Los estados de la materia son las distintas fases o estados de agregación en
los que puede encontrarse la materia, dependiendo del tipo y de la
intensidad de las fuerzas de unión que existan entre sus partículas.
Las partículas que forman la materia se agrupan de maneras diferentes;
estas diferencias dan lugar a que la materia se pueda encontrar en distintos estados. Los que se producen de forma natural son cuatro: sólido, líquido, gaseoso y plasmático. En el estado sólido las partículas están comprimidas, por lo que se mueven poco. Esto significa que los objetos en estado sólido presentan una forma y un volumen definidos. Algunos ejemplos de sólidos: la madera, las piedras, los huesos.
Los líquidos no tienen una forma definida, sino que adquieren la forma del envase que los contiene. Algunos ejemplos de líquidos: el agua, el mercurio, la sangre.
En los gases las partículas se encuentran dispersas y alejadas entre sí,
tanto que apenas pueden mantenerse unidas. Por lo tanto no tienen forma ni volumen constantes.
El plasma está compuesto por átomos que han perdido su carga de
electrones al ser sometidos a temperaturas y presiones extremadamente altas. Existen dos tipos de plasma: Plasma frío y Plasma caliente
Algunos ejemplos de plasmas: los rayos de una tormenta, la aurora boreal,