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Resumen:
Las crecientes desigualdades de ingresos y conocimientos han generado expectativas
cada vez mayores de que las universidades integren la innovación social en sus
misiones principales como respuesta a los problemas sociales. Esta revisión sistemática
de la literatura ofrece una visión general del estado del conocimiento sobre el papel de
la universidad para posibilitar la innovación social a través de sus misiones de
docencia, investigación y tercera misión. También identifica las lagunas de
conocimiento en el campo. Se utilizó un enfoque bibliométrico para identificar y
analizar libros, artículos de revistas e informes que examinan los factores que impulsan
las actividades de innovación social en las universidades, el cambio organizacional e
institucional para acomodar tales actividades y su impacto. La revisión revela que la
literatura sobre la participación de la universidad en actividades de orientación social
como parte de la tercera misión de la universidad está conceptualmente bien
desarrollada y es un campo de investigación en crecimiento. También apunta a lagunas
en la base de conocimientos; relativamente pocos estudios abordan cuestiones
relacionadas con el cambio institucional y las estructuras de incentivos que influyen en
la capacidad de las universidades para participar en la innovación social. Asimismo, los
estudios de impacto sobre las actividades de innovación social en las universidades son
escasos. La investigación adicional que construya un marco de medición de impacto
respaldaría el proceso de integración de las actividades de innovación social en las tres
misiones de la universidad.
Introducción
Existe un consenso general de que los grandes desafíos sociales actuales requieren
soluciones innovadoras que vayan más allá de las innovaciones tecnológicas. Por
ejemplo, en la actual crisis de refugiados en Europa, solo en 2015, 162.877 personas
solicitaron asilo en Suecia. Integrarlos en una sociedad de 10 millones de personas no
se puede abordar con meras soluciones tecnológicas. De manera similar, los efectos
adversos de las crisis financieras mundiales de 2008 que resultaron en la pérdida de
puestos de trabajo, afectando así los medios de vida, crearon desafíos sociales que
difícilmente pueden abordarse solo con la tecnología. La guía de la Comisión Europea
para la innovación social aboga por promover una plataforma europea contra la
pobreza y la exclusión social a través de la innovación social (Comisión Europea, 2013).
Los desafíos mencionados anteriormente, junto con una creciente desigualdad, han
reavivado el interés de la academia y los responsables de la formulación de políticas en
cómo se puede desarrollar el concepto de innovación social para extender sus
beneficios a la sociedad en general.
En términos generales, las innovaciones sociales son innovaciones que son sociales
tanto en sus fines como en sus medios (Mulgan, 2012). Las innovaciones sociales
abarcan nuevos productos, servicios y modelos que simultáneamente satisfacen las
necesidades sociales y promueven la creación de nuevas relaciones o colaboraciones
sociales que son buenas para la sociedad y mejoran la capacidad de la sociedad para
actuar (Mulgan, 2012).
Es fácil ver el atractivo del concepto de innovación social para los responsables
políticos. Al centrarse en las soluciones a los problemas sociales, la innovación social
tiende a aliviar las desigualdades económicas y sociales. En el actual retiro general del
estado de bienestar integral en las sociedades occidentales, tiene sentido desde una
perspectiva política promover y alentar la innovación social como un medio para
abordar los males sociales. El interés de los responsables políticos en la innovación
social es visible tanto en el ámbito de las directrices específicas como en el apoyo
financiero a la innovación social. Por ejemplo, a nivel de la UE, la Comisión Europea ha
sido un actor importante en el apoyo a grandes proyectos de investigación sobre
innovación social. Moulaert y col. (2017) informaron de 30 proyectos a gran escala
financiados por la Comisión Europea entre 2008 y 2016 que tratan directa o
indirectamente del papel de la innovación social en proyectos de investigación y
desarrollo. Por el contrario, los enfoques de abajo hacia arriba para la innovación social
con la participación activa de la población objetivo en el proceso de innovación
también están ganando importancia (Nicholls et al., 2015). A menudo, estos procesos
de innovación están desconectados del sistema de innovación comercial y requieren la
colaboración activa de un conjunto más variado de actores. Estos procesos de abajo
hacia arriba pueden verse como respuestas de base a situaciones urgentes de
problemas sociales.
Por el contrario, las “universidades del desarrollo” (Arocena et al., 2015, 2018) y los
laboratorios y talleres de ciencia (Evans et al., 2015; Fischer et al., 2004; Leydesdorff y
Ward, 2005; Mulder y Caspar, 2006) buscan ampliar el alcance del compromiso
universitario en la innovación y la inclusión social. Estos conceptos se enfocan en
democratizar el conocimiento a través de la enseñanza y la investigación, reduciendo
así la brecha de conocimiento (Jongbloed et al., 2008; Sutz, 2017). La discusión sobre el
compromiso universitario en la innovación social está, por lo tanto, desplazándose
hasta el punto en que las universidades deben inculcar la innovación social en la
misión docente e investigadora. También necesitan llevar a cabo las transformaciones
organizativas necesarias para invertir en innovaciones sociales no comerciales que
beneficiarán a las comunidades locales.
Este artículo hace un balance de estos dos cuerpos de literatura para proporcionar una
visión general sistemática de “lo que sabemos” sobre el papel de las universidades en
la innovación social (Drucker, 1957, p. 32). El objetivo final es doble: 1) identificar
brechas de conocimiento en el análisis del papel de las universidades en la innovación
social a través de la docencia, la investigación y la tercera misión y 2) proponer una
agenda de investigación que incorpore explícitamente el papel de las universidades en
la agencia, la evolución y capacidad transformadora de las innovaciones sociales.
Este artículo, con un enfoque bibliométrico, busca proporcionar una visión general del
conocimiento más actual sobre el papel de la universidad en la habilitación de la
innovación social a través de sus tres misiones principales: docencia, investigación y la
tercera misión. Hay tres secciones en esta revisión. Primero, describimos la
metodología adoptada en la revisión de la literatura. En la siguiente sección se
analizarán las tendencias actuales sobre cómo se ha discutido en la literatura el papel
de las universidades en la innovación social. Concluimos presentando tendencias
emergentes, brechas y un marco de innovación social para las universidades.
Metodología
Con base en los títulos y resúmenes, seleccionamos 68 documentos para revisión (61
revistas revisadas por pares y siete libros seleccionados). Las 61 revistas revisadas por
pares junto con los siete libros y documentos de políticas seleccionados formaron las
bases para el análisis final. Para obtener detalles de todas las estadísticas resumidas
obtenidas del análisis, así como una lista de las diez principales revistas donde se
publicaron los artículos, consulte la Tabla A1, A2 y A3 en el Apéndice A. La Tabla 1 a
continuación muestra la distribución del tipo y número de las fuentes bibliográficas
cubiertas.
Los autores utilizaron el paquete bibliometrix para R (Aria y Cuccurullo, 2017) para
analizar el material descargado de WoS y GS. Creamos un mapa temático, usando la
función thematicMap. ThematicMap utiliza palabras clave de los artículos de las
revistas para crear un análisis de redes de palabras conjuntas y agrupaciones (Cobo et
al., 2011). El mapa utiliza las palabras o palabras clave más importantes de los
documentos para estudiar la estructura conceptual de un campo de investigación. La
función KeywordGrowth se implementó para comprender cómo han evolucionado las
distintas palabras clave. El paquete ggplot2 se usó para trazar los resultados para
representar cómo las palabras clave están creciendo en el área de investigación.
Luego, los trabajos fueron codificados de acuerdo con las áreas temáticas para que se
encuadren en el marco de los impulsores, el proceso y el impacto de las innovaciones
sociales en las tres misiones de enseñanza, investigación y tercera misión de las
universidades.
Se ha prestado una atención cada vez mayor a las universidades y otras instituciones
de educación superior con respecto a cómo pueden contribuir al desarrollo sostenible,
como se muestra en la Figura 1. La figura muestra el crecimiento de palabras clave de
los autores de los artículos, documentos de trabajo, libros y documentos de políticas
seleccionados.
Resultados
Innovación social a través de la enseñanza y el aprendizaje en la educación superior
Las propias universidades están introduciendo cada vez más programas de licenciatura
y maestría en estudios de innovación social y sostenibilidad. Gregersen (2017) informa
que las universidades danesas están incorporando cada vez más estudios de
innovación social como parte de su mandato docente a través de la introducción de
cursos y programas. Ella cita el programa de Maestría interdisciplinaria de 2 años en
Emprendimiento y Gestión Social de la Universidad de Roskilde, que busca brindar
capacitación en profundidad en procesos de innovación social. La Universidad de Lund
ha introducido el Programa de Maestría Internacional en Estudios Ambientales y
Ciencias de la Sostenibilidad (LUMES) para proporcionar una comprensión
metodológica y teórica de lo que puede ser la ciencia de la sostenibilidad, cómo
llevarla a cabo y su contribución a la resolución de problemas sociales (Yarime et al. ,
2012).
La discusión anterior analizó las presiones internas para que la innovación social sea
vista como parte integral del sistema de enseñanza universitaria. Externamente, los
gobiernos, las ONG y los bloques de desarrollo regional como la UE continúan
motivando a las universidades a incorporar la innovación social en la enseñanza y la
educación. En Uruguay, el gobierno está fuertemente involucrado en la financiación de
la educación universitaria, lo que obliga a las universidades a flexibilizar las
modalidades de enseñanza mediante la adopción de diferentes pedagogías de
enseñanza y el aumento de la cooperación con la sociedad en el desarrollo de la
enseñanza centrada en la comunidad (Jover et al., 2017, p.5) . En la mayoría de los
países escandinavos donde la educación superior está patrocinada por el estado,
especialmente en Dinamarca (Gregersen, 2017) y Suecia (Göransson, 2017), el
requisito es que las universidades adopten métodos de enseñanza socialmente
receptivos. También deben hacer que el reclutamiento de estudiantes y personal se
distribuya equitativamente entre géneros, razas y grupos de ingresos. Algunas
universidades, como la Universidad de Lund, han reconocido explícitamente en su plan
estratégico la obligación de la universidad de abordar las necesidades de la sociedad
(Universidad de Lund, 2017).
La literatura apunta a algunos procesos críticos a través de los cuales las universidades
pueden incorporar actividades de innovación social en su mandato principal de
enseñanza. El primero trata de un proceso pedagógico donde se pide una revisión de
los currículos y contenidos del curso hacia un proceso multidisciplinario e
interdisciplinario (Jantsch, 1970; Jongbloed et al., 2008). Los planes de estudio
interactivos aumentan el acceso a los recursos tanto para los estudiantes como para
los profesores en la búsqueda de una educación de innovación social. El proceso de
enseñanza también está pasando de un enfoque teórico a un enfoque práctico
orientado a problemas en el que los estudiantes pueden colaborar con las
comunidades en el nacimiento de innovaciones sociales. En la Universidad de Aalborg,
el enfoque de aprendizaje basado en problemas permite la participación de los
estudiantes y la comunidad a través de proyectos estudiantiles supervisados por
profesores. Por lo tanto, los procesos pedagógicos que permiten a los estudiantes
elegir problemas y trabajar hacia una solución son dimensiones fundamentales de la
enseñanza en una universidad orientada al desarrollo (Gregersen, 2017).
Las universidades albergan una variedad de disciplinas que tienen una comprensión
detallada de los tipos de problemas y las posibles soluciones a los problemas que
enfrentan las comunidades excluidas. Por lo tanto, las universidades pueden ayudar a
integrar a esas comunidades e individuos en la sociedad del conocimiento
equipándolos con los nuevos conocimientos necesarios para abordar los problemas
sociales. Al consolidar la necesidad de planes de estudio interdisciplinarios y
orientados a problemas, la literatura sobre ciencia de la sostenibilidad, por ejemplo,
exige la integración de actividades de sostenibilidad e innovación social en todas las
disciplinas (Lozano et al., 2013; Schneidewind et al. , 2016). La integración es un
enfoque ideal en comparación con la creación de programas de cursos aislados que se
centren en la sostenibilidad y la innovación social. Las revisiones de los planes de
estudio deben satisfacer las diversas necesidades y perfiles de los estudiantes
admitidos de diferentes orígenes. El objetivo es dotar a los estudiantes de su espacio
de aprendizaje y desarrollo para apoyarlos a través de múltiples estrategias de
enseñanza y hacer que busquen promover sus metas y proyectos personales (de
Pretelt y Hoyos, 2015; Gregersen, 2017).
La literatura sobre los servicios de extensión como una forma organizativa para
proporcionar innovación social por parte de las universidades pertenece en gran
medida a los países del Sur Global donde la educación universitaria pública es
financiada en gran medida por el estado. En el Norte Global, especialmente en los
países de la OCDE, también existen motivaciones para las interacciones universidad-
comunidad o compromisos para la innovación social. Reconociendo las tensiones que
surgen al combinar todas las funciones de la universidad (Etzkowitz y Leydesdorff,
2000), la mayoría de las universidades europeas están disociando las actividades
centrales de docencia e investigación de las actividades no centrales para promover el
compromiso de la comunidad (Pinheiro et al., 2015). Los Living Labs y las tiendas
científicas tienen como objetivo crear una plataforma abierta y centrada en el usuario
donde los recursos de la universidad se aprovechan para coproducir conocimientos e
innovaciones que estén abiertos y disponibles para el uso y beneficio de toda la
sociedad (Evans et al. , 2015; Fischer et al., 2004; Følstad, 2008; Kareborn y Stahlbrost,
2009; Leydesdorff y Ward, 2005; Mulder y Caspar, 2006). Las tiendas de ciencia y los
laboratorios vivientes son terceras misiones universitarias diseñadas socialmente, pero
se han investigado de manera diferente en la literatura.
Los laboratorios vivos de toda Europa son promovidos por ayuntamientos regionales y
municipales que buscan una solución diferente a los problemas locales (Feurstein et
al., 2008). Como tal, no existe un área de enfoque específica de laboratorios vivos y
tiendas de ciencias. Mientras que algunos se centran en las TIC para ciudades
inteligentes, otros trabajan con universidades para desarrollar tecnologías y
conocimientos sociales sostenibles para su uso tanto en el sector público como en el
privado. La Tabla 2 a continuación resume las principales diferencias entre las tiendas
de ciencias y los laboratorios vivos al observar su naturaleza, metodología,
motivaciones y resultados.
La tercera misión social está impulsada en gran medida por universidades financiadas
con fondos públicos o mediante recursos de agencias de financiación externas (Evans
et al., 2015; Følstad, 2008; Göransson, 2017; Sutz, 2017) y su sostenibilidad a largo
plazo, si no está alineada. a la visión estratégica de la universidad, se verán afectados.
Los relatos de las tiendas científicas de Fischer et al. (2004) y Mulder & Caspar (2006)
muestran cómo algunas tiendas de ciencia están desapareciendo y es difícil tener un
recuento total de las tiendas de ciencia activas en Europa. Otra dimensión es donde los
talleres de ciencia hasta ahora no comerciales están gravitando hacia actividades
comerciales en lugar de apoyar a grupos de innovación de base como en el caso del
taller de química de la Universidad de Amsterdam (Wachelder, 2003).
La literatura sobre los impulsores de la innovación social está dominada por estudios
sobre la tercera misión de la universidad a través de los servicios de extensión y la
responsabilidad social empresarial. Los defensores de un papel más desarrollista para
las universidades consideran la democratización del conocimiento como un principio
central de la universidad y, por lo tanto, una tarea primordial de la tercera misión de la
universidad. La dicotomía de modelos emprendedores versus modelos de desarrollo es
visible en la discusión de los impulsores de la tercera misión en las universidades. La
literatura sobre los impulsores de la innovación social en la primera y la segunda
misión está más fragmentada, con un enfoque en estudios sobre las presiones internas
de estudiantes y profesores para la relevancia social en la enseñanza, así como las
demandas de las partes interesadas externas para aumentar la participación en los
asuntos sociales. Gran parte de la literatura sobre impulsores de la investigación en
esta área está dedicada a estudios de casos que analizan programas de investigación y
otras actividades universitarias en innovación social.
El proceso de innovación social se refiere en este caso a los cambios que se están
produciendo en las universidades (organizativas e institucionales) para poder apoyar la
tercera misión y, en términos más generales, el compromiso de las universidades en
las innovaciones sociales. El establecimiento de laboratorios de ciencia o unidades de
innovación social son ejemplos del proceso.
Dichos fondos están vinculados a proyectos específicos que tienen una vida útil corta.
Una vez finalizada la financiación del proyecto, los proyectos se cancelan o el modelo
se cambia a uno comercial para generar ingresos para futuras investigaciones. El auge
y la caída de las tiendas de ciencia y los laboratorios vivos es un testimonio de esto. La
literatura reconoce que las innovaciones sociales no son únicamente para fines sin
fines de lucro; también podrían tener fines de lucro. La sugerencia para la inclusión de
innovaciones sociales en los rankings de universidades también podría ser una
motivación para que las universidades la integren en su tejido organizacional.
Descubrimos que se están logrando algunos avances, pero no lo suficiente para escalar
las innovaciones sociales.