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La reflexión sobre la verdad.

Jose D. Niño Pitre.

1. Introducción.

Cuando nos hablan de la edad media podemos remitirnos a las historias épicas y míticas que
se nos cuentan con dragones, caballeros, inmensas fortalezas entre otras cosas; pero, con una
vista insondable en la historia se puede notar la riqueza que en este período hubo en cuanto al
pensamiento y que perdura en el tiempo, incluso hoy día se habla de ello. Dentro de esta riqueza
de pensamiento y pensadores se coincide al hablar de Santo Tomás de Aquino; uno que, sin lugar
a dudas, cambió el mundo.

El Doctor Angélico es conocido por su gran labor, no en gran medida filosófica sino
teológica; y cuando pensamos en ello debemos remitir a una de sus obras más conocidas, se
podría decir que la principal: la Summa theologiae.

Su obra principal es una presentación sistemática de aspectos de la doctrina católica y la


teología cristiana, de las más estudiadas. Sistemática en lo que refiere al orden: su división en
cuestiones; estas a su vez en artículos; los artículos presentados primero con objeciones o
argumentos en contra y luego soluciones o respuestas a las objeciones.

De la gran cantidad de cuestiones me centraré en una: la cuestión 16: sobre la verdad. Un


apartado que se dedica a responder ocho interrogantes con la estructura expuesta antes:

Esta cuestión plantea y exige respuesta a ocho problemas: 1. La verdad, ¿está en las cosas o sólo en el
entendimiento? – 2. ¿Está o no está sólo en el entendimiento que compone y divide? – 3. Relación
entre verdadero y ser – 4. Relación entre verdadero y bien – 5. Dios, ¿es o no es la verdad? – 6. ¿Todo
es verdadero con una sola verdad o con muchas? – 7. Sobre la eternidad de la verdad – 8. Sobre su
inmutabilidad. [CITATION Aqu01 \p 223-224 \l 9226 ]

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2. Con respecto al entendimiento.

En las dos primeras preguntas de esta cuestión trata en general sobre esto (entendimiento); en
primer lugar con respecto a si la verdad está o no en él y luego agrega “… que compone y
divide” [CITATION Aqu01 \p 223 \l 9226 ].

Cuando se refiere al entendimiento puede relacionarse, casi de inmediato, con la razón o con
la mente o con el objeto; sea cual sea la relación, nos remite a una cosa: conocer; y este acto de
conocer es impulsado en primer lugar por un cuestionamiento que se tiene, pero este genera una
inquietud por aprehender la respuesta o, dicho de manera clara, la verdad.

“Otra ocasión que tiene la mente para comparar es el ser mismo de las cosas cuando, al
considerar una cosa como existente en un tiempo y lugar determinado, la comparamos con ella
misma como existente en un tiempo” [ CITATION Loc80 \l 9226 ]. La existencia es esencial
para aprehender algo. Cabe resaltar que la verdad es adaequatio rei et intellectus (adecuación
entre la cosa y el intelecto). Sabiendo esto dice Tomás (2001): “… se llama verdadero aquello a
lo que tiende el entendimiento.” [CITATION Aqu01 \p 224 \n \y \t \l 9226 ] Como primera
respuesta.

En cuanto a la segunda, se intenta responder si el entendimiento compone o divide; en cuanto


a esto hay que remitirse a la lógica. “Normalmente toda proposición tiene un orden atributivo o
predicativo” [CITATION San01 \p 99 \t \l 9226 ] y este orden puede componer y dividir el
sujeto según lo que se predica; por lo tanto “la verdad está en el entendimiento que compone y
divide.” [CITATION Aqu01 \p 226 \t \l 9226 ] Lo verdadero está en el objeto como en el
entendimiento.

3. Verdad, bien y ser.

Quiero iniciar con lo siguiente: “Podemos decir que el hombre conceptúa los atributos del
ser” [ CITATION Hor14 \l 9226 ] esta es la relación que se expresa de manera explícita;
ciertamente el Ser es un problema y la reflexión sobre esto es muy amplia, pero aquí solo se

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expresa lo siguiente: el Ser está en las cosas y al estar en estas es cognoscible; al igual la Verdad,
salvo que ésta también está en el entendimiento. Por lo tanto estas tienen la propiedad, por así
decirlo, de conocerse y aprehenderse; pero, apunta Tomás (2001): “… es verdadero el ser
conocido; sin embargo, conociendo al ser no se conoce lo verdadero.”

En cuanto al Bien vale citar lo siguiente: “En esta contribución partiremos de las tesis de
Putnam sobre la ciencia y los valores, reinterpretándolas desde nuestra propia perspectiva y
afirmaremos que hay valores previos a la verdad que delimitan lo que es una ciencia bien hecha.”
[CITATION Pér00 \l 9226 ] Esta es una de las objeciones que combate Tomás. Él justifica
diciendo que la Verdad esta antes del Bien (que puede considerarse como un valor). El Bien
existe en seres como perfección, pero no en todos; en cambio, la Verdad existe en las cosas en
las que no está el Bien. [ CITATION Aqu01 \l 9226 ]

En este sentido podemos relacionar los términos afirmando la verdad en Dios (el cuan es otro
punto de reflexión en esta cuestión): en el ser de Dios podemos encontrar la verdad y el bien y es
que él es el ser absoluto por lo tanto lo que existe en él también es absoluto.

4. Reflexiones finales y conclusión.

Con respecto a la multiplicidad de verdades entra en cuestión con los que entienden una sola
verdad y los que creen en muchas. En verdad existen las dos, la verdad absoluta en cuanto algo
que puede atribuirse a todos pero que no se refiere específicamente a un sujeto o especie; por
ejemplo, hablando de la existencia, ciertamente los animales existen pero también las piedras, no
es que la atribución de la existencia se remita solo a un perro o a una clase de piedras, ahora bien
existen de manera distinta unos con vida y otros sin ella. De una verdad “universal” surgen otras,
podemos denominarlo como verdades relativas. Pero propiamente hablando la verdad absoluta
solo existe en Dios: “… una sola es la verdad del entendimiento divino, según la cual todas las
cosas son llamadas verdaderas.” [CITATION Aqu01 \p 229 \t \l 9226 ]

Continúa con lo referente a la eternidad de la verdad; la verdad, hablando de manera


escéptica, es imposible conocerla en su totalidad en cuanto su valor absoluto, se infiere que hay

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muchas verdades, que estas cambian y, por lo tanto, tiene un principio y un fin; no es eterna. Lo
anterior es cierto, pero la verdad si es eterna en un ser: Dios. Lo de los escépticos vale para la
verdad del entendimiento, pero no se queda solo ahí.

También se aborda el tema de la inmutabilidad de la verdad, que en esencia es lo mismo que


lo anterior. En resumen, se distinguen dos seres (Dios y el ser humano) en el primero la verdad
no cambia no muta, no tiene principio y mucho menos fin; en cambio, para el ser humano es todo
lo contrario, por lo tanto la verdad en este último si cambia, no es eterna no es absoluta.

Vale apuntar, luego de todo lo anterior, que se puede hablar de distintas verdades: la verdad
de Dios, la verdad de las cosas, la verdad del entendimiento, la verdad de la proposición, pero
todo esto siempre tiende a la categoría de adecuación o conformación, siempre con lo real.

Así pues se percibe en todo esto un trabajo de esfuerzo por dar con precisión la respuesta a las
objeciones. La reflexión sobre la verdad implica que sea preciso, al tratarse también con la
ciencia de la lógica, cosa que se ha logrado en esta obra.

Referencias
Horneffer, R. (2014). El problema del ser y la verdad. Reflexiones marginales.

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Locke, J., & Aranda, L. R. (1980). Ensayo sobre el entendimiento humano.

Pérez-Ilzarbe, P., & Lázaro-Cantero, R. (2000). Verdad, bien y belleza: cuando los filósofos

hablan de valores. Cuadernos de Anuario Filosófico.

Sanguineti, J. J. (2001). lógica. Eunsa.

Tomás. (2001). Suma de Teología. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

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