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15 U A A T A AJ E TICALE

Difícilmente se pueden concebir los trabajos verticales sin el uso de nudos. Fijar una
cuerda, hacer un reparto de cargas, montar un pasamanos, amarrar una carga o aislar un
tramo de cuerda dañado son algunas de las aplicaciones prácticas que ofrecen los nudos.
En este artículo repasamos 15 nudos que, sin ser los únicos o los mejores, encabezan
habitualmente las listas de los más utilizados en trabajos verticales.

Seno y chicote

Básicamente, los nudos pueden realizarse de dos maneras: por seno o por chicote.
Denominamos nudo por seno cuando es realizado con una gaza (un bucle en la cuerda)
y nudo por chicote cuando lo realizamos oponiendo el cabo a la dirección del nudo de
origen. En el primer caso será necesario el uso de mosquetón para poder fijarlo mientras
que en el segundo el propio nudo abraza la estructura a la que es fijado.

Existe un eterno debate sobre cuál de estos dos modos de obrar es más conveniente y
seguro y lo cierto es que no parece haber unanimidad. Los defensores del uso del
mosquetón como medio de fijar una cuerda a un elemento estructural (normalmente
mediante un dispositivo de anclaje) alegan que la cuerda no ha sido diseñada para
abrazar estructuras. También nos recuerdan que es necesario que todo sistema de
protección individual contra caídas basado en el uso de cuerdas cuente con tres
elementos fundamentales: un anclaje, un conector y la propia cuerda, por aquello de
cumplir con las recomendaciones de la norma técnica UNE-EN 363 – Sistemas de
protección individual contra caídas.
Tú qué opinas, cuál sería la solución más segura?

Al contrario, quienes abogan por prescindir del anclaje y del mosquetón alegan que al
reducir el número de elementos en el sistema se reduce la probabilidad de fallo de
alguno de ellos. Por supuesto, este modo de fijar las cuerdas sólo es factible bajo
determinadas circunstancias: un tubo redondo, una estructura metálica con cantos
redondeados, un árbol, etc. Así que, ¿qué sistema es mejor? ¡En el equilibrio está la
clave!

Resistencias de los nudos

Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier nudo, sea el que sea, reduce
significativamente (entre un 20% y 60%) la resistencia de la cuerda. Buena prueba de
ello es que, llevadas al límite de su resistencia, las cuerdas rompen siempre por el nudo.
Esta pérdida de resistencia se debe a la propia estructura del nudo: las fibras de las
cuerdas resisten al 100% de su capacidad siempre y cuando trabajen en paralelo y la
carga se distribuya uniformemente entre ellas.
En un nudo, sin embargo, las fibras textiles que lo recorren no trabajan todas por igual:
las que se encuentran en el interior de la “curva” que forman los bucles del nudo son
menos solicitadas que las del exterior, lo que se traduce en una pérdida de resistencia al
no trabajar todas uniformemente. A menor diámetro de giro del bucle del nudo menor
resistencia. Esto explica, por ejemplo, por qué una gaza simple tiene menos resistencia
que un nueve, un nudo de estructura similar pero más voluminoso.

Por ello es muy importante conocer sus características para aplicarlos adecuadamente a
cada circunstancia. Recordemos que cualquier nudo debe estar adaptado al uso que se le
va a dar, ser resistente y seguro, fácil de realizar y deshacer y perfectamente verificable.

Ahora bien, dicho esto, conviene aclarar que realmente la resistecia de un nudo no suele
ser un factor determinante en el día adía de los trabajos verticales. Si una cuerda EN
1891 A (cuerda de bajo coeficiente de alargamiento) de 10,5 mm con nudo de ocho
aguanta en torno a los 1850 kg, los aparatos que nos conectan a ella (descensores,
bloqueadores y anticaídas), dañana o deslizan por la cuerda a valores muy inferiores.

Así, un descensor tipo ID desliza a partir de 500 kg, un bloqueador de puño o pecho
desgarra la camisa de la cuerda en torno a 400 kg y el anticaídas no supera nunca los 6
kN (+- 600 kg) de fuerza de choque. Por lo tanto, salvo en sistemas horizontales tipo
tirolinas, donde pueden generarse tensiones mucho más elevadas que en sistemas
verticales, la resistencia del nudo, aunque muy importante, no será el factor
determinante de la seguridad de un sistema para trabajos verticales.

A continuación, repasamos 15 nudos de utilización en trabajos verticales. Los


porcentajes expresados junto a cada nudo hacen referencia a las resistencia residual del
mismo, teniendo en cuenta que la cuerda tiene un 100% de resistencia antes de hacer el
nudo. Estos valores están tomados del estudio realizado por el DPMC (asociación
francesa de trabajos verticales).

De gaza
Ocho – Resistencia residual: 75%

Es el nudo de fijación por excelencia y uno de los más utilizados tanto en el ámbito
profesional como en el deportivo. Es fácil de confeccionar, muy estable y su forma
simétrica permite una rápida verificación. Se utiliza principalmente como nudo de
fijación. Puede hacerse por chicote (cosido) o por seno.
Nueve – 80%

Similar al ocho, añade media vuelta más en su confección lo que le otorga una mayor
resistencia. Requiere algo más de cuerda que el nudo de ocho y es más difícil de peinar
pero se deshace más fácilmente una vez sometido a tensión. Nudo adecuado para
grandes cargas.

Ocho de doble seno – 70%

Se trata de una variante del nudo de ocho. Nos permite pasar los dos senos por un solo
conector o cada seno en anclajes diferentes, posibilitando el reparto de cargas. Las gazas
se pueden ajustar fácilmente. Tiene poca pérdida de resistencia y, sometido a carga, es
más fácil de deshacer que el ocho. Difícil de peinar. Puede convertirse en un triángulo
de fuerzas dinámico añadiendo un solo mosquetón.
Mariposa – 70%

El mariposa al, contrario de los tres nudos vistos más arriba, tiene la particularidad de
trabajar bien tanto longitudinal como transversalmente. Sus aplicaciones son muy
variadas: reparto de cargas, aislamiento de un tramo de cuerda dañado (colocando el
daño en la gaza del nudo), pasamanos, tensado de líneas horizontales, etc. Se deshace
fácilmente tras ser sometido a carga. A no confundir con el “falso” mariposa. La
diferencia entre ambos reside en que los bucles del primero están entrelazados y en el
segundo no, siendo el mariposa más resistente, pero más difícil de aflojar tras tracción.

Barrilete – 70% (o medio pescador doble)

Se trata de un nudo corredizo basado en el pescador doble. Sus principales ventajas son
su compacidad, y su capacidad de fijar la posición de un mosquetón a medida que se va
apretando. Entre sus desventajas está la dificultad de comprobar visualmente su buena
ejecución, ya que es fácil realizarlo al revés y confundirlo con el verdadero (¡ojo!). Sue-
le utilizarse con cabos de anclaje hechos de cuerda dinámica. Buena resistencia estática.
Se deshace con dificultad una vez sometido a carga.
De unión
Ocho de unión – 55%

Se trata del ocho por seno realizado por chicote. Se utiliza principalmente para unir
cuerdas o confeccionar anillos de cuerda. Es importante remarcar que puede deslizar
con cuerdas de diferente diámetro o muy rígidas. En ese caso mejor utilizar el pescador
doble. Se recomienda dejar sobrantes de al menos 20 cm.

Pescador doble – 70%

Se trata de un nudo cuya función principal es la de unir cuerdas o confeccionar anillos


de cuerda. Como todos los nudos, es necesario apretarlo bien y dejar un buen sobrante
una vez rematado. Sencillo y rápido de hacer, una vez sometido a tensión resulta, al
contrario, muy difícil de deshacer. Es el nudo estándar para confeccionar los anillos de
los cordinos que se usan para hacer nudos autobloqueantes. Basta con dos vueltas en
cada chicote. Si se utilizan cordinos de fibras técnicas como el kevlar o la Dyneema es
imprescindible hacerlo con tres vueltas para evitar que deslice.
Gaza – ocho – 45-55%

EL uso de la gaza o el ocho como nudos de unión empalmando los cabos de manera
paralela es muy común en el ámbito deportivo en situaciones en las que exista riesgo de
enganche al recuperar la cuerda (rápeles en vías de escalada de varios largos, barrancos,
etc). Ofrecen una baja resistencia residual y deslizan a partir 6 Kn. Debe dejarse un
sobrante de más 40 cm. Se desaconseja su uso en trabajos verticales salvo en situaciones
muy concretas (taludes de grandes dimensiones, trabajos en terreno natural, etc).

Ocho triple – 60%

Una de las mejores maneras de unir dos cuerdas de progresión ya que permite anclarse a
la gaza. Tiene una mayor resistencia residual que el ocho de unión y se deshace más con
mayor facilidad una vez sometido a carga. Entre sus inconvenientes, su volumen y la
gran cantidad de cuerda que consume.
De ligada
Ballestrinque – 50%

Un nudo a la vez interesante y delicado. Interesante porque permite fijar rápidamente


una cuerda, amarrar pequeñas cargas de forma cilíndrica, consume poca cuerda, puede
hacerse con una sola mano sobre un mosquetón y puede regularse fácilmente. Y
delicado porque puede deslizar con bajas cargas (3 kN sobre mosquetón, 1 kN sobre un
tubo redondeado), y tiende a aflojarse si es sometido a varios ciclos de tensado-
destensado (subir con bloqueadores por una cuerda, por ejemplo) . Por ello no puede
dejarse desatendido (no apto para cabeceras). Es necesario hacer siempre un nudo tope.
En definitiva, a usar sólo para aplicaciones auxiliares.

De fortuna

Los nudos autobloqueantes, dinámico y de fuga son un caso a parte en los trabajos
verticales. Catalogados como nudos de “fortuna”, algunos consideran que no deberían
tener cabida en este tipo de trabajos. Sin embargo, existen numerosas situaciones en las
que pueden ser utilizados como nudos auxiliares por lo que no está de más conocerlos.
La mayoría de los nudos deben elaborarse con cordinos de diámetro inferior (2-3 mm)
al de la cuerda que se pretende “morder”. Si bien existen multitud de nudos de este tipo,
a continuación repasamos los más comunes.
Prusik
El nudo autobloqueante más conocido. También es el más polivalente pues muerde la
cuerda en ambas direcciones y además lo hace con más fuerza que otros nudos
similares. Su principal desventaja es, precisamente, que cuesta deshacerlo después de
haber sido
sometido a carga. Requiere de al menos 3 vueltas alrededor de la cuerda.

Machard de doble seno

A diferencia del Machard simple, el Machard de doble seno muerde en ambas


direcciones y se afloja con más facilidad que el prusik. Requiere una o dos vueltas más
que otros nudos como el prusik para que agarre bien. Es sin duda el nudo
autobloqueante más fácil de hacer.
Veronés (Swicero)

Uno de los nudos autobloqueantes más interesantes. Al contrario que el prusik, el


machard y la gran mayoría de nudos autobloqueantes, su elaboración no requiere
confeccionar un anillo. Otra de las ventajas de este nudo es que muerde bien en cuerdas
de su mismo diámetro. Requiere al menos cinco vueltas alrededor de la cuerda que se
quiere morder.

Dinámico

También conocido como nudo UIAA o HMS, constituye una buena alternativa a nuestro
descensor para maniobras de desplazamiento de cargas, destensado de tirolinas, etc.
Entre sus desventajas está el rozamiento que produce y los rizos que va creando en la
cuerda. Se realiza sobre un mosquetón de pera (o HMS).
Nudo de mula

El complemento perfecto del nudo dinámico. El nudo de mula permite bloquear el nudo
dinámico de manera segura y eficiente, permitiéndonos tener manos libres. En el ámbito
deportivo también permite bloquear aparatos como ochos, placas, etc. Imprescindible
como solución auxiliar.

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