciplinados del hombre como
por su anterior y extenso uso eIl una gran divcrsidad de otras disciplinas."
<111',,111 isrno biológico, aetor psicológico, miembro de una sociec1ad y portador
1I1 li ti tura.
minaba Ia acción colectiva. Aunque todos Ias Ia gucrra requierc producirá cn muchos, sobre
elementos subversivos procuraron afirmarsc, cl todo cn Ias que se han mostrado conformes \'Lís inmediatamente pertinente es Ia posíbilidad de que Ia experiencia
furor revolucionaria, como todas Ias demás en suspcn der los privilegies, una iatiga, un ,1111 crior en otras disciplinas pueda proporcionar modelos metodológicos Mi-
formas de energía psíquica, se 11abÍ" cxtin- hambrc ele 1;:5 vicias formas a Ia que será
difícil oponcrsc."
l", para el análisis funcional en sociología. Aprender de los cánones de pro-
guido".
"La intcnsidad ele elos esfuerzos suscitados E n todas Ias revoluciones hay un periodo , l'IIlll1iento analítico en esas disciplinas con frecucncia más exactas, no es, sin
por cl peligro nacional cxcedieron en mucno dc íncrcia en que 10 fatiga deI estuerzo imo 111illlrgo, adoptar sus concepciones y técnicas específicas, ni sus limites, pa-
Ias capacidades ordinarias de seres humanos. pone una pausa en eI proceso de mnovación.
Es natural que cse periodo sobrevenga con cl I Ioncx y recipientes. Valerse de Ia lógica del procedimiento empleado con
Todas cstaban engranadas a una altura auor-
mal. Una vez desaparecido el suprelllo incen- ccse de 1:10, hostilidades. Después de vivír "ilo CI1 Ias ciencias biológicas, por ejernplo, no es reincidir en aceptar Ias
tivo, todo cl mundo adquirió coucicncia de cn Ias cimas Ia constitueión humana parece
11Ltlogías y Ias homologías en gran parte no pertinentes q ue durante tanto
Ia severidad deI esfuerzo. Un grande y gene· pedir tranquilidad y reposo. Insistir, cn cl pe-
ral rclajamiento y el desccmo a los nívcl-s riodo de pausa, en que nos apcrcibamos para 11\'111])0fascinaron a Ias devotos de Ia sociología organicista. Examinar Ia es-
ordinarios de vida cran inmincntcs. Níngun» Ia acción en una nueva y difícil jornada, sobre 1IIIClura metodológica dc Ias investigaciones biológicas no es adoptar sus con.
comunidad hubiera podido seguir usando ri- todo para una jornada hacia 10 clcsconocido, cs , (·ptos esenciales.
queza y energía vital a semejante velocidad. pedir 10 imposibJe... Cuando terrninen Ias
M3S que ninguno fue manifiesto eJ esfuerzo hostilidades contra el nazismo, Ias individuos La estructura lógica del experimento, por ejernplo, no es diferente en
en Ias altas jerarquías de Ias trabajadores deI neccsitarán, más que nada, una rutina de pen- I isica, química o psicología, aunque Ias hipótesis substantivas, Ias instrumen-
cerebro. Trabajaron sostenidos por cl estímulo samiento y de costurnbres que no imponga a
sus mentes Ia penosa adaptación a una excita- \ (IS técnicos, los conceptos básicos y Ias dificultac1es práctícas pueden diferir
que ahora iba a desaparecer. "Pucdo trabaj.u
hasta que caíga" fue suficiente mientras trenó '.1011 perturbadora".
el caüón y marcharon Ias cjércitos, Pero ahora
era Ia paz, y en todas partes se hízo evidente \\'ltitchead en filosofía, W, Koehlcr en psicología, Teodoro Litt cn sociología, Hermann Heller cn
c1 agotall1iento nervioso y físico, antes no seu- "l'IIeia política, B. Cardozo cn derecho: todos cstos hombres representan diferentes culturas, difc-
tido o desdcüado." "'lIleS países, diferentes aspectos de Ia vida humana y de! espíritn humano, )' sin embargo todos
1'lI[oean sus problemas con un sentido de "rcalidad" que mira no a Ia sustaneia material sino a ia
Los gibboncscos pasajes de Ia primera columna son, naturalmente, de Churchill, cl \Vinston mlt.racción funcional para Ia comprensión de los fenômenos". Law Without Force, por G. Niemcycr
r I'rinceton University Press, 1941), 300. Esa abigarrada cornpaüía sugiere de nuevo que el acuerdo
Churchill ele entre Ias dos guerras grandes, que escribia retrospectivamente sobre Ias consecuencias
de Ia primera de ellas: T11e WorId Crisis, vol. 4, T11e Atterrnath (Londres, Thornton Butterworth, 111cl punto de vista funcional no tiene por qué implicar identidad de filosofia política o social.
1928), 30, 31, 33. Las observaciones de Ia segunda columna son Ias de Harold Laski, escritas durante 50 La bibliografía que comenta Ia tendencia al funcionalismo es casi tan numerosa y está con-
Ia segunda Guerra Mundial para dccir quc Ia política dei Sr. Churchill es "el aplazamiento deli- ',itlcrablemente más cxtendida qne Ias diversas biblíografías científicas que reprcsentan Ia tendencia.
berado de toda cuestión considerada 'eontrovcrtible' hasta que se obtenga Ia victoria y csto signi- 1,:1, limitaciones de cspacio y el interés por Ia pertinencia inmediata limitan el número de tales
fica ... quc Ias relaciones de producción van a scguir sin cambio hasta que negue Ia paz, y que, cn ,,'ferencias que tienen que ocupar aqui cJ lugar de una revisión y estudio extensos de esos desenvol-
consccucncia, ninguno de Ias instrumentos para cl cambio social en grau escala estará a dísposición \ imientos colaterales dcl pensamicnto científico.
de Ia nación para fines en los que haya acuerdo". Revolutíon of Our Time (Nueva York, Viking En 10 que hace a Ia biología, una fuente general, ahora clásica, cs BiologicaI PrincipIes: A Cri-
Prcss, 1934, 185, 187, 193, 227-8, 309. A menos que Churchill haya olvidado Sll análisis de Ias lie:ll Study, por J. H. \Voodgcr (Nueva York, Harcourt Bracc and Co., 1929), en especial 327 ss.
consecuencias de Ia primera guerra, es indudable que él y Laski coíncidían en eJ diagnóstico de que (:01110materiales corrclativos, se indican por 10 menos los siguientes: Modern Thccríes of Develop-
un cambio social importante y deliberadamente efectuaelo era improbablc cn Ia era inmediata de Ia IIIClll, por Bertalanffy, op. cit., particularmente 1-46, 64 ss., 179 ss.; The Intcrpretation of Deve.
posgl\crra. Es evidente que Ia diferencia estaba en Ia apreciación de Ia conveniencia de instituir '''Jllllcnt and Heredity: A Study ifl Biological Method, por E. S. Russel (Oxford, Clarendon Press,
cambies deliberados, (En ninguna de Ias elos columnas Ias cursivas son ele Ias autores.) 1930), en esp. 166·280. Estudios proféticos puedcn verse en los escritos menos instructivos de
Pucdc scüalarse de pasada, que Ia expectativa misma en que coinciclían Churchill y Laski -o \V_ E. Rittcr, E. B. Wilson, E. Ungercr, J. SchaxeI, 'J. von Uexküll, etc. Pueden consultarse con
sca, 'l"e cl período de Ia posguerra cn Inglaterra seda una época de lctargo e indiferencia de ias provccho los trabajos de J. Ncedham, por ejemplo "Thoughts on the problem of biological organiza.
masns para c1 cambio institucional planeado- no fue totalmente confirmada por el curso real de Iíon" en Scientia, agosto de 1932, 84-92.
los acontccimicntos. Dcspués de Ia segunda gran guerra Inglaterra no rechazó punto por punto En 10 que toca a la fisiología, ténganse en cuenta los escritos de C. S. Sherrington, W. B.
Ia iclcn dei cambio planeado. Canuon, G. E. Coghill, Joseph Barcroft, y en especial Ias siguicntes: The Intcgrative Action of the
Ncrvous Systcm, por C. S. Sherrington (New Haven, Yale University Prcss, 1923); BodiJy Changes
'1\' Se lia scüalado repetidas vcces Ia actualidad de nn punto de vista funcionalista. Por ejcrn- in Paín, Hunger, Fear and Rage, por W B. Cannon, capo 12, y The Wisdom d lhe Body, por el
1'10: '·1':\ hccho de que se advierta Ia misma tendencia cn todos Ias campos del pensamiento, de- mismo (Nueva York, W. \V. Norton 1932), todos menos cJ desgraciado epílogo sobre "homeostasís
mucslra ql\c hay ahora una orientación general a interpretar el mundo en re1ación con Ia interco- social"; Anatomy and the Problem of Behavior, por G. E. Coghill (Cambridge Universitv Prcss,
ncxióu de funcionarnicnto y no por unidades sustanciales separadas. Alberto Einstein en f!pica, 1929); Features in tbe Architectnre of Psysiological Function, por Joseph Barcroft (Cambridze
Claudio Bcruard en fisiología, Alexis Carrel e11biología, Frank Lloyd \Vright en arquitectura, A. N. University Press, 1934).
TEORiA SOCIOLÓGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 59
58
enormemente. Ni difieren en su estructura lógica, en antropología, socio- disminuye Ia gravedad de Ia hemorragia; Ia rápida formación de coágulos
logía o biología, los substitutos parciales deI experimento: Ia observación con- mediante Ia secreción de adrenalina y Ia acción de ésta sobre el hígado, etc.).
trolada, el estudio comparado y el método de "discernir". () lambién su descripción de los diferentes dispositivos bioquímicos que ase-
AI examinar brevemente Ia lógica del procedimiento de Cannon en fi- I:" r.m el adecuado suministro de oxígeno aI organismo normal y 10s cambias
siología buscamos, pues, un modelo metodológico que quizás pueda ser deri- «orupensadores que tienen lugar cuando alguno de dichos dispositivos no
vado hacia Ia sociología sin adaptar Ias infortunadas homoIogías de Cannon t unriona adecuadamente.
entre Ia estructura de los organismos biológicos y Ia de 13 sociedad.P Sus Si se formula Ia lógica de esta actitud en sus términos más generales, se
procedimientos se formaron un poco del modo siguiente. Adoptando Ia orien- !ta cc evidente Ia siguiente sucesión de pasos relacionados entre sí. En primer
tación de Claudio Bernard, Cannon empieza por indicar que el organismo IlIgar, quedan sentadas ciertas exigencias funcionales de los organismos, que
necesiia un estado relativamente constante y estable. Una tarea del fisiólogo Itay que satisfacer si éstos han de sobrevivir o funcionar con algún grado de
consiste, pues, cn dar "una exposición concreta y detallada de Ias modos ele di(;\cia. En segundo lugar, hay una descripción concreta y detallada de los
conseguir estados permanentes". AI revisar Ias numerosas exposiciones "con- .lispositivos (estructuras y procesos) mediante los cuales esas exigencias son
cretas y detalladas" hechas por Cannon, hallamos que el modo general de I ipicamente satisfechas en casos "normales". En tercer lugar, si se destruye
formulación es invariable, independientemente del problema de que se trate. algl1llo de los mecanismos típicos para satisfacer esas exigencias, o si funciona
Una formulación típica es como sigue: "A fin de que Ia sangre ... sirva de ("\I forma inadecuada, e1 observador es sensibilizado para Ia necesidad de des-
medio circulante, desempenando Ias diversas funciones de portador cornún (11 brir mecanismos de compensación (si los hay) que desempefien Ia nece-
de alimentos y desechos ... , tiene que haber medias ele retener1a siempre que -,aria función. En cuarto lugar, e implícita en todo 10 que precede, hay una
haya pe1igro de escape." 0, para citar otra exposición: "Si Ia vida de Ia célu- ('X posición detallada de Ia estructura mediante Ia cual actúan Ias exigencias
la ha de continuar. .. , Ia sangre ... debe fluir con suficiente velocidad para Iuncionales, así como una exposición detallada de los dispositivos mediante
entregar a Ias células vivas el (necesario) suministro de oxígeno." lns cuales se realiza Ia función.
Habiendo establecido Ias exigencias deI sistema orgánico, Cannon pasa Tan bien establecida está Ia lógica del análísis funcional en Ias ciencias
después a describir en detalle los diferentes mecanismos que funcionan para sa- biológicas, que los requisitos para un análisis adecuado l1egan a ser casi asun-
tisfacer esas exigencias (por ejemplo, los complicados cambios quc conducen 10 de cajón. No pasa 10 mismo en sociología. Aquí, encontramos concep·
a Ia coagulación, Ia contracción local de los vasos sanguíneos danados que «iones extraordinariamente variadas del destino apropiado de los estudios
sobre análisis funcional. Para unos, éste consiste sobre todo (o aun sólo para
~n 1.0:cf~rcnte a, psícologfa, son .oportunas virtualmente todas Ias aportaciones básicas a la psi-
cología dinâmica. Seria no s610 poco mgernoso, sino enteramente exacto, decir que Ias conccpciones cso) en establecer relaciones empíricas entre "partes" de un sistema social;
freudianas son instintos con funcionalismo, ya que Ias conceptos principalcs se refieren invariable- para otros, consiste en mostrar el "valor para Ia sociedad" de una práctica
mente a una estructura funcional (o disfuncionnl}, Para una concepción de otro orden, véase "Func- ';r icialmente estandarizada o de una organización social; y para otros consiste
tíonalism", por Harvey Carr, en Psychologies of 1930, dirigi da por Carl Mnrchison (Clark University
Press, 1930); y como uno de los muchos artícnlos que tratan substancialmente de este conj un to de ('\1 cxposiciones de los fines de Ias organizaciones sociaIes formales.
concepciones, véase "Horneostasís as an explanatory principle in psychology", por J. 1\1. Flctcher, AI examinar el variado conjunto de análisis funcíonales en sociología,
en Psychologica1 Revíew, 1942, 49, 80-87. Una cxposición de Ia aplicación dcl punto de vista fun-
se hace evidente que los sociólogos, al contrario, digamos, de los fisiólogos,
cional a Ia personalidad, consta en el capitulo I de Persona1ity in N ature, Socicty anel Culture, ed.
por Clyele Kluckhohn y Henry A. Murray (Nueva York, A. A. Knopf, 1948), 3-332. Han sido amo 110 trabajan tipicamente con procedimientos inteIigibles desde el punto de
pliarnentc rcconocidos los importantes respectos eu que el grnpo de Lcwin se orienta hacia el Iun. vista operativo, no reúnen en forma sistemática tipos necesarios de datos,
cionalismo.
Por 10 quc toca aI derecho, véase el trabajo critico ele Félix S. Cohen titulado "Transcendcntal
110 cmplean un cuerpo común de conceptos y no utilizan los mismos criterios
nonsense and the functional approach", en Coiumbía Law Rcvíew, 1935, XXXV, 809-849, V Ias de validez, En otras palabras, encontramos en fisiología un cuerpo de con-
nmucrosas citas que contiene. - reptos, procedimientos y designios uniformes, y en sociologia una abigarrada
Eu 10 relativo a socio1ogía y antropo1ogía, véase la breve muestra dc citas a 10 largo de todo este
capítulo. El volumen editado por Robert Redficld proporciona un pucnte útil sobre el abismo que sclección de conceptos, procedimientos y desígnios, que dependen, a 10 que
con cxccsiva Irecuencia separa Ias cicncias biológicas elc Ia socialcs, "Niveles ele Unificación en parece, de los intereses y los gustos de cada sociólogo. Con toda seguridad,
Sistemas Biológicos y Socíales", Bio1ogica1 Symposia, 1943, VIII. Un esfuerzo importante dirigido esta diferencia entre Ias dos disciplinas tiene algo -quizás mucho- que ver
" cXl'0\lcr h cstructura conceptual del análisis funcional, The Social System, por Talcott Parsons
(Glnl('o<". lll inois, Frec Precs, 1951).
con diferencias en el carácter de los datas examinados por el fisiólogo y por
I, I (:01110 se insinuó anteriormente, cl epílogo ele Cannon a su \Visdom Df lhe Body sigue cl sociólogo. Las oportunidades hasta cierto punto grandes de trabajo experi-
,iendo iusupcr.ible como ejemplo de los infructuosos extremos a que se ve arrastrada aun una men- mental en fisiologia son, como es cosa trillada, difícilmente igualadas en 80-
tulidud distinguida una vez que ernpieza a sacar analogias y homologías esenciales entre organismos
hiolc'>f'.irosy sistemas socialcs. Véase, por ejcmplo, SlI cornparación entre Ia substancia íntercelula: ciología. Pero esto no basta para explicar Ia ordenación sistemática del pro-
1111idll .k-l cucrpo V los canalcs, ríos y Ierrocarriles por los que "van y vienen los productos de Ia ccdimiento y de los conceptos en un caso, yel carácter frecuentemente ínco-
I:rullj~y ,k 1a f:',1)rica, de Ia mina y dei bosque". Este tipo ele analogia, desarrollaclo nnteriormente
rn copimm vulúrncncs por Rcné Worms, Schacffle, Vincent, SmalJ y Spenccr entre otros, !1'b
ordinado y no rara vez defectuoso del procedimiento y los conceptos en la
Irprel.mla ri vnlnr ,lislinlivn de 10s escritos ele Cannon para e1 sociólogo. sociologia funciona 1.
TEORÍA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 61
60

UN PARADlGMA DE ANÁLISIS FUNCIONAL EN SOCIOLOGÍA


>. Concepios de consecuencias objetivas (funciones, disjuncionesí
Hemos observados dos tipos predominantes de confusión que envuelven Ias
Como paso inicial y reconocido de tanteo en dirección ala codificación del .livcrsas concepciones corri entes de "'funci6n".
análisis funcional en sociologia, exponemos un paradigma de los conceptos 1) La tendencia a limitar Ias observaciones sociológicas a Ias aportaciones posí-
y problemas centrales en este punto de vista. No tardará en hacerse evidente I ivas de una entidad sociológica al sistema social o cultural en que está compren-
dida; y
que Ias principales elementos de este paradigma han aparecido progresíva-
2) La tendencia a confundir Ia categoria subjetiva de motivo, o móvil, con
mente en Ias páginas anteriores al examinar críticarnente 10s vocabularios, [;1 categoría objetiva de función.
postulados, conceptos e imputaciones ideológicas ahora corrientes en este Se neeesitan dístincíones conceptuales apropiadas para eliminar esas confu-
campo. El paradigrna Ias une en forma compacta, permitiendo así Ia inspec- ,jOllcs.
ción simultânea de 10s principales requisitos del análisis funcional y sirviendo El primer problema exige un concepto de consecuencias múltiples y un saldo
de ayuda para Ia auto-corrección de interpretacioncs provisionales, resul- üquidc de una suma o agregación de consecuencias.
tado difícil de lograr cuando 10s conceptos están diseminados y escondidos Funciones son Ias consecuencias observadas que favorecen Ia adaptación o
en una página tras otra de una exposición discursiva.P El paradigma pre- :1 i ustc de un sistema dado; y disfunciones, Ias consecuencias observadas que ami-
senta el núcleo de conceptos, procedirnientos e inferencias del análisis fun- uor.m Ia adaptación o ajuste del sistema. Hay tarnbién Ia posibilidad empírica de
cional. ronsecuencias afuncionales, que son simplemente ajenas al sistema eu estudio.
EI1 todo caso dado, una cosa puede tener consecuencias funcionales y disfun-
Sobre todo, debe advertirse que el paradigma no representa un cuerpo
«ionalcs, originando el difícil e importante problema de formular cáncnes para
de categorías introducidas de novo, sino más bien una codificación de los
vn lorar eI saldo líquido del agregado de consecuencias. (Esto es, naturalmente, más
conceptos y problemas que se han impuesto a nuestra atención en el exarnen iuiportante en el uso del análisis funcional para orientar Ia formación y ejecución
crítico de Ia investigación y Ia teoría actuales en análisis funcional. (LãS de: una política.)
referencias a Ias secciones precedentes de este capítulo mostrarán que se ha- EI segundo problema (que nace de Ia fácil confusión de motivos y funcio-
bía preparado Ia base para cada una de Ias categorías incorporadas en el para- 11(";) nos obliga a introducir una distinción conceptual entre los casos en que el
digma. ) 111<lpósito subjetivo coincide con Ia consecuencia objetiva, y los casos en que di-
\'('II~Cll.

Funciones manifiestas son Ias consecuencias objetivas que contribuyen aI ajus-


1. Las cosas a Ias que se atribuyen funciones I,' <Iudaptacíón deI sistema y quc son buscadas y reconocidas por Ias participantes
111 (.[ sistema;
Todo el campo de datos sociológicos puede someterse, y gran parte de él fue
somctido, a análisis funcional. EI requisito fundamental es que el objeto de análi- Funciones latentes son, correlativamente, Ias no buscadas ni reconocidas. *
sis represente una cosa estandarizada (es decir, normada y reiterativa), tales como I'regunia fundamental: lCuáles son los efectos de Ia transformación de una
papeles sociales, normas institucionales, procesos sociales, normas culturales, emo- 1IIIIIióII anteriormente latente en una función manifiesta (que implica el problema
ciones culturalmentc norma das, normas sociales, instrumentos de control social, dll 1':1[lei del conocimiento eu Ia conducta humana y Ias problemas de Ia "rnani-
1'"1.1111111" ele Ia conducta humana)?
etcétera.
Pregunta fundamental: lQué debe entrar en el protocolo de observación de
la cosa dada para que pucda someterse a aná1isis funcional sistemático? I Concepto« de la unidad servida por Ia función
I lemos observado Ias dificultades implícitas en el hecho de limitar el análisis
2. Concepios de disposiciones subjetivas (motivos, profJósitos) " luucioucs desempenadas para "Ia socíedad", ya que Ias cosas pueden ser funcio.
111/a-., para unos individuos y subgrupos y disfuncionales para otros. Es necesario,
En algún momento e1 análisis funcional suponc invariab1emente u opera ex-
plicitamente con alguna concepción de Ia motivación de 10s indivíduos implícita • I.as relaciones entre Ias "consccuencias imprevistas" ele Ia acción, y Ias "funciones latentes"
Cll un sistema social. Como demostró el estudio que precede, los conceptos de I'''' .I, 11.lcfiuirseclaramente, ya que están implícitas e11 Ia sccción precedente e1elparadigma. Las
disposición subjetiva se mezclan de manera frecuente y errónea con los conceptos, ,,,"'" , III,,"'iasno buscadas de Ia acción son de trcs tipos:
I) Ias que S011 funcionalcs para un sistema deliberado, y comprenden Ias funciones latentes;
n-lncionados con ellos pero diferentes, de consecucncias objetivas de actitudes,
" J Ias 'lue son disfnncionales para un sistema deliberado, y cornprenden Ias disfunciones Ia-
('I(Tllcias y conducta. tentes; y
I'regllll/a fundamental: lEn qué tipos de análisis basta con tomar motivacio Ia" que son ajenas aI sistema, aI eual no afectan ni funcional ni disfuncionalmente, es decir,
i)
IIn uhscrvudas como âaios, como dadas, y en cuáles son consideradas apropiada- Ia clase de conseeueneias afuncionales que desde el punto de vista pragmático carecen de
i111
portancia.
IIH'lIlc ('IIIHO jlrohlemáticas, como derivab1cs de otros datos? 1'.lIa una exposición preliminar véase "The unanticipated consequences of purposive social
_'111111··,
por R. K. Merton, en American Sociological Review, 1936, 1, 894-904; para Ia tabulación

I
Ma 1""11IIIHIhn-vc cxposición de la finalidael de Ias paradigmas analíticos como éste. véase Ia .1" 11"'ipos de consecuencias,véase Religión Among the Primitives, de Gooelge, 32-33.
11111
•• tlllI~ 1""1111;1:11111'
cn orro lugar de este volumen.
TEORiA SOCIOLÓGICA FUNCIONES MANIFIEST AS Y LATENTES 63
62
por 10 tanto, examinar un campo de unidades para Ias cuales una cosa tiene conse-
( ·,,//(c/Jlos de contexto estructural (o coerción estructuraI)
cuencias previstas: individuos en posiciones sociales diferentes, subgrupos, el sis-
tema social general y los sistemas culturales. (Termino16gicamente, esto supone 1'.1 111:lfgen de variación de Ias cosas que pueden desempefiar funciones deli-
10s conceptos de funci6n psicológica, función de grupo, función social, funci6n I "11.!,I~; eu una estructura social no es ilimitado (y esto ba sido repetidamente
cultural, etc.). ,,1""1 \;Ido cn el estudio que precede). La interdependencia de los elementos de
11111,·.,llIlctura social limita Ias posibilidades efectivas de cambio o alternativas
5. Conceptos de exigencias [uncionalee (necesidades, requisitos previos) 111111 IIlJléllcs. El concepto de coerción estructural corresponde, en Ia zona de ia
,·,1111'tura social, al "principio de Ias posibilidades limitadas" de Goldenweiser en
Incrustada en todo análisís funcional hay alguna concepción, tácita o expresa, 11111,,fnél más amplia. EI no reconocer Ia pertinencia de Ia interdependencia y
de Ias exigencias funcionales del sistema estudiado. Como se advierte en otro 11. , IIITciones estructurales concomitantes conduce a una idea utópica en Ia que
lugar,53 éste sigue siendo l,1no·de los más nebulosos y empíricamente más discuti- ',' ',II!)IJllC tácitamente que ciertos elementos de un sistema social pueden ser
bles conceptos de Ia teoria funcional. Utilizado por los sociólogos, el concepto de , 1111111l:J(los sin afectar aI resto del sistema. Esta consideraci6n es admitida tanto
exigencia funcional tiende a ser tautológico o ex post facto; tiende a limitarse a I" 'I I, JS científicos sociales marxistas (por ejemplo, Karl Marx) como por los
Ias condiciones de "supervivencia" de un sistema dado; tiende a abarcar "necesi- 1111m.uxistas (por ejemplo, Malinowski ) .54
dades" biológicas y sociales, como en Ia obra de Malinowski. I'regunta fundamental: ~Hasta qué punto un contexto estructural dado limita
Esto implica el difícil problema de establecer tipos de exigencias funcionales 1,1 1II.IIgcn de variación en Ias cosas que pueden satisfacer eficazmente exigencias
(universales contra específicas); procedimientos para validar los supuestos de esas IIIIIII()JI:I1es? lEncontramos, en circunstancias que aún hay que determinar, una
exigencias, etc. ·"111 de indiferencia, eu Ia que cualquiera de un gran número de alternativas
Pregunta fundamental: ~Qué se necesita para establecer Ia validez de una 1"I,d, .icscmpeüar Ia funcíón?
variable como "exigencia funcional" en situaciones en que es impracticable Ia ex-
perimentación rigurosa? ') (:'JI/ccptos de dinâmica y de cambio

6. Conceptos de 10s mecanismos mediante los cuales se realizaii Ias funciones l lcmos sefialado que el análisis funcional tiende a enfocarse sobre Ia estática
.I, 1.1cstructura social y olvida el estudio deI cambio estructural.
El análisis funcional en sociologia, 10 mismo que en otras disciplinas como la I':sta importancia de 10 estático no es, sin embargo, inherente a Ia teoría del
fisiología y Ia psicología, requiere una exposición "concreta y detallada" de los me- .1I,;(II~;isfuncienal, Es más bien una irnportancía adventícia que nace del ínterés
canismos que actúan para realizar una función deliberada. Esto se refiere, no a .I,' 111,primeros funcionalistas antropol6gicos en contrarrestar tendencias anteriores
mecanismos psicológicos, sino a mecanismos sociales (es decir, Ia divisi6n en pa- " ",'llbir histerias conjeturaIes de sociedades analfabetas. Esta práctica, útil en
peles, el aislamiento de exigencias institucionales, Ia ordenaci6n jerárquica de valo- , I 1IIIIIIIClltOen que fue introducida por primera vez en antropologia, persisti6 des-
res, Ia divisi6n social del trabajo, estatutos rituales y ceremoniales, etc.). \ \1I1.,,()S~lIllente eu Ia obra de algunos sociólogos funcionales.
Pregunta fundamental: ~Cuál es el inventaria de mecanismos sociales dispo- 1':1 concepto de dísfunción, que implica el concepto de esfuerzo, tirantez y
nibles hoy y correspondientes, pongamos por caso, a 10s grandes inventarios de
mecanismos psicológicos? zQué problemas metodol6gicos están implícitos en Ia .,1 de Marx anteriormente citadas documentan esta afirmación, pero no SOnmás, des-
Palabras
percepci6n del funcionamiento de los mecanismos sociales? 01, ""1',0,que unos pocos de Ias muchos lugares en que Marx destaca, en efecto, Ia importancia de
1,,"1.11eu cuenta el contexto estructural. En A Contríbunon to the Critique oi Political Economy
1'1'11":'1'arcció en 1859 y fue publicada de nuevo en Selected Works de KarJ Marx, op. cit., L,
7. Conceptos de alternativas funciona1es (Equivalentes o substitutos funcionales) 1',",71), observa, por ejemplo: '1N"ingúnorden social desaparece nunca antes de que todas Ias fuerzas
1",,,""Jivas para Ias cuales hay lugar en él se hayan desarrollado; y no aparecen nunca relaciones
Como hemos visto, una vez que abandonamos el gratuito supuesto de Ia in- "",., -levudas de producción antes de que Ias condiciones materiales de su existencia hayan madurado
r u ,1,1'110de Ia víeja socicdad. Por 10 tanto, Ia humanidad sólo se sefiala Ias tareas que puede rea-
dispensabilidad funcional de estructuras sociales particulares, necesitamos inme- 11/,11,l'"éS, observando el asunto más detenidamente, siempre encontraremos que Ia tarea nace sólo
diatamente un concepto de alternativas, equivalentes o substitutos funcionales. 1",,,"1,, I:Jscondiciones materiales .necesariaspara sn solución existen o por 10 menos están en proceso
Esto enfoca Ia atención sobre el margen de vatiacum posible en Ias cosas que pue- 111' tlJllHaci6n" (p. 357). Quizás 13 I11ás famosa de sus numerosas referencias a Ia influencia coerci-
den, en el caso sometido a estudio, satisfacer una exigencia funcional; y descon- 11\.' d t: una estructura social dada se encucntra en el segundo párrafo de El Dieciocho Brumario de
I "" N"I'0león: t:{':lhombre hace su histeria, pero no Ia hace COn cualquier tela: no Ia hace con
gela Ia identidad de 10 existente y 10 inevitable. ,'" uuvt.mcias escogídas por él, sino con Ias que encucntra a mano.r (De la parafrasis dei original
Pregunta fundamental: Puesto que Ia demostración científica de Ia equiva- 1"<I,llIad,,eu Se1ected Works de Marx, II, 315.) Por 10 que yo sé, A. D. Lindsay es el más pene·
lencia de una supuesta alternativa funcional exige idealmente una experimenta- 1","iI' de 105 comentaristas que sefialaron Ias implicaciones teóricas de afirmaciones como ésas, Véase
ción rigurosa, y puesto que esta no es practicable con frecuencía en situaciones '" hluito Karl Marx's Capital: An Introductory Essay (Oxford University Press, 1931), especialmente
r/52.
sociológicas en gran escala, Nué procedimientos practicables de investigación se 111

Y para otro lenguaje con un contenido ideológico totalmente diferente e implicaciones teóricas
accrcan más a Ia lógica de! experimento? rvr-u r , rhnente análogas, véase Malinowski: "Dada una necesidad cultural definida, los médios de
"",,!acer1a son pocos en número, y por 10 tanto el dispositivo cultural que entra en existencia COl1l0
r,a "Discusion of Parsons "Position of sociological theory", por R. K. Mcrton, en Amli'ricall 1"'I",,·,la a Ia necesidad está determinado dentro de límitcs estrechos", "Culture", Encyc10pedia ai
S"ciologirnl Rcview. 1949, rs, 164-68. 1/,,> SIJ<"I;I! Sciences, op. cit., 626.
64 TEORíA SOCIOLóGICA I'LJNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 65
tensión en el nivel cstructural, proporciona una actituc1 analítica para el estudio .\1111'\ de pnsar a un estudio más extenso de algunas partes de este para-
de Ia c1inárnica y el cambio. ~Cómo se observan disfunciones contenic1as en una ,llf:"I.I, .ul.uctuos los usos a los que se suponc que puede aplicarse. Después
estructura particular, dc modo que no produzcan inestabilidad? ZLa acumulación oIf' loclfl, pucdcn multiplicarse interrninablemente taxinomias de conceptos
de tmsiones y esfucrzos producc una presión hacia el cambio en tales dirccciones .ru 11'1<' nvauccn substancialmente Ias tareas del análisis sociológico. ~CuáIes
quc es probable que conduzcan a su reducción? .0'11,(1"('0;, Ias finalidades de este paradigma y córno puede usarse?
Pregunta funde/11lental: 2El interés que predomina entre 10s analistas funcio-
nales por el concepto de equilibrio social distrae Ia atención de los Icnómenos de
''''I/,i/idades deZ paradigma
deseqllilibrio social? lDc qué procedimientos se disponc que permitan al soció-
logo medir más adeclladamente Ia acumulación de tensiones y esfuerzos en un I "I IIIi11lera y más importante finalidad es proporcionar una guía codificada
sistema social? ZEn qué medida el conocimiento del contexto estructural permite 1l\lIvisioJlal para análisis funcionales adecuados y fructíferos. Esta finalídad
al sociólogo prever Ias direcciones más probables del cambio social? IIllpli(,;I, evidentemente, que el paradigma contiene el conjunto mínimo de
, '"Il('plos con que el sociólogo tiene que operar para nevar a cabo un análisis
10. Problemas de valiclación del análísis funcional luurional adecuado y, como corolario, que puede ser usado aqui y ahora
A 10 largo del paradigma se ha llamado Ia atención repetidamente hacia los I' 'III() 1Il1a guía para e1 estudio crítico de los análisis existentesX Se propone,
puntos específicos en que deben ser validados supuestos, atribuciones y observa- I" 1("0;, ser una guía compacta y concisa para Ia formulación de investigaciones
ciones.F' Esto requiere, sobre todo, una forrnulación rigurosa de los procedimien- ,'li :1I1:'t1isisfuncional y como una ayuda para localizar Ias aportaciones y Ias
tos del análisis sociológico que más se aproximan a Ia lógica de Ia cxpcrimenta-
cirm. Rcquiere una revisión sistemática de Ias posibilidades y limitaciones del
"li iricncias distintivas de investigaciones anteriores. Las limitaciones de es-
1'·1iio xólo nos permitirán aplicar secciones limitadas de] paradigma a Ia
análisis comparado (cultural y de grupo).
Pregunta fundamental: ,:Hasta quê punto está limitado el análisis funcional ''1'IITi;lción crítica de una lista escogida de casos adecuados.
por Ia dificultad de localizar muestras adecuadas de sistemas sociales que pncdan 1':11 segundo lugar, e1 paradígma se propone nevar directamente a Ios
someterse a un estudio comparado (semiexperimental) ?56 II""IIII:I<1osy los supuestos (con frecuencía tácitos) subyacentes en el análísis
1lIlI,illlla1. Como hemos advertido eu partes anteriores dc este capítulo, al-
11. Problemas de Ias implicaciones ideológicas de! análisis funcional ,:"110S ele esos supuestos son de importancia fundamental, otros son insignifi-
En una sección anterior sc subrayó que cl análisis funcional no time ningún , .11ti ('S Y pucc1e prescindirse de ellos, y otros aun son dudosos y hasta erróneos.
compromiso intrínseco con ninguna posición ideológica. Esto no niega el hecho I<n tercer lugar, el paradigma procura sensibilizar aI sociólogo no sólo
de que los aná1isis funcionales particulares y Ias hipótesis particulares formuladas 1'·11:1las implicaciones estrictarnente científicas de diferentes tipos de análisís
por funcionaIistas pueden tener un papel ideológico perceptible, Así, pues, e1 I111uional, sino tarnbién para sus implicaciones políticas y a veces ideológicas.
siguiente se convierte en un problema específico para Ia sociología del conoci- ',iI', puntos en que un análisis funcional presupone un punto de vista político
miento: zEn quê medida Ia posición social del sociólogo funcional (por ejemplo, uuplkito y Ios puntos en que se relaciona con una "ingenierín social", son
cn relación con un "cliente" particular que autorizó una investigación dada) im- I 11('\1iones que tienen un lugar integral en el paradigma.
plica una formulación de un problema y no otra, afecta a sus supuestos y conceptos
I':stá notoriamente fuera de los límites de este capítulo explorar en de-
y limita el campo de ínferencias que pueden saearse de sus datos?
Pregunta fundamental: ,:Cómo se puede descubrir el tinte ideológico de un 1.lllc los grandes y amplies problemas implícitos en el paradigma. Esto pue-
análisis funcional y cn quê grado nace una ideologia particular de los supuestos I'" :lgllarc1ar una exposición más completa en un volumen dedicado a ese pro-
básicos adoptados por el sociólogo? ,:Se relaciona Ia incidencia de los supues- I",,,illi. En consecuencía, nos limitaremos en el resto del presente estudio a
tos con Ia posicíón social y el papel de investigador del sociólogo? 1'1i1'('Suplicaciones sólo de Ias primeras partes del paradigma a un número
11:',lIllIsamcnte limitado de casos de análísis funcional en sociología. Y, de
il5 Por este punto, es evidente que consideramos el análisis funcional como un método para
Ia interpretación de dates sociológicos. Esto no cs negar el importante papel de Ia oricntación fun- \ 'í. eu cuando, se usarán esos pocos casos C01110 trampolines para estudiar
cional para sensibilizar al sociólogo a Ia recolección de tipos de datos que de otro modo pueden ser I'" .hlcmas especial e:. que sean imperfectamente ilustrados por Ios casos en
olvidados. Quizás cs innecesario repetir c1 axioma de que los conceptos que uno tiene determínan '11''~Iión.
Ia inclusión o Ia exc!usión de dates, de que, a pesar de Ia etimología de Ia palabra, los datos no son
dados, sino que son "arbitrados" con Ia inevitable ayuda de eonceptos. En el proceso de hacer una CONCEPTOS SOMETIDOS A ANÁLISIS FUNCIONAL
intcrpretación funcional, el analista sociológico encuentra invariablemente necesario obtener datas
diferentes de los inicialmente buscados. La interpretación y 1a recolección de datos están, pues, ,'\ 111 imcra vista pareceria que Ia pura descríPción del concepto o renglón que
incxtrincablcmente entretejidas con el conjunto de conceptos y proposiciones relativas a esos con-
\':1 :I analizarse funcionalmente plantea pocos problemas, en todo caso.
ccptos, Se amplían estas observaeiones en c1 capítulo II.
56 Social Structure, de George P. Murdock (Nueva York, Macmi1lan, 1949), basta para demos- (.>" iZ;'1poc1ría describirse e1 concepto "en Ia forma más completa y exacta"
trar que procedimientos como Ias que implica el examen crucial de 1a cultura son muy prometedores IH,,,iblc. Pero, después, de pensarlo, es evidente que esa máxima casi no le
para tratar ciertos problemas metodológicos de análisis funcional. V éanse también los procedimien-
tos de análisis funcional en Marriage, Authoríty, and Final Causes, por George C. Homans y David
proporciona guía alguna aI observador. Piénsese en Ia situación de un neófi-
M. Schneidcr (G1cncoe, The Free Press, 1955). til funcionalmente orientado y armado sólo con dicha máxima como ayuda
l,'UNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 67
66 TEORÍA SOCIOL6GICA
'"I!" >/ I,'II/(' [uua Ias funciones desempenadas por Ia ceremonia. En una pala-
para contestar a Ia pregunta: ~ºué tengo que observar, quê es 10 que tengo
I'II,III'."IIIIIOS (lue Ia descripción estructural de 10s participantes en Ia activí-
que incorporar a mis notas de campo, y quê puedo omitir sin dano?
,I.lillll,dizada suministra hipótesis para subsiguientes interpretaciones fun-
Sin suponer que pueda darse ahora una respuesta detallada y minuciosa
aI observador de campo, podemos, no obstante, advertir que Ia pregunta se ,11111 .•"".
( '1111cjcmplo hará ver también el carácter de estas descripciones en
legítima por sÍ rnisrna y que ya se lian dado en parte contestaciones implícitas.
11LI,11111 mil cl papel, Ia situación, Ia afiliación de grupo y Ias relaciones entre
Para hacer ostensibles esas contestaciones implícitas y para codificarIas, es
• 'd .j'; 11)'1:1\.
necesario enfocar casos de análisis funcional con Ia pregunta: ~ºuê clases de
datos hati sido incluidos consecuentemente, sin tomar e.n cuenta el conceoto H""/l/wstas estandarizadas a mirriri (obscenidades dirigidas a Ia propia het-
sometido a análisís. y por quê [ueroti incluidos ésos y no oiros? 11•.1//.,1 "lI! te 10s murngin australianos. EI tipo estandarizado puede describirse
Pronto resulta manifiesto que Ia orientación funcionalista determina en ,f. 111.111<1;1 lI1uy breve: cuando un marido dirige una blasfemia a su mujer eu
gran parte 10 que se incluye en Ia descripción del concepto que va a inter- 1'1' '1\' 1.1de! herrnano de ésta, el hermano sigue Ia conducta aparentemente
pretarsc. Así, Ia descripción de una actuación mágica o de una ceremonia .11111111.11,1 de arrojar venablos a Ia mujer (no aI marido) y a sus hermanas. La des-
no se limita a Ia exposición del conjuro o fórmula, del rito y de los ejecu- 111/"1"" de este tipo prosigue para incluir descrípciones de Ia situación social de
tantes. lncluyc una exposición sistemática de Ias personas que participan y I". 1'liI\('ipantes. Las heimanas son individuos del clan del hermano; el marido
de Jos espectadores, de 10s tipos y Ias proporciones de Ia interacción entre 1""" ./,' de otro dano
participantes y auditorio, de 10s cambios eu estos tipos de interacción en el '\ "I esc aclemás que 105 participantes están localizados dentro de estructuras
curso de Ia ceremonia. Así, Ia descripción de Ias ceremonias hopi para atraer ." 111.,.. \ C5alocalízación es básica para el subsiguiente análisís funcional de eS3
11111,1111 ,t:I.;IH
Ia lluvia, por ejernplo, comprende más que Ias acciones aparentemente orien-
tadas a Ia intervención de Ias dioses en fenómenos meteoroIógicos. Abarca
(:\JIIIO éstos son casos sacados de sociedades ágrafas, podrá suponerse
informes de 13s personas que están comprendidas en distintas formas en el
11"' ,.,os requisitos para la descripción son peculiares de materia1es agra-
tipo de conducta. Y Ia descripción de los participantes (y los espectadores)
111. 1 'l'IO si atendemos a otros ejemplos de análisis funcionales de conductas
se hace en términos estruciuraies, es decir, situando a Ias personas en sus
'jllI' ·,c cncuentran en Ia sociedad occidental moderna, podemos descubrir el
posiciones socia1cs interconectadas.
Unas breves citas harán ver cómo empieza el análisis funcional con el 1III',jII()requisito; así como guías adicionales para Ios "dates descriptivos nece-
registro (y preíeriblemente, con diagramas) de Ias posiciones y Ias relaciones ',.1111'".
sociales de Ias personas que desarrollan Ia conducta que se observa.
/</ "compieio del, amor romântico" en la sociedad norteamettcana: aunque
1"./1, l.rs sociedades admiten "fijaciones emocíonales violentas ocasionales", Ia
Ceremonial chiricahua de la puberiad para muchach.as: Ia [amilia doméstica "" \ti LI<Inorteamericana contemporánea figura entre Ias pocas sociedades que
ampliada (1os padres y Ias parientes en situación de poder avudar financieramente) I '11
ti 1.1/1z.m fi[aciones román ticas y en Ia creencia popular, por Ia menos, Ias con-
sufragan 10s gastos de esta ceremonia de cuatro c1ías. Los padres eligen el mo- \11IÍ('II eu base para Ia elección de un cónyuge, Esta norma característica de
mento y ellugar para Ia ccremonia. "Asisten todos 10s indivíduos del campamento , I" 111111 reduce al mínimo o elimina Ia selección del cónyuge por Ias padres o por
o rancheria de la muchacha y casi todos 10s individuos deZ grupo local. Se ve tam- 1111 ~'.IIIf}()
más amplio de parientes.w
bién buen número de visitantes de otros grupos locales y algunos viaieros de ban-
derias extraiias, cuyo número aumenta a medida que transcurre el dia." El jefe lxte caso sugiere un segundo desiderátum para un tipo de datos que hau
dei grulJO local, al cual pertenece Ia família de Ia muchacha, habla para dar Ia bien- d,' iucluirse en Ia exposición deI concepto sometido a anáIisis funcional. AI
venida a 10s visitantes. En resumen, esta exposición llama Ia atención en forma d,",nibir Ia norma característica (modal) para tratar un problema estanda-
explícita a Ias siguientes posiciones y grupos diferentemente complicados en Ia
ccrcmonia: Ia muchacha; sus padres y família inmediata; el grupo local, en especial
.., A Black Civilization - A Social Study of an Australiam Tribe, por \V. L. Warner (Nucva
el jcfe; Ia banda representada por indivíduos de grupos locales cxtrafios, y Ia "tribu
,,,01 I l.irper and Bros., 1937), 112-13.
por indivíduos de otras banderias" .57 .,,, Sobre diferentes actitudes CIl relación con cJ análísis funcional dei "complcjo dcl amor
'''"l.lllico·', véanse Estudio dei hombre, por Ralph Linton (F. de C. E., 7'1-ed., 1963), pp. 179-80;
Como veremos cn momento oportuno, aunque relevante en este punto, \"," .md sexe ia the social structurc of the United States", por T. Parsons, cn Amerícan Sacio-
/"':" ,ti Revíew, oct. dc 1942. 7, 604-16, en especial en 614-16: "Thc kinship systern of lhe contem-
Ia mera descripción ele Ia ceremonia por Ias posiciones socia1es y Ias afiliaciones 1",,·11\United States", por T. Parsons, en Amerícan Anthropologist 1943. 45, 22-38, cn especial
de grupo ele los individuos diversamente complicados suminisira una pista '" ; I ,2. 36-37, ambos trabajos reproducidos en sus Essays in Sociological Theory, op. cit.; "The
,.., "I xt ructure of the familv", por T. Parsons, en The Fami1y: Its Functíon and Dcstiny, cd. por
HIIII,"i. Anshen (Nueva York, Harper, 1949), 173-201; "Interrnarriage anel the social structure",
,,7 "An outline of Chiricahua Apache social organization", por Morris E. Opler, en Anthro- 1"" !l J-:. Merton, en Psychiatry, 1941, 4, 361-74, en especial en 367-8; y "Sociological aspects of
pology of North American Tribes, cd. por Fred Eggan (Chicago, Univcrsity of Chicago Press, 1937), 111/"1"",,,\frustration", por Isidor Thorncr cn Psychiatrv, 1943, 6, en especial en 169-72.
173-239, en especial en 226-230 (el subrayado es nuestro).
68 TEORíA SOCIOL6GICA
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 69
rizaelo (elección de cónyuge), el observaelor, siempre que es posible, indica
Ias principales alternativas que queelan excluidas. Esto, como veremos, sumi- I'dl.1 1i unálisis funcional subsiguiente, se extiende inevitablemente a un
nistra pistas directas hacia el contexto estructuraI ele la norma y, aI sugerir ',III'IlIl de consecuencias inrnediatas psicológicas y sociales de Ia eonducta.
materíales pertinentes para Ia comparación, apunta hacia Ia valídación elel I'I Ili 1'\!;ISconsecuencias pueden examinarse con rnayor provecho en conexión
análisis funcional. '"11 111\conceptos de función. Aquí sólo es necesario repetir que Ia descríp-
Un terce.r elemento integrante ele Ia dcscripción deI concepto problemá- '11111dei concepto o renglón no marcha de acuerdo con el capricho o Ia
tico preparatorio deI verdadero análisís funcional -un requisito más para 111/1111/('111, sino que debe incluir por 10 menos esas tres características deI
preparar el espécimen para el anáIisis- consiste en incluir Ios "significados" , 1111< ,Vi o, si el protocolo descriptivo ha de ser de valor óptimo para el análísis
(o significación cognoscitiva y afectíva ) ele Ia actividad o norma para indivi- 11I1I111I1Ia1. Aunqne queda mucho por aprender acerca de los desiderata para
duos elel grupo. En realidad, como resultará evidente, una exposicíón plena- I1 11"(' dcscriptiva del análisis total, esta breve presentación de modelos
mente detallada ele Ias significados atribuidos aI concepto o renglón contribuye 1'11.11·1contenido descriptivo puede bastar para indicar que Ios procedimien-
mucho a sugerir línearnientos adecuados de análisís funcional. Un caso sacado 111'.dl'l auálísis funcional pueden ser codificados, en definitiva hasta eI punto
de Ios numerosos análisis funcionaIes de Veb1en sirve para ilustrar Ia tesis , 11 '111t:e~,trabajador sociológico de campo tenga un mapa o carta que guíe Ia
general. ""'.('1 v.rcion,
( )1ro caso es ejemplo de un nuevo desiderátum para Ia elescripción del
La norma cultural de consumo conspícuo: el consumo ostensible de mer- '"II"'plo o renglón que va a analizarse.
cancías relativamente caras "significa" (simboliza) Ia posesíón de riqueza sufi-
ciente para "perrnitirse" tales gastos. La riqueza, a su vez, confiere honor, Las j,llJ/í sobre ia exogamía: cuanto mayor es e! grado de solidaridad del grupo,
personas que hacen un consumo ostentoso no s610 obtienen placer con el consu- li" .u.ucado es el sentimiento contrario al matrimonio fuera deI grupo. "No irn-
mo directo, sino también de Ia situación elevada que se refleja en Ias actitudes y I"" I, 11I;'tlsea Ia causa deI desco de solidaridad de! grupo ... " La exogamia sígní-
opiníones de otros que obsetvan su consumo. Esta norma es sumamente notable 11'I 1.1pérdida de un individuo deI grupo a favor de otro grupo o Ia incorporación
entre Ia clase ociosa, es decir, entre los que pueden abstenerse, y en gran parte se " 1'.1111)1) propio de person<ls que no fueron completamente socializadas en 10s
abstienen, de trabajo productivo [ésta es Ia situacíón o papel integrante de Ia ',I" '11'1,sentimientos y prácticas del intra-grupo.61
descripci6n]. Pero se difunde a otros estratos que tratan de emular Ia norma y que
asimismo sienten orgulIo por Ias gastos "supérfluos". Finalmente, eI consumo I <~ilosugiere un cuario tipo de dato que hay que incluir en Ia descripción
en términos ostentosos tiende a excluir otros critérios para e! consumo (por ejem- .I, I ("péeimen social o cultural, con anterioridad al análisis funcional. Inevi-
pIo, un gasto "eficaz" de fondos). [Esta es una referencín explícita a modos dife- Id>lIIIlCllte, Ios participantes en Ia práctica sometida a examen tienen algún
rentes de consumo eclipsados por Ia importancia cultural dada a Ia norma estu- '11' 1110de motivos para Ia conformidad o para Ia disidencía. La exposición
diada.] (;0
,/,tI i/>1 iva incluirá, en Ia medida de Ia posible, Ia enumeracioii de Ias moti-
I';'/()/ICS, pero Ias motivos no deben confundirse, cama hemos visto, COl1 a) Ia
Como es bien sabido, VebIen atribuye diversidad de funciones a Ia norma III "11/1/obieiiva de conducta ni b) con Ias funciones sociaies de dicha norma.
deI consumo conspícuo. funciones de exaltación de Ia posición social, de
1.1 1II('IIISiónde Ios motivos en Ia exposición descriptiva ayuda a explicar Ias
vaciIación de c1icha posición, de "buena reputacíón", de ostentación de poder
11111 ,I( 1I1CSpsicológicas realizadas por Ia norma y con .frecuencia resulta suges-
pecuniario (p. 90). Estas consecuencías, experimentadas por Ias participan- 11\ I It'specto de Ias funciones sociales.
tes en Ia actívidad norrnada, son agradabIes y contribnyen mucho a explicar
Ilasta ahora hemos venido examinando conceptos que son claramente
Ia continuidad de Ia norma. Las pistas hacia Ias funciones que se le atribu-
111 .1' 11(':ISestandarizadas de creencias, normas reconocidas como tales por 10s
yen Ias proporciona casi en su integridad Ia desciioción de Ia norma mistna,
1'·llllt'ipantes en Ia sociedad. Así, individuos de una socieelad dada pueden,
que inclnye referencias explícitas a 1) Ia posíción social de los que exhiben
, I1 1',1:I(Josdiversos, elescribir los perfiles de Ia eeremonia chiricahua de Ia pu-
diferencialmente Ia norma, 2) alternativas conocidas a Ia norma de consumir l ut l.nl, cl tipo ele mirriri murngiu, e1 interés por e1 consumo conspícuo y los
por ostentación y "prodigaIidad" y no por goce privado e "intrínseco" deI l.tI111\sobre.Ia exogamia.Todas éstas sou partes de Ia cultura manifiesta y,
rengIón de consumo; y 3) Ias diferentes significados culturalmente atribuidos
, ')11111 Iales, son más o menos plenamente conocidas por quienes participa»
a Ia conducta dei consumo ostentoso por Ias que participan en Ia norma y
'11 ('.,\:1 cultura. Pero los científicos sociaIes no se limitan a esas normas
por 10s que Ia observan.
111.llldil'staS. De vez en cuando descubren una norma cultural cubierta, un
Esos tres ingredientes de Ia descripción dei espécimen que se analiza no
I 1111 j 1I11\0 ele prácticas o de creencias tan consecuentemente estandarizado
10 agotan de ninguna manera. Un protocolo c1escriptivo completo, adecuado
1111110 Ias normas manifiestas, pero que no consideran 10s participantes corno
60 Teoría de Ia c1ase ociosa, por Thorstein Veblen, 3" ed., 1963, Fonclo de Cultura Eccnómíca. til luterracial Marriage in Hawaii, por Romanzo Adams, especialmente en 197-204; "Inter.
En especial los CljlS. Jl.IV. """""I·;e ... ", por Merton, op. cit., especialmente en 368-9; "Intermarriage in caste societies", por
••. Il •••i." CIl Amerícan Anthropologist, 1941,43, 376-395.
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 71
70 TEORíA SOCIOL6GICA
l'specificación de puntos de observaciónque facilita el análisis funcional sub-
una actividad regulada mediante normas. Son muy abundantes Ios ejemplos
siguiente. Están destinados a ser algo más específicos que Ias sugestiones
de esto. Así, Ia estadística revela que en una situación de sem i-castas como
que suelen encontrarse en exposiciones generales de procedimientos, corno
Ia que gobierna Ias relaciones negro-blanco en este país, el tipo de matrimo-
los que aconsejan al observador ser sensible al "contexto de situación",
nio interracial que prevalece (cuando tiene lugar) es entre mujeres blancas
y hombres negros (más bien que entre mujeres negras y hombres blancos).
Aunque esta norma, que podemos llarnar hipogamia de casta, no está institu-
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES
cionalizada, cs persistente y notablemente estable.P
O voamos otro ejemplo de una norma fijada pero aparentemente no (:01110 se ha visto implícitamente en Ias secciones anteriores, Ia distinción
rcconocida. Refiere Malinowski que Ios trobriandeses dedicados cooperativa- entre funciones manifiestas y latentes fue ideada para evitar Ia inadvertida
mente a Ia tarea técnica de construir una canoa se dedican no sólo a esa tarea «onfusión, que se encuentra con mucha frecuencia en Ia literatura sociológica,
técnica explícita sino también a establecer y reforzar relaciones interperso- entre motivaciones conscientes para Ia conducta social y sus consecuencias
nales entre ellos durante aquel proceso. Muchos de Ios datos recientes sobre objetiva#! Nuestro examen de los vocabularios corrientes de anáIisis funcio-
esos grupos primarios llamados "organizaciones inforrnales" tratan de esos nal reveló cuán fácilmente, y cuán infortunadamente, puede identificar el
tipos de relaciones que observan los científicos sociales pero que no son reco- sociólogo motivos con funciones. Se indicó además que el motivo y Ia fun-
nocidas, al menos en todas sus implicaciones, por los particípantes.w ción varían cada uno de por sí y que el no registrar este hecho en una terrni-
Todo esto apunta hacia un quinto desiderátum para eI protocolo des- uologia consagrada contribuyó a Ia tendencia inconsciente entre los sociólo-
criptivo: deben incIuirse en los protocolos deI trabajador de campo regulari- gos a confundir Ias categorías subjetivas de motivación con Ias categorías
dades de conducta asociadas a Ia actividad nominalmente central (aunque objetivas de función. Éste es, pues, eI propósito central de seguir Ia práctica
no formen parte de Ia norma explícita de cultura), ya que esas regularidades 110 siempre recomenc1able de introducir pala bras nuevas en el vocabulario
inconscientes proporcíonan con frecuencia indicios básicos para funciones Il-cnico, que crece rápidamente, de Ia sociologia, práctica quc muchos profanos
distintivas de Ia norma total. Como veremos, Ia inclusión de esas regulari- «onsideran una afrenta a su inteIigencia y un delito contra Ia inteligibilidad
dades "inconscientes" en el protocolo descriptivo orienta aI investigador casi común.
inmediatamente hacia el análisis de Ia norma en relación con Ias que hemos Como se reconocerá fácilmente, adapté Ias palabras "manifiesto" y "lu-
llamado funciones latentes. lente" de su uso en otro contexto por Freud (aunque Francis Bacon había
En suma, pues, el protocolo descriptivo debe incluir en Ia medida de hablado hace mucho tiempo de "proceso latente" y de "configuración latente"
10 posible: C1l relación cou procesos que están por debajo del umbral de Ia observación
superficial) .
1) localizaci6n de los participantes dentro de Ia estructura social, participa.
La misma clistinción fue hecha repetidas veces por 10s observadores de
ción diferencial;
Ia conducta humana a intervalos irregulares cn un espacio de muchos siglos."!
2) estudio de modos alternativos de conducta excluídos por la importancia
dada a Ia norma observada (es decir, atención no s610 a 10 que ocurre, sino tarn- Realmente, seria desconcertante ver que una c1istinción que hemos llegado
bién a 10 que es desdeüado por virtud de Ia norma existente); :! considerar fundamental para el análisis funcional no habia sido hecha por
3) Ios significados emotivos y cognoscitivos atribuidos por los participantes uadie de esa numerosa compafiía que adoptó en efecto Ia orientación fun-
a Ia norma: cional. Sólo necesitamos mencionar algunos de Ias que en los clecenios recien-
4) distinci6n entre Ias motivaciones para participar en Ia norma y Ia con- tcs hallaron necesario distinguir en SllS interpretaciones específicas de 1:1
ducta objetiva que implica Ia norma; conducta entre Ia finaliclad perseguida y Ias consecucncias funcionalcs de
1 .,
5) regularidades de conducta no reconocidas por los participantes pero que, ,;l aCCIOn.
no obstante, están asociadas a la norma central ele conducta.
Gcorge H. Mead: GG " ••• esa actitud de hostilidad hacia el infractor de ia
Es muy probable que estos desiderata para eI protocolo del observador lcy tiene Ia única ventaja [léase: función latente] de unir a todos los indivíduos
cstén lejos de ser completos. Pero proporcionan un paso de tanteo hacia Ia de Ia comunidad en Ia solidaridad emocional de Ia agresi6n. Aunque los esfuerzos
humanitarios más admírables van seguramente contra los intereses individuales ele
", de Mcrton, op. cit.; Characteristics oi the Amcrican Negro, ed. por
(.2 "l ntcrrnarriage ... mnchos indivíduos ele Ia comunidad, o no despiertan eI interés ni Ia imaginación
ouc KJinchcrg (Nueva York, Harper, 1943).
(13 EI rcdcscubrimiento deI grupo primario por quíenes se dcdican a estúdios sociológicos de
G4 Referencias a algunas de Ias más importantes entre Ias primcras apanelOnes de Ia distineión
Ia industria fue uno de Ios principales alicientes para Ia actitud funcional en Ias investigacíones socío-
',l' cncontrarán en "Unanticipated conscquences ... ", de Merton, op. cito
lógicas rccicntcs, IIay que hacer referencia aqui aIos trabajos de Elton Mayo Roethlisberger y
65 "The psychology of punitivo jnstice", por Georgc H. Mcad, cn American Journal of Sacio-
Dickson, William \Vhytc y Burleigh Gardner, entre otros muchos. Subsistcn, desde luego, 1a"S I,,!:}', 1918, 23, 57i-602, en especial 591.
intercsantcs dif crcucias de interprctación a que conducen los rniS1l10S datas.
72 TEORiA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 73

de Ia muItitud y dejan a Ia comunidad dividida e indiferente, cl grito de ladrón o 1.111111por Ia cual se formó Ia asociación y el vínculo más permanente que Ia man-
asesino armoniza con complejos profundos, situados por debajo de Ia superfície 1IClleunida. Debido a esta combinación de un mecanismo abstracto político, eco-
de Ias esfuerzos de individuos competidores, y Ias ciudadanos que estuvieron sepa- 11"lllico o racional para Ia satisfacción de necesidades específicas, con Ia unidad
rados por intereses divergentes se unen contra el enemigo cornún". , '<llncta de un grupo social, Ia nueva institución es también el mejor vínculo inter-
EI análisís análogo hecho por Emile Durkheim 66 de Ias funciones sociales IllIdl:lrio entre el grupo primario campesino y el sistema nacional secundário."
de! castigo se enfoca también sobre sus funciones latentes (consecuencia para Ia
comunidad) y no se limita a funciones manifiestas (consecuencias para el delin- lxtos y otros muchos observadores sociológicos han distinguido, pues,
cuente) . de leI. cn cuando, entre categorias de disposición subjetiva ("necesidades,
W. G. Sumner: 07 " •.. '. desde los primeros actos por Ias cuales el hombre 1111 cscs, propósitos")
(J y categorías de consecuencias funcionales general-
trata de satisfacer necesidades, cada acto se explica por sí mismo y no busca más 11WIII c no reconocidas pero objetivas ("ventajas únicas", consecuencias "nunca
que Ia satisfacción inmediata. De necesidadcs recurrentes nacen hábitos para el , "lhlicntes", "servicio ... inesperado para Ia socíedad", "funcíón no limitada
individuo y costumbres para cl grupo, pero esos resultados son consecuencias
que nunca son conscientes ni previstas o buscadas. No son advertidas hasta que 1.11 propósito explícito y consciente").
( :01110 Ia ocasión para hacer Ia distinción se presenta con gran frecuencia,
llevan mucho tiempo de existencia, y pasa aún mucho más tiempo antes de
que sean apreciadas",'] Aunque esta no localiza Ias funciones latentes de acciones \ '''1110 Ia finalidad de un sistema conceptual es orientar Ia observación hacia
sociales estandarizadas para una estructura social determinada, hace claramente , I, 111('11 tos destacados de una situación y evitar el olvido inadvertido de esos ele-
Ia distinción básica entre fines buscados y consecuencias objetivas. "1,"1 ().':, parecería justificable designar esa distinción con un conjunto ade-
R. M. Maclver .(]S Además de los efectos directos de Ias instituciones, "hav , II.Hlo de vocablos. Ésta es Ia razón de distinguir entre funciones manifiestas
más efectos a modo de control que caen fuera de los propósitos directos de !o~~ \ t uuciones latentes, Ias primeras relativas a Ias consecuencias objetivas para
hombres ... este tipo de forma reactiva de controlo .. puede ser, aunque inespe- 1111.1 1111 idad especificada (persona, subgrupo, sistema social o cultural) que
rado, un servicio profundo para Ia sociedad". '"ldldmycn a su ajuste o adaptación y se esperan así; Ias segundas relativas
W. I. Thomas y F. Znaniecki: 09 "Aunque todas Ias nuevas instituciones .1 1.1, cousecuencías inesperadas y no reconocidas del mismo ordeno
cooperativas de carnpesinos polacos están, pues, formadas con el definido propó-
I LIy algunos indicios de que el bautismo de esta distinción puede servir
sito de satisfacer cicrtas necesidades específicas, su función social no se limita
,I 1111 propósito heurístico incorporándose a un aparato conceptual explícito,
de ningún modo a su propósito explícito y consciente ... cada una de esas institu-
ciones -círculo de Ia com una o agrícola, banco de préstamos y ahorros, o teatro- .rvu.l.urdo así tanto a Ia observación sistemática como al análisis posterior.
no es meramente un mecanismo para Ia administración de ciertos valores, sino 1'.11.uios recientes, por ejemplo, Ia distinción entre funciones manifiestas y
también una a~o.ciación de personas, y ~e supone ~ue cada individuo de eIla parti. I.lllllk, íue utilizada en análisis de matrimonios interraciales.?" de estratifi-
CIpa en Ias actividades comunes como indivíduo VIVO y concreto. Cualquiera que , .1<1111 I social,"? de frnstración afectiva;" de Ias teorias sociológicas de Veblen,"
sea el interés común oficial predominante, sobre el cual se basa Ia institución, la <I, 1.1',orientaciones norteamericanas predominantes hacia Rusia," de Ia pro-
asociación como grupo concreto de personalidades humanas implica extraoficial- 1''''.lllll:! como un medio de control social," de Ia teoría antropológica de
mente otros muchos intereses; Ias contactos socíales entre sus miembros no se \l.dlllfl\\·ski,76 de Ia hechicería entre los navajos.?" de problemas de Ia socio-
limitan a su finalidad cornún, aunque ésta constituye, por supuesto, Ia principal I"I'LI lkl conocimiento;" de Ia moda," de Ia dinâmica de Ia personalidad.ê"

66 Como se indicó antes en este capítulo, Durkheim adoptóó una orientación funcional en toda ." "l utcnnarriage and the social structure", de Mcrton, op. cit.
su obra, y operó, aunque con frccuencia sin noticia explícita, con conceptos equivalentes aI de .' ,\ conceptual analysis of stratification", por Kingslcy Davis, en American Socíologicsl
función latente en todas sus investigacioncs. La rcfercncia del texto en este momento es a "Deux lois 1'",,,. I'H2, 7, 309-321.
de l'évolution penalc", en L'anné sociclogiqllc, 1899-1900,4,55-95, Y a Division ai Labor in Society TIII'lI\er, op. cít., especialmente en 165.
(Glencoc, IIIinois, The Free Press 1947). fJllifstcin Veblen's Social Theory, por A. K. Davis, tesis doctoral, Harvard, 1941, y "Ve-
m Esta, una entre sus muchas observacioncs, pertenece, naturalmente, a Folkways de W. G. 1.1,,,rur Ihc decline of the Protcstant Ethic" por cl misrno eu Social Forces, 1944, 22, 282-86;
Sumucr (Boston, Ginn and Co., 1906), 3. Su colaborador, Albert G. Keller, conservó Ia distincíón 1 I,. /",,,1;;111 Psychology and Veblen's Social Theory, por Louis Schneider (Nueva York, King's
CIl sus propios escritos; véase, por ejemplo su Social Evolution (Nueva York, Macmíllan, 1927), CIl , ,.,,, 1'"...:,. 1948), en especial el capítulo 2.
93-95. i I ··~'''"ll' sources of Arnerican hostility to Russía", por A. K. Davis, en American !oumal oi
1\8 Esto está deliberadamcnte tomado de una de Ias primeras obras de MacIver: Conununzty '"" ,..I" :\. I'H7. 53, 174·83.
(Londres, Macmillan, 1915). La distinción adquiere mayor importancia en sus escritos posteriores, H""'paganda and social control", por Talcott Parsons, en sus Essays in Sociological Theory.
y !lega a ser elemento muy importante cn su Social Causaríon (Boston, Ginn and Co., 1942), en 'li "ltrouislaw Malinowski, 1884·1942", por Clyde Kluckhohn, en !oumal of Amerícan Folklore,
especial 314-321, e informa Ia mayor parte de su Thc More l'erfect UnioJl (Nueva York, Mac- "111. '.«. 208-19.
millan, 1948) :\I.I(;dlO \V'itchcraft, por C1yde Kluckhohn, op. cít., especialmente en 46-47 y ss.
(i!l El párrafo citado en el texto cs uno de los muchos que con iusticia induj cron a considerar ,li 1\, nlou, capítulo XII de este volumcn.
Thc Polish Peasant in Europe and America uu "clásico sociológico". Véanse Ias páginas 1426-7 y li' •. ·"ilsliion' in women's clothes and the Amcrican social system", por Bernard Barber y
1523 SS. Como se dirá más tarde cn este capítulo, Ias ideas y Ias distinciones conceptuales conte. " I "I" I. eu Social Forces, 1952, 31, 124·31.
'(11"I ivuamic theory of personality", por O. H. Mowrer y C. Kluckhohn, en Personality and
nidns cn este pasaje, y hay otros muchos C0l110 él en pnnto a riqueza de contcnido, fueron olvidadas,
o no fucron advertidas nunca, por los sociólogos industriales que llegaron recientemente a formular,
1.1 nocióu de "organización informal" en Ia indnstria. .
"I~
'ti"'"
1\,1<.111"" /lisorders, ed. por J. M. Hunt (Nueva York, Ronald Press, 1944), 1, 69-135, especial-
I; 111 '.I ,~.
TEORiA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 75
74
de Ias medidas de seguridad nacional.v de Ia dinámica social interna de Ia 1110S Ias consecuenciasde Ia ceremonia no para los dioses de Ia lluvia ni para
burocracia.ê" y de una gran diversidad de otros problemas sociológicos. 10s fenómenos meteorológicos, sino para el grupo que realiza Ia ceremonia. Y
La diversidad misma de Ias materias indica que Ia distinción teórica aqui puede encontrarse, como indican muchos observadores, que Ia cere-
entre funciones manifiestas y latentes no está vinculada a un campo limitado monia tiene funciones en realidad, pero funciones latentes o no deliberadas.
y particular de conducta humana. Pero queda aún Ia gran tarea de indagar Las ceremonias pueden realizar Ia función latente de reforzar Ia ídenti-
los usos específicos a que puede aplicarse esta distinción, y a esta gran tarea dad del grupo proporcionando una ocasión periódica eu que Ias individuos
dedico Ias páginas restantes de este capítulo. diserninados de un grupo se reúnen para entregarse a una actividad común.
Como Durkheim, entre otros, indicó hace mucho tiempo tales ceremonias
son un medio por el cual se ofrece expresión colectiva a sentimientos que,
Finalídad heurístíca de la distíncíón
Aclara el análisis de normas sociales aparentemente
lugar, Ia distinciónayuda a Ia interpretación
irtacionales. En primor
sociológica de muchas prácticas
, cn un análisis ulterior, resultan ser una fuente fundamental de unidad del
grupo. Mediante Ia aplicación sistemática del concepto de función latente,
puede descubrirse a veces que Ia conducta en apartencia irracional es positiva-
sociales quc persisten aun cuando su finalidad manifiesta evidentemente no mente funcional para el grupo. Si trabajamos con el concepto de función
se consigne. EI procedimiento manido en esos casos fue para diferentes obser- latente no nos apresuraremos demasiado a concluir que si una actividad de
vadores, en particular para observadores profanos, referirse a esas prácticas lll1 grupo no consigue su finalidad nominal, su persistencia sólo puede des-
como "superstíciones", "irracionalidades", "simple inercia de Ia tradición", etc, cribirse como un caso de "inercia", "supervivencia" o "manipuIación de
En otras palabras, cuando Ia conducta de! grupo no consigue -y en realidad subgrupos poderosos de Ia sociedad".
muchas veces no puede conseguirla- 5U finalidad ostensible, existe Ia pro- En realidad, alguna concepción parecida a Ia de Ia función latente ha
pensión a atribuir su existencia a falta de inteligencia, a pura ignorancia, a sido empleada con mucha frecuencia, casi invariablemente, por los cientí-
supervivencias, o a Ia llamada inercia. Así, Ia ceremonia hooi destinada a pro- ficos sociales que observaban una práctica estandarizada destinada a lograr
ducir una lluvia abundante puede denominarse una práctica supersticiosa 1m objetivo que uno sabe por 1a ciencia física bien acreditada que no puede
de un pueblo primitivo, y se supone que esto agota e! asunto. Debe obser- conseguirse así. Éste seria con toda claridad el caso, por ejemplo, de los ritos
varse que eso de ninguna manera explica Ia conducta del grupo. Es sim ple- de Ios indios pueblos relativos a Ia lluvia o Ia fertilidad. Pero con una COI1-
mente un caso de rotulación o etiqueteo; sustituye con el vocablo "superstí- ducia que no se dirige hacia un objetivo claramente inalcanzable, es menos
ción" el análisis del verdadero papel de esta conducta en Ia vida del grupo. fJrobab1e.que 10s observadores sociológicos examinen Ias funciones colaterales
Pero, dado el concepto de función latente, recordamos que esa conducta () latentes de la conducta.
puede desempenar una función para el grupo, aunque dicha función pueda
ser muy rcmota de Ia finalidad declarada de Ia conducta. Dirige 1a aiencum hacia campos de investigación fructíferos en teoria.
El concepto de función latente amplía Ia atención del observador más La distinción entre funciones manifiestas y latentes sirve además para diri-
allá de Ia cuestión de si Ia conducta consigue o no su finalidad confesada. gir Ia atención de los sociólogos precisamente hacia Ias esferas de Ia conducta,
AI pasar por alto provisionalmente esos propósitos explícitos, dirige Ia aten- Ias actitudes y Ias creencias en que pueden aplicar más con mayor provecho
ción hacia otro campo de consecuencias: Ias que se relacionan, por ejemplo, sus especiales pericias. Porque, ~cuál es su tarea si se limitan al estudio de
con Ias personalidades individuales de los hopí que intervienen en Ia ceremo- funciones manifiestas? Se interesan, entonces, en gran medida, en determinar
nia, y con Ia persistencia y continuidal del grupo mayor. Si uno se limitara si una práctica instituida para un propósito particular consigue en realidad
aI problema de si existe una función manifiesta (deliberada), se convierte ese propósito. Investigarán, por ejemplo, si un sistema nuevo de pago de
en un problema no para el sociólogo, sino para el meteorólogo. Y segura- salarios consigue su declarado propósito de reducir el cambio de mano de obra
mente nuestros meteorólogos están de acuerdo en que Ia ccrcmonia de Ia () de aumentar Ia producción. Se preguntarán si una campa fia de propa-
lluvia no produce lluvia; pero esto no tiene nada que ver eon el asunto. ganda ha logrado en realidad su objetivo de aumentar Ia "decisión de Inchar'
Es dccir, simplemente, que Ia ceremonia no tiene ese uso técnico, que esta o Ia "decisión de comprar bonos de guerra", o Ia "tolerancía hacia otros
finalidad de Ia ceremonia y sus consecuencias reales no coinciden. Pero con grupos étnicos". Ahora bien, ésos S011 tipos de investigación importantes y
el conccpto ele función latente, continuamos nuestra investigación, y examina- complejos; pero en Ia medida en que Ios sociólogos se limiten a estudiar fun-
ciones manifiestas, 511 investigación Ia fijan para ellos hombres prácticos de
R1 "Securiyt measures and frcedom of thougbt: an exploratory study of the impact of loyalty
and sccurity programs", por Maric [ahoda y s. w. Cook, en Yale Law Joumal, 1952, 61, 296-3H.
negócios (que sea un capitán de industria, un líder de un sindicato o, posi-
82 TV A and the Grass Roots, por Phílip Selznick (U niversity of California Press, 1949); Par- blemente, un jefe navajo, es 10 mismo de momento), y no los problemas
rcrns o! IllCllIStrial Bureaucracy, por A. W. Gouldner (GJencoe, IIlinois, The Frec Press, 1954); Ttie teóricos que están en el núcleo de Ia disciplina. Pero tratando ante todo el
Dynamícs of Bureaucracy, por P. M. Blau (University of Chicago Press, 1955); "Bnreaucratic .pat-
tcrns in Navy officer corps", por A. K. Davis, cn Social Forces, 1948, 142-53. campo de Ias funciones manifiestas, el problema clave de si prácticas u orga-
76 TEORÍA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 77
nizaciones de1iberadamente instituidas logran conseguir sus objetivos, el cuencias sociales de1 experimento sobre las relaciones entre 10s individuos de
sociólogo se convierte en un industrioso y hábil registrador de Ia norma Ios grupos de prueba y de controlo sobre Ias relaciones entre los obreros y Ias
de conducta completamente familiar. Las condiciones de la estimación son autoridades de Ia sala de prueba. En otras pala bras, Ias investigadores carc-
fíiadas y limitadas por Ia cuestión que le plantean Ias hotnbres de negocios cian de una estructnra sociológica de referencia y operaron sólo como "inge-
no teóricos, por ejemplo: LI-Ia realizado ta1es y cuales propósitos el nuevo nieros" (exactamente como un grupo de meteorólogos podia haber explorado
programa de pago de saIarios? los "efectos" de Ia ceremonia hopí sobre Ia !!uvia) .
Pero armado con eI concepto de función latente, e1 sociólogo extiende Sólo después de prolongadas investigaciones se Ie ocurrió al grupo inves-
su investigación en aquellas direcciones más prometedoras para el desarrollo Iigador explorar Ias consecuencias de Ia nueva "sítuación experimental" sobre
teórico de Ia disciplina. Examina Ia práctica social familiar (o planeada) para las ímágenes y los conceptos que tenían de sí mismos Ias trabajadores que
descubrir Ias funciones latentes, y en consecuencia no reconocidas por 10 t omaban parte en el experimento, sobre Ias relaciones personales entre los in-
general (10 mismo, desde luego, que Ias funciones manifiestas). Examina, divíduos del grupo, sobre Ia coherencia y unídad del grupo. Como dice Elton
por ejemplo, Ias consecuencias del nuevo plan de salarios para, pongamos por Mayo, "el fiasco de Ia iluminación 10s había puesto sobre aviso para Ia nece-
caso, el sindicato en que están organizados los trabajadores, o Ias conse- sidad de llevar registros muy minuciosos de todo 10 que ocurría en Ia sala
cuencias de un programa de propaganda no sólo para aumentar su recono- .idemás ele Ias dispositivos de ingeniería e industriales manifiestos. En conse-
cido propósito de despertar entusiasmo patriótico, sino también para que un .uencia, Ias observaciones incluían no sólo registros de cambias industriales
gran número de gentes se muestren renuentes a manifestar sus ideas cuando v técnicos, sino también registros de cambios fisiológicos o médicos, y, en
difieren de Ia política oficial, etc. En resumen, se sugiere que Ias aportaciones cierio sentido, de cambios sociales y antropológicos. Estos últimos tomaron
intelectuales distintivas del sociólogo se encuentran primordialmente en el LI forma de un diario que daba cuenta 10 más completamente posible de 10s
estudio de Ias consecuencias inesperadas (entre Ias que se cuentan Ias fun- .icontecimientos reales de cada dia ... " 85 En resumen, sólo después de una
ciones latentes) de práctícas sociales, así como en el estudio de Ias conse- !:Irga serie de experimentos que descuidaron por completo Ias funciones socía-
cuencias previstas (entre Ias que se cuentan Ias funciones manifiestas) .83 lcs latentes del experimento (como situación social preparada) se introdujo
Hay algunas pruebas de que precisamente en el momento en que Ia aten- esta estructura claramente sociológica. "AI damos cuenta de esto -escriben
ción investigadora de 10s sociólogos pasó del plano de Ias funciones mani- los autores, -, Ia investígación cambió de carácter. Ya no se interesaron 10s
fiestas al plano de Ias funciones latentes fue cuando hicieron sus aportaciones investigadores por comprobar 10s efectos de variables simples. En vez de un
mayores y distintivas. Esta puede documentarse muy extensamente, pero «xpcrimento dirigido, 10 sustituyeron por Ia idea de una situación social que
bastarán algunos ejemplos de pasada. nrccsitaba ser descrita y comprendida como un sistema de elementos ínterde-
Estudios de Ia Hawihotne Western Electric: 84 Como es bien sabido, Ias pcndientes". ,!):n adelante, como es ahora bien sabido, la investigación se
primeras etapas de esta investigación se dedicaron al problema de Ias relacio- dirigió en gran medida a indagar Ias funciones latentes de prácticas estan-
nes entre Ia "iluminación y Ia eficacia" de los trabajadores industriales. .l.uizadas entre Ios trajadores, de Ia organización informal que se produjo
Durante unos dos aíios y medio se enfocó Ia atención sobre problemas como '·111re los trabajadores, de Ios juegos de éstosínstituidos por "sabios adminis-
éste: LAfectan a Ia producción Ios cambios en Ia intensidad de Ia luz? Los t radores", de grandes programas de consejos y conversaciones COI1 los obre-
resultados iniciales mostraron que dentro de amplios límites no había una I ()S, ctc. EI nuevo sistema conceptual alteró el campo y Ias tipos de Ias dates
relación uniforme entre iluminacíón y producción, EI rendimiento de Ia pIO- I ('('ogídos en Ia investigación subsiguiente.
duccíón aumentó tanto en el grupo experimental en que se aumentó (o se No hay más que volver al párrafo citado arriba de Ia obra clásica ele
disminuyó) Ia iluminación como en el grupo de control en que no se hícieron 'lhomas y Znaniecki, de hace unos treinta afios, para reconocer Ia exactítud
cambies en Ia iluminación. En suma, los investigadores se limitaron por .1(' Ia observación de Shils:
entero a investigar funciones manifiestas. AI carecer deI concepto de Iun-
ción social latente, no se prestó inicialmente ninguna atención a Ias conse- . realmente Ia historia del estudio de grupos primarias en Ia socioIogía norte-
"""Ticana es un ejemplo supremo de Ias discontinuidades en el desarrollo de esta
83 Una breve ilustración de esta proposíción general aparece en Mass Persuasion, por Robert d/\(";/Jlina: un individuo a quien se reconoce como uno de Ios fundadores de Ia dis-
K. Mcrton, Marjorie Fiske y Alberta Curtis (Nueva York, Harper, 1946), 185-89; Jahoda y Cook, '1l'lim destaca un problema, que después eleja de ser estueliaelo, y unos afias más
op. cit. . éste como est u di10 d e nu caso d'e como una mvestrgación
84 Se cita
..., comp I'rca. d a se mo d·f'
1 ic
Ó l.u.h: vuelve a ser planteado con entusiasmo COmo si nadie hubiera pensado antes
completamente eu oricntación teórica y cn e1 caráctcr de sus resultados por Ia iutroduccióu de "" {l.ilG
'111 concepto parecido aI de funcíón latente. La elección dei caso para este prop6sito no implica,
desde lucgo, Ia aceptación plena de Ias interpretaciones que Ias autores díeron a sus resultados. Entre Nf, Thc Social Problems of an Industrial Civilization, por Elton Mayo (Harvard University
los diferentes libros que exponen Ia investigación de Ia Western Elcctrie véase particularmente I'" '.', 1945), íO.
Manageuicnt ;lIId the Worker, por F. J. Roethlisberger y \V. J. Dickson (Harvard University Pre1S, N" The Present State oi Arnerican Sociology, por Edward Shils (Glencoe, Illinois, The Free
1939) , 1'11',,-,1948),42 (eI subrayado es nuestro).
78 TEORÍA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIEST AS Y LATENTES 79
Porque Thomas y Znaniecki habían insistido repetidamente en Ia opinión I,J1<:rcioues adicionales implícitas casi siempre en Ias decisiones sociales res-
sociológica de que, cualquiera que fuese su principal finalidad, "Ia asociación I" III'ablcs.
como grupo concreto de personalidades humanas implica de manera no ofi- Uu ejemplo de investigación que usa implícitamente Ia noción de fUE-
cial otros muchos intereses; los contactos sociales entre sus miembros no se <1<111latente aclarará el sentido en que Ia "paradoja" =-discrepancia entre
limitan a su finalidad común ... " En realidad, pues, se necesitaron afios 1.1Iunción aparente. meramente manifiesta, y Ia verdadera función, que in-
de experimento para que Ia ateneión deI equipo de investigación de Ia , 111\(' también funciones latentes- tiende a presentarse COmo resultado de
W estern Electric se fijara en Ias funciones soeiales latentes de grupos pri- 1.1iuclusión de este concepto. Así, volviendo al famoso análisis del consumo
marios que aparecen en Ias organizaciones industriales. Debe aclararse que no '''II''picHO hecho por Veblen, no es casual que a éste se Ie haya considerado
se cita aquí este caso como ejemplo de propósito experimental defectuoso; 1111.malista social dotado de perspicacia para 10 paradójico, 10 irónico, 10 satí-
no es eso 10 que inmediatamente nos interesa. Se le considera sólo como 11<li. Porque éstos son resultados frecuentes, si no inevitables, de aplicar el
ejemplo de Ia aplicabilidad para Ia investigación sociológica deI concepto de <""(CptO de función latente (o su equivalente).
función latente y de los conceptos de análisis funcional asociados con él. I,ú norma del consumo conspicuo. El propósito manifiesto de comprar
Ilustra cómo Ia inclusión de este concepto (no tiene importancia que se usen 11I(11l'~ele consumo es, naturalmente, Ia satisfacción de Ias necesidades a Ias
o no esas pala bras ) puede hacer sensibles a Ios investigadores sociológicos un , Ild("~ cstán explícitamente destinados esos bienes. Así, los automóviles están
campo de variables sociales importantes que de otra manera fácilmente pasan d"',llll:tclos evidentemente a proporcionar cierta clase de transporte; Ias lárn-
inadvertidas. La rotulación explícita deI concepto quizás pueda disminuir Ia 1'.11.".a proporcionar luz; los artículos alimenticios, a proporcionar el sustento;
frecuencia de Ias ocasiones de discontinuídad en Ias futuras investigaciones I"" productos artísticos raros a proporcionar placer estético. Como esos
sociológicas. 1>I<"lllctos tienen esos usos, se supuso en general que tales usos abarcan todo
El descubrimíento de Ias funciones latentes representa progresos impor- ,I <.lllIpO de Ias funciones socialmente importantes. Veblen sugiere que era
portanies de los conocimienios sociológicos. Hay otro aspecto en el que Ia ""I .lc orc1inario Ia opinión predominante (en Ia era prevebleniana, desde
investigación de Ias funciones latentes representa una aportación distintiva IIII~II) : "Se sostiene convencionalmente que el fin de Ia adquisición y acumu-
de los científicos sociales. Son precisamente Ias funciones latentes de una 1.,1'''11 CS el consumo de los bienes acumulados ... AI menos, se cree que ésta
práctica o creencia Ias que no son de conocimiento cornún, porque son con- ,', 1.1(inalidad económica legítima de Ia adquisición, única que Ia teoría debe
secuencias sociales y psicológicas inesperadas y pore 10 general no reconocidas, 1"111.11 C11 cuenta." ss
Por 10 tanto, resultados concernientes a funciones latentes representan un l'cro -dice Veblen cn substancia-> como sociólogos debemos proceder a
aumento mayor de los conocimientos que resultados concernientes a funcio- • ',llld i.u Ias funciones latentes en Ia adquisición, Ia acumulación y el consu-
nes manifiestas. Representan también mayor distanciamiento del conoci- 11111, \ csas funciones latentes se alejan mucho, en verdad, de Ias funciones
miento de "sentido común" acerca de Ia vida social. Como Ias funciones uuuuficxtas. "Pero sólo cuando se toma en un sentido muy alejado de su signi-
latentes se apartan más o menos de Ias funciones manifiestas declaradas, Ia 11<;1<111 iugcnuo [o sea, de Ia función manifiesta] puede decirse que ese consu-
investigación que descubre funciones latentes produce con frecueneia resul- 11111 de bicnes ofrece el incentivo del que deriva invariablemente Ia acumula-
tados "paradójicos". La aparente paradoja nace de Ia radical modificación <11111,"Y entre Ias funciones latentes, que ayudan a explicar Ia persistencia
de un prejuicio popular familiar que ve una práctica o creencia estandarizada \ 1.1localización social de Ia norma de consumo conspicuo, figura su simboliza-
unicamente por sus funciones manifiestas, indicando algunas de sus funciones 111111 de "fuerza pecuniaria, y Ia ac1quisición y Ia conservación por ese media
latentes subsidiarias o coIaterales. La introducción del concepto de Iunción la- ti, 1111bucn nombre", EI ejercicio de una "discrirninación puntillosa" en Ia
tente en Ia investigación sociallleva a conclusiones que revelan que "Ia vida ,\, .lcncia de "Ia comida, Ia bebida, Ia vivienda, Ia servidumbre, los orna-
social no es tan senci1la como parece a primera vista". Porque mientras Ias 1111 u l 0,. Ias ropas, Ias diversiones", da por resultado no meramente los placeres
gentes se limitan a cierias consecuencias (por ejemplo, a consecuencias mani- ,1111',10\ derivados del consumo de artículos "superiores", sino también, y
fies tas ), es relativamente sencillo para ellas formular juicios morales sobre Ja ",111 l'i 10 más importante según Veblen, una eievacion o afianzamiento de
práctica o creeneia en cuestión, Las valoraciones morales, basadas por 10 ge- lei /JlIsición social.
neral en Ias consecuencias manifiestas, tienden a polarizarse en términos abso- 1,;1 paradoja vebleníana es que Ia gente compra cosas caras no tanto
lutos de blanco o negro. Pero Ia percepcíón de otras consecuencias (latentes) l'tll'l"l' sou mejores como porque son caras. Eu esto rige Ia ecuación latente
complica el panorama con frecuencia. Los problemas de valoración moral I ";dlll costo = sefial de alta posición social") que Veblen destaca en su
(que por ahora no son nuestro interés inmediato) y los problemas de inge- 1111.111\" funcional, y no Ia ecuación manifiesta ("alto costo = excelencia de
niería social (que constituyen nuestro interés inmediato) 87 asumen Ias com-
111,1:.
ItI, 1:11cl presente capítulo, Se estudian estos problemas en los capítulos VI, xv y XVII; Y tam-
87 Esto no cs negar que Ia ingeniería social tenga implicaciones mo rales directas ni que Ia "1r'1IMA.ls Pcrsuasion, por Merton, Fiske y Curtis, capítulo 7.
técnica y Ia moral cstén incvitablcmentc entretcjidas, rero no me propongo tratar este tipo de pro- HH Teoria de Ia c1ase ociosa, de Veblen, op. cit., p. 33.
TEORiA SOCIOLOGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 81
80
10s bienes"). No es que nicgue a Ias funciones manifiestas aIgún lugar eu el (11 gran parte por Ias consecuencias manifiestas de una práctica o de un
apoyo a Ia norma del consumo distinguido. También operan dichas funciones. , 'Idigo, debemos preparamos para ver que el análisis por funciones latentes
"Lo que acaba de decirse no debe ser interpretado en el sentido de que no 'li ocasiones va contra Ias valoraciones morales predominanres. Porque Ias
haya otros incentivos para Ia adquisición y acum111ación que este deseo de luuciones latentes no operan de Ia misma manera que Ias consecuencias ma.
superar en situaeión pecuniaria y conseguir así Ia estima y Ia envidia de los 11 ilicstas que de ordinario son base de tales juicios. ASÍ, en grandes sectores
semejantes. El deseo de una mayor comodidad y segurielael frente a Ia nece- di Ia poblacíón norteamericana, Ia máquina política o Ia "pandilla política"
sidad está presente en toc1os y cada uno de 10s estadios ... " O tam bién: '.(' cousideran inequívocamente "malas" e "indeseables". Las bases ele estos
"Seria aventurado afirmar que falte siempre una fina1ic1ac1provechosa en Ia jllicios morales varían algo, pero en sustancia consisten en sefialar que Ias
utilidac1 de todo artículo o servicio, por evidente que sea el heeho de que su 111:1<l1lÍnas políticas violan los códigos morales; el favoritismo político viola
propósito primário y su elemento fundamental estén constituidos por el ,I (,(')digo de Ia selección del personal a base de consideraciones impersonales
derroche ostensible", y Ia estimación social que de ahí se deriva." Sólo que \ 11() ele Ia lealtad a un partido o de aportaciones aIos fondos del mísmo; el
Ias funciones directas, manifiestas, no explican IJlenamente Ias normas predo- , .uiquismo viola el principio de que los votos deben basarse en Ia estimación
minantes de consumo. Dicho de otra numera, si Ias funciones IG tentes de nulividual de los méritos de los candidatos y de Ias cuestiones políticas, y no
refuerzo de. Ia posición o de afianzamiento de la posición se separaH!n de Ias 'li gnardar lealtad a un líder feudal; el sob amo yel tráfico con cargos públi-
normas deZ consumo distinguido, dichas normas sllfrirían cambies graves de , "" infringen Ias regIas de Ia corrección; Ia "proteccíón" del delito vioIa de
un tipo que no prevé el economista "tradicional". 111:111('ra manifiesta a ley y Ias costumbres, y así sucesivamente.
En estos respectos, el análisis que hace Veblen de Ias funciones 1atcntes 1':11 vista de los múltiples respectos en que Ias máquinas políticas, en gra.
se aparta de Ia idea de sentido común según Ia cual el proc1ucto final del ,1",. v.mables, van contra Ias buenas costumbres y en ocasiones contra Ia ley,
consumo es "naturalmente, Ia satisfacción elirecta que proporciona": "La r-. oportuno averiguar cómo se Ias arreglan para seguir funcionando. Las
gente come caviar porque tiene hambre; compra Cadillacs porque quiere "\jllicaciones" familiares de Ia continuación de Ia máquina política no están
el mejor coche que pueda conseguir; tiene comidas al um bradas con velas por- .1' /111 CI1 su lugar. Indudablemente, muy bien puede ser que si Ia "ciudadanía
que 1e gusta el ambiente tranquilo." La inteípretación de sentido común w'IH'labIe" estuviera a Ia altura de sus obligaciones políticas, si el cuerpo elec-
por motivos manifiestos elegidos cede el lugar, en c1 análisis de Veblen, a IIILII fuese activo e ilustrado, si el número de funcionarias eIectivos fuese
funciones latentes colaterales que son también, y quizás ele maneta más signi- l'I·.l;llIlc menor que Ias docenas, y aun los centenares, que se espera ahora
ficativa, realizadas por dichas prácticas. Es induc1able que en Ias últimas '111<' cl clector corriente valore en el curso de unas elecciones municipales, de
décadas el análisis vebleniano entró tan plenamentc cn el pensamiento po- "1'.11 iIo, de Estado o nacionaIes; si eI cuerpo electoral fuera movido por Ias
pular, que ahora se reconocen de modo general Ias funciones latentes. [Esto ", 1.1\(', ricas y educa das sin cuya participación -como dijo Bryce, no siempre
plantea el interesante problema ele Ias cambios que tienen lugar en nn tipo di' "i icntación democrática-c- el gobierno mejor formado tiene que degenerar
predominante de conducta cuando sus funciones latentes llegan a ser general- Iq'Hl:llllcnte"; si se introelujeran esos y otros muchos cambios análogos en Ia
mente reconoeidas (y entonces ya no son latentes). No tendremos ocasión 1.lllldma política, quizás pudieran evitarse de verdad los "males" de Ia má-
de estudiar este importante problema en el presente libro.] 1111111:1 política.v" Pero clebe observarse que no se hacen con frecuencia tales
EI c1eseubrimiento de funciones latentes no sólo hace más precisos Ias 1 .1111 hjlls, que Ias máquinas políticas tienen, como el fénix, Ia cuaIidad de
conceptos de Ias funciones desempenadas por ciertas normas sociales (como 1'11.1'('1", vigorosas y sin dano, de sus cenizas, y que, en suma, esta estructura
ocurre también con Ias estudios sobre funciones manifiestas), sino que intro- 1 \ 111 l«: l111a vitaIidad notable en muchas zonas de Ia vida política norteame-
duce un incremento cualitativamente diferente eu el estado previa ele 108 li' .111.1.
c0110cimie.ntos. 1<11 consecuencia, deI punto de vista funcional dimana el que de orâi-
Impide la substitucíón deI anáIisis sociológico por iuicios motales inee- 1/,1/ /0 (no invaríablernente ) esperemos que normas y estructuras sociales per-
nuas. Puesto que Ias valoraciones mo rales en una sociedad tienc1en a hacerse ~I·.IIII rcalicen funciones positivas que en aquel momento no realizan en
89 Ibíd. 40, 107. S.~ advertirá en todo momento que V cblen es aficionado a Ia tcrminología '111 "'" adecuada eiras normas y estructuras existentes, y se ocurre pensar que
vaga. En Ias pasajes citados {y repetidamente en otros lugares) ernplea "incentivo", "dcseo", "pro- "'"1.1', ('sa organización públicamente difamada satisface, en Ias presentes
p6sito" y "finalidad" como términos equivalentes. El dano no es grande porque cl contexto suele
aclarar Ia acepción de esas palabras. Pero es indudable que los propósitos expresos de acomodarse
a una norma cultural no son idénticos de ningún modo a Ias funciones latentes de Ia conformidad. 1-:'.1.1, "cxplicacioncs"
'"' quieren ser "causales". Pretenden seãalar Ias circunstancias sociales
Vcblen 10 reconoce de vez en cuando. Por ejemplo: "Para ser estrictamente exactos, no deberíamos ..-•• 'I'"1",.,";í'l"inas políticas toman existencia. En Ia medida en que sonconfirmadas por Ia experien-
incluir bajo cl epígrafe de derroche ostensihle más que aquellos gastos realizados a base de una com- N~. i ',I', "'i'licaciones aurnentan desde luego nuestro conocimiento deI prohlema: ~Por qué Ias
paración pecuniaria hecha con propósito valorativo. Pero para incluir cualquier elemento b~.io este 1t'41111, políticas funcionan en unas zonas y en otras no? lCómo se Ias arreglan para perdurar?
cpigrafc no es necesario que se le reconozca como derroclJe, en este sentido, por Ia persona .ealiza "'.11 . ' "",,"all estas explicaciones causales. Las consecuencias funcionales de dicha máquina suple-
c/ gasto." Ibid., 105. Cf. "Veblen on the decline of the Protestant Ethic", por A. K. Davís, op. cito ••••."1. r'" 1:1:111 medida, corno veremos, Ia interpretación causal.
82 TEORIA SOCIOLOGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 83
circunstancias. funciones latentes fundamentales.w Un breve examen de aná- ',"1 «u.uulo el pueblo O grupos particulares de él demandaron una aCCIOn
lisis actuales de este tipo de estructura puede servir también para aelarar nue- 1""0111\.1,nudie tenía autoridad bastante para actuar. La máquina suminístró
vos problemas de análisis funcional. 11111IIIIídolo." 93
Algunas funciones de Ia máquina política. Sin tratar de entrar en Ias 1.:1 dispersión constitucional deI poder no sólo dificulta Ia decisión y Ia
diferencias de detalle que distinguen a Ias diversas máquinas políticas -un ,I! ,11111 ditaccs, sino que, cuando Ia accíón tiene lugar, es definida y ence-
Tweed, un Vare, un Crump, un Flynn o un Hague no son en absoluto tipos 111,1.1delJtTO de consideraciones Iegalistas. En consecuencia, se desarrolló
idénticos de caciques-, podemos examinar brevemente Ias funciones más o '11I1'.isl<'matnucho más humano de gobierno de partido, cuyo principal
menos comunes a Ia máquina política, como tipo genérico de organización ,,1'1'" I\'{) IJO tardó en ser e1 soslayar el gobierno por Ia ley ... La ilegalidad de
social. No intentamos pormenorizar todas Ias funciones diversas de Ia má-
\ /'1 01,1111)( racía extraoficial fue simplemente el contrapeso deI legalismo de Ia
quina política ni suponer que todas esas funciones son realizadas en forma d, 111"tl:I('Í:Joficial, Habiéndosele permitido al abogado subordinar Ia demo-
análoga por todas y cada una de Ias máquinas. I 1111.1;1 Ia lcy, iba a recurrirse al cacique para liberar a Ia víctima, cosa que
La función estructural clave deI cacique o jefe es organizar, centralizar 111/11lusta cierto punto y mediante retribución't.s+
y mantener en buenas condiciones de funcionamiento "los fragmentos disemi- (lfíci:!lmente, el poder político está disperso. Se idearon varios expe-
nados de poder" que ahora andan dispersos en nuestra organización política. .111111, .. 1I1IJyconocidos para este objetivo manifiesto. No sólo se dio Ia fami-
Mediante esta organización centralizada de poder político, el cacique y su 111I'.'p:lr:lción de poderes entre Ias diferentes ramas del gobierno, sino que,
aparato pueden satisfacer Ias necesidades de diferentes grupos de Ia comuní- j 11, 1111:1medida, fue limitada Ia tenencia de los cargos y aprobada Ia rotación
dad mayor que no Se sienten satisfechos con estructuras sociales legalmente • 11,I poder. Y Ia esfera de poder inherente a cada cargo fue circunscrita eu
concebidas y culturalmente aprobadas. G '''1111.1('~ricta. Pero, observa Sait en términos rigurosamente funcionales:
Por 10 tanto, para comprender el papel del caciquismo y de Ia máquina "I,:" IH'('l'saria Ia jefatura; y puesto que no es fácil que se desarrolle dentro
política, tenemos que atender a dos tipos de variables sociológicas: 1) el con- d" 1.1('structura constitucional, el cacique Ia suministra desde afuera en una
texto esituctural, que hace difícil, si no imposible, que estructuras con san- I,,, 111.1imperfecta e írresponsable." 95
ción moral realicen funciones sociales esenciales, dejando así abierta Ia puerta I )icho en términos
más generales, Ias deficiencias funcionales de Ia es-
a Ias máquinas políticas (o sus equivalentes estructurales) para que realicen (1/1I111/a oficial generan otra estructura (no oficial) para satisfacer neceeida-
aquellas funciones, y 2) Ias subgrupos cuyas necesidades distintivas quedan ". ". csistenies de numere algo más eficaz. Cualesquiera que sean sus orígenes
insatisfechas, excepto por 10 que respecta a Ias funciones latentes que Ia má- /11".1111icos específicos, Ia máquina política persiste como un aparato para
quina realmente efectúa." >,III'./:I('C[neeesidades de grupos diversos de Ia poblacíón que de otro modo
Contexto esiructural: La armazón constitucional de Ia organización po- 11'1 ',,' sa tisfarían. Pero al examinar algunos de esos subgrupos y sus necesí.
lítica norteamericana evita en forma específica Ia posibilídad legal de un d,l<ll'. características, nos veremos llevados al mismo tiempo a un campo de
poder altamente centralizado y, como se ha observado, así "desalienta Ia for- f IIII,I()IICSlatentes de Ia máquina política.
mación de una jefatura eficaz y responsable. Los redactores de Ia Constitu- Funciones de. Ia máquina política para diversos subgrupos. Es bien sa-
ción, como observó Woodrow Wilson, establecieron el sistema 'de 'control y 1"01,,'1l1e una fuente de fuerza de Ia máquina política procede de sus raíces
contrapeso 'para tener aI gobierno en una especie de equilibrio mecánico por I11 ti comunidad local y en Ias barriadas. La máquina política no considera
media de una pugna amistosa constante entre sus diferentes partes orgánicas'. ti t 1II"IpOelectoral como una masa amorfa e indiferenciada de votantes. COl1
Desconfiaban del poder como peligroso para Ia libertad: en consecuencia, ]0 ill~1I11:iintuición sociológica, Ia máquina reconoce que cada elector es una
esparcieron para enrarecerlo y levantaron vallas para impedir su concentra- 1111'.()Il:l que vive en una barríada específica, con problemas y necesídades
ción". Esta dispersión deI poder se encuentra no sólo en el plano nacional 1"1',(.n.rlcs específicos. Las cuestiones públicas son abstractas y lejanas; los
sino también en Ias zonas locales. "En consecuencia -sigue observando I'" .hlcmas privados son extremadamente concretos e inmediatos. La máquina
'" 1 luuciona apelando en general a los grandes intereses públicos, sino me,
91 Confie en que es superfluo afiadir que esta hipótesis no "apoya Ia máquina política". La
cuestión de si Ias disfuncíones de dicha máquma superan a sus funciones, Ia cuestión de si no se
dl.lllIl: relaciones directas, semifeudales, entre Ios representantes locales de Ia
dispone de otras estructuras que puedan realizar sus funciones sin implicar necesariamente sus dís- 1II,ItJlIÍna y los electores de su barriada. Las elecciones se ganan en el barrio.
funciones sociales, queda por estudiar en momento adecuado. Aquí no interesa documentar Ia l.u máquina establece sus vínculos con hombres y mujeres corríentes
afirmación de que Ias juicios moralcs basados por completo en una estimación de Ias funciones mani-
fiestas de una estructura social son "irrcales" en sentido estricto, es decir, que no toman en cuenta
otras consecuencias reales de aquella estructura, consecuencias que pueden proporcionar apoyo social Machíne, Politícal", por Edward M. Sait, en EncycIopedia oi the Social Sciences, IX, 658 b
\Ia .,
básico a Ia estructura. Como se dirá más adelante, "Ias reformas sociales" o "Ia ingeniería social" (FI ",d!lav:odo cs nuestro); cf. The Process of Goverment, por A. F. Bentley (Chicago, 1908), capo 2.
que ignoran Ias funciones latentes Ia hacen a costa de sufrir agudos desengaüos y efectos de bumerang. \1·1 I'mgrcssive Democracy, por Herbert Croly (Nueva York, 1914), p. 254 citado por Sait, op.
0:2 Una vez más, como en casos anteriores, no examinaremos Ias posibles disfunciones de' Ia di. (1',1\ b.
máquina política. \I;, S:Jil, op. cit., 659 a (el subrayado es nuestro).

\
84 TEORIA SOCIOLOGICA
FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 85
mediante complicadas redes de relaciones personales. La política se con-
vier te en Jazos personales, El capitán de barrio "debe ser amigo de todos, 'IIO
1"",11- I("F Y legalmente limitado. Y como el político puede a veces influir
simulando simpatía si no Ia siente por los infortunados, y utilizando en sus 11 1.11
I 'l'lIlar en Ias organizaciones oficiales para el otorgamiento de asísten-
buenos oficios los recursos que el cacique pone a su disposición'U" EI capitán . ", 111 iCIIITaS que el trabajador de bienestar no tiene prácticamente influencia
de barrio siempre es un amigo en Ia necesidad. En nuestra sociedad pre- ',,1,"' 1:, máquina política, esta sólo contribuye a hacer mayor Ia eficacia de
It 1"
11 luo Martín Lomasny, cacique de Boston, quíen describió más familiar
dominantemente impersonal, Ia máquina, mediante sus agentes locales, llena
Ia importante función social de humanizat y personalizar toda clase de ayuda \ '1"1/;1\ más incisivamente esta función esencial cuando le dijo al curioso
a quienes Ia necesitan. Canastas de comida y trabajo, consejos legales y ex- 111111)111Slcffens: "Creo que debiera haber en cada barrio alguien a quien
tralegales, arreglo de pequenos conflictos con Ia ley, apoyo para conseguir 1,"tlWJ;1acudir cuaIquier sujeto -no importa de quê se trate- para conseguir
una beca política para un nino pobre inteligente en un colegio local, atención )\", L. /vyuda, ~comprende usted?, nada de vuestras Ieyes ni de vuestm jus-
'" i.t , sin«, avuda" 98
a los necesitados -todo el campo de crisis en que una persona necesita un
amigo, y, sobre todo, un amigo que conozca Ia línea y que pueda hacer 1,;", "cÍases menesterosas" constituyen, pues, un subgrupo para el cual
algo-, todo esto encuentra a su disposición en una aprieto aI siempre servi- " III,HI',ill:l política satisface necesidades que Ia estructura social legal no sa-
cial capitán de barriada. 11"./,11('t'1I forma adecuada ni de Ia misma manera.
Para apreciar adecuadamente, esta función de Ia máquina política, es /';11;1 lIU segundo subgrupo (primordialmente los "grandes" negocios,
importante observar no sólo que da ayuda, sino la maneta de darla. Después I" 1;1111
I li bién Ias "pequenos"), eI cacique político desempena Ia función de
de todo, existen otros organismos para prestar ayuda. Las agencias de bienes- 1ti
"/,'" (IOllar Ios privilegios políticos que implícan ganancias econômicas in-
tar, Ias casas de beneficencia, Ias consultorios de ayuda jurídica, Ia asistencia I1 "ti 1.11 :lS, Las empresas de negocios, entre Ias cuaIes Ias de servicios públicos

médica en hospitales gratuitos, Ias oficinas públicas de ayuda, Ias autorida- I I, I1"I; lITilcs., transportes y companías Iocales de luz eléctrica, empresas de
des de inmigración: estas y otra multitud de organizaciones existen para dar ''''lIlIlIil':lcioncs) SOn Ias más notarias a este respecto, buscan exenciones
los tipos más diversos de asistencia. Pero en contraste con Ias técnicas profe- J ,,,1111(":1.', cspecíales que Ies permitan estabilizar su situacíón y acercarse a su
sionales del trabajador de bienestar social, que pueden representar típica- ,,1'lilll'() de llevar sus ganancias al máximo. Es interesante que Ias empresas
1
mente en Ia mente de quien Ia recibe Ia fría y burocrática prestación de ayuda
limitada rlespués de una detallada investigación del derecho legal que tiene
a ella el "cliente"; están Ias técnicas no profesionales del capitán de barriada,
'I
'/" '11.'1

111.1\'01'
cem frecuencia evitar un caos de competencia no controlada. Esperan
segurídad de un tzar econômico que domine, regIamente y orga-
111< ,. I:I «unpetencia, siempre que ese lZar no sea un funcionaria público cuyas
que no hace preguntas, que no exige el acatamiento de regIas legales pam ,I" I'.II"II'S estén sujetas al examen y al control público. (Este último sería eI
prestar atención, y que no "husmea" en Ias asuntos privados.v" '"11111" dcl gobierno", y por 10 tanto tabú.) El cacique político llena esos
Para muchos individuos, Ia pérdida de Ia propia estimación es un precio It '1'1",1os ele manera admirable.
demasiado alto por Ia asistencia legalizada. En contraste con el abismo 1<;\;lIllinado, por un momento aparte de toda consideración moral, el
entre los trabajadores de Ia casa de benefícencia, que con mucha frecuencia '1'".110 político que maneja el cacique está eficazmente destinado a desem-
proceden de una clase social, un ambiente educativo y un grupo étnico dife- I" 11.11('.'ias funciones con un mínimo de ineficacia. Con los hilos de dife-
rentes, el trabajador de barríada es "exactamente uno de nosotros", que com- ., 111 •... sccciones, ministerios y agencias gubernamentales en sus competentes
prende 10 que ocurre. La condescendiente y generosa dama difícilmente I" 11111'" cl cacique racionaliza Ias relaciones entre Ios negocios públicos y Ios
puede competir con el amigo comprensivo en un caso de necesidad. En esta I"II'.ldos. Sirve de embajador de Ia comunidad de los negocios en el campo
lucha entre estructuias competidoras para desempenar una función que no- I I lI) dcmás extrafío (y a veces enemigo) dei gobierno. Y, en estrictos tér-
'ti

minalmente es la misma, de dar ayuda y apoyo a quienes 10 necesitan, es 11111111', ele negocios, está bien paga do por Ias servicios económicos que presta
notorio que el político de Ia máquina está mejor unificado con los grupos a ,I '.11',I('spctables clientes, los negocias. En un artículo titulado "An Apology
quienes sirve que e1 trabajador social impersonal, profesionalizado, social- t •• (:"dl" (Apología del soborno}, Lincoln Steffens indicó que "nuestro
ól'I'"I;1 cconómíco, que ofrecía riqueza, poder y aplausos COmo premio a Ias
96 Ibid., 659 a.
97 U n contraste muy parecido con Ia política oficial de bienestar se encuentra en Ia distribución
IlItI 1\ 11 lnox bastante atrevidos y hábiles para comprar mediante soborno ma-
de ayuda a mano abierta y sin política que Harry Hopkins hizo a los desocupados en el Estado de ti, ". nuuas, campos petrolíferos y privilegias y 'se salían Con Ia suya', era
Nueva York bajo el gobierno de Franklin Delano Roosevelt. Como dice Sherwood: "Hopkíns Iue ~1I11"""c"Yo Y, en una conferencia con un centenar de jefes de nego cios
acrcmcnte criticado a causa de esas actividades irregulares por Ias agencias de bienestar consagradas,
Ias cuales dccian que no era 'una conducta profesional' dar boletos sin una investigación completa
sobre cada solicitante, sobre sus recursos financieros y Ios de su familia y probablemente sobre su TlIC Autobiography of Lincoln Steffens (Chautauqua,
"'. Nueva York, Chautauqua Press, 1931),
afiliaci6n religiosa. 'Harry díjo a Ias agencias que se fuesen aI diablo', dijo Goldberg" (el Dr. Jacob fi'" '"" .uulolo en gran parte de Steffens, como él dicc, F. Stuart Chapin expone con gran clarídad
A. Goldberg era un colaborador de Hopkins). Roosevelt and Hopkins, An Intimate History, P9r t..,luu """'S de Ia máquina política. Véase su Contclllpowry American Institucions (Nueva York;
Robcrt E. Shrrwood (Nucva York, 1948), 30. "," I"', 1')34), 40-54.
"" \'lilll>io[':raphy of Lincoln Steftens, 570.
F\JNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 87
86 TEORiA SOCIOLóGICA
,.1100,.101,1.1, !'('IO CIl que hay poco acceso a medias tradicionales y legítimos
de Los Angeles, describió un hecho que todos ellos conocían bien: e1 cacique 1'·11,li, .1111.11esc cxito. Las oportunidades tradicionales de trabajo para Ias
y su máquina eran parte integrante de Ia organización de Ia economía. "Us- """'"1', d,' [diclins zonas] se limitan casi por completo a trabajo manual.
tedes no pueden construir ni explotar un ferrocarril, o un tranvía urbano, o 1",1 .• 1111".11;1 cstigmatización cultural del trabajo manual.w- y su correlativo
una empresa de gas, agua o energía eléctrica, abrir y explotar una mina, o te- .,1 1111,111'.111 dei Irnbajo de "cuello blanco", es manifiesto que el resultado
ner bospues y explotar madera en gran escala, o nevar un negocio privile- 1"1
' I, 1I,J('ll(ia a lograr los objetivos culturalmente aprobados por todos Ias
giado, sin sobornar, o contribuir a sobornar, al gobierno. Ustedes me dicen 11/.-,/1",. l,rlsihkO', Por l111 lado, a esas personas "se les pide que orienten su
en privado que tienen que hacerlo, y aquí yo les digo semi-públicamente que 111".111< 1.111;l<'iaIa perspectiva de acumular riqueza [y poder] y, por otro lado,
tienen que hacerlo. Y ello es así en todo el país. Y esto significa que tene- ". I, '. ""1',;111('11 gran medida oportunidades efeetivas para hacerlo de manera
mos una organización de Ia sociedad en que, por alguna. taum, ustedes y su Iti I ti 11 , 11111;11.
clase, los líderes de Ia sociedad más hábiles, más inteligentes, más imagina- 1'.11('.1 (' contexto de estructura social Ia máquina política llena Ia fun-
tivos, más osados e ingeniosos, están y tienen que estar contra Ia sociedad y 11"11 11.1'.1,.1de proporcionar caminos de movilidad social a quienes de otro
sus leyes y todas sus excrecencias." 100 11111.111 1·.1;11iau CIl c1esventaja. Dentro de ese contexto, hasta Ia máquina y Ia
Como Ia demanda de servicios de privilegios especiales nace dentro de Ia 1","""1.1 jI,dílicas corrompidas "representan el triunfo de Ia inteIigencia amo-
estructura de Ia sociedad, el cacique llena diversas funciones para este segun- 1'.1 "••I,,,' I'i 'Iracaso' moralmente prescrito euando 10s canales de Ia movilí-
do subgrnpo de negocies que buscan privilegios. Esas "necesidades" de los .1.•. 1 ,"111(;11 se cicrran o se angostan en una scciedaâ que otorga un alto valor
negocias, tal como ahora están constituidos, no son adecuadamente cubiertas • 11 ,ti 1IIIII<'ia cconórnica, el poder y Ia elevación social para todos sus indivi-
por estructuras sociales tradicionales y culturalmente aprobadas; en conse- ,1",,\ . I'" Como advirtió un sociólogo sobre Ia base de varios afias de atenta
cuencia, Ia organización extralegal pero más o menos eficaz de Ia máquina "I" 11.1'11111 cn una zona de barrios pobres:
política viene a proporcionar esos servicios. Adoptar una actitud exclusiva-
mente moral hacia Ia "corrompida máquina política" es perder de vista Ias 1·1 '.' l,ic'Jlogo quc deja a un lado Ias organizaciones políticas y de trapisondas
circunstancias estructurales mismas que engendran el "mal" al que se ataca 1'''''1/11 '.1111dcsviaciones de normas deseables, olvida con ello algunos elementos
en forma tan vigorosa. Adoptar un punto de vista funcional es proporcionar, 1""1' 11,11,'\de la vida de barrio ... No descubre Ias funciones que desempeiian
no una apología de Ia máquina política, sino una base más sólida para modi- "".1 I", iIIdivic1110SIas agrupacíones del barrio. Los irlandeses y 10s inmigrantes
I 11,11" h.rll.rron 13s mayores dificu1tades para encontrar su lugar en nuestra estruc-
ficar o eliminar Ia máquina, siempre que se hagan arreglos estructurales
I,,, '.",1..1 Y cconómica urbana. ~Cree alguien que Ias inmigrantes y Sl1S hijos
específicos ya para eliminar Ias demandas efectivas de Ia comunidad de los 11"'11111Illi;rac1osu actual grado de movilidad social sin conseguir el control de Ia
negocios, ya, si tal es e1 objetivo, para satisfacer esas demandas por otros "I! IIJI/;lCi{1IIpolítica de alguna de nuestras mayores ciudades? Lo mismo puede
medios. .1" ,1(· Ias organizaciones de racket o intimidación. La política y Ia intimida.
li'

Un tercer conjunto de funciones distintivas que realiza Ia máquina po- ""1 11,1/1 jnopoTGÍol1ado un media de movilidad social a individuos que, por Sll
lítica para un subgrupo especial es Ia de proporcionar nuevos canales de mo- ,,,,,,1 •• ct uic« Y su baia poeicion social, no pueden avanzar por los canales "respe-
vilidad social a quienes de otro modo estarían excluídos de los caminos más 111,1,·.'(":1
tradicionales para el "ascenso" personal. Tanto Ias fuentes de esta "nece- 1"1 Vé.ise cI estudio dei Centro de Investigaciónde Ia Opinión Nacional sobre Ia valoración
sidad" especial (de movilidad social) como el aspecto en que Ia máquina ,I. ..."I· u- ")IICSque documenta firmemente Ia impresión general de que Ias ocupaeionesmanuales
política viene a contribuir a Ia satisfacción de dicha necesidad pueden com- I,,, "'!;II!aSmuy abajo en Ia escalasocial de valores,aun entre quienes se dedican a un trabaio
••, '"'' d, '"lIsidéreseeste último punto en todos sus implícaciones. En rcalidad, Ia cstructurasocial
prenderse examinando Ia estructura de Ia cultura y Ia sociedad en general. • ullurn] impone Ias valoresdei éxito pecuniario y de poder aun entre quienes se encuentran con-
Como es bien sabido, Ia cultura norteamericana concede enorme importancia I,,,,.1.., " Ias estigmatizadasocupacionesmanuales. Exarnínese,sobre ese fondo, Ia poderosa motí-
al dinero y el poder como meta legítima de "êxito" para todos los indivíduos .' ,,," 1'·11:1 .ilcanzar ese tipo de éxito por cualquier media. Un barrendero,que coincide con otros
de Ia sociedad. Aunque no es Ia única en nuestro inventario de metas cul- ",,' I ""'·1i';lIlos en Ia opini6n de que Ia de barrendero "es Ia más baja de Ias ocupacionesbajas",
1.1,.,1,,,,"Jc pucde tener de si mismo una imagen que lc agrade; hace un trabajo de "paria" en Ia
turales, sigue figurando entre Ias más fuertemente cargadas de afecto y valor ",. ''',I ',(lcicdadcn que se le aseguraque "lodo el que tenga verdadero mérito puede ascender",Afiá·
positivos. Sin embargo, ciertos subgrupos y ciertas zonas ecológicas son nota- .r , ., r si () SlI reconocimientoocasionalde que "él no tuvo Ias mismas posibilidadesque otros, di-
I" 'I"e quicran", y se percibe Ia enorme presión psicológicaque actúa sobre él para "igualar
bles por Ia ausencia relativa de oportunidades para alcanzar esos tipos (mo- , I,,,"1":1'i(,11 " encontrando algún media, legal o no, de mejorar. Todo esto eonstituyee1 fondo
netario y de poder) de éxito. Ta1es subgrupos constituyen, en suma, sub- I" 1111:11
I' Y dcrivadamente psicológicopara Ia "necesidad socialmenteinducida" en algunosgrupos
,I, ,I), «ul rnr un camíno accesib!ede movilidadsocial.
poblaciones en que "Ia importancia cultural dada al éxito pecuario ha sido.
111::"Fstructura socialy anomia", de Merton, capítulo IV de este volumen.
111:1 "Social organizationin the slums", por Willíam F. Whyte, en Arnerican Sociological
100 Ibid., 572-3 (eJ subrayadoes nuestro). Esto ayudaa explicar,como observ6Steffens después /(" W\(',Icbrero de 1943, 8, 34-39 (el subrayadoes nuestro). Así, pues, Ia máquina política y ia
dei comisariode polida Teodoro Roosevelt,"Ia prominenciay respetabilidadde los hombres y las 1,,",01.1'" de intimidaci6nrepresentan un caso especial dei tipo de ajustes organizativosa Ias cir-
mujcres que interceden por petardistas" cuando éstos son detenidos en un esfuerzo peri6dico para '11I1',I.II, ..ius descritas en cl capítulo
TV, Reprcsentan, advíértase, un ajuste organizativo:nacen y
"limpíar la máquinapolitica". CL Steffens, 371 y passim.
38 TEORiA SOCIOL6GICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 89
Esto constítuye, pues, un tercer tipo de funci6n ejecutada por un grupo mercancias. Y, en una sociedad predominantemente de mercado, esperaría-
diferenciado. Esta funci6n, puede advertirse de pasada, la realiza Ia mera mos que naciesen empresas adecuadas dondequiera que haya una demanda
existencia de Ia máquina política, porque es en Ia máquina misma donde de mercado para ciertos bienes y servicios.
estos individuos y subgrupos encuentran más o menos satisfechas sus necesi- Como es bien sabido, el vicio, el delito y Ias rackets son "grandes nego-
dades inducidas por Ia cultura. Se reíiere esto a los servicios que el aparato cios". Piénsese sólo en que se calculá que había unas 500000 prostitutas
político suministra a su personal. Pero visto en el contexto social más amplio profesionales en Ias Estados Unidos en 1950, y compárese eso con los 200000
que hemos expuesto, ya no parece tan meramente un media de medro para médicos y Ias 300000 enfermeras profesionales registra dos. Es difícil calcular
los indivíduos ansiosos de ganancias y de poder, sino como una providencia quíén tiene Ia mayor clientela: los hombres y Ias mujeres profesionales de Ia
organizada para subgrupos de otro modo excluidos de Ia carrera por el medro medicina o Ias hornbres y Ias mujeres profesionales del vicio. Es difícil, natu-
o en situación desventajosa para tomar parte en el1a. ralmente, calcular Ias partidas positivas económicas, Ias ingresos, ganancias y
Así como Ia máquina política hace servicios a Ias negocios "legítimos", dividendos del juego ilegal en este país, y comparados con Ias partidas econó-
también funciona para hacer servicios no diferentes a nego cios "ilegítimos": micas positivas, ingresos, ganancias y dividendos de, pongamos por caso, Ia
centros de vicio, delitos, pandi11as de intimidación. Una vez más, el papel industria del calzado, pero es muy posible que Ias dos industrias estén aproxi-
socio16gico fundamental de Ia máquina en este respecto sólo puede apreciarse madamente a Ia par. No existen cifras exactas sobre 10s gastos anuales en
en su forma más plena si se abandonan temporalmente Ias actitudes de indig- narcóticos prohibidos, y es probable que sean menores que los gastos en dul-
nación moral, para examinar con toda inocencia moral el funcionamiento ces, pero también es probable que sean mayores que Ias gastos en libros.
real de Ia organización. A esta luz, se hace manifiesto desde luego que el Basta reflexíonar un momento para reconocer que, en términos estricia-
subgrupo del delincuente, el pandi1lero o el jugador profesional tiene analo- mente económícos, no hay ninguna diferencia importante entre el suministro
gías fundamentales de organizaci6n, demandas y funcionamiento con el sub- de bienes y servicios lícitos e ilícitos. El tráfico de licores ilustra esto en
grupo de Ias industriales, los hombres de negocios o Ias especuladores. Si hay forma adecuada. Sería extravagante argumentar que antes de 1920 (en que
un Rey de Ia Madera o un Rey del Petróleo, también hay un Rey del Vicio cntró en vigorla enmienda 18), el suministro de licores constituía un servi cio
o un Rey de Racket. Si los negocias legítimos en crecimiento organizan sin- cconórnico, que de 1920 a 1933 su producción y venta ya no constituía un
dicatos administrativos y financieros para "racionalizar" o "unificar" zonas scrvicio econ6mico prestado en un mercado, y que de 1934 hasta el presente
diversas de producción y de empresas de negocias, así el racket y el delito lomó de nuevo un carácter útil, O sería económícamente (no moralmente)
prósperos organizan sindicatos para poner orden en Ias zonas de otra manera absurdo decir que Ia venta de licor de contrabando en el Estado seco de
caóticas de Ia producci6n de bienes y servicios ilícitos. Si Ias negocias legí- Kansas no es una respuesta a una demanda de mercado 10 mismo que Ia ven-
timos consideran ruinosa e ineficaz Ia proliferaci6n de pequenas empresas Li de licor públicamente fabricado en el vecino Estado húmedo de Missuon.
que sustituyen, por ejemplo, Ia cadena de almacenes gigantes con centenares I<jcmplos de esta clase pueden, desde luego, multiplicarse casi hasta el infi-
de tiendas, así Ias negocias ilegítimos adoptan Ia misma actitud y sindican nilo. zPuede sostenerse que en los países europeos, donde Ia prostitución
el delito y el vicio. ('st:í registrada y legalizada, Ia prostituta presta un servicio econômico, rnien-
Finalmente, y en muchos respectos 10 más importante, existe Ia analogia II:lS que en este país, donde no está legalmente sancionada, Ia prostituta no
fundamental, si no Ia casi identidad, del papel econômico de los negocias presta tal servicio? zO que eI abortista profesional está en el mercado econó-
"legítimos" y de Ias negocias "ilegítimos". Unos y otros se dedicaii en IlIico cuando tiene una situaci6n legal reconocída, y que está fuera del mer-
cierto grado a sumínístrar bienee y servicioe para 10s que hay demanda eco- t :1<10 económico cuando es un tabú legal? zO que el juego satisface una de-
nómica. La moral aparte, unos y otros son negocias, empresas industriales iu.mda específica de pasatiempo en Nevada, donde constituye Ia mayor
y profesionales, que distribuyen bienes y servicios que alguna gente desea, 1'1 11 presa de negocias de Ias mayores ciudades deI Estado, pero que difiere
para Ias que hay un mercado en el que bienes y servicios se convierten en ''',CllciaImente en este respecto del cinematôgrafo en el Estado vecino de Ca-
lilllrnia?104
íuncionan estructuras definidas para reducir algo Ias agudas tensiones y los problemas de los indívi-
duos atrapados en el conflicto descrito entre el "acento cultural sobre el éxito para todos" y el "hecho
EI dejar de reconocer que esos negocios son sólo moralmente y no econó-
socialmente estructurado de oportunidades desiguales para el éxito". Somo indica el capítulo IV, son IlIi('((mente diferenciables de los negocios "legítimos", ha producido análisis
posiblcs otros tipos de "ajuste" individual: delincuencia solitaria, estados psicopatológicos, rebelión,
retraimiento por abandono de metas culturalmente aprobadas, etc. De manera análoga, otros tipos, 1111 QllÍzás Ia exposición más perspicaz de este punto de vista es Ia que hicieron Hawkins y
de ajuste organizativo tienen lugar de vez en cuando; el racket o Ia máquina política no son los \\' .rlb-r: "La prostituta, .el rufián, el vendedor de narcóticos, el que explota una sala de juego, el
únicos medios organizados de que se dispone para resolver este problema socialmente inducido. La \' ",ic-dor de fotografías obscenas, el contrabandista, el abortista, son todos ellos productivos, todos
participación en organizaciones revolucionarias, por ejemplo, puede considerarse dentro de este con- 1,,,,,1,,,·,11 scrvícios o bíenes que Ia gente desea y está dispuesta a pagar. Sucede que Ia sociedad ha
texto como otro modo de ajuste organizativo. Se da aqui noticia teórica de todo esta, ya que de 1""1"1,;.1,, csos biencs y servi cios, pero Ia gente sigue produciéndolos y Ia gente siguc consurníéndolos,
"otro modo pcdriarnos ignorar los conceptos funcionales básicos de sustitutos funcionales y de equj- \' '''I., hv de Ia lcgislatura no hace que dejen de formar parte del sistema econômico," "Critica]
valentes funcionales, los cuales se cstudiarán por extenso en una publicación futura. ,,"1,,\ "li lhe cost of crime", en 'ouma! of Criminal Law and Criminology, 1936, 26, 679-94, en 684.
L
90 TEORIA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIESTAS Y LATENTES 91
confusos. Una vez reconocida Ia identidad de unos y otros, podemos prever por otras estructuras, o a menos que implique un cambio que elimine por
que si Ia máquina política desempena funciones para "Ias grandes negocias completo Ias necesidades, Ia máquina política volverá a su lugar integrante
legítimos" será muy probable que desempene funciones no muy diferentes del sistema social de cosas. Buscar el cambio social sin el debido ieconoci-
para "Ias grandes negocios ilegítimos". Y, desde luego, tal es el caso con miento de Ias funciones manifiestas y latentes desempenadas por Ia organiza.
mucha frecuencia. ción social que sufre el cambio es incurrir en ritual social y no en ingeniería
La función distintiva de Ia máquina política para su clientela delin- social. Los conceptos de funciones manifíestas y latentes (o sus equivalen-
cuente, viciosa y de racket, es permitirle explotar Ia satisfacción de demandas tes) son elementos indispensables en el repertorio teórico deI ingeniero social.
económicas de un gran mercado sin Ia debída intervención deI gobierno. Así En este sentido decisivo, tales conceptos no son "meramente" teóricos (en el
como los grances negocias pueden apertar fondos para Ias gastos de guerra sentido abusivo de Ia palabra ), sino que son sobre todo prácticos. En Ia rea-
deI partido político a fin de conseguir un mínimo de intervención guber- lización deliberada de} cambio social, sólo se les puede ignorar al precio de
nativa, así tarnbién Ios grandes rackets y Ia gran delincuencia. En ambos aumentar en forma notoria el riesgo de fracasar.
casos, Ia máquina política puede, en grados variables, dar "protección", En Una segunda implicación de este análísis de Ia máquina política tam-
ambos casos, son idénticas muchas características del contexto estructural: bién abarca zonas más amplias que Ia única que hemos examinado. Se ha
1) demandas de mercado para bienestar y servicio; 2) interés de Ias explota- sefialado a veces Ia paradoja de que entre los que apoyan Ia máquina política
dores en llevar aI máximo Ias ganancias de sus empresas; 3) Ia necesidad de figuran tanto elementos "respetables" de Ia clase negociante, que son, desde
un controI parcial del gobierno, que de otro modo podría intervenir en Ias luego, contrarios al delincuente o al rackeier, como elementos notoriamente
actividades de los hombres de negocios; 4) Ia necesidad de una agencia eficaz, "irrespetables" del bajo mundo. Y, a primera vista, se cita esto como caso
poderosa y centralizada que proporcione un enlace efectivo de "Ias negocies" de maridaje muy extrafío. Con frecuencia el ilustrado juez tiene que senten-
con el gobierno. ciar al mismo racketer al lado deI cual estuvo sentado Ia noche anterior en
Sin suponer que Ias páginas que anteceden agoten el capítulo de Ias fun- una cena informal de Ias figurones políticos. El fiscal del distrito se encuen-
ciones ni el capítulo de los subgrupos servidos por Ia máquina política, pode- Ira con el reo exculpado camino de Ia habitacíón reservada donde el cacique
mos ver al menos que en Ia actualidad ésta desempena algunas funciones lia convocado a un-a reunión. El gran hombre de negocios puede quejarse
para diversos subgrupos que no desempeiian. en forma aproPiada estructuias «asi tan amargamente como el gran racketer de Ias aportacíones gravosas
culturalmente aptobadas o más tradicionales. que eI cacique exige para el fondo del partido. Los adversários socíales Se en-
Sólo de pasada pueden mencionarse aqui algunas otras implicaciones deI cnentran en Ia habitación llena de humo del político de éxito.
análisis funcional de Ia máquina política, aunque evidentemente requieren A Ia luz del análisis funcional, todo esto ya no parece paradójíco, natural-
ser tratadas por extenso. En primer lugar, el análisis que precede tiene im- mente, Como Ia máquina sirve 10 mismo al hombre de negocios que al delin-
plícaciones directas para Ia ingeniería social. Ayuda a explicar por qué los «ucnte, se entrecruzan los dos grupos que en apariencia son antípodas, Esto
esfuerzos periódicos de "reforma política", de "elemínar a los granujas", de .ipunta hacía un teorema más general: Ias funciones eociales de una organiza-
"limpiar Ia casa política", son típica (aunque no necesariamente ) de corta ción avudati a determinar Ia estructura (incluido el reclutamiento del petsonal
duración e ineficaces. Sirve de ejemplo de un teorerna fundamental: todo vonipretulido en Ia estructura), así como la estruciura ayuda a determinar Ia
intento de eliminar una estructura social existente sin suministrar otras es- 'licacia con que se realizan. Ias funciones.' En relación con Ia situacíón social,
iruciuras aâecuaâas para llenar Ias funciones que antes llenaba Ia organiza- ,I grupo de 10s negocios y el grupo delincuente son en realidad polos distintos.
ción abolida, está condenado al [racaso. (No es necesario decir que este I'CIO Ia situación social no determina por completo Ia conducta ni Ias relacio-
teorema tiene alcance mucho mayor que el caso singular de Ia máquina polí- I ICS entre los grupos. Las funciones modifican esas relaciones. Dadas sus
tica.) Cuando Ia "reforma política" se limita a Ia tarea maniíiesta de "elimi- 11('('csidac1esdistintivas, los diferentes subgrupos de Ia sociedad en general están
nar a los granujas", se entrega a poco más que magia sociológica. La reforma 'unificados", cualesquiera que sean sus deseos o intenciones personales, por
puede durante algún tiempo sacar algunas figuras nuevas a Ias candilejas 1.1«structura centralizadora que sirve Ias diversas necesidades. En una frase
políticas; puede servir a Ia función social fortuita de asegurar una vez más 'li J(" implica muchas cosas y que requiere más estudio, Ia estructura afecta a la .
al cuerpo electoral que Ias virtudes morales siguen intactas y que en última J 1/ ucion y Ia función afecta a ia estructura.
instancia triunfarán; puede efectuar en realidad un cambio en el personal de
Ia máquina política; y hasta puede, durante algún tiempo, refrenar de tal
OBSERVACIONES FINALES
modo Ias actívidades de Ia máquina, que queden sin satisfacer Ias muchas
necesidades que anteriormente satisfacía, Pero no puede evitarse que, a me- 1':',1;\ rcvisión de algunas consideraciones importantes sobre el análisís estructu-
nos que Ia reforma implique también dar una forma nueva a Ia estructura \:11 y funcional ha hecho poco más que indicar algunos de los principales pro-
social y política, de tal suerte que Ias necesídades existentes sean satisfechas hlcuias y posibilidades de este modo de interpretación sociológica. Cada uno

.•.
92 TEORÍA SOCIOLóGICA FUNCIONES MANIFIEST AS Y LATENTES 93

de los conceptos o renglones codificados en el paradigma requiere aclaracío- de ellos es eI par de trabajos relacionados entre sí de Ralph Dahrendorf:
nes teóricas constantes e investigaciones empíricas cumulativas. Pero es "Struktur und Funktion", en Kõlner Zeítschrift für Soziologie und Sozial-
evidente que en Ia teoría funcional, despojada de los postulados tradícionales psychologie, 1955, 7, 492-519; y de David Lockwood: "Some remarks on 'The
que Ia cercaban y con frecuencia la convertían en poco más que una racio- Social System' ", en The British [oumel of Sociology, 1956, 7, 134-146. Ambos
nalización actual de prácticas existentes, Ia sociologia comienza con un modo trabajos son casos ejemplares de teorización sistemática, destinada a seüalar
de análisis sistemático y empíricamente relevante. Se espera que Ia dirección lagunas específicas en el estado actual de Ia teoría funcional. Una exposición
aquí indicada sugiera la factibilidad y Ia conveníencia de una mayor codifica- meditada y no polémica de Ia situación de Ia teoría funcional y de algunos
ción deI análisis funcional. En momento opurtuno, cada sección del para- de sus problemas clave no resueltos se encontrará en "Structural-functional
digma será tratada en un capítulo documentado, analizado y codificado de analysis: some problems and misunderstandings", por Bernard Barber, en
Ia historia deI análisis funcional. American Socíologícal Review, 1956, 21, 129-135. Un esfuerzo para aclarar
el importante problema de Ia lógica dei análisis implícito en Ia parte de Ia
sociología funcional destinada a interpretar tipos estructurales observados
POST SCRIPTUM BIBLIOGRÁFICO en Ia sociedad, 10 realizá Harry C. Bredemeier en "The methodology of
functionalism", en American Sociological Review, 1955, 20, 173-180. Aunque
Cuando fue escrito por primera vez en 1948 el trabajo anterior, constituyó este trabajo atribuye discutiblemente ciertos supuestos a varios análisis fun-
un esfuerzo para sistematizar los supuestos y Ias concepciones principales cionales que examina, tiene el claro mérito de plantear Ia importante cuestión
de Ia teoria, entonces en lento desarrollo, deI análisis funcional en sociología. ele Ia lógica adecuada deI análisis funcional.
El desarrollo de esta teoría sociológica adquirió desde entonces sefialada im- Sobre Ia petición de los antropólogos de análisis funcional en Ia socio-
portancia. AI preparar esta edición incorporé a ella algunas de Ias amplia- logía contemporánea (no en Ia antropología, meramente}, véase el instructivo
ciones y correcciones que se produjeron en el intervalo, pero aplacé una trabajo de Melford E. Spiro titulado "A typology of functional analysis", en
exposición detallada y extensa para un volumen ahora en preparación. Por Exploraiions, 1953, 1, 84-95, y el minucioso exarnen crítico de Raymond
consiguiente, puede ser útil en esta coyuntura catalogar no todas, ni mucho Firth en "Function", en Current Anthropology (dirigida por William L.
menos, sino sólo algunas de Ias aportaciones teóricas, recientes al análisís 'I 'homas, Jr.), Uníversity of Chicago Press, 1956, 237-258.
funcional en sociología. La difusión de Ia teoría funcional recientemente formulada en los Esta-
La mayor aportación en los últimos aíios fue, desde luego, Ia de Talcott dos Unidos se manifiesta en una serie de exámenes críticos de dicha teoría en
Parsons en The Social Sysiem (Glencoe, Illinois, The Free Press, 1951), su- Bélgica, Francia, Italia y el Brasil. Entre los más importantes se cuentan:
plementada por nuevas obras de Parsons y sus colaboradores: Working Papets "Fonction et finalité en socíologie", por Henri Janne, en Cahiers Irüematio-
in the Theory of Action, por T. Parsons, R. F. Bales y E. A. Shi1s (Glencoe, //{I!lX de Sociologie. 1954, 16, 50-67, que intenta enlazar Ia teoría funcional
Illinois, The Free Press, 1953); Toward a General Theory of Action, ed, por uctual con Ia teoria anterior y contemporánea ele los sociólogos franceses y
T. Parsons y E. A. Shils (Cambridge, Harvard University Press, 1951). Las belgas. Una crítica minuciosa del análisis funcional en sociología Ia em-
aportaciones más importantes de un libro tan amplio y tan lógicamente prende Georges Gurvitch en "Le concept de structure sociale", en Cahiers
complicado como The Social System no pueden ser fácilmente distinguidas l nl emaiionaux de Socíologie, 1955, 19, 3-44. Un amplio examen de Ia teoria
de sus desarrollos conceptuales más provisionales y en ocasiones discutibles; Iuucional en sus relaciones con problemas seleccionados de investigación
los sociólogos empiezan ahora a hacer Ias necesarias distinciones. Mas por Ias ',()ciológica se encontrará en Teoria e Ricerca nella Sociologia Contemporanea;
pruebas, tanto de investigaciones que arrancan de Ias formulaciones de Par- i mr Filippo Barbano (Milán, Dott. A. Giuffre, 1955). Ensaio sôbre o Método
sons como de revisiones teóricas críticas, es manifiesto que esto representa C!" Interpretaçõo Funcionalisia na Sociologia, por Florestán Fernandes (São
llI1 paso decisivo hacia una exposición metódica de Ia teoría sociológica actual. 1':"J!o, Universidade de São Paulo, Boletim N9 170,1953), es una monografía
The Structure of Society, de M. J. Levy, Jr. (Princeton University Press, IlIlormativa y sistemática que recompensa una lectura aun tan apresurada y
1953), procede en gran parte, como dice su autor, del sistema conceptual de I.d,blc como Ia mia.
Parsons, y ofrece una multiplicación lógica de numerosas categorías y con- EI paradigma expuesto en Ias páginas precedentes fue formalizado de
ceptos. Queda por ver si esas taxonomías de conceptos resultan adecuadas y .unerdo con un conjunto abstracto de anotaciones destinadas a hacer mani-
f usro cómo se relacionan sus diferentes partes con elementos deI punto de
útiles en el análisis de problemas sociológicos.
\'Isla funcional en biología. Véase "A formalization of functionalism, with
Análisis menos extensos, pero más incisivos, de problemas teóricos selec-
',pccial reference to its application in the social sciences", en Ia próxima colec-
cionados ele análisis funcionales han aparecido en algunos trabajos que arran-
can de diversas "zonas culturales" de teoría sociológica, como puede verse III}II de trabajos de Ernest Nagel titulada Logíc Without Metaphysics (Glen-
por Ia siguicnte breve bibliografía. Quizás el más penetrante y productivo IIH', 'l'hc Free Press, 1957). Para una aplicación detalIada del paradigma, véase

\
94 TEORíA SOCIOLóGICA
"Social control in the newsroom: a functional analysis", por Warren Breed,
en Social Forces, 1955, 33, 326-335; "Notes on Eskimo patterns of Suicide",
por C. C. Hughes, en Southwestem Joumal of Anthropology, 1955, 11, 327- 11. INFLUJO DE LA TEOR tA SOCIOLOGICA SOBRE LA
338; "A social-psychological study of the alleged visitation of the Virgin Mary INVESTIGACION EMP1RICA
in Puerto Rico", por Joan Chapman y Michael Eckstein, en Year Book of
Amerícan Phílosophical Socíety, 1954, 202-206: The Home and Social Status, LA HISTORIA reciente de Ia teoría sociológica puede escribirse en gran parte
por Dennis Chapman (Londres, Routledge and Kegan Paul, 1955); The como Ia alternación de dos puntos de vista opuestos. Por una parte, obser-
Fteedom of Expression: A Study in Political. Ideais and Socío-Psychologícal vamos a 10s sociólogos que tratan sobre todo de generalizar, de abrirse camino
Realitíes, por Christian Bay (de próxima aparición); "Diverse action and todo 10 rápidamente posible hacia Ia formulación de leyes sociológicas. Tien-
response to crime", por Michael Eckstein (de próxima aparición); Com- den a valorar Ia importancia del trabajo sociológico en relación con el alcance
munication of Modem Ideas and Knowledge in Indian Villages, por Y. B. y con Ia demostrabilidad de Ias generalizaciones, evitan Ia "trivialidad" de Ia
Damle (Cambridge, Massachusetts Institute of Technology, Center for Inter- observación detal!ada en pequefia escala y buscan Ia grandeza de resúmenes
national Studies, 1955). globales. En el otro extremo se encuentra un intrépido grupo que no busca
Para un estudio interesante de consecuencias manifiestas y latentes de con demasiado empefio Ias implicaciones de sus investígacíones, pero que
Ia acción en reIación con imágenes de autojustificación y autofrustración, tiene Ia confianza y Ia seguridad de que 10 que dice es así. Indudablemente,
véase el capítulo 8 de The Image, por Kenneth Boulding (Ann Arbor, Uni- sus informaciones sobre hechos son comprobabIes y se comprueban con fre-
versity of Michigan Press, 1956). cuencia; pero se encuentran algo apurados para relacionar esos hechos entre
sí o aun para explicar por qué hicieron aquellas observaciones y no otras.
Para el primer grupo, ellema que 10 identifica parece ser en ocasiones: "No
sabemos si 10 que decimos es verdad, pero por 10 menos es importante."
Y el lema de los empíricos radicales podría ser: "Esto es demostrable, pero
no podemos sefialar su importancia."
Cualesquiera que sean los fundamentos para adherirse a una u otra de
esas actitudes -diferentes, pero no necesariamente contradictorías, explica-
ciones Ias suministrarían los psicólogos, los sociólogos de los conocimientos
y los historiadores de Ia ciencia-, es bastante claro que no hay base lógica
para que se sitúe Ia una contra Ia otra. Las generalizaciones pueden ser mode-
radas, si no por clemencia, por 10 menos con observaciones disciplinadas; Ias
observacíones rigurosas y detal!adas no tienen por qué ser trivíales porque
se eludan su pertinencia y sus implicaciones teóricas.
Acerca de todo esto habrá indudablemente amplio acuerdo, si, en reali-
.lad no hay acuerdo unánime. Pero esa misma unanimidad indica que esas
observacíones son triviales. Mas si una función de Ia teoría es explorar Ias
uuplicaciones de 10 aparentemente evidente por sí mismo, no puede ser
uroportuno investigar 10 que suponen esos enunciados programáticos acerca
de Ias relaciones entre Ia teoría sociológica y Ia investigación empírica. AI
l..rccrlo así, habrá que realizar todos los esfuerzos posibles para evitar dete-
",'ISC sobre ejemplos sacados de Ias ciencias "más maduras" -como Ia física
\' I:t hiología-, no porque éstas no ofrezcan los problemas lógicos implícitos,
''(11(' porque su misma madurez permite a esas disciplinas tratar fructífera-
mente abstracciones de un orden elevado hasta un grado que, hay que reco-
1II)"CrlO, no es aún el caso de Ia sociología. Un número muy llevado de
,·.llIllios sobre el método científico han formulado los requisitos previos
1"I:i('()s ele Ia teoría científica, pero, al parecer, con frecuencia 10 han he-
lho C11 un nivel de abstracción tan elevado que Ia perspectiva de traducir
rxux prcceptos a Ia investigacíón sociológica actual resulta utópica. En última
95
'I/) TEORiA SOCIOLóGICA INFLUJO SOBRE LA INVESTIGAClóN EMPíRICA 97
iustuncia, Ia investígación sociológica debe satisfacer los cánones deI método lógica actual está destinada a hacer comprender a Ios estudiantes más 10 pri-
científico; de inmediato, Ia tarea consiste en expresar esas exigencias de ma- mero que 10 segundo.
nera que puedan tcncr un influjo más directo sobre el trabajo analítico que Como observó Poincaré hace medio siglo, los sociólogos han sido durante
al presente cs factible. mucho tiempo hierofantes de Ia metodología, desviando así, quizás, talentos
La cxprcsión "teoria sociológica" ha sido ampliam ente usada para refe- y energías de Ia tarea de formular una teoría sustantiva. Ese enfoque de Ia
rirse ,1 los productos de varias actividades relacionadas entre sí, pero diferentes, atención sobre Ia lógica deI procedimiento tiene su función científica patente,
desarrolladas por individuos de un grupo profesionalllamados sociólogos. Pero ya que esos inventarios sirven al propósito crítico de orientar y valorar Ias
C011l0 csos diferentes tipos de actividad tienen efectos cuya inportancia varía investigaciones teóricas y empíricas. También reflejan los doI ores de crecí-
sobre Ia investigación social empírica -ya que difieren en sus funciones miento de una disciplina inmadura. Así como el aprendiz que adquiere
cÍmlífic;Js-, hay que diferencia rIos para fines de estudio. Además, esas dife- nuevas destrezas examina autoconscientemente cada elemento de esas destre-
rcuciuciones suministran una base para valorar Ias aportaciones y Ias valora- zas, a diferencia deI maestro, que día a dia Ias practica con aparente indife-
cioncs características de cada uno de los seis tipos siguientes de trabajo que rencia para su formulación explícita, así los expositores de una disciplina que
cou frecuencia se agrupan en cuanto incluyen teoria sociológica: 1) metodolo- avanza con vacilaciones hacia una posición científica deletrean laboriosa-
gía; 2) orientaciones sociológicas generales, 3) análisis de conceptos socio- mente los fundamentos lógicos de su procedimiento. Los libras baladíes
lógicos; 4) interpretaciones sociológicas post factum; 5) generalizaciones em- sobre metodoIogía que proliferaron en los campos de Ia sociología, Ia econo-
piricas en sociología; y 6) teoria sociológica. mia y Ia psicología, no encuentran muchos equivalentes entre Ias obras téc-
nicas de ciencias que llegaron hace ya mucho tiempo a Ia mayor edad. Sea
cual fuere su función intelectual, esos escritos metodológicos implican Ias
l\1ETODOLOGÍA
perspectivas de una disciplina inexperta, que presenta ansiosamente sus cre-
AI empezar, debemos distinguir claramente entre teoría sociológica, que tiene dcnciales para tener una situación plena en Ia fraternidad de Ias ciencias.
por materia ciertos aspectos y resultados de Ia interacción de los individuos Pero, cosa muy significativa, los ejemplos de método científico adecuado utili-
y, por 10 tanto, es sustantiva, y metodología, o lógica deI procedimiento cien- zados por los sociólogos para fines ilustrativos o expositivos suelen sacarse de
tífico. Los problemas de metodología trascienden los que se encuentran en otras disciplinas y no de Ia sociología misma. Se toman como prototipos o
cualquier disciplina sola, y tratan ya los com unes a grupos de disciplinas 1 o, modelos metodológicos Ia física y Ia química deI siglo xx, no Ias deI siglo XVI,
en una forma más generalizada, los com unes a toda Ia investigación científica. para Ia sociología del siglo xx, con escaso reconocimiento explícito de que
La metodología no está particularmente vinculada a los problemas socio- entre Ia sociología y esas otras ciencias hay una diferencia de siglos de inves-
lógicos, y, aunque hay multitud de estudios metodológicos en libras y revistas ligación científica cumulativa. Esas comparaciones son inevitablemente pro-
de sociología, no por eso tienen carácter sociológico. Los sociólogos, en com- gramáticas y no realistas. Exigehcias metodológicas más apropiadas produ-
pafíía de todos los demás que ensayan eI trabajo científico, tienen que ser cirian un abismo entre Ia aspiración metodológica y Ia realización sociológico
metodoIógicamente prudentes; deben conocer Ia finalidad de Ia investigación, real, a Ia vez menos conspicua y menos deshonrosa.
eI carácter de Ia inferencia, los requisitos de un sistema teórico. Pero esos
conocimientos no contienen ni implican un conienido particular de teoria ORIENTACIONES SOCIOLÓGICAS GENERALES
sociológica. Hay, en resumen, una clara y decisiva diferencia entre saber
cómo comptobar un grupo de hipótesis y saber la teoria de donde sacar hipó- ( :1:111parte de 10 que se presenta en los libros de texto como teoria sociológica
tesis que han de comprobarse," Mi impresión es que Ia preparación socio- " .nsiste en orientaciones generales hacia materiaIes sustantivos. Esas orien-
t.uiones comprenden amplios postulados que indícan tipos de variables que
1 Examínense algunos volúmenes que exponen asuntos metodológicos como distintos de los h.rv CJue tomar en cuenta de aIgún modo, y no especifican relaciones deter-
asuntos de procedimiento de Ia sociología. Tbe Metbod of Sociology, por Florian Znaniecki (Nueva .uiuadas entre variables particulares. Aunque tales orientaciones son indis-
York, Farrar and Rinehart, 1934); Social Causation, por R. M. MacIver (Boston, Ginn and Co., 1l('llsables, no proporcionan más que Ia armazón más amplia para Ia ínves-
1942); Foundarions of Sociology, por G. A. Lundberg (Nueva York, Macmillan Co., 1939): MetIlO-
dology of the Social Sciences, por Felix Kanfrnann (Nueva York, Oxford University Press, 1944); I igación empírica. Esto es 10 que sucede con Ias hipótesis genéricas de
The Language af Social Research, ed. por P. F. Lazarsfeld y M. Rosenberg(Glencoe, The Free l iurkheim, según Ias eu ales Ia "causa determinante de un hecho social hay
Prcss, 1955), en especial Ias introducciones a Ias secciones. 'pie buscaria entre los hechos sociales que le preceden", y define eI factor
'2, Dcbe seüalarse, sin embargo, que no s610 los instrumentos y procedimicntos usados en Ia
invcstigación sociológica (o científica) deben satisfacer los criterios rnetodológicos, sino que también "",)('i;Jl" como Ias normas institucionales hacia Ias que se orienta Ia con-
prcSllpollcn lógicarnente teorías sustantivas. Como observ6 Pierre Duhem a este respecto, el instru- <lilcla.:l O se dice, asimismo, que "hasta cierto punto, es útil considerar Ia
men to, así como los resultado experimentales obtenidos en Ia ciencia, están totalmente cargados de
supucstos y teorias específicas de un orden sustantivo. La tbéorie pbysique (Paris, Chevalíer -et :I Durkheim: Tlie Rules of SociologicaI Method, 110, L'Education morale (Paris, Félix Alcan,
Riviêre, 19(6), 278. 1')2'). 9-45, passim.
98 TEORíA SOCIOL6GICA INFLUJO SOBRE LA INVESTIGACI6N EMPíRICA 99
sociedad como un sistema unificado de partes mutuamente relacionadas y Las presiones que se derivan de Ias lagunas teóricas respectivas de Ias dife-
funcionalmente interdependientes"." Así, pertenece también a esta categoría rentes ciencias socíales pueden servir, con el tiempo, para dar origen a una
Ia importancia del "coeficiente humanista" en los datos culturales, tal como 10 creciente formuIación de teorias sociológicas específicas y sistemáticas adecua-
exponen Znaniecki y Sorokim entre otros. Pueden parafrasearse esas orien- das a los problemas que implican dichas lagunas. No bastan Ias orientaciones
taciones generales diciendo que el investigador desatiende este orden de hechos generales. ProbabIemente esto es el contexto de Ia queja que lanza un eco-
con peligro para él. Dichas orientaciones no formulan hipótesis específicas. nomista:
La principal función de esas orientaciones es proporcionar un contexto
general para Ia investigación; facilitan el proceso de llegar a determinadas [El economista procura siempre referir su análisis de un problema] a algún
hipótesis. Citemos un caso oportuno: Malinowski fue llevado a examinar "dato", es decir, a algo que es extraeconómico. Este algo puede ser aparentemente
de nuevo Ia idea freudiana del complejo de Edipo a base de una orientación muy remoto deI problema que se planteó prirnero, porque Ias cadenas de causación
sociológica general, que consideraba Ia formación de sentimientos normada económica son muy largas con frecueneia. Pero siempre quiere traspasar final-
por Ia estructura social. Este punto de vista genérico sirve en forma mani- mente el problema a un sociólogou otro, si hay un sociólogo que 10 espere. Muchas
veces no 10 hay.5
fiesta de base a su explicación de un complejo "psicológico" específico en sus
relaciones con un sistema de relaciones de situación social en una sociedad
que difiere en estructura de Ias de Ia Europa occidental. Las hipótesis espe-
ANÁUSIS DE CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS
cíficas que utilizó en esta investigación eran todas congruentes con Ia orien-
tación genérica, peIO no estaban prescritas por ella. Dicho de otra manera, Ia
Se elice a veces que Ia teoría está formada por conceptos, afirmación que por
orientación general indicó Ia pertinencia de algunas variables estructurales,
ser incompleta no es verdadera ni falsa, sino vaga. Indudablemente, el análisis
pero quedaba aún la tarea de averiguar Ias variables particulares que había
conceptual, que se limita a la especificación y aclaración de conceptos clave,
que incluir. cs una etapa indispensable del trabajo teórico. Pero un cuerpo de conceptos
Aunque tales perspectivas teóricas generales tienen efectos más amplios
-posición social, papel, Cemeinschait, interacción social, distancia social,
y profundos sobre eI desarrollo de Ia investígación científica que Ias hipó-
cl17omia- no constituye una teoría, aunque puede entrar en un sistema teó-
tesis específicas -constituyen Ia matriz de Ia cual, en palabras de Maurice rico. Puede conjeturarse que, en Ia medida en que tiene lugar entre los
Arthus, "se siguen una a otra hipótesis nuevas en incesante sucesión, aI flore-
sociólogos un sesgo antiteórico, es una protesta contra quienes identifican teo-
cimiento de Ias cuales sigue de cerca una cosecha de hechos"-, aunque sea ría y aclaración de definiciones, que toman erróneamente Ia parte por el todo
así, sólo constituyen el punto de partida para el teórico, cuya tarea es formular
dcl anáIisis teórico. Sólo cuando tales conceptos se relacionan entre sí en
hipótesis específicas, relacionadas entre sí, dando formulaciones nuevas a
forma de un sistema, empieza a aparecer Ia teoría. Los conceptos, pues, cons-
generalizaciones empíricas a Ia luz de Ias orientaciones generales.
I ituyen Ias definiciones (o Ias prescripciones) de 10 que debe observarse; son
Debe advertirse, además, que Ias aportaciones crecientes de Ia teoria
Ias variables entre Ias cuales hay que buscar relaciones empíricas. Cuando Ias
sociológica a Ias disciplinas hermanas están más en Ia esfera de Ias orienta-
proposiciones se relacionan entre sí lógicamente, se ha formado una teoría.
ciones sociológicas generales que en Ia de Ias hipótesis específicas confirmadas.
La elección de conceptos que guíen Ia recolección y el análisis de datos
EI desarrollo de Ia historia social, de Ia economía institucional y de Ia impor-
cs, naturalmente, decisiva para Ia investigación empírica. Porque, para citar
tación de perspectivas sociológicas en Ia teoría psicoanalítica implica el reco-
una perogrullada importante, si se eligen los conceptos de manera que no
nocimiento de Ias dimensiones sociológicas de los datos y no Ia incorporación
liaya relaciones entre ellos, Ia investigación será estéril, por meticulosas que
de teorías específicas confirmadas. Los científicos sociales sevieron llevados
SCIll Ias observaciones y Ias inferencias subsiguientes. La importancia de esta
a descubrir lagunas sociológicas en Ia aplicación de su teoría a Ia conducta
pcrogrullada está en que implica que Ios verdaderos procedimientos de tanteo
social concreta. No exhiben con tanta frecuencia ingenuidad sociológica en
eu investigación empírica tal vez serán relativamente infructuosos, ya que el
sus interpretaciones. EI economista, el científico político y el psicólogo han
número de variables que no están relacionadas en forma significativa es inde-
vcnido a reconocer cada vez más que 10 que sistemáticamente consideraban finidamente grande.
C0l110 dado, los datos, puede ser problemático desde el punto de vista socio-
Así, pues, una función del esclarecimiento conceptual consiste en hacer
lógico. Pero esta receptividad para una perspectiva sociológica se disipa con explícito el carácter de Ias datos subsumidos en un concepto." Sirve, en con-
frecuencia por Ia escasez de teorias específicas suficientemente compiobadas
acerca de, por ejemplo, los determinantes de necesidades humanas o de los " "Econornic theory and the social sciences", por J. R. Hicks, en The Social Sciences: Their
procesos sociales implícitos en Ia distribución y ejercicio del poder social. Hc1"tiolls in Theory and in Teaching (Londres, Le Play Press, 1936), p. 135. (EI subrayado es mío.)
H Como observa Schumpeter sobre el papel del "aparato analítico": "Si tenemos que hablar
4 Fallli1y and Corrununíty in Ire/and, por Conrad M. Arensberg y Solon Kimball (Cambridge, de niveles de precios y que idear métodos para medírlos, necesitarnos saber 10 que es un nivel de
Harvard Univcrsity Press, 1940), XXVI. precioso Si tenemos que observar Ia demanda, necesitamos tener un concepto preciso de su elasticidad
TEORIA SOCIOLOGICA lNFLUJO SOBRE LA INVESTIGACION EMPíRICA 101
100
secuencia, para reducir Ia probabilidad de que resultados empíricos espurios sustancia y así presentan tendencias que a simple vista se contradicen." La
se expresen en términos de conceptos dados. Así, eI reexamen que hace función del análisis conceptual en este caso es llevar aI máximo Ia probabi-
Suhterland deI concepto consagrado de "delito" proporciona un ejemplo íns- lidad de Ia comparabilidad, en respectos importantes, de los datos que hay
tructivo de cómo dicho esc1arecimiento induce una revisión de hipótesis que incluir en una investigación.
concernientes a datos organizados en relación con el concepto." Sutherland EI ejernplo tomado de Sutherland no hace más que ilustrar el hecho más
demuestra que existe una equivocación implícita en Ias teorias criminológicas general de que en Ia investigación, como en actividades menos disciplinadas,
que tratan de explicar el hecho de que haya una proporción mucho más alta nuestro lenguaje conceptual tiende a fijar nuestras percepciones y, derivada-
de delincuencia, "medida oficialmente", en Ias clases sociales bajas que en mente, nuestro pensamiento y nuestra conducta. EI concepto define Ia
Ias altas. Los "da tos" sobre delincuencia (organizados en relación con un con- situación, y el investigador responde en consecuencia. E] análisis conceptual
cepto o medida de Ia delincuencia funcional particular) han conducído a explícito Ie ayuda a reconocer a qué responde y qué elementos (tal vez impor-
tantes) ignora. Los resultados a que llegó Whorf sobre esta materia son, con
una serie de hipótesis que consideran Ia pobreza, Ias circunstancias de los
modificaciones apropíadas, aplicabIes a Ia investigación empírica," Encontró
barrios bajos, Ia debilidad mental y otras características que se cree están
que Ia conducta se orientaba hacia significados lingüísticos o conceptuales
asociadas muy de cerca con Ia baja posición social, como "causas" de Ia con-
cxpresados por Ias palabras que se aplican a Ia situación. Así, en presencia de
ducta delictiva. Una vez que se aclara eI concepto de delito para referi rlo
objetos que desde un punto de vista conceptual se describen como "bidones
a Ia violación del derecho penal y es, así, ampliado hasta abarcar Ia "delín- de gasolina", Ia conducta tenderá modalmente a un tipo particular: se pondrá
cuencia de cuello blanco" en los negocios y las profesíones liberales -viola- mucho cuidado. Pero cuando Ia gente tiene ante sí 10 que se llarna "bidones
ciones que se reflejan con menos frecuencia en Ias estadísticas oficiales de Ia de gasolina vacíos", Ia conducta es diferente: descuidada, con poco control deI
delincuencia que Ias violaciones de Ia clase baja-, Ia supuesta estrecha aso- acto de fumar y deI lugar en que se arrojen Ias colillas. Pero Ios bídones
ciación entre Ia posición social baja y el delito ya no puede prevalecer. No "vacíos" son Ios más peligrosos, porque contienen gases explosivos. La reac-
necesitamos seguir hasta más lejos el análisis de Sutherland para descubrir ción no es a Ia situación material, sino a Ia situación conceptualizada. EI con-
Ia función del esclarecimiento conceptual en este caso. Aporta 10 necesario ccpto "vacío" se usa aqui equívocamente: como sinónimo de "nulo y vano",
para una reconstrucción de daios sefialando más exactamente 10 que incluyen negativo, inerte", y como palabra que se aplica a situaciones materiales sin
y 10 que excluyen. AI hacerlo, conduce a Ia liquidación de hipótesis formula- I cferencia a "cosas irrelevantes" como vapor y vestigios de líquido en el reci-
das para explicar datos espurios investigando los supuestos sobre los cuales se piente. La situación es conceptualízada en el segundo sentido, y el concepto
basaron los dates estadísticos iniciales. Poniendo un signo de interrogación se relaciona entonces en el primer sentido, con el resultado de que bidones de
sobre un supuesto implícito que sirve de base a Ia investigación de Ia defini- gasolina "vacíos" se convierten en causa de incedios. La ac1aración de 10 que
ción del delito -el supuesto de que las violaciones del código penal por indi- significa exactamente "vacío" en el universo del raciocinio tendrá un efecto
viduos de Ias diferentes clases sociales están representativamente registradas profundo sobre Ia conducta. Este caso puede servir como modelo deI eíecto
funcional deI esclarecimiento conceptuaI sobre Ia conducta investigadora:
en Ias estadísticas oficiales-, este esclareciminto conceptual tiene implica-
aclara precisamente ]0 que está haciendo eI investigador cuando trata dates
ciones directas para un núcleo de teorías.
«onceptualizados. EI investigador obtiene consecuencias diferentes para Ia
De un modo análogo, el análisis conceptual puede resolver con frecuen- iuvestigación empírica cuando cambia su aparato conceptual.
cia antinomias aparentes en los resultados empíricos indicando que tales Pero no quiere decir esto que el vocabulario de conceptos fije Ias pcrcep-
contradicciones son más aparentes que reales. Estas frases familiares se refie- cioues, Ias ideas y Ia conducta asociada con ellas de una vez para siempre.
ren, en parte, al hecho de que conceptos que en un principio se definieron Aun quiere decir menos que tales casos de terminología enganosa están in-
en forma burda incluían tácitamente elementos con diferencias importantes crustados en uno u otro lenguaje (como tendía a suponer Whorf en esta
entre si, de suerte que los datos organizados según tales conceptos difieren en I coría de behaviorismo lingüístico). Los hombres no están permanentemente
:Iprisionados en Ia urdimbre de los conceptos (con frecuencia heredados ) que
Si hablamos de Ia productividad dcl trabajo, tenemos que saber quê proposícíones son ciertas acerca usan, No sólo pueden escapar de esa urdimbre, sino que pueden crear otra
dei prodncto total por hora-hornbre y quê otras proposíciones son ciertas acerca del coeficiente
diferencial parcial dei producto total respecto de Ias horas-hornbre. Ninguna hipótesis entra cn esos
conccptos, que enearnan sim plern ente métodos de descripción y medida, ni en Ias proposiciones que 8 Formulaeiones detalladas de este tipo de análisis pueden verse en Prime linee di patologia
dcfinen sus relaciones (proposieiones llamadas teoremas), y sin embargo su estructuraci6n es Ia {'(,()lIomica, por Corrado Gini (Milán, Giuffre, 1935); para un breve estudio véase "Un tentativo
principal tarea de Ia teoria, en economia como en otras partes. Esto es 10 que entiendo por instru- di armonízzare teorie disparate e osservazioni contrastanti nel campo dei fenomeni socíali", de
mentos de 3nálisis". Business Cycles, por [oseph A. Schumpeter (Nueva York, McGraw-Hill Book C Gini, en Revista di pollitica cconorníca, 1935, 12, 1-24.
9 "Relation of habitual thought and behavior to language", por B. L. Whorf, en Language,
Co., 1939), I, 31.
7 "Whitc.eollar criminality", por Edwin H. Sutherland, en American Sociological Review, 1940, t C!llture, and Personality, ed. por L. Spier, A. I. Hallowell y S. S. Newman (Manasha, Sapir
Mcmorial Fund Publication, 1941), 75-93.
5, 1-12.
I
102 TEORIA SOCIOLOGICA INFLD]O SOBRE LA INVESTIGACION EMPíRICA 101
!
nueva, más adecuada a Ias necesidades de Ia ocasión. Pero, en todo momento
INTERPRETACIONES SOCIOLÓGICAS "POST FACTUM"
particular, hay que estar preparado para ver que los conceptos rectores pue·
den, y con frecuencia 10 hacen, ir detrás de Ias exigencias deI momento para
Ia conducta. Durante Ios periodos, a veces prolongados, de retraso, producen Ocurre con frecuencia en Ia investigación social empírica que se recogen
su dafio conceptos mal aplicados. Pero Ia misma inadecuación deI concepto los datos y sólo más tarde se someten a un comentario interpretativo. Este
para Ia situación, reconocida mediante una experiencia penosa, exigirá con procedimiento en que Ias observaciones están a Ia mano y Ias interpretacíoncs
frecuencia forrnulaciones autocorrectoras y más apropiadas. La tarea es des- se aplican después a Ios da tos, tiene Ia estructura lógica de Ia investigación
cubrir el retraso conceptual y liberamos de Ias normas de mala conducta clínica. Las observaciones pueden tener el carácter de historias de casos o
cognoscitiva que tiende a producir."? estadístico. La característica que define este procedimiento es Ia introdnc-
Una tarea más deI análisis conceptual es establecer indicadores observa- ción de una interpretación después de haber hecho Ias observaciones, y 110 Ia
comprobación empírica de una hipótesis preformulada. EI supucsto iiuplí-
bles de Ios datos sociales que interesan a Ia investigación empírica. Esfuerzos
cito es que se ha establecido tan plenamente un cuerpo de proposicíones, que
tempranos en esta dirección son manifiestos en Ias obras de Durkheim (y COllS-
puede aplicarse de manera aproximada a los datos entre manos.
tituyen una de sus aportaciones más importantes a Ia sociología). Aunque
Esas explicaciones post [actum, destinadas a "explicar" observacioncs
sus concepciones estructurales según tales lineamientos no llegan a Ia sofis-
difieren en función lógica de los procedimientos especiosamente análogos eu
ticación de formulaciones más recientes, Durkheim utilízó ostensiblemente
que Ios materiales de Ia observación se utilizan para sacar hipótcsís 11m:,
"variables intercurrentes", como Ias que describieron en fecha reciente Tol- vas que habrá que confirmar con nuevas observaciones.
man y Hull, y procuró establecer indicadores de dichas variables." El pro-
Una característica que persuade del procedimiento es que Ias explica
blema, hasta donde necesita ser enunciado para nuestros propósitos inrne-
ciones son realmente congruentes con el conjunto de observacioues. )':slo
dia tos, consiste en idear indicadores de entidades inobservabIes o simbólicas
difícilmente resulta sorprendente, puesto que sólo se selecciorian 1;15hipúlcsis
(por ejemplo, Ia cohesión social), indicadores que puedan apoyarse teórica-
poet [actuni que están de acuerdo con Ias observaciones, Si el supucsro h;ísi('(I
mente. El análisis conceptual se convierte así en base para una estimación
se sostiene -a saber, que Ia interpretación post [acium utiliza tcorins 111\ly
crítica inicial y periódica de Ia medida en que signos o símbolos supuestos son
confirmadas-, entonces, en realidad, este tipo de explícación "arroja raym
indicadores adecuados deI substrato social. Dicho análisis sefiala pistas para
de luz en el oscuro caos dc los materiales". Pero si, como es más frccucut c ('li
determinar si en realidad el indicador (o instrumento de medida) resulta
interpretación sociológica, Ias hipótesis post factum son también acl 1/0<1,
adecuado para Ia ocasión.P
o por 10 menos, no tienen más que un grado ligero de comprobnción previu,
cntonces esas "explicaciones precoces", como Ias Ilamó H. S. Sullivuu, pul
10 Un estudio extenso aparece en el volurnen p6stumamente publicado de escritos cscogidos ducen una sensación falsa de adecuación a expensas de no illstigar 111\('ViI~
de B. L. Whorf titulado Language, Tbougli: and Reality (Cambridge, Technology Press of M. I. T., iI1vestigaciones.
1956). Es Ia posición whorfiana extrema Ia que ataca Joshua Whatmough en su Language: A Modern
Synthesis (Nueva York, St Martin's Press, 1956), 85, 186-7, 227-34. Pero 10s proyectiles bien Las explicaciones post factum perrnanecen en el nivel de 10 (/([,I/;,~i1)f,'
colocados de Whatmough no destruyen por completo Ia posición de Whorf, sino que sólo 10 obligan (haja valor probatorio) y no conducen a una "evidencia quc se i1l1])OIH'"
a retirarse a una posición más reducida y defendible. Conceptos socialmente atrincherados afec-
tan a Ia percepci6n, el pensamiento y Ia conducta, pero Ia estructura del lenguaje proporciona campo (alto grado de confirmación). La admisibilidad, a diferencia dc Ia evidencia
suficiente para que conceptos inapropiados sean reemplazados por conceptos más adecuados. Una (P1C se impone, se tiene cuando una interpretación es congrucntc ('011 1111
revisi6n cornprensiva de las idcas de Whorf se encontrará en "An examination of the conccptions
of Benjamin Whorf in the Iight of the pries of perception and cognitíon", por Franklin Fearing, en ('l1crpo de datos (que en realidad dio, tipicamente, lugar a Ia decisión de IIsar
Languagc in Culture, ed. por Harry Hoijer (University of Chicago Press, 1954), 47-81. lI11a interpretación y no otra). También implica que no fueron cxplor.ul.i-,
11 La formulaeión básica de Durkheim, diversamente repetida en todas sus monografías, dicc otras interpretaciones igualmente congruentes con los datos y que h~ il1k
10 siguiente: "Es necesario ... sustituir el hecho interno que se nos escapa por un hecho externo
que 10 simbolice y estudiar el primero a través del segundo." Véanse sus Rules of Sociological rcncías sacadas de Ia interpretación no fueron comprobadas por nuevas ohsl'l'
Method, capo lI; y Le Suicide (Paris, F. Alcan, 1930), 22 ss. Un examen muy detallado de Ias v.rciones,
opinioncs de Durkheim sobre indicadores socialcs se encuentra en Emile Durkhcim and liis So-
ciology, por Harry Alperr (Nueva York, Columbia University Press, 1939), 120 SS. Sobre el pro-
La falacia lógica subyacente en Ia explicación post [actuin sc apoya eu
blema general véase "The prohlem of Intervcning Variables in molar behavior theory", por C. L. vi hecho de que se díspone de diversidad de hipótesis poco afinadas, cada
Hull, cn Psychological Review, 1943, 50, 273-91. II1Ia con cierto grado de confirmación pero destinadas a explicar conjuntos
12 Entre Ias muchas funciones del análisís conceptual en este punto está Ia de hacer investiga-
ciones acerca de si el indicador es "neutral" o no en relación con su ambiente. Investigando 10s de hechos por completo contradictorios. EI método de Ia explicación ()Os,
supucstos qtle sirven de base a Ia selección I(y a la validación para tina población dada) de observa- [actum. no conduce por sí mísmo a Ia nulificabilidad, al1nque no sca más
blcs como indicadores (por ejemplo, Ia afiliación religiosa, una escala de actitudes), el análisis '1IIe por 10 totalmente flexible que es. Por ejemplo, puede registrarse que "los
conceptual inicia pruebas apropiadas de Ia posibilidad de que eI indicador se haya disociado de su
substrato, Una cxposición clara de este punto consta en "A basis for scaling qualitative data,', por dcscmpleados tienden a leer menos libros que cuando estaban ocupados",
Louis Cuttuian, cn Arncrican Sociological Review, 1944, 9, 139-50, especialmente 149-50. I';slo se "explica" por Ia hipótesis de que Ia ansiedad aumenta a consecuencía
104 TEORÍA SOCIOLóGICA INFLDJO SOBRE LA INVESTIGACI6N EMPíRICA 105

del desempleo y, en consecuencia se hace difícil toda actividad que exige


GENERALIZACIONES EMPÍRICAS EN SOCIOLOGÍA
concentración, como Ia lectura. Este tipo de explicación es admisible, ya que
hay pruebas de que puede presentarse en situaciones sernejantes un aumento Se dice no pocas veces que eI objeto de Ia teoría sociológica es llegar a enun-
de Ia ansiedad, y ya quc un estado de preocupación morbosa impide Ia acti- ciados de uniformidades sociales. Ésta es una afirmación elíptica y en conse-
vidad organizada. Pcro si se dice después que los datos originales eran erróneos cuencia necesita ser aclarada. Porque hay dos tipos de enunciados de uni-
y es un hccho que "Ios desempleados leen más que antes", puede invocarse formidades sociológicas que difieren de manera importante en sus relaciones
inmediat.uncntc una nueva explicación poet factum. La explicación dice
con Ia teoría. EI primem de ellos es Ia generalización empírica: una propo-
entonccs quc los desempleados disponen ele más tiempo y que se entregan sición aislada que resume uniformidades observadas de relaciones entre dos
a una actividud orientada a aumentar sus destrezas personales. En consecuen- o más variables.'? La literatura sociológica abunda en tales generalizaciones,
cia, lccn m.is qlle antes. Así, cualesquiera que sean Ias observaeiones, puede que no fueron asimiladas a Ia teoría sociológica. Así, pueden citarse como
cncontrarsc una nueva interpretación que "se ajuste aIos hechos".13 Este ejemplo Ias "leyes" deI consumo, de Engel, 10 mismo que eI resultado a que
ejcmplo pucde ser suficiente para indicar que esas reeonstrucciones sirven llegó Halbwachs de que los trabajaderes gastan más en comida por unidad
sólo como ejemplos y no como pruebas. adulta que los empleados de "cuello blanco" deI mismo grupo de ingreso."
Esta inadecuación lógica de Ia interpretación post factum es Ia que mo- Tales generalízaciones pueden ser más o menos exactas, pero esta no afecta
vió a Peirce a observar:
a su lugar lógico en Ia estructura de Ia investigación. EI resultado a que lle-
garon Groves-Ogburn para una muestra de ciudades norteamericanas, de que
Es eseneial a Ia induceión que Ia conseeuencia de Ia teoría se infiera primero "Ias ciudades con un porcentaje mayor de gente empleada en Ia manufactura
e11relación con el resultado desconocido, o virtualmente desconocído, deI experi- también tienen, por término medio, porcentajes ligeramente mayores de jóve-
mento; y que éste sólo se averigüe virtualmente después. Porque si observamos los nes casados", fue expresado enuna ecuación que indica el grado de esa rela-
fenómenos para encontrar coincidencias C011Ia teoria, es mera cuestión de inge- ción, Aunque Ias proposiciones de este tipo son esenciales en Ia investigación
nio e industria el grado de acuerdo que encontremos.t+
crnpírica, una miscelánea de tales proposiciones sólo suministra Ias materias
primas para Ia sociología como disciplina. La tarea teórica, y Ia orienta-
Estas reconstrucciones sosIayan típicamente una formulación explícita ción de Ia investigación empírica hacia Ia teoría, empiezan cuando se esta-
de Ias condiciones en que se encontrará que son ciertas Ias hipótesis. A fin de blece por tanteo Ia relación de Ias uniformidades con un conjunto de propo-
llenar ese requisito lógico, Ias interpretaciones habrán de ser necesariamente siciones relacionadas entre sí. La idea de Ia investigación dirigida implica, en
predictivas y no posdictivas. parte,19 que Ia investigación empírica está organizada de manera que si se
Como caso que viene a punto, podemos citar Ia frecuencia con que Blu- descubren uniformidades empíricas, éstas tienen consecuencias directas para
mer afirma que los análisis de documentos que hacen Thomas-Znaníecki nu sistema teórico. En Ia medida en que Ia investigación es dirigida, Ia ex
"pareceu meramente admisibles" .15 La base de Ia admisibilidad descansa en
17 Este uso de Ia palabra "empírico" es cornún, como advierte Dewey. En este contexto, "em-
Ia congruencia entre Ia interpretación y los datos; Ia falta de pruebas que "frico significa que el contenido de una proposición dada que tiene inferencia existencial representa
se impongan arranca del hecho de no suministrar pruebas distintivas de Ias s610 un conjunto de agrupaciones uniformes de características cuya existencia se ha observado repe-
Iidamente, sin que se sepa en absoluto por qué existe Ia agrupación, sin una teoria que enuncie su
interpretaciones aparte de su congruencia con Ias observaciones iniciales. EI
,adm de ser". Logic: The Theory of Inquiry, por John Dewey (Nueva York, Henry Holt and Co.,
análisis se ajusta aIos hechos, y no hay indicio de qué datos exactamente )1)38), 305.
habría que tomar para contravenir Ias interpretaciones. En consecuencia, Ia 18 Véase una considerable coleccíón de tales uniformidades resumidas por C. C. Zimmerman
111 Consumption and Standards oi Living (Nueva York, D. Van Nostrand Co., 1936), 51 S5.
prueba documental simpIemente ilustra y no comprueba Ia teoria.l" ] 9 "En parte", aunque no sea más que porque aminora Ias posibilidades de obtener nuevos
,c."dlados prometedores y limita las investigaciones completamente a Ia comprobaci6n de hip6tesis de-
terminadas de antemano. Corazonadas originadas en el curso de Ia investigación que no pueden tener
implicaciones inmediatamente obvias para un sistema teórico más amplio pueden terminar en eJ
13 No se han reunido los datos pertinentes. Pero, sobre Ia admisibiJidad de Ia segunda inter- cI('scnbrimientode uniformidades empíricas que después pueden incorporarse a una teoria. Por
ipretaci6n, véase People and Print: Social Aspeets of Reading in the Depression, por Douglas Waples (';<:1111'10, en Ia sociologia de Ia conducta política se ha establecido recientemente que cuanto mayor
(Chicago, Chicago University Press, 1937), 198. (OS cl número de presiones socíales a que están some tidos los electores, menos ínterés demuestran
14 Col/eeted Papers de Charles Sanders Peirce, editados por Charles Hartshome y Paul Weiss ru una elecci6n presidencial :(The People's Choice, por P. F. Lazarsfeld, Bernard Berelson y Haze1
Cambridge, Harvard University Press, 1932), lI, 496. Gaudet [Nueva York, Duell, Sloan and Pearce, 1944), 56-64). Este resultado, que fue totalmente
15 An Appraisal of Thomas and Znanieeki's "Tbe Polísh Peasant in Europe and America", por imprevisto cuando se forrnuló por primera vez Ia investigación, muy bien puede iniciar orientaciones
Herbert Blumer (Nueva York, Social Scíence Research Council, 1939), 38, véase tambíén ibid., 39, uuevas de investigaci6n sistemática de Ia conducta política, aun cuando todavia no está integrado
44, 46, 49, 50, 75. cn una teoria generalizada. La investigación emíprica fructífera no sólo comprueba hipótesís teóri-
16 Es difícil ver en qué se funda Blumer para afirmar que Ias interpretaciones no pueden ser camente derivadas, sino que también origina hipótesis nuevas, 'Esto puede llamarse el ingrediente
meros casos de ílustración de una teoria. Su comentario de que los materiales "adquieren una ím- de "serendipídad" de Ia investigaci6n, o sea el descubrimiento, por easualidad o por sagacídad, de
portancia y nu sentido que no tenían" podría aplicarse a Ias explicaciones post factum en general. I resultados válidos que no se buscaban.
106 TEORIA SOCIOLóGICA INFLUJO SOBRE LA INVESTIGACION EMPíRICA 107
plicación racional de Ias resultados está formulada antes de obtener los re- Este caso sirve para sefíalar eI lugar de Ias generalizaciones empíricas en
sultados. relación con Ia teoría y para ilustrar Ias diferentes funciones de Ia teoría.
TEORÍA SOCIOLÓGICA
1. Indica que la aplicabilidad teórica no está intrínsecamente presente
ni ausente en Ias generaIizaciones empíricas, sino que aparece cuando Ia gene-
El segundo tipo de generalización sociológica, Ia llamada ley científica, di- ralización es conceptualizada en abstracción de orden más elevado (cato-
fiere de Ia anterior en Ia medida en que es el enunciado de una invariancia licismo -cohesión social- ansiedades aliviadas- índice de suicídios) que
derivable de una teoría. La escasez de tales leyes en el campo de Ia sociología están incorporadas en enunciados más generales de relaciones." Lo que ini-
quizás refleja Ia bifurcación que prevalece de teoría e investigación empírica. cialmente se tomó como una uniformidad aislada se enuncia como una rela-
A pesar de los muchos volúmenes que tratan de Ia historia de Ia teoría socio- ción, no entre Ia afiliación religiosa y Ia conducta, sino entre grupos con
lógica y a pesar de Ia plétora de investigaciones empíricas, Ias sociólogos ciertos atributos conceptuaIizados (cohesi6n social) y Ia conducta. EI campo
(incluido el autor) pueden discutir los criterios lógicos de Ias leyes sociológi- del resultado empírico origina rio se amplía considerablemente, y algunas
cas sin citar un solo ejemplo que satisfaga plenamente esos criterios.ê? uniformidades aparentemente dispares aparecen relacionadas entre sí (así,
No faltan por completo aproximaciones a esos criterios. Para presentar pueden derivarse de Ia misma teoría diferenciaIes en los índices deI suicidio
Ias relaciones de Ias generalizaciones empíricas con Ia teoría y formular Ias entre personas casadas y soIteras).
funciones de Ia teoría, puede ser útil examinar un caso familiar en el que 2. Una vez establecida Ia aplicabilidad teórica de una uniformidad deri-
esas generalizaciones fueron incorporadas en un cuerpo de teoría sustantiva. vándola de un cuerpo de proposiciones relacionadas entre sí, aportamos 10
Así, hace ya mucho tiempo que se estableció como una uniformidad estadís- uecesarío para Ia cumulacíón tanto de teoría como de resultados de Ia inves-
tica que en diversidad de poblaciones los católicos tienen una proporción de tigación. Las uniformidades diferenciales en Ia proporción de suicidios con-
suicidios más baja que los protestantes." En 'esta forma Ia uniforrnidad plari- firman más aún el cuerpo de proposiciones del cual se han derivado esas y
teaba un problema teórico. Constituía simplemente una regularidad empí- otras uniformidades. Éstaes una de Ias principales funciones de Ia teoria
rica que sería importante para Ia teoría sólo si podía ser derivada de un con- sistemática.
junto de proposiciones, tarea que Durkheim se asignó a sí mismo. Si enun- 3. Mientras Ia uniformidad empírica no conduce por sí misma a inferir
ciamos sus supuestos teóricos de una manera formal, se hace claro el diversas consecuencias, Ia reformuIación da origen a consecuencias diferentes
paradigma de su análisis teórico: cn campos de conducta completamente alejados del de Ia conducta suicida.
Por ejemplo, investigaciones sobre Ia conducta obsesiva, Ias preocupaciones
1. La cohesión social proporciona apoyo psíquico a individuos del grupo morbosas y otras conductas inadaptadas han descubierto que también todas
sometidos a tensiones y ansiedades agudas. cllas deben relacionarse con insuficiencias de Ia cohesión deI grupO.24 La
2. Los índices de suicidios son funciones de ansiedades y tensiones no alivia- conversión de uniformidades empíricas en enunciados teóricos aumenta, pues,
das a que están sometidas Ias personas. la fecundídad de Ia investigación mediante Ia exploración sucesiva de impli-
3. Los católicos tíenen una cohesión socialrnayor que Ias protestantes.
«aciones.
4. Por 10 tanto. podia preverse una proporción menor de suicídios entre los
católicos que entre 10s protestantes.P 4. AI proporcionar una explicación racional, Ia teoría ofrece una base
!lClra la predicción más segura que Ia mera extrapolación empírica de tenden-
20 Véase, por ejemplo, el estudio de George A. Lundberg titulado "The coneept of law in the
cias observadas anteriormente. Así, si medidas independientes indicasen un
social scienees", en Philosophy oi Science, 1938, 5, 189-203, que afirma Ia posibilidad de dichas .lcscenso de Ia cohesión social entre los católicos, el teórico podría predecir
leyes sínexponer ningún caso oportuno. El libro de K. D. Har, Social Laws (Chapel Hill, University una tendencia al aumento del índice de suicidios en ese grupo. EI empirista
of North Carolina Press, 1930), no eumple Ia promcsa implícita en el título. Un cuerpo de cientí-
ficos nacionales que estudian Ia posibilidad de formular leyes soeiales encuentra difícil presentar 110 teórico no tendría, empero, más remedio que predecir a base de extra-
ejemplos (Blumer, op. cít., 142-50). polación,
21 No es necesario decir que esta afirmación supone que la educación, el ingreso, Ia naciona- 5; La lista precedente de funciones presupone un atributo más de Ia
lidad, Ia resistencia rural-urbana, y otros factores que pueden volver falso ese resultado se han man-
tenido constantes. teoría que no es completamente cierto de Ia formulación de Durkheim, que
:1:2 No necesitamos examinar más aspectos de este ejemplo, tales como, 1) Ia medida en que
hemos enunciado adecuadamente las premisas implícitas en Ia interpretación de Durkheim; 2) el 23 Thorstein Veblen expuso esta eon su típico vigor: "Todo esta puede parecer como tomarse
análísis teórico suplementario que tomaría esas premisas no como dadas sino como problemáticas; Irabajo por trivialidades. Pero Ias datos de que trata una invcstigación científica son trivialidades
3) Ias bases sobre Ias cuales se detiene en nn punto y no en otro Ia regresión en potencia infinita. cn cualquier otro respecto que aquel en que tienen importancia." The Place oi Scicnce in Modem
de Ias interpretaciones teóricas; 4) Ias problemas implícitos en la introducción de variables íntercu- Civilízatiol1 (Nueva York, Viking Press, 1932), 42.
rrcntcs como Ia variación social, que no son medidas en forma directa; 5) Ia medida en que Ias 24 Véase, por ejemplo, Human Problems oi an Industrial Civilization, de Elton Mayo (Nueva
premísas han sido empíricamente confirmadas; 6) el nivel hasta cierto punto bajo de abstracción York, Macmilla.i Co., 1933), 113 et passim. La armazón teórica utilizada en 10s cstudios de morar
representaclo por este ejemplo; y 7) el hecho de que Durkheim derivó varias generalizaciones empí- inclustrial hechos por Whítehead Roethlisberger y Dickson nacieron en buena parte de Ias formula-
ricas de este mismo cuerpo de hipótesis, cioncs de Durkheim, como Ia atestiguan Ias autores.
108 TEORIA SOCIOL6GICA INFLUJO SOBRE LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA 109

origina un problema general y que acosó en forma especial a Ia teoría socio- de vista inadvertidamente problemas importantes. De manera similar, Ia
lógica, por 10 menos basta abora. Si Ia teoría ba de ser fecunda, tiene que presión, bacia Ia congruencia lógica ha inducido a veces a Ia logomaquia y
ser suficientemente precisa para ser determinada. La precisión es un ele- Ia teorización estéril, en Ia medida en que los supuestos contenidos en eI
mento integrante del criterio de comptobabilidad. La prevaleciente presión sistema de análisis estén alejados de referencias empíricas o impliquen abs-
para Ia utilización de datos estadísticos en sociología, siempre que sea posi- tracciones tan elevadas que no permitan Ia investigación empírica/" Pero Ia
ble, para controlar y compro bar inferencias teóricas, tiene una base justifi- justificación de 10s criterios de investigación no está viciada por tales abusos.
cable cuando tenemos en cuenta ellugar lógico de Ia precisión en Ia inves-
tigación disciplinada. DERIVACIONES Y CODIFlcAcróN FORMALES
Cuanto más precisas sean Ias inferencias (predicciones) que pueden sa-
carse de una teoria, menor es Ia probabilidad de que eiras bipótesis sean Esta limitada exposición por 10 menos ha sefialado Ia necesidad de una
adecuadas para esas predicciones. En otras palabras, Ias predicciones y los re1ación más estrecha entre Ia teoría y Ia investigación empírica. La división
datos precisos sirven para reducir los efectos empuicos sobre Ia investigación actual en Ias dos cosas se manifiesta en marca das discontiuuidedes en Ia
de Ia falacia lógica de afirmar el consecuente.ê" Es bien sabido que predíc- investigación empíríca, por un lado, y en una teorización sistemática sin
ciones verificadas derivadas de una teoría no prueban ni demuestran Ia teo- el apoyo de Ia comprobación empírica, por el otro.29 Es notorio que hay
ría; sólo suministran una medida de Ia confirmación, porque siempre es posi- pocos ejemplos de investigación consecutiva que haya investigado cumulati-
ble que otras hipótesis sacadas de sistemas teóricos diferentes puedan explicar vamente una sucesión de hipótesis derivadas de una teoría dada. Antes bíen,
también 10sfenómenos predichos." Pero Ias teorías que admiten prediciones tiende a haber una marcada dispersión de investigaciones empíricas, orienta-
precisas confirmadas por Ia observación adquieren importancia estratégica, ya das hacia un campo concreto de Ia conducta humana, pero careciendo de una
que proporcionan una base inicial para elegir entre hipótesis competidoras. orientación teórica central. La plétora de generalizaciones empíricas díscon-
En otras palabras, Ia precisión refuerza Ia probabilidad de acercarse a una tinuas y de interpretaciones post factum reflejan ese tipo de investigación.
observación o un experimento "decisivos". EI gran volurnen de orientaciones generales y de análisis conceptuales, en
La coherencia interna de una teoria tiene una función muy parecida, cuanto diferentes series de hipótesis relacionadas entre sí, reflejan a su vez
porque si se sacan de un sistema teórico diferentes consecuencias empírica- Ia tendencia a una actividad teórica separada de Ia investigación empírica.
mente confirmadas, esto reduce Ia probabilidad de que teorías competidoras Es un lugar común que Ia continuidad, y no Ia dispersión, sólo puede Iograrse
puedan explicar de manera adecuada los mismos datos. La teoría unificada si los estudios empíricos son orientados por Ia teoría y si Ia teoría es empiri-
sustenta una medida de confirmación mayor que hipótesis diferentes y sin camente confirmable. Sin embargo, es posible ir más allá de estas afirmacio-
relación entre sí. acumulando así mayor valor probatorio. nes y sugerir ciertas convenciones para Ia investigación sociológica que po-
Ambas presiones -bacia Ia precisión y hacia Ia coherencia lógica pue- drían facilitar muy bien este proceso. Esas convenciones pueden llamarse
den conducir a una actividad improductiva, particularmente en Ias ciencias "derivacíón formalizada" y "codificación" .3D
sociales-. De todo procedimiento puede abusarse 10 mismo que usarse. Una Tanto en Ia intención como en Ia exposición de investigaciones empí-
insistencia prematura sobre Ia precisíón a toda costa puede esterilizar hípóte- ricas puede hacerse una convención definida de que sean explicitamente
sis imaginativas. Puede conducir a una reformulación del problema cientí- formuladas Ias bipótesis y, siempre que sea posible, sus fundamentos teóricos
fico a fin de hacer aplicabIe Ia medida, con 10 cual en ocasiones resultará (supuestos y postulados). La exposición de datos debiera bacerse en relación
que Ios materiales subsiguientes no tengan relación con el problema inicial- con su aplicación inmediata para Ias hipótesis y, derivadamente, para Ia teo-
mente planteado.ê? AI buscar precisión, hay que poner cuidado en no perder ría subyacente. Debiera llamarse en forma específica Ia atención a Ia intro-
ducción de variables interpretativas distintas de Ias implícitas en Ia formula-
25 EI paradigma de "Ia prueba mediante Ia predícción" es, desde luego, falaz lógicamente:
Si A (hip6tesis). entonces B (predicción). B es observado. Luego A cs cierto.
cíón originaria de Ias hipótesis, y el efecto de éstas sobre Ia teoría debiera
Esto no es muy perturbador para Ia investigación científica, por cuanto no resultan afectados indicarse también. Las interpretaciones post factum que inevitablemente se
más que criterios formales.
26 Piénsese, como caso oportuno, que diferentes teóricos predíjeron Ia guerra y conflictos moro
tíferos en gran escala a mediados deI siglo. Sorokin y algunos marxistas, por ejemplo, formularon 28 A esta práctica se refiere E. Ronald Walker, en el campo de Ia economía, con el nombre de
esta prcdícción sobre Ia base de sistemas teóricos completamente diferentes. El estallido real de con- "plaga teórica". From Economic Theory to Policy (Chicago, University of Chicago Press, 1943),
flíctos en gran escala no nos permite por sí solo elegir entre los sistemas de análisis, aunque 5610 capítulo IV.
sea porque el hecho obervado es congruente con Ios dos. Ünicarnente si Ias predicciones hubieran 29 Véase a este respecto el dramático ejemplo de tal discontínuidad citado en eI capítulo I (es
sido tan especifica das, tan precisas, que los acontecimientos reaIes coincidieran con una predicción elecir, eI redescubrimiento recíente deI grupo primario en Ias asociaciones formales algunas décadas
y no con Ia otra, se habría establecido una comprobación determinada. después de haber sido detalladamente tratado por Thomas y Znaniecki).
27 Stuart A. Rice comenta esta tendencia en Ia ínvestígación de Ia opinión pública; véase 30 Sin duda estas convenciones son deducción e inducción, respectivamente. Nuestro único in-
Eleven Twenty-síx: A Decade of Social Science Research, ed. por Louis Wirth (Chicago, Uníversity- terés en este punto es traducir 10s procedimicntos lógicos en términos apropiados para Ia investigación
of Chicago Prcss, 1940), 167. y Ia teoría sociológicas actuales.
llO TEORíA SOCIOLóGICA INFLUJO SOBRE LA INVESTIGACION EMPíRICA III

presentarán cuando se descubran relaciones nuevas e inesperadas debieran codificada, aun tan tosca como ésta, origina problemas teóricos que fácil-
formularse de manera que se haga evidente Ia dirección de Ia investigación mente pasarian inadvertidos si los diferentes resultados empíricos no fuerau
posterior de prueba. Las conc1usiones de Ia investigación muy bien podrían reexaminados dentro de un mismo contexto. Está reconocido que Ia codifi-
incluir no sólo una exposición de los resultados respecto de Ias hipótesis ini- cación, como procedimiento que complementa Ia derivación formal de hipó-
ciaIes sino, cuando sea oportuno, Ia indicación del orden de observaciones tesis que han de comprobarse, facilitará el desarrollo paralelo de una teoria
necesarias para comprobar otra vez Ias nuevas implicaciones de Ia investiga- sociológica viable y una investigación empírica pertinente.
ción. La derivación formal de este carácter tuvo un efecto saludable en
psicologia y en economía, que condujo, en un caso, a experimentos en serie,al
y en el otro a una serie articulada de investigaciones. Una consecuencia de
esa formalización es que sirve de control sobre Ia introducción de interpre-
taciones sin relación entre sí, indisciplinadas y difusas. No impone al lector
Ia tarea de indagar Ias relaciones entre Ias interpretaciones incorporadas al
texto.32 Sobre todo, prepara el camino para Ia investigación consecutiva y
cualitativa y no para un montón fragmentado de investigaciones dispersas.
El procedimiento correlativo que parece necesario es el que Lazarsfeld
llarna "codificación". Mientras Ia derivación formal enfoca nuestra atención
sobre Ias implicaciones de una teoría, Ia codificación procura sistematizar Ias
generalizaciones empíricas de que se dispone en esferas aparentemente dife-
rentes de Ia conducta. Más bien que permitir que esos resultados empírica-
mente separados queden abandonados o sean referidos a zonas distintivas de
conducta, el intento deliberado de establecer hipótesis provisionales aplica-
bles promete ampliar Ia teoría existente, sujeta a ulteriores investigaciones
empíricas. Así, muchos resultados empíricos obtenidos en campos como Ia
propaganda y Ia opinión pública, Ias reacciones ante el desempleo y Ias reac-
ciones de Ias famílias ante Ias crisis indican que cuando los individuos se
encuentran ante un "estímulo-norma objetivo" deI que se esperaba que pro-
duciría reaciones contrarias a Ias "predisposiciones iniciales" de aquellos, su
conducta real puede predecirse con mejor éxito a base de predisposiciones
que de estímulos-normas. Esto está implícito en los "efectos de bumerang"
de Ia propaganda.w en Ios resultados sobre reacciones adaptadas e inadap-
tadas al desempleo.ê- yen Ias investigaciones sobre Ia estabilidad de Ias famí-
lias que hacen frente a severas reducciones deI ingreso." Una formulación

31 Es notable en este respecto Ia obra de Clark Hul! y sus colaboradores. Véase, por ejemplo,
Principies of Behavior, de Hul! (Nueva York, D. Appleton-Century Co., 1943); también esfuerzos
comparables hacia Ia formalizaci6n en los escritos de Kurt Lewin (por ejemplo, Studies in Topoío-
gical and Vector Psychology, I, por Kurt Lewin, Ronald Lippitt y S. K. Escalona ["University of
Iowa Studies in Child W'elfarc", VaI. XVI (Iowa City, 1940)], 9-42).
32 Un libro como Caste and Class in a Southern Town, de [ohn Dol!ard, abunda en suges-
tioncs, pcro es una tarea enorme para el lector formular explicitamente 10s problemas teóricos ata-
cados, Ias variables interpetativas y los supuestos implícitos eu Ias iutepretaciones. Pero es necesarío
hacer todo eso si 10 que uno se propone es una sucesíón de estudios fundados en Ia obra de Dollard,
33 "Studies in radio and film propaganda", por Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton, en
Transacnons of the New York Academy of Sciences, Serie Ir, 1943, 6, 58-79.
34 "Attitudes and unemploymcnt", por O. M. Hall, en Archives of Psychology, NQ 165 (marzo
de 1934); The Unemployed Worker, por E. W. Bakke (New Haven, Yale University Press, 1940).
3t1 Tlie Unemployed Man and Ris Fami1y, por Mirra Komarovsky (Nueva York, Dryden Press,
1940); The Fami1y Encounters the Depression, por R. C. Angell (Nueva York, Charles Scribner's
Sons, 1936); Restudy ai the Docurnenrs Analyzed by Angell in The Family Eucounters the Deptes-
síon, E. W. Burgess, R. K. Merton y otros (Nueva York, Social Science Research Council, 1942).
INFLU]O SOBRE LA TEORIA SOCIOLóGICA 113
investigadora. Y, como saben muy bien Ias lógicos, al purificar Ia experiencia
el modelo lógico puede también deformarIa. Como otros modelos, prescinde
IH. INFLU]O DE LA INVESTIGACION EMP1RICA SOBRE de Ia sucesión temporal de los acontecimientos. Exagera el papel creador de
LA TEORIA SOCIOLóGICA Ia teoría explícita 10 mismo que reduce aI mínimo el papel creador de Ia
observación. Porque Ia investigación no es meramente lógica mezclada con ob-
LA HISTORIA tiene cierto don para hacer anticuados los clichés. Así puede servación. Tiene sus dimensiones psicológicas 10 mismo que sus dimen-
verse, por ejemplo, en el desarrollo histórico de Ia sociología. EI cliché dei siones lógicas, aunque apenas podría sospecharse esto en vista de Ia ordena-
teórico social elevado aI empíreo de Ias ideas puras no contaminadas por los ción lógicamente rigurosa en que suele exponerse Ia investígación.ê Son Ias
hechos mundanos, se está quedando rápidamente no menos anticuado que presiones psicológicas y lógicas de Ia investigación sobre Ia teoría social 10 que
el cliché deI investigador equipado con un cuestionario y un lápíz y entre- nos proponemos investigar.
gado con pasión a Ia caza de estadísticas aisladas e insignificantes. Porque Mi tesis central es que Ia investigación empírica va mucho más allá der
al levantar Ia mansión de Ia sociología en Ias últimas décadas, el teórico y e1 papel pasivo de verificar y comprobar Ia teoría: hace más que confirmar o
empírico aprendieron a trabajar juntos. Más aún, aprendieron a hablar entre refutar hípótesis. La investigación juega un papel activo: realiza por 10 me-
sí durante el trabajo. Esta significa, en ocasiones, que un sociólogo aprendió nos cuatro funciones importantes que ayudan a dar forma al desarrollo de Ia
sólo a hablarse a sí mismo, ya que cada vez más el mismo individuo se ha teoría: inicia, formula de nuevo, desvia y clarifica Ia teoria,"
venido encargando de Ia teoría y de Ia investigación. La especialización y Ia
integración se han desarrollado una junto a Ia otra. Todo esto ha conducido
no sólo a darse cuenta de que Ia teoría y Ia investigación empírica debieran l. EL TIPO "SERENDIPITY"(EL DATOIMPREVISTO,ANÓMALOY ESTRATÉGICO

influirse mutuamente, sino al resultado de que en. efecto se influyan. EJERCEPREsrÓNPARAINICIARLA TEORÍA)
En consecuencia, decrece Ia necesidad de que Ias exposiciones acerca de
Ias relaciones entre Ia teoría y Ia investigación tengan una carácter totalmen- En determinadas condiciones, el resultado de una investigación da origen a
te programático. Un volumen creciente de investigación orientada hacia Ia Ia teoría social. En un trabajo anterior se expresó esto demasiado breve-
teoría hace que sea cada vez más posible estudiar Ias relaciones reales entre mente deI modo siguiente: "La investigación empírica fructífera no sólo
una y otra. Y, como todos sabemos, no escasean tales estudioso Las revistas comprueba hipótesís teóricamente derivadas; origina también hipótesis nue-
los publican en abundancia. Por 10 general giran en torno del papel de Ia vasoPuede llamarse a esto el elemento 'serendipíty' de Ia investigación, o sea,
teoría en Ia investigación, formulando, a veces con lucidez admirable, Ias fun- el descubrimiento, por casualidad o por sagacidad, de resultados válidos que
ciones de Ia teoría en Ia iniciación, designio y prosecución de Ia investigación no se buscaban." 4 El tipo "serendipty" 5 se refiere a Ia experiencia bastante
empírica. Pero como ésta no es una relación en una sola dirección, sino que
2 Véase "Science, population and society", por R. K. Merton, en The Scientific MOlltlJly,
Ias dos se influyen mutuamente, quizás sea útil examinar Ia otra dirección 1937, 44, 170·71; el oportuno estudio de Jean Piaget titulado Judgment and Reasoning ÍJI lho
de Ia relación: el papel de Ia investigación empírica en el desarrollo de Ia Child (Londres, 1929), caps. v y IX, Y el comentario de William H. George: The Scicntist I,a
teoría social. Tal es el propósito de este capítulo. Action (Londres, 1936), 153. "Una investigación no avanza según el modo en que está 'descrita'
para Ia publicaci6n".
3 La cuarta función, cIarificación, fue desarrollada por Paul F. LazarsfeId en revistas.
4 "Sociologícal Theory", por R. K. Merton, en American Joarnal of Sociology, 1945, ,0,
LAS FUNCIONES
TEÓRICAS
DELA INVESTIGACIÓN 469 n. Es interesante que esta misma extrafia palabra "screndipity" que había tenido poca circula-
ción desde que Ia acufió en 1754 Horacio Walpolc, haya sido empleada para referirse a este COIII-
ponente de Ia investigación por el fisiólogo Walter B. Cannon. Véase su obra The Way (li UD
Con algunas excepciones notorias, los estudios sociológicos recientes han Investigator (Nueva York, \V. W. Norton, 1945), capo TV, en e! que cita -numerosos ejcmplos,
asignado sólo una función importante a Ia investigación empírica: Ia compro- 11c serendipidad en diferentes campos de Ia ciencia.
bación o verificación de hipótesis. EI modelo que debe asumir Ia manera ,5 Desde que Ia nota anterior fue escrita en 1946, Ia palabra serendipity, con toda su rlU'C7.11t
etimológica, se ha difundido mucho más allá de 10s límites de Ia cornunidad académica. Puede il\lllo-
adecuada de realizar esa función es tan familiar como claro. EI investigador lrurse Ia notable velocidad de S11 difusión por su aparición más reciente en Ias páginas del Ncw
empieza con una corazonada o una hipótesis, saca de ella diferentes inferen- York Times. EI 22 de mayo de 1949 Waldemar Kaempffert, director de Ia sección científica de)
cias, y éstas, a su vez, se someten a una comprobación empírica que confirma 'l.'iIllCS, tuvo ocasión de refe~ir~e a Ia ser~ndipity. aI resumir ?n ar~ículo ~el ~i~ntHico. investigador
1'.11 ice McDonald, en una pagma escondida dedicada a manífestaciones científicas recíentes, Una.
o refuta Ia hipótesís.' Pero éste es un modelo lógico y, por Ia tanto, no dice "", semanas más tarde, el 14 de junio, Orville Prescott, crítico de libros deI Times diário, evidente-
gran parte de 10 que realmente ocurre en una investigación fructífera. Pre- mente se sintió cautívado por Ia palabra, porque en la revista de un libro en el que eI protagonista
senta un conjunto de normas lógicas, no una descripción de Ia experiencia es aficionado a Ias palabras extraíías, Prescott se pregunta si e! protagonista conoce Ia paIabra sereno
dipi: y. 1<:1Dia de Ia Independencia de 1949 esta palabra tuvo plena aceptación social. Sin comiDo
y sin ncccsitar ya una frase que Ia defina, Ia palabra serendipity aparece, sin justificación ni adere-
1 Véasc, por cjemplo, Ia revisión de procedimientos de "Theory of intervening opportunities"
zos, en Ia primera página de! Times. Alcanza esta prominencia en una noticia de Oklahorna City
de Stouffer por G. A. Lundberg en "What are sociologicaI problems?", American SocloIogical
que rescíia \111 discurso de sir Alexander Fleming, descubridor de Ia penicilina, eu Ia dedicación dI!
Revicw, 1941. 6, 357-69.
112
114 TEORíA SOCIOLóGICA INFLUJO SOBRE LA TEORIA SOCIOLóGICA 115
común de Ia observación de un dato imprevisto, anômalo y estratégico que El tipo serendipity implica, pues, el dato imprevisto, anómalo y estra-
se convierte en ocasión del desarrollo de teoría nueva o de Ia ampliación de tégico que ejerce presión sobre el investigador hacia una nueva dirección de
una teoría existente. Puede describirse rápidamente cada uno de Ias elemen- Ia investigación que amplíe Ia teoría. Casos de serendipidad han tenido lugar
tos del tipo. El dato es, ante todo, imprevisto. Una investigación encami- C11 muchas disciplinas, pero pondré como ejemplo el de una investigación
nada a comprobar una tesis arroja un subproducto fortuito que influye en sociológica reciente. En el curso de nuestra investigación de Ia organización
teorías que no se habían tenido en cuenta al empezar Ia investigación. social de Craftown,? barrio suburbano de unas 700 famílias, en gran parte
En segundo lugar, Ia observación es anómala, sorprendente," ya porque de Ia clase trabajadora, observamos que una gran proporción de residentes
parece incongruente con Ia teoría dominante o ya con otros hechos estable- cstaban afiliados a un mayor número de organizaciones cívicas, políticas y
cidos. En ambos casos, Ia incongruencia aparente provoca curiosidad; estimu- otras de tipo voluntario que en sus anteriores lugares de residencia. De un
la al investigador a "dar sentido aI dato", a situarlo en una estructura más modo por completo accidental observamos además que el aumento de Ia par-
amplia de conocimientos. El investigador sigue explorando. Saca inferencias ticipación en grupos había tenido lugar entre Ias padres de nifios pequenos.
de Ias observaciones, inferencias que dependen en gran medida, naturalmen- Este hecho parecía más bien incongruente con el conocimiento de sentido
te, de su orientación teórica general. Cuanto más se empapa en Ias datas, común. Porque es bien sabido que, particularmente en los niveles económi-
mayor es Ia probabilidad de que encuentre una dirección fructífera para Ia cos más bajos, Ias ninas pequenos suelen sujetar a Ias padres y les impiden
investigación. En Ia circunstancia afortunada de que su nueva corazonada tomar parte en Ia vida organizada de grupo fuera de Ia casa. Pero Ias padres
quede justificada, e1 dato anômalo lleva por último a una teoría nueva o a Ia de Craftown explicaron fácilmente su conducta. "[Ohl, no hay problema
arnpliación de Ia existente. La curiosidad estimulada por e1 dato anómalo eu salir por Ias noches -dijo una madre que pertenecía a varias organiza-
queda temporalmente satisfecha. ciones-. Es fácil encontrar jovencitas para cuidar a los ninas. Hay muchas
Y en tercer lugar, al advertir que el hecho inesperado debe ser estra- IIIÚSjovencitas aquí que donde vivíamos antes."
tégico, es decir, que debe permitir implicaciones que influyan sobre Ia teoría La explicación parece bastante adecuada y habría satisfecho Ia curiosidad
generalizada, nos referimos, por supuesto, más a 10 que el observador pane dcl investigador si no fuese por un dato inquietante: como Ia mayor parte de
en e1 dato que al dato mismo. Porque es evidente que se requiere un obser- Ias barriadas residenciales nuevas, Craftown tiene en realidad una proporción
vador teóricamente sensibilizado aI descubrimiento de 10 universal en 10 par- IIIl1ypequena de adolescentes: sólo el 3.7 por ciento, por ejemplo, en el grupo
ticular. Después de todo, Ias hom bres advirtieron durante siglas ocurrencias de edad de 15-19 anos. Más aún, Ia mayoría de Ias adultos, el 63 por ciento,
tan "triviales" como Ias lapsi linguae, Ias laosi calami, Ias errores tipográficos ticuen menos de 34 anos, de modo que entre sus hijos hay una proporción
y Ias fallas de Ia memoria, pero se necesitó Ia sensibilidad teórica de un Freud excepcionalmente grande de bebés y de nifios pequenos. Así, lejos de haber
para ver en e1los datas estratégicos mediante los cuales pudo ampliar su iuuchas adolescentes para cuidar aIos nifios pequenos en Craftown, Ia verdad
teoría de Ia represión y de Ias actos sintomáticos. ('s todo 10 contrario: Ia proporción de adolescentes entre los ninas menores de
Ia Oklahoma Medical Research Foundatinn. ("Los experimentos de Sir Alexander, que condujeron diez anos es de 1 aIO, mientras que en Ias comunidades de origen Ia pro-
al descubrimiento de Ias drogas modernas contra cnfermcdades mortales -dice Ia noticia bajo el porción sube a 1 por 1.5.8
nombre de Robert K. Plumb-- se citan con frecuencia como ejernplo notable de Ia importancia
de Ia scrcndipity en Ia ciencía. Encontrá Ia penicilina por casualidad, pero estaba preparado para
Así, pues, nos encontramos de pronto con un hecho anómalo que cierta-
buscar sentido aIos accidentes científicos".) En estos viajes desde Ia página esotérica dedicada a mente no formaba parte de nuestro programa de observaciones. Desde luego,
Ia cíencia hasta Ias columnas menos restrictivas de Ia revista de libros y hasta Ia popular primera 110 entramos, y ciertamente no hubiéramos podido entrar, en el campo de
plana, llegó a adquirir carta de naturaleza Ia citada palabra. Quizás no tarde en abrirsc camino
hacia los diccionarios manuales norteamericanos.
iuvestigaciones en Craftown con una hipótesis relativa a una creencia ilusoria
Este es, pues, un caso más en que una palabra, ínadecuada durante mucho tiempo en el len- ('11 Ia abundancia de adolescentes para cuidar nifíos. Fue una observación
guaje cornún, fue rescatada y usada con bastante frecuencia. (Compárese Ia nota 6 de Ia página 144, imprevista y anómala. ~Era también estratégica? No prejuzgamos su impor-
relativa a Ia historia análoga de Ia palabra anomia.) Y aquí puede uno preguntarse de nuevo: lQué
cs 10 que explica Ia resonancia cultural en los últimos anos de esta palabra inventada, de raro sonido I .urcia "intrínseca". Parecía ni más ni menos trivial que Ia observación de
y útil? "relld durante Ia última guerra (en Ia cual tuvo dos hijos en el frente)
Cuestiones de este orden Ias estamos explorando en un estudio monográfico Elinor G. Barber <1(' que había leído mal un titular de un periódico: "Der Friede von Cõrz"
y yo, sobre Ia semântica sociológica implícita en Ia difusión cultural de Ia palabra serendipity. EI
-estudio examina los contextos sociales y culturales de Ia acuüación de Ia palabra en el siglo xvm; ( , .a paz de Cõrz ) en vez de "Die F einde vor Cõrz" (EI enemigo delante de
·eJ clima de opini6n adecuado en que por primera vez fue impresa en e1 siglo xrx; Ias reacciones (:iirz). Freud sufrió un incidente trivial y 10 convirtió en un hecho estra-
ali te cl neologismo cuando fue leído por primera vez; los diferentes círculos sociales de literatos,
físicos y científicos sociales, ingenieros, lexicógrafos e historiadores en que se difundi6; 10s cambios 7 Sacado de estudios continuados sobre Ia sociologia y Ia psicología social de Ia vivienda, hechos
de sentido que sufrió en el curso de Ia difusión y los usos ideol6gicos a que fue diversamente ,,,nli:lIltc una subvencíón otorgada por Ia Fundación Lavanburg .
.aplicado. H Se encuentran esencialmente Ias mismas discrepancias en Ia distribución por edades entre
O Churles Sanders Peirce había seíialado mucho tiempo antes e! pape! estratégico del "hecho (;,,,llown y Ias comunidades de origen si comparamos Ias proporciones de niüos de menos de 10 anos
sorprcudentc" al cxponer 10 que él lIamaba "abduccíón", esto es, Ia iniciación y mantenimiento de. ...." los dc 10 a 19 anos. Si hacemos de los niüos de menos de cinco anos Ia base de comparación,
una hípótesis como un paso en Ia inferencia, Véanse sus ColIccted Papers, VI, 522-528. . I,,,, rlrsproporciones son aun más marcadas.
116 TEORiA SOCIOLóGICA INFLU]O SOBRE LA TEORIA SOCIOL6GICA 117

tégico, A menos que Ia discrepancia observada entre Ias impresiones subje- metidos los residentes de Craftown. La creencia es un reflejo inconsciente
tivas de los residentes de Craftown y Ias hechos objetivos sufriera una trans- no de Ia realidad estadística, sino de Ia cohesión de Ia comunidad. No es que
formación algo parecida, 10 mejor era ignorarIa, porque indudablemente haya objetivamente más adolescentes en Craftown, sino más que son íntima-
tenía poca "importancia social". mente conoctdos y que, por 10 tanto, existen socialmente para los padres que
Lo que primero hizo de esta ilusión un caso intrigante de problema teó- nccesitan ayuda para cuidar aIos nifios, La mayor parte de Ias residentes
rico general fue Ia dificultad de explicarIa simplemente como producto calcu- de Craftown, habiendo llegado hacía poco de un ambiente urbano, se en-
lado de intereses creados dedicados a divulgar una creencia contraria aIos cuentran ahora en una comunidad en que Ia proximidad produjo intimidades
hechos. Por 10 general, cuando el sociólogo con un sistema conceptual nacido recíprocas. La ilusión expresa Ia perspectiva de personas para quienes "exís-
de Ia teoría utilitaria observa una creencia social patentemente falsa, buscará ten" adolescentes como ayudas potenciales para cuidar nifios sólo si son bien
grupos especiales en cuyo interés fue inventada y difundida aquella creencia. conocidos y por 10 tanto merecen confianza. En resumen, Ia percepción era
El grito de "jpropagandal" se toma muchas veces erróneamente por un aná- una función de Ia confianza, y Ia confianza, a su vez, era función de Ia cohe-
lisis sólido en teoria." Pero es claro que esto está fuera de Ia cuestión en eJ sión social.v
presente caso: en verdad no hay grupos de intereses especiales que traten Desde el punto de vista sociológico, pues, este resultado imprevisto en-
de falsear Ia distribución por edades de Craftown. ~Cuál era, entonces, Ia caja en Ia teoría, y Ia amplía, según Ia cual Ia percepción social es el producto
fuente de aqueIla ilusión social? de una estructura social. Contribuye aI desarrollo de Ia "psicologia de Ias
Otras varias teorías sugerían puntos de partida. Había eI postulado de normas sociales"," porque no es meramente un caso de individuos de Ia co-
Marx según el cual es "Ia existencia social de los individuos Ia que determina munidad. La percepción social es, más bien, un subproducto, un derivado, de
sus conciencias". Había el teorema de Durkheim de que Ias imágenes socia- Ia estructura de relaciones humanas.
les ("Ias representacíones colectivas") reflejan de algún modo una realidad Quizás baste esta para ilustrar el funcionamiento del tipo de serendí-
social, aunque "no se siga de ahí que Ia realidad que es su base corresponda pic1ad: un resultado inesperado y anómalo despertó Ia curiosidad deI investi-
objetivamente a Ia idea que los creyentes tienen de ella". Había Ia tesis de gador y 10 condujo a 10 largo de una senda que 10 llevó a una hipótesis nueva.
Sherif según Ia cual "factores sociales" suministran una armazón para percep-
ciones y juicios selectivos en situaciones relativamente estructuradas. Había
Ia opinión predominante en Ia sociología deI conocimiento de que Ia localiza- 2. REFUNDICIÓN DE LA TEORÍA (LOS DATaS NUEVOS EJERCEN PRESIÓN
ción social determina Ias perspectivas que entran en Ia percepción, Ias creen- PARA LA ELABORACIÓN DE UN SISTEMA CONCEPTUAL)
cias y Ias ideas. Pero, por sugestivas que fueran esas orientaciones generales.>'
no indicaban en forma directa qué rasgos de Ia existencia social, qué aspectos Pero no es sólo mediante el hecho anómalo como Ia investigación ernpmca
de Ia realidad social, quê factores sociales, quê localización social podían iuvita a ampliar Ia teoria. Lo hace tarnbién mediante Ia repetida observación
haber determinado aquelIa creencia en apariencía falaz. de hechos hasta entonces ignorados. Cuando un sistema conceptual existente
La pista Ia dieron inadvertidamente nuevas conversaciones con resíden- y aplicado por 10 común a una matéria no toma suficientemente en cuenta
tcs. Según Ias palabras de una participante activa en los asuntos de Craftown, dichos hechos, Ia investigación presiona con insistencia para que se le dê una
madre de dos ninas menores de seis anos: uueva formulación, Esta conduce a introducir variables que no fueron siste-
uiáticamente incluidas en el sistema de análisis. Adviértase que no es que
Mi marido y yo salímos juntos mucho más. Ya ve usted, hay más gente para 10s datos sean anômalos, o inesperados, o incompatibles con Ia teoría vigente;
cuidar a Ias ninas. Una tiene más confíanza en encontrar una nina de irece a
cs sólo que no se les consideró pertinentes. Mientras que el tipo serendi-
caiorce anos cuando se conoce a Ia mayor parte de Ia gente. 5,i uno está en una
forem ciudad, no está una tan tranquíla defando entrar en casa a alguien que es casi
11 Datos suplementarios procedentes del estudio proporcionan una prueba corroborativa. En
I/lI desconocidc.
vista de Ia proporci6n excepcionalmente alta de niüos pequenos, es sorprendente que el 54 por
ciente de sus padres afirmen que "en Craftown es más fácil conseguir personas que cuiden a nuestros
Esta indica con claridad que Ias raíces sociológicas de Ia "ilusíón" hay lujos eu ando queremos salír" que en otros lugares en que habían vivido; s610 el 21 por cíento dice
que cs más difícil y el 25 por ciento restante eree que no hay diferencia. Los que proceden de
que buscarias en Ia estructura de Ias relaciones de comunidad en que están comunidades urbanas mayores es más probable que digan que es más fácil conseguir ayuda en
Craftown, Además, como esperaríamos de Ia hipótesis, los residentes que están más estrechamente
11 lududablemente, intereses creados esparcen COn frecuencía propaganda falsa y esto puede concctados en Ia vida de Craftown, y que se identifican en forma más plena con el lugar, es 10
rdll"'" Ias ílusiones de Ias masas, Pero Ias teorias de los intereses creados o de Ia mentira eclesiás- lilás probable que crean más fácil encontrar dicha ayuda; el 61 por ciento Ia cree así, contra el 50
til,. 1'''':1 ('xplicar falsas creencias populares no siempre constituyen el punto de partida más pro- por ciento de Ias que se identifican con otras comunidades, mientras que s610 el 12 por ciento
diunvo ui sirvcn mucho para explicar Ias bases de Ia aceptación o el rechazo de Ias creencias. El 10 cncuentra más difícil, en comparaci6n con el 26 por ciento del último grupo.
11lINtI 111"""11"', allnque es trivial en un sentido práctico, es teórícamente importante porque muestra 12 Debe considerarse fundamental en este campo el libro de Muzafer Sherif asi titulado, aunque
111111 vrt. lI,tlS Ias limitacíones de un sistema utilitario de análisís. ticnde a una concepci6n algo limitada de los "factores socíales", The Psychology of Social Norms,
lU 1.11, diferellcias entre teoria y orientaciones gencrales fueron estudiadas en el capítulo li. C.
T'"',: Nucva York, 1936.
118 TEORíA SOCIOLóGICA INFLUJO SOBRE LA TEORíA SOCIOLóGICA 119

pidad gira en torno de una incongruencia aparente que presiona a favor de hombre de negocios en pequeno: "En mi propio negocio, puedo ver c6mo
una resolución, el tipo de reformulación gira en torno de} hecho hasta enton- muchos individuos en sus tratos hacen gestos amistosos, de sinceridad y cosas
ces ignorado pero pertinente que presiona para Ia ampliación de1 sistema parecidas, Ia mayor parte de 10 eu a} es farsa." Pertenecientes a una sociedad
conceptual. metropolitana segmentada y altamente competitiva, nuestros informantes des-
Están muy lejos de escasear los ejemplos de esto en Ia historia de Ia cien- cribían un ambiente de desconfianza mutua, de anomia, en el que los valores
cia social. Así, una serie de hechos empíricos nuevos llevó a Malinowski a com unes quedaron sumergidos en el cenegal de los intereses privados. Se
incorporar elementos nuevos a una teoría de Ia magia. Fueron sus triobrian- consideraba a Ia sociedad como una palestra de enganos rivales. Se creía poco
deses, naturalmente, quienes le dieron Ia pista hacia el rasgo distintivo de su en Ia conducta desinteresada.
teoría. Cuando aquellos islefios pescaban en Ia laguna interior aplicando el En contraste con todo esto estaba eI segundo hecho: encontramos que
método que les merecia confianza, estaba asegurada una pesca abundante y Ia fuerza persuasiva de Ia incitación de Smith a comprar bonos entre esos
no había ningún peligro. No había ni inseguridad ni riesgos indorninables. mismos informantes se fundaba en gran parte en Ia firme creencia en la
Y aqui, observó Malinowski, no se practicaba Ia magia. Pero en Ia pesca integridad y sinceridad de Ia Smith. Y se encontró casi 10 mismo en unas
en mar abierto, con eI resultado incierto y sus graves peIigros frecuentes, flo- entrevistas sobre elecciones con una muestra más numerosa de casi un millar
recían los ritos de Ia magia. En estas fecundas observaciones se originó su de neoyorquinos. EI 80 por ciento dijo que en su maratón de todo el día Ia
teoria de que Ia creencia mágica nace para salvar Ias incertidurnbres en Ias Smith estuvo exclusivamente interesada en Ia venta de bonos de guerra, mien-
actividades prácticas deI hombre, para reforzar la confianza, reducir Ia an- tras que sólo elI7 por ciento creia que también se había interesado en hacer
siedad, abrir vías de escape de un aparente callejón sin salida. La magia fue propaganda para ella, y un desdeüable 3 por ciento pensaba que se había
interpretada como una técnica suplementaria para conseguir objetivos prác- interesado primordialmente por Ia publicidad resultante.
ticos. Fueron estos hechos empíricos Ios que sugirieron Ia incorporaci6n de Esta importancia dada a Ia sincerielad de Ia Smith es 10 más sorpren-
dimensiones nuevas a Ias teorías anteriores de Ia magia, en particular Ias rela- dente como problema para investigar Ia forrnación de reputaciones, porque
ciones de la magia con ]0 fortuito, 10 peligroso y 10 incontrolable. No es que ella aparecia por 10 menos eu seis programas de radio comercialmente patro-
esos hechos fueran incongruentes o incompatibles con Ias teorías anteriores, cinados cada semana. Fero aunque Ia Smith se dedica en apariencia a Ias
sino s610 que los sistemas conceptuales no los habían tenido suficientemente mismas actividades publicitarias que otras personas, era considerada por
en cuenta. Y Malinowski no comprobaba una hipótesis preconcebida; creaba Ia mayoría de nuestros informantes como Ia antítesis directa de todo 10 que
una teoría ampliada y perfecionada sobre Ia base de datos empíricos suges- representan 10s demás anunciadores y estrellas. Según Ias palabras de uu
tivos. devoto suyo: "Es sincera y en realídad quiere decir todo 10 que dice siempre.
Buscaremos más cerca de casa otro ejemplo de esta presión de Ias datas No se sienta simplemente a hablar y cobrar por hacerlo. Es diferente de Ias
empíricos para Ia refundici6n de una teoría específica. La investigación trata otras gentes."
l1l1 solo caso espectacular de persuasión de masas: mediante emisiones de iPor qué esta arrolladora creencia en Ia sinceridad de Ia Smith? Induda-
radio a intervalos repetidos durante dieciocho horas, Kate Smith, una estrella blernente, Ia misma sociedad que produce una sensación ele ajenación y ex-
dc radio, vendi6 grandes cantídades de bonos de guerra en el curso de un trafíamiento engendra en muchos individuos un anhelo de seguridad, una
dia. No es mi intención exponer por extenso Ia dinámica de este caso de per- ;Iguela voluntad de creer, una huida hacia Ia fe. ZPero por quê Ia Smith se
suasión de masas;" para nuestros propósitos presentes, nos interesan sólo Ias convierte en eI objeto de esa fe para tantos individuos por 10 demás descon-
implícaciones de dos hechos que salieron deI estudio. fiados? iFor quê Ia consideran sincera los que busean redimirse de 10 falso?
Ante todo, en eI curso de entrevistas intensivasrnuchos de nuestros in- 2Por qué se cree que sus móviles están por encima de Ia avaricia, Ia ambición
formantes -neoyorquinos que habían prometido tomar un bono a Smith- \ cl orgullo de clase? .:Cuáles son Ias fuentes sociopsicológicas de esta imagen
m.niifcstaron un completo desencanto hacia el mundo de Ia pubIicidad, de .lc Ia Smith como encarnación de Ia sinceridad?
[ox .mnncios comerciales y de Ia propaganda. Se sentían objeto de manipula- Entre Ias diversas fuentes, desearnos examinar aqui Ia que más directa-
CiOIlCS, y les disgustaba. Se oponían a ser el blanco de una publicidad que mente se relaciona con una teoria de Ia persuasión de masas. Nos propor-
ad 111:1,persiste y aterroriza. Se oponían a verse arrastrados por oleadas de ciona Ia pista el hecho de que están convencidos de su patriotismo desinte-
propag;mcla que imbuye opiniones y acciones que no están de acuerdo con sus resado una proporción mayor de Ios que oyeron su maratón para Ia venta de
lIwj01<'S intcreses. Manifestaban espanto hacia Ia que es en efecto un tipo bonos de guerra que de Ias que no 10 oyeron. Esto parece indicar que el
de fJ'il"luloGemeinschaft: métodos sutiIes de ventas en que se finge interés maratón citado reforzó Ia creencia del público en su sinceridad. Pero tenemos
»('1\011;11por el cliente a fin de manipula rio más fácilmente. Como dijo un que admitir Ia posibilidad de que sus devotos fanáticos, para quienes su sín-
ccridad era indiscutible, fueron Ios más probables oyentes de Ias emisiones
111~1."" I'cr""agion, por Merton, Fiske y Curtis. radiadas deI maratón. Por 10 tanto, para determinar si el maratón amplio
120 TEORíA SOCIOL6GICA INFLUJO SOBRE LA TEORíA SOCIOL6GICA 121

de hecho esa creencia, tenemos que comparar Ias oyentes regulares de sus Ia propaganditis nevada a proporciones epidêmicas. Lo más probable es que
programas con quienes no son entusiastas de Ia Smith. Dentro de cada grupo, todo enunciado de valores sea descartado como "mera propaganda". Las
una proporción significativamente mayor de individuos que oyeron el mara- exhortaciones son sospechosas. Pero Ia propaganda por 10s hechos despierra
tón están convencidos del exclusivo interés de ésta en objetivos patriótícos.t! más confianza. AIos individuos de! auditorio les es permitido en gran parte
Esto es verdad tanto para sus devotos entusiastas como para quienes no sacar sus conclusiones de Ia acción, y es menos probable que se sientan mani-
escuchan nunca sus programas regulares. En otras palabras, hemos tomado pulados. Cuando 10s hechos y Ias palabras del propagandista coinciden sim-
por un momento, como con una cámara fotográfica imparcial, una instan- b6licamente, se estimula Ia creencia en su sinceridad. Investigaciones ulte-
tánea de Ia fama de sinceridad de Ia Smith en el proceso de ser aún más riores pueden determinar si este tipo de propaganda es mucho más eficaz en
reforzada. Congelamos a mitad de camino e! proceso de hacerse una repu- sociedades que padecen anomia que en Ias que están más plenamente unifi-
tación. cadas. Pero de manera no distinta al caso de Malinowski, éste puede ilustrar
Pero si el maratón aumentó Ia creencia en Ia sinceridad de Ia Smith el papel de Ia investigación en sugerir nuevas variables que hayan de incor-
~cómo se realizó eso? En este momento es cuando nuestras entrevistas inten- porarse a una teoría específica.
sivas, con sus detalles muchas veces ingenuos y reveIadores, nos permiten
interpretar Ios resultados estadísticos de Ia votación. EI maratón tuvo e! am-
biente de un esfuerzo determinado y resuelto bajo dificu1tades enormes. Algu- 3. REENFOQUE DEL INTERÉS TEÓRICO. (NUEVOS MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

nos individuos descubrirían sefíaIes de tensión y de vaIerosa persistencia, "AI EMPÍRICA EJERCEN PRESIÓN A FAVOR DE NUEVOS FOCOS DE INTÉRES TEÓlUCO)

final su voz no era tan fuerte, pero aguantó como un buen soldado", dijo una
inteligente ama de casa. Otros se proyectaban a sí mismo en Ia situación Hasta este momento hemos examinado el efecto de Ia investigación sobre cl
vivamente imaginada de fatiga y esfuerzo vaIeroso. Solícitos informes de su desarrollo de teorías particulares. Pero Ia investigaci6n empírica tambiéu
ayudante Ted Collins reforzaron e! marcado interés por el esfuerzo a que se afecta a Ias tendencias más generales en el desarrollo de Ia teoría. Esto ticne
sometía Ia Smith. "Creo que no resistiría aquello por más tiempo", recuerda lugar principalmente mediante Ia invención de procedimientos de investiga-
un informante. "La dec1aración del Sr. Collins de que estaba agotada me ción que tienden a trasladar los focos de interés teórico aIos nllCVOSpnulos
afectó tanto, que no pude resistirlo." EI maratón revistió los atributos de de investigación.
un rito de sacrificio. Las razones son en general evidentes. Después de todo, Ia teoria sólida
En resumen, no fue tanto 10 que Ia Smith dijo como 10 que hizo 10 que s610 prospera sobre una dieta rica en hechos pertinentes, y procedimicntus
sirvió para validar su sinceridad. Fue e! supuesto esfuerzo y Ia tensión de recién inventados ayudan a suministrar los ingredientes de esa dieta. Jt:st()S
una serie de emisiones de radio de dieciocho horas, no Ias palabras, 10 que datos nuevos, de los cuales a menudo no se disponía anteriormente, l'~1imu
proporcionó Ia prueba indudable. Los oyentes pudieron preguntarse si no se lan Ia formulación de hipótesis nuevas. Además, los teóricos hallan qlll' SIIN
estaba dramatizando a sí misma indebidamente, pero no pudieron escapar hipótesis pueden ser comprobadas de inmediato en Ias esferas eu que se 1\1111
a Ia evidencia incontrovertible de que Ia Smith estaba dedicando e! día en- aplicado técnicas de investigación apropiadas. Ya no necesitan esperar li qlle
tero a Ia tarea. AI valorar el testimonio directo de Ia conducta de Ia Smith, 105 datos se vayan presentando fortuitamente: pueden instituirse de 111111 vct.
otro informante dijo que "ella estuvo todo el día y los otros no. Así, pareció investigaciones encaminadas a Ia verificación de Ias hipótesis. La corricnte
que se sacrificaba más y que era más sincera". Considerado como procedi- de da tos pertinentes aumenta e! ritmo del avance en ciertas esferas de Ia 1('11
miento de persuasión, el maratón convirtió los sentimientos iniciales de es- ría, mientras que en otras Ia teoría se estanca por falta de observacioncs slIfi
cepticismo y desconfianza entre los oyentes en e! reconocimiento, primero cientes. En consecuencia, Ia atención cambia de objeto.
de mala gana y después incondicional, de Ia honradez de Ia Smith. La emi- AI seíialar que a Ia invención de procedimientos de investígación Siglll~1I
sión ininterrumpida sirvió como el cumplimiento en acción de una promesa nuevos centros de interés teórico, no queremos decir que sólo dichos procedi
en palabras. Las palabras fueron reforzadas por Ias cosas que en realidad mientos jueguen un papel decisivo." EI creciente interés en Ia teoria de 111
hizo. La moneda de Ias palabras fue aceptada porque estaba respaldada por propaganda como instrumento de control social, por ejemplo, es en gran parte
el oro de Ia conducta. Además, no fue necesario que Ia reserva de oro se una reacción a Ia situación histórica cambiante, con su antagonismo de grun-
aproximara a Ia cantidad de moneda circulante que podía respaldar. des sistemas ideológicos, sus nuevas tecnologías de Ia comunicación de mnsns
Este estudio empírico sugiere que Ia propaganda por los hechos puede que abrieron vías nuevas a Ia propaganda, y los ricos tesoros de investigaci6n
proporcionados por los negocios y por el gobierno interesados en esta IlUCVII
ser eficaz entre Ia misma gente que desconfía de Ia propaganda por palabras.
Donde hay desorganización social, anemia, valores antagónicos, encontramos 15 Quizás no es necesario aiíadir que esos procedimientos, instrumentos y aparatos dependen,
a su vez, de Ia teoria anterior. Pero esto no altera su efecto estimulante sobre el desarrollo ulterior
14 Los datos estadísticos se encontrarán en ibid., pp. 87-88. de Ia teoria,
INFLUJO SOBRE LA TEORíA SOCIOLÓGICA lH
122 TEORIA SOCIOLóGICA
arma de guerra, declarada o no declarada. Pero este cambio es también un social a que tuvo que atenerse Durkheim-, sino que también significaha
subproducto de hechos acumulados de los que pudo disponerse mediante que Ia teoria tenía que esperar a disponer en forma incidental, y a veccs casi
casual, de datos pertinentes. No podía avanzar rápidamente. Este cuadro 11:1
procedimientos de invención reciente, y reconocidamente toscos, tales como'
el análisis de contenido, el panel técnico y Ia entrevista concentrada. empezado a cambiar ahora,
Ya no depende el teórico casi por completo deI acuerdo entre oficinus
Ejemplos de ese efecto en Ia historia reciente de Ia teoria social abun-
administrativas o de agencias de bienestar social para sus datos cuantitativos.
dan mucho, pero sólo tenemos tiernpo para mencionar unos pocos. Así, el
El esbozo programático formulado por Tarde hace medio siglo 17 de Ia lICCC
interés creciente por Ia teoría de Ia formación del carácter y de Ia personalidad
en relación con Ia estructura social se hizo sefíalar después de Ia introducción sidad de estadísticas en psicología social, en particular de Ias relativas a <lct i
de nuevos métodos proyectivos; Ia prueba o test de Rorschach, Ia prueba de tudes, opiniones y sentimientos, se ha convertido en una promesa plena-
Ia apercepción ternática, Ias técnicas del juego y Ia terminación de historietas mente cumplida. Así, también, los investigadores de Ia organización de Ia
comunidad están creando estadísticas sobre Ia estructura de c1ascs, Ia con-
figuran entre los más familiares. Así, también, Ias técnicas sociométricas de
Moreno y otros, y nuevos progresos en Ia técnica de Ia "entrevista pasiva", ducta asociativa y Ia formación de camarillas, y esto ha dejado su huellu eu
los intereses teóricos. Los estudios étnicos comienzan a suministrar datos
han revivido e! interés por Ia teoría de Ias relaciones interpersonales. Tarn-
bién nació de dichas técnicas Ia tendencia a 10 que podria Ilamarse "redescu- cuantitativos que re-orientan ai teórico. Puede suponerse con segnridacl (I' IC
Ia enorme acumulación de materiales sociológicos durante Ia guerra - =prir« i-
brimiento del grupo primario", particularmente en Ia forma de interés teórico'
palmente por Ia Rama de Investigación de Ia Sección de Informaci6n y )':<111-
por Ias estructuras sociales informales como mediadores entre el individuo y
cación de! Departamento de Guerra-, materiales que en parte son resultado
Ias grandes organizaciones formales. Este interés encontró expresión en toda
de Ias nuevas técnicas de investigación, intensificará e! interés por Ia teoria ele
una literatura sobre el papel y Ia estructura del grupo informal, por ejernplo,
Ia moral de grupo, Ia propaganda y el liderato.l" Pero quizá es inncccsario
en sistemas sociales de fábrica, en Ia burocracia y en Ias organizaciones polí-
ticas. Análogamente, podemos prever que Ia reciente introducción del pane} multiplicar 10s ejemplos.
Lo que hemos dicho no significa que Ia acumulación de estadísticus por
técnico -Ia entrevista repetida con e! mismo grupo de informantes- enfo-
sí misma haga avanzar Ia teoría; significa que el interés teórico ticndc a eles
cará a su debido tiempo de modo más intenso Ia atención de Ios psicólogos
sociales sobre Ia teoría de Ia formación de actitudes, Ia eleccíón entre dife- plazarse hacia Ias zonas en que abundan Ias datas estadísticos {Jertil1ell/cs.'1l
rentes preferencias, los factores de Ia participación en política y los determi- Adernás, simplemcnte llamamos Ia atención hacia ese cambio de enfoque,
no 10 valoramos. Muy bien puede ser que a veces desvíe Ia atención hncin
nantes de Ia conducta en casos de conflicto entre exigencias planteadas por
papeles, para mencionar unos pocos tipos de problemas aIos cuales está espe- problemas que, en un sentido teórico o humanista, no son importantes: jllln!c
apartar Ia atención de problemas con grandes implicaciones llevándoln luu-iu
cialmente adaptada esta técnica.
El efecto más directo de los procedimientos de investigación sobre Ia otros para 10s cuales hay Ia promesa de soluciones inmediatas. C0\110 se cn

teoría quizá fue resultado de Ia creación de estadísticas sociológicas en reI a- rece de un estudio detallac1o, es difícilllegar a una estimación general de este'
ción con categorías teóricamente pertinentes. Ta1cott Parsons observó que punto. Pero Ia norma en sí misma parece bastante clara en sociologiu ('011l0
Ios datos numéricos sólo son importantes desde eI punto de vista científico en otras disciplinas; a medida que se dispone de datos nuevos cou Ios q 11C'
cuando pueden encajar en categorías analíticas, y que "una gran cantidad de anteriormente no se contaba, los teóricos vuelven su mirada analítica [uuiu
investigaciones actuales presentan hechos en una forma que no puede ser Ias implicaciones de esos datas y descubren nuevas direccioncs para Ia iuvcs
utilizada por ningún sistema analítico generalizado actual" .16 Las bien mere- tigación.
cidas censuras de hace poco tiempo resu1tan cada vez menos aplicables. En
e! pasado, el sociólogo tenía que tratar en gran parte series pre-recolectaâas 4. CLARIFICACIÓN DE CONCEPTOS. (LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA E JI-:HCJI,
de estadísticas reunidas por 10 general para fines no sociológicos y, por ]0' PRESIÓN PARA TENER CONCEPTOS MÁS CLAROS)
tanto, no formuladas en categorías directamente pertinentes a un sistema
teórico. En consecuencia, por 10 menos en 10 que concierne a hechos cuanti- Buena parte dei trabajo llamado "teorización" se ocupa en Ia clarificación 11c
tativos, e! teórico estaba obligado a trabajar con datas provisionales que conceptos, y con razón. Es en esta materia de conceptos claramente definidos
tenían sólo una relación tangencial con sus problemas. Esto no sólo dejaba donde Ia investigación en ciencia social es no pocas veces defectnosa. Ln in
un ancho margen de error -piénsese en los toscos indicadores de cohesión
17 Essais et mélanges sociologiques, por Gabriel Tarde (Paris, 1895),230-270.
18 Tal parece ser el caso ahora que se ha publicado: The American SoIdicr, por S. 1\. Stllllflc!
16 "The role of theory in social research",por Talcott Parsons, en American Sociological Review
III (1938),19; d. su The Structure of Social Action (Nueva York, 1937), 328-329 n. ""Ien el y otros.
19 Los datos estadísticos también facilitan suficiente precisión en Ia investigaci6n para someter
campo social Ia información estadístíca disponible es de un niveI que no puede encajar dírecta-
la teoria a determinadas pruebas; véase cl cstudio ele Ias funciones ele Ia precisión cn cl capítulo n,
mente eu Ias categorías de Ia teoría analítica".
124 TEORiA SOCIOLóGICA INFLU]O SOBRE LA TEORÍA SOCIOLóGICA 125

vestigación activada por un gran interés en Ia metodología puede centrarse sición social. Si no ha de ser bloqueado al comienzo, tiene que idear indi-
,en el designio de establecer relaciones causales sin Ia debida consideración cadores que sean observables, bastante precisos y meticulosamente claros. Todo
para el análisis de Ias variables com prendidas en Ia investigación. Este empi- el movimiento de ideas que recibió el nombre de "operacionalismo" 110 cs

rismo metodológico, como puede llamarse el designio de investigar sin un más que un caso destacado de Ia exigeucia por parte del investigador ele que
interés correlativo en Ia clarificación de variables substancias, caracteriza a Ias conceptos estén definidos con bastante unidad para que él pueda trubajnr.
gran parte de Ia investigación actual. Así, en una serie de experimentos efi- Esto ha sido reconocido eu forma típica por los sociólogos que cornbinuu
-cazmente concebidos encuentra Chapin que "el re-alojamiento de famílias una orientación teórica con Ia investigación empírica sistemática. Durkhcim,
de un barrio pobre en un grupo de viviendas públicas tiene por resultado el por ejemplo, a pesar de qne su terminología y sus indicadores pareccn ahoru
mejoramiento de Ias condiciones de vida y de Ia vida social de Ias familias" .:W toscos y discutibles, percibió claramente Ia necesidad de idear indicadores de
,O mediante experimentos dirigidos, los psicólogos descubren los efectos de sus conceptos. Afirmó repetidas veces que "es necesario ... sustitnir cl hccho
fomentar el trabajo doméstico sobre Ias actuaciones de los nifios en Ias prue- interno que se nos escapa con un hecho extremo que 10 simbolice y estudinr
bas de inteligencía." 0, también mediante investigación experimental, los el primero a través deI segundo" .23 EI indicador, o signo de Ia cosa conC'cp-
investigadores tratan de determinar si una película de propaganda ha conse- tualizada, está idealmente en una relación directa con 10 que significa (y 111
guido su objetivo de mejorar Ias actitudes hacia los ingleses. Estos diferentes dificultad de establecer esta relación es, desde luego, uno de 105 problemns
casos, y ellos son representativos de una gran cantidad de investigaciones que críticos de Ia investigación). Como el indicador y su objeto están rclacio-
han hecho avanzar el método de Ia ciencia social, tienen en común el hecho nados de ese modo, puede preguntarse sobre qué bases el uno se toma ('01110
de que Ias variables empíricas no son analizadas en relación con sus elementos indicador y el otro como Ia variable sefíalada. Como insínuó Durkhcim y
conceptuales.w Como Rebeca West, con su característica lucidez, plantea Susana Langer sefíaló de nnevo, el indicador es el término deI par ele corre
este problema general de empirismo metodol6gico, puede uno "saber que A, latos que es perceptible, y el otro término, más difícil o imposiblc de pcrrihlr,
B y C estaban enlazados por ciertas conexiones causales, pero no conocerá es teóricamente pertinente.ê" Así, Ias escalas de actitndes poncn a 1I11C~1 m
nunca con exactitud Ia naturaleza de A, B o C". En consecuencia, Ias ínves- disposicíón indicadores de actitudes que de otra suerte no serían distiuguiblcs,
tigaciones hacen avanzar los procedimientos de investigación, pero sus resul- así como Ias estadísticas ecológicas representan indicadores de diferentes t's
tados no ingresan en el depósito de teoría cumulativa de ciencia social. tructuras sociales en diferentes zonas.
Pero en general, Ia clarifícación de conceptos, considerada comúnmente Lo que frecuentemente aparece como nna tendencia en Ia invcstigaclún
corno provincia peculiar del teórico, es un resultado frecuente de Ia investi- hacia Ia cuantificación, mediante Ia confección de escalas, pucdc consulc
gación empírica. La investigación sensible a sus propias necesidades no rarse, pues, como un caso especial deI intento de aclarar los conccplos \0
puede escapar con facilidad a esta presión para Ia clarificación conceptual. suficiente para Ia realización de investigaciones empíricas. EI estahlcciuricutn
Porque un requisito básico de. Ia investígación es que los conceptos, las varia- de indicadores válidos y observables es fundamental para el uso de cOlll'eplo:.
bles, sean definidos con suficiente claridad para permitir que Ia inveetigaciôn en Ia prosecnción de Ia investigación. Un ejemplo final indicará ('C,lIHIIUl'
progrese, requisito que con frecnencia y sin darse cuenta de ello no se cumple siona Ia investigación para aclarar antiguos conceptos sociológicos ql\e, til d
en el tipo de exposición discursiva que no es raro ni propio llamar teoría plano de Ia exposición discnrsiva, seguían mal definidos y sin aclarar.
sociológica. Una concepción fundamental para Ia sociología sostiene que los indivl
La aclaración de conceptos suele entrar en Ia investigación empírica en duos tienen múltiples papeles sociales y tienden a organizar su coudncl a tiro
Ia forma de Ia confección de indicadores de Ias varia bles estudiadas, En es- acuerdo con Ias expectativas estructurales definidas que se asign:llI a r:\( 111
peculaciones no investigadoras, es posible hablar vagamente de "moral" o de papel. Además, se dice, cuanto menos unificada esté Ia sociednd, ('011 lldlS
"cohesión social" sin conceptos claros de 10 que implican esas pala bras, pero frecnencia estarán 10s indivíduos sometidos a Ia tensión de papclcs sociulr-
-deben ser aclarados si el investigador ha de avanzar en su cometido de obser- incompatibles. Los casos típicos son numerosos y familiares: el comuuisln
var sistemáticamente casos de baja y alta moral, de cohesión o de descompo- católico sometido a presiones antagónicas por el partido y por Ia Iglcsin, cl
individno marginal que sufre los empujes de sociedades antagônicas, 1:1 umjer
2;) "The effects of slum clearance and rehousing on family and community relationships ín
Minneapolis", por F. S. Chapin, en American Journal of Sociology, 1938, 43, 744·763. 23 Division oi Labor in Society, por Emile Durkheim (Nueva York, Macmillan, 1933), riti; Y
21 "Child Psychology", por R. R. Sears, en Current Trends in Psychology, ed. por Wayne tarnbién su Les rêgles de Ia ruéthode sociologique (Paris, 1895), 55-58; Lc Suicide (I'arl~. 19)0),
Dennis (University of Pittsburgh Press, 1947), 55-56. Los comentarios de Sears sobre este tipo de 356 y passirn. Cf. "Durkheim's Division ai Labor in Society", por R. K. Merton, en AIIlCtlU'1I
investigación enuncian el problema general admirablemente. JOllrnaI of Sociology, 1934, 40, en especial 326-7, que toca el problema de los indiculorcs; pa,"
22 Por burdos que sean, procedimientos como Ia entrevista concentrada están destinados expre- un estudio muy amplio, véase The Language of Social Research, por Lazarsfeld y otros, Intr. q I••
samente a servir de ayuda para descubrir variables tal vez pertinentes en una situación indiferencíada Sección I.
.aI principio. Véase Tl1e Foeused Interview, por R. K. Merton, M. Fiske y P. L. Kendall (Glencoe, 24 Pl1i10S0plly in a New Key, por Suzanne K. Langer (Nueva York, Pcnguin Books, 19i8).
Illinoís, The Frce Press, 1956). 46-47.
TEORíA SOCIOLóGICA INFLU]O SOBRE LA TEORiA SOCIOLóGICA 127
126
profesionista atormentada entre Ias demandas de Ia familia y de Ia profesión. ~agró exclusivamente a cuatro efectos ejercidos por Ia investigación sobre cJ
Todos Ias libros de texto de sociología abundan en ejemplos de exigencias dcsarrollo de Ia teoría social: Ia iniciación, Ia reformulación, el reenfoq uc y
incompatibles formuladas a individuos con varias personalidades. Ia clarificación de Ia teoria. Hay más, indudablemente. También índudablc
Quizás porque estuvo en gran parte limitado a Ias interpretaciones dis- mente, Ia importancia dada en este capítulo a determinadas cosas se presta a
cursivas y rara vez fue foco de investigación sistemática, este problema central confusiones. Puede inferirse que se ha hecho alguna distinción malévola
de los papeles antagónicos necesita aún ser aclarado y lIevado más alIá del a expensas de Ia teoría y del teórico. No fue ésa mi intención. No hicc JIIÚS
punto a que se llegó hace algunos decenios. Hace ya mucho tiempo que que sugerir que una teoría formulada en forma explícita no precede siemprc
Thomas y Znaniecki indicaron que los conflictos entre papeles sociales pueden a Ia investigación empírica, que como pura verdad de hecho el teórico no es
reducirse por Ia tradicionalización y Ia segmentación de los papeles (asig- inevitablernente Ia Iámpara que ilumina el camino para nuevas observacioncs,
nando cada conjunto de demandas deI papel a situaciones diferentes) .25 Y EI orden de sucesión se invierte con frecuencia. Y no basta decir que Ia invcs
otros autores han observado que el antagonismo frecuente entre papeles es tigación y Ia teoría deben unirse si Ia socioIogía ha de dar frutos legítimos.
disfuncional para Ia sociedad 10 mismo que para el individuo. Pero todo esto No sóIo deben cambiar entre sí votos solemnes: deben saber cómo proceder
deja intactos muchos problemas importantes: lSobre qué bases se predice Ia después de elIos. Deben ser claramente definidos sus papeles recíprocos. Este
conducta de personas sometidas a papeIes antagónicos? Y cuando hay que capítulo es una especie de ensayo de esa definición.
tomar una decisión, lqué papel (o qué grupo de solidaridad) debe tener pre-
cedencia? lEn qué condiciones resulta predominante uno u otro? En el
plano del pensamiento discursivo se ha sugerido que e1 papel con e1 que más
plenamente se identifique e1 individuo resultará el predominante, relegando
así el problema mediante una pseudo-solución tautológica. Pero el problema
de predecir Ia conducta consiguiente a Ia incompatibilidad de papeles, pro-
blema de investigación que requiere Ia clarificación operativa de los conceptos
de solidaridad, antagonismo, exigencias de papel y situación, se ha evitado
observando que los conflictos entre papeles terminan y ello es típico, en
frustración.
Más recientemente, Ia investigación empírica presionó para clarificar los
conceptos clave implícitos en este problema. Se han ideado indicadores de pre-
siones de grupos antagónicos y de Ia conducta resultante observada en situa-
ciones especificadas. Así, como un comienzo en esta dirección, se ha hecho
ver que en una situación concreta de adoptar una decisión, como e1 valor, 10s
individuos sometidos a presiones que se entrecruzan reaccionan aplazando
su decisión en cuanto aI voto. Y, en condiciones que aún hay que determinar,
tratan de reducir el antagonismo escapando del campo en que éste se pro-
duce: pierden interés por Ia campafia política. Finalmente, esos datos insi-
núan que en casos de presiones cruzadas sobre el elector, es Ia posición socio-
económica Ia que prevalece tipicamente."
Como quiera que sea, el punto esencial es que, en este caso, como en
otros, los requisitos mismos de Ia investigación empírica fueron esenciales
para clarificar conceptos heredados. EI proceso de investigación empírica sus-
cita cuestiones conceptuales que pueden pasar inadvertidas durante mucho
tiempo en Ia investigación teórica.
Aún quedan por hacer algunas observaciones finales. Mi estudio se C011-

25 The Polish Peasanr, por W. I. Thomas y F. Znaniecki (Nueva York, Knopí, 1927), 1866-
1870, 1888, 1899 ss.
20 Thc Pcople's Choice por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, capitulo VI y el estudio subsi-
guiente de B. Berelson, P. F. Lazarsfeld y W. N. McPhee titulado Voting (University of Chicago
Press, 1954).
•.....
•......•
INTRODUCCION

I" ,"11() capítulos que forman Ia Parte II tratan de problemas seleccionados


I',

,I, "llIldura social desde el punto de vista teórico del análisis funcional.
1<I capítulo IV, "Estructura social y anomia", apareció por primera ver.
'li 1')')0, pcro en fecha posterior fue ampliado y revisado. Es un ejemplo (k
I1 .u icntación teórica delanalista funcionalSl,l,~<::onsidera Ia cop.ducta socícl-
n icu l c: diveT~enf~1~9,ªiiS!.Q~Jª<::~çh!g,,~~.cg1.1.c!~cta_co!!-
I'" iniu!«. Esta orientación se dirige con todo rigor contra Ia premisa falaz,
\ /:'.(I"/,',:11I1enteatrincherada en Ia teoría freudiana, y que se encuentra también
, 111<1:;escritos de revisionistas freudianos como Fromm, según Ia cual Ia es-
1/1/,1111:1de Ia sociedad restringe de manera fundamental Ia libre exprcsíón
,I, In', i iupulsos nativos fijados del individuo y que, en consecuencia, pcriódi
'"11,"1(' cl individuo se alza en rebelión abierta contra esas restriccioncs para
.i ]. .111/.:11" Ia libertado De vez en cuando, esta libertad es de un caráctcr 110
1111 I \ ('S Iimado por los representantes tradicionales de Ia sociedad, y en seguida
" Idcl:lda de delictiva, o patológica, o socialmente peligrosa. La filosofíu
1"1"11(:1 implícita en semejante teoría es, por supuesto, puro anarquismo,
\lIllljllislllO benigno, como en el caso de Fromm, o a veces, COlHO Cll cl caso
di 1,/«ud y Hobbes, una concepción maligna del anarquismo, en Ia cual se
, I" '11/(' cl hornbre entra en un pacto social destinado a protegerlo ele csu
111111i',1Ii<l:ld,En uno y otro caso, se considera Ia estructura social COlHO 11\1
111."urccsario, que brota primero de Ia libre expresión de impulsos hostilcs y
.11 "III1I"SIa reprime.
1<11cnn trªs. i~CO}l,.~~~,teg.!ias ~!1.~tm~i~t~~._~LªI1~Esisfl!E.,~ionaL<:~~!:~.i~~,~~
,I' 1/\.1 1:1l'strllctll@_lLQ..çL~n2...PLºslhl.ftora de I}!otiyaciones 11l1~.v-'~"~
.(111(; 1)(1
1"" ,1'11 prcdecirse a base d~LçºJ1ºcjmimtQ_sr~Iº~jII!P~§~nãfiy-º~ ~1<;lIluID
1'11 ~~1 Ia cstructura social restringe al~unas jnclinacionés .a Q.Q.mh..f!.9L.\LlUI.li,
I11 , 1111,1 +ucncia, el punto de vista funcional abandona Ia posición, sustculudu
11111 .Id('1('1ires teorias individualistas, según Ia cuallas diferentes proporciones
til '"I1t1I1c1a divergente en grupos y estratos sociales diferentes son rcsullndo
" '1.1,"1:" de Ias diferentes proporciones de personalidades patológicas qllc
, \1./111 1'11(''OS grupos yestratos. La teoría funcional intenta, por el contrario,
til 1.1111111:11 (,('Jl11O Ia estructura social y cultural engendra una presión ba('ia
1./ '"1/1111(1;1socialmente divergente sobre individuos situados en diferente
! (J
\"1',1,11111 1'11dicha estructura.
I" (,I (:Ipítlllo IV esta orientación general da nacimiento a algunas hipó
I1·tI·. I "llI'('íhe;ls sobre Ias fuentes estructurales de Ia conducta divergente,
:\ 11.1',11111)1011' iones de distanciamiento de lasexigencias institucionales se ('011
~I"II ,1111,'.!" I:1<10de motivaciones profundas culturalmente inducidas que no
1'"1.\1'11',:11isf:lccrse en 10s estratos sociales con limitado acceso a Ias oportuni-
.111.1... 1,1 11li lurn y Ia estructura social operan en sentidos cruzados,
/\1 11I1'1H'iollarlos distanciamientos de Ias exigencias institucionales, in-
"'III{ .u l.n.u 'i"C algunas desviaciones también pueden considerarse como
131
132 \'.S'I'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INTRODUCCION 133
\11111 11I>llna nueva de conc1ucta, que tal vez apareció dentro de subgrupos en 1'11111'los objetivos culturales y el acceso socialmente restringido a esos obje-
tlifl< ult.ulcs con Ias normas institucionales apoyadas por otros grupos y por I1II 1\; cl funcionamiento de mecanismos psicológicos por Ias cuales se hacen
I" \1\ No basta referirse a "Ias instituciones" como si todas fueran unifor- 111.1',tolcrables Ias discrepancias entre aspiraciones inducidas por Ia cultura v
",' 11"'I" c apoyadas por todos los grupos y estratos de Ia sociedad. Si no pres- I, I, Ic IglOS socialmente factibles; Ia importancia funcional, para Ia estabílídad
"" ""\ consideraei6n sistemática al grado de apoyo dado a "instituciones" dI 1111sistema social, de tener diferentes ocupaciones que proporcionen re-
I',11riculares por grupos específicos, desconoceremos el importante lugar deI , "1111 )('11sas distintivas no pecuniarias, q uizás refrenando así tensiones que
1""ln cn Ia sociedad. Hablar de "poder legítimo" o autoridad es con frecuen- di "lI() modo serían intolerables; Ia medida en que esas tensiones ejercen
, LI«mplear una frase elíptica y enganosa. EI poder puede ser legitimado por l'II\I<'Jl) para producir cambios sobre Ia cultura (sustituyendo Ia "ambición"
,tlr:lIIlOS grupos, sin serlo por todos los grupos de una sociedad. Por 10 tanto, 1'''1 Ia "seguridad" como valor primaria) y sobre Ia estructura social (rnodifi-
pucde ser erróneo describir el inconformismo con instituciones sociales {Jar- ',!I ,do las regIas deI juego para ampliar Ia zona de oportunidades econórnicas
Iicuiares como conducta divergente; puede representar el comienzo de una \ Jl() Iilicas para los anteriormente desposeídos).
norma nueva, eon sus derechos distintivos a Ia validez moral. :\ algunos de esos problemas se les dedicó estudio sistemático desde Ia
Así, pues, en ese capítulo me intereso primordialmente por ampliar Ia 1"11ucra edición de este libro. Para poner de manifiesto Ia importancia esen-
teoria deI análisis funcional para tratar problemas de cambio social y cultural. , 1,11de Ia continuidad de Ia investigación y Ia concepción para el desarrollo
Corno he sefialado en otra parte, el gran interés de Ias sociólogos y los antro- dI' IlIIa disciplina como Ia sociologia, examiné dichos estudios con alguna
pólogos funcionales por los problemas de "orden social" y por Ia "conserva- nlc'lIsión en un capítulo nuevo (el v), antes que incorporar sus resultados
ción" de sistemas sociales por 10 general enfoc6 su atención científica sobre .1 1111;1 rcvisión deI trabajo anterior. De este modo, según creo, puede ponerse
el estudio de procesos por los cuales un sistema social se conserva intacto en c11LI nccntuación distinta en Ia importancia de Ia continuidad teórica y em-
gran medida. En general, no dedicaron mucha atención aIos procedimientos \,111l:1quc amplía, modifica y corrige formulaciones anteriores, y por 10 tanto
utilizables para determinar cambios fundamentales en Ia estructura social. Si 11111,\ituye Ia marca de buena calidad de Ia investigación sistemática.
el análisis contenido en el capítulo IV no avanza mucho hacia su solución, Como en el análisis de Ia conducta divergente hecho en 10s dos capítulos
por 10 menos reconoce esta corno un problema importante. Se orienta hacia I'''',cdentes, se utiliza Ia teoría funcional en el estudio de Ia estructura y la
problemas de dinámica y cambio social. 1"1c,(lllalidad burocráticas, en el capítulo vr. Supongo, adernás, que Ia estruc-
EI concepto clave que salva el abismo entre Ia estática y Ia dinámica en 1111 ,I constrifie a individuos diferentemente situados dentro de ella para des-
Ia teoría funcional es el de tirantez, tensión, contradicción o discrepancia .u roll.tr puntos de vista culturales, tipos de conducta social y propensiones
entre los elementos componentes de Ia estructura social y cultural. Esas ten- \",IIol{)gicas. Y supongo, una vez más, que esto se aplica a Ias desviacioncs
siones pueden ser disfuncionales para el sistema social en Ia forma en que \ 1:1\disfunciones sociales, corno al conformismo y Ias funciones sociales. Las
entonces existe; también pueden ser conducentes a producir cambios en aquel ,II'.Vi;lciones no son necesariamente disfuncionales para un sistema social,
sistema. En cualquier caso, ejercen presión para que haya cambio. Cuando , "IIU) hemos visto, así como el conformismo no es necesariamente funcional.
los mecanismos socíales para controlarIos funcionan con eficacia, mantienen Del análisis funcional de Ia estructura burocrática resulta claro que, en
csas tensiones dentro de 1ímites que restringen el cambio de Ia estructura "'lcnninadas condiciones, Ia conformidad con Ias regIas puede ser disfun-
social. (En algunos sistemas de teoría e ideología políticas, los productos de , ,,"':1] tanto para realizar los objetivos de Ia estructura como para diferentes
csos mecanismos de control se llaman "concesiones" o "transaccíones", e inhi- I: I '11li IS dc Ia sociedad que Ia burocracia está destinada a servir. Las regIas se
ben el proceso de un cambio estructural básico.) 11,11(,;111 CI1csos casos aun cuando Ias circunstancias que inicialmente Ias hicie-
Todo esto no quiere decir, por supuesto, que dichas tensiones actúen 1"11Iuncionales y eficaces hayan cambiado hasta tal punto que Ia conformidad
solas en Ia producción de cambios en una estructura social, pero representan "111 I:t rcgla frustre su objetivo. Aunque no sea más que a Ia luz de Ia distin-
una fuente teóricamente estratégica de cambio que aún tiene que ser objeto , "'11 bíblica entre Ia letra y el espíritu, es evidente que ésta no es otra cosa
ele una investigación sociológica bastante prolongada y cumulativa. Entre los '1111'1111:1 observación nueva. A 10 largo de los siglos, son muchos los que han
problemas que requieren ulterior investigación figuran los siguientes: Ia me- ,,1,,('Ivado que Ias regIas, santificadas en otro tiempo por los valores culturales,
dida en que los norteamericanos de diferentes estratos sociales han asimilado , "" f Iccucncia siguen siendo obligatorias aUI1 cuando nuevas circunstancias
CII rea lidad los mismos objetivos y valores inducidos por Ia cultura; * el fun- 1.", IW'('II anticuadas. En realidad, ésta es otra de esas viejas y repetidas obser-
cionamicnto de mecanismos sociales, tales como Ia diferenciación social, que '.I( 111111:.', que se han hecho tan familiares y trilladas, que su misma familiar i-
rcdnccn al mínimo Ias tensiones resultantes de Ias contradicciones aparentes d,l.I ":1 sido tomada errónearnente por sólida inteligibilidad. En consecueneia,
1.1',1.:Lllldes implicaciones sociológicas de este importante lugar común aún
• ti" 1'''50 en esta dirección es "The value systems of different classes", por Herbert H. Hyman,
1111lia 11sido seriamente estudiadas, es deeir, estudiadas en forma sistemática
eu Ch",. S/:If"s :lIId Power: A Reader in Social Stratification, ed. por Reinhard Bendix y Seymour'
Mnrtin Lipsct (Glcncoe, The Free Press, 1953), 426-42. \ rnn destreza técnica. ~Cómo llegó a prodncirse esta inflexibilidad en la
·r
,
,

II
Ii 134 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INTRODUCCIÓN 1H
i i'
orgamzación burocrática? ~Es porque Ias regIas llegaron a arraigar con dema- ('I jllcgo recíproco entre eI personal burocrático y 10s políticos. Dos monogrn
siada eficacia entre el personal burocrático, porque fueron muy impregnadas fi:I'; ele Alvin W. Gouldner, Patierns of Industrial Bureaucracy (19,4) y
11. de afecto y de sentimiento, por 10 que siguen despiadadamente fijas e inexora- Wildcat Strike (1954), rastrean Ias funciones y Ias disfunciones, tanto lntcn-
bles aun cuando ya no son apropíadas para sus funciones? Deber, honor, leal- 1(." corno manifiestas, de Ias regIas burocráticas en un establecimiento iudus-
11,1
II, : tad, decencia: éstos son sólo algunos de los términos elogiosos que describen Ili;l!. Y The Dynamics of Bureaucracy (1955), de Peter M. Blau, anali t.a la~
de manera ostensible Ia conformidad con ciertas normas sociales. ZAdquieren 1IIIIdiciones en que tienen lugar cambios en dos burocracias gubernamenralcs.
esas normas carácter de absolutas, y en consecuencia se hacen más resistentes \ 1'111
está sin publicar el estudio de Donald D. Stewart sobre Ias juntas localcs
al cambio que Ias normas consideradas de carácter totalmente instrumental? <1,' rcclutamíento, que examina el papel de Ia participación voluntária CII 111111
De cuestiones así trata el capítulo VI. 1l1.i'.:l1lÍzaciónburocrática. En conjunto, esos estudios suministran datos oble-
En dicho capítulo se consideran Ias disfunciones burocráticas como pro· 1\HI()s por observación relativos a Ias actuaciones de Ia burocracia, de una da':o
cedentes no sólo de una acomodación extraordinariamente estrecha y estática (I"C 110puede obtenerse en fuentes documentales por sí solas, y empiczau ti
a un conjunto de condiciones que ya no existen, sino tarnbién de Ia quiebra .nlnmr algunas de las principales cuestiones deI estudio de Ia burocracia.'
de organismos sociales por 10 regular auto-reguladores (por ejemplo, Ia orien- El otro campo importante de estudio que se toca en el capítulo VII cs cl
tación de Ias empleados burocráticos hacía una profesión bien ordenada :1I1:íJisis sociológico de Ias ocupaciones, en este caso de Ias ocupacíoncs dei
puede con el tiempo producir una precaución excesiva y no simplemente un «xpcrto en ciencia social. Aquí es aún más evidente Ia necesídad de i1lVCN.
grado de conformidad con Ias regIas más eficaz desde el punto de vista téc- 1i.i~:lción cumulativa. Durante 10s últimos treinta anos se han publicado I>:IN.
nico). En vista deI interés, que a últimas fechas ha aumentado, por 10s í.rulcs estudios esporádicos sobre ocupaciones, y en Ias notas anexas a V:lliOi.
mecanismos de autorregulación en los sistemas sociales -homeostasis social, (:Ipítlllos de este libro se encontrarán referencias a una muestra de cllo«.
equilibrio social, mecanismos de realimentacíón, son algunas de Ias expresio- (1':l\lre dichos estudios, Ia serie de libras de Esther Brown sobre profcsioues
nes que registran dicho interés-, es de la mayor necesidad estudiar empírica- y scmíprofesiones fueron los más útiles para fines prácticos.) Pcro hasl.1
mente Ias condiciones en que esos mecanismos, una vez identificados, dejan 1icmpos recientes esos estudios no se orientaban por 10 general 11:16:1 1111
de ser auto-reguladores y se hacen disfuncionales para el sistema social. Este (1((:rpO de teoría sociológica congruente. Por interesantes o por útilcs qlltl
problema teórico, del que es ejemplo reciente el estudio de Philip Selznick ,'1\ Ia práctica hayan sido tales estudios, han logrado poco de un modo cousc
titulado TV A and the Grass Roots, puede ser investigado desde el punto de l'IIC1ÜCen el camino de impulsar Ia teoría sociológica o en Ia aplicu-ión do
vista empíríco COn buenos resultados en Ia organización burocrática, ya que ('\:1 teoría aI conocimiento de este importante sector ele Ia acl ividud dcl
allí Ias conexíones entre Ia estructura y los mecanismos son más fácil mente hoiubre.
observables que en sistemas sociales menos organizados. Y con toda seguridad, Ias ocupaciones son ampliamente recouoridas, pnr
Así como el capítulo VI se dirige al efecto de Ia estructura burocrática los criterios más diversos y entre Ios grupos más diferentes, corno uu IlIkko
sobre el desarrollo de una personalidad profesional, así el capítulo VII se dirige uuportante de Ia organización de Ia sociedad .. La gran parte de las hurus I\e
a los riesgos, limitaciones y posibilidades del experto en ciencia social en Ias \igilia de los hombres está dedicada a sus actividades profesíonalcs, los ap()y()~
burocracias públicas. Los dos capítulos exploran problemas estructurales
generales de Ia burocracia, por una parte, y problemas de Ia sociología de lOiros matcríales sobre Ia estructura y trabajos de Ia burocraciaSe hallnu reu"id", r-n ,I".
Ias ocupaciones, por Ia otra. Es manifíesto que ambos campos requieren ,,,Io-,eiollcsde trabajos:Reader in Bureaucracy, ed. por R. K. Merton, A. P. Gr:1Y.11.111l •.kry y
mucha más investigación empírica cumulativa de Ia que se les ha dedicado. 1I ,:. Sclvin (Clencoc, Illinoís, The Free Press, 1952), y Human Relations in Ad1Jlilli,,'mlillll. 1'11'
1(,,,,,,,1·Dubin (Nueva York, Prentice.Hall, Inc., 1951). Vila excelenteguía para Iccturus (' illvnl!,
lndudablemente se necesitan estudios sociológicos de Ia burocracia para 1·.I'"I1ICS sobre cstructuraburocráticaIa propocíona Syllabnsoi Industrial Relatíons, por l Imuh] 1
contar con una base más amplia y más firme para el conocimiento de Ia \\' ,J,"sky (Chicago.The Uníversity of ChicagoPress, 1954). y una revisiónde Ias úllillHl'1II1II1ilt.,
administración tanto pública como privada. Hasta ahora, 10s estudios socio- 1.1'limes teóricas Bureaucracy in Modem Society, por Peter M. Blau (Nueva York , Ru,"I"u.
111111';('.1956).
lógicos han tendido a ser especulativos, descamados y abstractos, o si Ios in- Milsrecientementeapareció un estudio independiente de Ia burocracia,que 10s 1Il\1 or r- 1'''''
formaban materiales concretos, éstos en general eran muy impresionistas. ., "1,," como paraleloen gran parte a Ios estudios de Gou1dnery B1au,y con conclusionr IIIl1y
Esta notoria laguna llamó retrasadamente Ia atención y, en consecuencia, se 1',II(·(·"las a Ias de ellos. Se titula Serviee and Procedure ín Bureaueracy(Minneapolis, UnivnNily",
~11111" .rpolís Press, 1956), y son sus autoresRoy G. Francisy Robert C. Stone. Como éslo! oh~('r.
inició en el Departamento de Sociología de Ia Columbia University una serie \.111"Esta convergeneiade Ias investigaciones es particularmenteinteresanteporque los tljk,cnlvl
de monografías empíricas sobre problemas sociológicos de Ia burocracia, algu- ,·.IIIoIill\fueron, por todo 10 que sabemos,realizadosde un modo por completo iudcpendieute,
'\I' di,ia que Ia teoria de Ia burocraciallevó a problemascomunes y a investígaciones empíricas comu-
nos de estos estudios con ayuda de becas concedidas por el Social Science 1«.....p. v. Los cstudíos de Ia Co1umbiaUniversityy este estudiode Ia de Tulane llcgan eu rculidlll
Research Councíl, EI estudio ya citado de Selznick (1949) cen tra su análisis .1\ nuclusioncs análogasy quizásno está lejano el dia eu que Ia fuerza teóricade dichas conclusíunea
sobre Ias consecuencias imprevistas de Ia acción organizada para Ia i política -i- 1'"1'01:0rccogersc en un solofoco. Aqui sólo puede decirse,y no demostrarse,que estas cstudíos lIon.
""'11\('" a Ia amp1iaci6ny espccificaciónde Ia teoría sociológicade Ia burocracia,y 1\0 a ellllllnu

í
burocrática. Agrarian Socialism (1950), de Seymour Martin Lipset, examina !li I<'"ria anterior.
136 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INTRODUCCI6N 137
econ6micos para Ia supervivencia del grupo se obtienen mediante el trabajo de su normación por Ia estructura social eu que aparecen. En el capítulo IX,
conjunto de ocupaciones socialmente conectadas; las aspiraciones, los intereses publicado ahora por primera vez, se rastrean ulteriores continuaciones de Ia
y los sentimientos personales de los individuos están organizados en gran par- teoria del grupo de referencia. Se encamina dicho capítulo a aclarar algunos
te y senados con Ia marca de su perspectiva ocupacional. Así, sabemos de un conceptos básicos de Ia teoría a Ia luz de investigaciones recientes y a formular
modo impresionista y, sobre Ia base de algunos estudios que de vez en cuando SlI broblemáiica; es decir, los principales problemas (conceptuales, de conte-
merecen confianza, que los individuos de diferentes ocupaciones tienden a uido y de procedimiento) que hay que resolver para hacer progresar esta
desempenar papeles diferentes en Ia sociedad, a tener participaciones dife- teoria del alcance intermedio.
rentes en e1 ejercicio de1 poder, 10 confiesen o no, y a ver el mundo de un EI capítulo x, nuevo también para esta edíción, introduce el concepto
modo diferente. Todo esto se siente ampliamente, pero ha sido poco investi- de "ínfluyentes": distingue y caracteriza dos tipos de influyentes -los localcs
gado. Así, W. H. Auden, tratando de conformar ideas actuales en el molde y los cosmopolitas- y examina sus normas de accíón en Ia estructura de in-
poético, vio cómo Ia posibilidad de puntos de vista ocupacionalmente condi- fluencia de una comunidad. Descubre que el grado de influencia que los
cionados se va desvaneciendo en preguntas de Ia sociología deI conocimiento: indivíduos ejercen sobre otros no está completamente determinado por su
posición de clase social y, por 10 tanto, que pueden encontrarse números
Malinowski, Rivers, Benedíct y otros muestran cómo Ia cultura común mol-
dea Ias vidas independientes: Ias razas matrilineales matan a Ias hermanos de sus importantes de influyentes en todos los estratos de Ia estructura de clasc,
madres, en sueãos, y convierten a sus hermanas en esposas. 1<1\ este respecto, el estudio expuesto en el capítulo x forma parte de una
LQuién, cuando examina Ias caras en el tren subterrâneo, cada una con su I radición en desarrollo de investigaeiones sociológicas sobre el ejercicio de la
singularidad, no preguntaría, si se atreviese, qué formas, exactamente acomodadas influencia en comunidades locales,"
a su debilidad, su amor y su desesperanza, tomar para gobernar allí? Aunque el capítulo XI, "La profecía que se auto-cumple", fue escrito
LA quíén no le gustaría saber qué influencia tiene Ia ocupación sobre Ia visión originalmente para un auditoria profano, 10 incluí en este volumen porque
humana del destino humano? LHacen todos Ias oficinistas, por ejemplo, trabajo de Ira Ia de ese sector muy olvidado del análisis funcional en sociología: el cstu-
casillero, 10s corredores de bienes raíces ven Ia Ding-an-sich como un bien in- dio de 10s mecanismos de Ia dinámica social.
mueble? No tardará en advertir el lector que el mecanismo de Ia creencia social
Cuando un político suefia C011 su dulce amiga, ~multiplica su cara hasta con-
(file se da cumplimíento a sí misma, en que el erro r confiado engendra Sl1
vertirla en una multitud, son Ias apasionadas respuestas de ella reacciones de o-todo-
confirmacíón aparente, tiene una estreeha relación teórica con el conccpto
o-nada, trata él de compraria, sou sonoros 10s besos?
de función latente. Ambos son tipos de consecuencias imprevistas ele \\IUI
Quizás es cierto 10 que el poeta canta, o quízás no 10 es. En cualquier ;Icción, una deeisión o una creencia, Ia una produciendo Ia misma circuus-
caso, merece sin duda ser investigado. A consecuencia, en parte, de los esfuer- r.meia que err6neamente se supone que existe, Ia otra produciendo resultados
zos absolutamente preliminares representados por estudios como los capí- que no se buscaban en absoluto. Los dos mecanismos, imp1ícitamente teni-
tulos v y VI, me ha impresionado el valor potencial de una serie sistemática cios cn cuenta en mi trabajo anterior sobre "consecuencias imprevistas de Ia
y, sobre todo, cumulativa, de estudios empíricos sobre ocupaciones y profe- .ución social intencional", son tambíén otro ejemplo de normas sociológicas
siones orientados por un cuerpo de teoría sociológica a Ia que, a su vez, am- que se observan con frecuencia, pero que han sido poco estudiadas. (Eu cl
plíarían. Los prímeros pasos en Ia dirección de un programa de investigacío- c;ISOpresente, esto forma fuerte contraste con Ia psicología individual, que
nes unificadas sobre Ia sociología de Ias ocupaciones ya se han hecho. En este presto una atenci6n grande y cumulativa a Ia creencia que se da cumplimiento
dilatado e importante campo de investigación sociológica 2 puede suponerse ;1 sí misma, como un tipo de círculo vicioso psicológico.)
con seguridad que 10 hecho ahora es sólo el prólogo. Un tercer tipo de consecuencias imprevistas, el de Ia creencia que so
Los capítulos VIII y IX, escritos ambos después de Ia primera edición de c~t'struye a sí misma, se menciona con brevedad, pero no se desarrolla COII
este libro, son esfuerzos para utilizar el análisis funcional en el estudio de un cicrta extensión en ese capítulo. Este mecanismo, llamado pintorescamentc
componente importante de Ia estructura social: e1 grupo de referencia. Escrito "profecia suicida" por John Venn, lógico del sigla XIX, comprende Ias crcen-
en colaboración con Alice S. Rossi, e1 capítulo VIII examina y organiza Ias ,Í:IS que impiden Ia realización de Ias mismas circunstancias que de otro
aportaciones de The American Soldier a Ia teoría de Ia conducta del grupo 1\ lodo se producirían. Los ejemplos de esta son numerosos y familiares. Con-
de referencia y Ias relaciona con concepciones análogas que Ias precedieron. fiados en que ganarán un juego, o una guerra, o un premio ambicionado, Ias
Del comienzo al fin, los grupos de referencia se consideran no sólo desde el 1:llIpOSse sienten satisfechos, Ia complacencia lleva alletargo y elletargo a Ia
punto de vista de Ia psicología social, sino también desde el punto de vista clrrrota definitiva. Muchos individuos, en particular indivíduos experímen-
2 Thc Profcssions in Amerícan Society: A SociologicaI Analysis and Casebook (de pr6xima publí- li Para una exposici6n detallada de 105 orígenes y desarrollo de esta línea de continuidad en 111
caci6n), por WiIliam J. Goode, Robert K. Merton y Mary Jean Huntíngton, es un examen inte~vo mvcstigación sociológica, véase Personal Influence, por Elihu Katz y P. F. Lazarsfeld (Glencoc,
del campo y una armazón teórica para ulteriores investigaciones. IIlinois, The Free Press, 1955), Introducci6n y Parte L

::,.~
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~.
138 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INTRODUCCI6N lW

tados en el manejo de asuntos públicos, han observado desde hace mucho 111(1" Ia predicción que hace el meteorólogo de lluvías continuadas hasta a1l(1I:I
tiempo, por supuesto, este fenómeno de Ia creencia suicida y algunas veces 1111 lia conducido, por 10 contrario, a una sequía. Pero Ia previsión a largo
10 tuvieron en cuenta. Lincoln, por ejemplo, tuvo clara conciencia de él. 1'1:110 de los economistas deI gobierno de un sobrante de trigo, muy posiblc
En 10s sombríos días de 1862, en que McClellan y Ias ejércitos del Oeste urcnlc puede llevar a Ios productores de este cereal a reducir Ia produccióu
estaban inmovilizados, Lincoln no hizo un llamamiento público para con- IIII\.:tcnían planeada a fin de invalidar Ia previsión.
seguir Ias miles de soldados que se necesitaban con gran urgencia, y dia esta Todo esto sugiere que un tipo muy extenso y hasta ahora imperfecta,
explicación: "Hubiera apelado pública mente al país para conseguir esta nueva 1I1("llIc conocido de predicción de Ias ciencias sociales se encuentra ante UIl,1
fuerza si no fuese porque temia un pánico y una dispersión generales, tan Il:lladoja: si se hace pública, Ia predícción puede ser invalidada, y si no se
difícil es que una cosa se entienda como realmente es." II:I('\.:pública, por 10 general suele considerarse no como una predicción, sino
Pero desde el punto de vista de Ia investigación, Ia de 10s mecanismos ((11110 una posdicción. Se Ia considera como un conocimiento posterior ai
dinámicos distintivos e importantes está en 10s puros comienzos. Se han lu.cho. (Esta representa una clase de dificultad en Ias ciencias socialcs pa
identificado abundantes casos de cada uno de ellos, y se usaron para fines Iccitla, pcro no equivalente, a Ia que yo creo que más o menos es Ia difícultad
ilustrativos casuales (como 10 son aqui), pero se han hecho pocas investiga- ('11 algllllos campos limitados de Ia ciencia física representada por eJ principio
ciones para profundizar por debajo de Ia superfície. Además, como he indi- ,Ic incertidumbre de Heisenberg.) No hay duda de que, con un estado de
cado repetidas veces en estas páginas, Ia misma tendencia humana a evitar .ruimo misantrópico, o con una devoción excesiva de los valores de Ias cicuci.is
trivialidades nos neva a desconocer Ias verdades a veces importantes que ',(I(ialcs por encima de todos Ias demás valores humanos, o en el papel auto
esconden esas trivialidades. El tipo de Ia creencia que se destruye a sí misma definido de un samurai científico, el científico social puede escribir, scllur
es familiar, casi tan familiar para nosotros hoy como 10 fueron Ias oscilaciones y depositar en seguro su predicción de desernpleo, guerra o conflicro xau
de un péndulo para Ias gentes de los días de Galileo. Y porque es familiar, se 1',1 icnto inminentes, para sacarlo a Ia luz después de haber sucedido los nruu
les desdefia en forma consciente, sin examinarlo sistemáticamente en sus irn- lccimien tos predichos. Pero esto sería tan dilapidador del cl1erpo políl ico
plicaciones. En consecuencia, sigue siendo una observación empírica suelta, corno ele su propio yo corpóreo. Cuando se piensa en Ia profunda oposicióu
una cosa sin interés, separada de un cuerpo de teoría sociológica cornprobada de muchos individuos a ser tratados como conejillos de lndias psicol{ll.~icoN,
por Ia experiencia. pucde imaginarse aproximadamente todo el furor de un pueblo cul cro ••I
He aquí, pues, otra zona para investigar procesos íundamentales de cucontrarse transformado en un inmenso conejo de Indias sociológico. 1.0
dinámica y cambios sociales: Ia determinación de Ias condiciones en que mcjor será quizás volver a pensar este experimento circeano.
tienen lugar Ias tres c1ases de consecuencias típicamente imprevisibles: Ia Además de este interés general por el mecanismo de Ia crcenciu que M'
creencia que se cumple a sí misma (predicción, profecía), Ia creencia que .into-destruye, el científico social tíene, pues, un incentivo considera blo pam
se auto-destruye, o suicida, y Ia función latente, o Ia ganancia social ines- I:Jinvestigación sistemática y laboriosa de Ias condiciones en que opcra ('11 1iI
perada. La predicción que se cumple a sí misma y Ia predicción suicida tie- esfera social esa predicción o previsión auto-destructora. Quizás mcdiuutc csn
nen doble interés para quien cultiva Ias ciencias sociales. Representa no sólo seria investigación aprenda 10 que es necesario para converti r Ia prcdiccióu
normas que desea investigar en Ia conducta de Ias demás, sino también nor- CII potencía suicida en una predicción socialmente benéfica y objcl ivruucutr-
mas que crean agudos y muy especiales problemas metodológicos en su propia ,úlida.
investigación. Esto hace más difícil Ia comprobación empírica de Ias predic- Así, pues, Ia Parte II está dedicada sobre todo a Ias influencias mut IIH~
ciones de Ia ciencia social. Porque, como estas predicciones pueden ser te- .lc Ias estructuras sociales y de Ias ocupaciones dentro de un contexto de:
nidas en cuenta por Ias mismas gentes a quienes se refieren, el científico mecanismos dinámicos sociales. Se propone presentar algunos lineumicuíns
social se ha11a eternamente ante Ia posibilidad de que su predicción entre en tcóricamente pertinentes, empíricamente tratables y socialmente útilcs de iu
Ia situación como un factor nuevo y dinámico, que modifica Ias condiciones vcstigacíón sociológica. En todo caso, Ias grandes vacíos quc hay eu eNIo"
en que inicialmente Ia predicción era verdadera. Esta característica de Ias (':1111POS persuadieron a este sociólogo a dedicar sus esfuerzos investigadores
predicciones es peculiar de los asuntos humanos. No se encuentra en Ias pre-
inmediatos al estudio sociológico de Ia burocracia y al análisis funcional <Ie:
dicciones referentes al mundo de Ia naturaleza (salvo cuando los fenómenos
Ias ocupaciones.
naturales son tecnológicamente moldeados por hornbres )." Por 10 que sabe-
4 Que Ia limitación entre paréntesís es necesaria 10 demostró Adolf Grünbaum, quien observa: 1'\1forma de un nuevo conjunto de instrucciones 10 induce a modificar su trayectoria para nlcuuzur .,1
" ... piénsese en Ia conducta dirigida a un fin de un mecanismo auxiliar como un aparato doméstico hlanco, al contrario de Ia predicción del computador. lEn qué se diferencia esto, cn prindplu,
que se realimenta y está sornetido al control automático de incendios. Es evidente que cada, fase del dcl caso en que Ia previsión de un economista del gobierno de un exceso de trigo ticne por cU1Ut',
funcionamiento de tal aparato constituye un ejemplo de uno o más principios puramente físicos. «ucncia inducir a Ios productores de trigo a modificar sus primeras intencíones de siembru?" V6"~1l
Pero esos mismos principios permiten Ia situación siguiente: un computador predíce que, en su tra- Ia instructiva nota de Grünbaum titulada "Historical determinism, social actívism, and prcdictlonl
yectoria actual, el proyectil no dará en el blanco, y Ia comunicaci6n de esta infomación al proyectil iu lhe social sciences", que aparecerá en The British [ournal of Philosophy oi Scíencc.
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 141
c/c111 sociedad para que sigan una conducta inconformista y no una conducta
wllfonnista. Si podemos localizar grupos peculiarmente sometidos a esas pu.:.
IV. ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA sioues, esperaríamos encontrar proporciones bastante altas de condueta diver-
gente en dichos grupos, no porque los seres humanos que los forman estén
HASTA tiempos muy recientes, O cuando más muy poco antes, podía hablarse compuestos de tendencias biológicas diferentes, sino porque reaccionán de
de una marcada tendencia en Ia teoría psicológica y en Ia sociológica a atri- numera normal a Ia situación social en que se encuentran. Nuestro punto
buir el funcionamiento defectuoso de Ias estructuras sociales a fallas deI de vista es sociológico. ~!12Ç.;IJE()sY;Iriaçif)n(!s~J:\10s ..f'!~!~~,~A~,s.f)J:\ª!1_~~!l
(!ive!.
__
control social sobre los imperiosos impulsos biológicos del hombre. La ima- gente,. nº._~!J.sujQSiªç.I].ç!.a.3 Si nuestra pesquisa tuviera éxito, se veria que
ginería de Ias relaciones entre individuo y sociedad que implicaba esa teoria ;ilgllnas formas de conducta divergente son tan normales psicológicamentc
es tan clara como discutible. Originalmente, hay impulsos biológicos deI ('OIllO Ia conducta conformista, y se pondrá en duda Ia ecuación entre des-
hombre que buscan plena expresión. Y después, hay el orden social, que es vinción y anormalidad psicológica.
en esencia un aparato para manejar los impulsos, para el tratamiento social
de Ias tensiones, para Ia "renuncia aIos placeres instintivos", según Ias pa-
TIPOS DE METASCULTURALESY DE NORMASINSTITUCIONALES
labras de Freud. La inconformidad con Ias exigencias de Ia estructura social
se supone, pues, arraigada en Ia naturaleza oríginaría.> Son 105 impulsos bio- I<ntre Ias diferentes elementos de Ias estructuras sociales y culturales, dos
lógica mente enraizados 105 que de vez en cuando se abren paso a través del xnn de irnportancia inmecliata. Son separables mediante análisis, allnqnc se
control social. Y por imp1icación, Ia conformidad es el resultado de un cálculo 111
czclan en situaciones concretas. EI primero con~ obi~t~y~~,p.Ólii-
utilitario o de un condicionamiento irracional. I()s e iJ:\t.e.~e.~e..~
~u~EYI~1l11ç!Jte.A_~!.~J:\}ª.~2.1dst~tªªª.s.~0.~o 09ieJiyg~)cgltilllQll
.Con los progresos más recientes de Ias ciencias sociales, ese conjunto de por tod~sJ().sLr~sliy.Lc!l!<:l~ªçl~J>.ºçi~<iac!,. 9porinqiyid1:lgs .situadcs en eU!!.. cal
concepciones sufrió una modificación fundamental. En primer lugar, ya no una P2.siSiÓl}9iJ<::t".<::!1Jç., Los objetivos están más o menos unificados -e1
parece tan evidente que el individuo se levante contra Ia sociedad en una grado es cuestión de hecho empírico- y toscamente ordenados en una [erar-
guerra incesante entre los impulsos biológicos y Ia coacción social. La ima- quía de valores. Los objetivos predominantes implican diversos grados ele
gen deI hombre como un manojo indomable de impulsos empieza a parecer scntimiento y de importancia y comprenden una estructura de referencia
más una caricatura que un retrato. En segundo lugar, Ias perspectivas socio- aspiracional. Son Ias cosas "por Ias que vale Ia pena esforzarse". Son \111 CIIIII
lógicas han entrado cada vez más en el análisis de Ia conducta que se desvia ponente básico, aunque-no el: exclusivo; de Ias que Linton llarnó "desígnios
de normas prescritas. Porque cualquiera que sea el papel de los impulsos para Ia vida deI grupo". Y aunque algunos, no todos, de Ias objetivos (',11lu
biológicos, sigue en pie Ia cuestión de por qué sucede que Ia frecuencia de Ia rales se relacionan en forma directa con los impulsos biológicos del hombrr,
conducta divergente varie en diferentes estructuras sociales y por qué Ias 110 están determinados por ellos.
desviaciones siguen diferentes formas y normas en diferentes estructuras socia- U TI segundo elemento d~J~ estruçtnra, ~ultu~al. de.Jine"..regula y, cQntrolu ..
,: leso Hoy, como entonces, aún tenemos mucho que aprender sobre los pro- los mõC1~~aa~ls!~Íes.ªe., alcàn~ares§s' ·Õ1Jj~tivos. ''I.:2.d2..EI1!P.Q-iQÇia1.tJJm).LI

l cesos mediante los cuales Ias estructuras sociales producen Ias circunstancias
en que Ia infracción de 105 códigos sociales constituye una reacción "nor-
Sl1Sobiet.i':'()_~.,E!1lturaJ.es.,
a,..r~glél3~,.Ju:raigadas...~Il.,.1ªsçQSt1JJJlºJ~".,.Q
lucioÍ1e~rel~fu~L:l:19!.i0çe~i~~:!::~OS.R~Imj~iJ21~~~a.!S~<,l~.h~~~.
.. e!l.lasjl.l~li'
(licll~:~..
mal" (es decir, que puede esperarse}." Este capítulo es un ensayo que trata objetiyas.. Esas normas regulããoras no son por necesídad idéntícas a noriuns
de aclarar el problema. técnicas o de eficacia. Muchos procedimientos que desde el punto de visln
La armazón que se expone en este ensayo está destinada a proporcionar de Ias individuos particulares serían más eficaces para alcanzar valores desl'a·
un punto de vista sistemático para el análisis de Ias fuentes sociales y cultu- dos -el ejercicio de Ia fuerza, el fraude, el poder- están proscritos de lu
rales de Ia conducta divergente. Nuestro primer propósito es descubrir cómo 3 La posici6n que aqui se toma fue inteligentemente descrita por Edward Sapir. " ... In.
algunas estructutas sociales eiercen una presi6n definida sobre ciettas personas problemas de Ia ciencia social difieren de los problemas de Ia conducta individual en grado de cSl'r·
cificidad, no en clase. Todo enunciado sobre conducta que destaque, explícita o implicitamente, Ia.
1 Véanse, por ejemplo, Malestar en Ia civilización de Freud, Social aspects of Psychoanalysis, cxperiencías reales, integrales, de personalidades definidas o de tipos definidos de personalidad, cs 1111
por Erncst Jones (Loudres, 1924),28. Si Ia idea freudiana es uua variante de Ia doctrina del "pecado dato de psicología o de psiquiatria y no de ciencia social. Todo enunciado sobre conducta que tiende,
original", entonces Ia interpretacíón que se expone en este trabajo es una doctrina deI "pecado social- no a ser exacto en cuanto a Ia conducta ele un individuo real o de indivíduos reales o en cuanto 1i III
mente inducido". conducta esperada de un tipo de individuo física o psicológicamente definido, sino que prescinde
;2 "Normal" en el sentido de reacci6n que puede esperarse desde el punto de vista psicológico, de dicha conducta a fin de poner en claro relieve ciertas expectativas en relaci6n con los aspectos de
no culturalmente aprobada, a determinadas eireunstancias sociales. Esta afirmacíón no níega, por conducta individual que cornparten diferentes personas, como una norma interpersonal o "social", ti
supuesto, el papel de Ias diferencias biológicas y de personalídad en Ia fijación de Ia incidencia de Ia nn dato, por crudamente que se exprese, de ciencia social". Yo elegí aqui Ia segunda perspectivn;
conducta divergente. Sencillamente no es éste e1 problema que se examina aquí. En este mismo aunque tendré ocasíón de hablar de actitudes, valores y funciones, será desde el punto de vista do
sentido, as! me parece, [ames S. Plant habla de Ia "reacción normal de personas normales a circuns- c6mo Ia estructura social promueve o inhíbe su aparíción en tipos especificados de situacionCI.
tancias anormalcs". Véase su Personality and the Cultural Pattern (Nueva York, 1937), 248. Véase "Why cultural anthropology needs the psychíatrist", por Sapir, en Psychiatry, 1938, 1, 7·1%.
140
l42 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 14~
zona institucional de Ia conducta permitida. En ocasiones, entre Ios proce- 1<11111' cxt ox tipos extremos hay sociedades que conservan un equilibrio aproxi-
dimientos no permitidos figuran algunos que serían eficaces para el grupo 1II.Ido culrc objetivos cuIturales y prácticas institucionalízadas, y ellas consti
mismo -por ejemplo, los tabús históricos sobre Ia vivisección, sobre experi- t 11\'('li b, sociedades unificadas y relativamente estables, aunque cambiantes,
mentos médicos, sobre el análisis sociológico de Ias normas "sagradas"-, ya Se conserva un equilibrio efeetivo entre esos dos aspectos de Ia cstructuru
que el criterio de admisibilidad no es Ia eficacia técnica, sino sentimientos '.1111:11 iuicutras Ias satisfacciones resultantes para Ias individuos se ajustcn a
cargados de valores (sustentados por Ia mayor parte de los individuos del 1..'. dos prcsiones culturales, a saber, satisfacciones procedentes de Ia COlISe,
grupo o por los que pueden promover esos sentimientos mediante el uso I willll de Ios objetivos y satisfacciones nacidas en forma directa de Ias modos
combinado dei poder y de Ia propaganda). En todos Ios casos, Ia elección de 111'.1 li ucionalmente canalizados de alcanzarlos. Esto se valora como producro
expedientes para esforzarse hacia objetivos culturales está limitada por nor- \' 1111110proceso, como resultado y como actividades. Así, pueden deriva rsc
mas institucionalizadas. '"lIlslacciolles constantes de Ia mera participación en un orden competitivo
Los sociólogos hablan con frecuencia de esos controles considerándolos j •••i ('111110 de Ia anuIación de Ias competidores de uno si ha de conservam; cl
corno existentes "en Ias costumbres" o corno operantes a través de institu- I Ii .1('11lIliS1110. Si el interés se traslada aI resultado de Ia competencia, y sólo
ciones sociales. Estos enunciados elípticos son bastante ciertos, pero oscu- ,. {I, cutonces Ias que sufren perennemente Ia derrota trabajan, 10 cuaI es bas
recen el hecho de que Ias prácticas culturalmente estandarizadas no son todas la ul c comprensible, por Ia modificación de Ias regIas del juego. Los sacrifícios
de una pieza. Están sujetas a una amplia gama de controI. Pueden represen. ''',I"iollalmente -no invariabIemente, como suponía Freud- implícitos CII
tar normas de conducta prescritas en forma definida, o preferentes, o permí. 1.1'"11 formidad con Ias normas institucionales pueden ser compensados ('011
sivas, o proscritas. AI estimar el funcionamiento de controles sociaIes, esas I[""111pensas socializadas. La distribución de situaciones sociales medianto
variaciones -indicadas más o menos por Ias pala bras prescriPción, preferen. 1.11IIIIIpctencia debe estar organizada de manera que cada posición comprou-
cia, permiso y proscripción-s- deben ser tomadas en cuenta, naturalmente. "1.1:1('11cl orden distributivo tenga incentivos positivos para adherirsc a Ias
Además, decir que Ios objetivos culturales y Ias normas ínstitucionaliza- IIldlg;ICiol1cSde Ia situación social. De otra manera, como no tardará eu verse
das operan al mismo tiempo para dar forma a Ias prácticas en vigor, no es . 1111«laridad, se producen conductas anómalas.~Il rSE~Eª~d, mi hipótesjs .
decir que guarden una relación constante entre sí. La importancia cultural "'1111;IJ cs q ue Ia conducta ané!1~~l-ª.ll.I,l~.c'!e.Ç.Ql!S&~,I§!I§e,0~sª~,,~LEtll~to de..
concedida a ciertos objetivos varía independientemente del grado de impor-
tancia dada a Ias medios institucionalizados. Puede desarrollarse una presión \ 1',1;1SOCiOlÓgi.C
I li 111('111
? c·.•..
·o.__.~._..o."u.n I.I
c prescntas y ~sa"m!nºs
s. !.~ ".ª..
~ .e d i~ociación..".._en E.~
•.I!.. m.~ !
_!a s ?...~..2[_.ac.".'.!0.1.I.CS.' CtlT..11I
sQ.crahnente est~uct~JXel~s_l?al~1Jf&H li
muy fuerte, a veces una presión de hecho exclusiva, sobre el valor de obje- dI( lias aspiracióriés" .. ,,"'- - ...
\
tivos determinados que implica un interés hasta cierto punto pequeno por , I k los tipos de sociedades resultantes de Ia variación independicute d("
10s medios institucionalmente prescritos de esforzarse hacia Ia consecución flJ,J<"I ivos culturales y medias institucionalizados, nos interesaremo~allle lodo
de Ias objetivos. EI caso limite de este tipo se a1canza cuando el margen de I" 'I d prímero: una .sociedad.en Ia.que ..seda un.q irnportancia excepciouul
procedimientos posibles está gobernado sólo por normas técnicas y no por 1111'111(' grande a objetivos e.specífico.ssin !JI!a importancía proporcional di'
normas institucionales. Todos y cada uno de los procedimientos que prome- I,,'. proccdirnientos institucionales .. Es preciso desarrollar este enunciado, para
ten Ia consecución del importantísimo objetivo estarían permitidos en este 'I"! 110se le interprete mal. NiJ'lgunª~ocieªªsL.E.a}e.s:f:de normas (r!~ ..g(!hier~.
caso extremo hipotético. Esto constituye un tipo de cultura más integrada. 11('11I:r conducta, pero.se diferencian eJ1(;Lgm.do.enqueJi,diãaíé:I0!}.1,.11S ('OS
Un segundo tipo extremo se encuentra en grupos en que actividades conce- 1111111 lIl'S Y los controlesinstitucionales. estáp eficazmente unificaclos con Jos
bidas originariamente como instrumentales se transmutan en prácticas que IIl,jl'l ivos que ocupan un lugar elevado en Ia jerarquía de lós valores culturu
se ejercen por ellas mismas y carentes de objetivos ulteriores. Los propósitos I,·, 1,:1 cultura puede ser tal, que induzca a los indivíduos a centrar SIIS
originários se olvidan y Ia adhesión estrecha a Ia conducta institucionalmente • »uvirciones emocionales sobre eI complejo de fines culturalmente procln
prescrita se convierte en cuestión de rito.' La pura conformidad se convierte IlIa.Jos, con mucho menos apoyo emocional para Ias métodos prescritos de,
en un valor central, Durante algún tiempoestâasegüfaâãla~es1'âõiIiaãa ,di .1I11.;lrdichos fines. Con esta diferente importancia concedida a Ios objc-
social, a expensas de Ia flexibilidad social. Como el margen de conductas 11111';y :1 Ias procedimientos institucionales, estos últimos pueden viciarsc
diferentes permitidas por Ia cultura está limitado en forma estricta, hay poca 1.111111 por Ia presión sobre Ios fines, que Ia conducta de muchos indivíduos
base para adaptarse a circunstancias nuevas. Se desarrolla una sociedad unida ',1.1 II111 iluda sólo por consideraciones de conveniencia técnica. En esta situa-
por Ia tradición, una sociedad "sagrada" que se distingue por su neofobia. "1'11, Ia única pregunta importante es Ia siguiente: ~CuáI de 10s procedi.
11111'111 os disponíbles es más eficaz para apre.hender e1 valor culturalmente
4 Este ritualísmo puede asociarse COn una mitología que racionaliza Ias prácticas de suerte que :tJlIIIlJado? 5 EI procedimiento más eficaz desde el punto de vista técnico,
parcccn rctencr su carácter de medias, pero Ia presi6n predominante es hacia Ia conformidad ritual
\
estricta, iudcpcndientemcnte de Ia mitología. EI ritualismo es, pues, más completo cuando no ~ ~ 1-:" este respecto, se advierte Ia pertinencia de Ia paráfrasis que hace Elton Mayo dei título
recurre aún a dichas racionalizaciones. ,Irl 1.111\1""
libra de Tawney. "En realidad eI problema no es eI de Ia enfermedad de una socíednd
144 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 145
sea legítimo o no, para Ia cultura, se convierte en el preferido por antonomasia 1111;1 dcsmcralizacurtt literal, es dccir, una desinstitucionalización ele 10s me-
para Ia conducta institucíonalrnente prescrita. Si este proceso de atenuación dl() ...•, oturre en muchos grupos 8 en quc 10s dos componentes de Ia estructura
continúa, Ia sociedad se hace inestable y se produce 10 que Durkheim lIam6 ',(1('1;11 IlO cstán muy integrados.

"anemia" (o falta de norma)." 1,;[ cultura norteamericana contemporánea parece aproximarse al tipo
La acciónde e~.e.1'Eose§g-9,!L~, ~e~111JEit~~ILª!J9mÜtPlU~.çh:.);f!pr{:$~IJi~ cxl rcmo en que se da gran irnportancia a ciertos êxitos-metas sin dar impor-
fácilm~nté'eii unã' serie.éfe episodiosJal,llÍliares .e instructivos, .al,lllql,le qMi~i§.. r.meia equivalente a 10s medias institucionaIes. Sería fantástico, natural-
triviales. Así, en Ias competencias atléticas, cuando aI deseo de Ia victoria se IIICJltc, afirmar que Ia riqueza acumulada es el único símbolo de êxito, Ia
fe<IêSpOja de sus arreos institucionales y se interpreta eI triunfo como "ga- IIIIS1110 que seria fantástico negar que Ias norteamericanos le ~~!g~~<l~_~nlugar
nar el juego" y no como "ganar de acuerdo con Ias reglas del juego", se premia r-levado en su escala de valores. En una gran medida, el gm..em ha sido C011-
en forma implícita el uso de medias ilegítimos pero eficaces desde el punto s:lgrado corno un valor en si mismo, por encima de su inversión en artículos
de vista técnico. La estrelIa deI equipo enemigo de futboI es aporreado .lc consumo o de su ernpleo para reforzar el poder. . El "dinero" está peculiar-
subrepticiamente; e1 luchador incapacita a su rival mediante técnicas inge- mente bien adaptado para convertirse en símbolo de prestígio. Como su brayó
niosas pero ilícitas; Ias alumnos de Ia universidad subvencionan bajo cuerda Siuimel, el dinero es muy abstracto e irnpersonal. Como quiera que sc ad-
a "estudiantes" cuyos talentos se Iimitan al campo de deporte. La impor- quicra, fraudulenta o institucionalmente, puede usarse para comprar Ios mis-
tancia concedida aI resultado atenuó tanto Ias satisfacciones derivadas de Ia 11105 bienes y servicios. La anonimidad de una sociedad urbana, en conjunción
pura participación en Ia actividad competitiva, que s6Io eI resultado victo- l'OU esos peculiaridades deI dinero, permite a Ia riqueza -cuyos orígenes pu.:-
rioso produce placer. Mediante eI mismo proceso, Ia tensi6n engendrada por dcn ser desconocidos para Ia comunidad en que vive el plutocrata, o, si son
el deseo de ganar en una partida de póker se alivia cuando uno trata C011 couocidos, purificarse con eI transcurso deI tiempo-, servir de símbolo de
éxito sus cuatro ases o cuando eI culto deI éxito ha florecído de verdad, bara- elevada posición social. Adernás, en el Suefio Nortearnericano no hay punto
jando sagazmente Ias cartas en un solitario. EI leve sentimiento de arrepen- final de destino. La medida deI "êxito monetario" es convenientemente in-
timiento en el último caso y eI carácter subrepticio de los delitos públicos definida y relativa. Como halló H. F. Clark, en cada nivel de ingreso Ias
indican claramente que Ias regIas institucionaIes deI juego son conocidas por norteamericanos quieren exactamente un veinticinco por ciento más (pero,
quienes Ias infringen. Pero Ia exageraci6n cultural (o idiosincrática) deI desde luego, ese "sólo un poquito más" sigue operando una vez que ha sido
éxito como meta induce a Ias individuos a retirar a Ias regIas apoyo em a- conseguido}. En ese flujo de normas cambiantes, no hay punto estabIe de
cional," reposo, o más bien, es el punto que resulta estar síempre "un poco más ade-
Este proceso no se limita, desde luego, a Ia esfera de Ias competencias Jante". Un observador de una comunidad en que no son raros Ios sueldos
deportivas, que meramente nos proporcíonó imágenes microcósmicas del ma- anuales de seis cifras, registra Ias angustiadas palabras de una víctima deI
crocosmos social. EI proceso mediante el cual Ia exaltación del fin engendra Suefio Norteamericano: "En esta ciudad soy menospreciado socialmente por-
que no gano más que mil * a Ia semana. Eso hiere." 9
aclquisitiva; es e1 de Ia adquisitividad de una sociedad enferma." Human ProbIems of an Industrial Decir que Ia meta del éxito monetario está atrincherada en Ia cultura
Civilizatíon, 153. Mayo trata dei proceso mediante el cual Ia riqueza llega a ser el símbolo básico norteamericana no es sino decir que Ias norteamericanos están bombardeados
dcl éxíto social y cree que esto es el resultado de un estado de anemia. Mi principal interés aquí
son Ias conseeuencias sociales de Ia gran importancia dada aI éxíto monetario como obj etivo en una
por todas partes con preceptos que afirman eI derecho o, con frecuencia, eI
sociedad que no adaptó su estructura a Ias implicaciones de dicha importancía. Un análisis completo deber de luchar por Ia meta aun en presencia de repetidas frustraciones. Pres-
rcqueriria el examen simultâneo de ambos procesos. tigiosos representantes de Ia sociedad refuerzan Ia importancia de Ia cultura.
n La resurrección operada por Durkheim de Ia palabra "anemia", que, por 10 que yo sé, aparecíó
por prirnera vez aproximadamente con e1 mismo sentido a fines dei siglo xvr, mny bien puede ser La familia, Ia escuela y el lugar de trabajo -principales agencias que mol-
objct o de investigación para un estudioso interesado en Ia filiación histórica de Ias ideas. Corno dean Ia estructura de Ia personalídad y Ia formación de metas deI norteameri-
J:I frase "clima de opinión" investida de popularidad acadérnica y política por A, N. Whitehead tres cano- se unen para proporcionar Ia intensa tarea disciplinaria necesaria si eI
si~Jos dcspués de haber sido acufiada por Joseph Glanvill, Ia palabra "anomia" entró últimamente
('" mo f rrcncntc, dcspués de haberla reintroducido Durkheim. ~Por qué Sl1 resonaneia en Ia socie- individuo ha de retener intacta una meta que sigue estando evasivamente
dud contcmporánca? Para un espléndído modelo dei tipo de investigación requerída por investiga- fuera de su alcance, si ha de ser impulsado por Ia promesa de un placer que
cioncs de este orden, véase "Milieu and Ambiance: an essay in historieal semantics", por Leo Spitzer, no se cumple. Como veremos en seguida, Ios padres sirven de polea de tras-
('11 l'llilm"l'hy and PhenomenologicaI Research, 1942, 1-42, 169-218.
. 7 Parece improbable que Ias normas culturales, una vez interiorizadas, sean completamente misión para los valores y Ios objetivos de los grupos de que forman parte, C>

«liuunudas. Cunlquier residuo que persista producirá tensiones de Ia personalidad y eonflictos, con
cirrtn grado de ambivalencia, Un rechazo manifiesto de Ias normas institucionales una vez incor- 8 En "rnuchos", no cn todos Ias grupos desintegrados, por Ia razón mencionada anteriormente.
poradus i1:l ncompnüado de alguna retencíón latente de sus eorrelatos emocionales. Sentimientos de En grupos en que Ia importancia primordial pasa a Ios medios ínstítucionales, el resultado es por 10
culpuhiliclacl, una scnsación de pecados, dolores de conciencia, son expresiones diferentes para deno- regular un tipo de ritualismo y no Ia anomia.
minar lu tcnsión no aliviada. La adhesión simbólica a 105 valores nominalmente rechazados, o Ias * Se sobrentiende "dólares". [E.]
racionnlizucioucs para explicar el rechazo de dichos valores, constituyen una expresión más sutil <kl 9 HolIywood, por Leo C. Rosten (Nueva York, 1940),40.
\ 111 tensíoncs".
'11

146 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL 147


ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA
sobre todo de su clase social o de Ia clase con Ia cual se identifican. Y Ias raso Hay que conservar intactas Ias
escuelas son, naturalmente, Ia agencia para Ia trasmisión de los valores vigen- aspiraciones,
tes, y una gran proporción de los libros empleados en Ias escuelas de Ia ciudad lrank C. BalI, eI albafiil rey de Ios Prototipo II de éxito: Cualesquiera
implican o exponen de manera explícita "que Ia educación lleva a Ia inteli- 1:11105 de fruta de Ios Estados Unidos, que sean los resultados presentes de
gencia y en consecuencia aI trabajo y a] éxito monetario".10 Fundamentales \i:ljó en un furg6n con el cabalIo de los esfuerzos de uno, el futuro es rico
en este proceso de disciplinar a Ia gente para que mantenga sus aspiraciones .11 herrnano George, para abrir en en promesas, porque el hombre común
insatisfechas son los prototipos culturales de] éxito, documentos vivos que :-"llIllcieun pequeno negocio que llegó -:ún puede lIegar a ser rey. Las satis-
atestiguan que el Sueíio Norteamericano puede realizarse sólo con que uno I ser el mayor en su c1ase. facciones pueden parecer diferidas para
siempre, pero aI fin se realizarán cuan-
tcnga los talentos requeridos. Examínense en este respecto los siguientes párra-
do Ia empresa de uno lIegue a ser "la
fos tomados de Ia revista de nego cios Nation's Business, entresacados de una mavor en su clase",
grau cantielad ele materiales análogos que se encuentran en Ias comunica- J. L. Bevan, presidente del Illinois Prototipo Hl de éxito: Si Ias ten-
ciones de masas que exponen Ios valores de Ia cultura de Ia clase negociante. (:cl1traI Railroad, quien a Ias doce elencias seculares de nuestra economia
uios era recadero en Ia oficina de fle- parecen dejar poco campo para Ios pe-
Ics de Nueva Orleáns. quenos negocies, uno puede medrar
Los documentos Sus implicacicmes sociológicas dentro de Ias burocracias gigantes de
Ia empresa privada. Si uno ya 110
(Nation's Business, '1'01.72, N9 8, {J. 7) He aqui una opini6n herética, naci- puede ser rey en una esfera de su pro-
da posibjem,el)te .de una constante pia creación, por 10 menos puede llegar
"Tíene usted que haber nacido para frustración, que rechaza el valor de a ser presidente de una de Ias demo-
esas tàreas, o también tener bucna retener una meta aparentemente irrea- cracias económicas. Cualquiera que
avuda." lizable y, además, pone en duda Ia sea el estado actual de uno, recadero
Iegitimidad de una estructura social o escribíente, debe poner Ia mira en
que ofrece diferencias en el acceso a Ia cima.-i
esa meta.
Éste es un viejo sedantc ele Ia arn- EI contra-ataque, que afirma explí-
bieión citamente eI valor cultural de que uno
Fluye desde manantiales diferentes una presión constante para conser-
conserve intactas sus aspiraciones, de
no perder "ambiciones". var altas ambiciones. La literatura exhortativa es inrnensa, y uno puede
Claro enunciado de Ia función que cscoger sólo a riesgo de parecer injusto. Piénsese sólo en éstos: EI reverendo
Antes de escuchar sus seducciones,
pregunte a esos individuos: realizarán Ias "éxitos" de Ia lista si- Russell H. Conwell, con sus sermones de Acres of Diamonds, escuchados y
guiente. Esos indivíduos sOIJ testimo- lcídos por centenares de miles de individuos, y su siguiente libro, The New
nios vivos d~ que Ia estructura social Dar, o Fresh Opportunities: A Book for Young Men; Herbert Hubbard, que
perrni te que se- realicen esas aspira- pronunció el famoso Mensaie a García en Ias plazas de Chautauqua para todo
ciones, si uno 10 merece. Y correla- cl país; Orison Swett Marden, quien, en un montón de libras, expuso pri-
tivamente, eI no aIcanzar esas metas mero El secreto del éxito, alabado por presidentes de colegios universita-
no atesti~~ino los defectos persona-
rios, después explicó el proceso de Empujar hacia adelanie, alabado por el
les de uno. La agresión provocada por
presidente McKinley, y finalmente, a pesar de esos testimonios democráticos,
eI fracaso d~Qiem_djJ:jgirse, pues, hacia
adentro y no hacia afuera, contra uno scíialó el camino para hacer de Cada hombre un Tey. EI simbolismo deI
mismo y no contra una estructura 1101l1brecomún que sube al estado de realeza económica está profundamente
social que ofrece acceso libre e igual cntretejido en Ia textura del tipo de cultura norteamericano, y encontró
a Ias oportunidades. quizás su expresión definitiva en Ias palabras de alguien que sabía de quê
Elmer R. [ones, presidente de Prototipo I del êxito: Todos pue- hablaba, Andrew Carnegie: "Sé un rey en tus suefios. Dite a ti mismo: 'Mi
Wells-Fargo anel Co., que en:).12~óIa den tener propiamente Ias mismas al- lugar está en Ia cumbre'." 11
vida como nino pobre y dejó Ia es- tas ambiciones, porque, por bajo que A esta importancia positiva dada a Ia obligación de mantener metas
cuela en cl quinto grado para empezar sea el punto de partida, el verdadero elevadas Ia acompaíía una importancia correlativa dada aI castigo de quienes
<l trahajar. talento puede llegar a Ias mismas altu-
11 The American Gult of Success, por A. \V. Griswold (tesis doctoral, Universidad de Yale,
111 ScllOl:lrs, \'(Iorkcrs alie! Ccntlcmcn, por Malcolm S. MacLean (Harvard University Press,
1933); "Personality Schools": A Sociological Analysis, por R. O. Carlson (tesis de maestría, Colum-
1938), 29. .
!lia University, 1948).
ESTUDIOS
"
SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL 149
148 ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA
cejan en sus ambiciones. AIos norteamericanos se les amonesta para que tiva pasa deI plano ele Ias normas de Ios valores culturales al plano de Ios
"no sean desertares", porque en el diccionario de Ia cultura norteamericana, tipos de adaptación a esos valores entre Ios que ocupan posiciones diferentes
como en el Iéxico de Ia juventud, "no existe Ia palabra 'fracaso'''. El mani- cn Ia estructura social.
fiesto cultural es claro; no hay que cejar, no hay que dejar de esforzarse, no Consideramos aqui cinco tipos de adaptación, esquemáticamente expues-
hay que reducir Ias metas, porque "el delito no es el fracaso, sino Ias aspira- tos en el cuadro siguiente, en Ia cual (+) significa "aceptación", (-) signi-
ciones bajas". fica "rechazo", y (-l-) significa "rechazo de Ios valores vigentes y su sustitu-
Así, Ia cultura impone Ia aceptación de tres axiomas culturales: primero, c-ión por valores 11uevos",
todos deben esforzarsehacia Ias mismas metas elevadas, ya que están a dis-
posicíón de todos; segundo, el aparente fracas o deI momento no es más que
TIPOLOGÍA DE LOS MODOS DE ADAPTACIÓN INDIVIDUAL 12
lIna estación de espera hacia eI êxito definitivo; y tercero, el verdadero fra-
caso está en redueir Ia ambici6n o renunciar a ella.
En tosca paráfrasis psicológica, estes axiomas representan, primero, un Medios
Modos de adaptación Metas culturales institucionalizados
refuerzo secunda rio simbólico del incentivo; segundo, refrenar Ia amenaza
de extinción de Ia reacción mediante un estímulo asociado; y tercero, aumen-
tar Ia fuerza impulsora para responder constantemente aI estímulo, a pesar i I. Conformidad
+ ~ +
de Ia falta continuada de recompensa. 'II. Innovación
+ -
En una paráfrasís sociológica, estos axiomas representan,
desviación de Ia crítica desde Ia estructura social hacia uno mismo, entre Ios
primero, Ia III.
IV.
Ritualismo
Retraimiento
-
+
situados en Ia sociedad de manera que no tienen acceso pleno e igual a Ias V. Rebelión 13 -+- -l-

oportunidades; segundo, Ia conservación de una estructura de poder social


mediante Ia existencia en Ios estratos sociales más bajos de individuos que
se identifican, no con sus iguales, sino con 10s individuos de Ia cumbre (a EI examen de cómo opera Ia estructura social para ejercer presión sobre
quienes acabarán uniéndose}; y tercero, Ia actuación de presiones favorabIes Ias individuos a favor de uno u otro de Ias diferentes modos de conducta
a Ia conformidad con Ias dictados culturales de ambiciones irreprirnibles debe ir precedido de Ia observación de que Ios indivíduos pueden pasar de un
mediante Ia arnenaza para quienes no se acomoden a dichos dictados de no modo a otro aI ocuparse en diferentes esferas de actividades sociales. Estas
ser considerados plenamente pertenecientes a Ia sociedad, categorias se refieren ala conducta que corresponde al papel social en tipos
Es en estos términos y a través de estos procesos como Ia cultura norte- específicos de situacíones, no a Ia personaIidad. Son tipos de reacciones más
americana contemporánea sigue caracterizándose por Ia importancia de Ia () menos duraderas, no tipos de organización de Ia personaIidad. EI examen
riqueza como símbolo fundamental de êxito, sin una importancia proporcio-
nada de Ias vías legítimas por Ias cuales avanzar hacia esa meta. zCómo res- 12 No faltan tipologías de diferentes modos de reacción a Ias circunstancias de Ia frustración.
Frcud en su Malestar en Ia civilización, da una; tipologías derivadas, que difieren con frecuencia en
ponden Ios individuos que viven en ese ambiente cultural? ZY qué reIación
.Ictalles fundamentales, se encontrarán en Neurotic Personality of Our Time, por Karen Horney
tienen nuestras observaciones con Ia teoría de que Ia conducta divergente (Nueva York, 1937); "The experimental measurement of types of reaction to frustration", por S.
nacc típicamente de impulsos biológicos que se abren camino a través de 13s Rosenzweíg, en Explorations in Personality, por H. A. Murray y otros (Nueva York, 1938), 585-99;
\' cn los trabajos de John DolJard, Harold LassweU, Abram Kardiner y Erich Fromm. Pero partícu-
rcstricciones impuestas por Ia cultura? zCuáIes son, en suma, Ias consecuen-
í.rrmente en Ia tipología estrictarnente freudiana Ia perspectiva es de tipos de reacciones individuales,
cias de Ia conducta de indivíduos situados en puestos diversos en Ia estruc- ""11Jlletamente aparte del lugar dei individuo en Ia estructura social. A pesar de su constante ínterés
tura social de una cultura en que Ia importancia de Ias metas-éxito predomi- I"" Ia "cultura", por ejemplo, Horney no explora diferencias en los efectos de Ia cultura sobre el
I:."ricultor, el obrero y e1 hombre de negócios, sobre individuos de clase baja, media y alta, sobre
nantes se ha alejado cada vez más de una importancia equivalente de Ios .udividuos de diferentes grupos étnicos y raciales, etc, En consecuencia, el papel de Ias "inconse-
proccdimicntos institucionalizados para a1canzar aquellas metas? .ucncias en Ia "cultura" no es localizado en sus diferentes efectos sobre grupos diferentemente situa-
dos. La cultura se convierte en una especie de cobertor que cubre por igual a todos Ios-indíviduos de
L. sociedad, aparte de sus diferencias idiosincráticas en e! curso de sus vidas. Un supuesto primario
de nuestra tipología es que Ias reacciones ocurren con diferente frecuencia en grupos diferentes de
TIPOS DE ADAPTACIÓN INDIVIDUAL uuestra sociedad, precisamente porque Ias individuos de esos grupos o estratos están sometidos de ma-
ucra diferente al estímulo cultural y a Ias restricciones sociales. Esta orientación sociológica se en-
rontrará en Ias escritos de Dollard, y menos sistemáticamente en los trabajos de Frornm, Kardiner
Dejando ('SóiS normas de Ia cultura, examinaremos ahora tipos de adaptación v LassweIl. Solo el punto en general, véase Ia nota 3, p. 141, en este capítulo.
de 10s in~lividllos dentrcde ..~lD,~~9c!~.s!~ªR9,~~.~~,ra de~~lf~ra.Aunquee1· 1.3 Esta quinta alternativa está en plano claramente diferente de! de Ias otras. Representa una
fôcõ de ÍllIl'stro interés sigue siendo Ta génesis cu1turaTYsódal'delas diferentes i
rcacción de transición que trata de institucionalizar metas y procedimientos nuevos para que los
compartan otros indivíduos de Ia sociedad. Se refiere, pues, a esfuerzos para cambiar Ia estructura
\ proporciones y los diferentes tipos de conducta divergente, nuestra perspec- -cultural y social existente, y no para acomodar los esfuerzos dentro de CS3 estructura.
i\I!

150 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 1~1

de los tipos de adaptacíón en diferentes esferas de conducta introduciría una borra no pocas veces Ia diferencia entre esfuerzos a maneta de negocies dei
complejidad inmanejable dentro de Ias límites de este capítulo. Por esta ra- l.rdo de acá de Ias costumbres y prácticas violentas más allá de Ias costumbrcs.
zón, nos interesaremos ante todo por Ia actividad econômica en el sentido (:0I110 observó Veblen, "no es fácil en ningún caso dado -en realidad, l'S
amplio de "producción, cambio, distribucíón y consumo de bienes y servicios" imposible a veces hasta que no han hablado los tribunaIes-; decir, si es 1111
en nuestra sociedad competitiva, en Ia que Ia riqueza ha tornado un matiz caso encomiable del arte de vender o si es un delito punible". La historiu
altamente simb6lico. dc Ias grandes fortunas norteamericanas está llena de tendencia hacia innovn
ciones institucionalmente dudosas, corno 10 atestiguan los numerosos tributos
CD CON!'2~~!~~l)_ pagados a los Magnates del Robo. La repugnante admiración expresada ('(lII
frccuencia en privado, y no rara vez en público, a esos "sagaces, vivos y pros
En Ia medida en que es estable una sociedad, Ia adaptación tipo I -confor- 11t'IOS" individuos, es E.r:.~11!~tº__g~__
pnq,~J.~~ctl~!5l_ ..çJtltUJ.alenJ.<!._guc cl Jill
---""'''7
lnidad~onlas l11,etas cU!~~E-~I~s_yJg~:Ineclios instituci?nalizados---:- es Ia mas s:lcrosantojustifica 'crehGcho 1º§m~,dj9_s, No es éste un fenômeno nuevo. Sin
c~~~iíl,)'J;:t_nl!s.~f~EE~~Il.te.gifl}!!clida., Si no fuesé' aSÍ, nópódría conser- slIponer que"Ch':trfes Dickens haya sido un observador completamente cxurt»
varse la estabiliclaêfy continuidad de Ia sociedad. El engranaje de expecta- de Ia escena norteamericana, y con pleno conocimiento de que fuera cuulquivr
tivas qu~ constituye todo orden social se sostiene por Ia conducta modal de cosa menos imparcial, cito estas penetrantes observacioncs sobre ~;\ a fiei (')11
sus individuos que _representa conformidad con Ias normas de cultura consa- 1iorteamericana
gradas, aunque quízás secularmente cambiantes. En reaIidad, sólo porque Ia
conducta se orienta en forma típica hacia Ias valores básicos de Ia sociedad :11 trato "ladino": 10 cual da falso brillo a muchas estafas y groscras vil'));l<il)\\f's
podemos hablar de un agregado humano corno constituyente de una socíedad. de Ia verdad; a muchos desfalcos, públicos y privados; y permite a muchos 1)('11:H'()~
A menos que haya un depósito de valores compartidos por individuos que se qlle Il1uy bien merecen un dogal levantar Ia cabeza como e1 que más, , , [,(I, 11H"
influyen mutuamente, existen relaciones sociales, si pueden llamarse así Ias ritos de una especulación irregular, o de una quiebra, o de un bribón con sucrtc,
interacciones desordenadas, pero no existe sociedad. Por esta, a mediados de} 1)1)se miden por su observancia de Ia regIa áurea: "Haz aIos demás Jo qllc qllH'rc~
que Ias dernás te hagan a ti", sino que se aprecian por referencia a SI1 asllIcín. , ,
siglo, podemos referimos a Ia Sociedad de Naciones primordialmente COmO
'I'uvc el siguiente diálogo centenares de veces: "~No es una verdadcra dcsdicha
una figura de lenguaje o como un objetivo imaginado, pero no como una rea-
'llle nn individuo como Fulano esté adquiriendo tanta riqueza por Jus 1I1cdillM
lidad sociológica. III:'IS infames y odiosos, y que, no obstante todos Ias delitos de que es culp.ihlc, ~~'n
Corno nuestro interés primordial se centra sobre Ias fuentes de Ia C011- tolerado y estimulado por vuestros conciudadanos? Es un mal público, ~Il() \'N
ducta divergente, y puesto que hemos examinado brevemente los mecanismos cicrto?" -"Sí, sefior." -"Un embustero." -"Sí, seüor." .:» ~No file 11:11
;Idu 11
que trabajan a favor de Ia conformidad, corno Ia reacción modal en Ia socie- puntapiés, abofeteado y apaleado?" -"Sí, sefior." -"~Y no está dCSlttllll;ldll,
dad norteamericana, poco más necesita dedrse acerca de este tipo de adapta- «uvilecido, no es un libertino?" -"Sí, sefíor." -"En nombre de todos los ]l111,H
ción en este momento. f',ios, cuál es, entonces su mérito?" ~"Bueno, sefior, es un individuo listo."

10 '
~~:) INNovAcION En esta caricatura de valores culturales antagônicos, Dickens 110 Iuc, d('s
.kluego, más que uno de los muchos ingenios que demostraron siu lIIi'il'lI,
Una gran importancia cultural concedida a Ia meta-éxito invita a este modo '()fdia Ias consecuencías de Ia importancia dada al éxito finaucicro. J .ox iIH:('
de adaptación mediante el uso de medios institucionalmente proscritos, pero uios nacionales continuaron cuando callaron los ajenos. Ward sutirizó 1m 1"
con frecuencia eficaces, de alcanzar por 10 menos el simulacro del éxito: ri- "
1::lres com unes de Ia vida norteamericana hasta hacerlos parcccr exlrufiuuu-ul«
queza y poder. Tiene lugar esta reacción cuando el individuo asimiló Ia im- 111('ollgruentes. Los "filósofos fuerzacajas" Bill Arp y Petróleo VII!c;1I10 Id( ~
portancia cultural de Ia meta sin interiorizar igualmente Ias rlc:>rmas institu- jlll(S Vesubio] Nasby pusieron su ingenio aI servicio de Ia iconoclusia, I()III
cionales quegobiernan los modos y medios para alcanzarla. t ~ "ec' pi(,llclo Ias imágenes de Ias figuras públicas con placer no disimulaclo. J()!dl
Desde e1 punto deyist1! ..Q<::Ja..lJ,sicología, es J?robalJleque, una gran in\,er- Billings y su alter ego el Tio Esek pusieron de manifiesto 10 que III1IC!t()S110
sión emocional enuºobietivoprodtizcã-úíiãpieªiSposlêió.ái~'suriii(riesg9s, 111111 i.m reconocer libremente, cuando observaron que Ia satisfaccion t'S relu
y S'_tª-ªcJit1J<:l,B!!~dJ:n_lldQ2tarlá iriaiv~de todos 10s e~tratos socíales.Des- ,\
I iV;I, Y,1que "casi toda Ia felícidad de este mundo consiste en posccr 10 lJlW
(fc el punto de vista de Ia sociologia, se pIanteaesh cuesti6n=l'Quérngos de ul ros 110 pueden conseguir". Todos se dedicaron a exhibir la~ funciones soei;!,
nuestra estructura social predisponen a este tipo de adaptación, produciendo, f ks dcl ingenio tendencioso, tal corno és te fue analizado más tarde por 1·'r<.:lI<1
en consecuencia, una frecuencia mayor de conducta divergente en l1I1estrato' eu su monografia El chiste y su relación con lo inconsciente, usándolo C0tl10
social quc en otro? I arma de ataque contra todo 10 que es grande, digno y poderoso, contra

I
"1111
En los niveles econômicos superiores, Ia presión hacia Ia innovación 10 <]IICestá protegido por impedimentos internos o circunstancias extcmus
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 153
152 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

contra el menosprecio directo ... " Pero quizás 10 que más a punto viene aqui :',1111:1 ley humana puede impedirlo, nadie debe impedirlo, porque eso derogaría
es el despliegue de ingenio de Ambrose Bierce en una forma que hizo evi- 1111:1 ley más elevada y más saludable: "Recogerás 10 que siembras." 14
dente que Ia palabra inge.nio no se había separado de sus orígenes etirnoló-
Como vivió en Ia época en que florecieron Ias magnates norteamericanos
gicos y que seguía significando Ia facultad mediante Ia cnal uno sabe, aprende
o piensa. En su ensayo, característicamente irónico y penetrante, sobre "el de! rabo, no era fácil que Bierce dejara de observar 10 que después se llamó
"delito de cuello blanco". No obstante, sabía que no todas Ias grandes y dra-
delito y sus correctivos", empieza Bierce observando que "los sociólogos han
.u.iticas desviaciones de Ias normas institucionaIes en 10s estratos económicos
discutido durante mucho tiempo Ia teoría de que el impulso a cometer un
delito es una enfermedad, y Ias que asienten a esto parecen tener esa enfer- ',lIjleriores son conocidos, y que posiblemente salen a Ia luz menos desvia cio-
IllS entre Ias pequenas clases medias. Suther1and ha documentado repetidas
medad".
Ines Ia frecuencia de Ia "delincuencia de cuello blanco" entre Ias hombres
Después de este preludio, describe Ias maneras como el golfo con suerte
ele negocios. Advierte, además, que muchos de los delitos no fueron perse-
logra Ia legitimidad social, y analiza Ias discrepancias entre valores euIturales
y relaciones soeiaIes. I',llidos porque no fueron descubiertos, o, si fueron descubiertos, a causa de
"Ia posición deI hombre de negocios, Ia tendencia contraria al castigo, y el
Il"sClltimiento relativamente desorganizado del público contra Ias delincuen-
EI buen norteamericano es, por regIa general, bastante duro con Ia bellaque-
I<'s de cuello blanco" .15 Un estudio de unos 1 700 individuos, en su mayoría
~ía, pero compensa su severidad con una amable tolerancia para Ios bellacos. La
ele Ia clase media, reveló que eran comunes "delitos no registra dos" entre
.// única exigencia es que debe conocer personalmente a los bellacos, Todos nosotros
uucmbros de Ia sociedad "completamente" respetabIes. E1 noventa y nneve
"denunciamos" a Ios ladrones en voz bastante alta si no tenemos el honor de co-
por ciento de Ias interrogados confesaron haber cometido uno o más de los
nocerIos. Si 10 tenemos, eso ya es otra cosa, 8 menos que verdaderamente huelan
.!<) delitos reconocidos por el Código penal del Estado de Nueva York, siendo
a barrio bajo o a cárcel. Podemos saber que son de1incuentes, pero nos reunimos
con ellos, les estrechamos Ia mano, bebemos con ellos y, si da Ia casualidad de que suficientemente grave cada uno de los delitos para merecer una condena
son ricos, o grandcs de otra manera, los invitamos a nuestras casas, y consideramos IlIixima de no menos de un ano. El número media de delitos cometidos por
un honor frecuentar Ia suya. No "aprobamos sus métodos", entiéndase esto bien; adultos -esto excluye todos los delitos cometidos antes de Ias dieciséis
y con ello están suficientemente castigados. La idea de que a un grannja le im- all()S- era de 18 por hombres y 11 por mujeres. E164 % de los hombres y el
porta algo 10 que piense de sus manas un individuo que es cortés y amistoso con 29 '!t) ele Ias mujeres reconocieron su cnlpabilidad en uno o más cargos de
él, parece haber sido inventada por lll1 humorista, En el teatro de vaudeville de delitos que, de acuerdo con Ias Ieyes de Nueva York, son causa bastante para
Mars probablemente habría hecho su fortuna. privarlos de todos 10s derechos de ciudadanía. Una tónica de esos resultados
Y además: Si se negase toda consideración social aIos bellacos habría muchos Ia cxpresó un clérigo en relación con Ias declaraciones falsas que había hecho
menos. Algunos ocultarían con gran diligencia su rastro en Ias sendas desviadas :,()brc una mercancía que había vendido: "Primero procuré decir Ia verdad,
de Ia iniquidad, pero otros violentarían sus conciencias 10 bastante para renunciar I.cro no siempre da resultado." A base de estos hechos, los autores concluyen
a Ias desventajas de Ia bellaquería a favor de Ias de una vida honrada. Una persona 1'011 tono conservador que "el número de actos que legalmente constituyen
indigna no teme nada tanto como Ia negativa de una mano honrada, el golpe
H Las observaciones de Dickens procedeu de sus Ameriean Notes (por ejemplo, en Ia edición
lento pero inevitable de una mirada despectiva. pnblicada eu Boston, Books, Inc., 1940), 218. Ya se está retrasando con exceso un análisis socio-
Tenemos granujas ricos porque tenemos personas "respetables" que no se lógico que fuera el equivalente íormal, bien que incvitablemente menor, del análisis psicológico que
1,,1.1) Frcud de Ias funciones del ingenio tendencioso y de las agudezas tendenciosas. Aunque no es
avergüenzan de darles Ia mano, de que les vcan con ellos, de decir que 10s conoccn. de carácter sociológico, ofrece un punto de partida Ia tesis doctoral de [eannette Tandy sobre
En los tales es deslealtad censurarlos; gritar cuando los roban seria confesar su (:",ckcrbox Philosophers: American Hnmor and Satire (Nueva York, Columbia University Press,
delito y declarar contra sus cómplices. 1')2,). En el capítulo v de Intellcctual Amcrica (Nueva York, Macmillan, 1941), apropiadamente
t ilul.ido "The Intelligentsía", Oscar Cargill tienc algunas observaciones compendiosas sobre el papel
Uno puede sonreir a un granuja (Ia mayor parte de nosotros 10 hacernos mu- ,10- los maestros dei ingenio norteamericano en el siglo XIX, pero esto, naturalmente, sólo ocupa un
chas vcces al día) si no sabe que es un granuja; pero sabiendo que 10 es, o habiendo I" quCíí,) lugar en ese gran libro sobre Ia "marcha de Ias ideas norteamericauas', EI ensayo de Bierce,
dicho que 10 cs, sonreírle es ser un hipócrita, un simple hipócrita o un sicofante ,f, donde tomé una cita tan extensa, se encontrará en The Collected Works of Ambrose Bierce (Nue-
\,' York y Washington, The Neale Publishing Company, 1912), vol. XI, 187-198. Por 10 que
de Ia hipocresía, según Ia situación en Ia vida del granuja a quien se sonríe. Hay \ ;d~", tengo que disentir deI duro y nada justificado juicio de Cargill sobre Bierce. Parece menos
más hipócritas simples que sicofánticos, porque hay más granujas sin importancia 1111 IlIicio que Ia expresión de un prejuicio, el cual, según Ia idea qne Bierce tenía de "prejuicio", no
que granujas ricos y distinguidos, aunque cada uno de e1Ios recibe menos sonrisas, , ': III:'S que "una vaga opinión sin medias visibles de apoyo".
F.I pneblo nortcagnericano será saqueado mientras el carácter norteamericano sea Ir. "Whíte collar criminality" por E. H. Sutherland, op. cit.; "Crime and business", Annals,
,\lIlcrican Academy o·f Political and Social Science, 1941, 217, 112-118; "Is 'white collar crime'
COIIIOcs: micntras sea tolerante COI1 10s bellacos afortunados; mientras el ingenio .umc?", American Sociological Review, 1945, 1Q, 132-39; The Black Market: A Study of White Col-
nortcamericano haga una distinción imaginaria entre el carácter público de un 1,If Crime por Marshall B, Climard (Nueva York, Rinehart and Co., 192); Other People's Money: A
indivíduo y su carácter privado, entre su carácter comercial y su carácter personal.: Stlldy in the Social Psychology of Embezzlement, por Donald R. Cressey (Glencoe, The Free Press,
En suma, cl pueblo norteamericano será saqueado mientras merezca serlo. Nin- I I) Ij').
154 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 155
delitos excede con mucho ai de los oficialmente registrados. La conducta ile- de Ia conducta. EI recurrir a canales legítimos para "hacerse de dinero" está
gal, lejos de ser una manifestación social o psicológica anormal, es en realidad Iiuntado por una estructura de c1ases que no está plenamente abierta en todos
un fenómeno muy común".16 I()s niveles para los individuos capaces.P A pesar de nuestra persistente ideo-
Pero cualesquiera que sean Ias diferencias en Ia proporción de conductas I, Igía de clases abiertas.ê? e1 avance hacia Ia meta-éxito es hasta cierto punto
divergentes en los distintos estratos socíales, y sabemos por muchas íuentes raro y en especial difícil para quienes tienen poca instrucción formal y pocos
que Ias estadísticas oficiales de delitos que muestran uniformemente propor- I ccursos económicos. La presión dominante empuja hacia Ia atenuación gra-
ciones más altas en los estratos inferiores andan lejos de ser completas y fide- .lual de los esfuerzos legítimos, pero en general ineficaces, y e1 uso creciente
dignas, parece por nuestro análísis que sobre Ias estratos inferiores se ejercen .lc expedientes ilegítimos pero más o menos eficaces.
Ias presioncs más fuertes hacía Ia desviación. Casos oportunos nos permiten La cultura tiene exigencias incompatibles para Ias situados en los niveles
descubrir Ios mccanismos sociológicos que intervienen en Ia producción de III;'IS bajos de Ia estructura social. Por una parte, se les pide que orienten su
esas presiones .. Diferentes investigaciones han demostrado que Ias zonas cs- «onducta hacia Ia perspectiva de Ia gran riqueza -"cada individuo un rey",
pecialízadas dei vicio y Ia delincuencia constituyen una reacción "normal" a dijcron Marden, y Carnegie, y Long-; y por otra, se les niegan en gran me-
una situación en Ia que fue absorbida Ia importancia cultural dada ai éxito dida oportunidades efectivas para hacerlo de acuerdo con Ias instituciones.
pecuniarío, pero donde hay poco acceso a Ias medios tradicionales y legítimos ln consecuencia de esa incongruencia estrnctural es una elevada proporción
para ser hombre de éxito. Las oportunidades ocupacíonales de Ia gente de dl' conducta desviada. EI equilíbrio entre los fines culturalmente sefíalados
esas zonas se Iimítan en gran parte a trabajo manual y Ias tareas más modestas v los medios se hace muy inestable con Ia importancia cada vez mayor de
de cueIlo blanco. Dada la estigmatización norteamericana deI trabajo ma- nlcnnzar los fines cargados de prestigio por cualquier medio. En ese am-
nual, que se ha visto que prevalece coti bastante uniformídad en todas Ias hicnte, AI Capone representa e] triunfo de Ia inteligencia amoral sobre el "fra-
clsses scciales.v y Ia ausencía de oportunidades realistas para elmejoramiento (':ISO" moralmente prescrito, cuando se cierran o angostan los canales de Ia
por encima de ese nível, e1 resultado es una marcada tendencía hacía Ia con- 1 uovilidad vertical en una sociedsâ que iiene en tnucho a ia opulencia econô-
ducta divergente. La situación de] trabajo no especializado y e] bajo ingresa iuica y al encumbramienio social para todos sus indíviduo$.21
consiglliente no pueden competir fácilmente según [as normas consagradas Esta última salvedad es de importancia fundamental. Implica que hay
de dignidad con Ias promesas de poder y de alto ingreso dei vicio, Ias rackets .jue tener en cuen ta otros aspectos de Ia estructura social, además de Ia ím-
y Ia delincuencia organízados.w Iiortancia extrema dada al éxito pecuniario, si hemos de comprender Ias fuen-
Para nuestro propósito, esas situaciones presentan elos características sa- I cs sociales de Ia conducta divergente.v La falta de oportunidades o Ia exage-
lientes. Primero, Ias incentivos para el éxito los proporcionan los valores con- rada importancia pecuniaria no bastan para producir una elevada frecuencia
sagrados de Ia cultura, y segundo, Ias vías elisponibles para avanzar hacia esa de conducta divergente. Una estructura de clases relativamente rígida, un
meta están limitadas en gran medida por Ia estructura de clase para 10s que sistema de castas, pueden limitar Ias oportunidades mucho más allá deI punto
siguen una conducta desviada; Es Ia combinaci/m. de Ia importancia cultural ti IIC prevalece hoy en Ia sociedad norteamericana. Sólo cuando un sistema de
y de Ia estructura social Ia que produce una presión intensa para Ia desviación v.ilores culturales exalta, virtualmente por encima de todo 10 de más, ciertas
1 lidas-êxito comunes para Ia población en general, mientras que Ia estrnctura
16 "Our law-abiding law-breakers", por Jamcs S. \Vallcrstcin y Clcment J. \Vyle, cn Probatioll, .ocial restringe rigurosamente o cierra por completo el acceso a los modos
abril de 1947.
.rprobados de alcanzar esas metas a una parte considerable de Ia mísma po-
17 Centro de Investigaciones de Ia Opinión Nacional: National Opinion 011 Occupanons, abril
de 1947. Esta investigación sobre Ia jerarquizaoión y valoración de noventa ocupaciones por una
blacién, se produce Ia conducta desviada en gran escala. Dicho de otro modo,
muestra nacional de personas presenta una scríe de datos empíricos importantes. De gran significa- uucxtra ideología igualitaria niega por inferencia Ia existencia de indivíduos
ción es su resultado de que, a pesar de una ligcra tendencía de Ia gente a valorar sus ocupaciones
propias y Ias relacionadas con ellas por encima de Ias de otros grupos, hay un acuerdo sustancia1 1 II Numerosos estudios han encontrado que Ia pirámide educativa funciona para impedir que
entre todos Ias estratos ocupacionales en Ia valoración de Ias ocupaciones, Se necesitan más ínves- """ gran proporción de jóvenes indíscutiblemente capaces pero econ6micamente imposíbilitados
t:igacioncs de esta clase para registrar Ia topografia cultural de Ia sociedades contemporâneas. (Véase ,•.•.iba una educación formal superior. Este hecho acerca de nuestra estructura de clases fue observado
d cstudio comparado dei prestigio concedido a Ias principalcs ocupaciones en seis países industriali- '''li dcsaliento por Vannevar Bush, por ejemplo, en su informe gubernatívo titulado Science: The
zados, titulado "National cornparisons of occupational prestige", por Alex Inkeles y Petcr H. Rossi, Flldlcss Frontier. Véase también Who Shall Be Educated?, por W. L. Warner, R. J. Havighurst y
C11 /unerican ]ourna! of Sociology, 1956, 61, 329-339). M. B. Loeb (Nueva York, 1944).
18 Véanse "The participant observer in community studíes", por [oseph D. Lohman, en Ame- .:!O EI papel histórico cambiante de esta ideología es asunto que se puede explorar con provecho,
r;ean SociologicaI Review, 1937, 2, 890-98, y Street Comer Society, por Wíllínm F. \Vhyte (Chicago, ei EI papel deI negro a este respecto plantes casi tantas cuestiones teóricas como prácticas. Se
1943). Anótcnsc Ias conclusiones de Whyte: "Es difícil para eI individuo de Corneville poner el lia dicho que grandes seetores de Ia población negra han asimilado Ias valores predominantes de casta
pie en Ia escala deI êxito, aun en el peldaüo más bajo. .. Es italiano, y Ias italianos son considera. dd óxito pecuniario y del mejoramiento social, pero se "adaptaron realistamente" al "hecho" de que
dos por Ias gentes de clase alta como Ias inmigrantes menos dcseables ... Ia socicdad ofrecc recom- L, asccnsión social está limitada casi por completo en Ia actualidad al movimiento dentro de Ia
pensas atractivns en dinero y bienes materiales al individuo que 'tiene éxíto', La mayor parte de Ias. ,,,t:1. Véanse Caste and Class in a Southern Town, por Dollard, 66 SS.; American Minority Peoples,
individuos de Comerville sólo pueden alcanzar esas recompensas mediante el progreso cn cl mundo' por Donald Young, 581; New Haven Negroes, por Robert A. Warner (New Haven, 1940), 234.
de Ias rackcts y de Ia política" (273-74). V énsc también el estudio que sigue en este capítulo.
156 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 157
y grupos no competidores en Ia persecución deI éxito pecuniario, Por el con- ,1.11,,'. I.wiks a ln adaptación v (rebelión). Fero otros, y parece que son Ia
trario, se considera aplicable a todos el mismo conjunto de símbolos del êxito. 111111111",1 1I1:I)orÍa, pueden atribuir sus dificultades a fuentes más místicas y
Se sostiene que Ias metas trascienden Ias fronteras de clase, que no deben 1110 11"" \1)[i()lógicas, Pues C01110 GiIbert Murray, distinguido clasicista y so-
limitarIas, pero Ia organización social real es de tal suerte, que existen dife- , 1111111 ',11:1 pesar suyo, observó en este respecto general, "el mejor semillero
rencias ele clase en cuanto aI acceso a esas metas. En este ambiente, una I"" ,I 1.1snpcrstición es una sociedad en Ia que Ias fortunas de los hombres
virtud cardinal norteamericana, Ia "ambición", fomenta un vicio cardinal '111' 111li!) 1cncr prácticamente relación ninguna con sus méritos y esfuerzos.
norteamericano, Ia "conducta desviada". \ '",1 \llli('(lad cstable y bien gobernada tiende, hablando en términos gene·
Este análisis teórico puede ayudar a explicar Ias correlaciones variables ,,11•..., ;I 1',:lfantizar que e1 aprendiz virtuoso e industrioso tenga éxito en Ia
entre delincuencia y pobreza." La "pobreza" no es una variable aisIada que \ 101,1.11111'111 ras que el aprendiz malo e indolente fracase. Y en esa sociedad
opere exactamente de Ia misma manera en todas partes; no es más que una I1 f'.I'III(' ricnde a dar importaneia a Ias cadenas razonables o visibles de Ia
variable de un complejo de variables sociales y culturales reconocidamente ',111,,;11101:1<1. Pcro [en una sociedad que padece anomiaJ ... , Ias virtudes ordi-
interdepenelientes. La pobreza como tal y Ia consiguiente Iimitación de opor- IUI!:I'> de Ia cliligencia, la honradez y Ia bondad parecen ser de poco prove·
tunidades no bastan para producir una proporción muy alta de conducta de- ,,,",~a Y cn una sociedad así Ia gente tiende a dar importancia al misticismo:
lictiva. Aun Ia notoria "pobreza en medio de Ia abundancia" no conduce ,\ 1.1',ohrns ele Ia Fortuna, Ia Casualidad, Ia Suerte.
de manera inevitable a ese resultado. Pero cuando Ia pobreza y Ias desven- 1':11rcalidad, tanto el eminentemente "triunfante" como el eminente-
tajas que Ia acompafian para competir por los valores culturales aprobados 1111"111(' "Irncasado" de nuestra sociedad atribuyen no pocas veces el resultado
para todos los individuos de Ia sociedad, se enlazan con Ia importancia cul- ,\ 1.1"xucrtc". AS1, Julius Rosenwald, próspero hombre de negocios, declaró
tural deI éxito pecuniario como meta predominante, eI resultado normal son 'III! d I)t; % de Ias grandes fortunas se "debían a Ia suerte"." Y una impor.
altas proporciones de conducta delictuosa. Así, Ias crudas (y no necesaria- 1.1111<' revista de negocios, en un editorial que exponía los beneficios sociales
mente fidedignas) estadísticas de Ia delincuencia indican que Ia pobreza di' I:i 1:1:111riqueza individual, creía necesario suplementar Ia prudencia con
tiene una correlación más ba ja con Ia delincuencia en Ia Europa sudoriental 1.1',ll('llc como los factores que explican Ias grandes fortunas: "Cuando un
que en Ios Estados Unidos. Las posibilidades económicas de los pobres en uulividun mediante inversiones prudentes -ayudadas en muchos casos, según
esas zonas europeas parecen ser menos prometedoras aun que en este país, IlIdlls rcconocernos, por la buena suerte- acumula aIgunos millones, no nos
de manera que ni Ia pobreza ni su asociación con oportunidades limitadas 'I"il:1 con eso nada a los demás".25 De un modo muy parecido, el trabajador
bastan para explicar Ia diferencia en Ias correlaciones. Pero cuando tenemos I \ I0111':1 con frecuencia Ia situación económica por Ia suerte. "El obrero ve en
en cuenta Ia configuración total-pobreza, oportunidades limitadas y Ia asig- 1'111111sl\yo hom bres experimentados y diestros sin tra bajo. Si él tiene tra-
nación de metas culturales-, se deja ver alguna base para explicar Ia corre- 11,'1".se sicnte afortunado. Si carece de trabajo, es víctima de Ia mala suerte.
lación más alta entre pobreza y delincuencia en nuestra sociedad que en otras \ '" /)()C<l reJación entre el valer y las consecuencias" 26
donde Ia estructura rígida de clases va acompafíada de símbolos dei éxito dife- p(TO Ias referencias a Ias obras de Ia casualidad y de Ia suerte sirven
rentes para Ias diferentes clases. huuioncs distintas según Ias hagan individuos que llegaron o individuos que
Las víctimas de esta contradicción entre Ia importancia cultural dada a 1111Ikgaron a Ias metas culturalmente destacadas. Para el triunfante es, en
Ia ambición pecuniaria y los obstáculos sociales para Ia plena oportunidad, lIi'lIllillOS psicológicos, una expresión de modestia. Está muy lejos de toda
no siempre tienen conocimiento de Ias fuentes estructurales de Ia frustración 111'.11 icncia de presunción deeir, realmente, que uno tuvo suerte, y no que
de sus aspiraciones. Indudablemente, muchas veces conocen Ia discrepancia
entre el valor del individuo y Ias recompensas sociales, pero no ven necesaria- '''1"01",,illglesa alienated que enajenado o alienado, por ser éstas muy equívocas debido a sus acep-
""",." IlIrlSimportantes y conocidas. [T.]
mente cómo tiene lugar eso. Los que descubren Ia fuente en Ia estructura :::0 Fivc Stiges of Greek Re1igion, por Cilbcrt Murray (Nueva York, 1925), 164-5. EI capítulo
social pueden sentirse extra fiados * de esa estructura y convertirse en candí- 01,' 1',"lcsorMurray sobre "Tre Failure of Nerve", dei cual tomé ese párrafo, sin duda debe ser
"1",,01,, entre los más civilizados y penetrantes análisis sociol6gicos de nuestro tiempo.
o',I Véase Ia cita en una entrevista inserta eu History of the Creat American Fortunes, pOJ
22 Este esquema analítico puedc servir para resolver algunas de Ias incongruencias aparentes 1 ,,',I:lVIISMeyers (Nueva York, 1937), 706. •
eu Ias relaciones entre delincuencia y posición econ6mica mencionadas por P. A. Sorokin. Advierte, ','c, Nation's Busíness, vol. 27, NQ 9, pp. 8-9.
por ejernplo, que "no en todas partes ni siempre muestran los pobres una proporci6n mayor de delin- "" Tlle UnempIoyed Man, por E. W. Bakke (Nueva York, 1934), p. 14. (EI subrayado es
cuencia ... muchos países pobres han tenido menos delincuencia que los países ricos ... AI mejora- '"'' ',1'0,) Bakke alude a Ias fuentes estructurales de Ia creencia en Ia suerte entre los trabajadores,
miento econ6mico en Ia segunda mitad deI siglo XIX y comienzos dei xx no siguió el decrecimiento "II.,v cierto grado de desesperanza en Ia situaci6n en que un individuo sabe que Ia mayor parte de
de Ia dclincuencía". V éase su Contemporary Sociological Theories (Nueva York, 1928), 560-61. 'dI '''lI'lia o su mala suerte está fuera de su contraI y depende del azar," (EI subrayado es nuestro.)
Pero el punto decisivo es que Ia situación econ6mica baja juega un papel dinámico diferente en 1 11 '" medida en que está obligado a someterse a Ias decisiones muchas veces imprevisibles de Ia
estructuras sociales y culturales diferentes, como se dice en e! texto. En consecuencía, no puede I"" urin, cl obrero está sujeto a inseguridades e inquietudes de trabajo: otro "semíllero" para Ia creen-
esperarse una correlación lineal entre delincuencia y pobreza. '101 ,'11cl destino, el hado, Ia suerte. Sería instructivo saber si esas creencias disminuyen cuando Ias
• En el sentido de alejados o retirados de determinadas personas, lugares o cosas, o de sentirse i IlIf:.IIIIl,aciones obreras reducen Ia probabilidad de que su destino ocupacional no esté en sus propias
o cleclararse extraüos a ella, vieja acepción espaiíola que parece corresponder mejor en este uso a Ia IH 11I10'1.
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 159
158 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
merece por completo su buena fortuna. En términos sociológicos, Ia teoría IlI. RrTUALISMO
de Ia suerte expuesta por los triunfantes sirve Ia función dual de explicar Ia
discrepancia frecuente entre el mérito y Ia recompensa, a Ia vez que se man- I I l/I '(I ri! ualista de adaptación puede reconocerse fácilmen te. .!.l)pli~'.~ d
tiene inmune de toda crítica una estructura social que permite que esa discre- li ,"/d""11 () Ia reducciónde los~ltosgºjetiv2sc~1!t~1~ale.Lg~Lg:r.aD.. éxita .ps.;m
pancia sea frecuente. Porque si el êxito es primordialmente cuesti6n de (1111)1' \ de la rapidamovlfi'qiªsocial ª1ªJ]1~c1ic1:.lj~I1gue~uedaIl.U.'l9satis(ªl'll
suerte, está totalmente en Ia naturaleza ciega de Ias cosas que sople donde- 11'. ,I"I'II;lciones, Pcro aunque uno rechace Ia obligación cultural de proCllI":1I
quiera y no pueda preverse cuando viene o a d6nde va, y entonces induda- ,,"" aclclante en el mundo", aunque reduzca sus horizontes, sígue rcsp('
blemente está fuera de todo control y ocurrirá en Ia misrna medida cualquieta LllloÍl) de manera casi compulsiva Ias norma~ institucionales.
'I

que sea la estructure social. 'l/I'IIC algo de argucia terminológica el preguntar si esto representa de
Para los fracasados, y en particular para los Iracasados que encuentran \ I/ll./(I nua conducta desviada. Puesto que Ia adaptación es en realidad una
mal recompensado' su mérito y su esfuerzo, Ia teoría de Ia suerte sirve Ia fun- .!"mil'JlI interna, y puesto que Ia conducta franca está permitida ínstitucío
ii ción psicol6gica de permitirles conservar Ia estimaci6n de sí mismos ante el u.rhuoutc, aunque no es culturalmente preferida, no se cree por 10 géllcr'IJ
fracaso. También puede implicar Ia disfunci6n de reprimir Ia motivación '1"(' represente un problema social. Los amigos íntimos de los indivíduos qlle
para un esfuerzo continuado." Sociológicamente, como está implícito en 1"11 ('li esta adaptación pueden formular juicios en relaci6n con Ias prcfcrcu
Bakke,28 Ia teoría puede reflejar falta de comprensión deI funcionamiento deI ( 1,/'. «ulturales que prevalecen y "sentirse preocupados por ellos", pucdcn, ('11
sistema social y económico, y puede ser disfuncional en Ia medida en que 1111 (:ISO individual, pensar que "el viejo [ones está realmente eu cclo", Ik~
elimine Ia explicación racional de trabajar a favor de cambias estructurales ! 111,;/,,(' csto como condueta desviada o no, no hay duda de que representa
I conducentes a una igualdad mayor de oportunidades y recompensas.
Esta orientación hacia Ia suerte y el riesgo, acentuada por Ia tensi6n de
1111 .rlcj.unicnto deI modelo cultural en que los indivíduos están obligados 1/
I ',III//:lIs(' activarnen te, de preferencia mediante procedimientos institucíona
I
Ias aspiraciones frustradas, puede ayudarnos a explicar el marcado interés por II/,Id"s. para avanzar y ascender en Ia jerarquía social.
1, IO:,pcraríamos que este tipo de adaptaci6n fuese bastante frecuentc CIl
el juego -actividad institucionalmente proscrita o cuando más tolerada y no
preferida ni prescrita- en ciertos estratos sociales." 111 LI socicdad que hace que Ia posición social dependa en gran parte de lox
,:1 1111:/0) dei indivíduo. Porque, como se ,ha observado con frecuencia.s" CSt.1
Entre quienes no aplican Ia teoría de Ia suerte al abismo que media
entre el mérito o el esfuerzo y Ia recompensa, puede producirse una actitud 1",/ LI competidora incesante produce una aguda ansiedad por Ia }>osiciúlI
,I
I individualizada y cínica hacia Ia estructura social, cuyo mejor ejemplo es el ',," i.il. Un recurso para mitigar esas ansiedades es rebajar en forma jlCrtll:t
cliché cultural según el cual "no es 10 que tú sabes, sino quien tú sabes, 111"11 Ic cI nivel de Ias aspiraciones. EI miedo produce inacci6n, o COII lII.h
!I 10 que cuenta". (\,/<11111<1, acción rutinizada."
En sociedades como Ia nuestra, pues, Ia gran importancia cultural dada 1':/ sindrome deI ritualista social es tan familiar como instructivo. SII fil"
f
al éxito pecuniario para todos y una estrnctura social que limita en forma in- ',lIILI implícita de Ia vida encuentra expresión en una serie de clichés ('111111
t,dn "No me afano por nada", "juego sobre seguro", "estoy contento ('011
Ii debida Ia posibilidad de recurrir prácticamente a medias aprobados, produ-
cen en muchos una tensión hacia prácticas innovadoras que se apartan de lI' <lI/C tcngo", "no aspiresa demasiado y no tendrás desenganos". EI ICIII:I
Ias normas institucionales. Pero esta forma de adaptaci6n presupone que los l'ltlldcjido en esas actitudeses que Ias ambiciones grandes expollcn a uuo
individuos fueron imperfectamente socializados, de modo que abandonan /1 (kscl1gano y aI peligro, mientras que Ias aspiraciones modestas dun sal i"
los medios institucionales mientras conservan Ia aspiraci6n aI éxito. Pero l.« (i(1I1 Y seguridad. Es una reacción a una situaci6n que parece amcnazndorn
entre quienes han interiorizado con plenitud los valores institucionales, 10 \ ',,,,,cita desconfianza. Es Ia actitud implícita entre los trabajadorcs qlll'

más probable es que una situación parecida conduzca a una reacci6n diferen- /1 'I "11 1:1lI cuidadosamente su producción por una cuota constante cn una org:1
I[ te, en Ia que es abandonada Ia meta pero persiste Ia conformidad con Ias III/;tl'i<'m industrial donde tienen ocasión para temer que "sedu scnulados'
/:! costumbres morales. Este tipo de reacci6n requiere un examen más detenido. 1'111 cl pcrsonal de Ia gerencia y que "sucederá algo" si su producción subr
11
11 ":1 i:I,:;~ Es Ia perspectiva deI empleado amedrentado, deI burócrata cclosa-
L ,:::7 En llIl caso extremo, puede invitar a Ia resignación y Ia actividad rutinaria (adaptaci6n Il l)
o a Ia pasividad fatalista (adaptación IV), de Ias qne hablarernos cn breve.
ao Véanse, por ejemplo, "Modern conceptions of psychiatry", por H. S. Sullivan, eu l'syc/JiQhv,
1'1'111.
"l. 111-12: And Keep Yonr Powdedry, por Margaret Mead (Nueva York, 1942), capitulo VII;
;i 28 Bakke, op. cit., 14, donde sngiere que "el trabajador sabe menos acerca dei proceso que
H,,, l'er.masion, por Merton, Fiske y Curtis, 59-60.
!i hacc que triunfe, o que no tenga suerte para triunfar, que los hombres de negocias o de profesiones
:1/ "Thc fear of action", por P. Janet, [outnel af Abnormal Psychology, 1921, 16, 150·60, Y cl
:-! Iiberalcs. En consecuencia, hay muchos puntos en que los succsos parccen tcner su influjo en Ia
n/I""nlillario estúdio de F. L. Wells: "Social Maladjustments: adaptíve regrcsion", op. dI" que
buena a Ia mala suerte".
l' ..,. ,l'iaL'IOUa estrcchamente con el tipo de adaptación examinado aqui.
20 Cf. New Havcn Negroes, por R. A. Warner, y Negro Paliticialls, por Harold F. Cosnell
, :I~ l'vfaIlagemellt and the Worker, por F. J. Roethlisberger y W. J. Dickson, capítulo 18 y 531 ss.:
I (Chicago, 1935), 123-5, quienes cornentan en esta conexión general cl grau interés en "jugar a Ia
,.01"" cl tenu más ~cncral, Ias observaciones perspicaces de Gilbert Murray, op. cír., 138·39,
loteria" entre los negros de peor situaci6n econômica.
160 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 161
mente conformista en Ia ventanilla del pagador de una empresa bancaria I'cro debemos observar también, como al comienzo de este capítulo, que
privada o en Ia oficina de una empresa de obras públicas." Es, en resumen, .1'llli examinamos modos de adaptación a contradicciones entre Ia estructura
el modo de adaptación para buscar en forma individual nn escape privaqo «ultural Y Ia estructura social: no enfocamos nuestra atención sobre tipos de
de Ios peligros y Ias frustraeiones que Ies parecen inherentes a Ia competencia ';II;'wlcr o de personalidad, Los individuos cogidos en esas contradicciones
para alcanzar metas culturaIes importantes, abandonando esas metas y afe- IlIwdcll pasar, Y pasan, de un tipo de adaptación a otro. Puede conjetnrarse,
rrándose 10 más estrechamente posible a Ias seguras rutinas de Ias normas IlIln, quc aIgunos rítualistas, que se someten meticulosamente a Ias regIas
institucionales. 111'.1il uciouales, están tan empapados de Ias reg1amentaciones, que se convier-
Si cspcráscmos que Ias clases baias norteamerieanas presentasen Ia adap- IC'IIcn virtuosos de Ia burocracia, y que se someten de modo tan extremado
tación II ~"inl1ovaci6n" - a Ias frustraciones impuestas por Ia importancia 1'1(xismncnte porque están bajo Ia acción del sentimiento de culpa engen-
concedida a Ias grandes metas culturales y por el hecho de Ias pequenas opor- dl;tel() por Ia previa inconformidad con Ias reglas (o sea, Ia adaptacíón lI).
tunidades sociales, esperaríamos que Ias clases medias baias norteamericanas Y d paso ocasional de Ia adaptación ritualista a tipos dramáticos de adapta-
cstuvieran fuertemente representadas entre 10s que hacen Ia adaptación III, ,1{1I1ilícita está bien documentado en histórias de casos clínicos y se halla
"ritualismo". Porque es en Ias clases medias bajas donde Ios padres ejercen 'CIII Irccuencia expuesto en penetrantes obras de literatura de ficción. No es
en forma típica una presión eonstante sobre Ios hijos para respetar 10s man- 1.110que a prolongados periodos de extremada sumisión sigan explosiones de
datos morales de Ia sociedad, y donde es menos probable que en Ia clase Il'hcldía.31l Pero aunque 10s mecanismos psicodinámicos de este tipo de adap-
media alta que tengan éxito los intentos de trepar por Ia escala social. La
!.1('i/lIl han sido bastante bien identificados y enlazados con normas de
fuerte disciplina para Ia conforrnidad con Ias eostumbres reduce Ias probabi-
di s('iplina y socialización en Ia família, se necesitan aún muchas investiga-
lidades de Ia adaptación II y en cambio aumenta Ias probabilidades de Ia
adaptación III. ' , IOlll'Ssociológicas para explicar por qué esas normas son probablemente más
La severa preparacíón hace que muchos individuos soporten una pesada Iuxucntes en cíertos estratos y grupos sociaIes que en otros. Nuestro propio
carga de ansiedad. Las normas de socializaeión de Ia clase media baja pro- •.. Iuclio no hizo más que poner de manifiesto un entramado analítico para Ia
mueven, pues, Ia estructura de carácter más predispuesta al ritualismo.ê' IlIv('sligación sociológica enfocada sobre este problema.
y es en este estrato, por consiguiente, donde el tipo Hl de adaptación debe
presesentarse con mayor frecuencia.ê" \ ,,111". CI\ Pcrsollality and lhe Behavior Disorders, dirigido por J. McV. Hunt (Nucva York),
I, "'I'íllllo 10,
33 Véanse los tres capítulos siguientes. 1':1concepto de "éxíto" como una razón entre aspíración y logro perseguido sistemáticamente
34 Véase, por ejemplo, Children of B011dage, por Allison Davis y J ohn Dollard (Washington, ru tos experimentos sobre nivel de aspiraciones tiene, naturalmente, una larga história. Gilbert
1940), capítulo 12 ("Child Training and Class"), qne, aunque trata de Ias normas de socializaci6n I\tllll:ly (op, cit., 138-9) sefiala Ia existencia de ese eoncepto entre los pensadores de Ia Grecia dcl
de Ias c1ases baja y media baja entre los negros de! lejano Sur, parece aplicable, con ligeras modifi- '''1:10 IV. Y CIl Sartor Resartus, Carlyle observa que Ia "felicidad" (satisfacción) puede representarse
caciones tarnbién a Ia población blanca, Sobre esto, véanse adcrnás "Child-rcaring and social status", I"'r una fracei6n en que e1 nnmerador representa e1logro y e1 denominador Ia aspiración. Algo mny
por M. C. Eriekson, en American Toumal of Sociology, 1946, 53, 190-92; "Social class and C01.01 l"IIfTido se encuentra en William [ames (The PrincipIes of PsychoIogy [Nueva York, 1902], I, 310),
V{'allSe también F. L. Wells, op. cít., 879, y P. A. Sorokin, Social and Cultural Dynamics (Nuevn
differences in child-rearing", por Allison Davis y R. J. Havighurst, en American Sociological Review,
1946, 11, 698-710: ••... el significado central de Ia c1ase social para los estudiosos del desenvolvi- Yurk, 1937), Il l, 161-164. La cuestión crítica es si esta idea familiar puede someterse a experimen-
t.uióu rignrosa en que Ia sitnación preparada de laboratorio reproduzca adecuadamente Ios aspectos
miento humano es que define y sistematiza diferentes ambientes de instrucción para 105 nifios de
clases diferentes", "Generalizando a base de los datos presentados en Ias tablas, diríamos que los ' •.ri ir-utcs de Ia situación en Ia vida real o si Ia observación disciplinada de canductas rutinarias en
nifios de clase media [los autores no distinguen entre estratos de clase media baja y de clase media 1., vida diaría resultará el método de investigaci6n más productivo.
:111 En SlI novela The Bitter Box, Eleanor Clark ha rcproducido este proceso, EI cstudío de
alta] están sometidos desde antes y más constantemente a Ias inflnencias que hacen del nino una
persona ordenada, concienzuda, responsable y dócil. En e1 curso de esa preparación los nifios de I':,i<l, Fromm, Escape from Freedom (Nueva York, 1941; hay traducción espaüola), 18;-206,
Ia clase media tal vez sufren más frustraci6n de sus impulsos." p"c"" citarse sin que ello implique Ia aceptación de su concepto de "espontaneidad" y "Ia tendencia
35 Esta hip6tesis espera aún comprobación empírica. Se han hecho algunos comienzos en esta ruhr-rrutc en el hombre hacía el auto-deseuvolvimiento". Como ejemplo de una sólida formulación
dirccción con los experimentos sobre "nível de aspiracíones" que exploran los dcterminantes de Ia ·.,I(·ioJógica: "Míentras supongamos ... que e1 carácter anal, típico de Ia clasc media baja europea, es
formación y Ia modificación de metas en actividades específicas experimentalmente ideadas. Pero I,,,,,tllci<lo por ciertas experiencias tempranas relacionadas con Ia defecación, apenas si tenemos datos
hay un gran obstáculo, aún no superado, para sacar inferencias de Ia situacíón de laboratorio, con 'I"" 1I0S llcvcn a comprender por qué una clase determinada ha de tener un carácter social ana!. Pero
su hasta cierto pnnto ligera ego-implicaci6n en Ias fortuitos laberintos ele tareas COll papel y lápiz, ." 10 entendemos como una forma de relación con los demás, enraizada en Ia estructura del carácter y
l.mzauucnto de anillos, problemas aritméticos, ete., que sean aplícables a Ia fuerte inversión afectiva '''''III1:lIIle de Ias experiencias con el mundo exterior, tcncmos una clave para comprender por qué
eu Ias metas dcl êxito en Ias rutinas de Ia vida diária. Y no pudieron esos experimentos, con sus IlIdo d modo de vida de Ia clase media baja, su estrechez, aislarníento y hostilidad, favorecen el
Ionuacioncs de grupos ad boc, reproducir Ias agudas prcsiones sociales que prevaleceu eu Ia vida d,',:orrollo de este tipo de estructura del caráctcr" (293-4). Para cjemplo de formulación que arranca
diaria. (Lo que cl experimento de laboratorio reprcduce, por ejemplo, el regaiíón machaqueo dê dI' 1111 tipo de anarquísmo benévolo de última hora que aquí consideramos dudoso: " ... hay también
una [antipu moderna: "Lo maIo de ti es que no tienes ambiciones; un hombre de verdad saldna .il"l'l:lS cualidades psicológicas inherentes al hombre que nccesitan ser satisfechas .. , La más impor-
y harín cosas"). Entre los estudios con una reIación definida, aunque limitada, eon nuestro asunto, IUllle parece ser la tendencia al crecimiento, a desarrollarse y realizar potencialidades que eI hornbre
véansc Cll especial "Some social determinants of goal strivings", por R. Gould, en journal oi Social ,ul'luirió cn e1 curso de Ia história, como, por ejemplo, Ia facultad del pensamiento creador y cri-
Psychology, 1941, 13, 461·73: "Wish expectatíon and group standards as factors influencing levcl 11m.. ' Parece también que esta tendencia general a crecer -que es el equivalente psicológico de
of aspirution", por L. Festinger, en journal of Abnormal and Social Psychology, 1942, 37, 184·2,00. 1'1 II'1lclencia biológica idéntica- da por resultado tendencias específicas tales como el deseo de libero
Para tcner a Ia vista nu resumen de estas investigaciones, véase "Level of Aspiratíon", por Kurt Lewin 1,"1 y cl odio a Ia opresión, ya que Ia libertad es Ia condici6n fundamental para todo desarrollo"
(7A7 RR).
162 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 163
dor, que por 10 menos es "lista" y se esfuerza activamentc, no ve valor en 1a
IV. RETRAIMIENTO
meta-êxito que Ia cultura tanto estima; en contraste con eI ritualista, que por
10 menos se ajusta a Ias costumbres, da poca atención a Ias prácticas insti-
Así como Ia adaptación I (conformidad) sigue siendo Ia más frecuente, Ia
tucionales.
adaptación IV (rechazo de Ias metas culturales y de los medios institucio- Y Ia sociedad no acepta a Ia ligera ese rechazo de sus valores, ya que
nales) es tal vez Ia menos común. Los individuos que se adaptan (o se hacerIo sería ponerlos en duda. Los que abandonaron Ia búsqueda del êxito
maladaptan) de esta manera, estrictamente hablando, están en Ia sociedad
son perseguidos incesantemente hasta sus guaridas por una sociedad que
pero no son de eiia. Para Ia sociología, éstos son Ias verdaderos extrafíos. insiste en que todos sus individuos se orienten hacia el esfuerzo por e1 êxito.
Como no compartcn Ia tabla común de valores, pueden contarse entre Ias Así, e11 e1 corazón de Ia Hobohemia de Chicago están Ias pu estas de libros
miem bros de Ia sociedad (a diferencia de Ia población) sólo en un sentido
l1enos de mercancías destinadas a revitalízar Ias aspiraciones muertas.
ficticio. A esta cat~g()"rÉJ~~te.I1e.~~11_aI'[l!nas actividades adaptatívas de Ias
p~icóticos,Ioseg()!istas,Jg~pªrjas, Ias proscritos, Ios erra1;ll,),llclos.JQsvagabun- La Librería de Ia Costa de Oro está en el sótano de una vicja residencia, cons-
c1.Qs..losvagQs, los borrachos çr§picos y Ias drogadictos.et Renunciaron a Ias truida cn un entrante de Ia calle y ahora comprimida entre dos edifícios de ncgo-
metas culturalmei1teprescfItas y su conducta no se ajusta a Ias normas ínsti- cios. EI cspacio de delante está lleno de puestos y de anuncias y carteles l1amativos.
tucionales, No quíere esto decir que en algunos casos Ia fuente de su modo Los carteles anuncian libros que llamen Ia atención de 10s transeúntes. Uno
dice: " ... Miles de índíviduos pasan por aquí todos 10s días, pero Ia mayoría de
de adaptación no sea Ia mísma estructura social que en reaIidad rechazaron,
ellos no triunfaron financieramente. No están nunca más de dos pasos por delante
ni que su mísma existencia dentro de una zona no constituya un problema de Ios individuos harapientos. Eu vez de eso, debieran ser más audaces y atrevi-
para los indivíduos de Ia sociedad. dos." "Adelántese al juego, antes de que Ia vejez 10 debilite y 10 arroje aI mon-
Desde el punto de vista de sus fuentes en Ia estructura social, es muy tón de chatarra de las ruinas humanas. Si quiere usted escapar a ese mal destino
probable que este modo de adaptación tenga lugar cuando tanto Ias metas -el destino de Ia inmensa mayoría de Ias hombres- venga y l1évese un ejemplar
culturales como Ias prácticas institucionales han sido completamente asimí- de The Law af Financias Success. Meterá en su cabeza algunas ideas nuevas y le
ladas por e1 individuo e impregnadas de afecto y de altos valores, pero Ias vías pondrá en e1 camino real deI éxito. 35 centavos."
institucionales accesibles no conducen aI êxito. De esta resulta un doble Siempre hay individuos que remolonean por delante de 10s puestos, pero rara
conflicto: Ia obligación moral interiorizada de adaptar Ias medias institucio- vez compran. Para el vagabundo e1 éxito es caro aun a treinta y cinco centavos.i"
nales entra en conf1icto con Ias presiones para recurrir a medios ilícitos (que
Pero si eI extraviado es un condenado en Ia vida real, puede convertirse
pueden aIcanzar Ia meta) y el individuo no puede acudir a medios que sean
en una fuente de placer en Ia vida de Ia fantasía. Así, Kardiner expuso Ia
a Ia vez legítimos y eficaces. Se mantiene el sistema competitivo, pero los
idea de que esas figuras del folklore y Ia cultura popular contemporáneos
indivíduos frustrados u obstaculizados que no pueden Inchar con dicho sis-
refuerzan "Ia moral y Ia estimación de sí mismo por el espectáculo del indi-
tema se retraen. EI derrotismo, el quietismo y Ia resignación se manifiestan
viduo que rechaza los ideales actuales y manifiesta desprecio por ellos". En el
en mecanismos de escape que en última instancia Ias lIevan a "escapar" de
cine e1 prato tipo es, naturalmente, e1 vagabundo de Charlie Chaplín,
Ias exigencias de Ia sociedad. Esta es, pues, un expediente que nace del
fracaso continuado para acercarse a Ia meta por procedimientos legítimos, y
un don nadie que está muy cntcrado de su propia insignificancia. Siempre el
de Ia incapacidad para usar el camino ilegítimo a causa de Ias prohibicioncs blanco de Ias burlas de L1U mundo enloquecido y extraviado en e! que no tiene
intcriorizadas; y este proceso tiene lugar mientras no se renuncia al valor lugar y del que siempre escapa en su resignaeión de no hacer nada. Está a salvo de
supremo de la meta-éxiio. EI conflicto se resuelve abandonando ambos ele- conilicto porque ha abandonado Ia búsqueda de seguridad y de prestígio y se resigna
mentos precipitantes: metas y medias. EI escape es completo, se elimina cl a no iener ningún. derecho a la vírtud o a Ia distincíón. [Retrato caracterológico
conflicto y el individuo queda asociaIizado. exacto de Ia adaptación IV.] En e1 mundo siempre se ve arrollado por accidente,
En Ia vicia pública y cerernonial, este tipo de conclucta desviada es con- en todas partes encuentra Ia maldad y agresión aI débil e indefenso, sin que él
dcnada más de corazón por los representantes tradicionales de Ia sociedad. tenga poder para combatirlas. No obstante, siempre, a pesar de sí mismo, se con-
E11 contraste con cl conformista, que mantiene en funcionamiento Ias ruedas vierte en el defensor del agraviado y de! oprimido, no por virtud de una gran
sociulcs, este desviado es un riesgo improcluctivo; en contraste con el innova- capacidad de organización, sino por su tretas ingeniosas e insolentes, por medio
de Ias cuales descubre Ia debilidad del malhechor. Siempre permanece humilde,
pobre y solitario, pero desprecia el mnndo incomprensible y sus valores. Repre-
;17 Evidentemente, ésta es una exposición clíptica. Esos indivíduos pueden rctener aIguna oricn-
1;I(:i'-'lIhacia los valores de sus agrupaciones dentro de Ia sociedad más amplia 0, de vez en cuando, senta, por Ia tanto, el personaje de nuestro tiempo, que se sietite perpIefo ante Ia
hacia los valores de Ia sociedad tradicional. .Pueden, en otras palabras, pasar a otros modos de adap- disyuntiva de ser aplastado en la lucha por alcanzar Ias metas socíales aprobaâa« de
tación. l'cro Ia adaptación IV puede descubrirse fácilmente. La cxposición que hace Nels Anderson . éxito y poderío (s610 en una ocasión Ias a1canza en Fiebre de oro), o de sucumbir
de Ia couductu y actituclcs de! sablista, por cjcmplo, pueden refundirse fácilmente en términos de •
nucstro sistc'II,a uualítico. Véasc Thc Ilobo (Chicago, 1923), 93-98 ct passim. 38 The Gold Coast and the Slum, por H. \V. Zorbaugh (Chicago, 1929), 108.
164 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 165
a una reeignaciári sin esperanza de realizarias. El vagabundo de Chaplin es un
gran alivio, pues se deleita, cuando quiere, en su habílidad de ser más lista que Ias Ia persona O estrato social que Ias suscita; y tercero, el sentimiento constante
fuerzas perniciosas enfiladas contra él, y proporciona a todo hombre Ia satisfacción de esa hostilidad impotente.s! EI punto esencial que distingue eI resenti-
de sentir que Ia soledad, como última forma de escapar de Ias metas sociales, es un niiento de Ia rebeIión es que aquél no implica un verdadero cambio de valores.
acto de seleccíón y no un sintoma de derrota. EI Ratón Miguelito es Ia continua- I'] reseniimienio comprende siempre un tipo de "uvas verdes", que afirma
ción de Ia leyenda de Chaplin.ev :,
meramente que los objetivos deseados pero inaccesibIes en realidad no encar-;
\ ai-·ty nau Ias valores estimados. Después de todo, Ia zorra de Ia fábula no dice
Este cuarto modo de adaptación es, pues, el del socialmente deshere-
qllc renuncie por su propio gusto a Ias uvas maduras; dice sólo que aquellas
dado, quien, si no recibe ninguna de Ias recompensas que Ia sociedad ofrece,
uvas precisamente no están maduras. La rebelión, por otra parte, implica
también sufre pocas de Ias frustraciones que acornpaüan a Ia busca constante
IIlIa verdadera transvaloración, en Ia que Ia experiencia directa o vicaria de Ia
de esas recompensas. Es, además, un modo privado y no colectivo de adapta-
f rustracíón neva a Ia acusación plena contra leis valores anteriormente esti-
ción. Aunque Ios individuos que presentan esta conducta divergente pueden
inados. La zorra rebelde se limita a renunciar aI gusto general por Ias uvas
gravítar hacia centros en los que entran en contacto con otros desviados, y
muduras. En el resentímíento condena uno 10 que anheIa en secreto; en Ia
aunque pueden llegar a participar en Ia subcultura de Ias grupos divergentes,
rcbclión, condena eI anhelo mismo. Pero aunque son dos cosas diferentes,
sus adaptaciones son en gran parte privadas y aisladas, y no están uníficadas
Ia rcbelión organizada puede aprovechar un vasto depósito de resentidos y
bajo Ia égida de un código cultural nuevo. Queda por estudiar el tipo de
adaptación colectiva. ,.;. .lcscontentos a medida que se agudizan Ias disIocaciones institucionales.
Cuando se considera el sistema institucional como Ia barrera para Ia
V. REBELIÓN ,;ilisfacción de objetivos legitimizados, está montada Ia escena para Ia rebe-
liúll como reacción adaptativa, Para pasar a Ia acción política organizada,
Esta adaptaciónl1e~a aIosindividuos que están fuera de Ia estructura social 110 sólo hay que negar Ia fidelidad a Ia estructura social vigente, sino que hay
ambiente :ip~!1.sa(YJ!~1arde poneL~Qe)(istel1ci~una.estructura social nuevá; 'IIIC trasladarIa a grupos nuevos poseídos por un mito nuevo.v' La función
es]~cir,l1!EY}·l!.9-º-ihcaº-ª. Supone el extra-flamiento delas metasy Ias normas dnal deI mito es situar Ia fuente de Ias frustraciones en gran escala en Ia es-
existentes, que son consideradas como puramente arbitrarias. Y 10 arbitraria trnctura social y pintar otra estructura de Ia que se supone que no dará lugar
es precisamente 10 que no puede exigir fide1idad ni posee legitimidad, por- .1 Ia frustración de Ios individuos meritorios. Es una carta o título para Ia
que 10 mismo podría ser de otra manera. En nuestra sociedad, es manifies- .ución. En este contexto, Ias funciones deI contra-mito de los conservadores
to que Ias movimientos organizados de rebelión tratan de introducir una brevemente esbozado en Ia primcra sección de este capítulo- se hace más
estructura social en Ia que Ias normas culturales de êxito serían radicalmente ,1;11'0: sea cual fuese Ia fuente de Ia frustración de Ias masas, no hay que
modificadas y se adoptarían provisiones para una correspondencía más es- buscarla en Ia estructura básica de Ia sociedad. EI mito conservador puede
trecha entre el mérito, el esfuerzo y Ia recompensa. .tI irruar, pues, que Ias frustraciones están en Ia naturaleza de Ias cosas y
Pero antes de examinar Ia "rebelión" como un modo de adaptación, ()('Ilrrirán en cualquíer sistema social: "EI desempIeo periódico de masas y Ias
debemos distinguirla de un tipo superficialmente análogo pero diferente en , I isis de Ias negocios no pueden suprimirse mediante Ia legisIación; es exacta-
esencia: el resentimienio, Usado en un sentido técnico especial por Nietzche, mente como una persona que se siente bien un día y mal al día siguiente".43
el concepto de resentimiento fue adaptado y desarrollado sociológicamente ( ), si no Ia teoría de Ia inevitabilidad, sí Ia deI ajuste gradual y muy poco a
por Max Scheler.w En este sentimiento complejo se engranan tres elemen- P()co: "Algunos cambias acá y aIlá, y Ias cosas marcharán todo 10 bien que
tos. Primero, sentímientos difusos de odio, envidia y hostilidad; segundo, Ia !llohablemente pueden marchar." O Ia teoría que desvía Ia hostilidad de Ia
scnsacíón de impotencia para expresar ésos sentimientos activamente contra {':,Imctura social y Ia enfoca contra el individuo que es un "fracaso", ya que
"I c.rlmente en este país todo individuo consigue 10 que se propone",
:w Las frollteras psicológicas de Ia sociedad, por Abram Kardiner (México, F. de C. E., 1955), Los mitos de Ia rebelión y deI conservadurismo trabajan ambos a favor
1'1'. 117·S. (El subrayado es nuestro.]
c It- 1111 "monopoIio de Ia imaginación" que trata de definir Ia situación en tales
·IU 1:IHlIllC du ressentiment, por Max Scheler (Paris, s. a.). Este ensayo apareció por primera
I'rI. ,'11 1912; revisado y completado fue incluido en Abhalldlungen und Aufsiitze, de Seheler, y des- I {'llllinos que muevan al frustrado hacia Ia adaptación Voa apartarse de
I'lIf~"1""('ci6 eu su Vom Umsturz der Werke (1919). Este último texto es el que se usó para Ia ..lIa. Es sobre todo el renegado quien, aunque tenga éxito, renuncia a los
Irllclol<'ci(,1l írnnccsa. Tuvo considerable influencia en diferentes CÍrculos intelectuales. Para un
('x<"ll'IIlr I' hicn equilibrado estudio del ensayo de Scheler, que indica algunas de sus límitacíones \;t!OfCS vigentes, que se convierten en eI blanco de Ia mayor hostiIidad por
y 1"1';1111 W·;. IIIS aspectos en que anticipó Ias conccpeiones nazis, su orientación antidemocrátiea y, aI
1111'11111 1111111'1), sus idcas de vez en cuando bríllantes, véase- "Scheler's theory of sympathy and love", H Schcler, 01'. cír., 55-6. Ninguna palabra inglesa reproduce plenamente el complejo de ele-
por V. /. MlCill. eu PlIilosoplly and Phenomenological Bcscetch, 1942, 2, 273·91. Para otra exposi- uu-ul ux 'lHe abarca Ia palabra resentnníenro: Ia que más se 1c acerca en alemán parece que es grall.
cl6n ('11111'11. <1111' cnjuicia apropiadamente Ia opiníón de Scheler de que Ia estructura social sólo ~2 TlJe Process oi Revoíution, por George S. Pettee ,(Nueva York, 1933). 8-24; véase particular.
ille8~ 1111 1"'1,,·1 "'CIIII<I'lrio eu cI resentimiento, véase lvloraI indignation anel MieldJe-Class Psychology: uuul c SI! cxposición deI "monopolio de Ia imaginación".
Á SndCJICJllic,,' SllId,\', por Svcnd Ranulf (Copenague, 1938). 199.204. 4:1 MiddJetown in Transítíon, por R. S. Y H. M. Lynd (Nucva York, 1937),408, donde aparece
'III~ scric de clichés culturales que son ejcmplos deI mito conservador.
166 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 167

parte de quienes están en rebelión. Porque no 8610 pone en duda Ios valores inavertido hasta muy recientemente es que Ia familia trasmite en gran parte
en cuestión, como hace el extrafio al grupo, tSíiiC) que él mismo significa .iquella parte de Ia cultura que es accesible al estrato social y a Ias grupos
que se ha roto Ia unidad deI grupO.44 Pero, como se ha seüalado con tanta ('11 que se encuentran Ias padres. Es, por 10 tanto, un mecanismo para disci-
frecuencia, son típica mente individuos de una clase en as censo, y no Ios estra- plinar al nifio en relación con Ias metas culturales y Ias costumbres caracteris-
tos más deprimidos, quienes organizan al resentido y al rebelde en un grupo I icas de este estrecho margen de grupos. Y Ia socialización no se constriüe a
revolucionaria. / Ia preparacíón y Ia disciplina directas. EI proceso es, por 10 menos en parte,
I nadvertido. Completamente aparte de Ias admoniciones, Ias premias y 105
LA TENDENCIA A LA ANOMIA castigos directos, eI nino está expuesto a Ia influencia de prototipos sociaIes
('11 Ia conducta diariamente observada y en Ias conversaciones casuales de
La cstructura social que hemos examinado produce una tendencia hacia Ia [os padres. No pocas veces, los niiios descubren y asimilan uniformidades
anomia y Ia conducta divergente. La presión de semejante orden social se cuituiaies aun cuando esién impliciia« y no hayan sido reduculas a reglas.
dirige a vencer a Ios competidores. Mientras los sentimientos que dan apoyo Las normas deI lenguaje proporcionan Ia prueba más impresionante,
a este sistema competitivo estén distribuidos por todo el campo de activi- I.icilmente observable de una maneta clínica, de que Ias niüos, en eI proceso
dades y no se Iimiten al resultado final deI "êxito", Ia elección de medias ele socialización, descubren uniformidades que no fueron explicitamente for-
permanecerá en gran parte dentro deI âmbito deI control institucional. Pero uiuladas para ellos por Ias mayores o Ias contemporáneos ni Ia son por Ias
cuando Ia importancia cultural pasa de Ias satisfacciones derivadas de Ia com- uiíios mismos. Los errares persistentes de Ienguajc entre Ias niíios son muy
petencia misma a un interés casi exclusivo por el resultado, Ia tendencia instructivos. Así, el nino usará espontánearnente palabras como "ratones" o
resultante favorece Ia destrucción de Ia estructura reguladora. Con esta ate- "rlineros" aunque no haya oído nunca esas palabras ni se le havan enseiiado
nuación de Ias controles institucionales, tiene lugar una aproximacíón a Ia "Ias regIas de formación de lo« plurales", O creará palabras como "caído",
situacíón que Ias filósofos utilitarios consideran err6neamente típica de Ia so- "corrido", "chamuscado", "golpeado", aunque a Ia edad de tres anos no se
ciedad, situación en Ia que cálculos de Ia ventaja personal y el miedo al cas- 1(' hayan enseüado Ias "reglas" de Ia conjugación. O dirá que un manjar es
tigo son Ias únicas agencias reguladoras. "mejor" que otro, o quízás, mediante una extensión lógica, diga que es "bue-
Esta tendencia hacía Ia ano mia no opera igualmcnte en toda Ia sociedad. 11isimo". Evidentemente, descubrió por sí mismo Ias modelos implícitos
En el presente análisís se han hecho algunos intentos para seíialar Ias estratos Ilara expresar Ia pluralidad o para Ia conjugación de Ias verbos, o Ia declina-
más vulnerables a Ias presiones hacia Ia conducta divergente y descubrir algu- ('iúlI dc Ias adjetivos. Lo atestiguan el carácter mismo de sus errares y Ia
nos de Ias mecanismos que operan para producir esas presiones. A fin de 1I1:l1a aplicación de Ias modelos."
simplificar el problema, se tomó el éxito monetario como el principal obje- Puede inferirse a modo de ensayo que el nino está también laboriosa-
tivo cultural, aunque hay, naturalmente, otros objetivos en el almacén de mente ocupado en descubrir y actuar de zcuerdo con ellos los paradigmas
valores comunes. Los campos de Ias logros íntelectuales y artísticos, por ejem- ill/plícitos de valoracion cultural, de [etarouizacion. de Ias personas y Ias cosas,
plo, proporcíonan tipos de carreras que pueden no implicar grandes recom- " ele concepción de objetivos estimables, así como en asimilar Ia orientación
pensas pecuniarias. En Ia medida en que Ia estructura cultural atribuye pres- <I iltural explícita manifiesta en una corriente sin fin de órelcnes, explicaciones
tigio a esas carreras y Ia estructura social permite el acceso a ellas, el sistema
está un tanto estabilizado. Los divergentes potenciales aun pueden mostrarse
conformes con esos conjuntos de valores.
• \ cxhortaciones de Ias padres. Parece que, además ele Ias importantes investi-
i',:lciones de Ias psicologías profundas en el proceso de socialización, Se nece-
',lIan tipos suplementaríos de observaci6n directa de Ia difusión cultural dentro
de Ia família. Muy bien puede ocurrir que el nino retenga eI paradigma im-
Pero subsisten Ias tendencias centrales hacia Ia anomia, y hacia ellas
ll.una particularmente Ia atención el sistema analítico que aquí se expone, " plícito de valores culturales descubierto en Ia conducta c1iaria de sus padres,
,1I1Il cuando esa conducta discrepe de sus consejos y exhortaciones explícitos.
La proyección de Ias ambiciones paternas eu el nino tienen tarnbién
EL PAPEL DE LA FAMILIA lundamental importancía para el as unto de que tratamos. Como es bien
',:1 bido, muchos padres enfrentados con el "fracaso" personal o con un "éxito"
11;1\ qlll' dccír unas palabras finales para agrupar Ias implicaciones esparcídas limitado, pueden negar importancia a su objetivo originaria v concederla ar
Jlor I"do cl discurso que precede relativas al papel que representan Ia familia "I ro, y quizás aplazar Ias esfuerzos nuevos para conseguiria, tratando de ai-o
l'1I 10.'i I ipos de conducta divergente. «.mzarlo vicariamente mediante SllS hijos. Es freeuentc cl caso eleI padre
1,;1 lamilia es, desde Iuego, Ia principal cadena de trasmisión para Ia
difllNlt'11I dI' Ias normas culturales a Ias generaciones nuevas. Pero Ia que pasó ; ,Ir. Psychology of Early Childhood, por W. Stem (Nucva York, 1924). dondc en Ia p. 166 se
nulu cl hccho de lales errares (por ejemplo, andó por anduvo ), pcro no se sacan infcrcncías rela-
·.t '

•• ""'''1'''· L•., agudas observacioncs de George Simmel en su SozioIogie (Leipzig, 1908), 276-7. I".", "I dcscubrirnicnto de Ias paradigmas implícitos.
r .~
168 I<S'l'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
o Ia madre que espera que su hijo llegue a alturas a donde él o ella no
pudo llegar.4G En una investigación reciente sobre Ia organización social de
colonias residenciales públicas, encontramos en negros y bIancos de niveles v. C:ONTINUIDADES EN LA TEORíA DE LA ESTRUCTURA
ocupacionales bajos una proporción importante que aspiraban a dar a sus SOCIAL Y LA ANOMIA
hijos una carrera profesional." Si confirmasen este resultado nuevas invés- I ,fI'>ur.rrxcos anos vieron Ia aparición de una voluminosa bibliografia suei o
tigaciones, tendrá gran importancia para el problema de que tratamos. Por- 1'II:ic;1que trata de un aspecto u otro de Ia anomia. Esto suministra una h:I~('
que si se generaliza Ia proyección compensatoria de Ia ambición paterna en IILI'>.nuplia para aclarar y extender Ias formuIaeiones expuestas en c1 tra buju
los hijos, serán precisamente los padres menos capaces de proporcionar a sus .uuc-rior. EI interés por el concepto de anomia ha crecido en realidad con
hijos acceso libre a Ias oportunidades -los "fracasados" y los "frustrados"- I.qlldcz suficiente para haberse (casi inevitablemente) vulgarizado a medida
los que ejercerán mayor presión sobre sus hijos para que lleguen a experi- '111('se difundia por círculos sociales cada vez más amplios. Piénsesc, como
mentar triunfos importantes. Y este síndrome de aspiraciones elevadas y de fl(,lIlplo ele vuIgarización, en el caso deI semanario que se aprovecha (1<;una
limitadas oportunidades reales es, como hemos visto, 10 que incita a Ia ",,1111;1y cuidadosa encuesta de Gerhart Niemeyer sobre Ias consccucncius
conducta divergente. Esto indica claramente Ia necesidad de investigaciones ',IIfLilcs de Ia anomia y en seguida intercala un "llamamiento al lector" <J1H:
enfocadas sobre Ia formación de metas ocupacionales en Ios diferentes estra- ('11'1)1(";[ en estos populares y chillones términos: "Muchacho, eso cs 10
tos sociales si ha de comprenderse desde Ias perspectivas de nuestro sistema '1'1<'\() llarno anomia aguda, silbó Bleecker Totten, uno de los 225 esí ndinn-
analítico el papel inadvertido de Ia disciplina familiar en Ia conducta diver- 1('\ de LI Oglethorpe Universíty".' Menos sibilantes pero más instruclivos
gente. ',111110, estúdios teóricos, sustantivos y de proeedimientos, sobre Ia nuomiu
f I1 [(' ;1 hora vamos a examinar.
OBSERVACIONES FINALES

EL CONCEPTO AMPLIADO DE ANOMIA


Parece manifiesto que el estudio que antecede no está hecho sobre un plano
moralista. Cualesquicra que sean los sentimientos del lector relativos a Ia ( :, II1i( 1 lu desarrolló inicialmente Durkheim, el c~n-S~..Et2ª~~~.nomia. ~~!:~fcrw..
conveniencia de coordinar Ios aspectos de objetivos y medios de Ia estructura ,li l':'>1 ;,do.d:,,!.alta ~~~!~~~.,de2~9IITl~~ .c1~ !:l_~f!:~@:ãáª,.~
..... __
~~.~ilgI:iIp'(). Dur
social, es evidente que Ia coordinación imperfecta de unos y otros conduce k 11('1111 luzo ver c1ãramente que este concepto se rctena a una proplcdad de
a Ia anomia. En Ia medida en que una de Ias funciones más generaIes de Ia LI ('si rnctura social y cultural, no a una propiedad de los individuos confrou
estructura social es suministrar una base para Ia predecibilidad y Ia regulari- t.ulos con dicha estructura. Sin embargo, como se hizo evidente Ia utilidad
dad de Ia conducta social, se hace cada vez más limitada en su eficacia a til'! concepto para comprender diferentes formas de conducta divergente, Sl'
medida que se disocian Ios elementos de Ia estructura social. En el punto .unplió hasta referirse a un estado de Ios individuos más bien que de SI!
extremo, Ia predecibilidad se reduceal .mínimo y sobreviene Ioq]le pl.ieele- .uubicntc.
llarnarse aprQpiada.I11ente anomia.o.csos cultural. Este concepto psicológico de anomia fue formulado simultáncameutc
Este ensayo sobre Ias fuentes estructurales de Ia conducta divergente por R. M. MacIver y por David Riesman. Como sus formulaciones SOI1 igua
sigue siendo sólo un preludio. No abarca el tratamiento detal1ado de los ele- Ic~ eu esencia, 10 que se dice de una puede decirse de Ia otra.
mentos estructuraIes que predisponen a una más que a otrade Ias diferentes
Anemia -MacIver resucita el significado de Ia palabra, hacía ya mucho 11('111·
reacciones abiertas aIos individuos que viven en una estructura social mal
II() auticuado, en e1 sigla XVI- significa el estado de ânimo del indivíduo Cllyll~
equilibrada; oIvidó en gran parte, pero no Ia negó, Ia importancia de los pro- i.riccs morales se han roto, que ya no tiene normas, sino únicamente impulsos 11.,\
cesos psícológico-sociales que determinan Ia incidencia específica de Ias reac- .uucctados, que no tiene ya níngún sentido de continuidad, de grupo, de obliqil
ciones, sóIo brevemente examinó Ias funciones sociales que desempena Ia dJII. El individuo anómico se ha hecho espiritualmente estéril, respousnblc s610
conducta divergente; y no sometió el poder exp1icativo deI sistema analítico .11I(e si mismo, y ante nadie más. Se de de los valores de otros individuos. S\I úuic.:
a una plena comprobación empírica determinando Ias variaciones de los gru- k cs Ia filosofía de Ia negación. Vive en Ia delgada frontera de Ia sensacióu entre
pos en conducta divergente y conducta conformista; no hizo más que tocar Ia 1IIIIgúnfuturo y ningún pasado. Y aüade: "Anemia es un estado de ânimo e11ql~
conducta rebelde que trata de rehacer Ia estructura social. nb roto o mortalmente debilitado el sentid; de COFtêS!onsõêiãT" priÍ1'êíp·ilrrêSõ'rR-
.1(· su riiorãr--é1êflnêlívídn()7"'!r~'~-"~-"'-'-'-~'~-"--~"""''''-
Sugerimos que esos problemas y los relacionados con elIos pueden ser
provechosamente anaIizados mediante el uso de este sistema. Pathfinder, 17 de mayo de 1950, 55.
1
The Ramparts We Guard, por R. M. Maclver (Nueva York, The Macmillan CompUII)'.
2
1')'iO), 84, 85, Y todo el capítulo x. El subrayado es nuestro. Compárese Ia dcscripción dcl
41) Exploratíons ill Personality,por H. A. Murray y otros, 307.
"uuómico", independientemente concebida, pero equivalente, de David Riesman, en colaboruclón
47 De l'atterns of Social Liie, cstudio de Ia organización social de comunidades planeadas por '011 Reuel Denney y Nathan Glazer: The Loneiy Crowd (New Haven, Yale University Press, 19,0),
R. K. Mcrton, Patricia S. Wcst y M. Jahoda. ,1 ~i7 sx.
169
170 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL 171
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA
Como se ha observado, "el punto de vista de MacIver es, pues, psicoló-
sistemas de valores, que da por resultado cierto grado de inquietud y Ia seu
gico (es decir, Ia anomia es para él un estado de ánimo, no un estado de Ia
-.rción de separaeión deI grupo; 'ánomia aguda es el deterioro, y en último
sociedad, aunque eI estado de ánimo puede reflejar tensiones sociales), y sus
('xlremo Ia desintegración, de los sistemas de valores, que da por resultado
tipos psicológicos [de anomia] corresponden aIos elementos (ansíedad-aisla-
.iugustias pronunciadas. Esto tiene el mérito de marcar terminológicamcnlc
miento-falta de propósito) que forman el aspecto subjetivo deI concepto de
d hccho, con frecuencia enunciado pero olvidado a veces, de que, como otros
Durkheím"." Que eI concepto psicológico de anomia tiene un referente
,',laelos de Ia sociedad, Ia anomia varía de grado y quizás de c1ases.
definido, que se refiere a "estados de ánimo" identificabIes de individuos par-
Dcspués de haber identificado algunos de los procesos que conducen a Ia
ticulares, es indiscutibIe, como 10 atestiguan los nutridos libros de casos de
.iuomia, el capítulo anterior formula una tipología de reacciones adaptativns
los psiquiatras. Pero el concepto psicológico es, sin embargo, Ia contra par-
,I esc estado y Ias presiones estructurales que producen una frecuencia 111:1
tida deI concepto sociológico de anemia, no un sustituto de él.
vnr o menor de Ias reacciones entre Ias diferentes estratos de Ia estructura de
EI concepto sociológico de anomia, desarrollado en Ias páginas prece-
,!ases. La premisa subyacente aqui es que Ios estratos de clases están 110 SÓ)O
dentes, presupone que puede concebirse útiImente que el ambiente más des-
.hfcrcncialmente sometidos a Ia anomia, sino también diferencialmente SOIlIC·
tacado de Ias individuos envuelve Ia estructura cultural, por una parte, y Ia
I idos a uno U otro tipo de reacción a ella. Talcott Parsons adoptó esta tipo.
estructura social por otra. Supone que, por intimamente conectados que es-
I,'1',í;1y Ia derivó, en cuanto a motivaciones, de su sistema conceptuaI ele intc
tén en realidad, pueden mantenerse 'separados para fines de análisis antes
LI'Tióll social," Este análisis arranca deI supuesto de que ni Ias tcndcncias
de que vueIvan a unirse de nuevo. En este respecto, Ia estructura cultural
It;wia Ia conducta divergente ni Ias tendencias hacia e1 restablecimiento dei
puede definirse como eI cuerpo organizado de valores normativos que gobier-
C''I"ilihrio de un sistema de interacción social pueden producírse aI azar. POI
nan Ia conducta que es cornún a los indivíduos de determinada sociedad o
d contrario, actúan en una o más direcciones de un número limitado de
grupo. Y por estructura social se entiende el cuerpo organizado de relaciones
clu('('('iones identificabIes. Esto quiere decir que Ia conducta divergente mismu
sociales que mantienen entre sí diversamente los individuos de Ia sociedad o
111'111: xus normas.
grupo. La ...anemia es concebida! entonces: como laquíebra de Ja estructura
1':11paIabras de Parsons y Bales, se vio que Ia desviación tomaba cuatro
cultur<!l~.Sl~ tierie]ugar. eÍ1p;Hticu!~ECll~I1do .haY~I1~(lisyuncióI1.~gu9iL.ru:·
,111('C'('iOllesfundamen taIes, según Ia necesidad de expresar eI extra fia mien to
.. culiurales y Jas .capacidades socialmente. estr1J.S;.
fre JiJ.S,···ll.QJ;rnã,LYJQso1JjeJi':'2~
1 incluso el rechazo de Ia adhesión aI cambio en cuanto objetivo--. o de
t!!Lé!das....
de.lQSÍI}Qiyiduos delgrupc.para obrar deàcuerdo con aquéllos. En
111:1 1rlcucr una conformidad compulsiva con el tipo normativo y con Ia udhe
este concepto, Ios valores culturaIes pueden ayudar a producír una conducta
'oIc'1I1 ;11 cambio, y según que eI modo de acción fuera activa o pasivumculv
que se contrapone a Ios mandatos de los valores mismos.
i1lil'1tl:ldo. Esto daba cuatro direcciones: Ias de agresividad y retraimicnlo l'll
Según esta opinión, Ia estructura social extrema Ios valores culturales,
d Ltdo del extrafiamiento, y Ias de actuación compulsiva y aceptacióu COIII'
haciendo posibIe y fácil Ia acción de acuerdo con eIIos para los que tienen
1'III"i\:1 dcl lado de Ia conformidad compulsiva. Se demostró además quc t~slc
ciertas posiciones dentro de Ia sociedad, y difícil q imposibIe para los demás.
1,.ll.ldigma, obtenido de manera independiente, es esencialmentc c1 lIliSlIHI
La estructura social actúa como una barrera o como una puerta abierta para la
I11li 1I1l1ac1opor Merton para el análisis de Ia estruetura social y Ia anomin."
acción dictada por Ios mandatos cuIturales. Cuando Ia estructura cultural y
I':sla primera ampliación de Ia tipología de Ia reacción sigue, como ~('
Ia social están mal unificadas, exigiendo Ia primera una conducta y unas acti-
tudes que Ia segunda impíde, hay una tendencia aI quebrantamiento de Ias ,1<1 ver! irá, tomando en euenta tanto Ia estructura cultural -"el tipo IHlJ'lIIl1
normas, hacia Ia falta de ellas, No se sigue de aquí, naturalmente, que sea 11\''''' como Ia estructura social -Ias adhesiones normadas a otras pCJ'SOllil~
éste eI único proceso favorabIe al estado social de anemia. La teoría y Ia 11d cxt raüarniento de eIIas-. Pero sirve para caracterizar los tipos de rcnr
investigación más recientes se dirigen a deseubrir otras fuentes de un alto , "'111segtÍll sean activos o pasivos, dando a entender con esto que Ia conduct iI
grado de anemia. dl\l'Igclltc puede implicar bien "tomar Ia situación en Ias manos" acliv.uuuu
Se ha heeho eI intento de captar Ios conceptos psicológico y sociológico Ir', "hacicndo en el intento de controlarIa más de 10 que Ias expcctulivus
en una distinción entre anomía "sim pIe" y "aguda",« La anomia símple es 1111~,t irucionalizadas] exigen", o "no llegando", pasivamente, "al grado de con
c1 estado de confusión en un grupo o sociedad sometida al antagonismo entre l rul uc+ivo" que exigen dichas expectativas. Los tipos de condncta divcrgcnle
,,1I('(!e1lsubdividirse además distinguiendo los casos en que Ias tensioucs til'
3 "The anatomy of anorníe", por R. H. Brookcs, en PoliticaI ScicIlce, 1951, 3, 44.51; 1952,
4, 38,49 una revista que examina arnpliaciones conceptualcs recientcs de Ia anemia. lI. L. Ans-
1"'11IlIgar ante todo en Ias relaciones sociaIes con otros individuos y Ios casos
bucher trata de relacionar Ia anomia con Ia idea adleriana de "falta de interés social" eu una nota ,'li qllt' licncn lugar en Ias normas culturaIes con Ias que se espera que hayu
que aparcció cn Individual Psychology News Lettcr: Olgan oi thc Internatiolwl Associatioll of Indivi.
c/ual l'syclJOlogy, Londres, junío-julio de 1956. .
n Til •. Social System, de Parsons, 256,267, 321-325; Working Papers in the TIICory of Actlo/l,
4 Thc Political Community, por Sebastian De Grazia (University of Chicago Prcss, 194'8), 72.
74, l'a.ssil/l; cf. Brookcs, op. cír., 46. I"" ·,",1<,,1 I
Parsons, Robert F. Bales y Edward A. Shils (Clencoe, The Free Press, 1953), 61·78,
" \~' ork iJlg Papers, de Parsons y otros, 68.
172 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOl\IIA 173
conformidad.? Esas manifestaciones concretas de reacción a
tensiones anó- uu.ntada: es, desde luego, necesaria otra medida de Ia anomia corno estado
micas, como Ia delincuencia, eI crimen, el suicidio, así como tipos de reac- II/Jjc'livo de Ia vida del grupo. Un progreso sintomático hacia este segundo
ciones conceptuaImente intermedias, tales como Ia innovación, el rituaIismo, III'() de medida 10 hizo Bernard Lander.?" Mediante eI análisis de factores
el retraimiento y Ia rebelión, se hacen c1asificables como resultantes de cíertas .1(' ocho propiedales ele sectores deI censo en una ciuelad norteamericana, iden-
propiedades abstractas de sistemas de interacción identificados por Parsons. 1 dic6 dos grupos de variables, uno de los cuaIes designó "Iactor anàmico",
Habiendo sido formulada tan recientemente, esta c1asificación más compIeja ()lIicrc decir con esta que eI grupo de variabIes -que tiene Ios valores de una
de tipos de conducta divergente, tiene aún que ser usada en forma intensiva .rl 1;1 proporción dc de1incuencia, un gran porcentaje de residentes 110 blancos
en invesbgaciones empíricas.
('11 Ia zona y un pequeno porcentaje de viviendas ocupadas por sus propíe-
1;1 rios- se revela a Ia inspección como característico ele zonas de anomia e
incstabilidad social relativas. Como Lander es el primero en reconocer, el
INDICADORES DE ANOMIA
hd or es, en eI mejor caso, medido s6Io aproximadamente por ese grupo par-
1II'1I1:1r de variables, Su decisiva limitación procede de una circunstancia con
Corno muchos de los que tratamos de seguir sus grandes huellas y en conse- 1.1 que suelen tropezar los sociólogos que tratan de inventar medidas de con-
cucncia vacilamos un poco en estas zonas excesivamente espaciosas'ilPurkheim (!'p t os teóricos valiéndose de los da tos sociaIes que por casuaiuied están
110 ofreció una guía explícita y metódica de Ias diferentes sefíales de anemia, Iq:istrac1os en Ias series estadísticas hechas por agencias de Ia sociedad; a
de los fenómenos observa bIes relativos a carencia de normas y a relaciones ',;Ii>cr,Ia circunstancia de que esos datos de contabilidad social que se tíenen
sociales venidas a menos. Pero es evidente que hay que establecer indicadores u mano no son necesariamente Ias datos que miden mejor eI concepto. Por
si e1 concepto de anomia ha de utilízarse en investigaciones empírícas. (",O califiqué e1 ingenioso intento de Lander de "sintomático" y no de pro-
Dio un paso en esta dirección Leo Srole al formular una "escala de ano- ~',r("s()decisivo. Porque 10 mismo que eI simple hecho de disponer de estadís-
mia" preliminar.s En parte, Ia escala contiene renglones relativos a Ia percep- t \("as oficiales obligó a Durkheim a empIear medidas de Ia anomia tan toscas,
ción que el individuo tiene de su ambiente social; en parte, a Ia percepción 111.1 ircctas y provisionales como Ia situación ocupacionaI, Ia situación marital
que tiene de su propio lugar dentro de dicho ambiente. Más especificamente, y 1:1 dcsintegracíón de Ia familia (divorcio), así Ia casuaIidad de que Ios regis-
Ias cincos renglones o conceptos que comprende esta escala preliminar se li os del censo de Baltimore contengan datos sobre delincuencia, composición
rcfieren a: 1) Ia percepción de que los líderes de Ia comunidad son indiferen- la('iary'~opiedad de casas movió a Lander a usarlos como una medida tosca,
tes a Ias necesidaeles de uno; 2) Ia percepcíón de que es poco 10 que puede iudirecta y provisional de Ia anomia. Consideraciones pragmáticas de este
lograrse en Ia sociedad que sea fundamentalmente imprevisibIe y carente de ti p() 110 son, desde luego, una alternativa adecuada a indicadores deI concepto
orden, 3) Ia percepcíón ele que Ios objetivos de Ia vida se alejan en vez de rea- I('{"'icamente derivadas. EI cambio de inquilinos en Ias viviendas puede ser
lizarse; 4) una sensacíón de futilidael; y 5) eI convencimiento de que uno no IIlIa medida indirecta de Ia proporción en que se quiebran Ias relaciones socia-
1(',;consagradas, pero es evidente que Ia medida mejoraría eu forma notoria si
puede contar con socios o compafieros personaIes para tener apoyo social y
',(' .idoptaran disposiciones para conseguir datos directamente concerníentes
psicológicov Como indica Srole con algún detaIle, este esfuerzo para Confec-
;1 I:ISproporciones de relaciones sociales destruidas. Lo mismo sucede con 10s
cionar una escala de anemia tiene varias limitaciones y aIgunas cosas inade-
dnll{IS componentes objetivos de Ia anomia, concebidos como quiebras de
cuadas, pero suministra un comienzo hacia Ia medida estandarizada de Ia
1.I'inormas y de Ias relaciones. Esto no es meramente aconsejar una perfec-
anomia, tal COmo Ia perciben y experimenran Ias individuos de un grupo o
comunidad. (1011 inasequible. SimpIemente dice, y ello es evidente, que así como hay que
1'1'1 Icccionar más Ias escalas de Ias aspectos subjetivos de Ia anomia, hay
Puede tomarse esa escala para medir Ia anomia subjetin17nente experi- (II\(' pcrfeccionar también Ias escalas de sus aspectos objetivos. La utiIización
dI' los datas de contabilidad social de que se dispone no es más que un subs-
7 Ibid., 74.
111 11to pragmáticamen te impuesto y provisional.
S En un trabajo lcído ante Ia Sociedad Sociológica Norteamcricana, 1951, ti.ulado "Social dis-
íuuction, personality, and social distance attitudes"; y tarnbién cn una versión ampliada pero aún Dç Ia concepcíón de Ios componentes tanto subjetivos como objetivos de
inédita titulada "Social integration and certain corollaries". 1'1 .mornia brota el requisito evidente de que Ia investigación sobre Ias fuentes
!) La redacción específica de esos concepos se encuentra en "Anomie, authoritarism, and pre-
jndicc: a rcplicatíon", por Alan H. Roberts y Milton Rokeach, en American [oumo! oi Sociology,
V Ias consecuencias de Ia anomia traten simultáneamente Ia interacción de
1956,61, 355-358,11 Ia nota 14. En un oomentario publicado sobre este trabajo, Srole duda que en Itls dos tipos de componentes. Dicho en forma concreta e iIustrativa, esto
rcalidad se haya contestado a su estúdio; Ibid., 1956,62 63.67. ·"I'.lIifica que Ia conducta de Ias indivíduos "anómicos" y "eunórnicos" de gru-
ro TOIV'lrd ali Understanding of Juvenile Delinqucllcy (Nueva York, Columbia University Press,
1954), c'pcciahncnte Ias capítulos V·VI. Véasc tarn bién Ia revista de este libro titulada "New direc- pos con un grado sefiaIado de anomia objetiva pueda ser sistemáticamente
tions in deliuquency research", por Ernest Greenwodd, en The Social Service Review, 1956, 30'; rmuparada, 10 mismo que podría examinarse Ia conducta de individuos del
147·157.
IlIislIIO tipo en grupos con grados diferentes de anornia. Esta clase de ínves-
174 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 175
tigación constituye sin duda el próximo paso hacia adelante en el estudio de .I,".d",· de Max Weber: "El impulso hacia Ia adquisición, Ia busca de ganan-
Ia anomia.P · LI.• 1.-dincro, de la mayor cantidad posible de dinero, no tiene en sí mismo
Recientes aportaciones teóricas y de procedimiento han aclarado algo el 11.1,1.1 qlle ver con e! capitalismo y, en e1 caso presente, con Ia cultura específi-
concepto de ano mia y ernpezaron a forjar los instrumentos necesarios para su • .uurutr: norteamericana. Ese impulso existe y existió entre 10s camareros, los
estudio sistemático. Otras aportaciones importantes que tuvieron lugar últi- 111'.\1'11\, los cocheros, Ias prostitutas, Ios funcionarios poco honrados, los sol-
mamente tienen una relación directa con una parte u otra del análisis estruc- .I." 1"". los nobles, los cruzados, los jugadores y los mendigos. Puede decirse
tural y funcional de Ia anomia expuesto en el trabajo precedente. ·1'" 1111'("(II nún a toda c1ase de hom bres en todos los tiempos y en todos los
11,11.,··, di' Ia tierra, dondequiera que existió su posíbilidad objetiva." 14
I'no 10 que hace a Ia cultura norteamericana relativamente distinta a
EL TEMA DEL ÉXITO EN LA CULTURA NORTEAMERICANA • '.1. I"',pccto, Y 10 que se tomó como fundamental para el análisis de este caso
111,I ':IJlÍllll0 anterior, es que ésta es "una sociedad que premia a Ia opulen-
Se recordará que examinamos Ia importancia concedida aI êxito monetario , LI " «uomica y e1 ascenso social para todos sus individuos". Como pintó ad-
como un tema dominante en Ia cultura norteamericana, y rastreamos Ias ten- 1I111.d,II·lllcIJteesta creencia cultural un manual de1 êxito de fines del siglo XIX:
siones que impone diferencialmente a Ios individuos situados en posiciones "',1 «.unino a Ia fortuna, como los caminos públicos, está abierto 10 mismo
diferentes en la estructura social. No quería eso decir, naturalmente -y se IJ,lI,I ,I hijo de! mendigo que para e1 descendiente de reyes. Todos tienen que
indicó repetidas veces-, que Ia fisión entre Ias metas culturales y los medios 1';If'.11Jlt"ajc, pero todos tienen c1erechos, y 10 único que nos compete es apro-
institucionalmente legítimos proceda s610 de esta importancia extrema dada \I , 1I.IIIIm de ellos." 1ij El carácter distintivo de esta teoría cultural es doble:
a Ia meta. La teoría dice que toda importancia extrema dada al êxito -ya • 111IIIIIIlTlugar, e1 esfuerzo por a1canzar e! êxito no es cuestión de individuos
sea éste Ia productívidad científica, Ia acumulación de riqueza personal o, '1"1 /)u/ casualidad tienen impulsos adquisitivos, enraizados en la naturaleza
con un pequeno esfuerzo de Ia imaginación, Ias conquistas de un Don Juan- 1111111.111:1, sino que es una expectativa socialmente definida; y en segundo lugar,
atenuará Ia conformidad con Ias normas institucionales que gobiernan la • '..1 ''.jledativa norrnada se considera apropiada para todos, aparte de su
conducta dirigida a conseguir Ia forma particular de "êxito", en especial entre .11< I i<" inicial o de su situaci6n en Ia vida. Desde luego, no se trata de que
quienes resultan socialmente perjudicados en Ia carrera de Ia competencia. " '''1:111 concretamente a todos los individuos de Ia sociedad los mismos ni-
Es e! conflicto entre Ias metas culturales y Ia posibí1idad de emplear medios \' I•... de éxito; Ia naturaleza y extensión de este movirniento ascensional eu
institucionales -sea cual fuese el carácter de Ias metas- 10 que produce Ia 1i ,'" ,11:1cconómica pueden ser definidas de rnanera diferente en los distintos
tendencia hacia Ia anemia." ,·.II.IIm sociales. Pero Ias orientaciones culturales predominantes dan gran
El objetivo deI êxito monetario fue escogido para un análisis ilustrativo 1I111"IILl1lciaa esta forma de êxito y encuentran apropiado que todos luchen
en e! supuesto de que estaba, en particular, firmemente atrincherado en Ia 1"11.rkanzarlo. (Como veremos en seguida, esto está muy lejos de Ia proposi-
cultura norteamericana. Una colección de estudios sobre historia y sobre so- , 11111 .rupirica según Ia cual Ia misma proporción de individuos de todas Ias
ciología histórica ha dado en fecha reciente fuerte apoyo a ese supuesto tan ,1.1",•... sociales aceptan de hecho este criterio cultural y 10 asimilan a su es-
ampliamente sustentado. En su detallada monografía sobre el evangelio nor- 11111 1111:1 pcrsonal de valores.) Se trata unicamente de que en e! púlpito y en
teamericano del êxito económico mediante Ia ayuda de sí mismo -el motivo 1.1I'i t"lIsa, cn Ia novela y en el cine, en el curso de Ia educación formal y de Ia
deI logro-i- Irvin Gordon Wyllie demostró que, aunque eI "êxito" ha sido, ',1111."iz.rción informal, en Ias diferentes declaraciones públicas y privadas que
desde luego, definido de diferentes maneras en Ia cultura norteamericana (y ,,11.1111Ia atención de los norteamericanos, hay un acento relativamente fuerte
diversamente entre los diferentes estratos sociales), ninguna otra definici6n ',111>1(' LI ohligación moral y sobre Ia posibilidad de hecho de luchar por el
"goza de favor tan universalmente en los Estados Unidos como Ia que iguala , \1111monetário y de conseguirlo.
e! êxito en hacer dinero" .13 (:O1ll0 demuestra Wvllie, conferencias estimuladoras en 1iceos, asocia-
Este fuerte acento sobre el êxito financiero no es, desde luego, peculiar , ,"111"\de bibliotecas mercantiles, colegios universitarios de negocios y una
de los norteamericanos. Es aún muy oportuna Ia observación analítica y per- 1I1111H'IOSa biblioteca de manuales de1 êxito, propagan insistentemente este
I, 11:'1I 123 ss.). Esto está más documentado aún por 10 que equivale a una
11 Para Ia lógica general de esta clase de análísis véase Ia sección sobre "índices estadísticos '.'111"de .málisis contenido de novelas muy leídas, de manuales editados una V
de estructura social", de este volumen, y The Language of Social Rcearch, por Paul F. Lazarsfeld 1111.,Il'Z, que se usan en Ias escue1as primarias ele todo el país, y de valores
y Morris Rosenberg (Glencoe, The Free Press, 1955).
]2 W. J. H. Spratt expresó esta con cnvidiable cJaridad en Ias conferencias Josiah Mason pro· "·.tI 1I111~Ic1os en Ia necrologias de algunos de los hornbres de negocios más
nunciadas cn Ia Uuiversity de Birmingham. Scicncc and Social Action (Londres, Watts and Co.,
1954),113. " !'!te Protestant Ethic anel tbe Spirit of Capitalism, por Max Weber (Nueva York, Charles
18 The Self·\laelc Man in Amcríca, por Irvin Gordon Wvllie (New Brunswick, Rutgcrs Uni- '""1,,,,"\; Sons, 1930), 17.
versity Prcss, 1954), 3·4 V en todo el libra. I. \\/11 \Vho \Vill, por A. C. McCurdy (Filadelfia, 1872), 19, citado por 'Wyllie, op. cit., 22.
176 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 177

famosos de 10s Estados Unidos. Kenneth S. Lynn rastrea el tema "de Ios hara- '11" d(' se compaginaba con el tema de: a Ia riqueza por Ia virtud. Sus hallaz-
pos a Ia riqueza" en Ias novelas de Teodoro Dreiser, Jack London, David r."" 110nau deI todo nuevos, porque Ios escépticos habían sospechado hacía
Graham Phillíps, Frank Norris y Robert Herrick. Richard D. Mosier 16 de- 11111\'110 liempo que en hacer dinero intervenía alguna otra cosa que Ia virtud.
muestra Ia persistencia del mismo tema en Ia serie al parecer interminable de I,•• IIlleVO íue Ia documentación, Ia prueba concreta de que los grandes mag-
libros de McGuffey. Y en The Reputation of the Amerícan Businessman 17 11.11,";('1":111 grandes ladrones, individuos que se abrían camino corrompiendo
Sigmund Diamond analiza una gran colección de necrologias, esos depósitos 1'1',1·,1;,1 mas, apropiándose recursos, organizando monopólios y apIastando a
de sentimicnto moral, publicadas a Ia muerte de Stephen Círad, John [acob I••.. 'c »upctídores"."
Astor, Cornelius Vanderbilt, J. P. Morgan, John D. Rockefeller y Henry Ii.slos estudios recientes confirman, pues, 10 que había sido observado
Forcl, y descubre eI tema de que mientras un indivíduo "tenga Ias cualídades 11111(". ('OU frecuencia: que una importancia cultural extrema de Ia meta del
requcridas el éxito será suyo en cualquier momento, en cualquíer lugar y en ,,,10 .ucnúa Ia conformidad con Ias métodos institucionalmente prescritos de
cualesq uiera circunstancias". 011,111/':11" hacía dicha meta. La palabra "arnbición" llega a aproxímarse aI sen-
Este tema cultural no sóIo dice que el éxito monetario es posible para IltI" de sus orígenes etimológicos: "andar alrededor", y no sóIo en Ia forma
todos, independientemente de su situación, y que luchar por él es incumben- 1";1(1j('ac1a por los pequenos políticos de Ia antigua Roma que soIicitaban
cia de todos,' sino, de vez en cuando, que Ias aparentes desventajas de Ia po- \".1<.'; C1I sus "distritos" y empleaban toda clase de medios para tenerlos, De
breza son en realidad ventajosas, porque, como dice Henry Ward Beecher, cs '''.1.1 1I1:IIICraes como Ia meta culturalmente establecida llega a santificar to-
"el duro pero bondadoso corazón de Ia Pobreza quien les dice 'jTrabaja!', y el ei •• ·, IIJSmedios que le permiten a uno alcanzarla. Esto es 10 que significó en
trabajo les hace hombres'U" d ('IIS:'YOanterior el proceso de "desrnoralización", en el que Ias normas son
Esto lleva de un modo natural al tema secundario de que eI éxito o el tI''''llIij:,das de su poder para regular Ia conducta y aparece el ingrediente "au-
fracaso son resultados exclusivos de cualídades personales. de que el que fra- '."/(':1 de norma" de Ia anemia.
casa tiene toda Ia culpa, porque el coroIario del concepto del hombre que I'cro este proceso que conduce a Ia anornia no tiene por quê desarrollarse
se hace a sí mismo es el hombre que se deshace a sí mismo. En Ia medida '''" 1111pec1imento. En circunstancias que aún hay que identificar, pueden
en que esta definición cultural es asimilada por Ios que no han triunfado, el PI,"II1('irsc tendencias compensadoras. En cierta medida) a juzgar por Ia his-
fracaso representa una doble derrota: Ia derrota explícita de quedarse atrás I, "1:1, pucde haber ocurrido esto en Ia sociedac1 norteamericana, La impor-
en Ia carrera por el éxito, y Ia derrota implícita de no tener los talentos ni Ia 1.1I1('i:,cultural del éxito al alcance de todos se limitó, en parte, quizás, en
fibra moral necesarios para el éxíto. Sea cuaI fuese Ia verdad o Ia falsedad '("'(lllcsta al conocimiento cada vez mayor de Ia verdadera estructura de opor-
r unidades, y en parte en respuesta a Ias consecuencias desmoralizac1oras, obser-
objetiva de Ia teoría en cada caso particular, y es importante que eso no pueda
descubrirse fácil mente, Ia definición vigente exige un tributo psíquico de Ios \';,<la,';de vez en cuando, deI mismo tema sin limitaciones. Esto quiere decir
que no medran. En este ambiente cultural, y en una proporción importante '111(',annque persiste el tema originario, de vez en cuando es cercado por Iimi-
de casos, Ia amenaza de Ia derrota mueve aIos individuos a usar esas tácticas t.u-ioues que aconsejan rec1ucir Ias aspiraciones. Orison Swett Marden, mísio-
que, más allá de Ia ley o de Ia moral, prometen el "éxito". '1('10 popular del evangelio deI éxito, advierte a sus lectores: "EI hecho es que
EI mandato moral de tener éxito ejerce, pues, una presión para triunfar, 1:, uiayor parte de nosotros no podemos esperar ser ricos un día." Un manual
por procedimientos justos si es posible y por procedimientos sucios si es nece- d'" l-xito, publicado al empezar eI siglo, ofrece una filosofía del consuelo que
sario. Las normas morales siguen, naturalmente, reiterando Ias regIas del tI:1 1IIIa nueva definición deI éxito: "Es exactamente 10 mísmo ser un soldado
juego y pidiendo "juego limpío", aún mientras Ia conducta se aparta de Ia ,.,',0 que el general que manda. No podemos ser todos generales. Si eres un
norma. Pero de vez en cuando hasta Ios manuaIes deI éxito estimulan a 105 luun soldado entre una multitud selecta, y tienes buena reputación, eso es
individuos "a 'entrar y ganar' haciendo uso de todos los médios disponibles txilo cn sí mísmo." Hasta una revista como The American Banker encuentra
para trepar más de prisa que los competidores", como díce el folleto compreu- 1"I\ihlc decir que "sóIo algunos de los que compartimos Ia suerte común están
siblemente anónimo de 1878 titulado Haw to Becotne Rích. Y "en el periodo ,k~1 inados a acumular gran riqueza o Ilegar a posíciones distinguidas. EI nú-
comprendido entre 1880 y 1914 Ios populistas, Ios partidarios deI impuesto IIIl'IO de esas posiciones y Ias posibilidades de tal acumulación no correspon.
único, Ios husmeadores de bajezas y los socialistas, miraban detrás de Ia fa- dC'lI ni corresponderán nunca al número de individuos enérgicos, ambicioso
chada moral de los negocios para examinar Ia práctica. Lo que veían difícil- \' capaces que esperan alcanzarlas. La bibliografía deI éxito aborrece esta
,'( 'l'llac1 amarga" .20
10 The Dream Success, por Kenneth S. Lynn (Boston, Little Brown, 1955); Making the Ame- Pero aunque esas teorías, que se acomodan aIos hechos visibles del caso,
rican Miml, por Ríchard D. Mosier (Nueva York, King's Crown Press, 1945). Véase también
Amerícan Heroes: Myth and Rea1ity, por Marshall W. Fishwick (Washington, D. C., Public Affairs cucuentran expresión teórica y proporcionan una explicación racional deI as-
Prcss, 1')54).
17 Cambridgc, Harvard University Press, 1955. ,11) Wyllie, 84-85, 146.
18 Citado por Wyllic, 22-23. !JO Para estas y otras observacíones análogas, véase Wyl\ie, 1445s.
- --~_ ~-
.. ~--~
178 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 179
censo lento y limitado en Ia jerarquía económica, Wyllie y otros que recien- Hyman inicia sutrabajo observando además que "10 que COll toda evi-
temente estudiaron el tema aseguran que no son más que cosas de importan- (kJlcia se necesita son pruebas empíricas dei grado en que individuos !ÜI
cia secundaria en Ia cultura de Ia época. El tema éxito domina aún en (',,/ratos diferentes valoran Ia meta deI êxito culturalmente prescrita, crccn
medida considerable Ias manifestaciones públicas de Ia cultura norteame- qll(, disponen de oportunidades, y sustentan otros valores que les ayudan () Jc!S
ricana. I r.rban en sus intentos para avanzar hacia dicha meta. Este trabajo cs, pucs,
Pero si Ias declaraciones dirigidas a generaciones de norteamericanos si- d(' un modo preliminar, complementario del análisis teórico de Mcrloll",II»
guen repitiendo el evangelio deI éxito, no se sigue de ello que los norteame- 'I'aiubién aquí, si los datos de que se dispone han de ser apropiadamentc
ricanos de todos los grupos, regiones y estratos sociales hayan asimilado uni- «()lIcctados con Ia hipótesis, hay que limitar el enunciado. Es cierto <jue cl
formemente esa tabla de valores. No hay un pasaje rápido e ininterrumpido .m.ilisis pide pruebas empíricas sobre "el grado en que individuos de estratos
de los valores expresados en Ia cultura popular a los valores por los cuales diferentes" dan importancia a Ia meta êxito; es noto rio que el valor êxito
los individuos viven en realidad. Pero sería igualmente equivocado suponer .iportará poco en cuanto motivación a menos que estén entregados a 61 de
que Ias dos tablas de valores no se relacionan entre sí porque no son idénticas. mnnera significativa. En verdad, los datos de los estudios sobre Ia opinión
Es asunto para investigar no asunto de suposiciones, averiguar hasta qué pública de que dispuso Hyman no distinguen grados de dedicación a Ia metu,
punto han sido asimilados Ios valores examinados. Por esto se dijo en Ia in- ~,i110 que únicamente sefíalan Ia frecuencia relativa con que los indivíduos de
troducción a Ia parte II de este libro que "entre los problemas que requieren I:IS mucstras sacadas de los diferentes estratos sociales expresan algún grado
ulterior investigación [está] eI siguiente: Ia medida en que los norteamerica- dcsconocido de aceptación de Ia meta deI éxito y de 10s valores relacionados
nos de diferentes estratos sociales han asimilado en realidad 10s mismos ('(lll clla. Parece, pues, desde el principio que Ias investigaciones posteriores
objetivos y valores inducidos por Ia cultura ... " (p. 202). Este problema pucdcn dirigirse con provecho al estudio de Ia intensidad y de Ia cxtensión
puede aclararse más examinando investigaciones que se enfocaron sobre él. ('li que esos valores son sustentados por diferentes grupos, estratos sociales y
I( nnunidades,

Así, pues, debemos tomar nota de que Ia hipótesis del capítulo anterior
DIFERENCIALES EN LA ASIMILACIóN DE VALORES DEL ÉxITO u-quiere que una minoría apreciable, no todos ni Ia mayor parte, de 10s mdí-
viduos de estratos inferiores, hayan asimilado el mandato cultural del êxito
En un trabajo reciente, Herbert H. Hyman se dedicó al problema confron- ruonetario, y que presupone Ia asimilación afectivamente significativa de este
tando y analizando de nuevo los datos disponibles en estudios de Ia opinión valor y no Ia mera aquiescencia verbal con él. Estas dos limitacioncs sumi-
pública que se relacionan directa o tangencialmente con Ia distribución de uislran un contexto para localizar Ias implicaciones teóricas de Ias pruebus
10s valores del éxito entre Ios estratos económicos y sociales.ê- Como planteó «mpíricas reunidas en eI afín y compacto trabajo de Hyrnan.
Ia cuestión por primera vez, "es evidente que e1 análisis de Merton supone En general, el despliegue de pruebas que no revisamos aqui COI1 lodo
que Ia meta cultural es interiorizada en realidad por individuos de clase .Ictalle, ya que son de fácil acceso, muestra uniformemente diferencíales eu
baja" (427). En vista de los datos que se ofrecen a continuación, se hace l:ts {noporciones de adultos y de jóvenes de estratos sociales bajos, mcdios
esencial enunciar ese supuesto con mayor claridad limitándolo: e1 análísís v altos que están positivamente orientados hacia el êxito profesional y bucís
supone que algunos individuos de estratos económicos y sociales bajos adop- 10" medios consagrados que ayudan al logro de dicho êxito, Por cjemplo: 1111
tan realmente Ia meta-éxito. Porque, al fin y aI cabo, el análisis sostiene no «sludio nacional de Ia opinión en el decenio de los 1930 encontr6 difercn
que todos o Ia mayoría de los individuos de estratos bajos están sometidos a .ialcs de c1ase en Ia creencia en oportunidades ocupacionales registradus eu
una presión hacia Ia conducta no conformista de los diferentes tipos enume- LI contestación a Ia pregunta: "~Cree usted que hoy cualquier jovcn frugnl,
rados en Ia tipología de Ia adaptación, sino que está expuesto a dicha presión (;ql;]Z y ambicioso tiene oportunidades para medrar en el mundo, ser dueüo
un número mayor de estos que de individuos de estratos elevados. Según Ia IIto su casa y ganar 5 000 dólares al afio?" Entre los "prósperos", cl 53 %, afirllH"
hipótesis que revisamos, Ia conducta divergente es aún el tipo secundario
y Ia conformidad el tipo modal. Por 10 tanto, basta que una minoria consi- ~~ Ibíd. 427-8 (el subrayado es mío). Se han iniciado investigaciones ernpmcas sobre 111íre
derable de Ios estratos inferiores asimile esta meta para que estén diferencial- rurucia relativa del tema deI éxito en grupos sociales diferentes. Para un estudio de c'Nle tipu,
\ '''''I' ""I'he Protestan ethic, levei of aspiration, and social mobility: an empirical tcst", H., \\1, MlIl'k
mente sometidos a esa presión a consecuencia de sus oportunidades hasta I\. J. Murphy Y S. Yellin, en American Sociological Review, 1956, 21, 295·300. Este estudln
cierto punto menores de conseguir êxito monetario. 1I1';IIlI'm,aunque no está dedicado a demostrarlo, que el ethos norteamericano dei éxito pucdc ser
111bastante penetrante para superar Ias diferencias de importancia cultural dada a determinados vs-
21 "The value systems of different classes", por Herbert H. Hyman, en Class, Status, and IlIles y observadas entre protestantes y católicos en Ias Estados Unidos.
Power, dirigido por Bendix y Lipset, 426-442. Pruebas adecuadas sobre Ias aspiraciones y Ias reali- Seg"n otro cstudio, "el mito de Horacio Alger es UIl mito de c1ase media (!l\e se illfi\lm l'lI
zaciones de Ias minorias raciales y religiosas Ias presentan también Gerhart Saenger y Norma S. illl~"Il()S, pero no en todos, 10s individuos de Ia c1ase del hombre cornún". "Educational and OCCUI'II'
Gordon cn "The influence of discrimination on minority group members in its relation to ,ttempts li"",,\ aspirations of 'common man' boys", 'por Joseph A, Kahl, en Harvard Educaríonal Revíew,
to combat discrimination", Toumal of Social Psychology, 1950, 31, 95-120, especialmente Tl3 ss. 1')')),23, 186-203,
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ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 1SI
Ia creencia de que así era, a comparar con el que Hyman califica de "sólo" el
31 % entre "Ias pobres".!!:! Otro estudio nacional halló que el 63 % de pro- • 11"11 () cn general suponen que es cierto en su ambiente inmediato. Futrc 1m
fesionales y de empleados ejecutivos expresaron su creencia en que Ias afios Ila!Jaja(lores negros, particularmente entre los que tienen trabajos de cicrln
futuros ofrecían buenas oportunidades para mejorar de posición, a comparar , alq;orb, todo esto cambia. Cualquiera que sea su estimación de Ias oporlu,
con el 48 % de trabajadores de fábricas; además, el 58 % del primer grupo lIid:lclcs en su ocupación en general, tienden a ser decididamente más pesi-
de empleados mejor situados sostuvo que el trabajar más les produciría una 11I1~,j as al estimar Ias oportunidades en su lugar de trabajo. Lo que part'CCII
mejora, rnientras que el 40 % del segundo grupo de trabajadores manuales Irvrlar estas estadísticas de expectativas ocupacionales es el convencimicnto
consideraba eso como una opinión optimista. I!("n rente entre Ias trabajadores negros de todos los niveles ocupacionales de
AIos datos citados por Hyman pueden afíadirse otros sacados de un •I'IC se les impide un acceso equitativo al mejoramiento.
estudio sociológico de residentes bIancos y negros de una zona de casas bara- , ;\ estas pruebas sobre Ias diferencias de clase y de raza en Ia crcencia <':11
tas.24 Los 500 residentes, en niveles diferentes dentro de Ios estratos más bajos "Jl0rlllllidades ocupacionales, pueden aíiadirse Ias pruebas, citadas por Hymau,
de Ia jerarquía profesional, expusíeron sus estimaciones de Ias oportunidades ',oIHC Ias diferencias de clase en el valor que se da a Ia educación fnnunl
para mejorar, en su ocupación en general y en su lugar de trabajo en par- • "1110 ruedio para ampliar Ias perspectivas de êxito ocupacional. Por ejem-
ticular-" Se presentan tres tipos importantes de estimaciones. Primero, hay 1,10; proporciones bastante mayores de Ias estratos sociales altos que ele los
un tipo de optimismo creciente acerca de Ias probabilidades de "ir adelan- I';IJ'" cxpresan Ia creencia en que se necesita "alguna preparación uuivcrsi-
te" en Ia ocupación en general en cada niveI sucesivamente más alto de esta 1.111:1"para progresar én el mundo"; además, eI 91 % de los indivíduos "prós>
modesta jerarquía de trabajos. Parece como si Ia mera existencia de otros 1"'111\" entrevistados en un estudio nacional, y el 68 % de 10s individuos
individuos en estratos ocupacionaIes inferiores aI de uno apoyase Ia convic- l"olHes", expresaron su preferencia por que sus hijos fuesen al colcgio uui-
ción de que es posible ascender por Ia escala, porque, después de todo, uno 1'I ..iturio a que empezasen a trabajar inmediatamente después de hubcrse
está en un estrato relativamente alto. Entre Ias negros con trabajos de cueIlo i'l.ldll:ltlO en Ia escuela superior; por otra parte, el 74 % de una 111IH.'slra de
blanco o especializados, el 63 % cree que Ias probabilidades de mejoramiento nunh.rchos adolescentes de familias "ricas y prósperas" y eI 42 % de muchn
en su ocupación son buenas o favorables, contra el 44 % de Ias que tenían ,1111',de "Ia clase baja" preferían Ia preparación en el colegio al trabajo dcspués
trabajos semi-especiaIizados y el 31 % de Ios que tenían trabajos no especiali- • I<- l~l;ltlllarse en Ia escuela superior; y finalmente, en esta selccción de 11Ji.
zados o de servicio doméstico. Aunque no tan pronunciado, el mismo tipo IIIIIIICIllSOSdates resumidos por Hyman, el14 % de Ios muchachos de cscuolu
predomina entre Ias b1ancos. ',1'1)("1 ior pertenecientes a familias "pobres" mostraron preíerenciu por 111\1111
Segundo, un tipo muy parecido, aunque con un margen significativa- 11\J" liIIC proporcionara un ingreso alto, aunque con riesgo grande, ("0111 lóI

mente más estrecho de variación, ofrecen Ias estimaciones de probabilidades .1, I '.';, de los pertenecientes a famílias de ejecutivos de negocios () ele prulc
predominantes en su propio lugar de empleo. Cuanto más alto es el nivel '." '11i., 1 :IS.:!U
del trabajo, mayor es Ia proporción que cree que Ias probabilidades de mejora I,:IS pruebas de que se dispone, aunque todavía escasas, prcscut.m ('01\S
en su lugar de trabajo son buenos o favorab1es. Entre los negros, Ias porcen- 1.IIIlclllClltC diferencia.s en las proporciones de 10s diversos estratos sc)("j:llt's
tajes de su optimismo son respectivamente 43, 32 y 27; entre los blancos, I 1 .1'1iZ:'lsde negros y blancos) que afirman Ia creencia culturalmcn te nonuudu
58,47 y 44. , 111:1.~oportunidades para el éxito ocupacional, que aspiran a trabajns hit'1I
Pero el tercer tipo de estimación de oportunidades diferencia definitiva- I'11'.:ld()s aunque llenos de riesgo, y que dan valor a Ia instruccióu SIIfH'Iiol
mente Ias perspectivas de 10s trabajadores negros y de Ios blancos en cuanto '''111111111media ele mejorarniento ocupacíonal. Pero 10 que l Iymuu un :lei
grupos. Los trabajadores blancos tienden a ver poca diferencia entre Ias pers- 111"1 ic'. C1I su colaeión de pruebas, por 10 demás instructiva y útil, cs qll(, cksd('
pectivas en su ocupación en general y ellugar de su trabajo: 10 que consideran ,I 1IIIIdo de vista de Ia hipótesis formulada en el capítulo anterior, I() (/IW ;/11
1'1111<1 /I() son Ias proporciones relativas de Ias diferentes clases S()C;,J/('\ (/"1'
23 Ibid., 437. La creencia en Ias perspectivas realistas de oportunidades para eI progreso pro-
fesional parece estar bastante generalizada entre los trabajadores, por 10 menos hasta hace tan poco
"'/"/"<111 Ia meta cultural deI êxito, sino sus números absolutos. Dccir qlle St'
como el decenio de Ias 1940. Por ejemplo, Roper dice que entre una muestra de trabajadores, el ,1,1111('1,' :1 Ia meta cultural del éxito un porcentaje mayor de los altos cslrul ox
70 por ciento dijo que sus probabilidades de mejorar eran mejores qne Ias que habían tenido sus ',(I, l.t!,·s y económicos, no es decír que 10 haga un número mayor ele cllo«
padres, y el 62 por ciento dijo que sus hijos tendrían mejores probabilidades que c1los. Esta estima.
ción relativa de oportunidades ocupacíonales que implica comparacioncs entre generaciones sucesívas '1"' de indivíduos de clase baja. En realidad, como el número de indivíduos
pucde ser más pertinente, por 10 que respecta a una imagen de Ias comunidades, que Ias estimaciones de: ("II:i1o más alto identificados en 10s estudios es notablcmcntc menor
absolutas para Ia generación a que uno pertenece. V éase "A self portrait of the Amerícan people, 11"' ,I número de 10s de estratos más bajos, ocurre a veces que acatan CSII
1947", por Elmo Roper, en Fortune, 1947, 35, 5-16.
1111'1:1 uiavor número de individuos de clase baja que de clase alta.
24 Patterns of Social Life, por R. K. Merton P. S. West y M. Jahoda, capítulo 3, inédito.
25 Las prcguntas que suscítaron Ias estimaciones fueron éstas: ",Cuáles son Ias probabilidades I'or :1tender de manera casi exclusiva 27 a Ias proporciones relativas de
de que una I'crsona que hace su trabajo progrese si realmente se 10 propone?" "En euanto al lugar
cn que usted trabaja ahora, lcuáles son Ias probabilidades de mejorar?" • ~C1 IIY""'Il,01" cit., 430-34.
~., I [nc-in <:I final de su trabajo Hyman advierte claramente Ia diferencia entre proporclonej
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los diferentes estratos sociales que tienen una u otra orientación en cuanto divergente. Esquemáticamente, esto exigiria datas sobre diferencias social-
a valores -materia que, desde luego, tiene interés por sí misma-s-, Hyman //lente normadas en
no toma en cuenta los hechos más directamente afines con la hipótesis que
1. exposición a Ia meta cultural y a Ias normas que regulan Ia conducta
examina. Porque, como se ha dicho repetidas veces, Ia hipótesis no exige
111icntada hacia esa meta;
que se orienten hacia Ia meta deI éxito mayores proporciones, o ni siquiera 2. aceptación de Ias metas y de Ias normas como mandatos morales y valores
un mayor número, de Ios estratos sociales inferiores, sino sólo que se oriente IIII «riorizados:
así un número itnportante.: Porque 10 que se sostiene es que Ia disyuntiva 3. accesibilidad relativa a Ia meta: 'ocasiones de Ia vida' en Ia estructura de
entre Ias aspiraciones elevadas culturalmente inducidas y Ias obstáculos social- "1)1 .rtunidades;
mente estructurados para Ia reaIización de aquellas aspiraciones es Ia que 4. el grado de discrepancia entre Ia meta aceptada y su accesibilidad;
ejerce una clara presión hacia Ia conducta divergente. Por "número impor- S. eI grado de anemia; y
tante" se entiende, pues, un número suficientemente grande para producii 6. Ias proporciones de conducta divergente de Ias diferentes clases enumera-
una disyuntiva más frecuente de metas y oportunidades entre Ias estratos de I h\ cn Ia típoIogía de Ias modos de adaptacíón.

Ias clases bajas que entre los estratos situados en posiciones más ventajosas
de Ias clases altas. Y aun puede ser, aunque se carece t!2davía de datas empí- No es cosa fácil, desde luego, reunir suficientes datas sobre todos esos
ricos suficientes sobre esto, que esta disyunción sea más frecuente en los es- ICllglones diferentes pero relacionados entre sí. Hasta ahora, los sociólogos
tratos inferiores que en Ias estratos medios, ya que evidentemente un número tuvicron que trabajar con medidas reconocidamente toscas e imperfectas de
mayor de norteamericanos de clase media que adoptan Ia meta del éxito 1;lsi todas Ias variables, empleando el grado de instrucción formal, por ejem-
puede comprender una proporción bastante más pequena de individuos cuyos ,,10, como indicador de acceso a Ias oportunidades. Pero cada vez sucede más
esfuerzos para avanzar hacia dicha meta se ven obstaculizados en forma "11 sociologia que una vez identifica das variables teóricamente estratégicas,
',I' II:lU ideado medidas perfeccionadas de ellas. Hay un juego recíproco cre-
grave.
'Jt'1I te entre Ia teoría, que enuncia el caso para Ia importancia de ciertas
En cualquier caso, el requisito analítico fundamental es diferenciar de
\":11 i.rbles: Ia metodología, que formula Ia lógica de Ia investigación empírica
manera sistemática Ias resultados sobre proporciones relativas y Ios resultados
'pie abarca esas variables; y Ia técnica, que inventa los instrumentos y 105
sobre números absolutos 28 en Ias diferentes clases sociales que aceptan Ia
I'lo('cc1imientos para medir Ias variables. Como hemos visto, últimamente
meta cultural, y reconocer que es Ia frecuencia de Ia disyunción entre Ia meta
:,(' 11:111 hecho comienzos definidos para hallar medidas tanto de los compo-
y el acceso a ella socialmente estructurado 10 que tiene importancia teórica.
1I1'lItCSsubjetivos como de los componentes objetivos de Ia anomia. Quizás
Investigaciones ulteriores tendrán que resolver el difícil problema de obtener
li') cs excesivo suponer que Ias medidas seguirán perfeccionándose, y que se
da tos sistemáticos tanto sobre Ias metas como sobre el acceso norrnado a Ias ("Il("ontrarán algunas quc sean adecuadas de Ias demás variables, en particular
oportunidades, y de analizarlos en conjunto para ver si Ia combinación de medidas perfeccionaclas del aún vagamente utilizado pero importante con-
aspiraciones elevadas y de pocas oportunidades ocurre con frecuencia notable- ('('pto de Ias que Weber llamó "ocasiones de Ia vida" en Ia estructura de opor-
mente diferente en diferentes estratos sociales, grupo y comunidades, y si, a
tuuidades.
su vez, esas diferencias se relacionan con diferentes proporciones de conducta De este modo se hará posible descubrir Ia topografía social de Ia anomia.
Scr:í posible localizar Ias lugares estructurales de Ia sociedad norteamericana
relativas y proporciones absolutas (y números absolutos). Pero 10 hace en reIación con un pro- ,'11que, por ejemplo, llega a su máximo Ia disyunción entre los valores cultu-
blema especial de Ia teoría dei grupo de referencia y no saca Ias implicaciones fundamentales para
Ia hípótesis que examina. Su observación es Ia siguiente: "Mientras que Ias pruebas hasta ahora
i.ilcs que ordenan a Ias gentes aspirar a ciertas metas y Ias posibilidades nor-
presentadas suministran una prueba constante y poderosa de que los individuos de clase baja como 111:I<la5de vivir de acuerdo con tales valores. Tal ínvestigación contrarrestaría
grupo ticncn un sistema de valores que reducc Ias probabilidades de progreso individual, resulta «ualquier tendencia irreflexiva a suponer que Ia sociec1ad norteamericana está
también claro de los datos que hay una proporción considerable dei grupo inferior que no sustenta
esc sistema de valores. [Con referencia a algunos renglones que Hyman registró, esa "proporción nniformemente llena de anomia. Por el contrario, descubriría Ias posiciones
considcruble" representa una mayoría importante.] Análogamente, hay individuos de Ias clases altas ("1\ Ia estructura de Ia sociedad norteamericana que implican Ia mayor difi-
que no muestran Ia tendencia modal de su grupo". Ibid., 441. cultad para que los individuos vivan de acuerdo con Ias exigencias norma-
28 Hay que advertir, por 10 menos de pasada, que Ia necesidad de hacer esta distincíón se
relaciona ampliamente con el análisis de Ia vida social. Aunquc SOB muy importantes por sí mis- I ivas, porque es esto 10 que quiere decirse cuando se afirma que Ia disyuntiva
mas, no debe permitirse que Ias proporciones relativas de Ias individuos de diferentes estratos y ,·"tTC Ias normas aceptadas y Ias oportunidades para una conformídad social-
grupos sociales que muestran actitudes, talentos, riquezas o un tipo de conducta particulares, ecIipsen, mente remunerada con dichas normas "ejerce presión" hacia Ia conducta
como 10 hacen con frecuencia en estudios sociológicos, el hecho igualmente importante de Ias
números absolutos que manifíestan esas dotes en estratos y grupos diferentes. Desde el punto de divergente y produce anomia.
vista de 10s efectos sobre Ia sociedad, 10 que con frecuencia importa son los números absolutos, Así como es oportuno identificar Ias fuentes de diferentes grados de
y no Ias proporciones relativas. Para otro casos de esta mísma consideración general, véase el capí-'
'ulo x de este libro, cn Ia n. 16.
nnornia en diferentes sectores de Ia sociedad, así es oportuno examinar Ias
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ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 185
diferentes adaptaciones a Ia anornia y Ias fuerzas que actúan a favor de un
Adernás, Ia decisión de incluir una amplia diversidad de conductas bnjo
tipo de adaptacíón y no de otro. Numerosos trabajos recientes se reIacionan
con este problema general. I:J rúbrica única de "crimen" o "delincuencia" tiende a nevar al supuesto de
que una sola teoría explicará todo el campo de Ia conducta colocado eu cstu
l"ategorÍa. Esto no está demasiado lejos, en estructura lógica, deI supucsto
ANOMIA Y FORMAS DE CONDUCTA DIVERGENTE
(Ic 1111 Benjamin Rush o de un John Brown de que debe haber una teoria de 111
('11 fcrmedad, y no diferentes teorias de enfermedades: de Ia tuberculosis y ele
Ikt()y~iÓn Ia .irtritis, deI síndrome de Meniere y de Ia sífilis. Así como el clasificar estu
dos y procesos enormemente diversos bajo eI encabezado único de "enfermo
La primera forma de conducta divergente identificada en Ia tipoIogía expuesta dud" lIeva a algunos sistematizadores médicos celosos a creer que su misión
en eI capítulo anterior recibió eI nombre de innovación, y se refiere, como se file crear una teoría única de Ia enfermedad; así, aI parecer, el modismo con
recordará, aI rechazo de Ias prácticas institucionaIes pero conservando Ias :,;II~r:tdo, tanto familiar como científico, de referirse a Ia "delincuencia juve-
metas culturales, Esto parece caracterizar una parte importante de Ia con- 11i!" como si fuera una entidad simple, Ileva a algunos a creer que dcbe haber
ducta divergente a Ia que se ha concedido Ia mayor atención en Ias investiga- 111111 teoria básica de "su" origen. Quizás baste esto para indicar 10 que sig
11 ifica referirse aI crimen o a Ia delincuencia juvenil como un conccpto gcnc
ciones, a saber, Ia que se incluye vagamente en 10s conceptos generales de
i.r] <lHe puedes encontrarse en el camino de Ias formulaciones teóricas dei
"crimen" y "delincuencia". Como Ia Iey porporciona criterios formales de
I ll( iblcma.
esta forma de desviación, es hasta cierto punto visibIe y con facilidad Se con-
vierte en foco de estudio. Por el contrario, otras formas de conducta que Una vez que se ha reconocido que Ia conducta considerada por 10 general
desde el punto de vista sociológico, aunque no legal, se consideran desvia- (01110 criminal o delincuente es, desde el punto de. vista sociológico, complctu.
ciones de Ias normas aceptadas -por ejemplo, Ia que lIamamos "retraimien- mente variada y dispar, se hace evidente que Ia teoría en cuestión no SUpOllC
to" - son menos visibles y reciben menos atención. qllc explique todas Ias formas dichas de conducta divergente; En Sll libro
Algunos estudios han indicado últimamente que los conceptos here- .cusible a Ias teorías, Albert K. Cohen sugiere que este punto de vista CN
dados de "crimen" y "deIincuencia" pueden servir para oscurecer, y no para "altamente plausibIe como explicación deI delito profesional deI adulto y
aclarar, nuestro conocimiento de Ia numerosa variedad de conducta diver- de la delincuencia contra Ia propiedad de algunos ladrones adultos y [uvc
gente a Ia que se refieren. Aubert, por ejempIo, observa que "Ia definición uilrs semiprofesionales. Desgraciadamente -continúa- no explica Ia culidml
110 111ilitaria de Ia subcultura... Si el participante en Ia subcultura dclin
legal de crimen ... quizá representa poco en cornún entre todos los fenô-
menos que abarca eI concepto. Y 10 mismo parece ser cierto deI crimen de (IIClllc cmpIeara meramente medios ilícitos para eI fin de adquirir hiclI('N
cueIlo blanco. Este tipo puede también diferir muchísimo de carácter y pue- (·(·ollómicos, mostraría más respeto para Ios bienes que adquirió así. Adclll~S,
de necesitar explicaciones causaIes completamente diferentes.29 I.i dcstructividad, Ia flexibilidad, eI especial gustillo y eI nrgatívismo tolul
En eI proceso de asignar una palabra como crimen o deIincuencia a un (1111' caracterizan a Ia subcultura delincuente están fuera deI alcance de C1I111
'1/
"

tipo de conducta, se produce una tendencia a atender sobre todo a Ias analo- Il·olÍa".30 "'"
gías -consecuenciales o no- entre Ios casos de conducta com prendidos en
La primera y principal afirmación de Cohen pide asentimicnto y uurccc
xcr repetida. La anterior teoría de Ia anomia está dirigida a explicar algllllHs,
aquella cIase. Formas de conducta sociológicamente diferentes practicadas
II() todas, Ias formas de conducta desviada habitualmente considerada Cli
por menores, pongamos por caso, se denominan con el nombre genérico de
uuna] o dclictiva. La segunda afirmación es importante si resulta verdurleru
"delincuencia juvenil". Esto conlleva frecuentemente Ia suposición de que
y, cn todo caso, tiene el mérito de enfocar Ias investigacioncs futuras sohrt'
una amplia diversidad de conductas, o que Ios individuos que practican una
'iliS implicaciones. Ésta es Ia afirmación de que Ia teoría de Ia estrurturn
forma u otra de conducta, son en teoría de Ia misma c1ase. Pero es dudoso
:i()ciaI y de Ia anomia no explican el carácter "no utilitário" ele gran parle
que Ia conducta deI menor que hurtó a un equipo de béisboI sea, en cuanto
a su significado, análoga a Ia deI menor que periódicamente ataca a indiví- 30 Delinquent Boys, por Albert K. Cohen (Glencoe, The Free Press, 1955), 36. COIIIO n11l1l.
duos de un grupo extraüo. IIó1S de Ias príncípales cuestiones teóricas están siendo examinadas en conexión con el libro de Cnheu,
110 hacemos más que citar los siguientes estudios que tienen relación con el pamdigma da Id
29 "Whíte-collar crime and social structure", por Vilhelm Anbert, en Ameriean fournal of estructura social y Ia anomia como base para analizar Ia conducta criminal y delincuente. "Juvenil"
SocioIogy, 1952, 58, 263-271, en 270; cf. también "The social-cultural environment and anomie", drlinqucncy and American values", por Milton L. Barron, en American SociologicaI Revicw, 1951,
por R. K. Merton, en New Perspectives for Research on fuvenile Deliquency, ed. por Helen L. 16, 208-214; "The conflict of values in delinquency áreas", por Solomon Kobrin, en Arnerlcnu
Wítrner y Ruth Kotinsky (Washington, D. C., Departamento de Sanidad, Educacíón y Bienestar Sflciological Review, 1951, 16, 653-62; "Value conflict in social disorganizatíon", por Rulph 11.
de Ias Estados Unidos, Oficinas de Niüos, 1956), 24-50, que comprende estudios por inelivielups de 'I'urncr, en Sociology and Social Research, 1954, 38, 301-08; The Social Background of Delinquency,
Ia conferencia; "Criminality theories anel behavioral images", por Daníel Glaser, en American 10UI- por W. J. H. Sprott (Universídad de Nottíngham, 1954), resefia de 'John C. Spcncer en Tllc How.rd
nal of Sociology, 1956, 433-43, en 434. lOllfllal, 1955, 9, 163-65; "[uvenile delinquency", por Herrnarm Mannheim, en British 'ollma' "'
Soci"lob'Y, 1956, 7, 147-52; Aubert, op. cit.; Glaser, op. cito
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ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 187
de Ia conducta que tiene lugar en los grupos de delincuencia. Pero al explo-
;1 Ias presiones
culturalmente inducidas, como Ia formulada por Karen
rar más de cerca esta materia, debe recordarse, con fines de claridad teórica,
IIorney, por ejemplo, y una teoría que trata de 10s efectos de Ias reacciones
que esta teoría no sostiene que Ia conducta desviada resultante sea racional-
sumadas, y a veces socialmente organizadas, sobre la estructura notmaiiva
mente calculada y utilitaria. Por el contrario, se centra sobre Ias agudas pre- uiisma.
siones ereadas por Ia diserepaneia entre metas culturalmente inducidas y
oportunidades socialmente estrueturadas. Las reacciones a esas presiones,
El proceeo social quie enlaza Ia anemia y la conducta divergente. El si-
t nar este problema en su apropiado contexto teórico nos exige observar Ia
con Ias consiguientes tensiones sobre los individuos sometidos a ellas, pueden
implicar un grado considerable de frustración y de conducta no racional o .rparicíón y crecimiento de Ia anomia como resultante de procesos sociales
irracionaJ.31 La "destructivídad" con frecuencia ha sido identificada desde eI cn marcha, y no sólo como un estado que por casualidad prevalece.s' Dentro
punto de vista psicológico corno una forma de reacción a Ia frustración con- ele ese contexto, el proceso puede describirse en forma provisional deI modo
tinuada. Así, también, parecería que el "negativismo total" puede interpre- siguiente. Debido a su posición objetivamente desventajosa en el grupo, así
tarse, sin ampliar Ia teoría, para que abarque nuevas variables aâ hoc, como como a Ias diferentes configuraciones de personalidad.ss algunos individuos
un rechazo sostenido de Ias autoridades que son ejemplo de Ia contradicción cstán más sometidos que otros a Ias tensiones que nacen de Ia discrepancia
entre aspiraciones culturales legitimizadas y oportunidades socialmente res- entre metas culturales y accesos efectivos a su realización. En consecuencia,
tringidas. , son más vulnerabIes a Ia conducta divergente. En alguna proporción de
Mas parece ser el caso que Ia "flexibilidad" y el "gustillo" observados en casos, que depende tambíén de Ia estructura de control deI grupo, esas des-
algunos muchachos que practican sus desviaciones apoyadas por eI grupo, viaciones de Ias normas institucionaIes son premiadas socialmente con Ia
no son tenidos directamente en cuenta por Ia teoría de Ia estructura social consecución "exitosa" de Ias metas. Pero esas maneras desviadas de Ilegar
y Ia anomia. Para Ias fuentes de esas propiedades de Ia conducta divergente, a Ias metas tienen lugar dentro de sistemas sociales. En consecuencia, Ia
conducta desviada afecta no sólo a Ios individuos que por primera vez se
tal vez puede acudirse a Ia interacción social entre los divergentes de mentali-
dades semejantes que refuerzan mutuamente sus actitudes y su conducta entregan a ella, sino que afecta tambíén, en alguna medida, a otros individuos
con quienes tíenen relaciones dentro deI sistema.
divergentes, que, en Ia teoría, son resultado de Ia situación más o menos
cornún en que se encuentran. A esta fase del proceso total de Ia conducta Una frecuencia creciente de conducta desviada pero "con buen éxito"
divergente apoyada por Ia pandilla es a Ia que ante todo aplica Cohen su tiende a disminuir y, como potencialidad extrema, a eliminar Ia legitimidad
instructivo análisis, pero, como indica él más adelante en su libra (56), antes
33 Véase "The social and cultural environment and anorníe", por Merton, op. cito
de proceder a analizar los tipos de "soluciones" a Ias dificultades que los 34 Es congruente con Ia teoria que revisamos reconocer que constelaciones familiares caracterís-
"muchachos delincuentes" encuentran en su medio social inmediato, hay ticas pueden favorecer Ia vulnerabilidad a Ias presiones an6micas. Por ejemplo, Franz Alexander
quc explicar Ias diferentes frecuencias con que esas dificultades se presentan. escribe de sus pacientes procedentes "de nortcamericanos de segunda generaci6n, individuos de {a-
milias inmigrantes, y... de un grupo minoritario racial, "que eI papel dei padre consiste mucho
l'~n esta parte de su análisis, Cohen examina, en realidad, Ias fuentes sociales en imbuir ai hijo el interés irnpulsor por el éxito. Como él díce, "un resultado cornún es que el
y culturales de Ias presiones de un modo muy parecido al que nosotros utili- hijo, usurpando el lugar deI padre en el afecto de Ia madre, así como en muchos respectos mate-
riales, concibe ambiciones enormes. Qlliere justificar todas Ias esperanzas y sacrificios de Ia madre
zamos. Su cabal análisis sociológico hace progresar considerablemente nues-
y calmar así su conciencia culpable en relación con el padre. Sólo hay un modo de realizar ese
Iro conocimiento de ciertas formas de conducta desviada que sue1e encon- fino Necesita tener êxito, cueste 10 que cueste. En Ia jerarquia de valores, eI éxito Ilega a ser el
trarsc en los grupos delincuentes, y 10 hace ampliando el tipo de teoría estruc- valor supremo, eclipsando a todos los dernás, y eI fracaso se hace equivalente de pecado ... En con-
secuencía, todos los demás vícios, tales como Ia insinceridad en las relaciones humanas, Ia deslealtad
Imal y funcional que ahora revisamos.
en Ia compctencia, Ia infideIidad, Ia desconsideraci6n para todos Ias demás, no parecen nada, relati-
AI examinar Ia subcultura delincuente, Cohen está, desde luego, en una vamente; y así aparece el formidable fen6meno dei medrador inmisericorde, obsesionado por Ia idea
li lil'; I de continuidad directa con los estudios anteriores de Shaw, McKay y, única deI mecho personal, caricatura dei hombre que se hace a si mismo, una amenaza para Ia civilí-
zaci6n occidcntal, cuyos principios reduce a un absurdo". "Educative influence of personality factors
pa ri iculnnuente, Thrasher.s- Pero observa que esos estudios se interesaron in the environment", por Franz Alexander, reimpreso en Personality in Nature, Society, and Gulture,
xoluc loclo por el problema de cómo se trasmite aIos jóvenes Ia subcu1tura ed. por Clyclc Kluckhohn, Enry A. Murray y David M. Schenider (Nueva York, A. A. Knopf, 1953,
2~ ed.), 4321-435, en 431.33.
ele Ia dcliucuencia, y que eI problema correlativo, al cuaI él se dirige, concierne
Este all;Ílisis esencialmente psicológico de Ia forrnación de objetivos ilimitados y en canse-
nl ori~C'1/ de csas normas cuItura1es. Es posibIe distinguir, en forma muy cueneia dcstmctores de Ias normas, puede ponersc en relaci6n con un análisis socíológíco, si ha de
Jlíll(·('id;l. entre una teoría que trata sólo de Ias reacciones de los indivíduos haeerce justicia aios hechos dei caso. Porque aun cuando esos impulsos hacia el éxíto pueden
desarrollnrsc de IlIICVOy más o menos independientemente en cada una de Ia famílias descritas, Ia
111 1-:" 'li corncntario sobre este punto, Hermann Mannheim indica que Ia teoria "puede ser conducta divcrgente tiene lugar en un sistema social que enlaza en formas diversas esas normas
IIIl\y 111('11 ('III'''Z de explicar mucho más que Ia forma meramente utilitaria de expresar aspiraciones de conducm diferentemente iniciadas. De este modo, sea cualquiera Ia situación inicial de cada indi-
rfll.lnlflll~", ()I" cit" 149, viduo, lu couducta divergente de los individuos fuera de Ia familia tiende a apoyarse mutuamente
n~ 1':lIlre 1:1.\ mnchas publicaciones bien conocidas de este grupo de sociólogos, véanse Juvenile y a destruir Ias normas consagradas. La anomia se convierte en un fenómeno social, mueho más
n,,/Imlllell('Y IIlItI IIrl>:1n Areas, por Clifford R. Shaw y Henry D. McKay (University of Chicago allá de Ias confines de un agregado de famílias independientes y distintas. Para un análisis relacio-
PrelB. 19"2); 'I'JIC Gang, por Frederic M. Thrasher (University of Chicago Press, 1936), 2~ edici6n. nado COIl csl o, véasc "Ideological momentum and social equilibrium", por Ralph Pieris, en American
Tournal of SO<'iology, 1952, 57, 339-46.
~ --- -~.~-_ .. _.~---.~

ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 189


188 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
Iin de simplificar el problema ... aunque hay, naturalmente, otros objetivos
de Ias normas institucionales para los de más individuos deI sistema. EI pro-
III el conjunto de valores comunes" (p. 157). En relación con Ia concepción
ceso, pues, amplía Ia extensión de Ia anomia dentro deI sistema, de suerte que
general, todas Ias metas culturales que revisten una importancia extrema y
los demás, que no respondían en forma de conducta desviada a Ia anomia
'I!lC de modo insignificante está limitada en Ia cultura de un grupo servirán
relativamente ligera que primero prevalecía, llegan a hacerlo al difundirse e
intensificar Ia anomia. Esto, a su vez, crea una situación anómica más aguda
para atenuar Ia importancia de Ias prácticas institucionalizadas y favorecerán
1:1anemia,
para otros individuos que al principio eran menos vulnerables en el sistema
De Ia misma manera, es necesario repetir que Ia tipología de Ia conducta
social. De esta suerte, Ia anomia y Ias proporciones crecientes de conducta
divergente está lejos de limitarse a Ia conducta que suele describirse como
desviada pueden concebirse como influyéndose mutuamente en un proceso
«r iminal o de1incuente. Desde el punto de vista de Ia sociologia, otras formas
de dinámica social y cultural, con consecuencias cumulativamente destruo-
de desviacíón de Ias normas reguladoras pueden tener poco o nada que ver
toras para Ia estructura normativa, a menos que entren en juego mecanismos
"li I la violación deI derecho vigente en e1 país. La simple identificación de
de controI que 10 contrarresten. Así, pues, en cada caso específico sometido
,tI:~1I1l0Stipos de desviación es en sí misma un problema difícil de teoría
a examen es esencial, como hemos dicho antes, identificar Ias mecanismos de
',I uiológica que se va aclarando progresivamente. Por ejemplo, un claro pro-
controI que "reducen aI mínimo Ias tensiones resultantes de Ias contradic-
:',leso teórico 10 realizó el concepto de Parsons de que Ia enfermedad, en uno
ciones aparentes o reales entre Ias metas culturales y los accesos a ellas social-
mente restringidos" (p. 123). .lI' SlIS principales aspectos, "debe definirse como una forma de conducta
.lI\Trgcnte, y que los elementos de Ia motivación para Ia divergencia que se
"\IJI'csan en el papel de enfermo no ofrecen soIución de continuidad con los
Nuevos supuestos de la teoria I' \ 1ncsados en diversidad de otros canales, incluidos tipos de conformidad
I ornpnlsiva que no se definen socialmente como divergentes" .38
Una sección precedente de este capítulo examina Ias pruebas relativas a for- Como otro ejemplo, Ia condueta que puede llamarse de "super-conformi-
mas de reacción a Ia anornia comprendidas en eI concepto neutro desde los .1:111"o de "super-sumisión" a Ias normas institucionales fue analízada socio-
puntos de vista afectivo y ético de "innovación": el uso de medios institucío- "11~i(,;ll1leI1te como divergente, aunque a primera vista muy bien puede parecer
naImente prohibidos para alcanzar una meta culturalmente valorada. Antes 'II!(" represente franca conformidad.ê" Como está destinada a hacerlo ver
de estudiar Ias pruebas relativas a otros tipos importantes de reacción -ritua- , 1.11:11I1Cnte Ia tipología de Ias reacciones a Ia anornia, ésas son clases diferen-
lismo, retraimiento y rebelión- debemos insistir de nuevo en que Ia teoría 1<-', de conducta que, en contraste con su apariencia manifiesta de conformidad
general de Ia estructura social y de Ia anomia no se limita a Ia meta específica '"11 Ias expectativas institucionalizadas, un nuevo análisis sociológico puede
deI êxito monetario y a Ias restricciones sociales del acceso a ella. La teoría uvclar que representan desviaciones de dichas expectativas.
resultó aplicable, por ejemplo, a un caso de investigación científica en que Finalmente, a manera de preámbulo de esta revisión de otros tipos de
colaboraron varias disciplinas, a casos de conducta de declaraciones para Ias , , 111 d neta desviada, debe advertirse una vez más que, desde el punto de vista
masas.ê" a un caso de desviaciones de Ia ortodoxia religiosa,36 y a un caso ri •. I:t sociologia, no todas esas desviaciones de Ias normas dominantes en el
de conformidad con Ias normas sociales y de desviación de Ias mismas en ",IIIP() sem por necesidad disfuncionales para Ios valores básicos y para Ia adap-
una prisión militar.ê? casos que, por 10 menos superficialmente, parecerian lilcil'lIl del grupo. Correlativamente, Ia adhesión estricta e incondicional a
tener poco en común, y ese poco con seguridad no era Ia meta predominante 11I,l:isIas normas dominantes será funcional únicamente en un grupo que no
del êxito monetario. Como se dijo en Ia exposición inicial de Ia teoría, "se 1\1',1i{1 nunca: un grupo del todo estático e inmutable en un ambiente social
tomó el éxito monetario como el objetivo cultural más importante" sólo "a \ 1'1til mal a su vez estático e inmutable. Algún grado (desconocido) de des-
11.111<'111 ele Ias normas vigentes probablemente es funcional para Ios objetivos
35 "Some barriers to teamwork in social research", por Warren G. Bennis, en Social Problerns,
19%, 3, 223-35; "Croup reIations as a variable in communications research", por Matilda White ItrI"il'OSde todos los grupos. Por ejemplo, cierto grado de "innovacíón" puede
Hiky y Sarnuel H. Flowerman, en Arnerican Sociological Review, 1951, 16, 174-80; The Social ,1.0 (H'r resultado Ia formación de nuevas normas institucionalizadas de con-
,,,l<I l'sychological Setting of Cornmunications Behavior, por Leonard I. Pearlin (Columbia Univer-
,lIl1'la más adaptativas que Ias antiguas para favorecer Ia realización de obje-
,\lI\"tcsis doctoral en sociologia inédita, 1957). Pearlin encuentra fuertes tendencias a usar Ia tele-
\ ",'{,II corno un "escape" entre los individuos que están fuertemente impulsados a conseguir movi. 11\'lIsprimarios.
1101,,01 social y que al mismo tiempo están colocados en una ocupación que no permite satisfacer con Adcmás, sería una opinión miope y un juicio ético disimulado suponer
1",II"llId esc impulso. Una de Ias principales conclusiones de este estudio empírico cs que "Ia
t"'I"I'",i(," está firmemente asentada como instrumento por el cual Ias gentes pueden huir de los
qll(" (;1 c-onducta divergente disfuncionaI para los valores vigentes del grupo
"""11,1'1,,, y Ias tensiones que tienen su etiología en el sistema social". t".I:llllhitn éticamente deficiente. Porque, como tuvimos ocasión frecuente de
1111 "l icviation and social change in the Jewish community of a small Polish town", por Celia
SI0i'"id" Roscnthal, en Arnerican 'oumal of Sociology, 1954, 60, 177-8l.
11M
TI ••. Social System, de Parsons, 476.77, y todo el capítulo X.
:1'1TIl<' Cnlturc of a Military Prison: A Case Study of Anomie, por Richard Cloward (Clencoe, 1111
Tudo esto se estudia también en Ia sección siguiente, dedicada al tipo retraidista de reac-
Til" li" 'r ' 1'",,,,. de publicaeión inminente); y cl resumen parcial que de este estudio hizo el mismó ,h'lI! 11 li! .momia.
ClmvlIl""" I" obra citada de Witmer y Kotinsky, 80-91.
190 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 191
sefialar en este libro, el concepto de disfunción social no es un sustituto viada que los demás. Pero, a consecuencia de los mecanismos sociales com-
de última hora de "inmoralidad" o de "práctica antiética". Un tipo particu- pensadores, ni aun Ia mayor parte de dichas posiciones inducen tipicamente
lar de conducta que se aparta de Ias normas dominantes en el grupo puede :1 Ia dcsviación; Ia conformidad tiende a seguir siendo Ia reacción habitual.
ser disfuncional al disminuir Ia estabilidad del grupo o al reducir sus perspec- ":lItrc los mecanismos compensadores, corno se indicó en el capítulo anterior,
tivas de realizar Ias metas y Ias valores. Pero, juzgado de acuerdo con otra csLí cl acceso a "otros objetivos en el almacén de valores com unes ... ' En Ia
tabla de normas éticas, pueden ser Ias normas del grupo Ias defectuosas, no medida enque Ia estructura cultural atribuye prestigio a esas carreras y Ia es-
el innovador que Ias rechaza. Esto fue dicho con penetraci6n y elocuencia I ructura social permite el acceso a ellas, el sistema está un tanto estabilizado.
características por uno de los hombres verdaderamente grandes de nuestro I .os divergentes potenciales aun pueden mostrarse conformes con esos con-
tiempo: [untos auxiliares de valores" (p. 157). Se ha empezado a investigar Ia acción
(Ic csos otros objetivos corno frenos de Ia conducta divergente.st
En Ia tribu primitiva cada clase tiene sefialada su Moira o cuota, su Ergon o Resumiendo, pues, resulta evidente que: 1) Ia teoría que revisamos trata
función, y Ias cosas van bien si cada clase y cada individuo cumple su Moira y rea- d(' objetivos de diferentes clases culturalmente destacados y no sólo deI obje-
liza su Ergon y no Ias infringe ni invade Ias de otros. En Ienguaje moderno, cada I i\'o del êxito monetario que examinamos a título de ejemplo; 2) que distin-
uno tiene su servicio social que realizar y sus consiguientes derechos. Es Ia antigua 1'.11(; formas de conducta desviada que pueden estar muy a1ejadas de Ias que
Temis [eI derecho o Ia justicia personificados, Ias cosas que "se hacen"]; pero una
I «presentan violaciones de Ia ley; 3) que Ia conducta divergente no es por
Temis enormemente ampliada por Ia imaginación y revestida de carácter más posi-
tivo. Una Temis por Ia que podéis ser llamados no meramente a morir por vues- nccesidad disfuncional para el funcionamiento eficaz y el desarrollo del grupo;
tra patria -Ias Ieyes tribales más antiguas implicaban esc--, sino a morir por Ia '1) que los conceptos de desviación social y de disfunci6n social no albergan
verdad, o, como 10 expone en un maravilloso pasaje deI libra segundo, a desafiar 111cmisas éticas ocultas; y 5) que otras metas culturales suministran una base
todo el derecho tradicional de vuestra sociedad por amor aI verdadero derecho que p.na estabilizar Ias sistemas social y cultural.
ella abandonó u olvidá. Nadie que Ia haya leído puede olvidar fácilmente Ia des-
cripción del hombre justo en una socíedad mala o equivocada, cómo es azotado y
Bitualiemo
cegado y finalmente empalado o crucificado por Ia sociedad que no 10 comprende,
porque él es justo y parece 10 contrario, y cómo después de todo es mejor para él
sufrir así que seguir a Ia multitud en hacer e1 ma1.40 Tal como está situado en Ia tipología, el ritualismo es un tipo de reacción
('11 Ia que se abandonan aspiraciones cultu~lmente definidas mientras "se
No habría necesidad de repetir todo esta si no fuera por Ia suposicíón sigllcn acatando en forma casi compulsiva Ias normas institucionales". Corno
ocasional y, a 10 que parece, cada vez más frecuente, de que conducta desviada se dijo aI exponer este concepto, "tiene algo de argucia terminol6gica pre-
necesariamente equivale a disfunci6n social, y disfuncíón social, a su vez, 1:lllltar si esto representa 'de verdad una conducta desviada'. Puesto que Ia
a violaci6n de un código ético. Es probable que en Ia historia de toda sociedad .ulaptación es cn realidad una decisi6n interna, y puesto que Ia conducta
algunos de los héroes de su cultura fueron considerados heroicos precisamente ír.mca está permitida institucionalmente, aunque no es culturalmente prefe-
porque tuvieron el valor y Ia visión de apartarse de Ias normas que dominaban rida, no se cree por 10 general que represente un 'problema social'. Los amigos
en el grupo. Como todos sabemos, el rebelde, e1 revolucionario, eI no confor-
41 Véase el trabajo de inminente publicaci6n titulado "Biographies of popular Negro 'heros' ",
mista, el individualista, eI hereje o el renegado de una época pasada, es con por Ruth B. Granick. Siguiendo Ias procedimientos creados por Leo Lowenthal en su estudio de
frecuencia el héroe de Ia cultura de hoy. 1>'"/:n1fíaspopulares, Granick analiz6 Ia composioíón social de "héroes negros" en dos revistas ilustra-
También debe decirse una vez más, ya que tan fácilmente se olvida, que da. populares destinadas primordialmente a lectores negros, dentro deI contexto proporcionado por
lu tcoría de Ia conducta divergente que aquí revisamos. La autora encuentra diferentes caminos
el centrar esta teoría sobre Ias fuentes culturales y estructurales de Ia conducta I,"da cl éxito en el mundo de pasatiempos de negros y blancos, aunque Ias situaciones sociales apa-
divergente no implica que esa conducta sea Ia respuesta característica, por no ",,,temcnte valoradas parecen ser casi Ias mismas para Ias dos subgrupos. Lo más interesante es
dccir exclusiva, a Ias presiones que hemos venido examinando. Éste es un es- 011resultado provisional de que al acceso a diferentes metas de éxíto proporciona amplio espacio para
I" conducta conformista y no para Ia divergente. El conocido estudio de Lowenthal es "Biographíes
tudio de proporciones y tipos diferentes de conducta divergente, no una 'li popular magazines", en Radio Research, 1942-1943, ed. por F. Lazarsfeld y F. N. Stanton (Nue-
gnlcralización empírica al efecto de que todos los individuos sometidos a esas \'d York, Duell, Sloan and Pearce, 1944).
También se ha seüalado que los tipos de conducta de consumo -por ejemplo, el paso de estilos
pu-siones reaccionan con Ia desviaci6n. vLa teoría sólo dice que es más pro- I' ele modas en el sistema de estratificación- sirven Ia funcíón latente de hacer agradable el sistema
bublc que los individuos situados en lugares de Ia estructura social que están 111111 para los que no suben notoriamente dentro de él. Véase: "'Fashion' in wornen's clothes and
pllll icularmente expuestos a dichas presíones presenten una conducta des- l hc American social system", por Bernard Barber y Lyle S. Lobel, en Social Forces, 1952, 31, 124-
I 3l, y un trabajo correlativo de Lloyd A. Fallers titulado "A note on the 'trickle effect''', en
"",,/ic Opiuion Quarterly, 1954, 18, 314-21.
.U (;,-cek Studies, de Gilbert Murray (Oxford, Clarendon Press, 1946), 75. La alusi6n es al Para observaciones pertinentes sobre símbolos diferencíales de éxito que sirven para mitigar
de La República de Platón; es una sutil cuestión de juicio si Ia formulación original
líluu ',1'1:1111<10 L, xcnsación de fracas o personal, véase Paths of Loneliness, por Margaret M. Wood (Nueva York,
d_ "lijl(111 h.rce justicia a Ia paráfrasis de Gilbert Murray. Cnlumbía University Press, 1953), 212 ss.
192 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 193
íntimos de los indivíduos que hacen esta adaptación pueden formular juicios porcionada a Ia conformidad. EI psícobíólogo Howard S. Liddell reprodujo,
en relación con Ias preferencias culturales que prevalecen y 'sentirse preocu- ('11efecto, Ias dos condiciones en una serie de experimentos.w Como uno en-
pados por ellos', pueden, en un caso individual, pensar que 'el viejo Jones está Ire muchos ejernplos,
realmente en celo'. Ya se describe esto como conducta desviada o no, es
indudable que representa un alejamiento del modelo cultural en que 10s 1111;1cabra ... es traída al laboratorio todos 10s días y sometida a una prueba sen-
individuos están obligados a esforzarse activamente, de preferencia mediante ,dia: cada dos minutos un timbre de telégrafo suena una vez por segundo durante
procedimientos institucionalizados, para avanzar y ascender en Ia jerarquía dil"Z segundos, a 10 que sigue un golpe en una pata delantera. Después de veinte
social" (p. 150). (,Cllllbinaciones de sefíal y golpe Ia cabra vuelve al pasto. No tarda en adquirir un
I De este modo, según se sugirió, Ia aguda ansiedad de posición social en uiv«] satisfactorio de pericia motriz y se adapta bien a este procedimiento de línea
una sociedad que da importancia al motivo del éxito puede inducir a Ia .kmontaje. Pero al cabo de seis o siete semanas e1 observador advierte que se ha
conducta desviada de Ia conformidad o de Ia sumisión excesivas. Por ejem- producído solapadamente un cambio en e1 comportamiento del animal. Viene
.Ii l.iboratorío de buen grado, pero aI entrar manifiesta cierta premeditación afec-
plo, puede encontrarse sumisión excesiva entre Ias "virtuosos burocráticos",
I:ld:1 y sus reacciones condicionadas son muy precisas. Parece procurar "hacer
algunos de Ias cuales "se someten de modo tan extremado precisamente por- 1'\:ll'hmente 10 que hay que hacer". Hace algunos afios nuestro grupo empezó a
que están bajo Ia acción del sentimiento de culpa engendrado por Ia previa 11:111I:1f
'perfeccíonistas' a esos animales... Averiguamos que en e1 laboratorio
inconformidad con Ias reglas".42 Hay aún pocas pruebas sistemáticas sobre ,I,' Puvlov se usaba Ia expresión 'conducta formal' para caracterizar dicha conducta
esta hipótesis particular, aparte de un estudio psícoanalítico de veinte "buró- '11 c-l peno.
cratas" que creían tender a ser "neuróticos compulsivos" .43 Pero ni aun esta
escasa prueba se relaciona directamente con Ia presente teoría, que trata, no Esta parece tener más que una semejanza pasajera con 10 que hemos
de tipos de personoudad, aunque esto es muy importante para otros propó- ,1("\( rito como "el síndrome deI rituaIista social", quien "reacciona a una
sitos, sino de tipos de ejecución del papel en respuesta a situaciones social- ',11uación que parece amenazadora y provoca desconfíanza" "aferrándose todo
mente estructuradas. 1,1Ill:IS estrechamente posible a Ias rutinas seguras y a Ias normas institucío-
De interés más directo es el estudio de Ia conducta de burócratas hecho Il.dcs".46 Y en reaIidad Liddell afiade que "Ia que podemos inferir que es
por Peter M. B1au,44 quien sugiere que Ias casos observados de super-confor- , »uducta análoga en un hombre en circunstancias amenazadoras puede en-
midad "no son debidos al heche de que Ia adhesión ritualista al procedimíen- '"lIlrarse enla descripción que hace Mira de Ia. seis etapas del miedo humano
to vigente de operar se haya convertido en hábito inevitable", y que "el 11.1primera de Ias cuales se describe deI modo signiente] :
ritualismo es consecuencia no tanto de Ia super-identificación con Ias reglas
y Ia habituación a Ias prácticas consagradas como de Ia falta de seguridad Piudencia y moderación: Observado desde afuera, el sujeto parece moderado,
en Ias relaciones sociales importantes dentro de Ia organización". En suma, 11111t!C\I te y modesto. Mediante Ia auto-restricción vo1untaria limita sus preten-
cuando Ia estructura de Ia situación no mitiga Ia ansiedad por Ia posición y .11IIICSY sus ambiciones, y renuncia a todos los placeres que implican riesgo o ex-
I" ,',icióll. En esta etapa el individuo está ya bajo Ia influencia inhibitoris del
Ia ansiedad por Ia capacidad de satisfacer Ias expectativas institucíonalizadas,
'111<'<10. Reacciona e1udiendo profilácticamente Ia situación que se avecina. Intros-
Ias individuos de esas organizaciones reaccionan con excesiva sumisión.
f"',livamente, el sujeto todavía no tiene conciencia de sentir miedo. Por e1 con-
Las situaciones normadas por Ia estructura social que invitan a Ia reac- t i.u io, más bien se siente satisfecho de sí mismo y orgulloso porque se considera
ción ritualista de super-conformidad a Ias expectativas normativas, fueron ,I, ""Ido de mayor perspicacia que los dernás seres humanos.s"
reproducidas en forma experimental y, desde Iuego, sóIo homólogamente,
entre ovejas y cabras. (El lector seguramente resistirá Ia tentaci6n de pensar l':ste retrato caracterológico deI conformista compulsivo que da gracias
que no podían haberse seleccionado para tal propósito animaIes más sim- I 1rios porque no es como 10s demás hombres presenta Ios rasgos esenciaIes
bóIicamente apropiados.)" Se recordará que Ia situación que incita al ritua- .t, 1111tipo de reacción ritualista a situaciones amenazadoras. Es misión de Ia
Iismo implica o Ia frustraci6n repetida de objetivos fuertemente apetecidos I" 11 ía sociológica identificar los procesos estructuraIes y culturales que pro-
o Ia experiencia constante de encontrarse con que Ia recompensa no es pro- .lurcu proporciones elevadas de dichas situaciones de amenaza en ciertos
'" 'li ores de Ia sociedad y proporciones insignificantes en otros, y a ese tipo
42 Página 248, véase también el estudio de Ias "fuentes estructurales de super-conforrnidad" en ,1(' problema es al que se dirige Ia teoría de Ia estructura social y de Ia anomia.
el capítulo VI y del "renegado" y el "convertido" en los capítulos VilI y IX de este libra; y Ia obser- I li' este modo, se produce una unificación de interpretaciones "psicológicas"
vación de Parsons y Bales de que "Ia primera idea importante en esta conexión de poner en rela-
ción sus teorías índependíentemente desarrolladas fue que Ia 'super-conformídad debía definirse como ·1~Cómodamente resumido en "Adaptation 011 the threshold of intelligence", por Howard S.
una desviación". Working Papers de Parsons y otras, 75. /.1""1"11, en Adaptation, dirigida por John Romano (Ithaca, Côrnell University Press, 1949), 55.75.
43 "Psychoanalytic aspects of bureaucracy", por Otto Sperling, en Psychoanalytic Quarter1y, ,li! Capítulo IV de este libra, en 150-1.
1950, 19, 88-100. H I',~ychiatry in War, por Emilio Mira y López (Nueva York, Academia de Medicina, 1943),
44 The Dynamics oi Bureaucracy, por P. M. Blau, capítulo xn, en especial 184-93. , 111"1,,1'''1' Licldell, op. cit., 70.
ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 195
194
y "sociológicas" de normas observadas de conducta, como Ia que representa I\draimiento
el ritualismo
Más datos e ideas oportunos, orientados hacia Ia personalidad y no a Ia 1':1 tipo retraidista consiste en el abandono esencial tanto de los objetivos
ejecución del papel en determinados tipos de situaciones, se encuentran en .nlturales estimados en otro tiempo como de lasprácticas institucionalizadas
10s estudios dedicados a Ia "intolerancia de Ia ambígüedad"." EI hecho de dirigidas hacia esos objetivos. En fecha reciente se han descubierto aproxi-
que en esos estudios no se incorporen de manera sistemática variables y diná- uiaciones a ese tipo entre Ias que se han descrito corno "famílias problema",
micas de Ia estructura social está ampliam ente compensado por su detallada (",to es, Ias familias que no viven de acuerdo con Ias expectativas 110r-
caracterización de los componentes que probabIemente entran en Ias reaccio- ru.ttivas que prevalecen en su ambiente socíal.w Más pruebas empiricus
nes ritualistas a situaciones normadas y no sólo en Ia estructura de Ia perso- I lc este modo de reacción se encuentran entre trabajadores que llegan a
nalidad rígida. Como se dice en un rápido inventario reciente, entre 10s 1111estado de pasividad psíquica en respuesta a cierta medida perceptible <1e
componentes de Ia intolerancia de Ia ambigüedad se cuentan: "preferencia :IIIOInia.51
indebida por Ia simetría, Ia familiaridad, Ia precisión y Ia regularidad; ten- Pero, en general, el retraimiento parece presentarse como reacción a Ia
dencia a soluciones blanco-negro, a Ia dicotomización excesivamente simpli- .momia aguda, que implica una ruptura brusca de Ia estructura uonuativ.i
ficada, a soluciones uno-u-otro sin limitaciones ni distingos, aI cierre o termi- luuiliar y aceptada y de Ias relaciones sociales establecidas, particulunncnte
nación prematuro, a Ia perseverancia y el cliché; tendencia a una forma exce-
I 11;IIIc1o les parece aIos individuos sometidos a ella que Ia situacíón se prolon
sivamente "buena" (esto es, a Ia excesiva Prãgnana. de organización de Ia
1',:II:íindefinidamente. Como advirtió Durkheim con penetración ca mclcrls
Ges.talt), conseguida bien por glo balización difusa o por Ia importancia exce-
II<:I,:':.!esas rupturas pueden encontrarse en Ia "anemia de prospcrid.nl", ('11:111
sida dada al detalle concreto; división en compartimentos, Iimitación del
.I" LI Fortuna sonríe y muchos individuos experimentan una asccusión rud i
estímulo; evitación de Ia incertidumbre mediante Ia reducción de los signifi-
I ,11 desde su acostumbrada posición, y no sólo en Ia "anornia de dcprcsióu",
cados, Ia inaccesibilidad de Ia experiencia, Ia repetición mecânica de series, o
, u.mclo Ia Fortuna frunce el ceüo y parece irse para siempre. UII estado
mediante un azar segmentario y una absoIutización de 10s aspectos de Ia
.11111/11ico muy parecido prevalece COIl frecuencia en situaciones normadus que
realidad que se han conservado't."
La significación esencial de cada uno de los componentes no puede
:,11"The problem family: a sociological approach", por W. Baldamus y Nocl Timms, ('11lId.II"II
dejarse ver en esa lista compacta; los detaUes se exponen en numerosas publi-
"""",,[ "r Sociology, 1955, 6, 318-327. Los autores concluyen diciendo que "aunquc I", 1"'111" ;11
caciones. Pero 10 que es evidente, aun por esa lista, es que el concepto de .I" ,<lII:d,', de estructura de Ia personalidad parecen tener efectos más poderosos, .. de )" 1)'11' Nr
intolerancia de Ia ambigüedad se refiere a "un exceso" de clases determinadas , I'" ,110:1,cl tcstimonio de creencia y orientaciones divergentes como determinantcs iJl(kl'rlllllrlll"l
I, ,,, ,1111'para justificar una invcstigación más completa sobre Ia naturalcza e importami« d" 1'~lr
de percepción, actitudes y conducta (como 10 indican expresiones corno "pre- f" I", A,i pareció que, con ciertas limitaciones, los casos más extremos de desorgnniz.u-ióu I' 1111'11
ferencia indebida", "excesivamente simplificada", "sin limitaciones", "impor- , ,I' " "11 Ias íamilias problema se acercan a una situación de retrairniento ... : se renuncia de 1ir .1",
tancia excesiva", etc.). Pero Ias normas con arreglo a Ias cuales se consideran ,I I, ,,,"lllflllielad con los valores consagrados especialmente respecto de norma, de ('()lIdllt'l,," 1'111
I,,, I,,·. I",: indicios, parece sefíalarse el retraimiento entre 105 individuos deI estrato social 1111101111111,
"excesivas" esas cosas, no tienen por quê limitarse a Ias normas estadísticas ""',, I" lluuaron W. Lloyd Wamer y Paul S. Lunt en The Social Life of a MorTem (;0111111111111)'
observadas en un conjunto de personalidades sometidas a observación, ni a ," 11'1'1'11,Yale University Press, 1941).
Ias normas de "adecuación funcional" establecidas teniendo en cuenta aIos 101 :\lItoll1obile Workers and the American Drearn, por Ely Chinoy (Nucva York, Illlllhleduy
,,"01 I ""'1':lI1y, 1955); Y véase sobre este punto Ia reseüa del libro hecha por Paul MI':IlI"wN 1'11
individuos en serie haciendo abstracción de sus ambientes sociales. Las nor- I"" "'.'" SociologicaI Review, 1955,20,624.
mas pueden derivarse también de expectativas normativas estandarizadas que I "li", advertimos al exponer por primera vez 105 tipos de adaptación, éstos se rdil'I('1I "" I~
prevalecen en diferentes grupos de manera que Ia conducta que, de acuerdo ",,,,1,,, 1., dei papel. .. no a Ia personalidad''. De ahí no se sigue, naturalmente, que Ias n<llll'llI' illll'"
I" "" ",.., r-u fiiadas durante todo eI ciclo vital de los individuos; por cl contrario, huv 11Ig;1I}l1I1"
con Ia primera serie de normas, puede considerarse corno "rigidez psicológica I", 1"',,, nun'x sistemáticas de los tipos de secuencias de papeIes que se produccn eu dcll'llllilllld!l'
excesiva", puede, a veces, de acuerdo con Ia segunda serie de normas, consi- • ", ",,'.1.""'1:1'. Por ejemplo, al impulso conformista pueele seguir una adaptaci6n rituulislu, Y li 6111
derarse como conformidad social adaptatíva. Esto sólo quiere decir que, aun- ., '" \': ,,1 «+raimicnto; otros tipos de secuencia ele papeles pueelen también ser <lcsl'III"I',I",. I'IIlII
"" ,',1"<1,,, ml crcsante que empieza a tratar Ias secuencias de adaptación al papel, V{"!SI.'··I.{,l'eI, "I
que probablemente hay un enlace entre el concepto de personalidades exce- , "11<1"'11,111<1 social class", por Leonard Reissman, en American Soci%gical Rcvícw, 195\ 1Ii,
sivamente rígidas y el concepto de conducta ritualista socialmente inducida, i 11 'I.'

ambas cosas están muy lejos de ser idénticas. I,' 1'''"11' ocurre con Ia mayor parte de Ias ideas sobre Ia conducta de 10s liombrcs, IUlllhirll
,'d" 'li' "I'''' da". En The Way of AlI Flesh, por ejernplo, Samuel Butler observa: "'1.:.1ndvcrxidud,
., 'li' 1,,,,,,1\1,, c-s sometido a ella gradualmente, es más fácil ele soportar con ccuanimidud por 111
48 "Intolerance of ambiguity as an emotional and perceptual personality variable", por Else
III~\"I 1',111"de Ia gente que una gran prosperídad a Ia que se llega en el solo curso de una vida,"
Frcnkel-Brunswick, en 'oumal of Personality, 1949, 18, 108-l43; tarnbién The Authoritarian Perso- I1 "1<11111", I ta diferencia está, desde luego, en que Durkheim !legó a incorporar su idca a una
nality, por T. \V. Adorno y otros (Nueva York, Harper and Brothers, 1950); Studies in the Scope
\1,011"" I, ".1.1:1de idcas teóricas que escudriüó en sus implicacíones, pero no era ése, el oficio de Bu!
and Method of 'The Authoritarian Personality', cd. por Richard Christie y Marie Jahora (Glencoe,
I,., 'I""". I"" cl contrario, pasó a otras numerosas ídeas desconectadas acerca dcl hombrc y de lu
The Frce Press, 1954). I••dr'dl,d
41) Else Frenkel-Brunswick, en op. cit., de Christie y [ahoda, 247.
196 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 197
"exímen" aIos individuos de un amplio despliegue de obligaciones de papel,
como, por ejempIo, en eI caso de que se imponga el "retiro" del trabajo a Queda por ver si Ias clases de apatia política y organizadora que ahora
individuos sin su consentimiento, y en los casos de víudez.P iuvcstigan Ias científicos sociaIes pueden relacionarse te6ricamente con Ias
En un estudio sobre Ia viudez y sobre los retirados del trabajo, Zena S. lucrzas sociales que, según esta teoria, producen Ia conducta retraidísta.s"
BIau examina detaIladamente Ias circunstancias que favorecen el retraimien- 1<:,1;1posibilidad fue enunciada en los términos siguientes:
to como uno de los diferentes tipos de reacción+' Como ella dice, Ias viudos
.cl rechazo de normas y metas comprende el fenómeno de apatía cultural res-
y Ias "retirados" perdieron un papel importante y, en cierta medida, experi-
1" '('I () de Ias normas de conducta. Aspectos cualitativamente diferentes de este
mentan la sensación de aisIamiento. La autora halla que el retraimiento tien- ulluuo estado se designan diferentemente con palabras como indiferencia, cinis-
de a ser más frecuente entre viudas y viudos aisIados, y pasa a explicar su fre- 1111>, fatiga moral, desengano, pérdida de afecto, oportunismo. Un tipo seãalado
cuencia mayor aún entre Ias viudas que entre Ios viudos. EI retraimiento se dI' apatia es Ia pérdida de ínterés por una meta cultural anteriormente perse-
manifiesta en nostalgia por el pasado e indiferencia por el presente. Los re- 1',llida, de un modo muy parecido a cuando un esfuerzo continuado termina siem-
traidistas son aún más renuentes a entrar en nuevas relaciones sociales que 111(' en frustración persistente y al parecer inevitable, La pérdida de metas funda-
Ios llamados "alienados" o extraüados, con eI resultado de que tienden a 11I('lIhIIespara Ia vida deja al indivíduo en un vacío social, sin una direcci6n ni
seguir en su estado de indiferencia. ' 1111 sentido foca1es. Pero otro tipo decisivo de apatia parece resultar de situaciones
Tal vez porque eI retraimiento representa una forma de conducta diver- dI' gran complejidad normativa y/o de cambíos rápidos, en que Ias individuos se
\ rn impulsados de acá para allá por numerosas metas y normas antagônicas, hasta
gente que no es públicamente registrada en Ias estadísticas de contabilidad
'/11<'cl indivíduo queda literalmente desorientado y desmoralizado, incapaz de entre-
social, como es notorio que ocurre en conductas desviadas como eI crimen y
I',.II,\Ca un conjunto de normas que pueda considerar congruentes entre sí. En
Ia delincuencia, y porque no tiene Ias mismos efectos dramáticos y altamente .ktcrminadas circunstancias, aún no conocidas, e1 resultado es un tipo de "declí-
visibles sobre el funcionamiento de 10s grupos como Ias vioIaciones de Ia ley, '1.I,iÓIlde toda responsabilidad": Ia prescíndencia de toda conducta regida por prin-
pasó inadvertido como objeto de estudio para Ias sociólogos, si no para los , 'I'ios, Ia falta de interés por Ia conservación de una comunidad moral. Parece
psiquiatras. Pero el síndrome de] retraimiento ha sido identificado durante '/"(' esta desorientaci6n es una de Ias circunstancias fundamentaIes de donde
siglas, y bajo el nombre de acidia (o Ias variantes de acedia, acedia y otras) -,,11('\1 algunos tipos de totalitarismo político. El individuo renuncia a Ia autonomia
fue considerado como uno de Ias pecados mortales por Ia Iglesia Católica 1111 'r:11 y es sometido a una disciplina extema.e?
Romana. Como Ia pereza o apatia en que "se secan Ias pozos deI espiritu",
Ia acidia interesó a Ias teólogos desde Ia Edad Media. Atrajo Ia atención de Ikbelión
hombres y mujeres de letras por Ia menos desde Ias tiempos de LangIand y
Chaucer hasta 10s de AIdous Huxley y Rebeca West, pasando por Burton. 1{('siJltará claro ahora que Ia teoría que revisamos considera eI conflicto entre
Innumerables psiquiatras trataron de ella en Ias formas de apatía, melancolía l.ix metas culturalmente definidas y Ias normas institucionales como una
o anhedonia/" Pero los sociólogos han prestado al síndrome sefiaIadamente [ucnte de anomia; no iguala conflictos de valores y anomia/" Todo 10 con-
poca atención. Sin embargo, parece que esta forma de conducta divergente
tiene sus antecedentes sociales 10 mismo que sus consecuencias sociales rnani- ro6 CL 'Mass Apathy" and Voluntary Social Participation ia the United States, por Bemard
1111 hcr, tesis doctoral en sociologia, inédita, Harvard University, 1949; "The psychological conse-
fiestas, y podemos esperar ulteriores investigaciones sociológicas sobre eIla del
'1""""C5 of unemployrnent", por B. Zawadski y Paul F. Lazarsfeld, en [cutnzl 01 Social Psychology,
tipo que respresenta el reciente estudio de Zena BIau. I t)~), 6.
G7 American Society, por Robin M. Williams, Jr. (Nueva York, A. A. Knopf, 1951), 534.535.

53 También aqui, el hombre de letras percibe 10 que el científico social va a examinar, en sus G8 Como fue formulada por primera vez, Ia teoría es evidentemente más oscura de 10 habitual
detalles e implicaciones. El ensayo clásíco de Charles Lamb sobre The Superannuated Man describe "•.I••c este punto. Por Ia menos, parece estar indica da esta conc!usión por eI hecho de que dos pene-
el síndrome de desorientaci6n que experimentan los alejados de Ia oblígación-papel de estar atados n.uucs estudios hayan sugerido que un conflicto entre normas fue considerado igual que Ia falta
a un pupitre, con todas Ias rutinas posiblemente tontas pero absolutamente cómodas que ponían ,t.. normas (aspecto cultural de Ia anomia). "Value conflict in social disorganization", por Ralph H.
orden en Ia existencia cotidiana. Y "amonesta a Ias personas que envejecieron en negocios activos '1'IIl11('r, en Sociology and Social Research, 1954, 38, 301-308; The Freedom of Expression, por
para que no dejen a Ia ligera, ni sin pesar sus propios recursos, el empleo habitual de repente, porque li" islian Bay, rns. inédito, capitulo nr,
puede ser peligroso". Nuestro subrayado quiere !lamar Ia atención hacia 10 que Durkheim, Butler Un sociólogo de Ia historia identificó los contornos de un proceso de desengano tanto con Ias
y Lamb consideran meo!lo dei asunto: Ia repentino de! cambio de posición y de función. lI,das culturales como con los médios instítucionales a fines deI decenio de los 1930 en 10s Esta.
54 OId Age: A Study 01 Change in Status, por Zena Smíth Blau, tesis doctoral en sociologia, d"" Unidos tal como esto se registró, por ejemplo, en diarios de opinión sobre Ia muerte de [ohn D.
inédita, Columbia University, 1956. l("l'kcfeller. Observa dícho sociólogo: "Evidentemente Ios disidentes no estaban completamente
ll5 Para algunas de Ias muchas exposíciones de Ia acidia véanse Piers Piowman de LangIang y de ucuerdo acerca de Ias medidas que había que tomar para reformar Ia sociedad, pero desde el
el "Cuento deI párroco" de Chaucer; Anatomy of Melancholy, de Burton; el ensayo de Aldous 1'"1110de vista de los defensores de Rockefeller y de Ias empresas de negocios ese desacuerdo era
Huxley en On the Margin; The Thinking Reed, por Rebeca West. Adernás, "Social maladjustments: ,,"wís menos importante que Ia prueba de desconfianza hacia el régimen de empresa y de extraãa-
adaptive regression", por F. L. Wells, en Handbook of Social Psychology, ed. por Carl A, Murchison, 1I11(,,,tO-particularmente en Ias filas inferiores deI orden social- de Ias metas y Ias normas que
869 S5., Y el citado trabajo de A. Meyerson titulado "Anhedonia", eu American [outtui! of Psychiatry, ,,,,porcionaban su seguridad ideológica. Para esos críticos, esas metas y esas normas ya no poseían
1922, 2, 97-103. . I 'f'.ilimidad, ya no podían servir para exigir lealtad; y rota Ia leaItad, ~c6mo podían los empresari05
dl' negócios esperar confiadamente en que se mantuviese Ia rutina de acciones y reacciones que
ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 199
198 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
dos tipos de discrepancias entre proporciones objetivas de movilidad social y
trario: los conflictos entre Ias normas sustentadas por diferentes subgrupos de
I:ISdefiniciones culturales del derecho (y Ia obligación) moral a ascender en
una sociedad con frecuencia dan por resultado, naturalmente, una adhesión
\1\1 sistema social jerárquico. Hasta ahora hemos venido examinando sólo el
mayor a Ias normas que prevalecen en cada subgrupo. Es el conflicto entre
1 ipo de discrepancia en que el ascenso culturalmente valorado está retringido
Ios valores culturalmente aceptados y Ias dificultades socialmente estructu-
('li forma objetiva, y puede resultar que sea éste históricamente el tipo más
radas para vivir de acuerdo con dichos valores eI que ejerce presión hacia la
frecuente de caso . -Pero Ia discrepancia corre1ativa, como observa Ia Dra. Bar-
conducta divergente y la destrucción del sistema normativo. Pero este resul-
lxr, también produce tensiones graves en el sistema. En términos generales,
tado de Ia anomia puede ser sóIo un preludio para Ia formulación de normas
!'-slc puede identificarse como el tipo familiar, cada vez más familiar para los
nuevas, y esta reacción es Ia que describimos corno "rebelión" en Ia tipologia
uorteamericanos, en el que prevalecen a Ia vez normas de casta y normas de
de Ia adaptación.
«lase abierta en una sociedad, con una ambivaleneia difundida resultante
Cuando Ia rebelión se limita a elementos relativamente pequefios y rela-
hncia Ia movilidad de facto de clase y de casta de los individuos que muchos
tivamente impotentes de una sociedad, sumínistra un potencial para Ia for-
:Isignan a una casta inferior. La desmoralización que resulta de una situación
mación de subgrupos, extrafiados deI resto de Ia comunidad pero unificados
('sirnctural de esta clase Ia representan no sólo Ias relaciones entre Ias razas
dentro de sí mismos. Ejemplos de este tipo son 10s adolescentes extrafiados
('li diferentes partes de los Estados Unidos, sino un gran número de socie-
que sereunen en pandíllas o que entran a formar parte de un movimiento
.lrdcs colonizadas en otro tiempo por Occidente. Estos hechos familiares
juvenil con una subcultura distintiva propia.ê" Esta reaccíón a Ia anomia
p.irccerian formar un todo, según Ia teoría sociológica, con los hechos relativos
tiende, no obstante, a ser inestable a menos que los nuevos grupos y Ias nue-
:1 Ia burguesía del ancien régime que Ia Dra. Barber introdujo en este marco
vas normas estén suficientemente aislados del resto de Ia sociedad que los
lt'órico.61
rechaza. Cuando Ia rebelión se hace endémica en una parte importante de Ia
sociedad, suministra un potencial para Ia revolución, que refunde Ia estructura
normativa y Ia estructura social. Es en este respecto que un reciente estu-
MODIFICACIÓN DE LA ESTRUCTURA SOCIAL Y CONDUCTA DIVERGENTE
dio del cambio de papel de Ia burguesía en Ia Francia deI siglo XVIII, amplia
de manera importante Ia presente teoria de Ia anemia. Esta ampliación está
1\, acuerdo con Ia teoría que revisamos, es evidente que se seguirán produ-
sucintamente expresada en los términos signientcs :(JO
IWllclo diferentes presiones hacia Ia conducta divergente sobre ciertos grupos
Se ha sugerido que ... una discrepancia demasiado grande entre Ia expecta- \ «stratos sólo mientras no sufran ningún cambio esencial Ia estructura de
tiva de movilidad y su realización de hecho da por resultado un estado de ano- I '1)( ntunidades y Ias metas culturales. Correlativamente, cuando tienen lugar
mia, es decir, una desintegración social parcial que refleja el debilitamiento de Ias I: 1111bios importantes en Ia estructura o en Ias metas, podemos esperar carn-
normasmorales. Es muy probable que se presente Ia rnisma desmoralización I,i, 's correspondientes en los sectores de Ia población más severamente expues,~
cuando hay de facto movilidad sin Ia aprobación moral simu1tánea, y fueron dis- 1 li'; a dichas presiones.
crepanciás de ambos tiposa Ias que hubo de hacer frente Ia burguesía francesa Hemos tenido frecuentes ocasiones para advertir que 10s rackets delirr-
en el sigla XVIII en medida cada vez mayor a medida que eI siglo avanzaba. I uvutes, y a veces Ias máquinas políticas asociadas con ellos, perduran pOl1
'·11111(1 de Ias funciones sociales que desempefian para diferentes partes de lá,
Completamente aparte del caso histórico aludido, esto dirige Ia atención
I" .blación que constituyen su clientela conocida y desconocida.s- Podría es-
teórica hacia el concepto general de que Ia ano mia puede ser resultado de
I)('l:lrSe, por consiguiente, que àl desarrollarse otras estructuras legítimas pará
caracterizaba a Ia disciplina industrial? Pero en Ias diatribas de Ias críticos se escondía algo más que Ihscmpefiar esas funciones, esto produciría cambios importantes en Ia distri-
disentimiento y disgusto. Si Ias actividades de un hombre de empresa como Rockefeller eran
funciones de una organización social que era por sí mismo Ia causa de descontento -de Ia pobreza
IlIl('iún social de Ia conducta desviada. Es precisamente esta tesis Ia que des,
y deI desempleo-, Ia organización social no merecía ya, según sus críticos, ser apoyada y ningún .n i olla Danie1 Bell en un trabajo analiticamente penetrante.w
'joven' entraria en Ias filas que seguían sus normas. Con suficientes cambias -y en este punto
discrepaban Ias críticos- podía obtenerse una nueva y mejor organizaci6n social. Esto era -o podia 111 Puesto que 10 que inmediatamente interesa es Ia aportacíón teórica, y no Ias resultados em.
Jlegar a ser- más que una mera diseusión, era un plan para Ia acción. Y como Ia aeci6n tendería I'" ,,"s específicos, no resumo Ias materiales substantivos que expone Ia Dra, Barber. Están resumi-.
a restringir el campo y Ia libertad de acción de Ias empresas, sus defensores en Ia prensa tuvieron ",," eu su intento de conclusión, según Ia cual "Ia rigidez deI sistema de clases fue 10 que precipitá.
que bacer frente aI reto. Había que reafirmar. Ias lealtades en peligro, y cada nueva prueba de que ,I -xtraüamiento de este seetor medio de Ia burguesia de Ia estruetura de clases existente a Ia que
estaban cn peligro -apartada por Ias huelgas de brazos caídos en Flint y por Ia legislación del Trato ""'. hasta Ia Revolución, su lealtadpredominante. Cuando se le negó el derecbo a mejorar de
Nuevo enWasbington- aumentaba Ia urgencia de Ia tarea." The Réputatian oi the Americarl I",\,..i/'n social, e1 burgués encontró intolerable Ia tensión de morales antagónicas; de manera que
Businessman, por SigmundDiamond, 116-17. fI',1<:iZ6 por completo Ia desaprobracíón de Ia movilídad social." Ibid., 144.·
50 Véase el estudio muy instructivo de Howard Becker titulado Cerman Youth: Bond ar Free (i~ Véase Ia observación de Wílliarn F. Wbyte citada en el capítulo I de .este libra (78) y
(Londres, Routledge and Kegan Paul, 1946); Frorn Generation to Generation: Age Groups and ,·(,,,,c cl estudio posterior deI delito como media de movilidad social en el capítulo IV.
Social Structure, por S. N. Eisenstadt (Glencoe, The Free Press, 1956), errespecial el capítulo. VI. (\3 "Crime as an Amerícan way of life", por DanieI Bell, en The Antioch Revíew, verano de;
60 Thc Bourgeoisie in 18th Century France, por Elinor G. Barber (Princeton, Princeton Dni- I'm, 131-54.
versity Press, 1955), 56.
200 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA SOCIAL Y ANOMIA 201

Observa Bell que "Ia chusma, en general, tenía raíces inmigrantes, y eJ Por fin, e irónícamente, vistas Ias estrechas relaciones de Roosevelt con
delito, como revelá Ia norma, era un camino de as censo y posición social en Ias grandes máquinas políticas urbanas, es un cambio estructuraI básico en Ia
Ia vida norteamericana' (142). Y como han observado con frecuencia investi- forma de suministrar servicios, mediante 105 procedimientos racionalizados de
gadores sociológicos de esta matéria, cada nuevo grupo inmigrante ocupaba 10 que aIgunos llaman "el Estado de bíenestar", eI que en gran parte sigr»
el estrato social más bajo abandonado última mente por un grupo inmigrante ficá Ia decadencia de Ia máquina política. Sería metafórico pero esencial-
que había llegado antes. Por ejemplo, cuando los italianos tenían una expe- mente exacto decir que, más que los ataques directos de Ios reformadores,
riencia de una o dos generaciones de vida norteamericana, encontraban que fueron el sistema de "seguro social" y Ia creación de becas de estudio más o
"Ias caminos más obvios en Ia gran ciudad para llegar de Ios harapos a Ia menos burocráticamente administradas 10 que redujo en tanto grado eI poder
riqueza estaban ocupados" por Ios judíos y Ias irlandeses. Y como dice BeIl, de Ia máquina política. Como concluye BeIl,

excluidos de Ia escala política -aI principio de Ias 30 casi no había italianos en con Ia racionalización y Ia absorci6n de aIgunas actividades ilícitas dentro de 1a
Ias n6minas urbanas de altos empleos, ni en Ias libras de aquel tiempo pueden cstructura de Ia economia, Ia desaparición de una generación vieja que había
encontrarse cstudios de líderes políticos italianos- y encontrando pocos caminos adquirido Ia hegemonía sobre el delito, Ia ascensión de grupos minoritarios a posi-
abiertos hacia Ia riqueza, algunos tomaban caminos ilícitos. En Ias estadísticas ciones sociales y Ia quiebra del sistema de caciquismo urbano, el tipo de delito
de tribunales para menores deI decenio de Ias 1930 el mayor grupo de delincuen- que hemos estudiado también está desapareciendo. El delito, naturalmente, per-
tes eran Ias italianos ... (146). cima míentras perduran Ia pasión y el deseo de ganancias. Pero el gran delito
urbano organizado, como 10 conocimos durante Ias setenta y cinco aãos últimos,
Era el en otro tiempo racketeer, que trataba de adquirir respetabilidad, se basaba en algo más que esos móviles universales, Se basaba en Ias caracterís-
ticas de Ia economía norteamericana, de los grupos étnicos norteamericanos y de
dice Bell, quien "suministraba uno de Ias principales apoyos al impulso para
Ia política norteamericana. Los cambias en todas esas zonas significan que tam-
que los italianos tuvieran voz en Ia estructura de poder de Ias máquinas polí- I.ién él, en Ia forma que 10 hemos conocido, llega a su fin (154).
ticas urbanas". Y un cambio decisivo en Ias fuentes de fondos para Ias má-
quinas políticas urbanas proporcioná eI ambiente que facilitó esa alianza deI No podemos buscar final más adecuado, en términos de un análisis esen-
raquetero y de Ia organización política. Porque Ia mayor parte de Ias fondos cialmente estructural y funcional, a esta revisión de continuidades en el es-
que antes procedían de Ios grandes nego cios se desviaron entonces de Ias tudío de Ias relaciones entre Ia estructura social y Ia anomia.
organizaciones políticas municipales hacia Ias nacionales. Una de Ias fuen-
tes sustitutas para financiar esas máquinas estaba lista y a mano en "Ia nueva
riqueza italiana, con frecuencia adquirida ilegalmente. Buen ejemplo de esta
es Ia carrera de CostelIo y su aparición como potencía política en Nueva York.
Aquí el móvil decisivo fue Ia busca del ingreso -de uno mismo y de su grupo
étnico- en 10s círculos gobernantes de Ia ciudad" (147). A su debido tiern-
po, 10s italianos llegaron a conseguir por primera vez un grado importante
de influencia política
En breve resumen, tales son 10s términos en que Bell rastrea "una serie
étnica distinta en los modos de conseguir riqueza ilícita". Aunque Ias prue-
bas están todavía muy lejos de ser suficientes, hay alguna base para concluir,
como 10 hace BeU, que "indivíduos de origen italiano aparecieron en Ia mayor
parte de los principales papeles en el alto drama deI juego y de Ia chusma, así
como hace veinte afies Ias figuras más prominentes del delito organizado
fueron los hijos de judíos de Ia Europa oriental, y antes habían sido igual-
mente prominentes indivíduos de ascendencia irlandesa" (150-151).
Pero con los cambios en Ia estructura de oportunidades, "un número
cada vez mayor de italianos con preparación profesional y un éxíto legítimo
en los negocios ... mueve y permite aI grupo italiano tener cada vez más
influencia política; y son cada vez más los profesionales y Ios hombres de
negocios quienes proporcionan hoy modelos a Ia juventud italiana, modelos
que difícilmente podían existir hace veinte afies" (152-153). .
ESTRUCTURA BUROCRATICA Y PIiRSONALIDAD 203
procedimientos formularios impersonales (por ejemplo, exámenes). Dentro
VI. ESTRUCTURA BUROCRATICA Y PERSONALIDAD de Ia estructura de Ia autoridad jerárquicamente ordenadas, Ias actividades de
"expertos especializa dos a sueldo" son gobernadas por reglas generales, abs-
UNA ESTRUCTURA social formal, racionalmente organizada, implica normas de tractasy claramente definidas que evitan Ia necesidad de emitir instrucciones
actividad definidas con claridad en Ias que, idealmente, cada serie de acciones específicas para cada caso concreto. EI carácter general de Ias regIas requiere
está funcionalmente relacionada con los propósitos de Ia organización." En el uso constante de Ia categorización, por Ia cual Ios problemas y los casos
esa organización está unificada una serie de empleos, de posiciones jerarqui- particulares se c1asifican a base de criterios definidos y son tratados en con-
zadas, a los que son inherentes numerosas obligaciones y privilegios estricta- sccuencia. EI tipo puro de funcionario burocrático es nombrado por un
mente definidos por regIas limitadas y específicas. Cada uno de los empleos superior o mediante e1 ejercicio de Ia competencia impersonal; no es elegido.
contiene una zona de competencia y de responsabilidad que le son atribuidas. Cierto grado de flexibilidad en Ia burocracia se consigne mediante Ia elección
La autoridad, el poder de control que se deriva de una posición reconocida, de altos funcionarios que probablemente expresan Ia voluntad del cuerpo
es interesante al ernpleo y no a Ia persona particular que desempena el papel clcctoral (por ejemplo, un grupo de ciudadanos o un consejo de directores).
oficial. La acción oficial suele tener lugar dentro deI entramado de regIas 1,;[ eleccíón de altos funcionarios está destinada a afectar los fines de Ia orga-
preexistentes de Ia organización. El sistema de relaciones prescritas entre Ias nización, pero los procedimientos técnicos para realizar esos fines son apli-
diferentes empleos supone un grado considerable de reglamentación y una (':Idos por personal burocrático fíjo."
distancia social claramente definida entre quienes ocupan esas posiciones. La mayor parte de los empleos burocráticos suponen Ia expectativa de
La reglamentación o formulismo se manifiesta mediante un ritual social más 1:1 tenencia vitalícia y Ia ausencia de factores perturba dores que puedan
o menos complicado que simboliza y apoya el orden minucioso de losdife- I cducir el tamafio de Ia organización. La burocracia eleva aI máximo Ia segu-
rentes empleos. Tal formulismo, que está unificado con Ia distribución de i i.lad vocacional." La función de Ia seguridad en Ia tenencia del empIeo, de
autoridad dentro del sistema, sirve para reducir al mínimo Ia fricción restrin- I:IS pensiones, del aumento de suelclo y de los procedimientos reglamentados
giendo en gran medida el contacto (oficial) a modos que están definidos 1):1 ra el ascenso es conseguir el cumplimiento escrupuloso de Ias obligaciones
previamente por Ias regIas de Ia organizaci6n. De esa manera se crean la 1 iliciales, sin tener en cuenta presiones extrafias," EI mérito principal de Ia
facilidad de calcular Ia conducta de los demás y un conjunto estable de expeq- 1 II I rocracia es su eficacia técnica, con una gran estimación por Ia precisión,
tativas mutuas, Además, el formulismo facilita Ia interacción de los ocu- 1.1 rapidez, el control experto, Ia continuídad, Ia discreción y Ia óptima restí-
pantes de Ias empleos a pesar de sus actitudes privadas (quizá hostiles) de 111l'i('m del gasto que representa. La estructura se aproxima a Ia e1iminación
uno para otro. De este modo, el subordinado está protegido contra Ia acción '()lllp1cta de relaciones personalizadas y de consideraciones no racionales
arbitraria de su superior, ya que los actos de ambos están limitados por una t hosl ilidad, ansiedad, complicaciones sentimentales, etc.).
serie de regIas mutuamente reconocidas. Ordenaciones específicas de proce- Con Ia burocratización creciente, resulta claro a todo el mundo que
dimientos fomentan Ia objetividad y restrigen el "rápido paso del impulso I<'II:~;) ojos que el individuo está en un grado muy importante controlado por
a Ia acción"," ',II~;relaciones sociales con los instrumentos de producción. Esto ya no parecê
'.1d() un clogma deI marxismo, sino un hecho obstinado que tienen que reco-
ESTRUCTURADE LA BUROCRACIA
II( H('J todos, completamente aparte de sus convicciones ideológicas. La buro-
11:11 ización hace fácilmente visible loque antes era confuso y oscuro. Un
E1 tipo ideal de esa organización formulista es Ia burocracia y, en muchos
1IIIIIIcnl cada vez mayor de individuos descubren que para trabajar tienen
respectos, el análisis clásico de Ia burocracia es el de Max Weber." Corno
1111' xcr empleados. Para trabajar, hayque tener instrumentos y equipo. Y
Weber dice, Ia burocracia supone una división tajante de actividades unifí-
.11' msl rumentos y equipo sólo se dispone, y esto cada vez más, en Ia buro-
cadas que se consideran deberes inherentes aI empleo. En Ia reglamentación 1 Ili'i;l, privada o pública. En consecuencia, se tiene que ser empleado por la
se formula un sistema de controles y sanciones diferenciadas. La asignación
luu ocracia para tener acceso a Ios instrumentos a fin de trabajar para vivir.
de papeles tiene lugar a base de aptitudes técnicas que se averiguan mediante 1-:11 este sentido Ia burocratizaci6n trae consigo Ia separación de los indivi-
1 Para un desarrollo del concepto de "organización racional" véase Mensch und GeselIschaft
.I11( IS de los medios de producción, como en Ia empresa capitalista moderna
im Zeitalter des Umbaus, por Karl Mannheim (Leiden, A. W. Sijthoff, 1935), especialmente 28ss.
2 Politics, por H. D. Lasswell (Nueva York, McGraw-Hill, 1936), 120-2I. 4 Id('ologia y utopia,
por Karl Mannheim {México, F. de C. E." 1941, 18n., 104ss. Véase
3 Economía y Sociedad, por Max Weber (México, F. de C. E., 1964, pp. 716-52. Para un "1",1,,,",, I'ccrs and Bureaucrats, por Ramsay Muir (Londres, Constable, 1910), 12-13.
breve resumen del estudio de Weber véase The Structure of Social Action, por Talcott Parsons, en r, K G. Cahen-Salvador sugiere que el personal de Ia burocracia está formado en gran parte
especial 506 ss. Para un descrípción, que no es una caricatura, deI burócrata como tipo de persona- I"" 1,,-. '1"(' valoran Ia seguridac1 por cncima de todo. Véasc su "La situatíon matériellc et morale
lidad, véase "Les types socíaux: le fonctionnaire", por C. Rabany, en Revue générale d'administrn- <I", 1",,1'1 iounaires", en Rcvue politique et parlamentaire (1926), 319.
tion, 1907, 88, 5·28. 11 "Burcaucracy", por H. J. Laski, en Encyclopedia of the Social Sciences. Este artículo está.
I'., 101" primordialmente más desde el punto de vista dei científico político que dei sociólogo.
202
ESTRUCTURA BUROCRÁTICA Y PERSONALIDAD 205
204 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
ser condicionadas rápida mente para interpretar el sonido de una campana
o en Ia empresa comunista del Estado (de Ia variedad de mediados de siglo), como sefial de Ia comida. La misma campana puede usarse después para
así como en el ejército posfeudal Ia burocratización produjo Ia separación reunirIas con objeto de decapitarlas. En general, cada quien adopta medidas
completa de los medios de destrucción. Típicamente, eI trabajador ya no es de acuerdo con su pasado adiestramiento y, en circunstancias nuevas que no
duefío de sus instrumentos ni el soldado 10 es de sus armas. Y en este sentido son consideradas significativamente diferentes, Ia misma solidez deI adiestra-
especial, es cada vez mayor el número de individuos que se convierten en miento puede llevar a Ia adopción de procedimientos equivocados. Además,
trabajadores, ya de overol, ya de cuello blanco, ya de camisa almidonada. Así según Ia frase casi ecolálica de Burke, "Ia gente puede estar impreparada por
se forma, por ejemplo, el tipo nuevo de trabajador científico, al "separar" al estar preparada con una preparación inadecuada"; su preparación puede con-
científico de su equipo técnico: al fin y al cabo, el físico no suele ser duefío vertirse en una incapacidad.
de su ciclotrón. Para trabajar en sus investigaciones, tiene que ser em- E! concepto de Dewey de psicosis profesionaI descansa en observaciones
pleado de una burocracia con recursos de laboratorio. muy parecidas. A consecuencia de sus rutinas cotidianas, Ia gente adquiere
La burocracia es una administración que rehuye casi por completo la preferencias, antipatías, discriminaciones y acentúa ciertas cosas." (Dewey
discusión pública de sus técnicas, aunque pueden discutirse públicamente lisa Ia palabra psicosis para designar un "carácter pronunciado de Ia mente".)
sus orientaciones políticas," Este secreto no se limita a Ia burocracia pública Tales psicosis se desarrollan mediante Ias exigencias que formula al individuo
ni a Ia burocracia privada. Se Ie considera necesarío para resguardar ínfor- Ia organización particular de su papel profesional.
mación valiosa contra competidores económicos privados o contra grupos Los conceptos de Veblen y de Dewey se refieren a una ambivalencia
políticos extranjeros y potencialmente hostiles. Y aunque no se le lIama así fundamental. Toda acción puede juzgarse por 10 que logra o por 10 que no
con frecuencía, el espionaje entre competidores es quizás tan común, si no logra. "Un modo de ver es también un modo de no ver, eI enfoque sobre
tan intrincadamente organizado, en sistemas de empresa econômica privada cl objeto A supone eI desenfoque deI objeto B." 10 En esta díscusión, a Weber
como en sistemas de Estados nacionales. Cifras de costos, listas de clientes, lc interesa casi exclusivamente 10 que logra Ia estructura burocrática: precí-
procedimientos técnicos nuevos, planes de producción: todas estas cosas se xión, seguridad, eficacia. Esta misma estructura puede examinarse desde otra
consideran típicamente como secretos esenciales de burocracias económicas perspectiva proporcionada por Ia ambivalencia. lCuáles son Ias limitaciones
privadas que podrían ser revelados si tuvieran que ser defendidas en público de Ias organizaciones destinadas a alcanzar Ias metas?
Ias bases de todas Ias decisiones y todas Ias políticas. Por razones que ya hemos sefíalado, Ia estructura burocrática ejerce una
prcsión constante sobre eI funcionario para que sea "metódico, prudente, dis-
DISFUNCIONES DE LA BUROCRACIA .iplinado". Si Ia burocracia ha de funcionar eficazmente, debe alcanzar un
.ilto grado de confiabilidad en su conducta, un grado extraordinario de con-
En esos atrevidos esbozos, se destacan los logros y Ias funciones positivas Iorrnidad con Ias normas de acción prescritas. En consecuencia, Ia importan-
de Ia organización burocrática y se olvidan casi por completo los esfuerzos ,il fundamental de Ia disciplina puede desarrollarse tanto en una burocracia
y Ias tensiones internas de esas estructuras. Fero es evidente que Ia comu- I<'ligiosao econômica como en e1 ejército. La disciplina sólo puede ser eficaz
nidad en general exagera Ias imperfecciones de Ia burocracia, como 10 indica ',11:ls normas ideales son reforzadas por sentimientos vigorosos que impongan
el hecho de que el "hórrído híbrido", el burócrata, se haya convertido en un ,d iudividuo Ia devoción a sus deberes, un agudo sentido de Ia limitación
epíteto, en un Schimpfwort, en un insulto. d, xu autorídad y competencia, y Ia ejecución metódica de actividades rutí-
La transición al estudio de Ias aspectos negativos de Ia burocracia Ia 11:11 ias. La eficacia de Ia estructura social depende en definitiva de infundir
ofrece Ia aplicación deI concepto de Veblen de incapacidad adiestrada, de '11 los participantes deI grupo actitudes y sentimientos apropíados. Como
Ia idea de Dewey de "psícosis profesional", o Ia de Warnotte de "deforma- \, 1<'1110S, hay en Ia burocracia dispositivos definidos para inculcar y fortalecer
ción profesional". La incapacidad adiestrada se refiere aI estado de cosas en 1.1i(·.', scntimientos.
que los talentos de uno funcionan como insuficiencias o puntos ciegos. Actos l'or e1 momento, basta con observar que para conseguir Ia disciplina (Ia
basados en el adiestramiento y destrezas que fueron aplicados con éxíto en eI 11C'«'sariaconfiabilidad de Ia reacción), esos sentimientos son con frecuencia
pasado pueden resultar reacciones inadecuadas en circunstancias nuevas. Una 111.1'; intensos de 10 que es técnicamente necesario. Hay un margen de segu-
flexibilidad insuficiente en la aplicación de destrezas dará por resultado 1\11;1<1. pOi decido así, en Ia presión que ejercen esos sentimientos sobre el
desajustes más o menos graves en un ambiente modificado." Así, para poner burocrata para que se ajuste a sus obligaciones norma das, de un modo muy
el ejemplo de una granja usado a este respecto por Burke, Ias gallinas pueden ",\I('ciclo a como e1 ingeniero hace concesiones (sobre estimaciones de pre-
ruución ) aI calcular los apoyos de un puente. Pero esta misma acentuación
7 Weber, op. cit., 67l.
8 Para un estudio y una aplicación estimulante de estos conceptos, véase Permanencejmd \I Il,irl., 58-59.
Change, por Kenneth Burke (Nueva York, New Republic, 1935), pp. 50 S5.; ,"Bureaucratie et Fone- 10 'hid., 70.
tionnarisme", por Danie1 Warnotte, en Revue de I'Institut de Sociologie, 1937, 17, 245.
206 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA BUROCRA TICA Y PERSONALIDAD 207
neva a Ia transferencia de 105 sentimientos de Ias objetivos de Ia organizaci6n ocupaci6n por norteamericanos, y que se llama Pequenos Estados Unidos (li
a los detalles particulares de conducta exigidos por Ias regIas. La adhesi6n a Pequena América) .
Ias regIas, concebidas originariamente como un medio, se transforma en un La oficina de naturalización dice que no puede actuar basándose eu cl su-
fin en sí misma; tiene lugar el proceso familiar de desplazamiento de metas pu esta de que Ia Pequena América es suelo norteamericano. Eso sería tneletse
por el cual "un valor instrumental se convier te en un valor final" P La dis- en cuestiones internacionales en Ias que no tiene intervención. Por 10 que rcspccl.i
ciplina, fácílmente interpretada como conformidad a Ias regIas, sea cualquiera a Ia oficina, Balchen estuvo fuera del país y iécnicamente no había cumplido Ia ll'y
Ia situaci6n, no es considerada como una medida destinada a objetivos espe- de naturalización.v'
cíficos, sino que se convierte en un valor inmediato en Ia organizaci6n de Ia
vida del burocrata. Esta importancia de Ia disciplina, resultante deI despla-
FUENTES ESTRUCTURALES DE SUPERCONFORMIDAD
zamiento de Ias objetivos originarios, produce rigideces y una incapacidad
para adaptarse rápidamente. De ahí se sigue el formulismo, o hasta el ritua-
Es obvio que Ias inadecuaciones de orientaci6n que implican incapacidad
lismo, con una insistencia indiscutida sobre Ia adhesión puntillosa a procedi-
adiestrada se derivan de fuentes estructurales. EI proceso puede rccapitularsc
mientos forrnalizados.P Esto puede ser exagerado hasta el punto en que el
brevemente. 1) Una burocracia eficaz exige seguridad en Ias reacciones y una
interés primario por Ia conformidad con Ias regIas se interfiere en Ia conse-
estricta observancia de Ias reglas, 2) Esta observancia de Ias reglas llcva a
cución de Ios objetivos de Ia organización, caso en eI cual tenemos el fami- hacerlas absolutas; ya no se consideran relativas a un conjunto de propósitos,
liar fenómeno del tecnicismo o papeleo del funcionario. Un producto extre-
3.\ Esto impide Ia rápida adaptaci6n en circunstancias especialcs 1JO clara
mado de este proceso de desplazamiento de Ias metas es el virtuoso burocrá-
mente previstas por quienes redactaron Ias regIas generales; 4) Así, los n ux
tico, que no olvida nunca ni una sola regla de Ias que rigen su actuaci6n y 1I10Selementos que conducen a Ia eficacia en general producen incficaria eu
en consecuencia es incapaz de atender a muchos de sus clíentes.w
casos específicos. Rara vez llegan a darse plena cuenta de Ia inuclccuucióu
Un caso oportuno, en que el estricto reconocimiento de Ias límites de los individuos del grupo que no se han divorciado del significado que Ia:.
Ia autoridad y Ia adhesión literal a Ias regIas produjo este resultado, fue Ia regIas tienen para ellos. Con el tiempo Ias reglas adquieren un carácter sim
práctica situación de Bernt Ba1chen, piloto del almirante Byrd en el vuelo bólico y no estrictamente uti1itario.
sobre Polo Sur.
Hasta ahora, hemos tratado de los sentimientos engranados (lue fuvore
em Ia disciplina rigurosa simp1emente como datos, como dados. Sin l'llI
De acuerdo con una regla del departamento de trabajo, Bernt Balchen ... no b.ugo, puede verse que ciertos rasgos definidos de Ia estructura burocnit ica
puede recibir sus documentos de naturalización. Balchen, natural de Noruega,
llcvan a esos sentimientos. La vida oficial del burócrata está planeada p:lI11
declaró su intención en 1927. Se dice que no había cumplido Ia condición de
llevar cinco afias seguidos de residencia en 10s Estados Unidos. La expedición él como una carrera graduada, a través de los dispositivos organizacionnlcs til'
antártica de Byrd 10 sacó del país, aunque estuvo en un barco que llcvaba Ia ban- aSlel1S0 por antigüedad, pensiones, aumento de sueldo, etc., todo 10 cuul ('sl:'1
dera norteamericana, fue miembro inestimable de Ia expedición norteamericana, destinado a ofreeer incentivos para Ia acci6n disciplinada y Ia ccufonnkl.nl
y en una región a Ia cuaI tienen derecho 10s Estados Unidos por su exploración y mil Ias reglamentaciones oficíales.P Se espera de manera tácita qlle cl Iuu
cinnario adapte sus ideas, sentimientos y acciones a Ia perspectiva de csa Ia
11 Este proceso ha sido observado con frecuencia en diferentes circunstancias. La heterogonía ur-ra, y 10 hace en gran medida. Pero e:sos mismos dispositivos quc ;II.111ICIII:lII
de 10s fines, de Wundt, es uno de estos casos; Ia Paradoxie der Folgen, de Max Weber, es otro.
Véanse también Ias observacíones de McIver sobre Ia transformación de Ia civilizaci6n en cultura, y L, probabilidad de Ia conformidad llevan también a un super-intcrés ]>01 d
Ia de Lasswell según Ia cual "cl animal humano se distingue por su infinita capacidad de hacer fines :Ipcgo estricto a los reglamentos que produce timidez, conservadurismo y Il'r
de sus medíos". V éase "The nnanticipated consequences of purposive social action", de Merton, en
IIWiSlllO. EI desplazamiento de 10s sentimientos de Ias metas a los nuxliox (·s
American Sociological Review, 1936, 1, 894-904. En relación con los mecanismos psicológicos qne
intervienen, este proceso fue analizado deI modo más completo por Gordon W. Allport en su estudio cxl imulado por Ia enorme importancia simbólica de los medios (rcglas].
de 10 que él llama "la autonomía funcional de los rnóvíles". Allport enmienda Ias anteriores formula- Otro rasgo de Ia estructura burocrática tiende a producir llIl rcsult.nl«
ciones de Woodworth, Tolman y William Stem, y llega a un enunciado dei proceso desde el punto
de vista de los m6viles índíviduales. No toma en cuenta los aspectos de Ia estructura social que
IIll1y parecido. Los funcionários tienen Ia sensaci6n de un dcsrino ('01111111
conducen a Ia "transformación de los rnóvíles". La fonnulaci6n adoptada en este trabajo es, pues, 11:11:1 todos Ios que trabajan juntos. Tienen Ias mismos interescs, cspcciul
complementaria deI análisis de Allport; el uno destaca los mecanismos psicológicos implicados, el nu.ute porque hay relativamente poca competencia entre ellos, ya qlle 10.'0
otro tiene en cuenta Ias presiones de Ia estructura social. La convergencia de Ia psicología y Ia socio-
logia en este concepto central indica que muy bien puede constituir uno de los pu entes conceptuales
a',leIlSOS Se hacen por antigüedad. La agresión intragrupaI se reduce, I' I1('S ,
entre Ias dos disciplinas. Véase Personality, por Gordon W. AUport (Nueva York, Henry Holt and :d minimo y en consecuencia se concibe este arreglo como positivamente
ce., 1937), capo 7.
:12 Véanse "Institutional office and the person", por E. C. Hughes, en American [oumai of
11 Citado del Chicago Tribune (24 de junio de 1931, p. 10) por Thurman Amold eu '1'111'
Sociology, 1937, 43,404-13; "Social structure in relation to the person", por E. T. Hiller, en Social
Forces 1937, 16, 34-4.
S,",,,l>,,/.' "f Governrnent (New Haven, Yale University Press, 1935), 201-2. (El subrayado cs 1I\In.)
I!'. Mcnsch und Gesellschaft, de Mannheim, 32-33. Mannheim destaca Ia importancia dei "Lc-
13 Ideologia y utopia, por Karl Mannheim,
''''''1'/:\11'' y de Ia "Amtskarriere". Véanse 10s comentarios de Hughes, op. cit., 413.
;::er=zwn- .~~ .

208 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA BUROCRATICA Y PERSONALIDAD 209
funcional para Ia burocracia. Sin embargo, el esprit de cotps y Ia organiza- cráticas, introducidas originariamente por razones técnicas, a hacerse rígidas
ción social espontânea que típicamente se desarrollan en esas situaciones y sagradas, aunque, como diria Durkheirn, son laicas en aperiencial» Durk-
Ilevan con frecuencia al personal a defender sus intereses y no a servir a Ia heim tocó este pIOceso general en su descripción de Ias actitudes y 105 va-
clientela y a 10s altos funciona rios de elección. Como dice el presidente lores que perduran en Ia solidaridad orgánica de una sociedad muy dife-
Lowell, si 10s burócratas creen que su situación no está suficientemente reco- renciada.
nocida por un funcionaria de elección recién Ilegado, se le negará Ia infor-
mación detallada, llevándole a errares de los que se reputa responsable. O, si
trata de dominar plenamente, y esto hiere el sentimiento de integridad per- RELACIONES PRIMARIAS CONTRA RELACIONES SECUNDARIAS
sonal de los burócratas, pueden afluirle Ias documentos en tal número, que
no le alcanza el tiempo para firmarlos, y mucho menos para leerlos.P Esto Otro rasgo de Ia estructura bnrocrá tíca, Ia insistencia .en Ia ~esperso?a-
es ejemplo de Ia organización defensiva espontánea que tiende a nacer cuan- lización de Ias relaciones, juega también un papel en Ia incapacídad adies-
do hay una amenaza manifiesta a Ia integridad _deIgrupo.17 trada del burócrata. EI tipo de personalidad del burócrata se forma en torno
Es demasiado fácil, y en parte errôneo, atribuir Ia resistencia de Ios buró- de esta norma de Ia impersonalidad. Tanto esto como Ia tendencia categori-
cratas simplemente a intereses creados. Los intereses creados se oponen a zadora, que nace deI papel predominante de Ias regIas generales abstractas,
todo orden nuevo que elimina, o, por 10 menos, hace incierta su ventaja tienden a producir conflictos en Ias relaciones deI burócrata con el público
diferencial resultante de los arreglos vigentes. Esta está indudablemente im- o clientela. Como Ias funcionarios reducen al mínimo Ias relaciones perso-
plícito en parte en Ia resistencia burocrática al cambio, peIO es quizás más nales y recurren a Ia categorización, con frecuencia se desconocen Ias pecu-
importante otro proceso. Como hemos visto, los funcionarios burocráticos liaridades de los casos individuales. Pero el cliente que, de manera totalmente
se identifican sentimentalmente con su modo de vida. Tienen un orgullo de comprensible, está convencido de Ias características especiaIes de su proble-
gremio que los induce a hacer resistencia aI cambio en Ias rutinas consagra- ma, se opone con frecuencia a ese tratamiento por categorías. La conducta
das; por 10 menos, a los cambios que se consideran impuestos por otros. Este estereotipada no se adapta a Ias exigencias de Ios problemas individuales. El
ilógico orgullo de gremio es cosa familiar que se encuentra, a juzgar por el tratamiento impersonaI de asuntos que a veces son de gran importancia per-
Professíonal Thief (Elladrón profesionaI) de Sutherland, hasta entre los rate- sonal para el cliente da lugar a Ia acusación de "soberbia" y "altivez" contra
ros que, a pesar del riesgo, se deleitan con el dominio magistral de Ia presti- el burócrata. Así, en Ia Bolsa de Trabajo de Greenwich, eI obrero sin trabajo
giosa hazafia de "batir el bolsillo izquierdo" (hurtar del bolsillo delantero que trata de cobrar su seguro se siente herido por 10 que él reputa "Ia imper-
izquierdo de Ias pantalones). sonalidad, y a veces Ia brusquedad manifiesta y hasta Ia dureza con que le
En un estimulante estudio, Hughes aplicá los conceptos de "secular" y tratan los oficinistas. .. Algunos se quejan del aire de superiorídad que to-
"sagrado" a diferentes tipos de división del trabajo; el carácter sagrado de Ias man los oficinistas't.w
prerrogativas de casta y de Siãnde contrasta agudamente con Ia creciente secu- Otra fuente más de conflictos con el público se deriva de Ia estructura
Iarización de Ia diferenciación ocupacional en nuestra socíedad.i" Sin em- .19 Hughes reconoce un aspecto de este proceso de santificación cuando cscribe que el adiestra-
bargo, como nuestro estudio indica, puede producirse, en vocaciones particu- miento profesional "lleva consigo como un subproducto Ia asimilación dei candidato a una serie de
lares y en tipos particulares de organización, el proceso de santificación (con- actitudes y controles profesionales, a una conciencia y una soIidaridad profesíonajes. La profesíon
pretende y quiere convertirse en una unidad moral". Hughes, op. cit., 762 (el subrayado es nuestro) ..
siderado como Ia contrapartida deI proceso de secularización). Esto quiere En este mismo respecto, es de particular importancia el concepto de parhos de Surnmer, va que'
decir que mediante Ia formación de sentimientos, Ia dependencia emociona} ofrece una pista deI mecanismo que interviene en el proceso de santificación.
180-8I.
Véas su Folkways,
de símbolos y posiciones burocráticos, y Ia intervención afectiva en esferas de
20 "Te tratan como a un montón de basura, EI otro dia vi a un pcón saltar el mostrador,
competencia y autoridad, se producen prerrogativas que implican actítudes sacudir a uno de ellos agarrándolo por el cuello de Ia camisa. Los demás nos alegramos. Natural-
de legitimidad moral que se establecen como valores por su propio derecho, mente, no cobró el seguro. " Pero el oficinista 10 merecía por sus maneras impertinentes" (The-
Unemployed Man, por E. W. Bakke), Adviértase que Ia actitud impertinente era imputada por un.
y ya no se les considera meramente como medios técnicos para hacer expedi- cliente sin trabajo que se halla en estado de tensión por Ia pérdída de posición y de propia estima-
tiva Ia administración. Puede advertirse Ia tendencia de ciertas normas buro- ción en una sociedad donde es aún corriente Ia idea de que "un individuo capaz" siernpre encuen-
tra trabajo, Que Ia imputación de soberbia nace en gran parte dei estado de ânimo del cliente se'
16 The Government of England, por A. L. Lowell (Nueva York, 1908), I, 189 ss.
ve en Ia observación dei mismo Bakke según Ia cual "los oficinistas andaban apurados y no tenían.
17 Para una instructiva descripción del nacimiento de esa organización defensiva cn un grupo
tiempo para bramas, pero había pocas seíiales de dureza o aire de superioridad en su trato con 10;>
de trnbajadores, véase Management and the Worker, por F. J. Roethlisberger y \V. 'J. Dickson (Bos- indivíduos". En Ia medida en que haya base para imputar una conducta altiva a Ios burócratas, posi-
blemente pueda explicarse por Ias siguientes razones yuxtapuestas: "También el empleado moderno,
ton, Harvard School of Business Administration, 1934).
18 "Personalíty types and the division of labor", por E. C. Hughes, en American !oumaI 01
ya sea público o privado, anhela siempre y goza casi síempre, respecto de los dominados, un específico
aprecio social superior, 'estamental'." (Weber, op. cit.) ."En personas en quíen el anhelo de prestigio
Sociology, 1928, 33, 754-68. Una diferenciación muy parecida Ia hacen Leopold von Wiese y
es predominante, Ia hostilidad suele tomar Ia forma del deseo de humillar a los dernás." The Neuratic
Howard Becker en Systematic Sociology (Nueva York, John Wiley and Sons, 1932), 222-25: et Personality of Our Time, por K. Hornev 178-79.
passim.
210 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL ESTRUCTURA BUROCRATICA Y PERSONALIDAD 211
burocrática. EI burócrata, en parte independientemente de su posición den- de expectativas sociales están apoyadas por actitudes afectivas de los indivi-
tro de Ia jerarquía, actúa como un representante del poder y del prestigio dllos del grupo. Como el grupo está orientado hacia normas secundarias de
de toda Ia estructura. En su papel oficial está investido de una autoridad IIllpcrsonalidad, cualquier falta de sometimiento ante Ias normas despertará
definida. Esto neva a veces a una actitud real o aparentemente denomi- ;1II1:lgonismo en quienes se identificaron con Ia legitimidad de Ias regIas. En
nadora, que sólo puede ser exagerada por Ia discrepancia entre su posición mllsecuencia, Ia sustitución del tratamiento impersonal por el tratamiento
dentro de Ia jerarquia y su posición con referencia aI público.ê! Las protestas pt'lsoual dentro de Ia estrnctura encuentra una desaprobación general y es
y el acudir a otros empleados por parte del cliente no suelen tener eficacia o v.u.rcterizada con epítetos corno soborno, favoritismo, nepotismo, etc. Esos
Ias impide en gran parte el antes mencionado esprit de coros que une a los 'I,ílclos son, por supuesto, manifestaciones de sentimientos heridos.ê- La
funcionarios en llI1 intragrupo más o menos solic1ario. Esta fuente de con- 11111('j(mde este disgusto de hecho automático puede verse claramente en
flictos puede reducirse al mínimo en una empresa privada, ya que el cliente 1,L!ción con Ias exigencias de Ia estructura burocrática.
puede hacer una protesta eficaz dirigiéndose a otra organización dentro del La burocracia es una estructnra de grupo secundario destinada a lIevar
sistema de competencia. Pero con eI carácter monopolista de Ia organización .1 <:lbo ciertas actividades que no pueden ser satisfactoriamente realizadas a
pública, no es posible esa soIución. Además, en este caso aumenta Ia tensión 1',1:,(' de criterios de grupo prírnarío.es De ahí que Ia conducta que va contra
a causa de una discrepancia entre ideoIogía y reaIidad: a Ias emp1eados del I.I~, normas formularizadas sea objeto de desaprobación sentimentalizada.
Estado se Ies 11ama "servidores del pueblo", pero de hecho son con frecuen-
I<'ilo constituye una defensa importante desde el punto de vista funcional
cia no subordinados, sino superordinados, y rara vez puede conseguirse el ali-
In:llltada contra tendencias que ponen en peligro Ia ejecución de actividades
vio de Ia tensión acudiendo a otras agencias en busca del servicio que se
Iw(('s:lrias para Ia sociedad. Con toda seguridad, esas reacciones nu son prác-
necesíta." Esta tensión es atribuib1e en parte a Ia confusión de Ia posición
III:IS racionalmente determinadas destinadas de manera expresa aI cumpli-
del burócrata y del cliente; el cliente puede considerarse socialmente superior
111;('1110 de esta función. Antes, visto en relación con Ia interpretación de Ia
al funcionaria, que es el que domina por el momento."
Así, respecto de Ias relaciones entre empleados- y clientela, una fuente '.i1II:lción por el individuo, dicho disgusto es simpIemente una reacción ínme-
estructural de conflictos es Ia presión hacia el trato formulario e impersonal ",:11;] de oposición a Ia falta de honradez de los que violan Ias reglas del
euando e1 cliente desea una consideración individual, personalizada. Puede I"( 'L:O. Sin embargo, y no obstante esta trama subjetiva de referencia, esas
considerarse, pues, que el conflicto se deriva del empleo de actitudes y rela- 1I·:lIciones sirven a Ia función latente de conservar los elementos estructurales
ciones inac1ecuadas. El conflicto dentro de Ia estructura burocrática nace de 1·:;( 'nciales de Ia burocracia reafirmando Ia necesidad de relaciones secundarias
Ia situación inversa, a saber, cuando relaciones personalizadas substituyen a 'fllIllalizadas y contribuyendo a evitar Ia desintegración de Ia estructura buro-
relaciones impersonales estructuralmente req ueridas. Este tipo de conflicto II:llica que tendría lugar si esas relaciones fueran suplantadas por relaciones
puede caracterizarse deI modo siguiente. I'l'Isonalizadas. EI género de este tipo de conflicto puede describirse como
La burocracia, como hemos visto, está organizada como un grupo se- 1:1 intrusión de actitudes de grupo primaria cuando se requieren institucío.
cundario formal. Las reacciones normaIes implícitas en esta red organizada uuluiente actitudes de grupo secundario, así como el conflicto entre bu-
'I,nata y cliente nace con frecuencia de Ia interaccíón de tipo impersonal
21 Adviértase, a este respecto, Ia pertincncia de los comcntarios de Koffa sobre ciertos rasgos dei I u.uido se requiere individualmente un trato personal.w
picoteo entre pájaros. Si se compara Ia condncta deI pájaro que está en 10 más alto de Ia lista
de picoteo, el déspota, con Ia de otro que csté l1luy por debajo, el segundo o eI tercero ernpezando 2. La significación diagnóstica de tales indicios lingüísticas como los epítetos apenas si ha sido
por el final, se advierte que estas últimos son mucho más cru eles con los pocos sobre los cuales IdOI"da por 10s sociólogos. Observa Sumner acertadamente que los epítetos son "críticas sumarias"
r ',
sefiorean que el primero 10 es en su trato C011todos Ias demás. Si se quitan del grupo todos los \ ddiniciones de situaciones sociales. Dollard observa también que "los epítetos definen con fre-
individuos por encima de! penúltimo, Ia conducta de éste se hace más suave y hasta puede llegar o 1I<"1I("ia
Ias cuestiones centrales de una socíedad", y Sapír destacó con razón Ia importancia que Ias
a ser verdaderamcnte amistosa. .. No cs difícil encontrar analogías con esto en Ias sociedades hu- .I'I"l("iones tienen como contexto para estimar Ia significación de Ias epítetos. Igualmente pertinente
manas, y en consecncncia un aspecto de dicha conducta pueden ser primordiamente Ias efectos c', Ia observación de Linton según Ia cual "en Ias historias de casos el modo como Ia comunidad
de Ias agrupaciones sociales, y no de características individuales". Principies of Cestalt Psychology "","Iprcla un episodio particular es, desde luego, más importante para nuestro estndio que Ia con-
(Nueva York, Harcourt, Brace, 1935), 668-9. "",I:, real.: .:: llevaría a resultados IllUy valiosos un estuclio sociológico de "vocabularios de encornio
22 En este momento Ia máquina política se hace con frecuencia importante desde el punto de v di· oprobio.
vista funcional. Como demostraron Stcffen y otros, Ias relaciones altamente personalizadas y Ia ::n Cf. The Netute of Hurnan Nature, por Ellsworth Farís (Nueva York, McGraw-HilI, 1937),
abrogaci6n de Ias reglas formularias (papeleo ) que realiza Ia máquina satisfacen con frecnencia Ias I i«.
necesidades de 10s "clientes" individuales de un modo más completo que el mecanismo formulario :!n La desaprobación por Ia cornunidad de muchas formas de conducta puede analizarse de
de Ia burocracia deI Estado. Véase una ligera ampliación de éste expuesta en el capitulo I. ."'" con una u otra de Ias formas de sustitución de tipos de relaciones culturalmente inadecua,
'1"<10
23 Como observá uno de Ias individuos sin trabajo acerca de los oficinistas de Ia Bolsa de 01.",. A.\í, Ia prostitución constituye un caso-tipo en que el coito, una forma de intimidad que está ins-
Trabajo de Crecnwich: "Y esos tíos malditos no tendrían trabajo si nosotros no careciésemos de él. '" "'"'finalmente definida como simbólica de Ia relación más "sagrada" de grupo primario, es colo-
Eso es Ia que más me puede cuando les veo levantar Ias narices." Bakke, op. cit., 80. Véase también 1.,01" ClI un contexto contractual, simbolizado por el cambio del más impersonal de todos los
"Aggrcsivc behavior by c1ients towards pnblic relief administrators", por H. D. Lasswell y G. Almond, ,j",j)()Jos: cI dinero. Véase "The sociology of prostitution", por Kingsley Davis, en American Socio-
en American Political Science Review, 1934, 28, 643·55. }"I:;(:l1 Review, 1937, 2, 744-55.
212 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

PROBLEMASPOR INVESTIGAR

La tendencia hacia Ia creciente burocratización de Ia sociedad occidental, \ 11. PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PUBLICA
que Weber previó hace rnucho tiempo, no es Ia única razón de que Ias soció-
lagos dirijan su atención a este campo. Estudios empíricos de Ia acción recí- 1.(1\ SOCIÓLOGOS norteamericanos se han dedicado durante mucho ticiupo a
proca entre Ia burocracia y Ia personalidad aumentarían de manera especial nllldi:lr grupos funcionales y profesionales de Ia sociedad. También amplia
nuestro conocimiento de Ia estructura social. Piden nuestra atención un 1<111 IIIS conocimientos actuales sobre problemas sociales y sobre desviaciones
gran número de cuestiones específicas. ~En qué medida son seleccionados '.<lII.lles, Se sabe mucho, por ejernplo, de Ias fuentes de Ias delitos y de Ia
y modificados tipos particulares de personalidad por Ias diferentes burocra- oIdllll'lIcncia juveniles. Pero quizás persiste demasiado entre nosotros cl p:l
'••1.1" de Ia socioIogía; quízás no nos hemos alejado bastante de nucstros
cias (empresa, servicio público, Ia máquina política semilegaI, órdenes reli-
giosas)? En Ia medida en que ascendiente y sumisión se consideran rasgos \'11"/0\ vínculos con el estudio de esos problemas sociales para dedicamos
de Ia personalidad, a pesar de su variabilidad en diferentes situaciones-estímu 1,II11hié'u a examinar otros campos de problemas que quizá tiencn sus raiccs
1'11 /;1 cstructura social y que ejercen un influjo más directo e11 cl desa n 0110
10s, lseleccionan Ias burocracias personalidades de tendencias particularmente
sumisas o dominantes? Y puesto que diferentes estudios han revelado que di' t'~:1 estructura.' Viene aI caso advertir que Ias intelectuales dedicados 11
LI, cicncias sociaIes han estado tan ocupados en el examen de Ia conductn
esos rasgos pueden ser modificados, lIa participación en cargos burocráticos
tiende a aumentar Ias tendencias dominantes? lSeleccionan tipos diferentes di los demás, que olvidaron en gran medida estudiar sus problemas, 511 situa
"1111 Y su conducta propios. EI vagabundo y Ia dependiente de comercio
de personalidad los diferentes tipos de reclutamiento (por ejemplo, eI favo-
ritismo, Ia competencia abierta que implica conocimientos especializados o 1"11011 objeto de detenido estudio, pero parecemos reacios a analizar ai ('il'1I
I li 110 social como tipo profesional. Tenemos monografías empiricas relu
capacidad mental general, Ia experiencia práctica) ?27 lEI ascenso por anti-
II\;IS al ladrón profesionaI y aI mendigo profesional, pero, hasta muy rccien
güedad disminuye Ias anhelos competidores y refuerza Ia eficacia adminis-
trativa? Un examen detallado de los mecanismos para impregnar de valores 1('(lIcnte, ninguna que tratase deI papel deI intelectual profesíonal cn nucstru
'.01 icc!:t e!.2 Mas parece que Ia clarídad muy bien podría empezar por casa
sentimentales Ias códigos burocráticos sería instructivo tanto desde el punto
de vista sociológico como psicológicamente. EI anónimo general de Ias deci-
siones del servicio civil, ltiende a restringir Ia zona de símbolos de prestigio EL INTELECTUALCOMO TIPO PROFESIONAL
a un círculo interior estrechamente definido? zLas diferencias de asociación
muestran tendencia a distinguirse de un modo especial entre los bur6cratas? '1111 icio de esta laguna en nuestras investigaciones actuales es Ia auseucin de
EI campo de cuestiones significativas en teoría e importantes en Ia prác- IIIIIclJOs de los datos de detalle necesarios. Los intelectuales tiencn que hu
tica parece estar limitado únicamente por el acceso a los datas concretos. I('I~C a Ia idea de que también ellos son humanos y por 10 tanto, siguicudo
Estudios sobre Ias burocracias religiosas, educativa, militar, económíca y 1:1 frase de Terencio, no extra fios aI estudio de sí mismos. Y eu realidud, lus
política que tratasen de Ia interdependencia entre Ia organizacíón social y Ia d<''(':tdas de crisis orientaron Ia atención del intelectual hacia 5U lugur CII
formación de Ia personalidad constituirían un camino para investigaciones /;1 sociedad." Muchos, habiendo experimentado inseguridades en SII posl('i(!'II,
provechosas. Sobre ese camino, el análisis funcional de estructuras concretas I Para una sugestiva interpretación de Ias diferentes orientaciones de Ia sociologia en 1':lIlIIpu
aún puede levantar una Casa de Salomón para los sociólogos. \' I", Estados Unidos, véase "German Sociology (1918-1933) ", por Karl Mannheim, en J'ulili,'u,
1'1 ;'1,29-33.
~ Esto no es desconocer diferentes estudios recientes que se mueven en esta dircccién. Si••
'11I1""go, Ia obra de Florian Znaniecki titulada The Social Role of the Mau oi Knowlcdgc (NIIOVM
',,,k, 1940), está dedicada a un esbozo teórico y no a un estudio empírico. The AcadcllIic MUII
\ N ""\".1 York, 1941), de Logan Wilson, se limita, como el título indica, aI ambiente acadéuuou. 1':1
',Ittdio de Claude Bowman titulado The CoIlege Profesor (Filadelfía, 1938) estudia Ias illlrigclleN
01,1 profesor presentadas en 19 revistas durante el último medio síglo, Y Ia Sociology ()f 'l'cud,iIlH
01" Willard Waller está dedicada en gran parte al maestro elemental y de escnela primaria supcriur.
",,11 Mannheim se refiere a una monografía inédita sobre el intelectual, y hay, desde luego, IIIlIIlt',
"",,,,, l'stndios breves en Ia bibliografía (principalmente en Ia europea). Pero tales estudios eu gene-
,.Ii "" se basan en datos empíricos detaJlados relativos aIos papeles reales de 10s íntelectnnles res-
27 Entre los estudios recientes deI recJutamiento para Ia burocracia se cuentan: Highez Civil I""11" de Ias políticas y Ias decisiones sociales. Bibliografías generales sobre el intelectual pucdcn
Servants in American Society, por Richard Bendix (Boulder, University of Colorado Press, 1949); '"'1St' "11 Ias obras Mannheim y en el articulo de Robert Michel titulado "InteJlectuals" cn Ia EIICY'
Career Perspectives in a Bureaucratic Setting, por Dwaine Marwick (Ann Arbor, University of 11"1',<11" oi the Social Sciences.
Michigan Press, 1954); Higher Civil Servants in Britain, por R, K. Kelsall (Londres, Routledge and :I Véanse, por ejemplo, "The relatíon of ideological inteJligence to public policy", por 1I. D.
Kegan Paul, 1955); Occupational Mobility in American Business and Industry, por W, r.. Warner I "",wdl. eu Ethics, 1942, 53, 25.34; "Legal education and public policy; professional traíning ln
y J. C, Abegglen (Minneapolis, Uníversity of Minnesota Press, 1955) Ihc I'III>IICintcrest", por H. D. Lasswell y M. S, McDougal, en Yale Law 10umaI, 1943, ,2, 203.
"), I,,, revistas de derecho cmpiczan a prestar considerable atención a estos problemas.
213
214 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIALY CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PúBLICA 215

empezaron a reexaminar Ias fuentes más generales de dichas inseguridades, Pero como Ios da tos de que disponemos son escasos, nuestro estudio
no sólo para otros estratos de Ia población, sino también para ellos mismos. I iene que basarse en materiales publicados esporádicamente y en entrevistas
Empezaron a estimar Ias conexiones entre su lugar en Ia estructura social y 111 formales con intelectuales, concernientes a sus experiencias relativas a Ia
sus conceptos, teorias y perspectivas. AIgunos llegaron a creer que sus nece- política pública. Por consiguiente, sólo podemos esbozar algunos aspectos
sidades no pueden ser satisfechas dentro de Ia estructura institucional exis- .lcl papel de los intelectuaIes: sus posibilidades, sus futilidades y sus recom-
tente y comenzaron a preguntarse por qué. Ahora casi acarrea prestigio el pensas. Nuestro estudio es poco más que una exploración que puede sugerir
reconocer Ia existencia de Ia lucha de clases; tanto es así, que un escritor de Iincas prometedoras para nuevas investigaciones. Trata de aspectos seleccio-
Fortune, Ia revista de los grandes negocios, rechaza "Ia vaga palabrería hipó- nados del papel deI intelectual, particularmente en Ias burocracias guberna-
crita" y "Ias frases melosas" a favor de "Ia terminología más realista y de Ios iucntales."
métodos de análísis empleados en Europa, donde Ia existencia de clases y
el antagonismo de sus intereses son claramente admitidos tanto por los ana- LA SITUACIÓN DE LOS INTELECTUALES Y LA POLÍTICA SOCIAL
listas políticos no marxistas como los marxistas que por primera vez los
l'nra nuestro propósito, no necesita ser definida de maneta mlly precisa Ia
sefíalaron" .4
pala bra "intelectual". Consideramos intelectuales a Ias personas en Ia me-
Puede ser que, una vez reconocida Ia existencia de estos problemas, los
t1hla en que se dedican a cultivar y formular conocimientos. Tienen acceso
intelectuales norteamericanos reúnan los datos necesarios para estimar Ias rea-
.1 \111 fondo de conocimientos que no proceden únicamente de su experiencia
lidades y Ias potencialidades de su papel en relación con Ia política social
pcrsonal directa, y 10 hacen progresar." Sus actividades pueden ser vaca cio-
general. Quizás puedan persuadirse a registrar sus experiencias con todo
n.ilcs o no: esta no es decisivo. El hecho de que John Stuart Mi11 haya
detalle. LQué papeles están llamados a desempenar? lQué conflictos y frus- pnsado muchos afies empleado en Ia Compaãía de Ias lndias Orientales no
traciones se experimentan en sus esfuerzos para desempenar esos papeles?
10 califica de intelectual.
zQué presiones institucionales se ejercen sobre ellos? zQuién, por ejemplo,
Debe advertirse que "el intelectual" designa un papel social y no Ia
define sus problemas intelectuales? LEn qué circunstancias inician ellos los
totulidad de una persona. Aunque ese papel coincide con diferentes papeles
problemas a investigar? LCuál es el efecto de esas investigaciones sobre Ia
profesionales, no tiene por quê confundirse con elIos. Así, normalmente
política? lCuáles son Ias efectos de Ia burocratizaci6n sobre Ias perspectivas
iucluirnos entre Ias intelectuales a los maestros y Ias prafesores. Esta puede
de los íntelectuales? lCreen que, aun cuando ellos originan problemas que
lnstar como mera aproximación, pero de ellos no se sigue que todo maestro
han de analízarse, tienden a pensar de acuerdo con otros puntos de vista es-
,) profesor sea un intelectual. Puede serlo o no serIo, según sea el carácter
trechamente restringidos? LCuáles son Ias problemas característicos del man-
1 cal de sus actividades. El caso límite se presenta cuando UIl maestro no
tenimiento de líneas de comunicaci6n entre Ias políticos y Ias intelectuales?
hacc más que ensefiar el contenido de un libra de texto, sin más interpre-
Puede formularse una amplia lista de lineamientos guías para Ia observación
I aciones ni aplicaciones. En tales casos, el maestro no es un intelectual,
de Ias participantes por intelectuales que estén tanto dentro como fuera de
,()IUO no 10 es el anunciador de radio que se limita a leer UI1 texto que escrí-
Ias burocracias. S610 esa información detallada nos permitirá pasar del plano
hcu otros para él. No es más que un engrane en Ia cadena de transmisión
de Ias vagas aproximaciones a Ias análisis intensivos y bien fundados de Ias
'!tle comunica ideas forjadas por otros.
relaciones de Ias intelectuales con Ia política social. S6Io cuando tengamos
Nos interesará cierta clase de intelectuales: los que son especialistas en
esos datos en gran cantidad dejará de interesarse tanto Ia sociología deI cono-
,I campo de Ias conocimientos sociales, económicos y políticos. En térrni-
cimiento por generalizaciones amplísimas que no pasaron por el tamiz de
) I()S generales, esta clase comprende a los científicos sociaIes y a los abogados.
una comprobación empírica adecuada.
I':ll muchos respectos, su papel, en particular en relación con Ia política pú-
4 "State of the Nation", por Sherry Mangan, Fortune, 28 (1943), 138. Los comentarios de !lI ica, es sociológicamente diferente del ele los especialistas en ciencias tísicas
Mangan destacan Ia relación entre e1 reconocimiento franco de Ia lucha de clascs y el desarrollo v hiológicas.
económico actual. "La primera máxima de Ia bibliografía política norteamericana parecíó ser durante
En primer lugar, hay un grado considerable de indeterminacum en 10s
mucho tiempo: "No 10 nombres y podrás acertar." Quizás en ninguna otra nación Ias definiciones,
Ias tendencias y los sucesos políticos van envueltos en una palabrería tan hipócritamente vaga. Esta resultados obtenidos por el científico social, por cuanto se refieren a acción
imprecisión no nace de mera idiosincrasia literaria. Más bien refleja el relativo atraso político de1 proycctada, Se encuentra ante contingencias mucho mayores que, pongamos
pucblo norteamericano, para quien aun crisís tan tremendas como Ia de 1929·39 todavía no han
dcstrozado bastante, conforme ocurrió en Europa, Ia estructura económica como para hacer dndar
por caso, el ingeniero electricista. Este último puede predecir, por ejemplo,
seriamente dei régimen social. Un magnífico precedente para acabar con ese potaje terminológico 10 dl\110 funcionará un tubo vacío destinado a un fin particular en Ias condício-
sent6 recientemente el SI. Eric [ohnston, presidente de Ia Cámara de Comercio de los Estados Uni-
dos, quien pidió que frases tan pacatas como "sistema de libre empresa" y "el modo de vida norte- r. Cuando fue leído en Ia reunión de Ia Sociedad Sociológica Norteamericana, este trabajo
americano" fueran sustituidas por el término científico preciso de "capitalismo". zSignifica el recorro- '·'Jlllprcndía un extenso análisis de Ias actividades de los intelectnales que contribuyeron a definir y
cimiento de Ia lucha de clases qne Ias crisis sociales están empezando a correr Ia pantalla de Ia fãlsa ,I ejccutar Ia política durante Ia Conferencia de Ia Paz de París.
conciencia? n Znaniecki, op, cit., pp. 37-8.
216 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PúBLICA 217

nes en que será usado; Ia "comprobación previa" en asuntos sociales no pasa adquiridos por el político a través de anos de experíencia de primera mano.
de ser una vaga aproximación, y aún así hay un alto grado de contingencia Esta es quizás una razón de Ia poco envidiable situación deI intelectual que
en Ia determinación de Ias condiciones en que habrá de operar eI pIan pro- cultiva Ias ciencias sociales que está relegado al purgatorio y que nunca está
puesto. Las posibilidades sefialadas por el científico social con frecuencía no .lel todo seguro si está destinado al cielo o aI infierno. Se le tiene a mano,
tienen, y a veces no pueden tener, Ia autoridad de pronósticos fidedignos pero rara vez se Ie considera indispensable, Si su consejo no confirma Ias
adecuados al fin que se persigue. EI conocimiento especializado consiste aquí opiniones deI "hombre de acción", puede ser devuelto a su purgatorio pri-
más bien en reducir Ios errores palpabIes de juicio. Esta indeterminación vado. Cuando hay gran indeterminación en prever Ias consecuencias de dife-
probablemente es Ia base de Ia ambivalencia de desconfianza y de expectativa rentes políticas, fácilmente puede ser ignorado el consejo del científico social.
esperanzada dirigida hacia el científico social en su calidad de consejero. Finalmente, el intelectual que trata con conducta y cultura humanas se
En segundo lugar, esta indeterminación contribuye también a socavar Ia interesa por posibilidades que implican valores inmediatos y obvios. Está
relación que existe entre expertos y clientes. AI valorar Ia competencia del cxpuesto en especial a los ataques de aquellos cuyos intereses y sentimientos
experto, el cliente no siempre puede confiar en los resultados, porque el juicio son heridos por sus soluciones. Este aspecto de su trabajo, acompaüado del
es siempre relativo. Quizás el problema hubiera sido resuelto mejor por otro grado hasta cierto punto bajo de probabilidad de sus predicciones concer-
especialista, quizás no. Hay una amplia zona de indeterminación aI estimar nientes aIos efectos de diferentes políticas, 10 hace especialmente vulnerable
Ia actuación del experto, y en consecuencia hay un importante aspecto fidu :1 Ia rápida renovación de expertos que hemos llegado a esperar en ciertas
ciario en el papel deI experto. Tiene que haber una organización social -por burocracias.
ejemplo, una sociedad profesional, una universidad que expida un título de Por estas razones, e indudablemente por otras, Ias intelectuales intere-
capacidad- que haga posible que Ia confianza dei cliente en los expertos sados en asuntos humanos en general se encuentran en situación menos se-
sea, en general, merecida. Pero cuanto más indefinidas sean Ias normas obje- gura que los físicos y Ias biólogos que afectan a Ia política pública.
tivas de valoración, mayor es Ia posibilidad de relaciones y sentimientos per-
sonales y de otros factores no objetivos que determinan el grado de confianza
INTELECTUALES BURÓCRATAS E INDEPENDIENTES
deI cliente en el experto. Sobre este fondo, podemos comprender una fuen-
te de descontento entre los expertos que observan a un colega, menos com-
Podemos elasificar convenientemente aIos intelectuales en dos tipos princi-
petente que elIos según criterios técnicos, sentado a Ia derecha de un político.
pales: los que ejercen funciones ases oras y técnicas dentro de una burocracia,
La indeterminación estimativa abre eI camino a discrepancias entre Ia posi-
v los que no pertenecen a una burocracia.
ción deI experto y su competencia. Se insinúa que tales discrepancias son
La distinción está seíialada aI reconocer Ia diferencia en Ia "clientela"
más probables en el caso de 10s científicos sociales que actúan de consejeros
de Ias tipos de intelectuales: para el intelectual burocrático, Ia constituyen
que en el de técnicos que operan en campos donde Ia eficacia relativa de su
los políticos de Ia organización para quienes directa o indirectamente des-
trabajo puede ser valorado con más exactitud.
empena Ia función asesora; para el intelectual independiente,? Ia clientela es
En tercer lugar, esta indeterminación al estimar Ia actuación en el cam- IIIl público.
po de Ios negocios humanos aumenta Ia necesidad que tienen los políticos
Nos interesaremos ante todo por Ias relaciones con Ia política deI inte-
de confiar en el juicio de expertos al reelutar nuevo personal experto. Así
lectual de Ias burocracias públicas, con alguna atención para el intelectual
es como, completamente aparte deI nepotismo deliberado, tienden a formarse
independiente en este mismo respecto. EI intelectual independiente que, en
camarillas de consejeros. Porque es muy probable que los expertos que están períodos de crisis social, entra temporalmente en una democracia pública cons-
en una organización acudan a otros expertos a quienes conocen y acerca de I ituye un tipo intermedio.
Ios cuales pueden formular un juicio fundado en esta familiaridad directa.
Las redes de relaciones personales entre intelectuaIes con frecuencia sirven
como agencias para crear camarillas que se bastan a sí mismas, cerradas y RECLUTAMIENTO DE INTELECTUALES POR LA BUROCRACIA PÚBLICA
autónomas, por 10 menos entre los consejeros más importantes.
En cuarto lugar, el intelectual interesado en asuntos humanos trata datos La burocratización implica insistencia en Ia racionalidad del procedimiento
y problemas acerca de los cuales los políticos están convencidos con frecuen- (dentro de ambientes limitados), Ia cual requiere personal intelectualmente
cia de que saben mucho. No es de ningún modo evidente para el político
7 La frase "intelectual independiente" no se usa aquí en el sentido de Mannheim o de
que el experto tenga más competencia que él para tratar Ias problemas. Alfred Weber. Se reficre sirnplemente aIos intelectuales que no desempeiian funciones asesoras
Cuando el científico social está prácticamente seguro de Ia validez de su .iyudando a formular o a ejecutar políticas de una burocracia. Se incluyen entre los intelectuales
indcpendientes los individuos académicos, a pesar de su conexión eon una "burocracia académíca",
consejo, con gran frecuencia se trata de asuntos insignificantes. Cuando trata Su papel es diferente del de los intelectuales burócratas, puesto que no se espera de ellos tipicamente
grandes cucstiones, sus conocimientos pueden no ser tan grandes como los 'IlIe utilicen sus conocirnientos especializados para dar forma a Ia política de Ia burocracia,
218 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA púBLICA 219

especializado. Jóvenes intelectuales de los Estados Unidos han sido recluta- examinaron el aflujo de intelectuales a Ia burocracia del Estado, particular-
dos en número cada vez mayor por Ias burocracias públicas, al menos durante mente antes de Ia guerra. En contraste con los intelectuales alejados de Ias
Ia última generación. Merecen atención dos aspectos de este fenómeno: I) empresas está Ia masa, sin duda mucho mayor, de reclutas para Ias burocr.icius
sus implicaciones en relación con un cambio en 105 valores de 105 intelec- públicas: Ios técnicos que son declaradamente indiferentes a cualquicr poli.
tuales más jóvenes, y 2) el modo como Ia burocracia convierte a intelectuales tica social dada, pero cuyos sentimientos y valores son, en términos gCllcralcs,
con mentalidad política en técnicos. los de Ios grupos de poder existentes. Los técnicos conciben su papel simplc-
Muchos intelectuales se han alejado de 105 supuestos, objetivos y recom- mente como el de equipar y hacer practicabIes Ias políticas definidas por los
pensas de Ia empresa privada. Ese alejamiento respecto de Ios valores de Ia políticos. El código profesionaI del técnico 10 obliga a aceptar una rclación
clase negociante es un reflejo de Ias dislocaciones institucionales que produ- de dependencia con e1 ejecutivo. Este sentido de dependencia, quc está TO
cen Ia inseguridad y Ias incertidumbres. La experiencia de Ias crisis econó- deado de factores sentimentales, se expresa en Ia fórmula: el político seüaln
micas periódicas se hace sentir en Ia negativa de lealtad a Ia estructura de Ias metas (Ios fines, Ios objetivos), y nosotros Ios técnicos, a base de couoci
poder que prevalece. Los intelectuales llegan a im buirse de valores y normas rnientos especializados, indicamos diferentes medios para llegar a esos fines.
que, según creen, no son congruentes con un lugar en el mundo de Ios nego- Tan dominante y tan persuasivo es este código profesional, que llevó a los
cias. Algunos se dedican a Ia enseãanza, en particular a Ia ensefianza univer- técnicos a someterse a esa distinción tajante de medios y fines sin advertir
sitaria, que posibIemente Ies proporciona una posibilidad de ejercer sus inte- que Ia distinción verbal misma puede servir de apoyo a Ia huida de 10s lée
reses inteIectuaIes y de evitar Ia sujeción directa al "control de Ios negocios". nicos de toda responsabiIidad social. E1 técnico considera un fin () mcln
Mas para muchos de estos intelectuaIes Ia profesión de Ia ensefianza significa como el término de Ia acción. No puede verIo como ocasión de consccucucius
estar aI margen, viendo, sin participar en eUos, Ias movimientos históricos ulteriores. No llega a ver que Ia acción neva implícitas sus consecuencias.
que están en marcha. Más que estar aI margen de Ia historia, prefíeren tener Hay, finalmente, inteIectuaIes independientes que, en tiempo de crisis
Ia sensación de contribuir a hacer historia, ocupando un lugar dentro de Ias social aguda, como una guerra o una crisis económica, pululan tempera I
burocracias públicas que probabIemente los sitúa más cerca del verdadero mente en Ias burocracias públicas. Estos burócratas ad hoc puedeu hubcrsc
foco de decisiones importantes. alejado o no de Ios grupos de poder que prevalecen. Pero no habieudo
En el atractivo de Washington para el intelectual hay un sintoma, qui- identificado sus carreras con eI servi cio en Ia burocracia, probablemeutc SOIl
zás, de Ia creencia en que eI centro del controI efectivo está cambiando de menos coaccionados por Ias presiones burocráticas. Para ellos, hay Ia f:kil
lugar en nuestra sociedad, que está pasando, digamos, de Wall Street a Ia alternativa de volver a Ia vida privada.
Avenida de Ia Constitución. Que puede no ser éste el caso, pues, como ha Todo esta sugiere líneas de ínvestigacíón concerniente al rccl 11Iaru iC1l1 I}
sugerido Walton Hamilton, más bien sucede que Wall Street ha trasladado de intelectuales por Ias burocracias públicas. Es fácil disponer de dalos sobre
sus cuarteIes generales a Ia capital, no es cosa que interese aquí. Pero Ios Ios criterios objetivos para Ia selección, pero son de interés secundario. Nos
inteIectuaIes alejados de Ios nego cios que trabajan en Ia burocracia guberna- gustaría saber Ia situación de c1ase social de los inteIectuales quc cncncnt run
mental no suelen concebir su carrera como una contribución indírecta al su camino dentro de esas burocracias. Concretamente, len qué 1l10111Clllos se
mundo y clase de Ios negocios. Más probable es que consideren el gobierno presentan Ias alternativas posibIes en Ia carrera deI intelectual? lQllé prcsio
y su papel, grande o pequeno en él, corno un instrumento para modificar eI nes le llevan a preferir Ia burocracia pública a Ia privada? EI alcj.nuicnto
sistema de poder de 105 nego cios del cual se han alejado. Para esas personas, ele los valores del mundo de Ios nego cios y el rechazo de los mismos, lCll q\lt·
el servi cio deI Estado representa un ataque frontal contra Ios grupos de inte- medida representan un papel en esa preferencial lCuáles son Ias fuculcs del
reses que han tornado hasta ahora Ias decisiones importantes. alejamiento? lPodemos así proyectar luz sobre e1 tipo común de inlclcctuulcs
Intelectuales que quizás anteriormente prometieron IeaItad a movi- que se divorcian de los valores nominalmente soberanos para idcutificmsc
mientos políticos que se proponen modificar nuestra estructura económica y con eI destino de centros de poder potenciales? lEI aflujo de intclcctuulcs
política, ahora, a 10 que parece, adoptan en número cada vez mayor Ia posi- a Ia burocacia pública sirve de medida barométrica de cambies rcalcs o
bilidad de operar esos cambios mediante Ia autoridad gubernamental cons- inminentes en el poder? lCuáles son Ias previsiones comunes cn los intc
tituida. En Ia medida en que los intelectuales conciben así el lugar actuaI lectuales que esperan encontrar su hogar espiritual en una burocracia estatal?
del gobierno, es probable que piensen desde eI punto de vista de suministrar Los dates sobre cuestiones como éstas contituyen el primer paso para deter-
Ios conocirnientos especiales sobre los que se basan Ias decisiones ejecutivas minar 10s efectos posteriores de Ia vida burocrática sobre los intelcctuales.
que se orientan en direcciones nuevas. S6Io cuando esté reunida esa información podremos compro bar Ia hipótesis
No se supone, desde luego, que este tipo de motivación sea característico de que Ias burocracias provocan Ia transformación gradual del intelectual
de los intelectuales de nuestras burocracias públicas. Su frecuencia es cues- nlejado de Ia empresa en el técnico apolítico, cuyo papel consiste en servir
tión de hecho, pero que tiene lugar en cierta medida es rnanifiesto a qiiienes a cualquier estrato social que esté en el poder.
220 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PÚBLICA 221
hace quízás una formulación algo más definida en forma de indicación de
POSICIÓN Y PERSPECTIVAS llUROCRÁTICAS una zona específica en Ia que hay que proyectar Ias políticas que pueden
seguirse (por ejemplo, Ias relaciones servio-croatas en Europa o Ia producción
Aunque hemos sefialado un contraste entre los intelectuales alejados de Ia por pequenas empresas industriales durante Ia guerra). Esta delimitación deI
empresa (de mentalidad política) y los técnicos en el momento en que in- campo reduce el margen deI intelectual para decidir Ia naturaleza de los
gresan en Ia vida burocrática, esta distinción puede atenuarse cada vez más problemas prácticos yel carácter de Ia información pertinente. O se le puede
en el curso de su servicio dentro de Ia burocracia. Parece que Ia burocracia presentar el problema al intelectual en momentos progresivamente antícipa-
estatal ejerce una presión sobre el intelectual extrafiado para que se adapte dos en el continuo de decisiones: en el momento en que se examinan Ias
a Ias políticas de quienes toman Ias decisiones estratégicas, con el resultado, a políticas posibles, o en que se adoptó una política específica y se necesita
su tiempo, de que el papel deI intelectual en otro tiempo alejado de los ne- información sobre Ias medios de realizarIa mediante un programa definido de
gocios puede Ilegar a no distinguirse del papel del técnico. acción, o, finalmente, después de haber puesto en práctica un programa dado
AI describir el proceso por el cual eI intelectual en Ia burocracia se con- y se pide que se valore o estime Ia eficacia deI mismo, Estos intervalos en
vierte en un técnico, procedemos sobre el supuesto de que Ias perspectivas el continuo de decisiones plantean aI intelectual diferentes tipos de proble-
y los puntos de vista son en gran parte producto de Ia posición social. Los mas. En general, parece haber una relación inversa entre Ia especificación
intelectuales están orientados hacia círculos sociales más o menos definidos, deI problema definido por el cliente y el ámbito del intelectual para iniciar
y adaptan sus intereses, actitudes y objetivos a esos círculos. Las exigen- proposíciones políticas.
cias y Ias expectativas inherentes a una posición social tienden a moldear Ia Cuanto más aI principio opere el intelectual en el continuo de decisión,
conducta de quienes ocupan Ia posición. Como muy bien ha indicado Mead, mayor es su influencia potencial para orientar Ia decisión. Cuando Ia zona de
el yo social se produce mediante Ia adoptación de conjuntos organizados de investigación no es indicada con precisión por el político, Ia investigación del
actitudes de otros individuos importantes. Además, esta progresiva asimila- intelectual puede, dentro de ciertos 1ímites, enfocar Ia atención sobre ciertas
ción de Ias valoraciones y Ias expectativas de otro es cumulativa y suele tener líneas posibles de accíón dando mayor peso a ciertos tipos de pruebas. Este
lugar sin que el proceso sea advertido, salvo en momentos ocasionales de parece haber sido el caso, por ejemplo, con los Catorce Puntos del presidente
confhcto." Esta visión de Ia formación de personalidades de funciones dirige Wilson, que en gran parte fueron producto de una estimación de Ia situa-
inmediatamente nuestra atención a Ias diferencias en los "otros individuos ción total hecha por intelectuales "cuyos cerebros tomó prestados", para usar
importantes" para el intelectual burocrático y para el independiente: en resu- Ias palabras del mismo presidente. AI ayudar a establecer esas estructuras
men, nos obliga a examinar Ia diferente clientela de los dos tipos de intelec- políticas generales, el intelectual puede iniciar cierto control desde abajo. En
tuales y el papel que representa en Ia conformación deI papel deI intelectual. raras situaciones de este tipo, el político puede encontrarse en Ia notable
Lejana o directamente, el cliente del intelectual burocrático es un polí- situación deI francés en 1848, quien, cuando le instaron a que no se uniese
tico a quien le interesa traducir ciertos propósitos, vagos o bien definidos, ;1 Ia multitud que asaltaba Ias barricadas, contestó: "Tengo que seguirIa, soy
en programas de acción. Lo que el cliente pide aI intelectual puede variar, su jefe." ,
pero en 10 esencial probablemente puede subsumirse todo dentro de un Pero, de manera más típica, el intelectual burocrático se encuentra en
número limitado de tipos. una situación en que se le pide información para políticas específicas o posí-
La especificidad de Ias demandas deI cliente al intelectual burocrático hles que ya fueron formuladas por los políticos. Se le pide que indique, como
influyen mucho en Ia determinación del carácter de Ias actividades deI se- cxperto, Ias necesidades que hay que tener en cuenta aI elegir una u otra de
gundo. En un extremo, el político puede indicar simplemente una zona Ias alternativas propuestas o aI poner en ejecucíón una política particular.
general sin indicación deI carácter de Ias decisiones que piensan tomarse. Cuando los problemas llegan al intelectual en esta fase adelantada en el con-
Esta es una zona mal definida en Ia que tal vez será necesario actuar en al- rinuo de decisiones, llega a pensar en gran parte en términos instrumentales
guna fecha futura (por ejemplo, Ias relaciones étnicas en Europa o el estado V a aceptar Ias definíciones ya existentes de los objetivos. Sus perspectivas
de Ia moral en el ejército). AI intelectual se le pide que reúna datos perti- cstán fijadas de acuerdo con ellos. Sólo consigue ver los aspectos de Ia situa-
nentes a base de los cuales puedan tomarse después decisiones "inteligente- ción total que están directamente relacionados con Ia política propuesta.
mente". En este momento de baja especialidad de Ias peticiones deI cliente, Puede o no darse cuenta de que ignora otras posibilidades en su investiga-
el intelectual tiene el mayor campo posible =-en ocasiones un campo tan ción, por concentrarse sobre Ias consecuencias o los modos de llevar a efecto
incómodo, por ejemplo que produce inquietudes como resultado de una posibilidades limitadas que le han presentado, Puede olvidar el hecho de que
orientación imperfecta- para definir problemas, para decidir cuáles son los \111 modo de ver implica un modo de no ver: que limitar el campo de uno

datos pertinentes y para recomendar otras políticas posibles. O el cliente :I Ias posibilidades A y B significa ignorar Ias posibilidades C y D.
Este problema de Ias relaciones con el político toma una forma cornple-
8 Mind, Sei! and Society, por G. H. Mcad (Chicago, 1934), Parte lI!.
222 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PúBLICA 223

tamente diferente para el intelectual independiente. Sus perspectivas pue- eu un programa. Para el intelectual burocrático Ia política puede definirse en
deii estar orientadas por su posición dentro de la estructura de clases, pero estos términos: lCómo podemos hacer Ia segregación tolerable, si no agra-
cstán algo menos sometidas al control inmediato de una clientela específica. duble, para el trabajador negro? En consecuencia, el consejero burocrático
Enfoca de manera característica Ia zona problema completamente aparte de pnede indicar que ciertos tipos de propaganda dirigida a Ia población negra
10s supuestos y los intereses previas de un cliente burocrático. Puede sentirse pneden servir para levantar Ia moral, sin eliminar Ia segregación. Las investi-
libre para examinar Ias consecuencias de políticas posibles que quizás fueron gaciones del intelectual burocrático sirvieron, pues, para realizar una política
iguoradas o rechazadas por Ia burocracia. Sus limitaciones no son en Ia misma previamente definida. Pero el intelectual independiente no tiene por qué
medida cuestión de descartar posibilidades sin investigación suficiente. Pero, limitar sus investigaciones de ese modo, sino que puede estudiar los medios
ai no estar sometido a Ias presiones de decisiones inminentes basadas en su de eliminar Ia segregación racial sin rebajar apreciablemente Ia moral de Ias
lrabajo, el intelectual independiente puede residir en Ia esfera de Ias buenas rrabajadores blancos. Puede, en otras palabras, discutir Ia política dominante
intcnciones y de los malos programas de acción. Aun cuando formule Ia explorando sus consecuencias y estudiando modos de poner en práctica una
política y el problema eu términos realistas, es difícil que sus opiniones política diferente. Debe advertirse que Ia validez de Ias dos conjuntos de
lleguen a 10s políticos responsables. Por 10 que respecta a afectar a Ia política resultados no se discute, pero Ias respectivas investigacíones serán útilcs
pública, quien no está en Ia burocracia se convierte en una voz pequena y para un propósito y no para el otro. El punto decisivo es reconocer Ias implí-
con frecuencia imperceptible. caciones de valores que suponen Ia eleccion misma y Ia definición del pro-
De todo esto nace el dilema que se le enfrenta al intelectual que está blema, y que la elecci6n estará en parte determinada por Ia posición del
activamente interesado en impulsar Ias innovaciones sociales. Esto puede ex- intelectual en Ia esiructura social. EI intelectual burocrático, que tiene que
presarse, con bastante exactitud en ellema: El que innova no es escuchado, permitir que el político defina el campo del problema que ha de investigar,
yel que es escuchado no innova. Si el intelectual ha de representar un papel implicitamente alquila su pericia y sus conocimientos para conservar un arre-
efectivo en poner a trabajar sus conocimientos, cada vez se hace más nece- glo institucional particular. El intelectual independiente quizás no afecte
sario que se convierta en parte de una estructura burocrática de poder. Pero dircctamente a Ia política vigente, pero hace avanzar conocimientos que tal
esta exige con frecuencia que abdique su privilegio de explorar posibilidades vez serán útiles para modificar Ia ordenación actual. Así, el intelectual toma
políticas que considera importantes. Por otra parte, si permanece indepen- "li más importante decisión en cuanto a valores aI seleccionar a su clientela
diente para conservar plenas oportunidades de elección, carece, en forma y, en consecuencia, el tipo de problema que le interesará,?
típica, de recursos para realizar sus investigaciones en escala adecuada y de Hay otra manera en que tiende a cambiar Ia orientación de los intelec-
una probabilidad grande de que sus hallazgos sean aceptados por Ias políticos Inales que entran en Ia burocracia, y se deriva de Ia presión para Ia acción.
como base para Ia acción. 'I'ienden a hacerse, como dice una vaga frase, "menos teóricos y más prác-
No es necesario decir que Ia integridad plena puede encontrarse tanto I icos". ZA qué se refiere esta? Cuando más cerca está del centro real de Ias
en Ias intelectuales burocráticos como en Ias independientes: Ias diferencias .lccisiones, más necesita una política amplia ser traducida en programas de
esenciales están en Ias relaciones con el cliente y en Ias presiones concomi- .rcción y mayor es el número de consideraciones que hay que tener en cuenta,
tantes que juegan un papel en Ia definición de Ias problemas que se conside- por encima de Ia formulación originaria de Ia política. Este "tomar en cuen-
ran importantes. Los dos tipos de intelectual pueden tener plena integridad Ia" variables adicionales significa un cambio parcial de Ia política originaria;
dentro de Ias límites de su definición de los problemas. Pero cada uno de ,ignifica "un compromiso con Ias realidades del caso". Así, cuanto más cerca
ellos toma una decisión importante, y a veces diferente, relativa a valores, ('slé situado el intelectual del punto de decisión real, mayor presión experi-
al aceptar o rechazar Ia definición de un problema. Pongamos un ejemplo. monta para acomodar sus originarias forrnulaciones abstractas a Ias exigencias
Tanto Ias intelectuales burocráticos como los independientes pueden hallar- de Ia situación. Esta presión, que actúa durante algún tiernpo, da forma a
se tratando Ia misrna zona problema: Ia segregación racial en un centro indus- LIS perspectivas generales del intelectual burocrático, quien llega a pensar
Irial del Norte. En el plano de Ia averiguación de Ias hechos, unos y otros (';Ida vez más en términos técnicos e instrumentales que en Ias medias ele
i 111 clcctuales pueden llegar a Ia misma conclusión: que una gran proporción p()ner en ejecución Ias políticas dentro de situaciones dadas.
ele I rabajadores negros tienen una moral baja y una baja producción indus- AI intelectual independiente, Ias cambias de perspectiva de su colega
I riul, corno resultado manifiesto de experimentar una c1iscriminación cons-
D I.o que hemos intentado hacer aqui es aclarar, mediante un ejcmplo concreto, una implicación
1:1111 c. Los investigadores también pueden coincidir en que un número con- <"'.("\lc;aldeI concepto de Weber sobre el papel deI Wertbeziehung en Ia ínvestígación intelectual,
sidcrublc de trabajadores blancos se oponen a toda propu esta de eliminar Ia I )icc Weber que Ias obscrvaciones se enfocan sobre ciertos aspectos de Ia situación concreta según
sl'grcgaeión. La diferencia entre el punto de vista y Ias investigaciones de Ias ",II",es que gobiernan y defincn 10 que se considera "importante". Quedan, pues, por explorar
ddcrclltcs puntos fijos de Ia estructura social, 105 valores recurrentes en csos puntos y Ia determina-
intclccíualcs burocráticos y de Ias independientes muy bien puede hacerse c,{m de Ias relaciones efectivas entre estructura social y actividad intelectual. Véase Max Weber,
inanificsta cn el plano inmediato: el de formular una política y convertirlá CC."lllllllcJte Aufsãtze zur Wissenschaftslehre (Tubinga, 1922), 177-84.
224 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PÚBLICA 225
burocrático le parecen con frecuencia "ventas". Este tipo familiar de anta-
cuentemente aun aI proponer directivas políticas. Probablemente está en Ia
gonismo es consecuencia de Ias diferentes posiciones de los dos tipos de inte-
base de un desahogo corno el siguiente de un político que volvió a su cargo
lectuales en Ia estructura social, con algunas diferencias inevitables en Ia pers-
como ejecutivo de publicidad:
pectiva. EI intelectual independiente puede seguir siendo firme en Ia adhe-
sión a sus formulaciones, ya que no se traducen en acción, y a veces no ve La mentalidad magisterial es, según estimo, uno de los factores más peli-
aspectos del problema de Ia acción que gravitan constantemente sobre el inte- grosos en nuestro gobiemo actual. En lugar de Ia visión amplia teórícamente pro-
lectual burocrático. EI intelectual burocrático, por otra parte, tiene posibi- metida, su pensamiento, bajo el calor de Ia autoridad, toma alas y se remonta a
lidades limitadas. 1) Puede adaptar sus propios valores sociales y sus conoci- través de Ias nubes sin que se 10 impidan los hechos ni le estorbe Ia realidad.
mientos especiales a los valores de los políticos. 2) Puede tratar de modificar Ya estoy harto de esos muchachos de regIa de cálculo. Me encontré con que
no hay elasticidad en sus mentes rígidas, académicas ... no hay opinión que igua-
Ias políticas vigentes de los ejecutivos en el aparato burocrático. 3) Puede
le a Ia suya a menos que esté en completo acuerdo con ellos o tenga mayor osadía
reaccionar en forma de una disociación esquizoide entre sus valores y los de
cn su mundo de suefios,
Ia burocracia, considerando su función puramente técnica y sin implicaciones No necesitan el consejo de personas experimentadas. Sus mentalidades libres-
de valores. La primera reacción supone Ia asimilación de los valores de Ia cas, quiméricas, de aula, decididamente no tienen puertas ni ventanas por donde
burocracia, ya veces un cambio deI punto de vista anterior deI intelectuaI. La entrar en ella.10
segunda, cuando el intelectual ais lado trata de oponer sus fundadas opinio-
nes a Ias del aparato total, suele implicar un conflicto ineficaz que con fre- Pero esos conflictos son menos un producto deI ambiente burocrático que
cuencia es preludio de Ia saIida deI intelectual de Ia burocracia. La tercera ele un choque más extenso entre los valores y 10s intereses de Ias intelec-
reacción, que suponemos que es Ia más frecuente, conduce aI "papel de téc- luales y los hombres de negocias. Las actitudes de los negocias organizados
nico". Corno este papel es apoyado por Ias costumbres profesionales deI hacia el intelectual, expresadas por una revista corno Nation's Business, son
intelectual -"Corno hombre de ciencia, no me permito juicios de valor"-, reveladoras a este respecto." lndican los modos en que el intelectual entra
reduce el conflicto de otro modo experimentado aI realizar políticas que di- cn conflicto con Ias valores y Ias intereses económicos consagrados.
fieren mucho de 10s juicios propios. En resumen, Ia segmentación de papeles Las estimaciones que hacen los intelectuales de Ias consecuencias de Ias
permite aI intelectual conservar su sensación de integridad personal, aunque prácticas y los dispositivos económicos actuales, que no consideran sacrosan-
participe en programas que van contra sus propios valores. tos, suscitan ataques directos de los hombres de negocias, que se identifican
Todo esto sugiere que el intelectual independiente y el burocrático rea- con esas prácticas como técnica mente eficaces y moralmente buenas. Ésta es
lizan funciones totalmente diferentes respecto de Ia política sociaI. El inte- una fuente de Ia acusación que se le hace aI intelectual de carecer de sentido
lectual independiente puede servir de tábano, de crítico de Ias políticas práctico. No se entiende con "Ios hechos del caso", y esos "hechos" son Ias
consagradas, sefialando públicamente algunas de sus implicaciones y conse- prácticas corrientes. A 10s "economistas teóricos" que piensan en ordena-
cuencias. En un grado limitado puede, pues, afectar aI clima de Ias decisio- mientos diferentes, se les pone en Ia picota como "sentimentales enfermi-
nes. Con Ia aparición de los medios de comunicación para Ias rnasas, esta zos", en contraste con los "hornbres prácticos" que llevan adelante los nego-
función adquirió una importancia mayor aún de Ia que tuvo en el pasado. cias de Ia nación. Y como esos ordenamientos diferentes no han solido
Por otra parte, el intelectual burocrático, salvo en Ias casos hasta cierto punto ponerse en práctica, todos esos arreglos presuntos pueden ser tildados inme-
raros en que realmente define Ia política, está limitado en gran medida a diatamente de "utópicos". Así se ataca a "los altos intelectos que escriben
idear modos más eficaces de realizar Ias decisiones y de encontrar otras posi- Ias libras guías para Ias U topías económicas".
bilidades para Ia acción que no violen los valores de Ia burocracia. Esta in- La identificación deI hombre de negocias con sus rutinas y sus axiomas
dica que los intelectuales independientes pueden servir a propósitos comu- culturales habituales no 10 predispone a aceptar cambias en dichas rutinas
nes, aun durante Ias crisis de guerra, con tanta eficacia, aunque de otra y axiomas. La siguiente desdichada copleja no es un alegato atípico deI hom-
manera, como los intelectuales que dedican "sus energías aI esfuerzo de gue- bre de negocias que quiere medrar en ellos:
rra" sirviendo en una burocracia pública.
Trabaja sin cesar por tus empleados
-teóricos, maestros, escribientes-
POLÍTICOS E INTELECTUALES
y mantendrás así a esos rczongones
Pero aun cuando el intelectual burocrático se adapta con frecuencia aI punto que te maldicen mientras tú trabajas.
ele vista de Ias políticos, todavía puede proyectar lineas de acción que vavari
10 Lou R. Maxon, en una declaración hecha en relación con su dimisión de Ia Oficina de Ad-
contra los valores y los objetivos de lo« hombres de negocios que tienen ministración de Precios, New York Times, 15 de junio de 1943, 15.
buestos en la política del. gobiemo. Este choque de valores tiene lugar fie- n Este breve resumen se basa en una muestra de todas Ias refereneias a intelectuaIes, profe-
seres, ete., contenidas en Nation's Busincss en seis anos seIeccionados deI pcriodo de 1928 a 1943
226 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL nl'J<:L DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PúBLICA 22;

Estrechamcnte relacionado con este reto de Ia moral de Ia clase nego- \ 1.1.rctuación independiente. Así, se nos dice que 105 profesores son carac-
ciante está cl uso que hace eI intelectual del análisis histórico y crítico. EI 1'11,,1icnmente "hombres que han pasado aíios en dirigir inteligencias inrna-
mundo de Ios negocios suelcn sentirlo quienes están más directarnente meti- ,IIII:IS Iy por consiguiente] les impacienta Ia oposición", Y se aplaude Ia
dos en él como un daium, una cosa dada, no analizable en elementos que 111\lIsil')]) de papeles, de una manera franca, cuando se les recuerda a los pro-
quizás puedan volver a cornbinarse de una maneta difercnte.P En conse- I,,;orcs su deuda con quíenes hacen posible su supervivencia, como cn el
cuencia, se percibe el análisis deI intelectual como "irrealista" y "teórico" (en '"II1Clllario sobre "los llamados intelectuales ... que proceden en su mayor
sentido peyorativo). No es sorprendente, pues, que los hombres de negocias 1',111c de comunidades de colegio donde tuvieron el privilegio de usar aparatos
hayan hecho ele Ia palabra "teoria" un denuesto y que rechacen "Ia abstrac- \ «-rvicios caros, y rara vez calcularon su costo para los contribuyentes ni
ción magisterial producida entre Ia bruma de Ias selvas intelectuales". 11'.llctaron cl sistema que produjo a los benéficos donadores de los edificios
Ac1emás de esas fnentes directas de conflicto, hay lineas de fisión a eon- \ «l cquipo, y muchas veces de los sucldos de que viven".
sccucncia de Ias diferentes posiciones de Ias intelectuales y Ias negocias orga-
nizados en Ia cstructura social. Por intercsados que puedan estar los intelec-
tuales en mejorar su situación económica, Ias controles institucionales les FRUSTACIONES DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA
obligan a considerar eso como un snbproducto y no como cl propósito inrne-
diato de su actividad. Por Ia otra parte, cl papel del hornbre de negoeios es 11111C50S tipos de conflicto como fondo, no es nada sorprcnclentc que cl
definido firme v tradicionalmente como consistente cn Ilevar al máximo sus 11Iil'lcctual experimente comúnmente una seric de frustraciones, una vez qtle
ingresos cconól;ücoS (por medi os legítimos), y todos los deniás aspectos de " 11:1convertido en parte integrante de una burocracia quc está en cierto
sn papel S011 subordinados a ese objetivo institucionalmente definido. Hay ',I.ldo controlada por quienes no pueden vivir con él ni sin él.!" La luna de
pues, dos designios opuestos de vida, dos series contrarias de imperativos IIl1el de los intelectuales y 10s políticos con frecuencia es desagradable, irra-
culnuales. Parte, por 10 menos, dcl rccelo y de Ias recriminaciones mútuas , 11111:11 y breve. Esto ticne una base sociológica cornprensible. EI intelectual,
naccn ele esta oposición institucionalizada de puntos de vista. El hornbre de ,11I! ('s de ingresar en su empleo burocrático, suele pensar en sus problemas
ncgocios puedc discutir e impugnar Ia integridad ele Ias costurnbres del inte- 1111 «lcctuales haciendo abstracción de Ias exigencias de otras personas deter-
lectual. O .puede tratar de asirnilar esas costumbres a Ias suyas. Así, a Ios 1I1111:lclas.Puede creer que un problema se resuelve por su interés intrínseco.
in telectuales tam bién se les considera ante todo como egoístas: se considera 1111:1vez ingresado en Ia burocracia, descubre que Ia tarea misma del inte-
su búsqueda de conocimientos simolemente como un esfuerzo para mejorar 1"III:ll está estrechamente conectada con relaciones socia1es dentro de Ia
de posición, como en Ia siguientc clcfinición de "un libra de un profcsor": luuucracia. Su sc1ección de los problemas a estudiar debe guiarse por 10 que
,I \:I1>Co crce saber de sus clientes o de sus posibles clientes; su plantea-
uu libra sin valor práctico escrito por un profesor cn gran parte porque, como el 1(II(lIto del problema, sus análisis y sus informes tienen que engranarse en Ia
lector advierte, dcbe figurar cn una publicación cl nombre del profesor. 1111\111;1 relación con el cliente. En suma, si anteriormente habia experimen-
I.ldo la sensación de autonomiaintelectual -que ésta fuese verdadera o falsa
O quízás trate el hornbre ele negocios de depreciar Ia personalidad social I'" Iiene importancia por el momcnto=-, ahora se da cuenta de los controles
del intelectual. Entre quienes han tenido poca instrueción formal, esto \ !"iNes ejereidos sobre el carácter y orientación de sus investigaciones. Esta
puede Ilevar fácilmente al anti-intelectualisrno, eonvirtiendo los grados uni- ,"lIsación de coacción, el1 particular cuando él no ve claro acerca de Ias nece-
versitarios en un símbolo de desprestigio. El hornbre de negocios COIl alta "bles exactas del cliente, o, si ve claro, cuando discrepa de Ia naturaleza
instrucción formal estuvo, en 1111 tiempo, subordinado a profesores. A ese ,[,, 1ales necesídades, se registra como frustración. Los conflictos resultantes
título, tuvo ocasíón de conocer los valores y Ias normas ele Ia existencia magis- ,"lle los criterios de selección y análisis de los problemas como intelectual
terial que, en c1 tipo ideal, difieren en algunos respectos de los del mundo 111< k.pcndiente y como intelectual burocrático con frecuencia conducen a huir
de los negocios. Habiéndose emancipado del colegio univcrsitario, cl horn- ,11' 1:1burocracia para acogerse de nuevo a Ia supuesta autonomia,
bre de negocios puede actuar defensivamente aunque no sea más que porque La frecuente renovación de personal experto en Ias burocracias públicas
siente UIl vestígio de culpa por no haberse adaptado a los valores desintere-
'''' cs meramente asunto de insatisfacción del cliente ni de críticas por grupos
sados con que estuvo cn contacto cuando fue estudiante. Puec1e aprovechar
,',I (Tiores, como, por ejcmplo, el Congreso. Con frecuencia es producto de
Ia oportunidad de afirmar su plena emancipación desvalorando a sus superio-
res ele otro tiempo, con 10 cual efectúa una inversión de papeles, No es este
I;: Seria iutcrcsunte haccr circular entre 10s políticos nortcamericanos Ia siguicntc observación
un tipo de conflicto diferente del que se presenta en Ia família cuando el .1, I"sé Stalin: " ... ninguna clasc gobernantc ha conseguido todavía prescindir de SIlS intclcctuales.
hijo pasa de Ia edad de Ia dependencia y Ia subordinación a Ia edad adulta I I I,,,,blerna cs no desalentar a los camaradas", Y tambiéu: "'Hostigar al especialista' se ha consi-
,1(I,ulo sicmprc, y siguc considerúu dosc, una manifestación dafuna y vergonzosa.' A juzgar por los
12 Esta está tomado de Ia forrnulación de Mannheim en Ideología y Utopia. ,',OS de Vavilov y Varga, entre otros muchos, Ia política dc Stalin cambio de nnevo.
228 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL PAPEL DEL INTELECTUAL EN LA BUROCRACIA PÚBLICA 229

Ias frustaciones cumulativas experimentadas por el intelectual que antes es- di;I!;!. Pero esto puede producir Ia "neurosis de limites"; pueden plantearse pro-
1"1'111;15 que es imposible resolver dentro del tiempo sefíalado.
taba condicionado a una sensaci6n de autonomia personal y no puede aco-
1<:1problema deI Iímite quizás fue planteado por Robert Louis Stevenson en
modarse a Ias coacciones visibles que le impone una organización reglamen- 111\cuutexto totalmente diferente:
tada. Así, un psiquiatra observó recientemente un seüalado aumento de
euforia y optimismo en sus amigos. No acertaba a explicárselo, y al principio Esto no es ciencia de gabinete, en que Ias cosas son comprobadas hasta el
supuso que era una consecuencia de Ias victorias de Ias Naciones Unidas. menor detalle; nosotros teorizamos con una pistola apuntada a nuestra cabeza;
Sólo más tarde se dio cuenta de que se trataba de una serie de amigos que nos encontramos con una serie nueva de circunstancias sobre Ias cuales no
acababan de dejar Ia burocracia de Washington definitivamente. sólo tenemos que emitir juicio, sino emprender una acción, antes de que haya
Así, también, consigna Stouffer su observación de tiempo de guerra: pasado Ia hora.

b. Pueden obstruirse Ias líneas de cornunicación entre políticos e íntelectua-


En Ia pelotera de Washington no puede uno pertenecer al destacamento
Ics, y esto produce típicamente frustracíones,
alpino que es gloria de Ia investigaci6n universitaria en tiempo de paz. Hay mu-
chos desenganos ... Todos los organismos que trabajan en sociología o psicología 1) Como con frecuencia los políticos no tienen informados a Ias intelectua-
social, como Ia Oficina de Información de Guerra, Ia Oficina de Servieios Estra- ks de los problemas políticos pendíentes, es difícil para los segundos determinar
l"1I:'ilcsson 10s datos pertinentes.
tégicos, Ia Intelígencía Militar y otros, tienen Ia misma experiencia.t+
2) O puede surgir el problema de que los resultados de Ia investigación Ile-
1:lIl'11al político apropíado, quien se encuentra con una masa de material procc-
Es instructivo examinar algunos de los tipos más familiares de frustra-
d('lltc de diferentes fuentes.
ciones que cuIminan con frecuencia en Ia desilusión, porque arrojan luz sobre
3) O los resultados, en su camino hacia aI político, pueden ser mutilados y
Ias posibilidades y Iimitaciones del intelectual burocrático para afectar a Ia deformados por personal intermédio.
política. Tales frustraciones pueden clasifícarse en dos grupos principales: 4) 0, finalmente, hay el problema de formular los resultados de manera que
1) Ias derivadas deI conflicto de valores entre eI intelectual y el político; y 2) los más importantes scan inteligibles para el político y despierten su interés. La
Ias derivadas del tipo burocrático de Ia organización. "claboración del material" puede exigir tal grado de simplificación, que haya que
'oIlJ>rimiralgunos de los resultados más complicados, aunque sean importantes.
1. Conflictos de valores entre el intelectual y Tos políticos: c. A pesar de todas Ias precauciones, los halIazgos del intelectual pueden no
ser usados por aquellos a quienes están destinados. Esto elimina Ia razón funda-
a. De vez en cuando el intelectual burocrático se encuentra sirviendo de mental rnisma deI trabajo del intelectual y disipa su interés por él, produciendo
blanco en el conflicto que surge entre universos mentales tan diferentes como 1.1"neurosis del trabajo inútil". (Correlativamente, aun eI uso ocasional de los
e1 del político y e1 suyo propio. Una investigaci6n que parece trivial desde un 1«snltados de Ia investigación, por limitado que sea eI contexto en que se les pone
punto de vista inmediatamente práctico puede ser muy importante por sus impli- I';\[:/ usarlos, vigoriza Ia moral del intelectual.)

caciones te6ricas, y puede iluminar después una serie de problemas prácticos. Con 1) EI político rechazará a veces investigaciones sólidas sobre ciencias sociales
el tiempo el intelectual se ve obligado a aceptar nuevos criterios de importancia. ]'or suponer que su experiencia de primera mano le ha dado un conocimiento más
b, Los resultados de Ia investigaci6n pueden ser explotados para propósitos «xacto de Ia situaci6n que el que posiblemente pueda obtener e1 intelectual. Lo
que van contra los valores del intelectual; sus recornendaciones para una política 111;15 probable es que suceda esto si los resultados de Ia investigación sugieren cam-
basada en Ia autoridad de Ia prueba pueden ser ignoradas y quizás empiece a prac- /,ius en rutinas y prácticas familiares, ya que es raro que el intelectual pueda de-
ticarse una política contraria a eIlas. mostrar Ia mayor eficacia deI sistema que propone en relación con los vigentes.
c. Muchas veces el intelectual no querrá comprometerse sobre Ia base de una
prueba que le parece débil, mientras que eI político tiene que hacerlo porque urge Esta excursión a través de un aspecto del papel del intelectual en nuestra
h acción. .ocicdad se encamina primordialmente a formular ciertas hipótesis. La reco-
d. Los especialistas pueden experimentar frustraciones por ser requeridos a lccción de biografías, diarios y libras de notas de inteIectuaIes en Ias buro-
I r.ibajar en campos que caen fuera de su competencia, ya que a veces los políticos
«racias públicas, de observaciones de participantes directos y de datos histó-
II() perciben claramente diferencias importantes entre los especialistas.
I icos, puede proporcionar una base firme y fructífera para investigaciones en
('s/c campo.v
2. Frustracionee debidas a Ta organizacion burocrática:
li. Como Ias burocracias están organizadas para Ia acción, con frecuencia se
IrN plnntcan aIos intelectuales cuestiones para Ias que no tienen soluci6n inmc- Ir. Desde que se escribió esto, dia un paso inicial eu esta dirección [ulian L. Woodward eu
"~1akillg governrnent opínion research bear upon operations", en Amerícan Saciological Review, 1944,
'I, /)70-677. Véase también "The role of applied social science in the forma tiou of policy", por R.
1 i "Sorial science and the soldíer", por Samuel A. Stouffer, en American Society in Wartimej
" Mcrton, eu Philosophy af Science, julio de 1949, 161-181.
1111 I"" W fi Ogburn (1943), 116.
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 2 'lI

.iutores limitan austeramente (y a nuestro juicio con prudencia ) S11análisis


:1 Ia interpretación de Ia conducta de los soldados y a Ias circunstancias pro-
VIII. APORTACIONES A LA TEORíA DE LA CONDUCTA 1li:1s de Ia organización en que tuvo lugar aquella conducta. Pero es m:11Ii
DEL GRUPO DE REFERENCIA" Iicsto que Ias conceptos analíticos valcn no meramente para Ia conducta de
I,)s soldados. Generalizando en forma provisional dichos conceptos, podemos
ESTE CAPÍTUI"O se basa en cl supuesto de que hay un tráfico de dos direc- h.rllarnos cn situación dc explorar Ias implicacioncs más amplias de los mate-
ciones entre Ia teoria social y Ia investigación empírica. Los materiales em- I r: ilcs para Ia teoría social.
píricos sistemáticos contribuyen al avance de Ia teoria social aI imponer Ia Nuestro estuclio, pucs, se origina en 1I11análisis interno de todos 105
tarea y ofreccr Ia oportunidad ele interpretaciones de acuerdo con lineamicn- ,'.IIIc1ios de investigación de csos volúmenes en que los autores usan algún
tos muchas veces no premeditados; y Ia teoría social, a su vez, define el al- .vmccpto de grupo de refercncia como variable interpretativa. El objeto de
cance y amplía cl valor predictivo de los hallazgos empíricos seííalando Ias ,,,Iacionar esos datos es determinar Ios puntos en que íncitan a hacer amplia-
condiciones en que son válidos. Los datos sistemáticos de The American , I<)IIC5dc Ia teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencía quc pucdan
Soldíer,1 en toda su numerosa variedael, suministran una ocasión útil para I)I()scguirse mec1ian te nuevas investigacioncs estratégicamente enfocadas. De
examinar el juego recíproco entre Ia teoria social y Ia investigación social \ ,/ cn cuando, se intenta sugerir cómo pueden ser incorporadas esas amplia-
aplicada. , I<IIIC~teóricas a designios de investigación empírica que trabajarán, así, sobre
Más particularmente, intentamos identificar y ordenar Ias investigacio I", hallazgos de Ia Rama de Investigaciones. De este modo, puede habcr
nes bastante numerosas de The Amerícan Soldie.r que, implícitamente o por 'illltilluic1ad en el juego recíproco entre Ia teoría cumulativa y Ias 11I1CV:JS
declaración explícita, tienen relación con Ia teoria de la conducta relativa a Illvestigaciones.
grupo de referencia. (Las realidades ernpíricas que esta denominación con- li] reexamen inductivo ele casos tam bién admite el enlace ele los COII·
nota Ias veremos en breve con algún dctaIle. Pero debe advertirse aqui que , 'Vi os dcl grupo de referencia con otros conceptos vigentes en psicología so-
aunque Ia frase "grupo de referencia" no se emplea cn esos volúmenes ni , 1.11Y que de ordinario no fueron conectados con Ia teoría de Ia conducta
encontró plena aceptación cn el vocabulario ele Ia sociología en cuanto dife- nl.rtiva a grupo de refereucia. En el grado en que se establezcan esas cone-
rente de Ia psicología social, los concebios de grupo de rcferencia juegan \l1)II('S,Th« American Soldier habrá servido a otra función de Ia invcstigación
papel importante en el aparato interpretativo utilizado por Ia Rama de Inves- , .upírica: Ia unificación provisional de fragmentos teóricos actualmcnte dis-
tigaciones de Ia Sección de Información y Educación del Departamento de 1"'Isos.
Guerra. ) Scgún esos lineamientos, se intentará indicar Ia coherencia entre Ia tco
Tratamos brevemente en dos puntos matérias relacionadas con Ia nues- 11.1.lol grupo de referencia y ciertos conceptos de sociología funcional. Parece
tra, aunque, sin embargo, no forman parte de Ia teoría del grupo de refe- '1'1(' éstos se reficren a aspectos diferentes del mismo asunto: uno se enfnca
rencia. Revisamos los índices estadísticos de los atributos de grupo social Id 11('cl proceso mediante el cual Ias indivíduos se relacionan con 105 grupos
diversamente adoptados en esas investigaciones, e intentamos indicar, aun- \ Id icrcn 511 conc1ucta a los valores de los grupos; los otros se cnfocan sobre
que en forma muy breve y programática, el valor específico de Ia incorpora- 11'. .-onsecuencias de los procesos primordialmente para Ias estructuras so-
ción sistemática de dichos índices a Ias investigaciones ulteriores. Y, de ma- 1 "tllS, pero también para los individuos y Ios grupos comprendidos CIl Ias

nera igualmente breve, sefíalarnos córno los da tos analizados por Ia Rama de ,',llllltmas. Se hallará que Ia teoria del grupo de rcferencia y Ia sociología
Investigaciones desde un punto de vista psicológico pueden ser suplemen- í uu.-iona] dirigen diferentes preguntas aIos mismos Ienómenos, pero que
tados y reeI aborados de manera útil desde el punto de vista de Ia sociología .J1i!t;IS preguntas tienen una pertinencía recíproca.
funcional. Todo cste ensayo tiende, pues, a averiguar 10 que The Amerícan Soldíer
En todo el análisis se adopta un procedimiento común para extracr e 1'11,<1('rcndir para el estado actual de Ia teoria del grupo de referencia )' 105
intentar cl desarrollo de Ias implicaciones teóricas de The American Soldier. I IllIhlcmas teóricos relacionados COI1ella. Entregados como estarnos a Ia idea
Esto supone cl reexamen intensivo de casos de investigación registrados en I I, '1i1Cc1 desarrollo de Ia teoria social requiere un alto grado de continuidad,
estos volúrnenes, con Ia vista puesta cn subsumir los resultados en abstrac- \ 111)una colección de resultados sueltos y supuestarnente definitivos, esto sig-
ciones o generalizacioues de nivel superior. En Ios volúmenes mismos, los 11li 1(':1quc Ia presente ree1aboración de algunos ele los materiales de The Ame-
11,'</1/ Soldier es en sí misma una fase l11uy provisional de un desarrollo cn
* En colaboración con Alice S. Rossi. 1IJ;11(·hay no un punto dc parada estable. Ni suponernos, por supuesto, que
1 Los autores dcl primer volumen, "Adjustmeut during Anny Life", S011 S. A. Stouffcr, E. A.
Suclnnan, L. C. DeVinney, S. A. Star y R. M. \Villiams, Jr.; dei segundo, titulado "Cornbat and I, ,,1:1\v cada una de Ias arnpliaciones de Ia teoria deI grupo de referencia que
Its Aftennath", S. A. Stouffer, A. A. Lumsdaine, M. H. Lumsdaine, R. M. \VilIiams, Jr., M. B. illllI xc proponcu resulten realmente sólidas. En realidad, cuando toda hípó-
Smith, r. L. Janis, S. A. Star y L. S. Cottrell, Jr. Los dos fueron publicados en 1949 por Ia Prin- I1'"'' I,rovisionalmentc formulada en una etapa particular del desarrollo de
ceton University Press. •
230
232 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORíA DEL GRUPO DE REFERENCIA 233
una disciplina resulta confirmada de modo manifiesto, el teórico tiene motivo 1. Con referencia al recluta casado: "AI compararse con sus compatietos
para alarmarse, ya que un recotd de éxito invariable puede indicar un aparato solteros en el eiército, podía advertir que el servicio exigía un mayor sacrificio de
de confirmación deficiente y complaciente en demasía, y no una teoría ex- 61 que de ellos; y al compararse con sus amigos civíles casados, podía advertir que
cepcionalmente sólida. se había creído obligado a sacrificios que ellos rehuían por completo" (I, 125).
2. El graduado corri ente de escuela primaria superior o de colegio universita-
rio era un candidato manifiesto aI reclutamiento; casos marginales sobre funda-
EL CONCEPTO DE PRIVACIÓN RELATIVA mentos profesionales probablemente eran mucho más frecuentes en grupos con
un grado menor de instrucción. Por término medio, el no graduado de escuela
De Ias diferentes conceptos empleados por Ias autores de The American primaria superior que fuc reclutado podía seiialar más amistades que probablemente
Soldier para interpretar sus multiformes materiales, hay uno que ocupa un no tenían más razones que 61 para no haberse enganchado y que, sin embargo, no
lugar prominente. Es el concepto de privación relativa. Su significación se habían enganchado por consideraciones profesionales. .. cuando se comparabasi
central Ia evidencia en cierto grado el que sea uno de Ias dos conceptos sobre con sus amigos civiles 10 más probable es que creyeran que estaban obligados a
Ias que se llarna expresamente Ia atención deI lector en el capítulo de intro- hacer sacrificios que otros como ellos estaban dispensados de hacer" (I, 127).
ducción a Ias dos volúmenes. Como los autores mismos dicen, tras una breve 3. "El concepto de privación relativa es particularmente útil para Ia valora-
alusión al concepto de perfiles variables, "otros instrumentos intelectuales, ción del papel de Ia instrucción en el grado de satisfacción por Ia situación social
notablemente una teoría de Ia privación relativa, se introducen tarnbién para o el trabajo, así como eu algunos aspectos de aprobación o crítica deI ejército ...
ayudar a ordenar de manera más general resultados empíricos de otro modo Con niveles de aspiración más elevados que Ias menos instruidos, el individuo más
dispares" (I, 52). instruido tiene más que perder a sus propios aios y a Ias de sus amigos si no llega
a alcanzar alguna posición en el ejército. En consecuencia, Ia frustración era
Aunque el concepto de privación relativa se utiliza periódicamente para mayor para él que para Ios otros si no alcanzaba Ia meta que se proponía ... "
interpretar diferencias en Ias actitudes entre diferentes categorías de indiví- (I, 153).
duos, que varían, por ejemplo, en edad, instrucción y situación matrimonial, 4. " ... el concepto de privación y recompensa diferenciales ... puede ayudar-
en ningún lugar recibe una definición formal en Ias páginas de Ias dos volú- nos a comprender algunos de Ias procesos psicológicos pertinentes para este pro-
menes. Sin embargo, como averiguaremos en seguida, Ias perfiles de este blema. En general, es cierto, desde luego, que Ias soldados en tierras extranjeras,
concepto emergen gradualmente de los diferentes casos en que es puesto en en relación con Ias soldados que estaban todavia en el país, sufrían una ruptura
uso. Es en el primer caso mismo de dicho uso, por ejemplo, donde Ias au- mayor de vínculos familiares y con muchos de Ias atractivos de Ia vida en 105 Es-
tores se refieren al carácter de Ia utilidad teórica deI concepto y a su posible tados Unidos a Ias que estaban aeostumbrados. Pero también era cierto que, en
parentesco con otros conceptos consagrados de teoría sociológica: relación con Ias soldados en acción, Ias soldados en el extranjero [en zonas de reta-
guardia de un frente activo] que no estaban en acción y sin probabilidades de
La idea [de privación relativa] es sencilla, casi obvia, pero su utilidad se hace entrar en combate sufrían muchas menos privaciones que los individuos en lucha
manifiesta para conciliar datas, especialmente en capítulos posteriores, donde su real" (I, 172).
aplicabilidad no es manifiesta al principio. La idea parecería tener algún paren- 5. "El concepto de privación diferencial nos !levaría a buscar más una razón
tesco, y en parte Ias incluye, con conceptos sociológicos bien conocidos, como para que el grupo de soldados con más privaciones pareciese tener menos espíritu
"sistema social de referencia", "tipos de expectativa", o "definiciones de Ia situa- crítico que el grupo con menos privaciones ... cuanto menor era Ia diferencia
ción" (I, 125). entre oficiales y soldados en el disfrute de escasos privilegias -el caso extremo es
cl del combate efcctivo- menos probable era que el individuo enganchado criti-
Esta ausencia de una definición formal de privación relativa no es un case a Ias oficiales y más fácille resultaba aceptar 1a inevitabilidad de Ias privacio-
impedimento grande. En todo caso, Ias autores escapan a Ia bien establecida IlCS" (I, 181).
tradicíón, relativa a obras de teoría sociológica, de estar repletas de defini- 6. " ... como podía csperarse ... Ias soldados que habían ascendido lenta-
riones innumerables que no tienen empleo. En lugar de una definición mente en relación con otros soldados de igual antigiiedad en el ejército eran Ias
cxplícita del concepto, podemos juntar un acopio de todas Ias ocasiones, 'lHe más criticaban Ias oportunidades de ascender. Pero Ia proporción relativa
"'Jl;lrcidas por Ias dos volúmenes y que aparentemente tratan de tipos no de ascensos puede basarse en Ia diferencia de normas de las diferentes clases de
II'Ll<'iollados de situaciones, en que el concepto ha sido puesto en uso por !)()blación deI ejército. Por ejemplo, un egresado de escuela elemental que ascen-
/..:. .rutores, y de esta manera podemos aprender algo deI verdadero carácter .lió a cabo después de un afio de servicio habría tenido un ritmo más rápido de
l un.iuual deI concepto. ascenso comparado con Ia mayor parte de sus amigos dei mismo nivel de instruc-
ción que un individuo de colegio universitario que ascendió al mismo grado en
1.;1 lista siguiente representa, aunque en forma muy abreviada, todas Ias
IIIl afio. De aquí podríarnos esperar, en una categoría y en una antigüedad dadas,
111\'(",1 il',;I('iones en que se utiliza explícitamente alguna versión del concepto quc 10 más probable es que el individuo más instruido se queje más que Ias otros
I'" plI\';I(iim relativa (o un concepto emparentado con él, como el de situa- dc Ia Ientitud de Ias ascensos ... Un fenómeno análogo parecia operar entre
('11'111 1I'I.IIiv:l) en The American Soldier: . diferentes ramas deI servicio" (I, 250).
234 ESTUDIOS SOBRE EST'RUCTURA SOCIAL Y CUL'fURAL z;s
TEORíA DEL GRUPO DE REFERENC1A
7. De los estudios sobre indivíduos reclutados anteriormente expuestos eu vuluo casado sienta 1111disgusto mayor hacia su reclutamiento para cl serVICI()
este capítulo, podría csperarsc que Ias actitudes de los oficíales acerca de 105 aSCCl1-
uulilur. En este momento de Ia interpretación se introduce el conccpto de
sos, como Ias de los hombres enganchados, reflejasen alguna relación C011 el nível
privación relativa, de suerte que el tipo del análisis es poco más o menos t"i
de expectativas y COI1el nivel ele actuación en relación C011 el de [os conoculos de
uno. ASÍ, esperaríamos que UI1 capitán que ha estado en ese grado durante mucho <,igllientc: el hombre casado (variable independiente ) discute COIl mayor Ir(·
I -ucnciu Ia legitimidad de su reclutamiento (varia ble dcpendicntc), porq 11('
tiernpo comparado C011 otros capiianes, se sentiría menos feliz en cuanto a Ia situa-
CiÓl1 ascensional que un teniente e11este grado durante relativamente poco tiem- ('\ll1lla Ia situación dentro ele Ia estructura de referencia (variable interpu
po" (I, 279). 1;11 iva) producida al compararse él uusmo con otros indivíduos casados ll"c
8. " ... parece probable que los negros deI Norte y dei Sur puedan habcr :IIÚI cstán CIl Ia vida civil y que escaparon por completo aI reclutaniicnt o, (I
recibiclo considerable influencia en su adaptación general por otras compensacio- (011 hornbrcs solteros del ejército cuyo enganche no exigió un sacrifício ('0111
nes psicológicas al ser destinados al Sur, cosa comprcusiblc si consideramos Sll situa- p:11:1 ble al suyo. ASÍ, pucs, podemos designar Ia función principal clcl ("(1\ 1
ción como una posición relativa.
«("pio de privación relativa como Ia de un concepto intcrpretativo provisiouul
Eti relación cott ia mayor parte de Ias civiles negros a quienes via en Ias pobla- "dcspués del hecho" que está destinado a ayudar a explicar Ia diferencia dl"
ciones del Sur, el soldado negro tiene una posieión de riqueza y digniclad relativas"
(1,563). .ul itudes expresadas por soldados de posición social diferente. Y pucsto '1"('
1:1.\ interpretaciones después deI hecho tienen un lugar distintivo ClI cI de"
9. "Dicho en términos sencillos, los valores psicológitos ele Ia vida eu el ejér-
cito del soldado negro en el Sur en relación COn Ias civiles negros deZ Sur excedían :11rollo cn marcha de Ia teoria, más adelante necesitarcmos examinar csl:\ (":\
cn mucho a Ias valores psicológicos de Ia vida en cl ejército para cl soldado ncgro 1:(("1crística del concepto de privación relativa eOI1 aIguna extcnsiói l.:i
cn el Norte en relación COI1el civil negro elel Norte" (I, 564). (,;1 colación de esos párrafos claves sirve C01110 algo m:'ls q uc \111(11"("('
u.suiucn de Ios materiales originales. Como Ias estudios que cmplc.m cl ('(111
Estos nueve párrafos Ilegan al meollo de exposiciones interpretativas e11 ("('pio de privación relativa tratan de diferentes matérias, estáu esp:l1cidm
que Ia idea de privación relativa, o conceptos asociados con ella, fucron utili- pm Ias páginas de The Amerícan Soldier, y así tal vez no sc lcs cx.nuiu.uu
zados expresamente para interpretar resultados que de otro modo serían anó- ('11rclación con sus mutuos enlaces teóricos. La yuxtaposición de (os 1';'11101
malos o incongruentes.2 A cstos usos explícitos del concepto afíadiremos des- 10.\ admite una ínspección virtualmente simultânea de Ias diferentes int crprc:
pués vários casos de ínvestigación no sometidos por Ias autores a interpreta- t.uioues, y, a su vez, nos permite descubrir Ias categorias ccntralcs ql1e (','I
ción según conceptos de grupo ele referencia que, sin embargo, pareceu cx- d("1I1cmcnte tomó Ia Rama de Investigaciones como bases de C01l1fJI/rc/(";áll
plicados por dichos conceptos. I;d vez implícitas en Ias actitudes y valoraciones observadas ele los soldados.
Debe advertirse que en todos esos casos el concepto ele privacíón relativa Y 1IIIa vez descubiertas Ias categorías de análisís empleadas por Ia Rruun dl"
sirve al mismo propósito teórico: es usado como una variable interpretativa l uvcstigaciones, pueden ponerse de manifiesto sus conexioncs lógicas, llcvuu
interrnedia. Las investigaciones estaban destinadas a estueliar los scntimien- do :lsí a formulaciones que pareccn tener importancia para e1 (!es:nrollo 1I1il"
tos y actitudes de los soldados norteamericanos: Sl1S actitudes hacia el reclu- I ior de Ia teoría del grupo de referencia.
tarniento, por ejemplo, o sus estimulacionss de Ias posibiliclacles de ascenso. Si procedemos de manera inductiva, hallamos que se SllpUSO 1110Vlsl()II:1i
Esas actitudes se toman tipicamente como Ias variables dependíentes. EI aná- 111(:111('que Ias sistemas de referencia para 10s soldados observados por 1:1Itllll:1
Iisis de datos descubre que Ias actitudes dificren entre soldados en situacíones de Investigaciones eran de tres clases. En primer lugar estún los casos eu
diferentes. Por ejemplo, Ios indivíduos más víejos o casados mostraban más '1"e las actitudes o Ios juicios de Ios hombres se consideraron influídos por Ia
disgusto hacia el enganche que Ios hombrcs más ióvenes o solteros; 10s que '111l1paración COIl Ia situación ele otros con quienes estaban cn C1.wC"Íc/chíll )"('11/,
gozaban de Ia posición de graduados dc escuela primaria superior o de colegio ('11relaciones sociales constantes, tales como "los amigos civilcs cus.ulus" dei
universitario eran probablemente menos optimistas acerca de sus perspectivas
ele as censo eu el ejército. Los atributos ele posición en gencral se tornan pro- :1 Es necesario advertir en este punto, s610 de pasada, que es prematuro supollcr '1"" );" ,"11-,
visionalmente como Ias variables índependientes. Una vez cstablecidas Ias I"l"!aciones ex post facto no son eu en principio suseeptibles ele anulaeión empírica. Sosll"lI'" nlo.
relaciones entre variables índependientes y c1ependicntes, el problema es ex- ,,,,,,,, 10 hace Nathan Clazer en su exeesivamente apresurado rechazo dei conccplo de l"i""l'Io,,
,,{,I iva, cs ignorar el juego recíproco entre teoría e investigación en el cfcsan"l1" 'li.,I<'"i,·o .I•. "'"
plicarIas: de inferir cómo es posible q ue los más instruidos sean menos opti- d,\ciplill3. Como veremos, no hay fundamento para decir, como 10 hacc Glazer, '1'": "" ,., ,.,,,,, ,.
mistas acerca de sus posibilidades de ascenso o córno es posible que el indi- 1>,1>1 •. que Ia idca de privación relativa sea anulada: "Así, [como el eonecpto de privacióu i clnt iv.r]
"" ('OCl! de imaginación nos permitirá eubrir todo resultado conccbible ... " Y dcspué» ~osli,'"'' 1)"" ,·1
'''''''<"]'10 "no puede ser refutado por heehos y seguirá siendo eierto sea cual fucse cl rcsullndo .I,. ""'1
Parece. pues, como teudrernos oeasión de scíialar con algún dctalle, que cl conccpto de pri-
2
-, C< i•. dada de datos." Se verá claro en breve que proposiciones que contienen cl cnnccpto ,I<- I" ,\.,
vución relativa nace dei que hemos lia ma do "cl tipo de scrcnelipidad" del influjo de Ia invcstigación
'''''' relativa se somctcn fácilmente a anulación empírica, si en rcalidad son falsas. Para "prc(""" "".'
cmpírica sobre Ia tcoría, a saber, "Ia cxperiencia bastante cornún de observar Ull dato imprevisto, LI'/.Ull de nucstra insistencia sobre Ia teoria sociológica cmpíricarnente orientada COIIIO 1111 dt',~;lTrf)l1o 1'11
an6malo y estratégico que se conviertc en ocasión para desarrollar una teoria nueva o para ampliar 111:'"'1"" véusc Ias consccucncias de olvidar este hccho, como se adviertc en "'The Arucricnn S"ldll""
una teoria existente". Véase el capítulo m.
.1' \1"1("\1("("", por Nathan Clazer, cn Commcntary, 1949, 8, 487-96.
236 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORfA DEL GRUPO DE REFERENCIA 237
soldado en el párrafo 1, o Ias "amistades" deI individuo no graduado de es- Referencias comparativas de atributos de individuos y categorias
cuela primaria superior en el párrafo 2. y grupos sociale«
La segunda base de comparación implícita es Ia comparación con Ios
hombres que en algún respecto pertinente son de Ia tnisma posicíón o de
EN RELACIONES LA MISMA POSICION POSICION SOCIAL DIFERENtE
Ia misma categoria social, como en el caso del capitán que compara su suerte SOCIALES CONSTANTES SOCIAL
"con Ia de otros capitanes" en eI párrafo 7, sin ninguna implicación de que CON El INDIVIDUO Más alta Más bala No c1asificada

estén necesariamente en interacción social directa. Si- (pertenecía ai Núm.l amigos casa- Núm.5 Núm.8,9 Núm.3
Y en tercer lugar, se supone Ia comparación con quienes en algún res- mismo grupo, o dos oficiales civiles amigos
pecto pertinente guardan una posición diferente o tienen diferente categoria intra-grupo) Núm. 2 sin amista- negros en el Num.7
social, como en el caso del soldado que no combate comparado con Ias hom- des de escuela pri- Sur conocidos
bres que combaten en el párrafo 4, o Ios hombres reelutados en cornparación maria superior
Núm.6 deI mismo
con los oficiales en el párrafo 5 (sin que esté tampoco necesariamente implí- nivel de instrucción
cita Ia interacción social entre ellos).
En su mayor parte, corno sabemos por esta inspección de casos, los gm
pos o individuos que tal vez fueron tomados como bases de comparación por
Ios soldados no caen simplemente dentro de uno u otro de esos tres tipos,
sino que comprenden diferentes combinaciones de ellos. Con Ia mayor fre-
I
4.
• •
., •• -.-
ORIENTACIONES DEL INDIVIDUO HACIA
~
r-
cuencia, Ia comparación supuesta es con amigos de Ia misma situación, como ~
cl individuo de escuela primaria comparado con amigos del mismo nível de No- (no pertenecía Núm.4 soldados de Núm.5 Núm. 8,9
instrucción en el párrafo 6, o con diferentes "otros" no amigos que guardan ai mismo grupo, o los Estados Unidos oficiales civiles
extra-grupo) en combate activo negros en el
una posición análoga en algún respecto saliente y diferente en otros respectos,
N úm. 6 soldados de Sur
como el soldado negro que se compara con el civil negro en Ios párrafos 8 y 9. igual antigüedad
Si Ios atributos de los individuos o de Ios grupos que sirven corno su- Nú'm.7otros capitane
puestos puntos de referencia se ordenan en un cuadro, Ia estructura concep- --

tual de Ia idea de privación relativa (y conceptos asociados) se hace más • l.os números remiten aIos párrafos que aquí c1asificamos provisionalmentc.
fácil mente perceptible. La ordenación esquernática nos permite situar, no
sólo Ias estructuras de referencia comparativa utilizadas con más frecuencia 1I'1:lcionan de manera específica con el concepto de privación relativa, sino
III;'IS cn general con una teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencia.
cn Ia interpretación de datos por Ia Rama de Investigaciones, sino nuevas es-
tructuras posibles de referencia que encuentran poco lugar en su interpreta- Se advertirá, por el examen preliminar de casos contenidos en el cuadro,
'I\lC, cn ocasiones, los autores de The Amerícan SoJdier suponen que los in-
ción. Ofrece, así, ocasión para explorar sistemáticamente Ia naturaleza teó-
rica de Ia privación relativa como instrumento interpretativo y sefialar donde dividuos toman como base para Ia auto-referencia Ia posición de personas
ahonda y amplía Ia teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencia. ,( 1)) quienes están en interacción social directa: primordialmente el íntra-
En esencia, los grupos o indivíduos tornados corno puntos de referencia 1:llIpO de amigos y compafieros. Otras veces, el supuesto sistema de referen-
CIl Ias nueve párrafos están caracterizados explícitamente por esos pocos atri- ,i:1 10 dan Ias categorías sociales de Ias personas -soldados en combate, otros
butos. La presencia de relaciones sociales constantes entre el individuo y los Llpilanes, etc.- con quienes el individuo no tiene relaciones sociales constan-
tomados como base de comparación indica que pertenecen en ese grado a In. A fin de destacar Ia conexión del concepto de privación relativa con Ia
1111 grupo o aura-grupo común; ysu ausencia, que no pertenecen ai grupo o kmía del grupo de referencia, esos "otros" con quienes el individuo no tiene
(11Ie están en un extragrupo, Cuando afecta a Ia posición relativa, Ia clasi- nl.n-iones se designan aquí como grupos de no pertenencia o extragrupos.'
lic:lción implícita es algo más complicada: los individuos que forman Ia base l'ucsto que tanto grupos de pertenencia como grupos de no pertenencia, intra-
ele comparación pueden tener Ia misma posición social que el sujeto u otra
~ Rcconocemos que esta frase está llena de problemas implícitos que seria prematuro examinar
.lif'crcutc, y si es diferente, Ia posición puede ser más alta, más baja, o no ru ,·slc momento. Implica, por ejemplo, el problema de los criterios de "pertenencia" a un grupo.
c!asific;lcla. EI dispositivo de puntos de referencia implícito en Ias interpre- I':" I•• medida en que Ia frecuencia de Ia interacci6n social cs uno de dichos criterios, tcnernos que
Iaci()lIes de Ia Rama de Investigaciones parece, pues, el siguiente: "TIIIIOCl'T que Ias fronteras entre los grupos están seüaladas, en todo caso, con menos calídad. Por
"1 contrario, "indivíduos" de grupos dados están diversamente conectados con otros grupos de los
1':1cx.nnen del siguiente cuadro de variables implícitas en Ia idea de pri- ruuk-s no son tradicionalmente considerados rniembros, aunque el soci61ogo puede tener amplia base
vacióu relativa dirige en seguida Ia atención a diferentes problemas empíricos . l'illU incluirlos en estos últimos grupos, por virtnd de sn frecuente interacci6n social con sus miem-
y teóricos. Esos problemas, como se hará evidente en seguida, no sólo se' 1.••" lradicionales. Así, también, aquí soslayamos por el momento Ia cuesti6n de Ias distinciones
rutrr- W"POS sociales y categorías sociales, refiriéndose éstas últimas a posiciones consagradas entre
- 238 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA .',1)

grupos y extragrupos, han sido en realidad tomados como supuestos sistemas 1':11general, pues, Ia teoria del grupo de referencia trata ele sislclll:III~:1l
sociales de referencia en Ias interpretaciones, éste conduce inmediatamente 1 .ktcrminantes
I I y Ias eonsecuencias de 105 procesos de valoracióu ) de :11110
a una cuestión general de importancia central para una teoria en desarrollo I '111<1:Iei(men que Ias individuos t0111an 10s valores o Ias normas de (11m', 1IIIIi
ele Ia conducta del grupo de referencia: c!En quê ciicunstancias los esociados \ 1<lIIOS() grupos como sistema comparativo de referencia."
en 10s grupos a que uno pertenece se toman como sistemas de referencia Ik'mIta de nuestro breve exarnen preliminar que Ias illveshgal'i()IIl"~, .11·
para ia autovaloracion y Ia adopción de aciitudes, y C11 quê cucunstancias su- /1,(. /vnierican Soldier que utilizan el concepto de privación rclaí iV<I1'"l'dcII
ministrar: los exiragrubos o 1a no perienencia el sistema de reierencia re- I( 111;11como catalizadores que aceleran Ia clarificación y Ia formulación Il'II

querido? li' :1" de problemas para el estudio empírico ulterior. Pero eI canictcr lHl'('i~,()
Los grupos de referencia S011, en principio, casi innumerables: todos 105 ,/,' /:1'; formulaciones puede verse mejor mediante cl examen (lctall:id() de
grupos a que uno pertenece, y éstos son relativamente pocos, asi como gru- .d:'.IIIIOS de Ias casos después que hayamos conectado más dcfin id.nncul r 1'1
pos a Ias cuales uno no pertenece, y éstos son, naturalmente, legión, pueden '"llccptO de privación relativa con Ia teoria de Ia conducta relativa :1 ~~1II1'1l
ser puntos de referencia para moldear Ias actitudes de uno, sus valoraciones <I(. rcfcrencia.
y su conelucta. Y esto ela origen a otra serie de problemas que requieren
formulación teórica y nuevas investigacioncs empíricas. Pues, como indica
PRIVACIÓ~ relativa () privaciôri RELATIVA
claramente el cuadro de casos sacados de The American Soldier, el indivíduo
puede orientarsc hacia una o más de Ias diferentes clases de grupos y posi- \I dcsarrollar su concepto de privación relativa, Ias autores de '/'//1' /\/1/1'1 i
ciones: grupos de pcrtencncia y grupos de no pertenencia, posiciones como ,."" Soldíer en general ccntraron su atención sobre el factor priv:lci('lIl \ 1111
Ia suya o difercntcs, y en cste último caso pucden ser más altas, más bajas o no ,,," JiC cl factor relativo del concepto. Enfocaron su atención por <I("('illll :1,í.
clasificadas socialmente respecto de Ia suya. Esta seüala UI1 nuevo problema: .ohre Ia privación relativa y no sobre Ia privación relativa. La ra/.c'JIl dI' (",lfI
si el indivíduo toma como sistema de referencia grupos o posiciones múltiplos,
/1:1rcce a 1a vez manifiesta y comprensible, eu vista dcl caráctcr nol ori:11I11·111 ("
con sus normas y tipos posiblcmente divergentes o hasta contradictorios, /11ivacional de Ias situaciones en el ejército con que trataron. 1<:11/!,CIIC):!I. I()~
~cómo hay que resolver esas discrepanciasl" ',li/dados norteamerícanos considcraban cl servicio en Ias fucrzas :1rI11:ld:I!,.('11
Estas cuestiones inicialcs pueden ayudar a establecer el campo de nues- ,I mcjor caso, como una necesidad ingrata y aceptada de mala g;llI:l:
tra investigación. Que los indivíduos actúan dentro dc un sistema social de
referencia suministrado por los grupos de que forman parte cs una idea anti- La inmensa mayoria de los hombrcs no ingresaron en el cjército \"(1111111111.1
glla sin duda y probablemente cierta. Si fuera eso 10 único que interesara a Illl·nte ... Ia aceptación del papel de soldado probablementc tcndía :1 S\T d(' ('.11.11
Ia teoria deI grupo de referencia, ésta no seria más que Ul1 nombre nuevo l cr pasivo, por 10 menos rcspecto de Ias actitudes iniciales ... ]a actil ud p:l'd\:1 11.1
para un viejo foco ele atención en sociologia, Ia cual se concentró siempre ('LI cl servieio militar implicaba una falta relativa de idcntificuciúu ('(111 IlId.I'.
en Ia deterrninación de Ia conducta deI grupo. Fero hay además el hecho de s()ciales amplias que sírvieran para desviar Ia atcnción de Ias frustracioucx <11:111,1'.
que Ias indivíduos se orientan con frecuencia hacia grupos que no SOI1 el (·11cl ambiente nuevo. En consecuencia, era probable que Ias rcclut.is 1IIl'I:111:11'.11
suyo para uar forma a su conducta y sus valoraciones, y son los problemas .l.nuente conscientes de Ios rasgos privacionales de Ia vida eu el cjcrcito. (I, :~Ilf)!)).
centrados en torno de este hecho de Ia orientación hacia grupos a losque
no se pertenece los quc constituyen el interés distintivo de Ia teoria del grupo Fueron, pues, 10s tipos elc reacciones a una situación básicanrcu: c: ]11i\:1
de referencia. Finalmente, Ia teoria tiene, desde luego, que ser generalizada 1iva 10 que COIl más frecucncia reclarnó estudio, y primordialmen!c 1"111:1
hasta el punto en que pueda explicar tanto Ias orientaciones hacia el grupo uiterpretación ele esos tipos ele reacción se desarrolló el conccpto ck: PIIV;!
a que se pertcnece como Ias orientaciones hacia grupos a los CJue no se per- ('ión relativa. Como sugiere Ia frase "privación relativa", el conccp!o ,'.c IIS{I
tenece, pero su tarea inmediata más importante es descubrir 105 procesos primordialmente para ayudar a explicar los sentimientos de ins:llis!:I("(·I(III.
por los cuales los inc1ividuos se relacionan con grupos a los que 110 pertenecen. particularmente eu casos en que no parecia probable, a primem vist.r, qtll"
1:1situación objetiva provocara tales sentimientos. No quierc decir cslo quI'
CUJOS ocupantes hay poca o ninguna interaeción. Algunos advcrtirán Imnbién quc Ia formuIación cl concepto se limitase por completo a interpretar los sentimicntos de insut Is
contcnida cn Thc Arnerican SDldier amplia Ias forrnulaciones de teóricos de Ia psicologia social como
George H. Mcad, quien se limitó a Ias grupos de pcrtellcllcia como sistemas de refereneia impor- facción, privación o injusticia entre 10s soldados, ya que Ia supucsta pr:'tclic:!
tantes en su concepto del "otro generalizado" y en su cxposición de Ia !onnación de auto-actitndes. de comparar uno su situación C0U Ia de Ias demás con frecuencía da ba por
Todo csto aqui sólo se menciona con brcvcdad, ya que se cstucliará eu un lugar más adecuado. resultado un estado ele satisfacción relativa. Pero, en general, Ias satisfuccio-
r; Aunquc este problema rccuerda eI problema tradieional, pefO sólo ligeramente aclarado, del
conflicto entre Ias afiliacioncs a grupos múltiples o entre papeles múltiplcs, no cs de ninguna manera IICS procedentes de esas cornparaciones con otros desernpeíian cl papel de
idént ico a él, Pucs, como hemos visto, sistemas de referencia los suministrun no sólo 10s gmpos a contrarrestar Ia insatisfacción excesiva en casos de comparaciones múltiplos.
que 11110 pcrtencce o sus posicioncs sociales, sino también 10s grupos a qne uno no pertencer y Ias
poxicioucs socialcs ele otros, 6 Esta exposición sumaria y clíptica será ampliada en scecioncs posteriores de este capltulo.
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 241
240 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
J!tmcíone8 de Ias orientaciones positivas hacia grupos a 10s que no se pettenece;
Por ejemplo, el disgusto delsoIdado no combatiente en el extranjero, proba-
J 'rocesos sociales que apoyan o reiienan esas orieniaciones;
blemente reforzado por Ia comparación con Ios que servían en Ios Estados Vuncienee psicológicas y sociales de Ias institucíones que regulan el paso de 1111
Unidos, está mitigado por Ia satisfacción de su situación en reIación con Ia grupo de que se es miembto a otro;
del soldado en acción de guerra. (I, 173.) y
Como evidentemente reconocen 10s autores mismos, Ia "privación" es el I Zevisíón de conceptos empareniados con Ia teoria deI grupo de referencia.
componente incidental y particularizado del concepto de privación relativa,
mientras que el núcleo más importante deI concepto es su insistencia sobre
EL GRUPO A QUE SE PERTENECE COMO GRUPO DE REFERENCIA
Ia experiencia social y psicológica como "relativa". Esto puede deducirse del
texto en el lugar en que los autores introducen Ia idea de privación relativa ( :c/so núm. l. Esta investigación aborda Ias valoraciones que los soldados ha-
y sugieren su parentesco con otros conceptos sociológicos tales como "sis- l 'CIl acerca de Ias oportunidades de ascenso suscitadas por Ia pregunta: "LCree
tema social de referencia, tipos de expectativas, o definiciones de Ia situa- ustcd que un soldado inteligente tiene buenas probabilidades para ascen-
ción" (I, 125). Es el factor relativo, Ias normas de comparación 'en Ia auto- (ler?" Un resultado general, necesaria y excesivamente abreviado en este resu-
valoración, 10 que tienen en común esos conceptos. ItlCII, dice que para cada nivel de antigüedad, categoría e instrucción, "cuanto
Líberando cl concepto de privación relativa de su limitación a datos par- lIIenor es la oportunidad de ascenso que ofrece una rama o combinación de
ticulares que estaba destinado a interpretar inicialmente, puede generalizarse ramas, más [avorable tiende a ser Ia opinión sobre Ia oportunidad de ascenso"
y relacionarse con un cuerpo más amplio de teoría. La privación relativa (I, 256). Dentro de Ias límites de los datos disponibles," esta reacción para-
puede considerarse provisionalmente como un concepto especial en Ia teoría .lójica de una satisfacción mayor por Ias oportunidades para Ia movilidad eu
deI grupo de referencia. Y puesto que The American Soldier proporciona LIS mismas ramas caracterizadas por una movilidad menor, encuentra clara
da tos empíricos sistemáticos y no sólo opiniones discursivas sobre el concepto .lcmostración. Así, aunque el Cuerpo Aéreo tiene una proporción muy alta
de privación relativa, tal vez queda abierto el camino para aclarar progresi- .lc ascensos, los individuos pertenecientes a él criticaron en forma mucho
vamente variabIes decisivas, de modo que puedan registrarse nuevas investi- ItI;ÍS decidida Ias posibilidades de ascenso, que pongamos por caso, los indi-
gaciones cumulativas relacionadas con Ia teoría. víduos de Ia polida militar, donde Ias posibilidades objetivas de ascenso "eran
Pero todo esto no es aún más que programático. EI que The American .rproximadamente Ias peores que C11 cualquier rama deI ejército", Así tam-
Soldier tenga en realidad esas funciones para Ia teoría de los grupos de refe- hión, en cualquier categoría y antigüedad dadas, los soldados más instruidos,
rencia, sólo puede decidirse mediante Ia inspección, más detallada de 10 que .1 pcsar de sus proporciones de ascensos notablemente más altas en general,
hasta ahora hemos intentado, de Ias investigaciones contenidas en esos volú- lucrou los que más criticaron Ias posibilidades de ascender.
menes relacionadas con la teoría. Esta paradoja Ia explica provisionalmentc Ia Rama de Investígacioncs
EI análisis de los diferentes casos tiene por objeto documentar y ela- (()lI\O un resultado de valoraciones hechas dentro deI sistema de referencia
borar Ia aparición de los problemas de Ia teoria del grupo de referencia breve- xuministrado por Ias proporciones de Ias ascensos deI grupo. Una proporción
mente esbozados en Ias páginas precedentes, y sefíalar otros problemas rela- ,i:cllcralmente elevada de movilidad produce entre los indivíduos deI grupo
cionados con eIla y de los cuales aún no se ha dado noticia. Para ese fin, se cxccsivas esperanzas y expectativas, de suerte que es 10 más probable que
resumirán para cada caso los hechos esenciales y Ia interpretación básica ex- C;I(]a uno de e1los experimente una sensación de frustración en su situaeión
puestos por Ia Rama de Investigaciones, e irán seguidos de Ia exposición de presente y de disgusto con Ias posibilidades de ascenso, Como dicen los
sus implicaciones manifiestas para el progreso de Ia teoría deI grupo de refe- .mlorcs, "sin referencia a Ia teoria de que esas opiniones representanuna
rencia. u.lación entre sus expectativas y sus logros en relación con oiros que están
Puede decirse, a manera de anticipo, que esos casos generan Ia formula- ,'11 la misma situación que ellos, este resultado sería verdaderamente paradó-
ción de un ancho margen de problemas específicos que serán examinados !1m" (I, 251, eI subrayado es nuestro).
en detalle y que aqui se indican vagamente en Ia siguiente lista de encabe- lmplicaciones teóricas. Debe advertirse, ante todo, que fuc un resul-
zamientos o membretes: Lido anômalo el que manifiestamente sugirió Ia hipótesis de que Ias valera-
«ioues de Ias posibilidades de ascenso son una función de Ias expectativas Y'
Grupos a que se pertenece que actúan como grupos de tejeteticia;
.• Es importante que hagamos esta advertencia, porque cs muy poco probable que esta rela-
Grupos antagónicos de referencia y grupos de referenda que; se apoyan mutua- '''1\' entre proporciones. reales de movilidad y satisfacción individual por Ias posibilidades de movi.
mente; I,d:ad se mantengan cn todo elmargen de variacíón. Si Ias proporciones de ascensos se redujesen
Uniformidades de conducta derivadas de Ia teoria del grupo de tejerencia; 1'1."':1 ic.uucnte a eero en algunos de los grupos, Zse encontraria una "opinión más favorable aún"
·,,,1,,c Ias posibiIidades de ascenso? Probablernente, Ia relación es curvilínea, y esto oblíga aI soció-
Indicadores estadísticos de estructura social;
1"1:" :a dcscubrir Ias condiciones cri que Ia relación lineal observada deja de prcsentarse.
La teoria del grupo de referenda y Ia movilidad social;
242 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 243
las realizaciones "en relación con otros que están en Ia misma situaci6n que
,"os, otros a Ias Cabot aIos Cassidy, y finalmente, por qué algunos no
clIos". Y, a su vez, eI resultado bruto no interpretado parece anómalo única-
,orrcn parei as con nadie?
mente porque es incongruente con el supuesto de sentido común de que, en
En otras palabras, Ia hip6tesis formulada en The American Soldier rela-
general, Ias valoraciones corresponderán a Ias hechos objetivos del caso. Se-
I iV:I a individuos de posición análoga tomados como sistemas de referencia
gún el sentido común, Ias diferencias muy marcadas en Ias proporciones obje-
1':11<1 autovaloraciones presenta de pronto un conjunto de problemas relacio-
tivas de ascensos tal vez se reflejarán en diferencias correspondientes en Ias
n.rdos entre sí, pIo pios para Ia investigación y que constituyen nuevos e im-
estimaciones de Ias posibilidades de ascender. Si se hubieran encontrado em-
porl antes lazos en el desarrollo de Ia teoría deI grupo de referencia. zCuándo
píricamente csas correspondencias, parece que hubiera habido poca ocasión
uo se toman los grupos a que uno pertenece como grupos de referencia para
para formular esta hipótesis de un sistema de referencia de grupo. Tal como Ilegar a vaIo raciones? Después de todo, muchos individuos conocían induda-
son Ias cosas, los datos sugieren que los individuos definen Ia situación de un l.lcmente Ias diferencias entre Ia organización deI Cuerpo Aéreo y su propia
modo diferente, Pero no basta con mencionar Ias "defínicíones de Ia situa-
I .nua, lCuándo afectarían a su propio nivel de satisfacción Ias proporciones
ci6n"; es necesario explicarias. Y Ia función deI concepto de privación rela- dt' Ia movilidad entre individuos que no están en su misma situación? Yestos
tiva (como Ia de otros conceptos de grupos de referencia ) es precisamente Ia problemas sociológicos, aunque pueden haberse originado en otra parte, fue-
de ayudar a explicar Ias definiciones observadas de una situación. J()II cn general engendrados por Ias resultados empíricos anómalos haIlados y
En este caso, exigió datos empíricos sistemáticos, como los reunidos en 111 ovisionalrnen te interpretados en este estudio.
The /vnierican Soldier, descubrír eI tipo anómalo, no susceptible de ser des- Que lanueva experiencia sistemática, como Ia representada por los datos
cubicrto mediante Ia observación impresionista. Y esta aclara un papel bá- v Ia hipótesis de The American Soldier, genera realmente Ia formulación de
sico ele Ia investigación empírica sistemática para llegar a resultados impre- uucvas cuestiones teóricas, se advierte con una breve ojeada a Ia obra un
vistos, anómalos y estratégicos que ejercen presión para iniciar o ampliar Ia I .uit o contrapuesta de George H. Mead, notable teórico en psicología social,
teoria." Los datos y Ia hipótesís formulada para explicarlos plantean nuevos tll1e no se impregnó de materiales empíricos sistemáticos. Mead fue, desde
problemas teóricos y de investigación, que aqui no pueden tener más que Il1cgo, un precursor, y un precursor importante, en Ia historia de Ia teoría deI
Ia mera mención y no Ia detallada exposición que merecen. l~rl1po de referencia, particularmente respecto de este concepto central, expre-
La hipótesis hace ciertos supuestos importantes acerca del. grupo tomado s.iclo de diferentes maneras en sus escritos fundam entales, pero de una ma-
como punto de referencia por Ias soldados, afectando así a su nivel de satis- ncra bastante adecuada en Ia declaración de que "el individuo se experimenta
facción respecto de Ias oportunidades de ascenso. Este supuesto se enuncia, :1sí mismo como tal, no directamente, sino indirectamente, desde los puntos
como hemos visto, en Ia forma de que Ias valoraciones se hacen "en relación de vista particulares de otros individuos miembros deI mismo grupo, o desde
con otros que están en Ia misma situación". Y los datos son congruentes con "I punto de vista generalizado del grupo social ai que pertenece en su to-
Ia opinión de que probablemente se tomaron cuatro grupos o categorías so- 1:11 iclad".9
ciales como contexto o sistema de referencia: individuo con igual antigüe- En esta formulación y en otras muchas similares.t? Mead formula en
dad, igual grado de instrucción, igual categoría y en Ia misma rama deI servi- I c.ilidad Ia hipótesis de que son los grupos a que pertenece eI individuo los
cio militar. que proporcionan el sistema de referencia importante para Ias autovaloracio-
Ahora bien, esta hipótesís, convenientemente generalizada, suscita toda ucs, Y esto 10 ilustró abundantemente con ejemplos anecdóticos sacados de
clase de cuestiones afines a Ia teoría deI grupo de referencia y que exigen \11 variada experiencia personal y de su penetrante reflexión. Pero, quizá por-
investigaciones y análisis renovados. ~Qué circunstancias predisponen hacia qllC no estuvo en contacto con pruebas empíricas sistemáticas, que podrían
esta norma de seleccionar individuos de Ia misma posicíón o grupos como I csultar aparentemente incongruentes con esta formulación en puntos eepe-
puntos importantes de referencia? La frase "en Ia misma situación" suscita dficos, no llegó a preguntarse si, en realídad, el grupo tomado por el indívi-
lox mismos problemas sociológicos que Ia frase "correr parejas con los .luo como punto de referencia cs invariablemente el grupo aI cual perte-
JOIlCS". ~Quiénes son los Jones específicos, en diferentes estructuras sociales, II('CC. Las expresiones "otro", "el otro", y "otros", se presentan en centenares
mil quicn se corren parejas? ZLos asociados más cercanos? zIndividuos de de ocasiones en Ia exposición que hace Mead de Ia tesis según Ia cual el des-
estratos sociales o de ingresos inmediatamente superiores con quienes se tie- .urollo del yo social supone Ia reacción a Ias actitudes de "otro" o de "otros".
11('11 relaciones? zCuándo son los Jones personas con quienes uno no se reúne l'cro Ia diferente posición de "los otros" probablemente tomados como sis-
111111(';1, pcro de quien aye hablar (a través de Ias medias públicos de comuní- Icruas de autorreferencia es paliada, salvo en Ia repetida declaración de que
l':\('iÓII, por cjcmplo)? ~Por qué unos eIigen aIos [ones pára ir a Ia par con ,\011miembros del grupo. Así, Mead y aquellos de sus discípulos que también

lJ Mind, SeIf and Saciety, por Gearge 11. Mead (The University of Chicago Press, 1934), 138
H 1<;,1;1 "Iuucióu creadora" de Ia investigación empírica para Ia teoría justifica una atenci6n ma- ,
yOl '11Ie Ia '1"" se \c dedica en el capítulo III de este libro. (d subrayado es nuestro).
10 Por ejcmplo, véase ibid., 151-56, 193-94.
~
, II ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORíA DEL GRUPO DE REFERENCIA 245
cludieron Ia investigación empírica tuvieron poca ocasión de pIantearse Ia \ 1.1cstructura de Ias situaciones que típicamente conducen a vaIoraciones de
"II('stión de Ias circunstancias en que los grupos a Ias que no se pertenece iuxl ituciones o a juicios exteriorizados -por ejempIo, cuando Ia comparación
pucden tambíén constituir un sistema importante de referencia. (1)11otros conduce a Ia sensaci6n de insuficiencias institucionales, a juzgar
No sóIo Ia investigación de The American Soldier sefiala directamente 11"(,cl sistema social se opone a toda correspondencia estrecha entre eI mérito
h.rcia esa cuestión, sino que después neva hacia los problemas planteados por individual y Ia recompensa social.
I()s hechos de Ias afiliaciones múltipie« a grupos y de los grupos múltiples de Aqui, como en muchas de Ias investigaciones ele The Amerícan Soldier,
I derencia. Esta nos hace recordar que teoría e. investigación deben proceder 1.1, irnplicaciones de procedimiento, análisis e interpretación no se Iimitan,
:1 examinar Ia dinâmica de Ia seleccion de grupos de referencia entre Ios dife- ,II',(JC luego, a nuevos estudios de Ia conducta de Ios soldados. Afectan a
rentes grupos a que pertenece el individuo: lCuándo se orientan los indívi- ,rh:llnas de Ias zonas ele estudio más estratégicas del sistema social general. Por
duos hacia otros en su grupo ocupacionaI, en sus grupos de simpatia, o en su 1ll'llIplo, los factores socioI6gicos que inducen a los individuos a considerar
grupo religioso? ~Cómo podemos caracterizar Ia estructura de la situación Ic,",ílima su posici6n social, relativamente baja, así como Ios que les inducen
social que lleva a que se tome como contexto importante una y no otra de .1 interpretar su posici6n como un resultado de ordenaciones sociaIes defec-
Ias diferentes afiliaciones de grupo? I IIOS;!,Y tal vez injustificadas, evidentemente abarcan una zona problemática
Llevando hasta el fin Ia hipótesis formulada en el texto, sefialamos tarn- ,1,' cxtraordinaria importancia teórica y política. ~Cuándo toman los indivi-
bién eI problema suscitado por el funcionamiento simuItáneo de múltiples ""!)S Ias ocasiones de Ia vida hasta cierto punto escasas como un estado de
grupos de referencia. Nuevos pasos exige e1 estudio de los procesos dinámicos , II,:IS normal y aceptable que atribuyen a sus propias insuficiencias persona-
implícitos en Ias contra-tendencías teóricamente supuestas producidas por k'" v cuándo Ias consideran resultado de nn arbitrario sistema de movilidad
grupos múltíples de referencia. Por ejemplo, cuáles son Ias dinámicas de Ia ,.!I(i:~l, en que Ias recompensas no son proporcionales a Ia capacidad? 12 Los
valoración, y no símplemente Ia valoraci6n final, deI sistema de movilidad I -ouccptos de privación relativa y de recompensa relativa ayudan a transferir
entre los graduados de coIegio universitario relativamente nuevos en Ia polida lox tipos de conducta muy discutidos pero poco analizados de Ia esfera de Ia
militar: en Ia hipótesis formulada en The American Soldier, se sentirían im- l",pccnlación impresionista a Ia de Ia investigaci6n sistemática.
pulsados, mediante Ia referencia a Ia posici6n de otros graduados de colégio,
a Ia msatísfacción, pero como reemplazos hasta cierto punto nuevos y como
( : I"IlfJOS múltiples de rejerencia
miembros de Ia polida militar debieran sentir una satisfacción relativa.
lCómo se resuelven definitivamente esas contratendencías en Ia valoraci6n
Varias investigaciones de The American Soldier ofrecen ocasion para
que nega a conocimiento deI observador?
n:llllinar los problemas teóricos que nacen de creer que grupos múItipIes de
Atendíendo, finalmente, a Ia variable dependiente en este estudio, adver-
IdnCllcia proporcionan contextos para valoraciones hechas por indivíduos.
I i111os que consiste en valoracíones hechas por los soldados del sistema insiitu-
';(' 1t:1Ilseleccionac1o dos de esos casos para prestarles atención aquí a causa
cional de ascensos en eI ejército, y no en auiovaloraciones de triunfos pcrso-
dI' qlle presentan claramente diferentes tipos de comparación múItiple: en eI
nales dentro del sistema.P AIos hombres se les pedía, de hecho, que valorasen
JlI imcro de ellos, grupos múltiples de referencia proporcionan contextos que
cl sistema de ascensos según su eficacia y su Iegitimidad, como puede verse
":ll'T~m con prop6sitos opuestos; en el segundo, proporcionan contextos
CII Ia pregunta cuidadosamente expresada que suscitó sus juicios: "lCree usted
'111('se apoyan mutuamente.
quc nn soldado inteligente tiene buena probabilidad de ascender?"
Grupos antagônicos de referenda. Caso núm. 2. En Ia última parte de
Esto pIantea un problema que merece Ia atención que aún no se le ha I()'11 y Ia primera de 1944, Ia Rama de Investigaciones realizó una serie de ex-
prestado: ~los dos tipos de vaIoraciones, autoestimación y estimaciones de ploraciones de Ias que obtuvo un panorama de diferencias de actitudes (que
los ordenarnientos institucionales, impIican mecanismos análogos de con- 1d lcjaban adaptaciones personales ) de soldados no combatientcs en el ex-
ducta relativa a grupo de referencia? En este momento, está claro que se
ucccsítan investigaciones para descubrir Ia estructura de Ias situaciones socia- 1 ~ Estas cuestiones se han planteado, desde luego, en numerosas ocasiones anteriores; pero en
ks quc suscítan típicamente autovaIoraciones o juicios interiorizados -por f:<'IIl'ral se Ias consideró problemas distintos y autónomos de interés por ellos mismos y no como
1'IIJI,lctllas especiales subsumibles en una teoría de Ia conducta relativa al grupo de referencia. Por
cjcmplo, cuando Ia comparación con Ios logros de determinados "otros" con- CIClJlp]O,se ha sugerido que Ios indivíduos notoriamente "tienen poderes" que subieron rápidamente
dure a Ia autodepreciaci6n injusta, a Ia sensación de insuficiencia personaI-, 11 IIlIa jerarquia social y que están muy a Ia vista deI público, funcionan como modelos o figuras de
rr-h-rcncia que atestiguan un sistema de movilidad en que, aparentemente,aún están abiertas a Ios
tnlrutos buenas carreras. Para algunos, los modelos de éxito 50n testimonio vivo de Ia legitimidad
I I J>:s cierto, como implica el texto, que Ias valoraeiones institucionales probablemente reflejan .Id sistema institucional y en este contexto comparativo eI indivíduo desvia Ia critica del sistema y
Iu ",rllll;lCióll que hace eI soldado de su posición comparada con sus expectativas legítimas, pero Ia dirige contra si mismo. Véase Mass Persuasion, por Merton, Fiske y Curtis, 152 ss. Pero esas obser-
rsto ~(' estndia aquÍ. La hipótesis del grupo de referencia intenta explicar Ias variaciones en eI ca- vuciones siguen síendo impresionistas y anecdóticas, ya que no proporcionan designios sistemáticos
r~ctl'r de Ias expectativas de acuerdo con 10s contextos socíales proporcionados por Ia distribución de 1'"':1 investigar esta conducta a 10 largo de lineamientos sugeridos por Ias investigaciones de The
situaciones cn intragrupos importantes. AII/CIic:m Soldier.
246 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 247

tranjero y de soldados estacionados en los Estados Unidos. Aunque constan- , IlIlIbate, y los soldados en combate guardan Ia misrna situación en que están
tes, Ias diferencias de Ias actitudes no eran grandes. Entre los suboficíales ('11 cl cxtranjero. Además de ésta, otras semejanzas y desemejanzas pertinen-
aún en los Estados Unidos, por ejemplo, el 41 por ciento se consideraron a 1("; :I Ia situación afectan de manera contrapuesta Ias valoraciones resultantes.

sí mismos en "buen estado de ánimo habitualmente", a comparar con el 32 :\'.í, cl soldado no combatiente en el exterior está en peor situación, según
por ciento en el exterior; el 76 por ciento de los primeros creían que el "ejér- LI~ normas de Ia vida en el ejército, que el soldado que está en Ia patria, por-
cito está bastante bien o muy bien dirigido", contra el 63 por ciento de los '111(' está relativamente privado de atractivos y ha roto los vínculos sociales; y
segundos (I, 167, carta IV). Pero corno otras exploraciones reveIaron que el uicjor que eI soldado en combate, porque no sufre el mismo grado de priva-
mayor interés de los hombres acantonados en el exterior era volver a Ia patria ,i{)lI ni está expuesto al mismo riesgo. Es como si dijera: "Estamos mal,

(I, 187), los autores observan que podían haberse esperado diferencias mucho IlI"ro aún están peor los otros", cornparación no rara vez hecha por los que
mayores en Ias actitudes que expresan adaptación personal. qucrian adaptarse a su situación. Su definición de Ia situación es, pues, posi-
Se aducen por vía de ensayo tres factores para explicar Ia ausencia de dife- l.kmcnte Ia resultante de los tipos contrapuestos de comparación.
rencias mayores, factores que operan para refrenar el grado de disgusto que Esto sugiere Ia hipótesis general de que hay que percibir o imaginar al-
podía esperarse 13 que expresaran los soldados no combatientes en eI exterior. 1',1111:1 analogia en Ios atributos de situación entre el individuo y el grupo de

De ellos, prestaremos atención soIamente al concepto interpretativo de "pri- Iclcrcncia para que Ia comparación pueda tener lugar. Una vez obtenida esta
vacíón y recompensa diferenciales't.> que, como se recordará por una cita .u.ulogía mínima.!" otras analogias y diferencias pertinentes a Ia situación
anterior, I" oporcionarán el contexto para formar valoraciones, En consecuencia, esto
('Idoca Ia atención del teórico inmediatamente sobre los factores que produ-
pucde ayudarnos a comprender algunos de los procesos psicológicos pertinentes ('( 11 una sensación de analogía entre posiciones, ya qlle ellos ayudarán a deter-
para este problema. En general, es cíerto, desde luego, que los soldados en tierras urinar qué grupos entran en juego como contextos comparativos. Las analo-
extrnnjeras, en relación con 10s soldados que estaban todavia en el país, sufrían I'.ías subyacentes de situación entre individuos de intragrupos, escogidos por
una ruptura mayor de vínculos familiares y con muchos de los atractivos de Ia vida Mcad como el contexto social, aparecen así sólo como una base especial, aun-
en los Estados Unidos a los que estaban acostumbrados. Pero también era cierto
tI"e evidentemente importante, para Ia selección de grupos de referencia. Los
Cjuc, en relacián con lo« soldados ett accum, 10s soldados en el extranjero no en
acción y sin probabilidad de entrar en combate sufrían muchas menos privaciones «xtragrupos también pueden ofrecer alguna anaIogía de posición.
que Ios individuos en Ia lucha real (I, 172). Por implicación, Ia hipótesis de Ia Rama de Investigaciones suministra
cn este punto una pista para Ias factores que afectan a Ia selección de grupos
Implicacionee teóricas. En realidad, Ios autores sugieren que Ias valora- de referencia. La hipótesis no dice que Ias dos categorías de hombres -Ios
ciones de Ias tropas acantonadas en el extranjero, pero no combatientes, eran hombres que combaten en ultramar y los que no combaten en Ia patria-
afectadas por dos contextos de eomparación, que operaban en sentido contra- ('ollstituyesen Ias únicas con que pudiera compararse un individuo particular
puesto. lQué puede aprenderse, pues, de este caso acerca de Ias bases sobre .le los combatientes en ultramar. Ciertamente puede haber comparado su
Ias cuaIes son pertinentes para dichas valoraciones ciertos contextos y no otros? sucrte con Ias de otros muchos diferentes: un amigo civil en un trabajo cómo-
Debe advertirse desde el comienzo que Ia posición de quienes constitu- (10 cn Ia patria, un primo que disfruta de Ia vida de corresponsal de guerra,

yen los contextos de valoración es, en aIgún respecto importante, análoga a Ia una estrellade cine que no ha sido recIutado y sobre el cual leyó algo en una
posición de Ios hombres que hacen Ia valoracíón. Así, Ios soldados que aún revista. Pero esas comparaciones de un individuo, precisamente porque im-
están en territorio patrio tienen Ia misma situación en que no entran en Illican sistemas personales de referencia, muy bien pueden ser idiosincráticas,
No suministran contextos comunes aIos individuos (a muchos o a Ia mayor
13 Aquí vemos de nuevo el concepto de privaci6n relativa (así como Ia idea de "definicíón parte de elIos) en Ia situación de hombres no combatientes en ultramar. En
de Ia situacíón" en general) empleado para explicar un resultado a primera vista an6malo. En este (·1grado en que sean idiosincráticas, varían al azar entre Ias diferentes cate-
caso, e1 resultado se desvía manifiestamente, no s610 de Ia expectativa de sentido común, sino de
otros hechos descubiertos en el curso de Ia investigaci6n. Parece, pues, un ejemplo del tipo de se- gorías de soldados. En consecuencia, no se agruparían en diferencias de acti-
rendipidad en Ia invetigaeión en que "Ia observaci6n es anômala, sorprendente, ya porque parece
incongruente con Ia teoría vigente o con otros hechos comprobados, En cualquiera de los casos, 15 Este mínimo de analogia dc situación aparentemente presupuesto por 1a conducta relativa
Ia incongruencia aparente despíerta curiosidad; estimula aI investigador a 'buscarle sentido al dato'''. a grupo de referencia requiere estuclio sistemático. Siernpre puede eneontrarse, desde luego, alguna
14 Los otros dos son, primero, Ia selección física, ya que los hornbres acantonados en el extran- analogia de situaci6n, 10 cual depende sólo deI ámbito de Ia categoría de Ia situaci6n. Uno puede
jcro tíenen que I1enar requisitos más rígurosos, y segundo, "Ia sensaci6n de Ia importancia de Ia compararse con otros aunque sólo sea en Ia calidacl social más general de "ser humano". Y más
turca de uno en el ejército". En este último respecto, observan los autores: "Aunque Ia diferencia parecido aI caso en cuestión, el hombre que combate en ultramar podia cornpararse (y se comparó)
entre los escenarios ... no puede comprobar ni refutar hípótesís, es un hecho que no debe olvidarse con el no combatiente en Ia patria por virtud de su situación análoga como soldados, y con civíles
el que, por término medio, Ias diferencias entre los Estados Unidos y ultramar en euanto a actítu- por virtud de su situaci6n análoga en cuanto adultos jóvenes norteamericanos. EI problema te6rico
des hacia Ias tarcas eu el ejército eran desdeãables o inversas, comparadas con Ias diferencias entre y de investigación en este punto es determinar c6mo Ia estructura de Ia posición social hace que
los Estados Unidos y ultramar en el estado de ánimo personal o en aetitudes personales hacia e1 ejér- cicrtas analogias de posición se conviertan en base de dichas cornparaciones, y que otras analogias
cito" (I, 173). de posici6n sean desdeiíadas por "irrelevantes".
248 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 249
rudes estadístícamente importantes entre grupos o categorias socisles de 1u., autores de The American Soldier no suponen que sea éste el único tipo
soldados. de rcspuesta en dichas circunsiancias. Es posible, por ejemplo, que cuando
En otras pala bras, Ias estadísticas de The Amerícan Soldier sobre defini- d iferentes grupos a los que se pertenece ejerzan presiones diferentes y anta-
ciones diferentes de su situación entre hombres en combate.t? hombres no glJl1icas, los individuos tiendan a adoptar como sistema de referencia otros
combatientes en ultramar y hombres que aún están en Ios Estados Unidos, grupos a 10s que no pertenecen. En cualquier caso, se pIantea el grande y
se usan para manifestar el efecto de grupos de referencia socialmente estruc- mal definido problema, al que aludimos anteriormente, de descubrir los pro-
turados más o menos comunes a Ias hombres de cada categoría. No es mera lesos por los cuales se llega a un arreglo con dichas presiones antagónicas."
indolencia ni falta de penetración 10 que impide al sociólogo descubrir todos ~llC los científicos sociales de Ia Rama de Investigaciones conocían esta línea
10s contextos comparativos que son válidos para un individuo dado; es más de investigación, resultante de sus estudios de tiempo de guerra, 10 indica el
bien que muchos de esos contextos son idiosincráticos, no compartidos por hccho de que Stouffer, el director, investiga ahora Ias diferentes tipos de reac-
l1I1a fracción grande de los otros individuos del mismo grupo o categoría ción a Ias demandas simultáneas pero antagónicas de grupos prirnarios y de
social. Las estadísticas comparativas de The American Soldier indudable- ;1 litoridades de organización formales.l"
mente no están destinadas a manifestar, ni pueden manifestarIos, los nume- Grupos de referencia que se apoyan mutuamente. Caso núm. 3. En su
rosos contextos privados peculiares de individuos y por 10 tanto variables al pllro esquema, este estudio (I, 122-30) examina los sentimientos de legitimi-
azar para Ia categoría social. No se buscan esos datos sociológicos para con- .Iad que los individuos atribuyen a su ingreso en el servicio. Los tipos de
textos idiosincráticos de estimación. respuestas a Ia pregunta: "En el momento en que entró en el ejército 19
Los grupos hipotéticos de referencia aquí considerados no son, pues, me- ~]lCllSÓ usted que debían haberlo preterido?", revelan que los hombres casados
ros artefactos deI arbitra rio sistema de clasificacíón de los autores. Por el de más de veinte afios de edad que no eran graduados de escuela primaria
contrario, parecen ser los sistemas de referencia usados en común por una -uperior tendían a afirmar que debían haberlos preterido. En esta categoria
proporcíón de individuos de una categoría social suficientemente grande para de posición, el 41 por ciento contra, por ejemplo, sólo el 10 por ciento de
dar origen a definiciones de Ia situación características de aquella categoría. graduados de escuela superior solteros de menos de 20 afios de edad, creían
Y C50S sistemas de referencia son comunes porque están normados por Ia que no debían haber sido reclutados. Lo más general es que Ias situaciones
cstructura social. En el caso presente, por ejemplo, el grado de proximidad de edad, estado matrimonial y nivel de instrucción se relacionen consecuen-
al combate proporciona una base de comparación socialmente organizada y I cmente con Ia actitud hacia el servicio militar.
socialmente valorada entre Ias tres categorías de soldados: combatientes en Como Ias hipótesis formuladas para explicar estos resultados son esen-
ultramar, no combatientes en ultramar y tropas vueltas a Ia patria. En con- cialmente del mísmo tipo para cada una de Ias tres categorias de situación,
sccucncia, son categorías como ésas Ias que proporcíonan los contextos corn- .rqui sólo necesitamos examinar una de ellas a título de ejemplo. Como he-
parativos comunes para Ia definiciónde Ia situación entre los hombres. Esta
110 lIiega que puedan ser de gran importancia otros contextos para indivíduos 17 Así, un cstudio sobre conducta política encontró que 10 más probable, cuando los indivíduos
particulares de cada una de esas categorías sociales, pero sólo son pertinentes 'e hallaban bajo presiones contrarias, es que aplazasen su decisión final cn cuanto al voto. Y como
.lice cl principal autor: "Pero ese aplazamiento no cs Ia única reacción posíble. Otras posibílidades
para cl sociólogo si son suficientemente compartidos para producir diferencias llcnan todo e1 margen desde reacciones neuróticas individuales, como Ia incapacidad total para tomar
de grupo en Ias valoraciones. una decisión, hasta Ias soluciones intelectuales que podían conducir a movimientos sociales nuevos.
Eu esas páginas The Amerícan Soldier ofrece una pista, y posiblemente Muchas de Ias cuestiones desconcertantes acerca de Ia relación entre Ias actitudes índíviduales y el
ambiente social pueden rcsolverse cuando se cstudian completa y adecuadamente Ias problemas de
'111;1 pista importante, para resolver el problema sociológico de encontrar el Ias presíones contrapuestas y Ias reacciones a Ias mismas." The People's Choice, por Lazarsfeld,
rcsiduo común que constituye Ias grupos de referencia distintivos para los Herclson y Gaudet (Nueva York, Columbia University Press, 1948, 2" ed.), XXII.
iuclividnos de una categoría de posición social. 18 "An analysis of conflicting social norrns", por Samucl Sttouffer, en American Sociological
Revíew, 1949, 14, 707-17.
J lay implícito aquí otro problema acerca deI cual puede aprenderse poco 19 Como no es afin a nuestro principal propósito, no hemos hecho ningún intento en todo
de este caso: ,:Cuáles son Ias tipos de reacción entre los individuos de un este trabajo pata exponer los numerosos pasos técnicos dados por Ia Rama de Tnvestigaciones para
determinar Ia adecuacíón de sus datos. Pero los lectores de The American Soldicr conoceráu bien
glllpO () categoria de situación cuando están sometidos a grupos múltiples
105 diferentes y con frecucncia imaginativos procedimientos adaptados para cornprobar todas Ias series
d(' I vícrcncia que operan en sentido contrario? En el caso presente, Ia valo- de dates. En el caso presente, por ejernplo, se hace ver que Ias respuestas a esta pregunta no fueron
IH('iúll lida de su suerte entre hombres no combatientes en ultramar repre- meramente un reflejo de los sentimientos de los soldados subsiguientes al ingreso. Porque "cuando
se lcs hacia a rcc1utas nuevos, Ia expresión de cuyos sentimientos acerca dcl reclutamiento no podia
s('Jlt;lhl manifiestamente un compromíso, intermedio entre Ias valoraciones estar tefiida por meses o afios de experiencia en el ejército, Ia misma clase de pregunta diferenciaba
de hoiubrcs 110 combatientes en Ia patria y de hombres en combate real. Pero significativamente los rcclutas que después fueron psiconeuróticos de los otros hombres" (I, 123 n.).
Esta nota está destinada a destacar, de una vez por todas, que nuestro resumen de un caso de inves-
111 '/'IIC AllIcriC:lll Soldier no proporciona datos sobre Ias actitudes de los hombres combatíentes jigaci6n no reproduce de ningún modo Ias sutiles y cumulativos detalles que con frecuencia dan peso
1"11"Kk 11III,ur ,leI texto, aunque se encuentran datos apropiados en otros sitios de Ios dos volúmenes aIos dates manejados. Para esos detalles, y no para Ias cuestiones más generales a que dan origen, se
(por '-jC'llll'lo, I, I 11). necesita un estudio de primera mano de The Amerícan Soldicr.
250 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 251
mos visto en una cita relativa a este caso, los autores explican provisional- comparativa 10 proporcionan Ias categorías impersonales de situación en
mente Ia mayor renuencia al servicio militar de acuerdo con Ias normas de general (otros hom bres casados, otros suboficiales, etc.) y los representantes
comparación producidas por Ia referencia a otras categorías de situación. Me- de Ias categorías de situación con quienes tiene relaciones sociaZes constantes.
rece repetirse en este momento el pasaje interpretativo clave: 2Qué es, por ejemplo, 10 que más afecta a Ias valoraciones deI individuo cuan-
do aquéllas operan contrapuestamente (problema claramente visible cn el
AI comparasse con sus compaiieros solteros en el ejército podía advertir que cuadro de variables expuestos más arriba en este capítulo)?
el servicio exigía un mayor sacrificio de él que de ellos; y aI compararse con sus Esta cuestión nos lleva inmediatamente a considerar Ia importancia rela-
amigos civiles casados, podia advertir que se había creído obligado a hacer sacri- tiva de Ias categorías generales de situación y de los subgrupos íntimos a que
ficios que ellos rehuían por completo. En consecuencia, por término medio era
uno pertenece. Supongamos, por ejemplo, que todos o Ia mayor parte de Ios
más probable en el individuo casado que en los otros el ingreso en el ejército de
mala gana y, posiblemente, con cierta sensación de injusticia. (I, 125. EI subraya- amigos casados de un soldado casado también fueron reclutados, aunque, en
do es nuestro.) general, esta categoría de situación tiene una proporción de reclutamiento
menor que Ia categoría de varón soltero. lQué base de comparación resultará
más eficaz, por término medio? lSe comparará con los otros casados rec1u-
Implicaciones teóricas. Aunque breve y de tanteo, Ia interpretación nos
lados de su camarilla o subgrupo, y en consecuencia estará más dispuesto a
ayuda a localizar y formular diferentes problemas nuevos implícitos en el
aceptar su propio reclutamiento, o se comparará con Ia categoría mayor de
desarrollo de una teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencia.
situación de hombres casados, que en general son preteridos con mayor fre-
En prime r lugar, refuerza el supuesto, insinuado en el caso anterior, de
cuencia, y por 10 tanto se sentirá agraviado por su reclutamiento? La cues-
que son Ias definiciones institucionaIes de Ia estructura social Ias que pueden
t ión tiene, desde luego, un alcance más general. Por ejemplo, Ias expecta-
atraer Ia atención de Ios individos de un grupo o de Ios ocupantes de una
tivas de los obreros concernientes a sus perspectivas personales de trabajo, lse
posición social hacia ciertos grupos comunes de referencia. Y esto no se re- forman sobre el trabajo presente suyo y de sus cornpafíeros que 10 tienen más
fiere únicamente aI hecho de que los soldados tomen Ias normas institucio- que sobre Ias altas proporciones de desempleo que existen en Ia ocupación en
nales oficiales (Ias regIas que rigen el reclutamiento y Ia exención) como una general?
base directa para juzgar Ia legitimidad de su propio ingreso en el servicio. Esas Este caso ele The American Soldier seüala, pues, Ia necesidad de realizar
mismas regIas, corno están definidas en relación con situaciones tales como investígaciones cumulativas sobre Ia eficacia relativa de Ias sistemas de refe-
cl estado matrimonial y Ia edad, también enfocan Ia atención sobre ciertos rencia suministrados por compaiietos y por categorias generales de. situación.
grupos o situaciones con Ios que se comparan 10s individuos sujetos aI ser- Sugiere Ias cosas más importantes de observar que deben incorporarse aIos
vicio. Esto, en realidad, 10 dicen implícitamente los autores, quienes, refi- cstudíos proyectados, de manera que este problema, por 10 menos en sus con-
riéndose aIos mayores sacrificios que supone eI reclutamiento deI individuo tornos principales, pueda prestarse a Ia investigación aqui y ahora, no en un
casado, dicen: "Esta fue reconocido oficialmente por Ias oficinas de rec1uta- futuro remoto. Dichos estudios en proyecto fácilmente podrían comprender
micnto ... EI hecho mismo de que Ias oficinas de reclutamiento fuesen más rcnglones de datos sobre Ias normas o sobre Ia situación de compafíeros ínti-
libcrales con los casados que con los soIteros suministró numerosos ejemplos 1I10S, así como datos sobre conocimientos acerca de Ias normas o de Ia
al casado reclutado de otros que estaban en sus condiciones que tuvieron situación que prevalecen en Ia situación dada en general. EI análisis subsi-
mcjor suerte que él" (I, 125. EI subrayado es nuestro). Las normas institu- glliente podría hacerse, entonces, como una comparación sistemática de indi-
cionales evocan comparaciones con otros análogos en aspectos particulares víduos en Ia misma situacum, pero con compaiieros inmediatos que se han
de situación -"otros que estaban en sus condiciones"-, estimulando así gru- opuesto claramente a Ias normas o que están en situaciones contrapuestas ..
pos cornunes de referencia para los soldados casados. Además de esos grupos Fstudios repetidos que comprendiesen esos materiales harían avanzar de ma-
COIl\UIlCS de referencia, como se ha dicho previamente, muy bien puede haber ncra importante nuestro conocimientos actuales acerca deI funcionamiento
existido toda c1ase de grupos de referencia idiosincráticos, los cuales, puesto de Ia conducta relativa a grupo de referencia.ê?
que varían al azar, no habrian dado por resultado la renuencia al servicio En tercer lugar, Ia teoría supone que Ias individuos que comparan su
t"sladísticamente discernible que era hasta cierto punto marcada entre los sucrte con Ia de otros tienen algún conocimiento de Ia situación en que se
hoinbrcs casados. cncuentran esos otros. Más concretamente, supone que el individuo conoce
Uu segundo problema es destacado por Ia hipótesís, Ia cuaI supone uni-
20 Así, una investigación actual inédita sobre sociología y psicologia social de Ia vivienda, hecha
Ionucmcnte que el soldado casado se compara con individuos de su misma por R. K. Merton, P. J. S. West y M. Jahoda con el título de Patterns oi Social LHe, comprende
posición con los cuales está o estuvo en relaciones sociales reeles: compaiieros un estudio de Ia eficácia relativa del "ambiente primario de opinión" (constituido por Ias opiniones
eu cl cjército o amigos civiles, Esto suscita, pues, una pregunta concerniente , de los compaüeros íntimos de uno) y deI "ambiente secundaria de opínión" (constituido por Ias
opiniones de individuos con quienes no tiene uno relaciones estrechas). Cuando operan contrapues-
11 Ia couducta relativa a grupo de referencia cuando el sistema de referencia lamente, parece que el ambiente primaria tiene cierto grado de precedencia o prioridad.

J
~,
252 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORfA DEL GRUPO DE REFERENCIA 253
poco más o menos Ias proporciones relativas de reclutamiento entre individuos paüeros solteros en el ejército para llegar a formular su juicio no es más que
casados y solteros, o el grado de desempIeo en su ocupación en general." 0, 1111 supuesto, por 10 que dicen los datas de que se dispone. Esas compara-
si se cree aI individuo positivamente orientado hacia Ias normas de un grupo ("iOlICS son variables interpuestas inferidas, y no demostradas de hecho. Pero
al que no pertenece, Ia teoría supone, naturalmente, que tiene algún cono- II() tienen por qué seguir siendo supuestos. No sólo convienen con Ios hechos
cimiento de esas normas. Así, Ia teoría de Ia conducta relativa a grupo de :1 mano, sino que son de una clase que puede ser directamente com proba da
referencia debe comprender en su más plena elaboración psicológica Ilgún (I) investigaciones futuras en que se emplee el concepto de grupo de referen-
tratarniento de Ia dinámica de Ia percepción (de indivíduos, grupos y nor- ("ia.24 Esos estudios pueden destinarse a obtener datos sistemáticos sobre
mas) y de su elaboración sociológica, y algún tratamiento de los canales de los grupos que Ias indivíduos toman en realidad como sistemas de referencia
comunícación mediante los cuales se obtiene este conocimiento. ~Qué pro- para su conducta y pueden, por 10 tanto, determinar si Ias diferencias de
cesos producen imágenes exactas o deformadas de Ia situación de otros indí- :1("1 itud Y de conducta corresponden a diferencias en los contextos de grupos
viduos o grupos (tomados corno sistema de referencia)? ~Qué formas de orga- de referencia.
nización socialllevan al máximo Ias probabilidades de una percepción correc- Esta posibiIidad de convertir Ia variabIe interpuesta de grupos de refe-
ta de otros individuos y grupos, y cuáles originan una percepción deformada? rcncia de un supuesto en un hecho nos conduce a un quinto problema. Antes
Como algunos elementos perceptivos y cognoscitivos están definidamente de meterse en una investigación sobre Ias circunstancias en que Ias indiví-
implícitos aun en una descripción de Ia conducta deI grupo de referencia, será duos se comparan con otros individuos o grupos especificados, es necesario
necesario que esos elementos sean explícitamente incorporados a Ia teoría. examinar Ia situación psicológica de Ias comparaciones. Porque cuando los
Un cuarto problema que sale de este caso se refiere a Ia situación empí- indivíduos adoptan explicitamente esos sistemas de referencia, Ias investiga-
rica de los conceptos de grupo de referencia. En este estudio, así como en «iones sociológicas que comprenden entrevistas con un gran número de per-
otros que examinaremos aqui, fue introducido el concepto interpretativo de SOll<1S no encuentran grandes díficultades de procedimiento. Preguntas ade-
privación relativa después de terminada Ia investigación de campo.22 Siendo «nadas pueden obtener Ia información necesaria sobre grupos, categorías de
éste el caso, no se adoptaron medidas para Ia recolección de pruebas sisiemá- posición o individuos que se toman como sistema de referencia. Pero, desde
ticas23 independientes sobre el funcionamiento de dichas estructuras sociales lucgo, no hay razón para suponer que Ias comparaciones de uno con otro
sou uniformemente conscientes. Numerosos estudios experimentales de psí-
ele juicios individuales. Que una proporción importante de soldados casados
('()Iogía social han revelado que Ias individuos reaccionan sin darse cuenta
eomparasen realmente su suerte con Ia de amigos civiles casados y Ia de com-
;1 diferentes sistemas de referencia introducidos por el experimentador. En Ia
medida en que intervienen en Ias rutinas ordinarias de Ia vida diaria grupos
21 Puede resultar, desde luego, que, en determinadas circunstancías, Ias individuos extrapolen
su conocimíento de Ia situación de 10s compaüercs cn una categoria social dada a Ia categoria social de referencia inadvertidos, Ias técnicas de Ia investigación deben ampliarse
CIl general. O pucde resultar que cl individuo le conceda más peso a Ia situación de sus compafieros P;lld descubrir su funcionamiento.
'jllC a Ia situación contrapuesta que él sabe que obtiene en Ia categoria social en general. Estas
sun cncst iones apropiadas para Ia invcstigación empirica e importantes para Ia teoría dei grupo de
También pueden destinarse procedimientos adecuados de invcstigación
rcfcrcncia. ;t dcscubrir qué grupos de referencia entran en juego- espontânea y explícita-
~~ Anuque el conccpto opera dcspués de! hccho de Ia recolección de datas, se introdujo bas- incute, a diferencia del estudio de reacciones a contextos de grupo de refe-
tnntc antes Cll e! análisis para permitir SI1 uso en Ia sugestión de tipos de tabuIaciones que ele otro
I cncia proporcionados por el experimentador o sugeridos por el entrevistador.
IIIOelO no se habrían hecho. Desde el punto de vista interpretativo, por 10 tanto, Ia privación rela-
Iiva no se limitó a su uso como un concepto ex post facto. Tanto Ias entrevistas como los estudios experimentales hasta ahora se
2,:1 La insistencia sobre datas sistemáticos cs esencial, porque TIIC Amerícan Soldier ofrece indi-
cios abunduntcs de que en muchos casos fucron tomados como contexto de corn paración grupos de
rcícn-ncia supuestos. Por ejemplo, su texto abarca observaciones hechas por soldados en ultramar 24 Un cjemplo reciente de Ia posibilidad de prever ahora Ia necesidad de datas sobre la con-
'J"C in.lican claramente que 105 soldados que estaban en Ia patria eran tomados como puntos de .Iucta relativa ai grupo de referencia, 10 proporciona el estudio de Ia votación de 1948 en Elmira
rdc"·lIcia para valorar aquéllos sus propias situaciones: "Crco que ya hice bastante estando dos anos (publicado después con eI titulo de Voting por B. Berelson, P. F. Lazarsfeld y \'1. N. MePhee,
("11 nlt r.unar. Ya es bastante para eualquiera ... Que Ias muchachos que cstán en Ias Estados Uni- l Juiversity of Chicago Press, en 1954). A base de un subsidio de Ia Fundación RockefelJer para el
dos 1""('11 por esta aunque no sea más que un momento, y sabrán 10 que es dormir en el barro con 0,1 ndio de técnicas de equipo en investigaciones social es, se celebró en Swarthmore una conferencia
""""JllitOS zumbando alrededor de uno C0l110un P·38." "Tnvimos Ia suerte de respirar un poco de ',ohre conceptos de grupos de referencia, con Ia vista puesta en conseguir rnatcríalcs relativos aios
uir« lrcsco durante un momento. Pero sospeeho que 10 mejor que puede hacerse es mantener aleja- cOllceptos expu estas en eI estudio de Ia votación en Elmira. Tbe American Soldier proporciona
"", de a'l"l a Ios muchachos que están en Ias Estados Unidos, o no quedará ninguno." "Es duro uurchos conceptos más que pueden incorporarse dei mismo modo a investigaciones posteriores. Este
,'<IIII() cJ iuíicrno estar aqui y leer en todos Ias periódicos que llegan de Ia patria que eI soldado Joe I'roccso de una acción recíproca en marcha entre teoría e investigación empírica 10 pasan por alto
11,,~r, ,·,1,\ olra vez en Ias Estados Unidos con licencia después de Ull duro servi cio como guardia veredictos como eI de Glazer según el cual el concepto de privación "no puede ser refutado por Ias
CII H"dio City." "Rccibimos cartas de soldados que todavía no salieron de Ias Estados Unidos y que luchos". (Véase Ia nota 3 de Ia página 235 de este capítulo.) Un concepto teórico que aparece o se
r~II\1I ""flirl:llldu de su segunda licencia" (I, 188). Estas observaciones contienen también alusiones .ksarrolla en el curso de una ínvestígacíón, si tiene alguna pertinencía ernpírica, puede utilizarse (o
tl~ J""'IIIII a Ia fuente de información relativa a Ia situación de los hom brcs regresados a Ia patria: u.odificarse o anularse, si es defectuoso) en investigaciones subsiguientes. Si ha de ser creadora, Ia
"lcrr <:11 todos tos periódicos", "recibirnos cartas", etc, Pero esos materiales anecdóticos no Ias con- invcs+igacíón no puede Iimitarse a Ia cornprobación de hipótesis predeterminadas. En el proceso
.idrTUII, ("011 bastante razón, como base para un análisis sistemático Ias autores de Tbe Arnerican de investigación aparecen nuevos conceptos e hipótesis que sirven de base para nuevas investigacio-
SII'd/rr. urs. Creemos que así es exactamente como tiene lugar Ia continuidad en Ia ciencia.
254 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORíA DEL GRUPO DE REFERENCIA 255
centraron en gran parte sobre reacciones a contextos de grupo de referencia privación relativa. Por fortuna, Ias numerosas investigacciones de The Ame-
proporcionados por Ias sujetos. Los estudios pueden avanzar más si suminis- rican Soldier nos perrniten comprobar esto, por 10 menos en cierto grado.
tran conjuntos ordenados de contextos comparativos, algo así como el si- Porque aIgunas de esas investigaciones comprenden resultados que manifies-
guiente: tamente no guardan parentesco con el concepto de privación relativa -ya que
"Por comparación con otros de su equipo de trabajo [o con otro del grupo a que tratan de autoimágenes, pero no de niveles de satisfacción con Ia propia
pertenece], ~cree usted que recibe una remuneración justa por 10 que hace?" suerte-, aunque, según creemos, pueden explicarse aplicándoles conceptos
"Por comparación con Ias individuos que atienden directamente al público, lcree de grupo de referencia. Mientras vemos si esta teoría nos permite descubrir
usted ... etc ... ?" uniformidades sociológicas subyacentes en tipos aparentemente dispares de
"Por cornparación con el presidente de Ia empresa, lcree usted ... etc .... ?" conducta, también tendremos ocasión de aumentar Ia lista de problemas es-
pecíficos que necesitan solución si ha de progresar Ia teoría del grupo de
° análogamente, podría darse información relativa a salarios a un grupo
experimental y negársela a un grupo igual de trabajadores para determinar si
referencia.
Caso núm. 4 (lI, 242-72). Los grupos de combate estaban en general
Ias autoestimaciones y Ias satisfacciones posteriores deI grupo experimental sujetos a una frecuente renovación de personal. Es verdad que algunas uni-
son modificadas por posibles grupos de referencia suministrados por el inves- dades estaban preparadas y entraban en combate con pocos cambios de per-
tigador. sonal, pero aun en estos casos Ias bajas requerían sustituciones frecuentes.
Pero estos tipos de investigación por tanteo, en que son suministrados La Rama de Investigaciones advirtió eI hecho sociológicamente importante
los grupos particulares de referencia, no entran, naturalmente, en Ia región de que Ias soldados inexpertos se encontraban así en dos estructuras sociaIes
110 cartografiada de Ia selección espontânea de grupos de referenda en situa- claramente diferentes: algunos estaban durante algún tiempo en unidades
ciones diferentes. lPor qué A, en una situación, se compara con B, y en otra homogéneas formadas totalmente por tropas igualmente bisofias, y otros en
con C? 0, más concreta y más ilustrativamente: lCuándo comparan los divisiones con veteranos combatientes. Y aquí e1 estudio toma un sesgo socio-
obrcros su suerte con Ias de sus más próximos compafieros de trabajo, y lógico decisivo. A diferencia de los estudios corrientes sobre votaciones, en
cuándo con otros cuya situación es sefialadamente distinta? lQué aspectos psicologia social, que comparan conjuntos de indivíduos de diferentes situa-
de Ia estructura social y qué procesos psicológicos limitan el campo de los ciones (edad, sexo, clase, etc.}, éste no compara simpIemente Ias actitudes
inclividos y los grupos considerados como sistemas de referencia pertinentes? de tropas bisofias y veteranas. Esto no habría sido más que una compara-
Fstc tipo de problemas -los procesos que moldean Ia selección de grupos ción de conjuntos de hombres en dos situaciones diferentes, tipo importante
de referencia- es el más urgido de investigación." de comparación pero de valor muy limitado para Ia sociología. Por el con-
trario, definieron su estudio como una ocasión para estudiar los efectos de
Ias contextos de grupos sobre Ias solicitudes de tipos de individuos, problema
UNIFORMIDADES DE CONDUCTA DERIVADAS DE LA TEORÍA DEL GRUPO
viejo, desde luego, más viejo que Ia misma sociología, pero que ha sido con
DE REFERENCIA
menos frecuencia objeto de investigación empírica sistemática que de estu-
IIasta este momento hemos examinado investigaciones en Ias que el con- dios impresionistas.
ccpto de privación relativa fue utilizado explícitamente por _St!ouffer y sus En consecuencia, la Rama de Investigaciones se dedicá a 10s contextos de
colaboradores para interpretar resultados empíricos. AI hacerlo aSl intenta- grupos en que se encontraban Ias tropas: tropas bisofias en unidades formadas
II\OS, primero, indicar cómo este concepto puede incorporarse a una teoría completamente por individuos de su misma clase; reemplazos igualmente
de Ia conducta deI tipo de referencia más general, aunque todavía primitiva, inexpertos en divisiones formadas por veteranos combatientes; y Ias veteranos
y segundo, cómo esos estudios originaban nuevos problemas empíricos y mismos de esas dívisiones." Se hicieron preguntas aIos tres grupos de sol-
teóricos que pueden llegar a ser objeto de nuevas y cumulativas investiga- dados en algunas de Ias que Ia Rama de Investigaciones llama "zonas de
cioucs, actitud" (disposición para el combate, confianza en su capacídad para ha-
Ncccsitamos ahora ver si Ia teoría de los grupos de referencia tiene real- cerse cargo de un grupo en combate, estimación de su estado físico, y así
rucnl e una aplicabilidad mayor que el concepto aparentemente especial de Ia sucesivamente). Las exploraciones encontraron tipos de diferencia manifies-
~r, ti" comienzo notable se encucntra en el iniciador estudio de Herbert H. Hyman titulado
lamente diversos en Ias reacciones entre Ias tres grupos. En Ia primera
TI". 1'.'yc!",logy oi Status, Arehivos de Psicologla. Núm, 269, 1942. Hyman busc6 que sus sujetos "zona de actitud", por ejemplo, Ias veteranos manifestaron mayor renuencia
IlIro ••.illllaSCIl los grupos o individuos que tomaban para la comparaci6n cou su propia situación. Esta
vi"",· d" intcrrogatorio directo puede, desde luego, sonsacar s6]0 los sistemas ele comparación cons- 26 Hay, desde luego, un contexto de cuarto grupo que pudo haber entrado estratégicamente
l'1<·"I<'., y icconlndos. Pero cl progreso ele Ia teoria del grupo de refercncia sufríó a consecuencia de. "11 la comparación sistemática, a saber, la división formada totalmente por veteranos combatientes,
1111 11,,1)(,1 sq;lIido en general la sugestiva orientación de Hyman sobre sistemas espontáneamente ' salvo que Ias prácticas de remplazo de! ejército no le permitieron a la Rama de Investigaciones in-
'·II"·'~:C"t"s de grupos de referenda. cluir en su estudio dichas divisiones de veteranos.
256 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
TEORfA DEL GRUPO DE REF.ERENCIA 257
a entrar en combate que Ias tropas de unidades bisorías, y los rernplazos ocu-
paban entre unos y otros un lugar intermedio. Mientras que el 45 por ciento de su estado físico, se intenta explicarlo diciendo que Ias juicios tal vez
de Ias soldados bisofios estaban "dispuestos a ir a una verdadera zona de reflejan una diferencia real (objetiva) del estado físico entre Ias veteranos y
combate", Ia proporción bajaba al 28 por ciente entre Ias remplazos y sóIo Ios otros.
aI 15 por ciento entre Ias veteranos. Lo más interesante es, desde luego, el Imõlicacionee teóricas. Se aceptará sin esfuerzo que esto constituye un
contraste entre Ios soldados bisofios y los remplazos, ya que eran iguales en su reto y un problema intrigante para Ia teoría sociológica. Porque Ia conducta-
atributo individual de falta de experiencia de combate, pero diferentes res- respuesta de Ias remplazos parece presentar diferencias casi deI todo fortuitas,
pecto de Ia clase de grupo en que se encontraban. Esta misma norma, en situación desagradable para el teórico cuya tarea es percibir uniformidades
que Ias remplazos eran intermédios entre veteranos y bisofios, se ofreció en subyacentes en media deI desorden aparente. Recuerda Ia situación en que
respuestas a preguntas sobre actitudes hacia los suboficiales. se haIló Durkheim cuando encontró una diversidad inrnensa de proporciones
Pero, dice Ia Rama de Investígaciones, éste es sólo un tipo de respuesta. de suicidios, que diferían entre los sexos, Ias zonas rurales y urbanas, Ias
Otro tipo completamente distinto se encontró en re1ación con Ia confianza poblacíones militar y civil, Ias grupos religiosos, y así sucesivamente. Más
de los hombres en su capacidad "para hacerse cargo de un grupo de hombres bien que formular interpretaciones nuevas e independientes para cada serie
en combate". Como podían esperar aIgunos a base de sentido común, Ias de diferencias, intentó derivar todas esas numerosas diferencias de un cuerpo
veteranos expresaban confianza en su capacidad para desempenar ese papel limitado de proposiciones. Así aqui, Ias diferentes tipos de respuesta de Ias
con más frecuencia que los soldados bísoííos de unidades biso fias. Pero es de remplazos plantean a Ia teoría sociológica Ia tarea de discernir Ias variaciones
importancia decisiva el que, a diferencia del primer caso de disposíción para y Ias circunstancias importantes que producen esta aparente diversidad de
el combate, en que Ias respuestas de Ias reemplazantes fueron intermedias, en conducta-respuesta.
este caso fueron consecuentemente Ias menos confiadas de 10s tres grupOS.!!7 Como es bien sabido, el prime r paso en Ia investigación de un orden
Además, aun en otro tipo de "actitud" -hacia su propio estado físico- sociológico en medio del aparente desorden, consiste en ré-examinar, de
el rempIazo era de hecho indiferenciable de Ias otras tropas bisofías, pero acuerdo con Ia teoria, Ias conceptos de acuerdo con los cuales se registran los
estaba mucho más dispu esta que el veterano a considerarse "en buen estado datos. Se encontrará que en Ia mayoría de Ios casos los conceptos pueden
físico" . ganar por ac1aración y reforrnulación. Tal parece ser el caso aquí. Las dife-
Estas tres series de datos parecen, pues, revelar tres tipos diferentes de rentes series de datas se regístran todas como actiiudes correspondíentes a
respuestas, en el primero de los cuales el rempIazo contesta más como el vete- distintas "zonas de actítud". EI teórico debe considerar inmedíatamente Ia
rano que como Ias tropas bisofías; eu el segundo, más alejado del veterano y posibiIidad de que Ias diferencias conceptuales básicas de 10s datos puedan
también diferente de Ios otros soldados biso fios; y en el tercero, completa- estar oscurecidas por el uso de un solo concepto definido sólo en términos
mente igual a su equivalente en unidades bisoíias. Y puesto que estos son generales." EI solo concepto general de "actitud" puede tarnbién no dirigir Ia
tipos diferentes, Ia Rama de Investigaciones formuló interpretaciones dife- atención deI analista hacia el cuerpo adecuado de teoría para interpretar los
rentes. Respecto de Ia aproximación del rempIazo a Ia renuencia de 10s vete- datas. Y por fin, inc1uyendo de rnanera tácita elementos que difieren de
ranos a entrar en combate, se sugiere que "hasta cierto punto los rempIazos modo importante en Ias datas pertinentes a este concepto único e indefcren-
adoptan Ias actitudes de Ios veteranos combatientes que les rodean y cuyas cíado, Ias resultados ernpíricos pueden presentar anomalias, contradicciones
opiniones sobre eI combate tienen para ellos mucho prestígio" (lI, 250). Res- y carencia de uniformidades que sean sólo aparentes, no reales.
pecto de Ia capacídad para mandar un grupo en combate, donde los rempla- zQué revela Ia reformulación conceptual de los datos? La primera varia-
zos difíeren más de los veteranos, se sugiere que "para los veteranos, Ia expe- ble, "disposicíón para el combate", puede en realidad definirse útilmente
riencia era su punto Iuerte, y tambíén el punto en que los remplazos en corno una "actitud" en el sentido aproximado de "un estado de propensién
coutacto con eIlos sentían más su inferioridad, estando como estaban bajo Ia mental y nervioso, organizado mediante Ia experiencia y que ejerce una in-
protccción de Ios veteranos" (lI, 251). Y cuando el remplazo es completa- fluencia directiva o dinâmica sobre Ia reaeción deI individuo a todos los obje-
mente igual a su equivalente en unidades bisofias, corno en Ias estimaciones tos y situaciones con que está en relación'U" Pero Ia segunda variable' "con-
~7 Si hubiera oportunidad aquí para hacer un nuevo análisis total de Ias dates, seria necesario 28 En Ia introducción Sttouffcr 11ama Ia atención sobre Ia vaguedad del concepto "actitud"
truunr cn enenta 105 problemas de "confíabilidad de Ia pregunta", ya que tres cuestiones-índi-es dife- adaptado en 105 estudios: " ... en el trabajo principal de Ia Rama de lnvestigaciones y en Ia mayo!
rentes ('11 esta "zona de actitud" de "confianza en si mismo" condujo a tipos de contestación algo parte deI texto de los volúmenes presentes no hay definición funcional de actítudcs, por donde con-
dif('J(,lItcs. Pcro esto no es esencial para los presentes propósitos, en particular porque aqui nos inte- ccptos como "actítudes", "tendencías" y opiniones" se usen más O menos vagamente y aún a veces
"":111 ""'" todo los rernplazantes, que fueron consecuenremenre menos confiados que 105 veteranos como equivalentes ... " (1,42). Aquí cstamos dedicados a explorar algnnas de Ias consecuencaís em-
y 1m bisoüos en Ias tres casos. (Para cifras, véase Il, 252.) Véase también el análisis de Ias prc. piricas y te6ricas de Ia reespecificaci6n de nn concepto. Para una clara exposición de este procedi-
,~lIlJt", de esc estúdio en "Problerns of Survey Anylisís", por P. L. Kcndall y P. F. Lazarsfeld, en mícnto, véase MetllOds in Sociological Research, por W. J. Coade y P. K. Hatt (Nueva York,
COlltilJllitics i" Social Research, cd. por R. K. Merton y P. F. Lazarsfeld (Clencoe, IIIinois, The MeCraw-Hill, 1952),48·53.
FI('{' 1'"·,,, 1050), 133-96. 29 La definici6n particular citada es Ia de C. W. Allporr, pero diferentes conceptos actuales
de "actítud" tienen en sustancia esta misma significación escncial,
258 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DELGRUPO DE REFERENCIA 259
fianza en sí mismo en cuanto a capacidad para mandar", aquí indicada, pa- li' na minar los tipos presentados como diferentes a fin de determinar si son
rece no tanto una preparación para Ia conducta como una imagen de sí I1';rlnicnte diferentes, o si Ia son sólo en apariencia.
mismo y una autovaloraciôn, Dos consecuencias derivan de esta reformula- De una manera provisíonal, y en Ia medida en que nos permiten afír-
ción provisional de un solo concepto "actitud" en los dos conceptos de acti- 11I:I!lOlos datos registrados, parece que Ias diferencias sólo son aparentes. En
tud y de autovaloración. En primer lugar, ya no se supone que los datos 1.1base de Ias diferencias manifiestas en Ia distribución de porcentajes de Ias
relacionados con Ias dos variables deben manifestar Ias mismas distribuciones 1IIIIIeslaciones a Ias preguntas dadas por los veteranos, los remplazos y Ios bi-
comparativas: esto se convierte ahora en una cuestión discutible y no en un ',1I1IOS,hay regularidades de respuestas que corresponden a Ias previstas en Ia
supuesto tácito. Y en segundo lugar, Ia reformuIación en reIación con Ia Ilip{ltcsis.
autovaloración nos conduce inmediatamente a Ia teoría deI grupo de referen-
Así, primero, en relación con Ia disposición para eI combate, los senti-
cia de Ias autovaloraciones. La reformuIación del concepto en que Ias varia-
uurutos de Ios veteranos dicen, efectivamente, que "el combate es el infier-
bles dependientes son enunciadas suministra así un posible enlace con Ia
110", y en consecuencia expresaron con mayor frecuencia renuencia a entrar
teoría del pasado: no estamos obligados a improvisar totalmente nuevas hipó-
(11 combate. Los bisofios, por el contrario, que habían dejado más reciente-
tesis, aisIadas y desconectadas de un cuerpo general de teoría, pero podemos,
IIICIlte Ias filas civiles, era más probable que sustentasen aI principio Ios valo-
quizás, derivar esos resultados de un conjunto ya establecido de hipótesis II'S de Ia población civil en tiempo de guerra, con todos sus "clichés tradí-
centradas en torno de Ia estructura, funciones y mecanismos dinâmicos de
lillllales" de que eI combate ofrece ocasiones para eI heroísmo dramático. Esta
Ias autovaloraciones en diferentes contextos de grupo. Esta es, además, Ia
111confirma de hecho e! texto en otro lugar y a otro respecto, donde se dice
teoría que se asimila el concepto de privación relativa, usado en otros lugares
de esos volúmenes, pero no aqui, 'I"C "probablemente e! código del grupo más fuerte [entre los combatien-
II·sl.. ' fue eI tabú contra toda charla del tipo de 'Ia bandera que ondea' ... "
Con esta nueva base conceptual estamos preparados para te-examinar los 1':1núcleo de Ia actitud entre los combatienies parecía ser que toda charla
datos de The American Soldier a fin de ver si verdaderamente presentan IJIICno subordinara Ias valores idealistas y eI patriotismo a Ias realidades más
Ia anomaIía de tres tipos distintos de respuesta en Ias mismas circunstancias. rimas de Ia situación de combate era falsa, y el individuo que expresara tales
Si una teoría general ha de salir de esos datos e ir más allá de Ias interpreta- ulcas era un hipócrita.ê?
ciones formuladas en el texto, debe poder asimilarse esos tipos aparentemente
En este primer caso, pues, nuestra hipótesis sacada de Ia teoría del grupo
diferentes de respuestas como expresiones de una regularidad subyacente.
.lc referencia nos llevaría a prever que Ios remplazos, procurando Ia afiliación
Nacida del fondo teórico suministrado por James, Cooley y Mead, y por ;11 estrato de autoridad y prestigio de Ios veteranos, pasarán de los valores
Hyman, Sherif y Newcomb, Ia hipótesis dice que, en Ia medidaen que Ias (Ic los civiles a los valores más rudos de los veteranos. Y éste es el caso, como
individuos de un grupo subalterno o en perspectiva se sienten movidos a afí- ...rbcmos. Para Ias remplazos, Ia supuesta función de asimilar 10s valores de
liarse a un grupo, tenderán a asimilarse los sentimientos y adaptarse a los va- los veteranos es encontrar una aceptación más rápida por el grupo de situa-
lores deI estrato deI grupo que tiene autoridad y prestigio. La función de Ia ('ión más elevada, en un ambiente en que eI grupo subordinado de remplazos
conformidad es Ia aceptación por eI grupo, así como Ia progresiva aceptación 110tiene derechos independientes a un prestigio verdadero.
por eI grupo refuerza Ia tendencia a Ia conformidad. Y los valores de esos
Pero si Ia hipótesis es congruente con Ia primera serie de datos sobre Ia
"otros importantes" constituyen los espejos en que Ias individuos ven sus auto-
.lisposicíón para el combate, lPuede valer también para Ia segunda serie, rela-
imágenes y llegan a valoraciones de sí mismos. Aplicado al presente caso, 10s
I iva a Ia llamada actitud de confianza en sí mismo en cuanto a capacidad
otros importantes de! grupo a que se pertenece son indivíduos análogamente
para el mando, particularmente desde que se vi o, en este caso, que Ias contes-
inexpertos para el soldado bisofío de una unidad bisofía, mientras que para
I .iciones de 10s remplazos se oleiaban mucho de Ias de los veteranos, más aún
el rcmplazo los otros importantes son veteranos experimentados, con sus ta-
que Ias contestaciones de Ias bísofios? En realidad, e! texto se refiere a esto
blas distintas de valores y de sentimíentos.
('01l10 un tipo "diferente" o "divergente" de respuesta. Indudablemente, Ia
AI aplicar Ia hipótesis general, debe preverse que los remplazos, como .listribucíón manífiesta de contestaciones difiere de Ia primera. Pero, visto
"cxtrafios" movidos a afiliarse al estrato prestigioso y de autoridad (Ias vete- ('I] relación con Ia teoría del grupo de referencia, no es más, según creemos,
runos ), estarán más cerca de conformarse a todos los valores y sentimientos
de los veteranos que aquí examinamos. Tenemos que ver claro en este punto, 30 lI, 150 (eI subrayado es nuestro). Esencialmente Ia misma indicación de un contraste de
Si xu utílidad interpretativa ha de ser estimada adecuadamente, Ia hipótesis valores en relación con el combate entre Ia poblacíón civil y Ias combatientes, se hace en numerosos
lugares de Ias dos volúmenes; por ejemplo, en n, 111-12, 151; I, 484. Debe tornarse nota tam-
dcbc sostenerse por sí misma, y no ser modificada o abandonada porque el
hi,'u del Cuadro VIII dei capítulo 3 deI volumen Il, que muestra que podía esperarse mueho más
texto de The American Soldier dice que Ias respuestas de los remplazos er de Ias veteranos que de Ias tropas inexpertas que dijesen que "esta guerra no merece ser peleada".
Ias diferentes "zonas de actítud" fueron diferentes de hecho. La hipótesis Y finalmente, debe decirse que este contraste entre Ias definiciones de Ia situación de combate
hcchas por civiIes y por combatientes 10 seüaló Brewster Smith, quien también dirigi6 el estudio de
presente 110Sda una serie de ínstruccíones para eI efecto de que tenemos que
Ia conducta dei remplazo que estam os examinando.
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 261
260 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL Scgún se dice, Ias respuestas aquí representan, no una asimilación de Ias
que otra expresión de Ias mismas regularidades dinâmicas subyacentes de con- " 11I11<lcsde Ias veteranos, sino, más aproximadamente, un fiel registro de
ducta en este contexto de grupo. ,ldnclIcias objetivas en el estado físico de veterano fatigados -"Juanes apo-
Puede comprobarse esto aplicando Ia hipótesis. En el caso de Ia con- I 1I'.ldo:-;"-- y de Ias remplazos frescos y Ias tropas bisofias.
fianza en sí mismo, como hemos visto, tratamos con una autovaloración más I'cro esta no hace más que plantearle otro problema a Ia teoría: lEn
que con una actitud en eI sentido de preparación para Ia acción. Los valores '111\"«ircunstancias responden los hombres registrando una situación objetiva
y sentimientos deI estrato veterano dicen, en efecto, que "se necesita expe- \ lI< una imagen socialmente reflejadarê"
I lEste tercer tipo de respuesta,
ricncia real de combate para preparar a un soldado raso para hacerse cargo de 11',111 -ntcmente distinto, reguiere una hipótesis nueva? Parece, además, que
un grupo de combatientes'i.w Ahora bien, si, como prevé Ia hipótesis, Ias 1111",' nccesita introducir nuevas variables ad hoc, aunque por careneia de los
rcmplazos procuran asimilarse ese valor y se juzgan en relación con él, si se ,11111',ncccsarios, esta debe remitirse, desde luego, al exarnen de futuras inves-
Ili'.'I'IIJIlCS. Parece que Ios veteranos no afírrnan su mal estado físico como
uiiran en cl espejo proporcionado por Ias valores de Ias prestigios veteranos,
sólo pueden considerarse, en general, impreparados para un mando espontá- 1111vulcn social distintivo y positivo (salvo, como eI texto indica, como una
neo en Ia batalla. Según Ia hipótesis, los remplazos, en resumen, debieran I.1i1<>11:i/izaciónposible para eludir nuevos combates) en el mismo sentido
conducirse precisamente como 10 hacen, siendo 10 más probable que digan '1"1 .rfinnan Ia creencia en que "el combate es el infierno" o que "Ia c:xpe-
que no están preparados para mandar a combati entes (10 cual implica una 11'11111del combate equipa a un soldado para mandar hombres en combate".
autovaloración más baja que Ia que se encuentra entre Ias tropas bisoüas, no \ I,I,'; rcmplazos que tratan de afiliarse a Ios prestigiosos y socialmente vali-
cn re1ación con los veteranos). Así, aunque Ia distttbucion de sus réplicas ,11,111:-; veteranos no se les favorecerá, pues, diciendo que están en mala forma
clificre sefialadamente de Ia de Ios veteranos, 10 cuaI mueve a Ia Rama de I, ":1,. que tarnbíén elIos son "[uanes aporreados". Si sirviese para algo, este
Investigaciones apresentar esto como otro tipo de respuestas, Ios remplazos d':'"J!o sólo serviría para que Ios veteranos rechazasen a Ias rempIazos, ya
siguen el mismo tipo de conducta en Ias dos casos, cuando éste se interpreta '1"1' 1t'1)J'centaría no un mérito para Ia afiliación al grupo, sino para Ia Igual-
scgún Ia teoría deI grupo de referencia. Los remplazos se asimi1an Ias valores ,111I de posicion, Además, el reeonocimiento por 10s remplazos de su estado
ele Ios veteranos, afilíándose así supuestamente al estrato autorizado y presti- 11,1111relativamente bueno no afirma un contra-valor, que podría tarnbién
gioso. En el primer caso, de "disposicíón para el combate", esto sólo requiere 1111' II:I/,ar a su aceptación por Ios veteranos. Dentro del mismo contexto de
Ia re-afírmación directa de Ias sentimientos de Ios veteranos, 10 cual hace ".1111'"110 hay, pues, base funcional ni motivos para que Ios rernplazos repro-
que Ia distribuci6n de Ias respuestas de Ias remplazos se parezca a Ia de Ias ri 11 /\,111 los juicios sobre si mismos de los veteranos, y encuentran expresión
veteranos. En eI segundo caso, de confianza en Ia propia capacidad de man- ri li ci cucias aparentemente objetivas en el estado físico de veteranos fatigados
do, también se asimilan Ias normas de Ios veteranos, pero como esta no es \ 111'rcuiplazos de refresco y soldados bisofios.
nua mera aetitud, sino una autovaloración, se aplican esas normas a sí mis- 1r".11 Ia medida en que estos tres tipos de contestación manifiesta puedan
mos, se encuentran relativamente deficientes, y en consecuencia dan distri- .Lr rv.uxc tcóricamente de una teoría funcional de Ia conducta del grupo de
buciones de respuestas a Ias preguntas sobre autovaloración diferentes de Ias 11 1<1('Iicia, este caso ilustra un servieio importante de Ia teoría a Ia investi-
de 10s veteranos. Así, parece estar subyacente en los diferentes tipos de répli- ·,.III()I\ social aplicada: Ia reconstrucción mediante Ia clarifieación conceptual
cas rnanifiestas un proceso social de uniformidad. ,k 11regularidades aparentes en los datas conduce al descubrimiento provi-
La misma hipótesis puede comprobarse una vez más con otros renglones ,11111:11 de regularidades subyacentes funcionales y dinámicas. Pero, como he-
de 10s da tos sobre "actítudes" de veteranos, remplazos y bisofios; por ejem-
pio, los relativos a "actitudes respecto del estado físico". En este caso, los I,,11.11'.,'
CIIbuen estado físico?". Otras preguntasreferentesa circunstanciasde "combate" posible-
hisOIlOS y Ias remplazos respondieron 10 mismo, pues el 57 y el 56 por ciento "" 111.-1111
roduccn cl factor de renuenciaasimiladade los remplazospara el combate;los remplazos
I" u.bu :I ser intcnnedios entre los veteranosy los soldadosbísoüos en sus contestacioncsa díchas
respectivamente dijeron estar en buen estado físico, mientras que sólo el 35 I'H ",11111:1),

por cicnto de Ias veteranos contestaron de este modo. Esto se presenta como como en otros lugares, nna formulaciónun poco más general del problema dirige
;1: '\'lllí,

1111lerccr tipo de respuesta, también en el nivel empírico manifiesto de fre- "" •. I, , haciaIa importanciade datos prescntados ahora en diferentes e ineonncxaspáginas
.ri cución
I, !,..'I,lIc!'.ÍcanSoldier. En diferenteslagares de esos volúmcnesse recurre al supuesto de que
I
('IICIICi,lSde respuestas, 10 que llevó a Ia Rama de Investigaciones a otra inter- "I:I,ionesde los soldados reprcsentan un "registro objetivo" y no [uicios condicionados
,," I,

prctación de este tipo aparentemente nuevo: sugiere que Ia analogía de Ias I'''' ,I ",'''1''1. Pero, sin una formulacióngeneral,Ia necesídad de colacionarlos y de aclararIa cues-
coulcstaciones de Ios remplazos y de Ios bísofíos "es indudablemente paralela i ,•." I,,IIICeI cs probable que no se advierta. Véanse, por ejemplo,Ia interprctacíón de respuestas de
",) nu Ilorporados cn unidadespredominantementede rcincorporados, donde se dice: "En parte,
a Ia analogía en eI estado físico real de los hombres't.P '.1,""(,,,10 entre reincorporadosy no reincorporados indica que había aIguna base elebecho tantr-
"", •.1:1actitud para Ia preferencia de los reincorporados por más cornodidad en sus unidades.
'li

:111,11,<1:110sestadísticosde contestacíonesa 1a pregunta "lCree usted haber recibido prepara- 1'.,,, I"'. .l.uos no pueden tomarsecomo corroboraciónsegurade este punto, ya que pueden ser, por
('1(,,, "1I1;1';l"IIle
para mandar acertadamenteun grupo de hombres en combate?", constituyen una I•• ""''''''' eu parte, simpIe prueba de que Ias actitudes de Ios reincorporadosafcctaban tambíén a Ias
hijNr I'AflI opinar que los veteranossustentan este valor. Los estudios de los valoresde los cornba- "1""''''11'.de los no reincorporados que les rodeaban" (Ir, 515, 517).
1;"111<"" 1'11especialen lI, capítulo 3, apoyanesto.
:I~~11. 2(í~, Esto rernite sus categorias "absolutas" de respuestasa Ia pregunta "lCree usted
- 262 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORfA DEL GRUPO DE REFERENCIA 263

mos indicado, Ias vias que comunican Ia teoria social y Ia investigación apli- posiblemente circular y cumulativo 36 mediante el cual Ia asimilación de va-
cada tiCIICII rránsito en Ias dos dírecciones: no s610 puede Ia teoria formular lores impulsa el contacto social entre los grupos, 10 cual a su vez refuerza Ia
de nuevo algul10s de Ios materiales de The Ame.rican Soldier, sino que a base .isimilación de valores, una aceptabilidad social mayor y un contacto social
delos mismos materiales podemos especificar los tipos de indicadores y de uuis activo.
obscrv.u-ioues sociológicos necesarios para conseguir Ia continuidad cumula- El nuevo análisis de Ias datos sobre contextos de grupo de asirnilación
tiva (~IILi teoria de Ia asimilación de valores, el contexto de grupo de Ias auto- de valores sugiere una serie completamente distinta de investigaciones empí-
valeu .uioucs, y Ia estimación objetiva de situaciones. Una breve lista de di- ricas y teóricas. LEn qué circunstancias encontramos valoraciones tan diversas
cJlOS mdicadores puede sustituir aI análisis detallado de sus potencialidades de grupos o estratos sociales completos (ya se llame esta "pensamiento pers-
P;II;I d progreso de esta teoría.ê" pcctivísta" o "falsa conciencia")? lOcurre esto primordialmente cuando in-
dividuos de este grupo identifican su destino con el de otro grupo, de modo
!. J ndicadar de relaciones scciaies teales: Hay necesidad manifiesta de datos llllC ya no expresan fielmente sus propios intereses y valores distintivos en el
~,i\I<"III[lticos
sobre Ias relaciones sociales que en realidad sostienen el estrato pres- presente? En otras palabras, ~en qué contexto de estructura social tiene lugar
li~:i()soy autorizado y los recién llegados a un grupo. ~Hay una tendencia ernpíri- (',<l "deformación" de valores deI grupo, y en cuál hay una respuesta más
r.uucnte descubrible en Ias individuos en contacto más frecuente o más duradero uprcximadamente apropiada a Ia situación?
de afilíación apresentar asimilación de valores?
EI llevar hasta eI fin esta serie de datos -que se encuentran en unas
2. Indicador de motivos de Ias indivíduos que ingresan. en el grupo: La teoría
!l(lcas páginas entre los rnuchos centenares de ellas de The American SoldieT-
prcsupone un interés entre Ias recién llegados para afiliarse aI grupo de posición
más alta. Para fines de investigación, sería necesario, naturalmente, dividir a Ias parece haber implicado los siguientes procedimientos y haber obtenido Ias
recién llegados en relación con Ia presencia, Ia ausencia o el grado de tales motivos. ,igllientes resultados:
UI1 procedimiento analítico derivado, que se mueve en otra dirección, consistiría Primero, Ia clarificaeión de los conceptos perrnitió que UI1desorden apa-
CI1tomar Ias motivos afiliativos no como dados, sino como problemáticos, que rente o una diferencia en algunos resultados registrados fuesen interpretados
requieren a su vez explicación. ('(11110 expresiones diversas de uniformidades sociológicas subyacentes, sirvien-
3. Indicador de cohesión social y de valores asoeiados con ella: ZRepresentan (10 así al objetivo teórico de parsimonia, que se encuentra siempre que se
Ias recién llegados un agregado diseminado de individuos, o un subgrupo organi- .lcrivan diferentes generalizaciones empíricas de una formulación más general.
zado? Si 10 segundo, ztienen sus propios valores de grupo con derecho definido
Segundo, Ia reconceptualización operada para este fin sugiriendo Ia per-
a Ia legitimidad 1110ral? Y en tales casos, ~el contacto continuado conduce a una
asirnilación más recíproca que unilateral?35 Iiuencia de un cuerpo previamente formulado de proposieiones teóricas, Ia
.-ual reduce el carácter ad hoc de interpretaciones actuales y favorece Ia con-
La incIusión de indicadores como esos, y el uso sistemático del método tinuidad de resultados presentes y teorías deI pasado. En cierta medida, ésta
de Ia entrevista en grupo, así como Ia observación directa, abarcaría el estu- cs Ia misma teoría que implica el concepto de privación relativa que, aunque
dio sistemático de los procesos de asimilación de valores como parte de Ia Iirilizado en otros lugares de The American Soldier, no fue aplicado a esta
conducta deI grupo de referencia, y no sólo, como en Ias investigaciones apli- scrie particular de materiales empíricos.
cadas de The American Soldier, el estudio de ciertos resultados netos de tales Tercero, Ia generalización de Ias conceptos (más alIá de Ias categorias
procesos, Podría hacerse entonces, por ejemplo, Ia investigación del proceso .Icscriptivas inmediatas de veteranos, remplazos y bisofíos) sefíala Ia posibi-
liclad de que Ias formulaciones genéricas sean pertinentes, no sólo para h
ll'/ EI !cctor qUlzas se siente tentado a decir que Ia mayor parte de Ia que sigue fue recono- ..,iluación específicamente militar, sino para un rnargen más amplio de situa-
"i,!" como variables probablementc importantes desde Ias primeros dias de Ia sociología moderna.
I'nu aqui, como eu muchos lugares de este trabajo, puede decirse que hay una gran diferencia --{;n .iones que respondan a Ias requisitos de Ias formulaciones teóricas, ampliando
1(":llidad, toda Ia diferencia- entre referencias impresionistas y esporádicas a esas variables, y Ia ;Isí cl campo de datas a los cuales éstas quizás puedan aplicarse.
rucorporución sistemática de Ias mismas a Ia investigaci6n. S610 mediante este último procedi- Y finalmente, Ia existencia misma de los datos sistemáticos que perrni-
III,nll" progrcsarán Ia teoria y Ia investigacíón. EI impresionismo no cs un sustituto suficiente,
'''"''1'''' no se" más que por ser de carácter tan fIexible y tan vago, qlle no admite Ia nlllificación I ('11 una reconceptualízación provisíonal puede hacer avanzar de modo impor-
0/"("1,""" de una hip6tesis provísionaí. Como dijo Nietzsche, que no era un cualquiera en Ia COm- 1;IIIte el desarrollo de Ia teoría, destacando Ia necesidad de incorporar una
1""""<'<" dei ctIJOS de Ia ciencia, en un momento de cIarividencia: "Ciertamcnte no es el menor
,,('rie de indicadores sociológicos a Ia investigación de estos problemas, sumi-
1'111'<11110 de una teoria el que sea refutable." EI objeto de Ia incorporaci6n sistemática de variables
" Ia ",vI'sl igación cs permitir Ia anulación Ia mismo que Ia confírmacíón, tarea un tanto difícil para nistrando así nuevas cumuleciones de conocimientos sociológicos que enlazan
"" ",,101' aferrado a una teoria, y na expuesto a dates suficientemente incrimínatorios para divorciarlo Ia teoria pasada, Ias datas presentes y Ia investigación futura.
.I,. "'1l1dla teoria.
:m Se advertirá que Ias materiales de The American SoIdier en general no perrniten el estudio
36 Para un ejemplo dei tipo de análisis de procesos qne se requiere para tratar problemas de
dI" I"N dn:los sobre Ias veteranos de Ias remplazos, problema manifiestamente implícito en Ia am-
1'1"" róu dl'i I'",blcllln. Pero Ia Rama de Investigacioncs se dío cuenta clara del problema. En un mo- ",Ia clase, véase "Fríendship as a social process: a substantíve and metodological analysis", por P. F.
111""1,,, por ('j C 111 pIo, pudieron determinar, aproximadamente, si el orgullo de Ias veteranos por su l.aznrsfeld y R. K, Merton, en Freedom and ControI in Modern Society, ed. por M. Berger, T.
1'0'" 1'"11 Ia ('1;1afcdado por una proporción relativamente alta de remplazos, (Véase II, 255-57), Ahcl y C. H. Page (Nueva York, D. Van Nostrand, 1954), 18-66.
264 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 265

Aunque emprendido como una investigación social aplicada, The Ame- Por haber sido utilizados rara vez indicadores estadisticos de clichos atri-
rican Soldier dio, pues, Ias subproductos potenciales de fomentar Ia parsimo- IJI11 os de los sistemas sociales en conjunción con indicadores de Ia conductu
nia, la continuidad, el campo y Ia acumulación de teoría sociológica. Y, como individual, Ia sociología comparada se ha limitado en gran parte a resultados
no es raro en Ia investigación aplicada, los subproductos pueden resultar más v;lgos e indecisos. Se ha carecido de una comparación relativamente estricta,
importantes para Ia disciplina sociológica que Ia aplicación directa de resul- purque la mayoría de nosotros nos hemos limitado, Ia mayor parte de Ias vcccs,
tados. ;1 h.iblar de estructuras sociales "diferentes" sin estudiar estructuras que IIII1CS"
II;m diferencias en un grado especificable. Cuando se han adaptado indica
INDICADORES ESTADÍSTICOS DE ESTRUCTURA ,SOCIAL
dores cstadísticos de atributos de grupo -por ejemplo, diferencias eu pro
Antes de seguir nuestra revisión de 10s problemas de Ia teoria del grupo de porciones raciales entre Ios grupos- 10 típico es que no se hayan combinado
referencia, será Mil examinar explícitamente Ias implicaciones de Ias inves- (()11 comparaciones sistemáticas de Ia conducta de individuos de igual posi-
tigaciones para el estudio de los contextos sociales. DeI precedente exarnen c-ion dentro de Ias grupos distintivos. Y, correlativamente, cuando se han
de Ias investigaciones sobre Ia estimación de Ias oportunidades de ascenso y obtcnido medidas relativamente exactas de actitudes individuales, rara vez ~('
sobre Ia autovaloración de Ias remplazos, puede verse que The American combinaron con medidas similarmente definidas de estructura social. Así, eu
Soldier es fuente fértil para Ia formulación de indicadores relativamente L1 última década Ia psicologia social pasó al uso sistemático ele indicadores
exactos de estructura social. En esos y otros estudios, Ios da tos de Ias explo- (Ic actitudes y sentimientos individuales sobre todo en grupos ele individuus
raciones se examinan en relacíón con Ia distribución de respuestas por uni- .uutuamente relacionados.
dades sociales (compariías, divisiones, ramas del servi cio ). Y en sus análisis, Los estudios de Ia Rama de Investigaciones indican Ia pos ibil id:lel v
que relacionan Ias distribuciones o Ias proporciones de frecuencia que carac- LI nnportancia de formular indicadores tanto de estructura social CClIlIU ele 1.1
terizan a Ias unidades sociales con Ias respuestas de individuos y subgrupos (,lludl1cta de indivíduos situados dentro de Ia estructura. Sus (l('<IS io 11: dI',
de Ias diferentes unidades, los autores pasaron mucho más allá del punto comparaciones de Ia estructura de posición de diferentes ramas dcl ej(',\('i 1"
a que suele llegarse en estudios de ecologia social. II1Ip1ic::m,pues, índices de estratificación análogos a Ios suministrados ]lCII !:I';
distribuciones de frecuencia de una población entre Ias diferentes clascs w('i:l
, Como el uso de indicadores estadísticos en ecologia para representar dife-
rentes clases de unidades sociales a base de zonas, The American Soldier lcs, Una vez establecidos taIes índices, se hace posible tencr cOIllpara('i()II(",
proporciona indicadores de atributos de estructura social; pero a diferencia sistemáticas, no anecdóticas, de Ia conducta de personas de análog.: JlII·,i('i("11
de los estudios ecológicos, The American Soldier hace un análisis sistemá- de clase que viven en estructuras de c1ase con proporciones difcrculcs. I<~;I(\
tico de las actiiudes o valoraciones de individuos de igual posicién dentro rcndrá por consecuencia avanzar más allá de Ias caracterizacioucs 1II:'1~; 1:lll\ill:l
de esttucturas eocieles diierentee. rcs de "el hombre de Ia c1ase media" o "el hombre de Ia clusc Irabaj;i<!ol:l".
Esta combinación de indicadores sugiere numerosos indicadores estadís- Jl~lra determinar su conducta característica dentro de sistemas de cI:J~;(' (f)II',
ticos de atributos de grupo o de estructura social que pueden hacerse en Ia tituidos de manera distinta. Del mismo modo, otros tipos ele difcll'IHi,J('J(ill
futura investigación sociológica. Adernás, el uso de distribuciones, propor- social pueden ser indicados por Ias distribuciones de frccucncia ele ti il ('\('111 (H,
ciones o índices de frecuencia como indicadores varía muchas veces en el situaciones (instrucción, raza, edad, etc.) y combinarse con cl cst udio ~.hl('
grado, y no necesariamente en términos de "todo o nada". Por ejemplo, los uiático de individuos análogarnente situados dentro de esas diícrcn le; (',11111'
I mas.40 En este respecto, The AmeíÍcan Soldier representa 1111pl('llId!o
sistemas sociales no suministran simplemente movilidad o Ia fijeza de sus
miembros; presentan diferentes proporciones de movilidad." No son simple. :11 futuro inmediato, en el que se incorporarán regular y sislcn 1:'1 IiC:lIIIL'1I1 r:
mente heterogéneos ti homogéneos, sino que ofrecen diferentes grados de iudices de proporciones de movilidad, de cambios culturales, ele ('o!Jesi(1I1de
heterogeneídad.es No están integrados o desintegrados, no son cohesivos o grupo y de diferenciación social aIos estudios comparados de ('Sllll( IllIiI
dispersivos, sino que tienen diferentes grados de integración y cohesión.w social. Y una vez hecho esta, será posible comparar los tipos de ('(lIllllllla
relativa a grupos de referencia de indivíduos de posición igual dellll li dI' !o"
37 Véase, por ejemplo, cl uso de índices de proporciones relativas de movilidad social en Ias
Iuerzas aéreas, Ias fuerzas de servicio, Ias fuerzas de ticrra, ete., como contexto social para valoracio.
diferentes sistemas soeiales.
ncs individnales de posibilidades de ascenso. I, 25155. ci6n cs una variable empírica, que cambia cn Ia misma socíedad de una época ]>:11;' 011;) Y '1'"
38 V éanse, por cjemplo, los indicadores de heterogeneidad social de compafiías suministrados dificre entre sociedades diferentes". Indicadores estadísticos de integraci6n y de ro!J",i('JI 1"'111111'
por Ias proporciones de remplazos cn Ias unidades como contexto social para Ias expresiones indivi- r.au ci estudio sistemático, con un rigor no posible cn los días de Durkheim, dei iuíluj» ,I" ,."",
dualcs de orgnlIo de Ia cornpaüía. II, 255 ss. Un procedimiento análogo se adopt6 en un estúdio diferencias de contexto social sobre Ia con ducta de indivíduos situados e11 posicioucs dll"I<'III",
de act iludes raciales individuales dentro de contextos de subzonas de un vecindario birracial que se dentro ele! grupo.
caractcrizan por Ias diferentes proporciones de negros y blancos, Merton, West y Jahoda, op. cit. 40 Voting, por Berelson, Lazarsfeld y McPhce, hace nn extenso uso de dichos proccduuivutus,
3n Considérese cuánto puede superar Ia sociología contemporânea aI primer estudio de Durkheim proporcionando, quizás, nucvas pruebas de continuidad en Ia investigaci6n social.
sobre cl suicídio, el cual suponía diferentes grados de cohesi6n e integraci6n social entre grupos cató- Para una exposición más deta!lada de indicadores sociol6gicos, véase Ia seccíón 2 dcl trub~j" de
licos y protestantes, militares y civiles, etc. Como se advirti6 cn el capítulo n, "el grado de int'egra- Kcndall y Lazarsfeld cn Continuities in Social Research.
266 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL 267
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA

TEORÍA DEL GRUPO DE REFERENCIA Y MOVILIDAD SOCIAL medida en el juicio de un oficial al seleccionar a un hom bre para el asccnso,
era Ia conformidad de éste con Ia moral militar oficialmente aprobada" (I,
Otras investigaciones expuestas en The American Soldier que no hacen USO 259). Se advierte además, y tendremos ocasión de volver a este punto C011
explícito del concepto de privación relativa o de conceptos emparentados con algún detaIle, que "al hacer juicios subjetivos, el comandante en jefe se expollc
él tam bíén pueden refundirse para relacionarIas con Ia teoría del grupo de de modo inevitable a acusaciones de favoritismo, y en particular de ser vic-
referencia. Una de Ias más rigurosas y fecundas entre ellas es el estudio de Ias lima de Ias tretas de los reclutados más hábiles en 'corcovear'" (I, 264).
relaciones entre Ia conformidad de Ias individuos enganchados con Ios valores Se dedic6 un estudio de tres grupos de reclutados a averiguar si los indi-
oficiales del ejército y su ascenso subsiguiente. viduos que manifestaban actitudes de acuerdo con Ia moral militar consagrada
Este estudio también aclara el punto muy conocido, pero rara vez dilu- ascendían después en mayores proporciones que los otras. Se vio que tal era
cidado, de que Ia misma investigación social puede ser analizada de rnanera cl caso constantemente. Por ejemplo, "de los soldados que en septiembre de
diferente por 10 menos en tres respectos independientes, aunque relacionados 1934 dijeron que no creían que fuera demasiado estricto el control del ejér-
entre sí: sus resultados empíricos documentados, su procedimiento metodo- cito, eI 19 por ciento eran soldados de primera clase en enero de 1944, micn-
lógico, y sus implicaciones teóricas. tras que sólo formaban parte de esa categoría el 12 por ciento de Ios otros
Como Ia metodología y los resultados empíricos de este estudio han sido soldados" (I, 261-2). Así, tam bién, cuando Ios hombres de Ias tres muestrus
ampliam ente discutidos -aquelIa en el trabajo de Kendall y Lazarsfeld y se ordenaron por sus puntuaciones en una "semi-escala de actitudes dc confor ..
éstos en The American Soldier mismo- no necesitamos dedicamos aquí a midad", se haIló uniformemente en Ias tres grupos "que Ios hombres cuyas
elIos. Por 10 tanto, limitaremos nuestro estudio a algunas de sus implicaciones uctitudes eran más conformistas eran los que con mayor probabilidad asccn-
teóricas. dcrían con posterioridad" (I, 263) .41
Esas implicaciones se dividen en tres cIases relacionadas entre sí. Pri- 1mplicaciones teôricas. AI examinar este estudio, necesitamos sacar li 1111'.
mera, Ias implicaciones para Ia teoría del grupo de referencia al reexaminar algunas de Ias conexiones entre Ia teoría deI grupo de referencia y Ia sociolo
Ios resultados empíricos dentro del contexto de dicha teoría. Segunda, Ias gía funcional que permanecieron implícitas hasta este momento; objetivo al
implicaciones que nos permiten conectar Ia teoría deI grupo de referencia cual se presta particularmente bien dicho estudio, ya que sus resultados pl1C
con hipótesis de sociología funcional. Y tercera, Ias implicaciones que, una den reformuIarse fácilmente en relación con los dos tipos de teoría, y enton
vez convenientemente generalizadas, nos perrniten ver que este estudio se re- ccs se advierte que afectan a un margen de conducta más ancho quc cltcnido
laciona, no sólo con Ios tipos de conformidad y movilidad de Ios soldados eu cuenta en el estudio mismo.
norteamericanos de Ia segunda Guerra Mundial, sino posiblemente también EI valor de Ia nueva formulación para Ia teoría social se advierte quiz(ls
con tipos más generales y aparentemente dispares de conducta, tales corno Ia uicjor en conexión con Ia variable independiente de "conformidad", Resulta
defección al grupo, Ia renegación, el escalamiento social y cosas análogas. claro, cuando se piensa en ello, que el tipo de actitud descrita como cunfor-
EI rastrear esas impIicaciones abarca un amplio campo que difícilmente mista en el estudio está en el poIo opuesto de Ia que sueIe llamarsc "confor
se puede lIenar por completo, no por Ias limitaciones de espacio, sino por Ias iuidad social". Porque en el vocabuIario de Ia sociología, Ia confornud.ul
limitaciones de nuestros conocimientos sociológicos. Pero Ia mera aproxima- social denota habitualmente conformidad con Ias normas y expectativas Ul
ción a Ia reaIización de nuestro propósito nos ayudará a reconocer Ios enlaces rrientes en el proPio grupo a que pertenecen 10s individuos. Pero CII este
teóricos entre tipos de conducta social actuaImente separados. l'stlldio, Ia conformidad se refiere, no a Ias normas del grupo prima rio illlllC·
diato constituido por hombres reclutados, sino a Ias normas completamente
Empezamos por seguir nuestra acostumbrada práctica de bosquejar bre-
diferentes contenidas en Ia moral militar oficial. En reaIidad, como 10 nuuu
vemente los principales resultados deI estudio expuestos en The American
Soldier. ficstan con c1aridad Ios datos de The American Soldier, Ias normas de Jus
iutra-grupos de hombres reclutados y Ias normas oficiales del ejército y dcl
Caso núm. 5 (I, 258-275). Esta investigación se dedicó, no a proporcio-
nes de as censos que estaban determinadas por cambios en Ia mesa de Ia orga- 41 Como 10s autores mismos dicen, y como indican Kendall y Lazarsfeld con cierto dclallc, I",
nizacíón, sino a Ia incídencia de Ios ascensos: lQué individuos era más proba- datas no demuestran concluyentemente que Ias actitudes conformistas, más bien que los corrclatos
de cllas, favorecen Ia probabilidad mucho mayor de ascenso. En principio, s610 un expcrimcutu
ble que ascendieran? Como Ia decisión deI comandante en jefe respecto de dei todo controlado, no factible, evidentemente, en el caso presente, demostraría esto más allú (],-
Ios ascensos no se basaba de ningún modo en comprobaciones objetivas de ca- toda duda razonable. Pero dejando a un lado el experimento controlado, este estudio, que mnntuvo
pacidad o de actuación de los individuos reclutados, había mucho lugar para constantes 10s factores de edad e instrucci6n que se había visto estaban relacionados con las actitu-
dcs y el ascenso, avanz6 un gran trecho hacia Ia demostración de que hay una relaci6n entre Ia iu-
que Ias relaciones y los sentimientos personales jugasen su papel en afectar a cidcncia de Ias aetitudes conformistas y el ascenso. En este respecto, el estudio va mucho lilás ull:l
dichas decisiones. En consecuencia, Ia Rama de Investigaciones formuló dcl punto alcanzado por el uso de dates menos rigurosos, indicando una corrclaci6n estática CIIIH\
Ia hipótesis de que "un facto r que difíciImente dejará de entrar en alguna categoria y actitudes conformistas, ya que puede revelar que 10s individuos con actítudes coufonuistus
eran los que con mayor probabilidad ascendieran subsecuentemente. Véase I, 272-3.
W-{ ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

estrato de oficiales chocaban entre si con frecuencía.w Así, pues, el lenguaje TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 269
de Ia teoría deI grupo de reíerencia, Ias actitudes de conformidad con Ia moral
oficial puedcn dcscribirse como una orientaeión positiva hacia Ias normas de (llllcretamente, en eI caso presente, habría supuesto un estudio comparativo
1111arupo al '111e 110 se pertenece y que se toma como sistema de referencia. entre Ios soldados ascendidos a un grado superior, de Ia subsiguiente adapta-
J':s:I\onforlllicl:ld ('()1I Ias normas de un extra-grupo equivale pues, a 10 que \i<'m aI grupo de los que habían sufrido Ia hipotética preparación para Ia
dI' ()I(lill:llill 'd' 11:1111:1 inconformidad, esto es, inconformidad COn Ias normas xituación y Ios que previamente se habían aferrado a Ios valores de su intra-
"('111111;1 !:IIIIII,.I:I ~~rnpo de hombres reclutados. Los índices de adaptacíón posterior podrían
1-:'.1:1 11' 1<111111 rlación preliminar conduce directamente a dos cuestiones re- Iclacionarse con Ios índices de Ia orientación anterior hacia valores. Esta
I,I!IlIll.'II.I', I li/I'.' si que hasta ahora hemos considerado de manera implícita, «onstituiria una eomprobación empírica sistemática de una hipótesis fun-
1111, "1"1 1
rI,1 ,.Cllúlcs SOB Ias consecuencías, funcionales y disfuncionales, de cional.
1.1 1111' Iri: III()II positiva hacia los valores de un grupo que no es el de uno? Y Parece, además, que Ia socialización anticipadora es funcional para eI
Li 11 ri '"11 , .:( jllé procesos sociales inician, sostienen o refrenan esas orienta- indivíduo sólo dentro de una estructura social relativamente abierta que pro-
I ")lH",:' porcione rnovilidad. Porque sólo en esa. estructura sería seguida tal prepara-
1'11 IIÓ()71eS de Ia orientacion positiva hacia grupos a Ias que 110 se perte- ('i{m en Ia actitud y Ia conducta para los cambies de situación, de verdaderos
t ui':'; sociaíizacién anticioadom. AI examinar, si bien brevemente, Ias conse- cambies de situación en una proporcíón considerable de casos. Por el mismo
I 11<'IICÍ;ISposibles de este tipo de eonformidad con Ias normas de un grupo motivo, e1 mismo tipo de socialización anticipadora seria disfuncional para
:d que no se pertenece, es conveniente distinguir entre Ias conseeuencias para d individuo en una estructura social relativamente cerrada en Ia que no Iuese
I(Isindividuos que presentan esta conducta, para el subgrupo a que perte- .iccptado por el grupo al que aspira y tal vez perdería en aeeptación por el
ucccn, y para el sistema social que comprende a aquéllos ya éste. !:lI1pO aI que pertenece a causa de su orientación extragrupa1. Este último
tipo de caso se reconocerá como eI deI hombre marginal, situado en el borde
Para eI indivíduo que adopta Ias valores de un grupo al cual aspira, pero
aI cual no pertenece, esta orientaeión puede servir a Ia doble función de ayu- de diferentes grupos pero no aceptado plenamente por ninguno de ellos,
dar a su elevacíón dentro de ese grupo y de facilitar su adaptacíón una vez Así, el caso muy estudiado deI individuo marginal 44 y el caso deI hombre
llne ha lIegado a formar parte de éI. Que Ia primera de estas funciones fue Icclutado que toma Ia moral militar oficial como un sistema positivo de refe-
realmente servida, es Ia esencia de Ios resultados de The American Soldier Icucia pueden identificarse, en una teoría funcional de Ia eonducta del tipo
quc Ios soldados que aceptaron Ios valores ofíciales de Ia jerarquía deI ejéreito de referencia, como casos especiales de socialización anticipadora. EI tipo de
ascenderian con mayor probabilidad que Ios otros. La hipótesis relativa a Ia hornbre marginal representa el caso especial en un sistema social relativa-
segunda función aún está por comprobar, Pero no sería difícil, en principio, mente cerrado, en el que Ios miembros de un grupo toman como sistema
averiguar empíricamente si Ios hombres que, mediante una especíe de sociali- Iioxitivo de refereneia Ias normas de un grupo deI cual están excluídos en
zacicn. anticipadora, adoptan los valores del grupo a que no pertenecen y aI principio, Dentro de esa estructura social, Ia socialización anticipadora se
que aspíran, son aceptados más fácilmente por dicho grupo y se adaptan a h.rrc disfuncional para el individuo que es víctirna de aspiraeiones que no pue-
cl con más facilidad. Esta requeriría Ia formacíón de indicadores de acepta- de realizar y de esperanzas que no puede satisfacer, Pero, como parece indicar
ción de grupos y de adaptación a él, y Ia cornparación, en relación con tales d mencionado estudio, precisamente el mismo tipo de conducta relativa a
1:111])0 de referencia en un sistema social abierto hasta cierto punto es fun-
indicadores, de los recíén llegados a un grupo que previamente se hubiesen
orientado hacia los valores del grupo con 10s que no 10 hubíeran hecho. Más (,illllaI para eI individuopor 10 menos hasta el grado de ayudarlo a conseguir
1:1 situación a que aspira. La misma conducta relativa a grupo de referencia
Aunque Ias porcentajes absolutos de hombres que respaldan un scntimiento dado no pueden
4.2 ('11 diferentes estructuras sociales tiene consecuencias distintas.
1001l:JtSC, desde luego, en su valor nominal, ya que están afectados por Ia mera expresión deI senti. En este momento, pues, vemos que Ia orientación positiva hacia Ias nor-
,,,il'lllo, cs, sin embargo, sugestivo que los datas presentados anteriormente en el volumen (por
"I""'p1o, I, 147 S5.) ofrezcan s610 una pequena minoría de Ias muestras de hombres enganchados III:IS ele un grupo aI que no se pertenece es precipitada por eI paso entre
.1011,,1 ida a Ias actitudes oficialmente aprobadas, En general, una proporci6n mucho mayor de oficia. 1~llIpOSde pertenencia, ya eu realidad o en fantasia, y que Ias consecuencias
I,-, '"lI "sei ihc dichas actitudes.
1:1 No huv nada fijo acerca de Ias fronteras que separan los intragrupos de Ias extragrupos, 10s
luncionales o disfuncionaIes dependeu evidentemente del carácter hasta cierto
::"11'"'' .t 'I"e ]l,rlcnccc dc los grupos a que no se pcrtenece. Esta cambia al cambiar la sitnación. plinto abierto O cerrado de Ia estructura social en que tiene lugar. Y Ias que
i\,,/c ,i\'iks, O ante un grupo extraão, los hombres del ejército puedcn considerarse a sí mismos, y a primera vista parecían formas de conelucta sin relación ninguna entre sí y
',('I ,! """der"dos, COmO individuos de UIl intragrupo, pero, en otro contexto, Ias hombres reclutados
1',u-01,'" rousidcrars« a sí rnismos, y ser considerados, como un intragrupo a diferencia deI extra. dispares -Ia condueta de un hombre marginal como el negro del Cabo o el
f:JlII''' dO' 10., oíicialcs, Como estos conceptos son relativos a Ia situación, y no absolutos, no hay
1'"",,1"1" ,'11 rcfcrirse a Ios oficiales como un extragrupo para Ios soldados en un contexto, y como H Descripciones cualitativas de Ia conducta del hombre marginal, resumidas, por ejemplo, por
"licJlclIlIlS dd illlrugrupo más amplio en otro contexto, Sobre el punto general, véanse Ias capítn- K V. Stonequist en Tbe Marginal Man (Nueva York, Scribncr's 1937), pueden ser refundidas analí-
11" IX )' x r.
Iicamcnte como ese caso especial y restringido de conducta de grupo de referencia en que el indí-
viduo trata de abandonar Ia perteneneia a un grupo por Ia pertenencia a otro aI cual tiene social.
mente prohíbído el acceso.
270 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 271
eurásico, y del hombre recIutado que adopta los valores de otros estratos mili- Esto da cuenta de por qué Ias atribuciones de legitimidad a Ias ordena-
tares y del suyo- se ven, tras una apropiada conceptualízación, corno casos l'iOIles pareeen funcionalmente relacionadas con Ia conducta del grupo de
especiales de conducta relativa a grupo de referencia. Icfcrencia. Es evidente que esas atribuciones afectan el margen de las compa-
Aunque Ia sociaIizaci6n anticipadora puede ser funcional para el indi- raciones entre grupos o entre individuos que se harán típicamente. Si Ia es-
víduo de un sistema social abierto, es manifiestamente disfuncional para Ia i ructura de un sistema de estratificación rígido, por ejemplo, es definido por
solidaridad del grupo o estrato a que pertenece. Porque la lealtad para Ias con- 10 general como legítimo, si los derechos, emolumentos y obligaciones de cada
trastantcs costumbres de otro grupo significa defecci6n para Ias costumbres estrato se consideran en general moralmente buenos, es menos probable que
dcl intra-grupo. Y en consecuencía, como en seguida veremos, el intra-grupo los individuos de cada estrato tomen Ia situación de Ias demás estratos como
rcucciona poniendo toda clase de restricciones socíales a esas orientaciones I ontcxtos para Ia estimación de su propia suerte. Es probable que tenderán
positivas a ciertas normas del extragrupo. ;I limitar sus comparaciones a otros individuos de su propio estrato social o
Desde el punto de vista del sistema social más amplio, el ejército en su .lc uno próximo. Pero si el sistema de estratificaci6n es muy discutido, es más
totalidad, Ia orientación positiva hacia Ia moral oficial parecerá funcional para probable que Ios individuos de algunos estratos contrasten su propia situación
apoyar Ia legitimidad de Ia estructura y para mantener intacta Ia estructura , ()Jl Ia de otros y formen de acuerdo con ello sus autovaloraciones. Esta dife-
de autoridad. (Esto es probabIemente 10 que quiere significarse cuando el I«ncia en Ia estructura de Ias sistemas y en el grado de legitimidad atribuido
texto de The American Soldier se refiere a Ias actitudes conformistas como ,I 1:1s regIas del juego puede ayudar a explicar eI hecho con frecuencia obser-
"favorables desde el punto de vista del ejército".) Pero es evidente que se 1:1<10 de que el grado de insatisfacci6n con su suerte muchas veces es menor
necesita hacer muchas investigaciones antes de poder decir que éste es real- .ntre individuos de estratos sociales muy deprimidos en un sistema social has-
1:1 cierto punto rígido, que entre los estratos que están manifiestamente "mejor
mente el caso. Es posible, por ejemplo, que los efectos secundarios de dichas
orientaciones puedan ser tan perjudiciales para Ia solidaridad de los grupos .uomodados" en un sistema social más rnóvil. En todo caso, eI margen de
primarios de hombres recIutados, que su moral se hunda. Una cuestión con- ,J:I'III)OS tomados como bases efectivas de comparación en sistemas sociales
creta a investigar podría ayudar a aclarar el problema: lEs probable que Ias diferentes muy bien puede resultar estrechamente conectado con el grado de
unidades con minorías relativamente grandes de hombres orientados en forma kgilimidad que se atribuye a Ia estructura social dominante.
positiva hacia Ios valores oficiales del ejército presenten sefiales de anomia y Aunque queda mucho por decir, quizás baste 10 dicho para indicar que
desorganización personal (por ejemplo, bajas no en acción de guerra)? En 1i tipo de socíalización anticipadora puede tener diferentes consecuencias
esas situaciones, Zel"éxito" personal de los conformistas (el ascenso) sirve 1):11;) Ias individuos que Ia manífíestan, Ios grupos a que pertenecen y Ia es-
sólo para deprimir Ia moral de Ias demás al premiar a Ias que se apartan de t ructura social más amplia. Y mediante el re-exarnen de este estudio sobre
Ia moral de intra-grupo? LI<,recompensas personales de Ia conformidad, se hace posible especificar al-
En el estudio que examinamos, así como en varios de los otros que he- !',IIIIO<; tipos adicionales de problemas implícitos en un anáIisis funcional más
mos examinado -por ejemplo, el estudio de Ias vaIoraciones de los soldados .uuplio de Ia conducta de grupo de referencia. Por ejemplo:
acerca de Ia justificaci6n de su enganche en el ejército- Ia conducta relativa
1. Puesto que s610 una fracci6n de los individuos de un grupo se orienta posi-
a grupo de referencia se relaciona evidentemente con Ia legitimidad atri- lrv.nucnte hacia Ios valores de un grupo aI que no pertenece, es necesario descu-
buida a Ias arreglos institucionales. Así, el soldado casado de más edad es 11111 Ia posici6n social y los tipos de personalidad de Ios que es más probable que
menos probable que encuentre "justo" que los ascensos se basen posible- I" h:lgan. Por ejemplo, lestán aislados en el grupo particularmente dispuesto a
mente en Ias relaciones sociales y no en los conocimientos, y asi sucesivamen- IdllJllar 105 valores ajenos?
te. En parte, esta insistencia aparente en Ia legitimidad es, desde luego, un 2. Se ha prestado mucha atenci6n aIos procesos que favorecen Ia orienta-
artifício de Ia investigación: muchas de Ias preguntas hechas a los soldados , 1<'111 positiva hacia Ias normas del grupo al cual se pertenece. Pero, lcuáles son Ias
se rclacionan con su concepto del carácter legítimo o ilegítimo de su situa- 111 {)Ce50S que favorecen Ia orientaci6n hacia otros grupos o estratos? lProporciones
ción o de Ias ordenaciones institucionaIes que prevalecen. Pero el centro de ",htivamente altas de movilidad sirven para refozar estas últimas orientaciones?
intcrés de los investigadores fue, a su vez, consecuencia de haber observado I St~ recordará que The American Soldíer proporciona datos tangenciales a este
IHllllo cn el estudio de Ias proporciones de ascensos y de Ias estimaciones de Ias
qHC Ias soldados estaban, en grado considerabIe, realmente interesados en
prohabilidades de ascender.) Convenientemente adaptados, esos datos sobre pro-
cncstiones como Ia legitimidad institucionaI, como 10 indican con frecuencia l" 11 «iones realcs de movilidad, aspiraciones y socialízación anticípadora a Ias nor-
]OS comcntarios espontáneos de Ias hombres reclutados.w 111:1\ dI' un estrato social más elevado, ampliarían una teoría funcional de Ia con-
<111('1:1 conformista y de Ia divergente.
·I~ Por cjcmplo, en respuesta a Ia pregunta: "Si pudiera usted hablar con el Presidente de los
Estudos Unidos, cuálcs son Ias tres preguntas más importantes que querría hacerle sobre Ia guerra .lrI "!"Ieito, Las tropas negras, naturalmente, insistírían en Ias prácticas injustas de discriminación
y el papel CJue usted tiene en ella", una proporción considerable de soldados negros y blancos eví- "~'I i"l. I'"ro el 3l por ciento de Ias tropas blancas también presentarían cuestiones y criticas de Ia
dentcmeutc harían preguntas relativas a Ia legitimidad de Ias prácticas y Ias ordenaciones actuales 1'1<1" "11 <'i cjército" (I, 504 et passim).
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 273
272 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
(01\ más frecuencia en objeto de vilipendio que en objeto de estudio socio
3. ~Qué conexiones, si es que Ias hay, subsisten entre diferentes proporciones
I{ll~ieo.
de movilidad y Ia aceptación de Ia legitimidad dei sistema de estratificación por
indivíduos situados en forma distinta en dicho sistema? Puesto que parece que
La estructura de Ia teoría del grupo de referencia, libre de todo lcuguujc
sistemas con índices muy bajos de movilidad pueden tener amplia aceptación, sentimental, permite aI sociólogo identificar y localizar Ia apostasía, Ia trai
lqué otras variables interpretativas deben ser incluidas para explicar Ias relaciones cióu, Ia asimílación de inmígrantes, Ia movilidadde clase, el medro social, ctc.,
entre los índices de movilidad y Ias atribuciones de legitimidad? (OlHO otras tantas formas especiales de identificación con el que no cs CII rl
4. En Ia vida civil o en Ia militar, lson Ias individuos móviles mejor dispues- momento eI grupo a que se pertenece. AI hacerlo así, ofrece Ia posibilidud
tos a reafirmar Ias valores de un grupo de poder o de un grupo de prestigio los dL: cstudiar diehas formas, no como formas de conducta completamente 1';)1
aceptados más prontamente por dicbo grupo? lOpera esta en verdad de manera I iculares y desconectadas, sino corno expresiones diferentes de procesos au.i
primordial como una función latente, en que 10s individuos móviles adopten esos 1(lgos eu circunstancias sefialadamente diferentes. La transfereneia de Ia leal
valores porque Ias encuentran superiores, y no de manera deliberada sólo para ser 1:1<1 por indivíduos de Ia clase alta de su propia clase a una inferior -y:l
aceptados? Si esas orientaciones están definidamente motivadas por el deseo de
í uvicra lugar esto en Ia Francia del periodo prerrevolucionario del sigIo XVIII
pertenecer al grupo, lse convierten en contraproducentes para 10s individuos móví-
" CI1Ia Rusia del siglo xx- pertenece a Ia misma familia de problemas socio-
les caracterizados como coladizos, luchadores (o, en el ejército, como "corcor-
veadores" por el ascenso)? I"gieos que Ia identificación, más familiar, de individuos de clase baja con 1I11:\
, Llsc superior, tema que últimamente empezó a absorber Ia atención de los
Procesos sociales que apoyan o que refrenan las otientaciones positivas .ociólogos en una sociedad en que Ia movilidad social ascendente es IIU valor
hacia grupos a los que no se bertenece. En el curso deI examen de Ias fun- (oIlsagrado. A pesar de nuestras preferencias culturales, el fenómeno de los
ciones de Ia socializacíón anticipadora hicimos alusiones de pasada aIos de arriba que adoptan valores de los de abajo es un fenômeno de grupo de
procesos sociales que apoyan o que refrenan este tipo de conducta, Como icfcrencia que se presta a ulterior investigación tanto como el de Ios de ahajo
son precisamente 10s datos concernientes a estos procesos 10s que no se cap- 'IIIC procuran llegar a ser de 105 de arriba.
tan con facilidad en el tipo de materiales de exploración sobre actitudes 10s En esas defecciones deI intragrupo puede suceder, como se ha indicado
que se ban utilizado sobre todo en The American Soldier, y como dichos ,'011 frecuencia, que sea el aislado, normalmente en un grupo pero s(llo de
proccsos son fundamentales para toda teoría de Ia conducta relativa a grupo It:jos incorporado a su red de relaciones sociales, quien con mayorcs prolxil»
de referencia, merecen consideración más detenida. [idades se orientará positivamente hacia grupos a los que no pertenccc, 1'1'111,
Como hemos visto, 10 que es socialización anticipadora desde el punto allllque es exacto en general, ésta es una corre1ación estática y, pur 10 lall
I(I, sólo instructiva en parte. Lo que es necesario descubrir cs cl pron·~.(J
de vista deI individuo 10 interpreta como defccción e inconformidad cl gru-
mediante el cuaI esta correlación Ilega a establecerse. A juzgar por alguuo-
po de que forma parte eI indivíduo. En Ia medida en que el indivíduo se
de los da tos cualitativos de The American Soldier, hay una interacción COII
identifica con otro grupo, se enajena o extra fia del suyo. Pero aunque el
I inuada y cumulativa entre un empeoramiento de relaciones socioies dcuh«
campo de Ia sociología se interesó durante generaciones por los deterrninantes
.lcl grupo al que se pertenece y Ias actitudes positivas hacia Ias lIorJII;\S de:
y Ias consecuencias de Ia cohesión de grupo, prestó poca atención sistemá-
1111 grupo al que no se pertenece.
tica a Ia materia complementaria del extraíiarniento del grupo. Cuando se
Lo que el individuo siente como extrafíamiento de un grupo al cual J>t'1
le prestó aIguna atención, se contrajo a casos especiales como Ias inmigrantes
kllcce tienden a sentirIo sus asociados como repudio del grupo, y csl () suclc
de segunda generación, el conflicto de lea1tadcs entre Ia pandilla o gang y Ia
III(iVOCaruna reacción hostil. AI empeorar las relaciones entre e1 iudividun
familia, etc. La materia se dejó en gran medida aI observador literario, quíen
) cl resto del grupo, Ias normas del grupo se hacen menos obligatorias pala
podia descubrir el drama inherente a Ia situación deI renegado, del traidor,
.iqué]. Pues como se va apartando progresivamente del grupo y va sil'lldo
de! desertor. Las connotaciones cargadas de valores de Ias palabras usadas
';Isligado por éste, es muy poco probable que sea recompensado por b .ull«:
para describir Ia identificación con grupos diferentes del propio sugieren de
'.i('1I1a Ias normas del mismo. Una vez iniciado, este proceso parece COIIVCI
manera definida que esos tipos de conducta fueron considerados tipicamente
I ir'ic en una separación cada vez mayor del grupo, tanto en 10 que rcspnla
desde eI punto de vista deI grupo a que se pertenece. (Pero el renegado de
,I actitudes y valores como en 10 que respecta a relaciones socialcs, Y ('11 d
un grupo puede ser eI converso de otro.) Puesto que Ia suposición de que
l~rac1o en que e1 individuo se oriente hacia 10s valores de un extra gruJlo,
sus miembros serán leales se encuentra en todo grupo, otra cosa no tendría
quizás expresándolos verbalmente y por Ia acción, no hace más que cnsan
carácter de grupo, ni mereceria confianza; Ia transferencia de Ia lealtad a otro
.-har Ia brecha y reforzar Ia hostilidad entre él y sus compaücros de iut ra
grupo (particularmente a un grupo que opere en el mismo campo de Ia polí-
grt1po. Mediante Ia interacción entre Ia disociación y el cxtraüamicnto
tica o de Ia economía) se considera sobre todo en términos afectivos de sen-
progresivo de Ios valores deI grupo, puede sentirse doblemcntc movido a
timiento y no en términos imparciales de análisis. EI renegado, el ttaidor
oricntarse hacia los valores de otro grupo y a afiliarse a él. Qucda, pucs, cn
o e! trepador -cualquiera que sea Ia denominación popular- se convierte
274 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORfA DEL GRUPO DE REFERENCIA 275
pie, Ia clara cuestión de Ia posibilidad objetiva de afiIiarse a su grupo de refe-
FUNCIONES PSICOLÓGICAS Y SOCIALES
rencia. Si no hay tal posibilidad o es muy ligera, eI individuo extrafiado se
convierte en un desarraigado social. Pero si eI sistema social permite, con
orientación realista, tales cambios de afiliaciones de grupo, el individuo ex- 1II 1.1rcvisión del caso anterior, se bizo un intento para distinguir entre Ias
trafiado de uno tiene tantos más motivos para pertenecer al otro. "ill',('Cllcncias de Ia orientación positiva hacia un grupo al que no se perte-
Esta hipotética exposición de Ia disociación y el extrafiamiento, que, 111Ic, para eI individuo, para el grupo al que se pertenece y para el sistema
',111 l.tI CIl general. Si, como suponemos, un tipo consagrado de conducta
naturalmente, no hace más que rozar eI proceso que exige investigación en
e1 campo de Ia conducta relativa a grupo de referencia, parece estar más o 111111' j ípicamente esas diversas consecuencias, es cosa que puede exarninarse
menos de acuerdo con da tos cualitativos de The American Soldier sobre , 11Iorrna útil desde el punto de vista psicológico y el sociológico. De vez en
10 que se llamó diversamente osadía, "corcovear" para ascender, cbupeteo. 1IIIIIdo The American Soldíer analiza Ia conducta sólo en relación con eI
AIgunos párrafos deI diario de un rec1utado pueden ilustrar Ia acción recí- 111(111de vista psicológico. En algunos de esos casos, puede reexaminarse
1)

proca entre disociación y extrafiamiento: el individuo orientado bacia afuera I" II\TdlOSamente Ia misma situación desde el punto de vista de sus implica-
se muestra demasiado solícito en obrar de acuerdo con Ia moral oficial: "Pero I IIIIII'Spara una estructura de sociología funcional.s" No quiere decir esto
se sospecha que tú [póngase 10 que se quiera]. EI teniente dijo que eras sos- 'I' 1(' Li orientación sociológica sea necesariamente "superior" a Ia psicológica,
pechoso de." Esto evoca Ia bostilidad del grupo expresada en epítetos y ridicu- " 11"(,necesariamente se contrapone a ella. Pero es diferente. Y estudiando
f·.II·, materiales desde una perspectiva diferente de Ia deI texto, quizás poda-
lización -"todo el mundo chupa, tirando abora besos a K y S"- seguido
de una disociación creciente dentro deI grupo: "El ostracismo era visible, 111"',dcscubrir nuevas implicaciones de Ias investigaciones aplicadas para Ia
11111 í;1 social.
pero suave ... pocos se mostraban amistosos con él. .. bubo ocasiones en que
Caso núm. 6 (II, 272-84). Entre los casos que presentan una marcada
se evitaba su comparíía", y una asociación más frecuente con individuos
1I11(11l:lciónpsicológica se cuenta Ia breve exposición de Ias experiencias de los
que representaban el grupo de referencia a que no se pertenecía: "W, S Y
lu uu hrcs en estaciones de remplazos, Ias estaciones del ejército de Ias que
K chuparon toda Ia tarde; anduvieron alrededor de los tenientes haciendo
1;1'.:Ir:índe sus unidades de preparación a alguna unidad de combate que tuvo
preguntas brillantes." En esta exposición brevemente resumida, se advierten 1 ''I:IS y necesita personal. EI autor traza un vivo retrato psicológico del depó-
los mecanismos deI intragrupo en función para frenar Ia orientación positiva
'.11" de remplazos: de Ias "fuentes manifiestamente irreduetibles de pertur-
bacia Ia moral oficial 46 y el proceso mediante el cual se desarrolla entre los
1,.1111'))1 psicológica" características del depósito, con los soldados manejados
que convierten esa moral en su principal sistema de referenda y consideran
,I 1>1 ti I()c impersonalmente por el cuadro de mando permanente del depósito,
de importancia secundaria sus vínculos con el intra-grupo.
'1111IlI1a situación sólo casual y sin el "apoyo de lazos sociales ni Ia seguridad
A juzgar por Ias implicaciones de esta investigación sobre conformidad y ./, /('11er un lugar fijo en alguna organización". Probablemente, "Ia carac-
movilidad, bay lugar para estudiar Ias consecuencias de los tipos de conducta 1111',1 ica psicológica más saliente de Ia vida en el depósito, .. era Ia situacíón
relativa a grupo de referencia así como sus determinantes. Además, Ias con- '1'"' llcvaba a un estado de angustiosa incertidumbre sin oportunidades para
secuencias pertinentes para Ia sociología no son meramente Ias que resul- (I·.l)lvcr Ia tensión" (Il, 74). Una consecuencia de Ia experíencia de depósito
tan para los individuos que siguen esa conducta, sino también Ias que resultan fl.1 que el remplazo "recibiese con satisfacción mucbos aspectos de un des-
para los grupos de que forman parte. Se produce también Ia posibilidad 11111)permanente". Aunque esto no quiere decir que reeibiese con alegría
de que Ia medida en que se conceda Iegitimidad a Ia estructura de esos grupos 11.1'.1:1 Ia entrada en combate, "aun en este respecto ... Ia terminación de Ia
y a Ia situación de sus individuos pueda afectar al margen de grupos o de 1I1,".lIsliosaincertidumbre probablemente era en algunos respectos una mejora
estratos que suelen tomar como sistema de referenda aI estimar su propia 1"·11 «lógica. EI nuevo combatiente podía decirse, para bien o para mal: 'Asi
situación. Y finalmente, esta investigación llama Ia atención hacia Ia nece- (, I'~;I()'" (II, 176).
sidad de un estudio más dguroso de Ios procesos que en Ia vida deI grupo I,;t Rama de Investigaciones estaba, pues, fundamentalmente intercsada
apoyan o refrenan orientaciones positivas hacia grupos a los que no se perte- '11 1:1cuestión: lCuáles eran los efectos de esas experiencias sobre el rem-
necc, llevando así quizás a un enlace de Ia teoría del grupo de referencia 1"'(0'11/ Pero los mismos dates plantean otro tipo de problema, abora desde
con Ias teorias actuales de organización. ,I 1"llIto de vista de Ia soeiología funcional: el problema, no del efecto del
d'I"lsito sobre el remplazo, sino sobre su incorporaeión subsiguicnte a un
4U "U n folleto oficial dei Departamento de Guerra entregado aIos nuevos rec1utas intent6 dar 1'.11111() de combate.
SIl lx ncliciónal "corcoveo": EI "corcoveo" abarca todas Ias cosas que un soldado puede hacer
honradamente para llamar Ia atenci6n y ascender. EI Ejército estimula aIos individuos a poner un ·1 'i Es interesante ver c6mo el media profesional de uno da manifiestamente forma a su des-
esfucrzo extra en el ejercicio, y a cuidar mucho el aspecto personal. A veces esto puede molestar '"I',dm de The American Soldier. En su reseãa deI libro, Gordon W. Allport, el psicólogo, habla
a otros que prefieren tomar Ias cosas c6modamente, pero fomenta un espíritu de emulaci6n y de <I,I" 'I"e él lJama "Ia tendencia sociológica" de Ia obra. Y dos sociólogos dicen que tiene una mar-
mejoramiento que nos da un Ejército mejor." I, 264. . 1<1.1 "oricntación psicológica". Los autores bien pudieron consolarse con estas mutuas "acusacíones".
276 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORfA DEL GRUPO DE REFERENCIA 277
EI análisis funcional de esta situación empezaría por conceptualizar el 'd 1111 número considerable de menores nuevos hace frente aI grupo dando
papel social del depósito de remplazos, que pertenece a una categoría de 1:','11 importancia a sus antiguos vínculos escolares, muy bien podríamos ad-
organizaciones que manejan el paso de indivíduos de un grupo a otro. Como 1"'11ir 1:1 necesidad naciente de un "depósito educativo" para prevenir Ias con-
suele suceder tras una descripción un poco más general de una situacíón, se ',r-tl u-ncias disfuncíonales de esas amenazas a Ia unidad deI grupo. :gste es
consideran pertenecientes a Ia misma categoría general otras situaciones nomi- "I'lis:nnente el problema de Ia situación en el ejército. Levantada sobre
nalmente diferentes desde un plano de sentido común. Los materiales actual- 1 I,I'.{";bastante frágiles, Ia unidad de un grupo del ejército podría ser seria-
mente diseminados por Ias numerosas páginas de The American Soldiet son IlIf'I11 (,' perjudicada por Ia introducción de un número considerable de rem-
casos representativos de este tipo de transición de un grupo a otro: por I'Lrms, si su adhesión al grupo anterior no hubiera cesado antes de ser admí-
ejemplo, el depósito de remplazos no es, en este tespecto, diferente de una Ilrlm CIl un grupo nuevo.
base de resignación como punto intermedio entre una unidad de combate J\sí, desde Ia perspectiva de Ia fácil absorción final de Ias remplazos por
y un puesto nuevo en Ia patría, Además, los sociólogos se interesaron durante '"1 1:111])0de combate, nuevo para ellos, 10 mísmo que desde el punto de
mucho tiempo en Ias normas sociales estandarizadas que regulan el paso de 1'1',/;1de su efecto potencial sobre el grupo en que entran, muy bien puede
un grupo a otro en diferentes campos institucionales, por ejemplo, Ia transi- 1""1('1 una necesidad funcional para que no sean trasladados inmediatamente
ción del graduado de escuela primaria superior aI primer ano de colegio .!I',rI(· Ia unidad de entrenamiento a Ia unidad con Ia cual no tardarán en
universitario. 11I11:lren combate. Otra solución es Ia que de hecho se utilizó durante Ias
Se supone que Ias dificuItades personales y sociales implícitas en esas <111"',ele guerra: filtrar los soldados recién instruidos a través de los depósitos
transferencias nacen primordialmente del doble proceso de romper viejas afi- 01" I uplazos. Esto indica Ia función latente que posiblemente
('f desempena el
liaciones de grupo (o de relegarlas a un lugar secundario) y de crear nuevos oI'I"',';ilo de remplazos: puede servir para aflojar 10s lazos anteriores del sol-
vínculos de grupo. Eso es comparable, en cierto sentido, al proceso de Ia ",Idll con un grupo deI ejército, haciéndolo así más apto para Ia rápida absor-
absorción inicial del recluta por su primera unidad del ejército, COn todas . 11""CIl su unidad de combate. De un modo muy parecido a como ciertos
Ias penas crecientes concomitantes de Ia formación de grupo. Fero en este lul';lj;i(lores se adaptan a Ia presión atmosférica normal pasando por câmaras
ambiente especial, al individuo se le facilita enormemente Ia adaptación, ya 01, rll'scomprensión aI terminar una jornada de trabajo bajo agua, así desagru-
que no es un problema peculiar suyo. Todos Ios demás individuos deI grupo (",d., d soldado pasando por depósitos de remplazos. Esto parecería de suma
de forrnación reciente experimentan el mismo problema, ya sean estudian- 1I1I1"lllancia en vista de Ia rapidez con que los remplazos eran realmente
tes de primer afio de un colegio universitario o nuevos reclutas deI ejército. "II'I:I<!OSal combate después de incorporarse a una unidad combatiente. En
Fero una vez que forman parte de este grupo, el paso a otro grupa ya 1111!':,ll1dio se halló que Ia mitad de los remplazos de infantería entraban en
formado es cosa completamente diferente, como puede decido todo niíío que , 1I11I!J:!lC menos de tres días después de ha berse incorporado a su unidad.
pasa de una escuela a otra a mediados de curso. En este caso, su contacto I':]] otras palabras, Ia excesiva ansiedad psicológica observada por Ia Rama
inicial con el grupo nuevo puede implicar una intensificación de los viejos ,', luvcstigaciones como característica de Ia vida de depósito puede conside-
lazos: se revisten de un afecto desproporcionadamente grande sus antiguos 111,,' tnmbién como un indicio en Ia conducta de un estado de "desagrupa-
amigos, sus anteriores maestros, su antigua escuela. Es casi el mismo Ienó- 111111110" temporal. Fero cualquier cosa que se subraye -el fenómeno socio-
meno que el de Ias soldados separados de sus viejas unidades de combate 1",',1111 subyacente de desagrupamiento o Ia ansiedad psicológica externa y
acomodándose a nuevas bases dei ejército en el país. Un estudio de The lI', tide - el sociólogo funcional tratará de descubrir sus consecuencias desde
Amerícan Soldier dice que los reincorporados dan enorme importancia I' 1IIIIIto de vista de Ia organízación, es decír, sus efectos sobre Ia absorción
a que se les permita "seguir nevando Ia insignia de sus antiguas unidades" (II, .111 rcmplazo por su grupo más importante del ejército, Ia unidad con Ia
507-8), 10 mismo que el nino que pasa subitamente de una escuela a otra , l"tI sirve en combate."
puede intensificar sus vínculos con el grupo antiguo. Ambos fenómenos re-
flejan Ia resistencia al abandono súbito de Ia afiliación al grupo anterior. EI '''''"111',111
la jerarquía del Dragón siempre tenían presente cierto peligro grave. Les parecia evidente
nifio de escuela, por ser un individuo solo, no es ninguna amenaza para Ia I"" \, IIIISII10 que, si se dejaba que Ias cosas marchasen por sí solas, los muchachos de diecinueve
unidad del grupo nuevo, * y con el tiempo, suele ser admitido en Ias filas. Pero .n" -. '1"1' iugaban bravamente por el distrito y boxeaban por Ia eseuela serían derribados y apabulla-
,I••• I"" muchachos de trece aüos. Y eso, sabe usted, sería un espectáculo muy desagradable. Por
* Sobre esto, véase cómo describe burlonamente C. S. Lewis, en Ia primera parte de su auto- 'I<II"')',lIicllte, hay que inventar un mecanismo muy complicado para proteger aI fuerte contra el
biografia, el requisito funcional de Ia "novatada" en Ias escuelas públicas inglesas a, por 10 menos, 11~1.11. Ia cstrecha corporación de Manos Viejas contra Ia partida de recíén llegados que eran extraüos
cn Ia escuela a Ia que tuvo Ia fortuna de asistir. "Lo interesante es que el sistema de Ia escuela ",,111',\ Y para todos los deI lugar, Ios pobres leones temblorosos contra el cordero furioso y voraz".
pública produjo así 10 mismo que estaba destinada a impedir o remediar. Porque debe ustcd de '''''1'''''''' hy foy: The Shape of My Early Life, por C. S. Lewis (Nueva York, Brace and Company,
saber (si no vivió usted mismo dentro de esa tradición) que todo eso estaba destinado a 'destruir 1'/'0'· ). I 04-106.
Ia tontería' de los níãos más pequenos y 'ponerlos en su lugar'. 'Si no se agobiase a Ios muchàchos )N Mencionamos anteriormente Ia analogía entre Ia funeión del depósito de remplazos y Ia de
nuevos', como dijo mi hermano en una oeasíón, "se pondrían insufribles'... Evidentemente, los que I.. 1'''',,' de reasígnacíón mediante Ia cual el soldado reincorporado es trasladado de su unidad de
,,,",1>.11(' " su puesto del ejército en Ia patria. Un exarnen dei estudio deI reincorporado en The
278 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORíA DEL GRUPO DE REFERENCIA 279
La ansiedad que acompafia aI proceso de desagrupamiento muy bien ,1!',lllpado" así se incorporaban más eficazmente a su nueva unidad de com-
puede ser disfuncional para el soldado individual en el momento en que 10 I>:ilc. En Ia medida en que se viera que tal era el caso, tendría relación con
experimenta, y para aIgunos soldados puede haber tenido efectos graves sobre (I problema, más general, de Ios factores y procesos que afectan aI paso de
su adaptación personal general. Pero ese mismo proceso de desagrupamiento vicjos a nuevos grupos de pertenencia. Y, en alguna medida, suplementaría
puede tener consecuencias funcionales para otras unidades de Ia organiza- ,I penetrante análisis del depósito de remplazos que suministra The Ame-
ción, particularmente para Ia unidad de combate en que el rempIazo des- I ican Soldier.

agrupado es absorbido con mayor facílidad.w La comprobación empíriea de


esta hipótesis podría suministrarIa una ampliaeión del procedimiento adap- CONCEPTOS RELACIONADOS CON LA TEORÍA DEL GRUPO DE REFERENCIA
tado en el estudio de Ias reincorporados (véase Ia nota anterior). Para cada
nivel de adhesión de 10s hombres a su unidad anterior, habría que deter- I{csulta evidente, de Ias alusiones esparcidas por el estudio que antecede, que
minar, primero, si euanto más largo es el periodo que Ios hombres pasaron I «rtos hechos de conducta relativa a grupo de referencia fueron observados
en un depósito de rempIazos, más eficazmente se despojaron de su solí- IIIIICho antes de que Ia expresión "grupo de referencia" fuese acufiada por
daridad con el grupo anterior, y segundo, si Ios hombres que se habían "des- l l yiuan en su importante estudio de 1942.50 Así, DuBois observá hace medio
'''1;10 que "un filadelfiano blanco con 1 500 dólares al afio puede lIamarse
I)()hre y vivir eon senei1lez. Un negro con 1 500 dólares al afio figura entre
American Soldier (lI, capítulo sobre los problemas de rotaci6u y reconversión) sugiere que el proceso
de desagrupamiento del reincorporado dura mucho más, porque el reincorporado fue separado de I,)'i más ricos de su raza y habitualmente puede gastar en proporción más
su grupo muy cohesívo dei ejército. Así, en un exarnen de reincorporados y de hombres no acanto- '!lIC su vecino blanco en renta, ropa y dístracciones'U" Pero aunque se observó
nados en ultramar, en el que se pregunt6 a los soldados sobre su sensaci6n de pertenecer a su nueva
unidad, Ios reincorporados se mostraron más dispuestos que los no reincorporados a decir que no
")11 frecuencia el hecho específico de que Ias autoestimaciones son relativas
tenían Ia sensaci6n de pertenecer a sus unidades, aunque en una gran proporción de 10s casos 10s .1 ta estructura de grupo, no se Je ronceptualizó en términos bastante gene-
reincorporados habían estado en su unidad durante más tiempo que 10s no reincorporados. En r.ilcs para lIevar a Ia investigación sistemática de Ias implieaciones deI hecho.
Ia Fuerza Aérea, por ejemplo, el 34 por ciento de los reincorporados y eI 15 por ciento de los no
1)11;1 expresión como "grupo de referencia" es útil no porque Ia expresión
reíncorporados dijeron que no tenían Ia sensaci6n de "pertenecer" a sus unidades. La diferencia
entre reincorporados y no reincorporados en otras ramas dei ejército es poco menor que Ia dife- ruisma ayude a explicar Ia conducta, sino porque nos haee olvidar fácilmente
rencia dei 17 por ciento en los cuerpos aéreos más unidos al 11 por ciento en los cuerpos de comi. nle componente de Ias autovaIoraciones. La misma generalidad de Ia expre-
sarios ordenadores (lI, 507). La rapidez y facilidad deI proceso de desagrupamiento y Ia subsiguiente
reabsorcíón en un grupo nuevo parecen depender de Ia fuerza de los vínculos con el grupo anterior. "\('/11 nos lleva a percibir semejanzas por debajo de aparentes desemejanzas
49 Seãalar esta posíble función de Ia ansiedad no es patrocinar Ia ansiedad. Porque aún como dc' «onducta.
concomitante del proceso de desagrupamiento, no todas Ias situaciones de ansiedad son funcíonales
para Ia organización social. En el caso de Ias escuelas de candidatos a oficiales, por ejemplo, que ;,1) The PsycllOlogy of Status, por H. Hyrnan.
"pueden considerarse como una ordalía", una consecuencia de Ia situaci6n de gran ansíedad fue rol The Philaclelphia Negro, por \\T. E. B., 1899, citado por E. F. Frazier en The Negro in
despojar aI candidato a oficial de todo vestigio de sus valores anteriores de hombre enganchado, 10 111(' (lnitecl States (Nueva York, Macmillan, 1949, n. 299). Frazier desarrolla Ia observación hasta
cual militó manifiestamente contra su capacidad subsiguiente para darse cuenta dei punto de vista "" li.ar Ias presiones encontradas a que está sometido el negro profesional. "EI negro profesional
deI hombre enganchado, Después del análisis de Ia "ordalía" de Ia escuela para un candidato a " ""'picado de oficina se siente muchas veces fuertemente impulsado a mantener Ias exigencias de
oficial como estudio de un caso, se dice: " ... es bastante admisible esta exposición de Ia transmisión 1., ,,,,,dncta de Ia clase alta en el grupo negro y al mismo tiempo actuar en el papel de un profe-
de cultura para indicar que en ese proceso tenemos una explícación de por qué tantos oficiales que ',I< "':11 de clase media o de un trabajador de cuello blanco cn Ia comunidad general." Y aüade, en
antes fueron reelutados parecieron íncapaces de aplicar su experiencia como tales y de tratar de ,I" 10, que Ias redes cambiantes de relaciones sociales -integración crccientc "en Ia cornunidad
comprender el punto de vista del hombre reclutado en el manejo de sus soldados" (I, 391). Desde ,,,.,\or"- dcsplazan el equilíbrio de grupos pertinentes de refcrencia, cuando advierte que "al inte-
el punto de vista de Ia conciencia de Ia jerarquía en el ejército, esta puede o no puede considerarse I:',IISC cada vez más el negro en Ia comunidad mayor, el hombre o Ia mujer profesional o trabaja·
objetable. Mas parece clara Ia prueba de que Ios hombres reclutados -productos de un sistema .hur- de oficina rehuyen Ias obligaciones dei papel de elase alta en Ia comunidad negra y puedcn
de cultura que proclama el valor de Ia igualdad democrática- funcionaban mejor cuando creían """"Iar sn conducta con referencia a su posici6n de clase media". Ibid., 300 (el subrayado es nuestro),
que Ia brecha entre ellos y sus jefes no era inflexible, cuando advertían que sus oficiales tenían 1\5 cosa interesante que los problemas técnicos de Ia formaci6n de muestras para votaciones
relativamente pocos privilegios especiales que ellos no tuvíeron, etc. (I, 369.) Pero, en otros casos, ""I 'li' opini6n pública llamaron Ia atención hacia e! mismo hccho de que Ia posición econ6mica es
Ias consecuencias funcionales del proceso de desagrupamíento para los objetivos del Ejército pueden " 1.11; va a Ia distribución dei ingreso de Ia cornunidad circundante. Así: "el propíetario de nna pe-
compensar con creces Ias consecuencias disfuncionales temporales para el individuo expuesto a Ia '1'''''':1 zapatería eu Dubuque, Iowa, que está casado, no tiene hijos y disfruta un ingreso de 5000
acción del depósito de remplazos. Desde el punto de vista de un concepto estrictamente definido ,kol;",<,sai 3110, se encuentra ineluido entre Ia gente próspera de Ia poblaci6n ... Se encuentra, eco-
de ingeniería social, esto podría lIevar a recomendar Ia ampliación de Ia "desagrupacíón" mediante "'''''Icamcnte, cerca de "Ia cumbre del montón" en Dubuque. Su asociación con otros 'individuos
providencias explícitas para crear organizaciones o situaciones de transición en diferentes órdenes I" <"spcros 10 inclina a considerar su destino como bastante intimamente ligado con el de Ias índio
institncionales. Pero esto presupondría un interés exclusivo por objetivos organizacionales -por \ «luos prósperos de otras partes ... Dad los mismos 5 000 dólares anua!es a un subgerente de ventas
cjemplo, el aumento de Ia eficacia de una máquina de guerra- que no hay por qué estar dispuesto 'I"" vive en Nueva York y tiene dos hijas de edad escolar, y veréis que no sc considera a sí misrno
a propugnar. En este caso, por ejempIo, los valores del individuo pueden moverlo a concluir que , """) pcrteneciente al mismo nível econômico que el zapatero de Dubuque, y no piensa ni vota como
Ia eficacia organizacional, mediante el desagrupamiento con su cortejo de ansiedades, exige un ,I "li muchos asuntos importantes". "Classifying respondents by cconomic status", por Elmo Roper,
precio demasiado alto. Apenas si es ésta Ia primera vez que se han presentado estos problemas ," 1',,1I1ic Opinion Quarter1y, 1940, 4, 270; véase tambíén "Representative sampling and poli relíabi-
morales de ingeniería social. Podría verse que ya en el siglo XIX los escritores afírmaban que el hl v", ror S. S. Wilks, ibid., 263: "Un sueldo de 3000 dólares anuales en una pequeüa población
hambre, Ia ansíedad aguda y Ia inseguridad son fuertes incentivos para el trabajo. Si esto se coá- 01 r- Arkansas significa una cosa y un suel do de 5000 dólares en Ia ciudad de Nucva York significa
firmara, difícilmente se sigue de ahí que el soci61ogo debiera patrocinar el hambre como un acicate ,,11-;0 completamente diferente. EI problema de Ia situación económica eu Ias muestras se plantca al
para trabajar. ' 1"",,,"Ic sobre 10 que equivale a una base relativa en cada localidad de Ia muestra ... "
280 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA 281
Pero aparte de esas observaciones aisladas, hubo varias líneas .de desarro- LI teoria deI grupo de referencia que tuvieron [ames, Cooley y Mead tarnbién
llo en Ia sociología y Ia psicologia social que ahora prometen fundirse en una pcnnanecieron casi en absoluto sin desarroIlo durante una generación o más.
teoría general de Ia conducta relativa a grupo de referencia. Cada una de 1':1rticularmente entre los sociólogos, sus concepciones fueron tratadas no
elIas a su maneta hizo aportaciones importantes, pero visto retrospectiva- 101110un comienzo, sino como una conclusión virtual, repetidas veces citada
mente, el hecho impresionante es que, en gran medida, sus implicaciones (. ilustrada con nuevos ejemplos de "yos" múltiples, deI yo espejo, de respues-
mutuas aún no se han unificado. Como es de conocimiento general, esas I:ISa 10s gestos significativos de "otros", y así sucesivamente. Y como Ias pa-
impIicaciones son los conceptos de intra-grupos y extra-grupos expuestos por Libras de los antepasados lIegaron a ser palabras finales, se construyó muy
Summer, Ias ideas relativas al yo social desarrolladas por [ames, Cooley y !lOCO sobre sus penetrantes sugestiones. Fueron honrados, no a Ia manera
Mead, Ias investigaciones sistemáticas más recientes sobre Ia conducta rela- 1'11que los hombres de ciencia honran a sus predecesores, ampliando y e1abo-
tiva a grupo de referencia representadas por Ia obra de Hyman, Sherif y I.iudo sus formulaciones sobre Ia base de problemas cumulativamente plan-
Newcomb, y los muy numerosos estudios especíales sobre problemas concretos Icndos y de investigaciones sistemáticas relativas a ellos, sino a Ia manera en
de conducta humana tales como los relativos a aculturación, asimilación, el IIIIC los literatos honran a sus predecesores, citando con frecuencia pasajes
hornbre marginal, Ia movilidad social, los papeles múltiples, Ias lealtades anta- "definidos" de Ias obras ele Ios maestros.
gônicas, Ias presiones encontradas y otros análogos.
Ciertos psicólogos sociales, entre 105 cuales son representativos Hyman,
1<:1 hecho general y, en esta forma truncada, poco instructivo de que Ias Sherif y Newcomb+' hicieron progresar algo esta teoría proyectando invcs-
llOIlJbrcs se orienten de maneta diferente hacia grupos fuera deI suyo fue cap- Ilg:lciones empíricas que podrían dar lugar a formulaciones teóricas de Ia
tado CI1 Ia terminología inventada por Sumner para distinguir entre "nosotros, «mducta relativa a grupo de referencia. Y como sus datos eran sistemáticos
cI gmpo-nosotros o intra-grupo, y todos los dernás, o los grupos-otros, extra- y 110anecdóticos, pronto se encontraron ante muchos de los mismos proble-
gmpos".f>2 Sumner procedió a describir Ias relaciones entre esos tipos de III:lS teóricos que surgen de Ias investigaciones de The American Soldier. EI
gTllpos. Esencialmente, esas observaciones un tanto prematuras afirman que l·sI udio de Newcomb, en particular, se centró no sólo sobre los contextos de
CIl cl intra-grupo predomínan consideraciones de amistad y orden, mientras :IC!ítudes, percepciones y juicios relativos a grupo de referencia, sino que tam-
que !J relación con los extra-grupos es de hostilidad, pilIaje y explotación. Que hiól tuvo en cuenta Ia organización social que afectaba a Ia selección de gru-
lal cs el caso (en circunstancias especificadas) pudo demostrarIo Sumncr IIIISele referencia.
mediante numerosos ejemplos tomados de Ia historia y de Ia etnología. Pero Las investigaciones de The American Soldier pertenecen a esta línea de
al adoptar un punto de vista descriptivo y no analítico sobre los hechos deI ,Ic'icllvolvimiento, y consisten en numerosos estudios empíricos de tipos
caso, inevitablemente borró y oscureció el hecho, por 10 demás notorio, de til: conducta ostensiblemente diferentes, quesin embargo implican procesos
que, en determinadas circunstancias, eI extra-grupo se convierte en una base \lIciales y psicológicos análogos. Como los científicos sociales están equipados
de referencia positiva, no meramente hostil,53 y que Ia ciencia de Ia sociología 11111algunos, aunque de ningún modo suficientes, métodos para el estudio de
está por ello obligada a determinar Ias circunstancias en que prevaleció una LI conducta relativa a grupo de referencia en el curso ordianrio ele Ia vida coti-
II otra orientación hacia el extra-grupo. En resumen, Ia distinción inicial puso .Ii.ma, no necesitan atender sólo a Ias situaciones inventadas de laboratorio
a Sumner en el camino hacia el planteamiento de una serie de problemas C011- IIc psicologia social, que dejan fuera de sus muros Ias relaciones sociales esta-
cernientes a Ia conducta relativa a grupo de referencia. Pero ese camíno para l.lccidas que abarcan Ia organizaci6n de grupos en Ia sociedad. Un soldado
el desarrolIo de una teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencia, abier- I:ISOdel ejército que busca el ascenso, sólo en un sentido estrecho y teórica-
to eu principio para quienes 10 explorasen después de Ia aparíción de Folkwavs "lente superficial puede considerarse que siga una conducta diferente de Ia
cn 1906, no fue seguido por Ia investigación sistemática. ,Ic un inmigrante que se asimila Ias valores de un grupo nativo, o de un indi-
Sólo con Ia pequeüa exageración inevitable cuando se resumen en una viduo de clase media baja que se ajusta a su concepto de Ias normas de con-
sola frase un gran número de casos, puede decirse que Ias anticipaciones de .lucta de Ia clase media alta, o de un muchacho en una zona de barrios bajos
IIIIC se orienta hacia Ias valores de un trabajador de casa de beneficiencia y
,.~ FolklVays, por w. G. Sumner, 12.
110 hacia los valores de Ia pandilla de Ia esquina, o de un estudiante de
,.;1 Este caso de discontinuidad en Ia teoria deI grupo de referencia es de Ia mayor ímportancía,
\'" 'IIH' Sumner rcconocíó, desde luego, en otros lugares, que 10 que l1amaba "imitación" o "emula- Hcnnington que abandona Ias ideas conservadoras de sus padres para adaptar
";."1\ de normas de eonducta de un extragrupo tenía lugar realmente. Pero esas observacíones no se Ias ideas más liberales de sus compafieros de colegio universitario, o de un
('111"",1>:111 eu forma sistemática con sus anteriores distincioues entre intra-grupos y extra·grupos de
1,,1 "I:II1<T"que dieseu por resultado una serie de problemas analíticos concernientes a diversos tipos ,,4 Hyman, op. cit.; Psychology of Social Norms, por M. Sherif (Nueva York, Harper, 1936) se
rir "Il,"1ucla relativa a grupo de referencia en diferentes circunstancias. Así, tambíén, hizo comenta- "IW:llllinó a un concepto de grupos de referencia más plenamente desarrollado en su libra posterior
rios sol.n- cl udvcnedizo (107) que pasa, desde luego, de un intra-grupo a otro, pero sín desarrollar 1IIIIIado An Outline of Social Psychology. La monografía de T. M. Newcomb titulada Personality and
111111]'0 •.•• l.rs cucstiones teóricas y analíticas pu estas en relieve por tales cambios en Ia pertenencin Social Change (Nueva York, Dryden Press, 1943) representá un importante paso adelante en esa
1111111;111]>0,Ticne, cn suma, numerosas observaciones pertinentes a problemas de grupos de refe- .Iirccción, y su Social Psychology (Nueva York, Dryden Press, 1950) comprende investigaciones más
renciu, pero csl:ín csparcidas y desconectadas, y no agrupadas analíticamente y vistas como afines. «-cicntes .

.~
283
TEORIA DEL GRUPO DE REFERENCIA
282 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
Y se introdujeron conceptos especiales, pero Ia tarea de su unificación teórica
católico de clase humilde que se aparta de Ia norma de su intra-grupo votan-
do por Ias republicanos, o de un aristócrata francés del sigla XVIII que se alínea apenas si fue iniciada. l
Aunque nuestro breve exarnen de casos suministró sólo insinuaciones a
en un grupo revolucionaria de Ia época. Por mucho que estas casos puedan
este efecto, quizás son suficientes para conferir peso a Ia posibilielad de que
diferir en detallc, no son por necesidad formas desconectadas de conducta
no son formas sin relación entre sí de conducta social, sino manifestaciones
que "pertenczcan" respectivamente a Ias jurisdicciones de Ia sociologia de Ia
concretas de normas subyacentes de conducta relativa a grupo de referencia.ê"
vida militar, de Ias relaciones racíales y étnicas, de Ia movilidad social, de
Parece probable que si investigaciones especiales descubren Ias conexiones
Ia dehncucucia (o "desorganización social"), de Ia sociologia de Ia educación,
teóricas entre esas formas ele conducta, producirán una de esas teorías de al-
de Ia sociologia política y de Ia sociología de Ia revolución.
cance intermedio que unifican hipótesis y uniformidades empíricas que de
Jt:S;ISdivisiones convencionales, hechas de acuerdo con esferas superficial-
mCIII(' diferentes de conducta humana, sirven para obscurecer Ia analogía de otro modo permanecerían disgregadas. EI concepto más amplio y más com-
los )li( x.csos sociales y psicológicos por Ios que se interesan conceptos más abs- prensivo significaría, por ejemplo, que Ia investigaci6n sobre Ias normas de
adaptación de los inmigrantes aportaría su parte a Ia misma teoría que ayuda
tmel os, como Ios de Ia teoría deI grupo de referencia. Como puede verse por
a Ia investigación directa sobre, pongamos por caso, los factores de movilidad
d cuadro de variables de Ia primera parte de este trabajo, Ia combinación
social. Y esos pasos hacia Ia unificación darían por resultado una acumula-
de elementos puede diferir, dando así origen a formas francamente distin-
ción más rápida de teoría del grupo de referenda, ya que Ia investigación
livas de conducta, pero que sin embargo pueden ser sólo expresiones dife-
sobre diversos departamentos de Ia conducta humana se estimularían yapoya-
rentes de procesos análogos en circunstancias diferentes. Todas ellas pueden
rían mutuamente. Por 10 menos, éste parece ser el sentido de esta revisión
representar casos de individuos que se identifican con grupos de referencia
preliminar de conceptos de grupo ele referencia en The American Soldier.
a los cuales aspiran o en los que acaban de ingresar. Y en Ia medida en que
ello sea así, Ias conductas observadas pueden, en principio, derivarse de unos
pocos conceptos relativamente generales válidos para todas ellas, y no obscu-
recer su analogía con terminologías diferentes tales como ascenso, asimila-
ción (y aculturación }, tensiones de clase (y superconformidad), socialización,
desviación social, renegación, o también privación relativa, eonflicto de
papeles, presiones encontradas y falsa conciencia.
El primer desarrollo de conceptos de grupo de referencia está tachonado
de ejemplos en los que sucesos históricos particulares ele Ia sociedad lIevaron
a los sociólogos a enfocar Ia atención sobre esferas ele conducta social en que
por casualidad eran notorios Ios tipos de conducta relativa a grupo de refe-
rencia. Así, los estudios sobre asimilacíón, que es claramente un proceso en
cl que hay referencia a Ia cultura de grupos a los que no se pertenece, se preci-
pitaron por oleadas de inmigración en este país y Ias subsiguientes angustias
de Ia absorción de gentes de diferentes ambientes culturales. Así tarnbién, el
interés sociológico creciente por Ia movilidad entre Ias cIases sociaIes y por
Ia falsa conciencia mediante Ia cual Ias individuos se identifican con clases
"a Ias cuales no pertenecen", parece en parte una respuesta a Ia franca díscu-
sión pública de c1ases ya un sentido posiblernente reforzado de lucha de ela-
scs. En tales casos, Ia elección de materia por el sociólogo estaba dictada por
problemas prácticos concretos más que por Ias exigencias de Ia teoría siste-
11I:'lli('a. Hubo, en consecuencia, una marcada tendencia en los conceptos
intcrprctativos a permanecer particularizados para Ia esfera especial de con-
duda <lllc se estudia. Conceptos distintivos adecuados para cada esfera crea-
dos COlIJO instrumentos de análisis indepenientes y casi aislados, y con fre- 55 Un historiador de Ia ciencia comentó problemas comparables de unificación teórica en Ias
ciencías naturales y Ias físicas: " ... de todas Ias formas de actividad mental Ia más difícil de produ.
cucncia se perdieron de vista sus imbricaciones y conexiones teóricas. La
cir... es el arte de manejar el mismo haz de datos como antes, pero colocándolos en un nuevo
cspccializnción de Ia investigación de acuerdo con Ias problemas prácticos sistema de relaciones entre sí y dándoles una estructura diferente, todo 10 cual significa virtualmente
concretos engendrados por el cambio social, se desarrolló a veces a expensas adaptar una clase diferente de modo de pensar por el momento". The Origins of Modern Science,
de 1111 clIcrpo de teoría más general. Usurparon Ia atencíón casos especiales por H. Butterfield (Londres, Bell, 1949), 1.
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 285

Problema I, Aclaracíón dei concepto de gwpo de referenda


IX. CONTINlJllHDES EN LA TEORIA DE LOS GRUPOS
DE lU:FlmENCIA Y LA ESTRUCTURA SOCIAL ()IlC 105 individuos actúan dentro de un sistema social de referencia suministrado
p;,r Ias grupos de que forman parte es una idea antigua sin duda y probablemente
cinta. Si fuera eso 10 único que interesara a Ia teoría del grupo de referencia, ésta
EL CONCJo:I''J'o de gfllpo de referencia se originó formalmente en eI campo
110 seria más que un nombre nuevo para un viejo foco de atención en sociología, Ia
de Ia psicologia social. Este campo se enfoca de preferencia sobre Ias reac- (1(;(1 se concentró siempre sobre Ia determinación grupal de Ia conducta. Pero hay
ciones de 1m indivíduos a su ambiente social interpersonal y más extenso. En .rdemás el hecho de que 10s indivíduos se orientan con frecuencia hacia grupos que
(,()IIS(~('II<'II('i:l,
una vez en camino, Ia investigación experimental y Ia encuesta /lO son el suyo para dar forma a su conducta y sus valoraciones, y son los problemas
!('(,rir:! sobre problemas de grupos de referencia, se concentraron en gran rcutrados en torno de este hecho de Ia orientación hacia grupos a los que no se
p:1I lr: ,\l)l>re cl estudio de los determinantes de Ia selección de grupos de refe- pertenece los que constituyen el interés distintivo de Ia teoría del grupo de refe-
1('11(';:1 por los individuos y Ias consecuencias de esto para Ia personalidad. I cucía. Finalmente, Ia teoría tiene, desde luego, que ser generalizada hasta el punto
1'1'10 como indicó periódicamente el capítulo anterior, eI concepto de grupo ('11 que pueda explicar tanto Ias orientaciones hacia el grupo a que se pertenece

de rcfcrencía tiene tambíén un lugar distintivo en Ia teoría de Ia sociologia, como Ias orientaciones hacia grupos a 10 que no se pertenece, pero su tarea inme-
(011 SlI enfoque sobre Ia estructura y funciones de los ambientes sociales en diata más importante es descubrir los procesos mediante los cuales los indivíduos
que cstán situados los individuos. 'c relacionan con grupos a 105que no pertenecen". (Página 234, hoja 374.)
Las teorías sacio-psicológica y sociológica de los grupos de referencia no
Cuando se introducen innovaciones teóricas, grandes o pequenas, en el
pueden, desde Iuego, separarse rigorosamente; en parte, se unen y en parte
(:l1npo de Ia investigación, algunos pueden reasimilarlas a Ia, teoría antece-
se complementan. Pero, no obstante, son niveles diferentes de análisis teó-
<lente deI campo, de donde resulta que se enturbia o se oscurece por completo
rico que es útil diferenciar periódicamente para e] propósito de descubrir
d progreso distintivo. Que es necesario destacar Ias respectos en que Ia te 0-
problemas teóricos distintivos. Seguramente es posible que en definitiva Ia
ría del grupo de referencia amplía el concepto conocido ya de antiguo de Ia
psicología social y Ia sociología sean un todo indivisible, así como puede ser
.lcterminación grupal de Ia conducta, resulta evidente visto un intento recien-
que en definitiva toda Ia ciencia sea una. Mas por el momento resulta más
te de ieasimilación de ese tipo. Se ha afirmado, por ejemplo, que "a pesar deI
Mil tomar nota de Ias diferencias entre los tipos y Ias niveles de teoría, a fin
entusiasmo de algunos proponentes, ett realidad no hay nada nuevo en Ia teo-
de que puedan ser puestos en relación más sistemáticamente. En cualquier
ría del grupo de referencia"." Y también que "Ia proposícíón de que Ias indi-
caso, yo emprendí desde esta perspectiva el exarnen de continuidades en Ia
víduos piensan, sienten y ven Ias cosas desde un punto de vista peculiar aI
teoría de los grupos de referencia desde que se escribió por primera vez el capí-
grupo en que participan es una proposición vieja, repetidamente seíialada por
tulo precedente. Durante ese periodo de unos seis anos, se ha aprendido
los estudiosos de Ia antropología y Ia sociología de 105 conocimientos ... El
mucho y, en el proceso, se han descubierto muchas lagunas en los conoci-
concepto de grupo de referencia en realidad aperta un pequeno perfecciona-
mientos. En este sentido Ias páginas que siguen están organizadas en relacíón
micnto a Ia teoría hace ya mucho tiempo familiar. .. ",3
con problemas teóricos, tanto de grupos de referencia como de materias afines
de estructura social en general. Es claro cómo pnede llegarse a Ia conclusión de que Ia teoría deI grupo
de referencia es sólo Ia reiteración de que eI pensamiento, el sentimiento y
Ia manera de ver Ias cosas los constituyen Ios grupos de que forman parte Ios
LA PROBLEMÁTICA DE LA TEORÍA DEL GRUPO DE REFERENCIA individuos, de modo que Ia teoría no presenta "nada realmente nuevo". No
hay más que adoptar el expediente común de ignorar Ias ideas distintivas en
COllceptos básicos
esta teoría en desarrollo identificándoIas con conceptos que son familiares
Cnnndo se cultiva intensamente un campo de investigación, sus problemas hace mucho tiempo. Hacer que 10 nuevo parezca viejo por el recurso de ignorar
h:'isicos se van aclarando poco a poco. Conceptos que resultaban adecuados ]0 nuevo para centrarse sobre 10 viejo no es práctica nueva en ningún sentido.
eu una primera aproximación deben ser más especificados a consecuencia de Mas parece haber cierta falta de convencimíento en este juicio, ya que el au-
Ias iuvcstigaciones acumuladas. AI crearse conceptos más específicos, con fre- íor concluye su revisíón de Ia materia reconociendo una característica distin-
rucncin se les diferencia terminológicamente a fin de fijar Ia distinción que tiva del concepto de grupos de referencia que "resume asociaciones y lealtades
SI' ! iene cn Ia mente." Este esfuerzo para aclarar conceptos básicos representa diferentes y facilita así el estudío de Ia percepción selectiva [aunque, como
1111:1 Ilnca rcciente de continuidad en eI desarroIIo de Ia teoría deI grupo de veremos, difícilmente Ia percepción selectiva sola]. En consecuencia, se con-
refercncia.
2 "Reference groups as perspectives", por Tamotsu Shibutani, en American J onrnal oi Sócio-
1 En cl capítulo II examinamos Ia ac1araci6n progresiva de conceptos como aspecto integrante /ogy, 1955, 63, 563 fel subrayado es nuestro].
dr 111 tcorizncióu sociológia. 3 Ibid" 565,
284
286 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 287
vierte -afíade- en \111 instrumento indispensable para abarcar Ia diversidad luruer, son simplemente partes deI ambiente social deI indivíduo, así como
y eI carácter dinâmico del tipo de sociedad en que vivimos [aunque no, pro- los objetos físicos son partes de su ambiente geográfico; debe tenerlos en
bablementc 'este tipo de socíedad' soI0]".4 Que pueda ser descrito adecuada- , ucnta al tratar de realizar sus propósitos, pero no tienen para él sentido
mente como 1111 "instrumento indispensable", aún queda por ver. uormativo ni comparativo.
Estas distinciones plantean diferentes problemas: ~Implica cada uno de
/'rllhle/1/(f 1.1. Tipos [uncionales de grupos de referencia los dos tipos de conducta relativa a grupo de referencia mecanismos distinti-
vos sociales y psicológicos? ~Qué condiciones estructurales de una sociedad
EII IlIdo rl capítulo que precede hay numerosas pero asistemáticas alusiones
I .ivorccen mucha opaca conducta comparativa de referencia -aproximada-
1\ ddl'J('lIll's tipos funcionales de grupos de referencia. Se dice que suminis-
Illcnte-Ias comparaciones justas o injustas de Ia clase examinada por Veblen?
11:111 ·'1111 sistema de referencia para Ia autovaloración y Ia formación de acti-
,Difieren Ias grupos a que se pertenece y a que no se pertenece en el grado
t 1111(""; se dice que es necesario eI "estudio sistemático de Ios procesos de
,·11 que sirven característicamente Ias funciones comparativa y normativa?
;lsilllil:lción de valores como parte de Ia conducta relativa a grupo de referen-
Cuestiones de este arden se siguen de manera casi directa de Ia distinción
lia"; se hace un breve comentario "sobre Ios contextos de actitudes, percep-
entre Ios tipos funcionales de Ias grupos de referencia.
ciones y juicios de grupo de referencia". Pero, como demostró Ia investigación
subsiguiente, esas alusiones incoordinadas a tipos implícitamente diferentes
de conducta relativa a grupo de referencia no sustituyen a una ordenación Problema 1.2. Concepio de grupo y pertenencie a un grupo
reflexiva y metódica de dichos tipos.
Diferentes trabajos recientes se han dedicado aI problema de identificar 1,:1 distinción entre grupo a que se pertenece y a. que no se pertenece implica
los tipos principales de grupos de referencia de acuerdo con sus funciones ca- de maneta de suyo evidente "el problema de criterios de 'pertenencia' a un
racterísticas para Ia conducta de Ios individuos que se orientan hacia ellos. Los grupo", como hemos visto (página 238). Pero como observó eficazmente
trabajos 5 están en esencia de acuerdo en diferenciar explícitamente dos 6 1111 crítico reciente," no puede permitirse que esos criterios sigan estando im-
tipos principales de grupos de referencia según Ios Iineamientos vagamente plícitos. Pero han permanecido implícitos en gran parte, en 10s escritos socio-
csbozados en el capítulo anterior: el primero es el "tipo normativo", que fija lógicos en general como en el ensayo precedente. Un oficio de Ia teoría deI
y mantiene normas para el individuo; y el segundo es eI "tipo de compara- grupo de referencia es aclarar Ias criterios conceptuales de pertenencia a un
ción", que suministra una estructura de comparación en relación con Ia cual grupo.
cl individuo se valora a sí mismo y aIos demás. EI primero es una fuente Como se ha indicado repetidas veces en Ias páginas anteriores, y como se
de valores asimilados por determinados individuos (que pueden ser o no ser indicará periódicamente en Ias páginas que siguen, Ia expresión ahora con-
miembros deI grupo), como en el caso que revisamos de los remplazos deI s:lgrada de "grupo de referencia" tiene algo de inapropiado, porque se aplica
cjército que se asimilan los valores de Ias veteranos. EI segundo, a su vez, es no s610 a grupos, sino también a individuos y a categorías sociales. La .dis-
un contexto para valorar Ia posición relativa de uno mismo y de Ias demás, I inción entre grupos de referencia e individuos de referencia será examinada
como en Ios casos citados por DuBois, Roper y Wilks del significado social cn una sección posterior; aquí se intenta diferenciar conceptuaImente los
de Ia situación económica en relación con Ia estructura económica de Ia comu- dates sociológicos absolutamente dispares que ahora suelen presentar como
nidad circundante. Los dos tipos son sólo analíticamente diferentes, ya que grupos de referencia.
cl mismo grupo de referencia puede servir, desde luego, a Ias dos funciones. Proporcionan un punto de partida Ias breves e incompletas exposicíones
De Ios dos tipos de grupos de referencia hay que diferenciar Ios grupos, (lc los conceptos de grupos y de pertenencia a un grupo hechas en el capítulo
identificados por Turner, "cuyos miembros constituyen sólo condiciones" anterior.
para Ia acción de 10s individuos," Los "grupos de interacción", como los llama
I lhid., 569,
En Ia medida en que Ia frecuencia de Ia interacción social es uno de los crite-
(, "Two functions of reference groups", por Harold H. Kelley, en Rearlings in Social Psychology, Iios [de pertenencia a un grupo], tenemos que reconocer que Ias fronteras entre
"I por C. E. Swanson, T. M, Newcomb y K L. Hartley (Nueva York, Henry Holt and ce, 1952), los grupos están seüaladas de cualquíer modo pero no claramente, Por el contra-
·1111 I 'I; Shibutani, op. cit.,; "Role-taking, role standpoint, and referencc-group behavior", por Ralph rio, "indivíduos" de grupos dados están conectados en formas diversas con otros
"'''''1('', <"11Arnerican [otunz! of Sociology, 1956, 61, 316-28. grupos de los cuales no son tradicionalmente considerados miembros, aunque e1
11 SlIilllltaui seüaló UI1 tercer tipo ostensible: grupos a que aspiran Ias individuos. Pero como
"I>-.", \'t'. .q.ropiadamente Tumer, esta no es otro tipo, porque "el deseo de ser aceptado 10 descríben sociólogo puede tener amplia base para incluirIos en estos últimos grupos, por
1''''' "li ,óIOI:oS] como el mecanismo que conduce a Ia adopción de Ias valores y Ias perspectivas deI virtud de su frecuente interacción social con sus miembros tradicionales. Así, tarn-
~:1I11'" de u-lcnucia". Tumer, op. cit., 327. hién, aquí soslayamos por el momento [un "momento" que se prolongó durante
'1 'I 11 111 <T, op. cít., 328. No intento reproducir aquí Ias detaUes de Ia instructiva división que.
h,w(' TIIIIIC1 de los diferentes tipos de orientación de grupo que hasta ahora se han incluido en el '
8 Reference Group Theory and Voting Behavior, por Norman Kaplan, tesis doctoral, Columbia
coucepto general de grupo de referencia.
University, 1955, 35-47 (inédita).
288 GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 289
ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
dd i11iciones tienden a ser explícitas; en el caso de grupos inforrnales, son
seis afias cíviles] Ia cuesti6n de Ias distinciones entre grupos sociales y categorías
socíales, refiríéndose estas últimas a posiciones consagradas entre cuyos ocupantes I.11i!;I~ con frecuencia, y se simbolizan por Ia conducta más bien que expre-
hay poca o ninguna intcracción" (página 237, n. 4). '.,11\['cn muchas palabras,
No hay nada fijo acerca de Ias fronteras que separan los intra-grupos de Ias I':n Ia medida en que esos tres criterios -formas duraderas y moralmente
extra-grupos, Ias grupos a los que se pertenece de Ios grupos a que no se pertenece. , I >l1";lgradas de interacción social, Ia autodefinición como miembro y Ia mis-
Esto cambia aI cambiar Ia situación. Ante civiles, o ante un grupo extrafio, los 111;1dcfiníción por otros- se cumplen plenamente, los implicados en Ia
hornbres del ejército pueden considerarse a sí mismos, y ser considerados, como lIi!n;lCción duradera pueden identificarse con toda claridad como grupos que
indivíduos de un intra-grupo, pero, en otro contexto, Ias hombres reclutados pue- 111\.ibarcan. EI criterio objetivo de interacción y 10s criterios subjetivos de
dCII considcrarse a sÍ mismos, y ser considerados, como un intra-grupo a diferencia .k-liniciones sociales se combinan para trazar fronteras relativamente claras
dcl cxIra-grupo de Ios oficiaIes. Con estas conceptos son relativos a Ia situación,
de pcrtenencia y de no pertenencia. Cuanelo se borran Ias definiciones sub-
y no absolutos, no hay paradoja en referirse a Ios oficiaIes como un extra-grupo
para los soldados en un contexto, y como miembros del intra-grupo más amplio Icllvas, Ia forma de Ia interacción social observada pierde su carácter distin-
CII otro contexto (página 268, n. 43). l ivo y se produce el tipo familiar de caso en que el sociólogo descubre "for-
muciones de grupo" que no experimentan como tales Ias com prendidos en
Alo cual replica inteligentemente un crítico: "Muy bien puede no haber ('lias. Corno ha estado implícito y es necesario decido ahora, los limites de
paradoja, pero ciertamente podemos insistir en pedir criterios explícitos para ",IIIPO no son necesariamente fijos, sino_~que cambian de manera dinámica
Ia desígnacíón de un grupo particular como grupo de pertenencia en un caso (()II10 respuesta a contextos suuacionales especificables. Una situación modi-
y como grupo al que no se pertenece en otro"," Pero como el crítico, Norman fICada puede producir cambios importantes en Ia proporción de interacci6n
Kaplan, no suministra esos criterios, puede ser útil examinar de nuevo y sis- ~,()('ial,de suerte que 10s que en otro tiempo eran miembros dejen el grupo
tematizar los diferentes tipos de formaciones sociales designadas como "gru- «bjctivamente, aun cuando explícita mente no "renuncien" a él ni se separen
pos", "categorias sociales", etc. Algunos de Ios criterios pertinentes están dei mismo. En particular en Ios grupos informales que carecen de definicio-
mencionados asistemáticamente en los párrafos anteriores, pero hay aún que IICSexplícitas de pertenencia aI grupo por e1 individuo o por Ios demás, los
sacados a luz para hacer un exarnen metódico. (';llIIhios en Ia proporción de interacción social pueden borrar 10s límites del
En primer lugar, se entiende en general que el concepto sociológico de 1!,llIpO. Ésta puede considerarse una de Ias propiedades funcionales de 10s
grupo se refiere a un número de personas que actúan entre sí de acuerdo con 1~ll\poSinformales: su estabilidad depende en parte de esta relativa ambígüe-
normas establecidas.t? A veces se dice que es un grupo de personas que tienen d.rd ele Ia pertenencia. Por Ia misma razón, esto crea dificultades práctícas,
relaciones sociales consagradas y características. Pero Ios dos enunciados son 110 teóricas, al sociólogo que quiere saber en qué consiste Ia pertenencia a los
equivalentes, ya que Ias "relaciones sociaIes" son formas normadas de inter- ~'.rl1pos informales. Esto apunta hacia Ia necesidad de revisar y rechazar
acción social que duran 10 bastante para convertirse en partes identificables .ilgnnas de Ias acepciones de Ia palabra "perteneciente" y de Ia frase "no per-
de una estructura social. Este criterio objetivo de grupo quedó indicado en Ia Icneciente", Las dos expresiones no son plenamente fieles aIos hechos, por-
alusíón anterior a Ia "frecuencia de Ia interacción". Está permitido, por Sl1- '1IlCparece que hay grados de pertenencia que son indicados en parte por Ias
puesto, adaptar este único criterio como suficiente, pero si el propósito es proporciones de interacción social con otros individuos elel grupo. Esto está
crear un concepto que sea sociológicamente útil, se requieren otros criterios.t! implícito en palabras que empIean ele vez eu cuando 10s sociólogos, corno
EI segundo criterio de grupos, que sólo estuvo implícito en los párrafos miernbro "nominal" de un grupo, o miembro "periférico" de un grupo. Un
citados, es que Ias personas que actúan entre sí se definan como "rniembros", miembro nominal de grupo es el que otros definen como particularmente
es decír, que tengan expectativas normadas de formas de interacción que son cn el sistema de interacción social deI grupo, pero que, en realidad, dejó de in-
moralmente obligatorias para ellos y para Ios demás miembros, pero no para lcractuar con Ios demás del grupo. Un miembro periférico de grupo es el que
los quc son vistos como extraüos al grupo. Este criterio fue indicado en los rcdujo tanto su interacci6n social con 10s demás eleI grupo, que estos contro-
citados párrafos en alusiones ocasionales al hecho de que Ios individuos "se l.m una parte relativamente pequena de su canducta. Los cambios en Ia
cousidcran" miembros de grupos. situación objetiva -por ejemplo, un cambio en Ia distribucíón espacial ele
r':1 tercer criterio correlativo es que Ias personas en interacción sean deii- los miembros actuales del grupo- pueden producir una razón hasta cierto
nulas por eiras como "pertenecientes al grupo", comprendiendo esos otros punto alta entre miembros nominales y miembros reales.
('Olll]l<tl-Icrosde grupo y no comparíeros. En e1 caso de grupos formales, estas De Ia misma manera, Ios cambios de situación pueden afectar a Ias auto-
1111>;<1., 32. definiciones y Ias definiciones de los otros en cuanto a pertenencia a un grupo.
I" l'ara un cjemplo, véase Tlie Human Group, por George C. Homans (Nueva York, Harcourt,
Porque, como Ias proporciones de interacción social no están distribuielas con
11""'1' aurl Corupanv, 1950), 1, 82·86. . nniformidad entre Ios individuos de un grupo, cualquier acontecimiento cons-
11 Para una numerosa serie de criterios de esta c1ase, véase Society, Culture, and PeJsonality, tante que aumente Ia interacción entre algunos y reduce Ia interacción entre
1'''' 1', 1\. Snrokin (Nueva York, Harper and Brothers, 1947), 70 SS.
290 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 291
otros tenderá a producir formaciones de sub-grupo. Como 10 implica Ia pala-
bra, Ios sub-grupos están constituidos estructuralmente por Ios que estableeen "I,,,('mecer rasgos significativos de 10 que se define sólo negativamente.t" T:lI
relaciones sociales distintivas entre si que no son compartidas con otros indi- '" cl caso con eI concepto residual de no pertenencia.
viduos deI grupo general. Todos Ias grupos son en potencia vulnerables alas Porque Ia categoría de "no pertenencia", si se Ia define sóIo en términos
formaciones de sub-grupos. Las fuerzas que favorecen Ia formación de los gru- 1I('g:ltiVOSpara abarcar a los que no satisfacen Ias criterios de pertenencia, sirve
pos diferenciados pueden ser no culturalmente objetivas. Por ejemplo, Ios 1':lra obscurecer distinciones básicas en tipos de no pertenencia; distincioncs
individuos del grupo que están constantemente en estrecha proximidad pue- '1"(, son particularmente pertinentes para Ia teoría deI grupo de refercncia.
den formar sub-grupos distintivos. lntereses especiales, peculiares a eiertas ~!II(' csto es así, puede verse sacando ciertas implicaciones deI importante y
posieiones o estratos del grupo grande, también pueden producir formaeiones 1'01 tanto tiempo olvidado concepto de "integridad" ele l1l1 grupo, introduci-
de sub-grupo, por ejemplo, en Ia medida en que los intereses de los hombres do por Simmcl.14 EI concepto de integridad se refiere a Ia propieclad de Ul1
reclutados y de Ias oficiales de un ejército no son idénticos y difieren en as- i',I1IJ)()medida por Ia proporción de miembros potenciales -Ios que satisfacen
pcctos normados. Sentimientos y valores peculiares a posiciones o estratos 1,,\ requisitos para Ia perteneneia establecidos por el grupo- que son miem-
constitutivos tambíén Plleden actuar en Ia misma dirección para producir /'11'.1' reales. Los sindicatos obreros, Ias asociaciones profesionales, 10s grupos
sub-grupos, Cuando estos tres tipos diferentes de fuerzas diferenciadoras con- rI(' .ilumnos no son sino los tipos más notorios de cjempIos de organizaciones
vergen, se produce uno de los tipos de re-definiciones sociales a Ia que nos , 1 I11diferentes grados de integridad.
referimos al deeir que, en algunas ocasiones, individuos de un intr.a-grupo La propiedad de integridad el grupo, como 10 subraya Simmel muy pro~
pueden llegar a diferenciarse en intra-grupos yextra-grupos constitutivos. Una l,i:1mente, debe ser claramente distinguida de Ia propiedad de tamaíio del
"cuestíón" que cristalice los intereses o los sentimientos distintivos, o ambas i',III)lO. Esto significa, en reaIidad, que grupos elel mismo tamafío absoluto
cosas, de sub-grupos potenciales, puede movi1izar Ia conducta y Ias actitudes uucxlido por eI número de sus miembros) pueden tener grados completa-
que dan por resultado formaciones de grupos nuevos. 11«ute diferentes de integridael (medida por Ia proporción de miem bros po-
Mientras el Ienguaje conceptual comúnmente usado para describir Ia Ir'lIciales que son miembros reales). Y de manera correlativa, esto significa
estructura de grupo expreso una circunstancia estática de pertenencia a un 'I til' grupos del mismo tamafío absoluto pueden tener grados muy diferentes
grupo, parecerá paradójico que [os mismos individuos puedan describirse a ,11' /JOde,r social, según comprendan a todos Ios miembros potenciales o pro-
vcces como pcrtenccientes aI mismo grupo y otras veces cama pertenecientes 1'''1ciones variabIes de eIlos. El reconocimiento de Ia relación entre integridael
a grupos diferentes (y quizás mutuamente hostiles). Pero si se reeonoce que 1 11( xler es, desde luego, una de Ias princípales razones de que Ias asociaciones
la pertenencia a un grupo y Ia estructura del grupo son dinámicas, que no ,11' indivíduos en situaciones particulares procuren ampliar el número de sus
50n sino Ias rcsultantes conceptualizadas de fuerzas que operan dentro de un 1I1111llbroshasta abarcar una proporción Ia más grande posibIe de los miem-
grupo, resulta claro que Ias fronteras de Ias grupos están en constante proceso I" IIS potenciales. Cuando más cerca de ser completo esté el grupo, mayor
de cam bio objetivo, registrado por Ias proporciones de interacción social, y de I" ,ti cr e influencia puede ejercer. Esta breve fonnulación no es más que una
rcdefinición social, rcgistrada por Ias definiciones ele pcrtcnencia que dan el .ip.rrente digresión deI nuevo examen de Ios conceptos ele miembros y no
yo y Ios demás.P
111 icmbros de un grupo. Porque, como SimmeIopinaba, eI concepto ele inte-
i',1iclad implica que hay tipos de no-miembios de grupo distintos y estructu-
Problema ~3. Concepto de no pertenencia a un grupo r.ilmente diferentes. Los no-miernbros no constituyen una categoría social
\1111(';\y homogénea. Difieren en sus relaciones normadas con eI grupo del
Así como Ia pertenencia a un grupo está lejos de ser un concepto evidente
por si mismo y requiere críterios sociológicos explícitos si ha de ser concep ,,\1:11no son miembros, Esta está desde luego implícito en Ia observación de
Illalmente identificable, así ocurre también con Ia no pertenencia. Es eví- ')lIlllncI de que "Ia persona que idealmente, por decirlo así, pertenece aI grupo
I" TI I Iuera ele éI, por su sim ple indiferencia, por su no-filiación, perjudica en
dente, que son "no miembros" quienes no satisfacen Ias criterios interaccio-
lia lcs y dcfinicionales de pertenencia, y en consecnencia puede verse que Ia \, -rclad aI grupo. Esta no-pertenencia puede tomar Ia forma ele compctcncia,
dcfiníción de Ias miembros bastarían para definir a Ias personas residuales , 01110en eI caso de Ias coaliciones de obreros; o puede hacer ver al extrafío
IIIS límites del poder que esgrime el grupo; o puede perjudicar al grupo porque
('(11110110 miembros. Pero Ias definiciones residuales son l11uy propias para
lIi siquiera puede constituirse si no ingresan como miembros todos Ios candi-
I'~ F,I(' COllccpto general de Ias fronteras cambiantes de pertenencia a un grupo vuclve a exa- .Ia tos potenciales, como sucede con ciertos cartels industriales" .15
'""',"'" "Ira vez cn cl capítulo XI, 425, A propósito de que Ias redefiniciones sociales Ias determi-
111111
Ia, sil lIacioll(,s, cs oportuna Ia irónica observaeión de Albert Einstein en Ia Sorbona: "Si mi 1:1 Para una convincente exposici6n de Ia idea de categorias resíduales véase Thc Structure of
11'1111,1
.I" Ia nlat ividad triunfa, Alemania me reclamará como alemán y Francia declarará que soy o;""i,,1 Action, por Talcott Parsons, 16-20, 192.
";1,,1:0.1""0 dei 11 11 IIH10, Si resulta falsa mi teoria, Franeia dirá que soy alernán, y Alcmania declarará 11 TI1e Sociology of Georg Simmel, traducida y editada por Kurt II. \Volff (Glcncoe, Illinois,
'i"(,\I'Y [uclio." .
Tire Frce Press, 1950),95,
1 c, lbid., 95.
292 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 293
1. Admísíbilidad e ínadmísibilidad para Ia pertenencia ai grupo: Esto
indica un primer atributo en reIación con eI cuaI puede especifícarse algo más En eI capítulo anterior, como en Ia teoría deI grupo de referencia en
Ia categoría residual de no-miernbros: no-rniembros que no son admisibIes, o general, sólo fueron identificados específicamente aIgunos de los tipos discer-
deseabIes, para pertenecer al grupo pueden distinguirse úItimamente de aque- nibles de no-miembros. Por todos Ias indicios, esta identificación de tipo fue
lIos que son admisibIes pero que siguen permaneciendo sin afiliarse a él. La parcial y muy selectiva, porque surgió de descripciones directas de normas
distinción entre no-miembros admisibIes e inadmisibIes puede servir para observadas de conducta y no fue derivada analíticamente de combinaciones
aclarar Ias circunstancias en que es probable que Ios no-miernbros lIeguen a de atributos definidos de no-miembros en relación con determinados grupos.
orientarse positivamente hacia Ias normas de un grupo. Siendo iguales Ios Como hemos advertido, eI primero de esos tipos -los individuos que aspiran
demás atributos de no-pertenencia -y examinaremos directamente esos otros :1 grupos de los cuales aún no son miembros- fue destacado para prestarle
atribntos- puede presumirse como 10 más probable que Ios no-miernbros ad- especial atención en Ia teoría deI grupo de referencia. Pero como se supus O
misiblcs para Ia pertenencia aI grupo adopten Ias normas del grupo como un ('11 Ias análisis anteriores, y como indica una vez más eI paradigma anterior,
sistema positivo de referencia. los aspirantes a pertenecer a un grupo se dividen en dos tipos que se diferen-
Los atributos de admisibilidad e inadmisibilidad proporcionan sóIo una cian de manera importante, de acuerdo con Ias criterios de admisibiIidad
base para especificar más eI concepto residual de no-pertenencia. Por 10 me- definidos por eI grupo. Difieren en su situación estructuraImente definida y,
nos pueden identificarse sistemáticamente otras tres series de atributos y 1 ior consiguiente, en Ias consecuencias funcionaIes y disfuncionaIes de su en-
conectarse con tipos distintivos de conducta relativa a grupo de referencia. I rega a Ia socialización anticipadora adaptando los valores deI grupo al cual
2. Actitudes hacia ei ingreso ett el grupo: Los no-miembros difieren tam- ;Ispiran pero al que no pertenecen.t?
bíén en sus actitudes normadas hacia el ingreso en el grupo: a) unos pueden EI aspirante aI ingreso admisibIe -que fue identificado como candidato
aspirar a pertenecer aI grupo; b) otros pueden ser indiferentes hacia dicha ;1 pertenecer al grupo- se siente movido a escoger eI grupo a que no perte-
afiliación; y c) otros aun pueden tener motivos para permanecer sin afilíarse IICCCcomo su grupo de referencia y puede ser recompensado por el grupo a
aI grupo. La teoría deI grupo de referencia íncorporó, desde Iuego, Ia primera causa de eIlo. Pero el aspirante inadmisibIe que se entrega a esa sociaIización
de Ias actitudes motivadas hacia Ia pertenencia como constitutiva de un me- .mticipadora se convierte en un individuo marginal, que puede ser rechazado
canismo que favorece Ia orientación positiva de Ias no-míembros hacia Ias I)or eI grupo a que pertenece por repudiar sus valores e incapaz de hacerse
normas de un grupo. EI capítulo anterior es uno de Ios muchos estudios que .idmitir por el grupo en el que trata de entrar.
tratan del caso especial deI "indivíduo que adepta 105 valores de un grupo al La segunda clase importante de no-miembros -Ias que son completa-
cuaI aspira pero al que no pertenece'U" mente indiferentes a Ia perspectiva de pertenecer aI grupo- consta de 10s
Combinando los dos atributos de Ia situación de admisibiIidad de Ias no- que no se orientan en absoluto hacia el grupo en cuestión, pues están com-
miembros definida por eI grupo y de Ias actitudes de Ios no-rniembros hacia plctamente fuera de la órbita de él. No forma parte de sus grupos de refe-
Ia pertenencia definidas por eIlos mismos, se hace posibIe formar una orde- rcncia. Sin embargo, este tipo también puede ser instructivamente subdivi-
nación sistemática de tipos identificabIes de relaciones psico-sociales de no- dido en Ias que son admisibIes para eI ingreso y que, por 10 tanto, pueden
miembros con determinados grupos. De este modo, se hace evidente que convertirse en puntos de referencia para el grupo que quizás trata de atraerlos
Ios no-miembros que aspiran a ser aceptados por un grupo constituyen sóIo ;( su órbita, y Ias no-miembros inadmisibles e indiferentes que constituyen
uno entre muchos tipos diferentes de no-miembros. 10 que Turner describe como meras condiciones para Ia acción del grupo."
Como veremos en seguida, estas dos tipos de no-miembros tienen situaciones
Situaciones de no-miembros definidas por el grupo distintas dependientes de que eI grupo trate o no de ampliar su acercamiento
:1 Ia integridad.
ACTIVIDADES DE LOS NO- ADMISIBLE PARA EL NO ADl\fISIBLE
MIEMBROS HACIA EI" IN'GRESO INGRESO
La tercera clase de no-rniembros están, por eI contrario, orientados hacia
«l grupo en cuestión pero tienen motivos diversos para no buscar eI ingreso
ASIJÍTà a ingresar Candidato aI ingreso Individuo marginal eu él, Los no-míembros que rehuyen activamente eI ingreso para eI cual son
Ltuliierente a ia afilíación Miembro potencial No-miembro indepen- .idmisibles, son, en pala bras de Simmel, a aqueIlos a quienes "se aplica el
diente axioma 'Quien no está conmigo está contra mí' ".11> Y como tarnbién supuso
(:011 motivos para no No-míembro autônomo No-miembro antag6nico
'\, (extra-grupo)
1'7 Tipos análogos fueron seüaladcs sobre Ia misma base por Leonard Broom: "Toward a cumu-
lative social science", en Research Studies of the State Callege of Washington, 1951, 29, 67-75.
111 Ver p. 269 Y el breve estudio de este punto en 237. En realidad, Mazufer Sherif y Carolyn
18 Esto es una adaptación deI concepto formulado por Tumer y reseüado en Ia primera parte
W. ShC'rif en Croups in Harmonyand Tension (Nueva York, Harper and Brothers, 1953), 161,
de este capítulo. Tumer Ilama nuestra atenci6n a grupos que cornprenden meras condiciones para
hurcu ,I<, esto una parte integrante de su definici6n de los grupos de referencia: "aquellos a IOB
pcrsonas que no pertenecen a ellos; aquí examinamos eI tipo correlativo de no-míembros que com-
t'lIIIIt-S cI indivíduo se refiere como parte de eIlos o aIos cuales aspira a referirse psicoI6giaamente".
prende condiciones para grupos que no Ias definen como miembros posibles.
19 Simmel, op. cit., 95.
294 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 295
Simmel, Ias indivíduos admísibles que rechazan de manera expresa e! ingreso I ucstión sólo de conservar el prestigio y eI poder deI grupo, aunque tales
son una amenaza mayor para e! grupo, en algunos respectos, que Ias antago- I Imsideraciones pueden entrar concretamente en dicha política. Como dice
nistas, que en niugúu caso podrían llegar a ser miembros. EI rechazo por .')lIlll1lel en esencia, también puede ser una exigencia estructural para una
parte de admisiblcs simboliza Ia debilidad relativa de! grupo subrayando su l-file ser hasta cierto punto pequena, si han de mantenerse sus relaciones so-
falta de intcgridad o totalidad eu cuanto a miembros, así como simboliza I LtlCS distintivas.ê! La ampliación rápida deI número de afiliados también
Ia incertidumhrc relativa de sus normas y valores, que no son aceptados por 11IICcleelepreciar el valor simbólico de Ia afiliación al grupo. Por esas diferentes
aquellos a quicncs se aplican en principio. Para estas dos tipos de no-afilia- LI/,Ol1eSestructuraIes y egoístas, cíertos grupos permanecen relativamente
dos por 11101 i IOS, cI grupo es (o puede Ilegar a ser fácilmente ) un grupo de 1i ·rraelos.

rcferl'll<'ia negativa, como veremos en Ia sección que trata de este tipo Por Ias rnismas razones Iormales, otros tipos de grupos procuran estar
dI' ~:n'l)(l. 11:1.\lacierto punto abiertos con el fin ele ampliar el número de afiliados. Los
1,:1 considcración conjunta de Ias atributos de admisibilic1ad e inadmisibí- li: 1rtidos políticos ele Ios sistemas políticos democráticos.w los sindicatos de
lidad y de Ias actitudes hacia Ia perteneneia a un grupo determinado, diferen- n.ibajadores ele Ia industria, y ciertas corporaciones religiosas, por ejemplo,
(i;I, piles, tipos distintos de no-pertenencía, y no trata de manera implícita a I",!:íll constituídos estructural y funcionalmente de manera que procuran
I()s 110miembros como si fueran todos iguales. Cada uno de los tipos de no- .uupliar elnúmero ele sus afiliados todo 10 posible. Las organizaciones prose-
micmbros puede, a su vez, crear tipos distintivos ele conducta relativa a grupo /li istas no se limitan, por supuesto, a Ias esferas política o religiosa; pueden
de rcfcrencia en frente eleI grupo determinado al cual no pertenecen, Localiza, ('I1rontrarse en diversidad de esferas institucionales, Esas organizaciones abier-
por anticipación, a los no-rniembros que están positivamente orientados hacia I :IS qnieren ser grupos de pertcnencía y grupos de referencia para todos los
cI grupo, a Ios que están negativamente orientados hacia él, y a Ia numerosa c n.dividuos que llenan de manera formal sus criterios de admisibilidad. Según
importante categoría de no-míembros que no están orientados en absoluto 1:1ocasión, los criterios pueden hacerse eficazmente menos exigentes a fin
bacia él, es decir, aquelIos para quienes e! grupo en cuestión no es un grupo de ampliar el número de no-rniembros que pueden ingresar, dando origen asi
de rcferencia. :11tipo estructural familiar de conflicto entre "altas normas de admisíbilidad"
Por 10 menos dos grupos más de atributos de los no-rniembros y ele Ia no- \ "gran número ele rniembros't.s"
pcrtenencia necesitan ser tomaelos en cuenta a fin de localizar, estructural V Dependíendo, pues, dei carácter abíerto o cerrado deI grupo, Ias no-miem-
psicológicamente, orientaciones distintivas hacia grupos a los que no se perte- luox son diferentemente aptos para orientarse hacia él como grupo de refe-
ncce. Son ellos el interés o Ia falta de interés definielos por el grupo en Ia I cncia. Esta fue Ia base para indicar en el capítulo precedente que es más
iucorporación al mismo de no-miembros admisibles, y Ia distinción entre no- probable que se adopten como grupos de refercncia grupos a Ios que no se
iuicmbros que fueron y no-míemhros que no fueron nunca individuos deI pcrtenece en los sistemas sociales con altas proporciones de movilídad SOCÍ'i]
grupo.
3. Grupos abiertos y cerrados: Así como Ias indivíduos se diferencian en 21 Las observaciones de Simmel dicen 10 siguiente: "Así, Ia tendencia a Ia límitacíón numerica
.-xtrcma ... se debe no sólo a Ia resistcncia egoísta a compartir una posición dominante, sino también
J:ISaspiraciones a afiliarse a grupos particulares, así se diferencían los grupos .d instinto [sic; léase: al entendimiento tácito] de que Ias condiciones vitales de una aristocracia sólo
CII SII interés por ampliar o restringir el número de sus afiliados. Esto quiere ,,"cden conservarsc si eI número ele Sl1S individuos es pequefío, relativa y absolutamente ... [En deter-
dccir que Ias grupos, y Ias estructuras sociales en general, pueden ser relativa- .uiuadas circunstancias], no falta más que trazar en cierto momento una linea rígida contra Ia expan-
""!ll y defender el grupo cuantitativarncnte cerrado contra cuulesquiera elementos extraíios que
mente abiertos o cerraelos, como se sefialó desde hace mucho tiempo en Ia 'I"ietan entrar cn él, por ruuchos dereehos que tengan ú ello. EI carácter aristocrático lIega con fre-
t coria sociológíca.>" , u.-ucin a ser consciente de si mismo sólo en esta situación, en este aumento de Ia solidaridarl cn
'I'ambién aquí proporciona Simrnel un punto de partida. Los grupos 110 I" nlc de una tendencia a Ia expansión". Simmcl, op. cit., 90·91 [el subrayado cs nucstro] . .:Es nccc-
'•. 11 io deeir que aI reconocer así eJ requisito cstructural de clausura relativa para una élite Sirumcl
I1.rtun elc modo uniforme ele ampliar el número de afiliados; algunos, por el "" l'ropngna Ia política de exclusión.
l'UIIIrn rio, están organizados de manera que restringe Ia afiliación, aun hasta 2~ Es manifiesto quc Ias partidos políticos no tienen este carácter cn todos Ias sistemas poli-
I ,,'I)S. Sociológicamcnte considerada, Ia teoria de Lenin propugnaba eI principio de minoria cerrada
1,1 puulo ele excluir a quienes son formalmente aelmisibles como miernbros.
'1"1' Se fundaba eu limitar Ia afiliación aI partido a rcvolucionarios profesionalcs disciplinados y adoc-
r~:-,I
e cx cn particular eI caso de Ias élítes, ya consideradas como tales por eIIas I riuudos, en contraste con Ia teoria mcnchcvique de Martov y Trotsky, que propuguaba el principio,
1I11.\/lI:ISo bien socialmente reconocidas. Y esta política ele exclusión no es de afiliación de Ias masas. Organizacioncs de diferentes esferas institucionalcs intentaron combiu.ir
I", principias de afiliación "abierta" y "cerrada" por toda clase de recursos p<lra cstratificar Ia pcrte.,
ncncia 3. elIas.
~" 1':11":1 1I11a formulación bastante reciente, véase Sorokin, úp. cit., 175. EI "carácter relativa- 23 Éste es el equivalente en eI campo de Ia organizacióón social dei conflicta igualmente fami-
11I(""lr
,,1>; •. 110 o cerrado de Ia estructura social" se relaciona COn Ia conducta concernientc a grupo li.rr cn eJ campo de Ia cultura familiar y de Ias cornunicaciones para Ias masas. EI objetivo de ano
ele 11'''''''11'';'' y sus consecuencias en eI capítulo anterior, pero no está sistemátieamente relacionada rucutar hasta el máximo el auditorio -el "principio de popularidad de masas"- choca con d
11111 ut rux atributos de no-miernbros y de grupos a Ios que no se pertenece. Debe advertirse tarnbién objetivo de mantener "altos niveles" de contcnido cultural, o sea, el "principio de gusto de Ia élit c",
"11 10101:1 "'presa que no sólo pueden consíderarse con provecho como diferentemente abiertos o 1<, intercsantc que no sea raro entre Ias mismas personas que rechazan el principio de organización
"1"1111110' los sistemas de clases sociales, sino todos Ios grupos y categorías sociales. dl" ditc que propugnéI1 e] principio de élitc respecto de Ia cultura popular.
296 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 297

que en los que son relativamente cerrados. El contexto estructural de Ias cou Ia dinámica estructural, examinando sus pasadas relaciones con el grupo.
proporciones de movilidad determina el que esa orientación anticipadora por l'cro resultaria admisible que los antiguos miembros se diferenciasen en su
parte de 10s no-miembros sea funcional o disfuncional para ellos. En un siste- conducta relativa a grupo de referencia de los otros no-miembros que no estu-
ma abierto, Ia orientación positiva hacia grupos a que no se pertenece será vicron nunca dentro deI grupo.
recompensada con más frecuencia por Ia subsiguiente inc1usión en el grupo; Puede suponerse provisionalmente que Ia afiliación a un grupo que im-
en un sistema cerrado, conducirá con más frecuencia a frustrar los propósitos plicaba vínculos y sentimientos de hondas raíces no puede abandonarse con
y a una situación marginal. Mediante este sistema más o menos reconocido facilidad sin dejar residuos psicológicos. Esto quiere decir que Ios antiguos
ele recompensas y castigos normados, los sistemas abiertos fomentan una pro- miembros de un grupo anteriormente importante para ellos es probable que
porción elevada y 10s sistemas cerrados una proporción reducida de referencia scan ambivaIentes, y no del todo indiferentes bacia él, Desde luego, nume-
positiva a grupos a 10s que no se pertenece.>' rosas circunstancias estructurales pueden mitigar o eliminar esa ambivalen-
4. Perspectivas temporales sobre Ia uo-pertenencia: miembros antiguos y cia; por ejemplo, Ia completa separación espacial y social deI grupo puede
no-miembros constantes: Como otros conceptos sociológicos de situación, Ia
reducir Ias ocasiones en que éste sea noto rio para el antiguo miembro. Dicho
no-pertenencia fue interpretada por 10 regular de una manera estática, como
cn términos de nuestra clasificación de actitudes de "no-miembros hacia Ia
Ia situación aciuai del indivíduo. Y como sucede con aquellos otros concep-
afiliación", esto significa que Ios antiguos miembros pueden tener motivos
tos, exige un claro esfuerzo mental escapar de ese contexto estático e incor-
para no pertenecer al grupo, y que no son meramente indiferentes a Ia afilia-
porar al sistema conceptual "10 que todo el mundo sabe", o sea, que a Ia con-
ducta futura deI individo Ia afectan no sólo su situación presente, sino también
ción, El grupo sigue interesándoles precisamente porque están extrafíados o
alejados de él; y es probable, por consiguiente, que se convierta en un grupo
su historia pasada en cuanto a situaciones. Así, sólo en fecha reciente 10s
cstudios sociológicos sobre Ia conducta moldeada por Ia c1ase han diferen- de referencia negativa.
Centrando Ia atención sobre Ia clase especial de no-rniembros que ante-
ciado de manera sistemática, y no esporádicamente, a los individuos que en
Ia actualidad están en Ia misma c1ase social por su historia pasada en cuanto riormente fueron miembros de un grupo importante para ellos, se hace posi-
a situación de c1ase, descubriendo, como podia esperarse, diferencias impor- ble cnIazar el concepto de grupo de referencia negativa -que pronto veremos
tantes en Ia conducta relativa a grupo de referencia entre 10s que son móviles CI1 dctalle- con el análisis de Ia conducta divergente y el control social des-
ascendentes, móviles descendentes o estacionarios en su posición de clase.25 De arrollado por Parsons. Como él dice,
manera muy parecida, un estudio de Ia amistad como proceso social distinguió
... se concibc siempte el extrafíamiento como parte de una estructura de motivos
entre quienes, en un momento particular de Ia observación, aparecen en Ia
ambivalente, mientras que no tiene por qué serlo Ia conformidad. Cuando ya no
misma categoría (por ejemplo, como amigos deI mismo parecer) pero que,
hay ninguna adhesi6n al objeto y 10 interiorizaci6n del tipo normativo, Ia actitud
no obstante, difieren en sus relaciones y valores mutuos en un momento an-
110es extrafíamiento, sino indiferencía. Tanto el objeto social como Ia norma se
terior de observación. Se hace, pues, posible conectar esas diferencias pasadas
Ila11 convertido s610 en objetos neutrales de Ia situaci6n que ya no son un foco del
con sus relaciones probables en otros y aún más tardíos momentos de obser-
sistema de necesidades catécticas * del ego. El eonflicto en este caso se habría
vación.ê"
rcsuelto con una resolución decisiva, mediante Ia sustitución de1 objeto antiguo
La categoría de no-miernbro puede, análoga mente, ser conceptualizada
por uno nuevo, mediante Ia inhibición o Ia extinci6n del estado de necesidad, y/o
en forma dínámica, en relación con Ia historia pasada de Ia afiliación, dístin-
mediante Ia interiorizaci6n de un nuevo tipo norrnativo.ê"
guiendo entre quienes fueron miembros y quienes no pertenecieron nunca aI
grupo. Como hemos visto, los no-miembros fueron considerados dínámica-
Pero esa plena adhesión afectiva a un grupo a que se perteneció ante-
mente en reIación con sus orientaciones hacia eI futuro, como en el caso de riormente no tiene por qué ocurrir, y quizás 10 típico es que no ocurra. Se
quienes aspiran a pertenecer aI grupo. Pero no fueron estudiados en relación
trata, pues, del caso en que antiguos miembros de un grupo 10 convierten
con frecuencia en un grupo de referencia negativa hacia el cual son depen-
24 En este respecto, véase Ia sección sobre "teoria del grupo de referenda y movilídad social"
.lel capítulo anterior. diente.mente hostilee, y no sólo indiferentes. Pues justo porque Ia pérdida o
2" TIIC Dynamics of Prejudice, por Bruno Bettelheim y Morris Janowitz (Nueva York, Harper cl rechazo de Ia afiliación no destruye rápidamente Ia antigua adhesión al
.md Brothcrs, 1950); "Vertical mobility und prejudice: a socio-psychological analysis", por [oseph
(:rc('IIhll1l1l y Leonard I. Pearlin, en CIass, Status and Power, ed. por Reinhard Bendix y Seymour
grupo, puede resultar Ia ambivalencia y no Ia indiferencia. Esto da origen
Murí in Lipset (Glencoe, Illinois, The Free Press, 1953),480-91.
~u "Fricndship as social process: a substantive and mcthodological analysís", por Paul F. • Como esta palabra no figura aún en el diccionario de Ia Lengua espaüola quizás sea opor.
lnzurxfcld y Robert K. Merton, en Freedom and ContraI in Modern Society, ed. por Morroe tuno decir que en el inglés contemporáneo se llaman catécticas Ias cosas, personas, ideas, etc., a que
Ikrgt·r, 'I'heodore Abe1 y Charles H. Page (Nueva York, D. Van Nostrand Company, 1954), 18.M. cl individuo concede una adhesión, valor, interés o importancia singular. [E.]
Para una ampliación de este análisis, véase el trabajo de próxima aparición titnlado "The study of 27 The Social System, por Parsons, 254. Ci. el estudio de 10s procesos ele ajenación o extraãa-
psychological mcchanisms in sociologica1 research", por John W. Riley y Matilda White Riley. micnto cn el capítulo anterior de este volumen, 269-271.
298 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 299
aI que Parsons llama "extrafiamiento compulsivo", en este caso un perdura- hereje, traidor, separatista, desertor, etc. Es difícil encontrar términos popu-
ble y rígido rechazo de Ias normas del grupo repudiado.es lares de tono neutro para denotar el mismo hecho. Los matices de sentido
Así, pues, el ex miembro ambivalente tiene una orientación doble: a en- que distinguen a esas palabras denigrantes de ordinario manifiestan Ia orien-
contrar una afiliación de grupo que sustituya a Ia anterior y a Inchar contra tación subsiguiente del ex miembro hacia el grupo que dejó. El renegado no
su anterior adhesión al grupo a que pertenecíó, Esto puede explicar Ia ten- sólo repudia Ias normas del grupo y Ia afiliación al mismo, sino que se une
dencia frecuentemente observada en esos individuos a sentirse aún más fuer- a Ia oposición. El apóstata sustituye Ias creencias que profesó con otras
temente adheridos al nuevo grupo a que pertenecen que los nacidos en el menos elevadas desde el punto de vista deI grupo. El tránsfuga realiza por
grupo, y, de rnanera correlativa, a manifestarse más hostiles a su grupo ante- interés esas felonías sociales, pues cambia de lealtad no por convicción inte-
rior que sus nuevos compafíeros. Michels es uno entre muchos de los que rior sino con Ia esperanza de obtener ventajas. Pero cualesquiera que sean los
tienen Ia impresión de que cI "renegado" es a Ia vez el más devoto ele Ias afi- matices oprobiosos de esos epítetos, coinciden en implicar que Ia orientación
liados de su nuevo grupo y más hostil aI grupo que dejá que los indivíduos tra- del grupo anterior no es abandonada a Ia ligera, de suerte que el grupo pueda
dicionalmente afiliados a dicho grupo nuevo. El revoluciona rio de origen convertirse en objeto de inferencia. Así como el recién convertido es más
burgués, dice Míchels, es más violento eu su oposición a Ia burguesia que sus realista que el rey, así el ex realista es más republicano que el ciudadano por
compafieros revolucionarios de origen proletario. Si esta impresión resultara nacimiento y crianza.ê"
cierta en Ia práctica, el proceso ele Ia afiliación y Ia conducta relativa a grupo La investigación empírica sistemática sobre Ia conducta relativa a grupo
de referencia que estudiamos aqui pueden ayudar a explicar el efecto doble- de referencia de esas dos clases de no-miembros aún está por hacerse. Mas
mente reforzado: un tipo ele formación de reacciones en que Ia identificación parece haber amplio apoyo teórico para el supuesto de que Ias orientaciones
con 10 nuevo es apoyada por el repudio ele 10 viejo, expresándose arribas cosas lucia grupos a que no se pertenece diferirán esencialmente entre los ex
con afecto desproporcionado. miembros y los que no pertenecieron nunca a Ias grupos en revisión, Pero a
Correlativamente, Ia conducta del grupo repudiado hacia eI antiguo menos que se especifique en esos términos el concepto de no-pertenencia,
miembro tiende a ser más hostil y más acre que Ia seguida con personas que dificilmente podrá formularse el problema mismo.
siempre fueron miem bros de un extra-grupo, o con personas que no pertene- Este esbozo preliminar de atributos de los no-míembros puede bastar
cieron nunca al grupo aunque eran admisibles a Ia afiliación. Tarnbién aqui para dejar sentado el punto de que en teoría no basta con retener el concepto
hay un doble afecto. Por una parte, nace éste de Ia amenaza a Ios valores de no-pertenencia como una categoría residual e implícita mente homogénea.
del grupo repudiados por individuos que antes Ios aceptaban, pues este im- Los no-miembros difieren por su admisibilidad para el ingreso en el grupo,
plica que los antiguos miembros los pusieron en verdad a prueba y los encon- por sus actitudes hacia el ingreso, por Ia estructura abierta o cerrada del grupo
traron deficientes. Esto es simbólicamente más dafiino que Ia oposición a para los individuos que son formalmente admisibles y por su situación previa
clichos valores por indivíduos de un extra-grupo que no vivieron nunca de Cll relación con el grupo actual a que no pertenece. Como esos atributos di-
acuerdo con ellos. Este último caso puede interpretarIo el grupo como as unto ficren conjuntamente, así difieren tam bién el papel social y Ia situación psi-
de mera ígnorancia, cosa difícil de sostener cuando se trata de 1111 antiguo cológica del no-miembro, y con ellos, tal vez, su orientación hacia el grupo
miembro deI grupo. Por otra parte, Ia aceptacíón por el ex miembro de los de referencia a que no pertenece.
valores de su nuevo grupo puede tomarse para simbolizar Ia fragilidad de
Ias lealtades dentro del grupo repudiado. Si puede ocurrir una vez, puede
Problema 1.4. Los concepios de intra-grupo y extra-grupo
ocurrir otra. El ex miembro extrafíado es, pues, símbolo viviente tanto de 1:1
inferioridad imputada a los valores deI grupo como de Ia fragiliclad de sus Resulta evidente, de Ia revisión anterior, que los grupos a que se per-
lcaltades,
I cnece no son 10 mismo que los intra-grupos, ni los grupos a que no se perte-
Quizás no sea excesívo sugerir que cl lenguaje popular registra esta ten- ncce 10 mismo que los extra-grupos, aunque pueda parecer que está implícito
dcncia del grupo a responder con sefíalado afecto a quíenes abandonan Ia afi- 10 contrario en el famoso pasaje de William Graham Sumner que expuso
liación a él. Obsérvese el extenso catálogo de términos sentimentalmente por primera vez los conceptos de intra-grupo y extra-grupo. AI comienzo,
lcüirlos para designar a Jos ex miembros: renegado, apástata, tránsfuga, Snmner habIa primordialmente de "socíedad primitiva", pero, antes de habcr
acabado, tiene que decir casi 10 mismo de sociedades más complicadas:
~H 1-:1tipo de ambivalcncía en que predomina el componente extrafiamicnto 10 describe Parsons
li'" III(,d"siguicnte: " ... cl hecho de que Ia adhesión a otro corno una persona [o como un grupo] :29 Amplio material de casos que cornprueban esta norma puede encontrarse, cn Ia actual escena
v ai l'l'u '""'111:11ivo sca todavia una neeesidad fundamcntal significa que cI ego tiene que defenderse histórica, en Ia conducta de muchos excomunistas convertidos en patriotas norteamcricanos y de Ias
('null;) Ia lcudcncia a expresar ese estado de nccesidad. Por 10 tanto, tiene no sólo que expresar su l'oCOSex patriotas convertidos en comunistas. Esto requeriría estudíos que suplementaran The Ap-
"-"c,,i611 Ilegaliva. sino estar doblemente segnro de que cl elemento conformador no tiene el predo- i 1''':Jrs Df Comnnísm, por Gabriel A. Almond y otros (Princeton, Princeton Uníversity Press, 1954);
miuio Y lu "xpane a tener que inhibir Ia negativa ele nuevo. En consecueneia, su negativa a ajustarse ,olHe csos tipos, véase The Functions of Social Conflict, ele Lewis Coser (Glcncoe, The Free Press,
a Ias expctlali\'as de otro se haee compulsiva". Ibiâ., 25.
1'156),67-72.
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 301
300 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
Disponiendo sólo de los conceptos psicológicos más primitivos, Sumner
... surge una diferenciación entre nosotros, el grupo-nosotros, o intra-grupo, y todos concluyó demasiado pronto y sin justificación que Ia Iealtad profunda a un
10s demás, o 10s grupos-dc-otros, o extra-grupos. Los que pertenecen a un grupo- grupo engendra antipatía (o por 10 menos indiferencia) hacia otros grupos.
nosotros están en una relacíón de paz, orden, derecho, gobierno e industria, entre
Procedente de Ia tradición evolucionista del pensamiento sociológico, con su
si. Su relación con todos Ias extrafios, o grupos-de-otros, es de guerra y pillaje, salvo
que Ia' hayan modificado algunos acuerdos ... insistencia en que Ia sociedad, 10 mismo que Ia naturaleza, Iucha con dientes
La re1ación de combaiierismo y paz en el grupo-nosoiros y Ia de hostilídad y garras, Sumner describió un caso importante pero especial como si fuera eI
y guerra hacia 10s grupos-de-otroe son correlativas entre sí. .. Lealtad aI grupo, caso general. Supuso, y Ia suposición tuvo eco como si fuera una verdad de-
sacrificio por él odio y desprecio para Ias extra fios, hermandad dentro, belicosidad mostrada en numerosas ocasiones desde sus días, que Ia lealtad intensa a un
fuera. todo ello nace junto, son productos de Ia misma situación.êv grupo engendra inevitablemente hostilidad hacia los extra fios al grupo.
La teoría del grupo de referencia que toma en cuenta de manera sistemá-
Siguiendo esta orientacíón, los sociólogos solemos repetir, más bien que tica Ias orientaciones positivas hacia Ias grupos a que no se pertenece puede
comprobarla en sus múltiples implicaciones, esta tesis formulada por Sumner. servir como correctivo de esta conc!usión prematuramente restringida. Intra-
Más bien que considerar eI intra-grupo como esa clase espacial de grupo a grupos y extra-grupos son con frecuencia sub-grupos dentro de una organiza-
que se pertenece y que se caracteriza por Ia cohesión interna y Ia hostílidad ción socialmayor, y 10 son siempre en potencia, ya que una nueva unificación
externa, hemos tendido a seguir Ia práctica, estimulados por Ias ambiguas social puede abarcar grupos previamente separados. Esto quiere decir que así
forrnulaciones de Sumner, de suponer que todos Ias grupos a que se pertenece corno sefíalamos cireunstancias estructurales y situacionales que favorecen Ia
ofrecen Ias características del intra-grupo. Y no están los sociólogos solos eu formación de sub-grupos, también podemos observar, en determinadas cir-
esta práctica. En todas partes se da por sabido que Ia solidarídad dentro deI cunstancias, tendencias hacia Ias integraciones ínter-grupales. No es Ia reali-
grupo fomenta Ia hostilidad hacia los extrafíos al grupo, y a Ia inversa, es dad social, sino nuestras preocupaciones socialmente condicionadas, 10 que
una espiral cumulativa de cohesión interna y hostilidad externa. A primera neva a algunos de nosotros a enfocar Ia atención sobre procesos de diferencia-
vista, y en sus mayores alcances, hay rnuchas cosas que apoyan esta opinión. ción social a costa de olvidar Ios proeesos de unificación social. La teoría deI
EI nacionalismo intenso, como demuestran los anales históricos y como 10 grupo de referencia trata los dos tipos de procesos sociales.
hace sumamente claro Ia vida contemporánea, va acompafíado en forma típica
de hostilidad hacia Ias otras sociedades nacionalistas. Ataques o amenazas de
Problema 1.5. Concebtos de grupos, coleciividsdes y categorias sociales
ataques por una parte y por otra no hacen más que reforzar Ia cohesión de Ia
otra y montan Ia escena para una hostilidad mayor aun hacia el extrafío, Los
La palabra grupo se ha extendido a veces hasta e1 punto de ruptura, y
casos identificables que se ajustan a esta norma de interacción de grupos son
no sólo en Ia teoría del grupo de referencia, por emplearla para designar gran
demasiado numerosos y demasiado notorios para que nadie se permita negar
número de personas entre Ia mayor parte de Ias eu ales no hay interacción
Ia existencia de Ia norma. Pero 10 que puede discutirse, y en realidad está sien-
social, aunq ue comparten un cuerpo de normas socíales. Este empleo vago
do discutido aquí, es que ésta sea Ia única norma que conecte Ia cohesión
se encuentra en expresiones tales como "grupo de nacionalidad" para designar
interna de los grupos y sus relaciones externas, que, en realidad, todos Ios
Ia población total de una nación (en cuanto diferentes de su uso más apro-
grupos de pertenencia operan de Ia manera descrita por Summer.
piado para asociaciones cuyos individuos S011 de Ia misma naciona1idad). No
No es este asunto de lógica, sino cuestión de hecho, Porque, como se ha
ajustándose al criterio de inreraccíón social, esas estructuras sociales debieran
indicado, hay Ia tendencia a suponer que desde eI punto de vista de sus indi-
·diferenciarse conceptual y terminológicamente de los grupos. De acuerdo
viduos todos los grupos son "intra-grupos", y se infiere, en consecuencia, que
con el uso de Leopold von Wiese y Howard Becker, FIorian Znaniecki y
Ios grupos de pertenencia en general presentan el síndrome de conductas de
Talcott Parsons, pueden denominarse colectividadeer» personas que tienen un
Sumner. Pero Ia investigación revela que no es éste eI caso/"
sentido de solidaridad por virtud de compartir valores comunes y que adquie-
30 Folkways, por W. G. Summer, 12-13 (e! subrayado es nuestro). Sumner se refiere después
ren un sentido concomitante de obligación moral para realizar expectativas
al "etnocentrismo" como "'nombre técnico de esa manera de ver Ias cosas en que el grupo de uno de papeles. Todos los grupos son, naturalmente, colectividades, pero Ias colec-
os cl centro de todas Ias cosas, y todos los dcmás SOn medidos y valorados con referencia a él"; alusi6n tividades que carecen deI criterio de interacción entre los individuos no SOB
temprana, pero no desarrollada sistemáticamente, a Ia función de autovaloración de 105 grupos de
referencia, aun en cuanto a terminología. Sumner define el "patriotismo" como "lealtad al grupo grupos. Y no debe considerarse puramente taxonómica Ia distinción: e1 fun-
cívico a que no pertenece por nacimiento u otros vínculos grupales", y el "chovinismo" como el
uombre de Ia "agresividad jactanciosa y truculenta". Todas estas cosas se consideran expresiones pero Ia fijeza conceptual y Ias connotaciones deI concepto de intra-grupo han tendido a obscurecer
distintivas de Ia misma norma general: "cornpaüerisrno" en el intra-grupo y "hostílidad" hacia el este hecho fácilmente observable.
extra-grupo nacen y mueren juntos. 32 Systematic Sociology, por Leopold von Wiese y Howard Becker, capítulo XLII; Social
at Pattcrns, of Social Liie, por Merton, West y '[ahoda, capítulo 8 (anuscrito) demuestra que Actions, por Florian Znaniecki (Nueva York, Farrar and Rinehrart, 1936, 364-65; The Social System,
I" norma de cohesión interna y hostilidad externa es sólo una de Ias varias normas que presentan los de Parsons, 4], 77-78.
H'"POS de pertenencia en sus relaciones con otros grupos. La observaci6n común deja esta fuera,
302 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 303

cionarniento del control social en 10s grupos y en otras colectividades difiere patrones deI grupo como una base para Ia autovaloración; el tipo negativo
a consecuencia de Ias diferencias en Ias sistemas de interacción. Además, Ias cornprende el rechazo motivado, es decir, no sólo Ia mera no aceptación de
colectividades son potenciales para Ia formación de grupos: el fondo común Ias normas, sino Ia formación de contranonnas.
de valores puede facilitar una interacción social prolongada entre partes de Los estudios de grupos de referencia han mostrado una clara teuclencia
Ia colectivídad. ;J enfocarse sobre los grupos cuyas normas y valores son adaptados por deter-
Diferentes de los grupos y Ias colectividades son Ias categorias sociales. minados indivíduos. En consecuencia, el concepto deI grupo de referencia
Tal como Ias identificamos en el capítulo anterior, Ias categorías sociales son negativa tiene que ser todavía un foco de investigación constante. Parece, sin
agregados de situaciones sociales cuyos ocupantes no están en interacción embargo, que promete unificar un amplio campo de conducta social que, a
social. Tienen características sociales idéniicas -de sexo, edad, situación ma- primera vista, parece discreto y completamente desconectado. Como indica
trimonial, ingreso, etc.-, pero no están orientadas necesariamente hacia un Newcornb, dicho grupo conceptualiza normas de eonducta como Ia "rebelión
cuerpo de normas distintivo y común.33 Con situaciones iguales, y en conse- elcl adolescente" contra Ios padres. En el plano psicológico, proporciona un
cuencia con intereses y valores análogos, Ias categorias sociales pueden ser enlace con los conceptos de negativismo y de personalidades negativistas. En
movilizadas para ingresar en co1cctividades o en grupos. Cuando funcionan cl plano sociológico, es un concepto general destinado a sefialar el tipo de
como grupos, los individuos de Ia misma categoría social pueden considerar- relaciones hostiles entre grupos o colectividades en que Ias acciones, actitudes
se como grupos de pares o compafiias de iguales (aunque el uso creó Ia res- y valores de uno dependen de Ia acción, aetitudes y valores del otro con quien
tricción de Ia frase grupos de pares a Ios grupos cuyos individuos tienen Ia está en oposieión. Por ejemplo, Charles Singer, el historiador de Ia ciencia,
misma edad). lia sugerido que aun Ias escuelas más destacadas de medicina de la Grccia
Tras previo examen, pues, puede verse que el concepto de "grupo" de antigua rechazaban el concepto de infección en Ias enferrnedades precisa-
referencia inc1uye,de manera indiferenciada, formaciones sociales de tipos mente porque 10 sustentaban los "bárbaros't.ê" Se ha observado con frecucn-
completamente diferentes: grupos a Ias que se pertenece y grupos a Ias que cia que, de manera muy parecida, muchos norteamericanos rechazarán al
no se pertenece, colectividades y categorías sociaIes. Queda por ver si Ia COB- punto conceptos meritorios en sí mismos, simplemente porque tuvieron Sll
ducta relativa a grupo de referencia difiere según se tome uno u otro de esos migen en Ia Rusia soviética o son ahora populares allí. Parece que muchos
grandes tipos de formaciones sociales como sistema de referencia. En todo rusos haeen 10 mismo con coneeptos rotulados como norteamericanos. Nu-
caso, como veremos, esto plantea el problema de cómo Ia estructura de Ia merosos estudios experimentales de "prestigio negativo" en que una declara-
sociedad favorece Ia selección de otros con quienes Ias individuos están en ción cargada de valores o una verdad ernpíricamente demostrahlc son recha-
asociación real Ç0ll10 grupo de referencia, y cómo, a falta de asociación direc- zados euando son atribuidos a figuras públicas repudiadas, tarn bicn demos-
ta, favorece Ia selección de grupos de referencia entre colectividades o catego- lraron el funcionamiento de procesos parecidos.
rias sociales. Así como se ha desarrollado una teoría psicológica de Ias personalidades
negativas, así puede desarrollarse una teoría sociológica del grupo de referen-
Problema 1.6. Grupos de reierencia positiva y negativa cia negativa que unifique pruebas al presente diseminadas de este fenómeno
cn esferas de conducta muy dispares. La investigación podría arrancar deI
AI examinar Ias diferentes tipos de no-miembros, tomamos nota de pa- hecho importante en teoría de que ciertas actitudes, valores y conocimientos
sada de que algunos de ellos desarrollan, de una manera característica, ambi- que son personal y socialmente funcionaIes, pueden ser rechazados sólo porque
valencia hacia grupos a los que pertenecieron en otro tiernpo. Pero no son cstán identificados con un grupo de referencia negativa. Esa investigación
sólo los grupos a los que no se pertenece los que funcionan como grupos de .haría progresar nuestro conocimiento del problema básico de Ia condiciones
referencia negativa; también puede ocurrir 10 mismo con grupos a los que eu que los individuos y los grupos siguen practicando una conducta que es
se pertenece. Ya en 1943, en su clásico estudio sobre Ia asimilación de valores clisfuncional para ellos. Tenc1ría el mérito claro pero colateral de contribuir
por estudiantes de colegio universitario.t- Newcomb indicó que Ias normas a ampliar el foco de Ia investigación y Ia teoría sociológicas, tan interesa-
de un grupo de referencia pueden ser rechazadas, y después distinguió, deun das ahora en Ias condiciones que favorecen Ia conducta funcional, a Ias que
modo más analítico, grupos de referencia positiva y negativa." El tipo posi- favorecen Ia conservacián de tipos disfuncionales de conducta en Ia sociedad.
tivo comprende Ia asimilación motivada de Ias normas del grupo o de los El examen que precede de los conceptos de grupos, de pertenencia o no- .
:13 Para Ia distinci6n entre "ígnal" y "común" véasc Society, por R. M. MacIver y C. H. Page pertenencia, de intra y extra-grupos, de colectívidades y categorías sociales, y
(Nucva York, Rinehart and Company, 1949), 32~33. ele grupos de referencia positiva y negativa, está destinado a ayudar a aclarar
34 Personality and Social Change, por Theodore M. Newcornb (Nueva York, Dryden Press,
1943) . algunos de 10s conceptos más generales de Ia teoría del grupo de referencia
:15 Social Psychology, por Theodore Newcomb (Nueva York, Dryden Press, 1950), 227; tam-
bién el estudío de Neweomb en An Outline of Social Psychology, de Muzafer Sherif (Nueva York, 36 Citado en Science Since 1500, por H. T. Pledge (Londres, H. M. Stationcry Office, 1939),
I,Iarpcr and Brothers, 1948), 139-155. 163.
304 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

ya plantear problemas para ulterior investigación. También fueron reexarni- GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 305
nados últimamente conceptos relacionados con componentes más específicos guar sobre Ias mecanismos sociales y psicológicos por Ias cuales Ia estructura
de Ia teoría, como resultará evidente por Ia revisión que sigue de problemas de social y cultural norma sistemáticamente Ia selección de individuos de refe-
contenido y de método. rcncia de.ntro de un grupo de referencia.
El indivíduo de referenda ha sido descrito con frecuencia como un mo-
Selección de grupos de referenda: Determinanies delo del papel. Pero, como implican Ias palabras mismas, el supuesto de que
sean cosas conceptualmente sinónimas obscurece una diferencia fundamental
EI alcance y los objetivos de Ia teoría del grupo de referencia fueron des- cn Ias materias a Ias cuales se refieren respectivamente. La persona que se
critos cn cl capítulo anterior en relación con Ia sistematización de "Ias deter- identifica con un individuo de referencia tratará de aproximarse a Ia conducta
miuantcs y las consecuencias de Ios procesos de valoración y de autoestirna- y valores de aquel individuo en sus diferentes papeles sociales. EI concepto
ción eu quc los individuos toman como sistema comparativo de referencia de modelo del papel puede tomarse en un sentido más restringido que denota
los valores y Ias normas de otros individuos y otros grupos". Como hemos una identificación más limitada con un individuo sólo en uno o en unos
visto, estc enunciado debe ampliarse hasta abarcar sistemas de referencia pocos papeles seleccionados. No hay duda de que el modelo de un papel
tanto normativos como comparativos. Pero en otros respectos, el enunciado puede convertirse en indivíduo de referencia si se adoptan para emularIos sus
puede dejarse intacto como formulación sinóptica de 10 que está implícito múltiples papeles, en vez de permanecer Ia emulación limitada al papel a
en este campo de investigación. En particular, Ia distinción entre determi- base deI cual se estableció Ia relación psicológica inicial. Así como Ias papeles
nantes y consecuencias necesita ser conservada, porque aun cuando unos y pueden ser segregados uno de otro en el curso de Ia interacción social, así
otras son dinámicamente interdependientes, cada uno de ellos tiene su con- pueden serlo en Ia forma de orientaciones de referencia, La emulación de un
junto característico de problemas teóricos. Análogamente, es necesario dis- igual, de un padre o de una figura pública puede restringirse a sectores limi-
tinguir entre indivíduos de referencia y grupos de referencia a fin de descubrir t ados de su conducta y sus valores, y esto puede definirse útilmente como
finalmente Ia naturaleza exacta de los mecanismos que los relacionan. .idopción de un modelo deI papel. Pero Ia emulación puede extenderse a un
conjunto más amplio de conductas y valores de Ias personas que pueden
./ dcíinirse como individuos de referencia.
Problema 2. Selección de grupos de referencia y de. individuos de referenda La distinción conceptual engendra el problema de los procesos que fava-
reccn Ia selección de personas como modelos de papeles o como individuos
Desde que Ia frase "grupo de referencia" fue introducida por Hyman, Ios de referencia. Decir que en el primer caso tiene lugar una identificación
científicos sociales adoptaron Ia convención terminológica de incluir en ella parcial y en el segundo una identificación plena no es más que plantear el
Ia conducta orientada hacia grupos y hacia individuos particulares. Esta desig- problema en un lenguaje un poco diferente, y no resolverlo. Las circunstan-
nación elíptíca fue adoptada evidentemente con propósitos de brevedad; Ia tias que favorecen Ia identificación total o Ia identificación parcial están aún
frase "grupos de referencia e individuo de referencia" hubiera sido, simple- por descubrir. Las normas de interacción social, por ejemplo, pueden poner
mente, demasiado embarazosa y pesada para sobrevivir por mucho tiempo. limites a Ia mera posibilidad de seleccionar a ciertas personas como indivíduos
Pero sean cuales fueren Ias razones de Ia expresión abreviada, Ia terminología ele referencia. Si Ia interacción es segmentaria y limitada a ciertas relacio •..
misma tendió a fijar Ia definición de problemas por los científicos sociales (se- IlCS de papeles, esta por si sólo no permitiria más que Ia creación de un mode-
gún el modo sefialado con más generalidad en el capítulo n, 92). La inves- Io de papel y no de un individuo de referencia más amplia (salvo en Ia fan ...
tigación y Ia teoría han tendido a enfocarse sobre los grupos de referencia con t .rsía}. Pero Ia identificación parcial en relación con el papel de uno puede
olvido relativo de Ias indíviduos de referencia. motivar Ia busca de un conocimiento más extenso de Ia conducta y los valores.
Debe sugerirse desde el comienzo que Ia selección de individuos de refe- del modelo del papel en otras esferas. Este tipo de proceso parece estar imo.
rencia tal vez no es más idiosincrática que Ia selección de grupos de referencia. plicíto en el interés familiar y general por Ias vidas privadas de figuras públi-
Casi independientemente de su procedencia, Ia teoría sociológica sostiene que cas que sirven de modelos de papeles para muchos. La identificación parcial
Ia identificación con grupos y con individuos que ocupan determinadas situa- cem héroes de Ia cultura del pasado y del presente puede Ilegar a ser plena
ciones no ocurre al azar, sino que tiende a ser normada por Ia estructura identificación, engendrando así un interés activo por su conelucta y sus va-
circundante de relaciones sociales consagradas y por Ias definiciones cultura- lores, muy alejados del papel en que alcanzaron Ia prominencia. Los biógra-
lcs que prevalecen. Uno entre muchos ejemplos de este fenómeno 10 propor- fos, los editores de revistas para aficionados entusiastas y Ias "periodistas de
ciona Ia exposición que hace Malinowski del modo en que Ias identificaciones chismorreos" medran por esta supu esta tendencia de Ias modelos de papeles
y Ias hostilidades deI complejo de Edipo son moldeadas por Ia organización a convertirse en indivíduos de referencia.
de papeles en Ia estructura de Ia familia. Pero aún queda mucho por averi- Pistas valiosas de los determinantes de Ia selección de individuos de
rcferencia pneden conseguirse estudiando series de individuos de referencia
306 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 307

seleceionados por Ios mismos individuos. Probablemente, habrá cambios defi- como sistemas de referencia para Ia autovaloración y Ia adopción de acti-
f( nuan
nidos en 10s individuos de referencia y en los modelos de papeles al pasar Ias y en quê circunstancias suministran los extra grupos o Ia no pertcnencia el
f lides,
personas por una serie de situaciones durante su vida. Esto implicaria tarn- mtcma de referencia requerido? (Página 238.)
bién que gran parte de esa selección no es idiosinerática, sino que está nor-
mada por Ia sucesión de aeontecimientos reales, previstos o deseados, estruc- Es evidente que estas formulaciones anteriores estaban destinadas a
turalmente determinados y estadísticamente frecuentes. Esos estudios evolu- montar Ia eseena para el problema de interpretar teóricamente los deterrni-
tivos y Ias comparaciones estructurales en un momento determinado servirán nantes sociales, culturales y psicológicos de Ia selección entre el gran poten-
para ampliar nuestro muy imperfecto conocimiento de Ios determinantes de cial de grupos de referencia. Giran en torno del problema general de iden-
Ia se1eeción de indivíduos de referencia y de modelos de papeles. Iificar Ias fuerzas y Ias contextos que favorecen Ia selección ya de grupos aIos
Un problema correlativo se plantea en Ia seleceión de indivíduos de refe- que se pertenece o ya de grupos a los que no se pertenece como sistemas de
reneia en el media, en el ambiente social inmediato constituido por Ias rela- rcferencia significativos, problema que sigue siendo central para Ia teoría deI
ciones sociales en que el indivíduo está directamente comprometido.ê? y en grupo de referencia.
Ia socíedad en general, incluso figuras públicas con Ias que no hay interacción En contraste con otras partes de Ia teoría en desarrollo, esta parte recibió
social directa. La estructura de 10s medios sociales varía evidentemente: por relativamente poca atención en los últimos anos. Se han hecho muchas inves-
ejemplo, unos tienen una estructura bastante estable con relaciones sociales ligaciones para identificar Ias circunstancias que favorecen Ia elección de
duraderas entre Ias mismas personas; otros pueden tener una estructura rela- 11110S más bien que de otros grupos a que se pertenece, como veremos en breve,
tivamente inestable y muchos y rápidos cambios de personas. Y como observá pcro pocas para identificar Ias circunstancias que favorecen Ia elección de
Otto Fenichel, esa rápida renovación, muchas veces con efectos subsiguientes grupos a los que no se pertenece. Pero el trabajo realizado tiende a confirmar
sobre Ias normas de Ias relaciones socia1es, puede "hacer imposibles identifi- conjeturas o hipótesis previas y a plantear problemas nuevos.
caciones duraderas"." También puede mover a personas que no tienen indi- Una de esas conjeturas (que, en todo caso, hace progresar muy poco Ia
viduos locales de referencia a fijarse en figuras más lejanas con quienes se materia ) dice que Ias indivíduos "movidos a afiliarse a un grupo" tenderán
identifican. a adoptar los valores de ese grupo al que no pertenecen. (Página 258.) Esta
Es manifiesto, que estas pocas observaciones no hacen más que bordear hipótesis limitada fue ampliada posteriormente por Eisenstadt, quien descu-
el cúmulo de problemas que se plantean en esta parte de Ia teoría deI grupo bre, entre una muestra de inmigrantes en Israel, que Ia selección de grupos
de referencia. No dicen nada, por ejemplo, de Ia cuestión de si Ia identifica- de referencia está gobernada en gran parte por Ia capacidad de cierto gru-
ción con un grupo de referencia se hace necesariamente por intermedio de Ia pos de "conferir cierto prestigio en relación con Ia estructura institucional de
identificación con individuos de aquel grupo. Pero 10 dicho puede bastar para la sociedad'Lê" En Ia medida en que Ia concesión de posición social repre-
indicar que Ias distinciones entre modelos de papeles, individuos de referen- senta una base importante para Ia selección de grupos a Ias que no se per-
cia y grupos de referencia contribuyen a plantear un conjunto distintivo de lenece, Ia estructura social, que asigna diferentes grados de prestigio y auto-
problemas para Ia investigación. ridad a los grupos y que determina el grado de accesibilidad a el1os, tenderá
a normar esta selección para los indivíduos diferentemente situados en Ia
sociedad.
Problema 3. Seleccion entre grupos de referenda potenciaies. Grupos a los
que se pertenece contra grupos a los que no se perienece Se ha conjeturado, además, que los "aislados" dentro de un grupo pue-
den estar particularmente dispuestos a adoptar los valores de grupos aIos
Los grupos de referencia son, en principio, easi innumerables: todos los gru- que no pertenecen como sistemas normativos de referencia. (Páginas 271-2.)
pos a que uno pertenece, y éstos son relativamente pocos, así como Ias grupos aIos Esta hipótesis también fue desarrollada después por B1au, quien sugiere que,
cuales uno no pertenece, y éstos son, naturalmente, legión, pueden ser puntos de e11 particular, Ias personas socialmente no móviles "que están relativamente
rcícrcncia para moldear Ias actitudes de uno, sus vaIoraciones y su conducta. aisladas" comprenden "el trepador social, el indivíduo que adopta el estilo
(l'úgil1<1238.) de vida de una clase más prestigiosa a Ia que no pertenece, y el individuo
~En quê circunstancias Ios asociados en Ias grupos a que uno pertenece se dcsengafíado de Ia élite, el individuo que adopta Ia orientación política de una
:17 "Me esforcé por sugerir, en un cstudio sobre esta mate ria, que Ia investigación sociológica y c1ase menos poderosa que Ia suya".40
,,, r'iopsicológica reciente "concedió gran importancia aI medio, en cuanto diferente de Ia estrnetura Finalmente, en este breve repertório de hipótesis, se ha sugerido que los
',,"'jaJ :,;clIcral, aI tratar deI ambiente soial de Ia conducta humana". Véase "Session 2" en New
1','r'I,,'dil'cs for Research in Juvcnile Delínqucncy, dirigidas por Witmer y Kotinsky, 25 ss, Algunas
"1,,,{'rvaciollCSpenetrantes sobre algnnos problemas que plantea esta práctica se encontrarán en "The 39 "Reference graup behavior and social integration: an explora tive study", por S. M. Eisenstadt,
ddiJlil iun aud mcasurernent of ambienccs", por Theodorc Caplow, en Social Forces, 1955, 34, 28-33. ('J\ Amencan Sociological Review, 1954, 19,175-185, en 177.
:IK 1':lI SII tratado Thc Psycho-analytíc Theory of Neurosis, de título dcsorientador por ser excesi- 40 "Social mobílity and interpersonal relations", por Peter M. Blau, en Amcrícan Socíological
vnuu-utc- rcst rictivo (Nueva York, ,V. ,V. Norton and Co., 1945), 505. Review, 1956, 21, 290-95, en 291.
:(JS ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 309
xrxtemas sociales con proporciones relativamente altas de movilidad social teu- que no se pertenece como grupos de referencia, sólo un estudio comparativo
.Icrán a favorecer Ia orientación frecuente hacia grupos a los que no se perte- así permitirá a Ias sociólogos escapar de los límites culturalmente seüalados
IIcce como grupos de referencía. (Página 268.) Porque es en esas sociedades ele generalizaciones que pueden no reconocerse como aplicables de hecho sólo
donde serán frecuentes Ias aspiraciones a subir a otros grupos y estratos y don- a ciertos tipos de sistemas sociales. Esta consideración, que es afín, por su-
de será funcional Ia socialización anticipadora. Por 10 menos un estudio es puesto, a un campo mucho más dilatado de problemas sociológicos, tiene
congruente con esta suposición. Stern y Keller exarninaron los grupos de particular fuerza para Ia teoría deI grupo de referencia que, hasta muy recien-
referencia espontáneamente seleccionados por una pequena muestra de Ia temente, se ha desarrollado de manera casi exclusiva en los Estados Unidos.
poblaci6n francesa y encontraron que ofrecen pocas pruebas "de orientaci6n Esta circunstancia de historia intelectual podría introducir fácilmente un sesgo
bacia grupos a que no se pertenece", Observan después que, respecto del con- cumulativo en Ios resultados si Ia tendencia no fuera contrarrestada por estu-
texto estructural de esa norma de selección, "una de Ias características de 1:1 dios comparativos de Ia conducta relativa a grupo de referencia en contextos
sociedad francesa es Ia inmovilidad relativa de Ios grupos sociales. Investiga- culturales completamente dispares.
ciones análogas emprendidas en otros sistemas sociales pueden dar resultados
diferentes. Los nuestros debieran comprobarse en una sociedad donde baya
menos tradicionalismo que en Francia, y donde Ia movilidad social ascen- Problema 4. Selección de grupos de referencia entre grupos
dente sea más frecuente. Si tomásemos una sociedad como Ia de los Estados a los que se pertenece
Unidos, en que Ias necesidades básicas son satisfechas de manera más amplia,
quízá Ia norma de Ia conducta relativa a grupo de referencia sería totalmente .. .Ia teoria y Ia investigación deben pasar a estudiar Ia dinámica de Ia selec-
diferen te" .41 ción de grupos de referencia entre Ios diferentes grupos a que pertenece el indiví-
duo: .;Cuándo se orientan Ios indivíduos hacia otros de su grupo ocupacional, o
Aunque estamos aún a considerable distancia de contar con un conjunto dc sus grupos de simpatía, o de sus grupos religiosos? ~Cómo podemos caracterizar
de hip6tesis te6ricamente formuladas y empíricamente comprobadas sobre los Ia esiructura de ia situación social que neva a una y no a otra de Ias diferentes
determinantes de Ia selecci6n de grupos a los que no se pertenece como gru- afiliaciones de grupo que son tomadas como Ios contextos significativos? (Página
pos de referencia, se ha aprendido 10 suficiente para sefialar los contornos de 239.)
nuevas investígaciones. Las normas concretas de Ia conducta relativa a grupo Se ha indicado repetidamente en páginas anteriores que el enfoque dis-
de referencia probablemente varían de acuerdo con Ios tipos de personalidad tintivo de Ia teoría de grupo de referencia 10 brinda eI hecho de que los indi-
y Ia posición social de los que presentan esa conducta y con el contexto estruc- viduos se orientan con frecuencia hacia grupos que no son el suyo para dar
tural dentro del cual tiene lugar. Las investigaciones sobre Ias diferencias forma a su conducta y valoraciones. Es distintivo en el sentido de que Ia
de personalidad en dicha conducta fueron previstas en estudios actuaIes, pero teoria sociológica ha tendido hasta fechas muy recientes a centrarse sistemá-
aún son insignficantes. Se presta nn poco más de atención a Ias diferencias ticamente sobre Ias influencias ele los grupos en sus individuos y a tomar en
de posíción en relación con Ia conducta concerniente a grupos de referencia, cuenta sólo por accidente Ias influencias de los grupos a que no se pertenece.
particularmente en relación con individuos aislados e integrados de grupos y Esta está muy lejos de querer decir que los grupos a que no se pertenece
CI1 relaci6n con personas móviles o estacionarias en Ia sociedad. constituyen el enfoque exclusivo para Ia teoría deI grupo de referencia. Sin
Particularmente instructivos son Ios comienzos de estudios comparativos embargo, Ia transferencia indicada de Ia importancia de unos grupos a otros
sobre diferentes sociedades destinados a descubrir en qué afectan diferentes puede tomarse fáciImente como expresión de que sólo los grupos a que no se
contextos estructurales Ias proporciones y la distribucíón de normas identifi- pertenece son de alguna importancia para Ia conducta relativa a grupo de
cables de conducta relativa a grupo de referencia. Estudios como los de rcferencia.s" confusión que nunca será dísipada demasiado pronto.
I';iscllstadt y los de Stern y KeIler, que hemos citado, y como el de Mitchell.w En realidad, desde luego, el gran volumen de trabajo en este campo sigue
pucdcn ser convenientemente ampliados para tomar en cuenta nuevos proble- cnfocándose sobre los determinantes y Ias consecuencias ele tomar Ias normas
111:lSteóricos de Ia clase que revisamos, y pueden reproducirse en otras socie- y los valores de grupos a Ias que se pertenece como sistemas de referencia
d:l(lcs cstratégicamente seleccionadas para suministrar un análisis en verdad norrnativa y comparativa. En parte, sigue siendo este el enfoque de Ia inves-
(,(lIl1parativo de Ia conducta relativa a grupo de referencia. Específicamente, tigación a causa deI hecho general mente reconocido de que son los grupos
;11 11:lI:lI cl problema de Ias circunstancias en que se seleccionan grupos a Ios a que uno pertenece los que con más frecuencia y más notoriamente afectan
SI! conducta, En menor grado, este enfoque es consecuencia de Ia dificultad
·11 "Spoutaneous group refercnces in France", por Eric Stern y Suzanne Keller, en Public
('/';11;"" ~!""rtcrly, 1953, 17,208-217, en 216-17.
gcneral y sustantiva de idear instrumentos apropiados de investigación que
~~ V{o'IS" cl documento de trabajo titulado "The African middle classes in British Central
1\/111"", I"'·p" r"do por J. Clyde MitcheIl para Ia Vigésima Novena Sesi6n de Estndio deI Instituto 43 Reference Group Theory and Voting Behavior, 30 ss., por Norrnan Kaplan, lIam a en forma
11I1r·tIlu'·lollal de Civilizaciones Diferentes, Londres, septiembre de 1955, 13-16, en el que examina decidida Ia atenci6n hacia el juicio de que el enfoque exclusivo sobre los grupos a que no se perte-
lu "1'"1 1c161l de cnropeos como un grupo normativo de referencia para los indígenas africanos. ncce estaría lisa y lIanamente injustificado.
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 3.1 I
310 ESTUDIOS SOBlU': ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
l11uy respetadas y poco perfeccionaclas durante dos generaciones o más.v' Mas
identifiquen de maucra adecuada Ia influencia de los grupos sobre quienes
por Ias indicios actuales, Ias clasificaciones de grupos y Ias que vinieron des-
no pertenecen a cllos, Pero cualesquiera que sean Ias razones, es Ia selección
entre grupos a que se pcrtenece Ia que sigue atrayendo Ia atención de quienes
pués están todas destinadas a ser precursoras de otras más exigentes y más
viables teórieamente que aún tienen que ser establecidas. Hay cierto mérito
estudian Ia C01\<!Ilc!:1relativa a grupo de referencia y es Ia estructura teórica
de este problema 10 que exige un examen detallado. en especificar Ia ignorancia como un preludio del ataque concertado contra
problemas todavía no resueltos pero claramente importantes. Para algunos
Las cucxl ioucs anteriores sobre Ia dinâmica de Ia selección entre grup05
propósitos, resultó útil trabajar con clasificaciones actuales como Ia de grupos
a que se ]lnlclll'l'c, por pertinentes que sean, no fueron enunciadas en Ia for-
primarios y grupos secundarios, intra-grupos y extra-grupos, grupos antagô-
ma cxp!í(' iI:1 <I"e manifieste el carácter del problema teórico. No quiere esta
nicos, grupos en conformidad, "grupos pequenos" (clasificados por el número
dccir qll(, I:I~,cucstiones implican, pero no sistematizan, Ias problemas compo-
de sus indivíduos en díadas, tríadas, etc.) y, probablemente, "grupos gran-
IlCIlI('S (I"e .Icbcn plantearse para poder encontrar Ias soluciones sustantivas
eles", asociaciones y comunidades. Pero es evidente que esto sólo constituye los
11I('/('ldic;),;. Cada uno de esos problemas componentes necesita ser formulado
cornienzos de clasificaciones teóricamente derivadas que son adecuadas para
Y ('x;llIlill:ldo por sí mismo para poder percibir sus inter-conexiones.
llenar Ia necesidad de analizar c1 funcionarniento de Ias estructuras de grupo.
EI problema de hacer clasificaciones adecuadas de grupos existe hace ya
Problema 4.1. Clasifícación de Ias tipos de grupo« a que. se perteiiece mucho tiempo, desde luego, y llarnó Ia atención de una larga línea de obser-
vadores sociológicos desde Aristóteles hasta nuestros días. Aunque esos nu-
lus cucstiones acerca de cuáles de los grupos a que se pertenecen son selec- merosos intentos difieren en otros respecto, los mejores ele ellos coinciden
ciunudos como grupos de referencia (como Ios sefíalados en Ia exposición cn el requisito lógico fundamental de que una c1asificación eficaz no debe
clcl problema 4) suponen evidentemente que hay diferentes clases de grupos ser mera y toscamente descriptiva de "tipos" observados, sino que se derivará
:1 los quc se pertenece, pero no afrontan en forma explícita el problema aún ele combinaciones de valores de determinadas propiedac1es de grupO.45 El pro-
110 rcsuelto de formular una clasificación metódica de los tipos. La taxono- blema decisivo es, por supuesto, el de identificar Ias propiedades de grupo
mí» está lejos de ser toda Ia teoría sociológica, pero es una parte indispensable teóricamente estratégicas que sirven de manera para diferenciar el funciona-
de clla. Cuando examinamos el estado actual de Ia teoría sociológica en miento de cada tipo resultante de grupo del de los demás.s" Un amplio in-
matcria de conceptualización y clasificación de Ias tipos de grupos, tenemos
que concluir, lamentándolo mucho, que aún no ha aparecido un Linneo o 44 En su inventaria de conccptos sociológicos de 1932, Earle E. Eubank pudo reunir trcinta V
1l11CVC clasificaciones diferentes de grupos, unas basadas sobre Ia estructura, otras sobre Ia función,
un Cuvier sociológico. No habiendo tenido lugar acontecimiento tan deci- y otras más sobre Ia natnraleza de Ias relaciones socíales existentes. Y en vista de 10 que yo describi
sivo, puede, sin embargo, ser útil l1amar Ia atención, una vez más, sobre Ia como el reciente "redescubrimiento dei grupo primario", considércsc 10 que tuvo que dccir Eubank
importancia teórica y Ia situación actual del problema de clasificar sistemá- acerca de Ia publicación en 1926 dei libra de B, Warrcn Brown titulado Social Groups: "Este librito
cs una prueba tangible deI hecho de que cl grupo fue descubierto, o más exactamcnte re-dcscubierto,
ticamente los tipos de grupos. eu aííos recicntes. En su nuevo papel y con sus nucvas implicacíones se convierte no sólo en el
El enunciado del problema 4 puede considerarse como un ejemplo razo- concepto central dc Ia categoría de forma socialitaria, sino en el conccpto central de Ia Sociología
C1\general. Revela que en un sentido nuevo, sentido mucho más importante que anteriormente, Ia
uablemente típico de insuficiencia teórica, y puede, en consecuencia, contri- ~;ociología se convirtió cn 'Ia ciencia del grupo', Pcro, Zqué es este grupo, este 'algo' rcdescubicrto
buir a formular de nuevo e1 problema de Ia clasificación. AI referirse ilustra- que se está indicando como nucstra piedra angular sociológica?" Eubank, The Concepts oi Sociology
tivamenie a grupos profesionales, de simpatía y religiosos, el enunciado pre- (Nueva York, D. C. Heath and Company, 1932), 132-168, y para ]a obscrvación citada, 134, COl!
Ia expcriencía, si no neeesariamente eon Ia sabiduría, adquirida mediante una reflexión tardia, sólo
senta Ia práctica que prevalece entre los sociólogos de adoptar listas sustan- pucde esperarse que el rcdcscubrimiento más reciente resulte más procluctivo y de mayores consc-
Iivas de grupos tal corno se denominan en eIlenguaje popular. La lista puecle cucncias que cl que saludó entusiastamente Eubank hace una generaeión.
45 Sorokin vio y enunciá este requisito con claridad meridiana en su Society, Culture, and Per-
a 111 pliarse, y se amplió, hasta formar una larga lista alusiva: sindicatos obre- $onality, 159-63, como 10 hizo Parsons en su primordial nota sobre los conceptos de Gemeinsehaft
ros y logias; hermandades masculinas y femeninas y cofrac1ías en general; y Gese/lschaft, pp. 686-94 de T'he Structure of Social Action. CaJifieo Ia nota de "primordial" por-
que, según todas Ias apariencias, este análísis de Ias relaciones concretas seííalado por Tônnies y
p.mdillas, carnarillas y grupos de amigos; grupos étnicos, profesionales, recrea-
Weber es Ia fuente de Ia clasificación que después hizo Parsons de "variables de normas". Éstos
Iivox, políticos, religiosos, de parentesco y educativos, etcétera, etc., en una no son más que dos de los muchos estudios sobre Ia materia que examinamos, como se indica en Ia
lisl:1 IIIny larga limitada sólo por Ia multiplicidad de grupos y palabras co- nota siguiente.
46 Entre Ias numerosas formulaciones deI problema y los esfuerzos consiguicntes para porierlo
Ili('1li cs en Ia soeiedad. Mas parece que listas como ésa no tienen ningún cn marcha, véanse "Some problems of graup classification and mcasurernent", por George A. Lund-
p:1nx-ido notable con una c1asificación teóricamente fundada. berg, en Ameriean Sociological Review, 1940, 5, 40-55; "Constructive typology in social sciences",
Con csas listas descriptívas de grupos se cruzan numerosas y diferentes cstudio muy oportuno de Howard Becker en American Sociological Review, 1940, 5, 40-55; Ios
numerosos trabajos de R. M. Stogdi!l, entre ellos en particular "The organization of working rcla-
c1asifi('aciones --muchas en forma de dicotomías- basadas sobre uno o más tionships: twenty sociometrie índices", en Sociometry, 1951, 14, 336-373, y "Leadcrship, mcmbership
cri Icrios. Tal corno se mide el tiempo en Ia todavia breve historia de Ia socío-. and organization", en Psychological Bulletin, 1950, 47, 1-14; y del mismo laboratorio de "estudias
10gb moderna, algunas de esas c1asificaciones han llegado a ser venerables, sobre liderato" de Ia Universidad ele! Estado de Ohio, SituationaI Factors ín Learclership, por Jolm
312 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 313
tento de realizar precisamente esto fue expuesto por P. A. Sorokin 47 con una fronteras confusas que sólo pueden identificarse mediante investigación sis-
clasificación resultante que espera más uso sistemático en Ia investigación temática, hasta los que tienen procedimientos claros y formuIizados de "ad-
actual.
misión", Esta propiedad probablemente se relaciona con otras propieda-
En contraste con el acuerdo sustancial entre los sociólogos de que Ias des de grupo, tales como los modos de control social. Si Ia pertenencia a un
clasificaciones estratégicas de grupos deben Ilenar el requisito lógico de nacer grupo no se define claramente, tal vez se acentuaría el problema de ejercer
de cornbinacioncs de propiedades de grupo, hay un amplio desacuerdo acer- un controI efectivo sobre los que se consideran sólo miembros nominales o
ca de Ia cucstión sustaniiva de qué propiedades de grupo suministran Ia periféricos del mismo; Ia orientación hacia Ios requisitos deI papel de miem-
base para «l.isificaciones más instructivas. Puesto que el problema sustan- bros sería incierta e indefinida. Debe advertirse que esto se enuncia como
tivo C~1;'1 I; III ClI baga, puede ser útil revisar brevemente una lista provisional una propiedad del grupo, no como diferencias idiosincráticas de definiciones
de propiccladcs de grupo que se ha visto, tras Ia inspección y el análisis de dadas por individuos particulares. EI grupo puede tener criterios de admisión
esc/itos sociológicos 48 que tratan de grupos y organizaciones que constituyen claramente definidos y fácilment reconocidos, o pueden ser vagos y difíciles
propirdadcs teóricamente importantes de Ia estructura de grupo. Decir que de identificar por individuos deI grupo o por individuos de Ia sociedad circun-
Ia Si;;lIicllte lista no es más que un borrador incompleto -o, para dar una dante no pertenecientes a él.
dcíiuición más exacta, "el borrador de un borrador"---, es decir Ia verdad, 2. Grado de vincuiaciôn de los individuos con el grupo: Esta propiedad
pcru Cl1 el curso aún no fijado del desenvolvimiento teórico, puede tener se refiere aI alcance y Ia intensidad en que los individuos deI grupo están com-
alguna utilidad, a pesar de todo.
prometidos con él. En un extremo, están los grupos que abarcan y regulan
los sentimientos y Ia conducta de Ios individuos casi en toda su personalidad
Problema 4.2. Lista provisional de propiedades de grupo y sus papeles, estos grupos pueden definirse, con intención no denigrante,
como "grupos totalitários". En e1 otro extremo, los grupos abarcan y regulan
1. Claridad o vaguedad de Ias definiciones eociales de pertenencia a un gru- sólo un sector limitado de Ias personalidades y los papeles de los míembros;
po: Los grupos difieren ampliamente en el grado de claridad con que puede éstos se definen como "grupos segmentarios".
dcfinirse Ia pertenencia a ellos, y van desde algunos grupos informales con Está concebido esta no como Ias actitudes y Ia identificación con el
grupo que cada miembro individual tiene, sino como una propiedad del gru-
K. lIcmphíll (Columbus, The Ohio State University, 1949), especialmente el capítulo 3 sobre po: Ia medida en que el grado de vinculación con el grupo es prescrito
"group description"; para una serie más de trabajos y una exposición metódica deI problema, The
Language Df Social Research, dirigido por P. F. Lazarsfeld y M. Rosenberg, Sección IV; Organiza- normaiivamenie y realizado efectivamente. Este concepto general fue, desde
tioll and the Individual, por E. Wíght Bakke (New Haven, Yale University Press, 1952); una con- luego, utilizado con frecuencia en sociología: en una sociedad compleja, el
fccci6n sistemática de escalas para medir Ias dimensioncs de los grupos pueden encontrarse en Socio- individuo normalmente desempena una gran variedad de papeles diferentes,
logical Studies in Scale Allalysis, importantes y cumulativas investigaciones de Matilda White
Rilcy, [ohn \V. Rílcy, [r., Jackson Toby y colaboradores (New Brunswick, Rutgers University cada uno de los cuales afecta sólo a una parte pequena de su personalidad
Prcss, 1954); Y "On the classification of graups", por Edgar F. Borgatta y Leonard S. CottrelJ, J L. total; en sociedades menos diferenciadas, Ia afiliación al grupo tiende a afec-
en Sociomctry and the Science oi Man, 1955, 18,409-422, que ernpieza con el enunciado del pro-
blcma en estudio: "Aun cuando se suponga que cicrtas eolectividades son grupos y otras no, y que
tar a una parte mucho mayor de Ia personalidad de cada individuo. Parece
hay una diferencia de clase, cuando se hace cl intento de especificar Ias diferencias, IlOS encontramos probable que cuantomayor es el grado culturalmente definido de vincula-
cstudiando varíables por Ias euales podrían ordenarse todas Ias coIcctividades, y de acuerdo con Ias ción con el grupo, mayor es Ia probabilidad de que sirva como grupo de
cnalcs podrían c1asifiearse de diferentes maneras para distintas finalidades. Así, Ia cuestión deja
de ser si un agregado es un grupo o IlO 10 es, para dar lugar a otra concerniente aI grado en que
referencia respecto de valoraciones y conductas diversas.
dicho agregado está caracterizado por un complejo específico de variabIes que se supone que SOn 3. Duración real de Ia perienencia al grupo:
componentes de Ia 'agrupacíón'. Esta formulación apunta hacia Ia necesidad de identificar Ias 4. Duraciôn esperada de Ia pertenencia al grupo: Aunque estas dos pro-
variublcs componentes críticas pertinentes cn relaeión con Ias cualcs toda agrupación de personas
pucda ser estimada y, en cualquier momento dado, cIasificada." piedades pueden variar en forma independiente, están relacionadas entre si
4. Sorokin, 01'. cit., capítulo 9: "Classiíication of Organized Croups." No resumimos aqui esta
d""ificación nluy conocida; pucde ser examinada fácihnente con un ojo puesto sobre Ia medida cn
y pueden ser estudiadas al mismo tiempo. Se refieren, respectivamente, a Ia
duración real de Ia afiliación aI grupo y a Ia expectativa normada de dura-
(1"(' 1:1'propicdadcs de grupo que cntran en esa c1asifieación coinciden en parte, o son idênticas, COIl
ull:lll1as de Ias registradas provisionalmente en Ias páginas siguientes. ción posible. En algunos grupos y organizaciones, Ia afiliación tiene un plazo
1H No intento citar los materiales sociológicos que proporcionaron los puntos de partida para seííalado de duración, tanto de hecho corno en expectativa; Ias escuelas son
",Ia li"I;1 de propiedades de grupo; pero debe decirse, sin embargo, que los escritos de Georg Simrnel
111('1011.xin posiblc cornparación, los más fructíferos para nuestro propósito. También quiero agr.l-
uno de los muchos ejemplos. En otros, una o Ias dos de Ias afiliaciones tiene
,1.-('('[ Ia., út ilcs críticas y sugestiones de los estudiantes de rni seminario de graduados sobre Problc- una duración que puede prolongarse indefinidamente. Por 10 menos un es-
111'"S.-]('cciollados de Ia Teoria de Ia Organización: Chaim Adler, Bernard Blishen, Richard Cloward, tudio de Ia materia 49 halló que Ia expectativa de permanencia o transito-
1''''<"1 ~ I. C. Barris, Russell Heddcndorf, James A. [ones, Walter B. Klink, William N. McPhce,
WJlIIIIIII Nirholls, Simone Pare, Gene Peterson, Charlton R. Price, [ames Price, George S. Rosenberg,
riedad relativa actúa independientemente de Ia duración real de Ia residencia
Iloll<'JI Soiucrs, Necharna Tec y Kenncth Weingartcn. Estay particularmente reconocido a Terence
K. IIo/,killl, 'luc fue mi ayudante durante todo el trabajo dei ano. 49 Pattems of Social Lite, passim, por Merton, West y Jahoda.
314 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 315
en cuanto a afectar Ia conducta de Ios individuos de Ia comunidad. Es evi- pO.52 Con frecuencia se ha perdido de vista esta propiedad aun cuando está
dente que Ios grupos y Ias organizacíones difieren en Ia composición de su implícitamente comprendida en el análisis sociológico de un grupo U organi-
pcrsonal en Ios dos respectos.
zación social. Se refiere al número de personas del grupo (o de determinado
5. Duracián real del grupo: estrato deI grupo) en relación con el número de indivíduos de otros grupos
6. Duraci/n, csberuda del grupo: Así como Ia afiliación individual difiere cn Ia misma esfera institucional (o, para fines especiales, en relación eon
('11cxos rcspcdos, asÍ también Ias grupos y Ias organizaciones son considera- grupos de otras esferas institucionales ). Esto quiere decir que los grupos u
dos C()IIIC)t'1JI]HCS~lSen marcha. La "edad" real de un grupo es una pro- organizaciones del mismo tamafio relativo funcionarán de manera diferente
pied:ld (!lI<' posiblcmente afecte a otras propiedades deI grupo: a su flexibi- según su tamafio absoluto, y correIativamente, grupos deI mismo tarnafio
lid:ld, :1" I prcstigio relativo, a su sistema de controles normativos, etc.tiO Pero absoluto funcionarán de maneta diferente según su tamaíio relativo respecto
<ldl(" diflTcllciarse Ia duracíón verdadera de un grupo de Ias expectativas de otros grupos del mismo ambiente social. (Esta parece valer para grupos,
11(11111:I<I:IS relativas a Ia duración probable dei grupo: si se trata de una aso- asociaciones y comimidades.) Por ejemplo, comunidades que tienen Ia mis-
('i:lli('1Il cstab1ecida "temporalmente" para satisfacer una necesidad que, una ma cornposición racial relativa -el diez por ciento de negros y eI resto de
\1'/, sal isfccha, implica Ia Iiquidación deI grupo,51 o si fue establecida con Ia blancos, pongamos por easo- tendrán situaciones sociológicamente diferen-
cxpcctuliva de duración ilimitada en e1 futuro. Las diferencias en Ia duración. tes, según que el tamafio absoluto de Ia comunidad sea de ciento o de cien
t'.'ipcLlda probabIemente afectarán a Ia seleccíón de rníembros, al tipo y grado, mil. Correlativamente, una comunidad de mil tendrá una estructura social
de compromiso de éstos, a Ia estructura interna de Ia organízacíón, a su poder con importantes diferencias, según esté rodeada de otras comunidades de
y a otras propiedades que habremos de examinar. igual tamafio absoluto o de comunidades de un tarnaíio mucho mayor o
7. Tcmaiio absoluto de un grupo, o de ias partes componentes de un mucho menor.
,';TulJO· Esta propiedad se refiere al número de individuos que forman el gru- Todo esta significa que Ias grupos y Ias organizaciones de un tamaíio
po. Pcro es evidente que esta cuestión aparentemente sencilla de contar el absoluto particular tendrán situaciones y funciones diferentes en una socie-
IIÚIllCro de individuos implica supuestos y decisiones previas por parte dei' dad en que hay otros grupos y organizaciones análogas de tamafio seííalada-
sociólogo, como puede verse por Ias análísis anteriores dei concepto de per- mente mayor o menos que cuando existen en una sociedad con grupos y
I«ncncin a un grupo. zCuáles han de tomarse como criterios de afiliación: organizaciones comparables deI mismo tamafio, Por ejempIo, universidades
l.rs proporciones objetivamente medidas de interacción social normadas de' deI mismo tamaüo en los Estados Unidos y en Inglaterra tendrán un tarnafio
.icucrdo con Ias expectativas de papeles de otros; autodefiniciones de Ias relativo completamente diferente. Este concepto general se expresa, por su-
indivíduos como pertenecientes al grupo; Ia defínición por (una gran propor- puesto, en ideas populares como Ia de "un pez grande en un estanque pe-
ción especifica da ) de otros que atribuyen Ia afilíacíón a Ias individuos? A queno que parece pequeno en un estanque grande". Pero como suele ocurrir
C011 estas frases que registran algún aspecto de Ia condición humana y de
vcccs el tamafío absoluto de un grupo se interpreta no como el número
ele indivíduos deI grupo, sino como el número de posicíones que hay en su Ia realidad social, Ias implícaciones de Ias citadas frases no fueron captadas
organÍzación. En este último sentido, Ia conexión enunciada con frecuencia metódícamente en un análisis ulterior. Además, eI lenguaje popular olvida
entre crecirniento en tamafio y crecimiento en complejidadde Ia estructura en forma característica Ia consideración de que el rnismo estanque puede
social se convíerte, naturalmente, en una tautología. 52 Los conceptos de tamaüo absoluto y tamaüo relativo fueron extraídos del signientc pasaje
ele Ia Sçciología de Simmel y se les ha dado un sentido algo diferente. "Las diferencias cslructurales
Pero, como quiera que se mida, la propiedad del iamaiio absoluto de entre grupos, producidas por meras diferencias numéricas, se haccn aún más evidentes en Ias papelcs
111l grupo, o de Ias partes integrantes de un grupo, debe ser explicitamente- que descmpeíían eiertos miembros prominentes y eficaces. Es evidente que un número dado de
diferenciada de Ia propiedad de tsmaiio relativo. tales miembros tiene diferente importancia en un grupo grande que en uno pequeno. Si cl grupo
cambia cuantitativamente, Ia eficacia de esos miernbros también cambia. Pero debe advcrtirsc que
S. 'I'amaiio relativo de un grupo, o de ias partes integrantes de un gru- dicha eficaeia se modifica anil euando e1 número de miembros destacados suba o baje en proporcíón
cxacta eon e1 de todo e1 grupo. EI papel de nn millonario que vive en una ciudad de dicz mil
pcrsonas de clase media, y Ia fisonomía general que aquella ciudad recibc por sn presencia, son
1.0 EI cstudio más completo y más amplio de esta propiedad de Ia duración real de los grupos' totalmente diferentes de Ia importancia que cincuenta millonarios, 0, más bicn, cada uno dc ellos,
y I:i., orgnnizaciones 10 hizo P. A. Sorokin. Véase su Social and Cultural Dynamics, IV, 8555., Y eI
tiene para una ciudad de 500 000 almas, a pesar de que Ia relaci6n numérica entre cl millonario y
""l'ílllJo34 de su Societv, Culture, and Personality, que da una extensa bibliografía. sus conciudadanos, que es Ia única (a Ia que parece) que determina aquella importancia, ha perml-
t,l Para cl estudio de un caso sociológico de adaptación de una asociación auto definida de este necido igual. .. EI rasgo peculiar es que los números absolutos dei grupo total y de sus elementos
IIII"J" ('li cl caso dc Ia Fundación Nacional para Ia Parálisis Infantil despnés del descubrimiento de Ia
destacados determinan de manera tan notable Ias relaciones dentro dei grupo, a pesar de que su
\""'""'1 <lI' Salk, véase The Volunteer Way: A Study in the Sociology of Voluntary Associations, por razón numérica siga siendo Ia misma." The Sociology of Ceorg Simme1, 97-98, el primor subrayado
I ),1\,;<1 Si/h; Columbia University, Departamento de Sociología, tesis doctoral, 1956 (pendiente de
1'"101,, :",ibll). Véase Ia observación correlativa de Chester I. Barnard: "Una organización debe cs nuestro.
Puede aclvertirse que-Ia fuerza sociológica de esta distinción entre números absolutos y propor-
"isolvl'r", si no realiza su propósito. Un número muy grande de organizacioncs que tienen êxito; ciones relativas se acentua en el análisis de Ia estructura social y Ia anemia y eu el estudio de Ias
1111<'('11 y dcxpucs desaparecen por esta razón. De ahí que Ias organizaciones más duraderas requícran.:
inf1uyentcs. Véase Ia nota de Ia página 182 dei capítulo v y Ia nota 16 de Ia página 411 deI
''"11<"1 ;d"II11'IItc Ia udopcíón de nuevas finalidades." The Funetíons of the Executive, 91.
capítulo x.
316 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 317

ser relativamente pequeno o grande, según donde esté situado. Parece, de conservar Ia situación de éltie, selecciona sólo un número fijo de afiliados de
cualquier modo, que 10s conceptos de tarnafio absoluto y tamafio relativo entre Ios individuos que satisfacen los criterios de admisibilidad a Ia afiliación.
tienen relación directa con Ia teoría deI grupo de referencia. 11. Grado de diferenciacíón social: Esta propiedad se refiere aI número
9. Carácier abierio o cerrado de un grupo: Esta propíedad fue estudíada de posíciones y de papeles funcionalmente percibidos dentro de Ia organiza-
con alguna extensión más arriba, en este capítulo; como puede recordarse, se ción del grupo Por 10 menos desde los dias de Spencer se ha observado que
refiere a Ios criterios para Ia afíliación al grupo, los cuales pueden tender a hay una tendencia clara a que el crecimiento en tamaüo de un grupo vaya
hacer el grupo relativamente abierto y accesible o relativamente cerrado y a Ia par con su creciente diferenciación." No obstante, sucede en Ia prác-
restrictivo. Denota eI grado de exclusivismo de Ia pertenencia al grupo. En tica que organizaciones deI mismo tamafio absoluto difieren consíderable-
todas Ias esferas institucionales hay grupos que desean mantener una afilia- mente en Ia medida en que comprenden posiciones diferenciadas. Las orga-
ción relativamente limitada, mientras que otros quieren ampliarla todo 10 nízaciones pueden asignar muchos miembros a cada una de Ias relativamente
posible. Esta propiedad probablemente se relaciona con otras propiedades pocas posiciones, o multiplicar situaciones estructuraIes diferentes asignando
deI grupo: con su prestígio relativo, con su grado de "integridad", de auto- pocos miembros a cada una.
nomía, de desviación tolerada, y así sucesivamente. En vista de que ya fue Esta propiedad no se refiere sólo, por supuesto, a Ia diferenciación jerár-
estudiada con anterioridad, esto tal vez no necesita ser revisado de nuevo en quica de situaciones (que no es otra cosa que Ia forma especial llamada
este momento. cstratificación social). Pero Ia diferenciación social se identifica muchas ve-
10. "Integridad": razoti de 10s miembros reales a los miembros poten- ccs con estratificación social, en parte, quízás, como resultado de Ia ten-
ciales: Como vimos también con cierta extensión, Ia propiedad de integridad, dencia de Ias situaciones diferenciadas a ser valoradas de 'manera diferente
aislada por Simmel, pero ignorada en gran parte por los sociólogos desde sus (y en consecuencia jerarquizadas de manera distinta) por los indivíduos de
dias, se refiere a Ia razón entre Ios individuos reales de un grupo u organi- Ia sociedad. Pero como nos hace recordar el concepto de Ia división del
zación y sus miembros potenciales, es decir, a los que que respondan aIos cri- trabajo, puede haber mucha o poca diferenciación de situaciones en el mis-
terios operantes para Ia afiliación. Sólo es necesario repetir que esta propiedad mo plano de estratificación: tareas diferenciadas en relación con su función,
se relaciona diferentemente con otras propiedades del grupo. El prestigio por ejemplo, pueden ser incluídas en Ia misma jerarquia,
relativo de un grupo en Ia comunidad, por ejemplo, puede ser afectado (aun- 12. Forma y altura de la estratificación: Esto se refiere aI número de
'luc no por necesidad de una manera lineal) por Ia medida en que se acerque estratos y a Ia distancia social relativa entre Ios estratos. Como a estas
a Ia integridad, en cuanto diferente de su tamafio relativo o absoluto. Por propiedades de grupos y sociedades se Ies ha prestado ya mucha atención, no
cjcmplo, Ia Asociación de Enfermeras Norteamericanas, con sus 178 000 aso- requieren un nuevo estudio en este momento.t"
ciadas en 1956, rebasa considerablemente a Ia Asociación Médica Nortearne- 13. Tipos y grados de cohesión social: Desde 10s trabajos de Durkheim
rica na, que tiene unos 140000 asociados. Sin embargo, Ia organización de por 10 menos se ha reconocido el grado de cohesión social como una propie-
médicos tiene Ia proporción más alta entre todas Ias asociaciones profesío- dad de grupo que afecta a una gran variedad de conductas y de desempeno
nales de los individuos admisibles para el ingreso que pertenecen realmente de papeles por los individuos de un grupo. Pueden distinguirse con provecho
a Ia Asociación, con un 65 por ciento de todos los médicos con licencia paril tres tipos de cohesión social en relación con Ia base de eohesión." Los tres
cjcrcer; Ia organización de enfermeras, no obstante su tamafio absoluto ma- tipos pueden asumir formas diferentes en todo grupo o sociedad particular,
yor, tiene un porcentaje claramente menor -el 41 por ciento aproximada- pero esto no niega Ias diferencias entre ellos; Ios grupos y Ias sociedades difie-
mente de Ias de enfermeras profesionales empleadas- de "enferrneras orga- ren en Ia medida en que el grado de cohesión social que se encuentra en
nizadas". (Pero Ias dos organizaciones representan aproximaciones mucho ellos dependa de una u otra de Ias siguientes bases:
iuuvores a Ia integridad que casi todas Ias otras ocasiones profesionales.)
Completamente aparte de otras propiedades de grupo que favorecen Ias dife- 53 Esta generalización empmca era, desde luego, fundamental para Ia teoría de Ia estructura
r("1J('Ías cn prestigio y poder sociales de una asociación, es manifiesto que Ia social de Herbert Spencer, V éase Ia Parte II, "The Inductions of Sociology", de The Prfncíples.
()f Sociology (Nucva York y Londres, D. Appleton and Company, 1925), I, 447-600. Para un estu-
;\.i\l.Á. (American Medical Association), con su alta proporción de admísi- .lio empírico reciente de esa relación, véase "The effect of changing size upon the internal structure
111('.') eu cl seno de Ia organización, está en situación de alegar un prestígio "f organizations", por F. W. Terrien y D. L. Mills, en American Sociological Review, 1955, 20-
111<lyory elc ejercer un poder mayor que Ia A.N.A. (American Nurses' Associa- 11-14.
54 Para un amplio estudio comparativo de este tema, véase La estratificación social, por Bernard
11(111),cem su afiliación más numerosa. Sin embargo, Ias conexiones entre Barber (México, Fendo de Cultura Económica, 1964).
1:J1I1:I110 absoluto, grado de integridad, prestigio social y poder todavía están 55 Se han formulado otras tipologías más completas. Para una serie de trabajos pertinentes.
véanse "Types of integration and their measurement", por W. S. Landecker, en American Journal
IH)1 dcscllhrir. AI decir que Ia propíedad de integridad no tiene necesaria- of Sociology, 1951, 56, 332-40; "Integration and group structure: an area for researeh", dei mismo,
1I1("1I1l" rclación lineal con cosas tales como eI prestigio y el poder, quere-
1111:1 cn Social Forces, 1951-52, 30, 394-400; "Instítutions and social integration", dei mísmo, en Papers
II10S lnuutr nota del tipo de organización que, con objeto de desarrollar y pf the Michigan Academy oi Science, Arts and Letters, 1954, 39,477-93.
'W; ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 319
a) Cohesión social culturalmente inducida: resultante de normas y va- pos, Ia interacción social sustancial se limita a 10s que están en situaciones
lores comunes interiorizados por los individuos deI grupo; "adyacentes" en Ia jerarquía (iguales, e inferiores y superiores inmediatos),
b) Cohesión social inducida por el contexto estructural: resultante, por tal como esto se registra en eI concepto de "pasar por canales". Otros grupos
ejemplo, de contrastes de intra-grupos y extra-grupos, de antagonis- y organizaciones proporcionan ocasiones más norma das para Ia interacción
mo con otros grupos, etc.56 entre individuos de jerarquía considerablemente diferente, como, por ejem-
pIo, según el concepto de un grupo jerarquizado que, no obstante, consiste
Queda por ver cómo se re1acionan consecuentemente con otras propie- en una "compaüia de iguales". Pero debe advertirse que, en realidad, el pri-
dades del grupo Ias bases sobre Ias cuales se cohesionan los grupos. mer tipo de grupo con frecuencia tiene una mayor interacción social entre
14. El potencial de físíón o de unidad de un grupo: Esta complicada individuos claramente desiguales de 10 que se indica estructuralmente (por
propiedad puede considerarse úti1mente como una resultante del número 11 ejemplo, medios informales de comunicarse sin pasar por canales), así como
(grado de diferenciación social y del número 13) (grado de cohesión social). eI segundo tipo con frecuencia tiene menos interacción entre desiguales de 10
Sc refiere a una variable distintiva de vida de grupo: unos grupos presentan que indicarían Ias prescripciones normativas.
una propensión a Ia subdivisión sucesiva y no planeada hasta el momento en 16. Carácter de las relaciones socisles que predominan en el grupo:
(Iue subgrupos nacientes se convierten en grupos autónornos: otros tienden Esta propiedad fue adaptada tradicionalmente como Ia más importante que
:I reincorporar los subgrupos nacientes a Ia organización general de suerte distingue a diferentes tipos de grupos, como puede verse por clasificaciones
que sirvan para reforzar Ia estructura y Ias funciones de Ia organización/" consagradas como Ias de grupos primarios y secundarios, intra-grupo y extra-
Los partidos políticos, por ejemplo, parecen diferir mucho en este respecto: grupo, Gemeinschaft y Gesellschaft, grupo formal e informal, etc. También
unos se dividen en numerosos "partidos lascas", otros conservan una unidad en conexión con esta propiedad formuló Parsons su famoso sistema de varia-
monolitica, Además, algunos grupos presentan una clara propensión a "co- bles de normas según e1 cual Ias relaciones en Ia estructura de papeles de un
lonizar", formando grupos dependientes a su propia imagen, algunos de 105 sistema social pueden ser caracterizadas analíticamente: afectividad contra
euales se hacen después independientes deI grupo padre. neutralidad afectiva, autoorientación contra orientación de Ia colectividad,
15. Extensíón de la ínteracción social dentro del grupo: Esta propiedad universalismo contra particularismo, realización contra atribución, y especí-
se refiere a Ia extensión esperada y a Ia extensión real de Ia interacción social ficidad contra difusión." Combinaciones de valores de estas cinco variables
entre los ocupantes de determinadas situaciones en el grupo. En unos grn- sirven para caracterizar Ias relaciones sociales distintivamente concretas que
predominan en un grupo.
56 No s610 los científicos sociales, sino también los estadistas y Ias "hornbres de nego cios pú-
17. Grado de conformidad esperada a las normas del grupo: tolerancia
blicos" han advertido con frecuencia esta fuente de cohesión social. Para dos entre Ias infinitamente
numerosas de estas observaciones, piénsese en el pasaje deWinston Churchill citado en el capí- para la conducta divergente y desviaciones institucionaiizadas de ias defini-
1\110 I de este libro (página 55), y el siguientc pasaje de Ia autobiografía de Thomas Jefferson: ciones de las normas dei grupo. Esta propiedad se refiere a Ia cantidad de
"Durante Ia Guerra de Independencia, mientras Ia presíón de un enemigo exterior nos mantuvo
unidos, y sus empresas nos tuvieron inevitablemente alertas, eJ espíritu del pueblo, excitado por el
desviación en Ia conducta de 10s individuos del grupo que de ordinario adrni-
pcligro, fue un suplemento para Ia Confederación y Ia apremi6 a actividades celosas, ya requeridas ten 10s demás deI grupo. Unos grupos y organizaciones tienden a exigir un
por aquel instrumento o no; pero, cnando Ia paz y Ia seguridad quedaron restauradas, y cada indi- apego estricto a Ias normas, con un margen mínimo de desviaciones de eUas
viduo se dedic6 a nna ocupaci6n útil y provechosa, se prest6 menos atención aIos llamamientos deI
Congreso." The Writings of Thornas Tefierson (Washington, D. C., The Thomas Jefferson Merno-
a Ia discreción de Ios miembros; esto es 10 que con frecuencia se l1ama "buro-
rial Association, 1903), I, 16. cracia" como término peyorativo. Otros permiten un ancho margen de des-
U n análisis minucioso de esta unifonnidad de relaciones inter-grupales 10 ofrece Lewis A. Coser viación, como, por ejemplo, 10s grupos que se enorgullecen de dejar ancho
"11 Las funciones deI confIíeto social, capítulo v: "Los conflictos con grupos extraiíos y Ia estructura
de grupo."
campo a Ia individualidad y Ia creatividad. La imagen estereotipada de Ia
57 Para un instructivo análisis dei proceso de formaci6n de subgrupos en reJaci6n con el grupo burocracia prusiana se aproxima aI primer tipo; algunas organizaciones dedi-
mayor qne los com prende, véase "Elements in the progressive development of small groups", por cadas aI saber y Ia investigación en Ias sociedades occidentales se aproxima-
C;corgc A. Theodorson, en Social Forces, 1953, 31, 311-320. Tómese también nota de Ia siguiente
ohscrvación de Harriet Martineau en The Positivo Phílosophy of Auguste Cornte (Londres, 1896), rían al segundo tipo. En Ia realidad concreta, desde Iuego, eI primer tipo deja
22H, que Theodorson adoptó mny apropiadamente como epígrafe para su trabajo: "EI verdadero 1111 mayor margen discrecional de 10 que popularmente se supone, y e1 se-
"sl'íritn general de Ia dinámica social consiste en concebir cada uno de los estados sociales como gundo tipo menos. Sin embargo, no quiere esta decir que los grupos y Ias
n-sull.uln necesario deI precedente y motor indíspensable dei siguiente, de acuerdo con el axioma
d(' lcilmitz: 'EI presente está prefíado del futuro.' Desde este punto de vista, el objeto de Ia organizaciones no difieran en esta propiedad.
1"'!l('ia cs dcscubrir Ias leyes que gobieruan esa continuídad y Ia suma de !as cuales determina el Las evasiones de Ias normas pueden hacerse funcionales para e1 grupo, y
111'''' dcJ desenvolvimiento hnmano."
Las teorias actuales dei proceso conjetural en 10s grupos constituye una versión probabilista más con frecuencia, como preludio a un cambio estructural en el grupo, se pre-
",xlgente de esta concepci6n central. Para un análisis de Ias relaciones sociales como procesos reali- senta una fase más o menos persistente en que Ias evasioncs se norrnan institu-
z"dos de csa suerte, véase "Friendship as social proeess: a substantive and methodological analysis",
1'01 I .uznrsfcld y Merton, en Freedom and Control ín Modern Socíety, ed. por M. Berger, T. AbeJ
v C. 11. Page, 18-66, cn especial Ia Parte Segunda. 58 The Social System, de Parsons, 58-88.
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 321
;,~() ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
bres populares tradicionales). En un extremo, Ias normas delimitadas y
«ioualmente. Esta norma es Ia que yo llamé "evasión institucionalizada de promulgadas. de manera oficial Ias hacen cumplir agentes destinados a ese
I('glas institucionales'V" Se trata de una complicada fase de cambio en la papel; en el otro, hacen cumplir normas Ias reacciones "espontâneas", pero
('SITllctura social que requiere un estudio mucho más detallado de] que es socialmente normadas, de otros individuos deI grupo, aun cuando no se les
posible hacer aquí. Pero puede decirse que Ia norma de Ias evasiones instítu- hayan asignado papeles específicos para este propósito. Aún queda por ver
«ionalizadas se produce cuando exigencias prácticas a que ha de hacer frente cómo se relaciona por 10 regular el sistema de contraI normativo COIl Ias otras
d grupo o Ia colectividad (o partes considerablemente grandes de ellas ) numerosas propiedades de grupos y organizaciones.
nigcn una conducta adaptativa que choca con normas, sentimientos y prác- 19. Grado de visibilidad observabílidad dentro del grupo: Esta pro-
ú

I iC:IS pcrdurables, o, de manera correlativa, cuando exigencias impu estas re- piedad se refiere a Ia medida en que Ias normas y el desempeno de papeles
cientemente a Ia conducta chocan con Ias normas, los sentimientos y Ias dentro del grupo se ofrecen fácilmente a Ia observación de otros individuos
pr.ic+icas hondarnente arraigadas.v? En el primer caso, Ias normas y los sen- (inferiores en situación, iguales y superiores en situación). Es una idea más
I i 111 icntos se mantienen intactos durante algún tiempo, mientras que Ias des- amplia que Ia que los sociólogos norteamericanos definían como "visibilidad
vi.uiones tácitamente admitidas son aceptadas poco a poco. En el segundo social", entendiendo por esto el grado en que Ia identidad de situación (espe-
(:lSO, Ias exigencias institucionales impuestas en tiempos recientes son evita- cialmente de clase, casta, raza y étnica) de Ias individuos se percibe con
tI:IS ele hecho mientras que Ias normas y Ias sentimientos que cambian len- facilidad. La propiedad de visibilidad u observabilidad, en este sentido más
t.nucnte siguen gobernando Ia conducta real. Puede conjeturarse que una amplio, requiere un estudio mucho más amplio del que hasta ahora ha sido
c;l1J1idad apreciable de desviación tolerada de Ias normas es necesaria funcio- objeto; en parte, porque hay indicios de que entra tácítamente en muchos
u.rhucnte para Ia estabilidad de estructurassociales complejas. análisis de estructura de grupo y de conducta: en parte, porque Sl1S numerosas
18. El sistema de controles normaiivos: Esta propiedad se refiere a Ias implicaciones para el proceso y Ia estructura sociales sólo ahora empiezan a
proccdímientos modelados de control normativo que regulan Ia conducta de hacerse evidentes, mucho después de haber sido oblicua y bríllantemente
los indivíduos del grupo. Los grupos y Ias organizaciones difieren en Ia me- introducída por Simmel; y en parte, porque tiene una relación directa con
d ida en que ejercen el controI mediante reglas expresamente formuladas uno de Ias principales problemas de Ia teoría de grupo de referencia (como
(lcycs); mediante expectativas de conducta formuladas de manera menos veremos en detalle en una sección subsiguiente de este capítulo).
definida pero moldeadas de modo definido, que son reforzadas por los senti- En forma típicamente ensayista, Simmel alude a esta propiedael eu su
rnicntos y sirven de apoyo a la teoría moral; y mediante expectativas rutini- exposición del carácter sociológico de Ias aristocracias: "Hay tam bién un
zarlas, con frecuencia habituales pero menos vigorosamente afectivas (costum- límite absoluto sobre el número más allá del cual no puede mantenerse ya
Ia forma aristocrática del grupo. EI momento en que desaparece está deter-
59 Para diversidad de ejemplos de evasiones institucionalizadas en diferentes esferas ínstitucio-
minado en parte por circunstancias externas, en parte por circunstancias psi-
1I;1I,'s,véanse Industrial Relations and the Social Order, por Wilbert E. Moore (Nueva York, The
\bcMillan Company, 1951, ed. revisada), 114; The Academic Man, por Logan Wilson (Nueva cológicas. Si ha de ser eficaz en cuanto grupo, el grupo aristocrático tiene
York, Oxford University Press, 1941), 218-19; American Society, por Robin Williams, 360-65; Racial que ser 'visible u observable' 61 para cada individuo particular de él. Cada
;/",[ Cultural Minorities, por George Eaton Simpson y J. Milton Yinger, 658·660; "The marginal
Call1olic'', por T. H. Fichter, en Social Forces, 1953, 32, 167-73; en 169.
elemento elel grupo tiene también que conocer a todos Ias demás."
110 En vista de los acontecimientos que siguieron a Ia sentencia deI Tribunal Supremo de 17
,f" mayo de 1954 declarando que Ia segregaci6n racial en Ia ensefianza pública es anticonstitucional, 61 La palabra original alemana es aqui übersehbar. AI traclucir al inglés este pasaje, Kurt
I" «clc ser pertinente citar Ias siguientes aplicaciones dei concepto de evasiones institucíonalízadas, Wolff traduce csa palabra por survcvable [Ia cual, a su vez, puede traducirsc en cspaüol por 'per-
1"'l'lIas eu 1948: "En un clima cultural desfavorable -y esta no exduye por necesidad Ias benignas ceptible 1, que es, desde luego, una aproximación adecuada. Pero el sentido de Ia palabra alcmana
"'gioncs de1 Lejano Sur- el recurso inmediato probablemente tendrá que ser el de actuar mediante parece estar más cerca de Ias palabras "visible" u "observable", con Ia connotación de ser visiblc
controles jurídicos y federales administrativos sobre Ia discriminación extrema, con pleno reconoci- a una ojeada, de ser fácilmente observable. De cualquier modo, ésta es Ia razón para apartarse en
'li icnto de que, con toda probabilidad, esas reglamentaciones serán sistemáticamente eludidas du- este punto de Ia excelente traducción de \-VoIH. Véase Soziologie, de Simmel, 50, y The Sociology
r.iuf c- algún tiempo futuro. En esas regiones culturales podemos esperar Ia anulación de Ia ley como of Ceorg Simme1, 90.
I'rktica cornún, quizás tan común como fue el caso en Ia nación en general respecto de Ia En- Como se rcconoce gencralmente, por 10 menos desde los dias en que Santayana, que estud.aba
'1I;('uda Dieciocho, a veces con Ia connivencia de funcionarias públicos locales. La ancha brecha entonces en Berlín, escribía a William [ames: "Dcscnbrí un Privatelocent, cl DI. Simmel, cuyas
rulrc cl IlUCVO derecho y Ias costumbres locales no producirá inrneeliatamente cambios importantes conferencias me interesan mucho", Simmel cscribió con frecnencia como si verdnderamcute crcyese
('" las prácticas que prevalecen; los castigos simbólicos por trangresiones probablemente serán más que "hay algunas empresas en Ias que eI verdaclero método es un cuidadoso dcsordcn," No trabajó
II'T'II:n!cs que el control efectivo. En el mejor caso, puede suponerse que se realizará un cambio cn forma sistemática sobre Ia variable de Ia "visibilidad", pcra aludió esporáclicamente a ella. Su
""I" ••lantc y extremadamente lento. Pero cambios seculares en Ia economia pueden a su debido digresi6n sobre Ia "sociologia de Ias sentidos", por ejemplo, se relaeionan de manera implícita con
1111111'''dar apoyo a Ia nueva estructura legal de control sobre Ia discriminación. A medida que el cl ooneepto de visibilidacl, pero Simmel deja a sus ya muy endeudados leetores averiguar Ias cone-
/.'1"tlo rconómico apriete porque los mezquinos no movilicen plenamente los recursos de Ia mano xiones. Soziologie, 646-56. En SI1 libra sobre Las funciones deI conflicto social, que intenta siste-
dI' obra industrial ni amplíen sus mercados locales mediante salarios equítatívos, quizás abandonen matizar algunas de Ias numerosas ideas de Simmel, Lewis A, Coser cita apropiadamente Ia observa-
1'0,"0 a 1'0('0 algunas prácticas discrirnínatorías cuando se den cuenta de que no siempre son rem une- ción de Ortega y Casset sobre el modo de trabajar de Sirnrnel: "Esa mente aguda -una especic de
'lIt1oms, ni aun para el discriminador." "'Discrimination and the American creed", por R. K. ardilla filos6fica- nunca consideraba a su tema como un problema en sí mismo, sino como una
Mcrtnn, 1'11 Discrimination anel National Welfa>re, ed. por R, M. MacIver (Nueva York, Harper and . plataforma sobre Ia cual ejeclltaba SL1S maravillosos ejercicios analíticos."
IIIIIII<l"Is. 1949,99-126, en 101 y 120.
322 ESTUnlOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 323
Simmcl pcrcibió intuitivamente Ia importancia central de Ia propiedad
Otros estudios, concebidos en gran parte como de psicología social más
de fácil visibilidad deI grupo, pero no teniendo acceso al apoyo teórico que
bien que de estructura social, empezaron a explorar diferencias normadas de
se desarrolló dcspués de escribir él, no pudo sistematizar esta idea, tener en
información sobre los sentimientos de miembros deI grupo que predominan
cuenta Ia c..t ructura de grupo, así como el tamafío deI mismo, que afectaban
entre los líderes y entre Ias individuos de filas.63 Tales estudios son induda-
a la variabilidad de esta propiedad, y descubrir sus relaciones con Ias sistemas
blemente un preludio a una fase de Ia investígación social en que Ios dos
de COIIIICl/tlllC operan para conservar Ia estabilidad de Ias grupos. Con Ia
tipos de estudios -estructurales y socio-psicológicos- se unifican. De este
ap"ri('i('1I1 rcciente de Ia "teoria de Ia información", resulta evidente que Sim-
modo, Ia observabilidad deI desempeno de papeIes y de 10s sentimientos se
md /Iahía advertido una propiedad de Ias grupos que afecta profundamente relacionará con Ia estructura deI grupo y Ia corri ente de información, para
11 SII «onducta y desarrollo como empresas en marcha. Porque puede decirse
el funcionamiento del controI social.
IIIH));I,sin incIinación a incurrir en figuras de lenguaje meramente analógicas
Estudios sociológicos de campo que versan sobre uno u otro aspecto
v 1II:I/:llllente entendidas, que Ias grupos sociales difieren de tal suerte en de Ia observabilidad en el sentido en que aquí Ia desarrollamos, inc1uyen cl
ol~:allización, que unos promueven una "realimentación" eficaz de "informa-
examen hecho por Blau deI uso de medidas estadísticas que registran Ia can-
('i!'))I" a quienes regulan primordialmente Ia conducta de Ias miembros, míen-
tidad y eI carácter del desempeno de papeles en una burocracia con conse-
Iras que otros suministran poco por vía de realimentación eficaz. Las condi-
cuencias simultáneas para el controI social.s= y un análisis de Ia amistad
cioncs estructurales que favorecen Ia fácil observabilidad o visibilidad deI
considerada como proceso social que toma como variable importante Ias cir-
desempeno de papel suministrará, naturalmente, adecuada realimentación
cunstancias que favorecen Ia fácil expresión de sentimientos entre parejas de
cuando el desempeno de Ios papeles se aparte de Ias expectativas normadas
amigos, o Ia constante supresión de esos sentimientos.w
dei grupo. Pues, en dichas condiciones, Ias reacciones de otros miernbros deI
Como Ias investigaciones de ciencia social sobre Ia comunicación en
grupo, tendientes a poner al divergente otra vez en línea con Ias normas, em-
rclación con Ia organización social han crecido tanto y aún están en proceso
pezarán a actuar poco después de que haya tenido lugar Ia conducta di-
de unificación teórica, sólo exigen aquí una mera alusión. Pero el punto esen-
vergente. Colateralmente, cuando hay impedimentos estructurales para Ia
cial a revisión es que una vez que Ia observabilidad es considerada una pro-
observabilidad directa e inmediata, Ia conducta divergente puede acumularse,
piedad de 10s grupos, orienta Ia atención hacia los modos en que Ia estructura
apartarse más aún de Ias normas vigentes antes de llegar a conocimiento de
deI grupo afecta a Ia entrada de información ya Ia producción (de reacciones)
otros individuos del grupo, y entonces suscita con frecuencia una "super-reac-
que inmediatamente opera para ejercer control social.
ción" que no sirve más que para extrafiar a los divergentes, en vez de "corre-
De manera muy parecida, como se ha indicado y como veremos en breve,
gir" sus desviaciones. Estos impedimentos estructurales a Ia corri ente de
Ia propiedad de Ia observabilidad está implícita por necesidad, si no tomada en
información (que parecería ser el equivalente actual del concepto de obser-
cuenta expresamente, en Ia teoría deI grupo de referencia, porque es evidente
vabilidad de Simmel) interferirá de esta suerte con el estado relativamente
que Ia variabilidad en el conocimiento de Ias normas del grupo afecta el res-
constante del grupo y producirá caprichosas e irregulares oscilaciones del con-
Irol social. peto en que puede ser tomado como sistema de referencia normativa. Pero
esta puede estudiarse después más apropiadamente, cuando se haya termi-
Muchas investigaciones han versado últimamente sobre materias que
nado esta lista de propiedades de grupo.
l.ordcan esta propiedad de los grupos. Esto se manifiesta en particular en Ia
20. Esttuciura ecológica del grupo: Esto se refiere ante todo a Ia variable
forma de estudios sobre los modos en que Ias redes de comunicaciones, esta-
ecológica única de Ia distribución espacial de los indivíduos de un grupo, ya
blecidas mediante estructuras de grupo simpIificadas experimentalmente,
que otras variables, comúnmente inclui das en Ia teoría de Ia ecología, se estu-
a [cctan las proporciones, Ia medida y eI carácter de Ia corriente de informa-
dian en otro lugar. Es evidente que Ios grupos difieren en este respecto: Ias
rión, con consecuencias concomitantes no sólo para Ia ejecución de tareas
miembros pueden ser adyacentes en el espacio y muy concentrados o estar
xino también para el control social. Quizás sea suficiente, en este breve es-
ampliarnente separados y muy disperses. Estudios recientes de esta propiedad
í uclio, citar sólo unos pocos de esos estudios y especialmente los de Alex
muestran de manera uniforme que Ia medida de propincuidad espacial y fun-
Ibvcl:Js y sus colaboradores, que me parece que figuran entre Ias investiga-
croncs rccientes de más alcance sobre esta materia.w
cional afecta a Ia formación de relaciones sociales, a Ios tipos de control social

112 "Communication patterns in task-oriented groups", por Alex Bavelas, en The Policy Sciences, 63 "The reIative abilities of leaders and non-leaders to estimate opinions of their own groups",
,..1 por Danicl Lerner y Harold D. Lasswell (Stanford, Stanford University Press, 1915), 193-202, Kalma Chowdhry y T. M, Newcomb, en [outusl. of Abnormal and Social Psychology, 1952, 47, 51-
v "" iuvcstigaciones posteriores procedentes dei grupo de Bavelas, "Problem solving George A, 57, Este estudio y 10s relacionados con él serán examinados en el aspecto de sus im plicaciones con
~ldkr, eu ]oumal of Abnormal and Social Psychology, 1951, 46, 327-36; Iniormation Theory in uiayor amplitud en una parte subsiguiente de este capítulo dedícada a estudiar Ia observabilidad
I'\r"""/"/:\': l'roblems and Methods, ed. por Heury Quastler (GIencoe, The Free Press, 1955); "The con algún detalle.
""1'"1'1 01 ccrtain cornmunication nets upon organization and perfonnance in task-oríented groups", '. 64 The Dynamics oi Bureaucracy, de BIau, eu especial eI capítulo IIl; "Statistical Records of
I"" 11.11,,1<1 Gnctzkow y Herbert A. Simon, cn Mana,gel11ent Science, 1955, I, 233-50. I'crformance' .
65 Lazarsfeld y Merton, op. cit., en especial Parte 11.
324 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 325
Y aI grado de vinculación de Ias individuos con el grupO.66 Probab1cmente se
relaciona también con Ia observabilidad del desempeno de papeles. rccer una estabilidad empírica mayor de 10s grupos que actúan dentro de él,
21. Autonomía o dependencia del grupo: Los grupos difieren en Ia me- al establecer éstos cumulativamente relaciones acomodativas y adaptativas
dida en que se bastan a sí mismos o dependen de otros grupos o instituciones con el ambiente. Sin embargo, un ambiente muy estable puede crear situa-
de Ia sociedad en general para Ia realización de sus funciones y Ia consecu- ciones de tensión para grupos que están en proceso de marcado cambio. Esta
ción de sus objetivos. Los grupos pueden seguir funcionando aunque no cs Ia especie de situación, concebida en relación con Ia estructura social y no
satisfagan por sí mismos uno o más de sus requisitos funcionales, mientras con Ia cultura, que probablemente está captada en Ia idea deI retraso cultural
esos requisitos los llenen por ellos otros grupos de Ia sociedad. La apariencia formulada por Ogburn.
de plena autonomia, sociológicamente considerada, muchas veces es enganosa. 24. Modos de conservar la estabilidad deZ grupo y deZ contexto estruc-
Por ejernplo, Ias kibbuizim. de Israel no podrían, aparentemente, conservar S\1 tural: Como observó SimmeI con frecuencia, Ios grupos y sus contextos estruc-
carácter en sustancia socialista si no fuese porque otras partes de Ia economía turales difieren en Ios procesos mediante los cuales conservan Ia estabilidad,
y Ia sociedad israelita llenan algunos de sus requisitos esenciales y si no fuese ya mediante una rigidez relativa o mediante una fZexibilidad relativa. Quiere
por los recursos suministrados por los israelitas de afuera."? Este concepto de csto deeir que pueden conservar su carácter como grupos tanto estructural
grados variables de autosuficiencia de un grupo o de una comunidad ha sido como funcionalmente cuando hacen frente a tensiones, o que pueden con-
desarrollado con todo cuidado y estudiado empíricamente por Ias sociólogos servar su carácter funcional por cambias apropiados de estructura en respuesta
rurales: parece que sería pertinente en otros sectores de Ia sociedad distintos a la tensión. Esta perdurable idea requiere ser aclarada, pero aun en cstos
deI rural. crudos términos parece que los grupos difieren de manera importante en el
22. Grado de estabilidad dei grupo: Esta propiedad se reficre a Ia capa- modo característico como se adaptan a tensiones internas y externas.
cidad de un grupo de resistir a Ia oposición desde afuera, de conservar su 25. Prestigio social relativo de los grupos: Así como los indivíduos son
cstructura y de cambiar en sucesión ordenada. No se refiere a Ia velocidad ordenados en Ia sociedad por su prestigio y su acceso a Ias oportunidades de
de Ia renovación del personal, que es otra propiedad, aunque probablemente retribuciones culturalmente valoradas, así también Ios grupos. Los sociólogos
relacionada con ella. Adernás, difiere de Ia cohesión social (núm. 13), que c1an por sabido que Ias situaciones profesiona1es son ordenadas valorativa-
se relaciona eon Ia estabilidad pero no es coextensiva con ella, AI referirme a mente y que quienes Ias ocupan tienden a ser objeto de una ordenaeión
esta propíedad como una "capacidad" y no como un grado empíricamente correlatíva. Pero nosotros somos algo más caprichosos en nuestras prácticas
observado de estabilídad, trato de hacer explícita Ia consideración de que Ia investigadoras cuando Uegan a incorporar datos sistemáticos sobre Ia jerarquía
cstabilidad observada de un grupo es contingente en relación con el grado relativa de los grupos y de Ias organizaciones.s" Pero Ia observación cotidiana
ele tensión ambiental y no sólo por su propia estructura interna, como se indica algunos de los muchos respectos en que es importante el interés por cl
indica en el estudio siguiente. prestigio de un grupo: el proceso de Ia competencia, como Park y Burgcss
23. Grado de estabiluiad deI contexto estruciural de! grupo: Se refiere observaron hace una generación y como seíialaron consecuentemente los evo-
esto a Ia capacidad deI ambiente social de un grupo particular para conservar lucionistas, implica no sólo Ia posición relativa de 10s individuos sino también
SI\ carácter, Probablemente tiene relaciones complicadas con Ia propiedad de de los grupos, Ias organizaciones y Ias sociedades.
Ja cstabilídad del grupo. Por ejemplo: un ambiente social estable puede favo- 26. Poder relativo de los grupos: Esto se refiere a Ia variable capacidad
ele] grupo para imponer sus decisiones; a) a sus miembros y b) a su ambiente
OG Como un conjunto dc ejemplos de Ia conexion entre distancia espacial y formación de rela-
';IlIlCS socialcs cn nna cornunidad local, véase "The social psychology of housing", por R. K. Merton,
social. Se supone aqui que el poder relativo de un grupo es una resultante
.n Currcnr Trends in Social Psychology, ed. por Waync Dcnnis (Pittsburgh, University of Pittsburgh de otras propiedades deI grupo, pero el análisis de este complicado problema
Prcss, 1948), 163·217, cn especial en 203·09; Social Pressures in Informal Groups: A Study of Tin- está aún en sus comienzos.w
'"'''' Fnctots in Homing, por Leon Festinger, Stanley Schachter y Kurt Back (Nueva York, Harper
",,<I llrothcrs, 1950), eu especial el capítulo 3: "Neighborhood interaction in a homogeneous com. Es arbitrário, desde luego, terminar en este momento Ia lista de Ias
","Ii1V", por Theodore Caplow y Robert Forman, en American Sociological Review, 1950, 15, 357. propiedades de los grupos, porque probablemente hay otras tantas más, si no
,(,r,: "TI,e sociology of new towns", por H. J. Gans, en Sociology and Social Rcscarch, 1956, 40, muchas más, que han sido ya esporádica o sistemáticamente estudiadas por
:', I,'). los cst udios sociológicos de Ias relaciones de Ia distribución espacial de pcrsonas con su
"11"111('1,, 50Ci:l1Y SlISrelaciones socialcs son actualmcnte considerables; una codificación de los resul- Ios sociólogos. Pero esta lista no pretende agotar Ia matéria; es, en el rnejor
1.,,], •.. dc (',as vcintenas de estudios probablemente justificaría el esfuerzo.
111 IIIslitllc;onal Change in the Israeli ColIectives, por Eva Rosenfcld. tcsis cloctoral en socio- 68 Una de Ias aportaciones distintivas de los estudios de Warner es precisamente el comienzo
1"1:'''. (:"loII,l>i" University, 1952; Kibbutz: Ventme in Utopia, por Melford E. Spiro (Cambridge, sustancial del análisis de Ia jerarquía relativa de los grupos y Ias organizaciones; véase, por ejemplo,
11"11'",] Ulli\'cr,ily Prcss, 1956); La estratificación social, de Barber. Simmel observó que "Ias socie- The Social Life of a Modern Cornnnmity, por W. L10yd Warner y P. S. Lunt (New Haven, Yale
rhu l•.·, S»,i;r!;,la, () scmisocialistas sólo han sido posíbles en grupos muy pequenos y siempre han University Press, 1941).
fl"Ia,"d" 1'11 105 grandes". Sociology of Georg Simmel, 87·8. Tras nueva rcflexión resulta que esta 69 EI trabajo en que actualmente se ocnpa Robert S. Lynd promete proyectar Inz sobre este
I:"III',,,lit;ll";(,1I crupírica cs condicional para otras propiedades de grupo que Simmel trata asistemá-, problema. Véanse también Community Power Structure, por Floyd Hunter (Chapel HilI, University
Ikllllll'llll' ;r! !cablar de cjemplos históricos específicos. of North Carolina Press, 1953); "Absentee-owned corporations and commnnity power structure",
por Roland J. Pellegrin y Charles H. Coates, en American Joumal of Sociology, 1956, 61, 413·19.
32tf I<STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 327
, """, propedéutica. No cs sino un corto paso hacia el objetivo teórica mente esfuerzos para resolver este problema, antes que seguir viviendo con él me-
uupuesto de producir un sistema conceptuaI para Ia caracterización de los
diante una serie de incómodos y arbitra rios reajustes,
grupos socíales. Es evidente que se necesita un sistema así si han de reunirse
Pero, aI subrayar 10 que todavía no sabemos y ]0 que aún no hemos reali-
en forma de conocimiento unificado Ias múItipIes hechos sobre grupos y es-
tructura de grupos. zado, no olvidamos Ia considerable cantidad de conocimientos y de realiza-
ciones que se han conseguido. En Ia última o Ias dos últimas generaciones
Puedc sustcntarsc una opinión del todo contraria sobre esta lista provi-
se ha reunido un almacén de conocimientos sobre muchas, quizás sobre la
sional: no es que csté manifiestamente muy lejos de ser completa, sino que ya
mayor parte, de Ias propiedades reunidas en Ia lista precedente. Quizás es aun
es demasiado la rga. Porque, ~cómo podemos hacer frente a Ia tarea implícita
más oportuno sefialar que hay una tendencia cada vez mayor entre los soció-
de caractcrizur al mísmo tiempo todos los grupos sometidos a exarnen en
Iogosa pensar en relación con Ias elementos y Ias propiedades de Ia estructura
rclacinn ('())) todas Ias veintiséis propiedades? EI hacerIo significaría que se
de grupo, y no contentarsc con exposiciones puramente descriptivas de dife ..
CllCOIItr.rrían poeos grupos estructuralmente análogos en todos esos numerosos
rentes grupos. Si no hay motivo suficiente para un optimismo puro, aun 10
rcspccros. En consecuencía, serán difíciles, si no imposibles de descubrir uni-
hay menos para el amargo pesimismo.
Ionuiclades de conducta enlazadas COn Ia estructura de Ias grupos.
Y ahora podemos poner fin a ]0 que puede parecer una larga digresión
Todo esta no representa, desde luego, un nuevo problema, y segura- sobre Ias propiedades de Ias grupos, pero que es, en pura lógica, realmente
mente ningún problema que se limite a cIasificaciones sociológicas. Es en
supuesta por preguntas de aspecto tan inocente como Ias que plantean el
cualquier disciplina un problema que hay que resolver de nuevo formulando
problema 4 de Ia teoria actual deI grupo de referencia:
una clasificación útil. Pero los métodos generales de lIegar a una soIución
sem bastante bien conocidos mediante una experiencia muy cumulativa. En , , , lCuándo se orientan Ios individuos hacia otros de su grupo ocupacional,
primer lugar, Ia lista propuesta de propiedades puede dar vigor a diferentes o de sus grupos de simpatia, o de sus grupos religiosos? lCómo podemos caracteri-
cJasificaciones, cada una con su uso distintivo. No se supone que deba ha- zar Ia estructuia de ia sítuación social que lleva a una y no a otra de Ias diferentes
ccrse una sola cIasificación a base de gran número de propiedades diferentes. afiliaciones de grupo que son tomadas como los contextos significativos?
":n segundo lugar, indudablemente resultará que unas propiedades pueden Porque, como resulta claro ahora, esas preguntas suponen que el modo
dcclncirse de otras y, por 10 tanto, no necesitan ser estudiadas en forma inde-
útil de clasificar los grupos es en relación con Ias actividadcs institucionales
pcudiente. Hemos indicado varias posibilidades de esas en Ia lista anterior.
a que están dedicados: tales como el trabajo, Ia comunión en el juego o en
Fillalmente, tal vez es 10 cierto que algunas de esas (y otras) propiedades
el modo de ser, y Ia religiosidad. Pero, en el mejor caso, el supuesto es dis-
manifiestas de los grupos resulten "insignificantes", que no conduzcan al
cutible. Realmente, en Ia ciencia sociológica como en el proceso del creci ..
clescubrimiento de un orden perceptible en los hechos.Pero Ia utilidad de una
miento, 10 más sabio, si no ciertamente inevitable, suele ser aprender a andar
lista preliminar de esta especie consiste en que proporciona un punto de par-
antes de aprender a correr. Porque todavia durante algún tiempo en 10 futuro,
lida para "experimentar" con diversas clasifícaciones, más bien que adoptar
como 10 fue durante mucho tiempo en el pasado, puede resultar prudente y
clasificaciones ad hoc formuladas para un propósito momentáneo.
conveniente seguirIe el rastro a Ia elección de grupos de referencia entre Ios
Pero hay un gran obstáculo que debe ser superado para que puedan resul-
grupos a que se pertenece, concretamente definidos: de Ia família y no de
t ;11' útíles nuevas clasificaciones de grupos, y es Ia dificultad de establecer
Ios iguales en edad, de grupos profesionales y no de grupos religiosos. La:
medidas estandarizadas de cada una de Ias propiedades bajo estudio. Hay una
información adquirida de investigaciones realizadas en este plano de concre-
fase cn el desarrolIo de una disciplina en que se formulan de nuevo medidas
ción indudablemente tendrá sus usos. Pero hay que reconocer de antemano
c índices ad hoc en cada estudio, de suerte que, aunque Ias palabras que
que, desde eI punto de vista de una teoría sistemática de Ia conducta relativa
designan Ia propiedad son Ias mismas, el aspecto del fenómeno que real-
a grupo de referencia, esto sólo puede constituir una investigación interina,
mente desígnan varía en forma sustancial. Mientras Ia "cohesión social", por
quizás un preludio indispensable, pero todavia sólo un preludio, al descu-
('jl'Jllplo, sea "medida" de manera diferente por indicadores tan toscos como
brimiento de uniformidades en Ia seIección de tipos de grupos de referencía
Ia .iccpración de Ias normas del grupo, Ia "simpatia" recíproca entre indivi-
en condiciones determinadas.
<11111" dei grupo registrada por preferencias sociométricas, Ia sensación de "per-
Con esta estipuIación, será útil proseguir Ia formulación de problemas
tCII('t'cr al grupo", y así sucesivamente, es posible por ]0 menos que la misma
implícitos en Ia dinámica de Ia seIección de grupos de referencia entre Ios
p;d;dlJ:I se emplee para denotar aspectos diferentes, aunque relacionados
grupos a que se pertenece, juntamente con Ia revisión de estudios que versan
t'l!l1 c xi, dcl grupo. La uniformación de Ia nomenclatura y de Ias medidas
sobre estos problemas. Tal como están ahora Ias cosas, ~cuál es Ia situación
C\ 1111 problema al que tuvieron que hacer frente la mayor parte de Ias cíen-
de Ia teoría y de Ia realidad acerca de Ias circunstancias y Ios procesos que
('i;IS ('li IlIl momento u otro en el curso de su desarrollo, y quizás no sea derna-
favorecen Ia elección de unos y no de otros grupos a que se pertenece coma
~i:lcl() suponer que Ia sociología está Ilegando a Ia etapa en que se harán
sistemas de referencia normativos y comparativos?
32K ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 329
Problema 43. Variaciones en tos grufJos de referencia para diferentes valores en su socieelad fraternal. Y así sucesivamente. Puede tener en su órbita
)' normas de activiclades cinco o seis individuos a quienes se dirigirá sobre materias
diferentes. Es notorio, pues, que rara vez tropieza uno con e] que podría
Annque esto se abrió camino lentamente hacia Ia teoría del grupo de refe- dcfinirse como líder completo, un individuo que tiene un séquito ele 40 a 50
rcncia, se supuso durante rnucho tiempo que adquieren relevancia grupos personas en cada esfera de actividad ... ".n Como esto está descrito simple-
di [crentes para diferentes esferas de conducta de Ias individuos. Esto sólo mente como una impresión recibída en su observación de campo, Alinsky
quicrc decir que, tácita si no siempre explicitamente, los grupos de refe- expresa su confianza en que una investigación más sistemática descubrirá que
rcncias funcionan como tales en conjunción con distintas clases de valora- es exacta. Esa investigación, expuesta en el capítulo siguiente de este libro,
cion y de conducta. Como hemos visto, al examinar Ia propiedad de grupo dedicado a estudiar el que yo creo que se designa más adecuadamente como
(11úm, 2) deI grado de vinculación con el grupo, algunos grupos adq uieren "el influyente" gue como e] líder, encuentra que:
rclcvancia para una amplia diversión de conductas, y otros sólo para unas
I)()C<IS.
. . .los influyentes difieren ampliamente respecto del número de esferas de activi-
Las insinuaciones a este efecto son numerosas en Ia ciencia social. Desde dad cn que ejerccn influencia interpersonal. Unos influyentes, y estos pueden
SIISorígenes, por ejernplo, Ia sociometría supuso que ciertos individuos tien- llamarse monomóriicos, son citados repetidas veces como individuos que ejercen
deu a ser seleccionados como cornpafieros preferidos en Ia esfera del trabajo, influencia, pero sólo en una zona definida y más bien limitada, por ejemplo, Ia
v 01 ros ell Ia esfera del juego.70 Del mismo modo, no puede suponerse tácita- zona de Ia política, O' de los cánones del buen gusto, o de Ia moda. Los influyen-
uicu!c que Ias mismos grupos sirvan de manera uniforme como grupos de tes monomórfieos son Ios "expertos" en un campo limitado, y su influencia no se
rcfcrcncia para Ias mismos individuos en todos los aspectos de su conducta. difunde por otras esferas de decisión. Otros influyentes, y entre éstos se cuentan
buen número de altos influyentes, S011 polimórficos, y ejercen influencia inter-
I'rcscntada en estos términos directos, esta declaración tiene todas Ias marcas
personal en diversidad de esferas (a veces no relacionadas entre sí aparentemente)
de 1111lugar cornún pesadamente enunciado. Pero Ia práctica de aludir a
(página 413).
grupos de referencía, sin relacionarIos inmediatamente con la forma particu-
l.rr de conducta o de valoración implícita, logra escapar a Ias implicaciones
Pero, como indica este estudio, los sociólogos están dispucstos ahora a
rcstrictivas de este lugar común. Además, ni el profano ni e1 sociólogo parecen
ir más aliá de la generalización empírica de que relativamente pocos influ-
sa bcr I1111Cho,hasta ahora, de Ias uniformidades en Ia selección de unos gru-
yentes ejercen influencia diversificaela en diferentes esferas de actividad, y
pos y 110 de otros como sistemas de referencia en conexión con tipos espe-
relativamente muchos limitan su influencia a una sola esfera. Es evidente
cíficos de conducta y de valoración. E] que se sepa tan poco sugiere que
que Ias pasos siguientes de Ia investigación deben identificar Ias circunstan-
la obvía suposición de sentido común según Ia cual el grupo funcional o
cias en que aparece uno u otro de esos tipos de influencia,
sust.mtivarnente pertinente se convierte siempre en el grupo de referencía,
EI estudio más comprensivo de este problema general de Ia influencia
('sl;'1 lejos de ser cierta. No es cierto, por ejemplo, que Ia afiliación religiosa
unitária o diversa se encuentra en el libro de Katz y Lazarsfeld.t- Aquí, tam-
determine por sí sola quê grupo se adoptará como sistema normativo de
bién, el tipo empíricamente predominante ele influencia se dice que es el
rcfcrcncia en materias religiosas ni qué sindicato gobernará en todo caso
limitado a una sola zona de normas y de actividad: "El hecho ele que una
I:ts perspectivas económicas de un indivíduo. La complejidad de Ia conducta
mujer sea líder en una zona no ofrece ninguna probabilidad de que 10 sea
relativa a grupo de referencias no parece estar cortada por este único y atrac-
I ivo patrón,
tarnbíén en otra."
Este problema es uno entre varias que ofrecen ocasión para unificar 73
Otros muchos observadores han subrayado el punto general de que los
en una teoria de alcance intermedio los resultados y Ias hipótesis relativas a
1I1iSlllOSindividuos o grupos no se toman uniformemente como guías de Ia
influyentes y líderes ele Ia opinión, y los concernientes a Ia conducta rela-
coudnota y Ia valoración en esferas sociales diferentes. Durante algún tiempo
tiva a grupo de referencia. Porque se hace evidente que el primer conjunto
SI' cxprcsó esto en el lenguaje destinado a describir el funcionamiento del
de investigaciones trata, en realidad, de Ias fenómenos de los grupos de refe-
litln;i! o. Piénsese, como ejemplo, en Ia observación de Saul Alinsky según
1:1('Id "11Il individuo busca como líder a una persona particular, una per- 71 Rcveille for RadicaIs, Saul D. Alinsky (Chicago, University of Chicago Press, 1946), 90.
~()II;I CII CllYO juicio tiene confianza, en materias políticas; pero cuando 72 Personal Influence, por Elihu Katz y Paul F. Lazarsfeld, Parte Segunda, y en particular cl
tinI(' .mlc sí cl problema de Ias finanzas se dirigirá a uno ele SllS compafieros capítulo xv, que resume los resultados dei cstudio.
73 Este es uno de 10s numerosos casos en que es posible descubrir Ia unificación de diferentes
teorías, y este proceso de teorización se describe brevemente en Ia Introducción de este libro y hacia
'{I) 1'\1:1 ronsidcración básica y obvia una vez mencionada, pero fácilmente olvidada de otra el final dei capítulo n. Esta posible unificación fue sefialada por S. N. Eisenstadt cn "Studies
''''"11');'. ('111 ró
CIl Ia técnica deI análisis sociornétrico cuando éste fue presentado por primera vez in reference group behavicr", en Human ReJations, 1954, 7, 191-216, en 204-206. Cita acertada-
1'"' ), I" MII"'lIo CIl su influyente obra Who Shall Survive? (Washington, D.C., Monografías sobre mente como afín el estudio de Morris ]anowitz titulado The Community Press in an Urban Setting
1':,,1.., "'1"11 •• <1,", Ncrviosas y Mcntales, Núm. 58 de Ia Serie, 1934). (Glencoe, The Free Press, 1952).
330 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 331
rcncia y de los individuos de referencia, examinados desde Ia perspectiva de
particular de "indivíduos orientados hacia el futuro" que constituyen Ia
que tnoporcionan esos sistemas de valoración normativa y comparativa.
I(JS
muestra de Turner. Además, Ias valores y Ias normas aun de los grupos en
En esos estudios se enfoca Ia atención sobre los tipos de individuos y de
que aspiran a ingresar Ios individuos no son aceptados de manera uniforme,
grupos que llegan a funcionar como fuentes únicas o múltipIes de orienta-
Si este último halIazgo parece al principio una perogrullada, tras nueva
cióu para otros, con una atencíón sólo secundaria para el análisis detallado
refIexión puede advertirse que se trata de una de esas perogrulladas que es
dei estado de aquellos para quienes son influyentes esos individuos y grupos.
mejor examinar cuidadosamente y no desecharlas como evidentes por sí mis-
1<1 segundo conjunto de estudios, por el contrario, se centra sobre los indi-
mas. Porque orienta Ia atención hacia Ias circunstancias que favorecen Ia
vuluos que adoptan uno u otro grupo o individuo como fuentes de guía y
111icnlación, y sólo secundariamente se interesa en el análisis detallado de
resistencia a Ias normas y Ios valores de un grupo potencial de referencia, y
I()s inclividuos y los grupos que ejercen esta influencia. Pero como "Ia con- no trata restrictivamente sólo Ias que favorecen Ia adopción de dichas nor-
mas y valores, orientación general que Salomón Asch 75 trató valientemente
d 11('1
a relativa a grupo de referencia" implica relaciones sociales que son,
d(',de luego, bilaterales, resulta claro que los pasos siguientes en Ia ínves- de restablecer en su propio e importante lugar en frente de Ia tendencia
11~::lci{mde este campo de Ia conducta requerírán análisis simultáneos tanto predominante en Ias ciencias sociales y psicológicas a tener en cuenta primor-
dialmente Ia influencia coercitiva o restrictiva deI grupo. Esto sólo es indicar
dc los individuos que adoptan diferentes grupos de referencia como de Ias
que el estudio de Ia "autonomia individual" y de Ia coerción social son Ias
grllpos que suministran los sistemas de referencia. Puede aventurarse que,
caras opuestas del mismo cufio teórico, y no, como aún se supone a veces
hasta ahora, Ia independencia relativa de Ias dos Iíneas de investigación fue
inadvertidamente, el estudio deI "indivíduo" contra "el grupo".
nalmcnte ventajosa para eI progreso de Ia teoría de Ia influencia social, por-
(I"C 105 muchos puntos de convergencia que ahora son perceptibles aumen- Parece que e1 tomar en consideración "grupos de referencia diferentes
I:111nuestra confianza en Ia validez de arn bas líneas de investigación, basán- para normas y valores diferentes" está subiendo al nivel de atención socio-
dose cn que Ios errares idênticos independientes son menos probables que Ias lógica estudiado. El mismo número de Ia revista en que Turner publica su
verdades idênticas índependíenns, Pero sea de esto 10 que fuere, los estudios estudío, por ejemplo, inc1uye un trabajo colateraI, pero independiente, de
('011 frecuencia independientes sobre Ia influencia social, y sobre Ia conducta Rosen, que tiene el mismo objetivo central. Por 10 demás, e1 aludido trabajo
relativa a grupo de referencía, enfocados sobre Ios que SOn influidos, eviden- expone 10 que es obvio, pero toma Ia perogrullada en serio y procura des-
temente necesitan ser teóricamente unificados en conceptos sociológicos arrollarla más: "Los otros importantes no son necesariamente referentes para
capaces de tratar unos y otros simultáneamente. todas Ias zonas de Ia conducta individual'i.?" Y adernás, en vez de hacer UIl
Sobre este fondo bastante ampliado, el valor de diferentes estudios re- resumen de resultados, sólo seleccionó eI que parece tener importancia para
cientes sobre Ia selección de unos y no de otros grupos de pertenencia Como Ia continuidad de Ia investigación. Rosen registra los resultados aparente-
gmpos de referencia toma mayor importancia sociológica. Esos estudios son mente anórnalos de que Ios individuos de su muestra, que en realidad son
rcconocidamenre meros comienzos, pero quizás muy sintomáticos de des- muy "tradicionalistas" en sus actitudes y su conducta religiosas, no son, como
.urollos inrninentes por esa misma razón, El estudio de Ralph Turner, por podia suponerse sobre Ia base del sentido común listo y a Ia mano, Ios más
cjcinplo, cmpieza con Ia premísa, afín a Ia segunda de nuestra lista de aptos para sentir que viven de acuerdo con normas tradicionales. La aplica-
propíedades de grupo, según Ia cual "Ia literatura del grupo de referencia ción de Ia teoría deI grupo de referencía aclara Ia aparente paradoja. Pues
110xicmpre subrayó Ia medida en que 10s grupos sOn segmentariamente y no Ios que son más "tradicionales" u "ortodoxos" en su conducta religiosa
I()la lurcnte relevantes para los valores de un individuo't.t+ Tras esto pasa tienden a ser aqueIlos cuyos padres tienen normas particularmente exigentes
'I'urucr a enmendar el defecto investigando los diferentes grupos de perte- de ortodoxia religiosa, y es en eI ambiente de esas normas más exigentes
IIcllcia scleccionados como sistemas de referencia para diferentes tipos de donde Ios individuos estiman en más frecuencia que se quedan cortos en su
valores: valores centrados sobre el êxito profesionaI, determinados tipos de va- conducta. Este resultado puede ser fácilmente unificado con los conceptos
I( 11cs {ticos y morales, y valores relacionados con 10 que Turner describe consagrados de que Ia autoestimación depende de normas de juicio diferentes
1111110"riqueza de vida". No intento resumir aqui sus resultados: ellos y derivadas deI grupo. Tiene e1 mérito de recordamos 10 que es generalmente
\1111,\01110 dice Tumer, sugestivos más bien que apremiantes. Lo esencíal es
qlle :Iparcccn diferentes normas de selección, con tipos de valores relaciona- 75 Eutre sus importantes estudios sobre esta materia, véanse 105 siguientes: "Studics in the prin-
cíples of judgments and attitudes: r. Two basic principIes of judgment", por S, E. Asch, H. Block
d(l~ ('011 I ipos de grupos de referencia, Por ejernplo, Ias afiliaciones de grupo Y M. Hertzman, en Joumal of Psychology, 1938, 5, 219-51;; "Studíes in the principies of judgment
qlle :,1111iuatcria de logro personal más que de atribución social, tienden a and attitudes: n. Determination of judgements by group and ego standards", por S. E. Asch, en
\<'1 IdCI':I11tcs más frecuentemente para 1a aceptación de valores por Ia c1ase Jouma! oi Social Psychology, 1940, 12, 433-65. Para una amplia exposici6n de Ias consideraciones
te6ricas implícitas en esos y otros estúdios posteriores, véase Social Psychology, por S. E. Asch
H "Rcfcrcncc grollpS of Iuture-oríented men", por Ralph H, Tumer, en Social Forces, 1955, (Nueva Y ork, Prentice-Hall, Ine., 1952),
H, í rn 'l(>, ('1\ 131. 76 "The reference group approach to the parental facto r in attitude and behavíor formation",
por Bemard C, Rosen, en Social Forces, 1955, 34, 137-44.
~,
") v ," .. GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 333
I'SIUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
Tengo que admitir que esos conceptos me parecen importantes por su
\;11)1(I() pcro sólo de vez en cuando admitido: Ia sensación que tiene el indi-
afinidad teórica, que Eisenstadt observa, con algunos ele los conceptos
v1<1110ele estar "acorde consigo mismo" no es muchas veces sino el resultado
cxpuestos en el capítulo anterior de este libra. Pero aparte de esas conside-
de estar "de acuerdo" con Ias normas de un grupo aI cual está afectíva-
raciones ajenas, tienen el claro mérito de enfocar Ia atención, en el des-
IIIClltc adherido. La sensación de autonomia personal no significa por nece-
sidnd eI rechazo de coacciones normativas ejercidas por todos Ios grupos. arrollo de una teoría sociológica de Ia conducta relativa a grupo de referen-
U 11 tercero y sugestivo trabajo, de Einsenstadt,77 está más comprehensí- cia, sobre las circunstancizs institucionales y estructurales que favoreceu una
V;I1IlCnteorientado hacia el problema de Ia selección de grupos de referencia U otra selección de grupos de referencia, y que, adernás, sirven una u otra
diferentes tal como es afectada por el carácter de Ias valores y Ias normas función social para el grupO.79 Y aunque sus autores confiesan que Ias
coiuprendidos en esta situación. Por limitada que sea Ia exactitud de sus estudios de Ia clase de Ias resefíados brevemente aqui sólo son preliminares,
d:ll()s, cl análisis que hace Eisenstadt del problema representa un claro paso representan un comienzo hacia Ia solución del problema de por qué se selec-
h:lCia adelante. Empieza por distinguir tipos de normas sociales, y reconoce cionan unos grupos y no otros para afiliarse a ellos en relación con diferentes
plenamente que Ia elasificación deja ancho espacio para ser mejorada. Los tipos de valoración, comparaeión y formación de actitudes.
cinco tipos de normas que distingue -eI no mencionarIas aquí quízás tenga
cI mérito no poco eonsiderable de dirigir al Iector hacia eI trabajo origi- Problema 4.4. Seleccion de grupos de referenda entre categorias de sítuación
lI:lrio-- son agrupados después en dos tipos principales: 1) Ias normas que o subgrupos que implican. una interacción prolongada
cxplícitamente relacíonan Ios "últimos valores" del grupo con Ia conducta
ele papel apropiada en redes particulares de interacción social; y 2) Ias nor- ... [cuál es] Ia importancia comparativa de categorías generales de situación y de
mas que sirven para estimar Ia importancia relativa de diferentes papeles o Ias subgrupos Íntimos de que uno forma parte ... Por ejemplo, Ias expectativas
esferas de conducta, sirviendo asi para mitigar conflictos potenciales entre ele Ias obreros concernientes a sus perspectivas personales de trabajo i..se forman
dcfiniciones incongruentes de papeles, sobre eI trabajo presente suyo y el de sus compafíeros que 10 tienen, más que por
Así como vimos en el curso deI alistamiento de Ias propiedades de grupo las elevadas proporciones de desemplco que prevalecen en eI trabajo cn general?
qlle aquello era un preludio para Ia clasificación de grupos, así esta clasifi- Este caso de The America'11Soldier seríala, pues, Ia necesidad de realizar invés-
(,;Ición ele normas es preliminar a Ia definición de problemas teóricos. Entre tigaciones cumulativas sobre la eiicacia relativa de 10s sistemas de teierencia sumi-
csos problemas, eI fundamental concierne a Ias circunstancias en que es evo- nistrados por compaiieros y por categorías gencrales de situación. Sugiere Ias cosas
más importantes de observar que c1eben incorporarse a los estudios proyectados, de
cado y mantenido como mecanismo ele control social uno u otro de Ias tipos
manera que este problema ... pueda prestarse ,1 Ia investigación aquí y ahora, no
gCllcrales de normas de referencia. EI prirner tipo, coneluye Eisenstadt pro-
en un futuro remoto. Los estudios en proyecto fácilmcnte podrían comprencler
visionalmente, que sirve para reafirmar Ias valores perdurables subyacentes renglones de datos sobre Ias normas o sobre Ia situación que prevalece en Ia situa-
CII nua situación particular de interacción social, tiende a ser evocado en Ia ción dada en general. EI análisis subsiguiente podría hacerse, entonces, sobre
silll;Jción en que, por una u otra razón, son perturbadas de manera impor- una cornparación sistemática de indivíduos en Ia misma situacion, peIO con com-
t.uuc Ias rutinas sociales deI grupo. Con suave y adecuada paráfrasís puede paiieros inrnediatos que se han opucsto claramente a Ias normas o que están en
cuunciarse esa conclusión del modo siguiente: una orientación de referencia situaciones contrapuestas (página 251).
hncia cste penetrante tipo de norma, que relaciona valores últimos con situa-
cioucs específicas de interaeción social, sirve como mecanismo de contraI bién el análisis de Ia seIección de papel en una situación de agudas presiones sociales hecho por
Lewis M. Killian y titulado "The significance 01 multiple-group membership in dísaster", en Ame-
social, cn eircunstancias de desorganización inminente o real, dentro de los rican 'oumal of Sociology, 1952,67, 309-14.
~IIh-sistemas de una sociedad, y no en circunstancias de conflicto potencial 79 Se alude aqui a los enunciados de problemas de Ia especie siguiente que fueron expuestos
cn el capítulo anterior: "EI problema teórico y de investigación en este punto es determinar
entre sistemas diferentes (Eisnstadt, 202). E1 segundo tipo de normas tiende
[cs decir, averiguar] cómo Ia estructura de Ia posición social hace que ciertas analogías de posi-
;1 entrar en juego cuando definiciones diferentes y antagónicas de Ia situa- ci6n se conviertan en base de dichas cornparaciones y que otras analogías de posición sean desde-
('i('1I1social hechas por grupos diferentes presentan al individuo en condiciones fiadas por 'irrelevantcs'" (página 247, n. 15). Adernás: el problema es identificar "sistemas de
de degir por fuerza entre papeles antagónieos.78 referencia usados en cornún por una proporción de indivíduos de una categoría social suficiente-
mente grande para dar origen a definiciones de Ia situación características de aquella categoría.
Y esos sistemas de referencia son comunes porque están normados por Ia estructura social" (pá-
'I'l "Slmlics in reference group behavior: I. Reference norms and the social structure", por S. N.
,':,·.•·",1:1<11,
cn l luuum Relations, 1954, 7, 191.216. gina 248). Y también: "' ... SOn Ias definicioncs institucionalcs de Ia estructura social Ias que pueden
atraer Ia atcncióu de Ias individuos de un grupo o de los ocupantes dc una posicíón social sobre
{.' ,.:" rclnción con este problema Ia teoria de Ia conducta relativa a grupo de referencia se
ciertos grupos cornnnes de refercncia. .. Además de esos grupos cornuues de referencia... muy
'''.1.11'''11" <"" Ia teoria semejante de los papelcs sociales y del conflicto entre papeles. La cstructura
bien puede [haber] ... toda clase de grupos de referencia idiosineráticos, los cuales... varían aI
"" "li. I", valoresculturales y Ias presiones de Ia situación actúan entre si para producir una elcc-
azar. .. " (página 2 50). A Ia especificaci6n y desarrollo de esta orientación sociológica hacia los
,'.<"" (·,,1,,· p:lpdes diferentes y a veces antagónicos, de acuerdo con normas que sólo ahora empiezan grupos de referencia está consagrado Eisenstadt. Quizás no es mucho decir que, en el campo de
" "., (""""id:ls y esto únicamente en sus meros contornos. Véase, por el ejemplo, el trabajo de
Ia teoria deI grupo de referencia, es Ia continuidad, y no Ia discontinuidad súbita, Ia que se está
SII",,"·I SllIllffcrtitulado "'An analysis of conflicting social norms", en AlIlerican Sociological Review,
convirtiendo en norma predominante de desarrollo.
1'1-1'), "I. 70717, y Ias trabajos posteriores de Stouffer yjackson Toby derivados de él. Véase tarn-
'!H I':s'/'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 335
1,0 que se expresaba en ese párrafo como una esperanza de investigacio-
nes enfocadas sobre el problema se convirtió después en realidad, sobre todo
'-',
proporción de 10s votos. Si Ias amigos y Ias co-trabajadores estás divididos dos a
uno republicanos, Ia votación es republicana en sus tres cuartas partes aproximada-
cn Ias investigaciones que constituyen el "estúdio de Elmira" sobre Ia con- mente; pero si están dos a uno demócratas, Ia votación es demócrata sólo en Ia
ducta en Ia votación. Así, en una parte deI estudio de Elmira dedicada aIos mitad aproximadamente. Es como si Ia votación media en grupos primarias mixtos
c1ctalles de Ia conducta relativa a grupos de referencía.w se advierte que los da- se alejase algo hacia el lado republicano. Los efectos de Ia comunidad mayor son,
los registrados en este pasaje son precisamente los "proporcionados en el pues, más evidentes entre votantes con grupos primarias discordantes en des- °
cstudio de Ia votación y, siempre que es posible, es este tipo de análisis" el que acuerdo. Cuando los compaiieros íntimos del votante no 1e proporcionan. una
dirección política única y clara -cuando, por el contrario, ofrecen dos posibi1i-
se usa. Esta monografía eomprende un fondo importante de resultados rele-
dades- Ias asociacumes más amplias de la comunidad en torno reiuerzan una
vantes, que yo no intento, una vez más, resumir detalladamente. Un ejemplo
posición por encima de Ia otra.
puede servir para indicar el tenor general de Ias resultados. Se averigua que Puede observarse el mismo efecto dentro de cada posición socioeconómica
los compafieros inmediatos (co-trabajadores o colaboradores) de una organi- y de cada categoria religiosa. Con e1 apoyo de amigos del partido de "derechas"
'.:Ición formal (un sindicato) evidentemente forman Ia percepción individual (partido tradicional del estrato), cada uno de los subgrupos es el 90 por ciento
de Ia complexión política de Ia organización total. Es mucho más probable "sólido" en el voto. Pero, en casi todos Ias casos intermedios, Ia categoría de
que aquellos individuos cuyos compafieros son republicanos perciban que su inclinación republicana con un grupo mixto de amigos obtiene una votación
sindicato vota predominantemente como republicano que los individuos cuyos mayor para su partido que su equivalente demócrata. Los protestantes que ticnen
compaüeros son demócratas. Sin embargo, parece, por los da tos disponibles, un amigo demócrata (de cada tres) "pierden" sólo el 15 por ciento de su votación
que el sindicato en conjunto sirvió como grupo de referencia política para a favor de Ias demócratas, pero 10s católicos que tienen un amigo republicano
:llgllnos de sus afiliados, mientras que para otros compafieros inmediatos del "pierden" el 36 por ciento de Ia suya (véase Cuadro XLV [consejo que se reco-
mienda aquí mucho a 10s que experimentan deleite intelectual con un análisis
sindicato sirvió a Ia función de referencia, Este resultado lleva al problema
sociológico creador de materiales ernpíricos l).
subsiguíente de identificar Ias circunstancias que favorecen uno u otro tipo En general, puee, Ias republicanos obtienen más que su parte a1eatoria de 1a
de seleccíón de grupo de referencia.
adaptación a un ambiente antagónico, a causa de que 1a penetrante atmósfera
El libro fundamental que expone el estudio de Elmira 81 se orienta hacía republicana de Elmira iiende a perpetuarse. La mayoría en tomo obtiene el bene-
este problema general, como puede verse por los siguientes párrafos, tan com- ficio de Ia actuación de presiones encontradas. Puede l1amarse a esta el efecto
p.ictos que Ia paráfrasis no sería más que una peráfrasis de "rotura", tomando una palabra de los círculos de Ias carreras de cabal1os. En
el sistema de apuestas mutuas los individuos apuestan unos contra otros y se influ-
... zY los inevitables desacuerdos entre el pequeno haz de compafíeros personales yen recíprocamente. Pero, cuando se expone el resultado en cantidades redondas,
cou quien el votante actúa y Ia comunidad mayor en que vive? Se acostumbra 10s centavos restantes que se dejan -Ia rotura- van a Ia pista o aI Estado que
dccir que 10 que 1e importa aI votante es el ambiente social próximo a él; y así es. está eu el fondo En nuestro caso Ia rotura en el ajuste de un grupo pequeno
Cnando el grupo primario de amigos o de co-trabajadores está unido en opinión va a Ia comunidad republicana. En cualquier momento Ia rotura puede ser trivial,
política, el voto del elector es firme. Cuando Ias grupos primarios dem6cratas son como 10 es en Ia pista; pero en determinado momento es considerable. Por ejem-
"sólidos", el voto deI partido no es mucho más bajo que el de Ias grupos republí- plo, Ia fuerte votación republicana de individuos viejos en E1mira puede ser resul-
cauos "sólidos" (es decir, cada lado pierde s610 un 12 o un 15 por ciento en des- tado dei desgaste del toma y daca de los grupos primarias. AI avanzar eu edad, en
vinciones ). La fuerte mayoría de Ia comunidad para Ias republicanos surte poco Ia comunidad republicana se cobra constantemente un tributo a Ias antiguos
dccto porque tiene poco acceso a individuos que están dentru de grupos demó- demócratas.
n;i!-as homogéneos.
Pcro cuando el ambiente primaria está internamente dividido puede perci- Resultados así confirman algunos de los supuestos de hecho contenidos en
I,irsc cl cfecto de Ia comunidad lejana. Entonces Ias republicanos tienen una alta el concepto, consagrado de antiguo, del pluralismo, según el cual Ias asocia-
ciones pueden (y en Ia teoría política del pluralismo, debieran) mediar entre
HO Refcrcnce Group Theory and Voting Behavior, por Norman Kaplan, citado anteriormente, Ias individuos y Ia sociedad en general y Ia politíca.s- Analíticamente, éste
..'} v. par" cl cjemplo, 156s8.
es un concepto sólido de Ia estructura social, pero sólo como una primera
HI Voling: A Sttldy of Opinion Formation in a Pre8idential Campaign, por Bcrnard R. Berelson,
1',1111 F. Laz'JrSfc1d y \Villiam N. McPhee (Chicago, The University of Chicago Press, 1954), 98. aproximación. Para empezar, el concepto no tiene por qué limitarse, como
1111, v passim. Me torné Ia libertad de subrayar Ias frases que parecen tener una importancia teórica tradicionalmente 10 está en los escritos de los pluralistas, a Ia lucha por e1
II"h 1:l'IJcral, así como incluí deliberadamente el vulgar pero informativo paralelo entre Ia huella poder entre asociaciones organizadas en 10 particular y el Estado. No es sólo
de L. """ Y uu proceso social recientemente advertido en Ia comunídad local. Es seguro que Ia baja
'.1111.,' I,'''' ,,'ei'll de Ia analogía no 10 hará tabú entre Ias sociólogos, por 10 menos no a Ia luz his-
82 Para instructivos análisis sociol6gicos dei pluralismo, no sólo como teoría política sino
1<',,"., de, I"JJlg"mos por caso, Ias orígenes de Ia teoría de Ias probabilidades en Ias casas de juego, también como concepción de Ia estructura social, véanse The Quest for Community, por Robert
,li 1111,111 I", problemas deI jugador de dados sucesivamente Ia atención de Imola, Pacioli, Candan,
A. Nisbet (Nueva York, Oxford University Press, 1953) e "Industrial relation and the liberal
'I\ulllglia. I'uscnl, Fcrmat y Jacques Bornouilli. Si podemos comparar cosas grandes con cosas pe- pluralist", por Clark Kerr, en Proceedings of the Seventh Annual Meeting of the Industrial Rela-
'I"Onll'. sc tuanlicne Ia fuerza de Ia analogía.
tions Research Association.
336 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 337
el ejercicio formal y consciente deI poder 10 que resulta, pues, afectado por Ia ciones personaIes importantes desde el punto de vista afectivo y duraderas y
estructura social, sino toda Ia esfera de Ia influencia social, incluso Ia informal Ia estructura social general son precisamente Ias conexiones que exploramos,
e inconsciente.
los tipos por 10 demás instructivos de investigación de pequenos grupos expe-
En segundo lugar, y el profundo estudio de Nisbet vuelve evidente, no rimentales no están calculados para ser suficientes. Puede uno aventurarse
son "indivíduos", concebidos tácitamente como "un montón de arena de a expresar Ia esperanza y Ia confianza en que, antes de mucho tiernpo, los
partículas desconectadas de humanidad", los protegidos en sus libertades por sociólogos y Ios psicólogos sociales habrán identificado Ias problemas teóricos
Ias asociaciones situadas entre ellos y e1 Estado soberano, sino "personas", que son más eficazmente apropiados para Ia investigación en pequenos grupos
diferentemente engranadas en grupos primarias, tales como Ia família, los cxperimentales y los habrán diferenciado de Ios problemas que son estudiados
compafieros y los grupos locales. Esa ficción del individuo verdaderarnente con mayor eficacia dentro de Ias rutinas ordinárias de Ia vida social diaria.ê"
aislado, tan poderosamente concebido cn el famoso capítulo XIII del Leviaián
de Hobbes, y que después fue muy bien acogido en los supuestos de los plu-
ralistas IiberaIes, es una invención que Ia socioIogía actual ha exhibido como Conducta relativa a grupo de referencia: Elementos estructurales
falsa y superfIua.
En tercer lugar, como se ve ahora, aun Ios grupos primarios en que Ias La sección precedente de este examen de continuidades en Ia teoria de 10s
personas están engranadas en alguna medida, no ejercen efectos uniformes grupos de referencia y Ia estructura social se interesó por 10 que se sabe en Ia
sobre Ias orientaciones de sus miembros. De vez en cuando, 105 valores de actualidad de los deierminanies de Ia seIección de grupos: grupos a los que
los grupos que suministran el ambiente social de Ios individuos no todos se pertenece y a Ios que no se pertenece, diferentes tipos de grupos aios
(ni Ia mayor parte) son de una pieza, y en taIes casos, Ios efectos potenciales que se pertenece, y grupos que implican relaciones personaIes prolongadas
ele 10) grupos se neutralizan. Adernás, cuando en los grupos primarios predo- en cuanto diferentes de Ios agregados abstractos comprendidos por categorias
minan orientaciones antagónicas de valores y son pronunciadas Ias orienta- de situación social y en cuanto diferentes de Ia comunidad más amplia y de
ciones modaIes del ambiente social en general, el papel mediador del grupo Ia sociedad en que también tienen su lugar Ios individuos. Se han exami-
primario disminuye o hasta se hace desdefiable, y Ia influencia de Ia sociedad nado diversidad de problemas específicos teóricos y empíricos en sus relacio-
mayo! se hace más cohesiva. Ésta es, por 10 menos, Ia dirección que pueden nes con Ios determinantes de Ia selección. Como eu este momento sólo men-
tomar apropiadarnente Ias inferencias conjeturales de esta serie de resultados cionaremos algunas de Ias consecuencias y de Ias funciones de Ia conducta
clcI estudio de Elmira. relativa a grupo de referencia, examinaremos por 10 menos aIgunos de los
Otro tipo de implicación de esos resultados se relaciona con el lugar elementos estructurales que están centralmente implícitos en Ia conducta re-
teórico de Ia "investigación de grupos pequenos" en e1 desarrollo de Ia teoria lativa a grupo de referencia, concebida como proceso social. Como se insinuó
del grupo de referencia y de Ia teoria sociológica más general de los grupos. en Ia lista anterior de propiedades de grupo que se creen afines al desarrollo
Es manifiesto que los resultados de Elmira no hubieran sido fácilmente obte- ulterior de Ia teoría del grupo de referencia, Ia "observabilidad" o "visibíli-
nidos si Ia conducta bajo examen hubiera sido Ia de unos pocos indivíduos dad" juegan un papel dominante en este proceso, el cual, por consiguiente,
requiere consideración explícita.
reunidos por corto tiempo para formar un "pequeno grupo" en uno u otro
luboratorio sociológico. Porque el requisito esencial del problema es que Ia
couducta ele 10s individuos sea examinada dentro de contextos gemelos de Problema 5. Observabilidad o visibilidad: Vías normadas de informacíón
relaciones Íntimas de larga duración ("amistad" o "co-trabajadores") y de Ia acerca de normas, valores y deeempeiio de papeles
cstructura normativa y de conducta de Ia comunidad en torno. Precisamente
este tipo de problema sociológico, que implica estructuras sociales que fun- Desde luego, Ia teoría del grupo de referencia "supone que 10s indivíduos
('iOll:1I1 de manera activa con importancia afectiva duradera para los indivi- que comparan su suerte con Ia de otros tienen algún conocimiento de Ia si-
.luos que están dentro de ellas, es el que de modo característico pasa por el' tuación en que se encuentran esos otros, 0, si se considera al individuo ...
('(la/',() de "pequenos grupos" experimentalmente preparados de indivíduos orientado hacia Ias normas de un grupo al que no pertenece, Ia teoría supone.
reunidos sobre una base ad hoc para propósitos circunscritos, con limitado naturalmente, que tiene algún conocimiento de esas normas. Así, Ia teoria de
illkn',s eu el "grupo" y todo ello por tiempo limitado. Esto no es, desde Ia conducta relativa a grupo de referencia debe comprencler en su más plena
111('[',0, discutir el valor de Ia investigación de pequenos grupos experimenta-
83 Para un ejemplo de datas sociológicos detallados sobre grupos antagónicos de referencia,
Ics; 110 cs más que hacer ver que este tipo de investigación es apropiado para véase eI expediente de pruebas reunidas cn The Worker-Priests. A CoIlective Documentation, tra-
1111 (':1111]>0 limitado de problemas sociológicos e inapropiado para un campo ducido deI francés por John Petrie (Londres, Routledge and Kegan Paul, 1956). La oposíción
pruhu blcnicnte mayor de otros problemas. No es sino decir que para proble- narmada de papeles que aparece entre Ias curas abreros franceses puecle interpretarse instuctiva-
mente de acuerdo con Ias conceptos que acabamos de revisar; serian difíciles, si no imposibles, de
11I:lS ('01110 c] que examinamos, en que Ias interconexiones entre redes de rela- reproducir en forma teóricamente cornparablc dentro de los confines de un laboratorio.
338 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL 339
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL
elaboración psicológica algún tratamiento de Ia dinámica ele Ia percepción
nantes de Ia selección de grupo de referencia. No es un dato únicamente,
(de individuos grupos y normas), y de su elaboración sociológica, y algún
sino que es también problemático desde el punto de vista sociológico. Es de-
tratamiento de los canales de comunicación mediante los cuales se obtiene
cir, no ocurre sólo que eI conocimiento de Ias normas varie empíricamente
ese conocimiento. 2,Qué procesos producen imágenes exactas o deformadas
entre Ios individuos. EI grado en que se dispone de dicho conocimiento y Ia
de Ia situación de otros individuos o grupos (tornados como sistema de refe-
cantidad del mismo también están tal vez normados por Ia estructura deI
rencia)? zQué formas de organización social llevan al máximo Ias probabili-
grupo. Y esto origina algunos problemas teóricamente importantes para eI
dades de una percepción correcta de otros individuos y grupos, y cuáles
anáIisis ulterior. 2,De qué manera afecta Ia estructura de grupo a Ia distribu-
originan una percepción deformada? Como aIgunos elementos perceptivos
ción deI conocimiento acerca de los valores y Ias normas que en reaIidad
y cognoscitivos están definidamente implícitos aun en una descripción de Ia
sustentan Ias individuos deI grupo?
conducta del grupo de referencia, será necesario que esos elementos sean
Que tales diferencias en eI conocimiento de Ias normas de grupo existen
cxplícitamente incorporados a Ia teoría" (páginas 251-52).
en realidad no sólo es materia de suposicíón convencional, sino que fue sis-
Este enunciado deI concepto de que hay variaciones modeladas en e1
temáticamente demostrado por estudios como el de Chowdhry y Newcomb
acervo de conocimientos acerca de Ias normas y 10s valores de un grupo de
(aI cuaI me referí en el breve estudio de Ia "visibilidad" u "observabilídad"
referencia, sigue siendo tolerablemente adecuado en este contexto. Pero al no
como propiedad de grupo). En el posterior sumario de resultados hecho por
advertir que se vuelve repetidamente aI asunto de Ia percepción exacta o de-
Newcomb, advirtió que en cada uno de los grupos (de 20 a 40 individuos,
formada, el enunciado puede enfocar, de manera errónea, exclusivamente la
que comprendían un grupo de estudiantes religiosos, un grupo político de Ia
atención en 19s grandes e importantes problemas de Ia psicología de Ia percep-
comunidad, una hermandad médica femenina y un grupo de ensefianza de
ción y alejarla de Ias grandes e importantes problemas de los modos en que
trabajadores), "Ias líderes eran jueces más exigentes de Ias actitudes deI total
Ia variabilidad de Ia estructura del grupo afecta a Ia facilidad del acceso a la
de afiliados, que los que no eran líderes, sobre cosas relevantes pero no sobre
información sobre Ias normas y los valores vigentes en los grupos.
cosas irtelevantes", Se definía Ia cosa relevante como aquella que se relacio-
Que el concepto de Ia conducta relativa a grupo de referencia presupone
naba estrechamente con Ias finalidades deI grupo: una cosa irreIevante es Ia
algún conocimiento o imagen de Ias normas y los valores predominantes en
que sólo de lejos se relaciona con dichas finalidades. Así pues, Ias actitudes
cl grupo, es prácticamente evidente por sí mismo y, desde luego, fue reco-
religiosas fueron consideradas relevantes para el grupo religioso pero no para
nocido durante algún tiempo. En Ia exposición de su estudio de Benning-
el grupo político. Newcomb advierte que
ton, por ejemplo, Newcomb observó que no todos los estudiantes se dan
cuenta de Ia clara tendencia a alejarse deI conservadurismo a medida que
si Ias juicios de los líderes hubieran resultado superiores sobre cosas irrelevantes,
avanzan en los sucesivos afios de colegio universitario. Llegó a advertir también ... resto] habría significado que Ias líderes eran buenos jueces generales
que "obviamente, Ios que no se daban cuenta de Ia tendencia dominante en de Ias actitudes de otras personas, independienternente de Ias normas particu-
Ia comunidad no podían estar usando Ia comunidad como grupo de referen- lares deI grupo. Esta indicaría que el líder de un grupo podia intercambiarse con
cia para una actitud".84 En consecuencia, Newcornb incluyó en su proyecto facilidad con el líder de otro grupo totalmente diferente. Los resultados reales nu
de investigación una medida de Ia percepción de esa tendencia entre los estu- apoyan, desde luego, esta conclusi6n. Más bien indican que Ia posición del líder
diautcs, Siendo "obvio", corno 10 es, este elemento componente de Ia teoria, es especial en relaci6n con Ias normas específicas deI grupo. Entre paréntesis,
se da el caso, sin embargo, de que muchos estudios sobre Ia conducta rela- como Ias líderes no habían sido miembros de 5US respectivos grupos durante más
liva a grupo de referencia no hicieron nada explícitamente para Ia recolec- tiernpo que el prornedio de 105 no líderes, no puede concluirse que fuesen conse-
cuencia de Ia "antigüedad" ni sus posiciones de líderes ni su familiaridad con Ias
ción sistemática de pruebas que indicasen Ias diferentes grados de percepción
normas del grupo.86
ele Ias normas vigentes en grupos que de manera ostensibIe eran tomados
corno grupos de referencia." 86 Este sumario dei estudio 10 sumiuistra Newcomb en Social Psyehology, 658·59. Yo subrayé
Pero eI asunto de Ia cognoscibiIidad de Ias normas y Ios valores vigentes 1a frase que implica un concepto de estructura de grupo que examinaremos ahora y aproveché Ia
ocasión para corregir una obvia errata tipográfica en Ia oraeión final, sustituyendo eon "no líderes"
e-u IIll grupo es algo más que un dato incorporado aI análisis de los determi- las palabras "no miernbros" que inadvertidamente se abrieron camino en eI impreso.
M'I Ncwcornb, en An Outline of Social Psychology, de Sherif, 143. Según aclaran Ias mismos Chowdhry y Newcornb, no basta un solo estudio, ni aun tan inven-
,~:, l'nra un examcn detallado y metódico de este punto, véase eI capítulo m de Norman tivo como es éste, para fundamentar Ia interpretación dada a Ias hechos observados, Otro estudio,
1\"1'''111, (lI', cit. Kaplan observa oportunamente que en Ia condueta relativa a grupo de refereneia destinado a Ilevar hasta el fin Ia interpretación dei estudio de Chowdhry-Newcornb, sugiere que Ias
IUly implícitus dos maneras dê "darse cuenta": eI darse cuenta de que un grupo o un individuo está estimaciones más exaetas de Ias aetitudes de grupo heehas por los lideres no tienen por qué ser sólo
0"""1,, usado como sistema de referencia de valores, y el darse euenta (tener eonocimiento) de las resultado de su posieión estratégica en Ia estructura de comunicación. "Los líderes pueden eonocer
"""11'" sustentadas por determinados otros (que pueden estar sirviendo :~eonscientemente como mejor Ias opiniones de sus grupos porque ellos influyeron más que ningún otro miembro en Ia
Ní ••• ·lllilS d" refcrcncia}. Las razones para subrayar estas presuposieiones "óbvias" de Ia teoria es forrnulación de Ias opiniones." En apoyo de esta explicación de los hechos se alegan pruebas expe·
seucilln: result.rron con freeuencia tan obvias, que fueron olvidadas por completo en Ias proyectos' rim entales limitadas. Yo aüadiría únicamente que no es necesario tomar esta como un proceso
dr IIIY!'sl igaciollcs sobre grupos de referencía, social diferente que produzca un conocimiento mayor de Ias valores, Ias actitudes y Ias opiníones
dei grupo entre los "líderes", sino como un proceso social complementario que refuerza eI indicado
340 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 341
Hallazgos de este tipo sobre Ia variabi1idad del conocimiento acerca de
visional pero decidida, que los que ocupan puestos de autoridad Ia ejercen
Ias normas predominantes en un grupo se han multiplicado últimamente en
87 eficazmente y ven aceptadas sus "órdenes" sólo cuando esas órdenes, a su
psícología socíal. Tales hallazgos proporcionan comienzos importantes para
vez, están de acuerdo con Ias normas deI grupo o de Ia organizaeión. Si esto
desarrollar estudios sociológicos colaterales sobre los procesos mediante los
parece paradójico, es únicamente a causa de prejuicios irreflexivos en con-
cuales Ia estructura de los grupos lleva a tales diferencias en Ia visibilidad
trario. Porque Ia "autoridad", en el léxico deI muy avisado bombre de Ia
de Ias normas predominantes en los grupos. Dichos estudios, que comple-
calle, parece residir en los individuos que dan órdenes y no en Ias actividades
rnentan a los estudios sociopsicológicos, necesitan enfocarse sobre Ias posicio-
subsiguientes de aque!los a quienes se dan Ias órdenes. Pero, tras nuevo exa-
nes o situaciones ocupadas por individuos dentro de Ia estructura deI grupo
men, todo esto parece menos paradójico, ya que evidentemente Ia "autori-
y no, como Ia observación subrayada de Newcornb dice claramente, sobre Ias
dad" no es más que una ociosa esperanza si no da por resultado Ia aceptación
diferencias individuales en sensibilidad perceptiva. Investigar ahora los deta-
de Ias órdenes. Y el punto fundamental de este concepto es que Ias órdenes
lles de los estudios sociológicos requeridos nos llevaría muy lejos de nuestro
no serán aceptadas de ordinario si se apartan considerabIemente de Ias nor-
propósito, pero algunas indicaciones limitadas pueden servir a nuestra fina-
lidad inmediata. mas que operan dentro deI grupO.89
Todo esto no quiere decir, naturalmente, que Ias investidos de autoridad
Los estudios sociológicos empíricos sobre diferencias normadas del cono-
no son más que seguidores pasivos de Ias normas vigentes. Sólo quiere decir
cimiento acerca de Ia distribución de valores y normas en e1 grupo podrían
que Ia "autorídad" no confiere carta blanca a los que Ia tienen, que no !leva
empezar provechosamente con el punto teórico de que Ia autoridad en los
consigo e! poder incondicional de bacer 10 que se quíera. Para ser constan-
grupos no funciona de ordinario como parece desde afuera: mediante e1 dic-
temente eficaz, Ia autoridad debe ejercerse dentro de los límites restrictivos
tado de órdenes, Como observó Barnard, entre otros,88 Ia autoridad es el
seüalados por Ias normas del grupo. También es cierto, sin embargo, que Ia
atributo de una comunicación por virtud del cual ésta es aceptada por un
autoridad ofrece ocasión para modificar Ias normas y para introducir normas
"miembro" deI grupo para gobernar su acción. En este concepto, "Ia decisión
nuevas de conducta consideradas congruentes con Ias normas nuevas así como
cn cuanto a que una orden tenga autoridad o no corresponde a Ias personas
con Ias ya existentes. En suma, Ia autoridad implica menos poder incondi-
a quienes se dirige, y no reside en "personas de autoridad" ni en Ios que
cional de 10 que popularmente se supone y más poder condicional de! que
dan Ias órdenes", En resumen, Ia autoridad, sociológica mente considerada, es
disponenlos individuos de filas de! grupo.
una relación social normada, y no el atributo de un individuo (de un "líder").
En Ia ocasión presente me interesa ante todo el primero de los atributos
En este caso, como en otros, Ia conceptualización de un problema intro-
de Ia autoridad: su limitación por Ias normas del grupo. Porque esto requiere
c1uce una diferencia apreciable en el modo de proceder del análisis ulterior.
lisa y lIanamente que los investidos de autoridad tengan un conocimiento
Si se concibe Ia autoridad como rasgo de un individuo y no Como una rela-
sustancial de dicbas normas, un conocimiento tal vez mayor que el que tie-
ción social, Ia investigación se dirige a Ias características psicológicas particu-
nen los otros miembros deI grupo. De otra manera, Ias órdenes dadas por
lares que hacen que un tipo de individuo y otro no vea aceptadas en general
Ia autoridad violarán con frecuencia y sin advertirIo Ias normas y reducirán
sus órdenes. Con todo 10 importante que indudablemente es, no es éste un
cumulativamente Ia autoridad efectiva de quienes Ias dano Las órdenes no
problema que caiga dentro de Ia competencia teórica de Ia sociología. Pero
serán cumplidas, o se cumplirán sólo por coacción, con Ia consecuencia de
interpretada como una relación social, Ia autoridad se hace adecuada para Ia
invcstigacíón sociológica. que Ia autoridad en otro tiempo legítima se convierta progresivamente en
el ejercicio de "puro poder". Esto ocurre a veces, desde luego, y precisamente
Bamard suministra una orientación para analizar el lugar de Ia visibili-
d:ld 11observabilidad en e! ejercicio de Ia autoridad. Sostiene, eu forma pro. por Ias razones que acabamos de examinar. Pero cuando Ia autoridad sub-
siste más o menos intacta, sucede así porque Ias órdenes se mantienen dentro
I"" Chowdhry y Newcomb. Mi raz6n para sugerir esta se hará evidente en Ias páginas que siguen. de los límites sefialados por Ias normas deI grupo que tienen en cuenta los
V'·;o.,,· "Thc assessment of group opinions by leaders, and their influence in its fonnation", paI que ejercen autoridad. En consecuencia, debemos examinar los mecanismos
(:m1i;c A. TalIand, en 'ournal of AbnormaI and Social Psychology, 1954, 49, 431-34. (Estoy reco-
"".ido a mi colega Richard Christie por haberme llamado Ia atenci6n sobre e! trabajo de Talland.)
de Ias estructura social que operan para proporcionar Ia información nece-
M7 Apareceu resumidos en diferentes lugares de! Handbook of Social Psychology dirigido por saria a los investidos de autoridad.
(:'lIdlll'l Linclzcy (Cambrdige, Massachusetts, Addison-Wesley Publishing Company, Inc., 1954), Hasta ahora bemos atendido al requisito funcional para eI ejercicio
1'01 rjeurplo, CIl Ias capítulos 17~ 21, 22 Y 28.
HH '1'1,,· Fuuctions of Executivc, por C. I. Barnard, capítulo XII y en especial en 163. Para efectivo de Ia autoridad de tener información suficiente sobre Ias normas y
1111"''''' n;illlcl1CS de Ia diferencia entre "Iiderato", interpretado en psicología social, y "autoridad", 10s valores de grupo y, en forma implícita, sobre Ias actitudes de sus miem-
IlJi<'qlld:Jda cn sociologia, véase "Toward a sociology of authority", por J. F. Wolpert, en Studies in
/"',,,kI.l111/, ed. por A. W. Couldner (Nueva York, Harper and Bros., 1950), 679-701; "The problem
"I ''','h''lilv'', por Robert Bierstedt, en Freedom and Control in Modern Society, ed. por Berger, 89 Barnard bas6 su concepto sobre numerosas observaciones de Ia conducta y en Ia reflexión
\1",1 v /',11,:", l>7HI, especialmente en 71·72; The Changing Culture of a Factory, por Elliot [aques sobre ella en grandes organizaciones formales. Desde que él escribi6, investigaciones detalladas con-
1'Jllna \'lIlk, Drydcn, 1952), capítulos 9 y 10. firmaron este concepto; por ejemplo, el experimento expuesto por F. Merei en "Croup leadership
and institutionalization", en Human Relations, 1949, 2, 23·39.
342 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 343
bros. Debe advertirse ahora además que una información equiparable es
ridad efectiva? Hacer esta pregunta no es suponer, naturalmente, que todos
requerida también funcionalmente acerca de Ia conducta real de Ias indivi-
Ias grupos tienen siempre y en todas partes esos mecanismos. Sólo equivale
duas del grupo, acerca de cómo desemoeiian. sus paoeles. Los dos tipos de
a decir que en Ia medida en que los grupos no tengan mecanismos adecuados
información están estrechamente conectados, pero son bastante diferentes.
para satisfacer esos requisitos, disminuirán Ia autoridad y eI control social.
Se requiere visibilidad tanto de Ias normas como del desempeno de papeles
Y como todos sabemos, éste fue el destino de muchos grupos que se disper-
si Ia estructura de autoridad ha de funcionar eficazmente.
saron, porque un grupo no puede persistir sin una buena cantidad de control
social.
Problema 5.1. Mecanismos de ia observabilidad de las normas 1. Diferencias de comunicación: Uno de esos mecanismos, que no es
y del desempeno de los paoelee por necesidad un mecanismo expresamente planeado para este propósito, 10
proporcionan Ias diferentes redes de comunicación en que están típicamente
Todo esta quiere decir que se necesitan estudios no sólo para establecer Ias metidas Ias "autoridades" de un grupo. Esto fue concisamente descrito por
hechos inieiales del caso: si Ias autoridades en grupos que funcionan eficaz- Homans en dos enunciados conectados entre sí: "Cuanto más alto es el rango
mente, tanto formales como informales, suelen tener mayor conocimiento social de un individuo, mayor será e1 número de personas que dan origen a
que otros de Ias normas y de Ia conducta que predominan en el grupo; sino interacción para él, ya directamente o ya a través de intermediários." Y
también para identificar Ias dispositivos estructurales y los procesos de grupo "Cuanto más alto es el rango social de un individuo, mayor será el número de
que proporcionan tal visibilidad. Aunque no hay apoyo de estudios sistemá- personas para quienes él origina interacción, ya directamente o ya a través
ticos sobre Ia materia, es posible aún ahora reunir algunos hechos y conje- de intermediarios." 90 La estructura por 10 general está dispuesta de tal ma-
turas relacionados con Ias mecanismos sociales que sirven a esta función de nera, que Ias que ejercen autoridad están en un nudo de comunicaciones en
proporcionar observabilidad. dos sentidos, con eI resultado de que están mejor informados de Ias normas
La identificación de Ias mecanismos empieza con un hecho central y de Ia conducta que otros que ocupan otras posiciones en el grupo. Además,
acerca del ejercícío del control social de Ias miembros de un grupo en gene- se diría que esto es una tendencia de Ia organización, no Ia descripción de
ral y por Ias que ocupan puestos de autoridad en particular. Es éste un hecho un hecho concreto. La organización eficaz exige que los que ejercen auto-
ridad estén situados en cruces de Ia red de comunicaciones donde son infor-
que con frecuencia se olvida en estudios del control social en gran parte
mados con reguIaridad de Ias normas que realmente imperan en el grupo.
porque se da por cosa sabida. Pero, como todo el mundo sabe, son precisa-
Como consecuencia de Ia misma estructura, Ias ocupantes de puestos de
mente algunas de Ias cosas que se dan por sabidas Ias que encuentran modo
autoridad tienden a estar mejor informados que Ias otros del carácter del
de importunar a Ios que se dedican a buscar conocimientos. Éste es el hecho
a que hemos aludido antes y que ahora encontramos necesario repetir: 10 desempeno de papeles en el grupo. En un momento u otro se han ideado
adviertan o no, Ias personas que están efectivamente dedicadas a ejercer muchos dispositivos organizacionales con el intento ele llenar este requisito
controI social deben ser informadas en cierto sentido acerca de Ias normas (o funcional de Ia visibilidad. En grupos pequenos e informales, con frecuencia
conducta moralmente regulada y esperada) predominante en el grupo, así se Ilena sin e1 uso de dispositivos estructurales deliberadamente pensados
como de Ia conducta real de Ios individuos deI grupo. Si carecen del primer para este propósito: Ias normas de interacción social sirven para tener a Ias
tipo de información, los individuos investidos de autoridad pedirán a veces "líderes" en contacto con Ias actividades relativas al grupo de los micmbros
una conducta que no es congruente con Ias normas del grupo y se encon- de éste. En una organización grande y formal, hay que inventar mecanismos
trarán, frecuentemente con indignada sorpresa, con que sus expectativas (sus específicos, que puedan ser generalmente considerados como "procedimientos
"ordenes") no están siendo cumplidas, o se están cumpliendo sólo "bajo de contabilielad". Que esta implique una contabilidad por partida doble C?11
protesta" (es deeir, que Ia presente conformidad con Ias órdenes es al precio Ias asuntos privados o públicos, Ia "gradación" en los estudiantes en Ias
de disminuir Ia conformidad espontânea con Ias órdenes en 10 futuro). En instituciones docentes, o Ia realización de "exploraciones morales" en los es-
\1110 y otro caso, esta constituye una disminución de Ia autoridad. Dicho de tablecimientos militares o industriales, tiene esencialmente Ia misma función
01r:l maneta, y esto sólo parece volvemos a nuestro punto teórico de partida,
I:i anloridad efectiva y estable implica el requisito funcional de una informa- 9'0 The Human Group, por George C. Homans (Nueva York, Harcourt, Brace and Company,
1950), 182, y para un análisis posterior oportuno, todo el capítulo 16, Me pareció el libro de
l'i('lIl bastante completa sobre Ias normas reales (no Ias supuestas) deI grupo Homans Ia fuente singular más informativa sobre esta materia de Ia estructura y funciones de Ia
y sobre cl desempeno real (no el supuesto) de sus papeles por los miembros "cornunicación" en el ejercicio dei control social dentro de grupos y organízacíones. Homans expresa
dei uuxmo. su deuda con Ia obra fundamental de Barnard, y está ampliam ente justificado. Pero debiera adver-
tirse que Homans desarro1l6 y sistematiz6 considcrablementc Ias ideas que forman Ia teoría de Ia
~ºII(: mccanismos -qué dispositivos de Ias partes y qué procesos de Ia. autoridad de Barnard. EI siguiente paso es estudiar los mecanismos mediante Ias cuales llegan a
('sI rucl ura del grupo- sirven para llenar 10s requisitos funcionales de Ia auto- satisfacer los grupos y Ias organizaciones e1 requisito funcional de tener a Ias que ocupan puestos
de autoridad adecuadamente informados sobre el cumplírniento de Ias normas y los papeles.
344 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 14S
de informar a los que ejercen autoridad acerca de Ia calidad y Ia cantidad del tucionalmente malévolas para querer vigilar 10 que cualquiera de Ias súbditos
desempeno de papeles en Ia organización, a fin de que Ias actividades deI gru- de Oceanía está haciendo en cualquier momento dado. Pero dejando a nu
po puedan ser controladas y coordinadas con mayor eficacia. lado toda Ia malevolencia, Ia autonomia de Ia persona se siente amenazada
Sin embargo, el uso de mecanismos para llenar el requisito funcional de por no tener vida íntima -es decir, aislada y secreta- inmune a Ia observa-
Ia visibilidad está limitado por Ias normas del grupo. Si Ias autoridades pro- ción de 10s demás. La buena voluntad de Robert Owen hacia sus empleados
curan mantenerse informadas de 10s detalles del desempeno de papeIes en de New Lanark Ia reconocían hasta Ias contemporâneos que dudaban de SII
una medida que excede a Ias expectativas normativas de Ios miembros deI cordura; sin embargo, cuando instaló el que llamó su "monitor silencioso"
grupo, esto encontrará resistencia u oposición expresa. Pocos grupos, aI pare- para observar de una ojeada Ia conducta de cada uno de sus trabajadorcs,
cer, absorben de manera tan completa Ias leaItades de los miembros para puede pensarse que éstos no recibieron deI todo bien Ia idea de que SlI
que éstos acepten fácilmente Ia observabilidad ilimitada del desempeno de benévolo hermano mayor estaba en situación de saber exactamente 10 hien
sus papeles. Esta actitud se denomina a veces "necesidad de intimidad". Mas o 10 mal que se portaban.
por adecuada que pueda ser esta frase como descripción de Ia oposición a Ia EI advertir que hay resistencia a Ia plena visibilidad de Ia conductn de
observación constante de 10 que uno hace, es difícil considerarIa como una uno, tan empíricamente familiar corno es (quizá para individuos de todas Ias
explicación, no obstante el carácter aparentemente explicativo de Ia idea de sociedades), sirve también a un propósito teórico importante. Indica que
"necesidad". puede ser útil pensar que hay, para diferentes estructuras sociales, alg!'!1l
La resistencia a Ia plena visibilidad de Ia conducta de uno parece, más grado funcionalmente óptímo de visibi1idad. Indica, además, que esc grado
bien, ser resultado de propiedades estructurales de Ia vida deI grupo. En todos óptimo no coincide con Ia visibilidad completa. Y esto no quiere decir tnu
10s grupos se presupone algún margen de desviación en Ia conformidad a Ias sólo que ocurre que Ias individuos necesitan alguna "intimidad", piles por
expectativas de 10s papeles. Tener que llenar Ios requisitos estrictos de un cierto que esto pueda ser, no es útil ana1íticamente. Ni basta decir, a 1.1
papel en todos 10s momentos, sin algún grado de desviación, es experimen- maneta de Ias relativistas culturales, que esta "necesidad de intimidad" /)or
tar concesiones insuficientes para Ias diferencias individuales en capacidad y casualidad varía entre Ias culturas, o entre diferentes estratos sociales con sus
preparación y para Ias exigencias de Ia situación que hacen extremadamente subculturas distintivas dentro de una sociedad abovedada. Aunque cs cierto
difícil Ia conformidad estricta. Ésta es una de Ia fuentes de 10 que en otros que esa variación tiene lugar, nuestra teoría indica que no es simplcmcntc
lugares de este libra se sefíaló como evasiones de Ias regIas institucionales resultado de Ias accidentes de Ia historia. AI contrario, nos vemos llcvudos
.socialmente normadas o hasta institucionalizadas. Pero si Ia estructura de] a Ia idea de que estructuras sociales diferentes requieren, para Sll funciona
grupo favorece Ia plena vigilancia de Ias actividades, hasta Ias desviaciones miento eficaz, diferentes grados de visibilidad. Correlativamente, se ('st;'1 SII
toleradas de Ia letra estricta de Ios requisitos prescritos del papel llegarán giriendo que estrueturas sociales diferentes requieren dispositivos para uislarsc
a ser psicológicamente abrumadoras. Los individuos del grupo tiencn entonces de Ia visibilidad plena y sin restricciones si han de funcionar adecuadtuucuu-,
<lue decidir de nuevo hasta dónde pueden separarse de Ias normas, sin sus- dispositivos que, en el Ienguaje corriente, se describen como neccsidud ck
citar sanciones punitivas, así como Ias autoridades tienen que decidir de nuevo intimidad o como importancia deI secreto.
:si Ia estructura formal básica deI grupo está siendo minada por Ias desvia- Es posible sugerir, si bien todavía no 10 es demostrar, el cadete! f 1111
ciones de Ia conducta observadas. En este sentido pueden tener Ias autori- cional de los frenos puestos a Ia plena observabilidad de Ia couducl a. 1':11
dades "conocimiento excesivo" de 10 que realmente sucede, de modo que ticularmente en Ia vida social complicada, en que Ia rnayor parte de Ias
llega a ser disfuncionaI para el sistema de control social. personas se apartan en un momento o en otro de Ias cstrictos rcquisitos
La resistencia a Ia plena visibilidad de Ias actividades se acentúa, natu- normativos de Ia sociedad, Ia aplicación persistente y literal de los p:lI!el
ralmente, por una fisión (supuesta o real) de Ios intereses entre Ios estratos nes normativos, so pena de castigo para todas Ias desviaciones de ellos, ela lÍa
de autoridad y los estratos gobernados. Es evidente que Ia fuerte hostilidad por resultado casi "una guerra, una guerra de cada individuo contra t(lllm
hacia "Ia vigiIancia cerrada" en Ias negocias y en Ia industria expresa esta los demás", Porque el continuo y fácil cumplimiento de Ias normas l'st rid as
objeción dobIemente reforzada a Ia vigilancia deI desempeno de los papeles, del grado sólo sería posible en un vacío social que no existió nunca, No ex
Por razones muy parecidas, los individuos que insisten en Ia estricta confor- posible en ninguna de Ias sociedades conocidas por el hombre, Ln Iuncióu
midad a Ias regIas oficiales llegan a ser considerados como azotes de Ia erga- social de Ia tolerancia, Ia función de cierta cantidad de pequeüas transgrt'
nización, dedicados a fomentar sus intereses propios por no permitir desvia- siones que no se perciben o que, si se perciben, se ignoran, cs Ia de permitir
ciones habitualmente toleradas de Ias regIas. Pero Ia supuesta malignidad o a Ia estructura social funcionar sin tensiones indebidas. Hay una franja de
egoísmo del observador no hace más que acentuar Ia antipatía a ver Ia acti- -conducta que, aunque se desvie de Ia letra estricta de Ia ley, o del código
vic1ad de uno sometida a observación. Seguramente Ias pantalIas de televí- moral, está socialmente permitida, sin comentarias indebidos y sin aplicar
sión de 1984 excitarán horror porque Ia Polida Mental tendrá razones insti- sanciones. Esa es Ia franja de Ia evasión institucionalizada, que varia mani-
H6 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 347
fiestamentc de anchura de un grupo a otro, con diferentes condiciones de- personales para el psicólogo y el sociólogo que, con excelente propósito desin-
exigencia. En tiempos de presión aguda sobre el grupo o Ia sociedad, en que- teresado, desean ampliar Ia observabilidad de Ia conducta humana. Puede
se ven amenazados de disolución, es evidente que un estrechamiento de esta decirse que por esta el científico social es tantas veces objeto de ambiva-
franja de desviaciones permitidas o toleradas; Ia ley marcial presenta este lencia. Por esto sus investigaciones son consideradas tantas veces mero
cambio en Ia demanda de conformidad estricta. En otros momentos, en "husmeo" en los "asuntos privados". Si no fuese por otros mecanismos de
que el mismo grupo o sociedad no está expuesto a peligros graves, Ia franja compensación de Ia sociedad -tales como Ia institucionalización de Ias "co-
de tolerancia se ensancha y se permite a Ias desviaciones que continúen, a municaciones privilegiadas", o los "da tos para estudiarlos en el mayor secre-
menos que se imponga Ia visibilidad y se lIame Ia atención pública hacia Ias: to"- ni el científico social que depende del acceso libre aIos datos sobre
desviaciones de Ias patrones normativos literales. Ia conducta humana, ni los otros profesionales, taIes como el médico, el abo-
Como sucede con frecuencia, el hombre de letras logra desctibir mejor- gado y el sacerdote, que también deben tener esa información, podrían
que el científico social, en colores inconfundibles y vivos, Ia situación so- realizar sus papeles sociales. Pero como Ias papeles sociales están definidos
cial que el científico analizó abstractamente. George Orwell y Aldous Hux- institucionalmente para abarcar restricciones persistentes a Ia realización de
Iey, entre nuestros contemporáneos, tuvieron éxito al pintar el horror de Ia desviaciones observadas del código conocido por los demás, Ia franja de obser-
observabilidad plena de Ia conducta. Pero han tenido que extrapolar tendeu- vabilidad de Ia conducta divergente puede ampIiarse con seguridad, sin inter-
cias que se desarrolIan diferentemente en Ias sociedades actuaIes en un fu- ferir Ia necesidad funcional de "intimidad", "secreto" o "ignorancia" .91
luro hipotético a fin de pintar ese diabólico panorama de una sociedad con Una cosa es decir que Ia visibiIidad del desempeno del papel puede juz-
visibi1idad ilimitada. Mucho antes de que hubieran aparecido sociedades garse excesiva por Ias normas del grupo; y otra totalmente distinta decir
que pudieran estimular este corto vuelo de Ia imaginación, William Make- que Ias normas, sin embargo, permiten un acceso mayor a esa información
peace Thackeray, novelista y ensayista victoriano, pudo describir una sociedad a Ias que ejercen autoridad que a Ios demás del grupo. Las diferencias de
horrenda en que se descubrían inmediatamente todas Ias desviaciones de Ias visibilidad no son meramente dadas ni son "sucedidos", son resultantes
normas sociales y eran castigadas en seguida. V éase sólo eI siguiente pasaje de requisitos funcionales satisfechos por Ia estructura del grupo y por Ias
de su ensayo "On Being Found Out": normas que sostienen Ia estructura.
Imagínate todas Ias personas que están obrando mal cuando son sorprendidas, 2, Diferencias de moiivacion: No sólo Ia estructura de los grupos pro-
y castigadas en consecuencia. Figúrate todos Ios níãos de todas Ias escuelas que porciona mayor acceso a Ia información sobre Ias normas y el desempeno de
cstán siendo azotados, y después 10s ayudantes, y después 10s directores ... Figúrate papeles operantes a los que ocupan puestos de autoridad, sino que Ias defi-
amarrado al capitán preboste, después de haber vigilado el castigo de todo el ejér- niciones institucionales de Ios individuos que están en esos puestos les pro-
cito ... Después que eI sacerdote proclamó su pequé, supongarnos que ízamos a porcionan una motivación mayor para buscar esa información. Este tipo de
un obispo y le damos un par de docenas. (Veo a mi seãor eI obispo de Double. inquisición no es meramente asunto de disposición de Ia personalidad del
Gloucester sentado en una postura muy incômoda en su muy reverendo escafio.] indivíduo, aunque no hay duda de que Ias tendencias personales pueden refor-
Después que hayamos despachado al obispo, Nué Ie diremos al ministro que 10
zar Ios requisitos socialmente definidos del papel. En grupos formales o
nombró? ... La carnicería es demasiado horrible, La mano se abate impotente,
aterrada ante Ia cantidad de varas de abeduI que tíene que cortar y blandir. Me informales, los líderes reconocidos tienen una responsabi1idad distintiva,
alegro de que no seamos todos sorprendidos, vuelvo a repetir; y protesto, queridos tanto por 10 que sucede dentro del grupo como por 10 que relaciona aI grupo
hcrmanos, de que no tengamos desiertos ... ~Te gustaría que tu mujer y tus híjos. con su ambiente social. Se sienten movidos a estar en contacto con 10 que
supicran exactamente 10 que eres y te estimaran precisamente en 10 que vales? Si: sucede, aunque sólo sea porque serán responsabIes de ello.
('s así, amigo mío, vivirás en una casa triste y no tendrás más que un fog6n frío ... Correlativamente, Ias individuos deI grupo se sienten movidos a obtener
No te imaginas 10 que eres, c6mo les pareces a ellos. Nada de esu, hombre, Apar-. el asentimiento de sus superiores para nuevas formas de acción en proyecto.
1:1 de ti esa monstruosa fantasia, y da gracias de que ello« no te hayan sorprendido.. Actuar sin ese apoyo es arriesgar su posición. Por eso los subordinados suelen
justificarse con los superiores antes de emprender cualquier acción que no
Si excitada por Ias prácticas de Ias escuelas públicas de su tiempo, Ia
imuginación de Thackeray era de alcance limitado, y sin embargo pudo per- 91 1984 de Orwell y Brave New World de Huxley, no necesitan ser citados para identificados.
cihir cl punto principal: Ia plena visibilidad de Ia conducta y Ia imposición, EI informe del "rnonitor silencioso" de New Lanark está orgullosamente incluido en The Life of
xiu Icsl rieeiones de Ia letra de los patrones normativos convertirían a una Robert Owen, escrita por él mismo a Ia edad de 86 afios (Londres, Effingham Wilson, 1857), I,
80-8L EI ensayo de Thackeray se encontrará en sus obras completas.
~()('iedad en una selva. Es esta idea central Ia que está contenida en el con- Así como Simme1 percíbió Ia importancia sociol6gica de Ia observabilidad, así también percibi6
cl'!,1 () de quc son funcionalmente requeridos algunos 1ímites a Ia plena visibi- Ia importancia de su opuesto e1 "secreto". Véase The Sociology of Georg Simmel, 307-76. Rara
lidad de Ia conducta para el funcionamiento eficaz de Ia sociedad. Es, desde- vez le fall6 su "'instinto de Ia yugular sociológica" aunque frecuentemente se sentía hastiado de
tener que pasar de ahí. Más oportuno es e1 trabajo de Wilbert E. Moore y Me1vin M. Tumin
Itl('f"(), este rmsmo requisito el que puso 1ímites al fácil aeceso de los da tos, sobre "Some social functions of ignorance", en American Sociological Revíew, 1949, 14, 787-95.
348 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 349'
sea Ia rutinaria. Este procedimiento está establecido, desde luego, en Ia es- complicada es Ia organización mayor es Ia posibiIidad de que ignoren, duran-
tructura de Ias burocracias altamente organizadas. Pero 10 que es más elo. te algún tiempo, los cambios de actitudes y normas de los estratos inferiores
cuente, y como 10 observaron Whyte, Homans y otros, esta práctica tiene (y no sólo de los más bajos) de Ia organización. Esta circunstancia de Ia
lugar también en los grupos más informales. La justificación puede suponer estructura social produce a menudo una laguna informativa. Un número
sólo un cambio aparentemente casual de impresiones, pero esta puede iden- considerable de individuos de Ia organización pueden llegar a extrafiarse de
tificarse fácilmente como eI equivalente funcional de "pasar por Ias canales" Ias normas establecidas mucho antes de que ello llegue a Ia atención de Ias
en organizaciones formales y más complicadas. autoridades cuya misión es apoyar esas normas. A consecuencia de este aisla-
De este modo, Ias motivaciones institucionalizadas de Ios superiores y miento estructural, Ias autoridades pueden no saber nada de los cambios de
de los inferiores de los grupos pueden llegar a ser complementarias y a apo- Ias normas operantes hasta que dichos cambios hayan llegado muy Iejos.
yarse mutuamente. Hasta cierto punto, eI superior responsable se siente Dada esta fuente estructural de comunicación deficiente, Ios cambios en Ias
movido a mantenerse informado del cambio de conducta y de expectativas; normas deI control pueden llegar a Ia atención de "Ias autoridades" sólo
hasta cierto punto, eI subordinado dependiente se siente movido a informar cuando éstas descubren que órdenes que suponían estar dentro de los límites
ul superior antes de emprender una acción innovadora. Estructura y motiva- de Ias normas vigentes en Ia organización no encuentra Ia esperada confor-
.ión sirven ambas para tener a Ias que ejercen autoridad mejor informados midad. En semejantes circunstancias y hasta este punto, Ia autoridad decae.
que a Ias individuos de filas deI grupo. Las concesiones retrasadas a Ias normas manifiestamente modificadas de Ia
3. Obstáculos para Ia visibilidad: Pero esto sólo, es naturalmente, parte organización no sirven más que para hacer patente a todos hasta qué punto
dcJ asunto. Motivaciones y procesos contrarrestadores operan para reducir Ia decayó Ia autoridad que antes existía. En algunos casos, cuando este proceso
visibilidad para Ias autoridades superiores, que predominarían automática- ha recorrido su camino antes de ser advertido por quienes tienen ostensíble-
mente si sólo funcionasen Ios mecanismos anteriores. Algunas de estas ten- mente el mando, Ia autoridad es abdica da.
dcncias contrarrestadoras son muy conocidas y aquí sólo necesitan ser rnen- La importancia funcional de un grado tolerable de visibilidad de Ias nor-
ejonadas.92
mas y el desempeno de papeles por quienes ocupan puestos de autoridad,
Los individuos que ocupan los rangos superiores en grupos u organiza- tienden a ser, pero en casos especiales no necesita serlo, reconocida desde el
«iones complicadas no pueden estar en contacto directo con todos 10s que punto de vista de Ia organización. Cuando Ia estructura del grupo o de
cxl án en todos Ios demás estratos. No es sólo que ello sea materialmente Ia organización no llena el requisito hipotéticamente mínimo de una visibi-
iinposible: aunque fuese posible, seria disfuncional para Ia organización, pues lidad "suficiente", se instituye una nueva estructura de autoridad, o Ia orga-
si han de conservar Ia estructura de autoridad, también tienen en general nización social se disuelve. Este alegato teórico, que requiere más estudio-
<IIlC operar "mediante canales". De otra manera, como han observado de empírico sistemático del que hasta ahora se le ha dedicado, enlaza Ia teoría
hccho Simmel y otros, socavarían Ia autoridad de los intermediarios entre Ias de Ia conducta relativa a grupo de referencia con Ia teoría de Ia organización
autoridades superiores y los escalones inferiores de Ia organización. En conse- social. Las dos ramas de Ia teoría sociológica pueden entrelazarse con una
cucncia, los estratos superiores pueden llegar a oír sólo 10 que sus subordi- tercera constituida por Ias ideas acerca de los requisitos funcionales de Ia
nados inmediatos quieren que oigan. La observabilidad se filtra a través de personalidad para ocupar puestos de constantes autoridad y para mantener
r.rpas cstructurales de personal y Ia informaeión que al fin pasa puede díscre- Ia visibilidad de Ias normas y el desempeno de papeles de Ia organización.
p:1 r cn diversas formas de Ia situación real de Ias normas y el desempeno 4. Selección social de tipos de personalidad para maniener Ia visibilidad:
de papeles de Ia organización.93 Corno requisito para el ejercicio eficaz de Ia autoridad, Ia visibilidad presu-
Además, Ia autoridad tiende a aislar en alto grado a los que Ia ejercen. pone el funcionamiento de mecanismos para seleccionar jefes de organización
(:()1110 normalmente se relacionan con casi iguales en jerarquía, cuanto más que tengan el tipo funcionalmente apropiado de personalidad. Esta afirma-
ción con facilidad puede volverse trivial. Puede tomarse como queriendo-
li:! Son cstudiadas en parte por Hornans, por ejemplo, op. cit., 438-39, y otros lugares deI mis- decir que los individuos en puestos de autoridad debieran tener "capacidad
1110 lihro,
11:1I,,, "sabiduría popular" COmprende a vcces cI reconocimiento de esta tendencia estructural de mando", caso en el cual se convierte en esta cosa lamentable: un caso
'li I"" "oeiedades complejas. Los defensores de Hitler se acogian a este hecho de Ia organización avanzado de trivialidad complicado con redundancia. Pero si dicha afirma-
'0'"1'1<-1'1 para explicar que "en realidad él no sabia nada" de los campos de extermínio de Ia ción se interpreta en el sentido de que se necesitan atributos específicos de
t\k'O:\lIi:1 nuxi, Pero esto, a 10 que parece por Ias registros históricos, es hacer poca justicia aI talen-
10 oll',:ll\i~."dor de Hitlcr: sus canales de comunicaci6n funcionaban con mayor eficacia de 10 que personaIidad para mantener una observabilidad eficaz de Ias normas y eI des-
,'," prrruil iria. La historia Ia considera responsable de Ias matanzas en masa no s610 porque los empeno de papeles vigentes en el grupo, plantea cuestiones que merecen, y
Id" ill',litll"illllalcs suelen ser considerados rcsponsables de Ia conducta de sus subordinados, sino
aI fin pueden recibir, soluciones empíricamente sólidas. La vasta, y a veees se
1"1111,,1'1\)IIII'IIIC Hitler actu6 "10 mejor" que sabia: tenía una observabilidad considerable de 10
')\1(' ,•.:1111"'1\1(' cstnba pasando. Excepto aI final de Sl1 imperio de mil aiíos, estuvo bien informado; diría que casi ilimitada bibliografía sobre los rasgos de Ia personalidad de los
nl,' ""1,..,111de Ia cficacia organizada dei nazismo proporciona amplia base para Sl1 responsabilidad. "líderes" y de los moldeados en otros papeles funcionales, indudablemente
350 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 351
incluye mucha información relativa a Ia cuestión que ahora examinamos. No Tales son aIgunas variables de Ia personalidad que sirven para hacer fá-
se hace aquí ningún intento para examinar y colacionar esos materiales. En cilmente posible a los investidos de autoridad ser responsables sin estar
vez de eso, me refiero sólo a aIgunas conjeturas instructivas de Shils,94 que subordinados en una relación de dependencia a sus partidarios reales y poten-
me parecen afectar directamente aI problema de los requisitos de persona- ciales. Pero el que estos requisitos de Ia personalidad sean satisfechos por Ios
lidad que deben llenarse para conservar Ia fácil visibilidad de Ias normas y líderes de organizaciones es en sí mismo resultado de los procesos sociales
cI desempefío de papeles. de selección de Ios líderes, y Shils pasa a describir los defectos de Ia ma-
Shils se plantea este problema cuando se pregunta por quê los movimien- quinaria de selección de los movimientos nativistas, defectos que aquí sólo
tos fascistas entre nativos de los Estados Unidos tuvieron corta vida, o, des- necesitan ser aplaudidos y no descritos en detaIle.
pués de un breve periodo de poder, si no de gloria, resuItaron relativamente El punto teórico esencial es que el papel de líder de organización requie-
ineficaces, Después de todo, parece haber manchas de sueIo cultural en que re ciertas consteIaciones de personalidad, así como son funcionalmente necesa-
prospera eI nativismo. Como Shils expone Ia materia, "eI Medio Oeste y Ia rios ciertos procesos selectivos de Ia estructura social para colocar personali-
California del Sur están bíen provistos de agitadores nativistas-fundamenta- dades apropiadas en puestos de autoridad en que puedan observar de manera
listas en pequena escala deI tipo que podría Ilamarse fascista. Pero nunca efectiva Ias normas y el desempefío de papeles.
tuvieron êxito en los Estados Unidos a pesar de su número y no obstante Ia 5. EI argumento de visibilidad hasta ahora: Las páginas que preceden
cxistencia en Ia pobIación del Medio y deI Lejano Oeste de una vena de inmediatamente destacaron ante nuestra atención en general. Esta variable
xenofobia, de sentimiento popuIista, antí-urbano y anti-pIutocrático, de receIo de Ia visibilidad sólo fue examinada en algunos perfiles principales. Aun así,
hacia Ios intelectuaIes, en reaIidad muchas de Ias cosas que [aIgunos] consí- fue necesario alejarse algo de Ia teoría deI grupo de referencia estrictamente
dcrarían ingredientes deI fascismo. Como un Ethos o un sistema general de concebida, para considerar Ia materia de Ia visibilidad en Ia esfera más amplia
valores no son 10 mismo que una conducta diferenciada en un sistema de Ia organización social.
de papeles, esos individuos no pudieron constituir nunca un movimiento im- En el curso de esta revisión se indicó provisionalmente que, desde el
portante" . punto de vista de Ia teoría sociológica, Ia visibilidad es el equivalente en Ia
Parte de Ia expIicación de esta aparente paradoja parece estar en Ias ina- estructura social de 10 que, desde el punto de vista de Ia teoría psicológica,
decnaciones de Ia personalidad de Ios líderes nativistas, vistas desde el punto es Ia percepción social. El estudio sociológico de Ia visibilidad se dirige a
de vista deI requisito funcional de Ia autoridad eficaz en sistemas sociales que Ios problemas de cómo Ias estruciuras sociales les haceti fácil o difícil el cono-
hemos venido lIamando observabilidad o visibilidad. Los líderes nativistas cimiento de Ias normas que prevalecen en el grupo y de Ia medida en que
parccen carecer en general de Ias siguientes características de personalidad Ios individuos deI grupo viven de acuerdo con dichas normas. DeI mismo
ncccsarias identificadas por ShiIs: modo que una teoría amplia de Ia organización social proporciona un lugar
para los tipos estructurales de visibilidad, una teoría amplia de Ia percepción
-vscnsibilidad suficiente para Ias expectativas de Ios demás; proporciona un lugar para Ios procesos psicológicos que producen Ias sensi-
-oricntación hacia Ia aprobación de colegas y eIectores (Io cual no necesita, natu- bilidades diferentes para situaciones sociales que se han llamado "percepción
ralmente, implicar un sometimientn de esclavo a dicha aprobación); social" .96
capacidad para persistir en un camino de accíón organizada; "Visíbilidad" es, pues, el nombre deI grado en que Ia estructura de
-l1l1a capacidad mínima sustancial para confiar en otros, de modo que uno esté una organización ofrece ocasi6n a los diversamente situados en esa estruc-
advertido de sus valores diferentes y compartidos; tura para percibir Ias normas que predominan en Ia organización y el carác-
-cap.icidad para controlar e impedir reacciones inmediatas ante situaciones con ter deI desempeno de papeles por quienes forman Ia organización. Se refíe-
cl fin de permitir el juicio meditado de Ias consecuencías que para Ia organí- re a un tributo de Ia estructura social, no a Ias percepciones que acontecen
zución tiene Ia acci6n;
aIos individuos. Se exploraron Ias diferencias normadas de visibilidad com-
~ capacidad para distinguir sistemáticamente entre ocasiones que piden una con- parando a quienes están en puestos de autoridad con quienes están en posi-
ducta expresiva de los sentimientos de uno, una conducta instrumental y
1111;1 conducta que realiza valores compartidos; ciones subordinadas. Esto nos Ileva a hacer una breve revisión de algunos
mecanismos sociales que facilitan o dificultan Ia visibilidad.
(';IjI;)('id;lcI para actuar manteniendo Ia autoridad de sus lugartenientes sin in-
sistir cn relaciones directamente con sus electores.es Los mecanismos se refieren a estructuras y procesos considerados en
relación con su importancia funcional para determinados requisitos de Ia or-
111 "Authoritarianism ; 'right' and 'Ieft' ", por E. A. Shils, en Studies in the Scope and Method
ganización social; en este caso, el requisito de Ia visibilidad como elemento
.11 "Th« Authoritarian Personality", de Richard Christie y Marie ]ahoda, 24-49, especialmente
em H1R. 96 Para una revisi6n y una estimaci6n bien informadas de este último campo de investígación,
lln Jo:.,t os conceptos o renglones son nna paráfrasis parcial de Ia compacta exposici6n que Shils véanse "The perceptíon of people", por Jerome S. Bruner y Renato Tagiuri, en Handbook of Social
11," r ,1<"1 ,:os,,; ihid., 44 ss. Psychology, de Lindzey, Il, 634-54, Y los artículos de revistas citados en Ia bibliografía de ese trabajo.
352 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 353
integrante deI control social. Se dijo que dos de esos mecanismos eran, pri- pIo, piénsese en eI caso notoriamente familiar del recién afiliado a un grupo.
mero, Ia localización de "autoridades" en posiciones estratégicas dentro de Se ha dicho muchas veces, y probablemente es parte de Ia verdad, que cl
Ia red de comunicaciones, y segundo, los móviles estructuralmente inducidos converso se muestra excesivamente celoso de su conformidad hacia Ias nor-
para que Ias autoridades, que son consideradas responsables de Ias éxitos mas del grupo porque se considera a prueba y desea asegurar su admisión.
y los fracas os de Ia organización, se mantengan informadas de Ias normas y Pero exacto como es esto para describir Ia vehemente conformidad del con-
Ias actividades. Correlativamente, examinamos los obstáculos estructurales verso en relación con una motivación socialmente inducic1a, ~es una parte
y de proceso a Ia visibi1idad de Ios investidos de autoridad y advertimos que grande de toda Ia verdad? EI concepto de diferencias de observabilidad su-
se necesitan más dispositivos estructurales para superar esos obstáculos. Fi- giere que no 10 es. Porque, aparte de esta materia de Ia motivación, el con-
nalmente, tomamos nota de Ias cIases de requisitos de Ia personalidad que verso también puede ser peculiarmente conformista por eI deseo de tener un
hay que llenar si los que están en puestos de autoridad han de hacer uso sis- conocimiento de primera mano de Ios matices de Ias desviaciones permisibles
temático de Ias oportunidades de visibilidad estructuralmente dispuestas. y normadas de Ias normas deI grupo al que acaba de unirse. En consecuen-
Todo esto quízás parezca una larga digresión deI tema de los elementos cia, y a diferencia de Ios viejos miembros del grupo que adquirieron ese
y los procesos estructuralcs que entran en Ia conducta relativa a grupo de conocimiento inconscientemente en el curso de su sociaIización, el converso
rcferencia. En parte, es una digresión en Ia teoría más amplia de Ia organi- trata de ajustarse a Ia letra estricta de Ias normas, Se convierte cn nn con-
zación social. Pero en su mayor parte, se relaciona directamente con uno de formista rígido. Pero el punto que importa en teoría es que exhibe esa
10s supuestos principales de Ia teoría deI grupo de referencia, el supuesto conformidad extrema, no necesariamente porque sea una "personalidad rígi-
de que debe haber maneras normadas para que Ias personas lleguen a conocer da", sino porque, a falta de una familiaridad íntima con Ias normas de su
las normas y Ias actividades de Ios grupos que eligen como sistemas de refe- reciente grupo, no tiene otra alternativa que hacer de Ias normas oficiales
rencia valorativos y comparativos. Los científicos sociales apenas han empe- una guía obligatoria de su conducta. Muy frecuentemente, como todo el
zaclo a examinar Ios mecanismos que producen un conocimiento mayor o mundo sabe, el recién convertido -ya a un credo religioso, o político, o
menor de Ias normas y Ias actividades de Ios grupos por parte de los que "sociaI"- se convierte en un mojigato, preocupado en exceso por Ia satisfac-
pertenecen a ellos y por parte de Ias extrafíos aIos mismos. Mientras esto no ción de actuar en conformidad con Ias reglas,97
sei objeto de ulteriores ac1araciones por nuevas formulaciones teóricas e Desde el punto de vista de Ia visibilidad de Ias normas, el equivalente
investigaciones empíricas asociadas, Ia teoría deI grupo de referencia seguirá, sociológico de Ia mojigatería es Ia idea de que eI rango impone obligaciones:
hasta ese grado, decididamente limitada y, en este respecto, incompleta. noblesse oblige. Los individuos de alto rango en un grupo O una sociedad
Pueden, por 10 menos, preverse nuevos pasos hacia el progreso de esta -Ias indivíduos de Ia nobleza, en otro sentido que el históricamente provin-
parte de Ia teoría del grupo de referencia. Porque, una vez reconocida Ia vis i- ciano- saben Ias regIas del juego, es decir, conocen Ias normas y eI modo de
hilidad como parte integrante de Ias procesos de grupo de referencia, vendrán conducirse. También tienen poder para imponer su voluntad. En esta me-
r.ipidamente a Ias mientes numerosas cuestiones, hipótesis y conjeturas. ~La dida, tienen un sentido socialmente validado de seguridad personal. Por todo
observabilidad de Ios grupos a Ios que no se pertenece es característicamente esto, se espera de ellos que no ejerciten su poder hasta el límite. ("Aquel a
lllayor respecto de sus normas y valores que respecto de Ios tipos de conducta quien le está permitido mucho debe aprovecharse menos de eUo".) A diferen-
que en realidad predominan en ellos? Dicho en términos algo diferentes, cia deI neófito, inseguro en su posición, el hombre de rango consagrado
..:1 icnen Ios extrafíos Ia tendencia a hacerse imágenes irreales de grupos aIos puede desviarse Iibremente de Ias normas estrictas, en particular cuando no
<J1IC no pertenecen que, si son grupos de referencia positiva, llevan a una 10 hace en provecho propio. Porque insistir en Ia letra estricta de Ia norma
idcalización ilimitada (cuando se toman Ias normas oficiales al pie de Ia
letra) o, si son grupos de referencia negativa, llevan a una condenación ihmí- 97 Describir este tipo de hombre como un mojigato no es permitirse ponerle motes, EI moji-
gato es un tipo social bien definido. Como no puedo mejorar Ia descripción de este tipo social
1ada (cuando se sienten Ias normas oficiales totalmente extrafías a Ios valores más aliá de Ia que ofrece un volumen an6nimo de ensayos citado en Modern EnglislJ Usage de
hondamente arraigados deI extrafío aI grupo)? Correlativamente, ~suelen Ios Fowler, tomo de él Ia descripci6n: "Un mojigato es un creyente en el balduque; es decir, que pane
indivíduos desestimar los valores expresos de Ios grupos a que pertenecen, el método por encima de 10 que se hace, Un mojigato, como el fariseo, dice: 'Dias, te doy gra-
cias por no ser como los demás', excepto que a veces sustituye a Dios por Yo, Un mojigato es un
suhicndo, aunque no formulen este conocimiento, que Ia conducta real sólo individuo que Ileva su mezquina contabilidad hasta el último centavo, rnientras que su vecino millo-
('~ una aproximación a Ios valores tal como están encarnados en papeles socia- nario deja que Ia contabilidad se ocupe de si misma. EI mojigato espera que los demás se aj usten
k\? I)icho en términos más generales, ~hay realmente diferencias norma das a su vara de medir muy insuficiente, y los condena en secreto si no 10 hacen. EI mojigato es sabido
por encima de sus afias en todas las cosas que no importan. EI mojigato casca nueces con un mar-
('li Ia visibilidad de normas y de actividades, según que el grupo en cuestión tillo de vapor: es decir, invoca los primeros principios de Ia moral para decidir si puede o no puecle
',(';1 .iqucl a que pertenece el individuo, o uno aI que aspira, u otro aI que hacer algo de tan poca importancia como beber un vaso de cerveza, En general, quízás pueda uno
decir que todas sus diferentes características proceden de Ia combínación, en proporciones variables,
u·dlaza ele inmcdiato?
de tres cosas: eI deseo de cumplir su cleber, Ia creencia en que sabe más que los otros y Ia ceguera
l.as prcguntas de este orden no dejan de tener implicaciones. Por ejem- para Ias diferencias de valor entre cosas diferentes,"
354 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 355
no sería otra cosa, en general, que insistir en Ias ventajas diferenciales de Sll para que se vean claras Ias consecuencias de no conformarse a aquéllos. El
posición, así como apartarse de Ia norma es, en general, proporcionar un mar- funcionamiento de Ios grupos de presión ha sido muy estudiado.ê" y aunque
gen mayor a Ias numerosos subordinados suyos en posición, rango y estima- no hay duda de que queda mucho por averiguar acerca de Ias circunstancias
eión. Siendo 10 que es Ia estructura social, puede toIerarse un mojigato de en que son diferentemente eficaces, esto no interesa aqui de inmediato. Más
alto rango, si no querérsele, pero un mojigato de alto rango, que procura bien examinaremos Ia cuestión, más oscura, de cómo afectan a Ia observabi-
ganar fuera de toda proporción por su insistencia en Ia letra de Ia norma, lidad de intereses, sentimientos y orientaciones no organizados diferentes tipos
será dobIemente condenado y odiado: una vez, porque no acomoda Ia norma de maquinaria social. Es en parte Ia conducta expresiva, en parte Ia conducta
a Ias exigencias de Ia situación, y en esta se parece a otros que no advierten instrumental, de grandes colectividades con frecuencia desorganizadas, y los
que Ias normas son sólo orientaciones o guías; y otra vez, porque saca prove- procedimientos normados para hacerlas visibles aIos individuos investidos de
cho de hacer una virtud de Ia conformidad estricta. Sólo cuando manifiesta- poder, 10 que aún se conoce mal y necesita más estudio.v"
mente pierde por Ia conformidad ilimitada a Ias normas que se impondría La vida social organizada genera por sí misma motivaciones para crear
a sí mismo ya los demás, es admirado de mala gana y de modo ambivalente el dispositivos sociales que proporcionen un grado funcionalmente adecuado de
indivíduo de rango consagrado. Entonces se Ie define corno un hombre de observabilidad. En medida apreciable, los estratos de autoridad se sienten
principias, y no como un mojigato egoísta. movidos a descubrir los valores, Ias normas, los intereses y Ia conducta de los
En todo esto, Ia variabIe de Ia visibilidad es un componente indispen-
sable, aunque a veces esté obscurecido. Para sacar a esta variable de Ias 98 Una revisión y análisis completos de esos estudios los ofrece Politics, Parties, and Pressure
sombras de Ia desatención que Ia obscurecen, quizás sea útil examinar, si- Groups, por V. O. Key (Nneva York, Thomas Y. Crowell, 1952, 3" ed.).
99 Hay, desde luego, una antigua tradición de ideas consagradas ai problema de cómo hacer oír
quiera brevemente, un tipo de investigación sociológica centrada en torno Ia voz dei pueblo, particularmente en Ia esfera de Ia política. También hay algo como una corta
ele los modos en que llegan a Ia atención de los situados en posiciones eleva- tradici6n de investigaciones empíricas en esta mate ria, de Ia cual Ia parte que me es más dírecta-
das Ias opiniones de los "públicos" y de Ios "electores", Porque Ias actitudes, mente familiar es Ia que cultiva el Departamento de Investigacioues Sociales Aplicables de Ia
Columbia University, Ias estudios centrados en tomo de Ias comunicaciones procedentes de audito-
opiniones, sentimientos y expectativas de grupos organizados y de masas des- rias dirigidas a quienes necesitan tener un auditorío; por eiemplo, "Progress in radio fan-mail ana-
organizadas probablemente constituyen un sistema social de referencia para lysis", por 1eanette Sayre, en Public Opinion Quarterly, 1939, 3, 272-78. Esta se amplíó posterior.
Ia actuación de Ias personas investidas de autoridad tales como Ias conocen, o mente hasta incluir análisis sistemáticos de Ia correspondencia de Ias representantes políticos; por
ejemplo, "Voting via the senate maílbag", por Herta Herzog y Rowena Wyant, en Public Opíníon
creen conocerlas, dichas personas. En suma, es Ia opinión pública tal corno Quarter1y, 1941, 5, 358-82, 590-624. En 1948 se dedicó una monografia, terminada pero aún iné-
se Ia ve, y no Ia opinión pública tal corno pueda ser en realidad, Ia que afecta dita, al análisís de una muestra de Ias 20 000 cartas, tarjetas postales y telegramas dirigidos· a
Dwight D. Eisenhower, y destinados en gran parte a instarIo para que fuera candidato a Ia presi-
de diversas maneras, si es que no Ias determina, Ias decisiones de Ias autori-
dencia de 105 Estados Unidos, a pesar de su anunciada renuencia: Mass Pressure: The 1948 Presí.
dades, dcntial Draft of Eisenhower, por Robert K. Merton, Leila A. Sussman, Marie Jahoda y Joan Doris.
Leila A. Sussmann está dedieada ahora a un estudio detallado de Ia correspondencia dirigida a
Franklin D. Roosevelt, una parte deI eual ya fue publicada eon el título de "FDR and the White
House mail", en Public Opinion Quarterly, 1956, 20, 5-16. Véanse también los trabajos que le
Problema 5.2. Observabilidad de la opinión pública por quienes siguen en el mismo número de Ia revista bajo el título general de "'Comunication to the polícy-
toman decisiones maker: petition and pressure",
La invenci6n de Ias eneuestas de Ia opini6n pública proporcion6 un nuevo y, aunque imper-
fecto, cada vez más usado procedimiento para Ia observabilidad de Ia opinión y Ia conducta de Ias
Se ha observado con frecuencia que Ia "opinión pública" debe ser una opi- masas, Nos apartaria mucho de nuestro objeto examinarIo en detalle. Para estudios pertinentes
11 ión bien informada si ha de ser una opinión bien fundada, es decir, si ha sobre el uso de Ias encuestas y de otras pruebas de Ia opinión de Ias masas que haeen los legisladores
y los funcionarios públicos, véase "What Congressmen and administrators think of the polls", por
de estar orientada hacia Ias realidades de Ia situación. No es ésta materia Martin Kriesberg, en Publíc Opinion Quarterly, 1945, 9, 333-37, que dice que una pequena muestra
(JlIC csté a estudio aquí. Nos interesa, más bien, Ia cuestión correlativa de de unos eincuenta senadores y representantes afirmaron que su acceso a Ios sentimientos y Ias opi-
niones políticas del público era primordialmente a través de Ia correspondencia personal, y en grado
(\')]]\0 Ia estructura social atiende a que estén informados acerca deI estado
cada vez menor, mediante el contacto personal eon sus electores, los periódicos y, finalmente, Ias
\ lc LI opinión pública Ios situados en puestos de autoridad. Porque Ia opiníón encuestas. Véase también "96 Congressmen make up their mínds", por Lewis E. Cleek, en Public
pública cs importante en cuanto afecta al curso real de los asuntos y en cuan- Opiníon Quarterly, 1940, 4, 3-23; y "The Congressmen look at the polls", por George F. Lewis, en
Public Opiníon Quarter1y, 1940, 4, 229-31. Para reacciones inmediatas ai uso de encuestas como
I() proporciona un sistema de referencia para Ias decisiones de individuos medio de medir el sentimiento público que siguieron ai supuesto desastre de Ia eneuesta de 1948,
i uvcsl idos ele autoridad en Ia medida, en gran parte, en que es observable. véase "Electíon polling forecasts and public images of social science", por R. K. Merton y Paul K.
Los "grupos de presión" organizados proporcionan, naturalmente, Ia Hatt, en Public Opinion QuarterJy, 1949, 13, 185-222.
Tres análisis impresionantes dei papel del sentimiento público en euanto a afectar a Ias decí-
lurxc 1I1ÚS notoria para Ia observabilidad del estado ostensible de Ia opinión. siones públicas, que proporcionan datas valiosos sobre Ia observabilidad de Ia opini6n de Ias masas,
1<11 rcalidad, puede concebirse el grupo de presión como un dispositivo orga- son: Congress at Work, por Stephen K. Bailey y Howard Samuel (Nueva York, Henry Holt and
lii",:l('iolla1 para destacar ciertos intereses, sentimientos y puntos de vista a Ia Co., 1952); Congress Makes A Law, por Stephen K. Bailey (Nueva York, Columbia University
Press, 1950); y Amerícans Betrayed: Politics and the Tapanese Evacuation, por Morton Grodzins
alcll('i{lJl de los influyentes, de los que poseen poder y de Ias autoridades, y' (Chicago, University of Chicago Press, 1949).

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356 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 357
otros estratos a fin de que sus decisiones tengan en cuenta esas circunstan-
cias, así como, hasta cierto punto, los individuos de filas se sienten movidos con eI creciente volumen de documentos dirigidos a él puede servir de pará-
a hacer que sus valores, sus normas, sus intereses y su conducta sean cono- bola sociológica deI exceso de correspondencia.l'"
cidos de los forjadores autorizados de Ia política social a fin de que los ten-
En 10s primeros meses de su administración ... Lincoln leia todos 105 papeles
gan en cuenta. (Sólo en circunstancias especiales se sienten impulsados estos
cuidadosamente y por completo, y decía: "Nunca firmo un papel que antes no
estratos a bloquear Ia observabilidad.) Pero los móvíles no bastan para pro- haya leído."
ducir el acontecimiento. La organización social tíene que proporcionar Ia Más adelante: "~No quiere usted leerrne esos papeles?"
maquinaria que permitirá que esta información llegue a Ia atención deI es- Aún más adelante: pedía únicamente "un resumen de los contenidos",
trato adecuado de autoridad, Y en el cuarto afio de mandato: "Dígame dónde quiere usted que firme."
Los procedimientos y los dispositivos sociales que sirven a esta funcíón
han sido histórica mente muy variados. Han fluctuado desde el espia policía Aparte de proveer a elIo de manera formal, Ias organizaciones grandes y
complicadas llegan a crear el equivalente funcional de un plebiscito constan-
napoleónico y el "experto en opinión pública" estilo Barere hasta Ia encuesta
te, parcial y sin fuerza de oblígar, que sirve, con grados variables de erro r,
contemporánea de Ia opinión pública. Pero aunque cambíaron de carácter
para que Ias autoridades conozcan los deseos de Ias gentes. Además, como
organizativo y de propósito específico, tuvieron uniformemente Ia función de
sefiala Sussmann.w- Ias comunicaciones de Ias masas a Ias autoridades realizan
proporcionar a Ias autoridades una imagen del "estado de opinión" predomi-
otras funciones que Ia de servir de indicador (imperfecto) deI sentimiento
nante. Porque aun cuando Ias autoridades traten de soslayar o de modificar
público. Cuando se Ias empIea juiciosamente, sirven también para reforzar
(os intereses y los valores de sus electores, sin hablar de los casos en que
Ia mano de unas autoridades en conflicto con otras. La administración de
quieren actuar de acuerdo con Ias expectativas de éstos, es conveniente, si no Roosevelt, por ejemplo, hizo un uso magistral de esta arma organizacional.
imperativo, saber cuáles son esas expectativas. Cualquiera que sea Ia forma Cuando se suprimió Ia A.O.C., * llegaron a Ia Casa Blanca más de 50000
de organización -dictatorial o democrática-, es un requisito funcional al- cartas y 7000 telegramas protestando contra aquella decisión, y esa corres-
gún grado sustancial de observabilidad. La maquinaria de Ia observabilidad pondencia, como dice Sherwood, "no podía ser ignorada" .103 DeI mismo
clificre en estructuras sociales diferentes, pero, en alguna medida, sus fun- modo, Ias autoridades, que en todas Ias organizaciones y no sólo en Ias polí-
ciones parecen ser universales para Ia vida del grupo. ticas, tienen Ia responsabilidad de Ias relaciones exteriores, pueden aprovechar
No quiere decir esto, por supuesto, que Ia función se realice de modo Ios sentimientos expresos de sus eIectores para apoyar su política que gobierna
uniforme y adecuado. La Historia nos ensefía que Ias estructuras sociales dichas relaciones.l?' Finalmente, este tipo de observabiIidad proporciona una
cornplejas Iucharon con dispositivos manifiestamente inadecuados para infor- comunicación directa con Ia autoridad superior sin socavar Ia autoridad de
mar a Ias autoridades de los sentimientos y los valores de sus electores. Mu- los intermedíarios.t'"
CIi:1S veces, Ias autoridades tuvieron que recurrir a conjeturas meditadas sobre
prucbas muy fragmentarias. Jefferson, por ejemplo, observa en su Autobio- 101 Abraham Lincoln: The War Years, por Carl Sandburg (Nueva York, Harcourt, Brace and
Cornpany, 1939), nr, 414.
grcrfía que los legisladores de Virginia habían pensado un proyecto de ley 102 Para un instructivo resumen de Ias múltiples funciones de Ia correspondencia de Ias masas,
q uc proveería para "una emancipación futura y general", pero "se encontró véase Sussmann, op. cito Para una exposición crítica y programática de Ia necesidad de estudiar Ia
qlle Ia mentalidad pública aún no apoyaría Ia propuesta ... " También Lin- opinión pública en cuanto está Ilamada a "influir en quienes tienen que actuar en respuesta" a ella,
véase "Public Opinion and public opinion polling", por Herbert Blumer, en American Sociological
coln hizo un valeroso pero, aI fin, frustrado esfuerzo, para Ieer todas Ias cartas Revíew, 1948, 13, 542-49, y el examen de este trabajo por Theodore M. Newcomb y por [ulian
que se Ie dirigían a Ia Casa Blanca a fin de saber 10 que pensaba eI pueblo. Woodward, 549-54.
Iksc1c cntonces, eI volumen de correspondencia dirigida a los presidentes * Siglas de Administración de Obras Civiles. En inglês C.W.A., de Civil Works Administra-
tíon. [T.J
.unncntó sin cesar y alcanzó dimensiones especulares durante e1 mandato de 103 Roosevelt and Hopkins: An Intimate History, por Robert E. Sherwood (Nueva York,
Fr.mklin D. Roosevelr.tw Harper and Brothers, 1958), 56.
104 Un ejemplo, entre un número indefinidamente grande de ellos, consta en Ia información
;\ falta de una maquinaria social para conocer el contenido de un grau
de Sherwood sobre Ias conferencias de Hopkins con Stalin después de Ia muerte de Roosevelt.
\'fIIIIIIICn de correspondencia, Ia observabilidad puede disminuir y no aurnen- Hopkins subrayaba el papel importante dei "estado general de Ia opinión norteamericana" en
1:11. (r .os teóricos de Ias cornunicaciones han identificado claramente Ios pro- cuanto afecta a Ia política exterior actual y llegó a asegurar a Stalin "con toda Ia seriedad de que
era capaz, que aquel volumen de opini6n pública norteamericana que había sido el apoyo constante
('S()s mediante Ios cuales produce confusión un exceso de correspondencía.) de Ia política de Roosevelt estaba seriamente inquieto por sus relaciones con Rusia. En realidad,
1,:1 hisloria que cuenta Sandburg de los esfuerzos de Lincoln para habérselas en Ias seis últimas semanas el empeoramiento de Ia opinión pública [no se dice cómo se apreció
esto 1 había sido tan grave, que afectó adversamente a Ias relaciones de nuestros dos países. EI seãor
Hopkins dijo que no era sencillo ni fácil poner el dedo sobre Ias razones precisas de ese empeora-
11111 S""'":lIln, op. cit., resume Ias pruebas sobre el volumen de correspondencia. Como ejem- miento, pero tenía que destacar que sin eJ apoyo de Ia opinión pública, y en particular de los parti-
1'111 ,lrll,";'tlim, durante Ia primem semana de Ia administración de Roosevelt lIegaron a Ia Casa daríos dei Presidente Roosevelt, seria muy difícil para el Presidente Truman lJevar adelante Ia polí-
111.11"" '1 ';11 0110 comunicaciones.
tica dei Presidente Roosevelt". Ibid., 888-89.
105 Sussrnann, op. cit., 12. "Quizás Ia principal razón de que Roosevelt diera tanto valor a su
~r~H ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 359
lxtc rápido esbozo de tipos de comunicación que se producen para lle- que él llamaba "impulso rebelde o 'sugestión contraria' ", esto es, un rasgo
11.11,por 10 menos en parte, el requisito funcional de Ia observabilidad o de negativismo o extrafíamiento de Ia persona1idad-, Ia inconformidad.
vr-ilulidad, por supuesto, omite muchas cosas. Pero puede subrayar eI punto
pr incipal, no menos importante porque sea obvio, de que Ia teoría deI grupo puede consíderarse como una conformidad más lejana. La rebe1i6n es s610 parcial
de rcfcrencia debe incorporarse sistemáticamente Ia variable de Ia observabi- y aparente; y el que parece no marcar el paso en el desfile es que en realidad lleva
Ild:ld de Ias normas, Ias valores y el desempefío de papeles vigentes en 10s el compás de otra música. Como dijo Thoreau, escucha otro tambor. Si un mu-
!:llIpOS tomados corno sistemas de referencia. Hasta ahora, Ios estudios de Ia chacho se niega a seguir Ia ocupación que sus padres y amigos consideran Ia me-
(()lldlleta relativa a grupo de referencia han olvidado en gran parte esta jor para él, y persiste en trabajar en algo extrafío y fantástico, como el arte o Ia
v.ui.ible. En eI mejor caso, dichos estudios abarcan Ias pruebas sobre Ias ciencia, seguramente es el caso que su vida más vívida no es Ia que hace con lo«
jlll ccpciones de Ias normas y Ias valores en grupos potenciaIes de referencia; que le rodean, sino con Ias maestros a quienes conoci6 a través de libras, o que
1.1111hión comprenden, pero con menos frecuencia, el equivalente sociológico quizás vio y oy6 durante unos momentos.
EI ambiente, en eI sentido de influencia social realmente operanie, está lefas
d(' IOi dispositivos estructurales que producen una validez mayor o menor de
de ser Ia cosa definida y obvia que con frecuencía Se subone que es. Nuestro ver-
(',:I'i pcrcepciones entre los que están situados de manera diferente en Ia es- dadero ambiente consiste 106 en Ias imágenes que están más presentes en nuestros
t rucl ma de comunicación. Las dos líneas de investigaciones se han desarro- pensamientos, y en el caso de una mente vigorosa y en crecimiento, probable-
Ilado cn gran parte independientemente, y uno de los usos de Ia teoría del mente son totalmente diferentes de 10 que está más presente a los sentidos. EI
I~IIIP()de referencia puede consistir en reunirlas y unificarlas. grupo aI que dimos nuestra lealtad, y a cuyas normas procuramos acomodamos,
está determinado por nuesira propia afinidad selectiva, que elige entre todas Ias
influencias personales accesibles a nosotros; y en Ia medida en que elegimos con
Problema 6. La inconformídad como tipo de conducta relativa alguna independencia de nuestros compaií.eros palpables, ienemos Ia apariencia de
a grupo de referencia inconformidad.
Toda inconformídad que es afirmativa o constructiva tiene que actuar por
1-:11diferentes lugares del capítulo anterior y en algunas partes precedentes esta seleccíón de relaciones más leiana»; Ia oposici6n, en sÍ misma, es estéril y no
d(' 1"~1c, se indicó que Ia conducta conformista y Ia inconformista sólo pueden significa nada fuera de Ia peculiaridad personal. No hay, en consecuencía, una
\('1 adccuadamente descritas, y no digamos adecuadamente analizadas, si esas frontera definida entre conformidad e inconformídad; hay eimplemente una ma-
neta más o menos característica y desacostumbrada de seleccionar y combinar
rnuclnctas se relacionan con Ias grupos a que se pertenece y a que no se per-
influencias accesibles.t?"
I('II(:('C tomados corno sistemas de referencia normativa y valorativa.
Por cjemplo: " ... en el vaca bulario de Ia socioIogía, conformidad social
106 Esta es notoriamente una exageraci6n del caso, suficientemente extremada como para
\11('!c significar conformidad con Ias normas y Ias expectativas vigentes en el corregirse a sí misma. Tratando de subrayar Ia idca, muy necesaria en el momento en que escribía,
1',IIIjlOa que pertenece el individuo ... [Y, como hemos visto] Ia conformidad de que el ambiente social no consiste s610 en Ias personas con quienes uno está en interaeci6n di-
rt iu las normas de un grupo extrafío viene a equivaler a 10 que de ordinario reeta, Cooley se Ianza al otro, y no más sostenible, extremo de afirmar que ese ambiente 5610 con-
siste en imágenes de otros hombres y otras normas. Un objetivismo ingenuo no puede ser rectifieado
'.(' 1I:11lI<1inconformidad, es decir, inconformidad COn Ias normas deI grupo a por un subjetivismo igualmente ingenuo. Pero resulta evidente, por el resto de su escrito, que
qll(' se pertenece" (264). Esto da origen, según se indicó, a "dos cuestiones Cooley no subscribía en Ia práctica los lemas literales del :idealismo extremado que expresa en este
u-l.rcionadas entre sí. .. : ~Cuáles son Ias consecuencias, funcionales y disfun- pasaje.
107 Human Nature and the Social Order, por Charles H. Cooley (Nueva York, Charles Scríb-
(illll:llcs, de Ia orientación positiva hacia los valores de un grupo que no es ner's Sons, 1902; reeditado por The Free Press, 1956), 301-302, Y todo el capítulo 8, titulado "Emu-
('I de uno? Y además, ~qué procesos sociaIes inician, apoyan o frenan esas lation", Subrayé Ias partes de este pasaje que se relacionan más direetamente con Ia teoria dei grupo
111i('I) 1aciones" (265). de referencia. Lo que Cooley afirma aquí como un hecho se convirti6 después en una serie de.
problemas a los que se dedicaron estudios empíricos.
1kspués de haber sido impreso esto, volví a examinar ese semillero de Decir que Ia teoría deI grupo de referencia es en parte un redescubrimiento de 10 que durante-
li h.ax sobre 10 que ahora se llama conducta relativa a grupo de referencia -eI rnucho tiempo estuvo en barbecho en esas notables páginas de Cooley, sería el enunciado exacto,
de Ia historia de Ia idea de los grupos de referencia. Pero sería un erro r decir que Ia teoría dek
1:lpill1lo 8 de Human Nature and the Social Order, de Cooley- y me encon- grupo de referencia no es más que ese redescubrimiento. La circunstancia de que ideas e insínuaeio-
11(' ('011 que, ya en 1902, Cooley había concebido Ia inconformidad en térmí- nes fecundas permanezcan irnproductivas hasta que el curso dei desenvolvimiento intelectual l'es;
I IO !-i IlIl1y parecidos. En uno de sus dos aspectos principales -el otro es eJ dio nuevo sentido es un epísodío familiar en Ia historia del pensamiento humano. En rcalídad,
los redescubrimientos suelen tener lugar precisamente en esta forma: una acumulación de coaocí-
mientos científicos da por resultado hacer claramente relevantes ideas y observaciones que existían
I """"I"""I<-II('i" era que Ia consideraba una de sus mejores Iíneas de comunicación con Ia 'gente hacía ya mucho tiempo en impresos públicos. Pero fueron ignoradas en gran parte porque su rele-
,,,,,1\(1\'. (:olloc!a demasiado bien los prejuicios de los medios de masas controlados por minorias vancia no era evidente y, en Ia situaci6n anterior de Ia disciplina, no podía fácilmente haber sido
1'-",lul>lI1'c-r.'lIadido de Ias limitaciones de los canales oficiales de cornunicación, Frances Perkins evidente para 10s observadores quízás más sabios pero menos informados de aquel tiempo. En este
dill' 'IUC' C'U UIIa ocasión le dijo Roosevelt que ' .. .Ios canales oficiales de comunicaci6n e informa- sentido razonablemente estricto, esas ideas "se adelantan a su tiernpo". Más tarde, cuando pueden
l ""li '''11 ('011 frccuencia bastante rígidos... Las personas que hacen esos estúdios rara vez llegan unirse con otras ideas y arbítrios de Ia investigaci6n que se desarrollaron en el ínterim, toman una
i i'H 1-1 ,Ir' 111 gente común',' ,
significaci6n nueva. Esto hará ver claramente que aI tomar nota de Ias observaciones por tanto
360 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 361
Sea cual fuere la historia de este concepto de Ia inconformidad, parece en su sentido histórico consagrado, puede distinguirse fácilmente de otras
aliora quc el concepto proporciona una base para unificar Ia teoría de Ia c1ases de conducta divergente corno (Ia mayor parte de) Ia criminalidad y Ia
"conducta desviada" (en parte 108 como ha sido expuesta en los capítu- delincuencia, Esas clases de "conducta divergente" difieren estructuraI, cul-
los IV y V que tratan de la anomia) y la teoría de Ia conducta relativa 3 tural y funcionalmente.l-' No puede suponerse, por 10 tanto, que están todas
grupo de referencia. Porque una vez que se concibe Ia inconformidad como comprendídas de manera adecuada en un solo concepto de "conducta diver-
consistente típicamente en laconformidad con los valores, Ias normas y Ias gente"; ésta es materia de investigación, no de suposíciones.
expectativas de los individuos y los grupos de referencia, se pueden diferen- A primera vista, Ia conducta del inconformista y Ia del deIincuente pue-
ciar, desde eI punto de vista conceptual, de otras formas de conducta diver- den parec~r estructuraImente Ia misma. En ambos casos, ninguno de Ias
gelltc. En realidad Ia inconformidad "privada", totalmente desconectada de dos vive de acuerdo con Ias expectativas moralmente arraigadas de 10s otros
I',IIIPOS ele referencia pasados, presentes o reaIistamente posibIes, es 10 que Ios con quienes están enIazados en un sistema de situaciones y papeles engra-
psid,logos han identificado como "autísmo", pensamiento y acción capri- nados En ambos casos, también, otros individuos deI sistema social actua-
dl()sOS muy aIejados de Ia reaIidad exterior.109 No es Ia inconformidad pri- rán de tal manera que procurarán que los "divergentes" vuelvan a obrar de
v.ulu, sino más bien Ia inconformidad pública, 10 que interesa aquí. acuerdo con Ias expectativas consagradas, CuaIesquiera que sean Ias direren-
Cuando Ia inconformidad representa Ia conformidad con los valores, Ias cias 1ue existan entre los dos, con frecuencia están obscurecidas, ya que no
normas y Ias prácticas de un estado anterior de la sociedad que aún perduran es raro que al inconformista se Ie declare deIincuente. Sin embargo, por de-
pero no son aceptados uniformemente, con frecuencia se Ia llama "conserva- bajo de esas anaIogías superficiaIes hay diferencias profundas.
"lirismo". Peyorativamente, y a veces de manera exacta, se Ia caIifica de En primer lugar, eI inconformista no procura, corno el delincuente, ocul-
"rcaccionaría", en particular cuando constituye un esfuerzo para reinstaurar tar sas desviaciones de Ias normas vigentes en eI grupo. Por e) contrario,
va lorcs y prácticas que han sido reemplazados por otros o que simplemente declara su disentimiento. Esto se enlaza con una segunda diferencia: eI
caycron en olvido. Cuando Ia inconformidad representa Ia conformidad con inconformista niega Ia Iegitimidad de Ias normas y Ias expectativas que re-
valorcs, normas y prácticas que todavia no fueron institucionaIizados pero chaza, o por 10 menos discute su aplicabilidad a ciertas situacioues: eI delin-
que se consideran como constitutivos deI sistema normativo de grupos futu- cuente por 10 general reconoce su Iegitimidad. En general, no alega que el
ros de referencia, se Ie llarna muchas veces "radicalismo", en particular cuan- robo es bueno y el asesinato virtuoso. Simplemente, encuentra conveniente
do se cree que representa un estado perfecto de Ia sociedad imposibIe de o expresivo de su estado mental violar Ias normas y evadirlas. EII tercer lugar,
110
akauzar. Pero como Ios marbetes sociaIes y políticos como esos tienen y correlatívamente, el inconformista quiere cambiar Ias normas del grupo,
algo más que una función puramente descriptiva, se usan rara vez corno suplantar Ias que considera moralmente ilegítimas con eiras que tienen una
dcsignacíones objetivas, pero llegan a ponerse sobre diferentes tipos de incon- base moral diferente. EI delincuente, por el contrario, sóío trata de escapar
[orm iclad.
aI cumpIimiento de Ias normas ahora vigentes. EI inconformista apela típi-
En estas términos, Ia teoria deI grupo de referencia exige una distinción camente a una "moral superior"; salvo como un recurso para su defensa, eI
constante entre Ias diferentes clases de conducta que Ios sociólogos llaman delincuente apela a circunstancias atenuantes. Final, y decisivamente, se
"rnnducta divergente". Lo que aquí identificamos Como "ínconformídad" supone, aunque de mala gana y de manera inconsciente, que el inconformista
se aparta de Ias normas vigentes con propósitos totalmente o en gran parte
li':lI'1)() olvidadas de Cooley -esas páginas, por 10 que)'o sé, no fueron punto de partida para inves, desinteresados; se supone que el delincuente se desvia de Ias normas para
tif::Icioncs sostenidas y cumulativas desde que aparecieron- no qniero restar méritos a Ias realiza.
rioucs de los científicos socíales de hoy que han creado independienternente Ia teoria de Ias grupos servir a sus propios intereses. Las anteriores características de Ios dos tienden
de rcfcrcncia, No pretendo jugar eI juego de Ias "alumbracionistas", o sombreadores, negándole a apoyar estes diferentes supuestos. Conociendo Ias consecuencias punitivas
'11.1 méritos al Pedro de hoy para rendi r todos los respetos debidos aI Pablo de ayer. Esta se enea- que su conducta pública pondrá en juego, el inconforrrusta actúa, sin em-
mina únicamente a sefiaIar una discontinuidad en eI desarroIlo de esta teoría que abarca, como
vemos ahora retrospectivamente, una laguna de cuarenta aãos o más. bargo, de acuerdo con sus sentimíentos y valores. Conocícndo Ias consecuen-
10M No cito otros escritos que han desarrollado últimamente Ia teoría de Ia conducta divergente cias de su acción, el delincuente hace todo 10 posíble pOi evitarlas ocultando
lH'J(I"C Iucron examinados con algím detalle en capítulos anteriores. Pero debe decirse que el eapí- su desviación a Ia vista pública.
111111 cledicado a "Ia conducta divergente y Ias mecanismos de eontrol social" cn Social System,
,Jc- I':I"""S, proporciona una base importante para Ia clase de unificación teórica que se propone. En Ia esfera cultural, también, el inconformista y d delincuente difieren
V..,d:"ln:llllcnte, en un punto de ese capítulo (299 n.), Parsons hace una alusíón previsora a "uno fundamentalmente (aun, debe repetirse, cuando ia socíedad, casi como últi-
,I,· 10., drtcrcntes puntos en que Ia teoría de los 'grupos de referencia' adquiere gran importancia
l'~tu ri all.ilisis de sistemas socíales". Pero esa unificación no es obra de un dia, y requerirá 10s 111 Las diferencias fueron indicadas en el quinto tipo de adaptación a Ia anomia identificado
"""1'"",,, concertados de muchos antes de que puedan realizarse sns aparentes perspectivas. en el paradigma presentado en el capítulo IV, que indica que- Ias metas culturales y Ias medios ins-
1011 1':1lllg:lr deI pensamiento autístico en Ia teoría de Ia psicología social fue examinado por titucionales reinantes son repudiados y suplantados por valores nuevos que son compartidos y aIos
'I'IJ,",,(o,,, Ncwcorub en Social Psychology, 101-103, 287-294, 303-310.
que se concede legitimidad (pp. 140, 155-57). Para otro estudio de este último tipo de "conducta
I tU (:IIII'p;'!rcnse Ias exposiciones de Ias mentalidades ideológica y utópica que hace Karl Mann- divergente", véase Change in Tribal South Africa, por Katherine Organski (tesis doctoral inédita,
',rllll ,'11 /d('()/ogía y ntopía (México, F.C.E., 1941), en especial 169-230.
Columbia University, Departamento de Sociologia, 1956).
>(,2 ]':STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 36,
1110recurso de controI social, considera ai inconformista como "nada más" lados sólo a Ia acción de indivíduos que son directamente perjudicados por
'IIIC lIU delincuente. Porque, no obstante Ias definiciones y Ias apariencías cI inconforme y por Ia conducta divergente. Pero en realidad, Ia indignación
públ icas, se advierte ampliamente que el inconformista de un credo político, moral y Ia oposición desinteresada a Ia inconformidad y Ia conducta diver-
I vi igioso o ético, es en realidad bastante más que un mero delincuente). Se- gente sirven para prestar mayor fuerza a Ias mecanismos de control social,
1'.1111 I:t teoría sociológica, Ias diferencias entre el plano cultural y el plano de porque no sólo el número relativamente pequeno de personas directamente
LI cstructura social (a Ias que nos hemos referido en Ias párrafos anteriores} perjudicadas por Ia desviación -por ejemplo, los padres del nifio secuestra-
\, III fundamentales, aun cuando pueden ser obscurecidas por el hecho de que do-, sino también Ia colectividad en general, adherida a Ias normas cultural-
1 icncu implicaciones para ambos los mismos complejos históricos de con- mente consagradas, entran en actividad para poner de nuevo aI divergente (y
"1Il'la. Sin entrar en detalIes en esta materia, porque nos alejaría mucho de' por anticipación, a otros posibles divergentes) en Iínea.
III1CS Iro propósito, podemos por Ia menos sefíalar los diferentes niveles de aná- En el plano cultural, el inconforme, con su apelación a una moral su-
li~>I.'i
que eso representa. perior, puede, en circunstancias históricamente propicias, y a diferencia del
IO:n el plano de Ia estructura social, Ia inconforme y otras conductas des- mero delincuente, aprovecharse deI depósito latente de indignación moral.
vi.nlas activan mecanismos de control social por parte de Ias comprendidos Hasta cierto punto, su inconformidad apela ya a Ios valores mo rales de un
('11redes de situaciones y papeles sociales engranadas con el "disidente", EI tiempo pasado que se ha perdido de vista, ya a los valores mo rales de
I/"C éste no viva de acuerdo con Ias expectativas de aquellos con quienes un tiempo que vendrá. Tiene, pues, Ia perspectiva, si no siempre Ia realidad,
('S(;1 cn rclación directa constituye para ellos una experiencía punitiva, y ellos de conseguir e1 asentimiento de otros indivíduos de Ia sociedad inicialmente
;1 xn vez responden castigándoIo por sus desviaciones de Ias expectativas con- menos valerosos y arriesgados. Su inconformidad no es una falta privada,
';;Igraclas deI papel. En un sentido importante, pues, los compafieros de papel sino un impulso hacia una moral nueva (o Ia restauración de una moral
,lei clisiclente tienden a actuar en relación con sus propio« intereses; el disi- vieja y casi olvidada). En suma, el inconforme apela a un grupo de referen-
clcu te les amarga o hace difícil Ia vida, y tratan de volver a ponerIo en línea, cia pasado o futuro. Reactiva un conjunto olvidado de valores, normas y
('011cl resultado de que puedan proseguir Ias negocias normales de Ia vida. prácticas, o activa un conjunto que no es mancillado por concesiones presen-
":n el plano cultural, tiene lugar también esta misma conducta por par- tes y transacciones de conveniencia con Ias realidades corrientes. En todo
te de los individuos "ortodoxos" deI sistema social, aun cuando no están esta, eI inconforme está muy Iejos deI de1incuente ortodoxo que no tiene
directumenie comprendidos en un sistema de relaciones sociales con el disi- nada antiguo que restaurar ni nada nuevo que sugerir, sino que trata sólo de
dente. Su reacción hostil hacia el disidente es, en este sentido bastante es- satisfacer sus intereses privados o de expresar sus sentimientos privados. Aun-
I rido, desinteresada. No tienen nada, o tienen muy poco, que perder por su que eI derecho deI país puede no hacer siempre esta distinción, en re1ación
dcsviación de Ias normas y Ias expectativas deI papel consagradas; su propia con Ia dinámica cultural, e1 inconforme y el delincuente desarraigado son
siluación no es, de hecho, apreciablemente perjudicada por su "mala con- polos opuestos.
ducl a", No obstante, también ellos responden Con hostilidad, pues han ínte- Lo que se ha dicho de Ias planos cultural y de estructura social de Ia
Iiorizado Ias normas morales que están siendo violadas, y sienten Ia conducta conducta de1ictiva y de Ia inconformidad, no es, naturalmente, toda Ia hís-
que repudia de hecho esas normas, o amenazala continuidad de su validez toria. Pero puede bastar para nuestros propósitos inmediatos. Las dos clases
social, como una negación deI valor de que ellos y su grupo se sienten orgu- de desviaciones de Ias normas del grupo pueden describirse, y se han des-
"(),~()S. La forma que estas represalias toman puede lIamarse de Ia manera crito, como "conducta divergente" -y en una primera y vaga aproximación
1I1:'ispropia "indignación moral", ataque desinteresado contra los que se apar- no es esto un error-, pero, en los planos de Ia estructura social y de Ia
.1
t.ru de Ias normas deI grupo, aun cuando Ias desviaciones no interfieran con A cultura son, en una aproximación más exigente, diferentes. Puede sugerirse
cI dcsempeíio deI papel de uno, ya que éste no está socialmente relacionado ahora que también se diferencian característicamente en eI plano de Ia perso-
de 1II:ITlCradirecta con e1 disidente,1l2
injuriar. Así en los estados Ias particulares pueden perdonarse unos a otros sus deu das, pero no Ias
Si lia fuera por esa reserva de indignación moral, Ios mecanismos de rabos u otras violencias que les perjudiquen: en efecto, Ia falta de pago de una deuda constituye
('(1111101 social verían gravemente limitado su funcionamiento. Estarían Iimí- una injuria para los interesados, pero el robo y Ia violencia son injurias hechas a Ia personalidad
de un Estado!' f:ste es el caso de Ia objeción desinteresada a Ia violación de Ias normas.
Aunque, por cl propio testimonio deI autor, es sólo un mera comienzo de investigación en esta
112 l.n cxplicacíón racional de Ia indignación moral fue enunciada clásicarnente, si bien en el matéria, en los tiempos más recientes e1 Iocus c1assicus de Ia teoría de Ia indignación moral cs
\'""111\,1.,,," 'Ii":i;CO dei derecho natural, por Hobbes eu el capítulo xv del Leviatán. Como re- Moral Indignation and Middle Class Psychology, por Svend Ranulf (Copenhague, Levin and
"'"',,10 "Ahorn bíen, Ia justicia de una acción (es decir, Ia injuria) supone una persona individual Munksgaard, 1938). Como Ranulf Ia manifiesta abundantemente, su obra se deriva, en descendencia
illl'"iudu; eu concreto, aquella COII Ia cual se hizo el pacto, Por tanto, en muchos casos, Ia injuria sociológica dírecta, de Ia teoría fundamental sobre Ia acción de Ia indignaci6n moral formulada, en
N I('l,;],j"" por un hombre y el dano da de rechazo sobre otro, Tal es el caso que ocurre cuando Ia forma más influyente si no por primera vez, por Emile Durkheim. También debe consultarse 1a
d ,II"'no o"lcna a su criado que entregue dinero li un extrano, Si esta orden no se realiza, Ia monografía anterior de Ranulf sobre este tema: The Tealousy of the Cods and Criminal Law at
illjlll i•• r lrucc ai ducüo a quien se habrá ob!igado a obedecer, pero eI dano redunda en perjuicio Athens: A Contnbutíon to the Sociology of Moral Indignatíon (Copenhague, Levín and Munksgaard;
dI'! •••11"00, rrspccto al cua! el criado no tenía oblígaciôn, y a quien, por consiguiente, no podia Londres, Williams and Norgate ua. 1933), 2 vols,
364 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 36)

ualidad. No hay duda de que Ias personalidades de los que encabezaron EI inconforme históricamente importante es, en relación con Ia estruc-
movimientos de inconformidad históricamente importantes pueden en ocasio- tura social, Ia cultura y Ia personalidad, un tipo diferente del divergente social.
ucs tener más de una semejanza pasajera con Ias personalidades de los dedí- Según el antiguo adagio de que "Ia mejor manera de conocer Ia naturaleza
cados a delitos pequenos y grandes de carácter egoísta. Pero subrayar esas de cualquier cosa es examinar casos extremos", tomaremos nota del incon-
scmejanzas ocasionales y superficiales a expensas de diferencias características forme extremoso que entra en su trayectoria pública de inconforme coa
y hondamente arraigadas sería declarar Ia bancarrota intelectual de Ia psico- pleno conocimiento de que corre el riesgo, tan grande que es casi certídumbre,
logia académíca. Diga Ia psicología 10 que quiera en contrario, los valerosos de que su conducta sea severamente castigada por el grupo. Esta c1ase de
salteadores de carninos de Ia Inglaterra deI siglo XVII, John Nevinson y su hombre es, en sentido bastante estricto, un mártir, es decír, un indivíduo que
inteligente sucesor Dick Turpin, no era 10 mismo que Olíverio Cromwell, va aI sacrificio por principios. AI adherirse a Ias normas y los valores de algún
cl valeroso inconforme. Y si Ias simpatías políticas o religiosas sirven para grupo de referencia diferente deI grupo con cuyas expectativas no esté con-
lucer esto evidente por sí mísmo y que no necesite ni decirse, habría que forme, está dispuesto a aceptar, si no a recibir con beneplácito/H Ias conse-
revisar los juicios históricos que harían de un Trotsky o de un Nehru poco cuencias casi seguras y penosas del disentimiento,
lilás que delincuentes con partidos considerables tras ellos. Las fuentes psicológicas de Ia conducta deI mártir son una cosa; eI carác-
Es posible que Ias motivaciones inconscientes de algunos ínconformes se ter social de ésta es otra cosa, Los motivos deI mártir pueden ser cualesquiera
parczcan a Ias de los meros delincuentes. En ambos casos, Ia conducta puede entre una gran variedad de eIIos: expresión de narcisismo primário, necesidad
ser compulsiva, destinada a expiar una sensación personal de pecado. La vío- de castigo, deseo de dominio activo de una realidad exterior aparentemente
lacíón de Ias normas vigentes puede servir para legitimar el acto culpable intransigente en beneficio de los seres amados.P" Todo esto puede ser. Pero
('(nupartiéndolo con otros. No obstante, como Ias normas sociales que se vío- dentro deI contexto social, este tipo de inconformidad implica uniforme-
lan son funcionalmente del todo diferentes, en los casos del inconforme y del mente el repudio público de ciertos valores y prácticas consagrados y Ia adhe-
dclincuente, el significado psicológico de Ia violación es también diferente.
As; como el sistema conceptual de Ia sociologia puede, en una primera aproxi- ginales de Ia mentalidad racíonalista." Como tienen amplia ocasicn de saber Ias sociólogos y los
psicólogos, esta fuente de inquietud no se limita a Ias metafísicos y los lógicos. The Meaning oI
iuación, ser tan tosco que empareje, sin dístinción, Ia inconformidad con Truth: A SequeI to "Pragmatism", por William James (Nueva York, Longmans, Green, and Co.,
normas consagradas pero moralmente sospechosas y Ia desviación de normas 1932), 249-250.
110 discutidas, así también el sistema conceptual de Ia psicologia, con sus ideas 114 Si diese seüalcs de recibir en verdad con beneplácito Ias consecuencias punitivas, podría
deeirse de él despectivamente que trata de "hacerse eI mártir". Com ún mucho antes del advenimien-
dc culpa, mecanismos de defensa, forrnación de reaccíones, etc., puede borrar to de Freud, esta frase refleja el reconocimiento popular de Ia posibilidad de que el sornetimiento
diferencias fundamentales atribuyendo conductas socialmente dispares al ostensiblemente desinteresado deI 1'0 al castigo que le infligen otros puede resultar, tras un análisis
inismo cajón de motivaciones. Es evidente que esto es plantear Ia cuestión y más detenido, egoísta o debido a una necesidad psicológica "patológica". S610 en eircunstancias ins-
titucionales especiales cuenta el masoquismo con el respcto de los dernás. En esas circnnstancias
110 resolverla, pero puede tener el mérito teórico de recordamos que, en socialmente norrnadas, y con frecuencia ritualmente prescritas, el carácter masoquista puede ser muy
Ia busca de generalizaciones sobre Ia conducta humana, podemos no pocas apropiado para el desempeno eficaz del papel social. Pero en general, hacer una virtud pública de
};~l una necesidad privada es ser juzgado culpable de una doblc falta: porque pide recompensa para una
vcces ocultar o desdeãar diferencias importantes de conducta. Hacerlo es ,;\'
acci6n aparentemente desinteresada pero en realidad egoísta, l' destruye Ia confianza mutua necesaria
incurnr en Ia práctica intelectualmente discutible del reduccionismo. Es in- en una sociedad estable proyectando dudas sobre Ia validez moral de Ia conducta en verdad desinte-
currir en Ia falacia de suponer, como Willíam [ames dijo de manera inolvi- resada de otros.
115 Reina acuerdo general acerca de que el vocabulario de Ia motivaci6n deia mucho que de-
da ble, q uc "un cuarteto de cuerda de Beethoven es en realidad ... el roce de
sear. Esas observaciones no deben interpretarse de acuerdo con Ia idea de que los "motivos" son
cordas de cola de caballo con tripas de gato, y que con esto queda descrito impulsos índependíentes, cada uno de los cuales "produce" su forma distintiva de conducta. Aun
de mancra exaustiva ... ".113 sin eI beneficio de una teoria psicológica sistemática, Cooley tuvo algunas ideas generales sobre
esta matcria que son, en toelo caso, más inteligentes que cuando él Ias expuso, hace dos gcneraciones.
11:1 TllC \Vi11 to Believe, por Willíam [ames (Nueva York, Longmans, Green and Co., 1937), Por ejemplo: "La manera de hablar egoísmo-altruísmo falsifica Ias hechos en el punto más vital
7(), U, C011l0[ames enunció Ia cuestíón en términos más generales, es meterse en "abstraccionismo posible suponiendo que nuestros impulsos relativos a personas pueden separarse en dos clases, los
",doso: maucra de usar conceptos que puede describirse así: Concebímos una situación concreta impulsos 1'0 y los impulsos tú., de maneta muy parecida a como Ias personas físicas S011 separables;
cl",I:I",""lo 1111 rasgo de clla saliente o importante, y c1asificándola por él; después, en lugar de aüadír mientras que un hecho primario en todo el campo deI sentimiento es una fusión de personas, de
" ',",; ";"a"'eres previos todas Ias consecuencias positivas que el nuevo modo de concebirla puede suerte que el impulso perteneee no a una o a otra, sino precisamente aI terreno común que ambas
1''' "Iowir, procedelllOS a usar nuestro concepto cn forma privativa, reducicnelo cl fenómeno originaria. oeupan para sus relaciones o su mezcla." Y también: " ... se usa 'altruísta' para implicar algo más que
1\11'111 c' ncu a Ias meras sugestiones de aquel nombre tomado en abstracto, tratándolo como un caso bondadoso o benévolo, alguna distinción psicológica o moral entre este sentimicnto o clase de senti-
,,~ "uudn, salvo" "que! concepto, y actuando como si todos los demás caracteres de los cuales se mientos y otros llamados egoístas, y esta distinción parece no existir. Todos los sentimíentos sociales
IIh.ltujn d conceptn fueran borrados. La abstracci6n, al funcionar de esta manera, se convierte en son altruistas en el sentido de que impliean referencia a otra persona; poeos 10 son en el sentido'
III,.dlll ele <!cl<'nción mucho más que en medio ele avance e1eI pensamiento. Mutila Ias cosas, crea de que excluyan al 1'0. La idea de una división sobre esta línea parece emanar del vago supuesto de
clifkllllll,jr~ y rncucntra imposibilidaeles; y más de Ia mitad' ele Ias inquietudes que se toman 10s que Ias ídeas personales deben tener una peculiaridad que responda a Ia de los cuerpos rnateriales."
,"C)lwfl~knl y los lógicos a causa de Ias paradojas y los enigmas dialécticos del universo puede, estoy Human Nature and the Social Order, por Cooley, 128, 129·130. Podría decirse que cuando Cornte
I'I1l1vt"lI'iclo, IIlrihllirsc a esa fuente hasta cierto punto sencillo. El ernpleo viciosamente privativo acuüó Ia palabra "altruísmo" y Ia definió como 10 hízo, contribny6 a crear Ia clase de falacia que
clr 11111/1/1/1'\ ull,\lr:ll'/o" de caracteres y de clases es, estoy persuadido, uno de Ias grandes pecados orí- Cooley trató de contrarrestar.
366 I<:STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 367
sión a otros valores y otras prácticas al precio de un castigo casi inevitable de conducta en el concepto único de "conducta divergente", es oscurecer su
infligido por otros. Funcionalmente, esa inconformidad puede servir para contenido sociológico. Después de todo, parece exacto suponer que, a dife-
instituir cambios sociales y culturales. En este respecto, debe advertirse que rencia de Ia de J ohn Brown, el alma de AI Capone no seguirá actuando.
Ias reaccíones de los otros a esta c1ase de inconformidad pueden ser más com- O también, Eugene V. Debs y AIbert B. Fall, secretario deI Interior de
plicadas de 10 que puede sugerir Ia apariencia exterior de pura hostilidad. l Iarding noto rio por el asunto de Teapot Dome, que resultó incapaz de tener
E1 conformista reconocido tiende a ser considerado con sentimientos una mano firme sobre Ia bolsa pública, los dos fueron encarce1ados de acuerdo
mezclados de adio, admiración y amor, aun por quienes todavía se aferran con Ias leyes de Ia sociedad norteamericana porque habían incurrido en "con-
a Ios valores y Ias prácticas que están siendo discutidas. Actuando abierta y ducta desviada". Pero Harding, el exponente de Ia normalidad, halló posible
IlO sccretamente, y sabedor evidente de que invita al grupo a que le im- libertar de Ia prisión aI inconforme Debs por un acto tardío de c1emencia del
ponga sanciones severas, e1 inconforme tiende a suscitar cierto grado de ejecutivo, mientras que Coolidge, comprometido a ampliar Ia zona de nor-
1 espeto, aunque éste pueda estar enterrado bajo gruesas capas de hostilidad malídad, no encontró posible libertar al divergente FalI.
y odio manifiestos entre quienes tienen Ia sensaci6n de que sus sentimientos, A menos que se mantenga Ia distinci6n conceptual y terminológica entre
SlIS intereses y sus posiciones son amenazadas por Ias paIabras y Ias actos deI tipos de conducta inconformista y conducta desviada, Ia sociología seguirá
inconforme, EI componente positivo de Ia ambívalencia es el tributo que se por inadvertencia el camino que ernpezó a recorrer a veces y se convertirá en
paga a Ia conducta desinteresada. Se piensa que el inconforme tiene valor, Ia ciencia de Ia sociedad que implícítamente sólo ve virtud en Ia conformidac1
cs decir, Ia capacidad demostrada de correr grandes riesgos, especialmente social. Si Ia socioIogía no formula sistemáticamente Ias diferencias entre Ia
por objetivos desinteresados.us Hasta cierto punto, el valor (aunque quizá estructura social y Ias funciones de Ias diversas formas de conducta divergente,
cn un grado menor) se cree manifiesto cuando Ios hombres corren grandes en realídad -aunque creo yo que no de1iberadamente- premiará como va-
ricsgos ya por objetivos egoístas privados o por objetivos ajenos, COmo en el lioso e1 grupo de Ia conformidad con sus normas vigentes e implicará que
(';ISO familiar del "delíncuente temerario" o del "enemigo valeroso", que son Ia inconformidad es inevitablemente disfuncional para e1 grupo,117 Pero,
admirados, en este grado, 10 mismo que son condenados. Pues como e1 valor como hemos subrayado en diferentes lugares de este libro, no es infrecuente
('\ potencialmente una virtud social -es decir, funcional para Ia persistencia el caso de que Ia minoria inconforme de una sociedad represente Ios intere-
y dcsarrollo de grupos de acuerdo con valores últimos-, suscita respeto, aun ses y Ias valores últimos del grupo de manera más efectiva que Ia mayoría
cn los casos complejos en que se Ie usa aparentemente, no a favor deI grupo, conformista.P" Éste, debe repetirse, no es un juicio moral sino un juicio fun-
sino contra él.
Aun esta breve resefia de Ia mate ria puede servir para aclarar Ias diferencias 117 El valor cultural norteamericano dei derecho a disentir está demasiado hondamente arraí-
ft uicionales entre Ias dos clases de conducta desviada. En ciertas círcunstan- gado para no tener un efecto de control sobre Ia conducta, aun en circunstancias críticas, De
acuerdo con Ia sociología del conocimiento, que considera el trabajo intelectual como subordinado
cias, Ia inconformidad pública puede tener Ias funciones manifiestas y laten- a Ias circunstancias socíales subyacentes, tiene especial importancia el extenso estudio empírico de Ias
tes de modificar Ias normas de conducta y los valores que Ilegaron a ser fuerzas que producen Ia aceptación, eI rechazo y eI apoyo de inconformes políticos y de otras c1ases:
Communism, Conformity, and Civil Liberties, por Samuel A. Stouffer (Nueva York, Doubleday and
d isfuncionales para eI grupo. Otras formas privadas de conducta desviada Company, 1955), Este estudio parte deI supuesto de que los tipos de inconformidad difieren de
I icnen Ia función manifiesta de servir a los intereses deI inconforme y, en manera importante de otros tipos de conducta divergente. Además, se orienta hacia el problema
circunstancias que fueron identificadas en parte por Durkheim, George Mead de descubrir Ias bases de aceptación y de repudio de los ínconformes, problema que sólo fue rozado
antes. También es muy pertinente un reciente experimento sociológico enfocado sobre el problema
y IZadcliffe-Brown, Ia función latente de reactivar sentimientos deI grupo que correlativo de Ias circunstancias en que Ia conformidad social es disfuncional para los propósitos
se 11;111 debilitado tanto, que ya no son reguladores eficaces de Ia conducta. elegidos por el grupo, V éase "An experirnent on conformity to grol1p norms where conformity is
;\ 111011 tonar esas formas funcionalmente (y no s6Io moralmente) diferentes detrimental to group achievernent", por Harold H. Kelley y Martin M, Shapiro, en American Socío-
logical Revíew, 1954, 19, 667-677.
118 Véase Ia notable exposición de inconformidad pública en Ia história de los Estados Unidos
II ,: j .os cjemplos de csto pueden muItiplicarse, desde luego, casi hasta el infinito. Piénsese sólo escrita por el senador John F, Kennedy: Profiles in Courage: Decisive Moments in lhe Lives of
('11 cl l':ISOde John Brown, asesino y fanático valeroso que quiso morir por Ia causa de Ia libertad Celebrated Americans (Nueva York, Harper and Brothers, 1955). Es Ia historia de ocho senadores
tal mlllO él veía dicha causa. En estimación de Carl Sandbrug, "Brown se sintió muy tranquilo y que se negaron a sorneterse a Ias expectativas dominantes a pesar de Ias extremadas presiones que se
rrlif:illsalllcntc contento de ser colgado públicamente, delante de todos los hombres y todas Ias na. ejercieron sobre ellos, presiones que implicaban un riesgo fatal para sus carreras políticas, Ia difama-
eioncs, ele suerte que no pudiera ser fácilmente desalojado de los pensarníentos de los hombres". ci6n de su prestigio y el rechazo de sus electores. Orientados hacia grupos de referencia diferentes
1· asi, cI gobcmador dei Estado que, después de un proceso justo, 10 colgó, dijo 10 siguiente: "Brown de los que estaban en el poder, aquellos hombres pudieron advertir que Sl1 reputacíón y sus prlncí-
n 1111lIIanojo de los mejores nervios que yo haya visto nunca, decidido y arrojado, sangrante y en
pios serían vindicados más tarde y apreciada su inconformidad. Esta compacta y detallada exposición
",<I<:III1S,Es llIl hombre de cabeza clara, de valor, de fortaleza. Es un fanático, vano y gárrulo, pero de "difíciles e impopulares decisiones" es, entre otras cosas, instructiva para el desarrollo ulterior de
fl,,"!) y fiel e inteligente." En Ia medida en que Ia "conducta divergente" es Ia que Ias normas y una teoría de Ia inconfonnidad como parte de una teoría más amplia de Ia conducta relativa a
I"IIIOIICS de Ia sociedad consideran así, Ia definición social de los horribles crírnenes de Brown grupo de referencia. Proporciona valiosa inforrnación clínica sobre el uso de presiones sociales en
elif 1"11' rvidcntcmcnte de los de otros muchos que fueron sólo cuatreros. En su exposición de este previsión del aeto esperado de inconformidad, de grupos múltiples de referencia implícitos en una
li"'" ,,,10 de iuconfonnídad, Carl Sandburg es a Ia vez historiador y portavoz de Ia cultura norte. decisi6n pública fundamental, el hecho estructural de Ia máxima observabilidad que tienen que
111111'''''"11:1: AhmllJlIl Lincoln: The Prairie Years (Nueva York, Harcourt, Brace and Company, 1926), .afrontar figuras tan públicas como los senadores, Ias complicaciones resultantes de definiciones con-
11, 111M.195,
ifusas e imperfectas de Ias obligaciones de los papeles, el hecho estructural de que Ia observabilidad
36R I<S'l'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 369
cioua l, no una exposicíón de teoría ética, sino una exposíción de teoría socio-
advertir que una situación social particular implica, no un solo papel aso-
lógica. Es, por último, una declaración que, una vez hecha, probablemente-
ciado, sino un conjunto de papeles asociados. :E:sta es una característica básica
Ia aceptarán Ias mismos observadores sociales que, usando un concepto insu-
de Ia estructura social. Este hecho de estructura puede registrarse con una
ficientemente diferenciado de "conducta divergente", niegan en su análisis
sociológico 10 que afirman en sus preceptos éticos. denominación distintiva, conjunto de papeles, por Ia cual entiendo ese com-
plemento de relaciones de papeles que Ias personas tienen por virtud de ocu-
par una situacum social particular. Por ejemplo: Ia simple situación de estu-
Problema 7. Contexto estructural de Ia conducta relativa a grupo de referencia: ' diante de medicina abarca no sólo eI papel de estudiante en relación con sus
grupos de papeles, grupos de siiuaciones y secuencias de situaciones profesores, sino también un conjunto de otras relaciones que ponen en con-
tacto aI ocupante de esa situación con otros estudiantes, enfermeras, médicos,
Habiendo examinado Ias operaciones de Ia observabilidad y diferentes tipos trabajadores sociales, técnicos médicos, etc,122 Y también: Ia situación de
de inconformidad y desviación en el proceso de Ia conducta relativa a maestro de escuela pública tiene su conjunto distintivo de valores, que ponen
grupo de referencia, tenemos que examinar ahora Ia estructura social de en relación al maestro con sus alumnos, con Ias colegas, con el director y eI
papeles y situaciones que suministran el contexto de Ia conducta relativa inspector de Ia escue1a, con el Departamento de Educación, y, en ocasiones
a grupo de referencia. No es ésta pequena tarea, y, como en secciones ante- frecuentes, con Ias organizaciones patrióticas locales, Ias organizaciones profe-
riores de este capítulo, haremos poco más que esbozar una manera de pensar sionales de maestros, Ias Asociaciones de Padres y Maestros, etcétera.
sobre esta mate ria y de considerar los problemas que esto plantea para Ia Es manifiesto que e1 conjunto de papeles difiere de Ia norma estructural
investigación ulterior. EUa nos obliga a examinar y desarrol1ar algo Ia teoría que durante mucho tiempo fue identificada por los sociólogos como Ia norma
de los papeles soei ales y de Ias situaciones sociales. de "papeles múItiples". Porque en eI uso consagrado, Ia expresión papeles
Desde hace algún tiempo, por 10 menos desde los influyentes escritos de' múItiples se refiere aI complejo de papeIes asociados no con una sola situa-
Ralph Linton sobre el asunto, se ha reconocido que hay dos conceptos -si- ción social, sino con Ias diferentes situaciones (frecuentemente en diferentes
Iuación social y papel social- fundamentales para Ia definición y el análisís. esferas institucionales) en que se encuentran los individuos; Ios papeles, por
de una estructura social.P" ejemplo, conectados con Ias distintas situaciones de maestro, esposa, madre,
Por situación entiende Linton una posición en un sistema social ocupada" católica, republicana, etc. Nosotros designamos este complemento de situa-
por determinados indivíduos; por papel, Ia puesta en acción mediante Ia con- ciones sociaIes de un individuo como su conjunto de papele«, y cada una de
ducta de Ias expectativas normadas atribuidas a esa posición. En estos térmi- Ias situaciones tiene, a su vez, su conjunto distintivo de papeles.
1I0S, situación y papel son conceptos que sirven para conectar Ias expectativas Los conceptos de conjunto de papeles y conjunto de situaciones son es-
culturalmente definidas con Ia conducta normada y con Ias relaciones que tructurales y se refieren a partes de Ia estructura social en un momento par-
abarca estructura social. Observa Linton que cada persona de una sociedad ticular. Consideradas como cambiantes en el transcurso del tiempo, Ia suce-
ocupa inevitablemente múltipIes situaciones y que para cada una de esas
siluaciones hay un papel asociado a el1a.120 Esto resuItó una primera aproxi- 121 Como uno entre muchos casos de este concepto, véase Ia observación de Linton según Ia
cual "una situación particular dentro de un sistema social puede ser ocupada, y su papel asocíado
mación útil, como 10 atestigua ampliam ente Ia investigación social posterior. conocido y desempenado, por numerosos individuos simultáneamente". The Cultural Background
"em en esta primera aproximación supuso Linton que cada situación tiene- of Personality, 77. De vez en cuando, Linton menciona de pasada "funciones conectadas con eI
SIl {Japel distintivova status", pero no investigó Ias implicaciones estructurales de qué papeles múltiples estén asociados
con una sola situación. EI estudio de! hombre, 135, contiene este enunciado.
Sin entrar en eI detenido examen que eI asunto merece, tenemos que Theodore Newcomb ha visto claramente que cada posicíón de un sistema de papeles implica
relaciones múltiples de papeles, Social Psychology, 285-86.
122 Para un análísis preliminar deI conjunto de papeles deI estudiante de medicina que es de
ele Ia opinión de 105 electores es pequena y esto da lugar a Ia decísión autônoma, Ia normación de
111,motivos para Ia conformidad franca, sea cual fuese Ia opinión reservada deI hornbre público, el ' importancia dírecta para Ia teoría dei grupo de referencia, véase "The development of a professional
"<'lIlido cn que Ia posteridad puede de hecho ser tomada como un grupo importante de referencia, sclf-image", por Mary Jean Huntington, en The Student-Physician: Introductory Studies in the So-
v I", valores rnúltiples que pucden poner Ia seguridad personal, Ia estimacíón popular y Ia conser- ciology of Medica! Education, ed. por R. K. Merton, P. L. Kendall y G. G. Reader (Cambridge,
VIII'i<'1I1
,]e relaciones públicas en segundo lugar respecto dei valor de Ia creencia autónoma. Es, en Harvard University Press, 1957), que forma parte de los estudios realizados por eI Departamento
'"I1I:t. 1111libro de singular importancia para los científicos socíales interesados en Ia teoría de Ia de Investígacíones Sociales Aplicadas de Ia Columbia University, con un subsidio dei Commonwealth
, 111"1",1:1 Il'bf'iva a grupo de referencia. Fund. Tambíén, Merton, en Witmer y Kotinsky, 01'. cit., 47-50. An AcHon Theory, por Hans L.
I li' /lccir que Linton no fue "el primero" que introdujo esos conceptos gemelos en Ia cíencía . Zetterberg, ms., se ocupa de estos conceptos y problemas asociados en eI capítulo v.
"" i,,1 ",lia lau cxacto como improcedente. Porque el hecho es que sólo después de su famoso capí- Como en otros campos, Ia acumulación de teoría en sociología prcsíona para el dcsarrollo de
1111"VIII ele J>:"llldio de! hombre (México, F. de C.E., 7~ed., 1963) esos conceptos y sus implica. conceptos en determinadas direcciones. Esto está ilustrado por 10 menos por el desarrollo de concep-
ri""", '.c· illcorl'oraron sistemáticamente en Ia teoría en desarrollo de Ia estructura social. tos análogos a los de conjunto de papeles, conjunto de situaciones y secuencias de situaciones,
I~~" <:t, i/,id., Y particnlarmente, eI trabajo posterior de Linton que, puede decírse, no recibié- aunque con diferente terminología en un trabajo de Frederick L. Bates, titulado "Position, role, and
"1,lIlIlil""""1'1I1<' toda Ia atcnción que merece: The Cultural Background of Personality (Nueva Yorx,; status: a reformulation of concepts", en Social Forces, 1956, 34, 313·321. ldeas tcóricamente com-
"l'l'lc'"" Cculurv, 1945), en especial 76 ss. patíbles también fueron expuestas por Neal Gross en su estndio de próxima publicación sobre los
ejecutívos escolares.
370 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 371
sióu de situaciones, que tiene lugar con frecuencia suficiente para ser social- para Ia perturbación potencial de un conjunto estable de papeles. La cues-
mente normada, se denominará secuencia de situeciones, como en el caso, por 1 ion no aparece, naturalmente, en Ias circunstancias especiales en que todos
cjcinplo, de Ias situaciones sucesivamente ocupadas por un estudiante de me- los que están en un conjunto de papeles tienen Ias mismos valores y Ias mis-
d icina, un interno, un residente y un médico que ejerce por su cuenta. En 111asexpectativas de papel. Pero ésta es una situación especial y quizás histó-
1111sentido muy parecido, naturalmente, podemos observar secuencias de con- ricamente rara. Parece que con más frecuencia, y particularmente en socie-
nnüo« de papeles y de conjuntos de situaciones. dades muy diferenciadas, los que desempefían el mismo papel son extraídos
Pucde considerarse que Ias ordenaciones normadas de conjuntos de de situaciones sociales diferentes con, hasta cierto punto, valores sociales
p.rpclcs, conjuntos de situaciones y secuencias de situaciones abarcan Ia es- correspondientemente diferentes. En Ia medida en que esto predomina, Ia
1IIIdma social. Los conceptos nos recuerdan, en el caso improbable en que situación característica sería de desorden, y no de orden relativo. Y sin em-
IIl',csÍlemos que se nos recuerde este hecho insistente y obstinado, que hasta bargo, aunque Ias sociedades históricas varían en Ia medida en que esta es
LI cxlructura social a primera vista simple es extremada mente compleja. Por- cierto, parece ser el caso, en general, que prevalece un grado importante
'1'1e cl funcionamiento de Ias estructuras sociales tiene que arreglárselas de de orden y no de desorden agudo. Esta da, pues, origen aI problema de iden-
a Ig1'111 modo para organizar esos conjuntos y secuencias de situaciones y pa- tificar Ias mecanismos sociales mediante Ias cuales se consigue cierto grado
I)('lcs elc suerte que prevalezca un grado apreciable de orden social, suficiente razonable de articulación entre Ias papeles en Ias conjuntos de és tos, o, corre-
1';11;)permitir a Ia mayor parte de Ia gente Ia mayor parte del tiempo llevar lutivamente, Ias mecanismos sociales que quiebran, de manera que Ias con-
.rdclante sus negocias de vida social sin tener que improvisar ajustes nuevos juntos de papeles estructuralmente establecidos no quedan relativamente
('li ('ada situación nueva a que haya que hacer frente. esta bilizados.
l.os conceptos sirven además para ayudarnos a identificar algunos de Ias
11I()blcmas esenciales de estructura social que requieren anáIisis . .:Qué proce-
:,( I,'.; sociales tienden a producir perturbación del conjunto de papeles o su des- Problema 7.2. Mecanismos socisles para Ia articulacién de papeles
u ucción, creando estados de inestabilidad estructural? lMediante qué meca- en el conjunto de éstos
11iSlIlOSsociales se articulan Ias papeles en Ias conjuntos de papeles de suerte Antes de empezar a examinar algunos de esos mecanismos, debemos repetir
qlle cl antagonismo entre e1los sea menor de Ia que sería de otra manera? que no se supone, como materia de hecho histórico, que todos Ias conjuntos
de papeles operen con una eficacia sustancial. Nos interesa no una amplia
Problema 7.1. Euenies estructurales de inestabilidad en Ias coniutitos generalización histórica según Ia cual prevalece el orden social, sino e1 pro-
de papeles blema analítico de identificar Ias mecanismos sociales que funcionan para
producir un grado de orden social mayor del que se tendría si esos mecanis-
1';11Cl'C que Ia fuente fundamental de perturbación en Ias conjuntos de pape- mos no entrasen en juego. Dicho de otra manera, es sociología, no historia,
I(,s e" Ia circunstancia estructural de que Ias compafieros de todo el que 10 que aquí reviste interés inmediato.
O('IIIU una situación particular están situados diferentemente en Ia estructura 1. Mecanismo de Ia diferencia de intensidad de dedicación al papel en-
socia], En consecuencia, esos otros tienen, en alguna medida, valores y ex- tre los incluídos en el conjunto de papeles: Los participantes de un papel
pcclal iva morales diferentes de Ias que tiene el ocupante de Ia situación en se interesan de diferente manera por Ia conducta de Ias que están en una
rucsl i(HI, EI hecho, por ejemplo, de que Ias individuos de un consejo escolar situación social particular. Esto significa que Ias expectativas deI papel de
('sl(1I con frecuencia en estratos sociales y económicos completamente dife- Ias incluidos en el conjunto de papeles no se mantiene con el mismo grado
rentes del que ocupa el maestro de Ia escuela pública significará que, en de intensidad. Para unos, esa relación de papeles puede tener sólo un interés
('icrl ()s rcspectos, sus valores y sus expectativas difieren de Ias deI maestro. periférico; para otros, puede ser fundamental. Como ejemplo hipotético:
1-:I ur.rcstro individual puede, así, estar expuesto fácilmente a expectativas Los padres de Ias nifíos de una escuela pública pueden estar más directa-
;11ti :IgólIÍcas de papel entre sus colegas profesionales y entre Ias individuos mente dedicados a valorar y controlar Ia conducta de Ias maestros que, pon-
1I11111)'(:IIIC5 del consejo escolar y, a veces, en forma derivada, deI inspector gamos por caso, Ias individuos de una organización patriótica local que no
dI' ('s('llelas. Lo que es un ornato educativo para el uno puede jllzgarlo el tienen hijos en Ia escuela. Los valores de Ias padres y de Ia organización
ut iu \111aspecto esencial de Ia educación. Estas dispares e incongruentes valo- patri6tica pueden ser contrarias en numerosos respectos y exigir una conducta
nuiom:x complican Ia tarea de llegar a entenderse con todos ellos. Lo que diferente por parte del maestro. Pero si Ias expectativas de un grupo en el
1icru: valor destacado para Ia situación del maestro 10 tiene, en grado varia- conjunto de papeles del maestro son fundamentales para sus intereses inte-
hlc, p.uu Ios ocupantes de situaciones estructuralmente relacionados, en su lectuales y materiales, y Ias expectativas del otro grupo s610 son periféricas,
\ (JIIj 1111 10 de papeles, con otros que ocupan situaciones diferentes. esta facilita el problema del maestro que trata de llegar a entenderse C011
'1':11('01110 cstán Ias cosas, ésta parece ser Ia principal base estructural Ias expectativas dispares.
....,...,....,

) /- ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 373
Hemos sefialado antes, en Ia lista de propiedades estructurales de Ias IlliSl110Sindividuos del conjunto de papeles. E1 contrapeso de un miembro
grupos, que hay diferencias normadas en el alcance e intensídad de Ia adhe- poderoso deI conjunto de papeIes Ia proporciona a veces una coalición de
sión de 10s indivíduos del grupo a sus situaciones y papeles. Esas diferencias poderes menores combinados. La norma familiar de "equilíbrio de poder"
sirven para suavizar Ia perturbación de un conjunto de valores que implican no se limita a Ias Iuchas de poder entre naciones; en forma menos visible,
expectativas antagónicas de Ia conducta de Ias que OCllpan una situación puede verse en eI funcionamiento de conjuntos de papeles eu general, como
particular. El maestro, para quien esa situación tiene una importancia pri- t iene amplia ocasión de saber el nifio que consigue tener de su padre una
maria, es en este grado más capaz de resistir Ias exigencias de conformidad clecisión contraria a Ia de Ia madre. Cuando Ios poderes en conflicto en el
con Ias expectativas diferentes de 10s incluídos en su conjunto de papeles para conjunto de papeles se neutralizan entre sí, el ocupante de Ia situación tiene
quienes esta relación tiene sólo importancia periférica. Esta no quiere decir, relativa libertad para actuar como se había propuesto desde el principio.
naturalmente, que Ias maestros no son vulnerables a Ias expectativas que cho- Así, aun en Ias estructuras potencialmente inestables en que Ias indiví-
can con sus compromisos profesionales. No quíere decir sino que son menos duos de un conjunto de papeles tengan expectativas diferentes y contrapues-
vulnerabIes de 10 que serían de otro modo (o que 10 son a veces) cuando Ias tas de 10 que hará el ocupante de Ia situación, este último no está completa-
individuos poderosos de su conjunto de papeles se interesan poco por esa mente a merced del más poderoso de ellos .. Además, un alto grado de adhe-
relación particular. Si todos Ias incluidos en el conjunto de papeles deI maes- sión a su situación refuerza su poder relativo. Pues en Ia medida en que Ios
tro estuvieran igualmente interesados en esa relacíón, Ia suerte deI maestro indivíduos poderosos de su conjunto de papeIes no están interesados sobre
sería bastante más 1amentabIe de 10 que es ahora. Lo que vale para eI caso todo en esta relación particular en eI mismo grado que el ocupante de Ia si-
particular del maestro probabIemente vale para Ios ocupantes de cualquier tuación, no se sentirán movidos a ejercer plenamente su fuerza potencial.
otra situación: el efecto sobre eIIos de diferentes expectativas de conducta Dentro de amplias márgenes de su actividad de papel, eI ocupante de Ia
apropiada entre Ios que están en Sll conjunto de papeles puede ser estructu- situación podrá entonces obrar con Iibertad, sin control porque pasa inad-
ralmente mitigado por diferencias en Ia vinculación a Ia reIación entre Ios vertido.
que constituyen su conjunto de papeles, No significa esta, naturalmente, que el ocupante de Ia situación some-
Todo esto quiere decir que eI funcionamiento de cada conjunto de pa- tido a expectativas en conflicto 124 entre Ias miembros de su conjunto de
peles en observación necesita ser examinado en reIación con Ios mecanismos papeles sea uu hecho inmune aI controI de éstos. Quiere decir únicarnente
que producen diferentes grados de compromiso eu Ia relación de papeles que Ia estructura de poder de Ias conjuntos de papeles es tal, con frecuen-
entre Ios diversos indivíduos que forman eI conjunto de papeIes. cia, que el ocupante de Ia situación está más cerca de Ia autonomía que si
2. Mecanismo de Ias diferencias de poder de los comprendidos en un no existiera esa estructura de poderes en competencia.
coniunio de papele«: Un segundo mecanismo que afecta a Ia estabilidad
de un conjunto de papeles 10 constituye en potencía Ia distribución de poder. 121 En una amena y bien informada conferencia, William G. Carr, secretario ejecutivo de Ia
Asociación Nacional de Educación, resurnió algunas de Ias presiones dispares que ejercen sobre Ias
Por poder, en este respecto, no se entiende sino Ia capacidad observada y pre-
programas de estudios de Ias escuelas organizaciones voluntarias tales como Ia Legión Norteamericana,
visible de imponer su voluntad en una acción social, aun contra Ia resistencia Ia Asociación pro Naciones Unidas, el Consejo Nacional de Seguridad, el Departamento de Mejores
de otros que toman parte en Ia acción.123 Negocias, Ia Federación Norteamericana deI Trabajo, y Ias Hijas de Ia Revolución Norteamericana.
Sn resumen puede servir, mediante un ejempla concreto, para indicar Ia cantidad de expectativas en
No todos los individuos de un conjunto de papeles pueden ser igual- cornpetencia entre Ias individnos dei complicado conjunto de papeles de Ios inspectores de escuelas
mente poderosos para moldear Ia conducta de los ocupantes de una situación y de los consejos escolares locales en una sociedad tan diferenciada como Ia nuestra, En ocasiones,
particular. Pero no se sigue de ahí que eI individuo, eI grupo o eI estrato deI dice Carr, Ias organizaciones voluntarias "exponcn sus opiníones colectivas moderadamente, en
ocnsoncs insolentemente, y siempre con insistencia. Organizan debates, campaüas, cuestiones, expo·
conjunto de papeles que es, separadamente, más poderoso, logre imponer siciones, dias especiales, semanas especialcs y aniversarios que ocupan todo el afio.
sicmpre sus expectativas a los ocupantes de Ia sítuación, digamos al maestro. "Piden que Ias escuelas públicas presten más atención a Ia Liga Pequena de beisbol, a Ios pri-
Imo sería así sólo en Ia circunstancia en que un individuo del conjunto de meros auxilias, Ia higiene mental, Ia corrección de Ienguaje, el espaüol en el primer grado, Ia prepa·
ración militar, Ia comprensiôn internacional, Ia música moderna, Ia historia universal, Ia historia de
papcles tiene un monopoIio efectivo de poder, ya con exclusión de Ios demás los Estados Unidos, y a Ia historia, geografía e industrias caseras locales, al Canadá y Ia América
() superando eI poder combinado de los otros. Si no se da esta situación dei Sur, a Ios árabes y Ias israelitas, a los turcos y los griegos, a Cristóbal Colón y Leif Erícsson, a
especial, los individuos sometidos a expectativas en conflicto entre Ios miem- Roberto E, Lee y Woodrow Wilson, a Ia alimentación, el cuidado de Ios dientes, a Ia libertad de
iniciativa, a Ias relaciones obrero-patronales, a Ia lucha contra el câncer, a Ias relaciones humanas,
hros de su conjunto de papeles pueden hacer, deliberada o involuntaríamen- a Ia energia atômica, al uso de annas de fuego, a Ia Constituci6n, aI tabaco, a Ia templanza a Ia
1<', coaliciones de poder entre eIlos que permitan a dichos individuos seguir su bondad eon los animales, aI esperanto, a Ias tres R, Ias tres C y Ias cuatro F, al uso de Ia máquina
jllOpio camino. EI conflicto no es entonces tanto entre Ias ocupantes de Ia de escribir y una escritura a mano que sea legible, a los valores mo rales, a Ia preparacíón física, a
Ias conceptos éticos, a Ia defensa civil, a Ia instrucción religiosa, a Ia frugalidad, a Ia observancia
xilu.ición y Ias diferentes miembros del conjunto de papeles como entre Ias de Ias leyes, a Ia educaci6n deI consumidor, a Ias narc6ticos, Ias matemáticas, el teatro, Ia física, I.
cerâmica y (el último de todos los descubrímíentos educativos) a Ia fónica.
12a Se reconocerá éste como el concepto de poder de Max Weber, concepto no muy alejado "Cada uno de esos grupos está ansioso de evitar que se sobrecargue el plan de estudioso L"
ti" IIt.as vcrsioncs contemporâneas deI mismo. From Ma., Webe:ç Essays in SoeioJogy, 180 ss. que pide cada uno de ellos es quç se abandonen Ias cosas no esenciales para introducir Ias que le
37cf ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 375
3. Mecanismo de aisiamienio de las actividades de los papeZes de la ob- universidades es privilegiado, en el sentido de estar limitado al profesor y sus
setvabilidad resbecto de Ias indivíduos del conjunto de papeles: EI que ocupa alurnnos, tiene esta función de conservar un grado de autonomia para el
1111:1 situación no entra en interacción constante con todos Ias individuos maestro. Porque si esta fuera puesto uniformemente a disposición de todos
de Sll conjunto de papeles. No es éste un hecho incidental, sino que es parte los que forman el conjunto de papeles del maestro, podría sentirse impulsado
integrante del funcionamiento de los conjuntos de papeles. La interacción a enseííarnos no 10 que sabe o 10 que Ia evidencia le lleva a creer, sino 10 que
('011 cada miembro (individuo o grupo) del conjunto de papeles es diversa- tranquilizará Ias numerosas y diversas expectativas de todos los interesados
11 I ('IlIC limitada e intermitente; no es igualmente sostenida en todo el campo en "Ia educación de Ia juventud". Esto no tardaría en servir para rebajar el
de relaciones que abarca Ia situación social. Este hecho fundamental de Ia nivel de Ia instrucción hasta el más bajo común denominador. Sería trans-
('~Iructura de los papeles permite una conducta en el papel que contradice formar Ia ensefianza y colocarIa en el plano de los espectáculos de Ia televi-
l:is expectativas de algunos de Ias que están en el conjunto de papeles sin sión, interesada en hacer todo 10 necesario para aumentar su popularidad,
ícnsión indebida. Porque, como hemos visto con alguna extensión, el control Es, naturalmente, esta exención de Ia observabilidad de todos y cada uno de
social efectivo presupone un grado apreciable de observabilidad de Ia con- los que desean imponer su voluntad sobre el instructor 10 que es parte inte-
d nela en el papel. En Ia medida en que Ia estructura de papel aísla al ocu- grante de Ia libertad académica, concebida como un complejo funcional de
pante ele Ia situación de Ia observación directa por algunos de su conjunto valores y normas.
dc papeles, no está uniformemente sometido a presiones en competencia. En términos más amplias, el concepto de información privilegiada y co-
Ikhc destacarse que aquí tratamos de un hecho de estructura social, no de municación confidencial en Ias profesiones -derecho y medicina, ensefianza
.idaptaciones individuales por Ias cuales esta o aquella persona logra ocultar y sacerdocio- tiene Ia misma función de aislar a los clientes de Ia fácil ob-
algullas partes de su conducta en el papel a ciertos miembros de su conjunto servabilidad de su conducta y creencias por otros individuos de su conjunto
de papeles. de papeles. Si el médico o el eclesiástico fueran libres para elecir todo 10
El hecho estructural es que Ias situaciones sociales difieren en Ia medida que han aprendido de Ias vidas privadas de sus clientes, no podrian desem-
t'II que parte de Ia conducta deI papel asociado con aquellas es aislada de Ia penar sus funciones adecuadamente. Más aún, como vimos en nuestra revi-
obscrvabilidad fácil por todos Ias miembros deI conjunto de papeles. Las sión de Ia observabilidad, si Ias hechos de todas Ias conductas de papeles y
variaciones en este atributo estructuralmente impuesto de Ias situaciones todas Ias actitudes estuvieran a Ia libre disposición de cualquíera, Ias estruc-
sorialcs complica de manera correspondiente el problema de hacer frente a turas sociales no funcionarían. Lo que se llama a veces "necesidad de inti-
l.rs expectativas dispares de los que están en el conjunto de papeles. Así, 105 midad" -esto es, aislamiento de acciones y pensarnientos de Ia vigilancia de
ocupantes de todas Ias situaciones ocupacionales hacen frente a decisiones otros- es el equivalente individual del requisito funcional de Ia estructura
d ifíciles que implican su sentido de integridad personal, es decir, de vivir de social que pide que se proporcione cierto grado de exención de la plena obser-
.rcucrdo con las normas y Ias patrones que rigen fundamentalmente el des- vabilidad. De otra suerte, Ia presión para vivir de acuerdo con los detalles
empeno de su papel ocupacional. Pero Ias situaciones difieren en Ia medida de todas (y con frecuencia contradictorias) Ias normas sociales se haría lite-
de obscrvabilidad fácil de Ia conducta ocupacional. Como observa el senador ralmente insoportable; en una sociedad compleja, Ia conducta esquizofrénica
Kcnnedy en el libro al que hemos hecho referencia admirativa, pocas ocupa- sería Ia regIa general más bien que Ia formidable excepción que ya es. La
cioncs, si es que alguna, tienen que enfrentarse con decisiones tan difíciIes "al "intimidad" no es meramente una predileceión personal; es un requisito fun-
rcsplandor de Ias reflectores como Ias de Ias que están en cargos públicos. cional importante para el funcionamiento eficaz de Ia estructura social. Los
Pocas, en todo caso, tienen que hacer frente a Ia misma temida determina- sistemas sociales tienen que proveer una cantidad apropiada, como dicen en
('iún para decidirse que un senador ante una votación importante'U'" Franeia, de quani-à-soi, parte del yo que permanece aparte, inmune a Ia vigi-
En contraste, otras situaciones sociales tienen un aislamiento funcional- laneia social.
mcnrc importante de Ia fácil observabilidad por algunos de Ias que están en El mecanismo del aislamiento de Ia observabilidad puede, naturalmente,
cI conjunto de papeles. La situación del maestro universitario nos propor- estropearse. Si el político o el estadista fuesen totalmente alejados ele los
cioun un ejemplo. La norma según Ia cuallo que se dice en Ias aulas de Ias reflectores públicos, el control social de su conducta se reduciria en propor-
1"11<'('('"importantes, Casí todos ellos insisten en que no quieren una asignatura especial. Lo único
cíón. El poder anónímo ejercido anónímamente no produce una estructura
'I',r quicren es que sus ideas impregnen todo el programa díarío, Cada uno de ellos proclama su estable de relaciones sociales que satisfaga los valores de Ia sociedad, como
lilllll' f,' CII cl controllocal de Ia enseãanza y un adio receloso ai control nacional. 10 atestigua ampliamente Ia historia de Ia policía secreta. El maestro que está
"( :011 todo, si su programa de organización nacional en materia de ensefianza no es adaptado
11I11If',lilllalllcntc, muchos de ellos recurren a Ia presíón de Ia prensa, a Ia brillantez de Ia radio y a totalmente aislado de Ia observación de los iguales y los superiores puede
lotlos los puntalcs de Ia propaganda para pasar por encima de 8U selecto consejo escolar local". Dís- dejar de vivir de acuerdo con Ias exigencias mínimas de su situación. EI mé-
"",.., pronunciado en Ia inauguración de Ia cátedra Hollis Leland Caswell, Teachers College, Co· dico en práctica privada, que en gran parte está exento del juicio de colegas
Iollllhi•• 1luivcrsity, 21-22 de noviembre de 1955, 10,
I~~, Krunedv, op. cít, 8. competentes, puede dejar que el desempeno de su papel caiga por debajo de
376 J':S'I'lIl)J()S SUBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 377
niveles tolcrables. El polida secreto puede violar Ias valores de Ia sociedad junto de papeles y hacer un problema para ellos, y no para él, Ia solución de
y no ser descubierto. sus demandas contradictorias. Con bastante frecuencia, esta sirve para cam-
Todo esta significa quc cs necesaria cierta cantidad de observabilidad biar Ia estructura de Ia situación.
de! desempeno de Ios papcles por individuos del conjunto de papeles, si ha Puede considerarse este mecanismo social como funcionando para elimi-
de lIenarse el requisito social indispensable de Ia responsabilidad. Es evidente nar una forma de 10 que Floyd H. Allport llamó "ignorancia pIuraIista", es
<jlle esta afirmación 110 contradice afirmaciones anteriores al efecto de que decir, Ia situación en que los miembros individuales de un grupo suponen
también cs neccsario cierto grado de aislamiento de Ia observabilidad para que están virtualmente solos en sustentar Ias actitudes y Ias expectativas so-
cl funciouanucnto eficaz de Ias estructuras sociales, Por el contrario, Ias dos ciales que practican, ignorando que otros Ias comparten en privado.P? Esta
ulirmncioncs, tomadas conjuntamente, dicen también que hay un óptimo es una situación frecuentemente observada en un grupo organizado de tal
de obscrvabílidad, difícil todavía de identificar en términos mensurables e suerte que Ia observabilidad mutua entre sus individuos es pequena. Pero
indudablemente variabIe para situaciones sociales diferentes, que producirá esta idea fundamental de Ia ignorancia pluralista puede ser ampliada con
sirnultáneamente Ia responsabilidad deI desempeno de papeles y Ia autono- provecho para tomar en cuenta un estado formalmente análogo pero diferen-
mia de dicho desempeno, y no una temerosa aquiescencia a Ia dístribución te en contenido. :E:ste es el estado que ahora examinamos, en el que Ias indi-
de poder que en un momento dado puede prevalecer en el conjunto de viduos de un conjunto de papeles no saben que sus expectativas de Ia con-
valores. Pueden funcionar diferentes tipos de observabilidad para permitir c1ucta apropiada para Ias ocupantes de una situación particular son diferentes
a !os ocupantes de situaciones sociales contender con Ias expectativas antagó- de Ias sustentadas por otros miembros del conjunto de papeles, Hay dos ti-
lJiC1Sentre los individuos de sus conjuntos de papeles. pos de ignorancia pluralista: el supuesto infundado de que Ias actitudes y Ias
4. Mecanismo que produce Ia observabilidad por los miembros del con- expectativas de uno no son compartidas y el supuesto infundado de que son
;/Illto de papeles de sus exigencias antagônicas sobre Ias ocupantes de una uniformemente compartidas,
~illl({ción social: Implican este mecanismo Ias dos exposiciones precedentes Enfrentado con exigencias contradictorias de los indivíduos de su con-
de Ia cstructura de poder y de los tipos de aislamiento de Ia observabilidad; junto de papeles, cada Ul10 de los cuales supone que es indiscutible Ia legi-
por lo tanto, aquí sólo necesita un comentario de pasada. Mientras Ias indi- timidad de su demanda, el ocupante de una situación puede actuar para ha-
viduos deI conjunto de papeles ignoran felizmente que sus exigencias sobre cer manifiestas Ias contradicciones. Hasta cierto punto, y c1ependiendo de Ia
los ocupantes de una situación son incompatibles, cada indivíduo puede ha- estructura de poder, esto ré-orienta el conflicto y 10 convierte en una pugna
('('f presión por su propia causa sobre Ias ocupantes de Ia situación. Entonces entre individuos del conjunto de papeles, y no, como sucedía aI principio,
I:t norma es todos contra uno. Pero cuando resulta claro que Ias demandas entre ellos y el ocupante de Ia situación. Ahora son 10s miembros deI con-
de algunos individuos deI conjunto de papeles están en completa contradic- junto de papeles los que están en una posición en que ellos están siendo
('j('m con Ias demandas de otros individuos, se convierte en tarea el conjunto requeridos para formular sus expectativas en cuanto al papel. Esta sirve, por
de papeles, y no del ocupante de Ia situación, resolver Ias contradicciones, ya 10 menos, para hacer evidente que no hay infidencia premeditada por parte
inchando por el poder exclusivo o bien mediante cierto grado de compromiso. del ocupante de Ia situación que le impida acomodarse a todas Ias expecta-
Cuaudo e! conflicto se hace muy manifiesto, el ocupante de Ia situación tivas contradictorias que se le imponen. En algunos casos, Ia sustitución
experimenta un alivio temporal.
de Ia ignorancia pluralista por el conocimiento común sirve para Ia re-defini-
E11 estos casos, e! ocupante de Ia situación sometido a exigencias y ex- ción de 10 que propiamente puede esperarse deI ocupante de Ia situación. En
pc<lativas discrepantes puede verse lanzado aI papel deI tertius gaudens, el otros casos, el proceso sirve simplemente para permitirle seguir su propio
!crccr (o con más frecuencia, el n) partido que saca ventaja deI conflicto ele camino, mientras los miembros de su conjunto de papeles están ocupados en
I(IS otroS.126 El ocupante ele Ia situación, al principio foco ele! conflicto, su conflicto, En ambos casos, el hacer manifiestas las expectativas contradic-
se convíerte virtualmente en un espectador más o menos influyente cuya torias sirve para articular el conjunto de papeles más allá de 10 que tendría
fllllCiól1 cs destacar Ias demandas antagónicas de los individuos de su con- lugar si no funcionara este mecanismo.
I~(J EI auálisis cIásico dei tipo dei teItius gaudens sigue siendo el de Georg Simmel, Sociology,
5. Mecanismo del aporo social por otros en situeciones sociaies anâloga«
1 ';'1 169, 232-239. [Hay trad. espaíiola.] Hay por 10 menos Ia esperanza de que esta progrese con coa âiiicultades análogas para entendérselas con un coniunto de papeles des-
1.r- , ,"v,",ligaciones presentes, por ejernplo, "The coalition partem in three person groups", por
integrado: Este mecanismo presupone Ia no desacostumbrada situación es-
'1'111,"1111<' M. Mills, en American Socíological Review, 1954, 19,657-667; "The family as a three-per-
'"11 ,:lIlllp", por Fred L. Strodtbeck, en ibid., 1954, 19, 23-29; "Power re1ations in three-person tructural de que otros que ocupan Ia misma situación social tienen los mís-
r,'"'Ij"', por T. M. MilIs, en ibid., 1953, 18, 351-357. Estos estudios de grupos de tres personas
••1111 "fim', ai problema que estudiamos, pero no son, desde luego, idénticos a Ia materia de Ias 127 Social Psychology, por Floyd H. Allport (Boston, Houghton Mifflin Co., 1924). La idea
,d"d"III", uonnadas entre tres estratos sociales, Una investigaci6n sobre este último problema está de Ia ignorancia pluralista fue considerablemente desarrollada por R, L. Schanck en "A study of a
1110111<1 ,'11 marcha en un seminario de Poblemas Escogidos de Ia Teoría de Ia Organizaci66n en Ia community and its groups and instítutions conceived of as behaviors of individnals", Psychological
(:"IIIII,"i" Univcrsity,
Monographs, 1932,43, NQ 2.
378 I<Sl'lIDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 379
IIHIS problemas en el trato con sus conjuntos de papeles. Crea 10 que crea
portancia en Ios casos en que Ios ocupantes de Ia situación son vulnerables
eu contrario, eI ocupante de una situación social no suele estar solo. EI hecho
a Ias presiones de sus conjuntos de papeles precisamente porque están hasta
iuismo de que se trate de una situación social significa que hay otros en
cierto punto aisIados entre sí. A1lí, miles de bibIiotecarios distribuidos por Ias
circunstancias más o menos parecidas. La experiencia real y potencial de
po blaciones y Ias aldeas de Ia nación y no pocas veces sometidos a presiones
cnfrentarse a expectativas antagónicas en cuanto aI papel entre los que están
censorias, recibieron fuerte apoyo del código sobre censura formulado con-
CIl el conjunto de papeles de uno es común hasta este punto a los ocupantes
juntamente por Ia Asociación Norteamericana de Bibliotecas y el Consejo
(Ic la situación. EI individuo sometido a esos conflictos no necesita, por 10
Norteamericano de Editores de Libros.129 Esta clase de apoyo social para Ia
1:11110, atacarlos como un problema totalmente privado que tiene que ser
conformidad con Ias exigencias de Ia situación cuando hace frente a presio-
uurucjado de una manera totalmente privada. Esos conflictos de expectativas
nes del conjunto de papeles para desvíarse de dichas exigencias, sirve para
de los papeles lIegan a ser normados y compartidos por los ocupantes de Ia
iuisrua situación social. contrarrestar la inestabilidad del desempeno del papel que de otra manera
se produciría.
Estos hechos de estructura social ofrecen una base para comprender Ia
6. Reducción del conjunto de papeles: destrucción de Ias relaciones de
fOfInación de organizaciones y de sistemas normativos entre los que ocupan
papeles: Este es, naturalmente, el caso límite en Ia Iucha con Ias demandas
I" misma situación social. Las asociaciones ocupacionales y profesionaIes,
incompatibles hechas a 105 ocupantes de una situación por individuos del
por ejemplo, constituyen una respuesta estructural a los problemas de conten-
conjunto de papeles. Se rompen determinadas relaciones, dejando un con-
der COn Ia estructura de poder y (potencial o realmente) con demandas
senso de expectativas deI papel entre los que quedan. Pero este modo de
anlagônicas de Ios que están en el conjunto de papeles de Ia situación. Cons-
adaptación solam ente es posible en circunstancias especiales y limitadas. Sólo
I iluycn formaciones sociaIes destinadas a contrarrestar el poder deI conjunto
puede utilizarse con eficacia en circunstancias en que aún es posible para el
de papeles; de ser, no meramente dóciles a Ias demandas, sino de contribuir
ocupante de Ia situación desempenar sus otros papeles, sin el apoyo de aque-
;1 darlcs forma. La organización de ocupantes de situaciones -parte tan fa-
llos con quienes ha suspendido sus relaciones. Dicho de otra manera, esto
IlIili;lr del paisaje social de sociedades diferenciadas_ sirve para desarrollar
requiere que Ias relaciones restantes en el conjunto de papeles no sean subs-
1111 sistema normativo que prevê, y por 10 tanto mitiga, Ias demandas antagó-
tancialmente danadas por este recurso. Presupone que Ia estructura social da
lIicas que se hacen a los que ocupan Ia situación. Proporcionan apoyo social
opcíón para suspender algunas relaciones en el conjunto de papeles, como,
ai ocupante individual de Ia situación, y reducen al mínimo su necesidad de
por ejemplo, en una red de amistades personales. Pero en general esa opción
improvisar reajustes privados a situaciones contradictorias.
está Iejos de ser ilimitada, ya que el conjunto de papeles no es tanto materia
Puede decirse que es esta misma función Ia que constituye también
de elección personal como materia de Ia estructura social en que está enca-
p;1l1 e de Ia importancia sociológica de Ia aparicíón de códigos profesionales
jada Ia situación. En estas condiciones, Ia opción puede consistir en que el
dcsl inados a formular anticipadamente cuál debe ser Ia conducta socialmente
ocupante de Ia situación Ia abandone y no en desalojar de ella al conjunto
.ipoyada del ocupante de Ia situación. No se trata, por supuesto, de que esos
de papeles, o una parte apreciable de éste. Lo típico es que el individuo se
códigos funcionen con eficacia automática, y sirvan para eliminar de ante-
~ vaya y que Ia estructura social quede.
111:1110 Ias exigencias juzgadas ilegítimas según el código y para indicar de ~,-

uuuicra inequívoca 10 que debe hacer e1 ocupante de Ia situación que afronta

I:~I
('Xigcllcias discrepantes. La codificación, 10 mismo de materias éticas que Problema 73. Conflicto residual en Ias conjuntos de papeles
de materias cognoscitivas, implica abstracción. Los códigos necesitan, ade.
III{IS,ser interpretados para ser aplicados a casos concretos,128 Sin embargo, No puede caber duda en que esos son sólo algunos de Ios mecanismos que
proporciona apoyo social el consenso entre 10s de igual situación al ser regis- ~. <
funcionan para articular Ias expectativas de Ios que están en un conjunto de
Ilado cn el código o expresado en los juicios de Ios iguales en situación orien- papeles. La investigación descubrirá otros, así como probablemente modifi-
1:1< lus hacia el código. La función de dichos códigos adquiere Ia mayor im- cará Ia exposición anterior de Ios que hemos identificado provisionalmente.
I ~Il No hay fin manifiesto a Ia interpretación de códigos que gobicrnan Ia conducta de situa-
,í'"II',' <'I' ocupaciones, religión, política y todas Ias demás zonas institucionales de Ia sociedad. Pero,
1""" """ colccción reciente, detallada y compacta de dichas interpretaciones, véase el volumen de
vnu 1"\l:ill"s titulado Opinions of the Committees on Professional Ethics, de Ia Asociaci6n de Ia
lIulI" de 1:0 Cilldad de Nueva York y de Ia Asociación de Abogados deI Condado de Nueva York,
1 Pero creo que Ia estructura lógica de este anáIisis seguirá intacta en gran
parte. Esta puede recapitularse con brevedad.
Se supone, en primer lugar, que cada situación social tiene su comple-
mento organizado de relaciones en cuanto al papel que pueden considerarse
I'"Io,,, ••do hajo 10s auspieios de Ia Fundación WiIliam Nelson Cromwell por Ia Columbia University como constituyendo un conjunto de papeles.
1'0""_ 1'»6, 1':1 punto decisivo es no que hay plena unanimidad sobre Ia conducta apropiada de
III'~ Nilllu<'i6n cn determinadas circunstancias, sino que el abogado individual no está obligado a
129 Para el código, véase The Freedom to Read (Asociaci6n N orteamericana de Bibliotecas,
u'mlvrl 111,'malerias exclusivamente a base de su propia interpretación de Ia situaci6n. Profesional-
111('11"'. fio (','i 1;'1 solo. 1953); para un análisis de Ia cuesti6n general, véase Freedom to Read, por Richard P. McKeon,
R. K. Merton y Walter Gellhom (1957).
380 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 381
En segundo lugar, Ias relaciones no son sólo entre el ocupante de Ia si- situaciones. Hasta cierto punto, esos problemas son análogos, aunque no
tuación particular y cada individuo deI conjunto de papeles, sino, siempre idénticos, de estructura. Por esta razón y tambíén, hay que admitirlo, porque
eu potencia y con frecuencia realmente, entre individuos deI conjunto mismo este trabajo ya se va haciendo desmedidamente largo, no intento aqui ni
de papeles.
siquiera esbozar todo el cúmulo de problemas que pueden identificarse ahora.
En tercer lugar, hasta cierto punto, Ias que están en el conjunto de Pero quizás sea útil Ia referencia a aIgunos de ellos, aunque no sea más que
papcles, y en especial los que ocupan situaciones sociales dispares, pueden para indicar el carácter general que debe tomar el análisis ulterior.
Icner expectativas diferentes (morales y actuariales) de Ia conducta del ocu- Es evidente que los conjuntos de situaciones suministran una forma
palite de Ia situación.
fundamental de interdependencia entre Ias instituciones y los subsistemas de
Eu cuarto lugar, esto da origen al problema de que sus diferentes expec- una sociedad. Procede esto deI hecho familiar de que Ias mismas personas
lat ivas se articulen suficientemente para que Ia estructura de situación y Ia participan en sistemas sociaIes diferentes. Debe advertirse, además, que, así
cstructura del papel funcionen con un mínimo de eficacia. como los grupos y Ias sociedades difieren en el número y complejídad de Ias
En quinto lugar, Ia articulación insuficiente de Ias expectativas de los situaciones sociales que forman parte de su estructura, así Ias personas indi-
papcles tiende a poner en juego uno o más mecanismos socíales, que funcio- viduales difieren en eI número y complejidad de Ias situaciones que forman
11:111 para reducir Ia cantidad de conflictos normados de papeles por debajo sus conjuntos de situaciones. Como ejemplo familiar de un caso extremo,
de Ia que tendría lugar si esos mecanismos no funcionasen. píénsese en Ias situaciones en realidad enumerables, aunque a primera vista
En sexto lugar, final y muy importante, aun cuando esos mecanismos infinitas, ocupadas simultáneamente por Nicolás Murray Butler, y como
Iuncionan, no pueden, en casos particulares, bastar para reducir eI conflicto ejemplo hipotético de un caso del otro extremo, Ias relativamente pocas situa-
de expectativas entre los que forman el conjunto de papeles por debajo deI ciones ocupadas por un sabio rentista que realmente logró sustraerse a Ia
11ivcl requerido para que elsistema de papeIes funcione con regular eficacia. mayor parte de Ios sistemas sociales: ocupado en su trabajo, pero formal-
J':ste conflicto residual dentro del conjunto de papeIes puede bastar para mente "desempleado", soltero, sin compafíeros, desentendido de Ias organi-
impedir de manera importante el desempefío eficaz de papeles por el ocu- zaciones políticas, religiosas, cívicas, educativas, militares y de otras clases.
palite de Ia situación en cuestión. En realidad, probablemente resultará que Los problemas de articular 10s requisitos deI papel del conjunto compIejo de
esta circunstancia es Ia más frecuente: sistemas de papeles que funcionan situaciones en un caso y deI conjunto simple de situaciones en e1 segundo,
rou mucho menos que Ia eficacia plena. Sin tratar de establecer analogias tal vez son de orden totalmente diferente.
tentadoras con otros tipos de sistemas, sugiero que no es inverosímil que sea Los conjuntos complejos de situaciones no sólo producen aIguna forma
('\Ic cI caso de máquinas -ya el motor atmosférico de Newcomb o Ia tur- de enlace entre subsistemas de una sociedad; enfrentan a los ocupantes de
hiu.r de Parsons- que no pueden utilizar plenamente energía térmica. esas situaciones con grados claramente diferentes de dificultad para organizar
Aún no conocemos algunos de Ios requisitos para Ia articulación máxima sus actividades de Ias papeIes. Además, Ia socialización primaria en ciertas
d(' Ias relaciones entre el ocupante de una situación y los individuos de su situaciones, con sus características orientaciones hacia valores, pueden afectar
ruujuntn de papeles, por una parte, y para Ia articulación máxima de los va- de tal manera Ia formación de Ia personalidad que le hagan, unas veces más,
lores y Ias expectativas entre Ias que forman el conjunto de papeles, por otra. otras veces menos, difícil llenar los requisitos de otras situaciones.
I'('J() como hemos visto, aun Ias requisitos que pueden ser identificados ahora Hay varios tipos de procesos sociales que contrarrestan Ias dificultades
II() .~c llcnan fácilmente, sin defecto, cn los sistemas sociales. En Ia medida potencialmente implícitas en los conjuntos de situaciones complejos. En pri-
('I) (Itle 110 10 son, los sistemas sociales están obligados a andar cojos con el mer lugar, los individuos no son vistos por los otros como ocupantes sólo de
/:1;)( 10 de inefectividad y de ineficacia que se tolera con frecuencia porque una situación, aun cuando ésta pueda ser Ia situación que controla una rela-
h perspectiva realista de una mejora decidida parece tan remota que a veces ción social particular. Los patronos reconocen con frecuencia que Ias emplea-
uisiquicra es visible. dos también tienen familia y, en ocasiones normadas, moderan sus expecta-
tivas de Ia conducta deI empleado a Ias exigencias de ese hecho. El empleado
de quien se sabe que ha sufrido una muerte en su familia inmediata, es,
/'w7>lc7Ila 7.4. Dinâmica social de Ia adaptaciôn en los conjuntos como cosa natural, encargado, por e1 momento, de los requisitos ocupacio-
de siiuaciones y en Ias secuencias de situaciones nales menos exigentes. Esta percepción social de obligaciones en cornpeten-
cia implícitas en los conjuntos de situaciones sirve para suavizar y modificar
Sr· 1('('('II!:Jr;'t que Ia denominación conjunto de situaciones se refiere al com- Ias demandas y Ias expectativas de los individuos de los conjuntos de papeles
plrjo dI' posiciones diferentes asignadas aIos individuos tanto dentro como asociados con algunas de Ias situaciones.
rui rc los sistemas socíales. Así como hay problemas de articulación deI con- Este tipo de adaptación constante se relaciona a su vez con los valores
!1I1110 de pnpclcs, :lsÍ también hay problemas de articulacíón del conjunto de de Ia sociedad. En Ia medida eu que hay un consenso previa sobre Ia "im-
,:12 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 383

portancia" relativa de Ias obligaciones antagónicas de una situación, esto de Ios conjuntos de situaciones no se combinan aI azar. Opera un proceso de
icduce eI conflicto interno de Ia decisión por parte de quienes ocupan Ias autoseleccíón -tanto social como psicológica- para reducir Ias perspectivas
uaciones
~,il y facilita Ia acomodación por parte de los comprendidos en sus deI reparto aI azar de situaciones. Los valores interiorizados por individuos en
conjuntos de papeles. situaciones predominantes previas son tales, que hacen menos probable (de 10
Hay, naturalmente, fuerzas que militan contra esasadaptaciones cons- que 10 seria en ausencia de dichos valores) que aquellos sean movidos a en-
1:111 I CS. Los comprendidos en eI conjunto de papeles deI individuo en una trar ea situaciones con valores incompatibles con Ias suyos. (Tampoco ahora,
ele SlIS situaciones ven perturbadas sus propias actividades normadas cuando como en toda nuestra exposíción de Ios mecanismos, está implícito que este
éslc no vive de acuerdo con Ias obligaciones de su papel. Hasta cierto punto, proceso opere siempre con eficiencia plena y automática; pero funciona.)
se sienten movidos a obligarlo al desempeno de su papel. Si Ios móviles egoís- Como resultado de ese proceso de autoseleccíón de situaciones sucesivas,
Ias fuesen en realidad omní-compulsivos, esto produciría una tensión mayor cl conjunto de situaciones en cuaIquier momento está más cerca de su unifi-
:11111 de Ia que realmente existe en los sistemas de situaciones. Los indivíduos cación de 10 que estaria de otra manera. En relación con Ias orientaciones
de cada conjunto de papeles empujarían y arrastrarían a los de otros conjun- hacia valores ya desarrollados, Ia gente rechaza ciertas situaciones que podrían
I ()s de papeles, y en medio estarÍa continuamente eI ocupante de Ias dife- conseguir, porque Ias encuentra repulsivas, y elige otras situaciones posibles,
rentes situaciones. Pero los móviles egoístas no son todo, y esto proporciona porque Ias encuentra simpáticas. Un caso extremo iluminará el punto teórico
Iihcrtad para acomodar a demandas encontradas. general: quienes han crecido en Ia Ciencia Cristiana y se han entregado a esa
En términos psicológicos, Ia empatía -Ia comprensión simpática de Ia fe por 10 general no se hacen médicos. Decir que esta es evidente por sí
sucrte de otro- sirve para reducir Ias presiones ejercidas sobre Ios individuos mismo es, desde Iuego, precisamente Ia cuestión. Las dos situaciones sucesí-
l'Ogidos en conflictos de obligaciones de situación. Pero calificarla de "psico- vas -Ciencia Cristiana y Medicina- no tienen lugar con alguna frecuencia
lúgica" no es insinuar que Ia empatía no es más que un rasgo individual de Ia como resultado del proceso de autoselección. Pero 10 que es cierto en este
pcrsonalidad que Ia gente puede tener en grado variable; Ia medida en que caso notorio y extremo puede suponerse que es cierto, con mucha menos visi-
I:J cmpatia predomine entre los individuos de una sociedad es en parte una bilidad y regularidad, para otras sucesiones de situaciones. Después de todo,
íunción de Ia estructura social subyacente. Porque los que están en el con- es Ia misma idea teórica que empleó Max Weber en su estudio de Ia ética
jllllto de papeles deI individuo sometido a obligaciones antagónicas de situa- protestante en relación con Ia empresa de negocios. Dice éI, en efecto, que
c-ión son a su vez ocupantes de múItiples situaciones, antes o ahora, real o debido al pIOceso de autoselección, según Ias líneas que hemos esbozado, un
potencialmente, sometidos a tensiones análogas. Esta circunstancia estructu- conjunto de situaciones estadísticamente frecuente abarca Ia afiliación a sec-
1;11 por 10 menos facilita el desarrollo de Ia empatía. ("Ahí voy, pero por Ia tas protestantes as céticas y negocios capitalistas. A su debido tiempo, ade-
I.;racia de Dios.") . más, Ias dos situaciones producían definiciones de papeles sociales cada
Las estructuras sociales no dejan de tener poderes de adaptaciones apren- vez más compatibles. En resurnen, funcionaban para reducir eI conflicto real
d idas, trasmitidas sucesivamente mediante mandatos culturales modificados. entre situaciones en un conjunto de situaciones estadísticamente frecuente
I':';fo ayuda a mitigar Ia frecuencia e intensidad del conf1icto en el conjunto por debajo deI nível que habría prevalecido si no fuese por el funcionamiento
.lc sit uaciones, Pues cuanto mayor sea Ia frecuencia con que se presente el de los mecanismos de autoselección y por redefinición progresiva de Ias obli-
«ouflicto normado entre Ias obligaciones de situaciones múltiples, más pIo- gaciones de Ias situaciones.
h:dilc es que aparezcan normas nuevas para gobernar Ias situaciones asignando Por el mismo mecanismo, se hace posíble que Ias situaciones "neutrales"
pl ioridades de obligación. Esto significa que cada individuo cogido en esas entre sí se encuentren con considerable frecuencia en los mismos conjuntos
sil nacioncs tirantes no necesita improvisar reajustes nuevos. Significa, además, de situaciones. Se entiende por "neutral" sólo que Ios valores y oblígacio-
'IlIe los indivíduos de 8US conjuntos de papeles le harán de hecho más fácil nes de Ias respectivas situaciones 50n tales, que no es probable que entren
resolver Ia dificultad, aceptando su "decisión" si está de acnerdo con Ias nor- en conf1icto. (Concretamente, casi todos los pares de situaciones pueden,
IlIas de prioridad funcionalmente creadas. por supuesto, y en determinadas circunstancias, tener requisitos contradicto-
I .os mecanismos sociales para reducir ese conflicto también pueden con- rios; pero unos pares están expuestos con mayor claridad a ese conflicto que
sidcrarse cn relación con Ias secuencias de situaciones, es decir, de Ia sucesión otros. Otros pares pueden reforzarse mutuamente, coma hemos visto, y otros
de siluaciones por Ias cuales pasa una proporción apreciable de personas. aun pueden ser simplemente neutrales.) Por ejemplo, es posible que un me-
l'i(llscsc cn Ias secuencias de Ias que Línton llamó siiuaciones logradas (o que cánico de locomotoras esté más expuesto a demandas contradictorias de Ia
III:b /;l'llcr:llmente pueden llamarse adquiridas) : situaciones en que entran Ios situación si es de extracción italiana y no de extracción irlandesa, pero siendo
IlIdlvidllos por virtud de sus propios méritos y no por haber sido puestos en 10 que es el sistema social, esta combinación de situaciones parecería experi-
dias por virtud de un nacimiento afortunado o desafortunado (Ias cuales mentar una alta neutralidad. La norma. de situaciones mutuamente indife-
scrinn sil uaciones adscritas). La idea principal aquí es que los componentes rentes suministra cierto grado de variabilidad en Ias conjuntos de situaciones
3R4 EST\1I)(OS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL GRUPOS DE REFERENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL 385
';ill conflicto entre éstas, Ayuda a explicar el hecho demostrable de
il1I1'1ic:\1 proba ble que entre. Esta sirve para preparar aI individuo para situaciones
1j1U', que Ias situaciones de un conjunto de situaciones no están repar-
1)(11 II\:'!, futuras en su secuencia de situaeiones. Una parte explícita, deliberada y con
Ild:\s ai azar, tampoco están plena y altamente unificadas. frccuencia formal de este proceso es 10 que significan, desde luego, Ia educa-
Los conceptos de conjunto de situaciones y secuencia de situaciones con- ción y el adiestramiento. Pero gran parte de esa preparación es implícita,
I ri buye a originar otros problemas para el análisis funcional de Ias estructuras inconsciente e informal, y es particularmente a ésta hacia donde orienta nues-
sociales."? Pero el esbozo anterior puede bastar para indicar el carácter de Ira atención Ia idea de Ia socialización anticipadora,
csos problemas. Es evidente, asimismo, que ellos, a su vez, están conectados Esa preparación informal para los papeles que han de desempenar en
con problemas de conducta relativa a grupo de referencia, y esas conexiones conexión COIl situaeiones futuras tiende a tener un carácter distintivo. No
110 scrán examinadas aqui. suele abarcar personal especializado destinado a preparar para esos papeles,
o esto resulta de Ia preparación indeliberada y colateralmente dada por dicho
personal. Aun en Ias escuelas, Ia socialización anticipadora va más allá de 10s
CONSECUENCIAS DE LA CONDUCTA RELA TIV A A GRUPO DE REFERENCIA límites de 10 que formalmente se provee para ello. Por Ia misma razón, Ia
socialización anticipadora no es didáctica. EI individuo responde a Ias suges-
AI poner fin a esta exposición sobre continuidades en Ia teoría de Ia conducta tiones en sítuaciones de conducta, saca de ellas más o menos inconsciente-
relativa a grupo de referencia, me limito a mencionar, más bien que analizar, mente implicaciones para Ia conducta futura deI papel, y así se orienta hacia
problemas escogidos de Ias consecuencias de diferentes tipos de conducta una situación que todavía no ocupa. Tipicamente, no codifica de maneta
relativa a grupo de referencia. Estudiarlos con el detalle que ahora es posible expresa los valores y Ias exigencias de los papeles que está aprendiendo.
seria convertir esto en todo un IibIO extenso más bien que en una informa- Conducente a esta función de socialización anticipadora es Ia circuns-
c-ión provisional, tancia estructural de 10 que podemos llamar "gradaciones de papel". EI indi-
viduo se mueve más o menos constantemente a 10 largo de una secuencia de
situaciones y de papeles asociados, cada fase de Ias cuales no difiere mucho
Problema 8. Funciones y disfunciones de la conducta relativa a
de Ia que Ia ha precedido. Aunque su paso "oficial" (socialmente reconocido)
grupo de referencia
a una situación nueva puede parecer súbito, 10 más frecuente es que parezca
así sólo porque pasó inadvertida Ia preparación antecedente informal. Hay
Como indicamos en el capítulo anterior y en partes precedentes de este
menos discontinuidad en Ias secuencias de situaciones de 10 que puede parecer
mismo, hay "coherencia entre Ia teoría del grupo de referencia y ciertos con-
en Ia superfície social, con SllS celebraciones de ritos de pasaie y sus cambios
ccptos de Ia sociología funcional. Parece que éstos se refieren a aspectos dife-
de situación legalmente estatuidos.
rentes deI mismo asunto: uno se enfoca sobre el proceso mediante el cuaI los
En Ias secuencias de situaciones y de papeles eI individuo está más o
indivíduos se relacionan con Ios grupos y refieren su conducta a Ios valores de
menos constantemente sometido a Ia valoración, por otros, en cuanto a Ia ade-
los grupos; Ios otros se enfocan sobre Ias consecuencias de Ios procesos, pri-
mordialmente para Ias estructuras sociales, pero también para los individuos cuación de su empeno deI papel. Las tendencias a regresar a Ia conducta de
y los grupos comprendidos en Ias estructuras" (231),131 un papel anterior son reprimidas por reafirmación de Ia situación reciente-
Ya vimos indicios de algunas de Ias funciones sociales provisionalmente mente adquirida. ("Ahora eres un gran muchacho ... ") De manera correla-
idcntificadas de Ia conducta relativa a grupo de referencia en secciones ante- tiva, Ias tendencias a avanzar "prematuramente" a papeles en perspectivas
riores de este libro. Examinaremos ahora una de ellas, Ia función de Ia socia- también son reprimidas ("AIgún dia, desde luego, pero ahora todavía no ... ").
livación anticipadora: Ia adquisición de valores y orientaciones que se encuen- En realidad, por Ia orientación a Ias normas de situaciones en perspectiva,
lran en situaciones y grupos en que uno no figura aún, pero en los que es el individuo sigue una conducta de tanteo y tiende a moverse a un paso con-
trolado por Ias reacciones de 10s que están en su presente conjunto de papeles,
1 ao Nos llevaría demasiado lejos exponer algunos de los demás problemas concomitantes. Pero
Se sabe poco de Ias orientaciones en eI tiempo hacia situaciones y papeles
.khc advertirse que Ias gradaciones de papeles (los cambios graduales y no los súbitos de papeIes
C'" I••s sccucncias de situaciones}, operan para mitigar dificultades dei tipo de Ias que descríbe Ruth que Ias culturas sostienen que debieran predominar en cada fase de Ia vida,
1I•." •.clict en sus "Continuitíes and discontinuities in cultural conditioning", en Psychiatry, 1938, y menos aún de Ias que realmente predominan.P'' En su registro minuto por
I, \(1167.
1 a 1 Esta misma orientaci6n Ia adopta Eisenstadt con interesantes resultados. Véanse sus
"SllIcli.,s in reference group behavior", en Human Re1ations, 1954, 7, 191-216, cn especial 192, 132 Un trabajo que trata de cuatro culturas se refiere a esto con alguna cxtensión: "Different
dOllde observa: "En vez de preguntar aI comienzo cuáles son los modos en que los grupos de refe. cultural concepts of past, present and future: a study of ego extension", por Marian W. Smith, en
"'III'ÍlI influycn en Ia conducta de un indivíduo, debíéramos preguntar por qué esa orientaci6n es Psychiatry, 1952, 15, 395-400. Otro trabajo empieza a examinar Ia posibilidad de que haya "dife-
1I('('''~lHilldesde cl punto de vista tanto de un sistema social dado como de Ia personalidad deI indi- rentes niveles de clase social" con un estudio preliminar de algo más de un centenar de niüos de
vi.luu. .;{.uálcs son Ias funciones que esa orientaci6n llena en el lapso de vida social de un individuo, estratos bajos y medios de los Estados Unidos: "Time orientation and social class", por Lawrence L.
V eu ~II p.irt icipación en Ia sociedad de Ia cual es miembro?" LeShan, en [ouinsl of Abnormal and Social Psychology, 1952, 47, 589-52.
386 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
minuto de Ia conducta de un muchacho a 10 largo de un dia, Barker y
\V right 133 encuentran que algo menos de Ia rnitad de Ia conducta del mu-
chacho estaba definidamente orientada bacia sus papeles presentes, una parte X. TIPOS DE INFLUENCIA: INFLUYENTES LOCALES E
I11uy pequena (el cuatro por ciento aproximadamente de Ias "unidades de INFLUYENTES COSMOPOLITAS
conducta") hacia papeles futuros, y menos aún hacia papeles pasados. No
disponemos de datos paralelos de números representativos de individuos de di-
ferentes sociedades y estratos sociales, de suerte que Ia materia sigue siendo ÉSTE es un estúdio exploratorio enfocado sobre ellugar que ocupan Ias comu-
totalmente conjetural. Se ha dicho, por ejemplo, que en Ia juventud, ellargo nicaciones para Ias masas en Ios tipos de influencia interpersonal. Basado
futuro parece vago y casi ilimitado, el pasado desdeüable, y el presente y sobre todo en entrevistas con ochenta y seis hornbres y mujeres de diferentes
cl futuro inmediato tienen Ia mayor importancia. Los anos medios, vale Ia estratos sociales y econômicos de "Revere", población de 11 mil habitan-
misma suposición, tiendén a abarcar un equilibrio un poco mayor entre los tes sobre Ia costa oriental, es esencialmente un estudio de casos y no tll1
Ires, mientras que Ia vejez se orienta primordialmente hacia el pasado. Pero análisis estaclístico 1 de los tipos de influencia. El propósito sustantivo inicial
estas son, en el mejor caso, conjeturas, y conjeturas no muy instructivas. Las de este estudio piloto fue cuádruple: 1) identificar tipos de personas conside-
normas de orientación hacia situaciones pasadas, presentes y futuras en dife- radas como influyentes en diversos grados por sus compafíeros; 2) relacionar
lentes etapas del ciclo de Ia vida casi seguramente varían de acuerdo con los tipos de conducta en Ias comunicaciones con sus papeles como personas
Ias variaciones de cultura y posición en Ia estructura social. Aún está por influyentes; 3) descubrir pistas para los principales caminos por los que llegan
lIegar el conocimiento sistemático acerca de esto, mas puede suponerse que, a adquirir influencia; y 4) formular hipótesis para un estudio más sistemático
:11 variar Ias orientaciones temporales, varía Ia seIección de grupos de referen- de Ia acción de Ia influencia interpersonal en Ia comunidad local.
ci:1 y en consecuencia también su función de proporcionar socialización antici- EI cuerpo de esta inforrnación está dedicado a un análisis de tipos básica-
padora.
mente diferentes de personas influyentes: tipos que llamaremos "local" y
Lo que es cierto de esta función de Ios grupos de referencia parece serlo "cosmopolita". Pero antes de dedicamos a esos rnateriales sustantivos, puede
t.nubién de otras funciones que se identificaron en Ios estudios de Ia COl1- ser de algún interés echar una breve ojeada a dos rodcos de procedimiento
ducta relativa a grupos de referencia previamente citados en este capitulo. y de método dados en el camino. Se dio el primer rodco cuando una investi-
Peru Ias funciones (y Ias disíunciones ) de 10s grupos de referencia empiezan gación aplicada de sociología, dedicada originariamente a un problema prác-
ahora a ser exploradas y, tal como están Ias cosas, 10 mejor será examinarlas tico delimitado, dio origen a interpretaciones teóricas que inesperadamente
('11 una exposición posterior.w!
surgieron en el proceso de Ia investigación. Aunque e1 estudio piloto fue em-
prendidoal cornienzo para averiguar Ias funciones desempenadas por una
revista nacional de noticias para diferentes tipos de lectores -problema de
Ia sociologia de Ias comunicaciones para Ias masas- no tardó en reorientarse
a consecuencia de Ias impresiones y los resultados iniciales. Porque pareció
que Ia revista era utilizada de maneras seíialadamente distintas por indivi-
duos que ejercían diferentes grados de influencia interpersonal en su comu-
nidad.
AI rastrear rápidamente nuestros pasos eu el segundo rodeo, encon-
traremos el obstáculo que nos obligó a inventar procedimientos diferentes
para anaIizar 10s mismos datos cualitativos. El hecho cierto es que nuestro
análisis inicial era completamente improductivo. Con Ia aparición de 10s con-
ceptos de ínfluyentes locales y cosmopolitas, los "mismos" datos cualitativos
llevaron a resultados productivos que después se prestaron a ser elaborados.
Tras esta breve revisión de procedimiento de los dos aspectos de nuestro
análisis cualitativo, estaremos mejor preparados para estimar Ia cantidad sus-
1:1:: ()Ill' Boy's Day, por R. G. Barkcr y H. F. \Vright (Nueva York, Harper and Brothers, tantiva de influyentes locales y cosmopolitas.
I'J';) I
Aportuciunos básicas a Ia teoría de los grupos de referencia se cncucntran en Ia edición
1:11
11'1 ".,,,1.,
.I" :\Il ()"Ilillc of Social Psychology de Muzafer Sherif y Carolyn W, Sherif (Nueva York, 1 Aunque de vez en cuando se citan cifras que resumcn 10s rnateriales de nucstro cstudio de
11,"1"" "".1 Brothcrs, 1956). Lamento que haya lIegado a mi conocimiento cuando este libro ya casos, son meramente heurísticas, no demostrativas, Sirven sólo para indicar Ias fuentes de hipótesis
",1.,1", "" 1""(-1",, de planas. intcrpretativas que espcran investigación detalJada y sistemática.
387
,ss l'srUDIOS SOBl,E ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 389
tes (y el uso que hacen de Ia revista) como de descubrir tipos de influyentes
CONVERSIÓN DE UNA INVESTIGACIÓN APLICADA EN UNA INVESTIGACIÓN TEÓRICA (y Ias diferencias asoeiadas en su orientación hacia Ias revistas ilustradas
como agencias de información concernientes a Ia sociedad en general más bien
El problema práctico que dio origen a esta investigación era bastante claro." que a su propia comunidad local).
El departamento de invcstignciones de una revista nacional de noticias quiso EI mayor cambio en este estudio tuvo lugar, como veremos, al reconocer
averiguar cómo podían Ioralizarse Ias zonas de influencia personal en una que el problema práctico habia sido excesivamente especificado en su forrnu-
localidad. Adcmás, ~l'II:'t1CS cran Ias características, incluida Ia lectura de revís- lación inicial. Esa especificacíón excesiva apart6 durante algún tiempo nues-
Ias, de Ias pcrsoll:I.-; influyentes? lLlegaba esta revista a Ias personas "claves" tra atención de otras posibilidades importantes de Ia investigación. Sólo
d(' ]:I~ r('d('~ de relaciones personales? Y fuera de ello 10 que fuere, ~cómo cuando fue formulado de nuevo eI problema inicial, cuando Ia investigación
11'.;111:111, d;l\if icando este uso por tipos, esta revista Ias personas influyentcs en busca de medios para identificar aIos influyentes se convirtió en una
('11 (Olllp;ILI('Íón conlos demás lectores? investigación de tipos de infIuyentes que probablemente diferirían en su con-
U 11:1 vez formulado el problema práctico, condujo inmediatamente a ducta respecto de Ias comunicaciones, Ia investigaci6n fue productiva tanto
cnfocur Ia atención sobre Ia creación de métodos de identificación de personas en sus dimensiones aplicadas como en sus dimensiones teóricas. S610 enton-
l( 11\ diferentes grados de influencia interpersonal. Evidentemente, no podia ces 10s datos, no previamente asimilables por nuestro sistema interpretativo,
dcterminarse si los lectores de esta revista ilustrada están o no comprendidos "entraron en su sitio". S610 entonces pudimos nosotros explicar datos de
fncra de toda proporción en 105 que pueden llamarse "influyentes", a menos observación diversos y previamente desconectados mediante un número limi-
que se dispusiera de procedimientos para localizar e identificar a estas perso- tado de conceptos y proposiciones.
nas. Además, eI hecho mismo de que se iniciara una investigación para tratar Como veremos en Ia parte central de esta información, fue necesaria
este problema indicaba que algunos indicios admisibles de influencia eran una nueva formuIación deI problema para que estuviésemos en situación de
considerados insuficientes por el cliente. Los indicios manifiestos de influen- avanzar hacia los objetivos así aplicados como teóricos de Ia investigaci6n.
('j;l, como Ia ocupación, eI ingreso, Ias propiedadcs y Ias afiliaciones a orga-
uiznciones de los lectores, se encontraban en el archivo de Ia revista o eran
f;'lcilcs de obtener mediante una cncuesta entre Ios lectores. Una investiga- Dos etapas dei análisis cualitativo de influyentes
cion encaminada a crear indicadores más eficaces de influencia quedó así
SCIl tada sobre Ia hipótesis de que, aunque Ias personas de alta "posición Prosiguicndo Ia reformuIación del problema, nos interesamos por encontrar
social" pueden ejercer una influencia interpersonal relativamente grande, Ia procedimientos, aunque fuesen toscos, para permitir a los informantes sefialar
situacíón social no es un indicador adecuado. Algunos individuos de alta a individuos (aparte de su familia inmediata) que ejercían "influencia" im-
posicíón aparentemente ejercen poca influencia interpersonal, y algunos de portante sobre elIos en el curso de Ia interacci6n social." No nos interesába-
haja posicíón tienen una influencia interpersonal considerable. Se necesitaban mos por Ia influencia ejercida indirectamcnte mediante decisiones impor-
uucvas investigaciones cualitativas para encontrar índices más directos de in- tantes en el orden político, de mercado o de otro carácter administrativo que
fluencia interpersonal. afectan a gran número de individuos.! En entrevistas prolongadas, Ias infor-
Pero, como no es raro el caso, se supuso que el problema había sido ade- mantes eran llevados a mencionar personas a quienes se dirigían en busca
cnadamente enunciado al principio. ~Se cuentan entre 10s lectores de esta de ayuda o de consejo en reIación con diferentes tipos de decisiones perso-
revista en número desproporcionado individuos de influencia y, en cualquier nales (decisiones que iban desde Ia elecci6n de trabajo y de planes educativos
caso, usan los influyentes Ia revista de manera diferente que 10s demás lec- para ellos y para sus hijos hasta Ia selección de líbros, juegos o mobiliario).
rores? En realidad, ésta era una especificación prematura deI problema, como Se invitaba, además, a los informantes a sefialar a Ias personas que, por 10
advertimos cuando el estudio piloto ya estaba en marcha hacía algún tiempo. que ellos sabían, eran generalmente solicitadas en busca de consejo en Ias dife-
Porque, como descubrimos, no es tanto cuesti6n de identificar aIos influyen- rentes esferas. Estas tentativas de identificación de individuos que ejercían

!! Es tentador desarrollar Ia digresión que esto sugiere, A Ia mayor parte de los clientes, si no 3 Nada se dirá en este trabajo de los procedimientos ideados de manera preliminar para Ia íden-
<I 1()<1o~,probablemente les interesaba aprender más acerca de Ias tipos de influencia ínterpersonal tificación de personas qne ejercían diferentes grados de influencia interpersonal. Para información
porque cl "tema de ejercer influencia" podía ayudarles a vender anuncios. (Frank Stewart registra sobre esos procedimientos adaptados en nna investigaci6n posterior véase "A sociometric study of
.j'! revistas ilustradas nacionales que em plean COmo "temas de número una variaci6n sobre Ia idea de
inflnence in Southtown", por Frank A, Stewart, en Sociometry, 1947, 10, 11-31, La metodología
'1"<' 'IIS lcctores son personas que tienen influencia".) Este objetivo práctico se fusion6 con Ia exis- reqnerida había sido notablemente desarrollada en una investigaci6n sobre influencia en una comu-
I",~ia de un departamento de investigaciones para sugerir Ia necesidad de estudiar este campo. nidad dei Medio Oeste realizada por el Departamento de Investigaciones Socíales Aplicadas de Ia
Y. C01110 veremos, unz vez iniciada Ia investigación, sus objetivos se diversificaron, diserninándose en Columbia University: Personal Influence, por Katz y P. F. Lazarsfeld (Glencoe, Illínois, The Free
Press, 1955).
"li 'problemas s610 remotamente relacionados con 10s objetivos originarios. Las funciones de Ia inves-
4 Para nn breve estudio del concepto de influencia interpersonal provisionalmente empleado
111:al'ióllaplicada respecto de Ia teoría pertinente necesitaban ser sistemática mente exploradas; algu-
en este estudio exploratorio, véase Ia Adición aI final de este capítulo,
110' ele los comienzos se exponen en el capitulo III de este volurnen.
,I)U l<:STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 391
influencia interpersonal estaban enlazadas, desde luego, con razones formu- 10s que son tipicamente Ias receptores y no los dispensa dores de consejo) y Ias
ladas por los informantes para seíialar aquellos individuos y no otros. aislados (cortados en gran parte de contados sociales).
En e] curso de Ias entrevistas, nuestros ochenta y seis informantes llega- Esta clasificación resultá lógicamente impecable, empírícamente aplica-
ron a mencionar un total de 379 personas que, en un respecto o en otro, blc y virtualmente estéril. Es seguro que nuestros datas podían ordenarse
decían que ha bían ejercído influencia sobre ellos en una situación concreta con facilidad en esas categorias, pero esto daba pocas uniformidades bien
que implicaba la adopción de decisiones. Algunas personas aparecian repe- definidas de conducta respecto de Ias comunicaciones o de otros tipos de
tidamente en esta encuesta, (Hubo 1 043 "menciones" referentes a 379 conducta. En suma, Ias distinciones eran válidas, pero relativamente infruc-
pcrsonas, algunas de Ias cuales se mencionaban en treinta o más ocasiones.) tuosas para nuestros propósitos. Sin embargo, como, según observó en una
De Ias 379 personas, cineuenta y síete, o sea e] ] 5 por ciente se mencionaban ocasión L. J. Henderson, "casí cualquier cIasificación vale más que ninguna",
cuatro a más veces, y esto 10 tomamos provisionalmente como criterio de esta condujo a algunas pistas diseminadas concernientes a Ias funciones de
acción de Ia capacidad de ejercer influencia. Como veremos en seguida, Ias revistas y otras comunicaciones para Ias que ocupan diferentes posiciones
este critério, absolutamente de tanteo y arbitraria, nos perrnitió identificar en Ia estructura de influencia. Así, encontraremos que aIgunos influyentes
casos en que podíamos examinar el funcionamiento de Ia influencia inter- usan caracteristicamente Ias revistas no tanto para su propia clarificación
pcrsonal. Treinta de Ias personas influyentes fueron entrevistadas después como para Ia clarificación de otros que les buscan en petición de orientación y
rcspecto de su propia valoración e imagen de su influencia, valoraciones de guía. Tambíén pareció caro que Ias funciones de Ia revista difíeren grande-
Ia influencia ejercida por otros sobre eIlos, situaciones en que elIos ejercieron mente para el lector de filas y el Iector influyente. Para el uno, desempena
iu fluencia, su conducta respecto de Ias comunieaciones, y cosas análogas. en gnm parte una funcíón privada; para el otro, una función pública. Para el
Todo esto formaba los datos para eI análisis. lector de filas, Ia información que encuentra en Ia revista es una mercancia
No es éste el lugar de exponer en detalle Ia primera fase, más bien irn- para consumo personal, ampliando su propio concepto al mundo de los acon-
productiva, de nuestro análisis de Ia conducta de los influyentes respecto de tecimientos públicos, mientras que para eI influyente es una mercancia para
Ias comunicaciones. Pero examinando brevemente eómo y por qué esto dio cambio, para ser comerciada en busca de un nuevo aumento de prestigio, por
origen a un tipo diferente de análisis, algo puede ganarse para Ia codíficación perrnitirle actuar como intérprete de as untos nacionales e intemacionales,
de métodos de análisis cualitativo." Diremos sólo 10 suficiente para indicar Le ayuda a ser un líder de Ia opinión.
((')]110 los datos ejercían presión sobre el investigador para modificar sucesiva- Pero en el mejor caso, esta primera clasificación dia por resultado una
mente su concepto de manera que, refundiendo los datos en relación con los confusión de impresiones sueltas no estrechamente relacionadas entre sí. No
II11CVOS conceptos, apareció un conjunto de uniformidades sugestivas en vez nos permitia explicar Ias diferentes conductas de los influyentes. Algo más
de Ia masa de datos previamente revueItos. de Ia mitad de 10s infIuyentes leía revistas, por ejemplo, pero nuestra clasi-
En Ia que ahora sabemos que fue Ia primera fase relativamente estéril ficación no daba una pista sistemática en cuanto a por qué los otros no 10
de nuestro análisis, no sólo distinguimos los individuos influyentes de los hacían. La esterilidad ele esta fase de nuestro análisis motivo la busca de
clcm.is, sino que llegamos a distinguir a los influyentes por su posíción diná- nuevos conceptos eficaces, pero hubo una serie de observaciones que salieron
111ÍC;) cn Ia esiructura local de influencia. Así, se hicieron diferenciaciones incidentaImente en el curso del análisis que dirigieron Ia atención hacia los
l'1I1 rc cl influyente actual (que ocupa una posíción supuestamente estable), eI verdaderoe conceptos con que !legamos a operar.
influyente en menguante (que pasó el cenit, ahora móvil descendente) yel in- Sobre todas esas cosas, un hecho estratégico dio forma a Ia segunda
[luvcute latente (que posee Ios atributos objetivos deI influyente pero no los fase del análisis. Las entrevistas con influyentes se habían centrado sobre sus
nplota para ejercer influencia) Los no influyentes a su vez fueron divididos relaciones dentro de Ia población. Pero, en respuesta a Ia misma serie de
('" los individuos de filas (con un campo limitado de contados sociales en preguntas, algunos influyentes se expresaron sólo en relación con Ia sítuación
local en Rovere, mientras que otros se Ias arreglaron para incorporar referen-
r. 1':,1;1 parte de nuestra exposicíón cs, pues, una oferta para Ia fratemidad sociológica eu Ia cias frecuentes a materias muy lejanas a los alcances de Rovere. Una cuestión
pr.ul ;C:I de incorporar a Ias publicaciones una reseüa detallada de los modos como se hizo en realidad
,I ,,",;1;,;, cnnlitativo. Sólo cuando se disponga de un volumen considerable de esas reseíias será
eoncerniente al efeeto de Ia guerra sobre Ia economía ele Rovere suscitaria
1''''"l>iI' ('Odif;car métodos de análisis cualitativo con algo de Ia claridad con que fueron expresados en un caso una respuesta que trataría exclusivamente de problemas de Ia po-
I, >', IIldod", cnuntitativos. La presente exposición sufre por Ia snpresión de materialcs concretos que blación, yen el otro observaciones sobre Ia econornía nacional o el comercio
rluvtun 1,,, carubios succsivos en Ias categorias de análisis: los pocos detalles consignados aqui pro-
" di 11 de 1111:1 monografia más extensa que está en el archivo dei Departamento de Investigaciones
internacional. Fue esta tipificaeión característica de Ias respuestas dentro de
~I" l,dl'.5 :\pl;(,:ld:l,', Pero esto puede ser suficiente para subrayar Ia necesidad de exposiciones cada un sistema de referencia peculiarmente local o más extenso -tipificación que
11'1. 1111;' d!'!,"l:ldas de análisis cualitativos en sociologia que registren no sólo el proclucto final sino quizá pudo haber sido prevista pero que no 10 fue- Ia que llevó a Ia concep-
1,111110;(11 1m '"('(";VOS pasos dados para llegar a ese producto. En opinión dcJ Departamento, hay quc
"1"1',,, /l'lvolosalllcntc esta codificación tanto para Ia recolecci6n COmo para el análisis de datas 50 cio- ción de dos tipos principales de influyentes: Ias "locales" y los "cosmo-
Ií,~:ktl~ru.rlitnrivos. politas" .
'1 2
C)
I<S'J'lJDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 393

i\1 icu tras Ia primera clasificación trató de fases en el ciclo de Ia influen- tes son eficaces casi exclusivamente dentro de Ia comunidad local. Rovere
('i:1 pcrsonal, Ia segunda se relacionaba con Ia orientación 6 de Ios influyentes tiene pocos residentes que tengan seguidores extrafios a aquella comunidad. *
h.rcia estructuras sociales locales y más grandes. La una giraba en torno de Ia El principal criterio para distinguir a los dos influyentes se encuentra en
posición dentro de Ia estructura de influencia; Ia otra en torno de Ias bases su orientaci6n hacia Rovere. EI individuo localista limita en gran parte sus
para Ia influencia y los modos en que esa influencia se ejercía. intereses a esta comunidad. Rovere es esencialmente su mundo. Dedica pocos
Con Ia aparición de los conceptos de influyentes locales y cosmopolitas pensamientos o energía a Ia Gran Sociedad y se preocupa por los proble-
s.rlicron a luz inmediatamente numerosas uniformidades nuevas. Los "mis- mas locales, eon exc!usión virtual de Ia eseena nacional e internacional. Es,
IIIOS" materiales revestían nuevas implicaciones al ser re-examinados y re-ana- estrictamente habIando, parroquial.
li/.ados de aeuerdo con esos conceptos. Hechos que no encontraban lugar Lo contrario ocurre con el tipo cosmopolita. Tiene algún interés por
.uk-cuado en el primer análisis se hacían no sólo relevantes sino críticos en el Rovere y tiene, naturalmente, que mantener un mínimo de relaciones dentro
~;('gtllldo. Así, los diferentes tipos de carreras de los influyentes -si se des- de Ia comunidad, ya que él, también, ejerce influencia allí. Pero también
.urollaron en gran parte en Rovere o si fueron fomentadas en Rovere después está orientado de manera importante hacia el mundo exterior a Rovere y se
de lnberse iniciado en otra parte- llegaron a ser partes integrantes deI se- considera a sí mismo parte integrante de aquel mundo. Reside en Rovere
gllndo análisis, mientras que en el primero habían sido datos "interesantes" pero vive en Ia Gran Soeiedad. Si el tipo loealista es parroquial, el cosmopo-
pl'TO 110 incorporados a él. Materias aparentemente diversas como Ia movilí- lita es ecuménico.
dad geográfica, Ia participacíón en redes de relaciones personales y en organi- De Ios treinta influyentes entrevistados por extenso, catorce fueron estima-
zucioncs voluntarias, la traslación de potenciales de influencia a operaciones dos independientemente por tres analistas 8 como "cosmopolitas" a base de
de influencia, Ias normas de conducta respecto de Ias comunicaciones: se vio materiales del caso que presentaban su orientación hacia Ia comunidad de Ro-
que todas ellas eran expresiones de Ias orientacíones principales hacia Ia vere, y dieciséis como "locales",
comunidad local: orientaciones que iban desde el interés virtualmente exclu- Estas orientaciones encuentran expresión característica en diversidad de
sivo por Ia zona local hasta un interés fundamental por el gran mundo ex- circunstaneias. Por ejemplo, los influyentes fueron incitados a declarar su
Ierior. punto de vista por Ia pregunta serni-proyectiva: "lLe preocupan mucho Ias
Eu este preludio al cuerpo principal de Ia exposición, hemos sefialado, noticias?" (Era el otofio de 1943, en que "Ias noticias" equivalía para Ia mayor
pucs, dos materias de interés de procedimiento y de interés mctodológico. parte a noticias sobre Ia guerra.) Las respuestas, típicamente extensas, se pres-
[lemos visto en prime r lugar que una investigación social aplicada, enfocada taron fácilmente a ser clasificadas en relación con 10s principales focos de
originariamente sobre un objetivo severamente limitado, dia origen a una interés de 10s influyentes. Un grupo de comentarios se enfocó sobre proble-
invcstigación más extensa relacionada con una teoría sociológica de tipos mas de orden nacional e internacional. Manifestaban interés por Ias dificul-
de influencia interpersonal. Y, en segundo lugar, hemos revisado brevemente tades que acompafiarían al surgimiento de un mundo estable después de Ia
LIS circunstancias que presionan para Ia modificación de los conceptos cuali- guerra; hablaban extensamente deI problema de constituir una organización
[ativos, con Ia subsiguiente reordenación de hechos discretos en tipos y uni-
Weber, Durkheim, entre otros muchos. Aunque estas vocablos se han usado comúnmente para refe-
formidades coherentes. Con esta breve introducción, estamos preparados para rirse a tipos de organización social y de relaciones sociales, aquí se aplican a materiales empíricos
dar cuenta sustantiva de dos tipos básicamente diferentes de influyentes y sus sobre tipos de personas influyentes. Cf. Fundamental Concepts oi Sociology (Nueva York, 1940),
respectivas normas de conducta con Ias comunicaciones. traducción hecha por C. P. Loomis del clásico libra de Ferdinand Toennies Gemeinschaft und
Gesellschaft, y un artículo posterior sumamente importante con el mismo título. Véase tambíén
The Changing Community, por Carle C. Zimmerman (Nueva York y Londres, Harper and Brothers,
TIPOS DE INFLUYENTES: EL LOCAL Y EL COSMOPOLITA 1938), en especial 80 ss, Para un resumen compacto de conceptos análogos en Ia literatura socio-
lógica, véase Systematic Sociolog\', PQr Leopold von Wiese y Howard Becker (Nueva York, John
Wiley and Sons, 1932), en especial 223-26 n.
I ,os vocablos "local" y "cosmopolita" 7 no se refieren, naturalmente, a Ias • EI concepto de influyentes fue tomado de un estudio de Ia estructura de influencia de un
rcgioncs en que se ejerce influencia interpersonal. Los dos tipos de influyen- suburbio que alberga individuos de reputación e influencia nacionales. Como dicen Ias autores, "no es
sorprendente, pucs, que las características personales de los 'influyentes' difieran de Ias del influyente
u Fs ncccsaria una palabra de explicación de este concepto de "orientación", La orientación cosmopolita de baja categoria de Revere". "Interest and influence in foreign affaírs", por Kenneth
"",ial dificrc del papel social. EI papel se refiere al modo corno son pu estas en práctica Ias derechos P. Adler y Davis Bobrow, en Public Opinion Quarterly, 1956, 20, 89-101. Véase también Power
y ,1<'1>1T(,5 iuhcrcntes a una posición social; Ia orientación, corno aqui se la concibe, se refiere aI Structure: A Study of Decision-Makers, por Floyd Hunter (Chapel Hill, University of North Carolina
IrUI. suhyaccnte en el complcjo de papeles sociales desempenados por un individuo. En el tema Press, 1953).
(1~,i1" " explícito) 10 que encuentra expresión en cada uno de Ias cornplejos de papeles sociales en 8 Esta coincidencia completa de Ias estimaciones difícilmente podia esperarse en una muestra
'lU!' "si "I ruvuclto el indivíduo. más numerosa. Pero los síndromes cosmopolita y local estaban tan claramente definidos para este
7 I "'sl'"és de identificados Ias dos tipos de influyentes, estas palabras fueron tomadas de Carle puiíado de casos, que hubo poca duda acerca del "diagnóstico". Una investigación completa encon-
r ; ZillllllclIllall, que Ias usa para traducir Ia famosa distinción de Toennies entre GemeinschaEi traria criterios más formales de acuerdo con Ias lineamientos implícitos en el siguientc estudio, y, en
(111,,:111-1:\) y Gcsellschaft (cosmopolita). EI lector con información sociológica reconocerá esencíal- consecuencia, descubriría un tipo intermedio que no se aproximaría al polo local ni al polo cosmo-
,,\(.,,11' 1:t m isrua distinción, aunque con diferentes terminologias, en Ias escritos de Sim mel, Cooley, polita.
39·1 J':STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 395
i 11Ivruaciona] para asegurar Ia paz, y de cosas análogas. EI segundo grupo de Cuando se les preguntó directamente si habían "pensado alguna vez irse
comcntarios se refería a Ias noticias de Ia guerra casi por completo en rela- de Revere", trece de los dieciséis ínfluyentes locales replicaron cnfáticamente
ción con 10 que e1Ias implicaban personalmente para los entrevistados o para que nunca habían pensado en ello, y los otros tres manifestaron una fuerte
SlIS amigos de Rovere. Aprovechaban una pregunta sobre "Ias noticias" C0l110 preferencia por permanecer allí, aunque creían que 10 harían en determinadas
una ocasión para pasar revista a Ia corriente inmediata de problemas que Ia condiciones. Ninguno creía que se sentiria igualmente satisfecho de Ia vida
g11erra había lIevado a Ia poblaeión.
CIl cualquiera otra comunidad. No así los cosmopolitas. SóIo tres de ellos
AI clasificar a Ios influyentes en esas dos categorias, encontramos que declararon estar vinculados a Rovere para toda Ia vida. Cuatro expresaron
doce de Ios catorce o cosmopolitas contestaron típicamente dentro de Ia ur- su inclinación presente a vivir en otra parte, y los siete restantes se decidirían
dirnbre de los problemas internacionalcs y nacionales, mientras que única- a irse en determinadas condiciones. Respuestas de los cosmopolitas como
mente cuatro de 10s díeciséis locales hablaron en ese sentido. Cada tipo de Ias siguientes no se encuentran entre los locales:
influyente escogió en forma distintiva elementos diferentes de Ia corriente
de los acontecimientos. Una pregunta vagamente formulada permitió a cada Varias veces estuve a punto de irme para dedicarme a otros trabajos.
uno proyectar sus orientaciones básicas en Ias respuestas. Sólo espero que mi hijo se haga cargo de mi c1ientela para irme a Califomia.
Todas Ias dernás diferencias entre los influyentes Iocales y los cosmopo-
litas arrancan de esta diferencia de orientación básica.w Los perfiles de grupo Estas diferencias básicas de actitud hacia Rovere están enlazadas con los
indicaban Ia tendencia de los influventes IocaIes a dedicarse al localismo: tal diferentes cursos ele Ias experiencias de los iníluyentes locales y cosmopoli-
vez han vivido en Rovere durante más tiempo, están profundamente intere- tas. Los cosmopolitas fueron más móviles. Los locales fueron, típicamente,
sados en conocer a rnucha gente de Ia poblacíón, no desean salir de ésta, nacidos en Rovere o en Ia vecindad inmediata. Mientras q uc 14 de los 16
quizá se ínteresan más en Ia política local, etc. Estos rengIones o conceptos, locales habían vivido en Rovere durante más de veinticinco afios, esta ocurría
ql1e indícan gran disparidad entre los dos tipos de influyentes, son 10 que con menos de Ia mitad de los cosmopolitas. Los cosmopolitas son típica-
principalmente nos interesa en Ias secciones siguientes. Allí veremos que Ia mente recién llegados que vivieron en una sucesión de comunidades de
diferencia de orientación básica está ligada con diversidad de otras difercn- diferentes partes deI país.
cias: 1) en Ias estructuras de Ias relaciones sociales en que participa cada tipo; Y esto no parece ser resultado de diferencias en Ia composición por edad
].) cn los caminos por los que llegaron a su posicíón presente en Ia estructura de Ios grupos local y cosmopolita. Ciertamente, es más probable que los
de influencia; 3) en Ia utilización de su situación presente para ejercer influen- cosmopolitas sean más jóvenes que los influyentes locales. Pero para Ias de
('ia interpersonal; y 4) en su conducta respecto de Ias comunicaciones. más de cuarenta y cinco afies, los cosmopolitas parecen ser relativamente
recién llegaelos, y los locales nacidos y criados en Rovere,
De los materiales de los casos podemos inferir Ias bases de Ia marcada
ESTRUCTURAS DE RELACIONES SOCIALES
vinculación a Rovere característica de los influyentes locales. En el proceso
/{aíces en la comunidad de llegar a distinguirse, los influyentes se adabtaroti completamente a la
comunid:ad y dudan de Ia posibilidad de que les fuese tan bien en otra parte.
I .os mfluyentes locales y cosmopolitas difieren bastante marcadamente en Desde Ia altura de sus setenta afios, un juez local manifiesta su sensación de
su vinculación a Rovere. Los influyentes locales 50n grandes patriotas locales estar plenamente incorporado a Ia comunidad:
, 1:1 idca ele dejar a Rovere parece ocurrírseles pecas veces. Como clijo uno
de cllos a tientas: No pienso saIir de Rovere, La gente aqui es Il1l1y buena, ml1y cordial. Me
quiercn y doy gracias a Dios porel sentimiento de que Ia gente de Rovere confia
en mí y me mira como su guía y Sl1 líder.
Rovere es Ia población más grande deI mundo. Tiene algo que no hay en
11illgllll:l otra parte del mundo, aunque no puedo decir exactamente 10 que es.
Así, el fuerte sentimiento de identificación con Rovere entre los influ-
11 1)chcll1os repetir que Ias cifras citadas en este punto, como en todo el estudio, no deben yentes locales está vinculado con sus orígenes y sus carreras típicamente
10",,".,,· como representativas de una población matriz. Se citan únicamenre para ilustrar eI propó- locales en esta comunidad. Están hondamente arraigados en Rovere tanto
',11o Iocllrí.stico al que sirvieron sugiriendo pistas para el funcionamiento de diferentes tipos de
1I1I1""II"ia iutcrpersonal. Como suele ocurrir tan frccuentemente COn Ias resúmenes cuantitativos
desde eI punto de vista económico como sentimental.
.1r- nllldi"s de casos, Ias cifras no confirman interpretacioncs, sino que sólo sugiercn interpretaciones. Por 10 que respectaa Ia vinculación con Rovere, los cosmopolitas difie-
!\ !,II vl'Z,l:ls intcrpretacioncs de tantco suministran un punto de partida para proyectar estudíos ren de los locales ele hecho en todos los respectos. No sólo son relativos
• ".,,,'lIall\'os hasados sobre muestras adecuadns, como en Katz y Lazarsfeld, 01'. cit.
111N" ,se dice nada aquí de los determiIlaIltes objetivos de Ias diferencias de orientacíón. Des- recién llegados; no se sienten arraigados en Ia población. Habiendo vivido,
11111111 .'"'' ddcTlninantes es una tarea adicional y claramente importante que no se intenta en el característicamente, en otra parte, creen que Rovere, "una población bastante
I"I'M'lIk rsf uclio.
agradable", no es más que una entre muchas. También saben, por experien-
11)(,
";STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 397
";1 real, que pueden avanzar en sus carreras en otras comunidades. Por
(,()lIsiguiente, no piensan que Rovere abarque 10s Iímites extremos de una grupo actúan sobre el supuesto explícito de que pueden ser prominentes e in-
cxístencia segura y satisfactoria. Su margen más amplio de experiencia modi- fluyentes localmente contando con bastante gente que 10s conoce y en con-
ficó su orientación hacia su comunidad presente. secuencia se inclina a ayudarlos y espera ser ayudada por ellos.
Por otra parte, los influyentes cosmopolitas tienen notablemente poco
interés en conocer a tanta gente como sea posible.P Son más exigentes en su
Sociabilidad: Redes de relaciones personales
selección de amigos y conocidos. Acentúan de manera típica Ia importancia
En el trauscurso de Ia entrevista, Ias influyentes aprovechaban Ia ocasion de limitarse a amigos con quienes "realmente pueden hablar", con quienes
de manifestar sus actítudes hacia el "conocer a mucha gente" de Ia comu- pueden "cambiar ideas". Si los influyentes locales son cuantitativistas, Ias
nidad. Las actitudes diferían agudamente entre Ias dos tipos. Trece de los cosmopolitas son cualitativistas a este respecto. Lo que cuenta no es cuánta
dicciséis influyentes locales, en contraste con cuatro de Ias catorce COsmo- gente conocen, sino la clase de gente que conocen.P
politas, manifestaron sefialado interés en tener relaciones frecuentes con El contraste con Ias actitudes que prevalecen entre los influyentes locales
mucha gente. se manifiesta en estas observaciones de influyentes cosmopolitas:
Esta diferencia es más instructiva cuando se Ia examina en términos
cualitativos. EI influyente local se interesa típica mente por conocer tanta No me preocupo de conocer a gente a menos que sea una persona significada.
No me interesa Ia cantidad, Me gusta conocer a otras personas. Esto amplía
gente corno sea posible. Es un cuantitativista en Ia esfera de Ias relaciones
Ia cultura de uno. Disfruto conociendo a personas de sabiduría y de prestigio.
sociales. Los números cuentan. En Ias pala bras de un oficial de policía in- No me mezclo con masas de humanidad. Me gusta conocer a personas de igual
Iluyente (que hacía así eco a Ios sentimientos de otro "locar', el alcalde): mentalidad, cultura y experiencia,
Tengo eantidad de amigos en Rovere, a deeir verdad. Me gusta eonoeer a
Lo mísmo que con los influyentes locales, así aqui Ia actitud básica corta
lodo el mundo. Si me pongo en una esquina, puedo hablar con 500 personas en
dos horas. El eonocer gente es una ayuda cuando llega una ocasión de mejorar, de través Ias líneas de ocupación y de instrucción. Los indivíduos profesio-
por ejernplo. Todo el mundo le nombra a uno para Ia tarea. La gente influyente nales entre los cosmopolitas, no destacan Ia importancia de tener relaciones
<JIIC eonoee a uno habla a otra gente. Jaek Flye fel alcalde] me dijo un día: "Bíll amplias y extensas, si ha de crearse uno una clientela. En contraste con un
-dijo-, tienes en la poblacíón más amigos que yo. Ya quisiera yo tener todos Ios procurador "local" que habla de Ia "ventaja para mí de conoeer tanta gente
;lIl1igos que tú tíenes y que ni siquiera eonoees." Esto me hizo sentirme feliz ... como sea posible", un procurador "cosmopolita" se pane poético y exigente a
Ia vez cuando dice:
Esta actitud típica encaja en 10 que sabemos deI tipo local de influyente.
M ()s a ún, sugíere que Ia función respecto de Ia carrera de una de Ias relaciones No salí nunca a Ia calle a buscar a gente. No siento ningún placer en andar
y los contactos personales Ia reconocen los infIuyentes locales mismos. Y este por ahí hacíendo visitas, Como Polonio aeonsej6 a Laertes,
i 11 Icrés por Ias relaciones personales no es meramente una consecuecia de Ias
ocnpaciones de los influyentes locales. Los hombres de negocios, los profe- "los amigos que tengas, y después de sometída su adopción a prueba,
sionales, los empleados del gobíerno local entre ellos, todos entonan el fíjalos a tu alma con garfios de acero:
pero no embotes Ia palma de Ia mano agasajando
mismo peán sobre Ia conveniencia de muchas y variadas relaciones. El presi-
a todo camarada recién salido del casearón y aun sin plumas ... "
dente de un banco recapitula Ia misma historia de acuerdo con su experíencía
y SIlS puntos de vista:
En una sección posterior de este estudio veremos que Ias diferentes orien-
Sicmpre me he alegrado de conocer gente. .. En reaJidad empezó esto cuando taciones de locales y cosmopolitas hacia Ias relaciones personales pueden
Ilcgl1é a ser pagador. La de pagador es la posición más importante dc un banco interpretarse como una función de sus modos distintivos de conseguir in-
p"r 10 que respecta a conocer gente. Como pagador, tíene usted que conocer a fluencia. Por el momento, basta observar que Ias locales procuran entrar en
IIIe/o d mundo, y aprende a conocerlo por su nombre propio. No vuelve uno a tener múItiples redes de relaciones personales, mientras que los cosmopolitas, en el
Ia 111 iml:J oportunidad de conocer gente. Precisamente ahora tenemos un pagador mismo nível de situación, limitan explícitamente el campo de Ias relaciones.
'1"(, l'S III uy competente, pero han acudido a mí dos o tres personas para quejarse
, (' (I. No es arnable con ellas. Le dije que procurara tener una palabra amable 11 Esto fue confirmado en forma interesante de Ia siguiente manera. Presentamos a nuestros
1'111:1 I"do cl mundo. Es cuestión personal y de negocio. informantes una lista hecha al azar de nombres de residentes de Rovere y se les pidió que los iden-
tificaran. Los influyentes locales reconocieron más nombres que cualquiera de los otros grupos de
I';sla nota tónica saca a Ia luz el interés decisivo de Ias influyentes locales informantes, y los cosmopolitas, a su vez, conocían menos personas que 105 informantes no in-
fluyentes.
eu loda clasc ele contactos personales que les permitan afianzarse cuando
12 En este estudio piloto nos limitamos a Ia expresíón de actitudes hacia contactos y relaciones
1I('{'('~íl('11:Ipoyo político, de negocios o de otro tipo. Los influyentes de este personales. Una investigación detallada examinaría eI quantum y Ia calidad de Ias relaciones perso-
nales efectivas características de influyentes locales y cosmopolitas
WS ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 399
por debajo de un cargo. La diferencia primordial es el tipo de cargo de sem-
Participacum en organizaciones voluniarias
peüado. Los locales tienden a tener puestos políticos -comisarios de ca1le,
alcaldes, consejeros municipales, etc.- conseguidos de ordinario mediante
,\1 examinar Ia sociabilidad de Ias locales y Ias cosmopolitas estudiamos sus
relaciones políticas y personales. Los cosmopolitas, por Ia otra parte, aparecen
.ictitudes hacia Ias relaciones personales informales. Pero i.Y sus papeIes en
con más frecuencia en puestos públicos que implican funciones no meramente
Lls agencias más formales para el contacto social: Ias organizaciones volun-
turias? políticas, sino Ia utilizacíón de pericias y conocimientos especiales (por eiem-
plo, Ia Junta de Sanidad.Ta Comisión de Viviendas, Ia Junta de Educación).
Como podía preverse, los dos tipos de influyentes están afiliados a mayor
11I'lIllCIOde organizaciones que los individuos de filas de Ia población. Los De todo esto podemos sacar Ia hipótesis de que Ia participación en asocía-
influyentes cosmopolitas pertenecen a un promedío de ocho organizaciones ciones voluntarias " tiene funciones un tanto diferentes para 10s influyentes
j>1IJ individuo, y los influyentes Iocales a un promedio de seis. Esto sugiere cosmopolitas y para 10s locales. A 10s cosmopolitas les interesan Ias asocia-
Li posibílidad de que los cosmopolitas hagan un uso mayor de canales organí- ciones primordialmente por Ias actividades de esas organizaciones: sus medias
zncionales para Ia influencia que de contactos personales, mientras que 10s para ampliar o exhibir sus destrezas y conocimientos. AIos locales les intere-
locnlcs, en general, operan del modo inverso. san Ias asociaciones no primordialmente por sus actividades, sino porque son
PeIO ocurre con Ias organizaciones 10 que con Ia sociabiIidad: los hechos l1l1medio para ampliar Ias relaciones personales. Las orientaciones básicas de
III:'ISmstructivos SOn cualítatívos y no cuantitativos. No es tanto que los cos- 10s influyentes locales y los cosmopolitas se expresan, pues, de manera dife-
mopolitas pertenezcan a mayor número de organizaciones que Ios locales . rente en Ia conducta hacia Ia organización como en otros respectos.
.\III1Ql1Cuna investigación rigurosa apoyase esta impresión, dejaría sin locali-
/.:1 r Ias diferencias organizacionales estratégicas entre 10s dos. Es, más bien, CAMINOS HACIA LA INFLUENCIA INTERPERSONAL
(pie pertenecen a tipos diferentes de organizaciones. Y una vez más, esas
diferencias refuerzan 10 que hemos averiguado acerca de los dos tipos de Las diferencias anteriores en vinculación a Rovere, en sociabilidad y en con-
influventes. ducta en Ia organización nos ayudan a orientamos hacia los diferentes ca-
tos influyentes locales evidentemente pululan en Ias organizaciones que minas para Ia influencia que recorren Ios locales y 10s cosmopolitas. Y al
('sL'1!l destinadas en gran parte a "establecer contactos" para crear vínculos cartografiar esos caminos lIenaremos en el fondo Ia necesidad de interpretar
pcrsonales, Así, se encuentran en gran número en Ias sociedades secretas (ma- Ias diferencias en conducta de comunicaciones características de los tipos de
SOlics ), el1 Ias organizaciones fraternales (alces) y en los clubes de servicio influyentes.
loca 1: los rotarios, los leones y 10s kiwanis, Ia organización más poderosa de Los locales han crecido en gran parte en y con Ia población, En su ma-
('slc tipo en Rovere. Su participación parece ser menos cuestión de impulsar yor parte han ido a11í a Ia escueIa, y sólo salieron de e11a temporalmente para
los ohjetivos nominaIes de Ias organizaciones que de usarlas COmo centros sus estudios de coIegio uníversitario y profesionales. Tuvieron sus primeros
de contacto, Según Ias francas palabras de un influyente hombre de nego- trabajos en Rovere y ganaron los primcros dólares con gentes de Rovere.
('ios de Ia localidad: Cuando lIegaron a edad de hacer carrera, Rovere era evidentemente el lugar
Consigo conocer gente mediante 10s clubes de servicio: kiwcnis, rotarios, para hacerla. Era Ia única población con Ia que estaban completamente fa-
1(,()llCS. Ahora sólo pertenezco a Ios kiwanis. Los leiwanis son diferentes de todos miliarizados, en Ia que conocían Ias entradas y Ias salidas de Ia política, de
I()s dcmás clubes de servicio. Tienen que pedirle 3 uno que ingrese, Primem 10 10s negocios y de Ia vida social. Era Ia única comunidad que conocían y, cosa
,";cogCIl, primero 10 prueban. Muy pocas personas influyentes pertcuecen a él, y igualmente importante, que los conocía a ellos, Habían hecho a1lí numerosas
1 ,,<I;IS las semanas me reúno C011ellos en una comida, relaciones personales.
Y esto nos l1eva aI atributo decisivo del camino de los influyentes locales
Por otra parte, Ios cosmopolitas tienden a pertenecer a Ias organizaciones hacia eI êxito: mucho más que en los cosmopolitas, su influencia descansa
('liqllc pueden ejercitar sus destrezas y conocimientos especiales. Se les en- en una complicada red de relsciones pcrsonales. En una fórmula que al mis-
(11('llll'a eu sociedades profesionaIes yen grupos de aficionados. En Ia fecha mo tiem po simplifica y destaca cl hecho esencial, podemos decir: Ia influen-
d(' Ia invcstigación, en 1943, se les encontraba con mucha frecuencia en Ias cia de los influyentes locales descansa no tanto en lo que conocen como cn
1I1/::lJlizaciones de Ia Defensa Civil, eu Ias que probablemente se interesaban a quién conocen.
111:1,CII fomentar 10s objetivos de Ia organización que en hacer relaciones Así, el interés del influyente local por Ias relaciones personaIes es en
IH'IS()]laks.
parte producto y en parte instrumento de su particular tipo de influencia.
l/li contraste análogo se manifiesta en e1 conjunto de cargos públicos
• Para tipos de funciones de particípación en esas organizacioncs véase Bcrnard Barber: "Parti.
(IrSl'IIIJll'flados por 10s dos tipos de influyentes. Siete de cada tipo desempe-
cipation and rnass apathy in associatíons", cn Studies in Leadershíp, de Alvin \V, Gouldner (ed.)
11:11>:111 :tlglÍn cargo público, aunque Ios locales tienen un prome'dio un poco (Nueva York, Harper and Brothers, 1950),477-504,
i()O I<:STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 401

Sq!,111l parece, es probable que el "rnuchacho local que progresa" 10 haga ellos. EI reconocimiento de este problema no es nuevo. Kipling sigue a Ma-
mediante buenas relaciones personales. Como está metido en relaciones per- teo, 13, aI observar que "Ios profetas son honrados en toda Ia tierra menos,
xouales mucho antes de haber iniciado su carrera seriamente, para él el c;mi- en la aldea en que nacieron". El problema deI ascenso en Ia estructura de
110 de menor resistencia es seguir confiando en esas relaciones todo 10 posible influencia para el indivíduo nacido en Ia población puede localizarse con exac-
cn su carrera posterior. . titud en términos sociológicos: el cambio de situación dentro de un grupo,
Con el influyente cosmopolita todo esto Qllnb1t. Como es tipicamente en particular si es bastante rápido, requiere Ia renovación de Ias actitudes
un recién !legado a Ia comunidad, no utiliza ni puede utilizar vínculos perso- hacía el individuo móvil y Ia reconstrucción de Ias relaciones con él. La es-
nales como su principal recurso para llamar Ia atención. Suele llegar a Ia tructura pre-existente de relaciones personales restringe, pues, durante algún
población equipado deI prestigio y Ias pericias asociadas con su negocio o pro- tiempo el ascenso deI influyente local. Sólo cuando Iogró abrirse camino a
fesión y con su experiencia "mundana". Empieza a trepar por Ia estructura través de esos conceptos pre-establecidos de él admitirán los otros Ia inversión
de prestigio desde un nivel relativamente alto. Es el prestigio de sus realiza- de papeles causada por eI ascenso deI individuo local a Ia influencia. Un abo-
ciones anteriores y de sus perícias previamente adquiridas 10 que le hace eIe- gado de Rovere, contado entre los influyentes Iocales, describe eI proceso
gible para un lugar en Ia estructura local de influencia. Las relaciones perso- concisamente:
nales son mucho más producto que instrumento de su influencia.
Cuando empecé a ejercer, Ia gente me conocía tan bien en Ia población, que
Estas diferencias en Ia localización de tipos de carrera tienen aIgunas me trataba corno si todavía fuera un chiquilIo. Fue difícil de vencer. Pero des-
consecuencias interesantes para los problemas que encuentran los dos tipos pués de interesarme en varias asuntos públicos y cívicos, y de ser presidente de Ia
de influyentes. Ante todo, hay alguna prueba, aunque esté lejos de ser con- organización dernócrata y figurar corno candidato para Ia legisIación del Estado
cluyente, de que Ia ascensión deI local a Ia influencia es lenta comparada con -sabiendo muy bien que no sería elegido- empezaron a tomarme en sério.
la del cosmopolita. E] Dr. A., eclesiástico, cosmopolita y lector de revistas
ilustradas, observó acerca de Ia facilidad con que había llegado a destacarse El cosmopolita no tiene que enfrentarse con Ia necesidad de destruir los
localmente: prejuicios locales acerca de él antes de que le sea posible ganar su situación
de influyente "tomado en serio". Como hemos visto, sus credenciales son
La ventaja de ser eclesiástico es que no tiene uno que basar prueba. Uno cs
inmediatamente aceptado y admitido en todas Ias casas, incluídas Ias mejores. el prestigio y Ia autoridad de sus realizaciones en otras partes. Así, pues, ma-
[EI subrayado es nuestro.] nifiesta menos interés en un ancho margen de contactos personales por dos
razones. Primera: su influencia nace de su prestigio y no de reciprocidades
Por confiada que pueda ser esta observación, refleja el punto esencial con otros individuos de Ia comunidad. Segunda: el problema de librarse de
de que el recién venido que "llegó" del mundo exterior ocupa primero su lugar imágenes anticuadas de él como "un muchacho" no existe para él, y en con-
entre los que tienen algún grado de influencia en Ia comunidad loca]. Por secuencia no enfoca su atención sobre relaciones personales, como 10 hace
cl contrario, los influyentes locales tienen que "pasar su prueba". Así, el pre- para el influyente local.
sidente deI banco local que necesitó cuarenta afios para ascender desde su Los caminos independientes hacia Ia influencia que recorren los locales
cmpleo de botones, habla expresivamente deI lento y prolongado camino a 10 y los cosmopolitas contribuyen, pues, a explicar sus orientaciones divergentes
largo deI cual "me abrí camino ascendente". hacia Ia comunidad local, con todo 10 que esas orientaciones Ilevan consigo.
EI factor edad de los influyentes locales y cosmopolitas es también una
paja al viento respecto del ritmo de as censo a la influencia. Todos menos SITUACIÓN SOCIAL EN ACCIÓN: INFLUENCIA INTERPERSONAL
dos dc los dieciséis locales tienen más de cuarenta y cinco afios de edad,
micntras que menos de los dos tercios de los cosmopolitas están en ese grupo En este momento puede ocurrírsele al lector que Ia distinción entre influ-
de cdad de los más viejos. yentes locales y cosmopolitas es simplemente un reflejo de diferencias en
No sólo Ia velocidad de ascenso a Ia influencia puede ser más lento para instrucción u ocupación. No parece que sea ése el caso.
los locales que para los cosmopolitas, sino que el ascenso implica algunas difi- Es verdad que entre nuestros entrevistados los cosmopolitas recibieron
culludcs especíales procedentes de Ias relaciones personales locales. Parece más instrucción formal que los locales. Todos menos uno de los cosmopo-
'(lIe c sas relaciones pueden dificultar tanto como favorecer el progreso del litas, y Ia mitad de los locales, son por 10 menos graduados de escuela supe-
11 mchucho local. Tíene que superar el obstáculo de ser íntimamente conocido rior. También es verdad que Ia mitad de los locales figuran en "grandes
pOl Ia comunidad cuando no era "más que un chiquillo". Tiene que hacer negocios", medidos por Ia escala de Rovere, mientras que únicamente dos de
de alglÍll modo que los demás reconozcan su cambio ininterrumpido de situa- los catorce cosmopolitas pertenecen a este grupo y, además, aqueIla mitad
ción. Y 10 más importante, hay que lograr que Ias personas a quíenes estuvo de 10s influyentes cosmopolitas son personas profesionales, mientras 10 soa
subordinado en otro tiernpo 10 conozcan como en cierto modo superior a sólo .un tercio de los locales.
402 I<S')'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 403
I '('I () estas diferencias de situacíón cultural u ocupacional no parecen conceptos que prevalecen de Ia diferencia entre "el especialista médico extre-
,J,i<'llllillar los diferentes tipos de influyentes. Cuando comparamos Ia con- niadamente competente pero impersonaI" y el "viejo médico de Ia familia".
,JIII'I:I y orientaciones de los profesionales entre locales y cosmopolitas, persís- Y IlO es distinta tampoco de Ia diferencia entre el "trabajador impersonal de
1('11 xus diferencias características, aun cuando tienen Ios mismos tipos de bienestar social" y el "amistoso capitán de barriada" de quien hablamos en
ocupación y recibieron el mismo tipo de instrucción. Las diferencias de ins- d capítulo L No es simplemente que el capitán político local proporcione
rrucción y ocupación pueden contribuir a Ias diferencias entre los dos tipos cauastas de alimentos y trabajo, consejo legal y extra-legal, que arregle pe-
de ínfluyentes, pero no son Ia fuente de esas diferencias. Aun como profe- queüos rasguõos a Ia ley, que ayude al muchacho pobre y brilIante a conse-
sional, el influyente local tiene más de hombre de negocios y de político en guir una beca política en un colegio universitario local, se cuide de los despo-
~11conducta y puntos de vista que el cosmopolita. Aquél utiliza Ias relaciones seidos, a los que ayuda en toda una serie de crisis en que un sujeto necesita
personales como un camino hacia Ia influencia seüaladamente más que su nu amigo, y, sobre todo, un amigo que "se da cuenta de Ias cosas" y puede
equivalente cosmopolita. En resurnen, 10 decisivo es ia norma utilizar Ia si- arreglar algo. No es simplemente que proporcione ayuda que le da influencia
tuacion. social y no los perfiles formales de la situacíón tnisms+" interpersonaI. Es Ia maneta en que se da la ayuda. Después de todo, exis-
Aunque Ia situación ocupacional puede ser un apoyo importante para tcn agencias especializadas para dispensar esa clase de asistencia. Las agen-
cl ascenso deI cosmopolita a Ia influencia, para eI local no es más que un cias de bienestar, Ias casas de beneficencia, Ias clínicas de ayuda jurídica, Ias
medio secundario. Mientras que cinco de los locales profesionales figuran clínicas hospitalarias, Ios departamentos de auxilios públicos: todos esos orga-
.ictivamente en Ia política local, los profesionales cosmopolitas ignoran prác- nismos están a disposición de quien los necesite. Pero en contraste con Ias
Iicamente Ia actividad política organizada de Rovere. (Sus cargos sueIen ser técnicas profesionales del trabajador de bienestar, que con frecuencia repre-
honorarios.) Lejos de servir Ia ocupación para explicar Ias diferencias entre sentan en Ia mente deI receptor Ia prestación frÍa y burocrática de ayuda
cllos, parece que Ia rnisrna ocupación tiene un papel diferente en Ia influen- limitada tras detallada investigación, están Ias técnicas no profesionaIes deI
cia interpersonal según Ia busque un local o un cosmopolita. Esto apoya capitán de barriada que no pregunta nada, que no exige requisitos legaIes y
nuestra impresión anterior de que los "atributos objetivos" (instrucción, ocu- no "husmea" en Ios asuntos privados. EI capitán de barriada es un prototipo
pación, etc.) no bastan como indicadores de personas que ejercen influencia de influyente "local".
iJ Iterpersonal. La influencia interpersonal que procede de pericias especializadas implica
EI hombre de negocios influyente, que entre nuestro pequeno número tipicamente alguna distancia social entre el consejero yel que busca consejo,
de entrevistados se encuentra casi exclusivamente entre los locales, utiliza en mientras qije Ia influencia procedente de Ia comprensión simpática supone
forma típica sus relaciones personales para reforzar su influencia. Es deI todo típicamente estrechas relaciones personales. EI primero es el tipo del influ-
probable que una muestra mayor incluiría hombres de negocies que son in- yente cosmopolita; el segundo, eI del influyente local. Así, el funcionamiento
Iluyentes cosmopolitas y cuya conducta difiere de manera importante en este de esos tipos de influencia da una pista para Ias orientaciones distintivas de
rcspecto. Así, eI Sr. H" a quien se considera que ejerce gran influencia en los dos tipos de influyentes.P
Rovere, es ejemplo deI tipo deI gran hombre de negocios cosmopolita. Llegó
:I Revere como alto ejecutivo de un establecimiento manufacturero local. Ha 14 Todo esto aún deja abierto el problema de descubrir los tipos de interacción social y de
relaciones de influencia entre los influyentes locales y los cosmopolitas. Este problema fue explo-
crendo pocos vínculos personales, pero se le busca en demanda de consejo
rado eu un estudio actual de Ias escuelas superiores en relación con Ia estructura de valores de Ia
precisamente porque "se mantuvo aislado" y ticne Ia aureola de hombre comunídad en torno, estudio hecho por Paul F. Lazarsfeld en colaboración con Richard Christie,
familiarizado con eI mundo exterior de los negocios. Su influencia descansa Frank A. Pinner, Arnold Rogow, Louis Schneider y Arthur Brodbeck.
En el curso de ese estudio, Frank A. Pinner encuentra que los consejos escolares y Ias ínspec-
sobre una pericia que se le atribuye y no sobre Ia comprensión simpática de rores de escuelas diferían evidentemente de orientación: Ios unos eran de orientación claramente
los dcmás. "Iocal", Ios otros de orientación cosmopolita. Y esto, a 10 que parece, no es cuestión sólo de
Esta afiade otra dimensión a Ia diferencia entre los dos tipos de influ- "accidente" histórico. Pinner sugiere que comunidades de diferentes tipos tienden a elegir indíví-
duos de diferente orientación para el consejo de Ia escuela superior. Esto, a su vez, crea circuns-
ventes, Parece que el influyente cosmopolita tiene seguidores porque sabe; tancias especiales que afectan a Ia interacción deI consejo escolar y deI inspector de Ia escuela, de-
cl iuflnycnte local, porque comprende. AI uno se le busca por sus pericias y pendiendo de Ia orientación primaria de ambos. Las orientaciones de los consejos escolares tambíén
~II cxpcriencia especializadas: al otro, por su íntima apreciación de detalles están, a 10 que parece, enlazadas con el grado de control ejercido sobre Ia política educativa. Los
influyentes de una cornunidad, "profundamente interesados en los asuntos locales, estaban decididos
illl:lllgihlcs pero afectivamente importantes. Los dos tipos se reflejan en los a someter todas Ias funciones de Ia cornunidad a un escrutinio constante y a aceptar o rechazar Ias
políticas según parecíesen estar de acuerdo o ser contradictorias con Ias normas comúnmente acepta-
1a I,a importancia de buscar activamente Ia influencia es evidente en el análisis del "tipo móvil das [en Ia comunidad local]. Por Ia mísma razón, el [otro] distrito era una zona "'flojamente" orga-
."","<11'"1<''' cxpuesto en Ia monografía sobre Ia cual Se basa esta exposición. Véase tarnbién SmaIl nizada en más que el sentido puramente geográfico. Los que, en vista de su posición social y eco-
'fl/IVII. 1'01" Cranville Hicks (Nneva York, The MacmilJan Co., 1946), 154, que describe un índí- nómica, eran capaces de ejercer alguna influencia, no cornpartían por igual el interés por 10s asuntos
\'1<1110 <JIII' evidentemente es un influyente local en estos términos: "Es un político e típico, un locales. En consecuencia, Ias políticas que oontrolan el funcionamiento de Ia escueJa superior no
11I~lIi"IIIu<lor nato, un hombre que adora Ia influencia, trabajaintensamente para adquirirIa y hace necesítan representar el consenso de los grupos influyentes de Ia comunídad; más bien, un gran
1011" 1'11111110 pucde para convencer a los demás de que Ia tiene." (EI subrayado es nuestro.) número de individuos potencialmente influyentes dejarían, por omisi6n, el manejo de losasuntos de
404 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 405
Hay razones para creer que nuevas investigaciones encontrarán diferentes comunidad yemenita tradicional carece casi por completo del tipo cosmopo-
proporciones de influyentes locales y cosmopolitas en tipos diferentes de es- lita, mientras que cosmopolitas y locales representan sus papeles distintivos
tructuras de comunidad. Por 10 menos esta implicación puede sacarse pIo- cn otras diversas comunidades sometidas a observaci6n. * A base del estudio
visionalmente de Ios estudios en marcha sobre los campos tecnológicos y de Stouffer sobre libertades civiles, David Riesman sugiere modos en que
sociales en una ciudad de Pennsylvania durante Ios últimos cincuenta anos, pueden diferir en estructuras sociales diferentes Ias papeles de los influyentes
realizados por Dorothy S. Thomas, Thomas C. Cochran y sus colegas. * Su locales y cosmopolitas. Los cosmopolitas que ocupan puestos de liderato for-
detallado análisis histórico y sociológico da por resultado que Ia ciudad com- mal en Ia comunidad -sugiere Riesman- pueden verse obligados a conver-
prende dos tipos diferentes de población: "residentes bastante permanentes, tirse en mediadores de tolerancia, aI ser cogidos entre Ia muela de Ia minoría
muchos de Ios cuales nacieron allí, y un grupo migratorio que constantemente tolerante y Ia soIera de Ia mayoría intolerante, y así se hacen menos tolerantes
va y viene". A base de burdas estadísticas de Ia renovación de Ia pobIación en que sus antiguos asociados y más que sus electores. A consecuencia de un
otras ciudades norteamericanas, Ias investigadores conc1uyen además que esta contexto estructural diferente, entre los líderes de Ia comunidad los cosmopo-
circunstancia es bastante general, Puede ser muy bien que el grupo primero litas, más "tolerantes" de Ias Iibertades civiles que los demás, quizá están en
y más permanente incluya el tipo local de influyente, y el segundo grupo, situación más vulnerable en el Sur que en el Este y el Oeste. Pues Stouffer
relativamente transito rio, el cosmopolita. Tipos diferentes de comunidades halló que entre todos, salvo Ios educados en colegio universitario, Ios meri-
probablemente tienen proporciones diferentes de Ias dos clases de población dionales son mucho menos tolerantes hacia Ias Iibertades civiles que los nor-
y de los dos tipos de influyentes. tefios de igual edueación. "Esto significa -dice Riesman- que el graduado
Otros estudios recientes han haIlado más directamente que Ias propor- de colegio deI Sur está, en estos respectos, más radicalmente aislado del
ciones y Ias situaciones sociales de Ios dos tipos de influyentes varían aI variar resto de Ia comunidad, incluídos aun Ios que tienen algunos antecedentes de
Ia cstructura social de Ia comunidad. Eisenstadt díce, por ejemplo, que una colegio, pues aunque Ia educación está en todas partes asociada con Ia tole-
1:0 cscuela superior a un grupo de ciudadanos que se interesan por los asuntos de dicha escuela.
rancia, Ias gradaciones son mucho menos acentuadas en eI Norte. Además,
"Los grados de 'relajaci6n' y de 'rigidez' de Ia estructura de una comunidad quizás se miden con puedc decirse casi 10 mismo en el Sur de Ias comunidades metropolitanas
Ia IlIayor exactitud en relaci6n con Ias oportunidades para maniobrar de Ia administraci6n." en relación con Ias ciudades pequefias, aunque en esta dimensión hay dife-
El estudio de Ia interacci6n entre grupos de diferente composici6n en relacíón con los ínflu.
yentes locales y cosmopolitas representa un progreso definido sobre Ias ideas expuestas en este rencias sustanciales también en el Este." **
trabajo. EI concepto de estructuras "rígidas" y "relajadas" de Ias comunidades, conectado con Ias De Ias pruebas que sólo ahora empiezan a acumularse, parecería que Ia
oricntaciones predominantemente Iocales o cosmopolitas de los que ocupan posiciones estratégicamen- aparición de los dos tipos de influyentes depende de formas características
1<: situadas representa otro progreso. Tiene más que un interés de pasada el que ese concepto de.
estructuras socíales "relajadas" o "rígidas" haya sido formulado independientemente por los partici- de Ia estructura social en torno con sus diferentes exigencias funcionales.
pantes dei antes mencionado estudio y, a una gran distancia, por Bryce F. Ryan y Murray S. Sobre ese fondo analítico es posible ahora examinar más plenamente Ia
Struus en "The integration of Sinhalese Society", Research Studies of the State College of Wash·
utilización de comunieaciones de masas por los locales y Ias orientaciones de
j"litoll, 1954, 22, 179-227, en especial 198 ss. y 219 S5. Es importante subrayar que dichos concep-
los están siendo formulados en el curso de una investigaci6n empírica sistemática; de otra manera Ios dos tipos de influyentes.
se convierte uno en el sombreador profesíonal que hace incumbencia suya demostrar que no hay
nada nuevo bajo eI sol, por el sencilloexpediente de extirpar todo 10 nuevo y reducirlo s610 a 10
viejo. S610 en este sentido limitado se encontrará Ia "misma" idea central de estructuras socíales LA CONDUCTA DE LOS INFLUYENTES CON LAS COMUNICACIONES
"rígidas" y "ílexibles" en los escritos de Georg Sim mel, hombre de innumerables ideas germinativas.
Véase su ensayo traducido hace medio siglo por Albion W. Small y publicado eu American 'ournal
of Sociology en sus primeros y pobres anos en que 105 sociólogos norteamericanos de gustos inte- Parece que Ia conducta de los influyentes con Ias comunicaciones forma parte
lcctuales se veían obligados a tomar prestado aI capital intelectual de los sociólogos europeos: "The de Ias rutinas de Ia vida y Ias orientaciones básicas características de Ios dos
prrsistence of social groups", American !oumal of Sociology, 1898, 3, 662-698, 829-836; 1898, 4,
J 550. La formulación más compacta de Ias ideas en cuesti6n es ésta: "EI grupo puede mante- tipos de influyentes. Sus selecciones de revistas, periódicos y programas de
ncrsc I) conservando con Ia mayor tenacidad su firmeza y rigidez de forma, de suerte que pueda radio reflejan, y al mismo tiempo refuerzan, Ias orientaciones básicas. Aunque
h"ccr frente a peligros inminentes con resistencia suficiente, y pueda conservar Ia relación de sus
rlruu-ntos a través de todos los cambies de circunstancias externas; 2) con Ia mayor varíabílidad
10s motivos para su selecci6n de materiales en Ia vasta corriente de com uni-
posible de su forma, de modo que pneda realizarse rápidamente Ia adaptacíón de Ia forma en res- * "Cornmunication systems: an exploratory comparatíve study", por S. N. Eisenstadt, en Pu-
J>'I('~la al cambio de circunstancias exteriores, de manera que Ia forma dei grupo pueda acomodarse blic Opinion Quarter1y, 1955, 19, 154-67. Un estudio de una pequena población del Sur dice que
" cualquicr exigencia de Ias circunstancias" (831). no pueden distinguirse allí Ios dos tipos de influyentes. La presente sugestión indica que con Ia
Evidentemente, cuanto más cambia menos es Ia misma cosa. Los conceptos ré-emergentes de acumulacíón de investigaciones, ya no es suficiente registrar Ia presencia o Ia ausencia de los tipos
(." ruct liras sociales flojas y rígidas se parecen a Ias observaciones simmelianas; no obstante, difieren de influyentes. Más bien es sociológica mente pertinente descubrir 105 atributos de Ia estructura social
,1" numera importante en sus implicaciones. que producen diferentes proporciones de Ios tipos identificables de influyentes. Véase "A typology of
• EXpllcSto por Thomas C. Cochran, "History and the social sciences", en Re1azioni del X Con- community leadership based on influence and interaction within the leader subsystem", por A. Ale-
/Irmo 1,,'enwzionale di Scienze Storiche (Roma, 4-11 de septiembre de 1955), I, 481-504, en487-8, xander Fanelli, en Social Forces, 1956, 34, 332-38.
~"h••: 111 base de Patterns of Internal Migration in Norrístown, Pennsylvania, 1900-1950, 2 volÓme-
** Communism, Conformity, and Civil Liberties, por Samuel A. Stouffer (Nueva York, Dou-
""~, por Sidncy Goldstein (Tesis para e1 Doctorado en Filosofía, multigrafiada), U niversidad .de bleday and Company, 1955), suministra 105 resultados que revisa David Riesman en su artículo
Penusylvanla, 1953.
"Orbíts of tolerance, interviewers, and elites", en Public Opinion Quarter/y, 1956, 20,49-73.
·!O() ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 407
("aciones de masas pueden variar mucho, Ias funciones psicológicas y socíales aislamiento cutural. Les da cierta sensación de "autoprogreso" al "mante-
\ lcscmpefiadas por Ia selección son bastante limitadas. Como los locales y 105 ncrse al tanto de Ias cosas". Les permite reforzar su posición en Ia comuni-
voxmopolitas hacen a su ambiente social demandas claramente diferentes, uti- dud al permitirles blandir sus credenciales de capacidad y conocimientos
lizun comunicaciones de masas para resultados claramente distintos. cnando Ia ocasión 10 requiere.
Pero como no son éstas Ias bases de Ia influencia para los influyentes
Tipos y funciones de la lectura de revistas locales, ya que sus papeles sociales no implican juicios sobre Ia "cultura" y eI
mundo en general, Ias revistas como Time son superfluas.
Manifiestamente, los influyentes cosmopolitas leen más revistas -se suscri- Las satisfacciones procedentes de Ias comunicaciones de masa no son,
hCII a cuatro o cinco- que los locales, que se suscriben a dos o tres. Puede pues, meramente de carácter psicológico. Son tarnbién un producto de los
prcvcrse esto por 10 que sabemos de sus respectivas rutinas de vida y sus orien- {Japelessociales distintivos de los que usan Ias comunicaciones. No es que Ia
t aciones. Los cosmopolitas, con sus intereses extralocales, se entregan más revista de noticias sea alimento para un indivíduo y veneno para otro. Se trata
plenamente aI tipo de experiencia vicaria expuesta en Ias periódicos, mientras más bien, de que Ia revista es alimento para un tipo social y veneno para otro
(\I1C los locales se interesan de manera más inmediata por Ias relaciones inter- tiPo social. El análisis de Ias funciones de Ias comunicaciones de masas re-
pcrsonales directas. Los unos tienden a leer acerca deI gran mundo exterior; quiere el análisis previo de los papeIes sociales que determinan Ias usos a
los otros a actuar en el pequeno mundo interior. Sus prácticas de lectura que se dedican dichas comunicaciones. Si no hubieran sido explorados los
rcflejan sus modos de vida. contextos sociales de Ia influencia interpersonal, no habríamos previsto Ia
Pero son Ias diferencias en los tipos de revistas que leenlos locales y Ias selección de Time por un tipo de influyente y su rechazo por otro.
cosmopolitas 10 que indica de modo más directo Ias funciones de esos tipos Lo mismo puede decirse de toda Ia demás lectura de revistas por influ-
de lectura, EI lector influyente de revistas ilustradas, por ejemplo, es pre- yentes de Rovere. Así, sucede que para nuestro pu fiado de casos Ia lectura
dominantemente del tipo cosmopolita y no deI local. Esto es caso que puede de Time diferencia de un modo sumamente claro a los Iocales de Ios cosmo-
csperarse, a Ia luz de Ias funciones desempenadas por una revista como Time, politas. Pero Ias mismas normas de selección operan con otras revistas.
La revista de noticias proporciona noticias y opiniones sobre un amplio AtIantic ManthIy, Harpei's, National Geographic, Ias Ilamadas revistas "de
C;llIIpO. AI prometer dar su versión de Ias noticias que están detrás de Ias clase" que dedican gran parte de su contenido a asuntos extranjeros y nacio-
noticias, trata los acontecimientos actuales de Ia política, Ia industria y nales y a Ias artes, son leídas dos veces más por cosmopolitas que por locales.
los ncgocios, Ia ensefianza, Ia ciencia, Ias artes nacionales e internacionales. Para todas Ias demás revistas, parece no haber virtualmente diferencia entre
I':.\to constituye Ias esferas mismas en que hay que buscar Ia influencia de unos y otros. Reader's Digest y Life aparecen con Ia misma frecuencia. Un
lox cosmopolitas; porque, como hemos visto, se les considera árbitros expertos estudio en gran escala comprobaría fácilmente Ia impresión de que, sobre
dei "buen gusto", o de Ia "cultura", y de Ias tendencias que prevalecen en Ia el mismo nivel educativo, los influyentes locales y los cosmopolitas tienen
alta sociedad, Por el mismo motivo, Ia revista nacional de noticias tiene poco diferentes tipos de lectura de revistas y que dichos tipos pueden explicarse
(JlIC decír a Ias influyentes locales. Después de todo, no dedica mucho espa- en relación con Ias funciones notoriamente diferentes que Ias revistas desem-
cio a Rovere y sus alrededores. La Iectura de Time no contribuirá aI conocí- peíian para los dos grupos.
micnto que tienen los locales de Ia vida en Rovere ni a su influencia en Ia
población, Es un lujo del que puede prescindirse.
Mas para el cosmopolita Ia revista de noticias desempena diversas fun- Tipoe y funciones de Ia leciura de periódicos
rioncs. Proporciona una cadena de transmisión para Ia difusión de "cultura" La lectura de revistas nacionales de noticias está por encima y más alIá de Ia
dei mundo exterior a los "líderes culturales'" de Rovere. (Esto es particular- lectura atenta de periódicos. Supone el interés en estar "en Ias cosas", en
IlICIItC cierto para Ias mujeres que figuran entre Ios cosmopolitas.) Entre los "tener opiniones responsables": en tener un "punto de vista distintivo". Cosa
pcqucfios corrillos y los clubes de cosmopolitas de mentalidad análoga, pro- bastante interesante; parece que Ias tipos de lectura de periódicos también
porciona temas de conversación. Permite a Ia minoría cultural de Ia clase reflejan Ias diferentes orientaciones de 10s influyentes locales y cosmopolitas.
mediu de Rovere ir por delante de 10s que 10s buscan para tener su consejo Los locales leen más periódicos, pero esta 10 explica perfectamente su
eu ruuterias de gusto o sus opiniones concernientes a Ia tendencia de Ios mayor proclividad por Ias de Rovere y otros periódicos locales (de una ciudad
;Jcollh;cimientos internacionales. Time no sólo tiende un puente a través de próxima). El cuadro es completamente distinto para Ias periódicos metro-
ubíxmo llne existe entre el influyente cosmopolita y eI influído: contríbuye a politanos. Todos 10s cosmopolitas leen el New York Times o el New York
('OIlWl'var cl abismo separando aI conocedor deI no informado. Proporciona: Herald Tribune, o los dos, en tanto que Ias locales acuden con menos fre-
uxí, sntisfacciones diferentes a Ias cosmopolitas de Rovere. Les permite rnan- cuencia a esos periódicos con su amplio y analítico campo de noticias mun-
I ('IICI' llIl tipo de contacto COn el mundo exterior y reduce su sensación de diales. El contraste se extiende a Ias detalIes. Casi Ia mitad de 10s locales
408 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 409
Iee los tabloides de Nueva York, con su tratamiento comprimido de los asun-
tos mundiales y su insistencia en Ias noticias "de interés humano" -asesi- TIPOS DE VALORACIONES REcíPROCAS
natos, divorcios, crímenes osados, parecen constituir los principales focos deI
interés humano contemporáneo-, pero sólo un cosmopolita incluye un tabloí- Hasta este momento hemos venido examinando aIos influyentes: sus dife-
de en su dieta de periódicos. Cualquier resultado que den esas distribu- rentes modos de ejercer influencia interpersonaI, sus caminos hasta Ias posi-
ciones estadísticas en un estudio detallado, Ia constancia de los hechos explora- ciones de influencia, su conducta respecto de Ias comunicaciones. Pero,
torios sugiere que Ias orientaciones básicas de Ios influyentes se expresan después de todo, consideramos influyentes a esas personas únicamente porque
tarnbién en Ios tipos de periódicos que leen. así nos 10 dicen nuestros informantes.l" lQué podemos aprender observando
Ias relaciones entre el mencionado y quien 10 menciona, entre 10s que surgen
como diversamente influyentes y aquellos cuyos juicios Ios definieron como
TílJOS Y funciones de la audición de comentarios de noticias por radio influyentes?

IIay algunas pruebas de que Ia predilección de los cosmopolitas por una inter- EL INFLUYENTE Y EL INFLUIDO
pretación impersonal y analítica de los acontecimientos mundíales se refIeja
('11 sus rutinas de escuchar a Ios comentadores de noticias por radio. Sobre Aunque se habIa con frecuencia de "hornbres influyentes", es indudable que
]a base de un estudio anterior deI Departamento de Investigaciones Sociales esta frase es una manera elíptica de decir: "hornbres que ejercen influencia
Aplicadas, los comentadores se clasificaron por el grado en que "analizaban" sobre cierto número de otras personas en ciertas situaciones". Como se
lilás bien que "reportaban" noticias, en particular noticias internacionaIes. advierte en el post scriptum. a este capítulo, Ia influencia interpersonal im-
JA)S cosmopolitas prefieren a los comentadores más analíticos (Swíng, Hughes), plica una relación asimétrica entre personas. La influencia no es un atributo
mientras que a los locales les interesan más los que prescinden del anáIisis y abstracto de una persona, es un proceso que implica dos o más personas. En
sou virtualmente "Ianzadores" de noticias (Thomas, Goddard, etc.). consecuencia, en un análisis de esos tipos, tenemos que atender no sólo
Aun en el campo de Ias "noticias extraIocales", Ios locales se Ias arreglan aI indivíduo que es influyente, sino también a Ios individuos que son influi-
para formar un criterio Iocalista. Prefieren claramente a Ios comentadores dos por él. Dicho en otros términos, tenemos mucho que aprender explo-
que convierten Ias noticias y Ias cuestiones públicas en anécdotas personali: rando Ia cuestión: zQuién es influyente para quién?
zadas. Gabriel Heatter, con sus infusiones de sentimiento en los as untos polí- Esta cuestión general se divide inmediatamente en una serie de cuestio-
Iicos y económícos, es un favorito de los locales, pero no de los cosmopolitas. nes más específicas. zQuiénes son influyentes para individuos diferentemente
Así, también, Walter WinchelI, que reporta Ia versión de Broadway del situados en Ia estructura de influencia? lEstán Ios indivíduos sometidos con
chismorreo íntimo y personaliza Ias cuestiones nacionales e internacionaIes. más frecuencia a Ia influencia de los que están situados por encima de ellos
Los influyentes Iocales buscan Ias ingredientes personales en Ia masa imper- en Ia estructura de influencia, o a Ia de individos de su misrno estrato de
sonal de noticias mundiales, influencia?
La conducta con Ias comunicaciones parece, pues, reflejar Ias orienta- Cuando los informantes de Rovere se dividen en "altos influyentes" (Ios
ciones básicas de los influyentes locales y cosmopolitas. Nuevas investigacio- mencionados por el 15 por ciento o más de nuestros informantes), los "in-
ncs suministrarán una sólida comprobación estadística y someterán a pruebas fluyentes medianos" (mencionados por 5 aI 14 por ciento), y Ias de "filas"
más rigurosas Ias impresiones. Los locales y Ias cosmopolitas que Ieen "Ias (mencionados por menos del 5 por ciento), y cuando los relacionamos con
mismas" revistas, lseleccionan en realidad los mismos contenidos en ellas? sus identificaciones de individuos que ejercen influencia sobre ellos, se reei-
~O los locales enfocan Ia atención de manera característica sobre Ios compo- ben algunas impresiones claras. Hay un impresionante acuerdo sobre cada
ucntes "personalizados y Iocalistas" del material editorial, mientras que los nivel de Ia estructura de influencia relativo a Ios individuos que pertenecen
c()smopolitas buscan los componentes más impersonales e "informativos"? a Ia cima de Ia estructura. En gran parte, son los mismos indivíduos sefialados
~;\ qué usos dedícan esos diferentes tipos de lectores los materiales que leye- como influyentes, independientemente de Ia posición en Ia estructura de
I ()Il? En otras palabras, ~cómo entran los contenidos de Ias comunicaciones influencia de quienes formulan el jnicio. De Ias dos terceras a Ias tres cuartas
de masas en Ia corriente de Ia influencia interpersonal? 15 Los estudios sobre partes de Ias menciones hechas por Ios tres estratos se concentran en el 15
~;Ol'i()l()gíade Ias comunicaciones de masas deben suplementar los análisis en por ciento de altos influyentes.
rclación con los atributos personales de lectores y oyentes con análisis de sus 16 Debe repetirse que aquí se considera Ia influencia interpersonal no como sim pIe materia de
"apeles sociales y de su participación en redes de relaciones ínterpersonales. valoraci6n, sino como cuestión de hecho. EI que los jnicios de Ios informantes y Ia observación
objetiva lleven aIos mismos resultados debe seguir siendo cuesti6n abierta. Este estudio exploratorio
utilizá informantes a fin de localizar ciertos tipos de problemas respecto de Ia influencia inter-
I r. Este cs precisamente el foco de atención en el estudio de los tipos de influencia de Katz y
I.lI~arsfd(l, op. cil. personal; una investigaci6n completa utilizaria Ia obscrvaci6n así como entrevistas para averiguar el
grado real dc influencia ínterpersonal y Ias esferas en que ésta se ejerce.
·11 () I<S'/'l!DIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 411
No obstante, se presentan diferencias entre Ios diferentes estratos de Ia
cstructura de influencia. Los informantes de cada estrato de influencia repor- Nuestro estudio piloto rindió hasta ahora dos impresiones importantes
tan una proporción mayor de índividuos de su propio estrato como influyen- concernientes a Ia estructura de influencia que espera nuevas investigaciones:
tcs para e1Ios que Ios informantes deIos otros estratos. Más concretamente: 1) 10 más probable es que los individuos de cada estrato de influencia sean
cs más probable que los altos illfluyentes mencíonen a otros entre 105 altos más influidos por sus iguales en Ia estruetura que por los individuos de otros
influyentes que los influyentes medios y Ios informantes de filas; es más proc estratos, y 2) a pesar de Ia gran concentración de influencia interpersonal entre
buble que los influyentes medios mencionen a otros influyentes medios que relativamente pocos individuos, el volumen mayor de esa influencia está
los altos infIuyentes o los individuos de filas; y éstos mencíonan a indivíduos ampliamente esparcido entre el gran número de individuos de los estratos
de este estrato COn más frecuencia que los otros informantes. Así se recibe Ia inferiores de esa estructura.
impresión de que, aunque relativamente pocos indivíduos -Ios altos influ- Una tercera irnpresión que merece más investigación sugiere Ia forma en
\cntcs- ejercen influencia sobre individuos de todos Ios niveles de Ia estruc que Ia influencia interpersonal se filtra a través de Ia estructura de influencia.
t ma ele influencia, hay una tendencia secundaria en Ios individuos a ser, no Parece, de los datos de Rovere, que esta estructura comprende una "cadena
obstante, más influidos por sus iguales en dicha estructura. Si esto resulta ser de influencia", siendo 10s eslabones de Ia cadena individuos en estratos adya-
cicrt» en general, es un hecho de Suma importancía concerniente aI funcio. centes de influencia. Es más probable que 10s individuos de cada estrato de
namienfr, de Ia influencia interpersonaI. influencia consideren influyentes a individuos que están en el estrato inme-
La sorprendente concentración de influencia interpersonaI puede apartar diaiamente superior al suyo que los informantes de otros estratos, ya por
nucstra atención de Ia distribución completa de Ia influencia. Esto fácil- encima o más por debajo. Así, 10s informantes de filas que miran hacia su
IIIClltc podría llevar a inferencias enganosas. A pesar de esa concentración, estrato adyacente superior (Ios influyentes medios) mencionan con mayor
pa Ieee probabIe que en una comunidaâ puede uri número mayor de decisiones frecuencia a estos indivíduos corno influentes que a los altos influyentes, y
petsonales ser resultado del consejo de tnuchos indivíduos situados en lugares los influentes medios, a su vez, mencionan a 10s altos infIuyentes COIl más
hajos de Ia estructura de influencia que del conseio de los pocos situados en frecuencia que 10s individuos de filas. Esto sugiere que algunas opiniones
[a cumbre, Pues aunque Ios altos influyentes tengan individualmente un alto y consejos originados (o derivados de Ias comunicaciones de masas) en los
L:rado ele influencia interpersonaI, probabIemente son tan pocos en número altos influyentes pueden filtrarse progresivamente estructura abajo. Otras opí-
que colectivamente tienen una parte menor de Ia cantidad total de influencia niones, originadas en niveles inferiores de Ia estructura, pueden ser transmi-
iutcrpersonal en Ia comunidad. Y eorre1ativamente, aunque cada petsona tidas sucesivamente a través de estratos adyacentes cada vez más bajos.
entre los influyentes medios y los individuos de filas tiene una influencia Nuestros limitados materiales no proporcionan más que ligeros indicios. En
relativamente pequena, colectivamente pueden contar con Ia mayor parte de una investigación a toda escala que abarque diferentes estratos de influyentes,
Ia influencia interpersonal, ya que estos estratos comprenden el gran volumen esta impresión de Ia filtración de Ia influencia interpersonaI puede ser some-
de gente de Ia comunidad,17 Tomando corno indicadores los datos de South- ti da a una prueba decisiva.
town, cl 4 por ciento de altos influyentes fueron citados aproximadamente Hasta ahora, pues, hemos tenido en cuenta estos hechos en relación con
eu cl 40 por ciento de todos los ejemplos de influencia, pero sigue en pie el Ia posición del influído y del influyente en Ia estructura local de influencia.
hccho de que el 60 por ciento residual se referia a individuos situados más Sería manifiestamente remunerador examinar 10s mismos hechos desde el
;Ihajo eu Ia estructura local de influencia. Cosa muy parecida se encontro en punto de vista de Ia situación de 10s individuos en otros sistemas sociaIes.
cl presente estudio piloto. N uestra investigación de Rovere es suficiente El problema genérico puede formularse con bastante brevedad: ~Hasta qué
para formular, aunque no, naturalmente, para confirmar, el punto central: punto y en qué situaciones opera Ia influencia interpersonal en gran parte
IIIIOSpocos individuos de Ia curnbre pueden tener un gran quanium individual dentro del grupo, estrato o categoría social de uno (edad, sexo, estrato de
,!e influencia, pero Ia cantidad total de influencia de este grupo relativa- clase, estrato de poder, estrato de prestigio, etc.) y cuándo opera en gran
1I1t'lIt~~pequeno puede ser menor que Ia ejercida por el número mayor de parte entre grupos, estratos o categorías sociales? Puesto que los perfiles de
ind ividuos que se encuentran hacia Ias categorías más bajas de Ia estrnctura este problema fueron expuestos en Ias secciones de introducción, y puesto
d(' influencia. que el problema es, mutatis muiandis, el mismo que el anterior, aqui sólo
es necesario hacer aIgunas preguntas sintomáticas.
17 l,lI fucrza empmca de esta consideración es igual a Ia que se encuentra en estudios de Ia ~Los hombres y Ias mujeres se dirigen en general a su propio grupo de
01,,1.dll""'''' social dei genio O dei talento (o, para eI caso, de Ia distribución dei poder de compra). edad, sexo, c1ase social o religión en demanda de consejo y guía? zCómo
SI' hu '""()lIlrll<1o repetidamente que los estratos sociales y educativos superiores tienen una propor-
"11"" huslu cierto punto mayor de "genios" o de "talentos". Pero como en esos estratos los números figura Ia edad, por ejemplo, en ese hecho? ~Hasta qué punto es general Ia
••iu 11I''1I1Cflos,cl mayor número de genios o talentos proceden en realidad de estratos sociales infe. tendencia, perceptible tanto en Ios materiales de Rovere como en los de
IÍmrN. Desde cI punto de vista de Ia sociedad, naturalmente, es eI número absoluto y no Ia propor.
1'1(\/1 pw"",1cllle de un estrato social dado 10 que importa.
Southtown, de los individuos a ser influídos por los que son algo más viejos
que ellos? ~Cómo se diferencia esto entre diferentes tipos de comunidades
412 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 413

y entre Ias diversas subculturas de nuestra sociedad? lCuándo se dirige un


ESFERAS DE INFLUENCIA: MONOMÓRFICOS Y POLIMÓRFICOS
mozalbete en demanda de consejo a un veterano más maduro y cuándo 10
solicita de otro mozalbete? 18 As], también, queda mucho por aprender sobre En Rovere 10s influyentes difieren ampliamente respecto deI número de
Ia canalización de Ia influencia a 10 largo de seis líneas. Los estudios de esferas de actividad en que ejercen influencia interpersonal. Unos influyen-
Rovere y de Southtown encontraron en los hombres una tendencia clara a tes, y estos pueden llamarse monomórficos, son citados repetidas veces como
reportar Ia influencia de otros hombres, en tanto que Ias mujeres meneio- individuos que ejercen influencia, pero sólo en una zona definida y más bien
uaban influyentes masculinos y femeninos casi en número igual. Nuevas limitada, por ejemplo, Ia zona de Ia política, o de Ias cánones del buen gusto,
invcstigaciones indudablemente descubrirían esferas de influencia virtualmen- o de Ia moda. Los influyentes monomórficos son 10s "expertos" en un campo
te monopolizadas por hombres, otras por mujeres, y otras aun compartidas en limitado, y su influencia no se difunde por otras esferas de decisión. Otros
medida más o menos iguaJ.111 influyentes, y entre éstos se cuentan buen número de altos influyentes, son
De manera análoga, aunque Ia corriente principal de influencia ínterper- polimórficos, y ejercen influencia interpersonal en diversidad de esferas (a
sonal parece tener lugar desde Ias estratos sociales superiores hacia abajo, hay veces no relacionadas entre si aparentemente). Aunque 105 tipos resultaron
una corriente perceptible en Ia dirección contraria. Lo qué es necesario averi- identificables con facilidad en el estudio de Rovere, queda mucho por apren-
guar es el tipo de situación en que los individuos son primordialmente influi- der acerca de ellos. Sobre todo, es necesario establecer Ia dinámica de Ias
dos por otros deI mismo nivel de situación, y por los que están en un nivel tipos. lEn quê coneliciones sigue siendo monomórfico el influyente? ~Es éste
más alto o más bajo. Es necesario descubrir en particular Ias casos desviados un tipo estable, o es más bien una etapa del desarrollo de Ia influencia, de
cn que individuos situados en Ia parte elevada en alguna jerarquía de situa- suerte que el monom6rfico tiende a su debido tiempo a hacerse polimórfico
ción (poder, clase, prestigio) son influidos por otros de posición inferior. mediante Ia operaci6n de transferencia de prestigio de una esfera a otra (el
"efecto de halo")? Quizá Ia influencia monomórfica tiene lugar únicamente
Así, en un pufiado de casos, individuos de alta situación en Rovere dicen
en ciertas esferas que implican una alta especializaci6n de pericias y escaso
habcr sido influidos por personas consideradas en general como carentes de
reconocimiento público. En tales circunstancias, a un influyente rnonomór-
influencia considerable. En realidad, nuestros materiales de 10s casos sugieren
fico -un biofísico, por ejemplo- s610 se le pediría consejo en materias
Ia posibílídad de que Ias individuos dela eumbre, presumiblemente con una
tocantes a su esfera especial de competencia: "~Qué debe hacerse en relación
dosis mayor de confianza en sí mismos de seguridad en su situaci6n, es pIo- con una Fundación Nacional de Ciencías?", y su influencia puede ser tal, que
bable que se dirijan en busca de consejo ocasional a individuos deI fonelo Ia influencia monom6rfica no tarde en dejar el lugar aI ejercicio polimór-
de Ia jerarquia con mayor frecuencia que los individuos de situación media, fico de influencia interpersonal en diversos respectos: Ia "autorídad" puede
posiblemente menos seguros en su posici6n. Aunque estos casos son en gene-
ser generalizada y transferida.
ral tal vez poco numerosos, pueden arrojar mucha luz sobre e1 funcionamiento
Podemos pasar a inquirir el número relativo de esferas en que son efi-
de Ja influencia interpersonal. Como en el caso de Ia concentración de. in-
caces 10s influyentes locales y cosmopolitas. Se tiene Ia impresión de que, a
flucncía, hay aquí el peligro de que el investigador se limite a Ios hechos
juzgar por los materiales de Rovere, los locales y 10s cosmopolitas no s610
principales, perdiendo así de vista Ias tipos subsidiarios instructivos de 'in- ejercen influencia en diferentes esferas, sino también que 10 más probable
ílucncia.
es que 10s locales sean polimórficos y los cosmopolitas monomórficos. Indu-
Cuestiones de este orden, resultantes de nuestra investigación inicial, dablemente, Ia influencia de los locales, basada en gran parte en sus "conexio-
pncdcn multiplicarse fácilmente. Pero Ias registradas pueden bastar como nes" personales, se ramifica en muchas y diversas esferas; Ia influencia de los
prototipos. Es evidente que todas esas interrogaciones pueden formularse de cosmopolitas, procedente con Ia mayor frecuencia de ciertos tipos de pericia
1I11CVO para cada esfera distinta de influencia, ya que resulta perfectamente
aparente, tiende a ser más estrechamente restringida.
vcrosírnil que 10s tipos difieran según Ia esfera de actividad y de actitud en Así, tambíén, será instructivo saber si los mismos individuos ejercen in-
'l uc se ejerce Ia influencia. Aunque esto 10 suponemos nosotros sólo por fluencia monomórfica sobre unas personas y polimórfica sobre otras. Puede
uucslrn cuenta, el problema especial de esferas de influencia requiere un resultar, por ejemplo, que 10s influyentes que aconsejan a indivíduos de su
cx.nncn claro, aunque breve. l~ propio estrato social 10 hagan, de manera característica, en diversidad de
\
campos, mientras que son influyentes en un margen más reducido de decisiones
para secuaces de un estrato social más bajo. Sin embargo, no debe suponerse
111 Aqui, COmo para todas Ias demás cuestiones planteadas en esta sección, se entiende que los
llt'rho, observados diferirán para diferentes esferas de influencia. Esto, por 10 tanto, no necesita ser
que 10sindivíduos "son" monom6rficos o polimórficos, sino más bien que fun-
rrlwllllo de nucvo para cada grupo de cuestiones. EI problema general de esferas de influencia cionan como un tipo o el otro, de acuerdo con Ia estructura de Ia situación. *
Ifnl ln cvcmcnte examinado en Ia sección siguiente.
I ti r 11 iciaciones sustanciales de respuestas a preguntas como Ias formuladas arriba Ias ofrecen ~ S. N. Eisenstadt dice que esta distinción es "claramente perceptible" entre diferentes grupos
l<ílllz l' r .:Iz:lrsfc1d, op. cito de inmigrantes europeos en Israel. V éase su "Cornmunication processes among immigrants in Israel",
414 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 415

Todo esto destaca Ia necesidad de aclarar expresiones como "hornbres mente en términos compatibles con el concepto precedente como "10 que
influyentes" o "líderes de Ia opinión". Puede considerarse influyente a un iuduce un cambio en el estado del organismo diferente de 10 que es previsi-
individuo cuando tiene un séquito grande en una esfera de actividad, así como hle". Es un caso particular de causalidad, no coextensivo con ella, evidente-
otro puede ser considerado influyente porque tiene varios pequenos séquito> mente, Pero, como indica March, podemos identificar casos de conducta
cn diferentes esferas. Nuevas investigaciones sobre influencia interpersonal manifíesta que puedeti ser previstos a base de información sobre el estado
dcbeu tratar de identificar los influyentes monomórficos y polimórficos, locali- de Ia persona y que, sin embargo, puede haber sido indueida interpersonaI-
zarlos dentro de Ia estructura social local y establecer Ia dinâmica deI paso mente. (March prefiere ha blar del estado deI "organismo individual". Para
de un tipo aI otro. cl sociólogo, el organismo es en algunos respectos un concepto más comprcn-
Es necesaria una indicación final para futuros estudios sobre Ia estruc- sivo que el de persona, pues abarca atributos biológicos y otros 1)0 sociales,
tura de Ia influencia interpersonal en una comunidad. Esta investigación y en otros respectos, menos comprensivo, pues excluye típicamente la posi-
preliminar sugiere fuertemente (y esto 10 apoya e! estudio de Southtown) que ción y Ias relaciones sociales de la persona.) March hace Ia importante
los criterios formales, taIes como instrucción, ingreso, participación en orga- observación, a Ia luz ele este concepto, de que "aunque es posible con fre-
uizaciones voluntarias, número de referencias en los periódicos locales, y cosas cuencia establecer el hecho de que hubo influencia interpersonal, es peculiar-
~lllálogas,20 no proporcionan indicadores adecuados de los individuos que ejer- mente difícil establecer eI hecho de que no hubo tal influencia. En parte
ccn un grado importante de influencia interpersonal, Las entrevistas sisterná- por esta razón, hay que hacer una distinción entre Ia relación de influencia
Iicas suplemeutadas por Ia obscrvación directa, son absolutamente necesarias. entre dos acontecimientos (por ejemplo, "A vota sí", "B vota sí") y Ia rela-
nicho de otra manera, Ia localización dentro de diferentes jerarquías sociales ción entre dos indivíduos (por ejemplo, A, B)" (435).
de riqueza, poder y c1ase, no predeterminan Ia localización en una estructura Esos conceptos ofrecen a March una base para estimar el valor y Ias
local de influencia interpersonal. limitaciones de los métodos actuales de medir Ia influencia. Aunque no nece-
sitamos reexaminar esto de nuevo aquí, es importante tomar nota de Ia con-
clusíón general de March según Ia cual, hasta ahora, Ias medidas fueron
ADDENDUM: EL CONCEPTO PROVISIONAL DE INFLUENCIA INTERPERSONAL
ad hoc y no teóricamente derivadas y uniíormadas. Como él concluye, "es
Confinado al tema de Ia "influencia interpersonal", este estudio no trata de extraordinario -pero cierto-c-- que a pesar de que se usan un número impor-
l:t influencia social en general. La influencia interpersonal se refiere a Ia ín- tante de métodos claramente diferentes para medir Ia 'influencia', no está
t cracción directa de personas en Ia medida en que afecta a Ia conducta futura nada claro en qué circunstancias dan resultados comparables. Es posible, des-
() a Ias actitudes de Ios participantes (de suerte que una y otras difíeran de de luego, aunque rara vez útil, definir un concepto por una medición técnica
1o que serían si no hubiera habido interacción) .21 [que no procede de un conjunto de ideas sistemáticas sobre el concepto prin-
La importancia estratégica de! concepto de "influencia" en Ia ciencia cipal]; pero a falta del conocimiento de Ias intercorrelaciones implícitas, no
social se ha hecho última mente cada vez más evidente. Entre los numerosos puede definirse el mismo concepto por diversos procedimientos diferentes de
desarrollos recientes de este concepto, destaco sólo el análisis hecho por medida. Pero es éste el estado actual de Ia media de Ia influencia. Análoga-
J .uncs G. March.ê' que, siendo sólo un ensayo, como 10 reconoce el autor, mente, pocos intentos serios pueden encontrarse en Ia bibliografia para rela-
representa un claro paso hacia adelante. La influencia es definida sucesiva- cionar definiciones forrnales de Ia influencia ya con métodos de medida o
con el cuerpo principal de teoría de Ia ciencia social" (450-451).
('11 Pllhlic Opinion Quarterly, 1952, 16,42-58. Robert E. Agger rastreó los tipos de influencia ejer-
La observación es cierta, y, 10 que es igualmente importante, útil. Sirve
"ida por influyentes polímórfícos en materia de política escolar, gobierno local y bienestar de Ia
,·"'lIIlIlidad en una pequena poblacíón. "Power attributions in the local community: theoretical and para especificar nuestra ignorancia en esta materia de inventar medidas co-
rr-scnrch considerations", en Social Forces, 1956, 34, 322-331. nectadas con el concepto de influencia y, como atestigua Ia historia deI pen-
~o La influencia a través de los medios de comunicación para Ias rnasas no es Ia mismo, mani-
f icst.unentc, que Ia influencia interpersonal. Es sugestivo, por ejemplo, que ni en Rovere ni en la
samiento grande y pequeno, Ia ignorancia especiiicada es muchas veces el
SOIlIhrown de Frank Stewart fuese incluido el director dei periódico local entre los que ejercen una primer paso para remplazar Ia ignorancia por conocimiento.
iuf lucucia interpersonal apreciable. Problemas de influencia interpersonal fueron elegidos por los sociólogos
~1 Esto está tomado de Ia formulación de Herbert Goldhamer y Edward A. Shils eu "Types
uf l'0wcr anel status", American 'oumal of Sociology, 1939,45, 171-182. Las razones para modifi-
para dedicarles atención sistemática con menos frecuencia que para rozarlos
'ar SII fonuulación se irán viendo cada vez más claras. Mi insistencia en Ia conducta o Ia actitud en estudios de estratificación social. Las razones de esto son bastante claras.
/1I/lIla" puedc comprenderse fácilmente. Si Ia "influencia" se refiriese a todas y cada una de Ias La influencia interpersonal implica una relaci6n social asimétrica: hay eI
",,)(liIirnciones de Ia conducta seria virtualmente idéntica a "interacción social", ya que toda inter-
"' ,II'," 1 iene un efecto, aunque sea ligero, sobre Ia conducta en Ia situación inmediata. No se obra • influyente y el influído, respecto de cualquier conducta o actitud dadas. Tal11-
•.•1I('(:lIII('"lc Ia mismo en presencia de otros que en Ia soledad.
:.12 "An introduction to the theory and measurement of ínfluence", por James G. Mareh, cn of political power", en [outnzl of Politics, 1953, 15, 500-516. Véase también "The influence
Tllr Amcrican Political Scíence Review, 1955, 49, 431-451. Mareh utiliza de rnanera importante. proeess in the presence of extremedeviates", por L. Festinger, H. B. Gerard, B. Hyrnovítch, H. H.
d trubujo de Sll colega Herbert A. Simon, por ejemplo, "Notes on the observation and rneasurerncnt Kelley y B, Raven,en Human Relations, 1952, 5, 327-346.
416 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
INFLUYENTES LOCALES Y COSMOPOLITAS 417
bién se da con frecuencia, naturalmente, Ia influencia recíproca. Pero aun
en tales casos, el grado de influencia en Ias dos direcciones rara vez es igual J()Sconceptos van acompafiadas de gran número de problemas. Sugiere, ade-
y rara vez se ejerce sobre Ia misma conducta. Este carácter asimétrico de Ia que Ias poblaeiones pueden estar socialmente estratificadas en jerarquias
III:'IS,

influencia interpersonal es 10 que explica que parezca estrechamente relacio- diferentes. Esas diferentes jerarquias de estratificación se relacionan entre
sÍ eu ciertas formas no muy claramente comprendidas. Pero no podemos
nada con estudios de estratificación social en general. Pues por mucho que
difieran los diversos análisis de Ia estratifícación, coinciden, naturalmente, en suponer que son idênticas. Aquí el problema sociológico estriba manifiesta-
que Ia estratificación implica posiciones sociales asimétricas (es decir, jerar- mente en explorar Ias interrelaciones entre Ias diferentes jerarquías, y no obs-
<] uías). (Si Ias posiciones fuesen completamente simétricas, si todas fuesen curecer eI problema suponiendo que pueden mezclarse en un sistema eom-
puesto de jerarquias.s-
de hecho iguales en jerarquía, el concepto de estratificación sería superfluo.) 23
Debido a que se le trata en estudios generales sobre estratificación y a Por 10 tanto, en el presente estudio suponemos que Ia posición en una
que no es el foco inmediato de investigación, el concepto de influencia inter-
estruciura local de influencia interpetsonal puede telacionarse con Ia posición
personaI se ha mezclado confusamente con conceptos relacionados con él. eiras [eratquias, pero no es idéniica a ella. Esta suposición tiene base
(;'11

Por 10 tanto, para aclarar nuestro concepto provisional de influencia inter- cmpírica y eoneeptual. EI apoyo empírico 10 da un estudio sobre conducta
personal, es necesario situarIo dentro de Ia urdimbre de Ios análisis de estra- política 25 según eI cual "Ios líderes de Ia opinión no son idênticos aIos indi-
tificación. viduos socialmente prominentes en Ia comunidad, ni aIos individuos más
Numerosos estudios recientes sobre estratificación han dado origen a un ricos, ni a los líderes cívicos". Con una breve exploración de los tipos de
vasto conjunto de conceptos y vocablos relacionados entre sí. Entre ellos en- relaciones entre diferentes sistemas de estratificación, encontraremos nuevas
contramos bases para esta suposición.
Aunque pueden ser diversamente correlativos, Ia influencia interperso-
palabtas para Ia posición social genérica: situación jerarquia, sitio, situación socio- nal, Ia clase social, el prestigio y el poder no coinciden. Ordenados por Ia
econômica, lugar, estrato, rango, categoria, cuantía y Ia fuente deI ingreso y Ia riqueza acumulada, algunos individuos
I>alabraspara la posición social específica: c1ase alta, media y baja, advenedizo, de "Ia clase media alta" quizás ejercen una influencia menos directa sobre
arríbísta, declassé, aristocracia, etcétera; las decisiones de unos pocos conocidos que Ia que algunos individuos de "Ia
I,alabras para esiiucturas de estratificación: sistema de clases abíertas, Stiinde- clase baja" ejercen sobre sus muchos conocidos. Los individuos de situación
system, casta, jerarquia de prestigio, jerarquía econômica, política, social, etc.; elevada en cierto tipo de jerarquía de prestigio -basada, digamos, en crite-
palabras para atributos de posición (fuentes, símbolos, criterios, determinantes):
rios genealógicos- pueden tener poca influencia interpersonaI sobre todos
riqueza, poder, prestigio, logro, atribución, estilo de vida, posición honoraria,
autoridad; etcétera, , aquellos a quienes no interesan sus particulares esferas de actividad y opi-
palabra: referentes aI funcionamiento de Ia posición: ejercicio de poder, control, nión (por ejemplo, artes, moda, "buen gusto"). Ni aun los conceptos estre-
influencia, exclusíón, dominio, subordinación, discriminación, coacción, ma- chamente relacionados de poder e influencia interpersonal son idênticos. In-
nipulación, etcétera.
24 EI locus c1assicus para esta formulación es el análisis que Max \V'eber hace de clase, situa.
ci6n y poder, del que se dispone ahora en traducción inglesa en Hans H. Certh y C. Wright MiIls:
EI conjunto seIeccionado de palabras sugiere que Ias terminoIogías quizás se From Max Weber: Essays in Sociology (Nueva York, Oxford University Press, 1946), 18055., Y en
una traducción de A. R. Henderson y Talcott Parsons: The Theory of Social and Economic Organi-
multiplicaron más de 10 estrictamente necesario y que Ias interreIaciones de zation (Londres, Wm. Hodge, 1947), 390·395. Más recientemente 10s estudios trabajaron cn
cierta medida sobre Ia base sentada por Weber. Entre Ias numerosas exposiciones, véanse "A revised
23 Cornpárese Ia observaci6n de March sobre una analogía entre relación causal y relaciones analytical approach to the theory of social stratification", en Class, Status and Power: A Reader in
dc influencia más estrictamente concebidas. "Ambas relaciones son asimétricas. Es decir, el enun- Social Stratification, ed. por Reinhard Bendix y S. M. Lipset (Clencoe, lllinois, The Free Press,
ciado de que A es Ia causa de B excJuye Ia posibilidad de que B sea Ia causa de A. De manera 1953),92-128; "A conceptual analysis of stratification", por Kingsley Davis, en American Sociolo-
análoga, el enunciado de que A infIuye en B excluye Ia posibiJidad de que B infIuya en A. Tam- gical Review, 1942, 7, 309-321; "Status, status types and status interrelations", por Emíle Benoít-
bíén aquí, gran parte de Ia confusión en 10s estudios teóricos sobre influencia procede de no distín- Smullyan, en American Sociological Review, 1944, 9, 151-161; Y Estratificación social, por Bernard
gllir Ia relación de influencia entre acontecimientos (por ejemplo, subconjuntos de actividades de Barber (México, F. de C. E., 1964).
indivíduos} y Ia relaci6n de influencia entre individuos (por ejemplo, 10s conjuntos completos Para intentos empíricos de aclarar 10s problemas, véanse The Social Life oi a Modern Com.
de actividades de individuos). EI hecho de que parezca posible hablar de asimetrías entre aconteci- munity, por W. L. Warner y P. S. Lunt (New Haven, Yale University Press, 1941); Prestige
mícutos, pero que no sea posible con Ia misma frecuencia hablar de asimetrlas de influencia entre Classes in a New York Rural Community, por Harold F. Kaufman (Estación Agrícola Experimental
indivíduos (por ejemplo, Ia particípación en Ia influencia puede presentarse con frecuencia en forma de Ia Universidad de Cornell, Memoria 260, rnarzo de 1944), Y Defining Prestige in a Rural Com.
de cspccialización de Ia influencia según Ia "zona") sugiere que el modelo apropíado para Ia des- munity, del mísmo autor, Monografias Socíométricas, N\> 10 (Beacon, N. Y., Beacon House, 1946);
cripción de una relación de influencia entre dos individuos es un modelo en que Ias actividades "Selected characteristics of classes in a míddle western comrnunity", por A. B. Hollingshead, en
n-lucionndas de influencia de 10s individuos se dividen en conjuntos mutuamente excluyentes, de tal • American Sociological Review, 1947, 12, 385-395; "The middle classes, in middle-sized citíes", por
suertc que dentro de cada conjunto subsiste Ia asimetría entre 10s agentes individuales de Ias activí- C. Wright MilIs, en American Sociological Review, 1946, lI, 520-529.
dudcs". Ibid., 436, y Ias "notas" de Símon anteriormente citadas. La mayor acumulaci6n de datos relativos a este problema se encuentra en e1 volumen de
Corre1ativamente, Ias asimetrías proporcionan una base para diferenciar infIuyentes que ejercen- Warner-Lunt, pero el análisis sufre por Ia ausencia deI tipo de distinciones conceptuales que da
en muchas esferas de conducta y opinión y 10s que Ia ejercen en una sola esfera o en pocas. Weber.
25 The Peoples Choice, por Lazarsfeld, Berelson y Caudet, 50 y capítulo XVI.
418 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

dividuos con poder para afectar a Ias posibilidades de vida de un grupo


grande pueden ejercer poca influencia interpersonal en otras esferas. El poder
de negarIe trabajo a Ia gente puede no tener por resultado el influir sobre su XI. LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A 51 MISMA
conducta política, asociativa o religiosa.
Así, también, respecto de Ias otras interrelaciones. Individuos que ocu-
pau una elevada posición en una jerarquía de prestigio pueden no tener po- I<N UNA serie de trabajos rara vez consultados fuera de Ia hermandad acadé-
der para imponer decisiones a otros en muchos tipos de situaciones especifí- nuca, W. 1. Thomas, decano de los sociólogos norteamericanos, formula un
cadas. (El poder de excluir a ciertos individuos de ]a pertenencia a un club t eorema básico para Ias ciencias sociales: "Si 10s indivíduos definen Ias situa-
"exclusivo" debe diferenciarse del poder de excluirIas de ganarse la vida en riones corno reales, son reales en sus consecuencias." Si e] teorema de Tho-
su ocupación presente.) Los individuos con situación elevada en una [erar- mas y 5US implicaciones fueran más conocidos, serían más los individuos que
quia de poder pueden tener poco prestigio (el cacique político y el raquetero conocerian mejor el funcionamiento de nuestra sociedad. Aunque carece de
(011 éxito no son sino Ias casos más estereotipados) . Ia generalidad y Ia precisión de un teorema newtoniano, posee eI mismo don
En suma, las posíciones en Ias ierarquias de clase, poder y prestígio con- de pertínencia, y es aplicable instructivamente a muchos, si es que no a la
tribuveri al potencial de influencia interpersonal, pero no determinan Ia ex- lllayor parte, de los procesos sociales.
tcnsion en que la influencia se ejerce realmente.
Los mismo que varían Ias bases de Ia influencia interpersonal, varían tam- EL TEOREMA DE TnoMAS
bién sus formas. La influencia puede, pues, tomar formas Como:

coerciôn (fuerza, vialencia); "Si los indivíduos definen Ias situaciones como reales, son reaIes en sus con-
dominio (mando, sin amenaza de fuerza); secuencias", escribió el profesor Thomas. La sospecha de que estaba llegando
nuinipulacion (cuando los objetivos de! infIuyente no son explícitos) ;26 a un punto crítico se hace muy insistente cuando advertimos que eI mismo
cft/ríficacíón (en que Ia presentación de diferentes Iíneas de acción afecta a Ia leorema en esencia había sido formulado por mentalidades disciplinadas y
conducta subsiguiente); observadoras mucho antes que Thomas.
prototipos para la imitacuin. (en que Ia persona que ejerce influencia no sabe que Cuando vemos mentalidades, por 10 demás discrepantes, como el obispo
Ia interacción dia por resultado Ia modificación de Ia conducta o actitud Bossuet en su apasionada defensa, en el siglo XVII, de Ia ortodoxia católica,
subsiguiente de Ias otros);
cl irónico Mandeville en su alegoría deI síglo XVIII acribillada de observacío-
couseio (consistente en opiniones y recomendaciones, pero no en órdenes); y
cambio (en e! que cada persona modifica francamente Ia situacíón para inducir nes sobre Ias paradojas de Ia sociedad humana, eI genio irascible de Marx
a otros a seguir determinadas formas de conducta). en su revisión de Ia teoría de Hegel sobre el devenir histórico, el fecundo
F'reud en obras que quizás llegaron más lejos que níngunas otras de su tiempo
En Ia presente investigación nos interesamos primordialmente por Ia in- cn Ia modificación de Ia perspectiva del hombre sobre el hambre, y el eru-
fluencia en Ia forma de clarificación, consejo y prototipo para la imitación. dito, dogmático y de vez en cuando sólido profesor de Yale William Graham
No nos interesa aquí el ejercicio directo de poder a través del mercado, Ia Sumner, que pervive como el Carlos Marx de Ias clases medias; cuando vemos
política y atra conducta administrativa, con sus efectos sobre gran número a esta heterogénea compaüía (y yo Ia e1egí de una lista más larga, si menos
de individuos. Es Ia gente que aparece como poseedora de una cantidad distinguida) de acuerdo sobre Ia verdad y Ia pertinencía de 10 que es en esen-
aprcciable de influencia ínterpersonal, manifestada directamente en sus rela- tia el teorema de Thomas, podemos concluir que quizás merece también
ciones con otros, Ia que es objeto de investígación. nuestra atención.
~Hacia dónde, pues, dirigen nuestra atención Thomas y Bossuet, Man-
c1eville, Marx, Freud y Sumner?
La primera parte deI teorema es un inces ante recorda to rio de que 10s
hombres responden no sólo a 10s rasgos objetivos de una situación, sino tam-
bién, y a veces primordialmente, aI sentido que Ia situación tiene para ellos.
Y así que han atribuido algún sentido a Ia situación, su conducta consi-
guiente, y algunas de Ias consecuencias de esa conducta, son determinadas
por el sentido atribuído. Pero esto es todavía bastante abstracto, y Ias abs-
~II Cf. Coldhamer y Shils, op. cit., 171-172. Como estos autores se limitan a un estudio de]
flOdcr, sólo tratan de fuerza, dominio y manipulación. Véase también K. Davis, op. cit., que afiade tracciones hallan modo de hacerse ininteligibles si de vez en cuando no se
ri "(';1111 hio" a Ias formas de influencia.
enlazan con datos concretos. lCuál es un caso que venga a cnento?
419
LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A SI MISMA 0121
420 J':STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
\CCllcl1cia, afectan a.Ios acontecimientos posteriores. Esto es peculiar aIos
UNA PARÁBOLA SOCIOLÓGICA Iln;()eios humanos. No se encuentra en eI mundo de Ia naturaleza, ni tocado
por manos humanas. Las predicciones del regreso del cometa de Halley no
Corre el afio 1932. EI Last National Bank es una institución floreciente. iufluycn en su órbita. Pero el rumor de insoIvencia del banco de Millingville
I Jna gran parte de sus recursos es líquida, sin estar "aguada". Cartwright Mil- .ucctó al resultado real. La profecia de Ia quíebra llevó a su cumplimiento.
língvi1le tiene mucha razón en sentirse orgulloso de Ia institución bancaria Tan común es el tipo de Ia profecía que se eumple a sí mismo, que cada
que preside. Hasta el Miércoles Negro. AI entrar en su banco advierte que 11110 de nosotros tiene su espécimen favorito. Piénsese en el caso de Ia neu-
cl negocio está más activo que de costumbre. Un poco extrafío es aqueI1o, rosis de exámenes, Convencido de que está destinado a fracasar, eI angus-
ya que aIos hombres de Ia A.M.O.K., planta siderúrgica, y a los de Ia t indo estudiante dedica más tiempo a larnentarse que a estudiar, y después
K.O.M.A., fábrica de co1chones, no suele pagársele hasta eI sábado. Pero hace un mal examen. La ansíedad inicialmente falaz se convierte en un mie-
están alIí dos docenas de hombres, evidentemente de Ias fábricas, formando do por completo justificado. O se cree que es inevitable Ia guerra entre dos
cola delante de Ias ventanil1as de 10s pagadores. AI entrar en su oficina pri- naciones. Movidos por este convencimiento, Ias representantes de Ias dos na-
vada, el presidente piensa un tanto compasivamente: "Esperemos que no ha- ciOl1CSse extrafian cada vez más entre sí, contrarrestando cada movimiento
van sido despedidos a mediados de semana. A estas horas debían estar en el "ofensivo" deI otro con un movimiento "defensivo" propio. Los montones
IalieI." de armamentos, de matérias primas y de hombres armados son cada vez
Pero especulaciones de este género no han hecho nunca prosperar a un lnayores, y al fin, el haber previsto Ia guerra contribuye a hacerla real.
lxmco, y Mil1ingville se dedica al montón de documentos que hay sobre su La profecía que se cumple a sí misma es, en el origen, una definición
cscritorio. Cuando ha puesto su firma exacta sobre menos de una veintena falsa de Ia situación que suscita una conducta nueva, Ia cual convierte en
ele papeles, 10 inquieta Ia ausencia de algo familiar y Ia intrusión de. algo ex- verdadero eI concepto originariamente falso. La especiosa validez de Ia pro-
trafio. EI apagado y discreto zumbido de Ia actividad de un banco ha cedido fecía que se cumple a sí misma perpetúa el reinado deI error, pues el profeta
cl lugar a Ia molesta estridencia de muchas voces. Ha sido definida como citará el curso real de Ios acontecimientos como prueba de que tenía razón
real una situación, y aquello es el comienzo deI que acabá como Miércoles desde el principio. (Pero nosotros sabemos que el banco de Millingville era
Ncgro, el último miércoles, según podía advertirse, del Last National Bank. sol vente, que habría sobrevivido muchos afíos si el falso rumor no hubiera
Cartwright no había oído hablar nunca deI teorema de Thomas, pero creado Ias condiciones de su propio cumplimiento.) Tales son Ias perversi-
110 encontraba dificultad en reconocer su acción. Sabía que, a pesar de Ia dades de Ia lógica social.
liquidez relativa de Ias partidas deI banco, un rumor de insolvencia, una vez Es Ia profecía que se cumple a sí misma Ia que explica en gran parte Ia
r-rcido por un número suficiente de depositantes, daria por resultado Ia insol- dinámica deI conflicto racial y étnico en los Estados Unidos de hoy. Que es
vencia deI banco. Y aI terminar eI Miércoles Negro -y el aún Más Negro éste eI caso, por 10 menos para Ias relaciones entre negros y blancos, puede
[ncves=-, en que largas filas de inquietos depositantes, cada uno de 10s cuales deducirse de Ias mil quinientas páginas de An American Dilemma de Cun-
! rutaba frenética mente de salvar 10 suyo, se prolongaron en filas aún mayores nar Myrdal. Que Ia profecía que se cumpIe a sí misma puede tener una
de dcpositantes aún más inquietos, resultó cierta Ia insolvencia. acción aún más general sobre Ias relaciones entre grupos étnicos de 10 que
La estructura financiera estable del banco había dependido de una serie indica Myrdal, es Ia tesis del estudio, mucho más breve, que sigue.'
de definiciones de Ia situación: Ia creencia en Ia validez del sistema engra-
nado de esperanzas econômicas de que viven los hornbres. Una vez que 10s
CREENCIAS SOCIALES Y REALIDAD SOCIAL
dcpositantes definieron Ia situación de otra manera, una vez que dudaron de
I:i posibilidad de que se cumpliesen sus esperanzas, Ias consecuencias de esta Como resultado de no poder comprender el funcionamiento de Ia profecía
ckfinición irreal fueron bastante reales. que se cumple, a si misma, muchos norteamericanos de buena voluntad (de
r::ste es un caso tipo familiar, y no se necesita el teorema de 1110mas mala gana en ocasiones) conservan persistentes prejuicios étnicos y raciales.
p:ll:1 comprender cómo ocurrió; no, por 10 menos si uno es bastante viejo para Sienten esas creencias no como prejuicios, como preconcepciones, sino como
11:lIwr votado por Franklin Roosevelt en 1932. Pero con ayuda deI teo- productos irresistibIes de su propia observación. "Los hechos deI caso" no
11"111:1, Ia trágica historia del banco de Millingville quizás puede convertirse les permiten otra conclusión.
('11 una parábola sociológica que puede ayudarnos a comprender no sólo 10
1 Lo opuesto a Ia profecia que se cumple a si misma es Ia "profecia suicida", que modifica
<j IIC lcs ocurrió a centenares de bancos en los 'treintas', sino también 10 que tanto Ia conducta humana en relación con 10 que habría sido si Ia profecía no se hubiera hecho,
lrx orurrc a Ias relaciones entre negros y blancos, entre protestantes, católicos que no consigue tcnerapoyo. La profecia se destruye a si misma. No se estudia aqui este impor-
y jndfos cn estos días. tante tipo. Para ejcmplos de ambos tipos de profecia social, véase The More Perfcct Union, pOI
R. M. Maclver (Nueva York, Macmillan, 1948); para una exposición general véase "The unanti-
l.n parábola nos dice que Ias definiciones públicas de una sítuación (pro- cípated consequences of purposive social action", de Merton, op. cito
fedas li prcdicciones) llegan a ser parte integrante de Ia situación y, en con-
422 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A SI MISMA 423
Así, nuestro ciudadano blanco de espíritu justiciero apoya decididamente este país sufrirían de desempleo y no de exceso de trabajo. Y una "campa na
una política de exclusión de los negros de su sindicato obrero. Sus opiniones cducativa" constante no destruirá el prejuicio y Ia discriminación raciales.
se basan, por supuesto, no sobre el prejuicio, sino sobre frios y duros hechos. No es ésta una posición particularmente popular. Apelar a Ia educación
Y Ios hechos parecen bastante claros. Los negros, "hasta hace poco del Sur como un curalotodo para los más diversos problemas sociales, está honda-
no industrializado, no están disciplinados en Ias tradiciones del sindicalis- mente arraigados en Ias costumbres de los Estados Unidos. Pero no deja de
IIU) ui en el arte de Ia negociación colectiva". El negro es rompe-huelgas, EI ser ilusorio, a pesar de todo. lPues cómo se realizaría el programa de edu-
lIl'gro, con su "bajo nivel de vida", se apresura a aceptar trabajo por salarios cación racial? zQuién va a impartir Ia ensefíanza? ZLos maestros de nuestras
iufcr iores a los corrientes. EI negro es, en suma, "un traidor a Ia clase traba- comunidades? Pero, hasta cierto punto, como otros muchos norteamericanos,
j:l(fora" e indudablemente debe ser excluído de Ias organizaciones sindicales. los maestros comparten los mismos prejuicios que se les pide que combatan.
'l'a lcs son Ios hechos deI caso según los ve nuestro afiliado al sindicato, tole- Y cuando no los comparten, lse les va a pedir que sirvan de mártires cons-
r.mte pero de cabeza dura, inocente de toda comprensión de Ia profecía que cientes en Ia causa de un utopismo educativo? zCuánto duraría en su escuela
se cumple a sí misma como proceso básico de Ia sociedad. elemental el maestro de Alabama, Mississippi o Georgia que intentase desen-
Nuestro sindicalista no ve, naturalmente, que él y sus compaüeros pro- ganar escrupulosamente a sus jóvenes alumnos de Ias creencias raciales que
dujcron los mismos "hechos" que observa. Pues aI definir Ia situación en eI adquírieron en el hogar? La educación puede servir de ayuda operativa pero
sentido de que a los negros se Ies considera incorregiblemente contrarios a no de base principal para un cambio extremadamente lento de Ias normas
los princípios del sindicalismo y al excluirlos de los sindicatos, provocó una que prevalecen en Ias relaciones raciales.
scric de consecuencias que en verdad hacen difícil, si no imposible, para mu- Para comprender mejor por qué no puede contarse con Ias carnpafias
«hos negros evitar el papel de esquirol. Sin trabajo después de Ia primera educatívas para eliminar Ias hostilidades étnicas que prevalecen, debemos exa-
Cucrra Mundial y excluidos de los sindicatos, miles de negros no pudieron minar el funcionamiento de intra-grupos y extra-grupos en nuestra sociedad.
O]lOller resistencia a patronos rompe-huelgas que tenían una puerta incitan- Los extra-grupos étnicos, para adoptar el poquito de útil jerga sociológica
temente abierta a un mundo de trabajo del cual estaban excluidos de otra de Sumner, están formados por todos los que creemos que difieren de ma-
manera. nera importante de "nosotros" en cuanto a nacionalidad, raza o religión. Lo
La historia crea su propia prueba de Ia teoria de Ias profecías que se contrario deI extra-grupo étnico es, naturalmente, el intra-grupo étnico, cons-
cumplen a sí mismas. Que los negros eran rompe-huelgas porque estaban tituído por todos los que "pertenecen" al nuestro. No hay nada fijo ni eter-
excluídos de los sindicatos (y de un amplio campo de trabajos) y no que no en Ias líneas que separan el intra-grupo de Ios extra-grupos. AI cambiar
cr.m excluídos porque eran rompe-huelgas, puede verse por Ia virtual desapa- Ias situaciones, cambian Ias líneas de separación. Para gran número de norte-
rición de los negros como esquiroles en industrias en que consiguieron ser americanos blancos, Joe Louis es miembro de un extra-grupo, cuando Ia
admitidos en los sindicatos en Ias últimas décadas. situación se define desde el punto de vista racial. En otra ocasión, cuando
La aplicación del teorema de Thomas sugiere también cómo puede rom- Louis venció al nazificado Schmeling, muchos de esos mismos norteameri-
pcrse el trágico, y con frecuencia vicioso, círculo de Ias profecías que se cum- canos blancos 10 aclamaron como miembro del intra-grupo (nacional). La
plcn a sí mismas. La definición inicial que puso el círculo en marcha debe lealtad nacional tuvo precedencia sobre el separatismo racial. Los cambias
ser abandonada. Sólo cuando se pone en duda el supuesto originario y se bruscos en Ias fronteras del grupo a veces resultan embarazosos. Así, cuando
lormula una nueva definición de Ia situación, da el mentís al supuesto Ia co- negros norteamericanos ganaron Ia palma en los juegos olímpicos de Berlín,
rricnte ulterior de acontecimientos. Sólo entonces Ia creencia deja de engen- los nazis, sefialando Ia ciudadanía de segunda c1ase atribuida a los negros en
drar ~ Ia realidad. diversas regiones de este país, negaron que los Estados Unidos hubieran
Pero discutir Ias definiciones hondamente arraigadas de Ia situación no ganado realmente Ias juegos, ya que los atletas negros no eran, en nuestra
("; 1111 sim pIe acto de voluntad. La voluntad, o para el caso Ia buena volun- propia opinión, norteamericanos "completos". ZY qué podían decir de eso
Bilbo o Rankin?
1:1<1, 110 puede abrirse y cerrarse como una espita. La inteligencia y Ia buena
voluntad socíales son producios de diferentes fuerzas sociales. No toman Bajo Ia benévola guía del intra-grupo dominante, los extra-grupos étnicos
están sometidos constantemente a un vivo proceso de prejuicios que, me
cxislcncia por Ia propaganda y Ia ensefianza de masas, en el sentido usual de
parece, vicia en forma notoria Ia educacíón y Ia propaganda de masas para
('sias palabras tan caras a los panaceístas sociológicos. En Ia esfera social, no
Ia tolerancia étnica. Ese es el proceso por el cual "Ias virtudes del intra-grupo
111:\\ (IIIC en Ia esfera psicológica, Ias ideas falsas no se desvanecen en silencio
se convierten en vi cios deI extra-grupo", digamos parafraseando Ia observa-
('11:111<10 se Ias confronta con Ia verdad. Nadie espera que un paranoico aban-
ción deI sociólogo Donald Y oung. 0, más familiar y quizás más instructiva-
douc ~\IS deformaciones mentales y sus ilusiones, tan difícilmente adquiridas,
mente, puede llamarse el proceso de "condenado si 10 haces y condenado si
:11 ser informado de que carecen en absoluto de fundamento. Si Ias enferrne- no 10 haces" en Ias relaciones étnicas y raciales.
dndcs psíquicas pudieran curarse sólo sembrando Ia verdad, los psiquiatras de
471 "STLJDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A SI MISMA 425

VIRTUDES DEL INTRA-GRUPO Y VICIOS DEL EXTRA-GRUPO


alia de obreros no especializa dos y una proporción "indebidamente" baja de
hombres de negocios y de profesionales, que son manirrotos, y así todo a 10
Para deseubrir que los extra-grupos étnicos son condenados si adoptan los Ia rgo del catálogo de virtudes y pecados de Ia clase media, no es difícil com-
valores de Ia socicdad protestante blanca y son condenados si no 10 hacen, prender Ia acusación de que el negro es "inferior" aI blanco.
.Icbemos fijamos primero en uno de Ios héroes de Ia cultura de intra-grupo, Sensibilizados aI funcionamiento de Ia profecía que se cumple a si misma,
examinar Ias cualidades de que 10 dotan los biógrafos y Ia creencia popular, dcbiéramos estar preparados para ver que Ias acusaciones antinegras que no
y destilar así Ias cualidades mentales, de acción y de carácter que en general xon manifiestamente falsas son sólo especiosamente ciertas. Los alegatos son
se consideran absolutamente admirables. cicrtos en el sentido pickwickiano de que hemos visto que en general Ias pro-
No se necesitan encuestas periódicas de Ia opinión pública para justi- fedas que se cumplen a sí mismas son verdaderas. Así, si el intra-grupo pre-
ficar Ia selección de Abe Lincoln como el héroe de Ia cultura que más ple- dominante cree que Ios negros son inferiores y procura que los fondos para
lI:I1J1Cnte encarna Ias virtudes cardinales norteamericanas. Como dicen los cducación no "se malgasten en los incapaces", y después proclama como
lyud en Míddletown, Ias gentes de aquella pequena ciudad típica sólo admí- prueba definitiva de esa inferioridad que Ios negros "sólo" tienen proporcio-
leu a Jorge Washington al lado de Lincoln como los más grandes norte- nalmente una quinta parte de graduados de colegio universitario de Ios que
.uucricanos. A éste Ia rec1aman como suyo casi tantos republicanos bien ticnen Ios blancos, difícilmente puede sorprenderse uno de este transparente
.nomodados como demócratas menos acomodados," jucgo de prestidigitación social. Después de haber visto el conejo cuidadosa-
Hasta el inevitable nifio de escuela sabe que Lincoln era frugal, trabaja- mente, aunque no demasiado hábilrnente, colocado en el sombrero, no pode-
dor, ansioso de conocimientos, ambicioso, devoto de los derechos del hombre mos menos de mirar con desdén el aire triunfal con que finalmente se
«orricnte, y que logró un gran éxito en subir Ia escala de Ia oportunidad desde le muestra. (En reaIidad, es un tanto embarazoso observar que pasaron una
Ia infuna situación de Iabrador hasta Ias respetables alturas de comerciante mayor proporción de graduados de escuela superior negros que blancos al
\' .ibogado. (No necesitamos seguir hasta más arriba esta vertiginosa as- coIegio universitario; manifiestamente, los negros que son bastante tenaces
('(·lIsión. ) para escalar Ias altas murallas de Ia discriminación representan un grupo aún
más selecto que Ia pobIación bIanca que pasó por Ia escuela superior.)
Si uno no sabe que estos atributos y logros cuentan mucho entre los
valores de Ia clase media norteamericana, no tardaría en descubrirlo Ianzando Así, también, cuando eI caballero de Mississippi (Estado que gasta cinco
\111:1 mirada a Ia exposición que hacen 10s Lynd de "El espíritu de Middle- veces más en el alumno blanco corricnte que en el aIumno negro corriente)
IOWII". Porque allí encontramos Ia imagen del Gran Emancipador plena- proclama Ia inferioridad esencial de Ios negros sefíalando Ia proporción por
mente reflejada en 10s valores en que cree Middletown. Y como éstos son habitante de médicos entre Ios negros como inferior a Ia cuarta parte de Ia de
SI1Svalores, no es sorprendente ver que Ias Middletowns de 10s Estados Uni- Ios blancos, nos impresiona más su embrollada lógica que sus profundos
dos condenan y desprecian aIos individuos y Ios grupos que puede presumirse prejuicios. Tan manifiesto es en estos ejemplos el funcionamiento de la
II() posccn esas virtudes. Si Ie parece aI intra-grupo blanco que los negros no profecía que se cumple a sí misma, que sólo los entregados por siempre a
CS';'IJItan educados como ellos, que tienen una proporción "indebidamente' Ia victoria del sentimiento sobre Ia realidad pueden tomar en serio esas espe-
ciosas pruebas. Pero Ia prueba falsa crea con frecuencia una creencia ver-
!l Sobre Lincoln como héroe de Ia cultura véase "Getting Rigth with Líncoln", penetrante dadera. La autohipnosis mediante Ia propaganda que uno mismo hace no
,,"sayo ele David Donald, en Lincoln Reconsidered (Nueva York, Alfred A. Knopf, 1956), 3-18.
es un aspecto infrecuente de Ia profecía que se cumple a sí misrna.
Auuquc Lincoln, naturalmente, sigue siendo el jefe nominal simbólico de los republicanos,
nlo puedc ser exactamente otra paradoja de Ia historia de Ia misma c1ase que Ia que Lincoln advir- Basta ya de extra-grupos condenados si no presentan (aparentemente) Ias
Ii6 "11 su tiempo respecto de ] efferson y los demócratas. virtudes deI intra-grupo. lPero y Ia segunda fase de ese proceso? lPuede
"Recordando, tambíén, que el partido de ]efferson se formó sobre su supuesta devoción superior
I'0r lus dcrcchos de propiedad, y suponíendo que los demócratas de hoy son eI partido de ] efferson decirse en serio que los extra-grupos también son condenados si poseen esas
Y SIISa.lvcrsarios el partido antí-jeffersoniano, será tambíén interesante observar cuán completamente virtudes? Puede decirse.
t""lIbiaroll de dueüo en cuanto al principio sobre el cual se suponía que estaban divididos aI prin- Mediante un perfecto prejuicio bisimétrico, los extra-grupos étnicos y
''1"0, l.os democratas de hoy sostienen que Ia libertad de un hombre no es absolutamente nada,
'":111110mira en conflicto con el derecho de propíedad de otro hornbre; los republicanos, por el raciales son condenados hagan 10 que hagan. La condenación sistemática deI
. uut uu ir», ('stán a Ia vez por el hombre y por el dólar, pero en caso de conflicto el hombre es antes miembro del extra-grupo persiste en gran parte independientemente de lo
'1111'rI dólar.
"1('('II('r(]o haberme divertido mucho en una ocasi6n viendo a dos individuos parcialmente
que haga. Más aún: mediante el ejercicio extravagante de una caprichosa
•.•,,111i"I'""los entregados a una lucha con sus gabanes, lucha que, tras larga e innocua contienda, ter- lógica judicial, es Ia víctima Ia castigada por eI delito. No obstante Ias apa-
1111"<" 'l"il:i"dosc cada uno su propio gabán y poniéndose el deI otro. Si los dos partidos principa1es riencias superficiales, el prejuicio y Ia discriminación destinados aI extra-grupo
<111 I",y ',011I('allllente idênticos a los dos de los dias de ]efferson y Adams, han realizado Ia misma
lIIllilOU'1"(, I", dos borrachos." no son resultado de 10 que hace el extra-grupo sino que están profundamente
Ah"Ilr:11IIJ.incoln en una carta a H. L. Pierce y otros, 6 de abril de 1859, en Complete Works enraizados en Ia estructura de nuestra sociedad y en Ia psicología social de
,,/\1,,"1"'''1 l.illco1n, editadas por John G. Nicolay y John Hay (Nueva York, 1894), V, 125.26. sus miembros.
42fí I';STUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
LA PROFECiA QUE SE CUMPLE A sr MISMA 427
Para com prender c6mo tiene lugar esto, debemos examinar Ia alquimia
damos que Ias prácticas anti-norteamericanas son consecuencia de que Ias
moral mediante Ia cual el intra-grupo trasmuta fácilmente Ia virtud en vicio
extra-grupos prosiguen su mala agitación entre trabajadores por 10 demás
y el vicio en virtud, según 10 pida Ia ocasi6n. Nuestros estudios procederán
por el método de casos. satisfechos.
Una vez enunciada, Ia fórmula clásica de alquimia moral es bastante
Empezamos por Ia fórmula atraetivamente simpIe de alquimia moral: Ia
clara. Mediante eI hábil uso de Ios ricos vocabularíos de encomio y de opro-
misma conducta debe ser valorada de manera diferente según Ia persona que
bio, el intra-grupo trasmuta fácilmente sus propias virtudes en los vicios de
Ia exhiba. Por ejempIo, eI alquimista experto debe saber inmediatamente
ntros. ~PeIO por quê se distinguen tantos miernbros deI intra-grupo como
que Ia palabra "firme" se declina apropiadamente deI modo siguiente:
alquimistas morales? lPor quê en el intra-grupo predominante son tantos Ios
Yo soy firme, entregados por completo a este experimento continuo de trasmutación moral?
Tú eres obstinado, Podemos encontrar una explicaci6n poniéndonos nosotros a cierta dis-
ÉI es terco tancia de este país y siguiendo al antropólogo MaIinowski a Ias Islas TIO-
briand. Porque allí encontramos una norma instructivamente análoga. Entre
Hay aIgunos, no versados en Ias destrezas de esta ciencia, que os dirán
los trobriandeses, en un grado aI que manifiestamente no se acercan aún Ias
quc c1ebiera apIicarse una y Ia misma palabra aIos tres casos de conducta
norteamericanos, a pesar de Hollywood y de Ias revistas de confesiones ínti-
icléntica. Esa insensatez antiaIquímíca debe ser ignorada, simplemente.
mas, eI éxíto con Ias mujeres confiere honor y prestigio a un hombre. La
Teniendo presente este experimento, estamos preparados para observar proeza sexual es un valor positivo, una virtud moral. Pero si un trobriandés
córno Ia misma eonducta sufre un cambio completo de valoración en su tran-
ele filas tiene "demasiado" êxito sexual, si consigue "demasiados" triunfos de
sición del íntra-grupo Abe Lincoln aI extra-grupo Abe Cohen o Abe Kurokawa. corazón, cosa que, naturalmente, debiera estar limitada a Ia élüe, aIos jefes
Procedamos sistemáticamente. lTrabajaba LincoIn hasta altas horas de Ia no-
li hombres poderosos, entonces este glorioso tecord se convierte en un escán-
chc? Esto atestigua que era industrioso, resueIto, perseverante y ansioso de dalo y una abominaci6n. Los jefes se tesienien rápidamente de todo logro
cjcrcitar aI máximo sus talentos. ZLos judíos o japoneses deI extra-grupo
petsonai no justificado por Ia posición social. Las virtudes moraIes san vir-
rrabajan hasta Ias mismas horas? Esto no atestigua sino su mentalidad de
tudes sóIo mientras están celosamente confinadas aI intra-grupo apropiado.
lalIer de esclavos, su despiadado socavamiento de Ias normas norteamerica
La actividad correcta de gente censurable se eonvierte en motivo de despre-
lias, sus injustas prácticas de eompetencia. ZEs frugal, ahorrativo y moderado
cio, no de honor. Pues es evidente que s610 de este modo, reservando esas
cl héroe deI intra-grupo? Entonces el vilIano deI extra-grupo es tacafío, rnise-
virtudes exclusivamente para ellos mismos, pueden Ios hombres poderosos
Ia ble y cazacentavos. AI Abe del intra-grupo se Ie debe todo honor por haber
conservar su distinci6n, su prestigio y su poder. No podría encontrarse pro-
sido lista, perspicaz e inteligente, y por eI mismo motivo se Ies debe todo
cedimiento más sabio para conservar intacto un sistema de estratificaci6n
cl clesprecio a Ias Abes de Ios extragrupos por ser astutos, ladinos, mafíosos social y de poder social.
v cxcesivarnente despabilados. ~Se negó el indomabIe LincoIn a contentarse
Los trobriandeses podrían ensefíarnos mucho. Porque parece claro que
('011 una vida de trabajo manual? ~Prefirió hacer uso del cerebro? Entonees,
Ios jefes no inventaron por cálculo este programa de atrincheramiento. Su
todas Ias alabanzas para su denodada ascensión por Ia vacilante escala de Ia
conducta es espontânea, irreflexiva e inmediata. Su resentimiento por Ia am-
oportunidad. Pero, naturalmente, eI huir del trabajo manual por el trabajo
bición "excesiva" o por eI éxito "excesivo" deI trobriandés corriente no es
cerebral entre Ios comerciantes y abogados deI extra-grupo no merece otra
fingido, es verdadero. Sucede, además, que esta pronta reacción emocional
cosa que censuras por un tipo de vida parasitario. zEstaba Abe Lincoln
a Ia manifestación "desplazada" de virtudes deI intra-grupo sirve tarnbién al
.msioso de aprender Ia sabiduría acumulada de Ios siglos mediante el estúdio
útil expediente de reforzar los derechos especiales de los jefes a Ias cosas
inccsante? La dificultad con el judío es que es un empollón mugroso, siem-
buenas de Ia vida en Trobriand. Nada sería más remoto de Ia verdad, ni una
pre con Ia cabeza metida en un libro mientras Ia gente decente va a un
interpretación más deformada de los hechos, que suponer que esta conversi6n
cspcctáculo o a un partido de pelota. ZNo quis o el decidido Lincoln limitar
de Ias virtudes deI intra-grupo en vicios deI extra-grupo forma parte de un
SlI nivel al de su comunidad provinciana? Eso es 10 que había que esperar
eomplot calculado y deliberado de 10s jefes de Trobriand para mantener a
de \111 hombre de visión. Y si los miembros de Ios extra-grupos critican Ias
10s trobriandeses ordinarios en su lugar. Es, simplemente, que los jefes fue-
:'-Ollas vulnerabIes de nuestra sociedad, entonces devuêlvaseIes aI lugar de
ron adoctrinados en una estimación deI orden adecuado de Ias cosas, y consi-
donde vinieron. lNo oIvidó nunca LincoIn, aI elevarse por encima de sus
deran parte de su pesada carga eI imponer Ia mediocridad aIos otros.
mígcncs, Ias derechos del hombre común y aplaudió eI derecho de Ias traba-
Y, en rápida revuIsión de Ias culpabilidades de Ios alquimistas de Ia
[.ulorcs a Ia huelga? Esto no atestigua sino que, como todos los verdaderos
moral, no tenemos por qué sucumbir al errar equivalente de enfrentar simple-
uorteamericanos, eI más grande de eIlos fue eternamente devoto de Ia causa
mente Ia situación moral deI intra-grupo y Ia de Ios extra-grupos. No es que
dc Ia libertado Pero, cuando examinamos Ias estadísticas de huelgas, recor-
Ios judíos y 10s negros sean angelicales todos y cada uno de eIlos, y que 10s
-1211 "SIIJlJIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL
LA PROFECiA QUE SE CUMPLE A Si MISMA 429
d,'o \ 10s blancos sean todos diabólicos. No es que Ia virtud individual
~:l'IiI

dd',1 buscarse ahora exclusivamente en ellado malo de Ias sendas etno-raciales .Ir-Iiniciones deI intra-grupo imponen al extra-grupo supuestamente inferior
1:1 tcndencia defensiva a exaltar "Ias realizaciones de Ia raza". Como ha obser-
\ cI vicio individual en el lado bueno. Hasta es concebible que haya tantos
hombres y mujeres corrompidos y viciosos entre los negros y los judíos como vado eI distinguido sociólogo negro Franklin Frazier, Ios periódicos de negros
entre los blancos gentiles. Es únícamente que el feo valla do que encierra aI "I icnen una intensa conciencia de raza yexhiben un orguIlo considerable por
intra-grupo excluyc a los individuos que forman los extra-grupos de ser tra- las proezas de Ios negros, Ia mayor parte de Ias cuales son pequenos logros
tados con Ia dcccncia quc suele concederse a seres humanos. si se les mide con normas más amplias". La auto-glorificación, que se encuen-
Ira cn cierto grado en todos Ios grupos, se convierte con frecuencia en una
contra-reacción al rebajamiento persistente desde afuera.
FUNCIONES Y DISFUNCIONES SOCIALES Pero es Ia condenación de Ias extra-grupos por triunfos excesivos 10 que
da origen a una conducta verdaderamente grotesca. Porque, después de algún
No I cncmos más que mirar Ias consecueneias de esta peculiar alquimia moral
ticmpo y como cuestión de defensa propia, los extra-grupos llegan a persua-
para ver quc no hay paradoja ninguna en condenar aIos miembros de los
dirse de que sus virtudes en realidad son vicioso Y esto constituye el episodio
extra-grupos cuando presentan y cuando no presentan Ias virtudes deI intra-
final de una tragicomedia de valores invertidos.
grupo. La eondenaeión en los dos casos desempena una y Ia mismo funeión
social. Los contrarios aparentes se unen. Cuando se tacha a los negros de Tratemos de seguir Ia trama a 10 largo de su intrincado Iaberinto de
iucorregíblemente inferiores porque (a simple vista) no manifiestan esas vir- auto-contradicciones. La adrniración respetuosa para Ia ardua ascensi6n desde
tudes, esto confirma Ia justicia natural de asígnarles una situación inferior botones a presidente está profundamente arraigada en Ia cultura norteameri-
CII Ia sociedad. Y cuando se tacha a Ios judíos o a los japoneses de tener cana. Esa larga y enérgica ascensión lleva consigo un doble testimonio: ates-
demasiados de Ias valores del intra-grupo, se hace manifiesto que deben ser tigua que Ias carreras están abundantemente abiertas al verdadero talento
controlados con todo rigor por las elevadas murallas de Ia discriminación. en Ia sociedad norteamericana, y atestigua eI valer del individuo que se dís-
1':11 ambos casos se advierte que Ia situación especial asignada a los diferentes tinguió por su heroica ascensión. Sería injusto escoger entre Ias muchas
I 'xl ra-grupos es eminentemente razonable. valientes figuras que se abrieron camino, contra todas Ias desigualdades, hasta
Pero esta ordenación claramente razonable persiste en tener Ias conse- que Ilegaron al pináculo, donde se sentaron a Ia cabeza de Ia larga mesa de
I 'ucncias más irracionales, tanto lógicas como socíales. Veamos sólo unas conferencias en el gran saI6n del Consejo. Tomada al azar, Ia saga de Frede-
pocas de e1las. rick H. Ecker, presidente del consejo de una de Ias mayores empresas privadas
En algunos contextos, Ias limitaciones impuestas a] extra-grupo -pon- deI mundo, Ia Metropolitan Life Insurance Company, bastará como modelo.
galllOS por caso el racionamiento del número de judíos que pueden entrar en Desde un trabajo servil y mal pagado, Ilegó a una posición eminente. Una
los colegios universitarios y Ias escuelas profesionales-c. implican lógicamente corriente incesante de honores fluyó bastante apropiadamente hacia este
cl micdo a Ia supuesta superioridad del extra-grupo. Si fuese de otro modo, hombre de gran poder y grandes realizaciones. Sucede, aunque es asunto
110 se necesitarÍa practicar ninguna discriminación. Las fuerzas inexorables e personal de este eminente financista, que eI seüor Ecker es presbiteriano.
inrpcrsonales de Ia competencia académica no tardarían en rebajar el número Pero hasta ahora no se ha levantado públicamente ningún anciano de Ia
de cstudiantes judíos (o japoneses, o negros) a una cuantía "apropiada", iglesia presbiteriana para declarar que Ia exitosa carrera deI sefior Ecker no
Esta creencia implícita en Ia superioridad del extra-grupo parece prema- debe tomarse demasiado en serio, que, después de todo, relativamente pocos
I ma. No hay, simplemente, pruebas científicas bastantes para demostrar Ia presbiterianos han subido de Ios harapos a Ia riqueza, y que Ios presbiterianos
supcrioridad de los judíos, los japoneses o los negros. EI intento del intra- en realidad no "controlan" el mundo de Ias finanzas, ni los seguros de vida, ni
grupo discriminador para suplantar el mito de Ia superioridad aría con eI Ias inversiones en viviendas. Antes al contrario, habría que suponer que los
mito de Ia superioridad no aria está condenado aI fracaso por Ia ciencia. ancianos presbiterianos se unen a otros norteamericanos imbuidos de Ias nor-
Arlcmás, esos mitos están mal aconsejados. AI fin, Ia vida en un mundo de mas deI êxito propias de Ia clase media para felicitar al eminentemente triun-
IIIÍ10S ticne que chocar con los hechos en el mundo de Ia realidad. Porcon- fador sefior Ecker y aclamar a otros hijos de Ia fe que alcanzaron alturas casí
:,iglliclltc, como cuestión de simple egoísmo y de terapia social, podría ser iguales. Seguros en su situación de intra-grupo, seíialan con e] dedo del orguI1o
sabi() para cl intra-grupo abandonar eI mito y atenerse a Ia realidad. y no con el dedo del desaliento el éxito individual.
1,;[ norma de ser condenado si haces y de ser condenado si no haces, tiene Los êxitos notables de miembros de extra-grupos suscitan otras reacciones,
rouxccncncias ulteriores, entre Ios extra-grupos mismos. La reacción a supues- inspiradas por Ia práctica de Ia alquimia moral. Manifiestamente, si eI triunfo
I :IS dcficicncias es tan clara como previsible. Si a uno se Ie dice reiterada- es llll vicio, hay que rechazar Ios triunfos, o por 10 menos desestimarlos. En
111('111(' que cs inferior, que carece de realizaciones positivas, no es sino dema- estas circunstancias, 10 que es motivo de orguIlo para los presbiterianos puede
:.i:l<!o 11I1I1I:l\JO aprovechar todas Ias partículas de prueba de 10 contrario. Las convertirse en motivo de desaliento para 10s judíos. Si el judío es condenado
por su éxito educativo, profesionaI, científico o económico, entonces es bas-
·f 30 l':S'l'UDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A SI MISMA 431
tante comprensible que muchos judíos lleguen a pensar que esos logros deben vacías Ias hordas de cristianos atraídos por Ia ciudad. Quizá esta no sea deI
ser reducidos al mínimo como un simple acto de defensa propia. Así cierran todo necesario. AI hacer cada vez más popular el crimen judío del urbanismo
cl círculo de Ia paradoja miembros de extra-grupos laboriosamente ocupa- en el intra-grupo, puede tomar Ia forma de una virtud transcendente. Pero
dos cn asegurar al poderoso intra-grupo que ellos en realidad no son culpables uno tiene que reconocer que no puede estar seguro de ello, Porque en esta
de aportaciones desmesuradas a Ia ciencia, a Ias profesiones, a Ias artes, al loca confusión de valores invertidos, no tarda en hacerse imposible determi-
gobierno y a Ia economia. nar cuándo Ia virtud es pecado y el pecado perfección moral.
En una sociedad que de ordinarío considera Ia riqueza como garantía En media de esa confusión, un hecho permanece inequívoco. Los judíos,
de talento, un extra-grupo se ve obligado, por Ias actitudes invertidas deI como Ias demás gentes, han hecho aportaciones distinguidas a Ia cultura uni-
intra-grupo predominante, a negar que haya entre ellos muchos individuos versal. Téngase en cuenta sólo un catálogo abreviado. En el campo de Ia
ricos. "Entre Ias 200 empresas no bancarias más grandes. .. sólo diez tienen literatura de creación (y reconociendo grandes diferencias en Ia magnitud
IIll presidente del consejo judío." ~Es ésta una observación de un antí-semita, de Ias realizacíones ), entre Ias autores judíos figuran Heine, Karl Kraus,
destinada a probar Ia incapacidad y Ia inferioridad de Ias judíos, que tan poco Bôme, HofmannsthaI, Schnitzler, Kafka. En Ia esfera de Ia cornposición musi-
hicieron "por organizar Ias empresas que han hecho a Ias Estados Unidos"? cal figuran Meyerbeer, Felix Mendelssohn, Offenbaeh, Mahler y Schõnberg,
No; es una réplica de Ia Liga Anti-Difarnatoria de Ia B'nai B'rith a Ia pro- Entre los virtuosos musicales piénsese sólo en Rosenthal, Schnabel, Godows-
paganda anti-semita. ky, Pachmann, Kreísler, Hubermann, Milstein, Elman, Heifetz, Joachim
En una sociedad en que, como demostró una encuesta reciente deI y Menuhin. Entre Ios científicos con estatura suficiente para merecer el
Centro de Investigación de Ia Opinión Nacional, Ia profesión de Ia medicina premio Nobel, examínese Ia familiar lista que contiene a Beranyi, Mayerhof,
goza de más prestigio social que cuaIquiera de Ias otras noventa ocupaciones Eherlich, Michelson, Lippmann, Haber, Willstãtter y Einstein. O en el
(salvo Ia de Presidente de Ia Suprema Corte de Justicia de Ias Estados U ní- esotérico e imaginativo mundo de Ia invención matemática, tómese nota
dos), encontramos aIgunos portavoces judíos maniobrados por eI intra-grupo únicamente de Kroneeker, creador de Ia moderna teoría de Ios números;
aI acan te en Ia fantástica posición de declarar su "honda preocupación" por Hermann Minkowski, * que suministró Ios fundamentos matemáticos de Ia
ri número de judíos que hay en Ia profesión médica, que es "desproporcio- teoría especial de Ia reIatividad; o Jacobi, con SllS trabajos fundamentales
nado al número de judíos en otras ocupaciones". En una nación que sufre sobre Ia teoría de Ias funciones elípticas. Y así, en cada provincia especial
ele cxcasez notoria de médicos, el médico judío se convierte en ocasión deplo- de Ias realizaciones culturales, encontramos una lista de hombres y mujeres
rablc ele honda preocupación, en vez de recibir aplausos por Ia trabajosa preeminentes que por casualidad eran judíos.
adquisición de conoeimientos y pericias y por su utilidad social. Sólo cuando l Y quién está tan laboriosamente ocupado en cantar alabanzas de Ios
los Yankees de Nueva York se declaren hondamente preocupados por sus judíos? ~Quién compiló tan diligentemente Ia lista de muchos centenares
IIl1lllCroSOScampeonatos en Ia Serie Mundial, tan desproporcionados con el de judíos distinguidos que contribuyeron de manera tan notable a Ia ciencía,
número de triunfos conseguidos por otros equipes de Ia liga mayor, este acto Ia literatura y Ias artes, lista de Ia cuaI sacamos Ias pocos casos que hemos
de almegación parecerá formar parte del orden normal de Ias cosas. mencionado? ~Un filo-semita, ansioso de demostrar que su pueblo aportó
En una cultura que constantemente juzga a Ias profesionales como de Ia debida contribución a Ia cultura universal? No, ahora ya sabemos más
valor social más elevado que aun Ias mejores desbastadores de ma dera y Ias acerca de eso. La lista completa se encontrará en Ia trigésima sexta edición
nicjores extractores de agua, eI extra-grupo se encuentra en Ia anómaIa posi- deI manual antisemita del racista Fritsch. De acuerdo con Ia fórmula alquí-
{i{1lI de seííalar con alivio defensivo el gran número de pintores y empapela- mica para trasmutar Ias virtudes del intra-grupo en vicios del extra-grupo, eI
dores, enlucidores y electricistas, plomeros y Iaminadores judíos. autor ofrece esto como una llamada a lista de espíritus siniestros que usur-
Pero falta aún por sefíalar Ia inversión definitiva de valores. Cada censo paron Ias reaIizaciones debidas propiamente aI intra-grupo ario.
succsivo registra que es cada vez mayor el número de norteamericanos en Ias Una vez que hemos comprendido el papel predominante deI intra-grupo
ciudades y los suburbios. Los norteamericanos han recorrido el camino a Ia en Ia definición de Ia situación, Ia paradoja de Ia conducta aparentemente
111 lxmización hasta que sólo quedó en eI campo menos de Ia quinta parte opuesta del extra-grupo negro y del extra-grupo judío cae por sí sola. La COIl-
d(' Ia población deI país. Ya es tíempo, evidentemente, de que Ias meto distas ducta de Ios dos grupos minoritarios es una reacción aIos alega tos del grupo
I' los católicos, Ios baptistas y Ias episcopalianos reconozcan Ia iniquidad de mavoritario.
1".la cmigración de sus correligionarios a Ia ciudad. Porque, como es bien
sa hido, una de Ias acusaciones más importantes dirigidas contra Ios judíos es * Evidentemente, hay que decir aquí de manera explícita el nombre propio, pues de otro modo
!.II nefanda tcndencia a vivir en Ias ciudades. En consecuencia, Ias líderes Hermann Minkowski, el matemático, puede ser confundido con Eugen Minkowski, quien hizo
jlldfos se cncuentran en Ia increíble posición de apremiar defensivamente a. aportaciones tan notables a nuestros conocimientos sobre Ia esquizofrenia, o con Mieczyslaw Mín-
kowski, figura relevante entre los anat6micos del cerebro, o con Oscar Minkowski, descubridor de Ia
SII gente a trasladarse a Ias mismas zonas agrícolas que dejan rápídamente diabetes pancreática.
432 ESTUDIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL LA PROFECIA QUE SE CUMPLE A SI MISMA 433

Si se acusa a los negros de inferíoridad y en apoyo de esa acusación se hostilidad racial no son constantes psicológicas más innatas que los motivos
alega falta de aportaciones a Ia cultura universal, Ia necesidad humana de res- del pánico. A pesar de Ias ensefianzas de psicólogos aficionados, el pánico
pcto a sí mismo y Ia preocupación por Ia seguridad Ios lleva con frecuencia y Ia agresión racial ciegos no están enraizados en Ia naturaleza humana. Esos
:I exagerar defensivamente todos y cada uno de Ias logros de individuos de Ia i' tipos de conducta humana son en gran parte producto de Ia estructura modi-
'~

raza. Si se acusa aIos judíos de excesivos triunfos y de ambiciones excesivas, •• ficable de Ia sociedad.
y se hacen listas de judíos prominentes en apoyo de esa acusación, Ia nece- Una pista más Ia proporciona nuestro ejemplo de Ia hostilidad generali-
sidad de seguridad 10s impulsa a reducir defensivamente 10s logros reales de zada de 10s sindicalistas blancos contra los rompe-huelgas negros llevados a
indivíduos del grupo. Tipos de conducta aparentemente opuestos tienen Ias Ia industria por los patronos después de terminada Ia primera Guerra Mun-
iuismas funciones psicológicas y socia1es. La autoafirmación y Ia autoanula- dial. Una vez que se vi no abajo Ia definición inicial de los negros como no
ción se convierten en recursos para tratar de Iuchar contra Ia condenación merecedores de Ia afiliación a los sindicatos, el negro, con un margen mayor
por Ia supuesta deficiencia deI grupo y contra Ia condenación por los supuestos de oportunidades para trabajar, ya no halló necesario entrar en Ia industria
cxccsos del grupo, respectivamente. Y con un fino sentido de superioridad por Ias puertas que tenían abiertas los patronos que luchaban contra Ias
huelgas. Además, cambias institucionales apropiados rompieron el círculo
moral, el seguro intra-grupo mira esas curiosas realizaciones de Ios extra-grupos
UJIl una mezcla de burla y desprecio.
trágico de Ia profecía que se cumple a sí misma. Cambias sociales delibera-
dos dieron eI mentís aI firme convencimiento de que "no está precisamente
en Ia naturaleza de Ias negros" unirse con espíritu cooperativo a sus com-
EL CAMBIO INSTITUCIONAL POR DECRETO pafieros blancos en los sindicatos.
Tornamos un caso final de un estudio sobre una empresa de viviendas
~Continuará indefinidamente esta desoIadora tragicomedia, seüalada sólo por
bi-raciales, Situada en Pittsburgh, esta comunidad de Hilltown está formada
pequenos cambios en el cliché? No necesariamente.
de un cincuenta por ciento de familias negras y un cincuenta por ciento de
Si los escrúpulos morales y el sentido de Ia decencia fuesen Ias únicas
familias blancas. No es una utopía deI siglo xx. AIlí, como en todas partes,
bases para poner fin al juego, en verdad podría esperarse que continuaría
hay algunos rozamientos interpersonales. Pero en una comunidad formada
indefinidamente. En y por sí mismos, los sentimientos morales no son mucho
por igual número de individuos de Ias dos razas, menos de Ia quinta parte de
IIlÚS eficaces para curar 10s males sociales que para curar los males físicos.
los blancos y menos de Ia tercera parte de los negros informan que esos roza-
No hay duda de que Ias sentimientos morales contribuyen a motivar esfuer-
mientos tienen lugar entre individuos de diferente raza. Por su propio testi-
zos favorables aI cambio, pero no son sustitutos de medios persistentes para
rnonio, se limitan en gran parte a desacuerdos dentro de cada grupo racial.
conseguir el objetivo, como 10 atestigua el densamente poblado cementerio
Pero sólo uno de cada veinticinco blancos esperaba al principio que Ias
de utopias de pocas luces. relaciones entre Ias razas de Ia comunidad marchasen suavemente, mientras
Hay muchos indicios de que puede ponerse un fin deliberado y planeado
que cinco veces más esperaban molestias graves, y el resto preveía una situa-
al funcionarniento de Ia profecía que se cumple a sí misma y al círculo
ción tolerable si no del todo agradable. Y basta ya de expectativas. Después
vicioso de Ia sociedad. La secuela de nuestra parábola sociológica del Last
de revisar su experiencia real, tres de cada cuatro de los blancos más apren-
National Bank proporciona una pista deI modo en que esto puede realizarse.
sivos hallaron con posterioridad que Ias "razas se llevan bastante bien", des-
Durante los fabulosos "veintes", en que Coolidge sin duda produjo una era
pués de todo. No es éste e1lugar adecuado para cxponer Ios resultados de esc
republicana de exuberante prosperidad, suspendieron a Ia callada sus opera-
estudio en detalle, pero en esencia demuestra una vez más que en condi-
ciones un promedio de 635 bancos por ano. Y durante los cuatro aíios inrne-
ciones instiiucionaies y administrativas adecuadas, Ia experiencia de Ia amistad
diatamente anteriores y posteriores a Ia gran quiebra, en que es evidente interracial puede suplantar aI miedo aI antagonismo interracial.
que Hoover no produjo una era republicana de inactiva depresión, ésta subió
Esos cambios, y otros deI mismo género, no ocurren automáticamente.
de pronto a un promedio más espectacular de 2 276 suspensiones bancarias
La profecía que se cumple a sí misma, por Ia cual 10s temores se itaduceri en
por afio. Pero, cosa muy interesante, en los doce afios que siguieron a Ia
realidades, funciona sólo en ausencia de controles ínstitucionales deliberados.
rrcación de Ia Federal Deposit Insurance Corporation y a Ia promulgación
i:~1
Y únicamente rechazando el fatalismo social implícito en Ia idea de que Ia
de otra legislación bancaria, mientras presidió RooseveIt Ia depresión y el
naturaleza humana es inmodificable puede romperse el círculo trágico de
rcsl ahlccimiento democráticos, el receso y el auge, Ias suspensiones de bancos
miedo, desastre social y miedo reforzado.
hajaron a un escaso promedio de 28 por afio. Quizá los pánicos deI dinero
Los prejuicios étnicos mueren, pero lentamente. Puede contribuirse a
110 fueron conjurados institucionalmente por Ia Iegislación. Sin embargo,
llevarlos hasta el umbral deI olvido, no insistiendo en que su supervivencia
uulloncs de depositantes no tuvieron ya motivo para dar lugar a carreras hacia
es irracional y que no Ia merecen, sino suprimiendo el sustento que ahora les
los bancos motivadas por e1 pánico, simplemente porque un cambio insti-
proporcionan ciertas instituciones de nuestra sociedad.
tucional deliberado había eliminado Ias causas del pánico. Los motivos de Ia
·1-;I I-:S'I'lInIOS SOBRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL

Si dudarnos de Ia capacidad del hombre paTa controlar al hornbre y su


s(I(lcdad, si persistimos en nuestra tendencia a hallar en Ias normas de! pa-
x.ulo cI plano deI futuro, quizá es hora ya de que reconozcamos de nuevo PARTE nr
l.rsabiduria de Ia observación que Tocqueville formuló hace un sigla: "Estoy
ICIII udo a creer que Ias instituciones que llamamos necesarias no son con LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y LAS
Ilc('llcneia más que instituciones a Ias que nos hemos acostumbrado, y que COMUNICACIONES PARA LAS MASAS
('lI umtcrias de constitución social el campo de posibilidades es mueho más
cxl cuxo de 10 que están dispuestos a imaginar Ias individuos que viven en
~.'" diferentes sociedades."
Y no pueden citarse como pruebas a favor del pesímismo Ios frecuentes,
y hasla típicos, fracasos en Ia planeación de relaciones humanas entre grupos
("111 icos. En eI Iaboratorio universal dei sociólogo, como en Ias laboratorios
111;'IS recluidos deI físico y del químico, 10 decisivo es el experimento que tiene
l-xito, y no los mil y un fracasos que 10 precedieron, Se aprende más de un
solo éxito que de múltiples fracasos. Un solo êxito demuestra que puede
huccrse. Después, 10 único que hay que aprender es 10 que le hace funcionar.
Este es, por Ia menos, el que )'0 considero e! sentido sociológico de Ias reve-
ladoras palabras de Thomas Love Peacock: "Todo 10 que es, es posíble."
INTRODUCCION

LA PARTE Il l consta de tres capítulos, dos que revisan críticamente algunos


problemas generales y especíales de Ia sociología del conocimiento, y el ter-
cera, escrito en colaboración con Paul F. Lazarsfeld, resume un campo limi-
tado de estudios sobre Ia sociología de Ia opinión y Ias comunicaciones de
masas. La yuxtaposición de los dos campos es cualquier cosa menos casual.
Porque, aunque se desarrollaron en gran parte independientemente uno de
otro, Ia misión de esta íntroduccíón es sugerir que se contribuiría al cultivo
eficaz de cada uno de ellos unificando algunos de los conceptos teóricos,
de los métodos de investigación y de los resultados empíricos de 10s dos.
Y para ver Ias analogias esenciales entre ambos, el lector no tiene más que
comparar el sumario general de Ia sociología del conocimiento que ofrece el
capítulo XII de este libra con el sumario general de investigaciones sobre
comunicaciones para Ias masas que da Lazarsfeld en Current Ttends in
Social Psyclwlogy, editado por Wayne Dennis.
Realmente, los dos trabajos pueden considerarse como especies del género
de investigación que se interesa por el juego recíproco entre estructura social
y cornunicaciones. EI uno apareció y fue más asiduamente cultivado en
Europa, y el otro, hasta ahora, ha sido mucho más común en los Estados
Unidos. Por 10 tanto, si el membrete no se toma al pie de Ia letra, Ia socío-
logía del conocimiento puede llamarse Ia "espécie europea", y Ia sociologia
de Ias comunicaciones para Ias masas Ia "espécie norteamericana". (Es evi-
dente que esas etiquetas no pueden aplicarse estrictamente: después de todo,
Charles Beard fue durante mucho tiempo un exponente de Ia versión nativa
norteamericana de Ia sociología del conocimiento, así corno Paul Lazarsfeld,
por ejemplo, hizo en Viena algunas de sus primeras investigaciones sobre
comunicaciones para Ias masas.) Aunque Ias dos especialidades sociológicas
se dedican al juego recíproco entre Ias ideas y Ia estructura social, cada una de
ellas tiene su distintivo foco de atención.
En esos campos tenemos ejemplos instructivos de Ias dos actitudes con-
trapuestas en Ia teoría sociológica descritas anteriormente en estas páginas
(en particular en el capítulo II y en Ia introducción a Ia Parte I). La socío-
logía del conocimiento pertenece en su mayor parte al campo de 10s teóricos
globales, en que Ia amplitud e importancia del problema justifica Ia dedicación
a él, a veces completamente aparte de Ia posibilidad presente de avanzar de
hecho más allá de ingeniosas especulaciones y de conclusiones impresionistas.
En general, Ias sociólogos del conocimiento fíguraron entre los que levan-
taron Ia bandera que dice: "No sabemos si 10 que decimos es cierto, pera por
10 menos es importante."
EI sociólogo y el psicólogo dedicados al estudio de Ia opinión pública
y de Ias comunicaciones para Ias masas se encuentran con Ia mayor frecuen-
cia en el campo contrario de los empiristas, con nn lema algo diferente ins-
crito en su bandera: "No sabemos si 10 que decimos es particularmente
437
·11K SOCf()l,OGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES INTRODUCCI6N 439

importante, pero por 10 menos es verdad." Aquí se dio Ia mayor importancia Ia creencia popular. Se enfoca en especial sobre Ia oPiníón, y no sobre el
:l Ia rccolección de datos relativos al asunto general, datos que tienen valor eonocimiento. No son éstas, naturalmente, diferencias de blanco y negro.
cscucial como pruebas, aunque no estén fuera de toda discusi6n. Pero, hasta Por no ser arbitraria, Ia frontera entre una cosa y otra no tiene Ia claridad
rnicntemente, hubo poco interés por el influjo de esos datos sobre los pro- de, pongamos por caso, una frontera internacional, La opinión se matiza de
blcmas teóricos, y se confundi6 Ia recolección de información práctica con Ia conocimíento, el cual no es otra cosa que aquella parte de Ia opinión social-
rccolección de observaciones científicamente pertinentes. mente certificada por eriterios particulares de prueba. Y así como Ia opinión
Esta introducción no sólo servirá para presentar 10s capítulos de Ia puede convertirse en conocimiento, el conocimiento puede de modo igual-
Parte III, sino que tarnbién puede ser de interés en sí mismo comparar Ias mente ostensíble degenerar en mera opinión. Pero, salvo en Ias márgenes, Ia
variantes europeas y norteamericanas deI estudio sociológico de Ias comuni- distinción se rnantiene, y se expresa en los focos distintivos de atención de Ias
I';tt'iones. Haeerlo así es recibir Ia fuerte impresión de que Ios puntos distin- variantes europea y norteamericana de Ia sociología de Ias comunicaciones.
I ivos a que se da importancia se enlazan con Ias estructuras sociales en torno Si Ia versión norteamericana se interesa primordialmente por Ia opinión
rlcutro de Ias cuales se desarrollan, aunque el presente estudio hará poco más pública, por Ias creencias de Ias masas, por 10 que ha llegado a llamarse "cul-
que sugerir aIgunas de Ias conexiones posibles entre Ia estructura social y Ia tura popular", Ia versión europea se centra en torno de doctrinas más esoté-
tcoría social, de un modo sólo preliminar a una verdadera investigaci6n de ricas, sobre Ios sistemas complejos de conocimiento que se reforman y a veces
Ia m.rtcria. La comparación tiene otro objetivo más: el de propugnar Ia uni- se deforman en su paso ulterior a Ia cultura popular.
fic;!ción de Ios campos de investigación social relacionados entre sí, en busca Esas diferencias de foco de atención Ilevan consigo otras diferencias: Ia
de Ia feliz combinación de los dos que posea Ias virtudes científicas de ambos variante europea, aI interesarse por el conocimiento, llega a tratar de Ia mino-
y ninguno de los vicios supérfluos de uno y otro. ria intelectual; Ia variante norteamericana, interesada por Ia opinión amplia-
mente sustentada, trata de Ias masas. La una se centra sobre Ias doctrinas
esotéricas de los pocos, Ia otra sobre Ias creencias exotéricas de los muchos.
COMPARACIÓN DE LA Wissenssoziologie Y DE LAS INVESTIGACIONES Esta divergencia de interés tiene una relación inmediata con todos los aspec-
SOBRE COMUNICACIONES DE MASAS tos de Ias técnicas de investigación, como veremos; es evidente, por ejemplo,
que una entrevista investigadora destinada a rendir información de 1111
I,as orientaciones distintivas de estos campos de investigación coordinados, hombre de ciencia o de un literato diferirá ele modo importante de una
cnmplcmentarios y que en parte se recubren, constan de y se expresan en entrevista investigadora destinada a un corte transversal de Ia población
divcrsidad de aspectos relacionados entre sí: sus materias y su definición en general.
(':Iractcrísticas de Ios problemas, sus conceptos de los datos, su utilizaci6n de Las orientaciones de Ias dos variantes muestran ulteriores correIaciones
Iécuicas de investigación, y Ia organízación social de sus actividades inves- distintivas de detalles sutiles. EI sector europeo habla, en el plano cognosci-
liga dorns. tivo, de conocimienio; el norteamericano, de información. El conocimiento
implica un cuetpo de hechos o de ideas, mientras que Ia información no tiene
1\1c1fcr;cl y definición de problemas tal implicacíón de hechos o ideas sistemâticamente conectados. En conse-
cuencia, Ia variante norteamericana esiudia los fragmentos aislados de infor-
l.n variante europea se dedica a desenterrar Ias raíces socíales deI conocí- macioti de que dísponen Ias masas de gentes; Ia variante europea piensa
micní o, para descubrir los modos en que el conocimiento y el pensamiento tipicamente en una estructura total de conocimietitos de que disponen unos
sou afcctados por Ia estructura social en torno. El principal foco de atención pocos. Los norteamericanos dan importancia a los agregados de trozos dis-
('S aqui Ia formación por Ia sociedad de perspectivas intelectuales. En esta cretos o discontinuos de informaci6n, Ios europeos a sistemas de teorias. Para
disciplina, Como sugiero en los capítulos siguientes, conocimiento y pensa- el europeo es esencial analizar el sistema de principios en toda su complicada
lIIiClllo se interpretan tan vagamente, que llegan hasta abarcar casi todas Ias interrelación, con Ia vista puesta en Ia unidad conceptual, en los niveles de
id(':lS y crccncias. Sin embargo, en el corazón de Ia disciplina hay un interés abstracción y de concreción, y en Ia categorización (por ejemplo, morfológica
s()('iológÍC"opor los contextos sociales deI conocimiento que está más o menos o analítica}. Para el norteamericano es esencial descubrir, mediante Ias téc-
('('ri ific:!clo por pruebas sistemáticas, Es decir, Ia sociologia del conocimiento nicas del análisis de factores, por ejemplo, los haces de ideas( o de actitudes)
se illll'fcsa lilás direetamente por los productos intelectuales de los expertos, que tienen lugar empíricamente. El uno subraya Ias relaciones que subsisten
yn scn <':11 cicncia o filosofia, en pensamiento económico o político. Iógicamente; el otro subraya Ias relaciones que tienen lugar empíricamente.
Al1l1QIlCsiente tambíén algún interés por el estado presente del conocí- EI europeo se interesa por Ias etiquetas políticas sólo si 10 encaminan a sis-
mienlu (o nivel de información, como se le llama característica y significativa- temas de ideas políticas que él interpreta después de toda su sutileza y com-
ruenln}, la variante norteamerieana se enfoca sobre el estudio sociológico de plejidad, procurando hacer ver su (supuesta) relación con uno u otro estrato
+10 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES INTRODUCCIÓN 441
social. EI norteamericano se interesa por Ias creencias políticas discontinuas, mero esquema formal y una opinión total abstracta tiende a disolverse en Ia
y sólo eu Ia medida en que permiten aI investigador clasificar ("codificar") a investigación de problemas específicos y discretos", Sugestivo y casi apodíc-
1m indivíduos bajo una etiqueta o categoría política general, Ia cual puede rico, y, si verdadero, arrojando tanta luz sobre todo 10 que el intelectual
clcspués demostrarse (no suponerse ) que tiene una circuIación mayor en uno cxperimentó y quizá observá casualmente en el curso de su vida en una
11 OITO estrato social. Si el europeo anaIiza Ia ideoIogía de Ias movimientos sociedad política, ese enunciado tienta a uno a considerarlo un hecho y no
políticos, el norteamericano investiga Ias opiniones de eIectores y no electores. una hipótesis. Lo que es más, como ocurre tan frecuentemente con formula-
Estos focos de atención distintivos podrían explicarse e iIustrarse más, ciones sociológicas de Ia variedad europea, el enunciado parece abarcar tantos
pno quizá se ha dícho 10 suficiente para indicar que de una materia amplia- dctalles de experiencia, que el lector rara vez pasa a considerar Ias vastos tra-
mente común, Ia sociología europea del conocimiento y Ia sociología norte- bajos de investigación empírica antes que éste pueda considerarse como algo
.unericana de Ias comunicaciones de masas seleccionan problemas distintivos más que una hipótesis interesante. Adquiere rápidarnente una situación in-
para una interpretación distintiva. Y poco a poco va surgiendo Ia vaga impre- merecida como hecho generalizado.
sión que pura y demasiado simplemente puede resumirse así: el norteameri. Se advertirá que observaciones como Ias sacadas de Ia sociología del
CI110 sabe de 10 que habla, y eso no es mucho; el europeo no sabe de qué conocimiento pertenecen típicamente aI pasado histórico, quízá recapitulando
habla, y eso es mucho.
Ia conducta típica o modal de gran número de individuos (estratos o grupos
t'ersõectivas sobre datos y hechos socíales enteros). En cualquier sentido empírico estricto, los datos que justi-
fican enunciados sumarios tan grandes no fueron, desde luego, sistemática-
mente recogidos, por Ia buena y suficiente razón de que no se encuentran
I,;IS variantes europea y norteamericana tienen conceptos notablemente dife-
en ninguna parte. Las opiniones de míles de individuos ordinarios del pasado
rcutcs de 10 que constituye los datas empíricos primos, de que es necesario
lejano sólo pueden ser conjeturadas o reconstruidas imaginariamente; en rea-
« III vcrtir esos da tos primos en hechos certificados, y del lugar de esos hechos,
lidad se perdieron en Ia historia, a menos que se adapte Ia cómoda ficción
;) J()S que se llega diferentemente, en el desarrollo de Ia ciencia sociológica.
de que Ias impresiones de Ias masas o Ia opinión colectiva asentada por algu-
1-:11 general, el europeo es hospitaliario y hasta cordial en su receptividad
para los candidatos a situación de dato empírico. Una impresión derivada nos observadores de aquel tiempo pueden considerarse hoy como hechos socia-
de UIlOS pocos documentos, particularmente si Ios documentos se refieren a un les comprobados.
Iicmpo o lugar suficientemente remotos, pasará revista como hecho relativo En contraste con todo eso, Ia variante norteamericana da Ia primera
;1 corricntes de ideas difundidas o de teorías generalmente sustentadas. Si Ia importancia a establecer empíricamente los hechos del caso bajo estudio.
P( isición intelectual de UIl autor es bastante alta y e1 campo de sus logros bas- Antes de tratar de determinar por qué ciertas escuelas de pensamiento son
I;) 11 te amplio, sus impresiones, a veces sus impresiones fortuitas de Ias creen- más adictas a Ia "investigación 'de problemas específicos y discretos", debiera
ci.rs predominantes, se tomarán tipicamente COmo reportes de hechos socío- intentarse averiguar si es ése en realidad el caso. Naturalmente, esta actitud,
I('lgicos. O una generalización enunciada de manera suficientemente positiva como Ia de Ia variante emopea, tiene los defectos de sus cualidades. Con gran
y gencral se tomará como dato empírico. frecuencia, el intenso interés por Ia comprobación ernpírica conduce prema-
Buscar algunos ejemplos es meterse en dificultades de elección a causa turamente a Ia represión de Ias hipótesis imaginativas: se tiene Ia nariz tan
de SlI abundancia, Un Mannheim, por ejemplo, resumirá el estado mental de cerca de Ia amoladera empírica, que no puede alcanzarse a ver más allá de
Ia, "clases bajas en el periodo posmedieval" diciendo que "sólo poquito a Ias límites de Ia tarea inmediata.
p()('() Ilegaron a darse cuen ta de su importancía social y política". O puede La variante europea, con sus grandes objetivos, casi desdeüa establecer
vouxidcrar no sólo importante sino verdadero que "todos Ias grupos progre. los mismos hechos que se propone explicar. Soslayando Ia difícil y con fre-
si\'os consíderan que Ia idea es anterior al hecho", siendo esta ostensible. cuencia trabajosa tarea de determinar los hechos del caso, yendo directamente
mente materia de observacíón y no de definición. O puede presentar una a Ias explicaciones de los hechos supuestos, el sociólogo del conocimiento no
hipotcsis tan instructiva como Ia siguiente, hipótesis formada por varias puede conseguir más que poner el carro delante del caballo. Como todo
~;IIJ)lI(':St()S de hecho: " ... cuanto más activamente colabora un partido ascen- el mundo sabe, si este procedimiento contribuye de alguna manera al movi-
dell! c cn una coalición parlamentaria, y cuando más renuncia a sus impulsos miento, eu general contribuye al movimiento retrógrado, quizá en Ia esfera
ulópicos originarias y con ellos a su perspectiva más amplia, más probable del conocimiento tanto como en Ia esfera de Ias transportes. Y 10 que es
n <J uc xu poder de transformar Ia sociedad sea absorbido por su interés en peor, de vez en cuando e1 caballo desaparece por completo y Ia carreta teórica
dcr a 1Ic.~concretos y aislados. Completamente paralelo al cambio que puede queda inmóviI hasta que se Ia apareja para hechos nuevos. La gracia salva-
oh)crvarsc cn Ia esfera política se produce un cambio en Ia perspectiva cientí- dora es aqui que más de una vez en Ia historia de Ia ciencia una idea expli-
fica (1'1(,' se ajusta a Ias exigencias políticas, es decir, 10 que fue un tiempo un cativa resultó productiva aun cuando Ias hechos que primero estaba destinada
·H2 SOCIOLOGIA Dl':L CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
INTRODUCCION 443
:1 explicar después resultan no ser heehos eTI absoluto. Pero apenas si puede
contarse eon esos fructíferos errores. cambio de creencias o de puntos de vista de una poblaeión asociada (c1ase,
grupo o región), los representantes de Ia variante norteamericana, aun los
La variante norteamerieana, con su pequena visión, se enfoca tanto sobre
menos radicalmente empiristas entre ellos, proceden a indicar que sería
d cxtnblecimiento del hecho, que sólo de vez en cuando tiene en cuenta Ia
importante "descubrir por aIgunos medi os independientes Ia aetitud de Ia
pnl incncía teórica de Ios hechos, una vez establecidos. Aqui el problema
población general. Nuestra verificación sólo podría conseguirse aquí median-
110 cs tanto que Ia carreta y el caballo tengan 10s lugares invertidos, sino que
Ie entrevistas con secciones transversales del público en Ias dos períodos, para
III;'ISbicn y con excesiva frecuencia no hay carreta teórica en absoluto. EI ca-
ver si el cambio de valores indicado por este cambio en Ia revista [u otro
1':1110puede, ciertamente, moverse hacia adelante, pero como no arrastra nin-
gllll:1 carreta su raudo viaje es infructuoso, a menos que llegue con retraso un
médio de mas as] es reflejo de un cambio real de valores en Ia población sub-
yacente". (LazarsfeId, op. cit., 224.) Pero como todavía no se han inventado
curnpco a enganchar detrás Ia suya. Pero, como sabemos, Ias teorías ex post
{ddo son, con razón, sospechosas. técnicas para entrevistar secciones transversales de poblaciones del pasado
remoto, para comprobar Ias impresiones recibidas de Ios diseminados doeu-
I'~stas diferentes orientaciones hacia los hechos y los da tos se relacionan
mentes históricos que quedan, el sociólogo norteamericano de comunicacio-
I ;lIl1bién eon Ia selección del asunto y Ia definición de problemas para inves-
nes para Ias masas tiende a Iimitarse aI presente histórico. Posiblemente
ligar. La variante norteamericana, con Ia importancia que concede a Ia con-
reuniendo Ias materias primas de Ia opinión pública, Ias ereencias y los cono-
firmación empírica, dedica poca atención al pasado histórico, ya que Ia sufi-
cimientos de hoy, pueda contribuir a sentar 10s cimientos para eI soeiólogo
cicncía de datos sobre Ia opinión pública y Ias creencias de grupo en el
del conocimiento que estudiase mafiana empíricamente tendencias a largo
pasado se hace sospechosa cuando se Ia juzga con criterios aplícables a da tos
plazo en Ia opinión, Ias creencias y los conocimientos.
comparables relativos a Ias creencias actuales de grupo. Esto puede explicar
cn parte Ia tendencia norteamericana a tratar primordialmente problemas a Si el europeo prefiere tratar proeesos a largo plazo mediante eI estudio
corto plazo: Ias reacciones a Ios materiaIes de propaganda, Ia comparación de da tos históricos, en que algunos de los datos relativos a ereencias de grupo
experimental de Ia eficacia de Ia propaganda por medi os diversos, y así suce- y de masas pueden discutirse y por 10 tanto impugnarse Ias conc1usiones, el
sivamene. El descuido virtual de Ias materiales históricos no obedece a falta norteamericano prefiere tratar meticulosamente el caso a eorto plazo, em-
de interés o al no reconocer Ia importancia de Ias efectos a largo plazo, sino pleando datos que fueron moIdeados de manera muy completa para cubrir
únicamente porque se cree que esas cosas requieren datos que no pueden Ias necesidades deI problema científico, y Iimitarse a Ias reacciones inme-
ohl enerse. diatas de los indivíduos a una situación inmediata separada de Ias largos
Con su aetitud más acogedora para Ios datos impresionistas de masas, el tramos de Ia historia. Pero al tratar empíricamente el problema más restrin-
grllpo europeo puede permitirse fijar su interés en problemas a tan largo gido, puede, desde luego, eliminar de Ia investigación los problemas mismos
plazo como el movimiento de ideoIogías políticas en relación con cambios que son de interés fundamental. EI europeo mantiene en alto Ia bandera de
CII los sistemas de estratificación de c1ases (no sim pIem ente el paso de indi- conservar intacto el problema en que está básieamente interesado, aun cuando
vid IlOS de una c1ase a otra dentro del sistema). Los datos históricos de los pueda ser sólo asunto de especulación; el norteamericano enarbola el estan-
curopeos descansan de manera típica sobre supuestos empíricamente explora- darte que afirma Ia suficiencia de Ios datos empíricos a toda costa, aun a
dos para el presente por Ias norteamericanos. Así, un Max Weber (o alguno costa de renunciar al problema que primero 10 llevó a Ia investigación. EI
de SIl numerosa tribu de epígonos) puede escribir sobre Ias creencias puri- rigor empírico de Ia actitud norteamericana implica una ordenación auto-
t.mas que prevalecieron ampliamente en el siglo XVII basando sus conclusiones negativa en que importantes movimíentos a largo plazo de ideas en relación
Il;I,~](L1seu hechos sobre los pocos literatos que expusieron sus creencias e im- eon cambios en Ia estructura social son demasiado abandonados como matéria
prcsiones sobre Ias ereencias de otros en Iibros que podemos Ieer ahora. Pero, factible de estudio; Ia inclinación especulativa de Ia actitud europea implica
n.rl urulmente, esto deja sin tocar, e intocable, Ia cuestíón indepencliente de Ia aceptar plenamente que Ias impresiones de los acontecimientos de mas as se
11I('<Iiclacn que Ias creencias expuestas en 10s Iibros expresan Ias creeneias
tomen por hechos, y que son pocos los que violan Ia convención consagrada
ele Ia mayor parte de Ia población (sin hablar de los diferentes estratos de
de evitar cuestiones embarazosas acerca de Ia evidencia que apoye definitiva-
dia), completamente incapaz de expresarse por sí misma, por 10 que respecta
mente los supuestos hechos de condueta o creencia de masas.
;1 /;1 hixtoria. Esta relación entre 10 que se encuentra en Ias publícaciones y
Así sucede que Ia variante europea llega a hablar de materias importan-
Ias l·1 ccncias (o actitudes) reales de Ia población subyacente, que Ia variante
tes.de una manera empíricamente discutible, mientras que el nortearnericano
t"llI()pc:\ da por cosa sabida, se convierte en un problema propio para ser
habIa de materias tal vez más triviales de una manera empíricamente rigurosa.
III\['sl igado por Ia variante norteamericana. Cuando se advierte que los perió-
EI europeo imagina y el norteamericano mira; el norteamericano investiga a
dims, Ias revistas o Ios libras expresan un cambio en eI sistema de creencias
corto plazo, eI europeo especula a largo plazo.
li ("11Ia perspectiva general, y se le toma provisionalmente como un reflejo del
Además, debe tenerse en cuenta en qué momentos exactamente el rigor
444 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES INTRODUCCIÓN 445

dei primero y Ia amplitud del segundo son por necesidad antagónicos, y en variantes europea y norteamericana puede aplicarse como piedra de toque
cuanto aIos demás, buscar el modo de unificarlos. para medir su orientaeión más general hacia Ias técnicas. La veracidad, por
Ia cual se extiende aproximadamente Ia congruencia entre observaciones inde-
pcnclientes sobre los mismos materiales, casi está ausente deI todo como pro·
Técnicas y procedimientos de investigación blema para el investigador europeo. En general, cada estudioso de Ia socio-
Las dos variantes presentan diferencias características en su interés por Ias logía del conocimiento ejercita sus talentos a su manera para establecer el
técnicas de investigación para Ia recolección de datos y para su análisisul- contenido y los sentidos de sus documentos. Se consideraría una afrenta a
terior. Ia integridad o Ia dignidad del investigador sugerir que el documento que
Para el sociólogo europeo deI conocimiento, Ia misma frase técnica de estudió debe ser analizado independientemente por otros a fin de establecer
investigación tiene un sonsonete extrafio y poco acogedor. Se considera casi el grado de veracidad, o sea el grado de acuerdo entre los diferentes observa-
intelectualmente degradante exponer los prosaicos detalles de cómo se hizo dores de los mismos materiales. EI agravio no haría más que empeorar si se
un estudio de sociología del conocimiento. Como rastrea su linaje intelectual afíadiera que grandes discrepancias entre los aná1isis independientes pueden
a través de Ia historia, de Ia filosofía discursiva y de Ias artes, el europeo cree arrojar Ia duda sobre Ia suficiencia de uno o de otro. La no.ción misma de
que eso sería mostrar el andamiaje de su estudio y, peor aún, malgastar en el veracidad de Ia categorización (es decir, Ia medida en que coinciden categori-
andamiaje el amoroso cuidado que se debe sólo al edificio terminado. En zaciones independientes de los mismos materia1es empíricos) rara vez encon-
esta tradición el papel deI técnico investigador no consigue alabanzas ni com- tró expresión en el proyecto de investigaciones del sociólogo del conocimiento.
prcnsión. Hay, desde luego, técnicas consagradas, y con frecuencia compli- El olvido sistemático del problema de Ia veracidad quizá probablemente
cadas, para comprobar Ia autenticidad de los documentos históricos, para 10 heredó el sociólogo del conocimiento de 10$ historiadores que figuraron
determinar su fecha probable, ete. Pero Ias técnicas para el anâlisis de los entre sus antecedentes intelectuales. Porque en 10s escritos de Ias historia-
datos y no para Ia autentificación de los documentos no reciben sino ligera dores Ia diversidad de interpretaciones se toma típicamente no como un
atención. problema que hay que resolver, sino como el destino. Si se le reconoce, se le
Cosa totalmente distinta sucede con el estudio norteamericano de Ias reconoce con aire de resígnación teüido de un poquíto de orgullo por Ia artís-
comunieaciones de masas. En el curso de los últimos decenios, en que Ia tica y, en consecuencía, individualizada diversidad de observaciones e inter-
investigación en este campo se prosiguió sistematicamente, se ha puesto pretaciones. Así, en Ia introducción al primer volumen magistral de sus
a Ia vista un vasto y diverso repertorio de técnicas. Técnicas de entrevistas cuatro proyectados volúmenes sobre Thomas Jefferson, Dumas Malone hace
cn toda su numerosa variedad (de grupo e individual, no directiva y estruc- Ia siguiente renuncia, que no deja de ser representativa de Ias actitudes de
turada, exploradora y enfocada a un punto, entrevista simple de corte trans- otros historiadores hacia sus propias obras: "Otros interpretarán aI mismo
verso y entrevista de equipo repetida), cuestionarios, tests de opinión y de hombre y Ias mismos acontecimientos de manera diferente; esto es práctica-
actitud, escalas de actitud del tipo Thurstone, Guttman y Lazarsfeld, el ex- mente inevitable, ya que aquél fue una figura central en controversias históri-
perimento y Ia observación controlados, análisis de contenido (ya de cálculo cos que todavía tienen eco." (EI subrayado es deI autor.)
de símbolos, o de partidas, temático, estructural y de campafía), el analiza- Esta teoría de interpretacíones diferentes de los mismos acontecimientos
dor de programas Lazarsfeld-Stanton: estos pocos no son sino una muestra de se ha establecido de modo tan completo entre los historiadores, que es casi
Ios diversos procedimientos inventados para Ias investigaciones de comunica- seguro que aparezca, en una forma 1.1 otra, en el prefacio de Ia mayor parte
ciones de masas.! La abundancia misma de técnicas norteamericanas no hace de los escritos históricos. Si Ia historia está situada en Ia traducción de Ias
sino disminuir por contraste Ia pequena lista de técnicas europeas. Y el con- humanidades, de Ia literatura y el arte, esta concepción se hace inrnediata-
traste difícilmente puede dejar de descubrir otros aspectos diferentes en Ias mente comprensible. En el campo de Ias artes, esta renuncia a toda inter-
dos orientaciones para el estudio sociológico de Ias comunicaciones. pretación definitiva es al mismo tiempo una expresión, aunque convencional,
La actitud hacia el problema de Ia veracidad de Ias observaciones en Ias de modestia profesional y Ia definición de una experiencia repetida: los
historiadores comúnmente revisan interpretaciones de hombres, sucesos y
I Véanse, por ejemplo, Ias técnicas expuestas en Ias siguientes publicaciones deI Departamento
movimientos sociales. En cuanto a esto, tampoco los científicos esperan una
cI,· luvcstigaciones Sociales Aplicadas de Ia Columbia University: Radio Research, 1941, ed. por
I'. fi. I.azarsfcld y F. Stanton (Nueva York, Duell, SIoan and Pearce, 1941); Radio Research, 1942 interpretación definitiva, aunque su actitud hacia Ia diversidad de interpre-
"'-lI (Nucva York, Duell, Sloan and Pearcc, 1944); Communications Research, 1948·1949 (Nueva taciones es muy diferente.
York, l larper and Brothers, 1949); también eu reciente volumen que reporta Ios estudios de Ia Rama
de Iuvcstígaciones de Ia Secci6n de Edueación e luformaci6n deI Ejército, titulado Experiments on
Para comprender esta actitud implícita hacia Ia veracidad, expresada
M~~s Counnunícations, por Carl I. HovIand, A. A. Lumsdaine, F. D. Sheffield (Princeton University por los historiadores y los sociólogos del conocimiento, no es necesario rom-
Presa, 1949); Y e1 volumen sobre el Proyecto de Invcstigaciones de Cornunicaciones de Guerra títu- per con Ia teoría de una diversidad inevitable de interpretaciones. Pero me-
lado l.ulIguage of Po1itics, por H. D. Lasswell, Nathan Leites y colaboradores (Nueva York, Oeorge
W. Stewar+, 1949). jorará Ia comprensión si se contrasta esta teoría con el punto de vista que
446 SOCIOLOGIA DEL CONOCIl\IIENTO Y COMUNICACIONES INTRODUCCIóN 447

se manifiesta tipicamente en Ias escritos de los científicos, de manera muy Eu el extremo, Ias análisis de contenido tratarán categorías abstractas como
definida en Ias escritos de Ias fisicos.y, en cierta medida, en los de los cien- "Iavorable, neutral y desfavorable", "positivo, neutral y negativo". Y esta
tíficos sociales. Cuando el historiador espera eon ecuanimidad, y casi con una CO\1 frecuencia elimina el problema mismo que dio origen a Ia investígàción
rl'signación feliz, diferentes interpretaciones de los mismos daios, sus colegas sin poner necesariamente en su lugar hechos relevantes para Ia teoría. Para
científicos consideran eso como seãal de un punto deapoyo inestable que cl europeo ésta es una victoria pírrica. Significa que se ha conseguido Ia ve-
proyecta Ia duda sobre Ia veracidad de Ia observacíón 10 mismo que sobre racídad abandonando Ia pertinencia teórica.
ln adecuación de Ia interpretación. Sería muy extra fio e1 prefacio de una Pero todo esta parece tomar demasiado en serio una figura de lenguaje,
obra de química en que se dijera al modo del historiador que "otros interpre- y suponer que Ias secciones europea y nortemericana son en realidad especies
tnrán los mismos datas sobre Ia eombustión de un modo diferente; esto es intelectuales diferentes, incapaces de cruzarse y privadas ele una ascendencia
prácticamente inevitable ... " Ciertamente que en Ia ciencia pueden ocurrir, común. No es éste el caso, desde Iuego. Para poner un ejemplo puramente
y con frecuencia ocurren, diferencias de interpretación teórica; pero no se local, el último capítulo de este libra registra un uso temprano de técnicas
trata de esta. Las diferencias se consideran como pruebas delas insufícien- de análisis de contenido en Ia sociología del conocimiento, análisis destinado
cias del sistema conceptual o posiblemente de Ias observaciones originales, y a determinar en forma sistemática, y no de rnanera impresionista, los focos
se instituye Ia investigación para e1iminar Ias diferencias. de atención de Ias investigaciones entre los científicos ingleses del siglo XVII,
En reaIidad, por centrarse el esfuerzo en eliminar con êxito Ias diferen- y a establecer, tosca pero objetivamente, Ia extensión de Ias conexiones entre
cias de interpretación en Ia cieneia, por buscarse e1 acuerdo y no Ia diver- Ias necesidades económicas y Ia dirección de Ia investigación científica en
sidad, podemos hablar justificadamente del carácter cumulativo de Ia ciencia. aquella época.
)':ntre otras cosas, Ia acumulación requíere Ia veracidad de Ia observación Hay indicios de que no fue otra cosa que un exceso de optimismo socio-
inicial. Y por el mismo motivo, porque Ias artes se centran sobre Ia diferen- lógico sugerir, al comienzo de esta introducción, que se combinaran Ias vir-
cia -como expresión de Ias percepciones distintivas y personales,si no pri- tudes de cada variante con exclusión de los vicios de ambas. Esta se ha rea-
vadas, del artista-, no son cumulativas en el mismo sentido. Las obras de lizado acá y allá. Esa fertilización cruzada produce un vigoroso híbrido, con
arte se aeumulan en e1 sentido limitado de haber cada vez más productos Ias categorías teóricas interesantes de uno y Ias técnicas de investigación em-
de arte a disposición de los hombres en sociedad; pueden colocarse unos al pírica del otro. U n análisis de contenido de biografías populares en revistas
lado de otros. Mientras que Ias obras de ciencia se sitúan de manera natural de circulación de masas hecho por Leo Lowenthal ofrece un espécimen pro-
unas sobre otras para formar una estructura de teorías engranadas y que se metedor de 10 que puede preverse a medida que esta unión se haga más fre-
apoyan mutuamente, estructura que permite Ia cornprensión de numerosas ob- cuente.ê AI rastrear los cambias de asunto en esas biografías populares, de
scrvaciones, Para este fin, Ia veracidad de Ia observación es, por supuesto, los "ídolos de Ia producción" a los "ídolos del consumo", Lowenthal emplea
1111:1necesidad. categorias sacadas de una importante tradición europea de teoría social. Y
Esta breve digresión sobre una posíble fuente de la falta de interés del para determinar si el cambio es real o imaginaria, sustituye el ímpresionis-
enropeo por Ia veracidad como problema técnico puede proyectar luz sobre mo de Ia variante europea con el sistemático análisis de contenido de Ia
Ias bases de su falta de interés aún más general por Ias técnicas de inves- variante norteamericana. EI híbrido es notoriamente superior a cualquiera
tigación. Hay una orientación muy importante hacia Ias humanidades que de Ias dos de pura raza.
persiste en Ia sociología del conocimiento, y con elIa una aversión a unifor- Qtra zona de investigación en que el interés por Ias técnicas es nulo en
mar Ias datos obtenidos por Ia observancia y Ia interpretación de los mismos. Ia variante europea y supremo en Ia norteamericana es Ia de Ios auditorias
En contraste, el interés técnico de Ia variante norteamericana obliga a para productos culturales. EI europeo no desconoce por completo el hecho de
prestar atención sistemática a problemas como el de Ia veracidad. Una vez que Ias teorías necesitan auditorias si han de ser eficaces, pero no persigne
quc se presta atención sistemática a esos problemas, se conoce su carácter esta sistemática ni seriamente. Recurre a datas ocasionales, raros y dudosos.
de maneta más exacta. El resultado, por ejemplo, de un estudioso norte- Si un libra tuvo un resonante êxito popular, o si puede averiguarse el número
.uucricano de comunicaciones para Ias masas de que en el análisis de conte- de ediciones, o si, en algunos casos, puede determinarse el número de ejem-
nido "cuanto más compleja es Ia categoría, más baja es Ia veracidad", es plares distribuídos, esto, según Ias convenciones de Ia tradición europea, se
de nu tipo que no existe, sencillamente, en la sociología europea del cono- supone que dice algo importante acerca del auditorio. O quizás resefias,
cirnicnto. Este ejemplo indica también el precio que se paga por Ia precisión párrafos de dia rios ocasionaIes de unos pocos lectores diseminados, o conje-
t{CIIica, CI1 esta primera etapa de Ia disciplina. Pues desde que se encontrá turas impresionistas de contemporáneos, son tratadas como .pruebas impre-
uuifurmcmente que disminuye Ia veracidad aI aumentar Ia complejidad de
111 catcgorización, ha habido una presión muy marcada a trabajar con cate- 2 "Biographies in popular magazines", por Lco Lowcuthal, en Radio Research, 1942-19,43,ed.
v.otÍ:J~ 1lI11}!simples, unidimensionales, a fin de conseguir una alta veracidad. por R. F. Lazarsfeld y F. Stanton (Nueva York, Duell, Sloan and Pearce, 1944).
44R SOCIOI.OCIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES INTRODUCCI6N 449
NiClllallll'\ c importantes relativas aI tamaüo, carácter y composición de 105 ditarias ni, con bastante frecuencia, los recursos apropiados de personal de
IIl1dilOJios y de sus reacciones. investigación para comprobar Ias medidas, una vez que fueron provisíonal-
Cosa lJluy distinta ocurre, desde Iuego, con Ia variante norteamericana. mente ideadas. Esta diferencia en Ias contextos sociales de 10s dos campos
I.o qlle cs una gran laguna de Ia investigación en Ia sociología europea del Ios condujo a buscar enfoques marcadamente diferentes de Ia atención inves-
conocimíento, se convierte en un importante foco de interés en el estudio tigadora.
uorteamericano de comunicaciones para Ias masas. Técnicas complicadas y Esas demandas de] mercado y militares no sólo produjeron gran interés
cxigeutes fueron inventadas para medir no sólo eI ismaiio de los auditorias entre los estudiosos de Ias comunicaciones para Ias masas por Ia medida del
cn los diferentes medios de rnasas, sino también su composición, sus prefe- auditoria, sino que contribuyeron también a dar forma a Ias categorías en
rcncias y, hasta cierto punto, sus reacciones. relación con Ias cuales se describe a se mide e] auditoria. Después de todo,
Una razón de esta diferencia de enfoque sobre Ia investigación de audi- cl propósito de una investigación ayuda a determinar sus categorias y concep-
lorios es Ia importante diferencia en Ias problemas centrales de los dos cam- tos. Las categorias de la medida deI auditório fueron, en consecuencia, pri-
pos. EI sociólogo del conocimiento busca, por encima de todo, los determi- mordialmente Ias de la estratiíicación deI ingreso (género de dato sin duda
n.mtes sociales de Ias perspectivas del intelectual, cómo llega a sustentar Sl1S importante para quienes eI interés definitivo es vender y colocar sus mercan-
idcas. Por 10 tanto, se interesa de ordinarío por el auditoria sóIo por eI influjo das), el sexo, Ia edad y Ia instrucción (manifiestamente importante para
<JI1C ejerce en el intelectual; para él basta tener en cuenta el auditorio sólo quienes tratan de averiguar Ios canales publicitarios más apropiados para 11e-
corno 10 toma en cuenta eI intelectual. Por otra parte, el estudioso de Ias gar a grupos especiales ). Pero como se da el caso de que Ias categorías de sexo,
comunicaciones para Ias masas se interesó casi desde el principio primordial- edad, instrucción e ingreso corresponden tam bién a algunas de Ias principales
mente por el efecto de Ias medios de comunicación para Ias masas sobre los situaciones en Ia estructura social, 105 procedimientos ideados por 105 estu-
auditorios. La variante europea se enfoca sobre 105 determinantes estructu diosos de Ia comunicación para Ias masas para medir auditorias son tarnbién
ra lcs del pensamiento, Ia norteamericana, sobre Ias consecuencias sociales y de interés directo para el sociólogo.
psicológicas de Ia difusión de Ia opinión. Una se centra en torno de Ia También advertimos que Ia importancia socialmente inducida dada a
Iucnte, Ia otra en torno del resultado. La europea pregunta cómo sucede que problemas intelectuales particulares puede desviar el interés de Ia investiga-
aparezcan Ias ideas particulares; Ia norteamericana pregunta cómo esas ideas, ción de otros problemas con su interés sociológico grande o mayor, pero ma-
una vez aparecidas, afectan a Ia conducta. nifiestamente con poco valor para los objetivos inmediatos de mercado o
Dadas estas diferencias de enfoque intelectual, es fácil ver por qué la militares. La tarea inmediata de Ia investigación aplicada obscurece a veces
variante europea ha descuidado Ia investigación deI auditorio y por qué Ias tareas lejanas de Ia investigación básica. Todavia han desempefiado un
Ia variante nortearnerícana se dedicó a ella. También puede preguntarse si los papel pequefio en la descripción de auditorios, Ias categorias dinâmicas, con
cnfoques inteIectuaIes son a su vez producto de] contexto extructural en que poco influjo directo sobre Ios intereses comercíales, tales como Ia "falsa
aparecen, Hay indicios de que ta] es e] caso. Como han observado Lazarsfeld conciencia" (funcionalmente definida, por ejemplo, por Ia discrepancia mar-
y otros, Ias investigaciones de Ias comunicaciones para Ias masas aparecieron cada entre una situación econômica objetivamente baja y una identificación
cn gran parte en respuestas a Ias exigencias de] mercado. La severa compe- ideológica con 10s estratos econômicos superiores) o diferentes tipos de indi-
tcncia por Ios anúncios entre Ias diferentes medios de comunícación para Ias viduos econórnicamente móviIes.
niasas y entre Ias agencias de cada medio provocó una demanda económica Mientras que Ia variante europea (Wissenssozíologíe) hizo pocas inves-
de medidas objetivas de tamafio, composición y reacciones de Ios públicos (de tigaciones sobre los auditorios de diferentes productos intelectuales y cultu-
periódicos, revistas, radio y teIevisión). Y en Ia busca por Ia mayor partici rales, la variante norteamericana (investigación de Ias cornunicacíones para
pación posible en el dólar de publicidad, cada medio de éstos y cada agencia Ias rnasas ) hizo muchas, y Ias categorias de estas investigaciones fueron, hasta
se mantuvieron alertas para Ias posibles deficiencias en Ias medidas del audi- e] pasado reciente, moldeadas no tanto por Ias necesidades de Ia teoria socio-
lorio empleadas por competidores, introduciendo así una presión considerable lógica como por Ias necesidades prácticas de los grupos y Ias agencias que
para inventar medidas rigurosas y objetivas no fácilmente vuInerables a Ia crearon Ia demanda de Ia investigación del auditorio. Bajo Ia presión directa
critica. Además de esas presiones deI mercado, e] reciente interés militar por del mercado y de Ias necesidades militares, se inventaron técnicas definidas
h propaganda creó tambíén UI1 enfoque sobre Ias dimensiones deI auditoria, de investigación, y esas técnicas llevan en sus comienzos Ias marcas de su
v.t ql1e, COI1 Ia propaganda como con los anuncios, Ios patrocinadores quieren origen: están fuertemente condicionadas por los usos prácticos a que primero
~:Ihcr si ha n lIegado a los auditorios deseados y si consiguieron sus efectos fueron dedícadas.
deliberados. En Ia comunidad acadérnica en que Ia soeioIogía deI conoci- La cuestión de si esta investigación técnica de Ias comunicacíones para
uucnto se desarrolló en gran parte, no hubo Ia misma presión económica Ias masas se hace más tarde independiente o no de sus orígenes sociales es
intensa c inexorable para inventar medidas técnicamente objetivas de los au- en sí misma un problema de interés para Ia ciencia de Ia sociología. lEn qué
,'0;1) SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
INTRODUCCIúN 451
(i rcunstancias adquiere Ia investigación fomentada por los intereses del mer-
(:Ido y 105 intereses militares una autonomia funcional en que Ias técnicas y No hay duda de que los sabios europeos solitarios de Ia sociologia del co-
IIJ~ resultados entran en el dominio público de Ia ciencia social? Es posible uocimiento perciben de manera abstracta Ia necesidad de una categorización
(11 1C tcngarnos aqui, tan cerca de nuestros ojos que no acertamos a verlo, un fidedigna de sus datos empíricos, en Ia medida en que sus estudios implican
p.u.ilclo en Ias ciencias sociales de 10 que sucedió en Ias ciencias físicas du. cn algún grado datos empíricos sistemáticos. También, es evidente que buscan
1:1111 c cI sigla XVII. En aquella época, como se recordará, no fueron Ias viejas típicamente, y quízás 10 Iogran, congruencia en Ia clasificación de sus mate-
universidades, sino Ias nuevas sociedades científicas, Ias que dieron impulso riales, ajustándose aIos criterios de clasificación en los casos manifiestamente
;1 los progresos experimentales de Ia ciencia, y ese impulso estaba relacionado raros en que dichos criterios se enuncian de manera expresa. Pero el sabio
11111Ias demandas prácticas que se Ies hacían a Ias ciencias físicas en creci- solitário no está obligado por Ia estruciura misma de su situación de trabaio
111 unt o. a tratar de manera sistemática Ia veracidad como un problema técnico. Hay
:\si ahora, en el campo de Ia investigación de Ias comunicaciones para una posibilidad remota e improbable de que algún otro sabio, en algún otro
I.i, II1<1SaS,Ia industria y el Estado proporcíonaron en gran parte el capital lugar lejano de Ia comunidad académica, encuentre exactamente el mismo
<i"C sc arriesgó en apoyo de Ia investigación social necesaria para sus pro- conjunto de materiales empíricos, utilice Ias mismas categorías, 10s mismos
pios fines en l1I1 tiempo y en un campo en que Ias universidades se resistían criterios para esas categorías y realice Ias mismas operaciones intelectuales. Y
;1 dar clicho apoyo O eran incapaces de darIo. En el proceso se inventaron no es probable, dada Ia tradición en contrario, que tenga lugar una réplica
IITllic;IS, se preparó personal y se obtuvieron resultados. Ahora bien, a 10 que deliberada deI mismo estudio. Hay, en consecuencia, muy poco en Ia organi-
jl;IIC('C,cl proceso contínúa, y al !legar a Ias universidades esas demostraciones zación de Ia situación de trabajo del europeo que le obligue a tratar sisiemá-
dcl valor real y potencial de Ia investigación, Ias universidades suministran ticamenie el difícil problema de Ia veracidad del análisis.
I(TIl I.';OS para Ia investigación, básica y aplicada, en este campo como en otros Por Ia otra parte, Ia misma organización social diferente de Ia investiga-
d(' LIs ciencias sociales. Sería interesante !levar esto más Iejos: zLas investi- ción norteamericana sobre comunicaciones para Ias masas obliga virtualmente
1',:lliollCS orientadas hacia Ias necesidades del Estado y de Ia industria estu- a prestar atención a problemas técnicos como el de Ia veracidad. Los estu-
VIClOll demasiado vinculadas 011 inmediato problema apremiante, dando dios empíricos de comunicaciones para Ias masas requieren de ordinario el
d('llIasiado poca ocasión para tratar cuestiones más fundam entales de Ias examen sistemático de grandes cantidades de datos. La magnitud de los datos
('Il'llcias sociales? zCreemos que Ias ciencias socíales no están suficientemente es tal que suele rebasar con mucho Ia capacidad de un investigador solitario
adclantadas ni Ia industria y el Estado 10 bastante maduros para llegar aI el reunirlos, así como Ias operaciones de rutina que tanto tiempo consumen
:IpO\,O cn gran escala y de investigaciones básicas en ciencias sociales 10 mis- y que de ordinario no está en situación de pagar. Si han de hacerse esas in-
\110 q l1C en ciencia física? Son éstas cuestiones que surgen directamente de vestígaciones, requieren Ia colaboración de numerosos trabajadores investiga-
I:t histeria social de Ia investigación en comunicaciones para Ias masas, y re- dores organizados en equipos. Ejemplos recientes los proporcionan el Pro-
"I\ICII interés inmediato para el sociólogo de! conocimiento. yecto de Investigaciones sobre Comunicaciones de Guerra, de Lasswell, en Ia
Biblioteca del Congreso, Ia sección de comunicaciones para Ias mas as de Hov-
land, de Ia Rama de Investigaciones de Ia Sección de Ensefianza e Información
( )n~<IJú:::ación social de Ia investigación del Ejército, y Ia sección de investigación sobre comunicaciones del Departa-
, ,() (1'1(;ocurre respecto del asunto, de Ia definición de problemas, de Ias con- mento de Investigaciones Sociales Aplicadas, de Ia Columbia University.
(<']H'iol1cSde Ias datos empíricos de Ia actitud hacia Ias técnicas, ocurre tam- Con esta organización de Ia investígacíón, el problema de Ia veracidad es
l,i("11COIl Ia organización del personal de investigación: Ias variantes europea tan apremiante que no puede ser olvidado ni observado a Ia ligera. La nece-
y 11011camericana toman posiciones distintivas y diferentes. Los europeos han sidad de veracidad de Ia observación y del análisis que, naturalmente, existe
1t:lb:lj;ldo típicamente como intelectuales soIitarios, explorando Ias publicacío- en el campo de Ia investigación en general, se convier te en el más visible y el
111', ;I('ccsibles en bibliotecas, quizás con ayuda de uno o dos ayudantes sujetos más insistente en Ios confines de miniatura deI equipo de investigación. Es
a\11 .lircctiva y constante vigiliancia. Los norteamericanos han trabajado cada de suponer que diferentes investigadores que trabajan sobre 10s mismos mate-
\T/. 111:'1\ ('{)\1l0cquipos de investigación o como grandes organizaciones de in- riales empíricos y realizan Ias mismas operaciones, obtengan los mismos resul-
\'nl i.I:;lci(·>!1 formadas por varios equipos. tados (dentro de límites tolerables de variación). Así, Ia estructura misma deI
'<sas diferencias en Ia organización social de Ia investigación se alimentan grupo de trabajo inmediato con sus varios y diversos colaboradores refuerza
c!t- 1.1',o! Ias diferencias que hemos seüalado y Ias sostienen. Refuerzan Ias el perenne interés de Ia ciencia, incluidas Ias ciencias sociales, por Ia obje-
;lI 11111<ll'\ ti iícrcntes hacía Ias técnicas de investigación, por ejemplo, y Ias actí- tividad: Ia veracídad interpersonaI e intergrupal de los datos. Después de
Il\d('s Ital'i;\ problemas técnicos como el que examinamos brevemente: e! pro- todo, si el contenido de Ias comunicaciones para Ias masas es c1asificado o
!ll e ru: I dI' 1:1vcracidad, codificado por varios calificadores, esto suscita ínevitablemente Ia cuestión
de si los diferentes codificadores (observadores) obtienen en realidad 10s mis-
'I~~ S()UOLOC1A DEL CONOCIMIENTO Y CO:MUNICACIONES INTRODUCCIÓN 453

IIIOS resultados. No sólo se hace manifiesta y exigente Ia cuestíón, puede ser eu sus sistemas de ideas se encontrará Ia génesis de muchas cuestiones impor-
contestada sin demasiada dificultad mediante Ia comparación de Ias diferentes tantes de investigación sociológica.
rocliíicaciones independientes deI mismo material. En este sentido, pues, "no EI capítulo siguiente trata con algún detalle de Ias aportaciones de Karl
('S 11\1 accidente" que grupos de investigación como eI Proyecto de Investigacío- Mannheim a Ia sociología deI conocimiento, y permite una exploración más
11(;5 sobre Comunicaciones de Guerra, de Lasswell, dediquen gran atención a completa de algunos problemas escuetamente mencionados en el estudio
1;1 vcracidad del análisis de contenido, mientras que el estudio de Mannheím más general del capítulo XII.
sobre cl conservadurismo alemán, basado también sobre contenido documen- EI último capítulo de Ia tercera parte -que trata de Ia propaganda por
1:11 pcro realizado por un solo investigador a Ia manera europea, no trata sis- radio y por cinematógrafo- revisa estudios recientes casi enteramente desde
I('JIl;'11 icamente Ia cuestión de Ia veracidad como problema. el punto de vista del técnico en investigación. Así, pues, se centra en torno
I k ese modo, quízás, fueron reforzadas tendencias divergentes por Ias de Ias técnicas de investigación para el estudio de Ia propaganda, y no en tor-
(".111]('1liras sociales diferentes de los dos tipos de investigación: el investigador no de Ias cuestiones correlativas del papel funcional de Ia propaganda en
sol iI.uio, con Ia soledad mitigada por unos pocos ayudantes, en Ia tradición sociedades de diferentes tipos. Queda por ver si Ias técnicas ele investigación
('lImpe:1 de Ia sociología deI conocimiento; y el equipo de investigación, cuya revisadas en ese capítulo son pertinentes sólo para e1 limitado conjunto de
divcrsiclad se hace coherente por un objetivo general, en Ia tradición norte- problemas que en Ia actualidad plantean Ias exigencias elel mercado y Ias mili-
:1111('1icana de Ia investigación de Ias comunicaciones para Ias masas. tares, o si tarnbién son pertinentes a Ios problemas que inevitablemente se
presentan en toda gran estructura social. ZNo tiene una sociedad socialista,
10 mismo que una sociedad capitalista, que hacer frente a problemas de in-
N I/CVclS interroganies y problemas centivo y móviles sociales, de informar y persuadir a gran número de indiví-
l'robablemente sería instructivo Ilevar más lejos Ias comparaciones entre Ias duos de los propósitos y los fines que hay que perseguir, y de hacerles adaptar
f( mnus variantes de investigación de comunicaciones. lCómo, por ejemplo, Ios modos expeditivos de avanzar hacia dichos fines? Puede preguntarse,
se confrontan los orígenes sociales del personal que hace Ias investigaciones además, si âeben olvidar Ia necesidad de conocimientos sociales técnicos los
eu los dos campos? lDifieren de acuerdo con Ias diferentes funciones socia- que encuentran repulsivos los usos a que ocasionalmente se aplican esos
lcs de los dos tipos de investigación? lLos sociólogos del conocimiento son conocimientos. Por Ia misma razón, puede preguntarse si el interés exclusivo
1l1;'IS frccuentemente, como en realidad sugiere Mannheim, hombres margi- por pequefios detalles técnicos no puede representar una restricción prema-
neles a diferentes sistemas sociales, y por 10 tanto aptos para percibir, si no tura y no muy productiva del problema sociológico hasta el punto de que Ia
p;lra conciliar, Ias diversas perspectivas intelectuales de grupos diferentes, en investigación no tenga impIicaciones perceptibles para Ia sociología ni para
1:11110 que los investigadores de Ias comunicaciones para Ias masas son con Ia sociedad. Estas son cuestiones muchos más fáciles de plantear que de
111:1 yor frecuencía individuos móviles dentro de un sistema económico o social, resolver, aunque el estudio del capítulo XIV puede por 10 menos proporcionar
dedicados a buscar los datos que necesitan quienes manipulan organiza cio- materia prima para quienes se interesan por trabajar en Ias soluciones.
ncx, buscan mercados y controlan gran número de personas? lLa aparición
de la sociologia deI conocimiento en Europa se relaciona con Ias fisiones
klsicas entre sistemas sociales radicalmente opuestos, de suerte que a muchos
1\0 lcs parecíó establecido ningún sistema dentro deI cuaI pudíeran aplicar
de manera importante sus destrezas, y de tal suerte que fueron lIevados a
buscar desde el primer momento un sistema social con sentido?
Pero preguntas de tan gran alcance rebasan mucho Ios límites de esta
iulroducción. Esta revisión de Ia variante europea de Ia investigación de Ias
comunicaciones -a saber, Ia sociologia deI conocimiento- y de Ia variante
nortcamericana -<I saber, Ia sociología de Ia opinión y de Ias comunicaciones
para Ias masas- puede proporcionar un ambiente para 10s tres capítulos si-
gllicnl'cs.
E1 capítulo XII está destinado a revisar y valorar sistemática mente algu-
uns aportaciones fundamentaIes a Ia sociologia deI conocimiento. Se adver-
tin', de inmcdiato que esas aportaciones son sobre todo europeas y que en su
mayor parte tienen poco que decir acerca de procedimíentos de análisís y
st'llo poco más que exponer a modo de resultados empíricos sistemáticos. Pero
LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO 455
a dedicar atención creciente a Ias problemas de esa zona. La aparición de
XII. LA SOCIOLOGtA DEL CONOCIMIENTO publicaciones y, corno prueba decisiva de su respetabilidad académica, el nú-
mero cada vez mayor de tesis doctorales en este campo, atestiguan en parte
LA GENERACIÓN pasada presenció Ia aparición de un campo especial de inves-
el aumento del interés.
Una explicación inmediata y a todas Iuces insuficiente de este fenómeno
tigación sociológica: Ia sociología del conocimiento (Wíssenssozíologie). La
palabra "conocimiento" hay que interpretarla, ciertamente, de manera muy sería Ia reciente transferencia del pensamiento sociológico europeo por soció-
logos que vinieron últirnamente a este país. Indudablemente, esos sabias fi-
amplia, ya que los estudios en esta zona han tratado virtualmente de toda Ia
guraron entre Ias portadores de cultura de Ia Wissenssoziologie. Pero esto no
gama de productos culturales (ideas, ideologías, creencias jurídicas y éticas,
filosofía, ciencia, tecnología). Pero sea cual fuere el concepto de "conoci- hizo sino poner a nuestra disposición esas concepciones, y no explica su acep-
tación real más de 10 que Ia haría Ia mera disponibilidad en cualquier otro
miento", Ia orientación de esta disciplina sigue siendo en gran parte Ia mis-
caso de difusión cultural. El pensamiento norteamericano resultó receptivo
ma: se interesa primordialmente por Ias relaciones entre eI conocimiento y
para Ia sociologia deI conocimiento en gran parte porque trata de problemas,
otros factores existenciales de Ia sociedad o de Ia cultura. Por general y aun
conceptos y teorias que cada vez son más pertinentes a nuestra situación
vaga que pueda ser esta formulación deI propósito central, un enunciado más
social contemporânea, porque nuestra sociedad ha lIegado a tener ciertas carac-
específico no servirá para abarcar los diferentes puntos de vista que se han
producído. terísticas de Ias sociedades europeas en que se produjo inicialmente esta
Manifiestamente, pues, Ia sociología deI conocimiento se interesa por disciplina.
problemas que tuvieron larga historia. Tanto es así, que Ia disciplina ya tuvo
La sociología del conocimiento adquirió interés bajo un complejo defi-
nido de circunstancias sociales y culturales.? AI aumentar el antagonismo
~11 primer historiador, Ernst Cruenwald.' Pero nuestro primer interés no es
social, Ias diferencias en los valores, Ias actitudes y modos de pensar de Ias
por los numerosos antecedentes de Ias teorías actuales. En realidad hay pocas
grupos se desarrol1an hasta el punto de que Ia orientación que esos grupos
obscrvaciones actuales que no hayan tenido expresión previa en alguna frase
tuvieron previamente en común es eclipsada por diferencias incompatibles.
sugestiva. AI rey Enrique IV se le recordaba que "tu deseo fue padre, Enrí-
No sólo se producen diferentes universos mentales, sino que Ia existencia de
quc, de esa idea" sólo pocos afios antes de que Bacon escribiese que "el en-
tcndimiento humano no es luz seca, sino que recibe una infusión de Ia volun- cada uno de ellos amenaza Ia vali dez y Ia legitimidad de los otros. La coexis-
tencia de esas perspectivas e interpretaciones antagónicas en Ia misma socie-
lati y de Ias afectos, de donde proceden Ias ciencias que pueden llamarse
dad conduce a una âesconiianza activa y recíproca entre los grupos. En un
'cicncias como uno quiso'''. Y Nietzsche formuló gran número de aforismos
ambiente de c1esconfianza ya no se investiga el contenic1o de Ias creencias
sobre Ias modos en que Ia necesidad determina Ias perspectivas a través de
y Ias enunciados para determinar si son válidos o no, ya no se confrontan Ias
l.rs eu ales interpretamos eI mundo, de modo que hasta Ias percepciones de Ias
enunciados con Ias pruebas pertinentes, sino que se formula una pregunta
sentidos están impregnadas de preferencias de valores. Los antecedentes de
enteramente nueva: ZPor qué se sustentan esas opiniones? Se funcionaliza el
I:I Wissenssoziologie no hacen más que apoyar Ia observación de Whitehead:
"llcgar muy cerca de una teoría verdadera y captar su aplicación precisa son pensamiento, se le interpreta en relación con sus fuentes y sus funciones psi-
cológicas, económicas, sociales o raciales. En general, este tipo de funciona-
dos cosas muy diferentes, como nos ensefía Ia historia de Ia ciencia. Todas
lns cosas importantes fueron dichas antes por alguien que no Ias descubrió." lización tiene lugar cuando se ponen en duda Ias enunciados, cuando pareceu
tan palpablemente inadmisibles, absurdos o tendenciosos, que ya no es nece-
sario examinar Ias pruebas a favor o en contra de ellos, sino sólo Ias funda-
EL MEDIO SOCIAL mentos para que sean formulados," Esos enunciados extrafíos "se explican
por" o "se atribuyen a" intereses especiales, a motivos inconscientes, a pers--
Courplctarnente aparte de sus orígenes históricos e íntelectuales, hay Ia cues- pectivas deformadas, a Ia posición social, etc. En el pensamiento popular
Iióu relativa a Ia base deI interés contemporâneo por Ia sociología deI cono-
«uuicnto. Como es bien sabido, Ia sociología deI conocimiento, como dis- 2 Véase Ideología y utopía, por Karl Mannheim, 5-12; Social and Cultural Dynamics, pOI
ciplina independiente, fue cultivada de manera especial en Alemania y Fran- Sorokin, lI, 412-13.
3 Freud observó esta tendencía a buscar 105 "orígcnes" y no a comprobar Ia vali dez de Ias
('ia. S6Io en los últimos decenios empezaron los sociólogos norteamericanos aseveraciones que nos parecen palpablemente absurdas. Supongamos que alguien sostiene que el
centro de Ia tierra está hecho de compota. "'EI resultado de nuestra objeción intelectual será una
I 10:" ('ste trabajo no se dirá nada de esa historia. Ernst Gruenwald proporciona un esbozo desviaci6n de nuestros intereses; en lugar de dirigirse a Ia investigación rnísrna, en cuanto a que el
de lns ncontccimientos pasados, por 10 menos desde Ia época llamada de Ia Ilustración, en Das interior de Ia tierra esté realmente hecho o no de compota, nos preguntaremos qué clase de hombre
"",h/rlll der Soziologie des Wissens (Viena.Leípzíg, Wilhelm Braumueller, 1934). Para un pano· tiene que ser el que tenga semejante idea en Ia cabeza ... " New Introductory Lectures, de Sigmund
IIIIIIU de conjunto, véase "The sociology of knowledge", por H. Otto Dahlke, en Contemporary Freud (Nueva York, W. W. Norton, 1933), 49. En el plano social, una diferencia radical de
Sudu/ T/1COry, ed. por H. E. Barnes, Howard y F. B. Becker (Nueva York, Appleton-Century, perspectivas de diferentes grupos socialcs no sólo conduce a nn ataque ad hominem, sino también
"110). 6489. a "explicacíones funcionalizadas".
4,4
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·gl, S()CI()1.0C:li\ 1)1-:1. CONUCIMIENTO Y COMUNICACIONES 457


LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO
<,,10 suponc ataques recíprocos contra Ia integridad de Ias adversarios; en un Eu uua sociedad en que Ia desconíianza recíproca encuentra expresiones
pl'II\:Ill1icnto más sistemático, conduce a análísis ideológicos recíprocos. En populares como "lqué le importa eso a él?": en que "palabreria" y "íara-
10\ dos niveles, se alimenta de Ias inseguridades colectivas y Ias nutre. malla" fueron pala bras constantes casi durante un sigla y "desenmascarar" 10
I )ClltTO de este ambiente social, eneuentra amplia eirculaeión un con- fue durante una generación; en que e! anuncio y Ia propaganda engendraron
i 111i! o ele interpretaciones del hornbre y de Ia cultura que comparten ciertos una resistencia activa a Ia aceptación de Ias aseveraciones en su sentido lite-
~.1lpIlCStOScomunes. No sólo eI análisis ideológico y Ia Wissenssoziologie, ral; eu que Ia conducta seudo-Gemeinschaft como recurso para mejorar de
~oIll()t.unbién el psicoanálisis, el marxismo, el semanticismo, el estudio de Ia posición económica y política está documentada eu un besisellei sobre el
1'lopag:lIlcla, eI paretísmo y, hasta cierto punto, e! análisis funcional, tienen, modo de ganar amigos en los que pueda influirse; en que Ias relaciones socia-
;1 P\'S:Ir de sus diferencias, un punto de vista análogo sobre e! papel de Ias les se convierten cada vez en instrumentos o medi os, de suerte que el indi-
H!L-;Is,Por una parte, hay Ia esfera de Ia verbalización y de Ias ideas (ídeo- víduo nega a creer que los demás buscan primordialmente controlarIo, rnani-
I, li~ía\, rac:ionalizaciones, expresiones emotivas, deformaciones, folklore, deri- pularlo y explotarIo; en que el creciente cinismo implica una separación pro-
v.uioucx}, todo 10 cual se considera expresivo, derivativo o enga:fíoso (deI gresiva de Ias relaciones importantes de grupo y un grado considerable de
111 I' de los otros) , y se relaciona funcionalmente con algún substrato. Por autoextra:fíamiento; en que Ia incertidumbre acerca de 10s móviles de uno es
(llr;1 parte hay los substratos que ya fueron concebidos (relaciones de produc proclamada en Ia incisiva frase "quizás estoy racionalizando, pero ... "; en que
,j'·IIl. posición social, impulsos fundamentales, conflicto psicológico, intereses Ias defensas contra el desengano traumático quizás consisten en estar perma-
\ scntimientos, relaciones interpersonales y residuos). Ya través de todo elIo nentemente desenga:fíado reduciendo Ias expectativas sobre Ia integridad de
(orre cl tema de Ia determinación inconsciente de ideas por los substratos; 10s otros dando por descontados de antemano sus móviles y talentos; en una
LI importancía concedida a Ia distinción entre 10 real y 10 ilusorio, entre reali- sociedad así, el análisis ideológico sistemático y una sociología deI conocimien-
e hd y apariencia en Ia esfera deI pensamiento, Ias creencias y Ia conducta to derivada adquieren una pertinencia y una fuerza socialmente fundamen-
humanos. Y cualquiera que sea Ia intención de los analistas, sus análisis tien- tadas. Y los académicos norteamericanos, ante sistemas de análisis que pare-
c!('1I :1 poseer una cualidad acre: tienden a acusar, secularizar, ironizar, ena- cen ordenar el caos del conflicto cultural, de los valores y los puntos de vista
iCIl:\r, c1esvalorar el contenido intrínseco de Ia creencia o el punto de vista antagónicos, se apropiaron y se asimilaron los sistemas analíticos.
((lI! fcsados. Piénsese sólo en los armónicos de Ias palabras elegidas en esos La "revolución copernicana" en esta zona de investigación consiste en Ia
((III1cxtos para referirse a creencias, ideas y pensamíentos: mentiras vitales, hipótesis de que no sólo el error, Ia ilusión o Ia creencia falsificada estaban
111 it os, ilusiones, derivaciones, folklore, racionalizaciones, ideologías, fachadas socialmente (históricamente) condicionados, sino que 10 estaba también el
vcrbales, seudo-razones, etc.
descubrimiento de Ia verdad. Mientras Ia atención estuvo enfocada sobre Ios
Lo que esos sistemas de análisis tienen en común es Ia práctica de des- determinantes sociales de Ia ideología, Ia ilusión, el mito y Ias normas mora-
(':lI'lar el valor nominal de Ias declaraciones, Ias creencias y los sistemas de les, no podía aparecer Ia sociología del conocimiento. Estaba bastante claro
idcas reexaminándolas dentro de un contexto nuevo que proporciona el "signi- que en Ia explicación del error o de Ia opinión no certificada se hallaban
ficado real". Las declaraciones consideradas ordinariamente en relación con implícitos algunos factores extra-teóricos, que se necesitaba una explicación
SII contenido manifiesto son bajadas de su pedestal, sea cualquiera Ia intención especial, ya que Ia realidad del objeto no podía explicar el erro r. Pero en eI
dei analista, poniendo ese contenido en relacíón con los atributos deI que caso de conoeimiento confirmado o certificado se supuso durante mucho
ha hla o de Ia soeiedad en que vive. EI iconoelasta profesional, el desenmas. tiempo que podía ser adecuadamente explicado en términos de una relación
(arac1or especializado, el analista ideológico y sus respectivos sistemas de ideas directa objeto-intérprete. La sociología deI conocimiento nació con Ia nota-
prospcran en una sociedad en que grandes grupos de individuos ya se han ble hipótesis de que aun Ias verdades tenían que considerarse socialmente
('xl raíiado de los valores comunes; en que universos mentales independientes explicab1es, que había que ponerlas en reIación con Ia sociedad histórica en
s(' cnlazan por Ia desconfianza recíproca. EI análisis ideológico sistematiza Ia que aparecían.
LIlla ele fe en los símbolos reinantes que ha llegado a generalizarse, de donde
." I pcrl incncia y su popularidad. EI analista ideológico no crea un séquito
t
"
Esbozar siquiera sea Ias corrientes principales de Ia sociología de! cono-
cimiento con breve extensión es no presentar ninguna adecuadamente y
(1111111 hahla a un séquito para el cual "tíenen sentido" sus análísis, es decir,
,',(' ('011Iorrnan a su experiencia previamente no analizada.! I hacer violencia a todas. La diversidad de formulaciones, de Marx, o Scheler,
o Durkheim; Ia variedad de problemas, desde Ia determinación social de sis-
., 1-:1 «ouccpto de pertinencia se Ia apropiaron Ias precursores marxistas de Ia Wissenssoziologie. temas de categorías hasta Ias ideologías políticas ligadas a Ias cIases; Ias enor-
"I ,1'1 11I"1'I,,,joncstc6ricas de Ias comunistas no se basan de ningún modo en ideas o principios que mes diferencias de ámbito, desde Ia categorización omnicomprensiva de Ia
11.1\';1" ,ido inventados o descubierto por este o aquel supuesto reformador universal. No hacen más
."". r.'I"c'.",r, cn términos generales, Ias relaciones reales que resultan de una lucha de c1ases efec-
historia intelectual hasta Ia localización social deI pensamiento de 10s inte-
Iiv,l, dI' .111 movimiento histórico que se está desarrollando bajo nuestros propíos ajas .. ." Carlos lectuales negros en los últimos decenios; 10s varios límites asignados a Ia
I\L". I' Fcdcrico Engels: The Communist Manifesto, en Karl Marx, Selected Works, 1,219. disciplina, desde una amplia epistemología sociológica a Ias relaciones empí-

I
~,

., ÇS SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COJVIUNICACIONES LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO 459


IiC;JSde estructuras e ideas socíaIes particulares; Ia proliferación de conceptos: expresión simbólica, Strukiurzusammenhang; identidades estructurales, conexión
idcas, sistemas de creencias, conocimientos positivos, pensamientos, sistemas interna, analogías estilísticas, integraci6n lógico-significativa, identidad de signi-
dl' verdades, superestructuras, etc.; 10s diversos métodos de validación -desde ficado, etcétera.
I:ISadmísibles pero indocumentadas atribuciones a meticulosos análísis hist6- c. PaIabras ambiguas para designar relaciones: correspondencía, reflejo, enla-
I i(()s v estadísticos- a Ia luz de todo esto, el intento de tratar tanto el apa- zado con, en estrecha conexión con, etcétera.
r.u o analítico COmo los estudias empíricos en unas pocas páginas, tiene que
,:J('rificar el detalle aI conjunto. 4 . .:Por qué? funciones maniiiestas y latentes atribuidas a Ias producciones men-
tales existencialmente condicionadas.
Para contar con una base de comparación entre Ia confusión de estudios
q IICaparecieron en este campo, tenemos que adaptar algún sistema de análisís. a. Conservar el poder, promover Ia estabílidad, orientación, explotación o
1';1paradígma siguiente va dirigido a constituir un paso en esta dirección. Es, aprovechamiento, relaciones sociales reales obscuras, suministrar motivos, canalizar
illdlldablemente, una c1asificación parcial y, hay que esperarlo, provisional, Ia conducta, desviar Ia crítica, desviar Ia hostilidad, proporcionar tranqui1idad, con-
qllc desaparecerá para dejar lugar a un modelo analítico perfeccionado y más trolar Ia naturaleza, coordinar Ias relaciones sociales, etcétera.
l'\igcutc. Pero proporciona una base para hacer un inventaria de Ias resulta-
d()s existentes en este campo; para indicar 10s resultados, contradictorios, C011-
5. zCuándo ptedominan Ias relaciones atribuidas de Ia base existencial y el cone-
cimiento?
I r.nios y congruentes; para exponer el aparato conceptual ahora en uso; para
determinar Ia naturaleza de Ias problemas que han ocupado a Ias trabajadores a. Teorias historicistas (limitadas a sociedades o culturas particulares).
dl' esfe campo; para estimar eI carácter de Ias pruebas que aportaron relativas b. Teorías analíticas generales.
;1 CS()S problemas; para indagar Ias lagunas y Ias debilidades características
de los tipos actuales de interpretación. Toda Ia teoría de Ia sociología deI Hay, desde luego, categorías adicionales para clasificar y analizar estúdios
vonocimiento se presta a Ia clasificación de acuerdo con el paradigma si- de sociologia del conocimiento que no exploramos aquí de un modo com-
gllicntc. pleto. Así, el perenne problema de Ias implicacíones de Ias influencias exis-
tenciales sobre el canocimiento para Ia situación epistemológica de ese cono-
PARADIG1\IA PARA LA SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO cimiento fue calurosamente debatido desde el principio mismo. Las soluciones
a este problema, que suponen que una sociología del conocimiento es nece-
I. ,:D01lde está situada Ia base existencial delas producciones mentales7 sariamente una teoría sociológica deI conocimiento, van desde Ia pretensión
a. Bases sociales: posición social, clase, generacíón, papel ocupacíonal, modo de que Ia "génesis del pensamiento no tiene una relación necesaria con su
de proclucción, estructuras de grupo (universidad, burocracia, academias, sectas, vali dez" hasta Ia posición relativista extrema de que Ia verdad es "una simple"
partidos políticos), "situacíón histórica", intereses, sociedad, afiliación étnica, mo- función de una base social o cultural, que descansa únicamente en el con-
vilidad social, estructura de poder, procesos sociales (competencia, antagonismo, senso social y, en consecuencia, que toda teoría de Ia verdad culturalmente
,I('(fera) .
aceptada tiene iguales títulos a Ia valídez que cualquiera otra.
h. Bases culturales: valores, ethos, clima de opinión, Volksgeíst, Zcitgeíst, Pero el paradigma anterior sirve para organizar Ias actitudes y Ias con-
t ij>o de cultura, menta1idad de Ia cultura, Weltanschauungen, etcétera. clusiones distintivas en este campo de un modo suficiente para nuestros pro-
pósitos.
:.'. ~QlIé producciones mentales están sientlo analíz.adas sociológicamente?
Los principaIes puntos de vista que hay que tener aqui en cuenta sou
li. Esferas de: creencias morales, ideologías, ideas, categorías de pensamiento,
filns()tía, creencias religiosas, normas sociales, ciencia positiva, tecnología, ctcétera.
1>. Qué aspectos son analizados: su selección (focos de atención), nível de
- los de Marx, Scheler, Mannheim, Durkheim y Sorokin. El trabajo actual en
esta zona se orienta en gran parte hacia una u otra de esas teorías, ya mediante
una aplicación modificada de sus conceptos o mediante contra-concepciones,
:d,sf raccíón, supuestos previas (qué se toma como datos y quê como problem.í. Otras fuentes de estudios en este campo nativas deI pensamiento norteame-
I i('()), contcnido conceptual, modelos de verificacíón, objetivos de Ia actividad
IIli d{'c! 11:11, etcétera, ricano, como el pragmatísmo, se omitírán deliberadamente, ya que todavia
no fueron formuladas con referencia específica a Ia sociología deI conoci-
\. ~(:ÓIII()se relacionan Ias producciones mentaIes con Ia base existencial?
miento ni fueron incorporadas a Ia investigación en ninguna medida im-
portante.
,{, Relaciones causales o funcíonales: dctcrminación, causa, correspondencír,
1'()lIdwiólI nccesaría, condicionamiento, interdependencia funcional, interacción, L•..
BASE EXISTENCIAL
c!"IH'IIc!('lIcia,etcétera,
h. Relaciones simbólicas, orgánícas o de sentido: consecuencia, armonía, cohe- Un punto central de acuerdo en todos Ias enfoques de Ia sociología deI cono-
1('lIl'ia. unidad, congruencia, compatibilidad (y antónimos); expresión, realización, cimiento es Ia tesís de que el pensamiento tiene una base existencial en Ia
LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO 461
460 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
Las ideologías se localizan socialmente analizando sus perspectivas y
medida en que no es determinada inmanentemente y en cuanto uno u otro
supuestos previos y determinando cómo se interpretan los problemas: desde
de sus aspectos puede derivarse de factores extra-cognoscitivos. Pero éste es el punto de vista de una c1ase u otra. EI pensarniento no se localiza mecánica-
meramente un consenso formal, que deja lugar para una amplia variedad de
mente sólo con establecer Ia posición de c1ase del pensador. Se atribuye a Ia
teorías concernientes a Ia naturaleza de Ia base existencial.
c1ase para Ia cual es "apropiado", a Ia cIase cuya situación social, con sus
En este respecto, como en otros, el marxismo es el foco tormentoso de
conflictos de c1ase, sus aspiraciones, temores, restricciones y posibilidades obje-
Ia Wissenssoziologie. Sin entrar en el problema exegético de identificar es-
tivas dentro del contexto socio-histórico dado, está siendo expresada. La
Ircchamente el marxismo -no tenemos más que recordar el "ie ne suis bas
formulación más explícita de Marx dice:
Marxíste" de Marx-, podemos seguir sus formulaciones primordialmente
en los escritos de Marx y Engels. Cualesquiera que sean Ias cambios que No hay que formarse Ia angosta idea de que Ia pequeãa burguesía quiere por
tuvieron lugar en el desarrollo de su teoría durante el media siglo que traba- principio imponer un interés egoísta de clase. Cree, más bien, que Ias condiciones
[nron, se atuvieron consecuentemente a Ia tesis de que "Ias relaciones de especiales de su emancipaci6n son Ias condiciones generales mediante Ias cuales
producción" constituyen el "fundamento real" para Ia superestructura de Ias solamente puede salvarse Ia sociedad moderna y evitarse Ia Incha de clases. Tam-
poco hay que imaginar que 10s representantes democráticos son todos tenderos o
ideas, "EI modo de producción en Ia vida material determina el carácter
que están llenos de entusiasmo por elIos. Por 10 que respecta a su instrucción
general de los procesos socíales, políticos e inteIectuales de Ia vida. No es Ia y a su posición ind.ividual, pueden estar tan lejos de ellos como 10 está el cielo
conciencia de Ios hombres Ia que determina su existencia, sino que al con- de Ia tierra. Lo que les hace representantes de Ia pequena burguesía es que en sus
trario, su existencia social determina su conciencia." 5 AI tratar de funciona- mentes rim Kopfe] no pasan de los 1ímites de que no pasó esta última en Ias acii-
lizar Ias ideas, esto es, de relacionar Ias ideas de los individuos con sus bases vidades de su vida, que en oonsecuencia son llevados a Ios mismos problemas y
sociológicas, Marx Ias sitúa dentro de Ia estructura de c1ases. Supone no tanto soluciones en teoría a 10s que el interés material y Ia posición social l1evan a esta
quc no actúen otras influencias como que Ia clase es un determinante pri- última en Ia práctica. Ésta es Ia reiacién general de Ias representantes políticos y
mario y, como tal, el único punto de partida muy fructuoso para el análisis. literaríos de una clase con Ia clase que representan.8
1.0 dice explícitamente en su primer prefacio aI Capital: " ... aquí sólo nos
referimos a Ias personas en cuanio personificación de categorías económicas, Pero si no podemos derivar ideas de Ia posición objetiva de clase de sus
('()1110 representantes de determinados intereses y relaciones de clase"." Pres- expositores, esto deja un ancho margen de indeterminación. Se convierte,
ciudiendo de otras variables y considerando aIos individuos en sus papeles pues, en un problema más descubrir por qué unos se identifican con e1 punto
cconómícos y de clase, Marx concibe Ia hipótesis de que esos papeles son de vista característico del estrato de clase en que objetivamente se encuentran
dclcrminantes primarios y deja así como cuestión abierta Ia medida en que y otros adoptan los supuestos previos de un estrato de clase distinto deI
cxplican. adecuadamenie el pensamienio y Ia conducta en cualquier caso dado. "suyo". Una descripción empírica del hecho no es sustituto adecuado de su
Fl1 realidad, una línea de desarrollo deI marxismo, desde Ia temprana Ideo- explicación teórica.
Jogía alenuma hasta los últimos escritos de Engels, consiste en Ia definición AI tratar de Ias bases existenciales, Max Scheler pone caracterÍsticamente
(y Ia c1e1imitación) progresiva del grado en que Ias relaciones de produc- en oposición su propia hipótesis con otras teorias," Hace una distinción
ci(llI condicionan realmente el conocimiento y Ias formas de pensamiento. entre Ia sociología cultural y Ia que él llarna sociología de los factores reales
Sin embargo, los dos, Marx y Engels, subrayan repetidamente y con cre- (Realsoziologie). Los datas culturales son "ideales", en Ia esfera de Ias ideas
ciente insistencia que Ias ideologías de un estrato social no tienen por quê y Ias valores: los "factores reales" están orientados hacia Ia producción de
proceder sólo de personas que están objetivamente situadas en ese estrato. cambios en Ia realidad de Ia naturaleza o de Ia sociedad. Los primeros se
Ya Cll el Manifiesto comunista Marx y EngeIs habían indicado que a medida definen por metas o intenciones ideales; Ias últimos se derivan de una "estruc-
que Ia cIase gobernante se acerca a su disolución, "un pequeno sector ... se tura de impulso" (Triebstruktur, por ejemplo, el sexo, el hambre, eI poder).
une :1 Ia clase revolucionaria. Por 10 tanto, así como, en un período ante- Es un error básico, dice, de todas Ias teorias naturalistas sostener que los fac-
1 ior, 1111 sector de Ia nobleza se unió a Ia burguesia, así ahora una parte de tores reales -raza, geopo1ítica, estructura deI poder político o relaciones de
Ia burguesia se une aI proletariado, y en particular una parte de Ia burguesia 8 Der Achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte, por Carlos Marx (Hamburgo, 1885), 36 (el
;((('()f(,gíca, que se elevá al nivel de com prender teóricamente eI movimiento subrayado es nuestro).
9 Esta exposiciôn se basa en el estudio más elaborado de Scheler titulado "Probleme eíner
hixl óriro CI1 su conjunto"," Soziologie des Wissens", en su Die Wissensformen und die Gesellschaft (Leipzig, Der Neue-Geist
VerJag, 1926, 1-229. Este ensayo es una versi6n ampliada y mejorada de un ensayo de su Versuche
t. i\ COlltri1>ution to the Critique of Political Economy, por Carlos Marx (Chicago, C. H. Kerr, zu einer Soziologie des 'Vissens (Munich, Duncker und Humblot, 1924), 5-146. Otros estudios
1')()1). 11-2. sobre Scheler constan en "The formal problems of Scheler's sociology of knowledge", por P. A.
ti 1<1C"pital, por Carlos Marx, I, 15 (México, Fondo de Cultura Econômica, 3'" ed., 1964, Schíllp, en The Philosophical Review, rnarzo de 1927, 36, 101-20; "Max Scheler's sociology of
1'. xv): d. 'l'lic German Ideology por Marx y Engels (Nueva York, International Publishers, 1939, 76; knowledge" por Howard Beckcr y H. O. Dahlke, en Phílosophv and Phenorncnological Research,
.1. C:"'Ullllllcltc Aufsaetze zur Wissenschaftslehre, por Max Weber, 205.
2, 310-22, marzo de 1942.
., Tire' Comrnnnist Manifesto, por Marx y Engels, en Karl Marx, Selected Works, I, 216.
·1()2 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO 463
producción económica- determinan inequivocamente Ia esfera de Ias ideas clase es Ia única determinante definitiva. Encuentra, por ejemplo, que un
sigllificativas. Rechaza tambíén todas Ias concepciones idealistas, espiritua- grupo orgánicamente integrado concibe Ia historia como un movimiento
Iislas y personalistas que yerran en considerar Ia historia de Ias condiciones continuo hacia Ia realización de sus metas, mientras que los grupos social-
cxixt cnciales COmo un desplíegue unilineal de Ia historia de Ia mente. Atrí- mente desarraigados y flojamente integrados abogan por una intuicíón histó-
hllyc una autonomia completa a una sucesión determinada aIos factores rica que destaca 10 fortuito e imponderabIe. Sólo mediante Ia exploración de Ia
Icales, aunque sostiene inconsecuentemente que Ias ideas cargadas de valor díversidad de Ias formaciones de grupo -generaciones, grupos de posíción,
~.•Ivcn para guiar y dirigir su desenvolvimiento. Las ideas como tales no tienen sectas, grupos profesionales- y de SllS modos característicos de pensar puede
i11icialmente ninguna eficacia social. Cuanto más "pura" es Ia ídea, mayor encontrarse una base existencial correspondiente a Ia gran variedad de pers-
('S SII impotencia, por 10 que concierne a su efecto dínárnico sobre Ia sociedad. pectivas y conocimientos que realmente predominan.P
1,:1.\ídcas no llegan a realizarse, a encarnar en acontecimientos culturales, a Aunq ue representa una tradición diferente, ésta es en esencia Ia posición
111l'Il0S de que estén enlazadas de algún modo con intereses, impulsos, emo- adoptada por Durkheim. En U11 temprano estudio hecho C011 Mauss sobre Ias
cioncs o tendencias colectivas y se incorporen a estructuras institucionales.w formas primitivas de clasificación, rnantenía que Ia génesis de Ias categorias
Súlo cntonces -y en este respecto limitado, están justificadas Ias teorías natu- de pensamiento debe buscarse en Ia estructura y Ias relaciones de grupo, y
I:ilistas (por ejemplo, el marxismo)- ejercen alguna influencia definida. Si que Ias categorías varían cuando cambia Ia organización social." Tratando
1:1., ídcas no se fundasen en el desarrolIo inminente de factores reales, estarfan de explicar Ios orígenes sociales de Ias categorías, Durkheim postula que Ios
('01idcuadas a convertirse en Utopías estériles. indivíduos son más directa e inclusivamente orientados hacia los grupos en
tas teorÍas están también en un error, afirma Scheler, aI suponer tácita- que viven que hacia Ia naturaleza, Las experiencias primordialmente impor-
u icut e que Ia variable índependiente es una y Ia misma a 10 largo de Ia tantes son conciliadas mediante Ias relaciones sociales, que dejan su sello
historia. No hay variable independiente constante, pero hay, en el trans- sobre el carácter deI pensamiento y deI conocimiento.v' Así, en su estu-
('IIISO de Ia historia, una secuencia definida en que predominan los factores dio sobre Ias formas primitivas de pensamiento, trata de Ia recurrencia perió-
1'1 iiuar ios, secuencia que puede resumirse en una "Iey de tres fases", En Ia dica de Ias actividades sociales (ceremonias, fiestas, ritos), Ia estructura deI
fase inicial, Ios Iazos de sangre y Ias institucíones de parentesco asociadas con clan y Ias configuraciones espaciales de Ias asambleas de grupo incluyéndolas
d I()s constituyen Ia varia ble independíente, después eI poder político, y final- entre Ias bases esencialcs del pensamíento. Y, aplicando Ias formulaciones
incute Ios factores económicos. No hay, pues, constancia en Ia primacía efec- de Durkheim al antiguo pensamiento chino, Granet atribuye sus concepciones
1iva de factores existenciales, sino más bien una variabilidad ordenada. Así, típicas deI tiempo y el espacio a bases taIes como Ia organización feudal y Ia
Sc!tclcr trataba de relativizar Ia idea misma de de terminantes históricos.P a1ternación rítmica de vida de grupo concentrada y dispersa."
I'rclcnde no sólo haber confirmado su Iey de Ias tres fases inductivamente, sino En aguda diferencia con Ias precedentes concepciones de Ias bases exis-
1i:1bcrla derivado de una teoría de los impulsos humanos. tenciales está Ia teoría idealista y emanacionista de Sorokin, que trata de
<
[ .a concepción de Scheler de los Realfaktoren -raza y parentesco, estruc- ~ derivar todos los aspectos del conocimiento, no de una base social existen-
1111: I ele poder, factores de producción, aspectos cualitativo y cuantitativo de cial, sino de diferentes "mentalidades culturales". Esas mentalidades están
Ia población, factores geográficos y geopolíticos- difícilmente constituye una formadas por "premisas mayores": así, Ia mentalidad ideativa concibe Ia rea-
«ucgoria útilmente definida. Es de poco valor subsumir esos diversos ele- lidad como un "Ser inmaterial, eterno"; sus necesidades en cuanto primor-
iucutos bajo una rúbrica, y, ciertamente, sus propios estudios empíricos y Ios dialmente espirituales y Ia plena satisfacción de Ias mismas, mediante Ia
de xus discípulos no aprovechan ese repertorio de factores. Pero aI sugerir "reducción al mínimo o Ia elimínacíón de Ia mayor parte de Ias necesídades
1111:1variación de los factores existenciales importantes, aunque no en la físicas'?' Por e1 contrario, Ia mentalidad sensitiva limita Ia realidad a 10 que
~,('('J ICIIcia ordenada que él no estableció, se mueve en Ia dírección que siguió
dt'spnés Ia investigación. 12 ldeology anel Utopia, por Karl Maunhcim, 247-8. En vista de Ios reei entes y extensos estu-
dias sobre Ia obra de Mannheim, no 10 trataremos extensamente en este ensayo. Para Ia valoraeión
i\sí, Mannheím se deriva de Marx primordialmente ampliando su con- dei autor, véase el capítulo XII! de este libra.
('('l'ciólI ele bases existenciales. Dado el hecho de Ia afiliación múltiple a 13 "De quelques formes primitíves de classification", por Emile Durkheim y Mareei Mauss,
I:IIIP()S, l'1 problema está en determinar cuáles de esas afiliaciones SOn decisivas en L'Année Sociologique, 1901-02, 6, 1-72, ": , . aun ideas tan abstractas como Ias de tiempo y
espacio están, en cada momento de su historia, en estrecha relación con Ia organización social
1':11;)fi j:\ r perspectivas, modelos de pensamiento, definiciones de 10 dado, etc. correspondiente", Como ha indicado Marcel Granct, este trabajo contiene algunas páginas sobre el
A difncIIcia de "un marxismo dogmático", no supone que Ia posición de pcnsamiento chino que según Ias especialistas scüalan una nueva era en el campo de 10s estudios
sinológicos,
H The Elementary Forms of the Rc1igious Life, por Émile Durkheim, 443-4; véase tambíén
'" SdJ('kr: Die Wissensformen, ..• 7. 32.
Society and Nature, por Hans Kelscn (University of Chicago Press, 1943), 30.
II I hi./, 2 )-45. Debe advertirse que Marx rechazó hace ya mucho tíempo una concepcíón 115 La pensée ehinoise, por MareeI Granet (París, La Renaissauce c1u Livre, 1934), por ejem-
ul)Ill"~,, de cuubios de varíables independientes que sirvi6 de base a un ataque a su Critique of plo 84-104,
"oW",1I 1-:, <l1J(IJIIY; véase EI Capital. I, 94 n.
16 Social anel Cultural Dvnamícs, por Sorokin, I, 72-.3
·lf,1 S()(:f()/()CI.\ 1>1':1.C();,\;()U:-"IJI<NTO Y CO:MUNICACIONES LA SOCIOLOG1A DEL CONOCIMIENTO 465
puedc pcrcibirsc por los seu tidos, se interesa primordialmente por Ias necesi- de ideas y a todos Ios modos de pensamiento que van desde Ia creencia
d.ulcs físicas, (J11C procura satisfacer al máximo, no mediante Ia modificación popular hasta Ia ciencia positiva. A veces ha llegado a asimilarse Ia pal abra
dei yo, sino mediante el cambio deI mundo exterior. El principal tipo inter- "conocimíento" a Ia palabra "cultura", de suerte que no sólo Ias ciencias
mcclio de mentalidad es Ia idealista, que representa un equilíbrio virtual de exactas, sino también Ias convicciones éticas, los postulados epistemológicos,
1m tipos anteriores. De esas mentalidades, es decir, de Ias premisas mayores Ias predicaeiones materiales, los juicios sintéticos, Ias creeneias políticas, Ias
de cada cultura, se derivan los sistemas de Ia verdad y del conocimiento. categorias de pensamiento, Ias opiniones escatológicas, Ias normas morales,
Y aqui llegarnos aI emanacionismo integral de una posición idealista: parece los supuestos ontológicos y Ias observaciones de hechos empíricos se conside-
ll.m.unente tautológico decir, como 10 hace Sorokin, que "en una sociedad ran más o menos sin discriminación como "existencialmente condicionados" .~()t
V 1111:1 cultura sensitivas tiene que predominar el sistema sensitivo de Ia ver- La cuestión es, por supuesto, si esos diversos tipos de "conocimiento" están
d:1l1 basado en el testimonio de los órganos de los sentidos't.!" Porque Ia en Ia misma relación con sus bases sociológicas, o si es necesario distinguir
uuululidad sensitiva ya fue definida como aquella que concibe "Ia realidad diferentes esferas de conocimiento precisamente porque esa reIación difiere
úuicamente como 10 que se presenta a los órganos de los sentidos'i." en Ios diversos tipos. En general ha existido una ambígüedad sistemática en 10>
Además, una fraseología como ésta sosIaya aIgunas de Ias cuestiones bási-
(;1\ suscitadas por otros enfoques deI análisis de Ia condiciones existenciales.
Axi, Sorokin considera el fracaso del "sistema sensitivo de Ia verdad" (empi-
.J. concerniente a este problema .
Sólo en sus últimos escritos llegó Engels a reconocer que el concepto de
superestructura ideológica comprendía díversídad de "formas ideológicas"
1;\1110) en monopolizar una cultura sensitiva como prueba de que Ia cultura que difieren de maneta importante, es decir, que no son igual y análoga-
II() está "plenamente unificada". Pero esto es Ia renuncia a Ia investigación mente condicionadas por Ia base material. El no haber tenido Marx en
de Ias bases de Ias diferencias mismas de pensarniento en que se interesa cuenta en forma sistemática este problema 21 explica mucha de Ia vaguedad
nucstro mundo contemporâneo. Esto es cierto de otras categorías y principios inicial acerca de lo que abarca Ia superestructura y cómo Ias diferentes esferas:
dcl conocimiento a los que trata de aplicar una contabilidad sociológica. "ideológicas" se relacionan con los modos de producción. La misión de
Por cjcmplo, encuentra que en nuestra presente cultura sensitiva el "ma- EngeIs consistió en gran parte en intentar esta aclaración, AI diferenciar eI
rcrialisrno" es menos frecuente que eI "idealismo", que el "ternporalismo" y término general "ideologia", Engels concedió a Ia ley cierto grado de auto-

I,
d "cternismo" son casi igualmente frecuentes, 10 mismo ocurre con el "rea- nomía.
lísmo" y el "nominalísmo", el "singularísrno" y el "universalisrno", etc. Como
cxixlen esas diversidades en una cultura, Ia caracterización general de Ia cul- Así que se hízo necesaria Ia nueva división dei trabajo que creó abogados
1111:1 como sensitiva no proporciona base para indicar quê grupos suscriben profesionales, se abrió otra esfera nueva e independiente que, con toda su depen-
1111 modo de pensamiento y quê grupos otro. Sorokin no explora sistemática- dencia general de Ia producción y el comercio, tiene aún capacidad propia pam:
mente diferentes bases existenciales dentro de una sociedad o cultura; busca
1
';f reaccíonar tarnbién sobre esas esferas. En un Estado moderno Ia ley debe corres-o
LI~ tendencias "predominantes" y Ias atribuye a Ia cultura en su conjunto.t? ( ponder no sóIo a Ia situación económica general y ser su expresión, sino que debe
N ucstra sociedad contemporânea, completamente aparte de Ias diferencias \1 ser también una expresión consecuenie en sí mistna, y que, debido a contradic-
de perspectiva intelectual de Ias diferentes clases y grupos, es considerada I! ciones internas, no parezca manifiestamente inconsecuente. Y para conseguir este>
se viola cada vez más eI reflejo fiel de Ias condiciones econômicas. Cuanto más es
CDIIIO un ejemplo integral de cultura sensitiva. Según sus propias premisas,
.,1
, ~
asi más raramente ocurre que un código legal sea Ia expresión franca, no mitigada,
('1 enfoque de Sorokin es primordialmente adecuado para una caracterización no adulterada, del predomínio de una clase: esto en sí mismo ya ofendería ai
general de Ias culturas, no para analizar Ias conexiones entre diferentes condi- "concepto de justicia".22
rioncs cxistenciales y e1 pensarniento dentro de una sociedad.
"~ Si esto es verdad de Ia ley, con su estrecha conexión con Ias presiones
económicas, con más razón 10 es de otras esferas de Ia "superestructura ideo-
TIPOS DE CONOCIMIENTO
lógica". La filosofia, Ia re1igión, Ia ciencia, son particularmente coaccionadas
Itlsl a 1111 rápido examen para hacer ver que Ia palabra "conocimiento" ha por el depósito preexistente de conocimientos y creencías, y sólo indirecta
sido concebida de manera tan amplia, que puede referirse a todos Ias tipos
20 Cf. Merton, op. cit., 133-135; "The sociology of knowledge: emphasis ou an cmpirical attí-
17 IlJid., lI, 5. tude", por Kurt H. Wolff, en Philosophy of Scieuce, 10, 104·23, 1943; "Thc role of ideas in social
r x iu«, I, 73. action", por Talcott Parsons, en Essays in Sociological Theory, capítulo VI.
'li Una "cxcepción" a esta práctica se encuentra en su contraste entre Ia tendencia predomi- 21 Este cs probablcmente eI fundamento de Ia siguiente observación de Scheler: "Una tesis,
11;1111(' ele! "clero y de Ia aristocracia terrateniente religiosa a convertirse en Ias clases dirigentes y específica de Ia concepción económica de Ia histeria es Ia subsunción de Ias leves dei desarrollo de
1IIp,llllizadoras en Ia cultura ideativa, y Ia burguesía capitalista, 10s intelectuales, los profesíonales y Ios todo conoeimiento bajo Ias leyes deI desarrollo de Ias ídeologías." Die Wisscnsformen ... , 21.
fllllcõonarios seculares en Ia cultura sensitiva ... ", lII, 250. Y véase su exposición de Ia dííusión 22 Carta de Engcls a Conrad Schmidt, 27 de octubre de 1890, en Marx, Seleeted Works;
,I,' 1.1cultura entre Ias clases sociales, IV, 221 S5. r, 385.
'l()(í SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO 467
Y ultimamente son influidas por factores económicos.ê" En esos campos no Siguiendo los mismos lineamientos, Engels afirma que Ia aparición de Ia
cs posible "derivar" el contenido y desarrollo de Ia creencia y el conocimiento concepción materialista de Ia historia de Marx fue determinada por Ia "nece-
dei mero análisis Ia situación histórica: sidad", como 10 indican opiniones análogas que aparecieron entre los histo-
El desenvolvimiento político, jurídico,
filosófico, religioso, literario, artís- riadores ingleses y franceses de aquella época y el descubrimiento hecho
lico, etc., se basa en el desarrollo econômico. Pero todas esas cosas reaccionan independientemente por Morgan de Ia misma concepción.ê"
uu.: sobre otra y también sobre Ia base econômica. No es que Ia situación eco- Engels nega aun hasta 'sostener que Ia teoría socialista misma es un
uórnica sea la causa y la única activa, mientras que todas Ias demás cosas tienen "reflejo" proletario deI moderno antagonismo de clases, de modo que aquí,
e,()!O un efecto pasivo. Más bien hay interacción sobre Ia base de Ia necesidad por 10 menos) se considera el contenido mismo del "pensamiento científico"
econômica, que en definitiva siempre hace valer sus derechos.ê- como socialmente determinado.w sin viciar su validez.
Había, pues, en eI marxismo una tendencia incipiente a considerar la
Fero decir que Ia base econômica "en definitiva" hace valer sus derechos ciencia natural en una relación con Ia base económica diferente de Ia de Ias
cs decir que Ias esferas ideológicas presentan cierto grado de desarrollo inde-
esferas deI conocimiento y de Ia creencia. En Ia ciencia, el foco de atención
pcndiente, como en realidad observa Engels: puede estar socialmente determinado, pero, tal vez no, su aparato conceptual.
Cuanto más alejada esté de Ia esfera económica y más se acerque Ia esfera Eu este respecto, Ias ciencias sociales, según se pensó en ocasiones, diferían
particular que investigamos a Ia de Ia ideología abstracta pura, más Ia veremos prc- de manera importante de Ias ciencias naturales. Se tendía a asimilar la
sentar accidentes, es decir, desviaciones de 10 "esperado" en su desarrollo, más ciencia social a Ia esfera de ]a ideología, tendencia desarrollada por los marxis-
SI\ curva se desarrol1ará en zíg-zag.25 tas posteriores en Ia discutible tesis de una ciencia social de clase que es
inevitablemente tendenciosa 30 y en Ia pretensión de que sólo Ia "ciencia pro-
Finalmente, hay un concepto aún más restringido de Ia sítuación socio- letaria" tiene ideas válidas sobre ciertos aspectos de Ia realidad social."
I/)gica de Ia ciencia natural. En un pasaje famoso, Marx distingue expresa· Mannheim sigue Ia tradición marxista hasta el punto de eximir a Ias
mente Ia ciencia natural de Ias esferas ideológicas:
ciencias exactas y el conocimiento formal de Ia determinación existencial,
AI cambiar el fundamento económico toda Ia inmensa superestructura se pero no así aI pensamiento histórico, político y de Ia ciencia social, 10 mismo
modifica más amenos rápidamente. AI examinar esas transformaciones, debe que aI pensamiento de Ia vida diaria." La posición social determina la "pers-
hacerse siempre una distinción entre Ia transformación material de Ias coneliciones pectiva", esto es "Ia forma en que contemplamos un objeto, 10 que perci-
econômicas de producción que pueden ser determinadas con Ia precísión de Ia bimos de él y cómo 10 reconstruimos en nuestro pensarniento". La determi-
cicticia natural, y Ias formas jurídicas, políticas, religiosas, estéticas o filosóficas, en nación situacional deI pensamiento no 10 invalida, pero particulariza el
'11 111 a, Ias formas ideológicas en que Ias hornbres se haccn conscientes ele este ámbito de Ia investigación y los límites de su validez.ê"
couflicto y 10 discuten.ê"
extremos y no comprobados de relaciones, que se encuentran especialmente en los primeros escritos
Así, a Ia ciencia natural y a Ia economía política, que pueden ser iguales marxistas. Palabras como "determínación" no pueden tomarse al pie de Ia letra; están característica-
CIl cuanto a precisión, se les concede una situación completamente distinta mente usadas de una manera muy vaga. La cxtensión real de Ias relaciones entre Ia actividad inte-
de Ia de Ia ideología. EI contenido conceptual de Ia ciencia natural no es lectual y los fundamentos materiales nunca fue investigada por Marx ni por Engels.
28 Engels, en Marx, Selected WOIks, I, 393. La ocurrencia de descubrimicntos e inventas
.itribuido a una base econórnica, sino meramente sus "objetivos" y su "ma- independientes y paralelos como "prueba" de Ia detcnninación social del conocimiento fue tema
I crial", repetido a 10 largo deI siglo XIX. Ya en 1828, Macaulay, en su ensayo sobre Dryden, había observado
eu relación con Ia invención del cálculo por Newton y Leibniz: "La ciencia matemática, en rcalidad,
zDónde estaria Ia ciencia natural sin Ia inelustria y el comercio? Aun esta había llegado a un punto en que, si no hubiera existido ninguno de los dos, el principio incvitable-
cicncia "pura" se provee de su objetivo y ele su material sólo mediante el comercio mente se le hubiese ocurrido a alguna persona en un plazo de pocos afies." Cita otras casos opor-
tunos. Los manufactureros victorianos cornpartian la misma opinión de Marx y Engcls. En nuestros
y l:t industria, mediante Ia actividad sensorial ele los hombres.ê?
propios dias, esta tesis, basada en inventas duplicados independientcs, ha sido especialmente destacada
por Dorothy Thomas, Ogbum y Vierkandt.
,,:1 Ihicl., l, 386. 29 Socialism: Utopian and Scientiiic, de Engels, 97.
"I Carta de Engels a Heinz Starkenburg, 25 de enero de 1894, ibid., I, 392. 30 "The three sources and three cornponent parts of Marxism", por V. I. Lenin, en J\farx,
:~:, lI>i<l., I, 393; cf. Feuerbach, de Engels (Chicago, C. H. Kerr, 1903), 117 ss. "Es bien Selected Works, I, 54.
·.11",[" '1'1(: ciertos períodos de desarrollo muy elevado de! arte no están en relación directa con cl 31 Historical Materialism, por Nikolai Bukharin (Nueva York, lntcrnational Publishers, 1925),
.1''',:", "11,, gencral de la sociedad, ni con la base material y Ia estructura del esqueleto de su organi- XI-XII; B. Hessen en Society at the Cross-Roads (Londres, Kniga, 1932), 154; A. r. 'I'imeniev en
r, " r..u." Marx, introducción a A Contriburíon to the Critique of Political Econorny, 309-10. Marxism and Modcrn Thought (Nueva York, Harcourt, Brace, 1935), 310; "Sólo cI marxismo, sólo
:eU ;\ (;""Iribution to the Critique of Political Economy, de Marx, 12. Ia ideología de Ia clase revolucionaria avanzada cs científica."
~1 '1'/", Ccrman Ideology, de Marx y Engels, 36 (el subrayado cs nuestro}. Véase también 32 Ideología y utopía, de Mannheim, 145, 237; "Dic BcdelltU1lg der Konkurrenz im Gebiete
,';"'1.'/'.11'1: II/o!,i"n and Scientific, de Engels (Chicago, C. H. Kerr, 1910), 24-5, en que se dice des Ceistigen", de Mannheim, en Verhandlungen des 6, delltschen Soziologentages (Tubinga,
'I"~ Li,. "",csidadcs de una clase media nacientc explican el renacimiento de Ia ciencia. EI aserto 1920),41.
de 'I'" "úuic.nncutc" el comercio y Ia industria proporcionan los objetivos cs típico de los enunciados' 33 Ideología y utopia, de Mannheim; 23955.
'11,8 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES 469
LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO
Si Marx no diferenció tajantemente la superestructura, Scheler llega al
cidad de cambio y, naturalmente, no confirma en Ia experiencia esa compli-
01 ro extremo. Distingue díversídad de formas de conocimiento. Hay por de
cada pretensión. Vistas Ias dificultades que se encuentran para comprobar
pronto, Ias "\Veltanschauungen relativamente naturales": 10 que es acep-
hipótesis mucho más sencillas, no se ve claro 10 que se gana con formular
I .ulo como dado, que no necesita demostración ni puede demostrarse. Hay,
una complicada hipótesis de este tipo.
1)('I decido así, los axiomas culturales de los grupos; 10 que Joseph Glanvill
Pero sólo ciertos aspectos de este conocimiento se consideran sociológica-
11:IIIlÓhace unos trescientos anos un "clima de opinión", Una tarea prí-
mente determinados. Sobre Ia base de ciertos postulados, que no es necesario
niordial de Ia sociología del conocimiento es descubrir Ias leyes de Ia trans-
I()11nación de Ias Weltanschauungen. Y como esas perspectivas no son de examinar aqui, ScheIer dice:
Ilillgún modo necesariamente válidas, se sigue que Ia sociología deI conoci- El carácter sociológico de todo conocimiento, de todas Ias formas de pensa·
ruicnto no se interesa meramente en investigar Ias bases existenciales de Ia miento, intuición y cognición, es indiscutible. Aunque e1 contenido, y menos aún
vcrdad, sino tambíén de "Ia ilusión social, de Ia superstición y de los errores Ia validez objetiva de todo conocimiento, no están determinados por Ias perspec.
v formas de impostura socialmente condicionadas" .34 tívasde controI de los intereses socíaIes; éste es, sin embargo, el caso en cuanto
Las Weltanschauungen constituyen desarrollos orgânicos y sólo se des- a Ia selección de los objetos de conocimiento. Además, Ias "formas" de los proce-
sos mentales por medio de Ias cuales se adquiere el conocimiento son siempre y
:11rollan en largos lapsos de tiempo. Apenas si Ias afectan Ias teorías. Sin
por necesidad codeterminadas sociológicamente, es decir, por Ia estructura social,36
prucbas suficientes, sostiene ScheIer que sóIo pueden cambiar en algún sen-
I ido fundamental mediante Ia mezcla de razas o concebiblemente mediante Como Ia explicación consiste en derivar 10 relativamente nuevo de 10
1:1"iuezcla" de idiomas y culturas. Erigidas sobre ese cambio muy lento, Ias familiar y conocido, y como Ia sociedad es "mejor conocida" que cualquíera
\V cltansch.auungeti son Ias formas más "artificiales" de conocimiento que otra cosa," hay que esperar que Ios modos de pensamiento y de intuición
pucdcn ordenarse en siete clases, según el grado de artificialidad: 1. mito y y Ia clasificación de Ias cosas cognoscibIes en general, estén codeterminadas
lrvcnda: 2. conocimiento implícito en el lenguaje popular natural; 3. conoci- (mitbedingt) por Ia división y clasificación de grupos que forman Ia sociedad.
uricnto religioso (que va desde Ia vaga intuíción emocional hasta el dogma Scheler repudia llanamente todas Ias formas de sociologismo. Trata de
Iijo de una iglesia); 4. 10s tipos fundamentales de conocimiento místico; escapar de un reIativismo radical recurriendo a un dualismo metafísico. Esta-
~. conocimiento filosófico-meta físico; 6. conocimiento positivo de Ias mate- blece una esfera de "esencias intemporales" que en diversos grados entran en
ruál icas y de Ias ciencias naturales y cuIturales; 7. conocimiento tecnológico.ê" el contenido de 10s juicios; una esfera deI todo diferente de Ia de Ia realidad
C! IôIIJtOmás artificiales son los tipos de conocimiento, más rápidamente cam- histórica y social que determina el aeto de Ios juicios. Según Mandelbaum
hi:1I1. Es evidente, dice Scheler, que Ias religiones cambian mucho más lenta- resumió inteligentemente esta opinión:
rucule que Ias diferentes metafísicas, y estas últimas perduran durante periodos
11111('110 más dilatados que Ias resultados de Ia ciencia positiva, que cam bian La esfera de Ias esencias es para Scheler una esfera de posibilidades de Ias cua-
de hora cn hora. les nosotros, vinculados aI tiempo y a nuestros intereses, seleccionamos primero un
conjunto y después otro para estudiarlas. Bacia dónde enfoquemos, como hístoria-
I':sta hipótesis de Ias velocidades del cambio presenta algunos puntos de
dores, el reflector de nuestra atención depende de nuestras valoraciones sociológica-
:111:llogÍacon Ia tesis de Alfred Weber de que el cambio de Ia civilización
mente determinadas; 10 que vemos allí está determinado por el conjunto de valores
('S 1I1:'Isrápido que el cambio de Ia cultura, y con Ia hipótesis de Ogburn absolutos e intemporales que están implícitos en el pasado que tratamos.ê"
segl'ul Ia eual los factores "materiales" cambian más rápidarnente que los
"inmatcriales". La hipótesis de Scheler participa de Ias limitaciones de Éste es realmente contrarrelativismo por un fiat. La sim pIe afirmación
LIS otras, así como de varias deficiencias más. Scheler no indica en ninguna de Ia diferencia entre esencia y existencias evita el incubo deI relativismo
parte con alguna claridad 10 que realmente denota su principio de clasifica- exorcizándolo. El concepto de esencias eternas puede ser grato aIos metafísi-
li61l de los tipos de conocimiento, llamado "artificialidad". lPor qué, por cos; es completamente extrafio a Ia investigación empírica. Merece observarse
c j('lIIpIo, su "conocimíento místico" es considerado más "artificial" que los que esas concepciones no juegan papel importante en los intentos empíricos
doglll:ls religiosos? No examina en absoluto 10 que supone decir que un tipo de Scheler de establecer relaciones entre conocimiento y sociedad.
de rouocimiento cambia más rápidamente que otro. Piénsese en su curiosa Scheler indica que tipos diferentes de conocimiento están vinculados a
1~~II:lh('i6nde los "resultados" científicos nuevos con los sistemas metafísicos. formas particulares de grupo. El contenido de Ia teoría de Ia idea de Platón
i( :iJlIIII se compara el grado de cambio implícito en Ia filosofía neokantiana requirió Ia forma y organización de Ia academia platónica; así también Ia orga-
('011, IHlIIgamos por caso, el cambio de Ia teoría biológica durante el periodo
1lIllI'SpOlldicnte? Scheler afirma osadamente una variación séptuple en velo- 36 Ibid., 5;.
37 Véase el mismo supuesta de Durkheim, citado en este capítulo.
:H /li,' \~!i""'llsformen ... , de Scheler, 59-61. 38 The ProbJem of Hístarical Knowledge, por Maurice Mandelbaum (Nueva York, Liveright,
IIn '''M,,62, 1938), 150; Sorokin establece una esfera análoga de "ideas intemporales", por ejemplo en su Socío-
cultural Causalíty, Space, Time (Durham, Duke University Prcss, 1943), 215, passim.
471
LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO
·1-;"0 S( )CIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y CotvIUNICACIONES
producto de Ia historia ... " 43 En particular Ias concepciones que están some-
nización de Ias iglesias y Ias sectas protestantes fue determinada por el con- tidas a crítica científicamente metódica llegan a tener una mayor adecuación
Icuido de sus creencias, que podía existir sólo en éste y no en otro tipo de objetiva. La objetividad misma es considerada como una resultante social.
organización social, como demostró Troeltsch. Y de manera similar, tipos DeI principio al fin, Ia dudosa epistemología de Durkheim está entre-
de sociedad Gemeinschaft tienen un fondo tradicionalmente definido de co- tejida con su exposición sustantiva de Ias raices sociales de designaciones de
nocimiento que se trasmite corno conc1uyente; no les interesa descubrir ni unidades temporales, espaciales y otras. No necesitamos permitimos la tradi-
ampliar Ios conocimientos. El mero intento de someter a prueba el conocí- cional exaltación de Ias categorías como cosa aparte y prevista, para advertir
micnto tradicional, en Ia medida en que implica duda, es descartado por que Durkheim no trataba de e1las, sino de divisiones convencionales del tiern-
blasfemo. En un grupo así, Ia lógica y el modo de pensar predominantes son po y el espacio. Observó, de pasada, que Ias diferencias en esos respectos no
los de un "ais demonsirandi", no los de un "ars ínveniendi". Sus métodos deben llevamos a "olvidar las analogías, que no son menos esenciales". Si íue
son predominantemente ontológicos y dogmáticos, no epistemológicos y cri- un iniciador en relacionar Ias variaciones en los sistemas de conceptos C011
t icos; su modo de pensar es e1 del realismo conceptual, no el nominalista variaciones en Ia organización social, no lográ establecer el origen social de
como en e1 tipo de organización Gesellschait; su sistema de categorías, organi-
Ias categorías.
c-ista y no mecanicista.ê" Como Durkheim, Granet concede gran importancia al lenguaje para
Durkheim amplía Ia investigación sociológica hasta Ia génesis social de restringir y fijar conceptos y modos imperantes de pensamiento. Hizo ver
Ias categorías de pensamiento, y basa su hipótesis en tres tipos de presunta cómo el idioma chino no está equipado para expresar conceptos, analizar
evidencia. 1) El hecho de Ia variación cultural en Ias categorías y Ias regIas ideas o presentar teorÍas diseursivamente. Ha permanecido intratable para ]a
de Ia lógica "demuestra que dependen de factores que son históricos y en precisión formal. ta paI abra china no fija una idea con un grado definido
consecuencía sociales"." 2) Como los conceptos están encastrados enel len- de abstracción y de generalidad, sino que evoca nn complejo indefinido de
guajc que el individuo adquiere (y esto es exacto también de Ia terminología imágenes particulares. Así, no hay palabra que signifique simplemente "an-
especial de los científicos) y como algunos de Ios términos coneeptuales se
ciano". Antes bien, un número considerable de palabras "pintan diferentes
rcficren a cosas que nosotros, como individuos, no hemos experimentado
aspectos de ancianidad": k'i, los que necesitan una dieta más rica; k' ao, los
nunca, es indudable que son un producto de Ia sociedad.v Y 3), Ia aceptación
que respiran con dificultad, y asi sucesivamente. Estas evocaciones concre-
o cl rechazo de conceptos no está determinado meramente por su validez obje-
tas suponen una multitud de otras imágenes asimismo concretas de cada
t iva sino también por su congruencia con otras creencias vigentes."
detalle del modo de vida del anciano: los que están exentos del servicio
Pero Durkheim no suscribe un tipo de relativismo en eI que meramen-
militar, aquellos para quienes debe estar preparado el material funerário; los
te compiten cri terias de validez, EI origen social de Ias categorias no Ias
que tienen derecho a llevar un cayado por Ia población, etc. Sólo unas pocas
hace completamente arbitrarias por 10 que concierne a su aplicabilidad a Ia de Ias imágenes evocadas por k'i corresponden, en general, a Ia noción serni-
naturaleza, Son, en grado variable, adecuadas a su objeto. Pero como Ias singular ancianos, de unos 60 a 70 afios de edad. Palabras y frases asi tienen
cstructuras sociales varían (y con e1Ias el aparato de Ias categorias), hay ele- 44
un carácter enteramente concreto, embIemático.
mentes "subjetivos" inevitables en Ias construcciones lógicas particulares co- Así como el lenguaje es concreto y evocador, asi Ias ideas más generaIes
rricntes en una sociedad. Esos elementos subjetivos "deben ser extirpados del antiguo pensamiento chino eran invariablel11ente concretas, ninguna de
»oco a poco, si hemos de acercamos más estrechamente a Ia realidad". Y esto ellas comparablc a nuestras ideas abstractas. Ni el tiernpo ni el espacio eran
sucede en determinadas circunstancias sociales. Con Ia ampliación de los concebidos en forma abstracta. El tiempo avanza por ciclos y es redondo; el
contactos interculturales, con Ia difusión de Ia intercomunicaeión entre per- espacio es cuadrado. La tierra es cuadrac1a y está dividida en cuadrados; Ias
souas de sociedades diferentes, con el crecimiento de Ia sociedad, el sistema murallas de Ias ciudades, los campos y Ias cabanas forman un cuadrado.
local de referencia se rompe. "Las cosas no pueden ya estar contenidas en Las cabanas, los edificios y Ias poblaciones deben estar orientadas, y Ia selec-
los moldes sociales de acuerdo con los cuales fueron primitivamente clasifí- ción de Ia orientación correcta está en manos ele un jefe ritual. Las técnicas
cndas: tienen que ser organizadas de acuerdo con sus propios princípios. Así de Ia división y administración del cspacio -agrimensura, desarrollo de Ias
Ia organización lógica se diferencia de Ia organización social y se hace autó- poblaciones, arquitectura, geografía política- y Ias especulaciones gcométricas
110111:1. El pensarniento genuinamente humano no es un heeho primitivo; es que snponen, se enlazan con un cuerpo de reglamentaciones socialcs. Particu-
larmente cuando incumben a asambleas periódicas, reafirman y refuerzan en
nu I ric WissensfoImen ... , de Seheler, 22-3. Compárcse una caracterización análoga de "escue- cada detalle Ias símbolos que representan el espacio. Explican su forma cua-
I••, Migrada," de pensamiento que hace Florian Znaniecki en The Social Role oi the Man ot Knowl.
r,I/:<" (Nucva York, Columbía University Press, 1940), capo 3.
• u Elcmentary Forms ... , de Durkheim, 12, 18, 439 . 43 Ibid., 444-45, 437 .
• 1 Ibid., 433-35. 44 La Pcnsée Clnnoíse, por Cranet, 37-38, 82, y todo el capítulo.
• 2 11M., 438
47~ S<)( '/ULOGÍA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO 473
(Irada, su carácter heterogêneo y jerárquico, concepción del espacio que sólo
pudo haber nacido en una sociedad feudal.v' enfrenta directamente con su propia posición epistemológica adopta, no obs-
tante, una concepción "integralista" de Ia verdad que procura asimílarse crite-
Aunque Granet quizá haya establecido Ios fundamentos sociales de desig-
rios empíricos y lógicos Ia mismo que "un acto de 'intuición' o 'experiencia
naciones concretas de tiempo y espacio, no está muy claro que trate de dates
mística' supersensible, super-racional, metalógico" .48 Así, realiza una integra-
comparables a Ias concepcíones de Occidente. Examina concepciones tradí-
ción o unificación de Ios diversos sistemas. Para justificar Ia "verdad de fe"
cionalizadas, ritualízadas o mágicas y Ias compara implicitamente con nues-
-eI unico concepto que podría alejarIo de los criterios ordinarios usados en
Iras concepciones positivas, técnicas o científicas. Pero en un ancho margen
el trabajo científico actual-, dice que Ia "intuición" juega un papel impor-
de prácticas reales, el chino no actuaba sobre el supuesto de que "el tiempo
tante como fuente de descubrimientos científicos. lPero resuelve esto Ia
es redondo" y "el espacio, cuadrado". Cuando se examinan esferas compara-
cuestión? La cuestión no es Ia de Ias [uenies psicológicas de conclusiones
blcs de actividad y de pensamiento es discutibIe que tenga lugar esta segmen-
válidas, sino Ia de los críterios y métodos de validación. zQué criterios adop-
tacíón de "sistemas de categorias", en el sentido de que no hay denominadores
taría Sorokin cuando Ias intuiciones "supersensibles" no son congruentes con
comunes de pensamiento y concepción, Granet demostró diferencias cualita-
Ia observaeión empírica? En esos casos, probablemente, hasta donde podemos
livas de conceptos en ciertos contextos, pero no en contextos comparables
juzgar por su obra y no por sus comentarios sobre su obra, admite los hechos
C01110. pongamos por caso, el de Ia práctica técnica. Su obra da testimonio
y rechaza Ia intuición. Todo esto sugiere que Sorokin estudia bajo Ia etiqueta
de diferentes focos de intereses intelectuales en Ias dos esferas y, dentro de Ia
genérica de "verdad" tipos de juicios completamente distintos y no com-
esfera ritualista, de diferencias básicas de perspectiva, pero no de brechas
parables: así como el análisis químico de una pintura al óleo no es congruente
illsaIvables en otras esferas. La falacia muy prominente en el concepto de
ni incongruente con su valoración estética, asi Ias sistemas de verdades de
I .évvBruhl de Ia "prelogicidad" de Ia mente primitiva aparece también en Ia
Sorokin se refieren a clases de juicios deI todo diferentes. Y, en realidad,
() hra de Granet. Como han dernostrado Malinowski y Rívers, cuando se exa-
se ve llevado finalmente a decirlo en esencia cuando observa que "cada uno
miunn esferas comparabIes de pensamiento y actividad no se encuentran esas
(I iícrcncias inconciliables.w de los sistemas de verdad, dentro de su legítimo campo de competencia,
nos da un conocimiento genuino de Ias respectivos aspectos de Ia realídad"."
Sorokin participa en esa misma tendencia a atribuir criterios de verdad
Pero cualquiera que sea su opinión personal sobre Ia intuición, no puede
;1 bsolutamenre dispares a sus diferentes tipos de cultura. Este autor vertió
meterla en su sociología como criterio (ya que no como fuente) de conclu-
cn \111 idioma distintivo el hecho de Ias cambios de atención por parte de Ias
siones válidas.
minorías intelectuales en diferentes sociedades históricas. En ciertas socíe-
<Lides están en el foco de Ia atención concepcíones religiosas y tipos partícu-
lares ele metafísica, mientras que en otras sociedades Ia ciencia empírica se RELACIONES DEL CONOCIMIENTO CON LA BASE EXISTENCIAL
couvierte en el centro de interés. Pero los diferentes "sistemas de verdad"
cocxisten en cada una de Ias sociedades dentro de ciertas esferas. La Iglesia Aunque este problema es evidentemente el núcleo de toda teoria en Ia socio-
Ca Iólica no abandonó sus criterios "ideativos" ni aun en esta edad sensitiva. Iogía deI conocimiento, con frecuencia ha sido tratado por implicación y no
Puesto que Sorokin adepta Ia posición de criterios de verdad radicalmente de manera directa. Pero cada tipo de relación supuesta entre conocimiento y
diferentes y dispares, tiene que situar su propia obra dentro de este contexto. sociedad presupone toda una teoría de método sociológico y de causación
Ptlcdc decirse, aunque se necesitaría para documentarIo un extenso estudio, social. Las teorías vigentes en este campo tratan de uno o de 10s dos tipos
<IIIC Sorokin no resuelve nunca este problema. Sus varios intentos de hacer principales de relación, causal o funcional, y Ia simbólica, organicista o de
Ircntc a una insuperable dificultad radicalmente relativista difieren en forma significado.50
uoí oria. Así, aI empezar dice que sus interpretaciones deben comprobarse Mar" y Engels trataron sólo, desde luego, de algunos tipos de relación
,(lt-I inismo modo "que toda ley científica. Ante todo, el principio debe ser ;J
causal entre Ia base económica y Ias ideas, y llamaron diversamente esa rela-
11'1!,:i(,) por naturaleza, en segundo lugar, debe sufrir con éxito Ia prueba
'. ción "determínación, correspondencia, reflejo, excrecencía, dependencia", etc .
.•1(· 1m 'hechos relevantes', esto es, debe ajustarse aIos hechos y represen. Hav, además. una relación de "interés" o "necesidad"; cuando los estratos
1:1110," .17 En Ia propia terminología de Sorokin, adoptó con eso una posicíón i hal; (atribuido) necesidades en una etapa particular de desenvolvimiento
('1('111 ílic;1 característica de un "sistema sensitivo de verdades". Cuando se histórico, se afirma que hay una presión definida para que se produzcan ideas
1', 1/,;<1., 87-95_ y conocimientos apropiados, Las insuficiencias de Ias diferentes forrnulacio-
lil <:I. 13_ Malinowski en Magic, Science and Rc1igion (Glencoc, The Free Prcss, 1948), 9.
48 Ibid. IV, capo 16; Sociocultura/ Causalítv . _ , cal'. 5.
'Tod" 'tllllllllidad primitiva está en posesión de un considcrable depósito de conocimientos, basa-
49 Sociocu/tural Causality. . _ , 230-1 Il.
• 100. "'I Ia cxperícncia y moldeados por Ia razón." Véase también "Craner's La Pensée Chinoise",
I'''' r.1l111c IIclloit-Sml1JJyan, en American Sociological Review, 1936, I, 487-92. 50 Las distinciones entre ellas han sido cstudiadas durante mucho tiempo en el pensamíento
li Soc;al anel Cultural Dvnemu», de Sorokin, r, 36; cf. II, 11-2 n. sociológico europeo, En nuestro país cI estudío más completo cs cI de Sorokin en Social and Cul-
tural Dvnamícs, por ejemplo en r, capítulos 1-2.
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47·1 soel< )I.()CIA DI':!. CONOCI.MIENTO Y COMUNICACIONES
LA SOCIOLOGíA DEL CONOCHvIIENTO 475
ncs lia 11 lIegado a infestar a quienes proceden actualmente de Ia tradición
marxista."l
mista entusiasta. Se interpretan Ias ideologías como "deforrnacíones de Ia
Como Marx dice que el pensamiento no es un mero "reflejo" de 1a posi- sítuación social"; como meramente
55 "expresivas" de Ias circunstancias ma-
riou IJbjetiva de clase, según hemos visto, esto plantea de nuevo el problema teriales; 56 y, deformadas O no, como motivos que apoyan Ia realización de
de xn atribución a una base determinada. Las hipótesis marxistas vigentes cam bios reaIes en Ia socíedad." Es en este último momento, cuando se per-
para hacer frente a este problema implican una teoria de Ia historia que es el mite a creencias "ilusórias" que proporcionen motivos para Ia acción, cuando
fuudarnenm para determinar si Ia ideología es "situacionalmente adecuadn' el marxismo atribuye cierto grado de independencia a Ias ideologías en el
para \111estrato dado de Ia sociedad: esta requiere una interpretación hipoté- proceso histórico. Ya no son meramente epifenoménicas. Gozan de cierto
lic;! ele Ia que Ias hombres pensarían y percibirian si pudieran comprender grado de autonomia. De aquí nace Ia idea de factores interactuantes en que
de numera adecuada Ia situación histórica.52 Pero esa penetración en Ia situa- Ia superestructura, aunque interdependiente con Ia base material, se supone
('i(íu no necesita en realidad estar ampliamente difundida en estratos sociales también que tiene cierto grado de independencía, EngeIs reconoció explícita-
particulares. Esta nos lleva, pues, aI problema de Ia "falsa conciencia", de mente que Ias formulaciones anteriores eran inadecuadas por 10 menos en dos
CÚIIlO Ilegan a prevalecer ideologías que no están en conformidad con los respectos: primero, que tanto él como Marx ha bían dado anteriormente im-
intcreses de una clase ni son adecuadas desde el punto de vista de Ia situación. portancia excesiva al factor económico y subestimado el papel de Ia interac-
Una explicación empírica parcial de Ia falsa conciencia, implícita en eI ción recíproca; 58 y segundo, que habían "olvidado" eI aspecto formal, eI
/\ ll/l1ifiesto, descansa en Ia opinión de que Ia burguesía controla el contenido modo como se producen esas ideas,fi9
de Ia cultura y así difunde doctrinas y normas ajenas aIos intereses del pro- Las opíniones de Marx-Engels sobre los elementos conexivos de Ias ideas
53
lehuíado. 0/ en términos más generales, "Ias ideas directivas de cada época y Ia subestructura econ6mica sostienen, pues, que Ia estructura económica
han sido siempre Ias ideas de su clase gobernante". Pero ésta es sólo una constituye eI marco que limita el campo de Ias ideas que resultarán social-
vxplícacíón parcial; trata, a 10 más, de Ia falsa conciencia de Ia clase subordi- mente eficaces; pueden aparecer ideas que no sean pertinentes para una u otra
nada. Puede, por ejemplo, explicar en parte el hecho observado por Marx de Ias clases antagónicas, pero serán de poca consecuencia. Las circunstancias
de que aun donde el campesino propietario "pertenece aI proletariado por su econ6micas son necesarias, pero no suficientes, para Ia aparición y difusi6n
posición, no Ia cree así". Pero no sería pertinente para tratar de explicar de ideas que expresen los intereses o Ias perspectivas, o ambas cosas, de estra-
Ia falsa conciencia de Ia clase gobernante misma. tos sociales diferentes. No hay determinismo estricto de Ias ideas por Ias cír-
Otro tema, aunque no claramente formulado, que se relaciona con el cunstancias económicas, sino una predisposici6n definida. Conociendo Ias
problema de Ia falsa conciencia corre a 10 largo de Ia teoría marxista. Se trata circunstancias económicas, podemos predecir Ios tipos de ideas que pueden
clcl concepto de ideología Como expresíón 110 deliberada e inconsciente de ejercer una influencia controladora en una dirección que puede ser efectiva.
"motivos reales", Ias cuales a su vez se interpretan de acuerdo COn los intereses "Los hombres hacen su historia, pero no Ia hacen precisamente como quie-
objetivos de Ias clases sociales. Así, se destaca repetidamente el carácter ren; no Ia hacen en circunstancias elegidas por ellos, sino en circunstancias
inconsciente de Ias ideologías:
directamente fundadas, dadas y trasmitidas desde el pasado." Y Ias ideas y
Ias ideologias juegan un papel definido en Ia realización de Ia historia: pién-
La ideología es un proceso que realiza el Ilamado pensador conscientemente,
sill cluda, pero con una falsa conciencia. Los móviles reales que 10 impulsan son sese sólo en el concepto de Ia religi6n como "el opio de Ias masas": piénsese
dcsconocidos para ét
de otro modo no sería en absoluto un proceso ideológico.
f)C' ahí que imagine móviles falsos o aparentese+
además en Ia importancia que concedían Marx y EngeIs a Ios prole ta rios
"conscientes" de "sus intereses". Puesto que no hay fatalidad en el desarroUo
de Ia estructura social total, sino únicamente Ia aparíción de circunstancias

ucxión
La ambigüedad de Ia palabra "correspondencia" para referirse a Ia co-
entre Ia base material y Ia idea sólo puede ser inadvertida por el pele. - econ6micas que hacen posibles y probables ciertas direcciones de cambio, Ios
sistemas de ideas pueden desempenar un papel decisivo en Ia selección de una
t>l Cf. 105 Comentarios de Hans Speier en "The social determination of ideas", Social Research, alternativa que "corresponda'' al equilíbrio real de poder y no de otra alter-
IInH. '. 1SI~205; "EI lenguaje, Ia lógica y Ia cultura", por C. 'Vrigth l\1ilIs, en PodeI, política, nativa que vaya contra Ia situación de poder existente y esté destinada, en
1,,·,,1>[0. ]0'0,,<10de Cultura Económica, 1964, pp.333-45.
r,:: Cf , Ia formulación de Manheim en Ideología y utopÍa, 169 ss.; GescIJichte und KJassen-
55 Der Achtzehnte Brumaire, de Marx, 39, cuando los Montagnards incurren en auto-engaflo.
I"·II'II",/.,,·ú., por Georg Lukács (Berlín, 1923), 61 ss.; "The problem of imputation in the sociology
"I 1.,,,',,le<lgc", por Arthur Child, en Ethics, 1941, 51, 200-14. 56 Socialism: Utopían and Scientific, por Engels, 26-7. Cf. Feuerbaeh, de Engels, 122-23. "EI
[,:1 "1'1.(' por Marx y Engcls, p. 39. "En Ia medida cn que gobiernan como
German Ideology, fracaso en el exterminio de Ia herejía protestante correspondíó a Ia invencibilidad de Ia burguesia
1'1",,, v ",",('rminan Ia extensi6n y amplitud de una época, es evidente por si mismo que 10 hacen naciente. .. Aqui el ealvinismo resultó ser el verdadero disfraz religioso de 105 intereses de Ia bur-
guesía de aquel tiempo ... "
I"" t"d" ", alcance, de ahí que, entre otras cosas, gobiernen también como pensadores, como pro- 57 Marx concede importaneia motivacional a Ias "ilusiones" de Ia germinante burguesía: Der
<1"<1,,,,'" ele idcas y regulen Ia producción y distribueión de Ias ideas de su época ... "
Achtzehnte Brumaire, 8.
to-! Carta de Engels a Mehring, 14 de julio de 1893, en Marx, Selected Works. r, 388-9;
58 Carta de Engels a [osep Bloch, 21 de septiembre de 1890, en Marx, Sclected Works,
,I. [l.., \ •.h/zdllltc Bnnnaire, 33, de Marx; Critique of PoliticaJ Economy, 12, dei mismo.
I, 383.
59 Carta de Engels a Mehring, 14 de julio de 1893, ibid., I, 390.
47(í SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO 477
consecuencia, a ser inestable, precaria y transitoria. Hay un impulso que rasgos de Ia organización del grupo. Así, "hay sociedades en Australia y en
se deriva del desenvolvimiento económico, pero ese impulso no opera con una América deI Norte en que el espacio es concebido en forma de un círculo
finalidad tan detallada que no pueda haber variación en Ias ideas. inmenso, porque el campamento tiene forma circular ... Ia organización social
La teoria marxista de Ia historia supone que, tarde o temprano, los siste- fue el modelo de Ia organización espacial y una reproducción de ella".62 De
mas de ideas que son incongruentes con Ia estructura de poder incipiente que una manera análoga, Ia nocíón general de tíempo es derivada de Ias unidades
CII realidad existe serán rechazados a favor de los que expresan con mayor específicas de tiempo diferenciadas en Ias actividades sociales (ceremonias,
aproximación Ia alineación real de poder. Es esta opinión Ia que expresa fiestas, ritos) ,,~3 La categoría de clase y los modos de clasificación, que im-
Engels en su metáfora del "curso en zig-zag" de Ia ideología abstracta; Ias plica Ia noción de una jerarquía, se derivan de Ia agrupación y Ia estratifi-
ideologias pueden desviarse temporalmente de Ia que es compatible con cación sociaIes. Las categorías sociales se proyectan después "en nuestra
las presentes relaciones sociales de producción, pero aI fin vuelven a ponerse concepción del mundo nuevo".64 En suma, pues, Ias categorías "expresan"
cn Ia linea. Por esta razón el análisis marxista de Ia ideología está obligado Ias diferentes aspectos deI orden social." La sociología del conocimiento de
sicrnpre a interesarse por Ia situación histórica "total", a fin de explicar Ias Durkheim sufre de su carencia de una psicología social.
<lcsviaciones temporales y Ia posterior acomodación de Ias ideas a Ias impul- La relación central entre Ias ideas y los factores existenciales para Scheler
sos económicos. Pero por esa misma razón, Ios análisis marxistas pueden es interacción. Las ideas actúan recíproca mente con Ias factores existenciales
tcner un grado excesivo de "flexíbilidad", casi hasta el punto de que cualquler que sirven como agencias selectivas, ampliando o reprimiendo Ia extensión
acontecimiento puede explícarse como una aberración o desviación temporal; en que Ias ideas potenciales encuentran expresión real. Los factores existen-
de que "anacronismos" y "retrasos" se conviertan en etiquetas para explicar ciales no "crean" ni "determinan" el contenido de Ias ideas; no hacen más
Ias ideas existentes que no corresponden a Ias expectativas teóricas; de que el que explicar Ia diferencia entre potencialidad y actualidad: impiden, retrasan
concepto de "accídente" proporcione un media pronto para salvar a Ia teoría o aceleran Ia actualización de ideas potenciales. En una figura que recuerda
ele hechos que parecen amenazar su validez."? Desde el momento en que una el numen hipotético de Clerk Maxwell, dice Scheler: "De un modo y en un
teoria comprende conceptos COmo "retrasos", "empujes", "anacronismos", orden definidos, Ios factores existenciales abren y cierran Ias compuertas a Ia
"accidentes", "independencía parcial" y "dependencia definitiva", se hace tan corriente de Ias ideas." Esta fonnuIación, que atribuye a los factores existen-
lábil y tan confusa que virtualmente puede conciliarse con cualquíer configu- ciales Ia función de Ia selección en una esfera independiente de ideas es, según
ración de datas. Aquí, COmo en otras varias teorias de Ia sociología deI cono- Scheler, un punto fundamental de acuerdo entre teóricos por Ia demás tan
cimiento, puede plantearse una cuestión decisiva para determinar si tenemos divergentes como Dilthey, Troeltsch, Max Weber y él mismo.ê"
una verdadera teoría: lCómo puede ser invalidada Ia teoría? En toda situa .. Scheler opera también con el concepto de "identidades estructuraIes",
ción histórica dada, 2qué datas contraclecirán e invalidarán Ia teoría? A me- que se refiere a supuestos comunes de conocimiento o de creencias, por una
1I0S que esto pueda resolverse directamente, a menos que Ia teoría contenga parte, y de estructura social, económica y política, por otra."? Así, Ia apari-
enunciados que puedan ser controvertidos por tipos definidos de pruebas, no ci6n deI pensamiento mecanicista en el siglo XVI, que llegó a dominar el
cs más que una seudo-teoría que será compatible con cualquier conjunto pensamiento organicista anterior, es inseparable del nuevo individualismo,
de dates. del predominio incipiente de Ia máquina de vapor sobre Ia herramienta ma-
Aunque Mannheim ha ido lejos en el desarrollo de procedimientos reales nual, de Ia incipiente disoIución de Ia Gemeinschaft en Gesellschaft, de Ia
de investigaciones en Ia sociología sustantiva del conocimiento, no aclaró produccíón para un mercado de mercancías, de Ia aparición del principio
mucho Ias factores conexivos de pensamiento y sociedad.v' Como él dice, de competencia en el ethos de Ia sociedad occidental, etc. La noción de Ia
nnn vez que ha sido analizada una estructura de pensamiento, se plantea el investigación científica como un proceso interminable mediante el cual puede
problema de atribuiria a grupos definidos. Esta requiere no sólo una inves. acumularse un depósito de conocimientos para su aplicación práctica según
I igación empírica de Ias grupos o estratos que principalmente piensan de 10 pida Ia ocasión, y el divorcio total de esa ciencia de Ia teoIogía y Ia filoso-
uquella manera, sino tambíén una interpretación de por quê aquellos grupos, fia, no fue posible sin Ia aparición de un principio nuevo de adquisición
Y ] I!) otros, manifiestan este tipo de pensamiento. Esta última cuestión irn- indefinida característico deI capitalismo modemo.s"
plicn una psicología social que Mannheim no desarrolló de manera siste. AI estudiar esas identidades estructurales, Scheler no concede Ia primacia
]1l{11 ica.

La insuficiencia más grave deI análisis de Durkheim estriba precisa- 62 Elementary Forrns ... , de Durkheim, 11-2.
63 Ibid., 10-11.
mente en su aceptacíón sin crítica de una ingenua teoría de correspondencias 64 Ibid., 148.
cn que se considera que Ias categorías de pensamiento "reflejan" ciertos 65 Ibid., 440.
66 Die Wissensforrnen ... , de Scheler, 32.
fl() Cf. Gcsamme1te Aufsaelze zur Wissenschaftslehre. por Max Weber, 166-70. 67 Ibid., 56.
1\1 Este aspecto de la obra de Mannheim se trata en detalle en el capítulo siguiente. 08 Ibid., 25; d. 482-84.
.~78 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO 47')
ni a Ia esfera socioeconómica ni a Ia esfera del conocimiento. Antes bien, y de esta cultura sensitiva -de fines del siglo XVI a mediados del XVllI- los
csto 10 considera Scheler como una de Ias proposiciones más importantes en índices del empirismo son constantemente más bajos que los del racionalismo
este campo, Ias dos cosas están determinadas por Ia estructura del impulso (10 cual va asociado, probablemente, con una cultura idealista y no sensi-
eleIa élite, que está estrechamente enlazado con el ethos que prevalece. Así, tiva).72 El objeto de estas observaciones no es plantear Ia cuestión de si Ias
Ia tecnología moderna no es meramente Ia aplicación de una ciencia pura conclusiones de Sorokin coincic1en con sus datos estadísticos: no es preguntar
basada en Ia observación, Ia lógica y Ias matemáticas. Es mucho más el pro- por quê se dice que los siglos XVI y XVII tienen predominantemente "un sis-
dueto de una orientación bacia el dominio de Ia naturaleza que definió los tema sensitivo de verdades" en vista de los datos. Antes bien es indicar que
objetivos y Ia estructura conceptual del pensamiento científico. Esta orien- aun de acuerdo con Ias propias premisas de Sorokin, Ias caraeterizaciones
tación es tácita en gran parte y no debe confundirse con Ias motivos perso- generales de culturas históricas constituyen meramente un prime r paso, aI
nales de los científicos. que deben seguir análisís de Ias desviaciones de Ias tendencias centrales de
Con e1 concepto de identidad estructural, Scheler bordea el concepto de Ia cultura. Una vez introducido el concepto de grado de integración, Ia exis-
integración cultural o Sinnzusatnmenhang. Corresponde al concepto de "sis- tencia de tipos de conocimiento que no están integrados con Ias tendencias
tema cultural significativo" de Sorokin, que implica "Ia identidad de los prin- predominantes no puede considerarse simplemente como "acumulaciones" ni
cipios y los valores fundamentales que impregnan todas sus partes", 10 cual como "contingentes". Sus bases sociales deben averiguarse de una manera
se diferencia de un "sistema causal", que implica Ia interdependencia de Ias que no permite una teoría emanacionista.
partes.69 Después de inventar sus tipos de cultura, el examen que hace Un concepto básico que sirve para diferenciar generalizaciones acerca del
Sorokin de los criterios de verdad, de Ia ontología, Ia metafísica, Ia produc- pensamiento y Ias conocimientos de toda una sociedad o cultura es el de
ción científica y tecnológica, etc., descubre una marcada tendencia hacia Ia "auditoria" o "público", o 10 que 11ama Znaniecki "el círculo social". Los
integración significativa de estas cosas con Ia cultura que prevalece. hombres de conocimientos no se orientan exclusivamente hacia sus datos ni
Sorokin se enfrentó valientemente con e1 problema de cómo determinar hacia Ia sociedad total, sino a sectores especiales de su sociedad con sus espe-
Ia extensión en que tiene lugar esa integración, reconociendo, a pesar de sus ciales exigencias, criterios de validez, de conocimientos importantes, de pro-
vitriólicos comentarios sobre los estadísticos de nuestra edad sensitiva, que blemas pertinentes, etc. Mediante Ia previsión de esas exigencias y expecta-
tratar de Ia medida o el grado de integración implica necesariamente alguns tivas de auditorios particulares, que pueden localizarse de modo efectivo en
medición estadística. En consecuencia, formuló índices numéricos de los Ia estructura social, pueden los hombres de saber organizar su propio tra-
diferentes escritos y autores de cada periodo, los clasificó en sus apropiadas bajo, definir sus datos, captar 10s problemas. En consecuencia, cuanto más
categorías, y calculó asi Ia frecuencia relativa (y Ia influencia) de los dife- diferenciada sea Ia sociedad, mayor es el campo de dichos auditorios efectivos,
rentes sistemas de pensamiento. Cualquiera que sea Ia valoración técnica de mayor es Ia variación de focos de atención científica, de formulaciones con-
Ia validez y veracidad de Ias estadísticas culturales, Sorokin reconoció dírecta- ceptuales y de procedimientos para certificar los títulos al conocimiento.
mente el problema, olvidado por muchos investigadores, de Ia cultura inte- Vinculando cada uno de los auditorios tipológicamente definidos a su posición
grada o Sinnzusatnmenhaengen, a saber, el grado o extensión aproximada de social distintiva, se hace posible dar una explicación wissenssoziologische de
csa integración. Además, basa francamente sus conclusiones empíricas en diferencias y conf1ictos de pensamiento en Ia sociedad, problema que inevita-
gran parte sobre esas estadísticas."? Y Ias conc1usiones también atestiguan blemente es soslayado en una teoria emanacionista. Así, los científicos de Ia
que su enfoque neva a enunciar el problema de Ias conexiones entre Ias bases Inglaterra y Ia Francia deI siglo XVII, que estaban organizados en sociedades
cxistencíales y el conocimiento, y no a su solución. Así, para tomar un caso científicas recién creadas, se dirigían a auditorios muy diferentes de Ias de
que viene a cuento, se define el "empirismo" como el típico sistema sensitivo los sabios que permanecían exclusivamente en Ias universidades tradicionales.
de verdades. Los cinco siglos últimos, y más particularmente el último siglo, La dirección de sus esfuerzos, hacia una exploración "sencilla, sobria, empí-
rcpresentan Ia "cultura sensitiva por excelencia"." Pero, aun en esa plea- rica" de problemas específicos técnicos y científicos, difería de manera COB-
mar de cultura sensitiva, los índices estadísticos sólo muestran un 53 % de siderable del trabajo especulativo, antiexperimental, de los que estaban en
escritos influyentes en este campo del "empirismo", Y en los primeros siglas Ias universidades. EI investigar Ias variaciones de los auditorios efectivos,
n~ Social Cultural Dynamics, de Sorokin, IV, cal'. 1, I, cap. l. explorar sus criterios distintivos de conocimientos importantes y válidos;"
70 No obstante el lugar fundamental de Ias cstadísticas en sus resultados ernpíricos, Sorokin relaciona rios con su posición en Ia sociedad y examinar los procesos socio-
.,,1"1'1:t una actitud curiosamente ambivalente hacia ellas, actitud análoga a Ia que se atribuve a
Newt ou hacia eI experimento: un recurso para haccr sus conclusiones previas "inteligibles )' paTa cou- psicológicos mediante los cuales operan para restringir ciertos modos de
vencer al vulgo". Adviértase Ia aprobaci6n por Sorokin de Ia observación de Park según Ia cual sus
(·.,ladlsticas no son más que una concesión a Ia mentalidad sensitiva predominante y que "si las 72 Ibid., n, 30.
'1,,;('r<:1I,dcjémosles que Ias tengan". Sorokin: Sociocu/tural Causalitv, Space, Time, 95 11. La arnbi- 73 El concepto de Wertbeziehung (relevancia para el valor) de Rickert-\Veber no es sino un
v:II('II<:;.1
de Sorokin procede de su intento de unificar "sistemas de verdades" completamente dispares .. prime! pa50 en esta direeci6n; queda Ia t~re.a ulterior de ~liferenciar los diversos conjuntos. de valores
71 Social and Cultural Dynamics, de Sorokin, lI, 51. y relacionarlos con grupos o estratos distintivos de Ia sociedad.
'ISO SOCIOLOGiA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES 481
LA SOCIOLOGiA DEL CONOCIMIENTO
pcusarniento, constituye un procedimiento que promete sacar a Ia investiga-
problemas, y Ias consecuencias de ese reconocimiento, para que pueda esta-
ción sobre socioIogía deI conocimiento deI plano de Ia atribución general
bleeerse e! papel de Ias necesidades en Ia determinación de Ia temática de Ia
;11 ele Ia investigación empírica comprobable.t!
investigación científica."
La exposición que precede trata deI contenido principal de Ias teorias
Además de su pretensión de que Ias categorías son emergentes sociales,
vigentes en este campo. Las limitaciones de espacio sólo permiten eI examen
Ourkheim también seíiala su función social. Pero el anáIisis funcional está
111:15 breve de otro aspecto de Ias teorías registrado en nuestro paradigma: Ias
destinado no a explicar el sistema particular de categorías de una sociedad,
funciones atribuídas a diferentes tipos de producciones mentales."
sino Ia existencia de un sistema común a Ia sociedad. Para fines de inter-
comunicacíón y para coordinar Ias actividades de los individuos, es indispen-
FUNCIONES DEL CONOCIMIENTO EXISTENCIALMENTE CONDICIONADO sable una tabla común de categorías. Lo que eI apriorista toma equivocada-
mente por coacción de una forma de entendimiento inevitable, nativa, es
Adcmás de proporcionar expIicaciones causaIes deI conocimiento, Ias teorías realmente "Ia autoridad misma de Ia sociedad, transferida a cierta manera
.uribuyen funciones sociaIes al conocimiento, funciones que probablemente de pensarniento que es Ia condición indispensabIe de toda aceión común'U"
sirvcn para explicar su persistencia o su cambio. Esos análisis funcionales

-
Tiene que haber un mínimo de conformidad lógica" si han de conservarse
\10 pueden examinarse aquí con aIgún detalIe, aunque indudabIemente sería actividades sociales de conjunto; una tab1a común de categorías es una nece-
remunerador un detallado estudio de ellos. sidad funcional. Sorokin, que seííala Ias diferentes funciones servidas por
EI rasgo más distintivo de Ia atribución marxista de funciones es Ia diferentes sistemas de espacio v tiempo, desarrolló más ampliarnente esta
.rdscripción no a Ia sociedad en su conjunto, sino a diferentes estratos de opinión,?"
1:1 misma. Esto vale no sóIo para el pensamiento ideológico sino también
para Ia ciencia natural. En Ia sociedad capitalista, Ia ciencia y Ia tecnología NUEVOS PROBLEMAS Y ESTUDIOS RECIENTES
derivada de ella están llamadas a convertirse en un instrumento más de con-
I rol en manos de Ia clase dominante.?" Según estas mismos Iineamientos, al Resulta evidente, deI estudio que precede, que una amplia c1ivcrsidad de pro-
indicar los determinantes económicos deI desenvoIvimiento científico, Ias blemas en este campo requieren nuevas investigaciones."?
lIlarxistas han creído suficiente muchas veces hacer ver que Ios resultados cien- Scheler indicó que Ia organización social de Ia activic1ac1 intelectual está
I íficos permitían Ia solución de alguna necesidad económica o tecnológica. relacionada de manera importante con el carácter deI conocimiento qucse
Pcro Ia aplicación de Ia ciencia a una necesidad no atestigua necesariamente desarroIla bajo sus auspicios. Una de Ios primeros estudios del problema en
que Ia necesidad haya estado implica da de manera importante en ese resul- este país fue Ia cáustica, impresionista y con frecuencia penetrante exposición
lado. Las funciones hiperbólicas fueron descubiertas dos siglas antes de que de Veblen de Ias presioncs que moldean Ia vida de Ia universidad norteame-
t uviesen alguna importancia práctica, y eI estudio de Ias secciones cónicas ncana" Wilson trató de manera más sistemática 10s métodos v 10s criterios

i
I11VO una historia trunca de dos milenios antes de ser aplicadas en Ia ciencia de recIutamiento, Ia asignación de posición y Ios mecanismos de control del
\ C11 Ia tecnoIogía. ZPodemos inferir, entonces, que Ias necesidades q11e al hom bre acac1émico, suministrando así una base sustancial para estudios com-
riu fueron satisfechas mediante esas aplicaciones sirvieron para dirigir Ia aten- parativos." AI hacer una tipología de los papeles de los hombres de saber,
('i(')JJde 10s matemáticos hacia esos campos, que hubo, por decirIo así, una Znaniecki formuló una serie de hipótesis concemientes a Ias relaciones entre
iníluencia retroactiva de dos a veinte sigIos? Es necesaria Ia investigación .tI esos papeles y 10s tipos de conocirnientos cultivados; entre los tipos de cono-
dcta llada de Ias relaciones entre Ia aparición de necesidades, el reconoci- r, eimicntos ylas bases de valoración de 10s científicos por individuos de Ia
iuicnto de ellas por Ios científicos o por quienes dirigen Ia se!eceión de sus I sociedad; entre Ias definiciones de papeles y Ias actitudes hacia 10s conoci-
71 f:sta cs quizá Ia diferencia más distintiva de Ia sociología dei conocimicnto que se desarrolla
77 Compárcnse B. Hcssen, 01'. cir.: Science, Teehnology anel Society in 17th Centurv England,
ahora en los círculos sociológicos ncrteamericanos, y casi puede considerarse como una aculturación
por R. K.. Merton (Brujas, Monografías Osiris de Historia de Ia Ciencia, 1938), capítulos 7-10;
11011 "americana de puntos de vista europeos. Este desarrollo procede característicamente de Ia psico-
The Social Function of Scíence, por J. D. Bernal (Nucva York, The Macmillan Co., 1939); The
logia social de G. H. Mead. Su pertinencia en este respeeto Ia seíialan C. \V. MiIIs, Gerard de Crê
Social Reiatíons of Scíences por J. C. Crowther (Nueva York, The Macmillan CO., 1941'); Seience
y otros, Véase el concepto dei "círculo social" de Znaniecki, op. cito Véase tambíén Ia iniciación
anel the Social Order, por Bernard Barber (Clencoe, Illinois, The Frce Press, 1952); Sciencc as a
01(' nsultudos empíricos según csos Iineamientos en el campo más general de Ias comunicaciones públi-
Social Institution, por Gerard De Crê (Nncva York, Doublcday and Cornpanv, 1955).
,a, "Studies in Radio and Film Propaganda", por Paul F. Lazarsfeld y R. K Merton.
78 Elemcntay Forms ... , de Durkheim, 17, 10-11, 443.
7" Se omite inevitablemente una estimación de puntos de vista historicistas y ahistóricos. Puede
,() .sociocultural Causality, Space, Time, de Sorokin, passim.
".1\'1'11 irs« que esta controversia admite definidamente una posición intermedia.
Otros resúmenes aparecen en el prefacio de Louis \Virth a Ielcology and Utopia, de Mann,
701 Por ejempIo, Marx cita, de Ios apologistas deI capitalismo en el siglo XIX, a Ure, quien,
11,11,1;,11(10 de Ia invención de Ia máquina dc hilar, dice: "Creación destinada a restablecer cl orden
heirn, XXVIII-XXXI; "Possibilities of a sociology of scicnce", por J. B. Cittler,cn Social Forces,
1'111rc Ias clases industriosas. .• Este invento vino a confirmar Ia tesis ya desarrollada por nosotros
1940, is. 350-59.
81 The Higher Learníng.In Ameriea, por Thorstein Veblcn (Nucva York, Hucbsch, 1918).
,i<' '1"1: cl capital, cuando pane a su servi cio a Ia cieneia, reduce siempre a razón Ia mano rebelde dei
tlllh"in." EI Capital, I, 362. 82 The Academic Man, por Logan Wilson; cf. The Cerman Universities anel National Socialismo
por E..Y. Hartshorne (Harvard University Press, 1937). !
IS2 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO 483
ruicntos prácticos y teóricos, etc.83
Queda mucho por investigar concerniente el "liberalismo consciente" de Freud implicaba tácita mente el rechazo de los
;1 las bases de Ias identificaciones de clase por los intelectuales, su extraüa- impulsos condenados por Ia sociedad burguesa, y que el mismo Freud era,
IlIicnto de estratos dominantes o subordinados de Ia población, el hecho de en su carácter patricéntrico, representante típico de una sociedad que exige
<IIIC eviten o se dediquen a investigaciones que tienen implieaciones ínmedía- obediencia y sumisión.ê"
Ias de valores que amenazan los dispositivos institucionales presentes hostiles a Se ha indicado, de manera muy parecida, que el concepto de causación
Ia consecucíón de objetivos culturalmente aprobados,« Ias presiones favorables múltiple es especialmente grato para el académico, que goza de relativa seguri-
:11 t ecnicismo y contrarias a ideas peligrosas, Ia burocratización de Ios inte- dad, es leal al statu quo deI que obtiene dignidad y subsistencia, se inclina a Ia
lcctuales como un proceso mediante el cual los problemas políticos se con- conciliación y ve algo valioso en todos Ios puntos de vista, y tiende, en con-
vicrten en problemas administrativos, Ias zonas de Ia vida social en que se secuencia, a una taxonomía que le permita evitar tomar partido destacando
considera apropiado un conocimiento a fondo y positivo y aquellas en que Ia multiplicidad de factores y Ia complejidad de problemas.ê" La importancia
\()]o se considera necesaria Ia sabiduría deI hombre sencillo, en suma, el papel concedida a Ia naturaleza o a Ia alimentación como primeros determinantes
c.unbiante del intelectual y Ia relación de sus cambioscon Ia estructura, con- de Ia naturaleza humana enlazada con orientaciones políticas opuestas. Los
tcuido e influencia de su trabajo, requieren una atención creciente, a medida que dan Ia mayor importancia a Ia herencía son conservadores, mientras que
<]lle los cambios en Ia organización social someten cada vez más al intelectual los ambientalistas son predominantemente demócratas o radicales que desean
;1 cxigencias antagónicas.w
Ia reforma social." Pero aun 10s ambientalistas entre los escritores norte-
Se ha supuesto cada vez más que Ia estructura social no influye en Ia americanos contemporáneos sobre patología social adoptan concepciones de
('ÍclIcia simplemente enfocando Ia atención de los científicos sobre ciertos "adaptación social" que de manera implícita toman por normas los patrones
problemas a investigar. Además de los estudios a que ya nos hemos referido, de pequefias comunidades, y no valoran, característica mente, Ia posibilidad de
otros han tratado de Ias modos en que el contexto cultural y social entra en que ciertos grupos realicen sus objetivos en Ias circunstancias instituciona-
1:1 formulación conceptual de problemas científicos. La teoría de Ia selección, les que prevalecen.t" Las atribuciones de perspectivas como ésas requieren un
de Darwin, fue modelada de acuerdo con Ia noción predominante de un estudio más sistemático para que puedan ser aceptadas, pero indican tenden-
orden económico de competencia, noción a Ia cual se atribuyó, a su vez, cias recíentes a descubrir Ias perspectivas de los sabios y relacionarlas con la
111la función ideológica mediante el supuesto de una identidad natural de urdirnbre de experíencia e intereses constituída por sus respectivas posiciones
intcreses.w La observación medio en serio de Russell sobre Ias características sociales. El carácter discutible de imputaciones que no se basan en suficiente
lIaciollales de Ia investigación de Ia cultura animal sefiala hacia un nuevo material comparativo 10 ilustra una reciente exposición sobre los escritos de
tipo ele investigaciones sobre Ias relaciones entre Ia cultura nacional y Ias intelectuales negros. La selección de categorías analíticas y no morfológicas,
formulaciones conceptuales.e? ASÍ, también, Fromm intentó demostrar que
de determinantes de Ia conducta ambientales y no biológicos, de datos ex-
,~:: Social Role of the Man of Knowledge, por Florian Znaniecki. cepcionales más bien que típicos, se atribuye al resentimiento inducido de
SI En su tratado titulado An Ameriean Dilemma Cunnar Myrdal seüala repetidamente Ias casta de los escritores negros, sin hacer ningún intento para comparar Ia fre-
"v.rloracione, ocultas" de los científicos sociales norteamericanos ai estudiar ai negro norteamericano
y cl cfceto de esas valoraciones en Ia formulación de "problemas científicos" en este campo de cuencia de tendencias análogas entre los escritores blancos.ê''
Iu\'('stigación. Véase especialmente 11, 1027-64.
,-" Mannheim se refiere a una monografía inédita sobre el intelectual; bibliografías generales se diferencias nacionales y de clase en Ia elección de problemas, "estilos de pensamiento", etc., sin
('UCI!('lltran en sus libras y en el artículo de Roberto Michels sobre "Intellectuals", en Ia Encyclo- asentir por completo a Ias requerimientos echtdeutsch de un Krieck. Pero este tipo de interpreta-
''''di" of the Social Scienees. Entre Ias trabajos reei entes se cuentan "The Social Role of the Intellec- cíón puede llevarse a extremos discutibles e infundados, como en el "análisis" dernoledor que hace
IU:lJ", por C. W. Mills, en Politics, I, abril de 1944; "Role of the Intellectual in PublicPolicy", Max Scheler dei cant inglês. Concluye que, en Ia ciencia, como en todas Ias otras esferas, los ingle-
')(I!' R, K. Merton, presentado en Ia reuníón anual de Ia Sociedad Sociológica Norteamericana, ses son incorregiblemente "cantíanos", Los conceptos de Hume dei ego, Ia sustancia y Ia continuidad
>1 d,,', 1943 (capítulo VII de] presente volumen); "The Intelligentsia", por Arthur Koestlcr, en como auto-enganos biol6gicamente útiles, eran simplemente cant deliberado; así como Ia fue Ia carac-
1/,"iwlI, 1944, 9, 162-75. terística concepci6n inglesa de Ias hipótesis de trabajo (Maxwell, Kelvin) como ayudas para el pro-
"li Kcynes observó que "el principio de Ia subsistencia de los más aptos podría considerarse greso de Ia ciencía, pero no como verdades, concepci6n que no es más que una maniobra astuta
"11'1<' IIlIa vasta generalización de Ia economía ricardiana", Citado por Talcott Parsons en The Struc- para tener un control momentáneo de los datas y ordenarias. Todo el pragmatismo implica este
11//(' II{ Social Action, 113; cf. "Social factors in the origin of Darwinism", por Alexander Sandow, cant oportunista, dice Scheler, Genius des Krieges (Leípzig, Verlag der Weíssenbuecher, 1915).
('li <..!Iwlerly Review of Biology, 13, 316-26. 88 "Die gesellschaftliche Bedingtheit der psychoanalytischen Therapie", por Eric Fromm, en
,', I'lli/osophy, por Bertrand Russell (Nueva York, W. W. Norton and Co., 1927), 29.30. Zeitschrift fuer Sozialforschung, 1935,4, 365·97.
1\""',,,11 observa que 10s animales empleados en investigaciones psicológicas "desplegaron todos Ias 89 "The economic factor in history", por Lewis S. Feuer, cn Scienee and Society, 1940, 4,
"""'II<'II,I;,,;(s nacionales dei observador. Los animalcsestudiados por norteamericanos corren frené- 174-75,
1;""1111'111(' de nn lado a otro, con un despliegue increíble de aeti~ídad y energía, y ai fin dan por &0 "The nature-nurture controversy: a sociological approach", por N. Pastore, en School and
• "',u"l,d:,,J cl resultado deseado. Los anirnales observados por alemanes se sientan y meditan, y ai Society, 1943, 57, 373-77.
'UI d:uI 1.1 solucíón sacándola de su conciencia interior", No hay por qué tomar el ingenio por 91 "The professíonaí ideology of social pathologísts", por C. Wright Mills, en American
11I('1",;lu(';:I; LI posibilidad de diferencias nacíonales en Ia elecci6n y Iorrnulación de problemas cien- Touma1 of Sociology, 1943, 49, 165-90.
1111"', fi,,' repetidas veces sefialada, aunque no estudiada sistemáticamente. Cf.Psychologie der 92 "'Social determination' in the wrintings of negro scholars", por Willíam T. Fontaíne, en
,~'i''''II\(II:1{t. por Richard Muellcr-Frcienfels (Leipzig. 'J. A. Barth, 1936), capo 8, que trata de Ias Arnerican [ournal of Sociology, 1944, 49, 302-315.
·!S-f SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIO:NES
Los vestigios de toda tendencia a considerar el desarrolIo de Ia ciencia
y Ia tecnoIogía completamente independiente y que avanza sin reIación con
Ia cstructura social, están siendo disipados por el curso real de los aconteci- XIII. KARL MANNHEIM Y LA SOCIOLOGfA
micntos históricos. Un control cada vez mayor y, con frecuencia, restrictivo, DEL CONOCIMIENTO
de Ia investigación y Ia invención científicas ha sido documentado repetida-
mente, sobre todo en una serie de estudios de Stern,93 quien buscá tarnbién Pero en realidad eI lenguaje lográ hasta recientemenie ocul-
Ias bases de Ia resistencia al cambio en medicina.s+ EI cambio fundamental tamos casi todas Ias cosas de que hablamos.
cn Ia organización social de AIemania proporcionó una comprobación experi- L A. RICHARDS
mental virtual de Ia estrecha dependencia de Ia dirección y Ia extensión del
tr.rbajo científico de Ia estructura de poder que prevalece y de Ia perspectiva LA DISCIPLINA que sus expositores alemanes llamaron Wissenssoziologie -y
cultural asociada con elIa.95 Y Ias limitaciones de todo supuesto irrestringido a falta de una palabra inglesa más sencilla se emplea con frecuencia este
de que Ia ciencia o Ia tecnología representan Ia base a que debe adaptarse Ia ampuloso teutonismo- tiene una larga história, centrada en gran parte sobre
«xtructura social se bacen evidentes a Ia luz de estudios que muestran cómo el problema de Ia objetividad del conocimiento.' La consideración sistemá-
I:i cicncia y Ia tecnología fueron puestas al servicio de exigencias sociales o tica de los factores sociales en Ia adquisición, difusión y desarrollo de cono-
crouómicas.v" cimientos, es, no obstante, un hecho relativamente tardio que tiene sus dos
Alargar más Ia lista formidable de problemas que exigen y están reei- principales raíces en el pensamiento sociológico francês y alernán," Las dos
hicndo investigación empírica, rebasaria Ios Iímites de este capítulo. Sólo hay líneas de desenvolvimiento tienen antecedentes diferentes e intereses carac-
qlle clccir esta: Ia socioIogía del conocimiento va superando rapidamente Ia terísticamente distintos en Ia elección de problemas. La rama francesa, duro
Icndcncía anterior a confundir bipótesis provisionales con dogmas impeca- kheirniana, nació primordialmente de un fondo etnográfico que destacaba el
hlcx; Ia plenitud de ideas especulativas que marcó sus primeras etapas están margen de variación entre diferentes pueblos no sólo de Ia estructura moral
sicudoisometidas abora a comprobación cada vez más rigurosa. Aunque y social sino también de Ias orientaciones cognoscitivas. El mismo Durkheim,
'Foyubee Y Sorokin puedan tener razón aI hablar de una alternancia de peno- el iniciador, en famosos pasajes de su obra Les formes élémentaires de Ia vie
dos de descubrimiento _de hechos y de generalizaciones en Ia historia de Ia religieuse (París, 1912), presen tó un audaz análisís de los orígenes sociales
cicncia, parece que Ia sociología del conocimiento concilió Ias dos tendencias de Ias categorias fundamentales de pensarniento. Apartándose en algunos
('11 IIl1a unión que promete ser fructífera. Sobre todo, se enfoca sobre pro- respectos de Durkheim, Lucien Lévy-Bruhl, en sus estudios sobre Ia menta-
hlcmas que están en el centro mismo deI interés intelectual conternporáneo.?" lidad primitiva, trató de mostrar diferencias irreductibles entre Ia mentalidad
primitiva y Ia civilizada. Otros seguidores de Durkheim se abrieron paso a
través de este primer interés por Ias sociedades ágrafas y aplicaron su sis-
tema conceptual a diferentes aspectos sociales del pensamiento y deI conocí-
miento en Ia sociedad civilizada. Estos estudios atestiguan que Ias aperta-
ciones francesas a Ia sociología del saber en gran parte son autóctonas e inde-
pendientes de Ias investigaciones alernanas análogas."
lia "Resistanccs to the Adoption of Tcchnological Innovations", por Bernhard J. Stern, en Co-
mixión de Recursos Nacionales, Technological Trends and National Policy (Washington, U. S. .1 Un esbozo de esta primera etapa, por 10 menos desde Ia llamada Época de Ia Ilustración, se,
C:ovCTllmcnt Printing Office, 1937), 39-66; "Restraínts upon the Utilization of Inventions", por el encnentra en Das Problem der Soziologie des Wisscns, por Ems! Crünwald, capítulo l. Pero no cs
mismn, eu The Annals, 200, 1·19, 1938, Y otras referencias en el estudio; Patents and Free Fnter- mero espíritu de anticuario sugerir qlle esta historia puede datarse dei tiempo de Ia I!ustración
1'';\(', por Walton Hamilton (TNEC Monograph NQ 31, 1941). griega. En realidad, el ejemplar Essai sur Ia formatíon de Ia pensée grecque (Paris, 1934) de Pierre-
11·1 Social Factors in Medical Progress, por Bernhard J. Stern (i\ueva York, Columbia Univcr- Maxime Schul, ofreee amplia base para sugerir un "comíenzo" anterior, aunque igualmente arbitraria.
"lI' l'rcss, 1927); Societv and Medical Progress, dei mismo (Princeton, Princeton Universitv Press, 2 Puede utilizarse sobre esta observación citando aperçus sugestivos en cl pensarnicnto inglés
1'1'11); ci, The Development of Modern Medicine, por Richard H. Shyock (Filadelfia, University por 10 menos desde los tiernpos de Francis Bacon y de Hobbcs. Análogauieutc, el movimiento
"I l'cnnsylvanin Press, 1936); Man and Medicine, por Henry E. Sigerist (Nueva York, \V. E. Nor- pragmático desde Píerce y [ames en adelante está informado por estudios pertinentes al caso. Pero
I"" ","1 (;0., 1932). nada de eso constituye análisis sistemáticos de los problemas sociológicos centrales en cuestión, Un
m, (;cnllan Universities and National Socialism, de Hartshorne. tratamiento a fondo de este campo incluiria, naturalmente, los desarrollos tangenciales.
IIH Sól., de Ia manera más notoria en tiernpo de guerra; véase Ia obscrvacíón de Sorokin de qlle 3 Pero no completamente, porque Ourkheim inició una seeción en L'Année sociologique (1910,
I,,·. ,..,,110' de poder militar tienden a ser los centros de desarrollo científico y tecnológico (Dynamics, 11,41) sobre "Ias condiciones sociológicas dcl conocimiento" con ocasión de una resefia dcl artículo
1\'. :',1') q); el. Science and War, por L B. Cohen y Bernard Barber (inédito); "Science and míli- de Wilhelm [erusalem titulado "Die Soziologie des Erkenncns". Adcmás, las indiêaciones biblio-
1.11\ I•.•llIli'IIIC", por R. K. Merton, en Seientific Monthly, 1935, 41, 542-545; Bornal. op. cit.; gráficas breves pueden substituirse por un estudio detallado de Ia tradición de Ourkheim. Mauríce
,'i, 11'," r UlIel Social Needs, por [ulían Huxley (Nueva York, Harper and Bros., 1935j. Halbwachs, Les cadres socíaux de Ia mémoire (Paris, 1929), desarrolla Ia tesis de que Ia memoria,
111 Para bibliografias extensas, véasc Scienceand the Social Order, por Bernard Barbcr; ldeoJogÚl cllya importancia epistomológica fue seüalada últimamcntc por Schlick, Frank y otros deI círculo
\. 1I1•• ,.lu, .!t. Mannheim; Contemporary Social Theory, ed. por Harry E. Barnes, Howard Bccker y de Viena, es una función de Ia estrnctnra social. Marccl Granet, cn La civi/isation chinoise (Paris,
F,",,,.,~ n. Hcckcr (Nueva York, D. Appleton-Ccntury Co., 1940). 1929), y particularmente en Li! pensée chinoise (Paris, 1934), ele que tanto se ha hablado, atribuye
485
4Sú SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES KARL MANNHEIM 487
Troeltsch y en especial de Max Weber, gran parte de 10 que es fundamental
ANTECEDENTES TEÓRICOS en su pensamiento: Ia importancia de Ias elementos afectívo-volitivos en Ia
orientación y formación de] pensamiento; un dua1ismo, explícitamente repu-
Los principales antecedentes alemanes de Ia Wissenssoziologie se encuentran diado por Mannheim pero persistente en numerosas formulaciones, eu Ia teo-
entre Ios precursores inmediatos de Mannheim. No todos fueron del mismo ria de} conocimiento que hace una distinción entre el papel de Ias elementos
tenor, ciertamente: con frecuencia sostenian opiniones antitéticas, pero se de valor en el desarrollo de Ias ciencias exactas y Ia Geisteswissenschaften; Ia
interesaban en gran parte por elmismo cuerpo de problemas. Además, aI distinción entre Erkennen y Eiklãren por una parte y Erleben y Verstehen
dcsenmarafiar Ia ascendencia intelectual de Mannheim no puede suponerse por ctra; Ia idea de que carácter valorativo del pensamiento no implica Ia
que siguíó en todos Ias respectos relevantes Ia dírección de alguno de ellos. invalidez fundamental de los juicios empíricos.P Finalmente, de los escritos
I'or el contrario, discutió con todos eIlos en un momento u otro y fueron de Ios fenomenólogos, Husser1, Jaspers, Heidegger y sobre todo Max Scheler,
precisamente estas Auseinandersetzungen Ias que con frecuencia le llevaron probabIemente sacó Mannheim el interés por Ia observacíón exacta de 105
:I aclarar su propia posición.
hechos "dados" en Ia experiencia directa; e] interés por e] análisis de Ia
La izquierda hegeliana, y Marx en particular, dejó su huella en Ia obra Selbstverstéindlichkeiten en Ia vida sacia]; el relacionar diferentes tipos de
de Mannheim. En realidad, su posición fue caracterizada como un "marxis- cooperación intelectual con tipos de estructura de grupos.P El variado fondo
lIlO burgués". En Marx y Engels, y en el estimulante libro de Georg Lukács sobre e] cual se destaca Mannheim se ref1eja en Sl1 ecleticismo y en una ines-
1 itulado Geschichte und Klassenbewusstsein, encontramos algunas de Ias con- tabilidad fundamental en su urdimbre conceptua1.
(,c]lciones básicas de Mannheim: el historicismo de largo alcance que consi- Debe advertirse al mismo tiempo que Ias teorías de Mannheim han su-
(Ina hasta el aparato categorial como una función de Ia estructura social, y
frido cambias constantes, de suerte que uno no puede tratar apropiadamente
P;I ri icularrnente de Ia estructura de clases;' Ia concepción dinámica del cono- sus primeros y sus últimos estudios como igualmente representativos de sus
«uuicuto o saber.s la interpretación activista de Ias relaciones dialécticas entre opiniones maduras.l" Como e1 ebjeto de este trabajo no es rastrear el desen-
I('mia y práctica," el papel de 105 conocimientos en el traslado de la acción
1111111:1113 de Ia esfera de la "necesidad" a Ia de Ia "libertad",? el lugar de Ias 10 En su ensayo sobre "Das Problem einer Soziologie dcs Wissens", en Arehiv für Sozialwischaf-
('(IIi1 radicciones y de 105 grupos sociales antagônicos en Ia iniciación de la re- ten und Sozialpolitik, 1925, 599 S., Mannheim repudia explicitamente el neokantismo como punto
de partida para Ia Wissenssoziologie, Pero véasc nuestro cstudio posterior, en cl que se mantiene que
Ihxióu:" la importancia de Ia sociología concreta en cuanto diferente de lá en Ia práetica Mannheim se acerca mucho al concepto de \Vertbeziehllng de Rickert-Weber.
;111 ihución de cualidades históricamente determinadas a] individuo abstracto," 11 Véase Die Grenzen der natunvissenschaftlichen Begriffsbildung, por Heinrich Rickert, 4~ ed.
1 .os neokantianos, en particular la llamada escuela del Suroeste o de (Tubinga, 1921), en especial 35-51, 245-271; Gesammelte Schriften (Tubínga, 1922), Il l, 685,.
169 s.; Cesammelre Aufsiitze zur Wissenschaftlehre, 146-214, 403·502,
Ibdcl1 ~el uso de una sola rúbrica para este grupo de teóricos no debe ocul- 12 Véanse ldeas: General Introduction to Pure Phenomenology, por Edmund Husserl (Nueva
l.u: SIIS diferencias atestiguadas por numerosos desacuerdos sobre puntos espe- York, 1931), 1875s.; Psyehologie der We1tanschauungen, por Karl [aspers (Berlín, 1925), 20 S5,>
(.I i('()s contribuyeron asimismo a Ia formación de Ias opiniones de Man- 14255.; Von Husserl zu Heidegger, por JuIius Kraft (Leípzig, 1932), en especial 87 ss.; Versuche
zu einer Soziologie des Wissens, por Max Scheler (Munich- Leipzig, 1924), y Die Wissensformell
n inim , En realidad, como veremos, Mannheim se separa de sus tesis centrales und die Gesellschaft, por el mismo (Leipzíg, 1926).
IIII'II!)S ele Ia que él parece haberse dado cuenta.t" Derivó de Di1they, Rickert, 13 Cf. Grünwald, op. cit., 266-7. Con objeto de abreviar Ias citas subsíguicntes y distinguir
entre 105 periodos "prirnero" y "último" de Mannheim, se usarán Ias siguientes citas alfabéticas.
Por cuanto el artículo "Wíssenssozíologie" representa Ia primera desviación radical de Mannheím
,,,,,cios .]" pensar caracteristicamente chinos a diferentes rasgos de Ia estructura social. Durkheim
de su posici6n anterior, se le utilizará para sefialar Ia aparición de sus "nuevas formulacíoncs".
udlllY(, lamhién en diversos autores que escribieron sobre Ias orígenes de Ia ciencia occidental: Abel
A. 1923. "Der Historismus", Arehiv für Sozialwissenschaft and SozialpoIitik, 52, 1-60,
RI'v. l« scicncc orientale avant les Crecs (Paris, 193o), La jeunesse de la science grecque (París,
B. 1925. "Das Problem einer Soziologie de! Wissens", ibd., 53, 577-652.
1')\,); Léon Robin, La pensée greeque et Ies origines de l'esprit scientifique (Paris, 1928); P. M.
Sdll,hl, "I', cít.: y hasta cierto punto Arnold Reymond, Histoirc des scíences exactes et naturelles 1"!
C. 1926. "Ideologische und soziologische Interpretation
Soziologie (Karlsruhe), 424-40.
der geistigen Gebilde", Jahrbuch fü~
'/,III.S /';uJliquité grécoromaine (París, 1924), Su influencia es también manifiesta en diferentes
,",III<lios sociológicos sobre arte y literatura, preeminentemente en Ias de Charles Lalo, En este res- ! D. 1927. "Das Konservative Dcnken", Archiv für Sozialwissenschaft, Heft. 1-2, 68·142.
E. 1928. "Das Problems der Cenerationen", Kolner Vierteljahrshefte für SozioIogie, 7, 157·85",
111','10_ vé.msc Ias volúmencs 16 y 17 de Ia Encyclopédie française, titulados "Arts et Iíttératurcs dans
I" ;,,,cif-I(, contcmporaine" (Paris, 1935-6). El único contribuyente notable a Ia Wi5senssoziologie F. 1929. "Die Bedeutung der Konkurrenz im Gebiete des Geistigen", Verhand1ungen des 1>.
,'11 "",,,cia que antecedió a Durkheim y que arrancó de una herencia semimarxista fue Georges deutschen Soziologentages in Zürich (Tubinga), 35·83.
G. 1929. Ideologia y utopia (Bonn), parte lI-IV de Ideologia y utopía (op. cit.).
S"It'1. Véansc sus obras Le procês de Socrate (Paris, 1889), Réf1exions sur Ia violence (1908), y
I r-v "'""iolls du progres (Paris, 1908), H. 1931. "Wissenssoziologíe", Handwõrterbuch der Soziologie, ed. por Alfred Vierkandt (Stutt-
-I 1'01 cjcmplo, Friedrich Engels, "Socialism: Utopían and Scientific", en Kar! Marx, Selected gart), 659-680, trad. como parte V (237-280) de IdeoIogy and Utopia (hay edición en espaüol de]
\~'",h. I. 112 s.: ci. Die deutsche Ideologie, Marx-Enge1s Cesamtausgabe (Berlín, 1931), V. Fondo de Cultura Económica}; Ias citas se hacen por Ia traducci6n inglesa.
t, '"I IItlW'~ lcucrbach and the Outcome of Classical German Phílosophy", de Engels, Jbid, L 1934. "German Socíology", Politica, 12-33.
1, ~ ',I ., J. 1935. Mensch und Gesellschaft im Zeitalter des Umbaus (Leiden).
11 "11" '.,'S 011 Fcuerbach", de Marx, ibid., I, 471; ci. Capital (Chicago, 1925-6), IIl, 954. K. 1936. "Preliminary approach to the problem", escrito especialmente para Ia edición inglesa
7 1':"1:..1,_ "Socialísm ... ", op. cit., I, 180-1. de Ideology and Utopia, p. I, 1-48.
" MilIX. "Introduction to the Critique of Political Economy", ibid .. L"'/: L. 1940. Man and Society in an Age oE Reconstmction (Nueva York), trad. por Edward Shíls
() ~1"f\. "Thescs on Feuerbach", op. cit., I, 473. de una versíón revisada y considerablernente ampliada de J.
·1S,'i S()( 'I( )I.()(;IA ])EL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES KARL MANNHEIM 489

volvimiento deI pensamiento de Mannheim, aunque semejante empresa: muy Mannheim sigue COIl pericia consumada, lleva al problema de Ia conciencia
bien podría recompensar al estudioso de Ia Wissenssoziologie, tornaremos sus falsa, "el problema de Ia mente totalmente deformada que falsifica todo 10
obras más recientes como claves para su posición presente y nos referiremos que está a su alcance, pudo haber surgido". (G, p. 62).
a los escritos anteriores sólo cuando arrojen luz sobre esta posición. Esto no Las concepciones particular y total se mezclan por primera vez eu Ia
implica, desde luego, Ia proposición general de que Ias últimas formulaciones teoria marxista que trasladó decididamente el ínterés deI plano psicológico
xon invariablemente más exactas y profundas que Ias anteriores, pero tal al plano social. Fue necesario un paso más para Ia aparición de una socio-
parece ser el caso en Ia ocasión presente. logía del conocimiento: el paso de una formulación "especial" del concepto
de ideologia a una formulación "general". En Ia formulación especial sólo
eI pensamiento de nuestros adversarios se considera completamente como
TEORÍA DE LA IDEOLOGÍA
una función de su posición social; en Ia general, se considera así el pensa-
1\L1Il11heim deriva algunos de Ios conceptos básicos de Ia Wissenssozíologie rniento de todos los grupos, incluido el nuestro. Como dice Mannheim
dl' \111análísis deI concepto de ideología.14 La conciencia del pensamienro sucintamente, "con Ia aparición de Ia formulación general de Ia concepción
idcológico sobreviene cuando Ias aseveraciones de un adversa rio se consideran total ele Ia ideología, Ia sim pIe teoría de Ia ideologia se convierte en Ia socio-
bisas por virtud de su determinación por Ia situación vital de éste. Como logía deI conocimiento. Lo que en otro tiempo fue el armamento intelectual
IIU se SllpOl1e que Ias deformaciones son deliberadas, Ia ideología se diferen- de Ul1 partido se transforma en un método de investigación en Ia historia
(1;1 de Ia mentira. En realidad, Ia distinción es esencial por cuanto subraya social e intelectual en general" (G, p. 69).
(,I caractcr inconsciente de los enunciados ideológicos. Así, 10 que Manheim Aunque Ia teoría de Ia ideología puede cOl1cebirse como un antepasado
1I:lIlIa Ia "concepción particular de Ia ideologia" difiere de Ia "concepción de Ia W íssenssoziologie, es necesario renunciar a gran parte de su legado si
I 01: tl" en tres respectos fundamentales. La concepción particular considera ha de ser una disciplina cognoscitiva y no una disciplina política. La teoría
\1 lll) algunos de los asertos deI adversario corno ideológicos, esto es, Ie con- de Ia ideología se interesa ante todo por desacreditar a un adversario, a toda
I ('(k Ia [iosibilidad de pensamíento no ideológico; Ia concepción total consi- costa, y sólo remotamente se interesa por adquirir una conocimiento articula-
<ll'I;1 lodo el sistema de pensamiento del adversario inevitablemente ideoló- do y válido de Ia materia en cuestión. Es polérnica y tiende a disipar los
: ',H C). Adcmás, Ia concepción particular implica necesariamente análisis en puntos de vista rivales. Es implicitamente anti-intelectualista. Establecería
d plano psicológico, ya que supone que los adversaI;ios comparten criterios Ia verdad por un fíat, por puro dominio político, si íuera necesario. Busca el
(1lIIlIlIlCSde validez, mientras que Ia concepción total se interesa por el nível asentimiento, independientemente de los fundamentos para Ia aceptación. Es
IIl)ológico en que Ia forma, el contenido y Ia urdimbre conceptual de un afín a Ia retórica y no a Ia ciencia, Las implicaciones de Ia teoría de Ia ideo-
"modo ele pensar" se conciben como inevitablemente ligados a Ia situacíón logía S011 tales, que han de ser francamente rechazadas si no han de eclipsar
\ iI a I. Finalmente, y como corolario, Ia primera opinión implica una "psico- los objetivos esencialmente cognoscitivos de una sociología deI conocimiento.
/ugi;1 de los intereses" (en un sentido muy parecido a como actúa el psico- En realidad, Mannheim trata de eliminar los elementos agudamente relati-
;11I:!lisla con Ias "racionalizaciones"), mientras que Ia segunda trata sólo de vistas y propagandísticos que perduraban en Ia anterior formulación de Ia
Islahlcccr una "correspondencia" entre eI medio social y el sistema de pen- \V íssensso:ziologíe.
~;,1I11 icnto. Así, esta última concepción no requiere Ia atribución de motivos,
TEOREMAS ESENCIALES
.,jl\(l l)IlC termina con Ia indicación de correspondencias comprensibles entre
1m modos de pensar y Ia situación concreta.P De esas diferencias se sigue
(/"l' Ia concepcíón particular es implícita mente individualista, trata de ideo- •... En términos generales, puede concebirse Ia sociología deI conocimiento divi- ,
Ill:~1:ISde grupo sólo "sumando" Ias ideologías separadas de sus miembros di da en dos ramas: teoría y "un método de investigación histórico-socioló-
1 l ~l'kcciol1al1elo Ias que son comunes aIos individuos del grupo. Pero Ia gico" _ El aspecto teórico puede a su vez tfividirse en a) "investigación pura-
, lllll'l'/lCi(m total trata de estabIecer el sistema unificado ele pensamiento de mente empirica mediante Ia descripción y el análisis estructural de los modos
1111:~IIIJl()que está implícito en los juicios de sus miembros (G, pp. 49-53). en que Ias relaciones sociales influyen de hecho en el pensamiento"; y b)
1<1P;I~()de Ia concepción particular a Ia concepción total de Ia ideología, que "investigación epistemológica deelicada a Ias conexiones ele esta relación con
el problema de Ia validez" (H, p. 277). El aspecto meto do lógico se interesa
1 1 FI couccpto correlativo, "utopia", pucde ser estudiado más provechosamente en un momen- en Ia invención de procedimientos para Ia formación de tipos ideales de Ia
I" 110,.1,'''01, \:1 'lue es primordialmente relevante para Ias opiniones de Mannheim sobre Ias criterios
di JIIIIIH)·.I(illlll'S válidas, \Veltanschauungen quc están implícitos en los tipos de pensamiento corrien-
I:, (:. SIl. Compárese Versuche ... , de Scheler, p. 95. "Vor aliem darf hier nicht die Rede tes eu diferentes estratos sociales (clases sociales, generaciones, sectas, partidos,
'" u t \ 011 ~IIII iv.it ioucn und subjektiven Absichtcn der gclehrten und forschenden lndividuen: diese
1111111'" rllll'lIdlich mannigfaltig sein: tcchnische Aufgaben, Eitelkeit, Ehrgeiz, Gewinnsucht, Wahr-
camarillas, escueIas de pensamiento). Mediante tales reconstrucciones ar-
111,11·,111'111',11 w.'
•..•
ticuladas, los modos concretos de pensamiento deben derivarse de Ia
491
.'I)(J St JC!OLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES KARL MANNHEIM

"composición social de 10s grupos y 10s estratos" que se expresan de esa ma- único de Ias configuraciones históricas, en tanto que los partidarios del cam-
nera (H, p. 257. Es manifiesto, pues, que la rama metodológica de esta disci- bio adoptan un enfoque analítico a fin de l1egar a elementos que pueden
plina está estrechamente enlazada con Ia rama teórica, a), arriba). Así, pode- ser recombinados, mediante Ia casuaUdad o Ia integración funcional, en nue-
mos revisar Ia división de Mannheim y considerar que esta disciplina vas estructuras sociales. La primera opinión acentúa Ia estabilidad intrínseca
comprende dos clases principales de problemas: los de una Wissenssoziologie de Ia estructura social tal como está; Ia segunda destaca Ia variabilidad e
sustantiva o de contenido, que com prende Ias aspectos empírico y de proce- inestabilidad abstrayendo los componentes de Ia estructura y ordenándolos
dimiento, y 10s pertenecientes a Ia relevancia epistemológica de Ia sociología de nuevo. En una nación con horizontes econômicos y territoriales en expan-
del conocimiento. Aunque Ia mayor parte de los comentaristas de Ia obra de sión, como los Estados Unidos, los cultivadores de Ias ciencias sociales se
Mannheirn han centrado Ia atención sobre su estudio epistemológico, parece interesan por Ia investigación detallada de problemas sociales aislados y supo-
lilás fructífero dedicar Ia atencíón a Ia sociología sustantiva del conoci- nen que Ia solución de los problemas particulares llevará automáticamente a
miento, como en realidad reconoce el mismo Mannheim (4 p. 273). una integración adecuada de toda Ia sociedad. Esta suposición sólo puede
EI campo de Ia rama sustantiva se refleja en sus problemas, concep- floreeer en una sociedad en que grandes posibilidades y numerosas alterna-
tos, teoremas y cánones de evidencia. EI pensamiento se considera existen- tivas de acción proporcionan un grado de elasticidad que permite de hecho
cialmente determinado cuando puede demostrarse que no es inminente ni algún remedio para los defectos institucionales. Por el contrario, en una na-
internamente determinado y cuando su génesis, forma y contenido están in- ción como Ia alemana, el limitado campo de acción hace que se perciba Ia
fluidos de rnanera importante por faetores extrateórieos (H, p. 240). [En interdependencia de Ias elementos sociales y conduce así a una visión orgânica
palabras de Frederick Jackon Turner: "Cada época escribe de nuevo Ia histo- que abarca toda Ia transformación de Ia estructura social, y no a un refor-
ria del pasado con referencia a Ias circunstancias predominantes en su propio mismo de detalle (G, pp. 228-9; I, pp. 30-33).
ticmpo."] A base de estudios ernpíricos, puede afirmarse que los propósitos De una maneta análoga, Mannheim relaciona cuatro tipos de menta-
colectivos y los procesos sociales llevan al conocimiento de diferentes proble- lídad utópica -Ia quiliásmica-anabaptista, Ia liberal-humanitaria, Ia conser-
mas que de otro modo perrnanecerían obscuros e inadvertidos. En este res- vadora y Ia socialista-comunista- con Ia localización social particular y los
pccto Mannheim deriva los problemas que son de especial interés para Ia propósitos colectívos de sus protagonistas. En este respecto, muestra que
Wissenssoziologie misma de Ia movilidad horizontal y vertical intensiva en hasta el "sentido del tiempo histórico" de Ios grupoS es influido por su posí-
Ia sociedad, porque sólo entrando así en contacto con modos de pensamiento ción y aspiraciones> El quiliasmo anabaptista, derivado del ardor revolucio-
radicalmente diferentes llega el observador-partipicipante a dudar de Ia validez nario y Ias "tensas expectativas" de estratos oprimidos, subraya el presente
general de sus propias formas heredadas de pensamiento. Análogamente, inmediato, el hic et nunc. Las c1ases medias nacientes que dieron nacimiento
sólo cuando Ias garantías institucionales acostumbradas de una \Veltanschau- al liberal-humanitarismo destacan Ia "idea" del futuro indeterminado que,
1l1lg -por ejemplo, Ia Iglesia, el Estado- son destrozadas por el cambio en el momento oportuno, presenciará Ia realización de sus normas éticas
social rápido, llegan a constituir un problema Ias múltiples formas de pensa- mediante una "ilustración" progresiva. EI sentido deI tiempo de Ios conser-
inicnto. Cambios así en Ia estructura social condueen hacia un nuevo exa- vadores interpreta el pasado como inexorablemente conducente aI estado
IlICII Y a discutir Ia Selbstverstãndlichkeiten, de 10 que antes se daba pOI social existente, aI cual valida también indiscutiblemente. ("Todo 10 que
~,;ll>i(l~)(J, p. 132 s.).
es, está exactamente en sus causas." "Una verdad es clara: Todo 10 que es, es
Otros teoremas de Mannheim ilustran, en su perfil general, Ias correla- justo.") Finalmente, Ias concepciones socialistas-comunistas diferencian el
CiOllCSque trata de establecer entre pensamiento y estructura social. Expone tiempo histórico de una manera más complicada, distinguiendo entre el futuro
LI tcsis de que "aun Ias categorías en que se subsumen se agrupan y se orde- inmediato yeI futuro remoto, aunque subrayando que el presente concreto
Il:IIl Ias experiencias varían de acuerdo con Ia posición social del observador" comprende no sólo el pasaâo sino también Ias tendencias latentes deZ futuro.
(C, p. 130). Un grupo orgánicamente unificado concibe Ia historia como Ull AI formular esas conexiones entre Ia Iocalización social, Ias aspiraciones colec-
ruovimicnto continuo hacia Ia realízación de sus fines; Ios grupos socialmente tivas y Ia orientación temporal, Mannheim previó un campo de estudio que
desarraigados y débilmente unificados adoptan un intuicionismo histórico que 16
;}I'CII I úa 10 fortuito y 10 imponderabIe. La mentalidad conservadora bien está siendo cultivado cada vez más.
adoplada es adversa a Ia teorización histórica, ya que el orden social, wie es 16 El primer análisis sociológico de Durkheim sobre sistemas de referencia temporales versó
j'í!:(',,!lích ist, se considera natural y apropiado, y no problemático. Los con- completamente sobre materiales prealfabetistas y Uen consecuencia?) no trató de Ias diferencias de
~('1 vudores se dedican a Ias reflexiones defensivas filosóficas e históricas orientación temporal entre Ias grupos de Ia misma sociedad. Véanse sus EJementary Forms oi the
Religious Liie, 1 S., 440 s.; véanse tam bién "De quelques formes primitives de c1assification", por
j'()I1l'crnientes aI mundo social ya su lugar en él sólo cuando grupos de opo- E. Durkheim y M. Mauss, en L'Année sociologique, 1901-2,6, 6, 1-71; Mélanges d'histoire des reli-
sil'ión discuten el siaius quo. Además, el conservadurismo tiende a considerar gíons, por H. Hubert y M. Mauss (París, 1909), capitulo sobre "La représentation du temps".
Ia hisl oria en relación eon categorías morfoIógicas que acentúan el carácter Para estudios más recientes, véanse "Social Time", por P. A. Sokorin y R. K. Merton, en American
KARL MANNHEIM 493
492 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
atención a Ia distinci6n familiar entre Ias funciones referenciales y emotivas
TIPOS DE CONOCIMIENTO del lenguaje, por ejemplo, dicha mezcla difícil mente habría quedado indife-
renciada. Como ha dicho I. A. Richards, "el sentido en que creemos una
Se advertirá que 10s teoremas anteriores pertenecen menos aI conocimiento proposición científica no es el sentido en que creemos expresiones ernotivas,
positivo que a convicciones políticas, filosofías de Ia historía, ideologías y ya sean políticas, 'no envainaremos Ia espada', o críticas, 'el progreso de Ia
creencias sociales. Y esto plantea inrnediatamente un problema fundamental: poesía es inmortal', o poéticas".
~ºué esferas de "pensamiento" están comprendidas en Ias tesis de Mannheim EI no haber distinguido Mannheim, en Ia práctíca, 10s tipos marcada-
concernientes a Ia determinación existencial (Seínsverbundenheit) del pensa- mente heterogéneos de conocimiento que él dice ser seinsvetburuien, es par-
iuicnto? ~Exactamente 10 que abarca el término "conocimiento" a cuyo aná- ticularmente sorprendente en vista de su familiaridad con Ia útil distinción
lisis está nominalmente dedica da Ia disciplina de Ia Wíssenssoziologíe? Para de Alfred Weber entre conocimiento cultural y conocimiento de civilización.!"
los propósitos de esta disciplina, ~hay diferencias importantes en 10s tipos Afortunadamente, Ias propias investigaciones de Mannheim en Wissenssozio-
de conocimiento? logie sustantivo versaron casi exclusivamente sobre materiales culturales
Mannheim no trata estas cuestiones específicamente y con amplitud en (Weltanschauungen, escatologías, convicciones políticas), de modo que esta
niuguno de sus escritos. Sin embargo, sus observaciones y estudios empíricos confusión no vicia sus estudios empíricos. Pero sus teoremas más generales
ocasíonales implican que está persistentemente obsesionado por esta cuestión resultan discutibles por el uso de una categoría de pensamiento insuficiente-
fundamental y, además, que no ha llegado a ninguna conclusión decisiva, mente diferenciada y amorfa. Este defecto, además, impide todo intento de
:Illuque provísional, en relación con ella, Su fracaso en este respecto intro- averiguar Ia situación de Ias ciencias naturales y físicas por 10 que concierne
ti uce serias discrepancias entre algunos de sus teoremas y de sus investigaciones a determinación existencial. Si Mannheim hubiese aclarado sistemática y
cmpiricas específicas. EI conocimiento se considera a veces de manera tan explícitamente su posición a este respecto, habría estado menos dispuesto
.unplia, que abarca todos los tipos de enunciados y todos los modos de pen- a suponet que Ias ciencias físicas son completamente inmunes a influencias
xanriento, desde máximas folklóricas hasta Ia rigurosa ciencia positiva. Así, extrateóricas y, correlativamente, menos inclinado a sostener que Ias ciencias
eu una primera formulación sostiene que "el pensamiento de Ia ciencia histó- sociales están peculiarmente expuestas a esas influencias.l"
I icu, política y social, así como el pensamiento de Ia vida cotidiana", están
cxistcncialmentedeterrninados. (F, p. 4l.) En otra parte leemos que el pro-
CONEXIONES ENTRE CONOCIMIENTO Y SOCIEDAD
ccso social penetra en Ia "perspectiva" de "Ia mayor parte de 10s dominios del
conocimiento". Asimisrno, el contenido deI "conocimiento formal" I_~enun- El análisis de Mannheim es limitado, también, por no haber especificado el
ciados analíticos, lógica, matemáticas, sociología formal?] no es afectado por tipo o modo de relaciones entre estructura social y conocimiento. Esta laguna
LI situación social o histórica. (G, p. 150.) Gozan esa inmunidad Ias "ciencias conduce a Ia vaguedad y Ia oscuridad en el corazón mismo de Sll tesis central
cxactas", pero no Ias "ciencías culturales" (H, p. 243.) En otras partes se sos- relativa a Ia "determinaci/ni existencial del conocimiento" (Seinsverbunde11.-
I iene más O menos indiscriminadamente que son "existencialmente determi- heít des W issens). Mannheim llegó evidentemente a reconocer (pero no a
n.ulos" Ias convicciones éticas, los postulados epistemológicos, Ias predica
superar) esta dificultacl, porque escribe:
CiOllC5materiales, 10s juicios sintéticos, Ias creencias políticas, Ias categorias
de pcnsamíento, Ias opiniones escatológicas, Ias normas morales, los supuestos Aquí no entendemos por "determinación" una sucesión causa-efccto mccá-
ou+ológicos y Ias observaciones de hechos empíricos.t" La identificación de nica: dejamos abierto el sentido de "determinacíón", y sólo Ia investigación em-
diferentes tipos de investigación subsumiéndolos bajo una sola rúbrica solo pírica nos ensefiará cuán cstricta es Ia correlación entre situaeión vital y proceso de
si rvc para confundir y no para aclarar los mecanismos que intervienen en Ia pensamiento, o qué margcn existe para Ias diferencias en Ia correlación.ê?
"dctcrminación existencial". Se usan diferentes conjuntos de ideas para rea-
18 Resulta claro dei estudio de Mannheim en A, 37, 48, y de su comentaria de pasada sobre
li/,:lr funciones diferentes, y nos vemos llevados a Ia logomaquia y a centro- Ia obra de \:\1eber eu otro respecto, G, 159. Para un breve estudio general de esta distinción, véase
vcrsins interminables si insistimos en que se Ias debe juzgar "esencíalmente" Society, por R. M. Maclver (Nueva York, 1937), 268-81; "Civilization aud culture", por R. K.
: 111;'I1ogas. Esta falacia informa Ia obra de Mannheim. Si hubiera prestado Merton, en Sociology aud Social Research, 1936, 21, 103-13.
19 Por ejemplo, Ias recientes investigaciones ernpiricas de Borkenau, Hessen, Bernar, Sorokin,
Merton, indican por 10 menos que eI papel de Ias factores extracientífieos cn Ia deterrninación dê
1""''':l/ oi Sociology, 1937, 42, 615-29; "Temporal Orientation in Western Civilization and in a
Ia dirección dei desenvolvirniento de Ia eiencia natural y de Ia ciencia social difiere más bicn en
1'J('lilcralc Society", por A, l. Hallowcll, en Amcrican Antbropologist, 1937, 39, 647-70. Sorokin
grado que de clase. Para una formulación teórica de esta opinión, véase The Structure of Social
iucluv« 1111 extenso estudio de este tema en el cuarto volumen de su Social and Cultural Dynamics.
Acrion, de Talcott Parsons, 595 s. Y, anticipándonos a nuestro estudio posterior, no hay base para
17 Cf. F., 162; F, 41; K, 22-3; G, 71-2, 150; H, 243, 260, ete. Sobre este punto, consúltense
suponer que Ia validez deI juicio empírieo es necesariamente más afcetada por influencias extracícntí-
1." vi/;orosas críticas de Alexander von Sehelting en Max Weber's \Vissensehaftlehre (Tubinga,
1'!lZ), 95, 99 n. 2. Adviértase también Ia pertinencia de Ia observación de L A. Riehards según ficas en un caso que en otro.
20 H, p. 239, n. Wirth y Shils, los traductores, afiadcn : "La cxpresión alemana 'Seinverbun-
I" •.•",1 "cl pcnsarniento cn cl sentido más estrieto varia sólo con pruebas; pero Ias actitudes y Ias
denes Wissens' tiene Ull sentido que dcja abíerto el caráctcr cxaeto dei determinismo."
,.ntli,"i('u!os c.nnbian por toda sncrte de razo.ies". Esta no es negar su interpretación.
4(H S()C!OI.OCTA DEL CUNOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
KARL MANNHEIM 495
Aunquc puede estarse de acuerdo en que es imprudente prejuzgar Ias miento por fuerzas sociales. Este supuesto suele ser proclamado por Ia frase,
tipos de relaciones entre conocimiento y estructura social, también es cierto que se repite frecuenternente: "No es nunca una casualidad que ... " una
que el no especificar esos tipos exc1uye virtualmente Ia posibilidad de formular teoría dada se derive de un tipo dado de posición de grupo. (Véase, por
problemas para Ia investigación empírica. Pues nolens volens, el investigador, ejemplo, H, pp. 248-9.) En este caso, Mannheim adopta de Ia ciencia natural
y Ias propias investigaciones empíricas de Mannheim son un caso oportuno, el concepto de Ia "Erklarung", en que Ia regIa general explica aspectos deI
incluye en su sistema intelectual, o presupone tácitamente, algún concepto de caso particular.
csas relaciones. Así, es instructivo sefíalar brevemente Ias relaciones entre 2. Un segundo supuesto puede Ilamarse el "supuesto de interés", y según
posición social y conocimiento. Es instructiva Ia lista siguiente fel subrayado él ideas y formas de pensamiento están "de acuerdo con", esta es, que los
cs nuestro].
satisfacen, los intereses de los sujetos. En cierta forma, es simplemente una
doctrina de Ia influencia de Ias intereses creados --económicos, políticos,
Estuvo de acuerdo con Ias necesidades de una sociedad industrial. .. basar religiosos- en que es provechoso para los sujetos sustentar ciertas opiniones.
'li Así, un grupo ventajosamente situado tal vez será menos receptivo que un
sus acciones coIectivas. .. sobre un sistema de ideas racionalmente justificable. )
(K,p.33.) . grupo socialmente desfavorecido para ellenguaje de una reforma o revolución
La generaci6n que siguió al Romanticisrno , " [adoptá] una opínión revolu-
cionaria por considerarIa de acuerdo con Ias necesidades de la época. (G, p. 144.) ~" social extensa. La aceptación o el rechazo pueden ser deliberados o incons-
cientes.ê- Este supuesto se encuentra en el Vlllgarmarxismus, que, repudiado
[Esta concepción particular de Ia ideoIogía] se refiere a una esfera de erro- por Mannheim como 10 fue por Marx, está implícito de vez en cuando en los
rcs ... que ... se siguen inevitablemente e inconscientemente de ciertos determi- escritos del primero.
tuuiies causales. (G, p. 54.)
3. U n tercer supuesto es el del "foco de atención". De acuerdo con él,
... un punto de vista dado y un conjunto dado de conceptos, porque están
enlazados con determinada realidad social y nacen de ella. " (G, p. 72.) el sujeto limita su perspectiva a fin de tratar un problema particular, directa-
Cuando Ia situación social cambia, el sistema de normas a que dio nacimiento ~ mente práctico o teórico. Aquí el pensamiento se orienta por Ia formulación
t.
previamente deja de estar en armonía con ella. EI mismo extrafiamiento tiene misma del problema, cuya ignorancia puede a su vez atribuirse a Ia posición
lugar con referenda aI conocimiento ... (G, p. 76.) social deI sujeto. Puede afirmarse grosso modo que esta hipótesis es destacada
... Ia concepción inteIectualista de Ia ciencia, subyacente en eI positivismo, en Ia sociología sustantiva deI conocimiento, mientras que Ia "hipótesis deI
tiene sus raíces en una WeItanschauung definida y progresó en estrecha conexiôn interés" es subrayada en Ia teoría de Ia ideología.
con intereses políticos definidos. (G, p. 148.) 4. En un nivel completamente distinto está el tratamiento ocasional que
Socialmente, este punto de vista intelectualista tuvo su base en un estrato hace Mannheim de ciertas estructuras sociales como simples requisitos pre-
medio, en Ia burguesía y en Ia clase intelectual. Este punto de vista, que está de vios para ciertas formas de pensamiento. En esto coincide con Scheler aI
acuerdo con ia relación estruciural de Ios grupos que 10 representan, siguió un
curso medio dinámico ... (G, p. 199.) hablar de "ciertos tipos de grupos que son los únicos en que pueden nacer
y ser elaboradas ... [Ias formas de pensamiento]". (H, pp. 242-3.) Gran parte
Las ideas, Ias formas de pensamiento y Ias energías psíquicas perduran y se
transforman en estrecha conexión con Ias fuerzas sociales. Nunca aparecen por deI análisis de Mannheim se relaciona con el establecimiento de condiciones
casualidad en momentos dados del proceso social. (G, p. 223.) previas, o aun con factores que 10 facilitan, y no con Ias condiciones nece-
No es una casuaiidaâ que un grupo [minorías ascendentes] considere Ia historia sarias y suficientes. Los ejemplos son numerosos. La movilidad social buede
como una circulaci6n de minorias, mientras que para otros [por ejemplo, 105 socia- llevar a Ia reflexión, al análisís, a Ia ampliación de Ios puntos de vista; pue-
listas] es una transformacíón de Ia estructura histórico-social. Cada uno s610 logra de igualmente bien !levar a Ia despreocupación, a Ia superficialidad, a 1a
ver primordialmente aquel aspecto de Ia totalidad social e histórica hacia e1 cual
está orientado por su propósito. (G, p. 127.) 21 La boga ocasional de Ias "teorias dcl interés" porque ofrecen una explicación supuestamente
adecuada, es en sí misma un problema de wissenssoziologie que merece mayor estudio. Variedades
Los diferentes términos que nominalmente se refieren a los tipos de rela- particulares se encuentran en algunas de Ias inferencias sacadas dcl postulado de un "hombre eco-
nômico", Ia "teoria de Ia conspíración" en ciencia política, Ia excesiva ampliaci6n de los conceptos
ciones entre Ia subestructura y Ia superestructura son menos materia de díver- de "racionalización" y "propaganda" en psicología, Ia idea de Ia "mentira sacerdotal" de Voltaire, el
sidad estilística en prosa que indicio de Ia indecisión fundamental de Mann- cliché de que "Ia religi6n es opio para Ias masas". Naturalmente, el que de vez en cuando circulen
estas opiniones puede deberse a que "dan resultado", a que hasta cierto punto, explican Ia conducta
hcim. Emplea éste Ia paIabra "correspondencía" (Entsprechung) para denotar
humana y están en consonancia con un cuerpo más amplio de conocimientos. Pero no es irrele-
csnx relaciones, e hizo diversidad de supuestos no unificados al derivar ciertas vante que en todas esas teorías, en que Ia acci6n y el pensamíento pueden atribuirse a motivos
formas de pensamiento de ciertos tipos de situaciones sociales. AIgunos de ulteriores (en especial si están desprestigiados), se diga que se explica Ia conducta. La curiosidad
cxos supuestos merecen un breveexamen. queda satisfecha: X es un defensor especial, un instrumento de intereses creados, un bolchevique,
un banquero hamiltoniano. EI supuesto común a esas diferentes versiones es Ia idea hobbesiana del
1. De vez eu cuando -a pesar de su explícita negativa de semejante egoísmo como Ia fuerza motriz de Ia conducta. Para una exposición penetrante de Ias íuentes y Ias
inlcllción- Mannheim supone una causación directa de formas de pensa_o consecuencias de preocupaciones ("teorias") acerca de Ia conspíración, véase The Torment of Secrecy,
por Edward A. Shils (Glencoe, Illinois, The Free Press, 1956).
4% SOCIOLOCíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES KARL MANNHEIM 497
confirmación de los propios prejuicios. 0, para acudir a otro teorerna: Ia yux- cas" sistemático sufre a causa de Ia brevedad y ele Ia genera1idad exeesiva.
tnposición de opiniones antagónicas puede inducir a Ia reflexión, como dice Esas faltas no hacen más que multiplicarse por Ias de un comentado r que se
cmnpendiosamente eI aforismo de Ios instrumentalistas según el cual "elanta- aventura a hacer un resumen de una versión ya resumida. (H, pp. 276-8.)
g(lIlismo es el tábano deI pensamiento". Pero dicho antagonismo también Pero debe seíialarse un obstáculo que se opone al primero de los procedi-
puede evocar fideísmo, inquietudes inconc1uyenes, escepticismo. O aun tam- micntos: una expresión explícita ele los supnestos previos eomunes a "'expre-
bién, Ias c1ases ventajosamente situadas ("conservadoras") pueden ser renuen- siones y registros particulares de! pensarniento". Por 10 menos en 10 que
tes a teorizar acerca de sus situaciones, pero es difícil ignorar a Ia nobleza concierne a Ias creencias, en Ia actualidad es imposible con frecueneia deter-
extra fiada que se convirtió a Ias teorías sociales de los enciclopedistas, o a Ios minar si los valores culturales son congruentes o incongruentes, antes de Ias
renegados que son socialmente burgueses pero espiritualmente proletarios, o situaciones sociales reales en que están implícitos. Así, si se plantea Ia cues-
;1 SIlS equivalentes proletarios que se identifican con el ethos burgués. Todo tión, haciendo abstracción de casos concretos de conducta, de si son compa-
csto no es negar Ias correlaciones sugeridas, sino sólo exponer, en compafiia tibles o incornpatibles e! "pacifismo" y e1 "abolicionisrno", Ia respuesta tiene
dcl mismo Mannheim, Ia necesidad de un análisis más circunstancial de los que ser indeterminada. Puede concluirse asimismo, sobre el plano cultural
muchos factores estructurales implícitos. El estudio de Mannheim en rela- abstracto de Ias creencias, que esos dos sistemas de valores son al azar (mutua-
cióu con Ios requisitos previos se convierte paulatinamente en considerar Ia .,..j mente irrelevantes), congruentes o incongruentes. En eI caso de los cuáque-
dctcrminación existencial como referida nada más a correlaciones empíricas ros, Ia adhesión a los dos valores implicaba acción unifieada para Ia abolici6n
entre sociedad y conocirniento, en que se toma Ia uniformidad misma para de Ia esc1avitud sin recurrir a Ia violencia, mientras que Garrison y sus discí-
cstablecer Ia "correspondencia". En este nivel, se detiene el análisis C011 pulos, inicialmente defensores de Ia no resistencia, se retractaron de sus opi-
cxccsiva frecuencia una vez seüalada Ia correlación. niones pacifistas para aceptar Ia guerra como medio para abolir Ia esclavitud.
5. Otra relación implícita más entre estructura social y conocimiento Debe advertirse que antes de haber presentado esa situación, había poca
comprende 10 que puede llamarse un supuesto emanacionista o semicstético. base para suponer algún conflieto entre los valores del abolicionismo y los
1':11 este punto de vista (particularmente sefialado en B y F) no están del del pacifismo. Cuando más, el analista cultural puede sentirse tentado a con-
lodo ausentes los arm6nicos hegelianos. Palabras tales como "compatibili- siderar esos valores como componentes de un sistema unificado de valores
dad", "congruencia", "armonías", "concordancia" y "oposíción" de \Veltan- bajo Ia etiqueta de "humanitarismo". La síntesis cultural abstracta que trata
schauungen suelen seíialar Ia aparición ele este supuesto. Los criterios para de reconstruir Ia "unidad subyacente de puntos de vista" puede Ilevar, así, a
cstablecer Ias relaciones se dejan implícitos. Así, leemos: "La falta de pro- inferencias falsas. Valores abstractamente incongruentes se hacen compati-
[uudidad en Ias artes plásticas y el predomínio de 10 puramente lineal corres- bles con frecuencia por su distribución entre diferentes situaciones en Ia
pondcn a Ia manera de experimentar el tiempo histórico como progrcso y estructura social, de suerte que no dan por resultado exigencias antagónicas
cvolución unilineales'i.P Pero debe advertirse que este supuesto particular 110 sobre Ias mismas personas en e1 misrno momento. El conf1icto potencial de
desempena un papel importante en Ias investigaciones sustantivas de Mann- valores puede obviarse separándolos en diferentes universos de pensamiento
IICill1. Los vestigios que qnedan son más importantes como seõal de su incer- e incorporándolos a diferentes papeles sociales. El no reconocer que Ia orga-
Iiclumbre concernientc a tipos de relación entre conocimiento, cultura y nización de valores en papeles sociales puede hacer compatibles valores abs-
socicdad, que como indicio de supuestos previos idealistas en su teoria.s'' tractamente antagónicos, llevaría, por ejemplo, a Ia tesis de que Ia Iglesia
Un estudio más amplio de los aspectos de. contenido y metodológico de Católica sustenta los valores incornpatibles del celibato y Ia fecundidad.
LI obra ele Mannheim cornprenderia un tratamiento detallado de los procedi- En este caso el conflicto y Ia mala integración pueden evitarse en gran parte,
micntos ele análisis que adoptó. Su intento de formular un "código de técni- desde luego, atribuyendo esos valores a diferentes situaciones dentro de la
organización eclesiástica., el celibato para Ia situación de sacerdote y Ia fecun-
~~c, 20. Las Irecucntcs comparaciones que hacc Mannheim entre "estilos en la historia de!
:111<: v eu Ia historia intelectual suclcn presuponcr el supuesto serniestético. COlllpárese. Scheler, didad sin 1imitaciones para los legos casados. Así, pues, los sistemas de creen-
\'c',me/,,· ... , 92-3, que habla de Ias "relaciones, por Ia analogia estilística, entre el arte (y entre Ias cias deben examinarse desde el punto de vista de sus relaciones con Ia organiza-
<11\('/';1' artes), Ia filosofia y Ia ciencia de Ias grandes épocas", y de Ias "analogias entre. Ia tragedia
,·L,,;,;! francesa y Ia física matemática francesa ele los siglos XVII Y xvnr, entre Shakespeare y Milton ción social. Éste es un requisito cardinal tanto de Ia Sínngemiisse Zurechnung
y Ia (,,;(,:1 inglesa ... ", etc. SpengIer y Sorokin han desarrollado este tema con algnna extensión. como de Ia Eahiiziiãtszurechnung, descritas por Mannheim (H, pp. 276-7.}
~:r f:stc cs 5610 un caso especial dcl problema más general ele establccer tipos de integración
'''H l:tI y cultural. La práctica de Mannheim, a pesar de Ia falta ele formulaciones sistemáticas, sefiala
'li' daro avance sobre Ia de los epígonos marxistas. Una fcnuulación explícita ele una lógica de Ias Relatívísmo
re-lu t: ioncx entre valores culturales Ia da Sorokin, Social and Cultural Dvnamícs, vol. I, 7-13. Por
(";11"" Irata ele "integración cultural" e ignora su relación con Ia organización social, Sorokin .se
Queda ahora por estudiar el aspecto más discutido de los escritos de Mann-
im liu.: bacia una interpretaci6n idealista. Cf. "Languagc, logic and .culturc"de .C. \Vright Mills,
(11 Alllcri<:1II Sociological Review, 1939, 4, 670-80. Para una crítica específica de Mannheim sobre-, heim, a saber, sus alegatos relativos a Ias consecuencias epistemológicas de
"'''' pUII!". véasc Schclting, op. cit., 102-15. Ia sociología del conocimiento. No necesita esto ser examinado con todo
498 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES KARL MANNHEIM 499
detalle, ya que se dispone de muchas exposiciones críticas.>' Además, Mann- estas oscuridac1es y ambigüedades Ias que 10 llevan a desarrollar otros criterios
heim reconoce que los resultados sustantivos de Ia Wissenssoziologie -que de validez con Ia introducción del concepto de utopía.
comprenden Ia parte más claramente remuneradora del campo- no conduce "Sólo Ias orientaciones que transcienden Ia realidad" son utópicas, "Ias
a sus conclusiones epistemológicas. cuales, cuando pasan a informar Ia conducta, tienden a fragmentar, ya parcial
La controversia gira en torno de Ia concepción de Mannheim acerca de ya totalmente, el orden de cosas predominante en el momento". (G, p. 173.)
Ia ideología total general, Ia cual, como se recordará, afirma que "el pensa- En este sentido) el pensamiento utópico, en contraste con el ideológico, es
miento de todos los partidos en todas Ias épocas es de carácter ideológico". verdadero y no ilusorio. La dificultad de este punto de vista es de inmediata
Esto lleva inmedíatarnente, a 10 que parece, al relativismo radical con su fami- evidencia. lCómo va el observador, en un momento dado, a discriminar el
liar círculo vicioso en que Ias mismas proposiciones que afinnan dicho rela- pensamiento utópico válido deI pensamiento ideológico deformado? Además,
tivismo son ipeo facto inválidas. Está muy claro que Mannheim percibe Ia puesto que, como acabamos c1ever, Ias concepciones pueden ser "inadecuadas
falacia lógica yel nihilismo intelectual implícitos en su posición. Así, rechaza a Ia situación por anticiparse a ella, lcómo se pueden escoger Ias "ideas anti-
expresamente Ia irresponsable opinión que "no ve en Ia actitud intelectual cipadas válidas" entre Ias "ídeas anticipadas" no válidas? Mannheim reconoce
más que juicios personales arbitrarios y propaganda". (G, p. 89, n.) Rechaza estas dificultac1es, pero su solución es de duc1oso valor. No sólo supone un
asimismo "Ia vaga, mal pensada y estéril forma de relativismo respecto del criterio de validez ex post facto sino que impide Ia posibilidad c1e juicios váli-
conocimiento científico que hoy predomina cada vez más". (H, p. 237.) dos sobre ideas conternporáneas, como puede verse en el siguiente pasaje:
.:Cómo, pues, sale él del callejón sin salida relativista?
Quizá en forma indebidamente simplifícada, podemos clasificar los inten- ... si miramos al pasado, parece posible encontrar un critério bastante ade-
tos de Mannheim para evitar Ia falacia reIativista y para establecer puntosde cuado de cuál [ideal ha de considerarse ideológica y cuál es utópica. Este criterio
apoyo para Ia validez de sus propios juicios bajo tres encabezamientos prin- cs su realización. Las ideas que posteriormente resultaron haber sido sólo reprc-
cíples: Criterios dinâmicos de validez, ReIacionismo, y Garantías estructurales sentaciones deformadas de un orden social pasado o de un orden social potencial
eran ideológicas, mientras que Ias que fueron realizadas adecuadamente en el orden
de validez.
social subsiguiente eran utopias relativas. .. La medida en que Ias ideas son reali-
1. Críteríos dinâmicos de validez. Mannheim presenta diferentes criterios zadas constituye una norma suplementaria y retroactiva para hacer distinciones
dinâmicos de Ia validez de los juicios históricos. "Una teoría ... es errónea entre hechos que en cuanto son contemporâneos están sepultados bajo el conflicto
si cn una situación práctica dada usa conceptos y categorías que, si se toman partidista de opiniones. (G, p. 184.)
eu serio, impedirían al hombre adaptasse a aquelia etapa histórica." (G, p. 85;
Como ha mostrado Schelting, este criterio retroactivo presupone Ios mis-
cl subrayado es nuestro.) " ... el conocimiento está deformado y es ideo-
mos criterios de validez que Mannheim desea sustituir. Porque .:de qué otra
lógico cuando deja de tomar en cuenta Ias realidades nuevas que se aplican
manera puede e1 observador demostrar que su interpretación del proceso
~I una situación, y cuando intenta ocultarIas pensándolas en categorías qlje
histórico es correcta? Seda necesario un análisis largo y detallado, muy fuera
xon inapropiadas". Y en una nota afiade Mannheim: "Una percepción puc-
deI alcance de este estudio, para hacer ver más dificultades inherentes a esta
de ser errônea o inadecuada a la situaciôn por anticiparse a ella 10 mismo
posición. Pero Mannheim modera considerablemente esta opinión en otro
<IIIC por estar anticuada." (G, p. 86 y n. L) Pero es manifiesto que el crite-
intento para soslayar el relativismo radical.
rio de ajuste o adaptación es una petíción de principio a menos que esté
especificado el tipo de ajuste." Numerosas y hasta contradictorias teorías 2. Relacionismo. Mannheirn esboza tres posiciones posibles ante Ia cues-
pncden permitir al hombre "ajustarse" de una manera u otra, EI ajuste social tión de Ias relaciones que Ia génesis de un enunciado tiene con su valic1ez.
1 icndc a ser un concepto normativo y no un concepto existencial. Además, La primera niega "validez absoluta" [sic] a un aserto cuando sus fuentes
li dctcrrninación de Ia "propiedad" o "impropiec1ad" de categorías presupone estructurales están demostradas.s" Por el contrario, Ia segunda sostiene que
]OS lJ1iSI11OS criterios de validez que Mannheirn desea descartar. Son quizá esa demostración no tiene consecuencia alguna sobre el valor de verdad del
aserto. La tercera concepción, adoptada por Mannheím, es intermedia entre
~I La más completa de ellas es Ia de Schelting, op. cit., pp. 94 ss. Véanse también su resefia 10s dos extremos. La identificación de Ia posición social del afirmante im-
.k lc1cologic und Utopie en American Sociological Review, 1936, I, 664-72; "'Ueber die sogenannte
'S"'II,verllllndcnheit' des Bewusstseins", por Günther Stern, en Archiv iiu Sozialwissenschaft und
plica sólo "Ia sospecha" -una probabilidad-e- de que Ia afirmación "pueda
Sn,i:I/I'"litik, 1930, 44, 492-102; De sociaie Aspecten van Kennis cn Wetenschap, por Sjoerd Hofstra representar meramente una opinión parcial". Esa identificación particulariza
(i\II"ln<lalll, 1937), 39-31; "Ideologie und Utopie", por Paul Tillich, en Die GeseIlschaft, 1929, 6,
\'IH" (",rc1116 privadamente Ia traducción inglesa de [ames Luther Adams). :26 Mannheirn atribuye constantemente una teoria de Ia "verdad absoluta" a quienes rechazan
~r, Max Weber indicó hace ya mucho ticmpo en su estudio dei "tantas veces profanado" con- una posici6n relativista radical. (Por ejemplo, H, 270, 274.) Esto es gratuito. Pueden concederse
'('('l,l" de "ndaptación social" que tiene gran varicdad de significados, Ia mayor parte de los cuales diferentes perspectivas, diferentes objetivos de investigación, diferentes sistemas conceptuales, y pedir
""11 cirutíficamcnte inútiles. Véase su \Vissenschaftslehre, 477 S.; véase además Schelting, op, únicamente que los diferentes resnltados sean traducibles entre si o estén unificados, para que se les
dt.. 102 s. pueda considerar válidos.
KARL MANNHEIM 501
~(1I) SOCI()I,()CIA m«. CONOCIIVIIENTO Y COMUNICACIONES
tados) .28 Ambas opiniones parten ele Ias premisas de una multitud inagotable
1;llllhiéll cl alcance del enunciado y fija los 1ímites de su validez. Esto atri- de fenómenos, de Ia inevitabilidad de elegir entre ellos en relación con un
l.uyc a Ia \V issenssoziologie un papel consíderablemente más modesto del sistema conceptual y de Ia relevancia de 10s valores y de Ia cstructura social
(IIIC prctcndíau Ias anteriores formulaciones de Mannheim, como resulta evi- para ese sistema y para Ia formulación deI problema. La realidad, ya en 1904
li ('111 c por su propio resumen:
Külpe y Ias psicólogos de Ia escuela de Wurzburgo habían demostrado expe-
rimentalmente que Ia naturaleza de Ias problemas (Aufgaben) determinaba
los análisis característicos de Ia soeiología del eonoeimiento no son, en este
en gran parte Ia forma y contenido de Ia percepción y Ia observación." Los
',<'111
ido, ele ningún modo irrelevantes para Ia detenninación de Ia verdad de un
ruuuciaclo; pelO esos al1áiisis... no revelan plenamente por si solos Ia verdad, psicólogos de Ias escuelas de Ia Gestalt y de Lewin ampliaron más reciente-
JI,mjllCIa mera delimitación de Ias perspectivas no es de ningún modo un sustituto mente Ias resultados bajo Ia influencia oríentadora de Ias Allfgaben. Rickert,
d(' Ia discusión inmcdiata y dírecta entre Ias puntos de vista divergentes o dcl exa- Weber y en especial Mannheim trataron de ariadir una dimensión sociológica
111l'11
dirccto de Ias hechos.ê? a este notable descubrimiento demostranelo que Ios valores culturales y Ia
:f'
estructura social a su vez determinan Ia formulación de Ias Aufgaben que
f dirigen la observación en dirección determinada. Así, esta fase particular de Ia
1\1 cxponcr sus opiniones rclacionístas, Mannheim aclara el concepto de r~

"perspectiva" (Aspektstruk.tur), quc denota "Ia manera como uno ve un sociología del conocimiento está claramente integrada con Ios resultados de
objeto, 10 que uno pereibe en él, y cómo 10 interpreta en su pensamiento", ~1". investigaciones experimcntales en psicologia. Pero debe advertirse que esos
I ,;1:; perspectivas pueden defínirse c imputarse a sus fuentes socíales tenicndo i experimentos no constituyen razón suficiente para atribuir validez a Ias obser-
1'I1 cucnta: "el sentido de 10s conceptos quc se usan; el fenómeno deI contra- vaeiones enfocadas de esa manera.
ro nccpto: Ia carencia de ciertos conceptos; Ia estructura del aparato de eatego-
11;1,; los modelos predominantes de pensamiento; el grado de abstracción; y Ia
'1
Ij
En parte, Ia inconsecuencia de Mannheim eu sus primcros escritos nace
de una diferenciación vaga entre incorrección (invalidez) y perspectiva (uni-
oulología que se presupone". (H, p. 244). lateralidad). Los enunciados perspectivistas probablernente no son incorrectos
Por este tiernpo Mannheim había llegado a dar Ia vuelta casi completa a si su autor reconoce y admite su naturaleza parcial; entonces son simple-
esle punto de partida; tanto, que sus observaciones presentes pueden ser ,! mente formulaciones abstractas de ciertos aspectos de Ia situación concreta.
Lk'ilmente asirniladas a Ias de Rickert y de Max Weber. EI pensamiento Pero SOB definitivamente inválidos si se presentan como representaciones
xiluacionalrnente determinado ya no significa de modo inevitable pensa- muy completas de 10s fenômenos en cuestión ("falacia de Ia concreción mal
111 icnto ideológico, sino que implica sólo cierta "probabilidad" de que el colocada" de Whitehead). La frontera entre Ia invalidez y el mero perspec-
ocupante de un lugar dado en Ia estructura social pensará de cierta maneta. tivismo cs, pues, difícilmente tan clara como parece suponer Mannheim. Su
(I J, p. 264.) La validez de Ias proposieiones no se averigua ya mediante el presente insistencia sobre el reconocimiento de Ia perspectiva y el darla pro-
.málisis wiseenssoziologische, sino mediante Ia investigaeión directa del objeto. piamente por descontada como esencial para el pensamiento válido en Ia
Aclcmás, Ia "Iunción particularizadora" de Ia sociología deI conocimiento nos ciencia social, parece ser poco más que una repetición de Ia idea de \Vert-
beziehung y, como tal, Ia devue1ve aI a prisco de Rickert-Weber, del cual
uyuda simplemente a averiguar los límites dentro de los cuaIes son válidas
probablemente salió,""
proposiciones generalizadas. Lo que Mannheim llama particularización no
('s, desde Iuego, otra cosa que una palabra nueva para un precepto método- 28 Véase Rickert, Die Grenzen ... , pp. 245·71. ".... Ia histeria no cs una ciencia valoradora,
I(')gico ampliam ente reconocido, a saber, que cualquier cosa que se encuentre sino una ciencia relacionadora de valores". Cf. Weber, \Vissenschaitslehre, pp. 146·214. "No existe
ser verdadcra en ciertas circunstancias no debe suponerse que es verdadera un análisis científico absolutamente 'objetivo' de Ia vida cultural o. ,. de Ias 'fenómenos sociales'
independiente de puntos de vista específicos y 'unilaterales' por Ias que se clasiíican como objeto
universalmente o sin límites ni condiciones. Bridgman y Sorokin llamaron a de investígacíón para seleccionarlos, analizarlos y exponerlos" (p. 170). Pero "Ia rcfcrcncia de Ia
l',lo cl "principio de 10s limites"; Dewey llamó a su violación "la falacia filo- realidad a ideas valorativas que lc den significación, así como el destacar y ordenar Ias elementos
xófica"; en su forma más prosaica y más ampliamente conocída se le define así teüidos de 10 real desde el punto de vista de su significado cultural es un punto de vista entera-
mente heterogêneo y dispar comparado con el análisis de la realidad basado en Ias leyes y eu sn
('O 1110 "Ia faIacia de Ia extrapolación in justificada". ordenación en conceptos generalcs" (p, 176).
El concepto de "perspectívismo" de Mannheim es sustancialmente el 21J Véanse "Versuche über Akstraktion", por O. Külne, en Bcricht über dcn Intcmationalen
Kongress für experimentelle PsychoJogie, 1904,- 56·69; "TI~c present status of introspective techni-
uiismo que el concepto rickert-weberiano de Wertbeziehung (que sostiene que", por C. C. Pratt, en The ]oumal of Philosophy, 24 de abril, 1924, 21, 231: "Por Ia que
que los valores son relevantes para Ia formulación del problema científico respecta a Ia observación exacta y aI registro inequívoco, nn observador es adccuado sólo para los
v Ia clección de materiales, pero son irrelevantes para Ia validez de los resul- aspectos de una experiencia dada qne Ia tcndencia dcterminantc pone claramente en linea con el
Aufgabe particular de] momento; otros aspectos de esa expericncia cacn a diferentes distancias fuera
de Ia esfera de Ia observacíón inmediata y, por Ia tanto, no pucdcn convertirse en objetos de des-
27 H, 256. Análogamente, en su ensayo más reciente escribe Mannheim: "Es verdad, desde cripción científica." Citado en Symbolism and 'I'ruth, por Ralph M. Eaton (Cambridge, 192 5), 17 s.
1((['[;0, que en Ias cíencias sociales, como en otras partes, el criterio último de verdad o de falsedad 30 La discrepancia entre esta interpretación y la de Schelting, que critica a Mannheim siste-
d,,!>[' buscarse en Ia investigación deI objeto, y Ia sociologia del conocimiento no es un sustituto de máticarnente a base de Ia Wissenschaitslehre de Weber, es más aparente que real. Schelting trata
rsto." (K,4.)
';(1;'. S()CI(lI,()(;I,\ 1)1<1. CON()CIr>.III<NT() Y (;Ul\lUNICACIONES
KARL MANNHEIM 50:>
l (:<l/Ulllí,IS cstructurdee de validez. Hasta ahora, Mannheim ha tratado
artículo posterior reconoce Ia necesidad de un "denominador cornún" y de
de Slllllillisll:ll !>:Ises para Ia validez dentro de los límites de perspectivas
una fórmula para "traducir" los resultados obtenidos de diferentes perspec-
d:ldas, Pcro todavía se halla ante el problema de valorar los méritos relatí-
tivas. (H, P: 270.) Pero, en esta conexión, no se afirma que únicamente los
\'OS de diferente, opiniones particulares y, además, de validar Ias que él Ilama
intelectuaIes estrnctnralmente garantizados pueden forjar esas síntesis. Y
"xintcsis dinâmicas" de esas opiniones diferentes. En resumen, si ha de evi-
Mannheim no ha indicado satisfactoriamente cómo pueda hacerse Ia "tra-
LJrSC Ia anarquía intelectual, debe haber algún fundamento cornún para
ducción de una perspectiva en términos de otra", de acuerdo con su opinión.
1111 ificar Ias diferentes interpretaciones particularistas. En su Ideología y
Una vez dada Ia determinación existencial del pensamiento, Nuién va a deci-
IIIOf)Ía presenta una solución que, a pesar de Ias modificaciones, recuerda
dir entre Ia babel de palabras en competencia?
II111Choa Hegel y Marx. El historicismo idealista de Hegel garantízaba su
Parece, pues, que al sacar conseeuencias epistemológicas de Ia sociología
propía verdad afirmando que el "Ceist absoluto" había hecho valer sus dere-
del conocimiento Mannheim fue nevado a varias antinomias no resueltas.
dlos en Ia filosofía de Hegel por cuanto Ia historia había alcanzado al fin
Indudablemente, nuevas modificaciones de su posición según lineamientos
1t:ICÍamucho tiempo su meta. Para Marx, el mismo tipo de postulado en-
ultimamente bosquejados conducirán a un sistema de análisis sostenible y
vncntra en el proletariado el exponente actual de un proceso histórico inmí-
unificado. En cuanto a Ia verdadera revolución en Ia teoría del conocimiento
ucntc que sólo a él le abre Ia posibilidad de un pensamiento social sin defor-
nraciones. Y Mannheim enCl1entra una garantía cstructural de Ia valídez del
pcnsamienrn social en Ia "posícíón sin clase" de Ios "intelectuales socialmente
+ que él cree que se deriva de Ia arnpliación apropiada de Ia W issenssoziolcgie,
puede decirse que en sus atrevidas líneas esta epistemología fue familiar

I
durante algún tiempo a Ia mentalidad norteamericana. Es Ia de Peirce y
illdcpendientes" (sozialfreischwebende Intelligenz), Esos esfuerzos para librar-
James, con Ia intervención de Dewey y Mead, en que el pensamiento se con-
\c de un rdativismo extremo son paralelos a Ias proezas de Munchhal1scn para
\:J!j r ele un pantano tirándose de Ias patiIlas. sidera como una actividad de tantas entre un grupo numeroso de ellas, inevi-
tablemente vinculado a Ia experiencia y comprensible sólo eu sus relaciones
EI Seinsverbundenheit, que para otros 10 hace opaco todo salvo una f
con Ia experiencia no cognoscitiva, estimulado por los obstáculos y Ias situa-
iimitada tajada perspectivista de conocimiento, se debilita para Ias intelcc- ~
ciones pasajeramente frustráneas, que contiene conceptos abstractos que
IlIalc'i. (D, pp, 115-120; F, p, 67 s.) EI papel de 10s intelectuales se convierte
deben ser revisados una y otra vez a Ia luz de sus impIicaciones para cosas
('11una especie de paliativo tranquilizador de una relativismo implícito. Los
particulares concretas, válido sólo mientras descansa sobre una base experi-
i111 elcctuales son Ias observadores del universo social, aI que miran, si no con
(Ic.\pcgo, por 10 menos con penetración que merece confianza, con ojos sinte-
I izadores. A eIlos, como al proletariado de Marx, les está pcrmitida Ia pers-
j mental.ê' Mannheim aportó a esto un análisis valioso del papel de Ia estruc-
tura en Ia orientación y Ia actividad del pensarniento.
No debe interpretarse mal el tono crítico del estudio que precede, Mann-
[iccliva quc permite una visión completa de Ia situaeión histórica concreta r

v, C01110 para Marx, este privilegio nace de su posición peculiar dentro de la


tm heim esbozó Ias amplios contornos de Ia socioIogía dei conocimiento con
('slmdnra social. Así, indica Mannheim que los intelectuales son capaces i, pericia y penetración notables. Despojados de su impeclimenta epistemo-
~ lógica, modificados sus conceptos por Ias lecciones de nuevas investigaciones
de comprcnder Ias diferentes tendencias antagónicas de Ia época, ya que son ~,
"rcclutados de estratos sociales y situacíones de vida constantemcnte varia- i empíricas y eliminadas Ias ocasíonales inconsecuencias lógicas, los procedi-
(

IJlcs". (K, p. 10; G, p. 139.) En el Manifiesto comunista leernos: "EI prole- mientos y los hallazgos sustantivos de Mannheim aclaran Ias relaciones entre
I:ni:lc1o es reclutado en todas Ias clases de Ia población."Mannheim afirma conocimiento y estructura social y que hasta ahora habían permanecido oscu-
q IIC Jos intelectuales están estructuralmente libres de interpretaciones defor- raso Afortunadamente, Mannheim reconoce que su obra no es de ningún
11I:Ic!aspor cuanto están "consciente o inconscientemente. ,. interesados en modo definitiva -palabra que inicia fuerte discordia cuando se Ia aplica a
:dgCl más que en entrar en el siguiente estrato de Ia escala social" (G, p. 2321. .,.. una obra científica- y podemos esperar considerables esclarecimientos de
1-:1Igds, eu su ensayo sobre Feuerbach, nos recuerda que "sólo entre Ia clase exploraciones ulteriores en el territorio en que él fue iniciador.
1r:lha judora permanece incólume Ia actitud alemana para Ia teoria. '. No hay
('11 dia interés por hacer carrera, por obtener gananeias ni por el gracioso
!:1\()JitisllJo clesde arriba." Pero sea esto Ia que sea en Ia realidad, está claro
'1"(' CIJ cJ caso de Ios inteIectuales y deI proletariado Ia mera posieión estruo-
1111,,1dei estrato no basta por sí sola para dar validez a sus concepciones.
Y J('a Imente Mannheim parece haber IIegado a esta conclusión, pues en un

J,I "J"" de Mannheim corno un todo en que con frccuencia aparecen yuxtapuestas Ias primeras y Ias
31 En un libra posterior, Mannheirn indica su acuerdo con muchos rasgos dei pragrnatismo.
,,11 ""'" partes. Aquí tratamos los escritos de Mannheim corno representando un desarralIo cn
J,,, "111111;,,
etapas dei cual el punto de partida de Weber parece cada vez más atenuado. J, 170 s. Tambíén comparte los preceptos dei funcionalismo en diferentes respectos que no pueden
examinarse aqui. Véase, por ejemplo, H, 254, 274·5
LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMATOGRAFO 505
Columbia University bajo Ia dirección de Ia Ora. Herta Herzog y 10s autores.
U na característica de esos estudios es su interés por 10s efectos averiguables
XIV. ESTUDIOS SOBRE LA PROPAGANDA POR RADIO Y
de documentos de propaganda particular. Otra característica es su orienta-
CINEMATOGRAFO * ción técnica; constituyen una base para aconsejar a los escritores y produc-
tores de esta propaganda. La investigación debe ser tal que proporcione
J':STA es una información sobre ciertos estudios de Ia propaganda nacional por medi os para Ia decisión y Ia acción inmediatas. Doce aíios antes de huir a
r.idio y cinernatógrafo. Dicho esto, definamos Ia palabra propag;anda y haga- Samoa, Robert Luis Stevenson describía inconscientemente el mismo tipo de
IIIOSque Ia definición sea válida a 10 largo de nuestro estudio. \Entendemos situación que encuentran Ios estudiosos de Ia investigación que operan dentro
por propaganda todos y cada uno de 10s conjuntos de símbolos que inf1uyen de Ia urdim bre de Ia acción política:
CII Ia opiníón, Ias creencias o Ia acción sobre cuestiones que Ia comunidad
Ésta no es ciencia de gabinete, en que Ias cosas se comprueban hasta el milé-
considera controvertibIes. Los símbolos puedcn ser escritos, impresos, habla-
simo; teorizamos con una pistola apuntándonos a Ia cabeza; nos encontramos ante
dos, pictóricos o rnusicaIes. Pero si e1 asunto se considera fuera de debate, no
un nuevo conjunto de circunstancias sobre Ias cuales no sólo tenemos que emitir
cs objeto de propaganda. En nuestra sociedad, Ia creencia en que 2 y 2 son juicio, sino entrar en acción, antes de que termine nuestra hora.
4110 puede, en este sentido, ser objeto de propaganda, 10 rnisrno que no puede
scrlo Ia convicción moral de que es maIo el incesto de madre e hijo. Pero Así, pues, Ia presente información trata de investigaciones hechas "con
:11111 es posible propagar Ia creencia en que nuestra victoria en Ia guerra no es una pistola apuntándonos a Ia cabeza". Nuestro objeto es alegar para que
incvitable; que e1 impuesto de Ia capitación va contra cíertas concepciones no apretéis el gatillo.
de Ia democracia; que seria imprudente, en tiempo de guerra, suministrar a
I(IS ciudadanos tanto petróleo y gasolina como quisieran; que un sistema reli-
gioso tiene más derecho a nuestra fidelidad que otro. Dada una cuestíón Modos de analizar la propag.anda
discutible, Ia propaganda se hace posible y, a 10 que parece, inevitabIe.
Otra observación general. En muchos sectores, Ia propaganda se identi- En un sentido, el análisis detallado de Ia propaganda no es cosa nueva,
fica frecuenternente con Ia mentira, el engano o e1 fraude. En nuestra opi- Durante Ias dos últimas generaciones por 10 menos, se han estudiado 10s
11ión, Ia propaganda 110 tienc ninguna reIación necesaria con Ia verdad o Ia -efectos de Ias películas, de Ios programas de radio y de los materiales perio-
falscclad. Una información autêntica de 10s hundimíentos de barcos norte- dísticos. Hasta tiempos recientes, empero, esos estudios trataban de los efec-
americanos en tiernpo de guerra puede resultar propaganda eficaz para inducir tos generales de los materiaIes de propaganda en conjunto. Las investiga-
;1 los ciuc1adanos a admitir rnuchas privaciones que de otro modo no admiti- ciones -por ejempIo, Ias de L. L. Thurstone- Iimitaban en consecuencia
1Í:11lcon buen talante. Si nos rendimos a Ia opinión de que propaganda y sus resultados generales a observaciones de este ordcn:
Li lscdad son 10 mismo, estamos en e1 carnino hacia eI nihilismo. Reconozca-
Una película contra los ncgros, "E1 Naeimiento de una Nación", acentuó
IIIOS también que puede producirse una actitud de desconfianza sin crítica
10s sentimientos antinegros en 10s auditorios sometidos a comprobación.
('()1I10defensa contra Ia aceptación de privaciones o contra un fuego concen- La película "Calles de Ia Suerte", que presentaba a un jugador como "per-
Ir;Ic]O de hechos y de informaciones que invitan al miedo, aI malestar o al sonaje interesante y simpático" condujo a una mayor condenación del juego, por
;]b.mdono de creencías estimadas.
razones no averiguadas.
Pcro ya es hora de dar fin a Ias discusiones sobre propaganda en general, La película "Sin novedad en el frente" produjo reacciories más acentuadas
d ixcusiones que tíenen Ia fascinación de Ia especulación no controlada por contra Ia guerra entre grupos de niíios de escuela que Ia película "Final de
iuvcstigaciones ernpíricas. Para enfocar claramente ciertos problemas de Ia viaje".
1" (lpaganda, debemos dedicamos a Ia propaganda en particular, e inventar pro-
('('diluicntos definidos para comprobar nuestras interprctaciones. No es que Advertirán ustedes que esta investigación nos dice poco de Ios rasgos
los estúdios generales sobre propaganda sean necesariamente inválidos; es ,específicos de Ia propaganda que provocó esos efectos, Pero ésta es precisa-
SIdo ql1c ticnden a rebosar nuestro cúmulo de conocimientos. Son grandes mente Ia cuestión que interesa al autor de guiones y al productor. Si han de
('(111LI grandeza de Ia vacuidad. aprovechar Ias investigaciones sobre propaganda, éstas deben dirigirse hacia
I'osiblemente este trabajo peque en el sentido contrario. Intentamos el descubrimiento de 10s efectos típicos de aspectos definidos y específicos
1'lIli(,:llllcllte resefiar algunos de 10s estudios realizados en Ia segunda Guerra de Ia propaganda, así como de Sl1S efectos generales. ~Cuál es el carácter de Ia
1\llIlldial por el Departamento de Investigaciones Sociales Aplicadas de Ia propaganda eficaz en circunstancias dadas? En esta información examinare-
mos muestras de estudios recientes en los que se enlazan rasgos definidos ele
,. I-:Il colaboración con Paul F. Lazarsíeld. ;propaganda con tipos definidos de reacción.
504
~()() S( JCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 507
Antes de examinar Ias métodos para analizar los efeetos de Ia propa~ Me pareció que quizá serían daüinos. De oír hablar de corrientes y cosas
ganda, debemos tratar de desvanecer una ilusión común. Es evidente que, em parecidas pensaria que por 10 menos seria desagradable,
general, los escritores de propaganda no pueden saber cómo responderán los
públicos a su material confiando meramente en Ia intuición u observando- EI tipo de Ia respuesta imprevista plantea varias cuestiones fundamen-
sus otras reaccioncs. Varios ejernplos, el primero de Ios cuales es educativo tales. ~Cómo podemos analizar películas, emisiones de radio e impresos de
más bien que propagandístico, mostrarán cuán inesperadas reacciones puede propaganda de manera que podamos determinar 10 que probablemente pro-
suscitar eI escritor. ducirá efectos dados? Los procedimientos para alcanzar ese fin han venido
Un hábil escritor había rcdactado de Ia manera más lúcida que Ie fue- a llamarse análisis conienido. Hay otras cuestiones. ~Cómo podemos conocer
posible Ias instrucciones para usar el libro de racionamiento durante Ia se- Ias reacciones realmente suscitadas por Ia propaganda? ~Hasta dónde pode-
gllllch guerra. Le ayudaron en Ia tarea consejeros psicológicos. Entrevista- mos explicar Ias discrepancias entre reacciones previstas y reacciones reales?
dores bicn preparados presentaron Ias instrucciones a amas de casa y obser- ZPodemos instituir un fondo de experiencia e interpretación que nos permita
varon sus reacciones. A base de esas observaciones se hizo una segunda prever mejores reacciones a diferentes tipos de propaganda, reduciendo asi
rcdacción de Ias instrucciones. Tarnbién ésta fue comprobada mediante al mínimo o impidiendo reacciones indeseables con modificaciones adecuadas
entrevistas, y finalmente se adoptó una tercera redacción modificada. Uno de" de Ia propaganda antes de lanzarla al público? AIos procedimientos desti-
los principales objetivos era aclarar que podían afiadirse timbres de raciona- nados a resolver esas euestiones Ias Ilamaremos análísis de la reacción.
miento de diferentes valores hasta Ilegar a un número dado de puntos. Y ahora pasamos a Ia que consideramos nuestra principal tarea: exponer
Se supus o que, como Ia mayor parte de Ia gente tenía Ia experiencia de nuestra experíencia en el análisis de diferentes tipos de propaganda durante
los sclIos de correos, podía ernplearse provechosamente en Ias instrucciones un periodo de dos afias. Quizás si enfocamos nuestra atención sobre pro-
CS;J analogía. Quién podía prever, desde Ia superior posición de su butaca, blemas realmente encontrados eu esos estudios podamos aclarar algunos de
que csta símple analogía suscitaria comentarios como los siguientes: 10s procedimientos inventados para el análisis del contenido y de Ia reacción.
No me di cuenta de que se tenía que envíarlos por correo,
Parece que no hay sitio para pegarlos. Análisis deZ contenído.

Este ejemplo trivial de reacción inesperada reflcja simpIemente un fra- EI documento de propaganda -un folIeto, una película o un programa
C:lSO de Ia comunicación. Otros ejemplos los proporcionan películas que de radio- es examinado primero para determinar Ias tipos probables de
dcstacan Ia crueldad y Ia inmoralidad de los nazis. Episodios que indican reacciones a sus diferentes componentes y aspectos, o aI documento en con-
ostcnsiblemente que a los nazis no les interesaba nada Ia decencia humana junto. Puede suponerse, quizás, que todo el que examina eI material de
común son valorados a veces por Ias auditorios en términos puramente téc- propaganda conocerá su contenido. Pero está muy lejos de ser así. EI aná-
nicos: se toman como ejemplos de Ia eficacia nazi. Las implicaciones emocío- lisis del contenido requiere ciertos procedimientos, basados en Ia experiencia
nales y morales buscadas por los productores de Ias películas pasan inadver- clínica y fundados en Ia teoría psicológica o sociológica, a fin de discernir
I idas para el auditorio. Ias reacciones probables al contenido. El mero impresionismo no basta. EI
Un tipo muy parecido de reaccíón inesperada se encuentra en Ias ma- contenido de un programa de radio de 15 minutos o de una película de una
Icrialcs de Ia radio. Una charla sobre rayos X fue radiada bajo Ios auspicios hora puede ser adecuadamente estimado sólo mediante procedimientos sis-
de una sociedad médica, Como parte de una camparía que trataba de promo- temáticos. AsÍ como necesitamos catalejos para percibir un objeto lejano, así
ler cl uso "apropiado" de los servicios de sanidad por los indivíduos de la necesitamos medios, a veces medios sorprendentemente simples, para perci-
vouuuudad. EIlocutor, un radiólogo distinguido, intentó disuadir a sus oyen- bir una corriente de experiencia que dura un largo periodo de tiempo. Esos
Ice; de acudir a prácticos sin título (charlatanes) para eI exarnen y cl trata- medios varían desde el extremo de calcular Ia frecuencia de ciertos símbolos
uucn!o con rayos X. Con el intento de hacer eficaz su persuasión, sefíaló clave hasta eI extremo opuesto de determinar Ia estrnctura de Ia propaganda
rt'pcl iclamente "los peligros deI uso de los rayos X y de Ias exámenes con en conjunto o de una campa fia completa de propaganda.
cllos", Las buenas intenciones deI radiólogo suscitaron inquietudes inespe Veamos algunos ejemplos del tipo más sencillo: análisis de símbolos.
I:HIaS. Algunos individuos del auditorio -que por 10 demás no habían cou- Una serie de programas de radio para mantener Ia moral contenía aproxima-
SI li I:Ido a charIatanes- expresaron sus temores recién adquiridos: damente 1000 símbolos que representaban a Ias Naciones Unidas (o a sus
asociados, aparte de los Estados Unidos) y al Eje (individual o colectíva-
'kjó a Ia gente sin ganas de utilizar los rayos X. Parecían muy peligrosos. mente). Tras examinar Ia frecuencia de los respectivos conjuntos de símbo-
'<I d()c\or lisa plomo y se pane guantes. Después de eso, Ia gente no querrá de- los en doce programas, se manifestaron varias uniformidades que reflejaban
j:nsl' mirar ni una vez con rayos X. Está muy asustada.
una estructura de Ias programas que iba contra elmanifiesto propósito de los
S08 SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 509
productores. En todos Ias programas menos uno, Ia frecuencia de Ias sim-
bolos de Ias Naciones Unidas es positivamente correlativa de Ias pertene. cipales temas deI folleto eran dos: es verdad que los negros siguen sufriendo
cientes al Eje: el aumento o Ia disminución en un conjunto de símbolos está discrírninación, pero, no obstante, han hecho grandes progresos en nuestra
usociado con el aumento o Ia disminución en el otro. Esta puso en primer sociedad democrática, que permitió a muchos negros obtener éxitos indivi-
plano un rasgo importante de Ias programas morales, EI interés por Ias Na- duales y contribuir aI adelanto de Ia comunidad. Por contraste, Hit1er siem-
cioues Unidas se limita en gran parte a su papel en Ia guerra enfrente del pre manifestó desprecio por Ios pueblos de color y, si hubiera ganado Ia
I':je: rara vez se Ias menciona en ningún OtIO respecto. Por 10 que concierne guerra, habrían sido anuladas todas 1as ganancias de 10s negros. EI contenido
;1 esta serie moral Ias Nacíones Unidas parecen ser "amigos en el mal tiern- deI fo1leto puede clasificarse, pues, en dos categorías: material relativo a "Ias
po": el interés por ellas se manifiesta primordialmente como aliados que ganancias y Ias realizaciones de los negros en una democracia", y "Ias priva-
nyudan a Iuchar contra el Eje, y no corno aliados con quienes nos unen Iazos ciones con que amenazaba Ia victoria de Hitler". Habia 189 párrafos y enca-
de simpatia, independientemente de Ia guerra. Los programas Ias tratan no bezamientos: el 84 por ciento de ellos trataban de ganancias actuales y el 16
como sociedades, sino sólo corno naciones que poseen valor y animo milita- por ciento de pérdidas potenciaIes bajo el nazismo. AIos productores del
Il'S. Nos cuadramos ante Ia muerte heroica de los rusos y nos alegramos de folleto esta les parecía evidentemente una distribución razonabIe de la impor-
que sean enemigos de Hitler. Elogiamos a Ias ingleses que durante tanto tancia concedida a los dos temas.
I icmpo defendieron Ia fortaleza británica contra los nazis. O lamentamos Pero el folIeto contenía dos tipos de presen taciones: una era un artículo
ti destino de Ias naciones ocupadas, y también aquí eI interés por csas na- de 1l!1 prominente escritor negro; Ia otra, una serie de fotografias que llama-
ciones se limita a su experiencia en manos deI enemigo. Por ser ésos 10s ban Ia atención con pies breves. Posteriormente, el análisis ternático halló
IIlotivos expresados en Ias alusiones a Ias Naciones Unidas, encontramos que los pies de Ias fotografías y el artículo presentaban los dos temas en pro-
1;1 asociación observada entre Ia frecuencia de los símbolos relativos a Ias porciones completamente diferentes. Un 73 por ciento de los conceptos del
Naciones Unidas y al Eje. Debe advertirse que Ios analistas, y posiblemente artículo se referían a pérdídas bajo Hítler, y el 27 por ciento a ganancias en
los productores, de esta serie de radio no habrían descubierto esta estructura una democracia, mientras que el 98 por ciento de Ias fotografías y 10s encabe-
xubyacente si el cálculo de los símbolos no hubicra llamado su atención, zamientos se referían a Ias ganancias, y sólo el dos por ciento a Ia arnenaza
Esta serie de programas también hizo amplio uso del cliché de la perso- de Hitler,
uificación al referirse aI enemigo: aproximadamente el 25 por cicnto de todos Ahora bien, ocurre así que una mayoría de Ia población, y particular-
los símbolos relativos aI enemigo se refieren a Hitler, Mussolini, Goering, etc., mente Ia poblacíón negra con su bajo nivel de instrucción, en general pre-
uiicntras que sólo el 4 por ciento de Ias referencías a Ias Naciones Unidas fiere fotografías y titulares a un texto detallado. Con mayor probabi1idad
\' cl 11 por ciento de Ias referencias a los Estados Unidos consisten en perso- mirarán aquéllos y no éste, Las fotografías, en esta ocasión, casi olvidaron
11ificaciones. Este uso de clichés personificados y simplificados presenta aI por completo el tema de Ias pérdidas de los negros en e1 caso de Ia victoria
cl,cmigo como constituído por una pequena banda de hombres maIos e im- nazi. En consecuencia, el folIcto erraba en gran parte su objetivo. Se com-
pl ic;! que una vez destruidos esos hombres todo irá bien, Este tipo de perso- probaron ciertas actitudes de los negros antes y después de haber leído cI
lIific;Ición resulta ser excesivamente aceptable para los oyentes, ya que está folIeto. La mayor parte de Ios lectores experímentaron orgulIo y una perso-
de acucrdo COn ideas simplistas com unes; por ejernplo, Ia idea paralela de nalídad más acusada a consecuencia de este testimonio dc los logros y Ias
q IICclebemos Inchar primordialmente contra el crimen castigando aIos crimí- aportaciones de Ia raza. Pero el folleto no canalizaba motivos especiales para
II;dcs y no mediante medidas preventivas. que 10s negros impulsaran Ia lucha contra el nazismo en su propio interés,
Aclcmás, averiguamos que diferentes distribuciones de pala bras usadas ya que a Ios lectores les había pasado inadvertido en gran parte el mensaje
para designar a] enemigo en películas documentales se reflejan eu 10s comcn- esencial.
I;uios de los entrevistados que vieron Ias películas. Así, si Hitlcr, Ia figura Aunque precipitadamente, estas dos ejemplos ilustran los modos como
S;lli)lIic;[ individual, o todo el pueblo alemán, y no los nazis, son identificados el cálculo ordinario de símbolos clave y el aná1isis temático nos permiten des-
111;'1\frcC'l1cntemente como el enemigo por el comentador de Ia película, esta cubrir errores inadvertidos del propagandista. También sirven como guía
',l' lei k:ja cn cl tipo de reacciones deI auditório. No necesitamos sino recordar para Ias entrevistas con personas expuestas a Ia propaganda. Hay otros tipos
Ias rcncciones a Ia cláusula sobre los culpables de Ia gucrra en el Tratado de de análisis de contenido que pueden resumirse brevemente:"
\'('I~a"cs para damos cuenta de que Ia cuestión tiene considerable importan-
1 Ahora se dispone de un exarnen comnleto de 10s procedimicntos de análisis de contenido:
11;1políl iCil. La propaganda corriente puede ignorar inadvertidamente el ca-
Content Analysis in Commumcations Research, por Bernard Berelson (Clencoe, Illinois, The Free
1;'lrln nazi o fascista del enemigo, formando así un depósito de mala volun Press, 1951). Véanse también "A provisíonal c1assification of symbol data", por H. D. Lasswcll,
Lld 111:11 orientada para el periodo de posguerra. en Psychiatry, 1938, 1, 197-204; WhatReading Does to People, por Douglas Waples y otros.
Apêndice B (Chicago, 1940); N. C. Leites and 1. de Sola Pool. Sobre el análisis de contenido.
(>11"0cjcmplo 10 proporciona un folIeto relativo a los negros. Los prín- Seccíón Experimental para el Estudio de Comunicaciones en Tíernpo de Guerra. Documento
NQ 26. Septiembrc de 1942.
<;10 S()CI< )I.()(;!;\ 1)1<1, C()NOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 511
I. (;lIellla de simbolos, Consiste en identificar y contar los símbolos ela- mentes. Comprende problemas de continuidad, duración, importancia rela-
vc cn Ias COlllllllicaciollcs. Esto meramente indica, de manera restringida, tiva, tiempo, así como Ias relaciones mencionadas en el análisis estructural."
los sílul)()Ios quc cstuvieron en el foco de atención de los auditorios. La cuen- Por este resumen vemos que una de Ia principales misiones del análisis
t:1 de rcfcrcncías al cnemigo en los comentarios de películas ilustra este tipo," de contenido es proporcionar pistas para Ias reacciones probables a Ia propa-
2. Clasificación unidimensíonal de símbolos: Esta es una ligera amplia. ganda. Pero esto no basta. Tenemos que ver si Ias reacciones previstas ocurren
ción del tipo anterior. Los símbolos se clasifican según sean empleados, ha- en reaIidad, si eI análisis del contenido es esenciaImente válido. Esto re·
blandr: en términos generales, en contextos positivos ("favorables") o nega. quiere entrevistas con individuos de los auditorios; entrevistas de un tipo
Iivos ("desfavora bles" ) . Así, Inglaterra puede describirse en términos + esencial, que llamaremos "entrevistas enfocadas",?
(victoriosa, democrática, vali ente ) o en términos - (vencida, dividida en Digamos de pasada que hay acción recíproca entre los análisis de conte-
castas, pérfida). Este tipo de análisis es un primer paso hacia Ia determina- nido de Ia propaganda y Ias entrevistas enfocadas con lectores y oyentes. Es
ci{m de Ias distribuciones más eficaces de símbolos para conseguir un resul- indispensable un análisis previa de contenido para orientar Ia entrevista, y
lado dado. Puede servir para refrenar Ia práctica muchas veces ineficaz de Ia experiencia de Ias entrevistas aguza Ia mirada para un análisis de conte-
ver las cosas en contrastes blanco-negro. Cuando se aplica a propaganda ene- nido más adecuado.
IIliga, este tipo de análísis proporciona una base para medir Ia seguridad o
illSeguridad rc1ativas deI enemígo."
3. Análisis de conceptos: CIasificación
de segmentos o secciones de Ia Análísis de las teacciones
propaganda (por ejemplo, escenas de una película, canciones de un programa
Las entrevistas destinadas a descubrir reacciones reales a Ia propaganda
de radío, fotografías de un folIeto). Esta requiere Ia selección de conccptos
parecen, a primera vista, una tarea sencil1a. Pero en Ia experiencia real, no
importantes y no importantes a base de una teoria psicológica del "valor
10 son en absoluto. El uso de Ias acostumbradas técnicas de entrevistar
:lfcllción". ~Esos conceptos suscitan en eI auditorio intereses fundamentaIes
no basta para obtener Ia información que se necesita. La mayor parte de Ias
o periféricos? ~Cómo interpretarán Ias conceptos diferentes tipos de audi-
personas encuentran difícil expresar sus reacciones a una película o un pro-
torios? En aIgunos anáIisis de películas fue posible prever qué escenas y se-
grama de radio en términos que sean útiles para el escritor, el productor o el
cucncias estarían en el centro de Ia atención de los auditorios.
científico social.
4. Análisis temático: Clasificación de Ios temas ecIípticos e implícitos Hemos advertido que 10s entrevistados se dividen en dos grandes clases.
(sim bólicos) en el material de propaganda. Este análisis, a diferencia del de
Si se expresan con gran facilidad, habitualmente manifestarán su opinión
conceptos, trata de Ia importancia supuestamente cumulativa de una série
de conceptos.s sobre el modo como "debiera presentarse" Ia película o cómo "debiera revi-
sarse" el programa de radio para aumentar su eficacia. Procuran actuar como
5. Análísis esiructural: Concerniente a Ias interrelaciones de los diferen- críticos profesionales o como consejeros, y esto es precisamente 10 que no
tes temas de Ia propaganda. Esas relaciones pueden ser complementarias (el queremos. Ha habido que inventar tácticas de entrevistas a fin de evitar esas
cnemigo es cruel, nosotros somos compasivos); unificadas (el enemigo es actitudes consultivas por parte de los entrevistados y de hacerles posibIe ma-
cruel, embustero, agresivo, irreligioso); interferentes (cuando los temas actúan nifestar sus propias reacciones inmediatas a Ia propaganda.
con finalidades que se entrecruzan; por ejemplo, el tema de Ia fuerza nazi Para otros sujetos que encuentran difícil formular sus reacciones, se han
produce inquietud je
inventado técnicas especiales de entrevista a fin de permitirles expresar sus
6. Análísís de campaiias: Trata de Ias interrelaciones de diferentes doeu- experiencias. Toda Ia entrevista está enfocada en relación con el material de
mcntos destinados todos a un propósito general. Mientras que el análisis propaganda que va a comprobarse. Las observaciones deI entrevistador no
cstructural trata de Ias relaciones dentro de un solo documento de pIOpa- dirigen Ia atención hacia aspectos definidos de Ia propaganda. No hacen más
g;lIlcla, el análisis de carnpaüas trata de Ias relaciones de una serie de doeu- que facilitar a Ios entrevistados Ia expresión de sus propios centros de aten-
2 V éase, por ejcmplo, "The world attention survev", por H. D. Lasswell, en Public Opinion
ción y de sus propias reacciones a Ios conceptos que son importantes para
t.}";Jrlcrly, 1941, 3,452-462. ellos, Si se permite Ia figura, el entrevistador suministra al entrevistado un
:1 Por ejemplo, Ias estndios de Hans Speiery Ernst Kris, Proyecto de Investigación sobre Co- I reflector que ilumina Ias huellas de Ia película, del programa de radio o del
ruunicaciones

·1
t.uubién
Totalitarias, en Ia Escuela Nueva de Investigaciones Sociales; nn análisis inédito de
111, símbolos de Ia serie de radio "Thís is War", Departamento
c"das, Colnmbia University.
de Investigaciones Sociales Apli-

Por ejernplo, un estudio de Cregory Bateson sobre una película de propaganda nazi. Véase
Propaganda in the Nazi War Film, por Siegfried Kracauer (Nueva York, Museum of
Modcrn Art Film Library, 1942).
I I

>(,
t ~
material impreso en Ia mente del entrevistado.
vistados han expuesto completamente
Sólo después de que los entre-
sus reacciones a los aspectos de Ia pro·
paganda que sintieron de manera más viva, completa el estudio el entrevís-
6 Por ejemplo, estudíos sobre carnpaüas políticas, campafías de propaganda de servicios públí-
!i Por ejernplo, Kracaucr, op. cit.; también estudios sobre películas dei Departamento de Inves- cos, para venta de banas o títulos, etc.
1 igacioncs Sociales Aplicadas.
7 The Focused Interview, por R. K. Merton, M. Fiske y P. L. Kendall.
LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMATóGRAFO 513
t; 12 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
de distrito radió una charla sobre rayos X. Seíialó Ias precauciones necesarias
t.ulor comprobando Ias hipótesis derivadas del análisis del contenido que aún
para evitar quemaduras con los rayos X; indicó que el gobiemo local protege
110fucron examinadas en Ia entrevista. Toda Ia entrevista Ia registran aI pie
a Ios ciudadanos con un sistema de autorizaciones a los operadores de ra-
d(' Ia letra estenotipistas. Esto permite hacer un análisis posterior intensivo
yos X e inspeccionando los equipes: destacó Ia preparación especializada
precisamente de los aspectos de Ia propaganda que suscitaron determinados
I i P()S ele reacción.
necesaria para adquirir competencia en este campo. Ellocutor evidentemente
trata de impedir que Ias oyentes cayesen en manos de charlatanes que no
I':n general, podemos decir que una entrevista enfocada es valiosa de
tienen ni competencia ni honradez. Es evidente que, interesado profesional-
.uucrdo con Ia medida en que consiga los siguientes objetivos:
mente en este problema, no se dio cuenta de que sus oyentes no tenían una
J. Determinar 10s aspectos eficaces de Ia propaganda a los que respondió
d a uditorio, experiencia acumulada comparable a Ia suya. Se olvidó de adaptar el pro-
2. Determinar e1 carácter multilateral de Ias reacciones con bastante blema a Ia experiencia de su auditorio.
d,·I:Jlle. Bien sabido es de los campos de investigación relacionados con éste que
). Permitimos comprobar si Ias reacciones que esperábamos sobre Ia base los oyentes no pueden asimilar fácilmente información y actitudes si no están
.1(' 1111análisis del contenido tuvieron lugar en reaIidad. adaptadas a su experiencia. Si el médico hubiera descrito los procedimientos
4. Descubrir reacciones totalmente imprevistas; es decir, reacciones que usados por los charlatanes para conseguir clientes, si hubiera indicado cómo
IJ( I fucron previstas ni por el escritor ni por e! analizador del contenido. se les puede reconocer fácilmente, o, también, si hubiera dado cifras del nú-
mero supuesto de operadores sin licencia que actúan en este campo, sus oyen-
Aunque todos estos objetivos de Ia entrevista son importantes, el último
Como no 10 hizo,
(." de especial importancia práctica. Recordarán ustedes nuestros ejemplos
d('1 folleto sobre Ios negros y de Ia charla por radio sobre rayos X. Ambos se
* tes hubieran podido asimilar sus opiniones y actitudes.
parecia estar llamando en puertas abiertas,
diligí:1ll a indicar que sin un análisis de! contenido y de Ias reacciones que
Habló de médicos con licencia, pero no aclaró Ia bastante. No dijo qué le
10 .ivnden, a veces aI propagandista Ias árboles no le dejan ver el bosque. \
i ocurriría a uno si Ia hiciese un individuo sin licencia.
SlIgniríamos, adernás, que con frecuencia al propagandista Ia rosa no le deja I
VlT Ias espinas. Si un propagandista desea comunicar una idea o crear una En consecuencia, los oyentes empezaron a dudar de Ia importancia y, en
iuiprcsión dada, tiene que hacerlo con palabras, ilustraciones u otros símbo- ocasiones, de Ia realidad de Ia cuestión. EI médico habló, por decido asi,
los. Una vez que su foI1eto, comedia, programa de radio o guión ha salido al en un vacío psicológico que los oyentes tenían que estructurar de aIgún modo
1111111clo, el auditório Ia entiende como quiere. Se cuenta de un misionero I por st mismos. Se les habló de Ia complicación de U11 aparato de rayos X y
1111l',scííalando a una mesa, dijo repetidamente "mesa", hasta que su audí- usaron esta información recién adquirida para ver el problema a su manera.
Imio de ágrafos pudo repetir Ia palabra. Después de algún tiempo, se
No creo que Ia advertencia esté justificada en absoluto. No todo el mundo
.ks.ilcutó al saber que algunos ágrafos llamaban "mesa" al árbol porque
puede tener un aparato de rayos X. La General Electric probablemente no ven-
bs dos cosas cran de color pardo. Otros llamaban penos a Ias "mesas" porque
derá el equipo a cualquiera que no tenga licencia.
1I110Sy otras tenían cuatro patas. En resumen, cada oyente había seleccío- No puedo concebir que alguien sin licencia se atreva a comprar una máquina
nado nlgún aspecto del complicado objeto, que para el misionero estaba per- tan cara, que cuesta unos 10000 dólares, sólo para que al día siguiente 10 detenga
Icct amcnte designado como un todo con Ia palabra "mesa". DeI mismo alguien que descubra que no tiene licencia.
III()<!O,cs instructivo ver cómo muchas veces los efectos de Ia propaganda'
pucdcn ser totalmente imprevistos. Posiblemente con Ia intención de resolver este problema, e! locutor pasó
a ensalzar en términos generales los méritos del especialista. U n análisis de
contenido encontró 63 referencias en 14 minutos aIos conceptos de autori-
1':/ ('fedo de bumerang dad, licencia y especialización. Como Ia charla planteó cuestiones que él no
1':1caso que queremos examinar aqui se deriva de Ia comprobación pre- aclaró, esto produjo un efecto de bumerang. El oyente se impacientó cada
VJ:IIIICI de mencionada de un programa de sanidad. Tuvo éste amplias impli- vez más y al fin retó aI experto mismo en rayos X.
(:l!'io11l:s, y cl gobierno tuvo que tratar de mantener Ias funciones educativas Hay muchos casos en que un individuo con licencia no usa bien los rayos X_
v J!JOp:lgam1ísticas que asumió en un esfuerzo para conservar Ia moral du- Usted puede conseguir una licencia para conducir un automóvil, pero eSQ
1:11I1l'Ia guerra. Después de haber tenido Ia experiencia de aceptar cierto no prueba que pueda usted conducir. DeI mismo modo, esos indivíduos pueden
f~1.u lo de in+crvención deI Estado, Ia población norteamericana quizás resulte conseguir una licencia, pero eso no prueba que sean competentes.
11I"'~i1l'l'('JlIiva para el fomento de Ia sanidad pública y Ias actividades rela-
I iV:l~ :I Ia nutrición y Ia ensefianza en el periodo de posguerra. El programa destacaba e! valor de una preparación adecuada para los
Se recordará que en este caso un representante de una sociedad médica especialistas en rayos X; pero suponía, equivocadamente, que Ios oyentes
514 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMATÓGRAFO 515

tienen el equipo mental necesario para identificar Ia autorización o licencia migo?8 A juzgar por los materiales de Ias entrevistas esto fue evidentemente
con Ias destrezas adecuadas. En consecuencia, toda Ia insistencia del locutor 10 que sucedió.
condujo primero a Ia impacíencia, después al escepticismo y por último a Ia No es tarea fácil evitar reacciones opuestas en dos sectores del auditorio.
desconfianza. Se complica más por los cambios, y, a 10 que parece en ocasiones, por cam-
En ciertas condiciones, pues, Ia gente responde a Ia propaganda de una bios sumamente vivos, deI "estado de Ia mentalidad pública", de suerte que
maneta opuesta a Ia que esperaba el autor. En el curso de nuestras compro. Ia perspectiva predominante es en un momento "confiada" y en otro "aguda-
baciones, encontramos diferentes tipos de esos bumerangs, algunos de Ias mente pesimista". Parece, una vez más, que si Ia "propaganda moral" ha de
cuaIes pueden mencíonarse aquí. EI precedente bumerang deI "especialista" ser funcionalmente adecuada a Ia situación, debe haber unainformación cons-
cs ejemplo de un tipo familiar: es resultado de una estímación psicológica tante relativa a Ias orientaciones emocionales que predominan en Ia población.
errônea del estado mental del auditoria. La propaganda no producirá Ia reac- EI tercer tipo de bumerang es quizás más importante que los otros, por-
ción esperada a menos que su contenido corresponda a Ias necesidades psico- que puede eliminarse en gran parte a base de un análisis adecuado de Ia pro-
lógicas del auditoria. Es necesario, por Ia tanto, tener una corriente ininte- paganda. Podemos llamarlo bumetang estructural, que resulta de que en
rrumpida de información relativa a Ias actitudes y sentimientos predominantes una misma obra de propaganda hava diferentes temas que se enirectuzan
CIl Ia población, si no se quiere que Ia propaganda incite Ia creación de burne- en cuanio a sus propósitos. Si el propagandista considera separadamente Ios
rangs. En este punto los tipos familiares de cncuestas de Ia opinión pública diferentes temas de su propaganda e ignora sus interreIaciones sociales y psi-
v otras observaciones de masas se enlazan con el análisis dctallado de Ia cológicas, puede encontrarse con que todo su documento propagandístico es
í»opaganda. ineficaz para alcanzar sus fines. Es necesario el análisis estructural de Ias rela-
Por Ias encuestas sobre Ia opinión pública sabemos, por ejemplo, que ciones entre 10s temas si ha de evitar se esto.
una gran proporcíón de norteamericanos creían, en un tiempo en que no es- Un caso hipotético, paralelo en 10 esencial a casos que en realidad apa-
I; lha muy lejos de ser cierto, que nosotros teníamos eI mayor ejército, Ia ma- recieron en Ias comprobaciones, puede servir como ejemplo de bumerang es-
yor producción de materíales de guerra y que éramos los que más habíamos tructural. AIgunas películas, producidas antes de Ia entrada de los norteame-
ricanos en Ia guerra, comprendían, entre otros, dos temas dominantes. EI pri-
«outtibuido a Ia victoria sobre el Eje. En consecuencia, Ias películas que
mero de éstos destacaba Ia crueldad y el sadismo enormes de los nazis, así
I!al:lhan de destacar Ias aportaciones de nuestros aliados debían estar espe-
como su amenaza a nuestro tipo de vida; tema vividamente representado en
('ja Iincnte destinadas a no alimentar este etnocentrismo. Si queremos mostrar
escenas de malos tratos a Ios civiles simplemente a causa de sus ideas polí-
lo que los ingleses, o los rusos, o los chinos, hicieron, Ias series relativas a Ia
ticas o religiosas. En Ias entrevistas, se encuentra que series así clespiertan
.iyuda ele préstamos y arriendos u otras aportaciones norteamericanas deben
sentimientos profundamente agresivos en muchos indivíduos del auditorio.
iud icar especifica y explícita mente los limites de esa ayuda. De otra manera, Pero es bastante curioso que esa agresión dirigida contra 10s nazis no
IIOS encontraremos con el tipo indicado de efecto de bumerang, en que una mueva necesariamente a una proporción mayor de los que vieron esas pelícu-
ti i']J()sición psicológica desatendida del auditorio desvía Ia película hacia fines las que de los que no Ias vieron a expresar su deseo de que el país entras e
distintos ele aquellos a que estaba destinada. en el conflicto. En realidad, puede haber a veces un ligero decrecimiento
l ln scgundo tipo de efecto de bumerang probablemente forma parte deI del número de individuos de} "grupo-película" en relación con los del "grupo-
irrcductihle rnínimum de reacciones-bumcrang. Nace del dilema que se bre- control" que desean intervenir en la guerra. zCómo ocurre esto?
~(,I/Ia (/[ escritor que tiene que dirigir su propaganda a un auditoria psicológi- De vez en cuando el material de Ias entrevistas mostrará que esa falta
cuntcute heterogêneo, es decir, cuyos individuos están en diferentes estados aparente de efecto por Ia que respecta a Ia intervención dimana del hecho de
~{{' áuitn«: sobre la cuestián. dada. Material eficaz para un sector del auditorio que otro tema de Ia película actúa eu sentido contrario. Este tema contrarres-
11IICdcproducir efectos opuestos en otro sector que es diferente social y psico- tador puede destacar Ia destreza, Ia experíencia y el enorme tamafio dei ejér-
I('/',i(': IIIICIlte.
cito nazi, representándolo en vivas escenas de soldados nazis en acción. Un
V cantos un caso que viene a punto. Un programa de radio para mante- tema así puede servir para suscitar temores e inquietudes acerca de Ias pers-
1](" LI moral, radiado poco después de Pearl Harbor, contenía dos temas do- pectivas de que los norteamericanos puedan hacer frente a ejércitos tan forrni-
1I1111;111Il',';.1':1primero subrayaba el poder y Ias potencialidades de Ias Naciones dables como el nazi, en particular porque nosotros aún no habíamos organi-
I' 11 ulax, y cstaba destinado a cornbatir el derrotismo. EI segunclo clestacaba zado nuestras propias fuerzas.
LI f 11('1 Z:I dcl cnemigo, para combatir el exceso de confianza. EI problema es Así, puede ocurrir que el tema de Ia fuerza nazi, que suscita temores,
hlsl:lllI(' claro. ,:No es posible que la insistencia en nuestro poderío refuerce contrarreste el tema de Ia crueldad nazi, que provoca sentimientos de agre-
1:1 ('()IIf i:lllza de quienes ya son confiados? Y correlativamente, Zapoyarán el
8 Eu realidad, hay alguna prueba experimental, aunql1e ligera, de que Ias pcrsonas reaccionan
,IcIlOlislIl() de quienes ya son derrotistas Ias referencias a la fuerza deI ene- seleetivamente de manera que se refuercen Sl1Sactitudes y sentimicntos del momento,
516 SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES
LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 517
sión. Estos sentimientos pueden, por Ia tanto, no traducirse en un deseo real
de que Ia nación entre en eI eonflicto. El análisis estructural adecuado de diata y, si no corresponde a Ios ejempIos eontenidos en eI documento, Ios
esas películas habría indicado la probabilidad de que un tema de Ia película rcchaza de todo corazón. La desconfianza engendrada por esas díscrepancias
anulase los efectos dimanentes de otro terna de Ia misma película. Por con- manifiestas entre "los hechos" y "Ia propaganda" tiende a generaIiZarse y
siguiente, aunque cada terna puede ser eficaz, corno 10 fueron -uno para clirigirse hacia Ia totalidad del documento.
excitar hostilidad, el otro para dar a eonocer a Ios norteamericanos Ia fuerza Adernás, Ias reacciones tipo bumerang se difunden mucho más aliá de
deI enemigo-, el resultado neto respecto del deseo de que interviniéramos en Ias personas que Ias experimentan inicialmente. AI discutir e! documento con
Ia guerra pudo ser nulo. otros individuos, eI lector desconfiado se convierte, por decirIo así, en un
Este caso no sólo ejemplifica un tipo de reaceión bumerang, sino que foco de escepticismo contagioso. Predispone a otros Iectores potenciales a Ia
muestra también cómo Ia entrevista enfocada nos permite suplementar y en- misrna actitud desconfiada. Así, el análisis de! contenido y eI análisis de
riquecer el valor deI experimento controlado tradicional, deI tipo mencionado Ias reacciones, que eliminan esas bases para las reaeciones tipo bumerang,
al eomienzo de este estudio. EI experimento controlado consiste en tener desempefían una importante función profiláctica.
dos grupos de sujetos muy igualados, uno de Ias cuales fue sometido a Ia Nuestra exposición quizás abarcó suficientes ejemplos de análisis de pro-
propaganda y el otro no. Se comprueban dos veces ciertos sentimientos y paganda para ayudar a vencer una perenne dificultad con Ios autores y produc-
actitudes de Ios dos grupos: una, antes de someter a Ia propaganda el tipo tores de propaganda. El escritor creador no puede con frecuencia admitir Ia
experimental, y otra después de haber sido sometido. Si los grupos están en idea de que 10 que él concibió como expresión única de un momento ins-
rcalidad adecuadamente igualados, Ias diferencias de actitud entre Ias dos pirado probablemente pueda ser mejorado, o hasta tratado por el que Ie pare-
grupos que se encuentren en Ia segunda comprobación pueden atribuirse a cerá un procedimiento más bien mecânico de comprobación. Pero esta cae
I:J propaganda. Pero supongamos que, respecto de ciertas actitudes, no hay fuera de nuestro asunto, No suponemos que con cso ataquemos Ia menta-
diferencia perceptible, corno ocurrió con Ia actitud de nuestros sujetos hacia 1idad de los artífices, los artesanos, los artistas que inventan esta propaganda.
Iaintcrvención de Ias Estados Unidos en Ia guerra. El experimento contro- No creemos que nuestro prosaico análisis rescate Ia diestra retórica y 105 irn-
lado no nos dirá por quê no hay cambio. Sus resultados muestran única- presionantes ritmos que entran en su dramática eficacia. Estamos de acuerdo
mente el efecto neto de la propaganda sobre esta ectiiud y no Ia dinâmica eu que nosotros no podemos ensefíarles fácilmente sus oficioso Las ideas crea-
nuls complicada de Ia reacción que conduce a ese efecto neto. Pero, como doras, ya se expresen en palabras, sonidos o imágenes, no pueden manufac-
hemos visto, el fracaso de Ia película puede deberse a que dos temas, cada turarse sintéticamente.? Pero se necesitan investigaciones sistemáticas para
11110ele Ias cuales era eficaz, produjeron reacciones que se anularon mutua- ver si los propagandistas realizaron sus objetivos. Así corno Ios investigadores
mcutc, EI material de Ias entrevistas nos permite, pues, dar una expIicación 110 pueden escribir guiones aceptables, estamos convencidos de que los propa-
psicológica dc reacciones que pueden no registrarse en Ios resultados experi- gandistas no pueden tampoco calibrar Ios efectos psicológicos de sus produc-
111l'lItalcs. tos sin emplear técnicas como Ias que hemos descrito. Y hasta puede conje-
Estudiaremos brevemente un cuarto tipo de bumerang, aunque no sea 1 turarsc que está en Ia naturaleza de este problema que el propagandista se
11I;ísque por Ia frecuencia COn que se encuentra en Ia propaganda. Este bu- I vea obIigado a descuidar aIgunas de Ias implicaciones deseadas de su trabajo.
IIlC'rallg es resultado de lo que llamamos, con Ias debidas excusas a Whi- i Esto puede explicar Ia frecuencia con que nuestras comprobaciones des-
Ichcacl, [alacia de Ia ejemplificación mal colocada. Siempre que Ia propaganda cubren insuficiencias que, a Ia que parece, debieron haberse previsto. Pero,
11:11:1ele materias familiares de primera mano para e! presunto auditorio, hay en realídad, eI anáIisis de Ias reacciones suele ser indispensable; descubre otras
cl ricsgo de que los ejemplos particulares escogidos no sean considerados muchas insuficiencias que no podemos examinar ahora con aIguna extensión.
(flIlIO representativos por algunos individuos del auditorio que consultan a su Esto comprende Ios modos de presentación. Por ejempIo, teniendo en cuen-
plllpi:l cxperiencía. EI folIeto que trataba de Ios negros y Ia guerra, que estu- ta el hecho técnico, el anáIisis de reacciones suele ser indispensable: descubre
li i;1I110Smás arriba, estaba dedicado en gran parte a Ias ganancias socíales y muItitud elc cosas que Ia radio tomó del cine, eI cambio rápido de escenas
('('()II('lIl1ic;]sde Ias negros en Ia democracia norteamericana. EI tema estaba correspondientes aI montaje en presentaciones visuales. Estamos seguros, a
1(·PI('·'l:lIla<1ocn su mayor parte por fotografías de negros eminentes, de Ias
Ill('j(II:IS CII Ias condiciones de Ias viviendas, etc. Un 40 por ciento de una \) Estamos muy cordialmente de aeuerdo con Aldous Huxley sobre una cucstión que en esencia
1111\(',11:1 de IIegros rechazó todo eI foIleto por "embustero", a causa de Ia mar- es esta misma " ... El hombre de letras hace Ia mayor parte de su obra no por cálculo, no por Ia
aplicación de fórmulas, sino por intuición estética. Tiene algo que decir, y 10 dice en Ias palabras
(';\(/;1 ti ixrrcp.mcia entre su experiencía y observaciones, por una parte, y los que le parecen más satisfactorias estéticamente. Después del acontecimiento viene el crítico [léase:
"cj!"lllplos de progreso", por Ia otra. cl analista de propaganda], que descubre que aquél empleó cierto gênero de dispositivo literario, que
puede clasificarse en su apropiado capítulo deI libro de "consejos para escríbir". El proceso es en
Ikhe advcrtirse que Ia verdad de los ejernplos no Ies impide producir gran parte irreversible. Si se carece de talento, no se puede confeccionar COn el libro de "consejos
IIl1a Ic;!('('iún tipo bumerang. EI lector consulta su propia experiencia inme- para escribir" una buena obra de arte. "T. I-I. Huxley as a man of letters", Huxley Memorial Lecture,
1932, 28; también Remy de Gourmont: La culture des idées, 1900, 51.
i; 1,') SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 519

base de comprobaciones, de que esta técnica en general produce obscuridad PROPAGANDA TECNOLÓGICA O PROPAGANDA POR LOS RECHOS
para el radioescucha corriente. Se pierde Ia continuidad. No sabe exacta.
Este estudio quizás ha logrado su finaIidad principal. Puede haberles
mente 10 que oye. Pierde interés. De un modo muy parecido, Ias alusiones
históricas lIegan con frecuencia a oídos sordos, a menos que sean minuciosa- dado a ustedes una idea de Ios procedimientos que se usan en eI análisis psi-
mente explicadas. cológico de Ia propaganda. Veamos ahora aIgunas eonclusiones generales a
que hemos lIegado en el curso de nuestro trabajo.
O piénsese en Ia cuestión de Ia autenticidad en el caso de películas doeu-
Una de Ias reacciones más notorias que observamos en nuestras eompro-
mentales. Los propagandistas probablemente se sorprenderían si supieran
baciones es Ia desconfianza general hacia Ia propaganda que manifiesta mucha
con cuánta frecuencia discute el auditoria Ia posibilidad de tener una pelícu-
gente. La propaganditis ha alcanzado proporciones epidêmicas. Cualquier
la real de Hitler en su retiro de Ia montafía, o del voluminoso Goering en una
enunciado de valores cs probable que sea tachado de "mera propaganda" y
sala de conferencias. EI propagandista sabe que es 1111 recorte de una película
descartado inrnediatamente. Las expresiones directas de sentimientos son
alemana pero, el auditorio no 10 sabe. Nace y se difunde Ia desconfianza. De
sospechosas. Comentarios como los siguientes son típicos del hombre ubicuo
igual manera encontramos numerosos errores de juicio en el uso de narrado-
de Ia calIe cuando cree que otros tratan de influir en él:
res de radio o de discursos de funcionarios que rebasan Ia resistencia del au-
ditorio.
Creo que es demasiado sensibIero para que 10 admita una mentalidad adulta.
Hemos subrayado repetidamentee Ia necesidad de obtener pruebas deta- En mí produjo Ia reacción contraria a Ia que se suponía habría de suscitar. Su-
lla das de Ias reacciones a Ia propaganda. Como ayuda para este fin, usamos pongo que querían hacerle a uno sentirse lleno de patriotismo, pero creo que me
con frecuencia un recurso lIamado analizador de programas. Este recurso, produjo Ia reacción contraria.
Y después, aI terminar, silbar "La bandera tachonada de estrellas", Todo el
lIamado así porque aI principio se usó para Ias comprobaciones de programas
mundo cree en Ia bandera, pero no Ie gusta que se Ia tremoIen delante de Ia cara.
ele rádio, puede usarse también para cualquier otra comunicación, como una
película, por ejernplo, que se desenvuelva en dimensión temporal. Puede ex- No debe sorprendernos esta desconfianza hacia 10 sentimental. Parece
plicarse brevemente Ia finalidad del analizador de programas. Las entrevistas que hubo relativamente poca eharanga durante Ia guerra. Como dijo el psico-
sobre reacciones a Ia propaganda hay que aplazarlas, naturalmente, hasta que analista Ernst Kris, refiriéndose a nuestros enemigos tanto como a nosotros,
haya terminado Ia película o el programa de radio, ya que no queremos inte- "Ios hombres fueron a Ia guerra en medio de tristeza y de silencio".'? O, en
rrumpir Ia fIuencia normal de Ia experiencia deI auditorio. lCómo podemos, palabras de un sujeto de una de nuestras comprobaciones:
pucs, ayudar aI auditorio a recordar sus reacciones a aspectos particulares del
material? Si eI entrevistador mencionara escenas o episodíos específicos, de- En Ia situación presente, no vimos a Ios muchachos marchar como 10 hicimos
nosotros cn 1917. No llegamos a sentir Ia situación.
Icrminaría el foco de atención. Además, Ia descrípción que el entrevistador
hicicra de Ia escena influiría en Ia exposición que a su vez el interrogado
~ºué implicaciones tiene esta falta de explosiones colectivas de entusias-
fiaria de su experiencia. EI analizador de programas sirve para eliminar esas
I;I uitaciones. mo para eI propagandista que trata de reunir toda clase de apoyos para el
esfuerzo de guerra?
Mientras ve una película o escucha un programa de rádio, cada sujeto Nuestras observaciones sugieren que Ia desconfianza se dirige ante todo
oprime un botón verde que tiene en Ia mano derecha cuando le gusta 10 que contra Ia propaganda que trata abiertamente de influir en Ia gente o de ani-
,\C lc presenta, y un botón rojo en Ia mano izquierda cuando Ie desagrada. No marla con llamadas generales al sentimiento. Los intentos de excitar emocio-
oprime ninguno de Ios dos botones cuando Ie es "indiferente". Estas reac- nes difusas se rechazan. Pero esto no es más que un escepticismo parcial. Los
(;()1JCS se registran en una cinta móviI que está sincronizada con Ia película
mismos auditorios que levantan defensas contra Ias apelaciones vehementes
(, c/ programa de radio. Así, los individuos del auditorio registran su aproba aIos sentimientos patrióticos se muestran dispuestos a aceptar Ias implicacio-
(';{IJIo desaprobación al teaccionar al material. Las razones de ellas y sus de-
nes de otro tipo de propaganda que podemos aventuramos a llamar prota-
I ;i//cs se cleterminan posteriormente por eI tipo de entrevista enfoeada a que
I 10., f1t:mos referido. ganda tecnológica o propaganda por los hechos.
Empecemos, una vez más, por Ias observaciones hechas en eI curso de
Rcsultan claras dos ventajas de este proeedimiento. En primer lugar, eJ nuestros estudioso Observamos inmediatamente un interés central por 10s
;llldilolio mismo selecciona Ias partes deI material que son suficientemente hechos circunstanciales detailado«. Lo que priva son Ios hechos. EI comen-
1I111'(IILlI1lcspara que sirvan de objeto a una entrevista detallada. Cada oyen- ~ tario de un sujeto de una de nuestras comprobaciones refleja esta actitud.
1(" f1)('sclIla, por decírlo así, una exposícíón en marcha de sus reacciones a]
1'1;),,;1;(,:11" cl material en tres grupos: Ias partes que le afectan de manera posi-' 10 Es interesante que, basando su estudio sobre materiaJes de propaganda completamente dife-
11\':1, lIt"galiva o que le son indiferentes. rentes, Ernst Kris halla lIegado casi a Ia mismas conclusíones. Véase su instructivo trabajo "Some
problems of war propaganda", en The Psychoanalytic Quarter1y, 1943, 12, 381-399.
r;zo SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES LA PROPAGANDA POR RADIO Y CINEMAT6GRAFO 521
/\ muchísima gente [sic] no le gusta e1 patriotismo ruidoso que excita a uno. Así, también, cuando Ias películas seãalan específicamente Ia falta vir-
A IIIÍ [sic] me gustan Ias cosas reales. tual de divisiones blindadas en Inglaterra después de Dunquerque, este tipo
de hecho integrará eficazmente diversidad de puntos sueltos. Se le mencio-
I':stc deseo de información específica, casi tecnológica, toma a veces for- nará repetidas veces en Ias entrevistas. Contribuye a cristalizar, por así decido,
III:ISillgenuas, como puede verse en Ia siguiente observación sobre una pelícu- el ingenio y el valor de Ias ingleses ante tales desigualdades. Resulta eficaz
Li documental que destacaba el poderío de Ias nazis: donde Ias valoraciones directas de los ingleses provocarían escepticismo y duda.
Los hechos que unifícan y "explican" un curso general de acontecímientos
Qncdé verdaderamente sorprendido. Quiero decir que no creo nada de 10 que constituyen un componente importante de Ia propaganda por Ias hechos.
lei ('11 105 periódicos, pero uno tiene que creer 10 que verdaderamente ve por sus Podemos hacer otra observación general acerca de Ia propaganda por los
(lI' IS Y cs autêntico. hechos. Hemos observado que parece ser sumamente eficaz e! hecho que
contiene Ias deseadas implicaciones de Ia propaganda. Éste es e1 "hecho sor-
Una de Ias escenas más eficaces de un programa de radio para levantar prendenie", deI tipo que explotan Ias secciones de "créalo o no" y Ias progra-
Li moral que mencionamos más arriba describía con gran detalle cómo Ia mas de preguntas. Es eficaz por tres razones cuando menos. En primer
vclocidad de un convoy no está determinada necesariamente por Ia velocidad lugar, tiene gran valor de atención. El hecho sorprendente se destaca corno
(Id barco más lento. Envuelta en esta capa de información técnica estaba una "figura" sobre eI "fondo", En segundo lugar, esas golosinas de informa-
1111:1 iiuplicación eficaz de que los hombres de Ia marina mercante se sacrifi- ción tienen valor de dífusíón. Se convierten rápidamente en parte de Ia con-
(:111voluntariamente por el bien común. La moral contenida en Ias hechos versación y Ia charla corrientes. ("~Supo usted que ... ") Las implicaciones
"scguramente mis sacrificios no igualan a Ias suyos" - podía ser aceptada propagandísticas de esos hechos se trasmiten, pues, muchas veces de boca en
por quicnes rechazarían una apelación directa del mismo tipo. Las películas boca. Finalmente, esos hechos unificadores tienen valor de confíanza. Son
qlll; muestran escenas de batallas o bombardeos resultan eficaces si se enfocan
xuhrc los detalles de Ias operaciones y no subrayan el "rnensaje" de propa-
I "frios", como tan acertadamente Ias Ilama e1 idioma. Probablemente no da-
rán salida a Ia desconfianza que está tan ampliamente latente en Ia población.
1',:III(]adirecta para el auditorio. Hablan los hechos, no el propagandista.
Podemos preguntarnos ahora: .:Por qué el interés predominante
·'IIt'('!.os"? 2Cuáles son Ias funciones de ese interés? EI incidente concreto,
en los
J
11
I La propaganda por los hechos tiene aUI1 otra característica que Ia dife-
rencia de Ia propaganda que trata de persuadir con toques de clarin y exhor-
taciones directas. La propaganda por los hechos no procura tanto decir a Ia
ric() ('1/ detalles circunstanciales, sirve como prototipo o modelo que ayuda a gente adónde debe ir, sino que más bien le muestra el camino que debe tomar
li
cnicntai a Ia gente hacia una parte deZ mundo en que vive. Tiene un valor ~ para ir alIá. Respeta el sentimiento de autonomia del individuo. Éste es el
(Te orieniacion, Para grandes sectores de Ia población, los acontecimientos ~ que toma Ia decisión. La decisión es voluntaria, no impuesta. La propaganda
históricos que experimentan son completamente desconcertantes. Naciones por Ias hechos opera por rodeos, no por prescripciones. Tiene valor de orien-
(1IIl' xnn aliadas un día son enemigas al siguiente. EI futuro parece negro de tación. La fuerza cumulativa de los hechos lIeva su propio momento o
dcscspcranza o brillante de promesas. Muchos individuos no tienen tiempo impulso, por decirlo así. Es virtualmente un si1ogismo con una conclusión
111capacidad para comprender Ias tendencias y Ias fuerzas que están detrás implícita, conclusión a Ia que debe llegar el auditorio, no el propagandista.
de los hcchos, pero sienten 10 estrechamente que están enlazados a sus vidas. Tomemos un caso que viene a punto: recientemente una agencia de guerra
'1'odo esta acentúa una poderosa necesidad de orientación. Los hechos con- li publicó un folIeto dedicado a Ias familias de los hombres deI servicio armado
('Idos rcvisten el papel de modelos según los cuales pueden exp1icarse y aten- con el propósito de persuadirlas de que no repitiesen e1 contenido de cartas
"('I se los acontecimientos más complicados. recibidas deI extranjero. Se insistía poco en eI tema de que Ias pala bras des-
r .os cjemplos de esto son numerosos. Así, un episodio de un programa cuidadas costaban vidas y barcos. Por el contrario, Ia mayor parte del folleto
de radio para levantar Ia moral hizo notable impresión en eI auditorio: en Ia estaba dedicada a una descripción detallada de Ias métodos que empleaba el
gIlCIT:\anterior, Franklin Delano Roosevelt, entonces subsccretario de Marina, enemigo para obtener su información total de trozos y pedazos sueltos recogi-
:I('()l1lpaftó a Ia tripulación de un submarino en tln viaje de prueba inmediata- dos por agentes en diferentes ocasiones y en diferentes lugares. Las pruebas
111('111(' dcspués de una serie de desastres submarinos. Esta resultó mucho más demostraron que el folIeto tuvo éxito en remachar el asunto permitiendo aI
sal isfactorio y eficaz que hablar directamente de! valor y de Ia experiencia lector sacar Ias conclusiones inevitables de esa ordenación circunstancial de
hechos. El sacar voluntariamente Ias conclusiones tiene pocas probabilidades
dd pasudo de nuestro Presidente. Tuvo una función integradora, explicativa.
de producir e! desengano que con tanta frecuencia sigue a Ia propaganda
exhortativa. Los golpes como martil1azos de Ia oratoria delirante pueden pro-
Iklllostró que no era un cobarde; que si 10s hombres se iban voluntariamente
11\ fOIH]O,también él: y es el mejor indivíduo para ser presidente porque pasó ducir aquiescencia de momento y recriminaciones después: Ias decisiones autó-
persou.rlmcntc por Ias cosas, y por Ias cosas que hizo. nomas bajo Ia presión acumulada de Ias hechos no exigen ese precio.

I
ç:,) \( JCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Y COMUNICACIONES

Es cosa interesante que nuestros enemigos hayan descubierto tarnbién el


p()der de Ia propaganda tecnoIógica. Este tipo de propaganda, como cuaIquier
otro instrumento, se presta al abuso tanto como al uso. Los pseudo-hechos Parte IV
pueden suplantar aIos hechos. AIgunos observadores han comentado el "mon-
taje de escena" de Ia realidad operado por los nazis. Se díce, por ejernplo, ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA
que antes de Ia invasión de Bélgica un oficial alemán hizo un aterrizaje
aparentemente forzoso en Bélgica. Se le encontraron planes para una inva-
sión completamente diferente de Ia realmente proyectada. 0, también, hay
eI caso deI prímer bombardeo nocturno de BerIín. Dícese que Ias nazis publi-
caron en periódicos suízos y suecos informaciones sobre Ia gran destrucción
sufrida por Berlín, y Ias atribuyeron a los ingleses. Esas informaciones fueron
retrasmitidas a Ia radio nacional alemana y Ia pobIación local fue invitada
a que viese los danos reales y comprobado por sí misma que Ias informaciones
eran falsas. De este modo, probablemente, mucha gente no pudo escapar a Ia
conc!usión de que Ios ingleses habían mentido. EI efecto de este tipo de
autoadoctrinamiento tal vez fue mucho mayor que si Ia radio alemana atacase
directamenn, Ia veracidad de los ingleses.
Puede observarse, de pasada, que Ia lógica de Ia propaganda por los
hechos no se aparta mucho de Ia lógica de Ia ensefianza progresiva. Es típico
de Ias escuelas progresivas que el maestro no indique 10 que los nifíos han de
hacer y creer, sino que más bien crea situaciones que Ias llevan a decidir por
sí mismos Ia conducta y Ias creencias que el maestro estima apropiadas.
La misma experiencia de ustedcs Ies demostrará que Ia propaganda pOI
los hechos no es una concepcíón "nueva'. Lo único que nos interesa es formu-
lar esta idea en términos que puedan ser de algún valor en Ia planeación de
programas para elevar Ia moral. La desconfianza y el escepticismo generaliza-
dos !levados hasta eI extremo del cinismo son fuerzas corrosivas. Pero, puesto
([IIC están aquí, hay que estudiarlos. Si Ia propaganda se limita completa-
mente a Ia exhortación, corre el riesgo de intensificar Ia desconfianza. Puede
III ilizarse Ia propaganda por los hechos para suplantar eI cinismo con modos
de ver com unes.
No sugerimos que Ias exhortaciones sean totalmente cosa del pasado.
/\1111hay que crear valores y actitudes comunes en una parte considerabIe de
Ia poblacíón si Ia propaganda ha de ser eficaz. Pero nuestras observaciones
-..j
pucdcn ser útiles a aquellos de nosotros que se interesan por una etapa cons-
trucfiva en Ia posguerra. No vamos a esperar a que Ios problemas de Ia pos-
gllerra 1I0S presionen para que reconozcamos que Ia reunificación de Ias
',()cied:lcles tíene que valerse en alguna medida deI instrumento de Ia pro-
]l;II·~;lIIda.
Y, finalmente, no queremos exagerar eI papel de Ia propaganda. A Ia
1,
1:111-::110pucde prevalecer ninguna propaganda si va contra los acontecimien-
los V colIlTa Ias fuerzas subyacentes en ellos, como habían empezado a saber
1o, Lls('isl:ls. La propaganda no es un sustitutivo de Ia política social y de Ia
s(lcial, pero puede servir para arraigar Ia política y Ia acción en eI enten-,
;11 ('j('1I1
dlllli('lIlo de Ias gentes.

f
INTRODUCCION

CONSTITUYEN Ia Parte IV cinco trabajos sobre sociología de Ia ciencía,' campo


especializado de investigación que puede considerarse como una subdivisión
de Ia sociología del conocimiento, aI tratar, como 10 hace, deI ambiente
social de esa clase particular de conocimiento que dimana deI experimento
o Ia observación controlados y vuelve a ellos.
En un esbozo muy general, Ia materia de Ia sociología de Ia ciencia es
Ia inierdependencia dinâmica entre Ia ciencia, como actividad social en marcha
que da nacimiento a productos culturales y de Ia civilización y a Ia estructura
social que Ia envuelve. Las relaciones recíprocas entre Ia ciencia y Ia sociedad
son el objeto de investigación, como se han visto obligados a reconocer quienes
se han dedicado seriamente a estudios sobre Ia sociologia de Ia ciencia. Pero
hasta muy recientemente Ia reciprocidad de esas relaciones recibió atención
muy desigual, pues dedicó mucha atención a Ia influencia de Ia ciencia
sobre Ia sociedad y poca a Ia influencia de Ia sociedad sobre Ia ciencia.
Posiblemente porque se echa de ver con tanta facilidad, Ia influencia de
Ia ciencia sobre Ia estructura social, en especial a través de sus subproductos
tecnológicos, ha sido durante mucho tiernpo objeto de interés si no de estúdio
sistemático. Es fácil ver que Ia ciencia es una fuerza dinámica de cambio
social, aunque no siempre de cambias previstos y deseados. De vez en cuando,
durante el último siglo aproximadamente, hasta Ias físicos salieron de sus
laboratorios para reconocer, con orgullo y sorpresa, o para repudiar, con horror
y vergüenza, Ias consecuencias sociales de su trabajo. La explosión sobre
Hiroshima no hizo más que comprobar 10 que todo el mundo sabía. La cien-
cia tiene consecuencias sociales.
Pero si Ias consecuencias de Ia ciencia para Ia sociedad se han percibido
.~J hace mucho tiempo, Ias consecuencias de diferentes estructuras sociales para
Ia ciencia no 10 fueron, Muy pocos físicos y no muchos científicos sociales han

i prestado atención a Ias diversas influencias de Ia estructura social sobre el


ritmo de desarrollo, los focos de interés y, quizá, sobre eI contenido mismo de
Ia ciencia. Es difícil decir por qué existe esta resistencia a explorar Ias efectos
de su ambiente social sobre Ia ciencia. La resistencia puede proceder de Ia
errônea creencia de que admitir eI hecho sociológico sería comprometer Ia au-
tonomía de Ia ciencia. Quizá se cree que Ia objetividad, valor tan fundamental
en eI ethos de Ia ciencia, es amenazada por el hecho de que Ia ciencia es una
actividad social organizada, que presupone el apoyo de Ia sociedad, de que
Ia cantidad de ese apoyo y Ios tipos de investigación para Ios que se da difieren
en estructuras sociales diferentes, 10 mismo que el reclutamiento de talentos
científicos. Puede haber aqui algo deI sentimiento de que Ia ciencia es 10
más puro y sin mancilla si se Ia concibe implícita mente como produciéndose
1 Véase una exposición completa de este campo en Science and the Social Order, por Bernard
Barber (Glencoe, Ill., The Free Press, 1952); véase también "Brief bibliography for the sociology
of science", por Bernard Barber y R. K. Merton, en Proceedings of the American Academy of Arb
and Sciences, mayo de 1952, 80, 140- 54.
525

f
Ç2ú ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA INTRODUCCI6N 527
tn 1111vacío social. Así como Ia pal abra "política" tiene ahora para muchos Science, por ejemplo, James B. Conant aun habla de "Ias interconexiones en-
LI connotación de baja corrupción, así Ia frase "contextos sociales de Ia cien- tre Ia ciencia y Ia socicdad" como asunto "del que tanto han hablado en aíios
<i:l" puede significar para muchos físicos Ia intromisión de intereses ajenos recientes nuestros amigos marxistas".) Ahora bien, como vimos con alguna
;1 Ia ciencia propiamente dicha. arnplitud en el capítulo XII, Marx y Engels en realidad expusieron una con-
O quizá Ia resistencia procede de Ia creencia igualmente equivocada de cepción general de esas interconexiones, y deploraban Ia práctica de escribir
<jllC admitir esas conexíones de Ia ciencia y Ia sociedad es impugnar Ios mó- "Ia historia de Ias ciencias como si hubieran caído deI cielo". Pero desde
vilcs desinteresados del científico. Ql1izá parece que su reconocimiento im- los tiempos de Marx y Engels hubo, desgraciadamente, pocos estudios empí-
plica que Ia eiencia busca, por encima de todo, no el progreso de los conoci- ricos sobre Ias relaciones entre Ia ciencia y Ia cstructura social. Los mismos
nucntos sino el engrandecimiento del yo. Hemos sefialado esc tipo familiar viejos ejemplos históricos, venerables por Ia edad y dcsgastados por el uso, han
de crror en diferentes momentos a Ia largo de este libra: el error estriba eu to- sido exhibidos periódicamente para indicar que Ia necesidad tecnológica
11r.tr erroneamente el plano de1 análisis de Ias móviles por el plano del análisis lleva a veces a 10s científicos a enfocar su atención sobre problemas distinti-
iustitucional. Como se indica en varias de Ias capítulos siguientes, Ias cientí- vos de investigación. Mediante Ia excesiva conformidad con Ias prirneras
Iicos pueden ser movidos de maneras muy variadas: por el deseo desintere- concepciones de Marx y Engels, se manifestó Ia mojigatería y se limitó el
s.ulo de aprender, por Ia esperanza de ganancias económicas, por curiosidad progreso de Ia ciencia social. Pero se han tomado erróneamente por investiga-
.nl iva (u ociosa, como Ia llama Veblen), por espíritu agresivo o de compe· ciones viejas citas con ejemplos nuevos. Se han producido un tipo de pensa-
Icucia, por egoismo o por altruismo. Pero Ias misrnos móviles tornan expre- miento y de literatura que sería apropiado para un grupo religioso en que Ia
xioucs sociales diferentes en ambientes institucionales diferentes, así como tradición inmutable es 10 que importa y Ia antigua revelación debe perma·

I
111{IVi1cs diferentes pueden tomar aproximadamente Ia misma expresión social neccr intacta. Pero ésa difícilmente es una norma adecuada para Ia ciencia,
('11 Illl ambiente institucional dado. En un ambiente institucional, el egoís- incluída Ia ciencia social, en que se venera a los padres fundadores, no por
1110puede inducir a un científico a hacer pragresar una rama de Ia ciencia Ia celosa repetición de sus primeros halIazgos, sino por ampliaciones, modifi-
{liil para Ias artes militares; en otra ambiente institucional, el egoísmo puede caciones y, con bastante frecuencia, por el rechazo de algunas de sus ideas
llcvarlo a trabajar en investigaciones que no tienen, manifiestamente, uso mili- y resultados, En la sociología de Ia ciencia, como en otros campos, podemos
1:1r. Examinar córno y hasta dónde Ias estructuras sociales canalizan Ia direc- volver provechosamente a Ia sabiduría del apotegma de Whitehead: "Una
('i{lll ele Ia investigación científica no es acusar aI científico por sus móvi1es. ciencia que titubea en olvidar a sus fundadores está perdida."
I'cro han tenido éxito acontecimientos históricos en que han fracasado los Hay amplias pruebas institucionales de este fracaso en atacar mediante
('S Illclios y Ias escritos de los científicos sociales. El curso de Ia historia recien- investigaciones empíricas los numerosos y ahora ampliam ente reconocidos
Ic lIa hecho cada vez más difícil, aun para los científicos rec1uidos en sus problemas de Ias relaciones entre Ia ciencia y Ia estructura social: en todas
I:t boratorios y que rara vez salen a Ia sociedad civil y política general, olvidar partes, en Ias universidades de este país, hay un Instituto para Investigaciones
v.t cl hecho de que Ia ciencia misma depende de maneras diversas de Ia estruc- sobre Ias Relaciones Sociales de Ia Ciencia.
l ura social. Para seleccionar sólo unos pocos de esos acontecimientos, eu Los cinco capítulos últimos de este libro están dedicados a Ias relaciones
pri1l1:,[ lugar apareció Ia Alernania nazi con su dramático efecto sobre Ia natu- entre Ia ciencia y su medio social. Escritos en diversas ocasiones en un pe-
ralcza, calidad y dirección de Ia ciencia cultivada en e1 país. Más bien que
riodo de afios, estos trabajos tienen dos objetivos principales. Tratan, en
ncouoccr esto como un caso extremo, y por 10 tanto instructivo, de una rela- primer lugar, de inquirir 10s diferentes modos de interdependencia de Ia cien-
ción más general, más bien que verIo como testimonio de que Ia ciencia cia y Ia estructura social, tratando Ia cíencía misma como una institución
..,{
n.quicre formas particulares de estructura social para desarro11ar su propio
~~(,lIi(),algunos físicos 10 sefialan como un caso excepcional y patológico, sin . social diversamente relacionada con Ias otras instituciones de Ia época, Y en
segundo lugar, intentan un análisis funcional de esa interdependencia, con
uuplicuciones para Ia situación más genera1. Pero durante Ia guerra Ia movi- especial referencia a Ias cuestíones de integración y de mala integración.
iJ:,'.:I('iilllde Ias fuerzas de Ia ciencia 11evó a un mayor número de científicos E1 capítulo xv expone tipos de enlace entre Ia estructura social y el des-
:1 1('(()1I0Cerque Ia ciencia y Ia estructura social se influyen mutuamente, Yen arrollo de Ia ciencia, y se enfoca en particular sobre Ias sociedades con un
1('(,11;1lIIuy reciente, el haber mezc1ado Ia política con Ia ciencia en Ia Rusia núcleo político altamente centralizado. Investiga los puntos de tensión entre
',Clvi(1iC;] tarnbién ha llevado a otros a Ia misma tardía conc1usión. Ias normas institucionales de Ia ciencia y Ias normas institucionales de Ia dic-
COI\JO Ias acontecimíentos se sucedieron rápidamente pisándose los talo- tadura política: Así también, sefíala Ias tensiones, que se producen en socie-
)Il'.~ hasta parecer casi un solo acontecimiento continuado, han venido a reco- dades menos centralizadas, como Ia nuestra, entre Ia alta valoración de Ia
111)( '<T l:IS conexiones entre la ciencia y la estructura social muchos que ante- ciencia y su presente utilización para fines militares y para equipo nuevo de
11111111l'1\lc concebían esas conexiones, en todo caso, como invenciones de Ia, produccíón, que a veces se implanta de manera tal, que produce desempleo.
:,()('io]ogía marxista. (En su excelente librito titulado On Undetstanding

I
Desarrolla Ia sugestión de que esas consecuencias sociales deI empleo actual
528 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOG1A DE LA CIENCIA INTRODUCCION 529
de Ia ciencia están sentando los cimientos de una rebelión contra Ia ciencia,
de todo interés por Ias consecuencias sociales de diferentes métodos para im-
por desplazada que pueda estar dicha rebelión en Ia elección de su objeto.
plantar los cambios tecnológicos.
Entre Ias razones de esa hostilidad hacia Ia ciencia se cuenta Ia que se ex-
presa en una frase que hace poco tiempo parecía dudosamente figurada y I Los últimos capítulos de este libro, que representan dos tipos de estudios
empíricos sobre Ia sociología de Ia ciencia, fueron los primeros que se escrí-
ahora parece casi literal: "Se considera a Ia ciencia responsable eu gran parte bieron. EI capítulo XVIII está dedicado a algunas de Ias bases sociológicas que
de crear esas máquinas de destrucción humana que, según se dice, pueden sostienen a Ia ciencia como institución social, y esta tomó forma en Ia Ingla-
sumir a nuestra civilización en una noche y una confusión eternas." terra del sigla XVII. Adapta e intenta comprobar una idea implícita en Ia
El capítulo XVI es un trabajo complementario del capítulo xv, y trata hípótesís de Max Weber sobre Ias relaciones entre el primitivo protestan-
de Ias relaciones entre Ia ciencia y el orden social democrático. Se considera tismo ascético y el capitalismo, a saber, que ese mismo protestantismo ascético
que el eihos de Ia institución social de Ia ciencia comprende criterios univer- contribuyó a proporcionar móviles y canalizar Ias actividades de los hombres
sales de validez científica y de valor científico, comprendiendo así valores en Ia dirección de Ia ciencia experimental. Esta es Ia forma histórica de Ia
fácilmente unificados con los valores de una sociedad Iibre en Ia que impor- hipótesis. En su forma más general yanalítica, sostiene que Ia ciencia, como
tan 10s talentos y los triunfos de los hombres, no Ia situación o Ios origenes todas Ias demás instituciones sociales, tiene que ser apoyada por valores deI
que se les atribuyen. Otro ingrediente del ethos de Ia ciencia es el "comunis- lo<
grupo si ha de desarrollarse. No hay, en consecuencia, Ia menor paradoja en
mo", en el sentido especial de que Ias normas institucionales de Ia ciencia creer que hasta una actividad tan racional como Ia investigación científica
convertírían sus productos en parte del dominio público, compartidos por se basa en valores irracionales. Esta temprana incursión en el problema de Ias
todos y propiedad de nadie. Se estudian brevemente Ias tensiones entre este raíces sociológicas del interés por Ia ciencia necesita ser ampliada, suplemen-
elemento del ethos de Ia ciencía, con su insistencia en que los conocimientos tada y corregida por otros estudios históricos relativos a otros tiempos y luga-
deben ponerse a disposicíón de todos los equipados para asimilar1os, y el requi- res. De esos estudios comparativos está llamado a nacer un conocimiento
sito del secreto, impuesto con frecuencia por 10s organismos militares y a veces más sustancial de este importante sector de Ia sociologia de Ia ciencia.
por organismos econômicos. También aqui el curso reciente de Ia historia Alllegar a fundamentarse con firmeza Ia institución social de Ia ciencía,
hizo de estos análisis institucionales algo acadérnico y alejado de Ias asuntos zcuáIes son 10s determinantes, diferentes de 10s totalmente científicos, del
ele Ia vida diaria. Por el contrario, Ias tensiones aumentan y se hacen vísibles foco de interés para Ia investigación y para Ia selección de problemas? A esta
LI todos. Así, por ejemplo, Kar1 T. Compton, aI ofrecer en 1949 nuevas instala- cuestión está dedicado el capítulo final, que también se ocupa de Inglaterra
,i:~
ciones para investigaciones en un Laboratorio de Artil1ería Naval juzgó nece- como lugar y tiene el siglo XVII como época. Desde que apareció por primera

I
sario recordar a sus oyentes: "Infortunadamente, secreto y progreso son incom- vez este trabajo, aumentó y se hizo más acalorada Ia controversia sobre Ia des-
patibles entre sí. Esto siempre es cierto en el caso de Ia ciencia, ya sea para orientadora y estéril cuestión de si Ia selección de problemas para Ia inves-
fines militares u otros. La ciencia florece y los científicos Ia hacen progresar tigación científica es afectada o no por necesidades prácticas (económicas y
Cll un ambiente de investigación libre y de libre intercambio de ideas, con el (T
tecnológicas) de Ia época. Los entusiastas de uno y otro campo consiguen
estímulo mútuo constante de mentes activas que trabajan en este campo o en '~

converti r un problema de investigación sociológica en consignas políticas en


campos relacionados con él. Irnponer el secreto a Ia ciencía es como aplicar que Ias respuestas ya están dadas antes de empezar el arduo trabajo de inves-
cl frcno al progreso." tigación. Después de todo, el problema importante no es si esas influencias:
11:1 capítulo XVII desarrolla una implicación de los capítulos precedentes prácticas sobre el curso del desenvolvimiento científico han tenido lugar ai-
al cfccto de que los subproductos económicos de Ia ciencia, en forma de tec- guna vez, o si resultaron siemore ser determinantes. Es, por el contrario"
nologias y equipes de producción nuevos, reaccionan sobre Ia situación social .. as unto de múltiples preguntas, cada una de Ias cuales exige largo y paciente
ele ]a ciencia y puede presumirse que sobre su desarrollo subsiguiente. Este estudio y no breves e impacientes respuestas: lEn quê medida han operado
I rubajo cs en parte una investigación sobre Ias fuentes de Ias imágenes públicas esas influencias en diferentes tiempos y lugares? lEn qué circunstancias socio'-
de Ia ciencia: de 10 que Ia ciencia parece hacer a y para Ia gente. Hay indi- lógicas resultaron mayores y en cuáles otras menos determinantes? ZSe en-
cios ele que Ia reputación social de Ia ciencia descansa para Ia inmensa mayoría
cuentran más característicamente en Ias primeras etapas de una disciplina
t'1I Slh manifiestos y poderosos subproductos tecnológicos. Pero con Ia ausen- científica? lCuáles son Ias diferentes consecuencias, tanto para Ia ciencía
('i:1 de planes para Ia implantación ordenada de esos progresos en tecnología, como para Ia estructura social de Ias diferentes normas mediante Ias cuales
IIIIWI!OS trabajadores sufren por desplazamientno, por envejecimiento de sus se adoptan los problemas para Ia investigación?
elesl rezas, por interrupciones en el trabajo o por desempleo prolongado. Esto A medida qúe 10s materiales concernientes a cuestiones de este orden se
pucdc afcctar también a Ia estimación popular de Ia ciencia. Y adoptando acurnulan, otro sector de Ia sociología de Ia ciencia ganará en sólida sustancia.
cl papel de técnicos, de expertos en un papel subalterno que recibe instruo- Elúltimo capítulo de este libro está destinado a suministrar algunos matéria-
('iollcs de cjecutivos, los ingenieros y los tecnólogos encuentran posible abjurar les relativos a un breve periodo de los primeros días de Ia ciencia en Inglaterra.
LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 531
Limitamos nuestro examen a algunos casos notorios de cierta revalora-
ción del papel social de Ia ciencia, sin implicar que el movimiento contra Ia
xv. LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 1
ciencia quede localizado asi en ningún sentido. Mucho de 10 que se dice aqui
probablemente puede apIicarse a Ias casos de otros tiempos y lugares.'
IIACIA comienzos del sigla observó Max Weber que "Ia creeneia en el valor La situación en Ia AIemania nazi desde 1933 es ejemplo de Ias modos en
de Ia verdad científica no procede de Ia naturaleza, sino que es un produeto de que convergen procesos lógicos y no lógicos para modificar o reprimir Ia acti-
determinadas culturas"," Ahora podemos afíadir nosotros: y esa ereencia se vidad científica. En parte, los obstáculos a Ia ciencia son un subproducto
oonvierte fácilmente en duda o incredulidad. El desarrollo persistente de Ia inesperado de los cambios en Ia estructura política y en el credo nacionalista.
cicncia sólo tiene lugar en sociedades de cierto orden, sometidas a un com- De acuerdo con el dogma de Ia pureza de raza, prácticamente todas Ias perso-
plcjo peculiar de supuestos previos tácitos y de coacciones institucionales. nas que no llenaban 10s criterios politicamente impuestos de ascendencia
I,() que es para nosotros un fenómeno normal que no pide explicación y "aria" y de manifiesta simpatía por los objetivos nazis fueron eliminadas de Ias
afianza muchos valores culturales evidentes por sí mismos, fue en otros tiem- universidades y de Ias institutos científicos." Como entre los expulsados figu-
pos, y aún 10 es en muchos lugares, anormal e infrecuente. La continuidad raba un número considerable de científicos eminentes, una consecuencia indi-
de Ia ciencia requiere Ia partícipación activa de personas interesadas y pre- recta de Ia purga racial fue el debilitamiento de Ia ciencia cn Alemania.
paradas en Ias empresas científicas. Este apoyo a Ia ciencia sólo 10 aseguran Implícita en ese racismo está Ia creencia en Ia contaminación de Ia raza
circunstancias culturales apropiadas. Por 10 tanto, es importante examinar mediante relaciones reales o simbólicas." Se les limita o prohibe Ia investiga-
[os controles queimpulsan Ias carreras científicas, que seleccionan y dan pres- ción científica a Ios individuos de impecable ascendencia "aria" que colabo-
1 igio a ciertas disciplinas científicas y rechazan u oscurecen a otras. Se hará raron con no arios o que aceptaron sus teorías científicas. Se creó una nueva
evidente que los cambios en Ia estructura institucional pueden restringir, categoría político-racial para esos arios incorregibles: Ia categoría de "judíos
modificar o posiblemente impedir el cultivo de Ia ciencia," blancos". El individuo más prominente de esta nueva raza es Werner Heisen-
berg, Premio Nobel de Física, quien persistió en declarar que Ia teoría de Ia
FUENTES DE HOSTILIDAD HACIA LA CIENCIA relatividad, de Einstein, contituye una "base obvia para ulteriores investiga-
ciones"."
Ia hostilidad hacia Ia ciencia puede nacer por 10 menos de dos conjuntos de En esos casos, Ios sentimientos de pureza nacional y racial prevalecieron
c-ircunstancias, aunque los sistemas concretos de valores -humanitarios, eco- sefíaladamente sobre Ia racionalidad utilitaria. La aplicación de esos criterios
nóiuicos, políticos, religiosos- sobre los cuales se basa pueden variar consi- produjo una pérdida proporcionalmente mayor en Ias facultades de ciencias
dorablemente. El primero contiene Ia conclusión lógica, aunque no eorrecta naturales y de medicina de Ias universidades alemanas que en Ias facultades de
por necesidad, de que los resultados o los métodos de Ia ciencia son contra- teología y de derecho, como observó E. Y. Hartshorne." Por contraste, pasan
rios a Ia satisfacción de valores importantes. EI segundo consta en gran parte a primer plano consideraciones utilitarias cuando se trata de políticas oficia-
de elementos no lógicos. Descansa en el sentimiento de incompatibilidad les relativas a Ias direcciones que han de seguir Ias investigaciones científicas.
cnl rc los conceptos encarnados en Ia actitud científica y Ias que se encuentran El trabajo científico que promete beneficios prácticos directos para el partido
CII otras instituciones. Los dos conjuntos de circunstancias están, en grado nazi o para el Tercer Reich debe fomentarse por encima de todo, y Ias fondos
variablc, en Ia base de Ias rebeliones actuales contra Ia ciencia. Puede afia-
4 La prematura muerte de E. Y. Hartshorne interrumpió un estudio proyectado sobre Ia ciencia
dirsc que esas reacciones racionales y afectivas están implícitas también en Ia en el mundo moderno según el análisís que se expone cn este capítulo.
aprobación social de Ia ciencia. Pero en esos casos se cree que Ia ciencia 5 Véase capítulo III de The German Universities and National Socialism, por E. Y. Hartshorne

facilita Ia consecución de finalidades aprobadas, y se piensa que Ias valores (Cambridge, Harvard University Press, 1937), sobre Ia purga de Ias universidades; cf. Volk und
\Verden, 5, 1937. 320-1, con referencias a algunos de los nuevos requisitos para el doctorado
('1111 males básicos son congruentes con los de Ia ciencia y no emocionalmente 6 Este es uno de los muchos aspectos de Ia implantación de un sistema de castas en Alernania.
iurompntibles con ellos. La posición de Ia ciencia en el mundo moderno Como observó R. M. MacIver, "la idea de contaminación es común en todo sistema de castas".
pucdc considerarse, pues, como una resultante de dos conjuntos de fuerzas Socicty, 172.
7 Mf, el órgano oficial de Ias SS, Schwarze Korps, 15 de julio de 1937, 2. En ese número
('0111 rar ias, que aprueban y desaprueban Ia ciencia como actividad social en Johannes Stark, presidente deI Physikalisch-Tcchníschen Reichsanstalt, pide con apremio Ia elimina-
gl:/I. escala. ción de tales colaboraciones que aún perduran y protesta deI nombramiento de tres profesores uni-
versitarios que fueron "discípulos" de no arios, Véanse tambíén Hartshorne, op. cit., 112-3: Wesen
I Ld,1o cn Ia Asamblea de Ia Sociedad Sociológica Norteamericana, diciembre de 1937. EI Crundsãrze und Ziele der National50zialitischen Deutschen Arbeiterpartei, por Alfred Rosenberg
11"1,,, "I',,:odcrcaI profesor Read Bain, aI profcsor Talcott Parsons, aI Dr. E. Y. Hartshorne y aI r». E. (Munich, E. Beopple, 1933), 45 S5.; "Philipp Leonard aIs deutscher Naturforscher", por J. Stark,
~', l lulr-hinxou sus valiosas sugestiones. en Natíonalsozíaiístlsche Monatshefte, 1936, 71, 106-11, donde Heisenberg, Schcrõdinger, von Laue
~ (:<',""I11I1c1teAufsãtze zur Wissenschaftlehre, por Max Weber, 213; cf. Social and Cultural'. y Plank son castigados por no haberse separado de Ia "física judía" de Einstein,
I )ylllll";('~, d" Sorokin, en especial Il, capo 2. 8 Los da tos sobre 105 cuales se basa esta afirmación proceden de un estudio inédito de E. Y.
:1 (:(. SC;CIICC, Technology and Socíety in Seventeenth Century England, de Merton, cal'. XI. Hartshorne.
530
'))2 LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 533
ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
descubrimiento que culminó en Ia telegrafía inalámbrica. Y, en realidad, un
paTa investigaciones deben ser redistribuidos de acuerdo con esta pclitica?
portavoz nazi observa: "Como Ia práctica de hoy descansa en Ia ciencia
1':1 rcctor de Ia Universidad de Heidelberg declara que "Ia cuestión de Ia im-
de ayer, así Ia investigación de hoy es Ia práctica de mafiana." 13 La insisten-
portancia científica [Wissenschaftlichkeit] de cualquier conocimiento es una
cia sobre la utilidad requiere un mínimo inevitabIe de interés por Ia ciencia
('(ll\sideración totalmente secundaria cuando se Ia compara con Ia cuestíón
de su utilidad".lO que puede ponerse aI servicio deI Estado y de Ia industria.v' AI mismo tiempo,
esa insistencia conduce a Ia Iimitación de Ias investigaciones de ciencia pura.
El tono general de antiinteIectualismo, con su depreciación deI teórico y
SII glorificación del hombre de acción,» puede tener efectos a largo plazo,
v 110 inmediatos, sobre eI lugar de Ia ciencia en Alemania. Porque si llega- PRESIONES SOCIALES SOBRE LA AUTONOMÍA DE LA CIENCIA
I: 111a fijarse esas actitudes, puede esperarse que Ios elementos mejor dotados
de Ia población rehuyan Ias disciplinas inteIectuales que se han despresti- Un análisis del papel de Ia ciencia en el Estado nazi descubre Ios siguientes
I:i:ldo. A fines deI decenio de Ios 30 podían descubrirse efectos de esta elementos y procesos. La ampliación del dominio de un sector de Ia estruc-
;1('1iluc1 antiteórica en Ia asignación de intereses académicos en Ias universi- tura social -el Estado- supone Ia exigencia de leaItad primordial para él.
d:I(!cs alemanas.P ,\ Se pide a los científicos, así como a los dernás, que renuncíen a Ia adhesión
Sería erróneo sugerir que el gobiemo nazi repudió por completo Ia cien- ~ a todas Ias normas institucionales que, en opinión de Ias autoridades polí-
<ia y Ia inteligencia.
:1111
Las actitudes oficiaIes hacia Ia ciencia son claramente
bivalentes e inestables. (Por esta razón, todas Ias declaraciones concer-
incutes a Ia ciencia en Ia Alemania nazi se hacen salvo corrección.) Por una
I ticas, son antagónicas de Ias deI Estado." Las normas del eihos científico
deben ser sacrificadas, por cuanto exigen e1 repudio de Ios criterios política-
mente impuestos de validez científica o de valor científico. La ampliación
p.ulc, eI escepticismo hacia Ia ciencia se cruza con Ia imposición de una nueva deI controI político crea lealtades antagónicas. En este respecto Ias reaccío-
1:1 blu de valores que exigen una aquiescencia ilimitada. Pero Ia nueva dieta- nes de los católicos devotos que hacen resistencia a Ias esfuerzos de Ia auto-
dura tiene que reconocer, como 10 hizo Hobbes -quien también afirmaba ridad política para definir de nuevo Ia estructura social, para meterse en
IJlle cI Estado tiene que serIo todo o nada-, que Ia ciencia es fuerza. Por terrenos que tradicionalmente son de Ia religión, pertenecen al mismo orden
1:lZ<ll1CS militares, económicas y políticas, Ia ciencia teórica -y no digamos que Ia resistencia de Ios científicos. Desde el punto de vista sociológico, el
11:1<1:1 de Ia tecnoIogía, su vástago más respetable- no puede ser descartada lugar de Ia ciencia en el mundo totalitario es en gran parte el mismo que el de
xiu ricsgo. La experiencía ha mostrado que Ias investigaciones más esotéricas todas Ias demás instituciones excepto el Estado, de predominio reciente. El
1.:111 encontrado apIicaciones importantes. A menos de que Ia utilidad y Ia cambio básico consiste en colocar a Ia ciencia en un contexto social nuevo
r.rcioualidad se releguen más allá de toda memoria, no puede olvidarse que en que a veces parece competir con Ia lealtad aI Estado. Así, Ia cooperación
LIS cspcculaciones de CIark Maxwell sobre el éter condujeron a Hertz al con no arios vueIve a definirse como un símbolo de deslealtad política. En U11
IJ Cf. Wissenschaft und Vierjahresplan, Reden anlãsslich der Kundgebung des NSD-Dozenten-
régimen liberal, Ia limitación de Ia ciencia no nace de este modo. Porque
l.uudcs, 18 de enero de 1937; Hartshorne, op. cit., 110 ss.; Zur Neugestaltung des deutschen Studen- en esas estructuras Ias instituciones no políticas gozan de una esfera sustan-
1('111111115 IInd der Hocbschule, por E. R. Jaensch (Leipzig, J. A. Bart, 1937), en especial 57 ss. En el cial de autonomia, aunque de extensión variable, desde luego.
':1'"1''' de Ia historia, por ejemplo, Walter Frank, director deI Reichsinstitut für Geschichte des
'"'111'11Dcutschland, "Ia primera organizaci6n científica alemana que fue creada por el espírítu de
EI conflicto entre el Estado totalitario y e1 hombre de ciencia nace, pues,
I., uvolncién nacional-socialista", declara que él es Ia última persona en abandonar Ia simpatía en parte de una incompatibilidad entre Ia ética de Ia ciencia y el nuevo
1"li "I cstuclío de Ia historia antigua, "aun Ia de los pueblos extranjeros", pero también sefiala que código político que se Ie impone, independientemente del credo profesional.
I", londos previamente concedidos aI Instituto Arqueológico deben ser redistribuidos para esta nueva
I "'1H'r:lción histórica, que "tendrá el honor de escribir Ia historia de Ia Revoluci6n Nacíonal-Socía.
EI eihos de Ia ciencia 16 implica Ia exigencia funcionalmente necesaria de que
1",1;,". Véusc su Zukunft und Nation (Hamburgo, Hanseatische Vcrlagsanstalt, 1935), en espe-
, ';I 1 )11 ,IS.
13 EI profesor Thiessen en \Vissenscbaft und Vierjabresplan, op. cít., 12.
14 Por ejemplo, Ia química es muy apreciada a causa de su importancia práctica. Como dijo
111Nationalpolitiscbe Erziebung, por Emest Krieck (Leipzig, Armanen Verlarg, 1935), vigésima
uuvcnu impresión, 8. Hitler, "seguiremos adelante porque tenernos Ia fanática voluntad de ayudarnos a nosotros rnismos
y porque en Alemanía tenemos 10s químicos y Ias inventores que satisíarán nuestras necesidades",
11 El teórico nazi Alfred Baeumler escribe: "Si un estudiante se rehusa hoy a someterse a Ia Citado en Wisscnschaft und Víerjahresplan, op, cit., 6; et passim.
"""11:1 política, negándose, por ejemplo, a tomar parte en un campamento de trabajos o de deporte
15 Esto 10 dice claramente Bernhard Rust, Reichswissenschaftsminister, en Das nationalsozialis-
11111,1:11 com c! argumento de que con ello perdería el tiempo que debiera dedicar a sus estudíos,
tísche Deutschland und die Wissenschaft (Hamburgo, Hanseatische Verlagsanstalt, 1936), 1-22, en
1111;1
:111u-nte mostraría con ello que no ha comprendido nada de 10 que sucede alrededor suyo. Sólo
especial 21.
1'1'1011'1
Ia su ticmpo si 10 dedicara a un estudio abstracto, sín orientación." Miinnerbund und Wissell-
16 El ethos de Ia ciencia se refiere a un cornplejo de tono emocional de regIas, prescripciones,
"/,,dl (1I('[lí11, Junkcr und Dünnhaupt, 1934), 153.
costumbres, creencias, valores y supuestos previos que se supone que atan al científico, AIgunos aspec-
I~ l l.utshoruc, op. cit., 106 ss.; cf. Wissenschaft und Vierjabresplan, op. cit., 25-6, en que se
tos de esc complejo pueden ser metodológicamente deseables, pero Ia observancia de Ias regIas no
rl nr- '1"(, Ia presente "trégua en Ia productividad científica" se debe en parte al hecho de que un
está dictada s610 por consideraciones metodológicas. Este etbos, como los c6digos sociales en general,
'1111111"0 •.••nsidcrable de los que pudieron haber recibido preparaci6n científica fueron reclutados para
es apoyado por los sentimíentos de aquellos a quienes se aplica. La transgresión es reprimida por
d f'j<'lIilo. Aunquc ésta cs una explicacíón dudosa de esa situaci6n particular, una desviaci6n pro-
prohibiciones interiorizadas y por Ia desaprobaci6n de reacciones emocionales que ponen en movi-
11"'H,"lu tleI iutcrés de Ia ciencia teórica probablemente producirá Ia decadencia de Ias realizaciones
~ 11·111 It Inl~.
miento los que apoyan el ethos. Una vez dado un etbos efectivo de este tipo, el resentimiento, el
r;H ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 535
Ias tcorías o Ias generalizaciones sean valoradas en relación con su congruencia vidad. La estabilidad social de Ia ciencia sólo puede conseguirse si se levan-
l<'igicay su consonancia con los hechos. La ética política introduciría Ios tan defensas adecuadas contra Ios cambios impuestos desde fuera de Ia frater-
critcnos hasta entonces irrelevantes de Ia raza o del credo político del teó- nidad científica misma.
I ico.
lI
La ciencia moderna consideró el coeficiente personal como una fuente Este proceso de conservar Ia integridad institucional y de hacer resís-
potencial de error y creó criterios ímpersonales para limitar el error. Ahora se tencia a nuevas definiciones de Ia estructura social que pueden impedir Ia
rccurre a él para sostener que ciertos científicos, a causa de sus afiIiaciones autonomia de Ia ciencia encuentra expresión en otra dirección más. Es un
cxtracientíficas, son incapaces a priori de todo 10 que no sean teorias espurias supuesto básico de Ia ciencia moderna que Ias proposiciones científicas "son
y falsas. En algunos casos, se requiere a Ios científicos a aceptar los juicios de invariantes respecto del individuo" y del grupo.19 Pero en una sociedad com-
icfcs políticos cientificamente incompetentes relativos a materias científicas. pletamente politizada -en Ia que, corno dice un teórico nazi, "se reconoce
Mas esa táctica aconsejable desde el punto de vista político va contra Ias el significado universal de Ia política" 20 -es impugnado este supuesto. Los
uormas institucionalízadas de Ia ciencia. Pero estas normas son condenadas hallazgos científicos se consideran mera expresión de Ia raza, Ia clase o Ia
por cl Estado totalitario como prejuicios "liberales", "cosmopolitas", "bur- nación.ê- AI infiltrarse estas doctrinas entre los legos, invitan a una descon-
~jt fianza general hacia Ia ciencia y a depreciar el prestigio del científico, cuyos
gt1escs",18por cuanto que no pueden unificarse fácilmente con Ia campafia ,;.t
descubrirnientos parecen arbitrarios y caprichosos. Esta variedad de antiinte-
:t favor de un credo político indiscutido.
Desde un punto de vista más amplio, el conflicto es un aspecto de Ia
i. lectualismo que amenaza a su posición social, encuentra resistencia de ma-

I
dinâmica institucional. La ciencia, que adquirió un grado considerable de nera característica en el científico. También en el frente ideológico el totali-
autonomia y creó un complejo institucional que cuenta con Ia lealtad de los tarismo ocasiona un conflicto con 10s supuestos tradicionales de Ia ciencia
científicos, ve ahora amenazadas su autonomía tradicional y sus regIas deI moderna.
jllcgo -su ethos, en suma- por una autoridad externa. Los sentimientos FUNCIONES DE LAS NORMAS DE LA CIENCIA PURA
incorporados en el ethos de Ia ciencia -caracterizados por expresiones como
honradez intelectual, integridad, escepticismo organizado, desinterés, imper-
sollaJidad- se ven ultrajados por el conjunto de sentimientos nuevos que el
IO:stac1o impone en Ia esfera de Ia investigación científica. Con el paso de
Ia cstructura previa en que diferentes campos de Ia actividad humana son
1,I,
Un sentimiento que se asirnila el científico desde el comienzo mismo de su
preparación se relaciona con Ia pureza de Ia ciencia. La ciencia no clebe resíg-
narse a ser Ia criada de Ia teología, Ia economía o el Estado. La función de
este sentimiento probablemente es mantener Ia autonomia de Ia ciencia. Por-
investidos de limitados centros de poder, a una estructura en que no hay más que si se adoptan criterios tan extracientíficos del valor de Ia ciencia como Ia
'l uc un foco centralizado de autoridad sobre todos los aspectos de Ia con- presumible consonancia con doctrinas religiosas, o Ia utilidad económica, o
ti neta, los representantes de cada esfera actúan para hacer resistencia a Ios Ia pertenencia política, Ia ciencia se hace aceptable sólo en Ia medida en que
c.unbios y conservar Ia estructura originaria de autoridad plura1ista. Aunque satisface esos criterios. En otras palabras, al eliminar el sentimiento de Ia
l"S habitual considerar al científico como un individuo desapasionado e im- ciencia pura, Ia ciencia queda sometida al controI directo de otras agencias
pcrsonal -y esto puede no ser ínexacto por 10 que concierne a su actividad institucíonales y su lugar en Ia sociedad es cada vez más incierto. El repudio
1(("]lic;1-, debe recordarse que el científico, en compaüía de todos los otros persistente por parte de los científicos de Ia aplicación de normas uti1itarias
Irnbajadores profesionales, ha hecho una fuerte inversión emocional en su a su trabajo tiene por función principal evitar este peligro, que es particular-
1111)(10 de vida, definido por Ias normas institucionales que gobiernan su acti- mente sefialado en el tiempo presente. EI reconocimiento tácito de esta fun-
ción puede ser Ia fuente de aquel brindis tal vez apócrifo pronunciado en
nutor y otras actitudes de antipatía operan casi autornáticarnente para estabilizar Ia estructnra una comida de científicos en Cambridge: "Por Ias matemáticas puras y porque
vif',("IIl<', Esta puede verse en Ia resistencia actual de los científicos de Alemania a modificaciones
III"r('adas cn cl contenido de este ethos. Puede considerarse el ethos corno el ingrediente "cultural" nunca sean útiles a nadie."
d(' h (,;"""i<l, eu cuanto diferente dei ingrediente "de civilización". Cf. "Civilization and Culture", Así se ve que Ia exaltación de Ia ciencia pura es una defensa contra Ia
1'''' R. K. Mcrton, en Sociology and Social Research, 1936, 21, 103-13.
invasión de normas que 1imitan Ias direcciones del progreso potencial y ame-
17 Cf. Baeumler, op. cit., 145. También Krieck (op. cit.), quien dice: "No todo 10 que puede
1'1<"I('II<1("r justificadamente que es ciencia se encuentra en el mismo nivel jerárquico y de valor; Ias
'1I"II<';a, protestante y católica, francesa y alemana, gennana y judia, humanista o racista, son en prin- 19 The Universe of Science, por H. Levy (Nueva York, Century Co., 1933), 189.
('ipio III(TaS posibilidades, no valores ya curnplidos o de rango idéntico. La decisión acerca deI valor 20 Miinnerbund und Wissenschaft, de Baeumler, 152.
d(' Ia ('I("11 ('i:: provcndrá de su "actualidad", del grado de su fertilidad, de su fuerza históricamente 21 Es de considerable interés el que los teóricos totalitários hayan adoptado Ias doctrinas relati-
. !CondOia, .• vistas radicales de Ia Wissenssoziologiecomo un recurso político para desprestigiar Ia ciencia "liberal",
IHAsl, dicc Ernst Krieck: "En 10 futuro no se adoptará Ia fícción de una neutralidad debilitada o "burguesa", o "no aria". Le estabIece una salida a este "cul-de-sac" mediante un punto arquime-
r-n 11I'1I('i:l111;'.,'que en derecho, economia, el Estado o Ia vida pública en general. En realidad, c1 dino: Ia infalibi!idad del Führer y de su Volk. Cf. Germany Reborn, del general Hennann Goering
1110"10"0ele 1:1cícncia no es más que un reflejo dei método de gobierno." Nationalpolitische Erziehung, (Londres, Mathews and Marrot, 1934, 79). Variacíones políticamente efícaces dei "relacíonismo"
(, (:1 1I;l<"lIl1llcr,01'. cít., 152; Zukunft und Nation, de Frank, 10; y confróntesc con el "prejuicio" de Karl Mannheim (por ejemplo, IdeologÍa y utopía) los han empleado para fines propagandísticos
.Ir Mux Wcbcr de que "Ia política debe permanecer fuera de Ias aulas universitarias". teóricos nazis como Walter Frank, Krieck y Rosenberg,
536 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA
LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 537
nazan Ia estabilidad y continuidad de Ia investigación científica como acti-
sidera a 1a ciencia responsable en gran parte por producir esas máquinas de
vidad social estimada. Naturalmente, el criterio tecnológico de Ias realiza-
destrucción humana que, según se dice, pueden sumir a nuestra civilización
ciones científicas también tiene una funcíón social positiva para Ia ciencia. Las
en noche y confusión eternas. 0, para poner otro ejempIo notable, el rápido
crecientes comodidades y satisfacciones derivadas de Ia tecnología y, en defi-
desarrollo de Ia ciencia y de Ia tecnología relacionada con eIla ha producido
nitiva, de Ia ciencia, incitan aI apoyo social de Ia investigación científica.
un movimiento impIícitamente anticientífico por parte de ciertos intereses
También atestiguan Ia integridad del científico, ya que teorías abstractas y
creados y de quienes sienten herido su sentido de justicia económica. EI emi-
difíciles que Ios profanos no pueden comprender ni valorar, son demostradas
nente Sir Josiah Stamp y otras muchas personas menos ilustres han propuesto
de una manera que presumiblemente puede ser entendida por todos, o sea,
una moratoria en Ias inventos y Ios descubrímientos.ê+ a fin de que el hombre
mediante sus apIicaciones tecnológicas. La disposición a aceptar Ia autoridad
tenga un respiro para adoptar su estructura social y económica al ambiente
de Ia ciencia descansa, en medida considerable, en su dia ria demostración de
sin cesar cambiante con el que es enfrentado por Ia "embarazosa fecundidad
poder. Si no fuera por esas demostraciones indirectas, el constante apoyo
de Ia tecnología". Esas propuestas tuvieron amplia publicidad en Ia prensa
social a esa ciencía que es incomprensible desde el punto de vista intelectual
y fueron expuestas con infatigable insistencia ante corporaciones científicas y
para eI público difícilmente podría alimentarse de fe sola.
agencias del Estado.ê" La oposición procede igualmente de los representantes
AI mismo tiempo, esta insistencia sobre Ia pureza de Ia ciencia tuvo
de Ias trabajadores que temen Ia pérdida de Ias inversiones realizadas en ad-
otras consecuencias que amenazan más bien que protegen el origen social
quirir destrezas que se hacen anticuadas ante Ia corriente de tecnologías nue-
de Ia ciencia. Se dice repetidamente que los científicos debieran ignorar en
sus investigaciones todas Ias consideraciones que no fueran el progreso de Ias
conocimientos.ss La atención debe enfocarse exclusivamente sobre Ia impor- r
'...;'
vas, y de Ias filas de los capitalistas que se oponen al envejecimiento
turo de su maquinaria. Aunque esas propuestas probablemente
prema-
no se traduz-
can en acción en el futuro inmediato, constituyen un núcleo posible alrededor
taucia científica de su trabajo, sin tender a los usos prácticos a que puede
aplicarse ni a sus repercusiones sociales en general. La acostumbrada
cacíón de este lema -que en parte hunde sus raíces en Ia realidad 23 y que, en
justifi-
~I del cual puede tomar cuerpo una rebelión contra Ia ciencia. No importa mu-
cho que Ias opiniones que hacen a Ia cieneia definitivamente responsable de
cualquíer caso, tiene funciones sociales definidas, como acabamos de ver-
clice que el no adherirse a este requisito estorbará Ia investigación aumentando
~'l
'\ situacíones indeseables sean válidas o no. Se ha comprobado repetidamente
el teorema sociológico de W. 1. Thomas: "Si Ios hombres definen Ias situa-
ciones como reales, éstas tienen eonsecuencias reaIes."
Ia posibilidad de prejuicios y errores. Pero este punto de vista metodológico .L
i
olvida los resultados sociales de tal actitud. Las consecuencias objetivas de
;')
En suma, esta base para Ia revaIoración de Ia ciencia procede de 10 que
esta actitud proporcionaron una base más de rebelión contra Ia ciencia, rebe-
lión incipiente que se da virtualmente en toda sociedad en que Ia ciencia ha 24 No es éste, naturalmente, un movimiento opuesto a Ia ciencia como tal. Además, Ia des-
trucción de Ias máquinas por los obreros y Ia supresión de los inventos por el capital ya han tenído
llcgado a un alto grado de desarroIlo. Como el hombre de ciencia no con- lugar eu el pasado. Ci, "Fluctuations in the rate of industrial invention", por R. K. Merton, eu
Irola, o no puede controlar, Ia dirección en que se aplícan sus descubrimien- Quarterly Journal of Economics, 1935, 49, 464 ss. Pero ese movimiento moviliza Ia opinión de que
los, se convierte en objeto de reproches y de Ias reacciones más violentas en debe considerarse a Ia ciencia estrictamente responsable de sus efectos sociales. La sugestión de sir
Josiah Stamp puede verse en su discurso en Ia Asociación Britânica para el Progreso de Ia Ciencia,
Ia medida en que dichas aplicaeiones son desaprobadas por los agentes de Ia Aberdeen, 6 de septiembre de 1934. Moratorias de este tipo tarnbién fueron propuestas por M.
.ruluridad o por grupos de presión. La antipatía hacia los productos tecnoló. Caillaux (cf. The Coming Struggle for Power, de [otm Strachey, Nueva York, 1935, 183), por H.
gi('os se proyecta hacia Ia ciencía misma. Así, cuando gases o explosivos recién W. Sumners en Ia Cámara de Representantes de los Estados Unidos, y por otros muchos. Según los
corrientes criteríos humanitaríos, sociales y económicos, algunos productos de Ia ciencia son más per-
illvcntados se aplican como instrumentos militares, los individuos cuyos senti- niciosos que beneficiosos. Esta valoracióu puede destruir Ia exphcación racional dei trabajo cien-
micntos humanitarios son heridos censuran a Ia química en general. Se con- tífico. Como díjo patéticamente un hombre de ciencia: Si el hombre de ciencia tiene que discul-
parse por su trabajo, yo desperdicié mi vida. Ci, The Frustratíon of Science, cd. por F. Soddy
~2 Por cjemplo, Pare to escribe: "La busca de uniformidades experimentales es un fin en sr (Nueva York, Norton, 1935),42 et passim.
111;.11"'1."Véase una declaración típica de George A. Lundberg. "No es asunto dei químico que 25 Los científicos ingleses han reaccionado especialmente contra Ia "prostitución dei esfuerzo
IIII'('lIfa un alto explosivo dejarse iufluir en su tarea por consideracioncs relativas a que su producto científico para fines de guerra". Los discursos presidenciales en Ias reuniones anuales de Ia Aso-
":lY,, :t usarsc para volar catedrales o para abrir túneles a través de Ias montaíí\ls. Ni es cuestión deI ciación Británica para el Progreso de Ia Ciencia, editoriales y cartas frecuentes en Naturc, dan fe de
<wlIHfieo social que llega a Ias leyes de Ia conducta relativa al grupo dejarse influir por considera-
<11111('.'conccmientes a cómo coincidirán sus conclusíones con Ias ideas vigentes, o cuál será el efecto
dr- "~f()s dcscubrimientos sobre el orden social." Trends in Americau Sociology (ed. por G. A.
1 <
que a este movimiento se le debe "un conocimiento nuevo de Ia responsabilidad social en Ia na-
ciente generación de trabajadores científicos". Entre Ios líderes deI movimiento figuran Sir Frederick
Gowland Hopkins, Sir John Orr, el profesor Soddy, Sir Daniel HalI, el Dr. Julian Huxley, J. B. S.
Haldane y el profesor L. Hogben. Véase, por ejemplo, Ia carta firmada por veintidós científicos
1.1I1I"heIg, R. Bain y N. Enderson) (Nueva York, Harper, 1929), 404-5. Compárese con Ias obser-
\':lnOIlCS de Read Bain sobre "Scientist as Citízen", en Social Forces, 1933, 11, 412-15. de Ia Universidad de Cambridge pidiendo con urgencia un programa para disociar Ia ciencia de Ia
~I lIlIa [ustíficación neurológica de esta opiníón se encuentra en un ensayo de E. D. Adrian guerra (Nature, 137, 1936, 829). Esos intentos de acción concertada por parte de los científicos
rII '·'udll" Dctcrmilling Human Behavior (Publicaciones deI Tricentenario de Harvard, Cambridge, ingleses contrastan agudamente con Ia apatía de los científicos de este país para esas cucstiones.
1')17), 9. "Para Ia conducta discriminadora ... debe haber algún interés, pero si hay demasiado, Ia (Esta observación es válida para el periodo anterior a Ia invención de armas atómícas.) Puede inves-
<uudurtu ,lcjará de ser discriminadora. Bajo una tensión emocional intensa Ia conducta tiende a ajus- tigarse provechosamente Ia base de este contraste. En cualquier caso, aunque este movimiento tal
I,m,· 11 11110de los diferentes tipos estereotipados." vez pueda derivarse de fuentes sentimentales, puede desempefiar Ia función de eliminar una fuente
de hostilidad hacía Ia cíencia en regímenes democráticos.

I
1
t
q8 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL 539
ll.uné en otras parte Ia "imperiosa inmediatez del interés".26 El interés por Ia. de Ia relatividad o de Ias quanta, U otras materias igualmente esotéricas. Lo
meta primordial, que es Ia promoci6n de Ias conocimientos, se une a Ia indi- hizo de buen talante aI afirmársele repetidamente que los progresos tecnoló-
ícrcncia hacia Ias consecuencias que caen fuera de Ia zona deI interés inme- gicos de los cuales probablemente se ha beneficiado proceden en definitiva
di.rl o, pero Ias resultados sociales perturban Ias objetivos originarias. Esta
(()lIducta puede ser racional en el sentido de que puede esperarse que con-
eI uzca a Ia satisfacción deI interés inmediato. Pero es irracional en el sentido r de aquella investigación. No obstante, conserva cierto recelo hacia esas ex-
trafías teorias. Versiones popularizadas y con frecuencia desvirtuadas de Ia
ciencia nueva destacan teorias que parecen ir contra el sentido común. Para
<lI' que anula otros valores que no son, por el momento,
lU)
supremos, pero que
por eso dejan de formar parte integrante de Ia escala social de valores.
l'i ccisamente porque Ia investigación científica no se hace en un vacío social,
t
.&.
t
Ia mentalidad pública, ciencia y terminologia esotérica están entrelazadas de
modo indisoluble. Las declaraciones presumiblemente científicas de 10s por-
tavoces totalitarios sobre Ias razas, Ia economía o Ia historia, para Ias profanos
~dIS cfcctos se ramifican en otras esferas de valores e intereses. En Ia medida ignorantes son deI mismo orden que decIaraciones concernientes a un uni-
('li (11Ie esos efectos sean considerados socialmente indeseables, se carga Ia verso en expansión o a Ia mecánica de Ias ondas. En uno y otro caso, el pro-
ll'spOI1sabilidad a Ia ciencia. Ya no se consideran Ias bienes de Ia cieneia fano no está en situación de comprender esas concepciones ni de comprobar
C()II!Ouna bendición sin límites. Visto desde esta perspectiva, el lema de Ia su validez científica, y en ambos casos pueden no ser compatibles con el sen-
ricncia pura y deI desinterés han contribuido a preparar su epitafio. tido común. Lo más probable es que Ias mitos de los teóricos totaIitarios
Las líneas de batalla están trazadas de acuerdo con esta pregunta: ~Pue- ~ parezcan más admisibles, e indudabIemente son más comprensibles para el
<ll~ IIll árbol bueno dar un fruto maIo? Los que querrían derribar el árbol de
público en general, que teorias científicas acreditadas, ya que están más cerca
LI cicncia o impedir su desarrollo por su fruto maldito, tropiezan con Ia alega- de Ia experiencia de sentido común y deI prejuicio cultural. Por 10 tanto, a
lil'lIl de que eI fruto malo fue injertado en el árbol bueno por Ias agentes del consecuencia en parte del progreso científico, Ia población en general ha ma-
1<~lac1oy de Ia economía. Puede salvar Ia conciencia deI hombre de ciencia durado para nuevos misticismos vestidos con una jerga aparentemente cientí-
individual Ia afírmación de que una estructura social inadecuada lIevó a Ia fica. Esto facilita el éxito de Ia propaganda eu general. La autoridad tomada
pnversión de sus descubrimientos. Pero esto difícilmente dará satisfacción a préstamo de Ia ciencia se convierte en un poderoso símbolo de prestigio de
;1 1111,1 oposición enconada. Así como los moviles de Ias científicos pueden teorías anticientíficas.
il desde el apasionado deseo de promover Ias conocimientos hasta un interés
profundo por adquirir fama personal, y así como Ias funciones de Ia investi-
!',;I('ióll científica pueden variar desde suministrar racionalizaciones cargadas Hostilidad pública hacia el escepticismo organizado
ll(' prestígio del orden vigente hasta reforzar nuestro domínio de Ia natura-
Otra característica de Ia actitud científica es el escepticismo organizado,
1('/,:1,así también pueden considerarse perniciosos para Ia sociedad otros eiec-
que con bastante frecuencia se convierte en iconoclastia." La ciencia quizás
f (IS sociales de Ia ciencia, o dar por resultado Ia modificación deI ethos cien,
parece desafiar los "confortables supuestos de poder" de otras instituciones 28
I ilico mismo. Hay una tendencia entre los científicos a suponer que Ias
simplemente sometiéndolos a un escrutinio imparcial. El escepticismo orga-
.fcctos sociales de Ia ciencia tienen que ser beneficiosos a Ia larga. Este artícu-
nizado implica Ia discusión latente de ciertas bases de Ia rutina consagrada, de
lo de fe desempena Ia función de surninistrar una justificación racional de Ia
Ia autoridad, de 10s procedimientos establecidos y de Ia esfera de 10 "sagrado"
invcstigación científica, pero no es, manifiestamente, Ia declaración de un
en general. Es verdad que, lógicamente, mostrar Ia génesis empírica de Ias
hccho. Encierra Ia confusión de Ia verdad con Ia utilidad social que se en-
creencias y los valores no es negar su validez, pero éste es con frecuencia
vucntra de manera característica en Ia penumbra no lógica de Ia ciencia.
el efecto psicológico sobre Ias mentes ingenuas. Los símbolos y los valores

I di ciencia esoiérica como misticismo popular .. institucionaIizados exigen actitudes de Iealtad, adhesión y respeto. La ciencia
que plantea cuestiones de hecho relativas a todos los aspectos de Ia naturaleza
y de Ia sociedad entra en conflicto psicológico, no lógico, con otras actitudes
Rara vez ha sido reconocido otro aspecto relevante de Ias conexiones en- bacia los mismos datos que fueron cristalizadas y frecuentemente ritualizadas
II c Ia ciencia y el orden social. Con Ia crecien te complej idad de Ia investiga- por otras instituciones. La mayor parte de Ias instituciones exigen una fe ili-
('i(11I científica, se necesita un largo programa de rigurosa preparación para mitada; pero Ia institución de Ia ciencia hace deI escepticismo una virtud.
('olllprobar, o aun para comprender, los nuevos baIlazgos científicos. EI cíen- Toda institución comprende, en este sentido, una zona sagrada, que hace
I ífico modernr, ha suscrito inevitablemente el culto de Ia ininteligibilidad. De
27 "Economic psychology and the value problem", por Frank R. Knight, eu Quarterly 'ouma!
IIhi resulta un abismo cada vez mayor entre el científico y el profano. EI pro- of Economics, 1925, 39, 372-409. El científico no experimentado, olvidando que el escepticisrno
fallo I iene que tomar como artículos de fe Ias declaraciones publicadas acerca es primordialmente un canon metodológico, deja que su escepticismo invada Ia zona dei valor en
general. Se ignoran Ias funciones sociales de los símbolos y se les impugna por "falsos", Se confun-
den una vez más Ia utilidad social y Ia verdad.
~n "Thc unanticipated consequences of purposive social action", de Merton, n, cit.
rj
28 Political Power, por Charles E. Merriam (Nueva York, Whittlesey Ronse, 1934), 82-3
540 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
541
LA CIENCIA Y EL ORDEN SOCIAL
resistencia aI examen profano en términos de observación y lógica científicas.
nazi que en Ios Estados Unidos, donde los intereses no están organizados de
La institución de Ia ciencia misma implica Ia adhesión emocional a ciertos
suerte que impongan limitaciones a Ia ciencia, cuando se consideran necesa-
valores. Pero ya se trate de Ia sagrada esfera de Ias convicciones políticas, o
rias. Sentimientos incompatibles deben ser aisladosuno de otro o unificados
de Ia fe religiosa, o de los derechos económicos, el investigador científico no
entre sí para que haya estabilidad social. Pero ese aislamiento se hace virtual-
se conduce en Ia forma acrítica y ritualista prescrita. No guarda Ia distancia
mente imposible cuando hay control centralizado bajo Ia égida de un sector
entre 10 sagrado y 10 profano, entre 10 que exige un respeto acrítico y 10 que
de Ia vida social que impone, e intenta hacer respetar, Ia obligación de adhe-
puede ser objetivamente analizado.ê"
rirse a sus valores y sentimientos corno condición de continuidad de Ia exis-
Es esto 10 que en parte está en Ia raiz de Ias rebeliones contra Ia llarnada
tencia. En Ias estructuras liberales, Ia ausencia de tal centralización permite
intromisión de Ia ciencia en otras esferas. En el pasado, esta resistencia pro-
eI grado necesario de aislamiento, garantizando a cada esfera derechos restrin-
cedia en su mayor parte de Ia Iglesia, que restringe el examen científico de
gidos de autonomía, y permite así Ia unificación gradual de elementos pasa-
doctrinas santificadas. La crítica textual de Ia Biblia es aún sospechosa. Esta
jeramente incongruentes.
resistencia por parte de Ia religión organizada ha perdido importancia al pasar
el foco deI poder social a Ias instituciones económicas y políticas, Ias cuales
a su vez muestran un franco antagonismo hacia ese escepticismo generalizado Ccnclusiones
que según se advierte amenaza Ias bases de Ia estabilidad institucional. Esta
oposicíón puede existir completamente aparte de Ia producción de ciertos Pueden resumirse brevemente Ias principales conclusiones de este trabajo.
descubrimientos científicos que parecen invalidar dogmas particulares de Ia Existe una hostilidad latente y activa contra Ia ciencia en muchas sociedades,
Iglesia, de Ia economía y deI Estado. Es más bien un reconocimiento difuso, ,~
aunque el grado de ese antagonismo no pueda ser precisado aún. El prestigio
frccuentemente vago, de que el escepticismo amenaza eI status quo. Es pre- que Ia ciencia adquirió en los tres siglos últimos es tan grande, que Ias accio-
ciso subrayar de nuevo que no hay necesidad lógica para el conflicto entre e1 nes para reducir su campo o para rechazar1a en parte suelen ir unidas a Ia
csceptícismo, dentro de Ia esfera de Ia ciencia, y Ias adhesiones emocionales afirmación de Ia integridad no perturbada de Ia ciencia o "el renacimiento
cxigidas por otras instituciones. Pero corno derivado psicológico, este con- de Ia verdadera ciencia", Estos respetos verbales aI sentimiento procientífico
f1icto aparece invariablemente siempre que Ia ciencia lleva sus investigaciones difieren con frecuencia de Ia conducta de quienes los manifiestan. En parte,
a campos nuevos hacia Ias cuales hay actitudes institucionalizadas, o cuando el movimiento anticientífico nace del conflicto entre el ethos de Ia ciencia
otras instituciones amplían su zona de control. En Ia sociedad totalitaria, Ia y el de otras instituciones sociales. Un corolario de esta proposición es que
ccntralización del control institucionaI es Ia principal fuente de oposición a Ias rebeliones contemporáneas contra Ia ciencia son formalmente análogas
Ia ciencia; en otras estructuras, es de Ia mayor importancia Ia ampliación de Ia a Ias anteriores, aunque Ias fuentes concretas son diferentes. Se produce el
iuvcstigación científica. La dictadura organiza, centraliza y, en consecuencia, conflicto cuando 105 efectos sociales de Ias aplicaciones de los conocimien-
intensifica fuentes de rebelión contra Ia ciencia que en una estructura liberal tos científicos se consideran indeseables, cuando el escepticismo del hombre de
cstún desorganizadas, difusas y con frecuencias latentes. ciencia se dirige hacia los valores fundamentales de otras instituciones, cuan-
En una sociedad liberal, Ia unificación procede ante todo deI código de do Ia ampliación de Ia autoridad política, religiosa o económica limita Ia auto-
nonnas culturales hacia Ias cuales se orienta Ia actividad humana. En una nomía deI hombre de ciencia, cuando el antiintelectualismo discute el valor
cstructura dictatorial, Ia unificación se efectúa primordialmente por Ia orga- y Ia integridad de Ia ciencia, y cuando se introducen cri terias no científicos
uiznción formal y Ia centralización del control social. La disposición a acep- para elegir el campo de Ia investigación científica.
tar cse control Ia instila eI aceleramiento del proceso de impregnar el código Este trabajo no presenta un programa de acción para hacer frente a Ias
político con nuevos valores culturales, sustituyendo con Ia propaganda a alta amenazas contra el desenvolvimiento y Ia autonomia de Ia ciencia. Pero pue-
prcsión el proceso más lento de Ia inculcación difusa de normas sociales. Estas de sugerirse que mientras el foco del poder social resida en una institución
diferencias en los mecanismos mediante los cuales se efectúa típicamente Ia que no sea Ia ciencia, y mientras los mismos hombres de ciencia no estén
uuificación, permite una latitud mayor para Ia autodeterminación y Ia auto- seguros de cuál ha de ser su primera lealtad, su posición se debilita y se hace
1I0011ía de diferentes instituciones, entre eIlas Ia ciencia, en Ia estructura Iibe- insegura.
1:1\ l\llC cn Ia totalitaria. Mediante una organización rigurosa, el Estado dic-
Ia t oriul intensifica su dominio sobre Ias instituciones no políticas, hasta pIo-
(I"rir una situación diferente en tipo y en grado. Por ejemplo, Ias represalias
('0111 ra Ia ciencia pueden encontrar expresión más fácilmente en el Estado
~II Pura I1n estudio general de 10 sagrado en esos términos, véase The Elementary Forms of the.
1I•.Ií,;ioll.l I.i((', de Durkheim, 37 S5. et passim.
CIENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRATICA 543

de Ia ciencia para convertir este confiado aislacionismo en Ia participación


realista en el conflicto revolucionaria de Ias culturas.
XVI. LA CIENCIA Y LA ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRATICA La palabra ciencia es un vocablo engaüosamente amplio que denomina
una gran diversidad de cosas distintas, aunque relacionadas entre sí. Se Ia usa
LA CIENCIA,como cualquiera otra actividad que supone colaboración social, comúnmente para denotar: 1) un conjunto de métodos característicos por me-
está expuesta a cambios de fortuna. Por difícil que esta mera idea pueda dio de 10s cuales se certifica el conocimiento; 2) un depósito de conocimien-
parecerles a Ias criados en una cultura que da a Ia ciencia un lugar promi- tos acumulados procedentes de Ia aplicación de esos métodos; 3) un conjunto
nente, si no de predominio, en el sistema de cosas, es evidente que Ia ciencia de valores y costumbres culturales que gobiernan Ias actividades llamadas
no es inmune a Ias ataques, a Ia restricción y a Ia represión. Veblen, que es- científicas; o 4) cualquier combinación de 10 anterior. Aquí nos interesamos
cribió hace algún tiempo, pudo observar que Ia fe de Ia cultura occidental i: de una manera preliminar por Ia estructura cultural de Ia ciencia, es decir,
cn Ia ciencia era ilimitada, indiscutible, sin igual. La rebelión contra Ia cien- por un aspecto limitado de Ia ciencia como institución. Así, pues, examina-
cia, que entonces parecía tan improbable que sólo interesaba al académico .~
remos, no los métodos de Ia ciencia, sino Ias costumbres que los circundan .
tímido que pesaba todas Ias contingencias, por remotas que fuesen, se ha im- ~
. Indudablemente, los cánones metodológicos son con frecuencia expedientes
puesto ahora a Ia atención tanto deI científico como de..lpmfanQ. Los conta- técnicos ya Ia vez obligaciones morales, pero es sólo esto último 10 que nos
gias Iocales de antiintelectualismo amenazan con hacerse epidémicos.
I interesa. Éste es un ensayo sobre Ia sociología de Ia ciencia, no una incursión
en Ia metodología. De manera análoga, no trataremos tampoco de 10s ha-
llazgos sustantivos de Ia ciencia (hipótesis, uniformidades, leyes), salvo los
Ciencia y sociedad
pertinentes a sentimientos sociales uniformados respecto de Ia ciencia. No es
-' ésta una aventura de omnisapiencia o enciclopedismo.
Los ataques incipientes y reales a Ia integridad de Ia ciencia han llevado f·1
" ~ J

EI ethos de Ia ciencia es ese complejo de valores y normas afectivamente


a los científicos a reconocer su dependencía de tipos particulares de estructura ~1 templados que se consideran obligatorios para el hombre de ciencia.ê Las nor-
social. Las asociaciones de hombres de ciencia dedican manifiestos y declara-
mas se expresan en forma de prescripcíones, proscripciones, preferencias y
ciones a Ias relaciones entre Ia ciencia y Ia sociedad. Una institución que
autorizaciones. Se legitiman en relaci6n con valores institucionales. Estos im-
sufre ataques tiene que examinar de nuevo sus fundamentos, revisar sus obje-
perativos, trasmitidos por el precepto y el ejemplo y reforzados por sancio-
tivos, buscar su explicación racional. La crisis invita a Ia autovaloración.
nes, son interiorizados en grados variables por el científico, formando así su
Ahora que han tenido que enfrentarse con amenazas a su modo de vida, Ias
conciencia científica, o, si se prefiere Ia frase de nuestros dias, su superflujo.
iutelectuales fueron lanzados a un estado de autoconciencia aguda: conciencia
Aunque el ethos de Ia ciencia no fue codíficado.ê puede ser inferido del
de su yo como elemento integrante de Ia sociedad, con Ias obligaciones y Ias
consenso moral de los científicos expresado en el uso y Ia costumbre, en innu-
intereses correspondientes," Una torre de marfil es indefendible cuando sus
merables escritos sobre el espíritu científico y en Ia indignación moral que
iuurallas son asaltadas. Después de un prolongado periodo de seguridad rela-
suscitan Ias contravenciones del ethos.
tiva, durante el cual el cultivo y Ia difusión de 10s conocimientos había lle-
EI estudio del ethoe de Ia ciencia moderna no es sino una introducción
gado a un lugar directivo, si no a Ia primera jerarquía en Ia escala de 10s
limitada a un problema mayor: el estudio comparativo de Ia estructura instí-
valores culturales, Ias científicos se ven obligados a vindicar Ios caminos de
tucional de Ia ciencia. Aunque Ias monografías detalladas que reúnan los
Ia ciencia para el hombre. Así, cerraron el círculo en el momento de Ia reapa-
materiales comparativos necesarios son pocas y andan desperdigadas, propor-
rición de Ia ciencia en el mundo moderno. Hace tres siglos, cuando Ia insti-
cionan alguna base para el supuesto provisional de que "a Ia ciencia se le
tución de Ia ciencia podía alegar poca justificación independiente para el
ofrece oportunidad de desarrollo en un orden democrático integrado con el
"poyo social, Ias filósofos naturales eran l1evados asimismo a justificar Ia cien-
ethos de Ia cíencia". No quiere esto decir que el cultivo de Ia ciencia se
('ia como un medio para fines culturalmente validados de utilidad econ6mica
limite a Ias democracias.' Las estructuras sociales más diversas han propor-
y de glorificación de Dias. El cultivo de Ia ciencia no era entonces un valor
evidente por sí mismo. Pero con Ia interminable corriente de éxitos, 10 ins- 2 Sobre el concepto deI ethos, véanse Folkways, de Sumner, 3655.; "The social determination
I11 uucn tal se convirtió en final, los medios en fines. Así fortalecido, el cien- of ideas", por Hans Speier, en Social Research, 1938, 5, 196 S5.; Schriften aus dem Nachlass, por
Max Scheler (Berlin, 1933), 1, 225.62. Albert Bayet en su libra sobre este asunto, no tarda en
Iífico llcgó a considerarse independiente de Ia sociedad y a considerar Ia cien- abandonar Ia descripci6n y el análisis por Ia homilía; véase La moraIe de Ia science (París, 1931).
('ia C01110 una empresa que se valida a sí misma, que estaba en Ia sociedad 3 Como observa Bayet: "Esta moral [de Ia ciencia] no tuvo sus te6ricos, pero tuvo sus arte-
pero no era de ella. Se necesitaba un ataque de frente contra Ia autonomia sanos. No expres6 sn ideal, pero 10 sirvi6: está implícito en Ia existencia misma de Ia cíencia." Op.
cit., 43.
4 Tocqueville iba más lejos: "El porvenir probará si estas pasiones raras y fecundas nacen y se
1 COIlIO esto fue escrito en 1942, es evidente que Ia explosi6n de Hiroshima llev6 a muchos desarrollan tan fácilmente en media de Ias sociedades democráticas, como en el seno de Ia aristo-
lIuls ";('111 Hicos a percibir Ias consecuencias sociales de sus trabajos. cracia: por 10 que a mí toca, confieso que tengo dificultad en creerlo." La democracia en América
542
CIENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRÁTICA 545
C;44 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
derecho a entrar en Ias nóminas de Ia ciencia no debe depender de Ias atri-
cionado cierto grado de apoyo a Ia ciencia. No tenemos más que recordar butos personaIes o sociaIes de su protagonista; no tienen importancia en sí
que Ia Accademia del Cimento fue patrocinada por dos Médicis, que Carlos II mismas Ia raza, Ia nacionalidad, Ia religión y Ias cualidades de dase social o
l iene derecho a Ia atención histórica por haber concedido carta de privilegio personales. (La objetividad excluye el particuIarismC!0La circunstancia de que
a Ia Real Sociedad de Londres y su patrocinio aI Observatorio de Creenwich; Ias formuIa~iones científicamente verificadas se refieren a secuencias y correla-
que Ia Academie des Sciences fue fundada bajo Ios auspicios de Luis XIV, ciones objetivas milita contra todos los intentos de imponer cri terias particu-
por consejo de Colbert; que movido por Leibniz a Ia aquiescencia, Federico I laristas de validez. Un decreto de Nuremberg no puede invalidar el proce-
fundó Ia Academia de Berlín, y que Ia Academia de Ciencias de San Peters- dimiento Haber ni el angIófobo puecle revocar Ia Iey de Ia gravitación. EI
lmrgo fue establecida por Pedra el Grande (para refutar Ia opinión de que los chauvinista puede borrar los nombres de científicos extranjeros en Ios libros
rusos eran bárbaros). Pero estas hechos históricos no implican una asociación de texto de historia, pero Ias formuIaciones de dichos científicos siguen siendo
fortuita de Ia ciencia y Ia estructura social. Queda aún Ia cuestión relativa a indispensables para Ia ciencia y Ia tecnoIogía. Por echt-deutsch, o por ciento
Ia proporción entre 10s triunfos y Ias potencialidades científicos. La ciencia por ciento norteamericano que sea el resultado final, algunos extranjeros in-
se desarrolla en estructuras sociales diferentes, indudablemente, pero lcuál es tervienen en todo nuevo progreso técnico. EI imperativo de universalismo
Ia que proporciona un ambiente institucional para el mayor grado posible de tiene raíces profundas en el carácter impersonaI de Ia ciencia.
dcsarrollo?
No obstante, Ia institución de Ia ciencia es sólo parte de una estructura
social más grande con Ia cual no siempre está unificada. Cuando Ia cultura
";1ethoe de Ia ciencia general se apone al universalismo, el eihos de Ia ciencia es sometido a fuertes
tensiones.( El etnocentrismo no es compatible con el universalismo. \Particu-
La meta institucional de Ia ciencia es Ia ampliación de 10s conoeimientos larmente en tiempos de conflicto internacional, en que Ia definicid predo-
comprobados. Los métodos técnicos empleados para ese fin proporcionan minante de Ia situación destaca Ias lealtades nacionales, el hombre de ciencia
Ia definición adecuada deI conocimiento: predicciones empíricamente confir- está sujeto a 10s imperativos antagónicos deI universalismo científico y del
mudas y lógicamente congruentes. Los imperativos (costumbres) ínstitucio- particularismo etnocéntrico," La estructura de Ia situación en que se encuen-
uales se derivan de Ia meta y de los métodos. Toda Ia estructura de normas tra determina el papel social que está l1amado a desempenar. EI hombre de
I écnicas y morales neva a laconsecución del objetivo final. La norma ciencia puede ser transformado en hombre de guerra, y obrar en consecuencia.
I écnica de Ia prueba empírica, suficiente, válida y fidedigna, es un requisito Así, en 1914 el manifiesto de 93 científicos y profesores alemanes -entre
prcvio para Ia predicción verdadera sustentada; Ia norma técnica de Ia cone ellos Baeyer, Brentano, Ehrlich, Haber, Eduard Meyer, Ostwald, Planck,
glllcncia lógica, un requisito previo para Ia predicción sistemática y válida. La Schmol1er y Wassermann- desató una polémica en Ia que individuos alema-
moral de Ia ciencia tiene una explicación racional metodológica, pero es obli- nes, franceses e ingleses engalanaron sus personalidades políticas con vestidu-
gatoria no sólo porque es eficaz desde el punto de vista del procedímiento,
sino porque se Ia cree justa y buena. Es un conjunto de prescripción tanto 6 Esto fue escrito en 1942. En 1948, los líderes políticos de Ia Rusia soviética acentuaron Ia
iuorales como técnicas. importancía que conceden aI nacionalismo ruso y empezaron a insistir en el carácter "nacional" de
Ia ciencia. Así, en un editorial titulado "Contra Ia ideología burguesa dei cosrnopolítísmo", en
Voprosy filosofii, 1948, NQ 2, traducido en el Current Digest of the Soviet Press, 1 de febrero
(lnivetsalismo de 1949, vol. I, NQ 1, p. 9: "S610 un cosmopolita sin patria, profundamente insensible a Ia fortuna
real de Ia ciencia, podría negar con despectiva indiferencia Ia existencia de Ias matizadas formas
nacionales en que Ia ciencia vive y se desarrolla. En lugar de Ia verdadera historia de Ia ciencia y
EI universalisrno" encuentra expresión inmediata en eI canon de que los de los caminos concretos de su desenvolvimiento, el cosmopolita pone conceptos fabricados de UI)
I il ulos a Ia verdad, cualquiera que sea su fuente, tienen que ser sometidos a tipo de ciencia supernacional y sin clases, despojada, por así decirlo, de toda Ia riqueza de coloracíón
nacional, despojada de Ia viva brillantez y deI carácter específico dei trabajo creador de un pueblo,
ctiterios ímPC!~~preestableciªQ§': consonantes con Ias observaciones y con y transformada en una especie de espíritu desencarnado. .. El marxismo-Ieninismo hace pedazos Ias
los conocirnientos previamente confirmados. La aceptación o el rechazo del ficciones cosmopolitas concernientes a Ia ciencia supraclasista, no nacional, 'universal', y demuestra
definitivamente que Ia ciencía, como toda Ia cultura de Ia sociedad moderna, es nacional en 131
(México, F. de C. E., 2'1-ed., 1963), p. 421. Véase otra expresi6n de Ia misma idea: "Es imposible forma y de clase en el contenido." Esta opínión confunde dos cuestiones distintas: primero, el am-
estublcccr una relaci6n causal sim pie entre democracia y ciencia y afirmar que s610 Ia sociedad de- biente cultural en una naci6n o sociedad dada puede predisponer a los científicos a enfocar Ia aten-
utncrática puede proporcionar el suelo adecuado para el desarrollo de Ia ciencia. Pero no puede ser ci6n sobre ciertos problemas, a mostrarse sensibles a unos problemas y no a otros en Ias fronteras
'nrra coincidcncia que Ia ciencia en realidad hay florecido en épocas democráticas." "Scíence and de Ia ciencia. Esto se ha observado hace ya mucho tiempo. Pero esto es fundamentalmente dis-
ol""""'I:lCY", por Henry E. Sigerist, en Science and Society, 1938, 2, 291. tinto de Ia segunda cuesti6n: los criterios de validez de los títulos para que un conocimiento sea
1\ Un análisis fundamental del universalismo en Ias relaciones sociales aparece en The Social considerado científico no son asunto de gusto y de cultura nacionales, Tarde o temprano, los títulos
.'iplCIII, por Talcott Parsons. Para una expresi6n de Ia creencia en que "Ia ciencia cs completa' en competencia para Ia validez son fijados por los hechos universalistas de Ia naturaleza que son
1III'IIIe indcpendiente de Ias fronteras nacionales y de Ias razas y los credos", véase Ia resolución deI consonantes con una teoría y no con otra. EI pasaje que antecede es de primordial interés como
(;1I1lN('jode Ia Asociaci6n Norteamericana para el Progreso de Ia Ciencia, Science, 1938, 87, 10; \1 ejemplo de Ia tendencia del etnocentrismo y de Ias lealtades nacionales agudas a impregnar los cri-
I"",hirn "The advancement of science and society: proposed world association", Nature, 1938, 141, terios mismos de validez científica.
IW.

'I
1)46 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRÁTICA 547

rns de científicos. Científicos desapasionados impugnaron Ias aportaciones de1 pragmática de los arios se opone a Ia ciencia dogmática, formal de los no
"cncmigo", acusándolo de tendencias nacionalistas, contubernios, deshonestí- arios." O se buscan fundamentos para Ia exclusión en Ia capacidad extracien-
dad intelectual, incompetencia y falta de talento creador.? Pero esta misma tífica de los hombres de ciencia como enemigos del Estado o de Ia Iglesia.'?
clcsviación de Ia norma de universalismo presuponía en realidad Ia legiti- Así, los expositores de una cultura que abjura Ias normas universalistas en
iuidad de Ia norma. Porque el prejuicio nacionalista sólo es oprobioso si se general se sienten obligados a rendir homenaje de labios afuera a este valor
lc juzga de acuerdo con Ia norma del universalismo; dentro de otro contexto en el campo de Ia ciencia. (EI universalismo es tortuosamente afirmado en
institucional se le define con una virtud: patriotismo. Así, por el hecho mis- teoría y suprimido en Ia práctic~
1110 de condenar su violación, son-rsafinaadas Ias-normas morales. Por inadecuadamente que se le ponga en práctica, el ethos de Ia demo.
Aun bajo presio~e;-encontra, científicos de todas Ias nacionalidades se cracia comprende eI universalismo como principio guía predominane. La de-
adhirieron a Ia norma universalista en 10s términos más francos. Fue reafir- mocratización equivale a Ia eliminación progresiva de restriccíones al ejercicio
mado el carácter internacional, impersonal, virtualmente anónimo, de Ia y desarrollo de talentos socialmente valorados. Los criterios impersonales de
cicncia." (Pastem: HEI sabio tiene patria, Ia ciencia no Ia tiene".) La nega- . realización y Ia inestabilidad en Ias situaciones caracterizan a Ia sociedac1 demo,
ción de Ia norma se consideraba como una prevaricación. crática. E~ Ia medida en que persistan esas restricciones, se Ias considera
El universalismo encontró nueva expresión en Ia demanda de que se .~ como obstáculos en el camino de Ia democratización
en que Ia democracia del laissez-iaire permite Ia acumulación
total. Así, en Ia medida
de ventajas
.ibran Ias carreras al talento. La racionalización Ia proporciona Ia meta insti-
ucional. Restringir Ias carreras científicas sobre otras bases que Ia falta de c1iferenciales para ciertos sectores de Ia población, diferencíales que no están
í

! vinculadas con diferencias demostradas de capacidad, el proceso democrático


competencia es perjudicar Ia promoción del saber. El acceso libre a Ias acti- 1
vidades científicas es nn imperativo funcional. Coinciden Ia conveniencia y conduce a Ia creciente regulación por Ia autoridad política. En circunstancias
Ia moral. De aqui Ia anomalía de un Carlos II que invoca Ia moral de Ia cambiantes, hay que introducir nuevas formas técnicas de organización para
c-icncia para desaprobar a Ia Real Sociedad por Ia supuesta exclusión de JOh11 conservar y ampliar Ia igualdad de oportunidades. EI aparato político desti-
Cruunt, el aritmético político, y sus instrucciones para que "si encontraban nado a poner en práctica Ios valores democráticos pf.ede, en consecueneia,
lilás comerciantes así, los admitieran sin dudarlo y sin hacer ruído". variar, pero se mantienen Ias normas universalistas. \,En Ia medida en que
De ahi también que el ethos de Ia ciencia pueda no ser congruente con un~ sociedad e~ de~7rática, ofr",ec~,',lugarpara el ejefCJci,o de cri~e,rios_ univer-
el de Ia sociedad en general. Los científicos pueden adquirir normas de casta salistas en Ia ciencia. },.~z.,Q.I.,u'( ,-,J,' v,) . f
~
y cerrar sus filas para los individuos de situación inferior, independientemente \, M " ~/, o c/",,' C.
<.::' '.J\.A c~,f'.

dcl talento y de Ias realizaciones. Se recurre a ideologías complicadas para 'Comunismo' ~ ~j ?,' il c, c> "
obscurecer Ia incompatibilidad entre Ia moral de casta y Ia meta institucional l)({' ,', ., ",,- I "
de Ia ciencia. Debe demostrarse que los de casta inferior SOn intrinsecamente El 'comunismo', en el sentido no tJcnico y amplio de propiedad común
iucapaces de trabajo científico, o, por 10 menos, sus aportacíones deben ser de bienes, es un segundo elemento integral deI ethos científico. Los resul-
depreciadas de manera sistemática. "Puede aducirse, por Ia historia de Ia tados sustantivos de Ia ciencia son producto de Ia colaboración social y están
cicncia, que Ios fundadores de Ia investigación en física, y los grandes descu- destinados a Ia comunidad. Constituye una herencia común en que Ia ganan-
bridorcs desde Calileo y Newton hasta Ias físicos innovadores de nuestros cia deI productor individual está severamente limitada. Una ley o teoría no
días, fueron casi exclusivamente arios, sobre todo de Ia raza nórdica." La frase es propiedad exclusiva del descubridor y sus herederos, ni Ias costumbres les
modificaiiva "casi exclusivamente" es una base del todo insuficiente para ne- conceden derechos especiales del uso y disposición. Los derechos de propie-
gar a los parias todos los derechos al éxito científico. De ahí que Ia ideología dad en Ia ciencia son reducidos al mínimo por razón de Ia ética científica. EI
se rcdondee con el concepto de "buena" y "mala" ciencia: Ia ciencia realista, derecho del científico a "su propiedad" intelectual se limita a Ia gratitud y
Ia cstimación que, si Ia institución funciona con un poco de eficacia, son
7 rara una colección instructiva de documentos asi, véase Les allemands et Ia science, por Ca- más o menos proporcionadas a 10s aumentos apertados al fondo común de
hrid I'dtit y Maurice Leudet (Paris, 1916). Félix Le Dantec, por ejernplo, descubre que tanto
1~lltl;('h COl1l0Weismann habían perpetrado fraudes tipicamente alernanes en el mundo de Ia cien-
dll, C'l.e bluff de Ia science alIemande".) Pierre Duhem concluye que e1 "espíritu geométrico" de 9 Johannes Stark, Nature, 1938, 141, 772; "PhiIipp Lenard als deutscher Naturforscher", Na-
111 (';""(';" alcmaua ahogó el "espíritu de delicadeza", La science allemande (Paris, 1915). Hermann tionalsozialistische Monatshefte, 1936, 7, 106-112. Esto puede coinpararse con el contraste de Duhem
"r1lc'III1:1I1Il, Dcr Krieg der Geister (Weirnar, 1915), es una réplica vigorosa. EI conflicto persístíó entre ciencia "alemana" y ciencia "francesa".
1"11 el pcriodo de posgucrra; véase Der Krieg gegen die Deutsche Wissenschaft, por Karl Kerkhof 10 Los hemos alejado [a 10s negadores marxistas] no en cuanto representantes de Ia ciencia,
(llulk, 1(33). sino en cuanto partidarios de una doctrina política que ha inscrito en su estandarte Ia destrncci6n
H Vénsc Ia profesi6n de fe deI profesor E. C1ey (en Pettir y Leudet, op. cit., 181), " ... no de todos los órdenes. Con tanta mayor decisi6n tuvimos que actuar cuando Ia ideologia dominante de
IJllclk hubcr una verdad alemana, inglesa, 'italiana o japonesa, 10 mismo que no puede haber una una ciencia libre de valores y de condiciones les servia de favorabIe resguardo para proseguir sus
\'1'[(lu<1 r ranccsa. Y hablar de ciencia alemana, inglesa o francesa es enunciar una proposición contra" planes. No fuimos nosotros quienes violaron Ia dignidad de Ia ciencia 1ibre ... " Das nationalsozia-
didlll;a ('011 Ia idca misrna de ciencia." Véanse también Ias afírmaciones de Crasset y Richet, ibid. listische Deutschland und die Wissenschaft, por Bernhard Rust (Hamburgo, 1936), 13.
s.lS ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
CIENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRATICA 549
conocimientos. La eponimía -por ejemplo, el sistema de Copémico, Ia ley
de Boyle- es pues, al mismo tiempo, un recurso nemotécnico y un media -por ejemplo, un Henry Cavendish- se convierte en blanco de reacciones
coumcrnorativo. ambivalentes. Se le estima por su talento y, quízás, por su modestia; pero,
Dada Ia importancia institucional de Ia gratitud y Ia estimación como el desde el punto de vista institucional, su modestia está gravemente desplazada,
único derecho de propiedad deI científico a sus descubrimientos, el interés por teniendo en cuenta Ia obligación moral de compartir Ia riqueza de Ia ciencia.
1:1 prioridad científica es una reacción "normal". Las controversias sobre prio-
Aunque es un profano, el comentario de Aldous Huxley sobre Cavendish es
instructivo en este respecto: "Nuestra admiración por su genio es mitigada por
I idad que puntúan Ia historia de Ia ciencia moderna son producto de Ia impor-
t.mcia institucionaI concedida a Ia originalidad.P Se produce una coopera- cierta desaprobación; nos parece que un hombre así es egoísta y antisocial."
ción en competencia. Los productos de Ia competencia son comunízados." y Los epítetos son particularmente instructivos porque implican 1ª.Y~!:l~ión de
:11 producto se le otorga estimación. Las naciones alegan derechos a Ia prio- un iE1J?-erativo institucionaldefinido. Aun cuando no sirve a un motivo ulte-
lidad,13 y Ias entradas nuevas en Ia república de Ia ciencia son rotuladas con rior, se condena Ia ocultación del descubrimiento científico.
los nombres de Ios nacionaIes: testigo, Ia controversia sobre Ias pretensiones
\
"J'-
El carácter cornunal de Ia ciencia se refleja también en el reconocimiento
iivalcs de Newton y de Leibniz acerca del cálculo diferencial. PeIO todo esto ~I por parte de los científicos de que dependen de una herencia cultural a Ia
no amenaza Ia situación del conocimiento científico como propiedad común.
~~~~
t cual no tienen derechos diferenciales, La observación de Newton -"Si vi
EI concepto institucional de Ia ciencia como parte del dominio público más lejos es porque estaba sobre 10s hombros de gigantes"- expresa a Ia vez
~
('sI;'. enlazado con el imperativo de Ia comunicación de Ias resultados. EI se- el sentimiento de estar en deuda con Ia herencia común y el reconocimiento
neto es Ia antítesis de esta norma; Ia plena y franca comunicación es su cum- del carácter esencialmente cooperativo y acumulativo de Ias realizaciones
plimiento.>' La presión para Ia difusión de los resultados es reforzada por Ia científicas." La humildad deI genio científico no es sólo culturalmente ade-
meta institucionaI de ampliar Ias fronteras deI saber y por el incentivo de cuada, sino que es consecuencia de advertir que el progreso científico implica
Ia fama, quees, naturalmente, contingente tras Ia publicidad. Un científico Ia colaboración de Ias generaciones pasadas y presentes. Fue Car1yle, no
que no comunica sus importantes descubrimientos a Ia hermandad científica Maxwell, quien se permitió una concepción mitógena de Ia historia.
El comunismo deI ethos científico es incompatibIe con Ia definición de
11 Newton hablaba por dura experiencia cuando observó que "Ia filosofía natural es una dama Ia tecno1ogía como "propiedad privada" en una econornía capitalista. Los
ínn impertinentemente litigiosa, que puede darse por seguro que un indivíduo se verá metido en
pleitos en cuanto tenga que ver con ella", Robert Hooke, individuo socialmente móvil que ascendió
escritos actuales sobre Ia "frustración de Ia ciencia" reflejan este conflicto.
de situacíón únicamente por sus realizaciones científicas, era notablemente "'litigioso". 11 Las patentes anuncian derechos exclusivos de uso y, con frecuencia, de
12 Aunque pueda estar marcada por el comercialismo de Ia sociedad en general, una profesión desuso. La ocultación de Ia invención niega Ia explicación racional de Ia pIO-
'01110 Ia de Ia-medicina admite"que...eLsa];>çJ,ç~propied;tc!"C9_1l!!ÍJJ. Véase "Freedom and intcrference
li' mcdicine", por R. H. Shryock, en The Anna/s, 1938, 200, 45. " .. .Ia profesión médica. ,. habi- t, ducción y Ia difusión científicas, como puede verse por Ia sentencia de un
tunlmcnte fruncía el ceüo ante patentes sacadas por médicos. .. La profesión regular ha ... mante- .~ tribunal en el caso de Estados Unidos contra Ia American Bell Teiephone Co.:
lIido esta actitud contra los monopolios privados constantemente desde Ia aparición de Ia ley de "El inventor es un individuo que descubrió algo de valor. Es su propiedad
p:Jlcllt(S en el siglo XVIII". Se produce una situación ambigua en que Ia socialización de Ia práctica
"'('dica es rechazada en círculos en que no se discute Ia socializaci6n de! saber. absoluta. Puede sustraer al público su conocimiento ... " 16 Las reacciones :1
]3 Ahora que Ios rusos han adaptado oficialmente tan profunda reverencia por Ia patria, Ilegan esta situación de conflicto han sido diversas. Como medida defensiva, algu-
" insistir en Ia ímportancia de determinar Ias prioridades en los descubrimientos científicos. Así: nos científicos llegaron a patentar su obra para garantizar que se pondría a
"'1.a dcsatencíón más ligera a cuestiones de prioridad en Ia ciencia, e! más ligero descuido de ellas,
.lchcn, pues, condenarse, porque se aprovechan de ello nuestros enemigos, que encubren su agresión disposición del uso público. Einstein, Millikan, Compton, Langmuir, sacaron
Ideológica con charla cosmopolita sobre Ia supuesta no existencia de cuestiones de prioridad en Ia patentes.t? Se ha presionado a Ias científicos para que se convirtieran en pro-
•.icucia, es decir, Ias cuestiones relativas aIos individuos que hacen aportaciones aI dep6sito general
motores de nuevas empresas económicas.ê" Otros tratan de resolver el COl1-
d,' Ia cultura universal." Y más tarde: "'EI pueblo ruso tiene Ia historia más rica. En el curso de
na historia cre6 Ia cultura más rica, y todos los demás países deI mundo tomaron de ella y si- flicto invocando el socialisrno.l" Estas propuestas -Ias que piden remunera-
""t'1l tomando hoy mismo." Voprosy fiJosofii, op. cit., pp, 10, 12. Recuerda esto los alegatos nacío- ción económica para 10s descubrimientos científicos y Ias que piden un
uulistas que se hicieron en Ia Europa occidentaI durante eI siglo xrx y Ias de los nazis en el xx. (Cf,
d lexto y Ia nota 1, p. haja 888). EI partícutarísmo nacionalista no hace vaIo raciones ímparciales
rlr-l curso deI desenvolvimiento científico. 15 Tiene algún interés que el aforismo de Newton sea una frase estereotipada que encontró
14 Cf. Bernal, quien observa: "EI desarrollo de Ia ciencia moderna coincidió con un rechazo expresión repetida desde el siglo XII por 10 menos. Parece que Ia dependencia dei descubrimiento
definitivo deI ideal del secreto." Bernal cita un notable pasaje de Réaumur (L'Art de convertir Ie y Ia invención respecto de Ia base cultural existente fue advertida algún tiempo antes dc Ias formu
(orgé cn acier) en el que Ia obligaci6n de publicar Ias investigaciones está expIícitamente relacionada laciones de los sociólogos modernos. Véase Isis, 1935, 24, 107-9; 1938, 25, 451-2.
('011 otros elementos del ethos de Ia ciencia. Por ejernplo: " ... hubo gentes que encontraron extrafio 16 167 U, S. 224 (1897), citada por B. J. Stern en "Restraints upon the utilization of inven-
'1"1' yo hubiera hecho públicos secretos, que no deben ser revelados ... ies cosa segura que nuestros tions", The Anna/s, 1938, 200, 21. Para un estudio extenso, d. otros estudios de Stern citados eu
drscubrimientos sean tan nuestros que el público no tenga derecho a ellos, que no le pertenezcan
tI<- algún modo? .. lhabrá muchas circunstancias en que seamos duefios absolutos de nuestros 1 aquél; véase también Patents and Free Enterprise, por Walton Hamilton (Monografía núm, 31,
1941, de Ia Comisión Econômica Nacional Provisional).
17 Hamilton, op. cit., 154; L'oeuvre scientifiquc, sa protection juridiquc, por J. Robin, Paris,
tkst'lIhrimicntos? ."' Nos debemos primeramente a nuestra patria, pero nos debemos también aI
rrsto de! mundo; quienes trabajan para perfeccionar Ias Ciencias y Ias Artes hasta deben considerarse 1928.
d"tl"d,,"os dei mundo entero", The Social Function of Science, por J. D. Bernal, 150-51. 18 "Trcnds in engineering research", por Vannevar Busch, Sigma XI Quarterly, 1934, 22, 49.
19 Bernal, op. cit., 155 ss.
550 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ESTRUCTURA SOCIAL DEMOCRATICA 551
cambio del sistema social para dejar a Ia ciencia proseguir su tarea- reflejan compaíieros. Coinciden en gran parte Ias dictados del sentímiento sociali-
discrepancias en Ia concepción de Ia propiedad intelectual. zado v de Ia conveniencia, situación conducente a Ia estabilidad institucional.
Él campo de Ia ciencia difiere algo en este respecto de! de otras profe-
sioncs. El científico no está ante una clientela profana del mismo modo que
Desinierés el médico o eI abogado. La posibilidad de explotar Ia credulidad, Ia ignorancia
La ciencia, como ocurre con Ias profesiones en general, inc1uye desinterés y Ia necesidad deI profano es así considerablemente reducida. El fraude, Ias
como elemento institucional básico. No debe considerarse el desinterés igual embrollos y Ias pretensiones irresponsables (charlatanismo) son aún menos
aI altruismo ni Ia acción interesada igual al egoísmo. Esas equivalencias COl1- probables que entre Ias profesiones de "servício". En Ia medida en que Ia
funden niveles institucionales y de motivación en el análisís,"? AI científico relacíón científico-profano adquiere importancia, aparecen incentivos para
se Ie han atribuido Ia pasión de saber, una curiosidad ociosa, un interés burlar Ia moral de Ia ciencia. El abuso de Ia autoridad de experto y Ia crea-
altruísta por los beneficios para Ia humanidad y otros muchos móviles espc- ción de seudociencias se ponen en juego cuando se hace ineficaz Ia estructura
ciales. Parece haber estado mal orientada Ia busca de móviles distintivos. Es de control ejercido por cornpafíeros calificados/"
más bien un tibo distintivo de control de un amplio margen de móviles lo Es probable que Ia reputabilidad de Ia ciencia y su elevada posición ética
que caracteriza Ia conducta de los científicos. Aunque Ia institución impone en Ia estimación deI profano se deban en medida no peq uefia a los logros
una actividad desinteresada, interesa a los científicos someterse 50 pena de tecnológicos.ê" Toda tecnología nueva atestigua Ia integridad deI científico.
sanciones y, en Ia medida en que Ia norma ha sido interiorizada, so pena La cíencia realiza SLlS pretensiones. Pero su autoridad puede ser y es apro-
de conflicto psicológico. vechada para propósitos interesados, precisamente porque 10s profanos no
La ausencia virtual de fraudes en los anales de Ia ciencia, que parece están con frecuencia en situación de distinguir Ias pretensiones espurias de
excepcional cuando se Ia compara con otras esferas de actividades, se atribuyó Ias legítimas a dicha autoridad. Las declaraciones posiblemente científicas
a veces a cualidades personales de 105 científicos. Por implicación, 105 cientí- de Ios portavoces totaIitarios sobre Ia raza, Ia economía o Ia historia son para
ficos se rec1utan entre Ias filas de quienes presentan un grado desacostumbrado Ias profanos incultos del mismo orden que Ias informacíones de Ios periódicos
de integridad moral. No hay, en realidad, pruebas satisfactorias de que sea sobre un universo en expansión o Ia mecánica de Ias ondas. En ambos casos,
asi; puede encontrarse una explicación más admisibIe en ciertas características declaraciones e informaciones no pueden ser comprobadas por eI hombre
distintivas de Ia ciencia rnisma. AI implicar, corno implica, Ia verificabilídad de Ia calle, y en ambos casos pueden ir contra el sentido común. Tal vez Ios
de los resultados, Ia investigación científica está bajo el exigente escrutinio de mitos parecerán más admisibles, y seguramente más comprensibles aI público
los colegas expertos. Dicho de otro modo -e indudablemente Ia observa- en general, que Ias teorías científicas acreditadas, ya que están más cerca de Ia
ción puede interpretarse como de lesa maiestaâ-: Ias actividades de los cien- experiencia de sentido común y de Ia tendencia cultural. Por 10 tanto, en
tíficos están sometidas a una polida rigurosa, en un grado quizá sin paralelo parte a consecuencia de los triunfos científicos, Ia po blación en general se hace
cn ningún otro campo de actividad. La demanda de desinterés tíene una más susceptíble a misticismos nuevos expresados en términos aparentemente
sólida base en el carácter público y comprobable de Ia ciencia, y puede supo- científicos. La autorídad tomada a préstamo de Ia ciencia da prestigio a Ia
ncrse que esta circunstancia ha contribuido a Ia integridad del hombre de teoría anticientífica.
cicncia. Hay competencia en el campo de Ia ciencia, competencia que se in-
ESCEPTICISMO ORGANIZADO
tcnsifica por Ia importancia que se da a Ia prioridad como criterio de realiza-
ción, y en condiciones competitivas muy bien pueden producirse incentivos
para eclipsar a los rivales por medios ilícitos. Pero esos impulsos pueden en- Como hemos visto en eI capítulo anterior, el escepticisrno organizado- se in-
coutrar escasas oportunidades para manifestarse en el campo de Ia investiga- terrelaciona de diversas maneras con los otros elementos del ethos científico.
ción científica. CuItismo, camarillas informales, pubIicaciones prolíficas pero Es un mandato a Ia vez metodológico e institucional. La suspensión de juicio-
t riviales: pueden usarse esas y otras técnicas para e! engrandecimiento per- hasta que "estén a mano los hechos" y e! escrutínio imparcial de Ias creencías
SOIl:l J.!!1 Pero, en general, Ias pretensiones espurias parecen ser desdefiables e de acuerdo con criterios empíricos y lógicos han complicado períódicamente
inclicaces. La traducción de Ia norma del desintcrés en práctíca está apoyada a Ia ciencia en conflictos con otras instituciones. La ciencia que plantea.
cuestiones de hecho, inclui das Ias potencialidades, concernientes a todos los
clirazmente por Ia rendición de cuentas definitiva de Ias científicos ante sus
aspectos de Ia naturaleza y de Ia sociedad, puede entrar en conflicto con otras
~n "Thc profcssions and social structure", por Taleott Parsons, en Social Forces, 1939, 17,
'I ql 11; d. 'fIle ffistory of Science and the New Humanísm, por George Sarton (Nueva York, 1931), 22 Cf. The Spirit and Structure oi Cerrnan Fascism, por R. A, Brady (Nueva York, 1937),
IIil .ss. 1,:1 distinción entre obligaciones y móviles institucionalcs cs, desde luego, cl concepto clave capítulo 1n the Narne oi Science, por Martin Cardner (Nucva York, Putnarn's, 1953).
II;

<Ir Ia sociología marxista. 28 Francís Bacon formuló uno de Ias primeros y más suscintos enunciados de este pragmatismo.
~I Véasc Ia cxposición de Logan Wilson en The Acade11lic Man, 201 S5. popular. "Lo más útil en Ia práctica es 10 más correcto en teoria", Novum Organum, Libro lI, 4_
r; S2 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA

uctitudes hacia los mismos datos que fueron cristalizados y con frecuencia
nt ualizados por otras instituciones. El investigador científico no mantiene
Ia brecha entre 10 sagrado y 10 profano, entre 10 que exige respeto sin crítica XVII. LA MAQUINA, EL TRABAJADOR Y EL INGENIERO
y 10 que puede ser objetivamente analizado. ("Un profesor es una persona
'1l\e tiene una opinión diferente.") SOSPECHAR toda Ia magnitud de nuestra ignorancia es el primer paso para
Ésta parece ser Ia fuente de Ias rebeliones contra Ia llamada intromisión suplantar esa ignorancia por conocimientos. Lo que se sabe acerca de los
de Ia ciencia en otras esferas. La resistencia por parte de Ia religión organi- efectos de los cambios en los métodos de producción sobre los problemas,
z:lda ha perdido importancia en comparación con Ia de los grupos econômicos conducta y perspectivas del trabajador es verdaderamente poco; 10 que hay
y políticos. La oposicíón puede existir completamente aparte de Ia introduc- que saber es muchísimo. Un trabajo breve dedicado a este gran asunto no
ci6n de descubrimientos científicos específicos que parecen invalidar dogmas puede hacer más, en el mejor caso, que dibujar toscamente los contornos
p.uficulares de Ia Iglesia, de Ia economía o del Estado. Es más bien una de nuestra ignorancia. Sólo es posible aludir aI orden de los resultados de Ias
:1 prcnsíón difusa, muchas veces vaga, de que el escepticismo amenace Ia dis- investigaciones de que ahora se dispone, a Ias circunstancias necesarias para
Iribución de poder vigente. EI conflicto se acentúa siempre que Ia ciencia Ia adecuada ampliación de esos resultados, y a Ia organización social de Ias in-
llcva su investigación a zonas nuevas hacia Ias cuales hay actitudes institucio- vestigaciones ulteriores necesarias para a1canzar esos resultados.
ualízadas, o siempre que otras instituciones amplían su zona de controI. En Ia Tan divulgada y tan hondamente arraigada está Ia creencia en que el
sncicdad totalitaria moderna, el antirracionalismo y Ia centralización deI con- progreso técnico es un bien evidente por sí mismo, que los hombres han pres-
Irol institucional sirven ambos para limitar el campo que se le deja a Ia acti- cindido en gran parte de investigar Ias condiciones de Ia sociedad en que
vidad científica. ése es realmente el caso. Si Ia tecnología es buena, 10 es por sus implicaciones
humanas, porque gran número de hombres situados en posiciones diferentes
tienen ocasión de considerarla corno tal a Ia luz de su experiencia. Y el que
ocurra esto depende no tanto del carácter intrínseco de una tecnología pro-
gresiva, que aumenta Ia capacidad de producir abundancia de bienes, como
de Ia estruetura de Ia sociedad que determina qué grupos y qué individuos
~I

i'l ganan con el aumento de producción y cuáles sufren Ias dislocaciones sociales
y Ias costos humanos que trae consigo Ia nueva tecnología. Muchos indivi-
duos, en nuestra misma sociedad, creen que están muy lejos de ser ventajosos
los numerosos efeetos sociales de Ia introducción progresiva de una tecnología
que ahorra mano de obra. Aunque son limitados, los datos sobre desempleo
tecnológico, desplazamiento de mano de obra, obsolescencia de destrezas,
discontinuidades en el trabajo y disminución de Ias tareas por unidad de
produeto, todo indica que los trabajadores soportan Ias consecuencias de no
planear Ia introducción ordenada de los progresos en los procesos de pro-
ducción.
La investigación en estas materias no es, desde luego, una panacea para
!to Ias dislocaciones sociales atribuibles a Ios aetuales métodos de implantar los
progresos tecnológicos; pero puede indicar los hechos pertinentes deI caso, es
decir, puede sentar Ias bases para Ias decisiones de los directamente afeetados
por los multiformes efectos de los cambios tecnológicos. La investigación
social en este campo ha sido limitada de manera impresionante, y será de
algún interés examinar por qué es así.
Revisaremos primero el orden de resultados obtenidos por Ia investiga-
ción social en este campo general; después examinaremos algunos factores
que afectan al papel social de 10s ingenieros -en especial de 10s inrnediata-
mente interesados en e1 disefio y construcción deI equipo de producción- y
Ias repercusiones sociales de su trabajo creador; finalmente, indicaremos algu-
nos de los problemas y de Ias potencialidades más evidentes de Ia investigación
553
c; 5-+ ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGiA DE LA CIENCIA MÁQUINA, TRABAJADOR E INGENIERO 555
\ 11 tcrior sobre Ias consecuencias socíales de Ia tecnoIogía que ahorra mano una tecnología que ahorra mano de obra con el intento de mantener o mejorar
de obra.
Ia situación competitiva de Ia empresa. Se ha observado que un ambiente de
incertidumbre, temor y hostiIidad puede ser creado hábilmente acelerando
CONSECUENCIAS SOCIALES DE LOS CAMBIOS EN LA TECNOLOCÍA
Ia vcIocidad de los cambios tecnológicos no previstos.
Mediante Ia obsolescencia provocada de Ias destrezas, Ia tecnología que
I ,~I investigación descubrió aIgunas de Ias repercusíones sociaIes de Ios cam- ahorra mano de obra Ie produce al trabajador problemas psicológicos y sociaIes
1nos tecnoIógicos, algunas de Ias cuales serán mencionadas aqui, Van desde agudos. La dificultad no está exclusivamente en Ia necesidad de aprender
los cfectos más directos sobre Ia naturaIeza de Ia vida de trabajo -Ia anatomia nuevas rutinas de trabajo. La necesidad de desechar destrezas adquiridas y,
social de Ia tarea- hasta los que afectan a Ias normas institucionales y estruc- con frecuencia, el descenso simultáneo de posicíón destruyen Ia imagen posi-
t urales de Ia sociedad en general. tiva que de si mismo tiene eI trabajador, nacida del uso confiado de dichas
destrezas. Aunque este costo humano de los métodos nuevos de producción
puede reducirse a veces para Ios trabajadores individuales mediante Ia redis-
/vnaiomia social de la iarea tribución planeada de tareas, esto no impide que haya cambios básicos en Ia
~ estructura ocupacional de Ia industria en general.
Sc ha hecho notorio que Ios procesos de producción y eI equipo nuevos afec- Con el progreso tecnoIógico, Ia creciente subdivisión del trabajo crea
t au inevitablemente a Ia red de relaciones sociales entre Ios trabajadores ocu- innumerabIes ocupaciones nuevas para Ias cuaIes, según observá Roethlis-
pados en Ia producción, Para Ios hombres que trabajan en Ia fábrica, Ia mina
berger, "no existen nombres profesionales que tengan alguna significación
v Ia granja, Ias cambios en los métodos de producción provocan cambios
social fuera de Ia industria particular, de Ia fábrica o aun deI departamento,
C1I Ias rutinas de trabajo que modifican el ambiente social inmediato del tra- en muchos casos". La división deI trabajo implica bérdida de Ia identidad
hajador. Las modificaciones del tamafío y composición de 10s grupos de ~~
1 ra haja; e] alcance, carácter y frecuencia deI contacto con compaüeros y snpe-
, pública de Ia iarea . .:Quién sino unos pocos escogidos puede distinguir, por
ejemplo, un fijador de aIetas en una fábrica de automóviles de otros monta-
riorcs, Ia situación deI trabajador en Ia organización, Ia extensión de Ia movi-
dores de centros de radiadores? 0, para poner un ejernplo más familiar,
Iidacl física de que dispone, todas y cada una de estas cosas pueclen ser efectos
iquién distingue el orgullo inherente aI trabajo de azucarar bufíuelos deI de
colaterales de los cambios tecnológícos. Aunque estos cambias en Ia estruc-
adornarlos hábilmente con jalea mediante una jeringa? Para el mundo exte-
1 ma loca] de Ias relaciones sociales afectan de manera distinta eI grado de
."
rior, esas especializaciones esotéricas son todas iguales y, en consecuencia, para
s:1I isfacción deI empleado con Ia tarea, con frecuencia son imprevistos y no
se Ies tiene en cuenta.
Las condiciones en que esos cambios se introducen también determinan,
scgún se ha advertido, sus efectos sobre Ios trabajadores, AI reaccionar a cir-
i
.1'
el mundo exterior tienen que ser otras sefíales de posición y de actividad
importante de trabajo Ias que cuentan. EI extrafíamiento de los trabajadores
ele su tarea y Ia importancia ele Ias salarios como símbolo principal de posi-
.~
ción social, son fomentados por Ia ausencia de significado social atribuible
«uustancias económicas de crisis con Ia introducción de tecnología que ahorra a Ia tarea.
.,
111:1110 de obra, la dirección de Ias empresas puede ampliar y profundizar Ias ,,'o
La mayor especialización de Ia producción conduce inevitablemente a
I:Jgl1l1as locales de desernpleo en eI momento mismo en que los trabajadores
una necesidad mayor de Ia previsibilidad de Ia conducta en el trabajo y, por
1 iCIIC'n pocas posíbilidades de encontrar trabajo. La dirección puede, así, ali-
10 tanto, de una disciplina mayor en el lugar de irabaio. EI engranaje de
nicutar Ia inseguridad en el trabajo y Ia inquietud de Ias irabaiadores. TaIes
numerosas tareas limitadas exige que el margen de variación de Ia conducta
«ircunstancias llevan comprensiblemente aIos trabajadores organizados a tener
individual se reduzca aI mínimo. Esta tendencia, que se hizo manifiesta por
IIl1a parte mayor en Ia formuIación de planes para Ia introducción de equipo
primera vez en los comienzos deI sistema fabri1 por Ias rebeliones de 10s tra-
li proccdimientos nuevos.
bajadores contra Ia entonces desconocida disciplina de Ia vida ele fábrica, se
En este respecto, eI tempo de los cambies tecnoIógicos es de importancia
ha hecho más perceptibIe rápidamente. En Ia práctica esta viene a significar
dccisiva, aunque no exclusiva. Los trabajadores, como Ios ejecutivos, buscan un quantum cada vez mayor de disciplina que, en condiciones específicas,
;)Igún grado de controI sobre sus vidas día a día. Los cambias que se les im- llega a ser coercitiva para el trabajador.
IHJlICII sin su conocimiento y su consentimiento previos Ios consideran como
1111:1 amcnaza a su bienestar, de un modo muy parecido a como 105 consideran
los 110m bres de nego cios sujetos a Ias vicisitudes deI mercado o a Ias decísio- Efectos institucionales y esitucturales
IIl'S, que reputan imprevisibIes, de "los burócratas de Washington". No es in-
Los subproductos políticos y sociaIes, 10 mismo que Ios econômicos de una
lrccucntc que eI interés deI trabajador por Ias decisiones haya sido, consciente- .
tecnología progresiva afectan diversamente a Ia estructura de Ia sociedad en
incute y sin sentido de Ia realidad, olvidado por una dirección que implanta'
general. Este contexto más amplio indica que Ias actitudes de Ios trabajadores
MAQUINA, TRABAJADOR E INGENIERO 557
SS(í I'SI'UDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
anterior de su carrera y, en consecuencia, tiende a tener un conocimienio
Ita('ia Ia IlLlCVatecnología no están determinadas por ésta per se, sino por Ios absiracto acerca de y no una famílÚlridad concreta con e1 punto de vista de
liSOScolaterales a que puede ser, y a veces fue, dedicada como instrumento de los trabajadores. Finalmente, con Ia creciente racionalización de Ios procedi-
poder social. Se ha empleado Ia tecnologia no sólo para producir bienes, sino mientos directivos, Ias relaciones entre Ios ejecutivos de explotación y 10s
también para manejar a Ios trabajadores. De hecho, se Ia ha definido repe- obreros se formalizan y se despersonalizan cada vez más.
tidamente como un arma para someter al trabajador arnenazándolo con des- Estos diferentes fenómenos -clausura progresiva de oportunidades para
plazarlo si no acepta Ias condiciones de trabajo que se le ofrecen. eI as censo, creciente diferencia de orígenes sociales de 10s trabajadores y los
En Ia actualidad, este ernpleo táctico de Ia tecnología en Ia "guerra de ejecutivos, aislamiento deI personal directivo de Ios puntos de vista de Ios obre-
prccios" entre Ia dirección y Ia mano de obra no riecesita ser visto corno una ros mediante cambios en Ias normas típicas de su carrera, despersonalización
.nuenaza, sino simplemente como una observación del funcionamiento inde- de Ias relaciones- pueden en conjunto contribuir a una tendencia secular
pcndiente deI mercado. En un discurso ante Ia Conferencia del Bicentenario hacia tensiones cada vez mayores entre los individuos que dirigen y los indi-
de Princeton, por ejemplo, se dijo que "entre Ias presiones apremiantes que viduos a quienes dirigen.
ahora estimulan a Ia dirección a aumentar Ia mecanización y a Ias mejoras Los efectos de Ia tecnología sobre Ia organización social no se Iimitan,
récuicas en 10s procesos de producción figuran 10s fantásticos aumentos de desde luego a esas tendencias profundas en Ia estructura de clases. La inter-
los salários en dinero, el abandono o Ia eficacia reducida de Ios saIarios de in- dependencia de Ia estructura industrial, cada vez más estrecha por virtud de
ccntívo, Ia intransigencia de muchos grupos obreros, y una oferta abundante Ias aplicaciones de Ia ciencia a Ia industria, confieren interés público a Ias
de dinero barato. Los ingenieros de procedimientos, los disefiadores de má- ·f decisiones de Ias grandes firmas industriales. En consecuencia, el Estado regla-
quinas, Ios fabricantes de ellas, tienen ahora, y tendrán, una demanda como menta y vigila cada vez más esas decisiones, por 10 menos en Ias márgenes

1
110tuvieron nunca antes. La invención y Ia innovación obtendrán una prima en que afectan claramente a Ia comunidad en general. Esta tendencia hacia eI
sin precedentes". "Estado grande" impone a Ia atención popular 10 que los observadores analí-
I-lace cien afios, Ias implicaciones políticas de Ia tecnología (y del papel r. ticos han reconocido hace mucho tiempo: Ias esferas de Ia conducta económica
asignado a los ingenieros) Ias sacaban de un modo algo más sencilIo los em- ~: y política, lejos de tener sólo relaciones tangenciales, se imbrican o recubren
prcsarios y sus representantes. Andrew Ure, por ejemplo, podía describir considerablemente. La mano de obra y Ia gerencia se tratan no sólo directa-
cntonces Ia hiladora mecánica corno una "creación destinada a restablecer 'J mente una con otra mediante Ia negociación colectiva y Ias decisiones admi-
cI orden entre Ias clases industriosas. .. La invención confirma Ia gran doe- nistrativas, sino también indirectamente ejerciendo presión sobre eI Estado.
Iriua ya expuesta de que cuando el capital pone Ia ciencia a su servicio Ia Siguiendo Ias hueIlas del empresario y de Ia gerencia, entra en Ia política Ia
11I;1lI0de obra refractaria recibirá siempre una lección de docilidad".
Sería instructivo averiguar si el uso confesado o tácito de Ia tecnología
COJl]Oarma en Ios conflictos de trabajo quebranta de hecho Ia "intransígen-
cia" de los trabajadores o les ensefia Ia virtud de Ia "docilidad", Es posible,
\ !
~
mano de obra.
Las crecientes exigencias de disciplina en eI trabajo, derivadas de Ia uni-
Iicación tecnológica, contribuyen mucho a explicar e1 papel estratégico deI
"gran sindicato" en nuestra sociedad. La "gran industria" ha ido encontrando
,~
nul uralrnente, que Ia eficacia planeada de una máquina nueva o de un proce- más conveniente o más eficaz tratar con Ios sindicatos que con grandes masas
diiniento nuevo no se advierta a veces cuando su función colateraI es Ia de de trabajadores desorganizados. Porque Ia industria ha Ilegado a saber que Ia
uumtcner aI trabajador en su lugar. Es muy concebible que se descubra que disciplina muchas veces se consigue más eficazmente con Ia ayuda de Ias decí-
l'I cjcrcicio deI puro poder no produce en Ia industria, más que en otras esfe- siones de los sindicatos de trabajadores que recurriendo exclusivamente aI
ras de actividad humana, una estructura estable de relaciones sociales. aparato directivo e inspector. Además, un estado de sutileza tecnológica
Los progresos de los métodos de producción, como han observado Elliot i- en que Ia paralización de cualquier sector de Ia producción amenaza con
I runlap Smith y Robert S. Lynd entre otros, pueden ampliar Ia brecha social paralizar toda Ia industria, modifica Ia consteIación de relaciones de poder.
('11IIC los trabajadores y los ejecutivos de explotación. Pueden producir una Todo esto da aIos trabajadores poder y responsabilidad mayores.
('sfratíficación social más acusada de ia industria, Como Ias complejidades Esta rápida revisión de ciertas consecuencias de los cambios en Ias téc-
de Ia nueva tecnología convierten Ia preparación técnica en un requisito pre- nicas de producción contribuye a agudizar el dilema moral implícito en Ia
vio para eI ejecutivo de explotación, para Ios trabajadores es cada vez más e1eccién de problemas para Ia investigación social en este campo. La inves-
oxrura Ia perspectiva de ascender de categoría. Además, en Ia medida en que tigación enfocada únícamente sobre Ios efectos de Ia nueva tecnología en Ia
LIS oportunidades para adquirir una preparación superior están socialmente situación inmediaia de trabato en una fábrica conduce primordial, si no exclu-
('sIIa I ificadas, Ios gerentes se reclutan cada vez más en estratos sociales muy sivamente, a resultados que pueden adaptarse fácilmente haciendo Ios cambios
;J1('j:l<!osele los estratos obreros. Asimismo, como el personaI técnicamente tecnológicos más aceptables para eI trabajador individual, aunque puede, de
jlll'par;lclo entra en Ia industria por un niveI relativamente alto, tiene poca. hecho, tener consecuencias adversas para é1. EI problema científico puede
(I(':!si{1lIde compartir Ia experiencía de trabajo de los obreros en una etapa
C;~H ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGiA DE LA CIENCIA MÁQUINA, TRABAJADOR E INGENIERO 559
iuterpretarse inadvertidamcnte como el problema de descubrir métodos para Una tendencia na ciente hacia el pleno reconocimiento de esas implica-
adaptar el trabajador al cambio, casi independientemente del mosaico de con- ciones es reprimida por diferentes obstáculos, 10s más importantes de 10s
secuencias que trac para él y sus comparíeros. El capital puede también cuales parecen ser 1) Ia marcada especialización y división del trabajo cientí-
emplear Ia ciencia social para ensefiar al trabajador el valor de Ia docilidad. fico, 2) Ias aplicaciones de códigos profesionales que gobiernan Ias perspectivas
Por otra parte, sólo mediante este detcnido estudio de Ios efectos inmediatos sociales de los ingenieros, y 3) Ia incorporación de los ingenieros a Ias buro-
sobre Ia vida de trabajo es probable que se descubran métodos para intro- cracias industriales.
ducir cambios en los métodos de producción que puedan mitigar considerable-
mente Ias consecuencias desfavorables aI trabajador.
La atención dirigida unicamente a Ias efectos sobre Ia estructura social Especializacion
general también tiene sus límites. La investigación orientada totalmente hacia La intensa división deI trabajo se ha convertido en un recurso espIéndido
Icndencias seculares -porejemplo, el que los aumentos de Ia productividad para rehuir responsabilidades sociales. AI subdividírse Ias profesiones, cada
scan más rápidos que Ias aumentos en el empleo total o marchen al mismo grupo de especialistas encuentra cada vez más posibIe "echar eI muerto a
paso que éstos- aparta Ia atención de los modos y medios de reducir al otro" en 10 relativo a Ias consecuencias sociales de su trabajo, sobre eI su-
mínimo los efectos presentes de Ios cambios tecnoIógicos sobre el trabajador. puesto, a 10 que parece, de que en esta complicada transferencia de respon-
Pcro este tipo de investigación localiza el problema sociológico central: dís- sabilídad no habrá un último a quien se Ileve el diablo. Cuando se aterra
t inguir Ias características de nuestra organización social que militan contra
por Ias dislocaciones sociales resultantes, cada especialista, seguro de que
cl progreso tecnológico que produce "mayor seguridad de los medias de vida ~~
realizá su tarea 10 mejor que supo, puede fácilmente rechazar Ia responsabí-
y niveles de vida más satisfactórios".
~ Iidad de e1Ias. Y, naturalmente, ningún grupo de especialistas, el ingeniero 10
'~~

mismo que los otros, inicia por sí solo Ias consecuencias. Más bien dentro
IMPLICACIONES PARA EL INGENIERO de nuestra estructura económica y social, cada aportación tecnológica se en-
grana en un conjunto cumulativo de efectos, algunos de los cuales nadie ha
Las nuevas aplicaciones que el ingeniero hace de Ia ciencia a Ia producción querido, pefO 10 produjeron entre todos.
110 afectan, pues, meramente a los métodos de producción. Son decisiones
sociales inevitables que afectan a Ias rutinas y Ias satisfacciones de los hom-
Ética profesional
bres que trabajan en Ia máquina y, en sus mayores alcances, dan forma a Ia
organización misma de Ia economía y de Ia sociedad.
Procedente en parte de Ia especialización de funciones, los ingenieros, de
EI papel central de los ingenieros en Ia plana mayor de nuestros sistemas i" modo no diferente a Ias científicos, son adoctrinados con un sentido ético
de producción no hace más que subrayar Ia gran importancia de sus orienta- '.1
de responsabilidades limitadas. EI científico, ocupado en su tarea distin-
l' ioues sociales y políticas: Ias estratos sociaIes con los que se identifican; el tiva de sacar conocimientos nuevos de Ia esfera de Ia ignorancia, rechazó
tcjído de lealtades de grupo formado por su posición económica y sus carreras durante mucho tiempo Ia responsabilidad acerca de los modos como se apli-
ocupacíonales, los grupos aIos cuales acuden en busca de dirección; los tipos caban los conocimientos. (La historia crea sus propios símbolos. Se necesitó
de cfectos sociales de su trabajo que tienen en cuenta; en suma, únicamente una bomba atómica para disuadir a muchos científicos de esta teoría tenaz-
oxplorandn todo el campo de sus lealtades, perspectivas e intereses pueden los mente sustentada.)
iugcnieros realizar Ia autoclaríficación de su papel social que produce una Así, en muchos sectores, se consideraba absurdo que se creyera al inge-
particípacíón plenamente responsabIe en Ia sociedad. .I., niero responsable de Ias efectos sociales y psicológicos de Ia tecnología, ya
Pero decir que esto plantea problemas sociológicos al ingeniero es hacer que está perfectamente claro que éstos no corresponden a su especial terri-
una referencia tan amplia y tan vaga que apenas si significa algo. La grande torio. Después de todo, Ia "tarea" delingeniero -adviértase cuán eficaz-
y múltiple familia de Ios hombres llamados ingenieros está unida por un mente define esto Ios Iímites del papel de uno, y por 10 tanto su responsabi-
extenso parentesco, pero también tiene mucho que diferencia unos súbgrupos lidad social- consiste eu perfeccionar Ios procec1imientos de producción, y
de otros. Hay ingenieros militares, civiles, mecánicos, químicos, eIectricistas "no es incumbencia suya" tener en cuenta sus ramificados efectos sociaIes.
y metalúrgicos, y así sucesivamente a 10 largo de Ios centenares de títulos que EI código profesional enfoca Ia atención de 10s ingenieros sobre los primeros
se cncuentran entre los indivíduos de Ias sociedades nacionales de ingenieros. eslabones en Ia cadena de consecuencias de Ia innovación tecnológica y aparta
Pcro cualquiera que sea su especíalídad, en Ia medida en que se dedican aI su atención, como especialistas y como ciudadanos, de los siguientes eslabones
dixcüo, construcción o funcionamiento de Ios equipos y procedimientos de de Ia cadena, como, por ejemplo, Ias consecuencias para los niveles de Ios
producción, se encuentran ante Ias impIicaciones sociales y políticas de su salarios y Ias oportunidades de trabajo. "Pero tenemos que incluir Ias conse-
posición en nuestra sociedad. '
cuencias imparcialmente -dice John Dewey formulando Ia cuestión en forma
O~ I
S60 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA ~' MÁQUINA, TRABAJADOR E INGENIERO
:. 56}
3
III()Sgeneral-o Es insensatez deliberada fijarse en algún fin o consecuencia
no puedan ser previstos y tenidos en cuenta. En Ia medida en que los cien-
únicos que son deseados, y permitir que Ia vista de eso empane Ia percepción tíficos sociales dejaron de atender a este problema, no hay base de informa-
de otras consecuencias no deseadas e indeseables."

J
ción para que Ias tecnólogos más socialmente orientados actúen con Ia debida
responsabilidad social. Sólo cuando los que están equipados con Ias pericias
Sill/aóón burocrática :i!
de Ia investigación social pongan a nuestra disposición un cuerpo adecuado de
conocimientos científicos podrán Ias que trabajan con Ias pericias de Ia inge-
1-:1 cmpleo de gran número de ingenieros y tecnólogos en Ias burocracias indus-
niería ampliar sus puntos de vista desde Ia empresa individual de negocios
trialcs contribuye más a formar sus perspectivas sociales. Metidos en un
hasta el sistema social general.
.rp.irato burocrático, muchos ingenieros ocupan su sitio como expertos en
Así como durante siglos ignoraron Ias hombres los problemas de Ia ero-
1111 papel subalterno con esferas fijas de competencia y autoridad y con una
sión deI suelo, en parte-porque no sabían que Ia erosión constituía un pro-
oricutación severamente delimitada hacia el sistema social general. En esta
blema importante, asi ignoran todavía Ia erosión social atribuible a Tos
situación, son recompensados por considerarse a sí mismos auxiliares técnicos.
métodos actuales de introducir rápidos cambios tecnológicos. Hay un mer-
(;01110 tales, no es su función tener en cuenta Ias consecuencias humanas y
cado severamente limitado para Ia investigación en este campo. Parece exacto
sociales de introducir sus eficaces equipos o procedimientos, o decidir cuándo
y .-ómo han de introducirse. Esas son materias que incumben a Ia adminis-
...•. suponer que a Ia investigación intensiva de los problemas centrales de nues-
tra época tecnológica se dedican menos hombres-horas de actividad investiga-
I ración y a Ia gerencia.
dora que, pongamos por caso, aI disefio de envases atractivos para perfumes y
Los fundamentos para asignar esas incumbencias a los administradores
otras mercancias básicas parecidas, o a Ia planeación de anuncias competitivos
de organizaciones comerciales e industriales rara vez han sido formulados tan
para los manufactureros de tabaco de Ia nación.
lúcida e instructivamente como en el siguiente pasaje de Roethlisberger:
La inauguración de un vasto programa de investigación social propor-
..... los físicos, los químicos y Ias ingenieros mecánicos, civiles y químicos
cionado a Ia escala deI problema no necesita esperar nuevos procedimientos
I icncn lIn modo útil de pensar sobre los fenómenos de su clase y un método
de investigación. Los métodos de investigación social han progresado cons-
~l'lIcillo para tratarIos. Dentro de esta zona sus juicios probablemente son
tantemente, y sin duda se desarrolIarán más mediante Ia experiencia discipli-
sólidos. Fuera de ella, sus juicios son más discutibles. AIgunos de ellos reco-
nada. Pero el desarrollo efectivo de ese programa espera decisiones concer-
II()('CII l1111y claramente esta limitación, No quieren tener nada que ver con
nientes a Ia organización de Ias equipos de investigación, el patrocínio de Ia
eI factor humano; quieren disefiar el mejor instrumento, Ia mejor máquina
investigación y Ias direcciones de Ia misma.
para realizar ciertos objetivos técnicos. EI que Ia introducción de ese instru-
Incuto o esa máquina suponga eI despido de ciertos empleados no es incum-
bcncia suya, muy razonablemente, como ingenieros ... Esos individuos son Organiza:ción del equipo investigador
inaprcciables para el administrador de una organización industrial".
Las investigaciones dispares e incoordinadas hechas por grupos de diferente
Max Weber y Thorstein Veblen entre otros han seüalado el peligro de
preparacíón no han resultado suficientes. Los problemas de esta zona piden
que esta perspectiva profesional, que supone Ia abdicación racionalizada
Ias pericias y conocimientos complementarios entre si de ingenieros, econo-
de Ia responsabilidad social en favor deI administrador, puedan transferirla
mistas, psicólogos y sociólogos. Una vez admitido este foco de investigacíóm
los ingenieros más allá de Ia empresa económica inmediata. De esta trans-
conjunta, podrían iniciarse Ias intentos sistemáticos para instituir un pro •.
fcrcncia de perspectiva, y de Ia incapacidad cultivada resultante para tratar
grama de investigación en colaboracíón por representantes de Ias diferentes
asuntos humanos, nace un papel pasivo y dependiente para Ias ingenieros y
sociedades profesionales. AI principio probablemente no habría universos
los tecnólogos en Ia esfera de Ia organización política, en Ias instituciones eco-
comunes de pensamiento, pero, como indica Ia experiencia de Ia AVT, po-
nómicas y en Ia política social. EI yo ciudadano amenaza con sumergirse en
drían desarrollarse normas de colaboración entre ingenieros y científicos socia-
cI yo profesional.
leso Las murallas que aíslan Ias diferentes disciplinas levantadas por Ia divísión,
Como los especialistas técnicos atienden sólo a "sus propias" y limitadas
deI tra ba jo científico pueden ser superadas si se Ias reconoce como los expe,...
turcas, el efecto general de Ia tecnología sobre Ia estructura social se con-
dientes provisionales que en realidad sono
vicrtc en as unto de nadie, por negligencia.

Patrocínio de la investigación
LAS NECESIDADES DE LA INVESTIGACrÓN SOCIAL
DeI limitado voIumen de investigación social en Ia industria, Ia mayor parte'
l.os ingenieros muy bien pueden seguir renunciando a todo interés directo se orientó hacia Ias necesidades de Ia gerencia. Los problemas seIeccionados
por los efeetos sociales de una teenología progresiva mientras dichos efectos C0l110 focos de Ia investigación -renovación frecuente de Ia mano de obra y
-~-------------------------_. ----.--.-
Ç(,2
J<STl!D1OS SOBH.E SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA 563
MÁQUINA, TRABAJADOR E INGENIERO
proclucción rcstrillgic1a, por ejemplo- han sido, pues, en gran parte definidos materiaIes por remuneraciones simbólicas, elIo creará problemas en vez de
por Ia gcrcncia; ésta patrocinó, típicamente, Ia investigación, los límites y el localizarlos.
cmicter de los carnbios experimentales en Ia situación de trabajo fueron deci- Por 10 tanto, Ia investigación social en Ia industria debe realizarse bajo
didos por Ia gerencia, y se presentaban informes periódicos primordialmente Ios auspicios conjuntos de Ia gerencia y de los trabajadores, independiente-
a Ia misma. Aparte de 10 buena que sea Ia razón de esto. o de 10 evidente mente deI origen de los fondos para Ia investigación. No se conseguirá Ia
por sí misma que parezca, debe advertirse que ésta es Ia perspectiva típica cooperación de un gran número de trabajadores a menos que sepan que serán
de Ia investigación social en Ia indústria, y que ella limita Ia prosecución Ios beneficiarios de una aplicación del método científico a un campo en el
efectiva de Ia investigación.
que prevalecían regIas empíricas.
Estas observaciones no impugnan, naturalmente, Ia validez y utilídad de
Ia investigación orientada hacia Ias necesidades de Ia gerencia. DeI hecho
elc que esta investigación siga siendo patrocinada por Ia gerencia, no podemos Direcciones de la investígación
concluir sino que se Ia encontró eminentemente útil y válida, dentro de los La tarea inicial de los equipos de investigación consistiría en descubrir los
límites de Ia defínición de los problemas. Pero una plana mayor de ínteli- problemas que exigen atención. EI hecho mismo de que emprendan Ia inves-
gcncia para un estrato de Ias negocias y de Ia población industrial puede "fi tigación indicaría que no están poseídos de una oscura fe en que Ios pasos
cnfocarse en el momento oportuno sobre problemas que no son 10s princi- hacia adelante en tecnología, como quiera que se apliquen, tienen que con-
p:l lcs que tienen pIanteados otros sectores de dicha población. Puede ocurrir, ducir al bien común. Se esperará de ellos que piensen ideas peligrosas. No
por cjernplo, que Ia invención de métodos para reducir Ias inquietudes de Ios sustentarán axiomas culturales e institucionaIes que consicleren más allá de
1rnbajadores mediante entrevistas amistosas y prolongadas, o mediante Ia toda investigación. EI foco de su atención serían los dispositivos institucio-
couducta apropiada por parte de Ios directores, no figure entre Ias investiga- nales adecuados para asimilarse Ias plenas potencialidades de producción de
l'iOllC'; que los obreros consideran fundamentales para sus intereses. Pueden una tecnología que progresa desigual pero constantemente, con una distri-
iul crcsnrse más porque los investigadores descubren Ias diferentes consecuen- bución equitativa de ganancias y pérdidas contenidas en esos progresos.
('ia~, para ellos mismos y para otros, de diversos planes para gobernar Ia Durante el último decenio hubo una reacción entre los investigadores
i111rod ucción de cambio tecnológicos. sociales contra Ia tendencia anterior a enfocar Ia atención sobre Ias conse-
I':sto nos recuerda que Ia investigación social misma tiene lugar dentro cuencias económicas de los progresos tecnológicos, EI centro de atención
de 1Il1medio social. EI científico social que no reconoce que sus técnicas de de Ia investigación pasó aIos sentimientos de los trabajadores y a sus rela-
obscrvación de participante, de entrevistas, de sociogramas, etc., representan ciones sociales en el trabajo. Pero esta nueva actitud tiene los defectos de
para los trabajadores y Ios gerentes una innovación mayor quizá que los cam- sus cualidades. No sólo los sentimientos de los trabajadores resultan afectados
hios lecnológicos en Ia fábrica, seguramente creerá, pero con dudas, en sus por los cambios tecnológicos. No 10 son sólo sus vínculos sociales y su situa-
propios resultados. La resistencia a esta innovación puede preverse, aunque ción; 10 son también sus ingresos, sus probabilidades de trabajo y sus intereses
110se.i más que por 10 lejos que está de Ia experiencia rutinaria de Ia mayor económicos. Si Ias nuevas investigaciones sobre relaciones humanas en Ia
]>;II"1C ele Ia gente, A quienes se han dedicado a investigaciones sociales entre industria han de tener una oportunidad máxima, deben engranarse con Ias
1rnbajadores y personal administrativo no es necesario hablarles de Ia mezcla constantes investigaciones sobre Ias implicaciones económicas de Ia tecnoIogía
de rccelo, c1esconfianza, de burla inquieta y, muchas veces, de franca hostí- que ahorra mano de obra.
lidad cou que fueron recibidos al principio. La falta de familiarídad con este Y Ia investigación no puede limitarse de manera eficaz a estudios sobre
tipo de investigación, unida a su manifiesto escudrifíamiento en zonas de ten- "el trabajador". Seleccionar el trabajador como si representara un sector
Sit'1I1y cn asuntos privados, produce cierto grado de resistencia. independiente de Ia población industrial es forzar Ia estructura de Ias rela-
Si Ia investigación es subvencionada por Ia gerencia y si los problemas ciones sociales que en realidad predominan en Ia industria. Es de presumir
que no sólo el trabajador está sujeto a preocupaciones, a ensueüos obsesivos,
l ml aclox lc interesan primordialmente, Ia resistencia de los trabajadores será
a actitudes defectuosas y falseadas, y a antipatías irracionales de compaíieros
nuu-lio lIIayor. No es de extraííar que en algunos sectores de trabajadores
de trabajo y de superiores. Hasta puede resultar que Ia conducta y Ias deci-
(lIga 11íl',ados 10s intentos preliminares de investigación social en Ia industria
siones de Ia gerencia sean apreciablernente afectadas por estados psicológicos
M' IIl1rCIl('(JIl un grado de recelo y desconfianza comparable aI que acompafíó
análogos, y que éstos, así como un claro sentido de los intereses económicos,
II Ia iulroducción de Ios estudios de gerencia científica en el decenio de los
contribuyan a determinar Ias decisiones sobre Ia introducción de una tecno-
vviu h's , l'orque si los trabajadores tienen ocasión de identificar el programa de
logía que ahorra mano de obra.
iuvcst ígación como un medio acadêmico recién inventado para contrarrestar
A falta de investigaciones patrocinadas conjuntamente por los trabaja-
Jus orgalliz;lciolles obreras, o para sustituir científicamente Ias remuneraciones
dores y Ia gerencia y dedicadas a problemas en que suele estarse de acuerdo
564 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA

concernientes al papel de Ia tecnología en nuestra sociedad, Ia alternativa


es continuar el tipo presente de investigaciones fragmentarias, dirigidas hacia
XVIII. PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA
Ias problemas especiales que interesa examinar a grupos especiales. Es posi-
ble, desde luego, que esta alternativa les parezca preferible a algunos. Es com-
pletamente posible que Ias diferen tes grupos interesados no encuentren base EN sus prolegómenos a una sociología cultural Alfred Weber distinguió Ias
para el acuerdo sobre el patrocínio y Ia dirección de Ia investigacián social en procesos de Ia sociedad, de Ia cultura y de Ia civilización.' Como su interés pri-
este campo. Pero entonces esto serviría también a su propósito inconfesado. mordial ela diferenciar Ias categorías de fenômenos sociológicos, Weber ignorá
Si Ia investígación de tecnólogos y científicos sociales ba jo los auspícíos en gran medida sus interrelaciones específicas, campo de estudio que es fun-
damental para el sociólogo. Precisamente esa interacción entre ciertos ele-
conjuntos de Ia gerencia y de los trabajadores fuera rechazada por esas razo-
mentos de Ia cultura y de Ia civilización, con referencia especial a Ia Ingla-
nes, seria un síntoma importante del estado a que llegaron Ias relaciones
obrero-patronales. terra deI sigla XVII constituye el tema deI presente ensayo.

EL ethos PURITANO

La primera sección de este trabajo esboza eI complejo puritano de valores en


cuanto se relacionó con el notable aumento de interés por Ia ciencia en Ia
última parte deI sigla XVII, mientras que Ia segunda presenta materiales empí-
ricos relativos a Ia diferencia en el cultivo de Ia ciencia natural entre Ias
protestantes y Ias afiliados a otras religiones.
La tesis de este estudio es que Ia ética puritana, como ex:presión típica
ideal de Ias actitudes hacia los valores fundarnentales en el protestantismo
ascético en general, canalizó Ias intereses de los ingleses deI sigla XVII de
suerte que constítuyesen un elemento importante en el cultivo de Ia ciencia.
Los arraigados intereses 2 religiosos de Ia época exigían, en sus inexcusa b1es
implicaciones, el estudio sistemático, racional y empírico de Ia naturaleza
para glorificar a Dias en sus obras y para el controI del mundo corrompido.
Es posible determinar el grado en que los valores de Ia ética puritana
estimularon el interés por Ia ciencia observando Ias actitudes de Ios cientí-
ficos contemporáneos. Hay, desde luego, una marcada posibilidad de que, al
estudiar los móviles confesados de 10s científicos, tratemos con racionaliza-
ciones, con derivaciones, y no COIl enunciados exactos de Ios rnóviles reales.
En tales casos, aunque pueden ser casos aislados específicos, el valor de nues-
tro estudio no resulta viciado de ningún modo, porque Ias misrnas racionaliza-
ciones concebibles son pruebas (Erkenntnismitteln de Weber ) de los móviles
que se consicleraban socialmente aceptables, ya que, como dice Kenneth
Burke, "una terminologia de móviles es moldeada para que encaje eu nuestra
orientación general en cuanto a propósitos, medias, buena vida, ctcétcra".
1 "Prinzipielles zm Kultursoziologie: Cesellschaftsprozcss, Zivilisationsprozess und Kulturbewe-
gung", por Alfred Wcber, en Archiv tür Sozialwissensehaft und SozialpoJitik, XLVII, 1920, 47, 1-49.
Véase Ia clasificación análoga de R. M. MacIver cn Society: Its Srructurc and Chauges, capo XII; y
Ia crítica dc esos estudios por Morris Ginsberg, eu SocioJogy (Londres, 1934), 45-52.
2 "No es Ia teoría ética de los compendios teológicos, que sólo sirve de medio cognoscitivo
(en ocasiones sin clnda ímportantcjv lo que debc considerarse [como 'ética econômica' de una reli-
giónJ, sino 10s impulsos prácticos hacia Ia acción, fundados en Ias nexos psicológicos y pragmáticos
de Ias religiones." Max Weber, Gesamme1te Allisi:itzc zur ReJigiollssoziologie (Tubinga, 1920), 1,
238. Como Weber indica justamente, reconoce uno libremente el hccho de que Ia religión no es
más que un elemento en Ia determinación de Ia ética religiosa, pero no obstante es en Ia actualidad
una tarea ínsuperable, y para nuestros propósitos innccesaria, determinar todos los elementos com-
ponen+es de esa ética. Esc problema espera ulterior análisis y coe íuera dcl campo de este cstudio.
565
5(,()
ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 567
Robert Boyle fue uno de los hombres de ciencia que intentaron explícita- Ias ingenios y entendimientos casi en un nivel", empírico radical que sostenía
mente enlazar el lugar de Ia ciencia en Ia vida social COn el de otros valores que Ias matemáticas no eran útiles en Ia ciencia, Bacon tuvo, no obstante,
culturales, particularmente en su Usefulness oi Experimental Natural Phíloso- éxito muy grande como uno de Ias principales protagonistas de una valoración
phy. Intentos así 10s hicieron también John Ray, cuyos trabajos de historia social positiva de Ia ciencia y de Ia renuncia a un escolasticismo estéril. Como
natural abrieron el camino y a quien Haller caracterizó como el botânico más podía esperarse del hijo de una mujer "culta, elocuente y religiosa, llena de
importante en Ia historia deI hombre, Francis Wi1lughby, que quizá fue tan fervor puritano", que fue reconocidamente influido por Ias actítudes mater-
eminente en zoología como Ray en botánica; John Wilkins, uno de los espíri- nas, habla en Advancement of Learning de que el verdadero fin de Ia acti-
tus directores deI "Colegio invisible" del cual salió Ia Real Sociedad; Ough- vidad científica es Ia "gloria del Creador y el alivio del estado del hombre".
tred Wallis, y otros. Para pruebas adicionales podemos acudir a Ia corpora- Como, según se ve claramente por muchos documentos oficiales y privados,
ción científica que, nacida hacia Ia mitad deI sigla, provocó y estimuló el Ias ensefianzas baconianas constituyeron Ias principias básicos sobre los cuales
progreso científico más que cualquiera otra agencia: Ia Real Sociedad. En este se formó Ia Real Sociedad, no es extrafio que se exprese el mismo sentimiento
caso somos particularmente afortunados de poseer una información contem- en Ia carta constitutiva de ésta.
poránea escrita bajo Ia constante vigi1ancia de los miembros de Ia Sociedad, En su última voluntad y testamento, Boyle se hace eco de Ia misma
de suerte que puede ser representativa de sus opiniones sobre los móviles y actitud y manifiesta sus deseos para los compafieros de Ia Sociedacl en los
10s propósitos de Ia asociación. Se trata de Ia muy leída History of the Royal- siguientes términos: "Deseándoles también un feliz éxito en sus laudables
Society of London; por Thomas Sprat, publicada en 1667, después de haber intentos para descubrir Ia verdadera naturaleza de Ias obras de Dias; y rogan-
sido revisada por Wilkins y otros representantes de Ia socíedad." do que eUos y todos Ias demás investigadores de Ias verdades físicas puedan
Aun un rápido examen de esos escritos basta para descubrir un hecho dedicar de corazón sus logros a Ia gloria del Gran Autor de Ia naturaleza y al
notable: ciertos elementos de Ia ética protestante habían impregnado Ia esfera bienestar de Ia humanidad."5 John Wilkins proc1amaba que el estudio expe-
de Ia conducta científica y habían dejado su huella indeleble en Ias acti- rimental de Ia naturaleza era un medio muy eficaz de suscitar en Ias hombres
tnc1es de los científicos hacia su trabajo. Las discusiones deI por qué y el Ia veneración por Dios." Francis Willughby se persuadió a publicar sus obras
para qué de Ia ciencia se correspondían punto por punto con Ias ensefianzas -que había considerado indignas de publicación->- única mente cuando Ray
puritanas sobre el mismo asunto. Una fuerza tan predominante como 10 era insistió en que era un medio de glorificar a Dios," La Wisdom oi Cod, de
Ia religión en aquellos días no fue, y quízá no podía ser, dividida en compar- Ray, tan bien recibida que en unos veinte afios se hicieron cinco copiosas edi-
timcntos y delimitada. Así, en Ia tan alabada apología de Ia ciencia escrita ciones, es un panegírico de los que Lo glorifican estudiando Sus obras,"
por Boyle se mantiene que el estudio de Ia naturaleza tiene por objeto Ia Para un moderno, relativamente insensible a Ias fuerzas religiosas y que
mayor gloria de Dias yel bien del hombre+, Éste es el móvi1 que se repite advierte Ia separación casi completa, si no Ia oposición, entre Ia ciencia y Ia
constantemente. La yuxtaposición de 10 espiritual y 10 material es caracterís- religión en nuestros días, Ia repetición de esas frases piadosas puede signifi-
lica. Esta cultura descansaba firmemente sobre un substrato de normas utili- car meramente un uso habitual y nada de convicciones hondamente arrai-
Laias que constituían Ia vara con que se medía Ia deseabilidad de Ias dife- gadas. A él esas expresiones le parecerán sólo un caso de qui nimium probat
rentes actividades. La definición de Ia acción destinada a Ia mayor gloria nihil probat: Pero tal interpretación es posible únicamente si uno no se tras-
de Dias era débil y vaga, pero podían aplicarse fácilmente normas utilitarias. lada al marco de valores del sigla XVII. Es seguro que un hombre como
A principias del siglo, había sanado Ia nota fundamental en Ia resonaníe Boyle, que gastó sumas considerables en hacer traducir Ia Biblia a lenguas
clocuencia de Francis Bacon, "verdadero apóstol de Ias sociedades cultas". Sin extranjeras no decía Ias cosas de labias afuera, como G. N. Clark observa muy
ser iniciador él mismo de descubrimientos científicos, incapaz de apreciar Ia propiamente en este respecto:
importancia de sus grandes contemporáneos Gilbert, Kepler y Galileo, cre-
ycntc ingenuo en Ia posibilidad de un método científico que "coloca todos Siempre es difícil apreciar el grado en que 10 que llamamos religión entra en
todo 10 que se dijo en el sigla XVII en lenguaje religioso. No se resuelve descon-
:1 Cf. The Life and Works oi Thomas Sprat, por c. L. Sonnichsen (Harvard University, tesis tando todas Ias palabras teológicas y tratándolas meramente como una forma
.I"dOl:l] inédita, 1931), 131 ss., donde se presentan pruebas sustanciales deI hecho de que Ia Historia común. Por el contrario, es necesario más frecuentemente que recordemos que
"'IH,'s(,llla Ias opiniones de Ia Socicdad. Es del mayor interés que Ias declaraciones del libra de esas palabras rara vez se usaban entonces sin ir acompafíadas de sentido, y que su
SI'I:l1 couccrnicntes a los fines de Ia Sociedad guarden una gran analogía en todos los puntos con Ias uso implicaba, por 10 general, un refuerzo de Ia intensidad del sentimiento.v
"ilr,,,'ln,zaciones que hace Boyle de los móviles y Ias objetivos de los científicos en general. Esta
,,"al()gía cs prueba deI predomínio del ethas que contenía csas aetitudes. 5 Citado por Gilbert, Lord Obispo de Sarum, en A Sermon preached at the Funeral ai the
., Stnnc Considerations touching the Useiulness af Experimental Natural Philosophy, por Robert Hon. Robert Boyle (Londres, 1692), 25.
II()\'I," (Osford, 1664), 22 ss. Véanse tarnbíén Ias cartas de Willíam Oughtred en Correspondence 6 Principles and Duties ai Natural Re1igion (Londres, sexta edici6n), 236 et passim .
••/ S,il'lllific Men oi the Seventeenth Century, ed. por S. J. Rigaud (Oxford, 1841), XXXIV et passim; 7 Memorials of John Ray, 14 s.
" I", (':I rtas de Jahn Ray en Ia Correspondence oi John Ray, editada por Edwin Lankester (Londres, 8 Wisdom oi God (Londres, 1691), 126-29 et passim.
I H·IHl. 'H9, 395,402 et passim. 9 The Seventeenth Century, por G. N. Clark (Oxford, 1929), 323.
568 I';STUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 569
1';1 segundo lema dominante en el ethos puritano sefialaba el bienestar bien para los secretos de un gabinete: nos hace útiles al mundo'U" En suma,
S(I('la I, cI bien de Ias muchos, como una meta que hay que tener presente Ia ciencia encarna dos valores altamente apreciados: utilitarismo y empi-
sicrupre. También en esta Ias científicos de Ia época adoptaban un objetivo rismo.
prescrito por Ias valores vigentes. La ciencia debía ser fomentada y alimen- En cierto sentido es casuística esta coincidencia explícita entre Ias prin-
tada porque conducía aI dominio de Ia naturaleza mediante Ia invención tec- cipios puritanos y Ias cualidaeles de Ia ciencia como vocación. Es un intento
nológica. Según nos dice su digno historiador, Ia Real Sociedad "no se pro- expreso para situar aI científico qua piadoso profano dentro del marco de Ias
pone detenerse en algún beneficio particular, sino que va a Ia raiz de todas valores sociales vigentes. Es solicitar Ia autorización religiosa y social, ya que
Ias invenciones nobles"."? Pero Ias experimentos que no traen consigo una tanto Ia posición constitucional como Ia autoridad personal del clero eran
g:l1Iancia inmediata no deben ser condenados, pues, como declaró el noble mucho más importantes entonces que ahora. Pero no es ésta toda Ia explica-
Ba('oll, Ias experimentos de Light condujeron finalmente a toda una serie ción. Los esfucrzos justificativos de Sprat, Wilkins, Boyle o Ray no repre-
dcinventos útiles para Ia vida y el estado del hombre. Este poder de Ia cien- sentan simplemente obsequiosidad oportunista, sino más bien un serio in-
('ia para mejorar eI estado material deI hombre, afíade Bacon, es, aparte de su tento para justificar Ios caminos de Ia ciencia hacia Dias. La Reforma había
valor puramente mundano, un bien a Ia luz de Ia doctrina evangélica de trasladado de Ia Iglesia al indivíduo eI peso de Ia salvación individual, y es
[csucristo,
esta "sensación abrumadora y aplastante de Ia responsabilidad de Ia propia
Y así en todos Ias principias del puritanismo había Ia misma correla- alma" 10 que explica el agudo interés religioso. Si Ia ciencia no fuese demos-
.iún, punto por punto entre ellos y Ias atributos, metas y resultados de Ia trablemente una vocación legítima y deseable, no osarÍa reclamar Ia atención
cicucia. Tal era 10 que pretendían Ias protagonistas de Ia ciencia en aquel de aquellos que se sienten "siempre bajo los ojos del Gran Capataz". A esta
Iicmpo. El puritanismo no hizo otra cosa que articular los valores fundamen- intensidad deI sentimiento es a 10 que se debían aquellas apologias.
I:lIes de Ia época. Si el puritanismo exige trabajo sistemático y metódico, La exaltación de Ia facultad de Ia razón en el ethos puritano -basada
diligcllcia constante en Ia ocupación de uno, ,:qué más aetivo, industrioso en parte en Ia concepción de Ia racionalidad como un dispositivo para refrenar
v sistemático, pregunta Sprat, que el arte deI experimento, "que no puede Ias pasiones- conduce inevitablemente a una actitud de simpatía hacia Ias
.rcabarse nunca por Ias trabajos perpetuas de ningún hombre, ni aun apenas actividades que exigen Ia aplicación constante del razonamiento riguroso.
por c1 esfuerzo sucesivo de Ia más grande asamblea?" 11 Hay ahí empleo sufi- Pero además, en contraste con el racionalismo medieval, se considera Ia razón
ciente para Ia laboriosidad más infatigabIe, ya que hasta Ias tesoros ocultos subordinada aI empirismo y auxiliar suyo. Sprat se apresura a seíialar Ia
de Ia naturaleza que están más lejos de Ia vista pueden ser descubiertos con preeminente suficiencia de Ia ciencia en este respecto.!" Probablemente es
Ir.rbajo y paciencia.P
en este punto donde el puritanismo y Ia actitud científica están más notoria-
~I-Iuye cl puritano del ocio porque conduce a pensamientos pecaminosos mente de acuerdo, porque Ia combinación de racionaiismo y empirismo, que
(li impíde que uno siga su vocación)? "~Qué lugar puede haber para cosas es tan pronunciada en Ia ética puritana, forma Ia esencia del espíritu de Ia
ha jas y pequefías en una mente empleada tan útil y felizmente [como en Ia ciencia moderna. El puritanismo se inspiraba en el racionalismo neoplató-
I iloxofia natural]?" 13 ~Son Ias comedias y los libros de comedias perniciosos nico, derivado en gran parte a través de una modificación adecuada de Ias
v gratos a Ia carne (y destructores de activídades más serias)? 14 Entonces enseííanzas de San Agustín. Pero no se detenía ahí. Asociada con Ia seüalada
c; Ia "ocasión más adecuada para que los experimentos aparezcan, para ense- necesidad de tratar con éxito los asuntos prácticos de Ia vida en este mundo
1I;I[1I0S una sabiduría que brota de Ias profundidades elel saber, para dispersar -derivación deI sesgo peculiar que brindaba en gran parte Ia cloctrina calvi-
I:IS sombras y para disipar Ias nieblas de Ias distracciones espirituaIes ocasio- nista de Ia predestinación y Ia certitudo saluiis mediante una venturosa activi-
i
11:i(1:1S por el teatro".15 Y, finalmente, ~una vida de diligente actividad en l dad mundana-c- estaba Ia importancia concedida al empirismo. Estas dos
d mnndo resulta preferible al ascetismo monástico? Reconózcase, enton- corrientes, llevadas a convergir mediante Ia lógica de un sistema de valores
«('s cl hecho de que el estudio de Ia filosofía natural

J I)
"no 110S prepara tan

llistory of tbe Royal-Society, por Thornas Sprat, 78-9.


11 'hicl., 341-2.
[
l
intrínsecamente congruentes, estaban asociadas con los dernás valores de Ia

16 Ibicl., 365·6. Sprat sugicre perspicazmente que el ascetismo monástico producído por escrú-
pulos religiosos era responsable en parte de Ia falta de empirismo de Ias escolásticos. "zPero qué
lamentables tipos de filosofía tienen nccesidad de producir Ias escolásticos, cuando era parte de su
I~ Wi.l,1om of God, de Ray, 125.
religión apartarse cuanto pudieran dei trato con Ia humanidad? ;.Cuando cstaban tan lejos de ser
1:1 Sprat, 01'. cit., 344-5.
capaces de descubrir Ias secretos de Ia natnraleza, que apenas si tenían oportunidad de ver álgo de
11 Christian Directory, por Richard Baxter (Londres, 1825; publicado por primera vez en 1664),
sus trabajos comunes?" Ibid., 19.
I, 1>2; 1/, 167. Cf. Robert Barclay, el apologista cuáquero, quien indica especificamente "los expe. r 17 Sprat, 01'. cit., 361. Baxter vituperó, de un modo representativo de Ias puritanos, Ia invasión
,,,,,,,,,1,,, geométricos y matemáticos" como diversiones inocentes que hay que buscar en vez de de "entusiasmo" en Ia rcligión. La razón debe "conservar su autoric1ad en el mando v gobierno de
'''''lI'djas perniciosas. An Al'0logy for the True Christian Divinity (Filadelfia, 1805, escrita en nuestros pcnsamientos". CD., rr, 199. En un espirítu análogo, Ias quc en casa de Wilkins establecie-
11,7'). ~54-5.
ron Ias cimientos de Ia Real Sociedad "estaban invenciblcmente armados contra todos Ias hechizos
I r, Sprat, 01'. cit., 362.
dcl entusiasmo". Sprat, oj>. cit., ~3,

...
570 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 571

{)loca, de suerte que prepararon el camino para Ia aceptaci6n de una combi- Aunque esta concepción no fue desconocida deI pensamiento medieval, Ias
uación parecida en Ia ciencia natural. consecuencias deducidas de ella fueron completamente diferentes. Así, Ar-
EI empirísmo y el racionalismo fueron canonizados, beatificados, por naldo de Villanova, al estudiar los productos deI Taller Divino, se atiene es-
decirlo así. Muy bien puede ser que el ethos puritano no influyese directa- trictamente al ideal medieval de determinar Ias propiedades de los fenómenos
mente en el método de Ia ciencia y que haya habido simplemente un des- mediante tablas (en Ias que se registran todas Ias combinaciones de acuerdo
arro11o paralelo en Ia historia interna de Ia ciencia; pem es evidente que, me- con 10s cánones de Ia lógica). Pero en el siglo XVII, Ia importancia concedida
diante Ia compulsión psicol6gica hacia ciertos modos de pensamiento y de al empirismo condujo a Ia investigación de Ia naturaleza primordialmente
conducta, este complejo de valores hizo plausible una ciencia empíricamente mediante Ia observación.l'' Esta diferencia en Ia interpretación de Ia misma
fundada, y no, corno en el periodo medieval, reprensible o, en el mejor caso; doctrina en 10 esencial sólo puede comprenderse a Ia luz de los diferentes
adrnisible por tolerancia. Esto no pudo menos de orientar hacia los campos valores que impregnaban Ias dos culturas.
científicos algunos talentos que de otro modo se hubieran dedicado a profe- Para un Barrow, un Boyle o un Wilkins, o para un Ray o un Grew, Ia
siones más estimadas. EI hecho de que hoy Ia ciencia esté en gran parte; ciencia encuentra su justificación racional en el fin supremo de Ia existencia:
si no completamente, divorciada de sanciones religiosas es interesante en sí Ia glorificación de Dios. Así, según Boyle :20
mismo como ejemplo deI proceso de secularización. ... Amar a Dios, como El merece, ser respetado con todas nuestras faculta-
Los orígenes de esta secularización, débil mente perceptible a fines de Ia des, y en consecuencía ser glorificado y reconocido por Ias actos de Ia razón, así
Edad Media, son manifiestos en el eihos puritano. Fue en este sistema de como por los de Ia fe; seguramente tiene que haber una gran disparidad entre
valores donde Ia razón y Ia experiencia se consideraron por primera vez seria- Ia general, confusa y pesada idea que comúnmente tenemos de Su poder y sabidu-
ladamente como medias independientes de averiguar aun Ias verdades reli- ria, y Ias nociones claras, racionales y conmovedoras de esos atributos que se for-
giosas. La fe que no duda y que no es "comprobada racionalmente", dice man por Ia inspección atenta de Ias criaturas en que son más legibles, y que fueron
Baxter, no es fe, sino un sueüo, o una fantasía, o una opinión. De hecho, hechas principalmente para ese mismo fino
csto da a Ia ciencia un poder que, en definitiva, puede limitar el de Ia teología. Ray lleva esta concepción a su conclusión lógica, porque si Ia naturaleza
Así, pues, una vez claramente com prendidos estos procesos, no es sor-
es Ia manifestación de Su poder, entonces nada es en Ia naturaleza demasiado
prendente, ni inconsecuente, que Lutero particularmente, y Melanchthon coa
bajo para el estudio científico." EI universo yel insecto, el macrocosmos y el
menos rigor, execrasen Ia cosmología de Copérnico, y que Calvino frunciera
microcosmos, son por igual indicios de Ia "razón divina que corre como una
cl cefio ante Ia aceptación de muchos descubrimientos científicos de su épo-
vena de oro a 10 largo de toda Ia mina de plomo de Ia naturaleza bruta".
(';1, aI mismo tiempo que Ia ética religiosa que procedía de esos jefes invitaba
Hasta este momento nos hemos interesado principalmente por Ia sanción
;11 cstudio de Ia ciencia natural." En Ia medida en que Ias actitudes de los
directamente sentida de Ia ciencia a través de valores puritanos. A pesar de
teólogos dominaban Ia ética religiosa, subversiva de hecho -como Ia autori- que esto tuvo gran influencia, hubo otro tipo de relación que, aunque sutil
dad ele Calvino en Ginebra hasta principios deI siglo XVIlI-, Ia ciencia puede
y difícil de percibir, fue quizás de Ia mayor importancia. Nos referimos a Ia
ser reprimida. Pero al aflojarse esta influencia hostil y aI producirse una ética
preparación de un conjunto de supuestos implícitos en gran parte que pro-
derivada de ella pero, sin embargo, muy diferente de ella, Ia ciencia adquiere dujeron Ia rápida aceptación de Ia actitud científica característica de los si-
1ll1CVavida, como ocurrió en Ginebra. glos XVII y siguientes. No es simplemente que eI protestantismo contuviera
Quizás el elemento más directamente eficaz de Ia ética protestante para implícitamente el libre exarnen, o que vituperase eI ascetismo monástico. És-
sancionar Ia ciencia natural fue eI que sostenía que eI estudio de Ia naturaleza
tas son cosas importantes, pero no agotan Ia materia.
permite una apreciación más completa de Sus obras y esto nos lIeva a admi- Se ha hecho manifiesto que en cada época hay un sistema científico que
rar el poder, Ia sabiduría y Ia bondad de Dios manifiestos en su creación. '1
! descansa sobre un conjunto de supuestos, habitualmente implícitos y rara vez
I
1H A base de este análisis, es sorprendente advertir Ia afirmación atribuida a Max Weber de que' puestos en duda por los científicos de Ia época.22 EI supuesto básico en Ia
Ia oposición de Ias refonnadores es razón suficiente para no enlazar eI protestantismo con los
1I1!<Tl'SeS científicos. Véase Wírtscbaftsgescbicbte (Munich, 1924), 314. Esta observación es êspe· 19 "Religious motives in the medical biology of the seventeenth century", por Walter Pagel,
"iahucnlc imprevista, ya que no está en absoluto de acuerdo con el estudio de Weber sobre e1' en Bulletin of tbe Institnte of tlie History of Medicine, 1935, 3, 214-15.
uuxruo pnnto en sus otras obras. Cf. Religionssoziologie, I, 141, 564; WissenscbaEt aIs BeruE (Mu- 20 Usefulness oE Experimental Natural Pbilosophy, 53; cf. Wisdom of Cod, de Ray, 132;
uich, 1921), 19-20. La explicación probable es que Ia primera afirmación no es deWeber, ya que Natural Religion, de Wi1kins, 236 ss.; Opuscula, de Barrow, IV, 88 ss.; Cosmologia sacra, de Nehemiah
Ia \Virlschaftsgeschicbte fue compilada de notas de c1ase por dos de sus alumnos que pueden no Grew (Londres, 1701), quien dice que "Dias es e1 fin originario" y que "estamos oblígadcs a estu-
""1,,,, hccho Ias neccsarías distinciones. Es inverosímil que Weber hubiera incurrido en el elementar diar Sus obras".
«rror de confundir Ia oposición de 10s reformadores a ciertos descubrimientos científicos con Ias 21 Wisdom of Cod de Ray, 130 ss. Max Weber cita como de Swammerdam Ias siguientes
"o!lS('cl!cncias imprevistas de Ia ética protestante, en particular porque advirtió expresamcnte en su palabras: "Aqui le ofrezco Ia prueba de Ia previsión de Dias en Ia anatomia de un piojo." Wíssen-
Hdi/:i""",oziologie que no dejaran de hacerse esas discriminaciones. Para presagios penetrantes, pero scbaft aIs Beruf, 19.
Vilf:O.',de Ia hipótesis de Weber, véase Cours de pbilosophie positive, de Auguste Comte (Paris, 2'2 A. E. Heath en Isaac Newton: A Memorial Volume, ed. por W. J. Greenstreet (Londres,
IHM),IV, 127·30. 1927), 133 ss.; Tbe Metapbysieal Foundations of Modern Physical Science (Londres, 1925).
~77 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 573
cicncia moderna "es el convencimiento generalizado e instintivo de un orden .. , sc hiere Ia doetrina de Ia predestinaeión en su más profunda entraün si se Ia
ele cosas, y, en particular, de un orden de Ia naturaleza" .23 Esta creencia, esta entiende como un hecho natural, s610 que el principio supremo que está igual-
fc, por 10 menos desde los tiernpos de Hume hay que reconocerla como tal, mente a Ia base ele todo complejo fenoménieo científico-natural es en este caso Ia
cx simplemente "imperrneable a Ia exigencia de una racionalidad consecuen- gloria dei intimamente vivida.
I c:". En Ias sistemas de ideas científicas de Galileo, Newton y sus sucesores, el
Icstimonin del experimento es el criterio definitivo de verdad, pero se excluye EI ambiente cultural estaba impregnado de esta actitud hacia los fenó-
menos naturales que se derivaba tanto de Ia ciencia como de Ia religión y
LI noción misma de experimento sin el supuesto previo de que Ia naturaleza
que reforzaba Ia continuada vigencia de concepciones características de Ia
«oustituye un orden inteligible, así que cuando se Ie hagan preguntas apro-
ciencia nueva.
piadas, contestará, por decirlo así. De ahí que este supuesto sea definitivo y
Queda por terminar una parte que reviste importancia suprema para este
;1 bsoluto.>' Como dijo eI profesor Whitehead, "esta fe en Ia posibilidad de
estudio. No es verificación suficiente de nuestra hipótesis que Ias actitudes
Li cicncia, producida anteriormente aI desarrollo de Ia teoría científica mo-
culturales inducidas por Ia ética protestante fuesen favorables a Ia ciencia. Ni
derna, es un derivado inconsciente de Ia teología medieval". Pero esta convic- siquiera aún que el móvil conscientemente expresado de muchos científicos
(i('lIl, aunque es requisito previo de Ia ciencia moderna, no era bastante para eminentes 10 proporcionara esa ética. Ni tampoco que Ia forma de pensa-
prorlucir su desarrollo. Lo que se nccesitaba era U11 interés constante por miento que es característica de Ia ciencia moderna, a saber, Ia combinación
investigar ese orden de Ia naturaleza de una manera empírico-racional, es de empirismo y racionalismo y Ia fe en Ia validez de un postulado básico,
.kx-ir, un interés activo por este mundo y sus fenómenos más una estructura en un orden comprensible de Ia naturaleza, tenga una congruencia algo más
mental específica. Con el protestantismo, Ia religión proporcionó ese interés: que fortuita con los valores implícitos en el protestantismo. Todo esto sólo
('1\ realidad impuso Ia obligación de concentrarse intensamente en Ia activi- puede proporcionar algunas pruebas de cierta probabílidad de Ia conexión
d.id secular, dando especial importancia a Ia experiencia y Ia razón como bases que estamos estudiando. La comprobación más importante de Ia hipótesis
p:lra Ia acción y Ia creencia. hay que buscarIa en Ia confrontación de los resultados deducidos de Ia hipó-
Aun Ia Bíblia como autoridad decisiva y completa estuvo sometida a Ia tesis con datas empíricos relevantes. Si Ia ética protestante implicaba un
iI ti crpretación deI individuo sobre esas bases. La analogía en pun to de vista conjunto de actitudes favorables a Ia ciencia y Ia tecnología en muchas mane-
v actitud intelectual de este sistema con el de Ia ciencia contemporánea tiene ras, encontraremos entre 10s protestantes una propensión mayor hacia esos
a Igo más que un interés pasajero. No podía menos de moldear una actítud campos de trabajo de 10 que podría esperarse simplemente a base de su repre-
p:lra observar eI mundo de Ios fenómenos sensibles que condujo ante todo a sentación en Ia población total. Además, si, como se ha sugerido con fre-
.ucptar de buen grado, y en realidad a preparar, Ia misma actitud en Ia cien- cuencia/" Ia huella producida por esa ética duró hasta mucho después de
<ia. Que Ia analogía tiene hondas raíces y no es superficial puede colegirse haber sido rechazada en gran parte, entonces, aún en épocas posteriores al
dcl siguiente comentario sobre Ia teología de Calvino :25 siglo XVII, esta conexión entre protestantismo y ciencia persistiria en algún
grado. La sección siguiente estará, pues, dedica da a esta cornprobación adi-
[,os pensamientos
se objetivan y disponen en un sistema doctrinario objetivo. cional de Ia hipótesis.
1':':(: sistema adquiere un verdadero aspecto científico-natural;es claro, inteligible
\ de fácil formulación, Pues todo 10 que pertenece aI mundo exterior se puede
I"slTllcturar eon mayor claridael que 10 que se desenvuelve en Ias profundidades. El impulso puritano a la ciencia

La conviceión
de una Iey inrnutable es tan pronunciada en Ia teoría de
,
:"
, En Ios orígenes de Ia Real Sociedad hay un nexo muy estrecho entre cien-
11 prcdestinación como en Ia investigación científica: "La Iey inmutable está cia y sociedad. La Sociedad misma nació de un interés previ o por Ia ciencia,
:dlí y hay que reconocerla't.s" La analogía entre esta concepción yel supuesto y Ias subsiguicntes actividades de sus individuos suministraron un impulso
.icntffico Ia sefiala claramente Hermann Weber.ê? apreciable aI progreso científico posterior. EI comienzo de este grupo se en-
cuentra en Ias reuniones fortuitas de devotos de Ia ciencia en 1645 y después.
:::1 Scicnce and the Modern \Vorld, por A. N. \Vbitchead (Nueva York, 1931), 5 ss. Entre Ios espíritus más destacados figuraban John Wilkins, John Wallis, y
~I Cf. E. A. Burtt en Isaac Newton: A Memorial Volume, 139. Para Ia exposición c1ásica de
''',1;1 r" científica, véanse "Rules of Reasoning in Philosophy", de Ncwton, en sus Principia (Lon- poco después Robert Boyle y Sir William Petty, cn todos Ios cuales parecen
""', ",I. de 1729), n, 160 ss. haber ejercido una influencia singularmente intensa Ias fuerzas religiosas.
~~ Dic Theologie Calvins, por Hermann Weber (Berlín, 1930), 23.
~Ii Illicl., 31. La írnportancia de Ia teoria de Ia precíencia de Dias paIa reforzar Ia creencia cn
28 Como dice Trocltsch: "E1 mundo actual vive consecuentcmente en tan poca medida como
LI ley natural Ia sefiala H. T. Buckle en History of Civilization in England (Nueva York, 1925), cualquier otro; puedeu dominar potencias espirituales, a pesar de que sean discutidas." EI protestan-
,111:'. tismo y el mundo moderno (México, F. de C. E., 1951), 32; ci. john Calvin: The Man and His
:'7 O/,. cit., 31.
Ethics, por Georgia Harkness (Nueva York, 1931), 7 ss.

I
r;7·~ ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 575
Wilkins,
después obispo anglicano, se crió en casa de [ohn Dod, su abue- brough, era claramente no puritano. Acerca de dos de Ias demás hay alguna
10 materno, notable teólogo inconformista, y "su primera educación le había incertidumbre, aunque Merret tuvo preparación puritana. Los otros eran to-
dado una fuerte inclinación hacia los principios puritanos'i." La influencia dos decididamente puritanos. Además, en Ia lista originaria de individuos de
de Wílkins como director del Colegio de Wadham fue profunda; bajo ella Ia Sociedad en 1663, cuarenta y dos de Ias sesenta y ocho sobre quienes hay
c-xl uvicron Ward, Rooke, Wren, Sprat y Walter Pope (su hermanastro), todos información acerca de su orientación religiosa eran manifiestamente purita-
los cuales fueron miembros fundadores de Ia Real Sociedad.?? [ohn Wallis, nos. Teniendo en cuenta que Ias puritanos constituían una minoría relativa-
:I (lIya Arithmetica Infinitorum reconoció Newton deber muchos de sus prin- mente pequena en Ia población inglesa, el hecho de que constituyesen el
«ip.rlcs conceptos matemáticos, era un eclesiástico con fuerte inc1inación a los sesenta y dos por ciento de Ias individuos iniciales de Ia Sociedad resulta aún
priucipios puritanos. Ya se ha sefialado Ia piedad de Boyle; Ia única razón más llamativo. La decana Stimson conc1uye: "Que Ia ciencia experimental
por Ia que no recibió Ias órdenes sagradas fue, como él dijo, "Ia ausencia se haya difundido tan rápidamente como 10 hizo en Ia Inglaterra deI sigla XVII
de vocación interior't." me parece que se debe, en parte por 10 menos, a que Ias puritanos mode-
'I'heodore Haak, el virtuoso alemán que jugó papel tan prominente en Ia rados Ia estimulaban."
Iorurición de Ia Real Sociedad, era un decidido calvinista. Denis Papín,
qlle durante su prolongada estancia en Inglaterra contribuyó notablemente a
La influencia puritana sobre Ia educación científica
LI cicncia y Ia tecnología, era un calvinista francés obligado a abandonar su
p:lÍs para evitar persecuciones religiosas. Thomas Sydenham, llamado a veces Esta relación no se evidenciaba únicamente entre Ias individuos de Ia Real
"cl Ilipócrates inglés", era un ardiente puritano que luchó como uno de Ias Sociedad. La importancia concedida por Ias puritanos al utilitarismo y el
hombres de Cromwell. Sir William Petty era un latitudinario; había sido empirísmo se manifestó igualmente en el tiempo de educación que ímplan-
pari iclario de Cromwell, y en sus escritos manifestaba claramente Ias influen- taron y fomentaron. EI "atiborrarniento de gramática formal" de Ias escuelas
(i:IS .lcl puritanismo. De Sir Robert Moray, llamado por Huyghens "el alma fue criticado por ellos tanto como el formalismo de Ia Iglesia.
(Ic Ia Real Sociedad", pudo decirse que "Ia religión era el principal resorte de Prominente entre los puritanos que de manera tan consecuente procu-
:,11 vida, y entre tribunales y campamentos pasaba en devoción muchas horas raron introducir Ia nueva educación realista, utilitaria y empírica en Ingla-
dei día" .:{2 terra, fue Samuel Hartlib. Formó el lazo de unión entre 10s diferentes edu-
Dificilmente puede ser una circunstancia fortuita el hecho de que Ias cadores protestantes de Inglaterra y de Europa que trataban encarecidamente
principales figuras de este grupo nuclear de Ia Real Sociedad fuesen teólogos de difundir el estudio académico de Ia ciencia. Fue a Hartlib a quien Milton
11 liombres eminentemente religiosos, aunque no es completamente exacto dedicó su tratado sobre Ia educación y a quíen dedicó Sir William Petty su
uumtener, como hizo el DI. Richardson, que los orígenes de Ia Sociedad "Díctamen ... para el progreso de algunas partes particulares del saber", o sea,
í uvicron lugar en un pequeno grupo de hombres sabios entre Ias cuales pre- Ia ciencia, Ia tecnología y Ias artes mecánicas. Además, fue Hartlib el media
dominaban los teólogos puntanos.s" Pero es completamente cierto que los para divulgar Ias ideas educativas de Comenio y para llevarIo a Inglaterra.
cspiritus que crearon Ia Sociedad estaban marcadamente influidos por con- EI reformador bohemio T uan Amós Comenio fue uno de Ias educadores
('I"j)cioncs puritanas. más influyentes de aquella época. En el sistema educativo que promulgó
La decana Dorothy Stimson, en un trabajo publicado recientemente, eran fundamentales Ias normas del utilitarismo y el empirismo: valores que
IIq,,('1 independientemente a esta misma conclusión.s" Hace notar que de los sólo podían conducir a destacar Ia importancia deI estudio de Ia ciencia y de
dicz individuos que formaban el "colegio invisible" en 1645 sólo uno, Scar- Ia tecnología, de Ias Realia.35 Resumió sus opiniones en Ia Didactica Magna,

li<'
~Il Notas de John Ray, 18-19; The Life and Times of John WiIkins,

I.,,,, I V izcoude Say y Seale, resuelto y práctico puritano.


:1'11 lIenderson,
:11 Dictionary
op. cit., 72-3.
por P. A. W. Henderson
(I., .nrlrcs, 1910), 36. Además, después de haber tomado Wilkins órdenes sagradas fue capellán dei

of National Biography, Il, 1028. Esta razón, que actuó también para que Sir
S,,"",d Morland se dedicas e a Ias matemáticas y no al sacerdocio, es un ejemplo de Ia acción directa
Lr {'Iica protestante que, tal como Ia expuso Baxter, por ejemplo, sostenía que sólo Ias que sentían
1111" "llamada interior" entraban en el clero, y que los otros podían servir mejor a Ia sociedad adop-
,
!;
su obra más influyente.?"

Se facilitará Ia tarea del alumno, si el maestro, cuando le ensefia algo, le mucs-


tra aI mismo tiempo su aplicación práctica en Ia vida diaria. Esta regIa debe obser-
varse cuidadosamente al ensefiar idiomas, díaléctica, aritmética, geometría, física,
etcétera.
.. .Ia verdad y Ia certidumbre de Ia ciencia dependen más deI testimonio de
,,",,111 "Iras acreditadas actividades seculares. Sobre Morland, véase Ia "'Autobiography of Sir Samuel Ias sentidos que de cuaIquiera otra cosa. Porque Ias cosas se imprimen directa-
1\111""""", cn Lctters Illustrative of the Progress of Science i11England, por J. O. Halliwell-Phillipps mente en los sentidos, pero en e1 entendimiento sóIo mediatamente y a través de
(Loudrc», 1841), 116 ss.
:1:': Ilictionary of National Biography, XIII, 1299. 35 "Pâdagogík:Geschichte und Grundlinien des Systerns", por Wilhelm Dilthey, en Gesam-
:I:, ";Hglish Preachers and Preaching, por C. F. Richardson (Nueva York, 1928), 177. melte Schriften (Leipzig y Berlín, 1934), 163 ss.
:11 "Puritanisrn and the new phílosophy ín seventecnth-ccntury England", por Dorothy Stimson, 36 The Creat Didactic, de J. A. Comenius, traducída por M. W. Keatinge (Londres, 1896),
1"" /llllld in ot the Institute of the History of Medicine, 1935, 3, 321-34. 292, 337; véanse también 195, 302, 329 341.

II
ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA
PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 577
576
.. .la diferencia entre los dos sistemas educativos se advierte no tanto en Ia
10s sentidos ... La ciencia, pues, aumenta en certidumbre proporcionalmente a 10
introducción en Ias academias de matérias y métodos "modernos" como en el he-
que depende de Ia percepción sensorial. cho de que entre los inconformistas funcionaba un sistema de trabajo totalmente
diferente dei de Ias universidades. EI espíritu que animaba a los disídentes era e]
Comenio halló buena acogida entre los educadores protestantes de In- que impulsó a Ramus y a Comenio en Francia y en Alemania y que en Inglaterra
glaterra que subscribían Ios mismos valores: individuos como Hartlib, John había movido a Bacon y después a Hartlib y su círculo.
Dury, Wilkins y Haak." A petición de Hartlib se trasladó a Inglaterra con
el propósito expreso de converti r en realidad Ia Casa de Salomón, de Bacon. Está muy justificada esta comparación de Ias academias puritanas de In-
Como observó el mismo Comenio: "Nada parecia más seguro que seria lle- glaterra con Ios progresos educativos protestantes eu eI Continente. Las aca-
vado a efecto aquel proyecto del gran Verulam de abrir en alguna parte deI demias protestantes de Francia dedicaron a materias científicas y lltilitarias
mundo un colegio universal, cuyo único objeto sería el progreso de Ias cien- mucha más atención que Ias instituciones católicas." Cuando Ios católicos
cias."38 Pero se frustró eI propósito por el desorden social que acompafió a Ia se apoderaron de muchas de Ias academias protestantes, disminuyó conside-
rcbelión de Irlanda. No obstante, el objetivo puritano del progreso de Ia cien- rablemente eI estudio de Ia ciencia." Además, como veremos, aún en Ia
cia no fue completamente estéril. Cromwell fundó Ia única universidad in- Francia predominantemente católica, gran parte deI trabajo científico 10 hi-
glesa nueva establecida entre Ia Edad Media y eI sigla XIX, Ia Universidad cieron protestantes. Entre los protestantes desterrados de Francia se contaban
de Durham, "para todas Ias ciencias'I.ê? Y en Cambridge aumentó considera- muchos e importantes científicos e inventores.s"
blemente eI estudio de Ia ciencia durante eI auge en ella de Ia influencia
puritana.t?
En eI mismo espíritu, el puritano Hezekiah Woodward, amigo de Hart-
Unificación de valores de! puritanismo y la ciencia
lib, insistió en el realismo (cosas, no palabras) y en Ia cnsefianza de Ia cien- El mero hecho de que un indivíduo sea nominalmente católico o protes-
cia.41 A fin de iniciar el estudio de Ia ciencia nueva en escala mucho más tante no tiene, naturalmente, influencia en sus actitudes hacia Ia ciencia. Sólo
amplia que Ia que había predominado hasta entonces, Ias puritanos institu- cuando adapta los lemas y Ias implicaciones de Ias ensefianzas adquiere im-
yeron numerosas academias disidentes. Eran escuelas de categoría universi- portancia su afiIiación religiosa. Por ejemplo, sólo cuando Pascal se convirtió
taria que se abrieron en diferentes partes del reino. Una de Ias primeras fue plenamente a Ias ensefianzas de [ansenius advirtió Ia "vanidad de Ia ciencia",
Ia Academia de Morton, en Ia que se concedía pronunciada importancia a Ias Porque Jansenius mantenía, característicamente, que por encima de todo de-
estudios científicos. Charles Morton pasó después a Nueva Inglaterra, donde bemos saber que eI vano amor de Ia ciencia, aunque aparentemente inocente,
fue vicepresidente deI Colegio de Harvard, en el que "introdujo los sistemas es en realidad una asechanza que "aleja a los hombres de Ia contemplación
de ciencia que ha bía usado en Inglaterra" .42 En Ia inf1uyente Academia de de Ias verdades eternas para descansar en Ia satisfacción de Ia inteligencia
Northampton, otro de los centros educativos puritanos, tuvieron importante finíta"."? Una vez convertido Pascal a esas creencias, resolvió "poner fin a.
lugar en el hora rio Ia mecânica, Ia hidrostática, Ia física, Ia anatomía y Ia todas Ias investigaciones científicas a que se había dedicado hasta entones" .411
astronomía. Estos estudios se hacían en gran parte con Ia ayuda de experi- Es Ia firme aceptación de los valores básicos de Ias dos credos 10 que explica
mentos y observaciones reales. Ia diferencia en Ias respectivas aportaciones científicas de católicos y protes-
Pero Ia sefialada importancia dada por Ias puritanos a Ia ciencia y Ia tec- tantes.
nología quizás se aprecie mejor comparado Ias academias puritanas y Ias En eI Nuevo Mundo se seüaló Ia misma asociación de protestantismo y
universidades. Estas últimas, aún después de haberimplantado materias ciencia. Los individuos correspondientes y de número de Ia Real Sociedad
científicas, siguieron dando una enseüanza esencialmente c1ásica; Ios verda- que vivieron en Nueva Inglaterra "todos estaban preparados en eI pensa-
deros estudios culturales eran los que, si no completamente inútiles, por 10 miento calvinista'l.w Los fundadores de Harvard procedían de esa cultura
menos eran de finalidad definidamente no utilitaria. Las academias, por calvinista, no de Ia era literaria deI Renacimiento ni del movimiento cientí-
el contrario, sostenian que una educación verdaderamente liberal era Ia que
44 f;tude sur les académies protestantes en France au XVI, XVII, siêcles, por P. D. Bourchenin
se mantenía "en contacto con Ia vida" y que, en consecuencia, abarcaría tan-
(Paris, 1882),445 ss.
tas materias útiles como fuera posibIe. Como dice Ia Dra. Parker r'" 45 "Les académies protestantes de Montauban et de Nimes", por M. Nicholas, en BuIletin de
Ia soeiété de l'histoire du protestantisrne iumçeis, 1858. 4, 35-48.
37 Comenius in England, por Robert F. Young (Oxford, 1932), 5-9. 46 Prorestanr Exiles frorn France, por D. C. A. Agnev (Edinburgo, 1866), 210 ss.
308 Opera Didaetiea Omnía (Amsterdam, 1657), Libra lI, prefacio. 47 Paseal, por Emile Boutroux, trad. por E. M. Creak (Manehester, 1902), 16.
39 The Unknown Cromwell, por F. H. Hayward (Londres, 1934), 206-30, 315. 48 Ibid., 17; ci. Pascal, por '[acques Chcvalicr (Nueva York, 1930), 143; Pensarnientos, de
40 Cambridge Characteristics in the Seventeenth Century, por [ames B. Mullinger (Londres, Pascal, trad. por O. \V. Wright (Boston, 1884), 224, núm. XXVII. "Vanidad de Ias cíencias- La
1867), 180-81 et passim. ciencia de Ias cosas exteriores no me consolará de Ia ignorancia de Ia ética en tiernpos de aflieei6n;
41 Dissenting Aeademies in England, por Irene Parker (Cambridge, 1914), 24. pero la ciencia de Ia moral me consolará de Ia ignorancia de Ias cosas exteriores."
4.2 Ibid., 62. 49 Stimson, op. cit., 332.
43 lbid., 13 3-4.
578 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 579
fico del sigla XVII, y sus mentes se dejaron llevar más fácil mente por este comparaclOn es profundo, pues, como se ha observado con frecuencia, 10s
último canal de pensamiento que por el primero.s? Esta predilección de 10s valores y 10s principias del puritanismo y del pietismo son casi idénticos. Cot-
puritanos por Ia ciencia Ia seí'íala también el profesor Morison, quien dice: ton Mather había reconocido Ia estrecha semejanza de 10s dos movimientos
"El clero puritano, en vez de oponerse a Ia aceptación de Ia teoria coperni- protestantes cuando dijo que "el puritanismo norteamericano se parece tanto
cana, fue el principal patrocinador y promotor de Ia nueva astronomía, y de aI pietismo federicano", que pueden considerarse virtualmente idénticos.P EI
otros descubrimientos científicos, en Nueva Inglaterra'U" Es significativo pietismo, salvo por su mayor "entusiasmo", casi podia llarnarse el equivalente
que John Winthrop el joven, de Massachusetts, más tarde individuo de Ia continental del puritanismo. De aquí, que, si está justificada nuestra hípó-
Real Sociedad, fuese a Londres en 1641 y probablemente pasara algún tiempo tesis de Ia asociación entre el puritanismo y el interés por Ia ciencia y Ia tec-
con Hartlib, Dury y Comenio en Londres. A 10 que parece, sugirió a Come- nología, pudiera esperar uno encontrar Ia misma correlación entre 10s pietis-
nio que se trasladas e a Nueva Inglaterra y fundase allí un colegio.s- Algunos tas. Y tal fue, muy sefialadamente, el caso.
aí'ío después Increase Mather (presidente deI Colegio de Harvard de 1684 a Los pietistas de Alemania y de otras partes entraron en estrecha alianza
1701) fundó en Boston una "Sociedad Filosófica'U" con Ia "educación nueva": el estudio de Ia ciencia y Ia tecnología, de los
EI contenido científico deI programa educativo de Harvard se derivaba Realia.60 Los dos movimientos tenían en común el punto de vista realista
en gran parte deI deI protestante Peter Ramus.v' Ramus había formulado y práctico, combinado con intensa aversión a Ias especulaciones de los filó-
un plan de estudios que, en contraste con el de Ias universidades católicas, sofos aristotélicos. En 10s puntos de vista educativos de Ias pietistas eran
daba gran importancia al estudio de Ias ciencias.r" Sus ideas fueron bien .J fundamentales Ios mismos valores utilitarios y empíricos hondamente arrai-
"1
acogidas en Ias universidades protestantes del Continente, en Cambridge (que j gados que movían a los puritanos 61 Sobre la base de esos valores destacaron
tenía un elemento puritano y científico mayor que Oxford.s" y más tarde en Ia importancia de Ia ciencia nueva 10s jefes pietistas: Augusto Hermann
Harvard, pero fueron firmemente denunciadas en Ias diferentes instituciones ~~ Francke, Com enio y sus discípulos.
católicas." EI espíritu reformador de utilitarismo y "realismo" probable- Francke indicó repetidamente Ia conveniencia de familiarizar aIos estu-
mente explica en gran parte Ia favorable acogida de Ias opiniones de Ramus. diantes con los conocimientos científicos práctícos." Tanto Francke como
su colega Christian Thornasius se opusieron al fuerte movimiento educativo
causado por Christian Weise, el cual propugnaba primordialmente Ia prepa-
Uníficacíón de valores dei pietísmo y Ia conciencia
ración en oratoria y en Ios clásicos y procuraba hasta cierto punto "introdu-
La Dra. Parker advierte que Ias academias puritanas de Inglaterra "pue- cir Ias descuidadas disciplinas modernas, que servían más adecuadamente a
den compararse con Ias escuelas de los pietistas en Alemania, Ias cuales, bajo sus propósitos, estudios como Ia biologia, Ia física, Ia astronomia, etcétera."."
Francke y sus discípulos, prepararon el camino para Ias Realschulen, pues no A dondequiera que el pie tis mo llevó su influencia sobre el sistema edu-
puede haber duda en que así como Ios pietistas continuaron Ia obra de Come- cativo, se siguió Ia introducción en gran escala de materias científicas y téc-
nio en Alemania, los disidentes pusieron en práctica Ias teorias de Hartlib, nicas.64 Así, Francke y Thomasius echaron Ios cimientos de Ia Universidad
Milton y Petty, seguidores ingleses de Comenio"." EI significado de esta de Halle, que fue Ia primera universidad aIemana que introdujo una prepa-
ración completa en ciencias.?" Los principales profesores, como Friedrich
5'0 "Possible sources of Technologia at early Harvard", por Porter G. Perrin, en New England 59 "Cotton Mather and August Hermann Francke, por Kuno Francke, en Rarvard Stuclies and
Quarterly. 1934, 7, 724. Notes, 1896, 5. 63. Véase también cl convincente estúdio dc este punto en Protestant Ethic, de
51 "Astronomyat colonial Harvard", por Samuel E. Morison, en New England Quarterly, 1934, Max Weber, 132-5.
7, 3-24; también "A plea for Puritanism", por Clifford K. Shipton, en The American Ristorical 60 German Education: Past anel Present, por Friedrich Paulscn, trad. por T. Lorenz (Londres,
Review, 1935,40,463-4. 1908),104s5.
5.2 Comenius in England por R. F. Young, 7-8. 61 Geschichte der deutschen Bildungswesens seit der Mitte des siebzehnten Jahrhuuderts, por
53 Ibid .. 95. Alfred Heubaurn (Berlín, 1905), 1, 90. "La meta de Ia educación [entre los pietistas] es Ia posíbilidad
54 Perrin, 01'. cit., 723-4. de empleo práctico del educando para el bien de Ia comunidad. La notable influencia dei aspecto
5" Geschichte der Piidagogik, por Theobald Ziegler (Munich, 1895), I, 108. Ziegler seãala que utilitarista ... disminuye el peligro de exageraci6n dei aspecto religioso y le asegura ai movimiento
mientras Ias instituciones católicas francesas contemporáneas sólo dedicaban Ia sexta parte dei plan su significación para eI futuro próximo."
de cstudios a Ia eiencia, Ramus dedicaba toda una mitad a estudios científicos. 62 Durante los paseos por eI campo, dice Francke, el instructor cuidará de "relatar historias
.5(; David Masson l1ama apropiadamente a Carnbridge eI alma' mater de 105 puritanos. En una útilcs y moralizantes o al hablar de cuestiones de Ia física referirse a Ias criaturas y obras divinas ...
lista de veinte eclesiásticos puritanos destacados de Nueva Inglaterra, Masson encontró que diecisiete EI gabinete de objetos naturales servía para familiarizar aIos educandos durante sus horas Iibres, y
de e1los eran alumnos de Cambrídge, mientras que s610 tres procedían de Oxford. Véase su LHe of guiados por el médico de Ia ínstitución, con Ias fenómenos naturales, con los mínerales, rasgos oro-
Milton (Londres, 1875), II, 563; citado por Stímson, 01'. cít., 332. Véase también A lIistory gráficos y con uno que otro experimento". Citado por Heubaum, 01'. cit., I, 89, 94.
(lf rhc Uuivcrsity of Oxford, por Charles E. Mallet (Londres, 1924), II, 147. 63 Ibid., I, 136.
;'7 Gcschichtc der Albert-Ludwigs-Universitiit zu Freiburg, por Heinrich Schreiber (Friburgo, 64 Ibiel., I, 176 ss.
1857·68), Il, 135. Por ejernplo, en Ia universidad jesuita de Friburgo 5610 podía mencionarse a 65 Pietism as a Factor in the Rise of Gennan Nationalism, por Koppel S. Pinson (Nueva York,
R:III1I1S para refutaria, y "no se encuentran ejemplares de sus libras en manos de un solo estudiante", 1934), 18; Heubaum, op. cit., I, 118. "Halle fue Ia primera universídad alemana con una estructura
[,8 Parker, 01'. cít., 135. científica y nacional muy peculiar ... "
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PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 581
Hoffman, Ernst Stahl (profesor de química y famoso por su influyente teoría
utilitario y realista, fue planeada por Francke.?" Además, fue un pietista y
deI f1ogisto), Samuel Stryk y, desde luego, Francke, todos estaban en Ias
antiguo alumno de Francke, Johan Julius Hecker, quien por primera vez
relaciones más estrechas con el movimiento pietista. Todos ellos trataban ca-
organizá en realidad una Bealschule.": Semler, Sílberschlag y Hãhn, direc-
racterísticamente de desarrollar Ia ensefíanza de Ia ciencia y aliar Ia ciencia
tores y coorganizadores de esta primera escuela, eran todos pietistas y ex alum-
con aplicaciones prácticas.
nos de Francke.?"
No sólo Halle, sino otras universidades pietistas manifestaron el mismo
Todas Ias pruebas de que se dispone seüalan en Ia misma dirección. Los
interés. Kônigsberg, que había caído bajo Ia influencia pietista de Ia Univer-
protestantes, sin excepción, forrnan una proporción cada vez mayor del cuerpo
sidad de Halle mediante Ias actividades de Cehr, discípulo de Francke, adop-
de estudiantes de Ias escuelas que destacan Ia ensefíanza científica y tecno-
tó pronto Ias ciencias naturales y físicas en el sentido moderno deI siglo XVII.6t1
lógica.?" mientras que los católicos concentran SllS intereses sobre Ia ensefíanza
La Universidad de Cotinga, retofío de HalIe, fue famosa esencialmente por
c1ásica y teológica. Por eiernplo, en Prusia, se encontró Ia distribución si-
Ios grandes progresos que realizó en eI cultivo de Ias ciencias."? La universi-
guiente.tt
dad calvinista de Heidelberg fue igualmente prominente por establecer una
gran proporción de estudios científicos." Finalmente, Ia Universidad de Alt-
Asistencia a escuelas secundarias divididas por afiliaciones
dorf, que fue en aquel tiempo Ia más notable por su interés en Ia ciencia, era
religiosas de 10s estudiantes
una universidad protestante sometida a influencia pietista.v" Heubaum resu-
me los hechos afirmando que el progreso esencial en Ia ensefianza de Ia cien- Prusia, 1875-1876
cia y Ia tecnología tuvo lugar en universidades protestantes, y más exacta- ~ ._-------------.-
1
mente pietístas."? Real- Hôheten
Pabla-
Afiliación Pro-gim- Gimnasia
Obet-
Total ción ge-
religiosa nasio schule realsch. Bürger
neral
Afiliación religiosa de los reclutas de Ia cíencia
Protestan tes 49.1 69.7 79.8 75.8 80.7 73.1 64.9
Católicos 39.1 20.2 11.4 6.7 14.2 17.3 33.3
Esta asociación de pietismo y de ciencia que nuestra hipótesis nos había
Judias 11.2 10.1 8.8 17.5 5.1 9.6 1.3
hecho prever, no se limita a Ias universidades. La misma predilección pietista
por Ia ciencia y Ia tecnología se evidenciaba en Ia ensefíanza de Ia escue1a
secundaria. EI Padagogium de Halle introdujo Ias materias de matemáticas Esta mayor propensión de 10s protestantes a Ios estudios científicos y
y ciencias naturales, insistiendo en todos los casos en e1 uso de lecciones obje- técnicos está de acuerdo con Ias implicaciones de nuestra hipótesis. Que esta
tivas y de aplícaciones prácticas." J ohann Ceorg Lieb, Johann Bernhard von distribución es típica puede inferirse del hecho de que otros investigadores
Rhor y Johann Peter Ludewig (canci11er de Ia Universidad de Hal1e), todos advirtieron Ia misma tendencia en otros casos.?" Además, esas distribuciones
los cuales habían caído bajo Ia influencia directa de Francke y del pietismo,
73 "Christoph Semlers Realschule und seine Beziehung zu A. H. Francke", por Alfred Heu-
propugnaban escuelas de manufacturas, física, matemáticas y economia, a fin
baurn, en Neue Jahrbücher für Philologie und Piidagogik, 1893, 2, 65-77; véase también Geschichte
de estudiar cómo "podia Ia manufactura ser cada vez más perfeccionada y der Piidagogik, de Ziegler, I, 197, quien observa: "De hecho, no faltaba un nexo interno entre Ia
superada't.P Esperaban que el resultado de esas sugestiones pudieran ser un escuela 'real' dirigida a 10 práctico y Ia piedad igualmente dirigida a Ia práctico de Ias pietistas; sólo
llamado Collegium physicum-mechanicum y unas Werkschulen. una concepión enteramcnte religiosa y teológica deI pietismo puede ignorar ese hecho: en su espí-
I'
ntu de utilidad práctica para el bien común, el pietismo se ha adelantado aI racionalismo y se ha
Es un hecho importante, que afíade peso a nuestra hipótesis, que Ia unido a él, y gracias a este espíritu nació en Hallc, en Ias tiempos de Francke, Ia escuela 'real'."
fi) .4 Paulsen, op. cit., 133.
õkcnomisch-rnathematische Realschule fuese por completo un producto pie-
75 Sobre Ia base de éste y de otros hechos Ziegler pasa a trazar una estrecha "Kausalzusam-
tista. Esta escuela, que se centraba en torno deI estudio de Ias matemáticas, menhang" entre el pietismo y el estudio de Ia cicncia. Véase su Geschichte, I, 196 ss.
Ias ciencias naturales y Ia economía, y que era de carácter reconocidamente 76 EI rasgo característico de los gymnasien es Ia base clásica de sus planes de estudioso De estas
escueIas están deslindadas Ias Realschulen, donde predominan Ias ciencias y Ias lenguas clásicas son
substituídas por Ienguas modernas. EI Real-gymnasium es una transacción entre esos dos tipos, con
66 Heubaum, op. cít., I, 153. menos ensefianza clásica que el gymnasmm y más ensefianza de ciencias y matemáticas. Las Ober-
67 Paulsen, op. cit., 120-1. reaIschulen y Ias hõheren Bürgerschulen SOn Realsehulen, aquellas con nueve afias de estudios y
68 Heubaum, op. cit., I, 60. éstas con seis afios. Cf. German Educatíon, por Paulsen, 46 et passim.
69 "Die mathematischen Studien und Naturwissenschaften an der nürnbergischen Universitãt 77 "Zur Statistik der hõhcren Lehranstalten in Preussen", por Alwin Petersilie, en Zeitschrift
Altdorf", por S. Günther, en MitteiJungen des Vereíns für Gcschichte der Stadt Nürnberg, Heft. des kõniglich Preussischen Statistischen Bureaus, 1877, 17, 109.
m, 9. 78 Religion nnd Bemf, por Edouard BoreI (Basilea, 1930), 93 ss., quien sefiala Ia proporcíón
70 Heubaum, op. cít., I, 241; véanse también Paulsen, op. cít., 122; Raísonnemenr über die desacostumbradamente alta de protestantes en Ias profesiones técnicas en Basilea; Julius Wolf, en
protestantischen Universitiiten in Deurschiand, por J. D. Michaelis (Francfort, 1í68), I, sección 36. "Die deutschen Katholiken in Staat und Wirtschaft", Zeitschrift fiir Sozialwissenschaft, 1913, 4,
71 Paulsen, op. cii., 127.
199, advierte que " ... si los protestantes rebasan Ia parte que les corresponde 'por su naturaleza'
72 Heubaum, op. cit., r, 184.
esto es válido también respecto a Ias actividades científicas e intelectuales en general (con excep-
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no representan una correlación espuria resultante de diferencias en Ia distn- representa diferentes intereses. EI número relativamente grande de católicos
bución rural-urbana de Ias dos religiones, corno puede verse por Ias datas per- en 103 gymnasien se debe a que esas escuelas preparan también para teología,
tinentes del subcantón suizo de Basilea-Ciudad, Como es bien sabido, Ia mientras que Ias protestantes por 10 general usan Ias gymnasien como prepa-
población urbana tiende a contribuir más que Ia rural a los campos de Ia cien- ración para Ias otras profesiones eruditas. Así, en Ias tres afias acadêmicos
cia y Ia tecnología. Mas para 1910 y siguientes -periodo aI que se refiere 1891-4, 226, o sea, más del 42 por ciento de Ias 533 graduados católicos de
el estudio de Edouard Borel, con resultados análogos a los que acabamos de Ias gymndsien de Baden estudiaron después teología, mientras que de Ias 375
presentar para Prusia- los protestantes constituían e] 63.4 por ciento de Ia graduados protestantes sólo 53 (el 14 por ciento) estudiaron teología, en
población total del cantón, pero sólo el 57.1 por ciento de Ia población de tanto que el 86 por ciento se dedicó a otras profesiones eruditas.v
Basilea (Ia ciudad propiamente dicha) y el 84.7 por ciento de Ia población AnáIogamente, el apologista católico Hans Rost, aunque quiere demos-
rural." trar Ia tesis de que "Ia Iglesia Católica fue en todos los tiempos una apasio-
Un minucioso estudio de Martin Offenbacher contiene un análisís de Ia nada amiga de Ia ciencia", se ve obligado a admitir, a base de sus datas, que
asociación entre Ia afiliación religiosa y Ia distribución de 10s intereses educa- los católicos evitan Ias Realschulen, que muestran "una cierta indeferencia y
tivos en Baden, Baviera, Württemberg, Prusia, AIsacia-Lorena y Hungría. aversión frente a estas instituciones". La razón de esta, afia de, es "que Ia es-
Los resultados estadísticos de Ias diferentes lugares son del rnismo carácter: los cuela real superior y el gimnasio real no dan derecho al estudio de Ia teolo-
protestantes, proporcionalmente a su representación en Ia población en ge- gía: pues ésta es con frecuencia el móvil, entre Ias católicos, para seguir
neral, tienen una asistencia mucho mayor a Ias diferentes escuelas secunda- estudios superiores" .82
rias, haciéndose especialmente marca das Ia diferencia en Ias escuelas dedica das Así, pues, Ias datos estadísticos sefiaIan una marcada tendencia de Ias
primordialmente a ciencias y tecnología. En Baden.ê? por ejemplo, tomando protestantes, a diferencia de Ias católicos, a seguir estudios científicos y téc-
el prornedio de Ias cifras para Ias anos 1885-95: nicos. Esto puede verse también en Ias estadísticas para Wüttemberg, donde
un promedio de Ias aríos 1872-9 y 1883-98 da Ias siguientes cifras:83
Protestantes Católicos Judíos
% % % Protestantes Católicos [udios
% % %
Gymnasien . 43 46 9.5
ReaIgymnasien . 69 31 9 Gymnasien . 68.2 28.2 3.4
Oberrealschulen . 52 41 7 Lateinschulen . 73.2 22.3 3.9
ReaIschuIen . 49 40 11 Realschulen . 79.7 14.8 4.2
Hõhcrcn Büurgerschulcn . 51 37 12 Población total, 1880 . 69.1 30.0 .7
Promedio en Ias cinco tipos de escuclas . 48 42 10
Distribución en Ia población general, 1895 . 37 61.5 1.5
Los protestantes no evidencian estas focos de interés sólo en educación.
Diferentes estudios han hallado una representación indebidamente grande de
Pero debe advertirse que, aunque Ias planes de estudios de Ias Real. protestantes entre Ias científicos notables.s= Si los dates anteriores propor-
schuleii se caracterizan primordialmente por Ia importancia que conceden a cionan sim plem ente ligeras probabilidades de que predomine en realidad Ia
Ias ciencias y Ias matemáticas, por contraste con Ia relativamente poca aten-
ción que se presta a esos estudios en Ios gymnasien, este último tipo de es- 81 Statistik der Gymnasialabiturienten im deutschen Reich, por H. Gemss (Berlín, 1895),14-20
cuelas, sin embargo, prepara también para carreras científicas y de erudición. 82 Die wirtschaftliche und klllturelle Lagc der deutschen Katholiken, por Hans Rost, Colonia
Pero, en general, Ia asistencia de protestantes y católicos a Ias gymnasien (1911),167 ss. .
83 Offenbacher, op. cit., 18. Corrobora estas datos el estudio de Ludwig Cron relativo a Ale.
mania para Ias anos 1869-93; Glaubenbekenntnis nnd hõheres Studium (Heidelberg, 1900). Emst
ción de Ia profesión eclesiástica) ... " En 1860 ya había seííalado el mismo hecho Ad. Frantz. Véase Engel encontró también que en Ias provincias de Prusia, Posen, Brandenburgo, Pomerania, Sajonia,
su "'Bcdeutung der Re1igionnnterschiedc für das, physische Leben der Bcvõlkerungen", en Jahrbücher Westfalía y e1 Rin hay una proporción mayor de estudiantes evangélicos en Ias escnelas qne ofrecen
iiit Nationa1iikonomie und Statistik, 1868, 11, 51. Ci. también resultados análogos para Berlín en nn máximo de ciencia natural y de materias técnicas. V éase su "Beitrãge zur Geschichte und Statistik
Statistisehes Tahrbuch der Stadt Berlin, 1897, 22, 468-72. Bnck1e, op. cit., advierte que "el calvinismo des Unterrichts", en Zeitschrift der k6niglích Preussischen statistischen Bureaus, 1869, 9, 99-116.
es favorable a Ia ciencia", Ci, tambíén Protestant Ethic, de Weber, 38, 189; y Social Teaehillgs ... , 153-212.
de Troeltsch, II, 894. 84 Por ejemplo, el Study of British Genius, por Havelock Ellis, 66 ss., encuentra que Ia Escocia
79 V éase "Die Bevõlkerung des Kantons Bascl-Stadt", en Mitteilullgell des Statistischen Arntes protestante produjo veintiuno de Ias científicos notables de su lista contra nno por Ia católica Irlanda.
des Kantons Bascl-Stadt, 1932, 48-49; y Ia misma publicación para Ias aíios 1910 y 1921. Alfredo Odin encnentra que entre los literatos de su lista los protestantes predominan en materias
8'0 Konfession und soziale Schichtung, por Martin Offenbacher (Tubinga, 1900 J, 16. Los Iíge- científicas y técnicas y no en Ia literatnra propiamente dicha. V éase su Cenêse des grands homrnes
ros errores dei original se reproducen aquí inevitablemente. (París, 1895), r, 477 ss., II, Tablas XX-XXI.
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conexión que hemos sefíalado, Ia famosa Histoire des sciences et des savanis rismo total, del derecho y aún eI deber deI libre examen, y de Ia discusión
de Candolle aumenta considerablemente esas probabilidades. CandolIe halla individual explícita de Ia autoridad, eran afines con Ios mismos valores que se
que, aunque en Europa, excluida Francia, había 107 millones de católicos y encuentran en Ia ciencia moderna. Y quizás por encima de todo está Ia im-
68 millones de protestantes, en Ia lista de científicos Ilamados asociados ex- portancia deI impulso ascético activo que exigía eI estudio de Ia naturaleza
tranjeros por Ia Academia de París de 1666 a 1883, había sólo dieciocho cató- para poder controlarIa. De ahí que Ias elos campos estuvieran bien unificados
licos contra ochenta protestantes.w Pero como sugiere el mismo CandolIe, y, en 10 esenciaI, se apoyasen mutuamente, no sólo en Ia Inglaterra deI si-
esta comparacíón no es concluyente, ya que omite a los científicos franceses glo XVII sino en otros tiempos y lugares.
que podían haber sido católicos. Para corregir este error, toma Ia lista de in-
dividuos extranjeros de Ia Real Sociedad de Londres en dos periodos en que
figuraban en ella más científicos franceses que en ningún otro momento: 1829 Post scriptum bibliográfico
y 1869. En eI primer afío, eI número total de científicos protestantes y cató- La hipótesis de Max Weber sobre el papel deI protestantismo ascético
licos (que eran individuos extranjeros de Ia Socieelad) es aproximadamente en el fomento deI capitalismo moderno dia origen a una considerable biblio-
igual, mientras que en 1869 el número de protestantes excedía realmente aI grafía de obras de erudición y de polérnica sobre Ia materia. A mediados del
de católicos. Pero, fuera deI reino ele Ia Gran Bretaüa e Irlanela, había en
decenio de los treintas, por ejemplo, Amintore Fanfani pudo aprovechar va-
Europa 139 milIones y media de católicos y sólo 44 milIones de protestantes." rias centenares de publicaciones en su valoración de Ias pruebas; Catholicism,
En otras palabras, aunque en Ia población general había más de tres veces Protestantism and Capitalism (N ueva Y ork, Sheed and Ward, 1935). No
más católicos que protestantes, en realidael había más científicos protestantes hizo el mismo Weber una investigación análoga sobre Ias relaciones entre el
que católicos.
protestantismo ascético y el desarroIlo de Ia ciencia, pero concIuyó su cIásico
Pero hay datos todavía más importantes que Ias que se basan en pobla- ensayo sefialanelo como una de "Ias tareas ínmedíatas" Ia de investigar "Ia
ciones diferentes, en que puede sospecharse que Ia influencia de Ia economía, importancia del racionalismo ascético, que sólo fue rozado en eI esbozo que
del régimen político y otros factores no religiosos prevalecen sobre Ia influen- precede, ... [para] eI desarroUo del empirismo filosófico y científico, [y para]
cia real de Ia religión. La comparación ele poblaciones estrechamente aliadas ... el desarrolIo técnico". (The Proiestani Ethic, 182-83.) Publicado por pri-
sirve en gran medida para eliminar Ios factores "extraüos", pero Ias resultados mera vez en 1936, eI capítulo anterior fue concebido como un esfuerzo para
son Ias mismos. Así, en Ia lista de asociados extranjeros de Ia Academia de cumplir ese mandato de ampliar Ia Iínea de investigación que Weber había
París no hay ni un solo católico irlandés o inglês, aunque su proporción en Ia abierto.
población de los tres reinos pasaba de Ia quinta parte. Asimismo, tampoco
Los libros y Ias trabajos citados en este capítulo fueron suplementados
está representada Ia católica Austria, mientras que en general Ia Alemania
desde entonces por otros relativos a una u otra parte ele Ia hipótesis que co-
católica está igualmente ausente en Ia producción de científicos notables en necta el puritanismo, el pietismo y Ia ciencia. Numerosas obras han aclarado
relación con Ia Alemania protestante. Finalmente, en Suiza, donde Ias dos
mucho Ias diferencias y Ias sombras de Ia teoría y de Ios valores comprendidos
religiones están en gran parte diferenciadas por cantones, o mezcladas en al-
en eI puritanismo; entre e1Ios me parecieron los más útiles Ias siguientes: The
gunos de ellos, y donde Ias protestantes son a los católicos como tres a dos,
History and Charzctet of Calvinism, por John Thomas McNeilI (Nueva
había habielo catorce asociados extranjeros, ninguno de Ios cuales fue católico.
York, Oxford University Press, 1954), que muestra que el calvinismo formaba
La misma diferenciación existe para Ios suizos y para Ias ingleses y Ios irlan- el núeleo deI puritanismo inglés y estuelia sus diversas consecuencias para Ia
deses de Ias dos religiones en Ias listas de Ia Real Sociedad de Londres y de
sociedad y eI pensamiento; The Rise of Puritanism, por William HaIler
Ia Real Academia de Ber1ín.87
(Nueva York, Columbia University Press, 1939), que describe con ricos y
Con Ia presentación de estas datos cerramos Ia comprobación
de nuestra hipótesis. En cualquier caso, Ia asociación deI protestantismo
empírica

intereses y realizaciones científicos y tecnológicos es pronunciada, aun cuando


con r convincentes detaIles cómo Ia propaganda puritana por Ia imprenta y el
púlpito contribuyó a preparar el camino para Ia rebelión parlamentaria, para
el radicalismo de Ias Igualitarios, para numerosas escisiones sectarias, para una
se e1iminen en cuanto sea posible Ias influencias extrarreligiosas. Tal asocia-
ética burguesa incipiente y para Ia ciencia experimental; "A social inter-
ción es comprensible, en gran parte, de acuerdo con Ias normas que informan
pretation of English Puritanism", por CharIes H. George, en The [ournal of
ambos sistemas. La estimación positiva por parte de Ias protestantes de un
Modern Hisioty, 1953, 25, 327-342, que trata de descubrir Ios principales com-
utilitarismo muy poco disimulado, de intereses intramundanos, de un empi-
ponentes y Ias principales tipos del puritanismo; From Puritanism to the Age
85 Histoire des ciences et des savants, por Alphonse de Candolle (Ginebra-Basilea, 1885), 329. of Reason, por G. R. Cragg (Cambridge U niversity Press, 1950), "estúdio
86 Ibid., 330. Cf. Soziale Auslese, por J. Facaoaru (Klausenberg, 1933), 138-9. "La confesi6n
ha tcnido una gran influencia en el desarrollo de Ia ciencia. Por todas partes los protestantes con-
de 10s cambias de pensamiento religioso en Ia IgIesia ele Inglaterra, 1660-1700".
raban coa una mayor cantidad de hombres notables." Estos y otros trabajos han hecho ver de nuevo que eI puritanismo, como
87 Candolle, op. cit., 330 ss. Ia mayor parte de Ios credos religioso-sociales, no era ele una pieza. Práctica-
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PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 587
mente todos Ios eruditos que han hecho estudios intensos de Ia materia están
siones hasta tendenciosamente, Arthur Raistrick, en Quakers in Science and
de acuerdo en que Ia mayor parte de Ias numerosas sectas que forman el
Industry, being an accouni of the Quaker contributions to science and uulus-
protestantismo ascético proporcionaron una orientación hacia valores que
try during the 17th anâ 18th ceniuries (Londres, The Bannisdale Press,
estimuIaron eI trabajo científico. (Véase tambíén Ia nota de Jean PeIsenner
1950), destacaba eI hecho de su extenso trabajo en Ia ciencia. Pero como
titulada "L'origine Protestante de Ia science moderne", en Lychnos, 1946-47,
advierte apropiadamente el profesor Hooykaas, Ios hechos no analizados no in-
246-248). Pero ahí termina Ia semiunanimidad. Algunos han concluido que
dican por sí mismos que Ia participación distintiva de Ios cuáqueros en Ia acti-
fueron los más sectarios entre Ios puritanos los que más hicieron por des-
vidad científica proceda de su ética religiosa; muy bien podría ser que reflejase
arrollar y ampliar el interés por Ia ciencia; véase, por ejemplo, "Left-wing
Ia tendencia generalizada de los ingleses bien acomodados, entre Ios que se
Puritanism and scíence", por George Rosen, en Bulletin of the Institute of
contaba un número desproporcionadamente grande de cuáqueros, a dirigir su
Medicine, 1944, 15, 375-380. EI bioquímica e historiador de Ia ciencia [oseph
interés a materias de filosofía natural (R. Hooykaas, en Archives Iniemaiio-
Needham comenta Ias estrechas conexiones entre Ios Zapadores, ala civil de
naies d'Histoire des Sciences, enero de 1951). Pero en un compacto e instruc-
Ias Igualitarios, y el nuevo y creciente interés por Ia ciencia experimental, en
tivo trabajo Brooke Hindle pasa a demostrar que Ia ética religiosa jugó ese
su coleccíón de ensayos Time: The Refreshing River (Nueva York, The Mac-
papel entre los cuáqueros de una zona colonial; cf. su "Quaker background
millan Company, 1943), 84-103. Otros sostíenen que eI clima de valores
and science in colonial Philadelphia", en Isis, 1955, 46, 243-250; Y su excelente
más conducente aI interés por Ia ciencia se encontraba entre los puritanos
monografía The Pursuit of Science ín Revolutionary America, 1735-1789
moderados, de que es ejemplo Robert Boyle. Véase "The advancement of
(Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1956).
learning during the Puritan Commonwealth", por James B. Conant, en Pro-
Puede recordarse que una de Ias príncipales hipótesis del capítulo prece-
ceedings of the Massachusetts Historicd Society, 1942, 66, 3-31; y para un
dente decía que fueron Ias consecuencias inesperadas y en gran parte impre-vis-
estudio más accesible en general, aunque menos detaHado, On Understanding
tas de Ia ética religiosa formulada por los grandes jefes reformadores Ias que
Science, por el mismo autor (New Haven, Yale Vniversity Press, 1947), 60-
se convirtieron progresivamente en un sistema de valores favorables al cultivo
62. R. Hooykaas, el distinguido historiador holandés de Ia ciencia, dice que
de Ia ciencia. (580; cf. "The scientific revoIution and the Protestant Reforma-
su biografía de Ias orientaciones científicas y religiosas de Boyle confirma Ios
tion. I. Calvin and Servetus in relation to the new astronomy and the theory
principales resultados expuestos en el capítulo anterior: Robert Boyle: een
of the circulation of the blood. lI. Lutheranism in relation to iatrochemistry
studie over Natuurwetenschap en Christendom (Loosduinen, Kleijwegt, 1943),
and German nature phylosophy", por F. S. Mason, en Annals of Science,
capítulos 3-4, que analizan Ias convicciones de Boyle de que el estudio de Ia
1953, 9, 64-87, 154-75.) La formación histórica de esta ética fue, indudable-
fiIosofía natural es una obligación moral de bases religiosas (en especial tal
mente, en parte como reacción a Ias circunstancias soei ales, culturales y eco-
Como se desarrollan en The Christian Virtuoso, shewing, thai by being ad-
nómicas cambiantes; pero, en parte también, fue un desarrollo inmanente
dicted to experimental phylosophy a man is rather assisted than. indisposed
de Ias ideas y Ios valores religiosos mismos (como 10 advirtió claramente
to be a good Christian, de Boyle, 1690), que se necesita el empirismo, y no
Wesley, por encima de todos los demás jefes protestantes). Esto sólo quiere
sólo el racionalismo, para comprender Ias obras de Dios, y que Ia tolerancia,
decir una vez más que eI papel deI protestantismo ascético en impulsar el des-
no Ia persecución, es Ia política que gobierna apropiadamente Ias relaciones
aun con Ias sectas más fanáticas. arrollo de Ia ciencia no quedó fijo e inmutable. Lo que sólo estaba implícito
en Ios siglos XVI y comienzos deI XVII se hizo explícito y visible para muchos
Las pruebas en apoyo de Ias dos premisas en competencia -que eI pnn- a fines deI siglo XVII y en el XVIII. Diversos estudios recientes confirman esta
cipaI foco de interés se encuentra entre Ios puritanos radicaIes o entre 10s interpretación.
puritanos moderados- aún son insuficientes para justificar una conclusión
Basada sobre un riguroso escrutinio de fuentes primarias y de investiga-
firme. Distinciones de detaHe entre Ias diferentes sectas puritanas sirven,
ciones actuales, Scíence and Religion in Elizabeihan England, de Paul H.
desde luego, para especificar más rigurosamente Ia hipótesis, pero los datos
Kocher (San Marino, California, The Huntington Library, 1953), atestigua
de que se dispone no perrniten decir, con aIguna confianza, cuál de ellas
cstaba más dispuesta a hacer progresar Ia ciencia de Ia época. l
1i
Ia gran distancia que recorrieron 10s eruditos desde eI tiempo en que tenían
en cuenta Ias fuentes de oposición entre ciencia y re1igión sólo como si el
Un reciente grupo de estúdios suministra documentación importante
conflicto fuese llanamente Ia única relación que pudiera subsistir, e histórica-
sobre los modos Como el ethos de una de Ias sectas puritanas -Ios cuáqueros-
mente subsistiera, entre esas instituciones sociales. Por el contrario, esta mo-
contribuyó a cristalizar un claro interés por Ia ciencia. En términos muy pa-
nografía revela que había amplio espacio para que Ia ciencia de Ia Inglaterra
recidos a Ios expuestos en el capítulo anterior de este libro, Frederick B.
isabelina se desarrollara dentro de Ias límites marcados por Ia doctrina reli-
'lollos, cn Meeting House and Countíng House (Chapel Hill, Vniversity of
giosa de Ia época. Y no se trataba sim plem ente de que Ia religión tolerase
N orth Carolina Press, 1948), 205-13, deriva el sefialado interés de los cuá-
a Ia ciencia. Para el periodo anterior a 1610, Kocher no puede encontrar
<lucros por la cicncia de su ethos religioso. Menos analítica mente, y en oca-
pruebas convincentes "a favor o en contra" de Ia hipótesis de que eI purita-
PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 589
588 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGiA DE LA CIENCIA
talmente, peTO se desarrollan de manera considerable y un poco retocado en
nismo proporcionó un "suelo más fértil para Ia ciencia natural. .. que Ias el notable estudio de Nicholas Hans titulado New Trends in Education in
religiones rivales suyas en Inglaterra". (17) Los datos para este temprano the Eighteenth Century (Londres, Routledge and Kegan Paul, 1951). Hans
periodo son insuficientes para Ilegar a una conclusión sólida. Pero, afia de, basa parte de su estudio en un análisis estadístico de los orígenes sociales,
"podemos ver desde nuestra ventajosa posición deI siglo xx que Ia mundani- educación formal y carreras sllbisiguientes de 3500 individuos que formaron
dad puritana en definitiva iba a ayudar a Ia ciencia más que Ia ultrarnunda- Ia élite intelectual de aqueI siglo, habiendo sido recogidos sistemática mente
nidad puritana iba a estorbar1a, en proporción mayor quizás (aunque esto es 10s datos fundamentalmente en Ias biografías individuales de esa casi inago-
mucho menos seguro) de 10 que podían hacerlo Ia doctrina o Ia práctica an- table mina de materiales para sociología histórica que es el Díctionary of
gIicana. Pero Ios efectos de ese impulso sólo iban a hacerse visibles gradual- National Biography.89 Aquí sólo resumiremos algunos de sus numerosos
mente a medida que el puritanismo se desarrollaba. La edad isabelina llegó resultados pertinentes. Averigua, por ejemplo, que Ias escuelas y Ias academias
demasiado pronto para ofrecer pruebas concretas que permitan distinguir y disidentes produjeron aproximadamente el 10 por ciento de Ia élite, 10 cual,
valorar entre sí Ias aportaciones de los puritanos y los anglicanos a Ia ciencia", como observa Hans, "estaba muy por encima de su fuerza relativa en Ia po-
(19) Pero visto en reIación con Ia dinámica inrnanente deI ethos religioso, eI blación total de Inglaterra en el siglo XVIII" (20). Sin embargo advierte, como
contraste de Kocher entre Ia "mundanidad" y Ia "utramundanidad" de gene- hemos visto que tal es el caso, que los "motivos" religiosos no eran Ias únicos
raciones sucesivas de puritanos es más aparente que real. Porque, como pu do que produjeron Ia aparición de Ia educación moderna (y en especial de Ia
demostrar Weber detalladamente, Ia "mundanidad" era engendrada histórica- educación científica) en este periodo; a Ia religión se unían motivos "intelec-
mente por Ios valores originariamente "ultrarnundanos" deI puritanismo, que tuales" y "utilitarios". Así, mientras "los puritanos promovian Ia ciencia como
exigían un esfuerzo activo y sostenido en este mundo y subvertían así Ia un apoyo adicional de Ia fe cristiana sobre Ia revelación, los deístas miraban
orientación axiológica inicial (constituyendo este proceso un ejemplo de 10 que Ia ciencia como base de toda creencia en Dios" (12). Los tres tipos de moti-
él llarnaba Paradoxie der Folgen). La conformidad manifiesta a esos valores vación tendían a reforzarse entre sí: "Los disidentes, 10 mismo que muchos
producía consecuencias latentes que estaban muy lejos, en cuanto a carácter, puritanos dentro de Ia IgIesia, representaban el motivo religioso para Ia refor-
de los valores que Ias liberaban. ma de Ia educación, La idea de Ia propagatio fideí ber scientia encontrá
En el siglo XVIII este proceso de cambio había dado por resultado 10 que muchos partidarios entre Ios disidentes. Las razones intelectuaIes y utilitarias
Basil Willey describió como "Ia santa alianza entre Ia ciencia y Ia religión". fueron puestas en pleno movimiento por corporaciones y maestros seculares
(The Eighteenth Century Background, Nueva York, Columbia University antes de que Ias academias disidentes Ias aceptasen cordialmente" (54).
Press, 1941.) Lo mismo que Robert Boyle en el siglo XVII, [oseph Priestley En este último respecto le parece a Hans necesario disentir de Ia tesis
el científico y apóstol del unitarismo, simbolizó y actualizó esta alianza en el sustentada por Irene Parker (que yo adopté en mi propio trabajo), según Ia
siglo XVIII. cual atribuye influencia casi exclusiva a Ias academias en el progreso de Ia edu-
Las conexiones posteriores entre ciencia y religión en Ia Inglaterra de cación moderna en el siglo XVIII. SU modificación correctiva parece, por
fines del siglo XVIII a mediados del XIX fueron laboriosamente examinadas en numerosas pruebas, estar completamente justificada, Adernás, sirve para acla-
Ia monografía de Charles C. Gillispie titulada Cenesis and Geology: a study
89 Los estudios de sociologia apenas si han empezado a explotar e! rico mineral de que se dis-
the relaiions of scientifíc thought, natural theology and social opinion in
iti pane en amplias colecciones de biografías y otras pruebas hist6ricas. Aunque los análisis estadísticos
Great Briiain, 1790-1850 (Cambridge, Harvard University Press, 1951). Me- de dichos materiales no pn cdcn ocupar el lugar de análisis cualitativos detallados de Ias pruebas his-
t6ricas, ofrecen una base sistemática para resultados nuevos y, con frecuencia, para Ia corrección de
nos interesado por el papel de Ia religión en eI reclutamiento y motivación supuestos admitidos. Por 10 menos, ésta fue mi propia expericncia aI em prender análisis estadísticos
de Ios científicos que por los fundamentos sobre los cuales Ios hallazgos de Ia de unas 6000 biografías (del D.N.B.) de los que formaban Ia élite de Ia Inglaterra de! siglo XVII; de
gcología se consideraban congruentes con Ias ensefianzas religiosas, Gillispie Ias listas de descubrimientos e inventes importantes registrados en el Handbuch zur Geschichte der
Naturwissenschaiten und der Technick, de Darmstãdter; y de 2000 artículos publicados en Ias
cstudia el proceso mediante el cual ambas cosas tendían a unificarse cultu- Philosophical Transactíon en el último tercio deI siglo XVII. (Ci. Scíence, Technology and Society
ralmente. in Seventeerrth Century England. de Merton, 1938, capítulo Il-Il l.) EI uso más extenso de tales
Cuando eI trabajo que forma el presente capítulo fue escrito en 1936, análisis cstadísticos se encuentra en Social and Cultural Dynamícs, de P. A. Sorokín (Nucva York,
American Book Co., 1937). Desde luego, Ia preparación de resúmenes estadísticos de esta c1ase
me atuve casi por entero aI estudio iniciador (1914) de Irene Parker sobre tiene sus peligros; Ias compilaciones rutinarias no rcfrcnadas por el conocimiento de los contextos
cl papel de Ias academias disidentes en el progreso de Ia nueva educación cien- históricos de Ias datos pueden llevar a conclusiones infundadas. Para un estudic de algunos de esos
peligros, véase "The course of Arabian intcllectual dcvclopment: a study in mcthod", de P. A.
I ífica deI siglo XVIII.88 El contenido de su estudio no se modifica fundarnen-
Sorokin y R. K. Merton, en Isis, 1935, 22, 516-524; Merton, op, cit., 367 ss., 398 ss.: y para una
revisi6n más completa de los problemas de procedimiento, Content Analysis, de Bernard Berelson
88 Si se preguntase por quê no hice uso deI libra posterior y ampliam ente documentado de M. (Glencoe, The Free Press, 1951). Numerosos estudios recientes de los orígenes sociales de Ia minoria
Mcl.achlan titulado English Education under the Tcst Acts 1931), sólo podría yo contestar, con de los nego cios en el pasado histórico han utilizado materiales de esta clase: véanse los estudios de
I'IS palabras de otro "'inofensivo ganapán": "Ignorancia, seüora, pura ignorancia." Pero habría que WiIliam MiIler, C. W. Mills y Snzanne Keller, instructivamente resumidos por Bernard Barber eu
nüadir que McLachlan está fundamentalmente de acuerdo con Ias principales conclusiones de Irene La estratificación social (México. F. de C. E., 1964).
I'arker.
590 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 591
rar un problema que, por 10 menos puede decirlo un estudioso de Ia materia, propietarios a ser católicos". Hemos tomado nota de esta lirnitación (582) y
durante mucho tiempo preocupó y estuvo sin resolver, y es el bien conocido en consecuencia comparamos el interés por 1as materias científicas de protes-
hecho de que ciertas formas extremas de disidencia calvinista fueron durante tantes y católicos de Ias mismas zonas (582, 584). Li1ly critica también el
mucho tiempo enemigas deI progreso de Ia ciencia y no conducentes a él. trabajo de Candolle por no haber tenido en cuenta Ias cambios históricos
Como advierte ahora Hans, "aunque Ia tradición calvinista era esencialmente en esas relaciones aI tomar en conjunto, "sin distinciones, todo el periodo de
progresiva, degeneró fácilmente en dogmatismo estrecho e intolerante" (55). 1666 a 1868". Es de presumir que Ias afiliaciones religiosas en el último y más
Los baptistas, por ejemplo, eran completamente "adversos al nuevo saber por secularizado periodo representen menos a manera de compromisos doctrinales
convicción y sólo más entrado el siglo se unieron a otros disidentes [en par· y de valores que en el periodo anterior; Ia afiliación puramente nominal ten-
ticular aIos presbiterianos y Ias independientes] en promover Ia reforma" dería a hacerse más frecuente. Esta crítica también tiene fuerza, como hemos
(55). En suma, un ala deI inconformismo se adhirió al pie de Ia letra a ciertos visto. Pero como Lilley observa, Ias nucvas pruebas de que se dispone confír-
lemas restrictivos deI calvinismo y fue este subgrupo el que manifestá Ia man, sin embargo, Ia relación subyacente entre protestantismo ascético y cien-
hostilidad a Ia ciencia que durante largo tiempo se encontró en ciertas seetas cia, aunque esta relación puede ser enmascarada o acentuada por otros cam-
ortodoxas del protestantismo. Puede decirse en sentido figurado que "el cal- bios sociales y económicos independientes.
vinismo contenía una simiente de educación liberal, pero necesitaba un amo ~ Que Ia relacíón persiste hasta hoy en los Estados Unidos 10 indica un
t.'"

biente adecuado para germinar y crecer" (57). Y, como hemos visto, serne- estudio completo de los antecedentes sociales de científicos norteamericanos,
jante ambiente social y cultural se fue encontrando poco a poco en Ia Ingla- de 1880 a 1940. Origin8 of Amcrican Scientisis, por R. H. Knapp y H. B.
terra de aquella época. Goodrich (Chicago, U niversity of Chicago Press, 1952). Sus pruebas sobre
Suplementario de Ias estudios sobre Ias cambiantes relaciones deI purita- este punto son resumidas del modo siguiente: "Nuestros datos han revelado
nismo y Ia ciencia en Inglaterra es el notable estudio de Perry Miller sobre Ia marcada inferioridad de Ias instituciones [académicas] católicas en Ia pro-
esas relaciones en Ias circunstancias especiales que ofrecía Nueva Inglaterra. ducción de científicos [pero no de otros profesionales; por ejemplo, abogados]
(The New England Mind: The Sevenieeniii Century. Reedición: The New y, por otro lado, han indicado que algunas de nuestras instituciones menores
England Mind: From Colony to Province. Cambridge, Harvard University más productivas están estrechamente conectadas con denominaciones protes-
Press, 1954.) Este amplio trabajo demuestra Ia notable receptividad para Ia tantes y sirven a una clientela preponderantemente protestante. Adernás, 10s
ciencía entre 10s jefes teocráticos de Ia colonia y el subsecuente proceso de datos que presentan Lehman y Visher sobre 10s científicos consagrados [es
secularización, con su insistencia en eI utilitarismo. Para una breve pero decir, 10s científicos registrados en American Men of Science a quienes se
instructiva comparación de Ia interpretación formuIada por Perry Miller y Ia juzga de mérito sobresaliente], aunque limitados, indican muy claramente que
que presentamos en el capítulo anterior, véase Leo Marx, en Isis, 1956, 47, Ia proporción de católicos en este grupo es excesivamente baja, que, en reali-
80-81. dad, algunas denominaciones protestantes están representadas en proporciones
Como vimos por Ias datas reunidos por Alphonse de Candolle -véanse varios centenares de veces mayores. Estas estadísticas, tomada juntamente
páginas 584-585 de este libra-Ias conexiones entre el protestantismo ascético con otras pruebas, dejan poca duda de que Ias científicos proceden despropor-
y el interés por Ia ciencia evidentemente persistieron en alguna medida a 10 cionadamente de famílias protestantes norteamericanas". (274).
largo del siglo XIX. Recientemente fueron examinados de nuevo los datos de Impresión muy parecida, pero sin apoyo sistemático de datos, Ia dan 10s
Canclolle y se llegó a Ia misma conc1usión. Véase "Ascetíc Protestantism and científicos católicos. "EI padre Cooper dice que 'estaria poco dispuesto a de-
the development of science and technology", por Isidor Thorner, en American fender Ia tesis de que el 5 por ciento o aun el 3 por ciento de Ias figuras
[ournal of Sociology, 1952, 58, 25-33, especialmente en 31-32. Thorner ana- científicas y eruditas norteamericanas sean católicas. Pero Ias católicos cons-
lizó también Ias datas presentados por P. A. Sorokin como base para discutir tituimos algo así como el 20 por ciento de Ia poblacíón total'." J. M. Cooper:
esta hipótesis y encontró que los datos están en realidad de acuerdo con ella; "Catholics and scientific research", en Commonwealth, 1945, 42, 147-149,
lbid., 28-30. Para Ia crítica de Sorokin, véase su Social and Cultural Dyna- citado por Bernard Barber en Science and the Social Order, 136. Barber cita
111 ics, JI, 150-52. también una observación parecida de [ames A. Reyniers, director de Ias Labo-
En otra acuciosa revisi6n de los materiales de Candolle, Lilley sefíaló sus ratorio Labound, de Notre Dame University, y de [oseph P. Fitzpatrick, S. J.;
Iimitnciones asi como su utilidad. S. Lilley: "Social aspects of the history of ibid., 271.
S('iCIICC", en Archives Internationales d'Histoire des Sciences, 1949, 28, 376- Esta revisión de Ia bibliografía más reciente sobre Ia materia confirma
4·B, cn especial 333 S8. Observa Lilley que Ias correlaciones entre protestan- con bastante uniformidad Ia hipótesis de una relación positiva observable
Iismo y ciencia pueden ser falsas, ya que "por término media de Ias clases entre protestantismo ascético y ciencia. Los datos que proporciona cualquiera
comcrciales e industriales [que tienen un interés mayor por Ia ciencia] tendían de Ias estudios están, típicamente, lejos de ser rigurosos. Pero ésta es, des-
:t ser de confesión protestante y el campesinado y Ias tipos más feudales de pués de todo, Ia situación de Ia mayor parte de Ias pruebas relativas a relaciones
----------------- -

T
592 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 593

históricamente cambiantes entre institucionales. Teniendo en cuenta no este caron repetidamente Ias valores puritanos y los tradujeron de manera expresa
o aquel estudio, sino todo el conjunto, basado en materiales sacados de diver- a Ia práctica. (cf. íbid., capítulo V.)
sas fuentes, pareceríamos tener razonable seguridad de que en realidad existe Que los valores puritanos fueron realmente expresados por científicos
Ia relación empírica supuesta en el estudio que precede. está implícito de hecho en Ia sugestión siguiente de Carroll, según Ia cual en
Pero, naturalmente, Ia relación bruta empírica sólo es e1 comienzo, no el' el estudio no se proporciona base para distinguir entre Ias "racionalizaciones"
fin, del problema intelectual. Como observá Weber al comienzo de su fa- y los "móviles" de los científicos. Esto toca un problema teórico de impor-
moso ensayo sobre La ética protestante, "una ojeada a Ias estadísticas profe- tancia tan general, y tan mal comprendido por 10 común, que es oportuno
'.+ repetir parte de 10 que se dijo en el estudio anterior. "Los estudios actuales de
sionales de cualquier país de composición religiosa mezclada saca a luz con -r~

notable frecuencia una situación que provocá en diversas ocasiones discusiones 'racionalización' y de 'derivacíones' han solido obscurecer ciertas cuestiones
en Ia prensa y Ia literatura católicas, y en los congresos católicos de Alernania,
a saber, el hecho de que los jefes de negocios y Ias capitalistas, así como Ias
t'f
}-
fundamentales. Es verdad que Ias 'razones' aducidas para justificar los ac-
tos con frecuencia no explican satisfactoriamente aquella conducta. También
es una hipótesis admisible que Ias ideologías [solas J rara vez originan Ia ac-
categorías más altas del trabajo especializado, y más aún el personal de em- ~,. ción, y que tanto Ia ideología como Ia acción son más bien producto de senti-
presas modernas más altamente preparado técnica y comercialmente, son pro-
testantes en proporción abrumadora". (35) El hecho de que no se disponga
A mientos y valores com unes sobre los cuales reaccionan a su vez. Pero estas
I"
de estadísticas comparables entre sí sobre Ia composición religiosa de los círcu- ideas no pueden ser ignoradas por dos razones. Proporcionan pistas para des-
los científicos, sino que hayan de ser laboriosamente reunidas para el presente cubrir 10s valores Iundamentales que motivan Ia conducta. Tales hitos no
y en parte "armadas" para el pasado, no hace que el resultado empirico sea pueden desconocerse provechosamente. De mayor importancia aún es el pa-
más importante en sí mismo (aunque q uizás recomiende a nuestra respetuosa pel de Ias ideas en Ia orientación ele Ia acción hacia canales particulares. Es
atención los arduos trabajos de quienes hacen Ias labores preliminares). Por- el sistema predominante de ideas el que determina Ia elección entre modos
I
que, corno vimos al examinar Ia situación de Ias generalizaciones empíricas ,[ diferentes de accíón que sori igualmente compeiibles con los sentimientos
subyacentes" (Ibid., 450.)
(en el capítulo n}, esto no hace sino plantear el problema de analizar e inter-
pretar Ia uniformidad observada, ya este problema estuvo dedicado el ensayo
precedente.
Es de presumir que no necesiten ser repetidos los principales componen-
I En cuanto a distinguir entre Ia expresión de razones que son meramente
expresiones acomodaticias de labios afuera y Ias que expresan orientaciones
básicas, Ia comprobación, aquí como en otras cosas, hay que buscarla en Ia
tes de Ia interpretación expuesta en este ensayo. Sin embargo, una crítica re- conducta que está de acuerdo con esas razones, aun cuando haya poca o nin-
ciente del estudio proporciona ocasión para revisar ciertos elementos empí- gUl1a esperanza de recompensa mundana egoísta. Como el caso más claro y
ricos y teóricos de Ia interpretación que pueden, manifestamente, perderse mejor documentado, Robert Boyle puede representar aqui a Ias otros puritanos
de vista. En esa crítica "Merton's thesis on English science", American entre sus colegas científicos que, en grado diverso, expresaron sus sentimien-
[ournal of Economias and Sociology, 1954, 13, 427-432, James W. Carroll tos religiosos en sus vidas privadas y en sus vidas como científicos. Seda
seüala Ios que él considera descuidos en Ia formulación. Se sugiere que Ia inverosímil que Boyle no hiciera otra cosa que "meramente racionalizar" cuan-
heterogeneidad de Ias creencias com prendidas en el protestantismo en general do dijo "que los que trabajan para disuadir a los hombres de diligentes inves-
y en eI puritanismo en especial fue desconocida o imperfectamente reconocida. tigaciones sobre Ia naturaleza toman un camino (aunque concedo que sin
Si Ia acusación fuera cierta, indudablemente sería meritoria. Pero debe obser- intención) que tiende a vencer a Dias ... " (Robert Boyle: Some Considera-
varse que Ia hipótesis en cuestión se expone en un capítulo que empieza por tions Touching the Usefulness of Experimental Natural Philosophy, Oxforel,
sefiaIar "Ia diversidad de doctrinas teológicas entre los grupos protestantes 1664; 29- edición, 27.) Pues éste es el mismo Boyle que había escrito ensayos
de Ia ingIaterra del siglo XVII" y prosigue examinando los valores, creencias e religiosos a Ia edad de veintiún afios, que, a pesar de su aversión al estúdio de
intereses que son comunes a Ias numerosas sectas derivadas deI calvinismo idiomas, manifestó su veneración por Ias Escrituras aprendiendo hebreo, grie-
(Merton: Science, Technology and Science in Sevenieetith-Century England, go, caleleo y siriaco para poder leerlas en sus prímeras versiones; que habia
\1 proporcionado una pensíón a Robert Sanderson que le perrnitiera seguir es-
capítulo IV, 415 ss.). Y, como puede verse por este post scriptum bibliográ-
fico, Ia erudición histórica determinó de un modo muy completo Ias analo- cribiendo libras sobre casuística; que había pagado en gran parte 10s costos
gías, y no sólo Ias diferencias, entre Ias sectas puritanas procedentes del de imprimir Ias Biblias india, irlandesa y galesa y, como si esto no fuera bas-
calvinismo ascético. tante, del Nuevo Testamento turco y de Ia versión malaya de Ias Evangelios
y Ias Hedros; que había llegado a ser Gobernador de Ia Corporación para Ia
Dice Carroll que Ias pruebas de Ia conexión entre Ias normas del purita-
Difusión del Evangelio en Nueva Inglaterra y como director de Ia Compafiía
nismo y Ias de Ia ciencia sólo proporcionan una analogía empírica entre arnbas
de Ias Indias Orienta1es había dedicado su persona y sus recursos a Ia difusión
(o 10 que se describe como una "correlacíón de asertos" comteana). Pero esta
de! cristianismo en aquellas regiones; que había contribuído de rnanera impor-
es ignorar el hecho demostrado de que los científicos ingleses mismos invo-
594 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGiA DE LA CIENCIA PURITANISMO, PIETISMO Y CIENCIA 595
tante alas fondos para imprimir Ia IIistory of the Reformatíon de Burnet; La primera de esas imp1icaciones es que, en este caso al menos, Ias couc-
que había publicado su profesión de fe en The Christían Virtuoso y que, fi- xiones manifiestas entre Ia ciencia y Ia re1igión fueron indirectas e indclibc
nalmente, había dejado en su testamento un legado para Ias 'conferencias radas. Porque, como se ha dicho repetidamente, 10s reforrnadores no cran
Boyle' con eI propósito de defender eI cristianismo contra Ias incrédulos. (Esta entusiastas de Ia ciencia. Lutero fue, en el mejor caso, indiferente; en el pcor,
es Ia compacta iníormación expuesta en Ia biografía de Boyle por A. M. hostil. En sus Instítucíones yen sus Comentarias sobre el Cénesis, Calvino
Clerke en el Dictionary of Natural Bíography.) Aunque Boyle se destacó fue ambivalente, concedía alguna virtud al intelecto práctico, pero mucho
como creyente entre Ias científicos puritanos, no fue sino el primero entre menos que Ia debida al conocimiento revelado. No obstante, Ia ética religiosa
iguales, corno atestiguan Wilkins, Willughby y Ray entre otros muchos. En ,f
que nació de Calvino promovió un estado de espíritu y una orientación axio-
Ia medida en que puede permitimos decirlo un registro histórico de palabras lógica que invitaban al cultivo de Ia ciencia natural.
y actos, parece que científicos como Boyle no "racionalizaban" simplemente.
Parece, en segundo lugar, que una vez establecida una orientación axio-
La crítica final de Carroll, si pensada en forma concienzuda y no frívola- lógica de esta clase, produce algún grado de autonomia funcional, de suerte
mente, exhibe un triste grado de inmunielad al lugar común y a Ias hechos que Ia predilección por Ia ciencia pudo persistir mucho después de haber sido
históricos inoportunos. Observa que al demostrar que Ias indivíduos funda- cortadas sus amarras teológicas originarias.
dores de Ia Real Sociedad fueron preponderantemente protestantes, el ensayo En tercer lugar, este tipo de orientación, que aún ahora puede descu-
v'
sometido a revisión no examina Ia posibilidad de que el "colégio invisible'
brirse estadísticamente, puede ser inconsciente y estar por debajo deI umbral
de donde salió Ia Sociedad formaba parte de un difundido movimiento pro- de conocimiento de muchos de 10s comprendidos en él.
testante de reforma y que en consecuencia se negó Ia afiliación a católicos
En cuarto lugar y finalmente, Ia interacción muy visible de Ias institu-
notorios. Que formaron protestantes el primer personaI de Ia Real Sociedad
li ciones de Ia ciencia y Ia re1igión -como en Ia llarnada guerra entre ambas
podría suponerse que no hacía falta decirlo; en aquel tiempo y época de los
en el siglo XIX- puede obscurecer Ia relación menos visible, indirecta y qui-
1660, a pesar deI tráfico político posterior de Carlos II con el catolicismo de
ás más importante entre Ias dos.
Luis XIV, difícilmente se hubiera concedido a católicos Ia prerrogativa de fun-
dar una asociación bajo los auspicios de Ia Carona. El hecho que ofrece un
interés más que de pasada no es, desde luego, que Ia Sociedad fuese prepon-
derantemente protestante, sino que fuese preponderantemente puritana. En
cuanto a Ia observación de que eran excluidos de puestos académicos los ca-
tólicos reconocidos, evidentemente necesita recordarse que Ia Ley de Prueba
de 1673, aunque después no se aplicó ocasionalmente en casos particulares,
excluía a los inconformistas, y no sólo a 10s católicos y los judíos, de Ias uni-
versidades. Sin embargo, aunque Ia ley seguía en vigor en eI siglo XIX, los
inconformistas siguieron dando una gran proporción de los hombres de
ciencia.
Esta breve revisión de Ia mayor parte de Ias pruebas acumuladas recien-
temente indica que, por contrario que ello pucda haber sido a Ias intenciones
ele los grandes reformadores, Ias sectas protestantes ascéticas desarrollaron
una clara predilección por el trabajo en el campo de Ia ciencia. En vista de
Ias poderosas corrientes contrarias de otras fuerzas históricas, que pudieron
haber desviado esta primera orientación hacia Ia ciencia, es notable que Ia
asociación entre protestantismo as cético y ciencia haya persistido hasta ahora.
Puede presumirse que se hayan hecho menos com unes Ias entregas profundas
a los valores deI protestantismo ascético, pero Ia orientación, despojada de
sus significados teológicos, sin duda perdura. Corno cualquiera otra hipótesis,
particularmente eu sociologia histórica, ésta debe consíderarse provisional,
sujeta a revisión a medida que aparezcan más pruebas. Pero tal como éstas
son ahora, el hecho está razonablemente bien sentado y tiene implicaciones
definidas para el problema más amplio de Ias conexiones entre Ia ciencia v }:I
otras instituciones sociales.
CIENCIA Y ECONOMíA EN INGLATERRA 597

Concedida Ia veracidad de esa historia, su pertinencia para el asunto en cues-


tión es desdefiable, salvo en el supuesto de que Ias personas saben invariable-
XIX. CIENCIA Y ECONOM1A EN LA INGLATERRA mente quê fuerzas sociales condicionan su conducta y que su conelucta sólo
DEL SIGLO XVII puede ser comprendida en relación con sus móviles conscientes.
Los móviles pueden ir desde e1 deseo de engrandecimiento personal
EL ]UEGO mutuo entre el desarrol1o socioeconómico y el científico apenas es hasta un "deseo totalmente desinteresado de saber", sin impugnar por nece-
problemático. Pero hablar de influencias socioeconómicas sobre Ia ciencia sidad el hecho demostrable de que Ia ternática de Ia ciencia en Ia Ingla-
en términos generales no analizados, escasamente plantea el problema. AI terra del siglo XVII cstaba en gran parte determinada por Ia estructura social
sociólogo de Ia ciencia le interesan de manera~"específica 105 tipos de influen- de Ia época. Los móviles de Newton no alteran el hecho de que Ias observa-
cia que intervienen (facilitadora y obstructiva), Ia medida en que esos tipos ciones astronómicas, de que hizo tanto USO,4 eran producto de1 trabajo de
resultan eficaces en diferentes estructuras sociales, y los procesos mediante Flamsteed en el Observatorio de Greenwich, que fue construido por orden
10s cuales operan. Pero estas cuestiones no pueden contestarse ni aún tenta- de Carlos II para beneficio de Ia Marina Real." Ni niegan Ia notable influen-
tivarnente sin aclarar los instrumentos conceptuales empleados. Con excesiva cia sobre Ia obra de Newton de científicos prácticamente orientados como
frecuencia, el sociólogo que repudia Ia interpretación mitógena o heroica de Halley, Hooke, Wren, Huyghens y Boyle. Aun respecto de Ia cuestión de 10s
Ia historia de la ciencia cae en un materialismo vulgar que trata de encontrar
>i móviles, es discutible Ia tesis de Clark, visto el conocimiento explícito de
paralelos sencillos entre el desarrollo social y el científico. Esos mal dirigidos .~ muchos científicos de Ia Inglaterra del siglo XVII acerca de Ias implicaciones
;-1&

esfuerzos dan por resultado invariablemente un estudio muy tendencioso e prácticas de sus invcstigaciones en ciencia pura. No es una generalizacióll
ociosa ni incauta que todo científico inglês de aquel tiempo suficientemente
insostenible.
distinguido para merecer ser mencionado en Ias hístorias gcnerales ele Ia cien-
cia, relacionaba en forma explícita en un momento u otro sus investigaciones
Planteamiento del problema científicas con problemas prácticos inrnediatos." Pero en todo caso, el aná1isís
sólo desde el punto de vista de los rnóviles (atribuídos) es gravemente enga-
Empezamos por seíialar tres postulados comunes, pero sin solidez. EI
noso y tiende a obscurecer Ia cuestión de los modos ele influencia socioeconó-
primero y más enganoso es Ia identificación de Ia motivación personal de los
mica sobre Ia ciencia.?
científicos con los determinantes estructurales de su investigación. El segun-
Es importante distinguir Ias actitudes personales ele los hombres de cien-
do es Ia creencia en que hay factores socioeconómicos que sirven para explicar
cia individuales del papel social que desempeüaban sus investigaciones. Evi-
exhaustivamente todo el complejo de Ia actividad científica; y el tercero es
dentemente, algllnos científicos estaban bastante enamorados de su materia
Ia imputación de "nccesidades sociales" cuando no hay tales necesidades en
para cultivarla por su propia cucnta, en ocasiones teniendo poco en cucnta
ningún sentido importante. sus consecuencias prácticas. Y no necesitamos suponer que todas Ias inves-
La reciente crítica de Clark 1 sobre el ensayo de Hessen puede tomarse
tigaciones particulares están directamente enlazaelas con tareas técnicas. La
como ejemplo de Ia confusión que nace de Ia vaga conceptualización concer-
relación entre Ia ciencia y Ias necesidades sociales es doble: directa, en el sen-
niente a Ias relaciones entre Ia motivación y 10s determinantes estructurales
de Ia conducta de los científicos. Clark tiende a restringir el papel de los 4 Véase Ia correspondencia entre Newton y Flamsteed, citada extensamente en Isaac NcwtOIl,
factores socioeconómicos en Ia ciencia al de los móviles utilitarios de los cien- por L. T. More (Nueva York, 1934), cal'. u.
tíficos y, correlativamente, a identificar "el desinteresado deseo de saber, el 5 Había en eI mejoramiento de Ia navcgación un interés que, de acuerdo con Flamsteed, primcr
astrónomo real, condujo a Ia construcción de! Observatorio de Greenwich. (Digamos de pasada
impulso de Ia mente a ejercitarse de maneta metódica sin ningún propósito que Colbert propus o Ia creaci6n de! Observa to rio de París para el mismo propósito.) U n francés,
práctico", con una actividad científica no condicionada por elementos socio- eI sefior de St. Pierre, visitá Inglaterra y propuso métodos perfeccionados para determinar Ia longi-
econômicos." Así, como ejemplo del desinterés (en este sentido de Ia pala- tud e11 el mar. Flamsteed indicá e11 11n informe oficial que cl proyecto no era practicablc, y" que
"Ias tablas lunares diferían según Ias ciclos". Entregado el informe a Carlos, "se extrafió ante Ia
bra) de Newton, cita una anécdota, frecuentemente referida al efecto, de que afirrnación de que Ias cstrellas fijas eran falsas en cl catálogo; dijo con alguna veherncncia que "nece-
un amigo a quien "había enviado un ejemplar de los Elementos de Euclides sitaba tenerlas observadas, examinadas y corregidas de nuevo para uso de sus marinos'''. Tras esto
fue decidido construir cl Observatorio y nom brar a Flamstecd astrónorno real. V éasc An Account of
le preguntó 'de qué utilidad o beneficio en Ia vida' podia ser el estudio de lhe Rev'd Toh11 Flamsteed, compilcd from Ilis own manuscripts, por Francis Baily (Londres, 1935),
aquellibro. Aquella fue Ia única ocasión en que se dice que rió Newton"." p. 37. Con segurirlad, el sueldo de Flamsteed era sólo de 100 libras anuales, Tuvo cl privilegio de
proporcionarsc todos Ias instrumentos nccesarios .. , a sus expcnsas.
G Documentación en apoyo de esta afirmaci6n pucdc verse en mi Scicncc, Technology and
1 Science and Social Weltare ín the Age of Newton, por G. N. Clark (Oxford, 1937). Véase
"The social and economic roots of Newton's Principia", Science at thc Cross Roads, por B. Hessen Societv ín 17th-Centurv England (Brujas, 1938).
7 Para un tratamicnto sistemático de este problema, véase "Limiting factors in the advance-
(Londres, 1931). mcnt of scienccs as observed in the history of embryology", por [oseph. Needham, en Yale Tauma]
2 Ibid., P: 86; Y todo el capo 3.
:l Ibicl., P: 91. L3 versi6n original, ligeramcntc distinta, está en Ia Portsmouth Collection. .ot Biology anel Mcelicinc, 1935, 8, 1-18.
596
S98 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ECONOMíA EN INGLATERRA 599
tido de que algunas investigaciones se realizan premeditada y deliberada- bajo observación, precisamente a causa de su cultura y su estructura social.!"
mente para fines utilitarios, e indirecta, en Ia medida en que ciertos problemas Sólo cuando eI objetivo es realmente parte integrante de Ia cultura cn cues-
y materiales para su solución se imponen a Ia atención de 10s científicos, aun- tión, sólo cuando es experimentado como tal por algunos indivíduos de Ia
que éstos no necesitan conocer Ias exigencias prácticas de Ias cuales nacen. sociedad, puede hablarse propiamente de que una necesidad dirige el intcrés
En este respecto, se siente uno impulsado a discutir Ia generalización de científico y técnico hacia ciertos canales. Además, Ias necesidades económicas
Sornbart según Ia cual la tecnología del siglo XVII estaba casi completamente pueden satisfacerse no sólo tecnológicamente sino mediante cambias en Ia
divorciada 8 de Ia ciencia de Ia época, y que el científico y el inventor ha bían organización social. Pero dada Ia rutina de satisfacer ciertos tipos de necesi-
seguido caminos separados desde el tiempo de Leonardo hasta el siglo XVIII. dades con inventas tecnológicos, norma que empezó a establecerse en el si-
No hay duda de que Ia alianza de los dos no es igualmente segura en todas
lus estructuras sociales, pero Ia afirmación de Sombart (y otros) de que Ia
tccnología deI sigla XVII era esencialmente Ia deI empírico parece exagerada,
habida cuenta de Ias muchos científicos que aplicaron sus conocimientos teó-
1i
'1;
glo XVII; dado e! requisito previa de Ia acumulación de conocimientos téc-
nicos y científicos que suministra e! fondo básico para Ias innovaciones; dada
(en este caso) una economía capitalista en expansion, puede, entonces, de-
cirse que Ia necesidad es Ia madre (noc1riza) de Ias inventos y abuela del
ricos a fines prácticos. Wren, Hooke, Newton, Boyle, Huyghens, Halley, j~ progreso científico.
Flarnsteed -para mencionar sólo algunos de Ias más ilustres- se dedicaron
:11 cultivo de Ia teoría y de Ia práctica. Y 10 que es más importante, Ios cien-
tíficos confiaban uniformemente en que su constante laboriosidad produciría Transportes y ciencia
frutos prácticos. Era esta convicción, completamente aparte de Ia cuestión
ele su validez, Ia que influía en parte en su elección de problemas. EI gra- La germinación de Ia empresa capitalista en Ia Inglaterra de! sigla XVII
na de verdad de Ia tesis de Sombart se reduce al hecho de que aquellos horn- intensificó el interés por medias de transporte y de comunicación más ade-
bres de ciencia se interesaban, no por hacer progresar el desarrollo de la cuados. Santa Helena, Jamaica, América del Norte no eran sino Ias comien-
maquinaria industrial para usos fabriles -ya que éstos no se habían desarro- zos de Ia gran expansión colonial de Inglaterra. Esta y e! costa relativamen-
llado bastante para atraer su interés-, sino con innovaciones que mejoraban te bajo del transporte por agua 11 condujeron a un rápido desarroIlo de Ia
cl comercio, Ia minería y Ia técnica militar." marina mercante. Más del cuarenta por ciento de Ia producción inglesa de
Dentro de este contexto, Ia crítica que Clark hace de Hessen se reduce carbón era transportado por agua. Análogamente, el comercio interior inten-
a rechazar Ia tesis de que Ias factores económicos son los únicos deterrninan- sificó Ia necesidad de mejores servicios de transporte por ti erra y río. Durante
tcs del desenvolvimiento de Ia ciencia. Me apresuro, en compafiía de Hessen, todo e! sigla fueron frecuentes Ias propuestas para construir caminos de por-
a asentir a este juicio. La primitiva tesis de que no hay otras determinaciones tazgo y canales.
que Ias económicas no es más intrínseca aI análisis de Hessen, como él mis- EI comercio exterior iba asumiendo proporciones mundiales, Las meio-
mo indica (op. cit., p. 177), que a Ia obra de Marx y Enge!s. res, aunque defectuosas, estadísticas de que se dispone atestiguan esos progre-
Queda el tercer problema -eI de averiguar Ias necesidades sociales->, sos. Las importaciones y Ias exportaciones aumentaron casi e! 300 por ciento
que puede tratarse mejor en términos empíricos específicos. La noción am- entre 1613 y 1700.12 Wheeler, que escribía a principios deI sigla, observó que
pliamente aceptada de que Ia necesidad acelera Ias inventas apropiados y durante sesenta afias aproximadamente no habían navegado por el Támesis
canaliza Ias intereses científicos pide una revisión meticulosa. Casos de ur- ni siquiera cuatro barcos de más de 120 toneladas de capacidad de carga.1S
gcncia han enfocado a veces Ia atención sobre ciertos campos, pero es A Ia muerte de Isabel sólo había en Inglaterra cuatro barcos mercantes de 400
igualmente cierto que una multitud de necesidades humanas quedaron sin toneladas cada uno.> EI número de barcos, en particular e! de Ios de gran to-
satisfacer a través de los tiempos. En Ia esfera técnica, Ias necesidades, lejos nelaje, aumentó rápidamente durante Ia Commonwealth, en parte como res-
de ser excepcionales, son tan generales que explican poco. Cada invento de puesta aI impulso que proporcionó la Guerra de Holanda. En un decenio
facto satisface una necesidad o intenta satisfacerla. También es necesario (1649-59) se construyeron noventa y acho barcos con nu tonelaje neto de
darsc cuenta de que ciertas necesidades pueden no existir para Ia sociedad
10 Para un lúcido estudio de Ias nccesidades, véasc Ia introducción de Lancclot Hogben al voIu·
H Véase Der Moderne Kapitalismus, por Werner Sombart (Munich, 1921), I, 466-67. La me- men editado por él con el título de Political Arithmetic (Nueva York, 1938).
L, [orn es sumamente apropiada en vista de Ia observación de Oldenburg, antiguo secretario de Ia ri La diferencia eu costas del transporte por tierra y agua Ia scíiala Petty de un modo sorpren-
Il"al Sociedad, según Ia cual Ias filósofos naturales procuraban "el matrimonio de Ia naturaleza y el dente, aunque quizás exagerado. HEI transporte por agu" de mercancias alrccledor dei globo de Ia
.ule, [ele donde] puede seguirse una feliz prole para uso y beneficio de Ia vida humana", PhiIoso- tierra no es sino aproximadamente e1 doble dei precio dei transporte por ticrra desde Chester hasta
p/lÍc;,) Transactions, 1665, 1, 109. Londres de Ias mismas mercancias", Phil. Trans., 1684, 14, 666.
11 Franz Borkenau percibió esta distinción necesaria: "La ciencia natural dei siglo XVII no se 12 Véanse Ias cifras reales en The Economic History of England, por E. Lípson (Londres,
h.rllaba aI servi cio de Ia producción industrial, por más que Ia hubiese deseado desde Ios tiempos. 1931),11,189.
"" Bacou", Der Uebergang vom feudalen zum bürgerlichen WeltbiId
ravndo es deI autor.)
(Paris, 1934), 3. (EI sub-
1• 1,S Treatise of Commcrce, por [ohn Whcelcr (Middclbnrgh,
14 Naval Tracts, por Sir \Villiam Monson (Londres, 1703). 294.
1601), 23.

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hClO ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ECONOMIA EN INGLATERRA 601

de más de 40000 toneladas.t" Adam Anderson advierte que el tonelaje de ele ciencia se interesaron profundamente en Ias soluciones posibles de esos
los barcos mercantes ingleses en 1688 era el doble que en 1666/6 y Sprat i problemas." Tanto Ias matemáticas como Ia astronomía hicieron sefialados
sostiene que aumentó más del doble en Ias dos décadas anteriores.t? EI infor-
me oficial sobre Ia Marina Real presentado por Samuel Pepys en 1695 co-
mcnta Ia notable expansión naval durante el sigla. En 1607 Ia Marina Real
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progresos mediante Ias investigaciones orientadas en esa dirección.
La invención de los logaritmos hecha por Napier, ampliada por Henry
Briggs, Adrian Vlacq (en Holanda), Edmund Cunter y Herry Cellibrand, íue
constaba de euarenta naves de 50 toneladas y más; el tonelaje total era ele de utilidad para los astrónomos y también para 10s marinos'" Adam An-
1I11<1S 23000 toneladas con tripulaciones que sumaban 7800 hombres. En .~ derson posiblemente refleja Ia actitud general hacia esta invención cuando
ICJ95 Ias cifras correspondientes eran de más de 200 naves, con un tonelaje observa que "los logaritmos son de gran utilidad especial para los navegantes
.uperior a 112400 toneladas y más de 45000 hombres. ~
!.~
en el mar, en el cálculo de su rumbo, distancia, latitud, longitud, etc." .24
~
Elemento importante en Ia aceleracíón deI ritmo de Ia eonstruceión de Sprat, el genial historiógrafo de Ia Real Sociedad, afirmó que el progreso de
b.ircos y en el aumento deI tarnafio de los mismos fueron, como indicó Som- Ia navegación era ele 10s principales objetivos del grupo." Hooke, el irascible
1>:111, Ias neeesidades militares. Aunque el crecimiento de Ia marina mercante "curador de experimentos" de Ia Sociedad, que era aI mismo tiempo un cien-
file considerable, no igualó al de Ia Marina ReaI,18 como 10 evidencian Ias tífico eminente y probablemente el inventor más político de su tiempo,
«sradísticas comparadas reunidas por Sombart. Las exigencias militares irn- ~ escribió a este mismo respecto:
pulsa ban con frecuencia el aumento de velocidad en Ia construcción de barcos
Primero se desea encarecidamente que todas Ias observaciones que ya han
;1, í como los progresos en arquitectura naval.
sido hcchas sobre Ia variación de Ia aguja magnética en cualquier parte del mundo,

unas:
La construcción de barcos fue impulsada por intereses militares de tres ma-
se necesitaban más barcos y más grandes, y sobre todo, se necesitaban
(1("lItro de un plazo corto. Las exigencias de Ia marina mercante pudieron haber
sido satisfechas por métodos de artesanado de construcción naval durante otro
',i!:lo todavía. Pero esos métodos quedaron fuera de moda por Ias crecientes de-
ui.mdas de Ia guerra marítima; prírnero en Ia construcción de navios de guerra, y
dl 'spltés en Ia de barcos de todas clases, al entrar Ia marina mercante eu Ia co-
I puedan ser notificadas juntamente con todas Ias circunstancias notab1es al hacer-
Ias; delas observaciones celestes para conocer e1 verdadero meridiano, o cualesquiera
otros médios por los que pueda ser encontrado .. Pero de una ccnsiderable colec-
ción de esas observaciones, puede hacerse que Ia astronomia disponga de ese ad-
mirable efecto del cuerpo de Ia tierra tocado por una piedra imán, que si (como
es probable que pueda) ser útil para Ia dirección de los navegantes u otros para
encontrar Ia longitud de 10s lugares, Ias observaciones recogidas, juntamente con
I1 icute de desarrollo ... ]9 Ia buena navegacíón, que ella [Ia Real Sociedad] se compromete a hacer tan
pronto como tenga suficiente número de dichas observaciones ... 26
Aunque Sombart tiende a exagerar el papel de Ias ex:igencias militares
('11 el fomento de métodos más eficaces en Ia construcción de barcos, es evi- U na balada escrita poco después que Ia Sociedad empezó a reunirse en
lll'!llc que este factor se combiná con Ia necesidad intensificada de una ma- Cresham College refleja Ia apreciación popular de este interés, como es ma-
rn ia mercante mayor para acelerar esos adelantos. Eu cualquier caso, los datos nifiesto en este trozo:
cstudísticos disponibles indican una marcada expansión tanto de Ia marina 22 En l111 trabajo leído ante Ia Real Sociedad por el Dr. Bainbridge se dijo: "Nullum est in
mercante como de Ia militar a partir de fines del siglo XVI.20 tota fere mathesi problema, quod mathematicorum ingenia magis exercet, nullum, quod astronomiae
magis conducit, quam problema inveniendi meridianorum sive longitudinum differentias." De Ias
Esos progrcsos fueron acompafíados de una importancia cada vez mayor
actas de Ia Real Sociedad transcritas en Ia History of the Royal Soeiety ai London, de Thornas
concedida a numerosos problemas técnicos. Sobre todo, el aumento de viajes Birch (Londres, 1757), IV, 311. Entre los fines de Ia Soeiedad enunciados por Oldenburg cn el
cotncrciales a puntos lejanos -Inclia, América del Norte, Africa, Rusia- ~
li;'
prefacio de! noveno volumen (1674) de Ias Philosophica1 Transactíons fignran: "La difusión de Ias
matemáticas prácticas en todas nuestras ciudades comerciales y puertos; hacer navegables Ias rios
.n-cntuó de nuevo Ia necesidad de medias exactos y expcelitivos para determi- grandes; ayudar a Ia pesca y a Ia navegación; inventar medias para hacer fértiles Ias tierras estéríles
n.rr Ia posición en el mar, ele haIlar Ia latitud y Ia longitud." Los hombres y cultivar Ias tierras baldias. aumentar el comercio dei lino; producir latón y sal y salitre nuestros."
23 Publícada en su Mirifici logarithmofUm canonis descriptio (Edimburgo, 1614). Hay que
,; Las cifras de tonclaje no comprcndcn 17 barcos sobre los cuales no se dispoue de datos. advertir que Briggs, que Iue el primero que hizo apreciar Ia obra de Napicr y quicn cn 1616 sugirió
T""""Jo de A History af thc Administration of the Royal Navy and oi Merchant ShippiIlg, por M. Ia base 10 para el sistema de logaritmos, escribió varias obras sobre navegación. Y asimismo, que
('I'I"'"IHilll (Londres, 1896), 330-37. Gellibrand fue probablernente el primer inglês que corrigió Ia conclusión de Gilbert según Ia cual
I" ()rigiIl of Commerce, por Adam Anderson (Dublín, 1790), I1I, 111. Ia declinación magnética es "constante C11 nu lugar dado", al descubrir Ia variación secular de Ia
17 'l'hc History oi the Roya1-Society of London, por Thornas Sprat (Londres, 1667), 404. declinación. Véasc su Discourse Mathematieal OIl the Variation of Magneticall Needle (Londres,
1:< Kricg und KapitaJismus, por Werner Sornbart (Munich, 1913), 179ss. 16351.
I!I /1);,1., 19l. 24 Op. cit., II, 346. Anderson sefiala también Ia "noblc dotación" hecha por Sir Henry Savile
.,., "Nnestras investigaciones [basadasen cl exarnen de 10s libros de 10s puertos] dcmuestran en 1630 "de dos profesores de matemáticas C11 Ia Universidad de Oxford; uno de ellos para geome-
1),1.1.1 1.1 cvidcncin que el comercio y Ia navegación de Inglaterra hicicron grandes progresos a fines tria, y el otro para astronomia, .. Las cualcs dos ramas de Ias matemáticas es bien sabido que S011
01, I ',Ij'.I" \V! V durante Ia primem mitad dei sigla xvn. Apenas se exagera si se dice que Ia navega- grandemcnte beneficioscs para Ia navegaeión y el comercio". Ibicl., I, 1Tl:
''''Ii 1I1",k:::t se cuadruplicó, si no se quintuplicó, de 1580 a IMO" ."L'acte de navigatian anglais 25 Sprat, op. cit., 150.
0111 ') "dobre 1651", por A. O. [ohnson, en Revue d'histoirc moderne, 1934,9, 13. 26 Papers de Robert Hooke, British Museum, Sloan MSS. 1039, f. 112. Véase también A
" IICSSCIl, op. cit., 157-58. Description af Helioscopes, and Some Other Insrrurnenrs, de Hooke (Londres, 1676), post scriptum.
602 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA
Este Colegio el mundo eniero medirá
-Ia cuai creen impasíbIe casi tadas-
y hará un plaee: de Ia navegaeíón
DE LA CIENCIA
r CIENCIA
infantil y un entretenimiento
Y ECONOMiA EN 'INGLATERRA
ocioso, y a Ias investigaciones directamente uti-
litarias para encontrar Ia longitud en el mar, en Ias cuales "se complacía muy
603

al. descubrír Ia longítud: cualquier


tnarino podrá entonceu fáeilmente
llevar a Ias antipodas su barcori
J
'1
graciosamente". Actitudes asi servían para orientar una parte considera blc
de trabajo científico hacia campas que podían rendir frutas inmediatos.ê''

Un caso; el problema de la longitud geográfica


Reuniéndose oficialmente cama tal Real Sociedad o cangregándase en
cafés y casas particulares, Ia camarilIa científica discutÍa sin fin problemas Este absorbente problema de encontrar Ia longitud quizás es e! mejor
técnicos de interés inmediato para el provecho del reino. EI diario de Hooke, ejemplo de! modo como consideraciones prácticas enfocaban el interés cien-
publicado recientemente, revela Ias diferentes presíones que ejercían sobre él tífico sobre ciertos campos. No puede haber duda en que los astrônomos
Ia Sociedad, el rey y los nobles interesados en dedicar sus estudios a "cosas contemporáneos estaban profundamente impresionados con Ia importancia de
útiles".28 Acudiria con frecuencia a Garaways o a [onathans, los cafés de descubrir un modo satisfactório de averiguar Ia longitud, particularmente en
Change Alley, donde, con Christopher Wren y otros amigos, "dísertaba acerca eI mar. Una y otra vez manifiestan este interés predominante. Rooke, Wren,
de Ios movimientos celestes" sobre una tetera, mientras que en Ias mesas Hooke, Huyghens, I-Ienry Bond, Hevelius, William Molineux, Nicolaus Mer-
próximas especulaciones más mundanas embargaban Ia atención de corre- cator, Leibniz, Newton, FIamsteed, Halley, La Hire, G. D. Cassini, Borelli:
dores de balsa y apostadores de caballos, Los problemas examinados en prácticamente todos Ias astrônomos y virtuosi principales de Ia época ates ti-
Caraways pasaban con frecuencia a ser objeto de especial investigación por Ia guan repetidamente este hecho.
Sociedad. En suma, el panorama que predomina no es el de un grupo de Los diferentes métodos propuestos para hallar Ia langitud condujeron a
"hornbres económicos" que tratan todas y cada uno por sí de mejorar su Ias siguientes investigaciones:
siíuación económíca, sino el de una reuniôn de estudiantes curiosos que son-
dem cooperativamente Ias arcanos de Ia naturaleza. Las exigencias de necesi- 1. Cálculo de distancias lunares desde el sol a desde una estrella fija.
dacles originadas económicamente planteaban cuestíones nuevas y acentuaban Muy usado en Ia primera mitad deI sigla XVI y también a fines del sigla XVII.
lns antiguas, abriendo caminos nuevos de investigación y acornpafiando a esto 2. Observaciones de Ios eclipses de los satélites de Júpiter. Propuestas
11I1a presión persistente para Ia solución de los problemas. Esta resultaba por primera vez por Galileo en 1610; adoptadas por Rooke, I-Ialley, G. D.
lllll}! eficaz, ya que e! sentido deI êxito de los científicos no se ajustaba exclu- Cassini, Flamsteed y otros.
sivamente a criterios científicos. Los científicos no eran inmunes al interés 3. Observaciones del paso de Ia luna par el rneridiano. En general, co-
por el aplauso social, y los descubrimientos que prometían aplícaciones pro- rrientes en e! siglo XVII.
vcchosas se pregonaban mucho más allá del círculo inmediata de los virtuosi. 4. Uso de relojes de pêndulo y otros cronômetros en el mar, apoyado
1':1 logro científico llevaba consigo el privilegio rara vez na deseado de tratarse par Huyghens, Hooke, Halley, Messy, Sul1y y otros.
('011 personas de alto rango; era, en cierta medida, un canal para Ia movilidad
social. Es bien conocido el caso de Graunt. Análogamente, Haoke, hijo de Newton esbozó claramente estas procedimientos, así como Ias problemas
1111 humilde cura de Freshwater, fuc amigo de nobles y podía vanagloriarse científicos que implicaban, con ocasión haber pedida Ditton cl premio por
de frecuentes charlas con el rey. Las ignorantes reacciones de los profanos a un método exacto de determinar Ia longitud en el mar.ê? EI profundo inte-
los diferentes órdenes de investigación científica pueden representarse por Ias rés de Ias científicos ingleses por esta matéria Ia indica un artículo deI primer
de Carlos II aI "peso deI aire", trabajo fundamental sobre Ia presión atmos- volumen de Ias Philosophical Transacticns que describe el uso de relojes de
férica que a su limitada inteligencia no le parecia más que una c1iversión pêndulo en el mar." Como dijo Sprat, Ia Sociedad había tomado el proble-
ma "a su especial cuidado". Hooke intentó perfeccionar el reloj ele péndulo
27 ln praise of the choice company of Philosophers and Witts, who meet on \Vednesdays,
wcekly, at Gresham ColJege, por W[iIliam?] G[lanvillel. Cf. "'Ballad of Gresham Collegc", por Doro- y, como él dice, "el êxito ele los ensayos me hizo pensar más en mejorarlo
Il,y Stimson, en Isís, 1932, 18, 103-17, donde se sugiere que cl autor fue probablemcntc Joseph para averiguar Ia longitud, y ... me llevó rápidarnente a usar resortes en vez
CI:lIlvillc. ~
1.
2R Thc Diary of Robert Hooke, cd. por H. W. Robínson y W. Adams (Londres, 1935). Ad- 29 Véansc, cn este rcspccto, Jus obscrvacioncs ele Adam Anderson sobre Ia Real Sociedad:
viértansc, por ejemplo, Ias siguientes anotaciones: "En Sir Fr. ChapIains. Lodowick allí sobre Ia " ... sus progresos en astronomia y geografia bastan por sí solos para su reputaci6n y para demostrar
IIIIIgill1d. Confirmó un premio de 3000 libras y 600 libras más de los Estados", p. 160. "A Gara- su gran utilídad aun para el mundo mercantil, sin insistir en sus muchas y grandes mejoras en otras
wuv, con Sir C. Wrcn, encontramos a Clark y Seignior, discusi6n sobre relojes de bolsillo y para artes y ciencias, algunas de Ias cualcs se relacionan también con cl comercio, Ia navegación, Ias
Ia IOllgill1d... Resuelto acabar ~Ia medida? del grado. Nuevo barco de clepsidra, nueva tcoría de! manufacturas, Ias minas, Ia agrioultura, ete.", Origin of Commerce, H, 609.
"'11 ido", 221. "A Sir J. WiIliamson. Me Ilamó muy bondadosamente a su habitaci6n. Me habl6 30 Longitude Discovered, por WilIiam Whiston (Londres, 1738), prefacio histórico.
dd, . , experimento, me arnonestó a ser diligente este aiío en estudiar cosas útiles, haccr cl barômetro 31 "A Narrative concerning the Success of Pendulum Watches at Sea for the Longitude", por
dI'! Hey ... ", 337.
Major Holmes, en na. Trans., 1665, I, 52·58.
I
I
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!,..,.-
(,()I ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ECONOM1A 'EN INGLATERRA 605

de Ia gravedad para hacer vibrar uo cuerpo eu cualquier postura ... " .32 En demasiado decir que de esc interés resultó su descubrimiento de Ia rotación
Ionccs se produjo una violenta controversia acerca de Hooke y Huyghens de J úpiter, del doble anillo de Saturno y de los satélites tercero, cuarto, quin-
IIIIH'crnieote a Ia prioridad en Ia construcción de un reloj con resorte de equi- to, sexto y octavo delmismo planeta." pues, como él sugiere, Ias observacio-
lilnio en espiral. Corno quieta que se resuelva Ia cuestión de Ia prioridad, el nes astronômicas de esta suerte eran "incitantes" a causa de sus implicaciones
Iw('I!CImisrno de que dos hombres de ciencia tan eminentes, entre otros, enfo- prácticas. Lawrence Rooke, que fue uno de 10s del grupo originario ele donde
1:I,CIl SIl atención sobre esta esfera de investígación es importante en si mis- salió Ia Real Compaüia, sefialó con frecuencia el "valor náutico" de Ias obser-
1110.Estos inventos simultâneos son una resultante de dos fuerzas: Ia intrín- vaciones." Flamsteed advirtió frecuenternente Ia uti1idad de observar 10s saté-
\('I:I111cnte científica que proporcionaba 10s materiales teóricos empleados en lites de Júpiter, porque sus eclipses "han sido estimados, y ciertamente son,
II'SI.lvcr el problema en cuestíón, y el interés no científico, econômico en gran un expediente mucho mejor para el descubrimiento de Ia longitucl que cual-
I':IIIC, que sirvió para dirigir Ia atención hacia el problema gencral. EI limi- quiera de 10s conocidos hasta ahora" .37
I:ld() margen de posibilidades practicabIes condujo a inventos duplicados in- Newton se interesó también profundamente en el mismo problema ge-
dt'flclldientes. neral. AI comienzo de su carrera, escribió una carta ahora famosa aconsejan-
ll:ste problema siguió animando investigaciones científicas también en do a su amigo Francis Aston, que proyectaba un viaje por el Continente, en
.,II:lS direciones. Así, Borelli, de Ia Real Academia de Ciencias de París (OI- Ia que le sugería que "se informase si los relojes de péndulo eran de alguna
1::111 i/,ada por sugestión deI perspicaz Colbert), publicó una oferta en el JOLlT- uti1idad para encontrar Ia 10ngitud".En una correspondencia que tenemos
1/,11 eles Sçavans y en Ias Philosophical Transactions para exponer su método razón en creer que en definitiva movió a Newton a terminar 10s Principia,
dI' h.iccr grandes lentes para telescopios, o también para enviar lentes a Ias
1lIlli(maS que no estuvieran en situación de hacerlos, a fin de que pudieran observa que "un viajero ... puede hacer uso de eUa [de Ia rotación] para encontrar Ias longitudes
"observar 10s eclipses de los satélites de Júpiter que tienen lugar casi todos de los lugares más remotos de Ia tierra". PhiL Trans., 1672, 7, 4042. En su estudio sobre Ia des-
igualdad del tiempo de rotacián de Ias manchas cn diferentes latitudes, sefiala Ia importancia de este
1m li ins y ofrecen un modo tan períecto de establecer Ias longitudes en toda hecho para una determinación más precisa ele Ia longituel, íbid. 1676, 6, 683. EI anuncio de su
1:1Iinra". Además, "una vez exactamente conocidas por este medio Ias lon- descubrimiento de los satélites tercero y cuarto de Saturno empieza así : "La variedad de descubri-
!:III li lcs de los lugares en el mar, de cabos, promontorios y diversas islas, indu- micntos maravillosos que se hicieron este siglo en e1 cielo, desde el invento dei telescopio, y Ia
gran utilidad que posiblemente pueda sacarse ele ellos, para perfeceionar el eonocimiento de Ia na-
.I:iIJll'lIlcnte sería de considerable ayuda y utilidad para Ia navegación'l.ê" turaleza y Ias artes necesarias al comercio y Ia sociedad de Ia hmnanidad, ha incitado a Tos astró-
Son precisamente estos episodios, con sus reconocidas implicaciones prác- nomos a examinar más estrictamente si no habia algo considerable quc no se habia pcrcibido hasta
ahora." Traducido dei Journa1 des Sçavans, 22 de abril de 1685; reimpreso en Plril. Trans., 1696,
Ill:IS, 10s que ilustran claramente el papel de los elementos utilitarios en el
16, 79. En Ia presentación de Ias tablas de Cassini para 10s eclipses ele los primeros satélites de
lnu rcnro de 10s progresos científicos. Porque puede decirsc, sobre amplios Júpiter, se observa que sin duda alguna Ias observaciones de los eclipses permiten mejor el lISO
íuu.lamentos documentales, que los descubrimientos astronómicos de Giovan- de telescopios portátiles para encontrar Ia longitud, "Y si esos satélites pudieran observarse en el
mar, un barco en el mar podría encontrar el meridiano eu que estaba, eon ayuda de Ias tablas que
111I }olIlcnico Cassini fueron en gran parte resultado de intereses utilitários. el SCííOI Cassini nos ha dado en este volnmen [Recueuil d'o/Jservations faitcs en plusicurs Voiages
1':11casi todos sus trabajos publicados en Ias Transactions Cassini destaca e1 pour pcrfcctioncr l' Astronomie et Ia Gcographie], descubriendo con muy grande exaetitnd dichos
v.rlor de Ia observación de Ias lunas de Júpiter para determinar Ia longitud, eclipses, más alIá de de 10 que aún podemos esperar haccr por Ia Luna, aunquc ésta parece ofrc-
oemos e1 único medio praeticable para e1 navegante. Mas para que 10s navegantes puedan hacer
1)(1I rucdio del método sugerido por primera vez por Calileo.> Quizâs no es uso del arte de encontrar Ia longitud, se requerirá que Ia costa de todo el Océano sea primero tra-
zada exactamcnte, para 10 cual este método por los satélites es sumamente apropiaelo. Y pucde estar
;;~ Tlic Postlmmous Works of Robert Hooke, por Richard Waller (Londres, 1705), Introduc- elescubierta para Ia fecha en que los mapas cstén terminados; o también que el invento de teles-
• róu . Calilco había descrito indudablernente un reloj de péndulo en 1641; c) invento de Huyghens copios más cortos manejables a borelo de un barco pueda bastar para hacer ver los eclipses de los
"11 1(,,(, había sido concebido independientemente. Huyghens se dcdicó después a inventar el reloj satélite, en el mar ... ", Phil. Trans, 1694, 17, 237·38. La última parte de esta cita aclara definida
cuu 1111 mecanismo de resorte. Véase su descrípción del invento en Ias Phil. Trans., 1675, 11, 272; y lúcidamente. el modo en que Ias necesidades prácticas "requerían" Ia investigación científica y
"""prcso dcl Jomnal des Sçavans, 25 de febrero de 1675. Esto condujo a Ia notoria disputa entre técnica, Merece seüalarse el hecho de que Halley fue comisionado por cl Almirantazgo "para
li. ,,,lu' v Oldcnburg, quien defendía Ia prioridad de Huyghens en Ia construcción real. Es de algún continuar el meridiano con tanta frecuencia como pueda ser conveniente de un lado a otro dei
1111 '''''''. ('11concxión con Ia cuestión deI móvil pecuniario, que Hooke, en Ia reuníón de Ia Sociedad Canal, a fin de trazar exactamente Ias dos costas una enfrente de otra", asi como para observar
'''1',11'''111<- " aquclla en que se leyá Ia comunicaci6n de Huyghens concerniente a su "nuevo reloj "el curso de Ias mareas en el Canal de Inglaterra, .. ". Véase su carta de 11 de junio de 1701
ri,' l"rI',ill,,", mcncionase que tenía un invento para encontrar Ia longitud para un minuto de tiernpo, a Burchett cn Correspondence and Papers of Edmond Halley, editado por E. F. MacPike (Oxford,
" 1j11111{,(' uuuutns celestes, que daria a conocer y haría práctico si tuvicra por él alguns compensa- 1932),117·18.
ru'ru" Sobre 10 cual Sir James Shaen prometió que "le procuraria mil libras esterlinas ele una vez, 35 Los satélites tercero (Tetis) y cuarto (Dione) fueron dcscubiertos en 1684; cl quinto (Rca)
" ." 111" l'illClluüa libras por afio, Habicndo declarado el Sr. Hooke que prefería Ia última solu- en 1672; el sexto (Titán) y el octavo (Japeto) en 1671.
'''''I. "I (,IIIISCjO10 apremió a que redactara artículos en confomidad con ello y que pusiera en acto 36 V éase "Mr. Rook' s Discourse concerning the Observations of thc Eclipses of the Satellites
'011111\('1110",Ci, Birch, op. cit., Ill, 191. Para más detalles, véase Waller, op. cír. Introducción. of '[upiter", reimpreso en Sprat, op, cit., 183·90. Rookc fue profesor de astronomia en Gresham
:1:1 l'hil. Trans., 1676, 11, 691·92, de 1652 a 1657 y profcsor ele geometría en el mismo colegio ele 1657 hasta su muerte en 1662.
",I Vcanse Galileo und seine Zeit, por Leonard Olschki (Halle, 1927), 274 y 438, y el capí- 37 Phil. Trans, 1683, 12, 322. Flamsteeel elaborá esta opinión de manera más aguda en otros
1111" 'oI,I)\(: "Die Briefe über gcographischc Ortbestimmung". Este método no permitía precisión trabajos sobre cl mismo asunto. Véanse Phil. Trans., 1685, 15, 1215; XVI (1686), p. 199; Xlll
,"lwi('1I1c para ser ele mucha utilidad práctica. En eJ trabajo en que estuelia su elescubrimiento de (1683), p. 405-7. Puede advertirse de pasada que Leibniz inventá un reloj portátil "destinado
"",1 111:111111:1 dcsacosturnbrada en Júpiter y fijando el tiempo de Ia rotación dcl planeta, Cassini principalmente a encontrar Ia longitud". Véase su trabajo en PhiL Trans., 675, 10, 285·88,
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(I(I() nsrurnos SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA CIENCIA Y ECONOMIA EN INGLATERRA 607

I l.illcy Y Hooke 10 instaban a que continuase ciertos aspectos de SllS inves mentos, se identificaba con L1l1 objeto de utilidad prácticn inmcdiata para 10s nave-
gantes, y de un gran valor reconocido.»
11L;;lcionespor su utilidad para Ia navegación."
En 1694 envió su famosa carta a Nathanael I-Iawes esbozando un nuevo Halley, que había decidido que eran defectuosos todos Ias diferentes
(IIISO de enseíianza matemática para los navegantes neófitos en el Christ's
métodos para determinar Ia Iongitud y había declarado que "dificilmente
I Iospital, en Ia que criticaba el curso en marcha, diciendo en parte que "se
sería posible alguna vez determinar Ia longitud en e] mar como suficiente
()III itia también Ia averiguación de Ia diferencia de longitud, amplitud, azi- para usos marítimos, hasta el momento en que estuviera totalmente perfec-
i uul s y variación de Ia brújula, aunque estas cosas son muy útiles en viajes cionada Ia teoria lunar, constantemente instaba a Newton a seguir su tra-
1:1 rgos, como los que se hacen a Ias Indias Orientales, y el navegante que no bajo.42 Flamsteed, y (desde 1691 hasta 1739) Halley, también se esforzaron
I:IS sabe es un ignorante".39 En agosto de 1699 Newton hizo pública una por rectificar Ias tablas lunares suficientemente para alcanzar "el gran obje-
fOJlln perfeccionada de su sextante (inventado independientemente pOI tivo, de encontrar Ia Iongitud con e] grado de exactitud requerido". La Real
I l:rdlcy en 1731), que, en conjunción con Ias observacíones lunares, podía Sociedad recomendaba con el mismo propósito Ias observaciones de los eclip-
permitir Ia deterrninación dc Ia longitud en el mar. Ya había presentado los ses de Ia luna.v
I j ucamientos iniciales de su teoría lunar en Ia primera edición de 10s Príncí- Otro campo de investigación que recibió sostenida atención a causa de
[na. Además, por recomendación de Newton se promulgó Ia ley de 1714 su probable utilidad es eI estudio de Ia brújula y del magnetismo en general.
para premiar a Ias personas que inventasen un método eficaz para determi- Así, Sprat relaciona específicamente Ias investigaciones de Wren con Ias
lia r Ia longitud en el mar.'? En eI curso de estas actividades demostraba necesidades presentes cuando dice que "en orden a Ia navegación él [Wren 1
Ncwton que conocía Ias implicaciones utilitarias no sóIo de gran parte de su realizá cuidadosamente muchos experimentos magnéticos'i." El mismo
propio trabajo científico, sino también del de sus contemporáneos. Wren, en su discurso inaugural como profesor de astronomía en Cresharn,
La teoría lunar de Newton fue el resultado culminante de Ia concentra- hace sonar Ia misma nota. Debe proseguirse diligentemente el estuc1io de Ia
(,j(')]l científica sobre este asunto. variación magnética porque puede resultar de gran valor para el navegante,
Como dice Whewell: quien puede así hallarse capacitado para encontrar Ia longitud, "pues Ia in-
dustria precedente difíciImente había dejado cosa tan gloriosa como esa para
EI progreso de Ia astronomía quizá habría sido motivo suficiente para este ser buscada por el arte"." La Hire, observando que nada es tan inquietante
l ra haja;
pero había otras razones que 10 imponían con vigoroso impulso, Una en 10s viajes largos como Ia variación de Ia aguja, dice que "esto me movió
teoria lunar perfecta, si Ia teoría podia perfeccionarse, prometia proporcionar un
a encontrar algún médio independiente mediante observaciones para descu-
método para encontrar Ia longitud de cualquier lugar de Ia superficie de Ia ti erra:
v así Ia verificación de una teoria que aparentaba estar completa en sus funda- brir Ias variaciones en el mar"." Henry Bond, Hevelius, Molineux y Mer-
cator estuvieron igualmente interesados en el estudio de los fenórnenos mag-
:\8 f:ste es el tipo de prueba que G. N. Clark olvida por completo cuando escribe que "Ia néticos tenicndo a Ia vista el mismo propósito general.47 Halley, en el famoso
(mim prueba que puede aducirse para demostrar que durante su gran período creador él [Newton 1 trabaio en que dio a conocer su teoría de 10s cuatro pelos magnéticos y deI
luc impulsado por un interés en cuestiones tecnológicas es Ia carta a Francis Aston., .", op. cit.,
(,7. Véase Ia carta de Hooke a Newton (6 de enero de 1680) en Ia que esoribc: " ... el descubri-
movimiento periódico de Ia línea magnética sin declinación, insistió repetida-
uiicnto de Ias propiedades de una curva formada por diehos dos principias [uno de ellos era Ia hipó- mente en Ia conveniencia utilitária de estudiar Ia variación de Ia brújula,
Ic,is de que Ia atraeción variaba inversamente al cuadrado de Ia distancia!] será de gran interés para porque esta investigación "es de tan gran interés en el arte de Ia navegación,
LI humanidad porque Ia determinación de Ia longitud por cl cielo es una consecuencia nccesaria de
,,,(I". Véase Ia carta en An Essay on Newton's Principia, por W. \V. Rouse BalI (Londres, 1893), que su abandono hace poco menos que inútil uno de 105 más nobles inventos
1 '17. Asimismo, en su carta de 5 de julio de 1687 escribc Halley: "Espero .. , que intentará usted que Ia humanidad haya hecho nunca". Esta gran utilidad, dice, parece inci-
prrfcccionar Ia teoría lunar, que será de prodigiosa utilidad en Ia navegación, así como de profunda tación suficiente "para que todas Ias cabezas filosóficas y matemáticas tomen
v sutil especulación". La carta completa está citada en ibiel., 174.
39 Las cartas de Newton a Hawes están publieadas en Correspondence of Sir Issac N ewron anel en sena consideración los diferentes fenómenos ... " Presenta Sll nueva hipó-
Pr"fessor Cotes, por J. Edleston (Londres, 1850), 279-99. E1 examen de Ia preparación científica tesis a fin de acicatear a los filósofos de Ia naturaleza de Ia época para que
que Newton consideraba necesaria para el navcgante bien preparado muestra que abarca un barniz puedan "aplicarse más atentamente a esta útil especulación't.w Indudable-
,It: 11113 parte importante de Ias investigaciones físicas más prominentemcntc realizadas durante aqucl
I'eriodo. En Ia lista menciona Newton Ias materias y 10s problemas en que no sólo estuvo él princi-
I»rhucnte intcresado en el curso de su actividad, sino también sus colegas. Indica adcmás que 41 History of the Inductive Sciences, por William Whewell (Nueva York, 1858), I. 434.
,";Ial>a él lejos de ignorar Ias consccuencias prácticas de Ia mayor parte de sus abstrusos estudios 42 Correspondence and Papers oi Edmand Halley, 212,
d" .Ios Principia; por ejemplo, su teoría de Ias mareas, Ia determinaeión de Ia trayectoria de Ias pro, 43 PhiI. Trans., 1963, 17, 453-54.
I 'TI ilcs, Ia teoría lunar, sus trabajos sobre hidrostática e hidrodinárnica. 44 History of the Royal-Saciety, 315-16.
40 Edleston, 01'. cit., LXXVI. La importancia atribuida a Ia solución de este problema puede 45 Parentalia, por Christopher Wren (Londres, 1750), 206,
"",<lirse por las recompensas ofrecidas también por otros gobicrnos. EI de Holanda había tratado 46 Phil. Trans., 1687, 16, 344-50.
de persuadir a Galileo para que aplicase sus talentos a resolverlo, Felipe III de Espana tarnbién 47 Véanse Phil. Trans., passim; por ejemplo, 1668, 3, 790; 1670, 5,
ofrcció una recompensa, y en 1716 el regente Duque de Orleáns creó un premio de 100 mil fran- -18 "A Theory of the Variation of the Magnetical Compass", Phil, Trans .. XIII. 1683, 13,
"OS para el descubrimiento de un método práctico. 208-21. Véase tambíén SI' -,?éndice, ibid., 1693, 17, 563-78,
,'---"-------_._----
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608 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CJENCIA CTENCIA Y ECONOMIA EN INGLATERRA 609


mente, el trabajo entonces asiduo en este campo no bast aba para satisfacer mareas en lugares particulares, y hacía uso de Ias observaciones de Halley,
sus demandas. Con objeto de enriquecer esta útil especnlación se le con- Colepresse y otros para comprobar sus resultados obtenidos por cálculo.é?
cedió a Halley el grado de capitán de Ia escuadra y el mando del Paramour Halley, tratando, corno siempre, de contribuir al desposorio de Ia teoría
Pink, en el que hizo tres viajes. Uno de los resultados fue el trazado por y Ia práctica, no se mostró lerdo en informar al Gran Lord Almirante ele Ia
Halley deI primer mapa isógono. "utilidad general para toda navegación " que resultaría de aquellas investiga-
Llegamos, así, a ver que los problemas científicos a que confiere impor- cíones." Pero hasta los trabajos de Euler, Bernoulli y D'Alembert, y pos-
tancia el valor manifiesto de un método para encontrar Ia Iongitud eran teriormente de Laplace, Lubbock y Airy, no pudo aplicarse Ia teoría C011
múltiples. Si el estudio científico de los diferentes medios posibles de alcan- precisión suficiente para que fuera útil en fines prácticos. Además, pueden
zar este objetivo no estaba dictado invariablemente por Ia utilidad práctica correlacionarse los intereses científicos -en este caso c1 estudío ele un as unto
del resultado apetecido, es evidente que parte por 10 menos de Ia inces ante tan esotérico corno Ia teoría de Ia atracción- con exigencias económicas.

t
diligencia ejercitada en estos campos tenía ese propósito, Es imposible, en Otro problema de grave interés para los asuntos marítimos era el agota-
último análisis, determinar con exactitud Ia medida en que el interés práctico miento de Ias reservas forestales, hasta el punto de que finalmente hubo que
enfocó Ia atención científica sobre ciertos problemas. Lo que puede sugerirse empIear madera verde para hacer barcos. La madera se había hecho relativa-
razonablemente es cierta correspondencia entre Ios asuntos más intensamente mente escasa tanto por su uso como combustibIe como por su rápido consumo
investigados por Ios hombres de ciencia de Ia época y Ios problemas plan- } en Ias guerras navaIes y en Ia reconstrucción de Londres. EI problema del
teados o acentuados por el desarrollo económico. El que Ias exigencias eco- combustible fue resuelto en parte por eI uso del carbón en diferentes indus-
"
nómicas o, más propiarnente, Ias necesidades técnicas derivadas de ellas, trias, tales como fundiciones de latón y de cobre, fábricas de cerveza, de
dirigiesen Ias investigaciones por canales particulares, no es más que una tintes y de artículos de ferretería, pero no en Ia producción ele hierro crudo.
inferencia, apoyada habitualmente por Ias declaraciones explícitas de 10s El agotamiento de Ia ma dera amenazaba de tal suerte Ia construcci6n de
científicos mismos, La determinación de Ia Iongitud era un problema que, barcos, que los comisarios de Ia Marina Real acudieron a Ia Sociedad en
embargando Ia atención de muchos científicos, fomentó profundos progresos busca de sugestiones concernientes a Ia "rnejora y producción de madera".
en astronomía, geografía, matemáticas, mecánica, y Ia invención de relojes de Eve1yn, Goddard, Merret, Winthrop, Ent y Willughby aportaron su sabi-
péndulo y de bolsiUo. duría botánica para Ia solución de este problema, y sus trabajos individuales
fueron incorporados a Ia famosa Sylva de EveIyn. El hecho de que una de
NAVEGACrÓN Y CIENCIA Ias "principaIes actívidades" de Ia Sociedad fuese Ia "propagación de árboles"
no está, pues; desligado de aquellos apremios prácticos. Además, dice Sprat,
Otro problema de Ia navegación en aquel tiempo era Ia determinación de Ios individuos de Ia Sociedad "emplearon mucho tiempo en examinar Ia
Ia hora de Ias mareas. Corno indicó FIamsteed en una nota anexa a su pri- construcción de barcos, Ias formas de sus velas, Ias formas de sus qui1las, Ias
mera tabla de mareas, el erro r en Ios almanaques ascendia a unas dos horas; c1ases de madera, Ia plantación de abetos, el mejoramiento del alquitrán,
de aquí que lucra imperativa una corrección científica para Ia Marina Real Ia brea y el aparejo".52 Esta llevó no sólo al estudio de Ia silvicultura y
y Ios navegantes en generaJ.49 En consecuencia, de vez en cuando hizo dife- estudios botánicos afines, sino también a investigaciones de mecânica, hidros-
rentes tabIas de Ias mareas adaptadas a los puertos no sólo de Inglaterra sino tática e hidrodinámica. Pues como sefialó Newton en sus cartas a Hawes, Ia
también de Francia y Holanda. Este trabajo era Ia continuación del interés soIución de problemas como Ia dcterminación de Ia tensión de cuerdas y
por formular una teoría de Ias mareas, subrayado por Ia Real Sociedad desde maderas, Ia fuerza de los vientos y de Ias marcas, y Ia resistencia de 10s fluidos
sus orígenes mismos. El prirner volumen de Ias Transactions contenía varios a cuerpos sumergidos de diferentes formas, sería de gran utilidael para e1
,
trabajos con observaciones sobre Ia hora de Ias mareas en diferentes puertos. navegante.
Boyle, Samuel Colepresse, Joseph Childrey, Halley, Henry Powle y, más que
Además, cuando se comparan los requisitos de 1111 barco dc guerra enu-
nadie, John Wallis, hicieron aportaciones a este asunto.
merados por Sir Walter Ralegh en sus Observetions on ihe Navy, de cornien-
Newton asumió Ia tarea corno una base más para Ia verificación de Ia
ley general de Ia atracción y, corno observa Thomson, "su teoría de 1as mareas I zos del siglo, con los tipos de investigación realizados por Ia Sociedad, se
hace manifiesto que todos Ias problemas importantes habían llegado a ser
no es menos notable por su sagacidad que por su importancia para Ia nave-
objeto de estudio científico. Ralegh enumera seis cualidades desea bles ele
gación". Su teoria explicaba los aspectos más noto rios de Ias mareas: Ias
un buque de guerra: construcción íuerte, rapidez, maderamen sólido, capa-
diferencias entre mareas vivas y mareas muertas y entre mareas matutinas y
vespertinas, el efecto de Ia declinación de Ia luna y del sol y el paralaje, y la's 50 Principia Mathematic3 (Londres, 1713; segunda edición), L TIl, Prop. XXIV, XXXVI
Y XXXVII.
49 Phil. Trans., 1683, 13, 10-15; para tablas posteriores, véanse ibid., 1684, 14, 458 Y 821; 51 Correspondence, 116.
1685, 15, 1226; 1686, 16, 232 Y 428. 52 Sprat, op. cil .. 150.
"..,..,
(,] () ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA
CIENCIA Y ECONOMÍA EN INGLATERRA (li I
('idad dc disparar Ias cafiones con cualquier tiempo, capacic1ad para aguantar
í.icihuente un ventarrón, y capacidad para quedarse quieto. Los científicos nera como Ia resistencia de un medio fluido depende de Ia forma dei cuerpo
de LI época intentaron encontrar medios para satisfacer todos aquellos requi- que se mueve en él, aíiade: "Proposición que creo que puede ser útil en Ia
silos. Eu muchos casos se vieron llevados a resolver problemas derivados en construcción de barcos." 58
"ricncia pura", con Ia expectativa de emplear su saber para esos propósitos. La socieelad conservaba un interés constante en artefactos subacuáticos,
!\,í, Goddard, Petty y Wren investigaron métodos de construcción de barcos que iban desde campanas de buzo hasta Ia propuesta hecha por Hooke de un
(('I! cl objeto de mejorar Ios procedimicntos existentes. A Hooke le ordená submarino completo que se movería con Ia velocielad de una barca en el
]:1 Sociedad determinar "el maderarnen más sólido" probando Ia resístencia i Támesis. Una comisión de buceo estudió "cajas de buceo" de plorno y
de l:is "mismas clases de rnadera, ele diferentes edades, producida en diversos Ia "carnpana de buzo" de Halley, que fueron probadas en el Támesis y, COIl
que para el buzo, en una tina insta-

I
]11!~ares y cortada en diferentes épocas deI ano"."3 En colaboración a veces más comodidad para 105 espectadores
((lI! I)oylc, Hooke hizo numerosos experimentos para "probar Ia resistencia lada en una de sus reuniones semanales. Wilkins hizo mucho hincapié en
di' 1:1 madera" y de cuerdas retorcidas y no retorcidas. Estaban en marcha la posíbilidad y Ias ventajas de Ia navegación submarina, que sería de utilidad
(",()S experimentos cuando Hooke descubrió Ia ley que neva su nombre i ut indudable en Ia guerra, evitaría Ia incertidumbre de Ias mareas y podría
I<'IIS;O sic vis) . usarse para recobrar tesoros hundidos.s" Hooke relacionaba muchos de sus
..•.. "" .
Para descubrir maneras ele aumentar Ia velocidad ele los barcos, es nece- experimentos sobre respiración COIl problemas técnicos derivados ele díchos
x.nio cstudiar eI movimicnto ele los cucrpos en un medio resistente, que es intentos.
11110dc los cometidos básicos de Ia hidrodinámica.ss En consecuencia, Moray, Wilkins presentó a la Sociedad el "anela paraguas", instrumento par!
( ;()ddard, Brouncker, Boyle, Wren y Petty se interesaron en este problema.w "fijar un barco en una tormenta". Wren propuso "un modo cómodo de
1<11este caso, Ia conexión entre una tarea técnica dada y Ia investigación usar Ia artillería a bordo de un barco", y Halley, afirmando que Inglaterra
"puramente científica" adecuada es explícita. Petty, en la fecha en que "tiene que ser dueíia de los mares y superior en fuerza naval a cualquier
nnibió que "los ajustes del [barco de 1 doble fondo me obsesionan fiera- vecino", describió un método que permitia a un barco llevar sus cafíones
1111'llIc", hacía experimentos de hidrodinámica para determinar Ia velocidad COIl mal tiempo.s? Petty, acariciando Ia esperanza "de proseguir el perfeccio-
de "cuerpos flotantes". Sprat establece Ia conexión general cuando describe narniento ele Ia navegación sobre nuevos principios", construyó varias de sus
I(I., instrumentos de Ia Sociedad: embarcaeiones de doble fondo que placieron mucho a Ia Sociedad. Desgra-
ciadamente, sn intento más ambicioso, el St. Michael ihe Archangel, fracasó
!Tay diferentes instrumentos para hallar Ia velocielacl de cucrpos flotantes ele
miserablemente, 10 cual le llevó a concluir que los hados y el rey cstaban
d lIC1sas figuras y movidos con diferen tes fuerzas, y para probar quê figuras son Ias
1111'11(),;
expucstas a volcar, con objeto de formular una verdadera teoria de Ias for-
contra él.
111:1\de barcos y naves para todos Ias USOS.56 La Sociedad cliscutía periódicamente medios para proteger los barcos
"contra Ias tormentas", problema que era muy inquietante tanto para los
Christopher Wren, que para Newton era uno de "los más grandes geó- comisarios ele Ia Marina Real como para los navieros particulares. Newton
11letras de nuestros tiernpos", también investigó Ias leyes de Ia hidrodinámica había mostrado interés en este mismo angustioso problema, y pidió a Aston
precisamente a causa de su posible utilidad para mejorar Ias cualidades náuti- que averiguara "si Ios holandeses tenían algún artificio para impedir que a sus
(':IS ele los barcos."? Y Newton, después ele enunciar su teorema sobre Ia ma- barcos se 10s tragasen Ias tormentas". Pcro de esos estudios no resultó ningún
,,;1 Birch, ol'. cit., I, 460. progreso aprecia ble.
,o,I Cf. IIcsscn, Ol'. cit., 158.59 . En general, plles, puede decirse que Ios hornbres de ciencia deI siglo XVII,
.,;, 'file Pettv-Southwell Correspondence, cd. por cl Marquês de Lansdownc (Londres, 1928), desde el infatigable virtuoso Petty hasta el sin igual Newton, enfocaron
I I;'; Birch, 01'. cit., I, 87.
,-,.;Sprat, op. cit., 250. Véasc Ia carta dc I100ke a Roylc eu '\Vorks de este último, V, 537. definida mente su atención sobre tareas técnicas que hacían urgentes los pro-
:,7 "Siendo una cuestión, entre los problemas de Ia navegaeión, que merece muy bien ser blemas de Ia navegación y sobre investigaciones científicas derivadas. Esta
1C\llrlla, a quê fucrzas mecânicas era reducible Ia navegación (contra el viento especialmente); él
I\ V nu J demostró que era una cuüa; y demostró cómo una fucrza transitaria sobre un plano incli- ~8 Principia Mathematica, L. Seco VII, Prop, XXXIV, Esealio. Scgún mis noticias, Ia
li,
""d" producíría cl movimiento dcl plano eontra el prirner móvil. E hizo un instrumento que
observación de Newton no ha sido seüalada hasta ahora en este rcspccto. Dice: "Quam quidcm
1",,,IIIci,, mccánicamcnn- el mismo efeeto, y demostró Ia razón de navegar con todos los vientos. propositíonem in construcndis Navibus non inutilem futuram esse ccnsco."
"Dciuostró que la máquina geométrica de Rowing era un forceps sobre U11 fnlcro móvil o
G9 Mathematical Magick, por John Wilkins (Londres, 1707, 5'·' edición }, cal'. 5. Ya cn 1551
( •.drut c. Para este hizo instrumentos, para determinar que Ia cxpansión del cucrpo era bacia
fin
Tartaglía habia sugerido un medio IllUy eficaz para sacar barcos hundidos hasta Ia superficie de!
,I »hst.iculo al movimiento cn un medio líquido, y quê grado de impedimento era producido por agua. Por 10 menos desde 1631 se eoncedieron varias patentes para "máquinas de buceo". Cou
'1"" gra,lo de expansión; eon otras cosas que son los elementos necesarios para formular Ia geome- ayuda de una de esas máquinas "y buena sucrte", dice Anderson, Sir William Phipps "pescó" cerca de
111.1,li- Ia navcgación, Ia natación, cl remo, eI vuclo y Ia construeción de barcos." Sprat, op. cit., 200 mil libras esterlinas C11 piezas de a ocho de una flota espaüola que habia sido hundida en Ias
1)(, V CIlIOSuna vez más cómo c1 propósito técnico inmediato conduce al estudio de problemas
dl'llladlls cn Ia ciencia. Indias Occidentales, Véase Origin oi Commerce, III, 73. I100b Y Halley, y algunos otros, respan·
dieron a ese êxito con nuevos dispositivos para rescatar tcsoros de los mares.
60 Parentalia, de \Vrcn, 240; Correpondence ... oi Halley, 165.
T
CIENCIA Y ECONOMIA EN INGLATERRA III{

I>! 2 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOG1A DE LA CIENCIA


MEDIDA DE LA INFLUENCIA ECONÓMICA
Idl i111 a categoría es difícil de delimitar. Aunque es cierto que mu1titud de
I'I\'cstigaciones científicas pueden atribuirse directamente a exigencias téc- En cierto sentido, el estudio precedente suministra materiales que sólo acla-
lIicas, parece igualmente evidente que algunas de esas investigaciones fueron ran Ias conexiones que hemos estudiado. Tenemos aún que determinar el
«ousccuencias lógicas deI progreso científico anterior. Pero es indudable, a grado en que fueron operantes Ias influencias socioeconómicas. Las actas
1:1 111/: ele 10 que Ias científicos mismos tuvieron que decir acerca de Ias impli- de Ia Real Sociedad transcritas en Ia History of the Royal Society de Birch
(';Hiolies prácticas de sus trabajos, que los problemas prácticos ejercieron una proporcionan una base para ese estudio. Un procedimiento Iactible, aunque
.iprcciable influencia directiva. Aun "Ia más pura" de Ias disciplinas, Ias en algunos respectos obvios es inadecuado, consiste en Ia clasificación y tabu-
nurl cruáticas, era de primordial interés para Newton cuando se Ia destinaba lación de Ias investigaciones discutidas en Ias reuniones, juntamente con el
;J ;1 plicarla a problemas fisicos." exarnen deI ambiente en que salieron a luz los diferentes problemas. Esto
También se prestó alguna atención a los transportes terrestres, aunque ofrecería algún fundamento para determinar Ia medida aproximada en que
('11 menor medida que a Ias marítimos, posiblemente a causa de Ia mayor opera ban factores extrínsecos.
iiuportancia económica de estos últimos. EI creciente tráfico interior pedia Examinaremos Ias reuniones celebradas en los cuatro anos de 1661, 1662,
uicjorus considerables. Esas mejoras, dijo Defoe, son "una gran ayuda para 1686 Y 1687. No hay razón para suponer que esos anos no vieron reuniones
I()~ negocies, y promueven una correspondencia universal sin Ia cual nuestro
('()IIICICiointerior no podría realizarse'i.v- Los comerciantes ambulantes, que
" típicas deI periodo general. La clasificación empleada está ordenada en
forma empírica, no lógica. Los conceptos se clasificaron como "directamente
p()d i: m llevar hasta mil libras de telas, extendían su comercio por toda Ingla- relacionados" con demandas socioeconómicas cuando el individuo que hizo
1(')1':1,';;1 y necesitaban mejores servicios. A causa deI "gran aumento en carros, Ia investigación indicó de modo explícito una conexión de ese tipo o cuan-
(:I nomatos, etc., por el aumento general de nuestro comercio", dice Adarn do Ia discusión inrnediata de Ia investigación evidenció una apreciación pre-
1\uclcrson, eI rey (un poco optimistamente, sin duda alguna) ordenó en 1662 via de dicha relación. Los conceptos clasificados como "indirectamente rela-
qll(' toelas Ias carreteras com unes se ensanchasen hasta ocho yardas. Caras- cionados" comprenden Ias iuvestigaciones que tenían una decidida conexión
1l'1 ixl icamente, Ias científicos de Ia época trataron tam bién de vencer Ias con necesidades prácticas corrientes, insinuadas en el ambiente, pero que no
diíicultades técnicas. Petty, con su agudo interés por 10s asuntos económicos, fueron definidamente relacionadas así por los investigadores. Las investiga-
i 11 vcntó diferentes carretas garantizadas para "pasar penas, precipícios y ciones que no evidenciaron relaciones de este tipo fueron clasificadas como
<:llIlillOS muy sinuosos" .64 Wren se esforzó en perfeccionar 10s carruajes "en "ciencia pura". En esta categoría se c1asificaron muchos conceptos que tie-
« 111 Iodidad, fortaleza y ligereza", y, como hizo Hooke, inventó un "piloto" nen (para el observador actual) una relación concebible con exigencias prác-
p:lra registrar Ia distancia que recorda un vehiculo." Wilkins, posiblemente ticas pero que no fueron considerados así explícitamente en el siglo XVII.
sigllicndo el invento hecho por Stevin medio siglo antes, describió un "carro Así, las investigaciones eu el campo de Ia meteorología podían ser relacionadas
d(' vela, que sin caballos puede ser impulsado en tierra por el viento, como fácilmente con Ia conveniencia práctica de prever el tiernpo, pero cuando Ias
los barcos en el mar".66 Análogamente, Ia Sociedad delegó en Hooke, por investigaciones no fueron relacionadas de modo explícito con problemas prác-
\lIi~('Stión de él, para realizar "el experimento de un vehículo terrestre, y de ticos específicos se Ias clasificó como ciencia pura. Asimismo, gran parte de
1111 transporte rápido de noticias" .67 Estos esfuerzos indican los intentos los trabajos sobre anatomia y fisiología indudablemente tenían valor para
de los científicos para apertar apoyos tecnológicos a Ias empresas de nego- Ia medicina y Ia cirugía, pero se emplearon los mismos criterios en Ia clasi-
(i (1.',; CIl estos casos particulares, 10 hacen con el fin de facilitar Ia posible ficación de esos conceptos. Es probable, en consecuencia, que si hay alguna
.uu pliación de 10s mercados, uno de Ias requisitos primordiales de un capita- tendencia en esta clasificación, sea en Ia dirección de sobrestimar el campo
lixu«: nacicnte. de Ia "ciencia pura".
Cada investigación estudiada se contó como una "unidad". Es evidente
que este procedimiento sólo proporciona una tosca aproximación a Ia medida
"I Tilc Metaphysical Foundations of Modcrn Phisical Scicnce, por E. A. Burtt, 210. en que actuaron influencias extrínsecas sobre Ia selección de asuntos para el
II~ ";ss"ys npon Severa] Projets, por Daniel Defoe (Londres, 1702), 73 ss. estudio científico; pero cuando es imposible una precisión mayor, hay que
11:1 '/'opr 01 Grca! Brítaín, por Daniel Defoe (Londres, 1727), III, 119-20.
"I I'ctty-Sourhwell Correspondcncc, 41, 51 y 125. "Y me parece -cscribe Petty-, que esta
coutentarse con menos, provisionalmente. Los resultados, resumidos en Ia
.11' 'I" pucd c permitir transportar mercancias finas entre Chester y Londres por menos de 3 peniques siguiente ta bulación, pueden sugerir sólo Ia medida relativa de Ias influen-
1., 1.111"." C011 toda Ia honradez debida, Petty admite que aquel "artcíacto no está libre de vol- cias que hemos rastreado en un gran número de casos concretos."
,.".,,". :"Il"IUC aíiadc para consolarse, "pero si se volcase (ann sobre un monton de cristalcs ) no
,I< I< ,I" ;I ver cómo podria rccibir algún dano el conductor". 68 Para un estudio más completo de! procedimiento usado y una clasificación detallada de Ias
li" I':ncntalia, 199, 217 y 240. categorias, véase mi Science, Technology and Society in Seventeenth-Century England, capo 10.
1111 Wilkins, op. cit., L. II, aI" 2. EI Apêndice A da ejemplos de los conceptos clasificados en Ias diferentes categorias,
"', 1\;1(']" 0r. cit., I, 397 Y 385; Hooke, Diary, 418. Este asunto fue discutido en unas quince
I' 1111'''IlCS de Ia Sociedad en un período de tres afies.

~
614 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGíA DE LA CIENCIA
T
CIENCIA Y ECONOMIA EN INGLATI<IW./\ (,I "
Medida aproximada de las influencias socioeconómicas sobre la seleccíón de
problemas científicos por individuos de la Real Socíedad de Londres, militar dejaron SLl huella sobre Ia cultura de Ia época, incluído (,1 dl'''('II\'o]
1661-62 y 1686-87 vimiento científico.
De un modo análogo, ejerció una influencia apreciable Ia nuucrin, qlll'
tan sefialadamente se desarrolló en ese periodo, como podemos ver por I()~
Total eu 105 cuatro aüos
estudios de Nef y otros historiadores de Ia economia. En este caso, Ia mayor
Número Porcentaje
------- parte de Ias investigaciones científicas, si es que pueden separarsc de Ias
Ciencia pura 333 41.3 tecnológicas, se hicieron en los campos ele Ia mineralogía y Ia metalurgia con
Ciencia relacionada con necesidadcs socio- el propósito de descubrir nuevos mineraIes utilizables y nuevos métodos para
económicas 473 58.7 extraer metales de Ias minas.
Transportes marítimos 129 16.0
Directarnente relacionadas 69 8.6 Es oportuno advertir que, en los últimos aííos tenidos en cuenta en este
Indirectamente relacionadas 60 7.4 resumen, hubo una proporción ereciente de investigaeiones en el campo de Ia
Mincría 166 20.6 eiencia pura. No es difícil encontrar una explicación conjetural. Es probable
Directamente relacionadas 25 3.1 que al principio los individuos de Ia Sociedad estuvieran ansiosos de justifi-
Indirectamentc relacionadas 141 17.5 car sus actividades (ante Ia Corona y ante el público profano en general)
Tccnología militar 87 lO.8
..., 7 obteniendo resultados prácticos 10 antes posible; de ahí, pues, Ia orientación
Directamentc relacionadas 58 )."
inicialmente muy scfíalada hacia problemas prácticos. Además, muchos de
Indirectamente relacionadas 29 3.6
los problemas que aI principio fueron deliberadamente investigados a causa
lndustria textil 26 3.2
Tecnología general y agricultura 65 8.1 de su importancia utilitaria, pueden haber sido estudiados después sin tener
en cuenta sus implicaciones prácticas. A base de los critérios (quizá tenden-
Total 806 100.0 ciosos) adoptados en esta compilación, algunas de Ias investigaciones ulte-
riores podrían clasificarse arbitrariamente como ciencia pura.
Sobre Ia base que proporciona este estudio parece justificable decir que
Parece, por esta tabulación, que son clasificables como "ciencia pura" el campo de problemas investigados por los científicos ingleses deI sigla XVII
menos de Ia mitad (41.3 %) de Ias investigaciones hechas en los cuatro afios estaba apreciablemente influido por Ia estructura socioeconómica de Ia época.
en cuestión. Si a esta afiadimos Ias conceptos que sólo indirectamente fue-
ron relacionados con necesidades prácticas, el setenta por ciento aproximada-
mente de esas investigaciones no tuvieron asociaciones prácticas explícitas.
Como estas cifras no son sino más o menos aproximadas, pueden resumirse
Ias resultados diciendo que del cuarenta aI setenta por ciento correspondieron
a Ia categoría de ciencia pura, y, correlativamente, del treinta aI sesenta por
ciento estuvieron influidas por necesidades prácticas.
Además, teniendo en cuenta sóIo Ias investigaciones directamente rela-
cionadas con necesidades prácticas, parece que Ia mayor parte de Ia atención
Ia atrajeron Ias problemas de transportes marítimos. Esto está de acuerdo
con Ia impresión de que 10s hombres de ciencia de Ia época conocían muy

I
bien Ios problemas que pIanteaba Ia situación insular de Inglaterra -proble-
mas de carácter tanto militar como comercial- y anhelaban resolverlos.w
Casi de igual importancia fue Ia influencia de Ias exigencias militares. No
sólo hubo unos cincuenta anos de guerra durante aquel sigla, sino también 'f
',)
las dos grandes revoluciones de Ia historia inglesa. Los problemas de carácter
~~
&9 Véase, por ejemplo, Ia observación de Edmond Halley: "Que los habitantes de una isla,
o todo estado que tenga que defender una isla, dcben ser dueiíos dei mar, y superiores en fucrza
naval a cualquier vecino que se creycra preparado para atacarlos, cs algo que no hacc falta demos-
lrar con argumentos." En su trabajo leído ante Ia Real Sociedad y reirnpreso en Correspondencc ...
Halley. 164-65.

I
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,~

~:

.' NOTA BIBLIOGRÁFICA

Estoy reconocido aIos siguientes editores por Ias autorizaciones para reimprimir
Ias trabajos que figuran en este volumen:

Editores de Ia American Sociological Review


"The bearing of empirical research upon the development of social theory",
1948, volumen 13.
Editores del American Joumal of Sociology
"Sociological theory", 1945, volumen 50.
Harper and Brothers
"Social structure and anomie", de The Family, its Function and Destiny,
Ruth N. Anshen (editor), 1949.
"Patterns of influence: a study of interpersonaI influence and of com-
munications behavior in a local community", de Communications Researcli
1948-49, Paul F. LazarsfeId y Frank Stanton (editores), 1949.
Editores de Social Forces
"Bureaucratíc Structure and personality", 1940, volumen 18.
"The role of the intel1ectual in pub1ic bureaucracy", 1945, volumen 23.
Editores de Ia Antioch Review
"The se1f-fulfilling prophecy", verano de 1948.
The Philosophical Library
"The SocioIogy of Know1edge", de Twentieth Centuty Sociology, G. Gurvitch
y W. E. Moore (editores), 1945.
Editores deI Jouma1 of Liberal Religion
"Karl Mannheim and the SocioIogy of knowIedge", 1941, volumen 2.
New York Academy of Sciences
"Studies in radio and film propaganda", de Transactions of the New York
Academy of Sciences, 1943, serie 11, volumen 6.
Editores de Philosophy of Science
"Science and the social arder", 1938, volumen 5.
Editores del Joumal of Legal and Political Sociology
"Science and technoIogy in a democratic order", 1942, volumen l.
t Editores de Science
:. "The maehine, the worker and the engineer", 1947, voIumen 105.
Editores de Sociological Review
"Puritanism, Pietism and Science", 1936, volumen 28.
Editores de Science and Society
i "Science and the economy of the 17th-century El1gIand", 1939, volumen 3.

'1
r-
•,
"I
Random H ouse
Por su autorización para tomar citas de The Collected Poetry of W. H.
Auden, 1945.
l
!:1
1-."

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I
617
••

íNDICE ANAUTICO

Abegglen, J. C., 212 n. conducta observada, 66, (lO/O; de


Abel, Theodore, 14 n., 263 n., 296 n., Ia conducta divergente, 131; di~l'1\1J
318 n., 340 n. ele cstudios en el, 59; especificación de
actitud, escalas de, 125 Ia unidad en el, 30, 45, 61-2; estruc-
Adams, Rornanzo, 69 n. tura lógica cn el, 57-8; paradígma para
Adams, \V., 602 n. el, 22-6, 60-5; postulado del funcio-
adaptación individual, 148-151 ualismo uuivcrsal en el, 40-2, 46; pre-
Adler, Chaim, 312 n. valcncia CI1 otr.is cicncias, 56-9; proble-
Adler, K. P., 393 n. mas de validacióu clcl, 64
adrnisible, 103-4 anarquismo, ] 31
Adorno, T. \V., 194n. Anderson, A., 600-1, (i03 11.,611 n., 61Z
Adrian, E. D., 536 n. Anderson, Nels, 162 11., 53611.
afuncionales, consecuencias: definición, Angell , R. C., 110 n.
61 anhedonia, 196
Agger, R. E., 414 n. anornia: 119-21, H4, 166-70, 270; uguda.
Agnev, C. A., 577 n. 170-1; como parte dei proceso social,
agresión, 515 187-8; como resultado ele Ias restriccio-
Airy, 609 ncs sobre Ia mobilidad, 199; concepto
aislado social: 307; y orientación hacia psicológico de, 169-70; concepto socio-
los valores de grupos a los que no se lógico de, 169-71; diferencia entre con-
pertenece, 272-3 flictos de valores y, 197-8; escala
alejamiento de Ias normas como funcio- objetiva dc, 172-3; escala subjetiva de,
nal, 189 172-3; indicadores de, 172-4; Ia inno-
Alexander, Franz, 187 n. vación como reacción a Ia, 184-9; nece-
Alger, H., 179 n. sidad de medidas de Ia, 183; ritualismo
f Alinsky, Saul, 328-9 como una adaptación a Ia, 192-4; sim-
Almond, G., 210 n., 299 n. ple, 170-1; variacioncs de clases, 171;
-.!;
Alpert, Harry, 102 n. variaciones de grado, 171
altruista,365n. anórnico: 169n.; factor, 173
1" Allee, W. C., 37 n. Ansbacher, H. L., 170 n.
Allport, F. H., 377 Anshen, Ruth, 67 n.
~
Allport, G. \V., 206 n., 25711., 275 n. ansíedad, en el proceso de desagrupa-
ambigüedad, intolerancia de Ia, 194 miento, 278
arnbivalencia: 144n.; cn Ias ex micmbros antiintelectualismo, 532
deI grupo, 298 apatia, 197
amistad, 323, 326-7 Arensberg, C. M., 98 n.
análisis: conceptual, 100-2, 109; cualita- aristocracias, 321
tivo, 389-90; cuantitativo, 25-6; del Aristóteles, 52, 311
contenido, 50788., 519; ideológico, Arnold, Thurman, 207 n.
456-7; temático en el análisis de Ia pro- Arp, Bill, 151
paganda, 510 Arthus, Maurice, 98
análisis funcional: como ideologia, 53, Asch, S., 331
64-5; como ideología conservadora, 46- asimilación, 282
48; como ideología radical, 48-50; com- aspiraciones, nível de Ias, 159-61
parado al método del materialismo dia- asociación, diferencias de, 212
Iéctico, 49-52; definición, 31-3; de Ia a-socialízación, 272-3
619
-~-- ............•••
""""
11]1
()20 lNDICE ANAL1TICO lNDlCl': i\N\UTICO
Baxter, S., 568 n., 569 n., 570, 574 n. 1\\ld. \!mirante, 206
Aston, F., 605-6, 611 Bossuet, 419
Bay, Christian, 94, 197 n.
Astor, [ohn Jacob, 176 Boulding, Kenneth, 94
Aubert, Wilhelm, 184, 185 n. Bayet, A., 543 n. Cabo\, 1\!1I'.1t.·\<;n.
Bayliss, W. M., 31 n. Bourchenin, P. D., 577 n.
Auden, W. H., 136 caciques poli!\( 11',. s2.6
Beard, Ch., 437 Boutroux, 577 n. Cahen-Salvudor. ''",. (:" 2.03 n.
.iuditorio: 479; en Ia investigación de Ias Bowman, Claude, 213 n.
comunicaciones, 447-9; medida de!, Becker, F. B., 454 n., 484 n. Caillaux, M., 5)) 11.
Becker, Howard, 14 n., 198 n., 208 n., Boyle, R., 566-7,569, 571, 574, 586, 588,
448-9; y bases sociales del conoci- Cajori, 24
301, 311n., 393n., 454n., 461n., 593-4, 597-8, 608, 610 Calvino, 570, 572, S()')
miento, 479 Brady, R. A., 551
484 n. cambio: cultural, 57; estructurul, 50; so-
.msencia de grupo, 277 Bredemeier, Harrv C., 93
Beecher, H. W., 176 cial, 50,468-9
.mtisrno, 360 Breed, Warren, 9"4
:I11toestimación (ver tambíén autovalora- Beethoven, 364 Candan, 334 n.
Bell, Danie1, 199-201 Brentano, 545 Candol1e, 584, 590-1
ción), 244, 279, 331 Bridgman, 500
Bendix, R., 132 n., 178 n., 212 n., 296 n., Cannon, W. B., 31 n., 57 n., 58, 113 n.
.uitonomia deI grupo, 324 Briggs, 601
.iutoridad, eu e1 grupo, 340-1, 343, 347-9, 417 n. Caplow, Theodore, 306 n., 324 n.
Brodbeck, A., 403 n.
351, 353-4 Benedict, 136, 384 n. Caponc, "AI", 155, 367
Brookes, R. H., 17011. (,~lractcrísticas de 1:1 hurocracia. ] "'3.·~
:llItovaloración (ver también auto estima- Bennington, 338
Broom, Leonard, 29') n.
ción), 258, 260 Bennis, Warren C., 188 n. t C:m]em). H., 57 n .
Benoit-Smullyan, Émile, 417 n., 472 n. f Brown, B. W., 311 n. (':n('lI('i~1d(' II0111t:L'(\'('(/s<, :III01I1i:1)
Brown, Esther, 13 r:;
Bentley, A. F., 83 n. (::II~~i1I, (l., I q 11.
Ibck, Kurt, 324 n.
Ibcon, Francis, 71, 454, 485 n., 551 n., Beranyi, 431
Brown, [ohn, 185, ~(í(1 11.. ~()7
Bruner, J. S., 35111.
(::lrloS 11 (k Iilgl:t!('\\:1. ri 11, ""(I. ')<).1.
Berelson, Bernard, 10511.,126 n., 249 n., )97. ()()2
566, 568, 576-7, 598 n. Brvce, 81
253n., 265n., 334n., 417n., 50911.. Carlson, R. 0.,147 n.
IbcumIer, Alfred, 532 n., 534 n., 535 n. Buckle. H. T., 572 11., "82 n.
589 n. Carlyle, 161 n., 549
1\:lcyer, 545 Berger, M., 263 n., 296 n., 31811., 340 n. Bukharin, Nikolai, 467 n. Carnegie, Andrew, 147, 155
I\ailey, S. K., 355 n. bumerang, eíecto, 512-18
Bemal, 481 n., 493 n., 548 n., 549 n. Carr, Harvey, 58 n.
l\:tily, F., 597 n. Burchett, 605 n.
Bernard, C., 56 n., 58 Carr, W. C., 373 n.
I\ain, Read, 530, 536 n. burguesía, 198, 199 n., 475 n.
Bernouilli, J., 334 n., 609 Carrel, Alexis, 56 n.
I~ainbridge, 601 n. Burgess, E. W., 110n., 325
Bakke, E. W., 110 n., 157 n., 158, 209 n., Bertalanffy, Ludwig von, 31 n., 57 n. Carroll. J. W., 592-4
Bette1heim, B., 296 n. Burke, Kenneth, 204, 565 Cassini, C. D., 603-4, 605 n.
210 n., 312 n.
Bevan, J. L., 147 Burnet, 594 castigo, funciones sociales deI, 72
H:lIchen, Bernt, 206-7
Bierce, Ambrose, 152-3 burocracia: 134-5, 206-8, 217s8., 319; Caswell, H. L., 374 n.
Ba1damus, W., 195 n.
Bierstedt, R., 340 n. como organización formal, 210-1; como categorías: 445 88.; definición social de
Bales, R. F., 92, 171, 192n.
Bilbo, 423 una estructura organizada nacionalmen- Ias, 301-2; dei pensamiento, bases so-
Ibll, Frank C., 147
Bi1lings, [osh, 151 te, 202-4; desplazamiento de metas en ciales, 470 S8., 476-7, 485-6; morfoló-
I\arbano, Filippo, 93
Birch, T., 601 n., 604 n., 610 n., 613 Ia, 206-7; disciplina cn Ia, 205-8; dis- gicas, 490-1
I\arber, B., 73 n., 93,191 n., 197 n., 317,
~24 n., 399 n., 417 n., 481 n., 484 n., Blau, P. M., 74 n., 135, 192, 307, 323 funciones de Ia, 204-7; incapacidad católicos, y ciencia, 582-4, 591
Blau, Zena S., 196 adiestrada en Ia, 204-5, 209; norma Cavendish, H., 549
S25 n., 589, 591 n.
Blishen, Bernard, 312 n. de despersonalizaciôn en Ia, 209-10; ceremonia: hopi de Ia lluvia, 74, 77; so-
1\:trber, EIinor C., 114 n., 198 n., 199
Bloch, [oseph, 475 n. poder eu Ia, 202; secreto en Ias técnicas cial, 66-7, 75
l lurclay, 568 n.
Block, H., 331 n. de Ia, 204; tipos de personalidad en Ia, ciencia: acumulación de cnnocimientos
I\:ncroft, J., 57 n. B1umer, Herbert, 14 n., 104, 106 n., en Ia, 17, 25-6; desinterés en Ia, 550 S8.;
1\:I1("re,356 212
357 n. burócrata, sus relaciones con el público, determinantes sociales de la, 596-7,
I\:nkcr, 386 602, 604, 613 ss.: empirismo en Ia,
l\:trllarc1, Chester 1., 314 11., 340, 341 n., Bobrow, D., 393 n. 209-11
Bock, Kenneth E., 14 n. burocratización, 203 570, 572.579; en Ia A1cmania nazi,
H3n.
l\:ll1ICS.TI. F.., 454 n., 484 n. Bond, H., 603, 607 484. 526. 531-3, 540·1; eino» de Ia,
Burton, 196
BOIeI, E., 581 n., 582 Burtt, E. A., 572 n., 612 n. 528, 533-4, 543-4; hostilidad a Ia, 530,
1I:111()11,Milton, 185 n.
Borelli, 603-4 536-7, 539-41; natural v su relacíón
1\:\1row, 571 Bush, Varmevar, 155 n., 549 n.
Borgatta, E. F., 14 n., 312 n. cnn Ia base econômica d'e Ia sociedad,
I\:ilcs, F. L., 369n. Butler, N. M., 381
Borkenau, 493 n., 598 n. 466-7; pura, funciones de Ia, 5358S.;
1\:Il<'sOll,Cregory, 37 n., 510 n. Butler, S., 195 n., 196 n.
Bõrne, 431 racionalización en Ia, 560; requisito deI
1\:I\'d:1s. 322 11. Butterfie1d, H., 28') n.
íNDICE ,\N.\I,lTTCO (,'23
() ,-, íNDICE ANALíTICO
Creak, E. M., 577 n. ddCllllllli"lIl profesional, 204
\('I'rdo cn Ia, 528, 548-9; selccción de conceptos: clarificación de, 123 88.; re- Cressey, Donald R., 153n. clcluumu. 1.1 dl' cucllo blanco, 100, I 'i >,
problemas eu Ia, 60388., sociología traso de los, 102; sociológicos, 9985. Croly, Herbcrt, 83 n. eu I:I (",11111
1111,1xocial norteamericana,
de Ia, 52388" 543; supuestos de Ia, 571- conciencia, falsa, 263, 282, 449, 474,489 Cromwell, O., 364, 574 199-201; ill'"II\I'lli"Ii1('S como concep-
';72; teoria del carácter nacional de Ia, conducta: del elector, 126-7; prescrita, Cron, L., 583 n. to general, L',r" 111\"1111.IS~-6; tasas
,; f S.Ú; universalismo en Ia, 544-7; y 142, 202; proscrita, 142, 150, 158; Crump, 82 diferencialcs dt', 1 ':1 (', \ .n u uuia. 1S4-
..tructnra social, 483-4, 529; y necesi- social, 131-2, 149-50 cuantificación, 125 185 .
d:ldcs técnicas, 528-9, 600-3, 605-8, conducta divergente: 320; divergentes po- cuáqueros, en Ia ciencia, 586-7 Denncy, R., 169 n.
(>! 2, (l14 tencialcs como frenos sobre Ia, 191; el cuello blanco, delincuencia ele, 100-153 Dennis, \Vayne, 124 n., 12-111., ,1',7
, 11'111 ífico: motivo de los, 526, 530, 550, retiro como, 196; mecanismos compen- cuenta de símbolos, en cl análisis de h Departamento de Guerra, Rama dl' I11\('S
;')(17,602; social, 134, 136,215 sadores y, 191; proporciones diferentes propaganda, 510 tigación ele Ia Sección ele Infonuacióu
11.11ific.rción de conceptos, 1238s .. ele, 191; tcoría de Ia, 360-1 culpa, sentimicntos ele, 144 n. y Educación, 123, 230ss., 23288.,
( '1.11k, J':lcanor, 161n. conflicto: 144 n.; de grupos de referen- cultura: de Ia clasc negociante, 146-7; 239s8., 24188., 2508S., 257n., 26088.,
( 1:11k. c, N., 567, 596-8, 602 n., 606 cia, 245 SS.; de papeles o funciones, norma de, 69-70; popular, 410; sensi- 2658S., 274 n., 27588., 27988.
(:l:IIk. 11. F., 145 332; racial, 420-1,433-4 tiva, 464 dcpcndcncia, deI grupo, 324
, I.ISI' soci.tl: antagonismo de Ias, 214; es- conforrnidad: 131, 140, 142-3, 148, 150, cultural, uuificución (o idcn tid.nl ) , 4M, dcrccho natural, ')62 n.
1111e!ma de Ia, 154-6; e ideologia, 460- 171, 189, 258; a Ias normas de Ull gru- 478, 497 dcri\;ICiúlI fllrlllalizada. 109-1 n, 4Ç6
11>1,+73-4, '1-80; v anomia, 171 po extraüo, 358-9; compulsiva, 171; Curtis, Alberta, 76n., 7911" u s «. dl's:lt.:rllll:llllil'lI!o: ;I\l~;i('(hdl's ('11 cl pro-
, I.I';C \ rcligión, 53-4- social, 267-8; y movilidad en el ejército 159n"245n. ('('SII d(', 271'); 1'11('I dq>ósilo d(' 1l'lIlpla-
(:Inkc, 594 ele Ias Estados Uniclos, 266 55. Cuvier, 310 I'IIS, 27 Ç(I, 271')<)
111111(".508 conocimicnto (véase también sociolo- descollfiall;!.a recíproca, 455-(1
( :IIIILlrd, Marshall E., 15311. gía del conocimiento): base existen- Chapin, F. S., 85 n" 124 clcscmpcüo d cl papel (o Ia función):
( .low.ud , Richard, 188 n., 312 n. cial dcl, 459 S8.; de Ias normas v valores Chaplains, F., 602 n. 322-4; obscrvabílidad y, 3428S., 348-50
( :,,:t! ('~;, Charles H., 325 n. deI grupo, 343, 351; tipos dc: 464 8S., Chaplin, Charlie, 163-4 clesinterés cn Ia eiencia, 55088.
( :",111:111,I'. C., 404 49258. Chapman, Dennis, 94 desmoralización, 145
,,,dtlll':lción (conceptual}, 22-3, 110-1 consecucncias: afuncionales, 61; disfun- Chapman, [oan, 94 despersonalización, 209-11
" ,,11;~1lprofcsional, 378 cionales de Ias formas sociales, 46; im- Chaucer, 196 De Vinnev, L. C., 230 n.
,<1(" il'lell te humanista, 98 previstas (o inesperadas), 61 n., 7111., Chevalicr, J., 577 n. Dewey, JoÍm, 105 n., 204-5. 503, 559
(:,,/~hill, G. E.,57n. 76, 137, 554, 587; múltiples, 61; obje- Child, Arthnr, 474 n. Diamond, Sigmuncl, 176, 198 n.
tivas, 61; "saldo" ele Ias, 46, 61 Childrey, J., 608 Dickens, Charles, 151, 153 n.
'''/',II()scihiliebd de Ias normas y valores
(lt-I gmpo, 338-9 conservadurismo, 360 Chinov, Elv, 195 n. Dicksol1, W. J., 70 n., 76 n., 107 n.,
consumo ostensible o conspícuo, 68, 79- Chowdhry, Kalma, 323 n., 339, 340 n. 159 n., 208 n.
( :"iJ('II, Albcrt K., 185-6
80 Christie, Richard, 194 n., 340 n. 3 50 n., diferencias culturales, 57 n.
( :1I11l'11,I'. S., 58 n. contenido, análisis ele, 447 403 n. Dilthev, 477, 486, 575 n.
( 'lIlll'll, I. B., 484 n. contexto estructural, 252-3, 296, 337-8 Churehill, Winstou, 55 n., 56 n., 318 n. dinâmica, concepto de, 63
Ildll'si('1I1 social, 264-5, 317-8, 326 control social, 342, 349, 351, 362-3 disciplina: en el lugar de trabajo, 555-6;
( :lIlJ,CII, 5H, 597 n., 604 converso, a un grupo, 272-3, 298, 353 Dahlke, H. O., 454n" 461 n. eu Ia burocracia, 205-7
'lIkdi\idades, 302-3 Conwell, Rnssell H., 147 discontinuidades cn Ia investigación em-
Dahrendorf, Ralpl1, 93
( :lIkJlII'SSC, 608-9 Cook, S. \V., 74 n., 7611. D' Alembert, 609 pírica, 109
( :lIl<"II, Cristobal, 373 n. Cooley, 258, 280-1, 358, 35911., 36011., discriminaeión racial, 320 n .
Damle, Y. E" 94
( '"lIills, 'I'cd, 120 365 n., 392 n. Dantcc, Felix Le, 546 n. disfunciones: definición, 61; de Ia buro-
(:lIl1ll'llio, 575-9 Coolidge, Calvin, 14, ,67, -H 2 Darwin, 482 cracia, 134, 20488.; relacíón con Ia
(lIll1pkjo: de Edipo, 98, 304; "deI amor Cooper, 591 Davis, Allison, 160 n. dinâmica social, 63-4
uuu.u rí ico", 67 Copérnico, 548, 570 Davis, A. K., 7311" 74 n., 80 n. dísposiciones subjetivas (motivos, propó-
( "111'1>11111, K, '1'., 528, 549 Coser, Lcwis, 299 n., 318 n., 321 n. Davis, Kingslev, 14 n., 3811., 42, 69 n., sitos), 6088.
l '111111<', A" l5, 365 n., 570 n. Costello, 200 73 n., 211 n., 417 n., 418n. distinción, finalidac1 hcnrística elc Ia, 74
IIIlIllllli(':ll'ión: de Ia opinión pública, costumbres: 14], 320-1; populares tradi- Debs, Eugene v., 367 Ditton, 603
: t;.I s,\',; d CI1 tro de Ia organización del cionales, 320-1 deducción, 109 n . divergencia: 131-2,140,148-9,156,166,
1:111(1'1,H\ 347, 349, 351-2 Cothrell, L. S., 230 n., 312 n. definición de Ia situación, 419, 422 171; como adaptación a Ia anomia,
1'lIl1llllliSIIIO eu Ia cíencia, 528, 54788. Craftown, estudio de, 115-7 Defoe, 612 184-5; en Ia conducta, 191, 196; papel
( :lIlIilllI, 1:IIlIl'S B" 527 Cragg, G. R., 585
INDICE ANALl'l tco 625
lNDICE ANALíTICO
r,H Francke, A. 11.. ','; H. S79 n., 580-1
146-7; tema deI, 1741is.; t msmisión
de Ia familia en Ia, 166 88.; proporcio- Enrique IV, 454 Frank, W., 4tl, \I" ,; H 1\., S35 n.
del, 145-7; valores del, 178 liS.
Ent, 609 ex miembro, su posici6n en cl grupo, Franklin, B., 47, ·IH 11.
I\CS de, 154 epítetos, 211
I )()d, J ohn, 574 298-9 Frantz, 582 n.
Erickson, M. C., 160 n. lrnzier, E. F., 279 n., 42lJ
liollurd, [ohn, 110 n., 149 n., 155 n., exogamia, tabú sobre Ia, 69
Ericsson, Leií, 373 n. lrcnkcl-Brunswick, E1se, 19411.
I60n., 211n. extra-grupo, 299, 301-2, 319
error, 114 extranamiento: 171; compulsivo, 298 1'1('11<1,S., 48 n., 71, 114-5, 131, 140,
I )()lllC, 367 Escalona, S. K., 110 n.
I)()\I,l1d, D., 424 n. 1,1,. I'I() n., 151, 153 n., 365 n., 419,
esc1arecimiento conceptual (véase tam- ·155 11., 'lH1
I ioris, J., 355 n. bién clarificación de conceptos), 100 Facaoru, J., 584 n.
Iheiser, T., 176 factor anómico, 173 Fritsch, 4j I
Escolio, 611 n. Fromm, K, li!, 1,19 \I., ]('11n., 483 n.
I rrvden, 467 n. escuelas de pensamiento religiosas, 470 falácia: de afirmar el consecuen te, 108;

t
frustracíón, 14911.
J)1;bin, Robert, 135 n. especificaci6n de unidades, 45 de concreci6n "mal colocada", 501; de
Ia extrapolacíón injustificada, 500 fuentes estructuralcs til' supcicouformi-
I )1\ Bois, 279, 286 Estado de bienestar v Ia decadencia de
I)l\hcm, Pierre, 96 n., 546 n., 547 n. falsa conciencia, 263, 282, 449, 474, 489 dad,227
Ias maquinarias polhicas, 201 funcionales: alternativas, 43-ú, (,2; C()I!'
I)l\rkheim, E., 31, 38,41 n., 53, 72, 75, Fall, A. B., 367
estratégico, dato, 113 S8. secuencias, 42, 45; equivalentes, 41,
<)7, 102, 106-7, 116, 123, 125, 144, Fallers, Lloyd A., 191 n.
estratificación social, 317,421, 556-7 62; requisitos, 62; requisitos prévios,
169-70, 172- 3, 195, 196 n., 209, 264 n.,
265 n., 317, 363 n., 366, 393 n., 457,
459, 463, 469 n., 470-1, 476, 477 n.,
estructura: burocrática, 133; cultural,
170-1; de Ia comunidad, 403 n., 404 n.;
de influencia, 390, 409; lógica deI ex-
í família, y divergencia, 166 S8.
Fanelli, Alexander, 405 n.
Fanfani, A., 585
43, 46, 58, 62; sustitutos, 62; unidad,
35-40, 45
481, 485, 486 n., 491 n., 540 n. Faris, El1sworth, 211 n. funcionalismo universal, 40 8S., 46
perimento, 57-8 funciones: 240; acepciones, 30-2,61-2; del
I rnry, 576, 578 estructura cultural, 129 S8. Fearing, Franklín, 102 n.
prejuicio, 428-9; diferenciadas de los
estructura social: 66, 117, 374, 383; alter- Federico I, 544
Felipe III de Espana, 606 n. motivos, 72-3; indispensables, 43, 46
1',;lhm, R. M., 501 n. nativa, 43-4; incongruencia de Ia, 155;
Fenichel, Otto, 306 funciones latentes: 71 S8., l37; como con-
I',ckcr, F. H., 429 indcpendencia de elementos en Ia, 62-
Ferrnat, 334n. tribuci6n al análisis sociológico, 78-80;
I':ckstein, Michael, 94 63; indicadores estadísticos, 264 S8.;
como objeto de investigación, 76-7; de
I':dlcston, J., 606 n. origina Ia conducta, 131-2, 140-4, 148- Fernandes, Florestán, 93
Ia maquinaria política, 81-2; defini-
({ecto bumerqng en Ia propaganda, 512-8 149, 157-8, 164- 5; unidad dc Ia, 35-6; Y Festínger, L., 160 n., 324 n., 415 n.
Feuer, L. S., 483 n. ci6n, 61, 73; diferencia con Ias mani-
I',g~~an,Fred, 66 n. ciencia, 484-5, 529; y conocimiento,
Feuerbach, 502 fiestas, 71-6; en el análisis de Ias pIo-
1',\!r1ich, 545, 546n. relaciones entre, 493 SS.; Y Ia conducta,
Fichter, J. H., 320 n. ducciones mentales, 459
I',illstcin, 16-7, 56 n., 290 n., 431, 531, 131-3; y perspectivas, 490-1, 500; y
finalidades del paradigma, 65 funciones manifiestas: definici6n, 61, 73;
'>49 presiones anórnicas, 171; Y tecnología,
fines, heterogonia de los, 206 n. diferencia con Ia función latente, 71-6;
1':isCIlhower, D., 355 n. 553,557 en el análisis de Ias producciones men-
I',isenstadt, S. N., 198 n., 307-8, 329 n., cstructural: contexto, 63, 83, 87; descrip- Firth, Raymond, 93
Fishwick, M. W., 176 n. tales, 459
332-3, 384n., 405n., 413n. ción, 66-7; fuentes de conducta, 87;
Iírnite, 62, 133, 149 n.; variables, 98 Físke, Marjorie, 76 n., 79 n., 118 n.,
,'jcrción de prcsión para iniciar Ia teoría
124n., 159n., 245n., 511n. Galileo, 138, 546, 566, 572, 603-4, 606 IL
por parte del dato imprevisto, anómalo estúdio comparado, 64
Fitzpatrick, J. P., 591 Gans, H. J., 324 n.
v estratégico, 113 etllOs (véase tambíén ciencia, ethos de
Flamsteed, 597-8, 603, 605, 607-8 Gardner, B., 70 n., 551 n.
,;/ites, 294- 5 la),458
Fleming, Alexander, 113 n., 114 n. Garrison, 497
1',llis, H., 583 n. ética protestante en relación COI1 Ia em-
presa de negócios. 383 Fletcher, J. M., 58 n. Gaudet, Hazel, 105 n., 126 n., 249 n.,
1,,1111:\11,431 Florence, Sargent, 30 417 n.
1',llllira, estudio de, 334-7 etnocentrismo, 360 n., 514. 545-6
Flowerman, S. H., 188 n. Gehr, 580
Eubank, Earle E., 311 n.
"Illp:ltía, 382 Flye, J., 396 Cellhorn, W., 379 n.
"lllpírica, generalización: 105 ss. Euler, 600 Cellibrand, H., 601
focos de interés, nuevos, 121
"llll'nnccIad, como conducta divergente, eunómicos. individuos, 173 Gemeinschaft, 319, 392 n., 393 n., 470,
Fontaine, W. T., 483 n.
evasión institucionalizada, 320, 344-6
1 ~\ ( ) Ford, Henrv, 176 477
1'.1(",c1, E., 583 n. Evelyn, 609 Gems, H., 583 n.
Forman, Robert, 324 n.
exigencias Iuncionales, 62 S8. generalizaciones empíricas: 105 S8., 109-
1'.llr~('ls,Friedrich, 49, 51n., 456 n., 460, formas de conducta divergente, 184
éxito: 154-S; como objetivo, 154, 178 S8.; 11 O; en relacíón con Ia teoría, 106-9
.1(S7, 473, 474 n., 475-6, 486, 502, Fowler, 353 n.
culto dcl, 144, 148; monetario, 144 n., George, Ch. H., 585
Q7,598 145, 151, 166, 175-6; protótipos del, Francis, Roy G., 135 n.
l'.III',lish, I-Iorace B., 44
---- ._-----~--

ú2() íNDICE ANALíTICO íNDICE ANAlíTICO 627


Ccurgc, William H., 113 Craves, 105 Hall, Daniel, 537 n. Hicks, J. R., 99 n.
Ccrurd, H. B., 415 n. Cruenwald, E., 454, 485 n. Hall, O. M" 110 n. Hiller, E. T., 206 n.
(:crth, H. H., 417 n. Crünbaum, Adolí, 138 n., 139 n. Haller, 566, 585 Hindle, Brooke, 587
Cesellschaft, 319, 392 n., 393 n., 470, grupo: 265, 287-8, 303, 324-5; afiliación Halley, 597-8, 603, 605 n., 606-9, 611, hipótesis sociológicas, desarrollo ele Ias,
477 aI, 258-9, 296; afiliados, definición y 614 97-8
( :ilbcrt, 566, 567 n. ampliación del número de, 294-5, 312- Halliwell, J. O., 574 n, Hitler, A., 384 n., 508-9, 518, 533 n.
(:illispie, Ch. C., 588 313; autonomÍa o dependencia del, Hallowel1, A. L, 101 n., 491 n. Hobbes, 131, 336, 362n" 485n., 532
Cini, Corrado, 101 n. 324; autoridad en el, 340-4, 347-9, Hamilton, \Valton, 218, 484, 549 n. Hobhouse, 1 5
(:insherg, Morris, 565 n. 351, 354; de pares, 302; de presión, Hankins, Frank H., 20 n. Hockey, B., 135 n.
( .irad, Stephen, 176 354-5; duración del, 314; integridad Hans, N., 589-90 Hoffman, F., 580
( .ilflcr, J. B., 481 n. deI, 291, 293, 316-7; normas y valores, Bar, K. D., 106 n. Hofmannsthal, 431
( .l.mvill, [oseph, 144 n., 468 272-4, 320-1, 353; pequeno, lugar teó- Hareling, 367 Hofstra, Cjoerd, 498 n.
(:Llllville, J., 602 n. rico de Ia investigación del, 336-7; ta- Barris, Peter M. C" 312 n. Hogben, L., 537 n., 599 n.
(:l;ll1ville, W., 602 -
mano deI, 314-6, 331-2; unidad, 273 '~

Hartley, E. L., 286 n. Hoijer, Harry, 102 n.


Cl.rscr, Daniel, 184n., 185n. grupo aI que se pertenece: 267-8; clasifi- Hartlib, 575-8 Holmes, M" 603 n.
(:Iazer, N., 169 n., 235 n., 253 n. cación de Ias, 310-2; como grupo ele Hartshorne, Charles, 104 n. Hollingsheael, A. B., 417
(:Iecck, L. E., 355 n. referencia, 241 8S., 3068S.; criterio de, Hartshorne, E. Y., 481 n., 484 n., 530 n" Homans, Ceorge C" 64 n., 288 n., 343,
(:lty, 546 n. 287-9; elección del, 327; presiones an- 531, 532 n. 348
(:odclard, 408, 609-10 tagónicas diferentes, 249 Hatt, p, K., 25711., 355 n. Hooke, R., 584 n. 597-8, 601-4, 606,
(;o<!owsky, 431
( ;oering, H., 508, 518, 535 n.
(;oldherg, Jacob A., 84 n.
grupos a Ias que no se pertenece: 267-8,
287, 289; como grupos de referencia,
30688.; orientación a los valores de,
\ Havighurst, R. J., 155n" 160n.
Hawes, 609
Hawkins, 89 n.
610-2
Hoover, 432
Hooykaas, 586-7
(;oldenweiser, 63 268-9, 28588, Hawthome Western E!ectric, 76-8 Hopkins, Harry, 84 n.
(:I)ldhamer, H., 414 n., 418n. grupos (o conjuntos) de papeles: 368 S8.; Hay, J., 424 n. Hopkins, Terenee K., 312
(;oldstein, Sidney, 404 n. conflicto enlos, 379 8S.; mecanismos de Hayward, F. H., 576 n. Horney, Karen, 149 n. 187, 209 n.
(:oodc, W. J., 42 n., l36 n., 257 n. articulación deI, 371 88" 380 Beath, A. E., 571 n. Hovland, C. 1., 444 n.
(;oodrich, H. B., 591 grupo formal: 319, 343; en Ia burocracia, Heatter, C., 408 Howard, 454 n.
(;mdoll, Norma S., 178 n. 207-8, 210-2; jerarquia y poder en el, Becker, J. J., 581 Hubbard, Herbert, 147
(:osllell, Harold F., 158 n. 326-7; procesos sociales en el, 317-9; Hedelendorf, Russel1, 312 n. Hubermann, 431
(:1)1I1d,R., 160 n. problemas de medida de Ias, 326-7; pro- Hegel, 419, 502 Hubert, H., 491 n.
Couldncr, A. W., 74 n., 13 5, 340 n., piedades del, 31288,; visibilidad (u ob- Heidegger, 487 Hughes, C. C .. 94, 408
NI) n. servabilidad) en el, 321-3 Beifetz, J., 431 Hughes, E. C., 206 n., 208, 209 n.
Counnont, Rerny de, 517 n. grupo informal: 319, 343; ambigüedac1 Heine, 431 Hull, C. L., 102, 110 n.
(;owlancl Hopkins, F., 537 n. en Ias miem bras, 288-9; en Ia buro- Heisenberg, \V,' 139, 531 Hume, D" 483, 572
1',lad:lciones del papel (o Ia función), 385 cracia, 207-8 Heller, Hermann, 57 n. Hl1nt, J, McV., 73 n., 161 n.
Craham Phillips, David, 176 grupo primario: 70, 77-8, 122, 319, 344- Hempel, C. C., 24 n. Hunter, Floyel, 325 n" 393 n,
(;r:lllct, 463, 471-2, 48511. 347; antigüedad de los miembros del, Hemphill, John K., 311-2 Huntington, Mary Jean, 136, 369 n.
(:l/llliC'k, Ruth B., 191 n. 288-9 Henderson, A. R" 417 Husserl, 487
( ; russct, 546 n. Cuetzkow, Harolel, 322 n. Henderson, L. J., 391 Hutehinson, E. P" 530 n.
(:r;llllll, 546, 602 Cunter, E., 601 Henderson, P. A. W., 574 n. Huxley, Aldous, 196, 346, 347 n., 517 n.,
(;I;IV, ;\. r., l35 n. Cünther, S., 580 n. Herrick, Robert, 176 549
( :1;Izia, Scbastian de, 170 n. Curviteh, Ceorges, 93 Hertz, 532 H uxlcv, [ulian, 484 n., 537 n,
(;1(, Ccrard de, 480 n., 481 n, Cuttman, Louis, 102 n., 444 Hertzman, M., 331 n. Huyghens, 574, 597-8, 603-4
( :1l'('llbllllll, J., 296 n. Herzog, H., 355 n., 505 Hyman, Hcrbert, 132 n., 178-82, 254 n.,
(;I('('IISITcet, 571 n. Haak, T., 574, 576 Hessen, B., 467 n. 481 n. 493 n., 596, 258, 279-81, 304
( :"'('II\\'llllcl, Ernest, 17211. Haber, 431, 545 598, 600 n., 610 Hymovitch, B., 415n.
( :1I'\\', Ç71 Hagl1e,82 heterogonia de Ias fines, 206 n.
( :IJS\\'IlII1,A. \V., 147 n. Hahn, 581 Heubaum, A., 579 n,,580, 581 n. ideas, clcterminantes sociales ele Ias, 456-
(:I<1dzillS, M., 35511. Halbwachs, 105, 485 n. Hevelius, 603, 607 457, 460-4
( :1<1',·"Nc~l, 36911, Haldane, 537 n. Hicks, Cranville, 402 n. ideología: basc existencial de Ia, 459-65;
r--------,

628 íNDICE ANALíTICO íNDICE ANALíTICO 629

concepto de perspectivismo en Ia, 500; ingenio, 152 [ames, William, 16111., 258, 280-1, Klink, Walter B., 312 n.
de c1ases abierta~, 155; garantías es- ininte1igibilidad, culto de Ia, 538 321 n., 364, 365 n., 48511., 503 Kluckhohn, Clyde, 32, 36 n., 40, 58 n.,
tructurales de validez en Ia, 502; opi-, Inkeles, Alex, 154 n. Janet, P., 159 n. 73 n., 187 n.
uión marxista, 474-6, 488-9; teoría de" innovación, 10588., 172; como reacción Janis, I. L., 230 n. Knapp, R. H., 591
Ia, 48888.; teorías del interés en Ia, ante Ia anomia, 18488., 188 [anne, Hcnri, 93 Knight, Frank H., 539 n.
-195; Y Ia estructura social, 48888. institucional cambio 432 [anowitz, Morris, 296 n., 329 n. Kobrin, Solomon, 185 n.
1l1l'lIti~ade~,estructurales, 477-8 institucione: sociales: 132 [ansenius, 577 Kocher, P. H., 587-8
Id('llhfIc~clOn, 3~4-6 integración: 478-9; social, 264-5 [aques, E., 340 n. Koehler, W., 57 n.
1~:lI()ranCIaplurahsta, 377 intelectual. ale' d d I 219 [aspers, 487 Koestler, Arthur, 482 n.
,. 258 260 rbli .. )a o e a empresa, - Jefferson, Th., 318 n., 356, 424 n., 445 Koffka, 210 n.
1111;lgcn:d e SI mismo, , ; pu ica, 220 223, c ti fesí I 213 -;5
Il9-20 ' ,amo IpO pro esiona , jerarquía social de Ias grupos, 325-6 Komarovsky, Mirra, 110 n.
como un técnico burocrático 218-9'
1 1a 334 n. d e fimlClOn,
.. , 215 ; diistinción Jerusalem, W., 485 n. Kotinsky, Ruth, 184 n., 188 n., 306 n.,
. 1110 '. . .., '
entre "bu-,
imprevistas, consecuencias, 61 n., 72, 76, rócrata" '" d di t" 717 8. Joachim, 431 369 n.
137 . e m .epen ien e, ~ -, Johnson, A. O., 600 Kracauer, 510 n ..
. d 113 frustraciones debídas a Ia burocracia [ohnston, Eric, 214 n. Kraft, [ulíus, 487
1111previsto, . ~t~, 22888.; independiente, 217 220 222:
uupnlsos . biológicos, 140-1 223 , 225'; ongenes socla . Ies' d eI', 502 . Jones, Elmer R., 146 Kraus, K., 431
.
.uc.ipacidadid adíestrada, 204,. , 209 . recluta rm'e n t o por Ia b urocracia. 218'. Jones, Ernest, 140 n. Kreisler, 431
d ( , [ones, [ames A., 312 n. Krieck, 483 n., 532 n., 534 n., 535 n.
111('OIlonmf a vease también divergen- relacione I Iiti '220 I.
ia _) : 1401 -· , 358 88., 3657-; diferenci
I 22488 s con
228 os pOIICOS - Kriesberg, 355 n.
('Ia . 360 erencia ., - , y con ICo (e va1ores'
9· fli tI'
Kris, Ernst, 510 n., 519
con Ia d eImcuencia, -2 con 10s líti 224 Kaempffert, W., 113
IlItIctermmaci inacíó n, en 1os d escu bririrmentos . t ' po 1 ICOS,
d ( e.,8S. bi Kafka, 431 Kronecker, 431
dei científico social, 216-7 m eres~ supuesto e vease tam len pers- Kahl, [oseph A., 179 n. Külpe, 501
uulicadores de Ias variables, en Ia inves- . pectivas}, 495 Kaplan, Norrnan, 287 n., 309 n., 334 n.,
tigación, 124-7 íntereses creados (o especiales}, 116, 338 n. Laertes, 397
iudispensabilidad: de Ia cosa, 42,46; de . 208, 49~; Kardiner, Abram, 149 n., 163, 164 n. La Hire, 603-7
Li íunción, 42, 46-7; de Ias estructuras interpretación post factum (o después Katz, Elihu, 137 n., 329, 389 n., 394 n., LaIo, Charles, 486 n.
sociales, 62; postulado de Ia, 42-6 . ~el. hecho), 103-4, 109, 235 408 n., 412 n. Lamb, Charles, 196 n.
uulividuo con varias personalidades, 126 intimidad, en Ias grupos, 344-6, 348 Kaufmann, F., 96 n. Landecker, W. S., 317 n.
uulividuo de referencia: 287; selección intolerancia de Ia ambigüedad, 194 Kaufman, H. F., 417 n. Lander, Bernard, 173
dei, 305-7 intragrupo, 29988., 424 Keatinge, M. W., 575 n.
Langer, S., 125
IlIduccíón, 109 n. inventos independientes paralelos (o múl- Kelsall, R. K., 212 n.
LangIand, 196
Ill<'slabilidad en los conjuntos de pape- tiples), 467 n., 603-4 Ke1sen, Hans, 463 n.
Kelvin, 483 n. Langmuir, 549
lrx, 370 investigación empírica: 100; análisis con-
iuílucncia: en Ias comunidades locales, ceptual en, 100-2; discontinuidades en Keller, A. G., 72 n. Lankester, 566 n.
I ')7; formas de, 418; monomórfica, Ia, 109; efecto en el reenfoque de Ia Kelle-, Suzanne, 589 n. La Piere, Richard, 48 n.
Q9, 413 8S.; polimórfica, 329, 413 88. teoría, 121 88.;función creadora, 241-2; Kellerman, H., 546 n. Laplace, 609
influencia interpersonal: 388 n., 389 n., funciones teóricas de Ia, 112-3; hipóte- Kelley, Harold H., 286 n., 367, 415 n. Lashley, K. S., 44
-10 I 88.; como una relación social asi- sis en, 109-10; indicadores de Ias va- Kendall, P. L., 124 n., 256 n., 265 n., Laski, HaroId, 55 n., 56 n., 203 n.
Illdrica, 415-6; criterio de, 414-5; tasas riables en Ia, 124-5; su función en el 266, 267 n., 369 n., 511 n. Lasswell, Harold, 149 n., 202 n., 206 n.,
.lifcrcnciales de, 409-10, 412 anáIisis funcional, 19; tipo setendipity Kennedy, [ohn Fitzgerald, 367 n., 374 n. 210 n., 213 n., 322 n., 444 n., 451,
IlIfllljo de Ia investigaci6n empírica sobre en Ia, 113 88.; variables interpretativas Kepler, 16-7, 566 509 n., 510 n.
LI teoria sociológica, 112 en, 109-10; Y relaciones con Ia teoria, Kerr, Clark, 335 n. Laue, von, 531n.
míluvcntc: 137, 329-30; cosmopolita, 13-5, 21-2, 105-6, 117-21, 12388.,230, Key, V. O., 355 n. Lazarsfeld, P. F., 24 n., 96 n., 105 n.,
,(I I .I'S., 39788.,402,406; local, 39188., 234-5, 242, 253, 388 Keynes, J. M., 482 n. 110, 113n., 125n., 126n., 137n.,
'()Il.l'.~., 402-3, 406; monom6rfico, 413; Kherkhof, Karl, 546 n. 174 n., 191 n., 197 n., 249 n., 253 n.,
Kíbbutzim, 324 256 n., 263 n., 265 n., 266, 26711.,
."
i uovilidud y el, 401,404-5;

'\
111[OIIIl:lción:laguna en Ia, 349; teoría
polimórfíco, Jacobi,431
Jaensch, E. R., 532
[ahoda, Marie, 74 n., 76 n., 168 n.,
Killian, Lewis M., 333
Kimball, Solon, 98 n.
296n., 312n., 318n., 323n., 329,
334 n., 389 n., 394 n., 403 n., 408 n.,
d(' Ia, 322-3 180 n., 194 n., 251 n., 264 n., 300 n., Kípling, R., 401 412 n., 417 n., 437, 443-4, 447 n., 448,
III/!,('IIiC'l0,como un técnico, 5588S. 313 n., 350 n., 355 n. Klineberg, Otto, 70 n. 480 n., 504 n.
"'If'"-',
"

(,:;0 íNDICE ANALíTICO íNDICE ANALíTICO (,H

1,,\'1 lira de revistas, funciones de Ia, 398 longitud, fuentes sociales de Ia investiga- March, J. G., 414 n., 415, 416 n. Melanchthon, 570
I,IT, Robert E., 373 n. ción acerca de Ia, 603 8S. Marden, O. S., 147, 155 Mendelssohn, F., 4') I
Iq',itimidad: 146, 164, 208; atribuida a Loomis, C. P., 393 marginal, hornbre, 269, 292-3 mentalidades de Ia cultura, -111\1
los arreglos institucionales, 270-2; de Lorenz, T., 579 n. Marshall, T. H., 19 Menuhin, 431
poder, 132 Louis, J oe, 423 Martineau, Harriet, 318 n. Mercator, N., 603, 607
lr-lnnan, 591 Love Peacoek, T., 434 mártir, 365 Merei, F., 341 n.
lrilmiz, 318 n., 467n., 544, 548, 603, Lowell, A. L., 208 Martov, 295 n. Merton, R. K, 61 n., 62 n., 67 n., ()<) 1\"
(,{) 5 n. Lowenthal, Leo, 191 n., 447 Marwick, 212 n. 70 n., 71 n., 73 n., 76 n., 79 n., 8711.,
,('Jlcs, N., 444 n., 509 n. Lowie, R. H., 31 n., 41 n. Marx, Karl, 49, 50 n., 63, 116, 419, 110n., 113n., 118n., 124n., 125n"
.rniu, 295 n., 467 n. Lubbock, 609 456 n., 457, 459-62, 465-8, 473-5, 135 n., 136 n., 159 n., 168 n., 171,178-
.('111(,[, Daniel, 322 n. Ludewig, J. P., 580 480 n., 486, 495, 502, 527, 598 179, 180n., 1840., 187n., 206n.,
,I' Slum, Lawrence L., 385 n. Luis XIV, 544, 594 Marx, Leo, 590 229 n., 245 n., 251 n., 256 n., 263 n.,
.f'~scr,Alexander, 31 n. Lukács, C., 474 n., 486 marxismo, 460-1, 475-6 264 n., 296 n., 300 n., 313 n., 318 n.,
.«udct, M., 546 n. Lumsdaine, A. A., 230 n., 444 o . masas: comunicaciones de, 448-9; cultura 320 n., 323 n., 324 n., 355 n.,369 n.,
,cvy. H., 535 n. Lumsdaine, M. H" 230 n. de Ias, 449 379 n., 421 O., 465 n., 480 n., 481 n.,
ny, M. J., 92 Lundberg, Ccorge A., 19, 96 n., 106 n., Mason, F. S., 587 482 n., 484 n., 491 n., 493 n., 511 n.,
,l:vy-Bruhl, 472, 485 112 n., 311 n., 536 n. Mason, [osiah, 174 n. 525 n., 530 n., 534 n., 537 n .. 538 n.,
.rwiu, Kurt, 110 n., 160 n., 501 Lunt, Paul S., 195 n., 325 n., 417 n . Masson, D., 578 n. 589 n., 592
.rwis, C. S., 276 n., 277 o. Lutero, 570, 595 materialismo dialéctico, implicaciones Merret, 575, 609
.rwis, C. F., 355 n. Luther, J., 498 n . ideológicas deI, 49-52 Merriam, Charles E., 539 n.
.1'\': 320-1, 465-7; sociológica, criterios Lynd, H. M., 165 n., 424 Mather, C., 579 Messy, 603
dI' Ia, 106 Lynd, R. S., 165, 325 n., 424, 556 Mather, L, 578 meta: 156; aceptación de Ia, 183; alter-
I .n u.u, Howard S., 193 Lynn, Kenneth S., 176 matrimonio interracial, 70, 73 nativas culturales a Ia, 190-1; cultura-
Ildl'I;lto, 328 Mauss, M., 463, 491 n. les, 141-8, 150, 159, 162-4; desilusión
Ild('J('s: del grupo, 339, 343; inadecua- Macaulav, 467 n. Maxon, Lou R., 225 n. con respecto a Ias metas del norteame-
cioues de los líderes nativistas, 350-1 Maclver, R. M., 23 n., 72, 96 n., 169-70, Maxwell, C., 477, 483 n., 532, 549 ricano, 197 n., 198 n.; desplazamiento
1.1<'1>, J. C., 580 206 n., 302 n., 32011., 421 n., 493 n., Mayerhof, 431 ele, 206-7; y anomia, 170, 176-7; Y
I.i/:ht, 568 531 n., 565 n. Mayo Roethlisberger, Elton, 70 n., 77, normas institucionaIes, 141 88., 150,
lrlk-y, 590-1 Mack, R. W., 179 n. 107 n., 143 n., 144 n. 158, 162, 164, 166, 168
Liurolu, A., 138, 356-7, 424, 426 MacLean Malcom, 146 n. McClellan, 138 metodología (lógica de procedimiento):
I .indzcy, C., 340 n., 351n. MacPike, E. F., 605 n. Mc:Curdy, A. C., 175 9688.; de Ia investigación social, 29
I,IIIIICO,310 magia, 43-5, 66, 118 McDonald, Ellice, 113 n. Meyer, E., 545
IIIJ!OI1, Ralph, 67n., 141, 211 n., 368, Mahler, 431 McDougal, M. S., 213 n. Meyer, H. J., 14 n.
;U) n., 382 Malinowski, B., 31 n., 32, 35 n., 36 n., McCill, V. J., 164 n. Meyerbeer, 431
lippitt, Ronald, 110 n. 40, 42-4, 45 n., 53, 62-3, 70, 73, 98, McCuffey, 176 Meyers, Custavus, 157
I ,i pplll:lnn, 431 118, 121, 136, 304,427, 472 McKay, H. D., 186 Meyerson, A., 196 n.
1.1J1Sct, S. M., 132 n., 134, 178 n., 296 n., Malone, Dumas, 445 McKeon, R. P., 379 n. MichaeIis, J. D., 580 n.
,117 n. Mallet, Ch. E., 578 n. McKinley, 147 Michelet, 48
I ,IpSOI1,E., 599 n. Mandelbaum, 469 McLachIan, M., 588 n. Michels, R., 213 n., 298, 482 n.
li';!;1 provisional de propiedades de grupo, Mandeville, 419 McNeill, J. T., 585 MicheIson, 431
; 12 Mangan, Sherry, 214 n. McPhee, W. N., 126 n., 25311., 265 n., miembro ele grupo: admisibilidael de los,
1,111. '1'., 57 u. Mannheim, Hermann, 185 n., 186n. 312 n., 334 n. 29288., 299; cambios en Ia pcrtcnen-
I ",lwl, I.. S., 73 n., 191 n. Mannheim, K, 31, 202 n., 203 n., 206 n., Mead, Ceorge H., 71, 220, 243, 247, cia de, 280 n.; duración de Ia pertc-
lnckwood, David, 93 207 n., 213 n., 217 n., 226 n., 360 n., 258, 280-1, 366, 480 n., 503 nencia, 313 88.; efecto de los cambies
1.lldIlWick, 602 n. 440, 452-3, 455 n., 459, 462, 463 n., Mead, Margaret, 159 n. en situación sobre, 290; nexos psico-
!.Ilcl>, M. B., 155 n. 467,474 n., 476, 481 n., 482 n., 484 n., Meadows, 195 n. lógicos debidos a su pertenencia al
I ,olt 111;1
11. [oseph D., 154 n. 486, 48888., 49488., 50288., 535 mecanismo: de Ia observabilidad de Ias grupo, 297-8; no miernbros como ca-
luruusuv, Martin, 85 maquinaria política: anáIisis funcional de normas, 342; mediante 105 cuales se tcgoría de los, 299; "nominal", 289;
lnudon, [uck, 176 Ia, 81-92, 199-200; Y el Estado de bien- , realizan Ias funciones, 62 problemas psicológicos ele asimilación,
J.1l1l,~. I ç 5 estar, 201 ~, Mehring, 474 n., 475 n. 276-8; y conformielad, 258

i
632 íNDICE ANAUTICO íNDICE ANALíTICO 633

Milstein, 431 Mule, Andrew, 556 anomia, 169-70, 176-7; Y el recién afi- palabra, conceptos diferentes de una sola,
Milton, 496 n., 578 Mullinger, 576 n. liado, 353; y metas culturales, 141 SS., 30 SS.; diferentes y un solo concepto,
Mill, J. S., 215 Murchison, Carl A., 45 n., 58 n., 196 n. 150, 158, 161, 164, 166-8 3388.
Míller, George A., 322 n. Murdock, George P., 64 n. Norris, Frank, 176 Panel, técnica de, 122
MilleI, Perry, 590 Murphy, R J., 179 n. noticias por radio, tipos y funciones de papel (o funci6n): 368, 389; conflicto
Miller, W., 589 n. Murray, Gilbert, 157, 159n., 161n., los cornentarios de, 498 entre los, 238 n.; de 10s hombres de
MillingvilIe, 420 190 n. nulificabilidad, 103 saber, 481; gradaciones del, 385; mo-
Millikan, 549 Murray, Henry A., 58 n., 149 n., 168 n., deIo deI, 305; múltiples, 369; secuen-
Mills, C. W., 417n., 474n., 480n., 187 n. objetivos culturales alternativos, 190-1 cias de, 195 n.
+82 n., 483 n., 496 n., 58911. Mussolini, B., 508 observabilidad ivéase visibilidad), 251-2, Papin, D., 574
Mills, D. L., 317 n. Myrdal, Cunnar, 47, 421, 482n. 374-5 parábola sociológica, 420
Mills, TI1eodore M., 376 n. observación: 51; funci6n creativa de Ia, paradigma: 92; categorias contenidas en
Minkowski, Eugen, 431 n. Nagel, Ernest, 93 114 el, 22-6; finalidades deI, 65; funciones
Minkowskí, Hermann, 431 Napier, 601 ocupación: especialización en Ia, 559; analíticas del, 22-6
Minkowski, M., 431 n. Nasby, V., 151 evaluación social, 86-7; investigaciones Paiadoxie der FoIgen (véase también con-
Minkowski, O., 431 n. necesidad: e inventos, 18; en Ia determi- acumulativas sobre, 135-6; jerarquiza- secuencias imprevistas), 206 n.
minorias, 472, 494 nación de Ia investigación científica, ción de Ia, 154 n.; significado funcio- Pare, Simone, 312 n.
Mira y López, Emilio, 193 n., 480-1; social, 494 nal de Ias, 133, 136-7 Park, 325, 478 n.
iuirriri, respuestas a, 67 Needham, J., 57 n., 586, 597 n. Odin, A., 583 n. Parker, G. H., 37 n.
Mitchell, J. Clyde, 308 Nef, 615 Offenbach, 431 Parker, Irene, 576, 578, 588-9
mitos, 456-7, 468 negros: y asimilación de los valores de Offenbacher, M., 582, 583 n. parsimonia, concepto de, 263
modelo del papel, 305 éxito, 180-1; y los sindicatos, 422; y Ogburn, 105, 228 n., 467 n., 468 Parsons, Talcott, 19-20, 44 n., 53, 58 n.,
Molineux, W., 603, 607 movilidad, 155 n., 180-1 Oldenburg, 598 n., 601 n., 604 n. 67 n., 73 n., 92, 122, 171, 189 n.,
1\loutesquieu, 52 Nehnevajsa, Jiri, 20 n. Olschki, L., 604 n. 192 n., 202 n., 291 n., 297-8, 301,
Morav, R., 574 Nehru, [awaharlal, 52, 364 operacionalismo, 125 311 n., 319, 360 n., 380,417 n., 465 n ..
Moorc, Wilbert E., 38 n., 42, 320 n .. neofobia, 142 opinión pública: como enfoque de aten- 482 n., 493 n., 530 n., 594 n., 550 n.
'nn. Nevinson, J., 364 ción de Ia investigación de Ias com uni- participaci6n: diferencial, 70; en organi-
1\lorc, L. T., 597 n. Newcornb, 258, 280-1, 286 n., 302-3. caciones en masa, 439; observabilidad, zaciones voluntárias, 398
Moreno, J. L., 122, 328n. 323 n., 338-40, 357 n., 360 n., 369 n., 354 S8. Pascal, 577
Morgan, J. P., 176, 467 380 Opler, Morris E., 66 n. Pasteur, 546
Morison, 578 Newman, S. S., 101 n Oppenheim, M., 600n. Pastore, N., 483 n.
Morland, S., 574 n. Newton, 15, 17,467 n., 478 n., 546, 548- Oppenheim, P., 24 n. pathos, 209 n.
Mosier, Richard D., 176 549, 572, 574, 596-8, 603, 605-8, orden minucioso, 202 Paulsen, F., 579 n., 580 n., 581 n.
motivaciones e instituciones, 526 610-2 organizacíones informales: 70, 122; vo- Pearlin, Leonard L, 188 n., 296 n.
motivos: 71, 79-80; asimilación, 262; au- Nicolay, J. C., 424 n. luntarias, 398 Pedro "el Grande" de Rusia, 544
tonomía funcional de los, 206 n.; dife- Nicholas, M., 577 n. Organski, K., 361 n. Peirce, Charles Sanders, 104, 114 n., 503
rcncia COn funciones, 33-5, 69; para NichoIls, William, 312 n. orgullo de Ia profesión, 208-9 Pellegrin, Roland J., 325 n.
conforrnidad o disidencia, 69; transfor- Niemeyer, G., 57 n., 169 orientaciones: sociológicas gencrales, 97- Pelsneer, J., 586
uiación de los, 208 Nietzsche, F., 164 n., 262 n., 454 99, 109; social, 392 Pepys, S., 600
iuóvilcs de los científicos, 526, 550, 596- Nisbet, Robert A., 335 n., 336 Orr, Sir [ohn, 200 percepción, 351
'><>7, ô02 nivel de Ias aspíraciones, 159·61 Ortega y Gasset, 321 n. periférico, miembro, 289
moviliclad: 155,180-1; proporciones de, y no conformista, 363-5, 367 Orwell, G., 346 periódicos, lectura de, 407
)(·LJci{m con Ia anomia, 198-9; y con- no miembros: características de los, 292- Otswald, 545 Perkins, F., 358 n.
Iormiclad, 241-2, 266 SS.; Y Ias pers- 295; situaciones de los, 292-3 Owen, Robert, 345, 347 n. Perrin, P. G., 578 n.
pccrivas deI intelectual, 490, 495-6; Y no pertenencia a un grupo, concepto de, personalidad: profesional, 134; rígida, 194
sclccción del grupo de referencia, 295- 290 SS. Pacioli, 334 n. perspectivas, 220 SS., 263, 438, 447, 467,
2%, 307-8 normas: 189, 199, 301, 358; conformi- Pachmann, 431 495-6, 500-2
Mllwrcr, O. H., 73 n. dad a Ias normas del grupo, 273, 319- Page, C. H., 263 n., 296 n., 302n., 318 n., perspectivismo, 494- 5
Mucllrr-Freicnfels, R., 482 n. 321, 332; cultural cubierta, 69-70; di- 340 n. persuasión de masas, 118-21
MI!iI, J{:IIIlS;lY, 203n. námica de Ias, 198; sagradas, 142; y Pagel, W., 571n. pertenencia (véase también no pertenen-
.....-.
I íNDICE ANALíTICO tNl>H :1<: i\NAl.fTl(:() 635

'!.I): cualidades para Ia admisibilidad prestígio negativo, 303 RavCl1, 13., 415 n. 1'11111(11111'1\',111111111'
111If'lI'Idllll\,1 iut rr-
\ Li iuadmisibilidad, 292-3, 299; defi- Price, Charlton R., 312 n. Ray, 11., 566-7, 568 n., 569, 571 mediu, 2 H, <11'11111111111 1111111,11 ,10-, / \J.
nnión y ampliación por grupos, 29488., Price, James, 298 Ray, John, 574 n., 594 Y siguicutcs, fadol "pIlVIIl'It'tIl" Ik 1.1 1

; I :J Sg.; grados de, 289 Priestley, J., 588 reaccionario, 360 239; utilidad dei t'oll('f'1'11I ,Ir. ll.'l
'1 milit', A., 581 n. prívación: diferencial, 246; relativa (véa8e reacciones a Ia propaganda, análisis de 234-5
1"IS0I1, Cene, 312 n. relativa, privaci6n) las,511 SS. rola tivismo, 497 SS.
'1111', 101m, 337n. primario, grupo, 70,78, 122, 319, 335-7 Reader, G. G., 369 n. religión: disfuncíones de Ia, 39-40; fuu-
'11('('. Ccorge S., 165 n. problemas por investigar, 212 realimentaci6n, mecanismo de, 322 ciones unitarias de Ia, 38-9; indispensa-
1111, C" 546 n. producción, concentración de los medios Réaurnur, 548 n. bilidad de Ia, 42-3; interpretación fun-
'1Iv. \V., 574-5, 578, 599 n., 610-2 de, 204 rebelión: 157, 164-6, 172; como adapta- cional de Ia, 38-40, 44-5, 52-5, 75;
profecía que se cumple a sí misma, 137- ci6n a Ia anomia, 197-9; en los jóve- medio de contraI social, 52-3; teoría
"1'1''', ()II 11,
,1/:1'1, [can, 113n. 138,41988. nes, 198 marxista de Ia, 54-5
(." T, 11. 1.., 424 n., 485 n. profecía suicida, 137, 139, 421 redes de relaciones personales, 396 renegado, 272, 282, 298
"IIS, Ralph, 187 n. proletariado, 474-5 Redííeld, Robert, 58 n. represen taciones colectívas, 116
dislllO y ciencia, 578 propaganda: 121, 448, 539-40; análisís reduccionismo, 364 resentimiento, 164-5
1111tT,F. A, 403 n. del contenido, 50788., 510; como ex- reenfoque del interés teórico, 121 retraimiento, 195-7, 162 S8., 172; como
uxou , K. S., 579 n. plicación, 116; definición, 504; efecto referencia: individuos de, 287; Ias gentes adaptación a Ia anornia, 19558.
.t uk, r;31 n. bumerang en Ia, 512-8; reacciones in- de êxito como, 24 5 n.; puntos de, 242; revistas, lectura de, 406
,1111, [ames S., 140 esperadas a Ia, 506-7; tecnol6gica, sistema de, 238, 242, 333 n., 470 revolución y rebclión, ] 98
.i lóu , 52, 190 n. 519 88. referencia, couducta del grupo de: asimi- Rey, A, 48611.
•.d::,·, 11. '1'., 303 n. propaganditís, 118-9, 121, 519 lación de valores en, 259-61, 281-2; Rcymond, A, 486 n.
111111),R. K., 114n. protestantes, propensión al estudio cien- autovaloracioncs en, 279; elementos es- Reyniers, J. A., 591
lII:di.sI110, 335 tífico, 586, 590-1, 594-5 tructurales, 337; grupos de referencia Rhor, J. B. von, 580
,,1"1' S2-~, 126, 132, 141, 534, 556; protocolo descriptivo, 70-1 comunes en, 251; inconforrnidad, 358 Rice, Stuart A., 108 n.
,'" I,)s com prendidos en un conjunto de pseudo-Cemeinschait, 118, 457 y siguientes; observabilidad (o visibili- Rickert, 479 n., 486, 487 n., 500-1
I'ilpcks, 372-3; de los grupos, 325-7; psicol6gieas, funciones, 275 dad) en, 323-4, 33788., 351-2; orien- Richards, I. A., 48511., 492 n., 493
,'11 Ia burocracia, 202, 210; opinión psieosis profesional ivéase iambién mca- tación a los grupos a los que no se Richardson, 574
ur.u xixta deI, 475-6 pacidad adiestrada), 204 pertenece, 285; relaciones entre tipos Richet, 546 n.
>l1I(':II{\ 97 público (o auditorio), 479 de grupos en, 280; socialización autici- Riesman, David, 169, 405
,I,', W., 574 puritanos: en Ia sociedad real, 573; ethos, padora disfuncional, 269-72; y movili- Rigaud, S. J., 566 n.
,líli(':1 social, 215 565 S8.; influencia sobre Ia educación dad social, 266 S8. rigidez, burocrática, 206-7
"ili('()s: 22488.; e intelectuales, 224-9 científica, 575 SS.; valores y ciencia, referencia, grupo de: 238-9; como un Riley, John W., 296 n., 312 n.
""lIio, :;97 57788., 586-7; y ciencia, 566, 568, concepto, 230, 279, 302; conflicto en- Riley, M. W., 188 n., 296 n., 312 n.
,"1. S"la, 509 n. 571 S8. tre, 245-9; correlación entre, 249-54, riqueza, 145
'''IIIÚIl social, y consumo conspícuo, 295; definición de, 286-7; cl grupo a Ritter, W. E., 57 n.
'l') ~w que se pertenece C01110, 241 88.; múlti- ritualísmo: 142n., 145n., 159s8., 172;
Quastler, Henry, 322 n.
'''Hic'lIl y perspectivas burocráticas, 220 ples, 244- 54; negativa, 297-8, 302 SS., como adaptación a Ia anomia, 193-4;
";!III:t<!os que prevalecen en e1 análisis 352; positiva, 30288., 352; proccsos en definición, 191-4; en Ia burocracia,
Rabany, C., 202 n.
flllll'iollnl, 35 S8. racionalizaci6n, 142 n. Ia selecci6n de, 254, 30288., 313, 328 206-7
'!c-lIci:IIeS, grupos de referencia, 306 Radcliffe-Brown, 32 n. 34 n., 35-7, 366 y siguientes, 333 S8.; que se apoyan 111\1- Rivcrs, W. H. R., 41,136,472
IIWIc-.@f\ tuamente, 249-54; relevancia scgmcn-
radicalismo, 360 Roberts, Alan H., 172 n,
1:111.c, C., 501 n. tal del, 330-3; tipos funcionalcs de,
Radin, 37 Robin, J., 549 n.
II'dw\'ii'lI: 104; base para Ia, 107; pro- radio, emisi6n de comentarios de noti- 286-7
Robín, L., 486 n.
f,11'I1I:IS('11Ias predicciones sociológicas, cias, 498 Reissman, Leonard, 195 n.
Robinson, lI. VI., 602 n.
,lI!) 7 Raistrick, A, 587 relaciones: de producción, 460; iudustria-
les y función deI Estado, 557; sociales Rockefeller, JOh11 D., 176, 197 n., 198 n.
II'dOlllillio de Ia orientación funcional, Raleigh, Sir Walter, 609
entre los trabajadores, 554 Roethlisberger, F. J., 76 n., 107 n., 159 n.,
';() N.~. Ramus, 577-8
relaciones primarias contra relaciones se- 208 n., 555, 560
/I'SI,,,I!. Orvillc, ] 13 n. Rankin, 423
cundarias, 209 Rogow, Amold, 403 n.
II'~IIIIII'S .mómicas, influencia de la fa- Ranulf, Svend, 164 n., 363 n.
mília v, lR6-7 Ratzenhofer, 15 relativa, privación: 2398S., 24611., 252; Rokeach, Milton, 172 n.
(»6 íNDICE ANALíTICO lN])ICI': ANAI.IT(C() 11 I /

Romano, [ohn, 193 n. Schaxel, J., 57 n. Sigcrist, 11. E., 484 n., 544 n. S()IC/, C., HIIIII,
Rooke, 574, 603, 605 Scheler, Max, 164, 457, 459, 461-2, Silbcrschlag, 581 Sorokiu, 1'. A., HIII., 'IH, (111i 11, I'", 11 ,
Roosevelt, F. D., 84 n., 201, 355 n., 356- 465 n, 468-9, 470 n. 477-8, 481, Sills, David, 314 n. 161 n., 2H811., 21)-111., I11 lI, 11,',
157, 358 n., 420, 432, 520 483 n., 487,488 n., 495, 496 n., 543 n. Simmcl, C., 145, 16611., 291, 293-5, 314n., 459, 463--1, -1(,') 11.,fI.' \, -//11
knoscvelt, T., 86 n. Schelting, A1exander von, 492 n., 498 n., 31511., 31C>, 321-2, 324n., 325, 347n., 479, 481, 484, 491 n., 4<)2 u., -(\J 111,
Roper, Elmo, 180 n., 279 n., 286 499, 501 n. 37(.11., ·H1411. 496 n., 500, 589 n., 590
Rorschach, 122 Scherõdinger, 531 n. Simon, l Ierbcrt A., 322 11.,414 n., 416 n. Speier, Hans, 474n., 543 n.
Roscn, B. C., 331 Schlick, 485 n. simpatia, 326 Spencer, John C., 185 n., 317
Roscn, C., 586 Schillp, P. A., 461 n. Simpson, Ceorge Kltoll, 5411., 32011. Spengler, 496 n.
Roscnberg, Alfred, 531 n., 535 n. Schmeling, Max, 423 Singcr, Charles, 303 Sperling, Otto, 192 n.
I{osenberg, Ceorge S., 312 n. Schmidt, Conrad, 465 n. sistema: de referencia, 235-6, 333; ele V<1- Spier, L., 101 n.
Roscnberg, M., 96n., 174n., 312n. Schmoller, 545 riables de normas, 319 Spiro, M. E., 93, 324 n.
Roscnfeld, E., 324 n Schnabe1, 431 sistema de referencia local, 470 Spitzer, Leo, 144 n
Roxcnthal, C. S., 188 n., 431 Schneider, David M., 64 n., 187 n. situaci6n: 368 88., 377-8, 380 88.; ads- Sprat, T., 566, 568-9, 574, 600-1, 603,
I{oscnwald, J ulius, 157 Schneíder, Louis, 73 n., 403 n. crita, 382-3; funci6n de 10s códigos 605 n., 607, 609, 610 n.
Roscnzweig, S., 149 n. Schnitzler, 431 profesíonales para 378; conjunto de, Sprott, W. J. H., 174n., 185n.
({ossi, Alice S., 136, 230 n. Schonberg, 431 370, 38088., 383; lograda, 382-3; se- Srole, Leo, 172
I{ossi, Peter H., 20 n., 154 n. Schreiber, H., 578 n. cuencia de, 370, 382, 385; social, 143 Stahl, E., 580
Rost, H., 583 Schuhl, P. M., 486 n. Small, A. W., 404 n. Stalin, J., 227n., 357n.
Rostcn, Leo C., 145 n. Schul, Maxime, 485 Smith, Adam, 46 Stamp, Sir Josiah, 537
i otnra, efecto de, 335 Schumpeter, [oseph A., 100 n. Smith, Brewster, 259 n. stdnde, 208, 416
H.OIJSC BalI, W. 'V., 606 n. Sears, R. R., 124 n. Smith, E. D., 556 Stanton, F. N., 191 n., 444,447 n.
Ruxh, Benjamin, 185 secreto, burocrático, 347 Smith, Kate, 118-20 Star, S. A., 230 n.
Russcll, Bertrand, 482 n. secuencias de papeles, 195 n., 38 '5 Smith, M. B., 230 n. Stark, J., 531 n., 547 n.
Russcll, E. S., 57 n. secularización: 570; proceso de, 208 Smith, Marian W., 385 n. Starkenburg, Heinz, 466 n.
({lIst, B., 533 n., 547 n. secunda rio, grupo, 319 social: cambio, 50, 90-1, 132, 468-9; Steffens, Lincoln, 85, 86 n., 210 n.
HV<lII,B. F., 404 n. seguridad en Ia estructura de Ia buro- círculo, 479; cohesi6n, 106-7, 117; di- Stern, Eric, 308
cracia, 203 ferenciaci6n, 132; equilibrio, 134; ho- Stern, C., 498 n.
~,:I("rificio:250; en relación a Ia privaci6n Seignior, 602 n. meostasis, 134; percepción, 351; yo, Stern, W., 167 n., 206 n.
relativa, 232-3 Selvin, H. C., 135 n. 220 Stevenson, Robert Louis, 229, 505
S:l<"lIgcr,Cerhart, 178 n. Selznick, Philip, 74 n., 134 socíalizacíón, 160-1, 166-7 Stevin, 612
s:lgraclo, 208-10, 539, 552 Semler, 581 socializaci6n anticipaclora: 268-74, 293, Stewart, Donald D., 13 5
SI. Pierre, Sefior de, '597 serendipidad (o 8erendipity): 22, 105, 296, 308, 384-6; en el contexto de Ia Stewart, Frank, 388 n., 389 n., 414 n.
S:lit, K M., 83 113 S8.; en Ia investigaci6n social, 113 movilidad social, 296; en el proceso Stimson, D., 574, 577 n., 578 n., 602 n.
S:dk, 314 n. y siguientes, 234 n., 246 n. de refrenar, 272-4 Stogdill, R. M., 311
S:lIIl11cl,H., 355 n. Shaen, J., 604 n. sociología deI conocimiento: bases cultu- Stone, Robert C., 135 n.
S:1I1Agustín, 569 Shakespeare, 496 n. rales de Ia, 458-9; concxiones entre co- Stonequist, E. v., 269 n.
s.mciones, 202 Shapiro, M. M., 367 nocimiento y socicdacl cn Ia, 493 S8.; Stopnicka Rosenthal, C., 188 n.
S:IIH]hurg, C., 356, 357 n., 366 n. Shaw, C. R., 186 contexto social de Ia, 4558S.; produc- Stouffer, S. A., 112 n., 123 11., 228,
S:IIH]OW,Alexander, 482 n. Sheffield, F. D., 444 n. ciones mentales analizadas en, 459; 230 n., 249,254,257 n., 332 n., 367 n.,
S:lll<krson, R., 593 Sherif, Carolyn W., 292 n., 386 n. teoremas en, 489 88.; Y ocupaciones, 405 n.
S:llllayana, 321 n. Sherif, Muzafer, 116, 117 n., 258,280-1, 49388. Straus, M. S., 404 n.
s.uitificación, proeeso de, 208 292 n., 302 n., 338 n., 386 n. sociometría, 328 Strodtbeck, F. L., 376 n.
S:ll'ir, Fdward, 141 n., 211 n. Sherrington, C. S., 57 n. Sócrates, 47 Stryk, S., 580
S:I!lolI, Ceorge, 550 n. Sherwood, Robert E., 84 n., 357 Soddy, F., 537 n. subcultura, 149 n.
S:lvill', JI., 601 n. Shibutani, Tarnotsu, 285 n., 286 n. solidaridad social (véase cohesi6n social), subgrupo, 132, 199, 290, 319
S;I\'I(" I., 355 n. Shils, Edward, 77, 92, 171 n., 350-1, 35, 126, 208 Suchman, E. A., 230 n.
SC:lrhrollgh, 574-5 414n., 418n., 487n., 493n., 495n Sombart, 598, 600 Suefio Norteamericano, EI, 145
Sdl:lchter, 324 n. Shipton, C. K., 578 n. Somers, Robert, 31211. suerte, 157-8
SI"J.:II\Ck,R. L., 377 n. Shyrock, R. H., 484 n., 548 n. Sonnichsen, 566 n. sugestión COIl traria, 359
(, oS tNDICE ANAUTICO INDlCE ANAL1TICO rd'i

suicicla, profecia, 137-8, 421 n. ejerce presión eu Ia, Il3 88.; función 1\\'("('(1, :->2 voluntarias, orgalli/.:JcJ(IlIn, l'I,Ii
xuicidio, índices de, 106-8 de Ia investigacíón empírica en Ia, 13- {}('xkiill, I. \1111,5711. Walker, Ronald 1':., lI)!) 11
Sullivan, H. S., 103, 159 n. 15, 95, 109, 121, 388; funciones de U lIg('Il'I, 1-:" )7 11. Walpole, H., 113 lI.
Sully, 603 Ia, 106 S8.; generalizaciones empíricas : cultural, .f(),1, "P8, 497; de
IIl1ific:JcJ('1I1 Waller, R., 604 n.
sumisión, 189, 192 en Ia, 10 5-6; historia, 14-5; interme- orf;allisllI()Shiológicos, 36-7; social, 35- WalIer, WilIard, 34n., !S()I!., 2J~II.
Suumer, W. C., 72, 209 n., 211 n., 280, dias, 19, 329-30; interpretaciones P08t :;7, + 56 Wallerstein, [ames S.. 15411.
299-301,419, 537, 543 n. [actum, 10388., 109; orientaciones so- univcrsalismo, eu Ia cicncia, 544 S8. Wallis, O., 566, 574
xupcr-conformidad, 189 ciológicas generales, 97 88.; papel de urbunización, i 30-1 Waples, Douglas, 104 n., 509 n.
xupcrestructura ideológica, 465 Ia investigación empírica, 230, 234-5, Vre, 480 n. Ward, 151, 574
<upcrvivencia social, 41 242 n., 253-4; relaciones con Ia meto- utopia, 499 Warner, Robert A., 15511., 158 n.
Sussmann, L. A., 355 n., 356 n., 357 dología y Ia técnica, 9688., 182-3 Warner, W. L., 67n., 15511., 195n.,
Suthcrland, Edwin H., 33 n., 100-1, 153, Terencio, 213 validez: criterios de, 498-9; garantias es- 212n., 325n., 417n.
208 Terrien, F. W., 317 n. tructurales de Ia, 502-3 Warnotte, Daniel, 204
Swammerdam, 571 n. Thackeray, W. M., 346, 347 n. valores: 141, 497; antagônicos, 151-2; Washington, C., 424
Swanson, C. E., 286 n. Theodorson, Ceorge A., 318 n. asirnilación de, 262-3; de grupos, 290, Wasserman, 545
Swctt, Orison Marden, 177 Thiessen, 533 298, 336-7; de Ia c1ase negociante, Weber, Alfred, 217 n., 468, 493, 565
Swing, 408 Thomas, Dorothy, 467 n. 146-7; diferenciados de Ia anemia, \Veber, Herrnann, 572
Syclenham, 574 Thomas, D. S., 404 197-8; proceso cn Ia asimilación de, ,Weber, Max, 22,30,53-4,175,183,202,
Thomas, W. 1., 72, 77-8, 93,104,109 n., 281-2; socialcs, 22, 133-4, 298, 330-1 204 n., 206 n., 209 n., 212, 223 n.,
Iabú sobre Ia exogamia, 69 126,408,419-20,422, 537 Vandcrbilt, Cornelius, 176 309n., 372n., 383, 393n., 417n.,
'I'agiuri, R., 351 n. Thomasius, Ch., 579 Vare, 82 442, 460 n., 467 n., 477, 487, 498 n.,
'I'alland, C. A., 340 n. Thomson, 608 Varga, 227 n. 500, 501, 529-30, 534 n., 560, 570 n.,
'I'andy, Jeannette, 153 n. Thoreau, 359 variables intcrrccurreutcs: 102, 10611.; 571 n., 579, 582 n., 585, 588, 592
T;lrde, C., 123 n. Thorner, Isidor, 67 n., 73 n., 590 indicadores de, 124-6; e interpretativas, Weingarten, Kenneth, 312 n.
Tartaglia, 334 n., 611 n. Thrasher, F. M., 186 109 Weise, Ch., 579
'J':IWIlCV,143 n. Vavilov, 227 n. Weismann, 546 n.
Thurnwald, 31n.
'I'cc, Nechama, 312 n. Vcb1cn, '1'., 68, 73, 79-80, 107 n., 151, \Veiss, Paul, 104 n.
Thurstone, 444, 505
tIcllico, cl ingeniero como, 558 88. 2()i-~, 2fl7, 481, 526, 542, 560 Weltan8chauungen, 468, 496
Tillich, P., 498 n.
récnico social, naturaleza no política deI, Timasheff, N. S., l4 n. Vcnu, [ohu, 137 Wells, F. L., 44, 45 n., 15911., 161 n.,
217 S8. vcrucidad de las obscrvaciones, 444-6, 196 n.
Timeniev, A. 1., 467 n
tema del êxito en Ia cultura norteame- ·fQ wertbeziehung, 479 n., 48711., 500-1
Tirnms, Noel, 195 n.
ricana, 174 vcrdad: clascs de, 473; socialmente con- Wesley, 587
tipos de grupos a los que se pertenece, dicionada, ·fQ-8 West, P. S., 168 n., 180 n., 251 n.,
cusión, 144 n.
310
í

!t'orcma de Thomas, 419 88., 537 Vell il.uu, ~7(l 264 n., 300 11., 313 n.
Toby, Jackson, 312 n. 332 n. vicio, ('01110lIegocio, 88-90 \Vest, Rebeca, 124, 196
Il"oría de Ia conducta dei grupo de reíc-
Tocqueville, 47, 434, 543 Vicrkaudt, i(l711., 487 n. Whatmough, [oshua, 102 n.
rcncia: 136-7, 251-2, 384 S8.; contex-
Toennies, 311 n., 392 n., 393 n. Villallova, A., 571 Wheeler, 599
tos de grupos, 253-5; discontinuidades,
To1man, 102, 206 n. Viucr, [ucob, 4611. Whewell, 606-7
2798S.; en Ia psicología social, 284;
indicador de Ias características sociales Tolles, 586 "virtuosos" burocráticos, 192 \Vhiston, \V., 603 n.
('11la, 262; orientación a otros grupos, Totten, Bleecker, 169 Vislicr, 591 Whitehead, Alfred North, 13, 15, 17,
2~fl-9; privación relativa, 236, 239-41; Y Toynbee, 484 visihilidud: 321 8S.; de Ias normas y el 57 n., 107 n., l44 n., 454, 501, 527,
b sociologia funcional, 230, 284 trobriandeses, 70, 118, 427 dt'St'lIlpl'Í11I de papeles, 34288., 348, 572
il"orí:1 sociológica: c1asificación de C011- Troe1tsch, 470, 477, 487, 582 n. 351; de h opinión pública, 35488.; ele Whorf, B. L., 101, 102 n.
('('ptos cn Ia, 12388.; codifieación de Trotsky, 295 n., 364 las 1I()III1;1S y valores dcl grupo, 337 8S., Whyte, W., 70 n., 87 n., 154 n., 199 n.,
1:1,22-6, 110; eoherencia interna, 108; Truman, 357 n. 351; ohst:'lclllos para Ia, 348-9; resis- 348
('0111 parada COI1 otras ciencias, 95-6; Tumin, M. M., 347 n. tcnci.: a lu, 343-6; tipos de persona Wiese, Leopold von, 208 n., 301, 393 n.
('OIH'CV!OS en, 9988.; consolidación de Turrier, F. J., 490 lid:ld p:lra mantcner Ia, 349-51 Wilensky, Harold L., 135 n.
1:1.16,282·3,329-30; dea1cance inter- Turner, R. H., 185 n., 197 n., 286-7, V1ack, A., 601 Wilkins, John, 566-7, 569, 571, 574,
IIwdio, 283; desarrollo de Ia, 13-5, 22, 293 n., 330-1 vocabul.rrios dei .málisis funcional, 29 576, 594, 611-2
')~. 1OC), 117, 121, 388; el dato que Turpin, D., 364 Voltnirc, ·f95 11. Wilks, S. S., 279 n., 286

f
?'r
'."
()'/lI íNDICE ANALíTICO 3
\\d~,()II, I':. B., 57 n. Worms, R., 58 n.
\\'IIS()II, Logan, 213 n., 320 n., 481, Wren, 574, 597-8, 602-3, 607, 610-2
ç <;() n. Wright, F. L., 57 n.
Wright, H. F., 386 íNDICE GENERAL
"IISOII, Woodrow, 82, 221, 373 n.
\\'111,'\', B., 588 Wright, O. W., 577 n.
\\diJ:IIIIS, Robin M., 197 n., 230 n., Wundt, 206 Prefacio a la edicíón revisada 9
~JO 11. \Vyallt, R., 355 n. Expresiones de gratitud 11
\Vdli:IIIISOII, J., 602 n. Wyle, Clement J., 154 n. 13
Introducción y."
\\ dlsliil ler, 431 Wyllie, lrvin G., 174-5, 176 n., 177 n., 14
Unificación de Ia teoria y Ias investigaciones
\\'dhlghhv, Francis, 566-7, 594, 609 178
\\' i 11Ih mp, J., 578, 609 Historia y sistemática de Ia teoria, 14; Teorías de alcance inter-
\VIII h, louis, 108n., 481, 493n. Yellin, S., 179 n. medio, 15; La orientación teórica, 20; Codificación de Ia teoría
W i,\"~(,lIssoziologie ivéase sociología del Yinger, J. Milton, 54 n., 320 n. sociol6gica, 22 'f.
«onocimiento-) yo social, 220
Young, Donald, 53-5, 155 n., 423
\Villllcr, TI. L., 184 n., 188 n., 306n., Parte I
.;()C) 11.
Young, R. F., 576 n. 578 n .
\V 011, J., 581 n. TEORÍA SOCIOLÓGICA
Zawadski, B., 197 n.
\VoIH, Kurt H., 291 n., 321 n., 465 n. Zetterberg, Hans L., 20 n., 369 n.
Wolpcrt, J. F., 340 n. I. Funciones manifiestas y latentes 29
Ziegler, T., 578 n., 581 n.
WCIO<l, Margaret M., 191 Hacia Ia codificación del análisis funcional eu, sociología 29
Zimmerman, C. C., 105 n., 392 n., 393 n, ~
\V'JI)dgcr, J. H., 57 n. Los vocabularios deI análisis funcional 29
Znaniecki, F., 33, 72, 77-8, 96 n., 98,
\\'()odward, H., 576 104, 109 n., 126, 213 n., 215 n., 301, Una sola palabra, conceptos diferentes, 30; Un solo concepto, pala-
\Volldward, J. L., 229 n., 357 n. 470 n., 471, 479, 480 n., 481, 48211.
bras diferentes, 33
\\'()()d\\'orth, R. S., 206 n. Zorbaugh, H. \V., 163 n.
Postulados que prevalecen en el análisis funcional 35
Postulado de Ia unidad funcional de Ia sociedad, 35; Postulado del
funcionalismo universal, 40; Postulado de Ia indispensabilidad, 42

EI análisis funcional como ideología 46


El análisis funcional como conservador, 46; El análisis como radi-
cal, 48; Orientaciones ideológicas del materialismo dialéctico, 49;
Orientaciones ideológicas comparadas del análisis funcional, 49; La
ideologia y el análisis funcional de Ia religión, 52

La lógica deI procedimiento 56


Predominio de Ia orientación funcional, 56

Un paradigma de análisis funcional en sociología 60


.I, Las cosas a Ias que se atribuyen funciones, 60; 2. Conccptos de
disposiciones subjetivas (motivos, propósitos}, 60; 3. Conceptos
de consecuencias objetivas (funciones, disfunciones}, 61; 4. Con-
r-eptos de 13 unidad servida por Ia funci6n, 61; 5. Conceptos de exi-
gcucins funcionales (necesidades, requisitos previos), 62; 6. Con-
ccptos dl' los mecanismos mediante 10s cuales se realizan Ias fun-
ciones, (J2; 7, Conceptos de alternativas funcionales (equivalentes
o sustituh« Iuuciouules }, 62; 8;· Conceptos de contexto estructural
(o CO('l'{'ic,1I
l'~.t 1I lei mal), 63; 9. Conceptos de dinámicay de carn-
641
lNDICJ<: GENERAL 64l
159
!NDICE GENERAL llI. Ritualismo
11\2 162
IV. Retraimiento.
bio, 63; 10. problemas de validación del análisis funcional, 64; 164
V. Rebelión .
11. problemas de Ias implicaciones ideológicas dcl análisis funcio- 166
La tendencia a Ia anouuu
nal, 64; Finalidades del paradigma, 65 166
EI papel de Ia família
65 <t- 16H
Observaciones finalcs
Conceptos
Funciones
sometidos
manifiestas
a análisis
y latentes
funcional 71 . f-V. Continuidades en Ia teoria de Ia l'slniCtma social y Ia anomia.
16<) 'J..
Finalidad heuristica de Ia distinción, 74 El concepto ampliado ele lI\101lli;1 169
172
91 Indicadores de anemia .
Observaciones finales E1 tema del êxito en Ia cultura llorlealllericana 174
92 178 .~
Post scriptum bibliográfico Diferenciales en Ia asimilación de Vil [ores dei êxito
Anomia y formas de conducta divcrgc\llc 184
95
1[. Influjo de Ia teoria sociológica sobre Ia ínvestigación empírica.
96 Innovación, 184; Nuevos supuestos de Ia temia, 11'18; Ritualismo,
Metodología . . 97 191; Retraimiento, 195; Rebelión, 197
Orientaciones sociológicas generalcs . 99
Análisis de conceptos sociológicos 103 199
. Modificación de Ia estructura social y conductu divergente

1
Interpretaciones sociológicas post factum 105
Gcneralizaciones empíricas en sociología 106 202 -+
V l. Fstructura burocrática y personalidad
'[ 'coria sociológica 109 Estructura de Ia burocracia
202
I )crivaciones y codificación forrnales 204
Disíuucioncs de Ia burocracia
112 Fucntes cstructurales de superconforrríidad 207
111. lnflujo de Ia investigación empírica sobre Ia teoria sociológica. 209
112 Relaciones primarias contra relaciones secundarias
I,as funciones teóricas de Ia investigación 212
1. El tipo serendiPity (el dato imprevisto, anómalo y estra- Problemas por investigar
113
tégico ejerce presión para iniciar Ia teoria) 213
2. Refnndición de Ia teoria (los datos nuevos ejercen presión v l l. Papel dcl intelectual en Ia burocracia pública
ll7 El intelectual como tipo proíesional . 213
para la elaboración de un sistema conceptual)
1,;\ situación de los intelectuales y Ia política social 215
3. Recnfoqne de1 interés teórico. (Nuevos métodos de inves-
Intc1cctua1es burócratas e independientes 217
tigación empírica ejercen presión a favor de nuevos focos
121 Reclutainiento de intelectuales por Ia burocracia pública 217
ele interés teórico) 220
4. C]arificación de conceptos. (La ínvestigación empírica ejerce Posición y perspectivas burocráticas
123 Políticos e intelectuales. 224
presión para tener conceptos más claros) .
" \ Frustraciol1es del intelectual en Ia burocracia 227
l. Conflictos de valores entre el intelectual y 10s políticos, 228;
Parte II 2. Frustraciones debidas a Ia organización burocrática, 228

ESTUDlOS SOBRE ~:STRUCTURA SOCIAL Y CULTURAL \ VII I. Aportaciones a Ia teoría de Ia conducta del grupo de refereneia. 230
"
El eoneepto de privación relativa . 232
131 239
1111 !()(lll{'('ión Privación relativa o jJrivación relativa
El grupo a que se pertenece como grupo de referencia 241
140 I...
" IV. Estrnctnra social y anomia 141
Tipos de metas culturales y de normas institllcionales . Grupos múltíples de referencia, 245
-Los documentos, 146; Sl1S implicaciones sociológicas, 146 . Uniformidades de conducta derivadas de la teoria del grupo
148 de referencia . 254
-Tipos de adaptaci6n individual 150
I. Conformidad. 150
11. J Il1lovBqi6n
..............-
IN nlc :,,. CI".Nlmi\1. M'
1
(,44 íNDICE GENERAL ~, Tipos dt' illlhll'lIll:1 1,,1111\1'1111", \1I(a\t .. , (' i,dhwI'IIII", (11'01111

pll\itil~ \H'J
Indicadores estadísticos de estructura social 264
Cllllvnsiilll de 1\1Ia invcsl i~a('i{1I1 apll('ada eu uua i\l\'('sll~:1
Teoría del grupo de referencia y movilidad social 266
cióu teórica 1KK
Funciones psicológicas y sociales . 275
Conceptos relacionados con Ia teoría del grupo de referencia. 279 Dos etapas del a\l~lisis cu.rlitut ivo de illflllyenll's, 31N
392
IX. Continuidades en Ia teoría de los grupos de referencia
estructura social .
y Ia
284
\ Tipos de influycntcs: E1 local y c1 cosmopolita
Estructuras de relaciones sociales '
394

La problemática de Ia teoría deI grupo de referencia 284 Raíces en Ia comunidad, 394; Sociabilidad: Redes de relaciones
personales, 396; Participación en organizaciones voluntarias, 398
Conceptos básicos, 284; Problema I, Aclaración del concepto de I
gn:;po de referencia, 285; Problema 1.1. Tipos funcionales de gru- ~
Caminos hacia Ia influencia interpersonal 399
pos de referencia, 286; Problema 1.2. Concepto de grupo y perte-
Situación social en acción: Influencia interpersona1 401
nencía a un grupo, 287; Problema 1.3. Concepto de no pertenencia
a un grupo, 290; Problema 1.4. Los conceptos de intra-grupo y .. •.. La conducta de 10s influyentes con Ias comunicaciones 405
extra-grupo, 299; Problema 1.5, Conceptos de grupos, colectivida- Tipos y funciones de Ia lectura de revistas, 406; Tipos y funciones
des y categorías sociales, 301; Problema 1.6. Grupos de referencia de Ia lectura de periódicos, 407; Tipos y funciones de Ia audi-
positiva y negativa, 302; Selección de grupos de referencia: Determi- ci6n de comentarios de noticias por radio, 408
nantes, 304; Problema 2. Selección de grupos de referencia y de
individuos de refercncia, 304; Problema 3. Selecci6n entre grupos Tipos de valoraciones recíprocas . . 409
de referencia potencia1es: Grupos a los que se pertenece contra gru- El ínfluyente Y el influido 409
pos a Ias que no se pertenece, 306; Problema 4, Selecci6n de grupos Esferas de influencia: Monom6rfico Y polim6rficos 413
de referencia entre grupos a los que se pertenece, 309; Proble- Adendum: El concepto provisional de influencia interpersonal. 414
ma 4.1. Clasificación de los tipos de grupos a que se pertenece. 310;
Problema 4.2. Lista provisional de propiedades de grupo, 312; Pro-
blema 4.3. Variaciones en Ias grupos de referencia para diferentes XI. La profecia que se cumple a sí misma .. 419
valores y normas, 328; Problema 4.4. Selección de grupos de refe- E1 teorema de Thomas . . 419
rencia entre categorías de situación o subgrupos que implican una Una parábola sociológica ' . 420
interacci6n prolongada, 333; Conducta relativa a grupos de refe- Crecncias sociales y realidad social. 421
rencia: Elementos estructurales, 337; Problema 5. Observabilidad o Virtudes del intra-grupo y vicios del extra-grupo 424
visibilidad: Vías normadas de información de normas, valores y des- Funciones y disfunciones socia1es . . 428
empeno de papeles, 337; Problema 5.1. Mecanismos de Ia observa- 1':1 cambio insbtucional por decreto 432
bilidad de Ias normas y del desempeno de los papeles, 342; Proble-
ma 5.2. Observabilidad de Ia opinión pública por quienes toman
decisiones, 354; Problema 6, La inconformidad como tipo de con-
ur

1
ducta relativa a grupo de referencia, 358; Problema 7. Contexto Parte
estructura1 de Ia conducta relativa a grupo de referencia: Grupos de
LA SOCIOLOGÍA DF.L CONOCIMIENTO Y I,AS COMUNICACIONES PARA LAS MASAS
papeles, grupos de situaciones y secuencias de situaciones, 368;
Problema 7,1. Fuentes estructurales de inestabilidad en 10s conjun-
tos de papeles, 370; ProbIgma 7.2. Mecanismos sociales para Ia
articu1aci6n de papeles en el conjunto de éstos, 371; problema 73.
Conflicto residual en los conjuntos de papeles, 379; Problema ~ Comparación de Ia Wissenssoziologie Y de Ias investigaciones
7.4. Dinâmica social de Ia adaptación en 10s conjuntos de situa- sobre comunicaciones de masas 438
ciones y en Ias secuencias de situaciones, 380
Materia y definición de problemas, 438; Perspectivas sobre datos
384 y hechos, 440; Técnicas y procedimientos de investigaci6n, 444;
Consecuencias de Ia conducta relativa a grupo de referencia Organización social de Ia investigación, 450; Nuevas interrogantes y
Problema 8. Funciones y disfll!1ciones de Ia conducta relativa a problemas, 452
grupo de referencia, 384
(,1(, íNDICE GENERAL
INDICE GENERAL 647
454
X 1L La sociología del conocimiento
454 Anatomia social de Ia tarea, 554; Efectos institucíonales y estruc-
EI medio social . 458 turalcs, 555
Paradigma para Ia sociología del conocimiento
La base existencial . 459
464 / \
i Implicacioncs para cl ingeniero 558
Tipos del conocimiento 473 .
Relaciones del conocimiento con Ia base existencial Espccialización, 559; Ética profesional, 559; Situación burocrática,
Funciones del conocimiento existencialmente condicionado 480 560
Nuevos problemas y estudios recientes
481
Las necesidades de Ia investigaeión social 560

X 1I I. Karl Mannheim y Ia sociología del conocimiento 485 Organización del equipo investigador, 561; Patrocinio de Ia inves-
486 tigación, 561; Dírecciones de Ia investigación, 563
Antecedentes teóricos.
488
Teoría de Ia ideologia .
489 XVIII. Puritanismo, pietismo y ciencia 565
Teoremas esenciaIes .
492; El etlws puritano 565
Tipos de conocimiento.
Conexiones entre conocimiento y sociedad
493,
EI impulso puritano a Ia ciencia, 573; La influencia puritana sobre
Ia cducación científica, 575; Unificación de valores deI puritanismo
ReIativismo, 497 y Ia cicncia, 577; U nificación de valores deI pietismo y Ia conciencia,
504 578; Afiliación religiosa de Ias rcclutas de Ia ciencia, 580; Post
XIV. Estudios sobre Ia propaganda por radio y cinemat6grafo scriptuin bibliogrúfico, 585
Modos de analizar Ia propaganda, 505; Análisis del contenido, 507;
Análisis de Ias reacciones, 511; El efecto de bumerang, 512; Pro- XIX. Cicncia y economia en la Inglaterra del siglo XVII 596
paganda tecnológica o propaganda por los hechos, 519
Plantearniento del problema, 596; Transportes y ciencia, 599; Un
caso: EI problema de Ia longitud geográfica, 603

Parte IV Navegación y ciencia 608


ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA Medida de Ia influencia econômica 613

525 NOTA IlIBLIOGRAFICA 617


IlItroducción.
fNDICE ANALÍTICO . 619
530
XV. La ciencia y el orden social
Fuentes de hosti1idad hacia Ia eiencia
530
Prcsiones sociales sobre Ia autonomía de Ia ciencia
533
Funciones de Ias normas de Ia ciencia pura
535
La ciencia esotérica como misticismo popular, 538; Hostilidad pú-
blica hacia el escepticismo organizado, 539; Conclusiones, 541

X V I. La ciencia y Ia estructura social democrática


542
Ciencia y sociedad, 542; El ethos de Ia ciencia, 544; Universalis-
mo, 54'1-; "Comunismo", 547; Desinterés, 550

Escepticismo organizado . 551

XVI1. La máquina, el trabajador y el ingeniero. 553


Consecucneias sociales de los cambios en Ia teenología. 554

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