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Imperio bizantino

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Βασιλεία Ῥωμαίων
Basileía Rhōmaíōn
Imperium Rōmānum
Imperio romano de Oriente

Provincias del Imperio romano


administradas por el emperador de Oriente

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395-1453
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Bandera Escudo
1
Lema nacional: Βασιλεὺς Βασιλέων Βασιλεύων Βασιλευόντων
Basileus Basileon, Basileuon Basileuonton
(«Rey de Reyes, Gobernando sobre Gobernantes»)

Desarrollo territorial del Imperio

Capital Constantinopla
41°0′N 29°0′E

Idioma principal Latín¹ (395-620)


Griego² (620-1453)

Religión Cristianismo (395-1054)
Cristianismo ortodoxo (1054-1453)

Gobierno Autocracia

Emperador
 • 395-408 Arcadio
 • 1449-1453 Constantino XI
Historia
 • Constantino I declara Constantinopla como nueva
11 de mayo de 330
capital del Imperio romano
 • División definitiva del Imperio romano en Oriente 17 de enero de 395
y Occidente
 • Gran Cisma entre Oriente y Occidente 24 de julio de 1054
 • Caída de Constantinopla en la Cuarta Cruzada 12 de abril de 1204
 • Reconquista de Constantinopla 25 de julio de 1261
 • Caída definitiva de Constantinopla 29 de mayo de 1453
Superficie
 • Siglo IV 2 500 000 km²
Población
 • Siglo IV est. 34 000 000 
     Densidad 13,6 hab./km²
 • Siglo XI est. 18 000 000 
 • Siglo XIII est. 3 000 000 
Moneda Nummus (s. III al VII)
Sólido bizantino (s. IV al XI)
Hyperpyron (s. XI-1453)

Notas[mostrar]

Se denomina como Imperio bizantino (o Bizancio), según los bizantinistas, a


la parte oriental del Imperio romano que pervivió durante toda la Edad Media y
el comienzo del Renacimiento. Este imperio se ubicaba en el Mediterráneo
oriental. Su capital se encontraba en Constantinopla (en griego:
Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), cuyo nombre más antiguo era Bizancio,
importante ciudad colonial de la Tracia griega fundada en el 650 a. C. También
se conoce al Imperio bizantino como Imperio romano de Oriente,
especialmente para hacer referencia a sus primeros siglos de existencia,
durante la Antigüedad tardía, época en que el Imperio romano de
Occidente todavía existía. Dado que el Imperio romano había establecido que
la lengua en todo el territorio debía ser el griego, los historiadores en general
coinciden en señalar que el Imperio bizantino fue un imperio griego en alianza
política con Roma.23
A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino sufrió numerosos reveses
y pérdidas de territorio, especialmente durante las guerras romano-
sasánidas, guerras bizantino-normandas, Guerras búlgaro-bizantinas y
las guerras árabo-bizantinas. Aunque su influencia en África del Norte y Oriente
Próximo había entrado en declive como resultado de estos conflictos, continuó
siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente
Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media.
Tras una última recuperación de su pasado poder durante la época de
la dinastía Comneno, en el siglo XII, el Imperio comenzó una prolongada
decadencia durante las guerras otomano-bizantinas que culminó con la toma
de Constantinopla y la conquista del resto de los territorios bajo dominio
bizantino por los turcos, en el siglo XV.
Durante su milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo, e
impidió el avance del islam hacia Europa Occidental. Fue uno de los principales
centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que
circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las
leyes, los sistemas políticos y las costumbres de gran parte de Europa y de
Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las
obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.
En tanto que es la continuación de la parte oriental del Imperio romano, su
transformación en una entidad cultural diferente de Occidente puede verse
como un proceso que se inició cuando el emperador Constantino I el
Grande trasladó la capital a la antigua Bizancio (que entonces rebautizó
como Nueva Roma, y más tarde se denominaría Constantinopla); continuó con
la escisión definitiva del Imperio romano en dos partes tras la muerte
de Teodosio I, en 395, y la posterior caída en 476 del Imperio romano de
Occidente; y alcanzó su culminación durante el siglo VII, bajo el
emperador Heraclio I, con cuyas reformas (sobre todo, la reorganización del
ejército y la adopción del griego como lengua oficial), el Imperio adquirió un
carácter marcadamente diferente al del viejo Imperio romano. Algunos
académicos, como Theodor Mommsen, han afirmado que hasta Heraclio puede
hablarse con propiedad del Imperio romano de Oriente y más adelante de
Imperio bizantino, que duró hasta 1453, ya que Heraclio sustituyó el antiguo
título imperial de «augusto» por el de basileus (palabra griega que significa 'rey'
o 'emperador') y reemplazó el latín por el griego como lengua administrativa en
el 620, después de lo cual el Imperio tuvo un marcado carácter helénico.
En todo caso, el término Imperio bizantino fue creado por la erudición ilustrada
de los siglos XVII y XVIII y nunca fue utilizado por los habitantes de este
imperio, que prefirieron denominarlo siempre Imperio romano
(en griego: Βασιλεία Ῥωμαίων, Basileia Rhōmaiōn; en latín: Imperium
Romanum) o Romania (Ῥωμανία) durante toda su existencia.

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