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Escuela de Administración Pública de Extremadura

Igualdad
y Perspectiva
de Género

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Escuela de Administración Pública de Extremadura
El objetivo de este curso es poner el énfasis
en la necesidad de incorporar en la sociedad
a través de los hábitos más cotidianos la pers-
pectiva de género, como la herramienta para
lograr el entendimiento del complejo proble-
ma actual de la sociedad. La brecha creada
entre ambos géneros se ha ampliado por la
forma de actuar de la sociedad, limitando y
relegando a la mujer al ámbito de lo privado.
Esto no sólo nos aleja del desarrollo sino que
ha generado graves retrasos, pudiendo con-
cluir que el grado de desarrollo de las mujeres
de un país o región es directamente propor-
cional al avance económico, tecnológico y
cultural del mismo.

Durante la duración del curso vamos a plan-


tear definiciones de algunos términos que
conocéis pero que a menudo se confunden
con adjetivos tan generalistas que han ido
fragmentándose en otros más específicos en
la actualidad. Realizaremos un repaso por las
principales desigualdades que soporta el gé-
nero femenino en todos los ámbitos de la vida,
y enumeraremos las principales necesidades
que reclama el colectivo desde su perspecti-
va de evolución social.

Al finalizar la lectura de los contenidos po-


dréis evaluar lo aprendido en una sencilla au-
toevaluación. Así mismo encontrareis otros
contenidos no teóricos como vídeos, lecturas
recomendadas o imágenes que os facilitarán
la comprensión de los términos.

Igualdad y Perspectiva de Género


Módulo 2
Desigualdad por
razón de sexo

La igualdad de género se entiende como una relación de equivalencia en el sentido de que las personas
tienen el mismo valor, independientemente de su sexo, y por ello son iguales. Es un derecho fundamental
que se apoya en el concepto de justicia social. Implica, por tanto, la ausencia de toda forma de discrimi-
nación por razón de sexo.

Por el contrario se emplea el término desigualdad


por razón de género para aludir a una situación en
la que una persona o un grupo de personas recibe
un trato diferenciado en razón de su sexo, lo que
condicionaron que le sean reconocidos más o me-
nos derechos y oportunidades.

Además es necesario que distingamos entre sexo


y género. Mientras el sexo hace referencia a la di-
ferencia biológica existente entre dos individuos, el
género es una construcción socio-cultural, que de-
fine características emocionales, intelectuales y de
comportamiento, por el hecho de pertenecer a al-
guno de los dos géneros: masculino o femenino. El
proceso de socialización (aprendizaje de patrones
culturales y sociales que permiten integrarse en un
grupo social) es diferente según el sexo, asignando modelos (culturales y sociales) diferentes para las
mujeres y para los hombres, en función de lo tradicionalmente establecido para unos y otros, en función,
en definitiva, de modelos impuestos

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La existencia de la diversidad de género plantea a la sociedad la necesidad de incorporar los valores de
género como un modo útil de abordar la complejidad y ambigüedad de diferentes entornos. El género
femenino no tiene que ser considerado como un grupo desfavorecido, como un colectivo, que reivindica
derechos, sino como sujetos que tienen valores que aportar a la sociedad, en general. Sin embargo to-
davía hablamos de estos términos y sometemos al colectivo femenino a condiciones que desempeñan
un trabajo remunerado en horario laboral y que además deben desarrollar todas las tareas que implica el
trabajo reproductivo y que no es compartido por sus compañeros.

Frente a estas desigualdades sólo por el hecho de pertenecer al género femenino, surgen determinados
movimientos sociales en busca de una igualdad real y efectiva, como el empoderamiento de la mujer.
Término acuñado en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (Pekín), en 1995, para referirse
al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al po-
der. Actualmente, esta expresión conlleva también otra dimensión, la toma de conciencia del poder que,
individual y colectivamente, ostentan las mujeres y que tiene que ver con la recuperación de su propia
dignidad como personas. Se intenta por tanto evitar situaciones como la imagen que os mostramos a
continuación, y es que la presencia de la mujer en la historia empieza a tomar cierta relevancia pero queda
mucho camino por recorrer para no volver a repetirse este tipo de escenas. Una mujer en un mundo de
hombres, tanto a nivel internacional como nacional:

Repasando el resto de términos que están atribuidos a la discriminación directa que sufre el género fe-
menino, recordad sólo por el mero hecho de ser mujer, surge el término espacio doméstico, identificado
con el ámbito reproductivo, con el espacio de la “inactividad” donde tiene lugar la crianza, los afectos
y el cuidado de las personas dependientes, es decir, donde se cubren las necesidades personales. En
este espacio es donde se ha colocado tradicionalmente a las mujeres. Algo que choca de frente con las
medidas de igualdad que son implantadas en la actualidad y que ya hemos repasado a lo largo del curso
como conciliación, cuota de participación o paridad.

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Pero no podemos obviar que es un hecho que a lo largo de la historia, las mujeres han sido intenciona-
damente apartadas de los puestos de especial relevancia y visibilidad. Ahora ya sabemos que de seguir
con el ritmo actual de porcentajes de incorporación de la mujer al mundo laboral, los estudios de investi-
gación, los cargos políticos o de responsabilidad empresarial, sería en el año 2088 cuando hablaríamos
de una igualdad efectiva entre hombres y mujeres en la sociedad.

En algunas campañas publicitarias ya escuchamos el término empoderamiento de la mujer, aludiendo


a personajes públicos femeninos que ocupan puestos que siempre han estado vinculados al género
femenino, o que lideran prácticas comúnmente masculinas…cómo las protagonistas del siguiente ví-
deo. Disney lanzó su campaña #DreamBigPrincess para promover historias de “princesas” de la vida
real que puedan inspirar a otras jóvenes. La idea que se pretende es subvertir la idea de la princesa que
perpetúa los viejos estereotipos de género para así acondicionarla a una visión de futuro y empodera-
miento femenino:

https://youtu.be/jHNPzyDD50I

Romper con los estereotipos de género debe ser el principal objetivo de nuestra sociedad. Este conjun-
to de creencias compartidas dentro de una cultura, acerca de los atributos o características que poseen
hombres y mujeres son visiones deformadas y simples de la realidad, estructuran las acciones e interac-
ciones de las personas y contribuyen al mantenimiento de la desigualdad. Algunos de los componentes
de los estereotipo de género son los rasgos, los roles, las ocupaciones y el aspecto físico.

Algunos de los datos que tenemos que conocer para concienciar a ambos géneros de la palabra des-
igualdad:

−− 15 millones de matrimonios infantiles cada año.

−− 62 millones de niñas sin acceso a educación aún hoy.

−− 1 de cada 3 mujeres en el mundo aún sufre violencia.

−− Por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27
mujeres.

−− Las mujeres dedican una media de 5 horas y 59 minutos al trabajo doméstico. Por el contra-
rio, los hombres emplean en este grupo de actividades 2 horas y 20 minutos.

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En los últimos años se ha logrado un
gran progreso en materia de igualdad,
como lo demuestra, por ejemplo, la tasa
de ocupación más elevada jamás regis-
trada para las mujeres (64 % en 2014)
y su creciente participación en la toma
de decisiones económicas. Sin embar-
go, esta tendencia al alza se ve frustrada
por la desigualdad persistente en otras
áreas, hablamos en términos de salarios
y ganancias. Tal y como se establece en
los programas de trabajo de las distintas instituciones públicas, continuarán su trabajo práctico para pro-
mover la igualdad de género. Para ello, se requieren esfuerzos de todos los actores si queremos alcanzar
la igualdad real entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida dentro de la sociedad.

Analizando la situación real de Extremadura y lo que ha supuesto la Ley 8/2011 de 23 de marzo,


de Igualdad entre Mujeres y Hombres y contra la Violencia de Género en Extremadura:3

Desde que se implantó en el año 2011 hasta el año 2016, vamos a destacar algunos aspectos importan-
tes que han tenido lugar. Además os dejo el enlace para que podáis conocer más al respecto:

http://www.asambleaex.es/acto-370

• Es importante remarcar que la Ley de Igualdad regional había sido fruto de la Concerta-
ción Social.

• Como ya hemos comentado, nos encontremos en el mejor momento de inserción labo-


ral de la mujer de la historia. A nivel nacional un 64% en el año 2014. Pero veamos estos
datos para Extremadura:

• La tasa de actividad de las mujeres sube del 45% en 2011 al 48% en 2016. De nuevo
encontramos variaciones significativas con respecto a la media nacional. En función de
la edad se incrementa la actividad de mujeres mayores de 35 años, disminuyendo la
actividad de las mujeres más jóvenes.

• La tasa de inactividad de las mujeres por su parte disminuye, sin embargo no varía la
causa principal de inactividad que sigue siendo la realización de las labores domésticas
y de cuidados, como refleja el siguiente gráfico.

[3] Hemos recogido algunos datos del Informe realizado por Teodora Castro Hernández,
Secretaria de la Mujer de CCOO de Extremadura, en el portal La Tribuna Feminista.
https://tribunafeminista.elplural.com/2017/01/el-efecto-de-la-ley-de-igualdad-de-extremadura-sobre-la-situacion-sociolaboral-de-las-mujeres/

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Fuente: La tribuna feminista. El efecto de la ley de igualdad de Extremadura sobre la situación sociolaboral de las mujeres.

• A pesar de los resultados positivos seguimos comprobando como la temporalidad y la


parcialidad define el empleo de las mujeres.

• Las diferencias en el desempleo son distintas en ambos géneros. Se ha registrado el


mayor número de mujeres desempleadas en la franja de edad de los 35 a los 44 años.
Por el contrario el mayor número de hombres desempleados se encuentran en la franja
de edad de los 45 a los 54 años. ¿Cuál es la conclusión que sacamos? A la mujer le
cuesta más entrar en el mercado laboral, especialmente mantenerlo en edad de formar
una familia.

• Las cifras de personas paradas de larga duración, de nuevo es desfavorable al género


femenino, 30.900 mujeres en Extremadura lleva en paro más de dos años.

• La excedencia solicitada por trabajadores y trabajadoras para el cuidado de hijos y fa-


miliares es otro de los puntos clave que se han analizado tras la implantación de la ley. El
porcentaje de hombres que hace uso de la excedencia por el cuidado de hijos no supera
el 9% en ninguno de los años objeto de estudio. Para el cuidado de familiares las mujeres
soportan el 75% de los permisos solicitados.

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Aun así es una realidad la existencia de segregación en el mercado laboral, referida a la con-
centración de las mujeres en determinadas ocupaciones y/o familias profesionales que, ge-
neralmente, se caracterizan por tener condiciones de empleo poco satisfactorias, bajos sala-
rios y pocas oportunidades de formación continua y adquisición de cualificaciones añadidas.
Son, por tanto, empleos feminizados, fuente de desigualdades en el mercado laboral, ya que el valor aso-
ciado a ellos y su remuneración es menor. La segregación puede ser horizontal, cuando la concentración
se produce en determinadas ocupaciones y/o familias profesionales; y vertical, cuando las mujeres se
concentran en puestos de baja responsabilidad.

La mayor dificultad de las mujeres para compaginar el ámbito familiar y laboral está relacionada con la
maternidad. La tasa de ocupación femenina disminuye a medida que aumenta el número de hijos, así
la tasa de ocupación masculina apenas se ve afectada por la paternidad. El problema de la conciliación
laboral y familiar repercute más sobre las mujeres con estudios inferiores y, por tanto, pertenecientes a
niveles sociales más bajos. Consecuentemente, la mujer abandona el mercado laboral prevaleciendo
sobre el varón por motivos familiares ya sea por el cuidado de hijos o de un adulto dependiente. Se trata
de un claro indicador de la dificultad de alcanzar el objetivo de conciliación de la vida laboral y familiar y
de la necesidad de profundizar en las políticas de empleo que beneficien a las mujeres con hijos para su
acceso o mantenimiento en el mercado laboral.

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A partir de la entrada en vigor de la Ley de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres hay más de
200.000 padres que han solicitado el nuevo permiso por paternidad en toda España. Aun así en España,
el 98,01% de las personas inactivas dedicadas en el primer trimestre de 2007 al cuidado de niños/as,
enfermos/as, personas con discapacidad o personas mayores eran mujeres, según la EPA.

Analizando estos datos en la comunidad autónoma de Extremadura, se registraron en 2017 un incre-


mento del 13,43 % en el número de permisos por paternidad, según datos del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social, como consecuencia de la entrada en vigor en enero del año pasado de la ampliación
de este permiso, de dos a cuatro semanas.

Esto en parte influye en los datos de maternidad, que


han registrado un descenso del número de procesos
gestionados del 3,58%, un total de 5.660, con res-
pecto a 2016. Según fuentes del Instituto de Estadís-
tica de Extremadura (IEEx).

Hasta diciembre de 2017 se registraron  580 exce-


dencias en Extremadura por cuidado familiar, de las
que 517 corresponden a solicitudes presentadas por
mujeres y 63 por hombres. En el mismo periodo de
2016 las altas por este concepto fueron 532, de ellas
473 fueron de mujeres y 59 de hombres.

Continuando con otras desigualdades por razón de


género no podemos olvidar la necesidad de adaptar
el lenguaje y los términos que designan profesiones
o cargos a los tiempos actuales en los que las muje-
res ocupan cualquier tipo de puesto o profesión. Lo-
grar conseguir un lenguaje inclusivo, partiendo de la
máxima de “lo que no se nombra no existe” y trasla-
dado a la perspectiva de género, implica que el hecho
de que las mujeres no tengan una representación sim-
bólica en la lengua contribuye a su invisibilización. De
ahí la necesidad, a fin de lograr el objetivo de la igual-
dad entre sexos, de hacer un uso del lenguaje que re-
presente a las mujeres y a los hombres y que nombre
sus experiencias de forma equilibrada.

La repercusión de los medios de comunicación y la


publicidad también es importante e imprescindible
para dar visibilidad a la mujer en la sociedad. Segura-
mente todos hayais oído hablar de la Conferencia de

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la Naciones Unidad para el Medio Ambiente y sus famosas reuniones de la COP21 etc, pero ¿y de las
Conferencias Mundiales sobre las Mujeres? Quizás no las recordéis, destacando además que la última y
cuarta, tuvo lugar en Pekín en el año 1995, sin volverse a retomar dichas reuniones mundiales. En ella se
consideró como objetivo estratégico fomentar una armonización de responsabilidades laborales y fami-
liares entre hombres y mujeres y en la declaración aprobada por los 189 Estados allí reunidos, se reafirmó
este compromiso. Por su parte, en el ámbito comunitario, la maternidad y la paternidad, en su más amplio
sentido, se han recogido en las Directivas del Consejo 92/85/CEE, de 19 de octubre, y 96/34/CE, del
Consejo, de 3 de junio. La primera de ellas contempla la maternidad desde el punto de vista de la salud
y seguridad en el trabajo de la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en período de lactancia.
La segunda, relativa al Acuerdo marco sobre el permiso parental, celebrado por la UNICE4, el CEEP5 y la
CES6, prevé el permiso parental y la ausencia del trabajo por motivos de fuerza mayor como medio im-
portante para conciliar la vida profesional y familiar y promover la igualdad de oportunidades y de trato
entre hombres y mujeres.

Dentro de las discriminaciones por razones de género no sólo debemos abordar aquellas sufridas por
la mujer, sino que el concepto engloba mucho más, como aquellas desventajas que padece el género
masculino en el ámbito laboral para poder participar de la vida familiar. Con los cambios introducidos en
este aspecto en la normativa actual, se produce un paso adelante en el camino de la igualdad de oportu-
nidades entre mujeres y hombres. Trata además de guardar un equilibrio para favorecer los permisos por
maternidad y paternidad sin que ello afecte negativamente a las posibilidades de acceso al empleo, a las
condiciones del trabajo y al acceso a puestos de especial responsabilidad de las mujeres. Al mismo tiem-
po facilita que los hombres puedan ser copartícipes del cuidado de sus hijos desde el mismo momento
del nacimiento o de su incorporación a la familia.

Además recordamos que se ha modificado la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos


Laborales, y se cubre una laguna actualmente existente, previendo que en los supuestos de maternidad
en los que, por motivos de salud de la madre o del feto, se hace necesario un cambio de puesto de tra-
bajo o función y este cambio no sea posible, se declare a la interesada en situación de riesgo durante el
embarazo con protección de la Seguridad Social. Con la finalidad de que no recaigan sobre las personas
empresarias los costes sociales de estos permisos, lo que podría acarrear consecuencias negativas en el
acceso al empleo, especialmente de la población femenina, y como medida de fomento del empleo, ya se
prevén reducciones en las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social por contingencias comunes,
siempre que se contrate interinamente a personas desempleadas para sustituir al trabajador o trabajado-
ra durante los períodos de descanso por maternidad, adopción o acogimiento.

Para equilibrar la balanza social en pro del género femenino en ocasiones se recurren a las acciones
positivas lo que provoca a su vez más controversia en el tema feminismo o igualdad. Recordar por tanto
que una Acción Positiva es una estrategia temporal, destinada a remover situaciones, prejuicios, com-
portamientos y prácticas culturales y sociales que impiden a un grupo social minusvalorado y/o discri-
minado, alcanzar una situación real de igualdad de oportunidades. Cuando se aplican acciones positivas
destinadas a favorecer a las mujeres no es una cuestión de feminismo sino una acción necesaria hacia

[4] Unión de Confederaciones Industriales y Empresariales de Europa, una asociación europea de industrias y empresarios con sede en Bruselas,
ahora conocida como BUSINESSEUROPE [5] Centro Europeo de Empresas Públicas y Empleo Públicos. [6] Consejo Económico y Social de España.

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un colectivo que se encuentra en desventaja para competir con el hombre en igualdad de condiciones.

Dentro de los compromisos y actuaciones que se proponen en las principales líneas de acción por la
igualdad de los gobiernos actuales encontramos:

−− Políticas activas para fomentar la ocupación de calidad teniendo en cuenta la situación real de
las mujeres.

−− Recuperar poder adquisitivo a partir de sueldos dignos, erradicando la brecha de género y


salarial.

−− Blindar medidas y planes de igualdad con negociación colectiva sólida y respetada.

−− Pacto común contra la violencia machista.

Para concluir este segundo módulo del curso os ofrezco visualizar en el siguiente enlace un resumen de
lo tratado pero muy visual y entretenido:

https://vimeo.com/109147919

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