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Se conoce como Edad Media, Medioevo o Medievo al período de la historia de Occidente que comienza
con la caída del Imperio Romano de Occidente en el añ o 476, y finaliza con el descubrimiento de
América en 1492 o la caída del Imperio Bizantino en 1453, fecha en que culmina también la Guerra de
los Cien Añ os.
La Edad Media recibe su nombre por ser el tránsito entre la Edad Antigua y la Edad Moderna. Durante
este período la sociedad abrazó un orden feudal, esencialmente rural o campesino, y el dogmatismo
cristiano rigió la cultura.
Sin embargo, la vida medieval estuvo lejos de ser inamovible o serena, sino que fue escenario de
numerosos desplazamientos humanos, abundantes guerras y nuevas formas políticas, principalmente
en las culturas fronterizas a la europea, como la á rabe musulmana o la cristiandad oriental (Bizancio).
Especialmente importante fue el choque entre la civilizació n cristiana y la islá mica, con recíprocos
intentos de conquista como la expansió n musulmana del siglo VII al siglo XV o las numerosas Cruzadas
cristianas.
Por ú ltimo, debe notarse que la Edad Media, en tanto período histó rico, no puede aplicarse del todo a
otras civilizaciones distintas a la Occidental, como la China, India o Japonesa, florecientes durante ese
mismo período. La consideració n de que la historia de Europa es la historia del mundo resulta un
criterio histó rico sesgado, eurocéntrico y discriminador.
Sin embargo, esos seres sobrenaturales formaban parte del imaginario vigente en la época, en el que se
enfrentaban las tradiciones y creencias locales con la religió n cristiana dominante. En general,
imperaba la fe por sobre la razó n o el entendimiento.
Se trató de un período extenso, de transformaciones profundas pero lentas. Por ejemplo, el modo de
producció n esclavista de la Antigü edad fue reemplazado por el modo de producció n feudal.
La diversidad de lo ocurrido durante mil añ os no permite una lectura demasiado homogénea. Sin
embargo, en el Medioevo abundaron las epidemias masivas, las invasiones militares y la superstició n,
aunque en esto ú ltimo es posible que el cristianismo catalogara como ignorancia o superstició n a
cualquier vestigio de las religiones paganas anteriores.
Temprana o Alta Edad Media (siglos V al X). Comenzó con la caída del Imperio Romano. El cristianismo
se consolidó en Europa y se esparció a nuevos territorios, mientras que Jerusalem pasaba a manos
musulmanas. Finalizó con el comienzo propiamente dicho de las instituciones feudales, el surgimiento
en Oriente de la dinastía macedonia y la decadencia del Califato abá sida.
Baja Edad Media (siglos XI al XV). La etapa propiamente feudal del Medioevo, signada por la aparició n
de la Peste Negra (1348) que cobró millones de vidas en Europa y redujo su població n a la mitad. En
esta etapa surgió la burguesía temprana como una nueva clase social, que impulsó los cambios
necesarios para el surgimiento del capitalismo y el fin del Medioevo.
La baja Edad Media comprende a su vez dos etapas:
Plena Edad Media. Abarca de los siglos XI al XIII, en los que se da el nacimiento de la ciudad y se
empieza a producir la expulsió n del Islam de diversos terrenos de Europa, como la península Ibérica,
Sicilia o el Oriente Pró ximo. Se considera un momento cumbre de la cultura medieval, con el período
ó ptimo climá tico brindando el calor necesario para tener inviernos má s tolerables y cosechas má s
abundantes.
Crisis del siglo XIV. Llamada también La crisis secular, abarca los ú ltimos dos siglos del Medioevo y
presenció la desestabilizació n de la sociedad medieval como consecuencia de los prolongados conflictos
bélicos, así como el surgimiento de los futuros valores modernos, como la crisis de la escolá stica. Este
es el trecho final del Medioevo.
Literatura de la Edad Media
La literatura medieval es bien conocida, especialmente en lo que respecta a los ciclos de caballería, en
los que se contaban las aventuras de los guerreros cristianos en un mundo vasto, repleto de magia y de
misterios. Eran narrados generalmente a través de símbolos y metá foras cristianos o religiosos.
Estos ciclos, como el artú rico o el bretó n, iban luego acompañ ados de bestiarios, libros a menudo
complementados con imá genes en los que se llevaba la cuenta de los animales conocidos por el hombre,
muchos de ellos imaginarios, e interpretados desde una moral cristiana.
Algunos títulos representativos de la tradició n medieval son: El Amadís de Gaula (anó nimo, 1508),
Beowulf (anó nimo, fecha desconocida), Cantar de mio Cid (anó nimo, 1200) y la Divina comedia (Dante
Alighieri, 1304-1321) y Los cuentos de Canterbury (Geoffrey Chaucer, 1387-1400).
Así, el arte medieval tenía una funció n clara, que podía ser:
Esas traducciones permitieron el reingreso de Aristó teles, quien fue un nombre referido
abundantemente luego del siglo XII, influenciando la obra de autores como Ramó n Llull, Tomá s de
Aquino, Guillermo de Ockham y Juan Duns Scoto, mientras que otros autores previos como Agustín de
Hipona, Juan Escoto Erígena o Anselmo de Canterbury eran de filiació n plató nica.
Los temas centrales de la filosofía medieval tuvieron que ver con la fe, la razó n, la naturaleza y
existencia divina, el problema del mal, el libre albedrío humano y otros asuntos que reflexionaban
sobre el modo en que el mundo divino y el terrenal se compenetraban. Las ideas modernas de ciencia,
de saber empírico y de experimento no existían como tales en la mentalidad de la época.
La aristocracia militar. Compuesta por terratenientes que administraban social, política y jurídicamente
sus territorios.
Los siervos del campesinado empobrecido. Quienes trabajaban la tierra en provecho del señ or feudal, y
en segundo lugar, del propio, recibiendo a cambio seguridad y orden.
Por otro lado, a ellos se sumaba el clero, o sea, la Iglesia Cató lica, que coronaba los reyes y administraba
la autoridad moral, espiritual y jurídica de los distintos reinos cristianos, como representantes de la ley
de Dios en la Tierra.
A menudo la adhesió n al clero (el ingreso a sus instituciones) era la ú nica vía de ascenso social de las
clases pobres, junto a la guerra, ya que la adhesió n a la nobleza o a los plebeyos estaba determinada
desde el nacimiento.
El feudalismo encontró su término con el surgimiento de la burguesía. Se trataba de una nueva clase
social que administraba los negocios y mercancías, surgiendo como un poder político y econó mico
desvinculado de la nobleza de origen.
Eventualmente esa nueva clase media impulsó el Renacimiento y la Edad Moderna. Mediante las
Revoluciones Burguesas, instauraron el capitalismo y la Repú blica como los nuevos valores de
Occidente.
Má s en: Feudalismo
La Iglesia controló la letra escrita, los saberes oficiales y ejerció funciones judiciales, ya que las leyes
con que la sociedad se regía eran las religiosas, má s allá de las impuestas por los señ ores feudales en
sus respectivos gobiernos locales. Las autoridades eclesiá sticas podían, incluso, enjuiciar reyes y
nobles, pues la ley de Dios estaba por encima de la de los hombres.
En ese sentido, el rol de la Santa Inquisició n de la Iglesia Cató lica fue tristemente célebre. Sus
representantes actuaban como emisarios del poder eclesiá stico que sometían a cuestionamiento la fe
de las personas acusadas de brujería, pactos demoníacos o paganismo.
En estos procesos podía verse involucrada cualquier persona acusada por sus enemigos, científicos
dedicados a la investigació n, o mujeres acusadas de brujas. La sola acusació n servía para que la
Inquisició n tomara el asunto en sus propias y brutales manos, y sometiera a las personas a torturas,
vejá menes y persecuciones.
Referencias:
Fuente: https://concepto.de/edad-media/#ixzz6mC9aeENj