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Eusebio de Cesarea

VIDA DE CONSTANTINO
Luis David Hernández Cruz
Eusebio, diplomático y consejero áulico
La edad de oro de la literatura patrística se abre con la espléndida producción de Eusebio
de Pánfilo1, obispo de Cesarea de Palestina, quien, por veneración y gratitud a su maestro
y amigo, se hizo llamar así, para hacer referencia a que es hijo espiritual de Pánfilo, que
había padecido el martirio en la persecución de Diocleciano. Como Lactancio, Eusebio
pertenece a la generación de Padres de la Iglesia que vivieron y contribuyeron a
configurar los años que transcurrieron desde la persecución del cristianismo hasta su
tolerancia y posterior reconocimiento. Pero mientras que Lactancio nunca llegó a ocupar
un cargo eclesiástico2 ni vivió el triunfo que convirtió al emperador Constantino en el
soberano único (324). Eusebio actuó durante todo el reinado de Constantino como obispo
de la ciudad de Cesárea de Palestina y como confidente íntimo y asesor del primer
emperador cristiano.
Es llamado el titulo honorifico de “Padre de la Historia Eclesiástica” ya que combina el
máximo interés por el pasado con una participación muy activa en la tarea de dar forma
al presente, esbozando la teología histórica del imperio cristiano y teniendo una actuación
determinante en la primera gran crisis teológica y eclesiástica, en las confrontaciones que
giraron en torno a Arrio y su doctrina. Además de ser un historiador y controversista, no
hay que olvidar que Eusebio es uno de los últimos apologistas y a su vez el primer cronista
y archivero de la Iglesia que refleja con más fidelidad que ningún otro autor los cambios
radicales que se estaban realizando en la historia del mundo en esta época.
Parece ser que la ciudad de Cesarea no fue solamente su cuna intelectual, centro de su
actividad literaria y sede episcopal, sino que, también fue testigo de su nacimiento hacia
el año 263. Dicha ciudad se había trasformado en un centro del saber desde que el exiliado
Orígenes fundara allí su famosa escuela; su legado literario constituyo de la base de una
biblioteca, que su mentor Pánfilo amplio, convirtiéndola en sede la ciencia. Inicio sus
estudios históricos siendo aún adolescente como colaborador de su maestro dedicándose
a cuidar de la biblioteca y a su vez realizando estudios de Sagrada Escritura.
Sobre sus escritos
Si exceptuamos a Orígenes, Eusebio sobrepasa a todos los Padres griegos en la
investigación y en la erudición. Era un trabajador infatigable. Continuó escribiendo hasta
una edad muy avanzada. Sus tratados son verdaderos almacenes de citas que extractaba
de obras paganas y cristianas, algunas de ellas que ya no existen. Esto explica que su obra
literaria se haya conservado en su mayor parte, aunque tuviera en contra sus tendencias
arrianas. Sus escritos revelan unos conocimientos tan vastos, que resultan realmente
sorprendentes. Como ya había dicho estudio Sagrada Escritura, demostrando ser muy
versado, al igual que en historia pagana y cristiana, en literatura antigua, filosofía,
geografía, cronología técnica, exegesis, filología y paleografía. Le falta, por el contrario,

1
Cfr. J. QUASTEN, Patrología II, BAC, Madrid 1962, pp.323-325 para una bibliografía más completa
2
Cfr. H. R. DROBNER, Manual de Patrología, Herder, Barcelona 1994, p. 249
completamente el sentido de la forma y de la composición. Ya que “su estilo no es
agradable ni brillante”3 no figura en la lista de teólogos eminentes de la antigüedad, pero
si alcanza la fama eterna por sus grandes obras históricas entre las cuales destacan4 La
Crónica, Los mártires de Palestina y por su puesto Historia eclesiástica. Además de sus
obras históricas, se le unen sus escritos apologéticos, bíblicos y exegéticos, dogmáticos,
discursos y sermones, cartas y panegíricos que será del cual trataremos aquí. Es en este
último genero donde situamos Vida Constantini que analizaremos a continuación.
Sobre la obra
La Vita Constantini, escrita por Eusebio en cuatro libros después de haber muerto el
emperador, contiene la pieza más popular de todo su trabajo más que por su objetividad
histórica de la cual suscita grandes problemas por las innumerables críticas que ha
provocado, así p. e. J. Burckhardt le llama “el primer historiador completamente
mentiroso e injusto de la antigüedad” que puede parecer ridícula si no se tiene en cuenta
la forma literaria que Eusebio desarrolla en su obra, pues más que una obra histórica es
un encomium, con tono elogístico y exagerado.
La Vita Constantini se convierte así en un panegírico del emperador para “decir y escribir
exclusivamente lo que se refiere a su vida agradable a Dios” y para “ensalzar con toda
elocuencia al emperador absolutamente bienaventurado” (Libro I, 11). Hay que recordar
que el elogio al emperador era una práctica habitual5 y obligada en el Imperio romano
desde la época augustea. Alabar las virtudes del emperador con una laudatio, al igual que
vilipendiar en una uituperatio a sus adversarios, era necesario para todo aquel ciudadano
que tuviera aspiraciones políticas o que, cuando menos, quisiera alcanzar, conservar o
recuperar un lugar destacado en la sociedad y en el orden del imperio.
Los panegíricos o sermones públicos como también se les llama, que son pronunciados a
Constantino -siguiendo a J. Álvarez Gómez6- en su honor después de su ascensión al trono
imperial, muestran una rápida evolución religiosa en él; en el 307, el orador apela a los
dioses de la Tetrarquía: Júpiter y Hércules; en cambio en el del 310 al dios de su familia
Apolo, el Sol Invicto. En el del 312 se habla de aquella mente que gobierna todo el mundo,
es decir, se ha convertido en adorador de un dios supremo, religión que recibe el nombre
de henoteísmo. En cambio, en los panegíricos del 313 posteriores al edicto de Milán, el
orador apela a la batalla en la que venció a Majencio, y del secreto que mantiene con
aquella mente divina que se le había aparecido. De estos panegíricos se deduce su rápida
evolución religiosa, del politeísmo, pasando por el henoteísmo, al cristianismo.
Hay que hacer un paréntesis histórico y recordar que al publicarse el Edicto de tolerancia
(30 de abril de 311) firmado por Galerio que reconoce la personalidad jurídica de la
Iglesia, permitiéndoles edificar templos para su culto y exhorta a los cristianos a rezar por
el bienestar del emperador y del Imperio. Es entonces, cuando los cristianos comienzan a
intervenir en los acuerdos políticos religiosos. Pero será hasta el Edicto de Milán (313)
que realmente era un rescripto cuando se reconocerá el principio general de libertad

3
FOCIO, Bibl. Cod. 13
4
Seguimos las que señala J. QUASTEN
5
E. MORENO RESANO, El elogio del emperador Constantino en la literatura cristiana de su época,
Anuario de Historia de la Iglesia, Vol. 22, 2013, pp.83-84
6
Historia de la Iglesia I. Edad Antigua, BAC, Madrid 2001, p. 222
religiosa, cuestión de la que no se habla en el Edicto de tolerancia. Y es en el acontecer
de la obra que estos hechos no ayudan a situarnos respecto a lo que sucedía entre Iglesia
y Estado.
Es así como en sus cuatro libros nos ira desarrollando la línea histórica de la vida del
emperador. El primer libro contiene 59 capítulos que iniciaran con un proemio (1-11) a
raíz de la muerte del emperador; narrando su juventud y ascenso al trono en la tetrarquía
que formo parte su padre (12-24); su campaña contra Majencio en la cual tuvo la visión
de la cruz e iniciara sus motivaciones cristianas (25-48) y culminara en la guerra contra
Licinio (49-59).
El segundo libro tiene 73 capítulos y comienza contando las controversias que giraron en
torno a Arrio, dedicando poco más de 60 capítulos a esta cuestión (1-61).
El tercer libro tiene 66 capítulos y relata la construcción de las basílicas y la destrucción
de los templos idolátricos (25-58). La dedicación de la ciudad de Bizancio a
Constantinopla, así como las medidas tomadas por el emperador (59-66) respecto a las
controversias y la gran lucha después del Concilio de Nicea dentro y fuera de la Iglesia,
creyentes y herejes.
El último libro tiene 75 capítulos y refiere a la política tanto interior como exterior del
emperador (1-13), la legislación cristiana (14-39) que permitió el giro constantiniano, de
imperio pagano a imperio cristiano, así como los últimos años de Constantino (40-75).
La edición consultada se encuentra en español, por la traducción de Martín Gurruchaga
realizada en 1990 y publicada en la editorial Gredos. El manuscrito original se redactó en
griego, y ha sido traducido a diversas lenguas además del español como el alemán, inglés
y latín.
Sobre su composición
Eusebio de Pánfilo siempre fue considerado el autor de esta obra, sólo en la modernidad
se ha puesto en tela de juicio discutiendo su papel infructuoso, tras presuntos errores
inexplicable de un contemporáneo que conoció en vida a Constantino. Más de un
estudioso ha negado a Eusebio la autoría de la obra sin que esas voces se hayan podido
imponer.
Sobre su fecha de composición se deduce del mismo exordio de la obra, de la primera
página del texto y las siguientes, en las que se habla de un emperador fenecido alrededor
del año 337 que marcarían el inicio y que sería culminado en torno al año 340, fecha en
la que muere Constancio II frente a su hermano Constante en Aquileia.
G. Pasquali7 fue el primero en lanzar la tesis de que, en cuanto Eusebio se enteró de la
muerte de Constantino, concibió el plan de dedicarle un panegírico. El viejo obispó lo
compondría de prisa, pero los acontecimientos se iban acelerando, e iba haciendo
modificaciones a medada que llegaban las noticias. Como él había ligado a la obra
objetivos de política eclesiástica, lo que empezó siendo un encomio acabo siendo un
panfleto. Esta me parece una crítica un tanto dura si se entiende que la obra se encuentra
del todo imperfecto e inmaduro para su publicación si se sigue el dato de que la obra fue

7
G. PASQUALI, “Die Composition der Vita Constantini des Eusebius”, Hermes 45 (1910), pp. 369-386
publicada como póstuma por un discípulo de Eusebio: Acacio (tal como sostiene
Pasquali), ya que no fue sometida a revisión por parte del mismo Eusebio. Vemos en
Pasquali una manera de abordar la situación de manera original, llegando a sus
conclusiones desentrañando la composición y elevando un atestado de dobletes, fracturas,
trasposiciones, descontextualizaciones y substratos en los documentos de Constantino.
Con todo el principal opositor a esta tesis fue N H. Baynes quien ha refutado la mayor
parte de los argumentos, diciéndonos que “el mejor modo de hacer justicia a la obra es
leerla como tratado de filosofía política”, o como sostiene Wallace Hadrill8 como “trabajo
puramente teológico” o como “estudio sobre el príncipe ideal” sosteniendo las tesis, de
Winkelmann y Farina respectivamente. En el fondo realmente no se discutió la
autenticidad de la Vita Constantini, sino más bien su credibilidad.
J. Burckhardt del quien hicimos referencia al iniciar y da una de las críticas más severas9,
por su prejuicio de ver en Constantino al irreligioso en una época en la que no los había
ni los podía haber, veía en Constantino a un asesino egoísta. Además, dirá que Eusebio
ha falseado a conciencia, el más repugnante de los panegiristas. Con todo considero que
toda obra que logra pasar a la posteridad tiene que ser sumamente controversial entre
quienes la defienden y la atacan, ya que los hombres de distintas épocas siguen
comentando a cerca de ella.
Vida Constantini
Abordaremos sólo el libro primero (I) en el cual consideramos que se pueden encontrar
numerosas cuestiones a comentar. El tema central de la obra es la vida del Emperador
Constantino en el cual se muestra una especie de consolidación de la Iglesia.
“El mismo Dios a quien Constantino veneraba, refrendó con brillantes sufragios,
asistiéndole al comienzo, medio y fin de su imperio, y proponiendo a este hombre
ante el género humano como lección magistral de un modelo religioso” (4)
En este número se muestra al emperador claramente como un modelo religioso, como
una figura en la que el creyente se puede apoyar, es una manera de clarificar que el
emperador es cristiano y venera al único Dios. Pareciera una elección profética como
se ve en el siguiente texto:
“Dios que es el rector del universo entero, escogió directamente a Constantino,
vástago de tal padre, como príncipe y conductor de todos, de suerte que, mientras
los demás fueron investidos de la dignidad por criterio ajeno, ningún ser humano
pudo jamás jactarse de haber promocionado a éste” (24)
Estamos ante la descripción de un santo completamente, y no la de un jefe de estado
militar, un emperador gobernante, narra sus actos de bondad y omite las batallas
sangrientas para no manchar su figura. Es el conductor de todos dice el texto anterior
remarcando el lado espiritual que tenía, como modelo ejemplar que tenga la
aprobación de los fieles. En el siguiente texto podríamos ver que el tres veces
bienaventurado sale avante de sus batallas y contiendas. Como si tuviéramos un
esquema claro de que sus escritos son por intervención divina, y por ser un piadoso

8
WALLACE-HADRILL, D.S., «Eusebios von Caesarea», TRE 10, Londres 1960, 537-543
9
Cfr. J. BURCKHARDT, Die Zeit Konstantins des Grossen, Basilea 1853, pp. 250 ss.
hombre de fe recibe el favor divino que concluye en una victoria militar que produce
paz y unidad:
“Considero oportuno dejar de lado la mayor parte de las gestas imperiales de este
tres veces bienaventurado: las contiendas y los enfrentamientos armados, los actos
de heroísmo, las victorias, los trofeos conquistados contra el enemigo, y cuantos
triunfos celebró, así como las determinaciones tomadas por él en tiempos de paz
en aras de la reforma del Estado y en interés de cada individuo, las medidas
legislativas que adoptó a beneficio del ordenamiento jurídico de los súbditos y los
numerosísimos empeños restantes en los que el emperador compitió, que están en
el recuerdo de todos; el objetivo de la presente obra nuestra dicta abrir y hablar
solo de lo que atañe a la vida de religiosa piedad” (11, 1)
Contrario a ello vemos por ejemplo cuando aporta datos de la historia de los paganos
al hablar de Ciro, podemos ver claro que, aunque tuvo un éxito militar y político y
ponerlo al mismo modo de modelo ilustre, el final que tiene no es de quien es
bienaventurado y venera al único Dios:
Una vetusta historia asevera exultante que Ciro, rey de los persas, se demostró el
personaje más ilustre de cuantos han sido. Pero habría que observar el fin de su
larga vida, puesto que no fue así; cuéntese que sufrió a manos de mujer una muerte
no precisamente dichosa, antes vergonzosa y asaz infame” (7,1)
Por ello uno de los pasajes más controversiales (27-29) por como lo narra es la victoria
que tuvo en el puente Milvio contra Majencio situado en torno al otoño del año 312 en la
cual Constantino está preocupado por la batalla que sería definitiva y entonces al atardecer
estando delante de su tienda, tiene la visión de una cruz sobre el sol, con la inscripción
“con esto vence” que fue percatado también por los soldados. Después por la noche se le
apareció en sueños Cristo, que le ordeno grabar sobre los escudos de los soldados el signo
(Crismón) que había visto sobre el sol, y le prometió la victoria. Al experimentar el poder
de Dios al ganar la batalla se convirtió. Sabemos que Lactancio da otra versión10 y que el
mismo Eusebio lo narra de manera distinta11 en su historia eclesiástica por lo que sólo
puede ser entendido a la luz de las consideraciones que hicimos anteriormente. Esto sin
comentar que Constantino fue bautizado hasta antes de su muerte.
Sobre el uso de las fuentes en la historia
Con todo Eusebio tuvo un gran impacto en la historia cristiana, puesto que fue el pionero
en crear una cronología que contenía la historia de Cristo y la historia pagana. Ser el
primero en abrir un camino ya dice mucho, por ello fue quien sentó las bases para el
desarrollo de la historia cristiana, y por lo cual los modelos que hizo sirvieron para los
escritores posteriores que imitarían sus cánones cronológicos ya que servían de gran
ayuda para marcar los periodos que se querían remarcar. Eusebio se vale para ello de
cartas, edictos y textos que avalen los acontecimientos.
Vita Constantini inicio un proceso de legitimación de la Iglesia como una religión
universal, con miras a volverse una religión imperial, ya que gracias a Dios Constantino

10
LACTANCIO, De mortibus persecutorum, c. 44
11
EUSEBIO DE CESAREA, Historia eclesiástica, IX, 9, 2
se hizo el Emperador de todo el orbe conocido. Es relevante como los cristianos no toman
esta obra como modelo historiográfico, en cambio Historia eclesiástica si fue empleada
como modelo por los seguidores cristianos. En el fondo pienso que eran conocedores de
lo que Eusebio pretendía en cada obra y por ello no caen en cuestiones polémicas. Su gran
influencia y aportación entonces es sobre todo en el valor que concede a los documentos
y escritos y la constatación de su fiabilidad. Las polémicas surgen cuando no se lee
correctamente la obra, porque si bien nos narra acontecimientos históricos, debemos
entender que Eusebio busca que sea un panegírico más cerca de una obra política que
sirviera de unificación en el Imperio, en el cual había un respaldo del estado a la iglesia,
pero que lamentablemente había muchas disputas doctrinales que giraban en torno a
Nicea y el Símbolo. Eusebio a pesar de su gran capacidad intelectual, no es el gran teólogo
y por ello tampoco lo debemos leer como si fuera una obra teológica. Las dudas surgen
por pasajes en el cual para explicar el desarrollo de los acontecimientos apela a la
intervención divina, como designios providenciales, dejando al hombre como un simple
actor en la gran obra de Providencia de Dios. Caer en estos extremos podría interpretarse
incluso como una anulación de nuestra libertad de personas y que somos sólo marionetas
de Dios que se vale de nosotros. Considero que de interpretar pasajes así podemos caer
en un grave error, más bien debemos entenderlos como designios de gracia que se van
dando para la preparación evangélica. Sin duda, Eusebio fue un gran escritor con carácter
en cuestiones en las que podríamos decir era un especialista para su época y aunado un
gran diplomático que influye en Constantino y su corte, me parece por un celo apostólico
evangelizador que trata de capitalizar las cosas como si la Iglesia fuera una empresa que
estaba en notable expansión y que por lo tanto necesita de unidad.
Por último, hay que entender que su finalidad de historia es mostrar los designios de Dios,
realizando una historia universal que abarca tanto la historia pagana como cristiana, que
será unificada en Cristo. Se percibe como un optimismo en el sentido del progreso de la
humanidad a la vida de la Iglesia. Eusebio es un hombre que vive persecuciones y
destierros, que vio torturas y martirios, pero a la vez es protagonista en este giro que hace
al imperio cristiano y tal como aporto la cuestión de los cánones cronológicos, también
aporto hagiografías de la vida de los santos para mostrar un modelo de vida. Y es ahí que
vida Constantini parece en ocasiones la hagiografía de un santo. Eusebio usa sus fuerzas
en lograr esta unidad dentro de la Iglesia, aunque sabemos que no fue un teólogo muy
ortodoxo, no quiere que la Iglesia retorne a una situación como la de las persecuciones
que ha vivido.

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