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Indicaciones para la vida

Pippa y yo acostumbramos a ir con prisa. A la hora de planificar nuestros recorridos en


automóvil no somos buenos. Solemos dirigirnos en la dirección incorrecta y, con frecuencia,
extraviarnos (¡aun disponiendo de un GPS!). No sé por qué me ha llevado tanto tiempo
aprender la importancia de obtener buenas indicaciones y luego seguirlas.

Muchos obramos de esa forma en otros aspectos de la vida. Salimos con prisa sin dimensionar
la importancia de recibir buenas indicaciones para la vida. Pero cuando seguimos la indicación
de Dios para la vida, logramos disfrutar su bendición y compartir bendición con los demás.

Salmos 5:1-12
Comienza cada día esperando indicaciones
Al embarcarnos en un viaje, el mejor momento para obtener buenas indicaciones es justo antes
de comenzar.

En este salmo vemos un ejemplo poderoso de cómo iniciar cada día: «Escucha mis súplicas,
rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor;
por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta» (vv.2-3). David
aguardaba recibir indicaciones.

Hay algo especial sobre comenzar el día presentando tus peticiones ante Dios. El día adquiere
una dimensión distinta al quedar «a la espera de tu respuesta» (v.3).

Señor, hoy presento mis pedidos ante ti y espero tus indicaciones. Guíame, oh Dios. Extiende
tu protección sobre mí. Rodéame con tu favor como un escudo (vv.8,11,12).

Mateo 5:21-42
Sigue las indicaciones de Jesús para la vida
Hay algunas indicaciones generales que aplican para cada viaje en automóvil. Están, por
ejemplo, las reglas del camino. En el Reino Unido están registradas en el Código de
circulación. La indicación que Jesús presenta en el Sermón del Monte es como un «código de
circulación» para gozar de una vida de bendición.

Seguir la indicación de Jesús implica adoptar un estilo de vida radical. Nos desafía a ser
implacables con cada actitud, pensamiento, palabra y acción que pudieran ser negativos.

Nuestras palabras deben ser de bendición, no de enojo. No debemos hablar palabras airadas
contra nuestros hermanos y hermanas (vv.21-22). El simple hecho moral es que las palabras
matan.

Somos llamados a hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance para bendecir a quienes
hayan caído en desgracia (vv.23-26). Si recordamos un resentimiento que un amigo pudiera
tener en contra de nosotros, debemos acercarnos e intentar subsanar la situación (vv.23-24). Si
encontramos un antiguo enemigo debemos dar el primer paso y solventar la situación con él.
Debemos cuidar lo que hagamos con nuestros ojos y nuestro corazón. Si permitimos que se
corrompan en vez de ser de bendición para los demás, nos pudriremos por dentro.

Actúa con resolución drástica. Esto no tiene que ver solamente con el acto físico del adulterio.
Jesús dice: «Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido
adulterio con ella en el corazón» (v.28).

Jesús habla del ojo como el punto inicial del adulterio. Debes dar pasos drásticos para evitar
seguir en esa dirección (vv.29-30). Como dijo Job: «Yo había convenido con mis ojos no mirar
con lujuria a ninguna mujer» (Job 31:1).

El matrimonio está diseñado como un lugar de bendición mutua y una fuente de bendición para
los demás. Esto implica una vida de fidelidad radical dentro del matrimonio (Mateo 5:31-32).
Jesús habla en contra de usar el divorcio como un modo de encubrir el egoísmo y los
caprichos.

Hemos de llevar una vida de integridad radical en la que digamos lo que queremos expresar y
expresemos lo que digamos: «Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando
digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno» (v.37).

Bendecir a los demás implica bendecir aun a aquellos que nos hagan cosas malas (vv.38-42).
«No resistan al que les haga mal. […] Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado,
no le vuelvas la espalda» (vv.39,42). Devolver mal por bien es demoníaco. Devolver bien por
bien es humano. Devolver bien por mal es la manera de Jesús.

Señor, ayúdame este año a seguir tus indicaciones para la vida y esparcir bendición a
dondequiera que vaya.

Génesis 11:10-13:18
Confía en que Dios te dirigirá en cada paso
Lo que más me encanta al realizar un largo viaje en automóvil (incluso más que disponer de un
navegador satelital), es tener alguien junto a mí que sepa la indicación y me diga, de paso en
paso, a dónde dirigirme. En la travesía de la vida Dios ofrece acompañarte y dirigirte de paso
en paso hacia una vida de bendición.

Este es uno de los momentos claves en la Biblia, cuando Dios inicia su plan de rescate por la
humanidad. Los capítulos anteriores han sido una narración de la pecaminosidad y la
separación crecientes. En estos versículos todo cambia repentinamente cuando Dios revela su
solución: ¡Abraham!

Dios promete a Abraham: «Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu
nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te
maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!» (12:2-3).
Dios escoge un individuo para bendecirlo y después una nación, y los bendice. Pero su plan
siempre es que transmitan la bendición (v.3b). Esta es la clave de nuestra comprensión del
Antiguo Testamento pues aquí se explica por qué Dios escogió a Israel de modo que por medio
de ellos fuera bendecido el mundo entero.

Sus promesas, en su expresión máxima, se cumplen en Jesús. Él es el cumplimiento de todas


las promesas y esperanzas de Israel (como vimos esta semana en el Evangelio de Mateo) y
por medio de él «todos los pueblos» puedan ser bendecidos.

Este es el propósito de Dios para ti ahora. El apóstol Pablo expresa: «Los descendientes de
Abraham son aquellos que viven por la fe. En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios
justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: “Por medio
de ti serán bendecidas todas las naciones”. Así que los que viven por la fe son bendecidos
junto con Abraham, el hombre de fe» (Gálatas 3:7-9).

La iglesia es bendecida, como Abraham e Israel, no para sus propios fines sino para llevar
bendición al mundo entero. Si has sido bendecido por Dios no es para tu propia indulgencia
egoísta ni tu autocongratulación; es para que seas de bendición para los demás.

Dios llamó a Abraham a que dejara su tierra, su pueblo y la casa de su padre, y saliera rumbo a
la tierra que Dios le mostraría (Génesis 12:1). Hizo exactamente como el Señor le pidió que
hiciera (v.4). Confió en que le instruiría de paso en paso. Tal vez en ese momento no vislumbró
los próximos pasos, pero confió en las promesas de Dios.

Esta ha sido mi experiencia en la vida. Dios puede darnos un panorama general de lo que
quiere que hagamos, pero en lo concerniente a los detalles, nos dirige de paso en paso. La
vida de fe implica seguir sus indicaciones ¡de paso en paso!

La travesía no siempre resulta totalmente fluida. Abraham era un ser humano tan imperfecto
como nosotros. Dios lo bendijo con gran prosperidad (13:1) y una compañera «muy hermosa»
(12:14). Sin embargo, en un acto de debilidad y engaño, permitió que el faraón la tomara como
su esposa (vv.10-20).

Luego, después de que surgieran «fricciones entre los pastores de los rebaños de Abram y los
que cuidaban los ganados de Lot» (13:7), Abraham decidió que debían separarse los caminos
entre él y su sobrino (vv.8-11). En efecto, no fue que Abraham y Lot se pelearan sino que los
problemas surgieron, como suele ocurrir, entre sus seguidores. La realidad de la fricción en las
relaciones humanas es evidente.

Lot escoge la mejor tierra y deja para Abraham lo que no parecía tan bueno. Pero,
nuevamente, Dios instruye a Abraham diciéndole: «Levanta la vista» (v.14).
Dios dijo: «Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el
polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo
ancho, porque a ti te lo daré!» (vv.16-17).

AnclaComo expresa Joyce Meyer: «En lugar de desanimarnos, deprimirnos o enfadarnos


cuando la gente nos decepcione, Dios quiere que levantemos nuestros ojos, veamos a nuestro
alrededor y confiemos en que nos guiará hacia una situación mejor. Quiere que miremos a
nuestro alrededor y contemos las bendiciones en lugar de enfocarnos en lo que no tenemos.
Desea que fijemos nuestra mirada en él, no en la obra del enemigo, porque el Señor tiene
planes para bendecirnos».

Es solo por la gracia de Dios que Abraham recibe la promesa de estas maravillosas
bendiciones. La intención era que fuera una bendición para el mundo entero. De igual modo
para ti. Eres llamado a vivir bajo la bendición de Dios y llevar bendición a quienes te rodean.

Señor, ayúdame este año a seguir tu indicación, de paso en paso, a vivir bajo tu bendición y
llevar tanta bendición como pueda a quienes me rodean.

Pippa Adds
Cada día necesitamos recibir guía en las decisiones difíciles de la vida. Seguir un camino recto
nos salvaguarda de deambular perdiendo tiempo y energía: «Señor, por causa de mis
enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda» (Salmo 5:8).

[Para obtener una explicación y una aplicación más detalladas del «Sermón del Monte» (Mateo
5–7), lee el libro de Nicky Gumbel titulado The Jesus Lifestyle:
shop.alpha.org/product/182/jesus-lifestyle-nicky-gumbel]

References
Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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