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SALA PLENA
SENTENCIA NÚMERO 4
Acción parcial de inexequibilidad contra el artículo 1932 del Decreto número 410
de 1971. Concordato Preventivo, Homologación.
FECHA: Bogotá, D. E., enero veintiocho (28) de mil novecientos ochenta y ocho
(1988).
I. ANTECEDENTES
Para mayor claridad conceptual se transcribe el texto completo del artículo 1932
del Decreto número 410 de 1971 anotando que el estudio de constitucionalidad
sólo se referirá al fragmento subrayado.
III. LA DEMANDA.
2.- Fundamentos.
Sin embargo, la concurrencia de los intereses privados con los públicos, la manera
como una declaratoria de quiebra puede afectar el orden económico o social del
país, llevó al ordenamiento comercial colombiano a no permitir la declaratoria de
quiebra de las "sociedades comerciales sometidas al control de la
Superintendencia de Sociedades, que tengan un pasivo externo superior a cinco
millones de pesos, o más de cien trabajadores permanentes", sino hasta que,
agotados los trámites del concordato preventivo obligatorio, éste no sea
homologado o celebrado dicho concordato y homologado pon el juez, no se
hubiere cumplido (artículos 1928 y 1932 del Código de Comercio).
Este concordato se adelanta ante el Superintendente, funcionario que no está
capacitado para dirimir las controversias entre deudor y acreedor respecto de la
naturaleza, cuantía, garantías, intereses, órdenes de pagos, etc., de los créditos,
sino que en estos casos debe enviar las diligencias al juez competente para que
éste resuelva.
V. CONSIDERACIONES DE LA CORTE
Por tratarse de una disposición perteneciente al Decreto ley número 410 de 1971,
expedido por el Presidente de la República en ejercicio de las facultades
extraordinarias que le confirió el numeral 15 del artículo 20 de la Ley 16 de 1968,
es competente la Corte Suprema de Justicia para conocer de la demanda
presentada contra algunos apartes del artículo 1932 del Código de Comercio.
"La cuestión a dilucidar se refiere entonces a los efectos que produce la referirla
decisión del Superintendente.
Arguye el actor que contra ella, solo cabe el recurso de reposición y que, según
doctrina del Consejo de Estado, 'no es posible formular pretensiones contencioso-
administrativas contra las providencias que profiera la Superintendencia en
materia concordataria, pues dicha Corporación las considera jurisdiccionales amén
de que ello implicaría, según el Consejo, un quebrantamiento de la unidad del
proceso establecido para el concordato preventivo, con el consiguiente
aniquilamiento de una institución útil y conveniente' (Sala de lo contencioso
Administrativo, Sección Primera, Consejero Ponente: doctor Carlos Galindo Pinilla,
enero 22 de 1981, referencia: 3448).
La Corte considera, siguiendo el análisis del fallo del 18 de agosto de 1981 que
atrás se hizo, se sigue con meridiana claridad que la actuación de la
Superintendencia en materia de concordatos es administrativa y no puede ser
jurisdiccional, pues si así ocurriera sería contraria a la Carta, dado que ésta solo
permite que las autoridades ejecutivas realicen funciones jurisdiccionales, en los
casos previstos por los artículos 27, 61 y 170. Por lo tanto, la decisión que se
viene considerando debe someterse a las reglas generales, conforme a las cuales
toda providencia que ponga fin a una actuación administrativa es susceptible,
previo agotamiento de la vía gubernativa cuando esta exigencia sea procedente,
de controvertirse ante la jurisdicción en lo contencioso administrativo, siempre y
cuando no haya sido expresamente excluida de dicho control (artículo 82 C.C.A.).
Mirando las cosas desde otro punto de vista, cabe examinar si la decisión del
Superintendente en el caso sub lite satisface los requisitos que el artículo 26 de la
Constitución Nacional exige en beneficio del derecho de defensa.
VI. DECISIÓN
RESUELVE: