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DERECHOS HUMANOS
Unidad Curricular:
Ética y Seguridad Ciudadana
Facilitadora:
Magister Hilse Rojas
Autores:
Escobar, Fabio C.I. Nº V – 13.571.971
León, Rommel C.I. Nº V – 11.160.131
Paiva, Juan Pablo C.I. Nº V – 14.528.902
Dice la historia que hace muchos, muchos años atrás, los individuos tenían derechos
sólo por pertenecer a un grupo, una familia o por su clase social. Pero en el año 539 a.C.,
Ciro el Grande, luego de conquistar la ciudad de Babilonia, hizo algo inesperado para su
pueblo, como sería liberar a todos los esclavos a quienes les permitió que cada uno
volviera a su casa. Además, declaró que la gente tenía derecho a escoger su propia
religión. El Cilindro de Ciro como se denominara tal disposición de Ciro el Grande era una
tablilla de arcilla la cual hasta el día de hoy se considera la primera declaración de
derechos humanos en toda la historia del hombre, lo cual rápidamente se difundió hasta
India, Grecia y finalmente Roma.
Luego surgirían aquellos determinantes precedentes que hoy se conocen y fueron
ocurriendo a partir del año 1215, con la Carta Magna que le dio a la gente nuevos
derechos pero además sometió a la ley también al Rey (para la época); seguida de la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos (EEUU) que proclamaba el derecho
a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Surgiendo con la misma fuerza en 1789
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, documento mediante el cual
Francia establecería que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley. Y finalmente en
1948, llegaría la Declaración Universal de Derechos Humanos como el primer documento
que recogía los derechos a los que todo ser humano tiene derecho.
Así pues los derechos humanos se constituirían en algo controversial y para nada
autoevidentes, aún cuando existan algunas teorías que afirman que en cambio son
universales y obvios, existentes en los individuos por el hecho de ser personas humanas y
derivados de la razón, nada ambiguos, ni objeto de controversia, lo cual de alguna
manera origina, tanto en la experiencia práctica como teórica, la ausencia de acuerdos
respecto a lo que los derechos humanos son en realidad de allí que quizás, este tipo de
estudios contribuya a dar continuidad a los análisis que sobre el tema se hacen y se
genere un nuevo punto de vista.
Toda persona tiene ciertos derechos fundamentales, simplemente por el hecho de ser
un ser humano. Se les llama “derechos humanos” en lugar de “privilegio”. Y son
“derechos” porque son cosas que se te permite ser, hacer o tener, los cuales existen para
proteger a todo individuo de actos de otros que quieran dañarte o herirte, son útiles
también para ayudar a las sociedad a llevarse bien unos con otros y así vivir en paz.
Ahora bien, sobre los derechos humanos se han implantado diversas tesis, aún cuando
una de ellas los considera derechos intrínsecos del ser humano, la historia ha dicho lo
contrario cuando se advierten tantas situaciones de discriminación, intolerancia, injusticia,
opresión y, aún en estos tiempos, hasta la esclavitud si se quiere, lo cual ha forzado al
hombre a crear situaciones, instituciones y condiciones para exigir a través de un proceso
histórico y por demás arduo, el reconocimiento de tales derechos, de allí que surgiera
luego de las atrocidades y la enorme pérdida de vidas durante la Segunda Guerra
Mundial, en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas mediante la cual se buscaba proporcionar un entendimiento común de lo que son
los derechos de todos.
Dentro del infinito mundo de datos, información, esfuerzos, creaciones,
improvisaciones y tantas otras manifestaciones hechas en el mundo entero para
conseguir uniformidad a lo que significa tan determinante proceso para una verdadera
vida contenida de paz, justicia, entendimiento y todo cuanto le garantice a la humanidad
una vida digna, surge la teoría crítica de los derechos humanos, la cual supone asumir
dos premisas metodológicas fundamentales respecto al concepto como tal de “derechos
humanos”. Esto se refiere, por un lado a la consideración que se les da como movimiento
social, político e intelectual y, por el otro lado, a su teoría propiamente dicha, que se basa
fundamentalmente en un carácter emancipador con el sustrato indeleble de exigencia
para afirmar su reconocimiento.
Este marco esquemático general, podría buscar inscribirse en el horizonte de una
contribución a una teoría crítica de los derechos humanos que, en las condiciones
contemporáneas, ha de entenderse como un proceso en construcción o una pretensión
que con la combinación de elementos teóricos propiamente críticos y orientaciones
políticas de emancipación en correspondencia con las condiciones socio-económicas,
políticas y culturales del momento histórico, se conforme una perspectiva dominante del
discurso contemporáneo de los derechos humanos.
Lo cierto es que el desarrollo crítico de la teoría de los derechos humanos no ha sido
referencia exclusiva del ámbito jurídico, sino que se ha extendido al de las ciencias
sociales en su conjunto; ha inducido una relativización de sus respectivos campos de
conocimiento y a una interrelación más intensa entre las distintas disciplinas; asimismo,
en ciertos territorios, como la filosofía del derecho y la filosofía política, a un radical y
complementario intercambio conceptual, es decir, se ha desprendido un imperativo
multidisciplinario al discurso de los derechos humanos; exigencia que interpela toda
pretensión crítica y de adecuación a las circunstancias reales de una teoría actualizada de
los derechos humanos. Si bien es cierto que el estudio del tema remite, tradicionalmente,
al terreno jurídico, no menos cierto es que el debate y la investigación están lejos de
agotarse en ese ámbito.
Así pues, el discurso crítico de los derechos humanos tiene que ser parte activa en
esta deconstrucción de los relatos de integración, a lo cual debe sumársele el consuelo
del sufrimiento; su militancia al lado de las víctimas y el compromiso de su teoría con el
desentrañamiento crítico de lo que provoca el sufrimiento, la violencia y la vulneración de
la dignidad de las personas, impone nuevas tareas a la agenda de los derechos humanos.
Una perspectiva crítica de la idea de víctima propicia la apertura a una doble dimensión
epistemológica, por una parte, propiamente cognoscitiva, porque la víctima es punto de
partida metodológico, plausible para una investigación crítica del núcleo básico ético de
una teoría de los derechos humanos y, a partir del estudio de la violencia, porque la
víctima es la mediación necesaria con la dignidad dañada o vulnerada que se implica en
ella.
Conclusiones
Recomendaciones
Referencias Bibliográficas