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ROGERS - Metodos de Ensenanza de La Musica Del Siglo XX
ROGERS - Metodos de Ensenanza de La Musica Del Siglo XX
• Las orientaciones filosóficas: Integración versus separación; Musicalidad amplia versus aislada;
Aproximaciones históricas versus estilística; Conceptos versus habilidades
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• Evaluación y diseño del programa: Evaluación y cursada; Organización de un programa sobre
teoría musical
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de los materiales de ambos tópicos" (18).
Rogers se inclina por los modelos (i) y (ii). Esto porque el análisis es cen-
tral: "El análisis dirige al oído y es dirigido por él [...] El análisis siempre
debe realizarse en función del sonido; y la escucha siempre debe realizarse
en función del análisis" (idem). Asimismo, Rogers plantea una crítica perti-
nente sobre la audioperceptiva: ¿se trata tan sólo de escuchar repetidamente
ciertos ejercicios para lograr la habiliad correspondiente? ¿O se trata más
bien de saber escuchar? Para Rogers, el punto crucial se encuentra en que
si se trata de un entrenamiento auditivo o de un entrenamiento cognitivo.
Claramente, lo que se trata es de aprender a escuchar. Este aspecto es cen-
tral para el análisis de la música del siglo XX.
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Una tercera perspectiva sugiere enseñar en igualdad de términos a We-
bern y Machaut. ¿Por qué? Porque de este modo aparecen las característi-
cas comunes de la teoría musical: el uso del registro, del silencio, gérmenes
motívicos, relaciones rítmicas, independencia de las voces, restricciones inter-
válicas, etc. Este tipo de abordaje debe seguir cierto recorrido: "definir un
término a analizar, establecer categorías analíticas, platear un proceso for-
mal o discutir un procedimiento compositivo" (26). Esta perspectiva tiene la
ventaja de encontrar una generalización de ciertas nociones y su significado
-el cual no se restringirá a un estilo o compositor en particular-.
La conclusión de Rogers: no hay ninguna razón para elegir categóri-
camente alguna de estas posibilidades; aunque, remarca que los aspectos
históricos y estilísticos son indispensables.
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Aún existe otra perspectiva: concentrarse en elementos analíticos o es-
tructurales, saltando de los compositores más cercanos en el tiempo hasta los
más alejados, comparando sus trabajos, etc. Algunos cursos se detienen en
la cuestión de los parámetros (armonía, melodía, ritmo, forma,
timbre y textura), mientras otros investigan técnicas compositivas
(serialismo, indeterminación, minimalismo, etc), cuestiones sobre
el medio/forma (ópera, cuartetos de cuerda, música electrónica,
etc) o incluso composiciones particulares relevantes por sus in-
novaciones, por haber influido de manera sobresaliente, que con-
tengan procedimientos compositivos relevantes o por ser simples
piezas maestras (por ejemplo, La Consagración, el Microcosmos
o Wozzeck. (72)
Veamos qué se hace en Estados Unidos: "La mayoría de los docentes
combinan aproximaciones, por ejemplo, tomando cada parámetro y seguirlo
de manera cronológica; o tomando una pieza por vez y abordarla desde difer-
entes perspectivas" (72-73). El mayor peligro -cualquiera sea la aproximación
adoptada- es que el curso se puede volver esquizofrénico, perdiendo con-
tinuidad o dirección. "Más allá del camino elegido, debe buscarse constante-
mente las líneas de conexión entre los temas, compositores o análisis; y las
decisiones deben realizarse en función de lo que se omite" (73). En efecto,
¿por qué omitir la música más reciente -y no avanzar más allá de Bártok-,
los compositores menos innovadores -Shostakovitch, Britten-, o la música ar-
gentina -incluso cordobesa-? La cuestión radicaría en la dicotomía "conocer
poquito de mucho" o "conocer poco pero en profundidad".
Lo fundamental -y aquí coincido con Rogers- es que una vez que se ha
elegido una perspectiva determinada, hay que seguirla hasta al final y no
cambiar a mitad de camino. A lo que yo agregaría que, por un lado, ninguna
perspectiva puede solucionar todos los problemas y garantizar a priori que
será la mejor elección por sí misma -hay numerosos factores a considerar:
desde la capacidad pedagógica del docente por transmitir los contenidos pre-
supuestos en determinada aproximación, hasta que alguien decida tomar la
facultad interrumpiendo el año académico-; por el otro, en caso de haber
hecho una mala elección sobre la perspectiva a seguir, siempre es posible
modificarla al año siguiente -lo cual supone la capacidad por parte del do-
cente de la auto-evaluación y saber escuchar a los alumnos-.
Rogers es enfático en señalar que los conceptos, técnicas y procedimien-
tos analíticos que sirven para la música de otros períodos, también sirven
algo se soluciona, pero cuesta predecir la efectividad de un abordaje cuyo material de
trabajo no es fruto de una reflexión concienzuda. Probablemente, valga la pena pensar en
la formulación de seminarios que aborden el estudio de estos compositores.
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para la música del siglo XX. Vale decir, no hay que inventar nada raro para
abordar analíticamente las piezas. Asimismo, señala que las grandes diferen-
cias de superficie que se nos aparecen a primera vista, no indican diferentes
procesos cognitivos, cuestiones expresivas, operaciones estructurales, ni pre-
ocupaciones de los propios compositores. Sin embargo, resulta indispensable
repensar los métodos analíticos para dar cuenta de los cambios e innovaciones
que tiene esta música.
traducción
federico sammartino
marzo, 2011