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Oppidum Berrocal CPT 1994
Oppidum Berrocal CPT 1994
EL OPPIDUM DE BADAJOZ.
OCUPACIONES PREHISTORICAS EN LA ALCAZABA
Luis Bermcal~Range1*
RESUMEN.- El oppidumn de Badajoz, excavado desde 1977 hasta 1986, se encuentra bajo las fortificaciones
de la ciudad medieval y moderna. La importancia de este sitio comenzó hacia el III milenio a. C.. conviniéndose
durante el Bronce Atlántico y la Edad del Hierro en un importante asentamiento de las Vegas del Guadiana. Las
excavaciones realizadas muestran la importancia de este oppidum como centro de poder local durante el
Periodo Orientalizante, vinculado con Tartessos y las vías de comunicación con las zonas Mediterráneas.
Después del siglo Va. C. aparecieron nuevos elementos relacionados con los pueblos célticos que documentan
lasfuentes clósicas en el Suroeste de la Península Ibérica. En conclusión, esta excavación muestra una de las
mós completas secuencias estratigráficas, comparable a Medellín o Alcacer do Sal, fundamental para
comprender el proceso cultural del? milenio a. C. hasta la conquista romana.
ABSTRACT.- The oppidum of Badajoz, excavatedfrom 1977 tilí 1986, is placed under medieval and modern
town fortiflcations. The importance of the place began at tite 3rd. milennium BC ant! it was renewed during tite
Atlantic Bronze ant! ¡ron Age as an important seulement of the Guadiana basin. Tite excavations flnds show the
imponance of tite oppidum of Badajoz as a center of local power during tite Orientalizing Periott related tu
Tartessos ant! the comunication ways with Mediterranean areas <Phoenicians ant! also Greeks). After the Sth
century BC some elements appeared related tu Celtic peoples docwnented by Classical soarces in tite
Southwestern of Iberia. In conclusion, tite excavation of tite oppidum 6]’ Badajoz give one of the most complete
strattfied sequence, comparable witit Medellín ant! Alcácer do Sal, and specially important from the
unt!erstanding oftite cultural process oftite lrst. milennium BC. untilí tite roman conquest.
PALABRAS CIAVE: Secuencia estratigráfica, Bronce Final, Orientalizante, Edad del Hierro, pueblos célticos.
KEY WORDS: Stratifled sequece, Late Bronze Age, Orientalizing Period, ¡ron Age, Celtic peoples.
como un macizo de calizas cámbricas, aplanado por la representa un atrayente corredor natural que comunica
erosión e incluido en una serie de pequeñas alturas que, con la Submeseta Sur por medio de yacimientos tan
en sentido NO - SE, son seccionadas por el Guadiana a paradigmáticos como Medellín, Cancho Roano y La
través de este punto (Figs. 2 y 3). Bienvenida (Sisapo), con reconocida trascendencia en el
Es por ello por lo que las condiciones naturales para comercio de productos griegos y etruscos desde el
la defensa son excepcionales, dado que, por el lado Levante (véase Almagro-Gorbea, 1977: 11 ss.;
Oeste, Norte y Este, caen sus paredes con verticalidad Maluquer de Motes, 1986; Cabrera, 1987; Fernández
total o inclinación notable. Pero, además, estos tres Ochoa, 1992)
flancos están reforzados por el cauce del Guadiana y En la Prehistoria, como en tiempos posteriores, la
por El Rivillas, afluente que desemboca justo al Norte riqueza potencial de estas tierras permitirá comprender
de la fortaleza (Fig. 2). una importante densidad de población, en la que destaca
Con estas facilidades, es lógica la elección y la utilización de poblados en altura, o castros, pese a
potenciación del lugar como enclave militar en épocas que las elevaciones naturales de los entornos no son ni
medievales y modernas, y comprensible que sus más importantes ni numerosas. Por ello es lógico suponer
complejas defensas se construyesen hacia el límite Sur, que abundarían los asentamientos en llano, como El
por donde la población crecería con posterioridad, dada Lobo, Sagrajas o Bótoa, pero la intensa ocupación del
su falta de accidentes geográficos. suelo ha debido borrar gran parte de sus huellas
Incluso se llegó a aislar con agua la ciudad (Enríquez Navascués y Domínguez de la Concha,
medieval, mediante la construcción de un foso que las 1984). No ocurre lo mismo con los citados castros, que
condiciones indicadas y la naturaleza del subsuelo ocupan prácticamente todas las pequeñas, pero
ciertamente facilita. En este sentido, resulta de sumo estratégicas, alturas que limitan la cuenca al Norte,
interés una conocida cita del cronista Rodrigo Dosma desde el Fuerte de San Cristóbal hasta los de Elvas y
(s.XVII), en la que describe la ciudad bajo la imagen de Campo Maior (Rico, Segovia, etc.; véase Gamito, 1988;
una “isla” y así figuraba, junto al león, en su viejo Berrocal-Rangel, 1992).
escudo Discursos Patrios, edicc. 1870: 32). Una de las principales causas de tal panorama
Estratégicamente este enclave de Badajoz domina estriba en la conjunción de dos factores naturales: la
uno de los puntos cruciales en el intercambio de gentes facilidad de vadeo del Guadiana por la desembocadura
y relaciones peninsulares (Fig. 2 y 19>. Como otros del Gévora (zona El Pico-Sagrajas) y la potencialidad
poblados de especial importancia en ocupación agropecuaria del subsuelo.
territorial (caso, en menor medida del castro de El estudio sobre la sucesión edafológica, recogido en
Azougada), el lugar domina un cruce de caminos en los la Memoria del Mapa Provincial de Suelos, documenta
que confluyen la dirección de Sur-Norte-Sur, con la la existencia de estratos franco arenoso-arcillosos
Oeste-Este-Oeste. Respecto a la primera, seda la caracterizados por un drenaje, correntía y permeabilidad
conocida ruta del cauce del Guadiana inferior que, a lenta o muy lenta. Son tierras bastante aptas para la
partir de Badajoz, se interna hacia el Norte por la agricultura, con escasa necesidad de abonado y
denominada “Falla de Plasencia”. Esta ruta, que corta posibilidad de ricos pastos permanentes, a poco que se
en diagonal la actual provincia de Cáceres, explica los usen medios sencillos de regadío (1972: 128-130). Estas
importantes contactos entre la serranía abulense y de las facilidades, en el Suroeste, donde son escasos los
tierras occidentales de la Península, ya puestos de terrenos con vocación agrícola, no pasaron inadvertidas
manifiesto durante el Hierro 1 en el Nordeste de como prueban las citadas concentraciones de poblados
Extremadura (en Sanchorreja, Avila, Maluquer de que, al menos, desde el Eneolítico se localizan en las
Motes, 1958-a; en Belvis de la Jara, Toledo, Pereira y vegas del Guadiana (El Lobo, Sagrajas. Santa
De Alvaro, 1990; o en la recientemente excavada Engracia-Gévora, Torrequebrada, etc.), a pocos
necrópolis de Villanueva de la Vera, bajo la dirección kilómetros en tomo al yacimiento (Molina, 1980;
de Celestino Pérez y Jiménez Avila), siendo alternativa Enríquez y Domínguez, 1984; Celestino, 1984;
válida a la tradicionalmente socorrida “Vía de la Plata” Enríquez, 1990; Rubio Muñoz, 1983, 1984 y 1988).
(Alvarez y Gil, 1988: 309-315). Incluso los restos romanos confirman la rentabilidad del
Transversalmente el camino definido no es menos uso de las infraestructuras de regadío. Así, en
importante. Permite comunicar las tierras altas prospecciones de 1979, y siguiendo los indicios e
alentejanas y, de más allá en la desembocadura del informaciones de viejos aficionados de la ciudad (como
Tajo, la rica Estremadura portuguesa, con el interior de D. Manuel Rodríguez Mora, quien colaboró en los
la Meseta, siendo los cerros de La Muela (Alcazaba) y trabajos de D. Jesús Cánovas y D. Virgilio Viniegra),
del Fuerte de San Cristóbal, la puerta de lo que se localizamos la presencia de canalizaciones, diques y
conocerá como “Vegas del Guadiana”. Tal comarca pequeños embalses, tanto en el Albercón, al Norte de la
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ciudad, como en la villa de Las Tomas, situada al Sur su práctica totalidad por un recinto murado construido,
de la misma. Ambos complejos fueron posteriormente ya con estas dimensiones, durante la dominación
descritos y analizados en las primeras publicaciones almohade del siglo XII (Valdés, 1991: 555-556). La
arqueológicas sobre el Badajoz romano (Cánovas planta oval del recinto abarca unas dimensiones en ejes
Pessini y Valdés, 1978-1979: 166-167; Rubio Muñoz, máximos de 400 x 250 m., de N-S-N y O-E-O,
1984: 135-136). respectivamente, que permite suponer una superficie
intramuros de unas ocho hectáreas, aproximadamente
(Valdés, 1985: 20).
Desde esta fecha, en la que colaboramos en el Nombrando cada cuadrícula como un sector
trazado de la planimetría general del yacimiento, se han designado por una cifra, el sistema permitió englobar
realizado campañas mensuales en los años 1977 (1), los cortes a excavar en un entorno a escala manejable
1978 (II), 1979 (III), 1980 (IV), 1981 (V), 1982 (VI), (2.500 m2.), dado que la inmensa superficie del
1984 (VII), 1986 (VIII) y, desde finales de los años yacimiento (> 80.000 m2., mas otros tantos extramuros)
ochenta, se vienen realizando labores de excavaciones, hace poco útil toda referencia gráfica de un corte (de 32
implicadas en los proyectos de restauración y puesta en a 100 m2.) con la superficie total de aquél. Los cortes de
valor del yacimiento, afectando especialmente a la excavación fueron denominados igualmente con una
recuperación y consolidación de estructuras cifra y localizados en los diferentes puntos en que, el
arquitectónicas de época medieval y moderna (Fig. 3.2). estudio prospectivo, aconsejaba su apertura.
Corno este mismo investigador ha repetido en
Pero las dificultades inherentes al Cerro de la Muela
diversas publicaciones (1978, 1979, 1980, 1985 y
no sólo provienen de las debidas a extensiones como
1988), la Alcazaba de Badajoz es un yacimiento de
ésta, sino que abarcan problemas diferentes como la
estratigrafía compleja, cuya extensión fue englobada en
ocupación de parte del terreno por las edificaciones
modernas y medievales; por el, ya abandonado,
1. Queremos agradecer al Dr. Valdés Fernández.director de las excava- Hospital Militar de Badajoz; por la presencia de parques
cones, el poder estudiar los materiales y estructuras prerromanas de y masas forestales de consideración y, sobre todo, por la
este yacimiento (rs. Vía. C.). estudio que está a la espera de su publi-
constatación de grandes estratos de tierras, materiales y
cación integrado en la memoria general enpreparación y del que esta,
páginas son un avance. Remitimos a esafutura publicación para ci con- construcciones destruidas y revueltas (con potencias
traste completo y detallada de materiales. Queremos expresar nuestra que superan la media docena de metros), de forma que
gratitud al Dr 5. Celestino Pérez por las ayudas generales recibidas ha sido muy difícil la localización de capas intactas (no
durante nuestro trabajo y a D~ C. Dominguez de la Concha por su ama-
ble accesibtlidad en la obtención de datos sobre la modélica excava- ocurre lo mismo con el importante conjunto
ción del Sector Puerta de Carros, por ella dirigida.A,nba~ son respon- denominado ‘arrabal oriental”, situado extramuros y
sables de la publicación finalde este impotante Sector Por áltimo, nues- con ocupación de época musulmana casi exclusiva). La
tro agradecimiento más profundo a IY Carmen Ruiz Triviño. D’ Inés misma naturaleza de las destrucciones y ocupaciones
Maifiotie Martinez y D Ma Paz Martine: Seco, por sus colaboraciones
continuas se encargó de legar un estado muy
en eltratamientofinal de los materiales.
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Fig..- 2.1. Relación de rutas E-O-E y S-N-S implicadas en el estudio, con señalización de los principales asentamientos de
época orientalizante y prerromana: 1. Setúbal (Caetobriga)-Alcácer do Sal (Salacia); 2. Castelinhos da Serra; 3. Cabe~o de
Vaiamonte; 4. Entornos de Lobón; 5. Alange; 6. Medellín; 7. Cancho Roano; 8. Entornos de Almadén; 9. La Bienvenida
(Sisapo); a. Huelva (Onuba); b. Cerro Salomón; c. El Castañuela, Nertóbriga y Capote; d. Jerez de los Caballeros (Seria); e.
Juromenha (¡Jipo); f San Cristóbal; g. El Torrejón de Abajo; h. Villanueva de la Vera; i. El Raso de Candeleda; j. El
Berrueco; 1<. Sanchorreja 2.2. Entornos inmediatos de La Alcazaba, con indicación de yacimientos prehistó ricos (en negro.
el castro de Segovia, Elvas).
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fraccionado de los materiales cerámicos y una escasez la presencia de sucesiones de estratos prehistóricos
notoria de los metálicos, de forma que resultan indisturbados, o con remociones romanas o anteriores,
excepcionales las vasijas halladas completas o en algunos cortes y la localización de una clara
semicompletas (como ocurre en un silo medieval estatigrafía prehistórica en el extremo Noroeste,
localizado en el corte 6/6a). llamado Sector de Puerta de Carros (SPC).
Además, los amplísimos registros de materiales
cerámicos ponen en evidencia la presencia del
poblamiento del Ceno, al menos, desde época III. ANÁLISIS DE LOS CORTES DE
calcolítica, con unas probables ausencias en épocas del EXCAVACIÓN.
Bronce Pleno y entre el siglo IV el IX d. C. (aunque la
presencia de poblaciones visigodas en los inmediatos Los cortes con materiales protohistóricos en capas
alrededores ha sido suficientemente probada en revueltas u homogéneas, entendiendo por ello los que,
excavaciones de urgencia, como la necrópolis del comparativamente, pueden fecharse en el 1 Milenio
Fuerte de La Picuriña, dirigida por Luis A. Rubio son los siguientes:
Muñoz en 1983).
Afortunadamente la localización de capas y CORTE 1. CAMPAÑA DE 1977v 1978
bolsadas, más o menos intactas, correspondientes a
niveles de ocupación prehistórica no ha sido un Se sitúa, esta cata, en el sector sudoriental del
hallazgo infrecuente e incluso, con la excepción de recinto, en un descampado usado como vivero del
algunas zonas de fuerte cariz islámico (sorpresivamente parque moderno, entre el lienzo “Vauban” y el depósito
limitadas al período taifa), son las menos removidas. de aguas (Fig. 2 y 4).
Es por ello por lo que nuestra actuación ha Iniciado durante la primera campaña fue el corte
consistido en la revisión minuciosa de todo el material más profundo, con más de siete metros de potencia
recuperado, a fin de lograr los siguientes objetivos: total, razón por la cual sus capas inferiores no pudieron
a) la diferenciación de las piezas cerámicas de excavarse hasta la campaña de 1978 (Valdés, 1979: 6-9,
incuestionable aspecto prerromano, procedentes de láms: 1-2). Fueron documentadas hasta 18 capas
estratos revueltos. Aunque basados en meros criterios diferentes, todas ellas con materiales mezclados. Parece
“tipológicos” (atención a la naturaleza de la pasta, que el lugar, como muchos otros, fue objeto de intensas
fabricación, cocción, acabado y decoración, así como a labores de remoción de tierras durante los sitios de la
la presencia de piezas de importación), se ha procurado Guerra de la Independencia. Así se constató, cuando en
ser, hasta el máximo, riguroso en la selección a fin de 1978 tuvimos la ocasión de excavar una trinchera que
lograr indicios y evidencias con el mayor grado de había sido eventual fosa de enterramiento (capa 9) de
eficacia posible. una decena de soldados del regimiento de Voluntarios
Se es consciente de que el interés de estas del Reino de Valencia, que debían ser artilleros, a
conclusiones es exclusivamente testimonial, como juzgar por los proyectiles con los que fueron hallados y
indicio de una probable ocupación prerromana de la las botonaduras de los pantalones que llevaban, en vez
zona en que se abrió el corte pero, en ciertos casos, ha de zaragtielles (Bueno, 1989: 174, Figs. 1 y 3) y de un
servido para evidenciar la sucesión de las diferentes infante polaco del IX Regimiento de Infantería de Línea
fases de hábitat. Con todo, la prudencia necesaria en la napoleónico, caídos durante alguna acción de guerra,
consideración arqueológica de tales materiales, que a con cierta seguridad en 1812, durante la ocupación
menudo no cambian en largos períodos, exige toda la francesa de la plaza y bajo la misma bandera
reserva para tales conclusiones. napoleónica (Robinson, 1990; Valdés , 1979: nota 4;
b) La localización de capas o bolsadas de materiales Lozano, 1983: 181; García Pérez y Sánchez Marroyo,
prerromanos en su totalidad, con objeto de reafirmar, en 1985:683). Encontramos materiales protohistóricos
amplitud, un registro horizontal de las producciones desde la misma capa superficial, con fragmentos
cerámicas. En alguna ocasión estos estratos presentan cerámicos a torno, pintados con bandas rojo vinosas y
alguna pieza de origen romano. No creemos por ello estampillados de cruces sencillas, esvásticas y rosetas,
que el valor del estrato disminuya, ni que pueda así como, al menos, tres fusayolas bitroncocónicas.
considerarse revuelto. Estos materiales continuaban por debajo de la capa
No obstante creemos que es necesario indicar el tipo 9, correspondiente a la trinchera citada y, por tanto, bajo
y número de piezas intrusivas, que en ningún caso, el nivel del subsuelo de principios del siglo XIX. Son
pasan de ser uno o dos fragmentos. relativamente numerosas las cerámicas fabricadas a
c) El esclarecimiento de la existencia de mano, decoradas con incisiones y mamelones, como las
estratigrafías válidas. En este punto, hay que considerar a tomo estampilladas, que no obstante aparecen
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(
• CIudrieDJs con nivel de ocswi¿~ protohdortea.
O Cudrícul. con matarMe. protshiat¿ricos descontextusisod o no ¡.
14.
estos materiales y niveles de ocupación.
CORTE 19. CAMPAÑA DE 1980:
CORTE 18. CAMPAÑA DE 1980:
El corte se situó en el jardín del Hospital Militar,
Este corte se localizó cerca de la Puerta de Canos,
junto con el n0 20. Ambos proporcionaron materiales
junto a las cuadrículas 6 y 6A de la campaña de 1978,
cerámicos y metálicos protohistóricos, como había
donde ya se había localizado una base de cerámica ática
ocurrido en el n0 14 durante la campaña de 1979 (Fig.
(Fig. 4).
3).
Tras las primeras capas, donde los materiales son
Tanto la Capa U, como las siguientes,
exclusivamente modernos, aparecen algunas piezas 2a y 3a
estampilladas y pintadas, hechas a tomo y de tipología presentan materiales protohistóricos mezclados con
prerromana, en lotes de las capas 4~ y 5a (p.e., n0 20 y
26, respectivamente), siempre mezcladas con cerámicas otros de épocas más modernas. Algunas bases
medievales y modernas. prerromanas u orientalizantes con grafitos incisos y un
fragmento de puente de una fíbula de bronce (Capa 1,
Capa & Lote 41 +18&S20/+18&140 4238 Lote 22)
El material de tipo protohistórico es generalizado,
pudiéndose tratar de un estrato inalterado o escasamente CORTE 20. CAMPAÑA DE 1980:
removido. Entre sus fragmentos destacamos las piezas
oxidadas, a torno y decoradas con bandas paralelas rojo Localizado junto al anterior, en la zona más alta del
vinosas (n0 4, 8, 11), mientras otros muestran cerro, proporcionó un registro muy similar, donde no
estampillados en ovas (n0 12). Se reconocen materiales faltan algunos materiales de probable adscripción
hechos a mano, decorados con cordones digitados (n0 romana.
7,13), triángulos o dientes de lobo incisos (14) e,
incluso, estampillado circular (n0 17-28). CORTE 24 D. CAMPAÑA DE 1982:
Capa 9. Lotes 43/50 +18&140/ +187.970 -0.17 Pertenece este corte a un grupo abierto durante las
Siguen las piezas protohistóricas, con diversos campañas de 1982, 1984 y 1986 que, localizado en el
fragmentos oxidados, y alternos, pintados a bandas rojas centro de la superficie amurallada, dió gran cantidad de
(n0 6, 8, etc.). restos arquitectónicos y materiales, no sólo modernos y
medievales sino, también, prehistóricos (Hg. 3.2 y 4).
Capa 10. Lote 51 Sector interior al muro 4. +187920 El corte 24 D presenta tres sectores (B, C y D) con
1+187.870 -0.05 sucesión de capas similares, cuyos materiales se han
Siguiendo la misma tónica, destacamos una pieza en diferenciado por su inclusión en distintos lotes.
forma de catino troncocónico con arranque de base
polipoda (n0 7). Capa Superficial. Sin lote.
Entre materiales de toda época, seleccionamos tres
Capa 11. Lotes 49/54 +187.8701+187 760 -al’ fragmentos singulares: un borde de
0 3); un fragmento dentado
borde de barniz
y cuerpo,
Escasos fragmentos similares. La pieza n0 2 (del lote negro aático
hecho (n con resalte e incisiones corridas (n0 2) y
mano,
54) es parte de una base trípode que pudiera un galbo a torno, de vasija de almacén, decorado con
corresponder a la vasija antes citada (capa 10). una gran estampilla figurativa. Representa, en este caso,
un antropomorfo ornitocéfalo y gran cabellera o tocado
Capa 13. Lote 73 Sector al Este del muro 4. -0.22 de plumas (n0 1) (Figs. 12.5, 16.1, 17.4).
Continúan las piezas a torno y pintadas en bandas Capas 1, 2, 3 y 4. Lotes 14, 21, 22, 36, 39, 24, 38, 27,
rojo vinosas, cuya catalogación pudiera ser de épocas 39, 25, 26, 29.
anteriores. Presenta, junto con cerámicas romanas, medievales
y modernas (que son prácticamente predominantes en
Valoración general: todas las capas) numerosos e importantes fragmentos de
Con las reservas necesarias, creemos que las capas cerámicas grises (negras), lisas y de aspecto
8, 9, 10 y 11 pudieran fecharse en época prerromana orientalizante, junto a otros hechos a mano, y con
(esp., 8), sin presentar remociones importantes, que en resaltes e incisiones o digitaciones, y a torno, pintados a
todo caso afectarían a estratos inferiores. A partir de la bandas rojizas. Se documenta, asimismo, una fusayola
capa 13 parecen presentarse niveles de ocupaciones troncocónica (Capa 2. Lote 22, n0 6), un fragmento con
anteriores, como confirmarían los materiales de la capa “barniz” tardío ibero-turdetano (Capa 2. Lote 36, n0 12)
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Fig.- 4.1. Extensión aproximada del oppiduxn protohistórico de Badajoz.4.2. Localización de los principales cortes con
materiales prehistóricos.
154 LUIS BERROCAL-RANGEL
y. entre las produciones comunes a torno, un cuadrículas del mismo sector 24.
estampillado de polígonos radiados (Capa 3. n0 9).
CORTE 24E. CAMPAÑA DE 1982:
Capa 5. Lotes 25 y 26 Sector B; Lote 29 Sector C.
Material mezclado de todas las épocas, desde la Corte emplazado en la misma zona que el anterior, y
Edad Moderna al Calcolítico, sobresaliendo unos paralelo a éste. Sus materiales protohistóricos se
destacados toros y grifos pintados (Valdés, 1988: 275), reducen a cuatro fragmentos superficiales, entre los
muy similares a los de Aguilar de la Frontera, entre cuales destaca un borde decorado con “barniz” tardío
otros meridionales (Blanco, Luzón y Ruiz Mata, 1969: ibero-turdetano (n0 3) (Fig. 4).
147, figs. 8 a 30; Murillo, 1989).
Los galbos presentan una pasta grisácea con engobe CORTE 24’, CAMPAÑA DE 1984:
siena y, sobre éste, se destacan los motivos con pintura
blanquecina y ocre-rojiza, de forma que se aproximan Situados al lado de los anteriores, presenta estratos
técnicamente a lo que ha sido denominado “tipo Lora con materiales protohistóricos mezclados con cerámicas
del Río” (Remesal, 1975: tipo A; Cháves y Bandera, modernas, medievales y romanas, desde la superficie a
1986). Por la homogeneidad de la pasta es suponible la capa inferior, en una secuencia semejante. Entre los
que procedan, todos, de una misma gran vasija aunque, primeros destacamos algunos galbos de producción
como apuntó Murillo (1989: 150), la homogeneidad de campaniense o “afin”, de forma inclasificable, buena
estas piezas es tan notable que cabe presumir, con gran calidad en pigmento y pasta anaranjada de tipo A, en el
parte de acierto, que proceden de un mismo taller o, al lote 13 de la capa 1 (n0 23-147).
menos, de una misma zona productiva. Lo que
sorprende es su hallazgo en un yacimiento tan al Oeste CORTE 24”. CAMPAÑA DE 1984:
y al Norte como es el Cerro de la Alcazaba, dado que su
dispersión, hasta el momento, se encontraba bien Como el anterior, situado en la misma zona central,
definida en torno a la Cuenca media del Guadalquivir. muestra la mayoría de sus estratos revueltos, con
Con todo, la consideración de piezas exóticas (aquí materiales modernos, medievales, romanos y
más, evidentemente), aunque sean productos de protohistóricos. En superficie se localizó un galbo de
importación peninsular, no ratifica más que su carácter skypbos ático de figuras rojas (lote 9 n0 67 - Fig: 10.5),
alóctono, que debe implicarse con la irrupción de reconocible en la decoración de un ejemplar de
nuevos materiales de raigambre orientalizante Castellones de Ceal, bien fechado en la primera mitad
aparecidos en estos yacimientos estratégicos del interior del siglo IV a. C. (Rouillard, 1991: 167). Junto con
de Occidente a mediados del siglo VII a.C. algunos fragmentos grises fabricados a torno, y a mano,
Esta fecha viene a ratificar la secuencia propuesta y localizados en las capas 1, 2 y 3, poco significativos y
para las piezas figuradas en policromía que, para escasos, aparecen siempre otros más modernos. Sólo el
Murillo, no deberían alcanzar el siglo V más que en nivel inferior, qa, parece presentar materiales
casos aislados y arcaizantes (1989: 154). prehistóricos en su totalidad.
Con ellos, un amplio grupo de cerámicas
protohistóricas, con estampilladas (n0 14) o pintadas CORTE 24 A. CAMPAÑA DE 1984:
bícromas (n0 101), y un fragmento con “barniz” tardío
ibero-turdetano (n0 109). Se localiza en la misma zona central, en su limite
Sureste. En este caso, su estratigafía muestra escasos
Valoración final: signos de remoción, especialmente, a partir de la capa 3,
Es obvia la profunda remoción de las tierras y bajo la cual los materiales son pre- y protohistóricos
materiales afectados en este corte. Sólo en las capas (Fig. 5).
inferiores aparecen bolsadas calcoliticas y de la edad En la Capa superificial y en la n. 1, entre cerámicas
del Bronce que se muestran poco mezcladas (capa 5 medievales y romanas, junto con un fragmento de
Sector 41), aunque preceden a la capa inferior, sobre la campaniense A (n0 42) se localizan escasos materiales
misma roca, en la que también se documentan perromanos, vasijas a torno grises y oxidadas pintadas
fragmentos musulmanes. (n0 3) o estampilladas con polígonos radiados (n0 1) y’
Con todo, la importancia del registro es notable hechas a mano, decoradas con incisiones (n0 12, 15).
(galbos con toros y grifos “policromos”, cerámica
orientalizante, ática de barniz negro, grandes Capa 3. Lote 23 + 213.019/202.809 -1221
estampillados figurativos, “barniz” rojo ibero-turdetano, Materiales prerromanos en su gran mayoría. Podría
romana, etc.) y evidencia lo que se pueden encontrar en considerarse una capa inalterada, que muestra algunos
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recipientes a mano, junto a una mayoría a torno, grises, corte por su parte central, presenta un amplio conjunto
oxidadas pintadas y comunes, así como algunas piezas de materiales, en especial el lote 48, que pueden
menores de hierro y bronce, de difícil interpertación. considerarse como protohistóricos en su totalidad. Sólo
Destacamos la presencia de una fusayola con la presencia de un borde de vidrio romano rompe la
impresiones puntilladas (Fig. 14. n0 7). homogeneidad formal y decorativa de las cerámicas y,
por ello, (y porque los estratos inferiores presentan una
Capa 4. Lotes 24 y 27 + 202.809/202.469 -1234 estatigrafia anterior válida, confirmada por el paralelo
Más numerosos que los anteriores, se presentan desarrollo del corte conjunto 24A) creemos que no hay
materiales prerromanos homogéneos, sin duda por la problema en considerarlo como mera intrusión.
escasa o nula remoción de su capa. Destacamos los Entre los restantes materiales destacamos un
numerosos fragmentos a torno, grises y oxidados, los numeroso grupo de cuencos y escudillas grises, en el
primeros de pasta y superficie negra, los segundos lote 48, junto con el 74, con mayoría de cerámicas
decorados con bandas rojas o moradas. La pieza n0 17 hechas a mano y algún estampillado de polígonos
responde a una base de campaniense A, cuyo barniz radiados (Fig. 4.1, n0 9). En el primero de éstos,
aparece desvaído o ultrapasado de cocción, pese a la documentamos un fragmento de probable galbo de
buena calidad que tiene (Fig. 14.6). quemador.
Además se localizaron dos estructuras
Valoración cultural: arquitectónicas, posiblemente de esta fase: “Al bajar
Aunque poco pródigas en restos, puede afirmarse más, apareció nítidamente un muro que cruza la zona
que las capas excavada (mitad Norte) del corte en dirección NF-SO y
3a y 4a presentan un nivel de ocupación
al bajar la tierra que lo rodeaba (AL84/24B/54) se
prerromano estratigráficamente útil (engloban algunas descubrió un murete de menores dimensiones que
cerámicas similares a las de las capas inferiores y, por parte del anterior en ángulo recto y divide la porción
tanto, deducimos que pueden existir restos de Oeste del corte en dos mitades. Ambos estaban muy
remociones prehistóricas). Por el fragmento de compactados con el tapial que montaba sobre el zócalo
campaniense y por la escasez de piezas hechas a mano de piedra y formaba los muros de la construcción.”
(3 de 47, entre los dos lotes), podemos aventurar una (Coronada Domínguez de la Concha, Diario de
fecha relativamente reciente, que no estaría alejada de Excavación, 2-VIII- 1984).
los inicios del siglo II a.C. Las capas inferiores 5 y 6
muestran materiales orientalizantes, del Bronce y Valoración cultural:
calcoliticos. La relación estratigráfica de este corte confirma la
del anterior, con capas superiores (Sup., la, 2~>
CORTE 24 B. CAMPAÑA DE 1984: formadas por bolsadas de tierras grises, rojizas y
amarillentas, y con materiales cerámicos mezclados;
Paralelo al anterior, mantiene una sucesión otra, intermedia, cerrada por un pavimento de guijarros
estratigráfica similar, conclusión lógica si tenemos en (
cuenta que sólo le separan un testigo de 1 m. de anchura 3m) que, claramente, es datable en momentos
(Hg. 4). prerromanos y bajo la cual las capas 4a, 5a 6a y 75
Las Capas Superficial y ja muestran materiales muestran cerámicas más antiguas, propias de épocas
cerámicos mezclados, con fragmentos oxidados y orientalizantes, del Bronce y calcolíticas.
pintados, junto con un borde 0y 65). galbo pintado con
“barniz” tardío ibero-turdetano (n CORTE 24 E. CAMPAÑA DE 1986.
Capa 2. Lotes 21/38 y 41/42 + 202.749/202.619
0.13 La siguiente campaña, entre otros objetivos, intentó
Son materiales protohistóricos en bolsadas de tierras completar la infonnación sobre los estratos pre- y
grises y amarillentas, mezclados con otros medievales, protohistóricos confirmados en esta zona central. Tal
pero con una presencia cada vez mayor de los primeros. objetivo fue ampliamente cumplido con la apertura de
Destacamos algunos estampillados con polígonos esta nueva cuadrícula, 24 F, que propició la localización
radiados (lote 38 n0 15, 20), una cierta presencia de de la misma estratigrafía, pero mejor conservada y
vasos hechos a mano y otros, a torno, pintados en rojo o definida en bolsadas, gracias a la función de un
en “barniz” tardío (lote 21, n0 4). pavimento medieval o moderno que cubre los estratos
indicados (Figs. 4 y 6).
Capa 3. Lotes 44-48-74 + 202.749/202.619 0.13 Capa 1. Lote4
Sellado por un pavimento de guijarros, que cruza el Junto con cerámicas musulmanas y
romano-imperiales, localizamos fragmentos de dos
ELOPPJDUM DE BADAJOZ 157
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Fig.- 61. Perfil oriental del Corte 24 F. 6.2. Plantas de los estratos prerromanos del Corte 24 F.
LUIS BERROCAL-RANGEL
158
Capa 6. Lote 22 /202.279
cubiletes de “Paredes Finas”, que consideramos
republicanos o, al menos, augusteos (n0 9 y 149, Formas Materiales de características similares a los
XVIII de Mayet y 24A de Vegas). Junto a ellos, anteriores (especialmente con la capa 4), aunque más
aparecen cerámicas a mano y a torno, con un fragmento genéricos. Destacamos exclusivamente la presencia de
de quemador entre las primeras (n. 39). un fragmento de probable quemador (Fig. 10.1, n0 23) y
otro de borde, cuerpo y asa de ánfora ibero-púnica (Fig.
Capa 2. Lote 8 + 202.759/202.509 0.25 9, no. 29), de perfil similar a las de Cancho Roano
Continúan las pautas observadas en la capa superior. (Maluquer de Motes, 1981: 289).
con una presencia muy escasa de materiales Por ello que la datación de este estrato sería propia
prerromanos (2 fragmentos). de momentos de transición hacia la Segunda Edad del
Hierro, algo factible de aceptar, habida cuenta de la
Capa 3. Lote 19 /203.209 numerosa presencia de cuencos grises a torno y de
Contrasta este panorama con el presentado en la vasijas hechas a mano de tipología orientalizante
siguiente capa, donde la gran mayoría de los fragmentos (Lomo. 1988-1989: forma 1).
pueden considerarse prerromanos, sin que por ello
falten algunos ejemplares de cerámicas musulmanas y Capas 7 y & Lotes 23/29
romano imperiales. Se confirma la presencia de restos Con materiales similares a los anteriores podrían
de cubiletes de “Paredes Finas” (Fig. 15.9, n. 46), que englobarse en el mismo momento o considerarse como
pudieran proceder de los mismos vasos que los de la propios de un período inmediatamente anterior que, no
capa 1 y, junto a ellos, vasijas hechas a mano y otras a creemos, deba alcanzar el siglo VI a.C.
torno, oxidadas y pintadas en rojo vinoso (fragmento n0 Como la capa 4, se localizan sobre un pavimento de
91 de “barniz tardío ibero-turdetano). Entre los tierra endurecida, sobre el que se apoyaba el ánfora y
estampillados documentamos tipos muy conocidos, cuya presencia parece responder a un momento
como los polígonos radiados, reticulados y triángulos, relevante en la secuencia ocupacional de La Alcazaba,
generalmente en matrices de tamaños medianos y dado que bajo él se definen claramente capas y
pequeños (Fig. 15.4, n0 121, 125. 126, 132). materiales de tipo orientalizante y del Bronce, similares
a los localizados en el Corte 14 (Fig. 6.1). Dicha
Capa 4. Lote 20 /202.479 relación se confirmará en la estratigrafía del Sector
La presencia de una importante bolsada Puerta de Canos y será fundamental para una
protohistórica, poco diferenciada de los estratos delimitación convencional entre las Fases III y II de
inferiores, se confirma en la siguiente capa, este yacimiento.
parcialmente sellada por un pavimento de guijarros que
la recubre. En general son muy numerosas las escudillas Valoración cultural:
grises (negras), lisas, a veces con algún grafito (n0
24-50), mientras que escasean las pintadas o decoradas Presenta una estratigrafía completa, pero de difícil
con otras técnicas. Destacamos un ejemplar gris inciso definición. Las capas 4, 5 y & (la 7~ y 8 creemos,
peinado (n0 41). están supeditadas a la última de estas tres) permiten,
observar junto con los materiales revueltos de la 32, un
Capa 5. Lote 21 /203.169 desarrollo completo de la evolución de la Segunda Edad
Conjunto de materiales cerámicos protohistóricos, del Hierro.
poco diferenciados de la bolsada que conforma la capa Partiendo de las fechas proporcionadas por el ánfora
4, pero que podríamos considerar prerromanos en su ibero-púnica, generalmente consideradas en el siglo V
totalidad, en razón a de la presencia de estampillados, y, en función de ello, extrapolables para las capas 8, 7
estampilla figurativa (Fig. 12.4, n0 32), que permite 6a, observamos una cierta diferenciación con los
1?
192 192
191 191
Fig. 7.- Plantas de estratos prerromanos yperfiles del Corte SPC <Campaña de 1984).
160 LUIS BERROCAL-RANGEL
A A’
L ‘95
594. - (94
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Pcvimento
grk y cal.
— >92
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Fig.- & Plantas de estratosprermmanos yperfiles del Corte SPC 1 (Campofia 1986).
¡62 LUIS BERROCAL-RANGEL
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‘9 z 16 SPC/7/23. i SPCI¡36/20.
1~~
AIB4/SPC/7/22.
‘4
Fig.- 9. Cerámicas del Nivel de ocupación lilA (±450 - + 375 a.C.): 1. Vasijas fabricadas a mano; 2. Cerámicas grises a
torno; 3. Cerámicas oxidadas, a tomo; 4. Vasijas de cerámica común, a torno.
164 LUIS BERROCAL-RANGEL
— — —
1 AIBA/SPC/7/41.
-9
5-.
4 s § AIP.5/SI’U t/~/l2.
0 28); 3.
Fig.- 10. Cerámicas del Nivel de ocupación lilA: 1. Vasijas “a mano” caladas, incisas, impresas y “estampilladas” (n
Carámicas oxidadas, modeladas al torno y pintadas en rojo y negro; 5. Cerámicas áticas de Figuras rojas.
ELOPPJDUM DE BADAJOZ 165
y.
MM 8 AIM/SPC/’~’RroDee.
4
e- ~ /SPI/4/47.
y
Fig.- JI. Perfiles cerámicos del Nivel ¡1h42 y ¡¡IB (±375/330 y ±330 - 200 a.C.): 1. Vasijas hechas a mano; 2. Vasijas
grises “a torno”; 4. Vasijas comunes ‘a torno”; 7. Fusayola con impresiones de granos; & Fíbula anular de timbaL
166 LUIS BERROCAL-RANGEL
4.
¡ -a
MM 3
1
Á11Q241¡21¡l
1’ 5,5 ÁtM2/24D/SUP/3.
4-
Fig. - 12. Cerámicas del Nivel ¡¡¡A2 y lilA: 4. Cerámicas comunes, modeladas a tomo y estampilladas; 3. Vasijas oxidadas,
a to mo” y pintadas en rojo; 5. Cerámicás áticas de Barniz Negro
168 LUIS BERROCAL-RANGEL
AIN/sPc 11112
1
1. AMI/SP? 1/11/24.
hTJff
1sPr í/íi/s m
m
A ¡:7 SP? 1/II/fi.
AISS/MI/¿I/l1 24F 6 AB
gr
-. — s
Fig. - 13. Cerámicas del Nivel ¡¡1A2 y ¡lIB: fragmentos hechos a mano y decorados con incisiones, impresiones,
estampillados y calados.
170 LUIS BERROCAL-RANGEL
Ambos se documentan sobre un tercero, anterior, en El Alentejo: Vale Pincel, Cabego da Mina o
con cerámicas áticas de figuras rojas (“Horizonte de las Caramujeira; y en Andalucía Occidental: Papa Uvas,
Copas Cástulo”) y una fecha oscilante entre mediados Valencina de la Concepción o el Cabezo de los Vientos,
del siglo V y la primera mitad del IV a.C. (capa 4 de Morales y Sierra Palacios (Enríquez Navascués, 1990:
SPC y 6 de SPC 1). 192 Ss.; Silva y Soares, 1976-1977: 179 ss.; Gomes,
Monteiro y Serráo, 1977: 35; Fernández y Oliva, 1985;
Martin de la Cruz, 1985-a y 1985-b: 204-205, y 1986;
Piñón Varela, 1987; Gavilán, 1986; Carrillero et alii.
IV.DESARROLLO y EVOLUCION CRONO-
1982: 129 ss.). Destacan, entre éstos, las cazuelas de
LOGICA DEL HABITAT.
carena baja y cuerpo muy abierto, cocidas en ambiente
reductor y bruñidas en superficie (sobre su específica
La cronología propuesta ha sido suficientemente
cotejada en las valoraciones culturales de los cortes con aparición en la Vega Baja del Guadiana contamos con
niveles intactos, aislados o integrados en estratigrafías. dos excelentes trabajos: Enríquez y Gijón, 1989;
Celestino Pérez, 1989), siempre mezcladas con
De ella sólo desarrollamos, con cierta solidez, la
materiales de épocas muy posteriores. Estas cerámicas
referida a los niveles de ocupación prerromanos (Fase
encuentran una ocupación paralela en el mismo Fuerte
III), mientras el resto debe entenderse únicamente como
planteamientos generales de referencia, cuya de San Cristóbal y. más allá, sobre el cerro de Santa
confirmación queda supeditada a la publicación de la Engracia y sus declives sobre el río Gévora (Enríquez y
memoria de la excavación5. Domínguez de la Concha, 1984: 567 ss y 573; Celestino
Consideramos como prerromanos (Ss. V al 1 a.C:), Pérez, 1989).
los estratos:
Nivel de ocupación IB: ha sido definidio por
Sebastián Celestino como “Alcazaba II”, en función de
Zona nordoccidental. piezas que se emplazan en momentos más tardíos,
Corte 18, capas 8~, r,, 1o ~ ir. plenamente qalcoliticos, como los “platos de borde
Corte SPC , capas Y, 38 y 4~ almendrado”,\ a menudo con carena exterior, muy
Corte SPC1, capas ~ 4P, 52y ~j~• característico~ del Guadiana, Portugal y Andalucía
Zona Central Occidental: Ixtorizonte Monte Novo y algunas piezas
Corte 24 A, capas 32y 4~ decoradas “a la almagra’ (Celestino Pérez, 1989: 292
Corte 24 B, capa Y. SS.>.
Corte 24 F, capas 38 (remov4i, 48, 52, 6~, 72 y 80. Cronológicamente, con las reservas que implican
estos datos, significativos pero parciales, parece clara la
ocupación del cerro a lo largo dcliii milenio a. C. o, al
Los materiales cerámicos de estas capas, en menos, durante los primeros siglos de éste.
conjunción con los relacionables de otras, removidas Desconocemos si esta fase tiene continuación tras el
(Cortes 1, 2, 3,4, 6, 14, 18, 19, 20, 24D, 24E, 24’ 24” Nivel IB, aunque todos los indicios son negativos,
24 A, 24 B, 24 E, 25 y 25 A), han permitido trazar la siguiendo una tónica general que se observa en los
siguiente propuesta de cronología: poblados calcolíticos de sus entornos y en las Vegas del
Guadiana, en general (Enríquez y Gijón, 1989;
Celestino Pérez, 1989; Enríquez Navascués, 1990).
FASE DE OCUPACION 1: CALCOLITICO y
BRONCE ANTIGUO. FASE DE OCUPACION II: BRONCE FINAL y
PERIODO ORIENTALIZANTE.
Nivel de ocupación JA: Posiblemente se trate del
momento inicial en la ocupación de La Alcazaba, Nivel de ocupación IfA: Este momento pudiera
caracterizado por ciertas capas y bolsadas con responder a un difuso período previo a la llegada de
materiales típicos de la transición Neolitico-Calcolitico materiales orientalizantes. Por las cerámicas recogidas
en el Suroeste, bien conocidos en Extremadura: Cabezo puede augurarse que responden a un hábitat de la Edad
de Araya, Albarregas, La Garrovilla o El Carrascalejo; del Bronce Final que debía ocupar las zonas más
sudoccidentales del Cerro, donde se alcanzan las cotas
más altas. Sus restos, poco consistentes pero claros, se
5. Los estudios específicos de las Fases 1 (Calcolitica) y 11 (Bronce han documentado mezclados con materiales posteriores
Antiguo - Periodo Orientalizante están bajo la responsabilidad de los
Dres. D. Sebastián Celestino Pérezyfl. Juan JavierEnríquez Navascuás, en pequeñas capas sobre la roca madre, como en el
respectivamente. Corte 14 (Valdés, 1978: 11). A la espera de la
ELOPPIDUM DE BADAJOZ 171
conclusión de los estudios específicos, no podemos más skyphos, de una base de crátera de campana de figuras
que definir algunos planteamientos de carácter general rojas y de una o dos copas de “tipo Castulo”, junto con
y, un tanto, provisional. un ánfora iberopúnica, confirman la datación de este
momento (Figs. 9. n. 29 y 10.5). Esta vasija responde a
Nivel de ocupación lIB: Parece bien documentada un tipo de borde y forma general de la más fiel y
en los estratos inferiores de cortes como el C 14, donde antigua tradición fenicia. Así puede clasificarse como
las producciones cerámicas a mano son, al menos, tan variante de los tipos 1.1 y 11.1 de la tipología de Florido
numerosas como las fabricadas a torno, lo que puede ser Navarro para las ánforas del Cerro Carambolo (1985:
un indicio de relativa antigUedad aunque, como hemos 49 1-498). Su cronología oscila desde el siglo VIII al VI
visto, los tipos grises a torno más carácterísticos a.C., para ios primeros, al V a.C., para los segundos,
parecen mantenerse hasta entrado el siglo V a.C. (como tanto en las zonas costeras del mediterráneo como en el
la escudilla de casquete esférico de base plana, de la interior andaluz (Schubart y Niemeyer, 1976, n0 214,
fase II de Medellín, Almagro-Gorbea, 1977: 463 ss. y 558, 631, 634, 682; Pellicer, Escacena y Bendala, 1983,
480; Lomo, 1988-1989: 311.). Por ello, proponemos n0 748; Blanco, Luzón y Ruiz Mata, 1970, n0.81, 96,
una datación inicial a partir de finales del siglo VII a.C., 113 y 140; etc.; Fernández Gómez et alii, 1979,
coincidiendo con la profusión de “cazuelas” carenadas n0.543-l 1; Blanco y Rothenberg, 1981.fig. 276.20;
hechas a mano en pastas reductoras depuradas y Blanco, Luzón y Ruiz Mata, 1970, no 307, etc.). Parece
superficies bruñidas que, en pocos casos, se presentan que, además de más moderna, la segunda forma está
más extendida (11.1), constatándose su presencia en
con formas decorativas geométricas, tanto al exterior
como al interior. Cancho Roano en momentos del siglo y, datación que
A partir de estos momentos, que podrían suponer la creemos oportuna para los contextos en los que aparece
irrupción de los materiales directamente realizados bajo en Badajoz (Maluquer de Motes, 1981: 288, n0 7320,
influencias fenicias y orientales en general, la fig. 9 con dibujo algo diferente del original).
ocupación del cerro entra en una dinámica de desarrollo Sin duda la perduración, en el interior peninsular,
del uso o de las costumbres de las grandes vasijas y
que finalizará, nuevamente, con la aparición de otros
materiales foráneos que, en este caso, definirán una ánforas, es algo que deja profunda huella en los siglos
floreciente Fase III (especialmente clara desde finales prerromanos. Se explica así que, frente a la patente
del siglo V), típica del período prerromano que escasez de ánforas fenicias o iberopúnicas, contraste la
denominamos céltico. abundancia de vasijas de almacén indígenas, que
adoptando rasgos propios y singulares (como las bases
troncocónicas) presentan cuernos y bordes derivados de
FASE DE OCUPACION III: PERIODO
PRERROMANOo CÉLTICO. las anteriores (Fernández Gómez, 1986: 864;
Berrocal-Rangel, 1988-a: 55-58 y 1992: 107 y 112-115;
Fernández Corrales, Sauceda y Rodríguez Diaz, 1988:
Nivel de ocupación ¡¡JA: fechado desde finales del
siglo VI, o inicios del V, hasta los comienzos del IV a. 86).
C. Continuación ininterrumpida de los periodos Por su parte, las cerámicas griegas han de verse en el
anteriores, se reconoce por la presencia mayoritaria de contexto de aparición masiva que, desde hace unos
cerámicas a tomo grises, a menudo de pastas y años, caracteriza el siglo V y IV del Occidente
superficies negras, pulidas o bruñidas, que las peninsular, desde los conocidos hallazgos onubenses a
diferencian de sus inmediatos precedentes los más recientes de los castros gallegos.
orientalizantes (Almagro-Gorbea, 1977: 463-465, tipo En este sentido, las cerámicas áticas de Badajoz
2; Pellicer, Escacena y Bendala, 1983: 78-79; Lorrio, tuvieron dos vías de penetración (Fig. 2.1): por el Sur, a
1988-1989: 283-314). La cronología relativamente baja través del cauce del Guadiana o de una ruta paralela,
siguiendo la que desde Huelva pasa por Tejada la Vieja,
para estas pastas y bruñidos negros parece ratificarse en
Cancho Roano, correspondiendo a los tipos C y D de Cerro Salomón, Mesas do Castelinho, El Castañuelo,
Cerro Macareno, donde se concentran en los niveles del Azougada. Capote, Beja y finalmente, Badajoz.
17 al 15 -segunda mitad del siglo VI y primera del Va. Probablemente este sea el camino más utilizado, a
C.- (Maluquer de Motes, 1981: 307; Pellicer et alii, juzgar por la concentración y riqueza de materiales,
1983: 79; algo parecido ocurre en Medellín 3b, pero no puede olvidarse que la penetración desde la
Almagro Gorbea, 1977: 478) y algunos materiales costa atlántica occidental, por desconocida que sea,
importados, como los Icylikes y demás elementos de existió y que es la más cercana a nuestro yacimiento:
Alcácer do Sal, Castelinhos da Serra, castro de
vajilla ática barniz negro e, incluso, de figuras rojas
(Figs. 9 - 10). Vaiamonte y de Segovia son puentes lo suficientemente
La presencia de un fragmento indiscutible de próximos como para no obviarlos. Una tercera ruta, por
ELOPPIDUM DE BADAJOZ
173
4~ AISfi,’24F,’I9,126. MM/24F/í2/121.
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1c. miO
5 AJMfi4F/LU/15.
Fig.- 15. Cerámicas del Nivel de ocupación ¡lID (±150 - + SO a. C.): 1. Fragmento cerámico hecho a mano y decorado 0 30)
cony
impresiones
pintada puntilladas;
en rojizo (n0 15);24.Cerámicas
Cerámicasgrises “a hechas
comunes torno’; con
estampilladas; 3. Cerámicas
tomo, aplicada y digitadaoxidadas,
(n0 120) y“aestampillada
torno”, incisa
(n0(n121); 9.
Fragmento de borde de Paredes Finas republicano.
174 LUIS BERROCAL-RANGEL
1.
y ~: 12 ÁMI/24Á/l4/fl/l5.
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‘& 17 AL79/14/35/ll2
1/ho ‘4f~~
Fig.- 16. Cerámicas representativas de las producciones “a mano” y procedentes de capas con materiales revueltos:
digitadas (n06-46), incisas (n” 15. 1-27, 2), inciso-peinada (n”J ¡7), impresaapeine<n0112)ycalada (n0 39).
ELOPPIDUM DE BADAJOZ 175
el Este, a través de la Meseta, con su presencia en cierta seguridad, este punto aún no se ha confirmado.
Cancho Roano y Medellín es la más conocida y sin Los estampillados, tanto sobre vasijas a mano como
embargo la que creemos menos factible habida cuenta a torno, son unos de los rasgos más característicos,
de la lejanía espacial de estos yacimientos y el junto a la cerámica a mano decorada, del mundo
desconocimiento de sus “puentes” (podrían localizarse prerromano del Sado - Guadiana inferior (Figs. 11-13).
en Alange y en los entornos de Lobón), en contraste con Estos estampillados, presentan, junto a esquemas
las otras dos (Fernández Jurado, 1987-a: 317 y 323-325, conocidos en círculos meseteños como Cogotas II o
y 1987-b: 193; Del Amo, 1978: 307; Ferreira, 1971: Valdepeñas (Cabré, 1930 y 1932; Cabré et ah, 1950;
313-332; Rouillard, 1975: 45-47; Gomes, 1983: 206; Fernández Gómez, 1986; Hernández y Hernández et
Gamito, 1981 y 1983; Almagro-Gorbea, 1977; alii, 1989; Velez Rivas y Pérez Aviles, 1987: 195; etc.),
Maluquerde Motes, 1987: 27-44; etc). tipos y rasgos específicos del Suroeste, como una
Sea como fuere parece claro que, en el Suroeste, a temprana aparición que, de confirmarse las fechas de
partir de mediados del siglo IV a.C., estas cerámicas Gamito para Segovia, seria las más antigua. No
dejan de aparecer, para entrar en una ausencia de vasos obstante, los estampillados de la Alzacaba de Badajoz o
de importación que se prolongará hasta la aparición de de Capote difícilmente parecen alcanzar el siglo V a.C.
las primeras Campanienses, tal como deja en evidencia en antiguedad.
el nivel 3 de Capote, Belén, Garváo y otros poblados
con fase reconocida a lo largo de todo el siglo III a.C. Otro de los rasgos es la proliferación, en esta fase,
Punto y aparte merece la presencia de vasijas a de las estampillas de grandes motivos geométricos, de
mano que, sin bien no muy numerosas, siempre cuyos tipos, los que llamamos “polígonos radiados”, son
aparecen, con tamaños medianos y grandes, acabados los más abundantes y característicos (Hg. 17.4 n0. 9).
alisados o groseros y decoraciones aplicadas e impresas, Sobradamente conocidos, tanto en el Alentejo (Arnaud
siendo frecuentes los cordones digitados. Sus paralelos e Gamito, 1974-1977, f¡g: 2.97) como en el occidente
pacense (Capote, La Pepina, Belén, etc.), se presentan
y similitudes más cercanos se datan durante el siglo VI
a.C. en el vecino castro de Segovia 1, prolongándose en número y dimensiones similares a los de la región de
hasta fechas prerromanas. Pero, a diferencia del Elvas, tanto en Segovia como en la necrópolis de
Chaminé (Gamito, 1981, 1983 y 1988; Viana e Deus,
desarrollo estratigráfico planteado en este último
1950: fig. 3.b). Las estampillas de este momento en
poblado (Gamito, 1981: 34-35), las decoraciones
estampilladas de grandes matrices geométricas no Badajoz responden a estos patrones pero, además,
aparecen en La Alcazaba hasta un momento postenor. presentan otra novedad, como son los estampillados
Este nivel de ocupación se localiza, con seguridad, figurativos.
en las capas 42 de SPC; & de SPC 1, y &, 72 y 8~ de 24 Aparecidos por vez primera en la campaña de 1984,
F. En ninguna se han documentado restos constructivos
las grandes improntas con figuras de caballo de una
de consideración, no así en momentos inmediatamente
gran vasija de alinacén se han visto aumentadas por
posteriores (cerámica ática de Barniz Negro, fíbula otras con la representación de un guerrero a pie y
anular de timbal) cuando, en las capas SPC/3 y SPCL/4 algunos motivos desconocidos por su conservación
y 5, se registran los muros y el pavimento de cal y parcial (Fig. 12.4 y 17.4 n0. 1). Además las
adobes de una estancia, con probable techumbre
excavaciones han permitido su situación estratigráfica
vegetal, propias del momento final de este período que
en momentos claramente prerromanos (capas 2 y 3 de
podemos denominar A2 (375- 50/330 a.C.).
SPC/SPC 1, capa 5 del Corte 24F). Los paralelos a tan
valiosas producciones son muy escasos. Conocemos los
Nivel de ocupadón ¡lIB: fechado en la segunda más cercanos en Capote, también con representación de
mitad del siglo IV y a lo largo del III a.C. Es clara
caballos y pegasos, pero con menor riqueza figurativa ~.
continuación del anterior, con estructuras renovadas que Más allá, sólo algunos ejemplos alsíados permiten
recrecen los muros más antiguos (véase la estancia avanzar algo más en el conocimiento de estas singulares
citada, ahora con pavimento de guijarros, del SPC 1
piezas, como un fragmento superficial procedente del
SPC 1).
poblado de Valdepeñas, en la colección del padre
Su principal característica es la introducción masiva
Belda, y otro, también superficial, del leridano de
de las técnicas decorativas estampilladas en la cerámica
común a torno y a mano. Ello no significa que no
aparecieran en la fase anterior (especialmente en la A2), 6. Una apreciación. en Capote lasfiguras estampilladas lo son enposi-
como parece sugerir el avance de la estratigrafía de tivo, hundidasfrente al contorno; en Badajoz, en negativo, lo hundido
Segovia (Gamito, 1981: 35, fases 1 y II, y 1983: 70-72), es el contornofrente a la figura realzada (Berrocal-Rangel, 1992: 1dm.
pero en los materiales de Badajoz, documentados con 5).
176 LUIS BERROCAL-RANGEL
4, A = 45 A182¡241/24/9.
A1fi2/24D¡SUP/I. — —
6.
AIflfl/25A/74/lA.
3.
2. . A1B6/25/26/20
rl
7=26.
y
Fig. 17. Cerámicas representativas de las producciones a torno y decoradas, procedentes de capas con materiales
-
—
ELOPPIDUM DE BADAJOZ 177
8’ = It AIYR/I/30/U,l ti
3. y
A’ = AM6¡2~Q7l 47.
Át79/14/4%’8.
Fig. - 18. Cerámicas representativas de las producciones a torno, lisas o pintadas, procedentes de capas con materiales
revueltos: 2. Grises de pasta negra y pintura rojiza; 3. Oxidada, pintada en rojo; Comunes (con nervios obscuros).
ELOPP¡DUM DE BADAJOZ 179
1988: 275). De las posteriores, quedan las murallas, prehistórico en torno a Badajoz. Desde los primeros
algunas minas interiores y las notables excepciones del momentos de su registro arqueológico, por los inicios
Museo Arqueológico Provincial y del viejo Hospital del III milenio a. C., la posición dominante del poblado
Militar. Sólo una investigación intensiva, que recogiese calcolitico de La Alcazaba fue notoria, compartida con
todo fragmento o resto, por despreciable que pueda su gemelo del Fuerte de San Cristóbal. Ello es evidente
parecer, permitiría extraer conclusiones sólidas que cuando se confrontan con el resto de asentamientos
ratifiquen la importancia que, su emplazamiento e contemporáneos en su entorno inmediato, en llano y
historia moderna, parecen presuponer. Por ello con sus secuencias de ocupación, esporádicas o
opinamos que, tras una década de excavaciones (1977 - estacionales (Santa Engracia, El Lobo, Gévora, Torre
1986), se ha logrado un nivel aceptable en la Quemada, Casa Blanca, etc.) (Fig. 2. 2).
localización de restos y niveles, culminado con la Tal es el planteamiento desarrollado por Sebastián
documentación de la importante secuencia mueble e Celestino para estos momentos: “La Alcazaba debió
inmueble de los estratos del Sector Puerta de Canos. tener una función centralizadora de la economía de
Gracias a ello hoy podemos intentar algo que, hace estos poblados: primero, por su situación estratégica,
escasos años, parecía imposible, como la anterior dominando la llanura formada por la Vega y los vados
propuesta de cronología y la definición de las pautas de que jalonan el Guadiana y, en segundo lugar, por la
aparición espacial de los materiales prehistóricos (Fig. presumible continuidad del hábitat en el Cerro
4.1). (1989: 320) y tal es nuestra concepción para épocas
Estos tienen una dispersión muy clara: a lo largo de posteriores, sin que podamos dar una explicación sólida
las mitades meridional y occidental de la Muela, sobre al hiatus aparentemente registrado durante el Bronce
las zonas más altas del yacimiento. La irregularidad de Pleno.
la roca madre, facilitada por su escasa solidez Como Medellín, el oppidum de la Alcazaba parece
comprobada en los diferentes sondeos, debió originar ocuparse (en este caso, reocuparse) en momentos
una orografía mucho más accidentada de lo que dejan postreros del Bronce Final, con un registré comarcal, de
ver, los rellenos, hoy en día (es difícil suponer como nuevo, reflejado en la proliferación de pequeños
sería el cerro de la Muela en época prehistórica e, yacimientos en llano que aparecen en sus entornos:
incluso, pre-almohade). Es plausible barruntar que el Sagrajas, Céspedes, la misma Santa Engracia-Gévora.
castro aprovechó ciertos amesetamientos irregulares de etc. (Enríquez y Domínguez de la Concha, 1984) y que
los sectores citados, quizá en dos plataformas (de las preludian un momento de acogida masiva de materiales
que la meridional sería la más alta), que ocuparían una orientalizantes, en los mediados del siglo VII a.C.
superficie cercana a las seis hectáreas. Una pieza paradigmática, en estos contextos, son los
Coincidiría así con otros importantes poblados o galbos pintados con toros y grifos que fueron
citanias del mundo prerromano extremeño y del localizados en el Corte 24 D. Como Murillo Redondo
Suroeste, como Nertóbriga o, más al Este, ha sistematizado recientemente, las localizaciones de
Hornachuelos. En tal sentido la sistematización estas grandes vasijas de almacén excepcionalmente
realizada por Alonso Rodríguez Díaz sobre los castros y pintadas son muy similares (eso sí, en las campiñas
citanias de la Baja Extremadura no deja lugar a dudas: cordobesa y sevillana), asociadas mayoritariamente a
no se documentan poblados de gran extensión y los “lugares de hábitat, asentamientos de relativa entidad
mayores no suelen superar las 5 Ha. (Rodríguez Díaz, que constituyen la red primaria del poblamiento dentro
1989: 173 ss.). Una aplicación posterior, que realizamos de esta zona....Todos parecen iniciar su ocupación en el
sobre asentamientos alentejanos y extremeños de la Bronce Final Precolonial, recibiendo el impacto
Segunda Edad del Hierro llegó a similares orientalizante a partir del siglo VII a. C.” (1989: 158).
conclusiones: de 65 unidades válidas, sólo tres alcanzan El párrafo parecería escrito para el oppidum de Badajoz,
las siete hectáreas mientras 33 oscilan entre media y tres pero también puede aplicarse al emblemático Medellín
hectáreas. Para Badajoz calculamos, con prudencia, una (Almagro-Gorbea. 1991: 165). Es más, como éste, el
extensión de 5,25 ha. (Berrocal-Rangel, 1992: 216 ss.), Castro de La Alcazaba tuvo que cumplir funciones
en nada comparable con los oppida turdetanos ni, especiales que permiten suponer, sobre su extremo
incluso, oretanos, como Alarcos, Oreto o, el más meridional (bajo nuestro querido Hospital
cercano, Castro de Medellín, donde la presencia de decimonónico), la existencia de una regia, algo intuido
pequeñas ciudades de más de diez hectáreas de por Martín Almagro-Gorbea para Cancho Roano que se
extensión es tónica habitual (Almagro-Gorbea, 1977: va confirmando día a día (Almagro-Gorbea, Domínguez
28-31). de la Concha y López-Ambite, 1990; Almagro-Gorbea,
Esta constatación no impide comprender el sistema 1992). En este último trabajo, Almagro-Gorbea define
jerarquizado en que se desenvuelve el hábitat las lineas esenciales que permiten comprender el papel
180 LUIS BERROCAL-RANGEL
que juegan las élites locales del interior desde este productos: la Sal. La localización, ya en época romana,
substrato indígena de un Bronce Final, en este caso de los únicos antropónimos no indoeuropeos que
atlántico, hasta su consolidación en el entramado pudimos recoger, entre los procedentes de un probable
exterior que configurará una estructura social centrada substrato indígena, precisamente, en sus entornos
en la monarquía sacra que pudo representar Tartessos pudiera ser un reflejo tardío, pero real, de la presencia
(1992: 40-42). En este sentido comprende Murillo la de estas poblaciones’.
presencia de las excepcionales vasijas de almacén con
frisos, toros y demás figuras pintadas de los siglos VII y Dos poblados, quizá tres, sirven de nexo entre esta
VI a.C., como singulares recipientes de alimentos o alejada “colonia” mediterránea y el oppidum de
materiales suntuosos: “destinados al consumo de unas Badajoz: Castelinho da Serra y Cabe9o de Vaiamonte,
élites por otro lado bien documentadas en el mundo ambos con conocidos materiales griegos de época
tartésico’ (1989:160; Aubet, 1984; Presedo, 1986). tardía, como pudieran documentarse en el vecino castro
de Segovia, Elvas (Correia, e.p.; Rouillard, 1975: 47;
Esta dinámica debió repercutir en un desarrollo Gamito, 1983: 65-78 y 1988).
demográfico y económico continuado, entre los
habitantes del Cerro de La Alcazaba, hasta el siglo V 2) Con todo, aunque en Alcácer la importancia de la
a.C. La presencia de no pocos restos, dispersos, de presencia mediterránea es indudable, su emplazamiento
cerámicas griegas de los momentos de mayor difusión en el estuario del Sado la sitúa en una ruta de
peninsular (entre finales del siglo V y mediados del IV penetración mucho más abierta a llegadas
a.C.) confirman unas relaciones en aumento que tienen septentrionales (favorecidas por el régimen general de
sus reflejos en las primeras estructuras de hábitat bien vientos atlánticos) que meridionales (Berrocal-Rangel,
definidas, pese al carácter disperso de los sondeos que 1992: 30 y 80). Esta constatación, quizá, sirva para
configuran la excavación intramuros. La mejor prueba comprender las relaciones lógicas con otros territorios
la encontramos en la cantidad de materiales cerámicos europeos durante la Prehistoria, pero no da suficiente
considerados prerromanos, la más numerosa, explicación, a juzgar por la Cultura material, al dominio
probablemente, hasta épocas modernas. clásico de pueblos Célticos sobre los territorios del
De ellos es posible extraer dos conclusiones: Sado y del Guadiana: el mismo poblado de La Alcazaba
es un excelente testimonio de transición sin ruptura
1) La carencia de cortes, hiatí o demarcaciones en hacia una nueva dinámica que definirá la llamada
la Cultura material que impliquen una supuesta Segunda Edad del Hierro (por ejemplo, en el Nivel de
ruptura o un arbitrario final para el llamado Período Ocupación TIJA).
Orientalizante. Los materiales griegos son la prueba de
la continuidad, al menos para las primeras décadas, del Sin embargo, una mera visión a los materiales
comercio con el Mediterráneo: bien por las rutas propios de este último período de la Prehistoria, sirve
meridionales, a lo largo del cauce del Guadiana para concluir la fuerte personalidad de un cambio,
(Huelva, Cerro Salomón, El Castañuelo, Azougada, gradual e inexorable, que parece haber ocurrido en
Capote) como por las Vegas del Guadiana, aunándose a las postrimerías del siglo y e inicios del IV: se
la corriente establecida para Medellín y Cancho Roano, mantienen y potencian los gustos y tipos decorativos
pudieron distribuirse los productos de intercambio sobre las cerámicas hechas a mano mientras
(Fig.2.1). No obstante, como indicábamos en el inicio desaparecen, radicalmente, todo material de origen o
de este trabajo, la vía atlántica es la más cercana a La raigambre mediterránea. Por el contrario, aparecen
Alcazaba y esta ruta muestra una especial, y no dominantes nuevas soluciones decorativas o, al menos,
destacada, actividad en estos momentos, cuando se alcanzan cotas de una singularidad sin precedentes,
documentan las fases A y B de Alcácer do Sal, con la como la difusión del estampillado que logra en La
mayoría de las armas recuperadas y con los mejores Alcazaba uno de sus más sobresalientes resultados
conjuntos de cerámicas áticas de Barniz Rojo (lógicamente referidos a las piezas figurativas) mientras
(Berrocal-Rangel, 1992: 95 y 305-309). Este núcleo
costero tuvo que funcionar como regulador del
intercambio exterior-interior que se refleja en sus 7. Nos referimos a BOCCHUS. localizado en Setúbal (GIL 11, 5184) y
exóticos materiales, ya de origen oriental y en el mismoAlcácer (GIL 1135) e. incluso, citado por Plinio como un
mediterráneo como septentrional y centroeuropeo, conocido escritor lusitano afincado en estos lares (NH. XVI: 2J6yXXX-
VIL 24, 97, 127). Sus paralelos son escasamente documentados en
albergando probables grupos de colonos mediterráneos Hispania con algán ejemplo aislado en Corduba que ya llevó aÁlbertos
(fenicios pero, también, tartésicos y turdetanos) que Firtnal a suponer su origen africano, conocida su abandancia en terri-
controlasen la exportación del más importante de sus torio semita (1966: 56; Berrocal-Rangel, 1992: 55).
ELOPPIDUMDE BADAJOZ 181
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Fig. 19.1.- Oppida y ciudades del cuadrante Sudoccidental de la Península, citados por Plinio, Estrabón y los Itineraria.
según sus adscripciones étnicas prerromanas <obsérvese la relación con las cuencas de los ríos principales). 19.2
Localización actual de estas poblaciones y el emplazamiento de Badajoz dentro del área de dispersión de los topónimos en
triga.
182 LUIS BERROCAL-RANGEL
se observa un incremento generalizado del hábitat y un Edad del Hierro en el Suroeste, entre los materiales de
desarrollo funerario que se acompaña de armas en sus uno de los más importantes oppida célticos del
ajuares (Berrocal-Rangel, 1992: 270-288). momento: continuidad porque, desde el mismo
trasfondo orientalizante, se desarrollan,
Todo ello, y otros datos lingúisticos y arqueológicos, innovadoramente, soluciones que tienen sus orígenes en
han servido para definir las características culturales de las viejas tradiciones locales del Bronce Final,
estos pueblos célticos entre los que estaban los mantenidas (y, quizá, obscurecidas para la
habitantes de La Alcazaba y, todo ello no apunta más investigación) durante el Período Orientalizante y
que hacia esa transformación social y política que resaltadas a partir de mediados del siglo V a. C.
Martín Almagro-Gorbea definió como el resultado de !nnovación porque este desarrollo, que en absoluto tiene
una “evolución hacia formas heróicas (de la sociedad) porque depender de aportes demográficos externos (sin
comparable a la documentada en Etruria y Lacio a que por ello los neguemos), se encauza hacia resultados
inicios del siglo VI a. C.” (1992: 43) y a la ocurrida, nos más cercanos a los gustos Occidentales que Orientales,
atreveríamos a incluir, entre los mismos pueblos celtas quizá reflejando una comunidad de orígenes que ahora,
centroeuropeos (pero, como en Iberia, en pleno siglo V) sin la aportación de relaciones orientales, vuelve a
pues no es casual que la vieja etapa hallstáttica, previa, resurgir con nuevas formas. Porque no debe olvidarse
fuese denominada como “Período de los Viejos Reinos” que, junto al estilo y a los patrones de ocupación del
(Brun, 1987: 79 ss.; Cunliffe, 1988: 33 ss; Collis, 1989: suelo, el fondo lingtlistico en el que se encuadra
151 ss.). Lo que síes evidente es la transición entre el Badajoz es plenamente indoeuropeo y, probablemente,
Orientalizante de primera época (de la llamada Primera celtibérico: la tópica dispersión de topónimos en -briga
Edad del Hierro) y el Mundo prerromano como permite documentar la importante incidencia que tienen
respuesta genérica a rasgos y características en el Suroeste (Fig. 19.2) y el mismo nombre de la
compartidas, en gran parte, por lo que conocemos como ciudad, “Badajoz”, es, como los de su entorno, de
Culturas célticas e ibéricas en Occidente (véase, p.e., origen indoeuropeo
Demoule, 1989: 141 ss.), que condujo al desarrollo de
élites guerreras dentro de una comunidad de gustos y EN CONcLUsIÓN, del estudio de los materiales y
estilos que, primero, la cerámica griega y, después, los estructuras prehistóricas recuperados en las
elementos y el arte “laténiense” se encargan de excavaciones de el Cerro de la Alcazaba cabe deducir la
personalizar. importancia real que tuvo este oppidum durante el
Primer milenio a. C. como lugar centralizador de una de
Elementos de estas jefaturas son poco rasteables las más ricas comarcas agro-pecuarias del Suroeste. En
entre el registro del oppidum pacense pero podemos él, se constata una continuidad del hábitat desde, al
recordar la presencia de varios fragmentos de vasos menos, los primeros siglos de este milenio, en el que se
calados, de los que llamamos “quemadores”, repiten funciones comarcales ya atestiguadas en una
relacionados en el Altar de Capote con prácticas rituales ocupación previa, a lo largo del III milenio (Neolítico
concebidas desde ópticas colectivas extrañas a los final -Calcolítico inicial y pleno).
habituales planteamientos mediterráneos (Berrocal-
Rangel, 1992: 194 ss.; 1995, e.p.; Marco Simón, 1993: Badajoz (nombre más apropiado a este estudio
496; Lomo, 1993: 302-305); la misma presencia de una prehistórico que el aplicado por arqueólogos
gran vasija de almacén estampillada con figuras de medievalistas, “La alcazaba”, o el más correcto,
caballos, que nos parece recordar la funcionalidad históricamente, de “El castillo”) aparece, así, como un
aplicada a la otra gran vasija, de época orientalizante, importante poblado del Occidente peninsular, situado
con los toros y grifos pintados, pero con una notable en un entorno atlántico pero íntimamente relacionado
diferencia: mientras esta es un claro producto de con el fenómeno tartésico y orientalizante, hasta el
importación, aunque sea desde alfares peninsulares, la punto de poder conjeturarse la existencia sobre su
vasija estampillada es una típica producción de superficie de una regia similar a la que podemos
tradición y estilo local, singular en sus resultados pero suponer para Medellín, Sisapo o Cancho Roano. Tal
enmarcada en un transfondo técnico (estampillado) y función controladora y centralizadora se mantiene,
estético (abigarramiento y “figurativismo”
geometrizante) muy específico de los Célticos del 8. Según Terrón. 1985: 328, quien plantea una posible relación con el
Suroeste (Berrocal-Rangel, 1992: 284 ss.) antropónimo prerromano Battalus, dado que se conoce, por vezprime-
re, en los códices islómicos como Batalyaws/Bataliaus que es palabra
adaptada al órabe. Nopuede desacartarse un derivado latino, referen-
Con todo ello sólo queremos incidir en el concepto re al nombre del dueño de la principal villa del entorno (ElÁlbercón.
de continuidad e innovación que supone la Segunda Las Tomas, etc.) (Rubio Muñoz, 1984: 138).
ELOPPIDUM DE BADAJOZ 183
0 §0 100Km,
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9
43
Fig. 20.- Patrón geopolítico de los asentamientos protohistóricos del SO de la Península Ibérica; 1, siglo VI a.C.; 2, siglo IV
a. C.
184 LUIS BERROCAL-RANGEL
aunque con relaciones de menor alcance, durante la la relación con las zonas mineras de Segovia-Rico
Segunda Edad del Hierro, integrándose en la red más y Santa Fulalia-Elvas ha debido ser fundamental)
densa y local de poblados, que configuran el mundo para, una vez rotas tales estructuras sociales con la
céltico del Suroeste, como uno de sus enclaves irrupción romana, decaer inexorablemente hasta
controladores y distribuidores de los recursos (en ello, entrada la Edad Media.
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